Arte moderno del siglo XVIII

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EL COLUMPIO, de Jean Honoré Fragonard
Identificación de la obra
La obra pictórica a comentar pertenece al Rococó francés (siglo XVIII). Se trata de El columpio de Fragonard.
Introducción
Barroco y Rococó son los estilos que predominan el espacio final del llamado Antiguo Régimen. Durante
mucho tiempo, el Rococó se estudia como la exageración del Barroco, como la decadencia de un estilo, sin
embargo, en la actualidad ha ganado en autonomía y se ha revalorizado (algo semejante a lo que sucedió con
el Manierismo).
Este Barroco es un arte que se presenta en dos direcciones:
− una al servicio de las cortes católicas
− otra al servicio de una sociedad protestante y burguesa
Introducción histórica
El Rococó no deja de ser un arte regia para ser el preferido por la aristocracia y la alta clase media, amantes de
un estilo mundano, íntimo y delicado. Es pues, el estilo propio de la aristocracia y de la alta burguesía lo que
determina un cambio sustancial en la relación entre el artista y la sociedad: el artista ya no es el servidor del
poder como en el Barroco, ya no trabaja sólo por encargo sino que aparece el mercado del arte. El artista por
lo tanto es más libre y los marchantes se encargan de comercializar su arte.
La sociedad cambia sus gustos, abandona los grandes y regios palacios y prefiere palacetes cómodos y
coquetos, el mismo Luis XV edificó el Pequeño Trianon en Versalles que responde al nuevo gusto.
Se ponen de moda los Salones donde los aristócratas y burgueses se reúnen para hablar de literatura, política,
arte, filosofía, música, etc. y también para bailar y divertirse; son el marco idóneo para que los artistas hagan
clientela. Las damas son las organizadoras, a menudo, y las animadoras de los Salones, cosa que ejemplifica
su nuevo papel en la sociedad, hasta el punto que dos de estas damas darán nombre a la época y al estilo:
Madame Pompadour y Dubarry.
Aunque la pintura del siglo XVIII ha sido menospreciada en la historia del arte, hay que reconocerle algunos
aspectos innovadores.
1º. Los pintores del siglo XVIII dan los primeros pasos hacia la emancipación del arte, la pintura ya no está
sólo al servicio del estado y la religión, sino del gusto del público y de la misma creatividad del pintor.
2º. Rompe con el clasicismo académico y se decanta por la vía colorista y sensual de Rubens y la escuela
veneciana.
3º. Refleja el ambiente de las fiestas, la alegría de vivir, el amor galante y la sensualidad de los temas de los
cuerpos femeninos.
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Jean Honoré Fragonard
Nació en el sur de Francia y viajó a Roma, donde consiguió un gran éxito y ganó un codiciado premio, tras
ésto ingresó en la Academia del Arte de París. A partir de la exposición pública de El columpio se convirtió
en el artista predilecto de la alta sociedad de París al estallar la Revolución Francesa perdió sus cargos
públicos y los últimos años de su vida vivió arruinado y alejado de la vida artística en la que predominaban
los gustos como el clasicismo.
Fragonard forma, con Watteau y François Boucher, la gran triada de los pintores del siglo XVIII. Es el pintor
de las figuras juveniles, femeninas y sensuales y de escenas de un erotismo sutil, refinado e irónico. Su técnica
es fluida y luminosa.
Historia de la obra
Se trata de un óleo sobre lienzo que se encuentra en el Wallace Collection de Londres. El título original de
esta obra es El feliz capricho del columpio (Les hereux hasards de l´escarpolette).
Descripción de la obra
El cuadro presenta un exquisito tema galante donde un hombre mayor empuja el columpio de una dama que
mueve su falda mientras un noble observa la escena desde abajo. El personaje central es una joven con un
magnífico vestido rosa que lanza su zapato a un joven medio escondido entre las plantas del jardín. Mientras,
un hombre maduro manipula las cuerdas del columpio para darle impulso.
El escenario se puede relacionar claramente con el tema de los jardines del amor de Rubens y Watteau con
alusiones mitológicas en las esculturas que decoran el jardín.
La composición está compuesta por una variadísima gama de amarillos, verdes y azules.
Las cuerdas del columpio, la joven y el joven del extremo inferior dibujan una diagonal que se contrapone a la
formada por el hombre de la derecha y las cuerdas que éste mueve.
La centralidad de la joven viene dada por el cruce de estas dos líneas, sobretodo por la tonalidad cálida del
vestido, vivamente iluminado por el sol que penetra entre el ramaje. Esta luz matizada crea un efecto de
profundidad que es probablemente la gran habilidad del pintor.
Interpretación
La intención del artista parece ser que era hacer un paralelismo entre el vaivén del columpio y la volubilidad
del amor femenino. Este tipo de alegorías sencillas y tópicas tuvieron gran éxito entre la sociedad parisina que
parecía vivir como los personajes del pintor, en una nube de colores, alegres y despreocupados, mientras que a
sus pies se agitaba la Francia revolucionaria. La obra refleja el mundo del Rococó como un juego placentero y
refinado, rompiendo la estética del ideal heroico del Barroco y se acerca más a una imagen burguesa
relacionada con la mentira.
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