Crónicas de la Historia de José C

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Crónicas de la Historia de José C. Paz
Costumbres y Sociedad
o
Los nombres de mi pueblo
(José C. Paz, José Clemente...).
o
Poblados primigenios de José C. Paz:
 Villa Germano
 Villa Altube
 Villa Iglesias
o
La Economía de José C. Paz: Los comienzos.
o
La Economía de José C. Paz: "El campo"
o
La Vida Comunitaria a principios del 1900
o
Las Romerías Populares
o
Sociedad de Fomento de Arroyo Pinazo
o
La Unión Vecinal de 1958
Instituciones
o
Ateneo Cultural y Artístico:
"El Hornero de José C. Paz" - Su historia
o
Club Artesanos José Altube:
Su Historia: los clubes que le dieron origen.
o
El Aeródromo de José C. Paz
o
El Períodico "Progreso"
o
Inicios de la Parroquia San José de José C. Paz
o
La Estación del Ferrocarril:
Un 13 de julio de 1913 "Arroyo Pinazo" comenzó a llamarse
"José C. Paz"
Lugares Históricos
o
La casa de los Altube
o
La Sociedad Cosmopolita de Socrros Mutuos
Los Nombres de Mi Pueblo
"Hacia 1882, Mateo Clark obtiene la concesión para el pasaje de las vías del
Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, y compra algunas extensiones de tierra a Serafín
Germano y posiblemente a otros propietarios, como Irigoin, por donde atravesarán las
vías" (Historia de José C. Paz de Héctor Mario Segura Salas).
Tendido del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico
Con el tendido de las vías ferroviarias y con el paso del tren se fueron habilitando
estaciones ferroviarias.
En efecto, los hermanos Juan Eduardo y Mateo Clark, firman el 26 de enero de 1874 el
primer contrato, para construir una línea ferroviaria de 1.676 de trocha, iniciándose las
obras en Villa Mercedes, continuando hasta San Juan. Terminada esta sección se
empalmaría Villa Mercedes - Buenos Aires.
El 10 de octubre de 1882 se forma la compañía Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico con
el propósito de hacerse cargo de la concesión para ferrocarril desde Mercedes (Provincia
de Buenos Aires) a Villa Mercedes, y los hermanos Clark tomaron a su cargo la
construcción y equipamiento de la línea.
Posteriormente, el Gobierno nacional autoriza a los hermanos Clark la construcción de
la sección entre Buenos Aires y Mercedes, formándose la Compañía del Ferrocarril
Buenos Aires a Mercedes. Los trabajos comenzaron el 6 de julio de 1886. Esta
compañía transfirió la concesión a la compañía Buenos Aires al Pacífico el 24 de
septiembre de 1886.
Los trabajos de la sección Buenos Aires a Mercedes arrancaban en la calle Santa Fe, a la
altura del arroyo Maldonado, encontrándose allí la primera estación, denominada
"Palermo". La línea se desarrollaba en una extensión de 107 kilometros.
Entre Palermo y Mercedes se distribuyeron cinco estaciones: Caseros en el kilometro
15,200; Muñiz en el 29,700; Pilar en el 50,800; Cortines es el 81,800 y Agote en el
98,600. Por decreto del 17 de marzo de 1888 se autoriza al Ferrocarril Buenos Aires al
Pacífico a abrir el servicio al público el día 20 de marzo, pero la apertura se concretó el
día 25, partiendo de Palermo el primer tren a las 5,00 PM; pasando por Caseros a las
5,23; por Muñiz a las 5,51; por Pilar a las 6,28; por Cortines a las 7,21; por Agote a las
7,49; llegando a Mercedes a las 8,03. En cada estación el tren se detenía dos minutos, a
excepción de Pilar que paraba cuatro minutos.
Estas vías pasaban por incipientes poblados. Ante el pedido de los vecinos, el Gobierno
Nacional comenzó a autorizar nuevas estaciones. Así el 15 de abril de 1891 se libró al
servicio público la estación "Bella Vista". Cinco años más tarde, el 16 de febrero de
1896, se habilita al público la estación "General Sarmiento", hoy San Miguel.
Estación "Arroyo Pinazo"
Posteriormente los vecinos del paraje Villa Altube, hicieron sus gestiones para obtener
una parada de tren. Las mismas tienen éxito y comenzaron a concretarse cuando la
empresa del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico compró a Serafín Germano una
porción de tierras en 1904. En dichas tierras se construyó el edificio de la estación,
luego los galpones y cocheras, habilitándose al público el 8 de octubre de 1906 con el
nombre de "Arroyo Pinazo". El nombre de la estación pasó a ser el nombre del pequeño
poblado.
Vista de la Estación Manuel de Pinazo, 1952/1953
Este primer nombre se toma del arroyo distante a unos seis kilometros de la estación. El
arroyo tiene sus nacientes en los campos cercanos al cruce de los caminos de San
Fernando a General Rodríguez y de Pilar a Moreno; a poco andar sirve de divisoria
entre las tierras de los partidos de Moreno y del Pilar, posteriormente entre los de
General Sarmiento y del Pilar, para unirse, ya dentro del Partido del Pilar, al arroyo
Burgueño y formar el arroyo Escobar, desembocando en el Río de Luján. La cuenca del
arroyo Pinazo es de forma rectangular y sus aguas son perennes e intermitentes, el
régimen es pluvial con crecida rápida durante las tormentas. Todo el curso de agua se
encuentra integrado dentro del amplio ambiente de llanura apenas elevado sobre el nivel
del mar.
Este curso de agua sirvió de nacimiento a "las suertes de sobras" repartidas por Juan de
Garay. Estas suertes nacían en el arroyo e iban hasta encontrarse con los fondos de las
suertes de estancia que nacían en el Río de las Conchas, hoy Reconquista. En la actual
calle Pueyrredón se daba el encuentro de los fondos de ambas suertes. Por eso es de
pensar que el nombre de Arroyo Pinazo se ha dado a la estación porque las tierras donde
se encuentra la población nacían en el mismo. Y adquirieron el nombre de Pinazo, por
su un antiguo propietario.
Pedido de cambio de nombre
Pocos años se llamará al pueblo "Arroyo Pinazo".
En 1912 fallece José C. Paz, fundador del diario "La Prensa" y amigo personal de don
José Altube. Muchas son las iniciativas en el país para perpetuar su nombre. Entre ellas
está la de los vecinos de Arroyo Pinazo, que a propuesta de don José Altube, elevan un
pedido al Ministro de Obras Públicas, para cambiar el nombre de la estación por el de
José C. Paz.
El director de Ferrocarriles, Ingeniero Pablo Nogués, da despacho favorable al pedido.
Y el 5 de mayo de 1913, el ministro interino de Obras Públicas, doctor Bosch, firma la
resolución por la cual se cambia el nombre a la estación.
El pueblo recibió con algarabía la noticia y la empresa del ferrocarril Buenos Aires al
Pacífico dispuso cambiar el nombre el domingo 6 de julio.
Inmediatamente, vecinos e instituciones, se vuelcan de lleno a preparar los festejos,
desarrollándose el siguiente programa:
Primero: A la salida del sol, disparos de bombas.
Segundo: A las 8 a.m. una banda de música recorrerá las calles del pueblo
tocando dianas,
Tercero: A las 12 m., la comisión de fomento de Villa Altube, obsequiará con un
asado a sus miembros e invitados.
Cuarto: A las 2 p.m., recepción de las delegaciones y concurrencia de Buenos
Aires. Los niños de las escuelas cantarán el Himno Nacional Argentino, y
enseguida se descubrirán los tableros de la estación, con el nombre del doctor
José C. Paz.
Harán uso de la palabra en ese acto: en representación del vecindario, el
doctor González Paglieri y el señor Luis Ebri, en nombre del comité central de
homenaje, el doctor Estanislao S. Zeballos, quien agradecerá la demostración
del vecindario.
Una de las niñas de las escuelas locales, declamará una poesía alusiva al acto.
Quinto: la concurrencia se trasladará, precedida de las bandas de música, al
local de la Sociedad de Fomento de las Villas Iglesia y Germano, donde será
obsequiada con una copa de champaña.
Sexto: Inauguración de la Avenida José C. Paz.
En este acto harán uso de la palabra, el señor Juan Mercadal, por la sociedad
de Fomento de Villa Altube, y el doctor Delfín R. Carballo Araya, en nombre del
personal de La Prensa.
La niña Estela Gandolfo, de la escuela fiscal de Villa Angélica, partido de
Avellaneda, declamará una poesía alusiva al acto.
Séptimo: Lunch ofrecido a la concurrencia por el señor José Altube, en el salón
de la sociedad de fomento.
Hablará en el acto en representación del vecindario y de la prensa de
Avellaneda y el comité de homenaje al doctor Paz, constituido en esa ciudad, el
señor Florencio Santolario, director de "El Comercio"
Octavo: Carrera de sortijas.
Noveno: Gran baile popular, en la plaza de las romerías.
Décimo: A las 5, 30 p.m., regreso a Buenos Aires del tren especial.
Foto del Camino de San Fernando a Rodríguez, año 1935. Interpretación de la
vista: vieniendo por la Ruta 197 desde León gallardo hacia la estación (está
tomada altura Ruta 197 y calle Sarmiento).
Segundo nombre: "José C. Paz". Un mes de festejos
El 5 de julio todo estaba dispuesto, pero por incovenientes de último momento se
debieron trasladar los festejos. Así informa el diario "La Prensa":
"No obstante todos los preparativos hechos por el vecindario de la estación Arroyo
Pinazo, en homenaje al ilustre ciudadano cuyo nombre llevará en adelante este pueblo,
la Comisión Central que funciona en esta Capital, resolvió ayer, de acuerdo con las
Sociedades de Fomento organizadora de los festejos, postergarlos para el próximo
domingo.
La causa principal de esta postergación, reside en la imposibilidad manifestada por la
gerencia del Ferrocarril al Pacífico, de hacer correr un tren expreso, entre 1 y 1,30 de
la tarde, de esta Capital a la estación José C. Paz. La comisión de homenaje ha
considerado materialmente imposible que la enorme cantidad de personas que
deseaban concurrir a los actos preparados, pudiera trasladarse en el tren ordinario de
la 1,25 único de que podía disponer la citada empresa a hora adecuada para el buen
éxito del homenaje".
No obstante, como de esta resolución no se pudo dar aviso a todo el vecindario de
Arroyo Pinazo y sus alrededores, el domingo 6 de julio un gran número de personas se
reunió en la plaza del pueblo, a los cuales don José Altube ofreció un asado y por la
tarde hubo carrera de sortijas.
Al domingo siguiente, día 13 de julio, se llevaron a cabo, tal cual lo previsto, los actos
del cambio de nombre. Así informaban los periódicos al día siguiente:
"La población que hasta hace poco días llevara el nombre de Arroyo Pinazo tuvo ayer
un día de francas y nobles expansiones, en ocasión de los festejos con que fue
celebrado el cambio de su antigua denominación por la de José C. Paz, como se la
designará en adelante.
Desde las primeras horas de la mañana el pueblo presentó un aspecto de gran
animación, en la que se confundían por igual la bullanguera alegría de la multitud y los
acordes de las dianas y las marchas de la banda de música que recorría las calles de la
localidad.
El embanderamiento total de la población y los arcos y trofeos con que se habían
adornado las vías principales contribuyeron al mayor brillo de los festejos, cuya
animación no decayó un momento hasta entrada la noche".
13 de julio de 1913, se le pone al pueblo "José C. Paz". La foto muestra el
momento en que es descubierto el nombre de la Av. José C. Paz.
No todo concluyó en este día, para el domingo siguiente, 20 de julio, se programó: a las
1,00 p.m. partido de football entre los clubs de José C. Paz y Pilar, al finalizar bailes
populares. Después baile popular, amenizado por la banda "La Lira Argentina", y a las
7,30 p.m., en la plaza, función cinematográfica, en la que se exhibirían las vistas que el
señor Max Glücksmann, de la casa Lepage, ha obtenido en las fiestas del domingo
anterior. Finalizando con bailes populares.
Dado que no se pudo proyectar la película "por incovenientes surgidos a última hora en
la marcha del motor que debía hacer funcionar las vistas cinematográficas", se
programaron nuevos festejos para el domingo siguiente, día 28 de julio.
En este día, a las 1,00 comenzaron con un almuerzo campestre ofrecido por don José
Altube. Al final del mismo actuó la banda "La Lira". Luego pasaron al campo de
deportes para un partido entre los clubes de José C. Paz y Hurlingham. Terminado el
partido, se realizó un gran baile popular en una carpa levantada en la plaza, hasta las
5,30 de la tarde en que debió suspenderse por falta de luz.A las 7,00 se prendieron
fuegos de artificio y a las 19,30 se dio comienzo a función cinematográfica. Al aparecer
en la tela la vista del pueblo y de los festejos que allí se realizaron fue saludada con
una salva de aplausos y atronadores vítores al doctor José C. Paz. Amenizaron esta
función, el cuarteto integrado por Juana y Elvira Altube, Catalina Buzzini y Aída
Altimpergher.
Conociendo algo de la vida del doctor José C. Paz
Nació en Buenos Aires, el 2 de octubre de 1842. Era hijo de don Ezequiel Paz y doña
Jacoba Cueto. Su familia se radicó en Rosario, donde transcurrió parte de su infancia y
adolescencia.
Siendo muy joven, vivió una aventura muy singular que puso de manifiesto su profunda
fe por la causa porteña. Cuando llegaron varias cañoneras de Buenos Aires para atacar a
los confederados, José C. Paz se hechó a nadar y llegó a una de ellas en medio de una
lluvia de balas y a raíz de esto, fue trasladado por el buque Buenos Aires hasta la
Capital, donde se alistó en las filas que combatían a los confederados. Como tantos
otros de su generación, sostenía que era preciso defender con bravura el sufragio, ese
instrumento natural de la soberanía popular, y dio el ejemplo de la defensa armada de
las urnas contra los ataques armados para posesionarse de ellas y destruirlas.
En la batalla de Pavón fue ayudante del general Mitre. Cuando estalló la guerra con el
Paraguay, fundó en 1865 la Sociedad Protectora de los inválidos. En 1867, fundó un
periódico al que llamó: El Inválido Argentino, cuyo objeto era obtener fondos para su
obra de beneficencia. En aquella época era secretario de la Cámara de Diputados.
Retrato del Doctor José C. Paz.
El 18 de octubre de 1869, fundó el diario La Prensa y en su primer editorial decía: "La
independencia, el respeto al hombre privado, el ataque razonado al hombre público y
no a la personalidad individual formarán nuestro credo... Verdad-libertad: he ahí
nuestro punto de partida. Libertad, progreso, civilización: he ahí el fin único que
perseguimos. No nos guía ningún móvil mercantil. Abrigamos la confianza de
conservar la independencia suficiente, a más de la que nos es característica, para
poder ser interpretes genuinos de la opinión pública". . Cuando en 1871, la ciudad de
Buenos Aires sufrió el azote de la fiebre amarilla, en el diario La Prensa, se organizó
una comisión para atender a los enfermos y a sus familias. En aquellas dramáticas
jornadas puso de manifiesto su temple y altruismo.
Figuró entre los principales gestores de la revolución de 1874 contra Avellaneda, el
candidato oficialista, cuya consagración como sucesor de Sarmiento se había hecho
mediante el fraude del sufragio popular. Los comicios de aquella época se efectuaban en
los atrios de las Iglesias, sin un control eficaz ni garantías suficientes. El resultado de las
elecciones, producto de un fraude, provocó una profunda indignación que rápidamente
culminó con el alzamiento en armas contra el gobierno. José C. Paz fue uno de los
principales protagonistas en la gestación de este movimiento cívico-militar, y lo fue
también en la lucha posterior. Asumió personalmente el mando de las fuerzas
revolucionarias reunidas en los distritos bonaerenses de San Fernando y Tigre, con la
que se formó la legión "24 de septiembre". En esa oportunidad pronuncia la frase "al
periodismo honrado, cambiar la pluma por la espada", suspendiendo el diario para
tomar el mando de las fuerzas y encaminarse hacia el sur, incorporándose al ejército
constitucional del general Rivas en el Partido de Monte. Cuando el general Bartolomé
Mitre, Jefe de la revolución, llegó al Tuyu desde Montevideo, nombró a José C. Paz,
auditor de guerra del ejército, con el título y honores de coronel. Es aquí donde se
conocen José C. Paz y José Altube, quién por entonces estaba radicado en Dolores,
ofreciéndole don José los servicios de sus carretas para transportar los abastecimientos
necesarios para la contienda. Así nació una amistad de por vida entre los dos hombres.
Derrotada la revolución en la batalla de La Verde, José C. Paz se exiló en Montevideo,
donde se graduó en derecho. En 1879 fue diputado nacional. Desde 1883 hasta 1885,
ejercitó la representación diplomática de nuestro país en Madrid. Desde 1885 hasta
1893, fue nuestro representante en París. Su desempeño como ministro plenipotenciario
fue muy ponderado. Murió en Montecarlo, el 10 de marzo de 1912. Se había casado con
doña Zelmira Díaz.
Segundo cambio de nombre: Manuel de Pinazo
El 24 de enero de 1952, como consecuencia del conflicto suscitado entre el Peronismo y
el diario "La Prensa", por un decreto del gobierno nacional se cambia el nombre de José
C. Paz por el de "Manuel de Pinazo". En sí para los habitantes del pueblo siguió siendo
José C. Paz; en cambio, en las dependencias oficiales: estación, correo, registro civil,
escuelas... se registro el cambio, y en toda la documentación encontramos "Manuel de
Pinazo".
Vista de la Estación de José C. Paz, década del 40.
En este cambio de nombre, el pueblo no tuvo ninguna participación ni injerencia,
tampoco hubo festejos.
¿Quién era de Manuel de Pinazo?
Fue un antiguo vecino de los pagos del Pilar. En el censo de 1744, realizado en la
campaña de Buenos Aires, encontramos en torno a la Capilla de Nuestra Señora del
Pilar que vivían cinco familias, suman veinte personas, entre ellas estaba la casa y
pulpería de don Manuel de Pinazo.
En 1756 adquirió las "Suertes de Sobras", en total 14850 varas cuadradas. Tierras que
hoy conforman gran parte de los Partidos de Escobar, Pilar, José C. Paz y Malvinas
Argentinas. Nueve años después vendió una parte, y el resto, a su muerte, fueron
heredadas por sus hijos.
Manuel de Pinazo había nacido en la región de Burgos, actual provincia de Santander,
España, hacia el año 1714. Era hijo de Cristóbal de Pinazo y María Cruz Perteche.
En su juventud emigró a Buenos Aires, donde contrajo matrimonio con Polonia
Amarillo. Del matrimonio nacieron tres hijos: José Gregorio en 1739, María Martina en
1743 y Casimiro en 1744.
Tuvo larga actuación en las milicias de campaña, iniciando sus servicios en el año 1735
como cabo de Escuadra en el Cuerpo de Blandengues, bajo las órdenes del maestro de
Campo don Juan de San Martín. En 1741 es promovido a sargento y el 16 de agosto de
1760, es ascendido a Capitán de milicias del Partido de la Cañada de Escobar. El 13 de
mayo de 1762, el gobernador, don Pedro de Ceballos, lo nombra Sargento Mayor de los
partidos de Las Conchas abajo y Las Conchas arriba, con el mismo grado en la Costa y
Cañada de Escobar. Realizó varias expediciones para dominar a los indios. En 1769 se
lo nombra Comandante de la expedición a las Salinas Grandes. En 1772, las autoridades
lo ponen al frente de las milicias de campaña, revistando en calidad de Sargento Mayor
en el Partido de Luján. En agosto de 1776, al crearse el Virreinato del Río de La Plata,
su primer virrey, don Pedro de Ceballos, lo promueve a Maestro de Campo General de
la Campaña Bonaerense. Hacia 1780, fue ascendido a Comandante en Jefe de todas las
tropas. Después de más de 46 años de servicios activos, el virrey le acordó el retiro,
pero poco tiempo después es convocado para una nueva expedición a las Salinas
Grandes.
No solo se desempeñó como militar, al asumir el cargo como Maestro de Campo en el
año 1776, ocupó también la función de Alcalde Ordinario de la Villa de Luján;
haciéndolo nuevamente en los años 1789, 1795 y 1796. Durante estos períodos residió
en Luján, construyendo el edificio que hoy es sede del Museo Histórico de Luján.
"El Mariscal", como se lo conocía en los círculos sociales de la epoca, era alto, de
fuerte contextura física, resaltaba en su ancianidad su pelo y barba blanca, calzaba
calzón de tela gris, zapatos con hebillas plateadas, chupa leonada con galones
bordados y tricornio azul con ribetes de oro.Después de una larga vida y dinámica
actuación, falleció a la edad de 84 años, el 22 de octubre de 1798.
Nuevamente José C. Paz
Caído el gobierno peronista, el gobierno de la revolución libertadora, mediante un
decreto general dado a fines de septiembre de 1955, restituye a todos los pueblos del
país los nombres cambiados durante la presidencia de Juan Domingo Perón. No
obstante este decreto, hay una resolución fechada el 14 de diciembre de 1955, donde se
cambia Manuel de Pinazo por "José C. Paz". Esta resolución fue, en realidad, un acto de
desagravio a la figura del doctor Paz.
Con correr del tiempo surge la pregunta ¿qué significa la letra "C"?. Para algunos
significaba "Carlos", para otros "Camilo", para otros "Clemente".
El Ateneo Cultural y Artístico "El Hornero", el 13 de marzo de 1978, cursa una nota al
diario "La Prensa", preguntando sobre el segundo nombre de José C. Paz. En respuesta,
el Director del diario, don Máximo Gainza, contesta: "el fundador del diario La Prensa
se llamaba José Clemente Paz, pero siempre usó y firmó José C. Paz. Ello explica las
diferencias que existen en cuanto al segundo nombre". .
Vista de la estación, nuevamente José C. Paz, 1956
En mayo de 1979, el diario "Avance" vuelve sobre el tema y publica lo averiguado por
el Ateneo "El Hornero".
Por último, en el año 1995, el Museo Histórico "José Altube", encarga una investigación
al prof. Ezequiel Pavese. Dicho profesor encara un trabajo serio y después de consultar
distintos documentos, concluye "Es evidente, que con la documentación obtenida -Acta
de defunción y expediente de la Sucesión José C. Paz- podemos afirmar con mucha
seguridad, que el nombre del ilustre ciudadano, es José Clemente Paz
Descubierto el significado de la "C", hay algo que no podemos obviar, para el paceño
siempre su pueblo fue "José C. Paz", poco le importó si la "C" significaba Carlos,
Camilo o Clemente. Hoy cuando escuchamos decir "José Clemente Paz" suena raro, el
oído no está acostumbrado, el paceño no está familiarizado; incluso en los decretos
oficiales, como cuando se elevó a la categoría de ciudad o se creó el distrito, siempre se
dice "José C. Paz".
Este es y será el nombre de nuestro pueblo: "José C. Paz"; incluso en más de una vez,
al hablar apurado escuchamos decir: "Soy de José Paz".
Alberto Julio FERNANDEZ
Poblados primigenios de José C. Paz
Villa Germano
"El 22 de noviembre de 1904 el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico adquirió a Serafín
Germano, los terrenos para la estación, galpón de locomotoras y demás dependencias
de esta empresa. El 8 de octubre de 1906, la empresa habilitó una estación con el
nombre de Arroyo Pinazo. El establecimiento de la estación ferroviaria,
indudablemente aceleró el trámite de venta de tierras, dando origen a una serie de
subdivisiones y remates. Los primeros de ellos, en 1907, se efectuaron en los terrenos
de Villa Altube. En 1908, Serafín Germano subdividió y vendió parte de sus campos,
cruzados por las vías del ferrocarril y la estación, los cuales en adelante fueron
conocidos como Villa Germano" ("Historia de José C. Paz" de Héctor Segura Salas).
El propietario de estas tierras
Don Serafín Germano, inmigrante italiano, se había radicado en San Miguel. Estaba
casado con María Zaccarello y tenían 10 hijos: Juan, María Paula, Rosa, Josefa
Serafina, Rita, Juana María, Paula Angela, Ana María, Emilia Luisa y Pedro Agustín.
Fue un hombre que trabajó activamente para fomentar e impulsar el progreso local. Se
desempeñó en el campo político. En 1889 formó parte del primer gobierno municipal de
General Sarmiento, como tesorero de la "Corporación Municipal" (hoy Concejo
Deliberante). El 30 de noviembre de 1890, al realizarse las primeras elecciones
municipales, fue elegido Presidente del Concejo Deliberante para el período del 1 de
enero al 31 de diciembre de 1891. En años posteriores ocupó mas cargos en el
Municipio y en el Consejo Escolar.
Tuvo, también, activa participación en la vida eclesial. Junto al vecindario, peticiona en
1885 al Arzobispo de Buenos Aires, que la capilla de San Miguel sea erigida en
parroquia. El Arzobispo concede lo solicitado, poniendo como condición que los
feligreses construyan la vivienda para el sacerdote. Ahí está presente junto a los
vecinos, abocado a la construcción de dicha casa. El 2 de abril de 1893, el Intendente
Quesada, forma una comisión protemplo para dotar a San Miguel de una iglesia más
grande, designándolo tesorero. El 8 de octubre del mismo año se coloca la piedra
fundamental, labrándose un acta firmada por un destacado numero de vecinos, entre los
cuales estaba Don Serafín. Integró la comisión hasta la terminación de la iglesia,
inaugurándose el nuevo templo el 29 de septiembre de 1895.
Además, se interesó por su colectividad. El 24 de agosto de 1890 se reúnen en su casa
un grupo de italianos que querían formar una sociedad de socorros mutuos, instituyendo
en ese día la "Fratellanza Italiana", presidida provisoriamente por Don Serafín.
Convocan a todos los connacionales para el 8 de septiembre inmediato a las 12 horas.
En la nueva reunión, también en su casa, quedó constituida definitivamente la sociedad,
designándolo primer presidente.
En Arroyo Pinazo, donde poseía campos y una casa para descanso, también contribuye
al progreso formando parte de la Comisión honoraria de la Sociedad de Fomento
constituida en 1909, en la del Club El Progreso, en comisiones formadas para
determinados homenajes... Fallece en San Miguel, el 16 de mayo de 1925.
Primer loteo de las tierras de Serafín Germano
En 1908, don Serafín Germano, lotea y pone a la venta parte de sus tierras en Arroyo
Pinazo, las que había adquirido en 1881 a Norberto Quirno, dando origen a "Villa
Germano". El loteo estaba delimitado por las calles: Mitre (hoy Zuviría), Seguí (hoy
Pueyrredón), León Gallardo y Camino de San Fernando a Rodríguez; las vías y el
campo del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico dividían el loteo en dos sectores, uno al
nordeste de la estación y el otro al sudeste.
El sector nordeste de Villa Germano, estaba delimitado por el Camino de San Fernando
a Rodríguez, el boulevard Pacifico (Leandro N. Alem) y las calles Seguí (Pueyrredón) y
León Gallardo. Comprendía 15 manzanas. Loteado, comienza a poblarse: los Sánchez,
panaderos; Pedro Pagani, casado con Luisa Sacco, 3 hijos, dedicado a la compra y venta
de ganado; Camilli; Villafranca, empleado en la empresa telefónica Westerr; Cesáreo
Wessel; Máximo Sonntag, casado con Berta Wessel; el Doctor Guillermo Andreau,
casado con 3 hijos; Máximo Díaz; los Etchart; Anacleto Navarro, jardinero de Sonntag,
casado con Teresa Santarelli; "el Mono" Díaz, policía, con su famoso violín; Semerena;
Gallardo; en 1919 José Fenoy casado con Carmen Plaza, 5 hijos, dedicado a la
construcción; Luis Zoilo Platini, casado con Camila Guffanti, instala el almacén de
ramos generales "La Paz";en 1930 Atilio Gatti procedente de San Luis, empleado en la
telefónica ITT, casado con María Angelina Sacchi, 3 hijos; Pedro y Angelina Sacchi;
Cristofaneti, maquinista del ferrocarril; Hernández, lechero; Sator, con quinta de flores,
casado con Enriqueta Dignac; Nigro; Seidenari; Casula; Banegas; Urcola; Fernández;
Darete, Irusta; Tossi; el Doctor Seveso; Tormo; Lodeiro, pocero; Mamolite; Luque, con
parada de diario en la estación; Tomasi; Roberto Anderson, que se casa con Gerda
Sonntag; Latorre, arrocero de Corrientes, que edifica una mansión en la calle Conesa; la
francesa Boit.
El sector sudeste, estaba delimitado por las calles Mitre (Zuviría), Pueyrredón y
Lacroze. En este triángulo, lindante a Villa Altube, se radican Raponi; Pagano; Pedro
Gorini; Albino Francesi, maquinista del ferrocarril, casado con Josefina Maggiolo; en
1910 don Francisco Vega Fernández, carpintero del ferrocarril, casado con María Soba,
4 hijos; Antonio Seno; José e Ignacia Becco, varios hijos, tenía break; Juan Barbieri,
plomero; el otro Barbieri, que construyó en 1928 "La Carolina"; el inglés mister Win,
posteriormente su sobrina Elena Turner; Tito Milens; Domingo Nigro, calabrés, atendía
la bomba del ferrocarril; Bernardo López, maquinista; Pedutto; mister Gread, inglés,
maquinista; José Daniel; Nicola Santangelo; Bonomo; María Vega, casado con Valerio
Laranjeira ....
