La traslación de los impuestos - Facultad de Ciencias Económicas

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LA TRASLACIÓN DE LOS IMPUESTOS
Luis Omar Fernández (FCE/UBA)
Habitualmente se llama traslación al fenómeno mediante el cual un
sujeto incidido por un impuesto traslada a otro la carga económica que
el tributo comporta. Este fenómeno tiene varias características: a) altera
el destinatario del tributo que, habitualmente, el legislador considero era
quién tenía capacidad contributiva, b) perturba el equilibrio económico c)
cambia la naturaleza del impuesto.
Cuando el legislador crea un impuesto, lo hace basado en su
apreciación sobre la capacidad contributiva de los sujetos: entonces
grava las ganancias, el patrimonio o el consumo de quienes considera
tienen dicha característica. La traslación ignora el indicio de capacidad
tomado en cuenta por el legislador, ya que cambia al sujeto incidido,
pudiendo alcanzar, incluso, a personas sin aquella característica.
Esta particularidad es especialmente grave en nuestro país, donde para
repetir ciertos impuestos, la ley requiere que se pruebe el
“empobrecimiento” del repitente, o lo que es lo mismo, que el tributo no
se trasladó, lo que constituye una verdadera probatio diabolis.
La segunda característica, no se considera un fenómeno demasiado
grave pues, en el fondo, obedece al mero transcurrir de la existencia,
donde los hombres actúan interrelacionados y esas interacciones que se
pueden observar como un continuo, como un fluir, del cual el equilibrio
es sólo una excepción que muchas veces existe sólo en la teoría.
Por su parte, la neutralidad impositiva, por lo menos en el sentido de los
clásicos i , es una fantasía, ya que el tributo afecta a las variables
económicas; es por ello que Neumark ii partiendo del principio de
neutralidad, desarrolló el principio de evitar la consecuencias
involuntarias de los perjuicios que crean a la competencia los impuestos,
reputando tales a los efectos económicos del tributo que beneficiaran a
algunos sectores en detrimento de otros, sin que este beneficio se
justifique por algún otro de los principios.
A veces estas modificaciones en la economía se suelen denominar
“distorsiones”, con la carga peyorativa que ello implica; al respecto
Neumark afirma:
Si se equipara toda modificación de los factores del
mercado, fiscalmente provocada, a una perturbación de la
competencia a la que se le suponen resultados perfectos
cuando no son mas que deseables, se echa en olvido (…)
el hecho tan banal como fundamental de que cualquier
impuesto debe disuadir el gasto de consumo e inversión si
tiene que ser una alternativa útil a la deuda o a la
financiación con nuevo dinero
Resumiendo, el cambio en la naturaleza del impuesto es, con mucho, la
más importante de estas consecuencias. Es sabido que la traslación
altera las conductas de los individuos, influyendo en sus decisiones, aún
más allá de la incidencia final.
En el sujeto que recibe la traslación y no puede, a su vez, trasladar
(debe soportar el costo del tributo) se producen alteraciones
conductuales que hacen que la “onda” de cambios siga ocurriendo: si ve
reducida su renta, alterara su mezcla de ahorro/consumo; la propia
mezcla de consumos que antes era óptima, deja de serlo y se cambia
por otra, de costo más reducido, por fin (pero no último) puede también
alterar su relación ocio/trabajo. Estos cambios son denominados
genéricamente por algunos economistas como “efecto-renta” y “efecto
demostración” de los impuestos.
Como se ve, la traslación parece un movimiento continuo, cuyo final es
de difícil determinación.
