Crecimiento y desarrollo en TRES ECONOMISTAS CLaSICOS.

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Crecimiento y desarrollo en
TRES ECONOMISTAS CLaSICOS.
Esta es una recopilación ordenada de fragmentos de las obras de los
autores que se mencionan, citados textualmente, con comentarios
de economistas contemporáneos. Se proponen como Notas para el
curso de Crecimiento y desarrollo (2da.parte) de la Facultad de CCEE
y Adm. De la UDELAR. Prof. C. Failache., Agosto 2010.
(I)
La Actualidad de adam Smith (1723-1790)
Las notas presentan una guía de lectura de “La Riqueza de las Naciones” (1776). Las citas del
texto de Smith aparecen entre comillas (“), y las citas de las apostillas de la edición realizada por
Edwin Cannan aparecen señaladas entre los símbolos (<>). La edición que seguimos es la sexta
reimpresión de 1990 de Fondo de Cultura Económica de México, cuya traducción estuvo a cargo
de Gabriel Franco. El texto en inglés que se encuentra en algunas secciones fue extraído (cita
textual) de la obra de Duncan K. Foley (1999) “Notes on the Theoretical Foundations of Political
Economy”.
1. Introducción y sentido de la actualidad de Smith.
La clase pasada propusimos una definición de desarrollo como crecimiento del PIB per cápita.
Luego leímos la Introducción y Plan de la obra de “La riqueza de las naciones” de A. Smith.
Para Smith el aumento de la productividad del trabajo es la clave del aumento de la riqueza de
un país (PIB/Trabajadores)*(Trabajadores/Población), entendiendo por tal la provisión anual de
bienes, que se obtienen produciéndolos directamente o por vía del comercio.
También considera que la proporción de trabajadores respecto a la población total es un factor
determinante del aumento de la riqueza, y a su vez vinculado a la acumulación de capital. Pero
la acumulación de capital está relacionada con la distribución del producto y la acción del
Estado. Smith señala que dicha acción puede estar influenciada por intereses económicos
privados y por prejuicios, que debe analizar la teoría económica.
2
La Riqueza de las naciones sigue siendo actual, en su estructura general y en las intuiciones
que plantea. Respecto a la estructura de la obra, puede leerse como una verdadera propuesta
de política económica, no superada hasta el presente. Respecto a las intuiciones, baste tener
en cuenta la hipótesis respecto al proceso de cambio técnico como proceso de aprendizaje
social, antecedente de las nuevas teorías del crecimiento de los años 80 del siglo XX. En éste
sentido, la obra puede leerse como un anticipo de las teorías contemporáneas del crecimiento,
pero también de los enfoques institucionalistas mas recientes.
¿Es coherente la propuesta de Smith respecto a las causas del aumento de la Riqueza de las
Naciones con los actuales desarrollos teóricos referidos al crecimiento? ¿Sigue siendo
pertinente la teoría del desarrollo, o los esbozos generales de una teoría del desarrollo, para
los tiempos actuales? No intentamos responder a estas preguntas, pero si sugerior pistas a
partir de un repaso general del contenido de la obra.
2. La clave del desarrollo es el aumento de la
productividad del trabajo.
En el Libro
Primero analiza
[Primero] “las causas del progreso en las facultades productivas del trabajo, y
[Segundo] del modo como un producto se distribuye naturalmente entre las
diferentes clases del pueblo”.
3. [Primero] La división del trabajo como causa del
progreso.
Comienza en los primeros tres capítulos explicando las causas del progreso en las
facultades productivas del trabajo.
El capítulo I comienza afirmando que: “El progreso más importante en las facultades
productivas del trabajo, y gran parte de la aptitud, destreza y sensatez con que éste se
aplica o dirige, por doquier, parecen ser consecuencia de la división del trabajo”.
Es decir que la división del trabajo es causa principal de la expansión de la
productividad en la realización de los diferentes trabajos de la sociedad.La división del
trabajo es asimismo un sustento de la sociedad, de la vida en sociedad de los
hombres: “El uno provee al otro de lo que necesita, y recíprocamente, con lo cual se
difunde una general abundancia en todos los rangos de la sociedad”. Propone el
ejemplo de la fabricación de alfileres, pero señala que el efecto es similar en todas las
actividades, lo que explica la división del trabajo por ocupaciones.
<Sostiene que la ventaja lograda se debe a tres circunstancias: (1) mayor
destreza, (2) ahorro de tiempo y (3) empleo de maquinaria inventada por los
operarios mismos o por fabricantes especializados o por filósofos>.
3
4. Un principio antropológico. Ahora bien, ¿Cuál es
el principio que motiva la división del trabajo?”
Lo analiza en el Capítulo II que comienza sosteniendo que “Esta división del trabajo, que
tantas ventajas reporta, no es en su origen efecto de la sabiduría humana, que prevé y se
propone alcanzar aquella general opulencia que de él se deriva. Es la consecuencia gradual,
necesaria aunque lenta, de una cierta propensión de la naturaleza humana que no aspira a
una utilidad tan grande: la propensión a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra”.
No se encuentra en los animales, sino que se aprende al constatar los hombres que pueden
obtener lo que quieren “interesando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver que
es ventajoso para ellos hacer lo que se les pide: dame lo que deseo y tendrás lo que
pides…No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el
alimento, sino la consideración de su propio interés”. Reflexión especial merece la siguiente
afirmación: ”Las sociedades aprenden este mecanismo, desde que la tribus de cazadores
o pastores un individuo, pongamos por caso, hace las flechas o los arcos con mayor
presteza y habilidad que los otros”.
5. ¿Existen políticas que favorecen esta división
del trabajo que es tan provechosa para la
sociedad?
En el Capítulo III argumenta que “La división del trabajo se halla limitada por la extensión del
mercado”: “Cuando éste es muy pequeño, nadie se anima a dedicarse por entero a una
ocupación, por falta de capacidad para cambiar el sobrante del producto de su trabajo, en
exceso del propio consumo, por la parte que necesita de los resultados de la labor de otros”.
<Así destaca que numerosas actividades no pueden ejercerse sino en las ciudades, que el
transporte por las vías navegables ensancha el ámbito del mercado (por lo cual los primeros
progresos se registran en la navegación costera o en los ríos navegables, como sabemos
ocurrió en la antigüedad en las costas del Mediterráneo, aunque los primeros progresos
tuvieron lugar en Egipto (riberas del Nilo), en Bengala (el Ganges en la India), y China (que
tiene varios ríos importantes en las provincias orientales), en tanto que África, Tartaria, y
Siberia, y también Baviera, Austria y Hungría quedaron rezagadas>.
6. [Rodeo I] Introducción de la moneda como
equivalente general.
El Capítulo IV analiza “del origen y uso de la moneda”, donde señala que una vez implantada la división
del trabajo el hombre vive en régimen de intercambio. Plantea la tesis que sostiene que las dificultades
del trueque inducen a adoptar un bien económico como dinero (por ejemplo cabezas de ganado, sal,
conchas marinas, bacalao, tabaco, azúcar, cueros y clavos). <En ocasiones se dio preferencia a los
metales por ser duraderos y divisibles, como el hierro, cobre, oro y plata, que se usaban inicialmente en
barras sin cuño ni sello, pero esta forma rudimentaria tropezaba con los inconvenientes de pesarlos y
contrastarlos (ver su calidad). Para ello primero la marca indicaba el grado de pureza, para después, con
la acuñación indicar el peso>. “Es así como la moneda se convirtió en instrumento universal de comercio
en todas las naciones civilizadas, y por su mediación se compran, venden y permutan toda clase de
bienes”.
4
7. [Rodeo II] La teoría del valor.
Al final del Capítulo IV define un problema central en la teoría económica: “Vamos a
examinar cuales son las reglas que observan generalmente los hombres en la
permuta de unos bienes por otros, o cuando los cambian en moneda. Estas
reglas determinan lo que pudiéramos llamar el valor relativo o de cambio de los
bienes”. Comienza precisando las dos acepciones del valor: valor en uso y valor en
cambio. (Las cosas que tienen un gran valor en uso (el agua) tiene escaso valor en
cambio, y las que tienen un gran valor en cambio no lo tienen en uso (diamantes)).
Para profundizar en estos temas dedica los siguientes tres capítulos:
(i)
en el Capítulo V considera “el precio real y nominal de las mercancías, o de su
precio en trabajo y de su precio en moneda”,
(ii)
en el Capítulo VI analiza “los elementos componentes del precio de las
mercancías”. Comienza el capítulo señalando que “En el estado primitivo y rudo de la
sociedad, que precede a la acumulación de capital y a la apropiación de la tierra, la única
circunstancia que puede servir de norma para el cambio recíproco de diferentes objetos
parece ser la proporción entre las distintas clases de trabajo que se necesitan para
adquirirlos. En ese estado de cosas el producto del trabajo pertenece al trabajador, y la cantidad de
trabajo comúnmente empleado en adquirir o producir una mercancía es la única circunstancia que
puede regular la cantidad de trabajo ajeno que con ella se puede adquirir, permutar o disponer. Mas
tan pronto como el capital se acumula en poder de personas determinadas, algunas de ellas
procuran regularmente emplearlo en dar trabajo a gentes laboriosas, suministrándoles materiales y
alimentos, para sacar un provecho de la venta de su producto del valor que el trabajo incorpora a los
materiales….es necesario que se dé algo por razón de las ganancias que corresponden al
empresario, el cual compromete su capital en esa contingencia”. Los beneficios no son
simplemente salarios de inspección y dirección. El obrero comparte con quien lo emplea, y el trabajo
por si solo ya no regula su valor. Cuando toda la tierra se halla en régimen de propiedad privada,
la renta constituye un tercer componente del precio de la mayoría de los artículos”. El precio del
producto anual conjunto se resuelve en salarios, beneficios y renta.
(iii)
en el Capítulo VII analiza por qué discrepan a veces el precio real y el precio de mercado. Comienza
señalando que las tasas ordinarias o promedios de salarios, beneficios y rentas pueden denominarse
tasas naturales, para cuyo pago se vende un artículo a su precio natural. Pero dependiendo de la
demanda efectiva y la oferta el precio de mercado difiere del natural, y allí deben considerarse el
empleo de técnicas secretas, las tierras de buena calidad, los privilegios de algunas empresas
(monopolios). “El precio natural varía con la tasa natural de cada uno de sus componentes:
salarios, beneficios y rentas; éste a su vez, varía en toda sociedad según sus circunstancias,
su riqueza, su pobreza, o su condición progresiva, estacionaria o decadente .En los cuatro
capítulos siguientes investiga las causas de estas variaciones.
8. [Segundo] La teoría de la distribución.
Al final del capítulo VII precisa el esquema que seguirá en los capítulos VIII, IX, X y XI.
(i)
Salarios.
En el Capítulo VIII ”intenta esclarecer cuáles son las circunstancias que
naturalmente determinan la tasa de salarios, y hasta qué punto dichas
circunstancias se ven afectadas por la riqueza o la pobreza, así como el estado
progresivo, estacionario o atrasado de una sociedad.
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Primero señala que “el producto del trabajo constituye la recompensa natural, o
salario del trabajo”, pero “en el estado originario de la sociedad que precede a la
apropiación de la tierra y a la acumulación de capital, el producto integro del trabajo
pertenece al trabajador, no así cuando se da la apropiación de tierra y comienza la
acumulación”.
Segundo, los salarios dependen del convenio entre patronos y obreros, aunque los
patronos llevan ventajas a pesar de que se hable menos de agrupación de patronos
que de obreros.
Tercero: los patronos no pueden situar el salario por debajo del salario de
subsistencia más una cantidad para el sustento de la familia. El máximo se alcanza
cuando existe una demanda creciente de mano de obra, determinada por un
incremento de los capitales destinados al pago de salario. Ejemplos: Norteamérica es
más próspera que Inglaterra, allí el valor de los hijos es un estímulo al matrimonio,
pero los salarios no son altos en un país estacionario por rico que sea, como ocurre
con China, donde la miseria de las clases bajas de la población sobrepasa a las
naciones más pobres de Europa, aunque parece que China no va rezagándose y el
número de sus obreros se mantiene firme. Analiza la situación en Gran Bretaña.
Cuarto: los altos salarios dan lugar a incrementos de la población.
Quinto: el alza de los salarios aumenta los precios. Pero la causa del incremento de
los salarios tiende a disminuir los precios.
(ii)
Beneficios.
En el Capítulo IX analiza la determinación de la tasa de beneficio y como la
afectan las circunstancias mencionadas antes.
Primero. El aumento y disminución de los beneficios depende de las mismas causas
que hacen descender y subir los salarios, o que hacen decadente o progresiva la
riqueza de la sociedad, pero estas causas producen efectos muy distintos en unos y
otros.
Segundo. El aumento de capital propende a disminuir los beneficios, y es difícil
establecer su tasa, aunque puede inferirse de la tasa de interés: va decreciendo en
Inglaterra que se hace más rica, son más bajos en las ciudades donde abunda el
capital, es más alto en Escocia que en Inglaterra, y en Inglaterra que en Francia. En
Holanda, aunque el gobierno es más rico que en Inglaterra, consigue préstamos al 2%,
es decir a intereses bajos En las nuevas colonias, salarios y beneficios son más altos,
y los beneficios pueden ser crecientes aunque la riqueza vaya aumentando. En un país
tan rico como pueda imaginarse tanto salarios y beneficios serían bajos, aunque dicho
país nunca ha existido.
Tercero. El interés aumenta cuando el cumplimiento de los contratos se considera
problemático, y cuando la ley prohíbe recibir intereses.
(iii)
Diferenciales de salarios y beneficios.
En el Capítulo X analiza por qué pueden existir diferencias entre los salarios
nominales en diferentes ocupaciones y los beneficios pecuniarios en
inversiones distintas, que no están tan influenciada por el estado de la
sociedad.
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Primero. Las ventajas y desventajas tienden a compensarse donde existe absoluta
libertad. Hay desigualdades que dimanan de la naturaleza de los empleos. Las
desigualdades reflejan para salarios y beneficios el mayor o menor agrado de la
ocupación. Los salarios varían según lo que cuesta aprender el correspondiente oficio.
Ejemplo: la educación costosa de las profesiones liberales. Los salarios varían con la
constancia de la ocupación y la confianza merecida por el obrero, y varían con la
probabilidad de éxito. Los beneficios varían con la certidumbre del rendimiento, y son
menos inequitativos que los salarios.
Segundo. La política de Europa ocasiona desigualdades por tres
caminos:
* al restringir la competencia privilegiando a algunas corporaciones,
regulaciones intolerables por opresivas, o protegiendo por altas tasas
arancelarias para ciertas mercancías, por lo que se recomienda no dar facilidades
para que se reúnan gentes de la misma profesión, porque las corporaciones
corrompen a quienes trabajan en ellas;
* la política europea estimula la competencia en ciertas actividades: clérigos,
abogados y médicos, profesores.
* obstruye la libre circulación de los trabajadores entre ocupaciones, y a la
circulación de mano de obra y capitales. En Inglaterra la ley de pobres obstaculiza
dicha circulación (ejemplo el estatuto 43 de la reina Elizabeth que ordenó a cada
parroquia asistir a los pobres, y se los controló por residencia).
(iv)
Renta.
En el Capítulo XII analiza las circunstancias que regulan la renta de la tierra.
La renta es el producto excedente sobre lo que es necesario para pagar el beneficio
ordinario del colono. Es, naturalmente, un precio de monopolio. La renta varía con la
localización y la fertilidad, y las buenas carreteras disminuyen las diferencias de rentas.
Se trata de un capítulo extenso, complejo e importante. Las conclusiones principales:
Cualquier mejora en el ambiente que rodea a la sociedad eleva la renta. La extensión
del cultivo y las mejoras la elevan directamente, así como el aumento del precio del
ganado, etc. Los adelantos que reducen el precio de las manufacturas y el aumento en
la cantidad de trabajo útil empleado la elevan indirectamente. Existen tres partes en el
producto y tres clases originarias de la sociedad. El interés de los propietarios de la
tierra se halla inseparablemente ligado con el interés general de la sociedad. Así
ocurre también con el interés de quienes viven del salario, pero no ocurre con quienes
viven del beneficio.
9. La acumulación de capital como factor del
desarrollo.
El Libro Segundo trata “sobre la naturaleza, acumulación y empleo de capital. En
la Introducción al libro dice: “así como la acumulación del capital, según el orden
natural de las cosas, debe preceder a la división del trabajo, de la misma
manera, la subdivisión de éste, solo puede progresar en la medida que el capital
se haya ido acumulando previamente.” La acumulación de capital hace que la
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misma cantidad de trabajo produzca más. Para tratar el tema se ordena en cinco
capítulos.