Segundo loteo
Antes de finalizar la década del 30, Furst Zapiola y Compañía, lotea en el sector
nordeste una porción de campo que Juana María Germano de Sperling había heredado
de sus padres, comprendido entre las actuales calles León Gallardo, Pueyrredón, Muñoz
y el camino a San Fernando. Se ponen a la venta 241 lotes y quintas, con base $ 1.- la
mensualidad, en 120 cuotas sin interés. Para fomentar la rápida edificación, la compañía
entrega gratis 10.000 ladrillos de cal a cada uno de los 10 primeros compradores. Para
tener opción a esos ladrillos, el comprador debía comenzar la obra dentro de los 30 días
de la fecha de remate, comprometiéndose a terminarla dentro de los 90 días y debía
contar como mínimo de una habitación, cocina y "water closet", totalmente revocada y
alambrando con tejido el terreno. El 20 de abril de 1941 y el 26 de julio de 1942, la
compañía pone a la venta los últimos terrenos disponibles.
El único comprador que se hizo merecedor de los 10.000 ladrillos fue Nicolás Spaltro,
que había adquirido dos parcelas en León Gallardo y Pico (hoy Altube). Después de
Spaltro se fueron afincando: José Castro, gallego, viudo con 3 hijos, que tenía una casa
de compra y venta de material de demolición en la Capital, quién construye un chalet en
León Gallardo entre Pico (Altube) y Cipoletti (Lavalle); Aniceto Focci, levanta un
galpón en San Fernando y León Gallardo, años después trasladará su corralón de
materiales; José González, sastre, sobre León Gallardo; Víctor Ruggirello, dedicado a la
albañilería en San Fernando y 9 de Julio; Ramón Rúa, empleado del Ministerio de
Justicia, casado con Andrea Santiso, ambos gallegos, con 2 hijos; Esteban Parizak, con
vivero de flores, en La Reconquista entre Madero y Seguí (Pueyrredón); Lucas y Olga
Kostiuk, ucranianos, con tres hijos, Olga pasaba 14 ó 15 horas por día cociendo ropa y
Lucas, en un carro a caballo, la vendía por los hornos, tambos y quintas de verdura; Don
Luis, jubilado ferroviario, que vivía en Santos Lugares, cada día aprovechando el pase
venía a su quintita donde criaba gallinas, patos...
Característica propias
"Villa Germano", tubo su propia característica: fue una zona residencial, con algunos
palacetes -Sonntag, Andreau, Sánchez, Latorre, Seveso-, muchas casas de material tipo
chorizo, con techo de zinc, galerías con enrejado. Sin industrias y pocos comercios Panadería "La Moderna", Almacén de ramos generales "La Paz", la Vinería de Romero,
el taller de Julio Semín-, también en el triángulo del sector sudeste, un solo almacén, en
lo de Panunzio. Los vendedores recorrían sus calles: Aguilar con la carne; Hernández,
Urcola o Barreiro con la leche; Cornide, con la verdura. Más allá de Muñoz, las quintas
de García, Rafaelli y Marisi, el horno de Molinari, en frente el tambo de Etchart. El
hecho de ser residencial, llevó a la "Villa" a carecer de instituciones propias. Hay
intentos en unión con las otras villas: el 1 de septiembre de 1913, se reúnen vecinos de
Villa Germano y Villa Iglesias con el objeto de constituir una sociedad de cultura,
fomento y beneficencia, a la que denominaron "Club El Progreso", integraban su
comisión Félix Iglesias, presidente, Dr. Guillermo Andreau, vicepresidente, Serafín
Germano, tesorero, Máximo Díaz, protesorero, Francisco Alarcón, secretario, Enrique
Couyet, prosecretario y Fernando Raho, Juan M. Scherer, Heraldo Mojolí, Julio
Marengo, Silvio Becchia y Domingo Ferreyra como vocales. El 14 de mayo de 1939,
vecinos de Villa Altube, Villa Germano y Villa Iglesias, forman la "Unión vecinal";
representan a "Villa Germano": Máximo Sonntag, el Dr. Guillermo Andreau y Luis
Zoilo Platini.
Si bien no había instituciones propias, los vecinos participan en las distintas actividades
y comisiones de la localidad: el Dr. Andreau y Cesáreo Wessel, en 1914, estaban entre
los organizadores de las retretas dominicales en la estación; ambos, también, integran la
comisión pro-homenaje a Don José Altube, en 1920; Máximo Sonntag integra el
directorio de la "Compañía eléctrica" en 1920; Antonio Senno y Carlos Pagani están en
la comisión del "Club Social" en 1922; Rosa Zapata de Andreau y Juana Semerena,
forman parte de la comisión "Pro-templo"; Miguel Sánchez (h), en la comisión de la
Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos en 1923 ...
Villa Germano fue sede temporaria de algunas instituciones del pueblo. La Escuela Nº
5, que cambió varias veces de edificio, siempre dentro de Villa Altube, en 1925 va a
tener su domicilio en el sector sudeste de Villa Germano, en la calle Ayala (actual
Coronel Suárez). Permanecerá hasta finalizar el período lectivo de 1930, en que volverá
a Villa Altube, ya en el actual emplazamiento.
Al finalizar la década del 30, Club "El Porvenir", tiene su sede en la esquina Av. San
Fernando y boulevard Pacifico (hoy Leandro N. Alem). Desplegando gran actividad
deportiva: atletismo, pelota a paleta, basquelbol, bochas... juegos de salón. Muy intensa
fue también la actividad social, especialmente los "bailes" animados por orquestas
típicas. En 1950, al mudarse la Escuela Nº 4 a Compostela y Chigliazza (Villa Iglesias),
el Club "El Porvenir" le facilitó sus instalaciones para que puedan funcionar 5º y 6º
grado por entonces recién creados. "El Porvenir" permaneció hasta 1963, en que
inauguró su sede propia en la Av. San Fernando, ya fuera de los límites de Villa
Germano.
Una imagen de esta residencial Villa la encontramos en el diario "El Progreso" del 28
de mayo de 1939:
"Días pasados tuvimos oportunidad de recorrer varias calles de la parte de nuestro
pueblo que bien podríamos llamar el 'rincón de Germano', vale decir el sector
comprendido por las calles que enfrentan las playas de cargas del Ferrocarril.
En nuestra recorrida pudimos apreciar la limpieza y conservación de calles, veredas y
cercos. Extrañados de ello preguntamos a un vecino; quizás, pensamos, cuentan con
cuadrilla de peones, pero nó, el vecino interrogado nos informó que todo se debe al
afán de superarse: un vecino pudiente empezó por hacer cortar los cercos, limpiar las
veredas y calzada del frente de su propiedad y los demás comprendiendo el atractivo
que ello daba a ese rincón apacible de nuestro pueblo, empezaron a imitarse unos a
otros y en ese afán se están obrando milagros en el 'rincón de Germano'.
En los demás sectores de nuestro pueblo existen vecinos amantes del orden, la limpieza
y el cuidado de sus propiedades, pero hay pocos imitadores. Con un poco de buena
voluntad podríamos convertir nuestro pueblo en un lugar apacible. ¿Por qué no imitar
pues a los vecinos del 'rincón de Germano'?"
Instituciones nacidas en Villa Germano
En la década del 50 comienzan a surgir nuevos barrios en José C. Paz y por
consiguiente el aumento de población, esto acarreará nuevas necesidades.
Por ese entonces, las Hermanas de la Compañía de María, erigen una Casa de Noviciado
en la que había sido propiedad de la familia Sonntag, actuales calles Sarmiento y
Altube. Se acercan un grupo de padres solicitando a las hermanas una escuela para sus
hijas. Hermanas y padres, ponen manos a la obra, kermesses de por medio juntan los
fondos y en 1958 abre sus puertas la Escuela "Compañía de María" para niñas, en un
edificio sobre la calle Lavalle. Quedan en esas paredes grabados muchos nombres:
Madre Suárez, que era la superiora, Hna. Junco, Hna. Botanelli, Hna. Gorriarán, Hna.
Cánepa, Hna. Godoy, Hna. Miller -que curioso llamaban a las hermanas por su apellidoy entre los papas: Rafael Lacorte, Acosta, Ortigoza, Peroné, Minicheli... Había una
monja que era carpintera, la Hna. Lazzarini, que con serrucho y martillo, ayudada por
las alumnas hizo todos los pupitres. La actividad comenzaba a las 6,30 de la mañana
con la misa, celebrada por el P. Hugo Klaus MSF. En 1969 la Compañía cierra el
Colegio y las hermanas parten hacía otros lugares.
Pero Villa Germano no quedaba sin escuela, hay otra iniciativa, el 20 de octubre de
1964, habría la inscripción el Instituto "José C. Paz", iniciativa de los señores Héctor B.
Cantone, Ofelia Romano de Cantone, Héctor R. Cainzo, Esther Alicia Romano de
Cainzo y María Rosa de Vallejos. En diciembre comenzó a dar sus primeros pasos con
el "jardín de infantes de verano". En marzo de 1965, inician el ciclo lectivo con jardín
de infantes, los siete grados de la escuela primaria y el primer año del secundario con 50
alumnos en el bachiller y otros 50 en el comercial. Larga la lista de docentes: Nélida
Obregón, Mirta Rutman, Estela García, Clara Hing, Susana Muzzachio; Profesoras
Morini y Rossi; Doctor Mugnolo…
Así, a los 50 años de fundada la Villa, estas dos instituciones educativas serán las
pioneras de la residencial "Villa Germano".
Alberto Julio FERNANDEZ
Poblados primigenios de José C. Paz
Villa Altube
Propietarios y primeros pobladores
En 1869, José Buzzini, arrienda estas tierras y funda con sus hijos un establecimiento
rural. Uno años más tarde, en 1882, pasarán a ser de su propiedad.
En 1887, Buzzini vende a Federico Lacroze una pequeña franja de sus tierras para el
tendido de vías del Tranvía Rural. Esta venta separará un pequeño triángulo de tierras,
que quedará ubicada al noroeste del establecimiento.
El 29 octubre de 1889, don José Buzzini, vende su propiedad a José Altube e Ignacio
Echeveste, concuñados, que lo adquieren con todas sus poblaciones (construcciones),
además de un carro, herramientas y otros elementos.
El triángulo entre las vías y el Camino de San Fernando a Rodríguez
Este triángulo comenzará lentamente a poblarse. Cercano al casco del establecimiento
de Altube, José Buzzini instala un almacén; después Domingo Irigoin, también con un
almacén; tiempo después, en 1892, llegarán Bartolo Maggiolo con zapatería y don Juan
Rebuffo con almacén.
El 2° Censo nacional realizado en 1895, nos pone en contacto con los pobladores: Juan
y María Maggiolo, el jornalero, ella almacenera, con 7 hijos; Juan y Clementina
Rebuffo, con tres hijos; Bartolo y Marmona Maggiolo, zapatero, con tres hijos; José y
Clara Buzzini, el rentista, con un hijo; Bartolo y Catalina Buzzini, con tres hijos;
Barbarita Buzzini, viuda; María Macaroa, también viuda, con dos hijos jornaleros de 13
y 10 años; Francisco y Teresa Fregazo, almacenero, con 3 hijos; Juan y María Iriart, el
herrero, sin hijos; Francisco Semerena, Pedro Garat y Fernando Aguirre, todos solteros
y herreros; Antonio Sporssa, Domingo Menditura, Andrés Apesteguía y Tomás Ros,
solteros y jornaleros; María Rebuffo, soltera y cocinera.
En 1896 se radicará, frente al triángulo, Esperandio Altimpergher con su fábrica de
alcohol. En este mismo año, el 23 de diciembre, don José Altube adquiere la parte de
Ignacio Echeveste, pasando a ser así el único propietario del establecimiento rural.
Nacimiento de Villa Altube
En 1897 este grupo de habitantes, en su mayoría vascos (franceses por ese entonces),
italianos y españoles, se reúnen a instancia de don José Altube para formar una Villa.
Don José propone llamarla "Villa de la Misericordia", pero la gente prefiere "Villa
Altube". Así nace esta pequeña villa.
La población seguirá su ritmo, como todo caserío rural, tranquilo, trabajando de sol a
sol, llevando en carros al ferrocarril el producto de la tierra, acercándose a los
almacenes para proveerse de lo necesario y pasando por el bar, aprovechando el viaje
para la tertulia, ginebrita de por medio.
Pero hay un acontecimiento que marcará el rápido crecimiento del lugar: el 8 de octubre
de 1906, se inaugura y habilita al público la estación "Arroyo Pinazo" del Ferrocarril
Buenos Aires al Pacífico. Este hecho hará que los propietarios vecinos a la estación
comiencen a lotear sus tierras.
Así, pocos meses después, en 1907, don José Altube, parcela su establecimiento rural,
dividiéndola en 56 manzanas, comprendidas entre las calles Mitre (hoy Zuviría),
Pueyrredón, calle de la Feria (hoy Constitución) y Camino de San Fernando a General
Rodríguez (hoy Av. Hipólito Yrigoyen), más varios lotes ubicados frente al Camino a
San Fernando, a continuación de Altimpergher hasta la vía del Ferrocarril Pacífico
(donde hoy está emplazado el Club El Porvenir). La mayoría de las parcelas con 9
metros de frente.
El loteo atrajo rápidamente a muchos pobladores. Don José Altube brindó enorme
facilidades, vendió los terrenos en cómodas cuotas, con libreta, dando trabajo... Poco a
poco comenzaron a surgir esas casas largas, dos dormitorios, cocina, un baño
grandísimo; techos altos con cielo raso de ladrillos, montado sobre tirantes de madera,
por encima las chapas de zinc; pisos de pinotea con su pequeño sótano, ¡qué sensación
al caminar sobre ellos!; la galería larga con enrejado de madera, los pisos de mosaicos
calcáreos, generalmente color amarillo con guardas en marrón o verde; la bomba, el
tanque para recoger el agua de lluvia, el fuentón, las macetas con patas. Al fondo la
quintinta, las gallinas, los frutales, en una esquina del terreno la letrina. En cada casa
¡cuantas historias encerradas!.
A las familias ya radicadas, Altube, Semerena, Maggiolo, Rebuffo, Buzzini, Leonardo,
se fueron sumando otras: Zaldo, Semín, Dughetti, Tropea, Etchart, Capurro, Prats,
Rossini, Gardoni, Buzzini, Altimpergher, Marchetti, Lodeiro, Anderson, Zanelli,
Belhart, Salinas, Michelena, Sorichetti, Muiñoz, De Meo, Borgheau, Ponce de León,
Vexina, Delclaux, Ragni, Sourdá, Forte, Marazzano, Calzolari, Irigoin, Pedutto,
Mantovani, Canosa, Daniel, Scocco, Ludigliani, Mojoli, Muñoz, Dolzán, Ledesma,
Salazar, Jorioz, Rojo, Zaldumbide, Mosalini, Fernández, Chao, Mercadal, González,
Oxacelay, Navarro, Arballo, Boffa, Prata, Guerriero, Mansoa, Salvat, Mamolitte, Jove...
Unas antes, otras después, seguro muchos más.
Vida propia
Esta población en crecimiento fue haciendo surgir los comercios necesarios para su
abastecimiento, no solo para Villa Altube, sino también para las dos villas vecinas y
para la población rural. A las almacenes de Irigoin y Rebuffo, les sucederán las de
Mariano Sorichetti, Francisco Semerena, Juan Semín, "La Esperanza" de Felipe Litardo,
"Casa Vera" de Francisco Michelena, Juan Pigliacampi, Ocampo y Ludigliani, Agustín
Ilarramohuno y Domingo Francinella; la carnicería "La Nueva" de Juan M. Ocampo y la
de Bordón y Oliva; panadería "La Popular" de Ramón Prats; la farmacia de Heraldo
Mojoli; la carbonería de José Muñoz López.
En cuanto a la presencia personal, surgieron las peluquerías, "La Unión" de José
Tropea, la de Francisco Tropea y de Ramón Puigvert, quién a su vez era sastre; la tienda
"La Lucha" de Justo Zaldo y la de Fabián Jorioz; la zapatería y botería de Bartolo
Maggiolo.
Para la construcción, la casa y los carruajes, la hojalatería de Antonio Anguita; las
carpinterías, de Juan Mosalino, de Cándido Astinza, de Francisco Michelena, de
Lombardi y Pianfiarelli, de Costa y Belategui, estas dos últimas también eran herrerías;
la fábrica de mosaicos de José Altube, el horno de ladrillos de Ignacio Altube y A.
Capurro, la mueblería de Carmelo Marino; la pinturería y ferretería de José De Meo.
Para pasar el rato y para la atención de los viajeros, los bares y cafés de José y Justo
Altube, de Manuel A. González, de Ocampo y Ludigliani; las fondas de Juan Semín,
Francisco Semerena y Felipe Litardo.
Por medio del diario "El Progreso" se invitaba a ser localista, en un articulo titulado
"Error", decía a los lectores:
"Entendemos que están en un error todos aquellos que por una causa ú otra hacen sus
compras fuera de la localidad.
¿No cuenta PAZ con un comercio que pueda abastecer las necesidades del pueblo? ¿Ó
es acaso que la mercadería o los precios no son iguales a los de otras partes? Ese es el
error.
El 90% de los habitantes de este rincón de la provincia somos propietarios de la tierra
y del techo que nos cobija, es muy natural que como propietarios deseemos el adelanto
y prosperidad del pueblo. Hagamos todas nuestras obras compras dentro del radio del
pueblo y harán con ello obra buena, sana y moral".
También "El Progreso" hacía un llamado a desterrar una plaga del pueblo: "los
vendedores ambulantes", afirmando "es raro el día en que no vemos llegar a nuestra
estación una docena de tipos, que con su caja, atado o valija, vienen a arrebatar lo que
en justicia nos pertenece".
Sociedad de Fomento
La población comienza a necesitar de las Instituciones para el progreso. Así la primera
iniciativa, por inspiración de don José Altube, es reunir a los vecinos y formar "la
Sociedad de Fomento de Arroyo Pinazo", cuyo objetivo era mejorar la planta urbana de
la Villa. Esto sucedió el 8 de agosto de 1909.
La primer Comisión Directiva esta conformada por: Presidente, Juan B. Altube;
Vicepresidente, Santiago Altube; Secretario, Domingo Dughetti; Prosecretario:
Francisco Tropea; Tesorero, José Antonio Altube; Protesorero, Juan R. Semín; Vocales:
Bernardo Etchart, Antonio Capurro, Ramón Prats, Augusto Rossini y José Bustos;
Vocales suplentes: Enrique Calzolari, Mariano Sorichetti y Enrique Capurro. Se
constituye, además, una Comisión Honoraria integrada por: José Vicente Altube, C. F.
Banden, Dr. González Paglieri, W. Mark, Juan A. Rúa, Francisco Ferrando, Angel
Peluffo, Teófilo Lacroze, Serafín Germano, Fermín Aguinaga y F. Machenzic.
Don José Altube, Delegado Municipal, presenta la Sociedad de Fomento ante las
autoridades municipales para su reconocimiento. El cual se obtiene el 25 de octubre del
mismo año.
El 29 de agosto de 1909, se inaugura la Plaza y se entrega a la Sociedad de Fomento los
terrenos para Iglesia, Escuela, local social y destacamento de policía, todos donados por
don José Altube.
El primer paso dado fue abovedar todas las calles con la máquina "champion". En 1910,
para los días 2, 3 y 4 de abril, organizaron las "primeras Romerías Populares",
colocando en esta ocasión las piedras fundamentales para la Iglesia y para la Escuela,.
La Sociedad de Fomento, para organizar esta fiesta nombró la respectiva comisión.
Año tras año, la Sociedad de Fomento siguió organizando las Romerías Populares, días
de fiesta, donde participaban los vecinos de la Villa, de las Villas vecinas y también de
los pueblos cercanos. En 1915 fue la última edición, ante el dolor y muerte de la primera
guerra mundial, se decidió suspender esta fiesta popular.
En 1912, se inaugura la red de alumbrado a gas. Habían transcurrido unos meses de
continuas diligencias buscando la clase de alumbrado que fuera más económico. Con un
gasómetro y varios faroles y palos, dados por la Municipalidad de General Sarmiento,
se comenzó a instalar el alumbrado que tanto se deseaba. Hubo que comprar caños,
vidrios para los faroles, repuestos y así se distribuyó el gas por casi todas las calles del
pueblo. Poco a poco este servicio fue quedando fuera de servicio porque las entradas no
cubrían los gastos.
En 1913, la Sociedad de Fomento integra la Comisión que prepara los festejos de
cambio de nombre al pueblo.
Fue una Sociedad muy activa, ocupándose continuamente del arreglo de las calles,
solicitando al Ferrocarril Central Buenos Aires que facilite los desagües que obstruyen
las vías. Se pidió en reiteradas oportunidades a ambos ferrocarriles la colocación de
barreras. Con carbonilla, donada por el ferrocarril, se arreglaron veredas. Se plantaron
árboles. Se solicitaron los servicios necesarios… Toda una constante tarea en bien de la
comunidad.
El 18 de julio de julio 1916, en virtud del cambio de nombre dado al pueblo, pasó a
llamarse "Sociedad de Fomento Villa Altube de José C. Paz".
Centro recreativo "Juventud de Artesanos"
El 26 de mayo de 1910, en medio de los festejos del Centenario de la Revolución de
Mayo, nace otra Institución, el Centro recreativo "Juventud de Artesanos".
Los objetivos de esta Institución eran la práctica de deportes, las reuniones sociales y
culturales. Su primer presidente fue José Antonio Altube. Varios jóvenes están en la
primera hora: José A. Altube, Pedro Irigoin, Vicente Altube, Alfredo Ponce de León,
Enrique Capurro, Juan Altube, José Oxacelay, Luis Rebuffo, Pedro Belategui, Salvador
Maggiolo, Juan Echevarría, Manuel Collazo, Julio Dughetti, Juan Mercadal…
En los primeros años atraen a la población las reuniones danzantes, que como decía el
diario El Progreso, "dan una nota de unión y cordialidad entre los vecinos".
A partir de 1914, los cuadros filodramáticos ocuparon un lugar especial dentro de la
actividad del Centro, varias obras fueron puestas en escena: "Una limosna por Dios",
"Roncar despierto", "Que ricos tipos", "Los Rengos"… bajo la dirección de Rafael
Cevedo, actuaban Sinesio Belhart, Lidia Prody, Ramón Puigvert, Vicente Altube, Pedro
Belategui. Estos cuadros congregaban a mucho publico. A cuatro años de su fundación,
el Centro Recreativo "Juventud de Artesanos", contaba con 65 socios.
Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos
Con la gran inmigración, en cada pueblo las colectividades se congregaban para tener
sus sociedades de ayuda mutua; en Villa Altube, también se congregaron los vascos,
italianos y españoles, pero fundando una sola sociedad, la "Sociedad Cosmopolita de
Socorros Mutuos". Esto sucedió el 4 de julio de 1911 y fue su primer presidente, don
José Altube. Entre los fundadores estaban Altube, Capurro, Tropea, Mercadal, Astinza,
Zaldo, Dolzán, Molinari, Belategui, Mojoli, Calzolari… Tres años después el número
de socios ascendía a 72.
"Villa Altube" y José C. Paz
Recorriendo estos primeros años de Villa Altube, el "Pueblo Viejo", como
popularmente se conoce, entre Villa Altube y José C. Paz, aparece, prácticamente una
misma historia, los mismos hechos, los mismos nombres…; si bien José C. Paz estaba
formado por las tres Villas: Altube, Germano e Iglesias, será Villa Altube el centro
poblacional, comercial e institucional de mayor relevancia. Por eso su historia, sus
hechos, sus nombres, serán los de José C. Paz.
Queda un camino abierto para seguir recorriendo Villa Altube: la Escuela Nº 5, el Club
Sportivo y Social, la Asociación "Protección al Niño", la oficina de Correos, el Registro
Civil, la Compañía de Electricidad, el "Comité de Amor al Billiken", la Iglesia
Luterana…
Alberto Julio FERNANDEZ
Poblados primigenios de José C. Paz
Villa Iglesias
Propietarios y Pobladores de la zona
Mirando el mapa que sirvió para la creación del partido de General Sarmiento, trazado
por el ingeniero Carlos de Chapeaurouge en 1889, encontramos como propietarios de lo
que será en un futuro Villa Iglesias y sus alrededores a: Serafín Germano, Santiago
Spinetto, José Balestrasse y José Elía. Estas tierras formaban parte del cuartel IV del
partido de General Sarmiento.
Seis años después, en 1895, se realiza un censo, y en el área limitada por las vías del
ferrocarril, el Camino de San Fernando a Rodríguez y el Camino del Pilar a Morón,
todas estas tierras hacia el Arroyo Pinazo, estaban habitadas por las familias de José
Balestrasse y Santiago Spinetto dedicados a la agricultura; Ireneo Posse, con comercio y
Vicente Fiorini, resero; Juan Echart, con numerosa prole, trabaja como jornalero;
Antonio Rebagiatti, agricultor; Juan Serres con almacén.
En 1908, Serafín Germano vendió algunas tierras a Antonio Capurro, frente a la
estación y a Francisco Daneri, donde años después se instalará la Cerámica Alberdi.
El 12 junio de 1910, Serafín Germano y Nicolasa Gamboa viuda de Spinetta, venden
una parte de las tierras que tenían en sociedad a Félix Iglesias. Poco tiempo después, el
26 de noviembre de 1910, Serafín Germano vende a Félix Iglesias dos fracciones más
de terreno, en donde iba a formar la futura villa.
Nacimiento de "Villa Iglesias"
Así, Don Félix Iglesias, en las tierras adquiridas hace un primer loteo, delimitado por las
calles Florida, Belgrano, Iglesias, Castelli, Labardén, Las Heras, Iglesias y Sarmiento.
En el centro del loteo, dona una fracción de terreno para la plaza. Este loteo llevó por
nombre "Villa Iglesias".
Esta villa comenzó a poblarse, suponemos ya hacia a fines de 1910, por dos hechos:
primero a la plaza se le coloca por nombre "Centenario", es justo creer que le fue
impuesto el nombre en el mismo año del centenario, además a algunas calles se las
nomina con integrantes de la Primera Junta de Gobierno: Saavedra, Castelli, Moreno,
Matheu y Belgrano; y el otro hecho es la radicación de la Escuela Nº 4, esta funcionó
hasta 1910 en Los Polvorines, y en marzo de 1911, se radica frente a la plaza
"Centenario", comenzando las clases con 18 alumnos en primer grado y 7 en segundo
grado, bajo la dirección de la Sra. Virgilia G. Rodríguez de Couyet.
Los primeros pobladores son, en su mayoría, inmigrantes españoles e italianos, algunos
recién llegados de Europa, otros radicados un tiempo atrás en otros lugares de la
provincia de Buenos Aires o en la Capital misma; también hay algunos nativos. Muchos
se van a dedicar a la construcción, está el terreno pelado y en este rubro hay porvenir;
otros son empleados del ferrocarril al Pacifico, trabajando en los talleres de Santos
Lugares o "catangas". En los alrededores hay tambos y tierras dedicadas a la agricultura
y quintas de verdura.
Felix Iglesias hace una venta de tierras a la Compañía La Positiva y el 9 de noviembre
de 1912, hay un segundo remate, comprendido entre las calles Florida, Sarmiento,
Iglesias y el Camino de San Fernando a Rodríguez. Así queda unida la población con la
estación del ferrocarril. En el plano del remate se la denomina a Villa Iglesias como
"Pueblo Pinazo".
El rematador Arturo Barros distribuye los planos del loteo con la siguiente promoción:
570 lotes, sin base, sin intereses, en 80 mensualidades
y 9 casas, en 100 mensualidades, base $ 25,- por mes.
Tren gratis, que sale de la estación nueva del Pacifico en el Retiro, a la 1 p.m. en
punto, para José C. Paz
También funcionó en ese día un tranvía a caballo en el lugar del loteo, para llevar a los
futuros compradores. En el plano vemos el recorrido: desde la Estación por el Camino
de San Fernando a Rodríguez, hasta Compostela; por esta hasta San Martín; por San
Martín, una cuadra hasta Iglesias y por esta hasta Castelli, por Castelli hasta Saavedra,
ahí comienza a volver hasta Mitre, pasando por enfrente de la plaza, retoma Compostela
y vuelve hacia la estación.
Participación de Villa Iglesia en el cambio de nombre del pueblo "Arroyo Pinazo"
En 1913, se forma una comisión con representantes de Villa Altube, Villa Germano y
Villa Iglesias, con el fin de homenajear al Doctor José C. Paz, fundador del diario "La
Prensa" y amigo de don José Altube, fallecido el año anterior. Pronto se decidió solicitar
el cambio de nombre de la estación "Arroyo Pinazo" por el de "José C. Paz". Las
gestiones alcanzaron éxito y el 13 de julio de 1913, se procede al cambio solicitado.
