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¡DEJE de Capacitar a Sus Empleados!
Una Lección en Educación
Por: Stephanie Lopez
Capacitación: Las acciones se basan en fuerzas externas.
Lo hago porque alguien me dijo que lo hiciera.
Lo hago para recibir una recompensa positiva.
Lo hago para evitar una reacción negativa.
Educación: Las acciones se basan en fuerzas internas.
Lo hago porque lo entiendo.
Lo hago porque sé que es la acción correcta a tomar.
No lo hago porque sé por qué es incorrecto hacerlo.
Por mucho tiempo, la capacitación se ha visto como un componente esencial de negocios
exitosos, inclusas las compañías de alimentos. Hoy la pregunta es: ¿es la capacitación el
elemento que lleva al éxito? ¿O hay algo más? La alternativa a la capacitación es la capacitación
apoyada por la educación.
Primero, exploremos las diferencias clave entre la capacitación y la educación. La capacitación
detalla cómo hacer o no hacer algo. La capacitación provocará ciertas acciones, basadas en
fuerzas externas. La retroalimentación positiva o negativa dictará las acciones. Es muy parecido
al proceso de entrenar a una mascota. Uno de los problemas con ese enfoque es que si no hay
retroalimentación negativa, con el tiempo el empleado puede desarrollar malos hábitos. Resulta
una situación que tiene que ser monitoreada constantemente. Por otro lado, es más probable que
el personal que haya sido educado haga lo correcto automáticamente. No necesita la
retroalimentación positiva y negativa con la misma frecuencia para comportarse apropiadamente.
En el proceso educativo, se da a entender el por qué es importante un comportamiento particular
y se brinda información no sólo sobre la tarea, sino sobre el sistema entero (de calidad, seguridad
de los alimentos, seguridad laboral, BPMs, etc.) La educación provocará comportamiento basado
en fuerzas internas. El personal educado actúa en base de lo que sabe y entiende.
Para dar otro ejemplo de cómo con sólo capacitar no se alcanza la meta, considere un empleado
que debe usar una redecilla. Después de asistir a una sesión de capacitación en la cual el
instructor le dice que tiene que usar la redecilla y le da consejos sobre la manera correcta de
ponérsela (cubriendo el cabello y las orejas completamente), es posible que todavía no entienda
la importancia de usarla (para prevenir la adulteración del producto). Si observa a otros que no
las usan o que las llevan incorrectamente, esencialmente está siendo re-capacitado. Por otro lado,
si el empleado ha sido educado, aun si observa a otros no cumpliendo con la práctica apropiada,
es más probable que continuará a comportarse apropiadamente porque entiende por qué es tan
importante. Inclusive puede tomar pasos para educar a las personas que no están cumpliendo con
los requisitos.
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Además de poder trabajar sin necesitar la retroalimentación constante, los empleados educados
ofrecen otros beneficios a la organización. Se notan estos beneficios cuando existen obstáculos a
las actividades rutinarias, cuando se necesitan hacer cambios o cuando se requieren las
contribuciones e ideas de empleados. El poder reconocer y manejar los cambios es esencial para
las compañías exitosas. Si todos los empleados poseen esta habilidad de reconocer y responder a
los cambios, las oportunidades para el éxito se incrementan mucho.
Cuando todo no marcha según lo planeado, como suele ocurrir en el ambiente de procesamiento
de alimentos, los empleados educados son más preparados a usar su buen juicio. Considere un
empleado que ha sido capacitado a trasladar una tarima de ingredientes desde Punto A hacia
Punto B. Si llega al Punto B y descubre que esta ubicación no está disponible, una persona
capacitada quizás no sabrá como responder. Por otro lado, una persona educada contará con el
conocimiento sobre la tarea que le permitirá ajustarse adecuadamente. Si la persona entiende, por
ejemplo, la razón por la cual el producto tiene que ser trasladado, puede actuar acorde con esta
razón. ¿Fue el propósito quitar un ingrediente del Punto A para poder limpiar el área, o colocar el
ingrediente en Punto B para que esté disponible en esta ubicación? ¿Fue el propósito trasladar el
producto a un área de retención para su disposición eventual porque el producto había sido
contaminado? Un empleado que no haya sido educado podría colocar el ingrediente en un área
indeseable o aun peligrosa, tal como una ubicación en que podría contaminarse con alérgenos o
por medio de prácticas de limpieza, o en un área no-asegurada en que un producto contaminado
accidentalmente se puede volver a usar. El saber por qué una actividad está siendo realizada
puede ser la diferencia entre la ejecución exitosa y la no-exitosa.
Adicionalmente, es más fácil implementar cambios cuando los empleados han sido educados
porque están más preparados a entender por qué el hacer cambios es necesario. ¿Alguna vez ha
oído a un empleado decir algo como “pero siempre lo hemos hecho así”? Es claro que un
empleado capacitado dijo eso. El empleado capacitado sólo ve que el procedimiento establecido
tiene un resultado previsible sin pensar si el resultado aun es viable. Un empleado educado ve el
panorama más completo y es más probable que entienda por qué se requiere de un resultado
diferente.. Para dar un ejemplo, muchas plantas han ajustado sus procedimientos de limpieza en
los años recientes para asegurar que los métodos son no sólo efectivos contra la contaminación
por microbios sino también contra la contaminación por alérgenos. La misma estrategia de
limpieza no puede ser efectiva para abordar los dos casos. Un empleado que ha sido educado
sobre las razones para la limpieza más probablemente entenderá la necesidad del cambio de
métodos. La adaptabilidad es ciertamente una característica valorada en un empleado.
La mejora continua es una meta en la mayoría de organizaciones. Sugerencias sobre donde se
necesitan mejoras muy a menudo vienen de los empleados que trabajan con los varios procesos.
Cuando una persona ha sido educada, lo mejor puede contribuir. En vez de simplemente seguir a
otros, puede ser él que inicia cambios. Por entender su papel, más probablemente sugerirá cómo
mejorar el proceso. ¿Qué compañía no beneficiaría de las contribuciones más útiles de los
empleados en todos los niveles de la organización?
Aunque el énfasis de este artículo ha sido la necesidad de la educación, es importante entender
que tanto la capacitación como la educación son necesarias para tener éxito. Un empleado no
puede ser simplemente educado sobre la importancia de desempeñar una tarea; también tiene que
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ser capacitado en como realizarla. Considere un empleado educado sobre la importancia de la
limpieza, pero que no ha sido adecuadamente capacitado en cómo realizar su trabajo. Aunque
entienda las metas de la tarea, no es probable que las cumpla sin contar con las destrezas que se
adquieren mediante la capacitación. Los mejores resultados se obtienen cuando la capacitación y
la educación se combinan.
Hace mucho tiempo se ha reconocido que los empleados son el activo más importante de una
compañía. Cuando se proveen capacitación y educación apropiadas a los empleados, una
inversión vital en este activo se realiza. Los rendimientos de esta inversión muy probablemente
superarán las expectativas.
Si un empleado no desempeña su trabajo adecuadamente, es probable que le falte la
educación
A menudo, la educación requiere que los empleados se mantengan informados sobre las
circunstancias fuera de su propia responsabilidad inmediata
El proveer educación a los empleados ayuda a establecer una cultura en la planta que
enfatiza la importancia de sus empleados
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