II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal Universidad y Servicio a la Sociedad: “Un camino a seguir explorando” 1 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal Resumen La universidad en general, y en especial la universidad católica, tiene una misión de servicio a la sociedad en la que está inserta. Este servicio se instrumenta a través de varias iniciativas; la mayoría de ellas se realizan a base del voluntariado, tanto de alumnos como de algunos profesores. En las páginas que siguen se describen, en primer lugar, las principales iniciativas de servicio a la sociedad que se desarrollan actualmente en la Pontificia Universidad Católica Argentina. Luego se analizarán algunos puntos de la llamada metodología del “aprendizaje–servicio”, que se está desarrollando en varias instituciones educativas del mundo, con el objetivo de visualizar otros criterios y posibilidades, y facilitar la identificación de otros potenciales a desarrollar. Datos del Autor Nombre y Apellido: Título Académico: Lugar de Trabajo Académico: Dirección: Correo Electrónico: Mercedes Dormal Lic. en Ciencias Políticas – UCA Pontificia Universidad Católica Argentina Centro Coordinador Universitario de Apoyo al Tercer Sector Av. Alicia Moreau de Justo 1500 Edificio San Alberto Magno [email protected] 2 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal I. Misión de Servicio de la Universidad Católica. El Papa Juan Pablo II en la Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas nos dice: "La Universidad Católica, como cualquier otra universidad, está inmersa en la sociedad humana. Para llevar a cabo su servicio a la Iglesia está llamada -siempre en el ámbito de su competencia- a ser instrumento cada vez más eficaz de progreso cultural tanto para las personas como para la sociedad”1. “El espíritu cristiano de servicio a los demás en la promoción de la justicia social reviste particular importancia para cada Universidad Católica y debe ser compartido por los profesores y fomentado entre los estudiantes”2. “La Universidad Católica siente la responsabilidad de contribuir concretamente al progreso de la sociedad en la que opera”3 . Siguiendo con esta línea Mons. Alfredo Zecca, Rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, en sus palabras de inauguración de la Primera Jornada de Voluntariado Social organizada por el Centro Coordinador Universitario de Apoyo al Tercer Sector de dicha universidad, manifestaba lo siguiente: "... una de las misiones más importantes de la Universidad Católica Argentina es abrirse a la sociedad: en cuanto universidad, buscando crecer en la excelencia en la docencia y en la investigación; en cuanto católica, buscando la identidad con el pensamiento católico y estando abierta a todos; y en cuanto argentina, haciéndose cargo de los problemas de la Argentina, y dando su aporte para investigar esos problemas, y apoyando con su docencia la generación de un perfil de profesionales con una actitud ética y una preparación que los haga salir al paso de las necesidades del país”. Estas palabras cobran hoy mayor necesidad, fuerza y urgencia dada la situación de emergencia social en la que cada vez más personas de nuestro país están viviendo. II. Iniciativas que actualmente se desarrollan en la Universidad Católica Argentina. Ahora bien, ¿cuáles son los distintos caminos a través de los cuales se instrumenta esta presencia de la universidad en la sociedad en la actualidad? En líneas generales en la Universidad Católica Argentina, esta presencia suele instrumentarse a través de distintas actividades promovidas desde el Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral, los centros de estudiantes, las acciones de algunos programas especializados existentes en determinadas unidades académicas y en forma incipiente, desde algunas cátedras. JUAN PABLO II, “Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas”(1990), n32, p26. JUAN PABLO II, “Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas”(1990), n33, p27. 