teorías del crecimiento económico y divergencia

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Isaac Leobardo Sánchez Juárez (*)
TEORÍAS DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y
DIVERGENCIA REGIONAL EN MÉXICO (**)
ECONOMIC GROWTH THEORIES AND REGIONAL
DIVERGENCE IN MEXICO
Resumen
El documento tiene dos objetivos, uno de los cuales es teórico-conceptual y el otro
empírico. En relación al primero se realiza un resumen de las principales teorías que
explican el desarrollo territorial y se distingue entre los conceptos de crecimiento y
desarrollo que son frecuentemente mal interpretados. Usando como referente la
exposición teórica y en especial las conclusiones del paradigma neoclásico de
crecimiento, como parte del segundo objetivo se discute la variabilidad en las tasas de
crecimiento regionales de la economía mexicana entre 1993 y el 2004, destacando
comportamientos que son relevantes y distinguiendo entre regiones ganadoras y
perdedoras. Para terminar, se comprueba la hipótesis de sigma divergencia regional y
se plantean algunas premisas que necesitan ser abordadas con precisión.
Palabras clave:
divergencia.
Teorías
del
crecimiento
y
desarrollo,
crecimiento
regional,
Abstract
The document has two objectives: the first is conceptual-theoretical and the second is
empiric. In relation to the first we do a summary of the principal theories that explain
the territorial development and draw a distinction between the concepts of growth and
development that are frequently misinterpreted. Using like referent the theoretical exposition and specially the findings of the neoclassical paradigm of growth, as part of
the second objective we discuss the variability in the regional growth rates of the Mexican economy between 1993 and 2004, highlighting behaviors that are relevant and
telling apart between winning regions and losers. In order to finish, we checks the hypothesis of sigma regional divergence and some premises that need to be approached
with precision.
Keywords: Theories of development and growth, regional growth, divergence.
JEL: R11, O18.
*
Candidato a Doctor en Ciencias Sociales con Especialidad en Estudios Regionales por El Colegio
de la Frontera Norte y profesor de la Licenciatura en Economía de la Universidad Autónoma
“Benito Juárez” de Oaxaca.
(**)Extracto de la tesis presentada en septiembre del 2004 para obtener el grado de maestro en
economía regional en el Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la Universidad Autónoma
de Coahuila. El autor expresa su agradecimiento, sin hacerlos responsables por errores y
omisiones, al Dr. Cuauhtémoc Calderón Villarreal por la dirección de la tesis y a la Mtra. Rosa
María García Almada por todo su apoyo durante el proceso de investigación.
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D
esde el nacimiento formal de la economía como disciplina, ha existido gran
preocupación por el bienestar de la sociedad, se ha investigado y reflexionado
en relación a las formas de lograr este fin. El crecimiento económico es un
tema que recurrentemente se asocia a este cometido, ya que como señala la
microeconomía ortodoxa, los individuos intentan de una forma u otra maximizar
su utilidad, lo que está asociado a incrementos constantes en los bienes que una
persona debe tener posibilidades de adquirir. Las necesidades parecen ser
siempre mayores que los satisfactores, existe por tanto un fuerte deseo de
incrementar la cantidad y también la calidad de los bienes y servicios en una
economía.
El crecimiento económico es un problemática directamente asociada con el
bienestar y este último existe sólo cuando se alcanza cierto nivel de desarrollo, es
por ello que resulta pertinente cuestionarse si realmente un mayor crecimiento
implica algún nivel de desarrollo, es decir, si existe una correlación positiva entre
ambos. Se han elaborado al menos dos respuestas: a) el crecimiento es una
condición necesaria para el desarrollo, pero no suficiente y b) el crecimiento
económico poco ayuda a explicar el desarrollo.
Aquellos que opinan que el crecimiento es una condición necesaria para el
desarrollo, reconocen que es posible que el crecimiento se concentre tanto de
forma geográfica como individualmente. Es probable que unas cuantas naciones
en el mundo concentren buena parte de los bienes que se producen y por tanto de
los ingresos que los mismos generan, también puede suceder que sólo algunos
individuos se apropien de los incrementos en los bienes y servicios, lo que
ocasiona una fuerte inequidad en la distribución del ingreso, en este sentido el
crecimiento no sería suficiente para lograr el desarrollo, meta última de la
economía por su asociación con el bienestar individual y colectivo.
Quienes consideran que el crecimiento poco o nada contribuye a explicar el
desarrollo, lo hacen por un desconocimiento y/o apreciación errónea del concepto
de desarrollo; quienes mantienen ésta posición, en el presente, son habitualmente
especialistas sociales que no forman parte de la corriente económica, es una
tradición de los antropólogos, políticos y sociólogos considerar el desarrollo como
una variable plenamente asociada a la cultura, la tradición política, la cosmovisión,
entre otras, se inclinan por una visión cualitativa de la realidad, lo que en esencia
dificulta la reflexión parcialmente objetiva de la problemática1.
Este artículo se puede considerar dentro de la primera de las dos concepciones,
se parte de una visión mucho más cuantitativa, no por ello se deja fuera de la
reflexión, el hecho de que una buena parte de la respuesta o respuestas al
problema del subdesarrollo se encuentran en los aspectos históricosestructurales2.
El artículo forma parte de las primeras reflexiones en torno a una agenda de
investigación construida sobre una pregunta central: ¿Cuáles son las razones por
las que ciertas regiones se desarrollan y otras no? Dar respuestas claras y
1 En un interesante artículo Ornelas (2007: 15-23) explica que es necesario repensar el desarrollo,
contemplando las necesidades sociales y avanzando más haya de la esfera estrictamente
económica. En este sentido genera elementos que permiten construir una definición de
desarrollo que lo considera como un proceso social y por tanto de naturaleza eminentemente
compleja.
2 Pipitone (2007: 31) señala que la aceleración del crecimiento es imprescindible no sólo para
ampliar las fronteras del bienestar sino para atenuar la resistencia al cambio.
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contundentes ha sido y es la tarea permanente de diversos investigadores
económicos y en general de los científicos sociales; las respuestas varían por su
diversidad teórica y empírica. En el presente artículo se tiene el propósito de
estudiar el crecimiento económico regional, su asociación con el desarrollo y las
teorías que convergen en la explicación del desarrollo territorial.
Además, el documento se construye sobre la hipótesis de divergencia regional
en México y por tanto propone la existencia de diferentes sendas de crecimiento
económico regional, en esencia trata de confirmar la desigualdad interregional en
materia de crecimiento, lo que en consecuencia puede reducir las posibilidades de
un desarrollo económico armónico. Se parte de la siguiente premisa: existen
regiones ganadoras y perdedoras, por tanto se requiere de forma urgente llevar a
cabo una adecuación de la política de desarrollo regional, si es que ésta realmente
existe.
Para alcanzar sus propósitos, la investigación se agrupó en torno a cinco ejes
expositivos. En el primero se define el concepto de crecimiento económico, eje
fundamental en torno al cual se construye la presentación. En el segundo eje se
distinguen las diferencias que existen entre crecimiento económico y desarrollo
económico, además de subrayarse la importancia del crecimiento. Los dos
primeros ejes son sumamente breves, en la medida en que son notas que
permiten clarificar la construcción de la reflexión y de posteriores discusiones que
intentarán dar respuesta a la premisa central de investigación.
