Descargue el recurso de amparo.

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GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ y otros, INTERPONEN
RECURSO DE AMPARO
CONTRA: INSTITUTO COSTARRICENSE DEL
DEPORTE Y LA RECREACIÓN Y OTROS
A FAVOR DE: GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ y otros.
SEÑORES
SALA CONSTITUCIONAL
Los
suscritos,
GUIDO
SAÉNZ
GONZÁLEZ,
exministro de cultura, propulsor del Parque Metropolitano
La Sabana, Dr. CLAUDIO GUTIÉRREZ CARRANZA,
exrector de la Universidad de Costa Rica, Licda. CECILIA
VALVERDE BARRENECHEA, filóloga y exdirectora
ejecutiva de la ANFE, Dr. ROYE MUÑOZ ZAMORA,
médico, Lic. ALVAR ANTILLÓN SALAZAR, Ex Director
de Política Exterior e integrante de la Comisión de Notables
sobre el TLC, Lic. Manuel MANUEL FREER JIMÉNEZ,
abogado, Exembajador ante la Oficina Europea de Naciones
2
Unidas, y Exprocurador de la República ; Lic. JUAN JOSÉ
SOBRADO CHAVES, abogado, Dr. GONZÁLO FAJARDO
SALAS, abogado, Lic. RONALD ODIO HERNÁNDEZ,
abogado, vecinos inmediatos todos del citado Parque, salvo
los interponientes Saénz, Valverde y Antillón, que lo son del
centro o del Área Metropolitana, atentos manifestamos:
En defensa de los derechos constitucionales a la vida, la
salud y a un ambiente sano, nuestros y del resto de los
vecinos, del Parque y del Área Metropolitana, interponemos
el presente RECURSO DE AMPARO en contra del
INSTITUTO COSTARRICENSE DEL DEPORTE Y LA
RECREACIÓN [ICODER], representado para estos
efectos por el Ing. Osvaldo Pandolfo Rímolo, Viceministro
del Deporte y presidente del Consejo Nacional de Deportes,
órgano jerarca, y por el Director Administrativo Lic. Jorge
Muñoz Guillén, por las acciones que a continuación se
describen.
3
Los recurridos, según es público y notorio, en
deliberado desacato de los reiterados mandatos obligantes de
esta Sala que se lo prohíben, atentando contra el carácter
inalienable que tiene el Parque Metropolitano La Sabana,
pretenden construir ahí el mega estadio prohibido que se
describe en los hechos de este amparo.
Tal violación es inminente, porque según es público y
notorio y se ha anunciado profusamente a la prensa, la
construcción
de tal megaestadio , en lesión de nuestros
derechos constitucionales, ya declarados por esta Sala en
ocasiones similares,
cho de la
Constitución, invade ostensiblemente el área inalienable del
Parque destinada a ser el pulmón de la ciudad y a la
recreación gratuita de todos los habitantes, le cambia el
objeto, el tamaño y el destino a la anterior construcción – ya
demolida como parte de los preparativos – y pretende
sacrificar gran parte de ese parque inalienable con un objeto
mercantil, que además no se necesita, tal como lo
explicaremos luego.
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El inicio de los trabajos se anuncia para el mes de
noviembre próximo, por lo que la inminencia de la lesión, y
la necesidad de la suspensión inmediata de las obras,
resultan patentes y obligan a una acción inmediata, tanto
para evitar el daño como la burla a esta Sala, quien desde el
voto 8743-97 ha sostenido :
…….”debe reconocerse en La Sabana un espacio
de terreno protegido y específicamente destinado
a la satisfacción de un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado, tal y como podría
decirse en términos del artículo 50 de la
Constitución Política”……
“……..Así, sostener que el legislador no tiene
límites en tal sentido, llevaría hasta entender que
incluso podría derogar toda legislación de este
tipo, lo que choca, por otra parte, con una
afectación que el Estado aceptó, de buena fe,
cuando el Padre Chapuí realizó la donación de
esos terrenos”….. (voto 8743-97)
La ley No 7361-93, en acatamiento a lo dispuesto por
esta Sala promulgó legalmente sus mandatos, tal como se
explicará mas adelante. No obstante los recurridos todo lo
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irrespetan. El carácter deliberado y a sabiendas de esta
violación, resulta también ostensible, porque desde el mes de
noviembre del 2001 en dictamen vinculante rendido a
petición del ICODER (C-151-2001), la Procuraduría General
de la República les advirtió a estos señores que no se podían
hacer obras de ninguna naturaleza que invadiesen el parque o
que no fuesen más de simples obras de mantenimiento de las
construcciones que ahí existían y que por mera tolerancia
quedaron.
A sabiendas de tal ilicitud, los recurridos han omitido
todo estudio sobre el impacto ambiental y vial de la
obras, los cuales, además de no poderse hacer a priori por
recaer sobre un objeto ilícito, resulta evidente que aún
eliminando hipotéticamente la prohibición, les saldrían de
todas maneras completamente negativos, dado que , en
cuanto a la afectación urbana, la capacidad del nuevo estadio
(casi tres veces mayor que el antiguo), inundaría cuando
menos como área de parqueo, casi un kilómetro cuadrado de
área urbana contigua, si se tiran los carros ahí; y
6
prácticamente el resto de la Sabana como área de parqueo si
se lanzan a la misma.
Además, por su propia naturaleza, lo que se propone es
un cambio radical de naturaleza, que va más allá de agrandar
el estadio, porque incluye oficinas deportivas, locales
comerciales, tiendas, salas de capacitación, lavandería,
comedores, incluso zonas “VIP”.
Por todo lo dicho lo propuesto cambia radicalmente el
carácter a la zona de parque y a toda la zona urbana
contigua, con lo cual, además de lesionar el fundamental
derecho a la salud, lesionan el derecho a un ambiente sano y
racional, convertiría por sus dimensiones
el entorno en
caótico y absurdo.
Por si fuera poco, lo que pretenden hacer ahí, implica en
si mismo desconocer la afectación especial del área La
Sabana, y el motivo original de su donación, ligada al
derecho a la salud y a la recreación gratuita de todos los
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habitantes, tanto por su causa originaria, como porque la
intangibilidad de tal parque es una consecuencia inescindible
de las disposiciones de la Constitución al respecto, tal como
esta Sala lo ha declarado.
I. HECHOS
PRIMERO: El Parque Metropolitano de La Sabana
Padre Chapuí [en adelante “La Sabana”], herencia del padre
Chapuí en 1783, es un demanio público destinado al uso
general como parque, vinculado además, en relación de
necesidad, al derecho a la salud de los habitantes, el cual se
ha convertido con el tiempo en el “parque central” de la
Gran área Metropolitana, y constituye hoy en día el pulmón
de nuestra congestionada y casi irrespirable capital.
SEGUNDO: La Sabana es hoy, por su ubicación y área
disponible, como dijimos, el actual pulmón de la ciudad de
San José, y lo es, no sólo porque corresponde al deseo del
Padre Chapuí, su donador, quien entregó dicho terreno en
8
custodia al Estado para el disfrute gratuito de todos los
habitantes, sino porque constituye un parque – bosque de
recreo gratuito para todas las personas, cuya protección
especial fue expresamente declarada por el legislador (Ley
N° 7361 del 10 de noviembre de 1993) en acatamiento de lo
dispuesto por esta Sala Constitucional. Prohibió dicha Ley,
en consecuencia, cerrar nuevos espacios con mallas, cercas u
otros medios, que impidan al público en general su uso y
disfrute gratuito para prácticas deportivas y de recreación; y
en general proscribió cercenar espacios dentro del terreno
que ocupa La Sabana, con la única excepción calificada de lo
existente en aquéllas áreas donde estaban la piscina María
del Milagro París, los gimnasios y el Estadio Nacional, y
esto solo para obras de “conservación y mejoramiento de la
instalaciones existentes”, y por supuesto, sin ocupar más
terreno, ni cambiar las construcciones ni el objeto como se
pretende.
