Red Mundial de Influencia: Aprendiendo de América

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LECCIONES DE
AMÉRICA LATINA
Ejemplos de la red mundial de influencia en
acción
INTRODUCCIÓN
Oxfam está tratando de centrar una mayor parte de su trabajo en ejercer influencia para mejorar la
situación de las personas que viven en la pobreza. Este informe destaca algunos ejemplos de cómo
los equipos de país en la región de América Latina han integrado con éxito el trabajo de influencia en
sus programas. El informe examina tres estudios de casos en Bolivia, Colombia y Honduras y analiza
los factores clave que han permitido integrar el trabajo de influencia en estos tres países.
Estos estudios se produjeron a partir del análisis de documentos y de entrevistas semiestructuradas
que el personal de Oxfam llevó a cabo en el mes de septiembre de 2013 a escala nacional, regional y
global.
ESTUDIOS DE CASO
Bolivia: Programa de Justicia Económica: política nacional de
seguro agrícola
Bolivia es un país particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático, tanto presentes como
futuros. Con esto en mente, el equipo de Oxfam en Bolivia desarrolló un programa de justicia económica
centrado en la adaptación y la atenuación de estos efectos para los pequeños agricultores. El programa
incluía una robusta estrategia de incidencia en el gobierno de Bolivia para poner en marcha políticas
públicas e institucionales que ayuden a la ciudadanía a adaptarse al cambio climático. Como parte del
programa, en 2009 Oxfam se hizo eco de la petición de la sociedad civil para que se creara un plan de
seguro agrícola para pequeños agricultores y agricultoras con el objetivo de reducir la pérdida de cultivos a
causa del cambio climático.
Hubo una serie de eventos que coincidieron con esta labor, haciéndola especialmente oportuna. Oxfam
había lanzado una campaña internacional contra el cambio climático y abogaba por la creación de un
Fondo Verde para el Clima con el objetivo de apoyar a los países que sufren los efectos del cambio
climático. A escala nacional, el Gobierno boliviano promovía y dirigía la Conferencia Mundial de los
Pueblos sobre el Cambio Climático, y su presidente se presentaba a sí mismo como un dirigente indígena
que defiende los derechos de “la madre tierra”. Al mismo tiempo, una serie de organizaciones sociales
bolivianas pedía cada vez más el desarrollo de políticas que favorecieran las bases sociales del Gobierno,
las cuales están compuestas principalmente por pequeños agricultores y agricultoras.
“La proactiva relación de Oxfam con el gobierno de Bolivia a partir de varios proyectos conjuntos permitió
al equipo elaborar varios proyectos conjuntos. Esto permitió al equipo elaborar una estrategia interna y
trabajar directamente con el Gobierno para desarrollar una política de seguro agrícola universal. Para
lograrlo, Oxfam comenzó por ponerse en contacto con compañeros en otros países para recopilar
información sobre planes de seguro similares y establecer contactos con especialistas del sector.
A escala local, instituciones y particulares proporcionaron datos sobre los efectos negativos del cambio
climático en sus cultivos, el número de familias afectadas, las consecuencias en los precios de los
alimentos y el coste que supone a los Gobiernos la ayuda a las familias campesinas y a las comunidades
indígenas después de un acontecimiento adverso. Oxfam también financió la visita de especialistas
extranjeros para que compartieran su experiencia en establecer iniciativas similares y desarrollaran las
capacidades de los técnicos locales.
Partiendo de esto, el Ministerio de Desarrollo Rural y Agrícola creó una propuesta de política. Sin
embargo, cuando el Gobierno estaba preparando la presentación de esta propuesta, las organizaciones
de agricultores se opusieron con fuerza ya que pensaban que no satisfacía sus necesidades y que no se
había desarrollado de forma participativa. Por consiguiente, la iniciativa fue archivada.
Sin embargo, varios meses después y con una nueva autoridad al frente, el ministerio volvió a mostrar
interés por la propuesta. Esta vez, Oxfam apoyó el establecimiento de un proceso de consulta, con un
amplio acuerdo entre las organizaciones de agricultores, en cuanto a las expectaciones sobre un plan para
el seguro agrícola, y ayudó a generar una extensa cobertura mediática del asunto de cara a promocionar
la política sobre el seguro en los ámbitos local y nacional.