3 JUAN PABLO II, “Constitución Apostólica sobre las Universidades Católicas”(1990), n34, p28 1 2 3 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal A continuación haremos una breve descripción de las actividades que en materia de desarrollo social, se desarrollan desde estas dependencias de la universidad. II.a Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral. El Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral de la Universidad, además de las actividades propias de espiritualidad, organiza visitas pastorales a cárceles con estudiantes. Además, el Grupo Misionero Santa María de los Buenos Aires, en el que participan aproximadamente unos 45 jóvenes estudiantes, concurre dos veces al año a la provincia de Salta. Existe también el proyecto de que estudiantes de la UCA realicen jornadas de trabajo y servicio en el interior del país, durante el verano, pero esto aún está en desarrollo. II.b Centros de Estudiantes Los Centros de Estudiantes de las distintas facultades a través de sus secretarías de acción social, organizan distintas actividades de apoyo a instituciones tanto de la capital como del interior. Por lo general, estas actividades son iniciativas puntuales y de tipo asistencial, como colectas de ropa, calzado, alimentos o útiles. Existen algunos casos de centros de estudiantes que establecen una vinculación más profunda con algunas instituciones y adoptan una suerte de "padrinazgo" con ellas, como por ejemplo un hospital o una escuela del interior, a la que además de donaciones materiales, los alumnos visitan una o dos veces por año y le brindan también asistencia edilicia (arreglos edilicios, pintura). Un caso a destacar es el del Centro de Estudiantes de Ciencias Políticas que organizó un proyecto de Microcréditos para Microemprendimientos en un barrio de Pacheco, provincia de Buenos Aires. El proyecto consiste en brindar apoyo a mujeres desde una perspectiva económica y humana; la ayuda económica consiste en un microcrédito que tiene por objetivo generar los medios necesarios para realizar una actividad productiva constante que genere un ingreso extra a la economía familiar. El apoyo humano de parte del grupo de estudiantes es el asesoramiento y acompañamiento constante durante el diseño y la aplicación del microemprendimiento II.c Acciones desde algunos programas e institutos especializados El Instituto de Etica Biomédica nace en el año 1986 como "Centro de Investigaciones en Etica Biomédica", siendo sus fundadores el R. P. Domingo Basso y el Prof. Dr. Hugo O. M. Obiglio. Tiene las siguientes áreas: Académica, Secretaría y Consultoría, Comunicación e Investigación. Desde el Instituto de Etica Biomédica se capacita, orienta y selecciona a personas que van a atender a personas con enfermedades terminales. Se trabaja en conjunto con la Diócesis de San Miguel. 4 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal El Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico funciona desde 1995 y su objetivo general es abocarse al estudio de la región patagónica en sus distintas facetas, buscando crear conciencia sobre la región entre estudiantes y egresados y buscando promover el conocimiento de sus problemas políticos, económicos y sociales. Está integrado por unas 15 personas entre alumnos y ex alumnos de Ciencias Políticas y también de otras carreras como por ejemplo, Ingeniería Ambiental. El Servicio UNCION existe desde 1995 y su objetivo es impulsar la vinculación entre la teoría y la práctica, tanto a través del trabajo de laboratorio como de campo, a fin de brindar a la Sociedad soluciones concretas y eficientes en el área de las políticas sociales. El Servicio trabaja, fundamentalmente, con los organismos, las organizaciones y las iniciativas privadas que tienen por objetivo la promoción del desarrollo humano en la República Argentina y desarrolla sus actividades conjuntamente con dos cátedras de la Escuela de Ciencias Políticas, la Cátedra de Formulación de Políticas Públicas y la Cátedra de Práctica Profesional. II.d Cátedras . En la Universidad se han ido desarrollando experiencias de servicio a la sociedad desde algunas cátedras puntuales. Las relevadas hasta el momento son las que se realizan desde la Carrera de Psicopedagogía y desde la Carrera de Ciencias Políticas. En ambos casos, se busca articular el aspecto de formación académica de los alumnos con la posibilidad de brindar un servicio serio y orientado a personas e instituciones necesitadas de la sociedad. En la Carrera de Psicopedagogía, durante el primer cuatrimestre de la Cátedra de Práctica Profesional II, los alumnos estudian el marco teórico y en el segundo cuatrimestre tienen la posibilidad de optar entre hacer la práctica a través de pasantías en hospitales, colegios parroquiales o escuelas terapéuticas. En la Carrera de Ciencias Políticas, se realiza desde las Cátedras de Políticas