En el tercer eje se resumen los principales paradigmas interpretativos del
desarrollo territorial, distinguiendo entre teorías espaciales y teorías del
crecimiento económico. Usando como referente la exposición teórica del tercer
eje, en el cuarto se presenta la regionalización que se utilizará en el análisis, se
discute en relación a la variabilidad en las tasas de crecimiento regionales, se
destacan algunos comportamientos que son relevantes y se contrastan estos
resultados con los obtenidos por cada unas de las regiones en sus productos per
cápita para el periodo 1993-2004, en síntesis se expone la evolución del
crecimiento regional en México. Como parte del quinto eje expositivo se evalúa la
hipótesis de igualdad en el comportamiento regional, distinguiéndose entre
regiones ganadoras y perdedoras en el crecimiento. Para terminar, se comprueba
la hipótesis de divergencia regional y se plantean algunas premisas que necesitan
ser abordadas con precisión.
1. Definición de crecimiento económico
El crecimiento significa un incremento en el tiempo de la gama de bienes y
servicios producidos. No está asociado con la calidad sino con la cantidad de lo
que se produce. Se dice que hay crecimiento cuando las cantidades de un bien o
servicio x se incrementan en un periodo t+1 respecto a un periodo t sin importar
su calidad. Definido de esta forma: la economía mundial compuesta por más de
194 naciones está experimentando crecimiento cuando la cantidad de los bienes y
servicios que se producen se ha incrementado respecto a un periodo inicial que
sirve de comparación. La medida tradicional que se utiliza con fines estadísticos
para medir el volumen de producción en un periodo determinado es el Producto
Interno Bruto (PIB). De esta forma, por ejemplo, tenemos que de acuerdo con el
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Fondo Monetario Internacional, en el periodo 2001-2006 se tuvo un promedio de
crecimiento mundial del 3.5%.
El crecimiento también puede observarse en otros niveles espaciales como son
las macro-regiones (Unión Europea, Norte de América, Cuenca del Pacífico,
etcétera), las naciones, estados integrantes de una nación, municipios, distritos y
colonias. La disponibilidad de información estadística es la única limitante en la
medida que se reduce la unidad de observación.
2. Importancia del crecimiento
A pesar de que se ha señalado que el crecimiento no implica calidad, la
importancia que tiene en nuestras vidas es innegable, ya que se constituye en un
prerrequisito del desarrollo económico. Para incrementar los niveles de bienestar
de la sociedad es indispensable crecer. Una razón para esto es la siguiente: todos
los días se incrementa la población, a cualquier nivel espacial, si el volumen de
mercancías no aumenta a un ritmo superior al que crece la población, no será
posible lograr que satisfagan sus condiciones mínimas de subsistencia3. El
crecimiento, además, significa mayores empleos, lo que se espera, se traduzca en
mayores ingresos y posibilidades de compra y con ello en un mayor crecimiento.
De manera simplificada, se puede decir que el crecimiento es un componente
inseparable de la política para el desarrollo.
El desarrollo implica el crecimiento de un sistema económico en un periodo
largo de tiempo, incorpora las transformaciones que en ese horizonte ocurren: se
transforma la estructura productiva, la tecnología, las instituciones, las relaciones
sociales y políticas que inciden en la economía, las pautas de distribución del
producto (Zermeño, 2004: 27). Definido de esta forma, se puede entender que en
el largo plazo el crecimiento implica desarrollo, por la cadena de transformaciones
que se generan. Por otro lado, en un periodo largo de tiempo no hay crecimiento
sin desarrollo. El crecimiento se detiene si no se transita hacia otro modelo, a
pesar de que la transición implique costos o retrocesos temporales. Las
transformaciones que se presentan no se dan de manera uniforme, lo que sucede
es que se adelantan en ciertos países y regiones y luego se van generalizando de
manera dispar y progresiva. Así hemos pasado, grosso modo, de un modelo
semicompetitivo en el siglo XIX, a uno oligopólico hasta mitad del siglo XX,
avanzando a otro de mundialización impulsado por los cambios tecnológicos y la
revolución de las tecnologías de la información.
Se distingue por tanto entre el desarrollo como un proceso real de cambio de un
sistema económico que no necesariamente conduce a una mayor equidad o
bienestar social, y el desarrollo como un objetivo social y político que debe cumplir
con normas y criterios variables. En el primer caso, el crecimiento a largo plazo es
condición suficiente que implica desarrollo; en el segundo caso, crecimiento es
condición necesaria pero no suficiente, se deben cumplir criterios de
sustentabilidad, de equidad y de bienestar social. Se puede resumir lo mencionado
con una identidad como la siguiente:
Desarrollo Económico = Crecimiento Económico + Distribución del Ingreso
3 En términos ambientales, esto representa un desastre, ya que existe un trade off permanente
entre la cantidad de bienes y servicios y el equilibrio de los sistemas ambientales.
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Si a la identidad agregamos otros factores no económicos 4 de tipo político,
cultural, de gestión, entre otros, tendremos lo que en las ciencias sociales se
denomina genéricamente desarrollo.
Desarrollo = Crecimiento Económico + Distribución del Ingreso + Factores no Económicos
De hecho Furtado (1969: 39) define el desarrollo como “… un proceso de
cambio social por el cual un número creciente de necesidades humanas,
preexistentes o creadas por el mismo cambio, se satisfacen a través de una
diferenciación en el sistema productivo generado por la introducción de
innovaciones tecnológicas”. Como resultado de lo señalado, una región que
pretenda alcanzar su desarrollo, debe incrementar necesariamente su crecimiento
económico, ceteris paribus. Aumentar el volumen de producción de bienes y
servicios es una condición necesaria, de no suscitarse la sociedad podría comenzar
a manifestar evidentes síntomas de malestar, lo que termina por entorpecer el
progreso humano.
3. Paradigmas interpretativos del desarrollo territorial
Para una buena parte de autores modernos, el crecimiento económico es lo
único que importa, ya que es un componente esencial para lograr el desarrollo,
esta es la visión de los economistas. Para los sociólogos y antropólogos el
desarrollo es mucho más que crecimiento, se deben observar una serie de
cambios estructurales para hablar de desarrollo, tales como: la modificación en las
instituciones, la identidad, formación cultural, gestión política, economía moral,
dignidad, entre otros; no únicamente producción, patrones de localización y
especialización industrial. Actualmente ambas visiones se encuentran unidas en
una nueva rama que cada vez cobra mayor fuerza denominada economía social5.
Moncayo (2001) realiza un trabajo de síntesis, logrando distinguir entre teorías
espaciales y teorías del crecimiento económico, las primeras relacionadas
básicamente con la consideración explicita del espacio en sus modelos y las
segundas por hacer hincapié en el crecimiento como determinante del desarrollo
de los territorios, es al final una distinción que resulta pedagógica, pero excluye de
su lista los trabajos seminales de Harrod (1939) y Domar (1946) que forman la
base de la moderna teoría del crecimiento tanto neoclásica como post-keynesiana.
Para nuestros fines, a pesar de sus limitaciones, seguimos su exposición, en el
cuadro que aparece enseguida se listan los paradigmas interpretativos del
desarrollo territorial y sus principales determinantes, según el autor ya
mencionado6.
4 Evidentemente Myrdal (1957) no estaría muy de acuerdo, ya que para él la distinción entre
factores económicos y no económicos resultaba irrelevante y señalaba la importancia de
distinguir entre factores importantes y más importantes del desarrollo. De la misma manera
Hirschman (1958) no estaría plenamente de acuerdo con las definiciones indicadas.