En ese día hay varios actos programados en Villa Altube y también una pequeña parte
en Villa Iglesias:
"las delegaciones y miembros de la familia del Doctor Paz, acompañados por la
Sociedad de Fomento de Villa Iglesias se trasladaron, en carruajes y automóviles, a la
parte Norte de la población, donde se había preparado otro "lunch", en el local de
dicha sociedad.
En un breve brindis, el doctor Pedro E. Luro, hizo votos por la prosperidad del pueblo
de José C. Paz y, especialmente, por el bonito barrio del Norte, que tiene un espléndido
trazado para la futura ciudad. Contestó a estas palabras, el señor Félix Iglesias.
Los niños de la escuela que dirige la señora Teresa de Couyet, entonaron el Himno
Nacional, acompañados por la banda de música de la localidad, y, en seguida, una
salva de bombas atronó los aires, dando fin a los hermosos actos del día" (Diario "La
Prensa", 14 de julio de 1913).
Nos remontamos en el tiempo y nos preguntamos: ¿quienes eran esos niños que
cantaron el himno?. Mirando las planillas de promoción de la Escuela Nº 4, ponemos
nombre y apellidos a los mismos:
"Primer grado:
Regina Campagna; Alfredo y Antonio Cantiello; Pablo Capurro; Emilio Castellani;
Carmen Cedarry; Victorina Crimi; Fernando Dignac; Agustín y Santiago Ercolani;
Encarnación, Tomás y José Fernández; Carmen Fiorini; Aníbal Forqueda; Flora
González; Irene Guarro; María Grimaud; Leontina Jordán; Evalina Martínez;
Catalina Mc Donnell; Eduardo Méndez; Ciriaca Milens; Cipriano Morales; Julio
Morales; Esther Mojolí; José Navarro, José Navas, Juan Obertti; Flora y Jesús Otero;
Lucía Palavecino; María Salamone; Carmen, Dominga y Rafael Sebo.
Segundo grado:
Víctor Aguilar; María E. Alberti; Lucía y Dionisio Barbero; Juan Raúl Caggiano; Gino
Capodacqua; Carlos Capurro; Josefa De Miguel; Raquel Grimaud; María y Andrés
Naves; Ricardo Obertti; Francisco Puigvert; Rosalía Salamone y Juan José Villa.
Tercer grado:
Coralí Acosta; Antonio Capurro; Mariana García; Juana y Pedro Martínez; Juan
Monteferrante; Luis Naves; Pedro Palavecino; Margarita Provost y María Elena Villa.
Directora: Señora Virgilia G. R. de Couyet.
Maestra: Señorita Ofelia Rolando".
En ese día, 13 de julio de 1913, el diario "La Prensa" nos da una imagen del pueblo de
José C. Paz:
"En la parte Norte de la vía del ferrocarril al pacífico, se hallan situadas las villas
Iglesias y Germano, que cuentan con muchos palacetes, como los de los señores Serafín
Germano, capitán Quiroga, Fernando Raho, José F. Vilella, Eduardo Echerer, Antonio
Sirito, Julio Navarro, Francisco Alarcón, Luis Ebri y otros.
El pueblo cuenta con dos escuelas, a las que concurren más de 300 niños.
Una fábrica de cigarros, en donde trabajan 40 obreros, propiedad de la firma F.
Iglesias y Cía. Cuatro almacenes, dos tiendas, cuatro sastrerías, tres carpinterías, dos
carnicerías, una panadería, dos herrerías, dos hoteles y dos confiterías, constituyen la
base de las futuras actividades comerciales del pueblo".
La Vida de Villa Iglesias
A tres años de fundada "Villa Iglesias" descubrimos que ya tiene vida propia: Sociedad
de Fomento, Escuela, industrias, comercios, palacetes, incluso distintas nominaciones.
Nació como "Villa Iglesias" por el propietario de esas tierras ante del primer loteo; en la
segunda venta de terrenos, se lo denomina "Pueblo Pinazo"; y en el lenguaje popular se
lo comenzó a llamar "Pueblo Nuevo". Este último
nombre surge en relación a Villa Altube, donde ya
hay familias radicadas desde hace 20 años, hay
hijos nacidos en ella, hay unos pasos de historia,
por eso popularmente era el "Pueblo Viejo". En
cambio Villa Iglesias, recién nacía, todos vecinos
nuevos, recién llegados, no hay historia, por eso
"Pueblo Nuevo".
Pero en realidad va más allá del nombre, hay una
rivalidad pueblerina, cada uno tiene su plaza, tiene
su escuela, no hay una Iglesia central que una
ambos pueblos, cada uno tendrá sus características
que le darán vida propia. Pueblo Viejo, será el
asiento de la vida comercial e institucional, en el
vivirán -al decir de los de Pueblo Nuevo- las
familias copetudas. Pueblo Nuevo será un polo
laboral, con radicación de industrias. La vía del
ferrocarril al Pacifico y el Camino a San Fernando
eran la frontera entre los dos pueblos, cada uno
fue creciendo dentro de sus límites.
La Industria y el Comercio
Villa Iglesias fue un polo de desarrollo laboral. Entre los primeros vecinos, varios se
dedican a la construcción: los Castellani, Aurelio García e hijo, Otero, Enrique
Capodacqua, Carreras, Pinto... En 1913, hay radicada una fabrica de cigarrillos,
propiedad de don Félix Iglesias y Cía., dando trabajo a 40 operarios. En la década del
20, en las tierras que habían sido propiedad de Francisco Daneri, se instala la "Cerámica
Alberdi" y con ella surgió el "Sindicato obrero ladrillero a máquina de José C. Paz", que
nucleaba a los operarios de la misma, cuya sede estaba en la calle Rivadavia. También
se instaló la fabrica de tejidos "La Helvecia" en la calle Moreno, donde terminaba el
pueblo, dando trabajo a otro numero importante de pobladores.
En cuanto a los comercios fueron surgiendo de acuerdo a las necesidades de la
población: Antonio Capurro con almacén de ramos generales, Salvador Pasciucco con
almacén y despacho de bebidas; Dionisio Barbero, con almacén, frente a la plaza
"Centenario"; Ramón Méndez con su matadero, carneando y repartiendo la carne en la
población; Ángel Fernández, con almacén, despacho de bebidas y cancha de bochas; en
frente, en plena rivalidad comercial, Domingo Arena, también con almacén; Teodolini
con carnicería; Barcelona y José Fernández, con la panadería "El Progreso"; Juan Peretti
con su surtidor de nafta y fonda, frente a la fabrica Alberdi; Tropea, con peluquería;
Teófilo Loayza, también con peluquería; la Sra. Barattino, con su tienda, Estrada, con
carpintería...
Un paseo por "Pueblo Nuevo" en los años 30
Comenzamos en la esquina del Camino San Fernando a Rodríguez y Rivadavia, nos
encontramos con los Capurro y su almacén, bar, bazar, despacho de bebidas... en frente
el palacete de Serafín Germano; seguimos por "Rivadavia" ó el "Camino a Pueblo
Nuevo" ó "la Colorada", como popularmente se la conocía, porque sobre la tierra tenía
cascotes cerámicos para que en tiempos de lluvia pudieran pasar los camiones hacia la
fabrica, en la primer esquina, los Rebuffo... y comenzamos a adentrarnos en un pueblo
que vive de su trabajo, ferroviarios, operarios, peones de campo u hornos de ladrillos,
dependientes en los comercios locales, jovencitas trabajando en casas de familia,
también muy poquitas maestras.
Familias viviendo en casas de ladrillos asentadas en barro, sin revocar por fuera, tipo
chorizo, dos dormitorios, cocina, galería abierta con enrejado de madera, techos de
chapa de zinc, la mayoría con letrina al fondo, al frente dos pilares y portón de
alambre... : Villa, Di Salvatore, Ciucci, Seraniti, Capodacqua, Kreusberger, Guerrini,
Alvarez, Fernández, Schiapelli, Escobedo, Montes, Cincungrana, Puricelli, García,
Arena, Vicente Barcelona, Mangieri, Volonté, Pasciucco, Oberti, Millozzi, Morales,
Barattino, Teodolini, Ghigliazza, Barbero, Servando Palavecino, Pintos; "las cinco
casitas": Crimi, Beltempo, Salamone, Grimaud y Magritti; Otero, De Miguel, Martínez,
Naves, Colombo, Miguel Fernández, Parodi, Tropea, Estrada, Matilla, Bordoni...
También hay palacetes y casas quintas: "La Josefina" de Marenco, "Villa Maria" de
Vatteone, el de los Bedoya con cancha de tenis; las casa quintas de Marengo y la de
Pirello; la de Puentes, empleado en el Congreso de la Nación.
Seguramente en este recorrido algunos se han escapado a la memoria, pero también nos
habremos cruzado con los repartidores en sus carros: don Cipriano Morales repartiendo
la carne de Méndez; la jardinera de la panadería "El Progreso"; Juan Fiorini o Alfredo
Barreiro, con su leche recién ordeñada; el carro del almacén que llevaba el pedido
mensual, donde los chicos esperaban ansiosos las galletitas dulces o los chocolates... ó
al doctor Forte, yendo a visitar a un enfermo, o alguna mamá llevando a su hijo a lo de
doña Magdalena, para tirarle el cuerito; o los chicos cruzando el alambrado de la plaza
para ir a jugar... También, al sonar la sirena a las 5 de tarde ver a los obreros de la
Alberdi volver para casa, después de una jornada agotadora.
Más allá de los límites del "Pueblo Nuevo": los Cánepa y Castellani, Boan con su
almacén, el matadero de Méndez, los Fiorini, el tambo de Capurro, la quinta de los
Massa, el campo del "Cabezón" Echart con su palomar, el ombú... Los quinteros con sus
carros cargados para el mercado, que llegan hasta lo de Peretti, donde están los
camiones y ahí hacen el traspaso de las verduras: Focci, Zunino, García, Mica,
González, Frino. O don Vicente Fiorini, arriando ganado para la feria...
Y los fines de semana, la muchachada preparándose para el football, primero será el
equipo de "Villa Iglesias", después el de "Helvecia". O las comisión de señoritas del
Club, organizando bailes.. O todos, en familia, participando de los picnis al arroyo
Pinazo...
Pueblo Nuevo fue creciendo, y nos detenemos allá por el 35, recordemos a aquellos que
fueron llegando con sus hijos pequeños y siguieron naciendo mas, a 25 años empezaron
los casamientos: algunos buscaron casarse con vecinos de San Miguel, Bella Vista, el
Cruce, Del Viso, Pilar... otros en sus colectividades, pocos fueron los osados en
atravesar la vía y formalizar noviazgo en Pueblo Viejo; la gran mayoría formalizó
casamiento con los vecinos del "Pueblo Nuevo" y muchos se emparentaron: Puricelli
con Capurro; Capurro con Rebuffo y Ciucci; Capodaqcua con Llovet; Fernández con
García; García con Morales; Morales con Millozzi y Castellani; Castellani con Millozzi
y Beltempo; Millozzi con Crimi, Méndez y Alvarez; Crimi con Grimaud; Oberti con
Mangieri; Mangieri con Barattino, Crimi y Colombo; Beltempo con Millozzi y
Fernández; Naves con Palavecino; Palavecino con Colombo...
Cuantos lazos fueron surgiendo que hicieron de estos antiguos pobladores una familia
grande; una familia grande que perdura hasta estos días, viviendo en esa familiaridad de
pueblo chico, donde todos se conocen, se paran a charlas en la vereda, evocando los
tiempos idos y cuando alguno ha partido, al volver, recorriendo cada calle, va viendo
esos rostros, que tal vez ya no están, pero que el corazón los experimenta como un
volver a los suyos.
Alberto Julio FERNANDEZ
La Economía de José C. Paz
Los comienzos
En el año 1895 se realizó el Segundo Censo Nacional, el cual nos permite establecer de
manera aproximada la conformación poblacional y económica del José C. Paz de
entonces.
Era una vasta zona rural, donde sus tierras estaban divididas en chacras, tambos, campos
para hacienda. Muchas familias residían en esta zona: Guisoni, Sánchez, Giordano, José
Altube, Ufor, Buzzio, Echeverry, Duhau, María Berro de Altube, Juan Bautista y
Santiago Altube, Echard, Algorry, Jaureguiberry, Costa, Lohigorry, Capurro, Serres,
Fiorini, Balestrasse...
En medio de esos campos había dos núcleos de población. Uno, el más antiguo, en
torno a la estación Piñero del tranvía Rural, donde residían tres familias: Alfonso De
Lellis, jefe de la estación; Vicente De Lellis, con almacén y Vicente Maxica, herrero.
El otro, en el cruce del camino de San Fernando a Rodríguez y las vías del Tranvía
Rural, reside en este cruce Domingo Irigoin con almacén, y enfrente, en los terrenos
comprados por José Altube a José Buzzini, se formó, entre ambas vías, un núcleo
importante, donde encontramos las almacenes de Juan Maggiolo y de Francisco Fregasi;
las zapaterías de Juan Rebuffo y de Bartolo Maggiolo; varios herreros: Francisco
Semerena, Pedro Garat, Juan Iriart y Bartolo Aguirre.
Lindando con este triángulo, el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico le adquirió a
Serafín Germano, en 1904, los terrenos para la estación, galpón de locomotoras y demás
dependencias. En 1906, la empresa habilitó la estación, que llevaba por nombre de
Arroyo Pinazo. Esto aceleró el trámite de venta de tierras en torno a la estación, dando
origen a subdivisiones y remates. En 1907 se hizo el primero en los terrenos de Villa
Altube. En 1908 en las tierras de Serafín Germano y en 1910 en las de Félix Iglesias.
Con los loteos creció muchísimo la población, dando un impulso al desarrollo
económico con la apertura de nuevos comercios, la radicación de industrias, el
crecimiento de la actividad agricola-ganadera.
El Comercio
El triángulo entre ambas vías y el camino de San Fernando a Rodríguez sé ira
transformando en el centro comercial del naciente pueblo. Allí se instalarán fondas,
almacenes de ramos generales, bares y sastrerías entre otros. En Villa Altube
concentrará la mayoría de los comercios, mientras que Villa Germano y Villa Iglesias
tendrán aquellos necesarios para la alimentación de la población.
Recorriendo las calles polvorientas, nos encontramos con esos comercios de puertas y
ventanas altas, con puertas con postigos y trancas, los pisos de pinotea que daban la
sensación de estar caminando en el aire, las estanterías abarrotadas de todo lo
imaginable...
Sobresalían, por su cantidad, los dedicados a la
alimentación. En primer lugar los "almacenes de
ramos generales". A aquellos tres de 1895, le
siguieron: la Almacén, ferretería y fonda de
Francisco Semerena, especialista en comestibles y
bebidas extranjeras y del país. Almacén y fonda "La
Esperanza" de Felipe Doroteo Litardo, surtido
completo en comestibles, licores y conservas. precios
módicos. "Casa Vera" de Francisco Michelena,
Almacén, bazar, ferretería, pinturería y corralón de
maderas. Almacén y fiambrería de Blas Dorato y Cía,
surtido completo en comestibles, licores y conservas,
parada Tranway Lacroze. Almacén de Juan
Piglicampi. Almacén, bar y fonda de Ocampo y
Ludigliani. Almacén de Mariano Sorichetti. Almacén
y fonda de Juan R. Semín. Almacén de ramos
generales de Domingo Francinella, con cancha de
bochas. Almacén "El Progreso" de Juan Maggiolo,
frente a la estación. Confitería y billar de José y Justo
Altube, vinos y licores finos del país y extranjeros.
Confites, bombones y caramelos, servicio esmerado.
Bar de Manuel González.
Carnicería "La Nueva" de Juan M. Ocampo, reparto a domicilio. Carnicería de Bordón y
Oliva. Panadería "La Unión Popular" de Villa Altube de Ramón Prats, pan, galletas y
facturas, reparto a domicilio; depósito de cereales de toda clase. Al fallecer Ramón Prats
en 1918, fue adquirida por José Altube.
Lechería de Luis Giordano, reparto de leche y manteca a domicilio. Otro reparto de
leche a domicilio era el de Juan Etchart.
El Almacén y carbonería de José Muñoz López, venta de leña, papas, maíz y
arrabacillo.
En el rubro vestimenta y ropa para la casa, encontramos: Tienda y mercería "La Lucha"
de Justo Zaldo y Cía, ropería, novedades, mercería, artículos parta hombres, grandioso
surtido en artículos del ramo. Tienda y mercería, mueblería de Fabián Jorioz, "esta casa
se encarga de cualquier pedido de mueblería". Zapatería de Bartolo Maggiolo, primera
zapatería y botería del pueblo; trabajo sobre medida y composturas de todas clases.
Sastrería y Peluquería de Ramón Puigvert, confección esmerada; trabajo rápido y
garantido, perfumería extranjera, frente a la estación. Taller de moda de la Sra. Anguita
de Muñoz.
En lo concerniente a la construcción y todo lo referente a la vivienda, estaban:
Pinturería y ferretería de José de Meo. Hojalatería de Antonio Anguita. Herrería,
carpintería y fábrica de carruajes "La José C. Paz" de Costa y Belategui, se hace todo
trabajo perteneciente al ramo, precios módicos. Herrería de Lombardi y Pingerelli.
Carpintería de Juan Mosalino. Mueblería de Carmelo Marino. Corralón de materiales,
fábrica de mosaicos y artículos para construcciones de José Altube, alambres, tejidos,
postes y varillas, cal, polvo de ladrillo, cemento.
Otros rubros: Farmacia "Mojoli" de Heraldo Mojoli, con surtido completo de
perfumería y específicos, especialidad en recetas. "Casa Cevedo", librería e imprenta de
Rafael Cevedo, con amplia variedad de postales y novedades, especialidad en libros de
textos y útiles para colegio, encuadernación, juguetes, fábrica de libros en blanco para
comercio, libretas, bolsas de papel. Talabartería de Luis Borjón
Entre las peluquerías, estaban la Peluquería de Ramón Puigvert, la Peluquería y
perfumería "La Unión" de José Tropea y la Peluquería de Francisco Tropea, quién se
encargaba, además, de comisiones
En Villa Iglesias se encontraban los siguientes comercios: Almacén, bazar y fonda de
Antonio y Juan Capurro, especialidad en comestibles y aceites, vinos finos nacionales y
extranjeros, menajes, cristalería y lozas. Almacén de Dionisio Barbero, frente a la plaza
Centenario. Almacén de Salvador Pasciucco. Almacén de Angel Fernández, despacho
de bebidas y cancha de bochas. Panadería "El Progreso", con reparto a domicilio.
En Villa Germano: la Fonda de Maxímino Díaz, frente a la estación, y la Panadería "La
Moderna", venta de pan, galleta y factura, con reparto a domicilio.
En Piñero: Almacén, ferretería y bazar de Pedro Irigoin, con cancha de paleta.
Con el correr del tiempo y el crecimiento de la población, en la década del treinta irán
surgiendo otros comercios: Venta de Miel de Duchés y Denogens; varias peluquerías y
perfumerías: Teófilo Loayza, Roque y Ernesto Mamolite, Alberto y Alfredo González,
Mariano Solá, Francisco Martí; Sastrería "La Nueva" de Catalano y Caldelas; Sastrería
a medida de Francisco Iglesias; Farmacia "Del Pueblo" de Luis H. Balocchi; Depósito
de Forrajes de Luis H. Navarro; Zapatería y taller de composturas de Francisco Mansoa;
Bar, restaurant, café y billares de Luis R. Capurro; Almacén, ferretería y armería de
Domingo Gómez; carnicería de Francisco Aguilar; Ramos generales " La Paz" de Luis
H. Platini; Mueblería "La Nueva" de Antonio Estrada y Cía.; Cafés y billares de Pedro
Tomás del Bueno e hijo, Almacén; Forraje y transporte de Delcaux Hermanos;
Despacho de bebidas y depósito de forraje de Alberto Irazoqui; Zapatería "La Rosa" de
José Scocco; Despensa "La Nena" de Valentín Ledesma y otros más.
La Industria
La primera industria que se radica en José C. Paz, es la Fabrica de Alcoholes de
Esperandio Altimpergher, allá por 1896, que atrajo una gran cantidad de operarios a la
zona.
Con el loteo de las villas se irán radicando otras industrias: una cremería, y una fábrica
de tejidos, en Villa Iglesias, a doscientos metros de la estación; una curtiembre,
propiedad de Alfonsín y Díaz; una fábrica de jabones de Serra y Puigvert.
Cándido Astinza instala "La Vascongada", fábrica de sodas, aguas gaseosas y lavandina.
El diario "El Progreso" visita este establecimiento y dice al respecto:
"En un pequeño pero bien instalado local se encuentra la fábrica la cual consta de un
salón para la fabricación y envasado de los distintos productos que fabrica la casa; otro
local ocupado por el escritorio y depósito de licores, varios otros depósitos y
caballeriza. La higiene, base de toda industria que elabora artículos para el consumo,
reina en la casa; hemos visto la limpieza a que son sometidos los envases a llenar, nunca
creímos ver tanta preocupación por la higiene pública. Además de la soda común, la
casa fabrica bebidas sin alcohol y agua para lavar, teniendo también un buen stock de
bebidas de todas clases para la venta al por mayor".
La fábrica de tabacos de Juan M. Scherer; al respecto decía el Diario "El Progreso", en
su edición del 1° de febrero de 1915:
"Debido en parte a la incertidumbre reinante entre el gremio de tabaqueros de poner un
nuevo estampillado a los tabacos elaborados en la fabrica que poseen en la localidad los
señores Scherer y Cía habían suspendido parcialmente los trabajos en la elaboración de
los productos de la casa, hoy pasado ya ese estado de cosas vuelve el citado
establecimiento a recobrar sus bríos y empiezan nuevamente las máquinas a ponerse en
movimiento.
El día 24 del corriente previa una reunión entre los socios se acordó comenzar de nuevo
los trabajos y dar principio a la elaboración del nuevo producto "A.B.C."
Esta nueva marca por su presentación y principalmente por el producto y finura con que
está elaborada, traerá sin duda, un movimiento entre las marcas mas conocidas,
movimiento a favor de ella, pues ha sido preparada su elaboración, después de mucho
estudio en lo que atañe al gusto del consumidor por persona que en el ramo de tabacos
nos merece entera confianza y casi diríamos fe ciega, cual lo es el señor Horacio
Fernández".
En estos años se instalan dos aeródromos ó Escuelas de Volación -como se las llamaba
en ese tiempo-, uno en Villa Altube y otro en Villa Germano, donde se fabricaban
monoplanos.
En 1917, Juan B. Zanelli instala su industria familiar, donde fabrica jabón "Zanelli" y
agua lavandina " Rosaura".
Al promediar los años veinte se instala en Villa Iglesias la Cerámica Alberdi,
dedicándose a la fabricación de baldozas y tejas coloniales. Su sirena marcará cada día
la jornada de trabajo. Muchos pobladores de José C. Paz conseguirán en ella el trabajo
para el sustento de la familia. Junto a la cerámica surgirá el Sindicato de Ladrilleros y
afines".
También, en Villa Iglesias, se instalará la fábrica de tejidos "La Helvecia", dando
trabajo a ochenta operarios.
En 1927, en la vieja fábrica de Altimpergher, se instala la firma "Maura y Coll" con
fábrica de productos alimenticios. Está fábrica será comparada en 1939 por Juan B.
Zanelli.
Junto a estos empredimientos industriales pequeños, medianos y grandes, debemos
sumar los hornos de ladrillos, que daban trabajo a un gran número de hombres, entre
ellos estaban: Ignacio Altube y Antonio Capurro, Roque Molinari, Luis Rosso.
A las puertas del 2000
Ambas actividades se han desarrollado en forma dispar: el comercio ha tenido mucho
auge y crecimiento; en cambio la industria, ha continuado el crecimiento de la pequeña
industria, la familiar, pero no así la mediana y grande industria.
Hoy, después de cien de vida, hay quienes permanecen con sus puertas abiertas: Casa
Capurro, Tienda La Lucha, Cerámica Alberdi, Almacén Arosa, Ferretería Gómez,
Optica Gardoni... unos en los mismos locales, otros modernos y reformados.
De otros permanecen recuerdos visibles: la chimenea de Altimpergher, las persianas
cerradas y paredes de ladrillos de Michelena, de Pratta...
Otros han dado lugar a distintas actividades: la Sastrería Catalano alberga hoy al Museo
Histórico "José Altube"; la panadería "La Popular" de Villa Altube y "La Moderna" de
Villa Germano a canchas de paddle y fútbol; los viejos bares y fondas de la estación a
centros comerciales...
La Vida Comunitaria
(Las "villas" a principios de 1900).
Aunque existieron tres villas, en la práctica hubo dos núcleos comunitarios, que en
muchas oportunidades aparecen encontrados; el del Pueblo Viejo, representado por la
Villa Altube que extendió su influencia sobre un sector de Villa Germano y las
cercanías de la avenida San Fernando, y el Pueblo Nuevo, que era Villa Iglesias. entre
uno y otro lugar existió una abierta rivalidad pueblerina.
Las diferencias entre uno y otro espacio, se simbolizan claramente en la disposición del
entramado urbano: ambas villas estaban separadas por un límite doble: el de las vías del
ferrocarril, y el del Camino de San Fernando a Rodriguez. Además existía una distancia
geográfica que volvía más dificil el encuentro: trasladarse de un sitio a otro aunque
fueran 7 u 8 cuadras, era bastante para definir un límite. Tal vez la ausencia de una
iglesia céntrica en Villa Altube y la existencia de dos escuelas a partir de 1910, hayan
contribuido también a mantener las diferencias entre los dos sectores del pueblo.
La Cantidad de habitantes, que había crecido enormemente entre 1895 -Segundo Censo
Nacional- y 1914 -Tercer Censo Nacional- era también otro motivo para las diferencias.
En Villa Altube y su área de influencia se concentraban los pobladores más antiguos, en
cambio, Villa Iglesias era un importante atractivo para los que recién llegaban; pero el
hecho de que en ambas villas existieran terrenos baldíos fomentó la competencia para
atraer nuevos vecinos.
Sin embargo, Villa Altube era sinónimo de José C. Paz: las mismas denominaciones de
"Pueblo Nuevo" y "Pueblo Viejo" daban a entender esta situación de primacía de la
primer villa de José CV. Paz. Una serie de circunstancias le habían permitido
convertirse en el eje por el que atravesaba la vida comunitaria de todo el pueblo,
venciendo la tendencia a la dispersión que se podía producir. Villa Altube era, al
momento de realizarse el censo de 1914, el centro a partir del cual se irradiaba la
sociebilidad de José C. Paz. A partir de ese año, ese centro cobró aún mayor
importancia.
Héctor Mario Segura Salas
(de su libro: "Historia de José C. Paz" Edición de la "Comisión del Centenario" agosto 1998,
páginas 43 al 45).
Las Romerías Populares
en José C. Paz
Las celebraciones llamadas "Romerías", una costumbre española tuvieron mucho éxito
en los primeros años de vida de la naciente localidad.
Surge la pregunta: ¿qué serían las romerías?. Buscando en el diccionario, encontramos:
"Fiesta popular que con meriendas, bailes, etc., se celebra en el campo inmediato a
alguna ermita o santuario el día de la festividad religiosa del lugar".
En Villa Altube, pueblo de Arroyo Pinazo, los días 7, 8 y 9 de febrero de 1911 se
organizaron las primeras "Romerías Españolas". Que fueron fiestas populares, pero no
organizadas en el día de la festividad religiosa del lugar. José C. Paz en esos años no
tenía templo, solo se había colocado la piedra fundamental de la Iglesia. Además, cada
año, se fueron realizando en distintas fechas.
La iniciativa fue de don José Altube, quien encontró rápida respuesta entre familiares,
amigos y vecinos.
Comisiones
Cada año se formaron comisiones de caballeros y damas. La comisión de caballeros se
dedicaba a la preparación, convocatoria y armado de las instalaciones necesarias,
también atendían los distintos puestos de juego. Esta comisión siempre estuvo presidida
por don José Altube e integrada, entre otros, por: Juan B. Altube, Juan F. Mercadal,
Vicente Altube, Félix Echeveste, Santiago Altube, Bernardo Etchart, Antonio Capurro,
Cándido Astinza, Lorenzo Díaz, Enrique Capurro, Pedro Belategui, Ricardo Jacod,
Santiago Galuya, Justo Zaldo, Francisco Daneri, Bartolomé Arballo, José Tropea,
Rafael Cevedo, Ramón Puigvert, Heraldo Mojoli y Ramón Prats.
La Comisión de damas atendía el bazar y la venta de rifas. Está comisión fue presidida
por doña Eulogia Altube de Altube, e integradas, entre otras, por: Ana Altube de
Etchart, Emilia Altube de Mercadal, María T. Altube, María Altube de Echeveste, Sara
Echevarría, Emma O. de Irigoin, María Echeveste, Flora Echevarría de Altube, Ignacia
Echeveste, Catalina Buzzini, Otelminda y Carmen Ponce de León, Juanita, Elvira,
Gabriela, Ana María y Elisa Altube, María A., Isabel y Lucía Altube, Alejandrina
Belhart, Aída Altimpergher, Rosa Buzzini, Juana y Amada Rebuffo y Juana Maggiolo.
