INTRODUCCIÓN La obligación para la Administración de motivar

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INTRODUCCIÓN
La obligación para la Administración de motivar sus decisiones constituye un
mecanismo de protección jurídica del administrado enfrente a las prerrogativas
del poder político, que se concretan en los atributos de los actos
administrativos, que son obligatorios y se ejecutan de oficio por la autoridad que
los expide. Así el particular, a través del conocimiento de la causa que originó
que la decisión que lo afecta y de sus fundamentos de derecho, tienen la
posibilidad de ejercer su derecho a la defensa, y eventualmente, el juez
administrativo podrá establecer si los motivos que expresa la administración
fueron reales y ciertos, y si la autoridad que expidió el acto se ajustó a derecho,
conforme así se ha evidenciado en estos últimos años con los diferentes
reclamos por la vía administrativa o judiciales que se han presentado en contra
del Ministerio de Defensa Nacional.
Por ello se hace necesario el que la Autoridad Administrativa tenga conciencia
de la importancia que tiene el respecto a la ley y los derechos del administrado,
por ello la presente investigación pretende crear esa conciencia y guiarles en la
forma en cómo deben motivar sus actos,
con la finalidad de prevenir las
demandas de los administrados, que dentro de la Institución Castrense los
actos administrativos cumplan con un conjunto de requisitos de validez que le
dan la legitimidad, dada su significación en el ejercicio de la función
administrativa enmarcada siempre por el interés general.
1
El poder que se les otorga a los funcionarios que actúan en el marco de la
función administrativa, no es un poder para ejercerlo a su arbitrio y capricho,
sino en procura de la mejor consecución de fines colectivos, esto es en
beneficio de las personas que conforman la institución militar, por ello a pesar
de los grandes inconvenientes que hemos tenido los profesionales dentro de la
Institución, para hacer prevalecer el derecho, tenemos la confianza de que paso
a paso se logrará una cultura de respecto a la Constitución.
En el presente trabajo se utilizó una metodología de investigación general, así
como métodos particulares como el deductivo, sobre todo al abordar los
primeros capítulos por ser predominantes, doctrinales, paralelamente se utilizó
el método histórico dogmático, el descriptivo y eventualmente el comparativo.
Las fuentes y herramientas utilizadas en la investigación fueron las legales,
doctrinales, así como también la documental.
2
EL PRINICIPIO CONSTITUCIONAL DE LA MOTIVACION EN LOS ACTOS
ADMINISTRATIVOS EMANADOS POR LAS FUERZAS ARMADAS
CAPITULO I
1. DEFINICIONES
1.1 Como se define el acto administrativo.
El término acto administrativo surge en los comienzos de la Revolución
Francesa, configurando aquellos actos del Príncipe que estaban exentos de
control por la jurisdicción ordinaria.
Estos eran los que se llamaban “actos de autoridad”, emanados del poder
ejecutivo en ejercicio de sus prerrogativas y no controlables y frente a ellos
estaban los “actos de gestión” que provenían de la Administración con carácter
patrimonial y jurídico privado y susceptibles de control jurisdiccional, siendo los
actos administrativos estos últimos.
Es decir podemos definir al acto administrativo como el modo de manifestarse
la actividad de la administración pública; pudiendo establecerse diferencias con
3
las otras funciones del estado como la legislativa que promulga leyes y la
judicial que dicta sentencias.
El acto administrativo no lo es todo en el Derecho Administrativo, por lo que se
hace necesario el establecer un claro concepto con el objeto de diferenciarlo de
los otros actos jurídicos de la Administración.
El acto administrativo en su concepto más amplio, puede ser considerado como
el acto jurídico proveniente de una Administración Pública en ejercicio de sus
potestades y sometido al Derecho Administrativo.
El acto administrativo en su concepto estricto, dado que el acto administrativo
adquiere importancia en cuanto afecta a los ciudadanos en forma positiva o
negativamente, lo interesante es el control de los mismos, para garantía de los
interesados. Consecuentemente el concepto estricto del acto administrativo
estará ligado a su posible fiscalización y se referirá solo a aquellos actos
jurídicos, que cumpliendo los requisitos del anterior, pueden ser objeto de
recurso administrativo o contencioso administrativo.
No es dable el confundir un acto administrativo con uno de mero trámite, como
un informe, certificación, absolución de consultas, etc., pues los mismos son
como su nombre lo indica de trámite y son previos a la resolución que tome el
4
administrador en relación a determinado caso que implique derechos al
administrado.
El acto administrativo también puede ser tomado como una declaración de
voluntad que puede ser expresa, tácita o presunta, según el modo de
manifestarse.
El Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva en su
Art. 65 manifiesta: “ACTO ADMINISTRATIVO.- Es toda declaración unilateral
efectuada en ejercicio de la función administrativa que produce efectos jurídicos
individuales de forma directa.”1
El acto administrativo es clave en el Derecho Administrativo, ya que es ante
todo, una conquista del Estado de Derecho, al presuponer una jerarquía de
normas cuyos
mandatos desembocan en realizaciones concretas, en
actuaciones. Por ello el acto administrativo se va gestando a través de una
concatenación de normas jerárquicamente ordenadas, al término de las cuales
surgen los actos que realizan, con trascendencia jurídica exterior, los órganos
de la Administración.
1
Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva.
5
A partir de la aparición o surgimiento de un acto, la acción administrativa puede
ser impugnada administrativamente o jurisdiccionalmente, de ahí que ante todo,
el acto administrativo remite a la sujeción de la Administración, al principio de la
legalidad y somete el actuar administrativo a la posible y última intervención
jurisdiccional.
El acto administrativo presupone la existencia de un actuar por parte de la
Administración, esta actuación o bien crea cargos y obligaciones a los
administrados o bien les otorga beneficios y derechos, siendo que el acto puede
definirse también como: “aquella declaración unilateral no normativa de la
Administración, sometida al Derecho Administrativo.”
El acto administrativo debe encerrar ciertas características que abarcan las
varias definiciones que hemos puesto de relieve y que le dan esa calidad como
son:
La declaración: los actos administrativos son declaraciones en cuanto que son
manifestaciones son trascendencia externa, que pueden crear derechos
(concesión de una licencia) o imponer obligaciones para los particulares
(sanción, pago de una multa).
6
La unilateralidad: El acto administrativo encierra una actuación de carácter
unilateral, distinguiéndose así los actos de los contratos, por ejemplo: mientras
que el acto es unilateral, existe una sola voluntad de la Administración, el
contrato necesita por lo menos dos voluntades, una persona que vende y la otra
que compra.
La no normatividad:
Los actos, si bien son una actuación de la
Administración, son de naturaleza no normativa.
Con esto se pretende
distinguir entre los actos y las normas jurídicas procedentes de la
Administración, los Reglamentos, pues mientras el Reglamento en Derecho
crea Derecho, el acto suelo ser la aplicación del Derecho, del Reglamento u
otra norma. El Reglamento dura en tanto en cuanto no se derogue o modifique
el acto, por lo general, se agota con su cumplimiento.
El origen administrativo: los actos administrativos emanan de órganos de la
Administración y si bién esto puede parecer una redundancia, se trae aquí por
cuanto hay actos de órganos distintos de los estrictamente administrativos
(judiciales, del poder legislativo) que no son administrativos pero a efectos de
su control por los tribunales se equiparan a aquellos.
El sometimiento al derecho administrativo: Los actos administrativos están
sometidos al Derecho Administrativo, lo que significa distinguir entre acto
administrativo y acto de la administración, por cuanto hay determinadas
7
actuaciones de la Administración no sometidas al Derecho Administrativo, sino
al Derecho privado (civil, laboral, etc.) ya que la Administración es una persona
jurídica.
Cuando una autoridad administrativa va a dictar un acto en ejercicio de su
ámbito de competencia, debe ajustarse en primer lugar a una base legal que le
precisa o determina su actuación. En ella se expresa la finalidad por la cual se
le otorga esta atribución al funcionario, así como se especifican los motivos que
justifican que la autoridad actúe en una situación determinada. Es decir, la
norma legal determinará los supuestos de hecho en los cuales la autoridad
debe realizar una acción concreta que se plasmará a través de un acto
administrativo.
En este sentido, el funcionario debe estar en pleno conocimiento de su esfera
competencial; y, además, del conjunto de situaciones fácticas que deben
presentarse en la realidad para que pueda
emitir un acto administrativo
contentivo de la medida que se produce como consecuencia jurídica.
Este
razonamiento es válido tanto para los actos que generan derechos a favor del
administrado, como para aquellos actos sancionatorios.
Brevemente hemos analizado los dos requisitos de fondo del Acto
Administrativo, en primer término la competencia, que es la potestad que se
tiene para actuar en el ámbito de la función administrativa, y la base legal,
8
constituida con la norma o normas legales que orientan y delimitan la actuación
administrativa.
Ahora bien, para que la autoridad competente pueda entrar en acción debe
producirse alguna de las circunstancias de hecho que son descritas en la base
legal. Ellas constituyen el motivo o la causa de la actuación administrativa. Las
normas legales generales y abstractas, así como la competencia de la
autoridad, son anteriores, lógicamente, a la actuación administrativa. En este
sentido, ese funcionario, para poder actuar debe justificar su acción al surgir
una situación fáctica, que encuadra el supuesto de hecho de la norma y ante la
cual está obligado a producir una medida determinada como consecuencia de
los hechos.
Igualmente se puede ver la conexión cercana entre la Base Legal y la Causa o
Motivo, como requisitos de fondo del acto administrativo, por la cual podría
fundirse en un solo requisito denominado los fundamentos del acto. Pero en
aras de una mayor precisión terminológica considero conveniente estudiar
ambos requisitos por separado, ya que cada uno de ellos impone diferentes
exigencias a la autoridad administrativa que más adelante será analizada en
este trabajo.
Podemos ver la importancia conceptual y práctica del requisito de validez de lo
que hemos analizado, mismo que se encuentra establecido en el Art. 68 del
9
Estatuto del Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva que en su
Art. 68 textualmente manifiesta: “Legitimidad y ejecutoriedad.- Los actos
administrativos se presumen legítimos y deben cumplirse desde que se dicten y
de ser el caso, se notifiquen, salvo los casos de suspensión previstos en este
estatuto.” 2
Los actos administrativos tienen también su clasificación, destacándose de
entre las más importantes
-
En cuanto a sus efectos para los particulares.- De estos podemos
distinguir los a) actos favorables: que son aquellos que amplían las
posibilidades jurídicas de los administrados, como por ejemplo las
admisiones, las autorizaciones, etc.; y, b) actos de gravamen: que son
aquellos que restringen las posibilidades de actuación de los particulares,
imponen obligaciones, sanciones, prohibiciones.
-
En cuanto a los sujetos.- Otra clasificación de los actos puede partir de
los sujetos administrativos de que proceden o de los sujetos a los que se
dirigen. De quien proceden, existirán actos de la Administración General
del Estado, autonómica, local, institucional; en cuanto a los sujetos
receptores o destinatarios, los administrados, podemos distinguir entre
actos dirigidos a los ciudadanos en cuanto tales, no sometidos a una
relación especial de sujeción y actos dirigidos a grupos de ciudadanos,
2
Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva.
10
que están en una especial relación de sujeción con la Administración
(funcionarios, alumnos universitarios, etc.).
-
En cuanto a la revisión judicial.- Aquí podemos señalar los actos no
excluidos y actos excluidos de la Jurisdicción Contenciosa, es decir, esta
clasificación se hace en función de si pueden ser recurribles ante los
Tribunales.
Dentro de los actos no excluidos, hay que distinguir los actos de trámite de los
actos definitivos. Los actos de trámite son preparatorios de los actos definitivos
(informes, práctica de pruebas, etc y al carecer de sustantividad propia, al tener
su sentido sólo para preparar los actos definitivos, se les excluye salvo
excepciones de la vía remisora. La impugnabilidad, por ello es en principio
sobre los actos definitivos, aquellos que ponen fin al procedimiento.
Sin embargo no todos los actos administrativos son directamente atacables
ante los tribunales. Hay actos definitivos dentro de un procedimiento, pero que
no agotan lo que se denomina vía administrativa, es decir, son susceptibles de
modificación por la autoridad superior a través del recurso de alzada (el acto de
un Director puede ser modificado por el Secretario de Estado) o por la misma
autoridad si se trata de un recurso de reposición.
-
Actos reglados y actos discrecionales.- esta distinción versa sobre el
margen de libertad que en su decisión, en la producción del acto, le
11
corresponde a la Administración. Los actos reglados son aquellos que
tiene predeterminados sus elementos, prejuzgándose por el legislador la
decisión a adoptar por la Administración.
Por el contrario en los actos discrecionales existen un mayor o menor
ámbito de posibilidades de decisión autónoma por parte de la
Administración (puede elegir por varias opciones todas ellas legítimas)
Una forma de control de estos actos es la motivación, es decir motivar no
es más que razonar, fundamentar una resolución, “referir los hechos y
fundamentos de derecho” en los que la Administración se apoya para
dictar el acto.
