los zancos y sus aplicaciones militares

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Semanario independiente, de Ciencias Sociales y Militares, Literatura y Artes,
ofe^gTTS^ac
DlI^ECTOI^ PÍ^OPIETARJEO:
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11.
NÜM.
Madrid.
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2 2 D E l U L I O D E IQOO
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ADMUHÍTRACIÓ»: MADERA, 6 I f ' U M E R O
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SUELTO
Mcémtmos.
SUMARIO — ^
TEXTO.—Lo» xancot y «us aplicaciones militareí, por Eduardo Gallego.—El Tiro nacional, por Manuel Miralleí Salabcrt.—Bailen, por José Montalván Lora.—La Liga marítima española, por la Dirección.—Cartas de la Exposición, por un Español.—
Charada. —TIRO NACIONAL: Apuntes del reglamento de tiro para Infantería.—Crónica.—Lista de socios fundadores.—Libro
útilísimo. - Publicaciones. —Anuncios. —Solución.
GRABADOS.—Los zancos y sus aplicaciones militares.
LOS ZANCOS Y SUS APLICACIONES MILITARES
R
acBNTBs experiencias efecttiadas con éxito rtüdoso en
ano de los cuerpos de Infantería de goarnición ea el departamento de las Landas, han paesto de manifiesto las
ventajas qae reportaría la adopción en el Ejército de los
Mancos, útil instrumento susceptible de múltiples aplicadonesmiliures, aun descartadas aquellas otras, que, como
socede siempre en casos semejantes, tratan de sefialarle
los partidarios deddidos de su implantación, incurriendo
con ello en exageradooes y errores, que la práctica se encarga de hacer perfectamente visibles.
D^ando para ocasión más oportuna el ocaparnos detenidamente de los detalles técnicos y prácticos relativos á
la construcdón, aprendizaje y uso de este medio de locomoción, nos limi taremos á seAalar á los ilastrados lectores
de LA NACIÓN MIUTAR las aplicadones más ó menos discutibies por boy de los zancos, recomendando á los que tengan curiosidad de conocer aquellos el interesante artículo
qaeaparedó en uno de los últimos meses en la revista
francesa L'Armie lUustrée.
Variando entre 2B, 20 y 2», 50, el paso medio de zanc^, y
manteniéndose próximamente la misma veloddad que en
d ordinario, el espacio recorrido á igualdad de tiempo por
ambos medios, es mucho mayor con el primero que con el
segundo, pudiendo por consecuenda aumentarse el recorrido de las Jornadas, en las pequeñas fracdones doudas
de sancos y utilizar dichos instrumentos los individuos encargados de la transmisión de órdenes y reseflas, que cumplirán con mucha mayor rapidez su importante misión. Por
la misma ventaja señalada, créese podrán emplearse con
ExplortdorM ree«iiooi«ndo un vtdo.
provecho los soldados dotados de zancos, en reconocimientos rápidos para explorar el terreno á gran distancia des- plida sn misión y servir de flsnqaeadores á las columnas de
de pantos devados, retirándose prontamente una ves eom* Infantería m aquellos terrenos en que les dcUstu no pae-
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LA
NAaÓM
MIUTAB
ASO U.—NúM. 82
abstraen de hacerlo inspirándose en un egoísmo despreciable. Además, es muy general la creenda de que toda
clase de reformas han de partir de los poderes públicos,
sin tener en cuenta que hay institudones qae no basta que
estén en el cerebro de un ministro y más tarde en la Gaceta en forma de decreto ó real orden, sino que hace falta que partan de la condenda social, que sea expresión
fíd de la opinión pública, porque de nada sirve que los
gobiernos se esfuercen en modificar las costumbres si los
gobernados padecen la terrible atonía qoe no es otra tosa
que el preludio de la muerte.
De todo esto se deduce que ha llegado la ocasión de qae
el buen espaflol haga lo que pueda por su patria, no olvidando que si gloria merecen los qoe en días más afortunados supieron conservarla con el esplendor y grandeza que
la recibieron de sus mayores, más alto puesto han de ocupar los que en momentos verdaderamente difíciles la levanten.
Ya sé que los indeferentistas, que desgraciadamente son
muchos, dicen á cada instante: ¿Se va á salvar la patria
porque dos ó tres amigos y yo queramos regenerarla? Indudablemente que no, pero al que así discurre, conviene
recordarle qne alfiny al cabo la patria es la resultante de
muchos individaos, y que si cada uno se preocupa por la
suerte de ella en la medida que le sea posible, la regeneradón será un hecho, mientras que si todos desconfiáramos
de su porvenir iríamos á una ruina tan segara como meredda. Para que esto no suceda, muchos son los medios de
que podemos valemos, pero uno de los más importantes
será aquel que tienda á vigorizar nuestra raza, á formar
nna juventud familiarizada con las armas y dispuesta, si la
patria lo necesitara, .á demostrar qae existen dignos descendientes de los héroes de 1806, y qae la bandera to\\ y
gualda ondeará mientras viva un espafloL
He aquí rl objeto del Tiro Nadonal, pero no es esto sólo;
la institución de qne tratamos viene á llenar otros fines de
gran importancia; uno de ellos, el principal, estrechar los
lazos entre el pueblo y el ejérdto, cuyos dos elementos
-«-»<SSS:<SsssSí<SSS>v.3~
unidos pueden ser base de grandes victorias, y que divorciados vienen á determinar en las nadones on germeii.de
desdichas.
Otro de los fines del Tiro Nadonal, es establecer una coEs ley de las naciones desorganizarse en la goerra y or- rriente de cordialidad entre el modesto obrero y el aristóganizarse en la paz. No es extrafio qne cuando los países crata y hacer ver á las clases desheredadas que para la
sofren rodos golpes se entreguen al sufrimiento; nada mas
patria todos tenemos los mismos deberes qoe camplir.