En las romerías de 1915, se formaron dos comisiones de caballeros. Una para los
trabajos de iniciación, arreglos y atender las diferentes instalaciones y juegos, presidida
por Juan F. Mercadal, e integrada por: Vicente Altube, Ramón Puigvert, Salvador
Maggiolo, Antonio Capurro, Pedro Belategui, Alfredo Ponce de León y Rafael Cevedo.
Y otra para la inspección, orden y representación, presidida por José Altube, e integrada
por Juan B. Altube, Santiago Altube, Bernardo Etchart, Ramón Prats, Santiago Galuya y
Félix Echeveste.
Programa
La Comisión organizadora editaba volantes con el programa para invitar a la población
a los distintos festejos. Dichos volantes eran exhibidos en los comercios locales y en los
pueblos vecinos.
Durante los días que duraban las romerías se repetía el mismo programa:
Cada mañana a la salida del sol, se anunciaban los festejos mediante salva de bombas y
cohetes de estruendos. Luego, a la 7 de la mañana el conjunto de gaitas y dulzainas,
contratado especialmente en la Capital, recorrían las calles del pueblo "haciendo oír las
mejores piezas de su repertorio".
A las 3 de la tarde, se hacía la apertura de las Romerías y del Bazar, comenzando así la
venta de rifas, cédulas y medallas. Amenizaba esta apertura la banda de música,
disparando nuevamente bombas y cohetes.
A las 4 comenzaba el "Gran baile" en la carpa popular y en los "corros" que se
formarán. La carpa estaba instalada en la plaza, y "los corros" eran espacios circulares
para danzar cercados por la misma gente. Al mismo tiempo daba comienzo a los
distintos juegos y diversiones: palo jabonado, tiro al blanco, calesitas, carrera pedestre,
carrera de embolsados, juego de la olla, marco de estacas.
A las 9 de la noche, nuevamente disparos de bombas, cohetes de colores y suelta de
globos, continuando los bailes y diversiones hasta la 1 p.m.
En la última noche, a las 12,00 p.m., se sorteaban las rifas.
Este programa se iba repitiendo en cada nueva edición de las romerías, con algunos
agregados:
En 1914, se incorpora a los festejos el "Cuadro Filodramático" del Centro Juventud de
Artesanos, representando las obras teatrales: "Alta Mar", "Se alquila una pieza" y "Los
cohetes", bajo la dirección de Rafael Cevedo y con la participación de Ramón Puigvert,
Justo y Vicente Altube, Sinesio Belhart, Lidia Prodi.
También, en este mismo año, al contar el pueblo con diario local, se pudo invitar y dar a
conocer el programa a través del periódico "El Progreso".
En este año fueron agraciados con la rifa el Nº 404 con una máquina de coser; el 257
con un juego de loza y el 221 con una lámpara de colgar.
En 1915, al estar radicado en José C. Paz el fotógrafo Luis Ravera instalará en la
Romería una "galería fotográfica".
En este mismo año, al coincidir el primer día con el sábado santo, dieron comienzo los
festejos a las 10,00 horas con la salva de bombas y cohetes de estruendos, al mismo
tiempo el conjunto de gaitas y dulzainas comenzaba a recorrer las calles del pueblo.
Todos estos festejos generaban un movimiento de dinero de importancia para esos años.
Mirando los balances de 1915, en la carpa de bebidas ingresaron $ 347,80; en los bailes
populares $ 191,50; en el bazar rifa $ 377,60; en los juegos: $ 391,59 en el tiro de
botellas, $ 97,00 en el tiro de flecha, $ 50,90 en el tiro de bochas, $ 45,00 en la calesita.
Finalizada las Romerías, cada año la Comisión daba a conocer a la población el balance,
poniendo a disposición todos los comprobantes. La Comisión, además, hacía acuñar
cada año medallas alegóricas, para perpetuar estas celebraciones.
Ediciones
Después de la primera edición en enero de 1911, se realizó la segunda los días 20, 21 y
22 de diciembre de 1911 que paso a llamarse "Romería Populares".
Se realizan otras ediciones el 22, 23, 24 y 25 de diciembre de 1912; el 7, 8 y 9 de
febrero de 1914 y a pedido de la concurrencia se prolongaron por dos días más. En 1915
estaban programadas para el 3, 4 y 5 de abril, debiéndose postergar por mal tiempo. Se
realizaron los días 10, 11 y 12 y por el éxito alcanzado continuaron los días 17 y 18 de
abril.
Las Romerías de 1915, pondrán fin a estos festejos populares. Debido a la Primera
Guerra Mundial se decide no realizarlas mientras dure el conflicto.
Realmente estas Romerías fueron una fiesta popular. La
población embanderaba los edificios y las casas para
realzar el clima de fiesta. La gente acudía en familia
pues había entretenimientos para todos: chicos, grandes,
hombres y mujeres. Era una fiesta para todo el pueblo
pues acudían de todos los extractos sociales.
No solo concurrían de José C. Paz, también venían de
los pueblos vecinos: San Miguel, Derqui, Pilar, Del
Viso, Cuartel V. Incluso se pedía a la Empresa
Ferrocarril al Pacifico que hiciera correr algún tren hacía
Derqui y Pilar después de las 12 de la noche, para que
pudieran volver los romeros. La Empresa accedía a
dicho pedido poniendo a disposición de los viajeros el
tren Nº 271, que partía de la estación local a la 1,07 de la
madrugada. Para los que querían volver a casa más temprano, partía un tren a las 10,47
p.m.
Están guardados en mi memoria los recuerdos que me contara mi abuela:
"La Romerías eran toda una fiesta, nos vestíamos con lo mejor que teníamos, sacábamos
a relucir los mantones que habíamos traído de España y nos íbamos hasta la plaza de
Pueblo Viejo. Era todo un gentío alrededor, cantos, bailes, gaitas, juegos, alegría Ahí
bailábamos la jota y don José Altube nos daba unos duros para dulces"
En 1918, finalizado ya el conflicto bélico, y habiendo fallecido don José Altube, se
vuelven a realizar las romerías, ahora por iniciativa de Justo Zaldo. Por un aviso del
diario "El Progreso" el 24 de noviembre de 1918 se desprende que ya no son las
Romerías celebradas hasta 1915
Alberto Julio FERNANDEZ
Sociedad de Fomento de Arroyo Pinazo
Nos dice Héctor Mario Segura Salas en su libro Historia de José C. Paz: "Hecha la
traza de Villa Altube, el 8 de agosto de 1909 se constituyó la Sociedad de Fomento. El
objetivo de la Institución era mejorar la planta urbana de la localidad".
En efecto, por iniciativa del fundador del pueblo, don José Altube, se creó en ese día la
"Sociedad de Fomento de Arroyo Pinazo", pionera de las Instituciones locales. Su
primer Comisión Directiva estuvo integrada por: Juan Bautista Altube, Presidente;
Santiago Altube, Vicepresidente; Domingo Dughetti, Secretario; Santiago Tropea,
Prosecretario; José Antonio Altube, Tesorero; Juan Ramón Semín, Protesorero;
Bernardo Etchart, Antonio Capurro, Ramón Prats, Antonio Rossini y José Bustos,
Vocales; Enrique Calzolari, Mariano Sorichetti y Enrique Capurro, Vocales suplentes.
También se formó una Comisión Honoraria integrada por vecinos caracterizados de la
localidad, entre los que encontramos a: José Altube, doctor González Paglieri, Juan A.
Rúa, Francisco Ferrando, Serafín Germano, Angel Peluffo, Teófilo Lacroze, Fermín
Aguinaga y F. Machenzic.
29 de agosto de 1909: acto inaugural de la Sociedad de Fomento en el terreno
destinado para la plaza.
El primer paso dado por la Sociedad de Fomento fue gestionar su reconocimiento ante
la Municipalidad de General Sarmiento. El que fue otorgado el 25 de agosto del mismo
año.
Con el reconocimiento municipal, el 29 de agosto, bajo una carpa instalada en la
manzana de tierra donada por don José Altube para plaza, se realizó el acto inaugural de
la Sociedad de Fomento, recibiendo en ese día el terreno destinado para la plaza.
Primeros emprendimientos
Cumpliendo su fin, el primer paso dado por la Sociedad de Fomento fue abocarse al
arreglo de las calles. En los tiempos de lluvia, con el paso de los carros lecheros o de los
quinteros, las calles se volvían intransitables. Este era un servicio permanente que debía
brindar la Sociedad de Fomento a los vecinos. Así, ante la mirada esperanzada de los
vecinos y el revuelo de los niños, irrumpió la máquina Champion para abovedar todas
las calles.
El 3 de abril de 1910, con motivo de la colocación de la piedra fundamental en solar
para la Capilla Santa Amalia y en el solar para la Escuela estatal, ambos donados por
don José Altube, la Sociedad de Fomento organizó "romerías españolas" durante los
días sábado 2 y domingo 3.
Medalla conmemorativa de la colocación de la piedra fundamental de la
Capilla Santa Amalia (muchos años después San José) y la Escuela Nº 5
(anverso y reverso), acto realizado el 3 de abril de 1910, por tal motivo la
Sociedad de Fomento organizó para el 2 y 3 de abril "romerías españolas".
El segundo presidente de la Sociedad fue don José Altube, y bajo su presidencia, en
1911, la Sociedad de Fomento encarará el alumbrado en las calles. Pasaron varios meses
de diligencias, buscando la clase de alumbrado que fuera más económico. Al tomar
conocimiento que la Municipalidad había cambiado en San Miguel el viejo alumbrado a
gas por el de electricidad, se solicitaron de la intendencia los elementos del mismo,
recibiendo el gasómetro y algunos palos y faroles, que sirvieron de base para la
instalación que tanto se deseaba. Se compraron caños, vidrios para los faroles, repuestos
y se distribuyeron en casi todas las calles del pueblo, inaugurándose la red el 16 de junio
de 1912. Para el mantenimiento se puso una cuota mensual, lamentablemente no todos
los vecinos la abonaban y después de dos años hubo que retirar el alumbrado.
Nuevamente las calles del pueblo fueron cubiertas por la oscuridad.
La Sociedad de Fomento colaboró con la cuadrilla nacional para el arreglo del Camino
de San Fernando a General Rodríguez, facilitándole elementos para el trabajo. Este
camino se encontraba casi siempre intransitable, y con el fin de conseguir un arreglo
más duradero, se pidió a la Dirección General de Puentes y Caminos su pronta
reparación.
Cambio de nombre
En 1913 entre los vecinos e instituciones de Arroyo Pinazo comenzó a gestarse la idea
de cambiar de nombre a la estación ferroviaria. Por iniciativa de don José Altube, se
sugiere ponerle el de "José C. Paz", fundador del diario La Prensa fallecido el año
anterior y amigo personal de José Altube. La Sociedad de Fomento de Arroyo Pinazo
tendrá una activa participación en esta iniciativa.
El 21 de abril de 1913, se envía una nota al Ministro de Obras Públicas, expresando el
deseo de que la estación Arroyo Pinazo del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, sea
designada con el nombre del doctor José C. Paz. La solicitud recibe el despacho
favorable el 3 de mayo de 1913 De la Dirección de Ferrocarriles, indicando su director,
Ingeniero Pablo Nogués, que el nombre Arroyo Pinazo es regional y que el de Paz lo
llevan las siguientes estaciones: "Benjamín Paz", ferrocarril Central Argentino;
"Leocadio Paz" y "General Paz", el Central Norte; "Marcos Paz", la Compañía General;
"Máximo Paz", el ferrocarril del Sud, y dado que no hay ninguna estación con el
nombre de Paz en el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, no habría inconveniente para
el cambio de nombre. Esté informe fue elevado al Ministerio de Obras Pública,
firmando, el 4 de mayo, el doctor Bosch, Ministro interino, la resolución por la cual se
designa con el nombre de José C. Paz a la estación Arroyo Pinazo.
Ante esta noticia, el diario La Prensa del 5 de mayo de 1913 informaba:
El presidente de la comisión de fomento de la estación anteriormente llamada Arroyo
Pinazo, hoy José C. Paz, señor José Altube, nos ha pedido que hagamos constar que la
noticia del cambio de nombre de esa estación del Pacífico, ha sido recibida con el
mayor regocijo en el seno de dicha sociedad, así como todo el vecindario.
Igualmente nos ha expresado, el señor Altube, que las sociedades de fomento, el
comercio y el vecindario en general, se hallan gratos al Ministerio de Obras Públicas
de la Nación, por haber satisfecho en anhelo patriótico que inspiró la solicitud del
cambio de nombre, cual era de vincular ese pueblo en formación al recuerdo de la
acción fecunda de un ciudadano ilustre, que tan brillante actuación tuvo en la vida
pública bonaerense durante el período histórico de la reconstitución republicana del
país, y tan notable influencia ejerció más tarde en la formación del carácter nacional y
en la consolidación y perfeccionamiento de las instituciones democráticas de gobierno,
que constituirá una enseñanza perenne de las generaciones.
La empresa del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico dispuso cambiar el nombre de
Arroyo Pinazo de la estación local por el de José C. Paz, para el domingo 6 de julio
próximo. A la Sociedad de Fomento "Villa Altube" le cupo cursar las invitaciones para
las autoridades del partido, a las sociedades y escuelas locales, al comercio y al público
en general.
Por problemas del Ferrocarril al Pacífico, "los actos de inauguración de los tableros con
el nuevo nombre", se trasladaron para el domingo13 de julio.
Ese día el pueblo vivió un día realmente de fiesta. Bombas de estruendos, banda de
música, discursos, bailes, carrera de sortijas.
Al mediodía, la Sociedad de Fomento de Villa Altube, agasajó a los invitados y a sus
asociados con un asado. En el momento de descubrir la placa con el nombre de "José C.
Paz" en la calle correspondiente, hizo uso de la palabra, el señor Juan Mercadal,
presidente de la Sociedad de Fomento, expresando "los anhelos de la Sociedad para
unir en un solo centro esa especie de antagonismo que casi siempre existe entre los
distintos barrios que constituyen un solo pueblo".
Cena de la Comisión Directiva de la Sociedad de Fomento. Aproximadamente
1914
Vigilancia
Al finalizar el año 1913, la Sociedad de Fomento gestiona, ante la jefatura de Policía,
mejoras para el destacamento local, solicitando el aumento de personal y la categoría de
Sub-comisaría.
Ante la falta de respuesta, el 11 de abril de 1914, manifestaba: "llama la atención del
vecindario el hecho de que un tiempo a esta parte se cometan raterías y daños,
aprovechando la poca vigilancia policial, pues el destacamento, si bien está a cargo de
un empleado competente, no cumple divinamente sus obligaciones por falta de
personal. Oportunamente se pidió a la Jefatura que subsanara esta deficiencia, pero
hasta la fecha nada se ha hecho para subsanar esta deficiencia". Diez días después, el
22 de abril de 1914, la Sociedad de Fomento volvía sobre el tema, afirmando que: cada
día se hace sentir más la falta de policía en este pueblo. Sería muy acertado que el jefe
de policía aumentara el personal con dos agentes, que son de mucha necesidad, pues
corresponde a la policía local, atender además de este pueblo, dos o tres núcleos de
población. Se reitera el pedido el 21 de mayo, y pasará tiempo para que esta iniciativa
encuentre respuesta de las autoridades correspondientes.
Nuevo alumbrado
En mayo de 1914 la Sociedad de Fomento hizo una segunda tentativa con el alumbrado
público, solicitando a la Municipalidad algunos faroles de aire comprimido que habían
sido sustituidos por otros de alumbrado eléctrico. La Intendencia accedió a lo solicitado,
y los faroles fueron distribuidos en los sitios donde habían sido pedidos por los vecinos
que costearían el gasto que demandaría cada farol. Al finalizar el invierno, sucedió
como con el alumbrado anterior, como no era posible recargar a algunos vecinos lo que
otros se excusaban de pagar, se tuvo que abandonar esta mejora para el pueblo.
Arreglo de Calles
El 23 de mayo de 1914, el presidente de la Sociedad de Fomento, señor Juan F.
Mercadal, convocaba a una asamblea de socios para el día siguiente, a fin de tratar
asuntos relacionados con el arreglo de calles. La reparación de calles era siempre una
necesidad imperiosa.
Al respecto, reclamaba la Sociedad de Fomento el 1° de agosto: Como todos los
inviernos, después de las lluvias, las calles se encuentran en estado deplorable,
llegando a tal extremo que es imposible el tránsito de vehículos y peatones. La causa
principal es que no se ha terminado como debió hacerse el alcantarillado de la
empresa del Ferrocarril Pacifico, cuyo canal de desagüe carece de desnivel necesario,
por cuyo motivo se forma un pantano que abarca casi toda la población e intercepta
totalmente las comunicaciones con la estación del ferrocarril y ocasiona graves
perjuicios al vecindario.
Vereda de ladrillos: la Sociedad de Fomento visitaba al vecindario para
invitarlos a construir sus veredas (la foto es posterior - década del 30)
La Sociedad de Fomento afirmaba, además, que contribuía en gran parte a aumentar el
mal estado de las calles, el hecho de que algunos propietarios de animales, que no
poseen terrenos de pastoreo, sin respetar las ordenanzas municipales, los lanzan a las
calles, plazas, convirtiendo al pueblo en potrero. Y esos animales destruyen cercos y
aceras y hacen imposible la vialidad.
El Ferrocarril Pacífico construyó una alcantarilla, pero el 22 de agosto, volvía sobre el
tema la Sociedad de Fomento, diciendo: "Se ha puesto de manifiesto la insuficiencia de
la alcantarilla de desagüe del Ferrocarril Pacifico, por lo cual se inunda el costado de
la vía ocupado por un vivero de plantas. Lo mismo ocurre con los terrenos del Central
Buenos Aires, desde la avenida José C. Paz hasta la José Altube, donde el nivel de la
calzada es mas alto que el de las calles adyacentes.
Pocos días después, el 30 de agosto de 1914, nuevamente surgía el tema: cada vez que
llueve tienen que ocuparse los vecinos de una parte de la población, en hacer desagües
en tres de las calles que cruza el ferrocarril Central Buenos Aires, porque la empresa no
da salida al agua por el costado de sus vías. Afirmaba la Sociedad de Fomento: A la
citada empresa no le sería costoso colocar una alcantarilla de cemento armado en la
Avenida San Fernando y hacer seguir su curso al agua de las otras calles por la zanja
de la vía. En Piñero acontece otro tanto.
El arreglo de las calles, era el tema constante, alguna respuesta se obtenía después de
tanto pedir y pedir. Así, el 28 de mayo de 1916, el Intendente Victorio Monteverde,
remitió a la Sociedad de Fomento, cinco toneladas de piedra, para la construcción de
pasos en las bocacalles. En 1917 se pedía nuevamente a la empresa del Central Buenos
Aires: que haga un desagüe en sus vías para dar salida a las aguas, que en los días de
lluvia quedan detenidas en la calle Federico Lacroze e inundan la parte Sur del pueblo.
Anteriormente esas aguas tenían salida por los guardaganados, pero como estos han
sido obstruidos al elevarse el nivel de la línea, es de urgente necesidad la construcción
de nuevos desagües y la limpieza de las zanjas paralelas a las vías.
Pedidos al ferrocarril: Barreras, carbonilla, ensanche de calle
Otro pedido frecuente de la Sociedad de Fomento ante ambas Empresas Ferroviarias
fue: la colocación de barreras en las calles San Fernando y José Altube, porque ambos
pasos a nivel son un serio peligro para el público y en las cuales hemos tenido que
lamentar varias desgracias, sin que hasta ahora las Empresas hayan tomado en
consideración tan justo pedido.
También se solicitó al Ferrocarril Pacífico carbonilla para las veredas. Este pedido fue
siempre concedido, corriendo el pago del flete por cuenta de la Sociedad. Además, se
requirió en varias oportunidades el ensanche de la calle Bartolomé Mitre (hoy Zuviría),
entre las calles José C. Paz y José Altube, fundamentando que: por ser de acceso a la
Estación y de mucho tránsito, es demasiado angosta..
Cambio de nombre: Sociedad de Fomento "Villa Altube"
En la Asamblea General efectuada el 18 de Julio de 1916, siendo presidente Juan
Bautista Altube, se resolvió cambiar el nombre de la Sociedad de Fomento de Arroyo
Pinazo, en virtud del nombre dado al pueblo en 1913, pasando a llamarse Sociedad de
Fomento "Villa Altube" de José C. Paz. Se aprovechó la oportunidad para
conmemorar el tercer aniversario del cambio de nombre del pueblo. La Sociedad de
Fomento brindó un asado, durante el cual se remataron numerosos objetos donados por
el comercio local. La suma obtenida fue destinada a la realización de algunas mejoras
urbanas y edilicias.
Continuando con su accionar, la Sociedad de Fomento, cooperando con el Delegado
Municipal y la Policía, se preocupó para que se cumplieran las ordenanzas municipales
que prohibían el tránsito de animales sueltos por las calles, la cría de cerdos y arrojar
aguas servidas a la calle. También se ocupó de plantar árboles. Primero, una cantidad de
ejemplares donados por la Municipalidad, los cuales fueron distribuidos en algunas
calles. Más tarde, adquierieron otros árboles para continuar plantando en las distintas
calles.
Además, la Sociedad volcó su esfuerzo en visitar al vecindario e invitarlos para que
vean la conveniencia de comenzar a construir las veredas; al respecto afirmaba la
Sociedad de Fomento: "y entendiéndolo así algunos propietarios, han empezado tan útil
obra, en la seguridad que tan buena idea ha de tener muchos imitadores".
Escuela Nº 5 y Correo
Otra de las preocupaciones de la Sociedad de Fomento, fue dotar al pueblo del edificio
para la Escuela N° 5, por ese motivo, en distintas épocas se elevaron solicitudes a la
Dirección General de Escuelas pidiendo la construcción del edificio escolar en el
terreno donado por don José Altube.
El 24 de marzo de 1917, la Sociedad de Fomento expresaba: El vecindario anhela que
la dirección general de escuelas no demore por más tiempo la construcción del edificio
escolar proyectado en este pueblo. Esta obra cuenta desde hace varios años con el
terreno necesario y con cien mil ladrillos, por la generosa donación que hizo el señor
José Altube y su estancamiento no tiene justificación alguna, máxime cuando las
escuelas locales carecen de edificios apropiados. Pasaran muchos años, ante que esta
obra se concrete.
También se hicieron gestiones ante la Dirección General de Correos. El 15 de marzo de
1917 se enviaba una solicitud, firmada por una gran cantidad de vecinos., pidiendo que
acrecienten el personal de la oficina, ya que era insuficiente para prestar un servicio
adecuado. En respuesta, la Dirección de Correos envió un Inspector, quién dio despacho
favorable a lo solicitado. No obstante en junio se vuelve a hacer el reclamo porque no
ha sido provisto el cargo
Foto de José C. Paz, tomada desde el techo de la casa de don José Altube: se ve
el aserradero de Altube, más atrás la "plaza" (caminito en diagonal), casas
que rodeaban la plaza, hacia la derecha el Centro Recreativo Juventud de
Artesanos . Esta foto está tomada en 1916.
Fallecimiento de don José Altube
27 de mayo de 1918 falleció don José Altube, los diarios decían: "A la avanzada edad
de 72 ha fallecido en José C. Paz, don José Altube, antiguo y prestigioso vecino, quien
en vida fue un ejemplo permanente de consagración al trabajo, en cuyas distintas
actividades se desenvolvió siempre de una manera eficaz y sacrificando a menudo
utilidades y halagos personales en obsequio de su generoso concepto de los intereses
colectivos. Como testimonio elocuente de la eficiencia de su esfuerzo y perseverante
labor, deja fundada una importante villa".
La Sociedad de Fomento participó en el fallecimiento de su fundador, invitando a sus
asociados a concurrir al sepelio, en donde el señor Paglieri habló en nombre de la
Institución. Como era costumbre, también hizo llegar sus condolencias a los familiares
por medio de una carta. Meses después, en octubre, cuando se colocó una placa en el
cementerio, hizo uso de la palabra en nombre de la Sociedad de Fomento, el señor
Rafael Cevedo
Dos Sociedades de Fomento
En 1919, se produce un hecho que llama la atención, surge la Sociedad de Fomento de
José C. Paz, que es reconocida el 10 de marzo por la Intendencia Municipal, y cuya
Comisión Directiva estaba integrada por: Doctor Guillermo Andreau, presidente;
Eduardo Girod y Manuel Buide, vicepresidentes; Cesáreo Wessel, secretario; Juan
Anderson hijo, prosecretario; Juan A. Capurro, tesorero y Juan Stafforini, protesorero.
Esta Sociedad surgía para: asumir la representación del vecindario para realizar toda
clase de gestiones públicas o privadas, cuyo fin principal sea el adelanto, mejoramiento
y progreso edilicio del pueblo, ya sea su zona urbana o rural. Propender por todos los
medios posibles a la mayor unión entre los vecinos, orientando el esfuerzo común hacia
su fin principalisimo, el engrandecimiento del pueblo.
Dos días después, el 12 de marzo de 1919, se renueva la Comisión Directiva de la
Sociedad de Fomento "Villa Altube", quedando integrada por: Presidente, Juan
Bautista Altube; vicepresidente, Juan F. Mercadal; secretario Rogelio González;
prosecretario Manuel Collazo; tesorero Vicente Altube; protesorero José A. Altube. Esta
Sociedad, el 29 de abril de 1919, publica una memoria de sus diez años de labor, en
donde al comienzo rescatamos: "Al entrar en el décimo año de existencia de esta
Sociedad de Fomento, hemos creído hacer una ligera reseña de su actuación hasta la
fecha, a fin de que os deis cuenta y recordéis los importantes servicios que ha prestado
a este vecindario, porque indudablemente hay hechos que por un tiempo se recuerdan y
luego, poco a poco, quedan como olvidados".
Este párrafo nos deja ver una división en el fomentismo local. Funcionan dos
Instituciones con el mismo objetivo, pero cada una por su lado. La Sociedad de
Fomento "Villa Altube", continuó con el arreglo de las calles, construyó algunas aceras
y arregló algunos pasos que se hallaban intransitables, plantó árboles; envío carta a la
empresa del Ferrocarril al Pacífico, solicitando quiera ceder unos metros de terreno para
ensanche de la calle B. Mitre; reunió a los vecinos con el fin de formar una comisión
para que se encargue de gestionar de la Dirección de Escuelas la construcción de un
edificio para la Escuela Nº 5. Por su parte, la Sociedad de Fomento de José C. Paz,
gestionó ante el ferrocarril al Pacífico dos vagones de carbonilla para arreglo de las
calles; solicitó a la Intendencia Municipal la demolición de la alcantarilla en la calle
Compostela porque obstruye el tráfico, también se le solicita el alumbrado eléctrico; se
pide a la unión Telefónica la instalación de un teléfono para uso público; se construyen
veredas económicas con ladrillos. Así transcurrió todo el año 1919, dos Sociedades de
Fomento desarrollando la misma actividad, no cumpliendo el objetivo de "propender
por todos los medios posibles a la mayoe unión entre los vecinos".
Nuevamente una sola Sociedad de Fomento
A fin del año 1919, se hacen los intentos de unificación, logrando conformar la
Sociedad de Fomento de José C. Paz, cuya Comisión Directiva, el 6 de enero de 1920,
quedó conformada por: presidente, Juan Bautista Altube; vicepresidente 1º, doctor
Guillermo Andreau, vicepresidente 2º, don Manuel Buide; secretario, Juan F. Mercadal;
prosecretario, Cesáreo Wessel; tesorero Vicente Altube; protesorero José A. Altube.
Unificados los esfuerzos se abocaron al arreglo de las calles y aceras; se elevaron
solicitudes al Consejo Deliberante de General Sarmiento, pidiendo el pronto despacho
de la concesión para el alumbrado eléctrico en la localidad, cuya instalación constituía
un deseo público; se logró que el diputado Vázquez presentara un proyecto, por el que
se autoriza al Poder Ejecutivo a invertir hasta la suma de $ 30.000 en la construcción de
la escuela; se inició el arreglo del camino a General Rodríguez; el 23 de mayo de 1920,
con motivo del segundo aniversario del fallecimiento de don José Altube, se tributo un
homenaje al fundador del pueblo, colocándose una placa en la avenida Altube; se
plantaron árboles; se reiteró a las empresas ferroviarias la colocación de barreras en las
calles San Fernando y José Altube, que ofrecen un constante peligro para los
transeúntes que cruzan las vías.
Realmente la actividad de la Sociedad de Fomento durante todos estos años fue
constante e incesante. La última referencia a la Institución la encontramos el 8 de junio
de 1924: Es comentada favorablemente por los vecinos de esta localidad la actividad de
la Comisión de Fomento que preside el señor Juan B. Altube, pues bajo su dirección se
están efectuando varios trabajos de mejoramiento edilicio en este pueblo.
Esta fue la obra de mucho hombres y mujeres, que seguramente llevabron grabadas las
palabras de don Juan Bautista Altube, por muchos años presidente de la Sociedad de
Fomento: "Os pido sigáis prestando vuestro valeroso concurso a esta sociedad, que
solo anhela buscar el bien general y el adelanto y progreso edilicio de este pueblo y no
olvidéis que para conseguirlo no son necesarias más que dos cosas: constancia y buena
voluntad".