Tal vez un ejemplo aclare las cosas: un impuesto, por ejemplo a la renta
de las empresas, puede convertirse en un tributo a la renta del
consumidor, o del proveedor del sujeto incidido o de ambos,
dependiendo de la forma que adopte la traslación: hacia adelante, hacia
atrás o ambas. En otro caso (éste es un ejemplo de la realidad) cuando
en Argentina se aumento la alícuota del impuesto al valor agregado del
18% al 21%, los compradores del sector más cartelizado de
comercialización minorista de artículos de consumo decidieron, basados
en su gran poder de compra, no reconocer a sus proveedores dicho
aumento y los obligaron venderles los productos al mismo precio final
anterior, con lo cual el impuesto a los consumos se convirtió en un
impuesto a sus ganancias, por el diferencial de alícuota.
Ahora bien, los razonamientos anteriores son harto conocidos, pero
habitualmente los estudiosos no advierten que el proceso de traslación
en sí mismo, salvo en dos casos de excepción iii , es de imposible
descripción ex ante lo que hace inefectivo todo pronóstico sobre sus
resultados; esto de algún modo traslada las consecuencias antes
mencionadas al terreno de la incertidumbre.
Marqués iv hablando de los resultados de las decisiones actuales, dice
que podrán ser observados sólo en el futuro, pero que esto no es
meramente un retardo en la observación de las consecuencias; así
(en) Las decisiones de inversión (los) resultados (…)
dependen de decisiones de otras personas que han de ser
tomadas en el futuro. El resultado no existe aún y depende
de factores que tampoco existen todavía.
Lo que convierte al tiempo en generador de incertidumbre
es la naturaleza del entorno social sobre el que se realizan
estimaciones, y este está constituido por las expectativas
de los demás agentes, así como por las instituciones
vigentes.
En esencia, se trata de establecer, ante un cambio en los impuestos,
cuáles serán las reacciones de los involucrados, partiendo de la
hipótesis de que quien sufre la carga tratará de recuperar el tributo
pagado, aumentando los precios de los bienes o servicios que enajena
(traslación hacia adelante) o reduciendo los de los que adquiere,
traslación hacia atrás. Si tiene éxito, el problema se transfiere a quien
sufre la traslación y el proceso vuelve a comenzar.
1.- Monopolio y competencia perfecta
El monopolio, como es sabido, es la situación de mercado en la cual
existe un solo vendedor, no importando aquí si se trata de un monopolio
legal o natural, con la salvedad que, en el primer caso, la soledad del
monopolista puede no ser absoluta, si sufre una competencia ilegal, por
ejemplo de productores clandestinos o de contrabandistas.
También es conocido que el monopolista maximiza la utilidad en el
llamado punto de Cournot, o de máximo ingreso neto global v con lo que,
habiendo maximizado el beneficio antes de la vigencia del impuesto,
“…el monopolista debe absorber el impuesto” vi .
Por su parte, en el mercado de competencia perfecta, la posibilidad de
traslación depende de las elasticidades de oferta y demanda;
habitualmente se analiza en modelos de equilibrio parcial vii . Por ejemplo
Núñez Miñana viii , para el caso de un impuesto específico, concluye que
si la oferta del bien es totalmente rígida, la carga del impuesto recae
también totalmente sobre el productor, mientras que si la oferta fuera
totalmente elástica la carga sería soportada por los consumidores. En el
caso de la demanda, cuando fuere totalmente elástica, la carga recaerá
totalmente sobre el productor y, si fuera totalmente rígida, lo haría sobre
el consumidor.
Los estudios citados, en realidad, no estudian literalmente si el impuesto
se traslada, sino que crean una pseudo realidad y es esa la que
analizan. Por ejemplo, investigan los cambios que produce en las
variables económicas la introducción de un nuevo impuesto (a veces
también el aumento de uno existente) en mercados de costos
constantes, crecientes o decrecientes, situaciones de equilibrio parcial o
de equilibrio total y diversas otras alternativas.
Esta técnica de crear el objeto a investigar es habitual en las ciencias,
se utiliza especialmente en situaciones en las que, el abordaje directo de
la realidad, es imposible o cuando se carece de los instrumentos
necesarios para ello ix ; establecidas las conclusiones, sólo queda (nada
menos) que estudiar en que difiere la realidad del modelo estudiado y
tratar de adecuar los resultados obtenidos para poder describir aquella
y, eventualmente, predecirla.
