Suma: Acción por lesión a la autonomía departamental inferida por la ley Nº 18.456. A LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA Daniel Hugo Martins, en representación de las Intendencias Municipales de Colonia y San José, según los testimonios de escritura de mandato que acompaño, constituyendo domicilio en Bulevar Artigas Nº 1.100 esq. Maldonado de la Ciudad de Montevideo, viene a solicitar se declare que la ley Nº 18.456, de 26 de diciembre de 2008, lesiona la autonomía departamental, conforme a lo dispuesto en el art. 283 de la Constitución y en ley Nº 9515, de 28 de octubre de 1935, art. 71 y siguientes y a los fundamentos que se dirán: I. LA AUTONOMÍA DEPARTAMENTAL 1. Por primera vez, en nuestro derecho constitucional, se utilizó la palabra “autónomo” en la Constitución de 1918, para referirse a los Consejos que administraban los servicios del dominio industrial del Estado (art. 100) y a los Consejos de Administración de los gobiernos locales (art. 130). En la Constitución de 1934 se mantiene la expresión autónomos, para referirse a los Directorios de los Entes Autónomos del dominio industrial y comercial del Estado, a los Consejos Directivos de enseñanza pública y “AUTONOMÍA DEPARTAMENTAL”. Respecto del Gobierno y la Administración de los departamentos la Constitución de 1934 estableció que estaría a cargo de un Intendente, una Junta departamental y una o más Juntas Locales (art. 236), correspondiendo a la Junta Departamental ejercer las funciones legislativas y de contralor y al Intendente la función ejecutiva, pudiendo ambos reclamar ante la Suprema Corte de Justicia “por cualquier lesión que se infiera a la autonomía departamental, en la forma que establezca la ley”( art. 243) . 2. En nuestro libro “El Gobierno y la Administración de los Departamentos”, tomo II, 2da. Ed., 2006, p. 57 sostuvimos que: “A) Existe “autonomía política” por cuanto, sus autoridades son electas por el cuerpo electoral del departamento, sin que los Poderes del Estado tengan injerencia en dicha elección y no pudiendo ser revocadas sus decisiones electorales por ningún otro órgano estatal; “B) Existe “autonomía legislativa “, por cuanto los decretos 1 de los Gobiernos Departamentales se dictan con independencia de los Poderes del Estado, no pudiendo éstos observarlos, ni apelarlos, salvo cuando crean impuestos; “C) Existe “autonomía presupuestaria”, por cuanto los Gobiernos Departamentales dictan sus presupuestos con independencia de los Poderes del Estado, no pudiendo éstos observarlos ni modificarlos, salvo el caso que la observaciones del Tribunal de Cuentas no sean atendidas por la Junta Departamental; “D) Existe “autonomía tributaria” por cuanto los Gobiernos Departamentales pueden decretar y administrar tributos sobre las fuentes que la Constitución determina, con independencia de los Poderes del Estado, salvo en el caso en que se creen impuestos en que puede el Poder Ejecutivo apelar ante la Cámara de Representantes. (Const., art. 300); “E) Existe “autonomía financiera “, por cuánto los Gobiernos Departamentales disponen acerca de sus gastos, sus inversiones y sus pagos con independencia de los Poderes del Estado, aunque no pueden emitir por sí deuda pública; “F) Existe “autonomía administrativa “, en cuanto dictan resoluciones .y reglamentos, celebran contratos, nombran y destituyen a sus funcionarios, con independencia de los Poderes del Estado, no pudiendo éstos revocarlos ni modificarlos”. II. LA POTESTAD TRIBUTARIA DE LOS GOBIERNOS DEPARTAMENTALES 1. El art. 297 de la Constitución establece que “serán fuente de recursos de los gobiernos departamentales, decretados y administrados por éstos”, determinados impuestos (numerales 1º,2º.3º,6º,7º y 9º), las contribuciones por mejoras (num.6º), tasas, tarifas y precios por servicios (num. 5º), beneficios de los juegos de azar (num.8º), el producido de las multas (num.10), las rentas de los bienes ( num.11º), las donaciones, herencias y legados (num.12º) y la cuota parte del presupuesto nacional (num.13º). Dicha disposición concuerda con lo dispuesto en el art. 273 num. 3º según el cual las Juntas Departamentales son competentes para “crear o fijar, a proposición del Intendente, impuestos, tasas, contribuciones, tarifas y precios de los servicios que presten, mediando el voto de la mayoría absoluta del total de sus componentes”, en ejercicio de “la función legislativa en el Gobierno Departamental”. 