EVALUACIÓN DE LA CALIDAD MEDIANTE ... SOCIOSANITARIOS: UN RETO POSIBLE

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EVALUACIÓN DE LA CALIDAD MEDIANTE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN
SOCIOSANITARIOS: UN RETO POSIBLE
Anna García-Altés*,†, Salvador Peiró Moreno*
* Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud, Valencia
†
Agència d’Avaluació de Tecnologia Mèdica, Servei Català de la Salut, Barcelona
Correspondencia:
Anna García-Altés
Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud
Pere Serafí 38, 5º 2ª
08012 Barcelona
1
RESUMEN
La utilización de sistemas de información se contempla cada vez más como un
elemento necesario tanto en la planificación, la financiación y el control del acceso a la
atención, como en la gestión de servicios, la determinación de niveles de dotación de
personal y la evaluación de la calidad asistencial, en el sector de atención a enfermos
crónicos y geriátricos.
El Resident Assessment Instrument es uno de los sistemas de información
sociosanitarios
más
desarrollado,
validado
y
usado
internacionalmente.
La
comparación de la prevalencia de determinados indicadores de calidad entre centros y
a nivel regional, estatal e internacional, es uno de los usos potenciales. A pesar de lo
reciente del sistema, sus primeras aplicaciones parecen alcanzar un elevado grado de
aceptación entre los profesionales asistenciales. Es por ello que consideramos que
tanto
la experiencia norteamericana como
sus aplicaciones internacionales,
constituyen un excelente patrón de referencia de demostrada calidad y utilidad.
En el contexto español la iniciativa más desarrollada es la de la administración
sanitaria catalana, donde es obligatoria la cumplimentación periódica de un conjunto
mínimo de datos para la planificación del volumen de servicios y el seguimiento de la
distribución de servicios asistenciales y el seguimiento de la calidad asistencial.
Las aproximaciones a partir de las bases de datos son útiles para identificar y detectar
problemas que requieren un estudio posterior mediante otros estudios específicos. De
aquí la necesidad, en nuestro entorno, de continuar mejorando la calidad de los datos,
las metodologías de análisis y la evaluación del comportamiento de estos sistemas.
2
PALABRAS CLAVE
Sistemas de información, centros de media y larga estancia, Resident Assessment
Instrument, evaluación de la calidad.
3
ABSTRACT
The use of information systems is seen as a necessary element in planning, financing
and control of access to health care services, as in the management, staff planning
and quality assessment of centres, in the long-term health care sector.
The Resident Assessment Instrument is one of the most developed, validated and
internationally used information systems. The comparison of the prevalence of specific
quality indicators between centres and at regional, state and international level, is one
of its potential uses. Despite being a recent system, its first applications seem to reach
a high level of acceptance among professionals. It is for this reason that we consider
that both the American experience and its international application make and excellent
reference that proves its quality and utility.
In the Spanish health care context, the most developed initiative comes from the
Catalan administration, where the process of fill in a minimum data set periodically is
compulsory, and it is used for the planning of health care services, distribution of
services and quality assessment.
The use of data bases is useful to identify and detect problems that require a later
study with more detail. That is why it is important to keep on improving the quality of
data, the methodologies of analysis and the assessment of those systems.
KEY WORDS
4
Information systems, long-term centres, Resident Assessment Instrument, quality
assessment.
5
INTRODUCCIÓN
El uso de las bases de datos administrativas para el seguimiento de los procesos, los
resultados y la calidad de la atención de los centros sanitarios está ampliamente
difundido. La evaluación de la calidad asistencial, la medida de la efectividad de las
intervenciones médicas y el estudio de las variaciones geográficas son algunas de las
aplicaciones de las bases de datos administrativas. Aunque ésta es una práctica
habitual en los hospitales, es mucho menos frecuente en los centros de media y larga
estancia (CMLE).
Si bien en este sector los sistemas de información están menos desarrollados, si
existen algunas iniciativas que están teniendo repercusión a nivel internacional1,2. El
conocimiento de su estructura, sus aplicaciones y sus limitaciones es un paso
fundamental en el desarrollo de los sistemas de información en el sector sociosanitario
de nuestro país. Además, la aparición y validación de estos instrumentos coincide
precisamente en el momento en que el propio desarrollo de los servicios exige la
implantación de sistemas de información en base a conjuntos mínimos de datos sobre
las necesidades de atención y los servicios prestados a la creciente población
institucionalizada en CMLE.