El establecimiento de hipótesis racionales, derivadas de observaciones
e integradas a teorías, requiere ineludiblemente su contrastación x con la
realidad empírica, so pena de ser sólo un ejercicio intelectual, pasatista
y sin otro propósito o utilidad que halagar la vanidad de quien lo practica.
Esto no implica negar la validez de dichas hipótesis, sino solamente
(nada menos) que rescatar a la empiria como instrumento ineludible
para la convalidación de las teorías científicas, que mientras no tengan
dicha confirmación, serán sólo hipótesis a testear; en realidad es aquel
el elemento que diferencia a las teorías del arte.
Uno de los errores más comunes es pretender trasladar directamente al
mundo real las conclusiones que fueron válidas para el modelo, lo cual
sería inofensivo y, eventualmente hasta creativo, si se tratara de
manifestaciones artísticas, pero cuando puede estar en juego el
bienestar de las personas, como ocurre en ciencias sociales, esta
política puede ser muy perjudicial y, desde un punto de vista ético,
reprochable.
En tributación es habitual que las recomendaciones sobre determinados
impuestos, o formas de los mismos, se basen en razonamientos que, en
algún punto, se originan en situaciones como las mencionadas.
Sobre el mercado de competencia perfecta no se realizara comentario
alguno, habida cuenta de que es conocido se trata solo de una
herramienta heurística, cuyo valor principal es remedar la realidad y
servir como un interesante instrumento didáctico: quienes estudian
economía pueden deslizarse por el modelo y observar los distintos
meandros y valores que pueden asumir las variables en juego, dejando
incluso de lado las más incómodas, las que se resisten a ser
cuantificadas o previstas y utilizando cláusulas xi que impiden toda
refutación y hacen que todo este saber pueda verse como una gran
tautología, del mismo modo que quien aprende a conducir automóviles
practica en un simulador; la realidad “real” es algo muy distinto que la
que muestra el simulador y la confusión entre una y otra será la segura
causa de un accidente.
Respecto del monopolio, que también posibilita conclusiones asertivas,
se trata de una situación poco común: son escasos, excepto los legales,
ya que lo habitual son los duopolios u oligopolios; es claro que éstos
pueden producir alianzas que, en su resultante conforman también
monopolio, pero la situación es mucho más rica ya que estas alianzas
pueden ser inestables y, más allá de la cautividad del mercado, existen
en los monopolistas diversos intereses, no solo uno.
Entonces, en verdadero campo de estudio, es el inabordable mundo de
la competencia monopolística o imperfecta, que se puede ver como un
sinónimo de la realidad y se caracteriza por su resistencia a ser de algún
modo sistematizada o analizada mediante técnicas matemáticas,
haciendo abstracción del cálculo estadístico que ha probado ser una útil
herramienta heurística.
2.- Competencia imperfecta
Para mercados de competencia perfecta o de monopolio, los estudios
han arribado a soluciones bastante plausibles pero, lamentablemente,
los mercados de la realidad, son de competencia imperfecta y, por ello,
mucho menos predecibles. Una opinión sensata es la de Musgrave xii
quien afirma que el sujeto intenta trasladar el impuesto vía mayores
precios, pero “…otro asunto es que la empresa realmente tenga éxito al
hacerlo. El resultado depende de la medida en que haya ejercido ya su
poder de mercado en la situación previa al impuesto”; a lo cual se
agrega, si lo ejerció, el impuesto lo incide plenamente, si no lo ejerció,
no se comportó como un verdadero monopolista o la teoría del
monopolio no refleja la realidad.