(i) En el Capítulo I aclara cuáles son los diferentes sectores o ramas en que
se divide el capital de un individuo o el de una gran sociedad.
Primero. <Señala que un hombre no piensa obtener ingresos de un capital
pequeño, pero cuando tiene más de lo suficiente para el consumo inmediato
trata de derivar un ingreso del resto, usándolo como capital circulante
(procurarse, manufacturar o comprar bienes para venderlos con un beneficio),
o como capital fijo (mejorar las tierras o comprar máquinas, instrumentos u
otros bienes que produzcan un ingreso sin tener necesidad de cambiar de
dueño o circular ulteriormente)>.
Segundo. <Proporciones diferentes de capital fijo y circulante son requeridas
en distintas ocupaciones>.
Tercero. El capital de la sociedad se divide en:
(ii)


la porción reservada para el consumo inmediato;
el capital fijo que consta de:
(a) máquinas útiles,
(b) edificios rentables,
(c) mejoras de la tierra, y
(d) “las aptitudes adquiridas y útiles por todos los habitantes o
miembros de la sociedad. La adquisición de dichos talentos,
mediante el estudio y el aprendizaje, implica un gasto real,
destinado a la preparación del sujeto que los adquiere, y viene a
ser un capital fijo, investido en su persona. Así como estos
talentos forman parte del patrimonio del individuo, de igual suerte
integran el patrimonio de la sociedad, a la cual pertenece. La
destreza perfeccionada de un operario se puede considerar bajo
el mismo aspecto que una máquina o instrumento productivo, que
facilita y abrevia el trabajo, y, no obstante ocasionar algunos
gastos, los retorna, acompañados de un beneficio”.

<El capital circulante consta de (a) el dinero; (b) repuesto de
provisiones en poder de los vendedores; (c) los materiales para la
producción de vestidos, mobiliarios y edificios; (d) la obra acabada en
manos del comerciante o industria>.

“En todos aquellos países infortunados cuyos habitantes se ven
continuamente expuestos y sacrificados a la violencia de quienes
ocupan una posición superior, es cosa muy frecuente enterrar y
esconder una gran parte de su fortuna, para tenerla siempre en
condiciones de trasladarse con ella a lugar más seguro, cuando
les amenaza alguno de aquellos desastres a que se consideran
expuestos en todo tiempo”. (Turquía, Indostán, y la mayor parte de
los gobiernos de Asia, en la época de violencia del régimen feudal: el
hallazgo de un tesoro se consideraba una parte de la renta de los
Soberanos, así como el caso de las minas).
En el Capítulo II se explica “la naturaleza y funciones del dinero, considerado
como uno de los ramos del patrimonio general de la sociedad, o como fondo destinado
a los gastos de sostenimiento del capital nacional”. <El dinero se asemeja al capital fijo
puesto que (a) su mantenimiento es parte del ingreso bruto, pero no del neto, (b) el
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dinero mismo no forma parte del ingreso neto; (c) todo ahorro en el costo de
mantenimiento de la suma de dinero constituye una mejora, por ejemplo la
sustitución de oro por papel moneda, que libera metales para importar bienes de
consumo interno, materiales, herramientas y provisiones con las cuales se
mantiene a la gente que trabaja y se la emplea>. Considera el caso de los bancos
escoceses, y la importancia del caso del Banco de Inglaterra establecido en 1694.
“Las operaciones bancarias convierten el capital muerto en capital productivo,
pero hacen que el comercio y la industria tengan menos seguridades. Interesa
tomar precauciones para evitar que la mayor parte del circulante consista en
papel”.
(iii)
En el Capítulo III trata “sobre la acumulación del capital, o del trabajo
productivo e improductivo”.
“PRODUCTIVE AND UNPRODUCTIVE LABOR. In Smith’s way of thinking, the central question
of accumulation has to do with how labor is employed. He distinguishes between
productive labor, that is, workers who produce a vendible, tangible product that can be
added to the stock of the country, and unproductive labor, which consumes part of the
consumption fund but produces no tangible output to add to stock as a result. For example,
the same owner of capital may pay wages to workers in a factory, who spin raw cotton into
thread, and to servants on his estate, who keep up the house, groom the horses, and stand
behind the guests’ chairs at dinner. The factory workers are productive labor in Smith’s
view, because they labor to add to the stock of cotton thread, which is part of the total
assets of society. These total assets grow as a result of their labor. The household servants
are unproductive labor in Smith’s framework, not because they do not work, but because
their work produces nothing to add to the stock of society’s assets. Smith puts this in
another, slightly different way, by pointing out that the owner of capital increases his
capital by employing factory workers, since he recovers their wages and even makes a
profit on the sale of their output, but decreases his capital by employing household
servants, whose wages do not return to him in the form of money. Looking at the matter
from a social point of view, Smith argues that many high-status occupations are in fact
unproductive labor. He says that the King and army represent unproductive labor from the
social point of view, since their efforts, however desirable and even necessary they may be
from a social point of view, represent a net drain on the stocks of society, since the King
and his soldiers do not produce a vendible, tangible product that can add to the social
stock. Lawyers and judges also fall into the unproductive category (as do opera singers and
doctors) for the same reason”.
(iv)
El Capítulo IV trata “del capital prestado con interés”.
(v)
El Capítulo V, trata de “los varios efectos que los diferentes empleos
del capital producen inmediatamente, tanto en la actividad económica
del país como en el producto anual de la tierra y del trabajo de la
nación”.
10. Comparación de procesos de desarrollo como
objeto de la teoría del desarrollo.
El Libro Tercero trata de “los diferentes progresos de la opulencia en distintas
naciones”, y se conforma con los siguientes capítulos.
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Capítulo I: “Del progreso natural de la opulencia”.
Capítulo II “Sobre la decadencia de la agricultura en la antigua situación de Europa
después de la caída del Imperio Romano”.
Capítulo III: “De la fundación y progreso de las ciudades después de la ruina del
Imperio Romano”.
Capítulo IV: “De cómo el comercio de las ciudades contribuyó al progreso de los
distritos rurales”.
11. Sobre la teoría económica en el proceso de
desarrollo.
El Libro
Cuarto trata “De los sistemas de economía política”.
Señala en la Introducción:
“La economía política, considerada como uno de los ramos del
legislador o del estadista, se propone dos objetos distintos: el
primero, suministrar al pueblo un abundante ingreso o subsistencia o,
hablando con más propiedad, habilitar a sus individuos y ponerlos en
condiciones de lograr por si mismos ambas cosas; el segundo,
proveer al Estado o República de rentas suficientes para los servicios
públicos. Procura realizar, pues, ambos fines, o sea enriquecer al
soberano y al pueblo. Los diferentes progresos que en punto a
opulencia se han hecho durante varios siglos y en distintas naciones
dieron origen a dos sistemas de economía política, dirigidos a
enriquecer a los pueblos: el uno puede llamarse sistema mercantil; el
otro sistema agrícola….”
12. Sobre la política económica para favorecer el
proceso de desarrollo.
El Libro Quinto trata “De los ingresos del Soberano o de la Republica”. Lo
integran los siguientes capítulos.
Capítulo I refiere a los gastos (Defensa, Justicia, Obras Públicas e
instituciones públicas (las que facilitan el comercio de la sociedad, las que son
necesarias para facilitar ciertas ramas del comercio, los gastos de instituciones
dedicadas a la educación de la juventud, para la instrucción de gentes de
todas las edades), gastos para sostener la Dignidad del Soberano. Presenta
conclusiones en las páginas 716 a 718.
Capítulo II trata “sobre las fuentes de donde proceden los ingresos públicos y
generales de la sociedad”. Los divide en aquellas fuentes que pertenecen
particularmente al Soberano o a la República, los impuestos (Renta de la tierra,
sobre las utilidades procedentes del capital, sobre el valor patrimonial de la tierra,
las casas y los capitales, sobre los salarios del trabajo, impuestos en los cuales se
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procura que su exacción recaiga indiferentemente sobre cualquier especie de
renta).
Capítulo III trata “de las deudas públicas”.
“Smith approaches the problem of economic policy through a consideration of the national
balance sheet. In outline, the national balance sheet looks like this:
National Balance Sheet.
Assets (activos)
Liabilities(pasivos).
Gold (oro)
Debts owed to other nations;
Consumption Fund;
Circulating Capital;
Fixed Capital
National Net Worth
The mercantilist writers of the late seventeenth and early eighteenth century tended to
focus entirely on the quantity of gold in the country, and shaped their policy
recommendations in order to maximize the amount of gold. For example, the mercantilists
favored restrictions on imports, to prevent gold leaving the country, and subsidies to
exports, since exports brought gold into the country. Smith criticizes the mercantilists on
the ground that the real measure of national wealth is the national net worth, not just
the gold stock. In focusing their attention purely on the gold stock the mercantilists make
two serious errors, according to Smith. First, mercantilists support measures that
increase the gold stock but diminish the national net worth. For example, policies that
induce citizens to sell assets to foreigners for gold below their market prices might increase
the gold stock, but decrease the national net worth because the real value of the gold
gained is smaller than the value of the assets given up. But this is precisely what an export
subsidy scheme amounts to, in Smith’s view: the subsidy induces citizens to sell assets
(commodities produced within the country) to foreigners at a loss, that is, effectively at
prices lower than the world market price. Similarly, a tariff on imports prevents citizens
from exchanging gold for commodities that might be worth more than the gold given up.
Second, Smith argues that the mercantilists are misguided in their claim that the
economic strength of a nation is determined by its stock of gold, rather than by its
national net worth. Smith argues that what matters to a country is the real development
of its productive resources, people, land and capital, rather than its cash money holdings. A
country with a large and well-developed productive base will in the end have more
resources to pursue its policy goals through diplomatic and military means. Smith, in fact,
recommends that the nation is best off with the smallest gold stock it can manage, since
holding gold diverts capital from productive enterprises than turn a profit. Smith’s
discussion of the national economic interest is in many ways the most influential aspect of
his book, and continues to be the basis of the modern consensus of political economy in
Anglo-Saxon countries at least. Nineteenth century Britain became almost a laboratory
model of Smith’s political economic conception, as it developed the first and at the time
the largest modern industrial economy on the basis of free trade and the policy of holding
an extremely small reserve of gold. The issues Smith raises in his discussion of the
national balance sheet remain timely and relevant. The fallacies with which he charges
the mercantilists continually crop up in political debate in one form or another. For
example, during the last twenty years politicians of both parties in the United States
have tended to focus their attention disproportionately on the Federal deficit and stock
of debt, neglecting the impact of their policies on the Federal net worth (and its impact
on the national net worth). This has led to policies that are highly questionable
economically, such as allowing the cutting of trees in Federal forests at below market
prices. As the trees are turned into money, the Federal deficit appears lower, but the
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Federal net worth may decline because the loss of the natural resource assets is larger
than the gain to the deficit”.
(II)
La Actualidad de David Ricardo del
valle (1772-1823)
Las notas presentan una guía de lectura de “Principios de Economía Política y de Tributación”
(1817), Las citas del texto de Ricardo aparecen entre comillas (“). La Edición que seguimos es la
segunda de 1941 (la primera de 1937) de Editorial Claridad de Buenos Aires, cuya traducción
estuvo a cargo del Dr. Enrique Pepe. El texto en inglés es cita textual de la obra de Duncan K.
Foley (1999), “Notes on the Theoretical Foundations of Political Economy”.
13. El objetivo de D. Ricardo: revisar la teoría
económica disponible en su momento y realizar
recomendaciones de política.
“Determinar las leyes que regulan la distribución es el problema principal de la
Economía Política”. “Estas proporciones varían en las diferentes etapas de la
sociedad, dependiendo principalmente de la fertilidad actual del suelo, de la
acumulación de capital y de población, y la destreza, ingeniosidad e instrumentos
empleados en la agricultura”.
14. La teoría del valor y la distribución.
(i)
Capítulo XX: “Valor y riqueza: sus propiedades distintivas”.
Primero. Propone definición de riqueza de A.Smith “Un hombre
es rico o pobre según el grado en que pueda proporcionarse el goce
de cosas necesarias, convenientes y agradables para la vida
humana”. La riqueza (que depende de la abundancia) difiere del
valor (que depende de la facultad o dificultad de producción a partir
de la adopción de la teoría del valor trabajo).
Segundo. ¿Cómo puede aumentar la riqueza? De dos modos:
(a) moderando el consumo de objetos de lujo para emplear
esos ahorros en producción.
(b) o puede aumentarse la productividad, mediante:
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*invento de la maquinaria,
*progreso de la aptitud (del trabajo),
*mejor distribución del trabajo,
*descubrimiento de nuevos mercados donde
pueden obtenerse cambios más ventajosos.
Tercero. La clave es la acumulación de capital.
(ii)
La teoría del valor trabajo de Ricardo (Capítulo I).
Sección primera: “El valor de un producto, o la cantidad de
cualquier otro producto por el cual se cambiará, depende de la
relativa cantidad de trabajo necesaria para su producción y no
de la mayor o menor compensación que se paga por ese trabajo”.
Sección segunda: “El trabajo de diferentes calidades,
distintamente remunerado no es esto causa de la variación en
el valor relativo de los productos”. “It is possible to establish at least a
rough equivalence between different types and qualities of labor across
industries: a unit of standard labor to which all specific forms of labor can be
reduced”.
Sección tercera: “No solo el trabajo aplicado inmediatamente a los
productos afecta el valor de éstos, sino también el trabajo empleado
en los utensilios, herramientas y edificios de que tal trabajo se sirve”.
Sección cuarta: “El principio de que la cantidad de trabajo
empleada en la producción de los artículos, regula su valor
relativo, es modificado considerablemente por el empleo de la
maquinaria y otras formas de capital fijo y variable”. Sección
quinta: “El principio de que el valor no varía con el alza a la baja de los salarios, es
modificado también por la duración desigual del capital, y por la desigual rapidez
con que vuelve a quien lo emplea”. Suponga que un trabajador a tiempo completo
puede producir en un año 1 tonelada de acero o 25 kg de maíz. Si aceptamos la
teoría del valor trabajo, 1 tonelada de acero debe valer lo mismo que 2500 kg de
maíz. Si el precio de 25 kg de maíz es de U$S2, el precio de la tonelada de acero
debería ser de U$S200. Supongamos que el salario es de U$S100 anuales. Cada
trabajador produce U$S200 al año, de los cuales U$S100 recibe como salario,
quedando un beneficio de U$S100. Pero supongamos que cada trabajador del
acero se encuentra equipado con un stock de capital valuado en U$S2000, y en el
caso del maíz la dotación de capital por trabajador es de U$S500. La tasa de
beneficio en la industria del acero, por trabajador, será de 5% (100/2000), y en la
del maíz 20% (100/500). Si los precios son proporcionales al trabajo incorporado,
pero el capital no es proporcional a dicho trabajo la TVT predice diferentes tasas de
beneficio!. Ricardo acepta la propuesta de Smith de fluidez de capitales y establece
los precios que permiten obtener la igualdad de tasas. Busca una solución al
problema y demuestra que “in a competitive market with free entry that
equalization of profit rates will make price ratios deviate from embodied labor
ratios, the 93% labor theory of value. His conclusions will hold at least to the
extent that variations in capital invested per worker across industries are small”.
Sección sexta: “Sobre una medida invariable del valor”: “one
commodity which was always produced with the average amount of capital per
worker, the value of that commodity would be unambiguously determined by the
13
amount of labor required to produce it, and its value would be independent of the
wage. He called this commodity the invariable standard of value”.
Sección séptima: “Diferentes efectos de la alteración en el valor
del dinero, el medio en que se expresan siempre los precios, o
de la alteración en el valor de los productos que con el dinero
se compran”. Ricardo’s Correction of Smith. “Ricardo criticizes this
labor-commanded, Smith’s adding-up theory of value on the grounds of
circularity, particularly involving rent.
Ricardo assumes that labor and capital are freely movable among different sectors
of the economy, thus a correct analysis of the determination of the wage and the
profit rate in the agricultural sector will also determine the wage and the profit
rate in the economy as a whole. This insight allows Ricardo to reduce the
problem of his theory of distribution to understanding the determinants of
wages and profits in agriculture”.
(iii)
El Capítulo II trata el tema de la renta.
Primero: ¿La apropiación de la tierra y la consiguiente creación de
renta ocasionan una variación en el valor relativo de las mercancías
independientemente de la cantidad de trabajo necesaria para su
producción? NO.
Segundo: “Renta es aquella parte del producto de la tierra que
se paga al propietario por el uso de las fuerzas originales e
indestructibles del suelo”.
Tercero: Explicación del proceso de generación de rentas vía
margen extensivo e intensivo.