natoral que los Estados sientan sus penas, como las sienCon estos argumentos creo qoeda sufidentemeote deten los individoos; pero ana vez qne pasa la conftisión y el mostrado que el Tiro Nadonal se funda en nna necesidad
letargo prodocidos por la desgracia, los poeblos qae no de los poeblos modernos; de los paeblos modernos, ai, porestán destinados á borrarse del mapa, y sí á camplir altos que en los tiempos antigaos servía de mocho más qoe hoy
fines dentro de la civilización tratan de volver á ponerse el valor personal, y por tanto on ejérdto compuesto de
en condiciones de ser otra vez lo que fueron, convencidos valientes tenía mocho gaoado para vencer, mientras qoe
de qae on país se enaltece más coando lacha por so deco- ahora no basta arresto y corazón para la pelea; e> preciso
r* qae por la mezquina ambición de conquistar anas cuan- dominar las armas de nuestra época; tener ana instrocdón
tas legoas, guiados muchas veces por ideales bastardos, sólida. ¿De qoé serviría armar oo pu&ado de hombres dissin reparar en medios y sin comprender qae ese pedazo de puestos á llegar al sacrifido antes qne declararse veadtierra se puede convertir en üango que nunche al mismo dos, si se les da á cada uno on Maúier y ntngani» de dios coqae se enorgullece con so posesión.
nociera so mecanismo? ¿Qaé tranquilidad la del qae va al
Nanea más que en la época actoal se ha traído y llevado frente de unas fuerzas sin costumbre de manejar el arma
la palabra regeneración. Todo el mundo dice: hay que re- qae, lelos de servir de defensa, constitaye nna diftealtad
generarnos, y á pesar de esto nadie cambia de vida, cada para el qne busca en ella la única garantía de so vida? Así
caal signe haciendo lo qae antes, y el qne disfruta ana • no se poedeir i la lucha; así fe va al desastre.
mediana posición se encierra ca sa casa y cree que con
|Hay mocha diferencia entre la batlesu de los griegos J
hacer planes pesimistas los pr«blentas sociales están re- el Lebel, el Krag-JOrgensen, el llannlichez y el Cd Rigotil
sueltos, pero no arrostra las dificultades qae puedan enY pensar otra cosa equivale i qoeremos vestir con tra|es
contrarse en el desarrollo de nobles ideas, desconociendo de noestros abacios.
qae falta igoalmente á nM deberes de dadadano el qae
Esperemos, poes, el día en que se paedan apreciar alguhace mal á sa patria de na modo directo qae aqodios que nas de las madias venujas d d Tiro Nadoojd, en la segopodiendo contribnir en algo á sa engraadedmiento se rida4 de qae la patria no negará sa ezprcsidn de agradadan cumplir este cometido, combinando y complementándose asi ambos medios de locomoción, y facilitando á la
Infantería los medios de
bastarse á sí propia.
La ahora de los zancos
permite también reconocer fácilmente los vados,
debiendo, para impedir
desgracias, formar gropos
de tres ó coatro soldados,
qae podrán auxiliarse en
caso necesario y ofrecerán
así mayor resistencia á la
corriente. Aparte de estas
aplicaciones de los zancos,
tienen otra,ennoestro concepto de las más importantes y menos discutibles, y
es para el establecimiento
y repliegue de las lineaa
telegráficas miliures, tanto semipermanente ó de
campaña propiamente dichas, como en las tendidas
con el material de las sec••-Itíii,^-''
ciones de montaña, permiEstakleeiaiento de una lisea teiairi- tiendo so empleo prescindir de las escaleras y malea por las trapas esa zaaeos.
rrazos de mango largo,
útiles en extremo embarazosos, y fadliur el trabajo.
Aonqoe las proebas realizadas en la vecina república no
poeden considerarse como concloyentes, teniendo en cuenta la sencillez, poco coste y menor entretenimiento, escaso
peso, oso cómodo, fácil aprendizaje y demás venujas de
los zancos, no falta quien, como el distidgnido escritor miUur P. Kauffmann proponga el dotar de tales aparatos,
como minimum aceptable, á nna compaflía por cada regimiento de Infantería.
EDVABDO GALLEGO.
EL TIRO NACIONAL
Afto n.—NúM. 83.
LA
NxaÓN
MIUTAB
661
cimiento á todo el que haya contribuido al desarrollo de
tal institución, incluso al último de lo¿ espafioles, que desde
estas columnas hace fervientes votos por que al entrar el
siglo zx podamos decirle "si por desgracia nos tocó atravesar un período de transido a de los más tristes de la historia, también nos cabe la dicha de haber legado á nuestros
descendientes el remedio para que Bspafia pueda ostentar
nuevos timbres de gloria en su escudo.,,
(y una reservada verbal, contraria, para qne eludiese la
primera).
Los manejos de varios oficiales franceses con sus generales, no pudo por menos de infundir sospechas á Reding
y Lapefia, así es qne aquél amenazaba á Dupont con destruir la división Barbón, completamente cercada, y éste
con no redbir i ningún oficial francés, parlamentario, que
•.o tuviese por objeto acordar la rendidón de todo el ejército aprobada después por Castaftos. Al saber Dnpont las
condiciones durísimas que se le imponían, indicó e! pensaMANUEL M I R A L L E S S A L A B E R T
miento de hacerse maur antes con todas sus tropaf; después de una visita á éstas, y cerciorado del abatimiento de
ellas dio amplios poderes á Chavert para negociar la capi„_
«~>;SSSSS>ÑSXS>>SX~5
tulación.
Vedel levantó el campo y se volvía á Castilla; pero una
orden de Dupont, que redbió en Santa Elena, le hizo constituirse prisionero con su división. Los esfuerzos de los
generales Chavert, Mariscot y Villantrey, para modificar
las condiciones de la capituladón, foeron estériles; era una
(Conclusión.)
contienda diplomática entre vencedores y vencidos, lucha
cortés, lejos de las pasiones del combate, entre Marescot
A voz de "Viva el Emperador,, dada por Dupont, hace y Castaftos; pero un pliego interceptado á la entrada de la
qne vuelva A lucir momentáneamente el antiguo ardi> sierra por la parte de la Mancha, llegado en aquellos somiento, siniestramente brillante aquel día; qne produzca lemnes momentos á Castaftos, procedente del duque de
un nuevo pero último destello de débil entusiasmo militar; Róbigo, director de la política de Napoleón en Espafia y
e! choque violentísimo del ejército francés en nada modificó dirigido á Dnpont, cerró en absoluto los oídos al general
su triste situadón, antes bien experimentó nuevas y sensi- en jefe de los vencedores; sospechado el contenido del
bles pérdidas. Dupont, desangrándose, perdida la confian- pliego por los generales franceses, y vista la nueva actitud
za, antes de quemar el último cartucho, que aquel día lo re- de Castaftos, comprendieron tenían que someterse sin conpresenta para él, el batallón de marinos de la guardia, única diciones. La capituladón fué inmediatamente comiinicada
fuerza de refresco qne le queda en reserva y en quien cifra á Dupont, y el 22firmadapor Chavert investido de amplios
la única salvadón posible: después de tomar la resolución poderes, y por Marescot como testigo. Las tropas de Dnextrema de vencer ó morir, arengó (como sabía hacerlo pont quedaron prisioneras de guerra y las de Vedel evaen momentos difíciles) cuerpo por cuerpo, soldado por sol- cuarían la Andalucía.