Por consiguiente, este asunto pasó a ser una petición clave de las organizaciones sociales y un punto de
prioridad en el programa del Gobierno. Asimismo, en 2011, el Gobierno estableció el marco legal y los
órganos institucionales necesarios para poner en marcha un seguro agrícola universal que cubra a
pequeños y grandes productores y cooperativas. El plan para el seguro ya ha llegado a 700.000 personas,
y en los próximos cinco años se irá extendiendo al resto de Bolivia. Oxfam dedico un presupuesto de
58.000 libras a este proyecto1 y se espera que el subsidio que el Gobierno conceda puede llegar a los 29
millones de dólares. A su vez, Oxfam ha trabajado con un socio para ayudar a obtener 116.000 libras de la
embajada holandesa destinados al diseño de un Atlas agrícola y meteorológico que permita al Gobierno
boliviano negociar una prima mejor con las aseguradoras internacionales.
1
La contribución de Oxfam para este proyecto también incluye el tiempo invertido por un coordinador de programa y un oficial de medios de
comunicación (que dedicaron aproximadamente un 30% de su tiempo a este proyecto durante tres años).
Colombia: Derechos en crisis (RiC) y Programa de Derechos
Territoriales
En Colombia persiste un conflicto interno que ha arrasado el país durante varias décadas, exacerbado por
el cultivo y la venta de narcóticos ilegales y llevado a cabo por grupos que actúan al margen de la ley
(paramilitares, grupos guerrilleros y bandas criminales). Principalmente, sus víctimas son ciudadanos y
ciudadanas colombianos, en su mayor parte población indígena y afrodescendientes de comunidades
rurales, que a menudo se ven atrapados en fuegos cruzados de conflictos por el control de los recursos
naturales, territorios y poder. En Colombia se perpetúan graves violaciones de los derechos humanos y los
desplazamientos internos son muy habituales: el país tiene la mayor proporción de personas desplazadas
internas del mundo. Esto se suma al contexto general de desigualdad extrema en el país, tal y como
muestra la disparidad en la propiedad de la tierra, ya que aproximadamente el 50% de las tierras
pertenece al 1% de la población.
El Programa de Derechos Territoriales de Oxfam se centra en el oeste del país, zona donde viven
comunidades que se han visto inmersas en el corazón del conflicto. El programa de Oxfam, utilizando la
red de influencia mundial de la organización, presenta un enfoque de protección holístico. El equipo
trabaja de manera clara con estas comunidades para atender sus necesidades humanitarias,
proporcionando acceso a agua e instalaciones sanitarias y llevando a cabo labores de incidencia política
tanto a escala nacional como internacional, a la vez que proporciona protección gracias a su presencia y a
la visibilidad que aporta.
La estrategia de incidencia política se lleva a cabo desde varios enfoques diferentes:
Trabajar con los medios de comunicación nacionales e internacionales para aumentar la
visibilidad de las comunidades afectadas por el conflicto y cambiar la percepción del público con el
fin de presionar al Gobierno para que tome medidas;
Ejercer influencia sobre estructuras gubernamentales externas como el Congreso de los Estados
Unidos o el Parlamento Europeo;
Colaborar con instituciones de derechos humanos regionales e internacionales con el objetivo de
documentar violaciones de derechos y ejercer presión para lograr una reparación y protección en
todo el país;
Colaborar con actores políticos y responsables en la toma de decisiones a escala local y nacional
con el fin de impulsar políticas públicas que aseguren la disponibilidad de tierras para las
comunidades atrapadas en conflictos y protección contra violaciones de derechos;
Trabajar con las comunidades para reunir pruebas de violaciones de derechos producidas en el
terreno y de las medidas de mitigación de las comunidades, así como para reforzar sus
estrategias de autoprotección.