La Unión Vecinal (su creación el 1958)
En setiembre de 1958 quedaba constituida la nueva comisión de la Unión Vecinal de
José C. Paz, cuya sede era el local de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos
(hoy ex-cine Paz), en Lavalle y Roque Sáenz Peña: Carlos Seveso, Presidente; Juan
Gardoni, Vicepresidente; Alfredo Marquiani, Secretario; Luis Pedacci, Secretario de
Actas; Atilio Gatti, Tesorero y enrique Diorio, Protesorero; eran las figuras destacadas
dentro de la entidad. A poco de su renovación, la Unión Vecinal de José C. Paz,
reclamaba para que se ampliara la línea de teléfonos -entonces del estado- y se
colocaran teléfonos automáticos.
Recordemos, que hasta unos pocos años antes, un número reducidísimo de habitantes
tenía acceso a los teléfonos. El deficiente sistema todavía seguia afectando al comercio
y también a los particulares.
Si bien las zonas céntricas de José C. Paz, poseían el beneficio del alumbrado eléctrico
que los barrios comenzaban a reclamar, sin embargo, compartía con estos el problema
de los contínuos cortes de energía. Particularmente, durante el año 1961, los cortes de
luz o la baja tensión, fueron muy comunes. Este fue otro de los problemas planeados por
la Unión Vecinal. en octubre de 1958, la entidad reclamaba también la iluminación de la
avenida Gaspar Campos en el tramo que iba desde Lavalle hasta Pueyrredón, es decir la
zona de entrada a Villa Altube.
Las calles sin asfalto, que eran la mayoría, fueron señaladas como una prioridad. La
entidad abogó por la nivelación y abovedamiento de las calles no asfaltadas y la
colocación de pasos de piedra; como así también por la sanción a los vecinos que
echaban aguas servidas a la calle.
Un problema muy particular del centro de José C. Paz, y menos importante en los
barrios -salvo en alguna áreas muy específicas- fue el ruido, uno de los síntomas de la
urbanización: La Unión Vecinal reclamó multas a los motociclistas que provocaban
ruidos molestos.
Parece que algunas calles del centro de la localidad eran los lugares preferidos para las
carreras de algunos jóvenes que estrenaban lo que entonces era un boom, las famosas
motocicletas, que junto con el boom de los automóviles y de los artefáctops domésticos
marcaron toda una época en el estilo de vida de las familias de clase media.
Las entidades centrales, compartían en muchas ocasiones, a sus miembros más
destacados. Muchas figuras de la Unión Vecinal, lo eran también de otras entidades: por
ejemplo, la comisión Directiva de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos en cuya
sede funcionaba la Unión Vecinal, estaba compuesta por aquellos años, por: José
Tesset, Juan Gardoni, Norberto Gardoni, José A. Sacchi, Juan B. González y Luis
Filomía, Higinio Brunetti, Gerardo Gardoni, Domigno A, Francinella, José M. Bassanta,
Eugenio Gardoni, Juan Bautista Pagano y Abselmo Salazar. Miguel Valente era el
Presidente.
Al compartir sus miembros, más allá del fin particular que persiguiera cada institución,
se dormaba necesariamente un espíritu de cuerpo, en cuyo seno se podía identificar
claramente al sector comercial como su principal sustento.
La tradición institucional del comerciante, por otro lado enraizaba a la tradición
fundadora del -todavía- pueblo, permitía por otro lado seguyir incorporando nuevos
nombres y figuras a medida que el comercio se iba extendiendo. Esto originó una sólida
red, que muchas veces, más allá de las propias entidades, pasaba por algunas figuras que
formaban parte de ellas. Por un tiempo, sin embargo, la Unión Vecinal fue la máxima
expresión de esa red.
Héctor Mario Segura Salas
(de su libro: "Historia de José C. Paz" Edición de la "Comisión del Centenario" agosto 1998,
páginas 129 al 131).
Ateneo Artístico y Cultural "El Hornero"
Actos celebratorios del 6º Aniversario de la Declaración de Ciudad de José C. Paz
"Un día un grupo de vecinos creyó oportuno, necesario, presentar en el ámbito paceño
algo que no fuese comercio e industria. Era preciso sembrar la semilla de la cultura;
las escuelas existentes no lo eran todo ni lo suficiente para el conglomerado progresista
paceño. Primero fue una tímida pero exuberante manifestación de lo que artística,
artesanal, bibliográficamente atesoraba la ciudad. Era un caudal desconocido para
muchos".
Este párrafo del diario "Sucesos" nos lleva al año 1972, cuando la comunidad paceña se
aprestaba a celebrar el 6º aniversario de la Declaración de Ciudad. Los actos
comenzaron el viernes 17 de marzo, a las 22 horas, con la inauguración de una
Exposición Cultural en el salón parroquial.
Participaban de la misma los pintores Alfredo Spampinato y Félix González, el escultor
Hugo Rubén Morganti, los escritores Pablo Capanna, Dr. José Pavlotzky y Ricardo
Codesido, el constructor de guitarras Héctor Mario Calvelo, la poetisa Amalia Ribano
de Valente, el investigador Dr. Marcos A. Freiberg y el escritor folklórico Libertario
Blengio.
La exposición fue inaugurada por el P. José Luis Vendramín y a continuación el
profesor Angel Lucio Fernández Gamio, Director de Cultura de la Municipalidad de
General Sarmiento, expresó su satisfacción por las obras expuestas y felicitó a los
artistas Inmediatamente el señor Oscar Villafañe, secretario de Gobierno, manifestó el
agrado y el interés de las autoridades por este tipo de acontecimientos.
Todos los presentes -las personas mencionadas, más los integrantes de la Comisión de
Festejos del 6º Aniversario, familiares de los expositores y amantes de las artesvivieron un hecho trascendental: los expositores expresaron su deseo de darle
continuidad a lo iniciado.
Retomando el artículo de diario Sucesos, afirma: "La lamparita ya estaba prendida. Era
preciso más iluminación, perdurabilidad permanente. Un ateneo podía ser un vehículo,
un cauce donde aunando esfuerzos e ideas podía llevarse adelante la corriente
cultural".
Creación del Ateneo Artístico y Cultural "El Hornero"
Así, una semana después, el 24 de marzo de 1972, varios de los expositores y
simpatizantes de las artes se reunieron en la parroquia San José Obrero, con el propósito
firme de crear un Ateneo Cultural.
Visualizaban como objetivo principal llevar el arte y la cultura al pueblo. Designaron
una pequeña comisión para redactar los estatutos provisorios, la que estaba integrada
por Ricardo Codesido, Alfredo Spampinato y el P. José Luis Vendramín.
El 3 de abril, vuelven a reunirse, trabajando sobre los estatutos, que quedan para aprobar
en una próxima reunión. Inmediatamente se abocan a proponer nombres para el Ateneo,
y por sugerencia del Dr. Marcos Freiberg, deciden llamarlo "El Hornero".
Se elige la primer Comisión Directiva, que quedó conformada por: Dr. José Pavlotzky;
presidente; P. José Luis Vendramín, secretario; Sr. Alfredo Spampinato, prosecretario;
Sra. Amalia de Valente, tesorero; Mirta Calvelo, Dr. Marcos Freiberg y Sr. Ricardo
Codesido, vocales.
En este día propusieron los siguientes objetivos:
1) Fomentar las artes, las letras y toda otra manifestación artística y cultural.
2) Llevar el arte, la ciencia y la cultura al pueblo.
3) Promover y alentar a los jóvenes en una auténtica vocación artística y
cultural.
4) Promover la ornamentación artística de la Ciudad de José C., Paz.
En una nueva reunión, el 12 de abril, aprueban los estatutos. El Ateneo Artístico y
Cultural "El Hornero" ya es una realidad, ahora manos a la obra.
Primer acto
El sábado 13 de mayo, el "El Hornero" realiza su primer acto en la Facultad Luterana,
ante una sala colmada de público.
Abrió el acto el presidente, Dr. José Pavlotzky, con un breve discurso en el que se
refirió a los recientes festejos del 6º Aniversario de José C. Paz como ciudad, y como
industriales, comerciantes, agricultores, escritores y artistas que participaron en las
respectivas exposiciones, al comprobar la honda repercusión popular de esas muestras,
resolvieron crear una institución cultural para mantener permanente contacto con el
pueblo y llevarles el arte y la cultura.
Explicó luego el porqué del nombre "El Hornero", aduciendo que se eligió el nombre de
ese pájaro criollo, como modelo y ejemplo de trabajo silencioso y sin estridencias, pues
el hornero es un modesto trabajador que construye su nido con amor, por eso su solidez
es tal que nunca se derrumba. El hornero se caracteriza además por su fidelidad
conyugal, y el Ateneo lleva su nombre porque quiere ser fiel a los principios cristianos
de fraternidad y amor al prójimo; fiel a la tradición gaucha argentina y a los principios
morales que cultivaron los fundadores de la nacionalidad.
El Dr. Pavlotzky, finalizó diciendo que, como la cultura universal es el mejor medio de
unión entre los pueblos, el Ateneo se honraba iniciar sus actividades con esta
Conferencia de categoría intelectual, dada por un argentino de alto prestigio
universitario.
Luego presentó al profesor Carlos A. Benito, profesor de la Cátedra de Pensamiento y
Lengua de la Mesopotamia antigua, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA,
quién disertó sobre: "Experiencia de un viaje por la antigua Babilonia"
Dicen las crónicas de la fecha: "Nuestra ciudad vivió una hermosa jornada de cultura
que esperamos se repita mediante los sucesivos actos que realizará el Ateneo El
Hornero".
Intensa actividad: conferencias, audiovisuales
Desde el inicio existió la constante de realizar mes a mes una actividad. La premisa de
llevar la cultura al pueblo se concretizó a través de innumerables conferencias, entre las
que podemos recordar a: "Del mundo de los objetos al mundo sin objetos en pintura"
por el Dr. Adolfo Likerman; "Una escalada al Aconcagua" por Daniel Eisemberg y
Danilo Piñones, esta conferencia tuvo que repetirse ante la cantidad de público asistente,
el cual no cupo en el local; "La India" y "Homenaje a Hernandarias, yerno de Garay, en
la fundación agrícola de Buenos Aires hace 400 años" por Virginia Carreño; "El alma
de Manuel Belgrano" por el prof. Pedro Oscar Casas; "Estudio y observaciones bioecológicas sobre insectos de Salto Grande" por el P. Guillermo Villiner; "Energía solar,
su aplicación y aprovechamiento" por el Ing. Jorge Guerrero; "Repaso de las escuelas
pictóricas de nuestro siglo" por Constante Paladino; "La Antártida" por Orlando Hugo
Britos; "Manuel Belgrano: historia de dos desobediencias" por Alfredo J. Calvo; "
Alfredo Spampinato presentando al conferencista Doctor Adolfo Likerman, qui
el 22 de julio de 1972 disertó sobre "Del mundo de los objetos al mundo sin
objetos en pintura"
Campaña del desierto" por el prof. Pedro Oscar Casas; "Análisis del lunfardo" por José
Barcia, presidente de la Academia Porteña de Lunfardo; "La Música folklórica desde
José Hernández hasta la fecha" por el prof. Daniel López Barreto...
Audiovisuales que llevaban al auditorio a conocer otros lugares, personas y
monumentos, entre los que destacamos: "Bolivia y Perú" y Centroamérica y Méjico"
por Teresa Plano, "Libertador General San Martín" y "Monumentos y lugares históricos
de Buenos Aires" por el Dr. Jorge Klapenbach; "Conozca países de Europa" por el
matrimonio de Jorge y Alicia Gabiani.
Hubo una constante invitación
A través de la prensa local, el Ateneo cumpliendo su objetivo de "fomentar las artes y
las letras y toda manifestación artística y cultural", hacia una constante invitación: "El
que tenga inquietudes literarias, artísticas o simplemente humanas puede formar parte
del Ateneo, que solito, sin subvenciones ni ayuda extralocales, pone su granito
haciendo patria, engrandeciéndola espiritualmente, dentro de las posibilidades. Con
nuestros actos creemos hacer historia de patria chica, despertar sensibilidad cuando el
materialismo parece resecarlo todo. ¿Por qué hacemos esto? Entendemos que la
cultura es tan necesaria como el pan y el vino de nuestra mesa. Adivinamos la pregunta
que nos formularán: ¿Qué quiere El Hornero? Sobre todas las cosas, la amistad
fraterna de todos los hombres del mundo; en nuestro ámbito lugareño, nuclear a los
amantes de las expresiones artísticas y recreaciones espirituales; los que escriben, que
acerquen su talento adornado con la prosa o un poema; los que pintan o se dedican a
las artes plásticas, que se acerquen con sus colores y sus alegrías; usted ¿esculpe? ¿da
vida a un tronco o a una piedra? Puede integrarse a El Hornero; ¿le gusta la música?
Pueden formar parte de El Hornero".
Las actividades y las invitaciones permitían el acercamiento de nuevos integrantes:
Fedorio Kowal, Giralt Lladó, Juliana Ramos de Lladó, Elia Hidalgo, Aída de Freiberg,
Carlos Babington, Edgardo Tranzillo, Rogelio.
A la par seguía brindando cultura. Así para los amantes de la música rescatamos:
"Concierto de piano y oboe", a cargo de Almah Melgar y Enrique Avolio; "Recital de
piano" por Graciela Morano; "Concierto explicado" por Nélida Altube de Lipe con la
colaboración del Coro polifónico de José C. Paz; "Concierto de guitarras" a cargo de
profesores y alumnos del Centro Estudio de San Miguel, presentados por su director
Osvaldo Piehl; concierto con la participación de la orquesta de la Escuela de
Penitenciaria nacional, dirigida por el maestro Oscar Giovazino...
Llevar al arte al pueblo
Otra actividad entrañable de "El Hornero" fueron los concursos infantiles de manchas.
Hoy en la Plaza Manuel Belgrano, mañana en la Plaza de Mayo, otro día en la Plaza
Conquista del Desierto, después en el Barrio Primavera o en el Barrio Las Acacias.
Recordando un nuevo aniversario de la declaración de Ciudad o celebrando el día
nacional de las artes.
Doctor Pavlosvki y Alfredo Spampinato en la entrega de premios a los
participantes del primer concurso infantil de manchas en septiembre de 1972.
Allí llegaban con su mesita, listo para inscribir a la purretada. Uno a uno iban
acercándose los participantes con su creatividad. En el primer concurso intervinieron
41, en otro 72, después fueron 101... Los integrantes de la Comisión visitaban las
Escuelas invitando a los alumnos, salían en busca de los premios, siempre había
comerciantes y vecinos que colaboraban con sus donaciones.
Era lindo ver los esos rostros chispeantes esperando el resultado del Jurado. Cuantas
ilusiones y esperanzas guardaban esos corazoncitos.
A esta expresión infantil se sumaban las exposiciones plásticas de los artistas locales en
la Plaza Manuel Belgrano o en los salones de la Parroquia o de la Facultad Luterana.
¡Cuantas cosas más desarrolló el Ateneo!: exposiciones de fotografía, mesas redondas
sobre el uso del lenguaje, cursos de historia, concursos de vidrieras, la tramitación de
una Escuela de Bellas Artes... El Boletín informativo, que en su Nº 1 se presentaba
diciendo: "¿A qué venimos? A buscar más comunicación con este modesto vehículo.
Pretendemos que esta simple hojita, tamaño oficio, sea cauce para vínculos que
agrupen aún más, no sólo a la familia de El Hornero, sino también a los que están
fuera de nuestro círculo. Venimos también a darle un poco de aire al materialismo, con
un soplo de intelecto, bellas artes, literatura, cultura en general, noticias de nuestro
ambiente". Y fue realmente un medio de comunicación, se editaron 130 números desde
1975 hasta 1988.
Galardón
El Círculo de Periodistas de General Sarmiento otorgaba cada año distinciones a las
personas, deportistas e Instituciones destacadas. En 1980 la Institución destacada del
Partido de General Sarmiento fue el Ateneo artístico y cultural "El Hornero"
El 8 de noviembre de 1980 se hizo entrega del galardón, en un emotivo acto que se
desarrolló de acuerdo al siguiente programa:
A las 18,30 horas en el salón parroquial, después de entonar los himnos Nacional y de
Belgrano, el Padre Olegario Pascual bendijo la bandera de ceremonias, donada por el
prof. Pedro Oscar Casas, en atención a la labor desarrollada por "El Hornero".
Inmediatamente el coro del Colegio Nacional Tomás Guido de San Martín, saludó a la
bandera.
A continuación el Ateneo recibió la plaqueta del Círculo de Periodistas, entregada por el
presidente del Círculo, Lic. José Echeverría Astorgano, agradeciendo la distinción con
emotivas palabras Alfredo Spampinato, presidente del Ateneo.
Concluyó este día de fiesta, con un Concierto ofrecido por el Coro del Colegio Tomás
Guido, dirigido por Ada Cortés de Darman.
Si hoy no sembramos, mañana no habrá cosecha
"A lo largo de los años y de la actividad de "El Hornero" se han sucedido éxitos y
fracasos. Después de la consiguiente depresión que
producen estos, olímpicamente han renacido las ganas
de más proyección", afirmaba un artículo publicado por
el diario Sucesos en 1980. Así fue cómo, con esas ganas,
cada año se fueron brindando diez meses de
demostraciones culturales de todo carácter: mesas
redondas, audiovisuales, conferencias, conciertos
didácticos, historia, literatura, concursos infantiles de
pintura. Fueron el alma mater Alfredo Spampinato y
Giralt Lladó.
En 1988 Alfredo Spampinato enfermó y los esposos
Lladó regresaron a su tierra, Cataluña, esto llevó a la
desaparición de El Hornero, pero queda un desafío
expresado en el último número de su boletín:
"Es hora de sembrar para luego cosechar. La entrega
dará sus frutos. Hay que comprometernos en la siembra. No nos asuste la aridez del
terreno cultural debido a la indiferencia que todos conocemos. Si amamos nuestra
tierra grande, nuestro terruño paceño, es necesario que uno y otro sol nos encuentren
en la huella, sembrando en el surco".
Mucho han sembrado los artífices de El Hornero, pero la siembra debe seguir. La
Dirección de Cultura continua esta siembra, pero, además, ¿No será la hora de hacer
resurgir al Ateneo?.
Alberto Julio FERNANDEZ
Club Artesanos José Altube
Hace 90 años nacía en José C. Paz el Centro Recreativo Juventud de Artesanos, primer
eslabón de una larga historia de instituciones que, con el correr de los tiempos, se fueron
uniendo para formar el Club Artesanos José Altube
CENTRO RECREATIVO "JUVENTUD DE ARTESANOS"
1910 fue un año en que se vivieron con entusiasmo los grandes festejos del Centenario
de la Revolución de Mayo. Un día después del aniversario patrio, el 26 de mayo de
1910, en el entonces Arroyo Pinazo, pequeño caserío nucleado en torno a la estación
ferroviaria, se funda por iniciativa de don José Altube el Centro Recreativo "Juventud
de Artesanos". Como su nombre lo indica, un espacio
para la recreación, es decir divertir, alegrar y deleitar a
los jóvenes de Villa Altube, que en su mayoría
trabajaban con sus padres en la agricultura, en el tambo o
en los comercios, otros eran empleados o jornaleros.
Entre esos jóvenes encontramos a Pedro Irigoin, José
Antonio, Vicente y Justo Altube, Alfredo Ponce de
León, Enrique Capurro, Luis, Alfredo y Angel Rebuffo,
José Oxacelay, Salvador Maggiolo, Julio Dughetti, Juan
y José Bartolo Altube, Juan Echeverría... La mayoría
integran la primera comisión directiva que es presidida
por José Antonio Altube.
Su inmediata actividad será poder brindar a los
asociados los "bailes familiares". Los mismos se
realizaban en el salón de Villa Altube, llamado por ese entonces "salón de la plaza",
propiedad de don José Altube, quien lo facilitaba para que en él se desarrollaran las
distintas actividades organizadas por las instituciones locales. Salón ubicado en Av.
Altube y General Rivas, hoy Roque Saenz Peña. Dichos bailes comenzaban a las 20,30
horas y solían transcurrir hasta las 5 de la mañana. Se concurría a los mismos con tarjeta
de invitación distribuidas por la Comisión Directiva; si alguien no la poseía difícilmente
podía ingresar. Estos "bailes familiares" eran todo un acontecimiento para el pueblo,
hojeando recortes periodísticos de la época nos dicen: "A pesar de lo poco favorable del
tiempo, resultó todo un éxito el baile ofrecido por el Centro Juventud de Artesanos";
"Se efectuó el baile. A causa de la lluvia de la noche anterior faltaron algunas familias,
no obstante lo cual danzaron unas cuarenta parejas hasta la 5 de la mañana"; "En el
baile familiar concurrieron en otras familias Arguissain, Anchotegui, Barreiro, Costa,
Cousté, Echarri, Fornos, Etchart, González, Irigoin, Carasuburu, Oxacelay, Prody,
Ponce de León, Stafforini, Semerena, Rebuffo, Caraccio, Toledo y muchas más..".
En 1913 el Centro contaba con 65 socios, y en este año la Comisión Directiva estaba
integrada por: Juan F. Mercadal, presidente; Pedro Irigoin, vicepresidente; Vicente
Altube, secretario; Alfredo Ponce de León, prosecretario; Enrique Capurro, tesorero;
José Bartolo Altube, protesorero; Juan Altube, José Oxacelay, Luis Rebuffo, Pedro
Belategui, Salvador Maggiolo y Juan Echeverría, vocales; Manuel Collazo y Julio
Dughetti, revisores de cuenta.
Cuadro Filodramático
Finalizaba 1913 y el Centro Recreativo da un paso más, funda el 7 de diciembre el
"Cuadro filodramático". Bajo la dirección de Rafael Cevedo, un grupo de jóvenes
aficionados locales: Ramón Puigvert, Justo y Vicente Altube, Angel y Luis Rebuffo,
Pedro Belategui y Miguel Bargellini comienzan a prepararse para la primera función.
Un mes después, el 6 de enero de 1914, se produce el debut del Cuadro. Dicen las
crónicas al respecto:
"La fiesta tuvo todos los caracteres de un acontecimiento social, el espacioso salón
suficiente hasta ahora para las necesidades del pueblo resultó chico, quedando muchas
personas sin asiento por falta de local. Antes de empezar la función, notabase en el
público un cierto desdén y desconfianza, se trataba nada menos que de ver una función
de aficionados que salían por primera vez.
Abrió la velada el director del cuadro con una corta pero bien pensada presentación
del mismo, improvisación que le valió largos aplausos. Hablar de la primera obrita es
reunir toda la labor artística de la noche. "Se alquila una pieza", donde Puigvert hizo
de un viejo avaro como un artista de cartel. Vicente Altube muy natural este joven,
promete mucho en escena y Justo hizo un panete que le resultó muy bien; de Cevedo,
estuvo en todo su apogeo, la vis cómica unida a la pericia teatral y el conocimiento de
la obra, hicieron que cautivara al público, quien desde ese momento comprendió que
no se trataba de cosas de chicos sino algo bien preparado. En "Alta mar" todos
estuvieron muy bien.
Los intermedios que amenizaron las señoritas Juanita y Elvira Altube y Elsie Taylor
fueron muy aplaudidos. La señorita Lidia Prodi cantó varios números. Finalizó la
velada con "Los Cohetes" donde estuvieron los muchachos muy bien. En fin una
hermosa velada, toda una reunión social.
Vimos representadas a las siguientes familias: Altube, Altimpergher, Etchart, Cevedo,
Echeveste, Mercadal, Ponce de León, Taylor, Prodi, Galuya, Oxacelay, Capurro,
Echevarría, Arguisain, Salaberry, Maggiolo, Díaz, Del Angel, Puigvert, Irigaray.
Mojoli, Zaldo, Irigoin, Sorichetti, Semín, Henestrosa, Rebuffo, Buzzini, Alzuate, Couyet,
Stafforini, Paglieri, González, Cerioli, Muñoz, Arballo y muchos más.
Bailes, teatro, kermeses, pic nic...
Así el Centro Recreativo, año tras año, va cumpliendo el objetivo de recrear a sus
asociados, un mes un baile familiar, otro una representación del cuadro, también eran
asiduos los pic nic en los campos de los alrededores agasajando a un socio por su
casamiento, o una cena con cordero donado por otro asociado.
En la Comisión Directiva siguen firmes muchos de los socios de la primera hora y se
integran otros: Angel Rebuffo, Rafael Cevedo, Justo Altube, Juan B. Maggiolo,
Rudecindo Bernardez, Rogelio González, Rafael Ducay, Juan Anderson, Luis Capurro,
Victorio Buzzini, Homero Altube...
Todo un éxito fue la segunda puesta en escena del Cuadro Filodramático el 4 de abril de
1914. En ese día se representaron las comedias "Roncar despiertos" y "Ricos tipos" y el
drama "Una limosna para Dios". En los intervalos, Rafael Cevedo interpretó el
monologo cómico "Desdichas de un desdichado", seguido del estudio fisiológico "Los
Rengos". En esta función debutaron Sinesio Belhart y Américo Henestrosa. Las
actuaciones atraían cada vez más público, por eso la Comisión Directiva se vio obligada
a anunciar: "Están a la venta las entradas, suplicamos a los que deseen concurrir se
sirvan hacer sus pedidos con anticipación, para evitar cual la velada anterior quedarse
sin entradas". Infinidad de obras se pusieron en escena, recordamos entre otras a: "Las
mantecadas", "Los pobres bueyes", "Excentricidades", "Aquí león", "Alta mar", "El
Indio", "El Gordo", "La Santa", "Mosca brava", "Los pobres ciegos", "Fin de fiesta",
"La muerte de escobilla", "Escuela antigua", "Noche de luna", El Chiflado", "Justicia
humana", "El esquinazo", "Una caridad", "Las codornices"...
En 1916 se introduce un cambio, se organizan baile y teatro en una misma noche,
debiendo reservar las localidades hasta las 2 p.m. del día; de otros pueblos podían
hacerlo hasta las 8 p.m. Forman parte del elenco, además de lo ya mencionados, Alfredo
Ponce de León, Homero Altube y Juan Anderson. A partir de 1917 se integran Elvira
Cruz; Lucía, Juanita y Elvira Altube, Otelminda Ponce de León, Floro Altube, Juan
Aragone, Rodolfo Serres, Angel Rebuffo, Juan P. y Luis Buzzini y Juan R. González.
En 1919, bajo la presidencia de Rogelio González, se crea la Comisión Auxiliar de
Señoritas, integrada, entre otras, por Amada, Juana y Catalina Rebuffo, Enriqueta
Dignac, María L. Delclaux, Juana Maggiolo, Juana Semerena, Elvira, Juana y Ana
María Altube, María Alzuate, Jovita Arballo...
Baile Organizado por el centro de Artesanos en 1919. En la primera fila está el primer
presidente, Don José Antonio Altube, hijo de Don José Altube padre de Nelly "coca"
Altube.
A mediados de la década del veinte, exactamente en 1925, encontramos en la Comisión
Directiva, junto a socios antiguos, nuevos integrantes. La preside Maximiliano Miguens
y la conforman Raúl Ferreira, Edgardo Cabo, Obdulio Gómez, Juan Buzzini, Luis
Peduto, José Munier, Pedro Grolazzini, Alberto Semín, Luis Buzzini y Alfredo Rebuffo.
Por estos años cobraban mucho brillo los bailes de disfraz y fantasía que se hacían para
carnaval, las romerías populares en torno al mes de octubre, las kermeses.
CLUB SOCIAL DE JOSÉ C. PAZ
El 2 de agosto de 1922, se crea una nueva entidad recreativa denominada "Club Social
de José C. Paz". Llama la atención el surgimiento de esta entidad ya que nace con el
mismo fin que el Centro recreativo Juventud de Artesanos, es decir para recrear, alegrar
y divertir a los asociados; la diferencia radicará en que es una institución para las
familias caracterizadas del pueblo, de ahí su nombre "social".
La primera Comisión Directiva estuvo integrada por: Dr. Eduardo Forte, presidente;
Vicente H. Altube, vicepresidente; Manuel Romano, secretario; Atilio Zago,
prosecretario; Justo Zaldo, tesorero; Santiago Galuya, protesorero; Guillermo Andreau,
Juan F. Mercadal, Cesareo Wessel, Santiago Altube, Antonio García y Juan J.
Anderson, vocales; Antonio Senno, Manuel Buide y Carlos Pagani, revisores de cuenta.
El 11 de noviembre de 1922, se inauguró el Club, sirviéndose un lunch, donde habló el
Dr. Forte, quien con breves palabras manifestó a los concurrentes los fines que guiarón
a un grupo de vecinos a fundar un centro atractivo y de reuniones familiares.
Inmediatamente se improvisó un baile, danzándose por varias horas.
Además de los bailes, el Club Social realizaba reuniones sociales entre los asociados,
pic nic en el Río de las Conchas, hoy Reconquista, o en el Tigre; en diciembre de cada
año se avocaban de lleno a la organización de las romerías populares, donde parte de lo
recaudado se destinaba a auxiliar a familias necesitadas.
