CONTENIDO: Presentación y Antecedentes. 1.- La situación de la mujer en el mercado de trabajo. 1.1. Composición de la P.E.A. y la Población ocupada 1.2. Diferenciales de ingreso entre mujeres y hombres 1.3. Distribución de los ocupados por categorías de ocupación 2.- Los patrones. 2.1. Perfil sociodemográfico 2.2. Situación ocupacional 2.3. Las empresas y la rama de actividad 3.- Caracterización de los trabajadores por cuenta propia con inversión. 3.1. Perfil sociodemográfico 3.2. Situación ocupacional 3.3. Las empresas y la rama de actividad 4.- Consideraciones finales 5.- Bibliografía Anexo I: Cuadros estadísticos Anexo II: Aclaraciones metodológicas 2 Presentación y Antecedentes El presente trabajo se inscribe dentro del proyecto: “PYMES, Género e Innovación Tecnológica” llevado a cabo por CIEDUR con el apoyo de IDRC, y se propone contribuir a mejorar el conocimiento acerca de los pequeños empresarios, en términos de sus características personales y de su inserción en el mercado de trabajo. Para ello se recurrió al análisis de la Encuesta Continua de Hogares, la que permite una aproximación al tema a través de la caracterización de los ocupados en la categoría de patrones con personal a su cargo. Esta opción obedece a que las fuentes que relevan información de las unidades económicas, Censo de Actividad Económica (que excluye las actividades agropecuarias), Censo Agropecuario y la Encuesta Anual de Actividad Económica (que se realiza en el Sector Manufacturero), presentan ciertas limitaciones. Mediante dichas fuentes no es posible analizar en forma conjunta la información sobre los establecimientos económicos y los aspectos personales de los empresarios que los conducen. La ECH se realiza en base a una muestra de hogares urbanos del país y permite obtener anualmente, información sociodemográfica y sobre la condición de actividad del total de la población. A partir de ella se miden variables e indicadores del mercado de trabajo, como ser: las tasas de actividad y de ocupación, las categorías y tipos de ocupación de la población, sus niveles de ingreso, las horas trabajadas, la duración del desempleo, entre otros. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, las únicas dimensiones relevadas sobre las empresas donde desarrollan sus actividades los ocupados refieren al tamaño de las mismas (medido de acuerdo al personal ocupado), y a los tipos de actividades que desarrollan (rama de actividad). A partir de esta situación , la problemática se abordó a través de las categorías ocupacionales a las que declara pertenecer la población1, y que la ECH clasifica en: empleados públicos, empleados privados, miembros de cooperativa de producción, patrones, trabajador por cuenta propia con y sin inversión y trabajador no remunerado. En este sentido, la caracterización de los empresarios se realizará a partir del análisis de los ocupados clasificados como patrón con personal a cargo, que se complementará con una somera descripción de los ocupados como cuenta propia con local o inversión2 ya que representan un número importante de trabajadores que han desarrollado estrategias de obtención de ingresos alternativas al salario, y donde además se encuentra una importante participación de mujeres. De esta forma, en las siguientes páginas se presentan, en primer lugar, algunos indicadores generales sobre la situación de la mujer en el mercado de trabajo. 1 La categoría ocupacional considerada como la relación entre el trabajador y la fuente productiva. (D.G.E.C., 1993) 2 Trabajador por cuenta propia con local o inversión: Es la persona que, sin depender de un patrón, explota su propia empresa económica sin ocupar a ningún trabajador remunerado y ha realizado inversiones en bienes de capital fijo (edificios, vehículos, maquinaria o equipo). 3 Posteriormente se analizan los perfiles de los patrones a partir de variables como edad, el nivel educativo alcanzado, el estado civil y los tipos de hogares que integran. En tercer lugar, se describen las características de esta población desde una serie de variables vinculadas específicamente al empleo, como ser: el tipo de ocupación, los niveles de ingreso obtenidos en ellas y la antigüedad en el desempeño de la actividad. En cuarto lugar, se realiza una clasificación de las empresas donde trabajan estos patrones a partir de las ramas de actividad y el número de integrantes. 