La citada ley no fue constitutiva del carácter de La
Sabana, sino declarativa de su especial naturaleza de
9
afectación en el sentido que se ha indicado, ya declaradas
antes muy acertadamente por esta Sala en su amplia
jurisprudencia vinculante sobre La Sabana. Precisamente,
dado que las autoridades encargadas de la administración del
parque, que eran antes de 1993 otras, persistían en violar la
jurisprudencia de esta Sala (desde 1991) sobre La Sabana, la
Asamblea Legislativa para asegurar el respeto a tal
jurisprudencia y garantizar la naturaleza y función del parque
emitió la citada Ley (Ley de Proyección del Parque la
Sabana Padre Chapuí), a propuesta de dos distinguidos
abogados entonces diputados, los Licenciados Rolando Laclé
Castro y Oscar Soley Soler.
De modo que la conducta contra la cual se recurre es
una abierta, reiterada y obstinada rebeldía contra el régimen
de Derecho del país, lo que es causal de amparo por sí sola.
TERCERO: La Sabana entera constituye así una zona
de protección reforzada, al punto de que ni siquiera a
través de una ley especial, como lo ha dicho esta Sala, podría
10
variarse la finalidad de dicho inmueble. Esto se ha hecho así
con el objeto de evitar que se regresara a los tiempos en que
se le fueron cercenando poco a poco espacios al parque,
impidiendo así que nuevos zarpazos obviaran la protección
especial que el legislador le impuso al terreno como zona de
protección reforzada y pulmón de la ciudad, así como el fin
que inicialmente tuvo el donador de los terrenos.
CUARTO: El llano de La Sabana y sus construcciones
o instalaciones de propiedad pública fueron confiadas a la
administración
del
ICODER,
que
como
tal
simple
administrador es responsable por el correcto uso que se haga
del parque, así como de la preservación de la zona entera
como parque – bosque para la recreación gratuita de todas
las personas, reservado únicamente para esos fines.
Por
tanto, bajo ninguna circunstancia puede permitir dicho
administrador la disminución de la zona de parque, ni
siquiera para ampliar a zonas adicionales las viejas
edificaciones, y menos aún para crear otras nuevas y cerrar
en ellas el acceso gratuito al público, porque eso implica una
11
desafectación y reducción del parque - bosque, cuya
variación ni siquiera cabría por reforma de ley especial
operada al efecto. Sin embargo, dicho administrador, o sus
antecesores, ha sido uno de los principales violadores de lo
que debía resguardar, y esta Sala, como veremos, ha tenido
que enmendarle la plana varias veces en el pasado.
QUINTO: Según se ha hecho público en la prensa
nacional en los últimos días, y ha sido anunciado
públicamente por dichas autoridades encargadas, mediante
una donación del gobierno de China de cerca de $72
millones se pretende construir un enorme estadio para
cuarenta mil personas, en la punta noroeste de La Sabana,
ubicado en sentido norte – sur y que abarca no solo la zona
donde estaba ubicada la estructura del viejo Estadio
Nacional (de 1924 y orientada este - oeste), sino también
otras zonas aledañas del parque. No solo porque el nuevo
estadio que se pretende construir en La Sabana tiene un área
mucho mayor de construcción e influencia que el viejo
estadio, con casi el triple de capacidad (unas 35.175
12
personas), sino también porque requerirá por su tamaño de
nuevas calles de acceso, aceras y plazoletas. Así que, en
lugar de ampliarse el espacio para el esparcimiento gratuito
de las personas, de contacto con la naturaleza, árboles y
senderos, se disminuye grandemente el área de parque y
se dividirá La Sabana en pedazos, haciendo desaparecer la
ilusión de estar en campo abierto, consumiendo así casi una
tercera parte del área total que actualmente ocupa el parque
de La Sabana para la construcción del nuevo estadio. Esto
sin contar siquiera con una eventual zona de parqueo,
porque, según se ha hecho público y notorio también, el área
de estacionamiento previsto inicialmente tuvo que reducirse
de 2.500 (subterráneo) a menos de 400 en la superficie, lo
que implica invadir la zona inalienable al sur, lo que agrava
lo irrazonable y lesivo del proyecto.
SEXTO: Así las cosas, el actual “pulmón” de San José,
se verá amenazado por miles de aficionados a espectáculos
deportivos o de otra índole, la mayoría de ellos en automóvil,
13
quienes inevitablemente insistirán en parquear sus vehículos
en los predios de La Sabana, o, todavía peor, en plena calle
pública, provocando una congestión vehicular en todo el
sector, que al día de hoy ya es caótica.
Lo que,
necesariamente será agravado por la presencia de una mole
como la que pretenden construir ahí, y que, ni siquiera con
las mejores intenciones, podrá manejar adecuadamente todo
el flujo vehicular, sumado al adicional resultante de la
autopista a Caldera, así como de la continua expansión de la
zona oeste de la capital. Dado que La Sabana está en el
centro de la ciudad, el acceso a ella desde todos los puntos
de la misma aumentará inmensamente la congestión en las
ya estrechas y congestionadas vías del centro. Este hecho
motivó en su momento, hace más de quince años, que el
antiguo estadio (un tercio de la capacidad del propuesto)
cayera en desuso.
Por eso los propios deportistas, al
abandonarlo, votaron con sus pies irse de ahí, a los estadios
de los clubes más confortables y en la periferia. Por lo tanto,
volver a ponerlo ahí lesiona también por absurdo los
intereses de los aficionados al fútbol e igualmente la política
14
del propio gobierno de descongestionar el centro, para lo
cual se han emitido incluso prohibiciones de circular en días
determinados.
SÉTIMO: Los vecinos del Parque Metropolitano La
Sabana
ya
vivimos
en
el
pasado
esos
grotescos
embotellamientos cuando los vehículos, en las circunstancias
mucho menores de antes, ya inundaban todos los barrios
aledaños, y nos imposibilitaban el acceso a nuestras casas a
la entrada y salida de los partidos. Pero en las circunstancias
actuales, el ubicar ahí un estadio con el doble o triple de
capacidad, y con las vías aún más congestionadas, crearía un
verdadero caos en cerca de un kilómetro cuadrado de área
urbana aledaña, que es lo mínimo necesario para solo el
parqueo en los días de partidos, además del caos en las vías
de acceso y en todas las del centro de la capital.
15
OCTAVO: A pesar de todo lo dicho, y de la especial y
reforzada afectación del terreno, se pretende ubicar ahí,
contra toda norma y derecho, una estructura descomunal, y
ocultando la violación, para lo cual se ha prescindido del
estudio de impacto ambiental y vial y se omite considerar
la masiva afluencia de público que ocasionaría. y los efectos
destructores que necesariamente tendrá sobre el parque –
bosque de La Sabana.
NOVENO: El nuevo estadio nacional, tal como se ha
dicho, sería el escenario deportivo más grande del país con
una capacidad para 35.175 espectadores, un costo superior a
los $70 millones y mucho más grande y diferente que el
anterior ya demolido. Según la información que se conoce
abarcará decenas de miles de metros cuadrados de
construcción mayores al espacio ocupado por el actual.
Además del recinto deportivo –que también servirá para
conciertos y otros espectáculos públicos-
se prevé la
construcción de un albergue, de las oficinas del ICODER, de
16
un área de oficinas para las asociaciones deportivas y de un
centro de capacitación.