Al frente de la Institución, en 1925 sucede al Dr. Forte, don Cesareo Wessel. Bajo su
presidencia, el 8 de octubre de 1925, se nombra socia vitalicia a doña Eulogia Altube de
Altube, y en la carta donde le comunicaban la decisión manisfestaban: "quien lo
propuso ha dicho, con justicia, que los imnumerables beneficios obtenidos por este
Club desde su fundación de parte suya, tanto morales como materiales, son mucho mas
que méritos para que sea tomada esta resolución".
CLUB SPORTIVO JOSÉ ALTUBE
En la década del veinte José C. Paz, sufría una carencia, no contaba con una entidad
dedicada a lo deportivo. A mediados de la década del diez había existido el Club
Atlético José C. Paz, pero desde su desaparición los amigos del deporte no tenían nada
en la localidad. En 1924, entre los mismos asociados del Centro Recreativo Juventud de
Artesanos y del Club Social, ven la necesidad de fundar un club deportivo, surgiendo
así el "Club Sportivo José Altube".
Desde el comienzo, la actividad principal era el fútbol. El 24 de agosto de 1924, se
juega el primer partido contra el Club Hurlingham, finalizando 0 a 0. El team local lo
conformaban Ferreyra, Samparolo, Romano, Piccini, Semerena, Zago, Altube, Cabo,
Gardoni, Marchetti y Fort. Finalizado el partido, se ofreció a los visitantes un asado.
El 14 de octubre de 1924 se inauguró el campo de deportes, en un terreno facilitado por
doña Eulogia Altube de Altube. Vicente Altube fue invitado a dar el puntapié inicial. Se
disputó el partido inaugural entre el equipo local y el Club Atlético Pilar, empatando 2 a
2. Después se sirvió un lunch y al destaparse el champaña, usó de la palabra Edgardo
Cavo, presidente de la Institución, quien en nombre del club agradeció a la señora
Eulogia A. de Altube la donación del campo de deportes y al señor Vicente Altube su
eficaz cooperación al respecto. Terminaron los festejos con un baile que con la mayor
animación finalizó a las 21.
Continuaron los partidos, el próximo rival sería Club Atlético San Miguel, venciendo el
equipo local 2 a 1, lo que originó una fiesta para entregar los premios en la residencia de
doña Eulogia Altube de Altube, obsequiando a los vencedores con un lunch.
Partido tras partido, el Club fue creciendo y el 17 de agosto de 1926 incorpora el tennis,
inaugurando las canchas que estaban ubicadas sobre la calle José C. Paz. Como todo
acto deportivo, culminaron los festejos de este día con lucido baile.
CLUB SOCIAL Y SPORTIVO JOSÉ ALTUBE
En 1927, se decide fusionar el Club Social y el Club Sportivo José Altube, ya que los
asociados de ambos eran los mismos, incluso había socios que integraban las dos
comisiones directivas, naciendo así el Club Social y Sportivo José Altube.
El Dr. Eduardo Forte asume como presidente por cinco años consecutivos. Aunados los
esfuerzos, el Club continua con sus actividades propias: fútbol y bailes, tennis y
romerías, kermeses...
El equipo de fútbol adquiere relevancia y prestigio. El 20 de septiembre de 1928 "las
niñas de la localidad" le obsequiaron dos banderas a los equipos del club; en dicha
oportunidad hizo entrega de las mismas la señorita María E. Gardoni; agradeciendo el
Dr. Forte en nombre de los asociados. A fines de 1928 llega a disputar la final de 2º
división en la cancha de Chacarita Juniors, perdiendo el equipo local el ascenso ante
Rampla Juniors. Esta derrota llevó a la entidad a desafiliarse de la Asociación Argentina
de Fútbol. Varios socios quedaron descontentos con esta medida y viendo perdidas sus
posibilidades futbolísticas, decidieron fundar otra entidad deportiva en la localidad: el
Club Atlético El Porvenir. Surge una nueva división, no obstante, el Club Social y
Sportivo José Altube, continuó su actividad organizando torneos atléticos, bailes,
kermeses...
CLUB ARTESANOS JOSÉ ALTUBE
En 1932, si miramos la realidad de José C. Paz, nos
encontramos con un poblado con poco más de 3000
habitantes. En Villa Altube existían tres clubes: Centro
Recreativo Juventud de Artesanos, Club Social y
Sportivo José Altube y Club Atlético El Porvenir.
Muchos esfuerzos multiplicados y divididos. Los
nombres y apellidos se repetían en las distintas
instituciones. Creo que la situación no podía dar cabida a
todos los clubes. Se gesta la idea de unirlos en un solo
Club. Comienzan las gestiones. En asamblea de socios,
el Club El Porvenir no acepta lo propuesto. Sí, en
cambio, el Centro Recreativo Juventud de Artesanos y el
Club Social y Sportivo José Altube, dando lugar, el 20
de septiembre de 1932, al "Club Artesanos José Altube". Ambas Instituciones aportan
los socios y capitales.
En Asamblea se elige como presidente a Carlos Pagani. La Institución brinda a los
asociados deportes, bailes, recreación, un lugar... Las kermeses eran muy concurridas,
cada uno salía cargado de premios, los hombres con su botellas ganadas con la argolla o
el tiro al blanco; los chicos alentando al conejito para su casillero, o pescando,
obteniendo como premio alguna alcancía; las damas con sus artículos de bazar; los
jóvenes tirando con la pelota a las latas. Siempre las kermeses despertaban entusiasmo y
participación.
El 26 de mayo de 1934 fallece doña Eulogia Altube de Altube, gran colaboradora y
socia honoraria del Club. El presidente decía al respecto: "El C.A.J.A. en estos
momentos está de duelo, y con su insignia colocada a media asta ha querido dar el
postrer saludo a la noble matrona desaparecida al pasar por última vez frente a
nuestro local social. Con el fallecimiento de doña Eulogia, ha perdido el pueblo en
general y este club en particular, a su más decidida protectora. Dama noble y virtuosa,
poseedora de un carácter afable y bondadoso, siempre la encontramos dispuesta a
ayudarnos, y cuando en los momentos de incertidumbre acudíamos a ella, lo hacíamos
con la plena convicción de que nuestro pedido, por grande que fuese, sería concedido.
A ella le debe el Club gran parte de su progreso".
El 30 de mayo de 1935 se celebraron las Bodas de Plata del Club. Comenzaron los
festejos con una misa en el Iglesia San José en sufragio de las almas de los socios
fallecidos. Después se jugó un torneo de fútbol entre los equipos de cuarta y tercera
división de la entidad y el Club Atlético San Miguel, disputándose la copa "Bodas de
Plata". En cuarta división C.A.J.A. le ganó al Atlético San Miguel 2 a 1; en 3º Altube 3,
San Miguel 0. Terminado el match se les ofreció a los jugadores una copa de sidra. Al
mediodía se compartió un almuerzo campestre al que asistieron las autoridades
municipales, participando más de 60 personas. Se colocó en un sitio de honor un cuadro
de Eulogia Altube de Altube; agradeciendo en nombre de la familia Manuel Romano.
Después del almuerzo se danzó alegremente durante unas horas y durante el cual se hizo
entrega de diplomas a los socios vitalicios José A. Altube, Angel Rebuffo y Vicente
Altube.
En 1937, le sucede a Carlos Pagani el Dr. Eduardo Forte como presidente. El Club sigue
creciendo y son recordados de estas épocas los pic-nics veraniegos al Tigre. Al finalizar
el año el Club contaba con 214 socios.
Años progresistas
En 1938 se renueva la Comisión Directiva y es electo como presidente Luis Balocchi.
Comienza un tiempo de sostenido crecimiento de la Institución. El 31 de julio de 1938
se habilita la cancha de bochas y para que los socios puedan hacer mayor uso de ella,
estará abierto el local social, aparte de los martes y jueves, los sábados de 16 a 1 horas y
los domingos de 10 a 12,30 y 15 a 23. El 14 de agosto de 1938, en la matineé danzante,
se inaugura la instalación de dos parlantes para los bailables, que, a partir de la fecha, se
realizarán todos los domingos y feriados. Son varios los campeonatos que se organizan:
de sapo, de mus, de billar, de bicicletas, de atletismo; en los mismos encontramos
participando a Juan J. Anderson, Juan Buzzini, A. Lodeiro, L. Bertoni, Carlos Pagani,
Emilio Fenoy, Francisco Salvat, Alberto Zaldo, Justo Altube, Alfredo González,
Roberto Vexina, Alberto Marchetti, Miguel Valente, Juan Gardoni, Juan Naranjo,
Alberto Guerrero, Alberto Ocampos, Oscar Irigoin, Froilán Luján, Faustino Jove,
Eduardo Contini, Juan Náguila, Pedro Arata, Héctor Navas, Manuel Romano, Carlos
Roselot.
Otro acontecimiento significativo fue los 25 años del Cuadro Artístico o Cuadro
Filodromático como se llamaba al comienzo. El 8 de octubre de 1938 se puso en escena
"La Virgencita de madera", dirigida por Rafael Cevedo e interpretada por Juana S. de
Yugan, A. Domínguez, Antonia y Helvecia Mercado, Haydée Cevedo, Francisco Salvat,
Alfredo Bellini, Juan Galli, Alberto Zaldo, Emilio Fenoy, Julio y Ricardo Rebagliatti,
Mariano García y Roberto Jorioz. Finaliza 1938 con 313 asociados. Durante el año
ingresaron 134 socios, esto muestra a las claras el crecimiento de la Institución
En 1939 se introducen los "Cocktaill danzantes"; también a los asociados próximos al
casamiento se los despedía de solteros con "un vermouth". El 12 de febrero se inaugura
la cancha de paleta, invitando al primer presidente de la Institución, don José A. Altube,
a iniciar el primer partido. Al respecto escribía Luis P. Sauze, presidente de la Unión
Argentina de Pelota: "Les hago llegar mis más efusivas felicitaciones por la cancha
abierta que posee esa entidad, la cual se ha construido de acuerdo a las exigencias
reglamentarias vigentes, por lo que puede denominarse la primer cancha tipo
reglamentaria del país". En esta disciplina representaban al Club Juan José Irigoin y
Enrique Sourdá. El 12 de mayo se inauguró el parque Infantil y el 13 de diciembre la
cancha de basquet. Intensa actividad de la Comisión Directiva, junto a Luis Balocchi
estaban Sebastián Arata, Roberto Anderson, Ricardo Rebagliatti, Juan Gardoni, Miguel
Valente, José Basanta, Luis Filomía, Roberto Vexina, Atilio Gatti, Angel Latorraca,
Gerardo Gardoni, Sixto Aguilar, Alberto Zaldo, Dr. Guillermo Andreau, J. Boaglio y
Alberto Marchetti.
Sintetizando los últimos 50 años
A Luis Balocchi, le sucede en 1942 don Tránsito Blanco, quién logrará la personería
jurídica. En 1946, don Atilio Gatti, quien recibe de Ana María Altube la donación del
solar donde funciona el club. Después lo seguirán Alfredo Marquiani, Turido Marchetti,
Leonardo Jorioz, Matías Semelis, José Luis Dolzán, Miguel Valente, Eduardo Barca,
Roberto Vexina, León Di Blasio, Víctor Castelli, Eloy Paulini, muchos de ellos se
desempeñaron por más de un período.
Exposición de cocina. Alumnas preparadas por Kita de Gardoni. Después rendían con
doña Petrona C. de Gandulfo. Año 1958
Fueron años de progreso de la institución, años de cambio en la sociedad local, también
hubo años de estancamiento, sobrevinieron tiempos difíciles que llevaron a asumir la
dirección a una comisión interventora presidida por Roberto Vexina. Concluida esa
gestión asumió la presidencia en 1976 Jorge Filomía, en 1978 Norberto Razetto, en
1979 Jorge Rossini, en 1980 Oscar Diorio, en 1981 Antonio Marti, entre 1982 y1984
nuevamente Jorge Filomía, en 1985 hasta1988 Omar Perace y desde 1889 Héctor Dauz.
Cuantos años, cuanta actividad, cuantos hombres y mujeres que fueron dando lo mejor
de sí: bailes, teatro, kermeses, campeonatos de fútbol, pelota a paleta, basquet, mus,
sapo, bochas...
Vista del Club 1960
La pileta de natación en 1965, el gimnasio en 1979, los dos salones en 1999. Cada
ladrillo, cada espacio, cada centímetro lleva inscripto nombres de hombres y mujeres
que pasaron por el Club Altube; unos hemos recordado, muchos seguramente no hemos
mencionados, vaya a todos el homenaje al celebrar los "90" años de vida de la
Institución paceña.
Alberto Julio FERNANDEZ
El Aeródromo de José C. Paz
El 13 de julio de 1913, a los actos programados por el cambio de nombre del pueblo de
José C. Paz, se sumo el vuelo del teniente Raúl Goubat al comando del monoplano "La
Paloma", quién había salido del aeródromo militar de El Palomar a las 3,48 de la tarde,
acompañado por Jenaro Rongo. Así narran las crónicas de ese día:
"a 500 metros de altura, llegó a la estación José C. Paz, y entró por el lado Norte. Una
vez sobre la población, Goubat, poco a poco disminuyó la altura mientras realizaba
grandes virajes con el propósito de buscar un terreno apropiado para el descenso.
Terminado el tercer círculo por los alrededores del pueblo, efectuó lentamente un
magistral aterrizaje, en un campo del sur.
No bien el aeroplano tocó tierra, el piloto Goubat y el pasajero Rongo, fueron
felicitados por numerosas personas, que se trasladaron al lugar del descenso. En pocos
minutos, el sitio donde estaba el aeroplano se vio invadido por un gentío inmenso, que
dejaba los demás programas para ver de cerca a "La Paloma" y agasajar a los
excursionistas. Por lo avanzado de la hora, el piloto Goubat y el pasajero rehusaron
toda clase de atenciones, y solo se preocuparon de cuidar el aeroplano con la ayuda de
varios soldados y agentes de policía.
El piloto, 4,35 minutos inició el vuelo de regreso en compañía de don Angel Ruilópez,
de la administración de La Prensa, y llegó a El Palomar a las 5 de la tarde, en
perfectas condiciones". Este fugaz vuelo provocó tan grande entusiasmo e interés en la
población que llevó a pensar en la instalación de una "escuela de volación" en la
localidad.
Los primeros vuelos en el país
La aviación en Argentina era algo muy reciente. En 1910, con motivo de la celebración
del Centenario de la Revolución de Mayo, llegaron a país varios aviadores europeos
contratados por entidades o comisiones formadas especialmente, para intervenir en los
festejos como número especial y novedoso.
El 30 de enero de 1910, por primera vez, un aeroplano voló sobre cielo argentino en el
polígono de tiro de la guarnición militar de Campo de Mayo, a cargo del piloto italiano
Ricardo Ponzelli, en un vuelo de 200 metros de distancia en línea recta y a 100 de
altura; pero no fue un vuelo exitoso, el aeroplano, un Voisin de 60 HP de fabricación
francesa, fue perdiendo altura y cayó de costado, quedando destruido el tren de
aterrizaje y la cola.
Una semana después, el 6 de febrero de 1910, en el hipódromo de Longchamps, el
piloto francés Henri Bregi, realizó dos vuelos con un Voisin de 50 HP. En el primero
recorrió 6 kilómetros en 8 minutos a 25 metros de altura y en el segundo cubrió la
distancia de 7 kilómetros en 8 minutos 45 segundos, a 60 metros de altura. Estos dos
vuelos fueron fiscalizados por miembros de la comisión directiva del Aero Club
Argentino, quedando oficialmente registrados como los primeros vuelos en aeroplano
en la República Argentina.
Aeródromo "José C. Paz"
El 9 de junio de 1913 publica La Prensa: "En el pueblo de José C. Paz ha surgido una
iniciativa plausible, que es digna del mejor éxito: la instalación de una escuela y un
campo de volación, con sus talleres indispensables para la reparación y construcción
de los aparatos. Con este fin los iniciadores que son los señores L. E. Grimaud,
Guillermo Kraft, Carlos Rampini y García hermanos, han adquirido los terrenos
necesarios para talleres, hangares y aeródromo; cuentan ya con el concurso del
volador Pablo Castaibert y esperan la respuesta del volador Fels".
En octubre de 1913, comienza la instalación del aeródromo. Para tal fin se había
comprado una manzana para instalar los hangares y otras dependencias de recreo, y
arrendado otras seis manzanas para el "campo de volación". En los primeros días de
enero de 1914, los hermanos García acababan de construir un aeroplano de 50 caballos,
y tenían previsto terminar otro para fin del mismo mes, previéndose para esa fecha
hacer los primeros vuelos con pasajeros. Este aeródromo estaba ubicado en Villa
Germano.
Para el 5 de abril de 1914 estaba previsto que el piloto francés Pablo Castaibert realizara
una serie de vuelos con pasajeros, para ello se trasladaría desde el aeródromo de Villa
Lugano hasta José C. Paz en un monoplano de 100 HP de construcción nacional.
Lamentablemente, debido a que el piloto debía participar en Palermo en un homenaje a
Jorge Newbery, se suspendieron los vuelos con pasajeros para el domingo 12 de abril.
Tampoco se realizaron los vuelos en este día por el mal tiempo reinante, pasándose para
el domingo siguiente.
Aeródromo "José Altube"
En mayo de 1914, el diario "La Prensa" anuncia que en José C. Paz ha de fundarse una
nueva escuela de aviación dirigida por el aviador Guido Paolucci, construyéndose
hangares y aparatos. Al respecto dicen las crónicas:
"Con el propósito de trasladar a su monoplano Castaibert 50 HP al pueblo de José C.
Paz, en donde se propone dar una exhibición pública el próximo domingo, el aviador
Paolucci partió ayer a las 3,30 de la tarde de un terreno contiguo al hipódromo de
Longchamps, en donde se albergaba su aparato, describiendo primero algunos círculos
a fin de cobrar elevación.
A 100 metros de altura cruzó sobre el Riachuelo y oblicuando luego se exhibió sobre el
extremo sur de la ciudad, para empalmar con las vías del ferrocarril Pacífico.
En el aeródromo militar descendió a los 25 minutos de viaje, y un poco más tarde
reanudaba el vuelo, salvando a 400 metros la distancia que aún lo separaba del punto
de destino. El aparato fue albergado en un galpón cercano a la estación de ferrocarril".
El primer vuelo de Paolucci en José C. Paz transcurre el 19 de mayo: "El vecindario se
halla gratamente impresionado por los vuelos efectuados en el aeródromo local, por el
piloto italiano Guido Paolucci. Después de hacer varias evoluciones por sobre este
pueblo y San Miguel, realizó algunos virajes difíciles que pusieron de manifiesto la
pericia que posee dicho volador, en el manejo de su aparato".
A partir de ese 19 de mayo de 1914, cada domingo Paolucci volverá a volar y la gente
del pueblo disfrutará del espectáculo. Es tanto el impacto que produce en la población,
que los mueve a ofrecer al aviador un gran banquete. El 15 junio se reúnen, en la casa
de Carmelo Marino, la colectividad italiana y la población de José C. Paz, participando
entre otros Mariano Sorichetti, Juan Pillacampi, Juan y Antonio Capurro, Amadeo
Marchetti, Ernesto Carnevali, Sebastián Zunino, Alejandro Peretti, Pedro Gandolfo,
Antonio Ceriolo, Julio Marengo, Enrique Calzolari, Fernando Raho, Mario Colombo,
José, Santiago y Bautista Altube, Juan F. Mercadal, Rafael Cevedo y Santiago Galuya.
En esa cena surge la necesidad de ayudar al piloto para que instale su escuela en José C.
Paz. Los residentes italianos, en unión con la Sociedad de Fomento y del Centro
Recreativo "Juventud de Artesanos", solicitan ayuda a don José Altube para ese fin.
Obteniendo de don José la promesa de construir un hangar a la brevedad posible.
Ya para el 30 de junio, Guido Paolucci, realiza los primeros vuelos en el nuevo campo
de volación, que aceleradamente se está construyendo. No solo hace vuelos de
demostración, el 4 de julio, asociándose al duelo por el fallecimiento de doña María
Berro de Altube, "realizó una ascensión en aeroplano y desde lo alto arrojó flores
sobre el féretro al ser conducido este al cementerio local".
Este campo se proyecta inaugurar el 10 de julio con motivo del primer aniversario de
cambio de nombre del pueblo, cuyo programas de festejos preveía:
"Siempre que las condiciones del tiempo no sean muy desfavorables, el vecindario
celebrará el primer aniversario del cambio de nombre de este pueblo, habiéndose
preparado el siguiente cronograma de festejos:
Salva de bombas a la salida del sol; a las 10 a.m. una banda de música recorrerá las
principales calles del pueblo; 12 m., salva de bombas; 1 p.m., reunión en la plaza de
José C. Paz de las sociedades y niños de las escuelas; 2 p.m., himno nacional cantado
por los niños; 2,30 p.m., juegos atléticos ejecutados por los niños; 3 p.m., inauguración
del aeródromo con exhibición de tres aeroplanos en construcción; 3,30 p.m., baile
popular y vuelos por el aviador Paolucci; 4 p.m., distribución de bombones a los niños;
8 p.m., biógrafo".
Debido al mal tiempo y el estado de los caminos, está inauguración se trasladó para el
mes de agosto. En la escuela se habían construido tres monoplanos Blériot con motor
Anzani de 35 HP, considerados como "verdadero aparato de aprendizaje por su lentitud
y peso, que permite al alumno con toda calma darse cuenta de las diversas incidencias
de vuelo, sacando útiles experiencias para cuando maneje aparatos más veloces".
Además poseía dos monoplanos, uno Blériot y otro Deperdussin, ambos con motor
Gnome de 50 HP. Para esa fecha ya había varios alumnos inscriptos y solicitudes para
incorporación.
El 10 de septiembre, Paolucci, partía para Italia para proveerse de motores Anzani y
otros materiales de aviación, para la construcción de varios aparatos que había
comenzado.
Otros aviadores
En enero de 1915 realizó varios vuelos Ricardo De Tomassi, instructor del aeródromo
de San Fernando. En el mismo año realizaron vuelos de instrucción, el piloto francés
Pedro Tombouse y el italiano Franzoni. También hubo vuelos con fines netamente
comerciales, se probaban aeroplanos construidos en José C. Paz para la venta, así, entre
otros, el aviador Cattaneo, probó un monoplano de 50 caballos, vendido a un señor de
San Jerónimo Norte (provincia de Santa Fe), ó Carlos Dal Mistro ensayaba otro
adquirido por un señor de la Capital. Y el 1º de agosto de 1915, se realiza el primer
vuelo con pasajero y la primera persona "que osó remontarse a los aires" fue la niña
María Alzuarte, apodada "Marucha".
Luces rojas
También en José C. Paz hubo accidentes de aviación, como dice el redactor del diario El
Progreso: "tenemos que consignar una nota roja, la primera que se produce en la
localidad", el 30 de enero de 1915, Luis Nardini, "mientras realizaba un vuelo de
ejercicio sufrió un accidente, del cual resultó con lesión de poca importancia, pero el
aparato se destrozó".
En cambio, Luis Pardo sufrió un accidente que le costó la vida: "Esta tarde -31 de
octubre de 1916- el volador Luis Pardo, que venía de Villa Angélica en un biplano,
intentó descender en el aeródromo local, pero tuvo la desgracia que lo sorprendiera
una tormenta y cayó desde una altura de 300 metros. Pardo sufrió la rotura de la base
del carneo lo que produjo una muerte instantánea y el aparto quedó destrozado".
¿Un aeródromo o dos aeródromos?
Por la prensa local y nacional de esos tiempos, descubrimos la existencia de dos
aeródromos. El diario "El Progreso" en una nota fechada el 1º de febrero de 1915, habla
del aeródromo "José C. Paz" de Villa Germano, donde los hermanos García construyen
aparatos de vuelo, y del aeródromo "José Altube" de Villa Altube, donde el piloto De
Tomassi viene efectuando vuelos de prueba de un aparato construido en la misma.
El 15 de septiembre de 1915, La Prensa, anuncia los motivos del cierre de una de ellas:
"Con motivo de ausentarse para Italia el piloto Franzoni, que desempeña el cargo de
instructor de la escuela de aviación de José C. Paz, el director de este establecimiento
aeronáutico ha resuelto clausurarlo definitivamente". Cerrada esta escuela, confirma
la existencia de otra el accidente de Luis Pardo ocurrido el 31 de octubre de 1916, y
también una noticia publicada el 5 de enero de 1918:"En el aeródromo de José C. Paz,
dio ayer con buen éxito sus pruebas para obtener el titulo de piloto volador, el señor
Carlos A. Lavalli".
Mirando esas escuelas de volación después de más de ochenta años de su inauguración,
cuanto empuje e iniciativas había en esa sociedad paceña. A tres años del primer vuelo
en el país, los cielos de José C. Paz eran surcados por esos "aparatos" conducidos por
expertos aviadores extranjeros, que habían venido no solo para demostrar su habilidades
en el aire, sino también para hacer "la américa".
Recorramos las calles del pueblo, esas tardes de domingo a pleno sol, los habitantes
yendo hacia el aeródromo, unos en sulky, otros a caballo, o simplemente de a pie;
vestidos para una fiesta, las mujeres con sus sombrillas y los hombres de corbata y
rancho; dispuestos a gozar de ese espectáculo: ver cruzar y hacer piruetas por el celeste
cielo a esos aparatos construidos en la localidad, conducidos por expertas manos o
aprendices de aviadores. Fiesta y progreso, progreso y fiesta para un pueblo ansioso de
crecimiento, contemplando en su cielo el producto de la industria local.
"El Progreso"
(Períodico pionero de José C. Paz editado en 1914)
En el año 1913, se instalaba en José C. Paz la imprenta y librería de Rafael Cevedo, que
atendía fundamentalmente las necesidades de los escolares de la zona. Cevedo, además
de dirigir el Cuadro Filodramático del Centro de Artesanos, fue el primer periodista que
hubo en José C. Paz. En febrero de 1914, dio a conocer una hoja cuyo nombre era "El
Progreso".
El periódico se convirtió en una importante herramienta de difusión de las obras de la
Sociedad de Fomento de Villa Altube, y de todo cuanto tuviera que ver con la vida de la
naciente comunidad. La principal redactora del periódico era una de las hijas de José
Altube, Ana María Altube, pero también colaboraban con Cevedo otros miembros de
esta familia, Juan F. Mercadal y Vicente H. Altube.
El Progreso, que salió semanalmente hasta su desaparición a principios de 1919, tenía
una sección de noticias generales, otras referidas a San Miguel y una específicamente de
José C. Paz, donde se daba a conocer con detalle todo lo que acontecía en el pueblo. Al
igual que en otros períodicos locales de aquellos años, no faltó la columna "viajeros":
todo el que entrara o saliera de José C. Paz, si pertenecía a las "familias caracterizadas"
era nombrado en el semanario, inbcluso si su viaje era sólo hasta el pueblo de San
Miguel, o si iba y volvía en el mismo día.
Pero antes de esto, "El Progreso", permitía que los vecinos estuvieran al tanto de
cuestiones tales como: quién se había casado, quien guardaba cama, en qué punto de la
enfermedad se encontraba y quienes lo habían visitado por tal motivo, quienes "andaban
noviando" o qué resultado había obtenido un jóven que había ido a la casa de su novia a
"pedir la mano", etc.
En el periódico quedaban registrados los bautismos, las defunciones, las cartas
detenidas en el correo -por aquellos años, enviar cartas personales era muy usual y
necesario- los actos de las asociaciones, las fiestas, los bailes familiares y de clubes, etc.
A través de "El Progreso", podemos saber que el 28 de febrero de 1918 fallecía
Domingo Sttaforini, padre de Juan, el conocido arboricultor; y que ya por entonces
estaba algo "indispuesto José Altube", o que Eulogia Altube, su esposa celebró su
cumpleaños un 11 de marzo con la compañía de "un crecido número de familias de su
relación".
Por "El Progreso", sabemos que un dirigente político local, vivía entonces en José C.
Paz, y que en su casa, alguna vez se bailó durante toda la noche; o que los hermanos
País, arrendaban "40 cuadras, a 8 cuadras de José C. Paz, especial para tambo, alfalfa o
quinta de pasto".
Sin embargo, más allá de las pequeñas anécdotas que registraba el periódico, la
presencia de "El Progreso" fue muy importante parta el fortalecimiento del espíritu
localista, al cual Cevedo apostó con total lucidez, fomentando la vida de las
asociaciones y el vínculo de las familias mejor posicionadas.
Héctor Mario Segura Salas
(de su libro: "Historia de José C. Paz" Edición de la "Comisión del Centenario" agosto 1998,
páginas 54/55).
Inicios de la Parroquia San José
de José C. Paz
Primeros años
En 1907 se hacen los primeros loteos en Villa Altube, del naciente pueblo de Arroyo
Pinazo, lo que hoy es el centro de José C. Paz. Don José Altube, propietario de estas
tierras, dona el terreno para la plaza y frente al mismo, el terreno para la iglesia y
enfrente, otro terreno para la escuela.
El 3 de abril de 1910, a las nueve horas, se colocó la piedra fundamental del futuro
templo, que estaría bajo la advocación de "Santa Amalia", en homenaje a una hija de
Don José y de Doña Eulogia Altube, recientemente fallecida.
Los años fueron pasando y la piedra quedo ahí, como mudo testigo del paso de los años.