2. La técnica que se utilizó al redactar el proyecto de ley de reforma constitucional en 1951 fue incorporar al texto constitucional las fuentes de 2 recursos que la ley orgánica municipal de 1935 había atribuido a los Gobiernos Departamentales con la fórmula “Son rentas propias de los departamentos administradas y empleadas por ellos, de conformidad con esta ley, los ingresos provenientes de…”. Dicha fórmula fue tomada de la ley de Juntas Económico-Administrativas de 1903 y reiterada en la ley de gobiernos locales de 1919 (art. 67) y en la ley orgánica municipal de 1935 (art. 46). En la Constitución vigente, a partir de 1952, la enumeración de las fuentes está precedida de la fórmula “DECRETADOS Y ADMINISTRADOS POR ÉSTOS”. En el informe de la Comisión Especial de Reforma Constitucional de la Cámara de Representantes de 1951 (reproducido en “Constitución Uruguaya Anotada” por Daniel Hugo Martins con la colaboración de Héctor Gros Espiell, ed. Medina, 1958, pág. 297) se dice: “Art. 297. El artículo corresponde a los artículos 253, 254 y 255, aunque con fundadas diferencias que tienen relación directa con el régimen de autonomía financiera que se confiere a los Gobiernos Departamentales….”. Luego de enumerar los impuestos que serán fuente de recursos de los mismos, se expresa: “Por lo demás se constitucionalizan los recursos de que ya disponían los Gobiernos Departamentales de acuerdo a las Leyes orgánicas de 13 de noviembre de 1919 y 28 de octubre de 1935 (incisos 4º, 5º, 8º y 10º)”. 3. La Suprema Corte de Justicia interpretó que “La expresión decretados…utilizadas en el proemio del art. 297 debe ser entendida en el sentido de creación, modificación o supresión del tributo –o sea en lo relativo al derecho tributario material-, y la expresión administrados a de ser interpretadas en el sentido de lo que se entiende como derecho tributario formal”, concluyendo que “la competencia que la Constitución otorga a los Gobiernos Departamentales, se refiere exclusivamente al Derecho tributario sustantivo, es decir el relativo a la creación o existencia de los tributos” (Sentencia Nº 234/984, de 29/8/ 84 mencionada en el “Código de Derecho Tributario”, anotado y comentado por Valdés Costa y otros, F.C.U. 5ª ed. FCU, p. 135). 4. Lo expuesto concuerda con lo sostenido por Gustavo Rodríguez Villalba en su Libro “La Potestad Tributaria de los Gobiernos Departamentales” quien expresa en la página 66: “en forma unánime la doctrina se ha pronunciado hasta ahora, considerando que todo lo que no fuere <<unitivo o jurisdiccional>> sería de competencia de los gobiernos departamentales, por lo cual éstos podrían disciplinar el derecho material, el formal y aún el infraccional –en la hipótesis que no estuviere comprendido en la referencia a la materia punitiva”. 3 En el ámbito nacional, y a los efectos de excluir del referendum contra las leyes las que establezcan tributos, de conformidad a lo que expresa el art. 79 de la Constitución, la ley 16.017, de 20 de enero de 1989, interpretó que: “Establecer tributos es crear nuevos hechos generadores que determinan el nacimiento de obligaciones tributarias inexistentes hasta la entrada en vigencia de la ley de que se trata (arts. 14 y 24 del Código Tributario), así como aumentar la cuantía de las obligaciones tributarias existentes por modificación de sus bases de cálculo o de sus alícuotas. No establecen tributos las leyes que modifican su denominación, pero no sus hechos generadores”. “Se trata de una ley nacional que interpreta la Constitución, concretamente sobre qué es crear tributos, expresión coincidente con la aplicada por el art. 297 en la referencia a <<decretar>>. Reconocida la fidelidad de la interpretación debe asignarse ese mismo contenido a la potestad tributaria departamental, a demás de las facultades de administración” (Rodríguez Villalba, Ob. Cit., pág. 74). En el ámbito departamental, los tributos “decretados y administrados por éstos” crean obligaciones tributarias que deben cumplir los contribuyentes cuando se verifica el hecho generador que aquel determina. El hecho generador es el presupuesto establecido en el decreto departamental para