Públicas y Práctica Profesional, cuyas experiencia podemos consultar en detalle en la ponencia "Tras una docencia con objetivos prácticos" del Lic. Ricardo Pato, de esta misma comisión. En este punto, considero interesante analizar algunos puntos de la llamada metodología del “aprendizaje – servicio”, que se está desarrollando en varias instituciones educativas del mundo, con el objetivo de visualizar otros criterios y posibilidades, e identificar potenciales a desarrollar. III. La metodología del Aprendizaje – Servicio. El Dr. Andrew Furco, Director del Centro para el Desarrollo y la Investigación del Aprendizaje-Servicio, (Service-Learning Research and Development Center) de la Universidad de California-Berkeley, define al aprendizaje-servicio como “una pedagogía de enseñanza por la que los estudiantes adquieren una mejor comprensión del 5 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal contenido académico aplicando competencias y conocimientos al servicio de la sociedad”. En los Estados Unidos, esta metodología ha sido institucionalizada a través de la “Ley sobre Servicio Nacional y Comunitario”, aprobada por el Congreso en 1990. Dicha ley define al aprendizaje-servicio como: - un método por el cual los estudiantes aprenden y se desarrollan a través de la activa participación en un servicio cuidadosamente organizado, que es conducido y que atiende las necesidades de una comunidad; - está coordinado con una escuela primaria o secundaria, con una institución de educación superior, o un programa de servicio comunitario y con la comunidad; - contribuye a desarrollar la responsabilidad cívica; - valoriza el currículum académico de los estudiantes y está integrado con él, o con los componentes educativos de los servicios comunitarios en los que están enrolados los participantes; - provee tiempo estructurado para que los estudiantes o participantes reflexionen sobre la experiencia de servicio. IV. El aprendizaje-servicio y la educación para la prosocialidad Esta metodología, está muy relacionada con el concepto de prosocialidad. El Dr. Roberto Roche, Director de la Maestría en Prosocialidad de la Universidad Autónoma de Barcelona, define a la prosocialidad como “aquellos comportamientos que, sin la búsqueda de recompensas externas, favorecen a otras personas, grupos o metas sociales y aumentan la probabilidad de generar una reciprocidad positiva, de calidad y solidaria en las relaciones interpersonales o sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de las personas o grupos implicados”4. Roche sostiene que “entre los mayores retos que afronta la sociedad del 2000, está el de consolidar un tejido social positivo que permita la convivencia armónica entre personas, grupos, colectividades y países, salvaguardando su identidad como personas, como grupos o naciones y, a la vez, actuando solidariamente para con los demás para coadyuvar a la supervivencia, para aumentar la calidad de vida y para hallar significado en ella. Desde nuestra experiencia afirmamos con fuerza que es necesario pasar a la acción positiva: nuestra sociedad ha de emplearse más a fondo en la construcción de un tejido social basado en la cultura de la empatía, de la generosidad, del servicio, de la gratuidad y de la solidaridad” 5. 4 ROCHE, Roberto. Fundamentos psicológicos y pedagógicos del aprendizaje-servicio: la educación a la prosocialidad., Universidad Autónoma de Barcelona, 1995. 5 MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACIÓN DE LA NACIÓN. El servicio a la comunidad como aprendizaje escolar. Actas del 1° Seminario Internacional “Educación y Servicio Comunitario”, Argentina, 1998, pp 9-10 6 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal Según este mismo autor, la denominación “conductas prosociales” surge como oposición a la de “conductas antisociales”. Desde los años 70, las ciencias sociales han intentado determinar cómo tratar estos fenómenos positivos de las relaciones. La prosocialidad está emergiendo en la psicología evolutiva y en la social, por las consecuencias positivas o beneficios que se desprenden para los componentes de un sistema social, al constituir una potente reductora de la violencia y de la agresividad, así como eficaz constructora de reciprocidad. Las primeras definiciones de prosocialidad asumían los beneficios sólo para los receptores de las acciones prosociales, (tanto personas como sociedades), dejando al autor como agente de