3 En el ítem siguiente se realiza una breve descripción de los trabajadores por cuenta propia que han realizado inversión, y por último, algunas consideraciones finales. A este trabajo se agregan dos anexos: el Anexo I, donde se presentan los cuadros con los datos procesados para este análisis que no están incluidos en el documento; y el Anexo II, donde se realizan las aclaraciones que tienen que ver con las decisiones metodológicas tomadas en el procesamiento de la información y algunas definiciones de interés. 1. La situación de las mujeres en el mercado de trabajo. 1.1. Composición de la Población Económicamente Activa4 y la población ocupada. La PEA representa el 46% del total de la población del país y los ocupados el 40%. Al analizar la composición de la PEA específica por sexo, observamos que el 71% de los hombres de 14 o más años, trabaja o busca empleo, mientras que en la población femenina las activas representan el 47% del total. La evolución de estos datos en los últimos diez años indica que la PEA femenina ha crecido cinco puntos porcentuales en el período 1987-1997 mientras que la masculina ha decrecido en la misma magnitud en dicho período. (I.N.E., 1997). La tasa de ocupación5 para el año 1997 presenta el valor más bajo de los últimos 10 años (51%). El análisis por sexo permite observar la menor proporción de mujeres que trabajan en relación a los hombres. La tasa de ocupación femenina es del 40% mientras que la masculina alcanza el 65%. La tasa de desempleo6 para 1997 es de 11,3% en promedio para el total del país. La 3 El análisis se realizará considerando las variables anteriormente detalladas siempre que el diseño de la encuesta lo permita, ya que al desagregar la información por diferentes variables, no siempre se cuenta con el número de casos necesarios para asegurar la confiabilidad y validez estadística de los datos. 4 La Población Económicamente Activa se define como el conjunto de personas de 14 años o más de edad que trabajan o buscan trabajo. 5 Proporción de ocupados en relación al total de personas de 14 años o más. 6 Proporción de desocupados en relación a la Población Económicamente Activa, entendiéndose por desocupado a los individuos de 14 años o más que no trabajan pero buscan empleo y están en condiciones de comenzar a trabajar. 4 tasa de desempleo femenina es mayor que la de los hombres (15 y 9% respectivamente) y ha experimentado una tendencia creciente en la última década. (Espino, A., 1997). 1.2. Diferenciales de ingreso entre mujeres y hombres. Para el año 1997, el promedio de ingreso por trabajo de las mujeres alcanza el 63% del percibido por los hombres en Montevideo, y el 60% en el Interior urbano del país. Ese promedio puede estar afectado por el menor número de horas trabajadas por las mujeres en relación a las hombres. No obstante, al analizar el ingreso promedio por hora trabajada, la remuneración femenina continúa siendo menor, alcanzando el 80% de la masculina, tanto en Montevideo como en el Interior. Es importante aclarar que, si bien en la actualidad se mantienen importantes diferencias en los ingresos de hombres y mujeres, tanto en los promedios mensuales como en el valor promedio de la hora de trabajo, estos diferenciales han tendido a disminuir como consecuencia del mayor crecimiento del ingreso femenino en relación al masculino en los últimos años. 1.3. Distribución de los ocupados por categorías de ocupación. El 72% de los ocupados trabajan en relación de dependencia, percibiendo salarios como empleados u obreros del sector público y privado. La categoría que sigue en cuanto a la concentración de los ocupados es la de cuentapropistas que realizaron alguna inversión representando aproximadamente el 12%. Los ocupados patrones significan en el año 1997, el 4,4% del total de los trabajadores del país y menos del 6% en el caso de los ocupados hombres y sólo el 2,4% de las mujeres. El porcentaje de mujeres trabajadoras por categoría de ocupación supera el 40% entre los asalariados y los trabajadores por cuenta propia. Sin embargo, en la categoría de patrón las mujeres representan