En conjunto, el equipo de trabajo sobre los derechos territoriales está trabajando para desarrollar las
habilidades de los miembros de las comunidades en materia de incidencia política, gobernanza, liderazgo
así como su capacidad de evaluación y mitigación de riesgos. El objetivo es que desarrollen la resiliencia
necesaria para poder permanecer en sus tierras.
Basándose en este trabajo, Oxfam ha propiciado las negociaciones para establecer relaciones
entre las comunidades y los principales actores políticos y responsables de la toma de decisiones,
como los y las congresistas de Estados Unidos, los parlamentarios y parlamentarias de la Unión Europea,
la Corte Constitucional de Colombia (un aliado en la defensa de los derechos humanos en el país), la ONU
y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A su vez, Oxfam ha creado una coalición de
ONG internacionales que han llevado a cabo labores conjuntas de incidencia política a escala nacional e
internacional.
Como resultado, se lograron detener varias intervenciones de grupos armados, y en los casos en los que
no fue posible, las comunidades pudieron documentarlas mejor. De esta manera, se aclararon las causas
del fracaso del Gobierno a la hora de proteger a sus ciudadanos y ciudadanas. A su vez, el equipo y los
miembros de la comunidad presionaron con éxito a la CIDH para que garantizara medidas preventivas
para una de las comunidades en las que Oxfam trabaja, asegurando la protección de personas altamente
vulnerables y estableciendo rápidos mecanismos de respuesta.
Hay conversaciones en curso con Oxfam en Ecuador para abordar conjuntamente el asunto de los
desplazamientos de colombianos y colombianas a la frontera ecuatoriana para aprovechar la presencia de
Oxfam en los dos países.
Honduras: Alzando la voz y la Campaña Nacional Contra el
Femicidio2
Honduras ha sufrido un serio incremento de la violencia desde el golpe de Estado de 2009, incluyendo
ataques físicos, violencia sexual, violaciones de los derechos de libertad de expresión y homicidios. Esto
se ha visto acompañado de un empeoramiento constante de la protección y del acceso a la justicia, lo que
significa que estos crímenes se cometen con casi total impunidad. Como resultado, Honduras cuenta
actualmente con la tasa de homicidios más alta del mundo y la ONU lo define como “el país más peligroso
(en tiempos de paz)” del planeta. Esta ola de violencia afecta de forma desproporcionada a las mujeres.
En 2013, cada 15 horas una mujer era asesinada, y menos del 2% de los casos fueron investigados por
las autoridades.
El golpe de Estado supuso que el contexto de trabajo Oxfam fuera un reto enorme. La cultura de las
armas de fuego y el crimen organizado se estaba esparciendo por casi todos los estratos de la sociedad,
mientras que la respuesta del Gobierno se centró en la llamada “remilitarización” de la sociedad por medio
de la represión de la sociedad civil, asesinatos extrajudiciales y el uso generalizado de tácticas de
intimidación.
El equipo de Oxfam en Honduras comenzó en 2008 a organizar un programa dentro del marco de Alzando
la Voz (RHV, por sus siglas en inglés). Sus objetivos son promover la participación activa de mujeres en
situación de pobreza en los procesos de toma de decisiones y en la vida política, conseguir que cambien
las convicciones y la actitud en cuanto al papel de las mujeres en la vida pública y presionar para que las
política públicas y los procesos presupuestarios respeten los derechos de las mujeres.
Desde las etapas iniciales del programa Alzando la Voz, el problema de la violencia contra las mujeres
constituía la mayor barrera para la participación de las mujeres en la vida política. Impactaba de forma
clara en todos los aspectos de la vida de las mujeres y se exacerbó con la ola de violencia que siguió al
golpe de Estado. Esto obligó a que Oxfam y sus socios reconsideraran su enfoque de trabajo en el marco
de Alzando la Voz. Se dieron cuenta de que podían unir sus fuerzas con otras organizaciones, formando
así una coalición más extensa para crear una campaña nacional contra la violencia contra las mujeres. De
esta forma, se podían centrar en el problema del femicidio, que era la forma más extrema de violencia
contra las mujeres.