una acción en la que predominaba la presencia de costo, esfuerzo, inversión de energía, tiempo, recursos, etc., sin considerar beneficios posibles para éstos que, en una definición rigurosa de este concepto, no pueden percibir recompensas externas, extrínsecas o materiales. Actualmente, la psicología está descubriendo cómo la persona que actúa prosocialmente obtiene beneficios psíquicos, en lo que supone de descentramiento del propio espacio psíquico, de capacidad empática, de contenido significante, en relación a los valores y, por tanto, incidencia en la autoestima, quizás a través de la percepción de logro, de eficacia, y, en definitiva, también por la constatación de los beneficios que reporta a los receptores. “En los últimos años ha ido fortaleciéndose la convergencia entre la investigación psicológica sobre la prosocialidad y su proyección educativa, y las investigaciones y proyectos de aprendizaje-servicio, tal como se señala en un reciente artículo firmado en forma conjunta por Donald Eberly, uno de los pioneros del servicio comunitario juvenil y el aprendizaje-servicio en los Estados Unidos, y Roberto Roche”6: “Hay un alto grado de superposición entre los objetivos de la prosocialidad y el aprendizaje-servicio. Una de las principales funciones de la prosocialidad es que los estudiantes se orienten hacia el servicio a los demás. Una de las principales finalidades del aprendizaje-servicio es que los estudiantes adquieran valores, actitudes y conductas prosociales”7. Para entender mejor el aprendizaje-servicio, el Centro de aprendizaje-servicio 2000 “Service Learning 2000 Center” de la Universidad de Stanford desarrolló un modelo8 con el que identificar los verdaderos proyectos de aprendizaje-servicio. El modelo tiene dos dimensiones: una relacionada con el servicio, y otra relacionada con el aprendizaje. El resultado son los cuatro cuadrantes de la figura 1. TAPIA, María Nieves, “La solidaridad como pedagogía”, Ed. Ciudad Nueva, Bs. As., 2000, p. 39. EBERLY,Donald-ROCHE, Roberto. Service-learning and prosociality, p.18 8 SERVICE LEARNING 2000 CENTER, Service Learning Quadrants, Palo Alto, CA, 1996 6 7 7 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal Figura 1: Cuadrantes de Aprendizaje y Servicio I. II. III. IV. Corresponde a actividades de alto nivel de servicio a la comunidad, pero desconectadas del aprendizaje escolar. Corresponde a proyectos de aprendizaje-servicio. Corresponde a proyectos orientados básicamente al aprendizaje de contenidos curriculares específicos, con bajo nivel de servicio a la comunidad. Proyectos de baja calidad de servicio y desconectados del aprendizaje escolar. Para distinguir el aprendizaje-servicio de otros cuatro tipos de programas de servicio, el doctor Andrew Furco, Director del Centro de Investigación y Desarrollo de Aprendizaje-Servicio de la Universidad de Berkeley, California, desarrolló el modelo que se esquematiza en la figura 2: 8 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal Figura 2: Diferencias entre los distintos Programas de Servicio En esta figura cada programa de servicio se apoya en el continuo basado en dos dimensiones: una por el beneficiario designado de la actividad de servicio, y otra por su grado de énfasis en el servicio y/o el aprendizaje. Tomando la figura 2 como base, se distinguen las siguientes definiciones de cinco tipos de programas de servicio: 1. Voluntarismo: es la participación de estudiantes en actividades cuyo énfasis primario está en el servicio que se presta, y el beneficiario designado primariamente es claramente el receptor del servicio. 2. Servicio comunitario: es la participación de estudiantes en actividades que priorizan el servicio que se ofrece, así como los beneficios que la actividad aporta a los destinatarios (por ejemplo, dar alimentos a los sin techo durante los feriados). Los estudiantes reciben algunos beneficios, al aprender más acerca de cómo su servicio marca una diferencia en las vidas de los destinatarios del servicio. 3. Pasantías: son los programas que enrolan estudiantes en actividades de servicio, primariamente con el propósito que los estudiantes realicen experiencias "en la realidad", para que mejoren su aprendizaje o su comprensión de aspectos relevantes de un determinado campo de estudio. 