únicamente un 22%. Cuadro 1: Distribución de la población ocupada por categoría de ocupación y sexo Sexo 5 Categoría de Ocupación Empleado u obrero privado Empleado u obrero público Patrón Cuenta propia con inversión Cuenta propia sin inversión Trabajador no remunerado Otras actividades Total 2. Hombres Mujeres Total %Columna %Fila %Columna %Fila %Columna %Fila 51.9 55.8 57.7 44.2 54.3 100 17.4 57.3 18.2 42.7 17.7 100 5.8 77.6 2.4 22.4 4.4 100 13.9 56.5 15.1 43.5 14.4 100 9.7 81.4 3.1 18.6 6.9 100 0.9 29.6 3.1 70.4 1.8 100 0.4 56.9 0.4 43.1 0.5 100 100 100 100 Los patrones La participación de las mujeres en la categoría de patrones apenas supera el 20% del total. (Cuadro 1) La mitad de los patrones pertenece a empresas que poseen entre 2 y 4 integrantes distribuyéndose en partes iguales el 50 % restante entre las que poseen 5 a 9 y las de 10 y más. (Cuadro 2). Cuadro 2: Distribución del total de patrones por tamaño de la empresa Número de Ocupados 2a4 5a9 10 y más Total % 56,8 21,5 21,7 100,0 Si se considera únicamente la población femenina, 6 de cada 10 patronas conducen empresas con 2 a 4 integrantes, descendiendo a un 16% las que lo hacen en establecimientos de 10 y más. La población masculina, sin embargo, acompaña la tendencia constatada en el total de la población (55, 21 y 24%). (Gráficos 1 y 2). G r á f i c o 1: D i s t r i b u c i ó n d e l a s p a t r o n a s s e g ú n t a m a ñ o d e la e m p re s a . 16 % 6 24% 60% 2 a4 5 a9 10 y más G rá f ic o 2 : D is t rib u c ió n d e lo s p a t ro n e s La inserción femenina entre los patrones muestra una tendencia decreciente a medida que aumenta el número de personal ocupado. Como se observa en el gráfico 3, del total de patrones en empresas que poseen entre 2 y 4 ocupados, el 76% son hombres y el 24% mujeres, mientras que en los establecimientos donde trabajan 10 o más la participación femenina desciende a un 16%. s e g ú n t a m a ñ o d e la e m p re s a . 24% 55% 2 1% 2 a4 Solo 2 de cada 10 patrones son mujeres, siendo ésta, conjuntamente con los cuenta propia sin inversión, las categorías de ocupación con menor inserción femenina. Por otra parte, aproximadamente el 60% de ellas conduce empresas que poseen como máximo, tres dependientes. 5 a9 10 y más G r á f ic o 3 : P a t r o ne s p o r s e x o y núme r o d e int e g r a nt e s d e la e mp r e s a . 100 80 60 40 20 0 2a4 5a9 ho mb r es 2.1. 10 y m á s To t a l mujer es Perfil sociodemográfico. Los hombres y las mujeres patronas se concentran entre los 30 y 59 años; en ambos sexos, 3 de cada 4 patrones se incluyen en este tramo de edad. Los menores de 30 años, representan menos del 10% en todos los tipo de empresas, tanto para la población femenina como para la masculina. A su vez, los mayores de 59 años poseen mayor representación, entre los varones, debido fundamentalmente a la escasa participación de mujeres mayores de 60 años en establecimientos de 2 a 4 integrantes. Las empresarias en este tamaño de establecimiento son menores de 50 años en un 64% , mientras que sus equivalentes hombres alcanzan el 53%. (Cuadro A-1 ). En cuanto a la instrucción obtenida en el sistema de educación formal, el conjunto de patrones ha alcanzado, en su mayoría el nivel secundario, y en una importante proporción el terciario (agrupando en este nivel a quienes han asistido a la universidad y a institutos de formación docente). Como ocurre en el total de nuestra población esto se intensifica en el caso de las mujeres, resultando más educadas que los hombres. El 51% de ellas asistió a secundaria y el 26% al menos inició estudios superiores; mientras que entre los patrones masculinos estos datos corresponden a un 38 y 22%, respectivamente. (Cuadro A-2 ). 