5 La agregación, reciente, del término ciencias sociales, en el logo del Centro de Investigación y
Docencia Económicas es síntoma de esta nueva postura. Cada vez existe un menor rechazo a
pensar los problemas globalmente y por tanto usar las teorías y recursos ofrecidos por
disciplinas distintas a la economía. Algo que era habitual en los filósofos del siglo XVIII, XIX y
principios del XX (Smith, Marx, Weber, etc.) pero que se perdió por la excesiva especialización y
la abundancia de información.
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Tabla 1. Teorías del desarrollo y crecimiento
Teorías
espaciales
1.
2.
3.
Von Thünen y la Escuela Alemana
Multiplicador de base-exportación (Friedmann)
y potencial de mercado (Harris)
Ciencia Regional (Isard)
Rasgos determinantes
Valor y calidad de la tierra-transporte
La demanda externa e interna
Modelo general
Crecimiento económico
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Centro-periferia (Friedmann, Frank, Amin y
CEPAL)
Causación
circular
acumulativa
(Myrdal,
Hirschman y Kaldor)
Polos de crecimiento (Perroux y Boudeville)
Etapas del crecimiento (Clark, Fisher y Rostow)
Teorías neoclásicas del crecimiento (Solow,
Swan)
Teorías del crecimiento Endógeno (Romer,
Lucas)
10. Acumulación Flexible (Piore, Sabel, Scott,
Storper, Lipietz y Benko)
11. La nueva geografía económica (Krugman,
Fujita, Venables, Henderson, Quah)
12. Geografía socio-económica e industrial (Martin
y los teóricos del postfordismo)
13. Geografía física y natural (Sachs, Gallup,
Venables, Mellinger)
Desarrollo asimétrico y desigual
Retroalimentación de la expansión del
mercado
Interdependencias del tipo input-output en
torno a la industria líder
Dinámica intersectorial interna
Tecnología, determinada exógenamente.
Capital
físico
y
conocimiento
con
rendimientos
crecientes
a
escala
y
competencia imperfecta
Las economías flexibles, las PYMES, el
capital social y la innovación.
Efectos de aglomeración a la Marshall con
rendimientos crecientes a escala
Relaciones sociales territoriales
Entorno físico
Fuente: Moncayo (2001: 45).
Todas las teorías listadas proporcionan explicaciones diferentes sobre las
posibilidades que tiene una región de alcanzar o no su desarrollo, como antes
habíamos aclarado: el crecimiento es una condición necesaria del desarrollo y por
tanto las teorías espaciales y de crecimiento al determinar los patrones de
localización industrial, los factores de fomento a la actividad económica, la
interdependencia sectorial y los factores causales del crecimiento, están de
manera indirecta hablando de desarrollo económico, pero sólo lo hacen de una
forma tangencial.
Ros (2004: 15-27) señala que existe por un lado la teoría del crecimiento
económico y por el otro la clásica teoría del desarrollo y que poco se ha hecho
para unificarlas a pesar de sus similitudes. La teoría del desarrollo de cierta forma
se ha quedado estancada ya que los economistas han centrado sus
6 Cardona, et al (2004) presentan una historia de la teoría del crecimiento que complementa muy
bien la exposición que aquí se hace, al incluir entre otras cosas, el modelo de Harrod-Domar, la
distinción entre crecimiento y desarrollo y las aportaciones en el campo del crecimiento
económico sostenible y desarrollo. Es pertinente señalar que la Nueva Economía Institucional es
una corriente que no se describe aquí, pero está sintetizada en Valdivieso (2006), quien
considera que el programa de investigación de este paradigma al considerar los factores
institucionales replantea las complejas relaciones entre los procesos económicos, políticos y
culturales que se entretejen en las sociedades humanas.
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investigaciones en el uso y aplicación de la poco original teoría del crecimiento
endógeno, una vertiente moderna de la teoría del crecimiento neoclásica de
Solow, que fundamentalmente incorpora la idea de competencia imperfecta y
rendimientos crecientes, manteniendo el eje analítico en la función de producción.
De acuerdo con Ros (2004) la teoría del desarrollo se inicio hace poco más de
cincuenta años tratando de dar respuesta a la persistencia del subdesarrollo y
explicar las formas de superación de la pobreza. Algunos de los autores pioneros
de esta rama son Lewis, Rosenstein-Rodan, Nurkse, Prebisch, Hirschman, Kaldor y
Leibenstein, ellos usaron en sus modelos nociones de competencia imperfecta,
rendimientos crecientes y excedentes de trabajo, que no eran parte del
instrumental de la teoría económica generalmente aceptada en aquellos años. La
teoría del desarrollo al contrario de la teoría del crecimiento basó desde sus inicios
el análisis del desarrollo en estados de desequilibrio y en procesos de transición de
un estado de equilibrio a otro, mientras los segundos lo hacían basados en lo
noción de estados de equilibrio en los cuales todas o casi todas las variables
económicas se expanden al mismo ritmo. Los economistas del desarrollo estaban
conscientes de la importancia que tenía el analizar el proceso de desequilibrio que
entraña el crecimiento para comprender el desarrollo económico. A pesar de esto,
la teoría del desarrollo si mostraba interés en los estados de equilibrio, pero
considerados como trampas de equilibrio de bajo nivel que son estables
localmente (ligeras desviaciones generan fuerzas que regresan a la economía al
estado de equilibrio) pero inestables globalmente, por lo que choques fuertes
causan un proceso de alejamiento acumulativo del equilibrio original. Estaban
preocupados por la estabilidad en lo pequeño pero no en lo grande.
Las teorías que se han elaborado no representan un cuerpo unificado de ideas,
por el contrario dan respuestas diferentes al mismo problema y además han sido
elaboradas en tiempos diferentes. La teoría neoclásica del crecimiento, por
ejemplo, considera que en el largo plazo las economías regionales convergen
hacia un mismo estado estacionario, aquellas regiones que son inicialmente
pobres crecerán a tasas mayores que aquellas que inicialmente tienen un mayor
producto per cápita; lo que la teoría sugiere, es que todas las regiones en el largo
plazo dejaran de crecer al agotarse las posibilidades de crecimiento del capital por
trabajador. Los resultados obtenidos en esta teoría son consecuencia de al menos
dos supuestos cruciales: los rendimientos decrecientes del capital y la
exogeneidad del progreso técnico. Si toman al pie de la letra los resultados
presentados por los neoclásicos, el Estado nada tendría que hacer para eliminar
las disparidades regionales, debido a que el mercado es el único responsable de
una conducción eficiente de las economías, lo mejor para quienes confían en este
cuerpo unificado de ideas es no llevar a cabo una política explícita7.
Autores como Barro y Sala-i-Martin (1991) han probado la hipótesis de
convergencia regional8 que se desprende de estos modelos, encontrando pruebas
de su existencia para países con condiciones estructurales semejantes; al
contrastar la hipótesis al interior de los países los resultados son diversos, no
hallándose evidencia suficiente que apoye la hipótesis de convergencia absoluta.
Para el caso de México autores como Esquivel (1999), Cermeño (2001), Díaz7 Aunque debe advertirse que Solow (1956: 93) deja abierta la posibilidad de intervención
gubernamental para alcanzar el pleno empleo, siendo su modelo un posible soporte teórico para
evaluar las posibilidades prácticas de cualquier tipo de combinación de política.
