Índice de Jurisprudencia de la Sala Constitucional sobre el tema de

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Índice de Jurisprudencia de la Sala Constitucional sobre el tema de la
Discriminación
Discriminación por Raza
Año Sentencia
Caso
2005
03204
No pudo presentarse a un
espectáculo para el cual estaba
inscrita por ser de color
2005
05134
Debía cumplir con una práctica que
consistía en desempeñarse como
secretaria de recursos humanos,
pero se le mandó a limpiar una
bodega, por ser una persona de
raza negra
2006
14852
Lo obligaron a abandonar una
ferretería por ser oriental
Conclusión
Página
No ha sido acreditado el grave cargo de
10
discriminación racial que fundamenta el
presente recurso
No puede tenerse por probado que la
12
recurrente ha sufrido discriminación en razón
de su raza, habida cuenta de que la Sala no
posee elementos probatorios mínimos que
permitan acreditar dicha situación
Los hechos ocurridos en la ferretería atentan
contra el derecho a la igualdad y dignidad
humana del amparado, quien tiene derecho a
acceder a cualquier establecimiento comercial
y a recibir un trato igual, sin discriminación en
razón de su raza.
17
Discriminación por Género
Año Sentencia
Caso
1996
01633
Un hombre nicaragüense solicitó la
naturalización por matrimonio con
costarricense pero le exigen
además presentar un examen.
Dicho examen es un requisito para
los extranjeros que solicitan la
nacionalidad costarricense
1996
04666
Dos mujeres no pudieron participar
en el curso de Oficiales 1 de la
Escuela Nacional de Policía porque
el Director dio la orden de
desalojarlas dado que el plantel no
tenía las condiciones físicas para
aceptarlas.
2001
03542
Conclusión
Página
Primero, cuando en la norma se emplean los
22
términos hombre o mujer deberán entenderse
como sinónimos del vocablo persona, con el
objeto de eliminar toda posible discriminación
por razón de género. Segundo, el examen no
se aplicable en este supuesto
Cada vez que se excluye o no se admite a
mujeres alegándose limitación de medios
materiales, se concreta en cada una de ellas
la entera discriminación de que es objeto su
género, aunque los funcionarios responsables
de la denegación o exclusión pudieran no ser
movidos por el deliberado propósito de
producir ese resultado. Se condena al Estado
Fue despedida por su condición de Si bien nuestra Constitución Política en su
mujer
artículo 33 establece el derecho a la igualdad
entre
las
personas
impidiendo
la
discriminación contra la dignidad humana, las
denuncias presentadas aduciendo el
mencionado artículo, en su gran mayoría
carecen de pruebas que lo sustenten y ello da
como resultado el rechazo de este tipo de
31
34
1
2003
13521
En un campeonato de fútbol
decidieron que al no haber niñas
suficientes para formar equipos
femeninos se harían únicamente
masculinos, sin pensar en las niñas
que les gusta jugar y practicar ese
deporte
2004
04421
Se le negó a un hombre la
posibilidad
de
recibir
una
indemnización porque la norma
alude como beneficiaria sólo a la
compañera
2004
12181
Se realizó un nombramiento en
propiedad sin tomarla en cuenta
solo por el hecho de ser mujer
2004
13558
2005
10482
2005
14806
2008
04939
En la lista de candidatos a
representantes de la Asamblea de
Trabajadores ante las sociedades
anónimas del Bco Popular se
eligieron más hombres que mujeres
violando las condiciones de igualdad
de género
La Asamblea Sectorial del Sector
Agrícola convocada por el Consejo
Nacional de Cooperativas no
nombró mujeres en el número
proporcional a la conformación total
de la Asamblea según lo establecido
en la Ley de Promoción de la
Igualdad Social de la Mujer
Una mujer fue escogida por la
Unidad Coordinadora de Gestión
para ocupar un puesto de trabajo
pero el Presidente Ejecutivo nombró
a un hombre en dicho puesto
Los hombres que solicitan el pago
de indemnizaciones por exposición
al Nemagón deben someterse a
pruebas mientras que las mujeres
no.
gestiones, tal y como sucede en el caso bajo
examen.
No fue la condición de pertenencia al género
femenino de la niña lo que motivó su no
participación en los juegos en cuestión, sino el
hecho de que no había equipos femeninos en
los cuales pudiera participar y su inclusión en
un equipo de varones no resultaba
conveniente por su propia integridad y salud.
No existe discriminación.
Se interpreta conforme al Derecho de la
Constitución que el término “compañera” de la
norma, también comprende al “compañero”,
razón por la que dicha norma debe ser
aplicada sin hacer ninguna distinción por
motivos de género
De autos se observa que el nombramiento
que aquí se cuestiona atiende a
razonamientos objetivos. No encuentra este
Tribunal que los alegatos de la recurrente
resulten procedentes para esta sede. No
existe discriminación
El Reglamento para la Regulación de las
Relaciones Corporativas del Bco Popular nada
dice sobre la cuota de participación de la
mujer. Si se eligió la lista con base en dicho
reglamento, como corresponde, no se detecta
la violación al principio de igualdad de género
37
40
44
46
El Consejo Nacional de Cooperativas no
consiste en un partido político por lo que no es
posible aplicar la Ley de Promoción de la
Igualdad Social de la Mujer. No existe
discriminación
53
En realidad la mujer solamente fue propuesta
para el puesto. El Presidente Ejecutivo goza
de discrecionalidad para elegir entre los
miembros de la terna, de la cual participaron el
hombre y la mujer. No existe discriminación.
El exámen es un imperativo legal. Lo relativo a
la falta de examen para las mujeres también
es una disposición de carácter legislativo. No
existe discriminación
58
61
2
Discriminación por Embarazo
Año Sentencia
Caso
2004
06164
Se le comunicó que su
nombramiento como secretaria
ejecutiva quedaba suspendido en
vista de que no resultó elegible
para el puesto de oficinista. Tres
días después ella comunicó su
embarazo de 18 semanas
2005
14572
No le prorrogaron su nombramiento
por estar embarazada y nombraron
a otra persona en el puesto.
Cuando deba acogerse al período
prenatal no se le cancelará el
salario
porque
no
tendría
nombramiento vigente.
Conclusión
Página
El estado de embarazo no genera un derecho
64
a favor de la mujer para continuar nombrada
en un puesto de manera interina o para que se
le nombre en propiedad pues ello depende de
otras circunstancias y si en el caso concreto, la
recurrente no reúne las condiciones de
idoneidad necesarias para desempeñarse en el
puesto el cese de su nombramiento por tal
razón, no es discriminatorio
El patrono tiene la potestad de sacar a
69
concurso las plazas pero debía ajustar la fecha
de vigencia de ese nuevo nombramiento a
partir del momento en que la embarazada
hubiera cumplido la licencia de maternidad o
en su defecto haberla nombrado en otra plaza
para proteger su derecho derivado de la
maternidad. Se ordena el pago que le
corresponda por la licencia de maternidad
Discriminación por Religión
Año Sentencia
Caso
2003
03018
Niño se niega a cantar el Himno
Nacional en razón de su fe pero lo
discriminan rebajándole la nota de
conducta
2004
08763
Los Ministros Evangélicos no
pueden celebrar matrimonios que
tengan efectos civiles. Sólo la
Iglesia
Católica
tiene
esa
posibilidad
2008
01462
Estudiante no puede realizar
exámenes los sábados por razones
religiosas pero, por una política
discriminatoria, la Universidad le
cobra por reponer el examen
Conclusión
Página
El deber de cantar el Himno Nacional está
72
supeditado a derechos humanos superiores
como la libertad de pensamiento y la libertad
religiosa. Se le ordena al Director del colegio
que corrija las calificaciones que fueron
rebajadas
El Estado no está obligado a confiar la función
75
de auxiliar administrativo del Estado con fe
pública en todos los grupos o personas con
excusa del principio de igualdad. Es un hecho
notorio que la estructura de la Iglesia Católica
se extendió desde muy temprano por todo el
territorio nacional, lo cual evidentemente es un
factor que facilita el cumplimiento de las
funciones auxiliares encomendadas, es ese un
aspecto objetivo de servicio y cobertura que el
legislador puede válidamente tomar en cuenta
a la hora de seleccionar en quién confía esa
función auxiliar. No existe discriminación.
La carga económica que se impone al actor
90
contraviene su libertad religiosa. Se ordena a
la Universidad programar los exámenes del
recurrentes los días distintos del sábado.
3
Discriminación por Origen Nacional
Año Sentencia
Caso
Conclusión
1997
02570
Una norma impide a los estudiantes La norma impugnada establece pues, una
extranjeros incorporarse a los discriminación irrazonable en perjuicio de los
colegios científicos
extranjeros, a quienes se les priva del goce
del derecho fundamental a la educación
científica, únicamente por su condición de
extranjeros, y sin que exista no sólo una
norma legal, sino un fundamento válido que
justifique la diferencia, por lo que debe
declararse contraria a los artículos 19, 28 y 33
de la Constitución Política. Se anula la norma
1999
01401
No fue nombrada en una de las tres En la escogencia de personal realizada medió
plazas sacadas a concurso a pesar una discriminación en razón de la
de estar en igual o mejor posición nacionalidad de la aquí recurrente, en el tanto
que otros oferentes. Se le indicó con fundamentos no atendibles expresados
que se escogió entre colegas por la propia funcionaria en el informe rendido
costarricenses
a la Sala, quedó claro que prefirió a
nacionales ante la extranjera. Se ordena
restituir a la recurrente en el pleno goce de
sus derechos
Página
95
102
Discriminación según el Estrato Social
Año Sentencia
Caso
Conclusión
Página
2004
05206
Se excluyó en la cobertura Es claro que dicha distinción resulta odiosa al
107
obligatoria del seguro de invalidez Derecho de la Constitución. Se anula la
vejez y muerte a los mandaderos
palabra “mandaderos” contenida en el texto
Discriminación a Personas Discapacitadas o Enfermos
Año Sentencia
Caso
2002
05966
Una usuaria de silla de ruedas
solicitó un boleto de precio popular
para asistir a un concierto en un
lugar accesible para ella y otra
persona. El Teatro le ofreció una
rebaja del 20% para ubicarse en
luneta. Ella considera que sigue
siendo un precio muy superior al
precio de galería popular
2003
00527
Una escuela no posee espacios
para el parqueo de automóviles que
transporten
a
estudiantes
Conclusión
Página
El Teatro dispone el área de luneta para el libre
118
acceso de las personas discapacitadas y
ofrece un descuento en el valor del tiquete
dadas sus especiales circunstancias. No existe
discriminación.
Se ordena a la Municipalidad demarcar
espacios de parqueo para vehículos que
transporten a personas discapacitadas cerca
124
4
2003
03863
2005
13205
2006
11515
2007
17528
discapacitados
Una persona con discapacidad se
remite al Departamento de
Medicina Legal para determinar su
idoneidad para ocupar un puesto
de trabajo
Un año después de comunciar a la
empresa de que padecía cáncer
linfático fue despedido por
reorganización de personal
Un privado de libertad acusa que,
debido a su altura, no puede
alcanzar los lavatorios
de la entrada principal de la escuela.
La remisión a Medicina Legal permite obtener
un elemento de convicción objetivo para
determinar si la persona puede ejercer el
puesto que pretende. No existe discriminación.
La empresa no demostró la mencionada
reorganización de personal lo que consolida el
alegato de de discriminación por enfermedad.
Se restituye a la persona en su puesto.
Durante la permanencia del recurrente en el
sistema penitenciario, éste no ha presentado
reclamo alguno. La Administración no estaba
obligada a presumir su inconformidad y que
éste requiere de una adecuación especial para
realizar las labores de lavado como reclama.
No existe discriminación
Se le niega a una persona no La recurrente fue discriminada en razón de su
vidente abordar el bus junto con su discapacidad. En el caso de los perros guía de
perro guía
las personas discapacitadas, el transportarlos
junto con su amo no es una facultad del
concesionario del servicio o del chofer del
autobús sino que es una obligación impuesta
por la Constitución Política.
130
135
149
152
Discriminación por Edad
Año Sentencia
Caso
2001
08218
Se canceló una afectación a
Patrimonio Familiar porque, según
el Coordinador del Área Registral,
la afectación no procede a favor de
personas mayores de edad
2002
02511
Se le negó la matrícula en una
escuela por tener 15 años de edad
2002
10947
Un
meteorólogo
no
fue
seleccionado como asistente en el
Tropical Desk durante la época de
huracanes por razones de edad
2003
03232
Se le impide ser fiadora por tener
más de 45 años de edad
2003
12645
Se le negó la posibilidad de realizar
pruebas de violín y clarinete con el
argumento de ser muy pequeña
Conclusión
Página
No se aporta prueba sobre la discriminación.
158
Es una inconformidad que debe ser ventilada
ante el mismo Registro Público.
En realidad no se le negó la matrícula sino que
se le recomendó el sistema de aula abierta del
MEP. No existe discriminación.
Se valoró la edad para pensionarse porque es
razonable que la Admnistración maximice la
inversión de recursos pretendiendo que quien
se beneficie con la beca en el Tropical Desk
brinde sus conocimientos adquiridos durante el
mayor
tiempo
posible.
No
existe
discriminación.
En realidad se le impidió ser fiadora porque no
alcanzaba el ingreso mensual requerido. No
existe discriminación.
La aplicación de la prueba de violín y clarinete
es un requisito adicional que no se pidió a los
demás niños. La menor efectuó las mismas
pruebas que los demás aspirantes. No existe
161
163
168
170
5
2003
13609
2006
00900
Se le denegó la matrícula para el
ingreso al Ciclo Materno Infantil de
la Educación Preescolar por faltarle
dos días para tener la edad exacta
No se le otorgó una póliza de vida
en razón de su avanzada edad
discriminación
Si la menor aprueba satisfactoriamente una
prueba de rendimiento se debe admitir en el
cento educativo si otro requisito no lo impide
En realidad, no se solicitó directamente la
obtención del seguro sino que se realizó una
consulta telefónica lo que implica que no se
reprodujo un acto denegatorio de derechos
172
175
Discriminación por Orientaciones Sexuales distintas a las Mayoritarias
Año Sentencia
Caso
2003
01796
Fueron sancionados en el Centro
de Atención Institucional de
Heredia por el solo hecho de
constituir una pareja homosexual
2004
05096
2006
07262
2006
11962
2007
18660
Se le prohibió el ingreso a un bar
por ser homosexual
Es imposible que las parejas de un
mismo sexo puedan formalizar
legalmente su relación a través del
matrimonio
Se le rechazó una solicitud de
pensión a un hombre en su
condición de compañero marital del
fallecido
Se le prohibió la permanencia en
un bar a una pareja homosexual
Conclusión
Página
No se constata que se haya actuado
178
discriminatoriamente en relación con ellos,
debido a su orientación sexual, ni que al
adoptar la medida de amonestación escrita se
haya inobservado el debido proceso.
No existiendo prueba lo procedente es declarar
180
sin lugar el recurso
La imposibilidad legal para que personas del
182
mismo sexo contraigan matrimonio, no lesiona
el contenido del numeral 33 de la Carta
Política, toda vez que las parejas heterogéneas
no están en la misma situación que las
homosexuales. De manera que, ante
situaciones distintas, no corresponde otorgar
igualdad de trato.
No procede la solicitud de pensión poque el
204
Código de Familia establece: “la unión de
hecho (...) entre un hombre y una mujer (...)”.
No existe discriminación.
La medida asumida por el Bar es consecuencia
207
de la actitud erótica de la pareja que creó
confusión en el lugar. Es una medida
proporcional para evitar la inseguridad en el
establecimiento. No existe discriminación
Discriminación en la Igualdad Salarial
Año Sentencia
Caso
Conclusión
Página
2005
16090
Le deniegan el pago de un plus La denegatoria del incentivo atendiendo a
213
mientras que a otros compañeros sí razones del código presupuestario es
se los pagan
arbitrario, no atiende a la realidad de la
situación de la amparada y es discriminatorio.
Se ordena proceder en forma inmediata a
ordenar el estudio del caso de la recurrente
para determinar si procede el pago del
6
2006
01976
Se le excluyó de la lista y, por tanto
del pago correspondiente a una
indemnización, por el solo hecho de
ser funcionaria interina, no en
propiedad
incentivo
La Sala verifica la lesión a los derechos de la
gestionante. Restitúyase a la recurrente en el
pleno goce de sus derechos. Se condenaal
recurrido al pago de las costas, daños y
perjuicios.
216
Discriminación por el modo de vestir
Año Sentencia
Caso
2003
03291
Se le impidió su ingreso en
pantalón corto al Hospital, por
existir una disposición
administrativa que así lo determina
Conclusión
El derecho fundamental de imagen radica en
la facultad que tienen los individuos para
proyectar su propia personalidad al exterior.
Así, la vestimenta es una forma que tienen las
personas de proyectar su imagen hacia el
exterior, por lo que no puede limitarse ésta
legítimamente, en el tanto no ofenda el decoro
de la colectividad. Se deja sin efecto la
prohibición de ingreso con pantalones cortos a
los visitantes del Hospital
Página
219
Discriminación Laboral
Año Sentencia
Caso
Conclusión
2005
01625
A otras personas incorporadas El amparado adquirió un derecho a ejercer la
igualmente
como
“Topógrafo profesión para la cual obtuvo un título, que fue
Asociado” se les ha entregado el reconocido por el CFIA, sin que esté facultado
respectivo protocolo, mientras que este Colegio para restringirlo en el ejercicio de
a él se lo niegan.
las funciones que esa incorporación le faculta,
tal cual fue dada, en igualdad de condiciones
con otros topógrafos incorporados como
asociados. Se ordena que de inmediato se
giren las instrucciones con el fin de que el
amparado pueda ejercer su profesión en
igualdad de condiciones
Página
222
No Discriminación
Año Sentencia
Caso
2002
03172
Se le denegó la autorización para
que se le realicen pruebas de
aplazados en una asignatura
adicional al máximo de tres
establecido. Otros estudiantes
fueron autorizados
2002
6509
Se grava con el impuesto sobre la
Conclusión
Página
La autorización es una potestad del Colegio y
229
no un derecho del estudiante.
La amparada ha gozado de las oportunidades
que el sistema educativo da a personas con
sus problemas de aprendizaje. No existe
discriminación
La educación preescolar y la general básica
234
7
renta a las fundaciones dedicadas
a
la
enseñanza
privada
universitaria y se excluye a las
fundaciones que prestan servicios
de educación secundaria, primaria
y preescolar. Se excluye del pago
del citado impuesto a las
universidades estatales
2002
09636
Se le han impuesto arbitrariamente
nuevos requisitos para participar en
el servicio social obligatorio.
2002
11617
Otros compañeros no tienen los
requisitos exigidos por ley por lo
que esta persona pretende
irrespetarlos también
2003
03040
A otro imputado de la causa se le
revocó la prisión preventiva y a él
no
2003
03948
2004
01500
El Consejo de la Judicatura acogió
una gestión para suspender la
confección de ternas de Juez 3 en
lo Contencioso Administrativo y
rechazó la misma gestión para la
terna de Juez 3 en el Juzgado
Penal I del Circuito Judicial de la
Zona Atlántica
En una zona rural las aguas
pluviales de todas las fincas
discurren naturalmente por los
caños aledaños a la carretera pero
a esta asociación se le exige
canalizar las aguas hacia su
propiedad
2004
03336
son obligatorias y éstas y la educación
diversificada son además gratuitas y costeadas
por la Nación. No lo es la enseñanza
universitaria, de forma que que el Estado
puede válidamente incentivar los centros
privados de primaria y secundaria con
exoneración de impuestos.
La exoneración que se otorga a las
universidades estatales no resulta una medida
discriminatoria, en relación con las privadas,
toda vez que la misma, no obedece a su
condición de universidades, sino a su
condición de entes públicos.
Lo que se le ha exigido es la presentación del
permiso que se expide anualmente, y no un
nuevo requisito, máxime que el recurrente
solicitó permiso durante los tres primeros años,
sin embargo no lo hizo en el cuarto. No existe
discriminación
No puede pretenderse que se deriven
derechos de una situación contraria a la ley,
como lo sería el desempeñar labores sin que
previamente se hayan cumplido los requisitos
establecidos en la normativa que regula esa
materia. No existe discriminación
El principio de igualdad ante la Ley rige
únicamente para efectos del proceso aplicado
dejándose a criterio del Juez otorgar o no la
excarcelación a un imputado dentro de su
situación particular y denegarla a otro,
igualmente
dentro
de sus
propias
circunstancias
El trato igualitario debe otorgarse a quienes se
encuentran en igualdad de condiciones o en
situaciones jurídicas idénticas, lo que
evidentemente no sucede en el sub judice. No
existe discriminación
No se puede aceptar que exista un derecho
adquirido o una situación jurídica consolidada a
la ilegalidad, a favor de persona alguna,
aunque por error u otros motivos la
Administración haya obviado en algún caso o
casos en particular la verificación del
cumplimiento de requisitos exigidos legal y
reglamentariamente
para
levantar
construcciones en su jurisdicción territorial. No
existe discriminación
No puede optar por el puesto que La condición de funcionario interino no es una
ocupa en condición de interino diferencia para excluirle de su participación en
porque modificaron los requisitos
un concurso interno pues de lo contrario se
243
246
247
250
255
259
8
2004
04122
A 5 compañeros les otorgaron una
beca y a este estudiante no
2004
05665
2004
12482
No le renovaron un permiso para
operar comercialmente en zona
pública mientras que a otros sí se
les permite el ejercicio de
actividades comerciales en dicha
zona
Se le suspendió su solicitud de
traslado de patente para la venta
de licores mientras que a otros
establecimientos comerciales se les
permite ejercer tal actividad a pesar
de que incumplen lo establecido en
la Ley
2005
00571
produciría una discriminación en su perjuicio.
Sin embargo, es improcedente derivar
derechos a partir de un pliego de requisitos
originales al momento de su nombramiento y
que luego fueron variados, pues no se pueden
derivar derechos de una mera expectativa de
derecho. No existe discriminación
Se trata de la distribución de becas a un
número limitado de estudiantes de conformidad
con determinados criterios de selección, cuyo
establecimiento corresponde a la propia
Administración. No existe discriminación
Si esas otras actividades en realidad existen y
funcionan ilegalmente, es improcedente aducir
discriminación, porque no podría equipararse
al afectado para que también se le permitiera
la actividad ilícita. No existe discriminación
El hecho de que existan otros establecimientos
que incumplen lo establecido en la ley no
implica un trato discriminatorio pues ello no
tiene la virtud de otorgar un derecho a
mantener una situación irregular. Si no se
corrige podría estarse en presencia de un
incumplimiento de deberes, pero no de un acto
discriminatorio.
Se le aplicó una medida cautelar La valoración del trato equitativo en estos
aunque en la Institución existen casos varía de acuerdo a las condiciones de
casos análogos, en los cuales no los distintos sujetos, su relación con el hecho
se ha aplicado dicha medida
investigado y los intereses del procedimiento, y
es de resorte exclusivo de la Administración
efectuar esa labor. Por ende, no se puede
equiparar la situación de un funcionario a la de
otro. No existe discriminación
262
265
267
270
9
Discriminación por Raza
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03204 – 95
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Carolyn Markland vs Jose Tabora
La recurrente en sus ratos libres se dedica al "modelaje en la categoría de pasarela,
exhibiendo vestidos finos para mujeres" en Aplomo Art Model bajo la Dirección de José
Tabora el cual le indicó que no podía presentarse a un espectáculo para el cual estaba
inscrita: "ni iba a ser admitida porque soy de color, y además , la BOUTIQUE VALESKY...
tampoco iba a facilitar los trajes de noche para que los usara una mujer de color”
Artículo 33 de la Constitución Política
No ha sido acreditado el grave cargo de discriminación racial que fundamenta el presente
recurso. De toda suerte, la discriminación alegada no es fácilmente consistente con
actuaciones anteriores del recurrido, poco compatibles con el cargo: La amparada ha
modelado bajo su dirección y no hay indicios que tornen razonable un súbito cambio de
mentalidad; está documentada la participación de otra señorita negra para "Aplomo
Model", programa a cargo del demandado; por último contesta éste, sin protesta de la
amparada, que parte de la preparación de la recurrente estuvo a cargo de una instructora
negra.
Se declara sin lugar el recurso
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
03204
1995
95-002423-0007-CO
Sala Constitucional
20/06/1995
3:39:00 PM
De Fondo
Castro Bolaños Jorge
Recurso de amparo
AMPARO 2423-C-95
CAROLYN MARKLAND FRANCIS
JOSE ANTONIO TABORA WILSON
Exp. N° 2423-C-95 N° 3204-95
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con treinta
y nueve minutos del veinte de junio de mil novecientos noventa y cinco.
Recurso de Amparo presentado el 23 de mayo de l995 por CAROLYN MARKLAND FRANCIS, cédula de
identidad No.7-104-535, contra JOSE TABORA WILSON, cédula de residencia No. 2-70110714-47064.
RESULTANDO
10
1) ACTUACION IMPUGNADA: La recurrente en sus ratos libres se dedica al "modelaje en la categoría de
pasarela, exhibiendo vestidos finos para mujeres" en Aplomo Art Model bajo la Dirección de José Tabora. El l0 de
junio se llevaría a cabo un espectáculo de modelaje en el Hotel Camino Real para el cual estaba inscrita la
recurrente. Anoche el señor Tabora -director del espectáculo y de la academia de modelaje- indicó a la recurrente
que no podía presentarse al espectáculo :
"ni iba a ser admitida porque soy de color, y además , la BOUTIQUE VALESKY... tampoco iba a facilitar los
trajes de noche para que los usara una mujer de color" (escrito inicial, folio 1).
2) El 29 de junio manifiesta el abogado de la recurrente que "están denunciadas las personas indicadas en
forma personal y el nombre de sus negocios se indicó para una mayor claridad -aunque no son sociedades
legalmente constituidas-" (folio 3).
3) Contestación de José A. Tabora Wilson: "En muchos de mis espectáculos han participado modelos de color
negro, como es el caso de la señorita Shirley Thomas Thompson" y la señorita Marlene Silva (folio 13 vuelto; ver
también la Prensa Libre del 2 de junio pasado).
"El espectáculo a que se refiere la recurrente fue programado para el sábado l0 de junio del presente año en
el Hotel Camino Real". El elenco se empezó a conformar en los meses de octubre y noviembre de l994, para lo cual
asistieron una serie de modelos que iniciaron su preparación en este campo. La aquí recurrente asistió a las
audiencias que realicé con dicho fin, las cuales me permitieron determinar que no obstante encontrarse con cierto
sobrepeso y no tener experiencia en el modelaje, mostraba cierta potencialidad que con una preparación física y
adiestramiento, podía ser parte del elenco. Ella ingresó en el mes de enero del presente año y como nunca antes
había modelado para ningún espectáculo en este campo, inicié con ella una preparación exhaustiva para lo cual se
le impartieron clases de pasarela y aeróbicos, a cargo de mi persona y además se le impartieron clases de danza
moderna, las cuales estuvieron a cargo de la excelente coreógrafa Doris Campell, quien precisamente también es de
color negro" (énfasis agregado; folio 9 vuelto).
"Al ingresar la señorita Markland al grupo de modelos, se le informó, al igual que a los demás, el compromiso
que asumían de asistir puntualmente a los ensayos y de su participación en la venta de 50 entradas al espectáculo,
cuyo costo unitario era de tres mil colones, para lo cual contaban con dos meses de antelación. Compromiso que en
última instancia redundaría en el beneficio de todos y cada uno de ellos al asegurarnos una asistencia que condujera
al éxito del espectáculo" (folio 9). Todos los modelos asumieron el compromiso de vender como mínimo 50 entradas
al espectáculo (folio 12); "por este motivo todos debieron firmar una letra de cambio por el monto de las entradas a
vender, que en el caso de la señorita Markland ascendió a ciento cincuenta mil colones" (folio 12); la fecha de
vencimiento para entregar el dinero de las entradas era el 28 de mayo pasado; sin embargo, la recurrente y dos de
sus compañeras no han satisfecho la suma debida (folio 12 vuelto). Según puede verse "en el programa del
espectáculo", estas personas "estaban incluidas en el evento, el cual abandonaron a las puertas del mismo" (ibidem).
Redacta el Magistrado Castro Bolaños; y,
CONSIDERANDO
UNICO. No ha sido acreditado el grave cargo de discriminación racial que fundamenta el presente recurso. De
toda suerte, la discriminación alegada no es fácilmente consistente con actuaciones anteriores del recurrido, poco
compatibles con el cargo: La amparada ha modelado bajo su dirección (hecho segundo del escrito inicial) y no hay
indicios que tornen razonable un súbito cambio de mentalidad; a folios 28 y 29 está documentada la participación de
otra señorita negra para "Aplomo Model", programa a cargo del demandado; por último contesta éste, sin protesta de
la amparada, que parte de la preparación de la recurrente estuvo a cargo de una instructora negra. Entrar a conocer
de las razones y contrarazones en punto al detalle de las relaciones jurídicas entre las partes sería incompatible con
el carácter sumario del amparo, sin que aquí obviamente se prejuzgue acerca de la mera legalidad de lo sucedido,
todo lo cual conlleva la desestimatoria del recurso.
POR TANTO
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Paulino Mora M. Presidente
Jorge E. Castro B. Luis Fernando Solano C.
11
Eduardo Sancho G. Hernando Arias G.
Mario Granados M. Fernando Albertazzi H.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 5134 – 05
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Mónica Roy vs Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Directora Ejecutiva del Consejo
Nacional de Política Pública de la Persona Joven de ese Ministerio, Coordinador del
Consejo de la Persona Joven, Director del Centro de Investigación y Perfeccionamiento
para la Educación Técnica (Cipet) y Encargada del Curso de Administración de
Correspondencia del Cipet.
La amparada aprobó el curso denominado “Polifuncional Comercial”, que es parte del
Programa Construyendo Alternativas Juveniles del CIPET con una calificación de 95%.
Como parte del programa de estudios, debía cumplir una práctica dirigida a efecto de
graduarse. Dicha práctica consistía en desempeñarse como secretaria de recursos
humanos, lo cual cumplieron 299 alumnas menos ella, a quien se le mandó a limpiar una
bodega, lo cual obedece -según su dicho- a que es una persona de raza negra.
Que el trato discriminatorio que acusa, también se ha manifestado en la forma como
siempre se dirigió a su persona el Coordinador del Consejo de la Persona Joven -"la
negra de Limón".
Considera que se le ha dado un trato discriminatorio y degradante, pues de manera
injustificada e irrazonable se le han asignado funciones de limpieza de una bodega a fin de
que cumpliera una práctica dirigida, la cual, en razón del programa de estudios de la
carrera que ha cursado, consiste en prestar servicios como secretaria de recursos
humanos y no como miscelánea en una bodega.
Artículo 33 de la Constitución Política
No puede tenerse por probado que la recurrente ha sufrido discriminación en razón de su
raza, habida cuenta de que la Sala no posee elementos probatorios mínimos que permitan
acreditar dicha situación. Por el contrario, las autoridades informantes niegan bajo
juramento que la amparada haya sido objeto de cualquier conducta discriminatoria, y más
bien aporta elementos que hacen pensar en que a ésta se le facilitó la posibilidad de
definir el lugar donde realizar su “experiencia laboral” siempre y cuando cumpliera las
condiciones establecidas para el cumplimiento del Programa que impulsa denominado
“Construyendo Alternativas Juveniles”; de modo tal que no cabe imputar una conducta de
esa gravedad a las autoridades recurridas, sin ese apoyo probatorio de carácter, al menos,
indiciario.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
05134
2005
04-002641-0007-CO
Sala Constitucional
03/05/2005
3:19:00 PM
12
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Cruz Castro Fernando
Clase de asunto: Recurso de amparo
Exp: 04-002641-0007-CO
Res: 2005-05134
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con
diecinueve minutos del tres de mayo del dos mil cinco.Recurso de amparo interpuesto por ROY WALTERS MONICA, cédula número 7-144-221, contra el MINISTRO
DE CULTURA JUVENTUD Y DEPORTES, LA DIRECTORA EJECUTIVA DEL CONSEJO NACIONAL DE POLÍTICA
PUBLICA DE LA PERSONA JOVEN DE ESE MINISTERIO, EL COORDINADOR DEL CONSEJO DE LA PERSONA
JOVEN, EL DIRECTOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO PARA LA EDUCACIÓN
TÉCNICA (CIPET)Y LA ENCARGADA DEL CURSO DE ADMINISTRACIÓN DE CORRESPONDENCIA DEL CIPET.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 16:27 horas del 22 de marzo del 2004 , la recurrente
interpone recurso de amparo contra el Ministro de Cultura Juventud y Deportes, la Directora Ejecutiva del Consejo
Nacional de Política Pública de la Persona Joven de ese Ministerio, el Coordinador del Consejo de la Persona Joven,
el Director del Centro de Investigación y Perfeccionamiento para la Educación Técnica (CIPET) y la encargada del
curso de administración de correspondencia del CIPET y manifiesta que aprobó con nota de noventa y ocho sobre
cien el examen de administración de correspondencia impartido en el centro de Investigación y Perfeccionamiento
para la Educación Técnica. Que como parte del programa de estudios, debía cumplir una práctica dirigida a efecto de
graduarse. Que dicha práctica consistía en desempeñarse como secretaria de recursos humanos, lo cual cumplieron
299 alumnas menos ella, a quien se le mandó a limpiar una bodega, lo cual obedece -según su dicho- a que es
una persona de raza negra. Que ha gestionado ante las autoridades recurridas -aunque algunas de ellas no la han
querido recibir para plantearle su problema, como el caso del Ministro de Cultura, Juventud y Deportes- que le
asignen una empresa donde pueda cumplir con el requisito que necesita para graduarse, sin embargo, no ha
obtenido una respuesta positiva bajo el argumento de que ya venció el período de colocación. Que el trato
discriminatorio que acusa, también se ha manifestado no sólo en la forma como siempre se dirigió a su persona el
Coordinador del Consejo de la Persona Joven -"la negra de Limón"-, sino también, en la forma como se expresó la
Encargada del Curso de Administración de Correspondencia ante un reclamo que le planteó -"es solo una negra
muerta de hambre y chusma de Limón..."-. Considera que se le ha dado un trato discriminatorio y degradante, pues
de manera injustificada e irrazonable se le han asignado funciones de limpieza de una bodega a fin de que cumpliera
una práctica dirigida, la cual, en razón del programa de estudios de la carrera que ha cursado, consiste en prestar
servicios como secretaria de recursos humanos y no como miscelánea en una bodega.
2.- Informa bajo juramento Tatiana Mora Alpízar, en su calidad de Directora Ejecutiva del Consejo de la
Persona Joven (folio 5), que el Programa Construyendo Alternativas Juveniles procura atención integral para la
inserción laboral y surge desde el año 2000 como una iniciativa para ejecutar acciones en el ámbito de la
capacitación y la inserción laboral con personas jóvenes. Que los beneficiarios son personas jóvenes entre 18 y 25
años de edad que se encuentran fuera del sistema educativo en situación de desempleo o subempleo, con
escolaridad mínima de primaria completa y que enfrentan desventajas socio-económicas. Que la amparada
participó en la capacitación para el empleo y experiencia laboral, cuyo objetivo es capacitar y brindar experiencia
laboral a las personas jóvenes para mejorar sus condiciones de acceso al mercado laboral. Que dentro del
programa una etapa denominada “Experiencia Laboral” que tiene como objetivo que el aprendiz interactúe en un
ambiente laboral y desarrolle competencias para desempeñarse en diferentes puestos de trabajo. Que producto de
las reuniones con diferentes empresas contactadas a efecto de ubicar a los jóvenes en “experiencia laboral” se
establecieron las funciones que los jóvenes debían realizar, así como la distribución de aprendices de acuerdo al
perfil de los jóvenes y su ubicación geográfica. Aclara que la capacitación brindada por el CIPET a la recurrente no
fue de administración de correspondencia como ella, sino un curso denominado Polifuncional Comercial, y la nota
13
obtenida por la recurrente fue de 95. Añade que la recurrente cumplió las etapas de capacitación y fue acreedora
de los certificados de graduación respectivos, los que se encuentra en custodia de la institución, en vista de que no
han sido retirados por la recurrente. Que la experiencia laboral se establece como resultado de las gestiones de
negociación descritas anteriormente y no contemplan espacio de experiencia laboral predeterminados ni
relacionados en forma estricta con algún puesto de trabajo específico, así como tampoco están relacionados con
labores de secretariado de Recursos Humanos, como lo indica la recurrente. Añade que las funciones que
desempeñan los jóvenes son diversas y dependen de la empresa y del perfil del joven siendo que los puestos se
definen desde empaque, servicio al cliente, auxiliar de oficina, que incluye marcar, empacar, acomodar, envolver
mercadería, atención al cliente, revisar fechas de vencimiento, limpieza abastecimiento de góndola, verdulería,
panadería, archivar, digitar, confeccionar cartas. Que ninguno de los jóvenes que realizaron el curso Polifuncional
Comercial, correspondiente a la fase de capacitación técnica realizaron en su experiencia laboral, funciones de
secretaria de recursos humanos. Para la realización de la etapa de experiencia laboral a la amparada le
correspondió desempeñarse en la empresa Inversiones AM.PM a partir del 13 de octubre del 2003; con el fin de
iniciar su proceso de inducción; oportunidad que rechazó la joven según carta remitida por el jefe de Recursos
Humanos de la empresa de 17 de octubre del 2003. Que de común acuerdo se estableció que la joven Roy Walters
podía proponer otros lugares de experiencia laboral siempre que cumplieren las condiciones para cumplir el objetivo
del programa. Que la amparada presentó una sala de belleza como lugar donde desempeñar la experiencia laboral,
pero no cumplía los requisitos. Además omitió proporcionar información de una iglesia en que quería cumplir la
experiencia laboral, por lo que por oficio D.E. 0377-2003 de 16 de octubre del 2003 se le solicitó reconsiderar la
decisión de no hacer su práctica en AM.PM indicándole expresamente que para el Programa es muy valioso que ella
concluya su experiencia laboral y complete su participación en el programa. Indica que el 7 de octubre del 2003, en
atención a la gestión realizada ante el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, el Viceministro de Juventud atendió
a la amparada Roy Walters y a su madre. Que el 10 de octubre del 2003 se atendió a la amparada en la Dirección
Ejecutiva del Consejo y se le notificó el oficio en que se le pide reconsidere su decisión de no realizar su experiencia
laboral. Rechaza que el Consejo de la Persona Joven que se hayan referido a ella como “la negra del Limón” y
señala que no le constan los hechos. Niega que la amparada haya sufrido un trato discriminatorio y degradante, ya
que su participación en las etapas de capacitación del programa se desarrollaron según lo establecido para todas las
personas jóvenes participantes en el Programa. Que nunca le fueron asignadas a la recurrente funciones de
limpieza de bodega para que cumpliera una práctica dirigida; por el contrario tuvo la misma opción que los demás
jóvenes, que al igual que ella, culminaron en forma satisfactoria el curso polifuncional comercial y hasta se le facilitó
la posibilidad de que ella misma definiera el lugar donde realizar su experiencia laboral; siempre que cumpliera las
condiciones y requerimientos legales establecidos por la institución. Hace énfasis en que el Programa no contempla
la prestación de servicios como secretaria de recursos humanos ni como miscelánea de bodega como lo afirma la
recurrente. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- Informa bajo juramento Amalia Chaverrí Fonseca, en su calidad de Ministra a.i. de Cultura, Juventud y
Deportes (folio 63), que el Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven es un órgano de
desconcentración máxima del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, creado por la ley 8261, que es la Ley
General de la Persona Joven. Añade que al recibir la solicitud de audiencia por parte de la recurrente, se le solicitó
al señor Viceministro de Juventud atender a la amparada. Que del oficio DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, se
desprende que el Viceministro de Juventud informó a la señorita Walters, en presencia de la Directora Ejecutiva del
Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven, indicándole que se haría todo lo legalmente necesario
para que una vez satisfechos los requisitos académicos del curso, pudiera hacer su práctica en una empresa y que
la Directora Ejecutiva la atendería personalmente para coordinar las alternativas de modo que tuviera las mismas
oportunidades que los demás. Que nunca se le ha tratado de modo discriminatorio en razón de su raza.
4.- Informa bajo juramento Nora María Lizano Castillo, en su calidad de Directora Ejecutiva del Centro de
Investigación y perfeccionamiento Para la Educación Técnica CIPET (folio 84), que el Programa del Consejo de la
Persona Joven denominado Atención Integral para la Inserción Laboral, denominado Capacitación para el Empleo y
la Experiencia Laboral tiene tres etapas, siendo la última de una práctica dirigida. Que el CIPET solo participa en
una etapa del programa y no le corresponde ni escoger a los jóvenes participantes ni el lugar donde deben realizar
su práctica, pues ello compete al Consejo de la Persona Joven. Niega que en la institución se haya asumido alguna
práctica discriminatoria en contra de la amparada.
14
5.- Por constancia de 12 de abril de 2004 (folio 101) el Secretario de la Sala Constitucional señala que no
aparece que del 25 de marzo del 2004 al 2 de abril del 2004, el recurrido encargado del Curso de Administración de
Correspondencia del CIPET, haya presentado escrito o documento alguno, a fin de rendir informe que se le ordenó
por resolución de curso de las 8:42 horas del 23 de marzo del 2004.
6.- Por escrito presentado a las 8:22 horas del 23 de abril del 2004 (folio 106), la recurrente se refiere a los
informes rendidos por las autoridades recurridas y señala que la “La Licenciada Xiomara Pessoa, quien se refirió a
mí como “una negra muestra de hambre y chusma de Limón” no se refirió a este hecho.
7.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Cruz Castro ; y,
Considerando:
I.- Objeto de recurso.- Reclama la amparada que ha sido objeto de acciones discriminatorias por parte de las
autoridades recurridas, quienes le encomendaron, como parte del programa de capacitación construyendo
alternativas juveniles, labores de miscelánea de bodega, a pesar de que los demás jóvenes participantes, realizaron
servicios como secretarias de recursos humanos para los que fue capacitada. Asimismo acusa que el Ministro de
Cultura, Juventud y Deportes no ha atendido la gestión por ella formulada así como también denuncia que varios
funcionarios se refirieron a ella como “una negra muerta de hambre y chusma de Limón”.
II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) Que la amparada aprobó el curso denominado “Polifuncional Comercial”, que es parte del Programa
Construyendo Alternativas Juveniles del CIPET, junto con otros
32 jóvenes (informe y certificado de
aprovechamientos, folios 9, 30 y 61).
b) Que la amparada obtuvo una calificación de 95% en el Programa Construyendo Alternativas Juveniles
CIPET (registro de notas folio 30).
c) Que ninguno de los 32 jóvenes realizaron en la fase de capacitación técnica denominada “experiencia
laboral” que es parte del curso Polifuncional Comercial, funciones de secretarias de recursos humanos (informe, folio
10).
d) Que a la amparada se le instó a asumir la práctica laboral a partir del 13 de octubre de 2003 en la oficinas
de la empresa AM.PM, como parte de la fase experiencia laboral (oficio de 17 de octubre de 2003, folio 43).
e) Que la amparada rechazó la propuesta de realizar su práctica en la empresa AM.PM y propuso realizar su
práctica de trabajo en la Iglesia a la que asiste en labores administrativas, gestión que fue denegada por no
presentar la información requerida; así como también se rechazó la gestión por ella formulada de realizar su práctica
en un centro de belleza, por no satisfacer ese lugar los requisitos exigidos en el programa(informe autoridad
recurrida, 9 y 43).
f) Que en atención a la gestión realizada por la amparada ante el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes,
éste último remitió al Viceministro de Juventud el asunto para que lo atendiera (informe autoridad recurrida y oficio
DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, del Viceministro de Juventud, folio 73).
g) Que el Viceministro de Juventud atendió a la amparada y le informó, en presencia de la Directora Ejecutiva
del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven, que se haría todo lo legalmente necesario para que
cumpliendo los requisitos académicos del curso, pudiera realizar su práctica en una empresa y que la Directora
Ejecutiva la atendería personalmente para coordinar las alternativas de modo que tuviera las mismas oportunidades
que los demás ; (oficio DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, del Viceministro de Juventud, folio 73).
h) Que la amparada culminó satisfactoriamente la etapa de capacitación integral con una nota de 95 en el
curso de capacitación técnica denominado Polifuncional Comercial, según los criterios preestablecidos por el
Programa para todos los participantes, teniendo en cuenta como principal factor la escolaridad de los jóvenes
seleccionados (folio 10).
15
i) Que la amparada aprobó la capacitación técnica haciéndose acreedora del respectivo certificado de
graduación, el que no retiró y se encuentra bajo custodia de la institución (folio 10).
III.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos de relevancia para esta
resolución:
a) Que la amparada haya sido víctima de comentarios racistas por parte de los recurridos o haya sido objeto
de discriminación racial.
b) Que la amparada, dentro del programa construyendo alternativas juveniles, haya tenido que asumir
funciones de limpieza de bodega.
IV.- Sobre el fondo. Contrario a la afirmación de la recurrente según la cual el Ministro de Cultura Juventud y
Deportes no atendió su gestión; de la prueba traída al expediente, así como de los informes rendidos bajo la
gravedad de juramento, la Sala tiene por demostrado que en atención a la solicitud de audiencia de la amparada el
Ministro recurrido remitió el asunto a l Viceministro de Juventud, quien atendió el 8 de octubre del 2003 a la señorita
Walters, y en presencia de la Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven, le
informó que se haría todo lo legalmente necesario para que pudiera realizar su práctica en una empresa y que la
Directora Ejecutiva la atendería personalmente para coordinar las alternativas; asunto del que fue informado el
Ministro por oficio al él dirigido número DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, del Viceministro de Juventud (folio 73).
Así la cosas, contrario a lo que afirma la recurrente se desprende que a la amparada sí e le dio la audiencia
pedida. Consecuente con lo anterior no se detecta la violación al derecho de petición acusado, por lo que procede
declarar sin lugar el recurso en cuanto a este extremo.
V.- De la alegada discriminación . Del análisis cuidadoso del presente asunto, no puede tenerse por probado
que la recurrente ha sufrido discriminación en razón de su raza, habida cuenta de que la Sala no posee elementos
probatorios mínimos que permitan acreditar dicha situación. Por el contrario, las autoridades informantes niegan
bajo juramento que la amparada haya sido objeto de cualquier conducta discriminatoria, y más bien aporta
elementos que hacen pensar en que a ésta se le facilitó la posibilidad de definir el lugar donde realizar su
“experiencia laboral” siempre y cuando cumpliera las condiciones establecidas para el cumplimiento del Programa
que impulsa denominado “Construyendo Alternativas Juveniles”; de modo tal que no cabe imputar una conducta de
esa gravedad a las autoridades recurridas, sin ese apoyo probatorio de carácter, al menos, indiciario. Finalmente en
cuanto la serias acusaciones que hace la recurrente contra varios funcionarios, y específicamente contra la
Licenciada Xiomara Pessoa, quien afirma se refirió a ella de modo ofensivo y atacó su honor al tratarla de “una
negra muerta de hambre y chusma de Limón” (folio 106), estima la Sala que lo pertinente es que presente la querella
respectiva, de conformidad al artículo 380 y siguientes del Código Procesal Penal , vía en que podrá ejercer la tutela
efectiva de sus derechos y en la que cabrá inclusive la retractación del querellado. Es en esa sede en la que deberá
determinarse, si se han lesionado los derechos de la actora, y quién es el presunto responsable , en apego al
procedimiento establecido por ley, y con observancia estricta de las garantías, las facultades y los derechos previstos
para las partes. (En ese mismo sentido ver sentencia número 9279-04 de las 8:51 horas del 27 de agosto del 2004).
Por las razones expuestas, lo procedente es declarar sin lugar el recurso.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso .
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Fabián Volio E.
16
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 14852 – 06
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Tin Wong Yin, conocido como Carlos Wong vs Ferreterías El Mar S.A.
El recurrente manifiesta que acudió al local de Ferretería El Mar ubicado en San Pedro de
Montes de Oca, a fin de adquirir algunos artículos de ferretería. Acusa que mientras
buscaba los objetos que necesitaba, fue abordado por un empleado de dicha empresa
quien le solicitó que se retirara del local porque "aquí no queremos el ingreso de
orientales", ante lo cual, solicitó que le explicaran las razones que fundamentan ese trato,
a lo que simplemente respondió llamando a un oficial de seguridad quién lo obligó -arma
en mano- a abandonar el local. Considera que ha sido objeto de un trato discriminatorio.
Artículo 33 de la Constitución Política
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, ratificada
por la Asamblea Legislativa, mediante Ley Nº 3844
Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos
Los grupos, independientemente de su número, que conviven cotidianamente en Costa
Rica merecen el mismo trato de los demás sectores de la población.
Esta Sala reputa como antijurídica cualquier forma de discriminación motivada en razones
raciales u otras que lesionen la dignidad humana y advierte que es obligación del Estado
costarricense asegurar a todas las personas que se hallen bajo su jurisdicción, protección
y recursos efectivos ante los tribunales nacionales competentes y otras instituciones del
Estado, contra todo acto de discriminación racial que, contraviniendo la Convención, viole
sus derechos humanos y libertades fundamentales, así como el derecho a pedir a esos
tribunales satisfacción o reparación justa y adecuada por todo daño de que puedan ser
víctimas como consecuencia de tal discriminación y además el Estado costarricense
adquirió el compromiso de tomar medidas inmediatas y eficaces, especialmente en las
esferas de la enseñanza, la educación, la cultura y la información, para combatir los
prejuicios que conduzcan a la discriminación racial; y es obligación del Estado promover la
comprensión, la tolerancia y la amistad entre los diversos grupos raciales o étnicos.
Los hechos ocurridos en la ferretería atentan contra el derecho a la igualdad y dignidad
humana del amparado, quien tiene derecho a acceder a cualquier establecimiento
comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su raza.
Se declara con lugar el recurso. Se condena al Presidente de Ferreterías el Mar RSML S.A
al pago de las costas, daños y perjuicios causados, los que se liquidarán en ejecución de
sentencia de lo civil.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
14852
Año :
2006
Expediente:
06-007608-0007-CO
Despacho:
Sala Constitucional
Fecha:
06/10/2006
Hora:
11:55:00 AM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor: Calzada Miranda Ana Virginia
Clase de asunto: Recurso de amparo
Tiene voto salvado
17
Exp: 06-007608-0007-CO
Res. Nº 2006-007608
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas y cincuenta y
cinco minutos del seis de octubre de dos mil seis.
Recurso de amparo interpuesto por Tin Wong Yin , conocido como Carlos Wong , mayor, empresario, portador
de la cédula de identidad número 8-057-130, vecino de Pavas, contra Ferreterías El Mar Sociedad Anónima .
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:23 horas del 26 de junio del 2006, el
recurrente interpone recurso de amparo contra Ferreterías El Mar Sociedad Anónima y manifiesta que
aproximadamente a las 15:30 horas del 16 de junio del año en curso, acudió al local de Ferretería El Mar ubicado en
San Pedro de Montes de Oca, a fin de adquirir algunos artículos de ferretería. Acusa que mientras buscaba los
objetos que necesitaba, fue abordado por un empleado de dicha empresa apellidado Oscar Cuellar, quien le solicitó
que se retirara del local porque "aquí no queremos el ingreso de orientales", ante lo cual, solicitó que le explicaran
las razones que fundamentan ese trato, a lo que simplemente respondió llamando a un oficial de seguridad quién lo
obligó -arma en mano- a abandonar el local. Considera que ha sido objeto de un trato discriminatorio y contrario a la
dignidad humana, puesto que el recurrido justifica la decisión de impedirle el ingreso a dicho establecimiento, en
razón de su etnia. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso planteado y se le condene a la empresa
recurrida por el trato xenofóbico y denigrante a que fue sometido, además de que se le ordene cesar en su actuación
discriminatoria.
2.- El 7 de julio del 2006 se notificó la resolución de las 14:38 horas del 26 de junio del 2006, que dio
curso al amparo, a la empresa recurrida, que según constancia de folio 13 no rindió el informe solicitado (folios 12 y
13).
3.- Por resolución de las 10:26 horas del 29 de agosto del 2006, el Magistrado Instructor solicitó al
Director del Registro Nacional certificación de los representantes legales y del agente residente y el domicilio social
de Ferreterías el Mar S.A. y Ferreterías el Mar RSML. El 7 de setiembre el Director del Registro Nacional remitió las
certificaciones solicitadas (folios 20 y 23).
4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda. ; y,
Considerando:
I.- Cuestiones preliminares. Según la certificación del Registro Nacional número 254428-2006 de 4 de
setiembre del 2006, la sociedad Ferreterías el Mar RMSL, en la que figura como Presidente con representación
judicial y extrajudicial Rodrigo Romero Salazar, está domiciliada en San José, Goicoechea San Francisco, 300
metros este del Centro Comercial el Pueblo, dirección en la que fue notificada el 7 de julio del 2006 la resolución que
da curso al amparo, por lo que se tiene por notificado al representante de dicha sociedad, quien no rindió el informe
solicitado.
II.- Sobre la admisibilidad del recurso. De conformidad con el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, el recurso de amparo contra sujetos de derecho privado se conceden contra las acciones u omisiones
de sujetos de derecho privado, cuando éstos actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas,
o, se encuentren, de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales
comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que
se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma Ley. En el presente caso, estima la Sala que la empresa accionada se
encuentra de hecho en una situación de poder con respecto al recurrente, frente a la cual los remedios
18
jurisdiccionales comunes resultan insuficientes y tardíos para tutelar el derecho a la igualdad que se alega lesionado.
En atención a lo anterior, el amparo es admisible.
III.- Objeto del Recurso. El recurrente alega violación de derechos constitucionales por cuanto acudió
a las instalaciones de las Ferreterías El Mar S.A. y un empleado le solicitó que se retirara del local porque "aquí no
queremos el ingreso de orientales". Solicitó las razones que fundamentan ese trato, pero no respondió sino que
llamó a un oficial de seguridad quién lo obligó -arma en mano- a abandonar el local, lo cual considera un acto
discriminatorio que atenta contra su dignidad.
IV.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) El 16 de junio del 2006 el señor Tin Wong Ying conocido como Carlos Wong, visitó la Ferretería el Mar en
San Pedro de Montes de Oca y fue atendido en forma indebida por uno de los empleados que sin explicación alguna
le manifestó que no "queríamos el ingreso de orientales " (folios 1 y 19).
V.- Sobre el fondo. - La formulación jurídica del principio de igualdad y de la prohibición que de él
deriva de discriminar es clara, en lo esencial: se parte de la consideración de lo seres humanos como
intrínsecamente iguales y se permite establecer diferencias entre ellos tan sólo cuando sus divergencias accesorias
así lo impongan y con ello no se lastime su dignidad. La dificultad de la protección del principio en cuestión no es
tanto su delimitación jurídica, sino que radica principalmente en la demostración fáctica que una desigualdad resulta
discriminatoria, es decir, prohibida por el ordenamiento jurídico. Y aquí debe hacerse una diferencia de supuestos:
existe un primer grupo de casos en que se discrimina en categorías, que por sí mismas resultan contrarias a la
dignidad, tales como la raza, la religión o el género. Por tratarse de diferenciaciones particularmente odiosas y, por
ese mismo hecho, frecuentemente disfrazadas con otros motivos, requieren de un tratamiento probatorio preferencial
que transmite la carga de la prueba al supuesto autor de la infracción y la admisión de prueba indiciaria a favor del
amparado. Sin embargo, este no es el solo supuesto posible de discriminación. También existen casos en que se
alega un tratamiento diverso injustificado, relacionado con otro tipo de categorías. En esta segunda hipótesis, si hay
discriminación, esta apareja la lesión de un derecho fundamental y debe ser remediada, pero la carga de la prueba
de la existencia de una diferencia contraria al ordenamiento jurídico recae sobre aquél que la reclama.
En la sentencia 966-1998 de las once horas treinta y nueve minutos del trece de febrero de mil novecientos
noventa y ocho, este Tribunal se pronunció ampliamente sobre el tema de la discriminación racial en los siguientes
términos:
"no es posible crear o establecer categorías, que otorguen a las personas un trato diferente, contrario a la
dignidad humana, por pertenecer o no a determinado grupo étnico, pues tal circunstancia deviene en arbitraria e
inconstitucional. No puede aceptar este Tribunal como garante de los derechos humanos, que se pueda dar en la
actualidad un trato diferente que resulta discriminatorio hacia personas, por el único motivo de pertenecer a un grupo
étnico distinto del que se encuentra en mayoría numérica dentro de la misma sociedad. Al contrario, los grupos,
independientemente de su número, que conviven cotidianamente en Costa Rica merecen el mismo trato de los
demás sectores de la población. El prejuicio y la discriminación racial contra individuos y grupos por motivos raciales
y étnicos no son en modo alguno fenómenos novedosos en la historia humana, sin embargo, modernamente, se ha
venido produciendo una justificada reacción contra este tipo de actitudes lesivas de la dignidad humana y éticamente
repudiables. Los tratados internacionales, firmados por la mayoría de los países de la tierra, destierran
definitivamente este tipo de prácticas, que atentan contra la convivencia humana, los derechos fundamentales y la
dignidad del ser humano. Dentro de tales instrumentos internacionales, como piedra angular de los esfuerzos de los
países para eliminar tal discriminación, se plasman en La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial, ratificada por la Asamblea Legislativa, mediante Ley número 3844 del 5 de enero de 1967, y
el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos. También en la preocupación global reflejada en la actitud
de las Naciones Unidas, que consagró el año de mil novecientos setenta y uno como el Año de la Acción para
Combatir el Racismo y la Discriminación Racial y en la decisión de la Asamblea General de iniciar la Década para la
Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, como parte de la conmemoración del 25 aniversario de la
Declaración Universal de Derechos Humanos.
19
IV. La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial
establece que "discriminación racial denota toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de
raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los Derechos Humanos y libertades fundamentales
en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública" (art.1). Los Estados
partes de esa Convención, entre los cuales está Costa Rica, "condenan la discriminación racional y se comprometen
a seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación
racional en todas sus formas y a promover el entendimiento entre todas las razas". Para esa finalidad, además se
comprometen a: no incurrir en ningún acto o práctica de discriminación contra personas, grupos de personas o
instituciones y a velar porque todas las autoridades públicas e instituciones públicas, nacionales y locales, actúen
en conformidad con esta obligación"; abstenerse de patrocinar, defender o apoyar la discriminación racional por
cualquiera persona u organización; revisar la política gubernamental, nacional y local, y enmendar, derogar o anular
cualquier ley o reglamento que tenga por efecto crear o perpetuar la discriminación racial dondequiera que exista;
prohibir y poner fin, por todos los medios apropiados, incluso, si lo exigieran las circunstancias, medidas legislativas,
la discriminación racial practicada por personas, grupos u organizaciones; estimular cuando fuere el caso,
organizaciones y movimientos multirracionales integracionistas y otros medios encaminados a eliminar las barreras
entre las razas, y a desalentar todo lo que tienda a fortalecer la división racial (art.2). Los Estados partes condenan
además toda la propaganda y todas las organizaciones que se inspiren en ideas o teorías basadas en la superioridad
de una raza o de un grupo de personas de un determinados color u origen étnico, o que pretendan justificar o
promover el odio o la discriminación raciales, cualquiera que sea su forma y se comprometen a tomar medidas
inmediatas y positivas destinadas a eliminar toda incitación a tal discriminación o actos de tal discriminación. Como
consecuencia de lo expuesto anteriormente, los Estados partes se comprometen a garantizar el goce de un conjunto
de derechos, entre los cuales cabe citar el derecho de acceso a todos los lugares y servicios destinados al uso
público, tales como los medios de transporte, hoteles, restaurantes, cafés, espectáculos y parques. Derivada de la
dignidad humana y de la tolerancia entre los grupos que conviven en una sociedad, esta Sala reputa como
antijurídica cualquier forma de discriminación motivada en razones raciales u otras que lesionen la dignidad humana
y advierte que es obligación del Estado costarricense asegurar a todas las personas que se hallen bajo su
jurisdicción, protección y recursos efectivos ante los tribunales nacionales competentes y otras instituciones del
Estado, contra todo acto de discriminación racial que, contraviniendo la Convención, viole sus derechos humanos y
libertades fundamentales, así como el derecho a pedir a esos tribunales satisfacción o reparación justa y adecuada
por todo daño de que puedan ser víctimas como consecuencia de tal discriminación y además el Estado
costarricense adquirió el compromiso de tomar medidas inmediatas y eficaces, especialmente en las esferas de la
enseñanza, la educación, la cultura y la información, para combatir los prejuicios que conduzcan a la discriminación
racial; y es obligación del Estado promover la comprensión, la tolerancia y la amistad entre los diversos grupos
raciales o étnicos. "
En el caso de estudio, la Sala tiene por demostrados los hechos alegados por el recurrente, no sólo
porque así lo impone el numeral 45 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional cuando el recurrido no rinde el
informe de ley, sino porque el representante de la empresa recurrida publicó en el periódico La Nación una
Aclaración Pública, en la que admite los hechos y le ofrece disculpas. Este Tribunal considera que el trato recibido
por el recurrente fue discriminatorio, pues fue compelido por un empleado a abandonar el establecimiento por ser
"oriental". La discriminación por motivos de raza u origen nacional es absolutamente contraria a la Constitución
Política y a los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos suscritos por Costa Rica, por lo que los
hechos ocurridos el 16 de junio del año en curso en la Ferretería el Mar de San Pedro de Montes de Oca atentan
contra el derecho a la igualdad y dignidad humana del amparado, quien tiene derecho a acceder a cualquier
establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su raza. Por todo lo anterior, el
recurso debe ser estimado. Con el voto salvado de los Magistrados Solano y Vargas que lo decaran sin lugar.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se condena a Rodrigo Romero Salazar, en su condición de Presidente de
Ferreterías el Mar RSML Sociedad Anónima al pago de las costas, daños y perjuicios causados, los que se
liquidarán en ejecución de sentencia de lo civil. Los Magistrados Solano y Vargas salvan el voto y declaran sin lugar
el recurso.
20
Luis Fernando Solano Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A.
VOTO SALVADO DE LOS MAGISTRADOS SOLANO y VARGAS
Los suscritos Magistrados Solano Carrera y Vargas Benavides, con redacción del primero, salvamos nuestro
voto y declaramos sin lugar el recurso con base en las siguientes consideraciones:
PRIMERA: coincidimos con el voto de mayoría en cuanto a las consideraciones jurídicas y iusfilosóficas
relacionadas con temas tan fundamentales como la igualdad y la dignidad humanas, que se encuentran en la base
de nuestra organización social, de la que se constituyen elementos definitorios. Máxime en las sociedades cada día
más pluralistas del presente.
SEGUNDA: no obstante ello, discrepamos de la interpretación que de los hechos se ofrece en el voto de
mayoría. Por una parte, no creemos que sea cierto afirmar que el personero de la sociedad recurrida no rindió el
informe de rigor, en los términos del artículo cuarenta y cinco de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, como se
afirma a folio 38 (Considerando V in fine). En cuanto a este aspecto, debe llamarse la atención, más bien, a lo que el
señor Notificador asienta en una constancia a folio 34 y en la que indica que “no fue notificada la parte recurrida”, por
cuanto, apersonado en la dirección indicada “ya no existen dichas oficinas en ese lugar”. De allí que resulte
procesalmente imposible atribuirle una omisión de rendir informe, cuando ni siquiera se encuentra legalmente
notificado de este recurso.
TERCERA: Por otra parte, tampoco compartimos el criterio del voto de mayoría, según el cual la publicación
que hiciera la empresa Ferreterías El Mar S.A. en el diario La Nación, sea reconocimiento de los hechos, en los
términos en que en este amparo se analizan. Para empezar, la discriminación ilegítima sobre la que reclama el
recurrente, se atribuye a la empresa como tal, que es la demandada. Y, ciertamente, se trata de hechos atribuidos a
un servidor suyo, pero en la publicación de comentario (aportada por el recurrente), lo que se acredita es que, “tan
pronto la empresa se enteró de ese lamentable hecho”, se procedió a censurar clara y firmemente ese impropio
comportamiento. Se agrega en esa publicación, entre otras cosas, que ese hecho “violó totalmente las políticas de
nuestra empresa, que rechazan toda discriminación, no importan las razones” . Más adelante, indica: “Unido a la
disculpa personal que deseamos darle al señor Carlos Wong” , para finalizar enfatizando que la empresa y sus
colaboradores desaprueban el comportamiento (de comentario), que no representa el respeto y su espíritu de
servicio que ha caracterizado a la empresa. La publicación tiene un tamaño bastante destacado y todo su texto,
realizado en idiomas castellano y mandarín, más bien descubren la preocupación por ese hecho aislado provocado
por un servidor de inferior categoría, que podría comprometer su buen nombre e historial. Por lo dicho, es que
creemos los suscritos Magistrados que en vez de confirmar una actitud discriminatoria de la empresa, la publicación
despeja dudas en cuanto a si la empresa utiliza métodos y tratos discriminatorios en relación con posibles clientes,
aspecto que enfáticamente rechaza.
CUARTA. En resumen, para nuestro voto, estimamos que la empresa recurrida no fue legalmente impuesta de
la existencia de este recurso y por tanto, no tuvo oportunidad de ejercer su defensa. Cuestión esencial. Pero de
todas maneras, en cuanto al fondo, creemos que no queda acreditado en el expediente que la empresa recurrida
haya incurrido en una infracción a derechos fundamentales. En tratándose de sujetos de derecho privado
entendemos que debe existir una intención de lesionar el derecho y la recurrida más bien ha salido de inmediato al
paso de cualquier mala interpretación al respecto. Que lo haya hecho públicamente, en forma destacada, con
expresas disculpas y satisfacciones para el aquí recurrente, mal puede entenderse como confirmación de una lesión.
Luis Fernando Solano C y Adrián Vargas B.
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Discriminación por Género
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 1633 – 96
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Roberto Marín, nicaragüense vs Dirección de Opciones y Naturalizaciones del Registro
Civil, y el Ministro de Educación Pública.
El recurrente solicitó ante la Dirección de Opciones y Naturalizaciones, la naturalización
por matrimonio con costarricense. Pero le exigen, además, presentar un examen de
bachillerato por madurez en Español y Estudios Sociales. El accionante considera que no
se le debería exigir la presentación de un examen para otorgarle la nacionalidad
costarricense por naturalización, si contrajo matrimonio con una costarricense.
El Ministro de Educación Pública en su informe manifestó que por mandato constitucional
los extranjeros que solicitan la nacionalidad costarricense, deben, entre otras cosas,
someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores
Artículo 33 de la Constitución Política.
En relación directa con el asunto que aquí se examina está lo resuelto por la Sala en
cuanto al sentido de la expresión "mujer" que aparece en los incisos 4) y 5) del artículo 14
de la Constitución. En la resolución No.3435-92 de las 6:20 horas del 11 de noviembre de
1992, se dispuso que cuando en la norma se emplean los términos hombre o mujer
deberán entenderse como sinónimos del vocablo persona, con el objeto de eliminar toda
posible discriminación por razón de género, y así deberán aplicarlo todos los funcionarios
públicos cuando les corresponda.
La Sala considera que hay determinar si a quien contrajo matrimonio con una
costarricense y opta por la nacionalidad costarricense por naturalización, se le deben
aplicar todos los requisitos establecidos en el artículo 15 de la Constitución.
El artículo 15 no es susceptible de aplicación a todos los supuestos del artículo 14. En el
inciso 4) se trata una situación específica que es la de la persona que pierde su
nacionalidad como resultado de casar con costarricense: el espíritu de la norma es impedir
que esta circunstancia produzca un apátrida.
Interpretar que en el caso de este inciso 4) opera el régimen del artículo 15 conduciría a
impedir la solución ideada por la Constitución a fin de evitar la infracción del derecho
fundamental a la nacionalidad.
No es aplicable al supuesto del inciso 5) del artículo 14 de la Constitución, lo dispuesto en
el artículo 15 de ese mismo texto legal; además, para el caso del inciso 5), los requisitos
que válidamente puede exigir la Administración son los que éste mismo establece.
Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y
perjuicios causados, que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso
administrativa.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
01633 Año : 1996
95-004197-0007-CO
Sala Constitucional
22
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
10/04/1996
3:54:00 PM
De Fondo
Arguedas Ramírez Carlos Manuel
Recurso de amparo
Amparo
Fecha: 10/04/1996
No.1633-96
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con
cincuenta y cuatro minutos del día diez de abril de mil novecientos noventa y seis. Recurso de amparo de Roberto
José Marín Guzmán, nicaragüense con cédula de residencia número 270-107786-45458, contra la Dirección de
Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil, y el Ministro de Educación Pública.
RESULTANDO
1.- Manifiesta el recurrente que ingresó a Costa Rica desde el 4 de mayo de 1983; que a partir de ese
momento se ha desempeñado como carnicero especializado en cortes para exportación, trabajando para distintas
empresas; que actualmente labora como jefe de carnicería en Súper K-Mart ubicado en Sabana Sur; que el 5 de
octubre de 1985, contrajo matrimonio con la costarricense Lilliam Peña Gómez; que de esa unión nacieron dos hijas;
que el 6 de julio de 1995 solicitó ante la Dirección de Opciones y Naturalizaciones, mediante expediente número
2934-95, y con fundamento en la Ley No.1155 de 29 de abril de 1950 y su reforma mediante Ley No.7234 del 9 de
mayo de 1991, la correspondiente naturalización por matrimonio con costarricense; que además del cumplimiento de
todos los requisitos le exigen un examen de bachillerato por madurez en Español y Estudios Sociales, y que de no
someterse a esas pruebas se le denegará la nacionalidad costarricense.
2.- El Jefe de la Sección de Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil informó a requerimiento de la Sala
que el 6 de julio de 1995 el recurrente presentó ante esa Sección solicitud de naturalización por haber contraído
matrimonio con una costarricense; que al efecto se inició el trámite mediante expediente administrativo No.2934-95;
que por resolución de las 11:00 horas del 22 de agosto de 1995, se le previno al solicitante que dentro del plazo de
sesenta días hábiles contados a partir de la notificación de la resolución, aportara certificación del Ministerio de
Educación Pública en la que constara que sabía leer y escribir el idioma español, y que poseía conocimientos de
historia y valores de Costa Rica; que el artículo 15 de la Constitución Política es una norma genérica y no hace
exclusiones ni excepciones en cuanto a la calidad por la que se solicita la naturalización, por ende, no puede hacerse
distinción donde la ley y la Constitución no distinguen; que el examen al que hace referencia nuestra Constitución
debe rendirse ante el Ministerio de Educación Pública; que al accionante, al igual que a otras personas que tienen en
trámite su solicitud de naturalización, se le concedió un plazo de sesenta días hábiles, para que pueda cumplir con el
único requisito que le hace falta para resolver su solicitud de naturalización.
3.- El Ministro de Educación Pública en su informe manifestó que por mandato constitucional los extranjeros
que solicitan la nacionalidad costarricense, deben, entre otras cosas, demostrar que saben hablar, leer, y escribir el
idioma español, y someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores; que le compete al
Ministerio de Educación Pública la aplicación de las pruebas que permiten demostrar que los extranjeros poseen los
conocimientos mínimos que todo ciudadano costarricense posee; que hasta el mes de mayo de 1995 el programa
para la naturalización estaba inserto administrativamente en el Departamento de Bachillerato por Madurez, sin que
ello implicara que las pruebas tenían el mismo contenido que las de bachillerato; que a partir de junio de 1995 el
programa para naturalización se traslada administrativa y técnicamente a la División de Control de Calidad y Macro
Evaluación del Sistema Educativo, que es la dependencia encargada de realizar la supervisión del sistema educativo
a nivel nacional y las evaluaciones sistemáticas de los diversos componentes internos.
4.- En los procedimientos se han observado los términos y las prescripciones deley.
23
Redacta el Magistrado Arguedas Ramírez; y
CONSIDERANDO
I.- El problema lo plantea el recurrente como un caso de irrazonabilidad del requisito que le exige la Sección
de Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil para proceder al examen de su solicitud de naturalización. El
accionante considera que no se le debería exigir la presentación de un examen de bachillerato por madurez en
Español y Estudios Sociales, para otorgarle la nacionalidad costarricense por naturalización, si contrajo matrimonio
con una costarricense desde el 5 de octubre de 1985 y cuenta con los demás requisitos. La Sala considera necesario
replantear el asunto, porque desde la perspectiva de este tribunal éste no es propiamente un caso en el que la
Administración exija el cumplimiento de un requisito irrazonable al administrado; lo importante es determinar si en la
hipótesis concreta del recurrente, quien contrajo matrimonio con una costarricense en el año 1985 y opta por la
nacionalidad costarricense por naturalización con base en lo dispuesto en el artículo 14 inciso 5) de la Constitución,
se deben aplicar todos los requisitos establecidos en el artículo 15 de la Constitución. La parte accionada informa
que el requisito que se exige al recurrente - certificación del Ministerio de Educación Pública en la que conste que
sabe leer y escribir el idioma español y que posee conocimientos de historia y valores de Costa Rica- para proceder
a examinar su solicitud de naturalización, se encuentra regulado en el artículo 15 de la Constitución, que no hace
excepciones ni distinciones en su aplicación en cuanto a la calidad por la que se solicita la naturalización. En virtud
de que la parte recurrida manifiesta que el requisito exigido al recurrente se encuentra regulado en el artículo 15 de
la Constitución Política, lo que corresponde es una interpretación de esa disposición y del artículo 14 ibídem.
II.- No está demás referir ahora que en relación con los alcances de la sentencia interpretativa, la Sala dijo:
"Teniendo a la vista todo lo anterior, conviene *decir ahora que la Sala encara este recurso en el marco de lo
que dispone el segundo párrafo del artículo 29 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, en la parte que dice que el
amparo procede contra las actuaciones fundadas en normas erróneamente interpretadas e indebidamente aplicadas.