dado, y en un arrebato de sublime desesperadón, digno
Al reconocerse los bagajes se encontraron con casi todo
de su brillante historia militar, lanzóse al centro de las lo saqueado en Córdoba, Jaén y demás dudades. Ua vetefilas españolas á la cabeza de su estado mayor y del bata- rano francés escribía en aquellos momentos: Después de
Uóndemarinos, siguiéndole enmasatodoel ejército francés. tantos años, me es imposible grasar estas lineas sin senTerrible fué la embestida. .^ los marinos bideron mucho tir oprimido mi coragón. Todos aparecíamos profundamás de lo qne se les pedía; fundada era la esperanza qne mente afligidos y en la mayor angustia, no pudiendo
Dnpont tenía en aquel brillante cnerpo, pero quedó des - comprender cómo podíamos haber sido conducidos á 5Mtrozado, y en cuadro los ya mermados qne le seguían: frir tan grande humillación. A nuestro entender. NaItodo inútUl
poleón estuvo injusto con los desgraciados venddos en BaiDos distinguidos ofidales de ingenieros, testigos presen, len, cuyas penas no fueron levantadas hasta 1814.
dales, respecto á este encuentro, dicen: " Pero tanto las
Que cometieron errores los franceses no hay duda, pero
granadas y metralla de las baterías, coma el fuego gra- menos queda del valor heroico y los esfuerzos inauditos
neado de las tropas, hiMO tal carnicería en los enemigos, que realizaron.
que á pesar de su decantado é Incontrastable valor, no
Ocho mil dosdentos cuarenta y dos bombres abandona»
tuvieron otro recurso que huir precipitadamente con sus ron aquel campo sangriento en qne dejaban cerca de dos
moribundas águilas d la espesura de los olivosJ>ara im- mil de sus camaradas envueltos en el polvo de su primer
plorar desde ellos la clemencia del vencedor,^ Goicoe- derrota, entregando sus armas á la división de Lapefia y
chea; Maupoy.
Jones. Nueve mil tresdentos noventa y tres de Vedel y
Dnpont recorrió su campo, convendéndose de que un Gober, formaron con sus armas pabellones en Bailen y las
nuevo ataque era Imposible; su artillería desmontada, sus entregaron al día siguiente á las de Reding. Los destacabajas pasaban de dos mil, sus ofidales y soldados paredan mentos de Santa Cruz de Múdela, Manzanares y Madridesumidos en la más honda desesperadón; arrojadas las ar- jos, les fueron recogidas más tarde. Con un poco de premas por el snelo y todos próximos á desfallecer de terror visión y al¿ún talento, parece que aquel ejército no de.
y angustia.
bia temer nada. /Qué errores no se cometerían, ó á qué
Llegó el desaliento á tal extremo, qne media compáfiía estado llegarían de abatimiento las tropas francesas
de zapadores al mando del capitán Goicoechea picó la re- para que rindiesen sus armas á los pies de los soldados
taguardia á loa marinos y se apoderó de una pieza, sin que que un dia antes despreciabanl (Gómez Arteche.)
nadie se la disputase en el tiempo qne necesitó para su
Nunca un ejérdto queda más cubierto de gloria qne
arreglo y arrastre.
cuando^ vence á un enem'go como aquel lo era; el más
Dnpont solidtó una snspenüón de hostilidades, á que se aguerrido y temible de su tiempo, pues además de estar
negó Conpigny; en estos momento* se presentó Lapefia, dotado de elementos modernos y poderosos aplicados al
que mandaba la vanguardia de Castaftos, concediéndola arte de la guerra, llevando en todas partea por compafte^
entonce», soU> por breves horas; en cambio, el urdar Ve- ras inseparables la fortuna y la victoria. Jamás habla sido
del seis horas «n andar 14 kilómetros, en la cn«l marcha humillado en Uu condiciones pnerosas qne lo fué aqnd
no dejó de oir el estruendo de la batalla, da lugar á serias memorable día.
y tristes reflexiones, sólo explicables por la rivalidad qne
existía entre él y Dnpont; presentándose en el campo de
JOSÉ M O N T A L V A Í ^ L O R A .
batalla á las dnotf de la tarde, y desoyendo la ^rden de
Madrid r JaUe d« l«ÍB.
Redlng, llevada por dos oficiales parlamentarios, rompió
el foego, cansándose algunas bajas ambos combatientes,
no oMándo hasta redbir la orden por escrito de Dnpont
BAILEN
L
\
66?
LA
NxaóK
LA LIGA MARÍTIMA ESPAÑOLA
A
*
trnQOE siempre tratamos las cuestiones sociales desde
el punto de vista de la defensa y del elemento militar
terrestre, no nos impide esta preferencia ó especialidad á que dedicamos nuestro modesto esfuerzo, sentir el
entusiasmo y predilección mis vehemente por todo aquello que tiende al progreso ds la nación, al aumento de su
riqueza y prestigio, al desarrollo de su poder y sobre todo
á iniciar el dominio que corresponde en muchos asuntos á
la sociedad sobre el Estado. Hace bien poco tiempo que
advertíamos en estas columnas que no era.i los poderes
públicos los que debían resolver numerosos problemas
que en España hemos dejado por coupleto al arbitrio y
juicio de los partidos políticos, los cuales, encontrando
aquí el campo de la actividad humana completamente
abandonado, ensanchan su acción hasta limites tan extensos y hasta rincones tan apartados y obscuros, que no es
ya la política e^paflola ciencia que encauza, gobierna y
armoniza, sino enfermedad que abruma, despotismo que
humilla, locomotora sin freno ni vía, que lo mismo avanza
pornn camino, que destruye un muro, inutiliza un sembrado ó se destroza en un precipicio.