El acto administrativo para su plena validez y producir los efectos normales de
que habla el Art. 66 del Estatuto del Régimen Jurídico Administrativo de la
Función
Ejecutiva,
que
textualmente
indica:
“Vigencia.-
Los
actos
administrativos, para su plena validez debería, ser obligatoriamente notificados
al administrado y mientras no lo sean no tendrán eficacia con respecto a
quienes se haya omitido la notificación. La ejecución de actuaciones ordenadas
en los actos administrativos no notificados constituirán, para efectos de la
responsabilidad de los funcionarios públicos, vías de hecho.”3, responsabilidad
ésta que se encuentra establecida en la Constitución de la República, esto es
por lo actos realizados en ejercicio de sus funciones o por sus omisiones.
3
Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva.
12
Todo acto administrativo tiene dos elementos inconfundibles a saber:
a)
El mérito; y,
b)
La legitimidad
El Dr. Marco Morales Tobar, en su obra Derecho Administrativo Procesal, al
hablar del mérito indica:
[…] No es sino la conveniencia, dada en razón de la oportunidad y
temporalidad, para la realización de un determinado acto, en todo caso
es la conveniencia pública en donde la autoridad, focalizando la
normativa jurídica en que se sustenta, en base a su sana crítica, ha de
emitir el acto.4
Así también el autor, Jaime Santofimio Gamboa, señala que:
[…] el “mérito se refiere a la oportunidad o conveniencia para la
expedición del acto administrativo.
Conveniencia que está en íntima
relación con los fines del Estado, pues obliga a quien expresa la voluntad
del mismo a manifestarla cuando se requiera verdadera y ciertamente
para cumplir los cometidos de éste. Implica todo un juicio de valoración
por quien ejerce funciones administrativas para que todos los actos
4
Dr. Marco Morales Tobar, Derecho Procesal Administrativo, Pág. 107
13
expedidos sean realmente beneficiosos y acordes con los intereses
generales.”5
En si el mérito no es otra cosa que la crítica administrativa, la cual debe estar
basada a la oportunidad y conveniencia para la expedición del acto, el cual
debe estar basado en los principios que anteriormente ya habíamos hablado.
El Dr. Marco Morales Tobar, en su obra Derecho Procesal Administrativo,
señala que la legitimidad:
[…] se considera que es elemento referente a la observancia de la ley
que vincula la declaración de voluntad de la Administración y establece
una norma de causalidad entre la ley, el hecho, el objeto del acto
administrativo y el fin que persigue.”6
Así también el mismo autor, cita en su obra a Juan Carlos Benalcázar, quien
sostiene que:
5
Jaime Santofimio Gamboa, (2003) Tomo II, P. 153 citado por Carlos Morales Tobar en su obra Derecho
Procesal Administrativo, Pág. 107.
6
Dr. Marco Morales Tobar, Derecho Procesal Administrativo, Pág. 109
14
[…] la articulación de los sujetos de la relación jurídica de Derecho
Público, Estado e individuos, requieren de una instrumentación jurídico
formal por lo que los “derechos se ejercen” y los “derechos se cumplen”.
Ello genera una serie de regulaciones normativas (permisiones y
prohibiciones
que
le
conocen
con
el
nombre
de
legalidad
administrativa)…”
Podemos resumir en que para el principio de legalidad administrativa los
derechos se ejercen y los deberes se cumplen
Para que el acto administrativo sea válido y produzca sus efectos normales, es
necesario que contenga los siguientes elementos:
-
Elementos subjetivos.- en relación con el acto administrativo es obvio la
existencia de un sujeto productor, este sujeto debe ser un órgano de la
Administración y un órgano competentes para producir el acto so pena
de que éste aparezca viciado – no legal- inicialmente por falta de
competencia.
Ahora bien teniendo en cuenta que los órganos son
servidos por personas físicas, es necesario que sus titulares reúnan
determinadas circunstancias personales de imparcialidad para adoptar
legítimamente los actos en concreto de que se trate.
-
15
De ahí que la ley de la materia prevea ciertas cautelas cuando las
autoridades o los funcionarios tengan interés personal en el asunto y
ordena en tales casos que el funcionario debe abstenerse de intervenir,
comunicándolo a las autoridades y órganos superiores. Si no lo hace
voluntariamente, éstos pueden ordenarle se inhiba –deje de conocer- del
asunto y si no surge de la Administración esta iniciativa, los particulares
pueden recusar al funcionario.
-
Elementos objetivos.- entre estos objetivos podemos encontrar al
CONTENIDO, que es la declaración que el propio acto se incorpora my
realiza, lo que se declara, lo que la Administración decide efectuar a
través del mismo. El contenido debe ser ajustado a lo dispuesto en el
ordenamiento jurídico y debe ser lícito, esto es conforme a la legalidad,
razonable y posible.
Así también tenemos los PRESUPUESTOS DE
HECHO, que es un elemento que ni siquiera sería necesario citar, ya que
no son más que los condicionantes fácticos para dictar el acto, que lo
justifican. Este es, aquellas circunstancias exteriores que determinan la
producción del acto, sus efectos, alcance y sentido.
Por ejemplo al
imponerse una multa por mal aparcamiento el presupuesto de hecho es
que el vehículo esté efectivamente mal aparcado, son circunstancias
externas, pero de trascendencia jurídica, que determinan la producción
de los efectos del acto administrativo.
-
Elementos formales.- estos elementos son los que trascienden a la
forma de integración de la voluntad expresada en el acto, a la
16
declaración
de
esta
voluntad
y
a
su
ulterior
comunicación.
Efectivamente, para que un acto surja a la vida del Derecho
Administrativo se necesita cumplir con determinadas formalidades (las de
procedimiento administrativo).
Y es a lo largo del procedimiento
administrativo, de creación del acto, donde deben seguirse ciertos pasos
para que la actuación de la Administración sea válida.
Para ello es necesario la INTEGRACION DE LA VOLUNTAD, para que la
actuación sea válida, debe producirse según unas reglas, por ejemplo, en el
supuesto de que quien emite el acto es un órgano colegiado, es decir un órgano
integrado por varias personas físicas, la Ley señala los cauces y requisitos para
llegar a la fusión de las distintas voluntades de los participantes que todos
hemos oído: convocatoria, orden del día, forma de adopción de acuerdo por
mayoría, etc.
La DECLARACION, normalmente los actos administrativos se exteriorizarán
expresamente,
es
decir,
consistirán
en
una
declaración
consecuentemente y expresamente manifestada por escrito.
adoptada
Existen sin
embargo, actos presuntos, en dónde la Administración no se pronuncia pero de
su pasividad, de su inactividad, el ordenamiento jurídico deduce unas
determinadas consecuencias al que se denominará silencio administrativo.
La mayoría de los actos tienen carácter expreso y en tales casos, la forma de
declaración es la escrita, declaración que debe ser motivada, razonada,
justificada en los supuestos expresamente determinados en la Ley.
17
La NOTIFICACION, de los actos administrativos es muy importante, por cuanto
para los particulares a los que no se notifica el acto y no se enteran de este, no
vienen obligados por su contenido, por lo que se “notificarán a los interesados
las resoluciones y actos administrativos que afecten a sus derechos e
intereses.”
Los
actos
administrativos
pueden
extinguirse
o
reformarse
en
sede
administrativa por razones de legitimidad o de oportunidad:
-
Extinción o reforma de un acto administrativo por razones de
oportunidad.
El Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo en su Art. 91
textualmente indica: “La extinción o reforma de oficio de un acto
administrativo por razones de oportunidad tendrá lugar cuando existen
razones de orden público que justifican declarar extinguido dicho acto
administrativo.
El acto administrativo que declara extinguido un acto
administrativo por razones de oportunidad no tendrá efectos retroactivos.
La extinción la podrá realizar la misma autoridad que expidiera el acto o
quien la sustituya en el cargo, así como cualquier autoridad
jerárquicamente superior a ella.”7
7
Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva, Art. 91.
18
El artículo a continuación del mismo cuerpo legal establece también los
daños causados, esto es que con motivo de la expedición de este acto
afecte total o parcialmente un derecho subjetivo, estará obligado a pagar
indemnización, misma que deberá ser requerida o de ser el caso
impugnada vía judicial.
-
Extinción de oficio por razones de legitimidad.-
el mismo cuerpo
legal enunciado anteriormente, establece textualmente que: “Cualquier
acto administrativo expedido por los órganos y entidades sujetas a este
estatuto deberá ser extinguido cuando se encuentre que dicho acto
contiene vicios que no pueden ser convalidados o subsanados.- Los
actos administrativos surgidos como consecuencia de decisiones de
otros poderes públicos con incidencia en las instituciones u órganos
sujetos al presente estatuto deberán ser extinguidos cuando el acto
contenga vicios no convalidables o subsanables. El acto administrativo
que declara extinguido un acto administrativo por razones de legitimidad
tiene efectos retroactivos.”8
Al finalizar este breve análisis de lo que es un acto administrativo, necesario
para proseguir con el desarrollo de este tema, vemos como las actuaciones de
la Administración Pública se desarrollan a través de actos y actuaciones, que
son siempre una declaración de voluntad que crea efectos jurídicos directos e
inmediatos en terceras personas. Inmediatos toda vez que al ser creados o
8
Ibídem, Art. 92.
19
expedidos, la creación, extinción o modificación del derecho que se ha resuelto
debe ser ejecutado. Directo por cuanto a que este acto decide una situación
jurídica específica a atañe a determinadas personas.
Según el autor Agustín Gordillo, citado por el Dr. Patricio Secaira, manifiesta
que acto administrativo es la “declaración unilateral de voluntad realizada en
ejercicio de la función administrativa, que produce efectos jurídicos individuales
en forma inmediata.” 9
Como hemos visto estos actos se presumen legales y por tanto en virtud de las
atribuciones que le confiere la ley, deben ser motivados conforme lo establece
así la Constitución de la República del Ecuador, en su Art. 76 literal l), que
textualmente dice: “las resoluciones de los poderes públicos deberán ser
motivadas. No habrá motivación si en la resolución no se enuncian las normas
o principios jurídicos en que se funda y no se explica la pertinencia de su
aplicación a los antecedentes de hecho.
Los actos administrativos,
resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se
considerarán nulos.
Las servidoras y servidores responsables serán
10
sancionados.” .
9
Patricio Secaira Durango, Curso Breve de Derecho Administrativo, Pág. 179.
Constitución de la República del Ecuador, 2008
10
20
1.2
Qué diferencia al motivo de la motivación.
Considero muy importante el diferenciar estos dos términos que muy
comúnmente son considerados como sinónimos al momento de fundamentar la
emanación de un acto administrativo, así tenemos que:
Para identificar este objetivo, es necesario establecer una clara precisión
conceptual y un deslinde de aquellos conceptos con los cuales pudiera
confundirse. Por ello hay que distinguir la Causa o Motivo y la Motivación. La
tendencia de aproximar estos términos, hace necesario se realice una precisión
conceptual.
En este sentido, producidos los hechos previstos en la Ley como causa o
motivo del acto, el administrado incurso en tales hechos requiere, para su mejor
defensa, conocer cuáles son las razones de la actuación administrativa. Al
exteriorizar la sustentación fáctica y normativa del acto, el funcionario está
cumpliendo con la formalidad de la motivación. Motivar el acto implica una
obligación para la autoridad administrativa que consiste en que al exteriorizarse
el Acto Administrativo, este debe incluir en el texto del mismo la expresión de
los hechos que justifican su actuación (Causa) y los fundamentos (Base Legal),
los cuales son, como he informado arriba, requisitos de fondo. Es decir, se
debe mencionar al emitir formalmente el Acto el conjunto de circunstancias de
hecho que han generado la movilización del órgano administrativo y la
21
aplicación de la consecuencia jurídica establecida en la norma legal que le sirve
de sustento.
De tal manera que la diferencia básica entre la Causa o Motivo del Acto y la
Motivación consiste en que el primer requisito pertenece al conjunto de
requisitos de fondo, mientras que la motivación es un requisito de forma. Es
menester recordar que la forma no es tan importante para el Derecho
Administrativo como el fondo, ya que por más que un funcionario haya cumplido
con todas las exigencias antes enunciadas acerca de la causa del acto, el acto
estaría viciado en la forma, si las circunstancias de hecho no fueren
mencionadas en el texto del acto en cuestión. La motivación es muy necesaria
toda vez que el administrado vería disminuido su derecho a la defensa de no
contar con la información completa referente a las razones tanto de hecho como
de derecho que sustentan la medida adoptada.
“La motivación es un requisito de forma que se le exige a todos los actos
administrativos de carácter particular definitivos o resolutorios, exceptuando a
los de simple trámite. “11
11
Brewer Carias (Alián), Consideraciones sobre la distinción entre la causa de los actos administrativos y
la motivación como requisito de forma de los mismos, Revista de la Facultad de Derecho, No. 49 ,Pág.
233, Caracas, 1971.