3.- Naturaleza de la traslación
Cuando se sostiene que el sujeto incidido por el impuesto tratará de
liberarse de su carga aumentando los precios de los bienes o servicios
que vende, se están también afirmando varios supuestos:
a) Supuesto conductual: los individuos son maximizadores, quien
sufre la traslación intenta librarse del tributo.
b) Supuesto fáctico: existe un mercado en el que el individuo
opera.
c) Supuesto existencial: es posible analizar las fuerzas que dan
origen (o frenan) a la traslación.
El primer supuesto es clásico en economía y ha sido muy cuestionado,
no tanto en su existencia xiii sino en su contenido: ¿qué se maximiza? ¿la
utilidad, el ocio, el tiempo libre, la felicidad u otras variables?; además,
es claro que el objetivo a maximizar, puede variar con la edad de las
personas. No obstante estas alternativas, es plausible (se puede
aceptar como hipótesis a testear) que quien recibe la carga de un
impuesto trate de librarse de ella; aún así se podría imaginar un sujeto
que pagara su impuesto sin pretender librarse de aquel por considerar
que tal es el justo precio de los bienes y servicios que recibe del Estado,
este supuesto no es menos realista que el de competencia perfecta,
aunque tal vez sea menos útil.
El segundo supuesto es imprescindible y autoevidente, por lo que no se
comentará.
El tercer supuesto, por su parte, es el más vulnerable y aborda un tema
común a todas las ciencias sociales: ¿las fuerzas que se manifiestan en
la sociedad son analizables? O, lo que es lo mismo, ¿son predecibles?
La cuestión es establecer relaciones de causa-efecto que permitan,
conociendo las condiciones de salida, saber los resultados y esto implica
estar al tanto de los mecanismos que posibilitan pasar de un estado
(input) al otro (output). En el caso, saber quien soportará efectivamente
la carga económica del impuesto.
En el hipotético caso tener éxito en el análisis anterior, el problema no
está aún resuelto, pues la resultante del proceso, reconoce la influencia
de otros factores ya que deben considerarse, junto con los efectos del
cambio del impuesto, las consecuencias que este produce en el gasto
público y, consecuentemente, en todos los sujetos, siendo el conjunto
una intrincada red de interrelaciones.
4.- Algunas opiniones
Al respecto Bunge xiv dice, hablando del cambio social:
…tampoco es nuestra casi ignorancia de las leyes del
cambio social la única razón por la cual la planificación no
es un arte exacto….la acción intencional tiene
consecuencias no previstas, ya que está socialmente
imbricada y no se produce en un vacío social…En efecto
somos constituyentes de redes sociales algunas de las
cuales están tan apretadamente tejidas que, si se tira de
uno de los hilos, es probable también se afecte a otros…a
medida que avanzamos el mundo que nos rodea sigue
cambiando, a veces al extremo de hacer irrelevante nuestro
objetivo inicial u obsoletos o insuficientes nuestros medios.
Además, para conocer si los pronósticos de traslación se dan en la
realidad, sería preciso medirlos, o sea el análisis ex post debe siempre
validar al concepto ex ante; este proceso de contrastación de la teoría
es el único validante de la misma. Pero se trata de una difícil prueba, al
decir de Arendt xv
No es simplemente una cuestión de incapacidad para
predecir todas las lógicas consecuencias de un acto
particular, en cuyo caso un computador electrónico podría
predecir el futuro…el problema consiste en que cualquiera
sea el carácter y el contenido de la subsiguiente
historia…que implique muchos o pocos actores, su pleno
significado sólo puede revelarse cuando ha terminado.
La disposición a actuar, que es el elemento que debe estimarse en el
proceso de traslación, es el producto de experiencias anteriores en
situaciones similares, dice Bourdieu xvi que:
Asegura un dominio práctico de las situaciones de
incertidumbre y funda una relación con el futuro que no es
la del proyecto…sino la de la previsión practica…la
previsión de lo porvenir es por completo ajena a la lógica
puramente especulativa de un calculo en los riesgos, capaz
de atribuir valores a las diferentes posibilidades
enfrentadas.