Una de las obras quí no corresponden directamente á la
política y sí en absoluto á la sociedad, es el fomento de la
riqueza marítima, sobre todo en países como Espada que
tienen dilatadas Costas y donde tanto ppede valer el terru.
fio conoo la playa y el puerto. Macho pueden hacer los gobiernos y aún más el poder legislativo, consiguiendo tratados internacionales que favorezcan el comercio marítimo, dictando disposiciones que aumenten las fuerzas navales, mejorando la legislación que presta vida á los múltiples elementos »iue constituyen las armadas y flotas, ó
sirven para la explotación de la riqueza submarina, p'tro
si todo esto, y no es poco, puede exigirse de los gobernan
tes, la protección mutua de-dichos elementos, y el íomentar sus relaciones con otros que tienen distintos fines
pero á quienes llegan los efectos de aquellas actividades y
por lo tanto deben facilitarlas en la esfera más ó menos
amplia que les corresponda, eso es puramente función social, que como todas las de su naturaleza, no está desarrollada todavía en EspaAi, y antes al contrario, produce su
iniciación la sorpresa del valgo, acostumbrado como el
paeblo mahometano á recibir con pasiva humildad, máscara de censarable desidia, los favores, como los abasos
qae vienen bajo la forma depresiva de mandatos, en vez
de luchar por la existencia, como todo ser activo, y pedir
al Estado sa paternal protección.
Esta nueva forma de vida vigorosa, perfectamente caracterizada por la Liga Marítima, como por Ja Unión Ibero-Americana y el Tiro Nacional, no es bien comprendida
en naestro país, que por mil desdich.id.is circunstancias se
ha detenido en su progreso con relación á las demás potencias, hasta el panto de ver con extrafieza, como invento
desconocido ó cual locura de una imaginación vehemente,
y qae no puede arraigar en la r>.alidad, lo que ya viene
dando en otras partes abundante y positivo fruto.
Nosotros, que hemos iniciado la idea del Tiro Nacional,
y que venimos lachando con fe por su propaganda en Espafla, consideramos á la Liga Marítima como la más cara
y preciada hermana de aquella institución, y creemos que
ambas son resistentes columnas sobre las que puede levantarse nuestro edificio nacional, harto ruinoso y vacilante.
Una y otra nacen hoy con la savia del ser lozano, con el
poderoso estímulo de la accMn común y con esa autoridad
que presta la masa general de un país ansioso de iniciativas, de grandes acciones, de nobles impulsos que unan
bajo el nonttore de la patria al rico y al desheredado, al
magnate con el humilde, al sabio con el ignorante, pnes
todos ellos son hijos de una misma madre, que ante ella
se deben cariflo y protección.
La Liga Marítima merece, pues, todo nuestro afecto y
Ato n.-NOii. 82.
MJUTAB
simpatía, y al declararle muy gustosos, como respuesta á
la amable invitación que para ello hemos recibido de la
Junta Directiva, ofrece á ésu LA NACIÓN MILITAR SU modesto apoyo y concurso para cuanto pueda ser útil.
LA DIRECCIÓN.
SSS>ÍSSSXS>S: « s s -
EXPOSICIÓN
UNIVERSAL
CARTA DE PARÍS
PARÍ! 12 de Jallo de 1900.
Sr. Director de LA NACIÓ.V MILITAR.
Mi apreciado amigo: Llevo muchos días pensando escribirle para darle algunas noticias de la Exposición, que ya
se encuentra en esudo de verse; pero me he detenido impresionado tristemente, porque al hacer la relación de
cuantas maravillas del trabajo se admiran aquí reanidas,
es necesario reprimir todo amor propio de buen español y
confesar que fuera de las Bellas Artes y de los vinos hacemos en todo lo demás un desdichado papel, manifestando
claramente ante todas las naciones la falta de industria y
la apatía que nos empobrece y arruina.
Naciones de menos nombre é importancia que España
han hecho un esfuerzo para mostrar cuanto tienen y pueden esperar de su trabajo é industria, y nosotros, con más
elementos y recursos, no presentamos lo que tenemos, dando, por consiguiente, una idea más pobre aún de lo qae en
realidad es nuestra decadencia; es preferible, pues, correr
un velo, y para que vea que no exagero, diré á asted á la
ligera lo que aquí presentamos.
En máquinas har cosas notabilísimas de todos los países,
sobre todo en motores y generadores de electricidad. Nosotros no tenemos nada.
En la sección de carruajes y medios de transportes, hay
sólo tres coches del Sr. Lamarca.
En "Montes, caza y pesca^ unos cuantos modelos de
corcho, y entre ellos la Torre del Oro, hecha en corcho
también. Eso es todo.
En las grandes galerías de marina comercial, dos modelos de barcas; uno de ellos de hoja de lata que parece na
juguete barato. Y se acabó.
En armas de mar y tierra, tenemos una vitrina con anos
roses y cuatro empuñaduras de espada; un atril con on
iibro de caballería andante y un puesto donde se venden
objetos de Toledo y Eibar, como alfileres, dijes, etc.
En hilados y tejidos presentamos algo más; pero poco, en
comparación de las demás naciones.
Como contraste de esta exposición nuestra, las demás
naciones han echado el resto, sobresaliendo indiscatiblemente, en casi todo, la potente y laboriosa Alemania.
Suyo afectísimo amigo,
UN BSTAHOL.
O:EI.A.^.AJDA.
Si segunda con tercera
frecucntcmeott al teatro,
será prueba verdadera
que tienes el gusto raro.
Tercia y primera es región
de historia noble y preclara,
mi segunda es negación
y la prima está en la cara.
Es el todo el apellido
del que en más de una ocasión,
cuando existía, ha regido
la nave de la nación.
TIRO pifiCIOpiJlL
APUNTES
DEL
RE6LAIENT0 DE TIRO PARA INFANTERÍA
que InteretM átodo*la* oiodadanoa.
La in*trucci6n de tiro *e divide en ocho partes principales,
que, por su orden lógico, deben clatifícarse del modo siguiente:
1.0 Ejercici os preparatorios.
3.° Tiro de instrucción.
3 " Tiro de combate.
4." Tiros de examen.
i" Concursos de tiro y recompensas.
6» Descripción del material de tiro i instrucciones para el
servicio de blancos.
j." Datos balísticos, y
8.<* Formularios.
Vamos i ir repasando en el citado reglamento lo que puede
importar i cualquiera que, sin necesidad de adquirir la instrucción perfecta de los militares, quiere, sin embargo, tener
una ligera idea, respecto al tiro de guerra, por si algún día
tiene que empuñar las armas, ó simplemente por el gusto de
solazarse en tan noble «fori.
•Jereleiva prejparatorloa.
Estos consisten en la apreciación de distancias y^en
terías.
¡as pun-
Apraeiaoléii d« diatuolas.