Al igual que sucedió anteriormente en el sector hospitalario, la utilización de sistemas
de información se contempla cada vez más como un elemento necesario tanto en la
planificación, la financiación y el control del acceso a la atención, como en la gestión
de servicios, la determinación de niveles de dotación de personal y la evaluación de la
calidad asistencial, en el sector de atención a enfermos crónicos y geriátricos3.
6
SISTEMAS DE INFORMACIÓN SOCIOSANITARIOS
Al hablar de sistemas de información, la referencia al Conjunto Mínimo Básico de
Datos del Alta Hospitalaria (CMBDAH) es obligada, al ser el prototipo de base de
datos administrativa con información clínica4. El CMBDAH es el resultado de un
consenso respecto al menor número de variables a recoger en el alta después de
cada episodio de hospitalización, que permite obtener un máximo de aplicaciones
clínicas y administrativas. Este acuerdo constituye un estándar internacional que se ha
ido generalizando y que actualmente es homologable en los países occidentales. El
objetivo fundamental del CMBDAH es disponer de un banco de datos exhaustivo y
válido sobre morbididad y actividad hospitalaria, útil para conocer la patología atendida
en los centros, la planificación sanitaria, la evaluación de recursos y la compra de
servicios. A partir del registro poblacional CMBDAH, se han desarrollado sistemas de
información que permiten analizar la casuística y el funcionamiento de la actividad
médica de hospitalización. Entre éstos, destacan los sistemas de clasificación de
pacientes, que describen los pacientes hospitalizados en grupos homogéneos en
términos clínicos y de consumo de recursos, utilizados como soporte a la gestión
clínica.
Las ventajas del análisis de bases de datos administrativas son amplias5 (Tabla 1). La
primera deriva de su cobertura: la posibilidad de estudiar muchos individuos a la vez,
pudiendo analizarse incluso los sucesos poco frecuentes. De este modo pueden
establecerse comparaciones a nivel de servicios, centros o áreas geográficas, pueden
identificarse factores pronóstico, hacer validaciones a partir de sub-muestras y ajustar
los resultados por factores de riesgo. Dado que miden la efectividad de las
intervenciones sanitarias en condiciones reales, son una alternativa a los ensayos
controlados y aleatorizados. Al no ser necesaria la recogida de datos primaria, su
7
accesibilidad hace que los estudios sean más baratos, a la vez que los datos pueden
ser usados con múltiples finalidades. También se minimiza la posibilidad de que exista
un sesgo de memoria, al no ser necesaria la participación de los pacientes en la
recogida de información, y no son intrusivas, con lo que no es necesaria la obtención
de consentimiento informado.
Algunos de sus problemas son la poca fiabilidad de los datos debida a falta de
información, errores de codificación y sesgos sistemáticos debidos a los incentivos
perversos introducidos por el uso de estos sistemas de información para la
financiación de los centros5 (Tabla 1). La falta de variables en la base de datos puede
hacer también que falte información clínica relevante, llevando a inconsistencias a la
hora de hacer ajustes de riesgos.
Los sistemas de información sociosanitarios tienen las mismas aplicaciones que las
bases de datos hospitalarias, compartiendo muchas de sus ventajas y limitaciones.
Sin embargo, vale la pena destacar algunas de las diferencias existentes entre
ambas5 (Tabla 2). En términos generales, y debido a su más reciente desarrollo, las
bases de datos sociosanitarias son menos conocidas y estudiadas, por lo que se
conoce menos su precisión y sus aplicaciones. A diferencia de las bases de datos
hospitalarias, y debido a la larga duración de la estancia, la información recogida es
transversal, correspondiendo a evaluaciones periódicas de los residentes. Esta
información hace énfasis, no en los diagnósticos y procedimientos médicos, sino en
las variables que describen la capacidad funcional y los condicionantes físicos de los
residentes. La descripción de los problemas de los residentes es multidisciplinar,
recogiendo toda la actividad que se registra en los centros para atender a la
pluripatología de los residentes y a sus discapacidades físicas, psíquicas o
sensoriales6.