22
El Dr. Marco Morales Tobar, en su obra Derecho Procesal Administrativo, quien
cita a Fiorini (1995) quien sostiene que la causa: “es un elemento lógico que se
integra con diversos datos materiales. La causa es un elemento lógico que
comprende el “por qué” y se compone de los antecedentes fácticos,
circunstancias y normas que se concentran y evalúan su contenido de fuente
creadora del acto administrativo.”12
El Dr. Patricio SecaIra, cita al tratadista Agustín Gordillo quien dice: “La
motivación es una declaración de cuáles son las circunstancias de hecho y de
derecho que han llevado a la emanación, o sea los motivos o presupuestos del
acto; constituye por lo tanto la fundamentación fáctica y jurídica con la que la
administración entiende sostener la legitimidad y oportunidad de la decisión
tomada y es el punto de partida para el juzgamiento de esa legitimidad.- En
todos los casos debe destacarse que la necesidad de motivación no se
satisface con arbitrarias expresiones tales como “por razones de mejor
servicios”, “por ser conveniente y necesario a los superiores intereses del
Estado”, “En virtud de las atribuciones que le confiere claramente la ley, etc. En
cada caso será indispensable explicar claramente cuáles son los hechos que se
considera probados, cuál es la prueba que se invoca, que valoración recibe,
qué relación existe entre tales hechos y lo que el acto dispone, qué normas
concretas son las que se aplica al caso (no bastando según quedó dicho, la
genérica invocación de una ley), y por qué se las aplica, etc. Esto demuestra
que la motivación no es un problema de forma sino de fondo y que su presencia
u omisión no se puede juzgar desde un punto de vista formal pues hace al
12
Dr. Marco Morales Tobar, Derecho Procesal Administrativo, Pág. 122
23
contenido del acto y a la razonabilidad de la decisión. Ellos, desde luego, la
hacen más imprescindible aún…La falta de motivación implica no sólo vicio de
forma sino también y principalmente vicio, arbitrariedad que como tal determina
normalmente la nulidad del acto.”13
Por tanto podemos considerar a la motivación como la explicación de
procedencia
del
acto
administrativo,
la
misma
que
tiene
que
estar
fundamentada en situaciones de hecho y de derecho que la hacen pertinente.
La Constitución de la República del Ecuador actual, al igual que la Constitución
anterior concede una enorme importancia, ya que la ubica en la categoría de
garantía del debido proceso, cuando establece la obligación que tienen los
poderes públicos de motivar sus resoluciones, garantía que también se
encuentra incorporada en el Art. 31 de la Ley de Modernización del Estado y en
el Estatuto de Régimen Jurídico Administrativa de la Función Ejecutiva, en
donde se establece la nulidad de aquellos actos en los que se motive
defectuosamente.
La falta de motivación conlleva a que el administrado no pueda ejercer su
derecho a la defensa, violentándose su debido proceso, y por consiguiente
yéndose en contra de la Constitución y de los derechos que en la misma se
plasman, pues al existir violación de procedimiento se está afectando esos
13
Patricio Secaira Durango, Curso Breve de Derecho Administrativo, Pág. 185.
24
derechos que le asisten a ser debidamente informado de los actos por los
cuales se le está afectando y que le causan un daño grave.
Como referencia me permito citar la Resolución No. 011-2002-AA del Tribunal
Constitucional, a propósito de dicha garantía prevista en la Carta
“La motivación es un requisito esencial que determina la relación de la causa y
el objeto del acto, la causa es la razón que justifica o determina la toma de una
decisión y el objeto hace relación entre la causa y objeto del acto, la causa es la
razón que justifica o determina la toma de una decisión y el objeto hace relación
con la finalidad para la que se toma una determinación.
El análisis de la
motivación toma en cuenta la razón por la que se adopta una decisión y la
finalidad de tal decisión, con el objeto de determinar si el acto ha sido o no de
manera arbitraria, debiendo aparecer de acto esa motivación, tanto de modo
formal como material.”14
Así también podemos ver que la Corte Suprema de Justicia en una de sus
Sentencias, publicadas en el año 1999, hace referencia también a la motivación
como uno de los elementos fundamentales en el control de la arbitrariedad. Por
consiguiente, actúa como un elemento de prevención y control frente a la
misma. La falta de motivación dice: es un expediente de hipocresía formal
14
Tribunal Constitucional del Ecuador, Resolución No. 011-2002-AA, 1998.
25
establecida, por así decirlo, para otorgar un disfraz lógico a la voluntad nacida
de otros móviles, que pueden ser inclusive la arbitrariedad y la injusticia.
El tratadista Eduardo García Enterría, establece también que la motivación
escueta o sucinta, si es suficientemente indicativa, no equivale a ausencia de
motivación, ni acarrea la nulidad, esta motivación es la que se denomina
motivación in aliunde, que permite a la autoridad administrativa remitirse a
informes provenientes del proceso incoado a la emisión del acto.
1.3
Que es la jurisdicción militar en la emanación de un acto
administrativo.
La jurisdicción militar es la facultad del superior jerárquico para expedir un acto
administrativo en estricta sujeción a sus propias leyes, conforme así le faculta la
Constitución de la República del Ecuador del 2008, en su Art. 160 en su
segundo inciso en donde establece que tanto las Policía Nacional como las
Fuerzas Armadas se regirán por sus propias leyes, es decir leyes específicas
que regulen sus derechos y obligaciones, pero todo esto dentro del marco
26
constitucional, ya que el superior que conozca y deba resolver sobre cualquier
situación que implique derechos, deberá hacer prevalecer las garantías y
principios constitucionales sobre cualquier otra ley o disposición que regule
específicamente su ingreso, permanencia, ascensos, bonificaciones, así como
sus incumplimientos, faltas disciplinarias y cualquier trasgresión a su normativa
específica.
Pero no debemos olvidar que para la aplicación de esta normativa específica se
tiene que estar a lo que establece el Art. 424 de la Constitución de la República
que textualmente indica: “La Constitución es la norma suprema y prevalece
sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico.
poder
público
deberán
mantener
Las normas y los actos del
conformidad
con
las
disposiciones
constitucionales, caso contrario carecerá de eficacia jurídica…” 15
Así también el Art. 426 establece que: “Todas las personas, autoridades e
instituciones están sujetas a la Constitución…” 16
15
16
Constitución de la República del Ecuador, 2008.
Ibídem.
27
En este contexto vemos como la jurisdicción militar en la emanación de un acto
administrativo está sujeta a la Constitución, al Estatuto de Régimen Jurídico
Administrativo de la Función Ejecutiva, a la Ley de Modernización del Estado,
etc., así como a las leyes y reglamentos propios con relación a su misión
constitucional.
Por tanto los actos administrativos emanados por autoridad
competente, se presumen válidos hasta que se demuestre lo contrario al igual
que los actos emanados por autoridades del fuero común.
En este capítulo hemos revisado de manera breve que es un acto administrativo
y que características debe conservar el mismo para su plena validez y eficacia;
la importancia del mismo dentro de cualquier actuación de la administración
pública en ejercicio de sus potestades y sometido al Derecho Administrativo,
sobre todo la importancia que adquiere el mismo si éste afecta a los
administrados en forma positiva o negativa.
A continuación analizaremos como al emanarse dicho acto administrativo
dentro de las Fuerzas Armadas, se observan varias falencias en el mismo,
28
siendo una de ellas la falta de motivación, que ha originado un sin número de
reclamos solo agotando la vía administrativa, sino también por la vía judicial
través de la interposición de la Acción de Protección si argumentan habérseles
violado sus derechos constitucionales o con la interposición de un Recurso
Contencioso
Administrativo
si
impugnan
administrativo.
29
la
legalidad
de
dicho
acto
CAPITULO II
2.
LA MOTIVACIÓN COMO PRINCIPIO CONSTITUCIONAL
2.1
La motivación en actos jurisdiccionales y actos administrativos.
Considero importante el hacer un pequeño recuento de cómo la motivación
surgió como un concepto a partir de la Revolución Francesa.17
Para hablar del concepto y fin de la motivación con relación a la sentencia,
durante mucho tiempo prevalecieron tesis como la de Karl Engrish18, y otros,
que suponían un silogismo, donde la premisa mayor es la ley, la premisa menor
es la comprobación de la existencia de un hecho por los medios probatorios que
17
Conviene recordar que aunque es de origen anterior, es con la Revolución Francesa cuando surge la
concepción moderna de motivación como control democrático del ejercicio del poder jurisdiccional
aunque referido solo a los elementos de derecho y no a los probatorios, sobre todo después del Art. 94 de
la Constitución de 1793: Los jueces “motivan sus decisiones”, la Constitución de 1795 en su artículo 208
agregó que “las sentencias debían enunciar los términos de la ley que aplicaren” Cft. Gozaíne, Oswaldo
Alfredo: El debido Proceso en Derecho Procesal Constitucional, Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires,
2004, p. 430.
18
Cft Jáñez Barrio, Tarcisio: Lógica Jur{idica: Hacía una argumentación jurídica, Universidad Católica
Andrés Bello, caracas, 1997, p. 171.
30
se expresa en los juicios enunciativos, y la conclusión, se expresa en una
norma prescriptivo – atributiva, o consecuencia jurídica particular. Sin embargo,
hemos dicho, que estas tesis olvidaban que en esta aplicación de la “normas” al
caso concreto hay que tener en cuenta otros rubros derivados relativos a las
máximas de la experiencia y otros. El concepto de motivación abarca, para
empezar, ambos aspectos.
La motivación, adicionalmente, no es un simple expediente explicativo.
Fundamentar una decisión es diferente a explicarla, pues mientras para
fundamentar es necesario justificar los motivos que conducen a un
razonamiento, mediante el examen de los presupuestos fácticos y normativos,
la explicación solo requiere de una simple indicación de los motivos o
antecedentes causales de una acción, es decir, señalar el iter lógico que le ha
permitido al juez o tribunal llegar a la decisión, sin mayores connotaciones
intelectivas. En este sentido, José María Asencio19, refiriéndose a la motivación
de la sentencia en la legislación española, manifiesta que en el relato fáctico no
sólo debe incorporarse la narración de los hechos y la enumeración de las
19
Asencio Mellado, José María: La Prueba, Garantías Constitucionales derivadas del artículo 24.2
(Constitución Española), Facultad de Derecho de Aicante, Revista del Poder Judicial No. 4, 1986, p.4.
31
pruebas, sino también se necesita que establezca los motivos y razonamientos
que han conducido al juez a dictar el fallo.
Con estos antecedentes, podríamos sostener que: “La motivación constituye un
elemento intelectual, de contenido crítico, valorativo y lógico, que consiste en el
conjunto de razonamientos de hecho y de derecho en que el juez apoye su
decisión”.20
Con respecto al fin de la motivación, Gil Cremades señala que tiene una
finalidad endoprocesal, como garantía de defensa, y otra, extraprocesal, como
garantía de publicidad. Sirve, por un lado, para convencer a las partes de la
corrección de la sentencia logrando así una mayor confianza del ciudadano en
la administración de justicia, derivada precisamente, de una constatación
detenida del caso particular.
20
De la Rúa, Fernando: Teoría General del Proceso, Ediciones Desalma, B uenos Aires, 1991, pág 146.
32
Adicionalmente, supone una actividad de autocontrol a través de la cual se
evitan posibles errores judiciales que en un principio pudieron pasar
desapercibidos.
Por último, también facilita el derecho de defensa pues,
permite utilizar todos los recursos que la ley otorga contra una sentencia
definitiva.
Pero por otro lado, tiene una finalidad extraprocesal o como garantía de
publicidad, pues el ciudadano se configura como controlador de las
resoluciones. La comunidad no precisa tanto de una decisión correcta como la
mejor justificación racional posible. 21
En definitiva la motivación de la sentencia es la fuente principal del control
sobre el modo de ejercer los jueces su poder jurisdiccional. La motivación de
las resoluciones es la forma de ejercer control de los actos emanados por la
autoridad administrativa dentro de la potestad administrativa.
21
Cft. Cremades, Gil citado en la Resolución No. 558-99 de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil de la
Corte Suprema de Justicia, Juicio No. 63-99, publicado en el R.O. No. 348 de 28 de diciembre de 1999,
Gaceta Judicial Serie XVII, No. 2. Pp 365 a 366.
33
2.2
La Motivación como principio constitucional
Una de las mayores aspiraciones del estado de derecho y del constitucional de
derechos, es determinar y guiar el ejercicio del poder público, a través de los
órganos establecidos en el ordenamiento jurídico, para así garantizar la
vigencia de los derechos ciudadanos. En este sentido, la motivación de las
resoluciones, constituye un principio que aporta para este fin, en el campo de la
administración de justicia.
La necesidad de la motivación es una posición doctrinal de origen alemán que
no tuvo inicialmente acogida en la doctrina y jurisprudencia de los países de
cultura jurídica latina, donde se consideraba que la parte dispositiva de la
sentencia es la que constituye el objeto de la decisión y que, el Estado no tiene
un modo oficial de razonar22.
No obstante, actualmente, la tendencia
racionalizadora, insiste en la unidad e importancia de todas las parte de las
22
Murillo Villar, Alfonso en la motivación de la sentencia en el proceso civil romano en
http:/www.ucn.es/BUCM/revistas/der/11337613/atículos/CUHD95951100, coincide con los criterios
vertidos por Savigny, Windcheid,Arndts,Chiovenda,Visky y Calamandrei, al afirmar que, a pesar de la no
obligatoriedad en el sistema procesal romano de la motivación de las sentencias en la praxis judicial, si se
justificaban dichas decisiones.
34
decisiones jurisdiccionales, ya que resulta indispensable que exista una
coherencia lógica entre las premisas y las conclusiones del fallo; y por tanto,
éste debe ser motivado.