8 En Islam (2003) se encuentra un buen resumen de los diversos trabajos en el plano internacional
sobre la convergencia.
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Bautista (2003), Calderón y Tikhonenko (2007) y una larga lista más 9, existe
evidencia de convergencia beta condicional, lo que sugiere la reducción de las
brechas en el producto per cápita entre las regiones, siempre y cuando se incluyan
variables adicionales de control en la ecuación básica de convergencia.
Por otra parte, la teoría del crecimiento endógeno contrasta notablemente con
los resultados que sugiere la teoría neoclásica (aunque forman parte de la misma
escuela), Romer (1986) y Lucas (1989) desarrollaron modelos en los cuales la
tecnología se vuelve endógena, el supuesto de competencia perfecta de la teoría
neoclásica se cambia por el de competencia imperfecta y el de rendimientos
constantes por el de rendimientos crecientes. El concepto de endógeno es de vital
importancia ya que sugiere que el crecimiento es impulsado por el cambio
tecnológico que procede de decisiones intencionales de inversión tomadas por
agentes maximizadores de ganancias. El crecimiento es el resultado de lo que
estos agentes decidan o no realizar.
La convergencia es improbable ya que cada región parte de condiciones
históricas y contextuales diferentes, generándose patrones alternativos de
crecimiento entre las mismas, no existe ninguna razón para pensar que las
regiones tengan las mismas sendas de crecimiento. Los modelos incluyen como
principales ingredientes del crecimiento, la inversión en capital humano, los
spillovers del conocimiento y la inversión en ciencia y tecnología.
Apoyando la divergencia regional se encuentran las ideas propuestas por la
teoría de la causación circular acumulativa. Ésta indica que las regiones con una
mayor dotación de capital tenderán a alejarse de las regiones que por sus
condiciones históricas se han encontrado en desventaja, de esta forma concluyen
que el crecimiento es asimétrico y desigual. Este resultado es también propuesto
por los teóricos de la dependencia, quienes de forma general, sugieren que en
todas las escalas espaciales existen centros y periferias, que todo centro es a su
vez periferia de un centro de mayor envergadura, en su opinión existen una serie
de barreras tecnológicas y de mercado funcionando como límites para que las
periferias puedan alcanzar a los centros; aunque la evidencia encontrada por
diferentes autores en el Este de Asia parece contradecir una parte de las hipótesis,
no es así, en países de América Latina y África donde la teoría de la dependencia
parece más vigente que cuando se pronunció por vez primera a mediados de los
cincuenta. Para los dependentistas el subdesarrollo es una condición
complementaria del desarrollo, necesariamente tienen que existir regiones
atrasadas que suministren el progreso a las avanzadas. Subdesarrollo y desarrollo
son las dos caras de una misma moneda; las consecuencias de estas
interpretaciones reflejan una especie de determinismo económico que poco
margen deja a los planeadores del desarrollo regional, en este sentido puede
parecerse a la teoría neoclásica del crecimiento.
La teoría de los polos de crecimiento fue durante mucho tiempo el sustento de
la planeación gubernamental alrededor del mundo, tiene en común con los
modelos anteriores la atención que presta a los procesos acumulativos y de
localización que se generan como consecuencia de la interdependencia existente
entre una industria líder y sus industrias seguidoras, remarca la importancia de los
9 En México Sánchez (2004) y Sarmiento (2007) hacen una buena recapitulación de los diferentes
trabajos sobre convergencia, este último evalúa la hipótesis utilizando regresión cuantílica
teniendo como unidad de análisis el municipio, también estima usando econometría especial a
nivel de estados. Ambos encuentran que de 1970 a 1985 se da un proceso de convergencia entre
los estados del país, pero entre 1985-2004 dicho proceso se detiene e incluso se revierte.
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encadenamientos hacia adelante y hacia atrás a la Hirschman (1958). Elaborada
por Perroux (1955) y Boudeville (1968), propone que las industrias y actividades
dinámicas que se aglomeran en un área tiene efectos positivos sobre su
hinterland de influencia cercana, generando una derrama de beneficios, por lo
tanto la tarea de los gobiernos consistiría en generar las condiciones para atraer
industrias innovadoras y rentables, dejándolas actuar libremente a través del
apoyo estatal para que de forma natural esparzan sus beneficios.
Continuando con la síntesis, se tiene que la noción actual de desarrollosubdesarrollo se popularizó a partir de la tesis de Clark (1940) y Rostow (1962)
quienes suponían que las naciones debían pasar por una serie de etapas del
crecimiento, desde condiciones netamente preindustriales hasta postindustriales,
identificando los requerimientos para el despegue; esta teoría ha sido
ampliamente criticada ya que para muchos no es del todo cierto que todas las
naciones tengan que pasar por las mismas etapas, existe evidencia que muestra
saltos entre cada una de las etapas y situaciones en las que a pesar de reunirse
las condiciones para el gran impulso, no se ha presentado. En esencia la teoría de
las etapas del crecimiento no determina plenamente los factores del crecimiento,
sólo señala el rumbo que se espera tomen en el largo plazo los territorios.
Con los cambios que se dieron en el modo de producción industrial a inicios de
los setentas, se creó un nuevo paradigma que cambiaría la forma de concebir el
desarrollo, una serie de trabajos realizados en Europa y los Estados Unidos
concluyó que el desarrollo es consecuencia de las condiciones internas a los
territorios. La forma industrial identificada por este grupo de investigadores era el
“distrito industrial”, un término usado originalmente por Marshall, que se define
como “… una entidad socioterritorial caracterizada por la presencia activa de una
comunidad de personas y de una población de empresas en un espacio geográfico
histórico dado. En el distrito, al revés de lo que pasa en otros tipos de ambientes,
como por ejemplo en las ciudades manufactureras, tiende a haber una ósmosis
perfecta entre comunidad local y empresas…” (Becattini, 1994: 40).
Para autores como Lipietz y Benko en Francia, Becattini y Garafoli en Italia,
Cuadrado Roura y Varquero en España y Scott y Markusen en los Estados Unidos,
el nuevo modelo era el postfordismo o modelo de acumulación flexible, donde las
regiones que se convertirían en ganadoras, serían aquellas que fueran capaces de
desarrollar distritos industriales. El nuevo modelo comprometía con ello no sólo a
los sistemas de producción sino también a las políticas macroeconómicas y las
instituciones sociales.
Para los seguidores del modelo de acumulación flexible, un modelo no sólo es
un sistema de producción, es una construcción coherente que incluye tres
aspectos lógicos: a) un paradigma tecnológico que hace relación a los principios
que rigen la organización del trabajo, b) un régimen de acumulación, es decir, el
conjunto de principios macroeconómicos que describen la compatibilidad de medio
y largo plazo entre las transformaciones de las condiciones de producción y las de
los usos del producto social y c) un modo de regulación referido al acervo de
normas e instituciones que regulan las relaciones salariales, los vínculos entre
capitales y la inserción internacional (Moncayo, 2001: 20).