8
Como consecuencia, si bien la atención residencial requiere de menos cuidados
técnicos, los sistemas de información son mucho más complejos. También es cierto
que, en términos de carga de trabajo para un centro, dado que tanto el índice de
rotación como el número de clientes es menor en los CMLE que en los hospitales de
agudos y que la recogida de información no ha de ser tan frecuente, la puesta en
marcha y mantenimiento de un sistema de información supone un volumen de trabajo
equivalente al que supondría en un centro de atención de agudos7.
El “Resident Assessment Instrument”
En la medida en que la introducción del pago prospectivo de los hospitales fue
implantada con éxito en Estados Unidos por el programa Medicare a mediados de los
años 80, la atención se fue centrando en el pago de otros tipos de proveedores de
asistencia que aún eran financiados en base retrospectiva. La reforma de la
financiación de los CMLE norteamericanos representaba un campo especialmente
estimulante debido a las significativas diferencias en estructura, niveles de calidad
asistencial, ausencia de datos, diversidad de sistemas de clasificación comunes y
regulación normativa entre los estados de Estados Unidos.
Desde 1981, la Health Care Finnancing Administration (HCFA) patrocinó una serie de
iniciativas para examinar la reforma de la política sociosanitaria. En respuesta a los
problemas encontrados y los compromisos legales sobre la calidad asistencial en los
CMLE de los Estados Unidos, se incluyó en la normativa estatal OBRA-87 el diseño de
un instrumento de valoración obligatorio que garantizase la recogida sistemática de un
conjunto mínimo de datos para la elaboración del plan de cuidados y la mejora de la
calidad.
9
Dos de estas iniciativas, el Resident Assessment Instrument (RAI)/Minimun Data Set
(MDS) y los Resource Utilization Groups (RUG), se encuentran en el núcleo de la
reforma de la política sociosanitaria norteamericana. El RAI está diseñado para guiar
la elaboración de planes de cuidados individualizados del residente con dos
componentes interrelacionados: el Minimun Data Set (MDS) y los Resident
Assessment Protocols (RAP)8. El MDS es un amplio instrumento de valoración
comprehensiva y multidimensional del residente con más de 300 ítems que no sólo
describe las necesidades de cuidados de enfermería del residente sino también sus
capacidades y necesidades psicosociales. El desarrollo del MDS incluyó pruebas
exhaustivas, docenas de borradores y amplias aportaciones de cientos de expertos
profesionales, gestores, legisladores, así como de representantes de las instituciones
y de los usuarios. En su elaboración se prestó especial atención a los problemas
técnicos de la medida de la capacidad funcional, tales como la fijación del periodo de
referencia de la valoración, exclusiones y delimitaciones y ejemplos prácticos. Las
pruebas de evaluación han demostrado una fiabilidad que mejora substancialmente la
de muchos de los instrumentos conocidos9,10. Un aspecto no tratado en el MDS es la
satisfacción de los residentes con la atención recibida. Conocer las preferencias y la
satisfacción de los pacientes en CMLE no es una tarea fácil, debido a la alta
prevalencia de deterioro cognitivo y la baja fiabilidad de las variables que pueden ser
usadas para aproximar esta variable, por lo que son necesarios mejores métodos para
determinar las preferencias y satisfacción de los residentes fiables y válidos11.