Ahora bien, la adecuada delimitación del objeto del proceso constituye un factor
fundamental
para
el
correcto
desarrollo
y
culminación
del
conflicto
intersubjetivo, pues, la singularidad de este objeto debatido en cada proceso
determina de modo inexorable el ámbito de la sentencia definitiva por
imperativo del deber de congruencia y del derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva: ni la sentencia puede pronunciarse sobre materia distinta, ni
puede dejar de hacerlo respecto de cualesquiera de las cuestiones que lo
integren (citra, extra y ultra petita), en virtud de la mutatio lilelli.23
Pero adicionalmente debe señalarse que los derechos constitucionales de
seguridad jurídica y defensa en juicio imponen al juzgador la obligación de
motivar y fundamentar sus providencias.
23
Y es que, la obligación de
Cft.Muñoz Jiménez, francisco: Actos de las partes delimitadores del objeto del proceso; demanda,
contestación, réplica, dúplica, escrito de ampliación y conclusiones, Madrid, material impartido den la
Maestría de Derecho Procesal de la UASB, p.2.
35
fundamentación no es un mero formalismo procesal, al contrario, su
observancia permite a los justiciables conocer las razones en las que se funda
la autoridad para aplicar la norma de que se trata, asegurando de esta manera,
una decisión prevista en la ley y posibilitando una adecuada defensa, en
garantía de los principios constitucionales del debido proceso y la tutela judicial
efectiva.
La motivación, por ende, no puede considerarse cumplida con la mera emisión
de una declaración de voluntad del juzgador, accediendo o no a lo pretendido
por las partes en el proceso, sino que, se refiere a que en los proveídos
judiciales se exteriorizan los razonamientos que cimientan la decisión, debiendo
ser lo suficientemente clara para que sea comprendida y que se elimine la
arbitrariedad.24
Según la conocida enseñanza de Savigny, “la sentencia es un todo único e
inseparable, entre los fundamentos y lo dispositivo media una relación tan
estrecha que unos y otros no pueden ser nunca desmembrados si no se desea
24
CFt. Sentencia Corte Constitucional de El Salvador
http:/www.jurisprudencia.gob.sv/exploiis/índice.asp?nBD=1.8cnlten=406608cnModo.
36
desnaturalizar la unidad lógica y jurídica de la decisión.25.
Por ello, el
imperativo que obliga a los jueces y tribunales a la motivación de las
resoluciones representa una garantía efectiva de justicia, defensa, publicidad,
seguridad jurídica y trasparencia en un régimen constitucional democrático. No
es causal, entonces que, Luigi Ferrajoli en una de sus obras teóricas sobre los
límites del poder, denominada Derecho y Razón, atribuya a la motivación el
valor de garantía de cierre de un sistema que se pretenda racional.
Aunque la ley y la doctrina distinguen entre el derecho de defensa y el del
debido proceso, pudiendo quebrantarse uno de ellos sin vulnerar el otro, a
veces aparecen tan estrechamente relacionados que con la informalidad se
afectan los dos, como eventualmente acontece al desconocer la estructura
formal de algunas providencias básicas del proceso y las sentencias o
resoluciones. Por esta razón, no resulta en principio desacertado, que frente al
desconocimiento de los requisitos formales de la providencia se aduzca, al
mismo tiempo, que exista vulneración de la garantía de defensa.
25
Cft.Savigny citado por Eduardo Coutere: Fundamentos del Derecho Procesal Civil, Editorial BdeF,
Quinta Edición, Montenideo – Buenos Aires, 2005, p.247.
37
En este sentido, resulta de vital importancia establecer si el derecho al debido
proceso, incluido el derecho a recibir resoluciones motivadas, debe ser objeto
de acción de amparo. Por un lado, la mayoría de las posturas de la cultura
jurídica ecuatoriana ha sido contraria a tutelar mediante el amparo cualquier
derecho fundamental cuya afectación tenga como origen la actuación del Poder
Judicial.
26
En todo caso, en nuestra historia legislativa ecuatoriana, aunque el principio de
la motivación no es nuevo, aparece expresamente como precepto constitucional
en 1998,27, y se reproduce en las leyes procedimentales, 28 e incluso en tratados
y convenios internacionales.29
26
CFT. Leuschner Luque, Erick en La motivación de las decisiones judiciales y el amparo constitucional:
una salida a la crisis institucional del Poder Judicial en el Ecuador, pp4 a 6
27
Artículo 24, numeral 13 Constitución de 1998: “Las resoluciones de los poderes públicos que afecten a
las personas deberán ser motivadas. No habrá tal motivación si en la resolución no se enunciaren las
normas y principios jurídicos en que se haya fundado y, si no se explicare la pertinencia de su aplicación a
los antecedentes de hecho”.
28
El Artículo 274 del Código de Procedimiento Civil dispone: “En las sentencias y en los autos se decidirá
con claridad los puntos que fueren materia de la resolución, fundándose en la Ley y en los méritos del
proceso; y, a falta de Ley, en los principios de justicia universal” . El Artículo 275 ibidem dice: “Los
decretos, autos y sentencias expresarán con claridad lo que se manda o resuelve, y en ningún caso se
hará uso de frases obscuras o indeterminadas como ocurra a quien corresponda, venga en forma, como
se pide, etc. “Por último, el artículo 276 del Código Adjetivo Civil, prescribe: “En las sentencias y en los
autos que decidan algún incidente o resuelvan sobre la acción principal, se expresará el asunto que va a
decidirse y los fundamentos o motivos de la decisión. No s entenderá cumplido este precepto en los fallos
38
Actualmente, la Constitución vigente, recoge este principio, en el Capítulo
Octavo: Derechos de Protección, en su artículo 76, numeral 7, literal l), dentro
de las garantías del derecho a la defensa, que dice: “Las resoluciones de los
poderes públicos deberán ser motivadas.
No habrá motivación si en la
resolución no se enuncian las normas o principios jurídicos en que se fundan y
no se explica la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho. Los
actos administrativos, resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente
motivados se considerarán nulos.
Las servidoras i servidores responsables
serán sancionados.”
Claramente podemos ver como esta norma reconoce en forma expresa un
importante efecto, pues establece la nulidad del fallo en caso de que no exista
una debida motivación.
de segunda y tercera instancia, por la mera referencia a un fallo anterior”. Estas disposiciones legales
recogen lo que, en doctrina, constituye las exigencias del contenido de la motivación de la sentencia.
29
El Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales,
revisado de conformidad con e Protocolo No. 11, estableció en el artículo 45, Motivación de las
sentencias y de las resoluciones: “1. Las sentencias, así como las resoluciones que declaren a las
demandas admisibles o no admisibles serán motivadas…”. De igual manera, el Código Modelo
Iberoamericano de Etica Judicial en el artículo 18 dice: “La obligación de motivar las decisiones se orienta
a asegurar la legitimidad del juez, el buen funcionamiento de un sistema de impugnaciones procesales, el
adecuado control del poder del que los jueces son titulares y, en último término, la justicia de las
resoluciones judiciales”.
39
Es importante recordar que nuestro ordenamiento legal ha establecido la
nulidad de un acto procesal y administrativo y de todos los que dependan de él
cuando se han quebrantado o inobservado dichas normas; pero siempre
condicionado a los principios de trascendencia y de convalidación.
No hay
nulidad procesal ni administrativa si la desviación no tiene trascendencia sobre
la garantía de defensa en el juicio o proceso administrativo, si no existe perjuicio
y no influya o pudiere influir en la decisión de la causa. Pero, como se vio
anteriormente, la falta de motivación siempre afectará el derecho constitucional
a la defensa.
Por las consideraciones que hemos expuesto, es importante que se haya
previsto expresamente una consecuencia jurídica constitucional para el caso de
que se emitan fallos o resoluciones administrativas sin la motivación debida,
pues, si bien nuestro ordenamiento jurídico ya exigía que ésta exista, no
establecía en todos los ámbitos, de manera clara, la consecuencia expresa que
40
provoca su omisión.
30
De igual manera, el sistema jurídico ecuatoriano
tampoco contemplaba un efecto para el caso de las resoluciones de casación
de la extinta Corte Suprema de Justicia (hoy Corte Nacional de Justicia), que
adolecían de falta de motivación.
Con el sistema de justicia previsto en la
actual Constitución, esto constituiría una causal de interposición de un recurso
constitucional ante la Corte Constitucional (acción extraordinaria de protección).
En los demás casos (actos o resoluciones administrativas), la falta de
motivación, constituye una razón para interponer el recurso de apelación ante el
superior de quien emitió la resolución, agotando de esta manera la vía
administrativa, pudiendo el afectado de creerlo necesario acudir a instancias
judiciales, para hacer valer sus derechos.
La exigencia constitucional de motivar se mantiene vigente en todo el proceso
de construcción de una decisión judicial: el juez deberá aplicar la sindéresis de
30
Si bien es cierto que la doctrina ha señalado en múltiples ocasiones que la carencia de motivación
resulta descalificada por el vicio de nulidad, incluso señalándose que el TC ecuatoriano puede anular
actuaciones judiciales y declarar el reconocimiento de un derecho de rango constitucional pero sin decidir
el proceso en términos de legalidad judicial; no obstante, en la práctica no ha sido entendido de esta
manera, más aún si las sentencias de casación no están sometidas a ningún control de legalidad.
41
la lógica, evitando contradicciones en su razonamiento y he aquí que per se,
subsiste una particularidad del deber de motivar en el sentido de no construir
decisiones manifiestamente contradictorias, ajenas a la lógica de la norma y de
las premisas fácticas.
De igual forma, al perfilar los argumentos que han
servido de sustento a la decisión, el deber constitucional alude, en este caso, a
ceñirse a la verdad de las premisas. En este mismo iter, constitucionalmente la
interpretación deberá ceñirse, cuando menos suficientemente, a los principios
de interpretación que contempla como valores axiológicos la Constitución.
La motivación de la decisión judicial o administrativa constituye el paso final en
las tareas del decisor racional. Sin embargo, debemos atender a un aspecto
importante: es una tarea final en los pasos esenciales que sigue el
Razonamiento Jurídico, más no en el esquema procedimental concerniente a la
comunicación de la decisión judicial. En efecto, a la etapa de motivación, le
debemos sumar la necesidad de comunicar la decisión a las partes a fin de que
éstas ejerzan su derecho al respeto a la decisión final.
42
Pero que implica la motivación como tal, al referirnos a los requisitos debemos
saber que es necesario:
.
La justificación de la decisión debe ser consecuencia de una aplicación
racional del sistema de fuentes del ordenamiento.
-
La motivación debe respetar derechos fundamentales
-
Exigencia de una adecuada conexión entre los hechos y las normas que
justifican la decisión. Así, una motivación válida es aquella que pone en
contacto la cuestión fáctica con la cuestión juris.
La justificación de la decisión, debe cumplir con las operaciones que integran
una aspiración racional del sistema de fuentes, entre las cuales encontramos
las siguientes:
La selección de la norma a aplicar.
Es decir, el juez no goza de libertad
absoluta sino que se encuentra contenida por diversos límites: a) que la norma
seleccionada sea vigente y válida. Bajo esta pauta, el juez debe comprobar que
el precepto no haya sido derogado o abrogado del ordenamiento (validez
43
formal) y verificar su constitucionalidad y legalidad (validez material); b) Que la
norma seleccionada sea adecuada a las circunstancias del caso.
El límite
esencial es el respeto de la congruencia exigida a toda resolución jurisdiccional.
Correcta aplicación de la norma.- Los jueces o autoridad administrativa deben
realizar un control de legitimidad respecto a la aplicación en contra de la norma.
La finalidad de este control es verificar que la aplicación de las normas al caso
concreto es correcta y conforme a derecho. El control de legalidad es estático,
en cuanto se encarga de analizar la norma al margen de su posible aplicación.
Este control verifica la exigencia de la norma y que su contenido no contradiga
la norma constitucional. El control de legitimidad es dinámico, persigue verificar
que la aplicación de las normas de respaldo de la decisión se realice conforme
a derecho, garantizando el uso de una norma convincente y válida.
Válida interpretación de la norma.- La interpretación viene a ser el
mecanismo utilizado por el juez para dar significado a la norma previamente
seleccionada.
44
El autor Colomer, con relación a la motivación nos da un esquema que nos
resulta muy práctico en el desarrollo de la decisión final. Si en su momento
analizamos las implicaciones lógicas del problema y si luego delimitamos las
variables argumentativas respectivas, así como cumplimos con desarrollar la
interpretación de la norma y hechos aplicables al caso concreto, por la
motivación estamos en condición de expresar nuestra decisión a través de una
armazón organizativo – racional de las razones que nos inclinan a estimar o
desestimar una pretensión.31
Diez Picasso nos refiere el concepto de “Operación total”, a través del cual no
se puede decir primero cuál es la norma que se va a aplicar y después
someterla a una interpretación puesto que también para decidir que una norma
no se aplica, es preciso interpretarla previamente, pues existe una íntima
interrelación entre la interpretación y aplicación de las normas. 32
31
Colomer, Ignacio “La motivación de las sentencias. Sus exigencias constitucionales y legales” Tirant Lo
Blanch, Valencia, 2003 Pág. 241.