Por su parte Tenzer xvii observa:
…la fragilidad del hombre que no puede soportar lo
inmediato, la terrible incertidumbre del suceso y del
resultado de sus acciones lo lleva a la imperiosa necesidad
de construir sistemas de explicación, normas e
interpretaciones
uno de los cuales es el conocimiento económico y esa característica de
la actividad del hombre le cabe plenamente, por lo que las inferencias
que se obtengan del proceso de racionalización intentado deben
considerarse como tales, nunca como “verdades matemáticas”
Por su parte Castoriadis xviii afirma que
…la vida y las actividades de innumerables seres humanos
introducen permanentemente alteraciones infinitesimales en
la manera de hacer las cosas, así como en la manera de
vivir, o de interpretar…y esta autoalteración está casi
siempre oculta por acción de las instituciones existentes en
la sociedad.
Además de los propios efectos de los impuestos en los resultados del
proceso de traslación, deben también computarse los efectos que
producen en el mercado cambios en el gasto público, motivados por las
alteraciones en la recaudación que se originan en el cambio en los
impuestos.
En conclusión, el proceso de traslación es una realidad existente cuya
incertidumbre la hace casi inabordable; esta característica no es
habitualmente remarcada en los estudios sobre la misma que, por el
contrario, afirman su existencia o inexistencia y luego siguen razonando
sobre esa endeble base.
i
Requiere que el impuesto no produzca alteración alguna en las variables económicas.
NEUMARK, Fritz: Principios de la imposición, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 1974, p. 316 y sgtes.
Monopolio y competencia perfecta.
iv
MARQUÉS, Gustavo: De la mano invisible a la economía como proceso administrado, Ediciones Cooperativas,
Buenos Aires, 2004, p. 482.
v
COSCIANI, Cesare: Principios de la ciencia de la hacienda, reimpresión, Editorial de Derecho Financiero, Madrid,
1967, p. 376.
vi
MUSGRAVE, Richard A y MUSGRAVE Peggy B.: Hacienda pública teórica y aplicada, 5ª edición McGraw-Hill 1992,
p. 324.
vii
Un detalle de las debilidades de este análisis en FERNANDEZ, Luis Omar: El uso de modelos económicos en
Finanzas Públicas, Revista de tributación, Asociación Argentina de Estudios Fiscales, nº 3, 2006.
viii
NUÑEZ MIÑANA, Horacio: Finanzas púbicas, Macchi 1994, p. 178.
ix
Por ejemplo en astronomía o en física atómica.
x
POPPER, Karl R.: La lógica de la investigación científica, 4ª reimpresión, Tecnos, Madrid, 1977.
xi
Por ejemplo “ceteris paribus”.
xii
MUSGRAVE, Richard A y MUSGRAVE Peggy B.: Hacienda pública teórica y aplicada, 5ª edición McGraw-Hill 1992,
p. 328.
xiii
Es imposible la existencia de una economía no maximizadora, por lo menos tal cual se conoce. Pero otros enfoques
son posibles, por ejemplo Bataillé (BATAILLE, Georges: La parte maldita, editorial Las Cuarenta, Buenos Aires, 2007)
estudia al derroche como motor de la economía, suprimir esta anomalía postulando que “maximiza” es derroche es una
observación tan audaz como falsa.
xiv
BUNGE, Mario: Las ciencias sociales en discusión, Sudamericana, 1999, p. estudia el derroche como motor de la
economía
xv
ARENDT, Hannah: La condición humana, Paidós, 2003, p. 215
xvi
BOURDIEU, Pierre, Las estructuras sociales de la economía, Manantial, 2001, p. 242.
xvii
TENZER, Nicolás: Filosofía política, Editorial Docencia, Buenos Aires, 1999, p. 587.
xviii
CASTORIADIS, Cornelius: Figuras de lo pensable, primera reimpresión, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 134.
ii
iii
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