7 Es de destacar, que en esta población no están representados los individuos sin instrucción y quiénes asistieron únicamente al nivel primario representan el 15% de las patronas y aproximadamente el doble entre los hombres. En los dos casos, el 70% declaran ser patrones de empresas con menos de 5 integrantes. Si se observa la información desagregada por sexo de quiénes alcanzaron el nivel secundario, en ambos casos mas de la mitad explota empresas con menos de 5 integrantes, pero en el caso de las mujeres este porcentaje asciende a casi un 60%, y sólo un 18% de aquellas que alcanzaron secundaria es patrona en empresas con más de 9 trabajadores. En el conjunto de patrones varones, a pesar de que como decíamos anteriormente, quienes alcanzaron la secundaria representan 13 puntos porcentuales menos que en la población femenina, el 26% de ellos son patrones de empresas con 10 ó más integrantes. El estado civil de los patrones uruguayos también acompaña la tendencia observada en el total de la población y en la de ocupados, con una marcada mayoría de casados y casadas. Sin embargo, el 82% de los hombres y el 68% de mujeres, son casados. Esta diferencia se debe, sobre todo a la existencia de un mayor número de mujeres, que se encuentran divorciadas o separadas y viudas en relación a los hombres. (Cuadro A-3 ) En correspondencia con estos datos, se observa que, si bien los hogares que integran estos individuos están en su mayoría integrados por pareja e hijos, es menor en el caso de las mujeres por la existencia de un 12% de patronas que vive sola con hijos. (Cuadro A-4). Por último, cabe destacar que 9 de cada 10 empresarios son jefes de hogar, mientras que en el total de mujeres lo son sólo 2 de cada 10. (Cuadro A-5). 2.2. Situación ocupacional. Las ocupaciones que concentran el mayor número de patrones son las clasificadas en la categoría de ‘Comerciantes y vendedores’. Les siguen las agrupadas como ‘Gerentes, administradores y directivos’ y los ‘Agricultores y ganaderos’. (Cuadro A-6 ). Las mujeres patronas se dedican a ocupaciones clasificadas como, ‘Comerciantes y vendedores’, en un 45%; como ‘Gerentes, administradores y directivos’, en un 23,3% y como ‘Profesionales, técnicos y afines se concentran en un 11%. La población masculina, participa mayoritariamente como ‘Comerciantes y vendedores’, pero en menor medida que las mujeres (3 de cada 10) . En segundo lugar participan en igual forma como ‘Gerentes, administradores y directivos’, y adquieren mayor importancia que entre las mujeres las ocupaciones que tienen que ver con la agricultura y ganadería y las agrupadas como ‘Artesanos, carpintería, etc.’ Si desagregamos esta información según empresas por tramos de ocupados, podemos decir que: 8 - Los comerciantes y vendedores se concentran fundamentalmente en empresas con 2 a 4 trabajadores, en ambos sexos. - Los gerentes y administradores, adquieren mayor importancia relativa en las empresas con mayor número de personal empleado, lo que se explica a la luz de la propia naturaleza de las tareas que desempeñan. - Los profesionales y técnicos se insertan en mayor proporción en las empresas pequeñas tendencia que es significativamente más acentuada entre las mujeres. El 70% de las profesionales desarrolla su actividad en empresas de hasta cuatro trabajadores y los profesionales varones lo hacen en un 47% en estas empresas. 2.2.2. Antigüedad en la ocupación. Se constata que entre los patrones, los niveles de antigüedad van aumentando a medida que crece el tamaño de la empresa. Por otra parte, la proporción de patronas mujeres que declara una permanencia en la actividad superior a los 10 años es claramente inferior a la de los varones (45% y 61% respectivamente). Esta diferencia de 16 puntos porcentuales es independiente del tamaño de la empresa, y se mantiene - en términos aproximados - para todos los tramos definidos. (Cuadro A-7). 2.2.3. Niveles y diferencias de ingreso de mujeres y hombres. Las categorías ocupacionales que presentan los mayores promedios de ingreso en el total son los ‘Profesionales, técnicos y afines’, seguidos de los ‘Gerentes, administradores y directivos’. Para las mujeres en particular, las posiciones se invierten, siendo las ‘Gerentes, administradoras y directivas’ las que obtienen los mayores ingresos. (Cuadro A-8) Como decíamos al comienzo de este trabajo, la diferencia de ingresos en el total de la PEA ocupada es del 40% a favor de los hombres. Entre los patrones, las diferencias más importantes entre los sexos son similares a la del total de ocupados y se detectan en la categoría ‘Profesionales, técnicos y directivos’, donde el ingreso promedio que perciben las mujeres es un 57% inferior al que obtienen sus pares varones. En la categoría que agrupa a los ‘Comerciantes y Vendedores’, el promedio de las mujeres representa el 40% del masculino. Entre los ‘Gerentes, administrativos y directivos’, el valor del trabajo femenino se evidencia menos depreciado que en las categorías anteriormente mencionadas. No obstante, se observan también para este caso, niveles de disparidad importantes, alcanzando una diferencia del 26%. (Gráfico 4). 