La implantación del RAI es requerida obligatoriamente desde Abril de 1991 en todos
los
CMLE
norteamericanos
autorizados
para
la
financiación
con
fondos
gubernamentales, los cuales suponen prácticamente la totalidad de los más de 16000
CMLE existentes. La implantación de este sistema nacional de información sobre
valoración de los residentes es un complejo proceso que se encuentra aún en fase de
10
consolidación y requerirá varios años para ser completado. Aproximadamente tres
millones de evaluaciones son realizadas cada año en Estados Unidos. Entretanto, un
buen número de estados y un proyecto piloto de gran envergadura sobre case-mix
financiado por la HCFA han empezado a centralizar a nivel de estado la recolección
de datos, lo que está produciendo amplias bases de datos representativas que
empiezan a estar disponibles12. El RAI proporciona también trazadores (denominados
“gatillos” en la versión americana), consistentes en ítems o combinaciones de ítems
del MDS que identifican áreas problema del residente que se relacionan con los
Protocolos de Evaluación del Residente (los Resident Assessment Protocols o RAP),
que constituyen el segundo componente del RAI. Se ha desarrollado un RAP para
cada una de las 12 áreas problema de mayor importancia asociadas con los
residentes de los CMLE (Tabla 3), tales como delirio, caídas, comunicación, bienestar
psicosocial o pérdida cognitiva. Cada RAP proporciona recomendaciones para el
desarrollo de los planes de cuidados, incluyendo sugerencias sobre información
adicional necesaria y un resumen de las opciones de planes de cuidados y provisión
de servicios asistenciales. Por ley, una valoración completa es requerida a la
admisión, al alta, al menos anualmente, y cuando se produce un cambio significativo
del estado del residente. Los instrumentos, manuales de procedimientos y de
formación han sido cuidadosamente elaborados y distribuidos13. Al igual que sucedió
en la atención de agudos, el desarrollo de sistemas de información dio pie al
desarrollo de sistemas de clasificación de pacientes. Entre ellos los Resource
Utilization Groups, version III (RUG-III)14 son uno de los más difundidos y utilizados. El
sistema RUG-III fue implantado y evaluado en seis estados como parte del proyecto
de demostración de la HCFA, incluyendo su utilización como sistema de pago.
Actualmente, los RUG-III están siendo utilizados como sistema de pago del programa
Medicaid en once estados, se está preparando su implementación en tres más y ha
sido recomendado su uso a nivel nacional para el programa Medicare. Este sistema
proporciona una metodología homogénea a nivel nacional e internacional para
11
describir y clasificar los CMLE de acuerdo con su case-mix y con el uso de recursos
de sus residentes, y también para monitorizar la calidad de su asistencia15,16,17. Los
RUG-III han demostrado su validez en Japón18, Reino Unido19, República Checa20,
Suecia21 y España22. Además, a pesar de las diferentes dotaciones de personal y
prácticas asistenciales, la diferencia relativa entre los grupos en consumo de recursos
(índice de case-mix) sigue un patrón sorprendentemente similar al de los Estados
Unidos en todos los casos23,24.
INDICADORES DE CALIDAD
De cada una de las áreas problema definidas por los RAP se derivaron indicadores de
calidad que, una vez validados, conformaron un amplio conjunto de indicadores para
su uso de manera sistemática y administrativa25. Los indicadores pueden ser
agrupados según su referencia al paciente o a la institución, a medidas de incidencia o
prevalencia, a procesos o resultados, y estén o no asociados a factores de riesgo.
Las utilidades de este sistema para el control de la calidad son, entre otras, la
identificación de áreas a revisar, la identificación de residentes a revisar, la
determinación de la precisión de la información, la adecuación de la evaluación al
estado del residente, la necesidad del establecimiento de un plan de cuidados, la
adecuación del plan de cures implementado, realizar el seguimiento y la evaluación
del residente, la existencia de un problema de calidad en la atención al residente, la
existencia de un problema de calidad en el centro, y la magnitud de las soluciones a
implementar26,27. Además, este tipo de estrategias permiten involucrar más al personal
en las tareas de promoción de la calidad, mejorar la comunicación interna, fomentar el
acercamiento multidisciplinar a los problemas y favorecer la formación continua28.
12
Sin embargo, algunas consideraciones deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar,
utilizar e interpretar los resultados de los indicadores de calidad. Entre ellas, son de
especial importancia la elección de la medida de resultado utilizada como indicador,
los niveles a partir de los cuales puede considerarse que hay un problema de calidad
en la atención, la determinación del periodo de tiempo entre evaluaciones o el ajuste
de los resultados obtenidos por la tipología de pacientes de cada centro.
ALGUNAS APLICACIONES
Un ejemplo de evaluación de la calidad mediante el uso de los indicadores del RAI
puede verse en la Tabla 4. La comparación de la prevalencia de determinados
indicadores de calidad entre centros y a nivel regional o estatal es uno de los usos
potenciales29. Este tipo de análisis ha demostrado también su utilidad a la hora de
realizar comparaciones a nivel internacional30. Es más, la introducción en una
organización de un sistema de información que permite monitorizar la evaluación del
estado de salud de los pacientes ha demostrado estar asociada a mejoras en
determinados indicadores de proceso de atención31, medidas del estado funcional32,
condiciones de salud33 y reducciones en las tasas de institucionalización34. Este tipo de
evaluaciones tiene un gran impacto en la calidad de la atención dentro de una
estrategia de mejora continua de la calidad, si sus resultados son difundidos y se
aplican mejoras en el proceso de atención27,35,36.