Según información aparecida en la prensa, así como en
la página web del ICODER (http://www.icoder.go.cr), el
estadio contaría con una villa deportiva con habitaciones
para 350 personas, así como servicio de comedor,
lavandería, sala para capacitaciones, tiendas y locales
comerciales, incluso zonas “VIP”. Dispondrá además de dos
zonas de calentamientos bajo techo para los equipos y las
oficinas para 32 federaciones de diferentes deportes. Además
de futbol, la estructura será sede de competencias de
atletismo, tenis de mesa, esgrima, rugby y ajedrez.
En
síntesis, se trata de un área de construcción que supera por
mucho al área ocupada por el anterior estadio, además de
que estará ocupada no sólo por recintos deportivos, sino
también por todo tipo de locales comerciales y de las
distintas agrupaciones y federaciones deportivas.
Por esto mismo, colocar el nuevo Estadio Nacional en
La Sabana implica la violación flagrante de su status
17
constitucional y legal, y la consiguiente desnaturalización
del espacio, y la creación de graves carencias, problemas y
daños que serían enormes e irremediables para el parque –
bosque de La Sabana, para los pobladores y vecinos, y para
el ambiente en general, dadas las dimensiones del terreno y
el enorme tamaño de la construcción que definitivamente
alterará la agradable escala existente y cambiará el entorno
de La Sabana para siempre.
DÉCIMO: Por las solas proyecciones que han
aparecido en la Prensa Nacional y en la página web del
ICODER (http://www.icoder.go.cr), a simple vista se aprecia
el hecho de que el nuevo estadio ocupará una zona mucho
más extensa que la del viejo estadio ( y prueba de ello es la
tala de cerca de 300 árboles ubicados en el sector noroeste de
La Sabana, donde antes estaba la zona verde, para despejar
terreno para el nuevo estadio), pues no solo el cambio de
orientación norte – sur de las instalaciones consume una
gran zona adicional, sino también porque el mega estadio
requerirá por su tamaño de nuevas calles de acceso,
18
parqueos, aceras y plazoletas, que también cercenan el
espacio del parque – bosque; y para comprobar esto basta
superponer las imágenes del antiguo estadio con las
proyecciones aparecidas en la prensa y por todos conocidas:
19
Evidencia también que salta a la vista es la simple
comparación del área ocupada por lo que se propone con el
área total de La Sabana luego de restarle a la original el 20%
que le quitó la autopista a Escazú que cercenó su costado sur,
lo cual asciende aproximadamente a 58 hectáreas. De esa
elemental comparación salta a la vista que el área ocupada
por el nuevo estadio es mucho mayor que la que se ha
indicado y que coloca al parque en papel de satélite y
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tributario del Estadio y sus necesidades de parqueo y
servicios. O sea, que el asunto es tan grave que para dichos
efectos desaparece el parque como tal.
El aumento del congestionamiento vial, la basura, el
ruido y la inseguridad, molestias todas que se suman a la
ampliación del espacio ocupado por el antiguo recinto se
extenderán por toda La Sabana, y no sólo destruirán el
concepto de parque – bosque, sino que afectarán
negativamente todo el entorno urbano de la zona.
Asimismo, constituiría un evidente absurdo y una pérdida de
dinero porque, dado que además de ser inviable para los
deportistas por las razones de acceso ya indicados, se hace
en un terreno inalienable y vinculado a un fin concreto que
esta Sala ya ha declarado en forma reiterada, por lo que
tendría necesariamente que derribarse después lo construido.
DÉCIMO PRIMERO: Los planos del nuevo estadio
ya están listos, y se ha anunciado por la prensa la llegada de
alrededor de 800 operarios chinos que ingresarán al país en
21
los próximos días (Ver sección de Ovación del Período Al
Dia del pasado 21 de diciembre p. 22 que se aporta y La
Nación del 6 de agosto pasado, entre otros), para iniciar la
construcción del nuevo coliseo en noviembre próximo y que
se espera finalizar a más tardar en el primer trimestre del año
2010, por lo cual, la urgencia de resolver este tema a la
mayor brevedad es extrema.
DÉCIMO SEGUNDO: Y es que no estamos en contra
de un nuevo estadio. Todo lo contrario, que lo construyan
¡pero no ahí! Para eso el Estado cuenta con muchas otras
propiedades con mejores condiciones para construir en
forma apropiada lo que pretenden, entre ellos amplios
terrenos de reserva urbana del INVU en los Hatillos (parte de
la antigua “Verbena”) y la Uruca, por lo que fácilmente es
posible conseguir otro sitio mejor para el nuevo Estadio
Nacional a corto plazo. Lo que va en contra del interés
público, la lógica y la razón, es aferrarse a la idea de
construir ese megaestadio en el centro de la ciudad y en un
terreno inalienable, y consagrado por ley y constitución,
22
además, a ser el pulmón de la ciudad y al gratuito
esparcimiento de todos los habitantes.
DÉCIMO TERCERO: Los propios intereses de los
aficionados y deportistas son afectados por este proyecto,
porque antes (cuando había mucho menos congestión
vehicular que ahora) ellos mismos se fueron del lugar, y
manifestaron abiertamente que no querían el estadio en La
Sabana, por lo que el recinto quedó en desuso evidente por
cerca de 15 años, debido precisamente a todos los problemas
que la ubicación del estadio representa.
Además, es el
propio interés público el que se vería perjudicado porque,
aunado a todo lo dicho, al violentar el proyecto una zona
inalienable, tendría el estadio luego que ser necesariamente
derribado, si no se suspende ahora, o sea, sería que, de todas
las formas imaginables sería la más absurda de derrochar el
dinero que el gobierno de China nos está entregando.
El acto lesionante y sin sentido contra el cual se recurre,
y que es necesario suspender a la mayor brevedad para
23
impedirlo, no sólo dilapida estérilmente más de la mitad de
la donación China en eso, sino que priva al Estado de atender
con esos fondos obras prioritarias y urgentes que el país
necesita, y para las cuales está destinada la donación de
China de $130 millones, tal como consta claramente en el
acuerdo entre ambos gobiernos que se hizo público
recientemente a raíz de un amparo acogido por esta Sala.
II. SUSPENSIÓN INMEDIATA DE LAS OBRAS
En la integridad del Parque está involucrado el derecho
constitucional de los habitantes a la salud y al ambiente, y
por lo tanto intentar lesionarlo es incurrir en causal de
amparo. Así resulta de lo que dice la citada Ley, la Sala
Constitucional en varias sentencias, y en especial las
números 3967-2001 y 8743-97, en que ésta declaró en forma
terminante que pretensiones como las recurridas violentan
los derechos constitucionales y se deben parar. Finalmente, y
para colmo, ya la Procuraduría General de la República en
dictamen vinculante del año 2001, le recordó al ICODER
24
(Instituto del Deporte) todo lo anterior, por lo que es
evidente que los recurridos proceden deliberadamente a
violar la autoridad de esta Sala y del Derecho de la
Constitución.
En materia de salud y medio ambiente, no cabe permitir
afectaciones, sobre todo como éstas que serían absurdas,
enormes e irremediables, y con un alto costo para el país,
porque, al final tendrán que derribar lo hecho, perdiendo la
inversión de la manera más absurda posible.
Y no es, como dijimos, que estemos en contra de la
construcción de un nuevo Estadio Nacional, lo que ahí es
tan absurdo, anacrónico y fuera de lugar, como si al
gobierno se le ocurriera volver a instalar el aeropuerto en
La Sabana . A lo que se unen todos los demás evidentes sin
sentidos que se describen en la relación de hechos. Por esta
razón, no se puede permitir la iniciación de las obras de
construcción, porque generarían tan evidentes y grandes
perjuicios para los derechos constitucionales de los
25
promovientes y el resto de los habitantes del Area
Metropolitana, al igual que para el orden público y el país en
general.