Esto significa que lo que este tribunal resuelva, dilucida el sentido correcto de la expresión del inciso d) que causa la
controversia, de manera que el Colegio recurrido ha de aplicarla en este sentido. Pero no corresponde a este tribunal
jurisdiccional -no, al menos, en este caso- decidir, en cambio, una cuestión de hecho que más tarde debe resolver
objetivamente el Colegio, a saber, la cuestión concreta de si la residencia efectiva de la petente en Costa Rica
alcanza a cinco años o más (esto, para el caso de que se adopte la interpretación que ella hace de la norma). Es
importante que las partes tengan en cuenta esta referencia a los alcances de esta sentencia, y, en especial, el
Colegio, para el evento de casos futuros." (véase resolución No.87-96 de las 10:42 horas del 5 de enero de 1996).
De lo anterior se infiere que la sentencia interpretativa se da generalmente cuando la interpretación de una
disposición lesiona por sí derechos fundamentales, y en estos casos, la Sala lo que procede es a dilucidar el sentido
correcto del texto que causa la controversia, proveyendo de una regla de interpretación a la Administración. De
manera tal que en este caso en el que se reclama la infracción del derecho a la nacionalidad, lo que este tribunal
decida en relación con el sentido de las normas contenidas en los artículos 14 y 15 de la Constitución, excluye la que
haga la Oficina recurrida si esa interpretación es opuesta o contradictoria, de modo que esa oficina deberá ajustar su
criterio a la regla que se deduce de la interpretación de la Sala. Esto significa que no corresponde a la Sala decidir la
situación de hecho base del caso del recurrente, concretamente, si éste contrajo matrimonio con una costarricense,
el tiempo del matrimonio, y la residencia del primero en el país en los términos del artículo 14 inciso 5) de la
Constitución; constatar esas circunstancias y resolver de conformidad con el correcto sentido de las normas
aplicables, según aquí se provee, corresponde a la indicada oficina administrativa.
IV.- En relación directa con el asunto que aquí se examina está lo resuelto por la Sala en cuanto al sentido de
la expresión "mujer" que aparece en los incisos 4) y 5) del artículo 14 de la Constitución. En la resolución No.3435-92
de las 6:20 horas del 11 de noviembre de 1992, se dijo:
"De conformidad con las normas transcritas, es incuestionable que el inciso 5) del artículo 14 de la
Constitución Política contiene una disposición que resulta inaplicable por ser contraria a los valores fundamentales
de Carta en cuanto a igualdad jurídica y su complemento de no discriminación, tutelados con igual trascendencia por
las normas internacionales, cuyo efecto erga omnes es de obligada vigencia y acatamiento en el ámbito nacional por
su misma naturaleza y por imperativo del artículo 48 de la Constitución. La simple comparación de las normas
transcritas con la disposición cuestionada demuestra que el beneficio concedido exclusivamente a la mujer
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extranjera casada con costarricense, constituye una discriminación en perjuicio del hombre extranjero casado con
una ciudadana costarricense, contra quien crea artificialmente una desventaja pues le sustrae beneficios por razones
de género, contraviniendo con ello el espíritu constitucional y universal de igualdad y no discriminación. Adviértase
que en la especie la desigualdad que hiere los intereses del recurrente no es una simple diferenciación "razonable y
objetiva", sino un tratamiento evidentemente injustificado, infundado y desproporcionado, producto de
condicionamientos sociales, culturales, económicos y políticos felizmente superados, tratamiento que actualmente
resulta lesivo para la dignidad humana en lo particular, como derecho subjetivo positivo concreto a la igualdad, y
para la unidad familiar como derecho social objetivo, desde el momento en que establece una restricción odiosa que
atenta, por discriminación, contra el equilibrio jurídico y espiritual de la familia, también tutelado por la Constitución y
por el ordenamiento internacional y por ello patrimonio subjetivo del ofendido. La norma impugnada crea una especie
de marginación que afecta al núcleo familiar y por ende a la sociedad en su conjunto desde el momento en que un
integrante de esa comunidad es tratado de manera diferente, cercenando sus derechos igualitarios y colocándolo en
situación social de desventaja, frente a su esposa, sus hijos y demás familiares; con ello se resiente el sentido de
justicia.
De acuerdo con lo expuesto, la disposición cuestionada, que no establece, criterios fundamentales de
convivencia, carece de vigencia y aplicabilidad frente a los principios fundamentales que establece la Constitución
Política y los Convenios Internacionales, para quienes la igualdad y no discriminación son derechos genéricos, y por
ello piedra angular, clave, de nuestro ordenamiento; son valores superiores que configuran e impregnan la
convivencia democrática de la Nación y del estado social de derecho vigente. La discriminación señalada cede frente
a principios de rango superior dado que la desigualdad en comentario no tiende a proteger una finalidad superior,
concreta, dirigida a crear, proteger o fomentar intereses comunes superiores sino a discriminar contra derechos
subjetivos.
II.- En aras de evitar desigualdades y discriminaciones futuras que pudieran surgir al aplicarse la Carta
fundamental y otros instrumentos jurídicos vigentes, y en el ejercicio de la facultades que le otorga la Constitución a
esta Sala, se dispone que cuando en la legislación se utilicen los términos "hombre" ó "mujer", deberán entenderse
como sinónimos del vocablo "persona", y con ello eliminar toda posible discriminación "legal" por razón de género,
corrección que deben aplicar todos los funcionarios públicos cuando les sea presentada cualquier gestión cuya
resolución requiera aplicar una normativa que emplee los vocablos arriba citados" De la resolución antes citada se
infiere que la expresión "mujer" contenida en los incisos 4) y 5) del artículo 14 de la Constitución resulta inaplicable
literalmente porque tal constituiría una discriminación en perjuicio del hombre extranjero casado con mujer
costarricense. El trato distinto dispuesto en esas normas cede frente a principios de rango superior contenidos en la
Constitución y en los Convenios Internacionales -principios de igualdad y de justicia. Debido a lo anterior en la citada
resolución se dispuso que cuando en la norma se emplean los términos hombre o mujer deberán entenderse como
sinónimos del vocablo persona, con el objeto de eliminar toda posible discriminación por razón de género, y así
deberán aplicarlo todos los funcionarios públicos cuando les corresponda.
V.- Es necesario examinar las modificaciones que a lo largo del tiempo han sufrido las disposiciones
contenidas en los artículos 14 y 15 de la Constitución. En la Constitución de 1871, en el Titulo II, Sección Primera,
De los Costarricenses, se hace la distinción entre los costarricenses naturales y los naturalizados. En ese sentido, el
artículo 6 dispone:
"Art. 6. Son naturalizados:
1. Los que han adquirido esta calidad en virtud de las leyes anteriores.
2. La mujer extranjera casada con Costarricense.
3. Los hijos de otras naciones que, después de un año de residencia en la República, obtengan la carta
respectiva."
Posteriormente, la Constitución de 1949, en el Título II, De los Costarricenses, Capítulo Único, hizo la
distinción entre costarricenses por nacimiento y por naturalización y en relación con estos últimos dispuso:
"Artículo 14. Por naturalización
Son costarricenses por naturalización:
1) Los que han adquirido esta calidad en virtud de leyes anteriores;
25
2) Los nacionales de los otros países de Centro América, de buena conducta y con un año de residencia en la
República por lo menos, que manifiesten ante el Registro Civil su decisión de ser costarricenses;
3) Los españoles o iberoamericanos por nacimiento que obtengan la carta respectiva ante el Registro Civil,
siempre que hayan tenido su domicilio en el país durante los dos años anteriores a su solicitud;
4) Los centroamericanos, españoles e iberoamericanos que no lo sean por nacimiento y los demás
extranjeros que hayan estado domiciliados en Costa Rica por el término mínimo de cinco años inmediatamente
anteriores a la solicitud de naturalización, de acuerdo con los requisitos que indique la ley;
5) La mujer extranjera que al casar con costarricense pierda su nacionalidad, o que manifieste su deseo de
ser costarricense;
6) Quienes reciban la nacionalidad honorífica de la Asamblea Legislativa." "Artículo 15. Requisitos para la
naturalización; concepto de domicilio El que solicite naturalizarse debe acreditar de previo su buena conducta,
demostrar que tiene oficio o medio de vivir conocido y prometer que residirá en la República de modo regular.
Para los efectos de la naturalización, el domicilio implica residencia y vinculación, estables y efectivas, a la
comunidad nacional, de acuerdo con la reglamentación que establezca la ley." Mediante Ley No.7065 de 14 de mayo
de 1987, publicada en La Gaceta No.138 de 22 de julio de 1987, se reformaron los textos de los artículos 14 y 15 de
la Constitución, que actualmente disponen:
"Artículo 14.- Son costarricenses por naturalización:
1) Los que han adquirido esta calidad en virtud de leyes anteriores;
2) Los nacionales de los otros países de Centro América, los españoles y los iberoamericanos por nacimiento
que hayan residido oficialmente en el país durante cinco años y que cumplan con los demás requisitos que fije la ley.
3) Los centroamericanos, los españoles y los iberoamericanos que no lo sean por nacimiento y los demás
extranjeros que hayan residido oficialmente en el país durante siete años como mínimo y que cumplan con los
demás requisitos que fije La ley.
4) La mujer extranjera que al contraer matrimonio con costarricense pierda su nacionalidad.
5) La mujer extranjera que habiendo estado casada durante dos años con costarricense, y habiendo residido
en el país durante ese mismo período, manifieste su deseo de adquirir la nacionalidad costarricense.
6) Quienes ostenten la nacionalidad honorífica otorgada por la Asamblea Legislativa."
"Artículo 15.- Quien solicite naturalización deberá: acreditar su buena conducta, demostrar que tiene oficio o
medio de vivir conocido, que sabe hablar, escribir y leer el idioma español, someterse a un examen comprensivo de
la historia del país y sus valores, prometer que residirá en el territorio nacional de modo regular y jurar que respetará
el orden constitucional de la República. Por medio de ley se establecerán los requisitos y la forma para tramitar la
solicitud de naturalización."
VI.- De la relación de normas que antecede destaca el hecho de que desde la Constitución de 1871 se
establecía como un supuesto independiente para adquirir la nacionalidad costarricense por naturalización el de la
mujer extranjera que casara con un costarricense. Asimismo, se observa que otro elemento importante era el plazo
tan corto de residencia en el país -un año- que se exigía para que los extranjeros pudieran optar por la nacionalidad
costarricense. Ahora bien, en la Constitución de 1949, en relación con los extranjeros que podían optar por la
nacionalidad costarricense, se distinguieron tres supuestos con requisitos diferentes, principalmente en cuanto al
plazo de residencia o domicilio en el país. Los tres supuestos son: los nacionales de otros países de Centroamérica
con un año de residencia en el país; los españoles e iberoamericanos por nacimiento con domicilio en el país por dos
años; y los centroamericanos, españoles, e iberoamericanos que no lo sean por nacimiento, y demás extranjeros,
que hayan estado domiciliados en el país por el plazo de cinco años. Es importante indicar que la discusión de los
Diputados de la Asamblea Nacional Constituyente en relación con la aprobación de los artículos 14 y 15 de la
Constitución se centró en los incisos 2), 3) y 4) del artículo 14 ibídem que son los que regulan los requisitos
anteriores. En ese sentido, se habló de la idea de dar un trato preferente a los nacionales de otros países
centroamericanos para que adquirieran la nacionalidad costarricense. En las primeras manifestaciones se expresó la
inquietud de algunos Diputados por el contenido del inciso 2) que, en principio, permitía a los centroamericanos que
se naturalizaban costarricenses conservar su nacionalidad de origen. Señalaron que se corría el peligro de dejar en
manos de ciudadanos que no eran genuinamente costarricenses el resultado de los procesos electorales, y,
finalmente, expresaron su preocupación por la irregular situación de los países del istmo. Sin embargo,
26
posteriormente la mayoría de Diputados estuvieron de acuerdo en que los nacionales de otros países
centroamericanos tuvieran un trato privilegiado para la obtención de la nacionalidad costarricense y así estrechar
vínculos con los demás pueblos centroamericanos para fortalecer las relaciones de amistad (los Diputados que se
expresaron en ese sentido fueron Fournier, Monge Alfaro, Volio Sancho, Brenes Mata, Leiva, Ruiz, Monge Alvarez,
Desanti, Madrigal, y Rojas Espinoza). Se habló también de que a los españoles e iberoamericanos cuya
identificación con el país les era más fácil por la lengua, la religión y la costumbre, se les debía reconocer un trato
diferente al resto de extranjeros. En cuanto a los centroamericanos, españoles, e iberoamericanos que no lo eran por
nacimiento, y los demás extranjeros, indicaron que había que tener prudencia para saber si el solicitante se había
identificado con el país, por lo que en estos casos señalaron la necesidad de exigir requisitos que comprobaran lo
que se denominó la lealtad del postulante al régimen integral del país. En el acta No.169 de la sesión ordinaria
celebrada por la Asamblea Nacional Constituyente a las 15:00 horas del 18 de octubre de 1949, se suprimió del texto
del inciso 4) del artículo 14 la frase que decía "que aseguren la lealtad del postulante, mediante declaración jurada
de renuncia de la fidelidad hacia cualquier otro Estado, y de sometimiento al régimen integral de Costa Rica" y se
sustituyó por la que dice "de acuerdo con los requisitos que indique la ley". En consecuencia, del texto de los incisos
2), 3) y 4) del artículo 14 de la Constitución de 1949 y de la discusión que su aprobación suscitó entre los Diputados
de la Asamblea Nacional Constituyente, se infiere que se pretendió dar un trato privilegiado a los nacionales de otros
países de Centroamérica; que los requisitos mayores se impusieron a los centroamericanos, españoles e
iberoamericano que no lo eran por nacimiento y a los demás extranjeros, único supuesto en el cual la Constitución
hace referencia al cumplimiento de requisitos que indique la ley; que el artículo 14 de la Constitución, al menos en lo
que respecta a los incisos examinados, aunque no se encuentra razón alguna para no considerar lo mismo en
relación con los restantes supuestos, establece una gradación entre los supuestos, al privilegiar a un grupo de
solicitantes por su nacionalidad de origen, e imponer mayores requisitos a otros por ese motivo, lo anterior sin entrar
a considerar lo regulado por el artículo 15 de la Constitución. En relación con el inciso 5) del artículo 14 ibídem, que
establece el supuesto de la mujer que al casarse con costarricense pierda su nacionalidad o manifieste su deseo de
convertirse en costarricense, se puede indicar que fue aprobado sin mayor discusión; el promovente de la
correspondiente moción manifestó que con esta norma lo que se pretendía era evitar la contraposición de leyes que
no permitían a la mujer casada seguir la condición de su marido. En relación con la aprobación del artículo 15 de la
Constitución de 1949, debe indicarse que fue una innovación porque este artículo no existía en la Constitución de
1871.
VII.- Resulta importante también conocer la discusión que suscitó la aprobación de la reforma de los artículos
14 y 15 de la Constitución, mediante ley No.6075 de 21 de mayo de 1987. La reforma de los citados artículos fue
propuesta por el Colegio de Abogados que justificó la agravación de los requisitos para optar por la nacionalidad
costarricense en la necesidad de adaptar esas disposiciones a las condiciones actuales del país. En ese sentido, se
habló de la situación de violencia incontrolable que vivían algunas naciones centroamericanas que provocaban en
ingreso masivo de extranjeros al país. El proyecto pretendía reformar los artículos 14 incisos 2), 3), 4), y 5) y 15 de la
Constitución. En relación con el artículo 14 se pretendía aumentar a cinco los años de residencia en el país
necesarios para que los centroamericanos, españoles, e iberoamericanos por nacimiento optaran por la nacionalidad
costarricense; aumentar a siete años el plazo de residencia para los que no eran centroamericanos, españoles, e
iberoamericanos por nacimiento, y para los demás extranjeros; establecer el requisito de los dos años de matrimonio
y de residencia para que la mujer extranjera que casara con costarricense pudiera optar por la nacionalidad
costarricense. En el artículo 15 se pretendía introducir los requisitos de saber hablar, escribir, y leer el idioma
español y someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores. La propuesta fue acogida por un
grupo de diputados y enviada a una Comisión Especial para su estudio. Desde un inicio cuando se conoció la
admisión del proyecto a discusión y el nombramiento de la Comisión Especial, hubo opiniones de los diputados
favorables y contrarias al proyecto. Los diputados que se manifestaron en contra del proyecto externaron su
preocupación por la rigidez de los requisitos, por una situación más favorable a los derechos humanos y al principio
de razonabilidad. La Comisión nombrada para estudiar el proyecto rindió un dictamen unánime afirmativo y consideró
que la reforma constitucional propuesta no afectaba la política migratoria del país, ni el derecho de asilo; que era
favorable la existencia de un proceso más lento para adquirir la nacionalidad costarricense por naturalización porque
permitía actuar con mayor cuidado y posibilitaba al extranjero el conocer mejor la nación, su historia, y sus valores;
que el Plenario debía escoger la moción de fondo que acompañaba al expediente para que en relación con el inciso
4) del artículo 14 del proyecto se legislara sin discriminación de sexo; que había pendiente al momento de redactarse
27
el dictamen una consulta del proyecto formulada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por los
problemas que podía implicar una mejor tutela de los derechos humanos en juego (matrimonio, prohibición de la
apátrida, protección de la familia, etc). En relación con la aprobación del proyecto en la primera legislatura debe
indicarse que la tónica en el Plenario fue no incluir mociones de fondo para no propiciar un debate que pusiera en
peligro o retardara la aprobación de la reforma. Es interesante observar que dentro de esa situación los diputados
Corrales Bolaños y Araya Guillén prefirieron presentar un proyecto aparte para quitar la discriminación del inciso 4)
del artículo 14, porque no querían crear controversia entre los diputados. Otro dato interesante es que las
manifestaciones de los diputados en relación con la reforma se dieron en esta primera legislatura con posterioridad a
la aprobación del proyecto en tercer debate. A pesar de que la mayoría de los diputados se manifestaron a favor de
la reforma, el diputado Vargas Carbonell señaló varios aspectos que pueden calificarse como deficiencias técnicas
existentes en los artículos cuya reforma se propuso. Esos aspectos resultan importantes y llama la atención que en
relación con ellos no se dio un debate en el Plenario. El diputado Vargas Carbonell señaló que el requisito de
aprender el idioma español no implicaba vinculación al país ni domicilio, de acuerdo con el concepto establecido en
la Constitución de 1949; que existía un error al pretender sustituir ese concepto de domicilio que contenía el artículo
15 con aspectos circunstanciales; que no se entendía lo del examen comprensivo; que lo de jurar el respeto al orden
constitucional contenido en el artículo 15, salía sobrando porque el respeto a la Constitución existía como norma
general en el artículo 18 ibídem; que los textos de los incisos 2) y 3) del artículo 14 estaban mejor concebidos en la
actual Constitución que en la reforma propuesta; que la reforma lo que pretendía era ampliar el prerrequisito del
plazo de residencia necesario para poder optar por la nacionalidad costarricense; que resultaba superfluo indicar en
la reforma a los incisos 2) y 3) del artículo 14, la necesidad de cumplir los demás requisitos que fije la ley, si la
reserva de la ley existía como norma general en el artículo 15, además era innecesario decirlo en normas que no
establecían un procedimiento. En la sesión de 7 de mayo de 1987, Acta No.6, se aprobó el proyecto en primer
debate, en la segunda legislatura. Los diputados que participaron en esta sesión, salvo por la distinción que se
establecía en los incisos 4) y 5) del artículo 14, se manifestaron a favor de la reforma argumentando que respetaba
las políticas migratorias y el derecho de asilo; que hacía más lento el trámite de adquisición de la nacionalidad; que
la reforma a los incisos 4) y 5) del artículo 14 cobijaba a las mujeres que contrajeron matrimonio con un costarricense
y no podían optar por la nacionalidad costarricense por no haberlo manifestado en el acto del matrimonio; que el
mecanismo era más exigente que el anterior; que la reforma respondía a una situación real que era la existencia de
miles de extranjeros que con gran facilidad, sin mayores requisitos, ni mayor convicción, adoptaban la nacionalidad
costarricense, por lo que era responsabilidad de los diputados que los extranjeros que solicitaban y obtenían la
nacionalidad, tuvieran la identificación necesaria y el carácter de costarricenses (los que se pronunciaron en esos
términos fueron los diputados Araya Guillén, Guevara Fallas, Chacón Jiménez y Valenciano Chaves). En la sesión
de 11 de mayo de 1987, Acta No.7, en la que se aprobó el proyecto en segundo debate, en la segunda legislatura,
se produjo una discusión en relación con la posibilidad que tenía el Plenario de corregir, a esas alturas del proceso,
el problema de la discriminación del los incisos 4) y 5) del artículo 14. Después de desecharse esa posibilidad, en la
sesión de 12 de mayo de 1987, Acta No.8, se aprobó el proyecto en tercer debate, en la segunda legislatura.
VIII.- Una vez referida la historia de las normas constitucionales con base en las cuales la autoridad recurrida
previno al accionante el cumplimiento de ciertos requisitos para iniciar el examen de su solicitud de naturalización,
debe indicarse que en razón del enfoque que se le dio al caso en el considerando I y de lo manifestado por la parte
accionada en el sentido de que el artículo 15 de la Constitución debe aplicarse a todas las hipótesis del 14 ibídem, lo
que se impone en este caso es una labor de interpretación que defina si en el supuesto del recurrente se requiere el
cumplimiento de los requisitos que establece el citado artículo 15. En vista de las deficiencias técnicas de que
adolece el artículo 14 se requiere acudir en primer término a los precedentes o antecedentes legislativos para
descifrar correctamente su texto. Pero se observa, de lo expuesto en los considerandos anteriores, que de los
precedentes legislativos no se infieren suficientes elementos para determinar que los diputados hayan discutido y
concluido el tema específico que aquí se examina. En ese sentido, se tiene que prácticamente solo en las
manifestaciones del diputado Vargas Carbonell se encuentra una somera referencia al punto cuando expresó que
desde su perspectiva resultaba innecesario que con la reforma de los incisos 2) y 3) del artículo 14 de la Constitución
se pretendiera añadir la frase en la que se expresaba la necesidad de cumplir los demás requisitos que fije la ley, si
se consideraba que la reserva de ley existía como norma general en el artículo 15 ibídem. Ahora bien, dado que no
es posible establecer una interpretación concluyente en cuanto al tema que interesa recurriendo a fuentes como los
precedentes o antecedentes legislativos de las normas, es necesario recurrir a otra vía para acceder a la solución del
28
problema planteado; se trata de hacer una relación de sentido de las disposiciones constitucionales atinentes y de
éstas con otras normas o valores del parámetro de constitucionalidad.
IX.- El artículo 14 enumera exhaustivamente los casos o supuestos de la naturalización. Se trata
evidentemente de varios supuestos diferentes que obedecen a consideraciones de distinta naturaleza u origen,
comprendidos en el mismo artículo. El artículo 14 es deficitario desde el punto de vista formal o de calidad técnica, al
extremo de que crea situaciones de duda o ambigüedad, sobre todo al momento de relacionar ese artículo con otros
de la Constitución (especialmente con el artículo 15). Así, por ejemplo, en el inciso 1) se reconoce que si hay quienes
han adquirido la nacionalidad por naturalización "en virtud de leyes anteriores", esto es, con anterioridad a la
Constitución, ellos no pierden ese estatus por el hecho de que las causas de su adquisición o los procedimientos
para tal cosa fueren distintos y aun opuestos a los regulados en la Constitución o en la ley subordinada. En este caso
de lo que se trata es de que la Constitución misma, por decirlo así, se autolimita o limita sus propios efectos hacia el
pasado a fin de no afectar o modificar situaciones jurídicas nacidas en el marco de anteriores o antiguos
ordenamientos. El puro sentido común inclina a concluir con respecto al citado inciso 1) que a la hipótesis que allí se
regula no le es aplicable lo que se dispone en el artículo 15. Ya este solo ejemplo demuestra que el artículo 15 no es
susceptible de aplicación a todos los supuestos del artículo 14. Un ejercicio similar puede hacerse, concluyendo de la
misma manera, respecto del inciso 6), relativo a la nacionalidad honorífica, en cuyo caso es patente que dada la
razón por la cual ésta se concede -el inciso 16) del artículo 121 aclara que la ciudadanía honorífica se concede "por
servicios notables prestados a la República"-, sería torpe exigir requisitos como los comprendidos en el artículo 15.
En las hipótesis de los incisos 2) y 3) del artículo 14, está claro que la nacionalidad solo puede concederse a quienes
allí se mencionan si media una solicitud de parte de éstos, y no oficiosamente: el artículo 15, se refiere precisamente
a los casos en que esa solicitud se ha hecho, como expresamente se dice en los dos párrafos de este artículo (al
inicio del primer párrafo donde se indica "quien solicite naturalización", y en el segundo párrafo al final, se alude a
"solicitud de naturalización"). Por ende, el artículo 15 aplica en esos dos casos. A diferencia de éstos, en el inciso 4)
se trata una situación específica que es la de la persona que pierde su nacionalidad como resultado de casar con
costarricense: el espíritu de la norma es impedir que esta circunstancia produzca un apátrida, lo cual se concilia con
dos ordenamientos superiores, sea, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 20, y la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 15. Interpretar que en el caso de este inciso 4) opera el
régimen del artículo 15 conduciría a impedir la solución ideada por la Constitución a fin de evitar la infracción del
derecho fundamental a la nacionalidad (aunque en tal infracción no incurriere la propia Constitución, o el
ordenamiento nacional, sino las normas foráneas que causan la situación del apátrida). De donde va en el sentido de
la Constitución concluir que el régimen del artículo 15 es igualmente inaplicable al supuesto del inciso 4) del artículo
14. En el inciso 5), aunque no se está en el caso del apátrida (y quizá por eso la regulación es más rigurosa), se trata
de favorecer una situación de homogeneidad en la familia por la asimilación en punto a la nacionalidad de uno de
sus miembros -la persona extranjera-, como un modo de protección del núcleo familiar coincidente con las
disposiciones de los artículos 51 y 52 de la Constitución y 17 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. De ahí que la norma se haya esmerado en fijar sus propios requisitos y que el lenguaje de la Constitución
aluda a la simple manifestación de deseo o voluntad como el estímulo frente al que el Estado tiene que reaccionar
como la Constitución demanda -concediendo la nacionalidad sin más trámite-. Por ende, igual que en el caso
anterior, el régimen del artículo 15 es inaplicable al inciso 5) del artículo 14. En ese sentido, la Constitución no
pretende aplicar el beneficio del inciso 5) únicamente a las personas extranjeras casadas con costarricenses que
hablasen, escribiesen, o leyesen el idioma español, excluyendo de esta vía de acceso a la nacionalidad a quienes no
supiesen hacer tal cosa o no pudiesen hacerlo a satisfacción de la Administración; pensar de otro modo supondría
situar a la Constitución en el papel de instrumento que castiga la diversidad cultural en medio de un contexto en que
lo que se persigue es fortalecer los lazos intrafamiliares y facilitar la integración de sus miembros a la comunidad
nacional, de modo que todos ellos gocen del mínimo de amparo jurídico que les da la nacionalidad.
X.- En consecuencia, en el marco de los alcances de la sentencia interpretativa expuestos en el considerando
II, concluye este Tribunal que no es aplicable al supuesto del inciso 5) del artículo 14 de la Constitución, lo dispuesto
en el artículo 15 de ese mismo texto legal; además, para el caso del inciso 5), los requisitos que válidamente puede
exigir la Administración son los que éste mismo establece. Con estos alcances, el recurso se declara con lugar.
XI.- Salva el voto la Magistrada Calzada, que declara sin lugar el recurso.
29
POR TANTO
Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y perjuicios causados,
que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso administrativa.
Luis Paulino Mora M. Presidente
R. E. Piza E.
Luis Fernando Solano C.
Eduardo Sancho G.
Carlos Ml. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
José L. Molina Q.
VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA CALZADA MIRANDA.
La suscrita salva el voto y declara sin lugar el recurso con fundamento en las siguientes consideraciones:
I. Contrario a lo expuesto en el voto de mayoría considera la suscrita que el recurrente debe estarse a lo
estipulado en la Constitución Política al respecto, ya que el mismo texto constitucional establece el cumplimiento de
este requisito específico entre otros con el fin de obtener el derecho a la nacionalización. Vistos los antecedentes
legislativos de la reforma introducida a la norma constitucional, podemos descubrir en los mismos la intención del
Poder Legislativo, como guardador de los principios constitucionales, en restringir la calidad de ciudadano
costarricense aumentando los términos mínimos de permanencia en el país así como los requisitos exigidos, todo en
resguardo de los principios democráticos, de la estabilidad socio-moral del país y la conservación de las tradiciones
culturales. Así, la Comisión Especial para estudiar las reformas a los artículos catorce y quince de la Constitución
Política de Costa Rica, en su dictámen unánime afirmativo, señaló:
"... De lo que se trata es de que el trámite de adquisición de la nacionalidad costarricense por parte de quienes
tienen otra, sea un proceso más lento que permita actuar con mayor conciencia, con mayor cuidado y que haga
posible -por consecuencia- al extranjero que llegará a ser costarricense por naturalización, conocer mejor la nación
cuya historia en adelante será también la suya, con todos sus valores. En tal sentido, ampliar un tanto el número de
años para la adquisición de la nacionalidad costarricense es una medida prudente, que permite hacer bien las cosas.
Si a ello se agrega que quien desee adoptar la nacionalidad costarricense debe -además de llenar los actuales
requisitos- hablar, escribir y leer el idioma oficial del país, lo mismo que conocer la historia del país y los valores
fundamentales de la nacionalidad costarricense, ello mostrado en la forma prudente en que la ley lo dispondrá, dará
por resultado un conjunto de más adecuadas disposiciones para efectos de que los extranjeros puedan adoptar la
nacionalidad. En lo que se refiere a la situación de la mujer extranjera que pierde su nacionalidad al casar con
costarricense, a la forma en que la Constitución y las disposiciones consiguientes han resuelto el punto, y a la
propuesta de reforma sugerida, la Comisión acordó proponer al Plenario que acoja la moción de fondo que
acompaña al Expediente respecto al literal cuatro del artículo catorce del proyecto. En virtud de lo que tal moción
establece, se legisla sin discriminación de sexo: evita la nueva disposición lo que algunos por algún abuso que ha
habido- han llamado "venta de nacionalidad" y se da el plazo suficiente para que la persona que ha de elegir estado
civil -asunto tan importante en la vida de cualquier persona- no se vea constreñida a tener que elegir simultáneamente- nacionalidad. Todo ello se puede llevar con un poco más de sosiego." Como se puede desprender
de la lectura anterior, el espíritu del legislador, al incrementar los requisitos que deben cumplir los extranjeros para
optar por la nacionalidad costarricense, tiene como fin el disminuir el impacto social, que ha ocasionado el
incremento desmesurado del número personas inescrupulosas quienes, adoptando nuestra bandera, han realizado
actos poco loables y nada justificables, todo ello en resguardo del sentido específico que rodea la Naturalización y la
Nacionalidad.
II.- Que las normas constitucionales en cuestión, sean los numerales catorce y quince de la Carta Magna, y su
consecuente aplicación, merecen especial atención a este punto. El artículo catorce constitucional establece
taxativamente los casos en que procede la concesión de la naturalización a los extranjeros sin discriminación de
sexo, sin embargo, debemos tener en cuenta que, este artículo catorce, por su especial contenido, es genérico y no
30
específico. En esencia, establece lineamientos generales para determinar la aplicación de una ley específica,
especialmente en los casos de los incisos 1), 2) y 3), en los cuales el texto constitucional expresamente remite, a
quienes se encuentren dentro de los parámetros que en ellos se establecen, a la ley específica que ha de regular
esa aplicación, sea la Ley 7065. En tanto, el artículo quince se refiere al marco legal general que debe observarse
dentro del proceso de naturalización, plasmado en los requisitos exigidos por la Ley 7065, misma que responde al
espíritu que el legislador quiso establecer en dichas normas constitucionales, sea el mencionado supra.
III.- La nacionalidad como concepto genérico y componente importante de la ideosincracia y la estructura
cultural de un pueblo, debe ser defendida y custodiada por todos los medios posibles para garantizar su
permanencia a través del tiempo. Conceptualmente, nacionalidad es el vínculo específico que une a una persona
con un Estado. Este vínculo, que determina su pertenencia a dicho Estado, le da derecho a reclamar la protección
del mismo; pero la somete también, a las obligaciones impuestas por sus leyes. La nacionalidad representa un
vínculo regido, en lo esencial, por las normas del Derecho Interno; y que, por ello, a cada uno de los Estados que
integran la comunidad internacional le corresponde legislar sobre la adquisición, pérdida y recuperación de la misma.
El reconocimiento de estas normas por otros Estados, que contemplan la solución de posibles situaciones
conflictivas, entra ya en el ámbito del Derecho Internacional. Ahora bien, conceptualizando la naturalización,
podemos decir que es una institución en virtud de la cual un individuo puede obtener a su pedido la nacionalidad de
ese país, previo cumplimiento de las formalidades exigidas por la ley. Vistos los anteriores conceptos y teniendo
claro que la nacionalidad y la naturalización son conceptos distintos por cuanto la primera otorga derechos y
obligaciones en iguales proporciones a quienes sean ciudadanos de un país, mientras que en la segunda, el ejercicio
de ciertos cargos y el acceso a ciertos derechos se limita por el hecho de no ser nativo del país que le otorga la
naturalización. Esta última situación se da, precisamente para salvaguardar el sentido de la nacionalidad en sí y,
para restringir el acceso de personas inescrupulosas a dicho estatus con miras a alterar la ideosincracia y la cultura
de un país. Las normas de discusión buscan, simplemente, mantener un nivel cultural promedio en el que predomine
el conocimiento de los principios socio-culturales que se han hecho presentes en la historia patria, pues
precisamente es en esa pérdida de la conciencia nacional donde comienza la pérdida de la cultura e historia de
nuestra nacionalidad. Por lo anteriormente expuesto, considera la suscrita Magistrada que no existe violación alguna
a los preceptos constitucionales, por lo que a mi juicio corresponde es rechazar el reclamo planteado y declararlo sin
lugar.
Ana Virginia Calzada M.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 4666 – 96
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Isabel Johnson y Carmen Castro vs Director de la Escuela Nacional de Policía
Las mujeres no pudieron participar en el curso de Oficiales 1 de la Escuela Nacional de
Policía porque el Director dio la orden de desalojarlas dado que el plantel no tenía las
condiciones físicas para aceptarlas.
El Director de la Escuela Nacional de Policía aduce que el asunto se trasladó a la
Viceministra de Seguridad Pública para que decidiera.
La Viceministra se refiere a que la no admisión de las recurrentes es por razones
materiales y no a discriminación de género.
Cláusula general de igualdad del artículo 33 de la Constitución Política.
La subsistencia de condiciones de alojamiento que desaconsejan admitir mujeres en los
cursos policiales, pero que no impiden que los funcionarios varones los tomen, y el hecho
mismo de rechazar a las primeras por esa circunstancia, relativa a su género, configuran
sin duda una discriminación, es decir, dan lugar a un trato desigual por razón del sexo que
31
Conclusión
concretamente viola el derecho de las recurrentes a ser tratadas como iguales.
Si la Escuela Nacional de Policía no cuenta actualmente con alojamientos propios para las
mujeres ello no es realmente atribuible a falta de recursos materiales o económicos, sino a
algo mucho más grave: en efecto, es inevitable ver en ello el resultado de la situación de
discriminación en que se ha colocado a la mujer tradicionalmente.
Cada vez que se excluye o no se admite a mujeres alegándose esa limitación de medios
materiales, se concreta en cada una de ellas la entera discriminación de que es objeto su
género, aunque los funcionarios responsables de la denegación o exclusión pudieran no
ser movidos por el deliberado propósito de producir ese resultado.
De otro lado, la discriminación alcanza a la esfera de derechos laborales de las
recurrentes, pues es evidente que la exclusión que se les ha impuesto las coloca en una
posición de desventaja con respecto a las oportunidades laborales de los funcionarios
incorporados a los cursos.
La infracción de los derechos de las recurrentes se consumó.
Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y
perjuicios causados, que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso
administrativa.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor: Arguedas
Clase de asunto:
04666 Año : 1996
96-004435-0007-CO
Sala Constitucional
06/09/1996
10:27:00 AM
De Fondo
Ramírez Carlos Manuel
Recurso de amparo
Exp: 96-004435-0007-CO
Res: 1996-04666
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas con veintisiete
minutos del seis de setiembre de mil novecientos noventa y seis. Recurso de amparo de Isabel María Johnson
Madrigal, cédula de identidad número 1-562-734, y Carmen Castro Morales, cédula de identidad número 3-269-861,
contra el Director de la Escuela Nacional de Policía .
Resultando:
1. Manifiestan las recurrentes que el 14 de agosto de 1996, el Director de Vigilancia Marítima envió al
Departamento de Reclutamiento una lista contentiva de los oficiales de vigilancia marítima que participarían en el
curso de Oficiales 1 a realizarse en la Escuela Nacional de Policía a partir del 17 de agosto de 1996; que la jefe de la
Sección de Reclutamiento remitió el mismo 14 de agosto al citado Director la lista de los participantes en el curso,
indicando que no se citaba a las aquí recurrentes porque según indicaciones de la Escuela Nacional de Policía debe
haber un mínimo de diez mujeres por curso, para evitar problemas de alojamiento, y a la fecha sólo tienen dos
candidatas; que el 16 de agosto el Oficial Mayor (del Ministerio de Seguridad Pública) giró una orden al recurrido
para que se acondicionase alojamiento para las recurrentes a fin de que éstas recibiesen el curso; que el 17 de
agosto ambas se apersonaron a la Escuela pero se les hizo saber que el Director recurrido había dado orden
telefónica de que desalojaran de inmediato esa unidad porque el plantel no tenía condiciones físicas para aceptarlas;
que lo actuado por el Director recurrido es discriminatorio y perjudica sus oportunidades laborales.
32
2. En escrito posterior al memorial inicial, las recurrentes rebaten el informe dado a esta Sala por el recurrido.
3. El Director de la Escuela Nacional de Policía informa bajo fe de juramento que la facultad de determinar qué
efectivos de policía pueden recibir cursos corresponde a la Escuela; que si bien lo dicho acerca del Oficial Mayor es
cierto, el asunto se trasladó a la Viceministra de Seguridad Pública para que decidiera los pasos a seguir; que ésta
respondió en oficio VLC-2321, donde se mencionan instrucciones para que finalmente se resuelvan los problemas de
alojamiento de mujeres que estén en la carrera policial, de modo que éstas sean atendidas en los cursos que se
inician en enero de 1997; que la Viceministra se refiere a que la no admisión de las recurrentes es por razones
materiales y no a discriminación de género; que las petentes se presentaron a la Escuela motu proprio, sin que se
hubiera autorizado su presencia en el curso dadas las condiciones de infraestructura.
4. En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley. Redacta el magistrado Arguedas
Ramírez ; y,
Considerando:
I. Las recurrentes acuden a esta jurisdicción porque han sido excluidas de un curso en la Escuela Nacional de
Policía que se inició el diecisiete de agosto último (es decir, tres días antes de la presentación de este recurso), lo
que merma sus expectativas de mejoras laborales. A juicio de ellas, el impedimento para tomar el curso configura un
caso de discriminación por razón del género. Por su parte, el Director recurrido no niega que las quejosas estaban
incluidas en una lista inicial de participantes en el curso, al que finalmente no fueron admitidas porque no había
adecuado alojamiento para ellas. Da cuenta el recurrido -citando a la Viceministra de Seguridad Pública- de que
reiteradamente se ha solicitado que el problema del alojamiento se resuelva, de modo que se habiliten lugares para
acomodar a las mujeres, pero que la imposibilidad de hacerlo subsiste, aunque nuevamente se han requerido
medios materiales para acondicionar esos sitios a fin de que las mujeres participen en los cursos que se iniciarán en
enero del próximo año (véase, en general, el informe del Director de la Escuela Nacional de Policía, a partir del folio
15.)
II. De lo expuesto por las recurrentes y del propio informe del Director recurrido deduce la Sala que aquellas
pretendían tomar un curso en la Escuela Nacional de Policía (a partir del diecisiete de agosto último) que
incrementaba sus aptitudes y oportunidades laborales, pero que fueron excluidas de esa actividad por tratarse de
mujeres, para las que no había condiciones adecuadas de alojamiento. Es decir, el curso específico de que se trata que comenzó días antes de la presentación de este recurso- ha debido dictarse solamente a hombres, puesto que
para ellos no había el impedimento que sí había -y subsiste aún- para las mujeres. Que no hubiese condiciones
adecuadas para alojar mujeres en el lugar donde debía realizarse el curso, pero que sí las hubiese para los hombres,
no es una circunstancia novedosa y actual: el Director de la Escuela lo confirma expresamente, y, citando a otra
funcionaria del Ministerio de Seguridad Pública, explica que se ha tratado infructuosamente de resolver esta
limitación. Pues bien: la subsistencia de condiciones de alojamiento que desaconsejan admitir mujeres en los cursos
policiales, pero que no impiden que los funcionarios varones los tomen, y el hecho mismo de rechazar a las primeras
por esa circunstancia, relativa a su género, configuran sin duda una discriminación, es decir, dan lugar a un trato
desigual por razón del sexo que concretamente viola el derecho de las recurrentes a ser tratadas como iguales. Si la
Escuela Nacional de Policía no cuenta actualmente con alojamientos propios para las mujeres -alojamientos de los
que parece que sí dispone para los hombres-, ello no es realmente atribuible a falta de recursos materiales o
económicos, sino a algo mucho más grave: en efecto, es inevitable ver en ello el resultado -uno de tantos- de la
situación de discriminación en que se ha colocado a la mujer tradicionalmente. La persistencia de esta falta de
medios es, pues, la expresión de un orden de cosas discriminatorio; ella en sí misma también es discriminatoria y,
además, tiene virtualidad discriminante: en consecuencia, cada vez que se excluye o no se admite a mujeres
alegándose esa limitación de medios materiales, se concreta en cada una de ellas la entera discriminación de que es
objeto su género, aunque los funcionarios responsables de la denegación o exclusión pudieran no ser movidos por el
deliberado propósito de producir ese resultado. Así, las recurrentes han sido efectivamente discriminadas: lo serían
aun cuando al invocarse la limitación en las instalaciones de la Escuela Nacional de Policía que les afecta solo a
ellas se quisiese entender o interpretar que la exclusión o inadmisión es un modo de protegerlas de los riesgos de la
convivencia con personas del otro género -y, en realidad, mucho peor si así fuera. De otro lado, la discriminación
33
alcanza a la esfera de derechos laborales de las recurrentes, pues es evidente que la exclusión que se les ha
impuesto las coloca en una posición de desventaja con respecto a las oportunidades laborales de los funcionarios
incorporados a los cursos: lo que ocurre es que de esta manera el sistema tiende a reproducir la desigualdad por
razón del género, que la Constitución enérgicamente proscribe (así, en la cláusula general de igualdad del artículo
33).
III. Se sigue de lo dicho en el anterior considerando que asiste razón a las recurrentes cuando dicen que han
sido discriminadas, y no son en modo alguno atendibles las alegaciones burocráticas del Director del la Escuela
Nacional de Policía ni las otras que él atribuye a la Viceministra de Seguridad Pública. Lo cierto es que la infracción
de los derechos de las recurrentes se consumó, habida cuenta de que el curso a que ellas se refieren comenzó el
diecisiete de agosto y el recurso se interpuso el día veinte del mismo mes; los próximos cursos -dice el informe del
Director de la Escuela- está previsto que se inicien en el mes de enero del año entrante. En esta perspectiva, tome
nota la recurrida de que no deberá incurrir en actos como los que ahora dan mérito para acoger el recurso. En suma,
el recurso debe declararse con lugar, con condenatoria para el Estado según lo que manda la ley.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y perjuicios causados,
que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso administrativa
Luis Fernando Solano C. Presidente a.i.
Eduardo Sancho G.
Carlos Ml. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
José L. Molina Q.
Fernando Albertazzi H.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 3542-01
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Sandra Calderón vs Jefe de la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación
del Poder Judicial.
La recurrente prestaba servicios como Asistente I de Estadística, en la Sección de
Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial, donde se le nombró
interinamente en sustitución de otro funcionario. El 8/02/01 se presentó a laborar luego de
unos días de incapacidad y el 15/02/01 el Jefe de la Sección de Estadística le comunicó
que no prorrogaría su nombramiento. Reclama que fue despedida por estar enferma y por
su condición de mujer.
El Jefe de Sección manifestó que Calderón mostraba un rendimiento muy bajo, y además,
era remisa a enviar los informes. En vista de que el rendimiento de la recurrente no
mejoraba estimó que lo más conveniente para los intereses de la Institución era no
prorrogar el nombramiento de Calderón. El recurrido también alega que desconocía la
enfermedad de la recurrente.
Derechos fundamentales a la igualdad y al trabajo, consagrados en los artículos 33 y 56
de la Constitución Política.
De la prueba aportada al expediente, se observa que el trabajo de la recurrente no iba
acorde con el resto del personal de la oficina.
Además, que durante el transcurso del nombramiento de la recurrente se nombraron a
34
Conclusión
otras mujeres en esa Sección, algunas de las cuales fueron ascendidas a otros cargos,
con lo cual se demuestra que no ha existido en ese Despacho discriminación contra
persona alguna por su género. Con lo indicado se desvanece el alegato de la accionante,
que su despido acaecido lo fue por ser mujer, toda vez que, no prueba de forma fehaciente
la discriminación alegada, no obstante, las razones dadas por el recurrido son razonables.
Si bien nuestra Constitución Política en su artículo 33 establece el derecho a la igualdad
entre las personas impidiendo la discriminación contra la dignidad humana, las denuncias
presentadas aduciendo el mencionado artículo, en su gran mayoría carecen de pruebas
que lo sustenten y ello da como resultado el rechazo de este tipo de gestiones, tal y como
sucede en el caso bajo examen.
Además, se colige que la alegada enfermedad de la gestionante, no ha sido el motivo
principal para que se prescindiera de sus servicios en la Sección de Estadísticas, pues, no
se demostró que tuviera una enfermedad crónica o al menos que el recurrido conociera de
ella, para incidir en su decisión de despedirla.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
03542 Año : 2001
99-002345-0007-CO
Sala Constitucional
04/05/2001
10:30:00 AM
De Fondo
Castro Alpízar Susana
Recurso de amparo
EXP: 99-002345-007-CO-P
Res: 3542-01.
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas treinta
minutos del cuatro de mayo del dos mil uno. Recurso de Amparo interpuesto por SANDRA CALDERON FALLAS ,
mayor, vecina de San José, cédula número 1-641-728, contra el señor EMILIO SOLANA RIO , en su condición de
Jefe de la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial.
RESULTANDO
1.- Alega la recurrente que se le dejó sin trabajo, por estar enferma y por su condición de mujer (folio 1), lo
cual considera violatorio de sus derechos fundamentales a la igualdad y al trabajo, contemplados en los artículos 33
y 56 de la Constitución Política (folio 82).
2.- El Lic. Emilio Solana Río, en su condición personal y como Jefe de la Sección de Estadísticas del
Departamento de Planificación del Poder Judicial, rechaza las razones aducidas por la recurrente, indica que el no
seguirla nombrando interinamente en el puesto de Asistente I de Estadística no guarda relación alguna con el hecho
de ser mujer ni tampoco por encontrarse enferma (folio 18). Que durante los años que lleva al frente de la Sección de
Estadística nunca ha discriminado a una persona por su género, como lo pueden atestiguar las señoras y señoritas
que han trabajado en esa Sección, quienes se han trasladado a otras oficinas ascendidas por su experiencia. Sin
embargo, con la fuga de recursos humanos con experiencia en los últimos dos años, se ha nombrado en forma
interina a la señorita Calderón Fallas, pues, era preferible nombrar a una persona que ya tenía alguna experiencia
sobre el funcionamiento de las estadísticas judiciales, a tener que traer a una persona nueva para capacitarla. Con la
entrada en vigencia del nuevo Código Procesal Penal, la Sección de Estadística experimentó un atraso considerable
35
en el procesamiento y publicación de las estadísticas judiciales. En vista del atraso se reunió varias veces con los
Asistentes de Estadísticas del área jurisdiccional, haciéndoles ver la necesidad de hacer un esfuerzo extra para
sacar en el menor tiempo posible el trabajo asignado, por lo que les solicitó un informe quincenal sobre el trabajo
realizado, para evaluar el rendimiento de todos. Por informe del Administrador de la Sección, constató que la
servidora Calderón Fallas mostraba un rendimiento muy bajo, y además, era remisa a enviar los informes, a pesar de
que verbalmente se lo recordaba siendo su volumen de trabajo mucho menor al de otros compañeros. Por esa razón
se reunió con la recurrente y otro servidor, para requerir de ellos un aumento en el rendimiento, pero la señora
Calderón Fallas no respondió a la solicitud; más aún, se enteró que los informes revisados por ella presentaban
muchas deficiencias al grado que hubo que hacerles nuevamente la revisión total, a pesar de hacerle ver los errores
en que estaba incurriendo. Manifiesta el recurrido que, en vista de que el rendimiento de la recurrente no mejoraba, y
que además había entrado en conflicto con otro servidor de la misma Sección, según su sano criterio estimó que lo
más conveniente para los intereses de la Institución era no prorrogar el nombramiento de la señorita Calderón Fallas,
medida que le comunicaría al momento de confeccionar los nombramientos del mes de marzo (en febrero), pero por
incapacidad de ella no le pudo comunicar sino hasta el 15 de febrero, ya que el recurrido disfrutó de ocho días de
vacaciones. El recurrido alega que desconocía la enfermedad de la recurrente, pues ella en 1997 se incapacitó dos
meses y otros dos en 1998. Que en ningún momento fue su intención perjudicar a la recurrente, pues, inclusive al
tener conocimiento de una plaza en la Secretaría de la Corte, conversó con la señora María Elena Barrantes Hidalgo,
Técnico de Archivología, para solicitarle que conversara con la señora Calderón Fallas por si la consideraba para un
puesto en esa Secretaría, en vista que se había quedado sin trabajo. Solicita se declare sin lugar este recurso.
3.- En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley. Redacta el Magistrado Castro Alpízar;
y,
CONSIDERANDO
I. Hechos probados.- De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos: a) que la recurrente prestaba servicios como Asistente I de Estadística, en la
Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial, donde se le nombró interinamente en
sustitución de otro funcionario, quien se encuentra ascendido en otro cargo; b) que el ocho de febrero de este año, la
recurrente se presentó a laborar luego de unos días de incapacidad y que posteriormente el 15 de febrero, el Lic.
Emilio Solana Río, Jefe de la Sección de Estadística le comunicó que no prorrogaría su nombramiento. (folios 23, 79
y 80). c) Certificación de incapacidades y actividad laboral de la recurrente (folio 27 y de 28 a 81).
II. La recurrente reclama que fue despedida injustamente por dos aspectos específicos: 1) por estar enferma y
2) por su condición de mujer, situación que considera violatoria de sus derechos fundamentales a la igualdad y al
trabajo, consagrados en los artículos 33 y 56 de la Constitución Política.
III. SOBRE EL FONDO.
En el caso que nos ocupa, la gestionante considera que ha sido despedida por su condición de mujer, con lo
cual según indica se le discriminó por su género, violánse en su perjuicio el principio de igualdad consagrado en
nuestra Carta Magna. Del informe del recurrido rendido bajo juramento, a tenor de lo dispuesto en el articulo 44 de la
Ley de la Jurisdicción Constitucional; se desprende que a partir del veintiocho de febrero de este año, no se prorrogó
a la recurrente su nombramiento debido al bajo rendimiento demostrado en el desempeño de sus funciones, pese a
que varias veces el recurrido conversó con ella en relación con ese aspecto. De la prueba aportada al expediente, se
observa que el trabajo de la recurrente no iba acorde con el resto del personal de la oficina. Además, que durante el
transcurso del nombramiento de la recurrente se nombraron a otras mujeres en esa Sección, algunas de las cuales
fueron ascendidas a otros cargos, con lo cual se demuestra que no ha existido en ese Despacho discriminación
contra persona alguna por su género. Con lo indicado se desvanece el alegato de la accionante, que su despido
acaecido lo fue por ser mujer, toda vez que, no prueba de forma fehaciente la discriminación alegada, no obstante,
las razones dadas por el recurrido son razonables. Si bien nuestra Constitución Política en su artículo 33 establece el
derecho a la igualdad entre las personas impidiendo la discriminación contra la dignidad humana, las denuncias
presentadas aduciendo el mencionado artículo, en su gran mayoría carecen de pruebas que lo sustenten y ello da
como resultado el rechazo de este tipo de gestiones, tal y como sucede en el caso bajo examen.
36
IV.- En relación con el alegato de la recurrente de su enfermedad, del citado informe y de la prueba agregada
en autos se observa que éste no ha sido un aspecto relevante, para el cese de la accionante, ya que, durante el
transcurso de su nombramiento ha sido incapacitada una vez, en forma alternativa por pocos días en los años 1997,
1998; salvo el año 1999 que fue más recurrente durante los meses de febrero y marzo, siendo documentada tal
situación en certificación visible a folio 27. Por lo antes señalado, se colige que la alegada enfermedad de la
gestionante, no ha sido el motivo principal para que se prescindiera de sus servicios en la Sección de Estadísticas,
pues, no se demostró que tuviera una enfermedad crónica o al menos que el recurrido conociera de ella, para incidir
en su decisión de despedirla. Por el contrario, fueron situaciones puntuales puestas en conocimiento de la
accionante, por parte del recurrido; a efecto de que regularizara su trabajo, en cuanto a la elaboración de los
informes estadísticos. No habiéndose demostrado la causal alegada, se debe declarar sin lugar el recurso.
V .- Del estudio de los alegatos de las partes, así como de las probanzas que corren agregadas en autos,
estima la Sala que la actuación del funcionario
recurrido no es contraria a los derechos fundamentales de la recurrente, por cuanto, en su relación laboral y
en ejercicio de su jefatura, éste debe velar por la buena distribución y cumplimiento de la carga de trabajo del
personal a su cargo. Así como también es su deber fiscalizar administrativa y disciplinariamente a sus subalternos en
relación con el cumplimiento de su cometido, para así valorar objetivamente su rendimiento. En virtud de lo expuesto,
considera esta Sala que el recurrido no actuó ilegítimamente, por lo que no se infringieron los derechos de la
recurrente, consecuentemente, lo procedente es declarar sin lugar el recurso.
POR TANTO
Se declara sin lugar el recurso.
Rodolf E. Piza E. Presidente
Luis Fernando Solano C.
Eduardo Sancho G.
Carlos M. Argueda R.
José Luis Molina Q.
Susana Castro A.
José M. Alfaro .
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 13521 – 03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Marta Vásquez, a favor de Raquel Rodríguez, vs Asesor Supervisor y Coordinador de
Deportes, ambos del Circuito 06 del Ministerio de Educación Pública.
La menor aquí amparada ha pertenecido a la selección de fútbol masculina de la Escuela
Alice Moya R. Sin embargo, pocos días antes del campeonato del Circuito 06 los
recurridos decidieron que al no haber niñas suficientes para formar equipos femeninos se
harían únicamente masculinos, sin pensar en las niñas que, como su hija, les gusta jugar y
practicar ese deporte, para lo cual deberían formarse equipos mixtos. En vista de ello les
solicitó las razones por las cuales por qué su hija no puede jugar y la respuesta fue que
por razones morfológicas y fisiológicas ella no tiene la capacidad para jugar con niños.
Artículo 33 de la Constitución Política
La menor amparada no ha sido objeto de una discriminación contraria a lo dispuesto en el
artículo 33 de la Constitución Política, pues no fue su condición de pertenencia al género
37
Conclusión
femenino lo que motivó su no participación en los juegos en cuestión, sino el hecho de que
no había equipos femeninos en los cuales pudiera participar y su inclusión en un equipo de
varones no resultaba conveniente por su propia integridad y salud. Ha sido más bien un
criterio protector de otros derechos de la menor los que privaron en la decisión.
El principio de igualdad no implica que no se pueda dar un trato diferente si hay razones
que lo justifican. Así, en tratándose de deportes, el hecho de que se organicen por
categorías de masculino y femenino no implica discriminación ni violación a lo dispuesto
en el artículo 33 de la Constitución Política y demás normativa que proscribe la
discriminación.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
13521
2003
03-011523-0007-CO
Sala Constitucional
28/11/2003
11:51:00 AM
De Fondo
Calzada Miranda Ana Virginia
Recurso de amparo
Exp: 03-011523-0007-CO
Res: 2003-13521
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con
cincuenta y un minutos del veintiocho de noviembre del dos mil tres.Recurso de amparo interpuesto por Marta Iris Vásquez, mayor de edad, con cédula de identidad número 2408-084, a favor de Raquel Rodríguez Vásquez; contra el Asesor Supervisor y el Coordinador de Deportes, ambos
del Circuito 06 del Ministerio de Educación Pública.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas y cinco minutos del seis de noviembre del
dos mil tres (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el Asesor Supervisor y el Coordinador de
Deportes, ambos del Circuito 06 del Ministerio de Educación Pública y manifiesta que su hija, la menor aquí
amparada, ha pertenecido a la selección de fútbol masculina de la Escuela Alice Moya R. Sin embargo, pocos días
antes del campeonato del Circuito 06 que dio inicio en la segunda semana de octubre los recurridos decidieron que
al no haber niñas suficientes para formar equipos femeninos se harían únicamente masculinos, sin pensar en las
niñas que, como su hija, les gusta jugar y practicar ese deporte, para lo cual deberían formarse equipos mixtos. En
vista de ello les solicitó las razones por las cuales por qué su hija no puede jugar y la respuesta fue que por razones
morfológicas y fisiológicas ella no tiene la capacidad para jugar con niños. No satisfecha con esa respuesta envió
nota al Ministerio de Educación Pública, en cuya respuesta se le indica que hubo un error por parte de la institución
educativa, pero la negativa fue del Asesor Supervisor del circuito 06 y del Coordinador de Deportes de ese Circuito.
Solicita se pida cuentas al Asesor Supervisor porque su hija no puede jugar y se le ordene que ella pueda jugar en
las semifinales del campeonato de la escuela.
2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo,
en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que
38
resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda ; y,
Considerando:
Único: Si debido a que no existen equipos de fútbol en la rama femenina, los recurridos consideraron que no
era conveniente que la amparada participara en un equipo de fútbol de varones en las actividades deportivas que se
organizaron en el Circuito 06, a fin de proteger su salud, ello no constituye un trato discriminatorio, sino una decisión
en protección de la propia menor. No se trata de que no se admitieran equipos femeninos, lo cual sí sería
discriminatorio, sino de que no existen suficientes mujeres participantes para formar equipos femeninos y no se
estimó conveniente que la menor amparada jugara en un equipo de varones, no por su sola condición de mujer, sino
por razones de orden morfológico y fisiológico (folio 5). Debe tenerse presente que la distinción entre equipos
masculinos y femeninos y la competencia por categoría de hombres y mujeres no implica una discriminación
contraria al Derecho de la Constitución, sino un criterio basado en razones de diversa índole -que no cabe revisar en
esta vía- y que no viola la Constitución Política. Ahora bien, si la recurrente considera que a su hija se le debió
permitir participar en el equipo de varones, no por ello se debe considerar que la negativa de los recurridos es un
trato discriminatorio y contrario a los derechos fundamentales de la menor amparada. Por lo demás, el criterio
externado por la funcionaria Roxana Argüello en oficio AJ-462-C-03 del ocho de octubre pasado, Asesora Legal de la
Dirección División Jurídica del Ministerio de Educación Pública, no es parámetro para considerar que la menor
amparada ha sido objeto de una discriminación contraria a lo dispuesto en el artículo 33 de la Constitución Política,
pues no fue su condición de pertenencia al género femenino lo que motivó su no participación en los juegos en
cuestión, sino el hecho de que no había equipos femeninos en los cuales pudiera participar y su inclusión en un
equipo de varones no resultaba conveniente por su propia integridad y salud. Ha sido más bien un criterio protector
de otros derechos de la menor los que privaron en la decisión. Nótese que tampoco se trata de equipos mixtos que
juegan entre sí, sino de un equipo de varones con una niña como integrante que se enfrentaría a equipos
conformados por sólo varones, situación que, razonablemente, representa un riesgo para su integridad y salud. El
principio de igualdad no implica que no se pueda dar un trato diferente si hay razones que lo justifican. Así, en
tratándose de deportes, el hecho de que se organicen por categorías de masculino y femenino no implica
discriminación ni violación a lo dispuesto en el artículo 33 de la Constitución Política y demás normativa que
proscribe la discriminación. Como se dijo, debe tenerse presente que en este caso no se trata siquiera de equipos
mixtos de niños y niñas, sino de equipos de varones, en uno de los cuales se pretendía participara la menor
amparada. No existe, entonces, un trato discriminatorio en los términos que prohíbe el artículo 33 de la Constitución
Política, motivo por el cual la situación no es amparable. No obstante, nada impide que, de considerarse oportuno,
se permita la participación de la menor en un equipo de sólo varones, como pareciera recomendarse en el oficio AJ462-C-03 del ocho de octubre del año en curso (folios 3 y 4). En consecuencia, el recurso es improcedente y así se
declara.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo el recurso
Carlos M. Arguedas R. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
José Luis Molina Q.
Fabián Volio E.
39
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 4421 – 04
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Joel Canales vs Instituto Nacional de Seguros.
El INS le negó al Sr. Canales la posibilidad de recibir la indemnización que corresponde
por el seguro obligatorio de vehículos, al haber fallecido su conviviente (con quien mantuvo
una relación ininterrumpida por más de 27 años, en la cual procrearon a 5 hijos, todos
mayores de edad) en un accidente de tránsito.
Según el INS, la situación del Sr. Canales no está contemplada bajo los supuestos
regulados por el artículo 59 de la Ley de Tránsito, motivo por el cual no puede recibir la
indemnización: la norma referida únicamente alude a la compañera por 2 años con quien
haya o no procreado hijos, que dependa económicamente del difunto, caso distinto del
agraviado.
Artículo 33 de la Constitución Política.
La Sala Constitucional ya ha señalado la imposibilidad de efectuar discriminaciones por
razones de género. Sobre el particular, la Sala en sentencia Nº 3435-92 señaló: “Es
imperativo analizar el caso concreto a la luz de las disposiciones constitucionales y de las
normas internacionales que rigen la materia:
Constitución Política:
Artículo 33.- Todo hombre es igual ante la ley y no podrá hacerse discriminación alguna
contraria a la dignidad humana
Artículo 48.- Toda persona tiene derecho (...) al recurso de amparo para mantener o
restablecer el goce de los otros derechos consagrados en esta Constitución (...)
Declaración Universal de Derechos Humanos:
Artículo 2.- Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de (...) sexo (...)
Artículo 7.- (...) Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que
infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación"
Declaración Americana de los Derechos del Hombre (1948):
Artículo II.- Todas las personas son iguales ante la ley (...) sin distinción de (...) sexo, (...).
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos(1966):
Artículo 3.- Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar a
hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos
enunciados en el presente Pacto".
Artículo 26.- Todas las personas son iguales ante la ley (...) la ley prohibirá toda
discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra
cualquier discriminación por motivos de (...) sexo (...)
Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto de San José" (1979):
Artículo 1. 1.Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella (...) sin discriminación alguna por motivos de
(...), sexo, (...)
Artículo 24.- Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen
derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.
40
Conclusión
Se declara con lugar el recurso. Se interpreta conforme al Derecho de la Constitución que
el término “compañera” del inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº7331, también comprende
al “compañero”, razón por la que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna
distinción por motivos de género.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
04421 Año : 2004
04-001980-0007-CO
Sala Constitucional
30/04/2004
8:39:00 AM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 04-001980-0007-CO
Res: 2004-04421
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las ocho horas con treinta y
nueve minutos del treinta de abril del dos mil cuatro.- Recurso de amparo interpuesto por Joel Antonio Canales
Castañeda, cédula de identidad Nº5-172-668; contra el Instituto Nacional de Seguros.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:28 hrs. de 3 de marzo de 2004 (folio 1), el
recurrente interpone recurso de amparo contra el Instituto Nacional de Seguros y manifiesta que la institución
accionada le negó la posibilidad de recibir la indemnización que corresponde por el seguro obligatorio de vehículos,
al haber fallecido su conviviente en un accidente de tránsito. Lo anterior, con fundamento en lo dispuesto por el
artículo 59 de la Ley Nº7331 de 13 de abril de 1993, que lo excluye de la condición de beneficiario, pese a que
mantuvo una relación ininterrumpida por más de 27 años, en la cual procrearon a 5 hijos, todos mayores de edad. En
su criterio, la actuación de la autoridad recurrida es injustificada y cercena el Derecho de la Constitución. Solicita que
se declare con lugar el recurso y que se le restituya en el pleno goce de sus derechos fundamentales.
2.- En memorial que obra a folio 14, el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros, Germán
Serrano Pinto, rinde su informe bajo juramento e indica que el Jefe del Departamento de Seguro Obligatorio
Automotor, en oficio NºSOA–0500–2004 de 13 de febrero de 2004, denegó la gestión planteada por el actor, a fin de
ser indemnizado por el fallecimiento de María Isabel Mendoza Contreras. Reconoce, según el informe elaborado por
el Jefe del Departamento de Seguro Obligatorio Automotor en oficio NºSOA–1005–2004 de 17 de marzo de 2004,
que el amparado convivió con Mendoza Contreras por más de 27 años en forma ininterrumpida, procreando 5 hijos,
todos mayores de edad a la fecha del accidente. La fallecida se dedicaba principalmente a labores del hogar,
ayudando por medio de rifas al ingreso familiar, generado principalmente por el actor. La situación del tutelado no
está contemplada bajo los supuestos regulados por el artículo 59 de la Ley de Tránsito, motivo por el cual no puede
recibir la indemnización; en este sentido, la norma referida únicamente alude a la compañera por 2 años con quien
haya o no procreado hijos, que dependa económicamente del difunto, caso distinto del agraviado. Estima que la
actuación del Instituto recurrido no constituye un trato discriminatorio contra el ofendido. Solicita que se desestime el
amparo.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado
Armijo Sancho ; y,
Considerando:
41
I.- El recurrente acusa la violación de sus derechos fundamentales, por cuanto el Instituto Nacional de
Seguros de modo arbitrario se niega a estimarlo como beneficiario del seguro obligatorio de vehículos por haber
fallecido su conviviente, con el argumento de no encontrarse bajo ninguno de los supuestos contemplados por el
artículo 59 de la Ley Nº 7331 de 13 de abril de 1993. En su criterio, la interpretación realizada por el recurrido
constituye un trato discriminatorio contrario a su dignidad, pues mantuvo una relación ininterrumpida con su
compañera por más de 27 años, en la que procrearon a 5 hijos.
II.- La Sala Constitucional, en otras oportunidades, se ha referido respecto de asuntos similares a los que aquí
ocupa, en los que ha señalado la imposibilidad de efectuar discriminaciones por razones de género, tal y como se
puede dar en el caso concreto, si se interpreta de manera literal que la expresión “la compañera” que contiene el
inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº 7331, únicamente alude a la mujer con quien haya o no haya procreado hijos el
fallecido, siempre y cuando haya convivido con él, de forma ininterrumpida, durante los últimos dos años,
vendándose entonces la posibilidad del recurrente de ser beneficiario del seguro obligatorio de vehículos, pese a que
resulta evidente que se encuentra la bajo la misma situación regulada por la norma referida. Sobre el particular, la
Sala en sentencia Nº 3435-92, de las 16:20 hrs. de 11 de noviembre de 1992, señaló:
“En la situación en examen se alega la violación del derecho a la igualdad mediante discriminación por
razones de sexo y en consecuencia es imperativo analizar el caso concreto a la luz de las disposiciones
constitucionales y de las normas internacionales que rigen la materia. La Constitución Política en sus artículos 33 y
48 dispone, en lo conducente:
"Artículo 33.- Todo hombre es igual ante la ley y no podrá hacerse discriminación alguna contraria a la
dignidad humana
Artículo 48.- Toda persona tiene derecho al recurso de hábeas corpus para garantizar su libertad y su
integridad personales, y al recurso de amparo para mantener o restablecer el goce de los otros derechos
consagrados en esta Constitución, así como de los de carácter fundamental establecidos en los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos, aplicables en la República.
Por su parte y en lo que interesa, la Declaración Universal de Derechos Humanos establece:
Artículo 2.
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión"
Artículo 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos
tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a
tal discriminación".
Sobre el mismo aspecto la Declaración Americana de los Derechos del Hombre (1948) dice:
Artículo II.- Derecho de igualdad ante la ley. Todas las personas son iguales ante la ley y tienen los derechos
y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna.
En el mismo sentido el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos(1966) señala:
Artículo 3.- Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar a hombres y mujeres la
igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el presente Pacto".
Artículo 26.- Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección
de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y
efectiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
En último término la Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto de San
José" (1979) dispone:
Artículo 1.- Obligación de Respetar los Derechos
1.Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos
en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
2. Para efectos de esta Convención, persona es todo ser humano
Artículo 24.- Igualdad ante la Ley. Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen
derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley. De conformidad con las normas transcritas, es
42
incuestionable que el inciso 5) del artículo 14 de la Constitución Política contiene una disposición que resulta
inaplicable por ser contraria a los valores fundamentales de Carta en cuanto a igualdad jurídica y su complemento de
no discriminación, tutelados con igual trascendencia por las normas internacionales, cuyo efecto erga omnes es de
obligada vigencia y acatamiento en el ámbito nacional por su misma naturaleza y por imperativo del artículo 48 de la
Constitución. La simple comparación de las normas transcritas con la disposición cuestionada demuestra que el
beneficio concedido exclusivamente a la mujer extranjera casada con costarricense, constituye una discriminación en
perjuicio del hombre extranjero casado con una ciudadana costarricense, contra quien crea artificialmente una
desventaja pues le sustrae beneficios por razones de género, contraviniendo con ello el espíritu constitucional y
universal de igualdad y no discriminación.
Dicha disposición atenta, además contra la igualdad y unidad matrimoniales que, también son valores
tutelados por el ordenamiento interno e internacional, al decir la Carta en sus artículos 51 y 52, en lo conducente:
Artículo 51.- La familia, como elemento natural y fundamento de la sociedad, tiene derecho a la protección
especial del Estado
Artículo 52.- El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los
cónyuges El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 23, y en lo que vale dice:
Artículo 23.1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección
de la sociedad y del Estado;
4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas
para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades de ambos esposos en
cuanto al matrimonio, durante el matrimonio¼"
En último término el Pacto de San José, en lo que corresponde, señala:
Artículo 17.- 4. Protección a la familia.
4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derecho y la
adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio.
Adviértase que en la especie la desigualdad que hiere los intereses del recurrente no es una simple diferenciación
"razonable y objetiva", sino un tratamiento evidentemente injustificado, infundado y desproporcionado, producto de
condicionamientos sociales, culturales, económicos y políticos felizmente superados, tratamiento que actualmente
resulta lesivo para la dignidad humana en lo particular, como derecho subjetivo positivo concreto a la igualdad, y
para la unidad familiar como derecho social objetivo, desde el momento en que establece una restricción odiosa que
atenta, por discriminación, contra el equilibrio jurídico y espiritual de la familia, también tutelado por la Constitución y
por el ordenamiento internacional y por ello patrimonio subjetivo del ofendido. La norma impugnada crea una especie
de marginación que afecta al núcleo familiar y por ende a la sociedad en su conjunto desde el momento en que un
integrante de esa comunidad es tratado de manera diferente, cercenando sus derechos igualitarios y colocándolo en
situación social de desventaja, frente a su esposa, sus hijos y demás familiares; con ello se resiente el sentido de
justicia.
De acuerdo con lo expuesto, la disposición cuestionada, que no establece, criterios fundamentales de
convivencia, carece de vigencia y aplicabilidad frente a los principios fundamentales que establece la Constitución
Política y los Convenios Internacionales, para quienes la igualdad y no discriminación son derechos genéricos, y por
ello piedra angular, clave, de nuestro ordenamiento; son valores superiores que configuran e impregnan la
convivencia democrática de la Nación y del estado social de derecho vigente. La discriminación señalada cede
frente a principios de rango superior dado que la desigualdad en comentario no tiende a proteger una finalidad
superior, concreta, dirigida a crear, proteger o fomentar intereses comunes superiores sino a discriminar contra
derechos subjetivos.
II.- En aras de evitar desigualdades y discriminaciones futuras que pudieran surgir al aplicarse la Carta
fundamental y otros instrumentos jurídicos vigentes, y en el ejercicio de la facultades que le otorga la Constitución a
esta Sala, se dispone que cuando en la legislación se utilicen los términos "hombre" ó "mujer", deberán entenderse
como sinónimos del vocablo "persona", y con ello eliminar toda posible discriminación "legal" por razón de género,
corrección que deben aplicar todos los funcionarios públicos cuando les sea presentada cualquier gestión cuya
resolución requiera aplicar una normativa que emplee los vocablos arriba citados.
Por las razones anteriores procede acoger el recurso y concederle al recurrente los derechos denegados por
aplicación del inciso 5) del articulo 14 de la Constitución Política, en cuanto reúna los requisitos legales y
constitucionales aplicables, normativa que las autoridades deberán acatar en situaciones similares a la recurrida.
43
Tales consideraciones son aplicables al caso concreto, pues si se interpreta de manera literal lo dispuesto por
el inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº 7331, sin duda se genera una discriminación injustificada que lesiona el
derecho protegido por el artículo 33 constitucional, en cuanto se brinda al actor un trato diferenciado por razones de
género, pese a que comparte la situación regulada por la norma aludida. Consecuentemente, lo procedente es
declarar con lugar el amparo, interpretándose conforme al Derecho de la Constitución que el término “compañera”
del artículo 59 inciso c) de la Ley de Tránsito por Vías Públicas y Terrestres también comprende al “compañero”, por
lo que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna distinción por motivos de sexo.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso y, en consecuencia, se interpreta conforme al Derecho de la Constitución que
el término “compañera” del inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº7331, también comprende al “compañero”, razón por
la que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna distinción por motivos de género. Se ordena al Presidente
Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros tener al actor como beneficiario del seguro obligatorio de vehículos, si
otro motivo no lo impide. Lo anterior bajo apercibimiento de las consecuencias penales, que se desprenden por el
incumplimiento a las órdenes dictadas por esta Jurisdicción, artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional.