Ver gráfica presentada en clase e incluida en selección de lecturas. “The horizontal axis
measures the land in cultivation (plots of land, each plot of land can employ 1
worker, the distance from the origin to a point along the horizontal axis also
measures the number of agricultural workers employed on land up to a given
level of fertility) ordered by fertility. The vertical axis measures the fertility of the land
(output of corn per plot of land). The marginal product of labor schedule shows
the declining output per worker at the margin as less fertile land is brought into
cultivation. It is actually made up of a whole lot of very thin rectangles, but it is
drawn as a straight line. Three of the rectangles are shown on a larger scale. The
downward slope of the marginal product schedule reflects diminishing returns to
labor and capital as a result of the limited availability of fertile land.
The output of the plot of land less the wage of the worker cultivating it is
sometimes called the surplus product, since it is what is left over after the full
costs of production, including the reproduction of the labor force, are deducted.
What determines the division of this surplus product between profit and rent?
This is Ricardo’s theory of differential rent. The rent is “differential” because it
depends on the relative fertility of the landowners plot to the marginal plot of
land. The marginal land in cultivation in theory gets zero rent. This is an
abstraction, of course, since in reality the landowner would demand a very low
nominal rent to pay for the costs of making the rental contract. But in economic
14
terms the principle that marginal resources command no rents is a central
analytical idea. Ricardo’s theory of rent implies that as the population expands
and the agricultural margin moves to the right, bringing less fertile land into
cultivation, the rent of the already-cultivated land will rise.
Ricardo’s theory of rent is important:
a) because it gives us a correct insight into one of the basic mechanisms
determining incomes in a market economy.
b) in the pricing of all natural resources, such as mineral resources,
hydropower, and petroleum reserves. Economic rents, however, arise
whenever the owner of a resource is in a position to collect a higher
price for its use than it costs her. In the case of land the cost is zero.
c) The high incomes of movie and sports stars are economic rents in this
sense, and thus subject to Ricardo’s principles.
d) As we will see later, contemporary neoclassical value theory is based on
the idea of applying Ricardo’s theory of rent to all factors of
production, including labor and capital”.
(iv)
El Capítulo V trata “sobre los salarios”.
“The Natural Wage. Ricardo adopts Malthus’ analysis of population and
wages, arguing that the dynamics of mortality and fertility determine an
equilibrium level of the corn wage at which the population will be stable. This
equilibrium corn wage becomes the natural wage for Ricardo. He assumes it to be
a given characteristic of an economy, though different countries may, because of
differences in customs and culture have different levels of the natural wage, and
to change very slowly over time in any given country. Ricardo assumes that the
wages advanced to agricultural workers account for the lion’s share of the capital
per worker, abstracting from workers’ tools and seed. The given level of the corn
wage then also determines the amount of capital required to employ a worker.
Workers and capital are applied together in fixed proportions to the land”.
Aquí podemos considerar el Capítulo XXXI “Sobre la maquinaria”.
a)
b)
c)
“Ricardo asks himself whether the invention and adoption of machinery
benefits each of the classes of society.
What about workers? Originally, Ricardo believed that workers as a
class must also benefit from the adoption of machinery, and the
consequent cheapening of wage goods, but he realizes that this depends
on a crucial assumption, that the total amount of capital devoted to the
wage fund that supports workers remains at the same size. If this
assumption holds, then employment will not fall. But the mechanized
techniques are expensive for capitalists to put in place.
Ricardo’s second thought concerns the possibility that in order to buy
expensive machines capitalists will reduce the wage fund itself, thus
reducing employment of the working class and impoverishing marginal
workers. Thus the actual course of employment depends on the exact
balance between the forces of accumulation on the one hand, which
tend to increase the wage fund and increase the demand for labor, and
technological unemployment, on the other, which tends to destroy jobs
and make workers redundant”.
15
(v)
El Capítulo VI trata “De los beneficios”.
“Accumulation, the Falling Rate of Profit, and the Stationary State.
Ricardo uses his embodied-labor theory of value as the foundation of an
extraordinary analysis of the dynamics of capital accumulation. The idea is that
the labor theory of value determines the whole value of the commodity (on
average over the whole society), which then is divided up between wages, profits
and rent according to the theory of distribution. Ricardo then makes the simple
and plausible assumption that workers spend all their wages as a class on wage
goods to reproduce themselves, while landowners spend all their rents on luxury
goods, but that capitalists save a large part of their profit as the source of saving
and capital accumulation. Thus as long as the profit rate is positive, capital
accumulation will increase the stock of capital, the demand for labor, and the
population. This self-sustaining growth process will come to a halt only when the
pressure of population on land raises food prices so high that profits become zero,
the stationary state.
Marginal Land and the Profit Rate. Ricardo’s extraordinary insight is that
because the marginal land yields no rent, the surplus product on the marginal land
determines the profit rate in the whole economy. Remember that Ricardo, like
Smith, believes that competition among capitals will tend to equalize profit rates
in different sectors of the economy. The profit rate of capital invested on marginal
land will, then, tend to be equal to the profit rates on other land (as a result of
differential rent) and to profit rates in all sectors of industrial production. Since
the size of the population determines the marginal land in cultivation, the profit
rate in the economy as a whole has to adapt. We can summarize Ricardo’s theory
of distribution, in the following terms. Malthus’ laws of fertility and mortality
establish the long-run natural real wage in a country. The population may expand
or contract as a result of changes in the amount of capital available to employ
workers, but the workers themselves find their standard of living always returning
to the same level. Given the population of the country, the fertility of its land
determines how much of the land has to be brought into cultivation to provide
the necessary food, and as a consequence the fertility of the marginal land. The
surplus product of workers on the marginal land takes the form of profit, and
determines the profit rate. All workers share basically the same standard of living,
and all capitalist share the same rate of profit on their capital. The surplus product
on land more fertile than the marginal land takes the form of rent”.
Capítulo XX. Riqueza y valor: La importancia de la acumulación.
“Neoclassical economists reject the class divisions Ricardo and Smith took for
granted, and attribute all private saving ultimately to “households,” but this
category includes both the wealthiest capitalists and the poorest workers. Ricardo
falls into line with the image of the abstemious capitalist, who works to make
money without stint, and hardly spends anything on himself. The total profits of
the society, measured in corn, are represented in Figure 1 by the rectangle lying
above the natural wage, and bounded by the extensive margin of land. If all these
profits are accumulated, in the next year there will be a larger demand for labor
and the population and agricultural labor force will increase, moving the extensive
margin to the right in the diagram. This is the basic dynamic of capital
accumulation according to Ricardo’s thinking. A little work with the diagram
shows that the effect of capital accumulation is to increase the population, food
output, and agricultural labor force, to increase total rents, but to lower the rate
16
of profit as the surplus on the marginal land declines due to diminishing returns.
The total amount of profit may increase in the early stages of capital
accumulation, because the amount of capital is rising faster than the profit rate is
declining, but eventually the amount of profit has to decline as well. If the
diagonal line representing the marginal product of labor and capital, that is, the
schedule of fertilities of the plots of land, remains unchanged, the profit rate and
the amount of profit have to approach zero.
The Stationary State. The population becomes so large that the marginal land
is just fertile enough to pay the natural wage and yields no surplus product at all,
and therefore no profit. There is, of course, a very large total surplus of corn,
represented by the triangle above the natural wage, but in the stationary state it
all takes the form of rent, which, according to Ricardo’s assumptions will be
consumed, not accumulated. In the stationary state capital invested can be
recovered, but without the increment of profit. There is a very large population
living at the subsistence (or natural wage) standard of living, and regulated by the
Malthusian mechanisms of high fertility and high mortality. The capitalists as a
class have to struggle competitively as hard as they can simply to maintain their
capitals intact; they find they have no profits to reinvest to expand production.
Looked at from another point of view, Ricardo’s stationary state represents the
imposition of resource limits to growth. At the stationary state the population
has grown to its maximum level, given the capacity of limited land to provide
food. The limits to growth in Ricardo’s world come from diminishing returns to
capital accumulation, and take the form of inexorably rising rents, which eat away
profits. If we look at the system in terms of money and money prices, the profit
rate is eaten away by inexorably rising money wages, required to allow workers to
subsist in the face of constantly rising food prices”.
15. Temas de política económica. Los impuestos,
el libre comercio y las finanzas.
(i) El tema de los impuestos.
(ii) El tema del comercio exterior es abordado en los siguientes capítulos.
(a) Capítulo VII “Del comercio exterior”,
“Comparative Advantage and Trade. England requires 100 hours of standard
labor to produce paño (a bolt of cloth) and 120 hours of labor to produce a barrel of wine,
while in Portugal it takes only 90 hours of standard labor to produce a bolt of cloth and 80
hours to produce a barrel of wine. In labor terms, Portugal has an absolute advantage.
This analysis shows that Ricardo believed that the labor theory of value holds within each
country, but not between countries, presumably because capital and labor are not free to
move from one country to another (…) The theory of comparative advantage has been
both extremely influential and extremely controversial. It is a major analytical support
for the policy of world free trade which became the dogma of nineteenth century
Britain, and has been politically dominant in the U.S. since the Second World War.
17
It has also been challenged in important ways. Ricardo is not very explicit about the
source of comparative advantage. The example he chooses suggests that comparative
advantage is rooted in geographical and climatological differences, that is, in exogenous
differences in the natural resource endowments of different countries. But in the modern
world a huge amount of trade takes place between countries that have very similar
resource endowments, suggesting that the widening division of labor itself is a cause of
endogenous comparative advantage. If comparative advantage is economically
endogenous, it might be possible to influence the development of trade patterns
dynamically through economic policy.
Foreign Trade and Technical Change. Two forces that might delay the stationary
state and allow capital accumulation to continue: foreign trade and technological
progress. Ricardo is all in favor of technical progress, since he thinks capital accumulation
is the fundamentally dynamic force in European society, and dreads the arrival of the
stationary state, but he has no hope that technical change can put off the stationary state
forever.
Ricardo and his followers used this argument very effectively in support of their free
trade politics in nineteenth century Britain. (Muestra la) Effective political dominance in
Britain from the landowning aristocracy to the rising capitalist class".
(iii)
Las finanzas. (a) Capítulo XXVII “Sobre el dinero y los bancos”.
16. History and Ricardo’s Vision
“(1) Ricardo established the paradigm for later economic reasoning and model-building (método de
deducción y abstracción)
(2) Ricardo’s liberal political economy
(3) Ricardo’s analysis of rent and comparative advantage are the foundation of the contemporary
neoclassical school of economics,
(4) and his discussion of the labor theory of value is the starting point of Karl Marx’s critique of
political economy and the capitalist system.
(5) the emergence of a small but vigorous neo-Ricardian school of economics dedicated to
completing the analytical framework Ricardo created”. (Ricardo – Sraffa – Pasinetti.)
(6) How has history treated Ricardo’s predictions? In the almost two hundred years since Ricardo
wrote, the two offsetting forces he analyzed, foreign trade and technical change, have clearly
played the dominant role in the world economy. Our contemporary anxieties about resource and
environmental limits to economic growth ultimately stem from the same belief in diminishing
returns: we worry more, however, about the environmental catastrophes and costs that might
bring economic growth to a halt, than about rising rents. Ricardo’s analysis also gives us a rigorous
answer to the puzzle raised by Smith’s claim that the profit rate in the economy as a whole tends to
fall with the accumulation of capital. It is not at all clear that humanity has exhausted the
possibilities of increased utilization of agricultural land. The process of technical change, which
Ricardo saw as a welcome but unpredictable relief from the pressure of diminishing returns, has if
anything gained momentum over the past two hundred years. How do we know that diminishing
18
returns in the form of environmental decay or collapse or the exhaustion of natural resources will
not eventually wear down our ingenuity and our pioneering spirit? The demographers’
prediction that human population will stabilize over the next seventy to a hundred years at
somewhere between fifteen and thirty billion people surely fits at least part of the picture of the
stationary state. But a stationary population could coexist with a technologically progressive
economy and a rising standard of living, or sink back into the Malthusian equilibrium at a bare
subsistence level. Looking at the world right now one can see signs consistent with either path”.
(III)
La Actualidad de Karl marx (1818-1883):
(el caso Irlanda).
17. Una opinión sobre la actualidad del marxismo.
Prólogo del libro de J. Gouverneur “Los fundamentos de la economía
capitalista”, http://www.i6doc.com
“Antes de abordar la exposición de la teoría económica marxista, yo quisiera enfrentar una objeción
corriente: ¿Qué interés puede presentar aún el marxismo –en particular la teoría económica
marxista- después de la convulsión política observada en los países de Europa del Este desde
1989? ¿Acaso el retorno de esos países a la economía de mercado no demuestra claramente el
fracaso del marxismo? Estas preguntas hacen necesario distinguir al menos tres aspectos del
marxismo y esclarecer tres malentendidos comunes.
-
El primer aspecto es bien conocido: el marxismo es un proyecto político cuyo fin es el
derrocamiento del capitalismo y la construcción de una sociedad socialista.Este principio general
tiene implicaciones políticas que son menos conocidas. Después del derrocamiento del régimen
capitalista, la realización del proyecto marxista requeriría que se produjese una continua
evolución social con múltiples facetas complementarias. A nivel político debería reforzarse un
poder popular capaz de resistir la presión de las antiguas clases dominantes y de las nuevas
elites tecnocráticas y burocráticas; a nivel económico, los trabajadores deberían tener un papel
19
creciente y efectivo en la planificación de la producción social y en la dirección de las empresas;
a nivel ideológico debería realizarse una “revolución cultural” cuyo propósito sería desarrollar los
principios y la práctica de la participación y creatividad de los trabajadores, del poder popular,
etc.
En la ex URSS y sus países satélites, los líderes políticos que se sucedieron en el poder desde
los años sesenta, prácticamente perdieron de vista esta compleja y prolongada revolución de
largo alcance. Su principal objetivo era muy distinto: modernizar la economía y la sociedad
y alcanzar el nivel de desarrollo de los países capitalistas avanzados. Por esta razón se
produjeron significativas distorsiones en relación con el proyecto marxista original. Así, el
derrocamiento del gobierno parlamentario burgués no desembocó en la construcción de
una verdadera democracia: la nacionalización de las empresas no fue seguida por una
participación de los trabajadores, ni por formas de progreso técnico que permitieran dicha
participación; y los principios de la ideología socialista fueron más proclamados que
puestos en práctica.
Las recientes convulsiones en Europa del Este tuvieron lugar en ese contexto de una revolución
abortada (que también había sufrido fracasos económicos). Algunos estratos sociales,
respaldados por la burguesía mundial, comprendieron que un retorno de las prácticas
capitalistas y de mercado – en todos los niveles - en realidad era el mejor e incluso el único
camino para proseguir el proceso de modernización, a su vez este camino favorecía sus propios
intereses de clase. Sin embargo, este retorno al capitalismo no significa el fracaso del proyecto
marxista. Representa más bien el fracaso de un proyecto pseudo socialista de modernización
implementado por elites que invocaban el marxismo con el fin de justificar sus políticas frente al
pueblo.
-
Segundo aspecto, el marxismo también es una teoría científica de la historia, conocida
como el “materialismo histórico”. Esta teoría busca comprender la dinámica interna de cada
tipo de sociedad o de una sociedad específica (por ejemplo la dinámica del capitalismo en
general o en un país particular), así como la transición de un tipo de sociedad a otra (por
ejemplo la transición del capitalismo al socialismo en un país dado).
La búsqueda de una comprensión científica de la historia ha dado lugar a dos tesis
confrontadas que invocan, ambas, la autoridad de Marx. La primera puede denominarse la
tesis mecánica o lineal. Sostiene que el motor de la historia se encuentra, fundamentalmente,
en el desarrollo de las fuerzas productivas, en el progreso del conocimiento y de las técnicas.
Este desarrollo se lleva a cabo de una forma continua y practicamente autónoma: es el progreso
científico y técnico el que impulsa la evolución social más que cualquier otro factor. Esta tesis
explica la transición de un tipo de sociedad a otra a través de una progresión aparentemente
necesaria: esclavitud, feudalismo, capitalismo, socialismo, comunismo. La segunda tesis, que
corresponde mejor al pensamiento de Marx como un todo, puede denominarse la tesis
dialéctica. Sostiene que el motor de la historia se encuentra, esencialmente, en la lucha de
clases, en los incesantes conflictos entre los grupos sociales cuyos intereses son opuestos: son
estas luchas sociales las que dan forma a la evolución social (incluyendo en gran medida dentro
de esa evolución a las mismas fuerzas productivas); y son estas luchas las que explican el éxito
o fracaso en la transición de un tipo de sociedad a otra.
El retorno del capitalismo en los países del Este invalida claramente la tesis mecánica y lineal.
