J URISPRUDENCIA Los derechos de los procuradores y su reclamación en el proceso monitorio La Audiencia de La Coruña establece claramente su adecuación a Audiencia Provincial de La Coruña nos brinda una resolución que ha provocado una duda procesal, compleja de despejar: si el procurador puede reclamar sus derechos a su cliente sin acudir al expeditivo procedimiento de jura de cuenta, o si puede optar por el juicio monitorio y en su caso el ordinario. La sección cuarta de dicho tribunal rotundamente establece por auto, después de estimar el recurso que interpuso la procuradora a quien le fue denegada la admisión a trámite de tal proceso monitorio por el juzgado de primera instancia, la revocación del que dictó dicho juzgado, y acuerda también en su parte dispositiva la admisión a trámite de la solicitud de este proceso monitorio por la demandante contra sus clientes en reclamación de los derechos adeudados. Vamos a desmenuzar la tramitación de las actuaciones de este incidente procesal que llega a nosotros por la remisión de los datos que efectúa el decano del Colegio de Procuradores de La Coruña, Javier Carlos Sánchez García. Como antecedentes diremos que la procuradora reclamante, actuando en su propio nombre, presentó escrito de formalización de proceso monitorio de reclamación de cantidad contra dos clientas suyas en virtud de las deudas generadas como consecuencia de la prestación de sus servicios profesionales. El juzgado de primera instancia acordó denegar su admisión a trámite dado en la inteligencia de que aquella reclamación de derechos L 54 / PROCURADORES • Mayo 2004 y suplidos de la procuradora debería haberse promovido acudiendo al procedimiento de jura de cuentas ante el órgano jurisdiccional en el que se habían tramitado los litigios que produjeron los honorarios objeto de la reclamación. Interpuesto recurso de apelación por la interesada, la Audiencia anuló, como ya indicamos anteriormente, tal decisión del juzgado. Para ello la sala enumera cuidadosamente los motivos en que funda su pronunciamiento, y como primero de ellos establece que “el procedimiento que se regula en el artículo 34 para reclamar los procuradores el pago de las cantidades que su poderdante moroso les adeuda por los derechos y gastos que hubieran suplido para el asunto de que se trate no lo es en términos imperativos sino opcionales, de manera que, su misma existencia, no excluye que para reclamar dichas cantidades se pueda acudir al procedimiento declarativo que corresponda, según la cuantía, o al monitorio regulado en los artículos 812 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil que tiene como finalidad permitir al acreedor que inicialmente carece de título ejecutivo seguir una ejecución dineraria contra su deudor, salvo que éste se oponga a que se despache ejecución”. Por otra parte, añade la sala que “de conformidad con el parecer doctrinal y jurisprudencial generalizado, el artículo 34 de la Ley de Enjuiciamiento Civil /2000 ha venido a recoger la doctrina jurisprudencial habida bajo la vigencia de la escueta regulación del procedimiento de jura de cuenta que resultaba del artículo 8 de la LEC/1881 previniendo un procedimiento contradictorio que termina por medio de auto que no produce los efectos de cosa juzgada”. No olvida la sala que “se trata de un procedimiento el previsto en el artículo 34 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, de carácter privilegiado establecido en atención a la profesión de acreedor y a la clase de crédito que se reclama, que no puede redundar en una limitación o restricción de los procedimientos de que aquellos disponen para obtener el pago de sus créditos”. Y por último, la sala también contempla el aspecto formal de la demanda y nos dice que “los documentos aportados por la instante acompañando la solicitud inicial de procedimiento monitorio se adecuan a las exigencias que resultan de lo dispuesto en el apartado segundo del número uno del artículo 812 de la Ley de Enjuiciamiento Civil”. No es exagerado calificar de complejo este tema que desarrolla la Audiencia Provincial de La Coruña si se tienen en cuenta los fundamentos que el tribunal ha tenido presente para poder afirmar la idoneidad del proceso, no aceptada por muchos juristas, adoptado por esta compañera para obtener una resolución firme, con posibilidad previa de debate y discusión amplia, preparatoria de un final firme y ejecutorio. CARLOS DE ZULUETA CEBRIÁN Procurador Cada mandamiento de pago devenga un derecho arancelario incluible en tasación de costas antas consignaciones cuantas se hagan en un proceso y consecuentemente su retirada por el procurador producirán por cada una de ellas los derechos o devengos arancelarios de esta gestión que regula el artículo 25 en los Aranceles vigentes. Este supuesto es frecuente en muchos casos, sobre todo en aquellos pleitos en que se embargan los ingresos mensuales de un deudor o pagos fraccionados que terceras personas o uno de los litigantes tienen que depositar en el juzgado. El procurador de la parte beneficiada tiene que retirarlos uno a uno, y según la sentencia de la sección segunda de la Audiencia Provincial, 274/03, de la que ha sido ponente el