32
Diez Picasso, Luis. “Experiencias jurídicas y Teoría del Derecho”. 3ra. Edición. Barcelona, 1993, Pág.
241.
45
En definitiva a modo de conclusión recalcamos que la motivación cumple un fin
esencial: materializa el principio de interdicción de la arbitrariedad.
No
podríamos concebir un juez o una autoridad administrativa que decida sin
razones o que concluya un proceso en base a corazonadas, a las cuales el
realismo inglés denomina hunches. La motivación va mucho más allá: legitima
el proceso en su fase de conclusión, refuerza el ejercicio democrático de la
función jurisdiccional y por ende, consolida las bases de un Estado
Constitucional.
2.3 La inmotivación de las resoluciones y actos administrativos en la
Institución Castrense.
Una vez que se ha analizado la importancia que tiene la motivación en una
sentencia, resolución, o cualquier tipo de acto emanado por autoridad judicial o
administrativa competente, no simplemente porque está escrita o porque el
legislador la puso ahí con algún objetivo que para muchos es desconocido, y
por lo tanto no se la aplica en todo su contexto o se la vulnera en forma
reiterada; voy a permitirme a través de esta investigación, hacer conocer la
46
forma como se desenvuelven los actos que realizan las autoridades castrenses
dentro de la Institución Militar. La Constitución, les faculta el crear sus propias
leyes y reglamentos, toda vez que para el cumplimiento de su misión
constitucional, se hace necesario que cuente con normativa que regule sus
derechos y obligaciones, así como su sistema de ascensos y promociones con
base en méritos y con criterios de equidad de género; así mismo que garanticen
su estabilidad y profesionalización, mandato constitucional que se encuentra
claramente establecido en la actual Constitución en el Art. 160.
Pero vale hacer notar que este mandato no fue incorporado recién en esta
Constitución, ya existía en la Constitución de 1998 y en anteriores. Por ello la
institución castrense ha creado un ordenamiento jurídico propio, no solo en
materia
administrativa
sino
también
en
materia
penal,
habiéndose
recientemente como la promulgación del Código Orgánico de la Función
Judicial dado cumplimiento a la Unidad Jurisdiccional, esto es pasar la justicia
militar a la justicia común.
47
La Institución Militar, es una institución jerarquizada, que cumple una misión
específica establecida en la Constitución de la República, los actos que derivan
de la misma están sujetos a sus propias normas, las cuales regulan su situación
profesional como disciplinaria; es así que todo superior dentro del ámbito de su
competencia puede emitir actos no solo de mero trámite, sino que impliquen
afectación a los derechos del subalterno, por ello el respecto al debido proceso,
juega un papel trascendental al momento de imponerse sanciones disciplinarias
por ejemplo.
Como sabemos la obediencia es el pilar fundamental de la disciplina dentro de
este ámbito, pero la obediencia no puede ni debe ser concebida como una
sumisión; por el contrario quien imparte una orden tiene responsabilidades y
sanciones si la misma está mal dada y a su vez mal ejecutada, lo que puede
implicar riesgo incluso en las operaciones de seguridad nacional, por ello la
importancia de saber mandar dentro del marco de la ley.
A diferencia de la vida civil, la vida militar implica un inminente riesgo, quienes
operativamente están al mando saben que todo acto obedece al cumplimiento
48
de una disposición; que quien recibe disposiciones superiores debe ejecutarlas
y estas deben ser claras, precisas y concisas; así mismo si son desobedecidas
o mal ejecutadas el responsable debe ser sancionado y para ello se hace
necesario que el procedimiento de sanción esté claramente determinado en la
norma, con respecto a sus leyes propias pero ante todo a la Constitución; por
ello más adelante veremos la importancia de que todo acto administrativo sea
motivado y determine objetivamente el motivo para la imposición de este, o sea
que originó el mismo; así como una vez determinado el origen, verificar dentro
de que conducta antidisciplinaria se enmarca en la ley y proceder a sancionar,
pero la Resolución debe motivar con fundamentos de hecho y de derecho la
falta cometida y su sanción, para ser comunicada oportunamente al
sancionado, a fin de que ejerza su derecho a la defensa de considerarse mal
sancionado.
Dentro de la Institución Militar, existen varios organismos creados para regular
la carrera profesional del militar, que en forma permanente emanan actos
administrativos al conocer la situación profesional de cualquiera de los
miembros militares, estos son los que se denominan los Consejos Reguladores
de la Carrera, que pueden ser de tropa, oficiales subalternos, oficiales
49
superiores y de generales; los cuales conocen como su nombre lo indica
asuntos de índole profesional dentro de la institución, como son sus ascensos,
condecoraciones, disponibilidades, bajas, sanciones que estén en apelación,
etc.
Por todos es conocido que dentro de la Institución Militar, solo se hacían
respetar las normativas internas, sin tomar en cuenta lo que determinaba la
Constitución, por ello sus miembros al verse afectados en sus derechos
agotaban la vía administrativa, pero muy pocos o casi nada, ejercían sus
derechos en la vía constitucional o judicial, seguramente porque sabían cuan
largos, tediosos y onerosos les resultaba el demandar a la Institución en el fuero
común, pero lo que más les detenía para no continuar reclamando, era las
represalías que sobre los mismos los superiores ejercían,; por ello ante el temor
de un pase, una nueva sanción disciplinaria, etc., se limitaban y por ende
dejaban que sus derechos se vulneren al no continuar con sus reclamos en la
vía ordinaria o impugnando el acto administrativo a través de la jurisdicción
contenciosa administrativa.
50
El Reglamento de Disciplina Militar anterior, establecía que el superior que
conozca del cometimiento de un acto que vaya en contra de la disciplina militar,
está facultado para sancionar directamente al infractor, sin observarse un
debido proceso, tal es así que el infractor debía cumplir la sanción, esto es
arrestos simples o de rigor o suspensión de funciones, y en forma posterior
presentar el reclamo correspondiente ante la misma autoridad que le impuso y
por apelación ante el superior jerárquico del sancionador.
Pero independientemente de que el infractor presente su reconsideración y
apelación de ser el caso, la sanción como ya la dijimos era cumplida y
registrada en su libro de vida militar en el caso de Oficiales y en su Registro AP7 en el caso de tropa.
Muchas veces incluso, cuando el infractor pedía reconsideración a su sanción
ante la misma autoridad que le impuso esta o por apelación ante el superior
jerárquico de quien le sancionó, si no se dirigía en términos corteses en su
escrito, era nuevamente sancionado con un nuevo arresto, o en muchos casos,
el superior le empeoraba la situación al sancionarle aumentándole la pena,
51
yéndose claramente en contra del principio constitucional de que no se podrá
empeorar la situación del recurrente.
En lo que respecta a los Consejos reguladores de la carrera profesional de los
militares, los mismos conocían las situaciones relacionadas con calificaciones
de mala conducta por ejemplo, esto es cuando el militar ante un sinnúmero de
actuaciones antireglamentarias había sido sancionado por múltiples ocasiones,
lo cual desdecía de su adaptación para la vida militar, ya que dichas
actuaciones iban en contra de la institución armada y de su disciplina, este
organismo procedía a analizar su vida militar y de ser el caso procedía a darle
la baja calificándole su mala conducta.
A este Consejo, hay que destacar el militar acudía sin abogado defensor, ya no
se le permitía, lo cual claramente vulneraba su derecho a la defensa, es así que
las resoluciones eran generalmente de baja, con lo cual el acto administrativo
quedaba validado al notificarle al militar.
Así también este organismo es competente para conocer la situación
profesional cuando están en condiciones de ascenso, si reúne el puntaje, y ha
52
cumplido con todos los requisitos que determinan la Ley de Personal de las
Fuerzas Armadas y demás normativa interna, era calificado APTO, caso
contrario era puesto a disponibilidad y posterior baja de las filas militares,
resolución que igualmente era comunicada al interesado.
Todos estos actos emanados por autoridades competentes, tenían su plena
validez al notificarse al interesado con la Resolución, pero esa notificación todo
el tiempo adolecía de motivación, ya que jamás se le fundamentaba en derecho
cuales eran los motivos para haber tomado esta Resolución. Generalmente las
resoluciones las realizaban en 4 líneas, muy escuetas, que no le decían nada al
interesado, por el contrario era casi imposible el poder defenderse sin saber
cual era el motivo que supuestamente se le argumentaba para tal decisión.
En realidad existían un sinnúmero de situaciones totalmente antijurídicas y
violatorias a la Constitución, que no solo permitía al militar agraviado ejercer su
derecho constitucional sino también su derecho a impugnar el acto por haber
sido dictado sin apego a la ley.
Pero esos derechos no eran ejercidos en el
fuero común, si bien porque ello como ya señalamos implicaba costos, tiempo y
lo que es peor aún no existía la seguridad de que el juez imparta justicia y si era
53
del caso esa decisión judicial favorable al interesado hacerla cumplir al
demandado, es este caso la Institución Militar.
Sin embargo podemos señalar varios casos de personal militar que al haber
sido dados de baja de la Institución Militar han presentado sus reclamos en el
fuero común, sea estos a través de un Amparo Constitucional, de una
Declaratoria de Inconstitucionalidad o a través de un Recurso Contencioso
Administrativo, que al serles favorable, la Institución se negaba a cumplirlas,
habiendo incluso los afectados con la nueva Constitución (2008), presentado
Acciones de Incumplimiento ante la Corte Constitucional, las cuales les han
concedido incluso derechos más allá de los declarados en la Constitución
anterior (Amparo Constitucional que era de conocimiento y cautelar)33,
con
relación a la Constitución actual (Acción de Protección que es declarativa) y que
muy a pesar de los mandos militares deben ser cumplidas en forma inmediata
so pena incluso de destitución de los funcionarios que la incumplan.
33
Constitución Política de la República del Ecuador , 1998.
54
Con la Constitución actual, que declara: “El Ecuador es un Estado constitucional
de derechos y justicia social, democrático, soberano, independiente, unitario,
intercultural plurinacional y laico.
Se organiza en forma de república y se
gobierna en forma descentralizada….”34
A partir del año 2008, con la enorme propaganda que hace el gobierno de
respeto a la Constitución y a los derechos de los ciudadanos, vemos como en el
fuero común se han presentado un sinnúmero de acciones de protección en
reclamo a los derechos que les han sido vulnerados a los miembros de la
Institución Militar, con los actos administrativos que emanan las autoridades
castrenses, cuestionándose no solo la legalidad del mismo, sino directamente el
derecho al debido proceso que argumentan no se les permite ejercer dentro de
Fuerzas Armadas.
A continuación describiré como si ha existido un cambio aunque leve en la
forma de accionar de las autoridades, pues ahora para sancionar a un militar,
en el Reglamento Sustitutivo al Reglamento de Disciplina Militar vigente, se
3434
Constitución de la República del Ecuador ,2008
55
prevé que quien conozca del cometimiento de una infracción deberá informarla
al superior a través de un parte acusatorio, a fin de que éste requiera al
presunto infractor un informe sobre los hechos que se le acusa y se defienda de
ser el caso o los reconozca voluntariamente, posteriormente el superior deberá
indagar y analizar tanto el parte acusatorio y si el caso amerita imponer la
sanción solicitada, la cual no será cumplida todavía por el infractor, este la
podrá apelar y de confirmarse la misma, recién ahí cumplirá su sanción, sea
arresto simple o de rigor, debiendo ser registrada en el libro de vida militar o
registro AP-7 según sea el caso. 35
En los casos de Consejos de Disciplina o Consejos Reguladores de la Carrera
Profesional, los involucrados pueden acceder al mismo en Audiencia y ser
acompañados por su abogado defensor particular o de lo contarlo la Institución
les proveerá un abogado militar para que ejerzan su derecho a la defensa.
Como vemos, a diferencia del tratamiento que se les daba con la anterior
Constitución, se les permite ejercer su derecho a la defensa en todas las etapas
35
Reglamento Sustitutivo al Reglamento de Disciplina Militar, vigente desde 2009
56
del proceso que se esté incoando en contra de los mismos; así como se
presume su inocencia hasta que no exista sentencia o resolución ejecutoriada y
no cumplen hasta aquello sus arrestos y su registro en el libro de vida y tarjeta
AP-7.
Pero el derecho a la defensa no se limita solo a permitirles que sean asistidos
por un abogado o que puedan presentar informes de descargo, este derecho va
más allá, pues quien resuelve sobre la situación que involucra los derechos de
un tercero, está obligada a fundamentar en hecho y derecho su decisión, a fin
de que puedan ejercer su defensa el afectado a través de cualquier recurso. No
se puede limitarlo al notificarle en forma escueta que ha sido sancionado o dado
la baja, e ahí la importancia de que esa Autoridad fundamente su resolución en
forma clara, precisa, concisa y en derecho, lo cual sin duda evitaría tanto
reclamo sobre vulneración de derechos y por ende pidiendo que se deje sin
efectos dichos actos administrativos a través de la Acción de Protección; siendo
muy pocos los que acuden a demandar la legalidad del acto en el contencioso
administrativo.
