La Couleuvre Noire - Alquimia - GaleriaSombria

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La Couleuvre Noire
(Lave-Tete)
Logia Zariguin (España)
INTRODUCCION
Las enseñanzas y prácticas que se describen en este manual de Vudú Esotérico son el
producto de un sincretismo realizado a partir de diversas elementos esotéricos de finales
del siglo pasado que tuvieron su origen en Europa y Haití.
En los círculos ocultistas franceses de dicha época, aparece la figura del Doctor Gerald
Encausse (Papus) que reunió a su alrededor una serie de tradiciones esotéricas y ocultas de
épocas anteriores: Martinismo, Rosicrucianismo, Gnosticismo y otras tendencias iluministas
que Encausse recibió de distintos iniciados europeos. Dentro del círculo de Papus se
encontraba un ocultista Haitíano, Lucien-François Jean-Maine, que había sido consagrado
Obispo Gnóstico en el año 1899 por Tau Synesio. Lucien-François nació en 1869 en Leogane,
Haití y recibió en Francia primero y luego en España importantes sucesiones iniciáticas y
gnósticas, aunque ya anteriormente en Haití, había recibido las iniciaciones de los cuatro
grados del Vudú en el templo de su propio padre en Leogane. Este rito esotérico del Vudú,
funcionaba ya en Haití desde los años de la independencia de Francia, habiendo sido creado
por Toussaiít--Louverture y derivaba de tradiciones iluministas y cabalísticas francesas
entremezcladas con las corrientes esotéricas africanas traídas por los esclavos negros a Haití.
Papus autorizó a Lucien-François Jean-Maine para que formase su propia orden esotérica
en Haití y en las Antillas de habla francesa. Sin embargo, Jean-Maine no pudo viajar a Haití
hasta el año 1921. En dicho año creó la Ordo Templi Orientis Antiqua (O.T.O.A.) como rama
Haitiana de la O.T.O. ya existente en Europa, cuya Jefatura ostentaba en esa época el famoso
mago y ocultista Aleister Crowley.
A diferencia de la O.T.O. europea, que tenía diez grados, la O.T.O.A. de Jean-Maine se
estructuró en 16 grados. Aún siendo la O.T.O.A. una orden templaria, tenía incorporados
elementos de Magia y Vudú.
Al año siguiente Jean-Maine creó la orden mágica LA COULEUVRE NOIRE (La Culebra
Negra) con elementos puramente vuduistas y comprendiendo cuatro grados con un grado
previo de miembro a prueba y otro administrativo. La Culebra Negra fue desarrollándose
progresivamente en Haití y llegó a absorber a la O.T.O.A., que continuó solamente en
España. En el año 1949 fue sustituido en la jefatura de la orden por su hijo Hector-François,
el cual la dirigió desde Haití hasta el año l.
El teósofo y ocultista norteamericano Michael Bertiaux, de ascendencia francesa y residente
en Chicago, viajó a Haití en el año 1963, tras varios años de estudios de Vudú. En este viaje
Bertiaux recibió de Jean-Maine las iniciaciones del Vudú e hizo contacto directo con el Loa
o dios Haitiano Grand Legbha. Tras estas iniciaciones Bertiaux comenzó a trabajar en la
creación de un sincretismo mágico a partir de las enseñanzas y prácticas del Vudú y las
tradiciones esotéricas occidentales del Martinismo y Gnosticismo.
En 1970 Bertiaux fue nombrado por Hector-François Soberano Gran Maestre de la O.T.O.A.
y en el año 1975 sucedió a éste en la jefatura de L.C.N. y comenzó a escribir todo el material
que compone su enseñanza esotérica, mágica y gnóstica del Vudú Esotérico, que por fin ha
sido publicada en Estados Unidos en 1988 y que se presenta aquí en español por vez primera
y en un lenguaje claro y abierto.
Las enseñanzas del Vudú esotérico enseñan a hablar a los espíritus y recibir de ellos
conocimientos y enseñanzas de como avanzar en el sendero de la iniciación. Se trata de una
enseñanza gnóstica (Gnosis es una antigua palabra griega que significa conocimiento
espiritual) porque enseña a tomar contacto con los espíritus.
