Los derechos de los procuradores y su reclamación en el proceso

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J URISPRUDENCIA
Los derechos de los procuradores y
su reclamación en el proceso monitorio
La Audiencia de La Coruña establece claramente su adecuación
a Audiencia Provincial de La
Coruña nos brinda una resolución que ha provocado una
duda procesal, compleja de despejar:
si el procurador puede reclamar sus
derechos a su cliente sin acudir al
expeditivo procedimiento de jura de
cuenta, o si puede optar por el juicio
monitorio y en su caso el ordinario.
La sección cuarta de dicho tribunal rotundamente establece por auto,
después de estimar el recurso que interpuso la procuradora a quien le fue
denegada la admisión a trámite de
tal proceso monitorio por el juzgado
de primera instancia, la revocación
del que dictó dicho juzgado, y acuerda también en su parte dispositiva
la admisión a trámite de la solicitud de este proceso monitorio por
la demandante contra sus clientes en
reclamación de los derechos adeudados.
Vamos a desmenuzar la tramitación de las actuaciones de este incidente procesal que llega a nosotros por la remisión de los datos que
efectúa el decano del Colegio de Procuradores de La Coruña, Javier Carlos Sánchez García. Como antecedentes diremos que la procuradora
reclamante, actuando en su propio
nombre, presentó escrito de formalización de proceso monitorio de reclamación de cantidad contra dos
clientas suyas en virtud de las deudas
generadas como consecuencia de la
prestación de sus servicios profesionales. El juzgado de primera instancia acordó denegar su admisión a
trámite dado en la inteligencia de
que aquella reclamación de derechos
L
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y suplidos de la procuradora debería haberse promovido acudiendo al
procedimiento de jura de cuentas
ante el órgano jurisdiccional en el
que se habían tramitado los litigios
que produjeron los honorarios objeto de la reclamación.
Interpuesto recurso de apelación
por la interesada, la Audiencia anuló,
como ya indicamos anteriormente,
tal decisión del juzgado. Para ello
la sala enumera cuidadosamente los
motivos en que funda su pronunciamiento, y como primero de ellos establece que “el procedimiento que se
regula en el artículo 34 para reclamar
los procuradores el pago de las cantidades que su poderdante moroso
les adeuda por los derechos y gastos
que hubieran suplido para el asunto
de que se trate no lo es en términos imperativos sino opcionales, de
manera que, su misma existencia, no
excluye que para reclamar dichas
cantidades se pueda acudir al procedimiento declarativo que corresponda, según la cuantía, o al monitorio regulado en los artículos 812
y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil que tiene como finalidad permitir al acreedor que inicialmente carece de título ejecutivo
seguir una ejecución dineraria contra su deudor, salvo que éste se oponga a que se despache ejecución”.
Por otra parte, añade la sala que
“de conformidad con el parecer doctrinal y jurisprudencial generalizado,
el artículo 34 de la Ley de Enjuiciamiento Civil /2000 ha venido a recoger la doctrina jurisprudencial habida bajo la vigencia de la escueta
regulación del procedimiento de jura
de cuenta que resultaba del artículo 8
de la LEC/1881 previniendo un procedimiento contradictorio que termina por medio de auto que no produce los efectos de cosa juzgada”.
No olvida la sala que “se trata de
un procedimiento el previsto en el
artículo 34 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, de carácter privilegiado
establecido en atención a la profesión
de acreedor y a la clase de crédito que
se reclama, que no puede redundar
en una limitación o restricción de los
procedimientos de que aquellos disponen para obtener el pago de sus
créditos”.
Y por último, la sala también contempla el aspecto formal de la demanda y nos dice que “los documentos aportados por la instante
acompañando la solicitud inicial de
procedimiento monitorio se adecuan
a las exigencias que resultan de lo
dispuesto en el apartado segundo del
número uno del artículo 812 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil”.
No es exagerado calificar de complejo este tema que desarrolla la Audiencia Provincial de La Coruña si
se tienen en cuenta los fundamentos
que el tribunal ha tenido presente
para poder afirmar la idoneidad del
proceso, no aceptada por muchos juristas, adoptado por esta compañera
para obtener una resolución firme,
con posibilidad previa de debate y
discusión amplia, preparatoria de un
final firme y ejecutorio.
CARLOS DE ZULUETA CEBRIÁN
Procurador
Cada mandamiento de pago devenga
un derecho arancelario incluible
en tasación de costas
antas consignaciones cuantas se
hagan en un proceso y consecuentemente su retirada por el
procurador producirán por cada una
de ellas los derechos o devengos arancelarios de esta gestión que regula el
artículo 25 en los Aranceles vigentes.
Este supuesto es frecuente en muchos casos, sobre todo en aquellos
pleitos en que se embargan los ingresos mensuales de un deudor o
pagos fraccionados que terceras personas o uno de los litigantes tienen
que depositar en el juzgado. El procurador de la parte beneficiada tiene
que retirarlos uno a uno, y según la
sentencia de la sección segunda de
la Audiencia Provincial, 274/03, de
la que ha sido ponente el magistrado
Juan Ruiz-Rico Ruiz-Morón, y que
nos envía la decana de Almería, María del Mar Gázquez Alcoba, en cada
retirada de depósito, sea cual fuere
su importe, percibirá el procurador
que lo haga la cantidad arancelaria
que le corresponda.