La población de José C. Paz, en lo religioso recurría a la Parroquia de San Miguel, única
en esos tiempos en todo el territorio de General Sarmiento; allí participaban de la misa,
bautizaban, se realizaban los casamientos, los responsos. En 1912, con la llegada de las
Hermanas Franciscanas al Cruce de José C. Paz, su casa, el Convento Santa Coleta, se
transforma en un centro de religiosidad para todos los vecinos de la zona. Igualmente en
1915, con la construcción de la capilla del "Sagrado Corazón de Jesús" en las tierras de
Nazar Anchorena, hoy avenida Croacia y vías del ferrocarril San Martín, la población
rural vecina fue atendida espiritualmente desde este lugar.
Mientras tanto, en el pueblo, se realizaban las misiones populares, predicadas
generalmente por los Padres Redentoristas de Bella Vista, celebrando las "misas de
campaña", o también en el salón donde funcionaba el Centro Juventud de Artesanos,
propiedad de Don José Altube.
Comienzos de la Obra
Unos cuantos años más tarde escribiría el Padre Emilio Chacón, Cura párroco de San
Miguel:
"Hacía unos quince años que solamente se había colocado la primera piedra de la futura
Iglesia, habiendo quedado como olvidada entre la maleza del terreno que había donado
el prestigioso vecino Señor José Altube, quién falleció sin haber tenido la satisfacción
de ver coronados sus ideales.
La empresa era ardua desde el primer momento. No se contaba más que la buena
voluntad y fe de llevar adelante el ideal de dar una Iglesia al querido pueblo de José C.
Paz. El suscripto consultando a varios caracterizados vecinos, convocó a una reunión
para constituir una comisión. Muchos asistieron a ella aunque con pesimismo en el
triunfar. El Cura los alienta con la confianza de que San José, a quien se le consagra el
Templo, pondría su parte.
Por unanimidad resultó presidente el distinguido vecino don Juan Anderson, vice don
Juan B. Altube, secretario don Juan Mercadal, tesorero don Sixto Aguilar y vocales
señores Bartolomé Maggiolo y Felipe Litardo. Esto era en mil novecientos veinte y
cinco. Al año siguiente, 14 de mayo, se formó una comisión auxiliar de señoras y
señoritas a fin de ayudar a recaudar fondos. Presidenta Andrea F. de Castro, vice
Eugenia D. de Marenco, tesorera Amada R. de Altube, secretaria Ana María Altube, pro
Catalina M. Rebuffo y vocales Rosa Z. De Andreau, Ana G. de De Meo, Evarista A. de
Munier, Jacinta A. de Ponce de León, Juana y Anita Altube, Clementina Semín, María
Catalina Buzzini, Alejandrina Belhart, Juana Rebuffo, Emelina Altube, Teresa
Sorichetti, María Capurro y Juana Maggiolo. Con gran entusiasmo, caballeros, señoras
y señoritas empezaron a recolectar fondos por todo el pueblo y campaña, obteniendo en
algunas partes, en vez de recibir una ayuda pecuniaria, risas cuando no desprecios.
Las obras empezaron en octubre para colocar definitivamente la piedra fundamental en
el lugar que correspondía, el 19 de marzo de 1929. Una gran concurrencia asistió a la
solemne Misa con la presencia de autoridades civiles".
Ambas comisiones se abocan con entusiasmo a recaudar fondos: buscan donaciones
casa por casa, organizan festivales en el salón del Centro de Artesanos, kermesses en el
terreno de la iglesia, funciones de cine en el "Real Cine" de la Sociedad Española de
San Miguel, donde se fueron exhibiendo entyre otras: "Veloz como un cometa" película
cow boys en 5 actos y "El Handicap de Dixie", película en 7 actos, ó en el "Cine Teatro José C. Paz", frente a la estación José C. Paz, donde se exhibieron, entre otras,
"Aventuras de Pablo", en 3 actos para reír amenamente, alegría amena y moral, ó
"Tabaré", obra en siete actos; organizan té danzantes con remates de ramos de flores;
también rifas. Poco a poco, con el esfuerzo de toda la población, va creciendo el edificio
de la iglesia: cimientos, paredes, techos, revoque interior, ventanas, puertas…
El 22 de noviembre de 1930, el Padre Emilio Chacón, ante la renuncia de varios
miembros de la Comisión de Caballeros, propone se constituya una Comisión de Damas
"Pro-Templo" para llevar adelante la obra, es aceptada la propuesta recayendo en María
Catalina Buzzini la presidencia; vice, Ignacia E. de Echart; secretaria, Ana M. Altube;
pro, Catalina Rebuffo; tesorera, Amada R. de Altube; pro, María Capurro, y vocales,
Rosa Z. De Andreau, Carolina F. de Forte, Ana G. de Demeo, Evarista A. de Munier,
Carmen Ponce de León, Juana y Emelina Altube, Juana Rebuffo y Clementina Semín.
Bendición de la Iglesia San José
Se siguió trabajando con fiestas, festivales, rifas, suscripciones, kermesses y el 22 de
noviembre de 1931, ven coronados todos los esfuerzos con la bendición e inauguración
de la Iglesia "San José".
Encontramos en el diario La Prensa del 23 de noviembre de 1931:
"Una hermosa fiesta, de la que participó, puede decirse, todo el pueblo, fue la realizada
ayer en José C. Paz, con motivo de la consagración e inauguración de la Iglesia
parroquial, construida merced a la contribución de los fieles y al diligente esfuerzo del
cura de la misma, señor Emilio M. Chacón.
Las ceremonias religiosas comenzaron con la llegada del tren procedente de la capital, a
las 9,45, el que conducía desde la vecina localidad de San Miguel al Obispo Monseñor
Chimento, con su familiar y algunos otros sacerdotes que debían intervenir en los actos
litúrgicos.
Llegaron también en el convoy de San Miguel y de General Sarmiento, varias
congregaciones de Hijas de María, del Apostolado de la Oración y de la Virgen de
Luján.
En el andén de José C. Paz esperaban al prelado y a los invitados especiales, la
comisión de fiestas, los niños y las niñas de varias escuelas regidas por religiosos y gran
número de vecinos.
Poco después, formada ya la comitiva en larga columna, que encabezaba una banda de
música, a la que seguía la cruz parroquial flanqueada por los ciriales, el público se
encaminó hacia la Iglesia, distante pocas cuadras de la estación. En el trayecto,
acompañados por la música, las niñas entonaron canciones en loor de la Virgen María,
mientras que en la plaza principal del pueblo, frente a la Iglesia que se iba a bendecir, se
disparaban bombas de estruendo.
El templo, todavía sin terminar, había sido engalanado profusamente con banderas
nacionales.
Una vez reunida frente al mismo la comitiva, penetraron en su interior monseñor
Chimento, sus acólitos y las madrinas y padrinos de la ceremonia, mientras la multitud
de fieles permanecía detenida ante la amplia portada.
El obispo procedió a las ceremonias prescritas por la liturgia para la consagración,
haciendo después las aspersiones rituales con agua bendita, sobre las paredes, en el
interior y en el exterior del edificio.
Terminada esta parte de las ceremonias, la concurrencia se dirigió en procesión hasta la
casa de la familia Altube, donde se hallaba la imagen de San José con el Niño Dios en
brazos, que había de ser colocada en el altar de la iglesia.
En un automóvil adornado con gusto, y en él que cuatro niñitas vestidas de blanco
representaban angelitos, la hermosa estatua, de gran tamaño, donación del señor José
Echevarría, fue conducida hasta la iglesia y una vez entronizada en el altar, bendecida
por el Monseñor Chimento.
Acto seguido, el sacerdote Señor Luis Ramírez Silva, ofreció una misa solemne asistido
por dos diáconos, la que fue escuchada por la gran concurrencia a la que se le permitió
entrar después de la consagración y que llenaba el recinto del templo y parte del atrio.
Enseguida del evangelio, el obispo Mons. Chimento, pronunció desde el altar una
platica.
Por la tarde, en la nueva iglesia, Mons. Chimento procedió a imponer la confirmación a
numerosos niños, siendo, bautizados muchos otros.
Las fiestas terminaron con una "kermesse" en beneficio de las obras del templo".
Actividad pastoral
El pueblo ya tiene su iglesia, comienza ahora toda la tarea evangelizadora, que seguirá
estando a cargo del Padre Emilio Chacón, párroco de San Miguel y colaboraran con él
los Padres Jesuitas del Colegio Máximo. Ya se celebra la misa cada domingo en el
templo, se administra el bautismo, se celebran los matrimonios, se rezan los responsos,
se enseña a los niños la doctrina, se los prepara para primera comunión.
Cada año se preparan con esmero y dedicación los grandes acontecimientos:
Fiesta de la Virgen Inmaculada - 8 de diciembre de 1932
La Comisión Damas Pro Templo "San José" tiene el agrado de invitar a Usted y familia
a la misa de comunión general que en honor de la Virgen Inmaculada se realizará el día
8 del corriente a las 8,30 horas en el Templo "San José" y en la que harán su primera
comunión los niños siguientes: Yolanda Pansechi, Chichita Altube, Elba Martín,
Haydeé Migliora, Cecilia Collazo, Haydeé Beltramo, Juana Leo, María I. Gómez,
Francisca Arriegui, Roberto Zanelli, Jorge Zanelli, Raúl Alberto Gómez, Vicente
Valente, Oscar Orlando Valente, Manuel García, José García, Luis Potente,
Tránsito Blanco Juárez, Rubén Osvaldo Milaragna, Manuel Vila, Eduardo
Fortunato, Adolfo F. Romeu, Héctor Marazzano, Manuel Fernández, Werner
Lamer, Roberto Lamer, Roberto Botinelli, Jorge Beltramo.
Por la tarde a las 17 horas se llevará a cabo en el mismo Templo:
1.- Ofrenda a la Virgen
2.- Renovación de la promesa del bautismo
3.- Rezo y terminación de la novena
Fiestas Patronales en José C. Paz - marzo de 1934
Programa:
Días 10 al 18: novena en honor a San José
Días 17 y 18: terminada la novena, se rezará un Triduo a cargo del presbítero
Emilio Chacón, de la iglesia parroquial de General Sarmiento.
Día 19:
* a las 7,30, misa de comunión general, oficiada por el Presbítero José M .
Campos
* a las 9, misa solemne cantada, a cargo del religioso Vicente Alvado,
acompañado por el coro de la capilla. El panegírico del santo estará a cargo del
presbítero Hernán Irrazabal.
* Por la tarde se realizará una función parroquial en los salones del Club José
Altube, gentilmente cedido para este fin.
Bajo la dirección de los Padres Jesuitas, van surgiendo las distintas congregaciones y
asociaciones: Hijas de María, Apostolado de la Oración, Congregación Mariana de
Jóvenes y Caballeros. Congregaciones instituidas para el crecimiento espiritual de sus
miembros y la comunidad, pero también al servicio de la población. Preparando cada
año la fiesta de reyes, repartiendo golosinas y juguetes a niños de condición humilde;
festejos patrios, con saludo a la bandera e himno, celebración de misa de campaña,
reparto de ropas y víveres a los necesitados, salva de bombas y fuegos artificiales.
En el campo educativo, también la comunidad comienza a dar pasos, el 28 de julio de
1938, se bendice y se abre al público el "Jardín de Infantes católico" para niños y niñas
de José C. Paz. Funciona en la casa de la familia Chao, en el horario de 9 a 12 horas,
siendo su directora la Sra. Amada Rebuffo de Capurro y maestras Enilda Galuya y
Lucía Chao.
En el campo asistencial, la Congregación Mariana de jóvenes y caballeros, asume el
desafío de dotar al pueblo de la sala de primeros auxilios. En 1939 se puso la piedra
fundamental en los terrenos donados con ese fin por Don José Vicente Altube y esposa;
y el 19 de enero de 1941 se procedió a su inauguración.
Un hecho relevante para la comunidad de José C. Paz, fue la primera misa de José
Parodi. El diario del jueves 4 de enero de 1939, anuncia:
"Pasado mañana, 6 de enero, los católicos de José C. Paz, ofrecerán una demostración
de aprecio al sacerdote José Parodi, hijo de este pueblo, con motivo de su ordenación
sacerdotal y su primera misa que oficiará en la capilla San José.
A las 9 horas habrá una misa solemne, cantada por dicho sacerdote, actuando como
padrinos de la ceremonia, la señora Catalina Rebuffo de Capurro y el señor Roberto
Grimaldi. Por la tarde se oficiará un tedeum con alocución del presbítero Parodi y
bendición con el Santísimo, y a continuación se hará entrega de un obsequio al citado
sacerdote como testimonio de simpatía de su pueblo natal.
Se hacen cargo de la atención pastoral los Misioneros de la Sagrada Familia
Los primeros días de julio de 1942, el presbítero Emilio Chacón, párroco de San
Miguel, y la comisión Pro Templo "San José", invitan a toda la comunidad a participar
de la Santa Misa, el 5 de julio a las 10 horas, para despedir a los Rvdos. Padres Jesuitas
del colegio Máximo, que hasta este día atendían la capilla, y recibir a los nuevos
sacerdotes Misioneros de la Sagrada Familia, que en adelante estarán a cargo de la
misma.
Se recuerda agradecidos la labor en estos años de los padres Jesuitas: Enrique Pita,
Roberto Bertón, Angel Miguel Olavarría, Carlos J. Matus, Carmelo Gangi, Albino
Schnettler, Juan Trachta, Ignacio Zalles…
Y en ese mismo día se recibe a los Padres Bernardo Marx y Juan Weber, MSF. La
capilla no contaba con vivienda, entonces los padres, bajo grandes sacrificios, debieron
alquilar una casa vecina y comprar lo más indispensable para comenzar su misión en
este pueblo.
El 20 septiembre de 1942 queda integrada la comunidad con los Padres José Feldmann,
Juan Weber y Germán Drolshagen. Entre sus tareas, además de la capilla de San José, se
les confía la atención de la feligresía del pueblo de Del Viso, donde el 15 de octubre de
1942 bendicen la capilla provisoria; la capellanía de las Hermanas Franciscanas de
"Santa Coleta" en el Cruce de José C. Paz; se los designa confesores ordinarios de las
hermanas de nuestra Señora de la Pasión y de las Hermanas de Santa Celina en San
Miguel.
El P. Feldmann escribe en las crónicas de la comunidad:
"Terminamos el año de 1942 felices y con un balance de 2174 comuniones, 27
bautismos y 6 matrimonios, después de un trabajo de seis meses.
A fin de año llegó el P. Juan Kleinekottmann y se despide el P. Drolshagen".
Año tras año crece la comunidad. La comisión Pro Templo continua recolectando
fondos para terminar la construcción; el 9 de diciembre de 1945 se inauguran las nuevas
obras de la Iglesia. La Congregación Mariana se encuentra abocada a dotar a la iglesia
de una vivienda para los sacerdotes. Los Misioneros trabajan incansablemente, sumen la
capellanía "Cardenal Copello" en Derquí; se colocó la piedra fundamental y se comenzó
a edificar la iglesia de Del Viso; las celebraciones van congregando cada vez más gente.
Se institucionaliza el centro de jóvenes de Acción Católica y el grupo de "Los Luisitos".
Parroquia San José
El 24 de marzo de 1946, realiza la visita pastoral el obispo de La Plata, Monseñor
Chimento y en su informe final dice:
"Nos complacemos en expresar, nuestros cordiales parabienes a los Reverendos Padres
de la Sagrada Familia, por los evidentes progresos que han realizado en la Vicaría local,
tanto en el orden material, al haber completado la construcción del Templo, como en el
orden espiritual.
Creemos llegada la oportunidad de elevar la zona de José c. Paz a parroquia, lo que
realizaremos en breve, llenados los trámites canónicos".
Y así nació la segunda parroquia en el partido de General Sarmiento, el 11 de agosto de
1946. Desarrollándose en ese día el siguiente programa:
· 8,30 horas; lectura del documento de erección de la parroquia y del
nombramiento del Padre José Feldmann, como primer Cura Párroco de San José.
· Acto seguido, el Rvdo. Cura Párroco oficiará su primera misa parroquial con
comunión general de los feligreses.
· Terminada la misa, los fieles presentarán sus saludos al Rvdo. Cura Párroco.
· A las 11,15 horas, las distintas Congregaciones e Instituciones felicitarán al P.
Feldmann. El niño Manuel Luis Lodeiro, recitará una poesía alusiva; la niña Ana
María Fiora, hablará en nombre de las agrupaciones de niños; la señorita Irma
Altube, por las instituciones femeninas; la Sra. Dolores Margiacchi, por la
feligresía de Del Viso y el señor Juan Mosca. Dará su bienvenida y felicitará de
un modo especial al flamante Cura Párroco, momento que aprovechará para
ofrecerle la colaboración de todas las instituciones.
· A las 21 horas, en la Novena de Animas se cantará un solemne responso por
los bienhechores fallecidos de esta Iglesia.
Alberto Julio FERNANDEZ
13 de julio de 1913:
"Arroyo Pinazo" comenzó a llamarse
"José C. Paz"
Leyendo el libro "Historia de José C. Paz", escrito por el Prof. Héctor Mario Segura,
encontramos:
"José C. Paz, el nuevo nombre
"En julio de 1912, muere José C. Paz. Este hecho ocurrido en Europa, poco
tenía que ver con la formación y el desarrollo que estaba tomando el pueblo,
por entonces conocido como "Arroyo Pinazo".
Sin embargo, José C. Paz un reconocido político argentino, fundador del
periódico "La Prensa", era amigo personal de José Altube. De acuerdo a
testimonios de la tradición oral de la familia Altube, José C. Paz y José Altube
se habrían conocido en una circunstancia muy especial para el país. Fue en el
año 1874, cuando el mitrismo se levantaba contra el gobierno electo de Nicolás
Avellaneda, que se produjo el encuentro. José C. Paz, que en el transcurso de
aquellos acontecimientos, había "dejado la pluma por el sable", acudiendo al
llamado de Mitre; obtuvo la ayuda de José Altube, quien por entonces se
dedicaba al transporte carretero. A partir de ese momento, la amistad entre
ambos se mantuvo hasta que Paz muriera en Europa. Antes de que ello
ocurriera, José Altube se desempeñó como corresponsal local de "La Prensa".
No fue extraño entonces, que ante la muerte de José C. Paz, en Arroyo Pinazo,
se formara una comisión. La misma, integrada por José Garmendia, Fernando
Raho, José Vicente Altube, Félix Iglesias, Enrique Vilella, y Ramón Alarcón
entre otros, tenía como fin, homenajear al fundador de La Prensa y amigo de
José Altube.
Pronto se decidió solicitar el cambio de nombre de la estación Arroyo Pinazo.
Las gestiones alcanzaron un éxito inmediato, y el 5 de mayo de 1913, el ministro
de obras públicas otorgaba el nombre de José C. Paz a la estación. El 13 de
julio, con una importante presencia popular, y de delegaciones institucionales
de las diferentes villas que integraban el pueblo, se realizó la ceremonia oficial
del cambio de nombre".
Inmediatamente surge la pregunta: ¿en qué habrá consistido esa ceremonia?.
Leyendo el diario "La Prensa" del día 14 de julio de 1913, encontramos amplia
información sobre el acontecimiento, detallando paso a paso todo lo sucedido.
La nota está precedida por el siguiente titular:
"BRILLANTE HOMENAJE POPULAR AL Dr. JOSÉ C. PAZ.
ACTOS REALIZADOS AYER EN EL PUEBLO DE SU NOMBRE".
Y a continuación narra:
"Para los vecinos del pueblo que fue Arroyo Pinazo, marca el día de ayer un
gran acontecimiento, provocado por ellos mismos con espontaneidad y
entusiasmo.
Efectivamente desde la salida del sol, que fue saludada con disparos de bombas,
hasta el anochecer, no decayó un momento la animación, que fue extraordinaria
en las horas siguientes a las 11 de la mañana.
Todos los vecinos colocaron banderas en los frentes de sus casas, y por su
parte, la comisión de festejos hizo adornar con banderas, arcos y gallardetes las
principales calles de la población, que, contemplada a vuelo de pájaro, ofrecía
un hermosísimo aspecto...
A las 8 de la mañana, una banda de música recorrió las calles del pueblo
ejecutando dianas y marchas, numero del programa que movió a numerosos
vecinos a salir de sus casas".
Después de este comenzar festivo, a las 8,30 se jugó un partido de football, organizado
por el Club Atlético José C. Paz, entre el equipo del citado Club y otro de la Capital,
venciendo el equipo local. Finalizado el partido, todos los jugadores fueron agasajados
con un "asado a la criolla" en el local de la sociedad de Fomento de Villa Altube.
"Conformaron el bando vencedor, los jóvenes: A. Fragalo, A. Herrera, A.
Luexes, B. Benavidez, J. Arballo, A. Domenech, P. Scala, A. Barbé, J. E.
Manfredi, A. Valerga y A. Blanco. Como linesman, actuaron R. Altimpergher y
C. Fernández y como juez Rafael Méndez".
La animación observada durante la mañana, creció notablemente después del mediodía:
"Los vecinos de la floreciente población y de los pueblos próximos fueron reuniéndose,
poco a poco, en la estación del ferrocarril al Pacifico, que ostentaba banderas inglesas
y argentinas y que había adornada con gallardetes y plantas. Y una banda de música
ejecutaba diversas piezas" .
Mientras tanto en la Estación Retiro, todo estaba dispuesto para transportar en un tren
especial a todas las autoridades e invitados para el homenaje. Dice al respecto el diario
"La Prensa":
"La partida del tren especial había sido fijada a la 1,15 de la tarde. Antes, desde
poco después de las 12,30, los coches del tren estaban totalmente ocupados.
Gran parte de la concurrencia se vio obligada a esperar la salida de otro tren,
que la empresa del Pacifico, con previsión y rapidez, hizo salir a la 1,20.
Cuando los expresos pasaron el semáforo de distancia, pudo notarse que a
través de las calles de la población se acercaban apresuradamente carruajes
ocupados por familias, y jinetes que se precipitaban hacia la estación, en cuyos
andenes había ya un gentío numerosísimo que se afanaba por observar la
llegada del convoy.
Al entrar los trenes en las vías de la estación y empezaron a detenerse, de
ambas bandas del pueblo llegaban a oídos de los viajeros, estampidos de
bombas, notas cortadas de sonoras dianas musicales, hurrahs y aplausos.
En los trenes venían familiares del Doctor Paz, presididos por el Dr. Ezequiel
P. Paz; amigos, entre ellos el ex canciller argentino, Doctor Estanislao S.
Zeballos; la Comisión Central de homenaje al Dr. Paz de la Capital; personal
del diario "La Prensa"; delegaciones de Capital, Avellaneda, San Isidro,
Vicente López, General Sarmiento", y numerosos adherentes al acontecimiento".
En la estación se había levantado un palco, reuniéndose alrededor "toda la concurrencia
que llenaba los andenes de la estación". Don José Altube, fue presentando, uno a uno, a
los distintos oradores designados por las comisiones de vecinos, organizadoras de los
festejos. Los mismos fueron: el Dr. González Paglieri, que habló en nombre de la
sociedad de fomento de Villa Altube; el Sr. Luis Ebry, en nombre de las sociedades de
Fomento de Villa Iglesias y Villa Germano; el Dr. Estanislao S. Zeballos, agradeciendo
el homenaje en nombre de la familia del Dr. José C. Paz, de sus amigos y de los
periodistas; cerrando los discursos el niño Orlando Maroglio, alumno de la escuela Nº 5.
Al terminar los discursos, fue quitada la tela que cubría las placas con el nombre de la
nueva estación. "En ese instante la banda de música ejecutó una diana, mientras la
multitud estalló en atronadores vítores a la memoria del Dr. Paz. Inmediatamente la
banda de música del barrio sur entonó el Himno Nacional, que la concurrencia
escuchó con religioso respeto".
Concluidos los actos en la estación,
"Se organizó una columna, llevando a su frente la banda de música del pueblo y
la del asilo José C. Paz, que se dirigió hacia la avenida a inaugurarse, hermosa
calle, que une la estación con la plaza y que había sido profusamente adornada
con banderas y gallardetes. Debajo de un artístico arco triunfal, se había
colocado la placa con el nombre de José C. Paz, y allí se detuvo la columna
para presenciar la ceremonia.
El señor José Altube, descorrió el lienzo que cubría la chapa, declarando
bautizada la avenida con el nombre de José C. Paz.
Enseguida la niña Estela Gandulfo, alumna de Villa Angélica (Partido de
Avellaneda), declamó una hermosa poesía alusiva al acto".
La concurrencia siguió después hasta el local de la sociedad de fomento de Villa Altube,
donde fue obsequiada con un "lunch" y los niños con bombones.
En ese momento hizo uso de la palabra el presidente de la sociedad de fomento, señor
Juan Mercadal. Rescatamos de sus palabras:
"Señores representantes de La Prensa que os encontráis aquí presenciando este
acto inaugural tan simpático como digno, en nombre de la sociedad que
presento y la que, a la vez, representa la voluntad de este pueblo, os presento
todo lo que desde hoy se llamará José C. Paz: la estación, en primer lugar, por
ser el sitio que inauguramos con el nuevo nombre; Villa Altube, la población
más antigua, donde tuvo origen Arroyo Pinazo y cuyo progreso y adelanto, en
proporción al tiempo, se debe a su infatigable fundador, don José Altube; Villa
Germano, otra población, cuyo fundador es don Serafín Germano, antiguo
propietario y vecino de esta localidad, que ha contribuido también en gran
parte al progreso del pueblo, y Villa Iglesias, población más reciente, fundada
por don Félix Iglesias.
También voy a presentaros algo de lo que componen las poblaciones que he
referido: contamos con dos sociedades de fomento, una en Villa Altube y otra en
Villa Iglesias; un destacamento de policía, oficina de correos, una Sociedad
Cosmopolita de Socorros Mutuos; un centro recreativo, denominado Juventud
de Artesanos de José C. Paz; un club atlético que lleva también el nombre de
José C. Paz.
También le presento estas dos corporaciones formadas de futuros ciudadanos y
futuras madres de ciudadanos: las dos escuelas comunes, que al frente de sus
activas directoras y demás personal docente, han concurrido también para dar
más brillo y realce a la fiesta, formando el hermoso conjunto que
contemplamos.
Al mencionar estas escuelas, tratándose de algo que es la base de la
prosperidad de los pueblos, debo manifestaros que al verlas aquí reunidas, os
demuestran el aumento continuo de esta población, y que fuera nuestro mayor
deseo que tuvieran locales más amplios que los que actualmente cuentan, que
son muy reducidos para dar cabida a todos los alumnos.
El señor José Altube, al mismo tiempo que donó un terreno para la construcción
de la iglesia, donó otro también para escuela, haciéndole también una donación
de 100.000 ladrillos y esperamos que la Dirección general de escuelas,
accediendo al pedido que oportunamente se le hizo, dará principio a una obra
de tanta necesidad como es el de un buen edificio para escuela"
Terminado el discurso del Sr. Mercadal, habló el señor Delfín R. Carballo Araga, en
nombre del personal del diario La Prensa.
"El espacioso salón de la Sociedad de Fomento, resultó pequeño para contener siquiera
una parte apreciable de la concurrencia, pues esta pasaba de varios miles de personas.
Al destaparse el champaña, pronuncio un elocuente brindis, en nombre del vecindario
de Avellaneda, el señor Florencio Santolaria, director de "El Comercio", de esa
ciudad".
Después de estos actos, las delegaciones y miembros de la familia del Dr. Paz,
acompañados, por la Sociedad de Fomento de Villa Iglesias, se trasladaron en carruajes
y automoviles, a la parte Norte de la población, donde se había preparado otro "lunch",
en el local de dicha sociedad.
En este acto, hablaron el doctor Pedro O. Luro y el señor Félix Iglesias. Finalizado los
discursos "los niños de la escuela N º 4, entonaron el Himno Nacional, acompañados
con la banda de música de la localidad, y, en seguida, una salva de bombas atronó los
aires"
Mientras tanto, en Villa Altube, bajo un galpón improvisado junto a la plaza, "tomó
ubicación la banda de música, dando principio a los bailes populares con un selecto
programa de piezas. Desde las 4 hasta las 5 de la tarde, una concurrencia numerosa,
entre las que se contaban no pocos habitantes de las localidades circunvecinas, se
entregó con verdadero entusiasmo a este simpático número del programa".
También se sumo a la fiesta el teniente Raúl Goubat al comando del monoplano "La
Paloma", quién había salido del aeródromo militar de El Palomar a las 3,48 de la tarde,
acompañado por Jenaro Rongo:
"Una vez sobre la población, Goubat, poco a poco disminuyó la altura mientras
realizaba grandes virajes con el propósito de buscar un terreno apropiado para el
descenso. Terminado el tercer círculo por los alrededores del pueblo, efectuó
lentamente un magistral aterrizaje, en un campo del sur. En pocos minutos, el sitio se
vio invadido por un gentío inmenso, que dejaba los demás programas para ver de cerca
a "La Paloma". El piloto, 4,35 de la tarde, inició el viaje de regreso.
Hubo en este día, además, carrera de sortijas, nos relata el diario:
"No había dado fin, aún al número de los bailes populares, cuando una bomba
de estruendo anunció a los circunstantes el principio de la carrera de sortijas.