9 Gr áf ico 4: Pr o m e d io d e in g r e s o s d e lo s p at r o n e s , p o r t ip o d e o cu p ació n y s e xo . ( e n p e s o s u r u g u ayo s d e f lact ad o s a p r e cio s p r o m e d io d e 1997) Ser vicio s p er so nales O b r er o s y jo r naler o s O t r o s ar t esano s y o p er ar io s A r t esano s, hiland er í a, car p int er í a C o nd uct o r es t r ansp o r t e A g r icult o r es, g anad er o s C o mer ciant es y vend ed o r es Emp lead o s d e o f icina G er ent es, A d m. y D ir ect ivo s Pr o f .,T écnico s y af ines 0 2000 4000 6000 Hom br es 2.3. 8000 10000 12000 14000 16000 18000 20000 M ujer es Las empresas y las ramas de actividad. El comercio, la industria manufacturera y las empresas vinculadas a los servicios y a la agricultura, resultan ser en este orden, las ramas de actividad que agrupan las mayores proporciones de patrones. (Cuadro A-9). Todas ellas mantienen una mayor participación de los hombres en relación a la de mujeres, del mismo modo que ocurre en la población total de empresarios. La mayor proporción de mujeres se da en empresas que desarrollan actividades en el comercio y los servicios, pero alcanzando apenas el 29% en ambas. Al analizar los datos por sexo, se constata una alta concentración de las mujeres en empresas que pertenecen al comercio y los servicios. Distribuyéndose en un 50 y un 30% respectivamente. Los patrones hombres presentan una distribución menos 10 concentrada según las ramas de actividades de sus empresas. Participan en un 34% en empresas vinculadas al comercio, en un 19% a los servicios y a la industria manufacturera y en un 14 % en empresas que tienen que ver con la agricultura. En cuanto a las dos ramas de actividad más relevantes para las mujeres, el comercio y los servicios, ambas se desarrollan principalmente en empresas de hasta 4 integrantes. La industria manufacturera es el único sector que adquiere una mayoría relativa en las empresas con más de 4 trabajadores. 3. Caracterización de los trabajadores por cuenta propia Cuatro de cada diez cuentapropistas que han realizado alguna inversión son mujeres. Esta participación resulta similar a la lograda por las trabajadoras en las categorías de asalariados (empleados y obreros) y sensiblemente superior a la registrada entre los patrones. (Cuadro 1). La mayoría absoluta de las personas ocupadas en esta categoría, lo hace en forma unipersonal (80%). Este dato varía en 5 puntos porcentuales según analicemos las cuentapropistas mujeres o los hombres. Entre la población femenina quienes lo hacen en forma unipersonal representan casi el 85% y en la masculina el 75%. (Cuadro 3). Cuadro 3: Distribución del total de cuentapropistas por tamaño del establecimiento según sexo 1 %Columna Mujeres Hombres Total 46,6 53,4 100,0 % Fila 84,4 74,7 TAMAÑO DEL ESTABLECIMIENTO 2A4 5A9 %Columna % Fila %Columna % Fila 32,2 67,8 100,0 15,1 24,5 30,8 69,2 100,0 0,5 0,8 Total %Columna % Fila 43,6 56,4 100,0 100,0 100,0 Por otra parte observamos que al igual que para los patrones la inserción femenina decrece a medida que aumenta el número de integrantes. En las empresas con un 11 ocupado, casi la mitad de los cuenta propia son mujeres y esta participación desciende al 32% en las de 2 a 47. 