Pero a su vez confirma la tesis dialéctica centrada en la lucha de clases: ese retono expresa la
derrota de las fuerzas populares y el triunfo de las minorías apoyadas por la burguesía mundial.
Es indudable que el análisis de la evolución en los países del Este en las últimas décadas
enriquecerá la teoría marxista de la historia - en este caso la transición entre el capitalismo y el
socialismo, - haciendo resaltar la importancia de la lucha de clases con posterioridad al
derrocamiento del capitalismo.
-
El tercer aspecto, que es relevante para el contenido de este libro, es la teoría económica
marxista. En realidad, esta es una parte integral de la teoría marxista de la historia: su
propósito es la comprensión de la estructura y dinámica del sistema económico capitalista, que
constituye el ámbito privilegiado por Marx y sus sucesores. Contraria a la opinión corriente, la
teoría económica marxista no es, de ningún modo, una teoría del socialismo o de las economías
planificadas: es más bien un estudio científico de la economía capitalista, tal y como lo señala
claramente el título de la obra maestra de Marx El Capital.
20
Por tanto, el retorno de los países del Este al capitalismo no invalida de ningún modo la
teoría económica marxista, ni tampoco la confirma. Este hecho simplemente conlleva a
ampliar el campo geográfico de aplicación de la teoría económica marxista: los análisis de
El Capital son de nuevo pertinentes para estudiar, también, la realidad actual de esos
países.
Jacques Gouverneur, 5 de mayo de 2004”.
18. Marx cuenta su historia en el “Prólogo de La
Contribución a la Crítica de la Economía Política” [1].
(….), me parecen oportunas aquí algunas referencias acerca de la trayectoria
de mis estudios de Economía Política.
-
Mis estudios profesionales eran los de Jurisprudencia, de la que, sin
embargo, sólo me preocupé como disciplina secundaria, al lado de la
Filosofía y la Historia.
-
En 1842-43, siendo redactor de la "Rheinische Zeitung" [3], me vi por vez
primera en el trance difícil de tener que opinar acerca de los llamados
intereses materiales. (….) los debates sobre la tala furtiva y la parcelación de la
propiedad del suelo, la polémica oficial (….) acerca de la situación de los
campesinos del Mosela, y, finalmente, los debates sobre el libre cambio y el
proteccionismo, fue lo que me movió a ocuparme por vez primera de cuestiones
económicas.
-
Por otra parte, en aquellos tiempos en que el buen deseo de «marchar adelante»
superaba con mucho el conocimiento de la materia, la "Rheinische Zeitung"
dejaba traslucir un eco del socialismo y del comunismo francés, teñido de un
tenue matiz filosófico. Yo me declaré en contra de aquellas chapucerías, pero
confesando al mismo tiempo redondamente, en una controversia con la
"Allgemeine Zeitung" de Augsburgo [4], que mis estudios hasta entonces no me
permitían aventurar ningún juicio acerca del contenido propiamente dicho de las
tendencias francesas. (….)
-
Mi primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue
una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya
introducción vio la luz en 1844 en los "Deutsch-Französische Jahrbücher" [5], que
se publicaban en París. Mi investigación desembocaba en el resultado de que,
tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden
comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu
humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de
vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y
franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de «sociedad civil», y que la
anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política.
-
En Bruselas, a donde me trasladé en virtud de una orden de destierro dictada por
el señor Guizot, hube de proseguir mis estudios de Economía Política,
comenzados en París.
-
El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo
conductor a mis estudios, puede resumirse así:
21
en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas
relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de
producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de
sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real
sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que
corresponden determinadas formas de conciencia social.
El modo de
producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social,
política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina
su conciencia.
Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas
productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las
relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la
expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí.De formas de desarrollo de las
fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y
se abre así una época de revolución social.
Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos
rápidamente,toda la inmensa superestructura erigida sobre ella.Cuando
se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los
cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de
producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las
ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas
o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres
adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.
Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que
él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de
revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que
explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material,
por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las
relaciones de producción.Ninguna formación social desaparece antes de
que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de
ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción
antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan
madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la
humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede
alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos
objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están
gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes
rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la
formación económica de la sociedad,el modo de producción asiático, el
antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de
producción son la última forma antagónica del proceso social de
producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual,
sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de
vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan
en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las
condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta
formación social se cierra, por tanto, la prehistoria de la sociedad
humana.
-
Federico Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de
ideas desde la publicación de su genial bosquejo sobre la crítica de las categorías
22
económicas (…), había llegado por distinto camino (véase su libro "La
situación de la clase obrera en Inglaterra") al mismo resultado que yo.
-
Y cuando, en la primavera de 1845, se estableció también en Bruselas,
acordamos contrastar conjuntamente nuestro punto de vista con el
ideológico de la filosofía alemana; en realidad liquidar cuentas con nuestra
conciencia filosófica anterior. El propósito fue realizado bajo la forma de una crítica
de la filosofía posthegeliana [*].
-
Entre los trabajos dispersos en que por aquel entonces expusimos al público
nuestras ideas, bajo unos u otros aspectos, sólo citaré el "Manifiesto del Partido
Comunista" redactado por Engels y por mí, y un "Discurso sobre el librecambio",
que yo publiqué.
-
Los puntos decisivos de nuestra concepción fueron expuestos por vez
primera, científicamente, aunque sólo en forma polémica, en la obra "Miseria
de la Filosofía", etc., publicada por mí en 1847 y dirigida contra Proudhon.
-
La publicación de un estudio escrito en alemán sobre el Trabajo asalariado, en
el que recogía las conferencias que había dado acerca de este tema en la
Asociación Obrera Alemana de Bruselas [6],fue interrumpida por la revolución
de febrero, que trajo como consecuencia mi abandono forzoso de Bélgica.
-
La publicación de la "Neue Rheinische Zeitung" [7] (1848-1849) y los
acontecimientos posteriores interrumpieron mis estudios económicos, que no
pude reanudar hasta 1850, en Londres. Los inmensos materiales para la historia
de la Economía Política acumulados en el British Museum, la posición tan
favorable que brinda Londres para la observación de la sociedad burguesa, y,
finalmente, la nueva fase de desarrollo en que parecía entrar ésta con el
descubrimiento del oro de California y de Australia, me impulsaron a volver a
empezar desde el principio, abriéndome paso, de un modo crítico, a través de los
nuevos materiales.
-
Estos estudios me llevaban, a veces, por sí mismos, a campos aparentemente
alejados y en los que tenía que detenerme durante más o menos tiempo. Pero lo
que sobre todo me mermaba el tiempo de que disponía era la necesidad
imperiosa de trabajar para vivir. (…). Sin embargo, los artículos sobre los
acontecimientos económicos más salientes de Inglaterra y el continente
formaban una parte tan importante de mi colaboración, que esto me obligaba
a familiarizarme con una serie de detalles de carácter práctico situados fuera
de la órbita de la ciencia propiamente económica.
Este esbozo sobre la trayectoria de mis estudios en el campo de la Economía
Política tiende simplemente a demostrar que mis ideas, cualquiera que sea el
juicio que merezcan y por mucho que choquen con los prejuicios interesados
de las clases dominantes, son el fruto de largos años de concienzuda
investigación. Y a la puerta de la ciencia, como a la del infierno, debiera
estamparse esta consigna:
Qui si convien lasciare ogni sospetto;
Ogni viltà convien che qui sia morta [**].
Déjese aquí cuanto sea recelo;
Mátese aquí cuanto sea vileza.
23
Carlos Marx. Londres, enero de 1859. (Publicado por primera vez en el libro: "Zur
Kritik der politischen Oekonomie von Karl Marx". Erstes Heft, Berlin, 1859. Se
publica de acuerdo con el texto del libro. Traducido del alemán.)
NOTAS:
[1] Nada más salir el primer fascículo, Marx se dispuso a publicar el segundo, en el que
debían reflejarse los problemas del capital. Sin embargo, las investigaciones del problema le
impulsaron a modificar el plan inicial de publicar una obra grande. En vez del segundo
fascículo y los sucesivos, preparó "El Capital", en el que incluyó las tesis fundamentales, tras
de volver a redactarlas, del libro "Contribución a la crítica de la Economía Política".
[3] "Rheinische Zeitung für Politik, Handel und Gewerbe" ("Periódico del Rin sobre política,
comercio e industria"): diario que aparecía en Colonia desde el 1 de enero de 1842 hasta el
31 de marzo de 1843. A partir de abril de 1842 colaboró en este periódico Marx, y desde
octubre del mismo año fue uno de sus redactores.
[4] "Allgemeine Zeitung" ("Gaceta General"): diario reaccionario alemán fundado en 1798;
desde 1810 hasta 1882 apareció en Augsburgo. En 1842 publicó una falsificación de las
ideas del comunismo y del socialismo utópicos, que Marx denunció en su artículo "El
comunismo y el «Allgemeine Zeitung» de Augsburgo".
[5] "Deutsch-Französische Jahrbücher" ("Anales alemano-franceses") se publicaban en
París bajo la dirección de C. Marx y A. Ruge en alemán. Salió sólo el primer número, doble,
en febrero de 1844. Insertaba las obras de C. Marx "Contribución al problema hebreo" y
"Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. Introducción", así como las de
F. Engels "Esbozos para la crítica de la economía política" y "La situación de Inglaterra.
Tomás Carlyle. Lo pasado y lo presente". Estos trabajos implicaban el paso definitivo de
Marx y Engels al materialismo y el comunismo. La causa principal de que esta revista dejara
de aparecer fueron las discrepancias esenciales entre Marx y el radical burgués Ruge.
[*] C. Marx y F. Engels. "La Ideología Alemana". (N. de la Edit.)
[6] La Asociación Obrera Alemana de Bruselas fue fundada por Marx y Engels a fines de
agosto de 1847 con el fin de dar instrucción política a los obreros alemanes residentes en
Bélgica y propagar entre ellos las ideas del comunismo científico. Bajo la dirección de Marx
y Engels y sus compañeros de lucha, la Asociación se convirtió en un centro legal de
agrupación de los proletarios revolucionarios alemanes en Bélgica. Los mejores elementos
de la Asociación integraban la Organización de Bruselas de la Liga de los Comunistas. Las
actividades de la Asociación Obrera Alemana de Bruselas se suspendieron poco después
de la revolución de febrero de 1848 en Francia, debido a las detenciones y la expulsión de
sus componentes por la policía belga.
[7] La "Neue Rheinische Zeitung. Organ der Demokratie" ("Nueva Gaceta del Rin. Organo de
la Democracia") salía todos los días en Colonia desde el 1 de junio de 1848 hasta el 19 de
mayo de 1849; la dirigía Marx, y en el consejo de redacción figuraba Engels.
[8] "The Tribune": título abreviado del periódico progresista burgués "The New York Daily
Tribune" ("Tribuna diaria de Nueva York"), que apareció de 1841 a 1924. Marx y Engels
colaboraron en él desde agosto de 1851 hasta marzo de 1862.
[**] (Dante. La divina comedia.)
19. Tres fuentes y tres partes.
La comprensión del pensamiento de Marx requiere conocer sus tres fuentes y tres
partes.Una aproximación sumaria a la filosofía alemana a través de los comentarios
de Marx sobre su método de investigación y sobre Hegel y la dialéctica en la 2da
edición de El Capital.Contenido en el EPILOGO A LA SEGUNDA EDICION de EL
CAPITAL.
“El método aplicado en "El capital" ha sido poco comprendido, como lo demuestran ya las
apreciaciones, contradictorias entre sí, acerca del mismo.
24
Así, la "Revue Positiviste" de París me echa en cara, por una parte, que enfoque metafísicamente la
economía, y por la otra ¡adivínese! que me limite estrictamente al análisis crítico de lo real, en vez de formular
recetas de cocina (¿comtistas?) para el bodegón del porvenir. En cuanto a la inculpación de metafísica,
observa el profesor Sieber: "En lo que respecta a la teoría propiamente dicha, el método de Marx es el
método deductivo de toda la escuela inglesa, cuyos defectos y ventajas son comunes a los mejores
economistas teóricos". El señor Maurice Block "Les théoriciens du socialisme en Allemagne". "Extrait du
Journal des Économistes”, juillet et août 1872 descubre que mi método es analítico y dice, entre otras cosas:
"Con esta obra, el señor Marx se coloca al nivel de las mentes analíticas más eminentes". Los críticos
literarios alemanes alborotan, naturalmente, acusándome de sofistería hegueliana. La revista de San
Petersburgo "Viéstñik levropi" ("El Mensajero de Europa"), en un artículo dedicado exclusivamente al método
de "El capital" (número de mayo de 1872, pp. 427-436), encuentra que mi método de investigación es
estrictamente realista, pero el de exposición, por desgracia, dialéctico-alemán. Dice así: "A primera vista, y si
juzgamos por la forma externa de la exposición, Marx es el más idealista de los filósofos, y precisamente en el
sentido alemán, esto es, en el mal sentido de la palabra. Pero en rigor es infinitamente más realista que todos
sus predecesores en el campo de la crítica económica... En modo alguno se lo puede llamar idealista". No
puedo dar más cumplida respuesta al autor de ese artículo que transcribir algunos extractos de su propia
crítica, que tal vez interesen, además, a no pocos de los lectores para los cuales es inaccesible el original
ruso.
Luego de citar un pasaje de mi Prólogo a la "Crítica de la economía política" (Berlín, 1859, pp.
IV-VII), en el que discuto la base materialista de mi método, prosigue el autor: "Para Marx, sólo
una cosa es importante: encontrar la ley de los fenómenos en cuya investigación se ocupa. Y no
sólo le resulta importante la ley que los rige cuando han adquirido una forma acabada y se hallan
en la interrelación que se observa en un período determinado. Para él es importante, además, y
sobre todo, la ley que gobierna su transformación, su desarrollo, vale decir, la transición de
una a otra forma, de un orden de interrelación a otro. No bien ha descubierto esa ley, investiga
circunstanciadamente los efectos a través de los cuales se manifiesta en la vida social... Conforme
a ello, Marx sólo se empeña en una cosa: en demostrar, mediante una rigurosa investigación
científica, la necesidad de determinados órdenes de las relaciones sociales y, en la medida de lo
posible, comprobar de manera inobjetable los hechos que le sirven de puntos de partida y de
apoyo. A tal efecto, basta plenamente que demuestre, al tiempo que la necesidad del orden actual,
la necesidad de otro orden en que aquél tiene que transformarse inevitablemente, siendo por
entero indiferente que los hombres lo crean o no, que sean o no conscientes de ello. Marx concibe
el movimiento social como un proceso de historia natural, regido por leyes que no sólo son
independientes de la voluntad, la conciencia y la intención de los hombres, sino que, por el
contrario, determinan su querer, conciencia e intenciones... Si el elemento consciente
desempeña en la historia de la civilización un papel tan subalterno, ni qué decir tiene que la
crítica cuyo objeto es la civilización misma, menos que ninguna otra puede tener como base
una forma o un resultado cualquiera de la conciencia. O sea, no es la idea, sino únicamente
el fenómeno externo lo que puede servirle de punto de partida. La crítica habrá de reducirse
a cotejar o confrontar un hecho no con la idea sino con otro hecho. Lo importante para ella,
sencillamente, es que se investiguen ambos hechos con la mayor precisión posible y que éstos
constituyan en realidad, el uno con respecto al otro, diversas fases de desarrollo; le importa, ante
todo, que no se escudriñe con menor exactitud la serie de los órdenes, la sucesión y
concatenación en que se presentan las etapas de desarrollo. Pero, se dirá, las leyes generales
de la vida económica son unas, siempre las mismas, siendo de todo punto indiferente que
se las aplique al pasado o al presente. Es esto, precisamente, lo que niega Marx. Según él
no existen tales leyes abstractas... En su opinión, por el contrario, cada período histórico tiene
sus propias leyes... Una vez que la vida ha hecho que caduque determinado período de
desarrollo, pasando de un estadio a otro, comienza a ser regida por otras leyes. En una palabra, la
vida económica nos ofrece un fenómeno análogo al que la historia de la evolución nos brinda en
otros dominios de la biología... Al equipararlas a las de la física y las de la química, los antiguos
economistas desconocían la naturaleza de las leyes económicas... Un análisis más profundo de los
fenómenos demuestra que los organismos sociales se diferencian entre sí tan radicalmente como
los organismos vegetales de los animales... Es más: exactamente el mismo fenómeno está
sometido a leyes por entero diferentes debido a la distinta estructura general de aquellos
organismos, a la diferenciación de sus diversos órganos, a la diversidad de las condiciones en que
25
funcionan, etcétera. Marx niega, a modo de ejemplo, que la ley de la población sea la misma
en todas las épocas y todos los lugares. Asegura, por el contrario, que cada etapa de
desarrollo tiene su propia ley de la población... Con el diferente desarrollo de la fuerza
productiva se modifican las relaciones y las leyes que las rigen. Al fijarse como objetivo el
de investigar y dilucidar, desde este punto de vista, el orden económico capitalista, no hace
sino formular con rigor científico la meta que debe proponerse toda investigación exacta de
la vida económica... El valor científico de tal investigación radica en la elucidación de las
leyes particulares que rigen el surgimiento, existencia, desarrollo y muerte de un organismo
social determinado y su remplazo por otro, superior al primero. Y es éste el valor que, de
hecho, tiene la obra de Marx."