Las distancias pueden apreciarse á simple vista 6 con geneIos, y para adquirir el hibito necesario i todo buen tirador,
conviene practicar más con la vista sencillamente, observando
los blancos desde una posición y tonland como auxiliares de
esta experiencia ó enseñanza, los colores, dimensiones, siluetas
y movimientos de dichos blancos, según los siguientes datos,
que suponen que la observasión se hace en buenas condiciones
de luz.
A 100 METROS se distinguen toáot los detalles del traje, como
botones, hombreras, cruces y hasta se perciben los ojos de las
personas, como manchas obscuras.
A 130 METROS se ven menos deulles, pero se marcan bien los
colores y \t fisonomía.
A aoo METROS se distinguen los colores y muy confusamente
los detalles, pues si bien se aprecian las distintas partes del
cuerpo, apenas si se determinan las facciones.
A 150 METROS se ve un individuo, pero no se distinguen su
fisonomía ni el sombrero ni la separación de sus piernas.
A 300 METRAS se ve claramente la cabera y confusamente las
manos.
A 400 METROS se destaca perfectamente la silueta, se notan
los movimientos de brazos, pero aparecen confusos los colores.
A 500 METROS todavía se marca la silueta y la posición del
arma; se distinguen perfectamente los caballos.
A 600 MF.TROS se ve confusa la silueta; con buena luz pueden
contarse las hileras y filas; se distinguen los caballos de capas
claras y obtcuras y el contomo del jinete.
A 700 METROS se advierte muy vagamente la línea de los pies
y el contorno del cuerpo, y con claridad los movimientos da
los pelotones en marcha y el aire de la caballería.
*
A 800 METEOS se ven bien los movimientos en conjunto de
una tropa en orden cerrado, pero muy difícilmente los individuales.
A 900 METROS %epueden contar los toldados de una fila.
A i.000 uKTROt no pueden contarse las hileras, las filas apa'
recen como listas obscuras que pierden su uniformidad en las
líneas de las cabezas y de los pies, presentándose la primera
enttecortada; se perciben bien los soldados de caballería en
fila.
A 1.300 MBTROS sc distingue todavía si los soldados están á
pie ó á caballo; la infantería aparece como una línea obscura,
pero aún se percibe su formación, y si se observa la artillería
se nota si las piezas están separadas de los tiros.
Modifican mucho estas reglas: la posición que ocupa el observador respicto al sol, las condiciones atmosféricas, Us del
terreno y la mayor ó menor cantidad de luz.
Parecen mds próximos:
Los objetos muy iluminados.
Los de color claro.
Los que se proyectan sobre fondo claro.
Los que se observan con atmósfera limpia, cuando el ando
es de color uniforme.
Los que se observan en posición dominante respecto á ellos.
Parecen más distantes:
Los objetos de color obscuro.
Los que se proyectan en fondo obscuro.
Los que se observan á través de niebla ó polvo y cuando el
suelo presenta varios colores.
CRÓNICA
El Imparcial ha recibido el siguiente telegrama:
Zaragoza 16 (9,40 mañana).
En reunión celebrada ayer en el Centro Mercantil quedó
cotfstituida la junta del Tiro Nacional.
Ha sido elegido presidente el general de Ingenieros D. Bmi*
to de Urquiza.
Para representante en Madrid se ha designado al ^reputado
escritor D. Mariano de Cavia.
A la Junta asistieron más de 60 asociados.
En breve se organizará un certamen que se quiere que coincida con las fiestas del Pilar. •
. En Chelva, el diputado á Cortes D. José Manteca, ha empezado á recabar adhesiones al Tiro Nacional con objeto de formar en aquel punto una Representación local.
En Huelva se ha despertado también mucho entusiumo en
tre las clases más distinguidas de la población|< así como en
Cádiz. En aquella capital uno de los más activos propagandistas del Tiro Nacional, es el socio fundador D. Juan de Mora,
que, á sn no común ilustración, reüne la favorable circunstancia, para la obra emprendida, de contar en Huelva numerosas
simpatías.
Dice La Derecha, de Zaragoza, en su número del 16 de
Julio:
Muy animada se rió ayer la reunión celebrada por los socios
fundadores de la Representación provincial del Tiro.
Turo lugar en uno de los más espaciosos salones del Ccatro
mercantil, galantemente cedido por el Sr. Casañal.
Presidióla D. Vicente Girauta, quien pronunció brer* discurso para espontr el motivo de la reunión, los finca á q««
tiende la patriótica sociedad y los trabajos rcaliíados p«r«
664
LA NAOÓII MILITAS
A*o n.—NúM. 82.
llegar i constituir la Central de Madrid y la Provincial de Za- comandante militar, se dio lectura por el mismo á una carta
del Excmo. Sr. General Gobernador Militar de la provincia,
ragoza.
Tuvo el Sr. Girauta cariñosas frases de agradecimiento para en la cual interesa la instalación de la escuela de Tiro Nació la ilustrada prensa local, que tan de buen grado viene pres> nal en esta localidad y consultados los concurrentes si aceptatando su valiosa cooperación á la hermosa idea y á los trabajos ban la idea propuesta, acordaron por unanimidad en sentido
que aquí se han veriñcado, al objeto de darla vida y consis- afirmativo. Inmediatamente se procedió á designar una Comi •
sión que propusiera la que provisionalmente se encargara de
tencia.
todos los trabsjos necesarios para la constitución definitiva de
Procedióse después i votar la candidatura para la Junta directiva que ha de regir la Representación provincial, resul- , la junta local, siendo elegidos á propuesta del sefior presidente
para que formaran la Comisión nominadora los señores tenientaaco elegidos por mis de 8o votos, los señores siguientes:
tes coroneles D. Justo Sancho Miñano y D. Manuel Nieto y los
Presidente.
paisanos D. Agustín Valcárcel y D. Ignacio Ledo. Estos, tras
breve deliberación, designaron al sefior coronel comandante
Excmo. Sr. D. Benito de Urquiza.
militar como presidente y en calidad de vocales al conandante
D. Manuel Fernández Yáñez, capitán D. Manuel Gómez CoVicepresidentes.
lón, primer teniente D. Isidro Rodríguez, y en represenución
1* D. Vicente Girauta Pérez.
del
elemento civil D. José Andrade Rodríguez. D. Manuel Fer%.' D. Antonio Mayandfa Gómez.
nández
Moreira y D F rancisc3 Macho, que fueron aceptados
3.0 D. José Marfa Royo Villanova.
por acta, por lo cual se dio por terminado el acto. Monforte 8
4." Excmo. Sr. D. Tomás Higuera Sostre.
de Julio de 1900 —Siguen las firmas de los concurrentes.—Es
copia.—El coronel comandante militar, Dámaso Solchaga. —
Vocales.
