Funes

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Funes S.A.
El caso
El 13 de mayo de 2007 Funes S.A., productor de vinos, celebró un contrato con
Supermercados Pamena S.A., titular de una de las principales cadenas de supermercados
del país. De acuerdo con el instrumento en el que se plasmó el acuerdo, se licenciaron
las marcas “Sel pam” y “Val pam”, de titularidad de Funes S.A. El contrato carecía de
fecha de vencimiento. Durante todo el año 2007 y a lo largo de 2008 Funes abasteció a
Supermercados Pamena con vinos identificados con las marcas licenciadas, aunque el
volumen de operaciones descendió abruptamente a partir de julio de 2008.
El 30 de septiembre de 2007 la gerencia de comercialización de Supermercados
Pamena S.A. dirigió un memorando a los gerentes y subgerentes de locales, detallando
normas para la correcta exhibición de los vinos “Sel pam” y “Val pam”, brindándoles el
trato reservado para los productos de marca propia del supermercado. Entre otras
pautas, se precisaba el espacio porcentual que los vinos debían ocupar en las góndolas –
entre el 15 y el 20%– y el lugar en el que debían ser expuestos –a la altura de los ojos y
en la parte central–. Esto no implicó un cambio relevante, ya que era en esas
condiciones que los vinos “Sel pam” y “Val pam” se venían exhibiendo y
comercializando desde que se celebró el contrato entre Funes y Pamena.
Hacia el mes de julio de 2008, sin cursar comunicación alguna, Supermercados
Pamena S.A. modificó sustancialmente las condiciones en que exhibía y comercializaba
los vinos que le vendía Funes S.A., relegándolos a un lugar marginal en las góndolas, y
reduciendo sensiblemente el espacio que se les destinaba. Este cambio tuvo un impacto
en el nivel de ventas del producto, que se redujo en un 80%.
Ante esta súbita e inconsulta modificación en las condiciones de venta de la
mercadería, en septiembre de 2008 Funes S.A. envió a Pamena una carta documento,
por la que notificó que el convenio por la licencia de las marcas Val pam y Sel pam se
había tornado abusivo por el uso de prácticas desleales por parte del licenciado, lo que
se evidenciaba en la desproporción existente entre las compras anteriores y las
posteriores a julio de 2008. Tras consignar que había sido imposible solucionar el tema
a nivel gerencial, solicitó "una audiencia con Javier Mattía, a los fines de normalizar el
contrato, renegociar o rescindir, pues se han causado graves daños y perjuicios". Por
entonces, Mattía era el gerente general de Supermercados Pamena S.A., a nivel
nacional.
El 13 de octubre de 2008 Supermercados Pamena S.A. rechazó por idéntica vía los
términos de aquella carta documento, a la vez que destacó que "jamás se establecieron
montos mínimos o referencia alguna para las compras".
El 22 de octubre de 2008 Funes SA remitió una nueva carta documento, en la que
aclaró que su anterior misiva no había tenido el propósito de abrir una polémica
telegráfica, sino el de obtener una entrevista, con miras a lograr un entendimiento
directo. Sin embargo, y “rebatiendo la respuesta recibida”, dijo remitirse "a la eficacia
indiscutible de los números, además de las comprobaciones efectuadas en las bocas de
expendio de Pamena S.A., cuyas fotos tomadas pongo a vuestra disposición y de las
cuales resulta fehacientemente que ustedes han dejado de promocionar las marcas y
vinos licenciados con exclusividad, al extremo de que en varios de vuestros locales ni
siquiera existen dichos productos para su venta, especialmente en Reconquista,
Córdoba, Victoria y Pergamino". Concluyó que "en estas condiciones, reiteramos una
vez más nuestro requerimiento de que normalicen la comercialización de las marcas que
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nos ocupan y solicitamos una nueva entrevista con el Sr. Javier Mattía".
El 4 de noviembre de 2008 los representantes de Funes S.A. se reunieron con
Facundo Magnarelli, gerente de marcas de propiedad de la cadena. Discutieron sobre las
condiciones de exhibición de la mercadería, sin llegar a un acuerdo. En un punto álgido
del encuentro, Magnarelli, tras subrayar defectos en la calidad de la mercadería en
cuestión, llegó a exclamar: "¡Las compras las cortamos hoy!". Así las cosas, se dio por
finalizada la reunión
Mediante la siguiente carta documento, enviada a los pocos días de la reunión, Funes
S.A. emplazó a la destinataria de la misiva para que “dentro del plazo de quince días
ratifique la rescisión contractual notificada verbalmente por Facundo Magnarelli, en
representación de Supermercados Pamena S.A., motivada en presuntos problemas de
calidad, botellas y ventas”. La intimación fue cursada bajo apercibimiento de iniciar
demanda de daños y perjuicios.
El 7 de diciembre de 2008, el Supermercado contestó el emplazamiento mediante
otra carta documento, en la que negó "que personal de nuestra empresa les haya
notificado de manera alguna, la efectiva rescisión del contrato de licencia de las marcas
'Val pam' y 'Sel pam', cuya plena vigencia ratificamos, sin que ello implique dispensa ni
renuncia a derecho alguno por los incumplimientos en los que Funes S.A. ha incurrido
en la ejecución del aludido contrato".