Al caracterizar lo que él llama mi verdadero método de una manera tan certera, y tan benévola en
lo que atañe a mi empleo personal del mismo, ¿qué hace el articulista sino describir el método
dialéctico? Ciertamente, el modo de exposición debe distinguirse, en lo formal, del modo de
investigación. La investigación debe apropiarse pormenorizadamente de su objeto, analizar
sus distintas formas de desarrollo y rastrear su nexo interno. Tan sólo después de
consumada esa labor, puede exponerse adecuadamente el movimiento real. Si esto se logra
y se llega a reflejar idealmente la vida de ese objeto es posible que al observador le parezca
estar ante una construcción apriorística.
Mi método dialéctico no sólo difiere del de Hegel, en cuanto a sus fundamentos, sino que es
su antítesis directa. Para Hegel el proceso del pensar, al que convierte incluso, bajo el
nombre de idea, en un sujeto autónomo, es el demiurgo de lo real; lo real no es más que su
manifestación externa. Para mí, a la inversa, lo ideal no es sino lo material traspuesto y
traducido en la mente humana.
Hace casi treinta años sometí a crítica el aspecto mistificador de la dialéctica hegueliana, en
tiempos en que todavía estaba de moda. Pero precisamente cuando trabajaba en la
preparación del primer tomo de "El Capital", los irascibles, presuntuosos y mediocres
epígonos que llevan hoy la voz cantante en la Alemania culta, dieron en tratar a Hegel como
el bueno de Moses Mendelssohn trataba a Spinoza en tiempos de Lessing: como a un "perro
muerto". Me declaré abiertamente, pues, discípulo de aquel gran pensador, y llegué incluso
a coquetear aquí y allá, en el capítulo acerca de la teoría del valor, con el modo de expresión
que le es peculiar. La mistificación que sufre la dialéctica en manos de Hegel, en modo
alguno obsta para que haya sido él quien, por vez primera, expuso de manera amplia y
consciente las formas generales del movimiento de aquélla. En él la dialéctica está puesta al
revés. Es necesario darla vuelta, para descubrir así el núcleo racional que se oculta bajo la
envoltura mística.
En su forma mistificada, la dialéctica estuvo en boga en Alemania, porque parecía glorificar
lo existente. En su figura racional, es escándalo y abominación para la burguesía y sus
portavoces doctrinarios, porque en la intelección positiva de lo existente incluye también, al
propio tiempo, la inteligencia de su negación, de su necesaria ruina, porque concibe toda
forma desarrollada en el fluir de su movimiento, y por tanto sin perder de vista su lado
perecedero, porque nada la hace retroceder y es, por esencia, crítica y revolucionaria.
El movimiento contradictorio de la sociedad capitalista se le revela al burgués práctico, de la
manera más contundente, durante las vicisitudes del ciclo periódico que recorre la industria
moderna y en su punto culminante: la crisis general. Esta crisis nuevamente se aproxima,
aunque aún se halle en sus prolegómenos, y por la universalidad de su escenario y la
intensidad de sus efectos, atiborrará de dialéctica hasta a los afortunados advenedizos del
nuevo Sacro Imperio prusiano-germánico.
KARL MARX Londres, 24 de enero de 1873”.
26
Más sobre el método:
En “El método de la economía política”, incluído en Elementos fundamentales para
la crítica de la economía política”, Borrador 1857,1858. Edición a cargo de J. Aricó,
M. Murmis y P. Scaron, traducción de P. Scaron, Ed. Siglo XXI, México, 1981. Marx
escribe:
“Cuando consideramos un país dado desde el punto de vista económico-político comenzamos por
su población, la división de ésta en clases, la ciudad, el campo, el mar, las diferentes ramas de la
producción, la exportación y la importación, la producción y el consumo anuales, los precios de las
mercancías, etcétera.
Parece justo comenzar por lo real y lo concreto, por el supuesto efectivo; así, por ej., en la
economía, por la población en su conjunto. Sin embargo, si se examina con mayor atención, esto
se revela [como] falso. La población es una abstracción sidejo de lado, p. ej., las clases de que se
compone. Estas clases son, a su vez, una palabra huera si desconozco los elementos sobre los
cuales reposan, p. ej., el trabajo asalariado, el capital, etc. Estos últimos suponen el cambio, la
división del trabajo, los precios, etc. El capital, por ejemplo, no es nada sin trabajo asalariado, sin
valor, dinero, precios, etc. Si comenzara, pues, por la población, tendría una representación caótica
del conjunto y, precisando cada vez más, llegaría analíticamente a conceptos cada vez más
simples. Llegado a este punto, habría que reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo con
la población, pero esta vez no tendría una representación caótica de un conjunto, sino una rica
totalidad de múltiples determinaciones y relaciones. El primer camino es el que siguió
históricamente la economía política naciente. Los economistas del siglo XVII, p. ej., comienzan
siempre por el todo viviente, la población, la nación, el estado, varios estados, etc.; pero terminan
siempre por descubrir, mediante el análisis, un cierto número de relaciones generales abstractas
determinantes, tales como la división del trabajo, el dinero, el valor, etc. Una vez que esos
momentos fueron más o menos fijados y abstraídos, comenzaron [a surgir] los sistemas
económicos que se elevaron desde lo simple – trabajo, división del trabajo, necesidad, valor de
cambio- hasta el estado, el cambio entre las naciones y el mercado mundial. Esto último es,
manifiestamente, el método científico correcto. Lo concreto es concreto porque es la síntesis de
múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso. Aparece en el pensamiento como
proceso de síntesis, como resultado, no como punto de partida, y, en consecuencia, el punto de
partida también de la intuición y de la representación. En el primer camino, la representación plena
es volatilizada en una determinación abstracta; en el segundo, las determinaciones abstractas
conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensamiento. He aquí por qué Hegel
cayó en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que, partiendo de sí mismo,
se concentra en sí mismo, profundiza en sí mismo y se mueve por sí mismo, mientras que el
método que consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto es para el pensamiento sólo la
manera de apropiarse de lo concreto, de reproducirlo como un concreto espiritual. Pero esto no es
de ningún modo el proceso de formación de lo concreto mismo. Por ejemplo, la categoría
económica más simple, como p. ej. el valor de cambio, supone la población, una población que
produce en determinadas condiciones, y también un cierto tipo de sistema familiar o comunitario o
político, etc. Dicho valor no puede existir jamás de otro modo que bajo la forma de relación
unilateral y abstracta de un todo concreto y viviente ya dado. Como categoría, por el contrario, el
valor de cambio posee una existencia antediluviana. Por lo tanto, a la conciencia, para la cual el
pensamiento conceptivo es el hombre real y, por consiguiente, el mundo pensado es como tal la
única realidad –y la conciencia filosófica está determinada de este modo-, el movimiento de las
categorías se le aparece como el verdadero acto de producción (el cual, aunque sea molesto
reconocerlo, recibe únicamente impulso desde el exterior) cuyo resultado es el mundo; esto es
exacto en la medida en que –pero aquí tenemos de nuevo una tautología- la totalidad concreta,
como totalidad del pensamiento, como un concreto del pensamiento, es in fact2 un producto del
pensamiento y de la concepción, pero de ninguna manera es un producto del concepto que piensa
y se engendra a sí mismo, desde fuera y por encima de la intuición y de la representación, sino
que, por el contrario, es un producto del trabajo de elaboración que transforma intuiciones u
27
representaciones en conceptos. El todo, tal como aparece en la mente como todo del pensamiento,
es un producto de la mente que piensa y que se apropia el mundo del único modo posible, modo
que difiere de la apropiación de ese mundo en el arte, la religión, el espíritu práctico. El sujeto real
mantiene, antes como después su autonomía fuera de la mente, por lo menos durante el tiempo en
que el cerebro se comporte únicamente de manera especulativa, teórica. En consecuencia,
también en el método teórico es necesario que el sujeto, la sociedad, esté siempre presente en la
representación como premisa.
Pero estas categorías simples, ¿no tienen una existencia histórica o natural autónoma, anterior a
las categorías concretas? Ça depende. Depende, según) Por ejemplo, Hegel tiene razón en
comenzar la filosofía del derecho con la posesión (Cf. Hegel, Filosofía del derecho, 40.), ya que
constituye la relación jurídica más simple del sujeto. Peor no existe posesión antes de la familia o
de las relaciones de dominación y servidumbre, que son relaciones mucho más concretas. En
cambio, sería justo decir que existen familias, tribus, que se limitan a poseer, pero que no tienen
propiedad. Frente a la propiedad, la relación de simples comunidades de familias o de tribus
aparece como la categoría más simple. En la sociedad de un nivel más elevado la propiedad
aparece como la relación más simple dentro de una organización desarrollada. Pero el sustrato
más5 concreto, cuyo vínculo es la posesión, está siempre supuesto. Puede imaginarse un salvaje
aislado que sea poseedor. Pero en este caso la posesión no es una relación jurídica. No es exacto
que la posesión evolucione históricamente hacia la familia. Por el contrario, ella presupone siempre
esta “categoría jurídica más concreta”. Sin embargo, quedaría siempre en pie el hecho de que las
categorías simples expresan relaciones en las cuales lo concreto no desarrollado pudo haberse
realizado sin haber establecido aún la relación o vínculo más multilateral, que se expresa
espiritualmente en la categoría más concreta; mientras que lo concreto más desarrollado conserva
esta misma categoría como una relación subordinada. El dinero puede existir y existió
históricamente antes que existiera el capital, antes que existieran los bancos, antes que existiera el
trabajo asalariado. Desde este punto de vista, puede afirmarse que la categoría más simple puede
expresar las relaciones dominantes de un todo no desarrollado o las relaciones subordinadas de
un todo más desarrollado, relaciones que existían ya históricamente antes de que el todo se
desarrollara en el sentido expresado por una categoría más concreta. Sólo entonces el camino del
pensamiento abstracto, que se eleva de lo simple a lo complejo podría corresponder al proceso
histórico real. Por otra parte, puede decirse que existen formas de sociedad muy desarrolladas, y
sin embargo históricamente inmaduras, en las que se encuentran las formas más elevadas de la
economía –p. ej., la cooperación, una división desarrollada del trabajo, etc.- sin que exista tipo
alguno de dinero, como por ejemplo en el Perú (Cf. W.H. Prescott, History of the Conquest of Peru,
vol. I. London 1850, libro primero [Historia de la conquista del Perú, Kramer Editor. Buenos Aires,
1944, pp. 1-82] Extractos en el uaderno londinense VIII). También en las comunidades eslavas el
dinero y el intercambio que lo condiciona no aparecen o lo hacen muy raramente en el seno de
cada comunidad, mientras que aparecen en cambio en sus confines, en el tráfico con otras
comunidades; de allí que sea en general erróneo situar el cambio en el interior de las comunidades
como el elemento constitutivo originario. Al principio aparece más bien en la relación de las
diversas comunidades entre sí, antes que en las relaciones de los miembros en el interior de una
misma y única comunidad. Además: aunque el dinero haya desempeñado desde muy temprano un
papel múltiple, sin embargo, como elemento dominante, pertenece en la antigüedad sólo a
naciones unilateralmente determinadas, a naciones comerciales. Y hasta en la antigüedad más
culta, entre los griegos y los romanos, sólo en el período de su disolución alcanza el dinero su
pleno desarrollo, el cual en la moderna sociedad burguesa constituye un presupuesto. Esta
categoría totalmente simple aparece históricamente en toda su plena intensidad sólo en las
condiciones más desarrolladas de la sociedad. Pero de ninguna manera impregna todas las
relaciones económicas. Por ejemplo, el impuesto en especie y las prestaciones en especie
continuaron siendo el fundamento del Imperio Romano en su punto de mayor desarrollo. Allí, el
sistema monetario propiamente dicho sólo se había desarrollado completamente en el ejército.
Jamás llegó a dominar la totalidad de la esfera del trabajo. De modo que, aunque la categoría más
simple haya podido existir históricamente antes que la más concreta, en su pleno desarrollo
intensivo y extensivo ella puede pertenecer sólo a una forma social compleja, mientras que la
28
categoría más concreta se hallaba plenamente desarrollada en una forma social menos
desarrollada.
El trabajo parece ser una categoría totalmente simple. También la representación del trabajo en su
universalidad –como trabajo en general- es muy antigua. Y sin embargo, considerado en esta
simplicidad desde el punto de vista económico, el “trabajo” es una categoría tan moderna como las
relaciones que dan origen a esta abstracción simple. El monetarismo, p- ej., pone todavía, de un
modo completamente objetivo, la riqueza en el dinero, como cosa exterior a sí misma. Frente a
este punto de vista se dio un gran progreso cuando el sistema manufacturero o comercial transfirió
la fuente de la riqueza del objeto a la actividad subjetiva, al trabajo comercial o manufacturero, pero
concibiendo todavía esta actividad siempre bajo el aspecto limitado de una actividad productora de
dinero. Frente a este sistema, [[se produjo otro progreso con]] el sistema fisiocrático que considera
como creadora de la riqueza una forma determinada de trabajo –la agricultura- y concibe el objeto
mismo no ya bajo el disfraz del dinero, sino como producto en general, como resultado general del
trabajo. Todavía este producto, en razón de la naturaleza limitada de la actividad, es siempre un
producto determinado de la naturaleza, un producto agrícola, un producto par excellence de la
tierra.
Un inmenso progreso se dio cuando Adam Smith rechazó todo carácter determinado de la
actividad creadora de riqueza considerándola simplemente como trabajo: ni trabajo manufacturero,
ni trabajo comercial, ni agricultura, sino tanto uno como otro. Con la universalidad abstracta de la
actividad creadora de la riqueza, se da al mismo tiempo la universalidad del objeto determinado
como riqueza, como producto en general, o, una vez más, [[como] trabajo en general, pero como
trabajo pasado, objetivado. La dificultad o importancia de esta transición la prueba el hecho de que
el mismo Adam Smith vuelve a caer de cuando en cuando en el sistema fisiocrático. Podría parecer
ahora que de este modo se habría encontrado simplemente la expresión abstracta de la relación
más simple y antigua, en que entran los hombres en tanto productores, cualquiera que sea la
forma de la sociedad. Esto es cierto en un sentido. Pero no en el otro. La indiferencia frente a un
género determinado de trabajo supone una totalidad muy desarrollada de géneros reales de
trabajos, ninguno de los cuales predomina sobre los demás. Así, las abstracciones más generales
surgen únicamente allí donde existe el desarrollo concreto más rico, donde un elemento aparece
como lo común a muchos, como común a todos los elementos. Entonces, deje de poder ser
pensado solamente bajo una forma particular. Por otra parte, esta abstracción del trabajo en
general no es solamente el resultado intelectual de una totalidad concreta de trabajos. La
indiferencia por un trabajo particular corresponde a una forma de sociedad en la cual los individuos
pueden pasar fácilmente de un trabajo a otro y en la que un género determinado de trabajo es para
ellos fortuito y, por lo tanto, indiferente. El trabajo se ha convertido entonces, no sólo en cuanto
categoría, sino también en la realidad, en el medio para crear la riqueza en general y, como
determinación, ha dejado de adherirse al individuo como una particularidad suya. Este estado de
cosas alcanza su máximo desarrollo en la forma más moderna de sociedad burguesa, en los
Estados Unidos. Aquí, pues, la abstracción de la categoría “trabajo” el “trabajo en general”, el
trabajo sans phrase, que es el punto de partida de la economía moderna, resulta por primera vez
prácticamente cierta. De este modo, la abstracción más simple que la economía moderna coloca
en el vértice, y que expresa una relación antiquísima y válida para todas las formas de sociedad,
se presenta no obstante como prácticamente cierta en este [[grado de]] abstracción sólo como
categoría de la sociedad moderna. Podría decirse que aquello que en los Estados Unidos se
presenta como un producto histórico –me refiero a esta indiferencia ante un trabajo determinado-,
entre los rusos, por ejemplo, se presenta como una disposición natural. Pero, en primer lugar,
existe una diferencia enorme entre bárbaros con disposición para ser empleados en cualquier cosa
y civilizados que se dedican ellos mismos a todo. Además, entre los rusos, a esta indiferencia hacia
el carácter determinado del trabajo corresponde la sujeción tradicional a un trabajo enteramente
determinado, del que sólo pueden arrancarlos las influencias exteriores.
