Zeladors de L´Institut Catalá de la Salut

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Zeladors de L´Institut
Catalá de la Salut
Temari
Tema 9. ANEXOS
Junio, 2009
NOTA: No se ha procedido a la traducción de estos materiales a la lengua catalana
al tratarse de complementos al tema 9, ya desarrollado, y porque la legislación que
les sirve de base fue promulgada en su momento en castellano.
TEMA 9
ANEXO I
Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las
disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas en
materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo.
OBLIGACIONES DEL EMPRESARIO: ORDEN, LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO. SEÑALIZACIÓN.
CONDICIONES AMBIENTALES. SERVICIOS HIGIÉNICOS Y LOCALES DE DESCANSO.
Las obligaciones del empresario vienen reguladas en el Capítulo II –artículos 3.º y siguientes– del
Real Decreto 486/1997, así como en los diferentes Anexos que el mismo contiene y que van desarrollando cada uno de dichos artículos:
Anexo I. Condiciones generales de seguridad en los lugares de trabajo. Con dos apartados diferenciados:
A) Disposiciones aplicables a los lugares de trabajo utilizados por primera vez a partir de la fecha
de entrada en vigor del presente Real Decreto y a las modificaciones, ampliaciones o transformaciones de los lugares de trabajo ya utilizados antes de dicha fecha, que se realicen con posterioridad.
Este apartado contiene las siguientes materias:
1.Seguridad estructural.
2.Espacios de trabajo y zonas peligrosas.
3.Suelos, aberturas y desniveles, y barandillas.
4.Tabiques, ventanas y vanos.
5.Vías de circulación.
6.Puertas y portones.
7.Rampas, escaleras fijas y de servicio.
8.Escalas fijas.
9.Escaleras de mano.
10.Vías y salidas de evacuación.
11.Condiciones de protección contra incendio.
12.Instalación eléctrica.
13.Minusválidos.
B) Disposiciones aplicables a los lugares de trabajo ya utilizados antes de la fecha de entrada en
vigor del presente Real Decreto, exceptuadas las partes de los mismos que se modifiquen, amplíen o
transformen después de dicha fecha.
Anexo II. Orden, limpieza y mantenimiento.
Anexo III. Condiciones ambientales de los lugares de trabajo.
Anexo IV. Iluminación de los lugares de trabajo.
Anexo V. Servicios higiénicos y locales de descanso. Distinguiendo los dos mismos apartados A)
y B) que ya se indicaron para el Anexo I, con las siguientes materias:
1. Agua potable.
2. Vestuarios, duchas, lavabos y retretes.
3. Locales de descanso.
4. Locales provisionales y trabajos al aire libre.
Anexo VI. Material y locales de primeros auxilios. Distinguiendo los dos apartados A) y B) indicados anteriormente.
El artículo 3º, como obligación general del empresario, establece que éste deberá adoptar las
medidas necesarias para que la utilización de los lugares de trabajo no origine riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores o, si ello no fuera posible, para que tales riesgos se reduzcan al
mínimo.
En cualquier caso, los lugares de trabajo deberán cumplir las disposiciones mínimas establecidas
en el presente Real Decreto en cuanto a sus condiciones constructivas, orden, limpieza y mantenimiento, señalización, instalaciones de servicio o protección, condiciones ambientales, iluminación,
servicios higiénicos y locales de descanso, y material y locales de primeros auxilios. Y, respecto de
cada una de ellas, el Real Decreto 486/1997 establece:
Condiciones constructivas:
1. El diseño y las características constructivas de los lugares de trabajo deberán ofrecer seguridad
frente a los riesgos de resbalones o caídas, choques o golpes contra objetos y derrumbamientos o
caídas de materiales sobre los trabajadores.
2. El diseño y las características constructivas de los lugares de trabajo deberán también facilitar
el control de las situaciones de emergencia, en especial en caso de incendio, y posibilitar, cuando sea
necesario, la rápida y segura evacuación de los trabajadores.
3. Los lugares de trabajo deberán cumplir, en particular, los requisitos mínimos de seguridad
indicados en el Anexo I.
Orden, limpieza y mantenimiento. Señalización:
El orden, la limpieza y el mantenimiento de los lugares de trabajo deberán ajustarse a lo dispuesto en el Anexo II.
Igualmente, la señalización de los lugares de trabajo deberá cumplir lo dispuesto en el Real
Decreto 485/1997, de 14 de abril.
Instalaciones de servicio y protección:
Las instalaciones de servicio y protección de los lugares de trabajo a las que se refiere el apartado 2 del artículo 2.º deberán cumplir las disposiciones mínimas establecidas en el presente Real
Decreto, así como las que se deriven de las reglamentaciones específicas de seguridad que resulten
de aplicación.
Condiciones ambientales:
1. La exposición a las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deberá suponer un
riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores. A tal fin, dichas condiciones ambientales y, en
particular, las condiciones termohigrométricas de los lugares de trabajo deberán ajustarse a lo establecido en el Anexo III.
2. La exposición a los agentes físicos, químicos y biológicos del ambiente de trabajo se regirá por
lo dispuesto en su normativa específica.
Iluminación:
La iluminación de los lugares de trabajo deberá permitir que los trabajadores dispongan de
condiciones de visibilidad adecuadas para poder circular por los mismos y desarrollar en ellos sus
actividades sin riesgo para su seguridad y salud.
La iluminación de los lugares de trabajo deberá cumplir, en particular, las disposiciones del Anexo IV.
Servicios higiénicos y locales de descanso:
Los lugares de trabajo deberán cumplir las disposiciones del Anexo V en cuanto a servicios higiénicos y locales de descanso.
Material y locales de primeros auxilios:
Los lugares de trabajo dispondrán del material y, en su caso, de los locales necesarios para la
prestación de primeros auxilios a los trabajadores accidentados, ajustándose a lo establecido en el
Anexo VI.
Información a los trabajadores:
De conformidad con el artículo 18 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el empresario
deberá garantizar que los trabajadores y los representantes de los trabajadores reciban una información adecuada sobre las medidas de prevención y protección que hayan de adoptarse en aplicación
del presente Real Decreto.
Consulta y participación de los trabajadores:
La consulta y participación de los trabajadores o sus representantes sobre las cuestiones a las
que se refiere este Real Decreto se realizarán de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 18 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
1. ORDEN, LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO
El Anexo II del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, es el que contiene las disposiciones mínimas para el orden, la limpieza y el mantenimiento:
1. Las zonas de paso, salidas y vías de circulación de los lugares de trabajo y, en especial, las salidas y vías de circulación previstas para la evacuación en casos de emergencia, deberán permanecer
libres de obstáculos de forma que sea posible utilizarlas sin dificultades en todo momento.
2. Los lugares de trabajo, incluidos los locales de servicio, y sus respectivos equipos e instalaciones, se limpiarán periódicamente y siempre que sea necesario para mantenerlos en todo momento
en condiciones higiénicas adecuadas. A tal fin, las características de los suelos, techos y paredes
serán tales que permitan dicha limpieza y mantenimiento.
Se eliminarán con rapidez los desperdicios, las manchas de grasa, los residuos de sustancias
peligrosas y demás productos residuales que puedan originar accidentes o contaminar el ambiente
de trabajo.
Evidentemente, tal y como señala la Guía Técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene
en el Trabajo para la aplicación del Real Decreto 486/1997, la periodicidad de la limpieza dependerá del tipo de lugar de trabajo y de su utilización. Como indicación, las zonas de paso y las vías de
circulación deben limpiarse al menos una vez por semana. En fábricas, talleres u otros lugares de
trabajo similares en los que pueden acumularse residuos y desperdicios, la limpieza conviene hacerla
a diario, retirando todos los residuos y desperdicios en contenedores adecuados.
En cuanto a las características de los suelos, aunque exista la creencia de que sólo los suelos
que tienen superficies pulidas pueden mantenerse higiénicamente limpios, esto no es necesariamente cierto, pues un suelo rugoso también puede mantenerse higiénicamente limpio aunque para ello
se precise un mayor esfuerzo de limpieza.
3. Las operaciones de limpieza no deberán constituir por sí mismas una fuente de riesgo para
los trabajadores que las efectúen o para terceros, realizándose a tal fin en los momentos, de la forma
y con los medios más adecuados.
Se debe utilizar el método de limpieza más adecuado para cada situación. Por ejemplo, es mejor
limpiar por aspiración que por barrido ya que este último procedimiento puede producir una dispersión de polvo en el medio ambiente. Se desaconseja totalmente el uso de pistolas o escapes de
aire comprimido para la limpieza de puestos de trabajo (que en muchas ocasiones se utiliza también
para la limpieza de vestidos, pelo, etc.), dado que es fuente de graves accidentes por aproximación
a orificios del cuerpo humano.
Cuanto las operaciones de limpieza del suelo supongan el empleo de métodos húmedos, que
pueden hacer que el pavimento resulte deslizante mientras se encuentra húmedo, se balizará y señalizará adecuadamente la zona, y se realizará preferentemente fuera del horario normal de trabajo.
Los trabajadores que realizan las operaciones de limpieza, han de recibir la información y formación suficientes sobre los riesgos derivados de los productos de limpieza que manejan, sobre la utilización segura de los equipos de limpieza y sobre la utilización de los equipos de protección individual.
4. Los lugares de trabajo y, en particular, sus instalaciones, deberán ser objeto de un mantenimiento periódico, de forma que sus condiciones de funcionamiento satisfagan siempre las especificaciones del proyecto, subsanándose con rapidez las deficiencias que puedan afectar a la seguridad
y salud de los trabajadores.
Si se utiliza una instalación de ventilación, deberá mantenerse en buen estado de funcionamiento y un sistema de control deberá indicar toda avería siempre que sea necesario para la salud
de los trabajadores.
En el caso de las instalaciones de protección, el mantenimiento deberá incluir el control de
su funcionamiento.
Los lugares de trabajo y, en particular, sus instalaciones deberán mantenerse en un estado de
eficiencia adecuado. Para ello se preciso establecer un procedimiento para el mantenimiento de los
lugares de trabajo y sus instalaciones. En el procedimiento se han de contemplar las exigencias legales en cuanto a inspecciones, revisiones y mantenimiento de las instalaciones, por ejemplo, Centros
de Transformación de Energía Eléctrica, Sistemas de Protección Contra Incendios, etc.
Se deberán registros de las actividades de inspección, revisión y mantenimiento de los lugares
de trabajo y sus instalaciones.
2. SEÑALIZACIÓN
Como ya se ha apuntado, respecto de la señalización de los lugares de trabajo, se debe acudir
a la regulación establecida por lo dispuesto en el Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre
disposiciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo.
Son las normas de desarrollo reglamentario las que deben fijar las medidas mínimas que deben
adoptarse para la adecuada protección de los trabajadores. Entre ellas se encuentran las destinadas
a garantizar que en los lugares de trabajo existe una adecuada señalización de seguridad y salud,
siempre que los riesgos no puedan evitarse o limitarse suficientemente a través de medios técnicos
de protección colectiva o de medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo.
En el mismo sentido hay que tener en cuenta que en el ámbito de la Unión Europea se han fijado
mediante las correspondientes Directivas criterios de carácter general sobre las acciones en materia
de seguridad y salud en los centros de trabajo, así como criterios específicos referidos a medidas de
protección contra accidentes y situaciones de riesgo. Concretamente, la Directiva 92/58/CEE del Consejo, de 24 de junio, establece las disposiciones mínimas en materia de señalización de seguridad y
salud en el trabajo. Por tanto, el presente Real Decreto 485/1997, de 14 de abril viene a transponer
la mencionada Directiva a nuestro ordenamiento jurídico interno.
A) Objeto
El presente Real Decreto 485/1997 establece las disposiciones mínimas para la señalización de
seguridad y salud en el trabajo.
Las disposiciones de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales,
se aplicarán plenamente al conjunto del ámbito contemplado en el apartado anterior.
Las disposiciones del Real Decreto 485/1997 no afectan a la señalización prevista por la normativa sobre comercialización de productos y equipos y sobre sustancias y preparados peligrosos, salvo
que dicha normativa disponga expresamente otra cosa.
El presente Real Decreto no es aplicable a la señalización utilizada para la regulación del
tráfico por carretera, ferroviario, fluvial, marítimo y aéreo, salvo que los mencionados tipos de
tráfico se efectúen en los lugares de trabajo, ni a la utilizada por buques, vehículos y aeronaves
militares.
B) Conceptos y definiciones
El Real Decreto 485/1997 contempla diferentes conceptos y definiciones a efectos de la comprensión de su contenido:
a) Señalización de seguridad y salud en el trabajo: Una señalización que, referida a un objeto,
actividad o situación determinadas, proporcione una indicación o una obligación relativa a la seguridad o la salud en el trabajo mediante una señal en forma de panel, un color, una señal luminosa o
acústica, una comunicación verbal o una señal gestual, según proceda.
b) Señal de prohibición: Una señal que prohíbe un comportamiento susceptible de provocar un
peligro.
c) Señal de advertencia: Una señal que advierte de un riesgo o peligro.
d) Señal de obligación: Una señal que obliga a un comportamiento determinado.
e) Señal de salvamento o de socorro: Una señal que proporciona indicaciones relativas a las
salidas de socorro, a los primeros auxilios o a los dispositivos de salvamento.
f) Señal indicativa: Una señal que proporciona otras informaciones distintas de las previstas en
los párrafos b) a e).
g) Señal en forma de panel: Una señal que, por la combinación de una forma geométrica, de
colores y de un símbolo o pictograma, proporciona una determinada información, cuya visibilidad está
asegurada por una iluminación de suficiente intensidad.
h) Señal adicional: Una señal utilizada junto a otra señal de las contempladas en el párrafo g) y
que facilita informaciones complementarias.
i) Color de seguridad: Un color al que se atribuye una significación determinada en relación con
la seguridad y salud en el trabajo.
j) Símbolo o pictograma: Una imagen que describe una situación u obliga a un comportamiento
determinado, utilizada sobre una señal en forma de panel o sobre una superficie luminosa.
k) Señal luminosa: Una señal emitida por medio de un dispositivo formado por materiales transparentes o translúcidos, iluminados desde atrás o desde el interior, de tal manera que aparezca por
sí misma como una superficie luminosa.
l) Señal acústica: Una señal sonora codificada, emitida y difundida por medio de un dispositivo
apropiado, sin intervención de voz humana o sintética.
m) Comunicación verbal: Un mensaje verbal predeterminado, en el que se utiliza voz humana o
sintética.
n) Señal gestual: Un movimiento o disposición de los brazos o de las manos en forma codificada
para guiar a las personas que estén realizando maniobras que constituyan un riesgo o peligro para
los trabajadores.
C) Obligaciones del empresario
Como obligación general del empresario, se establece que siempre que resulte necesario teniendo en cuenta los criterios del artículo siguiente, el empresario deberá adoptar las medidas precisas
para que en los lugares de trabajo exista una señalización de seguridad y salud que cumpla lo establecido en los Anexos I a VII del presente Real Decreto. Dichos Anexos son los siguientes:
–
Anexo I. Disposiciones mínimas de carácter general relativas a la señalización de seguridad
y salud en el trabajo.
–
Anexo II. Colores de seguridad.
–
Anexo III. Señales en forma de panel.
–
Anexo IV. Señales luminosas y acústicas.
–
Anexo V. Comunicaciones verbales.
–
Anexo VI. Señales gestuales.
–
Anexo VII. Disposiciones mínimas relativas a diversas señalizaciones.
En cuanto a los criterios para el empleo de la señalización, el Real Decreto 485/1997 establece
que, sin perjuicio de lo dispuesto específicamente en otras normativas particulares, la señalización
de seguridad y salud en el trabajo deberá utilizarse siempre que el análisis de los riesgos existentes,
de las situaciones de emergencia previsibles y de las medidas preventivas adoptadas, ponga de manifiesto la necesidad de:
a) Llamar la atención de los trabajadores sobre la existencia de determinados riesgos, prohibiciones u obligaciones.
b) Alertar a los trabajadores cuando se produzca una determinada situación de emergencia que
requiera medidas urgentes de protección o evacuación.
c) Facilitar a los trabajadores la localización e identificación de determinados medios o instalaciones de protección, evacuación, emergencia o primeros auxilios.
d) Orientar o guiar a los trabajadores que realicen determinadas maniobras peligrosas.
La señalización no deberá considerarse una medida sustitutoria de las medidas técnicas y organizativas de protección colectiva y deberá utilizarse cuando mediante estas últimas no haya sido posible
eliminar los riesgos o reducirlos suficientemente. Tampoco deberá considerarse una medida sustitutoria de la formación e información de los trabajadores en materia de seguridad y salud en el trabajo.
Deber de información: El empresario debe adoptar las medidas adecuadas para que los trabajadores y los representantes de los trabajadores sean informados de todas las medidas que se hayan
de tomar con respecto a la utilización de la señalización de seguridad y de salud en el trabajo.
Deber de formación: Asimismo, el empresario proporcionará a los trabajadores y a los representantes de los trabajadores una formación adecuada en particular mediante instrucciones precisas, en
materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo. Dicha formación deberá incidir, fundamentalmente, en el significado de las señales, especialmente de los mensajes verbales y gestuales, y en
los comportamientos generales o específicos que deban adoptarse en función de dichas señales.
Anexo I. Disposiciones mínimas de carácter general relativas a la señalización de
seguridad y salud en el trabajo.
La elección del tipo de señal y del número y emplazamiento de las señales o dispositivos de
señalización a utilizar en cada caso se realizará de forma que la señalización resulte lo más eficaz
posible, teniendo en cuenta:
a) Las características de la señal.
b) Los riesgos, elementos o circunstancias que hayan de señalizarse.
c) La extensión de la zona a cubrir.
d) El número de trabajadores afectados.
La eficacia de la señalización no deberá resultar disminuida por la concurrencia de señales o por
otras circunstancias que dificulten su percepción o comprensión.
La señalización de seguridad y salud en el trabajo no deberá utilizarse para transmitir informaciones o mensajes distintos o adicionales a los que constituyen su objetivo propio. Cuando los trabajadores a los que se dirige la señalización tengan la capacidad o la facultad visual o auditiva limitadas,
incluidos los casos en que ello sea debido al uso de equipos de protección individual, deberán tomarse las medidas suplementarias o de sustitución necesarias.
La señalización deberá permanecer en tanto persista la situación que la motiva.
Los medios y dispositivos de señalización deberán ser, según los casos, limpiados, mantenidos y
verificados regularmente, y reparados o sustituidos cuando sea necesario, de forma que conserven en
todo momento sus cualidades intrínsecas y de funcionamiento. Las señalizaciones que necesiten de
una fuente de energía dispondrán de alimentación de emergencia que garantice su funcionamiento
en caso de interrupción de aquélla, salvo que el riesgo desaparezca con el corte del suministro.
Anexo II. Colores de seguridad. (del RD 485/1997).
Los colores de seguridad podrán formar parte de una señalización de seguridad o constituirla
por sí mismos. En el siguiente cuadro se muestran los colores de seguridad, su significado y otras
indicaciones sobre su uso:
Color
Rojo
Significado
Indicaciones y precisiones
Señal de prohibición
Comportamientos peligrosos. Alto, parada,
dispositivos de desconexión de emergencia.
Peligro-alarma
Material y equipos de lucha
contra incendios
Evacuación. Identificación y localización.
Amarillo o
amarillo
anaranjado
Señal de advertencia
Atención, precaución. Verificación.
Azul
Señal de obligación
Comportamiento o acción específica. Obligación
de utilizar un equipo de protección individual.
Señal de salvamento o auxilio
Puertas, salidas, pasajes, material, puestos de
salvamento o de socorro, locales.
Situación de seguridad
Vuelta a la normalidad.
Verde
Cuando el color de fondo sobre el que tenga que aplicarse el color de seguridad pueda dificultar
la percepción de este último, se utilizará un color de contraste que enmarque o se alterne con el de
seguridad, de acuerdo con la siguiente tabla:
Color de seguridad
Color de contraste
Rojo
Blanco
Amarillo o amarillo anaranjado
Negro
Azul
Blanco
Verde
Blanco
Cuando la señalización de un elemento se realice mediante un color de seguridad, las dimensiones de la superficie coloreada deberán guardar proporción con las del elemento y permitir su fácil
identificación.
Anexo III. Señales en forma de panel (del RD 485/1997).
1. Características intrínsecas.
1.º La forma y colores de estas señales se definen en el apartado 3, en función del tipo de señal
de que se trate.
2.º Los pictogramas serán lo más sencillos posible evitándose detalles inútiles para su comprensión. Podrán variar ligeramente o ser más detallados que los indicados en el apartado 3, siempre que
su significado sea equivalente y no existan diferencias o adaptaciones que impidan percibir claramente su significado.
3.º Las señales serán de un material que resista lo mejor posible los golpes, las inclemencias del
tiempo y las agresiones medioambientales.
4.º Las dimensiones de las señales, así como sus características colorimétricas y fotométricas,
garantizarán su buena visibilidad y comprensión.
2. Requisitos de utilización.
1.º Las señales se instalarán preferentemente a una altura y en una posición apropiadas en relación al ángulo visual, teniendo en cuenta posibles obstáculos, en la proximidad inmediata del riesgo u
objeto que deba señalizarse o, cuando se trate de un riesgo general, en el acceso a la zona de riesgo.
2.º El lugar de emplazamiento de la señal deberá estar bien iluminado, ser accesible y fácilmente
visible. Si la iluminación general es insuficiente, se empleará una iluminación adicional o se utilizarán
colores fosforescentes o materiales fluorescentes.
3.º A fin de evitar la disminución de la eficacia de la señalización no se utilizarán demasiadas
señales próximas entre sí.
4.º Las señales deberán retirarse cuando deje de existir la situación que las justificaba.
3. Tipos de señales.
1.º Señales de advertencia.
Forma triangular. Pictograma negro sobre fondo amarillo (el amarillo deberá cubrir como mínimo
el 50% de la superficie de la señal), bordes negros.
Como excepción, el fondo de la señal sobre «materias nocivas o irritantes» será de color naranja,
en lugar de amarillo, para evitar confusiones con otras señales similares utilizadas para la regulación
del tráfico por carretera.
2.º Señales de prohibición.
Forma redonda. Pictograma negro sobre fondo blanco, bordes y banda (transversal descendente
de izquierda a derecha atravesando el pictograma a 45º respecto a la horizontal) rojos (el rojo deberá
cubrir como mínimo el 35% de la superficie de la señal).
3.º Señales de obligación.
Forma redonda. Pictograma blanco sobre fondo azul (el azul deberá cubrir como mínimo el 50%
de la superficie de la señal).
4.º Señales relativas a los equipos de lucha contra incendios.
Forma rectangular o cuadrada. Pictograma blanco sobre fondo rojo (el rojo deberá cubrir como
mínimo el 50% de la superficie de la señal).
Manguera
para incendios
Escalera
de mano
Extintor
Teléfono
para la lucha
contra incendios
Dirección que debe seguirse
(señal indicativa adicional a las anteriores)
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5.º Señales de salvamento o socorro.
Forma rectangular o cuadrada. Pictograma blanco sobre fondo verde (el verde deberá cubrir
como mínimo el 50% de la superficie de la señal).
vía/salida de socorro
Teléfono de salvamento
Dirección que debe seguirse
(señal indicativa adicional a las siguientes)
Primeros
auxilios
Camilla
Ducha de
seguridad
Lavado
de los ojos
Anexo IV. Señales luminosas y acústicas. (Anexo IV del RD 485/1997).
1. Características y requisitos de las señales luminosas.
1.º La luz emitida por la señal deberá provocar un contraste luminoso apropiado respecto a su
entorno, en función de las condiciones de uso previstas. Su intensidad deberá asegurar su percepción, sin llegar a producir deslumbramientos.
2.º La superficie luminosa que emita una señal podrá ser de color uniforme, o llevar un pictograma sobre un fondo determinado. En el primer caso, el color deberá ajustarse a lo dispuesto en el
apartado 1 del Anexo II; en el segundo caso, el pictograma deberá respetar las reglas aplicables a las
señales en forma de panel definidas en el Anexo III.
3.º Si un dispositivo puede emitir una señal tanto continua como intermitente, la señal intermitente se utilizará para indicar, con respecto a la señal continua, un mayor grado de peligro o una
mayor urgencia de la acción requerida.
4.º No se utilizarán al mismo tiempo dos señales luminosas que puedan dar lugar a confusión,
ni una señal luminosa cerca de otra emisión luminosa apenas diferente.
Cuando se utilice una señal luminosa intermitente, la duración y frecuencia de los destellos deberán permitir la correcta identificación del mensaje, evitando que pueda ser percibida como continua
o confundida con otras señales luminosas.
5.º Los dispositivos de emisión de señales luminosas para uso en caso de peligro grave deberán
ser objeto de revisiones especiales o ir provistos de una bombilla auxiliar.
11
2. Características y requisitos de uso de las señales acústicas.
1.º La señal acústica deberá tener un nivel sonoro superior al nivel de ruido ambiental, de forma
que sea claramente audible, sin llegar a ser excesivamente molesto. No deberá utilizarse una señal
acústica cuando el ruido ambiental sea demasiado intenso.
2.º El tono de la señal acústica o, cuando se trate de señales intermitentes, la duración, intervalo
y agrupación de los impulsos, deberá permitir su correcta identificación y clara distinción frente a
otras señales acústicas o ruidos ambientales.
No deberán utilizarse dos señales acústicas simultáneamente.
3.º Si un dispositivo puede emitir señales acústicas con un tono o intensidad variables o intermitentes, o con un tono o intensidad continuos, se utilizarán las primeras para indicar, por contraste con
las segundas, un mayor grado de peligro o una mayor urgencia de la acción requerida.
El sonido de una señal de evacuación deberá ser continuo.
3. Disposiciones comunes.
1.º Una señal luminosa o acústica indicará, al ponerse en marcha, la necesidad de realizar una
determinada acción, y se mantendrá mientras persista tal necesidad.
Al finalizar la emisión de una señal luminosa o acústica se adoptarán de inmediato las medidas
que permitan volver a utilizarlas en caso de necesidad.
2.º La eficacia y buen funcionamiento de las señales luminosas y acústicas se comprobará antes
de su entrada en servicio, y posteriormente mediante las pruebas periódicas necesarias.
3.º Las señales luminosas y acústicas intermitentes previstas para su utilización alterna o complementaria deberán emplear idéntico código.
Anexo V. Comunicaciones verbales. (Anexo V del RD 485/1997).
1. Características intrínsecas.
1.º La comunicación verbal se establece entre un locutor o emisor y uno o varios oyentes, en un
lenguaje formado por textos cortos, frases, grupos de palabras o palabras aisladas, eventualmente
codificados.
2.º Los mensajes verbales serán tan cortos, simples y claros como sea posible; la aptitud verbal
del locutor y las facultades auditivas del o de los oyentes deberán bastar para garantizar una comunicación verbal segura.
3.º La comunicación verbal será directa (utilización de la voz humana) o indirecta (voz humana o
sintética, difundida por un medio apropiado).
2. Reglas particulares de utilización.
1.º Las personas afectadas deberán conocer bien el lenguaje utilizado, a fin de poder pronunciar
y comprender correctamente el mensaje verbal y adoptar, en función de éste, el comportamiento
apropiado en el ámbito de la seguridad y la salud.
2.º Si la comunicación verbal se utiliza en lugar o como complemento de señales gestuales,
habrá que utilizar palabras tales como, por ejemplo:
a) Comienzo: Para indicar la toma de mando.
b) Alto: Para interrumpir o finalizar un movimiento.
c) Fin: Para finalizar las operaciones.
d) Izar: Para izar una carga.
e) Bajar: Para bajar una carga.
f) Avanzar, retroceder, a la derecha, a la izquierda: Para indicar el sentido de un movimiento
(el sentido de estos movimientos debe, en su caso, coordinarse con los correspondientes
códigos gestuales).
g) Peligro: Para efectuar una parada de emergencia.
h) Rápido: Para acelerar un movimiento por razones de seguridad.
12
Anexo VI. Señales gestuales. (Anexo VI del RD 485/1997).
1. Características.
Una señal gestual deberá ser precisa, simple, amplia, fácil de realizar y comprender y claramente
distinguible de cualquier otra señal gestual.
La utilización de los dos brazos al mismo tiempo se hará de forma simétrica y para una sola señal
gestual.
Los gestos utilizados, por lo que respecta a las características indicadas anteriormente, podrán
variar o ser más detallados que las representaciones recogidas en el apartado 3, a condición de que
su significado y comprensión sean, por lo menos, equivalentes.
2. Reglas particulares de utilización.
1.º La persona que emite las señales, denominada «encargado de las señales», dará las instrucciones de maniobra mediante señales gestuales al destinatario de las mismas, denominado «operador».
2.º El encargado de las señales deberá poder seguir visualmente el desarrollo de las maniobras
sin estar amenazado por ellas.
3.º El encargado de las señales deberá dedicarse exclusivamente a dirigir las maniobras y a la
seguridad de los trabajadores situados en las proximidades.
4.º Si no se dan las condiciones previstas en el apartado 2.2.º se recurrirá a uno o varios encargados de las señales suplementarias.
5.º El operador deberá suspender la maniobra que esté realizando para solicitar nuevas instrucciones cuando no pueda ejecutar las órdenes recibidas con las garantías de seguridad necesarias.
6.º Accesorios de señalización gestual.
El encargado de las señales deberá ser fácilmente reconocido por el operador.
El encargado de las señales llevará uno o varios elementos de identificación apropiados tales
como chaqueta, manguitos, brazal o casco y, cuando sea necesario, raquetas.
Los elementos de identificación indicados serán de colores vivos, a ser posible iguales para todos
los elementos, y serán utilizados exclusivamente por el encargado de las señales.
3. Gestos codificados.
Consideración previa.
El conjunto de gestos codificados que se incluye no impide que puedan emplearse otros códigos,
en particular en determinados sectores de actividad, aplicables a nivel comunitario e indicadores de
idénticas maniobras.
A) Gestos generales
Significado
Descripción
Comienzo:
Atención
Toma de mando
Los dos brazos extendidos
de forma horizontal, las
palmas de las manos
hacia adelante
Alto:
Interrupción
Fin del movimiento
El brazo derecho extendido
hacia arriba, la palma de
la mano derecha hacia
adelante
Fin de las
operaciones
Las dos manos juntas a la
altura del pecho
13
Ilustración
B) Movimientos verticales
Significado
Descripción
Izar
Brazo derecho extendido hacia
arriba, la palma de la mano
derecha hacia adelante,
describiendo lentamente un círculo
Bajar
Brazo derecho extendido hacia
abajo, palma de la mano
derecha hacia el interior,
describiendo lentamente un círculo
Distancia vertical
Las manos indican la distancia
Ilustración
C) Movimientos horizontales
Significado
Descripción
Avanzar
Los dos brazos doblados, las
palmas de las manos hacia el
interior, los antebrazos se mueven
lentamente hacia el cuerpo
Retroceder
Los dos brazos doblados, las
palmas de las manos hacia el
exterior, los antebrazos se mueven
lentamente, alejándose del cuerpo
Hacia la derecha:
con respecto al
encargado de
las señales
El brazo derecho extendido más o
menos en horizontal, la palma de
la mano derecha hacia abajo, hace
pequeños movimientos lentos
indicando la dirección
Hacia la izquierda:
con respecto al
encargado de
las señales
El brazo izquierdo extendido más o
menos en horizontal, la palma de
la mano derecha hacia abajo, hace
pequeños movimientos lentos
indicando la dirección
Distancia
horizontal
Las manos indican la distancia
14
Ilustración
D) Peligro
Significado
Descripción
Peligro:
Alto o parada
de emergencia
Los dos brazos extendidos
hacia arriba, las palmas
de las manos hacia adelante.
Rápido
Los gestos codificados referidos
a los movimientos se hacen
con rapidez.
Lento
Los gestos codificados referidos
a los movimientos se hacen
muy lentamente.
Ilustración
Anexo VI. Señales gestuales. (Anexo VII del RD 485/1997).
1. Riesgos, prohibiciones y obligaciones.
La señalización dirigida a advertir a los trabajadores de la presencia de un riesgo, o a recordarles
la existencia de una prohibición u obligación, se realizará mediante señales en forma de panel que se
ajusten a lo dispuesto, para cada caso, en el Anexo III.
2. Riesgo de caídas, choques y golpes.
1.º Para la señalización de desniveles, obstáculos u otros elementos que originen riesgos de caída de personas, choques o golpes podrá optarse, a igualdad de eficacia, por el panel que corresponda
según lo dispuesto en el apartado anterior o por un color de seguridad, o bien podrán utilizarse ambos
complementariamente.
2.º La delimitación de aquellas zonas de los locales de trabajo a las que el trabajador tenga acceso con ocasión de éste, en las que se presenten riesgos de caída de personas, caída de objetos,
choques o golpes, se realizará mediante un color de seguridad.
3.º La señalización por color referida en los dos apartados anteriores se efectuará mediante franjas alternas amarillas y negras. Las franjas deberán tener una inclinación aproximada de 45º y ser de
dimensiones similares de acuerdo con el siguiente modelo:
3. Vías de circulación.
1.º Cuando sea necesario para la protección de los trabajadores, las vías de circulación de vehículos deberán estar delimitadas con claridad mediante franjas continuas de un color bien visible, preferentemente blanco o amarillo, teniendo en cuenta el color del suelo. La delimitación deberá respetar las
necesarias distancias de seguridad entre vehículos y objetos próximos, y entre peatones y vehículos.
2.º Las vías exteriores permanentes que se encuentren en los alrededores inmediatos de zonas
edificadas deberán estar delimitadas cuando resulte necesario, salvo que dispongan de barreras o
que el propio tipo de pavimento sirva como delimitación.
4. Tuberías, recipientes y áreas de almacenamiento de sustancias y preparados peligrosos.
1.º Los recipientes y tuberías visibles que contengan o puedan contener productos a los que sea de
aplicación la normativa sobre comercialización de sustancias o preparados peligrosos deberán ser etiquetados según lo dispuesto en la misma. Se podrán exceptuar los recipientes utilizados durante corto tiempo
y aquellos cuyo contenido cambie a menudo, siempre que se tomen medidas alternativas adecuadas,
fundamentalmente de formación e información, que garanticen un nivel de protección equivalente.
15
2.º Las etiquetas se pegarán, fijarán o pintarán en sitios visibles de los recipientes o tuberías. En
el caso de éstas, las etiquetas se colocarán a lo largo de la tubería en número suficiente, y siempre
que existan puntos de especial riesgo, como válvulas o conexiones, en su proximidad. Las características intrínsecas y condiciones de utilización de las etiquetas deberán ajustarse, cuando proceda, a lo
dispuesto para los paneles en los apartados 1.3.º y 2 del Anexo III.
La información de la etiqueta podrá complementarse con otros datos, tales como el nombre o
fórmula de la sustancia o preparado peligroso o detalles adicionales sobre el riesgo.
3.º El etiquetado podrá ser sustituido por las señales de advertencia contempladas en el Anexo
III, con el mismo pictograma o símbolo; en el caso del transporte de recipientes dentro del lugar de
trabajo, podrá sustituirse o complementarse por señales en forma de panel de uso reconocido, en el
ámbito comunitario, para el transporte de sustancias o preparados peligrosos.
4.º Las zonas, locales o recintos utilizados para almacenar cantidades importantes de sustancias
o preparados peligrosos deberán identificarse mediante la señal de advertencia apropiada, de entre
las indicadas en el Anexo III, o mediante la etiqueta que corresponda, de acuerdo con la normativa
mencionada en el apartado 4.1.º, colocadas, según el caso, cerca del lugar de almacenamiento o en
la puerta de acceso al mismo. Ello no será necesario cuando las etiquetas de los distintos embalajes
y recipientes, habida cuenta de su tamaño, hagan posible por sí mismas dicha identificación.
El almacenamiento de diversas sustancias o preparados peligrosos puede indicarse mediante la
señal de advertencia «peligro en general».
5. Equipos de protección contra incendios.
1.º Los equipos de protección contra incendios deberán ser de color rojo o predominantemente
rojo, de forma que se puedan identificar fácilmente por su color propio.
2.º El emplazamiento de los equipos de protección contra incendios se señalizará mediante
el color rojo o por una señal en forma de panel de las indicadas en el apartado 3.4.º del Anexo III.
Cuando sea necesario, las vías de acceso a los equipos se mostrarán mediante las señales indicativas
adicionales especificadas en dicho Anexo.
6. Medios y equipos de salvamento y socorro.
La señalización para la localización e identificación de las vías de evacuación y de los equipos de
salvamento o socorro se realizará mediante señales en forma de panel de las indicadas en el apartado
3.5.º del Anexo III.
7. Situaciones de emergencia.
La señalización dirigida a alertar a los trabajadores o a terceros de la aparición de una situación
de peligro y de la consiguiente y urgente necesidad de actuar de una forma determinada o de evacuar
la zona de peligro, se realizará mediante una señal luminosa, una señal acústica o una comunicación
verbal. A igualdad de eficacia podrá optarse por una cualquiera de las tres; también podrá emplearse
una combinación de una señal luminosa con una señal acústica o con una comunicación verbal.
8. Maniobras peligrosas.
La señalización que tenga por objeto orientar o guiar a los trabajadores durante la realización de
maniobras peligrosas que supongan un riesgo para ellos mismos o para terceros se realizará mediante señales gestuales o comunicaciones verbales. A igualdad de eficacia podrá optarse por cualquiera
de ellas, o podrán emplearse de forma combinada.
3. CONDICIONES AMBIENTALES
Las condiciones ambientales vienen reguladas en el Anexo III del Real Decreto 486/1997, de
14 de abril.
La exposición a las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no debe suponer un
riesgo para la seguridad y la salud de los trabajadores.
16
Asimismo, y en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo
no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. A tal efecto,
deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas, los cambios bruscos de temperatura,
las corrientes de aire molestas, los olores desagradables, la irradiación excesiva y, en particular, la
radiación solar a través de ventanas, luces o tabiques acristalados.
En los locales de trabajo cerrados deberán cumplirse, en particular, las siguientes condiciones:
a) La temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o
similares estará comprendida entre 17 y 27 º C. La temperatura de los locales donde se
realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 º C.
b) La humedad relativa estará comprendida entre el 30 y el 70 por 100, excepto en los locales
donde existan riesgos por electricidad estática en los que el límite inferior será el 50 por
100.
c) Los trabajadores no deberán estar expuestos de forma frecuente o continuada a corrientes
de aire cuya velocidad exceda los siguientes límites:
Trabajos en ambientes no calurosos:
0,25 m/s.
Trabajos sedentarios en ambientes calurosos:
0,5 m/s.
Trabajos no sedentarios en ambientes calurosos:
0,75 m/s.
Estos límites no se aplicarán a las corrientes de aire expresamente utilizadas para evitar el estrés
en exposiciones intensas al calor, ni a las corrientes de aire acondicionado, para las que el límite será
de 0,25 m/s en el caso de trabajos sedentarios y 0,35 m/s en los demás casos.
d) Sin perjuicio de lo dispuesto en relación a la ventilación de determinados locales en el Real
Decreto 1618/1980, de 4 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Calefacción, Climatización y Agua Caliente Sanitaria, la renovación mínima del aire de los locales de trabajo, será de 30
metros cúbicos de aire limpio por hora y trabajador, en el caso de trabajos sedentarios en ambientes
no calurosos ni contaminados por humo de tabaco y de 50 metros cúbicos, en los casos restantes,
a fin de evitar el ambiente viciado y los olores desagradables. El sistema de ventilación empleado y,
en particular, la distribución de las entradas de aire limpio y salidas de aire viciado, deberán asegurar
una efectiva renovación del aire del local de trabajo.
A efectos de la aplicación de lo establecido en el apartado anterior deberán tenerse en cuenta
las limitaciones o condicionantes que puedan imponer, en cada caso, las características particulares
del propio lugar de trabajo, de los procesos u operaciones que se desarrollen en él y del clima de la
zona en la que esté ubicado. En cualquier caso, el aislamiento térmico de los locales cerrados debe
adecuarse a las condiciones climáticas propias del lugar.
En los lugares de trabajo al aire libre y en los locales de trabajo que, por la actividad
desarrollada, no puedan quedar cerrados, deberán tomarse medidas para que los trabajadores
puedan protegerse, en la medida de lo posible, de las inclemencias del tiempo.
Las condiciones ambientales de los locales de descanso, de los locales para el personal de
guardia, de los servicios higiénicos, de los comedores y de los locales de primeros auxilios deberán
responder al uso específico de estos locales y ajustarse, en todo caso, a lo dispuesto más arriba para
los locales de trabajo cerrados.
La Guía Técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, relativa a los Lugares
de Trabajo explica que las condiciones ambientales de los lugares de trabajo, en concreto la temperatura del aire, la radiación, la humedad y la velocidad del aire, junto con la “intensidad” o nivel de
actividad del trabajo y la ropa que se lleve, pueden originar situaciones de riesgo para la salud de los
trabajadores, que se conocen como estrés térmico, bien por calor o por frío.
Se puede producir estrés térmico por calor:
–
En ambientes con temperatura del aire alta (zonas de clima caluroso, verano).
–
En ambientes con radiación térmica elevada (fundiciones, acerías, fábricas de ladrillos y de
cerámica, plantas de cemento, hornos, panaderías, etc.).
17
–
En ambientes con altos niveles de humedad (minas, lavanderías, etc.).
–
En lugares donde se realiza una actividad intensa o donde es necesario llevar prendas de
protección que impiden la evaporación del sudor.
Riesgo de estrés por frío puede darse en mataderos, industrias agroalimentarias, industria farmacéutica, etc.
Para la evaluación del riesgo por estrés térmico hay que tener en cuenta, además de las condiciones ambientales, la actividad realizada y la ropa que se lleve.
4. SERVICIOS HIGIÉNICOS Y LOCALES DE DESCANSO
Se encuentran regulados en el Anexo V del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, y en su exposición se pueden distinguir dos grandes apartados:
A) Disposiciones aplicables a los lugares de trabajo utilizados por primera vez a partir de
la fecha de entrada en vigor del presente Real Decreto y a las modificaciones, ampliaciones
o transformaciones de los lugares de trabajo ya utilizados antes de dicha fecha que se realicen con posterioridad a la misma.
1. Agua potable.
Los lugares de trabajo dispondrán de agua potable en cantidad suficiente y fácilmente accesible.
Se evitará toda circunstancia que posibilite la contaminación del agua potable. En las fuentes de agua
se indicará si ésta es o no potable, siempre que puedan existir dudas al respecto.
2. Vestuarios, duchas, lavabos y retretes.
1.º Los lugares de trabajo dispondrán de vestuarios cuando los trabajadores deban llevar ropa
especial de trabajo y no se les pueda pedir, por razones de salud o decoro, que se cambien en otras
dependencias.
La Guía Técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo expone que se entenderá por ropa especial de trabajo aquella que se utilice exclusivamente para dicha actividad, tal como
guardapolvos, batas, monos, trajes térmicos, trajes impermeables, o aquellos otros que tengan por
objeto garantizar condiciones asépticas, como por ejemplo los utilizados en industrias farmacéuticas
y de alimentación.
2.º Los vestuarios estarán provistos de asientos y de armarios o taquillas individuales con llave,
que tendrán la capacidad suficiente para guardar la ropa y el calzado. Los armarios o taquillas para
la ropa de trabajo y para la de calle estarán separados cuando ello sea necesario por el estado de
contaminación, suciedad o humedad de la ropa de trabajo.
3.º Cuando los vestuarios no sean necesarios, los trabajadores deberán disponer de colgadores
o armarios para colocar su ropa.
4.º Los lugares de trabajo dispondrán, en las proximidades de los puestos de trabajo y de los vestuarios, de locales de aseo con espejos, lavabos con agua corriente, caliente si es necesario, jabón y
toallas individuales u otro sistema de secado con garantías higiénicas. Dispondrán además de duchas
de agua corriente, caliente y fría, cuando se realicen habitualmente trabajos sucios, contaminantes
o que originen elevada sudoración. En tales casos, se suministrarán a los trabajadores los medios
especiales de limpieza que sean necesarios.
Acudiendo de nuevo a la Guía Técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo
se comprueba que el número recomendable de locales de aseo es de uno por cada 10 trabajadores
o fracción de éstos. Para los espejos se recomienda uno por cada 25 trabajadores o fracción, que
finalicen su jornada simultáneamente. En cuanto al número de dichas se recomienda una ducha por
cada diez trabajadores o fracción que finalicen su jornada simultáneamente.
Se debe tener en cuenta, asimismo, la presencia de trabajadores minusválidos al objeto de
adaptar alguno de los retretes a sus características especiales para que el uso de los mismos no sea
impedido por barrera alguna.
18
Los locales de aseo deben estar en recintos individuales, y el número de inodoros recomendable
será el de uno por cada 25 hombres y uno por cada 15 mujeres, o fracción, que trabajen en la misma
jornada.
5.º Si los locales de aseo y los vestuarios están separados, la comunicación entre ambos deberá
ser fácil.
6.º Los lugares de trabajo dispondrán de retretes, dotados de lavabos, situados en las proximidades de los puestos de trabajo, de los locales de descanso, de los vestuarios y de los locales de aseo,
cuando no estén integrados en estos últimos.
7.º Los retretes dispondrán de descarga automática de agua y papel higiénico. En los retretes
que hayan de ser utilizados por mujeres se instalarán recipientes especiales y cerrados. Las cabinas
estarán provistas de una puerta con cierre interior y de una percha.
8.º Las dimensiones de los vestuarios, de los locales de aseo, así como las respectivas dotaciones de asientos, armarios o taquillas, colgadores, lavabos, duchas e inodoros, deberán permitir la
utilización de estos equipos e instalaciones sin dificultades o molestias, teniendo en cuenta en cada
caso el número de trabajadores que vayan a utilizarlos simultáneamente.
9.º Los locales, instalaciones y equipos mencionados en el apartado anterior serán de fácil acceso, adecuados a su uso y de características constructivas que faciliten su limpieza.
10º. Los vestuarios, locales de aseos y retretes estarán separados para hombres y mujeres, o
deberá preverse una utilización por separado de los mismos. No se utilizarán para usos distintos de
aquellos para los que estén destinados.
3. Locales de descanso.
1.º Cuando la seguridad o la salud de los trabajadores lo exijan, en particular en razón del tipo de
actividad o del número de trabajadores, éstos dispondrán de un local de descanso de fácil acceso.
2.º Lo dispuesto en el apartado anterior no se aplicará cuando el personal trabaje en despachos
o en lugares de trabajo similares que ofrezcan posibilidades de descanso equivalentes durante las
pausas.
3.º Las dimensiones de los locales de descanso y su dotación de mesas y asientos con respaldos
serán suficientes para el número de trabajadores que deban utilizarlos simultáneamente.
4.º Las trabajadoras embarazadas y madres lactantes deberán tener la posibilidad de descansar
tumbadas en condiciones adecuadas.
5.º Los lugares de trabajo en los que sin contar con locales de descanso, el trabajo se interrumpa
regular y frecuentemente, dispondrán de espacios donde los trabajadores puedan permanecer durante esas interrupciones, si su presencia durante las mismas en la zona de trabajo supone un riesgo
para su seguridad o salud o para la de terceros.
6.º Tanto en los locales de descanso como en los espacios mencionados en el apartado anterior
deberán adoptarse medidas adecuadas para la protección de los no fumadores contra las molestias
originadas por el humo del tabaco.
7.º Cuando existan dormitorios en el lugar de trabajo, éstos deberán reunir las condiciones de
seguridad y salud exigidas para los lugares de trabajo en este Real Decreto y permitir el descanso del
trabajador en condiciones adecuadas.
4. Locales provisionales y trabajos al aire libre.
1.º En los trabajos al aire libre, cuando la seguridad o la salud de los trabajadores lo exijan, en
particular en razón del tipo de actividad o del número de trabajadores, éstos dispondrán de un local
de descanso de fácil acceso.
2.º En los trabajos al aire libre en los que exista un alejamiento entre el centro de trabajo y el
lugar de residencia de los trabajadores, que les imposibilite para regresar cada día a la misma, dichos
trabajadores dispondrán de locales adecuados destinados a dormitorios y comedores.
3.º Los dormitorios y comedores deberán reunir las condiciones necesarias de seguridad y salud
y permitir el descanso y la alimentación de los trabajadores en condiciones adecuadas.
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B) Disposiciones aplicables a los lugares de trabajo ya utilizados antes de la fecha de
entrada en vigor del presente Real Decreto, exceptuadas las partes de los mismos que se
modifiquen, amplíen o transformen después de dicha fecha.
A los lugares de trabajo ya utilizados antes de la fecha de entrada en vigor del presente Real
Decreto, exceptuadas las partes de los mismos que se modifiquen, amplíen o transformen después
de dicha fecha, les serán de aplicación las disposiciones de la parte A) del presente Anexo con las
siguientes modificaciones:
a) El apartado 3.5.º no será de aplicación, salvo que los espacios previstos en dicho apartado
ya existieran antes de la fecha de entrada en vigor de este Real Decreto.
b) Para la aplicación de los apartados 3.1.º y 4.1.º se considerará como local de descanso
cualquier lugar de fácil acceso que tenga las condiciones apropiadas para el descanso, aunque no esté específicamente destinado a tal fin.
ANEXO II
PARTE I.
CARACTERÍSTICAS E INSTALACIÓN DE LOS APARATOS, EQUIPOS
Y SISTEMAS DE PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS
Los aparatos, equipos y sistemas, así como sus partes o componentes, y la instalación de los
mismos, deben reunir las características que se especifican a continuación:
1. Sistemas automáticos de detección de incendios.
1. Los sistemas automáticos de detección de incendio y sus características y especificaciones se
ajustarán a la norma UNE 23.007.
2. Los detectores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, ser aprobados
de acuerdo con lo indicado en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el cumplimiento de lo
establecido en la norma UNE 23.007.
2. Sistemas manuales de alarma de incendios.
Los sistemas manuales de alarma de incendio estarán constituidos por un conjunto de pulsadores que permitirán provocar voluntariamente y transmitir una señal a una central de control y señalización permanentemente vigilada, de tal forma que sea fácilmente identificable la zona en que ha
sido activado el pulsador.
Las fuentes de alimentación del sistema manual de pulsadores de alarma, sus características y
especificaciones deberán cumplir idénticos requisitos que las fuentes de alimentación de los sistemas
automáticos de detección, pudiendo ser la fuente secundaria común a ambos sistemas.
Los pulsadores de alarma se situarán de modo que la distancia máxima a recorrer, desde cualquier punto hasta alcanzar un pulsador, no supere los 25 metros.
3. Sistemas de comunicación de alarma.
El sistema de comunicación de la alarma permitirá transmitir una señal diferenciada, generada
voluntariamente desde un puesto de control. La señal será, en todo caso, audible, debiendo ser, además, visible cuando el nivel de ruido donde deba ser percibida supere los 60 dB (A).
El nivel sonoro de la señal y el óptico, en su caso, permitirán que sea percibida en el ámbito de
cada sector de incendio donde esté instalada.
El sistema de comunicación de la alarma dispondrá de dos fuentes de alimentación, con las mismas
condiciones que las establecidas para los sistemas manuales de alarma, pudiendo ser la fuente secundaria común con la del sistema automático de detección y del sistema manual de alarma o de ambos.
4. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios.
Cuando se exija sistema de abastecimiento de agua contra incendios, sus características y especificaciones se ajustarán a lo establecido en la norma UNE 23.500.
El abastecimiento de agua podrá alimentar a varios sistemas de protección si es capaz de asegurar, en el caso más desfavorable de utilización simultánea, los caudales y previsiones de cada uno.
20
5. Sistemas de hidrantes exteriores.
1. Los sistemas de hidrantes exteriores estarán compuestos por una fuente de abastecimiento de
agua, una red de tuberías para agua de alimentación y los hidrantes exteriores necesarios.
Los hidrantes exteriores serán del tipo de columna hidrante al exterior (CHE) o hidrante en arqueta (boca hidrante).
2. Las CHE se ajustarán a lo establecido en las normas UNE 23.405 y UNE 23.406. Cuando se
prevean riesgos de heladas, las columnas hidrantes serán del tipo de columna seca.
Los racores y mangueras utilizados en las CHE necesitarán, antes de su fabricación o importación, ser aprobados de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose
el cumplimiento de lo establecido en las normas UNE 23.400 y UNE 23.091.
3. Los hidrantes de arqueta se ajustarán a lo establecido en la norma UNE 23.407, salvo, que
existan especificaciones particulares de los servicios de extinción de incendios de los municipios en
donde se instalen.
6. Extintores de incendio.
1. Los extintores de incendio, sus características y especificaciones se ajustarán al «Reglamento
de aparatos a presión» y a su Instrucción técnica complementaria MIE-AP5.
2. Los extintores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, con independencia de lo establecido por la ITC-MIE-AP5, ser aprobados de acuerdo con lo establecido en el
artículo 2 de este Reglamento a efectos de justificar el cumplimiento de lo dispuesto en la norma
UNE 23.110.
3. El emplazamiento de los extintores permitirá que sean fácilmente visibles y accesibles, estarán
situados próximos a los puntos donde se estime mayor probabilidad de iniciarse el incendio, a ser
posible próximos a las salidas de evacuación y preferentemente sobre soportes fijados a paramentos
verticales, de modo que la parte superior del extintor quede, como máximo, a 1,70 metros sobre el
suelo.
4. Se considerarán adecuados, para cada una de las clases de fuego (según UNE 23.010), los
agentes extintores, utilizados en extintores, que figuran en la tabla I-1.
TABLA I-1
Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego
Clase de fuego (UNE 23.010)
Agente extintor
Agua pulverizada
Agua a chorro
Polvo BC (convencional)
Polvo ABC (polivalente)
Polvo específico metales
Espuma física
Anhídrido carbónico
Hidrocarburos halogenados
A (Sólidos) B (Líquidos)
xxx
xx
Xx
2
xx
1
x
1
x
2
2
x
xxx
xx
xx
x
xx
C (Gases)
D (Metales especiales)
xx
xx
-
xx
-
Siendo:
xxx Muy adecuado.
xx Adecuado.
x Aceptable.
1
En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx.
2
En presencia de tensión eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni la espuma;
el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen el ensayo dieléctrico
normalizado en UNE 23.110.
21
7. Sistemas de bocas de incendio equipadas.
1. Los sistemas de bocas de incendio equipadas estarán compuestos por una fuente de abastecimiento de agua, una red de tuberías para la alimentación de agua y las bocas de incendio equipadas (BIE) necesarias.
Las bocas de incendio equipadas (BIE) pueden ser de los tipos BIE de 45 mm y BIE de 25 mm.
2. Las bocas de incendio equipadas deberán, antes de su fabricación o importación, ser aprobadas de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el cumplimiento
de lo establecido en las normas UNE-EN 671-1 y UNE-EN 671-2.
3. Las BIE deberán montarse sobre un soporte rígido de forma que la altura de su centro quede
como máximo a 1,50 m sobre el nivel del suelo o a más altura si se trata de BIE de 25 mm, siempre
que la boquilla y la válvula de apertura manual si existen, estén situadas a la altura citada.
Las BIE se situarán, siempre que sea posible, a una distancia máxima de 5 m de las salidas de
cada sector de incendio, sin que constituyan obstáculo para su utilización.
El número y distribución de las BIE en un sector de incendio, en espacio diáfano, será tal que la
totalidad de la superficie del sector de incendio en que estén instaladas quede cubierta por una BIE,
considerando como radio de acción de ésta la longitud de su manguera incrementada en 5 m.
La separación máxima entre cada BIE y su más cercana será de 50 m. La distancia desde cualquier punto del local protegido hasta la BIE más próxima no deberá exceder de 25 m.
Se deberá mantener alrededor de cada BIE una zona libre de obstáculos que permita el acceso
a ella y su maniobra sin dificultad.
La red de tuberías deberá proporcionar, durante una hora, como mínimo, en la hipótesis de
funcionamiento simultáneo de las dos BIE hidráulicamente más desfavorables, una presión dinámica
mínima de 2 bar en el orificio de salida de cualquier BIE.
Las condiciones establecidas de presión, caudal y reserva de agua deberán estar adecuadamente garantizadas.
El sistema de BIE se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de estanqueidad
y resistencia mecánica, sometiendo a la red a una presión estática igual a la máxima de servicio y
como mínimo a 980 kPa (10 kg/cm2), manteniendo dicha presión de prueba durante dos horas, como
mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de la instalación.
8. Sistemas de columna seca.
El sistema de columna seca estará compuesto por toma de agua en fachada o en zona fácilmente accesible al servicio contra incendios, con la indicación de uso exclusivo de los bomberos, provista
de conexión siamesa, con llaves incorporadas y racores de 70 mm con tapa y llave de purga de 25
mm, columna ascendente de tubería de acero galvanizado y diámetro nominal de 80 mm, salidas
en las plantas pares hasta la octava y en todas a partir de ésta, provistas de conexión siamesa, con
llaves incorporadas y racores de 45 mm con tapa; cada cuatro plantas se instalará una llave de seccionamiento por encima de la salida de planta correspondiente.
La toma de fachada y las salidas en las plantas tendrán el centro de sus bocas a 0,90 m sobre
el nivel del suelo.
Las llaves serán de bola, con palanca de accionamiento incorporada.
El sistema de columna seca se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de estanqueidad y resistencia mecánica, sometiéndole a una presión estática de 1.470 kPa (15 kg/cm2)
durante dos horas, como mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de la instalación.
Los racores antes de su fabricación o importación deberán ser aprobados de acuerdo con este
Reglamento, ajustándose a lo establecido en la norma UNE 23.400.
9. Sistemas de extinción por rociadores automáticos de agua.
Los sistemas de rociadores automáticos de agua, sus características y especificaciones, así
como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.590 y UNE 23.595.
10. Sistemas de extinción por agua pulverizada.
Los sistemas de agua pulverizada, sus características y especificaciones, así como las condiciones de su instalación se ajustarán a las normas UNE 23.501, UNE 23.502, UNE 23.503, UNE
23.504, UNE 23.505, UNE 23.506 y UNE 23.507.
22
11. Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión.
Los sistemas de espuma física de baja expansión, sus características y especificaciones, así
como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.521, UNE 23.522, UNE
23.523, UNE 23.524, UNE 23.525 y UNE 23.526.
12. Sistemas de extinción por polvo.
Los sistemas de extinción por polvo, sus características y especificaciones, así como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.541, UNE 23.542, UNE 23.543 y UNE
23.544.
13. Sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos.
Los sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos estarán compuestos, como mínimo,
por los siguientes elementos:
a) Mecanismo de disparo.
b) Equipos de control de funcionamiento eléctrico o neumático.
c) Recipientes para gas a presión.
d) Conductos para el agente extintor.
e) Difusores de descarga.
Los mecanismos de disparo serán por medio de detectores de humo, elementos fusibles, termómetro de contacto o termostatos o disparo manual en lugar accesible.
La capacidad de los recipientes de gas a presión deberá ser suficiente para asegurar la extinción
del incendio y las concentraciones de aplicación se definirán en función del riesgo, debiendo quedar
justificados ambos requisitos.
Estos sistemas sólo serán utilizables cuando quede garantizada la seguridad o la evacuación
del personal. Además, el mecanismo de disparo incluirá un retardo en su acción y un sistema de
prealarma de forma que permita la evacuación de dichos ocupantes antes de la descarga del agente
extintor.
Relación de normas UNE que se citan:
UNE EN
671-1: 1995.
UNE EN
671-2: 1995.
UNE
23.007/1 1996.
UNE
23.007/2 1998.
UNE
23.007/4 1998.
UNE
23.007/5 1978.
UNE
23.007/5 1990.
1ª modificación.
UNE
23.007/6 1993.
UNE
23.007/7 1993.
UNE
23.007/8 1993.
Instalaciones fijas de extinción de incendios. Sistemas equipados con
mangueras. Parte 1: Bocas de incendios equipadas con mangueras
semirrígidas.
Instalaciones fijas de extinción de incendios. Sistemas equipados con
mangueras. Parte 2: Bocas de incendios equipadas con mangueras planas.
Sistemas de detección y alarma de incendio. Parte 1: Introducción.
Sistemas de detección y de alarma de incendio. Parte 2: Equipos de control e
indicación.
Sistemas de detección y de alarma de incendio. Parte 4: Equipos de suministro
de alimentación.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5:
Detectores de calor. Detectores puntuales que contienen un elemento estático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5:
Detectores de calor. Detectores puntuales que contienen un elemento estático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 6:
Detectores térmicos termovelocimétricos puntuales sin elemento estático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 7:
Detectores puntuales de humos. Detectores que funcionan según el principio
de difusión o transmisión de la luz o de ionización.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 8:
Detectores de calor con umbrales de temperatura elevada.
.../...
23
.../...
UNE
23.007/9 1993.
UNE
23.007/10
1996.
UNE
23.007/14
1996.
UNE
23.091/1 1989.
UNE
23.091/2A
1996.
UNE
23.091/2B
1981.
UNE
23.091/3A 1996.
UNE
23.091/4 1990.
UNE
23.091/4 1994.
1ª modificación.
UNE
23.091/4 1996.
2ª modificación.
UNE
23.110/1 1996.
UNE
23.110/2 1996.
UNE
23.110/31
1994.
UNE
23.110/4 1996.
UNE
23.110/5 1996.
UNE
23.110/6 1996.
UNE
23.400/1 1998.
UNE
23.400/2 1998.
UNE
23.400/3 1998.
UNE
23.400/4 1998.
UNE
23.400/5 1998.
UNE
23.405 1990.
UNE
23.406 1990.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 9:
Ensayos de sensibilidad ante hogares tipo.
Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 10: Detectores de
llamas.
Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 14: Planificación,
diseño, instalación, puesta en servicio, uso y mantenimiento.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 1:
Generalidades.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 A: Manguera
flexible plana para servicio ligero de diámetros 45 milímetros y 70 milímetros.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 B: Manguera
flexible plana para servicio duro de diámetros 25, 45, 70 y 100 milímetros.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 3 A: Manguera
semirrígida para servicio normal de 25 milímetros de diámetro.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción
de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción
de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción
de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.
Extintores portátiles de incendios. Parte 1: Designación. Duración de
funcionamiento: Hogares tipo de las clases A y B.
Extintores portátiles de incendios. Parte 2: Estanqueidad. Ensayo dieléctrico.
Ensayo de asentamiento. Disposiciones especiales.
Extintores portátiles de incendios. Parte 3: Construcciones, resistencia a la
presión y ensayos mecánicos.
Extintores portátiles de incendios. Parte 4: Cargas, hogares mínimos exigibles.
Extintores portátiles de incendios. Parte 5: Especificaciones y ensayos
complementarios.
Extintores portátiles de incendios. Parte 6: Procedimientos para la evaluación
de la conformidad de los extintores portátiles con la Norma EN 3, partes 1 a 5.
Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 25 milímetros.
Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 45 milímetros.
Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 70 milímetros.
Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 100 milímetros.
Material de lucha contra incendios. Racores de conexión. Procedimientos de
verificación.
Hidrante de columna seca.
Lucha contra incendios. Hidrante de columna húmeda.
.../...
24
.../...
UNE
23.407 1990.
UNE
23.500 1990.
UNE
23.501 1988.
UNE
23.502 1986.
UNE
23.503 1989.
UNE
23.504 1986.
UNE
23.505 1986.
UNE
23.506 1989.
UNE
23.507 1989.
UNE
23.521 1990.
UNE
23.522 1983.
UNE
23.523 1984.
UNE
23.524 1983.
UNE
23.525 1983.
UNE
23.526 1984.
UNE
23.541 1979.
UNE
23.542 1979.
UNE
23.543 1979.
UNE
23.544 1979.
UNE
23.590 1998.
UNE
23.595-1: 1995.
UNE
23.595-2: 1995.
UNE
23.595-3: 1995.
Lucha contra incendios. Hidrante bajo nivel de tierra.
Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Generalidades.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Componentes del sistema.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Diseño e instalación.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos de recepción.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos periódicos y mantenimiento.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Planos, especificaciones y cálculos
hidráulicos.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Equipos de detección automática.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Generalidades.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para
protección de riesgos interiores.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para
protección de riesgos exteriores. Tanques de almacenamiento de combustibles
líquidos.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para
protección de riesgos exteriores. Espuma pulverizada.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas para
protección de riesgos exteriores. Monitores lanza y torres de espuma.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Ensayos de
recepción y mantenimiento.
Sistemas fijos de extinción por polvo. Generalidades.
Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de inundación total.
Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de aplicación local.
Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de mangueras manuales.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Diseño e
instalación.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 1:
Rociadores.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 2:
Puestos de control y cámaras de retardo para sistemas de tubería mojada.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 3:
Conjuntos de válvula de alarma para sistemas de tubería seca.
25
PARTE II
TRABAJOS SIN TENSIÓN
A. DISPOSICIONES GENERALES
Las operaciones y maniobras para dejar sin tensión una instalación, antes de iniciar el «trabajo
sin tensión», y la reposición de la tensión, al finalizarlo, las realizarán trabajadores autorizados que, en
el caso de instalaciones de alta tensión, deberán ser trabajadores cualificados.
A.1 Supresión de la tensión.
Una vez identificados la zona y los elementos de la instalación donde se va a realizar el trabajo,
y salvo que existan razones esenciales para hacerlo de otra forma, se seguirá el proceso que se describe a continuación, que se desarrolla secuencialmente en cinco etapas:
1.ª Desconectar.
2.ª Prevenir cualquier posible realimentación.
3.ª Verificar la ausencia de tensión.
4.ª Poner a tierra y en cortocircuito.
5.ª Proteger frente a elementos próximos en tensión, en su caso, y establecer una señalización
de seguridad para delimitar la zona de trabajo.
Hasta que no se hayan completado las cinco etapas no podrá autorizarse el inicio del trabajo sin
tensión y se considerará en tensión la parte de la instalación afectada. Sin embargo, para establecer
la señalización de seguridad indicada en la quinta etapa podrá considerarse que la instalación está
sin tensión si se han completado las cuatro etapas anteriores y no pueden invadirse zonas de peligro
de elementos próximos en tensión.
1. Desconectar.
La parte de la instalación en la que se va a realizar el trabajo debe aislarse de todas las
fuentes de alimentación. El aislamiento estará constituido por una distancia en aire, o la
interposición de un aislante, suficientes para garantizar eléctricamente dicho aislamiento.
Los condensadores u otros elementos de la instalación que mantengan tensión después de
la desconexión deberán descargarse mediante dispositivos adecuados.
2. Prevenir cualquier posible realimentación.
Los dispositivos de maniobra utilizados para desconectar la instalación deben asegurarse
contra cualquier posible reconexión, preferentemente por bloqueo del mecanismo de maniobra, y deberá colocarse, cuando sea necesario, una señalización para prohibir la maniobra. En ausencia de bloqueo mecánico, se adoptarán medidas de protección equivalentes.
Cuando se utilicen dispositivos telemandados deberá impedirse la maniobra errónea de los
mismos desde el telemando.
Cuando sea necesaria una fuente de energía auxiliar para maniobrar un dispositivo de corte,
ésta deberá desactivarse o deberá actuarse en los elementos de la instalación de forma que
la separación entre el dispositivo y la fuente quede asegurada.
3. Verificar la ausencia de tensión.
La ausencia de tensión deberá verificarse en todos los elementos activos de la instalación
eléctrica en, o lo más cerca posible, de la zona de trabajo. En el caso de alta tensión, el
correcto funcionamiento de los dispositivos de verificación de ausencia de tensión deberá
comprobarse antes y después de dicha verificación.
Para verificar la ausencia de tensión en cables o conductores aislados que puedan confundirse con otros existentes en la zona de trabajo, se utilizarán dispositivos que actúen
directamente en los conductores (pincha-cables o similares), o se emplearán otros métodos,
26
siguiéndose un procedimiento que asegure, en cualquier caso, la protección del trabajador
frente al riesgo eléctrico.
Los dispositivos telemandados utilizados para verificar que una instalación está sin tensión serán
de accionamiento seguro y su posición en el telemando deberá estar claramente indicada.
4. Poner a tierra y en cortocircuito.
Las partes de la instalación donde se vaya a trabajar deben ponerse a tierra y en cortocircuito:
a) En las instalaciones de alta tensión.
b) En las instalaciones de baja tensión que, por inducción o por otras razones, puedan
ponerse accidentalmente en tensión.
Los equipos o dispositivos de puesta a tierra y en cortocircuito deben conectarse en primer
lugar a la toma de tierra y a continuación a los elementos a poner a tierra y deben ser visibles
desde la zona de trabajo. Si esto último no fuera posible, las conexiones de puesta a tierra
deben colocarse tan cerca de la zona de trabajo como se pueda.
Si en el curso del trabajo los conductores deben cortarse o conectarse y existe el peligro
de que aparezcan diferencias de potencial en la instalación, deberán tomarse medidas de
protección, tales como efectuar puentes o puestas a tierra en la zona de trabajo, antes de
proceder al corte o conexión de estos conductores.
Los conductores utilizados para efectuar la puesta a tierra, el cortocircuito y, en su caso, el
puente, deberán ser adecuados y tener la sección suficiente para la corriente de cortocircuito de la instalación en la que se colocan.
Se tomarán precauciones para asegurar que las puestas a tierra permanezcan correctamente conectadas durante el tiempo en que se realiza el trabajo. Cuando tengan que desconectarse para realizar mediciones o ensayos, se adoptarán medidas preventivas apropiadas
adicionales.
Los dispositivos telemandados utilizados para la puesta a tierra y en cortocircuito de una
instalación serán de accionamiento seguro y su posición en el telemando estará claramente
indicada.
a) Secuencia de operaciones para colocar una puesta a tierra y en cortocircuito
a) En alta tensión
–
Comprobación visual del buen estado del equipo de puesta a tierra y cortocircuito.
–
Comprobar que el verificador de ausencia de tensión es el apropiado.
–
Comprobación visual del buen estado del equipo de protección individual, especialmente de los guantes aislantes para alta tensión.
–
Comprobar el buen funcionamiento del verificador de ausencia de tensión, prestando especial atención a la tensión o gama de tensiones nominales y al estado
de las baterías.
–
Conectar la pinza o grapa de puesta a tierra al electrodo de tierra (pica, punto
fijo, estructura metálica, etc.) y, en su caso, desenrollar totalmente el conductor de puesta a tierra.
–
Ponerse los guantes aislantes, las gafas inactínicas, la pantalla facial, el casco
de seguridad y, si procede, el arnés o cinturón de seguridad. (Si la pantalla
facial es inactínica, no serán necesarias las gafas).
–
Situarse, si es factible, sobre alfombra aislante.
–
Verificar la ausencia de tensión en cada una de las fases.
–
Comprobar de nuevo el correcto funcionamiento del verificador de ausencia de
tensión.
–
Conectar las pinzas del equipo de puesta a tierra y cortocircuito a cada una de
las fases mediante la pértiga aislante.
27
Equipo de protección individual requerido en AT
(Para la colocación y la retirada de la puesta a tierra)
– Guantes aislantes para alta tensión.
– Gafas o pantalla facial adecuadas al arco eléctrico.
– Arnés o cinturón de seguridad, si procede.
– Casco de seguridad aislante con barboquejo.
– Guantes de protección contra riesgos mecánicos y arco eléctrico.
De forma complementaria, los trabajadores utilizarán:
– Ropa de trabajo adecuada.
– Calzado de trabajo.
En general, para la protección contra el arco eléctrico es recomendable utilizar pantallas
inactínicas; esto hace innecesaria la utilización de gafas.
b) En baja tensión
–
Comprobar el verificador de ausencia de tensión.
–
Comprobación visual del buen estado del equipo de puesta a tierra y cortocircuito.
–
Comprobación visual del buen estado del equipo de protección individual, especialmente de los guantes aislantes para baja tensión.
–
Ponerse los guantes aislantes, las gafas inactínicas, la pantalla facial, el casco de
seguridad y, si procede, el arnés o cinturón de seguridad. (Si la pantalla facial es
inactínica, no son necesarias las gafas).
–
Situarse sobre la banqueta, tarima o alfombra aislante, cuando proceda.
–
Verificar la ausencia de tensión entre fases y entre cada fase y neutro, mediante un
verificador de tensión o un voltímetro (comprobar antes su funcionamiento).
–
Conectar la pinza de puesta a tierra en el conductor de protección o en la toma de
tierra del cuadro de baja tensión.
–
Conectar las pinzas del equipo al neutro y a cada una de las tres fases mediante las
pértigas adecuadas para baja tensión, si se trata de líneas aéreas, o bien, mediante
los terminales adecuados si se trata de cuadros de baja tensión (en este último
caso, también se puede realizar la conexión mediante cartuchos diseñados para
insertar en los portafusibles, una vez retirados los fusibles del cuadro).
Equipo de protección individual requerido en BT
(Para la colocación y la retirada de la puesta a tierra)
– Guantes aislantes para trabajos en baja tensión.
– Gafas o pantalla facial adecuadas al arco eléctrico.
– Arnés o cinturón de seguridad, si procede.
– Casco de seguridad aislante con barboquejo.
– Guantes de protección contra riesgos mecánicos y arco eléctrico.
De forma complementaria, los trabajadores utilizarán:
– Ropa de trabajo adecuada.
– Calzado de trabajo.
28
5. Proteger frente a los elementos próximos en tensión y establecer una señalización de seguridad para delimitar la zona de trabajo.
Si hay elementos de una instalación, próximos a la zona de trabajo que tengan que permanecer en tensión, deberán adoptarse medidas de protección adicionales, que se aplicarán
antes de iniciar el trabajo, según lo dispuesto en el apartado 7 del artículo 4 de este Real
Decreto.
A.2 Reposición de la tensión.
La reposición de la tensión sólo comenzará, una vez finalizado el trabajo, después de que se
hayan retirado todos los trabajadores que no resulten indispensables y que se hayan recogido de la
zona de trabajo las herramientas y equipos utilizados.
El proceso de reposición de la tensión comprenderá:
1.° La retirada, si las hubiera, de las protecciones adicionales y de la señalización que indica los
límites de la zona de trabajo.
2.° La retirada, si la hubiera, de la puesta a tierra y en cortocircuito.
3.° El desbloqueo y/o la retirada de la señalización de los dispositivos de corte.
4.° El cierre de los circuitos para reponer la tensión.
Desde el momento en que se suprima una de las medidas inicialmente adoptadas para realizar
el trabajo sin tensión en condiciones de seguridad se considerará en tensión la parte de la instalación
afectada.
B. DISPOSICIONES PARTICULARES.
Las disposiciones particulares establecidas a continuación para determinados tipos de trabajo se
considerarán complementarias a las indicadas en la parte A de este anexo, salvo en los casos en los
que las modifiquen explícitamente.
B.1 Reposición de fusibles.
En el caso particular de la reposición de fusibles en las instalaciones indicadas en el primer párrafo del apartado 4 de la parte A.1 de este anexo:
1.° No será necesaria la puesta a tierra y en cortocircuito cuando los dispositivos de desconexión
a ambos lados del fusible estén a la vista del trabajador, el corte sea visible o el dispositivo
proporcione garantías de seguridad equivalentes, y no exista posibilidad de cierre intempestivo.
2.° Cuando los fusibles estén conectados directamente al primario de un transformador, será
suficiente con la puesta a tierra y en cortocircuito del lado de alta tensión, entre los fusibles
y el transformador.
B.2 Trabajos en líneas aéreas y conductores de alta tensión.
1. En los trabajos en líneas aéreas desnudas y conductores desnudos de alta tensión se deben
colocar las puestas a tierra y en cortocircuito a ambos lados de la zona de trabajo, y en cada
uno de los conductores que entran en esta zona; al menos uno de los equipos o dispositivos
de puesta a tierra y en cortocircuito debe ser visible desde la zona de trabajo. Estas reglas
tienen las siguientes excepciones:
–
Para trabajos específicos en los que no hay corte de conductores durante el trabajo, es
admisible la instalación de un solo equipo de puesta a tierra y en cortocircuito en la zona
de trabajo.
29
–
Cuando no es posible ver, desde los límites de la zona de trabajo, los equipos o dispositivos de puesta a tierra y en cortocircuito, se debe colocar, además, un equipo de puesta
a tierra local, o un dispositivo adicional de señalización, o cualquier otra identificación
equivalente.
Cuando el trabajo se realiza en un solo conductor de una línea aérea de alta tensión, no
se requerirá el cortocircuito en la zona de trabajo, siempre que se cumplan las siguientes condiciones:
*
En los puntos de la desconexión, todos los conductores están puestos a tierra y en
cortocircuito de acuerdo con lo indicado anteriormente.
*
El conductor sobre el que se realiza el trabajo y todos los elementos conductores
-exceptuadas las otras fases- en el interior de la zona de trabajo, están unidos eléctricamente entre ellos y puestos a tierra por un equipo o dispositivo apropiado.
*
El conductor de puesta a tierra, la zona de trabajo y el trabajador, están fuera de la
zona de peligro determinada por los restantes conductores de la misma instalación
eléctrica.
2. En los trabajos en líneas aéreas aisladas, cables u otros conductores aislados de alta tensión
la puesta a tierra y en cortocircuito se colocará en los elementos desnudos de los puntos de
apertura de la instalación o tan cerca como sea posible a aquellos puntos, a cada lado de la
zona de trabajo.
B.3 Trabajos en instalaciones con condensadores que permitan una
acumulación peligrosa de energía.
Para dejar sin tensión una instalación eléctrica con condensadores cuya capacidad y tensión
permitan una acumulación peligrosa de energía eléctrica se seguirá el siguiente proceso:
1. Se efectuará y asegurará la separación de las posibles fuentes de tensión mediante su desconexión, ya sea con corte visible o testigos de ausencia de tensión fiables.
2. Se aplicará un circuito de descarga a los bornes de los condensadores, que podrá ser el circuito de puesta a tierra y en cortocircuito, a que se hace referencia en el apartado siguiente
cuando incluya un seccionador de tierra y se esperará el tiempo necesario para la descarga.
3. Se efectuará la puesta a tierra y en cortocircuito de los condensadores. Cuando entre éstos y
el medio de corte existan elementos semiconductores, fusibles o interruptores automáticos,
la operación se realizará sobre los bornes de los condensadores.
B.4 Trabajos en transformadores y en máquinas en alta tensión.
1. Para trabajar sin tensión en un transformador de potencia o de tensión se dejarán sin tensión
todos los circuitos del primario y todos los circuitos del secundario. Si las características de
los me- dios de corte lo permiten, se efectuará primero la separación de los circuitos de
menor tensión. Para la reposición de la tensión se procederá inversamente.
Para trabajar sin tensión en un transformador de intensidad, o sobre los circuitos que alimenta, se dejará previamente sin tensión el primario. Se prohíbe la apertura de los circuitos
conectados al secundario estando el primario en tensión, salvo que sea necesario por alguna
causa, en cuyo caso deberán cortocircuitarse los bornes del secundario.
2. Antes de manipular en el interior de un motor eléctrico o generador deberá comprobarse:
–
Que la máquina está completamente parada.
–
Que están desconectadas las alimentaciones.
–
Que los bornes están en cortocircuito y a tierra.
–
Que la protección contra incendios está bloqueada.
–
Que la atmósfera no es nociva, tóxica o inflamable.
30
PARTE III
TRABAJOS EN TENSIÓN
A. DISPOSICIONES GENERALES
1. Los trabajos en tensión deberán ser realizados por trabajadores cualificados, siguiendo un
procedimiento previamente estudiado y, cuando su complejidad o novedad lo requiera, ensayado sin tensión, que se ajuste a los requisitos indicados a continuación. Los trabajos en
lugares donde la comunicación sea difícil, por su orografía, confinamiento u otras circunstancias, deberán realizarse estando presentes, al menos, dos trabajadores con formación en
materia de primeros auxilios.
2. El método de trabajo empleado y los equipos y materiales utilizados deberán asegurar
la protección del trabajador frente al riesgo eléctrico, garantizando, en particular, que el
trabajador no pueda contactar accidentalmente con cualquier otro elemento a potencial
distinto al suyo.
Entre los equipos y materiales citados se encuentran:
1. Los accesorios aislantes (pantallas, cubiertas, vainas, etc.) para el recubrimiento de
partes activas o masas.
2. Los útiles aislantes o aislados (herramientas, pinzas, puntas de prueba, etc.).
3. Las pértigas aislantes.
4. Los dispositivos aislantes o aislados (banquetas, alfombras, plataformas de trabajo,
etc.).
5. Los equipos de protección individual frente a riesgos eléctricos (guantes, gafas, cascos,
etc.).
3. A efectos de lo dispuesto en el apartado anterior, los equipos y materiales para la realización
de trabajos en tensión se elegirán, de entre los concebidos para tal fin, teniendo en cuenta
las características del trabajo y de los trabajadores y, en particular, la tensión de servicio, y
se utilizarán, mantendrán y revisarán siguiendo las instrucciones de su fabricante.
En cualquier caso, los equipos y materiales para la realización de trabajos en tensión se
ajustarán a la normativa específica que les sea de aplicación.
Método de trabajo a distancia
Equipos de protección individual requeridos
1. Casco de seguridad aislante con barboquejo
2. Gafas o pantalla facial adecuadas al arco eléctrico
3. Arnés o cinturón de seguridad
4. Guantes de protección contra riesgos mecánicos
Otros equipos complementarios
5. Ropa de trabajo
6. Calzado de trabajo
31
Método de trabajo en contacto
Equipos de protección individual requeridos
– Guantes aislantes y, si es preciso, manguitos aislantes
– Pantalla facial para la protección de proyecciones por arco eléctrico
– Gafas inactínicas (salvo que la pantalla facial usada lo sea)
– Casco aislante con barboquejo
– Guantes de protección contra riesgos mecánicos
4. A efectos de lo dispuesto en el apartado anterior, los equipos y materiales para la realización
de trabajos en tensión se elegirán, de entre los concebidos para tal fin, teniendo en cuenta
las características del trabajo y de los trabajadores y, en particular, la tensión de servicio, y
se utilizarán, mantendrán y revisarán siguiendo las instrucciones de su fabricante.
En cualquier caso, los equipos y materiales para la realización de trabajos en tensión se
ajustarán a la normativa específica que les sea de aplicación.
CATEGORÍAS DE GUANTES
Categoría
Resistencia
A
Ácido
H
Aceite
Z
Ozono
M
Mecánica (nivel más alto)
R
A+H+Z+M
C
Muy bajas temperaturas
GUANTES Y MANOPLAS AISLANTES
Clase
Tensión máxima de la red Us
(valor eficaz)
Color del símbolo
CLASE 00
500 V
Beige
CLASE 0
1000 V
Rojo
CLASE 1
7500 V
Blanco
CLASE 2
17000 V
Amarillo
CLASE 3
26500 V
Verde
CLASE 4
36000 V
Naranja
32
Recomendaciones para la utilización de los guantes
Para la correcta utilización de los guantes se tendrán presentes las indicaciones del fabricante. A
título orientativo se pueden señalar las siguientes:
Almacenamiento
Los guantes se deberían almacenar en su embalaje. Se tendrá cuidado de que los guantes no
se aplasten, ni doblen, ni se coloquen en las proximidades de radiadores u otras fuentes de calor
artificial o se expongan directamente a los rayos del sol, a la luz artificial o a fuentes de ozono. Se
recomienda que se almacenen siguiendo las instrucciones del fabricante.
Examen antes de utilizarlos
Antes de cada uso los guantes se deben inflar y se debe realizar una inspección visual para comprobar si hay escapes de aire.
Si alguno de los guantes de un par se creyera que no está en condiciones, hay que desechar el
par completo y devolverlo para ensayo. Precauciones de uso.
Los guantes no deberán exponerse innecesariamente al calor o a la luz, ni ponerse en contacto
con aceite, grasa, trementina, alcohol o ácidos fuertes.
Si se utilizan otros guantes protectores al mismo tiempo que los guantes aislantes para usos
eléctricos, dichos guantes se colocarán por encima de los guantes de goma. Si los guantes aislantes
se humedecen, o se manchan de aceite o grasa, hay que quitárselos.
Si los guantes se ensucian, hay que lavarlos con agua y jabón, a una temperatura que no supere
la recomendada por el fabricante, secarlos a fondo y espolvorearlos con talco.
Inspección periódica y revisión eléctrica
No se usarán guantes de las Clases 1, 2, 3 y 4, ni siquiera los nuevos que se tienen en almacén,
si no han sido verificados en un período máximo de seis meses.
Las verificaciones consisten en hincharlos de aire para comprobar si hay escape de aire, seguido
de una inspección visual mientras se mantienen inflados, y después un ensayo eléctrico individual.
Sin embargo, para los guantes de las Clases 00 y 0, es suficiente con la verificación de escapes de
aire y la inspección visual.
4. Los trabajadores deberán disponer de un apoyo sólido y estable, que les permita tener las
manos libres, y de una iluminación que les permita realizar su trabajo en condiciones de visibilidad
adecuadas. Los trabajadores no llevarán objetos conductores, tales como pulseras, relojes, cadenas o cierres de cremallera metálicos que puedan contactar accidentalmente con elementos en
tensión.
5. La zona de trabajo deberá señalizarse y/o delimitarse adecuadamente, siempre que exista la
posibilidad de que otros trabajadores o personas ajenas penetren en dicha zona y accedan a elementos en tensión.
6. Las medidas preventivas para la realización de trabajos al aire libre deberán tener en cuenta
las posibles condiciones ambientales desfavorables, de forma que el trabajador quede protegido en
todo momento; los trabajos se prohibirán o suspenderán en caso de tormenta, lluvia o viento fuertes,
nevadas, o cualquier otra condición ambiental desfavorable que dificulte la visibilidad, o la manipulación de las herramientas. Los trabajos en instalaciones interiores directamente conectadas a líneas
aéreas eléctricas deberán interrumpirse en caso de tormenta.
33
PARTE IV
MANIOBRAS, MEDICIONES, ENSAYOS Y VERIFICACIONES
A. DISPOSICIONES GENERALES
1. Las maniobras locales y las mediciones, ensayos y verificaciones sólo podrán ser realizadas
por trabajadores autorizados. En el caso de las mediciones, ensayos y verificaciones en instalaciones de alta tensión, deberán ser trabajadores cualificados, pudiendo ser auxiliados por
trabajadores autorizados, bajo su supervisión y control.
2. El método de trabajo empleado y los equipos y materiales de trabajo y de protección utilizados deberán proteger al trabajador frente al riesgo de contacto eléctrico, arco eléctrico,
explosión o proyección de materiales.
Entre los equipos y materiales de protección citados se encuentran:
1. Los accesorios aislantes (pantallas, cubiertas, vainas, etc.) para el recubrimiento de
partes activas o masas.
2. Los útiles aislantes o aislados (herramientas, pinzas, puntas de prueba, etc.).
3. Las pértigas aislantes.
4. Los dispositivos aislantes o aislados (banquetas, alfombras, plataformas de trabajo, etc.).
5. Los equipos de protección individual. (pantallas, guantes, gafas, cascos, etc.).
3. A efectos de lo dispuesto en el apartado anterior, los equipos y materiales de trabajo o de
protección empleados para la realización de estas operaciones se elegirán de entre los
concebidos para tal fin, teniendo en cuenta las características del trabajo y, en particular,
la tensión de servicio, y se utilizarán, mantendrán y revisarán siguiendo las instrucciones
de su fabricante.
En cualquier caso, los equipos y materiales para la realización de estas operaciones se ajustarán a la normativa específica que les sea de aplicación.
4. Los trabajadores deberán disponer de un apoyo sólido y estable, que les permita tener las
manos libres, y de una iluminación que les permita realizar su trabajo en condiciones de
visibilidad adecuadas.
5. La zona de trabajo deberá señalizarse y/o delimitarse adecuadamente, siempre que exista la
posibilidad de que otros trabajadores o personas ajenas penetren en dicha zona y accedan
a elementos en tensión.
6. Las medidas preventivas para la realización de estas operaciones al aire libre deberán tener
en cuenta las posibles condiciones ambientales desfavorables, de forma que el trabajador
quede protegido en todo momento.
B. DISPOSICIONES PARTICULARES
Las disposiciones particulares establecidas a continuación para determinados tipos de intervención se considerarán complementarias a las indicadas en la parte anterior de este anexo, salvo en los
casos en los que las modifiquen explícitamente.
1. En las maniobras locales con interruptores o seccionadores:
1.ª El método de trabajo empleado debe prever tanto los defectos razonablemente posibles
de los aparatos, como la posibilidad de que se efectúen maniobras erróneas (apertura
de seccionadores en carga o cierre de seccionadores en cortocircuito).
2.ª Para la protección frente al riesgo de arco eléctrico, explosión o proyección de materiales, no será obligatoria la utilización de equipos de protección cuando el lugar desde
donde se realiza la maniobra esté totalmente protegido frente a dichos riesgos por alejamiento o interposición de obstáculos.
34
2. En las mediciones, ensayos y verificaciones:
1.ª En los casos en que sea necesario retirar algún dispositivo de puesta a tierra colocado
en las operaciones realizadas para dejar sin tensión la instalación, se tomarán las precauciones necesarias para evitar la realimentación intempestiva de la misma.
2.ª Cuando sea necesario utilizar una fuente de tensión exterior se tomarán precauciones
para asegurar que:
1. La instalación no puede ser realimentada por otra fuente de tensión distinta de la
prevista.
2. Los puntos de corte tienen un aislamiento suficiente para resistir la aplicación simultánea de la tensión de ensayo por un lado y la tensión de servicio por el otro.
3. Se adecuarán las medidas de prevención tomadas frente al riesgo eléctrico, cortocircuito o arco eléctrico al nivel de tensión utilizado.
PARTE V
TRABAJOS EN PROXIMIDAD
A. DISPOSICIONES GENERALES
En todo trabajo en proximidad de elementos en tensión, el trabajador deberá permanecer fuera
de la zona de peligro y lo más alejado de ella que el trabajo permita.
A.1 Preparación del trabajo.
1. Antes de iniciar el trabajo en proximidad de elementos en tensión, un trabajador autorizado,
en el caso de trabajos en baja tensión, o un trabajador cualificado, en el caso de trabajos
en alta tensión, determinará la viabilidad del trabajo, teniendo en cuenta lo dispuesto en el
párrafo anterior y las restantes disposiciones del presente anexo.
2. De ser el trabajo viable, deberán adoptarse las medidas de seguridad necesarias para reducir
al mínimo posible:
a) El número de elementos en tensión.
b) Las zonas de peligro de los elementos que permanezcan en tensión, mediante la colocación de pantallas, barreras, envolventes o protectores aislantes cuyas características
(mecánicas y eléctricas) y forma de instalación garanticen su eficacia protectora.
3. Si, a pesar de las medidas adoptadas, siguen existiendo elementos en tensión cuyas zonas
de peligro son accesibles, se deberá:
a) Delimitar la zona de trabajo respecto a las zonas de peligro; la delimitación será eficaz
respecto a cada zona de peligro y se efectuará con el material adecuado.
b) Informar a los trabajadores directa o indirectamente implicados, de los riesgos existentes, la situación de los elementos en tensión, los límites de la zona de trabajo y cuantas
precauciones y medidas de seguridad deban adoptar para no invadir la zona de peligro,
comunicándoles, además, la necesidad de que ellos, a su vez, informen sobre cualquier
circunstancia que muestre la insuficiencia de las medidas adoptadas.
4. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados anteriores, en las empresas cuyas actividades habituales conlleven la realización de trabajos en proximidad de elementos en tensión,
particularmente si tienen lugar fuera del centro de trabajo, el empresario deberá asegurarse
de que los trabajadores poseen conocimientos que les permiten identificar las instalaciones
eléctricas, detectar los posibles riesgos y obrar en consecuencia.
35
A.2 Realización del trabajo.
1. Cuando las medidas adoptadas en aplicación de lo dispuesto en el apartado A.1.2 no sean
suficientes para proteger a los trabajadores frente al riesgo eléctrico, los trabajos serán realizados, una vez tomadas las medidas de delimitación e información indicadas en el apartado
A.1.3, por trabajadores autorizados, o bajo la vigilancia de uno de éstos.
2. En el desempeño de su función de vigilancia, los trabajadores autorizados deberán velar por el
cumplimiento de las medidas de seguridad y controlar, en particular, el movimiento de los trabajadores y objetos en la zona de trabajo, teniendo en cuenta sus características, sus posibles
desplazamientos accidentales y cualquier otra circunstancia que pudiera alterar las condiciones en que se ha basado la planificación del trabajo. La vigilancia no será exigible cuando los
trabajos lo realicen fuera de la zona de proximidad o en instalaciones de baja tensión.
B. DISPOSICIONES PARTICULARES
B.1 Acceso a recintos de servicio y envolventes de material eléctrico.
1. El acceso a recintos independientes destinados al servicio eléctrico o a la realización de
pruebas o ensayos eléctricos (centrales, subestaciones, centros de transformación, salas
de control o laboratorios), estará restringido a los trabajadores autorizados, o a personal,
bajo la vigilancia continuada de éstos, que haya sido previamente informado de los riesgos
existentes y las precauciones a tomar.
Las puertas de estos recintos deberán señalizarse indicando la prohibición de entrada al personal no autorizado. Cuando en el recinto no haya personal de servicio, las puertas deberán
permanecer cerradas de forma que se impida la entrada del personal no autorizado.
2. La apertura de celdas, armarios y demás envolventes de material eléctrico estará restringida
a trabajadores autorizados.
3. El acceso a los recintos y la apertura de las envolventes por parte de los trabajadores autorizados sólo podrá realizarse, en el caso de que el empresario para el que estos trabajan y el titular
de la instalación no sean una misma persona, con el conocimiento y permiso de este último.
B.2 Obras y otras actividades en las que se produzcan movimientos o desplazamientos
de equipos o materiales en la cercanía de líneas aéreas, subterráneas u otras instalaciones
eléctricas.
Para la prevención del riesgo eléctrico en actividades en las que se producen o pueden producir
movimientos o desplazamientos de equipos o materiales en la cercanía de líneas aéreas, subterráneas u otras instalaciones eléctricas (como ocurre a menudo, por ejemplo, en la edificación, las obras
públicas o determinados trabajos agrícolas o forestales) deberá actuarse de la siguiente forma:
1. Antes del comienzo de la actividad se identificarán las posibles líneas aéreas, subterráneas
u otras instalaciones eléctricas existentes en la zona de trabajo, o en sus cercanías.
2. Si, en alguna de las fases de la actividad, existe riesgo de que una línea subterránea o algún
otro elemento en tensión protegido pueda ser alcanzado, con posible rotura de su aislamiento, se deberán tomar las medidas preventivas necesarias para evitar tal circunstancia.
3. Si, en alguna de las fases de la actividad, la presencia de líneas aéreas o de algún otro elemento en tensión desprotegido, puede suponer un riesgo eléctrico para los trabajadores y, por las
razones indicadas en el artículo 4.4 de este Real Decreto, dichas líneas o elementos no pudieran desviarse o dejarse sin tensión, se aplicará lo dispuesto en la parte A de este anexo.
A efectos de la determinación de las zonas de peligro y proximidad, y de la consiguiente
delimitación de la zona de trabajo y vías de circulación, deberán tenerse especialmente en
cuenta:
a) Los elementos en tensión sin proteger que se encuentren más próximos en cada caso o
circunstancia.
b) Los movimientos o desplazamientos previsibles (transporte, elevación y cualquier otro
tipo de movimiento) de equipos o materiales.
36
PARTE VI
TRABAJOS EN EMPLAZAMIENTOS CON RIESGO
DE INCENDIO O EXPLOSIÓN. ELECTRICIDAD ESTÁTICA
La instalación eléctrica y los equipos deberán ser conformes con las prescripciones particulares
para las instalaciones de locales con riesgo de incendio o explosión indicadas en la reglamentación
electrotécnica.
A. TRABAJOS EN EMPLAZAMIENTOS CON RIESGO DE INCENDIO O EXPLOSIÓN
1. Los trabajos en instalaciones eléctricas, en emplazamientos con riesgo de incendio o explosión se realizarán siguiendo un procedimiento que reduzca al mínimo estos riesgos; para
ello se limitará y controlará, en lo posible, la presencia de sustancias inflamables en la zona
e trabajo y se evitará la aparición de focos de ignición, en particular, en caso de que exista,
o pueda formarse, una atmósfera explosiva. En tal caso queda prohibida la realización de
trabajos u operaciones (cambio de lámparas, fusibles, etc.) en tensión, salvo si se efectúan
en instalaciones y con equipos concebidos para operar en esas condiciones, que cumplan la
normativa específica aplicable.
2. Antes de realizar el trabajo, se verificará la disponibilidad, adecuación al tipo de fuego previsible y buen estado de los medios y equipos de extinción. Si se produce un incendio, se desconectarán las partes de la instalación que puedan verse afectadas, salvo que sea necesario
dejarlas en tensión para actuar contra el incendio, o que la desconexión conlleve peligros
potencialmente mas graves que los que pueden derivarse del propio incendio.
3. Los trabajos los llevarán a cabo trabajadores autorizados; cuando deban realizarse en una atmósfera explosiva, los realizarán trabajadores cualificados y deberán seguir un procedimiento
previamente estudiado.
B. ELECTRICIDAD ESTÁTICA
1. En todo lugar o proceso donde pueda producirse una acumulación de cargas electrostáticas
deberán tomarse las medidas preventivas necesarias para evitar las descargas peligrosas
y particularmente, la producción de chispas en emplazamientos con riesgo de incendio o
explosión. A tal efecto, deberán ser objeto de una especial atención:
A) Los procesos donde se produzca una fricción continuada de materiales aislantes o aislados.
B) Los procesos donde se produzca una vaporización o pulverización y el almacenamiento,
transporte o trasvase de líquidos o materiales en forma de polvo, en particular, cuando
se trate de sustancias inflamables.
2. Para evitar la acumulación de cargas electrostáticas deberá tomarse alguna de las siguientes
medidas, o combinación de las mismas, según las posibilidades y circunstancias específicas
de cada caso:
A) Eliminación o reducción de los procesos de fricción.
B) Evitar, en lo posible, los procesos que produzcan pulverización, aspersión o caída libre.
C) Utilización de materiales antiestáticos (poleas, moquetas, calzado, etc.) o aumento de
su conductividad (por incremento de la humedad relativa, uso de aditivos o cualquier
otro medio).
D) Conexión a tierra, y entre sí cuando sea necesario de los materiales susceptibles de
adquirir carga, en especial, de los conductores o elementos metálicos aislados.
E) Utilización de dispositivos específicos para la eliminación de cargas electrostáticas. En
este caso la instalación no deberá exponer a los trabajadores a radiaciones peligrosas.
F) Cualquier otra medida para un proceso concreto que garantice la no acumulación de
cargas electrostáticas.
37
ANEXO III
Tipos y manejo de extintores.
Por su importancia, se exponen las clases y uso de los extintores como medio de extinción.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) tiene editadas dos Nota Técnica de Prevención (NTP) básicas en esta materia: la NTP 99, sobre métodos de extinción y agentes
extintores –cuyos criterios técnicos siguen vigentes aunque no así los legales- y la NTP 536, relativa
a “Extintores de incendio portátiles: utilización”. La exposición del presente epígrafe seguirá, fundamentalmente, las directrices de dichas Notas Técnicas.
A. Introducción.
En la organización de un plan de protección contra incendios en un centro de trabajo merece
especial importancia la elección de los elementos materiales más adecuados y eficaces. Si se tiene
en cuenta que el extintor es el primer elemento que se usa en los primeros minutos de iniciación de
un fuego se puede afirmar que de él depende que la propagación del fuego se aborte o no. Elegir
un buen extintor significa conocer qué agente extintor es el más adecuado y qué tipo y eficacia de
extintor conviene. Además la efectividad de su uso depende de que se efectúe la actuación según
lo recomendado por las entidades de reconocido prestigio en la lucha contra incendios y de que su
mantenimiento y ubicación sea el correcto según la reglamentación o normativa correspondiente.
B. Extintores de incendio portátiles.
Están concebidos para que puedan ser llevados y utilizados a mano teniendo en condiciones de
funcionamiento una masa igual o inferior a 20 kg.
Dentro de los tipos más usuales se encuentra el extintor de incendios de presión permanente, que a su vez se presenta en tres modalidades:
–
La primera corresponde a aquellos en que el agente extintor proporciona su propia presión
de impulsión, tal como los de anhídrido carbónico.
–
La segunda está formada por aquellos en que el agente extintor se encuentra en fase líquida
y gaseosa, tal como los hidrocarburos halogenados, y cuya presión de impulsión se consigue
mediante su propia tensión de vapor con ayuda de otro gas propelente, tal como nitrógeno,
añadido en el recipiente durante la fabricación o recarga del extintor.
–
La última modalidad es la de aquellos en que el agente extintor es líquido o sólido pulverulento, cuya presión de impulsión se consigue con ayuda de un gas propelente, inerte, tal
como el nitrógeno o el anhídrido carbónico, añadido en el recipiente durante la fabricación
o recarga del extintor. En la Figura 1 se representa un extintor correspondiente a esta última
modalidad. Se reconocen porque en el punto 4 (ver Fig. 1) va roscado un manómetro indicador de la presión del gas impulsor que ocupa la parte superior del recipiente. Para accionar
el extintor se quita el pasador 8 tirando de la anilla, desbloqueándose la palanca 6 que se
acciona apretando hacia la maneta fija 7 para que así se ponga en comunicación el tubo
sonda 5 y la manguera 9. Entonces el gas impulsor empuja a la masa del agente extintor
obligándola a salir por el tubo sonda hacia la manguera y su boquilla.
Se pueden consultar estas Notas Técnicas de Prevención en la página de Internet del INSHT: http://www.mtas.es/insht.
38
Figura 1. Extintor de incendios de presión permanente
39
Otro tipo de extintor es el de presión no permanente. En ellos el agente extintor puede ser
líquido o pulverulento y están sometidos a la presión atmosférica. El agente impulsor suele ser un
gas inerte tal como el nitrógeno o el anhídrido carbónico, que va contenido presurizado en un botellín
instalado dentro o fuera del extintor. En la Figura 2 se presenta este tipo de extintor con la denominación de sus partes principales. Se puede ver que la parte superior del aparato extintor es idéntica a la
representada en la Figura 1 con la excepción de que no lleva el agujero roscado para un manómetro.
Este tipo de extintor lleva una válvula de seguridad 6 tarada a 0.8 veces la presión de prueba, porque
suponemos que su capacidad es superior a tres litros. Además el botellín si es de anhídrido carbónico y su capacidad es superior a 0.40 litros, dispone de un disco de seguridad tarado a una presión
aproximada de 190 kg/cm2.
Figura 2. Extintor de incendios de presión no permanente con botellín interior
40
Para el accionamiento del extintor se comienza por quitar el pasador de seguridad tirando de su
anilla, desbloqueándose así la palanca que al apretarla hacia la maneta fija abre la salida del agente
impulsor del botellín 2 que a través del tubo 3 se aloja en la cámara 4. Posteriormente si se empuña
la boquilla de la manguera 7 y se acciona su palanca el agente impulsor que estaba presionando
desde su cámara al agente extintor, obligará a éste a pasar por el tubo 1 y salir por la boquilla de la
manguera.
En la Figura 3 se presenta un ejemplo de etiqueta a adherir sobre un extintor de incendios de
presión permanente.
MARCA DEL EXTINTOR
EXTINTOR DE INCENDIOS
6 kg Polvo ABC
113B
21 A
C
MODO DE EMPLEO
1. Quitar el pasador de seguridad
2. Apretar la maneta
3. Dirigir el chorro a la base de las llamas
PRECAUCIÓN
No apto para su uso en presencia de tensiones superiores a 35.000 voltios
El polvo ABC no es tóxico ni corrosivo
FABRICANTE:
MARCA DE LA ENTIDAD AUTORIZADA
Agente extintor: 6 kg Polvo ABC
Agente propulsor: N2
Contraseña: FAI 1491
Transporte: EX–0291–V–V
Homologado según: ITC, MIE AP–5
BOE 20.6.85
Temperatura de servicio: – 20 °C + 60 °C
Verificar anualmente
Utilizar para la recarga
Recambios originales del modelo aprobado
DISTRIBUIDOR:
MANTENEDOR Y/O RECARGADOR:
Figura 3. Etiqueta impresa sobre un extintor de incendios de presión permanente
En la casilla superior se indica la marca comercial del extintor. En la siguiente casilla viene la
información sobre el tipo y cantidad de agente extintor y la eficacia del extintor. En el caso de la figura
se indica que el extintor es de 6 kg de masa total (suma de las masas de los agentes extintor e impulsor y la del recipiente). El agente extintor es polvo polivalente antibrasa ABC a base de fosfatos que
extingue fuegos de las clases A (sólidos), B (líquidos) y C (gases) con las eficacias correspondientes
a 21 A, 113 B y C respectivamente según la norma UNE-23110 (ver referencias bibliográficas) que
especifica el tamaño y clase de fuego que es capaz de extinguir considerando unas determinadas
condiciones.
41
A continuación viene una casilla sobre el modo de empleo del extintor. La casilla que indica PRECAUCIÓN es para advertir sobre los tipos de fuego para los que no debe utilizarse el extintor y además
se añade la información de que el agente extintor no es tóxico ni corrosivo.
En la siguiente casilla se da la referencia del fabricante que cumple con las exigencias legales.
En la próxima casilla se indica la marca de la entidad autorizada que ha intervenido para la homologación del aparato. Conjuntamente a esta marca se da la información sobre las características
del continente del extintor y la norma seguida para homologar con los códigos correspondientes al
aparato extintor.
A continuación viene la casilla con las referencias del distribuidor y otra última con las referencias
del mantenedor y/o encargado. Todos ellos deben cumplir con las exigencias legales.
En la Figura 4 se presenta un ejemplo de placa de diseño según normas. En ella se puede apreciar el nombre del organismo autonómico como autoridad competente para controlar las pruebas
periódicas de presión. La casilla superior esta reservada para el número de registro. En la primera
casilla de la izquierda se indica la presión de diseño o de timbre que corresponde a la presión máxima
de servicio (en este caso 20 kg/cm2).
Figura 4. Ejemplo de placa de diseño
Las otras cuatro casillas están reservadas para indicar la fecha y marca de quien realiza las
pruebas de presión con periodicidad de cinco años. En la placa de la figura se indica la fecha de la
primera prueba de presión: 09-97. En este caso la última prueba se realizará en la fecha del mes 09
del año 2012 que dará de validez al extintor cinco años más hasta el mes 09 del año 2017 en que
ya habrán pasado 20 años de servicio y por esto el extintor deberá retirarse.
En la Figura 5 se presenta una etiqueta correspondiente a un extintor de anhídrido carbónico.
Puede comprobarse que la distribución de la información dada es similar a la de la etiqueta de la
Figura 3. Este tipo de extintores no lleva placa de diseño, pues por pertenecer al grupo de botellas
de gases licuados deberán llevar las inscripciones reglamentarias grabadas directamente sobre la
botella. Además dichas botellas disponen de un disco de seguridad tarado a una presión de ~190
kg/cm2. Otra característica peculiar de los extintores de anhídrido carbónico es que la boquilla de la
manguera es más grande que la de los otros tipos. Está realizada en material aislante para evitar que
la temperatura especialmente baja del gas licuado produzca quemaduras.
42
MARCA DEL EXTINTOR
EXTINTOR
5 Kg CO2 (Anhídrido carbónico)
34 BC
MODO DE EMPLEO
1. Posición vertical
2. Tirar de la anilla
3. Dirigir el chorro a la base de las llamas
PRECAUCIÓN
No utilizar en fuegos metálicos y productos radioactivos
MARCA DE LA ENTIDAD AUTORIZADA
Recargar después de utilizar aunque sea parcialmente.
Verificar periódicamente.
Utilizar para el mantenimiento o la recarga los productos y piezas de recambio conforme al
modelo aprobado.
NO CONDUCTOR DE LA ELECTRICIDAD
Agente extintor:
CO2 5 kg
Temperaturas límite:
–20 °C + 60 °C
Aprobación N.º
012 / 485
Tipo:
CO2 5 kg
Modelo:
NM
FABRICANTE:
DISTRIBUIDOR:
MANTENEDOR Y/O RECARGADOR:
Figura 5. Etiqueta impresa sobre un extintor de incendios de anhídrido carbónico
C. Selección de un extintor portátil.
En principio, se debería tener en cuenta para qué clase de fuego se quiere el extintor. Para
ello se considerará lo expuesto en el reglamento de instalaciones de protección contra incendios (ver
tabla 1). En la elección del agente extintor se deberá prescindir del halón, para así cumplir con el
Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono y que está ratificado por
el estado español. Se podría elegir algunos de los productos alternativos de los halones que están
autorizados.
43
Tabla 1. Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego según el
Reglamento de instalaciones de protección contra incendios (RD 1942/1993. BOE de
14.12.1993)
CLASE DE FUEGO (UNE–EN2 1994)
AGENTE EXTINTOR
A
(Sólidos)
B
(Líquidos)
Agua pulverizada
000 (2)
O
Agua a chorro
00 (2)
Polvo BC (convencional)
OOO
Polvo ABC (polivalente)
00
OO
Polvo específico metales
Espuma física
00 (2)
OO
Anhídrido carbónico
0 (1)
O
Hidrocarburos haloge0 (1)
OO
nados
Siendo: OOO Muy adecuado / OO Adecuado / O Aceptable
Notas:
C
(Gases)
D
(Metales
especiales)
OO
OO
OO
1. En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse OO.
2. En presencia de corriente eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni
la espuma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen
el ensayo dieléctrico normalizado en UNE–23.110.
Otro parámetro a tener en cuenta sería el tamaño del fuego que viene indicado por la parte
numérica del código que nos define la eficacia del extintor. Este código está determinado por la norma correspondiente. Si los recintos que se desean proteger están en edificios habrá que recurrir a lo
dispuesto en la Norma Básica de la Edificación que corresponda según la fecha de construcción del
inmueble o, en caso que exista, a la ordenanza municipal correspondiente.
D. Normas de utilización de un extintor portátil.
El usuario de un extintor de incendios para conseguir una utilización del mismo mínima eficaz,
teniendo en cuenta que su duración es aproximadamente de 8 a 60 segundos según tipo y capacidad
del extintor, tendría que haber sido formado previamente sobre los conocimientos básicos del fuego y
de forma completa y lo más práctica posible, sobre las instrucciones de funcionamiento, los peligros
de utilización y las reglas concretas de uso de cada extintor.
Como se ha visto anteriormente, en la etiqueta de cada extintor se especifica su modo de empleo
y las precauciones a tomar. Pero se ha de resaltar que en el momento de la emergencia sería muy
difícil asimilar todas las reglas prácticas de utilización del aparato.
Dentro de las precauciones generales se debe tener en cuenta:
–
La posible toxicidad del agente extintor o de los productos que genera en contacto con el
fuego.
–
La posibilidad de quemaduras y daños en la piel por demasiada proximidad al fuego o por
reacciones químicas peligrosas.
–
Descargas eléctricas o proyecciones inesperadas de fluidos emergentes del extintor a través
de su válvula de seguridad. También se debe considerar la posibilidad de mecanismos de
accionamiento en malas condiciones de uso.
44
Antes de usar un extintor contra incendios portátil se recomienda realizar un cursillo práctico en
el que se podría incluir las siguientes reglas generales de uso (ver fig. 6):
1.Descolgar el extintor
asiéndolo por la maneta o
asa fija y dejarlo sobre el
suelo en posición vertical.
2.Asir la boquilla de la mangue- 3.Presionar la palanca de la cara del extintor y comprobar,
beza del extintor y en caso de
en caso que exista, que la
que exista apretar la palanca
válvula o disco de seguridad
de la boquilla realizando una
(V) está en posición sin riespequeña descarga de comgo para el usuario.
probación.
Sacar el pasador de seguridad tirando de su anilla.
4.Dirigir el chorro a la base de
las llamas con movimiento
de barrido.
En caso de incendio de
líquidos proyectar superficialmente el agente extintor
efectuando un barrido evitando que la propia presión
de impulsión provoque derrame del líquido incendiado.
Aproximarse lentamente
al fuego hasta un máximo
aproxima do de un metro.
Figura 6. Reglas generales de uso de un extintor de incendios portátil
45
1. Descolgar el extintor asiéndolo por la maneta o asa fija que disponga y dejarlo sobre el suelo
en posición vertical.
2. En caso de que el extintor posea manguera asirla por la boquilla para evitar la salida incontrolada del agente extintor. En caso de que el extintor fuese de CO2 llevar cuidado especial
de asir la boquilla por la parte aislada destinada para ello y no dirigirla hacia las personas.
3. Comprobar en caso de que exista válvula o disco de seguridad que están en posición sin
peligro de proyección de fluido hacia el usuario.
4. Quitar el pasador de seguridad tirando de su anilla.
5. Acercarse al fuego dejando como mínimo un metro de distancia hasta él. En caso de espacios abiertos acercarse en la dirección del viento.
6. Apretar la maneta y, en caso de que exista, apretar la palanca de accionamiento de la boquilla. Realizar una pequeña descarga de comprobación de salida del agente extintor.
7. Dirigir el chorro a la base de las llamas.
8. En el caso de incendios de líquidos proyectar superficialmente el agente extintor efectuando
un barrido horizontal y evitando que la propia presión de impulsión pueda provocar el derrame incontrolado del producto en combustión. Avanzar gradualmente desde los extremos.
E. Mantenimiento de los extintores de incendio portátiles.
En el plan de prevención y protección contra incendios en un centro de trabajo se incluye todo
lo relativo a la cantidad, tipo, ubicación y mantenimiento de los extintores de incendio portátiles.
Merece ser destacado que para que un extintor de incendios sea eficaz en el momento del incendio
debe haber tenido un mantenimiento adecuado con las revisiones periódicas indicadas según el Real
Decreto 1942/1993.
ANEXO IV
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en su Guía técnica para la
evaluación y prevención de los riesgos presentes en los lugares de trabajo relacionados con
Agentes Químicos, hace un análisis del artículo 5 del RD 374/2001, relativo a las medidas específicas de prevención y protección, explicando cada uno de los apartados del mismo.
Artículo 5. Medidas específicas de prevención y protección.
1. El presente artículo será aplicable cuando la evaluación de los riesgos ponga de manifiesto la
necesidad de tomar las medidas específicas de prevención y protección contempladas en el mismo,
teniendo en cuenta los criterios establecidos en los apartados 3 y 4 del artículo 3 del presente Real
Decreto.
La necesidad de adopción de medidas preventivas específicas vendrá determinada por la evaluación de los riesgos, de la que se deducirán así mismo las medidas concretas a implantar.
2. El empresario garantizará la eliminación o reducción al mínimo del riesgo que entrañe un
agente químico peligroso para la salud y seguridad de los trabajadores durante el trabajo. Para ello,
el empresario deberá, preferentemente, evitar el uso de dicho agente sustituyéndolo por otro o por
un proceso químico que, con arreglo a sus condiciones de uso, no sea peligroso o lo sea en menor
grado.
Es de destacar de este apartado la obligación del empresario de asegurar la eliminación o reducción al mínimo del riesgo que entrañe un agente químico peligroso para la seguridad y salud de los
trabajadores durante el trabajo.
La primera consecuencia de esta obligación es la preferencia explícita de evitar el uso del agente
(por ejemplo sustituir un hidrocarburo clorado por un detergente como desengrasante) o utilizar un
proceso que, con arreglo a sus condiciones de uso, suponga un riesgo menor (por ejemplo sustituir el
pintado mediante proyección aerográfica por pintado por inmersión, o cordón de soldadura eléctrica
por soldadura por puntos).
46
Cuando la naturaleza de la actividad no permita la eliminación del riesgo por sustitución, el
empresario garantizará la reducción al mínimo de dicho riesgo aplicando medidas de prevención y
protección que sean coherentes con la evaluación de los riesgos.
La segunda consecuencia es que, caso de no ser posible la sustitución del agente o la modificación del proceso utilizado, la presencia o la exposición al agente debe ser reducida al mínimo.
En los casos en que el riesgo es debido a la exposición a un agente químico peligroso, la evaluación de riesgos puede concluir la necesidad de programar mediciones periódicas de la concentración
ambiental. Las mediciones periódicas pueden ser consideradas como una medida específica de prevención y constituyen un tipo de control ambiental que se repite con una frecuencia que depende del
resultado de las anteriores mediciones y que sirven para verificar el mantenimiento de la eficacia de
las medidas de prevención adoptadas. Siempre que se detecte la superación de un valor límite de
exposición profesional durante estos controles el empresario actuará de forma inmediata para poner
remedio a la situación mediante la adopción de medidas de prevención y protección, de forma análoga a la indicada en el apartado 4 del artículo 3 de este Real Decreto.
Para los agentes químicos cancerígenos, sensibilizantes, mutagénicos o tóxicos para la reproducción las medidas preventivas deberán reducir la exposición al mínimo y garantizar que no se superarán
los límites de exposición en ningún caso, incluso en las circunstancias más excepcionales. Para otros
agentes químicos peligrosos el objetivo de las medidas preventivas debe ser, salvo situaciones no previsibles y poco frecuentes, que no se supere el valor límite ambiental en los términos en que esté establecido (exposición diaria, exposición de corta duración o superación de los límites de desviación).
En cualquier caso, las medidas que se adopten para reducir la exposición deberán lograr que ésta
se reduzca al mínimo posible y no sólo en el grado necesario para respetar el Límite de Exposición
Profesional correspondiente. El término "mínimo posible" debe ser interpretado en el sentido de lo que
permitan las mejores técnicas aplicadas con tal finalidad en el sector de actividad de que se trate.
Dichas medidas incluirán, por orden de prioridad:
El orden de prioridad que se fija para el establecimiento de medidas de reducción del riesgo indica que sólo se debe aceptar una medida preventiva de orden inferior cuando las medidas de orden
superior no son aplicables al caso en cuestión o no son suficientes para eliminar el riesgo.
a) La concepción y la utilización de procedimientos de trabajo, controles técnicos, equipos y
materiales que permitan, aislando al agente en la medida de lo posible, evitar o reducir al
mínimo cualquier escape o difusión al ambiente o cualquier contacto directo con el trabajador que pueda suponer un peligro para la salud y seguridad de éste.
b) Medidas de ventilación u otras medidas de protección colectiva, aplicadas preferentemente
en el origen del riesgo, y medidas adecuadas de organización del trabajo.
c) Medidas de protección individual, acordes con lo dispuesto en la normativa sobre utilización
de equipos de protección individual, cuando las medidas anteriores sean insuficientes y la
exposición o contacto con el agente no pueda evitarse por otros medios.
En la mayoría de exposiciones se pueden identificar cuatro elementos cuya interrelación condiciona el riesgo: el agente, el proceso, el local y el procedimiento de trabajo. Ello es así porque el
riesgo se debe a que existe un agente químico peligroso que se manipula o procesa en una instalación, ubicada en un local, siguiendo un procedimiento de trabajo determinado previamente. Éstos son
los elementos sobre los que se pueden aplicar medidas preventivas para eliminar o reducir el riesgo
y el orden en que se presentan es el de preferencia para la aplicación de dichas medidas ya que la
eficacia de éstas suele ser mayor cuanto menor es la necesidad de intervención humana para lograr
su implantación.
La tabla 2 presenta una enumeración no exhaustiva de las medidas preventivas posibles, clasificadas de acuerdo con el elemento sobre el que actúa y según el objetivo que se puede conseguir
con su implantación. El objetivo (filas de la tabla) determina el nivel de prioridad tal como lo define
este artículo. A igualdad de prioridad (misma fila), y atendiendo a la eficacia del control de riesgos,
son preferentes las medidas preventivas citadas en las columnas situadas más a la izquierda en
la tabla.
47
TABLA 2
PRIORIDAD EN LA ELECCIÓN DE MEDIDAS PREVENTIVAS
Objetivo
Nivel
de la mede
dida preprioridad
ventiva
1°
Eliminación del
riesgo
La medida preventiva se aplica al
Agente
químico
Sustitución
total del
agente químico
por otro menos
peligroso
Instalación
Sustitución del
proceso
Cabinas de guantes
2°
3º
Aumento de la
distancia
Mantenimiento
preventivo (3)
Método
de trabajo
Automatización
Utilización
de equipos
intrínsecamente
seguros (1)
Proceso cerrado
Sustitución
Reducción- parcial agente
Control
Cambio de
del riesgo forma o estado
físico (2)
Local de trabajo
Robotización
Control remoto
Orden y limpieza
Segregación de
departamentos
sucios
Ventilación por
dilución
Duchas de aire
Extracción localizada Cortinas de aire
Equipos con
Cabinas para los
extracción local
trabajadores
incorporada
Drenajes
Cubetos de
Control de focos
retención
de ignición
Buenas prácticas
de trabajo
Supervisión
Horarios
reducidos
EPI de protección
respiratoria,
dérmica u ocular.
(RD 773/1997)
Protección
del
trabajador
Ropa de trabajo
(1) Aplicable para eliminar el riesgo de incendio o explosión.
(2) Por ejemplo, la manipulación de un material sólido por vía húmeda, en forma de pasta o gel, o
su encapsulamiento puede reducir el riesgo por inhalación.
(3) El objetivo del mantenimiento preventivo debe ser evitar las fugas, derrames o escapes de
agentes químicos que son una de las causas de riesgo más frecuentes. Las actuaciones posteriores para la contención y limpieza del producto derramado son medidas de control complementarias.
48
La extracción localizada y la ventilación por dilución, aunque no son técnicas preventivas de máxima prioridad de implantación, sí son las más frecuentes en la práctica, ya que en muchas ocasiones
las medidas de reducción de riesgos de mayor prioridad no son aplicables, o su aplicación implica
costes no soportables por la empresa. Por este motivo se realiza en el Apéndice 7 una breve descripción de cada una de ellas con objeto de facilitar su aplicación correcta.
No se recurrirá a la protección individual sin respetar el orden de prioridad de aplicación de las
medidas preventivas establecido en este apartado.
En general, se recurrirá a la protección individual cuando:
–
Las medidas de prevención y protección colectiva u organizativas aplicadas sean insuficientes.
–
Las medidas de prevención y protección colectiva u organizativas son técnicamente inviables.
–
Las medidas de prevención y protección colectiva que sean oportunas no puedan adoptarse inmediatamente y se deba recurrir provisionalmente a dicha protección individual.
–
Se trate de efectuar operaciones puntuales o de una situación eventual que no justifique
la implantación de medidas permanentes. En estos supuestos se debe garantizar que el
uso de un EPI proporciona un nivel de protección equivalente al que proporcionarían las
medidas a las que sustituye.
–
Se produzcan situaciones de emergencia, rescate o autosalvamento. En este caso se utilizarán siempre.
En el Apéndice 8 se exponen criterios para la selección y utilización de Equipos de Protección Individual frente a riesgos ocasionados por la presencia de agentes químicos en el lugar
de trabajo. Se aconseja adicionalmente consultar la Guía Técnica del INSHT del Real Decreto
773/1997.
3. Sin perjuicio de lo establecido en el apartado anterior, el empresario deberá adoptar, en particular, las medidas técnicas y organizativas necesarias para proteger a los trabajadores frente a los
riesgos derivados, en su caso, de la presencia en el lugar de trabajo de agentes que puedan dar lugar
a incendios, explosiones u otras reacciones químicas peligrosas debido a su carácter inflamable, a su
inestabilidad química, a su reactividad frente a otras sustancias presentes en el lugar de trabajo, o a
cualquier otra de sus propiedades fisicoquímicas.
Como se ha dicho, el riesgo químico viene definido por la peligrosidad intrínseca del agente
(propiedades fisicoquímicas o toxicológicas) y por sus condiciones de uso. Por ello, si no es posible la sustitución del agente, las medidas técnicas y organizativas a tomar, siguiendo un orden de
prioridad, se encaminarán a establecer unas condiciones de uso en las que el riesgo se reduzca
al mínimo.
Estas medidas deberán ser adecuadas a la naturaleza y condiciones de la operación, incluidos el
almacenamiento, la manipulación y el transporte de los agentes químicos en el lugar de trabajo y, en
su caso, la separación de los agentes químicos incompatibles.
En el almacenamiento de agentes químicos debe diferenciarse entre aquellas áreas o zonas destinadas exclusivamente a almacenamiento y las situaciones en que, por necesidades de
proceso, se requiere la presencia de cantidades de productos químicos peligrosos en el lugar de
trabajo.
En el primer caso, en la medida que les sea aplicable, el almacenamiento deberá ajustarse a las
exigencias del Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos y sus Instrucciones Técnicas
Complementarias.
Con carácter general, es preciso establecer un plan de almacenamiento que permita, en caso de
incidente (fuga, derrame, incendio...), conocer con rapidez y precisión la naturaleza de los productos
almacenados, su cantidad y su localización dentro del almacén.
Para ello se deben considerar e implantar unas medidas básicas para el almacenamiento seguro
de agentes químicos peligrosos. Entre ellas cabe citar:
–
Emplazamiento seguro de los almacenes. Se debería garantizar que la ubicación física del almacén se encuentre alejada tanto de áreas de proceso u otras dependencias de la empresa
(por ejemplo: estación transformadora, central de energía, etc.) como de otras posibles inje49
rencias externas (por ejemplo: riadas, deslizamiento del terreno, etc.) que puedan contribuir
a acrecentar o a propagar el riesgo de las sustancias almacenadas.
–
Agrupación de productos por comunidad de riesgos, evitando el almacenamiento conjunto
de productos incompatibles o muy reactivos. A fin de garantizar un almacenamiento correcto
y seguro de distintos agentes químicos se deberá consultar en cada caso la Ficha de Datos
de Seguridad del producto y, especialmente, los campos de información 3 y 7 de la misma
que corresponden respectivamente a "identificación de peligros" y a "manipulación y almacenamiento". En la tabla 3 se presentan, a título de muestra, las incompatibilidades entre
grupos genéricos de productos.
–
Fijar y respetar cantidades máximas de productos químicos almacenados así como alturas
máximas de almacenamiento.
–
Colocación de los productos contenidos en recipientes homologados, de acuerdo con las
exigencias de la reglamentación vigente sobre transporte de mercancías peligrosas.
–
Mantenimiento de accesos despejados y vías de tránsito y superficies de almacenamiento
señalizadas.
–
Control de accesos a personas y vehículos ajenos a la instalación.
–
Mantenimiento de vías de evacuación y salidas de emergencia despejadas y señalizadas.
–
Garantías de identificación de productos. Exigencia de etiquetado y reetiquetado en su
caso.
–
Instrucciones precisas de trabajo.
–
Procedimientos de actuación en caso de incidentes (fugas, derrames, emisiones y similares).
–
Procedimientos en caso de emergencia.
Las operaciones de manipulación, que acostumbran a dar lugar a un número importante de
accidentes muchos de ellos de consecuencias graves, requieren la implantación de procedimientos
de trabajo. Tales procedimientos deberían implantarse en todas aquellas operaciones que impliquen
exposición y riesgo de contacto con agentes químicos peligrosos (por ejemplo: trasvases entre recipientes, alimentación de equipos, transporte de recipientes, toma de muestras, intervenciones en
procesos químicos discontinuos, etc.). En distintas publicaciones del INSHT, relacionadas en el Apartado IV de esta Guía sobre fuentes de información, se tratan monográficamente las medidas a tomar
para la realización de algunas de estas operaciones de manipulación.
Respecto a las medidas de prevención en el transporte interno de agentes químicos peligrosos,
se tendrán en cuenta las siguientes consideraciones:
–
Se evitará en lo posible el transporte manual o mediante vehículos internos, así como el
uso de conducciones y mangueras flexibles que por su movilidad están expuestas a un
deterioro importante, procurando el empleo de conducciones fijas.
–
Los envases y embalajes utilizados para el transporte interno de agentes químicos
peligrosos cumplirán los requisitos exigidos a los mismos para el transporte de
mercancías peligrosas. Deberían ser gestionados adecuadamente a fin de garantizar
que su selección, almacenamiento, manipulación y eliminación se realiza según un
plan establecido.
50
TABLA 3
CUADRO RESUMEN DE INCOMPATIBILIDADES DE ALMACENAMIENTO DE
SUSTANCIAS PELIGROSAS
+
–
–
–
–
–
–
+
–
–
–
–
–
–
+
–
–
–
–
–
–
+
–
–
–
–
–
–
+
O
+
–
+
–
O
+
+ Se pueden almacenar conjuntamente
O
Solamente podrán almacenarse juntas, si se adoptan ciertas medidas específicas de prevención
–
No deben almacenarse juntas
Los envases que deban contener agentes peligrosos deberán tener la resistencia física y química necesaria, en función de las características de los mismos y de las condiciones de utilización y
transporte. Así, por ejemplo, los recipientes de vidrio deben transportarse protegidos; los envases de
plástico, debido a su degradación por el tiempo y la radiación solar, deben ser objeto de una vigilancia
frecuente para retirar de uso y servicio los envases degradados.
Se dará preferencia al uso de envases metálicos, siempre que sean compatibles con los agentes
químicos contenidos en ellos, ya que ofrecen mayores garantías de seguridad.
–
Las tuberías por las que circulen agentes químicos peligrosos deben permitir la identificación
de los mismos. Al respecto se recomienda consultar el Real Decreto 485/1997 sobre señalización de seguridad y salud en el trabajo y su Guía Técnica correspondiente.
51
–
Las tuberías se protegerán frente a riesgos mecánicos (choques, golpes, etc.), especialmente en las zonas de circulación de equipos móviles.
–
Las tuberías se instalarán de modo que se eviten acumulaciones de líquidos en su interior,
por lo cual las horizontales deben tener una ligera pendiente para facilitar el drenaje, existiendo en los puntos de drenaje las correspondientes válvulas de purga.
–
Las tuberías dispondrán de válvulas de seguridad para alivio de presiones si pueden estar
sometidas a sobrepresiones que excedan en más del 10% la máxima admisible de trabajo.
Si el producto evacuado pudiera ser peligroso, se evacuará a una instalación de tratamiento
(antorcha, torre de neutralización, plantas de revalorización o de tratamiento térmico del aire
residual, etc.) o, en su caso, a una zona segura.
–
Se evitarán las conducciones enterradas de líquidos inflamables, corrosivos y tóxicos. En casos en que excepcionalmente existan tramos de tubería enterrados o no visibles, se dotarán
de la protección adecuada para poder detectar y contener los vertidos (por ejemplo: doble
tubería, canal hacia arqueta, etc.). Se evitarán en esos tramos las uniones no soldadas y las
juntas de expansión.
–
Dado que las bridas y conexiones de las tuberías son puntos de posibles fugas, es necesario
adoptar medidas tales como: emplear conexiones soldadas en ambientes interiores en los
que las fugas de gases inflamables o tóxicos puedan poner en peligro la salud de las personas; controlar en plazos programados su estado, visualmente y midiendo si es necesario.
–
Ante la necesidad de aislar instalaciones y equipos es imprescindible utilizar bridas ciegas
complementariamente al bloqueo de válvulas en puntos estratégicos, a fin de garantizar que
no fluyen agentes químicos peligrosos.
–
Se evitarán tramos de tubería excesivamente largos sin válvulas de seccionamiento, cuando
el vaciado accidental de la misma pueda generar peligros sustanciales a los trabajadores.
–
Atendiendo a la peligrosidad del agente químico y las circunstancias puede ser oportuno
disponer de válvulas de seccionamiento accionadas mediante control remoto.
–
Se procurará que las válvulas manuales de regulación se localicen en lugares accesibles y
estén protegidas mediante apantallamiento cuando se puedan producir proyecciones o fugas. Con carácter general el apantallamiento se hará extensivo a todos aquellos puntos del
sistema de tuberías en los que exista la posibilidad de proyección de líquido y se encuentren
próximos a los puntos de operación y vías de circulación en donde las personas puedan verse
expuestas.
En particular, el empresario adoptará, por orden de prioridad, medidas para:
a. Impedir la presencia en el lugar de trabajo de concentraciones peligrosas de sustancias inflamables o de cantidades peligrosas de sustancias químicamente inestables o
incompatibles con otras también presentes en el lugar de trabajo cuando la naturaleza del
trabajo lo permita.
En materia de lucha contra incendios el primer objetivo a conseguir consiste en identificar, para
su inmediata eliminación o, en su defecto, control, los combustibles y focos de ignición presentes
en el ámbito de trabajo. Se trata de medidas de prevención encaminadas a evitar la aparición del
incendio.
A fin de impedir la presencia en el lugar de trabajo de concentraciones peligrosas de sustancias
inflamables o cantidades peligrosas de sustancias químicamente inestables o incompatibles entre
sí, se debe reducir la presencia de las mismas a la cantidad mínima imprescindible para cubrir las
necesidades del proceso u operación a realizar por jornada o turno de trabajo, depositando las no
necesarias en un recinto específico y adecuado para su almacenamiento.
Aquellos agentes que, por necesidades operativas, deban estar presentes en el lugar de trabajo
se dispondrán en el mismo, garantizando el control efectivo de los riesgos propios de cada uno de
ellos y de los riesgos que puedan generarse o potenciarse por la coexistencia o proximidad de agentes
con diferente tipo de peligrosidad. Para ello:
–
Los agentes químicos peligrosos presentes en el lugar de trabajo se dispondrán con criterios
de "comunidad de riesgos", evitando la proximidad entre sustancias incompatibles o muy
52
reactivas. Es necesario que dichos agentes se localicen en lugares específicos debidamente
protegidos frente a cualquier tipo de injerencia.
–
Las cantidades de líquidos inflamables existentes en el área de trabajo deberían depositarse
en armarios de seguridad que cumplan con los requisitos especificados para los mismos en
la MIE-APQ 001 del Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos.
–
Los líquidos inflamables existentes en el lugar de trabajo deberían estar contenidos en recipientes que garanticen seguridad en su empleo, recomendándose la utilización de recipientes de seguridad herméticos y de cierre automático.
–
Se evitará que productos incompatibles puedan coexistir en un mismo espacio si pueden
dar lugar a un incremento del riesgo. A tal fin, se deberá mantener una separación física por
distancia o por compartimentación entre áreas.
–
Las operaciones con gases o líquidos inflamables en las que se produzcan desprendimientos
de vapores (trasvase, aplicación aerográfica, mezclas, proceso, laboratorio, etc.) se realizarán con garantías de captación por extracción localizada de los gases o vapores desprendidos
y adecuada ventilación general del área de trabajo, de forma que la concentración ambiental
de los mismos esté en todo momento por debajo del Límite Inferior de Inflamabilidad (LII) del
producto.
–
Se controlarán mediante explosímetros las concentraciones peligrosas de gases y vapores
inflamables en los distintos ámbitos en que se puedan generar. En su caso, se realizarán
mediciones en continuo a lo largo del desarrollo de la operación o proceso cuando éstos
puedan generar atmósfera inflamable.
–
Los trasvases y demás operaciones en que puedan producirse derrames se realizarán en
lugares específicos que aseguren su recogida y drenaje a lugar seguro y en condiciones de
ventilación adecuadas.
–
Los residuos generados se depositarán, en función de su peligrosidad, en recipientes de
seguridad, herméticos y de cierre automático, hasta su eliminación. En todo caso, la gestión
de los residuos cumplirá con los requisitos exigidos por la Ley 10/1998 de residuos.
–
Se limpiarán los restos en los equipos que hayan contenido líquidos inflamables o combustibles sólidos finamente divididos, así como su entorno, previamente a realizar en los mismos
operaciones de mantenimiento o reparación en caliente.
En aquellos supuestos en que existan productos inflamables en estado líquido o combustibles
sólidos en estado pulverulento y no sea posible actuar sobre ellos, podrá preverse la necesidad o la
posibilidad de controlar el comburente. Para ello:
–
A fin de garantizar que la atmósfera no sea peligrosa resulta imprescindible evitar la presencia incontrolada de aire y/o su entrada masiva en espacios confinados en los que existan
productos inflamables.
–
Las operaciones de carga y descarga de productos inflamables en recipientes atmosféricos se efectuarán de manera gradual y sin arrastre de aire (alimentación mediante tornillo
helicoidal o válvula de doble compuerta), manteniendo un riguroso control de la atmósfera
interior. Cuando no sea posible garantizar lo anterior, será imprescindible recurrir a la inertización.
–
La inertización resulta imprescindible cuando se deban realizar operaciones de mantenimiento o reparación en caliente de los equipos que hayan contenido agentes químicos inflamables o combustibles sólidos finamente divididos y no se pueda garantizar su eliminación.
b. Cuando la naturaleza del trabajo no permita la adopción de la medida prevista en el
apartado anterior, evitar las fuentes de ignición que pudieran producir incendios o explosiones o condiciones adversas que pudieran activar la descomposición de sustancias químicamente inestables o mezclas de sustancias químicamente incompatibles.
Si no es posible impedir o reducir la presencia en el lugar de trabajo de concentraciones peligrosas de sustancias inflamables o cantidades peligrosas de sustancias químicamente inestables,
se debe asegurar que los distintos tipos de fuente de ignición que puedan encontrarse habitual o
esporádicamente en el ámbito de trabajo no puedan desprender una cantidad de energía suficiente
para iniciar el incendio, explosión u otras situaciones adversas.
53
Para ello, siempre que sea posible, se utilizarán equipos alimentados o accionados por energías que no generen calor (hidráulica, neumática, etc.). Cuando ello no sea posible, se deben usar
equipos protegidos y procedimientos de trabajo que garanticen un control de los focos de ignición.
Algunas consideraciones a contemplar para evitar o controlar posibles focos de ignición de distinta
tipología son:
–
Las operaciones de carga, descarga o trasvase se realizarán evitando la generación de cargas electrostáticas (control de velocidad de trasvase, llenado de recipientes mediante tubo
sumergido, etc.) y facilitando su eliminación mediante conexión equipotencial y a tierra de
todos los equipos y recipientes.
–
La instalación y equipos eléctricos estarán protegidos frente al riesgo de incendio y explosión
(Ex) de acuerdo con las exigencias contenidas en la Instrucción Técnica Complementaria MIEBT-026 del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT). Hay que prestar especial atención al uso de equipos móviles y a los accesorios que se utilizan o acoplan a los mismos.
–
Se implantará un control exhaustivo de otros focos de ignición:
*
Térmicos (fumar, operaciones con llama o chispas, carretillas de manutención y similares.
*
Mecánicos (uso de herramientas antichispa en operaciones de apertura o cierre de
recipientes, así como en ambientes en que puedan existir concentraciones o acumulaciones peligrosas de productos inflamables; uso de calzado sin partes metálicas, etc.).
*
Químicos (calor generado en reacciones exotérmicas, coexistencia de productos químicamente inestables o reactivos, etc.).
c. Paliar los efectos nocivos para la salud y la seguridad de los trabajadores originados
en caso de incendio, explosión u otra reacción exotérmica peligrosa.
Las medidas de prevención descritas en los apartados a) y b) anteriores, siendo imprescindibles
son insuficientes, ya que en ningún caso garantizan un control exhaustivo del riesgo y, por tanto, se
deben tomar medidas de protección complementarias encaminadas a minimizar las consecuencias
derivadas de la materialización de un siniestro.
Entre las medidas de lucha contra incendios a implantar encaminadas a evitar la propagación
descontrolada del incendio y minimizar las consecuencias materiales o humanas derivadas del mismo
cabe diferenciar entre medidas de protección pasiva (protección estructural de los elementos portantes para garantizar una determinada Estabilidad al Fuego, sectorización y compartimentación de áreas
de distinto nivel de riesgo garantizando una determinada Resistencia al Fuego y utilización de materiales constructivos y de revestimiento de comportamiento ante el fuego conocidos) y medidas de lucha
contra incendios propiamente dichas (detección humana o instalaciones de detección automática
del incendio; medios ágiles y fiables de transmisión de la alarma; equipos de lucha contra incendios,
sean portátiles o sean fijos, sean de accionamiento manual o de descarga automática y vías de evacuación suficientes en número, correctamente dimensionadas y adecuadamente distribuidas).
Este conjunto de medidas de lucha contra incendios se contempla en un conjunto amplio de disposiciones de nuestro marco legal, en algunos casos con un tratamiento general y en otros supuestos
con carácter específico. Sin pretender ser exhaustivo se citan seguidamente las disposiciones legales
que pueden, en algunos casos, ser exigibles en el ámbito de aplicación del Real Decreto 374/2001:
–
–
Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo (Orden de 9 de marzo de 1971). Es
aplicable, con carácter general, a:
*
Establecimientos industriales existentes a la entrada en vigor (30/1/2002) del Real Decreto 786/2001 por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad contra incendios en
los establecimientos industriales.
*
Actividades a las que, estando en el ámbito de aplicación de las NBE-CPI, no les sean
aplicables las NBE-CPI- 82/91/96 por ser anteriores a la entrada en vigor de dichas
normas.
Real Decreto 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y
salud de los lugares de trabajo.
54
Los puntos 10 y 11 del Anexo I son aplicables con carácter general a todos los lugares de
trabajo a partir del 23/7/1997 con excepción de los expresamente excluidos en el artículo
1.2 del citado Real Decreto.
–
Normas Básicas de la Edificación / Condiciones de Protección contra Incendios (NBE / CPI de
los años 82, 91 y 96).
Aplicables a los edificios clasificados por ellas (uso hospitalario, administrativo, docente,
etc.) proyectados, construidos, reformados o cambiados de uso a partir de sus respectivos
períodos de vigencia.
–
Real Decreto 1942/1993 por el que se aprueba el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios. Desarrollado por Orden de 16 de abril de 1998.
Aplicable a aparatos, equipos y sistemas empleados en la protección contra incendios instalados a partir del 14/3/1994. Aplicable asimismo al mantenimiento de los citados aparatos,
equipos y sistemas ya instalados o proyectados con anterioridad a tal fecha.
–
Real Decreto 1254/1999 por el que se aprueban medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas.
Aplicable desde el 21 de julio de 1999 a los establecimientos en los que estén presentes
sustancias peligrosas en cantidades iguales o superiores a la especificadas en las partes 1 y
2 del Anexo I. Deroga los Reales Decretos 886/1998 y 952/1990 que constituían el marco
normativo regulador de la prevención de accidentes mayores.
–
Real Decreto 379/2001 por el que se aprueba el Reglamento de almacenamiento de productos químicos y sus instrucciones técnicas complementarias MIE APQ-1, MIE APQ-2, MIE
APQ-3, MIE APQ-4, MIE APQ-5, MIE APQ-6 y MIE APQ-7 que regulan respectivamente los
almacenamientos de: líquidos inflamables y combustibles, óxido de etileno, cloro, amoníaco
anhidro, botellas y botellones de gases comprimidos, licuados y disueltos a presión, líquidos
corrosivos y líquidos tóxicos.
Aplicable desde el 10 de agosto de 2001 a instalaciones de nueva construcción así como
a las ampliaciones o modificaciones de las existentes. Si bien deroga el Real Decreto
668/1980 sobre almacenamiento de productos químicos y sus instrucciones técnicas complementarias MIE APQ-1, MIE APQ-2, MIE APQ-3, MIE APQ-4, MIE APQ-5 y MIE APQ-6, las
revisiones e inspecciones periódicas de las instalaciones existentes se realizarán de acuerdo
con las exigencias técnicas de la ITC según la cual fueron realizados.
–
Real Decreto 786/2001 por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad contra incendios
en los establecimientos industriales.
Aplicable a partir del 30 de enero de 2002 a los nuevos establecimientos industriales que
se construyan o implanten y a los ya existentes que cambien o modifiquen su actividad, se
trasladen, se amplíen o reformen en la parte afectada por la ampliación o reforma.
Asimismo se aplicará a las industrias existentes antes de su entrada en vigor, cuando su nivel
de riesgo intrínseco, situación o características impliquen un riesgo grave para las personas,
los bienes o el entorno, y así se determine por la Administración Autonómica competente.
–
Este marco normativo de ámbito nacional, en algunos casos, se complementa o desarrolla con
disposiciones promulgadas en el ámbito de las Administraciones Autonómicas o Locales.
Con independencia de que serán exigibles los requisitos que sean de aplicación de entre las
disposiciones legales enunciadas, se citan seguidamente algunas medidas específicas a considerar
en materia de protección contra incendios. Entre las medidas de protección a tomar para minimizar
las consecuencias de los incendios se considerarán:
–
Controlar la propagación vertical u horizontal de los efectos del incendio. Para ello las áreas
de trabajo con riesgo de incendio estarán separadas del resto de dependencias constituyendo sector de incendios de resistencia al fuego (RF) adecuada a la carga térmica existente.
La sectorización se realizará por distanciamiento o mediante compartimentación con muros
y tabiques cortafuegos.
–
Garantizar una detección eficaz sea humana o automática y unas instalaciones que aseguren
una rápida y fiable transmisión de la alarma.
55
–
Disponer de instalaciones adecuadas y suficientes de lucha contra incendios, sean fijas o
portátiles, de accionamiento manual o descarga automática.
–
El número y estado de las vías de evacuación permitirán la evacuación rápida y segura de los
ocupantes.
–
Garantizar la eliminación de los humos generados por el incendio mediante exutorios u otros
medios de extracción.
Entre las medidas de protección a tomar para minimizar las consecuencias de las explosiones
deben considerarse:
–
Ubicación preferente de equipos con potencial riesgo de explosión en el exterior de edificios
y separados de otras dependencias.
–
Contención de la presión de la explosión mediante la utilización de recipientes que resistan
la presión generada sin rotura o recipientes resistentes al choque de presión sufriendo sólo
ligeras deformaciones. Este sistema es práctico en el diseño de pequeños recipientes.
–
Separación o aislamiento de zonas o equipos para reducir las consecuencias de una explosión y evitar su propagación. Esta medida es equivalente a la sectorización o compartimentación para incendios. En el caso de polvos combustibles se utilizan con este fin válvulas
rotativas y transportadores de tornillo helicoidal.
Otros dispositivos son las válvulas de acción rápida o tajaderas, que actúan con una compuerta accionada por un gas a presión, cuya descarga es activada por un sensor o detector
de la explosión ocurrida en las cercanías de la válvula. El sensor detecta la onda de presión
antes de que llegue el frente de llama y da tiempo a que actúe la válvula y evite la propagación de la explosión.
Un tercer dispositivo dentro de este grupo serían los filtros apagallamas ya que evitan el paso
de la llama debido a la gran superficie metálica de retención que ofrecen, la cual provoca su
enfriamiento y extinción antes de que pueda pasar al otro lado y provocar la propagación.
–
Respiraderos o venteos de alivio de la explosión. Dispositivos calibrados de forma que abren
o rompen a una presión determinada, llamada "presión estática de activación", permitiendo
que la explosión sea liberada en una dirección no peligrosa y que la presión alcanzada en
el recinto protegido sea inferior a la presión de diseño. Entre las soluciones prácticas se
encuentran: discos y diafragmas de ruptura, placas de explosión, puertas de explosión con o
sin mecanismo de autocierre, tapas sujetas a una cadena, paneles que saltan o paramentos
débiles.
–
Supresores de explosiones que se basan en una extinción muy rápida, sin dar tiempo a que
tenga lugar la combustión completa. De esta forma la presión alcanzada en el equipo protegido es muy inferior a la presión de diseño del mismo y no sufre daños mecánicos.
Entre las medidas de protección a tomar para minimizar las consecuencias de las reacciones
exotérmicas se considerarán:
–
Inundación con agua del reactor con el fin de lograr la necesaria refrigeración del proceso
químico ante el posible descontrol total de la temperatura en una situación de emergencia.
Evidentemente, tal medida sólo es aplicable cuando el agua no puede reaccionar peligrosamente con el producto y no son suficientes otros medios de control de la exotermicidad,
tales como el cierre automático de la entrada de reactivos y la refrigeración mediante encamisado convencional.
–
Sistemas de alivio de presiones, mediante discos de ruptura o incluso paramentos débiles,
cuando de tales reacciones fuera de control se desprendan gases o vapores que puedan
generar situaciones excepcionales de aumentos bruscos de presión.
En todo caso, los equipos de trabajo y los sistemas de protección empleados deberán
cumplir los requisitos de seguridad y salud establecidos por la normativa que regule su concepción, fabricación y suministro.
Los equipos de trabajo deben adecuar sus prestaciones a los requerimientos de seguridad y salud
específicos de los distintos ambientes de trabajo en que van a utilizarse (húmedo, corrosivo, etc.) o
de los riesgos intrínsecos de las sustancias o preparados que van a contener, procesar o transformar
56
(tóxicos, inflamables, etc.). Así, una máquina utilizada en un ambiente con riesgo de incendio o para
procesar productos inflamables, en aplicación de los requisitos esenciales de seguridad y salud exigidos por el Real Decreto 1435/1992 en el apartado 1.5.6 de su Anexo I, "estará diseñada y fabricada
para evitar cualquier peligro de incendio o de sobrecalentamiento provocado por la máquina en sí o
por los gases, líquidos, polvos, vapores y demás sustancias producidas o utilizadas por la máquina".
Asimismo para el control de riesgo de explosión el citado Real Decreto exige en el apartado 1.5.7
de su Anexo I:
"La máquina deberá diseñarse y fabricarse a fin de evitar cualquier peligro de explosión provocada por la misma máquina o por los gases, líquidos, polvos, vapores y demás sustancias que produzca
o utilice la máquina.
Para ello, el fabricante tomará las medidas oportunas para:
•
evitar concentraciones peligrosas de los productos;
•
impedir la inflamación de la atmósfera explosiva;
•
limitar las consecuencias de la explosión, si ésta llega a producirse, con el fin de que no
tenga efectos peligrosos para su entorno.
Se adoptarán idénticas precauciones cuando el fabricante prevea que la máquina pueda utilizarse en una atmósfera explosiva.
El material eléctrico que forme parte de dichas máquinas, en lo que se refiere a los peligros de
explosión, deberá ser conforme a las disposiciones específicas vigentes."
Los citados equipos si se van a adquirir, o se han adquirido a partir de 1995, deben estar identificados con el marcado "CE" de conformidad, ir acompañados del correspondiente Manual de Instrucciones y de la declaración "CE" de conformidad con los requisitos esenciales de seguridad y salud
de acuerdo con lo establecido al respecto en el citado Real Decreto 1435/1992 así como en el Real
Decreto 56/1995 que modifica al anterior.
Si los citados equipos no van identificados con el marcado "CE" ni acompañados del Manual de
Instrucciones porque se adquirieron con anterioridad y estaban a fecha 27/8/97 a disposición de los
trabajadores en la empresa, deben cumplir con los requisitos del Anexo I apartado 1 del Real Decreto
1215/1997. (Véase al respecto la correspondiente Guía Técnica del INSHT).
En cualquiera de las dos situaciones anteriores, el mantenimiento de los citados equipos se
realizará teniendo en cuenta las instrucciones del fabricante o, en su defecto, las características de
estos equipos, sus condiciones de utilización y cualquier otra circunstancia normal o excepcional que
pueda influir en su deterioro o desajuste.
Para aparatos y sistemas de protección de uso exclusivo en atmósferas potencialmente explosivas el Real Decreto 400/1996, que entró en vigor el 1 de marzo de 1996 y será plenamente aplicable
a partir del 30 de junio de 2003, fija los requisitos exigibles para los citados equipos.
4. En el caso particular de la prevención de las explosiones, las medidas adoptadas
deberán:
a. Tener en cuenta y ser compatibles con la clasificación en categorías de los grupos de
aparatos que figura en el Anexo 1 del Real Decreto 400/1996, de 1 de marzo, por el que se
dictan las disposiciones de aplicación de la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo
94/9/CE, relativa a los aparatos y sistemas de protección para uso en atmósferas potencialmente explosivas.
El Real Decreto 400/1996, que será plenamente aplicable a partir del 30 de junio de 2003,
clasifica los aparatos en grupos, según su destino de utilización (grupo I en minas y grupo II en ambientes con atmósferas explosivas en general).
Para cada grupo diferencia unas categorías. En el caso del grupo I distingue dos categorías:
Los aparatos de categoría M1 deben permanecer operativos y asegurar el nivel de protección
requerido aun en caso de avería infrecuente, mientras que los aparatos de categoría M2 asegurarán
el nivel de protección requerido durante su funcionamiento normal, incluso en las condiciones de
explotación más rigurosas, en particular las resultantes de una utilización intensa del aparato y de
condiciones ambientales cambiantes.
57
En aparatos del grupo II distingue tres categorías, en función de la probabilidad de que se formen
atmósferas explosivas en el lugar de uso de los mismos:
–
Los aparatos de categoría 1 están previstos para utilizarse en un medio ambiente en que
se produzcan de forma constante, duradera o frecuente atmósferas explosivas debidas a
mezclas de aire con gases, vapores, nieblas o mezclas polvo - aire.
–
Los aparatos de categoría 2 están destinados a utilizarse en un ambiente en el que sea
probable la formación de atmósferas explosivas debidas a gases, vapores, nieblas o polvo en
suspensión.
–
Los aparatos de categoría 3 están destinados a utilizarse en un ambiente en el que sea poco
probable la formación de atmósferas explosivas debidas a gases, vapores, nieblas o polvo en
suspensión y que, en caso de formarse, su presencia sea de corta duración.
b. Ofrecer un control suficiente de las instalaciones, equipos y maquinaria, o utilizar equipos para la supresión de las explosiones o dispositivos de alivio frente a sobrepresiones.
A fin de tomar medidas en materia de protección de los trabajadores expuestos a los riesgos
derivados de atmósferas explosivas, es conveniente que el empresario considere los preceptos contenidos en la Directiva 1999/92/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, cuya transposición a la
legislación de los Estados miembros deberá realizarse, a más tardar, el 30 de junio de 2003.
Entre las medidas de prevención y protección a tomar destacan:
El empresario deberá tomar medidas de carácter técnico y/u organizativo en función del tipo de
actividad, siguiendo un orden de prioridades y conforme a los principios básicos siguientes:
–
Impedir la formación de atmósferas explosivas controlando las concentraciones peligrosas
de combustible en el ambiente, sea mediante la utilización de instalaciones que permitan
realizar las distintas operaciones en circuito cerrado, sea mediante extracción localizada de
combustibles generados o desprendidos complementada con una ventilación general correcta, etc.
–
Evitar la ignición de atmósferas explosivas, a través de la utilización de equipos e implantación
de procedimientos de trabajo que aseguren un control exhaustivo de posibles focos de ignición
de cualquier tipología que pudieran estar presentes o generarse en el ámbito de trabajo.
–
Atenuar los efectos perjudiciales de una explosión, con medidas contra la propagación de
sus efectos, de forma que se garantice la salud y seguridad de los trabajadores. Para ello se
tomarán alguna o algunas de las medidas expuestas en el párrafo c) del apartado 3 de este
artículo para minimizar las consecuencias de las explosiones.
ANEXO V
DISPOSICIONES MÍNIMAS APLICABLES A LOS EQUIPOS DE TRABAJO
El Real Decreto 1215/1997 contiene dos Anexos relativos a:
–
Anexo I: Disposiciones mínimas aplicables a los equipos de trabajo.
–
Anexo II: Disposiciones relativas a la utilización de los equipos de trabajo.
En este epígrafe se hará exposición de las disposiciones mínimas aplicables a los equipos de
trabajo.
Las disposiciones que se indican a continuación solo serán de aplicación si el equipo de trabajo
da lugar al tipo de riesgo para el que se especifica la medida correspondiente.
En el caso de los equipos de trabajo que ya estén en servicio en la fecha de entrada en vigor
de este Real Decreto, la aplicación de las citadas disposiciones no requerirá necesariamente de la
adopción de las mismas medidas que las aplicadas a los equipos de trabajo nuevos.
El empresario tiene que decidir si sus equipos de trabajo son conformes o no a las disposiciones
de este anexo y, en caso de disconformidades, tiene que definir cuáles son las medidas preventivas
que va a adoptar. Para ello debe realizar la evaluación de riesgos que exige la Ley de Prevención
58
de Riesgos Laborales. Como regla general, para tomar decisiones, previamente se han de identificar
los peligros que generan dichos equipos (es decir, cuáles son las fuentes con capacidad potencial
de producir daños), las circunstancias en las que los trabajadores pueden estar expuestos a dichos
peligros (situaciones peligrosas) y, en esas circunstancias, los sucesos que pueden dar lugar a que
se produzca una lesión o un daño a la salud; finalmente, se estima la magnitud de los riesgos correspondientes.
En muchos casos (para equipos de poca complejidad), el usuario sabrá por experiencia qué medidas preventivas conviene adoptar para cumplir los requisitos reglamentarios. En otros casos deberá
recurrir a la literatura técnica o buscar las soluciones empleadas en casos comparables. En último
caso, si no se dispone de ninguna referencia, deberá realizar la evaluación de los riesgos de la forma
más completa y detallada posible.
En algunos casos los requisitos establecidos en este anexo son poco precisos y su aplicación
práctica depende del criterio que se utilice para determinar si un elemento o un modo de funcionamiento es seguro. Esta observación preliminar aclara que no se pretende aplicar a los equipos en
servicio (usados) los mismos criterios de seguridad que a los equipos nuevos (sujetos al marcado CE).
De todas formas, las medidas adoptadas en el caso de los equipos usados deberán garantizar un nivel
de seguridad “suficiente” (a determinar en función de las circunstancias de cada caso particular),
siendo “proporcionales” a la magnitud de los riesgos.
La exposición se hace teniendo en cuenta dos grandes apartados:
1. Disposiciones mínimas generales aplicables a los equipos de trabajo.
2. Disposiciones mínimas adicionales aplicables a determinados equipos de trabajo.
A. Disposiciones mínimas generales aplicables a los equipos de trabajo
1. Los órganos de accionamiento de un equipo de trabajo que tengan alguna incidencia en la
seguridad deberán ser claramente visibles e identificables y, cuando corresponda, estar indicados con
una señalización adecuada.
Los órganos de accionamiento deberán estar situados fuera de las zonas peligrosas, salvo, si
fuera necesario, en el caso de determinados órganos de accionamiento, y de forma que su manipulación no pueda ocasionar riesgos adicionales. No deberán acarrear riesgos como consecuencia de
una manipulación involuntaria. Si fuera necesario, el operador del equipo deberá poder cerciorarse
desde el puesto de mando principal de la ausencia de personas en las zonas peligrosas. Si esto no
fuera posible, la puesta en marcha deberá ir siempre precedida automáticamente de un sistema de
alerta, tal como una señal de advertencia acústica o visual. El trabajador expuesto deberá disponer
del tiempo y de los medios suficientes para sustraerse rápidamente de los riesgos provocados por la
puesta en marcha o la detención del equipo de trabajo.
Los sistemas de mando deberán ser seguros y elegirse teniendo en cuenta los posibles fallos,
perturbaciones y los requerimientos previsibles, en las condiciones de uso previstas.
Órganos de accionamiento.
Los órganos de puesta en marcha, de parada y de parada de emergencia no son apropiados,
en general, para equipos de trabajo sin partes móviles. Tampoco son apropiados cuando el riesgo de
lesión es despreciable, por ejemplo, en el caso de relojes alimentados por pilas o de calculadoras
alimentadas por energía solar.
Algunos equipos de trabajo son accionados directamente por la fuerza humana y, aunque su
utilización implica un riesgo de lesión, sus características físicas y el hecho de que están bajo el
control de la persona que los utiliza da lugar a que la aplicación de este punto no sea apropiada. Es
el caso, por ejemplo, de las herramientas manuales, las guillotinas manuales, los taladros de mano,
las segadoras de césped.
Otros tipos de equipos accionados directamente por la fuerza humana pueden no necesitar órganos de puesta en marcha, pero puede ser apropiado prever otros tipos de órganos de mando, en
particular órganos de parada, si la acción del equipo de trabajo no se detiene necesariamente cuando
cesa la aplicación de la fuerza humana, por ejemplo, un carrito para llevar equipajes.
59
Por el contrario, este apartado no sólo es aplicable a equipos de trabajo con partes móviles, sino
a otros equipos que pueden generar un peligro, tales como hornos, generadores de rayos X y láseres.
La decisión estará basada en la evaluación de riesgos.
Los órganos de accionamiento son todos aquellos elementos sobre los que actúa el operador
para comunicar las órdenes a un equipo de trabajo, modificar sus parámetros de funcionamiento,
seleccionar sus modos de funcionamiento y de mando o, eventualmente, para recibir informaciones.
Se trata, en general, de pulsadores, palancas, pedales, selectores, volantes y, en el caso de algunos
equipos de trabajo (por ejemplo máquinas), de teclados y pantallas interactivas (control numérico).
Uno de los objetivos de este apartado es establecer los requisitos que deben satisfacer los órganos de accionamiento con el fin de hacer posible una utilización sin riesgos de un equipo de trabajo,
en particular cuando sea necesario readaptar total o parcialmente un pupitre de mando. Puesto que
se trata de equipos de trabajo ya en servicio, no se pide la modificación total de dichos órganos en
virtud del respeto a los principios de la ergonomía, sino solamente la de aquellos que, por su diseño o
disposición, puedan dar lugar a accidentes o producir enfermedades relacionadas con el trabajo.
Los órganos de accionamiento deben estar claramente identificados y para ello se deberían
utilizar colores y pictogramas normalizados (por ejemplo: 0/I). En su defecto, se puede poner una
indicación clara de su función, por ejemplo: marcha/parada; manual/automático; lento/rápido; subir/
bajar. A título indicativo los colores preferentes para las funciones principales de una máquina son
los siguientes:
–
Puesta en marcha/puesta en tensión: BLANCO; en el caso de máquinas antiguas es aceptable el color VERDE.
–
Parada/puesta fuera de tensión: NEGRO; en el caso de máquinas antiguas es aceptable el
color ROJO.
–
Parada de emergencia o iniciación de una función de emergencia: ROJO (sobre fondo AMARILLO, en el caso de un pulsador o de una manilla).
–
Supresión de condiciones anormales o restablecimiento de un ciclo automático interrumpido: AMARILLO.
–
Rearme: AZUL.
No es necesario identificar los órganos de accionamiento cuya función sea intuitiva; el volante o
los pedales de un vehículo conforme al uso en carretera se encuentran, por ejemplo, en este caso.
Un órgano de accionamiento sólo debe ordenar una función y siempre la misma. Sin embargo,
para ciertos mandos de las máquinas, por ejemplo teclados o botoneras portátiles, este requisito no
es siempre realizable. En este caso se debe mostrar claramente la relación entre el órgano seleccionado y las diferentes funciones ordenadas.
Posicionamiento.
Los órganos de accionamiento deberían estar reagrupados en la proximidad de los puestos de
trabajo de manera que sean fácilmente accesibles para el operador. En la medida de lo posible deben
estar situados fuera de las zonas peligrosas con el fin de que su maniobra no dé lugar a situaciones
peligrosas.
En el caso de ciertos equipos de trabajo tales como máquinas de grandes dimensiones, instalaciones robotizadas, grandes máquinas transfer, etc., algunas operaciones, como las de reglaje,
programación, aprendizaje, verificación u otras similares, se realizan desde el interior de un cierre perimetral y/o en la proximidad de los elementos peligrosos, estando anulado el sistema de protección
previsto para el proceso de trabajo. Para ello se utiliza una botonera móvil que dispone de los órganos
adecuados al tipo de operación a realizar, tales como dispositivo de validación, mando sensitivo, selector, órgano de puesta en marcha, órgano de parada y órgano de parada de emergencia.
Accionamiento involuntario.
Con el fin de evitar funciones peligrosas intempestivas, estos órganos deben estar dispuestos y
protegidos de manera que se impida un accionamiento involuntario por parte del propio operador o
de otra persona, o debido a la caída de un objeto suficientemente pesado, al efecto de las vibraciones, al de las fuerzas de aceleración o a la rotura de un muelle. Soluciones tales como un pulsador
encastrado, la aplicación de una separación suficiente, en el caso de mandos a dos manos, un pedal
60
cubierto y cerrado lateralmente (teniendo en cuenta, si ha lugar, la necesidad de utilizar calzado de
seguridad) y, si es preciso, dotado de un dispositivo de bloqueo, una simple barra fija delante de una
palanca de mando, o un sistema que bloquee la palanca en la posición de parada, son ejemplos que
permiten suprimir el riesgo.
Si la puesta en marcha se realiza mediante un teclado o mediante un dispositivo multifunción,
se debería requerir una señal de validación complementaria a la señal de inicio de dicha puesta en
marcha.
Puesto de mando.
Los equipos de trabajo de grandes dimensiones, tales como máquinas rotativas para periódicos,
máquinas para fabricación de papel, trenes de laminación, grandes máquinas transfer, etc., en los
que el operador no puede estar seguro de la ausencia de personas en todas las zonas peligrosas
accesibles, deberán estar provistos de medios de control de acceso tales como resguardos móviles
con dispositivos de enclavamiento o de enclavamiento y bloqueo y/o de dispositivos detectores de
presencia que impidan la puesta en marcha de la máquina con operadores en zonas peligrosas y de
un órgano de rearme que autorice o provoque una nueva puesta en marcha después de una intervención. En las zonas con alto riesgo (por ejemplo, zonas que requieren intervenciones regulares de mantenimiento, lo que implica abrir o anular resguardos y permanecer en dichas zonas) o en zonas del
equipo que son atendidas por otras personas, se deben colocar dispositivos de autorización de puesta
en marcha, para que sean accionados por el/los operador/operadores desde una posición segura
junto con dispositivos sensibles, si es preciso. Si el riesgo es menor, se pueden utilizar dispositivos de
parada fácilmente accesibles. Dichos dispositivos pueden ser los de parada de emergencia, siempre
que la orden de parada no ordene una acción peligrosa (por ejemplo, cierre de una determinada zona
para su aislamiento, inertización, etc.). Como medidas complementarias se pueden aplicar, si resultan útiles, espejos o incluso otros medios más sofisticados como cámaras de vídeo.
Cuando, por razones técnicas, no sea posible la aplicación de todos los medios apropiados (entrada o salida de productos, enrolladoras en las máquinas textiles, de imprimir o de fabricación de
papel...), debe existir un dispositivo de advertencia acústica y/o visual que no dé lugar a ambigüedades, fácilmente perceptible y comprensible, que se active automáticamente antes de que se pongan
en marcha los elementos peligrosos. En los casos en los que no se pueda garantizar que el sistema
de advertencia sea percibido por todos los trabajadores expuestos, se deben elaborar y aplicar procedimientos de trabajo con el fin de eliminar o reducir la probabilidad de que cualquier trabajador esté
sometido a riesgo como consecuencia de una puesta en marcha. Estos procedimientos se pueden
basar, por ejemplo, en un código de señales y ademanes transmitidos por otros operarios (sistema
similar al utilizado para guiar a los gruístas o a los conductores de cosechadoras).
Sistemas de mando.
El sistema de mando de un equipo de trabajo juega un papel primordial en el comportamiento del
mismo. A través de él se garantizan muchas de las funciones de seguridad del equipo. Entre éstas se
pueden citar, por ejemplo: el enclavamiento entre un resguardo y la maniobra de puesta en marcha/
parada del motor de accionamiento de un elemento peligroso; la parada en punto muerto superior de
una prensa; un dispositivo de mando a dos manos y la maniobra asociada al mismo, etc.
Se considera que un sistema de mando cumple los requisitos establecidos si realiza la(s)
función(es) de seguridad requerida(s), cada una de ellas tiene la resistencia a defectos peligrosos
adecuada al nivel de riesgo y es capaz de soportar los “esfuerzos” que requiere su funcionamiento
y la acción de las “influencias” a que está sometido (por los materiales procesados, las vibraciones,
etc.).
Los fallos en la alimentación de energía y los fallos en cualquiera de los elementos integrantes del
sistema de mando pueden dar lugar a sucesos peligrosos, tales como una puesta en marcha intempestiva, la anulación de un dispositivo de protección, la imposibilidad de parar un equipo, la caída o
proyección de elementos, etc. Se trata de conseguir, en primer lugar, que dichos fallos no se puedan
producir; si esto no es posible, se tratará de que dichos fallos conduzcan a un estado de seguridad, o
bien de que se puedan compensar por la acción de otro elemento que ejerce la misma función y que,
en caso de defecto, sustituye al elemento defectuoso de forma automática. Finalmente, se trata de
que su probabilidad de aparición sea lo más baja posible.
La resistencia a fallos peligrosos es un aspecto fundamental al diseñar o seleccionar las partes de
los sistemas de mando con funciones de seguridad (incluyendo los dispositivos de protección asocia61
dos a ellas). Dicha resistencia a fallos peligrosos debe ser tanto mayor cuanto mayor sea la magnitud
del riesgo que se pretende reducir.
2. La puesta en marcha de un equipo de trabajo solamente se podrá efectuar mediante una
acción voluntaria sobre un órgano de accionamiento previsto a tal efecto.
Lo mismo ocurrirá para la puesta en marcha tras una parada, sea cual fuere la causa de esta
última, y para introducir una modificación importante en las condiciones de funcionamiento (por
ejemplo, velocidad, presión, etc.), salvo si dicha puesta en marcha o modificación no presentan
riesgo alguno para los trabajadores expuestos o son resultantes de la secuencia normal de un ciclo
automático.
Puesta en marcha.
La puesta en marcha de un equipo de trabajo sólo será posible mediante uno o varios órganos
de accionamiento. La actuación sobre el órgano no implica necesariamente la puesta en marcha
del equipo, ya que puede ser necesario que se cumplan previamente ciertas condiciones relativas al
funcionamiento o a los dispositivos de protección, antes de la puesta en marcha efectiva.
Exigir una acción voluntaria del operador para obtener la puesta en marcha de un equipo de
trabajo es uno de los principios fundamentales de prevención. El objetivo es garantizar que ningún
cambio en las condiciones o modos de funcionamiento del equipo coja de improviso al operador o a
cualquier otro trabajador. Por ejemplo, en la industria del metal se utilizan algunas máquinas con varias funciones para punzonar y cizallar mediante diversas herramientas situadas en diferentes partes
de la máquina; la seguridad en estas máquinas se obtiene mediante una combinación de procedimientos de trabajo seguros y de resguardos adecuados a las características de la pieza; es esencial
que la función de la máquina (por ejemplo, punzonar o cizallar) se cambie mediante una acción consciente y positiva del operador y que las partes de la máquina que no se utilizan no puedan ponerse
en marcha inesperadamente. Otro ejemplo lo constituyen las máquinas combinadas utilizadas para
trabajar la madera.
La puesta en marcha después de una parada está sujeta a los mismos requisitos. La parada
puede ser voluntaria o puede haber ocurrido, por ejemplo, por la activación de un dispositivo de protección (parada involuntaria). La puesta en marcha después de la parada del equipo no se debería
producir de manera intempestiva si ello puede tener consecuencias sobre la seguridad y la salud de
los operadores.
Por tanto, se debe impedir que un equipo de trabajo se pueda poner en marcha:
–
por el cierre de un resguardo con dispositivo de enclavamiento;
–
cuando una persona se retira de una zona cubierta por un dispositivo sensible, tal como una
barrera inmaterial;
–
por la maniobra de un selector de modo de funcionamiento;
–
por el desbloqueo de un pulsador de parada de emergencia;
–
por el rearme de un dispositivo de protección térmica, salvo en ausencia de riesgo como es
el caso, por ejemplo, de pequeños electrodomésticos.
Estas maniobras no deben tener otra misión que la de autorizar la puesta en marcha, que será generada posteriormente por una acción voluntaria sobre el órgano de accionamiento previsto para ello.
No obstante, en el caso de equipos de trabajo que cumplan requisitos muy especiales, se podría
admitir que la orden de puesta en marcha se generara mediante el cierre de un resguardo.
De una manera similar, cualquier modificación inesperada en las condiciones de funcionamiento,
tal como un aumento de velocidad, presión, temperatura o potencia, podrían sorprender al operario.
Por tanto, sólo debería ser posible realizar dichas modificaciones utilizando un órgano previsto al
efecto, salvo que las mismas no den lugar a un aumento del riesgo.
En el caso de máquinas automáticas, no es apropiado exigir órganos de accionamiento separados para cambiar las condiciones de funcionamiento, cuando dichas modificaciones forman parte
del ciclo normal de trabajo. Sin embargo, cuando se realizan intervenciones fuera de la secuencia
normal, tales como ajustes, limpieza, etc., deben existir órganos de puesta en marcha, conforme a
lo expuesto anteriormente.
62
El órgano de puesta en marcha no tiene por qué ser siempre un órgano independiente. Puede
estar combinado con otras funciones del equipo, como la función de parada, siempre que ésta no sea
la parada de emergencia. Los órganos de mando sensitivos son un ejemplo de órganos que combinan
la puesta en marcha y la parada; se deben diseñar de manera que la parada tenga prioridad sobre la
puesta en marcha al soltar el órgano. Son de aplicación a herramientas portátiles a motor.
3. Cada equipo de trabajo deberá estar provisto de un órgano de accionamiento que permita su
parada total en condiciones de seguridad. Cada puesto de trabajo estará provisto de un órgano de accionamiento que permita parar en función de los riesgos existentes, o bien todo el equipo de trabajo
o bien una parte del mismo solamente, de forma que dicho equipo quede en situación de seguridad.
La orden de parada del equipo de trabajo tendrá prioridad sobre las órdenes de puesta en marcha.
Una vez obtenida la parada del equipo de trabajo o de sus elementos peligrosos, se interrumpirá el
suministro de energía de los órganos de accionamiento de que se trate. Si fuera necesario en función
de los riesgos que presente un equipo de trabajo y del tiempo de parada normal, dicho equipo deberá
estar provisto de un dispositivo de parada de emergencia.
Parada general.
Se trata de poner a disposición de los operadores los medios de obtener la parada de todo el
equipo de trabajo en condiciones seguras, garantizando principalmente que la máquina no pueda
volver a ponerse en marcha de manera intempestiva.
Este requisito, aunque sea de un nivel inferior al de la consignación, implica la interrupción de la
alimentación de energía de todos los accionadores, tal como se indica en la tercera frase del segundo
párrafo.
El mando de parada general no está destinado a suprimir una situación peligrosa que se esté
produciendo (salvo en casos particulares), sino que la parada debe realizarse en las condiciones más
adecuadas, siguiendo una secuencia de parada si es preciso, de acuerdo con las necesidades del
equipo o del proceso. Por ejemplo: no sería seguro ordenar la parada total de una máquina con su
propio equipo hidráulico, si dicha parada puede provocar que se desplome; igualmente, la parada
de la unidad de mezclado de un reactor durante ciertas reacciones químicas podría dar lugar a una
reacción exotérmica peligrosa.
El órgano de accionamiento que permite obtener esta parada puede ser, por ejemplo:
•
Un simple pulsador (caso más general) que actúe sobre uno o varios contactores de potencia
o sobre el dispositivo de conexión de un grupo hidráulico o sobre una válvula general de corte
de un sistema neumático.
•
Un interruptor.
•
Un pedal de parada.
Parada desde el puesto de trabajo.
La primera frase del segundo párrafo es aplicable a los equipos de trabajo que presentan una
cierta complejidad, con varios puestos de trabajo o de intervención. Se encuentran en este caso, por
ejemplo, los conjuntos automáticos de fabricación o de almacenamiento, en los que están encadenadas automáticamente varias operaciones.
Esta función de parada está destinada a permitir que un operador pueda parar el equipo de
trabajo cuando se está produciendo un incidente o bien obtener una parada cuando debe intervenir
en una zona peligrosa para una operación puntual. Por tanto, los operadores deben disponer en
cada puesto de trabajo de un órgano de accionamiento que permita obtener esta función de parada
que, en general, estará limitada a las partes peligrosas controladas desde dicho puesto de trabajo.
Así, por ejemplo, se puede permitir que un ventilador siga funcionando si dispone de la protección
adecuada.
Como en el caso de la parada general, la actuación sobre el órgano de parada no tiene por qué
suponer una acción inmediata; puede llevar el equipo al estado de parada según una secuencia
determinada o al terminar un ciclo, si es preciso por razones de seguridad. Esto puede ser necesario
en algunos procesos, por ejemplo, para evitar un incremento peligroso de la temperatura o de la
presión o para permitir una deceleración controlada de elementos rotativos de gran tamaño con gran
inercia.
63
La tercera frase del segundo párrafo exige la interrupción de la energía de los accionadores. Este
requisito puede no ser respetado para la parada desde el puesto de trabajo:
–
Cuando la presencia de energía es necesaria para mantener elementos en posición, como
sucede en el caso de los robots.
–
Cuando la parada se obtiene por desacoplamiento mecánico de los elementos móviles,
como en el caso de las prensas provistas de embrague/freno.
El órgano de accionamiento es, en general, un simple pulsador o un interruptor de dos posiciones.
Prioridad de las órdenes de parada sobre las de puesta en marcha.
La segunda frase del segundo párrafo exige la prioridad de las órdenes de parada sobre las órdenes de puesta en marcha y, en general, sobre cualquier otra orden. Este requisito se aplica igualmente a la función de parada general definida en el primer párrafo de este apartado.
Si es factible, sólo debería requerir una breve acción manual para activarla, aun en el caso de
que la parada y la secuencia de desconexión iniciada puedan necesitar algún tiempo hasta completarse.
Parada de emergencia.
El tercer párrafo de este apartado se refiere a la parada de emergencia. Un dispositivo de parada
de emergencia debe permitir parar una máquina en las mejores condiciones posibles. En el caso
de elementos móviles, la parada de emergencia se realizará mediante una deceleración óptima de
dichos elementos, obtenida:
–
Mediante la interrupción inmediata de la alimentación de energía de los accionadores.
–
Mediante una parada controlada: los accionadores permanecen alimentados con el fin de
que puedan llevar a la máquina a la parada y, cuando la parada ya está obtenida, se interrumpe la alimentación (esto se aplica fundamentalmente a los motores provistos de variadores).
El órgano de mando que permite obtener esta función de parada de emergencia (pulsador de
seta, cable, barra, pedal...) debe ser de color rojo y preferentemente sobre un fondo amarillo.
Se debería prever una parada de emergencia siempre que las medidas de protección no sean
adecuadas para evitar el riesgo, cuando se produce algún suceso peligroso. Sin embargo, una parada
de emergencia no se puede considerar como sustitutivo de las medidas de protección necesarias. Por
ejemplo, se precisará la parada de emergencia en situaciones en las que una persona esté expuesta
a un peligro o en las que el fallo de una máquina da lugar a peligros adicionales (embalamiento,
imposibilidad de parar, secuencia incontrolada de un sistema automático, rotura de conductos con
fluidos a presión, etc.).
Sin embargo, si dicho suceso peligroso se puede producir rápidamente (por ejemplo, fallo del
sistema de protección de una guillotina alimentada manualmente), es improbable que una parada de
emergencia aporte alguna ventaja, ya que el operario no tendrá tiempo de reaccionar; en ese caso no
sería apropiada una parada de emergencia.
En realidad, tratándose en particular de máquinas usadas, la aplicación de un dispositivo de
parada de emergencia no tiene sentido más que si el tiempo de parada que se obtiene es netamente
más corto que el obtenido mediante la parada normal.
Ahora bien, en el caso de elementos móviles, es frecuente que, por razones técnicas, sea difícil
o incluso imposible adaptar en máquinas usadas un dispositivo de frenado. En esas condiciones no
se aplica este apartado, aunque esto no significa que no se deban adoptar otras medidas alternativas. Puede ser el caso, por ejemplo, de ciertas máquinas para trabajar la madera o de una piedra
de esmeril. Sin embargo, no puede excluirse de la obligación de un frenado eficaz a máquinas en las
que el tiempo de parada está asociado a una situación de riesgo alto, como puede ser el caso, por
ejemplo, de las mezcladoras de cilindros para caucho y plásticos.
4. Cualquier equipo de trabajo que entrañe riesgo de caída de objetos o de proyecciones deberá
estar provisto de dispositivos de protección adecuados a dichos riesgos.
64
Proyecciones, caída de objetos.
El objetivo que se pretende en este apartado es la protección contra los peligros mecánicos de
caída o de proyección de objetos provenientes de un equipo de trabajo.
Por tanto, se deben tener en cuenta:
–
Los objetos cuya caída o proyección está normalmente ligada a la explotación del equipo de
trabajo (virutas, productos incandescentes de soldadura, fluidos de corte, partículas abrasivas...).
–
Los objetos que, previsiblemente, pueden salir proyectados o caer accidentalmente (fragmentos de herramientas, partes móviles de los mandrinos, contrapesos, elementos de equilibrado, tabla de un andamiaje,...).
Las medidas preventivas están destinadas a proteger no solamente a los operadores sino a
cualquier otra persona que pueda estar expuesta a dichos peligros (hay que tener en cuenta que los
objetos y partículas pueden salir proyectados a gran velocidad y a gran distancia).
Dichas medidas consisten esencialmente en:
–
Proveer a los equipos de trabajo de resguardos fijos o móviles que puedan retener dichos
objetos o partículas y que molesten lo menos posible a la hora de realizar el trabajo.
–
En la medida de lo posible, disponer los equipos de trabajo de manera que se evite que las
personas se puedan encontrar permanentemente en la trayectoria de los objetos o partículas
en movimiento.
–
Colocar obstáculos o cualquier otro medio para impedir que las personas puedan circular por
las zonas en las que se pueden producir estos peligros.
5. Cualquier equipo de trabajo que entrañe riesgo por emanación de gases, vapores o líquidos o
por emisión de polvo deberá estar provisto de dispositivos adecuados de captación o extracción cerca
de la fuente emisora correspondiente.
Emisión de gases, vapores, líquidos o polvo.
Este apartado se refiere fundamentalmente a máquinas y aparatos fijos que trabajan en proceso
abierto, aunque es aplicable también a determinados equipos portátiles de uso extendido (pulidoras,
amoladoras, etc.). El objetivo es impedir o, si esto no es posible, reducir la dispersión en el ambiente
de sustancias peligrosas para la salud (que pueden presentarse en forma de gas, vapor, líquido o
polvo).
Las máquinas o equipos “nuevos”, sujetos al marcado CE, que presenten este tipo de peligro (por
emisión de gases, vapores, líquidos o polvo) ya deben estar provistas de campanas y/o conductos a
los que se pueda acoplar fácilmente un sistema de extracción.
En el caso de equipos de trabajo ya en uso puede ser preciso evaluar el riesgo para decidir si es
necesario tomar medidas preventivas y, en particular, medidas de ventilación localizada. El nivel de
riesgo depende de las propiedades peligrosas de la sustancia, de la intensidad de la emisión y de las
condiciones del trabajo (en particular, de las relativas al uso del equipo) que determinan la exposición
del trabajador a dicha sustancia.
Si el resultado de la evaluación muestra la necesidad de tomar medidas preventivas, será preciso
diseñar e implantar un sistema de captación y extracción. Puede ser necesario o conveniente, además, tomar otras medidas preventivas complementarias:
–
De ventilación.
–
De organización del trabajo.
–
Y, en última instancia, de protección individual.
6. Si fuera necesario para la seguridad o la salud de los trabajadores, los equipos de trabajo y
sus elementos deberán estar estabilizados por fijación o por otros medios. Los equipos de trabajo
cuya utilización prevista requiera que los trabajadores se sitúen sobre ellos deberán disponer de los
medios adecuados para garantizar que el acceso y permanencia en esos equipos no suponga un
riesgo para su seguridad y salud. En particular, salvo en el caso de las escaleras de mano y de los
sistemas utilizados en las técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas, cuando exista
riesgo de caída de altura de más de 2 metros, deberán disponer de barandillas o de cualquier otro
65
sistema de protección colectiva que proporcione una seguridad equivalente. Las barandillas deberán
ser resistentes, de una altura mínima de 90 centímetros y, cuando sea necesario para impedir el paso
o deslizamiento de los trabajadores o para evitar la caída de objetos, dispondrán, respectivamente,
de una protección intermedia y de un rodapiés. Las escaleras de mano, los andamios y los sistemas
utilizados en las técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas deberán tener la resistencia
y los elementos necesarios de apoyo o sujeción, o ambos, parapara que su utilización en las condiciones para las que han sido diseñados no suponga un riesgo de caída por rotura o desplazamiento.
En particular, las escaleras de tijera dispondrán de elementos de seguridad que impidan su apertura
al ser utilizadas.
Estabilidad.
El objetivo de la primera frase de este apartado es evitar que un equipo de trabajo vuelque, bascule o se desplace intempestivamente por pérdida de estabilidad.
El análisis de la estabilidad de la máquina debe comprender no sólo la estabilidad estática sino
también la estabilidad dinámica, teniendo en cuenta las fuerzas externas previsibles, tales como
presión del viento, golpes, vibraciones,... y las fuerzas dinámicas internas, tales como fuerzas centrífugas, fuerzas de inercia, fuerzas electrodinámicas...
En el caso de equipos de trabajo en uso, su estabilidad estará garantizada, si es preciso, por
fijación del mismo al suelo; según los casos se deberán aplicar otras medidas tales como limitar los
movimientos de determinadas partes del equipo.
La mayoría de las máquinas fijas deberían estar ancladas al suelo o de lo contrario estar sujetas
de manera que no se muevan ni puedan tener sacudidas durante la utilización. Está ampliamente
reconocido que las máquinas para trabajar la madera y otros tipos de máquinas (excepto las diseñadas como máquinas transportables), deberían estar ancladas al suelo o estar aseguradas por medios
similares, para evitar movimientos inesperados.
La sujeción se puede realizar mediante elementos de sujeción del equipo sobre una base o una
estructura adecuada. Otros medios incluyen los amarres a una estructura o plataforma soporte.
Si la estabilidad de un equipo de trabajo no es inherente a su diseño y utilización, o si está
montado en una posición en la que podría estar comprometida su estabilidad, por ejemplo, debido
a condiciones climatológicas severas, se deberían tomar medidas adicionales para garantizarla. Los
andamiajes son vulnerables a vientos fuertes y, por tanto, será necesario aplicar medidas como
pantallas, amarres adicionales, disminución de la resistencia al viento de los medios de protección
colectiva acoplados a ellos, etc.
También se debe tener en cuenta que para algunas máquinas portátiles, por ejemplo las sierras
de calar, que entran en contacto con la pieza a trabajar a través de una plantilla, la estabilidad durante
la utilización está condicionada a la forma y dimensiones de dicha plantilla.
Medios de acceso y permanencia.
Si, además, la utilización del equipo de trabajo requiere la presencia de uno o varios operarios
sobre el mismo y, en particular, en zonas con peligro de caída de altura de más de 2 metros, debe
dedicarse una atención especial tanto a los medios de acceso como a la zona de permanencia, tal
como se indica en las dos últimas frases de este apartado.
En estos casos se debe colocar una advertencia en el equipo de trabajo y establecer las instrucciones y/o procedimientos de trabajo adecuados.
Las características de los medios de acceso, plataformas y barandillas están reguladas por el
Real Decreto 486/1997, sobre lugares de trabajo. Si es preciso sustituir alguno de ellos, puede resultar de interés consultar las normas de la serie EN ISO 14122.
7. En los casos en que exista riesgo de estallido o de rotura de elementos de un equipo de trabajo que pueda afectar significativamente a la seguridad o a la salud de los trabajadores deberán
adoptarse las medidas de protección adecuadas.
Redacción atribuida por Real Decreto 2177/2004, de 12 de noviembre, por el que se modifica el RD 1215/1997, de 18 de
julio, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los
equipos de trabajo, en materia de trabajos temporales en altura.
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Estallidos, roturas.
Los elementos de un equipo de trabajo a los que se refiere este apartado son aquellos en los que
no se dominan todas las características de diseño o de explotación y que, por ello, pueden presentar
peligros de rotura o de estallido por efecto:
–
De los esfuerzos normales de explotación (fuerza centrífuga, presión...).
–
De los esfuerzos excepcionales normalmente previsibles (choque, golpe de ariete...).
–
Del envejecimiento de los materiales.
Están particularmente afectados por este apartado las muelas, determinadas herramientas rotativas, los órganos de trabajo con elementos añadidos (plaquetas de carburo, por ejemplo), las
tuberías flexibles hidráulicas sometidas a fuertes solicitaciones...
En el caso particular de las muelas abrasivas, para minimizar el peligro de estallido, además de
observar las reglas de manipulación y montaje de la muela (incluyendo la verificación y el almacenamiento), ésta debería girar siempre dentro de los límites de velocidad establecidos. Si su tamaño
lo permite, dicha velocidad debe estar indicada sobre la propia muela; las muelas de menor tamaño
deberían tener un letrero o etiqueta colocado en el lugar de trabajo con la velocidad máxima de rotación permisible.
La protección consiste en dotar a los equipos de trabajo de resguardos suficientemente resistentes
para retener los fragmentos de la muela; sin embargo, ya que esta medida de protección tiene sus limitaciones, teniendo en cuenta principalmente las necesidades de explotación, es preciso ante todo:
–
Respetar las condiciones de utilización de dichos equipos especificadas por el fabricante.
–
Prestar una atención especial al mantenimiento, en particular cuando no es posible aplicar
resguardos eficaces.
Si se trata de equipos de trabajo con velocidad variable (esmeriladoras, sierras de disco, tupís...),
se debe garantizar además la adecuación y el buen funcionamiento del sistema de regulación de
velocidad. Dicho sistema se debe revisar periódicamente, de manera exhaustiva.
En el caso de proyecciones de alta energía (por ejemplo, fluidos a alta presión, superior a 15
MPa, en máquinas hidráulicas), las medidas preventivas comprenden:
–
Instalar válvulas limitadoras de presión.
–
Instalar resguardos fijos para la protección contra el peligro de latigazos de las tuberías flexibles
o sujetar éstas mediante vainas amarradas y, si procede, sustituirlas, seleccionarlas adecuadamente, con un coeficiente de seguridad de 4 y fijar la fecha para una nueva sustitución.
–
Aplicar las reglamentaciones específicas en el caso de recipientes y equipos a presión.
8. Cuando los elementos móviles de un equipo de trabajo puedan entrañar riesgos de accidente
por contacto mecánico deberán ir equipados con resguardos o dispositivos que impidan el acceso a
las zonas peligrosas o que detengan las maniobras peligrosas antes del acceso a dichas zonas. Los
resguardos y los dispositivos de protección:
a) Serán de fabricación sólida y resistente.
b) No ocasionarán riesgos suplementarios.
c) No deberá ser fácil anularlos o ponerlos fuera de servicio.
d) Deberán estar situados a suficiente distancia de la zona peligrosa.
e) No deberán limitar más de lo imprescindible o necesario la observación del ciclo de trabajo.
f) Deberán permitir las intervenciones indispensables para la colocación o la sustitución de
las herramientas, y para los trabajos de mantenimiento, limitando el acceso únicamente al
sector en el que deba realizarse el trabajo sin desmontar, a ser posible, el resguardo o el
dispositivo de protección.
Elementos móviles y resguardos y dispositivos de protección.
El objetivo de este apartado es suprimir o reducir los riesgos debidos a los peligros mecánicos
(atrapamiento, aplastamiento, arrastre, cizallamiento, etc.) producidos por los elementos móviles
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de transmisión (ejes, árboles, poleas, rodillos, engranajes, etc.) o de trabajo (herramientas, muelas,
matrices, etc.).
En general, no es necesario acceder a los elementos de transmisión cuando están en movimiento. Por tanto, la solución más sencilla para impedir que se puedan alcanzar consiste en colocar
resguardos fijos. Si es preciso acceder a ellos con frecuencia, normalmente será necesario emplear
resguardos móviles asociados a un dispositivo de enclavamiento o bien dispositivos sensibles. En la
práctica las máquinas viejas están a menudo equipadas con resguardos móviles sin enclavamiento;
en estos casos será necesario transformarlos en fijos, ponerles una cerradura con llave o asociarlos a
un dispositivo que permita garantizar el enclavamiento entre dichos resguardos y los accionadores.
Siempre que sea posible, se debe impedir totalmente el acceso a los elementos móviles de
trabajo; para conseguirlo se pueden emplear resguardos fijos (en las partes a las que no es preciso
acceder normalmente), resguardos móviles asociados a un dispositivo de enclavamiento o de enclavamiento y bloqueo, o bien dispositivos de protección (barreras fotoeléctricas, mandos a dos manos,
etc.), que garanticen la parada de los elementos móviles antes de que se pueda acceder a ellos.
Cuando la naturaleza del trabajo hace necesario acceder a una parte del elemento móvil (por ejemplo, en el caso de las sierras circulares para cortar madera), es preciso colocar resguardos móviles
fácilmente regulables en dicha parte y resguardos fijos en las partes restantes.
Finalmente, si los elementos móviles deben ser accesibles, se pueden adoptar medidas técnicas
para reducir las consecuencias de un accidente (por ejemplo, limitar velocidades, utilizar dispositivos
de parada de emergencia adecuadamente dispuestos), así como otras medidas preventivas complementarias (formación, procedimientos de trabajo, protección individual, etc.).
En la selección de una medida de protección se deben tener en cuenta: el riesgo a tratar, las
condiciones del equipo de trabajo y de su utilización y las tareas a realizar.
Estas medidas no deben obstaculizar excesivamente las operaciones a realizar, porque esto
induce a su retirada o neutralización. En general, es aconsejable recurrir a resguardos y dispositivos
de protección (comercializados como “componentes de seguridad”, de acuerdo con los requisitos de
la Directiva 89/392/CEE, modificada, transpuesta por el Real Decreto 1435/1992, modificado por el
Real Decreto 56/1995), que dispongan de la declaración CE de conformidad. Si es preciso diseñar
y construir los resguardos y dispositivos de protección, se deben cumplir una serie de requisitos. Evidentemente, estos requisitos sólo se aplican en la medida en que son pertinentes respecto al tipo de
resguardo o de dispositivo de protección considerado.
9. Las zonas y puntos de trabajo o de mantenimiento de un equipo de trabajo deberán estar
adecuadamente iluminadas en función de las tareas que deban realizarse.
Iluminación.
El objetivo es asegurar en cada puesto de trabajo o de intervención (inspección, mantenimiento,
reparación,...) un nivel de iluminación adecuado, teniendo en cuenta el tipo de trabajo a realizar y la
naturaleza del puesto (en el Anexo IV del RD 486/1997, sobre los “Lugares de trabajo” -BOE 23.4.97se establecen los niveles de iluminación requeridos en función de las exigencias visuales de las tareas
desarrolladas). (La Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización
de los lugares de trabajo, elaborada por el INSHT, ofrece información más amplia a este respecto).
Es evidente que el nivel de iluminación necesario será muy diferente según que se trate, por
ejemplo, de un simple puesto de alimentación de la máquina o de un puesto de trabajo en micromecánica de alta precisión.
Para alcanzar este objetivo es posible:
–
Utilizar la iluminación ambiente natural o artificial presente en el lugar de trabajo, siempre
que ésta sea suficiente.
–
Instalar, de manera permanente, un aparato adicional para iluminación localizada en el
puesto de trabajo.
–
Cuando se trata de zonas en las que las intervenciones son poco frecuentes, tales como
las operaciones de mantenimiento, disponer una toma de corriente situada en la máquina
o en su proximidad, que permita la conexión de una lámpara portátil. Los resultados de la
evaluación de riesgos determinarán si las intervenciones son lo suficientemente regulares
como para disponer de un aparato de iluminación permanente.
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En cualquier caso es preciso:
–
Evitar deslumbramientos del operador o de otros trabajadores situados en zonas adyacentes.
–
Evitar sombras que dificulten la realización de la tarea.
–
Garantizar la discriminación de colores de la tarea visual.
–
Evitar el efecto estroboscópico, es decir: que un objeto que gira u oscila se vea como si
estuviera en reposo.
–
Lograr que el propio equipo de iluminación no cree nuevos peligros, por ejemplo, por rotura
de una bombilla, por calor excesivo, por emisión de radiaciones, por contacto con la energía
eléctrica...
En lo que se refiere a los equipos de iluminación integrados en las máquinas o a las lámparas
portátiles, utilizadas por ejemplo, para operaciones de mantenimiento o reparación, se pondrá especial atención en la protección contra contactos directos e indirectos en ambientes húmedos o muy
conductores. En cualquier caso se deben cumplir los requisitos del Reglamento Electrotécnico para
Baja Tensión.
Igualmente, se procurará evitar el empleo de un solo tubo fluorescente porque, a pesar de que
este material ha mejorado mucho con los avances tecnológicos, puede dar lugar a efectos estroboscópicos peligrosos en máquinas con movimientos rotativos o alternativos.
10. Las partes de un equipo de trabajo que alcancen temperaturas elevadas o muy bajas deberán estar protegidas cuando corresponda contra los riesgos de contacto o la proximidad de los
trabajadores.
Temperaturas elevadas, temperaturas muy bajas.
El objetivo es suprimir o reducir los riesgos de quemaduras, escaldaduras, congelaciones y otras
lesiones producidas por:
–
Contacto con elementos de transmisión de energía calorífica como, por ejemplo, una plancha, las canalizaciones, bridas, uniones, válvulas, etc. para la conducción de fluidos, vapores
o gases a temperatura elevada o contacto con llamas, en el caso de hogares, hornos, calderas...
–
Radiación de fuentes de calor.
–
Contacto con superficies a temperaturas muy bajas como, por ejemplo, instalaciones frigoríficas…
El contacto con este tipo de elementos o superficies puede ser voluntario, por ejemplo, para accionar un órgano del equipo, o involuntario, cuando alguien está cerca de un equipo. Algunos equipos
están necesariamente a temperaturas elevadas por exigencia del proceso y los trabajadores deben
estar cerca del equipo para realizar su trabajo como, por ejemplo, en equipos de fundición, forja,
moldeo, vulcanizado...
La temperatura superficial a considerar para evaluar el riesgo depende de la naturaleza del material (metal, material plástico...) y de la duración del contacto con la piel. A título indicativo, en el
caso de una superficie metálica lisa, se admite generalmente que no existe riesgo de quemadura por
contacto involuntario (máximo 2 a 3 segundos) si su temperatura no excede de 65 ºC. Por debajo de
esta temperatura no es necesario, por tanto, la aplicación de medidas preventivas.
En el caso de que exista riesgo de quemaduras, se pueden aplicar una o varias de las medidas
siguientes, siempre que no interfieran en el proceso de trabajo:
–
Colocación de un aislante térmico alrededor de los elementos peligrosos.
–
Adaptación de resguardos para permitir la evacuación de calorías (rejillas, chapa perforada...).
–
Supresión global de acceso a la zona peligrosa mediante barandillas o cualquier otro tipo de
resguardo material.
–
Aplicación de cortinas de aire o de agua.
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En los casos en que las superficies deben estar calientes y accesibles, será necesario utilizar
los equipos de protección individual apropiados. A este respecto debe aplicarse el Real Decreto
773/1997, de 30 de mayo, sobre utilización de equipos de protección individual.
Si es preciso se señalizarán e identificarán convenientemente las partes calientes o frías accesibles que no puedan reconocerse fácilmente y se proporcionarán la formación e información oportunas.
En otros casos es posible que estas medidas deban combinarse con la rotación de puestos de
trabajo.
11. Los dispositivos de alarma del equipo de trabajo deberán ser perceptibles y comprensibles
fácilmente y sin ambigüedades.
12. Todo equipo de trabajo deberá estar provisto de dispositivos claramente identificables que
permitan separarlo de cada una de sus fuentes de energía.
Consignación.
El objetivo de este apartado es conseguir, siempre que se pueda, que las intervenciones que haya
que realizar en un equipo de trabajo, en particular las operaciones de mantenimiento, reparación,
limpieza..., no supongan ningún riesgo, gracias a una consignación.
La consignación de un equipo de trabajo comprende esencialmente las siguientes acciones:
–
Separación del equipo de trabajo (o de elementos definidos del mismo) de todas las fuentes de energía (eléctrica, neumática, hidráulica, mecánica y térmica).
–
Bloqueo (u otro medio para impedir el accionamiento) de todos los aparatos de separación
(lo que implica que dichos dispositivos deberían disponer de los medios para poder ser
bloqueados). En el caso de máquinas pequeñas, la evaluación del riesgo puede poner de
manifiesto que se dan circunstancias favorables que hacen innecesario el bloqueo del aparato de separación, por ejemplo, cuando éste es accesible para la persona que realiza las
operaciones.
–
Disipación o retención (confinamiento) de cualquier energía acumulada que pueda dar
lugar a un peligro.
La solución ideal es que la disipación esté automáticamente asociada a la operación de separación. No obstante, en equipos ya en uso, esta operación se podrá realizar manualmente,
siguiendo un procedimiento de trabajo escrito.
–
Verificación, mediante un procedimiento de trabajo seguro, de que las acciones realizadas
según los apartados a), b) y c) anteriores han producido el efecto deseado.
Energía eléctrica.
En lo que respecta a la energía eléctrica, la separación se puede realizar mediante:
–
Un seccionador.
–
Un seccionador provisto de contacto auxiliar de desconexión de carga antes de que abran
sus contactos principales.
–
Un interruptor-seccionador.
–
Un interruptor automático provisto de la función de seccionamiento.
–
Una toma de corriente, para una corriente inferior o igual a 16 A y una potencia total inferior
a 3 kW.
La utilización de un seccionador requiere una atención especial, ya que este aparato está previsto
para funcionar en vacío y puede explotar si se acciona en carga como consecuencia de una maniobra
errónea. Los seccionadores provistos de contacto auxiliar permiten librarse de este peligro siempre
que su contacto auxiliar esté correctamente conectado.
Los dispositivos de separación deben, por su tecnología, ofrecer total garantía de que a cada
una de las posiciones (abierto / cerrado) del órgano de accionamiento le corresponde, de manera
inmutable, la misma posición (abierto / cerrado) de los contactos. Esto es particularmente importante
cuando los aparatos no son de corte visible o de corte plenamente aparente.
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Retirar el enchufe de una toma de corriente se puede considerar como una acción equivalente a una consignación para cualquier máquina pequeña en la que se tiene la certeza de que
el enchufe no puede reinsertarse en su base sin que se entere la persona que interviene en la
máquina.
Energías hidráulica y neumática.
Para este tipo de energías, el dispositivo de separación puede ser una llave, una válvula o un
distribuidor manual. En neumática se puede emplear una “conexión rápida”, de la misma manera que
la toma de corriente en electricidad para las máquinas de poca potencia.
Disipación de energías.
La disipación de energías acumuladas consiste principalmente en purgar los acumuladores hidráulicos, vaciar los recipientes de aire comprimido (llegado el caso, las canalizaciones), descargar
los condensadores...
Asimismo hay que tener en cuenta:
–
El posible desplazamiento por gravedad de algunos elementos (energía potencial).
–
La emisión de chorros de fluido a presión durante las intervenciones en circuitos hidráulicos
o neumáticos que han quedado cargados.
–
El contacto con partes en tensión, a pesar del corte de la alimentación de energía eléctrica
(mantenimiento de determinados circuitos, como en el caso de sistemas electrónicos de
mando, por ejemplo).
–
Elementos con inercia (volantes de inercia, muelas abrasivas, etc.).
–
La dificultad en disipar o controlar determinados tipos de energía, por ejemplo, la energía
térmica o fuentes de radiación.
En estos casos se darán indicaciones claras sobre el procedimiento a seguir.
Con el fin de evitar estos peligros es necesario poner a disposición de los trabajadores medios
tales como:
–
Puntales o topes mecánicos (dispositivos de retención), suficientemente resistentes y correctamente dimensionados, o bien asociados a un dispositivo de enclavamiento que garantice
la desconexión de la alimentación de energía a los accionadores, para soportar la presión de
la cámara de un cilindro hidráulico o para evitar, por ejemplo, la caída de la corredera de una
prensa.
–
Ganchos y eslingas para mantener cargas.
–
Pantallas dispuestas localmente para la protección contra proyecciones de fluidos o para
evitar contactos con partes en tensión.
13. El equipo de trabajo deberá llevar las advertencias y señalizaciones indispensables para
garantizar la seguridad de los trabajadores.
Señalización.
Este requisito forma parte de las medidas preventivas clasificadas como medidas de información, que en ningún caso podrán considerarse como medidas sustitutorias de las medidas técnicas
y organizativas.
Cuando la variación de los parámetros de funcionamiento de un equipo de trabajo puede dar lugar a una situación peligrosa, es necesario dotar a dicho equipo de las medidas que permitan advertir
eficazmente al operador o a cualquier otra persona afectada por el peligro generado.
Estas informaciones de seguridad están generalmente ligadas a la detección de umbrales de
advertencia (presión, temperatura, velocidad, presencia de sustancias peligrosas...) y sólo son útiles
para parámetros sobre los que el operador tiene la posibilidad de actuar. Deben poder ser percibidas
claramente desde el puesto de mando o en una zona más amplia, si afectan a terceros que pueden
estar expuestos o que tengan la posibilidad de intervenir.
Normalmente se presentan en forma de señales luminosas o sonoras pero también pueden presentarse en forma de mensajes en una pantalla de visualización. También se pueden utilizar marcas,
71
números, pictogramas, palabras... Determinados aspectos de la señalización, relativos a colores de
seguridad y características de las señales, que también se pueden aplicar a equipos de trabajo, están
definidos en el Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre señalización de seguridad y salud en
el trabajo.
Los equipos, que comprenden no sólo los propios dispositivos de señalización sino, sobre todo,
los detectores de umbral (presostato, termostato...), deben ser instalados, mantenidos y verificados
con la mayor atención.
A título indicativo los colores para los indicadores y señales luminosas recomendables son los
siguientes:
–
Verde: Condición normal / Fin de alarma
–
Amarillo: Anomalía / Intervención
–
Rojo: Peligro / Acción urgente
Cuando el operador debe elegir entre diferentes modos de funcionamiento y de mando o cuando
debe variar determinados parámetros en explotación normal, el equipo de trabajo debe disponer de
todas las indicaciones necesarias para un funcionamiento seguro (órdenes de marcha y de parada,
velocidad máxima de rotación de una muela abrasiva, velocidades de corte para una máquina-herramienta, presión de apriete de una pieza...). Estas informaciones pueden estar colocadas en el propio
equipo de trabajo, que es la solución más eficaz, o en la proximidad del puesto de trabajo, con la
condición de que la visualización esté fijada de manera permanente.
14. Todo equipo de trabajo deberá ser adecuado para proteger a los trabajadores contra
los riesgos de incendio, de calentamiento del propio equipo o de emanaciones de gases, polvos,
líquidos, vapores u otras sustancias producidas, utilizadas o almacenadas por éste. Los equipos
de trabajo que se utilicen en condiciones ambientales climatológicas o industriales agresivas que
supongan un riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores, deberán estar acondicionados
para el trabajo en dichos ambientes y disponer, en su caso, de sistemas de protección adecuados,
tales como cabinas u otros.
15. Todo equipo de trabajo deberá ser adecuado para prevenir el riesgo de explosión, tanto del
equipo de trabajo como de las sustancias producidas, utilizadas o almacenadas por éste.
Incendio y Explosión.
Si se tiene en cuenta que la mayoría de los procesos se realizan en presencia de aire, se puede
suponer que el oxígeno (comburente) está siempre presente, por lo que el peligro de incendio o, en su
caso, de explosión, se presenta si coinciden en el espacio y en el tiempo el combustible y la energía
de ignición necesarios. Además, se tendrá en cuenta que ciertas reacciones pueden, por sí mismas,
dar lugar a incendios y/o explosiones (por ejemplo, combinaciones de cobre con acetileno, de metales
pesados con peróxido de hidrógeno,...)
El riesgo de incendio o de explosión (a evaluar considerando conjuntamente la probabilidad de que
se produzcan y sus eventuales consecuencias) depende básicamente de las características del combustible y de las posibles fuentes de ignición. Entre las características del combustible se deben tener
particularmente en cuenta su inflamabilidad, su estado de disgregación (los más peligrosos son los
gases y vapores y, en segundo lugar, los líquidos o sólidos finamente pulverizados) y su carga térmica.
Por su parte, las fuentes de ignición pueden ser de muy diferentes tipos (chispas de origen eléctrico
o mecánico, llamas, gases o superficies calientes, reacciones exotérmicas, etc.) y deben considerarse
tanto las originadas por el propio equipo, como las que pueden producirse en su entorno.
Las medidas de seguridad a adoptar se dirigen fundamentalmente a la sustitución, confinamiento, captación-extracción o dilución del combustible y a la prevención de las fuentes de ignición. Dada
la gran incidencia de las fuentes de origen eléctrico es sumamente importante que los equipos se
ajusten a lo dispuesto en la Reglamentación Electrotécnica.
Condiciones ambientales agresivas.
Finalmente, el último punto del apartado 14 de este anexo trata de la protección frente a las
condiciones ambientales agresivas. Se refiere, esencialmente, a los equipos que se utilizan a la intemperie y a las instalaciones que por las características del proceso generan tales condiciones. Es
el caso, por ejemplo, de equipos para el movimiento de tierras, grúas a la intemperie, tractores, o de
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determinadas instalaciones en acerías, laminación, fundición, industria química, etc., que normalmente se controlan desde salas aisladas del proceso. De acuerdo con los resultados de la evaluación
de riesgos, se deberá disponer de los sistemas de protección adecuados al caso.
16. Todo equipo de trabajo deberá ser adecuado para proteger a los trabajadores expuestos
contra el riesgo de contacto directo o indirecto con la electricidad. En cualquier caso, las partes
eléctricas de los equipos de trabajo deberán ajustarse a lo dispuesto en la normativa específica correspondiente.
Energía eléctrica, contactos directos e indirectos.
El objetivo es evitar que se puedan producir contactos con partes activas, es decir, con partes
que normalmente están en tensión (contacto directo) o con partes que se han puesto en tensión
accidentalmente, en general debido a un fallo de aislamiento (contacto indirecto). En el caso de
equipos de trabajo con partes a alta tensión, el contacto directo se puede producir simplemente por
aproximación a dichas partes en tensión.
17. Todo equipo de trabajo que entrañe riesgos por ruido, vibraciones o radiaciones deberá
disponer de las protecciones o dispositivos adecuados para limitar, en la medida de lo posible, la
generación y propagación de estos agentes físicos.
Se trata de actuar en la medida de lo posible sobre aquellos equipos de trabajo generadores de
ruido, vibraciones o radiaciones con objeto de limitar sus efectos sobre las personas expuestas o, como
en el caso del ruido, evitar posibles interferencias con la comunicación oral o con señales acústicas.
18. Los equipos de trabajo para el almacenamiento, trasiego o tratamiento de líquidos corrosivos
o a alta temperatura deberán disponer de las protecciones adecuadas para evitar el contacto accidental de los trabajadores con los mismos.
En la manipulación de líquidos corrosivos o en su almacenamiento se deben establecer medidas
de tipo organizativo (obligación de uso de prendas de trabajo apropiadas y equipos de protección
individual) y medidas de protección en los propios equipos de trabajo.
En particular hay que tener en cuenta los tanques de almacenamiento, las bombas de trasiego,
los tanques de decantado o depuración, etc. Estos equipos deben estar instalados en locales bien
ventilados y debidamente aislados, en los que se debe prever la recogida de fugas accidentales o
deben existir medios de drenaje seguros, que permitan el vaciado y/o la carga sin derrames incontrolados. Dichos equipos han de ser compatibles en cuanto a sus características con los fluidos a almacenar o trasegar y estar diseñados de manera que sea fácil el acceso a las bocas de carga-descarga
y a la lectura de los niveles. Deben estar provistos de bandejas colectoras en los puntos críticos y de
las correspondientes válvulas de alivio, montadas de modo que sus descargas (normalmente en fase
gaseosa) no incidan en la proximidad de los trabajadores expuestos.
En cuanto a alta temperatura, las paredes de hornos o cubilotes así como las tuberías o demás
medios de trasiego deben estar adecuadamente refrigerados o apantallados, siempre que no se
puedan alejar suficientemente de los puestos de trabajo. La norma UNE-EN 563:96 “Seguridad de
las máquinas – Temperaturas de superficies accesibles – Datos ergonómicos para establecer valores
límite de temperatura para superficies calientes” proporciona criterios sobre temperaturas límite que
pueden generar peligros de quemaduras por contacto.
19. Las herramientas manuales deberán estar construidas con materiales resistentes y la unión
entre sus elementos deberá ser firme, de manera que se eviten las roturas o proyecciones de los
mismos. Sus mangos o empuñaduras deberán ser de dimensiones adecuadas, sin bordes agudos ni
superficies resbaladizas, y aislantes en caso necesario.
Los requisitos contenidos en este apartado se refieren a las herramientas que se utilizan generalmente de forma individual y que únicamente requieren la aplicación directa de la fuerza humana para
realizar el trabajo, tales como un martillo, un destornillador, un serrucho, etc. No se aplican, por tanto,
a otros muchos equipos de trabajo, que realizan una función a través de mecanismos o de elementos
accionados directamente por la fuerza humana, como cizallas-guillotina, pequeñas prensas, gatos,
etc., ni a las herramientas portátiles con fuente de energía distinta de la humana, que deben cumplir
los requisitos contenidos en otros artículos de este Real Decreto, como por ejemplo los relativos a
órganos de accionamiento, protección de elementos móviles de trabajo, etc. (merecen especial atención algunas herramientas portátiles por las características de los peligros inherentes que presentan
como, por ejemplo, las pistolas clavadoras).
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B. Disposiciones mínimas adicionales aplicables a determinados equipos de trabajo.
1. Disposiciones mínimas aplicables a los equipos de trabajo móviles, ya sean automotores o no.
a) Los equipos de trabajo móviles con trabajadores transportados deberán adaptarse de
manera que se reduzcan los riesgos para el trabajador o trabajadores durante el desplazamiento. Entre estos riesgos, deberán incluirse los de contacto de los trabajadores con
ruedas y orugas y de aprisionamiento por las mismas.
b) Cuando el bloqueo imprevisto de los elementos de transmisión de energía entre un equipo de trabajo móvil y sus accesorios o remolques pueda ocasionar riesgos específicos,
dicho equipo deberá ser equipado o adaptado de modo que se impida dicho bloqueo.
c) Cuando no se pueda impedir el bloqueo deberán tomarse todas las medidas necesarias
para evitar las consecuencias perjudiciales para los trabajadores.
d) Deberán preverse medios de fijación de los elementos de transmisión de energía entre
equipos de trabajo móviles cuando exista el riesgo de que dichos elementos se atasquen o deterioren al arrastrarse por el suelo.
e) En los equipos de trabajo móviles con trabajadores transportados se deberán limitar, en
las condiciones efectivas de uso, los riesgos provocados por una inclinación o por un
vuelco del equipo de trabajo, mediante cualquiera de las siguientes medidas:
1. Una estructura de protección que impida que el equipo de trabajo se incline más de
un cuarto de vuelta.
2. Una estructura que garantice un espacio suficiente alrededor del trabajador o trabajadores transportados cuando el equipo pueda inclinarse más de un cuarto de
vuelta.
3. Cualquier otro dispositivo de alcance equivalente.
Estas estructuras de protección podrán formar parte integrante del equipo de trabajo.
No se requerirán estas estructuras de protección cuando el equipo de trabajo se encuentre estabilizado durante su empleo o cuando el diseño haga imposible la inclinación
o el vuelco del equipo de trabajo.
Cuando en caso de inclinación o de vuelco exista para un trabajador transportado riesgo
de aplastamiento entre partes del equipo de trabajo y el suelo, deberá instalarse un
sistema de retención del trabajador o trabajadores transportados.
f) Las carretillas elevadoras ocupadas por uno o varios trabajadores deberán estar acondicionadas o equipadas para limitar los riesgos de vuelco mediante medidas tales como
las siguientes:
1. La instalación de una cabina para el conductor.
2. Una estructura que impida que la carretilla elevadora vuelque.
3. Una estructura que garantice que, en caso de vuelco de la carretilla elevadora,
quede espacio suficiente para el trabajador o los trabajadores transportados entre
el suelo y determinadas partes de dicha carretilla.
4. Una estructura que mantenga al trabajador o trabajadores sobre el asiento de conducción e impida que puedan quedar atrapados por partes de la carretilla volcada.
g) Los equipos de trabajo móviles automotores cuyo desplazamiento pueda ocasionar riesgos para los trabajadores deberán reunir las siguientes condiciones:
1. Deberán contar con los medios que permitan evitar una puesta en marcha no autorizada.
2. Deberán contar con los medios que permitan evitar una puesta en marcha no autorizada.
3. Deberán contar con un dispositivo de frenado y parada; en la medida en que lo
exija la seguridad, un dispositivo de emergencia accionado por medio de mandos
fácilmente accesibles o por sistemas automáticos deberá permitir el frenado y la
parada en caso de que falle el dispositivo principal.
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4. Deberán contar con dispositivos auxiliares adecuados que mejoren la visibilidad
cuando el campo directo de visión del conductor sea insuficiente para garantizar la
seguridad.
5. Si están previstos para uso nocturno o en lugares oscuros, deberán contar con un
dispositivo de iluminación adaptado al trabajo que deba efectuarse y garantizar una
seguridad suficiente para los trabajadores.
6. Si entrañan riesgos de incendio, por ellos mismos o debido a sus remolques o
cargas, que puedan poner en peligro a los trabajadores, deberán contar con dispositivos apropiados de lucha contra incendios, excepto cuando el lugar de utilización
esté equipado con ellos en puntos suficientemente cercanos.
7. Si se manejan a distancia, deberán pararse automáticamente al salir del campo de
control.
8. Si se manejan a distancia y si, en condiciones normales de utilización, pueden chocar con los trabajadores o aprisionarlos, deberán estar equipados con dispositivos
de protección contra esos riesgos, salvo cuando existan otros dispositivos adecuados para controlar el riesgo de choque.
h) Los equipos de trabajo que por su movilidad o por la de las cargas que desplacen puedan suponer un riesgo, en las condiciones de uso previstas, para la seguridad de los
trabajadores situados en sus proximidades, deberán ir provistos de una señalización
acústica de advertencia.
2. Disposiciones mínimas aplicables a los equipos de trabajo para elevación de cargas.
a) Los equipos de trabajo para la elevación de cargas deberán estar instalados firmemente
cuando se trate de equipos fijos, o disponer de los elementos o condiciones necesarias
en los casos restantes, para garantizar su solidez y estabilidad durante el empleo, teniendo en cuenta, en particular, las cargas que deben levantarse y las tensiones inducidas en los puntos de suspensión o de fijación a las estructuras.