El ICODER está obligado por ley el parque a preservar
el parque y a respetar y hacer respetar su condición parque –
bosque inalienable de todos los costarricenses.
Este
cometido legal obligante lo traiciona el propio ICODER al
promover la destrucción y violación de este parque, por lo
que su falta no solo es deliberada, tal como se explica, sino
también configura una falta grave a sus obligaciones con
consecuencias en todas las ramas del Derecho que las
tipifican y sancionan su incumplimiento.
Aunque el proyecto sea ilícito y arbitrarias las
conductas de los recurridos, si no se produce una orden
urgente de suspensión de esta Sala, la ejecutividad de esa
conducta administrativa no enervada por la suspensión de
sus efectos, se ejecutará y se consumará así la lesión que
26
se quiere evitar, aunque después el amparo se declarase
con lugar.
Aparte de que las violaciones son directas a derechos
constitucionales, por la flagrancia, evidencia y gravedad de
la conducta arbitraria recurrida, de modo que en cualquier
caso procede la suspensión, la situación en todo caso se daría
aquí a la inversa: el daño se produce si no se suspenden los
efectos; y, suspendidos, para el remoto caso de que no se
acogiere el amparo, los terrenos no sufrirían desmedro
ninguno, por lo que la no suspensión en cualquier caso
produciría daños irreparables, y la suspensión ninguno, y
además evita éstos.
Además, como dijimos, el Estado cuenta con muchas
otras propiedades con mejores condiciones para construir el
recinto que pretenden, entre ellos amplios terrenos de reserva
urbana del INVU en los Hatillos (parte de la antigua
“Verbena”) y la Uruca, por lo que fácilmente es posible
27
conseguir otro sitio mejor para el nuevo Estadio Nacional a
corto plazo.
La decisión entonces es obvia: en aras del interés
público – en todas sus facetas - , y dada la inminencia del
inicio de las obras de construcción, es necesario suspender
las obras inmediatamente y preservar La Sabana.
III. LEGITIMACIÓN
La Constitución Política en sus artículos 11 – legalidad
de la función administrativa -, 21, 50 y sus principios
derivados -derecho a la salud, a un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado- y 89 -deber del Estado de
protección de las bellezas naturales- , así como los principios
constitucionales de razonabilidad y racionalidad, cuya
preservación es esencial para todos los ciudadanos, y en
particular para los vecinos de La Sabana, han sido
conculcados con las actuaciones que nos ocupan, por lo tanto
la legitimación es evidente y no necesita mayor prueba.
28
IV. FUNDAMENTO JURÍDICO
El Derecho de la Constitución se ha violado con la
omisión apuntada, en particular los derechos que consagran
los artículos 11, 21, 50, 89, así como a los principios de
razonabilidad - racionalidad - buena fe de la conducta
pública y de protección del orden público sanitario y
ambiental, inmersos en el Derecho de la Constitución.
Esta Sala ya ha declarado en repetidas ocasiones (entre
otros véase los votos 1802-91, 5568-95, 8743-97, 6035-98,
3967-2001, 11068-2001) la intangibilidad del área de La
Sabana, destinada por ley y constitución, y por la voluntad
de su donador, a ser el pulmón del Área Metropolitana y a la
recreación gratuita de todos los habitantes.
Finalidad
prioritaria y de afectación prevalente, que, ni siquiera por
ley especial emitida al efecto podría ser desvirtuada o
cercenada del área del parque, tal y como ya lo dijo esta
Sala.
29
Sin embargo, las autoridades recurridas pretenden
arbitrariamente cercenar ambas finalidades en un área
muy importante del parque (casi una tercera parte), que
supera por mucho la ocupada por la vieja estructura del
estadio nacional (1924), para dar paso a una mole colosal,
que en constituye sí misma un espacio cerrado y de cobro,
no compatible per se con la recreación y libre disfrute
gratuito de todas las personas, que ha sido siempre la
afectación del área de La Sabana, desde su donación por el
Presbítero Chapuí.
Como hemos dicho, la Sala Constitucional ha producido
abundante jurisprudencia en relación con el Parque
Metropolitano de La Sabana y al respecto de éste ha
declarado con suma certeza su carácter de innegable bien
demanial afectado a un fin particular, especial y prevalente,
que, bajo ninguna excusa, podría ser desvirtuado.
Esta
Sala
ha
declarado
que
“El
Parque
Metropolitano la Sabana y todos los inmuebles que en él se
30
encuentran, son de dominio público por cuanto dicho
parque es un bien demanial, sea propiedad del Estado y
parte de su Hacienda Pública. Dichos bienes, por su
naturaleza,
fines y
destino,
pertenecen a toda
la
colectividad, motivo por el cual son irrenunciables,
intransferibles, y se encuentran fuera del comercio de los
hombres, …De ahí que los contratos, autorizaciones o
concesiones que se den sobre bienes demaniales o públicos
se tiene por concedida en precario, sea de forma temporal y
no definitiva.” (SALA CONSTITUCIONAL DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Res: 2001-11068 de las
doce horas con siete minutos del veintiséis de octubre del
dos mil uno).
Su afectación especial y prevalente es de parque –
bosque para la recreación gratuita de todas las personas,
y así lo ha reconocido la Sala Constitucional (S.C.V. 874397), desde que el Presbítero Manuel Antonio Chapuí
mediante testamento lo lega a los pobres (C-036-1999).
31
Los terrenos del “Llano de La Sabana”, mas que
donados, fueron confiados al Estado por su propietario
original, para ser destinados al uso común y gratuito de
todos los habitantes, por eso resulta absolutamente ilógico,
absurdo y arbitrario, por incompatible con su naturaleza,
ampliar el área que ocupaba el antiguo estadio en La Sabana,
como se hace en las obras que se plantea construir ahí en los
próximos días, en forma desmedida por sus colosales
dimensiones, para constituir en La Sabana un nuevo espacio
cerrado y de cobro al público, donde se prohíba la entrada
a quien no pague para poder ingresar, e incluso con zonas
destinadas exclusivamente para “very important people”
[VIP].
Con ocasión de la jurisprudencia constitucional emitida
por esta Sala (S.C.V. N°1802-91), donde este tribunal se
refirió ampliamente a la especial naturaleza y afectación del
parque de La Sabana, y expresó su preocupación por evitar
que la disminución constante del área de parque pudiera
llegar a desvirtuar su naturaleza, los diputados Rolando
Laclé Castro y Oscar Soley Soler, promovieron en la
32
Asamblea Legislativa una ley que viniera a reforzar la
vocación especial de protección del área.
Dicha ley es la denominada “Ley de Protección del
Parque La Sabana Padre Chapui” (Ley 7361 del 10 de
noviembre de 1993, publicada en La Gaceta N° 226 del
25/11/1993) y cuyo texto literalmente dice:
“Ley de Protección del Parque La Sabana
Padre Chapui
ARTICULO
1.Prohíbese
realizar
construcciones en el Parque La Sabana Padre
Chapuí, entendido éste como la propiedad
descrita en el párrafo primero del artículo 5 de la
Ley No. 3656 del 6 de enero de 1966.
También se prohíbe cerrar espacios en el
referido Parque, con mallas, cercas u otros
medios, que impidan al público en general el uso
de la propiedad, para prácticas deportivas y de
recreación; excepto las áreas en las que
actualmente se ubican la piscina María del
Milagro París, los gimnasios y el Estadio
Nacional.
Como excepción, además se permitirá
realizar obras de conservación y mejoramiento en
las instalaciones existentes, para atención y
33
facilidad del público, así como la construcción de
canchas y de otras instalaciones deportivas,
siempre y cuando sean al aire libre y no se
encuentren aisladas por vallas, cercas u obras
parecidas.
Ficha del artículo
ARTICULO
publicación.”