Se formó una coalición nacional, que reunía a ocho organizaciones y redes de todo el país para
desarrollar una campaña contra el femicidio. El hecho de tener organizaciones de diferentes partes del
país permitió a las organizaciones locales tener voz a escala nacional y posibilitó actividades de campaña
en diferentes regiones geográficas, lo que aumentó el alcance y el impacto de la campaña.
Dada la inestabilidad política y las reservas de muchos de los socios a trabajar directamente con el
Gobierno golpista, se aplicó una estrategia externa. Esta estrategia se centraba en una gran campaña de
concienciación pública con el objetivo de poner en el ojo público el problema del femicidio y generar
presión pública contra el Gobierno para que asumiera su responsabilidad de investigar y llevar ante la
justicia a los perpetradores de estos crímenes. Se hizo una extensa campaña informativa a escala
nacional e internacional, se organizó un simulacro de tribunal para llamar la atención sobre casos reales
de femicidios, se llevaron a cabo acciones en Internet y se produjeron películas y anuncios que se
difundieron tanto en Honduras como fuera del país.
Simultáneamente, el trabajo se llevó a cabo a nivel municipal, nacional e internacional para que el
Gobierno asumiera sus responsabilidades, usando las instituciones regionales y de la ONU para
presionarle a que actúe contra el femicidio a través de las estructuras legales existentes.
La campaña ha alcanzado una visibilidad masiva en el país, con un amplio reconocimiento de la población,
del Gobierno y de importantes instituciones. Constituye actualmente el punto de referencia del problema
del femicidio y ha contribuido significativamente a que se genere un debate público. La aceptación social
del femicidio y la pasividad del Estado se están cuestionando desde todos los niveles.
La campaña ha fortalecido el trabajo general de Alzando la Voz, a través del desarrollo de la capacidad de
las organizaciones vinculadas para crear alianzas estratégicas, ejercer presión y recurrir a los sistemas de
justicia internacionales para proteger los derechos de las mujeres. Formar parte de una campaña de
influencia nacional ha permitido que sus participantes tengan mayor visibilidad y representación en la
escena política a escala local, regional, nacional e internacional. La campaña también ha incrementado la
influencia y el liderazgo de las organizaciones socias en sus localidades.
2
Femicidio: asesinatos deliberados de mujeres por el hecho de serlo.
A pesar del restrictivo contexto político, los miembros de la campaña contribuyeron a la revisión de la
propuesta de decreto para la reforma al Código Penal, presionando al Gobierno para que incluyera un
artículo que incluyera la figura del femicidio. A nivel municipal ha aumentado el número de mujeres que
denuncian la violencia ejercida contra ellas, e incluso en un municipio los miembros de la campaña han
logrado que se cree una ley local para prevenir este tipo de violencia. Además, algunos miembros de la
campaña también están haciendo un exhaustivo seguimiento de los casos de violencia contra las mujeres
y femicidio con el fin de crear un registro de asesinatos que, sin su ayuda, pasarían desapercibidos.
Factores clave para incluir el trabajo de
influencia en los programas de país de
Oxfam:
Estos estudios de caso nos permiten identificar los siguientes factores esenciales para que las labores de
influencia pasen a ser una parte integrante de todos los programas de país de Oxfam:
Liderazgo del director/a de País: En cada estudio, se identificó el liderazgo de los
directores/as de país a la hora de apoyar y dirigir las labores de influencia como el factor más relevante.
Todos los estudios de caso contaron con un director o directora de país que apoyó masivamente las
labores de influencia y las consideró como una piedra angular de la teoría del cambio para los países.
Significativamente, esto supuso que durante la fase de planificación de los programas de país se
incorporara la influencia en los programas y que se incluyera como un elemento esencial en el trabajo y
los objetivos de los coordinadores/as de Programa. La decisión de los países de asignar presupuestos de
recursos no restringidos refleja esta visión. Este enfoque dio lugar a la creación de programas que
incluyen estrategias para ejercer influencia a lo largo de toda la vida del programa, incluso cuando hubo
algún cambio de dirección y el nuevo director/a de país no apoyara directamente las labores de influencia,
ya que el programa ya estaba estructurado de esta manera.