57
Es importante también destacar como se ha hecho un abuso del derecho al
desnaturalizarse el verdadero espíritu de esta acción, la misma que debería ser
interpuesta cuando realmente no existe otro mecanismo como el judicial para
que sea reconocido como en este caso la legalidad de los actos. Por ello los
abogados debemos al estudiar un caso, ver si realmente este acto debe ser
impugnado como acto y ni como vulneración de derechos, ya que so pretexto
de argumentar violación de derechos, estamos saturando la función judicial con
acciones que son inoficiosas y lo que es peor aún pretendemos que jueces que
no tienen conocimiento constitucional resuelvan sobre nuestro derechos.
Dada la incidencia que ha tenido en Fuerzas Armadas el planteamiento de
Acciones de Protección, por vulneración de derechos al no motivarles las
resoluciones tomadas y permitir que se argumente violación al derecho a la
defensa, y por ende en muchos casos dejar en la impunidad actuaciones
reñidas con la disciplina, no porque estén mal sancionadas (legalidad), sino
porque al motivarse la sanción no se le fundamentó la misma y el juez falla en
contra de esa falta de motivación; para ello analizaremos en el siguiente
capítulo si en realidad la acción de protección es subsidiaria o residual con
58
relación a la Jurisdicción Contencioso Administrativa, lo que nos facilitará poder
realizar una motivación debida, en las resoluciones como se pretende.
59
CAPITULO III
3.
COMO MOTIVAR DEBIDAMENTE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
EN FUERZAS ARMADAS
3.1
Efectos de la Acción de Amparo Constitucional y Acción de
Protección en los Actos emanados por la Institución Castrense.
La Acción de Amparo Constitucional, aquella garantía establecida en el artículo
95 de la Constitución Política de la República de Ecuador de 1998 y en los
artículos 46 y siguientes de la Ley de Control Constitucional, fue implementada
con esa denominación y características, en el año 1996. Se trataba de una
acción de naturaleza cautelar de derechos subjetivos constitucionales.
La
doctrina, haciendo referencia al tema, señalaba lo siguiente:
[…] El objetivo pues de la acción de amparo, es cautelar. Tiene por
finalidad hacer cesar, evitar la comisión o remediar inmediatamente por
la Constitución. La Acción de amparo es, pues precautelatoria y no de
conocimiento lo que implica que de aceptarse el recurso de amparo,
60
corregida la violación, la autoridad pública, puede actuar nuevamente
sobre el asunto, siempre que lo haga constitucionalmente. 36
Por su parte, la jurisprudencia emitida por el Tribunal Constitucional del
Ecuador, afirmaba:
[…] Que, la acción de amparo prevista en el artículo 95 de la Constitución
de la República, se caracteriza por su naturaleza cautelar de los
derechos constitucionales, de tal manera que únicamente suspende los
efectos de un acto legítimo, o protege al gobernado de las consecuencias
de una omisión, así mismo ilegítima, provenientes de autoridad pública,
que por violar dichos derechos, cause un daño grave e inminente. 37
Por consiguiente, queda claro que la acción de amparo, no fue un proceso de
conocimiento ni declarativo.
La concesión de una acción de amparo
constitucional no significaba que se resuelva una situación jurídica de manera
36
Alejando Ponce Martínez. El Acto de Autoridad, en, Naturaleza de Acción de Amparo, Quito, Fondo
Editorial del Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito – Projusticia – Banco
Mundial, 2002, pág.14.
37
Tribunal Constitucional del Ecuador, Resolución No. 005-2003-RA
61
definitiva, tan sólo se adoptaban medidas cautelares de protección, tendientes a
prevenir, cesar o remediar la violación a derechos subjetivos constitucionales.
El juez constitucional, a partir de los efectos reparatorios- cautelares del
amparo, podía suspender provisional o definitivamente los efectos de un acto
ilegítimo, y retrotraer las cosas al estado anterior en que se encontraban previo
a la emisión del acto.38
Con relación a la resultados en la práctica, la acción de amparo si contaba con
efectos reparatorios, pero no necesariamente indemnizatorios.
Resulta
importante hacer referencia a la facultad indemnizatoria, toda vez que fue uno
de los elementos que generó conflictos de yuxtaposición de competencias con
respecto a la justicia ordinaria contencioso administrativa.
Por un lado, se señalaba que a partir del efecto reparatorio del amparo, si era
posible la concesión de una indemnización, mientras que por otro, la corriente
38
Artículo 95, Constitución de 1998: […] Mediante esta acción, se requerirá la adopción de medidas
urgentes destinadas a cesar, evitar y remediar inmediatamente las consecuencias de un acto u omisión
ilegítimos de una autoridad pública, que viole o pueda violar cualquier derecho consagrado en la
Constitución o en un tratado o convenio internacional vigente, y que, de modo inminente amenace con
causar un daño grave.
62
prevaleciente, negaba dicha posibilidad, bajo la explicación de que el amparo
era una acción de naturaleza meramente cautelar (no declarativa ni de
conocimiento, como si lo es la nueva acción de protección), y que no podía
reemplazar otros procedimientos previstos en la Constitución, como el recurso
subjetivo o de plena jurisdicción, mecanismo que, en efecto, es idóneo para
atender un asunto de esta naturaleza. (Principio de interpretación sistemática
de la Constitución.39 Así se suscitaron casos en la jurisprudencia constitucional,
en que producto de la concesión de una acción de amparo, se ordenaba a la
autoridad de la cual emanó el acto ilegítimo el pago de haberes dejados de
percibir, lo que es distinto a conceder una indemnización (consecuencia del
análisis del fondo del asunto controvertido). Así por ejemplo, si una autoridad
pública destituía ilegítimamente a un funcionario, y dicha destitución violaba sus
derechos constitucionales, el accionante podía solicitar el pago de los haberes
dejados de percibir durante el tiempo que se le privó de su derecho al trabajo.
A este respecto, la jurisprudencia constitucional, en los casos 063- 2001 TP y
170 -2000 RA, señalo lo siguiente:
39
Tribunal Constitucional del Ecuador, Resolución No. 004-2002 RA […] Por todo ello, a la acción de
amparo no le cumple resolver el fondo de un asunto controvertido ni suplir los procedimientos que el
ordenamiento jurídico ha establecido para la solución de una controversia.
63
[…] En el caso que se ordene la restitución de un servidor destituido
ilegítimamente, a éste se le deberán pagar las remuneraciones no percibidas,
pero no se puede ordenar que le indemnicen.40
En definitiva, en la jurisprudencia constitucional ecuatoriana, se pueden
identificar en gran número, acciones de amparo a través de las cuales se
ordenó el pago de haberes dejados de percibir (no indemnizaciones) producto
del efecto cautelar con el que contaba esa garantía constitucional.
Con relación a la acción de protección, el artículo 86 numeral 3 de la
Constitución vigente, eliminó el carácter meramente cautelar inherente al
amparo, y confirió a la jueza o juez constitucional la potestad de ordenar
mediante sentencia la reparación integral, material e inmaterial y especificar e
individualizar las obligaciones positivas y negativas a cargo del destinatario de
la decisión judicial, y las circunstancias en que deben cumplirse.
40
Tribunal Constitucional del Ecuador, Resoluciones No. 063-2001 TP y 170-2000 RA.
64
En tal virtud, la acción de protección, de conformidad a las disposiciones
comunes inherentes a las garantías jurisdiccionales, si cuenta con efectos
reparatorios, y uno de ellos, de naturaleza indemnizatoria o patrimonial.
El jurista Ramiro Ávila Santamaría, haciendo alusión a la naturaleza y carácter
reparatorio de la acción de protección, señala lo siguiente:
[…] En cambio, la Constitución del 2008 precisa los conceptos y llena un
vació intolerable en el derecho ecuatoriano al establecer que las
garantías son tanto cautelares como de fondo o de conocimiento. La
reparación, al contrario de la indemnización en lo civil, que es
exclusivamente patrimonial, puede ser material e inmaterial. 41
41
Ramiro Ávila Santamaría, “Las Garantías: herramientas imprescindibles para el cumplimiento de los
derechos. Avances Conceptuales en la Constitución del 200”, en Desafíos Constitucionales, La
Constitución Ecuatoriana del 2008, en perspectiva. Quito, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
Tribunal Constitucional del Ecuador, 2008, Pág. 93.
65
Es así que la acción de protección, a diferencia de la acción de amparo
constitucional, se convierte en un proceso de conocimiento, declarativo,
excepcionalmente cautelar y con efectos ampliamente reparatorios.
Ahora bien con respecto a la acción de protección, su finalidad primordial es el
amparo directo de los derechos reconocidos en la Constitución. A partir de ello,
y de la ausencia de la irreparabilidad del daño, como presupuesto de
admisibilidad, se deduce que la acción de protección puede ser interpuesta
directamente,
sin
que
sea
necesario
agotar
previamente
otras
vías
jurisdiccionales.
La no residualidad de la acción de protección, como se constató en la acción de
amparo resultó ser uno de los elementos que recrudeció el conflicto de
superposición de competencias con respecto a la jurisdicción contencioso
administrativa. Por esta razón es conveniente analizar si esta acción constituye
un recurso residual o subsidiario, lo cual nos ayudará a que las resoluciones
administrativas que se adopten dentro de esta institución miliar, estén siempre
66
acordes a la normativa y precautelando la instauración de demandas en contra
de la misma.
Dentro de Fuerzas Armadas, existen un sinnúmero de amparos constitucionales
que han sido resueltos en forma favorable para el demandante; así como
acciones de protección que han permitido que personal que ha sido dado de
baja haya sido reintegrado a la institución, concediéndose diferentes derechos,
como los que a continuación veremos en las resoluciones de amparos
constitucionales y acciones de protección presentadas en contra de la
Institución Militar, que a continuación detallo:
RESOLUCION N. 518-RA-01-I.S
PRIMERA SALA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, CASO SIGNADO CON
EL No. 712-2001-RA
ACCIONANTE: Sbte. Marcelo Ávila Carrasco.
67
Fue dado de baja de la Fuerza Aérea Ecuatoriana con fecha 1 de enero del
2001, por incompetencia profesional al haber reprobado un curso de
perfeccionamiento.
El Tribunal Constitucional en sus considerandos establece que al peticionario
se le impidió ejercer su derecho a la defensa (falta de motivación) reconocido
en el número 10 del Art. 24 de la Constitución vigente en aquella época.
RESUELVE: “ 1..- Confirmar la resolución subida en grado, en consecuencia
conceder la acción de amparo constitucional planteada por el subteniente
Marcelo Ávila Carrasco. 2.- Devolver el expediente al Juez de origen.-
RESOLUCION No. 1414-2006-RA
SEGUNDA SALA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, CASO SIGNADO
CON EL No. 1414-2006-RA
ACCIONANTE: Coronel EMC. Avc. Enrique Cuesta Moscoso
Fue dado de baja de la Institución Militar al haber sido calificado NO APTO para
su ascenso al grado de General.
68
El Tribunal Constitucional en sus considerandos establece que se la ha
vulnerado el derecho a la honra al accionante al descalificarle por razones de
índole moral, sin la precisión ni motivación requeridas, violentándose el Art. 23
numeral 8 de la Constitución vigente en aquella época.
RESUELVE: 1.- Revocar la resolución adoptada por el Tribunal Distrital No. 1
de lo Contencioso Administrativo, Segunda Sala y en consecuencia conceder el
amparo solicitado por el señor Enrique Gustavo Cuesta Moscoso; 2.- Devolver
el expediente al Juzgado de origen para los fines determinados en el Art. 55 de
la Ley Orgánica de Control Constitucional, y publicar la presente Resolución…”
RESOLUCION No. 1004-2007-RA
SEGUNDA SALA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL PARA EL PERIODO DE
TRANSICIÓN
ACCIONANTE: Dr. Walter Edison Paucar Torres
Fue cancelado su contrato de prestación de servicios profesionales dentro de
la Institución militar.
69
La Corte Constitucional para el período de transición, dentro de sus
considerandos establece que en el presente caso no se enuncian los motivos y
fundamentos jurídicos para dar por terminada la relación laboral del accionante
y que por lo tanto las decisiones son contrarias a la norma constitucional.
RESUELVE: 1. Revocar la resolución adoptada por el señor Juez Séptimo de lo
Penal de Pichincha; y, en consecuencia, conceder el amparo solicitado por el
recurrente; 2.- Devolver el expediente……….”
RESOLUCION No. 1027-2010-ALL
CORTE PROVINCIAL DE JUSTICIA DE PICHINCHA.- TERCERA SALA
ESPECIALIZADA DE LO PENAL
ACCIONANTE: Coronel Pedro Marcelo Hernández Carrillo
La Tercera Sala Especializada de lo Penal dentro de sus considerandos
establece que: se ha violentado el derecho a la defensa y seguridad jurídica del
señor Coronel Pedro Marcelo Hernández Carrillo, al haberle sancionado con 9
días de arresto de rigor cuando ya se le había concedido una amnistía por el
70
hechos ocurridos el 21 y 22 de enero del 2000 lo cual le impidió ser considerado
para su ascenso al grado de General.
RESUELVE:
“…acepta la apelación deducida por el accionante revoca la
sentencia venida en grado y en consecuencia, acepta la acción de protección
presentada por Crnl. (SP) Pedro Marcelo Hernández Carrillo. Se deja sin efecto
la resolución de calificación como “NO APTO” para el ascenso al grado de
General de Brigada impuesta al compareciente Crnl. EMC Pedro Marcelo
Hernández Carrillo….”