2.-
Rige
a
partir
de
su
Es decir, por legislación de protección especial, la única
área exceptuada que se puede cerrar al público es la que
comprende la piscina María del Milagro Paría, el Gimnasio
Nacional y la que comprendía el antiguo Estadio Nacional,
pero no más de esa extensión porque, lo demás requeriría al
efecto una desafectación especial de la zona en desmedro de
la salud pública y el medio ambiente.
Como ha dicho esta Sala: “En esencia, esta ley
pretende conservar el “status quo” del parque, pero a la vez
lo refuerza, porque prohíbe cerrar espacios con mallas,
cercas u otros medios, que impidan al público en general el
uso de la propiedad, así como realizar construcciones de
cualquier tipo y cuando se refiere a nuevas instalaciones
34
deportivas, insiste en que deben ser al aire libre y no estar
aisladas de ninguna forma. Solamente se dejan a salvo las
actuales
construcciones
y
su
conservación.”
(Sala
Constitucional voto 5568-95 de las nueve horas tres minutos
del día trece de octubre de mil novecientos noventa y
cinco).Sin embargo, como hemos dicho repetidamente, el
proyecto del nuevo estadio nacional implica un aumento
desmedido de la cabida de la zona ocupada por el estadio y
sus instalaciones, y un cambio de objeto y destino, a la zona
del parque.
Es innegable, y salta a la vista que el cambio del estadio
y sus nuevas dimensiones implican invadir la zona
inalienable del parque, y termina por colocar a La Sabana en
el papel de simple satélite y tributario del Estadio y sus
necesidades de parqueo y servicios; pero también una
disminución radical del ambiente urbano que lo rodea y la
destrucción de la concepción de la zona de parque – bosque,
que antes estaba protegida, lo que es inconstitucional por ser
35
evidentemente contrario a lo dispuesto en el artículos 11, 21,
50 y 89 de la Constitución Política y a los principios de
razonabilidad y racionalidad de la conducta pública, por el
caos que ocasionaría en toda la zona de influencia.
Ya esta Sala ha abordado el tema de las áreas protegidas
y su posible desafectación indicando que “una vez declarada
una determinada área como zona protectora por un acto del
Estado, no puede éste, simplemente, desafectarlo en todo o
en parte, para proteger otros intereses -públicos o privadosen menoscabo del disfrute de un ambiente sano, de
conformidad
con
lo
dispuesto
en
el
artículo
50
constitucional.” (S.C.V. 07294-98) Por tanto, la reducción
del área protegida de La Sabana, y la desafectación que se
haría de estos terrenos, no sería, bajo ningún supuesto
constitucionalmente admisible.
El artículo 29 párrafo segundo de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional autoriza interponer el recurso de
amparo en contra de las conductas de los servidores y
36
órganos públicos que haya violado, viole o amenace violar
cualquiera de los derechos fundamentales.
A la luz de esa norma resulta evidente la necesidad del
presente amparo, dada la arbitrariedad de lo recurrido y la
inminencia del inicio de la construcción en noviembre
próximo,
porque,
a
pesar
de
haberse
declarado
repetidamente por esta Sala la naturaleza especial que tiene
La Sabana y de encontrarse vigente su Ley de Protección, las
autoridades se han negado obstinadamente en la práctica a
respetar el parque y desobedecen a la autoridad de esta Sala,
ignorando sus pronunciamientos como si no existieran, y
violentando con ello además - por acción y omisión - la
preservación del orden público sanitario y ambiental, cuya
preservación es un derecho elemental de todos los
ciudadanos. En particular de los vecinos de La Sabana, que
inevitablemente se verán afectados por la construcción del
estadio ahí. Se violentan de forma grosera el principio de
legalidad que las obliga protegerlo y que a sabiendas
desconocen,
junto con el principio de interdicción de
37
arbitrariedad tantas veces señalado por esta Sala (Cfr. S.C.V.
2004-14421), porque saben que la ley les impide hacer allí el
estadio y, no obstante, prosiguen con las obras.
Por tanto, la instalación del coliseo que se pretende
hacer en La Sabana con capacidad para más de 35.000
espectadores, sin parqueo, y sin considerar siquiera el
impacto ambiental y vial que la masiva afluencia al Estadio
significaría para las instalaciones en general del parque,
así como para toda el área metropolitana, constituye una
amenaza cierta, directa e inminente a los derechos
constitucionales de los amparados y de todas las personas
que tienen derecho a disfrutar de la totalidad del ambiente de
La Sabana, lo cual es amparable directamente en esta sede
constitucional, según lo ha aceptado antes expresamente la
Sala.
Menester es recordar aquí lo que, con gran claridad, y
con ocasión del proyecto de ley que quería desafectar una
pequeña zona del parque (mucho menor a la que pretenden
cercenarle ahora para construir el nuevo estadio) para
38
destinarla entonces al Museo de Arte Costarricense, la Sala
decidió sobre el uso y aprovechamiento del Parque
Metropolitano de La Sabana:
"II. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE
LA LEY DE PROTECCION DEL PARQUE LA
SABANA PADRE CHAPUI (N°7361 del 10/11/93).
Ciertamente, esta Ley se emitió con criterio
estrictamente proteccionista de lo que se ha
llegado a denominar 'Parque La Sabana Padre
Chapuí', pudiendo notarse un dimensionamiento
mayor en ese sentido, ya que en la antecedente Ley
Orgánica de la Dirección General de Educación
Física y Deportes, bajo otra denominación, la
citada área había quedado afectada 'al servicio
directo o indirecto de la educación físicodeportiva del país' (Ley N°3656, del 6 de enero de
1966,
artículo
5°
párrafo
primero).
Adicionalmente, hay que precisar que allí se
indicaba que 'su destino no podrá ser variado sino
en virtud de una ley' y de tal manera quedaba
justificado un único artículo en la Ley N°7361, que
dispone:
'Prohíbese realizar construcciones en el
Parque La Sabana Padre Chapuí, entendido éste
como la propiedad descrita en el párrafo primero
39
del artículo 5 de la Ley N° 3656 del 6 de enero de
1966.'
Se nota allí, pues, que se rigidizó la
utilización de toda el área de La Sabana. Resulta
muy significativo que ese mismo artículo 1°, en
párrafo seguido, se ocupe de establecer como
excepción, a modo de una interpretación auténtica
incorporada en el propio texto legal, 'la
construcción de canchas y de otras instalaciones
deportivas, siempre y cuando sean al aire libre y
no se encuentren aisladas por vallas, cercas u
obras parecidas'. Esto es lo que permite identificar
una progresión en el pensamiento del legislador,
que poco a poco estimó que resultaba necesario
otorgar la protección de la ley al parque, evitando
así que se regresara a los tiempos en que se le
fueron cercenando espacios, evitando a partir de
aquí que, con el paso del tiempo, a través de
pequeños zarpazos, se llegara a inutilizar el fin
que inicialmente tuvo el donador de estos
terrenos.
III. SOBRE UNA DESAFECTACION
IMPLICITA A TRAVES DE LA AUTORIZACION
POR UNA UNICA VEZ CONTENIDA EN EL
PROYECTO DE LEY.
Si recapitulamos lo que se lleva dicho,
podremos observar que mientras la Ley N°3656/66
exigía que el destino del Llano de La Sabana
40
solamente pudiera modificarse a través de otra
ley, la N° 7361/93 prohibió realizar todo tipo de
construcción, excepto instalaciones deportivas al
aire libre, siempre que no quedaran aisladas por
vallas, cercas u obras parecidas. A esto se refería
el considerando anterior, estimándolo como una
rigidización de los fines a que quedaba destinada
el área en cuestión, que en adelante quedaban
identificados como los que tenían que ver con
'prácticas deportivas y de recreación' en sentido
estricto, lo cual, si se sigue con el análisis también
implica un gran cambio respecto de la legislación
anterior, que declaraba a La Sabana, destinada al
servicio 'directo o indirecto' de la educación físico
deportiva.