De acuerdo con la experiencia de los anteriores estudios de caso, un director o directora de país debe
tener una gran inteligencia política para que pueda comprender perfectamente la importancia de la
influencia a la hora de lograr un cambio en la lucha contra la pobreza. Asimismo, también debe tener las
habilidades políticas, diplomáticas y analíticas necesarias para dirigir un programa de país y desarrollar las
labores de influencia para apoyar el programa de país.
Estructuras de los equipos de país: Actualmente, no existe ninguna norma o directriz
que determine el número de personas necesario para trabajar en puestos relacionados con las labores de
influencia en un determinado país, ya que varía de forma substancial de un país a otro. Esto se refleja en
los casos analizados, debido a que cada equipo de país está establecido de forma diferente: en Bolivia, los
tres coordinadores de programa destinan el 30% de su tiempo a las labores de influencia, y desde enero
2014 hay un coordinador/a de Campañas/Incidencia y en los próximos meses se entregan dos
cooperantes voluntarios por parte de Oxfam Quebec asumir tareas en medios y comunicación. Los
coordinadores/as de programa en Honduras dedican el mismo porcentaje para las labores de influencia y
también cuentan con un responsable de medios de comunicación pero en este caso cuentan también con
un coordinador de Campañas (aunque dedica su tiempo por completo a la campaña CRECE). En
Colombia, cada uno de los programas de país tiene un coordinador/a de Campañas/Incidencia y los
coordinadores/as de Programa dedican un 15% de su tiempo a las labores de influencia. Asimismo,
cuentan con un responsable de medios de comunicación que trabaja en campañas.
En todos los casos, los equipos reconocieron la importancia de tener coordinadores/as de programa que
se centren en las labores de influencia para garantizar que sea parte integrante de los programas. En el
caso de Honduras y Bolivia, los equipos afirmaron sobre la importancia de que los equipos globales
contribuyan a potenciar la articulación de estos procesos y más ayuda en la planificación de las
campañas, en el desarrollo de las habilidades del personal del programa encargado de la influencia, en la
coordinación de las estrategias de influencia a nivel regional y mundial y en las actividades de
seguimiento, evaluación y aprendizaje. Esto indica claramente que los equipos necesitan contar con un
coordinador/a de Campañas/Incidencia.
Principales competencias del personal: La existencia de personal con buenas
habilidades políticas y experiencia en la incidencia política o en el activismo ha sido crucial para poder
incorporar las labores de influencia en los programas. A su vez, el personal a menudo tiene fuertes
conexiones políticas que pueden abrir puertas y fortalecer el capital político de Oxfam.
La coordinadora de programa en Bolivia resume muy bien este razonamiento:
“Las competencias más importantes son las políticas. Se puede subcontratar a personas con
competencias técnicas pero no con competencias políticas; los socios también suelen tener competencias
técnicas a las que Oxfam puede recurrir pero lo que a menudo falta es personas con habilidades políticas.
El personal tiene que tener competencias políticas para que puedan identificar oportunidades, tienen que
ser capaces de leer y analizar el contexto político y actuar acorde con la situación. También es clave tener
personal que pueda cultivar relaciones políticas; esto no significa que pertenezcan a un partido político
sino que puedan crear relaciones con los partidos políticos, abogando en todo momento por sus socios y
manteniendo su independencia (… ) Aunque antes de trabajar para Oxfam toda mi experiencia en política
se había centrado en asuntos de derechos de las mujeres, fui capaz de trasladar esa experiencia al
contexto agrario ya que mis competencias clave eran saber comprender una situación política y sacarle
partido; son dos habilidades transferibles.”
Recursos: Las labores de influencia en los estudios de caso explicados se llevaron a cabo utilizando
casi en todo momento recursos no restringidos, excepto en el caso de Honduras, en el que se destinaron
35.000 dólares de recursos restringidos para una actividad específica de una campaña (el simulacro del
tribunal).