Rubricado.—Hay un sello que dice Comandancia Militar de
Sr. Conde de Gabarda.
Monfprte.
—£j copia.—JosA PÉREZ DB OSHA.
Marqués de Urrea.
Sr. D. Miguel Mantecón Arroyo.
Antonio Motos Martínez.
Mariano Sánchez Gastón.
César Bailarín Lizárraga.
Eduardo de Lete Comells.
Mariano Gracia Albacar.
Antonio Insa Guillen.
Francisco López Gracia.
Carlos César Fernández
Alfonso de Castro Santoyo.
Pío Riva Orbea.
Pedro Liria Almor.
Reluiéi atnlaal de !•« atieres iaterlptet baata ahora coate tocioo
* • el Tiro NaeioMl * • Maafsrte.
Tttorere.
Sr. D. Pedro Laln Larralde.
Contador.
Sr. D. Manuel Lacruz.
Secretarios.
Sr. D. Antonio Mompcón Motos.
Julio Blasco Parale*.
Constantino Ríos Sainz.
Antonio Zapater Hemaldo.
^
Refresentañin en Madrid.
Sr. D. Mariano de Civia Lac.
Sr. Barón de la Torre.
Muy mucho nos congratula y satisface el que Zaragoza sea
una de Jas primeras poblaciones que, secundando patrióticas
iniciativas nacidas en Madrid, haya constituido tan pronta j
felizmente su Representación, con la cual ha de coadyuvar poderosamente á la consecución de los elevados fines que El Tiro
Nacional persigue.
La Derecha, que con modesta campafia ha contribuido i difundir esos fines, felicita por el brillante éxito obtenido al Comité provtncial de la Federación gimnástica espafiola y i leí
infatigables Manuel Lacruz y Mariano Gracia, siempre dispoestoa á emplear sus inteligentes energías en pro de toda obra que
enaltexea el nombre de esta ciudad donde de todos son queridos.
Mucho puede esperarse de las prestigiosas personalidades
qnc forman la Janu directiva que ayer se eligió, y no dudamos
qat los hechos que de ésta dimanen superarán á las esperansas concebidas.
Qa« asi sea para bien de Zaragoza y de Espafia entera.
/UtaülaMMtNMléiM Tiro NMIOMI OÍ U ohrtttf «o IIMIIIKM.
Reaaidoa ea la Sala de Sesiones del Ezoeleatlsimo Ayaata•taato 4«<aau ciadad, previa iaviucióa hecha al eííKto, loo
saftores qae se expresan, bajo la prastdeaeia del teAor eoroaal
Sr. D. Luis Jarabo. —Juez de primera instancia.
Ignacio Ledro.—Propietario.
Ventura Novoa.—Diputado Provincial.
Javier Ro<Jrfguez. - Relojero.
José Andrade.—Concejal.
Emiliano Pérez—Comerciante.
Emilio Fernández.—Médico.
Doroteo Castro.—Jefe de Telégrafos.
Eulogio Rodríguez.—Abogado.
^Ramón Penado.—Tenicntt alcalde.
Antonio Piñeiro. —Médico.
Antonio Rodríguez.—Procurador.
Francisco Macho.—Comerciante.
Jesús Várela.—ídem.
Manuel Fernández.—ídem.
Pedro Martínez.—Comandante retirado.
Julio Pérez.—Estudiante.
José Vidal.—Administrador de Correos.
Agustín Valcárcel.—Propietario.
Francisco Rodríguez.—ídem.
^ Antonio Rodríguez.—Abogado.
Manuel Hermida.—Comerciante.
Pedro Juan Pontón.—Teniente alcalde.
Antonio Fernández.—ídem.
Jesús Ramos.—Escribiente.
José Martínez.—Teniente coronel retirado.
Emilio Mazaira.—Alcalde.
Alejandro Mazaíra.—Secretario del juzgado maaidpal.
Antonio Baamonde.—Juez municipal.
Manuel Bauet.—Nourío.
Sr. D. Sebutián Díaz.-Teniente Coronel.
Justo Sánchez Mifiano.—ídem.
Manuel Nieto Alvarez.—ídem.
Ramón Hermida.—Comandante.
Manuel Fernández.—ídem.
Luis Sancho Miñano.-ídem.
•
Amando Rodríguez.—ídem.
Marcelino Fernández.—ídem.
Simeón Sánchez.—ídem.
Eugenio Martínez.—Capitia.
JoaéDacal.—ídem.
Luis Rodríguez.—ídem.
Aatonio Rodríguez.—ídem.
. Mariano Vallaría.-Idem.
Mauro Fernández.-Idam.
Guillermo G. Colón.—Idam.
665
L A NAadM MnoTAS
A«o U.-NOM. 82.
Sr. D. Jos¿ Pedro.—ídem.
José Díaz Mazoy.—ídem.
Camilo Serrano.—ídem.
Jacobo Méndez.—ídem.
Pedro Soto.—ídem.
Isidro Rodríguez.—l'rimer Teniente.
Antonio Casal.—ídem.
Juan Lobato. -ídem.
Ricardo Alvarez.—ídem.
Antonio Villar.—Segundo teaicatc.
Manuel de la Cruz.—ídem.
Antonio Losada.—ídem.
Manuel Santín. —ídem.
Manuel Cagide.—ídem.
Ismael Somoza.—ídem.
Rosendo Fernández.—ídem.
Leandro Montes.—ídem.
Manuel San Juan.—ídem.
José Somoza.—ídem.
Juta leetl.
Presidente: D. Dámaso Solchaga, coronel.
Vocales: D. José Andrade Rodríguez, concejal; D. Manuel
Fernández Moreira, comerciante; D. Francisco Macho,
fdem; D. Manuel Fernández Yáñez, comandante; don
Guillermo Góirez Colón, capitán; D. Isidro Rodríguez,
primer teniente.
Monforte 8 Julio 1900.—Es copia: José Péref de Osma.
Rataelén da !•• M b r e t %*% • • hai iMeripto M M *
SOCIOS FUNDADORES DEL TIRO NACIONAL (>>
(Continuación.)
Sr. D. Honorato Manera.—Oñcial de Ingenieros. '
Rafael Robles.—Oficial de Infantería.
José Conlledo.—Comerciante.
Santiago Martínez Garda.—Electricista.
Felipe Pastora 7 Martínez.—Empleado.