En la práctica, y no solamente por virtud de
las Leyes aquí citadas, debe reconocerse en La
Sabana un espacio de terreno protegido y
específicamente destinado a la satisfacción de un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado, tal y
como podría decirse en términos del artículo 50
de la Constitución Política.
Precisamente por ello, estima la Sala que la
mención contenida en el Proyecto ahora
analizado, en el sentido de que se trata de una
excepción a la norma general, y que es 'por una
sola vez', no permite salvarlo de la
inconstitucionalidad, porque el uso para la
práctica del deporte y la recreación del parque, se
41
conforma con lo preceptuado por el artículo 50
constitucional, mientras que el derecho que ahora
se desea potenciar, es decir, el arte o la cultura en
general, que también está dentro de los fines del
Estado, ciertamente puede y debe ser satisfecho
sin mengua de los fines que desde el inicio tiene
garantizado el deporte en La Sabana, aun cuando,
como se dijo, en el pasado hubiera más de una
claudicación en ese sentido. La Sala no encuentra
razonable la desafectación que implícitamente se
da del Parque, aun con el esfuerzo que el propio
proyecto establece de una área de construcción
limitada, ya que a través del prurito de una única
vez, se podría continuar con el acecho a ese
entorno protegido, cuyo uso público exclusivo
para el deporte y la recreación se dijo resultaba
legítimo, sino también por la importantísima
función que cumple La Sabana en las condiciones
cada día más complejas del desarrollo urbano. A
la par de otras vicisitudes del pasado, este
proyecto es un paso más en la tendencia histórica
de darle otros fines al área de comentario, con
transgresión del derecho a un ambiente sano. El
argumento de que se trata de una excepción,
entonces, en nada obstaría para que cada cierto
tiempo se acuda con idénticas o parecidas razones
con el propósito de establecer una nueva
excepción, operándose una nueva transgresión, y
porque a través de ese argumento de 'por una
única vez' se podría hasta dejar sin efecto el fin
42
específico que tenía el Parque, aún antes de que
una Ley viniera a establecer que tal era su destino.
Así, sostener que el legislador no tiene límites en
tal sentido, llevaría hasta entender que incluso
podría derogar toda legislación de este tipo, lo
que choca, por otra parte, con una afectación que
el Estado aceptó, de buena fe, cuando el Padre
Chapuí realizó la donación de esos terrenos.
IV. CONSIDERACIONES FINALES. Por
último, habría que señalar que el Estado tiene
otros medios, perfectamente legítimos, para
otorgar al arte y a la cultura, espacios apropiados
para su plena vigencia y desarrollo, pues no se
trata de impedir el acceso de la población a este
tipo de derecho. El progreso de la cultura en los
terrenos de comentario, se daría prácticamente a
costa del derecho al ambiente y a una utilización
legítima o conforme. De tal manera, que la única
vía razonable resulta el mantener el statu quo,
como lo sostienen los consultantes. No resulta
ocioso indicar que la Ley N°7361 vino
prácticamente a congelar el tipo de instalaciones
deportivas que podrían levantarse en el Parque
La Sabana y debemos recordar que esta ley se
dictó precisamente a propósito de la ampliación
de La Avenida de Las Américas, una obra a la
que nadie le negaría carácter de interés público,
pero que como citan los consultantes chocaba y
choca aún con el espíritu y destino original del
43
terreno. De tal manera, la experiencia de
cualquiera de nosotros permite indicar que el
aprovechamiento masivo del área protegida, a
través del deporte, la educación física, la
recreación, la contemplación, o el mero disfrute de
lo natural y escénico, o de las ventajas que para la
oxigenación urbana tiene, provocaría una lesión
mayor que la ventaja que pretende lograrse con la
ampliación del área del Museo de Arte
Costarricense, con el agravante ya indicado, de
que nadie puede garantizar que en el corto o
mediano plazo no se vuelva a presentar 'por otra
única vez', la necesidad de dotar al Museo de
mayor área para prestar su importante servicio.
Así, las responsabilidades del Estado con el Museo
de Arte Costarricense, o el arte en general, deben
cumplirse, pero no a costa de limitar
irrazonablemente la calidad de vida que se obtiene
a través del uso de las diferentes áreas del Parque
La Sabana. Si existe necesidad de dotar a aquél
de un espacio apropiado, deberá encontrarse en
otro sitio y mediante la utilización de otros
recursos, no a través de lo que el Proyecto bajo
análisis propone." (Sala Constitucional, sentencia
Nº 8743-97 de las 18:51 hrs del 23 de diciembre
de 1997).
Por este motivo, sistemáticamente la Sala ha impedido,
incluso a instituciones públicas, instalarse en La Sabana,
44
porque esto desvirtúa el espíritu y destino original del
terreno, que es la recreación gratuita de todas las personas.
Y por este motivo también las autoridades han evitado todo
estudio de impacto ambiental o vial, porque saben que serán
negativos.
El Estado cuenta con muchas otras propiedades con
mejores condiciones para construir el recinto que pretenden,
entre ellos amplios terrenos de reserva urbana del INVU en
los Hatillos (parte de la antigua “Verbena”) y la Uruca, por
lo que fácilmente es posible conseguir otro sitio mejor para
el nuevo Estadio Nacional a corto plazo, de manera que si
existe necesidad de dotar al país con un nuevo estadio y dota
a éste de un espacio apropiado, deberá encontrarse en otro
sitio y no en La Sabana.
Sin embargo, ¿qué sucede si publícale administrador del
parque se niega a ejecutar la función de protección a la que
está llamada? Esta Sala ha determinado que en tales casos
se configura por acción y omisión una violación a derechos
constitucionales básicos que es recurrible mediante
45
amparo constitucional. En el voto 6035-98 desalojó de ahí
al MOPT que había instalado su departamento de Revisión
“…dedicar parte de La Sabana al
Técnica, pues
funcionamiento de una dependencia como lo es el
Departamento de Revisión Técnica de Vehículos del
Ministerio de Obras Públicas y Transportes, efectivamente
contraviene
los
antedichos
fines
y
propósitos,
constitucionalmente garantizados...”; pero ahora no sólo
será una sino una multitud de dependencias públicas, tiendas
y locales comerciales, incluso zonas “VIP”, todo tipo de
locales y distintas agrupaciones tendrán su sede ahí,
alterando para siempre el entorno del parque.
La Sala también protegió La Sabana en el Recurso de
Amparo planteado frente al ICODER y resuelto mediante
sentencia N°2001-3967 de las dieciséis horas veintinueve
minutos del quince de mayo del dos mil uno, donde
consideró que “La Sabana es un bien demanial que está por ley- al servicio de objetivos muy específicos como la
46
recreación, el disfrute de los paisajes escénicos y la
conservación del ambiente en beneficio de todos.” Y
que“…la Dirección recurrida y en general el Estado debe
respetar y velar por el acatamiento de esa normativa, pues
no debe obviarse que hoy más que antes el acelerado
desarrollo urbano ha generado la necesidad de que se
creen y protejan amplias zonas verdes que sirvan no solo
como "pulmones de las ciudades" y con ello se proteja el
medio ambiente, sino que además sirvan para el
esparcimiento y la práctica de los deportes por parte de
niños y adultos, quienes usualmente en unión familiar
disfrutan de ellos, motivo por el cual deben tener particular
tutela del Estado costarricense, en tanto contribuyen al
cumplimiento de sus fines y a la tutela de los derechos
fundamentales de la población en general.” Impidiéndole
ahí al ICODER cerrar nuevos espacios de cobro en La
Sabana.