Otra iniciativa interesante es la del Department of Veterans Affairs (VA), uno de los
mayores sistemas integrados de salud de los Estados Unidos (con 140 centros y
19.000 camas), que analiza de forma sistemática desde 1991 la información contenida
13
en las bases de datos administrativas de sus centros para monitorizar la evolución de
la tasa de úlceras de presión en cada uno de ellos37. Esta iniciativa forma parte de un
amplio programa de mejora de la calidad de la atención diseñado dos objetivos
principales: 1) concentrar los esfuerzos en las poblaciones más numerosas y con más
necesidades de cuidados, y 2) utilizar las bases de datos para identificar y mejorar de
manera continuada los resultados de la atención, a través de la introducción de
cambios en la práctica médica. El objetivo del VA no es penalizar a los centros con
malos resultados sino modificar las prácticas para mejorarlos. Su iniciativa permite ver
como, a partir de bases de datos diseñadas originalmente para el financiamiento de
los centros de larga estancia, se puede establecer perfectamente un seguimiento del
proceso de atención de los residentes, que permita identificar problemas, establecer
intervenciones para resolverlos y evaluar el resultado de dichas intervenciones de
forma continuada. De modo parecido, el National Health Service evalúa la calidad de
los centros para establecer la contratación de servicios sociosanitarios38.
En el contexto español, existen algunas iniciativas de puesta en marcha de un sistema
de información en las comunidades autónomas de Madrid, Galicia y Cataluña. Es en
esta última donde la iniciativa está más desarrollada: la cumplimentación periódica del
MDS es obligatoria, y la administración usa esta información para la planificación del
volumen de servicios y el seguimiento de la distribución de servicios asistenciales, la
gestión de los centros, el ajuste del sistema de pago a los proveedores y el
seguimiento de la calidad asistencial39.
CONCLUSIONES
14
A pesar de lo reciente del sistema, sus primeras aplicaciones parecen alcanzar un
elevado grado de aceptación entre los profesionales asistenciales. Este interés ha
llevado a la utilización del RAI para la planificación de cuidados o la formación del
personal, incluyendo en muchos casos la utilización de los protocolos. Los primeros
estudios de validación internacionales han demostrado que los ítems del MDS son
aceptablemente fiables. Por tanto, su capacidad como instrumento de valoración
supone una base potencialmente muy importante para la comunicación, creando un
léxico común en la descripción de los residentes entre diferentes culturas.
Disponiendo de versiones completamente compatibles en la mayoría de los idiomas
más importantes, se posee un gran potencial de uso como base para la investigación
internacional. Algunas de las recientes propuestas tímidamente planteadas en nuestro
país muestran la dificultad de elaborar este tipo de instrumentos39. Es por ello que
consideramos que tanto la experiencia norteamericana como sus aplicaciones
internacionales, constituyen un excelente patrón de referencia de demostrada calidad
y utilidad.
Hoy en día, las nuevas investigaciones se centran en desarrollar metodologías para
promover una gestión de datos eficiente40. Ante todo, los esfuerzos han de dirigirse a
la mejora la calidad de la información contenida en las bases de datos administrativas,
si se quiere que estas sean útiles para el análisis de políticas y programas41. En
Estados Unidos, la utilización obligatoria del MDS en formato electrónico desde
mediados de 1998, ha supuesto un incentivo al uso de una información fácilmente
accesible y en grandes bases de datos para la mejora de la calidad de los
centros42,43,44.
La creación de una cultura de fomento de la calidad total es un reto para muchas
organizaciones. Esto requiere que el personal a todos los niveles adquiera unos
conocimientos, habilidades y técnicas para la resolución de problemas, y que los
15
aplique en sus procesos de trabajo diarios. Este cambio no es fácil, y puede ser
todavía más difícil en centros con presupuestos ajustados, cambios de personal,
pacientes que requieren mucha atención y poca dotación de equipos informáticos,
situación que viven muchos CMLE. Algunas organizaciones, CMLE y asociaciones
están desarrollando estrategias para atender estos problemas. Si bien estas iniciativas
están en una fase de desarrollo aún incipiente, sus primeros resultados son
prometedores45. Además, y tal y como señalan algunos autores, las futuras
actividades de mejora de la calidad deben incluir también el diseño de medidas de la
efectividad del “feedback”46, así como tener en cuenta los incentivos que pueda tener
la organización para llevar a cabo un tipo de política de este tipo47. También es
necesaria más investigación sobre las características de las intervenciones que son
más efectivas en la mejora de la calidad, tanto las características de las
intervenciones, como las de los pacientes, de cara a hacer mayor hincapié en la
población diana48.