configurar el tributo y cuyo acaecimiento origina la existencia del tributo, parafraseando el art. 24 del Código Tributario. En consecuencia, compete a los Gobiernos Departamentales determinar el hecho generador de los tributos enunciados como fuente de recursos financieros en el texto constitucional (art. 297). III. LA LEY Nº 18.456 LESIONA LA AUTONOMÍA DEPARTAMENTAL AL REGULAR EL HECHO GENERADOR DEL IMPUESTO “A LOS VEHÍCULOS DE TRANSPORTE”, FUENTE DE RECURSOS DE LOS GOBIERNOS DEPARTAMENTALES “DECRETADOS Y ADMINISTRADOS POR ESTOS” (Art. 297 num.6º) , AL ESTABLECER OBLIGACIONES QUE DEBEN CUMPLIR LOS SUJETOS PASIVOS DEL TRIBUTO Y AL AUTORIZAR ANULAR LOS EMPADRONAMIENTOS REALIZADOS POR MIS MANDANTES. 1. El artículo 1º de la ley dice interpretar el texto constitucional que establece la potestad de los Gobiernos Departamentales de decretar y administrar los recursos establecidos en el art. 297 de la Constitución y la limita “geográficamente por los hechos generadores ocurridos en su 4 propia jurisdicción”, lo que lesiona la autonomía departamental, al establecer una limitación que no surge del texto constitucional. Es potestad de la Asamblea General del Poder Legislativo, conforme al art. 85 num. 20 de la Constitución interpretar la Constitución, “sin perjuicio de la facultad que le corresponde a la Suprema Corte de Justicia de acuerdo con los artículos 256 a 261”. La Suprema Corte de Justicia puede declarar inconstitucional la ley que dice interpretar la Constitución, pero que, en el fondo, es una modificación de la misma. También puede declarar que dicha ley lesiona la autonomía departamental al limitar la potestad tributaria de los Gobiernos Departamentales, desde que la Constitución habilita a los Intendentes a reclamar por “cualquier lesión”. Lo dispuesto en el art. 1º y siguientes de la ley Nº 18.456 no es una interpretación de la Constitución y lesiona la autonomía departamental, por cuanto no puede limitarse geográficamente a los hechos generadores ocurridos en su propia jurisdicción, la potestad de decretar y administrar los recursos establecidos en el num.3º del art. 297 (“los impuestos establecidos con destino a los Gobiernos Departamentales” y “los que se creen por ley en lo futuro con igual finalidad sobre fuentes no enumeradas en este artículo”). Tampoco puede limitarse geográficamente a los hechos generadores ocurridos en su jurisdicción el producido de las multas “que las leyes vigentes hayan establecido con destino a los Gobiernos Departamentales” o “que establecieren nuevas leyes, con destino a los Gobiernos Departamentales” (num. 10 letras b) y c), ni la administración “de las rentas de los bienes de propiedad del Gobierno Departamental y el producto de las ventas de éstos”, establecidas en el num. 11, del art. 297, a los hechos generadores ocurridos en su propia jurisdicción, por cuanto nada impide que tengan propiedades en otros departamentos, sea por compra o donación (oficinas radicadas en la capital de la República para recibir notificaciones o realizar trámites o residencias para estudiantes que concurran a la Universidad, por ejemplo) o “las donaciones, herencias o legados que se le hicieren y aceptare” (num.12) que pueden ser de bienes inmuebles ubicados en cualquier punto del territorio nacional. Obviamente tampoco puede limitarse la administración de “la cuota parte del porcentaje que, sobre el monto total de los recursos del Presupuesto Nacional, fijara la ley presupuestal” (num. 13), a los hechos generadores ocurridos en su propia jurisdicción, por cuanto surge claramente del texto que se refiere a recursos obtenidos en todo el territorio nacional. No siendo racionalmente posible interpretar la Constitución en la 5 forma que lo ha hecho la ley Nº 18.456 y desde que ésta cercena la potestad tributaria de los Gobiernos Departamentales, configura una lesión gravísima a la autonomía financiera de estos. 