En todos los casos, el elemento decisivo en lo relativo a los recursos económicos fue la flexibilidad. Se
logró incorporar con éxito el trabajo de influencia en los programas cuando los equipos tuvieron
acceso a fondos flexibles en los momentos oportunos; esto les permitió ser ágiles, sacar partido
de las oportunidades políticas (y de otra índole) que se les presentaron y trabajar en una iniciativa
específica de influencia durante un periodo prolongado, cambiando la estrategia y las tácticas
cuando así lo requiriera la situación.
Los equipos de país, en los casos mencionados, tuvieron acceso a una cantidad flexible de recursos no
restringidos que proporcionó el centro regional, y en algunos casos los crearon ellos mismos (a partir de
recursos no restringidos de otros años no utilizados). Esto les permitía tener los recursos para actuar en
cuanto se presentaba la oportunidad.
En el caso de Bolivia, el proyecto de seguro agrícola se enfrentó a varios obstáculos en sus tres años de
duración. Si no hubiera sido por el presupuesto que la coordinadora de programa había reservado para
usar en los momentos oportunos, sería muy improbable que se hubiera podido retomar el proyecto cuando
el nuevo ministro de Agricultura se interesó en él.
Visión y prioridades de la organización: Hubo un sentimiento generalizado de que
la visión y las prioridades de la organización desempeñaron un papel importante a la hora de dirigir el
trabajo de influencia a nivel de país y asegurar la implicación de los directores/as de país y el personal
directivo. En Bolivia, por ejemplo, la política de seguro agrícola se basó en la campaña de cambio
climático de Oxfam. Hubo consenso también al poner de relieve la necesidad de mostrar a los
directores/as de país que las estrategias de influencia son un gran apoyo para otras prioridades de la
organización más generales. Esto constituyó un factor clave también para asegurar el apoyo de la red
mundial de Oxfam.
Apoyo y acompañamiento: Todos estos casos se valieron del apoyo ofrecido a escala
mundial y regional. A grandes rasgos, este apoyo se basaba en:
1.
2.
3.
4.
apoyar y facilitar las labores de influencia a nivel mundial, como fue el caso de Colombia, donde
trabajaron junto al personal de las oficinas de Ginebra y Nueva York para desarrollar y
poner en marcha una estrategia de incidencia política dirigida a instituciones multilaterales,
donantes e instituciones mundiales de derechos humanos. También fue el caso de Honduras,
en el que se trabajó con el equipo mundial de Alzando la Voz para identificar espacios globales en
los que plantear el problema del femicidio;
apoyar las labores de influencia a nivel de país, especialmente ayudando en los planes
estratégicos, facilitando observaciones sobre la investigación y documentos de incidencia política,
participando en los talleres de desarrollo de habilidades;
producir materiales de comunicación y trabajar con los medios de comunicación a escala regional
e internacional;
poner en contacto a personal y socios entre los diferentes países para compartir lo aprendido en
experiencias similares.
Reputación de Oxfam:
“Fue muy importante para nosotros el hecho de poder usar la marca
Oxfam, ya que abre puertas a muchos niveles, desde el local hasta el mundial. Verdaderamente sentí el
valor añadido de Oxfam”– coordinadora de Incidencia del Programa de Derechos Territoriales de
Colombia.
En todos los casos, el poder de Oxfam como factor clave en la ayuda y desarrollo internacional fue
evidente, además de una forma de abrir puertas.
Socios:
En los ejemplos presentes en este informe, los equipos establecieron las asociaciones según
sus objetivos de cambio; trabajaron con una gran diversidad de socios (desde socios con capacidades
técnicas hasta socios de campaña e incidencia) de varias maneras diferentes (tanto individualmente como
en coaliciones).