A principios de los noventa se presentaron de nueva cuenta cambios en las
tradicionales formas de producción, estos eran difícilmente explicados por el
modelo de acumulación flexible o cualquier otro de los que se han presentado, así
que haciendo uso de las aportaciones realizadas por los teóricos espaciales de la
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escuela Alemana, los aportes de la ciencia regional y el modelo de baseexportación, Krugman (1991) desarrolló lo que ahora se conoce como la Nueva
Geografía Económica, una teoría, con una sólida fundamentación matemática, que
al igual que la teoría del crecimiento endógeno, interpreta los rendimientos
crecientes y la competencia imperfecta como los ingredientes básicos de la nueva
organización industrial y por ende del crecimiento económico. La nueva corriente
basa su investigación en tres premisas fundamentales (Moncayo, 2001: 24):
1- ¿Por qué se concentra la actividad económica en determinadas localizaciones
en vez de distribuirse uniformemente por todo el territorio?
2- ¿Qué factores determinan los sitios en los que la actividad productiva se
aglomera?
3- ¿Cuáles son las condiciones para la sostenibilidad o alteración de tales
situaciones de equilibrio?
Preguntas que en esencia son las mismas que planteaba la escuela Alemana,
Walter Isard y su ciencia regional, los modelos de desarrollo endógeno, el modelo
de causación circular acumulativa de Myrdal, las ideas de Kaldor y de cierta forma
los regulacionistas franceses, y la geografía socioeconómica y física como lo
veremos enseguida.
Geografía socioeconómica e industrial: el espacio es considerado como la
dimensión material de las relaciones sociales. Es la actividad humana la que
constituye la sustancia del espacio. Este enfoque nace como una respuesta a la
Nueva Geografía Económica por parte de Ron Martin quien consideraba que este
enfoque atendía mucho a las matemáticas y muy poco al espacio. El espacio es un
lugar en el que interactúan múltiples elementos históricos, culturales y naturales,
es el resultado de una interacción dialéctica. Los partidarios de esta corriente dan
mucho peso a las externalidades intangibles, a las que Marshall denominaba
“atmosfera industrial”.
La geografía física es otro enfoque reciente, nace en la academia
norteamericana, su principal exponente es Jeffrey Sachs quien realizó
experimentos econométricos para verificar si existe una interconexión entre la
geografía física y el crecimiento económico. Determinar si el clima, los recursos
naturales como el agua, la fauna, la vegetación, etcétera resultan causas del
crecimiento son algunas de las preocupaciones de este tipo de investigadores.
Centran sus investigaciones en la influencia que tienen los ríos navegables, la
cercanía a las costas, entre otros, para ello usan modelos econométricos que
parten de modelos determinísticos similares a los usados en la teoría neoclásica y
endógena del crecimiento económico.
Para terminar, el recorrido realizado por el mundo de la teoría sobre el
crecimiento y desarrollo permite concluir que dependiendo del tipo de marco
teórico que se parta serán las respuestas que se obtengan a la pregunta central
sobre el desarrollo-subdesarrollo regional, lo que invita a reflexionar ante al menos
tres preguntas: ¿Existe una convergencia de paradigmas que explican el
desarrollo? ¿Cómo nos pueden ayudar estas teorías a entender lo que sucede en
México? ¿De qué forma responder a lo que sucede en las regiones mexicanas? En
la siguiente sección se presenta evidencia empírica sobre el comportamiento
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 138
regional de los últimos años y se contrasta la hipótesis de convergencia regional
en México que se desprende de una buena parte de los paradigmas del desarrollo
presentados, en especial del modelo neoclásico tradicional de crecimiento.
4. Evolución del crecimiento regional en México
Las regiones que se consideran en el estudio son las siguientes: región Distrito
Federal (I); región Golfo Norte (II): Tamaulipas y Nuevo León; región Norte (III):
Chihuahua y Coahuila; Pacífico Norte (IV): Baja California, Baja California Sur,
Nayarit, Sinaloa y Sonora; Peninsular (V): Campeche, Yucatán y Quintana Roo;
Pacífico Centro (VI): Colima, Jalisco y Michoacán; Golfo Centro (VII): Tabasco y
Veracruz; Centro (VIII): Morelos, México, Guanajuato, Puebla, Querétaro, Tlaxcala e
Hidalgo; Centro Norte (IX): Aguascalientes, Durango, Zacatecas y San Luís Potosí;
Pacífico Sur (X): Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Los criterios bajo los cuales se
definieron estas regiones son los de cercanía relativa y un máximo de
homogeneidad interna y aparecen en Sánchez (2004: 55-69). El siguiente mapa
ilustra la regionalización.
Mapa 1. Regionalización de la economía mexicana
III
VIII Centro
IV
IX Centro Norte
X Pacífico Sur
II
IX
I Distrito Federal
II Golfo Norte
VIII
III Norte
IV Pacífico Norte
VI
V Peninsular
VI Pacífico Centro
VII Golfo Centro
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
I
VII
V
X
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 139
Cuadro 1. Crecimiento económico regional en México
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
I. Distrito Federal
3.6
-8.4
3.3
6.7
3.0
3.1
7.3
-1.2
1.1
-1.8
0.2
II. Golfo Norte
6.1
-6.2
5.1
8.0
7.4
5.8
7.6
-0.9
3.3
3.7
7.0
III. Norte
4.8
-4.0
9.3
8.1
6.8
5.1
8.4
-2.4
2.6
3.9
5.0
IV. Pacífico Norte
4.6
-3.8
4.6
6.9
4.5
4.6
8.4
-0.1
-2.5
2.0
7.3
V. Peninsular
4.8
-4.9
5.5
6.6
4.9
0.6
7.3
4.3
0.7
5.1
6.0
VI. Pacífico Centro
4.2
-6.2
4.5
7.1
5.5
4.9
4.2
-0.2
0.2
0.5
4.9
VII. Golfo Centro
5.1
-1.8
1.4
3.5
1.8
0.7
4.2
-0.2
-0.3
1.9
4.8
VIII. Centro
4.1
-7.7
8.2
8.1
6.0
4.2
6.3
1.0
0.2
1.4
4.0
IX. Centro Norte
6.4
-6.9
6.6
5.5
6.8
2.1
6.6
2.2
1.7
4.4
6.3
X. Pacífico Sur
3.7
-3.1
1.4
2.3
4.2
3.0
3.8
1.1
0.4
1.1
3.6
4.8
Fuente: elaboración propia.
-5.3
5.0
6.3
5.1
3.4
6.4
0.4
0.7
2.2
4.9
Promedio
Las regiones en conjunto mostraron un comportamiento similar. En el año 1995
todas las regiones se encontraron en crisis; para el periodo 2001-2003 la mayoría
estuvo en recesión por lo que en términos generales se tuvieron malos resultados
respecto al crecimiento10. Se puede concluir del cuadro, que el crecimiento
económico de estos once años a nivel regional es heterogéneo y que
prácticamente todas las regiones han estado creciendo de forma irregular; una de
las regiones con el peor desempeño es la Pacífico Sur, la cual en todos los años
crece por debajo del promedio nacional, contrastando con la región Golfo Norte
que en todos los años crece por encima del promedio nacional. La región Golfo
Centro es otra región que no tiene muy buenos resultados, algo que resulta un
tanto extraño ya que Veracruz y Tabasco son dos entidades productoras de
petroleó y se esperaría que crecieran un poco más que el promedio. En el sur del
país destaca la región Peninsular que crece a un ritmo aceptable, alcanzando el
7.3% en el 2000 y 6% en el 2004, las razones de este crecimiento pueden estar en
la diversidad de actividades económicas que integran la base económica regional,
actividades como el turismo en Quintana Roo, la industria maquiladora en Yucatán
y el petroleó en Campeche; de todas las regiones del sur del país esta es la más
prometedora.