Al mismo tiempo aparecían sobre un extremo de la cancha unos quince jinetes
que ostentaban todos una boina blanca. De un arco de madera construido
justamente en la mitad de la pista, pendía sujeta con un lazo azul y blanco, la
codiciada sortija.
Se dio la voz de mando y el primero de los caballos inscriptos recorrió la pista
con un galope tan hermoso como infructuoso. Una, dos, tres veces más se
repitió la prueba sin resultado alguno, hasta que apareció en un extremo de la
cancha, el décimo caballo inscripto, un alazán tostado de hermosa planta.
Inició un galope tendido y al pasar bajo el arco, el jinete, con un certero
movimiento, levantó la mano y ensartó la sortija con toda maestría. La
concurrencia aplaudió con entusiasmo esta hazaña típica de nuestras campiñas.
Resultaron vencedores de esta prueba:
o
o
o
1º José Z. Oxacelay Nº 10
2º Telésforo Cufré Nº 3
3º Julio Otamendy Nº 5
Una vez terminada la carrera de sortijas, concluyen los festejos del día, relatados del
siguiente modo:
"comenzó el desbande de la concurrencia que en largas caravanas, a pie, a caballo, en
coches y toda suerte de vehículos, se dirigió lentamente a la estación, comentando
alegremente los episodios de la jornada y el éxito de los festejos populares.
Al partir de la estación los dos trenes expresos que conducían la concurrencia de la
capital, las bandas ejecutaron dianas de despedida, mientras el publico reunido en los
andenes, prorrumpía en estruendosas ovaciones".
Alberto Julio FERNANDEZ
Casa de Don José Altube
Al crearse el Partido de General Sarmiento en 1889, don José Altube en condominio
con Ignacio Echeveste, compró a José Buzzini un establecimiento agrícola - ganadero
que este poseía en el Cuartel IV del nuevo Distrito. El profesor Eduardo Munzón dice
al respecto: "El nuevo adquirente se hace cargo del campo y sus poblaciones, amén de
un carro, ladrillos, herramientas y otros elementos de la estanzuela".
Don José Altube continúa las actividades agrícolas - ganaderas, comenzando la
construcción de una amplia casona para residencia familiar. En 1896 lo encontramos
ya habitando dicha vivienda junto su esposa, doña Eulogia Altube de Altube y sus doce
hijos: María Inés, Gabriela, José Antonio, Ignacio, Justo, Emilia, Ana María, Elisa,
Vicente, Juana, Elvira y Amalia. A fines de 1896, don José Altube compra la parte de
Ignacio Echeveste, quedando así como único propietario.
Esta casa será la vivienda familiar, donde los hijos irán creciendo bajo la tutela de don
José y doña Eulogia. Cada acontecimiento se irá celebrando: cumpleaños, casamientos
de los hijos, nacimientos de los nietos... Podemos ver uno de ellos en el diario del 3 de
febrero de 1921: "Mañana en la casa de los padres de la novia en esta localidad, se
realizará la ceremonia de enlace matrimonial de la señorita Elvira Altube con el señor
Juan M. Romano Serán padrinos la señora Eulogia A. de Altube y el señor José A.
Altube, y testigos, por la novia, Juan Altube y Juan F. Mercadal, y por el novio Félix
Echeveste y Alberto Romano. Después de la ceremonia se realizará una reunión social
íntima".
Esta casona se transformará en un lugar de reunión de vecinos, para lograr los
adelantos para el incipiente poblado. Convocados por don José Altube, seguramente en
su amplio comedor surgió la necesidad de solicitar la apertura de la Escuela Nº 5, o la
habilitación de la estación "Piñero" del Tranvía Rural; o la fundación de "Villa Altube"
en 1897; también en reuniones de vecinos habrán surgido los pedidos para arreglar los
caminos, para que el ferrocarril Buenos Aires al Pacífico habilite la estación "Arroyo
Pinazo", la constitución de la Sociedad de Fomento, la preparación de las romerías
populares...
Vista de la casa de don José Altube tomada en febrero de 1920
Hojeando diarios de la época, nos muestran a esta casa como un lugar de reunión.
Podemos ver el 28 de julio de 1913, que entre los festejos por el cambio de nombre del
pueblo, se jugó un partido de fútbol entre los equipos de José C. Paz y Hurlingham:
"Terminado el partido, los jugadores fueron invitados a la casa del señor José Altube,
donde se les obsequió con un "lunch". La señora de Altube repartió luego a los
jugadores, medallas conmemorativas del homenaje al doctor José C. Paz".
O en enero de 1914: "Un aspecto encantador presentaba la cantidad de niños reunidos
con motivo de la fiesta de Reyes, ofrecida en su domicilio por don José Altube y señora.
Después de entonado el Himno Nacional, hizo uso de la palabra el señor Rafael
Cevedo. Acto seguido algunos niños pronunciaron discursos alusivos al acto,
terminado la fiesta con la distribución de juguetes y bombones. Congregose un buen
número de familias, organizándose una improvisada tertulia, hízose música,
danzándose con entusiasmo hasta bien entrada la tarde".
O también, en julio de 1916, con motivo del tercer aniversario de cambio de nombre del
pueblo, informaban los diarios: "A las 11,00 horas, las Sociedades de Socorros Mutuos,
de Fomento y Club Artesanos, con banda de música a la cabeza y acompañados por
numerosos vecinos, entre ellos las autoridades municipales, policiales y el jefe del
registro civil, escribano Vázquez Miranda, pasaron a saludar al fundador del pueblo,
señor José Altube, en su domicilio. En este acto pronuncio un discurso, el niño José
Pascual Diciervi, a quien contestó con frases oportunas el señor Altube, quien recordó
la obra de cultura realizada por el doctor José C. Paz y señaló la obligación moral que
había contraído el pueblo de su nombre, de ser digno de llevarlo".
O, también, el 23 de noviembre de 1931, cuando se bendijo la Iglesia San José: "El
Obispo procedió a las ceremonias prescriptas por la liturgia para la consagración,
haciendo después las aspersiones rituales con agua bendita sobre las paredes, en el
interior y en el exterior del edificio. Terminada esta parte de las ceremonias, la
concurrencia se dirigió en procesión hasta la casa de la familia Altube, donde se
hallaba la imagen de San José que había de ser colocada en el altar de la Iglesia. En
un automóvil adornado con gusto, la hermosa imagen fue conducida hasta la Iglesia e
entronizada en el altar".
Esta casona, ubicada en la calle General Villegas, hoy calle Gelly y Obes, entre
Avenida Altube y José C. Paz, es signo de nuestra historia paceña: fue construida por el
Fundador del pueblo; allí vivió con su familia; fue escenario de reuniones donde se
gestaron los progresos para la incipiente población; allí se agasajaron a los niños y a
los visitantes... Es un edificio que debe declararse "monumento histórico paceño", pues
allí nace el pueblo de José C. Paz.
Vista de la casa tomada en el 2001
Sociedad Cosmopólita de Socorros Mutuos
Dice el Profesor Segura Salas en su libro "Historia de José C. Paz": El 4 de junio de
1911 se funda la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos. Por entonces, dada la gran
afluencia de inmigrantes, era muy común que en distintos pueblos de la provincia, los
mismos se agruparan en asociaciones de ayuda mutua. En San Miguel estaban la
Sociedad Española de Socorros Mutuos y Sociedad Fratellanza Italiana; en Arroyo
Pinazo, en cambio ambas colectividades se reunieron en una Sociedad "Cosmopolita".
En efecto, corría el año 1911 y don José Altube comenzó a plantear a los vecinos la
necesidad de contar con una Institución de ayuda mutua. Eran tiempos en que no
existían las obras sociales, no había médicos en el pueblo, la asistencia la brindaban los
Hospitales públicos; enfermarse significaba no cobrar el jornal de trabajo, trayendo el
sufrimiento aparejado una situación de necesidad.
La convocatoria de don José encuentró el apoyo de la población. El 4 de junio se
reunieron los vecinos en Asamblea y fundaron la Sociedad Cosmopolita de Socorros
Mutuos de Arroyo Pinazo. En ese mismo día se eligió la primera Comisión Directiva,
que quedó integrada por: José Altube, presidente; Antonio Capurro, vicepresidente;
Juan F. Mercadal, secretario; Gabriel Gisclar, prosecretario; Cándido Astinza, tesorero;
Bartolo Arballo, protesorero; Juan Altube, Juan F. Riccci, Roque Molinari, José Tropea;
Pedro Belategui y Juan B. Etchart, vocales; Enrique Calzolari y Eduardo Tiesset,
vocales suplentes.
¿Qué es una Sociedad cosmopolita de Socorros Mutuos?
Hoy, seguramente puede surgirnos la pregunta ¿qué es una Sociedad Cosmopolita de
Socorros Mutuos?. Cuando analizamos cada uno de los términos, descubrimos que es
una agrupación de personas -Sociedad-, de distintas nacionalidades -cosmopolita-,
reunidas para prestarse ayuda recíprocamente en un peligro o favororecerse en caso de
necesidad -socorro mutuo-.
En el caso de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Arroyo Pinazo, nace con
el fin de: "crear un fondo común destinado a socorrer a los socios en ella inscriptos en
los casos de enfermedad o sus consecuencias".
A pasos firmes, año a año la Sociedad va creciendo, así informaba el diario El Progreso
del 1° de marzo de 1914: "La Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, en los dos
años y medio de existencia que cuenta, ha logrado afianzar su crédito, pues además de
contar en la actualidad con 72 socios, posee un depósito en el banco cuya cantidad
alcanza a $ 1.109,70 m/n. Digno de aplausos son los miembros de la Comisión que
dirige esta noble y altruista sociedad".
Los Socios
Al leer el artículo de El Progreso, descubrimos que la Sociedad contaba con 72 socios.
Hojeando los Estatutos, encontramos que para poder ingresar como socio de la Sociedad
Cosmopolita, los solicitantes debían "gozar de buena reputación, no padecer ninguna
enfermedad, ser mayor de doce años y no pasar de cincuenta". Además para ser
admitido debía ser presentado a la Comisión Directiva por un "socio efectivo", quién se
hacía responsable moralmente con respecto a la reputación y edad, como así también a
la salud. Incluso, si la Comisión Directiva lo creía conveniente, debían someterse a un
examen médico.
Había cuatro categorías de socios:
En primer lugar, los "socios efectivos", que eran los "varones" a partir de los 12 años y
no mayores de 50, debían tener buena reputación y no padecer enfermedad
En segundo lugar los "socios auxiliares", que eran las "mujeres" a partir de los 12 años y
no mayores de 50, debían tener buena reputación y no padecer enfermedad.
En tercer lugar, los "socios protectores", que eran aquellos que habían pasado la edad de
50 años, varones y mujeres, pero que solo recibían como beneficio la asistencia médica
y farmacéutica.
Y en cuarto lugar, los "socios honorarios", que eran aquellas personas que por sus altas
cualidades de filantropía y servicios extraordinarios prestados a la Sociedad se hacían
acreedores del estimulo de la Institución. Esta distinción solo la acordaba la Asamblea
General de Socios.
Los fondos con los que contaba la Institución provenían de las cuotas sociales, que en
los primeros años de la Institución eran dos pesos moneda nacional como ingreso y una
cuota mensual de un peso y veinticinco centavos m/n adelantada.
La Sociedad crecía constantemente, en 1924, la Cosmopolita publicada la lista de los
socios efectivos por orden de matrícula, ya sumaban ciento siete: Juan F. Mercadal,
Vicente H. Altube, Juan B. Altube, Enrique Calzolari, Ernesto Carnevali, Antonio
Capurro, Ignacio Altube, Pedro Irigoin, Ignacio Girini, Luis R. Capurro, Juan Altube
hijo, Juan A. Capurro, Carlos Zoccola, Antonio Cerioli, Juan Sánchez, José Oxacelay,
Alejandro Valentini, Alejandro Marchetti, José Tropea, Carlos Cabaña, Nicolás
Sorichetti, Enrique Capurro, Juan Lázzaro, José M. Ogaz, Pedro Bottazzini, Albano
Tomey, Julio Filomía, José Figueras, Antonio Vázquez, Cipriano Maggiolo, Julio
Dughetti, Federico Scattoni, Luis Zorzi, Justo De Onofrio, Silvio Pagano, Maximiliano
Miguez, Felix Miguez, Eugenio Gardoni, Domingo Ledesma, Héctor Sánchez, Miguel
P. Sánchez, Atilio Zago, José Daniel, Vicente Tropea, José Ludigliani, Juan Bottazzini,
Angel Bottazzini, Juan calcina, Andrés Chiessa, Dándalo Cosotti, Luis Albertini, Juan
Gardoni,
Gerardo Gardoni, P. Mamolenti, Francisco Grau, Samuel Pérez, José Sacchi, Joaquín
Rodríguez, Miguel Sánchez, Cirilo Ledesma, Valentín Ledesma, Pedro Durruty, Juan
Alfaro, Eduardo Forte, Alfredo Dughetti, Felipe Sorichetti, Pedro Rattaro, José Boffa,
B. Ledesma, P. Novaro, S. Arias, Domingo Francinella, Juan Sorichetti, E. Pederzoli,
Vicente Agostino, Carlos Rañi, S. Galante, E. Capodacqua, Luis Agostino, Apolinar
Muiñoz, Juan Dughetti, Aldo Marchetti, Carlos Mantovani, Carlos Mantovani (h),
Angel Boffa, E. Guerrero, Guido Rañi, Juan Davio, Carlos Prata, Jesús Gacio, José
Gorini, José Raponi, Félix Irigoin, H. Nicola, Dante Nicola, Pedro Prata, Juan Sacchi,
E. Palavecino, Juan Gilardoni, Pedro Carocella, Carlos Sacchi, A. Vázquez Vaca,
Francisco Pérez, D. Lascombre, Tránsito Blanco, Emilio Castellani y Nicolás Lázzaro.
En cada reunión de Comisión Directiva se presentaban nuevos socios que iban dando un
crecimiento sostenido a la Institución. Mirando actas, en la reunión del 19 de abril de
1927, se aceptan como socios Gabino Solivia y José Lavatelli, presentados por José
Tropea y Domingo Ledesma. Tres meses después, en la reunión del 15 de julio de 1927,
se aceptan como socios a Santiago Eiras, Lorenzo Cornaro, Cipriano Morales hijo, José
Becco, Francisco Catalano y Agustín Rabadan, presentados por Domingo Ledesma,
Carlos Zarlenga, José Tropea y Enrique Gorini.
Socios y Miembros de Comisión
Socorros a los Socios
El artículo 19 del Estatuto nos detalla los beneficios que la Sociedad Cosmopolita
brinda a sus asociados: Los Socorros que esta Sociedad presta a los socios efectivos y
auxiliares enfermos consistirán en asistencia médica y farmacéutica, una cantidad
asignada para pensión y en caso de fallecimiento se le entregará a la familia del extinto
la suma de cincuenta pesos m/n corriendo por su cuenta los gastos del servicio fúnebre.
En caso de no ser reclamada esta suma dentro de los quince días del fallecimiento se
considerará donada a la Sociedad.
Todos los asociados gozaban de estos beneficios, a excepción de: "los enfermos por
abuso de alcohol o por consecuencia de riña o desafío, se les negará, previa declaración
de los médicos de la Sociedad e informes adquiridos por la Comisión Directiva toda
clase de auxilios. Igual disposición se establece para los socios de mal venéreo".
Para poder brindar estos beneficios la Sociedad Cosmopolita nombraba a los médicos,
farmacéuticos, dentistas, pedicuras, masajistas...
En cuanto a los médicos sus obligaciones eran las visitas domiciliarias y atención en
consultorio a los enfermos, estableciendo como radio de acción para las visitas médicas,
cinco kilómetros en todas direcciones desde la estación José C. Paz, abarcando las
poblaciones de Villa Altube, Villa Germano, Villa Iglesias y Piñero.
En los primeros años no había médicos residentes en el pueblo. Ante esta realidad se
nombraba a facultativos de San Miguel y posteriormente a aquellos que iban abriendo el
consultorio en la localidad, como el caso del doctor Guillermo Lucas, quien en 1914
inauguró consultorio y sala de primeros auxilios frente a la estación de José C. Paz,
atendiendo una hora por día; o el consultorio del doctor Alfredo Becher, inaugurado en
1917, ubicado en la calle general Roca entre Av. Altube y José C. Paz. Al comenzar la
década del veinte, con la radicación del doctor Eduardo Forte, la población se verá
asistida las veinticuatro horas del día.
En cuanto a la provisión de medicamentos, los farmacéuticos debían garantir la
legitimidad de los medicamentos que indiquen las recetas del médico. El primer
farmacéutico fue Atilio Zago, después los sucedió por muchos años Luis Balocchi,
quién además hacía análisis y esterilizaciones, suministraba oxigeno, sueros y vacunas.
Cuando un socio, con más de tres años de pertenencia a la Sociedad, era declarado
"crónico incurable o imposibilitado para trabajar", la Cosmopolita le entregaba como
subsidio la suma de quince pesos m/n mensuales durante dos años.
En caso de fallecimiento la Sociedad enviaba nota de pésame y una ofrenda floral,
haciéndose presente en el velatorio para acompañar a los deudos. En "El Progreso" de
noviembre de 1917 podemos leer: "Después de sufrir mucho tiempo las alternativas de
una enfermedad, falleció el 19 del pasado el vecino Ramón Prats. Fue uno de los
primeros pobladores de este pueblo, donde se dedicó al comercio, contribuyendo al
progreso local en las distintas formas en que pudo prestar su desinteresado concurso.
Pertenecía desde su radicación a la Sociedad cosmopolita de Socorros Mutuos, la que se
hizo presente en el momento del sepelio depositando sobre su tumba una corona de
flores naturales".
En mayo de 1918, cuando falleció don José Altube, la Cosmopolita se constituyó en
comisión permanente para velar el cadáver, nombrándose a los señores Calzolari,
Capurro, Tropea y Cevedo; se enviaron flores naturales acompañada de la siguiente
carta de pésame dirigida su viuda, doña Eulogia Altube de Altube: "La Sociedad
Cosmopolita de Socorros Mutuos envía a Usted y familia el más profundo pésame por
la irreparable pérdida de su inolvidable esposo, don José Altube, primer y único
presidente de esta Asociación desde el día de su fundación hasta el del triste
acontecimiento que tronchó su existencia tan útil y fecunda para este pueblo.
Resignación, Señora, y que el profundo pesar que ha causado la desaparición de su
esposo, le sirva de consuelo para mitigar su acerbo dolor".
La Comisión Directiva
Para regir los destinos de la Institución en Asamblea se elegían los socios para
integrarla. Así manifiesta el Estatuto:
Para ser miembro de la Comisión Directiva se requiere: ser varón y mayor de veintidós
años, no ser analfabeto, tener la residencia en la localidad y tener un año de antigüedad
en la sociedad. Los miembros de la Comisión Directiva durarán dos años en el cargo.
A la muerte de don José Altube, se eligió la Comisión integrada por: Juan B. Altube,
presidente; Antonio Capurro, vicepresidente; Juan F. Mercadal, secretario; Rafael
Cevedo, prosecretario; Enrique Calzolari, tesorero; Francisco Girini, protesorero;
Ernesto Carnevale, Pedro Irigoin, Jerónimo Costa, Juan Altube hijo, José Tropea y
Antonio Cerioli, vocales.
Al promediar la década del veinte fueron presidentes Juan F. Mercadal y Vicente
Altube, integrando las distintas comisiones Nicolás Sorichetti, Pedro Bottazzini, José
Tropea, Enrique Calzolari, Juan Lázzaro, Ernesto Carnevali, Francisco Girini, Carlos
Cabaña, Eugenio Gardoni, Miguel Sánchez hijo, Domingo Francinella, Maximiliano
Miguez, Alejandro Marchetti, Silvio Pagano, Francisco Buratti, José Figueras, Julio
Dughetti, Domingo Ledesma, Carlos Zarlenga, Valentín Ledesma…
Personería Jurídica, sede social
En 1925 se procede a reformar los Estatutos, los cuales fueron aprobados en la
Asamblea General de socios realizada el 27 de junio de 1925. Desde este momento pasó
a llamarse "Sociedad Cosmopolita José Altube de Socorros Mutuos de José C. Paz",
adoptando como símbolo social la bandera argentina con el nombre de la sociedad y dos
manos unidas, emblema de la confraternidad.
Aprobado el Estatuto por la Asamblea, se comienzan las gestiones para obtener la
personería jurídica, la que se obtiene el 23 de junio de 1926:
Habiendo, la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos José Altube del Partido de
General Sarmiento, llenado los requisitos establecidos en el decreto reglamentario de la
inspección de Sociedades jurídicas para obtener la aprobación de sus estatutos y
aceptado las observaciones formuladas por el directorio de dicha inspección en el
expediente S, N° 200, el Poder Ejecutivo decreta:
Artículo 1° Apruébense los estatutos de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos
José Altube, reconociéndole al mismo tiempo el carácter de personería jurídica.
Obtenida la personería jurídica, la Comisión Directiva se aboca de lleno a construir la
sede social en el solar donado por doña Eulogia Altube de Altube, donación efectivizada
el 31 de diciembre de 1927, mediante escritura número ciento nueve.
A mediados de 1931 se inaugura la sede social, ubicada en General Lavalle y General
Rivas. Un amplio salón que se servirá para una amplia vida social: obras de teatro,
bailes, reuniones sociales, kermesses, almuerzos… Todo con un solo fin: seguir
recaudando fondos para brindando la ayuda a los asociados.
A finales de la década del cuarenta cambian las disposiciones legales vigente y la
Sociedad Cosmopolita debe encarar una nueva reforma a sus Estatutos. Para tal fin se
nombró una comisión reformadora integrada por Pedro Gorini, Domingo Ledesma, José
Tiesset y Juan B. Pagano, obteniendo la aprobación a lo realizado el 3 de marzo de
1952.
Desde esta reforma la Sociedad adopta como símbolo social dos manos unidas,
emblema de confraternidad. Presidía por entonces la Sociedad don Domingo
Francinella, e integraban la Comisión Alejandro Marchetti, Domingo Ledesma,
Francisco Salvat, José Tiesset, Antonio Martínez, Aniceto Focci, Juan B. González,
Pedro Gorini y Juan Pagano.
En la década del cincuenta se alquila el salón, surgiendo en el mismo por muchos años
el Cine Paz. Que vecino no recuerda aquellas películas en blanco y negro, que al
cambiar de carretel se producía un corte, quedando la sala a oscuras, surgiendo
inmediatamente algún silbido; el chocolatero, en los intervalos, recorriendo las filas de
butacas ofreciendo turrones, alfajores, bocaditos, garrapiñadas… Cuantos ojos se
deslumbraron emocionados para ver a Tita Merello y Pepe Arias en "Mercado de
Abasto", o a Lolita Torres y Alberto Dalbes en "La mejor del colegio", o a Nini
Marshall en "Catita es una dama", o a Jorge Salcedo y Tita Merello en "Las aguas bajan
turbias", o a Angel Magaña y Enrique Muiño en "Su mejor alumno", o Malvina
Pastorino y Luis Sandrini en "Cuando los duendes cazan perdices", o Amalia Sánchez
Ariño y Arturo García Buhr en "Los árboles mueren de pie", o a…
A finales de esa década, precisamente el 21 de junio de 1959, la Sociedad Cosmopolita
inaugura su "Secretaría". Será el lugar de reunión de la Comisión Directiva, de atención
a los socios, donde se gestarán los primeros pasos hacia la autonomía paceña que
culminan con la declaración de ciudad.
Vista del Edificio allá por 1950
Últimos años
La Sociedad Cosmopolita continuará asistiendo a sus socios. Siempre habrá hombres y
mujeres dispuestos a trabajar por los demás. En la presidencia se sucederán Turiddu
Marchetti, José Tiesset, Juan José Mosalini. Integrarán las distintas comisiones Luis
Filomía, Miguel Valente, Juan Carlos Ganzi, Juan Gardoni, Francisco Salvat, José M.
Basanta, Luis Vitale, Edgardo Gardoni, José M. Tiesset hijo, Walter Gardoni, Ramón
Luis Rúa, Norberto Gardoni, José Luis Paulini, Gerardo Gardoni, Roberto Callens, José
Sacchi, Jorge Filomía, Adalberto Llorens, Balbino Dughetti, Irma Mosalini, Teolino
Muiño, Irma de Miguel, Clotilde Recagno, Andrés Chiezza, Natividad Zaldumbide de
Mosalini, Santiago Rodríguez Lage, Anselmo Salazar, Carlos Gatti…
En lo que hace a la asistencia, atenderán a los socios la doctora Barroero y los doctores
Sneider, Renaud, Trouchot, Podostroiec y Marguerettaz; los bioquímicos Pérez
Moriniéga, Oñaderra y Ravagnan; el Hospital Duhau y la Clínica San José Obrero; las
farmacias Del Pueblo, Jure, Del Águila y San Martín.
En 1994, se produce un triste acontecimiento, por razones totalmente ajenas a la
Institución, la Sociedad Cosmopolita es intervenida por el Gobierno de turno. Se
suceden tres interventores, haciéndose algunas reformas edilicias que quedaron
inconclusas. El capital acumulado por los socios desapareció como por arte de magia.
La intervención ha cesado, las cuentas no son las de antes. El 4 de junio de este año
(2001) se cumplieron 90 años de la fundación de la Sociedad Cosmopolita José Altube
de Socorros Mutuos. Hoy hay un sabor amargo en muchos de los socios y ex integrantes
de las comisiones por la historia de los últimos años. ¿No será el momento de plantearse
el futuro de esta "altruista Institución", como la llamaba el diario El Progreso en 1914?
Alberto Julio FERNANDEZ
Introducción
La superficie del antiguo Partido de General Sarmiento, allá por los años 1889 (año de
su creación como tal), era muy grande y San Miguel y Bella Vista extendieron su
población hacia otros sitios y se fueron formando otros núcleos de habitantes,
estimulados por destacados pioneros que ofrendaron su calor, su iniciativa y sus afanes,
hasta llegar a integrar nuevas poblaciones.
Así fue surgiendo una nueva localidad en las tierras ubicadas al noroeste del Municipio,
aquellas que muchos años atrás habían integrado parte de la estancia del célebre
mariscal de campo Manuel de Pinazo y Funes.
Con los años, las tierras de Pinazo pasaron a dominio de Mateo Piñero, quien resolvió
arrendarlas a Juan Buzzini y a sus hijos José, Benito, Angel, Bartolo y Santiago. Mas
tarde fueron adquiridas por los mismos.
En 1869 Buzzini y sus hijos fundaron en las tierras de Piñero, en lo que hoy constituye
la planta urbana de la localidad de "José C. Paz", un establecimiento ganadero y
agrícola, levantando un edificio de cinco piezas en forma de rancho y otras
edificaciones rurales. El campo tenía una extensión de cuarenta cuadras cuadradas.
En 1888 Santiago Buzzini instaló el primer comercio de almacén, al que agregó una
cancha de pelota. En el mismo edificio ubicada en la vieja esquina de San Fernando y
Federico Lacroze, Domingo Irigoin fundó un nuevo comercio de ramos generales, el
que luego pasó a dominio de la familia Altimpergher.
En diciembre de 1891, José Buzzini decide desprenderse de sus propiedades, las que
fueron adquiridas por el gran pionero José Altube.
Aires (Conjunto Rock)
B.B. Rockers (Conjunto Rock)
Mantente Alerta (Conjunto Rock)
Chamorro, Marianella (Música Popular)
Dubowec, Horacio Alberto (Música Popular)
Reflejos (Música Cachaca)
"El Indio Huarpe" - Juan Carlos Vargas. (Folklore)
Lencina Leguizamón, Teófilo J. (Folklore)
"Los Miralejos" (Folklore)
Mosalini, Juan José (Bandoneonista)
Villena; Víctor Hugo (Bandoneonista)
Araldi, Jorge Enrique.
Molina, Virgilio Facundo.
Acevedo, Abel.
Chavez, Viviana
D'Andrea Lohigorry, Daniel Alberto.
Fernández, José Ricardo.
Lladó Giralt, Alfonso.
Gómez Alceo, Osvaldo.
Navata, Marina.
Peleteiro, Rubén Carlos.
Spampinato, Alfredo.
Tranzillo, Edgardo Eduardo.
Zappia, Elisa Cristina.
Kowal, Fedorio.
Acosta, Blanca
Capanna, Pablo A.
D'Andrea, Hugo Alberto
Giribone, Luis Salvador
Gómez Alceo, Osvaldo.
Kowal, Fedorio
Molina, Juan Jesús
Musumeci, Enrique
Acevedo, Abel.
Ayala, Carlos Alberto.
Bernasdeschi, Alba Rosa.
Crucianelli, Angel Enrique.
Giribone, Luis Salvador.
Ponzo, Alfredo.
Altube, José Vicente (Fundador de José C. Paz)
Denoia, Noemí Felisa (Docente)
Fernández, Alberto (Historiador de José C. Paz)
Jove, Manuel "Lito" (Memorioso Vecino)
Jove de Razetto, Etelvina (Docente)
Michelena, Reyes (Recordado Vecino)
Rebuffo de Capurro, Catalina (Docente)
Siri, María Luisa (Docente)
Zanelli, Juan B. (Industrial)
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