Se condena al Instituto Nacional de Seguros al pago de costas, daños y perjuicios, los que se liquidarán en ejecución
de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese esta sentencia al Presidente Ejecutivo del Instituto
Nacional de Seguros en forma personal. Comuníquese.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Teresita Rodríguez A.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 12181-04
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Hazel Chavarría vs Laboratorio de Soluciones Parentales de la Caja Costarricense del
Seguro Social.
La recurrente reclama que ella es una trabajadora interina en el Laboratorio de Soluciones
Parenterales de la Caja Costarricense del Seguro Social.
Aduce que en dicho lugar se realizó un nombramiento en propiedad sin tomarla en cuenta
solo por el hecho de ser mujer.
Por su parte el Laboratorio aduce que en ningún momento esto es un caso de
discriminación por género, y lo que siempre privó fue el interés de nombrar en propiedad a
una persona basada en los principios de adherencia y satisfacción del interés público y del
de escogencia de idoneidad comprobada.
Además aduce que las mujeres si fueron consideradas en el nombramiento de la plaza, sin
embargo las compañeras establecieron desde el inicio varias condiciones en caso de la
plaza fuera asignada a alguna de ellas, a sabiendas que de satisfacer esas peticiones
implicaría el desmejorar el servicio así como recargar el trabajo en otros funcionarios de
igual perfil.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Luego de estudiar el expediente concluye este Tribunal que no son de recibo los alegatos
44
Conclusión
de la recurrente.
De autos no se desprende que las autoridades recurridas hayan discriminado a la
recurrente en razón de su género, por el contrario se observan que el nombramiento que
aquí se cuestiona atiende a razonamientos objetivos y como se dice bajo juramento
atendió lo expuesto en el considerando anterior, no encuentra este Tribunal que los
alegatos de la recurrente resulten procedentes para esta sede, dado que no se encuentra
ninguna actuación arbitraria por parte del recurrido que limite o restrinja el derecho de
defensa de la amparada.
En virtud de lo dicho, las autoridades recurridas han actuado dentro del marco de su
competencia y conforme a los lineamientos que legalmente le han sido impuestos por el
Ordenamiento.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
12181
2004
03-007698-0007-CO
Sala Constitucional
29/10/2004
1:27:00 PM
De Fondo
Volio Echeverría Fabián
Recurso de amparo
Exp: 03-007698-0007-CO
Res: 2004-12181
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las trece horas con
veintisiete minutos del veintinueve de octubre del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por Hazel Chavarría
Zúñiga, portadora de la cédula de identidad número 2-517-441, a favor de sí misma, contra el Laboratorio de
Soluciones Parentales de la Caja Costarricense del Seguro Social.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las dieciséis horas y cinco minutos del dieciséis de julio de
dos mil tres (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el Laboratorio de Soluciones Parenterales de
la Caja Costarricense del Seguro Social y manifiesta que los recurridos otorgaron el treinta de abril del dos mil tres al
señor Aurelio Rojas Casanova nombramiento en propiedad en la plaza número 21170 son tomar en cuenta que la
recurrente y otras dos compañeras cumplieron con lo dispuesto en el artículo 66 párrafo tercero de la Normativa de
Relaciones Laborales. Acusa que el nombramiento del señor Aurelio no se encuentra motivado. Reclama que como
queda demostrado sus compañeras interinas no participan en el nombramiento en la plaza en propiedad, porque son
mujeres.
2.- Informa bajo juramento Randall Herrera Muñoz, en su calidad de Jefe General del Laboratorio Soluciones
Parenterales y en ausencia del Dr. Julio Rodríguez Villegas (folio 28), que es indiferente si la plaza de Trabajador en
Producción de Medicamentos II es ocupada por una mujer o un hombre, sin embargo es claro que deben velar por
nombrar personal de acuerdo a las necesidades del servicio que se presta y en aras de garantizar la eficiencia del
mismo. Además aduce que las amparadas si fueron consideradas en el nombramiento de la plaza, sin embargo las
compañeras establecieron desde el inicio varias condiciones en caso de la plaza fuera asignada a alguna de ellas, a
sabiendas que de satisfacer esas peticiones implicaría el desmejorar el servicio así como recargar el trabajo en otros
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funcionarios de igual perfil. Aduce que en ningún momento esto es un caso de discriminación por género, y lo que
siempre privó fue el interés de nombrar en propiedad a una persona basada en los principios de adherencia y
satisfacción del interés público y del de escogencia de idoneidad comprobada. Finalmente indica que la amparada ha
contado con los recursos legales para impugnar el nombramiento del señor Rojas Casanova, al punto que lo ha
ejercido y otros funcionarios de mayor jerarquía le han corroborado que la Administración eligió discrecionalmente a
la persona idónea para ocupar la plaza 21170. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Volio Echeverría ; y,
Considerando:
I.- La recurrente reclama que ella es una trabajadora interina en el Laboratorio de Soluciones Parenterales de
la Caja Costarricense del Seguro Social. Aduce que en dicho lugar se realizó un nombramiento en propiedad sin
tomarla en cuenta solo por el hecho de ser mujer. Por su parte el informante aduce que ningún momento esto es un
caso de discriminación por género, y lo que siempre privó fue el interés de nombrar en propiedad a una persona
basada en los principios de adherencia y satisfacción del interés público y del de escogencia de idoneidad
comprobada.
II.- Luego de estudiar el expediente concluye este Tribunal que no son de recibo los alegatos de la recurrente.
De autos no se desprende que las autoridades recurridas hayan discriminado a la recurrente en razón de su género,
por el contrario se observan que el nombramiento que aquí se cuestiona atiende a razonamientos objetivos y como
se dice bajo juramento atendió lo expuesto en el considerando anterior, no encuentra este Tribunal que los alegatos
de la recurrente resulten procedentes para esta sede, dado que no se encuentra ninguna actuación arbitraria por
parte del recurrido que limite o restrinja el derecho de defensa de la amparada. En virtud de lo dicho, las autoridades
recurridas han actuado dentro del marco de su competencia y conforme a los lineamientos que legalmente le han
sido impuestos por el Ordenamiento. En razón de ello, lo procedente es desestimar el recurso.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A.
Fabián Volio E.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 13558 – 04
Partes
Caso
ANDE, ANEP, Asociación de Trabajadores Independientes vs Pdte de la Asamblea de
Trabajadores del Bco Popular.
En la 43º asamblea ordinaria de trabajadores del Bco Popular convocada para nombrar a
los 4 miembros del Directorio Nacional se designó una lista de 10 candidatos a
representantes de la Asamblea ante las Juntas Directivas de las tres sociedades anónimas
46
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
o en sus fiscalías que son propiedad del Banco. En la lista se eligieron más hombres que
mujeres, violando las condiciones de igualdad de género que deven prevalecer en los
órganos de decisión del Bco Popular.
Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del Banco Popular y de Desarrollo
Comunal que reforma a la Ley Orgánica del Banco Popular, N° 4351. Artículos 14, 14 bis,
15, 21 y 31 de la Ley Orgánica del Banco Popular.
La Ley Orgánica del Bco Popular en cuanto a la participación de la mujer en los distintos
órganos del Banco dispone que deben estar integradas con al menos un 50% de mujeres:
la Asamblea de Trabajadores (art 14), la Junta Directiva (art 15), aún cuando se sustituyan
sus miembros (art 21), y las Juntas de Crédito Local (art 31). Nada dice de la integración
de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que son Popular Pensiones, Popular
Fondos de Inversión y Popular Valores.
Para nombrar la lista en conflicto se debe seguir lo dispuesto en el Reglamento para la
Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y
sus Sociedades Anónimas. En particular los artículos 3 y 7 de dicho reglamento nada dice
sobre la cuota de participación de la mujer.
El Plenario de la Asamblea eligió la lista con base en dicho reglamento, como
corresponde, por lo que no se detecta la violación al principio democrático o de igualdad
de género que acusan los recurrentes
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
13558
Año :
2004
Expediente:
03-008940-0007-CO
Despacho:
Sala Constitucional
Fecha:
30/11/2004
Hora:
4:39:00 PM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Cruz Castro Fernando
Clase de asunto: Recurso de amparo
Exp: 03-008940-0007-CO
Res: 2004-13558
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciséis horas con
treinta y nueve minutos del treinta de noviembre del dos mil cuatro.
Recurso de amparo interpuesto por ROJAS CARRANZA EDUARDO, en su calidad de representante de
ANDE, cédula de identidad número 2-273-037, HERNÁNDEZ LEZAMA JAVIER, representante de los Trabajadores
Independientes, cédula número 8-073-195 y MORALES QUESADA EDGAR, en su calidad de representante de
ANEP, cédula número 1-468-584, contra el PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA DE TRABAJADORES Y
TRABAJADORAS DEL BANCO POPULAR Y DE DESARROLLO COMUNAL.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10:52 horas del 25 de agosto del 2003, el recurrente
interpone recurso de amparo contra el PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS
DEL BANCO POPULAR Y DE DESARROLLO COMUNAL y manifiesta que cuestiona las actuaciones realizadas en
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la 43° asamblea ordinaria, realizada el sábado 9 de agosto del 2003 que fue convocada para tomar acuerdos sobre
el nombramiento de los cuatro miembros del Directorio Nacional, conforme con lo previsto en el artículo 14 de la Ley
Orgánica del Banco Popular, elección que se realizó según la norma señalada que establece un 50% de puestos
para la mujer, y en que se designó una lista de 10 candidatos a representantes de la Asamblea ante las Juntas
Directivas de las tres sociedades anónimas que son propiedad del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, elección
en la que fueron violentados los derechos de representatividad de los sectores a los que pertenecen y las
condiciones de igualdad de género que deben prevalecer en los órganos de decisión del Banco Popular porque se
eligieron más hombres que mujeres. Señala que con base en la sentencia 1267-97 de las 12:06 horas del 15 de
marzo de 1996, que define la naturaleza jurídica del banco recurrido como entidad corporativa con base asociativa
regido por el derecho público, se llevaron a cabo una serie de reformas internas en la Asamblea de Trabajadores,
entre las que está el Reglamento para la integración de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular de 23 de
mayo del 2002 y la Ley de Democratización de las Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo
Comunal, de 21 de octubre del 2002. Agrega que de la normativa vigente resulta válido concluir que toda elección
que se realice para los nombramientos de representantes del Banco en cualquiera de las instancias, como lo son los
candidatos a miembros de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que la integran, se debe garantizar el
respeto el principio de representación democrática, que implica respeto de participación de todos los sectores. Dice
que el principio democrático quiere que el gobierno de las mayorías respete las minorías, cuyas garantías de
participación son indispensables.
2.- Informa bajo juramento Olga Quirós Mc Taggart, en su condición de la Presidenta de la Asamblea de
Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal (folio 16), que el 9 de agosto del 2003 se
realizó la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de
Desarrollo Comunal, que incluyó la elección del Directorio Nacional de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras
para el período de agosto 2003-julio 2004, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 14 bis de la Ley Orgánica
del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, reformado mediante la ley 8322 “Ley de Democratización de las
Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal”. Que de conformidad con ese numeral, el
Directorio Nacional estará integrado por cuatro miembros, a saber, un presidente o presidenta, un secretario o
secretaria, y dos vocales, de los cuales al menos el 50% deben ser mujeres, en dicha sesión se nombró: Presidente
a la Licenciada Olga Quirós Mc Taggart (representante del sector profesional); Secretario, al señor Rodolfo Azofeifa
Cruz (representante del sector comunal), Vocal I a la Licenciada Ana Isabel Solano Brenes (representante del sector
cooperativo); y Vocal II al Licenciado Rafael Matamoros Fallas (representante del sector Solidarista). En cuanto a la
representación femenina que, en relación con la integración del Junta Directiva Nacional, la ley 8322 dispone que la
misma se conformará con tres directores nombrados por el Poder Ejecutivo, siendo que al
menos uno deberá ser mujer, y cuatro designados por la Asamblea de los Trabajadores y Trabajadoras, de los
cuales al menos dos deberán ser mujeres. Respecto de las Juntas de Crédito Local, se dispone que tales órganos se
conformarán de manera que se garantice la integración de al menos un 50% de mujeres y deberá darse
alternabilidad entre hombre y mujer. Concluye que se exige un 50% de representación femenina para la
conformación de las delegaciones de la Asamblea de cada uno de los sectores y movimientos de trabajadores, para
el Directorio Nacional y para la Junta Directiva Nacional y Juntas de Crédito Local. Concluye que en la elección del
Directorio Nacional realizada el 9 de agosto del 2003, en la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de
Trabajadores, se aplicó en forma estricta lo dispuesto al efecto en la Ley de Democratización de las Instancias
de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, nombrándose en dicho órgano a dos mujeres y a dos
hombres. En cuanto a la designación por parte de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del 10 candidatos
para ocupar cargos en las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas propiedad del Banco Popular y de
Desarrollo Comunal y sus Fiscalías explica que la Ley de Democratización de las instancias de Decisión del Banco
Popular y de Desarrollo Comunal, que es la número 8322 de 21 de octubre del 2002, regula lo referente a la
integración de la asamblea propiamente dicha, la Junta Directiva Nacional del Banco y las Juntas de Crédito Local y
nada dice de la integración de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que son Popular Pensiones,
Popular Fondos de Inversión y Popular Valores. Agrega que la sociedad fondos de inversión sociedad anónima fue
constituida el 6 de julio del 2000, que la sociedad denominada Popular Valores S.A. fue constituida el 30 de
setiembre de 1999, que la sociedad denominada Popular Pensiones S.A. se constituyó el 30 de setiembre de 1999
mientras que la Ley de Democratización de
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las Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, fue sancionada como ley en el mes de
octubre del 2002 y no se refirió a tales sociedades, así como tampoco introdujo disposición que estableciera la
obligación de aplicar los principios allí desarrollados, a cualquier otro órgano o instancia de decisión que se llegare a
crear, ya fuere al seno de la Asamblea, o del Banco mismo. Aclara que la constitución, funcionamiento y
organización de las sociedades anónimas del Banco Popular se encuentra regulada en el “Reglamento para la
Constitución de los Puestos de Bolsa, Sociedades Administradoras de Fondos y Operadoras de Pensiones
Complementarias de los Bancos Públicos y del Instituto Nacional de Seguros, que es Decreto Ejecutivo número
27503-H de 2 de diciembre de 1998. Añade que la Junta Directiva Nacional del Banco Popular y de Desarrollo
Comunal, emitió el “Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de
Desarrollo Comunal, y sus Sociedades Anónimas” aprobado en sesión número 3876 del 17 de julio del 2001. Que
el artículo 5° del Reglamento para la Constitución de los Puestos de Bolsa, Sociedades Administradoras de Fondos
y Operadoras de Pensiones Complementarias de los Bancos Públicos y del Instituto Nacional de Seguros establece:
“Cada sociedad contará un consejo de administración o junta directiva, de cinco miembros, designados por la junta
directiva del banco o ente público titular del capital social” y el numeral 3 del Reglamento para la Regulación de las
Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, y sus Sociedades Anónimas que dice que “La
Junta Directiva de las sociedades propiedad del Banco Popular estará integrada por cinco miembros salvo la de la
Operadora de Pensiones, que se conformará con siete miembros, todos nombrados por la Junta Directiva Nacional
en su calidad de asamblea de accionistas de dichas empresas. Expone que no es competencia de la Asamblea de
Trabajadores y Trabajadoras integrar las Juntas Directivas de las Sociedades propiedad del Banco pues ello es
función reservada a la Junta Directiva Nacional y que la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras se limita a
designar una lista de personas que junto con los otros integrantes de la Junta Directiva Nacional, conformarán
eventualmente las Juntas Directivas de las tres sociedades. Informa que el Tribunal Electoral designado por el
plenario de la asamblea fue el órgano que dirigió la elección del Directorio Nacional y luego la elección de los 10
representantes para las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades.
El plenario de la Asamblea definió por mayoría de votos de los presentes, que tanto el proceso de elección del
Directorio Nacional como de los candidatos a ocupar un puesto en las Juntas Directivas y Fiscalías de las
sociedades, se realizaría por medio de papeletas. Como consecuencia el tribunal electoral solicitó al plenario la
presentación de papeletas para proceder al nombramiento siendo que a la mesa principal solo se hizo llegar una
papeleta que fue la única sometida a votación, resultado con 101 votos a favor y 39 votos en contra.
Que los recurrentes como miembros de la Asamblea, estaban legitimados para presentar a la mesa principal
el número de papeletas que tuvieran a bien y someterlas a votación en los términos y condiciones en que fue
sometida la papeleta ganadora, no obstante ni los recurrentes ni ningún otro delegado presentó ante el Tribunal
Electoral papeleta alguna.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Cruz
Castro ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso.- Los recurrentes cuestionan el procedimiento de elección de los 10 candidatos de la
Asamblea como candidatos a representantes ante las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas del Banco,
llevado a cabo en la sesión plenaria ordinaria de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular del
9 de agosto del 2003, por tres motivos: a) en la elección de los miembros de las Juntas Directivas de las
Sociedades, la Asamblea de Trabajadores no respetó la igualdad de género y la lista no incluyó al menos un 50% de
candidatas mujeres, en los términos que lo exige la Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del
Banco Popular y de Desarrollo Comunal ; causando la violación a los derechos de representatividad de los sectores
a los que pertenecen y de la igualdad de género); b) la elección no se hizo de forma individual sino a través de una
papeleta y porque solamente se presentó una papeleta única (de 10 miembros) por parte del Directorio Nacional que
dirigió la Asamblea, rechazando la objeción al procedimiento que formuló el Comité de Vigilancia, por la presentación
arbitraria de una papeleta que excluía expresamente a delegados de los sectores que representan los firmantes de
ese recurso.
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II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) Que el 9 de agosto del 2003 se realizó la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores y
Trabajadoras del Banco Popular (informe autoridad recurrida, folio 16).
b) Que la Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal
que reforma a la Ley Orgánica del Banco Popular, N° 4351 en cuanto a la participación de la mujer en los distintos
órganos del Banco dispone en sus artículos 14, 14 bis, 15, 21 y 31: "Artículo 14.—La orientación de la política
general del Banco corresponderá a la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras; su definición, a la Junta Directiva
Nacional, y la administración, a la Gerencia General. La Asamblea será un órgano representativo de los trabajadores
y las trabajadoras y estará integrada por doscientos noventa delegados y delegadas, de la siguiente manera:
a) Cuarenta representantes del sector de Desarrollo Comunal.
b) Doscientos cincuenta representantes que serán designados proporcionalmente al número de
afiliados a cada sector.
El Banco Popular y de Desarrollo Comunal deberá levantar un censo de todos los ahorrantes obligatorios y
especificar, en cada caso, la afiliación a cada sector, con una periodicidad de tres meses, por lo menos. Las
delegaciones a la Asamblea de cada uno de los sectores y movimientos de trabajadores, deberán estar integradas
por un cincuenta por ciento (50%) de mujeres, como mínimo.
Para garantizar la participación de los grupos de minoritarios cuyo número de afiliados sea insuficiente para
tener un delegado, deberá nombrárseles a un representante.
Los miembros y las miembras de la Asamblea permanecerán en sus cargos cuatro años y podrán ser
reelegidos o reelegidas por otro período igual. Artículo 14 bis.—Serán funciones de la Asamblea de Trabajadores y
Trabajadoras:
a) Señalar las pautas generales que orienten las actividades del Banco.
b) Designar a cuatro directores ante la Junta Directiva, conforme al artículo 15 de esta Ley.
c) Acreditar el ingreso de nuevos representantes a la Asamblea, según los criterios y requisitos que disponen
esta Ley y su Reglamento.
d) Conocer del informe de labores y resultados del ejercicio anual, que la Junta Directiva Nacional le
presentará en las asambleas ordinarias.
e) Conocer del informe general de la Auditoría General de Bancos, cuyas recomendaciones le serán
vinculantes.
f) Integrar la Comisión Permanente de la Mujer, la cual dispondrá de contenido económico y presupuestario.
g) Integrar el Comité de Vigilancia, encargado de supervisar y vigilar todas las prácticas discriminatorias por
razones de etnia, religión, género, orientación sexual, condición económica o discapacidad física.
La Comisión Permanente de la Mujer tendrá las siguientes funciones:
1.- Velar por la existencia de mecanismos que posibiliten a las delegadas la participación real y efectiva en la
Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras, así como en otras instancias político-económicas del Banco.
2.- Servir de enlace entre las trabajadoras y las distintas instancias de la Asamblea de Trabajadores y
Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, a fin de darles a conocer las oportunidades de crédito y
las formas de acceder a él.
3.- Dar seguimiento a los acuerdos dictados por la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco
Popular y por sus órganos, en relación con la mujer, así como las funciones que le otorgan esta y otras leyes
especiales.
4.- Ejecutar los acuerdos relacionados con la mujer, dictados por la Asamblea Plenaria y sus órganos, así
como las funciones que le otorgan esta y otras leyes especiales.
La Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras para su funcionamiento nombrará de su seno un Directorio
Nacional, que estará integrado por un presidente o una presidenta, un secretario o una secretaria y dos vocales;
todos ellos permanecerán en sus cargos un año. La Asamblea deberá integrar el Directorio Nacional al menos con
un cincuenta por ciento (50%) de mujeres. Todos los cargos del Directorio se desempeñarán ad honórem.
El Banco brindará el apoyo administrativo y logístico para la realización de las sesiones de la Asamblea.
Artículo 15.—La Junta Directiva Nacional estará integrada en la siguiente forma:
50
a) Tres directores nombrados por el Poder Ejecutivo, al menos uno de los cuales deberá ser una mujer.
b) Cuatro directores designados por la Asamblea de los Trabajadores y Trabajadoras y ratificados por el
Poder Ejecutivo, de los cuales al menos dos deberán ser mujeres.
El Poder Ejecutivo deberá integrar la Junta Directiva Nacional al menos con un cincuenta por ciento (50%) de
mujeres, y deberá existir alternabilidad entre hombres y mujeres.
La lista de directivos y directivas que designe la Asamblea de los Trabajadores y Trabajadoras deberá estar
integrada al menos por un cincuenta por ciento (50%) de mujeres."
"Artículo 21.—Para sustituir a los miembros o las miembras de la Junta Directiva durante sus ausencias
temporales o definitivas, cuando se elijan los directores propietarios o las directoras propietarias se nombrará,
además, a los respectivos suplentes para cada uno de los directores o las directoras a que se refiere este artículo.
El nombramiento de las personas que sustituyan en forma temporal o definitiva a los directores propietarios o
las directoras propietarias de la Junta Directiva Nacional, deberá hacerse en forma tal que garantice la integración de
al menos un cincuenta por ciento (50%) de mujeres."
"Artículo 31.—Los miembros y las miembras de las Juntas de Crédito Local serán nombrados o nombradas en
sus cargos por el término de dos años y podrán ser reelegidos o reelegidas. La conformación deberá hacerse
garantizando la integración de al menos un cincuenta por ciento (50%) de mujeres y deberá darse la alternabilidad
entre hombre y mujer.
En la primera sesión, la Junta de Crédito elegirá, por mayoría de votos, a un presidente o una presidenta y a
un vicepresidente o una vicepresidenta. La Junta de Crédito se reunirá en forma ordinaria por lo menos una vez a la
semana y, extraordinariamente, las veces que sea necesario. Sus miembros o miembras devengarán dietas y no se
les pagarán más de ocho sesiones por mes. Formarán el quórum dos directores o directoras y sus decisiones se
tomarán por simple mayoría. En caso de empate, se resolverá en una próxima sesión con el total de los miembros.
Además, a los miembros y las miembras de las Juntas de Crédito
Locales se les aplicarán las disposiciones contempladas en los artículos 20 y 21 de esta Ley."
c) Que las instancias - que son delegaciones de la Asamblea de cada uno de los sectores y movimientos de
trabajadores -, el Directorio Nacional, la Junta Directiva Nacional y las Juntas de Crédito Local deben estar
integradas con al menos un 50% de mujeres (informe autoridad recurrida y ley 8322).
d) Que el Directorio Nacional quedó integrado por cuatro miembros, a saber, una presidenta, un secretario y
dos vocales, de los cuales el 50% son mujeres: Presidente a la Licenciada Olga Quirós Mc Taggart (representante
del sector profesional); Secretario, al señor Rodolfo Azofeifa Cruz (representante del sector comunal), Vocal I a la
Licenciada Ana Isabel Solano Brenes (representante del sector cooperativo); y Vocal II al Licenciado Rafael
Matamoros Fallas (representante del sector Solidarista).(informe autoridad recurrida, folio 9).
e) Que la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras procedió a nombrar la lista de candidatos a considerar
por la Junta Directiva Nacional para ocupar un puesto en alguna de las Juntas Directivas de las sociedades
propiedad de la institución o en sus fiscalías, según lo dispuesto en el Reglamento para la Regulación de las
Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas (informe autoridad
recurrida, folio 9).
f) Que los artículos 3 y 7 del Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco
Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas dicen: “Artículo 3: De la integración de las Juntas
Directivas. La Junta Directiva de las Sociedades propiedad del Banco Popular estará integrada por cinco miembros,
salvo el de la Operadora de Pensiones, que se conformará con siete miembros, todos nombrados por la Junta
Directiva Nacional en su calidad de asamblea de accionistas de dichas empresas. En el caso de la Operadora de
Pensiones, dos miembros serán nombrados de
conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores; en las demás Sociedades,
un miembro será nombrado de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores. En
todos los casos esa Asamblea determinará el procedimiento por seguir para formular las propuestas. Los restantes
Directores serán nombrados del seno de la Junta Directiva Nacional, procurando una participación equilibrada entre
los representantes de la Asamblea de Trabajadores y del Poder Ejecutivo. Artículo 7: De la fiscalía. La vigilancia de
cada Sociedad Anónima corresponderá a un fiscal, nombrado por la Junta Directiva Nacional de conformidad con la
propuestas que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores. En todos los casos esa Asamblea determinará el
procedimiento por seguir para formular las propuestas. Los informes del fiscal, que de conformidad con el Código
de Comercio deberán ser conocidos por la Asamblea de Accionistas, deberán ser remitidos por la Junta Directiva
51
Nacional a la Asamblea de Trabajadores como parte del informe al que se refiere el artículo 14 bis ch de la Ley
Orgánica del Banco Popular y de Desarrollo Comunal”.
g) Que en el proceso de designación de los 10 candidatos representantes de la Asamblea de Trabajadores
para la integración de las Juntas Directivas y las fiscalías de las sociedades propiedad del Banco Popular, que se
llevó a cabo en la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores, celebrada el 9 de agosto del
2003, se nombró un tribunal electoral para dirigir la elección del Directorio Nacional y luego la elección de los 10
representantes para las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades (informe autoridad recurrida, folio 23)
h) Que el Plenario de la asamblea definió por mayoría de votos que tanto el proceso de elección del Directorio
Nacional como de los candidatos a ocupar un puesto en las Juntas Directivas y Fiscalías de las Sociedades, se
realizará por medio de papeletas; en razón de lo cual el Tribunal solicitó al plenario la presentación de papeletas para
proceder con el nombramiento de los 10 candidatos. (Informe autoridad recurrida, folio 23).
i) Que a la mesa del Tribunal Electoral solo se hizo llegar una papeleta que fue sometida a votación resultando
con 101 votos a favor y 39 votos en contra, declarándose ganadora (informe autoridad recurrida, folio 23).
j) Que los recurrentes como miembros de la Asamblea de Trabajadores se encontraban legitimados para
presentar a la mesa principal el número de papeletas que tuvieran a bien, con la participación de todos o algunos de
los sectores, conformada por hombres o/y mujeres y someterlas a votación en los mismos términos y condiciones en
que fue sometida la papeleta ganadora(informe autoridad recurrida, folio 23).
III. Hechos no probados : No se estiman demostrados los siguientes
resolución:
hechos de relevancia para esta
a) Que durante la asamblea el Comité de Vigilancia haya formulado una objeción al procedimiento a favor de
los sectores que representan los firmantes
de ese recurso; y que no haya sido tramitada.
IIV. Sobre el fondo. DE LA CUOTA DE REPRESENTACIÓN FEMENINA PAA LA DESIGNACIÓN DE
CANDIDATOS A LAS JUNTAS DIRECTIVAS DE LAS SOCIEDAD DEL BANCO POPULAR. Según los recurrentes
dentro del procedimiento de designación por parte de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras de 10
candidatos para ocupar cargos en las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas propiedad del Banco Popular y
de Desarrollo Comunal y sus Fiscalías, debió aplicarse las reglas de representación por sectores y cuota de
participación femenina que fija la Ley de Democratización de las instancias de Decisión del Banco Popular y de
Desarrollo Comunal, que es la número 8322 de 21 de octubre del 2002. De los hechos que se tienen por
demostrados y específicamente de lo dispuesto en la Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del
Banco Popular y de Desarrollo Comunal que reforma a la Ley Orgánica del Banco Popular, N° 4351 se desprende
que esa normativa garantiza la participación de la mujer en distintos órganos del Banco. Específicamente en los
artículos 14, 14 bis, 15, 21 y 31 se regula la integración de la asamblea propiamente dicha, de la Junta Directiva
Nacional del Banco y las Juntas de Crédito Local con un porcentaje mínimo de mujeres, pero nada dice de la
integración de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que son Popular Pensiones, Popular Fondos de
Inversión y Popular Valores. Aunado a lo anterior, del informe rendido bajo juramento por la autoridad recurrida se
tiene que para la integración de las Juntas Directivas de tales sociedades del Banco Popular, éstas deben adecuarse
a la normativa contenida en el Artículo 3: “De la integración de las Juntas Directivas” del Reglamento para la
Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas;
que nada dice sobre la cuota de participación de la mujer. Es con base en ese reglamento para la Regulación de las
Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas que en asamblea
realizada el sábado 9 de agosto del 2003, el Plenario eligió a los candidatos a representantes de la Asamblea ante
las Juntas Directivas de las tres sociedades anónimas que son propiedad del Banco Popular y de Desarrollo
Comunal, por lo que no se detecta la violación al principio democrático o de igualdad de género que acusan los
recurrentes y procede declarar sin lugar la acción en cuanto a tal extremo.
V. DEL MECANISMO DE LA PAPELETA UTILIZADO PARA LA DESIGNACIÓN DE LOS CANDIDATOS A
LOS PUESTOS DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS .- Del informe rendido bajo juramento por la autoridad recurrida, este
Tribunal tiene por demostrado que fue el plenario de la Asamblea el que definió por mayoría de votos de los
presentes, que tanto el proceso de elección del Directorio Nacional, como de los candidatos a ocupar un puesto en
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las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades, se realizaría por medio de papeletas (folio 23). Como
consecuencia del mecanismo escogido, el tribunal electoral solicitó al plenario la presentación de papeletas para
proceder al nombramiento siendo que a la mesa principal solo se hizo llegar una papeleta que fue la única sometida
a votación, resultado con 101 votos a favor y 39 votos en contra; situación que no resulta violatoria del principio
democrático como alegan los recurrentes, sino que es un mecanismo de elección adoptado por mayoría de los
participantes en una situación en que todos los miembros de la asamblea tuvieron la posibilidad de participar en
igualdad de condiciones, presentar su fórmula de candidatos, por lo que debe desestimarse el recurso en cuanto a
tal extremo; no sin antes señalar que el procedimiento para la designación de los 10 candidatos de la Asamblea de
Trabajadores, para los puestos de elección de las sociedades anónimas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal,
se llevó a cabo a través de un procedimiento idóneo para la integración de las juntas directivas de esas sociedades
y donde todos los delegados, hombres o mujeres, tuvieron la misma posibilidad de formar papeletas y así resultar
electas. En la asamblea comentada, los recurrentes decidieron no postularse a través del mecanismo de elección
de papeleta escogido, ni sometieron sus nombres a participar y fue precisamente esta omisión la que evitó la
posibilidad de que hubieran podido ser elegidos y elegidas para los cargos que ahora reclaman. Finalmente del
análisis del Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo
Comunal que establece el mecanismo para integrar las Juntas Directivas, no se desprende que las Juntas
Directivas deban estar integradas por miembros de algún sector específico, como dicen los recurrentes, sino que el
artículo 3 dispone que los miembros son todos nombrados por la Junta Directiva Nacional, en su calidad de
asamblea de accionistas de dichas empresas y que en el caso de la operadora de Pensiones, dos miembros serán
nombrados de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores; en las demás
sociedades, un miembro será nombrado de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de
Trabajadores y en todos los casos esa Asamblea determinará el procedimiento por seguir para formular las
propuestas. Añade el citado artículo 3° que los restantes directores serán nombrados del seno de la Junta
Directiva Nacional, procurando una participación equilibrada entre los representantes de la Asamblea de
Trabajadores y del Poder Ejecutivo. Desde esta perspectiva, no se detecta lesión alguna a los derechos
fundamentales que los recurrentes reclaman como afectados y procede declarar sin lugar el recurso en todos sus
extremos.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A.
Rosa María Abdelnour G.
Fabián Volio E.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 10482 – 05
Partes
Caso
Tomaza Palacios vs Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACOOP )
La recurrente participó en representación de la Cooperativa de Producción Agrícola de
Mujeres de Golfito ( COOPEREINA R.L) como candidata a la Asamblea Sectorial del
Sector Agrícola convocada por el Consejo Nacional de Cooperativas. En la Asamblea de
las Cooperativas Agrícolas Industriales únicamente participaron 5 mujeres de 34
asambleístas, una de ellas resultó electa dentro de los 10 representantes. Acude la
recurrente a esta jurisdicción porque a su juicio el modo en que el Consejo Nacional de
53
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Cooperativas dispuso la integración de la Asamblea Sectorial Agrícola, es discriminatorio
toda vez que en la misma no nombró mujeres en el número proporcional a la conformación
total de la Asamblea según lo establecido en la Ley de Promoción de la Igualdad Social de
la Mujer.
Artículo 33 de la Constitución Política
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
Artículo 5 de la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer
Para exigir un trato igualitario se debe estar en la misma condición y situación que la otra
persona.
El Consejo Nacional de Cooperativas es un ente público no estatal integrado por
delegados del sector cooperativo, no consiste en un partido político por lo que no es
posible aplicar la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer. Este Consejo se
integra mediante el procedimiento establecido en el artículo 139 de la Ley de Asociaciones
Cooperativas.
No existe violación alguna al derecho de igualdad de la recurrente, dado que no se hizo un
trato discriminatorio, al no haber existido un tratamiento desigual a partir de situaciones
iguales.
La designación de los diez representantes propietarios y los tres suplentes se realizó de
conformidad al procedimiento establecido en la Ley de Asociaciones Cooperativas.
Asimismo, no existe norma jurídica que indique la cantidad de hombres o de mujeres que
deben de ocupar estos cargos, cada cooperativa envía a su representante ya sea hombre
o mujer.
De las normas que establecen compromisos para que las autoridades públicas y partidos
políticos tomen medidas tendentes a garantizar la participación femenina no puede
derivarse un derecho fundamental para que se nombre un porcentaje significativo de
mujeres en todos los cargos.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Clase de asunto:
10482
2005
05-005693-0007-CO
Sala Constitucional
12/08/2005
11:36:00 AM
De Fondo
Recurso de amparo
Exp: 05-005693-0007-CO
Res. Nº 10482-2005
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con treinta y
seis minutos del doce de agosto de dos cinco.
Recurso de amparo interpuesto por Tomaza Palacios Martínez, mayor, portadora de la cédula de identidad
número 6-090-401, vecina de Golfito, contra el Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACOOP ).
Resultando:
54
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las ocho horas diez minutos del diecisiete de mayo del
2005, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACCOP ) y
manifiesta que el trece de mayo de este año participó en nombre de la Cooperativa Agrícola Coopereina RL , como
candidata a la Asamblea Sectorial del Sector Agrícola convocada por el órgano político de defensa a las
Cooperativas, Consejo Nacional de Cooperativas Coonacoop . En dicha Asamblea participaron treinta y cuatro
cooperativas de las cuales habían cuatro cooperativas agrícolas que tenían mujeres como delegadas. A la hora de la
elección había que escoger diez delegados propietarios y tres suplentes. Sin embargo, en dicha elección hubo
discriminación pues sólo se eligió a una mujer propietaria, cuando debieron elegir a cuatro, y de tres suplentes al
menos una tenía que ser mujer. Que en esta Asamblea Sectorial no se respetaron las leyes internacionales del
CEDAU , las cuales buscan erradicar todas las formas de discriminación de la mujer, lesionándose gravemente su
derecho a la no discriminación y principio de igualdad constitucionalmente garantizado a su favor. Solicita la
recurrente que se ordene la nulidad de la Asamblea Sectorial Agrícola por discriminación a la mujer.
2.- Informa bajo juramento Haris Regidor Beltrán en su condición de Presidente del Directorio del Consejo
Nacional de Cooperativas ( CONACOOP ) que el Consejo recurrido es un ente público no estatal por disposición
expresa del artículo 136 de la Ley de Asociaciones Cooperativas, No. 4179 y sus reformas y no es una agrupación
política, como lo afirma la recurrente para sustentar la aplicación del artículo 5 de la Ley de Promoción de la Igualdad
Real de la Mujer , pensando que dicha norma solo se aplica a los partidos políticos. La Asamblea se conforma de
acuerdo con lo que ordena la ley 4179 y sobre el nombramiento de delegados titulares y suplentes de la misma, el
CONACOOP no tiene participación alguna. Cada cooperativa del sector (empresa privada) interesadas en participar
en la Asamblea Sectorial , para el caso de cooperativas de producción agrícola e industrial, designan a sus
delegados. CONACOOP convoca la Asamblea , pero no interviene, ni puede hacerlo, en la designación de los
delegados. La integración del Consejo Nacional de Cooperativas se realiza de conformidad al procedimiento
establecido en el artículo 139 de la ley citada, el directorio de CONACOOP es el que convoca la Asamblea , pero no
tiene facultades para inducir o exigir de las cooperativas, que los delegados deben de ser hombres o mujeres. Las
cooperativas definen quienes son sus delegados, cada uno por separado, por lo que pueden ocurrir varias cosas:
que algunas cooperativas no designe delegados, o que designen solo hombres o solo mujeres o que designen
ambos. En el seno del Directorio de cinco miembros, dos son mujeres y se rechaza que en la Asamblea cuestionada
se haya incurrido en discriminación de la mujer, debido a que únicamente participaron cinco mujeres, de treinta y
cuatro asambleístas, una de las cuales resultó electa dentro de los diez representantes. Además, en dicha Asamblea
solo se postularon dos de las cinco mujeres presentes, aunque bien pudieron postularse todas ellas.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Molina Quesada; y,
Considerando:
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos:
a) El 13 de mayo de 2005 la recurrente participó en representación de la Cooperativa de Producción Agrícola
de Mujeres de Golfito ( COOPEREINA R.L .) como candidata a la Asamblea Sectorial del Sector Agrícola convocada
por el Consejo Nacional de Cooperativas (copia de la credencial visible a folio 2 )
b) En la Asamblea de las Cooperativas Agrícolas Industriales celebrada el 13 de mayo únicamente
participaron cinco mujeres de treinta y cuatro asambleístas, una de ellas resultó electa dentro de los diez
representantes (informe de la autoridad recurrida visible a folio 19)
II .- Hecho no probado. De relevancia para resolver este recurso no se tiene por demostrado que la recurrente
haya sido objeto de discriminación por razón de ser mujer.
III .- Objeto del recurso. Acude la recurrente a esta jurisdicción porque a su juicio el modo en que el Consejo
Nacional de Cooperativas dispuso la integración de la Asamblea Sectorial Agrícola, lesiona el derecho de igualdad
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contenido en el artículo 33 constitucional, e infringe lo dispuesto en la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la Mujer y la Convención Americana de los Derechos Humanos, toda vez que en las
mismas no nombró mujeres en el número proporcional a la conformación total de la Asamblea.
IV .- Sobre el fondo. Históricamente, la mujer ha sido objeto de discriminación en diferentes ámbitos de la
sociedad - laboral, económico, político, cultural, legal, etc -, siendo relegada en la determinación, adopción y
ejecución de aquellas medidas de orden general, tendientes al desarrollo del grupo humano que integran. En este
sentido, la comunidad internacional ha reafirmado en diversos instrumentos internacionales el principio de no
discriminación, al proclamar que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos,
reconociendo a todos derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, sin distinción de raza, color,
sexo, religión, opinión política o de cualquier otro tipo (Artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y artículo 1 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos). Igual relevancia reviste la adopción
por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer, con el objeto de erradicar la discriminación contra la mujer y promocionar la
participación de ésta en la vida política, social, cultural y económica de su país, en igualdad de condiciones que el
hombre, en procura de que asuma un papel protagónico en aquellas actividades que históricamente le han sido
vedadas o limitadas de alguna forma. Ejemplo de lo anterior, es lo establecido en el artículo 7 de esa Convención, en
cuanto a la participación de la mujer en la actividad política y pública de su país:
" Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en
la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán, en igualdad de condiciones con los hombres, el
derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegible para todos los organismos cuyos
miembros sean objeto de elecciones públicas.
b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos
públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales.
c) Participar en organizaciones y asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política
del país.
De la misma manera y como parte del compromiso adquirido por el Estado Costarricense de adoptar la
medidas tendientes a erradicar la discriminación de la mujer y promover su participación activa en diferentes ámbitos
de la sociedad, conforme lo dispuesto en la citada Convención, el legislador mediante ley número 7142 del dos de
marzo de mil novecientos noventa - Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer -, incorporó al ordenamiento
jurídico patrio aquellos principios que la inspiraron. En este sentido, el artículo 1 de la ley anteriormente indicada
dispone lo siguiente:
" ARTICULO 1.- Es obligación del Estado promover y garantizar la igualdad de derechos entre hombres y
mujeres en los campos político, económico, social y cultural. "
En cuanto a los derechos políticos de la mujer y sus derechos para ejercer cargos públicos, el artículo 5 de la
ley precitada dispone:
" ARTICULO 5.- Los partidos políticos incluirán en sus estatutos, mecanismos eficaces que promuevan y
aseguren la participación efectiva de la mujer en los procesos eleccionarios internos, en los órganos directores del
partido y en las papeletas electorales. Asimismo, los estatutos a que se refiere el párrafo anterior, deberán contener
mecanismos eficaces que aseguren el nombramiento de un porcentaje significativo de mujeres en los viceministerios
, oficialías mayores, direcciones generales de órganos estatales, así como en juntas directivas, presidencias
ejecutivas, gerencias o subgerencias de instituciones descentralizadas."
V.- Sobre el derecho a la igualdad. Sobre el particular, la jurisprudencia de este Tribunal es abundante y ha
dejado claro a lo largo de los pronunciamientos, que el derecho de igualdad no es tratar a todos por igual, sino "a
iguales como a iguales y a desiguales como desiguales"; en otras palabras, para exigir un trato igualitario se debe
estar en la misma condición y situación que la otra persona. Al respecto, esta Sala en el voto No. 716-98 de las
11:51 hrs., del 6 de febrero de 1998, estableció:
“ Desigualdad, puede existir en diversos planos de la vida social y aún cuando ello no es deseable, su
corrección resulta muchas veces menos complicada. Pero cuando de lo que se trata es de una discriminación, sus
consecuencias son mucho más graves y ya su corrección no resulta tan fácil, puesto que muchas veces responde a
56
una condición sistemática del status quo (...) En términos generales discriminar es diferenciar en perjuicio de los
derechos y la dignidad de un ser humano o grupo de ellos ”.
VI.- En el presente asunto la recurrente alega que en la Asamblea Sectorial de Producción Agrícola e
Industrial del Consejo Nacional de Cooperativa se escogió únicamente a una mujer como delegada propietaria y los
nueve restantes fueron hombres, por lo que se omitió tomar en consideración lo establecido en la Ley de Promoción
de la Igualdad Social de la Muje r con relación al porcentaje de puestos que debe ocupar la mujer en este tipo de
asociaciones.
El Consejo Nacional de Cooperativas es un ente público no estatal integrado por delegados del sector
cooperativo que elige a los representantes del movimiento en la Junta Directiva del Instituto Nacional de Fomento
Cooperativo, no consiste en un partido político por lo que no es posible aplicar el contenido del artículo 5 de la Ley de
Promoción de la Igualdad Social de la Mujer , como lo pretende la recurrente. Este Consejo se integra mediante el
procedimiento establecido en el artículo 139 de la Ley de Asociaciones Cooperativas, en el cual el Presidente del
Consejo convoca a las cooperativas para cada una de las tres asambleas de los diferentes sectores y para ello, cada
cooperativa envía a un delegado que tendrá derecho a un voto para elegir a los diez representantes.
En el caso bajo examen, la Sala considera que no existe violación alguna al derecho de igualdad de la
recurrente, dado que no se hizo un trato discriminatorio, al no haber existido un tratamiento desigual a partir de
situaciones iguales. En otros términos, la recurrida -bajo fe de juramento- señala que la designación de los diez
representantes propietarios y los tres suplentes se realizó de conformidad al procedimiento establecido en la Ley de
Asociaciones Cooperativas y la participación del Presidente del Consejo recurrido consistio únicamente en la
convocatoria a las cooperativas para asistir a las asambleas, donde cada delegado tiene derecho a un voto para la
elección de sus representates . Asimismo, no existe norma jurídica que indique la cantidad de hombres o de mujeres
que deben de ocupar estos cargos y como lo indica la autoridad recurrida, cada cooperativa envía a su representante
ya sea hombre o mujer, por lo que cada cooperativa tiene la potestad de elegir conforme su mejor parecer, al
representante para la Asamblea , independientemente del sexo. Debe tomarse en consideración que este tipo de
elecciones, se realiza con base a una potestad típicamente discrecional de los delegados cuyos únicos límites son
las reglas unívocas de la ciencia y la técnica, los principios de razonabilidad , justicia y equidad.
En consecuencia, no encuentra este Tribunal, discriminación alguna cometida contra la recurrente con
fundamento en la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer , dado que por un lado, no existe ley alguna
que estipule de manera concreta la aplicación de porcentajes obligatorios de escogencia para mujeres, ya que lo
anterior es únicamente aplicable en lo referido a puestos de elección popular -situación no comprendida en el caso
bajo examen- y de otra parte, según consta lo indicado por el Concejo recurrido, en dicha Asamblea participaron
cinco mujeres, de treinta y cuatro asambleístas y únicamente se postularon dos de ellas, una de las cuales resultó
electa dentro de los diez representantes; lo cual esta Sala no encuentra discriminación alguna o perjuicio al derecho
de igualdad para con el genero de la recurrente, ya que ese acto no se gestó como resultado de una tendencia
discriminatoria, ni se adoptó con ocasión de preferir a un hombre en demérito de una mujer.
Las obligaciones convencionales y legales discutidas consagran, por una parte, el derecho a la no
discriminación y, por otra, establecen compromisos para que las autoridades públicas y los partidos políticos tomen
medidas tendentes a garantizar la participación femenina; pero de tales normas no puede derivarse un derecho
fundamental, tutelable en esta vía, para que se nombre un porcentaje significativo de mujeres en todos los cargos.
En virtud de lo anterior, lo procedente es declarar sin lugar el recurso.
Por tanto
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
José Luis Molina Q.
Teresita Rodríguez A
57
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 14806 – 05
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Mayra Mora vs el Presidente Ejecutivo, el Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y el
Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos, todos funcionarios del INA.
La Unidad Coordinadora de Gestión Compartida del INA la escogió para ocupar el puesto
de Formador para el Trabajo 4, después de participar en el concurso interno respectivo
con base en los resultados de las pruebas, la experiencia laboral, perfil profesional y
competencias técnicas.
A pesar de esto, Presidente Ejecutivo de la Muncipalidad de San José resolvió nombrar a
un hombre de apellido Bermúdez en dicho puesto.
Artículo 33 de la Constitución Política
La recurrente solamente fue propuesta para el puesto. Es el presidente Ejecutivo del INA
quien aprueba todo movimiento de personal. La Unidad Coordinadora sólo escoge de la
lista presentada por la Oficina de Recursos Humanos pero no nombra.
El Sr. Sergio Bermudez fue el primer lugar en la terna respectiva de la cual participó la
Sra. Mora.
El presidente ejecutivo goza de discrecionalidad en la elección de uno de los candidatos
que integran la terna, la cual –a su vez– limita esta discrecionalidad, en el sentido de que
no puede nombrar a una persona que no forme parte de ella.
El Tribunal rechaza que a la recurrente haya sido víctima de discriminación, dado que la
escogencia impugnada se hizo dentro de los parámetros de legalidad y por parte del
órgano competente -Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje-. No se
constata ninguna lesión.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
14806
2005
05-008069-0007-CO
Sala Constitucional
28/10/2005
10:41:00 AM
De Fondo
Rodríguez Arroyo Teresita
Recurso de amparo
Exp: 05-008069-0007-CO
Res. Nº 2005-014806
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas con cuarenta
y un minutos del veintiocho de octubre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por Mayra Mora Chinchilla,
cédula de identidad número 1-600-356, contra el Presidente Ejecutivo, el Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y
el Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos, todos funcionarios del Instituto Nacional de
Aprendizaje.
58
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas cincuenta y seis minutos del veintiuno de
febrero del dos mil cinco, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Presidente Ejecutivo, el Jefe de la
Unidad de Recursos Humanos y el Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos, todos funcionarios
del Instituto Nacional de Aprendizaje en el cuál manifiesta que participó en el concurso interno número 01-2004,
promovido para designar el puesto en propiedad de "Formador para el Trabajo 4". Explica que como resultado, la
gestora de la Unidad Coordinadora de Gestión Compartida del Instituto Nacional de Aprendizaje, según oficio
número GC-201-04 del veintiséis de julio del dos mil cuatro y GC-355-2004 del veintinueve de noviembre del dos mil
cuatro, se le escogió para ocupar el puesto número 300598 -Formador para el Trabajo 4-, considerando para ello los
resultados de las pruebas, la experiencia laboral, perfil profesional y competencias técnicas. Aduce que por oficio
número PE-016-2005 del doce de enero del dos mil cinco, suscrito por el Presidente Ejecutivo de la Municipalidad de
San José, resolvió nombrar a Sergio Bermúdez Vives en dicho puesto, a pesar de que a ella ya se le había
designado de manera definitiva en el mismo, lo cual implica, que se dejó sin efecto un acto declarativo de derechos
sin que de previo se le concediera la oportunidad de proveer su defensa, con el agravante de que a su juicio se ha
dado una discriminación por género, pues se le ha sustituido por un hombre. Considera que tal situación lesiona los
artículos 11, 39 y 41 de la Constitución Política. Solicita la recurrente se declare con lugar el recurso.
2.- Informa bajo juramento Róger Carvajal Bonilla, Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje,
Carlos Chacón Retana, Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y Timoteo Fallas García, Encargado del Proceso
de Dotación de la Unidad de Recursos Humanos (folio 39), que la accionante participó en le concurso interno número
01-2004 para designar el puesto en propiedad de Formador de Trabajo 4, encargado de la Unidad de Formación
Dual y Centros Colaboradores. Que la decisión de nombrar a un funcionario recae en el Presidente Ejecutivo de la
Institución, quién tiene la responsabilidad de analizar y verificar la propuesta para su rechazo o aprobación, esto de
conformidad con el artículo 9 inciso a) de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Aprendizaje en concordancia con
el artículo 39 de su Reglamento. Efectivamente a través del oficio PE-016-2005 el Presidente Ejecutivo nombró al
señor Sergio Bermudez Vives en el puesto correspondiente a la clave 300598 de Formador para el Trabajo 4, como
encargado de la Unidad de Formación Dual y Centros Colaboradores en razón de haber obtenido la calificación más
alta en relación con los otros integrantes de la terna, por lo que no existió ningún nombramiento a la accionante.
Rechazan que se haya dado cualquier situación de discriminación por género dado que se ha demostrado la
existencia de un procedimiento avalado por Servicio Civil, mediante el cuál se comprobó la idoneidad de cada
participante, de acuerdo a las calificaciones obtenidas según las pruebas y exámenes permitidos legalmente
aplicados en el concurso, a través de los cuales se comprobó el cumplimiento de los requisitos solicitados para
conformar la nómina respectiva. Aducen que la amparable no tenía derechos adquiridos sobre la plaza en cuestión,
ya que, la misma no ha sido otorgada mediante la emisión de una decisión administrativa respaldada con una acción
de personal, documento que da validez a todo acto firme y eficaz de nombramiento, instrumento que muestra que
tanto la Administración Superior como la Dirección General de Servicio Civil han respaldado un nombramiento. Por
oficio PDRH-1878-2004 se le comunica la calificación obtenida en el concurso a la accionante y por oficio PDRH0136-2005 se le informa que no fue escogida en la nómina de candidatos 016-04. Mencionan que Sergio Bermudez
Vives fue ascendido en propiedad en el puesto en cuestión, promedio 90.25%, formando parte de la terna 16-04
Mayra Mora Chinchilla, promedio 79.85% y Jessenia Bolaños Rodríguez, promedio 89.48, al ser los tres primeros
lugares del registro para esta clase de puesto. Solicitan que se desestime el recurso planteado.
3.- A folio 487 aparece escrito presentado por Lic. Carlos Chacón Retana, Jefe de la Unidad de Recursos
Humanos del Instituto Nacional de Aprendijaje, en el cuál indica que por resolución 9277-05 la Sala declaro sin lugar
el recurso incoado por una funcionaria del Instituto Nacional de Aprendizaje, la cuál cuestionaba la misma situación
en estudio.
4.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado
Rodriguez Arroyo ; y,
Considerando:
59
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos:
a) Que la accionante participó en el concurso interno número 01-2004, promovido para designar el puesto en
propiedad de "Formador para el Trabajo 4"(folio 12);
b) Según oficio GC-355-2004 del veintinueve de noviembre del dos mil cuatro la Gestora de la Unidad Gestión
Compartida del Instituto Nacional de Aprendizaje comunica al Encargado del Proceso de Dotación de Recursos
Humanos que escogió para ocupar el puesto número 300598 -Formador para el Trabajo 4 a la accionante (folio 28);
c) Por oficio número PE-016-2005 del doce de enero del dos mil cinco, el Presidente Ejecutivo de la
Municipalidad de San José, resolvió nombrar a Sergio Bermúdez Vives en el puesto número 300598 -Formador para
el Trabajo 4 (folio 58)
II.- Del análisis de los elementos probatorios esta Sala descarta la lesión a los derechos de la accionante. Se
observa que la recurrente solamente fue propuesta para el puesto de marras, siendo que, la misma debía ser
estudiada para su aprobación por el Presidente Ejecutivo del INA, a quien compete la aprobación de todo
movimiento de personal dentro de la Institución, por lo que, las jefaturas de los servidores que ocuparán los puestos
sujetos a concurso les corresponde efectuar la escogencia para el ascenso en propiedad de la nómina de candidatos
que le presente la Oficina de Recursos Humanos, no su nombramiento. En la especie, consta que el acto válido y
eficaz de nombramiento recayó en el servidor Sergio Bermudez Vives, quien ocupó el primer lugar en la
ternarespectiva, en la que participó conjuntamente con la amparada y otra persona más. Conviene reiterar, en
cuanto a este tema, que la Sala ha reconocido que en un procedimiento concursal el órgano que ostenta la
competencia para realizar un nombramiento goza de discrecionalidad en la elección de uno de los candidatos que
integran la terna, la cual –a su vez– limita esta discrecionalidad, en el sentido de que no puede nombrar a una
persona que no forme parte de ella. En ese sentido, se estableció en la sentencia 6448-94 de las diecisiete horas
cincuenta y siete minutos de dos de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro lo siguiente: “En lo tocante al
tema de los concursos de antecedentes, la tutela constitucional se agota, según lo ha sostenido esta Sala, con el
derecho de participación igualitaria que tienen los oferentes para integrar la nómina o terna respectiva -el que se
reconoció al promovente en este caso-, ya que, una vez confeccionada ésta, con lo que cuenta el interesado es una
simple expectativa a ocupar el cargo para el que opta, de manera que, no corresponde revisar en esta sede la
decisión que los órganos tomen sobre el particular, en ejercicio de las facultades discrecionales con que cuentan
para ello". (En igual sentido ver la sentencia número 2001-07727 de las once horas del cuatro de julio de dos mil
uno).
III.- En cuanto a la alegada discriminación que acusa la accionante, este Tribunal rechaza que a la recurrente
haya sido víctima de discriminación, dado que la escogencia impugnada se hizo dentro de los parámetros de
legalidad y por parte del órgano competente -Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje-. En mérito
de lo expuesto, al no constatarse ninguna lesión constitución se impone la desestimatoria de este recurso como en
efecto se procede.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C.
José Luis Molina Q.
Teresita Rodríguez A.
Rosa María Abdelnour G.
60
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 4939 – 08
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Rodolfo Rodríguez vs Instituto Nacional de Seguros
El recurrente manifiesta que existe una discriminación por razón al sexo entre las
personas que solicitan el pago de indemnizaciones por exposición al Nemagón, hecho
ocurrido en las plantaciones de la Zona Atlántica en los años setenta. Considera
humillante y traumático tener que someterse a las pruebas de esperma mientras que a las
mujeres supuestamente afectadas por el mismo químico han presentado solicitudes de
indemnizaciones y sus gestiones han sido aceptadas y resueltas favorablemente, tan solo
con aparecer en los referidos registros, admitiéndolos como única prueba para sus pagos.
El Instituto Nacional de Seguros tiene toda la documentación desde hace cinco años, pero
no ha tramitado las indemnizaciones respectivas
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130
Del informe rendido por la Coordinadora de la Oficina Operativa de Afectados por el
Nemagón se extrae que no es cierto que exista discriminación en el trato de los
solicitantes de indemnización en razón de su sexo, pues el exámen de espermograma que
reclama el recurrente, es un imperativo del artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130 y que en lo
relativo a la falta de examen para las mujeres extrabajadoras no surge de la voluntad
administrativa, sino que también es una disposición de carácter legislativo.
En lo que se refiere a la falta de tramitación, se infiere que no es cierto, pues el
espermograma se le realizó el 04/04/07 en el Hospital San Juan de Dios. La Comisión
Técnico Médica del INS determinó que el reporte de la CCSS estaba incompleto, por lo
cual lo remitió a dicha entidad para su ampliación y a la fecha no se tiene respuesta Así las
cosas, este Tribunal no encuentra que la gestión del recurrente no haya sido atendida,
además no se extrae que los criterios técnicos utilizados para atender las solicitudes de
indemnización tanto por los hombres como las mujeres, resulta ser antojadiza o arbitraria,
sino más bien actuación generales apegadas al Ordenamiento Jurídico.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
04939
2008
08-003960-0007-CO
Sala Constitucional
01/04/2008
6:11:00 PM
De Fondo
Mora Mora Luis Paulino
Recurso de amparo
Exp: 08-003960-0007-CO
Res. Nº 2008-004939
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciocho horas y once
minutos del uno de abril del dos mil ocho.
61
Recurso de amparo interpuesto por Rodolfo Rodríguez Alvarado, mayor, portador de la cédula de identidad 7052-1300, contra el Instituto Nacional de Seguros.
Resultando:
1 .- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas cuarenta y siete minutos del veintiocho de
febrero del dos mil ocho, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Instituto Nacional de Seguros y
manifiesta que existe una discriminación por razón al sexo entre las personas que solicitan el pago de
indemnizaciones por exposición al Nemagón, hecho ocurrido en las plantaciones de la Zona Atlántica en los años
setenta. Los afectados sufren esterilización, malformaciones, proles con deformaciones y otros padecimientos. El
registro del Seguro Social demuestra que él laboraba para esas empresas en esos años, y el Instituto Nacional de
Seguros tiene toda la documentación desde hace cinco años, pero no ha tramitado las indemnizaciones respectivas.
Considera humillante y traumático tener que someterse a las pruebas de esperma. Las mujeres supuestamente
afectadas por el mismo químico han presentado solicitudes de indemnizaciones y sus gestiones han sido aceptadas
y resueltas favorablemente, tan solo con aparecer en los referidos registros, admitiéndolos como única prueba para
sus pagos. En cambio, a los hombres se les exige estudios y pruebas de esperma. Considera violentado el derecho
a la igualdad por el referido trato desigual. Solicita que se elimine la vergonzosa prueba y se les de trato igual que a
las mujeres.
2 .- Informa bajo juramento Ivannyha Thompson Lara en su calidad de Coordinadora de la Oficina Operativa
de Afectados por el Nemagón (folio 7), que no es cierto que exista discriminación en el trato de los solicitantes de
indemnización como afectado por el Nemagón en razón de su sexo. Afirma que su actuación en el procedimiento se
reduce a recibir solicitudes y trasladarlas para su decisión a la Unidad Ejecutora Técnica de Afectados por el
Nemagón, órgano competente según artículo 1 de la Ley 8130 y Decreto Ejecutivo 28530 del dos de marzo del dos
mil. Además menciona que el exámen de espermograma por el que se muestra inconforme el recurrente, es un
imperativo del artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130. Aduce que en el caso que nos ocupa al recurrente se le practicó el
examen de espermograma, el cual dio como resultado un estándar mayor al establecido para ser sujeto de
indemnización, pues la muestra arrojó 59 millones de espermatozoides por mililitro, lo que supera el parámetro de
20 millones establecido por la Unidad Ejecutora Técnica. En lo que se refiere a la falta de tramitación o respuesta a
su gestión, indica que no es cierto, pues el espermograma se le realizó el tres de abril del dos mil siete en el Hospital
San Juan de Dios, cuyo resultado fue recibido por su representada el nueve de noviembre de ese año y elevado a la
Comisión Técnico Médica del Instituto Nacional de Seguros, la cual determinó que el reporte de la Caja
Costarricense del Seguro Social estaba incompleto, por lo cual mediante oficio UT-014-2008 del veinticuatro de
enero del dos mil ocho, la Oficina Técnica Operativa que dirijo lo remitió a dicha entidad para su ampliación y a la
fecha no se tiene respuesta. Por las razones expuestas, puede observarse que el trabajador ha estado informado del
curso del proceso.
3 .- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Araya García ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso. El recurrente manifiesta que existe una discriminación por razón al sexo entre las
personas que solicitan el pago de indemnizaciones por exposición al Nemagón, hecho ocurrido en las plantaciones
de la Zona Atlántica en los años setenta. Considera humillante y traumático tener que someterse a las pruebas de
esperma mientras que a las mujeres supuestamente afectadas por el mismo químico han presentado solicitudes de
indemnizaciones y sus gestiones han sido aceptadas y resueltas favorablemente, tan solo con aparecer en los
referidos registros, admitiéndolos como única prueba para sus pagos.
II .- Sobre el fondo. Del informe rendido bajo juramento por la Coordinadora de la Oficina Operativa de
Afectados por el Nemagón se extrae que no es cierto que exista discriminación en el trato de los solicitantes de
62
indemnización como afectado por el Nemagón en razón de su sexo, pues el exámen de espermograma que reclama
el recurrente, es un imperativo del artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130 y que en lo relativo a la falta de examen para
las mujeres extrabajadoras no surge de la voluntad administrativa, sino que también es una disposición de carácter
legislativo según puede verse de la cita legal menciona que señala: “… A las mujere extrabajadoras y trabajadoras,
las indemnizaciones se les reconocerán con base en criterios técnico-médico fundamentados en la propuesta de la
Comisión Médica del Instituto Nacional de Seguros que estableció el pago de acuerdo con lo años de exposición al
DBCP…” . En lo que se refiere a la falta de tramitación o respuesta a su gestión, se infiere que no es cierto, pues el
espermograma se le realizó el tres de abril del dos mil siete en el Hospital San Juan de Dios, cuyo resultado fue
recibido por su representada el nueve de noviembre de ese año y elevado a la Comisión Técnico Médica del Instituto
Nacional de Seguros, la cual determinó que el reporte de la Caja Costarricense del Seguro Social estaba incompleto,
por lo cual mediante oficio UT- 014-2008 del veinticuatro de enero del dos mil ocho, la Oficina Técnica Operativa que
dirijo lo remitió a dicha entidad para su ampliación y a la fecha no se tiene respuesta Así las cosas, este Tribunal no
encuentra que la gestión del recurrente no haya sido atendida, además no se extrae que los criterios técnicos
utilizados para atender las solicitudes de indemnización tanto por los hombres como las mujeres, resulta ser
antojadiza o arbitraria, sino más bien actuación generales apegadas al Ordenamiento Jurídico. Por lo expuesto, este
Tribunal no logra acredita con las actuaciones impugnadas ninguna lesión a los derechos fundamentales del
recurrente por lo que el recurso debe desestimarse.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Federico Sosto L. Presidente a.i.
Teresita Rodríguez A.
Rosa María Abdelnour G.
Horacio González Q.
Marta María Vinocour F.
Roxana Salazar C.
Jorge Araya G.
63
Discriminación por Embarazo
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 6164-04
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Jacqueline Benavides vs Administrador de la Dirección Nacional de Cáncer.
La recurrente, secretaria ejecutiva interina en la DNC de CCSS, no obtuvo la elegibilidad
en el concurso en el que participó y por esa razón no puede ser nombrada como secretaria
porque no reúne los requisitos para ello. El Administrador de la Dirección Nacional del
Cáncer le comunicó a la recurrente el 03/10/03 que su nombramiento como secretaria
ejecutiva de esa Dirección quedaba suspendido en vista de que no resultó elegible para el
puesto de oficinista. El 06/10/03 la recurrente le comunicó al Administrador de esa
Dirección que tiene un embarazo de dieciocho semanas.
Artículo 33 de la Constitución Política.
En sentencia número 08974-98 la Sala indicó: "… Lo que prohíbe el Código de Trabajo (en
sus artículos 94 y 94 bis) es el despido de la empleada embarazada con motivo de su
especial estado, escamoteando la protección que para ella y su niño acarrea la licencia por
maternidad. Ello no significa, sin embargo, que el fuero de inamovilidad de la servidora sea
inflexible...” El despido de una mujer embarazada sería arbitrario y lesivo de sus derechos
en la medida en que exista una relación de causa–efecto entre el embarazo y el motivo del
despido.
En el caso concreto, se constata que la recurrente fue nombrada interinamente en un
momento de necesidad institucional a pesar de que no había cumplido con el proceso de
selección exigido para cualquier nombramiento en la Administración. Posteriormente, se
sometió a ese proceso y una vez concluido el mismo se constató que no obtuvo la
elegibilidad por lo cual se hizo la comunicación respectiva a fin de que no se le realizara
más nombramientos en vista de que no cumplía requisitos para desempeñarse en el
puesto de oficinista ni mucho menos en el de secretaria ejecutiva.
Debe aclararse a la recurrente que su estado de embarazo o el hecho de haber estado
nombrada durante un tiempo determinado en un puesto, no genera un derecho a su favor
para continuar nombrada en ese puesto de manera interina o para que se le nombre en
propiedad pues ello depende de otras circunstancias y si en el caso concreto, la recurrente
no reúne las condiciones de idoneidad necesarias para desempeñarse en el puesto, el
cese de su nombramiento por tal razón, no es, en criterio de la Sala, discriminatorio,
arbitrario, intempestivo o violatorio de sus derechos fundamentales.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
06164
2004
03-010639-0007-CO
Sala Constitucional
04/06/2004
10:03:00 AM
64
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Rodríguez Arroyo Teresita
Clase de asunto: Recurso de amparo
Exp: 03-010639-0007-CO
Res: 2004-06164
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas con tres
minutos del cuatro de junio del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por Jacqueline Benavides Herrera,
mayor, soltera, vecina de San José, portadora de la cédula de identidad número 1-796-760, Secretaria Ejecutiva de
la Dirección Nacional de Cáncer de la Caja Costarricense del Seguro Social; contra el Administrador de la Dirección
Nacional de Cáncer. Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas y cincuenta y cinco minutos del once de
octubre del dos mil tres, la recurrente manifiesta que desde enero del dos mil uno ocupa de manera interina la plaza
de Secretaria Ejecutiva en la Dirección Nacional de Cáncer de la Caja Costarricense de Seguro Social y por acción
de personal número 0999259 C del veintidós de mayo del dos mil tres, se dispuso la prórroga de su nombramiento
interino hasta el dos de enero del dos mil cuatro. Añade que mediante oficio número DNC-527-2003 del seis de
octubre del dos mil tres, puso en conocimiento de la autoridad recurrida que, en ese momento, tenía embarazo de
dieciocho semanas de gestación. Agrega que por oficio número ADM-DNC-059-02 del tres de octubre del dos mil
tres, la autoridad recurrida le comunicó que a partir del veinte de octubre del dos mil tres, su nombramiento como
secretaria ejecutiva quedaba suspendido porque no cuenta con los requisitos académicos para desempeñarse en
esa plaza.
Considera que dichos argumentos carecen de fundamento, pues de conformidad con lo dispuesto en el oficio
número DNC-ADM-009-03 del veinte de marzo del año en curso, la propia autoridad recurrida, consideró que "...la
señora Benavides posee estudios suficientes para cumplir con el concepto de "preparación, equivalente", por tanto el
nombramiento actual puede dejarse tal y como está igualmente,dado porque este (sic) nombramiento es un prorrateo
en plaza de diferente perfil, no se requiere cumplir con los requisitos originales del perfil de la plaza utilizada..." .
Considera que la verdadera causa que motiva su cese de interinazgo es su estado de gravidez, lo cual resulta
contrario a lo dispuesto en los artículos 33, 39, 56 y 57 de la Constitución Política y por ello solicita la intervención de
este Tribunal.
2.- Informa bajo juramento José Luis Agüero Sandí, en su calidad de Administrador de la Dirección Nacional
de Cáncer de la Caja Costarricense del Seguro Social (folio 47), que no es cierto que desde enero del dos mil uno la
recurrente ocupe de manera interina la plaza de Secretaria Ejecutiva en la Dirección Nacional de Cáncer pues la
plaza No.20569 que está siendo ocupada por la señora Benavides Herrera, pertenece al puesto de Técnico en
Ciencias Médicas 2, prorrateada a Secretaria Ejecutiva 3 y corresponde al Laboratorio Nacional de Citologías. Indica
que la recurrente estaba laborando antes de la fecha del primer nombramiento por contrato de servicios
profesionales ya que la Dirección del Cáncer no contaba con plazas de Secretaria Ejecutiva 3 en ese momento pero
al no ser viable continuar más tiempo con esa modalidad de contratación, se optó por utilizar una plaza de Técnico
en Ciencias Médicas 2 y hacer el nombramiento de manera “prorrateada”, lo cual es de pleno conocimiento de la
recurrente. Señala que es cierto que por acción de personal No.0999259 C del veintidós de mayo del dos mil tres se
dispuso la prórroga del nombramiento interino de la recurrente hasta el dos de enero del dos mil cuatro pero se le
indicó que a pesar de ese acto administrativo, en el evento de que llegara la plaza de Secretaria Ejecutiva 3, ella
debía cumplir con el requisito académico del puesto durante esta prórroga y debía ser evaluada por el Proceso del
Equipo Interdisciplinario de Selección EIS con el fin de cumplir con el requisito de idoneidad comprobada. Manifiesta
que dada la necesidad de continuar con los servicios de la recurrente, se utilizaría el concepto de “preparación
equivalente” incluido en el perfil del puesto y normado en el documento “Normas y Procedimientos Concursos
Administrativos C.C.S.S”, artículo 16. Añade que el proceso de evaluación del Equipo Interdisciplinario de Selección
(EIS), concluyó el veinticinco de setiembre del dos mil tres y fue comunicado el dos de octubre del dos mil tres
mediante oficio UGRH-842-03 en donde se indicó que “referente a la evaluación de la funcionaria Jackelin Benavides
Herrera, por parte del Equipo Interdisciplinario de Selección de Personal de Oficinas Central para el puesto de
oficinista, le comunicamos que la misma no obtuvo la elegibilidad. Cabe agregar que dicha funcionaria no puede
65
realizar nombramientos para el puesto de Secretaria, debido a que no cumple con los requisitos”, siendo que a la
recurrente se le comunicó el tres de octubre del dos mil dos mediante oficio ADM-DNC-059-03 en el cual también se
le comunicó la suspensión de nombramiento en la Dirección Nacional del Cáncer. Añade que por oficio DNC-5272003 del seis de octubre del dos mil tres, la recurrente comunicó que cuenta con dieciocho semanas de gestación.
Indica que la recurrente no aprobó el proceso de selección del EIS y ni siquiera aprobó el proceso de selección para
oficinista en vista de que aún no tiene el título de secretariado, con lo cual no solamente no aportó los requisitos
académicos sino que tampoco aprobó el proceso de selección de la Caja del Seguro que es aplicado a todo el
personal que ingresa a laborar en esa institución pues el Manual de Reclutamiento y Selección de Personal
establece que se debe estar registrado como candidato calificado o elegible según lo requiera el puesto. Señala que
en ciertas circunstancias la Administración puede utilizar el concepto “preparación equivalente” para nombrar a cierto
personal siempre que lo permita el Manual Descriptivo de Puestos de la Caja pero aclara que este tipo de
nombramiento solamente se realiza cuando por alguna circunstancia es conveniente para el beneficio institucional y
en el caso concreto, la recurrente contaba con la experiencia en el puesto de secretaria y contaba con estudio y
experiencia requeridos para “preparación equivalente”, por lo que se consideró mejor continuar el nombramiento
antes que iniciar otro procedimiento de reclutamiento y selección con mayor costo en horas hombre y en tiempo de
adiestramiento, pero la recurrente prometió ponerse al día en el requisito académico con prontitud para así dejar el
nombramiento debidamente completo y cumplir y aprobar el proceso de selección del EIS. Manifiesta que sobre los
“requisitos académicos originales” debe recordarse que este nombramiento se hizo prorrateado en una plaza de
técnico en ciencias médicas 2 por lo que no se requería que la recurrente cumpliera con los requisitos como técnico
en ciencias médicas sino solamente como secretaria. Indica que no es cierto que la verdadera causa que motiva el
cese de interinazgo de la recurrente haya sido su estado de embarazo por cuanto la recurrente comunicó esa
circunstancia hasta después de que recibió el oficio ADM-059-03 que es del tres de octubre del dos mil tres en tanto
la comunicación del embarazo la hizo hasta el seis de octubre siguiente, sea cuatro meses después de haber
iniciado su embarazo. Añade que la Administración realizó toda una serie de trámites en cuanto al proceso del EIS y
la nueva vigencia de plazas 2003 por ser un solo “paquete de plazas” que se solicitan a la Junta Directiva. Reitera
que la suspensión del nombramiento se fundamentó en que la recurrente no cumplió con el requisito académico del
puesto, tampoco logró pasar el proceso del EIS y además la plaza No.20569 que está siendo ocupada por la
recurrente, pertenece al puesto de Técnico en Ciencias Médicas 2 que debe ser trasladada por necesidad
institucional al Laboratorio Nacional de Citologías adonde pertenece. Considera que la Administración ha actuado
conforme a derecho y por ello solicita que se declare sin lugar el recurso.