2. El Representante Nacional Álvaro Lorenzo demostró que la norma impugnada no tiene carácter interpretativo, según el “Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes”, de la Sesión (extraordinaria) Nº 74, XLVI Legislatura, Cuarto Período Ordinario, 28 de noviembre de 2008, pág. 58: “Quiero que conste que el proyecto original, firmado por legisladores del oficialismo, no tenía el artículo 1º tal como aparece redactado en el día de hoy. Eso fue fruto de la discusión, y en particular de una intervención de quien habla, con respecto a que la única posibilidad que existía de regular este tema era en ejercicio, precisamente, de la facultad de interpretar la Constitución que establece para el Parlamento el numeral 20 del artículo 85. “A partir de eso, para camuflar una violación flagrante de la Constitución, se redacta un artículo único en el que se declara que esto es interpretativo. Ahí arranca la inconstitucionalidad de este proyecto. Este proyecto no es interpretativo. Se puede notar claramente en la discusión en Comisión y del antecedente del proyecto de ley que firmaron los Diputados proponentes, que da origen al que finalmente se aprueba y al otro que ha venido a Sala recién ahora y que también lamentamos no poder analizar con detenimiento, pero que seguramente apunta a salvar las deficiencias de redacción, relacionadas con el buen uso del idioma español, que tiene el que se aprobó en la Comisión. “Mal se ha dicho que la ley debe interpretar la Constitución. La ley no necesariamente debe interpretar la Constitución; debe hacerlo en caso de que sea necesario. El caso a que nos referimos es claro. El artículo 297 de la Constitución establece cuál es la materia tributaria departamental, es decir, en qué materias los Gobiernos Departamentales ejercen la potestad tributaria. Se establece una enumeración clara; junto con la publicidad callejera, el numeral 6° refiere a los vehículos de transporte. He ahí el origen de la tributación conocida como patente de rodados. Este mismo artículo, cuando ha querido que la ley se ocupe de regular algo que es materia municipal, como en el caso de la Contribución Inmobiliaria Rural, lo ha previsto expresamente. “Contrario sensu”, es claro que el resto de las materias que son exclusivamente de tributación departamental no pueden ser reguladas por la ley”. 3. El art. 2º de la ley Nº 18.456 establece que “el hecho generador del tributo a los vehículos de transporte” se configurará “en el domicilio permanente del titular del vehículo” ( inc. 1º) o en la jurisdicción donde 6 circulan, en caso de tener actividades laborales o intereses económicos (inc.3º) o donde más tiempo permanezca en el país ( inc.4º) o donde radique la base de sus actividades o de sus intereses económicos( inc. 5º), encomendándole al Poder Ejecutivo establecer en la reglamentación los parámetros de tiempo y condiciones, que determinarán la habitualidad de la circulación (inc. 6º). Estas limitaciones al hecho generador del tributo a los vehículos de transporte, invaden la competencia legislativa que la Constitución atribuyó en forma exclusiva a los Gobiernos Departamentales de establecer el hecho generador del impuesto “a los vehículos de transporte”. Por otra parte, encomendar al Poder Ejecutivo que establezca los parámetros de tiempo y condiciones que determinarán la habitualidad de la circulación, no sólo lesiona la autonomía departamental, sino que constituye una delegación legislativa prohibida por la Constitución, como lo enseñara Justino Jiménez de Aréchaga: quien ejerce una facultad delegada de la soberanía nacional no la puede delegar en otros Poderes. En el art.2º se menciona “en función del interés general” como justificativo de la regulación por ley del hecho generador en el caso de “los tributos a los vehículos de transporte (num. 6º)” y para que el Poder Ejecutivo reglamente “los parámetros de tiempo y condiciones de la habitualidad de la circulación”. Nuestra Constitución no admite que “en función del interés general” puedan modificarse las competencias de los Gobiernos Departamentales. Nuestra Constitución exige que existan “razones de interés general” para privar a los habitantes del derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad y propiedad, derechos que son inherentes a la personalidad humana (Const. Art. 7º y 72). Como bien dijo Risso Ferrand en su obra “Derecho Constitucional” el interés general no es una etiqueta que pueda invocarse por el legislador en cualquier situación y, en este caso, la invocación es improcedente por cuanto el legislador no puede modificar la Constitución. 4. En los artículos 3º y 4º de la ley Nº 18.456 se establecen obligaciones que deben cumplir los sujetos pasivos del referido tributo, invadiendo la competencia constitucional de los Gobiernos Departamentales de determinar los diversos aspectos de la obligación tributaria, en ejercicio de la función legislativa departamental y, por consiguiente, lesionando la autonomía de los Departamentos: a) El art. 3º al ordenar que “los sujetos pasivos del tributo presentarán a la Intendencia pertinente declaración jurada y certificado notarial”; b) El art. 4º al ordenar que “todo contribuyente deberá mantener 7 actualizada la información…” y “deberá reempadronarlo”. También se lesiona la autonomía departamental al disponer en el art. 4º que “las Intendencias estarán obligadas a proporcionarse gratuitamente información….” 5. El artículo 5º de la ley Nº 18.456 establece que al Gobierno Departamental que le corresponde expedir la matrícula o patente es el determinado en el art. 2º de la ley 18.456, lo cual lesiona a la autonomía departamental puesto que la obligación de empadronar es uno de los elementos que determinan el hecho generador del impuesto a los vehículos. 6. El art. 6º de la ley nº 18.456 dispone que los vehículos de propiedad del Estado “deberán ser empadronados en el departamento donde tengan asiento las dependencias que ordenen su traslado”, con excepción de los vehículos que sean utilizados por los organismos de seguridad del Estado (Ministerios de Defensa Nacional y del Interior) aunque no sean de propiedad del Estado - invadiendo claramente una competencia propia de los Gobiernos Departamentales que tienen la potestad exclusiva de decretar (legislar) y administrar el impuesto a los vehículos de transporte. 7. El artículo 7º de la ley Nº 18.456 autoriza a declarar nulo “todo empadronamiento de vehículo realizado por un Gobierno Departamental en ejercicio de sus competencias, pero que viole en forma grave (sic) los preceptos de esta ley”. Existe lesión de la autonomía departamental al declarar nulo lo realizado en cumplimiento de un decreto con fuerza de ley en su jurisdicción (Const. Art. 262) sobre una potestad exclusiva del Gobierno Departamental (art. 297, num. 6º). Sólo el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, conforme al art. 309 de la Constitución, podría hacerlo, previo agotamiento de la vía administrativa (art.319), a solicitud de quien se sintiere lesionado en su derecho o interés personal, directo y legítimo por el acto administrativo que dispuso el empadronamiento, siempre que este fuere contrario a lo dispuesto por el decreto legislativo del Gobierno Departamental o éste fuere declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia en el caso concreto. 8. El art. 8º y el 9º de la ley Nº 18.456 disponen que sus disposiciones se aplican con retroactividad a los vehículos que se hayan empadronado o reempadronado a partir del 1º de enero de 2008, cuando la ley fue publicada en enero de 2009, estableciendo un plazo para reempadronar y sanciones para los propietarios de los vehículos que no lo hagan, todo lo cual invade la competencia de los Gobiernos Departamentales, lesionando su autonomía y la seguridad jurídica que los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos, según el art. 7º de la Constitución. 8 El inciso 2º del art. 8º configura una clara lesión a la autonomía departamental al ordenar que “las Intendencias a través de su reglamentación deberán facilitar dentro de este plazo, las gestiones tendientes a la regularización de las situaciones planteadas por los contribuyentes y no aplicarán sanción alguna por este motivo durante dicho plazo” , invadiendo la competencia constitucionalmente atribuida al Intendente de dictar “los reglamentos y resoluciones que estime oportuno” ( art. 275 num. 3º) y al Gobierno Departamental de establecer multas ( art. 297 núm., 10). La obligación de empadronar es uno de los elementos que determinan el hecho generador del impuesto a los vehículos. 9. El art. 10 de la ley nº 18.456 autoriza a los Gobiernos Departamentales a violar la ley –aunque dice ser interpretativa de la Constitución –permitiéndoles “realizar acuerdos a los efectos de contemplar la situación de circulación habitual de contribuyentes con domicilios en sus respectivas jurisdicciones”, lo que lesiona la autonomía departamental. 