Michael Bertiaux contactó también posteriormente en Japón con los espíritus que allí reciben
el nombre de "Kami". Todos estos espíritus son universales y allí en Japón Bertiaux, bajo la
dirección del Maestro Kammamori, conoció las leyes de los Kami o espíritus de la religión
Shinto. Esta experiencia junto con la anterior en el Vudú, produjo en él un conocimiento
completo de la energía espiritual, que es la meta final de la enseñanza gnóstica.
Estas enseñanzas enseñan a entrar en comunicación con Dios y poder ver, las cosas como El
las ve. A través de ella podemos vivir en constante conversación o diálogo con la divinidad,
porque podemos trabajar diariamente con los dioses o emanaciones espirituales de Dios, y
cada día podemos reiniciar una conversación con El a través de la gnosis de los espíritus.
Estas enseñanzas esotéricas son poderes y experiencias auténticas que alimentan el alma.
Proporcionan una serie de operaciones mágicas que hacen posible que el poder espiritual
sea dirigido hacia el operador, no sólo para que pueda resolver un problema determinado,
sino incluso para otorgarle el poder de la luz espiritual, la iluminación perseguida por todos
los movimientos esotéricos y espirituales.
LOS GRADOS DE L.C.N.
Los Grados de L.C.N. son cuatro:
1. LAVE-TETE o INICIADO.
2. CANZO o SERVIDOR.
3. HOUN'GAN o SACERDOTE.
4. BAILLE-GE o HIEROFANTE.
Estos grados reflejan la estructura de la ciencia iniciática atlante y corresponden a las cuatro
iniciaciones en los Cuatro Elementos y las cuatro direcciones simbólicas de la consciencia
espacial, así cómo a los cuatro planos de manifestación.
Los templos del Vudú actúan como instrumentos mágicos de poder oculto. No nos
referimos aquí a los templos de la religión Vudú Haitiana, sino a los del Vudú Esotérico.
Durante la iniciación en este sistema mágico, se crea una fuerza que sigue unas líneas de
movimiento geométricas muy precisas. Como la iniciación ocurre dentro del templo Vudú,
éste toma una significación muy importante y es por ello que tiene que tener una estructura
geométrica para que las energías fluyan siguiendo las líneas de un esquema exacto. En cada
punto del espacio surge una fuerza oculta que depende del emplazamiento en que se
encuentra dicho punto. El poder, durante la iniciación, deriva su fuerza de la localización
de cada punto.
Tenemos pues unas fuerzas y una estructura en el espacio del templo. En el Perystile del
Vudú, hay influencias ocultas que actúan como campos de fuerza invisibles que están bajo
el control de los Maestros.
La energía especial se estructura de acuerdo con estos campos de fuerza de una forma
geométrica exacta y esta estructura geométrica deriva del orden y equilibrio que producen
las formas de pensamiento e imágenes simbólicas que los Maestros han proyectado en el
esquema ritual. Las formas de pensamiento de los Maestros se convierten en las fuerzas
espaciales y en los campos de energía que forman un modelo exacto que está de acuerdo
con las leyes ocultas del universo.
En el templo Vudú, la estructura de la fuerza espacial, obedece a una división cuádruple
representada por las cuatro Cruces de la Cábala Criolla. Es decir, que la estructura mágica
que ha sido proyectada en el templo, es la estructura cabalística de las cuatro Cruces, en la
que el espacio es repartido de acuerdo a un plano oculto que está dividido en cuatro
secciones : Norte, Oeste, Sur y Este.
Cada una de estas cuatro secciones del espacio, tiene un valor determinado, de tal forma
que a cada región, pertenece cierto tipo de operación oculta. Esta asignación es exclusiva
para cada región, ya que de cada una se extraen solamente las energías que surgen en ella
como fuerzas espaciales. Cada estructura y cada función son exclusivas de su propia región,
aunque existe cierta relación con las demás.
