Estimado Sr.: Me dirijo a Ud. en tanto que representante del Partido Popular a fin de requerirle que haga las gestiones oportunas para que su partido político retire el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley que permite el matrimonios entre personas del mismo sexo (Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio), planteado ante el Tribunal Constitucional por el Sr. D. Ignacio Astarloa Huarte-Mendicoa el 28 de septiembre de 2005. Este requerimiento no es gratuito, sino que se fundamenta en las siguientes razones: La Constitución española garantiza en su art. 14 la igualdad de todos los españoles ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de cualquier condición o circunstancia personal o social, entre las que, lógicamente, se ha de incluir la orientación sexual. La propia Constitución española, en su art. 32.1, garantiza el derecho que tienen el hombre y la mujer a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica. Obsérvese bien que la Constitución se refiere al derecho que hombre y mujer, no hombre con mujer, tienen a contraer matrimonio. Esta precisión se ve reforzada por lo establecido en el segundo apartado del art. 32, que remite a la ley la regulación de las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, etc. Es, por tanto, la ley la que ha de regular el contenido concreto que ha de tener el matrimonio en nuestro ordenamiento jurídico. Así lo ha hecho la Ley 13/2005, reconociendo este derecho a las personas del mismo sexo, sin que ello suponga una infracción de la Constitución, sino, más bien, todo lo contrario: un desarrollo coherente con los valores superiores que la inspiran, entre los que ocupa un lugar destacado el de igualdad. La ampliación de derechos es algo que beneficia a toda la sociedad, con independencia de que cada ciudadano/a en concreto sea destinatario/a de los mismos. Cuando en su momento, por ejemplo, se reconoció el derecho de las mujeres a votar toda la sociedad se vio favorecida por esa medida, al convertirse en una sociedad más justa: Se habían aumentado los derechos de una parte muy importante de la sociedad (las mujeres), sin que ello supusiera una restricción de los derechos de la otra parte (los hombres). Lo mismo cabe decir en relación con el matrimonio entre personas del mismo sexo: Las personas homosexuales ven reconocido un derecho que hasta entonces tenían negado, sin que ello suponga, en absoluto, que las personas heterosexuales vean restringido ese mismo derecho a contraer matrimonio. Desde esta perspectiva, cualquier intento de oponerse a una medida de ampliación de derechos, como hace su partido político al interponer el recurso de inconstitucional contra la Ley 13/2005, sólo puede interpretarse como el reflejo de una concepción profunda e inequívocamente homófoba, al considerar que las personas homosexuales, por el solo hecho de serlo, no pueden disfrutar de los mismos derechos y asumir las mismas obligaciones que las personas heterosexuales cuando contraen matrimonio. Porque, al fin y al cabo, el matrimonio civil, en nuestro ordenamiento jurídico, no es más que un contrato en virtud del cual los contrayentes disfrutan de una serie de derechos y se ven sometidos a un conjunto de obligaciones. Derechos y obligaciones que tanto las personas heterosexuales como las homosexuales pueden disfrutar o cumplir en igualdad de condiciones. Si no hay razones jurídicas para rechazar el matrimonio entre personas del mismo sexo, la negativa de su partido a aceptarlo sólo se puede sostener desde motivaciones morales o religiosas. Y la pretensión de imponer una determinada moral o doctrina religiosa a toda la sociedad no es sino un acto de cariz totalitario, integrista o fundamentalista, inaceptable en un Estado democrático aconfesional como lo es el español. Además, en democracia las decisiones políticas las toma el Parlamento cuando legisla. Pretender la imposición de una opinión contraria a la manifestada por el Parlamento a través de una vía no parlamentaria (en este caso, vía interposición de un recurso de inconstitucional) no es más que un intento de falsear la voluntad mayoritaria del pueblo español expresada libremente por sus representantes en el Parlamento. A la luz de estas consideraciones, entiendo que el rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo por parte de su partido político es -como decía- prueba indubitada de la homofobia (consciente o inconsciente) que impregna la ideología del mismo. Consideración ésta que someto a su reflexión y, en general, a la de su partido político. En consecuencia con todo ello, LE REQUIERO A FIN DE QUE HAGA LAS GESTIONES OPORTUNAS PARA QUE SU PARTIDO POLÍTICO RETIRE EL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD CONTRA LA LEY 13/2005, QUE RECONOCE EL MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO, EN EL BIEN ENTENDIDO DE QUE NO HACERLO SÓLO PODRÁ SER ENTENDIDO COMO UN ACTO CLARO DE HOMOFOBIA DE SU PARTIDO, CUYO ÚNICO FIN CONSISTE EN PERPETUAR UNA INJUSTA SITUACIÓN DE DISCRIMINACIÓN RESPECTO DE LAS PERSONAS HOMOSEXUALES, QUE AL ATENTAR CONTRA SU DIGNIDAD MERECE TODA MI REPULSA Y CONDENA. Atentamente le saluda: Nombre y apellidos: DNI: e-mail: Profesión: Ciudad y fecha: