¿Es la agresión una respuesta a la Frustración?

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¿Es la agresión una respuesta a la Frustración?
Ing. Aldo Astudillo M.
Hablando sobre la Teoría de la Frustración, les expongo lo
siguiente: En un atardecer muy caluroso, agotado y
sediento después de una larga jornada de extenso trabajo
físico, a un compañero de trabajo le pides un dólar para ir
a la máquina de refrescos ubicada en la esquina de tu
trabajo; mientras estas introduciendo la moneda, casi
puedes percibir en tu boca el burbujeante sabor de tu
gaseosa preferida bien fría, oprimes el botón para que
caiga la botella y no sucede nada, lo oprimes de nuevo y
nada, le das manotazos a los lados de la máquina para
provocar la salida de tu botella y nada; tu garganta en este
punto esta reseca y con más razón continuas golpeando la
maquina con todas tus fuerzas para que finalmente no suceda nada. Regresas a tu trabajo con
mas sed de la que tenias, con las manos vacías y sin dinero. ¿Debería tener cuidado tu
compañero de trabajo contigo? Pues de acuerdo a una de las teorías psicológicas de la
agresión, la muy conocida teoría de la Frustración – Agresión, la respuesta es afirmativa.
Debido a las circunstancias, ahora es muy probable que digas o hagas algo dañino.
Según el Psicólogo John Dollard, en conjunto con algunos de sus colegas de la Universidad de
Yale, en 1939 propusieron que: “La agresión siempre es una consecuencia de la Frustración” y
que; “La frustración siempre conduce a alguna forma de agresión”; la una no puede ocurrir sin
la otra.
La frustración, según indica el psicólogo Dollard, es cualquier cosa (como la averiada maquina
de gaseosas) que impide que logremos alcanzar una meta. El sentimiento de frustración crece
cuando nuestra estimulación para lograr una meta es muy intensa, cuando esperamos
gratificación y cuando el bloqueo es completo.
A continuación tenemos la figura donde ilustramos que la energía agresiva no necesariamente
explota de manera directa contra su fuente; al contrario, aprendemos a inhibir la venganza
directa, especialmente cuando puede provocar una sensación de desapruebo, rechazo o de
castigo; en lugar de eso, procedemos a desplazar nuestras hostilidades hacia objetivos más
seguros.
Fig. 1: Teoría clásica de frustración – Agresión.
Tomado del libro Psicología Social, por David Myers. Cuarta Edición.
Por cierto, entiéndase por desplazamiento a la redirección de la agresión a otro blanco distinto
a la fuente de la frustración; generalmente el nuevo objetivo es más seguro o más tolerable
desde el punto de vista social.
Podríamos ilustrar con un ejemplo lastimosamente muy común: un hombre, quien humillado
por su jefe, discute con su esposa, quien a su vez le grita a su hijo, este a su vez le da un golpe
a su perro y este, agrede al cartero o al recolector de basura.
Las pruebas realizadas en laboratorio para comprobar esta teoría nos arrojan resultados
mezclados; en algunas ocasiones la frustración aumenta el sentimiento hostil, en otras
ocasiones, no lo hace.
Para entender mejor, les planteo el siguiente ejemplo: Que una persona con sordera media
interrumpa abruptamente una clase explicativa debido a que no funciona bien su aparato
auditivo, más no porque no puso atención a la misma. (La frustración conduce a la irritación,
mas no a una agresión)
Leonard Berkowitz, actual profesor de Psicología en la Universidad de Wisconsin, al notar que
la teoría original extremaba la relación frustración – agresión, procedió a evaluarla y teorizó
que la frustración produce enojo; el enojo surge cuando alguien actúa de cierta manera que
nos frustra y dicha persona pudo haber elegido actuar de otra manera.
Es muy probable que una persona descargue su enojo cuando señales agresivas saquen el
corcho, liberando todo ese enojo acumulado; en muchas ocasiones, ese corcho, tapón,
bloqueo o como lo quieran denominar explotará sin esas señales, pero las señales o claves
asociadas con la agresión van a amplificar dicha agresión (Carlson y colegas, 1990).
Como un ejemplo muy común podríamos citar a la ropa negra, esta, a menudo es asociada con
la agresión y la muerte, esta puede servir como una clave (señal) agresiva.
Según un reporte realizado por el comentarista
deportivo Mark Frank en 1988, comprobó que
los uniformes negros utilizados por algunos
equipos de la NFL o la Liga Nacional de Futbol
(Americano) sirven aparentemente como una
clave agresiva, ya que justo estos equipos han
registrado un alto índice de juego agresivo, como
el equipo de New Orleans Saints, que en este
ultimo año fue coronado como el equipo más
agresivo de este torneo.
Expresando la agresión:
Como buena noticia, deben saber que el acto agresivo puede ser inhibido; esta inhibición
cambia en razón directa del castigo esperado, o en el caso de que el sujeto llevase a cabo el
acto.
El objeto de la agresión puede ser desplazado. Mientras más fuerte es la inhabilitación de la
agresión directa, igual de fuerte va a ser su tendencia a desplazarse; lo podemos observar
frecuentemente en la vida diaria común: Cuando un sujeto en su trabajo es amonestado por
sus superiores (jefe) y luego este, reprende a sus inferiores.
Debemos saber que la forma de agresión viene influenciada bastante por la cultura del
individuo y del entorno que lo rodea; la agresión directa es inhibida y adopta formas indirectas
y algo más sutiles. Es el caso de la ironía, una forma de agresión que a veces oculta una cólera
desplazada y transformada.
Existe también el recurso a la autoagresión. La autoagresión aparece cuando la heteroagresión
es inhibida con más fuerza que la agresión propia.
Debemos siempre tener en cuenta cual va a ser nuestro punto de descarga, ya que luego
podríamos arrepentirnos y en muchos casos, no podríamos dar marcha atrás.
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