Este ejemplo del trabajo muestra de una manera muy clara cómo incluso las categorías mas
abstractas, a pesar de su validez –precisamente debida a su naturaleza abstracta- para todas las
29
épocas, son no obstante, en lo que hay de determinado en esta abstracción, el producto de
condiciones históricas y poseen plena validez sólo para estas condiciones y dentro de sus límites”.
20. El materialismo histórico como teoría de la
historia y la influencia de Hegel.
Ver paginas 27 a 29 de “La teoría de la historia de Karl Marx. Una defensa” de G. Cohen,
Ed. Pablo Iglesias y Siglo XXI, Madrid, 1986, del cual tomamos el siguiente pasaje:
(….) “Ya hemos dicho que la concepción de la historia de Marx conserva la estructura de la (teoría
de la historia) de Hegel, pero la dota de un nuevo contenido.Para Hegel, como hemos visto, la
historia muestra una expansión de la conciencia que se da forma en las culturas, las cuales se
subvierten a si mismas al hacer que progrese la conciencia.La estructura de su concepción de la
historia se puede ver en las palabras en cursiva de esta exposición resumida:
La historia es la historia del espíritu universal (y consecuentemente, de la conciencia humana) que
sufre un crecimiento del autoconocimiento cuyo estímulo y vehículo es una cultura que perece
cuando ha estimulado más crecimiento del que puede contener.
Para Marx, como veremos en el resto de este libro, las formas importantes no son las culturas, sino
las estructuras económicas, y el papel de la conciencia es asumido por la capacidad productiva en
expansión. La siguiente frase, leída junto con la anterior, muestra la identidad de estructura de las
dos doctrinas, pese a la diferencia de su contenido:
La historia es la historia de la industria humana, que sufre un crecimiento del autoconsumo cuyo
estímulo y vehículo es una estructura económica que perece cuando ha estimulado más
crecimiento del que puede contener.
(….)
Y sin embargo, no es del todo la misma.Porque podemos atribuír a Marx, pero no a Hegel, no solo
una filosofía de la historia, sino lo que merece ser llamada una teoría de la historia, que no es una
construcción reflexiva, a distancia de lo que sucede, sino una contribución al entendimiento de su
dinámica interna. La lectura que hace Hegel de la historia en su conjunto y de las sociedades
concretas es sólo eso, una lectura, una interpretación que podemos encontrar más o menos
atractiva. Pero Marx ofrece no sólo una lectura, sino también algo más riguroso. Los conceptos de
capacidad productiva y estructura económica (a diferencia de los de conciencia y cultura) no sólo
sirven para expresar una visión, sino que se presentan también como los principales conceptos de
una teoría de la historia que es teoría en la medida en que la historia admite un tratamiento teórico
que no sea todo o nada.”
Considere estas afirmaciones en el contexto de los textos presentados de Marx.
21. Fetichismo y alienación.
Ver páginas 127 a 132 de “La teoría de la historia de Karl Marx. Una defensa” de
G. Cohen, Ed. Pablo Iglesias y Siglo XXI, Madrid, 1986, que transcribimos:
“Podemos resumir la doctrina del fetichismo de la mercancía de la siguiente forma:
(1) El trabajo de las personas toma la forma de valor de cambio de las cosas. Por
tomar la forma de valor se entiende los contenidos de (2), (3) y (4)
(2) Las cosas tienen realmente un valor de cambio.
30
(3) No lo tienen de forma autónoma.
(4) Parecen tenerlo de forma autónoma.
(5) El valor de cambio, y la ilusión que lo acompaña, no son permanente, sino
peculiares de una determinada forma de sociedad.” (productores de espaldas los
unos a los otros).
“Resumen de la doctrina del fetichismo (de la mercancía y del capital):
(1) La productividad de los hombres que trabajan con unas instalaciones físicas toma
la forma de productividad del capital.
(2) El capital es productivo.
(3) No es productivo de forma autónoma.
(4) Parece ser productivo de forma autónoma.
(5) El capital, y la ilusión que lo acompaña, no son permanentes, sino peculiares de
una determinada forma de sociedad”.
22. El socialismo utópico francés.
La teoría económica y la concepción materialista de la historia (en tanto teoría) muestran la
posibilidad del socialismo y comunismo. Marx llama al compromiso político tras dichos
objetivos.
23. La economía política inglesa.
Recordemos dos propuestas:


la centralidad del trabajo en Smith ( y de la clave del crecimiento: la productividad) y
la teoría del valor trabajo como teoría del valor y la distribución (en Ricardo) y base de una
teoría de la explotación.
Vuelta a la teoría económica: Se recomienda una lectura atenta del capítulo
XXIII de El capital, como teoría económica del crecimiento del cual se
transcriben partes tomadas de la edición de Siglo XXI, traducción a cargo de
P. Scaron. (las negritas agregadas por C.F.)
CAPITULO XXIII: LA LEY GENERAL DE LA ACUMULACION CAPITALISTA
1. “Demanda creciente de fuerza de trabajo, con la acumulación,
manteniéndose igual la composición del capital”.
(i)
[En la 3ª y 4ª ediciones se intercalan aquí los siguientes párrafos: "lnvestigamos
en este capítulo la influencia que ejerce el acrecentamiento del capital sobre
la suerte de la clase obrera.
(ii)
El factor más importante en este examen es la composición del capital y los
cambios que experimenta la misma en el transcurso del proceso de
acumulación. "La composición del capital debe considerarse en dos sentidos.
Con respecto al valor, esa composición se determina por la proporción en que el
capital se divide en capital constante, o valor de los medios de producción, y
capital variable o valor de la fuerza de trabajo, suma global de los salarios.

31


En lo que atañe a la materia, a cómo funciona la misma en el proceso de
producción, todo capital se divide en medios de producción y fuerza viva de
trabajo, composición que se determina por la proporción existente entre la masa de
los medios de producción empleados, por una parte, y la cantidad de trabajo
requerida para su empleo, por el otro.
Denomino a la primera, composición de valor; a la segunda, composición
técnica del capital. Entre ambas existe una estrecha correlación. Para expresarla,
denomino a la composición de valor del capital, en tanto se determina por la
composición técnica del mismo y refleja las variaciones de
ésta, composición orgánica del capital. Cuando se habla sin más ni más de la
composición del capital, nos referimos siempre a su composición orgánica.]
(iii)
El acrecentamiento del capital implica el incremento de su parte constitutiva
variable, o sea de la que se convierte en fuerza de trabajo. Una parte del
plusvalor transformado en pluscapital tiene que reconvertirse siempre en capital
variable o fondo suplementario de trabajo.
(iv)
Si suponemos que, a condiciones en lo demás iguales, la composición del
capital se mantiene inalterada, esto es, que para poner en movimiento
determinada masa de medios de producción o capital constante se requiere
siempre la misma masa de fuerza de trabajo, es evidente que la demanda de
trabajo y el fondo de subsistencia de los obreros crecerán en proporción al
capital, y tanto más rápidamente cuanto más rápidamente crezca éste.
(v)
Como el capital produce anualmente un plusvalor, una parte del cual se suma cada
año al capital original; como este incremento mismo se acrecienta todos los años
con el volumen creciente del capital que ya está en funciones, y finalmente, como
bajo un acicate particular del afán de enriquecerse, apertura, por ejemplo, de
nuevos mercados, de esferas nuevas para la inversión de capital a causa de
necesidades
sociales
recién
desarrolladas,
etc.
la escala de
la acumulación se puede ampliar súbitamente sólo con variar la distribución
del plusvalor o del plusproducto en capital y rédito, cabe la posibilidad de
que las necesidades de acumulación del capital sobrepujen el
acrecentamiento de la fuerza de trabajo o del número de obreros, y de que la
demanda de obreros supere su oferta, a raíz de lo cual los salarios pueden
aumentar.
(vi)
La economía clásica comprendía tan cabalmente esta tesis, que Adam Smith,
Ricardo, etc., como lo hemos mencionado anteriormente, llegaban incluso a
identificar equivocadamente la acumulación con el consumo de toda la parte
capitalizada del plusproducto por trabajadores productivos, o con su
transformación en asalariados suplementarios.
(vii)
(….) Bajo las condiciones de la acumulación supuestas hasta aquí las más
favorables a los obreros, su relación de dependencia con respecto al capital
reviste formas tolerables o, como dice Eden, "aliviadas y liberales". En vez de
volverse más intensa a medida que se acrecienta el capital, [766] esa relación
de dependencia sólo aumenta en extensión; es decir, la esfera de explotación y
dominación del capital se limita a expandirse junto a las dimensiones de éste y el
número de sus súbditos. Del propio plusproducto creciente de éstos,
crecientemente transformado en pluscapital, fluye hacia ellos una parte mayor bajo
la forma de medios de [767] pago, de manera que pueden ampliar el círculo de
sus disfrutes, dotar mejor su fondo de consumo de vestimenta, mobiliario,
etc., y formar un pequeño fondo de reserva en dinero. Pero así como la
mejora en la vestimenta, en la alimentación y el trato, o un peculio mayor, no
32
abolían la relación de dependencia y la explotación del esclavo, tampoco las
suprimen en el caso del asalariado. El aumento en el precio del trabajo,
aumento debido a la acumulación del capital, sólo denota, en realidad, que el
volumen y el peso de las cadenas de oro que el asalariado se ha forjado ya
para sí mismo permiten tenerlas menos tirantes.
(viii)
En las controversias acerca de este punto se ha dejado a un lado, en la mayor
parte de los casos, el hecho principal, a saber: la differentia specifica de la
producción capitalista. La fuerza de trabajo no se compra aquí para
satisfacer, mediante sus servicios o su producto, las necesidades personales
del comprador. El objetivo perseguido por éste es la valorización de su
capital, la producción de mercancías que contengan más trabajo que el
pagado por él, o sea que contengan una parte de valor que nada le cuesta al
comprador y que sin embargo se realiza mediante la venta de las mercancías.
La producción de plusvalor, el fabricar un excedente, es la ley absoluta de
este modo de producción. Sólo es posible vender la fuerza de trabajo en tanto la
misma conserva como capital los medios de producción, reproduce como capital
su propio valor y proporciona, con el trabajo impago, una fuente de pluscapital. Por
consiguiente, las condiciones de su venta, sean más favorables o menos para los
obreros, implican la necesidad de que se la venda siempre de nuevo y
la reproducción continuamente ampliada de la riqueza como capital.
(ix)
Si dejamos a un lado los conflictos violentos en torno a la tasa del salario y
Adam Smith ya ha demostrado que, en sustancia, luego de tales conflictos el
patrón siempre sigue siendo el patrón, un alza del precio del trabajo derivada
de la acumulación del capital supone la siguiente alternativa. O bien el precio
creciente o acrecentado del trabajo va acompañado de un incremento
igualmente grande (o mayor) de la acumulación. Sabemos ya que incluso bajo
circunstancias en lo demás iguales como el grado de productividad del trabajo, etc.
, cuando se acrecienta la masa del capital adelantado puede mantenerse uniforme
su incremento absoluto y hasta acelerarse aunque decrezca la tasa de la
acumulación; así como en el capítulo IX, en la sección tercera, vimos que la masa
del plusvalor puede mantenerse e incluso incrementarse cuando la tasa
decreciente del mismo va acompañada de un aumento en el número de obreros
explotados simultáneamente. En este caso, decir que la reducción en el grado de
explotación de la fuerza de trabajo no perjudica la expansión del dominio ejercido
por el capital, es incurrir en una mera tautología.
(x)
O bien, [769] y éste es el otro término de la alternativa, la acumulación se
enlentece tras el acrecentamiento del precio del trabajo, porque se embota el
aguijón de la ganancia. La acumulación decrece. Pero al decrecer,
desaparece la causa de su decrecimiento, a saber, la desproporción entre el
capital y la fuerza de trabajo explotable. El precio del trabajo desciende de
nuevo a un nivel compatible con las necesidades de valorización del capital.
2. Disminución relativa de la parte variable del capital a medida
que progresa la acumulación y, con ella, la concentración.
(xi)
Lo expuesto hasta aquí tiene validez siempre que partamos del supuesto de
que, a medida que progresa la acumulación, no varíe la relación entre la
masa de los medios de producción y la masa de la fuerza de trabajo que los
mantiene en movimiento, o sea que la demanda de trabajo aumente
proporcionalmente al incremento del capital. En el análisis efectuado por Adam
Smith respecto a la acumulación, ese supuesto figura como axioma evidente de
por sí. Smith pasa por alto que al progresar la acumulación se opera una gran
33
revolución en la relación que existe entre la masa de los medios de
producción y la masa de la fuerza de trabajo que los mueve. Esta revolución
se refleja, a su vez, en la composición variable del valor del capital
constituido por una parte constante y otra variable , o en la relación variable
que existe entre su parte de valor convertida en medios de producción y la
que se convierte en fuerza de trabajo. Denomino a esta composición la
composición orgánica del capital "Una vez dados los fundamentos generales
del sistema capitalista, en el curso de la acumulación se alcanza siempre un
punto donde el desarrollo de la productividad del trabajo social se convierte
en la palanca más poderosa de la acumulación. “La misma causa que eleva los
salarios”, dice Adam Smith, “ sea el incremento del capital, tiende a acrecentar
las capacidades productivas del trabajo y permite que una cantidad menor de
trabajo produzca una cantidad mayor de productos”.
(xii)
Prescindiendo de las condiciones naturales, como fertilidad del suelo, etc., y de la
destreza de productores independientes que trabajan de manera aislada, destreza
que sin embargo se evidencia más cualitativa que cuantitativamente, más en la
calidad de la obra que en su masa , el grado social de productividad del trabajo
se expresa en el volumen de la magnitud relativa de los medios de
producción que un obrero, durante un tiempo dado y con la misma tensión
de la fuerza de trabajo, transforma en producto. La masa de los medios de
producción con los que opera ese obrero crece con la productividad de su trabajo.
Esos medios de producción desempeñan en este aspecto un doble papel. El
crecimiento de unos es consecuencia; el de otros, condición de la
productividad creciente del trabajo. (….) "A medida que progresa la
acumulación, pues, no solamente se da un acrecentamiento cuantitativo y
simultáneo de los diversos elementos reales del capital: el desarrollo de las
potencias productivas del trabajo social que aquel progreso trae aparejado,
se manifiesta además a través de cambios cualitativos, de cambios graduales
en la composición técnica del capital, cuyo factor objetivo aumenta
progresivamente, en magnitud relativa, frente al factor subjetivo. Vale decir
que la masa del instrumental y de los materiales aumenta cada vez más en
comparación con la suma de fuerza obrera necesaria para movilizarla. Por
consiguiente, a medida que el acrecentamiento del capital hace que el trabajo sea
más productivo, se reduce la demanda de trabajo con relación a la propia magnitud
del capital.". El aumento de ésta se manifiesta, pues, en la reducción de la masa
de trabajo con respecto a la masa de medios de producción movidos por ella, esto
es, en la disminución de magnitud del factor subjetivo del proceso laboral
comparado con sus factores objetivos.
(xiii)
En la sección cuarta hemos expuesto cómo el desarrollo de la fuerza productiva
social del trabajo presupone la cooperación en gran escala; cómo sólo bajo
ese supuesto es [776] posible organizar la división y combinación del trabajo,
economizar medios de producción gracias a la concentración masiva, forjar
medios de trabajo que desde el punto de vista material ya sólo son utilizables
en común por ejemplo el sistema de la maquinaria, etc. , domeñar y poner al
servicio de la producción colosales fuerzas naturales y llevar a cabo la
transformación del proceso de producción en aplicación tecnológica de la
ciencia. (…) Cierta acumulación de capital en manos de productores
individuales de mercancías constituye, pues, el supuesto del modo de
producción específicamente capitalista. Por eso, al analizar la transición del
artesanado a la industria capitalista, tuvimos que suponer esa acumulación.
Podemos denominarla acumulación originaria, porque en vez de resultado
histórico es fundamento histórico de la producción específicamente
capitalista. (…) Con la acumulación del capital se desarrolla, por
34
consiguiente, el modo de producción específicamente capitalista, y con el
modo de producción específicamente capitalista la acumulación del capital.