3.- Mediante escrito visible en folio 65 se apersona la recurrente para indicar que a pesar de que en la
resolución de curso del amparo se ordenó expresamente su reinstalación en el puesto, el recurrido le ha dado
órdenes verbales que le impiden y le imposibilitan material y físicamente, reinstalarse en su antiguo puesto. Agrega
que mediante oficio DNC-ADM-062-03 del veintiuno de octubre del dos mil tres, se le comunicó la “reestructuración
de labores secretariales de la Dirección del Cáncer” y se le trasladó a otro puesto en el que se le asignaron funciones
verbalmente, considerando que con ello se ha transgredido una vez más los principios del debido proceso, derecho
de defensa y derecho al trabajo. Estima que en forma subjetiva, parcializada, arbitraria, antojadiza y persecutoria, no
se le ha querido reinstalar a su antiguo puesto ni se le han asignado las funciones que tenía anteriormente. Solicita
que se ordene al recurrido el cese del hostigamiento y persecución en su contra y que se respete la resolución de
curso de este amparo mediante su reinstalación inmediata en el antiguo puesto que tenía y con las funciones
anteriores. Pide además que se declare con lugar el recurso.
4.- En escrito de folio 72 se apersona la recurrente para indicar que ingresó a laborar a la Caja Costarricense
del Seguro Social en noviembre del dos mil realizando sustitución de vacaciones. Posteriormente, en enero del dos
mil uno fue recomendada para trabajar en la Dirección recurrida y desde ese momento se le trasladó para ese lugar
a trabajar como secretaria. Añade que como la Dirección en ese entonces no tenía plazas, decidieron con el
consentimiento del Gerente Médico de la Caja Costarricense del Seguro Social, hacer los contratos por servicios
profesionales. Indica que el período de contratación fue de dos años y dos meses que oscilaron entre el ocho de
enero del dos mil uno al ocho de julio del dos mil uno, luego el segundo contrato fue hasta el treinta y uno de
diciembre del dos mil uno y el tercer contrato se extendió del primero de enero del dos mil dos hasta el treinta y uno
de marzo del dos mil dos; tiempo durante el cual no tuvo ningún corte de nombramiento ni de contrato por servicios
profesionales. Agrega que el veintiuno de marzo del dos mil dos, con oficio ADNC-065, el Dr. Jorge Keith Aguilar,
66
quien fungía como Subdirector de la Dirección Nacional de Cáncer, le hizo llegar al Dr. Fernando Ferraro Dobles,
Gerente Médico de la Caja Costarricense del Seguro Social, la asignación de plazas para esa Dirección por la
necesidad que en ese entonces existía; nota que fue recibida el veintidós de marzo del dos mil dos por la Gerencia
Médica. Añade que el tres de abril del dos mil dos, el Dr. Danilo Medina Angulo, Dirección de la Dirección Nacional
del Cáncer, en nota DNC-076, le solicitó al Director de la Dirección de Recursos Humanos de la Caja, el envío de
acciones de personal para las dos secretarias de la Dirección. Indica que el código 020569 es en el que está
nombrada desde el primero de abril del dos mil dos hasta la fecha y vence hasta el dos de enero del dos mil cuatro,
siendo que en todos esos nombramientos se puede leer en el espacio de explicación que “se prorroga nombramiento
interino de acuerdo al oficio #7969 de la Gerencia Médica. El perfil de la plaza es el 20569 corresponde a Técnico de
Ciencias Médicas 2 mientras se realiza el cambio de perfil y se prorratea como Secretaria Ejecutiva 3”. Señala que el
cambio de perfil que habla la nota de la Gerencia Médica nunca se realizó hasta la fecha de acuerdo a la Normativa
de Relaciones Laborales, artículo 66 que dice que ninguna plaza que se encuentre vacante podrá mantenerse en
esa situación por más de tres meses y esta plaza tiene un año y seis meses de estar vacante. Agrega que el cinto de
mayo del dos mil tres, mediante circular No.16046, se envió la agilización de nombramientos en plazas vacantes.
Considera que lo anterior demuestra que la plaza 20569 no corresponde al Laboratorio Nacional de Citología sino a
la Dirección Nacional de Cáncer. Indica que el diez de mayo del dos mil dos, mediante oficio No.8669, el Gerente de
la División Médica le informó al Lic. Guillermo Abarca que esa Gerencia autorizó el nombramiento con perfil diferente
a las plazas de recién creación de citotecnólogos, el cual nunca se realizó sino que se prorratearon las plazas.
Señala que en lo que se refiere a la falta de idoneidad que aduce el recurrido para justificar su actuación, cuando
entró a laborar con la Caja Costarricense del Seguro Social, la enviaron a realizar los exámenes médicos y los
escritos que realiza el Departamento de Reclutación de la Unidad de Gestión de Recursos Humanos, los cuales
realizó de acuerdo con las citas que ellos mismos otorgan. Señala que todos los exámenes los hizo en CEDESO a
principios del dos mil uno y las entrevistas con el equipo interdisciplinario de selección EIS en el mes de setiembre
del dos mil tres, agregando que no entiende como un equipo de trabajo espera casi cuatro años para concluir que
una persona no es elegible para estar en el puesto después de obtener las calificaciones de los jefes anteriores con
notas superiores a noventa y cuatro. Agrega que cuando la Dirección Nacional de Cáncer cambió de Director,
empezó la persecución política hacia su persona pues ella era la secretaria del anterior Director. Señala que a los
pocos días del cambio la quitaron de su puesto, le quitaron todas las funciones que realizaba y la enviaron a la
recepción en donde lo único que hacía era contestar el teléfono y pasar llamadas. Considera que parece que es su
estado de gravidez lo que incomoda y por ello solicita que se declare con lugar el recurso.
5.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada
Rodríguez Arroyo ; y,
Considerando:
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos: a) que según oficio UGRH-842-03 del veinticinco de setiembre del dos mil tres,
la Coordinadora de la Unidad de Gestión de Recursos Humanos le comunicó al Director de la Dirección Nacional del
Cáncer que la recurrente no obtuvo la elegibilidad en el concurso en el que participó y que por esa razón no puede
ser nombrada como secretaria porque no reúne los requisitos para ello (folio 133); b) que mediante oficio ADM-DNC059-02 del tres de octubre del dos mil tres, el Administrador de la Dirección Nacional del Cáncer le comunicó a la
recurrente que su nombramiento como secretaria ejecutiva de esa Dirección quedaba suspendido a partir del veinte
de octubre del dos mil tres en vista de que no resultó elegible para el puesto de oficinista (folio 135); c) que mediante
oficio DNC-527-2003 del seis de octubre del dos mil tres, entregado en esa fecha en la Dirección Nacional de
Cáncer, la recurrente le comunicó al Administrador de esa Dirección que tiene un embarazo de dieciocho semanas
(folio 10).
II.- Objeto del recurso. Alega la recurrente que se están lesionando sus derechos en vista de que el cese de
su nombramiento interino como secretaria ejecutiva de la Dirección Nacional del Cáncer fue suspendido a partir del
veinte de octubre del dos mil tres bajo el argumento de que no reúne los requisitos necesarios para continuar
desempeñándose en esa plaza; sin embargo, considera que las verdaderas razones para la adopción de esa medida
se deben a su estado de embarazo que fue debidamente comunicado a su superior.
67
III.- Sobre el fondo. Para resolver este recurso, es conveniente recordar lo resuelto por este Tribunal en
relación con el tema. Así, en sentencia número 08974-98 de las diecisiete horas treinta y tres minutos del dieciséis
de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, reiterada en sentencia número 2002-11094 de las diez horas
cuarenta y un minutos del veintidós de noviembre del dos mil dos, la Sala indicó:
"… Lo que prohíbe el Código de Trabajo (en sus artículos 94 y 94 bis) es el despido de la empleada
embarazada con motivo de su especial estado, escamoteando la protección que para ella y su niño acarrea la
licencia por maternidad. Ello no significa, sin embargo, que el fuero de inamovilidad de la servidora sea inflexible. Se
ha admitido, por ejemplo en la sentencia número 780-98 de las quince horas tres minutos del seis de febrero de este
año, que en caso de que incurra en falta grave, puede despedírsele, previa observancia del debido proceso. De
manera que, si en este caso, las razones que mediaron para cesar su nombramiento no son discriminatorias, sino
que están basadas en la designación o regreso del propietario de la plaza a ella, como lo afirma el Ministro de
Trabajo en su informe -que se tiene por dado bajo fe de juramento con las consecuencias, incluso penales, previstas
en el artículo 44 de la Ley que rige esta Jurisdicción-, no puede tenerse por infringido el principio de igualdad ni el
derecho al debido proceso. El recurso, por lo tanto, debe declararse sin lugar…"
IV.- De la sentencia transcrita se desprende que el despido de una mujer embarazada sería arbitrario y lesivo
de sus derechos en la medida en que exista una relación de causa–efecto entre el embarazo y el motivo del despido.
Sin embargo, en el caso concreto, según lo informado bajo juramento por el Administrador de la Dirección Nacional
del Cáncer de la Caja Costarricense del Seguro Social, con las consecuencias legales que de ello se derivan y de
acuerdo a la prueba documental aportada al expediente, se constata que la recurrente fue nombrada interinamente
en un momento de necesidad institucional a pesar de que no había cumplido con el proceso de selección exigido
para cualquier nombramiento en la Administración. Posteriormente, se sometió a ese proceso y una vez concluido el
mismo se constató que no obtuvo la elegibilidad por lo cual se hizo la comunicación respectiva a fin de que no se le
realizara más nombramientos en vista de que no cumplía requisitos para desempeñarse en el puesto de oficinista ni
mucho menos en el de secretaria ejecutiva. Esta situación se puso en evidencia mediante oficio del veinticinco de
setiembre del dos mil tres y el tres de octubre siguiente, se le hizo la respectiva comunicación a la recurrente,
indicándole que su nombramiento como secretaria ejecutiva quedaba suspendido a partir del veinte de octubre del
dos mil tres en vista de que no alcanzó la elegibilidad para el puesto de oficinista. Después de esto y hasta el seis de
octubre siguiente fue cuando la recurrente puso en conocimiento de su superior, su condición de gravidez. A partir de
lo anterior es claro entonces que el cese del nombramiento interino de la recurrente no se dio como consecuencia de
su estado de embarazo, sino que obedeció a la circunstancia de no reunir los requisitos necesarios para
desempeñarse en el puesto, lo cual ocurrió desde antes de que la recurrente manifestara su estado de embarazo.
V.- Debe aclararse a la recurrente que su estado de embarazo o el hecho de haber estado nombrada durante
un tiempo determinado en un puesto, no genera un derecho a su favor para continuar nombrada en ese puesto de
manera interina o para que se le nombre en propiedad pues ello depende de otras circunstancias y si en el caso
concreto, la recurrente no reúne las condiciones de idoneidad necesarias para desempeñarse en el puesto, el cese
de su nombramiento por tal razón, no es, en criterio de la Sala, discriminatorio, arbitrario, intempestivo o violatorio de
sus derechos fundamentales. Por lo expuesto, lo procedente es desestimar el presente recurso como en efecto se
hace.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Teresita Rodríguez A.
68
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 14572-05
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Andrea Hernández vs Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública.
La recurrente es profesora de inglés de forma interina. Manifiesta que no le prorrogaron su
nombramiento por estar embarazada. En su lugar, nombraron a otra persona en el puesto.
Cuando deba acogerse al período prenatal no se le cancelará el salario porque no tendría
nombramiento vigente.
La Directora de Personal aduce que para el presente curso lectivo no se le prorrogó el
nombramiento a la amparada en la plaza que ocupaba por cuanto en la misma plaza fue
nombrada en propiedad la Sra. Coto de acuerdo al concurso docente realizado. Señala
que no se le giró el salario porque no consta que se le hubiera tramitado otro
nombramiento interino. Aduce que el pago de la licencia por maternidad debe resolverse
en el Área de Servicios Especializados de la División Jurídica de ese Ministerio.
El artículo 74 de la Constitución Política que desarrolla normas que están inspiradas en
derechos humanos sociales.
El Código de Trabajo que fue dictado como ejecución de esas reglas, según lo dispone su
artículo 1.
En especial, el Capítulo 7 del citado Código que se refiere al trabajo de las mujeres y
menores de edad. Estas normas del Código son de orden público y de relevancia
constitucional. Por ello, toda interpretación debe brindarse a favor de la mujer y sobre todo
aquella que espera un hijo
La recurrente fue nombrada para el período lectivo del 2004 e inició su período de
gestación ese año, hecho que conoce el patrono.
El nombramiento en propiedad de otra persona en el mismo cargo producto de un
concurso de personal debía de respetar esa condición de gravidez y ajustar la fecha de
vigencia de ese nuevo nombramiento a partir del momento en que la Sra. Hernández
hubiera cumplido la licencia de maternidad o en su defecto haberla nombrado en otra
plaza para proteger su derecho derivado de la maternidad.
La Sala no cuestiona la potestad del patrono de sacar a concurso las plazas pero esa
potestad que debe ser ejercida con respeto de los derechos de la mujer que espera un
hijo.
Se declara con lugar recurso. Se ordena a la Directora General de Personal del Ministerio
de Educación Pública realizar los trámites necesarios para garantizarle a la recurrente de
manera puntual y oportuna el pago que le corresponda por la licencia de maternidad
independientemente de la partida presupuestaria de la que se tomen los fondos.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
14572 Año : 2005
05-002606-0007-CO
Sala Constitucional
25/10/2005
12:57:00 PM
De Fondo
Rodríguez Arroyo Teresita
Recurso de amparo
69
Exp: 05-002606-0007-CO
Res. Nº 2005-014572
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las doce horas y cincuenta y
siete minutos del veintiuno de Octubre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por Andrea Abea
Hernández, mayor, casada, portadora de la cédula de identidad número 1-1079-201, contra la Directora General de
Personal del Ministerio de Educación Pública.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas treinta minutos del cuatro de marzo del
dos mil cinco, la recurrente interpone recurso de amparo contra la Directora General de Personal del Ministerio de
Educación Pública y manifiesta que desde mil novecientos noventa y nueve ha laborado de manera interina para el
Ministerio de Educación Pública como profesora de inglés. Que en el año de dos mil cuatro laboró como profesora de
inglés en la Escuela San Vicente de La Unión y que para el presente curso lectivo debían prorrogarle el
nombramiento. Que sin embargo, no la nombraron por estar embarazada, y en su lugar nombraron de manera
interina a Wendy Vanesa Brenes Mora. Que a partir del veintiocho de marzo del dos mil cinco se debe acoger al
período prenatal, pero no se le cancelará el salario porque ya no tendría nombramiento vigente. Estima que con esta
decisión del Ministerio de Educación se violenta su derecho a la estabilidad laboral, así como el derecho a la
lactancia y el derecho a la maternidad que se garantiza a toda trabajadora, en clara infracción de los artículos 51 y
56 de la Constitución Política.
2.- Informa bajo juramento María Julia Picado Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del
Ministerio de Educación Pública, (folio 29), que efectivamente a la recurrente se le tramitó nombramiento interino
como Profesora de Idioma Extranjero, especialidad Inglés desde mil novecientos noventa y nueve. Alega que
mediante acción de personal número 1343749 a la petente se le tramitó prórroga de nombramiento interino como
profesora de idioma extranjero, en la Escuela de San Vicente de la Dirección Regional Educación de Cartago, con
vigencia del 1º de febrero del dos mil cuatro y al treinta y uno de enero del dos mil cinco. Aduce que para el presente
curso lectivo no se le prorrogó el nombramiento a la amparada en la plaza que ocupaba por cuanto en la misma
plaza fue nombrada en propiedad la señora Nidia Coto Segura, de acuerdo al concurso docente realizado en julio del
2004. Señala que ciertamente no se le giró el salario porque no consta que se le hubiera tramitado otro
nombramiento interino. No obstante lo concerniente al pago de la licencia por maternidad debe resolverse en el Área
de Servicios Especializados de la División Jurídica de ese ministerio. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada
Rodríguez Arroyo ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso.- Acusa la recurrente que desde mil novecientos noventa y nueve ha venido laborando
de manera interina para el Ministerio de Educación Pública como profesora de inglés. Que sin embargo no le
prorrogaron su nombramiento por estar embarazada y a partir del veintiocho de marzo del dos mil cinco se debe
acoger al período prenatal, pero no se le cancelará el salario porque terminaría su relación laboral con el Ministerio.
II.- Cuestión previa.- La recurrente menciona en el memorial inicial que la persona que se nombró en su lugar
es Wendy Vanesa Brenes Mora. Por esa razón es que se le notificó a ella la resolución que admitió este recurso de
amparo con el fin de permitir su defensa, tal y como lo ordena el artículo 34 de la Ley de la Jurisdicción que ordena
tener como parte también a la persona que derive derechos subjetivos del acto que cause el recurso de amparo. Sin
embargo en el informe rendido por la Directora General de Personal se dice que el nombre de la funcionaria que
sustituye a la amparada es Nidia Coto Segura. No obstante lo anterior y que a esta funcionaria no le fue notificado la
resolución de curso, la Sala considera que puede resolver el recurso, pues como ella no pierde el puesto por la
solución brindada al caso, entonces no sufre un daño con la decisión.
70
III.- Sobre el fondo. El artículo 74 de la Constitución Política, desarrolla normas que están inspiradas en
derechos humanos sociales. El Código de Trabajo fue dictado como ejecución de esas reglas, según lo dispone su
artículo 1: (cita) Además, el Capítulo 7 se refiere al trabajo de las mujeres y menores de edad. Estas normas del
Código son de orden público y de relevancia constitucional. Por ello, toda interpretación debe brindarse a favor de la
mujer y sobre todo aquella que espera un hijo.
IV.- Caso concreto.- Como en el caso concreto, la recurrente fue nombrada para el período lectivo del 2004 e
inició su período de gestación ese año, hecho que conoce el patrono, el nombramiento en propiedad de otra persona
en el mismo cargo producto de un concurso de personal debía de respetar esa condición de gravidez y ajustar la
fecha de vigencia de ese nuevo nombramiento a partir del momento en que la señora Abea Hernández hubiera
cumplido la licencia de maternidad o en su defecto haberla nombrado en otra plaza para proteger su derecho
derivado de la maternidad. La Sala no cuestiona la potestad del patrono de sacar a concurso las plazas pero esa
potestad que debe ser ejercida con respeto de los derechos de la mujer que espera un hijo.
V.- En consecuencia, se ordena a la Directora General realizar los trámites necesarios para garantizarle a la
recurrente de manera puntual y oportuna el pago que le corresponda por la licencia de maternidad
independientemente de la partida presupuestaria de la que se tomen los fondos
Por tanto:
Se declara CON LUGAR el recurso. Se ordena a la María Julia Picado Blanco, en su calidad de Directora
General de Personal del Ministerio de Educación Pública realizar los trámites necesarios para garantizarle a la
recurrente de manera puntual y oportuna el pago que le corresponda por la licencia de maternidad
independientemente de la partida presupuestaria de la que se tomen los fondos. Se le advierte a María Julia Picado
Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública, o a quien ocupe el
cargo, que de no acatar la orden dicha, incurrirá en el delito de desobediencia y, que de conformidad con el artículo
71 de la Ley de esta jurisdicción, se le impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa,
a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o
no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al Estado al pago de las
costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en
ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese la presente resolución a María Julia Picado
Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública o a quien ocupe su
cargo, en forma personal.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C
José Luis Molina Q.
Teresita Rodríguez A.
Rosa María Abdelnour G.
71
Discriminación por Religión
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03018 – 03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Félix Fernández, a favor de su hijo, el menor Félix Fernández vs Colegio Ingeniero
Alejandro Quesada Ramírez.
El recurrente acude a la Sala alegando que en el Colegio Ing. Alejandro Quesada R., de
Concepción de La Unión de Tres Ríos, hay persecución contra su hijo Félix Andrés
Fernández Arroyo, ya que es Testigo de Jehová. Alega que como el niño se niega, en
razón de su fe, a cantar el Himno Nacional, lo discriminan, rebajándole puntos en la nota
de conducta por faltas que según las autoridades son graves, mientras en el caso de otros
menores se reputan leves.
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 75 de la Constitución Política
En sentencia 3173-93, la Sala desarrolló así el concepto de libertad religiosa:
“La libertad religiosa, en primer lugar se refiere al plano individual, es decir, la libertad de
conciencia, que consiste en la posibilidad de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y
su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa
contraria a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se
traduce en el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia.”
La decisión de las autoridades del colegio recurrido no permiten al menor acomodar su
conducta a sus creencias, por lo que se lesiona su derecho a la libertad religiosa,
consagrado en el artículo 75 citado.
Es cierto que el derecho a la adecuación de la conducta a las convicciones propias no
puede ser ilimitado, ya que esa conducta no debe dañar la moral, ni el orden públicos, ni a
terceros. Sin embargo, en este caso no se está ante ninguno de esos supuestos. No
cantar el Himno Nacional no atenta contra la moral ni el orden públicos ni daña a ningún
tercero. El deber de cantar el Himno Nacional está supeditado a derechos humanos
superiores como la libertad de pensamiento y la libertad religiosa
Se declara con lugar el recurso. Se anulan las sanciones impuestas por el Colegio Ing.
Alejandro Quesada Ramírez al estudiante Félix Fernández por abstenerse de cantar el
Himno Nacional. Se le ordena al Director del colegio citado, que corrija las calificaciones
que fueron rebajadas en razón de las sanciones anuladas y las entregue al estudiante. Se
condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que
sirven de base a esta declaratoria
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
03018
2003
02-010155-0007-CO
Sala Constitucional
22/04/2003
2:48:00 PM
De Fondo
72
Redactor:
Clase de asunto:
Arguedas Ramírez Carlos Manuel
Recurso de amparo
Exp: 02-010155-0007-CO
Res: 2003-03018
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con
cuarenta y ocho minutos del veintidós de abril del dos mil tres.Recurso de amparo interpuesto por Félix Fernández Arias, cédula 1-554-701, a favor de su hijo, el menor Félix
Andrés Fernández Arroyo, contra el Colegio Ingeniero Alejandro Quesada Ramírez.
Resultando:
1.- El 2 de diciembre del 2002, a las 12:35 horas, se interpuso este amparo. El recurrente alega que el colegio
recurrido inició, a partir del mes de abril del año dos mil dos, una persecución contra el niño Félix Andrés Fernández
Arroyo, por ser "Testigo de Jehová". Esa persecución —dice— le ha causado un daño psicológico y emocional al
amparado, ya que por cualquier situación normal en donde a otro menor no se le castiga al él sí; de esta forma es
como le rebajan puntuación y le envían notas donde se hace la indicación que las actuaciones del menor son faltas
graves y que bajan puntos. Dentro de esta actuaciones —alega— se encuentran el hecho de que el menor no canta
el himno nacional o no hace el saludo a la bandera. El recurrente argumenta que ello no constituye un acto de
irrespeto, sino un acto que obedece a las creencias y enseñanza religiosa del menor, mediante las cuales se le ha
inculcado que ese tipo de actuaciones constituyen actos de adoración que son contrarios a dicha religión. Dice que él
nunca ha tenido comunicación alguna con la profesora guía del menor amparado, ni con el Director del Colegio, por
cuanto éstos siempre responden con evasivas. Agrega que ha acudido al Ministerio de Educación Pública, ante el
cual ha tramitando el agotamiento de vía; no obstante, tampoco se le ha dado una solución a la problemática
planteada. El recurrente considera lesionado en perjuicio del amparado sus derechos a la enseñanza y libertad
religiosa. Solicita que se declare el derecho de su hijo a no cantar el Himno Nacional; que se declare que, en virtud
de ese derecho, no se produzcan sanciones contra su hijo, la más grave de las cuales es la mala nota de conducta.
Pide además que le permitan ver las calificaciones de su hijo y que se le expliqué la razón de la persecución.
Finalmente, solicita que se condene al recurrido al pago de las costas, daños y perjuicios (folio 1).
2.- El 3 de diciembre del 2002, a las 10:22 horas, la Presidencia de la Sala da curso al amparo, concede tres
días al Director del Colegio Ingeniero Alejandro Quesada Ramírez y al Ministro de Educación Pública para que
rindan un informe y le ordena al Director del colegio recurrido realizar las gestiones pertinentes para que el presunto
incumplimiento del amparado, respecto de los deberes que señala el recurrente, no provoque eventualmente ningún
tipo de sanción en contra del menor, que puedan impedir el normal desarrollo de sus actividades dentro de ese
centro educativo, hasta tanto la Sala no resuelva en sentencia el recurso o no disponga otra cosa (folio 31).
3.- El 16 de diciembre del 2002, a las 16:01 horas, José Fernando Arce Arce, Director del Colegio Ing.
Alejandro Quesada Ramírez, de Concepción de la Unión de Cartago, rinde el informe. Alega que nunca ha habido
ninguna persecución contra el menor. Acepta que al amparado se le han rebajado puntos por no cantar el Himno
Nacional, según lo dispone el artículo 32 del Reglamento Interno Estudiantil (folio 43). Sin embargo, no se trata de
faltas graves, sino de faltas leves o muy leves, de conformidad con los artículo 79 y 80 del Reglamento de
Evaluación de los Aprendizajes. Alega además que los padres del menor nunca solicitaron al colegio que se eximiera
al menor de cantar el himno. Solicita que se declare sin lugar el recurso (folio 43).
4.- El 19 de diciembre del 2002, a las 12:35 horas, el recurrente presenta nuevas pruebas (folio 64).
5.- El 20 de diciembre del 2002, a las 15:00 horas, Astrid Fischel Volio, Ministra de Educación Pública, rinde el
informe. Dice que no le constan los hechos que aduce el recurrente, excepto la presentación de un recurso
administrativo ante su despacho. Dice que éste se presentó el 2 de diciembre del 2002 y que aunque no se ha
73
resuelto, del plazo que otorga el artículo 261 de la Ley General de la Administración Pública no ha vencido. Solicita
que se le absuelva de toda responsabilidad (folio 100).
6.- El 20 de diciembre del 2002, a las 21:42 horas, el recurrente se refiere al informe del Director del Colegio,
refutando sus alegatos (folio 109).
7.- El 7 de febrero del 2003, Hayda Arroyo Jiménez, madre del menor amparado, solicita a la Sala que
resuelva este asunto, porque los funcionarios del colegio han arreciado la persecución (folio 112).
Redacta el magistrado Arguedas Ramírez ; y,
Considerando:
I.- El recurrente acude a la Sala alegando que en el Colegio Ing. Alejandro Quesada R., de Concepción de La
Unión de Tres Ríos, hay persecución contra su hijo Félix Andrés Fernández Arroyo, ya que es Testigo de Jehová.
Alega que como el niño se niega, en razón de su fe, a cantar el Himno Nacional, lo discriminan, rebajándole puntos
en la nota de conducta por faltas que según las autoridades son graves, mientras en el caso de otros menores se
reputan leves.
II.- Este recurso plantea el problema de si un estudiante está obligado a cantar el Himno Nacional y a saludar
el Pabellón Nacional a pesar de que su religión le prescribe lo contrario.
III.- El Director del Colegio Ing. Alejandro Quesada R. Acepta que al menor amparado, que es alumno de
sétimo año, se le rebajaron puntos en conducta por negarse a cantar el Himno Nacional. Así lo dice en su informe a
folio 45. Poco importa en esta sede si se trata de faltas leves o graves, puesto que si cada vez que se niegue a
cantarlo se le rebajan puntos, el resultado será perjudicial para la nota. El problema es si rebajar puntos es legítimo.
El Director alega que sí. El artículo 32 del Reglamento Interno Estudiantil, en el cual se fundamenta el Director, dice
textualmente:
“Es obligatorio cantar con fervor y con actitud respetuosa el Himno Nacional y el de la Institución, el del cantón
y el de las efemérides respectivas, cuando se convoque a acto cívico, cultural y social. Su incumplimiento se
considerará falta leve.”
IV.- A pesar del argumento del Director, la Sala considera que el recurso debe declararse con lugar. En
sentencia No.3173-93, la Sala desarrolló así el concepto de libertad religiosa.
“La libertad religiosa encierra, en su concepto genérico, un haz complejo de facultades. En este sentido, en
primer lugar se refiere al plano individual, es decir, la libertad de conciencia, que debe ser considerado como un
derecho público subjetivo individual, esgrimido frente al Estado, para exigirle abstención y protección de ataques de
otras personas o entidades. Consiste en la posibilidad, jurídicamente garantizada, de acomodar el sujeto, su
conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa contraria
a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el derecho a practicar
externamente la creencia hecha propia. Además la integran la libertad de proselitismo o propaganda, la libertad de
congregación o fundación, la libertad de enseñanza, el derecho de reunión y asociación y los derechos de las
comunidades religiosas, etc.”
La decisión de las autoridades del colegio recurrido no permiten al menor acomodar su conducta a sus
creencias, por lo que se lesiona su derecho a la libertad religiosa, consagrado en el artículo 75 citado.
V.- Es cierto que el derecho a la adecuación de la conducta a las convicciones propias no puede ser ilimitado,
ya que esa conducta no debe dañar la moral, ni el orden públicos, ni a terceros. Sin embargo, en este caso no se
está ante ninguno de esos supuestos. No cantar el Himno Nacional no atenta contra la moral ni el orden públicos ni
daña a ningún tercero. El texto del artículo 32 del Reglamento Interno Estudiantil debe adecuarse a la Constitución
Política, que está muy por encima de él. El deber de cantar el Himno Nacional está supeditado a derechos humanos
superiores como la libertad de pensamiento y la libertad religiosa.
74
VI.- El Director alega también que los padres nunca solicitaron al colegio que eximieran al niño de cantar el
Himno Nacional. El argumento no es de recibo, puesto que consta en los informes de calificaciones, a folios 68 a 70,
que el estudiante no recibía el curso de religión. Está claro que el colegio conocía el credo religioso del amparado. Si
el director esperaba una solicitud formal, estaba equivocado. El ejercicio de un derecho fundamental no puede estar
supeditado a una formalidad. El más interesado en este asunto, precisamente el titular del derecho, el menor, ya
había manifestado al colegio su decisión.
VII.- Finalmente, el recurrente alegó que el Ministerio de Educación Pública no había resuelto un recurso
administrativo presentado. Sobre este punto el recurso es prematuro, ya que la gestión administrativa se presentó el
2 de diciembre del 2002, como dice la Ministra, bajo juramento, a folio 101, el mismo día en que se presentó este
amparo.
VIII.- El Magistrado Solano salva el voto y declara sin lugar el recurso porque la Administración no supo de la
situación del amparado.
IX.- El Magistrado Vargas pone nota.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se anulan las sanciones impuestas por el Colegio Ing. Alejandro Quesada
Ramírez al estudiante Félix Andrés Fernández Arroyo, por abstenerse de cantar el Himno Nacional. Se le ordena a
José Fernando Arce Arce, o a quien ocupe el cargo de Director del colegio citado, que en el término improrrogable
de tres días, contado a partir de la notificación de esta resolución, corrija las calificaciones que fueron rebajadas en
razón de las sanciones anuladas y las entregue al estudiante. Se le advierte a José Fernando Arce Arce, o a quien
ocupe el cargo, que de no acatar la orden dicha, incurrirá en el delito de desobediencia y, que de conformidad con el
artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se le impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días
multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la
cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al Estado al
pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se
liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese de manera personal la presente
resolución a José Fernando Arce Arce o a quien ocupe el cargo de Director del Colegio Ing. Alejandro Quesada
Ramírez.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
José Luis Molina Q.
José Miguel Alfaro R.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 8763-04
Partes
Caso
Hamilton Jasper vs artículos 23 y 24 del Código de Familia
El Sr. Jasper, en su condición de Ministro Evangélico, interpuso ante la Oficialía Mayor del
Registro Civil una solicitud para que se le entregue un talonario sobre certificaciones de
declaraciones matrimoniales, a efecto de celebrar matrimonios que tengan efectos civiles.
La Dirección General del Registro Civil le notificó que no era posible conceder lo solicitado,
pues de conformidad con el artículo 24 del Código de Familia y el artículo 23, se le dio
75
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
solamente a la Iglesia Católica esa posibilidad.
Artículo 33 de la Constitución Política.
Artículo 23 del Código de Familia.- El matrimonio que celebre la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana con sujeción a las disposiciones de este Código, surtirá efectos
civiles. (...)
Artículo 24 del Código de Familia.- El matrimonio se celebrará ante la autoridad de la
jurisdicción en
donde haya residido durante los últimos tres meses cualquiera de los
contrayentes. (...) Los notarios públicos están autorizados para celebrar matrimonios en
todo el país. (...) Los funcionarios judiciales o administrativos no podrán cobrar honorarios
por los matrimonios que celebren (...)
Según jurisprudencia de esta misma sala (sentencia 3173-93), la libertad religiosa implica
la libertad de conciencia (posibilidad de ajustar el sujeto su conducta religiosa y su forma
de vida a lo que prescriba su propia convicción) y la libertad de culto (derecho a practicar
externamente la creencia hecha propia).
Ni el artículo 23 ni el 24, implican limitación alguna a la libertad de conciencia. La ausencia
de efectos civiles del matrimonio no católico no es una limitación para actuar de
conformidad con sus propias convicciones religiosas, porque esos efectos jurídicos, no son
los que legitiman el respectivo matrimonio como acto religioso. Tampoco se afecta la
libertad de culto, pues no se restringe ni afecta que las denominaciones religiosas distintas
a la católica puedan celebrar matrimonios dentro de sus propios ritos religiosos.
No se viola el artículo 52 de la Constitución Política que establece que el matrimonio es la
base esencial de la familia. El artículo impugnado no constituye un impedimento para que,
quienes no son católicos acudan ante alguna de las autoridades para darle efectos civiles
a esa unión.
Además, el Estado no está obligado a confiar la función de auxiliar administrativo del
Estado con fe pública en todos los grupos o personas con excusa del principio de
igualdad. No es un derecho fundamental el ser auxiliares administrativos del Estado. Es un
hecho notorio que la estructura de la Iglesia Católica se extendió desde muy temprano por
todo el territorio nacional, lo cual evidentemente es un factor que facilita el cumplimiento de
las funciones auxiliares encomendadas, es ese un aspecto objetivo de servicio y cobertura
que el legislador puede válidamente tomar en cuenta a la hora de seleccionar en quién
confía esa función auxiliar.
Bien puede el legislador quitar esa facultad a los ministros de la religión católica, que con
ello no se infringe norma alguna de carácter constitucional, o reconocer a otras
denominaciones religiosas para que realicen igual actividad pública.
Por último, las parejas que contraen matrimonio en otras expresiones religiosas distintas a
la Católica, no son obligados a incurrir en gastos económicos adicionales, pues el Estado
ha establecido que pueda celebrarse el matrimonio civil en forma gratuita y que incluso, no
es necesario tener un matrimonio civil para poder fundar una familia, procrear, dar apellido
a los hijos y tener un régimen patrimonial entre la pareja como es permitido desde las
sentencias números 7515-94 y 1151-94 de esta Sala.
Se declara sin lugar la acción.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
08763
2004
76
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
01-000171-0007-CO
Sala Constitucional
13/08/2004
12:15:00 PM
De Fondo
Mora Mora Luis Paulino
Acción de inconstitucionalidad
Exp: 01-000171-0007-CO
Res: 2004-08763
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las doce horas con quince
minutos del trece de agosto del dos mil cuatro. Acción de inconstitucionalidad promovida por JORGE FISCHER
ARAGON, mayor casado, cédula de identidad número uno-trescientos cuarenta y seis-doscientos cuarenta y ocho,
en su condición de representante legal de HAMILTON JASPER MC DONALD, casado, con cédula número siete-cero
sesenta y cinco-cuatrocientos cincuenta, contra los artículos 23 y 24 del Código de Familia. Intervinieron también en
el proceso Ana Isabel Fernández Alvarado, Directora General del Registro Civil, y Román Solís Zelaya, en
representación de la Procuraduría General de la República. En calidad de coadyuvantes activos participan Sergio
Alejandro López Palma, Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana; Mauricio Quesada Solano,
Presidente de la Asociación Caminantes del Nuevo Pacto; Carlos Antonio Flores Rodríguez, Presidente de la
Asociación Cristiana Ministerios Verbo; Sonia María Soto Ocaña; Jonás González Rodríguez; Alvaro Cabezas
Villalobos; y Eugenio Vallejo Cedeño, Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del
Sétimo Día.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala el ocho de enero del dos mil uno (folios 1 a 25), el
accionante solicita que se declare la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia, por
considerarlos violatorios de los artículos 28, 33, 52 y 75 de la Constitución Política, 12, 16.1 y 17.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y II, III y VI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, en tanto le confiere únicamente a los matrimonios celebrados por sacerdotes católicos, efectos civiles, con
exclusión de los realizados por otras denominaciones religiosas. Manifiesta que el veinticinco de mayo de mil
novecientos noventa y ocho Hamilton Jasper Mac Donald, en su condición de Ministro Evangélico, interpuso ante la
Oficialía Mayor del Registro Civil una solicitud de que se le entregue un talonario sobre certificaciones de
declaraciones matrimoniales, a efecto de celebrar matrimonios que tengan efectos civiles. El cuatro de agosto del
dos mil uno la Dirección General del Registro Civil le notificó que no era posible conceder lo solicitado, pues de
conformidad con el artículo 24 del Código de Familia y el artículo 23, se le dio solamente a la Iglesia Católica esa
posibilidad. En contra de lo resuelto interpuso los recursos de revocatoria y apelación en subsidio, pero no han sido
resueltos. Consecuentemente, interpuso un recurso de amparo en contra de la Dirección General del Registro civil,
que se tramita ante la Sala Constitucional en el expediente número 01-000038-0007-CO. Sobre la
inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia el accionante argumenta que ambos artículos del
Código de Familia son contrarios a lo establecido en los numerales 75 y 52 de la Constitución Política, 16.1 y 17.2 de
la Convención sobre Derechos Humanos, por cuanto el texto constitucional es claro en aceptar el libre ejercicio en la
República de otros cultos, diferentes a la Religión Católica, Apostólica y Romana. Con base en la libertad de
conciencia, todo habitante de Costa Rica que desee contraer matrimonio, y que cumpla con los requisitos que
establece el Código, tiene el derecho fundamental de hacerlo, pues el matrimonio es contemporáneo de la creación
del hombre y de la mujer como institución creada desde el huerto del Edén por Dios. En ese sentido, es una
institución eminentemente espiritual, religiosa, por consiguiente, tanto el hombre como la mujer, tienen el derecho de
acomodar su forma de vida al matrimonio y fundar su familia. Lo anterior implica, que las personas tengan el derecho
fundamental a contraer matrimonio, lo cual el Estado no puede, ni debe obstaculizar. Este artículo obliga a quienes
quieren contraer matrimonio y no son de la confesión católica, a acudir ante un “Juez Civil”, o ante “Notario público”,
para poder contraer matrimonio, impidiendo u obstaculizando ese derecho de contraer matrimonio ante el Ministro,
Pastor, Sacerdote, etc, conforme lo que prescribe su propia convicción con relación a su religión. Se vulnera así la
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libertad religiosa, que representa la libertad de conciencia, así como también el derecho fundamental de las personas
que no son católicas, a contraer matrimonio. Por otro lado, refiere que la posibilidad de que los católicos sí puedan
comparecer ante su sacerdote para contraer matrimonio, violenta el principio de igualdad. Estima que además se
vulnera con tal restricción el artículo 28 y el artículo 45 de la Constitución Política, y el principio de razonabilidad.
2.- La certificación literal del libelo en que se invoca la inconstitucionalidad consta a folios 9 y 13 del
expediente judicial número 01-000038-0007-CO, que corresponde a un recurso de amparo tramitado ante la Sala
Constitucional.
3.- Por resolución de las diez horas y cincuenta y ocho minutos del veintiuno de febrero del dos mil uno
(visible a folio 115 del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de
la República y a la Directora General del Registro Civil.
4.- Por escrito presentado el siete de marzo del dos mil uno, Alberto Cabezas Villalobos solicita que se le
tenga como coadyuvante activo, toda vez que estima que el privilegio otorgado a la Iglesia Católica es
inconstitucional (folio 123).
5.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folios 154 a 178. Señala que en cuanto
a la legitimación del accionante, el asunto pendiente de resolver de esta acción es el recurso de amparo que se
tramita bajo expediente número 01-000038-0007-CO, al cual esta Sala le dio curso medio auto de las once horas
cincuenta minutos del ocho de enero del dos mil uno. El amparo fue interpuesto por el aquí accionante con el
propósito expreso de constituir un asunto pendiente de resolver como proceso base para interponer la acción, y así
satisfacer la exigencia del artículo 75, párrafo primero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. El amparo tiene
como objeto el acto administrativo contenido en el oficio número 452-00-D.G. de veinticuatro de julio del dos mil,
dictado por la Dirección General del Registro Civil, mediante el cual le fue denegada la solicitud formulada por el
accionante, en el sentido de que le fueran entregados los formularios de certificados de declaración de matrimonio
que en el Registro Civil se da a quienes, de conformidad con la legislación nacional, son competentes para celebrar
matrimonios. El fundamento básico de la denegatoria que motivó el amparo es lo que establece el artículo 23 y el
artículo 24 del Código de Familia, en tanto el solicitante no es uno de los funcionarios administrativos o judiciales a
que hace referencia el 24, y no es sacerdote de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, de conformidad con lo que
establece el 23. Sin embargo, el problema reside en lo que establece el artículo 23, no en lo que señala el 24, ambos
del Código de Familia. Es el primero de donde se deriva que sólo el matrimonio celebrado por los sacerdotes
pertenecientes a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, tiene efectos civiles en el tanto se sujete a lo que señala el
numeral 24 y siguientes del capítulo IV del Código de Familia, en lo que a su celebración y posterior tramitación se
refiere. El artículo 24, no establece ninguna distinción en relación a los representantes (ministros, sacerdotes,
pastores, rabinos, etc.) de las distintas iglesias, por lo que, en sí mismo, no quebranta ninguno de los principios
constitucionales y derechos fundamentales mencionados por el accionante. Así las cosas, tal y como fue planteado
el amparo que sirve de base a esta acción (y tal u como está planteada la acción, según su objeto) la legitimidad del
acto administrativo impugnado en el amparo depende de la legitimidad constitucional del artículo 23 del Código de
Familia. Esto es importante en orden a establecer si, el aquí accionante, satisface plenamente todas las exigencias
de legitimación procesal para interponer esta acción, particularmente aquella que pide que la acción sea medio
razonable para amparar el derecho que se estima lesionado. La razonabilidad del medio (la invocación de la
inconstitucionalidad) implica que el resultado de la acción debe servir a la tutela del derecho o derecho
supuestamente lesionados. Tal y como se ha explicado, la tutela de los derechos que se estiman lesionados
depende de cómo se resuelva el problema relativo a la legitimidad constitucional del artículo 23 del Código de
Familia. Ahora bien, frente a lo que dispone el texto de dicho numeral, sólo hay dos posibles soluciones: o el artículo
se anula por inconstitucional o se mantiene tal y como está y sólo los sacerdotes de la Iglesia Católica tendrían –
como sucede actualmente- la potestad de celebrar matrimonios con efectos civiles. Como resulta obvio, en ninguno
de los dos casos el accionante ve mejorada su situación, porque en ambos casos queda sin la posibilidad de
celebrar matrimonios, en su condición de pastor evangélico. Para ello esta Sala tendría que resolver esta acción de
manera tal, que los representantes de toda otra denominación religiosa puedan hacerlo. Es decir, ampliando los
efectos civiles que el artículo 23 del Código de Familia otorga a los matrimonios celebrados por la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana a los celebrados por cualquier otra organización religiosa. Para lograr lo anterior, sólo hay dos
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caminos. O se anula parte del texto del artículo 23 citado de manera tal que, eliminada aquella parte que hace
referencia a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y queda clara la redacción del texto, en el sentido de que el
matrimonio celebrado por cualquier organización religiosa que se realice con sujeción al Código tiene efectos civiles.
O, sin modificar el texto, se interprete el artículo 23 de manera tal que se entienda que no solo los matrimonios
católicos tienen efectos civiles, lo cual implicaría recurrir a la aplicación de lo que, en doctrina, se conoce como el
principio de interpretación conforme, y producir una sentencia de las llamadas interpretativas. Esta Procuraduría, en
su condición de Órgano Asesor, considera que ninguno de estos dos caminos es viable. En lo que interesa, el
artículo 23 del Código de Familia establece que “El matrimonio que celebre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana
con sujeción a las disposiciones de este Código, surtirá efectos civiles”. Una anulación parcial implicaría eliminar, por
lo menos las palabras Católica, Apostólica y Romana. Pero en este caso, el texto perdería sentido porque su
redacción no estaría indicando que todo matrimonio religioso, de cualquier Iglesia, tiene efectos civiles, sino que lo
tiene aquel que realice la Iglesia a secas, lo cual implica que la redacción pierde sentido y se vuelve ambigua,
gramaticalmente deficiente. La otra posibilidad, tal y como se ha dicho, consiste en la aplicación del principio de
interpretación conforme. En este sentido, lo primero a señalar es que, al hablar de la interpretación conforme, se
hace referencia a la interpretación del ordenamiento subconstitucional de conformidad con la Constitución. El
fundamento de la aplicación de dicho principio es el propio del control de constitucionalidad. Una norma
subconstitucional no puede mantener su validez si es incompatible con la Constitución, o por lo menos, si su
acepción es incompatible. De allí que el órgano que ejerce el control pueda atribuir un sentido, es decir, interpretar la
norma de forma tal que sea compatible. Por ello, la aplicación del principio de interpretación conforme tiene ciertas
reglas, elaboradas por la doctrina en atención a que un Tribunal Constitucional no ejerza potestades que
constitucionalmente no le corresponden. En primer lugar, la interpretación conforme no puede ir en contra del texto y
su sentido, sobretodo porque la aplicación del principio no supone, necesariamente, su ambigüedad o imprecisión.
Esto implica, sobre todo, que la interpretación conforme no puede ir contra la finalidad legislativa, no puede modificar
el fin querido por el legislador. Si respetarlo no es posible, entonces, la interpretación conforme no procede y la
norma debe ser anulada total o parcialmente, si es incompatible con la Constitución. En segundo lugar, la otra cara
de la moneda consiste en que la interpretación conforme procede –más aún debe utilizarse- como alternativa a la
anulación, total o parcial, de la norma. Esto es, que si una norma puede ser interpretada de conformidad con la
Constitución, el órgano que ejerce el control debe hacerlo así antes de proceder su anulación. En el presente caso,
el fin legislativo es claro: otorgar efectos civiles al matrimonio celebrado por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
No hay ambigüedad en el texto y su sentido es preciso. Interpretar la norma en un sentido que incluya a otras
organizaciones religiosas por considerar que viola principios constitucionales y derechos fundamentales, implicaría ir
en contra del sentido expreso del texto y, consecuentemente, del fin legislativo. Por lo tanto, en la hipótesis de que
tales violaciones ocurran, sólo es posible la anulación total de la norma, ya que la anulación parcial tampoco es
viable, según lo visto. Así las cosas, de estimarse la presente acción el artículo 23 del Código de Familia debe ser
anulado. Pero, con ello, el accionante no vería tutelados los derechos fundamentales que, en tanto derechos
subjetivos, considera lesionados. Sin prejuzgar sobre el fundamento de las alegaciones hechas por el accionante, es
claro que no lo vería en relación con la libertad de culto y de asociación con fines religiosos, porque él, en cuanto
pastor evangélico, no podría celebrar matrimonios religiosos con efectos civiles. En el caso del principio de igualdad,
si bien la eventual anulación del numeral 23 del Código de Familia implicaría que todas las organizaciones religiosas
–y sus ministros- quedan en una misma condición en cuanto a los efectos jurídicos que generan los matrimonios que
celebran, lo cierto es que la situación del accionante no se ve afectada en un sentido positivo. Es decir, que la
igualdad lograda no satisface su pretensión de poder celebrar matrimonios religiosos con efectos civiles, como lo
hacen actualmente los sacerdotes católicos. El efecto práctico de una sentencia estimatoria no sería que el
accionante acceda a un plano de igualdad con respecto a los sacerdotes católicos, sino que estos pierdan un
beneficio y se ubiquen a un mismo plano con respecto al accionante, con lo cual este no habría ganado nada. En
cuanto al derecho a contraer matrimonio y fundar una familia, debe tenerse presente que el accionante presentó esta
acción e interpuso el amparo que le sirve de base en tanto pastor evangélico, no en cuanto simple miembro de esa
Iglesia. En el amparo se discute si el Registro Civil debe o no darle el formulario que solicita para poder celebrar
matrimonios que tengan efectos civiles. El problema de constitucionalidad planteado alrededor de los artículos 23 y
24 del Código de Familia, es relevante para resolver el recurso de amparo en tanto de su legitimidad constitucional
depende que el accionante pueda o no celebrar matrimonios, no contraerlo ni fundar una familia. Desde este punto
de vista, la inconstitucionalidad invocada con fundamento a contraer matrimonio y fundar una familia, tampoco es
medio razonable. En consecuencia, es claro que en el caso bajo examen la inconstitucionalidad invocada no es un
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medio razonable para amparar el derecho o interés que se considera lesionado. Por ello, en opinión de este Órgano
Asesor que, de conformidad con lo que establece el artículo 75, párrafo primero de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, el accionante carece de legitimación activa, motivo por el cual esta acción debe ser rechazada por
inadmisible. En cuanto al fondo, este Órgano Asesor considera que, confrontado el texto de los artículos 23 y 24 del
Código de Familia, sobre todo del primero, con el contenido de la libertad religiosa como derecho fundamental, las
normas impugnadas no lo violentan, ni quebrantan. Por su parte, el principio constitucional de que el matrimonio es
la base esencial de la familia, no sufre menoscabo por lo que establecen los artículos 23 y 24 del Código de Familia.
No hay nada en el artículo 24 del Código de Familia que implique una limitación al ejercicio del derecho fundamental
a contraer matrimonio. Este artículo simplemente señala cuáles son las autoridades ante las que se puede celebrar
válidamente un matrimonio, y los deberes que estos tienen en relación con la inscripción del mismo ante el Registro
Civil. En lo que al numeral 23 de ese mismo Código se refiere, tampoco hay limitación alguna que impida, a quienes
tienen capacidad jurídica para ello, contraer matrimonio. El hecho diferencial entre ministros y representantes de las
distintas denominaciones u organizaciones religiosas es, por lo tanto, la pertenencia o no a la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana. La diferencia o la desigualdad de trato creada por la norma es la exclusividad a favor de los
ministros de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana para celebrar matrimonios que tengan efectos civiles, que es lo
mismo que decir que tengan efectos jurídicos, en relación con los ministros o representantes de demás iglesias y
organizaciones religiosas. Pues bien, tal diferencia o trato desigual es el que debe pasar el examen de razonabilidad
y proporcionalidad exigido por el Tribunal Constitucional, ya que así como se atribuyó la competencia a los ministros
de la Iglesia Católica para celebrar matrimonios con efectos civiles, el legislador pudo haberlo hecho a favor de otras
organizaciones religiosas, y tener a sus ministros o sacerdotes como funcionarios públicos con los mismos deberes
legales impuestos a todo funcionario público con esa misma competencia. Dada la preeminencia del principio de
igualdad en una sociedad democrática, el no hacerlo debe estar justificado y no puede ser resultado del mero
ejercicio arbitrario de la función legislativa. Desde el anterior punto de vista, la desigualdad contenida en la norma no
podría encontrar justificación en la mayor extensión y arraigo de la Iglesia Católica, como realidad sociológica. No ve
este Órgano Asesor cual sería la razón de ello. Eso sería, simplemente, castigar a las demás iglesias por ser
minoritarias, pues esa condición no prejuzga sobre la capacidad de sus ministros o representantes para realizar este
tipo de actos, es decir, apegarse a lo que el Código de Familia y la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Elecciones
y del Registro Civil, establecen al respecto. Además, ha de tomarse en cuenta que el control y fiscalización del
cumplimiento de los deberes legales de los funcionarios competentes para celebrar matrimonios, la ejerce el Estado,
en vía administrativa o judicial, no las distintas iglesias como organizaciones religiosas, al margen de que así lo
hagan. Sin duda que el legislador, en procura de la seguridad jurídica, puede considerar inconveniente atribuir
indiscriminadamente la competencia para celebrar matrimonios, que tenga efectos jurídicos, a todo ministro o
representante de una iglesia u organización religiosa. Pero, en tal caso, una forma constitucionalmente válida sería
que la norma señale los requisitos y las condiciones a satisfacer por las respectivas Iglesias, en el entendido que
tales requisitos y condiciones sean razonables y proporcionales. Lo que resulta inconstitucional, por quebranto del
principio constitucional de no discriminación arbitraria, es la simple exclusión de toda otra iglesia con excepción de
una, tal y como se desprende del artículo 23 del Código de Familia. Ahora bien, tal y como se analizó al tratar el
tema de legitimación del accionante, frente a la inconstitucionalidad del artículo 23 citado esta Sala Constitucional
sólo puede ejercer sus competencias anulándolo. Pero, con ello, estaría corrigiendo la desigualdad en un sentido
negativo, no positivo, porque no estaría incluyendo a los actualmente excluidos. Esto significa que la plena
satisfacción del principio de igualdad, que sería la extensión de la competencia otorgada para celebrar matrimonios
con efectos civiles a los ministros de otras iglesias, distinta a la Católica, no está en manos del Tribunal
Constitucional, sino en las del legislador. Dadas las consecuencias señaladas, y para no proceder a la anulación de
la norma, dado que con ello no se satisface el derecho a la igualdad como derecho subjetivo, esta Sala puede
mantener la validez constitucional del artículo 23 en el entendido de que, a pesar de la discriminación que implica, es
una forma de colaboración del Estado con una iglesia en particular, la Católica. Y como su eliminación no conlleva
que esa misma colaboración se de a favor de otras iglesias, resulta inútil desde el punto de vista de la satisfacción
del derecho a un trato igual y provoca, mas bien, la pérdida de un beneficio que encuentra asidero constitucional en
el artículo 75, aunque es claro que ese mismo beneficio, y cualquier otro basado en ese numeral, puede hacerse
extensivo a iglesias de otras religiones distinta a la Católica, Apostólica y Romana. Con fundamento en lo dicho, este
Órgano Asesor recomienda a la Honorable Sala Constitucional rechazar esta acción por falta de legitimación activa
con base en que en el caso bajo examen la inconstitucionalidad invocada no es un medio razonable para amparar el
derecho o interés que se considera lesionado, pues la única sentencia estimatoria posible es aquella que anula el
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artículo 23 del Código de Familia (la anulación o no del 24 ibídem es irrelevante), con lo que lo pretendido en el
amparo que sirve de base a esta acción no podría ser satisfecho. En caso de que esta Sala resuelva por el fondo la
acción, este Órgano Asesor recomienda desestimarla con base en las siguientes consideraciones: los artículos 23 y
24 del Código de Familia no establecen limitaciones a la libertad religiosa ni al derecho de contraer matrimonio y
establecer una familia. Dichos artículos establecen el marco jurídico para el ejercicio de esos derechos sin establecer
obstáculos arbitrarios para su disfrute. Por ello mismo, no implican quebranto a lo establecido en el artículo 28
constitucional en relación con las condiciones en que el legislador puede regular y limitar los derechos
fundamentales. En principio, la distinción hecha a favor de los ministros de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana
por el artículo 23 del Código de Familia, consistente en poder celebrar matrimonios que tenga efectos civiles, es
inconstitucional por violación al principio de no discriminación. Sin embargo, la anulación de dicho artículo no
conlleva la plena satisfacción del principio de igualdad como derecho subjetivo porque no da como resultado la
extensión de la competencia allí concedida a los sacerdotes católicos a los ministros de otras iglesias y
organizaciones religiosas. Tomando en cuenta lo dicho, la no anulación del artículo 23 puede sostenerse con base
en lo dispuesto por el artículo 75 constitucional y la interpretación del mismo ha hecho la Sala Constitucional en la
sentencia número 3171-93, en la medida en que dicho numeral otorga un beneficio a la Iglesia Católica como
colaboración del Estado con esta (cuya eliminación, por demás, no implica la extensión del mismo a otras iglesias),
beneficio que en todo caso, el legislador puede hacer extensivo a otras iglesias.
5.- En escrito presentado a las quince horas con cuarenta y siete minutos del diecinueve de marzo del dos mil
uno (folios 128 a 143), Ana Isabel Fernández Alvarado, en su condición de Directora General del Registro Civil,
contesta la audiencia conferida y manifiesta que el artículo 23 del Código de Familia en ningún momento violenta el
derecho y garantía constitucional del matrimonio, pues no impide contraer matrimonio a quienes profesen otros
cultos. Lo que sí hace es resguardar la seguridad del acto jurídico, el control y seguridad registral. No es que el
matrimonio efectuado por representantes de la Iglesia Católica, en cuanto al ritual religioso tenga por sí mismo
efectos civiles, es su declaratoria la que surte efectos civiles, por la fe pública con que se ha investido, por precepto
legal, a sus representantes. El acudir ante un juez o notario público para contraer matrimonio, no es un acto de
carácter religioso, sino de formalidad jurídica; no impide ni obstaculiza que se realicen matrimonios civiles ante la
persona facultada para ello, según su convicción y credo religioso, tal y como se ha venido realizando. La diferencia
radica en que el matrimonio efectuado por un sacerdote, representante de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana,
por el carácter de funcionario público que le otorga el artículo 23 de Código de Familia al inscribir el acto, surte
efectos civiles. El artículo 75 de nuestra Constitución Política establece que la Religión Católica, Apostólica y
Romana, es la religión del Estado, el cual debe contribuir a su mantenimiento, pero expresa al mismo tiempo el libre
ejercicio de cualesquiera otros cultos religiosos, criterio reconocido por la propia Constituyente de mil novecientos
cuarenta y nueve y la Corte Suprema de Justicia hasta el presente, mediante una reiterada y abundante
jurisprudencia, ha reconocido el carácter confesional del Estado costarricense. Efectivamente, tal y como ya lo
señaló la Sala Constitucional, la religión Católica es la religión más arraigada y extendida en el país desde el punto
de vista histórico y sociológico. La declaratoria y establecimiento del estado confesional conllevó al mismo tiempo,
implicaciones en el orden civil para la Iglesia Católica y en el orden moral para el Estado de Derecho. De esta forma
se consolida lo que podríamos denominar como la sacralización del Estado y la secularización de la Iglesia Católica.
Como podemos observar históricamente, los eclesiásticos, en su calidad de funcionarios públicos desde mil
ochocientos veinticinco, al registrar nacimientos, defunciones y matrimonios, no solo tienen fe pública como los
notarios, sino que, además, son funcionarios del Registro Civil por derecho constitucional. En tal sentido, no podría
alegarse que el constituyente del cuarenta y nueve o el legislador de los años setenta, cuando se promulgó el Código
de Familia, actuaron arbitrariamente en forma discriminatoria o faltaron al principio de razonabilidad, sino que
actuaron consecuentes con nuestro pasado histórico y realidad sociológica. La organización y experiencia milenaria
de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana indujo al legislador a otorgarle la tutela de la seguridad jurídica en la
institución del matrimonio y por ende de la familia; dándole a sus representantes fe pública y condición de funcionario
público, toda vez que, en caso de no cumplir u observar las disposiciones del Código de Familia en la declaración del
matrimonio, se procedería de inmediato, al igual que con un notario público que se denuncia ante la Dirección de
Notariado, denunciar al presbítero ante la Curia Metropolitana. El otorgar la calidad de funcionario público a todo
pastor de cualquier confesión no garantiza la seguridad jurídica, toda vez que, la gran mayoría no se encuentran
inscritos en el Registro de Asociaciones, y en la sociedad actual proliferan los cultos de diferentes credos religiosos.
Al nacer cada día nuevas congregaciones con estructuras diferentes entre sí, más pequeñas e individuales, no
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permiten fiscalizar y sancionar el mal ejercicio de la actividad, la vía que determina el órgano director del
procedimiento y la sanción que corresponde aplicarle a la persona que incumple con los requisitos de ley. La
amplitud de otorgar fe pública, en forma indiscriminada a todos los que se digan representantes de algún culto
religioso, podría hacer vulnerables y sin control la seguridad jurídica y registral, de un acto de gran transcendencia en
el ambiente individual, familiar y de la sociedad. Riesgo innecesario, toda vez que pueden efectuar este acto no sólo
desde el culto religioso al que pertenecen, sino que también, gratuitamente ante un juez, como sucede en la
actualidad. El sistema y estructura de la Iglesia Católica y Apostólica garantiza la idoneidad de la persona que realiza
la inscripción y brinda la seguridad jurídica para efectos patrimoniales y de filiación al encontrarse sujetos a normas
rígidas del Código de Derecho Canónico, que establece jerarquía en la Iglesia, además de Tribunales Eclesiásticos
que controlan, en forma rígida y por siglos, el cumplimiento de la normativa referida a la declaración de los
matrimonios que efectúen. La medida del legislador de garantizar la realización de este acto jurídico solo a los
funcionarios públicos es idónea, toda vez que la finalidad de la norma es brindar seguridad jurídica y control registral,
garantizando una sujeción especial segura y efectiva, en caso de que cometiere un error o falta el funcionario que
efectuó dicho acto jurídico. En el año dos mil se recibieron para su inscripción ante el Registro Civil diez mil
novecientos veintinueve matrimonios efectuados en las doscientas noventa y un Parroquias registradas y
autorizadas para tal efecto y catorce mil quinientos cuarenta inscripciones de matrimonios efectuados por siete mil
quinientos ochenta notarios autorizados, demostrándose que en la práctica, la facultad concedida a la Iglesia
Católica, no genera ningún problema, más bien ha venido a resguardar la seguridad jurídica, tantas veces señalada.
Es por lo expuesto, que procede indicar que no se da la “desigualdad” tal y como lo ha señalado el recurrente; la
norma legal es razonable, por cuanto el acto jurídico del matrimonio efectuado por el funcionario público autorizado
por ley, y en particular por los representantes de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, han estado bajo la
autoridad y control de una estructura sólida, histórica y ejemplar que garantiza la seguridad jurídica y registral. Es
importante recordar que los archivos eclesiásticos en nuestro país fueron la base fundamental para originar y
sustentar el Registro del Estado Civil, hoy Registro Civil.
6.- En folios 123 a 126 consta la solicitud de coadyuvancia activa presentada por Alberto Cabezas Villalobos a
las dieciséis horas y veinticinco minutos del siete de marzo del dos mil uno, con la pretensión de que se declare la
inconstitucionalidad de los artículos aquí impugnados.
7.- En escrito presentado a las once horas y diez minutos del veintidós de marzo del dos mil uno (folios 179,
180) Sergio Alejandro López Palma, Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana con cédula de
persona jurídica número 3-002-45435, solicita ser admitido como coadyuvante activo en la acción de
inconstitucionalidad que nos ocupa. Se manifiesta inconforme con el hecho de que sus pastores, pese a la capacidad
académica y moral que tienen, no estén facultados para efectuar matrimonios con efectos civiles. Considera que los
artículos 23 y 24 del Código de Familia son contrarios al principio de igualdad.
8.- Mediante escrito presentado a las diez horas y treinta y ocho minutos del veintinueve de marzo del dos mil
uno (folios 189) José Esteban Chacón Chacón, Dionisio Acuña Arias, German Méndez V., Jorge Luis Chavarría
Villalobos, Alejandro Obando Obando, Juan Cerdas Fernández, Severiano Montoya Méndez, Rolando Salazar
Salazar, Omar Jiménez Vargas, Freddy Meza Hidalgo, Jorge Samuel Pierre, José Alberto Adams, Wilson Cerdas
Arias, Fernando Hadges Chamier, Efraín Arias Avila, José Isauro Vargas Toruño, Julián Vallejos Torres, Manuel
Durán Chaves, Fabio Peraza Solís, Edwin Gerardo Salas González, Joel Arias Fonseca, José Ángel Espinosa,
Dagoberto Rojas Herrera, Diego Olivier Gómez Corea, Marvin Jiménez Alvarez, Rafael Chavarría Flores, Miguel
González Fallas, Irene Villalobos Mendez, Virgilio Jiménez Alvarez, Dennis López Hernández, Flor González Castillo,
Dolores Ocampo Arguedas, Santos Duarte Castillo, Ada Flory Moya Brenes, Johnny Bermúdez Jiménez, Jesús
Trejos Sandoval, Daniel Bains Robinson, se apersonan como coadyuvantes activos y reclaman la
inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia.
9.- Por escrito presentado a folio 193, los ministros de la Asociación Cristiana de las Asambleas de Dios en
Costa Rica, solicitan se les tenga como coadyuvantes activos en la presente acción.
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10.- Mediante escrito presentado a las quince horas y ocho minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno
(folios 198 a 202) Mauricio Quesada Solano, Presidente de la Asociación Caminantes del Nuevo Pacto, se apersona
como coadyuvante activo y reclama la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia.
11.- Mediante resolución del Presidente de la Sala se previno a Mauricio Quesada Solano quien afirma
comparecer en condición de Presidente, representante judicial y apoderado generalísimo sin límite de suma de la
Asociación Caminantes del Nuevo Pacto, que dentro de tercero día acredite su representación (folio 222).
12.- Por escrito presentado a las quince horas y nueve minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno
(folios 205 a 209) Carlos Antonio Flores Rodríguez, Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo, también
se apersona como coadyuvante activo y reclama la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de
Familia.
13.- En escrito presentado a las quince horas y siete minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios
210 a 215) Sonia María Soto Ocaña en su condición de ministra de la Asociación Cristiana Nido del Aguila, se
apersona como coadyuvante activa y se adhiere a los argumentos esgrimidos por el accionante.
14.- Mediante escrito interpuesto a las quince horas y ocho minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno
(folios 216 a 218), Jonás González Rodríguez en su condición de pastor evangélico de la Asociación Cristiana de
Comunicaciones, se apersona como coadyuvante activo y se adhiere a los argumentos esgrimidos por el accionante.
15.- Por oficio presentado a las dieciséis horas y diez minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios
219 y 220) Eugenio Vallejo Cedeño, Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del Sétimo
Día comparece en su condición de coadyuvante activo. Se admite.
16.- Por resolución de las once horas y quince minutos horas del veinte de junio del dos mil tres el Magistrado
Informante previno a quienes solicitan ser tenidos como coadyuvantes activos en el proceso presentar dentro de
tercero día certificación mediante la cual acrediten su condición de Pastores Evangélicos (folio 231).
17.- Mediante escrito presentado el veintisiete de junio del dos mil tres, Jorge Fisher Aragón Abogado,
autenticante de las firmas de algunas personas que solicitaron ser tenidos como coadyuventes activos solicitó una
ampliación del plazo(folio 239).
18.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
fueron publicados en los números 48, 49 y 50, del Boletín Judicial, de los días 08, 09 y 12 de marzo de 2001 (folio
127).
19.- La audiencia oral y pública prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional se
celebró a las nueve horas del quince de julio del dos mil cuatro.
20.- A folio 244, Mauricio Quesada Solano en su condición de Presidente y Apoderado Generalísimo sin límite
de suma de la Iglesia Cristiana denominada Asociación Caminantes del Nuevo Pacto, adjunta la certificación de su
personería.
21.- Por escrito de fecha quince de julio del dos mil tres (folio 288), el señor Jorge Fisher Aragón solicitó más
tiempo para cumplir con la prevención realizada mediante resolución de las once horas y quince minutos del veinte
de junio del dos mil tres.
22.- Por resolución de las catorce horas quince minutos del veintinueve de junio del dos mil cuatro, se
señalaron las nueve horas del quince de julio del dos mil cuatro para la celebración de la vista (folio 289).
23.- Por resolución de las quince horas dieciocho minutos del dos de julio del dos mil cuatro la Sala resolvió:
en los siguientes casos se ha constatado el cumplimiento de los requisitos establecidos en el artículo 83 de la Ley de
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la Jurisdicción Constitucional, de manera que lo procedente es tener a Alberto Cabezas Villalobos, Sergio Alejandro
López Palma en su condición de Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana; Eugenio Vallejo Cedeño,
Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del Sétimo Día y Francisco Quesada Solano
como coadyuvantes en este asunto. Se admite también la solicitud de coadyuvancia de Carlos Antonio Flores
Rodríguez, Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo, quien cumplió lo prevenido por resolución de las
once horas y quince minutos del veinte de junio del dos mil tres. En vista de ello, procede admitir tales gestiones y
tener a las referidas personas y organizaciones como coadyuvantes activos. Por no cumplir la prevención realizada
por resolución de las trece horas y veinticinco minutos del dieciocho de mayo del dos mil uno, se rechaza la solicitud
de Mauricio Quesada Solano para que se le tenga como coadyuvante activo. Igualmente se rechazan las gestiones
de Carlos Pérez García, Sergio Villegas García, Vanessa Berdugo Ulate, Lidieth Muñoz Bolaños, Héctor A. López
Arias, Carlos Gerardo Alvarado, Ricardo Chanto Mora, Ismael López Rivera, Oldemar Córdoba Obando, Víctor
Gutiérrez Barrantes, Douglas Soto Castillo, Rafael Chinchilla Brizuela, Guillermo Jiménez Badilla, José Miguel
Solano Cascante, Fernando Fallas Torres, Enrique Vargas Rodríguez, Ronald Araya Monge, Álvaro Vargas Montes,
Gabriel Fernández, Pedro Jiménez Castro, Juan Bautista Lobo, Yunert Barrantes, Francisco Ramírez Marín, Sonia
Sánchez V., Henry Melciades Obando, Pablo Emilio Gómez (a folio 182); William Araya Guzmán, Sandra Arias
González, Johanna Teresa Abarca, Bernardo Javier Miranda B., Abraham García G., Marvin Angulo Q., Francisco
Coto Arias, Gledy Murillo Araya, Marco Andrey García Varela, Wilmer Josué Centeno Cruz, José Antonio Carvajal, J.
Gerardo Campos Rodríguez, María Cecilia Ledezma Salazar, María Lorena Ramírez Artavia, Luis Ricardo Mejías
Herra, Donald Salgado Silva, Róger Venegas González, Julia Mendoza Obando, Gerardo Esquivel Arce (folio 183),
Ronald Naranjo Matarrita, Walter Garro Araya, Hoover Valverde G., Cecilia Araya Quesada, Carlos Luis Vindas, José
Ángel Gutiérrez Reyes, Claudio Carvajal Castillo, Henry Chacón Brenes, César P. B., Yolanda T. Paniagua P., María
Lorena Arrieta E., Luis G. Leitón U., Jorge Benavides Pérez, Allan Herrera Gamboa (folio 184), Oscar Ramírez
Fonseca, Carlos R. Gamboa Umaña, José J. Garro Padilla, Luis Gerardo Vargas V., Pablo Bonilla Villegas, Jorge Al
Vega Quirós, Ramón Horacio A.V., Miguel Guerrero, Miguel Ramírez S., Marianela Durán Arias (folio 185), Manuel
Alvarado Brenes, Danilo Jirón Suazo, Carlos Gómez, Juan Luis Castro Arrieta, Ana Yubel Vargas Orozco, William
Bonilla, Ronald Garita Soto, Humberto Mejía Cartín, Marta Eugenia Mora Arias, Eliécer Bonilla S. (folio 186), Franklin
Aguilar S., Carlos Anchía S., William Cháves Angulo, Carlos Avendaño Calvo, Franklin Vargas C. (folio 187), Gerardo
Bogantes Arias, Rulberth Artavia Ugarte, Jorge Chanto Solano, Dennis Chaves Chacón (folio 188), José Esteban
Chacón Chacón, Dionisio Acuña Arias, German Méndez V., Jorge Luis Chavarría Villalobos, Alejandro Obando
Obando, Juan Cerdas Fernández, Severiano Montoya Méndez, Rolando Salazar Salazar, Omar Jiménez Vargas,
Freddy Meza Hidalgo, Jorge Samuel Pierre, José Alberto Adams, Wilson Cerdas Arias, Fernando Hadges Chamier,
Efraín Arias Ávila, José Isauro Vargas Toruño, Julián Vallejos Torres, Manuel Durán Chaves, Fabio Peraza Solís,
Edwin Gerardo Salas González, Joel Arias Fonseca, José Ángel Espinosa, Dagoberto Rojas Herrera, Diego Olivier
Gómez Corea, Marvin Jiménez Álvarez, Rafael Chavarría Flores, Miguel González Fallas, Irene Villalobos Méndez,
Virgilio Jiménez Álvarez, Dennis López Hernández, Flor González Castillo, Dolores Ocampo Arguedas, Santos
Duarte Castillo, Ada Flory Moya Brenes, Johnny Bermúdez Jiménez, Jesús Trejos Sandoval, Daniel Bains Robinson
(a folio 189), Luis G. Hernández Calderón, J. Antonio Arias Sánchez, Francisco Noguera Ledezma, Benito Salazar
Gómez, Edgar Solís Chávez, Luis Demetrio Mendoza Villegas, Juan Rafael Rojas Calvo, Ronald Vega G., Ermingas
Sánchez Rodríguez, Rodolfo Yanqui Yanqui, Mario Sánchez Salas, Félix Guevara Martínez, Geovanny Segura G.,
Rafael Gamboa Zúñiga, Miguel Eduardo Acosta Villalobos, Antonio Sequeira Díaz, Juan Ramón Gutiérrez Fajardo,
Adolfo Morales Chaves, Marcelino Vidal E., Carlos Caravaca Caravaca, Adán Ortiz Torres, Ovidio Mora Rodríguez,
Marvin Oscar Ramírez Chaves, Leonel Narváez Chávez, Josefa Vargas Rodríguez, Virgilio Victoria Cerrad, Víctor
Hugo Corrales Rodríguez, Eduardo Díaz Villalta, José Antonio López Mesa, William Delgado Barrantes, Rodrigo
Matamoros Ruiz, Félix Pedro Vallejo Vallejo, Carlos Luis Rodríguez Arguedas, Juan Miguel Vallejos V, Carlos
Vásquez Chavarría, Julio Camacho Chavarría, Orlando Álvarez Mejías, Ezequiel Salazar Campos, Alonso Alfaro
Rodríguez, Gabriel Murillo Murillo, Nicolás López Gutiérrez, Juan Molltise Senteno, Fermín Chavarría Camacho,
Raimundo Salguera Chevez, María Cecilia Méndez Arce, Fidel Ángel Lazo Guevara, Eric Ariesto Fuentes Fallas,
Alejandro Rodríguez Flores, Enoc Hernández Pereira, Marcelino Espinosa Araya, Henry Chacón Valerio, Omar Caro
Martínez, Minor Campos Muñoz (a folio 193), Sonia María Soto Ocaña (folio 210), Jonás González Rodríguez (folio
216).