Por tanto, a la luz de la jurisprudencia constitucional, ni
siquiera por la mejora de instalaciones previas cabe extender
la zona ocupada por las instalaciones que por mera tolerancia
47
existían ahí, porque eso implica DISMINUIR LA ZONA DE
PARQUE
Y
SATISFACCIÓN
PROTECCIÓN
DE
UN
DESTINADO
AMBIENTE
A
SANO
LA
Y
ECOLÓGICAMENTE EQUILIBRADO, PARA CERRAR EL
LIBRE TRÁNSITO DE PERSONAS, QUIENES SOLO
PODRÍAN HACER USO DEL ESPACIO PREVIO PAGO, y
eso desvirtúa totalmente la afectación del bien y el deseo de
su donador, que es precisamente la recreación gratuita de
TODAS las personas y la protección ambiental.
Con esto también, como apuntaba Don Rodolfo Piza
Escalante, se violenta el elemental principio de buena fe que
esta Sala ha declarado que rige las relaciones entre la
administración y los administrados (Cfr. voto 6072-93 de las
nueve horas treinta y nueve minutos del diecinueve de
noviembre de mil novecientos noventa y tres y sentencias
números 640-93 de las 16:42 hrs. del 8 de febrero de 1993 y
2866-93 de las 10:48 hrs., del 18 de junio de 1993); porque
se cercena del parque una zona confiada por su donador al
Estado, violando arbitrariamente su destino y la voluntad del
donador.
Para comprobar esto basta preguntarse que
48
pensaría el padre Chapuí si le dijeran que en el “Llano de La
Sabana” hay zonas “VIP”.
Con su excepcional lucidez, la nota del magistrado
Rodolfo Piza Escalante - al citado voto 8743-97- , nos
termina de aclarar el panorama de este caso, explicitado en
todo caso en el voto:
“He concurrido en el voto de la Sala en
cuanto considero que, efectivamente, la excepción
que en el proyecto de ley se intenta para autorizar
la ampliación del edificio ahora destinado al
Museo de Arte Costarricense cercena, aunque sea
en un área modesta, el espacio del Parque de La
Sabana que es ya uno de los poquísimos
pulmones que le quedan a la ciudad de San José,
así como de los poquísimos lugares de recreación
y deporte al alcance de todas las personas. Pero
quiero agregar algunas observaciones de carácter
general que me parecen involucradas en este
asunto y que quizás podrán contribuir a que se
tenga mejor conciencia sobre un problema de la
mayor importancia en el Estado Democrático de
Derecho, como es el de la subordinación de los
actos y normas especiales incluso respecto de
normas de igual rango que definen regímenes de
carácter general.
49
En efecto, uno de los principios de
hermeneutica que ya han comenzado a superarse
en el Derecho Público contemporáneo, es,
precisamente, el de que "la ley especial deroga la
general" ("lex specialis derogat generalis") con
sus corolarios de que "la ley posterior general no
deroga las anteriores especiales" ("lex posterior
generalis non derogat priori speciali") y de que, en
consecuencia, entre normas de igual rango
prevalece la más concreta o especial, sea anterior,
sea posterior. Por el contrario, hoy, con la
consagración constitucional de otros principios
como los de la buena fe y de no derogación
singular de reglamentos o normas generales, se
reconoce universalmente que también el
Parlamento esta atado por sus propias normas
anteriores que establecen regímenes de carácter
general, de las cuales no puede separarse en caso
concretos o normas especiales cuando estas
alteran o violentan gravemente el dicho régimen
general. En este sentido, las normas generales
que cita la sentencia le fijaron claramente al
Parque de La Sabana un destino de dominio
público y de uso común para el deporte y la
recreación, incluso prohibiendo expresamente
construcciones o espacios cerrados vedados al
acceso al público gratuitamente y sin límites para
fines de recreación o de deporte, que, además,
coinciden con la necesidad, cada vez mayor, de
promover y proteger un ambiente sano y
50
equilibrado; de manera que, en este primer
sentido, yo añado a las razones de mis
compañeros de Tribunal, las de las necesaria
subordinación de la Asamblea Legislativa a los
propios
regímenes
generales
por
ella
establecidas... sin que esto implique, por supuesto,
que yo le niegue la potestad de reformar esos
regímenes generales, sino sólo de apartarse de
ellos sin reformarlos en sí mismos.
Por otra parte, también debo agregar otra
consideración que la sentencia solamente
menciona de soslayo: la buena fe y el respeto
debido a la disponibilidad que tiene, en general,
el propietario sobre sus bienes de dominio
privado, no permite reconocerle al Estado un
poder que no se reconocería al donatario
particular, de alterar arbitrariamente la voluntad
de su donante: la verdad es que el "Llano de La
Sabana" fue, más que donado, confiado al
Estado por su propietario original, el Presbítero
Antonio Chapuí Torres, para ser destinado al uso
común de los habitantes de San José.
Ciertamente, hay que reconocer al donatario Estado o particular, por igual-, una cierta
discrecionalidad en el cumplimiento de la voluntad
del donante, discrecionalidad en la medida en que
resulte claramente irrazonable o contrario a los
propósitos del donador apegarse al destino textual
que éste le diera en otro tiempo y circunstancias;
51
en este sentido, no se puede pretender que el
Estado, como donatario del Llano de La Sabana,
tenía que mantenerlo, a finales del siglo XX con el
destino literal que le dio el padre Chapuí
doscientos años antes, de servir para que los
habitantes pobres de San José pastaran sus
ganados gratuitamente en él; pero creo que,
evidentemente, la voluntad del donador, después
de haber sido violada por muchos años, ha
comenzado a respetarse al destinar la propiedad a
un parque para la recreación gratuita de todas
las personas, lo cual implica, prácticamente de
los pobres que tánto preocupaban al Sacerdote
benefactor; pero seguirle cercenando ese destino,
como se ha venido haciendo mediante leyes y
actos de excepción, cada vez "por una sola vez y
sin que sirve de precedente", como se hizo
cuando se estableció allí el viejo Aeropuerto
Internacional, o cuando se autorizó el
establecimiento del Liceo Dobles Segreda, o aun
cuando se construyeron el Estadio y Gimnasio
Nacionales como espacios cerrados y de cobro; o
cuando al Ministerio de Obras Públicas se le
ocurrió arrancarle un pedazo para ampliar las
vías, que de otro modo debían haberlo sido
mediante expropiación de propiedades aledañas.
En resumen, la tesis de que el Estado sí pueda
hacer lo que no podría un donatario particular,
alterando la voluntad del donador, además de
52
estatista y, por ende, autocrática -por no decir
despótica-, amén de antidemocrática debería
conducir a que se aconseje a los particulares,
como les aconsejo yo, que nunca cometan la
torpeza de donar sus propiedades al Estado,
aunque sea con el más puro de los propósitos de
bien común, porque algún día, incluso con la
bendición de muchos, el Estado los va a
defraudar haciendo lo que le venga en gana al
gobernante o al legislador de turno.
R. E. Piza E.” (NOTA DEL MAGISTRADO
PIZA ESCALANTE, QUE INTEGRA EL VOTO
8743-97 DE LAS 18:51 HRS. DEL 23 DE
DICIEMBRE DE 1997).
Por tanto, a la luz del régimen particular de afectación
de la zona del Parque Metropolitano de La Sabana, la
ampliación del área del Estadio Nacional como espacio
cerrado y de cobro, y la consiguiente disminución de la
zona de protección y disfrute público, no es compatible con
la recreación gratuita de todas las personas y el régimen de
protección reforzado de La Sabana, ya que, es evidente que
no todos podrán ingresar, sino solamente quienes puedan
53
pagar el precio de las entradas y que el área del Estadio se
extenderá mucho más de lo que anteriormente ocupaba,
dejando sin sentido a La Sabana, y convirtiéndola mas bien
en tributaria del Estadio.
