indemnización por lesiones permanentes no invalidantes

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INDEMNIZACIÓN POR LESIONES PERMANENTES NO INVALIDANTES
OCASIONADAS POR ACCIDENTES EN ACTO DE SERVICIO O POR
ENFERMEDAD PROFESIONAL. 2009
Se considera que un funcionario ha sufrido un accidente en acto de servicio (1),
cuando éste ha tenido lugar con ocasión o como consecuencia de las
actividades propias de la prestación del servicio a la Administración (art. 59 del
Reglamento General del Mutualismo Administrativo, RD 375/2003 de 28 de
marzo, BOE 11/04/2003).
Incluye también aquellos accidentes producidos en los desplazamientos desde
el domicilio particular al lugar de trabajo, así como su regreso (accidentes in
itinere). Tal calificación se basa en el hecho de que, de no haber tenido que ir
al trabajo no se hubiera producido la lesión. Al no existir un desarrollo legal de
este tipo de accidentes, ha sido objeto de una amplia jurisprudencia a menudo
contradictoria (art. 59.2 RD 375/2003 y art. 115 del RDL 1/1994 por el que se
aprueba el texto refundido de la ley General de la Seguridad Social).
Cuando el accidente en acto de servicio o enfermedad profesional le ha
provocado al funcionario una lesión, mutilación o deformidad permanente no
invalidante, que no dé lugar a una jubilación por incapacidad permanente para
el servicio, y por lo tanto continúa en activo en su puesto de trabajo, tiene
derecho al cobro de una indemnización que concede MUFACE.
Para ello es preceptivo la Resolución favorable del expediente de averiguación
de causas (determinación de las causas de las lesiones y la relación de
causalidad entre las mismas y la tarea que desempeña), que instruye de oficio,
o a petición del interesado, la Delegación de Educación y en la que se
reconozcan los hechos ocurridos como accidente en acto de servicio o como
enfermedad profesional, así como que dichas lesiones no son suficientes para
motivar la jubilación del funcionario por incapacidad permanente para el
servicio. El afectado debe aportar cualquier medio de prueba que sirva para
demostrar lo ocurrido (informe del médico, certificación del Director/a del
centro, testigos, etc.).
La petición de indemnización se realiza a la Delegación Provincial de MUFACE,
debiendo aportar junto a la resolución anterior, un informe del médico que le
atendió en el que se especifique las lesiones sufridas, la fecha en que ocurrió y
el carácter definitivo de las mismas. Recepcionada la petición, MUFACE
solicitará al EVI (Equipo de Valoración de Incapacidades del Instituto Nacional
de la Seguridad Social) la realización de un dictamen médico evaluador en el
que se catalogue dicha lesión (Orden APU/3554/2005 de 7 de noviembre, BOE
17/11/2005).
Si la lesión producida no constituye incapacidad permanente en ninguno de sus
grados (parcial, total, absoluta o gran invalidez), la indemnización a percibir
depende del baremo que tiene establecido el Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales para el Régimen General de la Seguridad Social (Orden TAS
/1040/2005 de 18 de abril, BOE 22/04/2005).
En cambio, si la lesión es constitutiva de una incapacidad permanente parcial
para el desarrollo de su función habitual como docente (que es aquélla que
ocasiona al trabajador una disminución no inferior al 33 % en su rendimiento
normal para su profesión sin impedirle la realización de las tareas
fundamentales de la misma), la indemnización equivale a 24 mensualidades de
la base de cotización al mutualismo administrativo en el mes de la primera
licencia (que es el haber regulador de las pensiones de clases pasivas), es
decir, para el presente año asciende a unos 77.000 euros si el docente
pertenece al subgrupo A1, y unos 60.000 euros si pertenece al subgrupo A2.
Estas indemnizaciones son compatibles con las ayudas de Acción Social que
pueda haber en las Comunidades Autónomas, salvo que así se indique
expresamente en la normativa que regule esas ayudas de Acción Social. El
artículo 12.1 de la Orden APU/3554/2005 establece la compatibilidad por parte
de MUFACE.
Si con posterioridad al cobro de la indemnización el funcionario se jubilara por
incapacidad permanente y dicha jubilación se hubiera producido en base a las
lesiones que le produjo el accidente, el funcionario estará obligado a reintegrar
la indemnización percibida a MUFACE. Al mismo tiempo deberá solicitar a
Acción Social la diferencia entre la indemnización cobrada y la cuantía máxima
dependiendo del grado de incapacidad.
En los casos de accidentes o enfermedad profesional, independientemente de
que las lesiones producidas sean o no invalidantes, el mutualista tiene derecho
a la total gratuidad de medicamentos, así como a toda clase de prótesis y
órtesis y demás prestaciones complementarias que se consideren necesarias
en relación con el proceso patológico provocado, debiendo para ello solicitar el
reintegro a MUFACE de los gastos que le haya ocasionado.
(1) Aunque referenciada a las pensiones y no a indemnizaciones por lesiones que estamos
tratando, la Ley de Clases Pasivas hace una definición más amplia incluso, y presume que un
accidente es en acto de servicio, salvo prueba en contrario, cuando haya acaecido en el lugar y
tiempo de trabajo. En cambio, esta Ley no contempla los accidentes in itinere como accidentes
en acto de servicio a efecto de pensiones (art. 47.4 del Real Dtº Legislativo 670/1987).
Secretaría de Enseñanza Pública de la FECCOO.
Abril 2009
(Elaborado en casi su totalidad a partir de un informe elaborado por el Gabinete de
Estudios y Jurídico de la F.E.CC.OO. de Andalucía)
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