En el centro del país tenemos que la región Distrito Federal ha mostrado un
relativo estancamiento ya que sólo en dos años crece por encima del promedio
(1997 y 2000), en el resto el saldo es negativo, incluso en 1995 cayó por encima
del promedio, esto puede ser el resultado de: a) la alta concentración que tiene de
oficinas y casas matriz de importantes compañías nacionales e internacionales y
b) sigue siendo uno de los más importantes núcleos generadores de empleo y por
tanto de concentración de la población; el que la región este estancada puede ser
visto como una debilidad para la misma pero una oportunidad para aquellas que a
través de una eficiente política pública para el crecimiento pueden generar fuerzas
centrípetas para la actividad económica, convirtiéndose en el largo plazo en
regiones ganadoras.
El cuadro 1 revela información sobre una nueva reconfiguración regional de la
actividad económica; la región Centro crecía hasta el 2000 por encima del
10 Una tasa de crecimiento superior al dos por ciento es considerada como una medida de buen
crecimiento, una tasa superior al cuatro por ciento como muy buena y mayor del siete por ciento
como excelente. Niveles de crecimiento por debajo del dos por ciento se consideran negativos.
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 140
promedio, después de esa fecha continua haciéndolo pero lentamente, teniendo
una recuperación en el 2004 como sucedió en prácticamente todas las regiones, a
excepción del Distrito Federal. La región Norte ha crecido bien, a excepción del
2001 año en el que cayó en crisis, quizás como resultado de que en el estado de
Coahuila se tienen plantas armadoras de vehículos que son dependientes de las
exportaciones a los Estados Unidos –que enfrentó en ese año una crisis–, la región
Norte volvió rápidamente en el 2002 a recuperarse. En la Pacífico Norte el
crecimiento ha sido satisfactorio, con la salvedad de los años 2001 y 2002 en que
la región vivió una crisis, seguramente como resultado de un estancamiento en las
industrias maquiladoras, ubicadas en Baja California, automotriz en Sonora y
agropecuaria en Sinaloa. En el año 2000 junto con la región Norte mostró una de
las mayores tasas de crecimiento observadas a nivel regional, 8.4%, algo que
resulta muy sobresaliente y contrastante con el caso del Distrito Federal que en
1995 mostró la mayor caída registrada -8.4%.
Por último, el cuadro presenta información sobre Jalisco, Michoacán y Colima
(Pacífico Centro), evidenciando un comportamiento muy similar al promedio, con
lo que se puede catalogar a la política para el crecimiento seguida en la región
como buena, por mantener una relativa estabilidad con sólo dos años críticos
(1995 y 2001) y dos de estancamiento (2002 y 2003).
No obstante, que la información sobre el crecimiento del producto interno bruto
de cada una de las regiones es un valioso instrumento para evaluar los resultados
que han tenido cada una de ellas en materia económica, resulta insuficiente. El
cuadro 2 que se presenta a continuación, muestra los productos por persona
regionales y su tasa media anual de crecimiento, estos datos dan una mejor
aproximación a la forma en la que se distribuye entre regiones el producto, la
información que se presentan permite comparar de mejor manera los resultados
obtenidos por cada una de las regiones.
Cuadro 2. Productos per cápita regionales reales y tasa media anual de
crecimiento
I
II
III
1993 32,386 17,396 16,347
1994 33,449 18,119 16,821
1995 30,552 16,681 15,948
1996 31,448 17,217 17,195
1997 33,457 18,216 18,306
1998 34,351 19,218 19,236
1999 35,282 19,970 19,847
2000 37,689 21,082 21,081
2001 37,060 20,487 20,301
2002 37,340 20,818 20,586
2003 36,562 21,302 21,097
2004 36,583 22,476 21,902
TMAC 1.18
2.65
3.09
Fuente: elaboración propia.
(pesos de 1993)
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
13,912
18,822
11,240
8,313
9,974
10,331
6,363
14,181
18,922
11,575
8,534
10,170
10,753
6,492
13,360
17,408
10,830
8,292
9,269
10,131
6,187
13,784
17,766
11,306
8,276
9,796
10,575
6,188
14,299
18,316
11,815
8,485
10,384
10,966
6,249
14,530
18,559
12,248
8,499
10,884
11,608
6,443
14,827
17,914
12,752
8,529
11,160
11,624
6,571
15,600
18,624
12,983
8,827
11,635
12,266
6,755
15,396
18,930
12,636
8,762
11,571
12,441
6,771
14,781
18,576
12,623
8,624
11,460
12,700
6,736
14,841
19,163
12,554
8,713
11,514
13,064
6,772
15,522
19,737
13,033
9,050
11,872
13,595
6,979
1.05
0.44
1.45
0.81
1.73
2.87
0.88
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 141
El cuadro 2 demuestra que la región Pacífico Sur es la menos dinámica, su
producto por persona prácticamente no se incrementa, situación similar vivieron
las regiones Peninsular y Centro con la diferencia de que en estas dos el producto
es comparativamente mayor, si tomamos este indicador como una medida de
bienestar podemos concluir que la región Pacífico Sur es la más pobre, en ella las
personas disfrutan de un menor nivel de bienestar, si la comparación se realiza
con el Distrito Federal las diferencias se acrecientan ya que el PIB per cápita en
ésta es casi cinco veces y media mayor que el reportado para los estados de
Oaxaca, Guerrero y Chiapas, claramente tenemos una situación de desigualdad en
la distribución del producto interregional.
Los resultados de este segundo cuadro están en línea con los encontrados en el
primero ya que en la región Pacífico Sur se tuvieron tasas de crecimiento del
producto interno bruto reducidas durante todo el periodo que seguramente no
lograron compensar los incrementos poblacionales, de ahí que el crecimiento
resultara insuficiente, se requiere de una política de desarrollo para el caso de
esta región ya que muestra un gran rezago. El caso de la región Golfo Centro
puede ser explicado por el escaso crecimiento de su producto que no logró
compensar el incremento en la población, algo que resulta un tanto extraño al
estar compuesta por entidades dependientes del petroleó. En la región Peninsular
como ya se había visto en el primer cuadro se tiene un excelente crecimiento, de
hecho se puede decir que es la región estrella en cuanto a crecimiento en la
región, pero nuevamente el incremento poblacional superó al producto y con ello
se obtuvieron mejoras mínimas, aún se encuentra lejos del producto generado en
el Distrito Federal.
Gráfica 1. Evolución de las tasas de crecimiento económico regionales en México,
1993-2004
Fuente: elaboración propia.
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 142
El caso del Distrito Federal es de llamar la atención, una única entidad es capaz
de generar el mayor producto por persona, en estos doce años ha mostrado un
ligero incremento en el mismo, a pesar de que es conocido que la población
escoge esta región para localizarse y realizar sus actividades económicas ahí. El
producto por persona sigue siendo mayor que en el resto de localidades, lo que
puede ser explicado por efecto de las economías de urbanización que son mayores
que las externalidades negativas resultado de la aglomeración, sin duda, los datos
invitan a una mayor reflexión sobre lo que sucede en la entidad-región ya que es
de sobra conocido que desde la apertura comercial de México a principios de los
ochenta se ha dado una relocalización de plantas industriales hacia las entidades
cercanas a la frontera con los Estados Unidos afectando su ventaja inicial.