magistrado Juan Ruiz-Rico Ruiz-Morón, y que nos envía la decana de Almería, María del Mar Gázquez Alcoba, en cada retirada de depósito, sea cual fuere su importe, percibirá el procurador que lo haga la cantidad arancelaria que le corresponda. T Analicemos este proceso desde su inicio sin entrar, como es lógico, en el pleito principal del que se deriva el incidente de impugnación de la tasación de costas practicada en el mismo a instancia de la parte beneficiada. En la expresada tasación figuraba una cantidad por la retirada de una consignación o entrega de mandamiento que la parte promotora de la tasación consideraba insuficiente por ser varios los mandamientos que “El derecho devengado por el procurador lo es por cada uno de los mandamientos entregados y en función de la cuantía de los mismos” le habían sido entregados, y a tal efecto interpuso recurso de apelación por entender que el importe total devengado era superior y debía de ser el de 99,96 euros, pronunciamiento que ha aceptado la sala en su fallo al estimar el recurso interpuesto por el recurrente. Tiene interés la fundamentación en derecho que a este respecto hace la sala. Dice así: “El artículo anteriormente citado –39.2 del Arancel anterior, hoy 25– establece que por la consignación y retirada de depósitos en efectivo se devengarán los derechos que corresponda conforme a la escala anterior, reducidos en un quince por ciento; pues bien, de acuerdo con la redacción de la norma es evidente la razón que le asiste al recurrente puesto que el derecho devengado por el procurador lo es por cada uno de los mandamientos entregados y en función de la cuantía de los mismos, puesto que el trabajo desarrollado por el procurador no es el mismo retirando un mandamiento de depósito que retirando varios, razón por la que debe estimarse el recurso”. Por ello en el fallo estimatorio del recurso se revoca la resolución del juzgado de primera instancia debiéndose dictar otra en su lugar que declare que los derechos de la procuradora recurrente, por el concepto de consignaciones y retirada de depósitos, es de 99,96 euros que deberán incluirse en la tasación de costas. CARLOS DE ZULUETA CEBRIÁN Procurador Mayo 2004 • PROCURADORES / 55 J URISPRUDENCIA La tasa judicial es un gasto incluible en las costas, según la Audiencia de Zaragoza Fallo telegráfico: “Estimar el recurso e incluir la tasa de 159,03 euros en la tasación de costas practicada”. La sentencia de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Zaragoza (173/04) de la que ha sido ponente José Javier Solchaga Loitegui, y que nos remite el decano del Colegio, Luis Ignacio Ortega Alcubierre, no puede ser más contundente al mandar esta inclusión en una tasación de costas por considerar que la tasa que establece la Ley 53 del 2002, de medidas fiscales en el ámbito de la Justicia, es un gasto judicial más que han de satisfacer los litigantes y, por tanto, incluible con los demás. Pero ordenemos un poco la marcha del proceso para ser consecuentes con el encabezamiento de esta crónica. En autos de juicio de ejecución dineraria seguidos ante el juzgado de primera instancia número 17 de Zaragoza, en los que se practicó una tasación de costas, no fue incluido en ella el importe de la tasa judicial preceptiva para la tramitación del proceso. La entidad bancaria promotora y favorecida por la imposición de costas impugnó sin éxito, lo que motivó su recurso de apelación ante la Audiencia. La sala, también escuetamente, considera para llegar al fallo al que “Parece razonable que si determinadas personas físicas precisan formular una reclamación judicial, y que si no pagan al Estado el impuesto o tarifa establecido, no se pone en marcha el pleito, y no cabe la menor duda de que es un gasto judicial” al principio hemos aludido que “se trata de un ingreso efectuado a favor del Tesoro Público, establecido en la Ley 53/02, de 30 de diciembre, conforme al artículo 241 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000; es un desembolso que tiene su origen directo e inmediato en el proceso, indispensable al actor para interponer la demanda”. “Este gasto –añade la sala– no se recoge en dicho artículo en la tasación de costas nominativamente porque aún no se había establecido; y por el contrario la Ley 25/1986, de 24 de diciembre, suprimió los derechos arancelarios que correspondían a algunos funcionarios judiciales, que sí los incluían como tasación de costas la Ley Procesal Civil de 1881”. Por último, “restablecida la tasa ahora por el Estado es de considerarla incluida en la tasación de costas del artículo 241 de la nueva Ley Procesal Civil como Arancel”. De modo que se estima el recurso de apelación interpuesto y en su parte dispositiva del fallo se manda incluir los 159,03 euros de la tasa como ya anticipábamos al principio. Así planteado y cuestionado el tema discutido, parece razonable que si determinadas personas físicas precisan formular una reclamación judicial, y que si no pagan al Estado el impuesto o tarifa establecido, no se pone en marcha el pleito, y no cabe la menor duda de que es un gasto judicial, lo pague quien lo deba pagar al final. CARLOS DE ZULUETA CEBRIÁN Procurador 56 / PROCURADORES • Mayo 2004