En las máquinas para elevación de cargas deberá figurar una indicación claramente visible de su carga nominal y, en su caso, una placa de carga que estipule la carga nominal
de cada configuración de la máquina.
b) Los accesorios de elevación deberán estar marcados de tal forma que se puedan identificar las características esenciales para un uso seguro.
c) Si el equipo de trabajo no está destinado a la elevación de trabajadores y existe posibilidad de confusión deberá fijarse una señalización adecuada de manera visible.
d) Los equipos de trabajo instalados de forma permanente deberán instalarse de modo
que se reduzca el riesgo de que la carga caiga en picado, se suelte o de desvíe involuntariamente de forma peligrosa o, por cualquier otro motivo, golpee a los trabajadores.
e) Las máquinas para elevación o desplazamiento de trabajadores deberán poseer las
características apropiadas para:
1. Evitar, por medio de dispositivos apropiados, los riesgos de caída del habitáculo,
cuando existan tales riesgos.
2. Evitar los riesgos de caída del usuario fuera del habitáculo, cuando existan tales
riesgos.
3. Evitar los riesgos de aplastamiento, aprisionamiento o choque del usuario, en especial los debidos a un contacto fortuito con objetos.
4. Garantizar la seguridad de los trabajadores que en caso de accidente queden bloqueados en el habitáculo y permitir su liberación.
Si por razones inherentes al lugar y al desnivel, los riesgos previstos en el párrafo 1 anterior
no pueden evitarse por medio de ningún dispositivo de seguridad, deberá instalarse un cable
con coeficiente de seguridad reforzado cuyo buen estado se comprobará todos los días de
trabajo.
75
DISPOSICIONES RELATIVAS A LA UTILIZACIÓN DE LOS EQUIPOS DE TRABAJO.
Las disposiciones indicadas a continuación se aplicarán cuando exista el riesgo correspondiente
para el equipo de trabajo considerado.
Se hace la exposición teniendo en cuenta cuatro grandes apartados:
1. Condiciones generales de utilización de los equipos de trabajo.
2. Condiciones de utilización de equipos de trabajo móviles, automotores o no.
3. Condiciones de utilización de equipos de trabajo para la elevación de cargas.
4. Disposiciones relativas a la utilización de los equipos de trabajo para la realización de trabajos temporales en altura.
1. Condiciones generales de utilización de los equipos de trabajo.
1. Los equipos de trabajo se instalarán, dispondrán y utilizarán de modo que se reduzcan los
riesgos para los usuarios del equipo y para los demás trabajadores.
2. En su montaje se tendrá en cuenta la necesidad de suficiente espacio libre entre los elementos móviles de los equipos de trabajo y los elementos fijos o móviles de su entorno y de
que puedan suministrarse o retirarse de manera segura las energías y sustancias utilizadas
o producidas por el equipo.
3. Los trabajadores deberán poder acceder y permanecer en condiciones de seguridad en todos
los lugares necesarios para utilizar, ajustar o mantener los equipos de trabajo.
4. Los equipos de trabajo no deberán utilizarse de forma o en operaciones o en condiciones
contraindicadas por el fabricante. Tampoco podrán utilizarse sin los elementos de protección
previstos para la realización de la operación de que se trate.
5. Los equipos de trabajo solo podrán utilizarse de forma o en operaciones o en condiciones no
consideradas por el fabricante si previamente se ha realizado una evaluación de los riesgos
que ello conllevaría y se han tomado las medidas pertinentes para su eliminación o control.
6. Antes de utilizar un equipo de trabajo se comprobará que sus protecciones y condiciones de
uso son las adecuadas y que su conexión o puesta en marcha no representa un peligro para
terceros. Los equipos de trabajo dejarán de utilizarse si se producen deterioros, averías u
otras circunstancias que comprometan la seguridad de su funcionamiento.
7. Cuando se empleen equipos de trabajo con elementos peligrosos accesibles que no puedan
ser totalmente protegidos, deberán adoptarse las precauciones y utilizarse las protecciones
individuales apropiadas para reducir los riesgos al mínimo posible. En particular, deberán
tomarse las medidas necesarias para evitar, en su caso, el atrapamiento de cabello, ropas
de trabajo u otros objetos que pudiera llevar el trabajador.
8. Cuando durante la utilización de un equipo de trabajo sea necesario limpiar o retirar residuos
cercanos a un elemento peligroso, la operación deberá realizarse con los medios auxiliares
adecuados y que garanticen una distancia de seguridad suficiente.
9. Los equipos de trabajo deberán ser instalados y utilizados de forma que no puedan caer,
volcar o desplazarse de forma incontrolada, poniendo en peligro la seguridad de los trabajadores.
10.Los equipos de trabajo no deberán someterse a sobrecargas, sobrepresiones, velocidades o
tensiones excesivas que puedan poner en peligro la seguridad del trabajador que los utiliza
o la de terceros.
11.Cuando la utilización de un equipo de trabajo pueda dar lugar a proyecciones o radiaciones
peligrosas, sea durante su funcionamiento normal o en caso de anomalía previsible, deberán
adoptarse las medidas de prevención o protección adecuadas para garantizar la seguridad
de los trabajadores que los utilicen o se encuentren en sus proximidades.
12.Los equipos de trabajo llevados o guiados manualmente, cuyo movimiento pueda suponer
un peligro para los trabajadores situados en sus proximidades, se utilizarán con las debidas
precauciones, respetándose en todo caso una distancia de seguridad suficiente. A tal fin,
los trabajadores que los manejen deberán disponer de condiciones adecuadas de control y
visibilidad.
76
13.En ambientes especiales tales como locales mojados o de alta conductividad, locales con
alto riesgo de incendio, atmósferas explosivas o ambientes corrosivos, no se emplearán
equipos de trabajo que en dicho entorno supongan un peligro para la seguridad de los trabajadores.
14.Los equipos de trabajo que puedan ser alcanzados por los rayos durante su utilización deberán estar protegidos contra sus efectos por dispositivos o medidas adecuadas.
15.El montaje y desmontaje de los equipos de trabajo deberá realizarse de manera segura, especialmente mediante el cumplimiento de las instrucciones del fabricante cuando las haya.
16.Las operaciones de mantenimiento, ajuste, desbloqueo, revisión o reparación de los equipos
de trabajo que puedan suponer un peligro para la seguridad de los trabajadores se realizarán
tras haber parado o desconectado el equipo, haber comprobado la inexistencia de energías
residuales peligrosas y haber tomado las medidas necesarias para evitar su puesta en marcha o conexión accidental mientras esté efectuándose la operación. Cuando la parada o desconexión no sea posible se adoptarán las medidas necesarias para que estas operaciones se
realicen de forma segura o fuera de las zonas peligrosas.
17.Cuando un equipo de trabajo deba disponer de un diario de mantenimiento, éste permanecerá actualizado.
18.Los equipos de trabajo que se retiren de servicio deberán permanecer con sus dispositivos
de protección o deberán tomarse las medidas necesarias para imposibilitar su uso. En caso
contrario, dichos equipos deberán permanecer con sus dispositivos de protección.
19.Las herramientas manuales deberán ser de características y tamaño adecuados a la operación a realizar. Su colocación y transporte no deberá implicar riesgos para la seguridad de los
trabajadores.
2. Condiciones de utilización de equipos de trabajo móviles, automotores o no.
1. La conducción de equipos de trabajo automotores estará reservada a los trabajadores que
hayan recibido una formación específica para la conducción segura de esos equipos de trabajo.
2. Cuando un equipo de trabajo maniobre en una zona de trabajo, deberán establecerse y respetarse unas normas de circulación adecuadas.
Deberán adoptarse medidas de organización para evitar que se encuentren trabajadores a
pie en la zona de trabajo de equipos de trabajo automotores.
3. Si se requiere la presencia de trabajadores a pie para la correcta realización de los trabajos,
deberán adoptarse medidas apropiadas para evitar que resulten heridos por los equipos.
4. El acompañamiento de trabajadores en equipos de trabajo móviles movidos mecánicamente
sólo se autorizará en emplazamientos seguros acondicionados a tal efecto. Cuando deban
realizarse trabajos durante el desplazamiento, la velocidad deberá adaptarse si es necesario.
5. Los equipos de trabajo móviles dotados de un motor de combustión no deberán emplearse
en zonas de trabajo, salvo si se garantiza en las mismas una cantidad suficiente de aire que
no suponga riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores.
3. Condiciones de utilización de equipos de trabajo para la elevación de cargas.
1. Generalidades:
a) Los equipos de trabajo desmontables o móviles que sirvan para la elevación de cargas
deberán emplearse de forma que se pueda garantizar la estabilidad del equipo durante
su empleo en las condiciones previsibles, teniendo en cuenta la naturaleza del suelo.
b) La elevación de trabajadores sólo estará permitida mediante equipos de trabajo y accesorios previstos a tal efecto. No obstante, cuando con carácter excepcional hayan
de utilizarse para tal fin equipos de trabajo no previstos para ello, deberán tomarse las
medidas pertinentes para garantizar la seguridad de los trabajadores y disponer de una
vigilancia adecuada.
77
c) Durante la permanencia de trabajadores en equipos de trabajo destinados a levantar
cargas, el puesto de mando deberá estar ocupado permanentemente. Los trabajadores
elevados deberán disponer de un medio de comunicación seguro y deberá estar prevista
su evacuación en caso de peligro.
d) A menos de que fuera necesario para efectuar correctamente los trabajos, deberán
tomarse medidas para evitar la presencia de trabajadores bajo las cargas suspendidas.
No estará permitido el paso de las cargas por encima de lugares de trabajo no protegidos ocupados habitualmente por trabajadores. Si ello no fuera posible, por no poderse
garantizar la correcta realización de los trabajos de otra manera, deberán definirse y
aplicarse procedimientos adecuados.
e) Los accesorios de elevación deberán seleccionarse en función de las cargas que se
manipulen, de los puntos de prensión, del dispositivo del enganche y de las condiciones
atmosféricas, y teniendo en cuenta la modalidad y la configuración del amarre. Los ensamblajes de accesorios de elevación deberán estar claramente marcados para permitir
que el usuario conozca sus características, si no se desmontan tras el empleo.
f) Los accesorios de elevación deberán almacenarse de forma que no se estropeen o deterioren.
2. Equipos de trabajo para la elevación de cargas no guiadas:
a) Si dos o más equipos de trabajo para la elevación de cargas no guiadas se instalan o se
montan en un lugar de trabajo de manera que sus campos de acción se solapen, deberán
adoptarse medidas adecuadas para evitar las colisiones entre las cargas o los elementos de
los propios equipos.
b) Durante el empleo de un equipo de trabajo móvil para la elevación de cargas no guiadas,
deberán adoptarse medidas para evitar su balanceo, vuelco y, en su caso, desplazamiento y
deslizamiento. Deberá comprobarse la correcta realización de estas medidas.
c) Si el operador de un equipo de trabajo para la elevación de cargas no guiadas no puede
observar el trayecto completo de la carga ni directamente ni mediante los dispositivos auxiliares que faciliten las informaciones útiles, deberá designarse un encargado de señales en
comunicación con el operador para guiarle y deberán adoptarse medidas de organización
para evitar colisiones de la carga que puedan poner en peligro a los trabajadores.
d) Los trabajos deberán organizarse de forma que mientras un trabajador esté colgando o
descolgando una carga a mano, pueda realizar con toda seguridad esas operaciones, garantizando en particular que dicho trabajador conserve el control, directo o indirecto, de las
mismas.
e) Todas las operaciones de levantamiento deberán estar correctamente planificadas, vigiladas
adecuadamente y efectuadas con miras a proteger la seguridad de los trabajadores. En particular, cuando dos o más equipos de trabajo para la elevación de cargas no guiadas deban
elevar simultáneamente una carga, deberá elaborarse y aplicarse un procedimiento con el
fin de garantizar una buena coordinación de los operadores.
f) Si algún equipo de trabajo para la elevación de cargas no guiadas no puede mantener las
cargas en caso de avería parcial o total de la alimentación de energía, deberán adoptarse
medidas apropiadas para evitar que los trabajadores se expongan a los riesgos correspondientes.
g) Las cargas suspendidas no deberán quedar sin vigilancia, salvo si es imposible el acceso a
la zona de peligro y si la carga se ha colgado con toda seguridad y se mantiene de forma
completamente segura.
h) El empleo al aire libre de equipos de trabajo para la elevación de cargas no guiadas deberá
cesar cuando las condiciones meteorológicas se degraden hasta el punto de causar perjuicio a la seguridad de funcionamiento y provocar de esa manera que los trabajadores corran
riesgos. Deberán adoptarse medidas adecuadas de protección, destinadas especialmente a
impedir el vuelco del equipo de trabajo, para evitar riesgos a los trabajadores.
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4. Disposiciones relativas a la utilización de los equipos de trabajo para la realización de
trabajos temporales en altura.
1. Se aplica cuando no pueden efectuarse trabajos temporales en altura de manera segura
y en condiciones ergonómicas aceptables desde una superficie adecuada, eligiéndose los
equipos de trabajo más apropiados para garantizar y mantener unas condiciones de trabajo
seguras y teniendo en cuenta que debe darse prioridad a las medidas de protección colectiva
frente a las medidas de protección individual.
2. Se regula también la utilización de escaleras de mano para la realización de los trabajos
en altura, limitándose a los supuestos en que la utilización de otros equipos de trabajo
más seguros no esté justificada por el bajo nivel de riesgo y características de los emplazamientos.
3. Utilización de las técnicas de acceso y de posicionamiento mediante cuerdas: debe limitarse a circunstancias en que la evaluación del riesgo indique que el trabajo puede ejecutarse
de manera segura y que no está justificada la utilización de otro equipo de trabajo más
seguro.
4. Posible instalación de dispositivos de protección contra caídas: con una configuración y
resistencia adecuadas para prevenir o detener la caídas de altura y evitar lesiones de los
trabajadores.
5. Retirada temporal de un dispositivo de protección colectiva contra caídas: deben preverse
medidas compensatorias y eficaces de seguridad que han de especificarse en la planificación preventiva.
6. Condiciones meteorológicas adecuadas: la realización de trabajos temporales en altura únicamente podrán efectuarse bajo condiciones meteorológicas que no supongan peligro para
la salud y seguridad de los trabajadores.
7. Se contempla también en este apartado de trabajos temporales en altura ciertas disposiciones específicas sobre la utilización de escaleras de mano (su colocación, su deslizamiento,
sus dispositivos, el ascenso y descenso, las alturas, etc.).
8. También se contemplan disposiciones específicas relativas a la utilización de los andamios
(el proyecto, su montaje, su mantenimiento, las plataformas, las pasarelas, las escaleras,
los elementos de apoyo, las dimensiones, forma y disposición, la inspección, su desmontaje,
etc.).
9. También se prevén disposiciones específicas sobre la utilización de las técnicas de acceso y
de posicionamiento mediante cuerdas (condiciones de utilización de estas técnicas).
ANEXO VI
Indicaciones para la manipulación manual de cargas
A) En relación con la carga.
a) El peso de la carga
Es uno de los factores más importantes a la hora de evaluar el riesgo en la manipulación manual. A efectos prácticos, se consideran cargas los objetos que pesen más de 3 Kg. El peso
máximo que se recomienda no sobrepasar es de 25 Kg, esto en condiciones ideales de manipulación, es decir, en una postura adecuada para el manejo (carga cerca del cuerpo, espalda
derecha, sin giros ni inclinaciones), una sujeción firme del objeto con una posición neutral de
la muñeca, levantamientos suaves y espaciados y condiciones ambientales favorables.
Este es un nuevo apartado del Anexo II del Real Decreto 1215/1997, de 18 de julio, añadido por el Real Decreto 2177/2004,
de 12 de noviembre.
79
No obstante, si la población expuesta son mujeres, trabajadores jóvenes o de edad avanzada, no se deberían manejar cargas superiores a 15 Kg.
En circunstancias especiales, trabajadores sanos y bien entrenados físicamente, podrían
manipular cargas de hasta 40 Kg, siempre que la tarea se realice de forma esporádica y en
condiciones seguras.
Los pesos enunciados anteriormente son considerados bajo condiciones ideales, si no fuera
así vendrían reducidos según la situación.
b) El tamaño de la carga
–
Si la carga es demasiado alta puede entorpecer la visibilidad, haciendo tropezar al trabajador con objetos que están en su camino.
–
Si es demasiado ancha le obligará a mantener posturas forzadas de los brazos, lo que
no permitirá un agarre adecuado de la carga.
Además no será posible levantarla del suelo en una postura segura, ya que no puede ser
acercada al cuerpo y por lo tanto mantener la espalda derecha.
–
Si la carga es demasiado profunda, aumentará la distancia horizontal, siendo mayor la
fuerza compresiva en la columna vertebral.
Lo más conveniente es que la anchura de la carga no supere la anchura de los hombros
(aproximadamente 60 cm). La profundidad de la carga no debe superar los 50 cm, aunque
la dimensión óptima son 35 cm.
Si se superan los valores (altura, anchura y profundidad) en más de una dimensión, el riesgo
se incrementará.
También el riesgo aumentará si el objeto no posee agarres convenientes.
c) La superficie de la carga
No debe tener elementos peligrosos que puedan provocar lesiones en quien la transporte.
En caso contrario se deberán usar guantes apropiados.
Dichos elementos peligrosos pueden ser: bordes cortantes, carga resbaladiza (en sí misma
o por algún derrame externo), carga demasiado caliente o demasiado fría, etc.
d) Las indicaciones acerca del peso y centro de gravedad de la carga
Deben ir indicadas en el exterior de las mismas, con objeto de tomar precauciones en su
manejo, evitando levantamientos peligrosos.
Si no es así, el trabajador debe ser informado de estos datos por parte de quien corresponda; así si lleva elementos que puedan moverse, líquidos, o cuando el centro geométrico esté
desplazado.
Si la empresa no conoce estos datos deberá solicitarse información al fabricante o suministrador de la misma.
Si el centro de gravedad de un objeto está desplazado de su centro geométrico, puede
suceder que se encuentre muy alejado del centro de gravedad del cuerpo del trabajador,
aumentando de este modo las fuerzas compresivas que se van a generar en los músculos y
articulaciones (especialmente en la zona lumbar).
Las cargas deberán tener el centro de gravedad fijo y centrado, en la medida de lo posible. Si
no fuera así, se deberá advertir en una etiqueta o informar de ello al trabajador. Las cargas
con el centro de gravedad descentrado se manipularán con el lado más pesado cerca del
cuerpo.
Siguiendo la norma UNE EN 20780 (embalajes, símbolos gráficos relativos a la manipulación
de mercancías), para indicar el centro de gravedad de la carga –cuando no es idéntico al
centro de gravedad sugerido por la forma del embalaje–, se utilizará el símbolo que aparece
en la figura, que indica dónde se halla situado el centro de gravedad real, siendo éste el punto de interacción de tres ejes determinados por el emplazamiento de los símbolos. Dichos
símbolos deben ir colocados sobra cada una de las caras de la carga.
80
e) Los movimientos bruscos o inesperados de las cargas
Hay cargas que pueden moverse de forma brusca o inesperada, como objetos encajonados o
amarrados, los cuales pueden soltarse bruscamente durante su manipulación, dando origen
a un riesgo de lesión dorsolumbar.
Cuando se movilizan enfermos o se transportan animales vivos pueden existir también estos
riesgos, ya que pueden realizar movimientos impredecibles cambiando, de este modo, su
centro de gravedad.
Si son manipuladas cargas con estas características se deberá:
–
Acondicionar la carga de modo que impida dichos movimientos del contenido.
–
Usar grúas mecánicas u otras ayudas similares. Por ejemplo, cuando se transportan
enfermos.
–
Manipular en equipo.
B) En relación con el movimiento realizado.
a) Posición de la carga con respecto al cuerpo
Un factor fundamental en la aparición de riesgo por la manipulación manual de las cargas es el
alejamiento de los mismos del centro de gravedad del cuerpo del trabajador.
En este alejamiento intervienen dos factores: la distancia horizontal (H), es decir, la distancia
entre el punto medio de las manos al punto medio de los tobillos mientras se está en posición de
levantamiento, y la distancia vertical (V): distancia desde el suelo al punto en que las manos sujetan
el objeto. Dichos factores indicarán las «coordenadas» de la situación espacial de la carga. Cuanto
más alejada esté la carga del cuerpo, mayores serán las fuerzas compresivas que se generarán en la
columna vertebral y, por tanto, el riesgo de lesión será mayor.
El peso teórico recomendado que se podría manejar en función de la posición de la carga con
respecto al cuerpo se indica en la figura de la página siguiente.
Cuando se manipulan cargas en más de una zona se tendrá en cuenta la más desfavorable, para
mayor seguridad.
El mayor peso teórico recomendado es de 25 Kg, que corresponde a la posición más favorable de
la carga, es decir, pegada al cuerpo, a una altura comprendida entre los codos y los nudillos.
Por ejemplo, si un trabajador debe manipular una carga que se encuentra en una mesa y la debe
colocar en un estante que se encuentra elevado (ver figura anterior), el peso teórico recomendado
sería de 7 Kg, puesto que la zona más desfavorable de manipulación está comprendida entre la altura
de la cabeza y la altura del hombro del trabajador, y separada del cuerpo.
Para la manipulación de cargas en postura sentada, no deberían manipularse cargas de más
de 5 Kg, siempre que sea en una zona próxima al tronco, evitando manipular cargas a nivel del
suelo o por encima del nivel de los hombros, o hacer giros e inclinaciones del tronco.
Ello es debido a que la capacidad de levantamiento, mientras se está sentado, es menor que
cuando se manejan cargas en posición de pie, ya que no pueden ser utilizadas las piernas en el
levantamiento, el cuerpo no puede servir de contrapeso y el esfuerzo mayor recae en los músculos,
más débiles, de los brazos y tronco.
Además la curvatura lumbar está modificada en esta postura y ello aumenta el riesgo de lesiones.
Para la manipulación en equipo hay que tener en cuenta que las capacidades individuales disminuyen debido a la dificultad de sincronizar los movimientos y obstaculización de la visión de unos
a otros. En general, la capacidad de levantamiento es dos tercios de la suma de las capacidades
individuales cuando son dos personas, y la mitad de la suma de las capacidades cuando son tres
personas.
b) El desplazamiento vertical de la carga
El desplazamiento vertical de una carga es la distancia que recorre la misma desde que se inicia
el levantamiento hasta que finaliza la manipulación.
81
Cuando se deben almacenar cargas se producen grandes desplazamientos verticales, sumado al
hecho de que frecuentemente ello va unido a la modificación del agarre.
El desplazamiento vertical ideal de una carga es de hasta 25 cm, siendo considerados permitidos
los comprendidos entre la altura de los hombros y la altura de media pierna. Fuera de estos límites
no es recomendada la manipulación. Además no se debe permitir manejar cargas por encima de 175
cm, que es el límite de alcance para muchas personas.
c) Los giros del tronco
Viene determinado por el ángulo que forman las líneas que unen los talones con la línea de los
hombros.
Cuanto más grande sea el ángulo más riesgos de lesiones existirán.
Siempre que sea posible los giros no son recomendados; éstos aumentan las fuerzas compresivas en la zona lumbar.
d) La inclinación del tronco
La manipulación de una carga con el tronco inclinado aumenta el riesgo de lesión en la zona, ya que
se generan fuerzas compresivas en la zona lumbar mucho mayores que si el tronco estuviera derecho.
Dicha inclinación puede deberse tanto a una pésima técnica de levantamiento como a una falta
de espacio, fundamentalmente vertical.
La postura correcta al manejar una carga es con la espalda derecha.
e) El agarre de la carga
Pueden producirse problemas en el agarre de la carga si ésta es redonda, resbaladiza o sus agarres son deficientes. Podemos encontrar tres posibilidades:
–
Si tienen buenos agarres como asas u otro tipo con formas y tamaños que permitan que la
mano se asiente en ellos confortablemente, permaneciendo la muñeca en posición neutral,
sin desviaciones ni posturas incómodas.
–
Si sus agarres son mediocres, con asas o hendiduras no tan cómodas como en el caso anterior. O también cargas sin asas que pueden sujetarse flexionando la mano 90º alrededor
de la carga.
–
Si no tiene agarres claros, la dificultad de manipulación se hace enormemente superior.
f) La frecuencia de la manipulación
Si se hace muy frecuente la manipulación manual de cargas nos vamos a encontrar con que el
trabajador experimentará una elevada fatiga física y, consecuentemente, una mayor probabilidad de
sufrir un accidente ya que los músculos no responderán de modo eficiente al esfuerzo.
En estos casos el trabajador deberá ocupar el resto de su tiempo laboral en la realización de
actividades que no impliquen la utilización de los mismos grupos musculares.
g) El transporte de la carga
En un turno de 8 horas, los límites de carga acumulada diariamente, en función de la distancia
de transporte, no deben superar los de la siguiente tabla:
Distancia de transporte (en metros)
Kg/día transportados (máximo)
Hasta 10 m
10.000 Kg
Más de 10 m
6.000 Kg
Preventivamente, lo ideal es no transportar una carga a una distancia superior a 1 metro.
h) Las fuerzas de empuje y tracción
Aparte de la intensidad de la fuerza empleada, ésta no se aplicará correctamente si se empuja
o tracciona una carga con las manos por debajo de la altura de los nudillos o por encima del nivel de
los hombros, ya que fuera de estos límites, el punto de aplicación de las fuerzas será excesivamente
alto o bajo.
82
A modo indicativo, no deben superarse los siguientes valores:
–
Para poner en movimiento o parar una carga: 25 Kg (aproximadamente 250 N).
–
Para mantener una carga en movimiento: 10 Kg (aproximadamente 100 N).
i) Las pausas o períodos de recuperación
Es conveniente realizar pausas adecuadas, preferiblemente flexibles, ya que las fijas y obligatorias suelen ser menos efectivas para aliviar la fatiga.
También es conveniente la rotación de tareas, con cambios en la actividad física que impliquen
diferentes grupos musculares.
j) El ritmo impuesto por el proceso
Un ritmo de trabajo impuesto hace que el trabajador padezca una fatiga mayor. Lo ideal es que el
mismo trabajador pueda regular su ritmo de trabajo cuando realiza tareas de manipulación de cargas.
k) La inestabilidad de la postura
Si la tarea es realizada en una postura inestable, nos encontramos con la posibilidad de pérdida de
equilibrio, de tensiones en músculos y articulaciones con el consiguiente riesgo para el trabajador.
C) En relación con las condiciones en las que se desarrolla la manipulación
a) Los suelos resbaladizos o desiguales
Pueden aumentar los riesgos de que se produzcan tropiezos o resbalones, impidiendo los movimientos seguros y firmes. Además el pavimento no debe presentar desniveles ni irregularidades que
impidan el buen agarre del calzado.
b) El espacio insuficiente
Las restricciones de espacio darán lugar a giros e inclinaciones del tronco muy peligrosas por el
riesgo de lesión.
c) Los desniveles de los suelos
Si se deben subir escalones o cuestas en la manipulación de cargas, el riesgo de lesión aumentará, pues los movimientos se hacen más complicados y se crean fuerzas estáticas en los músculos
y articulaciones de la espalda.
El RD 486/1997, en su artículo 9.5, prohíbe el transporte y la manipulación de cargas por o
desde escaleras de mano cuando su peso o dimensiones puedan poner en peligro la seguridad del
trabajador.
d) Las condiciones termohigrométricas extremas
Si la temperatura es demasiado alta, durante la tarea de manipulación el trabajador puede experimentar un estado de fatiga mucho antes de lo normal y, además, con la transpiración de las manos,
aumentará el riesgo en el agarre de la carga, con peligro de soltarse y provocar una lesión. En estos
casos es necesario un adecuado reposo fisiológico.
Si la temperatura es demasiada baja, los músculos se entumecerán, especialmente de brazos
y manos, y se dificultarán los movimientos, con el consiguiente peligro de lesión. En estos casos el
trabajador estará suficientemente abrigado y procurará no realizar movimientos bruscos o violentos
antes de haber calentado los músculos.
De cualquier modo, se aconseja, en la medida de lo posible, mantener la temperatura dentro de
unos rangos confortables.
El citado RD 486/1997, sobre lugares de trabajo recomienda que en locales interiores el rango
de temperaturas para trabajos manuales ligeros se encuentre entre 14º y 25ºC.
Si estas temperaturas varían, o las condiciones de la carga son especiales (cargas pesadas, manipulación frecuente u otras dificultades), es conveniente que expertos analicen la situación y valoren
el riesgo que pueda producirse.
Si los lugares de trabajo son al aire libre o no puedan ser cerrados, deben tomarse medidas para
la protección de los trabajadores.
83
La humedad relativa también desempeña un papel importante, y para hacer óptimo el desarrollo
del trabajo ésta debe situarse entre el 30 y el 70%.
e) Las ráfagas de viento fuertes
Pueden ser peligrosas en dos sentidos. Por un lado, pueden enfriar el cuerpo y entumecerlo
rápidamente. Y por otro pueden hacer desequilibrar las cargas, especialmente cuando su forma es
laminar o tienen un gran volumen.
Normalmente ocurre en exteriores, en las inmediaciones de edificios, ya que éstos pueden cortar
el viento.
f) La iluminación deficiente
La falta de visibilidad apropiada durante el traslado de material puede aumentar el riesgo de que
se produzcan tropiezos o accidentes, al no calcular adecuadamente la posición y distancia debido a
deficiente iluminación o posibles deslumbramientos.
g) Las vibraciones
Pueden producir molestias, dolores y hasta lesiones en la columna vertebral, fundamentalmente,
pero también en otras articulaciones del cuerpo. Si el traslado y manipulación del material se realiza
sobre superficies que estén sometidas a vibraciones, el riesgo para la zona dorsolumbar aumenta
considerablemente.
h) Los equipos de protección individual
No deberán interferir en la capacidad del trabajador para realizar movimientos, ni impedir la visión
o dificultarla, ni disminuirán la destreza manual.
Hablamos de prendas de protección completas, que pueden entorpecer los movimientos; de gafas, máscaras, etc., que si son muy voluminosas pueden afectar la visibilidad; de guantes inapropiados que afecten a la correcta sujeción de la carga; de bolsillos, cinturones u otros elementos fáciles
de enganchar, con el riesgo de accidentes.
i) El calzado
Debe ser antideslizante, con protección adecuada del pie contra la caída de objetos, estable y
no debe provocar caídas.
D) Tareas peligrosas
a) Tareas peligrosas para personas con problemas de salud
Se deberán evaluar los riesgos si el trabajador es especialmente sensible por sus características
personales o su estado biológico, tales como molestias o lesiones de espalda.
b) Tareas que requieren capacidades físicas inusuales del trabajador
Ya se comentó que las mujeres, en su conjunto, tienen menor capacidad de aplicar fuerza en
el levantamiento (aproximadamente 2/3 de la capacidad de los hombres, en conjunto). También los
trabajadores jóvenes o mayores de 45 años.
Por lo tanto, no deben diseñarse tareas que supongan riesgo para la mayoría de los trabajadores
implicados.
c) Tareas peligrosas para mujeres embarazadas
Las mujeres que manejan habitualmente cargas en su puesto de trabajo deberán evitarlas durante el embarazo y hasta tres meses posteriores al parto.
La espalda de éstas se encuentra dolorida y expuesta a un esfuerzo adicional por la sobrecarga
del peso del hijo. Además los cambios hormonales que se producen pueden afectar a ligamentos,
aumentando el riesgo de lesión muscular.
La Directiva 92/85/CE se ocupa ampliamente de estos casos.
E) La formación e información insuficientes
Es también un factor de riesgo considerable al no encontrarse el trabajador capacitado para
comprender las situaciones, con riesgo de lesión, en que se puede encontrar.
84
Método para el levantamiento manual y traslado de cargas
Como regla general es preferible manipular las cargas cerca del cuerpo, a una altura comprendida entre la altura de los codos y los nudillos, ya que de este modo disminuye la tensión en la zona
lumbar.
Si las cargas que deben ser manipuladas están situadas en el suelo o cerca del mismo, se utilizarán las técnicas de manejo de cargas que permitan utilizar los músculos de las piernas más que
los de la espalda.
A continuación expondremos el procedimiento general para el levantamiento de cargas en situaciones normales; cuando manipulemos objetos especiales como barriles o cuando levantemos
enfermos u otro, deberemos desarrollar técnicas específicas.
A) Planificación del levantamiento
–
Seguir las indicaciones indicadas en el embalaje acerca de los posibles riesgos de la carga,
como centro de gravedad inestable, líquidos en su interior o materiales peligrosos.
–
Si no aparecen indicaciones, observar bien la carga: su tamaño, posible peso, zonas de
agarre, puntos peligrosos... probar a alzar un lado para tener una cierta idea de su peso.
–
Si el peso fuera excesivo buscar ayuda si es que no pueden usarse medios mecánicos.
–
Usar el equipo y calzado apropiado.
B) Colocación de los pies
Separar los pies para adquirir una postura estable y equilibrada para el levantamiento colocando
un pie más adelantado que el otro en la dirección del movimiento.
C) Postura de levantamiento
–
Doblar las piernas manteniendo la espalda recta y el mentón metido. No flexionar demasiado
las rodillas.
–
No girar el tronco ni adoptar posturas forzadas.
D) Agarre firme
Sujetar firmemente la carga empleando ambas manos, mantener la carga pegada al cuerpo. El
mejor agarre es probablemente el agarre de gancho, aunque esto depende de cada trabajador, lo
importante es que sea seguro.
Cuando se deba cambiar el agarre, hacerlo suavemente o apoyando la carga en alguna superficie, con mucha atención ya que ello puede crear situaciones de peligro.
E) Levantamiento suave
Alzarse con suavidad, por extensión de las piernas, manteniendo la espalda derecha. No dar
tirones a la carga ni moverla bruscamente.
F) Evitación de giros
No realizar giros, es preferible mover los pies para colocarse en la posición adecuada.
G) Carga pegada al cuerpo
Mantenerla pegada al cuerpo durante todo el proceso de levantamiento.
H) Deposición de la carga
–
Si el levantamiento es desde el suelo hasta una postura importante de altura, por ejemplo la
altura de los hombros o incluso más, apoyar la carga a medio camino para poder cambiar el
agarre.
–
Depositar la carga y después ajustar su posición, si fuera necesario.
–
Realizar levantamientos con paradas durante el mismo.
Por considerarlo de utilidad, se reproduce a continuación el póster relativo a la movilización de
enfermos editado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
85
ANEXO VII
Pantallas de visualización de datos
Obligaciones del empresario.
Según el artículo 3 del Real Decreto 488/1997, son obligaciones generales del empresario:
1. La adopción de las medidas necesarias para que la utilización por los trabajadores de equipos con pantallas de visualización no suponga riesgos para su seguridad o salud o, si ello no
fuera posible, para que tales riesgos se reduzcan al mínimo.
2. Evaluar los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores, teniendo en cuenta en particular los posibles riesgos para la vista y los problemas físicos y de carga mental, así como
el posible efecto añadido o combinado de los mismos. La evaluación se realizará tomando
en consideración las características propias del puesto de trabajo y las exigencias de la tarea
y entre éstas, especialmente, las siguientes:
a) El tiempo promedio de utilización diaria del equipo.
b) El tiempo máximo de atención continua a la pantalla requerido por la tarea habitual.
c) El grado de atención que exija dicha tarea.
3. Si la evaluación pone de manifiesto que la utilización por los trabajadores de equipos con
pantallas de visualización supone o puede suponer un riesgo para su seguridad o salud, el
empresario adoptará las medidas técnicas u organizativas necesarias para eliminar o reducir
el riesgo al mínimo posible. En particular, deberá reducir la duración máxima del trabajo continuado en pantalla, organizando la actividad diaria de forma que esta tarea se alterne con
otras o estableciendo las pausas necesarias cuando la alternancia de tareas no sea posible
o no baste para disminuir el riesgo suficientemente.
En los Convenios Colectivos podrá acordarse la periodicidad, duración y condiciones de organización de los cambios de actividad y pausas a que se refiere el apartado anterior.
En los comentarios de la Guía Técnica del INSHT se expone que los principales riesgos asociados
al uso de equipos con pantalla de visualización son:
–
Los trastornos musculoesqueléticos.
–
La fatiga visual.
–
La fatiga mental.
En consecuencia, el empresario debe proceder a realizar la evaluación de los riesgos para la
seguridad y salud de los trabajadores usuarios de los equipos con pantallas de visualización, especialmente de los relativos a la fatiga visual, los trastornos musculoesqueléticos y los derivados de
la carga mental. A estos riesgos está sometida cualquier persona que haya sido catalogada como
"trabajador" usuario de pantallas de visualización, con arreglo a los criterios expuestos anteriormente.