3.2
Formas de cómo motivar un acto administrativo como exigencia
constitucional.
La Institución Militar, dentro del cumplimiento de su misión constitucional de
defensa de la soberanía y la integridad territorial, y como institución de
protección de derechos, libertades y garantías de los ciudadanos, está obligada
a cumplir y velar por el cumplimiento de los mismos, en estricta sujeción al
poder civil y a la Constitución, por ello, es sumamente importante el que, no
solo operativamente esté al día en el desarrollo de sus misiones de seguridad
sino también en lo que respecta al cumplimiento de la normativa vigente en
71
cada uno de los actos que para el cumplimiento de esa sagrada misión ejecute.
Por ello las autoridades públicas conscientes de esa enorme responsabilidad,
han considerado conveniente el mantener informados a todos sus miembros de
la importancia que tiene las actividades que desarrollan todos y cada uno de
ellos, pero sobre todo que los derechos que les asisten, no pueden estar
aislados de sus obligaciones como militares y que ese incumplimiento será
objeto de sanción si es del caso, lo cual repercutirá en el desenvolvimiento de
sus carreras profesionales, incluso pudiendo ocasionarles la baja.
Las decisiones de la autoridad administrativa, no solo deben ser reactivas, sino
también preventivas, con el fin de que su personal esté siempre motivado en el
cumplimiento de su deber, por ello no solo la parte sancionadora es importante,
también hay que reconocer con actos administrativos los méritos y
reconocimientos que hayan sido ganados en base a esfuerzo y trabajo.
Con la Constitución anterior (1998) y la actual (2008), la Institución Militar ha
sido objeto de grandes críticas por parte de la sociedad civil, ante el
incumplimiento de la norma, ya que es por demás cierto que so pretexto de
72
tener leyes propias, han desconocido las disposiciones constitucionales, lo que
ha ocasionado que los afectados en forma efectiva hayan reclamado sus
derechos a través de recursos y acciones constitucionales, así como
jurisdiccionales la ilegalidad de los actos, concediéndoles el juez de la materia
y disponiendo reintegros, dejando sin efecto actos administrativos, es decir
reconociendo el abuso de poder que ha existido en el tratamiento a sus
miembros, y que ha dado como consecuencia que incluso se desconozca el
mando.
Hay que reconocer que este gobierno nacional, ha dado un papel trascendental
a la Constitución de Montecristi, y con ella la sociedad civil, militar y policial
haya levantado la voz ante el cometimiento de actos injustos, que han debido
ser reconocidos en la justicia ordinaria. Como ya lo hemos visto el mando
militar y los propios miembros han tenido que hacer conciencia que vivimos en
una época de cambios, en donde quien no se actualice está condenado a vivir
su propio mundo y a ser relegado. Que importante es ver como en todo acto
sea
judicial
o
administrativo
más
que
la
legalidad
debe
primar
la
constitucionalidad, pues el derecho que le asiste a la persona es inmanente, por
tanto no puede jamás ser vulnerado; por ello dentro de Fuerzas Armadas, “a
73
fuerza” se ha tenido que reconocer que la institución militar es parte de un todo
y no es aislada, prueba de ello, es el haber este gobierno designado varios
Ministros de Defensa civiles y no militares en servicio pasivo como era su
tradición.
La tarea para quienes en el campo del derecho hemos estado inmersos en este
sistema no ha sido tarea fácil, por el contrario es una labor hasta cierto punto
titánica el tener que hacerles hincapié en cada acto que la Constitución
prevalece ante toda norma, incluso sobre el ordenamiento jurídico militar y que
su incumplimiento acarrea demandas a la Institución y si es del caso y se
determina que existe error en los funcionarios públicos al emitir dicho acto, que
obligue al Estado a pagar indemnización, este se repetirá en contra del
funcionario que emanó el acto.
A pesar de ello han existido muchos casos en los cuales estas Autoridades se
han negado a cumplir resoluciones judiciales y constitucionales, ante lo cual se
les ha manifestado que dicho inacción puede provocar que se demande una
74
Acción de Incumplimiento, so pena de destitución del funcionario que no acató
la orden dada por juez competente.
No ha sido fácil, pero hay que reconocer que al menos los mandos medios y
bajos han empezado a aceptar esta revolución constitucional.
A continuación se establecerá la forma más viable como enseñar a motivar los
actos, pero ante todo este accionar tiene como meta el crear una cultura de
motivación en todo acto que se emane, sea de mero trámite (fundamentar) o
cuando implique derechos de las personas, con la finalidad de evitar que
muchos actuaciones antireglamentarias de sus miembros queden en la
impunidad, por vulnerar el derecho a la defensa (Motivación) en la Resolución
de autoridad competente y que sido tomada al amparo de la ley.
El problema de la motivación se controla desde los recursos,
pudiendo
señalarse deficiencias por limitación o por ausencia; en otros términos,
fundamentos incompletos o insuficientes. El criterio de suficiencia dice Colomer
75
Hernández es un parámetro de creación jurisprudencial para el control de la
efectividad de la obligación de motivar- Es decir, la suficiencia no es más que
un mínimo que debe cumplir la justificación del juez para poder ser aceptada
como existente al ser controlada por un superior. Sin embargo, la suficiencia en
modo alguno puede ser utilizada por un juez como criterio de actuación a la
hora de motivar, pues los jueces deben realizar una completa justificación de la
decisión adoptada.42
Si bien nuestra Constitución, leyes, doctrina y la jurisprudencia han insistido en
la unidad de las decisiones jurisdiccionales y la necesaria coherencia lógica
entre las premisas y las conclusiones finales y necesarias del fallo o resolución
según sea el caso, en la práctica esto no siempre se cumple, ya en múltiples
ocasiones no reina la debida correspondencia y armonía entre los presupuestos
fácticos y normativos efectuados en la fundamentación y la decisión, sino, por el
contrario, existe un exagerado simplismo que puede resultar peligroso e
irracional, especialmente cuando lo considerativo constituye un antecedente
lógico inseparable de los dispositivo de la resolución.
42
Colomar Hernández citado por Gozaine, Oswaldo Alfredo, ob. Cit pp440 y 441.
76
Frente a estos casos en los cuales existiría una apariencia de motivación, por
expresar
razones
insuficientes
la
decisión,
es
necesario
establecer
determinados parámetros o exigencias mínimas en su contenido. Con ello no
queremos negar la discrecionalidad judicial que, como decía Nino, “buena parte
de la discreción es una discreción de hecho y que tiene su origen en la
vaguedad o ambigüedad del lenguaje legal, o en las lagunas e inconsistencias
del sistema jurídico”. 43
Es así que considero que la motivación en los actos administrativos debe ser
coherente con la motivación judicial, es decir, debe ser expresa, clara,
completa, legítima y lógica.
EXPRESA.- Este requisito, consagrado en el artículo 276 del Código de
Procedimiento Civil, tiene relación con el hecho de que los juzgadores al
43
Nino, Carlos: Introducción al análisis del derecho, Editorial Astrea, 2003, p.432
.
77
momento de dictar su sentencia deben señalar los fundamentos que sirvieron
de soporte para sustentar su tesis, sin remisión a otros actos procesales. Sin
embargo, en la práctica, varias resoluciones adolecen de este defecto. Sobre
este punto la Segunda Sala de lo Laboral y Social de la Corte Suprema de
Justicia ha manifestado que:
“TERCERO: Al haberse fundamentado el recurso en la causal quinta del Art. 3
de la Ley de Casación, corresponde analizar dicho cargo en primer lugar; al
efecto el recurrente sostiene se infringió el Art. 280 inciso segundo (actual 276)
del Código de Procedimiento Civil, por cuanto la sentencia impugnada es una
mera referencia del fallo dictado por el Juez de Origen. Tal afirmación que debe
ser analizada en relación con la motivación,, garantía ésta del debido proceso
que se encuentra consagrada en la Constitución Política de la República, la
misma que en su Art. 24 numeral 13 dispone: “Las resoluciones de los poderes
públicos que afecten a las personas, deberán ser motivadas.
No habrá tal
motivación si en la resolución no se enuncian normas y principios jurídicos en
que haya fundado, y si no se explicare la pertinencia de su aplicación a los
antecedentes de hecho…; por ello con razón la doctrina manifiesta que: “La
motivación de la sentencia constituye un elemento intelectual, de contenido
crítico, valorativo y lógico, que consiste en el conjunto de razonamientos de
78
hecho y de derecho en que el juez apoya su decisión (Fernando de la Rúa,
Teoría General del Proceso, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1991, Pág.
146). Debiendo observarse por tanto respecto a la motivación que la sentencia
reúna los requisitos de ser clara, expresa, completa, legítima y lógica; ya que de
lo contrario será una resolución arbitraria o ilógica; y en la especie, como lo
afirma el recurrente, la sentencia impugnada no ha sido debidamente motivada,
ya que es una mera referencia al fallo dictado por el Juez de Origen, defecto
esencial que debe ser corregido en base al fundamento del recurso”.44
CLARA.- De modo que el pensamiento del juzgador debe
ser aprensible,
comprensible y cuantificable y no dejar lugar a dudas sobre las ideas que
expresa. La motivación, lo mismo que toda sentencia en su conjunto, debe
44
Juicio No. 185-2005 de 16 de abril del 2008. En este mismo sentido se ha pronunciado esta Sala en el
Juicio No. 035-2004 de 26 de agosto del 2004 publicado en el Registro Oficial No. 3 de 25 de abril del
2005 cuando dice: “CUARTO: En el caso de la presente controversia, tienen razón los recurrentes, en
cuanto a que la Primera Sala de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, en su fallo totalmente escueto,
“no hace ningún análisis jurídico respecto de los hechos que configuran el despido intempestivo y que da
lugar al pago de la jubilación patronal”, pues, aún cuando la Sala de Alzada confirma la sentencia
recurrida, se estaría incumpliendo con lo que manda el artículo 280 del Código de Procedimiento Civil”.
No así el Juicio No. 245-2003 de diciembre 18 del 2003, publicado en el R.O No. 393 de 05 de agosto del
2004, en el cual dicha Sala dispuso expresamente: “…CUARTO: En cuanto se refiere a que el impugnado
viola lo preceptuado en el artículo 280 del Código de Procedimiento Civil, este Tribunal advierte que lo
contrario de lo que sostiene el casacionista, la Sala de Alzada ha analizado “los puntos que ha decidido, lo
fundamentos o motivos de la decisión, con claridad y expresando las razones por las cuales rechaza la
apelación…”
79
evitar expresiones ambiguas, y procurar que el lenguaje utilizado, aunque
técnico, sea totalmente exacto, de forma que no se preste a distorsiones e
interpretaciones.
Esta exigencia se halla establecida en el artículo 275 del
nuevo Código Adjetivo Civil.
Así por ejemplo, la motivación no es clara cuando no contiene en su redacción
referencias concretas que permitan singularizar su razonamiento, como
específicamente referido al caso, y alude a generalidades, casos hipotéticos no
venidos al tema, o es construida con un lenguaje completamente estereotipado.
COMPLETA.- Debe abarcar los hechos y el derecho. Respecto de los hechos,
debe contener las razones que llevan a una conclusión afirmativa o negativa
sobre la existencia de los episodios de la vida real con influencia en la solución
de la causa.
Debe emplear las pruebas incorporadas al proceso,
mencionándolas y sometiéndolas a valoración crítica. El juez consignará las
conclusiones de hecho a que llega y esta exigencia atañe ya a la
fundamentación en derecho de la sentencia, porque constituirá la base de
aplicación de la norma jurídica. La motivación en los hechos está constituida
80
por la valoración probatoria; la fundamentación en derecho tiene como punto
de partida la fijación de esos hechos. La descripción fáctica es el presupuesto
de la aplicación de la ley y, por tanto, un requisito de la motivación en derecho
de la sentencia.45
A continuación refiriéndonos a este punto, la Sala de lo Penal de la Corte
Suprema de Justicia de El Salvador, en uno de sus juicios señala lo siguiente:
“La motivación para ser completa debe estar referida tanto al hecho como al derecho,
valorando la totalidad de las pruebas y suministrando las conclusiones a que arribe el
Tribunal sobre su examen y sobre las consecuencias jurídicas que de su aplicación se
derivan, no pudiendo considerarse motivación legal ni aplicación integral de las reglas
de la sana crítica una simple y llana referencia a la prueba por parte del sentenciador,
sobre todo cuando se le resta valor de un modo general y abstracto como en el caso
de autos, en donde el Tribunal A-quo omitió de forma deliberada la valoración de las
declaraciones de los señores Tomás Gabriel Alvarado Y Salvador Ríos Alvarado,
pruebas sobre las que el Tribunal de juicio no obstante haber sido introducidas
legalmente al debate, manifestó so valorarlas por hacer referencia la primera a un
contrato que no tiene relación al hecho que se ventilo en la vista pública y la segunda
45
CFT De la Rúa, Fernando, ob. Cit,p.151 y 152.
81
por advertirse intereses contrapuestos, que podrían por conveniencia o parentesco
influir sobre la voluntad del deponente, por lo que a juicio de esta Sala, la decisión
impugnada dista del cumplimiento de la exigencia señalada en los Arts. 130, 162 inc.