El 13 de diciembre de 2008 Funes S.A. rechazó la carta documento del 7 de
diciembre. Manifestó que fueron dados de baja como proveedores en noviembre de
2008, al anular el Supermercado una orden de compra posterior a la reunión del 4 de
noviembre. Además, calificó como “irrisoria” la nueva orden de compra recibida, dada
la insignificante cantidad de mercadería requerida. Adelantó "que el contrato quedará
rescindido por abuso de la posición dominante, ya que las compras se han hecho
exiguas". Ratificó el “emplazamiento”, agregando que “en caso de no cumplir el
contrato promoveremos demanda de daños y perjuicios".
El 22 de diciembre de 2008, Supermercados Pamena rechazó la carta documento,
con base en los mismos argumentos vertidos en sus anteriores misivas. Asimismo,
señaló que Funes S.A. había incurrido en retraso en la entrega de la mercadería
correspondiente a la última orden de compra y la intimó a dar en lo sucesivo estricto
cumplimiento a las condiciones contractuales, bajo apercibimiento de resolución del
contrato y reclamo de daños y perjuicios. Por último, dio por finalizado el intercambio
epistolar.
En su última carta, de fecha 30 de diciembre de 2008, Funes SA rechazó los
términos de la carta documento recibida el 23 de diciembre, reiteró anteriores
manifestaciones en torno al abuso de la posición dominante reprochada al
Supermercado y dio por rescindido el contrato, haciéndolo responsable de los daños y
perjuicios ocasionados.
El 22 de abril de 2009 Funes S.A. entabló una demanda de daños y perjuicios contra
Supermercados Pamena S.A., por incumplimiento contractual y ruptura injustificada del
contrato. Afirmó que había celebrado un contrato de suministro de vinos y licencia de
las marcas con que se identificaba la mercadería, “Sel pam” y “Val pam”. Agregó que el
contrato era de carácter exclusivo, en beneficio de la demandada. Denunció que ésta lo
incumplió a partir de mediados de 2008, al negarse a exhibir la mercadería suministrada
en las condiciones que se habían acordado. Agregó que esta abusiva y unilateral
modificación en las condiciones de comercialización de la mercadería produjo una
merma significativa en el volumen de ventas del supermercado y, por lo tanto, también
en el volumen del aprovisionamiento, en evidente perjuicio de Funes S.A. En particular,
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destacó que, siendo el suministro exclusivo a favor del Supermercado, Funes S.A. se vio
imposibilitada de vender sus productos a otras empresas, lo que potenció el efecto
dañoso de la actitud del Supermercado Pamena S.A. Por último, denunció que el
contrato fue unilateral e injustificadamente rescindido por la demandada, razón por la
cual reclamó, además de los daños derivados del incumplimiento contractual, aquellos
otros ocasionados por la ruptura anticipada del contrato.
En su escrito de contestación, Supermercados Pamena S.A. se opuso a la demanda,
por diversas razones. Discrepó con la actora en cuanto a la calificación del contrato que
las vinculaba, negó que fuese un suministro y afirmó que se trataba de una simple
licencia de marcas. Sin negar las sucesivas compraventas realizadas durante los años
2007 y 2008, sostuvo que fueron sólo eso: vínculos jurídicos individuales originados en
compraventas sucesivas. Negó haberse obligado a exhibir la mercadería en
determinadas condiciones, ni a adquirir una cantidad mínima, por lo que mal pudo haber
incurrido en un incumplimiento. Finalmente, negó haber rescindido el contrato,
denunciando que, por el contrario, fue la actora quien decidió poner fin a la relación
comercial.
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Interrogantes directrices
1) ¿Cuáles son los hechos relevantes?
2) ¿Qué información relevante podría estar ausente del texto?
3) ¿Cuál es el problema principal? ¿Existen problemas secundarios?
4) Realice un catálogo de las principales cuestiones e institutos jurídicos que se
debaten en el caso.
5) ¿Qué alternativas de solución se presentan?
6) ¿Qué principios y normas jurídicas, legales o jurisprudenciales, son aplicables al
caso?
7) ¿Cómo hubiese asesorado a Funes S.A., tras la ruptura de la relación comercial con
Pamena S.A.? ¿Hubiese demandado? ¿Qué hubiese reclamado? ¿Con qué
argumentos? ¿Y cómo la hubiese asesorado, si era consultado en julio de 2008, tras
la modificación de las condiciones de exhibición de la mercadería?
8) Si hubiese sido abogado de Pamena S.A. ¿qué argumentos hubiese utilizado en la
contestación de la demanda? ¿Y cómo la hubiese asesorado en julio de 2008, ante
una consulta acerca de las consecuencias que se podrían derivar de un cambio en las
condiciones de exhibición de la mercadería? ¿Y cómo hubiese respondido las cartas
cursadas durante los meses siguientes por Funes S.A.?
9) ¿Qué solución concreta adoptaría? Analice la cuestión desde dos perspectivas: a)
como árbitro de equidad; y b) como juez que debe aplicar el Derecho positivo.
10) Si prosperase la demanda, ¿cuál sería el daño resarcible?
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