En contextos políticos con una gran tensión (como Honduras o Bolivia) los equipos fueron muy cuidadosos
a la hora de elegir socios que representaran las diferentes tendencias políticas para así mantener un grado
de equilibrio político. Esto ayudó a asegurar que se seguía viendo a Oxfam como independiente de
cualquier partido político. Por ejemplo, en el estudio de caso de Bolivia, Oxfam trabajaba directamente con
el Gobierno en la política de seguro agrícola, por lo que también se alió con socios que presionaban al
Gobierno en otros aspectos agrícolas, y así mantener su independencia. Asimismo, en el caso de
Honduras, tras el golpe de Estado, la campaña contra el femicidio trabajó tanto con socios que estaban
dispuestos a continuar trabajando a nivel de los gobiernos locales en seguimiento a compromisos de las
agendas de las mujeres, aun durante el gobierno de facto, así como organizaciones socias que no lo
estaban.
Las asociaciones también supusieron una barrera para incorporar el trabajo de influencia a los programas
debido a la cantidad de tiempo que implica su gestión, en especial las que tienen una capacidad limitada
para hacer un seguimiento financiero y emitir informes al respecto. Colombia y Honduras encontraron
diferentes maneras para solventar este problema, como explicó la coordinadora de programa de
Honduras: “ Se facilitó la posibilidad de un movimiento interno para que la persona en el cargo de
Administración de Programas, trabajara como oficial de apoyo a los programas en la campaña Contra el
Femicidio. Esta persona ha estado en el cargo durante seis meses y ha sido capaz de ayudar con el
seguimiento financiero y las cuentas,y a su vez ir fortaleciendo sus capacidades en programa y campañas,
lo que me ha dejado más tiempo para centrarme en la conducción política de la campaña.” En Colombia
se dieron cuenta de que los requisitos de elaboración de informes de Oxfam suponían una carga enorme
para los socios que no tenían la capacidad suficiente para realizarlos. “Continuamos trabajando con estos
pequeños socios pero dejamos de transferirles dinero directamente. Lo que hicimos fue pasar por
organizaciones más grandes. Esto ha dado lugar a que ahora trabajemos con nuevos socios que controlan
mucho mejor sus recursos, lo que ha aligerado la carga administrativa de mi tiempo y de la de mis
compañeros administrativos”, explica la coordinadora de Incidencia del Programa de Derechos
Territoriales.
Muchas de las personas entrevistadas tenían claro que es necesario que haya nuevos principios para
las asociaciones a fin de apoyar el desarrollo de la red de influencia mundial, ya que había cierta
confusión sobre cuándo Oxfam puede seguir adelante por sí mismo o cuándo y dónde debería
apoyar a los socios para que sean ellos quienes lideren el trabajo de influencia.
Contexto externo:
El contexto externo en sí no se percibía como un factor determinante en
el éxito o el fracaso a la hora de incorporar las labores de influencia a los programas de Oxfam; lo
que sí influía era el tipo de estrategia que se desarrollaba. Estos estudios de caso presentan contextos
muy variados: en Bolivia una alianza gubernamental con fuertes raíces en los movimientos sociales del
país; en Honduras, un Gobierno de facto que ha menoscabado seriamente el papel de la sociedad civil; y
en Colombia, la presencia de un conflicto interno vigilado por un Gobierno que, si bien gran parte de la
sociedad civil no lo percibía como un aliado, ha defendido sistemáticamente el papel de la sociedad civil.
Como se ha visto en estos casos, Oxfam ha sido capaz de incorporar su trabajo de influencia de forma
generalizada en todos estos contextos gracias a la puesta en marcha de diferentes estrategias: desde las
estrategias internas en Bolivia hasta las estrategias de visibilidad externa en Honduras, pasando por las
estrategias internas y externas menos visibles de Colombia.
Este document ha sido escrito por Ana Caistor Arendar. Oxfam agradece la colaboración de of Maritza
Gallardo, Lourdes Monterro, Adriana Rodriguez
© Oxfam Internacional, abril 2014
Este escrito fue redactado por Ana Caistor Arendar. Oxfam agradece la ayuda de mucha gente en su
producción, en especial gracias a Maritza Gallardo, John Magrath, Lourdes Montero, y Andrea Vera.
OXFAM
Oxfam es una confederación internacional de 17 organizaciones interconectadas en 94 países, como parte de
un movimiento mundial por el cambio, para construir un futuro sin la injusticia que supone la pobreza:
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