24.- El señor Jorge Fischer Aragón por escrito presentado a folio 344 solicita autorización para filmar la
audiencia oral.
84
25.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley.
Redacta el Magistrado Mora Mora ; y,
Considerando:
I.-Objeto de la impugnación. El accionante impugna los artículos 23 y 24 del Código de Familia, Ley número
5476, publicada en La Gaceta número 24 de cinco de febrero de mil novecientos setenta y cuatro, por estimarlo
contrario a los artículos 33, 28, 52 y 75 de la Constitución Política, 12, 16.1 y 17.2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, II, III y VI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Textualmente el
artículo 23 impugnado establece: Título 1. Del matrimonio. Capítulo 3. De los efectos civiles del matrimonio católico.
Artículo 23.- El matrimonio que celebre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana con sujeción a las disposiciones de
este Código, surtirá efectos civiles. Los Ministros que lo celebren quedan sujetos a las disposiciones del Capítulo IV
de este Título en lo aplicable, para lo cual serán considerados funcionarios públicos. Artículo 24.- El matrimonio se
celebrará ante la autoridad de la jurisdicción en donde haya residido durante los últimos tres meses cualquiera de los
contrayentes. Tales autoridades serán, un Juez Civil o un Alcalde Civil, o el Gobernador de la Provincia. (La última
parte de este párrafo fue derogada por el artículo 98 inciso e) de la Ley General de Policía número 7410 del 26 de
mayo de 1994) Los notarios públicos están autorizados para celebrar matrimonios en todo el país. El acta
correspondiente se asentará en su protocolo y deberán conservar en el de referencias, la copia respectiva. Los
contrayentes podrán recurrir para los trámites previos a la celebración, ante los funcionarios judiciales o
administrativos indicados, o ante un Notario. Los funcionarios judiciales o administrativos no podrán cobrar
honorarios por los matrimonios que celebren. El funcionario ante quien se celebre un matrimonio está obligado a
enviar todos los antecedentes y acta del mismo o certificación de ésta, al Registro Civil. Cuando quien celebre un
matrimonio no observe las disposiciones de este Código, el Registro Civil dará cuenta de ello al superior
correspondiente, a fin de que imponga la sanción que procediere y en todo caso al tribunal penal competente para lo
de su cargo.”
II.- Sobre la admisibilidad. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, el que acciona en esta vía debe contar con un asunto previo en el cual haya invocado la
inconstitucionalidad de la norma, como medio razonable para amparar el derecho o interés que se considera
lesionado. Esto significa que la declaratoria con lugar de su pretensión, debe generarle un resultado beneficioso para
sus intereses que están siendo discutidos, ya sea en sede administrativa o en la judicial. En el caso que nos ocupa,
el accionante tramita ante esta Sala Constitucional el proceso de amparo número 01-000038-0007-CO, en el que se
invoca la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia que le fueron aplicados por parte de la
Dirección General del Registro Civil en la resolución de una solicitud de formularios para la celebración de
matrimonios con efectos civiles, alegando que se produce una discriminación al otorgarle privilegios a la Iglesia
Católica, pues él como pastor no puede darle efectos civiles al matrimonio que celebra en su Iglesia. El objeto central
de discusión del accionante en el recurso de amparo que sirve de base a esta acción, se sustenta en el artículo 23
del Código de Familia mediante el cual se otorga efectos civiles al matrimonio que realice la Iglesia Católica, por lo
que el análisis de inconstitucionalidad de esta norma, en criterio de este Tribunal sí constituye medio razonable para
la resolución del conflicto planteado, pues los efectos de una eventual sentencia estimatoria, al eliminar la omisión
que reclama lo colocaría en la situación de los auxiliares de la función pública que cita la norma con capacidad de
dar efectos civiles al acto matrimonial. No obstante, en cuanto al artículo 24 impugnado, la Sala estima que la acción
no constituye un medio razonable para amparar el derecho reclamado, pues esta disposición lo que hace es
desarrollar la forma en que las autoridades judiciales o administrativas deben celebrar el matrimonio civil. El artículo
24, no establece ninguna distinción en relación a los representantes (ministros, sacerdotes, pastores, rabinos, etc) de
las distintas iglesias, por lo que, en sí mismo, no quebranta ninguno de los principios constitucionales alegados por el
accionante. En consecuencia, se debe rechazar la acción en cuanto al artículo 24 del Código de Familia, por no
constituir medio razonable para amparar el derecho que se estima lesionado, pues de admitirse la misma, se estaría
admitiendo el ejercicio de una acción popular como presupuesto de legitimación para el acceso al control de
constitucionalidad de las normas, lo cual no es permitido en nuestro ordenamiento jurídico. Por consiguiente, se
realiza el estudio de fondo en esta acción, únicamente respecto al artículo 23 del Código de Familia.
85
III.- Sobre las solicitudes de coadyuvancia presentadas. Por resolución de las quince horas dieciocho minutos
del dos de julio del dos mil cuatro la Sala resolvió que en los siguientes casos se constataba el cumplimiento de los
requisitos establecidos en el artículo 83 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por lo que se admitió a
Alberto Cabezas Villalobos, Sergio Alejandro López Palma en su condición de Presidente de la Asociación
Evangélica Centroamericana; Eugenio Vallejo Cedeño, en su condición de Presidente de la Asociación Iglesia
Costarricense de los Adventistas del Sétimo Día, Francisco Quesada Solano y Carlos Antonio Flores Rodríguez, en
su calidad de Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo, como coadyuvantes en este asunto. Por no
cumplir con la prevención realizada por resolución de las trece horas y veinticinco minutos del dieciocho de mayo del
dos mil uno (folio 222) y de las once horas quince minutos del veinte de junio del dos mil tres (folio 230), se
rechazaron las solicitudes de coadyuvancia presentadas por Mauricio Quesada Solano y las gestiones de Carlos
Pérez García, Sergio Villegas García, Vanessa Berdugo Ulate, Lidieth Muñoz Bolaños, Héctor A. López Arias, Carlos
Gerardo Alvarado, Ricardo Chanto Mora, Ismael López Rivera, Oldemar Córdoba Obando, Víctor Gutiérrez
Barrantes, Douglas Soto Castillo, Rafael Chinchilla Brizuela, Guillermo Jiménez Badilla, José Miguel Solano
Cascante, Fernando Fallas Torres, Enrique Vargas Rodríguez, Ronald Araya Monge, Álvaro Vargas Montes, Gabriel
Fernández, Pedro Jiménez Castro, Juan Bautista Lobo, Yunert Barrantes, Francisco Ramírez Marín, Sonia Sánchez
V., Henry Melciades Obando, Pablo Emilio Gómez (a folio 182); William Araya Guzmán, Sandra Arias González,
Johanna Teresa Abarca, Bernardo Javier Miranda B., Abraham García G., Marvin Angulo Q., Francisco Coto Arias,
Gledy Murillo Araya, Marco Andrey García Varela, Wilmer Josué Centeno Cruz, José Antonio Carvajal, J. Gerardo
Campos Rodríguez, María Cecilia Ledezma Salazar, María Lorena Ramírez Artavia, Luis Ricardo Mejías Herra,
Donald Salgado Silva, Róger Venegas González, Julia Mendoza Obando, Gerardo Esquivel Arce (folio 183), Ronald
Naranjo Matarrita, Walter Garro Araya, Hoover Valverde G., Cecilia Araya Quesada, Carlos Luis Vindas, José Ángel
Gutiérrez Reyes, Claudio Carvajal Castillo, Henry Chacón Brenes, César P. B., Yolanda T. Paniagua P., María
Lorena Arrieta E., Luis G. Leitón U., Jorge Benavides Pérez, Allan Herrera Gamboa (folio 184), Oscar Ramírez
Fonseca, Carlos R. Gamboa Umaña, José J. Garro Padilla, Luis Gerardo Vargas V., Pablo Bonilla Villegas, Jorge Al
Vega Quirós, Ramón Horacio A.V., Miguel Guerrero, Miguel Ramírez S., Marianela Durán Arias (folio 185), Manuel
Alvarado Brenes, Danilo Jirón Suazo, Carlos Gómez, Juan Luis Castro Arrieta, Ana Yubel Vargas Orozco, William
Bonilla, Ronald Garita Soto, Humberto Mejía Cartín, Marta Eugenia Mora Arias, Eliécer Bonilla S. (folio 186), Franklin
Aguilar S., Carlos Anchía S., William Cháves Angulo, Carlos Avendaño Calvo, Franklin Vargas C. (folio 187), Gerardo
Bogantes Arias, Rulberth Artavia Ugarte, Jorge Chanto Solano, Dennis Chaves Chacón (folio 188), José Esteban
Chacón Chacón, Dionisio Acuña Arias, German Méndez V., Jorge Luis Chavarría Villalobos, Alejandro Obando
Obando, Juan Cerdas Fernández, Severiano Montoya Méndez, Rolando Salazar Salazar, Omar Jiménez Vargas,
Freddy Meza Hidalgo, Jorge Samuel Pierre, José Alberto Adams, Wilson Cerdas Arias, Fernando Hadges Chamier,
Efraín Arias Ávila, José Isauro Vargas Toruño, Julián Vallejos Torres, Manuel Durán Chaves, Fabio Peraza Solís,
Edwin Gerardo Salas González, Joel Arias Fonseca, José Ángel Espinosa, Dagoberto Rojas Herrera, Diego Olivier
Gómez Corea, Marvin Jiménez Álvarez, Rafael Chavarría Flores, Miguel González Fallas, Irene Villalobos Méndez,
Virgilio Jiménez Álvarez, Dennis López Hernández, Flor González Castillo, Dolores Ocampo Arguedas, Santos
Duarte Castillo, Ada Flory Moya Brenes, Johnny Bermúdez Jiménez, Jesús Trejos Sandoval, Daniel Bains Robinson
(a folio 189), Luis G. Hernández Calderón, J. Antonio Arias Sánchez, Francisco Noguera Ledezma, Benito Salazar
Gómez, Edgar Solís Chávez, Luis Demetrio Mendoza Villegas, Juan Rafael Rojas Calvo, Ronald Vega G., Ermingas
Sánchez Rodríguez, Rodolfo Yanqui Yanqui, Mario Sánchez Salas, Félix Guevara Martínez, Geovanny Segura G.,
Rafael Gamboa Zúñiga, Miguel Eduardo Acosta Villalobos, Antonio Sequeira Díaz, Juan Ramón Gutiérrez Fajardo,
Adolfo Morales Chaves, Marcelino Vidal E., Carlos Caravaca Caravaca, Adán Ortiz Torres, Ovidio Mora Rodríguez,
Marvin Oscar Ramírez Chaves, Leonel Narváez Chávez, Josefa Vargas Rodríguez, Virgilio Victoria Cerrad, Víctor
Hugo Corrales Rodríguez, Eduardo Díaz Villalta, José Antonio López Mesa, William Delgado Barrantes, Rodrigo
Matamoros Ruiz, Félix Pedro Vallejo Vallejo, Carlos Luis Rodríguez Arguedas, Juan Miguel Vallejos V, Carlos
Vásquez Chavarría, Julio Camacho Chavarría, Orlando Álvarez Mejías, Ezequiel Salazar Campos, Alonso Alfaro
Rodríguez, Gabriel Murillo Murillo, Nicolás López Gutiérrez, Juan Molltise Senteno, Fermín Chavarría Camacho,
Raimundo Salguera Chevez, María Cecilia Méndez Arce, Fidel Ángel Lazo Guevara, Eric Ariesto Fuentes Fallas,
Alejandro Rodríguez Flores, Enoc Hernández Pereira, Marcelino Espinosa Araya, Henry Chacón Valerio, Omar Caro
Martínez, Minor Campos Muñoz (a folio 193), Sonia María Soto Ocaña (folio 210), Jonás González Rodríguez (folio
216).
86
IV.- Sobre el fondo. La acción tiene por objeto determinar la constitucionalidad de la decisión del legislador, de
atribuir efectos civiles al matrimonio celebrado por ministros o sacerdotes de la Iglesia Católica, para lo cual se
alegan como violados los principios de igualdad –o no discriminación-, garantizado en el artículo 33 de la
Constitución; la libertad religiosa derivada del artículo 75 Constitucional, como libertad de conciencia y como libertad
de culto y de asociación con fines religiosos, reconocidas también en los artículos 12 y 16.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y artículo III de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, y, finalmente, el artículo 52 de la Constitución que establece que el matrimonio es la base esencial de la
familia y el derecho reconocido por el artículo 17.2 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y VI de la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, a contraer matrimonio y fundar una familia.
V.- En cuanto al fondo, es propicio aclarar desde el principio, que nuestra Constitución Política, en su artículo
75, permite el libre ejercicio en la República, de otros cultos distintos al de la religión católica, y que gracias a ello es
que coexisten libremente y en paz, distintas religiones en el territorio nacional desde hace siglos. Asimismo, que el
reclamo de los accionantes no tiene que ver del todo con el ejercicio de la libertad religiosa, pues el hecho de que el
legislador haya considerado como auxiliares de la función pública para darle efectos civiles al matrimonio celebrado
por sacerdotes católicos, no impide que cada uno contraiga matrimonio, dentro de su propia religión, ni mucho
menos afecta el derecho de cada cual a fundar una familia y profesar un credo religioso.
VI.- Según ha desarrollado esta Sala en su jurisprudencia (sentencia 3173-93), la libertad religiosa encierra
una doble dimensión: como libertad de conciencia y como libertad de culto. En su concepto genérico, tanto la libertad
de conciencia , entendida como un derecho público subjetivo individual, oponible frente al Estado para exigirle
abstención y protección de ataques de otras personas o entidades, consiste en la posibilidad, jurídicamente
garantizada, de ajustar el sujeto su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin
estar obligado a hacer cosa contraria a ella. Asimismo, en el plano social, se traduce como la libertad de culto ,
entendida como el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia, integrada a su vez por la libertad de
proselitismo o propaganda, la libertad de congregación o fundación, la libertad de enseñanza, el derecho de reunión
y asociación y los derechos de las comunidades religiosas. Como manifestación externa de la libertad religiosa, la
libertad de culto comprende naturalmente -entre otros-, el derecho a mantener lugares de culto y a practicar la
religión deseada, tanto dentro de recintos como en el exterior, siempre dentro de las limitaciones establecidas por el
ordenamiento constitucional o por norma legal.
VII.- Ese es el contenido de la libertad religiosa, tal y como lo garantiza nuestra Constitución (artículo 75),
como la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículos 12 y 16.1) y III de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre. En lo que interesa las normas señalan textualmente, por su orden: Constitución
Política. “Artículo 75.- La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su
mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni
a las buenas costumbres.” Convención Americana sobre Derechos Humanos “Artículo 12.- Libertad de Conciencia y
de Religión. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad
de conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de religión o de creencias, así como la libertad de profesar y
divulgar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado. 2. Nadie puede
ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad de conservar su religión o sus creencias o de
cambiar de religión o de creencias. 3. La libertad de manifestar la propia religión y las propias creencias está sujeta
únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la
salud o la moral públicos o los derechos o libertades de los demás. 4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen
derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones.” Artículo 16.- Libertad de Asociación. 1.
Todas las personas tienen derecho a asociarse
libremente con fines ideológicos, religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de
cualquiera otra índole. 2. ....” Si se confronta el artículo 23 impugnado que da efectos civiles a los matrimonios
celebrados por los sacerdotes católicos con esta normativa, no ve esta Sala cómo se puede afectar la celebración de
ceremonias religiosas de acuerdo a las convicciones de cada uno, por los efectos que el Estado le haya dado al acto,
una vez celebrado. Es decir, pareciera que la confusión de los accionantes radica en que no distinguen el acto
religioso en sí, de los efectos civiles que el Estado, por ficción legal, le da a ese acto. Como bien señala la
Procuraduría en su respuesta, ni el artículo 23 ni el 24, implican limitación alguna a la libertad religiosa como libertad
87
de conciencia, pues de ellos no se desprende impedimento alguno para que las personas, católicas o no, adecuen
su conducta a lo que su conciencia religiosa les dicte. De los efectos civiles del matrimonio católico no se desprende
en forma alguna, que los ministros de otras religiones no puedan celebrar matrimonios de conformidad con sus ritos
religiosos. La ausencia de efectos civiles no es una limitación para actuar de conformidad con sus propias
convicciones religiosas, porque esos efectos eminentemente jurídicos, no son los que legitiman en seno de la
comunidad religiosa de que se trate, el respectivo matrimonio como acto religioso. Tanto los pastores evangélicos
como los ministros o representantes de cualquier otra denominación religiosa, pueden mantener sus convicciones
religiosas y actuar de conformidad con ellas, independientemente de lo que dicten los artículos 23 y 24 del Código de
Familia. Tampoco se afecta la libertad de religiosa, entendida en su manifestación externa, de libertad de culto,
pues de los artículos citados no se restringe ni afecta que las denominaciones religiosas distintas a la católica
puedan celebrar matrimonios dentro de sus propios ritos religiosos, como en efecto lo hacen diariamente, como
manifestación concreta de su libertad de culto. Nuevamente repetimos, una cosa es el acto religioso en sí, y otros los
efectos no religiosos que el Estado escoja darle a ese acto.
VIII.- Por las mismas razones, no se viola el artículo 52 de la Constitución Política que establece que el
matrimonio es la base esencial de la familia, pues cada uno preserva el derecho de fundar una familia y contraer
matrimonio, conforme al credo religioso que le parezca. De hecho esta misma Sala ha reconocido el derecho a
fundar una familia, aún de hecho, sin contraer matrimonio y le ha dado efectos civiles patrimoniales a esa unión, bajo
ciertos parámetros según lo expuesto en la sentencias 1151-94 y 7515-94. Lo que el artículo impugnado establece
se refiere a los efectos del acto matrimonial una vez celebrado, pero no constituye un impedimento para que,
quienes no son católicos acudan ante alguna de las autoridades que el propio artículo 24 establece, para darle
efectos civiles a esa unión, y que son, el Juez o Alcalde Civil, en forma gratuita, o los notarios públicos. En ese
sentido, al no existir limitación al ejercicio de la libertad de conciencia y libertad de culto, o al derecho fundamental a
contraer matrimonio, no se ha extralimitado el legislador en su función de regulador de las libertades públicas dentro
de los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad que establece el artículo 28 de la Constitución, pues como se
analizó, no se limita del todo la libertad religiosa.
IX.- En cuanto al principio de igualdad, cabe reconocer que el artículo 23 establece a favor de la Iglesia
Católica y sus ministros, una situación distinta en relación con las demás iglesias y sus ministros, al darle efectos
civiles al matrimonio celebrado por los primeros. Tal distinción sería contraria a la Constitución (artículo 33), si la
norma no resistiera el test de razonabilidad y proporcionalidad. Naturalmente que como bien señala la Procuraduría,
el artículo 75 de nuestra Constitución no consagra un Estado confesional, de ahí que esa norma no puede servir de
base para justificar la diferenciación que hizo el legislador al darle efectos civiles al matrimonio celebrado por la
Iglesia Católica y sus Ministros y no a otras denominaciones. Resta entonces analizar si el legislador tiene libertad
para determinar a quién confía el ser un auxiliar administrativo del Estado con fe pública y a quienes no. En primer
término, es claro que el Estado no está obligado a confiar esa función en todos los grupos o personas con excusa del
principio de igualdad. Es esta por su naturaleza una función selectiva y hasta cierto punto discrecional del Estado, un
acto de confianza, que naturalmente debe como todo acto, soportar el test de razonabilidad y proporcionalidad
señalados. En ese sentido, vemos que el Estado ha confiado esa función administrativa auxiliar, para efectos de los
matrimonios, también en el Alcalde o Juez Civil y en los notarios públicos. Si se utiliza el argumento de la igualdad
que reclama el accionante ¿acaso podrían los Jueces Penales o de otras materias reclamar igualdad de trato frente
a esa función auxiliar, o bien otros grupos profesionales como los periodistas o los médicos, frente a los notarios
públicos? Naturalmente que no, pues no estamos frente a un derecho fundamental a ser auxiliares administrativos
del Estado. El Estado puede, a través de una norma de rango legal, delegar esa función de confianza en los grupos
que le parezca atendiendo básicamente a la confianza que en razón de su oficio, afinidad o aún la realidad
sociológica o cultural, tenga un determinado grupo, bajo parámetros reglados y objetivos en cuanto a las
formalidades del acto que se confía. No estima la mayoría de esta Sala que sea contrario a la razonabilidad y
proporcionalidad que exige la norma, el que además de los Alcaldes y Jueces Civiles y los Notarios Públicos, el
legislador le haya confiado esa función auxiliar administrativa a los sacerdotes de la Iglesia Católica, pues estos tres
grupos, incluidos los últimos, tienen circunstancias, por razón de su oficio, preparación o afinidad, o razones
socioculturales, una categoría que el legislador quiso tomar en cuenta a la hora de delegar esa función. En el caso
de los sacerdotes católicos que es el tema que interesa a esta acción, es un hecho público y notorio que nuestro
país, por circunstancias históricas, que datan desde la Colonia Española, tiene una base católica importante y de
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fuerte arraigo en la población. Ese hecho hizo que la estructura de la Iglesia Católica se extendiera desde muy
temprano por todo el territorio nacional, lo cual evidentemente es un factor que facilita el cumplimiento de las
funciones auxiliares encomendadas, tomando en cuenta que la población es principalmente católica, es ese un
aspecto objetivo de servicio y cobertura que el legislador puede válidamente tomar en cuenta a la hora de
seleccionar en quién confía esa función auxiliar. Aparte de lo anterior, es público y notorio que sacerdote católico, ha
tenido históricamente en la comunidad un rol de respeto y autoridad moral, especialmente en la zonas alejadas o
rurales, donde era más fácil encontrar una Iglesia que una oficina del registro civil u otras dependencias del Estado.
En los inicios de la República, en una Costa Rica que en esos momentos tenía poco alfabetismo, permitió que los
sacerdotes católicos, especialmente en las comunidades rurales, por su preparación se fueran asentando en
nuestras comunidades como autoridades para un sin fin de servicios en la comunidad, distintos al ejercicio del culto.
A los inicios de nuestra vida republicana fueron los sacerdotes católicos quienes tuvieron a su cargo, por así haberlo
impuesto la Corona en la época colonial, el registro de bautizados, de muertos y matrimonios. No parece entonces
que atendiendo a esa innegable tradición histórica de más de quinientos años en nuestro país, fuera irrazonable y
desproporcionado que el legislador optara por seleccionar a este grupo, para confiarle la fe pública como auxiliares
administrativos del Estado, para darle efectos civiles al matrimonio celebrado ante ellos, especialmente si tomamos
en cuenta que los parámetros formales y objetivos para ello están regulados y establecidos en la ley y no quedan a
discreción del celebrante.
X.- Naturalmente que como se explicó supra, no existe un derecho fundamental de ningún grupo ni persona
de ser depositarios de la fe pública del Estado, pues es una potestad que el Estado que puede delegar, quitar o
variar en el momento en que lo estime necesario. Eso quiere decir que perfectamente la realidad, pudo ser otra, o
bien puede llegar a ser otra si las circunstancias cambian, pero esa es una materia que por su naturaleza requiere de
la acción legislativa, no de la construcción de normas por sentencias judiciales (sentencias interpretativas contra el
fin expreso querido por el legislador), bien puede el legislador quitar esa facultad a los ministros de la religión
católica, que con ello no se infringe norma alguna de carácter constitucional, o reconocer a otras denominaciones
religiosas para que realicen igual actividad pública, sin que tampoco se cometa infracción de tal rango, si se actúa
dentro de las exigencias de respeto al principio constitucional de no discriminación. Mal haría la Sala en obligar al
Estado a confiar esa fe pública en todos los grupos religiosos, o en todos los grupos profesionales distintos a los
notarios públicos, siendo esa una potestad discrecional del Estado bajo los parámetros señalados. Si la realidad
socio cultural ha cambiado, como en efecto ha sucedido, corresponde al legislador determinar si mantiene esa
función auxiliar a quienes se las ha dado, o si incluye a otros grupos. Dicho sea de paso, los Gobernadores de
Provincia que originalmente estaban dentro del grupo de funcionarios que podían casar con efectos civiles, quedaron
excluidos después de la reforma de la Ley General de Policía de 1994 publicada en La Gaceta No. 162 del 28 de
agosto de 1995. Por otra parte, la pretensión del demandante (f. 24 de la demanda), de anular la norma le traería
como consecuencia solamente que se le nieguen los efectos civiles al matrimonio católico, pero no que se le
concedan esos efectos al matrimonio celebrado por otras denominaciones religiosas. En este sentido, la acción no
sería un medio razonable para amparar el derecho que se estima violado con la norma, pues evidentemente que
quedaría en la misma situación.
XI.- Por último cabe resaltar que las parejas que contraen matrimonio en otras expresiones religiosas distintas
a la Católica, no son obligados a incurrir en gastos económicos adicionales, pues el Estado ha establecido que
pueda celebrarse el matrimonio civil en forma gratuita ante las autoridades jurisdiccionales que establece la norma,
sin costo alguno, y que incluso, no es necesario tener un matrimonio civil para poder fundar una familia, procrear, dar
apellido a los hijos y tener un régimen patrimonial entre la pareja -mismos efectos del matrimonio civil-, como es
permitido desde las sentencias números 7515-94 y 1151-94 de esta Sala y la respectivas reformas al Código de
Familia (artículos 242, 243, 244, 246, y 92 reformados mediante Ley No. 7532 de 8 de agosto de 1995, publicada en
La Gaceta No. 162 del 28 de agosto de 1995; 43, 47 reformado mediante Ley No. 7142 de 8 de marzo de 1990),
Código Civil (artículos 572), Ley de Promoción de la Igualdad Real de la Mujer(artículos 7, 31), que les da derechos
patrimoniales equivalentes a los del matrimonio civil, incluido el derecho a la pensión, a la pensión alimentaria de los
hijos –con las condiciones que establece la ley-, a heredar, también el derecho a la paternidad, a la adopción
conjunta (según sentencia 7521-01 de esta Sala, de tal forma que en el Estado Costarricense, cualquier pareja
puede casarse de acuerdo a su libertad religiosa, con los ritos propios de su religión, fundar una familia, tener hijos y
adquirir derechos patrimoniales de pareja y como miembro de una familia, adoptar, sin siquiera tener que formalizar
89
civilmente su matrimonio o contraerlo civilmente, y si aún así decidiera hacerlo, el servicio es gratuito si escoge
hacerlo frente a cualquiera de los Jueces de Familia de la República (más de 60), distribuidos en todo el territorio
nacional.(según circular 48-97 del Consejo Superior). Todo lo anterior conlleva a que deba declararse sin lugar esta
acción, con el voto salvado de los Magistrados Calzada, Vargas y Jinesta, que la declaran con lugar, por omisión de
la norma.
Por tanto :
Se declara sin lugar la acción.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Susana Castro A.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 1462 – 08
Partes
Caso
Normativa
Violentada
Desarrollo
David Alpízar vs la Universidad Internacional de las Américas
El recurrente manifiesta que es estudiante de la Universidad recurrida. Indica que por
razones religiosas guarda los días sábados como día de reposo, con fundamento en la
Biblia. Acusa que la Universidad recurrida ha implementado políticas discriminatorias en
contra de los estudiantes que, como él, por razones religiosas no pude realizar exámenes
los días sábados, pues los equipara a los estudiantes que no realizan las pruebas por
enfermedad o por problemas familiares, por lo que les cobra diez mil colones por el
examen de reposición.
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 45 de la Constitución Política
Esta Sala en la sentencia 3018-02 estipuló que la libertad religiosa incluye el derecho a
profesar una religión o a no profesar ninguna, el derecho a practicar los actos de culto
propios de una creencia y el derecho a comportarse en la vida social de acuerdo con las
propias convicciones.
En la sentencia 3173-93 se dispuso que la libertad religiosa se refiere a la libertad de
conciencia que consiste en la posibilidad de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su
forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa
contraria a ella y a la libertad de culto que se traduce en el derecho a practicar
externamente la creencia hecha propia.
En la sentencia número 01866-01 se indicó que la libertad de culto no es una libertad
ilimitada: por el contrario, se mencionó que el artículo 75 de la Constitución Política
subordina su ejercicio a ciertos límites cuya definición corresponde a la ley.
En la misma sentencia se ordenó al rector de la UCR no obligar a realizar exámenes los
sábados cuando va contra la fe religiosa del estudiante.
En un sentido similar se han adoptado también las decisiones 13624-03, 5573-05 y 760906 .
En el caso específico considera la Sala que la carga tanto económica como burocrática que
90
Conclusión
se impone al actor contraviene su libertad religiosa. El motivo por el cual se ve obligado a
incurrir en gastos extraordinarios de dinero y tiempo es el ejercicio de la libertad dicha.
Se declara con lugar el recurso. Se ordena al Rector de la Universidad Internacional de las
Américas disponer lo necesario para que el recurrente pueda cursar sus estudios en esa
Universidad programando sus exámenes en días distintos del sábado, con suficiente
antelación y sin costos económicos adicionales. Se condena a la Universidad Internacional
de las Américas al pago de las costas, daños y perjuicios ocasionados, los cuales se
liquidarán en ejecución de sentencia civil.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
01462
2008
07-015922-0007-CO
Sala Constitucional
29/01/2008
5:31:00 PM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 07-015922-0007-CO
Res. Nº 2008-001462
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diecisiete horas y treinta
y uno minutos del veintinueve de enero del dos mil ocho.
Recurso de amparo interpuesto por David Alpízar Portuguéz, portador de la cédula de identidad número 11257-608, vecino de Desamparados; contra la Universidad Internacional de las Américas.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:58 horas del 29 de noviembre del 2007, el
recurrente manifiesta que es estudiante de la Universidad recurrida. Indica que por razones religiosas guarda los
días sábados como día de reposo, con fundamento en la Biblia. Acusa que la Universidad recurrida ha implementado
políticas discriminatorias en contra de los estudiantes que, como él, por razones religiosas no pude realizar
exámenes los días sábados, pues los equipara a los estudiantes que no realizan las pruebas por enfermedad o por
problemas familiares, por lo que les cobra diez mil colones por el examen de reposición. Manifiesta que, de previo a
la matrícula, dialogó con la Vicerrectora y el Director de Carrera, a quienes les hizo saber su imposibilidad de realizar
los exámenes los sábados debido a sus creencias religiosas, ante lo cual le indicaron que no había problema y le
propusieron varias alternativas, con la opción de no cobrar los diez mil colones, ya que su caso es diferente del de
quienes se ausentan el día de la prueba. Aduce que ha presentado varias peticiones ante el Consejo de Profesores
y la Rectoría, la última de las cuales la presentó el 14 de noviembre pasado, pero no se le ha dado solución alguna a
su problema. Considera que se han violado sus derechos fundamentales de libertad de conciencia y de culto,
además de recibir un trato discriminatorio, ya que cada vez que por razones religiosas no puede realizar una prueba
programada para un sábado, se le sanciona con el cobro dicho y efectuar el trámite correspondiente.
2.- Contesta Álvaro Pazos Baldioceda, en su calidad de Rector de la Universidad Internacional de las
Américas (folio 13), que el actor es estudiante de esa institución desde el segundo cuatrimestre de 2007. Al efectuar
su matrícula fue informado de que los exámenes se realizan los días sábado. Esto consta también en el Estatuto y la
normativa vigente de la Universidad, que también recibió a su ingreso. En esos documentos se explica el
91
procedimiento para la reposición de los exámenes y su costo. El cobro que se hace para los exámenes de reposición
no es una sanción, sino que refleja el gasto en que incurre la Universidad, al pagar al profesor por el trabajo de
formulación, aplicación y calificación de la prueba. La libertad de culto, credo y educación son resguardados en esa
Universidad. La realidad nacional y mundial exige dedicación y esfuerzo, por lo que es preciso optimizar el uso del
tiempo. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Armijo
Sancho ; y,
Considerando:
I.- Admisibilidad del amparo. Con base en el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional el presente
recurso debe admitirse, dado que la Universidad, como centro de estudios donde el actor está inscrito con el
propósito de cursar su carrera, se encuentra en una posición jurídica de poder a efecto de imponerle decisiones
concernientes a la organización de la educación que le interesa, como son las fechas de celebración de los
exámenes y los requisitos para pedir su realización en días diferentes. No existe, por demás, un remedio
jurisdiccional ordinario célere que permita conocer la pretensión que aquí se plantea, la cual se vincula, de manera
inmediata, con la materia de los derechos fundamentales.
II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) que el actor es estudiante regular de la Universidad Internacional de las Américas (hecho incontrovertido);
b) que esa Universidad efectúa los exámenes ordinarios de todos sus cursos los sábados (informe de folio
13);
c) que el actor pertenece a la congregación religiosa Adventista de Costa Rica (escrito de interposición y
documento de folio 18).
III.- Sobre el fondo. En asuntos conocidos por la Sala con anterioridad, se ha abordado el tema de la
celebración de pruebas académicas los sábados, que implica un conflicto para las personas que profesan religiones
en las cuales ese día de la semana debe dedicarse exclusivamente a su credo. Así, en la sentencia n° 2002-3018 de
las 11:12 horas del 22 de marzo de 2002, se estipuló lo que sigue:
“ II.- Delimitando el contenido del derecho fundamental a la libertad religiosa podemos decir que sería
propiamente una libertad a decidir por sí mismo la propia ideología, religión o creencia. La libertad que analizamos
incluye por consiguiente: a) el derecho a profesar una religión o a no profesar ninguna, b) el derecho a practicar los
actos de culto propios de una creencia, c) el derecho a comportarse en la vida social de acuerdo con las propias
convicciones. Asimismo, tenemos que el artículo 75 de la Constitución Política garantiza la libertad religiosa y de
culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la ley. Ahora bien, el contenido del derecho a la libertad religiosa no
se agota en la protección frente a injerencias externas de una esfera de libertad individual o colectiva que permite a
los ciudadanos actuar con arreglo al credo que profesen, pues cabe apreciar una dimensión externa de la libertad
religiosa que se traduce en la posibilidad de ejercicio, inmune a toda coacción de los poderes públicos, de aquellas
actividades que constituyen manifestaciones o expresiones del fenómeno religioso. Sobre este tema esta Sala en
sentencia número 3173-93 de las catorce horas cincuenta y siete minutos del siete de junio de mil novecientos
noventa y tres dispuso:
"…VII.- La libertad religiosa encierra, en su concepto genérico, un haz complejo de facultades. En este
sentido, en primer lugar se refiere al plano individual, es decir, la libertad de conciencia, que debe ser considerado
como un derecho público subjetivo individual, esgrimido frente al Estado, para exigirle abstención y protección de
ataques de otras personas o entidades. Consiste en la posibilidad, jurídicamente garantizada, de acomodar el sujeto,
su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa
contraria a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el derecho a
practicar externamente la creencia hecha propia…"
92
Asimismo este Tribunal en la sentencia número 2001-01866 de las nueve horas con ocho minutos del nueve
de marzo del dos mil uno, en lo conducente indicó:
"… Sobre la libertad de culto. No hay que olvidar que si bien es cierto, la libertad de culto es un derecho
fundamental reconocido en la Constitución Política (en el artículo 75, que se refiere al "libre ejercicio en la República
de otros cultos además del católico) que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres"). La
Convención Americana sobre Derechos Humanos -para no citar otros instrumentos internacionales-, más amplia y
actualizada, lo contempla en el artículo 12, que al referirse a la libertad de conciencia y de religión dice que este
derecho implica (entre otras cosas) "la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual o
colectivamente, tanto en público como en privado". Es decir, de la libertad en materia religiosa -que se expresa en
creencias religiosas que a su vez se manifiestan socialmente- deviene como cosa natural la libertad de culto, que,
como suele decirse, es la libertad para realizar prácticas religiosas externas (como la celebración de ritos que
supongan incluso la enseñanza religiosa), y que, desde luego, incluye el derecho a establecer y mantener lugares
para el culto. De otro lado, si la libertad de religión tiene tanto un carácter individual como colectivo (caso en el cual
es un derecho que en términos generales se ejerce mediante las confesiones religiosas o los grupos con específica
finalidad religiosa, sobre todo en cuanto no se trata de derechos personalísimos), su cobertura alcanza a los
derechos de asociación con fines religiosos y de reunión con los mismos fines. Conviene agregar, finalmente, que la
libertad de culto no es una libertad ilimitada: por el contrario, ya se mencionó que el artículo 75 de la Constitución
Política subordina su ejercicio a ciertos límites cuya definición corresponde a la ley…"
III.- Ahora bien, partiendo de los lineamientos expuestos en el considerando anterior, el derecho a la libertad
religiosa ha sido vulnerado en el caso objeto de nuestro examen respecto del ámbito de las relaciones de
cooperación que con las distintas confesiones ha de mantener el Estado a tenor del artículo 45 de la Constitución
Política. En efecto, la negativa de la Universidad de Costa Rica a realizar un examen de reposición a la recurrente
pese que su religión limita la realización de actividades educativas los días sábados, afecta el derecho a practicar los
actos de culto propios de una creencia de la recurrente y como se dijo en el considerando anterior ese es uno de los
elementos de la libertad religiosa. Estima esta Sala que la negativa de las autoridades universitarias a realizar un
examen de reposición resulta irrazonable, dado que la realización de un examen extraordinario o de reposición, para
la recurrente no sólo no afecta el debido funcionamiento de centro universitario recurrido, sino además se trata de
una práctica usual y reconocida por toda la población estudiantil y docente. Así las cosas, se evidencia en el caso
concreto que la Universidad de Costa Rica ha irrespetado ese deber de cooperación y de no injerencia externa por
parte de los poderes públicos en las actividades de la creencia religiosa de la recurrente. En esa medida el ejercicio
de su libertad religiosa de actuar conforme a determinado credo se ha visto restringida, condicionada y
obstaculizada. La amparada se ha visto imposibilitada a desarrollar actividades que constituyen actos
manifestaciones o expresiones de sus creencias religiosas. En virtud de ello, se ordena al Rector de la Universidad
de Costa Rica acoger la gestión de la recurrente a fin de que no se le obligue a realizar exámenes los sábados, dado
que ello va contra su fe religiosa y ello en definitiva limita y restringe su libertad de culto tutelado en el artículo 75 de
la Constitución Política. Así las cosas, lo procedente es acoger el recurso, como en efecto se hace.”
En un sentido similar se han adoptado también las decisiones n° 2003-13624 de las 13:34 horas del 28 de
noviembre de 2003, n° 2005-5573 de las 16:07 horas del 10 de mayo de 2005 y n° 2006-7609 de las 13:10 horas del
26 de mayo de 2006.
IV.- En el caso específico del actor el problema reside en que la práctica común de la Universidad accionada
es efectuar los exámenes de los cursos que imparte los sábados. Se le permite reprogramar las pruebas, pero para
ello debe cancelar la suma de diez mil colones y efectuar el trámite administrativo pertinente, caso por caso, como si
se tratara cada vez de una ausencia extraordinaria. Considera la Sala que la carga tanto económica como
burocrática que se impone al actor contraviene su libertad religiosa. El motivo por el cual se ve obligado a incurrir en
gastos extraordinarios de dinero y tiempo es el ejercicio de la libertad dicha y tomando en cuenta que se tuvo por
demostrado que el actor, en efecto, pertenece a una congregación religiosa que tiene la práctica que se explicó, y
que, con antelación, trató de acordar con la Universidad una solución general, corresponde estimar el amparo.
Consecuencia de la estimatoria es ordenar al accionado que se disponga lo necesario para que el recurrente pueda
cursar sus estudios en esa Universidad, programando sus exámenes en días distintos del sábado, con suficiente
antelación y sin costos económicos adicionales.
93
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se ordena a Álvaro Pazos Baldioceda, Rector de la Universidad Internacional
de las Américas, o a quien ocupe ese cargo, disponer lo necesario para que el recurrente pueda cursar sus estudios
en esa Universidad, programando sus exámenes en días distintos del sábado, con suficiente antelación y sin costos
económicos adicionales. Se condena a la Universidad Internacional de las Américas al pago de las costas, daños y
perjuicios ocasionados, los cuales se liquidarán en ejecución de sentencia civil. Se advierte a Álvaro Pazos
Baldioceda, Rector de la Universidad Internacional de las Américas, o a quien ocupe ese cargo, que, de conformidad
con el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, se impondrá prisión de tres meses a dos años, o de
veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de
amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Notifíquese
al recurrido la presente resolución en forma personal . Comuníquese.Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Rosa María Abdelnour G.
Jorge Araya G.
94
Discriminación por Origen Nacional
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 2570 – 97
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Carol Mac Connell vs Artículo 15 inciso d) de las "Normas básicas reguladoras del proceso
educativo en los colegios científicos costarricenses, decreto número 24961-MEP,
publicado en el Diario Oficial " La Gaceta " el 27/02/96
La acción tiene por objeto que se declare inconstitucional el impedimento establecido en el
artículo 15 del decreto número 24961-MEP, para que los estudiantes extranjeros se
incorporen a los colegios científicos, por estimarse contrario al principio de igualdad
derivado del artículo 19 de la Constitución Política. Para la accionante, la norma
impugnada instituye una discriminación irrazonable, contraria a la dignidad humana, en
tanto limita, sin ningún fundamento, el derecho a la educación de los extranjeros,
únicamente por razón de la nacionalidad, además de que se impuso mediante simple
disposición reglamentaria, a pesar de que el numeral 19 citado, expresamente señala
como posibles excepciones a esa regla igualitaria, las establecidas por la propia
Constitución o por la ley formal
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 19 de la Constitución Política
Artículo 15 del decreto número 24961-MEP:
”Los Colegios Científicos Costarricenses pretenden identificar, seleccionar y dar
atención especial a estudiantes muy esforzados, que: (...)
d) sean costarricenses; (...)”
Artículo 8 de la Declaración sobre los Derechos Humanos de los Individuos que no son
Nacionales del País en que Viven
Artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
Convención Relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza
La sentencia número 4601-94 señaló: La igualdad de extranjeros y nacionales declarada
por el artículo 19 de la Constitución está referida al núcleo de derechos humanos respecto
de los cuales no es posible admitir distinciones por motivo alguno, mucho menos en razón
de la nacionalidad.
La sentencia 2093-93 señaló: Nuestra Constitución Política, reconoce la igualdad entre
nacionales y extranjeros, en cuanto a deberes y derechos, "con las excepciones y
limitaciones que esta Constitución y las leyes establecen".
En el voto 1440-92: Nuestra Constitución permite hacer diferencias entre nacionales y
extranjeros al indicar en su artículo 19 (...); por supuesto que esas excepciones han de ser
lógicas y derivadas de la naturaleza misma de la diferencia entre éstas dos categorías, de
tal forma que no se pueden establecer diferencias que impliquen la
desconstitucionalización de la igualdad, como lo sería el decir en una ley que los
extranjeros no tienen derecho a la vida, a la salud, o a un derecho fundamental, pues éstas
serían irracionales.
El artículo cuya anulación se pide se trata de una disposición reglamentaria que incorpora
la nacionalidad costarricense como requisito para ingresar a los colegios científicos, sin la
existencia de texto legal habilitante.
Ninguna disposición establece en forma expresa, y como lo exige el párrafo primero del
95
Conclusión
artículo 19 constitucional, el impedimento que afecta a los extranjeros para el acceso a los
colegios científicos, razón suficiente para la anulación de éste, en virtud de que al tenor de
la norma constitucional citada, el reglamento carece de rango normativo para establecer,
prima facie, diferencias entre nacionales y extranjeros.
La norma impugnada establece pues, una discriminación irrazonable en perjuicio de los
extranjeros, a quienes se les priva del goce del derecho fundamental a la educación
científica, únicamente por su condición de extranjeros, y sin que exista no sólo una norma
legal, sino un fundamento válido que justifique la diferencia, por lo que debe declararse
contraria a los artículos 19, 28 y 33 de la Constitución Política.
Pero además, resulta evidente que la norma impugnada, también lesiona una serie de
instrumentos internacionales vigentes en nuestro medio, que tutelan la igualdad de trato de
los extranjeros, en relación con los nacionales de todo Estado, en lo que al goce de las
libertades fundamentales
Se declara con lugar la acción y en consecuencia, se anula por inconstitucional el inciso d)
del artículo 15 de las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios
cientficos costarricenses"
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
02570
1997
96-006218-0007-CO
Sala Constitucional
13/05/1997
3:39:00 PM
De Fondo
Mora Mora Luis Paulino
Acción de inconstitucionalidad
Exp.No.6218-M-96 No.2570-97
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.- San José, a las quince horas treinta y
nueve minutos del trece de mayo de mil novecientos noventa y siete.Acción de inconstitucionalidad promovida por Carol Mac Connell, de nacionalidad estadounidense, con
pasaporte número 0333393069, viuda, vecina de Quebradas de San Isidro de Pérez Zeledón, contra el artículo 15
inciso d) de las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios científicos costarricenses,
decreto número 24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta " el veintisiete de febrero de mil novecientos
noventa y seis.Resultando:
1.- La accionante promueve esta acción de inconstitucionalidad contra el artículo 15 inciso d) del decreto
número 24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta " del veintisiete de febrero del año anterior, en cuanto
niega el acceso de los extranjeros a los colegios científicos. Se alega que de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 19 de la Constitución Política , los extranjeros tienen los mismos deberes y derechos individuales y sociales
que los costarricenses, con las excepciones y limitaciones que la Constitución y las leyes establecen, de forma que
en el caso concreto, se está en presencia de un asunto reservado a la ley formal, por lo que el Poder Ejecutivo
carece de potestades legales y constitucionales para impedir, mediante simple disposición reglamentaria, el acceso
de los extranjeros a los colegios científicos. Que la norma cuestionada también contraviene el numeral XII de la
96
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, pues establece una discriminación irrazonable, que
de conformidad con esa norma, ni siquiera podría establecerse mediante ley formal.2.- A la acción se le dio curso mediante resolución de las nueve horas treinta y cinco minutos del veintisiete de
febrero de este año, y los edictos de ley se publicaron en los boletines judiciales números 65, 66 y 67, del cuatro,
siete y ocho de abril siguientes.3.- El Procurador General Adjunto de la República , Licenciado Farid Beirute Brenes, evacuó la audiencia
conferida, y señaló: que ni la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico, número 7169 del veintiséis
de junio de mil novecientos noventa (artículos 56 a 61), ni el decreto ejecutivo número 21731-MICIT-MEP, del
diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y dos, que reglamenta aquéllas disposiciones legales,
establecen el requisito de ser costarricense para efectos de admisión de los colegios científicos. Que conforme a lo
dispuesto en el artículo 19 constitucional, los extranjeros y nacionales tienen los mismos derechos individuales y
sociales, con las excepciones y limitaciones establecidas en la Constitución Política y las leyes ordinarias, y que
como la norma impugnada establece una diferencia en el acceso al derecho fundamental a la educación, únicamente
por razón de la nacionalidad, se está en presencia de una discriminación contraria al principio de igualdad, derivado
de la norma constitucional en análisis y de lo dispuesto en el ordinal 12 de la Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre, y así solicita que se declare en sentencia.4.- El artículo 9 párrafo tercero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional , faculta a la Sala para acoger
interlocutoriamente una acción, cuando considere suficiente fundarla en principios o normas evidentes o en sus
propios precedentes o jurisprudencia. Esta sentencia se dicta con base en esa disposición, por lo que se prescinde
de realizar la audiencia oral prevista en los numerales 10 y 85 ídem.Redacta el Magistrado Mora Mora; y
Considerando:
I).- Admisibilidad de la acción: La acción cumple con los requisitos previstos en los numerales 73 y siguientes
de la Ley de la Jurisdicción Constitucional , y por ello, resulta admisible: se promueve, en primer término, contra una
disposición normativa de carécter reglamentario, en los términos del inciso a) del artículo 73; le sirve de base el
recurso de amparo 3956-A-96 (artículo 75 párrafo primero), dentro del cual se le otorgó el plazo de quince días para
promover esta acción (artículo 48 párrafo segundo), lo que se hizo en tiempo; y por lo demás, se cumplieron los
demás requisitos formales, a saber, la autenticación del libelo inicial, las copias de ley, y la fundamentación clara y
precisa de la pretensión anulatoria. En tales términos, lo procedente es entrar a conocer, sin más trámite, el fondo
del asunto, lo que hace en uso de la autorización que a esos efectos prevé el párrafo tercero del artículo 9 ídem, por
existir elementos de juicio suficientes para ello.II).- Fondo del asunto: La acción tiene por objeto que se declare inconstitucional el impedimento establecido
en el artículo 15 del decreto número 24961-MEP, para que los estudiantes extranjeros se incorporen a los colegios
científicos, por estimarse contrario al principio de igualdad derivado del artículo 19 de la Constitución Política. Para la
accionante, la norma impugnada instituye una discriminación irrazonable, contraria a la dignidad humana, en tanto
limita, sin ningún fundamento, el derecho a la educación de los extranjeros, únicamente por razón de la nacionalidad,
además de que se impuso mediante simple disposición reglamentaria, a pesar de que el numeral 19 citado,
expresamente señala como posibles excepciones a esa regla igualitaria, las establecidas por la propia Constitución o
por la ley formal. Los reparos que se formulan son de absoluto recibo.III).- Ciertamente, el párrafo primero del artículo 19 constitucional, establece que: "Los extranjeros tienen los
mismos deberes y derechos individuales y sociales que los costarricenses, con las excepciones y limitaciones que
esta Constitución y las leyes establecen", lo cual significa que, en lo que al conjunto de derechos fundamentales se
refiere, sólo serían válidas las diferencias entre los nacionales y quienes no lo sean, si éstas tienen rango
constitucional y legal, y en este último caso, siempre en la medida en que la diferenciación se ajuste plenamente a
los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad que orientan la función legislativa, y por supuesto, en tanto no
97
sea contraria a la dignidad humana. Esta Sala, en desarrollo del contenido de la norma en análisis, ha eliminado por
inconstitucionales, una serie de restricciones al ejercicio de derechos fundamentales por parte de los extranjeros,
cuyo único fundamento lo fue el criterio de la nacionalidad, el cual se ha desechado reiteradamente, como motivo
validante de diferenciaciones entre unos y otros.- De especial interés para el tema, resulta la sentencia número 460194, de las nueve horas treinta y tres minutos del veintiséis de agosto de mil novecientos noventa y cuatro, en la que
se señaló:
La igualdad de extranjeros y nacionales declarada por el artículo 19 de la Constitución está referida, claro
está, al núcleo de derechos humanos respecto de los cuales no es posible admitir distinciones por motivo alguno,
mucho menos en razón de la nacionalidad. En este sentido, la Constitución reserva a los nacionales el ejercicio de
los derechos políticos por el hecho de que éstos son una consecuencia intrínseca derivada del ejercicio de la
soberanía popular misma. En efecto, si la soberanía reside en el pueblo según lo estatuyen los artículos 2, 3 y 4 de
la Constitución , es claro que el ejercicio de las diferentes manifestaciones por las que la voluntad popular pueda
expresarse, está restringido a los integrantes de ese conjunto de personas, el pueblo. Es esa la justificación del
artículo 19 párrafo 2° de la Constitución.
II.- Sin embargo, la hipótesis asentada en el párrafo 1° de esa norma permitiría ampliar la prohibición de
participación política prevista por el párrafo 2°, a otras "excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes
establecen." Como primer parámetro para fiscalizar el ejercicio de esta facultad por el legislador, estaría la referencia
obligada al artículo 28 de la Constitución que define el régimen de la libertad, según lo ha desarrollado la Sala en la
sentencia de inconstitucionalidad número 1635-90 entre otras. Esta norma, en consecuencia, interpretada y aplicada
en armonía con el artículo 19, permitiría la intervención del legislador en aras de concretar situaciones jurídicas
disímiles en las que los extranjeros estaría sujetos a reglas singulares. Claro está la legislación de que se trate
estará sujeta a la fiscalización respecto de su proporcionalidad, y razonabilidad, en tanto estos conceptos de
referencia permitirían a la judicatura, en especial a esta jurisdicción constitucional, valorar el prudente, moderado y
sensato ejercicio de la delegación acordada por la Constitución al establecer esas "limitaciones y excepciones".
Son estas mismas razones, las que dieron lugar a que, en su oportunidad, esta Sala declarara
inconstitucionales las restricciones legales que tenían los extranjeros para participar como comerciantes en el
Depósito Libre Comercial de Golfito, y la imposibilidad de éstos de ejercer la función notarial, en ambos casos, por
considerarse que las limitaciones impuestas a la libertad de comercio, en el primero, y de trabajo, en el segundo, se
basaban en razones de "pura nacionalidad", criterio que como quedó claramente establecido, lesiona el principio de
igualdad. En lo conducente, en la sentencia número 0319-95, de las catorce horas cuarenta y dos minutos del
diecisiete de enero de mil novecientos noventa y cinco, se indicó:
"En cuanto a la exclusión que establece el artículo 14 de la Ley número 7012 para participar como
comerciante en el Depósito, en contra de los extranjeros, estima la Sala que lesiona el artículo 19 de la Constitución ,
ya que éste declara que:
"Artículo 19.- Los extranjeros tienen los mismos deberes y derechos individuales y sociales que los
costarricenses, con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establece"
y las limitaciones establecidas en los términos que determina la norma constitucional se refieren
principalmente a los derechos políticos, sin permitir el establecimiento de discriminaciones irrazonables, por ejemplo
en materia de libertad de comercio, donde del artículo impugnado ni de la Ley de Creación del Depósito se deduce la
razonabilidad de la medida, por lo que eliminar la posibilidad a los extranjeros para participar como comerciantes en
el Depósito Libre Comercial de Golfito, es inconstitucional y así debe declararse".
Por su parte, en la sentencia 2093-93, de las catorce horas seis minutos del diecinueve de mayo de mil
novecientos noventa y tres, esta Sala señaló:
IIIo. Nuestra Constitución Política, reconoce la igualdad entre nacionales y extranjeros, en cuanto a deberes y
derechos, "con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establecen". Dentro de las
excepciones constitucionales están, a manera de ejemplo, la prohibición de intervenir en los asuntos políticos del
país (art 19) y la de ocupar ciertos cargos públicos (arts. 108 para Diputados, 115 para el Presidente de la Asamblea
Legislativa , 131 para Presidente y Vice-Presidente de la República , 142 para los ministros, y 159 para los
Magistrados). Como excepciones a este principio, pero de rango legal, existen muchas más como las que regulan y
restrinjen la entrada y salida de extranjeros y las contenidas en la legislación laboral para garantizar a los
costarricenses el acceso al trabajo con prioridad en determinadas circunstancias (art. 13 Código de Trabajo). Sobre
98
este tema, la Sala ha señalado ya que la frase "con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes
establezcan" no contiene una autorización ilimitada, sino que permite al legislador establecer excepciones lógicas,
derivadas de la naturaleza misma de la diferencia entre estas dos categorías -nacionales y extranjeros-, de tal forma
que no se pueden establecer diferencias que impliquen la desconstitucionalización del principio de igualdad. En lo
que interesa dice el voto 1440-92 de las quince horas treinta minutos del dos de junio del año pasado:
"Tampoco viola la norma cuestionada lo dispuesto en el artículo 33 de nuestra Constitución, pues lo que
establece el principio de igualdad, es la obligación de igualar a todas las personas afectadas por una medida, dentro
de la categoría o grupo que les corresponda, evitando distinciones arbitrarias, lo cual sólo puede hacerse con
aplicación de criterios de razonabilidad. De esta forma, las únicas desigualdades inconstitucionales serán aquellas
que sean arbitrarias, es decir, carentes de toda razonabilidad. No corresponde a los jueces juzgar el acierto o
conveniencia de una determinada diferencia contenida en una norma, sino únicamente verificar si el criterio de
discriminación es o no razonable, porque el juicio acerca de la razonabilidad es lo que nos permite decidir si una
desigualdad viola o no la Constitución. En el caso concreto tenemos que nuestra Constitución permite hacer
diferencias entre nacionales y extranjeros al indicar en su artículo 19 ...; por supuesto que esas excepciones han de
ser lógicas y derivadas de la naturaleza misma de la diferencia entre éstas dos categorías, de tal forma que no se
pueden establecer diferencias que impliquen la desconstitucionalización de la igualdad, como lo sería el decir en una
ley que los extranjeros no tienen derecho a la vida, a la salud, o a un derecho fundamental, pues éstas serían
irracionales. Las únicas posibles son -como se dijo-, las que lógicamente deban hacerse por la natural diferencia que
existe entre éstas condiciones (nacionales y extranjeros) como lo es, a manera de ejemplo, la prohibición de
intervenir en los asuntos políticos del país."
El Tribunal Constitucional Español, frente a textos constitucionales similares, que permiten hacer excepciones
al principio de igualdad entre extranjeros y nacionales aún por ley, en sus sentencias 107-1984 y 115- 1987 ha
reconocido que las excepciones que se hagan, no pueden significar la desconstitucionalización del derecho de
igualdad. El Defensor del Pueblo Español en este último caso dijo:
"La garantía del ejercicio de los derechos a los extranjeros en el artículo 13 de la Constitución "en los términos
que establezcan los tratados y la ley", y, como ha afirmado el propio Tribunal Constitucional, no supone "que se haya
querido desconstitucionalizar la posición jurídica de los extranjeros, relativa a los derechos y libertades públicas".
Antes bien con la mejor doctrina habría que presumir, en principio, la equiparación del ejercicio de los derechos de
los nacionales y de los extranjeros, y que las posibles limitaciones habrían de tener carácter excepcional, e
interpretarse restrictivamente. En consecuencia, en aquellos derechos respecto a los cuales puedan establecerse
limitaciones a su ejercicio por los extranjeros, el legislador no es enteramente libre, tales derechos siguen siendo
constitucionales, y se ha de respetar el contenido esencial del derecho de que se trate. La restricción legal, deja de
estar amparada constitucionalmente si convierte al derecho proclamado en una pura apariencia de lo que es en
realidad si lo desvirtúa de forma que lo hace inhaprehensible, si lo desnaturaliza y borra los perfiles con que está
caracterizado... la única forma legítima de establecer límites al ejercicio de las libertades públicas, propia del Estado
de Derecho, es a través de una actuación represiva a posteriori de los poderes públicos en caso de extralimitación
ilegítima en el ejercicio del mismo".
IVo. Esta Sala ha admitido ya que la función notarial es pública, pero no hay fundamento alguno para
entender que el ejercicio de funciones públicas es privativo de los costarricenses, y excluye la participación de
extranjeros. La ley puede establecerlo así, pero el fundamento para proceder de ese modo debe ser manifiéstamente
lógico y razonable: no puede fundamentarse simplemente en que así lo quiere la ley. Es decir, la naturaleza de la
función -pública o privada- no constituye sin más, a priori, una razón suficiente para normar un trato jurídico distinto,
mucho menos cuando se alcanza a ver, como en el caso de los notarios, que el ejercicio de esa función,
eminentemente técnica, todo lo que razonablemente exige es competencia técnica o profesional -lo cual lo prevé el
requisito de que el notario ha de ser abogado, condición ésta que no excluye al extranjero- e idoneidad ética o moral
-calidad que no solo satisfacen los que ostentan una nacionalidad determinada-. Si el extranjero que tiene la calidad
de abogado incorporado al respectivo Colegio, puede ejercer su profesión en Costa Rica, no hay razón suficiente,
evidentemente, para explicar porqué no ha de acceder a la función notarial. Si tal razón suficiente y evidente no
existe, hay que presumir que la diferencia se basa en la pura nacionalidad, lo cual es una discriminación contraria al
principio de igualdad.»
III).- El texto del artículo 15 del decreto número 24961-MEP, cuya anulación se pide, es el siguiente:
99
"Artículo 15.- Los Colegios Científicos Costarricenses pretenden identificar, seleccionar y dar atención
especial a estudiantes muy esforzados, que: a) sientan un gusto especial por la matemática y las ciencias exactas;
b) encuentren agradable y atractivo un régimen de estudio intenso;
c) puedan presentar prueba de que tienen buena salud que les permita estudiar en un ambiente de trabajo
fuerte;
d) sean costarricenses;
e) cumplan con los requisitos de edad establecidos por la Comisión de Admisión de los C.C.C."
Se trata de una disposición reglamentaria que, como advierte la Procuraduría General de la República ,
incorpora la nacionalidad costarricense como requisito para ingresar a los colegios científicos, sin la existencia de
texto legal habilitante. Las disposiciones legales que se refieren a la creación de estos colegios, son los numerales
56 a 61 de la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico, número 7169 del diecisiete de noviembre de
mil novecientos noventa y dos, cuyo texto es el siguiente:
"Artículo 56.- Se autoriza al Ministerio de Educación Pública para que suscriba convenio con la instituciones
de educación superior universitaria estatal y otras entidades de reconocida excelencia académica o de investigación
científica, para el establecimeinto de los colegios científicos de Costa Rica, los que contribuirán al logro de los
propósitos de la educación diversificada con énfasis en la educación científica.Artículo 57.- El objetivo de los colegios científicos es la formación integral de sus estudiantes, considerando
los más altos valores costarricenses en el marco de un proceso educativo, con énfasis en la adquisición de
conocimientos sólidos y habilidades de los fundamentos de la matemática, la física, la química, la biología y la
informática.
Estos colegios se impulsarán como una opción eficaz para el mejoramiento de la enseñanza de las ciencias,
sin menoscabo de otras alternativas que puedan desarrollarse.Artículo 58.- Le corresponderá al Consejo Superior de Educación la aprobación de los planes de estudio, sus
respectivos programas y las normas relativas a la evaluación y la promoción, sin perjuicio de las disposiciones
específicas que, dentro del marco legal, pueda adoptar cada colegio, de conformidad con la presente ley y el
reglamento respectivo.Artículo 59.- Para el cumplimiento de los objetivos de los colegios científicos, las pautas generales serán
definidas por un Consejo Nacional de Colegios Científicos adscrito al Ministerio de Educación Pública, al cual le
corresponderá:
a) Promover la coordinación y la articulación de los colegios.
b) Propiciar el análisis de los programas y planes de estudio, con el propósito de lograr el más alto nivel
académico.
c) Proponerle al Consejo Superior de Educación las modificaciones pertinentes a los planes y programas de
los colegios científicos.
ch) Dictaminar, previamente a su suscripción, sobre los convenios conducentes al establecimiento de los
colegios científicos.
d) Establecer los criterios y normas de elección y admisión de los estudiantes de los colegios científicos.
e) Nombrar y remover al director ejecutivo del Consejo Nacional de Colegios Científicos.
f) Ratificar el nombramiento del ejecutivo institucional que propondrá el consejo académico de cada colegio.
g) Elaborar y proponerle al Ministerio de Educación Pública el Reglamento y las disposiciones para regular el
funcionamiento de los colegios científicos y del propio Consejo.
Artículo 60.- El Consejo Nacional de Colegios Científicos estará integrado por:
a) El Ministro de Educación Pública, quien lo presidirá.
b) Dos representantes del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
c) Un representante del Consejo Nacional para la Investigación Científica y Tecnológica (CONICIT)
ch) Cuatro representantes de las universidades nombrados por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE)
d) Un representante de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria.
e) Un representante de la Cámara de Industrias de Costa Rica.
f) Un representante seleccionado por el Ministro de Educación, de una terna que le presentará la Unión
Nacional de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada.
Artículo 61.- La organización de los colegios científicos deberá contar con una estructura mínima que incluya
un consejo académico, una junta administrativa y un ejecutivo institucional, cuyas funciones específicas se definan
100
mediante reglamento. Le corresponderán a estos colegios la escogencia y el nombramiento del personal docente y
administrativo, el cual estará excluido del Régimen del Servicio Civil.
El financiamiento de estos colegios durante los primeros cuatro años de funcionamiento correrá parcialmente
a cargo de los recursos establecidos en el artículo 39 de esta ley. Durante este período, y posteriormente, el Estado
procurará financiarlos mediante recursos del Presupuesto Nacional.
Los colegios científicos tendrán personalidad jurídica propia y se regirán por las disposiciones de esta
capítulo, por el Reglamento que al efecto dicte el Ministerio de Educación Pública y por el Convenio de creación
respectivo.»
Como se ve, ninguna de las disposiciones transcritas establece en forma expresa, y como lo exige el párrafo
primero del artículo 19 constitucional, el impedimento que afecta a los extranjeros para el acceso a los colegios
científicos, razón suficiente para la anulación de éste, en virtud de que al tenor de la norma constitucional citada, el
reglamento carece de rango normativo para establecer, prima facie, diferencias entre nacionales y extranjeros.
La norma impugnada establece pues, una discriminación irrazonable en perjuicio de los extranjeros, a quienes
se les priva del goce del derecho fundamental a la educación científica, únicamente por su condición de extranjeros,
y sin que exista no sólo una norma legal, sino un fundamento válido que justifique la diferencia, por lo que debe
declararse contraria a los artículos 19, 28 y 33 de la Constitución Política.VI).- Pero además, resulta evidente que la norma impugnada, también lesiona una serie de instrumentos
internacionales vigentes en nuestro medio, que tutelan la igualdad de trato de los extranjeros, en relación con los
nacionales de todo Estado, en lo que al goce de las libertades fundamentales -como la educación- se refiere;
instrumentos cuya violación también acarrea su inconstitucionalidad, por disposición expresa de lo dispuesto en los
numerales 7 de la Constitución Política y 73 inciso d) de la Ley de la Jurisdicción Constitucional.- La accionante
invoca expresamente el numeral 12 de la Declaración Americana de los derechos y deberes del Hombre, cuyos
principios -de valor universal- integran el parámetro constitucional en nuestro medio. Establece esa regla:
"Artículo XII.- Toda persona tiene derecho a la educación, la que debe estar inspirada en los principios de
libertad, moralidad y solidaridad humanas.
Asimismo, tiene el derecho de que, mediante esta educación, se le capacite para lograr una digna
subsistencia, en mejoramiento del nivel de vida y para ser útil a la sociedad.
El derecho a la educación comprende el de igualdad de oportunidades en todos los casos, de acuerdo con las
dotes naturales, los méritos y el deseo de aprovechar los recursos que puedan proporcionarla comunidad y el
Estado.
Toda persona tiene derecho a recibir gratuitamente la educación primaria, por lo menos."
Pero también debe tomarse en cuenta la "Declaración sobre los Derechos Humanos de los individuos que no
son nacionales del país en que viven", adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en resolución
40/144 del trece de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco, que en su artículo 8 expresamente señala que:
"Los extranjeros que residan legalmente en el territorio de un Estado gozarán también, con arreglo a las leyes
nacionales, de los siguientes derechos, con sujeción a sus obligaciones establecidas en el artículo 4:
a) ...
b) ...
c) El derecho a protección sanitaria, atención médica, seguridad social, servicios sociales, educación,
descanso y esparcimiento, a condición de que reúnan los requisitos de participación previstos en las
reglamentaciones pertinentes y de que no se imponga una carga excesiva sobre los recursos del Estado."
Por su parte, el numeral 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, dispone que:
"Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley. A
este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva
contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social."
Y, finalmente, la "Convención Relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza",
adoptada el catorce de diciembre de mil novecientos sesenta, por la Conferencia General de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación , la Ciencia y la Cultura , y aprobada por nuestro país mediante Ley número
3170 del doce de agosto de mil novecientos sesenta y tres, que en su artículo 1 define las discriminaciones en la
enseñanza como:
101
"...toda distinción, exclusión, limitación o preferencia fundada en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión,
las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición económica o el nacimiento,
que tenga por finalidad o por efecto destruir o alterar la igualdad de trato en la esfera de la enseñanza, y, en
especial:
a) Excluir a una persona o a un grupo del acceso a los diversos grados y tipos de enseñanza."
VII).- Resulta evidente pues, que tanto nuestra Constitución Política, en su texto expreso, como el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos vigente en el país, impiden al Estado costarricense establecer, en perjuicio
de los extranjeros que habiten en nuestro país, restricciones irrazonables al ejercicio de los derechos fundamentales,
con las únicas excepciones que imponga ese marco fundamental, o las disposiciones legislativas ajustadas a los
parámetros de razonabilidad y proporcionalidad constitucionales. Como quedó expuesto, la restricción que, al acceso
a los colegios científicos, impone a los extranjeros el inciso d) del numeral 15 del decreto número 24961-MEP,
contraviene el marco constitucional y convencional supracitado, por fundarse únicamente en razones de
nacionalidad, y por ello, con el objeto de resguardar la supremacía de aquéllas normas y principios, procede su
anulación del ordenamiento jurídico, con las consecuencias previstas en los numerales 88 y siguientes de la Ley de
la Jurisdicción Constitucional.Por tanto:
Se declara con lugar la acción, y en consecuencia, se anula por inconstitucional el inciso d) del artículo 15 de
las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios cientficos costarricenses", decreto número
24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta ", del veintisiete de febrero de mil novecientos noventa y seis.
Esta sentencia es declarativa, y sus efectos retroactivos a la fecha de promulgación de la norma que se anula, sin
perjuicio de derechos adquiridos de buena fe. Reséñese esta sentencia en el Diario Oficial " La Gaceta " y
publíquese íntegramente en el Boletín Judicial. Comuníquese al Presidente de la República y al Ministro de
Educación Pública. Notifíquese.Luis Paulino Mora Mora Presidente
R. E. Piza E.
Luis Fernando Solano C.
Carlos M. Arguedas R.
Adrián Vargas B.
José Luis Molina Q.
Fernando Albertazzi H.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 01401 – 99
Partes
Caso
Normativa
Ana Ramos vs Directora A.I. de Enfermeria del Hospital San Francisco de Asis de Grecia y
Caja Costarricense De Seguro Social
Reclama la recurrente que se lesiona el derecho de igualdad en su caso al no haber sido
nombrada en una de las tres plazas sacadas a concurso de Enfermera 1 en el Hospital de
Grecia, considerando la recurrente estar en igual o mejor posición que otros oferentes.
La Sra. Ramos solicitó a la Directora a.i. de Enfermería del Hospital de Grecia, las
explicaciones del caso por no haberla nombrado en las plazas de Enfermera. La Directora
le contestó que se basó en la idoneidad para nombrar a los funcionarios en el concurso,
escogiendo entre los cinco colegas costarricenses interinos, indicándole que si en el futuro
existe inopia de personal y plazas a entregar, cabría la posibilidad de otorgarle una plaza
en propiedad.
Artículo 33 de la Constitución Política
102
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
La Sala encuentra que en la escogencia de personal realizada por la Directora de
Enfermería del nosocomio accionado, medió una discriminación en razón de la
nacionalidad de la aquí recurrente, en el tanto con fundamentos no atendibles expresados
por la propia funcionaria en el informe rendido a la Sala, quedó claro que prefirió a
nacionales ante la extranjera.
La Directora recurrida decidió que el Convenio suscrito con Panamá en momentos en que
nuestro país tenía déficit en ese campo de la enfermería, por medio del cual había
ingresado al país la señora Ramos, había fenecido, lo que a todas luces resulta ilegítimo.
Además, en el caso de que esa normativa hubiera sido derogada, debe seguirse con su
aplicación en los casos en que se hayan consolidado situaciones jurídicas o se hayan
adquirido derechos de buena fe, como lo es el caso de la señora Ramos, la que se asentó
en el país desde el año de 1991, amparada al citado.
Se declara con lugar el recurso. Restitúyese a la recurrente en el pleno goce de sus
derechos. Se condena a la Caja Costarricense de Seguro Social al pago de las costas,
daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
01401
1999
99-000507-0007-CO
Sala Constitucional
24/02/1999
4:27:00 PM
De Fondo
Solano Carrera Luis Fernando
Recurso de amparo
Amparo
Fecha: 24/02/1999
Exp: 99-000507-007-CO-S.
Res: 01401-99.