3.1. Perfil sociodemográfico. Aproximadamente, el 73% de los trabajadores por cuenta propia con local son mayores de 29 años y menores de 60. Si observamos las características de la distribución etaria según sexo, constatamos leves diferencias. Mientras que entre las mujeres cuentapropistas, el 76% se ubica en el tramo etario mencionado, entre los hombres, esta proporción desciende aproximadamente 7 puntos porcentuales. Estas diferencias se deben a que en términos relativos, la población masculina cuenta con una mayor proporción de individuos menores de 30 años y mayores de 59. (Cuadro A-10). Los cuenta propia han alcanzado niveles educativos más bajos que en el caso de los patrones y similares a los niveles de la PEA. El 37% declara tener el nivel primario como único nivel de instrucción, mientras un 33% ha accedido al secundario. La proporción de universitarios, por su parte, es del orden del 15%. A grandes rasgos, los niveles educativos son similares para los distintos tamaños de establecimientos. (Cuadro A-11). Al desagregar la información por sexo, vuelven a observarse niveles de instrucción superiores en las mujeres con respecto a los varones pero con diferencias mucho menos significativas. En la población femenina el porcentaje de quienes poseen nivel secundario es un 5% más que para los varones. 3.2. Situación ocupacional. Las tareas tipificadas en la categoría de ‘Comerciantes y vendedores’ son las que concentran el mayor número de estos trabajadores (34%). Sin embargo, la particularidad que se observa entre estos individuos, se vincula a la incidencia de las personas que trabajan en ‘Artesanías, hilandería, carpintería, etc.’ que representan el 24% de estos trabajadores. (Cuadro A-14). Entre las mujeres, las ocupaciones con mayor concentración de trabajadoras son las mismas detalladas para el total de la población de la categoría. Sin embargo, la incidencia de las ‘Profesionales, técnicos y afines’, es significativamente mayor que la proporción de éstos en la población masculina (17% frente a 10%). También se observan diferencias apreciables respecto a las ocupaciones vinculadas a los ‘Servicios personales’ que suponen el 15% de las mujeres trabajadoras por cuenta propia con local, frente a un 4% de la población masculina. 7 Si bien los cuenta propia no poseen trabajadores remunerados a su cargo, pueden pertenecer a empresas con más de un integrante por integrar sociedades. 12 3.2.2. Antigüedad en la ocupación. Aproximadamente la mitad de los cuentapropistas, declara tener una antigüedad en la tarea menor a los 7 años, no apreciándose diferencias significativas entre los distintos tamaños de las empresas ni entre los sexos. Por otra parte, solamente el 38% de ellos declara una permanencia en la actividad, superior a los 10 años. En términos generales, los niveles de estabilidad en la tarea son inferiores a los de la población de patrones. (Cuadro A-15). 3.2.3. Diferencias de ingreso de mujeres y hombres. La disparidad de ingresos entre los sexos, en esta categoría, presenta niveles similares a los observados entre los patrones. La mayor diferencia se observa en las ocupaciones relacionadas a ‘Profesionales, técnicos y afines’ (49% en favor de los hombres). En la categoría de ‘Comerciantes y vendedores’, que agrupa a la mayoría de los trabajadores cuentapropistas, las disparidades son algo inferiores pero de todos modos apreciables (46%). En ambos casos, es algo superior a los diferenciales percibidos en el total de ocupados. (Cuadro A-16). 3.3. Rama de Actividad. Las ramas de actividad que agrupan la mayor proporción de cuentapropistas son las mismas que para la población de patrones, pero en este caso, con diferencias menos marcadas entre ellas. El comercio agrupa al 34% de los trabajadores por cuenta propia, el sector servicios al 25% y la industria manufacturera al 22%. Estas diferencias, disminuyen aún más si observamos a la población femenina exclusivamente, donde el sector servicios agrupa un importante número de mujeres, alcanzando la misma proporción que la industria manufacturera. En el caso de aquellas trabajadoras que realizan su actividad como unipersonales, el sector servicios agrupa casi el 30% del total. (Cuadro A-17). 4. Consideraciones finales La información procesada permite destacar: En primer lugar , la baja participación de mujeres entre quienes se declaran patrones, y el aumento significativo de éstas cuando se considera la categoría cuentapropia. Se observa una importante disminución en la participación de mujeres patronas a medida que crece el tamaño de la empresa. La mayor participación femenina se 13 encuentra en aquellas con hasta 9 integrantes (24%), descendiendo a un 16% en las empresas con más de 10 trabajadores. Esta información resulta relevante si se considera que las empresas pequeñas pueden estar asociadas a formas alternativas de obtención de