Independientemente de la cualificación de las energías en cada región del esquema del
templo, hay también un movimiento de las fuerzas espaciales desde lo inferior hacia lo
superior, es decir, desde el Norte hacia el Este, a través del Oeste y del Sur. Este movimiento
se llama evolución, porque lo inferior busca la perfección de lo superior. Hay aquí una
transferencia de energía desde el Norte hacia el Este. Entonces se desarrolla un centro de
energía oculta, mediante el cual las formas de pensamiento son impuestas sobre las fuerzas
espaciales y el templo entero funciona como una unidad, como un instrumento mágico
perfecto, como un mandala de energía oculta.
Los grados de L.C.N. se corresponden con las cuatro regiones del templo de la forma
siguiente:
Lave-Tête (Señor de la Cruz del Norte), representa al Loa Guedhe-Nibbhó, y corresponde
al subdiaconado de la Ecclesia Gnóstica Spiritualis.
Canzó (Señor de la Cruz del Oeste), representa al Loa Ogou-Fer, y corresponde al diaconado
de la Ecclesia Gnóstica Spiritualis.
Houn'gan o Mambo (Señor de la Cruz del Sur), representa al Loa Simbí, y corresponde al
sacerdocio de la Ecclesia Gnóstica Spiritualis.
Baille-ge (Señor de la Cruz del Este), representa al Loa Damballah-Wedo, y corresponde al
episcopado de la Ecclesia Gnóstica Spiritualis.
LOS ESPIRITUS HUDU
El sistema operado por La Culebra Negra es un sistema de Vudú Esotérico, es decir, que
difiere del Vudú religioso practicado en Haití porque conserva dentro de sí las ancestrales
tradiciones iniciáticas de origen atlante que pasaron a ciertas regiones de la costa occidental
de Africa, y que de forma secreta sobrevivieron hasta la llegada de los blancos.
Con su posterior reinserción en el Caribe, estas tradiciones esotéricas se enriquecieron con
otras traídas del viejo continente europeo, también de origen atlante, pero filtradas por el
tamiz de la civilización judeo-cristiana: celtas, brujería, masonería, martinismo, cábala, etc.
Fue así como la tradición atlante resurgió nuevamente en círculos intelectuales Haitianos
entre iniciados de los cultos más secretos y poderosos del Vudú, dando lugar al Vudú
Esotérico, que nunca antes había salido de los oscuros velos de las sectas secretas Haitianas.
Lo primero que el estudiante del Vudú Esotérico debe trabajar es el sistema de Espíritus
Hudú. En general el Vudú es un sistema que está relacionado enteramente con el mundo
de los espíritus. Puede decirse que tiene grandes paralelismos con los sistemas espiritistas
más recientes. Hasta tal punto, que hoy día existe cierta simbiosis de elementos espiritistas
dentro de muchas prácticas vuduistas.
En relación con los espíritus, debemos antes de nada hacer una referencia a la concepción
que el Vudú tiene de ellos en su sistema.
Los dioses del mundo sobrenatural del Vudú se denominan Loas, Mysteres, Vodouns o
Saints (Santos). Algunos de estos Loas son divinidades africanas originarias de las tribus
Arara, Yoruba, Congos, etc..; otros proceden de otras fuentes como los de la "familia"
Guedhé, de probable origen indio.
Los de origen africano son los más elevados en santidad y pureza, siendo arquetipos de
niveles espirituales superiores y por tanto los mas venerados en los templos vuduistas.
Otros en cambio, son de origen criollo, sobre todo los de los ritos Petró, que corresponden
muchas veces a espíritus de iniciados muertos que han adquirido el status de Loa.
A este respecto, puede decirse que el panteón Vudú no cesa de enriquecerse constantemente
con los espíritus de los adeptos que han conseguido su iluminación y con ello pasar al estado
de Loa.
También hay Loas que son desconocidos por los vuduistas pero que existen en el plano
astral, muy cerca de los mortales y que se revelan en los sueños y meditaciones de los
iniciados, entrando también poco a poco en el panteón Vudú.
Hay divisiones de los Loas según su origen africano o americano, aunque también otras hay
divisiones que se corresponden con su funcionalidad o con el nivel o plano en que habitan.
En general hay dos grandes grupos de Loas: los que son más "éticos" o generalmente
hablando "más buenos o más blancos", llamados Rada, con sus cultos y ritmos propios; y
los que son menos éticos, más "malvados, obscenos y peligrosos", que corresponden a los
llamados Petró, entre los que incluimos a la "familia" Guédhé.