10. El art. 11 de la ley Nº 18.456 encomienda al Poder Ejecutivo reglamentar la ley, lo que lesiona la autonomía departamental, pues los departamentos tienen autonomía política, legislativa, administrativa, financiera y tributaria, no pudiendo el Poder Ejecutivo tener ingerencia alguna en sus asuntos ( art. 262, 273, 274, 283, 297 de la Constitución). IV. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN POR LA LESIÓN DE LA AUTONOMIA DEPARTAMENTAL (art. 283 de la Constitución; 71 y siguientes de la ley Nº 9515 de 28 de octubre de 1935). 1. La Suprema Corte de Justicia en sentencia de 19 de agosto de 1994, publicada en L.J.U. tomo 110, caso Nº 12816, ha sostenido que “lo que interesa es saber si se puede reclamar una lesión de autonomía, cuando esa lesión de la autonomía la infiere una ley que es "per se" inconstitucional, recurriendo al instituto que regula el art. 283 de la Constitución. “A esta cuestión la Corte da, se reitera, en ésta su actual integración, una solución afirmativa, retornando, así, a la solución dada en las Sentencias Nos. 173 de 18 de diciembre de 1957 y 4 de 7 de febrero de 1958, en cuya tesis coincide. “La lesión de autonomía importa un proceso jurisdiccional de control del poder en amparo de la competencia de los gobiernos departamentales y sus órganos. 9 “Como puntualizara Rotondo en "El Poder y el Control", "Acción por lesión de autonomía municipal", pág. 255, el objeto de la misma "es la defensa o amparo de la autonomía mediante una acción específica o "reclamo" en la terminología constitucional". “Se lo ha definido como un "recurso autónomo independiente" y que puede abarcar o comprender a otros recursos o defensas establecidos constitucionalmente, pero esta acción exige un "prius", cual es, el de que lesione la autonomía. “Por consiguiente, procede ocurrir a la vía prevista por el art. 283 de la Constitución, toda vez que la autonomía, constitucionalmente consagrada de los gobiernos departamentales, resulta afectada por cualquier género de acto; descartando que la naturaleza legislativa del acto lesivo, determine acudir, necesariamente, a otro tipo de remedio”. En dicha sentencia, redactada por el Dr. Torello, - publicada en la Revista de Derecho Público Nº 27 (2005) pág. 83 y sigs., con nota del Prof. José Aníbal Cagnoni - se fundamenta extensamente dicha posición sosteniendo entre otros argumentos que: “Como se expresara en Sentencia de la Corporación, N°26/91, entre otras <<… La doctrina nacional de derecho público admite en forma uniforme la amplitud de la acción de amparo de la autonomía municipal, aceptando que la lesión puede provenir tanto de un acto como de un hecho; o, indistintamente de cualquier acto administrativo, de una ley e incluso de una sentencia judicial (Confs. J. Jiménez de Aréchaga: La Constitución Nacional, T. IX, Pág. 151; Sayagués Laso, Derecho Administrativo, cit. en consulta del Prof. Cagnoni, a fs. 213; Carrara, Lanzaro y Brito «Gobiernos Departamentales», t. II, pág. 82, F.C.U., 1971; Prat: Derecho Administrativo, T. 5, vol. 2, pág. 100).» “El último de los autores citados sintetiza el consenso de la doctrina expresando: «cualquier lesión derivada de un acto de cualquier naturaleza puede dar lugar a ésta”. 2. En cuanto a los efectos de la sentencia que haga lugar al reclamo basado en el art. 283 de la Constitución, la sentencia sostiene: “VI) Se ha argumentado, en abono de la tesitura que postula que la lesión de la autonomía departamental inferida por una ley nacional debe reclamarse por vía de la acción de declaración de inconstitucionalidad, que admitir, en tal caso, la procedencia del recurso previsto por el art. 283 de la Constitución importaría - dado su efecto general departamental - una especie de abrogación de una ley, aunque con efecto territorial limitado en oposición con el efecto limitado al caso concreto (art. 259 de la Constitución) propio de la declaración de inconstitucionalidad. 