La responsabilidad compartida de padres y madres en el siglo XXI

Anuncio
LAFIRMA
Foto: LabGP & SigOther (Creative Commons)
La responsabilidad
compartida de
padres y madres
en el siglo XXI
■ CONSUELO CRESPO
Presidenta del Comite Español de UNICEF
A través de la historia, la mayoría
de las naciones del mundo han
tenido leyes y costumbres basadas en la idea de que los niños
eran propiedad de los padres, de
modo que estos podían ejercer
sus derechos únicamente en
beneficio propio. El niño constituía “una carga económica y
debía ser obediente, respetuoso,
dócil, trabajador, y consciente de
la deuda insalvable que había
contraído con sus mayores”1.
6
Sólo a partir del siglo XVIII se
empezó a pensar que no sólo los
padres tenían derecho sobre sus
hijos sino que también tenían
obligaciones con ellos: criarlos
bien, educarles, amarles y castigarles “moderadamente” si era
preciso. Pero no es hasta finales
del siglo XX, concretamente el 20
de noviembre de 1989, cuando
los derechos de la infancia
adquieren rango de ley internacional.
La Convención de Derechos del
Niño es la primera ley internacional sobre los derechos de la
infancia y fue el resultado de un
proceso de diez años de aporta-
ciones de representantes de diversas sociedades, culturas y religiones. A lo largo de sus 54 artículos,
la Convención reconoce que los
niños y niñas son individuos con
derechos universales, indivisibles y
jurídicamente vinculantes, lo que
implica que su supervivencia y
desarrollo son, a partir de ese
momento, además de una obligación moral, una obligación legal
de carácter universal.
En ese momento los principios
legales vigentes relativos a los
derechos de los padres se traducen en principios de responsabilidad, es decir, la responsabilidad
de que padre y madre actúen
según el interés superior de sus
hijos. Además, los gobiernos
nacionales que han ratificado la
Convención, entre ellos España,
se han comprometido a proteger
y garantizar esos derechos. Por
tanto, se comprometen a
emprender todas las acciones y
políticas necesarias a favor del
interés superior del niño.
El artículo 18 de la Convención
sobre los Derechos del Niño se
1 Gonzalo M. Borrás Gualis en La infancia en el arte.
refiere a las responsabilidades de
los padres en lo que respecta a la
crianza y desarrollo del niño. Y
trata específicamente de la asistencia que el Estado deberá prestar a los padres en el desempeño
de sus responsabilidades y obligaciones.
De este artículo se desprenden
varias ideas sobre las que es conveniente reflexionar. La primera
de ellas es que ambos, el padre y
la madre, comparten la responsabilidad de criar a sus hijos y
deben reflexionar antes de tomar
cualquier decisión que les afecte,
sobre qué es lo mejor para ellos.
En segundo lugar, se señala que
el Estado debe prestar ayuda a los
padres para que estos puedan
criar y cuidar a sus hijos de manera adecuada.
La tercera hace referencia explícita a los niños cuyos padres trabajan, indicando que el Estado debe
adoptar las medidas necesarias
para que estos padres dispongan
de servicios e instalaciones apropiadas de “guarda” y atención
para sus hijos.
El modelo de familia se ha basado durante muchos años, en la
mayor parte de las sociedades y
culturas, en una división clara de
los roles: los hombres eran los
encargados de trabajar fuera de
casa y las mujeres se ocupaban
del hogar y de los hijos.
Esta división está comenzando a
diluirse con la incorporación de la
mujer al mundo laboral, pero no
podemos decir que sea una tendencia generalizada en todo el
mundo, ni siquiera en los países
industrializados. Además, aun
cuando la mujer trabaja fuera de
casa, la mayor parte de la carga
de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos continúa recayendo sobre ellas.
La Convención es uno de los primeros tratados en considerar este
principio, el de la responsabilidad
compartida del padre y la madre,
como un derecho fundamental de
la infancia.
Este principio refleja la disposición de la Convención hacia la
igualdad de la mujer e insta a los
Estados Partes a reconocer la responsabilidad común del hombre y
de la mujer en la crianza y desarrollo de sus hijos y a asegurar
que el interés del niño esté siempre en primer lugar.
El derecho de los hijos
cuyos padres trabajan
La participación de las mujeres en
el mercado laboral es beneficiosa
para la infancia, dado que a
menudo trae consigo un mayor
acceso a recursos económicos y
un control mayor sobre los mismos por parte de las mujeres.
Pero no hay duda de que cuando
el padre y la madre trabajan fuera
del hogar y no existen mecanismos adecuados de ayuda social, o
no hay capacidad de conciliación
entre la vida familiar y laboral, los
derechos de la infancia a la educación, al esparcimiento, a la
atención y a la protección se sienten amenazados.
Las exigencias y obligaciones
laborales son a menudo la causa
de que los progenitores pasen
poco tiempo con sus hijos. La
mayoría de las familias en las que
ambos progenitores trabajan tienen que realizar grandes esfuerzos para conciliar sus exigencias
laborales y familiares.
Estas dificultades se ven a menudo agravadas por la carencia de
unos servicios de guardería asequibles y de calidad.
Es cierto que en muchos países
industrializados, en algunos casos
por cumplimiento de la ley vigente y en otros por iniciativa propia
de las empresas, se han empezando a implantar medidas favorables a la conciliación: permisos de
maternidad y paternidad remunerados, excedencias por cuidado de
hijo, flexibilidad de horarios, teletrabajo o trabajo desde casa o la
incorporación de guarderías y
zonas de lactancia en los propios
centros de trabajo. Pero estos
mecanismos todavía no se han
extendido por igual y queda
todavía mucho que avanzar.
Es necesario el esfuerzo y la complicidad de todos: gobiernos,
empresarios, padres y madres
facilitar y promover los medios
necesarios para que el cumplimiento del derecho de la infancia
a desarrollarse en un entorno
adecuado que colme plenamente
sus necesidades en todos los planos, y a que disfrutar de la compañía de sus padres no se convierta
en una carrera de obstáculos sino
que sea una realidad sencilla y
cotidiana.
el
Es necesario
odos
esfuerzo de t
el
para cumplir
derecho de la
infancia a
en un
desarrollarse
uado
entorno adec
128
7
LA FIRMA
LA FIRMA
La responsabilidad
compartida de ambos
padres
Descargar