En este segundo grupo hay fuertes elementos de origen Congo, mientras que en el grupo
Rada hay muchos elementos de origen Arara y Yoruba. Los grupos de Loas se denominan
en general "nachon" (nación), para recordar sus orígenes tribales africanos. El término
"nanchon" es sinónimo de "fanmi" (familia), aunque muchas veces la "fanmi" indica una
subdivisión funcional dentro de una "nanchon".
Hay diferencias en el Vudú entre lo que los Haitianos llaman "el buen Dios", el Dios
Todopoderoso, y los Loas. El "buen Dios" no tiene nombre, o bien su nombre ha sido
olvidado por los hombres. Es superior a los Loas y tiene una naturaleza impersonal y en un
nivel de vibración por encima de ellos.
Aunque el término Loa traduce a veces como "dios" por los no iniciados, en realidad debería
traducirse por espíritu o ley, que es su acepción más adecuada.
Los Haitianos encuentran que los Loas están en un nivel intermedio entre Dios y los
hombres, lo mismo que ocurre con los Orishas de la tradición Yoruba.
Los Haitianos afirman que los Loas habitan en Africa, en Guinea (Guinée) o bien en una isla
sepultada bajo las aguas del océano Atlántico. Algunos habitan permanentemente en ciertas
piedras sagradas llamadas "pierre-loa" que son patrimonio de los iniciados y que son
pasadas después de su muerte a otros iniciados y así de generación en generación. Algunos
Loas habitan también en ciertos lugares sagrados de Haití.
Los Loas conviven con los espíritus de los muertos, sobre todo con los de los iniciados del
Vudú. Estos espíritus montan sobre los adoradores en las reuniones rituales en las que
algunos caen en trance, siendo "poseídos" por los Loas, que los utilizan como si fueran
caballos.
Durante estas "posesiones" las personas cambian su forma de expresión y se mueven,
danzan y hablan con las características del Loa que les ha poseído. Los Loas descienden por
el Potteau Mitan (poste central) del Hounfor (templo). Este poste tiene en su base una
especie de piedra altar a cuyo lado se improvisan los diagramas sagrados de los Loas,
pintados con harina blanca o con tiza sobre el suelo. Allí es donde son ofrecidos los
sacrificios propiciatorios para el descenso de los espíritus, todo ello acompañado de cantos
y batir de tambores sagrados.
El Vudú afirma que cada niño nace con un Mait Tete o espíritu que es maestro de su cabeza,
que actúa como Loa personal y que debe ser desarrollado hasta un nivel consciente para
conseguir la iniciación completa; de otra forma, el individuo solo poseerá el Loa familiar.
Una vez conocida la naturaleza de su Loa personal, el iniciado puede integrarse él mismo
como un Loa en la Ciudad Sagrada arquetípica celestial, donde habitan los espíritus.
Estos iniciados, una vez que mueren, se les retira el Loa Mait Tete de su cabeza para ser
conservado en un recipiente especial (Govi) en donde madura y termina su preparación
como Loa para luego ser liberado y arrojado a las aguas y desde ellas integrarse en el mundo
de los espíritus.
Pero aquí vamos a tratar del Vudú Esotérico, tal como se practica dentro de una de las sectas
más secretas del Vudú Haitiano: La Société des Zobops: La Couleuvre Noire (La Culebra
Negra).
Como una rama más del esoterismo, se trata de un sistema iniciático que opera sobre el
individuo desde los planos inferiores hasta las más altas esferas de los niveles espirituales.
No es necesario ser negro o Haitiano para acceder a este sistema porque ha sido elaborado
para mentalidades modernas de cualquier origen cultural. Lo que sí es importante es tener
en cuenta que es un sistema espiritualista, o sea, que trabaja con los espíritus, aunque se
trate de los espíritus del Vudú. En este sistema se aprende a comunicarse con estos espíritus
y a recibir sus poderes con el fin de avanzar en el sendero material y espiritual.