Mucho menos cabe construir
semejante cosa ahí sin estudio de impacto ambiental o vial
ninguno, porque esto, en sí mismo, es la más gruesa de las
arbitrariedades y violaciones al parque – bosque de La
Sabana y al ambiente urbano de la zona en general.
Por tanto, se desvirtúa el régimen de afectación legal
que ni siquiera mediante ley especial podría ser evadido,
mucho menos por acto de la administración.
En efecto, la construcción del nuevo Estadio Nacional
en La Sabana, es INCONSTITUCIONAL e ILEGAL por
oponerse a la afectación especial de la zona en que se piensa
ubicar el Estadio.
Pero además la violación se consuma y se agrava por
la irrazonabilidad e irracionalidad suprema que es ubicar el
estadio ahí porque, como dijimos, provocará en el centro de
la ciudad congestionamientos viales monumentales y un
54
aumento de la basura, el ruido y la inseguridad, molestias
todas que se suman a la ampliación del espacio ocupado por
el antiguo recinto se extenderán por toda La Sabana, y no
sólo destruirán el concepto de parque – bosque, sino que
afectarán negativamente todo el entorno urbano de la zona.
Asimismo, constituiría un evidente absurdo y una
pérdida de dinero porque, dado que además de ser inviable
para los deportistas por las razones de acceso ya indicados,
se hace en un terreno inalienable y vinculado a un fin
concreto que esta Sala ya ha declarado en forma reiterada,
por lo que tendría necesariamente que derribarse después lo
construido.
Esta arbitrariedad es muy grave y constituye un caso
clásico de amparo, por lo que se solicita la pronta
intervención que sólo esta Sala puede cumplir, para así
impedir que se consumen los efectos de la conducta
amparada.
55
Además de lo anterior, que por sí solo justifica la
evidente procedencia de este amparo, la Sala ha indicado
como un principio inmerso en el Derecho de la Constitución
que consagra derechos fundamentales para los ciudadanos y
obligaciones para el Estado el que la Administración debe
ajustar su actividad al principio general de razonabilidad
y racionalidad de las normas y actos públicos (Cfr. los
votos de la Sala Constitucional 1739-92, 3834-92, 3929-95,
3933-98 08858-98 y 5236-99 entre otros).
Pues inmerso en el Derecho de la Constitución se
encuentra lo que en la tradición se conoce como “debido
proceso sustantivo” o sustancial –substantive due process of
law-, que en realidad equivaldría sencillamente al principio
de razonabilidad de las leyes, normas o actos públicos
como requisito de su propia validez constitucional.
Según el desarrollo que de este principio ha realizado la
Sala Constitucional, dicha razonabilidad debe ser técnica,
que es, en resumen, la proporcionalidad entre medios y fines;
56
razonabilidad jurídica, o la adecuación a la Constitución
(formal y material y sus principios y valores supremos como
son los de orden, paz, seguridad, salud, justicia, libertad, etc.,
como patrones de razonabilidad) en general, y muy en
especial, a los derechos y libertades reconocidos o supuestos
por ella; y finalmente, razonabilidad de los efectos sobre
los derechos personales. Como ha dicho la Sala “[e]sa
razonabilidad jurídica aparece cuando se bastantea el
presupuesto fáctico de la norma con las consecuencias,
prestaciones, deberes o facultades que ésta impone a sus
destinatarios” (Sala Constitucional de la Corte Suprema de
justicia, Sentencia Nº 3929-95 de las 15:24 horas del 18 de
julio de 1995).
Ubicar ahí el estadio, evidentemente iría en contra del
principio de razonabilidad y su subprincipio de necesidad
que obliga a elegir de entre varias interpretaciones aquélla
que “afecte lo menos posible la esfera jurídica de la
persona” (Cfr. Sala Constitucional votos 3933-98 y 523699).
57
Ninguna razonabilidad hay en la ubicación del
proyecto en La Sabana, por el contrario, lo absurdo es
aferrarse a la idea de construir tan descomunal coliseo en el
centro de la ciudad y en un terreno inalienable, y consagrado
por ley y constitución a un fin particular y muy determinado,
de ser el pulmón de la ciudad y un espacio de gratuito
esparcimiento de todos los habitantes. Como dijimos, solo
falta que propongan volver a poner el aeropuerto ahí.
En efecto, tanto por la violación a los derechos
fundamentales de los recurrentes, como por el atentado que
significa lo recurrido para el interés público en general,
solicitamos que se declare CON LUGAR el presente recurso
de amparo con las consecuencias de ley.
D) PRUEBA
1. Publicaciones de la prensa donde consta el inminente
inicio de las obras que se recurren.
58
2. Manifiesto de vecinos de La Sabana en apoyo de este
amparo.
3. Reconocimiento judicial de esta Sala en el lugar de los
hechos.
E) PETITORIA
Con base en lo dicho, solicito a esta Sala:
1) Que se le dé traslado del presente amparo al ICODER
en la persona del Ing. Osvaldo Pandolfo Rímolo,
Viceministro del Deporte y presidente del Consejo
Nacional de Deportes, órgano superior, y del Director
Administrativo ejecutor Lic. Jorge Muñoz Guillén, y se
les prevenga expresamente que están en la obligación
de contestar uno por uno los hechos del presente
amparo, y que cualquier evasión se tendrá como
contestación afirmativa.
2) Que como medida cautelar inmediata se suspenda de
inmediato el inicio de las obras de construcción del
59
nuevo estadio nacional en La Sabana hasta tanto no se
resuelva el presente recurso de amparo
3) Que una vez comprobados los hechos que sirven de
base a este recurso se declare CON LUGAR el amparo
interpuesto, y en consecuencia se prohiba realizar lo
que se pretende.
4) Que por consiguiente se declare la violación de nuestros
derechos constitucionales indicados supra.
5) Que con fundamento en lo dispuesto por el artículo 49,
párrafo
tercero
de
la
Ley
de
la
Jurisdicción
Constitucional se ordene al recurrido respetar el área
inalienable del parque de La Sabana, destinada por ley y
constitución a servir de pulmón de la ciudad y al libre
uso y disfrute de todos los habitantes.
6) Que por su evidente consciencia de la ilegalidad e
ilicitud, ya que desde el año 2001 la PGR se los advirtió
en dictamen vinculante, se condene en costas, daños y
perjuicios, al ICODER y a los funcionarios recurridos
solidariamente.
60
F) NOTIFICACIONES
Señalamos como lugar para NOTIFICACIONES el Fax
#2290-7452
o
bien
#2290-7313,
dirigidos
al
interponiente y autenticante Lic. Juan José Sobrado
Chaves, en el bufete LLMR&T.
LAS DE LOS RECURRIDOS: En sus oficinas,
ubicadas en el Gimnasio Nacional, dentro del Parque
Metropolitano La Sabana, teléfonos 2284-8712, 22339318 y 2223-8507 (telefax).
San José, 30 de setiembre del 2008.
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GUIDO SAÉNZ GONZÁLEZ
Cédula:
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Dr. CLAUDIO GUTIÉRREZ CARRANZA
Cédula:
61
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Licda. CECILIA VALVERDE BARRENECHEA
Cédula:
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Dr. ROYÉ MUÑOZ
ZAMORA
Cédula:
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Lic. ALVAR ANTILLÓN SALAZAR
Cédula:
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Cédula
Lic. Manuel Freer Jiménez
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Dr. GONZALO FAJARDO SALAS
Cédula:
62
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Cédula:
Lic. RONALD ODIO HERNÁNDEZ
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Lic. JUAN JOSÉ SOBRADO CHAVES
Por sí y autenticando
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