4. Educación de campo: designa a los programas que ofrecen a los estudiantes oportunidades de servicio co-curriculares que están relacionadas, pero no plenamente integradas con sus estudios curriculares formales. Los estudiantes realizan el servicio como parte de un programa que está diseñado primariamente para mejorar la comprensión de los estudiantes sobre un área de estudio, poniendo al mismo tiempo un énfasis sustancial en el servicio que se proporciona. 5. Programas de aprendizaje-servicio: se distinguen de otras aproximaciones por su intento de beneficiar igualmente al prestador y al destinatario de un servicio, así como 9 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal asegurar igual énfasis en el servicio que se presta y en el aprendizaje que está teniendo lugar. Considero que las dos clasificaciones anteriores pueden ser útiles para ayudar a a clarificar y clasificar las distintas iniciativas que se realizan desde la universidad a base de voluntariado tanto de alumnos como de profesores. Finalmente, me parece interesante terminar con las siguientes características que el Dr. Wade Brynelson, Subsecretario de Educación del Estado de California señaló como importantes en la articulación efectiva entre el aprendizaje-servicio y el currículum académico, en el II Seminario Internacional “Educación y Servicio Comunitario” realizado en Buenos Aires en septiembre de 1998, y organizado por el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación: 1. El proyecto de aprendizaje-servicio articula claramente objetivos de conocimiento, competencias y valores que surgen de los objetivos más amplios del curso y de la escuela. 2. El servicio informa el aprendizaje académico, y el aprendizaje académico informa el servicio. 3. Las competencias vitales aprendidas fuera del aula vuelven a ella para ser integradas en la situación de clase. 4. Nuestra experiencia al iniciar programas es que inspirar a individuos -docentes- es la clave para establecer programas de aprendizaje-servicio. Dada la comprensión del aprendizaje-servicio y de la oportunidad de crear un currículum original, los docentes han instituido numerosos modelos de aprendizaje-servicio en sus clases y sus escuelas. “Claramente, el desafío para los docentes es articular los proyectos de aprendizaje-servicio al currículum académico. Esto requiere que el docente esté preparado para usar efectivamente la experiencia de aprendizaje-servicio en colaboración con referentes de la comunidad, como base para la enseñanza del currículum académico. La habilidad del docente para usar una reflexión efectiva sobre las actividades antes, durante, y especialmente después del proyecto de servicio es crítica para que los estudiantes aprendan exitosamente a través del servicio” 9. 9 MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACIÓN DE LA NACIÓN. El servicio a la comunidad como aprendizaje escolar. Actas del 1° Seminario Internacional “Educación y Servicio Comunitario”, Argentina, 1998, pp 29. 10 II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos-Comisión N° 207 “Universidad y Voluntariado” Ponencia Lic. Mercedes Dormal V. Palabras Finales Creo que es interesante comprobar que esta presencia de la universidad en la sociedad en la que está inserta, no es sólo valiosa y necesaria desde el punto de vista de la concepción cristiana, sino también como parte de la formación integral de los estudiantes. Otro aspecto a resaltar es que una metodología como la de aprendizaje-servicio o similar, puede posibilitar que el servicio que desde la universidad se presta a la sociedad, sea un servicio calificado, serio, con continuidad en el tiempo y fruto de la investigación y la docencia que se desarrolla en la misma. Y me parece que ahí es donde está el principal valor agregado y rasgo distintivo del voluntariado en el ámbito de la universidad: intentar que sea un voluntariado organizado y articulado con la curricula y la vida de la universidad. Esto no es algo sencillo de implementar, y de decidir encararse, habrá varios aspectos a evaluar, analizar, consensuar y diseñar en todos los niveles de la universidad. Pero también considero que es uno de los desafíos que se le plantean a la universidad actual, por lo que “...es necesario explorar las modalidades concretas con que, en los distintos contextos, la universidad cumple hoy esta “misión” suya” 10. 10 CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, PONTIFICIO CONSEJO DE LA CULTURA, DIÓCESIS DE ROMA. “La Universidad por un nuevo humanismo”. El Jubileo de los Universitarios. Guía teológico pastoral, p. 20. 11