Los espíritus Vudú funcionan con cualquier tipo de individuo que haya sido iniciado en
este sistema, sea Haitiano o no, sea de raza negra o de cualquier otra. Lo importante es llegar
a familiarizarse con ellos y comenzar a realizar el contacto que producirá el intercambio de
sustancias sutiles entre el iniciado y los espíritus con el consiguiente beneficio para ambos.
Los espíritus del nivel más cercano a los mortales son los llamados espíritus Hudú. Ellos
están muy cerca del hombre porque necesitan para su propia evolución superior una serie
de energías vitales de procedencia humana para realizar dicho trabajo en los planos astrales.
A cambio de estas donaciones u ofrendas que el iniciado les proporciona, ellos le ofrecen
conocimiento y poder desde su plano de existencia.
Los espíritus Hudú, lo mismo que los demás espíritus, no son visibles para la visión
ordinaria y solo pueden ser percibidos con la segunda visión o clarividencia. También
pueden ser oídos por clariaudiencia o contactados directamente en el plano astral o en los
sueños.
Entre los espíritus Hudú están las almas de los antiguos magos atlantes que se hundieron
con su isla en el cataclismo final que hizo desaparecer dicho continente. Su magia fue muy
poderosa y aún lo es después de muertos, en el plano astral. Se encuentran actualmente en
dicha isla sumergida bajo el mar de los Sargazos, en el triángulo de las Bermudas. Sus
cuerpos están allí abajo y su magia los retiene allí, y sin embargo sus espíritus están libres
en el astral para comunicarse con los mortales y seguir con su ayuda su propia evolución
espiritual.
Bajo ese bosque de algas de dicho mar hay una isla donde sigue reinando un antiguo
mago-rey de grandísimo poder. Se trata del Maestro del Gran Bosque de las Islas bajo el
mar (Maitre Grand Bois d' Ilet). que generalmente suele llamarse simplemente "Maitre".
Estos espíritus de muertos que yacen bajo el océano se denominan espíritus "Hu".
Los restantes espíritus Hudú son las almas de otros magos que han muerto y cuyos cuerpos
yacen en cementerios en Haití; son los espíritus "Du", cuyo rey es el Loa de los muertos
"Papá Guédhé Nibbó".
Estos dos grupos de espíritus son los primeros en los niveles ascendentes, que el practicante
de Vudú Esotérico tiene que contactar y trabajar. Con su ayuda y su magia podra lanzarse
a empresas mas elevadas en el sendero de la iniciación.
Existen otros espíritus que serán tratados y estudiados en otras secciones posteriores, pero
por ahora debemos dedicarnos exclusivamente a los Hudú como la base de estudio y
práctica del principiante del Vudú Esotérico de La Culebra Negra.
Hay que tener en cuenta que para que un individuo pueda seguir adecuadamente el
sendero iniciático, debe tener cubiertas sus necesidades ya sea por haberlas satisfecho
(sendero del mago) o bien por haberlas restringido (sendero del asceta). En el primer caso,
el mago puede hacer uso de la ayuda que le brindan los espíritus para obtener aquello que
necesitan para sentirse feliz y en buenas condiciones físicas para iniciar su desarrollo
espiritual. La renuncia al bienestar material puede conducir a represiones que obsesionan
al individuo y lo acosan durante su trabajo en el sendero.
El mago puede necesitar para sentirse feliz una buena salud. bienes materiales suficientes
para no sentirse incómodo en su trabajo de dedicación mágica, una pareja adecuada para
completar y colmar su vida y por último una corriente de conocimiento que le ilumine
constantemente el sendero.
Todo ello puede ser corregido con la voluntad del individuo y la ayuda de los espíritus. Los
Hudú están ahí precisamente para ayudar al hombre en estas empresas; son como los
ángeles y demonios de las religiones judeo-cristianas. Necesitan el contacto humano para
su propia misión y a su vez ayudar al hombre en su propio desarrollo.
El acercamiento a estos espíritus se hace mediante ciertas ceremonias rituales de tipo
mágico. Aunque algunas personas con capacidad natural o adquirida mediante desarrollo
esotérico puedan contactar directamente con estos espíritus con solo dirigir su mente hacia
ellos, la realidad es que la mayoría de las personas, incluso los iniciados necesitan
ciertas operaciones rituales mágicas para invocarlos.
...
Ficheiro do Abelha
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