Pedro Aoosta Torés.—Estudiante.
Joaquín Blanco y Calvo.—Oficial segundo de Oficinas
militares.
Felipe Noguera y Escribano.—Oficial tercero de Oficinas militares.
José Hernández Alvarez.—Comandante de Infantería.
Rafael Mesa de la Peña.—Periodista.
Antonio Hernández Lenas.—ídem.
Carlos Batlle.—Capitán de Infantería.
Santos Fernández Arias —Periodista.
Ju«n Señora Díaz.—Sargento de Carabineros, Tuy.
José María Rey.—Sastre, Tuy.
Manuel Alvarez Fernández. - Industrial, Tuy.
Faustino Ande.—Sacerdote, Tuy.
Ángel Corales.—Agente de aduanas, Tuy.
Luis Méndez Queipo.—Comandante de Estado Mayor,
Pamplona.
Eduardo Reyter.—Coronel de Infantería» Sargento mayor de Pamplona.
Do la rayrMMUslii da Zara|*a.
Sr. D. Joaquín Calve Tomás.—J^eluquero.
Lorenzo Tomás.—Abogado y empleado.
Mariano Ascato.—Empleado.
Martín Oses.—Comerciante.
Gonzalo de Verasa.—Empleado.
Enrique Mateos de Fondiviela.—Caicro dt la can VillWToya y Castellano.
' Vicente González.—Comerciantt.
Joaé Pujol de la Torre.—Estndiant*.
Antonio Zapater.—Empicado.
Ricardo Sala.—Comerciante.
Manuel Visconti.—Propieurío.
EMOIO. Sr. D. Benito de Urquiza.—General de Ingcaieroa.
U) BwWáas w twnm la> adhilanasi
Sr. D. Eduardo de I.ete y Comell.—Propietario.
Mariano Romeo Dufourccy Salinis.—ídem.
Pedro Liña y Almor.—Agente de seguros y propietario.
Sr. D. Modesto Largo Alvares.—Comerciante.
Joaquín Cativiela López.—ídem.
Francisco Navarro Lairado. -Empresario de la Plaza de
Toros.
Antonio Zcmny CoUdeforns.—Profesor mercantil.
José Fererres Monteagudo.—Industrial.
Constancio Sancho Gutiérrez.—Comerciante.
Valero Gasea Imaz.—ídem.
•
José Martínez García.-Ídem.
Felipe Lorcnte Aticnza.—ídem.
Zcferino José Sampietro Lizaro—Doctor en Medicina
y Cirujía.
Pedro Perales Isaba.—Perito agrícoli.
Jaime Aguilar Falgar.—Inspector de ferrocarriles.
Francisco Urzaiz de Cavero—Abogado.
Justo Belío Palacios.—Propietario.
Mariano Mirareta Samper.—ídem.
J. Hernández Juste.—Director del Gimnasio Médico.
Mariano Navarro Rivas. —Maestro sastre.
Tomás Quintana Calleja.—Estudiante.
Juan Racana Portridge.—Horticultor.
Tomás Higuera.—Propietario.
A. Tafalla López.—Del comercio.
José Heriero Iñigo.-ídem.
C. Herrero Iñigo.—Industrial.
Manuel Mayoral y Arrazóla.—Teniente coronel de loválidos.
Joaquín Blasco Gutiérrez.—Del Comercio.
Dámaso Toral.—Ingeniero de Caminos.
Doroteo Gómez. -Estudiante.
Manuel Trasobveres Maurel.—Del comercie.
Luis Gómez Prieto.—ídem.
Manuel Vilella Argaín.—Ingeniero de Camines.
Eduardo Ello de la Llave.—ídem.
Lorenzo Solsona Casayús.—Industrial.
Javier García Julián.—Industrial.
José García Julián.—Licenciado en medicina.
Francisco López Gracia.-Industrial.
Marcelino Broto Martínez.—Sutre.
Nicolás Palacios Lahoz.—Industrial.
Blas Alix Martínez.—Teniente de Caballería.
Gregorio Jordana Gavera.-Comerciante.
Carlos de Navascués y de la Sota. «-Abogado.
José Jordán de Urrfes de Azara.—Catedrático.
Vicente Mayandía Gómez. —Teniente Coronel de Inga •
nieros.
Ladislao Goizcueta Díaz — Abpgado y propietario.
Ramón Egozcue Navarro.—Ingeiiiero de Montes.
Marcelino Liria Almor.—Propietario.
Patricio Bellido Bona. -Ingeniero de Montes.
Sebastián Arráez.—Comerciante.
Félix Grasa Sancho.—Comerciante.
Ramón Mercier Landarda.—Industrial.
Nicolás Gurruchaga Uriarte.—Ingeniero industrial.
Luis Sabás López.—Industrial.
Femando Castillo Tejadas.—Propietario.
Saturnino Montero Trnllenque.—Propietario.
Manuel Sesera Samson.—ídem.
Ángel Aticnza del Cerro.—ídem.
Toaaáa Yaray García.-ídem.
Miguel Irisarrt López.-Industrial.
José Cólera Rotas.—Maestro albañiL
Esteban Blaaqnei Vidal.—ídem fd.
Antonio Lasicrra ihirroy.-Ingeniero de Caninos.
José Julián Badcl.—Empleado.
Ricardo Muftot Péret.-Empicado del Banco de Eapafia.
Dclfin Calvo Alvarez.—Oficial primero de Adaúnlatra*
ct6n Milittr.
Segundo Saa Cerezo.—Propietario.
Pfmaciseo VcUaco Ortis. —Secretarte 4 t U
úéU.
.
.
-• r-.-.»t
Uaiver-
—^«.
666
Anotí.—NúM.82
LA NACIÓN MILITAR
Sr. D. Elias López de Medrano Torrentequt.—Empleado de
Hacienda.
Manuel Andera Barbod.—Jefe de Orden público.
Alfredo Martínez Valero. —Comerciante.
Pedro Forus Valldepenas.—Industrial.
Eusebio Sidón Barra. -Arquitecto.
Ángel Pcñalva Jiménez.—Capitán de Infantería.
Ricardo Carsi é Iborti.—Propietario.
Luis de la Figuera Lezcano.—Arquitecto.
Manuel Gayan Ángulo.—Ingeniero Agrónomo.
José Perales Labayén.—Oñcial de Administración Mili Ur.
Pedro Carpi Ruasa. - Ingeniero industrial.
Juan Gitart Abclló.—Estudiante.