Finalmente, aunque las aproximaciones a partir de las bases de datos no sean
suficientes para juzgar la calidad o la eficiencia de un proveedor, casi siempre serán
útiles para identificar y detectar problemas que requieren un estudio posterior
mediante otros estudios específicos. De aquí la necesidad, en nuestro entorno, de
continuar mejorando la calidad de los datos, las metodologías de análisis y la
evaluación del comportamiento de estos sistemas4.
16
Tabla 1. Ventajas y limitaciones de las bases de datos administrativas
Ventajas
 Muestras grandes
Inconvenientes
 Datos poco precisos
 Permiten detectar sucesos poco frecuentes
 Falta información clínica
 Permiten detectar diferencias pequeñas
 Es difícil hacer ajuste de riesgos
 Información poblacional
 Coste-efectivas
 Ausencia de sesgo de memoria
 Permiten hacer evaluaciones temporales
 No intrusivas
 Alternativa a los ensayos controlados y
aleatorizados
 Pueden ser utilizadas en diferentes proyectos
Adaptado de: Berlowitz DR, Brandeis GH, Moskowitz MA. Using administrative databases to
evaluate long-term care. J Am Geriatr Soc 1997;45:618-623.
17
Tabla 2. Diferencias entre bases de datos hospitalarias y sociosanitarias
Bases de datos hospitalarias
 Muy estudiadas
 Se conoce la precisión de la
información
 Aplicaciones conocidas por los clínicos
 Información longitudinal
 Un registro para cada hospitalización
 Contenido clínico limitado
 Diagnósticos de hospitalización
 Procedimientos realizados
Bases de datos sociosanitarias
 Poco estudiadas
 Se desconoce la validez de la
información
 Aplicaciones poco conocidas por los
clínicos
 Información de corte transversal
 Recogen información puntual
 Mucho contenido clínico
 Describen estado funcional
 Poca información sobre
procedimientos rutinarios
Adaptado de: Berlowitz DR, Brandeis GH, Moskowitz MA. Using administrative databases to
evaluate long-term care. J Am Geriatr Soc 1997;45:618-623.
18
Tabla 3. Áreas problema identificadas en los Resident Assessment Protocols
 Accidentes
 Estado de ánimo y patrones de comportamiento
 Manejo clínico
 Patrones cognitivos
 Eliminación y continencia
 Control de infecciones
 Nutrición y alimentación
 Funcionamiento físico
 Uso de psicotropos
 Calidad de vida
 Funcionamiento sensorial y comunicación
 Cuidados de la piel
19
Tabla 4. Indicadores de calidad: comparación entre centros. Evaluación del proceso y
resultados
Área
Indicador
Media
Media
Media
centro
centros
estado
Lesiones
5%
6,43%
9%
Caídas
9%
8,81%
8%
Depresión sin tratamiento
1%
2,38%
3%
Eliminación/continencia Impactación fecal
1%
2,80%
-
Control infecciones
Infección urinaria
15%
6,43%
6%
Nutrición/alimentación
Pérdida de peso
8%
8,11%
10%
Alimentación por sonda
5%
4,34%
6%
Encamado
21%
8,81%
13%
Enseñar a andar
51%
36,78%
67%
Antipsicóticos, alto riesgo
12,5%
29,57%
30%
Antipsicóticos, bajo riesgo
4,9%
9,25%
11%
Ansiolíticos / hipnóticos
32,7%
18,76%
16%
20%
17,9%
22%
problema
Accidentes
Comportamiento
Funcionamiento físico
Uso psicotropos
Calidad de vida
Sujeciones físicas
Cuidados de la piel
Úlceras presión, alto riesgo
12,3%
12,47%
10%
Úlceras presión, bajo riesgo
0%
0,83%
-
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