ingresos. De las mujeres patronas podemos decir que son algo mas jóvenes que los hombres a pesar de que presentan promedios de edad similares, 45 y 47 años respectivamente. En los dos grupos de población considerados, el nivel de instrucción es superior respecto al de la población de ocupados en general, tanto para hombres como para mujeres. La población femenina, en términos generales, ha alcanzado niveles de educación más altos que los hombres, lo que sin embargo no les ha significado una ventaja en lo que refiere a la obtención de ingresos. Se observan importantes niveles de disparidad entre los ingresos masculinos y femeninos en las dos poblaciones consideradas en este trabajo, con diferencias similares a las presentadas en el total de la población ocupada (cercanas o superiores al 40% a favor de los hombres). Entre los patrones, los tipos de ocupación que les reportan los mayores ingresos a las mujeres, son las clasificadas como: ‘Gerentes, administrativos y directores’, y ´Profesionales´. Los promedios de ingresos de las mujeres además de ser inferiores a los de los hombres con independencia de la actividad que desarrollen, son significativamente inferiores en aquellas actividades donde la inserción femenina es porcentualmente mayor que para la población de varones. El análisis del estado civil de patronas y patrones nos muestra una mayor participación de mujeres divorciadas/separadas y viudas alcanzando 10 puntos porcentuales más que en el caso de los hombres. La población masculina esta compuesta fundamentalmente por individuos casados. El 12% de patronas y sólo el 2% de patrones vive solo con sus hijos, diferencia que se acentúa en las empresas más chicas. Sólo el 20% de las mujeres empresarias aparecen como jefas de hogar, frente a un 90% en el caso de los hombres. A pesar de que la jefatura no esta definida exclusivamente por el ingreso, este dato permite hipotetizar acerca del diferente peso relativo que tiene el ingreso de estos patrones en la composición del ingreso del hogar, según sean mujeres u hombres. Los patrones presentan niveles de permanencia importantes en el desempeño de la ocupación, un 56,2% declara una antigüedad superior a los 10 años. Las mujeres presentan menor estabilidad que los hombres en las actividades que desarrollan, a pesar de que en el conjunto de patronas, las que poseen más de 10 años en la 14 actividad representan el 50%. La mitad de las empresas de patronas mujeres pertenecen al sector comercio y un 30% a los servicios, mientras que las empresas conducidas por hombres presentan una menor concentración en el tipo de actividades que realizan, clasificándose en el comercio, los servicios, la industria manufacturera y la agricultura. Por último, esta aproximación a la caracterización de los empresarios en nuestro país ha permitido constatar la necesidad de contar con información que reúna datos acerca de las unidades económicas y los empresarios que las conducen. La información obtenida para este trabajo coincide, en términos generales con la que proporcionan, acerca de los empresarios, los estudios realizados desde los establecimientos8. La disminución de la participación femenina a medida que crece el tamaño de las empresas, la inserción de mujeres fundamentalmente en empresas con actividades en los sectores Comercio y Servicios, y los diferenciales de ingresos que se presentan entre patronas y patrones, son los datos coincidentes y fácilmente constatables en todas las mediciones. 5. Bibliografía Aguirre, R. “Las PYMES de mujeres en Montevideo”. CIEDUR. Montevideo. 1995. Buxedas, M., Sanromán, G., Errea, E., Stolovich, L. “Las MYPES en el Uruguay. Desempeño y perspectivas”. CIEDUR. Montevideo. 1995. Instituto Nacional de Estadística. “Encuesta Continua de Hogares. Principales Resultados”. Montevideo. 1997. Instituto Nacional de Estadística. “Algunas restricciones al empleo. Estudio basado en las Encuestas de Hogares”. Montevideo. 1993. Melgar, A. “Encuesta INE a MYPES de Montevideo. Información y análisis complementario”. CIEDUR. Montevideo. 1993 8 Melgar, A. “Encuesta INE a MYPES de Montevideo. Información y análisis complementario”. Aguirre, R. “Las PYMES de mujeres en Montevideo”. 15 Dep.Legal: 308.839/97 Archivo: 31/98 16