3° y 356 Inc. 1° Pr.Pn, dado que tales disposiciones preceptúan que las resoluciones
judiciales como requisito intrínseco del acto deben ser motivadas a efecto que conste
en ellas el necesario contrapeso de los intereses enfrentados en el proceso.”
Ahora bien, ¿Qué pasaría si la sentencia o resolución no contuviera en forma
precisa y expresa las normas legales en las cuales los juzgadores deben
sustentar sus afirmaciones?.
Para analizar este tema vale indicar lo que
dispone el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil: “En las sentencias y
en los autos se decidirán con claridad los puntos que fueren materia de la
resolución, fundándose en la Ley y en los méritos del proceso, a falta de ley, en
precedentes jurisprudenciales obligatorios, y en los principios de justicia
universal”. En definitiva, parecería que esta circunstancia por sí sola no da
lugar a la falta de motivación de la sentencia, cuando, implícitamente se hace
referencia a ellas, en concordancia con lo determinado por la demanda o los
méritos del proceso y, adicionalmente, en la jurisprudencia y en los principios
universales del derecho.
Así lo ha señalado la doctrina admitiendo la
82
posibilidad de la omisión de una cita cuando, por las modalidades del fallo, es
posible inferir los preceptos de las leyes aplicadas, o cuando, pese a que no se
menciona el artículo legal, se aprecia de otro modo la norma. En este sentido
se ha pronunciado la Segunda Sala de lo Laboral de la Corte Suprema 46.
De igual manera, la Primera Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema,
también manifiesta que es posible convalidar la sentencia que cita
expresamente alguno de los textos legales que la fundamentan, aún cuando se
advierta indeterminación en la cita de otros. La cita legal debe recaer sobre lo
que es esencial o sustancial en la decisión. No es necesario hacerlo sobre
cada una de las premisas o conclusiones secundarias, ni es indispensable que
todas y cada una de las afirmaciones, proposiciones y consideraciones tengan
el respaldo de un texto legal.
Lo importante es que se funde es la ley la
consecuencia de la conclusión jurídica. La ubicación de la cita en la estructura
del fallo no tiene trascendencia, lo importante es que exista como
46
CFT. Juicio No. 322-2006 de marzo 19 de 2007, Hugo Cedeño Moreira vs. EAPAM, publicado en el R.O.S.
No. 360 de 16 de junio del 2008. Juicio No. 1010-2007 de 01 de octubre de 2008 sin publicación aún en
el R.O.
83
fundamentación en derecho (v. gr. Si está omitida en la motivación y consta en
la parte resolutiva, o viceversa.)47.
En resumen, para que la motivación sea completa, el juez debe demostrar los
hechos y fundarla en derecho, para lo cual debe descubrirlos y luego
calificarlos, subsumiéndolos en la norma jurídica.
LEGÍTIMA.-
Debe hacerse en pruebas legales y válidas.
Ahora debemos
recordar que la valoración que hace el juez de estas pruebas tiene que ser total
y sobre toda la prueba, pues la verdad a medias, es falsedad.
El Art.
121 del Código de Procedimiento Civil establece “Solo la prueba
debidamente actuada, esto es aquella que se ha pedido, presentado y
practicado de acuerdo con la ley, hace fe en juicio.”.
47
Juicio No. 633-1995, Resolución No. 301 de 20 de mayo del 1999 publicada en el R.O. No. 255 de 16 de
agosto de 1999.
84
En consecuencia para que exista legitimidad en la motivación la valoración de la
prueba debe ser correcta, no debe ser absurda o arbitraria, debe ser verdadera,
respetando los principios de valoración como las reglas de la lógica y existe
ilegitimidad de la motivación cuando el juzgador prescinde de las pruebas
esenciales. Computa pruebas inexistentes o valora pruebas inválidas.
LÓGICA.- Debemos observar en la motivación los principios lógicos que guían
en razonamiento correcto. Como se observa, este es un requisito transversal,
que afecta a los otros requisitos. La motivación, en términos generales, debe
ser coherente y debidamente derivada o deducida, pero utilizando las máximas
de la experiencia, la psicología y las reglas de a sana crítica. Para que una
sentencia sea coherente debe ser congruente, es decir que sus afirmaciones
guarden una correlación adecuada; inequívoca, que no dé lugar a dudas sobre
las conclusiones a las que llega; y, no contradictoria. Para que la sentencia sea
debidamente derivada se requiere que sus conclusiones sean concordantes, es
decir, que correspondan un elemento de convicción, y se deriven de elementos
verdaderos y suficientes parta producir razonablemente el convencimiento del
85
hecho. Este requisito será mayormente expuesto al referirnos al criterio de
validez que debe tener la motivación de los fallos.48
Sobre los cinco requisitos que hemos analizado, vemos que el juzgador (juez) y
la autoridad pública que emana actos administrativos, al momento de expedir su
resolución, debe tener en cuenta todos y cada uno de ellos, a fin de que ésta
sea válida; sin embargo, la motivación no es sinónimo de amplitud ni de
extensión, sino de valoración objetiva y razonabilidad; al ser el acto
administrativo un acto unilateral este debe ser un mecanismo de protección
jurídica del administrado en frente a las prerrogativas del poder político que se
concretan en los atributos de los actos administrativos que son obligatorios y se
ejecutan de oficio por la autoridad que los expide. Así el particular a través del
conocimiento de la causa que originó que la decisión que los afecta y de sus
fundamentos de derecho, tiene la posibilidad de ejercer su derecho a la
defensa, y eventualmente el juez administrativo podrá establecer si los motivos
48
Hans Kelsen, mantuvo una posición diametralmente opuesta, pues para él a diferencia de Ulrich Klug,
no existe una lógica jurídica y afirma que la decisión judicial basada en la analogía no es una deducción,
sino el estable cimiento de nuevo derecho. En conclusión, según dicho autor, al derecho no se aplican ni
el principio de no contradicción, ni las reglas de la inferencia; el razonamiento por analogía y el
argumentum a maiore ad minus no son instrumentos de una lógica propiamente jurídica, sino biombos
tras los que se ocultan actos de voluntad del juez. Cft. Losano, mario: Teoría Pura del Derecho: evolución
y puntos cruciales, Editorial Tennis, Bogotá, 1992, pp. 62 y 63.
86
que expresa la administración fueron reales y ciertos, y si la autoridad que
expidió el acto se sujetó a derecho.
Aplicarse estas formas al momento de resolver la autoridad castrense, es el
objetivo de este estudio, esta adecuada aplicación permitirá que los actos
tomados estén basados en la norma (legalidad) y no sean susceptibles de
vulneración de derechos, pues si el mismo se encuentra dentro del marco
constitucional y legal no existirá ningún recurso u acción que pueda dejar sin
efecto el mismo y este deberá ser cumplido por el administrado.
Como ya vimos en líneas anteriores, ha existido a raíz de la Constitución
vigente un sinnúmero de reclamos ejercido por parte de los administraos que no
cuestionan la legalidad del acto, sino la vulneración de derechos al emitirse el
mismo, por ello dentro de Fuerzas Armadas es importante día a día crear una
cultura jurídica en todos sus miembros, ello permitirá que tanto administrador
como administrados propendan a que el respecto no sea solamente
unidireccional, de subalternos a superiores, sino en doble vía, evitándose de
esta
manera
demandas
constitucionales
87
y
eventualmente
contencioso
administrativas, para el reconocimiento de sus derechos y la impugnación del
acto respectivamente.
88
4.
CONCLUSIONES y RECOMENDACIONES
4.1 CONCLUSIONES
Una vez concluido el presente análisis, a continuación estableceré las
conclusiones del mismo y que en el desarrollo del mismo he fundamentado a
través de argumentos legales concretos que me han permitido emitir criterios
personales enfocados al tema específico dentro de la institución castrense,
tomando en consideración lo específico de su misión constitucional.
Las conclusiones que a continuación expondré son el resultado de la visión con
la que se procedió al tratamiento del tema de la motivación en los actos
administrativos basados en la motivación de las resoluciones judiciales, su
análisis y conceptualización, para luego explicar como el acto administrativo
dentro de su estructura sistemática y lógica debe obedecer a una conclusión
fundamental de los hechos que van a ser resueltos por la autoridad
administrativa en forma unilateral.
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Bajo estas premisas podemos concluir que:
1. El Acto Administrativo dentro del Derecho Administrativo obedece a una
concatenación de normas jerárquicamente ordenadas, al término de las
cuales surge el acto, como declaración unilateral de la voluntad de la
Administración, ya que emanan de ella, encontrando actos administrativos y
potestad discrecional (actos reglados y actos discrecionales); actos que no
causan estado (actos firmes o consentidos y actos confirmatorios); actos
favorables y actos de gravamen; actos expresos y actos tácitos, los cuales
deben ser motivados, a excepción de los actos que son considerados de
mero trámite.
2. El acto que se emana, debe ser observado en forma interna o estructura
formal, debe expresar los fundamentos de hecho y de derecho que motivan
la resolución del mismo, ya que el acto al ser plasmado en una Resolución
si es claro, preciso y conciso, dará la oportunidad de que el que crea
afectado con el mismo pueda ejercer du derecho a la defensa a través de
los recursos previsto en el procedimiento administrativo.
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3. Una
resolución
administrativa
debe
contener
Antecedentes,
Consideraciones y la Resolución en sí, por ello la importancia de que tanto
las autoridades castrenses como los organismos que estructuralmente se
encuentran dentro de la organización militar, efectúen sus actuaciones
dentro de la ley y sus resoluciones las fundamenten
a fin de que el
administrado sepa en forma clara cuales son los motivos que originaron la
misma a fin de que pueda ejercer su derecho a la defensa de creerse
perjudicado con la resolución.
4. La Sentencia como un acto complejo realizado por un juez involucra tanto
elementos de carácter volitivo, así como una operación de carácter crítico;
en la resolución vemos a más de estos elementos que el carácter crítico
está dado muchas veces por quien desconoce el derecho y por ende el
juicio crítico no puede ir en contra de lo que proclama el nuevo paradigma
de “estado constitucional de derechos y justicia social” que establece la
nueva Carta Magna.
91
5. En el desarrollo de esta tesis hemos afirmado que, entre los requisitos de la
motivación: expresa, clara, completa, legítima y lógica y la motivación
debida, existe una relación lógica de implicación material, donde cada uno
de dichos requisitos constituyen condiciones necesarias, pero ninguno de
ellos, suficiente por sí mismos, para justificar la decisión. Por lo tanto, la
verificación de una motivación correcta pasa por la concurrencia de todos y
cada uno de los requisitos señalados.
6. Las resoluciones emanadas por autoridades y organismos castrenses no
son motivadas en forma suficiente, lo que ha originado que exista una serie
de acciones de protección y contencioso administrativas planteadas en
contra de las mismas, por las violaciones de derechos y sobre la legalidad
de los actos que han sido dictados contra norma expresa.
4.2 RECOMENDACIONES
Estas conclusiones generales, nos permiten a manera de recomendación
señalar que:
1. La autoridad que emite una resolución debe siempre buscar que la
decisión esté legalmente justificada sobre la base de premisas que
fundamenten su razonamiento lógicamente válido y materialmente
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verdadero; no obstante, esta resolución no se agota con esta mera
operación mecánica de la lógica formal, sino que debe responder,
además a una serie de advertencias que forman parte del conocimiento
mismo de la vida, denominadas máximas de la experiencia, que incluso
abarcan principios y reglas de la psicología y la política.
2. Con relación a las distintas formas de motivación, entre ellas, los textos
impresos o las sentencias motivadas en formularios, consideramos que
la autoridad pública al igual que los jueces deben guiarse en ciertos
criterios uniformes y sistemáticos que se han repetido a lo largo del
tiempo, al momento de expedir sus resoluciones, pero sin que se
descuide la introducción de nuevas consideraciones y razonamiento
propios de cada caso específico, correlacionando los principios, reglas,
normas y jurisprudencia en general, con las premisas lógicas de cada
resolución, caso contrario estaríamos frente a una elaboración mecánica
y preimpresa en las cuales la motivación estaría reducida a su máxima
expresión, ya que éstas conservarían un patrón o modelo que limitarían
la racionalidad aplicada al caso concreto.
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3. Para finalizar este estudio y con la finalidad de que dentro de Fuerzas
Armadas, exista una cultura de respeto a la Constitución y la ley, y que
sus autoridades logren llegar a dictar resoluciones debidamente
motivadas, es necesario que puedan potenciar aptitudes institucionales a
más de la disciplina y lealtad, como son la ética y la moral, el
pensamiento lógico y el respeto a la norma, pero ante todo el respeto al
ser humano sin distingo alguno, lo cual se verá de manifiesto en cada
resolución que emanen, pues como lo establece la Carta Magna la
Institución Militar es protectora de derechos, libertades y garantías,
siendo su misión en estricto cumplimiento a la misma; para ello, la
presente investigación está dirigida a cómo y de qué manera se deben
motivar dichas actuaciones, estableciendo para ello dentro del marco
constitucional y legal, la necesidad de que dichos actos estén
expresados en forma clara, completa, expresa, legítima y lógica, con la
finalidad de evitar inconvenientes a futuro, que desdigan de la actuación
idónea, imparcial, objetiva y veraz de las autoridades y organismos
militares para con sus administrados.
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