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciséis horas con
veintisiete minutos del veinticuatro de febrero de mil novecientos noventa y nueve.Recurso de AMPARO interpuesto por ANA DEL CARMEN RAMOS HERRERA, mayor, soltera, enfermera
profesional, ciudadana Panameña con pasaporte N° 8-308-556, vecina de Grecia; contra la DIRECTORA a.i. DE
ENFERMERIA DEL HOSPITAL SAN FRANCISCO DE ASIS DE GRECIA y la CAJA COSTARRICENSE DE
SEGURO SOCIAL.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 13 horas y 12 minutos del 25 de enero de 1999, la
recurrente indica que ingresó a Costa Rica en el mes de octubre de 1991 en virtud de un convenio entre los
gobiernos de costa Rica y Panamá, para ocupar cargos de enfermería ante al inopia existente en este país. Que
desde entonces ha estado trabajando hasta el año de 1993 en el Hospital de San Carlos y luego en el Hospital de
Grecia. Que en ese tiempo realizó las gestiones necesarias para incorporarse al Colegio de Enfermeras de Costa
Rica. Recientemente quedaron tres plazas en el Hospital de Grecia de Enfermera 1, por lo que manifestó su interés
103
de ser nombrada en una de ellas, ya que aun labora como interina. Que pese a contar incluso con mejores atestados
que otras de las aspirantes, ella no fue nombrada, sustentado según pudo escuchar en razón de ser extranjera. Que
el 7 de enero de 1999 dirigió nota a la Directora a.i. de Enfermería solicitando las razones por las que no fue
nombrada en una de las plazas, y en su respuesta la funcionaria le indicó que era por su nacionalidad al aplicar el
artículo 68 de la Constitución Política. Que estando inconforme, el 12 de enero siguiente, impugnó los
nombramientos para que la funcionaria accionada resolviera, dejando planteado el recurso correspondiente ante el
superior. Que recibió respuesta de la Directora de Enfermería reiterando la primera resolución, sin que elevara en
ningún momento el asunto al superior, violándose sus derechos constitucionales.
2.- Gilda Montero Venegas, Directora Interina de Enfermería del Hospital San Francisco de Asís de Grecia, en
su informe indicó que la situación de inopia en el país ha sido superada, por lo que las razones del convenio que
menciona la recurrente ya fenecieron. Que es cierto lo relacionado al concurso de plazas de enfermería en el
hospital, en el que aplicó el criterio de idoneidad para escoger los funcionarios considerando aspectos objetivos, sin
que el hecho de que la recurrente sea extrajera fuera el principal. Que el 29 de diciembre realizó la escogencia
enviando la documentación respectiva a la oficina de Recursos Humanos según corresponde. Que en dos ocasiones
contestó las solicitudes de la aquí recurrente, y en cuanto al recurso planteado, lo elevó a la autoridad superior el 26
de enero de 1999, mediante oficio DEHSFA 16-99.
3.- El Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social, Rodolfo Piza Rocafort, indicó que no
tiene conocimiento de los hechos que alega la recurrente, por lo que debió solicitar información a la Directora a.i de
Enfermería del Hospital San Francisco de Asis, y con base en el reporte emitido por la señora Gilda Montero
Venegas, se ha rendido informe.
4.- Por su parte, en contestación a la audiencia conferida, los señores Gilberth Arias Castro, Ana Ruth Arce
Barrantes y Amelia Alvarez Rojas, en su calidad de funcionarios escogidos para ocupar en propiedad las plazas
concursadas en el Hospital de Grecia, indicaron que fueron seleccionados en diciembre pasado por la señora Gilda
Montero Venegas en puesto de Enfermería 1, lo anterior a base de idoneidad
Redacta el Magistrado Solano Carrera; y,
Considerando:
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos:
a) Mediante misiva fechada 11 de enero de 1999, la señora Ramos Herrera, solicitó a la Directora a.i. de
Enfermería del Hospital de Grecia, las explicaciones del caso por no haberla nombrado en las plazas de Enfermera 1
(folio 7);
b) La Directora a.i. de Enfermería del Hospital de Grecia, le contestó a la enfermera Ramos mediante oficio N°
DEHSFAE-009-99, en la que le indica que en aplicación de los artículos 68 y 192 de la Constitución Política se basó
en la idoneidad para nombrar a los funcionarios en el concurso, escogiendo entre los cinco colegas costarricenses
interinos, indicándole que si en el futuro existe inopia de personal y plazas a entregar, cabría la posibilidad de
otorgarle una plaza en propiedad (folio 6);
c) En fecha 13 de enero siguiente, la aquí recurrente impugnó formalmente los nombramientos realizados en
tres plazas de enfermera 1, ante la Directora a.i,. de Enfermería del Hospital de Grecia, alegando que existía en el
caso discriminación en su contra por ser extranjera, indicando que de no ser aceptada la impugnación por la
Directora, fuera elevado el asunto ante el superior (folio 9) ;
c) La Directora aquí accionada en oficio DEHSFAE-012-99 de 18 de enero de 1999, contestó la misiva de la
señora Ramos, reiterando su posición contenida en el oficio anterior N° DEHSFAE-009-99 (folio 11);
d) El Director del Hospital San Francisco de Asís de Grecia, en oficio N° HSFADM-059-99, dirigido a la
Directora a.i. de Enfermería, da respuesta a los oficios N° DEHSFAE-15-99 y 16-99, que elevan la apelación del Lic.,
Miguel Sánchez y de Ana del Carmen Ramos. En ese oficio, el Director indica que las enfermeras Amelia Alvarez
Rojas, Ana del Carmen Ramos Herrera y Ana Ruth Arce Barrantes, tienen las tres mayores notas y se hacen
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acreedoras al nombramiento en las plazas vacantes de enfermera 1 de los códigos 30.845, 26.513 y 30.846, por lo
que se le instruye para hacer los nombramientos respectivos. Además, le devolvió las tres acciones de personal de
los anteriores nombramientos sin su firma de autorización, con el fin de que realice los cambios pertinentes (folio 52).
II.- Sobre el fondo. Reclama la recurrente dos situaciones: la primera, en cuanto se lesiona el derecho de
igualdad en su caso al no haber sido nombrada en una de las tres plazas sacadas a concurso de Enfermera 1 en el
Hospital de Grecia, considerando la recurrente estar en igual o mejor posición que otros oferentes. Segundo, que la
Directora de Enfermería accionada no elevó su reclamo ante el Superior. En cuanto al primer alegato, la Sala
encuentra que en la escogencia de personal realizada por la Directora de Enfermería del nosocomio accionado,
medió una discriminación en razón de la nacionalidad de la aquí recurrente, en el tanto con fundamentos no
atendibles expresados por la propia funcionaria en el informe rendido a la Sala, quedó claro que prefirió a nacionales
ante la extranjera. La Directora recurrida, según informe rendido a la Sala, por su propia cuenta, decidió que el
Convenio suscrito con Panamá en momentos en que nuestro país tenía déficit en ese campo de la enfermería, por
medio del cual había ingresado al país la señora Ramos, había fenecido, lo que a todas luces resulta ilegítimo, pues
no es ella la funcionaria competente para decidir tal aspecto normativo y menos a propósito del concurso en examen.
Además, en el caso de que esa normativa hubiera sido derogada, debe seguirse con su aplicación en los casos en
que se hayan consolidado situaciones jurídicas o se hayan adquirido derechos de buena fe, como lo es el caso de la
señora Ramos, la que se asentó en el país desde el año de 1991, amparada al citado.
Por ser aplicable al caso que nos ocupa, merece hacerse referencia a lo manifestado por la Sala en cuanto a
la aplicación de las leyes y su vigencia a situaciones jurídicas consolidadas antes de su derogatoria. En sentencia N°
00668-90 de las 16 horas del 13 de junio de 1990, se indicó:
"... En el caso sub exámine, pues, la ley derogada surte efectos, mantiene su eficacia, pues su artículo 4
otorgó a los recurrentes, desde la importación al país de sus vehículos (1984) el derecho de hacerlo con exoneración
de impuestos y, a la vez, el de traspasarlos también en forma exonerada una vez transcurridos cinco años desde
aquella fecha. Por decirlo de alguna manera, la ley había creado en favor de los accionantes un derecho compuesto
(importar y traspasar con exoneración). Del expediente administrativo queda claro que el primer suceso (importación)
ocurrió en mil novecientos ochenta y cuatro, mientras que la solicitud para que el segundo (traspaso) ocurriera, fue
denegada aduciéndose la existencia de la nueva normativa, pero en opinión de esta Sala ya los recurrentes habían
adquirido tal derecho desde el primer suceso, pues la importación la hicieron en tanto y en cuanto la norma derogada
les permitiría, transcurrido un determinado lapso, el transferir los vehículos en forma exonerada aun cuando en el
recurso se promulgara y entrara en vigencia la Ley No. 7088. Esta, por virtud de lo dispuesto por el artículo 34 de la
Constitución Política, solamente puede ser aplicada a situaciones nacidas a partir de su fecha de vigencia, no a
aquéllas (como es el caso de los recurrentes) nacidas al amparo de la norma derogada. Distinta es la situación de
cualquier importación que se realice luego de la promulgación de la Ley No. 7088, pues el régimen de
exoneraciones, como se ve, ha sido modificado a raíz de un nuevo enfoque del Estado costarricense hacia las
exoneraciones en general por el impacto que éstas tienen o han tenido en la situación fiscal del país...".
III.- Además, en cuanto al segundo alegato esgrimido por la recurrente, se debe indicar que la impugnación
administrativa planteada contra la decisión de no escogerla en el concurso de plazas de enfermería, sí fue elevada
ante el superior de la accionada, el Director General del Hospital de Grecia, quien atendiendo el reclamo formulado,
resolvió que dentro de los tres puntajes más elevados estaba el de la aquí recurrente, por lo que devolvió sin su
autorización las acciones de personal firmadas por la Directora de Enfermería. Con ello queda probado que la
escogencia en cuestión había sido hecha contrariando los más elementales normas de equidad, perjudicando
abiertamente a la recurrente. Ahora bien, no obstante el trámite administrativo mencionado, la Sala considera que en
la especie la autoridad recurrida violó el derecho a la igualdad plasmado en el numeral 33 de la Constitución Política.
En consecuencia, el recurso debe ser declarado con lugar ordenándose a las autoridades recurridas restituir a la
recurrente en el pleno goce de sus derechos.
Por tanto:
Se declara CON LUGAR el recurso. Restitúyese a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se
condena a la Caja Costarricense de Seguro Social al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los
105
hechos que sirven de base a esta declaratoria, Los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso
administrativo.
Luis Paulino Mora M. Presidente
Luis Fernando Solano C.
Eduardo Sancho G.
Carlos Manuel Arguedas R.
José Luis Molina Q.
Hernando Arias G.
Susana Castro A.
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Discriminación según el Estrato Social
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 05206-04
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Orlando Salas vs el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de
Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de
Seguro Social
La presente acción de inconstitucionalidad está dirigida a atacar la validez de la expresión
“mandaderos” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del
Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte. Considera el actor que la exclusión hecha en la
cobertura obligatoria del seguro de invalidez vejez y muerte a los mandaderos es contraria
al principio constitucional de igualdad y no discriminación, además de atentar contra el
derecho fundamental a la seguridad social.
Artículo 25 de la Constitución Política de 1871 (El Reglamento fue aprobado 1946. Al
tratarse de una norma preconstitucional su verificación debe tener como parámetro la carta
de 1871, vigente al momento de emisión del reglamento objeto de esta acción.)
Artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte: El Seguro de
Invalivez, Vejez y Muerte, que de conformidad con el presente Reglamento asume la Caja
Costarricense de Seguro Social, es obligatorio: (...) 2) Para los empleados de las
instituciones y empresas, públicas y privadas, enumerados a continuación: (...) b) Los
empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares, excepto
porteros, mandaderos, y, en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o
aseo. (...)”
En el caso que nos ocupa, el artículo acccionado incluye en la cobertura del régimen a los
empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares. No obstante, la
misma norma excluye de dicha categoría a los “porteros, mandaderos, y en general,
aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo”.
Esta categoría de trabajadores no dificulta, ya sea por sus funciones, lugar donde las
desempeña o cantidad, en forma real su inclusión al régimen de invalidez, vejez y muerte,
ni hace que esta inclusión resulte riesgosa para la sostenibilidad del sistema.
La Sala ya avaló la progresividad en la cobertura del régimen, cuando la misma
obedeciera a dificultades propias de la implementación de un sistema tan oneroso y
complejo. Sin embargo, no puede la Sala Constitucional tolerar exclusiones basadas en
argumentos clasistas claramente discriminatorios.
La CCSS no mencionó un único argumento científico que justificara la no inclusión del
régimen de invalidez y muerte, de los “mandaderos”.
Así las cosas, al haber dispuesto la CCSS un régimen excluyente de un grupo de
trabajadores apenas por su baja ubicación jerárquica, impidiéndole acceder a la seguridad
social, es claro que dicha distinción resulta odiosa al Derecho de la Constitución.
La norma impugnada es contraria a los artículos 25 y 63 de la Constitución Política de
1871, pues además de ser una discriminación odiosa, impide al acceso al derecho
fundamental a la seguridad social.
Se declara con lugar la acción. En consecuencia, se anula la palabra “mandaderos”
contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de
Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de
Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta
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y seis. De conformidad con lo establecido en el artículo 89 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, por conexidad se anula el texto: “,excepto porteros, ..., y en general,
aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo ” contenida en el aparte b) del inciso
2) del artículo 1° del referido Reglamento.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
05206 Año : 2004
03-004503-0007-CO
Sala Constitucional
18/05/2004
2:54:00 PM
De Fondo
Vargas Benavides Adrián
Acción de inconstitucionalidad
Exp: 03-004503-0007-CO
Res: 2004-05206
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con
cincuenta y cuatro minutos del dieciocho de mayo del dos mil cuatro. Acción de inconstitucionalidad promovida por
ORLANDO SALAS HERRERA, portador de la cédula de identidad número 1-295-910, contra el aparte b) del inciso 2)
del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja
Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis.
Intervinieron también en el proceso Luis Fernando Chaves Rodríguez, apoderado general judicial sin límite de suma
de la Caja Costarricense de Seguro Social y Farid Beirute Brenes, Procurador General Adjunto de la República.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala el cuatro de abril de dos mil tres (folio 1), el accionante
solicita que se declare la inconstitucionalidad de el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro
de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión
ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis. Alega que la norma impugnada cubre con el
seguro de invalidez, vejez y muerte a los “empleados de oficina”, exceptuando los “mandaderos”. Alega que desde
mil novecientos cincuenta y ocho él fue “office boy”, empleado de oficina que, entre otras cosas, es mandadero.
Señala que la norma en cuestión cobijaba al grupo de los empleados de oficina, pero excluía a los mandaderos y a
otros empleados menores de oficina. Considera que es muy clara la discriminación producida, pues en circunstancia
iguales, el trato debe ser idéntico. En este caso, la única razón que a su juicio llevó a la diferenciación era el bajo
nivel de los funcionarios excluidos. Si no hubo una razón objetiva de peso para la distinción, ésta no podía tener
cabida. Además de ser contraria al principio de igualdad, la norma impugnada contraviene el acceso a la seguridad
social que el artículo 73 de la Constitución Política reconoce. La posibilidad que tenía la Caja Costarricense de
Seguro Social de ir extendiendo la cobertura de los seguros no le permitía discriminar como lo hizo. Solicita que se le
dé entrada a la presente acción de inconstitucionalidad, siguiendo los trámites normados.
2.- A efecto de fundamentar la legitimación que ostenta para promover esta acción de inconstitucionalidad,
señala como asunto base el recurso de amparo número 01-007588-0007-CO, en el cual la Sala, mediante resolución
de las nueve horas con veinticuatro minutos del veinte de marzo de dos mil tres, le dio plazo para la interposición de
la respectiva acción de inconstitucionalidad.
3.- Por resolución de las catorce horas con treinta minutos del quince de mayo de dos mil tres (visible a folio 6
del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República y a la
Caja Costarricense de Seguro Social.
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4.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folio 13. Señala que no existe motivo
para cuestionar la legitimación del demandante para promover la presente acción de inconstitucionalidad. Sin
embargo, estima que únicamente está legitimado para impugnar la palabra “mandaderos” contenida en el aparte b)
del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, pues dicha norma contempla el
caso de otras ocupaciones. En cuanto al fondo, indica que ya la Sala, en criterio compartido por la Procuraduría
(sentencia número 1893-99), se pronunció respecto de las razones de orden administrativo y financiero que
justificaron la implementación paulatina del régimen, considerando que la cobertura paulatina no es contraria a la
Constitución Política. Distinta sería la situación de una norma que excluya a quienes, con base en una disposición
anterior, ya habían ingresado al régimen. Considera que de aceptarse la tesis del accionante, gran cantidad de
personas quedarían habilitadas para solicitar las prestaciones económicas del régimen, aun sin haber cotizado para
él, lo que conduciría a un caos en el sistema de seguridad social del país. Sobre la alegada violación al principio de
igualdad, señala que la Sala ha resuelto que la Caja Costarricense de Seguro Social, como administradora del
régimen, contaba con amplia discrecionalidad para decidir cuáles sectores de trabajadores debían incorporarse de
primeros al seguro. Recomienda que la presente acción sea declarada sin lugar.
5.- Luis Fernando Chaves Rodríguez, en su calidad de apoderado general judicial sin límite de suma de la
Caja Costarricense de Seguro Social contesta a folio 22 la audiencia conferida, manifestando que la jurisprudencia
de la Sala Constitucional ha determinado que la igualdad no es una regla absoluta, sino que debe ser aplicada
únicamente para quienes se encuentren en igual situación. En el presente caso, señala que inicialmente fueron
incluidos en el seguro de invalidez, vejez y muerte, segmentos laborales específicos, y poco a poco se fueron
incluyendo otros, hasta llegar a la universalización. Prácticamente con el reglamento de mil novecientos setenta y
uno, diez años después de la reforma del artículo 177 constitucional, la norma no incluyó a los trabajadores de
aquellas zonas a las que no se había extendido el seguro de enfermedad, por razones eminentemente técnicas.
Alega que la denegatoria de reconocimiento de cuotas del recurrente estuvo debidamente fundamentada en la
normativa de la institución aplicable al caso, y en lo resuelto por la Sala en sentencia número 187-97, al no haber
acreditado el recurrente que laboró en la Compañía Bananera durante el período que solicitó reconocimiento, en
labores en que existiera obligación del patrono de tenerlo empadronado ante la Caja. Por otro lado, manifiesta que el
hecho de haberse salvado los derechos de quienes ya se encontraban afiliados al seguro de invalidez, vejez y
muerte en zonas aún no cubiertas por el seguro de enfermedad y maternidad, comprueba la posición de la reforma a
favor de quienes ya tenían expectativas de derechos, y no constituye en absoluto discriminación en contra de
quienes no se encontraban en esa hipótesis. Alega que los seguros sociales no nacieron en el país en mil
novecientos cuarenta y nueve, pues la actual Constitución reiteró la norma que en mil novecientos cuarenta y tres
fue incluida en la anterior Carta de mil ochocientos setenta y uno. Considera que el artículo 73 constitucional es el
típico ejemplo de una norma programática, que demuestra la convicción política acerca de la necesidad de contar
con los seguros sociales, pero tratándose de materia tan técnica como ésta, se establece que la regulación concreta
de cada seguro deberá ser fijada por la Ley. Así, los seguros sociales tuvieron la necesidad de un desarrollo
legislativo que se concretó en la Ley número 17 de veintidós de octubre de mil novecientos cuarenta y tres. En la
misma Ley, a tono con la autonomía que en materia de administración y de gobierno le reconoce a la Caja
Costarricense de Seguro Social el artículo 73 constitucional, se dispuso que la institución reglamentaría los requisitos
de ingreso a cada régimen de protección, así como los beneficios y condiciones en que éstos serían otorgados. Tal
cierto es que en mil novecientos cuarenta y nueve no fue creado el seguro de invalidez, vejez y muerte que fue
preciso, en mil novecientos sesenta y uno, introducir una nueva norma programática en la Constitución Política que
habló, por primera vez, de universalización de los seguros. En cuanto a la legitimación del actor, alega que la lesión
que se aduzca como fundamento de la acción deber ser individual y directa. No obstante, el accionante no acreditó
en sede administrativa las pruebas que permitieran tener por demostrado que los servicios prestados a la Compañía
Bananera de Costa Rica a partir de veinte de abril de mil novecientos cincuenta y ocho y hasta seis de mayo de mil
novecientos setenta y nueve, lo fuera en labores administrativas, sino que según su propia declaración lo era en el
puesto de “office boy”. Alega que el señor Salas Herrera no era sujeto de aseguramiento obligatorio durante la
vigencia del régimen general del seguro de invalidez, vejez y muerte, y tampoco lo fue luego de la reforma de mil
novecientos sesenta, ya que su puesto no se encontraba cubierto por el seguro; además, luego de la reforma de mil
novecientos sesenta los servicios prestados de mensajería y a partir de mil novecientos setenta y cuatro como
oficinista, no los realizó en una zona donde se hubiese extendido el seguro de enfermedad y maternidad, pues a la
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zona de Golfito se extendió hasta el primero de noviembre de mil novecientos setenta y seis. Aduce que en ningún
país del mundo la seguridad social se inició como un sistema universal. Por razones técnico actuariales no se asume
la totalidad de la población laboralmente activa de aquel período, ni cubre todo el territorio nacional. La propia ley
Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, en su artículo 4°, relativiza la obligatoriedad del seguro
social, pues existen hipótesis de exclusión, fundamentadas actuarialmente. Solicita que sea desestimada esta acción
en todos sus extremos.
6.- Mediante escrito presentado a la Secretaría de la Sala el dos de julio de dos mil tres (folio 50), el actor
refuta los argumentos de la Caja Costarricense de Seguro Social y la Procuraduría General de la República. Señala
que la Caja habla de estudios actuariales que llevaron a la implementación paulatina del seguro, pero no indica de
qué estudios se trata. De todos modos, el tema es que dentro de las oficinas se discriminó sólo contra los
funcionarios de nivel más bajo (mandaderos y porteros), lo cual no tiene el menor sentido desde el vértice de la
justicia social y menos que ni siquiera representan un número significativo. Niega haber sostenido que la
universalización de los seguros ocurrió en mil novecientos cuarenta y nueve. Sostiene que la relación de esta acción
con el amparo base es tan evidente que fue la misma Sala la que le dio plazo para iniciar este proceso. No es cierto,
como indica la Procuraduría General de la República, que en esta acción lo que se impugna es el sistema progresivo
de cobertura que manejó la Caja, sino que lo reclamado es la discriminación de que fueron objeto los funcionarios
excluidos de cobertura. Afirma que en la sentencia 1893-99 la Sala no dice lo que la Procuraduría dice que dice,
pues allí se habla de sectores, y no de discriminación dentro de los sectores. Solicita que se declare con lugar la
acción.
7.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
fueron publicados en los números 101, 102 y 103 del Boletín Judicial, de los días veintiocho, veintinueve, veintiuno y
treinta de mayo de dos mil tres. (Folio 12)
8.- Esta Sala consideró innecesario efectuar l a audiencia oral y pública prevista en los artículos 10 y 85 de la
Ley de la Jurisdicción Constitucional, por cuanto en el expediente se cuenta con elementos suficientes para resolver
la presente acción de inconstitucionalidad.
9.- En los procedimientos seguidos han sido observadas las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Vargas Benavides ; y,
Considerando:
I.- Las reglas de legitimación en las acciones de inconstitucionalidad. El artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional regula los presupuestos que determinan la admisibilidad de las acciones de inconstitucionalidad,
exigiendo la existencia de un asunto pendiente de resolver en sede administrativa o judicial en el que se invoque la
inconstitucionalidad, requisito que no es necesario en los casos de excepción previstos en los párrafos segundo y
tercero de ese artículo, es decir, que por la naturaleza de la norma no haya lesión individual o directa; que se
fundamente en la defensa de intereses difusos o que atañen a la colectividad en su conjunto, o que sea presentada
por el Procurador General de la República, el Contralor General de la República, el Fiscal General de la República o
el Defensor de los Habitantes, en estos últimos casos, dentro de sus respectivas esferas competenciales. A partir de
lo antes dicho, se tiene que la regla general apunta a la necesidad de contar con un asunto previo, siendo
excepcionales las posibilidades de acudir a la Sala Constitucional en forma directa. De acuerdo con el primero de los
supuestos previstos por el párrafo 2° del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, la norma cuestionada
no debe ser susceptible de aplicación concreta, que permita luego la impugnación del acto aplicativo y su
consecuente empleo como asunto base. Dispone el texto en cuestión que procede cuando " por la naturaleza del
asunto, no exista lesión individual ni directa ", es decir, cuando por esa misma naturaleza, la lesión sea colectiva
(antónimo de individual) e indirecta. Sería el caso de actos que lesionen los intereses de determinados grupos o
corporaciones en cuanto tales, y no propiamente de sus miembros en forma directa. En segundo lugar, se prevé la
posibilidad de acudir en defensa de " intereses difusos "; este concepto, cuyo contenido ha ido siendo delineado
paulatinamente por parte de la Sala, podría ser resumido en los términos empleados en la sentencia de este tribunal
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número 3750-93, de las quince horas del treinta de julio de mil novecientos noventa y tres) "… Los intereses difusos,
aunque de difícil definición y más difícil identificación, no pueden ser en nuestra ley como ya lo ha dicho esta Sala los
intereses meramente colectivos; ni tan difusos que su titularidad se confunda con la de la comunidad nacional como
un todo, ni tan concretos que frente a ellos resulten identificados o fácilmente identificables personas determinadas,
o grupos personalizados, cuya legitimación derivaría, no de los intereses difusos, sino de los corporativos que atañen
a una comunidad en su conjunto. Se trata entonces de intereses individuales, pero a la vez, diluidos en conjuntos
más o menos extensos y amorfos de personas que comparten un interés y, por ende reciben un perjuicio, actual o
potencial, más o menos igual para todos, por lo que con acierto se dice que se trata de intereses iguales de los
conjuntos que se encuentran en determinadas circunstancias y, a la vez, de cada una de ellas. Es decir, los intereses
difusos participan de una doble naturaleza, ya que son a la vez colectivos por ser comunes a una generalidad e
individuales, por lo que pueden ser reclamados en tal carácter" En síntesis, los intereses difusos son aquellos cuya
titularidad pertenece a grupos de personas no organizadas formalmente, pero unidas a partir de una determinada
necesidad social, una característica física, su origen étnico, una determinada orientación personal o ideológica, el
consumo de un cierto producto, etc. El interés, en estos casos, se encuentra difuminado, diluido (difuso) entre una
pluralidad no identificada de sujetos. En estos casos, claro, la impugnación que el miembro de uno de estos sectores
podría efectuar amparado en el párrafo 2° del artículo 75, deberá estar referida necesariamente a disposiciones que
lo afecten en cuanto tal. Esta Sala ha enumerado diversos derechos a los que les ha dado el calificativo de "difusos",
tales como el medio ambiente, el patrimonio cultural, la defensa de la integridad territorial del país y del buen manejo
del gasto público, entre otros. Al respecto deben ser efectuadas dos precisiones: por un lado, los referidos bienes
trascienden la esfera tradicionalmente reconocida a los intereses difusos, ya que se refieren en principio a aspectos
que afectan a la colectividad nacional y no a grupos particulares de ésta; un daño ambiental no afecta apenas a los
vecinos de una región o a los consumidores de un producto, sino que lesiona o pone en grave riesgo el patrimonio
natural de todo el país e incluso de la Humanidad; del mismo modo, la defensa del buen manejo que se haga de los
fondos públicos autorizados en el Presupuesto de la República es un interés de todos los habitantes de Costa Rica,
no tan solo de un grupo cualquiera de ellos. Por otra parte, la enumeración que ha hecho la Sala Constitucional no
pasa de una simple descripción propia de su obligación –como órgano jurisdiccional- de limitarse a conocer de los
casos que le son sometidos, sin que pueda de ninguna manera llegar a entenderse que solo pueden ser
considerados derechos difusos aquellos que la Sala expresamente haya reconocido como tales; lo anterior implicaría
dar un vuelco indeseable en los alcances del Estado de Derecho, y de su correlativo "Estado de derechos", que
como en el caso del modelo costarricense parte de la premisa de que lo que debe ser expreso son los límites a las
libertades, ya que éstas subyacen a la misma condición humana y no requieren por ende de reconocimiento oficial.
Finalmente, cuando el párrafo 2° del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional habla de intereses " que
atañen a la colectividad en su conjunto ", se refiere a los bienes jurídicos explicados en las líneas anteriores, es
decir, aquellos cuya titularidad reposa en los mismos detentadores de la soberanía, en cada uno de los habitantes de
la República. No se trata por ende de que cualquier persona pueda acudir a la Sala Constitucional en tutela de
cualesquiera intereses (acción popular), sino que todo individuo puede actuar en defensa de aquellos bienes que
afectan a toda la colectividad nacional, sin que tampoco en este campo sea válido ensayar cualquier intento de
enumeración taxativa.
II.- La legitimación del accionante en este caso . El actor invoca la existencia del recurso de amparo número
01-007588-0007-CO, en el que mediante resolución de las nueve horas con veinticuatro minutos del veinte de marzo
de dos mil tres, le dio plazo para la interposición de la respectiva acción de inconstitucionalidad. En dicho proceso, el
señor Salas Herrera reclama que la Caja Costarricense de Seguro Social se ha negado a reconocer las cuotas
referentes al seguro de invalidez, vejez y muerte correspondientes al período comprendido entre los años mil
novecientos cincuenta y ocho a mil novecientos setenta y seis, precisamente en aplicación de la norma aquí
impugnada. De conformidad con el párrafo 1° del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, la presente
acción de inconstitucionalidad deber ser admitida, pues el actor cuenta con un asunto previo (recurso de amparo)
para cuyo éxito resulta esencial lo que sobre el fondo de esta acción resuelva la Sala. Este pronunciamiento deberá
limitarse a aquellos aspectos respecto de los cuales el actor cuenta con legitimación en los términos dichos; así, en
lo que atañe a la alegada violación del principio de igualdad, se limitará a analizar la exclusión hecha respecto de los
“mandaderos”, puesto que ocupó el actor y debido al cual la institución le niega el reconocimiento de las cuotas
solicitadas.
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III.- Otros aspectos de admisibilidad. Estando claro que el actor cuenta con legitimación suficiente para
promover esta demanda, resta indicar que las actuaciones impugnadas están entre las previstas en el artículo 73
inciso a) de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por tratarse de un acto general de carácter normativo (una
disposición contenida en un reglamento administrativo, el Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte,
aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de
diciembre de mil novecientos cuarenta y seis), materia cuya constitucionalidad procede revisar en esta vía.
Asimismo, si bien se trata de una norma derogada, como en la acción de inconstitucionalidad lo que se verifica es la
validez de las normas jurídicas y no así su eficacia, es claro que el juicio de constitucionalidad puede ser efectuado
incluso respecto de normas ya derogadas, considerando que las reglas en tal situación han perdido su vigencia, pero
no así su existencia y consecuentemente los efectos que produjeron antes de su derogación. Precisamente el asunto
que motivó la interposición del recurso de amparo que sirve de base a este acción se basa en la aplicación al actor
de la norma aquí impugnada, no obstante haber perdido su vigencia desde hace varias décadas. Asimismo, el hecho
de haber sido la norma impugnada emitida con anterioridad a la creación de la Sala Constitucional (incluso es
anterior a la promulgación de la Constitución Política de mil novecientos cuarenta y nueve) no le impide a este
tribunal entrar a analizar su validez. Por un lado, una norma preconstitucional podría ser válida a la luz de la Carta
anterior y haber sido derogada por el nuevo texto. Podría también haber devenido inconstitucional por una razón
superviniente, cuando cambios en la realidad hagan que una norma originalmente válida pase a oponerse al
Derecho de la Constitución. En tercer lugar, una norma anterior a la actual Carta podría ser contraria a la
Constitución Política vigente al momento de su promulgación, en este caso la Constitución de mil ochocientos
setenta y uno, que resulta un parámetro válido para medir la constitucionalidad de las normas emitidas durante su
vigencia. Es por lo anterior que la norma impugnada deberá ser en primer término comparada con el texto de la
Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno, a fin de verificar su validez. Al tratarse de una norma
preconstitucional, su verificación debe tener como parámetro la carta de mil ochocientos setenta y uno, vigente al
momento de emisión del reglamento objeto de esta acción. Además, el actor presentó su escrito de interposición en
atención a los requisitos estipulados en los numerales 78 y 79 de la Ley de rito. En conclusión, la presente acción es
admisible, por lo que debe entrarse de inmediato a discutir el objeto y el fondo de la misma.
IV.- Objeto de la acción. La presente acción de inconstitucionalidad está dirigida a atacar la validez de la
expresión “mandaderos” contenida en el aparte
b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta
Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil
novecientos cuarenta y seis. El texto de dicha norma es el siguiente: “Artículo 1° El Seguro de Invalivez, Vejez y
Muerte, que de conformidad con el presente Reglamento asume la Caja Costarricense de Seguro Social, es
obligatorio: (...) 2) Para los empleados de las instituciones y empresas, públicas y privadas, enumerados a
continuación: (...) b) Los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares, excepto porteros,
mandaderos, y, en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo. (...)” Considera el actor que la
exclusión hecha en la cobertura obligatoria del seguro de invalidez vejez y muerte a los mandaderos es contraria al
principio constitucional de igualdad y no discriminación, además de atentar contra el derecho fundamental a la
seguridad social.
Sobre el fondo.
V.- La progresividad del régimen de invalidez, vejez y muerte. La Constitución Política de mil ochocientos
setenta y uno reconoció el derecho fundamental a la seguridad social. De hecho, el artículo 63, que forma parte de la
Sección Tercera “De las Garantías Sociales” del Título III de dicha Constitución, estableció los seguros sociales en
beneficio de los trabajadores “manuales e intelectuales” para protegerlos contra los riesgos de enfermedad,
invalidez, maternidad, vejez, muerte y otras contingencias que la ley determine. (Texto según reforma operada por
Ley número 24 de dos de julio de mil novecientos cuarenta y tres y que coincide con el texto del artículo 73 de la
Constitución actual) No obstante lo anterior, la plena implementación (universalización) de los seguros sociales fue
entendido no como un deber inmediato, sino como un proceso paulatino e ininterrumpido de ampliación de la
cobertura hasta abarcar a todos los trabajadores. El artículo 177 párrafo 3° de la Constitución Política de mil
novecientos cuarenta y nueve (según reforma por Ley 2738 de doce de mayo de mil novecientos sesenta y uno),
aunque no pueda ser empleado como parámetro válido de constitucionalidad para una regla preconstitucional como
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la impugnada, sí ofrece información relevante para su interpretación. Dicha norma dispone que“ Para lograr la
universalización de los seguros sociales y garantizar cumplidamente el pago de la contribución del Estado como tal y
como patrono, se crearán a favor de la Caja Costarricense de Seguro Social rentas suficientes y calculadas en tal
forma que cubran las necesidades actuales y futuras de la Institución... ” Como se observa, no es sino hasta mil
novecientos sesenta y uno que se establece constitucionalmente el concepto de universalidad de los seguros
sociales. De ese modo, sobre este aspecto de la seguridad social, el constituyente pensó en su implementación
progresiva. Así, m ediante ley número 17 de primero de noviembre de mil novecientos cuarenta y uno se estableció
que la institución creada para aplicar el seguro social obligatorio e incrementar el voluntario se llamaría Caja
Costarricense de Seguro Social, indicándose en el artículo 2° que ese seguro social obligatorio comprendería los
riesgos de enfermedad, invalidez prematura, vejez, muerte y paro involuntario; aplicándosele obligatoriamente según
el artículo 3° a todos los asalariados, menores de sesenta años, que ordinariamente no tuvieran otra renta o medio
de subsistencia, siempre que su salario no excediera de tres mil seiscientos colones anuales, trabajadores a
domicilio, aprendices, trabajadores independientes, trabajadores de servicio doméstico particular, toda persona en
cuyo trabajo predomine el esfuerzo intelectual sobre el físico, tales como los artistas, escritores, profesionales,
dibujantes, empleados de comercio, industria y agricultura y demás personas de actividades semejantes que
recibieran sueldo o remuneración por su trabajo que no excediera los tres mil seiscientos colones anuales y para los
empleados del Estado y sus Instituciones, de las Municipalidades, Juntas de Protección Social y organizaciones
análogas, y de toda actividad sostenida o subvencionada por el Estado. Posteriormente el Poder Ejecutivo, mediante
Decreto número 8 de veintiocho de agosto de mil novecientos cuarenta y dos dispone que la Caja Costarricense de
Seguro Social, una vez concluidos los estudios técnicos necesarios, implementaría los seguros de enfermedad,
maternidad y cuota mortuoria y, en forma limitada, los de invalidez y vejez, en las ciudades de San José, Cartago,
Alajuela y Heredia, lo mismo que en sus alrededores, determinando que los seguros debían ser establecidos de
acuerdo con criterios científicos y tomando en cuenta la situación por la que atravesara el país. Con posterioridad, la
Ley número 17 de veintidós de octubre de mil novecientos cuarenta y tres dispone que el seguro es obligatorio para
los trabajadores manuales e intelectuales que ganaren sueldo o salario...excluyéndose de la obligatoriedad de
asegurar, en el artículo 4, entre otros : "...d) Los trabajadores que, a juicio de la Junta Directiva, no deban figurar en
el seguro obligatorio: a)por ser el número de sus jornadas anuales inferior a noventa; b)por su carácter de
representantes del patrono; y c) por otras circunstancias especiales que dicha Junta determine..." , y en el artículo 57
de la misma ley dispuso: " Mientras no se hayan establecido de modo definitivo los servicios de la Caja, ésta gozará
de una amplia libertad de acción en cuanto al orden y época en que deba asumir los riesgos, y queda autorizada
para limitar la prestación o prestaciones a las zonas de territorio y categorías de trabajadores que estime
convenientes, en atención a los recursos con que cuente, facilidades para el establecimiento de los servicios,
población que gozará de ellos, desarrollo económico de cada región, medios de comunicación y cualesquiera otras
circunstancias que puedan influir en el buen resultado del implantamiento de los seguros sociales." La Ley número
17 resulta nuevamente reformada el 26 de abril de mil novecientos setenta y uno en su artículo 3°: " Las coberturas
de seguro social y el ingreso al mismo serán obligatorios para todos los trabajadores manuales e intelectuales que
ganen sueldo o salario, y el monto de las cuotas que por esta ley deban pagar, se calculará sobre el total de las
remuneraciones respectivas. La Junta Directiva fijará la fecha en que entrará en vigencia el Seguro Social de los
trabajadores independientes y las condiciones de este seguro; sin embargo, todos aquellos trabajadores
independientes que en forma voluntaria desearen asegurarse antes de entrar en vigencia el Seguro en forma general
para ese sector, podrán hacerlo mediante la solicitud correspondiente a la Caja Costarricense de Seguro Social, la
cual, para tales efectos dictará la reglamentación pertinente...La Caja determinará reglamentariamente los requisitos
de ingreso a cada régimen de protección, así como los beneficios y condiciones en que éstos se otorgarán. La Junta
Directiva tomará los acuerdos necesarios para extender progresivamente sus servicios a todo el país conforme lo
permitan sus recursos materiales y humanos". El primero de enero de mil novecientos cuarenta y siete entró a regir
el Reglamento General del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, objeto de esta acción, cuyo artículo 1° establece
que el seguro de invalidez, vejez y muerte era obligatorio: "1) Para todos los trabajadores del Estado, remunerados
mediante sueldos o salarios fijos consignados en los presupuestos respectivos. 2) Para los empleados de las
instituciones y empresas, públicas o privadas, enumerados a continuación: a) Los gerentes, administradores y, en
general, las personas que a nombre de otro ejerzan funciones de dirección o de administración, b) Los empleados de
oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares, excepto porteros, mandaderos y, en general, aquellos
que se dedican a labores de limpieza o aseo, c) Los empleados y auxiliares de comercio, excepto los dependientes
de mostrador, cobradores, porteros y mandaderos, d) Los capitanes de barco, oficiales, administradores y asistentes
113
de la administración misma, e) Todas aquellas personas que en general y a juicio de la Caja, deban estar protegidas
por estos beneficios en razón de la calidad de las funciones o trabajo que desempeñan.", y se consideraron
excluidos de este seguro en el artículo 2: "a) Los trabajadores y empleados que ingresaren al Seguro Social después
del 31 de diciembre de 1946, con más de cincuenta años de edad, b) Los trabajadores enumerados en el artículo 4
de la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, excepción hecha a los gerentes, administradores y
en general, las personas que a nombre de otro ejerzan funciones de dirección o administración, quienes sí estarán
comprendidos en el seguro, c) Los trabajadores o empleados de las instituciones, empresas públicas o privadas, no
contempladas en la enumeración del inciso 2) del artículo anterior." Ese Reglamento fue reformado en sesión de
Junta Directiva el día cinco de agosto de mil novecientos sesenta, modificándose el artículo 3° así: "El seguro es
obligatorio: 1) Para todos los trabajadores de los Poderes del Estado y del Tribunal Supremo de Elecciones, cuya
relación laboral sea permanente, a juicio de la Caja, 2) Para todos los trabajadores de las Instituciones Autónomas,
Semiautónomas y Municipalidades, cuya relación de trabajo sea de naturaleza permanente, a juicio de la Caja, 3)
Para los empleados de las instituciones y empresas, que se enumeran a continuación: a) Los gerentes,
administradores y, en general, las personas que a nombre de otro ejerzan funciones de dirección o de
administración, b) Los empleados de oficinas, consultorios profesionales y establecimientos privados de enseñanza,
c) Los empleados y auxiliares de comercio, d) Los capitanes de barco, oficiales, administradores y asistentes de la
administración del mismo, e) Todas aquellas personas que en general y a juicio de la Caja, deban estar protegidas
por estos beneficios en razón de la calidad de las funciones o trabajo que desempeñan. Con excepción de los
trabajadores indicados en el inciso 1), y de las instituciones autónomas, este régimen se aplicará únicamente en
aquellas zonas donde actualmente se encuentra establecido el Seguro de Enfermedad y Maternidad y en las que
llegue a establecerse en el futuro. Sin embargo es obligatorio para los trabajadores que hasta la fecha han estado
afiliados a dicho régimen aunque laboren en zonas donde no esté extendido el Seguro de Enfermedad y
Maternidad." Posteriormente, la Junta Directiva en sesión número 4304 de veintinueve de junio de mil novecientos
setenta y uno, dispuso que: "Este seguro es obligatorio para todos los trabajadores asalariados, tanto en el sector
público como en el sector privado. Corresponde a la Junta Directiva de la Caja, conforme al artículo 4 de su Ley
Constitutiva, calificar en casos particulares la obligatoriedad de este seguro." Finalmente, se reforma nuevamente el
Reglamento el diez de marzo de mil novecientos noventa y cinco determinándose que el seguro de invalidez, vejez y
muerte es obligatorio para los trabajadores asalariados de los sectores públicos y privados, con las excepciones
hechas en los artículos 4 y 65 de la Ley Constitutiva de la Caja, y voluntario para todos los habitantes no asalariados
del país, según las condiciones que dicte el Reglamento respectivo. La extensión del Seguro de Invalidez, Vejez y
Muerte abarcó paulatinamente, de acuerdo con la actividad y ubicación de las entidades laborales, a distintos grupos
de trabajadores: el primero de enero de mil novecientos cuarenta y siete a los servidores del Estado (profesionales y
oficinistas) e instituciones públicas protegidas por el Régimen de Enfermedad y Maternidad, remunerados mediante
salarios fijos consignados en presupuestos respectivos; el primero de julio de mil novecientos cuarenta y siete a los
empleados de instituciones y empresas públicas o privadas, gerentes, administradores, personas con funciones de
dirección o administración, empleados de oficina, consultorios profesionales, escuelas particulares (excepto porteros,
mandaderos y trabajadores que se dedicaran a labores de limpieza), capitanes de barco, oficiales, asistentes de
administración; el tres de octubre de mil novecientos cincuenta y ocho a los trabajadores del Estado con actividades
de oficina que no habían ingresado en mil novecientos cuarenta y siete, por no estar protegidos por el Régimen de
Enfermedad y Maternidad; el primero de enero de mil novecientos cincuenta y nueve los empleados del Banco
Nacional de Costa Rica; el primero de noviembre de mil novecientos sesenta los servidores del Estado, Poderes del
Estado, Tribunal Supremo de Elecciones e instituciones autónomas en todo el país, semiautónomas y
municipalidades cuya relación de trabajo fuera permanente, porteros en general; trabajadores dedicados a labores
de limpieza y aseo en oficinas, dependientes de mostrador, cobradores y trabajadores manuales que no realizaran
labores agrícolas, en aquellos lugares donde estuviera extendido el Seguro de Enfermedad y Maternidad; el primero
de mayo de mil novecientos sesenta y dos los trabajadores de industria y manuales, tiendas, comercio en el área
metropolitana que no disfrutaban del seguro; el trece de setiembre de mil novecientos sesenta y tres los mandaderos
y auxiliares de comercio; el once de agosto de mil novecientos sesenta y ocho los trabajadores de la construcción;
en setiembre de mil novecientos sesenta y ocho los trabajadores por jornales; en agosto de mil novecientos sesenta
y nueve los trabajadores del Muelle y el Ferrocarril Eléctrico al Pacífico; en octubre de mil novecientos setenta y uno
los trabajadores de industrias, manuales, tiendas, y comercio en áreas rurales; en diciembre de mil novecientos
setenta y tres los trabajadores domésticos, incluyendo jardineros y choferes al servicio en casas particulares; y
finalmente en junio de mil novecientos setenta y cinco los trabajadores agrícolas y de ganadería. Esta Sala,
114
conociendo de una acción de inconstitucionalidad interpuesta contra el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte de
la Caja Costarricense de Seguro Social de mil novecientos sesenta, en relación con el tema de la progresividad,
sostuvo lo siguiente: “...La misma ley si bien pretendía una cobertura general, tuvo que delegar mediante el artículo
57 en la Caja Costarricense de Seguro Social los criterios y parámetros que debía establecer para su aplicación, la
forma y época en que se iban a ir incluyendo, lo anterior, por cuanto se trataba de un régimen muy amplio, costoso e
incipiente en nuestro país, por lo que requería de ajustes y experiencia para su expansión, lo que no se lograba de
inmediato, lo cual también implicaba un gasto económico tan grande para el Estado que si no era bien programado
hubiese podido colapsar. Es así, que la acusada violación a los artículos 33 y 68 de la Constitución Política y del
Convenio No.111 no se configura, pues de acuerdo al principio de razonabilidad y proporcionalidad constitucional no
resulta irracional la expansión paulatina del sistema de pensiones a los diversos grupos de trabajadores y áreas
geográficas, todo de acuerdo con las posibilidades reales del propio régimen, con el objeto de cumplir de forma
efectiva con la protección establecida en el citado artículo 73 constitucional.” (Sentencia número 1893-99 de las diez
horas con treinta minutos del doce de marzo de mil novecientos noventa y nueve) Si bien como se pudo observar
esta Sala reconoció la validez de una ampliación progresiva de los seguros de invalidez, vejez y muerte, también es
cierto que en otra de sus resoluciones determinó que las exclusiones debidas a la implementación paulatina del
régimen debían obedecer a causas reales y justificadas. E n este sentido, en la sentencia número 1147-90 de las
dieciséis horas del veintiuno de setiembre de mil novecientos noventa, dispuso lo siguiente: “VII.- En todo caso, la
Sala considera que el derecho a la jubilación, en general o en los regímenes especiales aludidos, no puede ser
normalmente condicionado a la conducta de su titular, ya sea ésta anterior o posterior a su consolidación como
derecho adquirido. En realidad, no se ignora que el de jubilación, como cualquier otro derecho, está sujeto a
condiciones y limitaciones, pero unas y otras solamente en cuanto se encuentren previstas por las normas que las
reconocen y garantizan y resulten, además, razonablemente necesarias para el ejercicio del derecho mismo, de
acuerdo con su naturaleza y fin. Esto no es otra cosa que expresión de un conocido principio del Derecho de los
Derechos Humanos, que puede denominarse de proporcionalidad, y que se recoge, en general, como condición sine
qua non de las limitaciones y restricciones a tales derechos autorizadas excepcionalmente por los propios textos que
los consagran; principio que se encuentra enumerado, por ejemplo, en los artículos 29.2 y 30 de la Declara-ción
Universal de Derechos Humanos, 29 y 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 5º del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 4 y 5 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales."
VI.- Exclusión de los “mandaderos” de la cobertura del régimen. En el caso que nos ocupa, el aparte b) del
inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de
la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y
seis, incluye en la cobertura del régimen a los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas
particulares. No obstante, la misma norma excluye de dicha categoría a los“ porteros, mandaderos, y en general,
aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo ”. Como se puede observar, se trata de un grupo de
trabajadores cuya única característica diferenciadora es que realizan labores que requieren menores requisitos
académicos y profesionales, y que por ende, suelen ubicarse en posiciones de base en la línea de mando
institucional. No se trata de una categoría de trabajadores que por las funciones que realiza, el lugar donde las
desempeña o la cantidad de personas empleados en dichos puestos, dificulte en forma real su inclusión al régimen
de invalidez, vejez y muerte, o haga que ésta resulte riesgosa para la sostenibilidad del sistema. En sentencia
número 1893-99 de las diez horas con treinta minutos del doce de marzo de mil novecientos noventa y nueve, esta
Sala avaló la existencia de exclusiones, entendiendo que la revisión de éstas sería objeto de la jurisdicción común, y
no de la vía de control de constitucionalidad:
VII.- Por otra parte, la prioridad para incluir al régimen a unos sectores sobre otros es un asunto de
oportunidad y conveniencia, que no sólo no implica discriminación alguna -pues, al fin y al cabo, todos los sectores
serían incluidos dentro del régimen-, sino que además son criterios no revisables en esta vía por no vulnerar la
Constitución. En este sentido, tampoco el hecho de que se exijan diferentes requisitos para el hombre y la mujer en
torno a la obtención a la jubilación o pensión implica algún tipo de discriminación, pues tanto la edad y demás
requisitos aplicables a cada uno de los géneros (hombre y mujer) responden a situaciones de hecho que el legislador
ha tomado en cuenta como parámetros objetivos para hacer la distinción en cuestión, situación que es razonable y
constituye un motivo suficiente para dar un trato diverso a uno y a otros, en particular en cuanto a la exigencia para
115
una determinada edad para jubilarse. El principio de igualdad contenido en el artículo 33 de la Constitución Política,
como bien lo ha expresado este Tribunal en anteriores ocasiones no es un igualitarismo, ya que en tanto la distinción
que se haga esté motivada en condiciones objetivas y razonables, como en este caso, no resulta contraria a lo
establecido en el artículo de última cita y por ende no es inconstitucional. En una misma línea de pensamiento,
tampoco podrían entenderse violentados los artículos 73 y 74 constitucionales, toda vez que la administración
cumplió efectivamente con llegar a establecer el régimen de seguridad social con una cobertura general y su proceso
en forma progresiva como ya se expuso, obedece solamente a un criterio de oportunidad y conveniencia que resulta
razonable y proporcional a las exigencias del mismo sistema. Lo que debe tenerse en cuenta es que la persona
adquiere el derecho a la pensión cuando cumple con los requisitos estipulados y cuando entra a cotizar al régimen
nace algo más que una simple expectativa pues adquiere un derecho general de pertenencia al mismo.” No obstante
lo sostenido por la Sala en aquella oportunidad, es claro que toda discriminación contraria a la dignidad humana es
una afronta al Derecho de la Constitución. En efecto, el artículo 25 de la Carta de mil ochocientos setenta y uno,
vigente al ser emitida la norma en análisis, reconocía la igualdad de todos ante la Ley. Es por ello que cualquier
exclusión del régimen no basada en motivos calificados y razonables resulta discriminatoria, y por ende
inconstitucional. Como se vio, ya la Sala avaló la progresividad en la cobertura del régimen, cuando la misma
obedeciera a dificultades propias de la implementación de un sistema tan oneroso y complejo. Sin embargo, no
puede la Sala Constitucional tolerar exclusiones basadas en argumentos clasistas claramente discriminatorios. La
Caja Costarricense de Seguro Social en el informe rendido en esta acción, no mencionó un único argumento
científico que justificara la no inclusión del régimen de invalidez y muerte, de los “mandaderos” y los otros tipos de
trabajadores mencionados en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento. Motivos de segregación social
resultan espurios para fundamentar que a determinados grupos se les impida disfrutar de los derechos previstos
para todos en la Constitución. Así las cosas, al haber dispuesto la Caja Costarricense de Seguro Social un régimen
excluyente de un grupo de trabajadores apenas por su baja ubicación jerárquica, impidiéndole acceder a la
seguridad social, es claro que dicha distinción resulta odiosa al Derecho de la Constitución, que no solamente
sanciona con nulidad los actos contrarios a la “igualdad ante la Ley”, sino incluso aquellos que contravengan la
“igualdad en la Ley”. En consecuencia, esta Sala estima que la norma impugnada es contraria a los artículos 25 y 63
de la Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno, pues además de ser una discriminación odiosa, impide
al acceso al derecho fundamental a la seguridad social, parámetros a los que se debió sujetar la Caja Costarricense
de Seguro Social al emitir el Reglamento objeto de esta acción.
VII.- Conclusión. A partir de los argumentos contenidos en los párrafos que anteceden, esta Sala concluye
que el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la
Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil
novecientos cuarenta y seis, es inconstitucional, por contravenir la norma contenida en los artículos 25 y 63 de la
Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno. De conformidad con lo establecido en el artículo 89 de la Ley
de la Jurisdicción Constitucional, por conexidad se anula el texto: “,excepto porteros, ..., y en general, aquellos que
se dedican a labores de limpieza o aseo ” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del referido
Reglamento, pues dichas exclusiones resultan igualmente discriminatorias y contrarias al derecho fundamental a la
seguridad social, por las mismas razones expresadas para el caso de los mensajeros.
Por tanto:
Se declara CON LUGAR la acción. En consecuencia, se anula la palabra“ mandaderos” contenida en el aparte
b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta
Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil
novecientos cuarenta y seis. De conformidad con lo establecido en el artículo 89 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, por conexidad se anula el texto: “,excepto porteros, ..., y en general, aquellos que se dedican a
labores de limpieza o aseo ” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del referido Reglamento. Esta
sentencia tiene efectos declarativos y retroactivos a la fecha de vigencia de la norma anulada, sin perjuicio de
derechos adquiridos de buena fe. Comuníquese este pronunciamiento a los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial,
116
y a la Caja Costarricense de Seguro Social. Reséñese este pronunciamiento en el Diario Oficial La Gaceta y
publíquese íntegramente en el Boletín Judicial. Notifíquese.
Luis Fernando Solano C.
Presidente
Luis Paulino Mora M.
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Ernesto Jinesta L.
Federico Sosto L.
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Discriminación a Personas Discapacitadas o Enfermos
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 05966-02
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Joanne Fuentes vs Ministerio De Cultura Juventud Y Deportes, Conciertos Internacionales
Sociedad Anonima Y Directora Del Teatro Nacional.
La recurrente, quien es una persona con discapacidad y usuaria de silla de ruedas, solicitó
un boleto, para asistir a un concierto, de precio popular (10 000 colones) y en un lugar
accesible en el que pudiera estar ella y otra persona. Funcionarios del Teatro Nacional le
dijeron que el único lugar accesible para ella era el de luneta el cual es el más costoso (22
000 colones) por lo que se le autorizó una rebaja del 20% del boleto para que pudiera
ubicarse en luneta.
Considera la recurrente que el precio continúa siendo un precio muy superior al precio de
los boletos de galería popular.
Considera las actuaciones como discriminatorias en razón de su condición de persona con
discapacidad, porque el Ministerio de Cultura, no ha cumplido con las disposiciones que
aseguren las condiciones físicas de accesibilidad al Teatro Nacional para todas las
personas, además porque "Conciertos Internacionales" no le da opción de escoger, de
acuerdo con su preferencia y sus condiciones físicas y económicas, un lugar accesible
para presenciar el concierto.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
las Personas con Discapacidad aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948
Los artículos 23 y 24 de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad N°7600.
Uno de los derechos constitucionales de las personas discapacitadas consiste en que la
infraestructura de los edificios, especialmente aquellos en que se brinden servicios
públicos, tengan previstas facilidades para el acceso de las personas discapacitadas. Es
por ello que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en eliminar
progresivamente las "barreras arquitectónicas" que les dificultan o impiden el acceso a
estos servicios.
Es obligación del Estado garantizar que el entorno, los bienes, los servicios y las
instalaciones de atención al público sean accesibles para que las personas los usen y
disfruten y si ello significa otorgar una trato preferencial o especial a las personas
discapacitadas, en el establecimiento en el monto de las tarifas respectivas en los
espectáculos públicos o privados, deberá de exigirse por parte de las autoridades públicas,
tal y como sucedió en el caso concreto.
El Teatro Nacional fue acondicionado para permitir el ingreso en silla de ruedas al
vestíbulo y al área de "luneta" en el primer piso.
Así las cosas, la Sala ha podido constatar que las autoridades del Teatro Nacional han
dispuesto un área para el libre acceso de las personas discapacitadas y que los
organizadores del concierto en cuestión, ofrecieron a la recurrente un descuento del 20%
del valor del tiquete dadas sus especiales circunstancias. Dadas esas condiciones no
encuentra esta Sala que exista discriminación alguna en perjuicio de la recurrente que
118
Conclusión
tienda a lesionar sus derechos fundamentales.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor: Castro
Clase de asunto:
05966 Año : 2002
02-002354-0007-CO
Sala Constitucional
14/06/2002
11:12:00 AM
De Fondo
Alpízar Susana
Recurso de amparo
Exp: 02-002354-0007-CO
Res: 2002-05966
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con doce
minutos del catorce de junio del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por JOANNE FUENTES MOLINA,
portadora de la cédula de identidad número 1-852-339 contra el MINISTERIO DE CULTURA JUVENTUD Y
DEPORTES, CONCIERTOS INTERNACIONALES SOCIEDAD ANONIMA y la DIRECTORA DEL TEATRO
NACIONAL.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las ocho horas y veintiséis minutos del dieciocho de
marzo de dos mil dos (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el MINISTERIO DE CULTURA,
JUVENTUD Y DEPORTES, LA DIRECTORA DEL TEATRO NACIONAL Y LA EMPRESA CONCIERTOS
INTERNACIONALES SOCIEDAD ANONIMA y manifiesta que el martes doce de marzo, llamó a la oficina de
"Conciertos Internacionales" para hacer una reservación de boleto para asistir al concierto de "Rosana" que se llevó
a cabo el veintitrés de marzo. Aclara que es una persona con discapacidad y que es usuaria de silla de ruedas.
Solicitó un boleto de precio popular (diez mil colones) y en un lugar accesible en el que pudiera estar ella y la
persona que le presta asistencia para cualquier emergencia. La señorita Thelma Roy la atendió y le remitió al Teatro
Nacional para solicitar información sobre la accesibilidad. Llamó al Teatro Nacional y presentó su petición al señor
Alfonso Solano, funcionario del mismo, quien le dijo que el único lugar accesible para ella era el de luneta el cual es
el más costoso (veintidós mil colones), y que ellos no podían hacer nada, puesto que eso le correspondía a la
empresa que organiza la actividad. Habló nuevamente con los organizadores y la misma señorita luego de consultar
con su jefe, le autorizó una rebaja del veinte por ciento del boleto para que pudiera ubicarse en luneta, lo cual
continúa siendo un precio muy superior al precio de los boletos de galería popular. Considera las actuaciones como
discriminatorias en razón de su condición de persona con discapacidad, porque el Ministerio de Cultura, no ha
cumplido con las disposiciones que aseguren las condiciones físicas de accesibilidad al Teatro Nacional para todas
las personas, lo cual genera desigualdad en la equiparación de oportunidades de acceso a la cultura y las
actividades recreativas, además porque "Conciertos Internacionales" no le da opción de escoger, de acuerdo con su
preferencia y sus condiciones físicas y económicas, un lugar accesible para presenciar el concierto, dejándole solo
una opción que resulta ser la más perjudicial para sus intereses económicos. Solicita la recurrente que se declare
con lugar el recurso, se permita a ella o a cualquier persona con discapacidad poder participar de cualquier actividad
cultural o recreativa en el futuro en igualdad de condiciones y equiparación de oportunidades para coadyuvar a su
integración plena a la sociedad. Asimismo que se exija al Ministro de Cultura, Juventud y Deportes tomar las
medidas necesarias para acondicionar áreas adaptadas o asientos preferenciales y rampas en cada nivel del Teatro
Nacional. Que se revise el cumplimiento de las disposiciones estipuladas en el reglamento de la Ley 7600 con
respecto a espacios para estacionamientos, entrada al edificio, baños adaptados, barandas de seguridad,
pasamanos, teléfonos públicos y acceso a mostradores o ventanillas. Que se le inste a la empresa "Conciertos
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Internacionales" a definir políticas para que los clientes con discapacidad tengan acceso a los espectáculos públicos
que organizan, sin menoscabo de su derecho de elección, así como velar porque exista accesibilidad para todas la
personas en los lugares que alquilan para tales efectos.
2.- Informa bajo juramento PATRICIA CARRERAS JACOB, en su calidad de Ministra de Cultura, Juventud y
Deportes a.i. (folio 16), que tal y como informa el señor Administrador del Teatro Nacional, a la recurrente se le
informó previamente, tanto en la boletería como en las oficinas administrativas, qué sección del Teatro tiene acceso
para personas en sillas de ruedas. El precio en esa sección está definido previamente por el empresario, fue
informado públicamente por éste a través de los medios de comunicación y es el mismo para todos los clientes, con
lo cual las personas que asisten al espectáculo son aquellas que aceptan pagar el precio establecido, como en
cualquier otro bien o servicio ofrecido por una empresa privada, sin que las personas que no pueden pagar ese bien
o servicio, puedan alegar discriminación o perjuicio a sus intereses económicos. Dadas las especiales circunstancias
de la recurrente, se intercedió con el empresario para que se le hiciera un descuento del precio base de la entrada
para el primer nivel a ella y a un acompañante. El empresario le ofreció un descuento del veinte por ciento del precio
base de la entrada al primer nivel. Según informes del señor Harvey, la recurrente compró la entrada para el tercer
nivel o galería y se presentó a la puerta respectiva con dos acompañantes. El encargado de esa puerta le indicó que
no podía acceder a galería en silla de ruedas y que, por favor esperara mientras podía comunicarse con el
Administrador para recibir instrucciones de cómo resolver el caso. La recurrente no acató la indicación del encargado
de la puerta y aprovechando que éste estaba atendiendo una gran cantidad de público en ese momento, con sus dos
acompañantes más otra persona que ya se encontraba dentro, la subieron hasta el tercer piso. Cuando el encargado
de la puerta le informó al señor Harvey lo sucedido, el espectáculo había iniciado y no podía retirar a la recurrente de
ese sitio sin provocar un disturbio al mismo. Por ello se dejó a la recurrente en esa sección, a pesar del riesgo que
eso implicaba para ella y para el resto del público de esa sección, ya que en caso de ser necesaria una evacuación
de emergencia, la recurrente no habría podido salir y además habría sido un obstáculo para el resto del público que
allí se encontraba. La recurrente no atendiendo a la información dada por los funcionarios del Teatro, además de
desacatar las indicaciones de la persona encargada de vigilar el normal y seguro acomodo del público, poniendo en
peligro, tanto su seguridad como la de cientos de otras personas, al final observó el espectáculo pagando el precio
que ella quiso. Por medio de la Ley 7600 se han hecho grandes esfuerzos para que las personas con discapacidad
tengan la posibilidad de accesar a lugares a los cuales anteriormente no podían hacerlo, sin escapar de ello la
asistencia a actividades culturales y recreativas. El Ministerio de Cultura ha realizado grandes esfuerzos por lograr
accesos cómodos para discapacitados en la gran mayoría de sus inmuebles, sin embargo, dada la antigüedad y
fragilidad de algunas de las construcciones, aunado a su valor histórico-cultural hace que las modificaciones deban
adecuarse. El Teatro Nacional que es una edificación tan antigua y declarada Monumento Nacional según Decreto
Ejecutivo N° 3632 del siete de diciembre de mil novecientos sesenta y cinco publicado en La Gaceta N° 292 del
veinticuatro de diciembre de ese mismo año, su acondicionamiento físico para que las personas discapacitadas
puedan ingresar y disfrutar de los eventos que allí se programen requiere de mucho cuidado, pues debido a lo
complejo de su estructura que es metálica, en herradura, como corresponde a un teatro decimonónico existe el
peligro de destrucción o deterioro del mismo a la hora de realizar las modificaciones del caso, para atender las
necesidades de este tipo tan especial de personas. El Teatro Nacional dispone de rampa de acceso al edificio y a la
sala de espectáculos, sin embargo el acceso a la galería es prácticamente imposible de ejecutar sin dañar seria y
permanentemente la edificación, con lo cual no obsta para que los servicios básicos del Teatro estén al alcance de
toda la población. El precio de las entradas es fijado por el empresario, de conformidad con la calidad del
espectáculo y los costos de inversión, aspectos sobre los que este Teatro carece de competencia para inmiscuirse
en su tasación, ya que en este caso funge como un arrendante de las instalaciones para que se presenten
espectáculos, no teniendo tampoco la precitada ley de protección a los discapacitados disposición que los faculte
para exigir a los empresarios la fijación de precios especiales para personas con esa condición, por lo cual proceder
de manera distinta implicaría un atropello al principio de legalidad. Que el Ministerio no es responsable del precio que
se le cobró a la recurrente para la reservación del boleto, ya que la organizadora del evento lo fue Conciertos
Internacionales Sociedad Anónima y fue quien se encargó de fijar los precios para el concierto, por lo cual es ella la
única que podía darle opciones a la recurrente a efecto de que pudiera tener acceso a la actividad en virtud de que
por existir un contrato entre el Teatro Nacional y la citada sociedad, no era factible a la Administración del Teatro
tomar una decisión para la ubicación de dicha persona en un lugar más caro al que sí podía ingresar, pero por el
mismo precio del que estaba al alcance de ella al cual no podía ingresar debido a su impedimento físico. No ha
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pretendido el Ministerio restringir en forma alguna el derecho a la recreación, ni violar la libre elección y trato
equitativo de la recurrente, ya que la institución tiene que velar por la protección y cuidado que se le debe dar a un
bien de tan gran valor histórico como lo es el Teatro Nacional, ya que las variaciones en su estructura no son tan
sencillas de modificar como otras y no le compete dar opciones para que la recurrente tuviera acceso a la actividad
por estar ésta organizada por una empresa privada y porque le debe respeto al contrato con la misma. Solicita que
se desestime el recurso planteado y se condene a la recurrente al pago de las costas.
3.- Informa el señor NICOLAS BAKER CAMPBELL, en su calidad de Presidente con facultades de Apoderado
Generalísimo sin límite de suma de la empresa CONCIERTOS INTERNACIONALES SOCIEDAD ANONIMA, (folio 21
a 28) que días previos al concierto de Rosana se recibió en la empresa que representa una llamada telefónica en
términos similares a los expuestos en el presente recurso, sin embargo, por la limitación propia de la comunicación
telefónica no le consta que dicha llamada haya correspondido a la aquí recurrente. Su representada organizó la
presentación del espectáculo cultural Rosana en Costa Rica a efectuarse el veintitrés de marzo del año en curso. Por
el nivel cultural de la presentación, se escogió como lugar para efectuar la presentación el Teatro Nacional, el cual
cuenta con todos los permisos y autorizaciones para presentar espectáculos públicos como el de Rosana. La
circunstancia de tratarse de una obra arquitectónica construida hace más de cien años, época en la cual no era tema
a considerar las necesidades de movilización de personas con algún tipo de minusvalía, implicó que a las galerías
superiores del teatro se les diera acceso únicamente por escaleras con un diseño bastante incómodo. A fin de
acogerse a la normativa que exige igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, el Teatro
Nacional fue acondicionado para permitir el ingreso en silla de ruedas a estas personas sólo al vestíbulo y al área de
luneta en el primer piso, pero por cuestiones de seguridad y comodidad. Ante la consulta telefónica, Thelma Godoy
actuó siguiendo no sólo las políticas del Teatro Nacional, sino ante todo, la seguridad de la recurrente y la de los
otros asistentes al espectáculo en caso de que fuera necesario efectuar una evacuación de emergencia del edificio.
Los precios de las entradas del espectáculo, se fijan de acuerdo a los costos directos e indirectos de la presentación.
A la hora de determinar el valor del tiquete de ingreso para las diferentes zonas del teatro se toma en consideración
la capacidad de cada zona, las comodidades de cada área, el ángulo de visión con respecto al escenario y en
general las facilidades de unos sitios frente a otros. Dado el valor internacional de estos espectáculos y al no
contarse en Costa Rica con auditorios especiales para estas obras que permitan una mayor afluencia de público sin
desmejorar la calidad de la presentación, en algunos casos el valor de los tiquetes puede ser relativamente alto y se
debe recurrir a patrocinios para hacerlo más accesible al público. Con el fin de brindar alguna consideración a la
recurrente que le permitiera observar el espectáculo en forma cómoda y segura, se le ofreció un descuento en el
valor del tiquete de luneta, equivalente a un veinte por ciento del precio de venta al público, lo cual aparentemente no
fue satisfactorio para ella. La recurrente omite informar que ella sí asistió al espectáculo y fue ubicada en el tercer
piso en contra de las normas de seguridad y controles ejercidos por la administración del Teatro, lo cual no sólo puso
en peligro su seguridad personal sino la de muchas otras personas que pudieron haber sufrido problemas para salir
del lugar en caso de una situación de emergencia. El precio de las entradas no puede ser considerado un elemento
discriminatorio en contra de las personas con discapacidad física, ya que deben imperar los principios de
razonabilidad y proporcionalidad e impedir el abuso del derecho en que podría incurrirse al pretender equiparar
legalmente desigualdades físicas objetivas. Con el fin de mitigar la onerosidad que presenta el valor de la entrada a
galería y el precio de la de luneta, la empresa acordó brindarle un descuento pero se encontraba en imposibilidad de
permitirle el ingreso a ella al área de luneta por el valor de la entrada de Galería, máxime que cuando se consultó, no
solamente se hizo por el tiquete de la persona con discapacidad sino también para su asistente, con lo cual dos
persona a dos puestos que en conjunto sumaban cuarenta y cuatro mil colones pretendían pagar veinte mil colones
con una pérdida para su representada de veinticuatro mil colones y si en lugar de ser una persona con limitación
física hubieran sido cien, su representada hubiera tenido que asumir una pérdida por dos millones cuatrocientos mil
colones. Manifiesta el recurrido que cuando se entra a considerar el valor económico de los bienes y servicios, sin
entrar en consideraciones relacionadas con la discapacidad física o no de las personas, existirán quienes pueden
pagar el precio y quienes no pueden hacerlo, pero ello no implica discriminación alguna. Solicita se rechace el
recurso por la forma en que está conceptualizado el recurso de amparo, por la persona contra la cual está dirigido y
por el contenido de la petición, ya que esta no es la vía para perseguir su tutela. Indica que el Teatro Nacional no es
propiedad de su representada, es una Obra Pública que por medio de un contrato de arrendamiento fue puesta a su
servicio para la celebración de un espectáculo público pero organizado por una empresa privada. Aclara que en
cuanto a la organización del espectáculo, su representada tiene la potestad de establecer las políticas que considere
121
necesarias y convenientes en lo que respecta al valor de los boletos, porque se rigen por la ley de la oferta y la
demanda del mercado y que no existe ninguna norma jurídica que obligue a su representada a establecer precios
diferenciales en el valor de los boletos para espectáculos públicos. En cuanto al uso, presupuesto y obras de
acondicionamiento del Teatro Nacional son aspectos en los cuales su representada no tiene injerencia alguna, sin
embargo, los mismo se encuentran acondicionados a las necesidades y normativa vigente para el caso. Manifiesta
que en vista de que la consideración de la recurrente tiene su origen en las condiciones físicas del inmueble, su
representada no es responsable ni debe sufrir las consecuencias de los mismos, ya que se limitó a arrendar y utilizar
para una presentación pública un inmueble que se encuentra acondicionado para esos efectos. Su representada no
tiene facultad alguna para modificar ni alterar de forma alguna las condiciones físicas de la edificación.
4.- Informa Gary Harvey Leal en su condición de Administrador del Teatro Nacional, (folio 98 a 100) que el
Teatro Nacional en concordancia con la legislación vigente al respecto, cuenta con acceso para personas con
discapacidad que requieren de silla de ruedas para su movilidad, el cual es posible únicamente en la primera planta,
ya que cuenta con rampas removibles en los accesos al vestíbulo principal y además se tiene establecido, en esa
sección, el espacio en donde situar a personas en sillas de ruedas, permitiendo una buena visibilidad del escenario a
esas personas y lo que es más importante, permitiendo un desalojo fácil en caso de emergencia para ellas y en
donde no se comprometa la evacuación fluida del resto del público asiste, en caso de ser necesario. El mismo no
cuenta con acceso para personas en sillas de ruedas a los pisos superiores, debido a que su diseño tiene ciento
cinco años de haberse construido y ello no se contempló. No se ha logrado dar acceso en sillas de ruedas, ya que
los trabajos necesarios no representan modificaciones menores sino prácticamente la destrucción de gran parte del
edificio y el servicio que están en capacidad de dar a la población discapacitada ha demostrado satisfacer la
demanda. Lo normal es que en teatros y auditorios, las áreas para ubicar sillas de ruedas estén definidas tomando
en cuenta la seguridad, tanto de los discapacitados como la del resto del público de manera que estas personas
deben ubicarse únicamente en esos lugares previamente definidos, sin que esto represente discriminación alguna.
Además esta área tiene una capacidad definida, como es lógico suponer, de manera que no se podría vender
entradas a más personas en sillas de ruedas de las que se pueden acomodar sin comprometer la seguridad de
todos. Al realizar el Teatro Nacional actividades artísticas y culturales de variada índole, son de bajo costo para el
público ya que lo que se pretende es la promoción y difusión cultural por encima de la utilidad económica. En el
presente caso el concierto fue organizado por Conciertos Internacionales S.A. y el Teatro arrienda sus instalaciones
y el empresario es quien define los precios de las entradas libremente, ajustándose a la ley de la oferta y la demanda
y al principio de la libertad de empresa y de mercado. No obstante que el espectáculo es organizado por la empresa,
el Teatro mantiene el control de las instalaciones en todo momento para asegurar que se de un buen servicio al
público asistente, para garantizar la seguridad de las instalaciones y vigilar el comportamiento del público, tales como
mantener los pasillos y las vías de salida despejadas. A la recurrente se le informó previamente tanto en la boletería
como en las oficinas administrativas en qué sección del Teatro existe acceso para personas en sillas de ruedas. El
precio de la entrada a esa sección
está previamente definido por el empresario, que fue informado por los medios de comunicación y es el mismo
para todos los clientes. Las personas que asisten al espectáculo son las que aceptan pagar el precio establecido.