(xiv)
Todo capital individual es una concentración mayor o menor de medios de
producción, con el comando correspondiente sobre un ejército mayor o
menor de obreros. Toda acumulación se convierte en medio al servicio de
una nueva acumulación. Amplía, con la masa acrecentada de la riqueza que
funciona como capital, su concentración en las manos de capitalistas individuales y
por tanto el fundamento de la producción en gran escala y los métodos de
producción específicamente capitalistas. El incremento del capital social se lleva a
cabo a través del incremento de muchos capitales individuales. Presuponiendo que
no varíen todas las demás circunstancias, los capitales individuales y con ellos la
concentración de los medios de producción crecen en la proporción en que
constituyen partes alícuotas del capital global social. Al propio tiempo, de los
capitales originarios se desgajan ramificaciones que funcionan como nuevos
capitales autónomos. Un gran papel desempeña en ello, entre otros factores, la
división del patrimonio en el seno de las familias capitalistas. Por tanto, con la
acumulación del capital crece en mayor o menor medida el número de los
capitalistas.
(xv)
Dos puntos caracterizan este tipo de concentración que se funda directamente en
la acumulación o, más bien, es idéntica a ésta. Primero: el grado de incremento de
la riqueza social limita, bajo condiciones en lo demás iguales, la concentración
creciente de los medios sociales de producción en las manos de capitalistas
individuales. Segundo: la parte del capital social radicada en cada esfera particular
de la producción está dividida entre numerosos capitalistas que se contraponen
recíprocamente como productores [778] independientes de mercancías y compiten
entre sí. No sólo la acumulación y la consiguiente concentración, pues, están
fraccionadas en muchos puntos, sino que el crecimiento de los capitales en
funcionamiento está compensado por la formación de nuevos y la escisión de
antiguos capitales. De ahí que si por una parte la acumulación se presenta como
concentración creciente de los medios de producción y del comando sobre el
trabajo, por otra parte aparece como repulsión de muchos capitales individuales
entre sí.
Contra este fraccionamiento del capital global social en muchos capitales
individuales, o contra la repulsión de sus fracciones entre sí, opera la atracción de
las mismas. Ya no se trata de una concentración simple de los medios de
producción y del comando sobre el trabajo, idéntica a la acumulación. Es
una concentración de capitales ya formados, la abolición de su autonomía
individual, la expropiación del capitalista por el capitalista, la transformación
de muchos capitales menores en pocos capitales mayores. Este proceso se
distingue del anterior en que, presuponiendo solamente una distribución
modificada de los capitales ya existentes y en funcionamiento, su campo de acción
no está circunscrito por el crecimiento absoluto de la riqueza social o por los límites
absolutos de la acumulación. Si el capital se dilata aquí, controlado por una mano,
hasta convertirse en una gran masa, es porque allí lo pierden muchas manos. Se
trata de la concentración propiamente dicha, a diferencia de la acumulación.
No podemos desarrollar aquí las leyes que presiden esta concentración de
los capitales o la atracción del capital por el capital. Bastará con que nos
refiramos brevemente a los hechos. La lucha de la competencia se libra
mediante el abaratamiento de las mercancías. La baratura de éstas
depende, cæteris paribus [bajo condiciones en lo demás iguales], de la
productividad del trabajo, pero ésta, a su vez, de la escala de la producción.
De ahí que los capitales mayores se impongan a los menores. Se recordará,
35
además, que con el desarrollo del modo capitalista de producción aumenta el
volumen mínimo del capital [779] individual que se requiere para explotar un
negocio bajo las condiciones normales imperantes en el ramo.(…) Finaliza
siempre con la ruina de muchos capitalistas pequeños y con el paso de sus
capitales a manos del vencedor. Prescindiendo de esto, con la producción
capitalista se forma un poder totalmente nuevo, el crédito. Éste no
sólo [780] se convierte en un arma nueva y poderosa en la lucha competitiva.
Mediante hilos invisibles, atrae hacia las manos de capitalistas individuales o
asociados los medios dinerarios que, en masas mayores o menores, están
dispersos por la superficie de la sociedad. Se trata de la máquina específica para
la concentración de los capitales.
La concentración de los capitales, o el proceso de su atracción, se vuelve más
intensa en la proporción en que, con la acumulación, se desarrolla el modo
específicamente capitalista de producción. A su vez, la concentración se
convierte en una de las grandes palancas de ese desarrollo. Abrevia y
acelera la transformación de procesos de producción hasta ahora dispersos,
en procesos combinados socialmente y ejecutados en gran escala.
(xvi)
El volumen creciente de las masas individuales de capital se convierte en la base
material de un trastocamiento constante del modo de producción mismo. El modo
de producción capitalista conquista sin cesar los ramos laborales que
todavía no estaban sujetos a su control, o que sólo lo estaban
esporádicamente, o sólo formalmente. Además, en su suelo prosperan
nuevos ramos de trabajo que le pertenecen desde los primeros momentos.
En los ramos laborales ya explotados de manera capitalista, finalmente, la
fuerza productiva del trabajo madura como en un invernadero. En todos
estos casos, el número de obreros decrece en proporción a la masa de los
medios de producción con los que trabajan. Una parte cada vez mayor del
capital se convierte en medios de producción; una cada vez menor en fuerza
de trabajo. Al aumentar el volumen, concentración y eficacia técnica de los
medios de producción, se reduce progresivamente el grado en que éstos son
medios de ocupación para los obreros. Un arado de vapor es un medio de
producción insuparablemente más eficaz que el arado corriente, pero el valor
de capital invertido en él es [782] un medio de ocupación incomparablemente
más modesto que si estuviera realizado en arados corrientes. Al principio,
precisamente el agregado de nuevo capital al antiguo es lo que permite ampliar las
condiciones objetivas del proceso de producción y revolucionarlas técnicamente.
Pero pronto, en medida mayor o menor, la composición modificada y la
reorganización técnica hacen presa en todo capital antiguo que haya alcanzado el
término de su reproducción y que, por tanto, sea sustituido nuevamente. Esta
metamorfosis del capital antiguo es independiente, hasta cierto punto, del
crecimiento absoluto experimentado por el capital social, tal como lo es la
concentración.
3. Producción progresiva de una sobrepoblación relativa o ejército
industrial de reserva.
(xvii)
El modo de producción específicamente capitalista, el consiguiente desarrollo de la
fuerza productiva del trabajo, el cambio que ocasiona ese desarrollo en la
composición orgánica del capital, no sólo corren parejas con el progreso de la
acumulación o el incremento de la riqueza social. Avanzan con una rapidez
incomparablemente mayor, puesto que la acumulación simple o la expansión
absoluta del capital global van acompañadas por la concentración de sus
36
elementos individuales, y el trastocamiento tecnológico del pluscapital por
el trastocamiento tecnológico del capital original.
(xviii)
Como la demanda de trabajo no está determinada por el volumen del capital
global, sino por el de su parte constitutiva variable, ésta decrece
progresivamente a medida que se acrecienta el capital global, (….) Los
intervalos en los que la acumulación opera como mero ensanchamiento de la
producción sobre una base técnica dada, se acortan. Para absorber un número
adicional de obreros de una magnitud dada, o incluso a causa de la metamorfosis
constante del capital antiguo para mantener ocupados a los que ya estaban en
funciones, no sólo se requiere una acumulación del capital global acelerada en
progresión creciente; esta acumulación y concentración crecientes, a su vez,
se [784] convierten en fuente de nuevos cambios en la composición del capital o
promueven la disminución nuevamente acelerada de su parte constitutiva variable
con respecto a la parte constante.
(xix)
La acumulación capitalista produce de manera constante, antes bien, y
precisamente en proporción a su energía y a su volumen, una población
obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades
medias de valorización del capital y por tanto superflua.
(xx)
Pero si una sobrepoblación obrera es el producto necesario de la
acumulación o del desarrollo de la riqueza sobre una base capitalista, esta
sobrepoblación se convierte, a su vez, en palanca de la acumulación
capitalista, e incluso en condición de existencia del modo capitalista de
producción. Constituye un ejército industrial de reserva a disposición del
capital, que le pertenece a éste tan absolutamente como si lo hubiera criado
a sus expensas. Esa sobrepoblación crea, para las variables necesidades de
valorización del capital, el material humano explotable y siempre disponible,
independientemente de los límites del [787] aumento real experimentado por
la población.
(xxi)
La expansión súbita e intermitente de la escala de producción es el supuesto
de su contracción súbita; esta última, a su vez, provoca la primera, pero la
primera es imposible si no existe el material humano disponible, si en
el número de los obreros no se produce un aumento independiente del
crecimiento absoluto de la población. Dicho aumento se genera mediante el
simple proceso que "libera" constantemente una parte de los obreros,
aplicando métodos que reducen, en comparación con la producción
acrecentada, el número de los obreros ocupados. Toda la forma de
movimiento de la industria moderna deriva, pues, de la transformación
constante de una parte de la población obrera en brazos desocupados o
semiocupados. La superficialidad de la economía política se pone de
manifiesto, entre otras cosas, en el hecho de que convierte a la expansión y
contracción del crédito, mero síntoma de los períodos alternos del ciclo
industrial, en causa de éstos. Así como los cuerpos celestes, una vez
arrojados a un movimiento determinado, lo repiten siempre, la producción
social hace otro tanto no bien es lanzada a ese movimiento de expansión y
contracción alternadas. Los efectos, a su vez, se convierten en causas, y las
alternativas de todo el proceso, que reproduce siempre sus propias
condiciones, adoptan la forma de la periodicidad. Una vez consolidada esta
forma, hasta la economía política comprende que producir una población
excedentaria relativa, esto es, excedentaria [789] respecto a la necesidad
media de valorización del capital, es una condición vital de la industria
moderna.
37
(xxii)
Por consiguiente, la producción de una sobrepoblación relativa, o sea
la liberación de obreros, avanza con mayor rapidez aun que el trastocamiento
tecnológico del proceso de producción, trastocamiento acelerado de por
sí con el progreso de la acumulación y la consiguiente reducción
proporcional de la parte variable del capital con respecto a la parte
constante.
(xxiii)
En todo y por todo, los movimientos generales del salario están regulados
exclusivamente por la expansión y contracción del ejército industrial de
reserva, las cuales se rigen, a su vez, por la alternación de períodos que se
opera en el ciclo industrial. Esos movimientos no se determinan, pues, por el
movimiento del número absoluto de la población obrera, sino por la
proporción variable en que la clase obrera se divide en ejército activo y
ejército de reserva, por el aumento y la mengua del volumen relativo de la
sobrepoblación, por el grado en que ésta es ora absorbida, ora puesta en
libertad.
(xxiv)
(…) Esa ficción económica confunde las leyes que regulan el movimiento
general del salario, o sea la relación entre la clase obrera y el capital global
social, con las leyes que distribuyen la población obrera entre las esferas
particulares de la producción.
(xxv)
Durante los períodos de estancamiento y de prosperidad media, el ejército
industrial de reserva o sobrepoblación relativa ejerce presión sobre el ejército
obrero activo, y pone coto a sus exigencias durante los períodos de
sobreproducción y de paroxismo. La sobrepoblación relativa, pues, es el trasfondo
sobre el que se mueve la ley de la oferta y la demanda de trabajo. Comprime el
campo de acción de esta ley dentro de los límites que convienen de manera
absoluta al ansia de explotación y el afán de poder del capital. …. No se libera
capital viejo para los obreros, sino que se libera a obreros para un posible capital
"suplementario". Es decir que el mecanismo de la producción capitalista vela para
que el incremento absoluto de capital no se vea acompañado de un aumento
consecutivo en la demanda general de trabajo. (¡!). Y el apologista llama a esto
compensación por la miseria, los padecimientos y la posible muerte de los obreros
desplazados durante el período de transición que los relega al ejército industrial de
reserva! La demanda de trabajo no es idéntica al crecimiento del capital, la oferta
de trabajo no se identifica con el aumento de la clase obrera, como si se tratara de
dos potencias independientes que se influyen recíprocamente. Les dés sont pipés
[los dados están cargados]. El capital opera en ambos lados a la vez.
4. Diversas formas de existencia de la sobrepoblación relativa.
La ley general de la acumulación capitalista
(xxvi)
La sobrepoblación relativa existe en todos los matices posibles. Todo obrero la
integra durante el período en que está semiocupado o desocupado por completo.
Para no entrar aquí en detalles, nos limitaremos a unas pocas [798] indicaciones
generales. Prescindiendo de las diferencias formales periódicas de la
sobrepoblación en el cambio de fases propio del ciclo industrial,en el cual aquélla
se manifiesta ora de manera aguda en las crisis, ora crónicamente en los períodos
de negocios flojos, la sobrepoblación relativa adopta continuamente tres
formas: la fluctuante, la latente y la estancada. (….)
5. Ilustración
de la ley general de la acumulación capitalista.
38
a) Inglaterra de 1846 a 1866 (…)
b) Las capas mal remuneradas de la clase obrera industrial de Gran Bretaña (…)
c) La población nómade (…)
d) Efecto de las crisis sobre el sector mejor remunerado de la clase obrera (…)
e) El proletariado agricola británico (…)
f) Irlanda
Para concluir esta sección es necesario que nos traslademos por un momento
a Irlanda.
En primer lugar, los hechos que aquí nos interesan.
La población de Irlanda había aumentado en 1841 a 8.222.664 personas; en 1851
se había reducido a 6.623.985 habitantes, en 1861 a 5.850.309 y en 1866 a 5 1/2
millones, esto es, aproximadamente a su nivel de 1801. La disminución comienza
con el año de hambruna de 1846, de manera que en menos de 20 años Irlanda
pierde más de 5/16 del número total de sus habitantes. Su emigración global desde
mayo de 1851 hasta julio de 1861 ascendió a 1.591.487 personas; la emigración
durante los últimos 5 años (1861-1865) pasó del medio [874] millón. El número de
casas ocupadas se redujo, de 1851 a 1861, en 52.900. De 1851 a 1861 el número
de las fincas arrendadas con una superficie de 15 a 30 acres aumentó en 61.000;
el de las fincas arrendadas mayores de 30 acres en 109.000, mientras que
el número total de todas las fincas arrendadas decreció en 120.000, merma que
obedece exclusivamente al aniquilamiento de fincas arrendadas de menos de 15
acres, o sea a su concentración.
La mengua en el número de habitantes, naturalmente, se vio acompañada en
términos generales por una reducción en la masa de productos. Para el objetivo
que nos hemos fijado basta considerar los 5 años que van de 1861 a 1865, durante
los cuales emigraron más de medio millón de personas y la cantidad absoluta de
habitantes se redujo en más de 1/3 de millón.
Ver CUADRO A página 874. Del cuadro precedente resulta: Ver Cuadro
resumen.
Pasemos ahora a la agricultura, que proporciona los medios de subsistencia para
el ganado y los seres humanos. En el cuadro siguiente se calcula la disminución o
el aumento registrado cada año con respecto al año inmediatamente precedente.
Los granos comprenden el trigo, la avena, la cebada, el centeno, los frijoles y las
arvejas. Las hortalizas abarcan las papas, turnips [nabos], remolachas azucareras
y forrajeras, coles, zanahorias, parsnips [pastinacas], chirivías, etcétera.
Ver CUADRO B página 875
[876] En 1865 se agregan al rubro "pasturas" 127.470 acres, principalmente
porque el área bajo el rubro "tierra yerma, no utilizada, y bog (turberas)" disminuyó
en 101.543 acres. Si comparamos 1865 con 1864, tenemos una reducción en el
rubro granos de 246.667 quarters, de los cuales 48.999 corresponden al trigo,
166.605 a la avena, 29.892 a la cebada, etc.; la merma en la producción de
papas aunque el área dedicada a su cultivo aumentó en 1865 fue de 446.398
toneladas, etcétera.
Pasemos ahora, del movimiento de la población y de la producción agropecuaria
de Irlanda, al movimiento en la bolsa de sus terratenientes, grandes arrendatarios y
39
capitalistas industriales. El mismo se refleja en las bajas y alzas del impuesto a los
ingresos. Para comprender el cuadro siguiente obsérvese que el rubro
D (ganancias, salvo las de los arrendatarios) incluye también las llamadas
ganancias "profesionales", es decir, los ingresos de abogados, médicos, etc., y que
los rubros C y E que no incluimos por separado en nuestro cuadro comprenden los
ingresos de funcionarios, militares, sinecuristas del estado, tenedores de títulos,
etcétera.
Ver CUADRO C (página 876) y Cuadro D (página 877)
[877] Agregado a la 2ª edición. Las estadísticas oficiales registran, para el año
1872, una reducción en la superficie cultivada comparada con la de 1871 de
134.915 acres. Se verifica un "aumento" en el cultivo de hortalizas turnips [nabos],
remolachas forrajeras y similares ; "disminución" en el área cultivada de trigo
(16.000 acres), avena (14.000 acres), cebada, bere y centeno (4.000 acres), papas
(66.632 acres), lino (34.667 acres), y 30.000 acres menos de praderas, tréboles,
chirivías y colzas. El suelo dedicado al cultivo de trigo muestra en los últimos 5
años la siguiente escala descendente: 1868, 285.000 acres; 1869, 280.000 acres;
1870, 259.000 acres; 1871, 244.000 acres; 1872, 228.000 acres. En 1872 se
registra, en números redondos, un aumento de 2.600 equinos, 80.000 vacunos,
68.600 ovinos y una disminución de 236.000 porcinos.