En las regiones cercanas a la frontera con los Estados Unidos se tienen
resultados contrastantes en el indicador que venimos examinando. En la región
Golfo Norte los resultados son positivos, el producto por persona se incrementó
2.65% a tasa media anual y es junto con el producto de la regiones Distrito, Norte
y Peninsular el más elevado en términos absolutos. La región Norte es la que más
ha crecido a tasa media anual, al hacerlo en 3.09%, con lo que paso de un
producto por persona de 16,000 pesos a 21,000 pesos de 1993. Contrasta con
estas dos regiones norte-fronterizas la región Pacífico Norte que tiene un producto
por persona reducido, comparativamente con sus pares fronterizos, pero en la
media de todas las regiones que componen el país. El bajo producto por persona
de la región Pacífico Norte puede ser el resultado de la dependencia que tienen los
estados de Sinaloa, Nayarit y Baja California Sur de las actividades agropecuarias
y turísticas, que normalmente tienen un reducido valor agregado comparado con
la industria y los servicios no asociados al turismo.
Las regiones Pacífico Centro y Centro mostraron una tasa media anual de
crecimiento mínima, esto es algo que se esperaría no ocurriera ya que en el centro
se concentran una buena parte de las actividades económicas del país, ha sido
documentado por algunos autores que en los últimos años es la región más
dinámica, de hecho es destino favorito de inversión y migración por sus buenos
resultados, estas afirmaciones parecen estar en contra de los hallazgos a partir de
la información presentada en el cuadro, pero en realidad no lo están ya que,
normalmente, entre más personas se concentran en la región menor es el
producto por persona, lo que el cuadro confirma es el hecho de que la población
crece más rápido que el producto, de forma adelantada se tiene evidencia de una
escasa productividad en la región, la aglomeración parece no tener suficientes
impactos positivos.
La región Centro Norte aunque tiene un producto por persona que en valores
absolutos está por debajo del promedio nacional, su tasa media anual de
crecimiento es sobresaliente, lo que indica una buena política para el crecimiento,
puede que el estado de Aguascalientes este arrastrando a la región, nuevamente
se confirma la necesidad de investigaciones específicas.
Finalmente es destacable que, no obstante, el Distrito Federal tiene un producto
per cápita superior a los 30,000 pesos de 1993 resulta insuficiente para cubrir las
necesidades de la población, si de forma gruesa suponemos que los gastos de una
persona promedian unos 80,000 pesos por año. La información pone en evidencia
la extrema desigualdad y pobreza que se vive en el país, las cosas se complican si
consideramos que el supuesto de distribución equitativa del producto entre cada
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 143
uno de los miembros de la población que conforman una región es en extremo
irrealista.
5. Regiones que ganan, la evidencia de divergencia
Para ver con nitidez el proceso de desigualdad regional que se ha presentado
en el periodo bajo estudio, se presenta enseguida una grafica en la que se indican
en las ordenadas la tasa media anual de crecimiento nacional y en el de las
abscisas el nivel nacional del producto per cápita en 1993, se agrupan en cada
uno de los cuadrantes las regiones, dependiendo de su valor mayor o menor
respecto al promedio nacional para cada uno de los indicadores.
De esta forma en el cuadrante número uno se encuentran las regiones
ganadoras, que son aquellas que tienen un producto per cápita por encima del
valor nacional y su tasa de crecimiento media anual también está por encima de la
nacional. En el cuadrante número dos se encuentran las regiones potencialmente
ganadoras o convergentes que son aquellas que tienen una alta tasa de
crecimiento media anual pero un bajo nivel inicial del producto por persona. En el
cuadrante número tres aparecen las regiones estancadas o perdedoras, que son
aquellas que no están creciendo por encima del promedio nacional y cuyo nivel
inicial del producto por persona se encuentra por debajo del nacional. Finalmente
en el cuadrante número cuatro aparecen las regiones potencialmente perdedoras
o en retroceso ya que su tasa media anual de crecimiento es menor a la nacional
pero su nivel inicial de producto es mayor.
Gráfica 2. Tipología de regiones
PIB per cápita PROMEDIO NACIONAL (1993)
2. Convergentes
1. Ganadoras
TASA DE CRECIMIENTO DEL PRODUCTO
per cápita 1993-2004
III Norte
IV Pacífico Norte
VI Pacífico Centro
VII Golfo Centro
I Distrito Federal
V Peninsular
VIII Centro
X Pacífico Sur
4. Declinantes
TASA DE CRECIMIENTO DEL PRODUCTO
per cápita 1993-2004
II Golfo Norte
IX Centro Norte
3. Estancadas
PIB per cápita PROMEDIO NACIONAL (1993)
Fuente: elaboración propia.
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 144
Las regiones ganadoras son dos únicamente: la Golfo Norte y la Norte, se
confirma que son las regiones cercanas con los Estados Unidos las que mejor se
han desempeñado, con la excepción de la región Pacífico Norte que se cataloga
como perdedora debido a que no ha tenido un comportamiento aceptable en los
últimos años, algo que resulta extraño si se considera que los estados de Baja
California y Sonora están incluidos en la región, estos resultados obligan a
averiguar la composición y participación intra-regional.
La Centro Norte, se clasifica como una región que tiene potencial para
convertirse en ganadora, seguramente la región está impulsada por el dinamismo
que le imprime la entidad de Aguascalientes. Entre las regiones potencialmente
perdedoras o en retroceso encontramos a las regiones Peninsular y Distrito
Federal, antes habíamos mencionado que la península es la región estrella del
sureste, sin embargo, bajo los criterios aquí utilizados está en franco deterioro, lo
mismo que la capital del país, se espera entonces que en algunos años, de no
darse una adecuada política, estas dos regiones sean perdedoras.
Al igual que la región Pacífico Norte, las regiones Pacífico Centro, Golfo Centro,
Centro y Pacífico Sur son catalogadas como perdedoras, resultados que deben ser
sometidos a un análisis específico, ya que aunque a nivel macro-regional sean
perdedoras es posible que a nivel municipal contengan municipios y redes de
ciudades que sean exitosas.
Para concluir se presenta el análisis de la sigma convergencia 11 entre las
regiones, esta técnica proviene de los estudios pioneros de Robert Barro y Sala-iMartin para probar la hipótesis del modelo neoclásico de crecimiento económico,
sirve aquí muy bien para cerrar esta investigación preliminar sobre el crecimiento
económico regional.
Gráfica 3. Sigma divergencia regional en México, 1993-2004
Fuente: elaboración propia
11 La sigma convergencia mide la dispersión de los ingresos per cápita regionales en el tiempo, se
dice que existe sigma convergencia cuando la dispersión se reduce y por tanto la gráfica tiene
pendiente negativa y existe divergencia regional cuando la gráfica presenta una pendiente
positiva. Si la dispersión de ingresos se incrementa significa que las economías tienden a
alejarse o a ser desiguales.
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 145
El gráfico confirma la existencia de desigualdad regional, ya que la dispersión
de los ingresos per cápita tiende a incrementarse en el tiempo, las economías
están agrupadas en torno a diferentes sendas de crecimiento como se había
señalado. De esta forma, se puede negar cualquier posibilidad de convergencia
regional en México en el periodo 1993-2004.