Dadas la especiales circunstancias de la recurrente se intercedió con el empresario para que se le hiciera un
descuento del precio base de la entrada para el primer nivel a ella y a un acompañante, tal y como ella acepta, el
empresario le ofreció un descuento del veinte por ciento del precio base de la entrada al primer nivel. La recurrente
compró la entrada para el tercer nivel o galería y se presentó a la puerta respectiva con dos acompañantes. El
encargado de esa puerta le indicó que no podía acceder a la galería en silla de ruedas y que por favor esperara
mientras se comunicaba con el Administrador para recibir instrucciones de cómo resolver el caso. La recurrente no
acató la indicación del encargado de la puerta y aprovechando que éste estaba atendiendo una gran cantidad de
público en ese momento, con sus dos acompañantes más otra persona que ya se encontraba dentro, la subieron al
tercer piso. Cuando fue informado de lo sucedido el espectáculo había iniciado y no podía retirar a la recurrente sin
provocar un disturbio al mismo, con las implicaciones que esta situación acarreó. Queda claro que la recurrente no
atendiendo la información dada por los funcionarios del Teatro, además de desacatar las indicaciones del encargado,
observó el espectáculo pagando el precio que ella quiso, Solicita se declare sin lugar el recurso en todos sus
extremos petitorios .
5.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
122
Redacta la magistrada Castro Alpízar ; y,
Considerando:
I.- Alegatos de la recurrente. Acusa la recurrente que por su condición de discapacitada el Ministerio de
Cultura ha lesionado su derecho a la igualdad de oportunidades pues no existen condiciones físicas para que todas
las personas puedan ingresar al Teatro Nacional en igualdad de condiciones. Además acusa que "Conciertos
Internacionales" no le da opción de escoger, de acuerdo con su preferencia y sus condiciones físicas y económicas,
un lugar accesible para presenciar el concierto, dejándole solo una opción que resulta ser la más perjudicial para sus
intereses económicos.
II.- Acerca de la discriminación. En primer término es importante señalar que la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos y la Constitución Política de Costa Rica, consagran el principio de igualdad de la persona y la
prohibición de hacer distinciones contrarias a su dignidad artículos 24 y 33 respectivamente. Adicionalmente, los
derechos de las personas discapacitadas están reconocidos en instrumentos internacionales como la "Convención
Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad",
aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948 y la "Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad", N°7600, publicada en la Gaceta del 29 de mayo de 1996. La Convención define en su artículo 1 la
Discriminación de la siguiente manera: "El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa
toda distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de
discapacidad presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades
fundamentales " Asimismo, consagra la obligación de los Estados que la suscribieron, a adoptar: "las medidas
para eliminar progresivamente la discriminación y promover la integración por parte de las autoridades
gubernamentales y/o entidades privadas en la prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones, programas,
actividades, tales como el empleo, el transporte, las comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el
deporte, el acceso a la justicia y los servicios policiales y las actividades políticas y de administración". Sobre el
mismo tema la ley 7600, sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, regula en su
artículo artículo 54 lo respectivo al acceso a la cultura, al deporte y a las actividades recreativas y en lo conducente
para el caso concreto dispone que: "...Los espacios físicos donde se realicen actividades culturales, deportivas o
recreativas deberán ser accesibles a todas las personas. Las instituciones públicas y privadas que promuevan y
realicen actividades de estos tipos, deberán proporcionar los medios técnicos necesarios para que todas las
personas puedan disfrutarlas. Por otra parte, el artículo 55 de la misma ley establece que: "...Se considerará acto
discriminatorio que, en razón de la discapacidad, se le niegue a una persona participar en actividades culturales,
deportivas y recreativas que promuevan o realicen las instituciones públicas o privadas..."
III.- Sobre el caso concreto. A juicio de este Tribunal, la tutela efectiva de los derechos de las personas
discapacitadas consagrados constitucionalmente, es uno de los medios por los cuales este grupo de población
puede tener una vida lo más independiente y normal posible, de manera que su integración a la sociedad sea plena.
Es claro que uno de ellos consiste en que la infraestructura de los edificios, especialmente aquellos en que se
brinden servicios públicos, tengan previstas facilidades para el acceso de las personas discapacitadas. Es por ello
que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en eliminar progresivamente las "barreras
arquitectónicas" que les dificultan o impiden el acceso a estos servicios. En criterio de esta Sala, perfectamente se
pueden interpretar de dicha ley y otras normas nacionales e internacionales relacionadas con este tema, que es
obligación del Estado garantizar que el entorno, los bienes, los servicios y las instalaciones de atención al público
sean accesibles para que las personas los usen y disfruten y si ello significa otorgar una trato preferencial o especial
a las personas discapacitadas, en el establecimiento en el monto de las tarifas respectivas en los espectáculos
públicos o privados, deberá de exigirse por parte de las autoridades públicas, tal y como sucedió en el caso concreto.
Según se informa bajo juramento el Teatro Nacional fue acondicionado para permitir el ingreso en silla de ruedas al
vestíbulo y al área de "luneta" en el primer piso. Vista esa limitación los organizadores le brindaron a la recurrente un
descuento en el valor del tiquete de luneta equivalente al 20%. Así las cosas, la Sala ha podido constatar dos
cuestiones de capital importancia para la resolución del recurso. La primera, que en efecto, las autoridades del
123
Teatro Nacional han dispuesto un área para el libre acceso de las personas discapacitadas. Y segundo, que de
acuerdo a lo indicado por las autoridades recurridas, los organizadores del concierto en cuestión, ofrecieron a la
recurrente un descuento del 20% del valor del tiquete dadas sus especiales circunstancias. Dadas esas condiciones
no encuentra esta Sala que exista discriminación alguna en perjuicio de la recurrente que tienda a lesionar sus
derechos fundamentales, razón por la cual lo procedente es desestimar el recurso.
IV.- No obstante lo anterior, es necesario recordar a la autoridad accionada que la Ley 7600 establece una
responsabilidad genérica para el Estado, que se traduce, ni más ni menos, en el deber que tienen todos los entes y
órganos que conforman la Administración, incluidas las instituciones y organizaciones privadas, cumplir con los
objetivos que en dicha normativa se establecen, y que a groso modo se resumen en el garantizar la igualdad de
oportunidades de la población costarricense discapacitada y en el lograr su acceso a la vida social eliminando
cualquier tipo de discriminación contra sus discapacidades, a través de un proceso de ajuste del entorno, los
servicios, las actividades, la información, los documentos, etcétera.
V.- En razón de las anteriores consideraciones, lo procedente es declarar sin lugar el recurso.
Por tanto:
Se declara SIN LUGAR el recurso.
Eduardo Sancho G.
Presidente, a.i.
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
José Luis Molina Q.
Susana Castro A.
Aldo Milano S.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 00527-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Hilda Jara a favor de Hilda González Jara vs Carlos Obando, Oficial de Tránsito de
Guápiles; el Director de la Escuela Central de Guápiles, el Alcalde Municipal de Guápiles,
el Ministro de Obras Públicas y Transportes y la Ministra de Educación Pública.
Argumenta la recurrente, que en detrimento del derecho de su hija discapacitada a un
acceso a la educación en igualdad de oportunidades, las autoridades recurridas han
omitido acondicionar debidamente las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles, en
especial lo referente a los espacios de parqueo para personas discapacitadas, lo cual la ha
llevado a tener enfrentamientos con Oficiales de Tránsito. Respecto de estos alegatos, el
Director del Centro Educativo indica que se ha realizado todo lo posible para adecuar la
infraestructura de la Escuela, hasta el punto de que se cuenta con rampas para
discapacitados. En lo que toca a la ausencia de delimitación de los espacios de
estacionamiento para discapacitados, señala que ello si no se ha ejecutado, ha sido por
responsabilidad de la Municipalidad de Pococí, quien no ha procedido a realizar los
trabajos pertinentes.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Los artículos 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
El artículo 2 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre Los artículos 3 y 26
124
Desarrollo
Conclusión
del El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
Los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
las Personas con Discapacidad aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948
Los artículos 23 y 24 de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad N°7600.
Esta Sala ya ha vertido criterio a través de la sentencia número 2000-02305.
En esta situación se debe descubrir si en el caso concreto han operado o no una serie de
circunstancias que conlleven un tratamiento discriminatorio respecto al libre acceso a un
edificio público, en contra de cualquier persona discapacitada, en especial aquellas que no
pueden hacer uso de sus piernas. Según el informe rendido bajo juramento por el Director
del Centro Educativo, la Escuela posee rampas que permiten su acceso por parte de
personas discapacitadas, no así de espacios para el parqueo de automóviles que
transporten a estudiantes discapacitados, como lo es el caso de la aquí amparada.. El
informe alega: "... Luego el alcalde en ese entonces me contestó que como iban a asfaltar
las calles de Guápiles se retardaba el trabajo de señalización de la cuadra, que por
asfaltadas se pintarían, acción que no se ha llevado a cabo." El Alcalde Municipal de
Pococí no informó acerca de los hechos alegados por la recurrente, siendo que en razón
de evitar una discriminación en cuanto al acceso a un edificio en donde se presta un
servicio público, como lo es la educación pública, la Municipalidad se encuentra en la
obligación de habilitar espacios de parqueo especiales para que aquellas personas que
presenten algún tipo de discapacidad, como lo es el caso de la amparada, puedan accesar
al mismo con la igual desenvoltura con que lo haría cualquier otra persona. Así las cosas,
entiende este Tribunal que la omisión de la Municipalidad en no habilitar dichos espacios
de parqueo ha implicado para la Amparada un tratamiento discriminatorio injustificado e
inaceptable desde el punto de vista constitucional.
Se declara con lugar el recurso. Se ordena a la Municipalidad de Pococí a que proceda en
la mínima brevedad posible a la demarcación de espacios de parqueo para vehículos que
transporten a personas discapacitadas, los cuales deberán estar ubicados cerca de la
entrada principal de la Escuela Central de Guápiles.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
00527 Año : 2003
Expediente:
02-008836-0007-CO
Despacho:
Sala Constitucional
Fecha:
28/01/2003
Hora:
3:07:00 PM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor: Armijo Sancho Gilbert
Clase de asunto: Recurso de amparo
Exp: 02-008836-0007-CO
Res: 2003-00527
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con siete
minutos del veintiocho de enero del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Hilda Jara Madrigal, portadora
de la cédula de identidad número 7–075–762, a favor de Hilda González Jara, contra Carlos Obando, Oficial de
125
Tránsito de Guápiles; el Director de la Escuela Central de Guápiles, el Alcalde Municipal de Guápiles, el Ministro de
Obras Públicas y Transportes; y la Ministra de Educación Pública.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las veintitrés horas y veintisiete minutos del veintitrés de
octubre de dos mil dos (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra Carlos Obando, Oficial de Tránsito
de Guápiles; el Director de la Escuela Central de Guápiles, el Alcalde Municipal de Guápiles, el Ministro de Obras
Públicas y Transportes; y la Ministra de Educación Pública. Manifiesta que la amparada es hija suya, y asimismo
alumna regular de la Escuela de Central de Guápiles y cursa el sexto grado. Indica que la Amparada padece distrofia
muscular, motivo por el cual está imposibilitada de caminar y debe trasladarse con la ayuda de un "scootter". Señala
que la accionante transporta diariamente a la amparada hacia su escuela en una microbús. Agrega que encontrar
parqueo disponible en las cercanías a la Escuela Central de Guápiles es muy difícil y hasta imposible. Expresa que
por esa circunstancia desde hace dos años solicitó a la Municipalidad de Guápiles y la Oficina de Tránsito de
Guápiles que hicieran la demarcación de al menos dos espacios de parqueo destinados a personas discapacitadas.
Alega que hasta la fecha la Municipalidad de Guápiles y la Oficina de Tránsito de esa localidad no han realizado
gestión alguna tendente a responder la solicitud de la amparada, o a garantizar la existencia de parqueos para
personas con discapacidad en las cercanías de la Escuela Central de Guápiles. Indica que el dieciséis de octubre del
dos mil dos, a las seis horas cuarenta minutos, el Oficial de Tránsito Carlos Obando le impidió a la accionante
estacionarse a un costado de la Escuela Central de Guápiles. Añade que a pesar de que intentó comunicarle al
oficial que requería estacionarse allí para que la amparada tuviera acceso a la Escuela, éste se negó a escucharla y
la agredió verbalmente. Arguye que las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles carecen de las adaptaciones
necesarias para proporcionar el servicio de apoyo que requieren las personas con discapacidad, motivo por el cual la
amparada está imposibilitada de acceder a su derecho a la educación en igualdad de oportunidades. Solicita el
recurrente que se declare con lugar el recurso.
2.- Informa bajo juramento María Lorena López Rosales, en su calidad de Ministra de Obras Públicas y
Transportes a.i. (folios 14 a 17), que el problema alegado por la recurrente es uno que enfrenta muy comúnmente los
edificios públicos y privados, pues implica dotarlos de las instalaciones necesarias que faciliten el acceso a personas
con discapacidad. Indica que en un caso como el presente, en donde se encuentra de por medio un centro educativo
de nivel escolar, resulta peligroso fijar zonas de estacionamiento en la vía pública situada frente a la respectiva
escuela. Agrega además que en el presente caso, no se precisa si la vía en cuestión es de jurisdicción municipal o
del Ministerio al que representa. Añade que en este sentido, tampoco sería factible fijar zona de parqueo en la
misma, si de previo no se han efectuado estudios técnicos que no sólo demuestren que con la demarcación en la vía
pública de una zona de estacionamiento no se causará problema alguno a la circulación vehicular y asimismo, no se
correrá riesgo alguno a ninguno de los educandos de ese centro escolar. Considera que si la hija de la recurrente
padece de problemas como los descritos, los que le obligan a movilizarse en vehículo, debe procurarse algún tipo de
solución con el centro educativo respectivo, pero que aparece poco aconsejable el demarcar en la vía pública zonas
de estacionamiento frente a dicho centro educativo. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- Informa bajo juramento Astrid Fischel Volio, en su calidad de Ministra de Educación Pública (folios 18 a
20), que por carecer de constancia personal sobre la situación alegada por la recurrente, de que las instalaciones de
la Escuela Central de Guápiles carecen de las adaptaciones necesarias para proporcionar el servicio de apoyo que
requieren las personas con discapacidad, no se referirá sobre ello, lo cual es competencia exclusiva del Director o
Directora del Centro Educativo, así como de la Junta de Educación de la misma, en virtud de que el primero es el
responsable de su buena marcha, según el artículo 123 del Código de Educación. Solicita que se desestime el
recurso planteado.
4.- Informa bajo juramento Jorge Luis Villalobos Vargas, en su calidad de Director de la Escuela Central de
Guápiles (folios 27 a 29), que con los escasos recursos económicos con que cuenta la Escuela que dirige, se han
realizado varias obras e inclusive se cuenta con rampas de acceso, sin embargo, posiblemente las mismas no
cuenten con las medidas oficiales. Agrega que han solicitado ayuda al CENIFE, quien ya ha realizado el estudio
respectivo, pero el cual no les ha sido entregado todavía, con el fin de proceder a corregir las medidas o dimensiones
126
de las mismas. Menciona que entre noviembre del año anterior y principios del presente, recibió una copia del
Departamento de Ingeniería de Tránsito donde se le indicaba la señalización en la cuadra alrededor de la escuela.
Agrega que posteriormente el Alcalde en ese entonces le contestó que como iban a asfaltar las calles de Guápiles se
retardaba el trabajo, por lo que una vez asfaltadas se pintarían, lo cual no ha ocurrido. Considera que es cuestión de
la Municipalidad el mandar a pintar las zonas y que el Departamento de Tránsito haga lo suyo. Solicita que se
desestime el recurso planteado.
5.- Informa bajo juramento Carlos Luis Obando Villegas, en su calidad de Oficial de Tránsito de Guápiles
(folios 36 y 37), que el día dieciséis de octubre del presente año, al ser aproximadamente las seis y treinta de la
mañana, encontrándose en las labores propias de su cargo como Oficial de Tránsito, se dirigió a la Escuela Central
de Guápiles, a efectos de prestar control y vigilancia en la zona peatonal que se ubica al costado norte de la Escuela.
Indica que una vez que llegó al lugar, cerró la vía que se encuentra al frente oeste de la Escuela, lo cual siempre se
hace a las horas de entrada y salida de clase, en aras de evitar accidentes de tránsito en perjuicio de los menores.
Agrega que además, colocó un par de conos a cada lado de la patrulla, posterior a lo cual se dirigió a la zona
peatonal. Manifiesta que encontrándose en ese lugar, apreció como una señora que venía manejando una buseta
quitaba los conos y pasaba con su vehículo, estacionándose en las cercanías de la escuela. Señala que desde
donde se encontraba le hizo señas a la señora que eso no se hacía, dirigiéndose hacia ella. Expresa que después de
esto, la señora le explicó la situación que ella tenía para con su hija menor. Añade que pro estas razones le permitió
quedarse estacionada donde lo hizo, siguiendo con sus labores. Indica que en ningún momento agredió verbalmente
a la señora, pues esa no es su costumbre, siendo que además le escuchó en todo momento. Solicita que se
desestime el recurso planteado.
6.- De conformidad con la constancia presente a folio 48, suscrita por Gladys Tapia Masís, Secretaria a.i. de la
Sala Constitucional, se tiene que el Alcalde Municipal de Pococí no rindió el informe bajo juramento ordenado por
resolución de las catorce horas y cinco minutos del veintitrés de octubre de dos mil dos de la Sala Constitucional,
dentro del término establecido en ésta.
7.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso. Argumenta la recurrente, que en detrimento del derecho de su hija discapacitada a un
acceso a la educación en igualdad de oportunidades, las autoridades recurridas han omitido acondicionar
debidamente las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles, en especial lo referente a los espacios de parqueo
para personas discapacitadas, lo cual la ha llevado a tener enfrentamientos con Oficiales de Tránsito. Respecto de
estos alegatos, el Director del Centro Educativo indica que se ha realizado todo lo posible para adecuar la
infraestructura de la Escuela, hasta el punto de que se cuenta con rampas para discapacitados. En lo que toca a la
ausencia de delimitación de los espacios de estacionamiento para discapacitados, señala que ello si no se ha
ejecutado, ha sido por responsabilidad de la Municipalidad de Pococí, quien no ha procedido a realizar los trabajos
pertinentes.
II.- Respecto de hechos como los que aquí se discute, esta Sala ya ha tenido la oportunidad de verter un
criterio, precisamente a través de la sentencia número 2000-02305 de las quince horas dieciocho horas del quince
de marzo del dos mil, que fue un recurso de amparo interpuesto en contra de la Corte Suprema de Justicia por no
acondicionar la infraestructura del edificio que la alberga, a efectos de que pudiera ser accesado por personas
discapacitadas. En dicha sentencia se estableció lo que sigue: "II.- Los recurrentes acusan que la infraestructura de
los edificios del Primer Circuito Judicial de San José impide a las personas discapacitadas transitar libremente y con
seguridad en ese circuito. Además, que no están disponibles para ellos servicios que se ofrecen a las demás
personas, como los sanitarios, por lo que se restringe su derecho de acceso a la justicia.
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III.- En primer término es importante señalar que la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y la
Constitución Política de Costa Rica, consagran el principio de igualdad de la persona y la prohibición de hacer
distinciones contrarias a su dignidad –artículos 24 y 33 respectivamente-. Adicionalmente, los derechos de las
personas discapacitadas están reconocidos en instrumentos internacionales como la "Convención Americana para la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad", aprobada por la
Asamblea Legislativa por ley N°7948 y la "Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad",
N°7600, publicada en la Gaceta del 29 de mayo de 1996. La Convención define en su artículo 1 la Discriminación de
la siguiente manera: "El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa toda distinción,
exclusión o restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad
presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por
parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales " Asimismo, consagra
la obligación de los Estados que la suscribieron, a adoptar: "las medidas para eliminar progresivamente la
discriminación y promover la integración por parte de las autoridades gubernamentales y/o entidades privadas en la
prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones, programas, actividades, tales como el empleo, el
transporte, las comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el deporte, el acceso a la justicia y los
servicios policiales y las actividades políticas y de administración" La obligación de tomar medidas progresivamente,
consagrada en la norma transcrita, justifica revisar la situación acusada en el presente caso , aunque en la sentencia
N°99-001820 de las del diez de marzo de 1999 se haya declarado sin lugar un recurso de amparo en el que se
alegaban hechos similares a los que ahora se acusan.
IV.- A juicio de este Tribunal, la tutela efectiva de los derechos de las personas discapacitadas consagrados
constitucionalmente, es uno de los medios por los cuales este grupo de población puede tener una vida lo más
independiente y normal posible, de manera que su integración a la sociedad sea plena . Es claro que uno de ellos
consiste en que la infraestructura de los edificios, especialmente aquellos en que se brinden servicios públicos,
tengan previstas facilidades para el acceso de las personas discapacitadas. Tratándose de la administración de
justicia, el ágil acceso al servicio es trascendental para este grupo de personas, pues de ello depende que puedan
exigir el respeto a los derechos que tienen como ciudadanos y denunciar si han sido objeto de algún tipo de
discriminación. Es por ello que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en eliminar
progresivamente las "barreras arquitectónicas" que les dificultan o impiden el acceso a estos servicios .
V.- Con el objeto de constatar los hechos descritos por los recurrentes, la Magistrada Instructora y el
Secretario de este Tribunal, realizaron una inspección ocular, cuya acta corre a folio 36 del expediente. De ella se
desprende que, en el Primer Circuito Judicial de la Corte Suprema de Justicia se han habilitado rampas en las
aceras, para facilitar el tránsito de personas que utilicen sillas de ruedas o que por algún motivo no puedan subir
gradas. Asimismo, el Edificio de los Tribunales y el del Organismo de Investigación Judicial, cuentan con dos
entradas para discapacitados, que les permiten el acceso a los ascensores en caso de que no se dirijan a las
oficinas ubicadas en el primer piso. Asimismo se constató que los oficiales de seguridad ubicados en las entradas
están conscientes de su obligación de suministrar colaboración a las personas discapacitadas que se presenten a
esos edificios, por lo que la Sala estima que en este aspecto no existen barreras arquitectónicas que impidan o
dificulten a las personas discapacitadas el acceso a la administración de justicia. Diferente es la situación en el
edificio de la Corte Suprema de Justicia, pues aunque existe una entrada especial para personas discapacitadas, en
el costado este, que incluso tiene la señalización universalmente aceptada, se constató en la diligencia realizada,
que la puerta permanece cerrada permanentemente, y aunque hay un timbre, pese a que se llamó tres veces, nadie
abrió la misma. Como la entrada principal al edificio es totalmente inaccesible para personas discapacitadas, por la
gran cantidad de gradas existentes, sólo queda a las personas en esta situación dirigirse a la entrada para vehículos.
Ello implica poner en peligro su integridad física, porque no hay rampa de acceso en la acera aledaña a la entrada,
por lo que deben transitar por la calle. Esta entrada, es de acceso restringido, por lo que los oficiales de seguridad no
permiten el ingreso al edificio sin una autorización. De todo lo anterior se desprende que el acceso al Edificio de la
Corte Suprema de Justicia es en extremo difícil para las personas discapacitadas. Lo anterior, sumado a la
inexistencia de servicios sanitarios apropiados para este grupo de ciudadanos en los edificios del Primer Circuito
Judicial de San José, los cuales son básicos para la debida atención al usuario, es suficiente para constatar la
infracción al principio de igualdad y de libre acceso a los edificios públicos y la administración de justicia.
128
VI.- En consecuencia, el recurso debe ser declarado con lugar, ordenando a la Corte Suprema de Justicia
adoptar las medidas pertinentes para que, a la mayor brevedad, se garantice el fácil acceso para las personas
discapacitadas al Edificio de la Corte Suprema de Justicia, así como adaptar servicios sanitarios para ellos en los
edificios del Primer Circuito Judicial de San José. De las medidas adoptadas debe informar a esta Sala en el plazo
de un mes contado a partir de la notificación de esta sentencia." (La negrita o subrayado no es del original)
III.- Tal y como se observa en el precedente arriba transcrito, en una situación como la que aquí se describe,
más que hablar como lo hace la recurrente en un principio sobre un supuesto desmedro del derecho al acceso a la
educación, se debe descubrir si en el caso concreto han operado o no una serie de circunstancias que conlleven un
tratamiento discriminatorio respecto al libre acceso a un edificio público, en contra de cualquier persona
discapacitada, en especial aquellas que no pueden hacer uso de sus piernas. En este sentido, acoger un recurso de
amparo elaborado con tal objetivo, implica necesariamente la carga de demostrar en forma fehaciente que el edificio
o lugar público en cuestión carece de las facilidades para ser accesado por parte de personas discapacitadas. Es así
como, en el asunto supra citado, dicha verificación se llevó a cabo mediante una diligencia probatoria de inspección
ocular, que se efectuó debido a las ventajas que presentaba ese caso en particular, sin embargo en el asunto bajo
estudio, no se ha podido realizar tal diligencia, pues precisamente no se han compartido esas mismas ventajas. No
obstante lo anterior, el informe rendido bajo juramento por el Director de ese Centro Educativo, brinda cierta luz
sobre la realidad de los hechos discutidos, siendo que de acuerdo a su dicho, la Escuela posee rampas que permiten
su acceso por parte de personas discapacitadas, no así de espacios para el parqueo de automóviles que transporten
a estudiantes discapacitados, como lo es el caso de la aquí amparada, pues según alega en el mismo informe: "...
entre noviembre y principio de año recibí una copia de ingeniería de tránsito donde indicaba la señalización en la
cuadra alrededor de la escuela. Luego el alcalde en ese entonces me contestó que como iban a asfaltar las calles de
Guápiles se retardaba el trabajo, que por asfaltadas se pintarían, acción que no se ha llevado a cabo." Ahora bien,
según dispone el artículo 45 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional: " Si el informe no fuere rendido dentro del
plazo correspondiente, se tendrán por ciertos los hechos y se entrará a revisar el amparo sin más trámite, salvo que
el tribunal estime necesaria alguna averiguación previa, todo sin perjuicio de las responsabilidades en que incurra el
servidor omiso en el informe ." (La negrita no es del original) En consecuencia, siendo que en el presente recurso, se
ha tenido por parte recurrida al Alcalde Municipal de Pococí, a quien se le previno adecuadamente de su deber legal
de informar ante esta Sala sobre los hechos alegados por la recurrente, y no lo hizo según se desprende de la
constancia presente a folio 48, dichos hechos deben ser tenidos por probados, de forma tal que para esta Sala,
siendo que en razón de evitar una discriminación en cuanto al acceso a un edificio en donde se presta un servicio
público, como lo es la educación pública, la Municipalidad se encuentra en la obligación de habilitar espacios de
parqueo especiales para que aquellas personas que presenten algún tipo de discapacidad, como lo es el caso de la
amparada, puedan accesar al mismo con la igual desenvoltura con que lo haría cualquier otra persona. Así las
cosas, entiende este Tribunal que la omisión de la Municipalidad en no habilitar dichos espacios de parqueo ha
implicado para la Amparada un tratamiento discriminatorio injustificado e inaceptable desde el punto de vista
constitucional, de modo que el presente recurso debe ser estimado y por ende, ordenarse a la Municipalidad de
Pococí para que proceda a la brevedad posible a la demarcación de espacios de parqueo para vehículos que
transporten a personas discapacitadas, los cuales deberán estar ubicados cerca de la entrada principal de la Escuela
Central de Guápiles.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se ordena a la Municipalidad de Pococí a que proceda en la mínima
brevedad posible a la demarcación de espacios de parqueo para vehículos que transporten a personas
discapacitadas, los cuales deberán estar ubicados cerca de la entrada principal de la Escuela Central de Guápiles.
Se condena a la Municipalidad de Pococí al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que
sirven de base a esta declaratorio, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo.
Carlos M. Arguedas R.
Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
129
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Alfonso Gutiérrez C.
Alejandro Batalla B.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03863-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Oscar Otárola vs Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Presidente del Consejo
Superior del Poder Judicial y el Jefe de la Sección de Cárceles y Transportes del
Organismo de Investigación Judicial.
El recurrente manifiesta que la Ley número 7600 “Ley de Igualdad de Oportunidades para
las Personas Discapacitadas” establece como elemental el empleo para que las personas
con discapacidad disfruten de iguales oportunidades de acceso y participación en idénticas
circunstancias.
En su caso, el Sr. Otárola manifiesta ante el Consejo Superior de la Corte Suprema de
Justicia que la Jefatura de la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de
Investigación Judicial le ha denegado ilegítimamente la oportunidad de ser nombrado
como Chofer 2 dentro de la citada Sección. Dicha Jefatura indicó al Consejo Superior, que
estimaba que el Sr. Otárola no estaba capacitado físicamente para desempeñar el puesto
de chofer de vehículo para traslado de detenidos, que en ocasiones presenta la necesidad
de forcejear con el o los detenidos, o el puesto de traslado de cadáveres, que implica en
algunos casos tener que sacar cuerpos de lugares de difícil acceso, circunstancias que
exigen una capacidad bimanual y que a su criterio el recurrido no posee, por lo que
solicitaba que de previo a resolver el punto se realizara una valoración médica del
amparado para determinar técnicamente su capacidad física para ejercer el puesto de
Chofer 2 en la Sección a su cargo.
El Consejo Superior de la Corte Suprema de Justicia en este momento está conociendo el
reclamo planteado por el amparado en contra de dicha Jefatura. Acordó, dicho Consejo,
previamente a resolver sobre el fondo el reclamo, remitir al amparado al Departamento de
Medicina Legal, a fin de determinar la idoneidad del amparado para ocupar el puesto que
le interesa.
Considera el Sr. Otárola que dicha remisión a Medicina Legal es una disposición aplicada
en forma discriminatoria en su perjuicio y, por tanto, es contraria a la Ley 7600.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Los artículos 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
El artículo 2 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre Los artículos 3 y 26
del El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
Los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Los artículos 23 y 24 de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad.
Los hechos aquí impugnados ya fueron objeto de conocimiento por parte de esta Sala
mediante sentencia 12062-01.
Cabe recordar que el Derecho de la Constitución garantiza el principio de igualdad y,
correlativamente, la prohibición de discriminación alguna contraria a la dignidad humana,
como criterio de interpretación y aplicación y como derecho fundamental en sí mismo, que
prohíbe toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación fundada,
130
Conclusión
legítima, razonable, objetiva y suficiente. Por lo que, evidentemente, resultaría
abiertamente violatorio a los derechos fundamentales de la persona, que pese a ser
idónea para determinado empleo, no se le emplee por razón de su discapacidad.
El reclamo planteado por el recurrente ante el Consejo Superior no se ha resuelto, ni se le
ha negado definitivamente el acceso a tal puesto. Por su parte, el Consejo Superior se ha
limitado a procurar la obtención de elementos de convicción objetivos, para poder
determinar si el amparado está capacitado físicamente para ejercer el puesto que
pretende, en atención a las funciones que este implica e, incluso, en tutela de la seguridad
del amparado ante los posibles riesgos que conlleva el cargo, para poder resolver así lo
que en derecho corresponda.
En este contexto no observa la Sala que se hayan violentado los derechos fundamentales
del amparado por el hecho de que se haya solicitado dicha valoración.
Por lo antes indicado, no estima la Sala que al momento de plantearse el amparo se haya
violentado los derechos fundamentales del amparado. Lo que no obsta, eso sí, para que
dicha violación se configure si se determinare que el recurrente es idóneo para el cargo de
Chofer 2 en la Sección de Cárceles y Transportes, y aún así se limitase su posibilidad de
acceder al mismo en razón exclusivamente de su discapacidad.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor: Vargas
Clase de asunto:
03863 Año : 2003
03-005000-0007-CO
Sala Constitucional
13/05/2003
2:53:00 PM
De Fondo
Benavides Adrián
Recurso de amparo
Exp: 03-005000-0007-CO
Res: 2003-03863
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con
cincuenta y tres minutos del trece de mayo del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Oscar Mario Otárola
Solis, mayor, casado, servidor judicial vecino de San José, portador de la cédula de identidad número 4-144-607
contra el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Presidente del Consejo Superior del Poder Judicial y el Jefe
de la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las nueve horas y cuarenta minutos del veintinueve de
abril de este año (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Presidente de la Corte Suprema de
Justicia, el Presidente del Consejo Superior del Poder Judicial y el Jefe de la Sección de Cárceles y Transportes del
Organismo de Investigación Judicial y manifiesta que la Ley número 7600 “Ley de Igualdad de Oportunidades para
las Personas Discapacitadas”, señala que existen personas en este país con discapacidad física, a los cuales y a
efecto del cumplimiento de la Ley de Derecho Interno Público, es de acatamiento obligatorio para todas las personas
físicas y jurídicas. Que esta Ley ha sido declarada de interés público para el desarrollo integral de la población con
discapacidad, en donde por principio se establece como elemental el empleo para que las personas con
131
discapacidad disfruten de iguales oportunidades de acceso y participación en idénticas circunstancias, en donde la
capacidad está definida como la deficiencia física, mental o sensorial que limite sustancialmente, una o más
actividades principales del individuo. Que en cuanto a los actos de discriminación se determina que en la selección
de personal no debe existir mecanismos que no estén amparados a las condiciones de los aspirantes y mucho
menos exigir requisitos adicionales a los establecidos para cualquier solicitante y el no emplear, por razón de su
discapacidad a un trabajo idóneo, así mismo indica la ley de marras que la parte patronal deberá proporcionar
facilidades para que todas las personas sin discriminación alguna, se capaciten y se superen en su empleo. Que en
ese sentido, desde 1996 ha tratado que se cumpla a su favor, los términos de la referida Ley, pero no ha logrado
resultados positivos, precisamente a consecuencia de los estereotipos y mecanismo que tratan de poner algunos
servidores públicos con jefatura del Poder Judicial. Que en su caso particular, ha sucedido con respecto a la
aplicación de esa Ley en materia laboral en el Poder Judicial, y propiamente por las acciones y disposiciones que ha
tomado el Consejo Superior como Órgano Jerárquico en cuanto a la ejecución de políticas internas, así como la
acción en su contra por parte de funcionarios de la Jefatura del Organismo de Investigación Judicial, una evidente
discriminación, motivo por el cual, mediante nota recibida el 27 de setiembre del año pasado, solicitó que se le
tomara en cuenta para el nombramiento como chofer y así poder surgir no solo salarialmente sino síquicamente,
notas recibidas por la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, la Secretaría General del Organismo de
Investigación Judicial, el Departamento de Personal del Poder Judicial, la Sección de Cárceles y Transportes del
Organismo de Investigación Judicial y la Comisión de Relaciones Laborales del Poder Judicial, sin lograr resultado
alguno. Que de esa forma, los irrespetos a los términos de la referida Ley, vienen a verse y sentirse desde 1996,
donde mediante nota del 29 de agosto pasado, un servidor de la Sección de Cárceles y Transportes, señaló al
momento de valorarlo una serie de aseveraciones en su perjuicio, precisamente a consecuencia de su condición
física, ya que al nacer sufrió una atrofia muscular izquierda leve, motivo por el cual, su brazo izquierdo lo tiene más
delgado, y en cuanto a movilidad menos que la normal. Que por esa razón, se dirigió al Consejo Superior a mostrar
su disconformidad a respecto, quien le respondió que el Departamento de Personal debería tomar nota de las
comunicaciones y ordenó al mismo que debía calificar la prueba realizada a su persona, acto que nunca le fue
notificado, no obstante, se dio a la tarea de investigar a respeto, logrando determinar de su prontuario laboral que
existían una serie de notas varias dirigidas entre funcionarios de la Sección de Reclutamiento y Selección de
Personal, Jefatura de la Sección de Cárceles, Transportes y Citaciones, Jefatura del Departamento de Personal,
Jefatura de Servicios Médicos y la Jefatura del Departamento de Medicina Legal del Organismo de Investigación
Judicial, referidas a su caso particular. Que dentro de esas notas se tiene que el Doctor Javier Sandoval Leal, Jefe
Médico, Sistema Médico para Empleados del Poder Judicial en nota SME de 08 de enero de 1997, señala que a raíz
del oficio N° 999-JP-96 del 19 de diciembre de 1996, suscrito por el Licenciado Francisco Arroyo Meléndez para
llevar a cabo una evaluación desde el punto de vista orgánico, funcional y biomecánica de su persona, violentándose
con ello lo dispuesto en la Ley número 7600 y donde el médico dicho responde “…existe una Comisión Médica,
destacada en el Colegio de Médicos, la cual se encarga de hacer las evaluaciones pertinentes, para que, en caso
con algún grado de discapacidad física (como el caso del Sr. Otárola)¸ que tramitan una licencia de conducir, puedan
ser evaluados por la misma y así tener un criterio con un punto de vista más integral…”. Que es aquí donde se nota
el desconocimiento de los funcionarios y servidores del Poder Judicial de los términos de la Ley 7600. Que con
posterioridad, el mismo Jefe del Departamento de Personal, remitió nota al Coordinador General del Consejo Médico
Forense, donde se solicita ya no al Departamento de Medicina Legal sino al Organo que se constituye en el único
perito judicial para que exteriorice y fundamente resolutivamente un dictamen de naturaleza colegiada donde se
solicita: “…determinar si el señor Otárola Solís es apto para manejar vehículos del Poder Judicial…”. Que de esa
forma, se demuestra certeramente el desconocimiento de una Ley de Carácter Público como lo es la ya referida, y
por lo tanto, desde ese momento se le trata de forma discriminada en cuanto a su calidad, oportunidad, derecho y
deberes por tener una leve discapacidad física. Que no obstante, el Jefe del Departamento de Medicina Legal en el
dictamen JDML-97-166 de 06 de marzo de 1997, señala: “…Si se trata del examen de preempleo, tal funcion es de
la competencia del Servicio Médico de los Empleados del Poder Judicial y no del Consejo Médico Forense (…) si se
tratara de valoración para para considerar una jubilación por motivos de salud, la misma se tramitaría a traves del
Consejo Superior. Además no encuentro oportuno inmiscuir a la Comisión Evaluadora de Licencias de Médicos en
asunto de manejo interno del Poder Judicial…”; documento que fuera remitido con copia al Consejo Superior. Que de
esa forma, demuestra que su caso se convierte en desigual en cuanto a otros oferentes al puesto de chofer. Que a
pesar de la desigualdad con que fue tratado, por tener una leva discapacidad, logró conseguir su objetivo, el cual era
calificar para el puesto de chofer, para lo
132
cual, cuenta con una nota de 78.34. Que por ese motivo, estableció ante el Consejo Superior reclamo
administrativo a fin de que se le tomara en cuenta para el nombramiento en una plaza de chofer, por contar inclusive
con la nota requerida para esos efectos. Que ese reclamo fue contestado de la siguiente manera: “…No. 562-01
Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, San José a las 7:30 hrs del 26 de setiembre de 2001. Hágase
del conocimiento del señor Oscar Otárola Solis, Conserje 2 de la Secretaría General del Organismo de Investigación
Judicial, que el consejo Superior en Sesión No. 7201 celebrada el 11 de setiembre en curso, tomo el acuerdo que
dice: Se dispuso: comunicar tanto a don Oscar como al Lic. Arias Muñoz que de conformidad con el Art. 12 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, sin perjuicios de otros requisitos exigidos por la Ley para ser servidor judicial en
cualquiera de los puestos existentes, se requiere estar capacitado mental y físicamente, y si a la persona interesada
no se le demuestra su incapacidad o impedimento en algunos de esos aspectos, debe ser tomado en cuenta. En
igualdad de condiciones que los demás oferentes en el cargo que le interesa…”. En ese sentido, resulta de
importancia señalar que los requisitos que se solicitan para el puesto de chofer son: conclusión de estudios
primarios; considerable experiencia en la conducción de vehículos, licencia de conducir B-1, B-2, C-2, D-3 y otras
según se requiera, los cuales cumple a cabalidad. Que además, dentro de las tareas típicas, se señala
expresamente trasladar detenidos desde y hacía los centros correccionales, transportar cadáveres, y la naturaleza
del trabajo es operación y conducción de vehículos automotores. Que por ese motivo, mediante nota sin fecha, pero
entregada el 27 de setiembre pasado al Jefe de Cárceles y Transporte del Organismo de Investigación Judicial, con
la finalidad de tener –considerable experiencia en la conducción de vehículos- puso en su conocimiento su situación.
Que ese funcionario, mediante nota 758.CT2-2001 y recibida el 04 de octubre pasado, señaló: “…nota recibida el 27
de setiembre suscrita por el señor Oscar Otárola Solís, en la que solicita se le tome en consideración para ser
nombrado de manera interina en el puesto de chofer e incluso para llevar una vacante en la sección a mi cargo,
solicito sea valorado por el Consejo Médico del Poder Judicial, a efecto de establecer si está capacitado físicamente
para desempeñarse en los siguientes puestos:
A)
chofer de vehículo para traslado de detenidos (…)
chofer para traslado de cadáveres (…). Que no obstante, el Licenciado Arias Muñoz,
B)
recalca: “…se requiere capacidad bimanual, que a mi criterio el señor Otárola no posee (…)solicito la
valoración médica respectiva por parte del ente correspondiente…”. Que de esa solicitud, el Licenciado
Arias Muñoz ignora los términos de la Ley 7600, ya que lo estereotipa, no reconoce la garantía que las
personas disfrutan de iguales oportunidades de acceso y participación en idénticas circunstancias, tampoco
reconoce los objetivos de los principios fundamentales de esta Ley y por lo tanto, las obligaciones
inherentes del Estado en el sentido de eliminar las acciones y disposiciones que, directa o indirectamente,
promueven la discriminación o impiden a las personas con discapacidad, tener acceso a los programas y
servicios, cuando se trate el tema de discapacidad, este deberá presentarse reformando la dignidad e
igualdad entre los seres humanos. Que de esa forma y al amparo de la Ley 7600, el Licenciado Arias
Muñoz y los Miembros del Consejo Superior, han creado una disposición para ser aplicada en forma
discriminatoria en su perjuicio, remitiéndosele al Departamento de Medicina Legal, órgano dependiente del
Organismo de Investigación Judicial, para su valoración en los aspectos referidos, amén de que los
dictámenes médicos legales son vinculantes en cualquier resolución, sea administrativa o judicial.
Considera que con los hechos impugnados se violenta en su perjuicio lo dispuesto en los artículos 33, 56 y
74 de la Constitución Política, por lo que solicita a la Sala se declare con lugar el recurso, con las
consecuencias legales que ello implique.
2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo,
en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que
resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.
Redacta el magistrado Vargas Benavides ; y,
Considerando:
133
I.- Los hechos aquí impugnados ya fueron objeto de conocimiento por parte de esta Sala mediante sentencia
número 2001-12062, de las diez horas con veinticuatro minutos del veintitrés de noviembre del dos mil uno, en la que
en lo que interesa se consideró que: “…I.- El recurrente estima que los recurridos lo han discriminado en razón de su
discapacidad física y se le ha negado ilegítimamente la oportunidad de ser nombrado como Chofer 2 en la Sección
de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial, al punto que se pretende remitirlo al
Departamento de Medicina Legal para que se valore su idoneidad para el cargo que procura.
II.- En cuanto a este tema, cabe recordar que el Derecho de la Constitución reconoce y garantiza el principio
de igualdad y, correlativamente, la prohibición de discriminación alguna contraria a la dignidad humana, como criterio
de interpretación y aplicación que informa todo el ordenamiento jurídico, y como derecho fundamental en sí mismo,
que prohíbe toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación fundada, legítima, razonable, objetiva
y suficiente . El principio de igualdad que se encuentra consagrado en los artículos 33 de la Constitución Política, los
artículos 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo 2 de la Declaración Americana de los
Derechos del Hombre, los artículos 3 y 26 del El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y los artículos 1
y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Además, en el caso del acceso al empleo y respecto a
las personas con discapacidad, dicho principio se encuentra desarrollado en la Ley de Igualdad de Oportunidades
para las Personas con Discapacidad, que en su artículo 23 consagra: “Artículo 23.- Derecho al trabajo El Estado
garantizará a las personas con discapacidad, tanto en zonas rurales como urbanas, el derecho de un empleo
adecuado a sus condiciones y necesidades personales.” Mientras que en el artículo 24 de ese mismo cuerpo
normativo se establece que “Artículo 24.- Actos de discriminación Se considerarán actos de discriminación el
emplear en la selección de personal mecanismos que no estén adaptados a las condiciones de los aspirantes, el
exigir requisitos adicionales a los establecidos para cualquier solicitante y el no emplear, por razón de su
discapacidad, a un trabajador idóneo. También se considerará acto discriminatorio que, en razón de la discapacidad,
a una persona se le niegue el acceso y la utilización de los recursos productivo” Por lo que, evidentemente, resultaría
abiertamente violatorio a los derechos fundamental de la persona, que pese a ser idónea para determinado empleo,
no se le emplee por razón de su discapacidad.
III.- Ahora bien, en el presente caso, de lo indicado en el propio escrito de interposición y de la prueba
aportada al efecto, en concreto, resolución de la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia número 6132001 de las trece horas del dieciséis de octubre del dos mil uno, en que se le comunica al amparado lo resuelto por
el Consejo Superior en la sesión celebrada el once de septiembre último, se desprende que en este momento se
está conociendo el reclamo planteado por el amparado en contra de la Jefatura de la Sección de Cárceles y
Transportes, en el que se alega que esta última le ha denegado ilegítimamente la oportunidad de ser nombrado
como Chofer 2 dentro de la citada Sección (ver copia a folio 17 a 20 del expediente). Por su parte, la Jefatura
recurrida le indicó al Consejo Superior, mediante oficio número 758-CT2-2001, que estimaba que el recurrido no
estaba capacitado físicamente para desempeñar el puesto de chofer de vehículo para traslado de detenidos, que en
ocasiones presenta la necesidad de forcejear con el o los detenidos, o el puesto de traslado de cadáveres, que
implica en algunos casos tener que sacar cuerpos de lugares de difícil acceso, circunstancias que exigen una
capacidad bimanual y que a su criterio el recurrido no posee, por lo que solicitaba que de previo a resolver el punto
se realizara una valoración médica del amparado para determinar técnicamente su capacidad física para ejercer el
puesto de Chofer 2 en la Sección a su cargo (ver folio 19 y 19 vuelto del expediente). Por su parte, al Consejo
Superior acordó, previamente a resolver sobre el fondo el reclamo, remitir al amparado al Departamento de Medicina
Legal, a fin de determinar la idoneidad del amparado para ocupar el puesto que le interesa. De esta manera, el
reclamo planteado por el recurrente no se ha resuelto, ni se le ha negado definitivamente el acceso a tal puesto. Por
su parte, el Consejo Superior se ha limitado a procurar la obtención de elementos de convicción objetivos, para
poder determinar -con sustento en los mismos- si el amparado está capacitado físicamente para ejercer el puesto
que pretende, en atención a las funciones que este implica e, incluso, en tutela de la seguridad del amparado ante
los posibles riesgos que conlleva el cargo, para poder resolver así lo que en derecho corresponda. En este contexto
no observa la Sala que se hayan violentado los derechos fundamentales del amparado por el hecho de que se haya
solicitado dicha valoración. Por el contrario, con la misma se pretende simplemente determinar si el amparado es
idóneo para el puesto que pretende, para posteriormente analizar si injustificadamente se le ha limitado el acceso al
empleo y resolver fundadamente si se le ha discriminado en razón de su discapacidad y discusión probatoria que
excede además la naturaleza sumaria del amparo y que es propia de plantearse en la sede administrativa, por lo que
134
resulta incluso inconveniente que esta Sala medie en dicho ejercicio probatorio o sustituya a la Administración en el
análisis de los hechos, previo a que se cuente con todos los elementos de convicción requeridos para resolver
adecuadamente el punto en discusión. Por lo antes indicado, no estima la Sala que al momento de plantearse el
amparo se haya violentado los derechos fundamentales del amparado. Lo que no obsta, eso sí, para que dicha
violación se configure si se determinare –previa evacuación del criterio técnico correspondiente y en atención a las
funciones propias del cargo- que el recurrente es idóneo para el cargo de Chofer 2 en la Sección de Cárceles y
Transportes, y aún así se limitase su posibilidad de acceder al mismo en razón exclusivamente de su discapacidad.
Por lo antes indicado, procede desestimar el recurso como en efecto se hace…”.
II.- Como en este caso no existe motivo para variar el criterio vertido en la sentencia parcialmente transcrita,
resulta improcedente manifestarse nuevamente sobre los mismos alegatos, pues constituye una mera reiteración de
lo resuelto por la Sala en aquella oportunidad. Por lo expuesto, el recurso debe desestimarse.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Ernesto Jinesta L.
José Miguel Alfaro R.
Alejandro Batalla B.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 13205-05
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Mínor Murillo vs Lanier de Costa Rica S.A
El amparado trabajó como ejecutivo de ventas de equipo de copiado para la empresa
accionada. En el 2004, comunicó a la empresa que padecía cáncer del sistema linfático.
En el 2005, el Gerente General le comunicó su despido por reorganización de personal.
Artìculo 33 de la Constitución Política.
Nuestro régimen político se orienta hacia la solidaridad social. Dentro de los componentes
característicos del Estado Social de Derecho se encuentra la protección a los trabajadores.
Sobre la empresa recae la carga de probar la existencia de causas suficientes para
calificar de razonable y ajena a todo propósito discriminatorio el despido, único medio de
destruir la apariencia lesiva creada por los indicios. Cuando a un trabajador se le
especifica por escrito el motivo de su despido, el empleador no puede alegar
posteriormente que fue otra la causa, ni aducir que existen faltas concomitantes.
Es evidente la contradicción en que incurre la empresa, quien, por un lado le remite al
amparado un certificado de despido por reorganización de personal, empero, por otro lado,
basa el argumento de su defensa en que el pretendido deficiente rendimiento del
perjudicado.
La Sala asume que la razón del despido fue la mencionada reorganización de personal,
cuestión sobre la cual la recurrida no remite prueba de descargo alguna, lo que acarrea,
como inevitable consecuencia, que se consolide la veracidad del alegato de discriminación
135
Conclusión
por enfermedad.
Acreditado el referido trato discriminatorio, su inconstitucionalidad resulta evidente.
Se declara con lugar el recurso. Se ordena restituir de inmediato al recurrente en el pleno
goce de sus derechos conculcados.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor: Armijo
Clase de asunto:
Tiene voto salvado
13205
2005
05-005442-0007-CO
Sala Constitucional
27/10/2005
3:13:00 PM
De Fondo
Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 05-005442-0007-CO
Res. Nª 2005-13205
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas y trece
minutos del veintisiete de Septiembre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por Dora María Nigro
Gómez, portadora de la cédula de identidad número 1-579-479, a favor de Mínor Murillo Salas, portador de la cédula
de identidad número 1-415-709, contra Lanier de Costa Rica S.A.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 17:58 horas del 10 de mayo de 2005, la accionante
interpone recurso de amparo a favor de Mínor Murillo Salas y contra Lanier de Costa Rica S.A.. Manifiesta que su
esposo empezó a laborar en la compañía 3M de Costa Rica S.A. en 1976, como encargado de registro y
mayorización de las cuentas de la caja y cuentas por cobrar. Con el transcurso de los años y la capacitación
obtenida, el amparado asumió distintas posiciones dentro de la empresa, como la de Supervisor del Departamento
de Crédito y Cobranzas. En 1986, en reconocimiento a ese esfuerzo de superación, lo nombraron en el
Departamento de Ventas como vendedor de copiadoras. Los resultados no se dejaron esperar pues en ese primer
año de trabajo, alcanzó el primer lugar en ventas, superando así a 15 compañeros y obteniendo como premio un
viaje a San Andrés. En 1987, a raíz de una alianza estratégica entre la Corporación Harris y la Corporación 3M con
sede en Minessotta U.S.A., se fundó Lanier de Costa Rica S.A., subsidiaria de Lanier Wordwide Inc, con sede en
Atlanta, Georgia. En aquella ocasión, se le reconocieron al amparado sus derechos laborales y se mantuvo sin
cambio alguno la relación laboral de todo el personal. Más recientemente, en el año 2003, se fusionó esa empresa
con la firma japonesa RICOH, pasando a denominarse comercialmente Ricoh-Lanier de Costa Rica. Durante 19
años, el amparado ejerció la función de ejecutivo de ventas de equipo de copiado, con una dedicación y empeño en
sus funciones, que le destacó incluso en el ámbito mundial. Es así como dentro del escalafón mundial de la
compañía existe el denominado "Club de los 100" (Century Club), en el que se ubican los mejores vendedores del
mundo Lanier. En tal sentido, el afectado obtuvo los siguientes reconocimientos: 1989, Century Club tercer lugar,
placa de bronce; 1992, Century Club segundo lugar, placa de plata; 1993, viaje a la casa matriz en Atlanta para
recibir el premio llamado "El momento de la Verdad" como el mejor vendedor de Costa Rica con porcentajes arriba
del 150% de la cuota, además, fue designado por Costa Rica como instructor de las políticas mercadeo dentro de lo
que estaba Visión del Cliente (Customer Vision); 1994, viaje a Puerto Rico para compartir con el equipo de ese país
como ganador de un premio por los resultados obtenidos en ese año; 1995, viaje a la casa matriz en Atlanta para
recibir el premio "El momento de la Verdad" como mejor vendedor de Costa Rica correspondiente al año en mención,
136
además, ganador del máximo premio de la compañía llamado "The Gold Primus Council", la respectiva placa fue
entregada en un crucero por el Mar Caribe en el que participaron los mejores vendedores del mundo Lanier; 1997,
reconocimiento de la compañía por 21 años de servicio en 3M y Lanier; 1998, Century Club segundo lugar, placa de
plata, así como un viaje a Atlanta a fin de asistir al entrenamiento para Gerentes de Ventas de América Latina "The
Sales Management 2000"; 1999, ganador por segunda vez del máximo premio de la compañía llamado "The Gold
Primus Council"; 2003, concurre en una terna para nombrar los auditores de ISO y obtiene el título de "Auditor
Interno ISO 9001-14001". Como prueba adicional a este listado de reconocimientos, adjunta una hoja denominada
"Productividad Por Vendedor" en la que su marido alcanzó un segundo lugar en ventas con un 114%, y uno de los
anteriores Gerentes Generales escribió: "Mínor: Gracias por todos tus esfuerzos y por ayudarme hacer una
diferencia durante febrero. Le voy a mandar a "Barry" esta hoja para que empiece a ver el compromiso y
productividad tulla (sic) desde ahora. Trabajemos juntos y verás que todo saldrá de maravillas. Gracias Peter." En el
mes de septiembre de 2004, a causa de una serie de dolencias y luego de varios exámenes médicos, la Dra.
Anabelle Picado Lagos, patóloga, diagnosticó que el amparado padecía linfoma folicular mixto grado II, es decir,
cáncer del sistema linfático. Tal diagnosis fue confirmada mediante pruebas de ultrasonido efectuadas en la clínica
"Ultrasonido Santa Catalina" por el Dr. Ricardo Slon Hitti, quien determinó la existencia de un tumor con un tamaño
entre 7 y 8 cm. Asimismo, el diagnóstico fue corroborado por un TAC de abdomen, que detectó una masa de tipo
adenomegálico de una longitud aproximada de 18 cm. y un diámetro transversal de aproximadamente 8 cm..
Asegura que el linfoma folicular mixto grado II presenta las siguientes características: A. Adenopatías o crecimiento
anormal de los ganglios del sistema linfático. B. Se debe extraer algunos de los ganglios para practicarle una biopsia.
C. El apoyo familiar, amigos y entorno es fundamental en el proceso y da como resultado una buena actitud del
paciente. D. Se recomienda seguir trabajando si el estado general y psicológico lo permiten. E. Se debe compaginar
la vida normal con los momentos de tratamiento. F. Se debe iniciar el tratamiento de quimioterapia o radioterapia lo
antes posible. G. Es una enfermedad terminal y sin cura. H. Reincide entre los ocho y diez años después de
diagnosticada y haberle dado el primer tratamiento. I. Debe convivir con los efectos secundarios del tratamiento. J.
La supervivencia media oscila entre los 8 y 12 años. A pesar de la enfermedad, por recomendación del médico
William Buján Boza, especialista en Hematología Oncología del Hospital Méjico, el amparado no se acogió al
beneficio que ofrece el Régimen de Enfermedad y Maternidad del Seguro Social, por cuanto consideró que era más
conveniente que llevara una vida normal, sin cambios hasta donde el tratamiento de quimioterapia lo permitiera.
Desde que se emitió la diagnosis, el amparado informó a la empresa de su situación y a pesar de la intensidad de la
quimioterapia, tres dosis al día, él, en su fortaleza, trató de mantener su ritmo normal de vida. De esta forma, en
noviembre de 2004, luego de un planteamiento a la Gerencia General sobre cómo mejorar la posición de la empresa
en ventas, fue trasladado del puesto de Ejecutivo de Ventas a Supervisor del Área de Vendedores de Territorio. En
esa plaza tuvo a su cargo 8 vendedores. Como consecuencia de ese movimiento, la cartera de clientes -que el
amparado había construido durante años y le permitía, en promedio, ingresos mensuales en comisiones al 30 de
septiembre de 2004 de ¢704.425,00- fue entregada a la gerencia de ventas, quien la redistribuyó entre tres
compañeros vendedores. Esto aconteció con el claro conocimiento de que algunas de las cuentas producirían ventas
importantes en los meses de enero y febrero, como es característico en el manejo de cuentas mayores, no obstante,
la accionada le impidió al amparado finiquitar las ventas que el mismo había iniciado. Añade la recurrente que el
amparado valientemente asumió el reto de sus nuevas funciones y las ejerció durante cuatro meses y medio, lo que
le causó significativos beneficios económicos a la empresa accionada. Asegura la recurrente que las ventas
alcanzadas por los 8 vendedores del equipo del amparado y el mismo, ascendieron a $315.647,35, lo que representa
un 168,53% sobre el trimestre de octubre a diciembre de 2004. Afirma que si la función de un vendedor es vender y
si esa labor se cumple en porcentajes superiores a los anteriores, el despido en contra del afectado no pudo ser por
reorganización, sino por discriminación. En efecto, a pesar de lo relatado, se inició un proceso de hostigamiento en
contra del amparado. Éste trató reiteradamente de reunirse con el Gerente General y el Gerente de Ventas para
informarles acerca del desarrollo de los nuevos objetivos, pero nunca le dieron la oportunidad, ni le permitieron ser
parte del plan, ni lo tomaron en cuenta a la hora de contratar personal que iba a estar a su cargo. En varias
ocasiones expuso su situación a la Gerente de Recursos Humanos, quien hizo caso omiso de su reclamo. En
consecuencia, al perjudicado se le asignaron responsabilidades mas no las herramientas para afrontarlas. Asegura
que debido a la carga de trabajo, muchas noches encontró al afectado durmiendo encima del teclado de la
computadora. Asevera que el amparado fue denigrado. En ese sentido, la accionada no le pagó las comisiones
sobre ventas de los vendedores efectuadas en el mes de enero. Además, en un correo electrónico del 14 de enero
de 2005, el Gerente General de la accionada le recriminó al afectado su inasistencia a 5 de las 8 reuniones de los
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grupos EMCA celebradas desde el 1º de noviembre de 2004 al 19 de enero de 2005 y la desatención de
compromisos con el grupo de ventas. En su criterio, estima que tal correo electrónico fue parte de la estrategia para
montar un despido en contra del amparado, pues la amonestación no tenía razón de ser. Los grupos EMCA son
"equipos de mejoramiento continuo autodirigidos" y fueron creados para que la accionada lograra la certificación
ISO-9002. Tales grupos operaban en horas no laborales. Cuando se inició ese proceso, el amparado participaba en
el grupo EMCA de los vendedores. En ese momento, su compromiso fue tal que lo llevó a efectuar un curso de
"Auditor Interno" ISO 9001:2000 e ISO 14001:1998" con una duración de 36 horas en octubre de 2003. Luego de su
ascenso como supervisor en noviembre de 2004, la Gerenta de Personal, a finales de mes, le informó al amparado
que debía de pasarse del grupo EMCA de vendedores al grupo EMCA de supervisores. La Gerenta de Recursos
Humanos, en apariencia, no informó esa situación a la Gerencia General, y si lo hubiese hecho, ésta lo ignoró. El
grupo EMCA de supervisores se reunía los lunes de las 7:00 a las 8:00 horas, empero, el amparado solo podía
asistir media hora, porque tenía reunión con sus ocho vendedores a las 7:30 horas. Toda esta situación culminó con
la ejecución de un acto de evidente v manifiesta discriminación el 18 de marzo de 2005. Ese día, de manera
sorpresiva, el amparado fue citado a la oficina de la Gerencia General, en la que se encontraban los Gerentes de
Ventas y Recursos Humanos, quienes le entregaron una carta de despido por reorganización de personal.
Seguidamente, fue invitado a abandonar en forma inmediata la empresa con la custodia de la Gerenta de Recursos
Humanos, por lo que debió sacar atropelladamente sus pertenencias. Esta situación ha perjudicado la salud del
afectado pues, luego de una mejoría en los primeros meses del año, recientemente su estado se ha comprometido y
se le diagnosticó "Linfoma no Hodgkin Folicular III B". En virtud de lo expuesto, considera que aunque el amparado
fue despedido con responsabilidad patronal por parte de la Compañía Ricoh-Lanier de Costa Rica, tal acto está
viciado de nulidad dado que su fundamento no radica en la voluntad o el derecho del patrono de disponer del puesto
que el ejercía, sino se trata de un acto discriminatorio, que obedece exclusivamente al hecho de que el perjudicado
padece un cáncer incurable. Alega que a pesar de que el amparado nunca disminuyó su rendimiento laboral como
Ejecutivo de Ventas y Supervisor de Ventas, en forma abrupta y atropellada se le despidió y se le obligó a abandonar
la empresa custodiado por la Gerenta de Recursos Humanos, como si fuese un delincuente común. Afirma que la
enfermedad del amparado no es contagiosa, su rendimiento en ventas y el de sus compañeros de equipo se
encontraba en repunte y, en el peor de los casos, en niveles de productividad iguales con clara tendencia al repunte,
de manera que no existe otro fundamento más que la discriminación, situación que, además, hace nugatorios los
derechos a la incapacidad por enfermedad, dado que se aseguraron por la vía del despido no tener que pagar el
costo que reporta la obligación patronal. El despido no solo le ha perjudicado por la merma de su ingreso económico,
sino también por el hecho de que en el mercado de trabajo se difundió la noticia de que había sido separado por
enfermedad, por lo que se le niega la consecución de otro empleo. Asimismo, al actuar en forma sorpresiva y veloz,
la empresa impidió que se le diera la incapacidad por enfermedad. Desde el momento mismo del despido,, el
afectado no está cotizando al régimen de invalidez, vejez y muerte, con lo que no solo se ve disminuido el cálculo del
salario promedio y, consecuentemente, el monto de la pensión que eventualmente disfrutaría por invalidez, sino
también se perjudica a su familia, dado que disminuye la pensión que le corresponde a sus dos pequeñas hijas -de
edad escolar- y a la propia accionante. Enfatiza la desmoralización del amparado, quien con cincuenta y dos años de
edad y veintinueve años de trabajar para la misma empresa en forma exitosa, como lo demuestran los premios y
reconocimientos otorgados, de un momento a otro se ve en la calle y sin posibilidad de procurar sustento para su
familia, en virtud de una decisión discriminatoria y de cálculo económico, lo que generó que se recluyera y no
buscara asesoría jurídica oportuna para reclamar con mayor prontitud el remedio a la lesión de sus derechos
constitucionales. Con base en lo expuesto, solicita que se declare con lugar el amparo.
2.- Mediante nota recibida en la Secretaría de la Sala a las 16:25 horas del 27 de mayo de 2005, informa
Gabriel Echeverría de Céspedes, en su condición de apoderado generalísimo sin límite de suma de Lanier de Costa
Rica S.A. (folio 44), que a inicios del año 2001, la empresa japonesa Ricoh adquirió el cien por ciento del capital
accionario de Lanier de Costa Rica S.A.. Sin embargo, refuta que esas empresas se hubiesen fusionado, como
erróneamente se consignó en el líbelo de interposición del recurso. Admite que el amparado se hizo acreedor de los
premios mencionados por la accionante. Sin embargo, advierte que su acreditación como auditor Interno ISO 900114001 en el año 2003, no fue resultado de un proceso de selección ni de un reconocimiento por su buen desempeño,
pues tal título lo obtuvo como consecuencia de haber elegido participar voluntariamente al referido programa de
capacitación, puesto a disposición de todos los trabajadores de la compañía. Advierte que según los datos
suministrados por la recurrente, el último galardón del amparado data de 1999, lo que refleja la disminución en sus
138
ventas en los últimos años. En este sentido, en el año 2003, el amparado sólo alcanzó un 52% de su cuota y en el
2004 únicamente un 32%. Afirma que el amparado era uno de los dos peores vendedores en la compañía.
Asimismo, desconoce la autenticidad de la cita consignada por la recurrente, pues no le consta y, en todo caso,
podría estar fuera de contexto. Asegura que su representada en ningún momento tuvo conocimiento ni de las
dolencias ni de la diagnosis apuntadas por la recurrente. De manera informal y voluntaria, el amparado comentó su
padecimiento en una reunión sostenida con otros compañeros de la empresa en octubre de 2004. En ese momento,
se refirió a un cáncer sin precisar de qué tipo se trataba. Este comunicado, si bien informal, generó un sentimiento
extendido de solidaridad entre los compañeros y representantes de la recurrida. Con la misma informalidad, en enero
de 2005, el amparado le expresó a varios compañeros que ya se encontraba totalmente recuperado del mal que le
aquejaba. Tal noticia fue motivo de regocijo a lo interno de la empresa. Respecto de las características de la
enfermedad indicadas por la accionante, las rechaza por no ser un hecho imputable a la recurrida. Insiste en que su
representada no tuvo conocimiento de la recomendación médica en cuestión, ni de los motivos que llevaron al
amparado a no acogerse al régimen de incapacidad al que tiene derecho, de conformidad con el Reglamento del
Seguro de Salud administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social. Rechaza lo aseverado en cuanto al
tratamiento practicado al amparado, pues no le consta. Añade que en noviembre de 2004, su representada
reorganizó de forma general el Departamento de Ventas, con la inclusión de nuevos vendedores y la creación de
nuevos puestos de supervisión, uno de los cuales le fue ofrecido al amparado. El traslado de éste a Supervisor del
Área de Vendedores de Territorio significó un ascenso, con el consecuente aumento en su salario mensual base,
que subió de ¢224.000 a ¢300.000, y una expectativa de alcanzar mayores ingresos al beneficiarse de las ventas
conseguidas por los 8 vendedores a su cargo y no únicamente de la suya propia, como era la situación antes de la
promoción. Asevera que el interesado nunca reportó la existencia de ventas importantes por cerrarse en enero y
febrero de 2005, pues, de haber sido así, se le hubiese pagado lo correspondiente, tal como se hizo con las ventas
realizadas y reportadas en octubre y noviembre de 2004. Asevera que durante la gestión del amparado como
Supervisor del Área de Vendedores de Territorio no se registró ningún incremento importante en ventas. Afirma que
en el trimestre que comprende octubre, noviembre y diciembre de 2004 se registraron ventas realizadas por los
vendedores de territorio por $268,331.00, lo que significó un cumplimiento del 71.55% de las metas de ventas
establecidas para dicho período de una meta de US $125,000 por mes. Por otra parte, durante el primer trimestre de
2005 se registraron ventas realizadas por los vendedores de territorio por $278,558.00, lo que correspondió a un
74,28% del cumplimiento de metas para ese trimestre de una meta de US$125,000 por mes. Luego de comparar
ambos trimestres, señala que el incremento en ventas de territorio fue de $268,331.00 a $278,558.00, esto es, solo
de un 3,81%. Desconoce las noches de insomnio mencionadas por la accionante. Refuta que su representada
hubiese discriminado al amparado. La accionada siempre concedió al amparado las herramientas necesarias para el
cumplimiento de sus objetivos. De esta forma, a fin de facilitar el cumplimiento de los objetivos de venta por territorio,
nombró dos vendedores más por grupo. En lo que respecta a las pruebas de hostigamiento presentadas por la
recurrente, advierte lo siguiente: a) Respecto de las comisiones, éstas siempre se le pagaron al afectado de manera
íntegra y cumplida. La razón por la que no percibió comisión alguna durante el mes de enero fue, simple y
llanamente, porque no alcanzó las metas de ventas de territorio dispuestas para ese periodo, según lo establecido en
su plan de compensación. b) Por otra parte, la recurrente aporta como prueba un mensaje electrónico del que no se
desprende intención de hostigamiento alguna. Esta nota le fue dirigida al amparado en ejercicio de la potestad de
dirección que todo empleador goza conforme a las disposiciones de nuestro ordenamiento laboral. La misma se
debió a las reiteradas ausencias del reclamante a las reuniones de los grupos EMCA, que él encabezaba. Ese tipo
de mensajes de amonestación y seguimiento eran recurrentes, en vista de las múltiples ocasiones en las que el
amparado desatendió sus deberes para con la compañía. Admite la fecha de ejecución del despido. Al tratarse de un
despido con responsabilidad patronal, la accionada cumplió cabalmente con sus obligaciones, por cuanto se le pagó
al amparado los extremos e indemnizaciones laborales correspondientes. No existió en ningún momento un trato
denigrante para con don Mínor Murillo. Lo único que se hizo fue seguir el procedimiento que su representada
implementa en casos de terminación de la relación laboral. Tal procedimiento establece que al abandonar las
instalaciones la persona despedida, debe hacerlo en compañía del Gerente de Recursos Humanos, con el fin de
evitar fuga de información y proteger los activos propiedad de la empresa. Rechaza cualquier responsabilidad por el
deterioro de la salud del amparado, lo que desconoce. En el subexámine, considera que no existe violación a
derecho constitucional alguno. En lo que respecta al derecho a la salud, en ningún momento su representada
incumplió sus obligaciones de contribuir al régimen de seguridad social. Fue el propio afectado quien
discrecionalmente no se sometió al régimen de incapacidad al que tenía derecho en tanto asegurado directo.
139
Asimismo, el amparado goza del derecho de buscar una pensión por invalidez, de conformidad con los artículos 7 y 8
del Reglamento al Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte. Niega que se le hubiese violentado el derecho al trabajo,
pues no se evidencia ningún trato discriminatorio por la referida enfermedad. En este sentido, advierte que no se
está en presencia del despido de un trabajador incapacitado, que proscribe el artículo 80 del Código de Trabajo.
Simplemente, la recurrida ejerció el derecho que le asiste de dar por concluida la relación de empleo con un
trabajador, que en los últimos años había mostrado una desmejora notable en su rendimiento. Por ello, solicita que
se desestime el amparo.
3.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 8:45 horas del 1º de junio de 2005 (folio 129), la
accionante replica el informe de la accionada. Sostiene que la recurrida pretende esconder la relación laboral
sostenida con el amparado por más de 29 años. Agrega que el Gerente General de la recurrida descalifica los
reconocimientos recibidos por su marido y enloda su buen nombre al atribuírsele incumplimiento de deberes como
razón de su despido. Al respecto, indica que el año 2000, la empresa distinguió al amparado con el pago de un curso
de un año de duración, solicitado por él como técnico en administración de empresas, en el Instituto Tecnológico de
Costa Rica-FUNDATEC. Tal disposición evidencia el afán del amparado por capacitarse y, al mismo tiempo, su
buena imagen ante la compañía, pues de otra forma no se lo hubiese costeado por completo. Asimismo, en el año
2001, como premio por los éxitos alcanzados en ventas, al amparado se le obsequió un fin de semana en el Hotel
Marriott Los Sueños. Por otra parte, en el año 2002 obtuvo el tercer premio en ventas, motivo por el que la accionada
le regaló una grabadora, un ventilador y una vajilla. De este premio no encontró registro alguno en las pertenencias
de su esposo, empero, afirma que el Gerente General miente en su respuesta. Además, en el año 2003, el
amparado obtuvo el premio "Lanier Christmas Shopping Año 2003", que comprendía un bono de $700 por
sobrepasar las ventas entre septiembre y noviembre. De esta forma, durante un día de diciembre, las Gerencias los
llevaron de compras en un bus a un "Mall" y se les pagó una cena en un restaurante en Escazú. De este
reconocimiento existe como prueba un pergamino firmado por el propio representante de la recurrida, quien ahora
desmerita a su esposo. Finalmente, considera que la falsedad de la respuesta de la accionada se comprueba aún
más con el hecho de que, por una parte, reconoce que el amparado fue ascendido en noviembre de 2004 al puesto
de Supervisor de Ventas de Territorio y se le asignaron ocho vendedores bajo su mando, empero, por otra parte,
afirma que era un mal empleado. Asegura que el referido ascenso fue un reconocimiento al afectado por su labor,
para cuyo efecto adjunta un correo electrónico de 1º de noviembre de 2004, suscrito por el propio representante de la
recurrida, en el que felicita al amparado, entre otros empleados, por la designación alcanzada. Advierte que en el
año 2004 tres hechos afectaron las cuotas del amparado. Por una parte, fue obligado a tomar vacaciones en abril,
dado que tenía tres años de no hacerlo, de ahí que en el mes de abril de 2004 la empresa solo reportara a la Caja
Costarricense de Seguro Social un ingreso de ¢329.690,27. Por otra parte, a mediados de ese año se diagnosticó la
enfermedad. Además, en octubre se le separó de su cargo de vendedor para que asumiera el de supervisor, de
manera que debió encargarse de la capacitación de sus vendedores. Asegura que el amparado le informó a la
recurrida, aunque fuese informalmente, la gravedad de su enfermedad. Incluso, primero se lo comunicó al Gerente
General y luego, en una sesión en la que estuvo también el Gerente de Ventas, a todos los vendedores. En este
sentido, este último era, precisamente, quien le daba los permisos a su esposo para que asistiera a sus citas
médicas, tal y como se desprende de la prueba aportada por el Gerente General a folio 68 del expediente. Asevera
que el pago de las prestaciones estuvo mal calculado. En cuanto a las ausencias del amparado, de la prueba
aportada por la recurrida se desprende que en siete reuniones estuvo presente, a cinco faltó, en dos no estaba
nombrado todavía, en una estaba en cita médica y solo en una no excusó su participación. Sin embargo, afirma que
el interesado siempre cumplió con sus responsabilidades, lo que explica su designación como expositor de un
proyecto. Manifiesta que no fue sino hasta el 29 de marzo de 2005, que se le pagó la liquidación a su cónyuge.