Por tanto, la citada evaluación deberá realizarse en todos aquellos puestos equipados con "pantallas
de visualización" que puedan ser ocupados por empleados con la consideración de "trabajadores"
usuarios de dichos equipos.
En general, los mencionados riesgos se pueden incrementar en la medida en que el diseño del
puesto, el medio ambiente físico y la organización del trabajo no tengan en cuenta las necesidades
y limitaciones del usuario. Dado que cualquier riesgo para la salud puede incrementarse como consecuencia del efecto combinado de diferentes factores causales, el análisis debería tener en cuenta
los siguientes aspectos:
–
Comprender todos los elementos que integran el puesto de trabajo: el equipo informático, la configuración del puesto, el medio ambiente físico, los programas informáticos
y la organización de la actividad, que incluye los aspectos temporales del trabajo ante
la pantalla de visualización. Estos aspectos temporales (tiempo promedio de utilización
diaria del equipo, tiempo de atención continua a la pantalla, etc., son de gran importancia, porque inciden directamente en los riesgos derivados del trabajo con pantallas de
86
visualización, pero no deben ser considerados de forma independiente con respecto a
los demás aspectos del puesto.
–
Incluir los aspectos que pueden contribuir de forma indirecta en la aparición de problemas.
Por ejemplo, las malas posturas pueden ser debidas no sólo al diseño inadecuado del puesto
o a los hábitos del trabajador sino también al intento de eludir reflejos molestos; la fatiga
mental puede deberse no sólo a la complejidad de la tarea o la organización del trabajo, sino
también a la mala legibilidad de la pantalla, etc.
–
El análisis debe ser capaz de reflejar el tipo y magnitud de los riesgos que pueden
derivarse de la actividad realizada y de sus exigencias: visuales, mentales, posturales,
gestuales, etc.
–
Debe incorporar la información relativa al conocimiento y experiencia del trabajador sobre su
propio puesto.
No obstante, la naturaleza de los riesgos derivados del trabajo prolongado con pantallas de
visualización limita el tipo de evaluación que puede realizarse en la práctica. Así, la carga visual y el
correspondiente riesgo de fatiga dependen de múltiples factores:
a) Los derivados de las exigencias de la tarea:
El tiempo promedio de utilización diaria del equipo.
El tiempo máximo de atención continua a la pantalla.
El grado de atención que exija la tarea.
El tamaño de los elementos a visualizar y la minuciosidad de la tarea.
La visualización alternativa de la pantalla e impresos.
La diferencia de luminancias entre dichos elementos y sus diferentes distancias respecto a
los ojos del usuario, etc.
b) Los derivados de las características propias del puesto de trabajo:
La calidad de la pantalla. Definición de los caracteres, estabilidad de la imagen, generación
de parpadeos, "polaridad" de la pantalla, eficacia del tratamiento antirreflejo, etc.
La iluminación y el entorno visual. Nivel de iluminación, reflejos molestos, grado de deslumbramiento producido por el entorno, etc.
c) Los relativos a las propias características visuales del usuario:
Necesidad de utilizar lentes correctores, agudeza visual, presbicia, etc. La conjunción de todos estos factores hace que sea prácticamente inabordable la predicción puramente objetiva
de la magnitud de la carga visual resultante, en una determinada situación de trabajo, a partir de los datos cuantitativos correspondientes a los factores descritos. Esto no impide que
pueda realizarse un control de todos y cada uno de los factores que contribuyen a la fatiga
visual y acondicionarlos siguiendo las buenas prácticas de diseño ergonómico generalmente
aceptadas.
Estas mismas consideraciones son aplicables a la evaluación de los riesgos de fatiga mental
y de los trastornos musculoesqueléticos.
En la práctica se nos ofrecen tres alternativas complementarias para evaluar los puestos de trabajo en relación con estos riesgos:
a) La verificación de los requisitos de diseño y acondicionamiento ergonómico para los diferentes elementos que integran el puesto, a fin de controlar el riesgo en su origen.
b) La estimación de las cargas mental, visual y muscular; a través del análisis de las exigencias
de la tarea, las características del trabajador, el tiempo de trabajo, los síntomas de fatiga,
etc.
c) La detección de las situaciones de riesgo mediante la vigilancia de la salud del trabajador.
Esta evaluación debe comprender los 5 elementos que integran el puesto de trabajo equipado con pantalla de visualización:
d) El equipo informático.
87
e) La configuración física del puesto.
f) El medio ambiente físico.
g) Los programas informáticos.
h) La organización del trabajo.
Una vez conocidas las deficiencias mas importantes, a través de la correspondiente evaluación
de los riesgos, se deberían llevar a cabo las medidas correctoras necesarias con la celeridad adecuada a la importancia de los mismos, de manera que se elimine el riesgo o se reduzca al nivel más
bajo razonablemente posible.
La Guía Técnica del INHST contiene que la mayoría de las acciones correctoras pueden ser clasificadas dentro de los siguientes grupos:
a) Las dirigidas a garantizar que todos los elementos materiales constitutivos del puesto satisfagan los requisitos de diseño ergonómico (equipamiento, programas de ordenador, condiciones ambientales, etc.). Por ejemplo: empleo de monitores de pantalla de
buena calidad (con alta definición, tratamiento antirreflejo, libre de parpadeos, etc.), sistema
de iluminación que proporcione un nivel de luz adecuado sin producir deslumbramiento,
programas de ordenador que sean fáciles de utilizar ("amigables"), etc.
b) Las dirigidas a garantizar la formación e información de los trabajadores usuarios de
pantallas de visualización, con el fin de que sepan utilizar el equipamiento de trabajo de
manera segura.
c) Las dirigidas a garantizar formas correctas de organización del trabajo. Este constituye un aspecto importante del acondicionamiento de los puestos dado que los principales
riesgos del trabajo prolongado ante la pantalla (problemas posturales, fatiga visual y sobrecarga mental) están muy ligados al diseño de las tareas y la organización del trabajo.
Vigilancia de la salud
Sobre la vigilancia de la salud, el artículo 4 del Real Decreto 488/1997 dispone que El empresario garantizará el derecho de los trabajadores a una vigilancia adecuada de su salud, teniendo en
cuenta en particular los riesgos para la vista y los problemas físicos y de carga mental, el posible
efecto añadido o combinado de los mismos, y la eventual patología acompañante. Tal vigilancia será
realizada por personal sanitario competente y según determinen las autoridades sanitarias en las
pautas y protocolos que se elaboren, de conformidad con lo dispuesto en el apartado 3 del artículo
37 del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios
de Prevención.
Dicha vigilancia deberá ofrecerse a los trabajadores en las siguientes ocasiones:
a) Antes de comenzar a trabajar con una pantalla de visualización.
b) Posteriormente, con una periodicidad ajustada al nivel de riesgo a juicio del médico responsable.
c) Cuando aparezcan trastornos que pudieran deberse a este tipo de trabajo.
Cuando los resultados de la vigilancia de la salud lo hiciese necesario, los trabajadores tendrán
derecho a un reconocimiento oftalmológico.
El empresario proporcionará gratuitamente a los trabajadores dispositivos correctores especiales
para la protección de la vista adecuados al trabajo con el equipo de que se trate, si los resultados
de la vigilancia de la salud a que se refieren los apartados anteriores demuestran su necesidad y no
pueden utilizarse dispositivos correctores normales.
Obligaciones en materia de información y formación.
De conformidad con los artículos 18 y 19 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales,
el empresario deberá garantizar que los trabajadores y los representantes de los trabajadores
reciban una formación e información adecuadas sobre los riesgos derivados de la utilización de
los equipos que incluyan pantallas de visualización, así como sobre las medidas de prevención y
88
protección que hayan de adoptarse en aplicación del presente Real Decreto (artículo 5 del Real
Decreto 488/1997).
El empresario deberá informar a los trabajadores sobre todos los aspectos relacionados con la
seguridad y la salud en su puesto de trabajo y sobre las medidas llevadas a cabo.
El empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación adecuada sobre
las modalidades de uso de los equipos con pantallas de visualización, antes de comenzar este
tipo de trabajo y cada vez que la organización del puesto de trabajo se modifique de manera
apreciable.
La Guía Técnica del INSHT, considera al respecto que para lograr ese objetivo la formación e
información debería comprender, al menos, los siguientes aspectos:
a) La explicación de las causas del riesgo y de la forma en que se pueden llegar a producir
daños para la salud en el trabajo con pantallas de visualización.
b) El papel desempeñado por el propio trabajador y sus representantes en el reconocimiento
de dichos riesgos y los canales que pueden utilizar para comunicar los eventuales síntomas
o deficiencias detectados.
c) La información de todos los aspectos importantes del Real Decreto 488/1997, especialmente los relativos a la vigilancia de la salud, la evaluación de los riesgos y los requerimientos
mínimos de diseño del puesto contenidos en su Anexo.
La información dada por el empresario a los "trabajadores" usuarios de pantallas de visualización
debe incluir, de manera específica, la correspondiente a la organización de la vigilancia de la salud,
así como el resultado de las preceptivas evaluaciones del riesgo en los puestos de trabajo y de las
medidas adoptadas para corregir las deficiencias.
Además, cada trabajador debería recibir una información suficiente sobre:
a) La forma de utilizar los mecanismos de ajuste del equipo y del mobiliario del puesto, a fin
de conseguir la configuración más adecuada a sus necesidades, poder adoptar posturas
correctas, visualizar satisfactoriamente la pantalla, etc.
b) La importancia de propiciar el cambio postural en el transcurso del trabajo, evitando el estatismo y el mantenimiento de posturas incorrectas.
c) La adopción de pautas saludables de trabajo para prevenir la fatiga. A este respecto, es
recomendable la inclusión de una sencilla tabla de ejercicios visuales y musculares durante
las pausas que ayude a reducir la tensión del trabajo prolongado ante la pantalla.
Consulta y participación de los trabajadores.
La consulta y participación de los trabajadores o sus representantes, según establece el artículo
6 del Real Decreto 488/1997, se realizarán de conformidad con lo dispuesto en el apartado 2 del
artículo 18 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Consecuentemente, y acudiendo al precepto de remisión –artículo 8.2 de la Ley de Prevención
de Riesgos Laborales, podemos comprobar la existencia de la obligación para el empresario de consultar a los trabajadores, y permitir su participación, en el marco de todas las cuestiones que afecten
a la seguridad y a la salud en el trabajo.
Disposiciones mínimas (Anexo del Real Decreto 488/1997).
Es importante señalar, a efectos de un mayor abundamiento en el estudio de esta materia, el
contenido del Anexo al Real Decreto 488/1997 y los comentarios que del mismo realiza la Guía Técnica del INSHT.
En dicho Anexo se contienen las disposiciones mínimas, los requerimientos mínimos para los
puestos equipados con pantallas de visualización. Estos requerimientos comprenden el equipo informático, el mobiliario del puesto, el medio ambiente físico y la interfaz persona/ordenador.
Para su consulta, puede accederse a la página de Internet del INSHT: http://www.mtas.es/insht/.
89
1. Respecto al Equipo: se exponen las condiciones mínimas que deben reunir:
A) La pantalla:
–
Los caracteres de la pantalla deberán estar bien definidos y configurados de forma clara, y
tener una dimensión suficiente, disponiendo de un espacio adecuado entre los caracteres y
los renglones.
–
La imagen de la pantalla deberá ser estable, sin fenómenos de destellos, centelleos u otras
formas de inestabilidad.
–
El usuario de terminales con pantalla deberá poder ajustar fácilmente la luminosidad y el
contraste entre los caracteres y el fondo de la pantalla, y adaptarlos fácilmente a las condiciones del entorno.
–
La pantalla deberá ser orientable e inclinable a voluntad, con facilidad para adaptarse a las
necesidades del usuario.
–
Podrá utilizarse un pedestal independiente o una mesa regulable para la pantalla.
–
La pantalla no deberá tener reflejos ni reverberaciones que puedan molestar al usuario.
La Guía Técnica del INSHT analiza y explica con más detalle los requerimientos técnicos relativos
al control de los reflejos y a la colocación de la pantalla (sirva como muestra la siguiente imagen):
B) Teclado:
–
El teclado deberá ser inclinable e independiente de la pantalla para permitir que el trabajador
adopte una postura cómoda que no provoque cansancio en los brazos o las manos.
–
Tendrá que haber espacio suficiente delante del teclado para que el usuario pueda apoyar
los brazos y las manos.
–
La superficie del teclado deberá ser mate para evitar los reflejos.
–
La disposición del teclado y las características de las teclas deberán tender a facilitar su
utilización.
–
Los símbolos de las teclas deberán resaltar suficientemente y ser legibles desde la posición
normal de trabajo.
C) Mesa o superficie de trabajo:
–
La mesa o superficie de trabajo deberán ser poco reflectantes, tener dimensiones suficientes
y permitir una colocación flexible de la pantalla, del teclado, de los documentos y del material accesorio.
90
–
El soporte de los documentos deberá ser estable y regulable y estará colocado de tal modo
que se reduzcan al mínimo los movimientos incómodos de la cabeza y los ojos.
–
El espacio deberá ser suficiente para permitir a los trabajadores una posición cómoda.
D) Asiento de trabajo:
–
El asiento de trabajo deberá ser estable, proporcionando al usuario libertad de movimiento y
procurándole una postura confortable.
–
La altura del mismo deberá ser regulable.
–
El respaldo deberá ser reclinable y su altura ajustable.
–
Se pondrá un reposapiés a disposición de quienes lo deseen.
2. Respecto al entorno de trabajo.
A) Espacio:
–
El puesto de trabajo deberá tener una dimensión suficiente y estar acondicionado de tal
manera que haya espacio suficiente para permitir los cambios de postura y movimientos de
trabajo.
B) Iluminación:
– La iluminación general y la iluminación especial (lámparas de trabajo), cuando sea necesaria, deberán garantizar unos niveles adecuados de iluminación y unas relaciones adecuadas
de luminancias entre la pantalla y su entorno, habida cuenta del carácter del trabajo, de las
necesidades visuales del usuario y del tipo de pantalla utilizado.
–
El acondicionamiento del lugar de trabajo y del puesto de trabajo, así como la situación y las
características técnicas de las fuentes de luz artificial, deberán coordinarse de tal manera
que se eviten los deslumbramientos y los reflejos molestos en la pantalla u otras partes del
equipo.
C) Reflejos y deslumbramientos.
–
Los puestos de trabajo deberán instalarse de tal forma que las fuentes de luz, tales como
ventanas y otras aberturas, los tabiques transparentes o translúcidos y los equipos o tabiques de color claro no provoquen deslumbramiento directo ni produzcan reflejos molestos en
la pantalla.
–
Las ventanas deberán ir equipadas con un dispositivo de cobertura adecuado y regulable
para atenuar la luz del día que ilumine el puesto de trabajo.
D) Ruido.
–
El ruido producido por los equipos instalados en el puesto de trabajo deberá tenerse en
cuenta al diseñar el mismo, en especial para que no se perturbe la atención ni la palabra.
E) Calor.
–
Los equipos instalados en el puesto de trabajo no deberán producir un calor adicional que
pueda ocasionar molestias a los trabajadores.
F) Emisiones.
–
Toda radiación, excepción hecha de la parte visible del espectro electromagnético, deberá
reducirse a niveles insignificantes desde el punto de vista de la protección de la seguridad y
de la salud de los trabajadores.
91
G) Humedad.
–
Deberá crearse y mantenerse una humedad aceptable.
3. Respecto a la interconexión ordenador/persona:
Para la elaboración, la elección, la compra y la modificación de programas, así como para la
definición de las tareas que requieran pantallas de visualización, el empresario tendrá en cuenta los
siguientes factores:
a) El programa habrá de estar adaptado a la tarea que deba realizarse.
b) El programa habrá de ser fácil de utilizar y deberá, en su caso, poder adaptarse al nivel de
conocimientos y de experiencia del usuario; no deberá utilizarse ningún dispositivo cuantitativo o cualitativo de control sin que los trabajadores hayan sido informados y previa consulta
con sus representantes.
c) Los sistemas deberán proporcionar a los trabajadores indicaciones sobre su desarrollo.
d) Los sistemas deberán mostrar la información en un formato y a un ritmo adaptados a los
operadores.
Los principios de ergonomía deberán aplicarse en particular al tratamiento de la información por
parte de la persona.
ANEXO VIII
Riesgos psicosociales
Prevención del estrés
Los profesionales sanitarios, y particularmente los profesionales de Enfermería, se encuentran
sometidos en a tal diversidad y multiplicidad de riesgos que hacen que la actividad sanitaria se diferencie claramente de otros sectores.
El Sindicato de Enfermería, SATSE, en colaboración con la Asociación Española de Enfermería
del Trabajo y Salud Laboral (AET), ha publicado una Guía que trata sobre la prevención de los riesgos
debidos al estrés laboral al ser la enfermería uno de los colectivos más afectados por las consecuencias de¡ estrés laboral y por los factores organizacionales y de naturaleza psicosocial. Según la
introducción de la propia Guía, se trata de un manual divulgativo, en el que se identifica el estrés
como riesgo importante para la salud, va dirigido a un sector altamente influido y afectado por las
consecuencias de los estresores: el personal sanitario. La pretensión de la Guía es que el personal
sanitario conozca lo que es el estrés, qué características tiene, qué tipo de respuestas provoca en los
trabajadores a nivel físico, psíquico y conductual y, sobre todo, que se tenga conciencia de que existen unos métodos de evaluación del estrés y técnicas muy eficaces para superarlo o para manejarlo
adecuadamente.
Se exponen a continuación algunas partes de la Guía por el especial interés en el tratamiento
metodológico del estrés laboral en el ámbito del personal sanitario.
EL ESTRÉS COMO RIESGO LABORAL EN EL PERSONAL SANITARIO.
El estrés es uno de los riesgos laborales más importantes en el personal sanitario, junto
a los riesgos físicos, químicos y biológicos.
En los estudios de campo publicados recientemente, hay una nueva enfermedad que afecta de
manera muy especial al personal sanitario en general, y en particular al profesional de enfermería. Es
el denominado Síndrome del Bumout.
Dada la importancia y la magnitud de la afectación del personal sanitario en los estudios realizados, se ha considerado tratar esta patología derivada del estrés en un apartado distinto, teniendo
92
en cuenta que los estresores a los que nos enfrentamos en la jornada laboral, nos provocan una respuesta de estrés que pueden desarrollar la enfermedad, habiéndose generado una nueva enfermedad
del personal sanitario.
En esta guía dedicada al estrés, se pretende trasladar la información y formación que requieren
los profesionales, conocer el estrés y saber distinguir las alarmas de aviso que nos da nuestro organismo, y que o bien por desconocimiento o bien por no saber la trascendencia de lo que nos puede
ocurrir no le damos la suficiente importancia.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO DE ESTRÉS.
El concepto de estrés fue introducido por primera vez en el ámbito de la salud en el año 1926
por Hans Selye. En la actualidad, es uno de los términos más utilizados. Todos hablamos de estrés.
Selye, definió el estrés, como la respuesta general del organismo ante cualquier estimulo estresor o
situación estresante.
El término estrés, partió de un concepto físico haciendo referencia a una fuerza o peso que produce diferentes grados de tensión o deformación en distintos materiales. Selye no hace referencia
al estímulo (peso o fuerza), sino a la respuesta del organismo a éste. Utiliza el término estrés para
describir la suma de cambios inespecíficos del organismo en respuesta a un estimulo o situación
estimular (1956).
Posteriormente, el término se ha utilizado con múltiples significados y ha servido tanto para
designar una respuesta del organismo, como para señalar los efectos producidos ante repetidas
exposiciones a situaciones estresantes.
En 1989, y tras controvertidas discusiones científicas sobre si el estrés era el estímulo o la respuesta del organismo, los autores Paterson y Neufeld comienzan a considerar el término estrés como
un término genérico que hace referencia a un área o campo de estudio determinado.
El concepto de estrés laboral, según aparece en los documentos divulgativos del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
(1997) desde una perspectiva integradora, se define como "la respuesta fisiológica, psicológica y de
comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas".
El estrés laboral aparece cuando se presenta un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la
propia organización.
CONCEPTO DE ESTRESOR.
Se utiliza el término de "estresor o situación estresante " para referirse al estímulo o
situación que provoca una respuesta de estrés en el profesional.
Ejemplo de estresor: Vamos a administrar un antibiótico, y en el momento en el que se tiene la
aguja en el reservorio del sistema de suero para introducirlo, nos damos cuenta de que nos hemos
equivocado de paciente, y que el antibiótico está prescrito para el paciente de la cama de al lado. Al
comprobar el nombre, verificamos que el paciente al que casi introducimos la medicación confundida
es alérgico a los antibióticos.
Esta situación seria un estresor que puede provocar una respuesta de estrés.
TIPOS Y CLASES DE ESTRESORES.
Los estresores, pueden ser de dos tipos:
a. Psicosociales. Pueden generar estrés por el significado que la persona les asigna.
Ejemplo: hablar en público con personas que no conocemos. A algunas personas este hecho
les puede generar una situación estresante. A otras, sin embargo, incluso les gusta.
b. Biogénicos. Son situaciones que pasan a ser estresores por su capacidad para producir
determinados cambios bioquímicos o eléctricos que automáticamente disparan la respuesta
de estrés.
Ejemplo: Hay que trabajar con poca luz en una sala de hospitalización, pues en el turno de
noche se debe respetar en la medida de lo posible el que puedan dormir los pacientes.
93
CONCEPTO DE RESPUESTA DE ESTRÉS.
La respuesta de estrés es la respuesta inespecífica del organismo a cualquier demanda y el término
estresor o situación estresante se refiere al estimulo o situación que provoca una respuesta de estrés.
Es una respuesta automática del organismo ante cualquier cambio ambiental, externo o interno,
mediante la cual el organismo se prepara para hacer frente a las posibles demandas que se generen
como consecuencia de la nueva situación.
Siguiendo con el ejemplo de estresor anterior, después de percibir que el profesional ha estado
a punto de equivocarse al administrar el antibiótico, y aunque no ha llegado a ocurrir nada, se han
podido producir una serie de alteraciones en el organismo, como respuesta de estrés, tales como:
taquicardia, sudor en las manos, temblor en las piernas, nerviosismo e inseguridad durante una larga
temporada cada vez que tenga que administrar un antibiótico, etc.
CARACTERÍSTICAS DE LAS SITUACIONES DE ESTRÉS.
En toda situación de estrés, existen una serie de características comunes:
a) Se genera un cambio o una situación nueva.
b) Suele haber falta de información.
c) Incertidumbre. No se puede predecir lo que va a ocurrir.
d) Ambigüedad: cuanto más ambigua sea la situación, mayor poder estresante generará.
e) La inminencia del cambio puede generar todavía más estrés.
f) En general, se tienen habilidades para manejar las nuevas situaciones.
g) Se producen alteraciones de las condiciones biológicas del organismo que nos obligan a
trabajar más intensamente para volver al estado de equilibrio.
h) Duración de la situación de estrés. Cuanto más tiempo dure una situación nueva, mayor es
el desgaste del organismo.
FASES DE LA RESPUESTA DE ESTRÉS.
Se describen tres fases sucesivas de adaptación del organismo:
1.- Fase de reacción de alarma: Ante un estímulo estresante, el organismo reacciona automáticamente preparándose para la respuesta, para la acción, tanto para luchar como para escapar del
estimulo estresante.
Se genera una activación del sistema nervioso con las típicas manifestaciones de sequedad de
boca, pupilas dilatadas, sudoración, tensión muscular, taquicardia, aumento de frecuencia respiratoria, aumento de la tensión arterial, aumento de la síntesis de glucosa y de la secreción de adrenalina
y noradrenalina.
Se genera también una activación psicológica, aumentando la capacidad de atención y concentración. Es una fase de corta duración y no es perjudicial cuando el organismo dispone de tiempo
para recuperarse.
2.- Fase de resistencia: Aparece cuando el organismo no tiene tiempo de recuperarse y continúa
reaccionando para hacer frente a la situación.
3.- Fase de agotamiento: Como la energía de adaptación es limitada, si el estrés continúa o adquiere más intensidad pueden llegar a superarse las capacidades de resistencia, y el organismo entra
en una fase de agotamiento, con aparición de alteraciones psicosomáticas.
FUENTES DE ESTRÉS.
Hay algunas profesiones que son fuente de estrés. La enfermería es, sin duda, una profesión
generadora de gran estrés, ya que se viven situaciones de gran intensidad emocional.
Las fuentes de estrés, se clasifican en:
–
Sucesos vitales intensos y extraordinarios. Aparece cuando se producen situaciones de cambio como separación matrimonial, despidos de trabajo, muerte de familiares próximos, etc.
94
–
Sucesos diarios estresantes de pequeña intensidad. Según algunos autores este tipo de
sucesos pueden provocar efectos psicológicos y biológicos más importantes que los que
puedan generar acontecimientos más drásticos como la muerte de un familiar próximo.
–
Sucesos de tensión crónica mantenida: Son aquellas situaciones capaces de generar estrés
mantenido durante períodos de tiempo más o menos largos. El estrés que supone tener un
hijo que tiene problemas cada día a consecuencia de una enfermedad, drogadicción, etc.
TIPOS DE ESTRESORES LABORALES.
Se clasifican en:
a) Estresores del ambiente físico, entre los que se encuentran:
–
La iluminación. No es lo mismo trabajar en turno nocturno que en el diurno.
–
El ruido. Trabajar con alarmas continuamente, puede afectar no sólo al oído, sino al
desempeño del trabajo: satisfacción, productividad, etc.
–
Ambientes contaminados. La percepción de los riesgos, puede producir mayor ansiedad
en el profesional, repercutiendo en el rendimiento y en el bienestar psicológico.
–
La temperatura. A veces trabajar en un ambiente caluroso genera un tremendo disconfort.
–
Peso. Los profesionales que han de trabajar en quirófano muchas horas con delantales
o guantes protectores de plomo pueden estar sometidos a cargar con un peso importante. El cansancio puede duplicarse.
b) Estresores de la tarea. La generación de estrés varia de unas personas a otras, ya que las
características de cada tarea y de lo que genera en los profesionales va en función de lo que
gusta o no hacer. Cuando la tarea se adecua a las expectativas y a la capacidad del profesional, contribuye al bienestar psicológico y supone una importante motivación. Entre estos
estresores se encuentran:
–
La carga mental de trabajo. Es el grado de movilización de energía y capacidad mental
que el profesional pone en juego para desempeñar la tarea. Ejemplo: tener que preparar
25 sueros llenos de medicación en un horario reducido.
–
El control sobre la tarea. Ocurre cuando no se controla la tarea, es decir, cuando las
actividades a realizar no se adecuan a nuestros conocimientos. Ejemplo: Han cambiado
a un profesional de puesto de trabajo, y ha sido trasladado a un servicio de nefrología,
cuando resulta que los cinco últimos años ha trabajado en la unidad de cardiología. No
controla la tarea a realizar y no se atreve a tomar las iniciativas adecuadas por temor a
la falta de conocimientos y atención que requieren este tipo de pacientes.
c) Estresores de la organización: Los estresores más importantes que aparecen en la organización son los siguientes:
–
Conflicto y ambigüedad del Rol. Ocurre cuando hay diferencias entre lo que espera el
profesional y la realidad de lo que le exige la organización. Puede haber conflictos como
por ejemplo recibir ordenes contradictorias de un responsable de enfermería o cuando
los deseos y metas no se corresponden con lo que realmente estamos haciendo. Cuando no se tiene claro lo que se tiene que hacer, los objetivos del trabajo y la responsabilidad inherente que conlleva, nos puede estresar de forma importante.
También influyen los tiempos de descanso, las relaciones interpersonales, sentirse observado-criticado por los compañeros, las dificultades de comunicación y las escasas
posibilidades de promoción. Estos factores también pueden generar estrés laboral.
–
La jornada de trabajo excesiva produce desgaste físico y mental e impide al profesional
hacer frente a las situaciones estresantes. Por ejemplo una jornada nocturna puede ser
más larga que una de mañana o tarde y por tanto al final de la jornada, el profesional
se encontrará más agotado y su capacidad física y mental puede verse disminuida.
–
Las relaciones interpersonales pueden llegar a convertirse en una fuente de estrés.
Piénsese en un profesional desequilibrado emocionalmente que hace la vida imposible
a todos sus compañeros. Es una fuente continua de estrés. Por el contrario, cuando
95
existe buena comunicación interpersonal y cuando se percibe apoyo social y de la organización, se amortiguan los efectos negativos del estrés laboral sobre nuestra salud.
–
Promoción y desarrollo profesional. Si las aspiraciones profesionales no se corresponden con la realidad por falta de valoración de méritos, se puede generar una profunda
frustración apareciendo el estrés.
CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS LABORAL.
El estrés laboral produce una serie de consecuencias y efectos negativos:
1. A nivel del sistema de respuesta fisiológica: Taquicardia, aumento de la tensión arterial, sudoración, alteraciones del ritmo respiratorio, aumento de la tensión muscular, aumento de la
glucemia en sangre, aumento del metabolismo basal, aumento del colesterol, inhibición del
sistema inmunológico, sensación de nudo en la garganta, dilatación de pupilas, etc.
2. A nivel del sistema cognitivo: sensación de preocupación, indecisión, bajo nivel de concentración, desorientación, mal humor, hipersensibilidad a la crítica, sentimientos de falta de
control, etc.
3. A nivel del sistema motor: hablar rápido, temblores, tartamudeo, voz entrecortada, imprecisión, explosiones emocionales, consumo de drogas legales como tabaco y alcohol, exceso
de apetito, falta de apetito, conductas impulsivas, risas nerviosas, bostezos, etc.
El estrés también genera una serie de trastornos asociados, que aunque no sean causas desencadenantes a veces se constituye en factor colaborador:
–
Trastornos respiratorios: Asma, hiperventilación, taquipnea, etc.
–
Trastornos cardiovasculares: Enfermedad coronaria, hipertensión arterial, alteraciones del
ritmo cardiaco, etc.
–
Trastornos inmunológicos: Desarrollo de enfermedades infecciosas.
–
Trastornos endocrinos: Hipertiroidismo, hipotiroidismo, síndrome de Cushing, etc.
–
Trastornos dermatológicos: Prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, caída del cabello,
urticaria crónica, rubor facial, etc.
–
Diabetes: Suele agravar la enfermedad.
–
Dolores crónicos y cefaleas continuas.
–
Trastornos sexuales: Impotencia, eyaculación precoz, vaginismo, alteraciones de la libido,
etc.
–
Trastornos psicopatológicos: Ansiedad, miedos, fobias, depresión, conductas adictivas, insomnio, alteraciones alimentarias, trastornos de la personalidad, etc.
EVALUACIÓN DEL ESTRÉS LABORAL.
Los programas de prevención y control del estrés laboral deben partir de una evaluación multidimensional del proceso de estrés, es decir, de aquellos factores personales, interpersonales y organizacionales que intervienen en la generación del estrés en el trabajo. Puede deducirse, por tanto, que
el estrés no puede ser analizado de forma aislada. El estudio del estrés en el trabajo va a requerir el
conocimiento de elementos esenciales tales como:
–
Estresores: condiciones físicas y psicosociales del trabajo.
–
Percepción del estrés: evaluación cognitiva del individuo en su apreciación de las demandas
ambientales y los recursos de los que dispone.
–
Variables moderadoras: características personales e interpersonales que pueden determinar
la vulnerabilidad al estrés tales como: patrón de conducta, autoeficacia, locus de control,
estrategias de afrontamiento, apoyo social.
–
Respuestas al estrés: fisiológicas, comportamentales, cognitivas.
–
Consecuencias sobre la salud, las relaciones interpersonales en el trabajo, la satisfacción
laboral, rendimiento en el trabajo, etc.
96
En definitiva, para evaluar el estrés laboral es necesario utilizar diferentes instrumentos que se
refieran a aspectos relacionados tanto con la situación laboral como con el individuo. Los instrumentos de evaluación que resultan más útiles son:
–
Listas de control para determinar los diferentes ámbitos de una organización relacionados
con el contenido del trabajo y las relaciones sociales que pueden ocasionar estrés en los
profesionales sanitarios.
–
Cuestionarlos, escalas e inventarlos que permiten obtener información sobre la forma en
que son percibidos los estresores, así como las características personales y estrategias de
afrontamiento ante un evento estresante.
–
Indicadores bioquímicos y electrofisiológicos para la medición de las respuestas fisiológicas.
–
Cuestionarlos sobre problemas de salud que pueden ser ocasionados por el estrés.
–
Sistemas de registro administrativo para evaluar, por ejemplo, el absentismo y la incapacidad
laboral.
A continuación, vamos a comentar algunos de estos métodos diseñados para la evaluación del
estrés laboral:
CÓMO SE PUEDE SUPERAR EL ESTRÉS.
Las técnicas más habituales de afrontamiento y superación del estrés son las siguientes:
–
Técnicas respiratorias: Muy útiles en los procesos de ansiedad, hostilidad, resentimiento,
tensión muscular, fatiga y cansancio crónico.
–
Técnicas de relajación progresiva: Son útiles en la ansiedad, depresión, impotencia, baja autoestima, fobias, miedos, tensión muscular, hipertensión, cefaleas, alteraciones digestivas,
insomnio, tics, temblores, etc.
–
Técnicas de autohipnosis: Altamente eficaces en cefaleas, dolores de cuello y espalda, alteraciones digestivas como el colon irritable, fatiga, cansancio crónico, insomnio, trastornos
del sueño.
–
Técnicas de entrenamiento autógeno: útiles en tensión muscular, hipertensión, alteraciones
digestivas, fatiga, cansancio crónico, insomnio y otras alteraciones del sueño.
–
Técnicas de detención del pensamiento: útiles en ansiedad ante situaciones concretas, fobias, miedos, obsesiones, pensamientos indeseados.
–
Técnica del rechazo de ideas absurdas: Se utiliza en procesos ansiosos generalizados, depresión, desesperanza, impotencia, baja autoestima, hostilidad, mal humor, irritabilidad, resentimiento, etc.
–
Técnicas de afrontamiento de problemas: Utilizadas en fobias y miedos y en ansiedad ante
situaciones determinadas.
–
Técnica de afrontamiento asertivo: Técnicas utilizadas en obsesiones, pensamientos indeseados, en problemas de comunicación y ansiedad ante situaciones personales.
–
Técnicas de biorretroalimentación: Efectivas en procesos ansiosos generalizados, tensión
muscular, hipertensión, cefaleas, dolores de cuello y espalda, espasmos musculares, tics,
temblores, etc.
QUÉ ES EL SÍNDROME DE BURNOUT.
La revista Erga Noticias, publicación periódica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en
el Trabajo, en un artículo sobre nuevas denominaciones para enfermedades "modernas", califica el
Síndrome de Burnout, como un síndrome de desgaste profesional que se manifiesta en profesionales
sometidos a un estrés emocional crónico, cuyos rasgos principales son: agotamiento físico y psíquico, actitud fría y despersonalizada en la relación hacia los demás y sentimientos de insatisfacción
personal con las tareas que se han de realizar, y que suele producirse fundamentalmente en personal
sanitario y en profesionales dedicados a la enseñanza.
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CONCLUSIONES.
  1.La respuesta de estrés es un riesgo laboral muy importante en el personal sanitario.
 2.El sentirse estresado depende tanto de las demandas del medio externo como de nuestros
propios recursos para enfrentarnos a él.
  3.La exposición a situaciones de estrés, provoca la "respuesta de estrés", que consiste en un
aumento de la activación fisiológica y cognitiva.
  4.La exposición a situaciones de estrés, hace que nuestro organismo se prepare para una
intensa actividad motora.
  5.La exposición a situaciones de estrés prepara a nuestro organismo para actuar de forma más
rápida y vigorosa ante las posibles exigencias de la situación.
  6.Si la respuesta de estrés es demasiado frecuente, intensa o duradera, puede tener consecuencias negativas en nuestro organismo.
  7.El organismo no puede mantener durante mucho tiempo un ritmo constante de actuación
por encima de sus posibilidades.
  8.Si se mantiene durante mucho tiempo la respuesta de estrés más allá de los limites que es
distinto para cada persona, se producirán serios trastornos a diferentes niveles.
  9.En toda situación de estrés hay unas características, entre las que se encuentra como más
específica un cambio o situación nueva.
10.Las consecuencias del estrés laboral son múltiples en los tres niveles: fisiológicos, cognitivos
y motores.
11.Se puede evaluar el estrés analizando y comprobando las tablas de autoevaluación de estrés
que existen para su valoración.
12.Existen técnicas de control de estrés de demostrada y validada eficacia.
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