Bajo el rubro D, el aumento del ingreso anual medio fue de sólo 0,93 en el período
1853-1864, mientras que en el mismo lapso ascendió a 4,58 en Gran Bretaña. El
cuadro siguiente [Cuadro E] muestra la distribución de las ganancias (sin incluir las
de los arrendatarios) en los años 1864 y 1865.
Inglaterra, país de producción capitalista desarrollada y preponderantemente
industrial, habría quedado exangüe si hubiera padecido una sangría de población
como la soportada por Irlanda. Pero Irlanda, actualmente, no es más que un distrito
agrícola de Inglaterra, de la cual la separa un ancho foso, y a la que suministra
granos, lana, ganado y reclutas industriales y militares.
La despoblación ha hecho que muchas tierras se vuelvan baldías, ha reducido
considerablemente el producto [879] agrícola. En la 3ª y 4ª ediciones:
"exporta indirectamente". y, pese a la expansión del área dedicada a la ganadería,
ha ocasionado en algunos de sus ramos una disminución absoluta, y en otras un
progreso insignificante, interrumpido por retrocesos constantes. No obstante, con
el descenso en la masa de la población, aumentan continuamente las rentas de la
tierra y las ganancias de los arrendatarios, aunque estas últimas no de manera tan
constante como las primeras. El motivo de ello es fácilmente comprensible. Por
una parte, con la fusión de las fincas arrendadas y la transformación de tierras de
labor en pasturas, una parte mayor del producto total se convirtió en plusproducto.
El plusproducto creció, aunque el producto global, del cual aquél es una fracción,
disminuyó. Por otra parte, el valor dinerario de este plusproducto se acrecienta aun
más rápidamente que su masa, debido al aumento que en los últimos 20 años, y
especialmente en el último decenio, han experimentado en el mercado inglés los
precios de la carne, de la lana, etcétera.
Ver CUADRO E [880]
Los medios de producción dispersos que sirven al productor mismo como medios
de ocupación y de subsistencia, sin que se valoricen mediante la incorporación de
trabajo ajeno, están tan lejos de ser capital como el producto consumido por su
propio productor lo está de ser mercancía. Aunque con la masa de la población
decreció la masa de los medios de producción empleados en la agricultura,
40
aumentó sin embargo la masa de capital empleado en la misma, ya que una parte
de los medios de producción antes dispersos se transformó en capital.
El capital global de Irlanda invertido fuera de la agricultura, en la industria y el
comercio, se acumuló durante los dos últimos decenios con lentitud y estuvo
sometido a grandes y constantes fluctuaciones. Se desarrolló con gran rapidez, por
el contrario, la concentración de sus partes constitutivas individuales. Finalmente,
por pequeño que haya sido su crecimiento absoluto, relativamente, esto es, en
proporción a la decreciente masa de población, ese capital aumentó.
Se despliega aquí bajo nuestros ojos, en gran escala, un proceso tan hermoso que
la economía ortodoxa no podría desear que lo fuera más para demostrar su dogma
según el cual la miseria es el resultado de la sobrepoblación absoluta y el equilibrio
se restablece gracias a la despoblación. Es este un experimento mucho más
importante que la peste de mediados del siglo XIV tan glorificada por los
maltusianos. Incidentalmente: si aplicar a las relaciones de producción y a las
correspondientes relaciones de población del siglo XIX las pautas del siglo XIV era
ya de por sí algo que combinaba pedantería e ingenuidad, esta ingenuidad, por
añadidura, hacía caso omiso de que si bien la peste y la mortandad que la
acompañó fueron seguidas por la liberación y enriquecimiento de la población rural
de este lado del Canal, en Inglaterra, del otro lado, en Francia, contribuyeron a un
mayor sojuzgamiento y a un acrecentamiento de la miseria.
En 1846, la hambruna liquidó en Irlanda a más de un millón de seres humanos,
pero sólo se trataba de pobres [881] diablos. No infligió el menor perjuicio a la
riqueza del país. El éxodo que la siguió durante dos decenios, y que todavía hoy va
en aumento, no diezmó como sí lo hizo la Guerra de los Treinta Años junto con los
hombres a sus medios de producción. El genio irlandés inventó un método
totalmente nuevo para proyectar a un pueblo indigente, como por arte de
encantamiento, a miles de millas de distancia del escenario de su miseria. Los
emigrantes arraigados en Estados Unidos envían anualmente sumas de dinero a
casa, medios que posibilitan el viaje de los rezagados. Cada tropel que emigra este
año, atrae el próximo año otro tropel de emigrantes. En vez de costarle algo a
Irlanda, la emigración constituye uno de los ramos más proficuos de sus negocios
de exportación. Es, por último, un proceso sistemático que no se limita a horadar
un boquete transitorio en la masa de la población, sino que extrae de ella, año a
año, más hombres que los remplazados por los nacimientos, con lo cual el nivel
absoluto de población disminuye cada año.
¿Cuáles fueron las consecuencias para los obreros irlandeses que quedaron atrás,
liberados ya de la sobrepoblación? Que la sobrepoblación relativa hoy es tan
grande como antes de 1846, que el salario se mantiene en el mismo nivel bajo,
que el trabajo es más extenuante que antes, que la miseria en el campo empuja
hacia una nueva crisis. Las causas son simples. La revolución en la agricultura va
a la par de la emigración. La producción de sobrepoblación relativa le tomó la
delantera a la despoblación absoluta. Una mirada al cuadro B muestra que la
transformación de tierras de labor en pasturas tiene que operar de manera mucho
más aguda en Irlanda que en Inglaterra. En ésta, con el acrecentamiento de la
ganadería aumenta el cultivo de hortalizas; en Irlanda, dicho cultivo disminuye.
Mientras que grandes extensiones de tierras antes cultivadas quedan en barbecho
o se transforman de manera permanente en pasturas, gran parte [882] de la tierra
baldía y las turberas sirven hoy para la expansión de la ganadería. Los
arrendatarios pequeños y medianos incluyo entre ellos todos los que no cultivan
más de 100 acres siguen siendo, aproximadamente, 8/10 del total. La competencia
de la agricultura practicada con métodos capitalistas oprime progresivamente, en
grado mucho más intenso que antes, a ese tipo de arrendatarios, que por
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consiguiente suministran de manera constante nuevos reclutas a la clase de los
asalariados. La única gran industria de Irlanda, la fabricación de lienzo, requiere
relativamente pocos varones adultos y en general ocupa, pese a la expansión que
experimentó a partir del encarecimiento del algodón, sólo a una parte
proporcionalmente insignificante de la población. Al igual que toda otra gran
industria, la del lienzo, mediante oscilaciones continuas, produce en su propia
esfera una sobrepoblación relativa, incluso aunque aumente en términos absolutos
la masa humana absorbida por ella. La miseria de la población rural constituye el
pedestal de gigantescas fábricas de camisas, etc., cuyo ejército de trabajadores,
en su mayor parte, está disperso por el campo. Volvemos a encontrarnos aquí con
el sistema de la industria doméstica, ya descrito anteriormente, que dispone de dos
recursos metódicos para convertir en "supernumerarios" a los obreros: pagar de
menos y hacer trabajar de más. Por último, aunque la despoblación no surtió
efectos tan destructivos como los que habría ocasionado en un país de producción
capitalista desarrollada, no tuvo lugar sin repercusiones constantes. [883] La
emigración no sólo deja a sus espaldas casas vacías, sino también caseros
arruinados. La baja total de su consumo crea en el mercado interno un vacío
permanente, que se hace sentir sobre todo entre los tenderos modestos, los
artesanos y los pequeños industriales en general. Cada nuevo éxodo arroja una
parte de la pequeña clase media al proletariado. Véase en el cuadro E la reducción
de los ingresos menores de [sterling] 100.
El salario del obrero agrícola en la región de Dublín el salario máximo del jornalero
rural irlandés es en estos momentos, pese a los elevados precios de los artículos
de primera necesidad, de 7 chelines. De esto se desprende cuál será el nivel de
ese salario en los distritos apartados puramente agrícolas. Baste un ejemplo para
caracterizar incluso la situación del obrero industrial irlandés calificado.[884]
"En mi reciente visita al norte de Irlanda", dice el inspector fabril inglés Robert
Baker, "me sorprendió el esfuerzo que realizaba un obrero calificado irlandés para
procurarles educación, pese a sus escasísimos recursos, a sus hijos. Reproduzco
textualmente sus declaraciones, [885] tal como las recogí de sus labios. Se trata
de un obrero calificado, como lo demuestra el hecho de que se lo emplee en la
producción de artículos para el mercado de Manchester. Johnson:
Soy beetler [agramador] y trabajo de 6 de la mañana a 11 de la noche, de
lunes [886] a viernes; los sábados terminamos a las 6 de la tarde y tenemos 3
horas para comer y descansar. Tengo 5 chicos. Por ese trabajo gano 10 chelines y
6 peniques semanales; mi mujer también trabaja y cobra 5 chelines por semana.
La muchacha mayor, de 12 años de edad, está a cargo de la casa. Es nuestra
cocinera y la única ayudante que tenemos. Prepara a los hermanos menores para
ir a la escuela. Mi mujer se levanta conmigo y salimos juntos. Una muchacha que
pasa delante de nuestra casa me despierta a las 5.30 de la mañana. No comemos
nada antes de ir al trabajo. La chica de 12 años cuida a los más pequeños durante
todo el día. Desayunamos a las 8 y vamos para eso a casa. Tenemos té una vez
por semana; los demás días comemos una papilla (stirabout), a veces de harina de
avena y otras veces de harina de maíz, según lo que podamos conseguir. En
invierno agregamos algo de azúcar y agua a la harina de maíz. En
verano [887] cosechamos algunas papas, plantadas por nosotros en un pedacito
de terreno, y cuando se terminan volvemos a la papilla. Así van las cosas, un día
tras otro, todo el año. De noche, cuando termino de trabajar, siempre estoy muy
cansado. Excepcionalmente comemos un bocado de carne, pero muy raras veces.
Tres de nuestros hijos van a la escuela; pagamos para ello 1 penique por cabeza,
cada semana. Nuestro alquiler es de 9 peniques semanales, la turba y el fuego nos
cuestan por lo menos 1 chelín y peniques por quincena" ¡He aquí los salarios
irlandeses, he aquí la vida irlandesa!
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En verdad, la miseria de Irlanda está de nuevo en el orden del día en Inglaterra. A
fines de 1866 y comienzos de 1867, lord Dufferin, uno de los magnates rurales
irlandeses, se ocupó en el "Times" de la solución que debía darse al problema.
"¡Qué actitud tan humana la de este gran señor!".
Del cuadro E se desprende que mientras que en 1864 de las [sterling] 4.368.610
de ganancia total, 3 forjadores de plusvalor sólo se embolsaron [sterling] 262.819,
los mismos 3 virtuosos del "renunciamiento" se embolsan en 1865, en cambio,
[sterling] 274.528 de las ganancias totales, que se elevan a [sterling] 4.669.979; en
1864 a 26 fabricantes de plusvalor les tocan [sterling] 646.377, y en 1865 a 28 de
estos señores les corresponden [sterling] 736.448; en 1864, 121 forjadores de
plusvalor se embolsan [sterling] 1.076.912, y en 1865 son 150 los caballeros que
se reparten [sterling]1.320.906; en 1864, 1.131 hacedores de plusvalor se quedan
con [sterling] 2.150.818, casi la mitad de la ganancia global anual, y en 1865, 1.194
plusvaloristas se distribuyen [sterling] 2.418.833, más de la mitad de la ganancia
global anual. Sin embargo, la parte del león de la renta nacional anual, devorada
por un número insignificantemente pequeño de magnates agrarios en Inglaterra,
Escocia e Irlanda, es tan monstruosa que la sabiduría [888] del estado inglés ha
considerado oportuno no suministrar, con respecto a la distribución de la renta de
la tierra, los mismos materiales estadísticos que en el caso de la distribución de
la ganancia. Lord Dufferin es uno de esos magnates rurales. Sostener que los
registros de rentas y las ganancias puedan alguna vez ser "supernumerarios", o
que su plétora esté vinculada de alguna manera a la plétora de la miseria popular,
es, naturalmente, una idea tan "poco respetable" como "malsana" (unsound). Él se
atiene a los hechos. Y los hechos son que a medida que decrece el número de la
población irlandesa, los registros irlandeses de rentas abultan cada vez más; que
la despoblación "beneficia" al terrateniente, y por tanto también al suelo, y por ende
también al pueblo, el cual no es más que un accesorio del suelo. Lord Dufferin
declara, pues, que Irlanda está todavía sobrepoblada y que la corriente emigratoria
fluye aún demasiado perezosamente. Para ser plenamente feliz, Irlanda tendría
todavía que dejar salir 1/3 de millón de trabajadores, cuando menos. Y no se
piense que este lord, que tiene además su veta de poeta, es un médico de la
escuela de Sangrado, aquel que apenas advertía que el paciente no había
experimentado mejoría alguna le recetaba una sangría, y otra sangría más hasta
que el enfermo perdía, amén de la sangre, su enfermedad. Lord Dufferin se limita a
exigir una nueva sangría de 1/3 de millón, en vez de pedir una de
aproximadamente 2 millones, sin cuya supresión, en realidad, no podrá
establecerse el reino milenario en Erín. La prueba es fácil de suministrar. Falta
Cuadro de Número y extensión de las fincas arrendadas en Irlanda, 1864.
De 1851 a 1861, la concentración ha destruido principalmente fincas arrendadas
de las tres primeras categorías, las de menos de 1 y no más de 15 acres. Son ellas
las que tienen que desaparecer ante todo. Esto arroja el resultado de 307.058
arrendatarios "supernumerarios"; calculando la familia según una media, baja, de 4
individuos, tenemos 1.228.232 personas. Si partimos del extravagante supuesto de
que una vez llevada a cabo la revolución agrícola se podría absorber nuevamente
una cuarta parte de aquéllas, quedarían 921.174 personas a las que habría que
hacer emigrar. Las categorías 4, 5 y 6, de más de 15 acres y no más de 100, son,
como se sabe desde hace tiempo en Inglaterra, demasiado pequeñas para el
cultivo cerealero capitalista, y para la cría de ovejas se las puede considerar casi
como magnitudes evanescentes. Conforme a los mismos supuestos enunciados
antes tendremos, pues, 788.761 personas más destinadas a la emigración;suma:
1.709.532. Y comme l'appétit vient en mangeant [como comer abre el apetito], los
ojos del registro de rentas pronto descubrirán que Irlanda sigue siendo miserable
con 3 1/2 millones de habitantes, miserable por sobrepoblada, y que por tanto su
despoblación tiene que ir mucho más allá para que la isla cumpla su verdadero
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destino: el de ser una pradera de ovejas y vacas para Inglaterra. En la 3ª y 4ª
ediciones se agrega aquí: "Las leyes cerealeras inglesas de 1815 aseguraban a
Irlanda el monopolio de la libre exportación de granos a Gran Bretaña. Favorecían
artificialmente el cultivo de cereales, pues. Con la derogación de las leyes
cerealeras en 1846, se puso término súbitamente a ese monopolio. Prescindiendo
de todas las demás circunstancias, ese solo acontecimiento bastaba para imprimi
un poderoso impulso a la transformación de la tierra labrantía irlandesa en
praderas para ganado, a la concentración de las fincas arrendadas y a la evicción
de los pequeños campesinos. Luego de haber celebrado de 1815 a 1846 la
fertilidad del suelo irlandés, declarando vocingleramente que la naturaleza misma
lo había destinado al cultivo cerealero, repentinamente los agrónomos,
economistas y políticos ingleses descubrieron, a partir de ese momento, ¡que no
servía más que para producir forraje! El señor Léonce de Lavergne se apresuró a
repetirlo del otro lado del Canal. Es muy propio de un hombre “serio” à la Lavergne
el dejarse arrastrar por esas niñerías. [890]
Este lucrativo método, como todo lo bueno en este mundo, tiene sus
inconvenientes. Con la acumulación de la renta de la tierra en Irlanda corre pareja
la acumulación de los irlandeses en América. El irlandés, desplazado por vacas y
ovejas, reaparece allende el océano como feniano. Y frente a la vieja reina de los
mares se alza, amenazante y cada vez más amenazadora, la joven y gigantesca
república.
Acerba fata Romanos agunt /
Scelusque fraternæ necis.
[Acerbo destino atormenta a los romanos / y el crimen del fratricidio.]
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