Julio Catreras Anastuey.—Comerciante.
Máximo Pascual de Quinto.—Teniente Coronel de Artillería.
José Forés Font.—Corredor de Comercio.
Mariano Pallares Díaz.—Comerciante.
Miguel Portóles Aznar.—Comerciante.
Agustín García Julián.—Doctor en Medicina y Cirujía.
Jenaro Montull Pueyo. —Guarnicionero.
Pedro Noailles Casasús.—Comerciante.
Julio López Bea.—Propietario.
Eugenio Quintana Rtbeau.—Ayudante de Obras públicas.
Jesús Retuerta Toledano.—ídem.
Mariano Oliete Mareen.—Comerciante.
Emilio Uguet Lostán.—Industrial.
Gil Gil y Úil.—Abogado.
Manuel Marracó Ramón.—Comerciante.
Mariano Marracó Ramón.-ídem.
Domingo Doce López.—Conisionista.
José María del Campo y del Campo.—Propietario.
Octavio García Burriel.—Dovtor en Medicina y Cirugft.
Easi^io Molins Larruy.—Comerciante.
Co«'rado Hernández Pardo.—Farmacéutico.
Pascual Aznares.—Comerciante.
Korenzo Quílez GonzaWo.—Médico militar.
Daniel Mendiri Lama.-Industrial.
Tomás Pelayo Diego de Madrazo.—Propieurio.
Marcelino Sánchez Labórda. —Agente comercial del
F. C. de M. Z. A.
Manuel Lavall Jordá.—Comerciante.
Ignacio Coyne Lapctra.-Fotógrafo.
Félix Cerrada Martín.—Médico.
Manuel Viñado Iranzo —Industrial.
S«cl*e
Sr. D, Pedro Olmedo Gutiérrez.—Empleado en la Real Fábrica de Electricidad.
Ramón Pujol.-Chelra.
Manuel Alegre.—ídem.
José ^onleón.—ídem.
Sr. D. Manuel González.—ídem.
Gil Roger.—ídem.
Jerónimo Torralra.—ídem.
Evaristo Pujol.—ídem.
Knrique Morte.—Id:m.
Joié Martínei Torralva.—ídem.
Juan Antonio Martínez.—ídem.
Javier Cervera Vázquez.—ídem.
José Manteca.-ídem.
Juan Miguel Amado.—ídem.
LIBRO ÚTILÍSIMO
Hemos recibido el Manual del aspirantt i cabo de infantería
del Cuer o de Carabineros, por D. Isidoro Moreno, de la co
mandancia de Aljieciras.
El libro es de suma utilidad, pues en anas a6o páginas están
comprendidas, por papeletas, todas las materias que, con arreglo a programa, deben estudiarse para presentarse á examen
en las Comandancias, evitándose con ello los gastos que repor»
ta la forzosa adquisición de las muchas obras que para el caso
se necesitan, además de lo fácil que se hace el estudio ea la forma metódica en que aquél está escrito.
Sólo lo antes expuesto da á comprender el carácter de U
obra, no siendo necesario hacer de ella elogio alguno, pues su
utilidad se ve en el beneficio que produce á la clase á que está
dedicada.
Se halla de venta en la Administración del Progreso Militar,
y los pedidos pueden también hacerse al autor.
—•^SSSSSKSSS^O^
PUBLICACIONES
La Paloma Mensajera, números 114 y 115.—Organisación
del servicio militar de palomas mensajeras en Francia.—6.*
Concurso nacional de la Federación Colombófila Española.—
Las mensajeras en Ladysmith.
Revista Técnica de Infantería y Caballería, núm. 11.—Sitio
de Harlem.—Estudio del nuevo Reglamento para iastmccióa
de la caballería.—El servicio de campaña en Alemania.—El
arma de Caballería y sus reglamentos tácticos.—El ejército j
• la patria.—La guerra an^lo-bocr.
Boletín de Justicia militar, núm. 13.—El art. 175.—Los conquistadores de América.—Jurisprudencia.—Fernando Póo.—
Con-ultas.—Noticias y oñcial.
ti Museo Canario, 7 de Julio.—La orientación de la paloma
mensajera.—Documentos inéditos para la historia de Canarias.
>
La Cruj Roja, núm. 12.—Sección oficial.—Ntooria de áaa
Cesar Ordáx. —Asuntos de la Sociedad.—La Cruz Roja m
provincias. —Variedades —Un aparato salvado^—Lttita Ltmk.
La Medicina militar espahola, núm. 106.—B^ alimeatación
del soldado -Nuevos médicos segundos. —El soldado y el hogar.—Movimiento del personal y Legislación de Sanidad militar.—Anuario Médico-Farmacéutico, por el Dr. Lara.
Hemos recibido el número 26 de El Mundo Ilustrado, grabado
en colores v con artículos muy amenos.
Museo Exposición, núm. 8—Un héroe más.—El traje militar en la Edad Media.—El ejército y la patria.-El soldado y
el hogar.—Influencia moral de los sports atlético*.—El Tiro
Nacional.
Los Estudios Militares. 5 Julio.—Enseñanza Militar.—Reviste extranjera.—Continuicón de trabajos anteriores.
GRANDES SASTRERÍAS
m m i ^ PLANTAS, FLOHES Y UUJAS
ADVERTENCIA
Concepción Jerónima, 4, pral.
CARO HKaMJLllOS
Se ha CBcargadoaacTaMcato 4a
MSMlra M r e e d é a el Sr. Díaa Bcaaa, ccsaada el llaslrada lagealera
9t. L a Llave, al ^ae daaaaa expre•Ivaa graetaa ¡ M T hahersiae aya4a4e ialeriaaaaeate«
Oran exportación y descuentos,
Premiada» en (a Eüspoiidán de Paria
de Í889.
CAriTARBS
Fil.riDII1lod*l0.pri«rtMSl j ^ j j ^ j ^ ^ j ^ Y
Pvdif eatálogos y ppceios.
NO EQUIVOCARSE
(Us upivuifiiNit tahí earis).
PAISANO
Calla da la Cruz, 19 y Ifayor, 9.—Madrid. La mujer que es fura y gaita
es igual a la aceituna
que la que paice mi% *-erde
es la que está más madura.
El canario y la mu|er
La primera casa de España en corte y
se pueden dejar solos,
confección especialidad de uniformes mi- no
il canario por el g*to
liuret,'marina y cuerpo diplomático.
y la mujer por el novio.
416».-AvrM.
, IM mtntU. n.~r»l4/em MM
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