La exposición de hechos llevada a cabo y la observación minuciosa de la
información permite plantearse las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son las
razones por las que en 1995 y 2001 las regiones detienen su crecimiento? ¿Qué
factores están promoviendo el crecimiento económico regional? ¿A qué se debe la
desigualdad en el crecimiento económico regional? ¿Existe una política para la
gestión del desarrollo territorial en México? ¿De qué forma el gobierno podría
acelerar el crecimiento regional y lograr que fuera equilibrado? Dar respuesta a
estas preguntas invita a regresar la vista hacia la teoría, a reflexionar a partir de
las diferentes respuestas que dan los paradigmas del desarrollo y a realizar una
síntesis de los principales aportes empíricos realizados en México.
Para resumir
De acuerdo a lo revisado, el crecimiento significa un incremento en el tiempo de
la gama de bienes y servicios producidos que no está asociado con la calidad sino
con la cantidad de lo que se produce. Se dice que hay crecimiento cuando las
cantidades de un bien o servicio x se incrementan en un periodo t+1 respecto a
un periodo t sin importar su calidad. Resulta de fundamental importancia porque
es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo. Una región que
desea desarrollarse tiene que aumentar de manera sostenida su tasa de
crecimiento y confiar en que las otras condiciones que afectan el desarrollo y que
no son económicas se están mejorando. Por sus características el crecimiento es
un indicador de tipo cuantitativo aunque se han hecho trabajos que intentan
abordarlo desde un punto de vista cualitativo, centrándose en la calidad del
crecimiento.
Agrupadas en torno a dos categorías: teorías espaciales y teorías del
crecimiento, se han elaborado diversos paradigmas para explicar de formas
distintas el desarrollo territorial. Entre las teorías espaciales destacan tres
paradigmas: la escuela alemana, preocupada por explicar la importancia que
tienen los costos de transporte en los patrones de localización de las actividades
económicas, es un paradigma centrado en aspectos geométricos, que durante un
buen tiempo se mantuvo en el olvido; la teoría del multiplicador de baseexportación de Friedmann y Harris retoma los aportes de la teoría keynesiana para
señalar la importancia del potencial del mercado, centrándose en la demanda
interna y externa a la región, consideran que es la fuerza de las industrias
vinculadas con el sector exportador la que acelera o retrasa el desarrollo; la
ciencia regional de Walter Isard es más que una teoría, una síntesis de los
principales aportes de la escuela económico-espacial, sus aportes construyen la
moderna disciplina de la economía regional.
Como parte de las teorías del crecimiento se revisaron diez paradigmas: 1)
teoría centro-periferia: el desarrollo es poco probable en una región que juega un
rol de periferia, ya que necesariamente la existencia de centros dominantes
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 146
implica la presencia de periferias subordinadas, desarrollo y subdesarrollo son dos
caras de una misma moneda; 2) causación circular acumulativa: las regiones que
crecen lo continuaran haciendo a través de una retroalimentación de la expansión
del mercado, las regiones por naturaleza divergen ya que los azares históricos
promueven que ciertas regiones tengan ventajas relativas; 3) polos de
crecimiento: una región se desarrolla y desparrama sus beneficios sobre su área
de influencia cercana en la medida que cuenta con industrias lideres que son
capaces de generar encadenamientos hacia adelante y hacia atrás del tipo
Hirschman; 4) etapas del crecimiento: teoría determinística que considera que las
regiones inician en momentos diferentes su desarrollo por razones históricas,
regiones situadas en las condiciones previas al despegue no hay razón para dudar
que alcancen la etapa de consumo de masas
o postindustrial; 5) teorías
neoclásicas: el crecimiento es producto del progreso tecnológico que es exógeno
al modelo, su principal hipótesis es la existencia de convergencia regional, como
consecuencia de lo restrictivo de sus supuestos; 6) teorías del crecimiento
endógeno: el progreso tecnológico es endógeno al modelo, como resultado,
básicamente, de la consideración de competencia imperfecta y rendimientos
crecientes; 7) acumulación flexible: subraya la importancia de los cambios en la
estructura industrial y la aparición de nuevos modelos de organización industrial
en especial la aparición y fortalecimiento de los distritos industriales; 8) nueva
geografía económica: con orígenes en la escuela alemana y en los modelos del
comercio internacional, centra su atención en los patrones de localización
industrial; 9) la geografía socio-económica: es una respuesta a los modelos de la
corriente anterior y centra su atención en la importancia de las relaciones
humanas para la configuración del espacio y 10) geografía física: centra su
atención en la importancia que tienen las condiciones naturales en el crecimiento
económico, es de cierta forma la actualización de la vieja tradición del
determinismo geográfico.
Teniendo como marco estos paradigmas a partir del cuarto eje expositivo se
analizó el crecimiento del producto interno bruto regional encontrándose que la
región Pacífico Sur es la de peor desempeño contrastando con la Golfo Centro que
es la que en todos los años considerados en el estudio crece por encima del
promedio nacional. El Distrito Federal no registró un buen desempeño, incluso en
el año de 1995 cuando todo el país se hundió en una crisis, el estancamiento de la
región fue mucho mayor que el promedio nacional. De las tres regiones del sur del
país sólo la Peninsular observó un crecimiento aceptable. Las restantes regiones
no mostraron resultados que fueran sorprendentes, se mantuvieron en el rango
del promedio nacional.
Con el objetivo de evaluar de mejor forma la evolución regional se calcularon
los productos per cápita regionales y su tasa media anual de crecimiento. Uno de
los resultados más sobresalientes fue que la región Peninsular que antes había
sido considerada como de buen desempeño, deja de serlo al tomar en cuenta la
forma en la que se distribuye el producto entre la población. Otros resultados
interesantes son la confirmación del poco dinamismo, incluso pobreza de la región
Pacífico Sur.
El Distrito Federal tiene el mayor producto per cápita de todas las regiones pero
su nivel no resulta suficiente para cubrir las necesidades de la población; en
definitiva la información presentada confirma la desigualdad interregional en los
ingresos por persona. Junto con la región Distrito, las regiones norte-fronterizas
son las del mayor nivel de producto, la región Norte creció a una tasa media anual
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 9, primavera 2009
Isaac Leobardo Sánchez Juárez / 147
de 3.09% una de las tres más elevadas en el periodo, las otras dos fueron la Golfo
Norte que lo hizo a 2.65% y la Centro Norte a 2.87%.
Nada nuevo bajo el sol… en la quinta parte se comprobó la hipótesis de
divergencia regional, se confirma que las regiones siguen rutas de crecimiento
distintas, que sólo dos pueden ser catalogadas como ganadoras: la Golfo norte y
Norte. La mayor parte de regiones se consideran perdedoras o en franco
estancamiento: Pacífico Sur, Pacífico Norte, Pacífico Centro, Centro y Golfo Centro.
La región Centro Norte es potencialmente ganadora, mientras el Distrito Federal y
la Península se identifican como declinantes.
Con el cálculo de la dispersión de los ingresos per cápita se confirmó la
existencia de divergencia sigma con lo que las regiones tienden a alejarse en el
tiempo, la desigualdad es un hecho estilizado del crecimiento económico regional
en México.
Al ser este una investigación preliminar quedan muchas dudas por resolver,
algunas de las cuales ya han sido planteadas en el texto y de las cuales destacan:
¿Qué sucede al interior de cada una de las regiones? ¿Cuál es mejor la forma de
vincular la teoría con la evidencia empírica? ¿Qué paradigma explica mejor lo que
está sucediendo? ¿De qué forma puede el gobierno intervenir para corregir los
desequilibrios territoriales? Los resultados sugieren profundizar y continuar con la
investigación.
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