T
Analicemos este proceso desde su
inicio sin entrar, como es lógico, en
el pleito principal del que se deriva
el incidente de impugnación de la
tasación de costas practicada en el
mismo a instancia de la parte beneficiada.
En la expresada tasación figuraba una cantidad por la retirada de
una consignación o entrega de mandamiento que la parte promotora de
la tasación consideraba insuficiente
por ser varios los mandamientos que
“El derecho devengado
por el procurador
lo es por cada uno
de los mandamientos
entregados y en función
de la cuantía
de los mismos”
le habían sido entregados, y a tal
efecto interpuso recurso de apelación por entender que el importe total devengado era superior y debía
de ser el de 99,96 euros, pronunciamiento que ha aceptado la sala en
su fallo al estimar el recurso interpuesto por el recurrente.
Tiene interés la fundamentación
en derecho que a este respecto hace
la sala. Dice así: “El artículo anteriormente citado –39.2 del Arancel
anterior, hoy 25– establece que por
la consignación y retirada de depósitos en efectivo se devengarán los
derechos que corresponda conforme a la escala anterior, reducidos en
un quince por ciento; pues bien, de
acuerdo con la redacción de la norma es evidente la razón que le asiste
al recurrente puesto que el derecho
devengado por el procurador lo es
por cada uno de los mandamientos
entregados y en función de la cuantía de los mismos, puesto que el trabajo desarrollado por el procurador
no es el mismo retirando un mandamiento de depósito que retirando
varios, razón por la que debe estimarse el recurso”.
Por ello en el fallo estimatorio
del recurso se revoca la resolución
del juzgado de primera instancia
debiéndose dictar otra en su lugar
que declare que los derechos de la
procuradora recurrente, por el concepto de consignaciones y retirada
de depósitos, es de 99,96 euros que
deberán incluirse en la tasación de
costas.
CARLOS DE ZULUETA CEBRIÁN
Procurador
Mayo 2004 • PROCURADORES / 55
J URISPRUDENCIA
La tasa judicial es un gasto incluible
en las costas, según la Audiencia
de Zaragoza
Fallo telegráfico: “Estimar el recurso e incluir la tasa de 159,03 euros
en la tasación de costas practicada”.
La sentencia de la sección cuarta
de la Audiencia Provincial de Zaragoza (173/04) de la que ha sido ponente José Javier Solchaga Loitegui, y
que nos remite el decano del Colegio,
Luis Ignacio Ortega Alcubierre, no
puede ser más contundente al mandar esta inclusión en una tasación de
costas por considerar que la tasa que
establece la Ley 53 del 2002, de medidas fiscales en el ámbito de la Justicia, es un gasto judicial más que han
de satisfacer los litigantes y, por tanto, incluible con los demás.
Pero ordenemos un poco la marcha del proceso para ser consecuentes con el encabezamiento de esta
crónica. En autos de juicio de ejecución dineraria seguidos ante el juzgado de primera instancia número
17 de Zaragoza, en los que se practicó una tasación de costas, no fue
incluido en ella el importe de la tasa
judicial preceptiva para la tramitación del proceso. La entidad bancaria promotora y favorecida por la
imposición de costas impugnó sin
éxito, lo que motivó su recurso de
apelación ante la Audiencia.
La sala, también escuetamente,
considera para llegar al fallo al que
“Parece razonable que si determinadas personas
físicas precisan formular una reclamación judicial,
y que si no pagan al Estado el impuesto o tarifa
establecido, no se pone en marcha el pleito, y no cabe
la menor duda de que es un gasto judicial”
al principio hemos aludido que “se
trata de un ingreso efectuado a favor
del Tesoro Público, establecido en la
Ley 53/02, de 30 de diciembre, conforme al artículo 241 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 2000; es un
desembolso que tiene su origen directo e inmediato en el proceso, indispensable al actor para interponer
la demanda”.
“Este gasto –añade la sala– no
se recoge en dicho artículo en la tasación de costas nominativamente
porque aún no se había establecido;
y por el contrario la Ley 25/1986, de
24 de diciembre, suprimió los derechos arancelarios que correspondían
a algunos funcionarios judiciales, que
sí los incluían como tasación de costas la Ley Procesal Civil de 1881”.
Por último, “restablecida la tasa
ahora por el Estado es de considerarla incluida en la tasación de costas del artículo 241 de la nueva Ley
Procesal Civil como Arancel”. De
modo que se estima el recurso de
apelación interpuesto y en su parte
dispositiva del fallo se manda incluir
los 159,03 euros de la tasa como ya
anticipábamos al principio.
Así planteado y cuestionado el
tema discutido, parece razonable que
si determinadas personas físicas precisan formular una reclamación judicial, y que si no pagan al Estado el
impuesto o tarifa establecido, no se
pone en marcha el pleito, y no cabe
la menor duda de que es un gasto
judicial, lo pague quien lo deba pagar al final.
CARLOS DE ZULUETA CEBRIÁN
Procurador
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