10 “Tal argumento es erróneo. “Bien examinada la cuestión, fácil es observar que, sea que se declare la inconstitucionalidad de una ley por vulnerar las normas constitucionales que instituyen la autonomía, sea que se acoja un recurso ex art. 283 de la Constitución por lesionar una ley nacional esa autonomía, el efecto es idéntico. “En el supuesto de la declaración de inconstitucionalidad por vía de acción, deducida por un determinado Departamento, respecto de una ley nacional, por juzgarse que esa ley infringe el principio de autonomía, es claro que la norma sería inaplicable, de manera temporalmente indefinida y en todo el ámbito territorial propio de la gestión gubernativa del órgano que dedujera la pretensión; esto es, el Departamento. “Acorde con los textos constitucionales y legales (arts. 256 y ss. Constitución, y arts. 520 y 521 C.G.P.) la ley declarada inconstitucional no le puede ser aplicada, en ningún caso, al que obtuvo, por vía de acción, la declaración de su inconstitucionalidad. Lo que y en la especie, significa que la gestión financiera autónoma del Gobierno Departamental que dedujo la pretensión en cuestión, no puede verse afectada por la aplicación de esa ley, y, en consecuencia, que la imposición nacional que viola la autonomía tributaria municipal, no puede aplicarse a los eventuales sujetos pasivos tributarios de esta última. Se trata, este último, de un efecto reflejo y, ciertamente, general, que, en modo alguno, implica que la declaración de inconstitucionalidad no opere solamente para el caso concreto. “Y lo mismo sucede cuando, amparándose el recurso previsto por el art. 283 de la Constitución, se declara que una ley nacional lesiona la autonomía departamental. “Aunque la Constitución no prevé específicamente el efecto que tiene el acogimiento de ese recurso, una interpretación armónica del contexto constitucional conduce inequívocamente a entender que el mismo no puede sino consistir en la indefinida aplicación temporal, dentro del ámbito territorial propio de la gestión gubernativa del órgano departamental que lo dedujera (consecuencia del principio de la personalidad del recurso), de la norma legislativa nacional que provoca la lesión de la autonomía que fundamentara el reclamo de su amparo”. 11 V. ASUNTO DE PLENO DERECHO 1. No se acompañan pruebas por tratarse de un asunto de pleno derecho. 2. En cumplimiento del art. 71 de la ley Nº 9515, de 28 de octubre de 1935, declaro que: a) “el precepto constitucional violado” es el art. 297 num. 6º de la Constitución: “Serán fuentes de recursos de los Gobiernos Departamentales decretados y administrados por estos...6º) Los impuestos…a los vehículos de transporte”; b) “en qué consiste la violación”, nos remitimos a lo expuesto en el capítulo III de este escrito. VI. PETITORIO Por lo expuesto de la Suprema Corte de Justicia solicito: 1. Se me tenga por presentado, por constituido domicilio y por acreditada la representación que invoco. 2. Se tenga por deducida la acción por lesión a la autonomía departamental, conforme a lo dispuesto en el art. 283 de la Constitución y art. 71 y siguientes de la ley orgánica municipal Nº 9515, de 28 de octubre de 1935. 3. Se cite y emplace a contestar la demanda a los Poderes Legislativo y Ejecutivo, en las personas del Sr. Presidente de la Asamblea General, en su despacho en el Palacio Legislativo, sito en Avenida De las Leyes s/nº y del Sr. Presidente de la República en su despacho en la Torre Ejecutiva, sita en la Plaza Independencia entre las calles Ciudadela y Liniers. 4. En definitiva, se declare que la ley Nº 18.456, de 26 de diciembre de 2008, lesiona la autonomía departamental de los Gobiernos Departamentales de Colonia y San José y, en consecuencia, es inaplicable a los mismos y a los sujetos pasivos del impuesto a los vehículos de transporte empadronados en dichos departamentos. Otrosí digo: el monto del asunto no es susceptible de apreciación pecuniaria, por lo que se colocan los timbres correspondientes al impuesto judicial de esa categoría de asuntos, declarando que los honorarios han sido acordados con los respectivos mandantes. 2º otrosí digo: A los efectos del pago de la vicésima a favor de la Caja de Jubilaciones Universitarias, se colocan timbres por valor de tres 12 unidades básicas de Prestaciones y Contribuciones, sin perjuicio de reponer los que en definitiva fije la Suprema Corte de Justicia. 3º otrosí digo: Autorizo al Dr. Diego Guadalupe Brenna a notificarse y examinar el expediente. 4º otro sí digo: Se adjuntan los Poderes Especiales para ejercer la presente acción expedidos por las Intendencias Municipales de Colonia y San José. Dr. Daniel Hugo Martins Abogado Mat. 1224 13