Como ejemplo del hostigamiento perpetrado, sostiene que dos días antes del despido, la accionada le desconectó el
servicio de correo electrónico al amparado, supuestamente por un problema técnico. Además, no le entregó copia de
sus correos y le despojó de su correspondencia privada, lo que limita su defensa ante la jurisdicción laboral.
Finalmente, el representante de la recurrida admite que la razón del despido no fue la alegada reorganización de
personal, tal y como se consignó en la carta de 18 de marzo de 2005, sino un supuesto mal rendimiento. Considera
tal situación delictiva, pues se le impidió al perjudicado el debido proceso y su defensa respecto de un reproche tan
injusto. Por lo demás, tal tipo de contradicción demuestra la nulidad del despido, por cuanto lo que persigue es
simular un fin distinto a la mera destitución: la discriminación por enfermedad. Por lo expuesto, pide que se acoja el
amparo.
140
4.- Por nota recibida en la Secretaría de la Sala a las 10:45 horas del 28 de junio de 2005 (folio 137),
manifiesta Gabriel Echeverría de Céspedes, en su condición de apoderado generalísimo sin límite de suma de Lanier
de Costa Rica S.A. (folio 137), que lo reclamado por supuestos salarios y comisiones pendientes de pago no
corresponde ventilarse en la jurisdicción constitucional. Considera que este recurso contra sujeto de derecho privado
es inadmisible por no configurarse los requisitos procesales contemplados en el artículo 57 de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional. En tal sentido, estima que la accionante no alegó ni demostró que la recurrida estuviese
en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resultasen claramente insuficientes
o tardíos para garantizar la protección de los derechos fundamentales de su marido. Agrega que la accionante
señala que el amparado fue discriminado dado que se le despidió en razón de su enfermedad. Al respecto, refuta tal
afirmación, por cuanto el despido de don Mínor no se debió a su padecimiento sino a su mal desempeño. No hubo,
por consiguiente, una relación de causalidad entre su enfermedad y la cesación de su relación laboral, de ahí que el
despido no fuera discriminatorio. Agrega que el amparado nunca comunicó formalmente a su patrono que padecía la
enfermedad, por lo que la recurrida nunca tuvo conocimiento cierto y preciso ni del tipo de padecimiento ni de sus
consecuencias en los diferentes ámbitos de vida del amparado, incluyendo el laboral. Por el contrario, don Mínor no
se incapacitó, pues, por recomendación médica, se consideró que era más conveniente que llevara una vida normal,
sin cambios hasta donde el tratamiento de quimioterapia lo permitiera. Esto explica el porqué el propio interesado no
se acogió al régimen de incapacidad del seguro social, a lo que tenía pleno derecho, sino que continuó con sus
funciones normales en la empresa, de tal forma que no había ninguna razón para tratarlo de forma desigual y
diferente al resto de los empleados, en lo que atañe a las exigencias propias del cargo. Tampoco se molestó el
amparado en advertirle a la accionada acerca de algún impedimento o limitación en el cumplimiento de sus deberes
laborales cotidianos como consecuencia de su enfermedad. Sostiene que nunca fue notorio algún síntoma o
quebranto general en el estado de la salud del amparado, de forma tal que se pudiese intuir que su pobre
desempeño era producto de un padecimiento. Fue el incumplimiento de sus obligaciones laborales lo que determinó
el despido del trabajador. En este sentido, cualquier patrono está plenamente autorizado, conforme las disposiciones
aplicables del Código de Trabajo, a poner fin a una relación laboral en caso de que un empleado incumpla sus
obligaciones laborales, excepto las situaciones discriminatorias que han sido puntualmente establecidas en la
jurisprudencia de la Sala sobre esta materia. Tampoco se está en presencia de la prohibición implícita a la que alude
el artículo 80 del Código de Trabajo, ya que no se trató del despido de un trabajador cuyo contrato de trabajo
estuviera suspendido por causa de enfermedad o incapacidad declarada. Por otra parte, puntualiza que la recurrente
alega una supuesta violación al derecho a la salud en perjuicio del amparado, por cuanto el despido se verificó para
hacer nugatorio los derechos a la incapacidad por enfermedad, dado que se aseguraron por la vía del despido no
tener que pagar el gasto que reporta la obligación patronal y economizarle a la empresa el pago de los beneficios
sociales al incapacitarse por enfermedad en el régimen de la Caja Costarricense de Seguro Social. Asimismo,
considera que la recurrente afirmó que al actuar en forma sorpresiva y veloz, la empresa impidió que se le diera
incapacidad por enfermedad. En cuanto a la eventual pensión que podría gestionar don Mínor, advierte que la
recurrente indicó que desde el momento mismo del despido, dejó de cotizar al régimen de invalidez, vejez y muerte,
con lo que se vio disminuido el cálculo del salario promedio y, consecuentemente, el monto de la pensión que
eventualmente se le daría por invalidez. En relación con tales alegatos, contesta que la recurrida nunca obstaculizó
ni impidió que, en su momento, Murillo Salas recurriese al beneficio y subsidio por incapacidad que prevé el Seguro
de Salud administrado por la CCSS. Fue el mismo quien descartó tal opción. En este sentido, enfatiza que la
accionada no fue informada ni de la medida personal adoptada por el afectado, ni de su enfermedad. Por
consiguiente, tampoco tuvo intervención alguna en tal decisión, de manera que fue por determinación del propio
amparado que no se acogió al régimen de incapacidad ofrecido por la Caja Costarricense de Seguro Social.
Respecto de la supuesta mayor carga financiera que su representada, según el dicho de la accionante, hubiese
tenido que asumir en caso de haberse incapacitado el amparado, aclara que durante el tiempo de licencia o
incapacidad por enfermedad, el asegurado directo recibe por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social,
además del servicio médico, una prestación en dinero, también llamado subsidio, que tiene como propósito sustituir
parcialmente la pérdida de ingreso que sufra el asegurado directo activo por causa de una incapacidad por
enfermedad. Tal subsidio, que inicia a partir del cuarto día de la incapacidad, es de hasta el 60% del promedio de los
salarios consignados en las planillas procesadas por la CCSS en los tres meses inmediatamente anteriores a la
incapacidad y es costeado enteramente por el propio Régimen de Enfermedad y Maternidad, sin que se requiera
desembolso alguno por parte del empleador. En realidad, de conformidad con el artículo 79 del Código de Trabajo y
141
36 del Reglamento del Seguro de Salud, No. 7082, la única obligación económica a cargo del patrono consiste en
costear medio salario durante los primeros 3 días de la incapacidad del trabajador, ya que, como quedó dicho, el
pago del subsidio procede a partir del cuarto día de la licencia. Por otra parte, el subsidio que recibe el trabajador
durante su incapacidad, por no gozar de naturaleza retributiva o salarial, está exento del pago de cargas y
contribuciones sociales por parte del empleador. Por ello, tampoco resultan ciertas las alegaciones de la recurrente,
en el sentido de que su representada despidió a don Mínor con el fin de no tener que pagar el costo que reporta la
obligación patronal y evitarle a la empresa tener que pagar dichos costos. En cuanto al derecho de pensión que le
asiste al amparado, afirma que el párrafo segundo del artículo 8 del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y
Muerte, número 6822, dispone que también se considerarán inválidas las personas declaradas en estado de
incurables o con pronóstico fatal -a pesar de que subsista la posibilidad de realizar algún trabajo- si razones de
conveniencia social o de humanidad justifican el otorgamiento de una pensión a juicio de la Comisión Calificadora.
Agrega que el artículo 23 de ese mismo reglamento, reformado mediante sesiones de la Junta Directiva de la Caja
Costarricense de Seguro Social celebradas el 21 y 28 de abril del año en curso y publicadas en el diario oficial La
Gaceta número 95 del 18 de mayo anterior, indica que el monto de la pensión se fijará con base en el promedio de
los últimos 240 salarios devengados y cotizados, indexados o actualizados, utilizando para ello el índice de precios
del consumidor. En virtud de esa regulación, sostiene que el amparado puede pretender el auxilio de una pensión
por invalidez, con fundamento en la enfermedad terminal que lamentablemente lo aqueja, trámite que debe
realizarse ante la Caja Costarricense de Seguro Social, de conformidad con el procedimiento que para ello establece
el citado reglamento, aspecto en el que la empresa recurrida no tiene participación alguna. Añade que la pensión por
invalidez es un derecho que le asiste al amparado y que la accionada, apegada a los deberes que le impone el
régimen de seguridad social, cumplió cabalmente con la cotización y reporte de los salarios correspondientes. De ahí
que no acepte que la recurrida hubiese perjudicado el derecho del amparado a buscar una pensión por invalidez.
Tampoco admite que el monto de pensión del reclamante pudiese haber sido afectado por la forma en que se
procedió, ya que, según señala el comentado artículo 23 del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, la
Caja Costarricense de Seguro Social procede a indexar los salarios cotizados con base en el índice de precios del
consumidor para traerlos a valor presente. Asimismo, afirma que la presunta violación al derecho al trabajo, la
sustenta la accionante con base en que aparentemente ha circulado en el mercado laboral el rumor de que el
amparado había sido separado por enfermedad, lo que provoca que no haya empleadores interesados en darle
trabajo. Sobre este punto, señala que no consta ningún elemento de prueba para sustentar tal aseveración. Por otro
lado, reitera que el amparado no fue despedido en razón de su enfermedad sino por su mal desempeño. Agrega que
su representada no puede ser tenida como responsable de la supuesta divulgación de tal rumor.
5.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado
Armijo Sancho ; y,
Considerando:
I.- Sobre la admisión del amparo. De conformidad con lo regulado en el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, el recurso de amparo contra sujetos de derecho privado es de naturaleza excepcional y únicamente
procede en dos casos: a) cuando el accionado particular actúe o deba actuar en ejercicio de funciones o potestades
públicas; b) cuando se encuentre, de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios
jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades
fundamentales del afectado. En el subexámine, la accionante alega que el amparado fue víctima de un trato
discriminatorio, por cuanto la recurrida, Ricoh Lanier de Costa Rica S.A., lo despidió a causa de un padecimiento que
adolece, cáncer del sistema linfático, sin que hubiese ningún otro motivo, violentado a su vez sus derechos
constitucionales al trabajo y a la salud. La particular situación del amparado derivada de la mencionada enfermedad,
cuya existencia es respaldada con suficiente prueba documental, coloca al afectado en una evidente posición de
debilidad en relación con la empresa recurrida y, además, revela una probabilidad razonable de que los remedios
jurisdiccionales comunes resulten tardíos para resolver el fondo de lo alegado. Por consiguiente, en este asunto se
cumple plenamente la segunda hipótesis procesal regulada en el numeral 57 supracitado y, en consecuencia, resulta
indubitable la admisibilidad del amparo. Advierta la parte accionada que por la naturaleza informal del amparo, la Ley
de la Jurisdicción Constitucional no exige que el accionante, en su escrito de interposición del recurso, argumente ab
initio el cumplimiento de las condiciones estipuladas para la admisión del amparo contra sujetos de derecho privado,
142
de manera que la propia Sala debe valorar su procedencia o no con base en lo alegado por las partes y la prueba
aportada al expediente.
II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) Durante al menos 19 años, el amparado trabajó como ejecutivo de ventas de equipo de copiado para la
empresa accionada (hecho incontrovertido).
b) Durante el tiempo laborado para la recurrida, el amparado recibió al menos los siguientes premios: 1989,
Century Club tercer lugar, placa de bronce; 1992, Century Club segundo lugar, placa de plata; 1993, viaje a la casa
matriz en Atlanta para recibir el premio llamado "El momento de la Verdad" como el mejor vendedor de Costa Rica
con porcentajes arriba del 150% de la cuota, además, fue nombrado por Costa Rica como instructor de las políticas
mercadeo dentro de lo que estaba Visión del Cliente (Customer Vision); 1994, viaje a Puerto Rico para compartir con
el equipo de ese país como ganador de un premio por los resultados obtenidos en ese año; 1995, viaje a la casa
matriz en Atlanta para recibir el premio "El momento de la Verdad" como mejor vendedor de Costa Rica
correspondiente al año en mención; ganador del máximo premio de la compañía llamado "The Gold Primus Council",
la respectiva placa fue entregada en un crucero por el Mar Caribe en el que participaron los mejores vendedores del
mundo Lanier; 1997, reconocimiento de la compañía por 21 años de servicio en 3M y Lanier; 1998, Century Club
segundo lugar, placa de plata, y viaje a Atlanta a fin de asistir al entrenamiento para Gerentes de Ventas de América
Latina "The Sales Management 2000"; 1999, ganador por segunda vez del máximo premio de la compañía llamado
"The Gold Primus Council" (hecho incontrovertido).
c) En el año 2003, el amparado obtuvo el premio "Lanier Christmas Shopping Año 2003". De esta forma,
durante un día de diciembre, las Gerencias llevaron de compras al amparado y su esposa a un centro comercial y se
les pagó una cena en un restaurante en Escazú (manifestación de la recurrente a folio 125 y copia a folio 134).
d) El amparado participó en un curso de "Auditor Interno ISO 9001:2000 e ISO 14001:1998", ofrecido por la
accionada, con una duración de 36 horas en octubre de 2003 (hecho incontrovertido).
e) En setiembre de 2004, se diagnosticó que el amparado padecía Linfoma Folicular Mixto Grado II, es decir,
cáncer del sistema linfático (copias a folios 24 a 28).
f) El amparado no se incapacitó a pesar del padecimiento supracitado (hecho incontrovertido).
g) En octubre de 2004, el petente comunicó su padecimiento a la amparada (ver manifestación de la recurrida
a folio 47).
h) En noviembre de 2004, el amparado fue ascendido del puesto de ejecutivo de ventas a supervisor del área
de vendedores de territorio, con un aumento de su salario base de ¢224.000 a ¢300.000 mensuales y 8 vendedores
a su cargo (hecho incontrovertido).
i) En el último cuatrimestre del año 2004, el grupo de vendedores coordinado por el petente tuvo un porcentaje
de cumplimiento de la cuota de ventas de un 71.55% (copia a folio 63).
j) En el primer cuatrimestre del año 2005, el grupo de vendedores coordinado por el petente tuvo un
porcentaje de cumplimiento de la cuota de ventas de un 74.28% (copia a folio 63).
k) El 14 de enero de 2005, el Gerente General de la accionada apercibió al petente sobre un eventual despido
en virtud de su ausencia a 5 de 8 reuniones celebradas entre el 1º de noviembre de 2004 y el 10 de enero de 2005
(hecho incontrovertido).
l) En las 5 reuniones celebradas entre el 17 de enero de 2005 y el 14 de febrero de 2005, en solo una ocasión
estuvo el amparado ausente sin justificación (ver copias a folios 64 a 68).
) El amparado, en su condición de supervisor, debía reunirse con sus vendedores a las 7:30 horas
(aseveración de la accionante a folio 8 no desvirtuada con prueba por la recurrida).
n) En enero de 2005, el amparado recibió como salario la suma de ¢300.000 y en febrero la cantidad de
¢500.569,54 (copia a folio 115).
o) En nota del 18 de marzo de 2005, el Gerente General de la accionada le comunicó al amparado su despido
por reorganización de personal a partir de ese mismo día (hecho incontrovertido).
p) En mayo de 2005, el amparado fue tratado en el servicio de hematología del Hospital México por padecer
Linfoma no Hodking Folicular Mixto grado III b. (copia a folio 21).
143
III.- Sobre el Estado Social de Derecho, la Igualdad y la Dignidad Humana. El Estado Social de Derecho,
elemento fundamental de nuestro orden constitucional, entraña una orientación de nuestro régimen político hacia la
solidaridad social, esto es, hacia la equidad en las relaciones societarias, la promoción de la justicia social y la
igualdad de todos los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos, descartando discriminaciones arbitrarias e
irrazonables. En tal sentido, el numeral 74 constitucional establece, explícitamente, el deber de procurar una política
permanente de solidaridad nacional con asidero en el principio cristiano de justicia social, lo que hace de ella un valor
constitucional de primer orden (ver sentencia número 2170-93 de las 10:12 horas del 21 de mayo de 1993). En forma
consecuente, con sustento en el Estado Social de Derecho, nuestra Constitución Política contempla un conjunto de
derechos prestacionales relativos a la protección de la familia, los trabajadores, sectores vulnerables de la población,
la educación, el ambiente y bienes de la Nación como el patrimonio cultural. Este deber de sujetarse según los
lineamientos del Estado Social de Derecho no está constreñido a la Administración, sino que se extiende a toda la
comunidad nacional, pues se trata de una regla fundamental de la convivencia ciudadana en nuestro sistema
político. En su condición de principio general, emana una particular proyección normativa en todos los ámbitos de
creación, interpretación y ejecución del Derecho. Propiamente en lo concerniente al control de constitucionalidad, el
Principio del Estado Social Derecho resulta útil como parámetro de validez normativa, criterio hermenéutico e
instrumento funcional integrador del ordenamiento jurídico. En cuanto al derecho a no ser discriminado, el parámetro
de constitucionalidad comprende normas de rango constitucional, como el artículo 33 de la Carta Fundamental, y
regulaciones del derecho internacional de los derechos humanos, cuya aplicación como criterio de validez
constitucional goza de expreso sustrato positivo y ha sido ampliamente cimentada por la jurisprudencia de esta Sala.
De esta forma, el artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dispone que "todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros". Este numeral evidencia la íntima relación entre el derecho a la
igualdad y la convivencia fraternal -entiéndase solidaridad- en una sociedad, de manera que el uno sin la otra no se
puede dar. El numeral 2 de esa Declaración concretiza el derecho a no ser discriminado, en tanto "toda persona
tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición (el subrayado no corresponde al original). Asimismo, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos estipula en su primer artículo el deber de los Estados Partes de resguardar los derechos en ella
contemplados sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social (el
subrayado no corresponde al original), y, por otra parte, de manera expresa regula el derecho a la igualdad en su
numeral 24. Propiamente en materia de discriminación laboral, el Estado ha ratificado una serie de convenios sobre
la materia, como el Convenio OIT 111 Sobre Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, la Convención
Interamericana contra la Discriminación de Discapacitados, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer, entre otros. Sin bien ninguno de estos convenios contempla explícitamente la
enfermedad -término más amplio que la mera discapacidad, pues no toda persona enferma es discapacitada- como
motivo de discriminación, no menos cierto es que, por una parte, el inciso b) del primer artículo del Convenio 111
admite la posibilidad de especificar, a través de cierta vía, cualquier tipo de discriminación que anule o altere la
igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación y, por otra parte, tanto la Declaración Universal de los
Derechos Humanos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos proscriben de manera expresa toda
clase de trato discriminatorio. Esta concepción es recogida por el referido numeral 33 de nuestra Constitución
Política que dispone que toda persona sea igual ante la ley y no pueda practicarse discriminación alguna contraria a
la dignidad humana. En consecuencia, el Principio del Estado Social de Derecho, el derecho a no sufrir trato
discriminatorio por cualesquiera motivos y el respeto a la dignidad humana son elementos de nuestro orden
constitucional que coexisten pacíficamente, cuya tutela y fomento no solo le corresponde al Estado, sino también a
todos los integrantes de la comunidad.
IV. Sobre la Discriminación Laboral y su Prueba. Como se indicó, dentro de los componentes característicos
del Estado Social de Derecho se encuentra la protección a los trabajadores. Al respecto, el artículo 56 de la
Constitución Política estatuye que el derecho al trabajo es un derecho del individuo y una obligación con la sociedad,
a la vez que obliga al Estado a impedir que por causa de una ocupación se establezcan condiciones que
menoscaben la libertad o la dignidad del hombre o degraden su trabajo a la condición de simple mercancía. Tal
deber se apoya definitivamente en principios de solidaridad social, igualdad real y defensa de la dignidad humana,
144
elementos básicos del orden constitucional. De la norma supracitada en relación con el artículo 33 de la Constitución
Política se colige con facilidad que cualquier acto discriminatorio que afecte la relación laboral de un individuo es
inconstitucional. Sobre este punto, es ineludible traer a colación la importancia que tiene la distribución de la carga
de la prueba para procurarle al trabajador resguardo frente a actuaciones patronales que constituyan discriminación.
En este sentido, se plantea la necesidad de garantizar que los derechos fundamentales del trabajador no sean
desconocidos por el patrono bajo la cobertura formal del ejercicio por parte de éste de los derechos y facultades
reconocidos por las normas laborales para organizar las prestaciones de trabajo, aspecto en el que no se puede
obviar la especial dificultad que caracteriza la operación de develar en los procedimientos judiciales correspondientes
una lesión constitucional por discriminación, encubierta tras la aparente legalidad del acto patronal. Semejante
necesidad es tanto más fuerte cuanto mayor es el margen de discrecionalidad con que operan en el contrato de
trabajo las facultades organizativas y disciplinarias del empleador, como sucede con el despido, que no es ilimitado
pues está sujeto a parámetros legales y constitucionales. Acerca de este tema, el Tribunal Constitucional Español ha
establecido que el desplazamiento del onus probandi hacia cada una de las partes opera de manera distinta, según
la fase procesal en que se esté: “La finalidad de la prueba indiciaria no es sino la de evitar que la imposibilidad de
revelar los verdaderos motivos del acto empresarial impida declarar que éste resulta lesivo del derecho fundamental
(STC 38/1981, FFJJ 2 y 3), finalidad en orden a la cual se articula el doble elemento de la prueba indiciaria. El
primero, la necesidad por parte del trabajador de aportar un indicio razonable de que el acto empresarial lesiona su
derecho fundamental (STC 38/1986, FJ 2), principio de prueba dirigido a poner de manifiesto, en su caso, el motivo
oculto de aquél; un indicio que, como ha venido poniendo de relieve la jurisprudencia de este Tribunal, no consiste
en la mera alegación de la vulneración constitucional, sino que debe permitir deducir la posibilidad de que aquélla se
haya producido (así, SSTC 166/1987, 114/1989, 21/1992, 266/1993, 293/1994, 180/1994 y 85/1995)”. Sólo una vez
cubierto este primer e inexcusable presupuesto, añadíamos, “sobre la parte demandada recae la carga de probar
que su actuación tiene causas reales absolutamente extrañas a la pretendida vulneración de derechos
fundamentales, así como que aquéllas tuvieron entidad suficiente como para adoptar la decisión, único medio de
destruir la apariencia lesiva creada por los indicios. Se trata de una auténtica carga probatoria y no de un mero
intento de negar la vulneración de derechos fundamentales lo que claramente dejaría inoperante la finalidad de la
prueba indiciaria (STC 114/1989), que debe llevar a la convicción del juzgador que tales causas han sido las únicas
que han motivado la decisión empresarial, de forma que ésta se hubiera producido verosímilmente en cualquier caso
y al margen de todo propósito vulnerador de derechos fundamentales. Se trata, en definitiva, de que el empleador
acredite que tales causas explican objetiva, razonable y proporcionadamente por sí mismas su decisión, eliminando
toda sospecha de que aquélla ocultó la lesión de un derecho fundamental del trabajador (reflejan estos criterios las
SSTC 38/1981, 104/1987, 114/1989, 21/1992, 85/1995 y 136/1996, así como también las SSTC 38/1986, 166/1988,
135/1990, 7/1993 y 17/1996). La ausencia de prueba trasciende de este modo el ámbito puramente procesal y
determina, en último término, que los indicios aportados por el demandante despliegan toda su operatividad para
declarar la lesión del propio derecho fundamental del trabajador (SSTC 197/1990, FJ 1; 136/1996, FJ 4, así como
SSTC 38/1981, 104/1987, 166/1988, 114/1989, 147/1995 ó 17/1996).” (Ver sentencias número STC 17/2005 de 1º
de febrero de 2005 y STC 171/2003 de 29 de septiembre de 2003)."
En consecuencia, prima facie, el amparado que alega discriminación laboral debe desarrollar una actividad
alegatoria suficientemente concreta y precisa, en torno a los indicios de que ha existido tal violación al derecho a la
igualdad. Esta condición ha sido ampliamente reiterada por la jurisprudencia de esta Sala (ver sentencias número
2004-11984 de las 10:10 horas del 29 de octubre de 2004 y 2004-11437 de las 9:53 horas del 15 de octubre de
2004). Alcanzado, en su caso, un resultado probatorio suficiente por el accionante, sobre la parte recurrida recae la
carga de probar la existencia de causas suficientes, reales y serias, para calificar de razonable y ajena a todo
propósito discriminatorio la decisión o práctica patronal cuestionada, único medio de destruir la apariencia lesiva
creada por los indicios.
V. Sobre la relevancia jurídica del certificado de despido. Acerca de este tema, en sentencia número 2170-93
de las 10:12 horas del 21 de mayo de 1993, la
Sala señaló: “TERCERO: "El Estado", manda el artículo 56 constitucional, debe evitar el establecimiento de
"condiciones que en alguna forma menoscaben la libertad o la dignidad del hombre o degraden su trabajo a la
condición de simple mercancía." Según el artículo 74 de la Constitución "los derechos y beneficios a que este
capítulo se refiere con irrenunciables. Su enumeración no excluye otros que se deriven del principio cristiano de
justicia social y que indique la ley; serán aplicables por igual a todos los factores concurrentes al proceso de
145
producción y reglamentados en una legislación social y de trabajo, a fin de procurar una política permanente de
solidaridad nacional" (énfasis agregado). Así, el derecho del Constitución está orientado a favorecer el equilibrio de
los factores de la producción. En la sociedad civil capital y trabajo han de desenvolverse libremente dentro de los
parámetros de razonabilidad y proporcionalidad constitucionales. La legislación y los tratados internacionales han ido
desarrollando el principio general, tratando de equilibrar las potestades y derechos patronales (el libre despido, por
ejemplo) con disposiciones a favor de los trabajadores que pretenden armonizar la esfera de acción de estos y la de
los empresarios: las normas protectoras de la actividad sindical y solidarista, las disposiciones que restringen el
despido de mujeres embarazadas y en estado de lactancia, las convenciones colectivas previsoras del derecho a la
reinstalación, el párrafo segundo del artículo 82 del Código Laboral. Precisamente, la preocupación constitucional y
legal por el equilibrio entre los factores de la producción cuenta con una norma medular en el artículo 35 del Código
de Trabajo: la obligación patronal de extender un certificado al momento de expirar todo contrato de trabajo; norma
cuya violación puede falsear el equilibrio procesal en caso de contención acerca de la causal de despido. En efecto,
examinaremos por ejemplo el artículo 82, párrafos primero y segundo, del Código de Trabajo: "El patrono que
despida a un trabajador por alguna o algunas de las causales enumeradas en el artículo anterior no incurrirá en
responsabilidad. Si con posterioridad al despido surgiere contención y no se comprobare la causa del mismo, el
trabajador tendrá derecho a que se le paguen el importe del preaviso y el del auxilio de cesantía que le pudieran
corresponder y, a título de daños y perjuicios, los salarios que habría percibido desde la terminación del contrato
hasta la fecha en que de acuerdo con los términos legales para tramitar y resolver, haya debido quedar firme la
sentencia condenatoria en contra del patrono (...)". O sea, cuando el contrato no se hubiere extinguido por causas
justas (artículo 81 ibidem) el patrono debe compensar la improcedencia del despido en los términos señalados, pues
libertad hay de despido, pero no ilimitada. Sin embargo, cuando el trabajador, lo solicite o no, no se extiende la
certificación que manda el artículo 35 del Código de Trabajo, se le ocasiona un serio desequilibrio, traducido en
términos constitucionales, en un atentado directo e inmediato al derecho al trabajo y al debido proceso, pues en el
eventual caso de acudir a la jurisdicción común a hacer valer sus derechos, disposiciones como las citadas del
artículo 82 se tornan inocuas: al trabajador no se le documenta la presunta causal de terminación del contrato e
incoado el proceso ordinario correspondiente se le pueden alegar todas y cada una de las causales de justo despido.
Sería mero ritualismo alegar que puede ocurrir a la jurisdicción ordinaria para obtener el certificado y luego, con la
presunta justa causal documentada, incoar acción en reclamo de sus prestaciones correspondientes. Si a un
trabajador se le especifica por escrito la falta en que incurrió y por la cual se le despide, la empresa no podría
posteriormente en el juicio alegar que fue otra diferente, ni aducir que existen faltas concomitantes, salvo que por
convención colectiva o por ley así se hubiera establecido. Por lo demás, la obligación de certificación también
permite documentar el tiempo y clase de trabajo ejecutado, facilitando a la parte débil de la relación laboral el
reclamo de sus derechos. Vemos, entonces, la trascendencia de la obligación patronal de certificación. En el caso
presente la relación laboral concluyó por retiro voluntario del trabajador, y sigue teniendo trascendencia la
certificación porque éste tiene derecho a documentar su "currículum" laboral y a que con posterioridad, dentro o
fuera del juicio, no se le impute una presunta renuncia inducida por causas perjudiciales a su dignidad personal.” Por
consiguiente, para efectos de la resolución de este asunto, resulta de interés destacar que cuando a un trabajador se
le especifica por escrito el motivo de su despido, el empleador no puede alegar posteriormente que fue otra la causa,
ni aducir que existen faltas concomitantes.
VI. Sobre el fondo de este asunto. En el subexámine, la accionante logra aportar suficientes indicios que, por
una parte, evidencian el trato discriminatorio por enfermedad en perjuicio del amparado y, por otra parte, desvirtúan
los argumentos argüidos por la accionada para justificar la terminación de la relación laboral. En efecto, el afectado,
quien laboró durante al menos 19 años como ejecutivo de ventas de equipo de copiado para la empresa accionada,
obtuvo durante su relación de trabajo una serie de reconocimientos merced a la calidad de la labor cumplida, como
se detalla en el hecho probado b) del considerando II de este pronunciamiento. En lo que concierne al periodo
inmediato anterior a su despido, ha quedado demostrado que en el año 2003, el amparado obtuvo el premio "Lanier
Christmas Shopping Año 2003". De esta forma, durante un día de diciembre, las Gerencias llevaron de compras a él
y su esposa a un centro comercial y se les pagó una cena en un restaurante en Escazú. Asimismo, el amparado
participó en un curso de "Auditor Interno ISO 9001:2000 e ISO 14001:1998", ofrecido por la accionada, con una
duración de 36 horas en octubre de 2003. Al respecto, el hecho que el petente hubiese participado voluntariamente
en ese proceso, como sostiene la accionada, solo reafirma su buena disposición para con el empleador. Asimismo,
en noviembre de 2004, el perjudicado fue distinguido con un ascenso, pues pasó de ejecutivo de ventas a supervisor
146
del área de vendedores de territorio, con un aumento de su salario base de ¢224.000 a ¢300.000 mensuales y 8
vendedores a su cargo. Al respecto, asevera la parte recurrida que el recurrente era un mal vendedor y no rendía lo
suficiente. Sin embargo, el hecho objetivo de que éste hubiese sido ascendido a un puesto de más responsabilidad y
mayor erogación económica para la empresa, desvirtúa totalmente tal aseveración, que, en todo caso, no es
respaldada con prueba fehaciente por la accionada. Luego que el petente comunicara a la amparada que padecía de
cáncer del sistema linfático en octubre de 2004, para cuyo efecto resulta irrelevante la manera en que lo informó, fue
objeto de actos discriminatorios, que contrastan con su desempeño. Por un lado, en enero de 2005, el amparado
recibió como salario la suma de ¢300.000 y en febrero la cantidad de ¢500.569,54. Por consiguiente, se colige con
facilidad que en enero únicamente recibió la suma correspondiente a su salario base. Al respecto, alega la accionada
que el petente incumplió las metas de ventas de territorio dispuestas para tal periodo. En relación con este punto, a
partir de una meta territorial de $125.000 a $175.000 se podía obtener un bono de $500 (ver copia a folio 117). Sin
embargo, no explica la accionada el porqué en febrero de 2005 al petente sí se le pagó más del salario base a pesar
de que la referida meta territorial no fue alcanzada (ver copia a folio 63). Por otro lado, el 14 de enero de 2005, el
Gerente General de la accionada le remitió una nota de amonestación al amparado y le apercibió sobre un eventual
despido en virtud de su ausencia a 5 de 8 reuniones celebradas por el grupo de supervisores entre el 1º de
noviembre de 2004 y el 10 de enero de 2005. En cuanto a este extremo, la recurrida aporta una serie de correos
electrónicos relacionados con cuestiones operativas en las que estuvo involucrado el perjudicado (ver copias a folios
81 a 110). Tales documentos carecen de relevancia en el subexámine, por cuanto se refieren a aspectos operativos
normales del giro empresarial a lo largo de más de dos años y en ninguno de ellos se advierte ningún tipo de medida
disciplinaria expresa en contra del amparado. En cuanto al escrito del 14 de enero propiamente, si bien le asiste al
empleador pleno derecho de amonestar a sus trabajadores por las faltas en que incurran, no menos cierto es que
resulta paradójica la gravedad de la advertencia, el despido, a pesar de que recién había sido ascendido el
amparado y no obstante que éste, en su condición de supervisor, debía reunirse con sus vendedores a las 7:30
horas, empero las reuniones de los supervisores empezaban a las 7:00 horas y culminaban a las 8:00 horas. Tal
situación ha quedado acreditada toda vez que, por una parte, así lo asevera la accionante en su escrito de
interposición del amparo y, por otra parte, la accionada no la logra desvirtuar, a pesar de que le corresponde tal
carga probatoria. En este sentido, advierta la recurrida que la carga de la prueba no depende tan solo de la
invocación de un hecho o de su mera negación, sino de las posibilidades reales de producir la prueba. En el sublite,
resulta obvio que la empresa debe tener registrados los tiempos de reunión de sus trabajadores, tanto de los
supervisores como de los vendedores, de manera que se impone sobre ella el peso de probar la falsedad de lo
sostenido por la accionante, pues se halla en mejores condiciones de acercar prueba a la causa, no obstante lo cual,
sobre este extremo omitió aportar elementos probatorios de descargo. Consiguientemente, al existir un motivo
razonable para justificar la ausencia a algunas de las reuniones de los supervisores, desmerece la razón de ser de
tal apercibimiento y, correlativamente, se acrecienta la prueba indiciaria que sustenta el alegato de discriminación por
enfermedad, planteado por la accionante. Esta violación al principio de igualdad termina por confirmarse debido a la
evidente contradicción en que incurre la accionada, quien, por un lado le remite al amparado un certificado de
despido por reorganización de personal, empero, por otro lado, basa el argumento de su defensa en que el
pretendido deficiente rendimiento del perjudicado. En cuanto a este punto, primeramente, la accionada no logra
acreditar el referido mal desempeño, pues resulta paradójico calificar a alguien como un mal empleado al tiempo que
lo asciende a un puesto de mayor responsabilidad y mejores ingresos. Independientemente de lo anterior, como se
precisa en el considerando V de este pronunciamiento, cuando a un trabajador se le especifica por escrito el motivo
de su despido en el certificado correspondiente, el empleador no puede alegar posteriormente que fue otra la causa,
ni aducir que existen faltas concomitantes. Por tal motivo, la Sala asume que la razón del despido fue la mencionada
reorganización de personal, cuestión sobre la cual la recurrida no remite prueba de descargo alguna, lo que acarrea,
como inevitable consecuencia, que se consolide la veracidad del alegato de discriminación por enfermedad, argüido
en este proceso de constitucionalidad. Acreditado el referido trato discriminatorio, su inconstitucionalidad resulta
evidente, según lo expuesto en el considerando III de este fallo. Como se indicó, el Principio del Estado Social de
Derecho, el derecho a no sufrir trato discriminatorio por cualesquiera causas y el respeto a la dignidad humana son
elementos esenciales de nuestro orden constitucional que coexisten pacíficamente, cuya salvaguardia le
corresponde no solo al Estado, sino también a todos los integrantes de la comunidad. En tal sentido, toda clase de
discriminación, sin importar que provenga de la Administración o de un particular, resulta violatoria del orden
constitucional. En el caso concreto de la discriminación laboral por enfermedad, por una parte, el inciso b) del primer
artículo del Convenio 111 admite la posibilidad de especificar, a través de cierta vía, cualquier tipo de discriminación
147
que anule o altere la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación y, por otra parte, tanto la
Declaración Universal de los Derechos Humanos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos
proscriben de manera expresa cualquier tipo de trato discriminatorio, tesitura que, de igual forma, profesa nuestro
régimen constitucional al amparo de lo regulado en el numeral 33 de la Ley Fundamental. Por lo demás, el despido
discriminatorio de que fue víctima el amparado, afecta colateralmente los derechos constitucionales al trabajo y a la
salud. En cuanto al primero, es evidente que todo despido por discriminación irremediablemente implica una lesión al
mismo y, en general, al deber de solidaridad inherente al Estado Social de Derecho y al principio cristiano de justicia
social (artículo 74 de la Constitución Política). Además, dada la edad del amparado y el motivo real de su despido, su
enfermedad, éste queda postrado en una situación particularmente perjudicial tanto para su salud como para su
dignidad como ser humano, pues cuenta con menos posibilidades de encontrar otra opción laboral y,
consiguientemente, de obtener los recursos necesarios para atender su problema de salud y obligaciones familiares,
aparte de que en la práctica, lamentablemente, a una persona de cierta edad, despedida abruptamente y afectada
por una enfermedad tan severa como el cáncer, se le dificulta enormemente la obtención de un empleo digno, habida
cuenta de los problemas operativos y de costo que podría depararle a un nuevo empleador el tener que encontrar
sustituto para eventuales incapacidades por internamiento hospitalario o algún tipo de tratamiento médico. En virtud
de lo expuesto, este proceso de constitucionalidad deviene del todo procedente.
VII. Los Magistrados Solano, Calzada y Volio salvan el voto y declaran sin lugar el recurso.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se ordena restituir de inmediato al recurrente en el pleno goce de sus
derechos conculcados. Se condena a Lanier de Costa Rica S.A. al pago de las costas, daños y perjuicios causados
con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo civil.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Teresita Rodríguez A.
Fabián Volio E.
VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA CALZADA MIRANDA Y LOS MAGISTRADOS SOLANO CARRERA Y
VOLIO ECHEVERRIA.
La Magistrada Calzada Miranda y los Magistrados Solano Carrera y Volio Echeverría discrepan del criterio de
la mayoría, salvan su voto y declaran sin lugar el recurso, con base en las siguientes consideraciones que redacta la
primera:
La jurisdicción constitucional, al igual que la contenciosa administrativa, la penal, civil, laboral, de familia,
etcétera, tienen sustento constitucional (artículos 49 y 153 de la Constitución Política), motivo por el cual la primera
no está llamada a sustituir a las otras. Es por eso que constantemente esta Sala en sus antecedentes ha indicado
que el amparo constitucional solamente procede contra actos u omisiones evidentemente arbitrarios, que conculquen
en forma directa derechos y libertades fundamentales consagrados en la Constitución Política o en los instrumentos
internacionales de derechos humanos vigentes en Costa Rica, es decir, violaciones graves, burdas, claras que hayan
violado, violen o amenacen violar cualquiera de esos derechos. Así, este Tribunal se erige en garante de los
derechos fundamentales de los administrados frente a actos arbitrarios de los poderes públicos que eventualmente
lesionen en forma particular sus derechos. Ahora, en tratándose de acciones de amparo dirigidas contra sujetos
privados (como es aquí el caso), la Sala ha sido clara al decir que por su excepcional naturaleza, el trámite ordinario
de los recursos de amparo contra sujetos de derecho privado exige comenzar por examinar si en la especie,
estamos o no ante alguno de los supuestos que lo hacen admisible, para posteriormente y en caso afirmativo–
dilucidar si es estimable o no. Bajo esa tesitura, indica la Ley de la Jurisdicción Constitucional, artículo 57, que esta
148
clase de demandas se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado, cuando éstos
actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren, de derecho o de hecho, en
una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o
tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma
Ley. Así, analizado el caso en cuestión, desde la perspectiva del recurso de amparo contra sujetos de derecho
privado, se concluye que no se cumplen los requisitos mínimos y fundamentales para acceder a ventilar el asunto en
esta vía, por muy lamentable que se perfila, toda vez que el recurrido no se encuentran de derecho o de hecho en
una posición de poder, tal que no pueda ampararse oportuna y efectivamente mediante otros remedios
jurisdiccionales diferentes a la vía Constitucional y que la Ley ha previsto para esos casos. Además, conforme a lo
expuesto por la recurrente, la situación laboral que une al amparado con la compañía accionada, se rige por la
normativa que al efecto se establece en el Código de Trabajo, de allí que no pueda esta Sala, por ser ajeno a su
competencia, suplir en este caso a la sede jurisdiccional o administrativa correspondiente, que son las instancias
correctas ante las cuales se estima deberá acudir el amparado para hacer valer lo que en derecho corresponda. Por
lo expuesto, consideramos que si la recurrente estima que se han lesionado los derechos laborales del amparado,
deberá plantear esos extremos -cumpliendo con las formalidades establecidas al efecto y si se encuentra legitimada
para ello- ante la sede jurisdiccional o administrativa correspondiente, pero no ante esta jurisdicción por no ser de su
competencia. En razón de ello, salvamos el voto y declaramos sin lugar el amparo.
Luis Fernando Solano C.
Ana Virginia Calzada M.
Fabián Volio E.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 11515 – 06
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Alvaro Oviedo vs El Centro de Atencion Institucional de San Rafael
El recurrente, privado de libertad del Centro de Atención Institucional de San Rafael, acusa
que debido a su estatura -1.15 metros- se le dificultan las labores de lavado de su ropa,
toda vez que los lavatorios de ese centro se encuentran dispuestos a una altura que no
puede alcanzar. Asimismo, alega que por esa misma condición se le ha discriminado para
optar y acceder a una actividad laboral de ese centro penitenciario.
Artículo 33 de la Constitución Política
Durante la permanencia del recurrente en el sistema penitenciario, éste no ha presentado
reclamo alguno. Este aspecto reviste de especial importancia en el presente asunto, ya
que, precisamente, en razón de la condición tan específica del recurrente, la
Administración no estaba obligada a presumir su inconformidad y que éste requiere de una
adecuación especial para realizar las labores de lavado como reclama.
Distinto sucede en aquellos casos en los que las condiciones de hacinamiento e
insalubridad en los centros penales son tan evidentes que la Administración Penitenciaria
no puede excusarse en la falta de reclamos de los privados de libertad.
En el supuesto de privados de libertad que sufren de una discapacidad, se deben redoblar
esfuerzos para adecuar las estructuras físicas de los centros penitenciarios en estricto
respeto de su dignidad como seres humanos. No obstante, en el sub lite no encuentra este
Tribunal que bajo el cuadro fáctico actual, se le haya causado un trato discriminatorio al
recurrente
Con respecto del trato discriminatorio que alega sufrir el amparado respecto al acceso al
trabajo dentro de los centros penales; desde la fecha en que el recurrente ingresó al
149
Conclusión
sistema penitenciario, ha tenido la oportunidad de trabajar en varias actividades,
preponderantemente, en labores de aseo, siendo que a la fecha, el actor se encarga de la
organización de distintas actividades en el pabellón donde se encuentra ubicado. Así las
cosas, no aprecia esta Sala que la estatura del actor haya, en modo alguno, impedido su
acceso y participación en actividades labores durante su permanencia en el sistema
penitenciario.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Clase de asunto:
11515
2006
06-000578-0007-CO
Sala Constitucional
09/08/2006
2:43:00 PM
De Fondo
Recurso de amparo
Exp: 06-000578-0007-CO
Res. Nº 2006-011515
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas y cuarenta
y tres minutos del nueve de agosto del dos mil seis.
Recurso de amparo interpuesto por ALVARO OVIEDO VARGAS, portador de la cédula de identidad número
4-0146-0009, contra EL CENTRO DE ATENCION INSTITUCIONAL DE SAN RAFAEL.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 17:45 horas del 19 de enero del 2006, el recurrente
interpone recurso de amparo contra el Centro de Atención Institucional La Reforma y manifiesta que mide 1.15
metros de estatura y que se encuentra recluido en el Centro de Atención Institucional de San Rafael. Señala que
debido a esa condición se le dificulta el lavado de ropa, ya que la pila es muy alta por lo que tiene que pagar para
que le laven la ropa. Asegura que de igual forma, tiene problema con los lavatorios y los apagadores de luz. Aduce
que su estatura motiva que no se le tome en cuenta para el área laboral pese a que sí puede realizar varios trabajos.
Arguye que tiene derecho a que se le garanticen los mismos derechos y condiciones carcelarias que el resto de
privados de libertad, así como a que no se le discrimine por su altura. Solicita el recurrente que se declare con lugar
el recurso.
2.- Por resolución de las 16: 35 horas del 20 de enero del 2006 se dio curso a este amparo de amparo y se
solicitó informe a la autoridad recurrida (folio 04).
3.- Informa bajo juramento Miguel Castillo Gómez, en su condición de Director del Centro de Atención
Institucional San Rafael (folio 15), que según se desprende del expediente administrativo del recurrente, en fecha 07
de julio del 2005 ingresó al Centro de Atención Institucional San Rafael. Indica que no consta que haya presentado
queja alguna respecto de los problemas que acusa. Igualmente, indica que desde 1993, el recurrente ha
permanecido recluido, siendo que en el descuento de su primera y segunda condena no se observa que haya
presentado ninguna diligencia en el sentido expuesto. Afirma que en el sistema penitenciario costarricense no
existen las condiciones para la permanencia de personas discapacitadas, no obstante, se ha tratado de superar
situaciones que se han presentado con otros privados de libertad. Alega que en ningún momento, el recurrente ha
150
sido discriminado durante su prisionalización ni que se le haya negado el acceso a trabajos dentro del centro
penitenciario, antes bien, señala que durante su primer condena, el Instituto Nacional de Criminología en sesión
3245 del 13 de mayo del 2003, le reconoció el beneficio del artículo 55 del Código Pena por encontrarse laborando
en el Proyecto EXC, aseo, zonas verdes, sección deportiva, misceláneo dentro de malla, con lo que ganó 1629 días
de descuento en su pena. Asimismo, en la sesión B-65-03 del 21 de octubre del 2003 se decidió reubicar al actor en
el aseo del pabellón B-2, dormitorio 3 con fines descuento de la pena. Asimismo, en la valoración realizada en la
sesión B-26-04 del 30 de abril del 2004, celebrada en el Ámbito de Convivencia B, se determinó que el recurrente ha
trabajado en forma voluntaria como misceláneo al interior de malla, labor que realiza en forma voluntaria sin incentivo
económico y para el descuento de la pena. Posteriormente, en la valoración realizada en la sesión C-42-04 del 09 de
noviembre del 2004 se consignó que el privado de libertad se encontraba realizando labores mixtas de aseo en
forma voluntaria, mostrando interés en las labores que realiza. En sesión C-20-05 del 31 de mayo del 2005 del
Consejo de Valoración del Ámbito de Convivencia C, se demostró que el recurrente continuaba laborando en aseo
del módulo y artesanía. De lo expuesto, considera que ha quedado acreditado que el recurrente no ha sido
discriminado debido a su condición. Solicita que se desestime el recurso planteado.
4.- En la substanciación del proceso se ha observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Araya García ; y,
Considerando:
I.- OBJETO DEL RECURSO. El recurrente, privado de libertad del Centro de Atención Institucional de San
Rafael, acusa que debido a su estatura -1.15 metros- se le dificultan las labores de lavado de su ropa, toda vez que
los lavatorios de ese centro se encuentran dispuestos a una altura que no puede alcanzar. Asimismo, alega que por
esa misma condición se le ha discriminado para optar y acceder a una actividad laboral de ese centro penitenciario.
II.- CASO CONCRETO. En cuanto al primer agravio, el recurrente alega que dada su estatura y ante la falta
de condiciones adecuadas en el Centro Institucional San Rafael -lugar donde se encuentra privado de libertad- se le
dificultan las tareas de lavado de su ropa, situación que considera discriminatoria. Del informe rendido bajo la
gravedad de juramento así como del expediente administrativo aportado como prueba a este proceso, no se observa
que durante la permanencia del recurrente en el sistema penitenciario haya presentado reclamo alguno,
manifestando su disconformidad respecto de las condiciones estructurales de los centros institucionales donde ha
estado recluido y como ello, le causa un perjuicio debido a su situación particular. Este aspecto reviste de especial
importancia en el presente asunto, ya que, precisamente, en razón de esa condición tan específica del recurrente, la
Administración no estaba obligada a presumir esa inconformidad y que éste requiere de una adecuación especial
para realizar las labores de lavado como reclama. Distinto sucede en aquellos casos en los que las condiciones de
hacinamiento e insalubridad en los centros penales son tan evidentes que la Administración Penitenciaria no puede
excusarse en la falta de reclamos de los privados de libertad para defender su inacción ante esa problemática. Es
claro que a los privados de libertad se les deben garantizar las condiciones higiénicas y estructurales adecuadas en
los centros penitenciarios para atender sus necesidades básicas, más aún considerando aquellos que sufren de una
discapacidad, supuesto en el cual, se deben redoblar esfuerzos para adecuar las estructuras físicas de los centros
penitenciarios en estricto respeto de su dignidad como seres humanos. No obstante, en el sub lite no encuentra este
Tribunal que bajo el cuadro fáctico actual, se le haya causado un trato discriminatorio al recurrente o lesivo de sus
derechos fundamentales, por lo que se impone declarar sin lugar el amparo en cuanto a este extremo, sin que ello
obste para que el tutelado plantee los reclamos o recursos que estime pertinentes en defensa de sus intereses, sea
en la vía administrativa o ante el Juez de Ejecución de la Pena.
III.- Por otro lado, respecto del trato discriminatorio que alega sufrir el amparado respecto al acceso al trabajo
dentro de los centros penales donde ha estado recluido, se tiene que desde el 16 de junio de 1994, fecha en que el
recurrente ingresó al sistema penitenciario, ha tenido la oportunidad de trabajar en varias actividades,
preponderantemente, en labores de aseo (ficha de registro del área de capacitación y trabajo y área educativa,
expediente administrativo; informe folios 16-17), siendo que a la fecha, el actor se encarga de la organización de
distintas actividades en el pabellón donde se encuentra ubicado (folios 336 y 337 expediente administrativo). Así las
151
cosas, no aprecia esta Sala que la estatura del actor haya, en modo alguno, impedido su acceso y participación en
actividades labores durante su permanencia en el sistema penitenciario, con lo que se descarta la discriminación
alegada.
IV.- COROLARIO. A tenor de lo expuesto, se impone declarar sin lugar el recurso.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C.
Jorge Araya G.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 17528 – 07
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Teresa Serrano vs Buses Ruta 325 Blanquillo - El Alto de Oremuno de Cartago, el Jefe de
Departamento Administracion Concesiones y Permisos de Autobuses Consejo de
Transporte Publico y el Presidente de la Empresa de Servicios Urbanos de Oreamuno S.A
El recurrente reclama que al disponerse a abordar el autobús propiedad de la Corporación
de Transportes El Alto Oreamuno , el chofer se negó a prestarle el servicio bajo el
argumento de que "el perro estorbaba". Lo que reclama la recurrente es que fue objeto de
discriminación, en tanto es una persona no vidente que requiere de la ayuda de un perro
guía, y se le negó el acceso a un servicio público por viajar con ese animal.
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 24 de Convención Americana Sobre Derechos Humanos
Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra
las Personas con Discapacidad aprobada por la Asamblea Legislativa por ley Nº 7948
Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad Nº 7600
Existen una serie de disposiciones vigentes en nuestro ordenamiento jurídico, que
prohiben todo tipo de discriminación contra personas en razón de su discapacidad, las
cuales deben ser respetadas tanto por sujetos de derecho público como de derecho
privado. Uno de los derechos de las personas discapacitadas consiste en el libre acceso a
los servicios públicos
En el caso concreto, se configura una evidente violación a los derechos fundamentales de
la recurrente, por cuanto fue discriminada en razón de su discapacidad, en contra de los
más elementales principios de igualdad y dignidad humana. Sin lugar a dudas, el perro
con el cual él se hace acompañar no es una simple mascota sino más bien un animal de
trabajo, destinado a cumplir la función de los ojos en las personas que no pueden ver y
cuya ayuda les resulta invaluable, pues para ese fin fueron entrenados, llegando en
algunos casos a salvar la vida de su amo al librarlo de todo tipo de peligros que se
presentan en las calles y que la persona no vidente no puede sortear por sí mismo, en
razón de su discapacidad.
Por eso, en el caso de los perros guía de las personas discapacitadas, el transportarlos
152
Conclusión
junto con su amo no es una facultad del concesionario o permisionario del servicio o
incluso del chofer del autobús sino que es una obligación impuesta por la Constitución
Política, las convenciones internacionales, la ley, por lo que debe cumplirse por los
concesionarios y es una obligación instruir a los choferes que manejas los autobuses al
respecto.
Lo que se protege en el presente caso es el derecho fundamental del recurrente a utilizar
los servicios públicos sin discriminación alguna.
Se declara con lugar el recurso. Se condena al permisionario de la ruta Cartago-El Alto
Oreamuno-Blanquillo-Viceversa al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los
hechos que sirven de base a esta declaratoria, que se liquidarán en ejecución de
sentencia de la vía civil.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
17528
2007
07-012536-0007-CO
Sala Constitucional
30/11/2007
11:58:00 AM
De Fondo
Vargas Benavides Adrián
Recurso de amparo
Exp: 07-012536-0007-CO
Res. Nº 2007-17528
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas y cincuenta y
ocho minutos del treinta de noviembre del dos mil siete.
Recurso de amparo que se tramita en expediente número 07-012536-0007-CO, interpuesto por TERESA
SERRANO ARCE, mayor, , cédula de identidad número 0302610193, vecino(a) de contra BUSES RUTA 325
BLANQUILLO-EL ALTO DE OREMUNO DE CARTAGO, JEFE DEPARTAMENTO ADMINISTRACION
CONCESIONES Y PERMISOS DE AUTOBUSES CONSEJO DE TRANSPORTE PUBLICO, PRESIDENTE DE LA
EMPRESA DE SERVICIOS URBANOS DE OREAMUNO S.A..Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diecisiete horas treinta y tres minutos del diecisiete de
setiembre de dos mil siete, el recurrente interpone recurso de amparo contra BUSES RUTA 325 BLANQUILLO-EL
ALTO DE OREMUNO DE CARTAGO, JEFE DEPARTAMENTO ADMINISTRACION CONCESIONES Y PERMISOS
DE AUTOBUSES CONSEJO DE TRANSPORTE PUBLICO, PRESIDENTE DE LA EMPRESA DE SERVICIOS
URBANOS DE OREAMUNO S.A y manifiesta que al ser aproximadamente las quince horas con quince minutos del
14 de setiembre de este año, abordó en compañía de su padre, el autobús de la ruta 325 Blanquillo-El Alto de
Oreamuno de Cartago con su perro guía, pues es una persona no vidente. Se sentó en los asientos preferenciales y
el chofer le manifestó que no se podía ubicar en esos asientos, ya que el perro estorbaba a quienes debían pasar
por el pasillo. No obstante, el perro se hubiera metido debajo del asiento, pero al no existir suficiente espacio debajo
del asiento, no podía hacerlo. Posteriormente se le informó por parte del conductor del autobús que se pasara para
los asientos de atrás, puesto que según manifestó los asientos preferenciales se ubican a partir de la quinta fila, lo
cual, no es cierto, y así se lo hizo saber al chofer al amparo de lo dispuesto al efecto en la Ley de Igualdad de
Oportunidades, a lo que simplemente le contestó que no le importaba ninguna ley, y que si no acataba lo que le
153
estaba diciendo, lo bajaba del autobús. Se comunicó con funcionarios de la Guardia Rural de Cartago y le informaron
que le indicara al chofer que no se moviera del lugar, e igualmente lo hizo el dueño del autobús, quién además le
manifestó que iba a arreglar el problema. El chofer del autobús se llama Luis Alberto Romero Calvo, según
información que se le suministró por parte de los Guardias Rurales. Por lo expuesto, solicita a la Sala se declare con
lugar el recurso, con las consecuencias legales que ello implique. Solicita el recurrente que se respeten sus derechos
y que se ponga en práctiva la Ley 7600:
2.- Informa bajo juramento Carlos Soto Bonilla, en su calidad de representante de Servicios Urbanos de
Oreamuno Sociedad Anónima, cédula de persona jurídica 3-101-073513 (folio 20), que existe un error por cuanto si
bien su representada es concesionaria de la ruta 325 la cual es descrita como Cartago - San Rafael de Oreamuno
con extensiones al Parque Industrial, El Covao y María Auxiliadora y Viceversa y autorizada a brindar servicio a las
comunidades de Agropecuario, Rafael Cascante, Santa Eduviges, Hacienda Vieja, no tiene asignada la ruta de
Balnquillo- El Alto de Oreamuno de Cartago, lugar donde ocurrió el agravio. Asimismo, tampoco labora para su
reresentada ningún chofer de nombre Luis Alberto Romero Calvo, así como tampoco existe ningún reporte donde
algún autobus de su representada tuviera algún incidente con usuariios por incumplimiento de Ley de Igualdad de
Oportunidades. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- Mediante memorial presentado por la recurrente manifiesta que los datos correctos son: nombre de la
empresa: Corporación de Transportes del El Alto de San Rafael Oreamuno; nombre del dueño: Carlos Fernández
Zuñiga; dirección San Nicolás Taras de Cartago, Barrio El Pedregal, de la Iglesia católica 100 este, 300 norte, casa
de portones blancos mano derecha.
4.- Por resolución de las ocho horas y cuatro minutos del dos de octubre de dos mil siete se brindó audiencia
al Presidente de la empresa de Servicios Urbanos de Oreamuno S.A. (folio 33)
5.- Manifiesta Carlos Luis Fernández Zúñiga representante de la Corporación de Transportes El Alto
Oreamuno, Cartago (folio 35) que el número de ruta indicada no pertenece a su representada. Sin embargo se le
brindó el transporte a la recurrente en totalidad y se tomaron las medidas disciplinarias en contra del chofer
involucrado, además que se pidieron las disculpas del caso a la recurrente por los hechos acontecidos. La empresa
cumple con la rotulación y la cantidad de asientos preferenciales para discapacitados y además dicho unidad cuenta
con rampa de acceso.
6.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta la Magistrada Abdelnour Granados ; y,
Considerando:
I.- El recurrente reclama que al disponerse a abordar el autobús propiedad de la Corporación de Transportes
El Alto Oreamuno , el chofer se negó a prestarle el servicio bajo el argumento de que "el perros estorbaba", lo cual
considera violatorio de sus derechos fundamentales puesto que por su condición de no vidente se le negó el acceso
a un servicio público. Por su parte, el permisionario de la concesión de autobuses aceptó los hechos denunciados,
que se le inició un proceso disciplinario en contra del chofes de esa unidad y que la unidad en mención cuenta con
rampa de aceso y con asientos prefenreciales para dicapacitados.
II.- Lo que reclama la recurrente es que fue objeto de discriminación, en tanto es una persona no vidente que
requiere de la ayuda de un perro guía, y se le negó el acceso a un servicio público por viajar con ese animal. En
primer término, es importante señalar que la Constitución Política de Costa Rica y la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos (instrumento internacional con fuerza superior a la ley por disposición del artículo 7
constitucional) consagran el principio de igualdad de las personas y la prohibición de hacer distinciones contrarias a
su dignidad -artículos 33 y 24 respectivamente-. Adicionalmente, los derechos de las personas discapacitadas están
reconocidos en otros instrumentos internacionales como la "Convención Americana para la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad", aprobada por la Asamblea Legislativa por ley
154
número 7948 y la "Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad", número 7600, publicada
en la Gaceta del veintinueve de mayo de mil novecientos noventa y seis. Esta última l Convención define en su
artículo 1° la discriminación, de la siguiente manera:
"El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa toda distinción, exclusión o
restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad presente o
pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las
personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales "
Asimismo, consagra la obligación de los Estados que la suscribieron, a adoptar:
"las medidas para eliminar progresivamente la discriminación y promover la integración por parte de las
autoridades gubernamentales y/o entidades privadas en la prestación o suministro de bienes, servicios,
instalaciones, programas, actividades, tales como el empleo, el transporte, las comunicaciones, la vivienda, la
recreación, la educación, el deporte, el acceso a la justicia y los servicios policiales y las actividades políticas y de
administración"
De igual forma, de importancia para la resolución del presente asunto resulta conveniente señalar lo dispuesto
en la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, la cual en lo conducente establece:
"ARTICULO 45.- Medidas técnicas
Para garantizar la movilidad y seguridad en el transporte público, deberán adoptarse medidas técnicas
conducentes para adaptarlo a las necesidades de las personas con discapacidad; asimismo, se acondicionarán los
sistemas de señalización y orientación del espacio físico.
Los medios de transporte colectivo deberán ser totalmente accesibles y adecuados a las necesidades de
todas las personas."
"ARTICULO 62.- Multa
Será sancionada con una multa igual a la mitad del salario mínimo establecido en la Ley No. 7337, del 5 de
mayo de 1993, la persona física o jurídica que cometa cualquier tipo de discriminación determinada por distinción,
exclusión o preferencias, por una discapacidad, que limite la igualdad de oportunidades, en cuanto a la accesibilidad
o el trato en materia de trabajo, educación, salud, transporte u otros campos"
"ARTICULO 66.- Multa a los concesionarios de transporte público.
Serán sancionados con una multa no menor de diez mil colones ni mayor a los treinta mil colones, los
concesionarios de transporte público que incumplan las regulaciones establecidas en esta ley sobre el derecho de
toda persona de utilizar el transporte público.
Deberán corregir el problema en un lapso no mayor de tres meses; de lo contrario, la situación será
justificante para suprimir la unidad hasta que se le efectúen las adaptaciones que correspondan para no conceder o
prorrogar concesiones de esa clase." (Las partes subrayadas no forman parte del original".
III.- A la luz de lo expuesto, es evidente que existen una serie de disposiciones vigentes en nuestro
ordenamiento jurídico, que prohiben todo tipo de discriminación contra personas en razón de su discapacidad, las
cuales deben ser respetadas tanto por sujetos de derecho público como de derecho privado, pues la tutela efectiva
de los derechos de las personas discapacitadas resulta ser uno de los medios por los cuales este grupo de población
puede tener una vida lo más independiente y normal posible, en aras de que su integración a la sociedad sea plena.
Es claro que uno de estos derechos consiste en el libre acceso a los servicios públicos, por lo cual, deben cubrirse
de manera inmediata las necesidades más básicas y primarias en beneficio de los discapacitados, con el fin de que
ellos puedan acceder a los servicios en iguales condiciones que cualquier otra persona.
IV.- En el caso concreto, el permisionario de la ruta del servicio de autobuses aceptó los hechos
denunciados, es decir que el chofer se negó a prestarle el servicio de transporte por estar acompañado de perro
guía; no obstante indicó que finalmente el servicio si se le brindó. Ese hecho configura una evidente violación a los
derechos fundamentales de la recurrente, por cuanto fue discriminada en razón de su discapacidad, en contra de los
más elementales principios de igualdad y dignidad humana. Sin lugar a dudas, el perro con el cual él se hace
acompañar no es una simple mascota sino más bien un animal de trabajo, destinado a cumplir la función de los ojos
en las personas que no pueden ver y cuya ayuda les resulta invaluable, pues para ese fin fueron entrenados,
llegando en algunos casos a salvar la vida de su amo al librarlo de todo tipo de peligros que se presentan en las
calles y que la persona no vidente no puede sortear por sí mismo, en razón de su discapacidad. En ese sentido, la
intención de la recurrente al hacerse acompañar de un perro no puede ser asimilada a la del resto de las personas
que tienen ese tipo de animal como mascota simplemente, y en tal virtud el trato que se le debe dar por parte de los
155
permisionarios y concesionarios de los servicios públicos de transporte no puede ser el mismo, habida cuenta que si
bien por cuestiones de seguridad y aseo es razonable que se prohiba o restrinja el acceso de animales a los
vehículos de transporte público, ello puede ser así únicamente entratándose de animales "ordinarios", no así cuando
se trata de aquellos casos - como el que nos ocupa- en que se trata de un perro guía, que acompaña a su amo para
brindarle tan valioso servicio. Estima la Sala que el perro de la recurrente y de las demás personas que se
encuentran en su posición no pueden ser tratadas como animales comunes y corrientes, por cuanto negar el acceso
de dichos animales a un vehículo de transporte público implica necesariamente la negatoria de acceso a las
personas con discapacidad y la consecuente violación a sus derechos fundamentales. Lo anterior, por cuanto dichos
animales son mucho más que simples mascotas -como se indicó anteriormente-, ellos son los ojos del recurrente y
de muchas personas más que por infortunio no tienen la oportunidad de observar el mundo de la forma en que lo
hacen la mayoría de las personas. Por eso, en el caso de los perros guía de las personas discapacitadas, el
transportarlos junto con su amo no es una facultad del concesionario o permisionario del servicio o incluso del chofer
del autobús sino que es una obligación impuesta por la Constitución Política, las convenciones internacionales, la
ley, por lo que debe cumplirse por los concesionarios y es una obligación instruir a los choferes que manejas los
autobuses al respecto.
V.- Debe insistirse en que lo que se protege en el presente caso es el derecho fundamental del recurrente a
utilizar los servicios públicos sin discriminación alguna, siendo inherente al disfrute de ese derecho la posibilidad de
que viaje junto con su perro entrenado, el cual es su más importante instrumento de desplazamiento en forma
segura. No se debe olvidar, en el caso de los autobuses, son unidades de transporte público y en ese sentido no
puede existir una diferenciación odiosa como en el presente asunto, que afecta no sólo la dignidad de la recurrente
sino también que repercute directamente sobre la eficiente prestación del servicio.
VI.- Finalmente debe indicarse que independientemente de que fuera el chofer del autobús quien negó el
servicio a la recurrente y no el recurrido Fernández Zuñiga, lo cierto es que tal situación es irrelevante para efectos
de su responsabilidad, pues al ser el concesionario de la ruta de autobus, asume las consecuencias por la prestación
de dicho servicio. Así fue resuelto en oportunidad anterior por esta Sala, mediante sentencia número 2288-99 de las
once horas con seis minutos del veintiséis de marzo de mil novecientos noventa y nueve, en la que se pronunció
sobre un asunto similar al aquí planteado, señalando en lo conducente lo siguiente:
"Esta Sala ya se ha pronunciado en otras ocasiones sobre la protección especial que el ordenamiento jurídico
da a las personas discapacitadas, a fin de que éstas puedan desenvolverse normalmente dentro de la sociedad. No
se trata simplemente de un trato especial en atención a las particulares condiciones de esa población, sino de un
derecho de ésta y una obligación del resto de las personas por respetar esos derechos y cumplir con las
obligaciones que de ellos se derivan. En el caso que nos ocupa, ha quedado debidamente demostrado que a la
recurrente se le negó el servicio público de taxi debido a que, por su condición de ciega, se hace acompañar de un
perro guía, situación que implica, claramente, una discriminación. Nótese que se trata de un servicio público cuyo
concesionario está en la obligación de brindarlo a las personas discapacitadas y en las condiciones en que éstas
necesitan que se les preste. Es el concesionario el responsable de velar porque ese servicio público se preste
conforme a la ley, de manera que el hecho de que haya sido el chófer del taxi y no él directamente, quien se negara
a dar el servicio a la amparada es irrelevante para efectos de su responsabilidad, pues al ser el concesionario del
taxi, asume las consecuencias por la prestación de dicho servicio."
VII.- En mérito de lo expuesto el presente recurso debe acogerse, al constatar esta Sala la alegada violación a
los derechos fundamentales de la amparada, previniendo a Carlos Luis Fernández Zúñiga que no deberá incurrir en
los actos que dieron mérito para acoger este recurso, pues de lo contrario cometerá el delito previsto y pensado en el
artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, sin perjuicio de las responsabilidades en que ya hubiere
incurrido. Además, se le informa que el artículo 72 de la misma ley contempla prisión de seis meses a tres años o de
sesenta a ciento veinte días multa, a quien diere lugar a que se acoja un nuevo recurso de amparo, por repetirse en
daño de las mismas personas las acciones, omisiones o amenazas que fueron base de un amparo anterior
declarado procedente.
Por tanto:
156
Se declara CON LUGAR el recurso. Se condena a Carlos Luis Fernández Zúñiga, en su condición de
permisionario de la ruta Cartago-El Alto Oreamuno-Blanquillo- Viceversa, al pago de las costas, daños y perjuicios
causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, que se liquidarán en ejecución de sentencia de la
vía civil. Se previene a Carlos Luis Fernández Zúñiga que no deberá incurrir en los actos que dieron mérito para
acoger este recurso, pues de lo contrario cometerá el delito previsto y penado en el artículo 71 de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional, sin perjuicio de las responsabilidades en que ya hubiere incurrido. Además, se le informa
que el artículo 72 de la misma ley contempla prisión de seis meses a tres años o de sesenta a ciento veinte días
multa, a quien diere lugar a que se acoja un nuevo recurso de amparo, por repetirse en daño de las mismas
personas las acciones, omisiones o amenazas que fueron base de un amparo anterior declarado procedente.
Notifíquese la presente resolución al Consejo de Transporte Público para lo de su cargo, y al señor Fernández
Zuñiga en forma personal. Remítase atento oficio a la Directora del Patronato Nacional de Ciegos, para que se sirva
transcribir al sistema de escritura Braille la presente sentencia y así se le notifique a la recurrente. Notifíquese al
Consejo de Transporte Público para lo de su cargo.
Ana Virginia Calzada M. Presidenta a.i.
Luis Paulino Mora M.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Rosa María Abdelnour G.
Horacio González Q.
Alexander Godínez
157
Discriminación por Edad
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 8218-01
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Adolfo Campos vs el Director General del Registro Nacional.
Se presentó al Registro de la Propiedad el testimonio de la escritura mediante la cual
Adolfo Campos (recurrente) y su madre la Sra. Elizabeth Campos afectaban su finca a
Patrimonio Familiar. El estudio de ese documento canceló el asiento de presentación al
Diario "de acuerdo con el artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial". El
Coordinador General del Área Registral del Registro Público de Bienes Inmuebles le
informó al Sr. Campos que se le canceló la presentación al Diario “de acuerdo al artículo
42 y siguientes del Código de Familia, ya que la afectación no procede a favor de personas
mayores de edad, debe hacerse en forma descendiente de padres a hijos y éstos deben
ser menores de edad"
También reclama el recurrente que en otros casos el Registro sí ha inscrito gravámenes de
patrimonio familiar sobre inmuebles en favor de adultos y mujeres de la tercera edad, por
lo que estima que en su perjuicio se ha dado una discriminación odiosa.
El artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial
Artículo 42 y siguientes del Código de Familia
Sobre la discriminación, no se aporta prueba alguna al expediente y por ese motivo debe
ser desestimado este extremo.
Además, esta inconformidad debe ser ventilada ante el mismo Registro recurrido,
gestionando el trámite de calificación formal de la procedencia de la cancelación del
asiento de presentación del documento de afectación a patrimonio familiar. Este
procedimiento en sede administrativa puede culminar con la revocatoria del acto
impugnado y orden de inscripción del título de afectación a patrimonio familiar, o bien con
la confirmatoria del defecto, situación esta última que no cierra la vía administrativa, puesto
que existe la vía ocursal y cuya resolución tiene recurso ante la Sección Tercera del
Tribunal Superior Contencioso Administrativo, órgano superior jerárquico impropio del
Registro al cual le corresponde agotar la vía administrativa, después de la cual queda
expedita la vía jurisdiccional. Debe entonces el recurrente instar los procedimientos
correspondientes en sede administrativa.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
08218
2001
01-003084-0007-CO
Sala Constitucional
14/08/2001
3:46:00 PM
De Fondo
Vargas Benavides Adrián
Recurso de amparo
158
Exp: 01-003084-0007-CO
Res: 2001-08218
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con
cuarenta y seis minutos del catorce de agosto del dos mil uno. Recurso de amparo interpuesto por Adolfo Campos
Rojas, mayor, comerciante, portador de la cédula de identidad número uno seiscientos ocho ochocientos setenta y
tres, a favor de él mismo; contra el Director General del Registro Nacional.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:10 horas del 30 de marzo de 2001 (folio 1), el
recurrente interpone recurso de amparo contra el Director General del Registro Nacional y manifiesta que Registro
Nacional, y manifiesta que el 31 de octubre del año pasado él y su madre comparecieron a la oficina de la licenciada
María Quirós Valverde, con el fin de constituir afectación de patrimonio familiar sobre un terreno ubicado en San
José e inscrito bajo el Folio Real doscientos noventa y un mil setecientos setenta y ocho a cero cero uno y cero cero
dos; que la escritura donde consta la afectación familiar de dicho bien es la número doscientos cuarenta y dos, la
cual fue presentada al Registro en ese mismo mes y fue rechazada por dicho ente; que el gestionante por nota
dirigida a Asesoría Legal del Registro manifestó que la inscripción de la afectación familiar solicitada por él y su
madre fue rechazada por lo que pidió una justificación jurídica de tal rechazo, la cual a la fecha de interposición de
este recurso no le ha sido contestada; que el
amparado interpuso denuncia ante el Juzgado que el amparado interpuso denuncia ante el Juzgado Registro
Nacional contra la Licenciada María Quirós Valverde por maltrato y negligencia, ya que ella no hizo nada para volver
a tramitar la escritura número 242, siendo que por tal trámite ya había recibido sus respectivo honorarios; que hasta
la fecha dicha inscripción no ha sido realizada por el Registro Nacional y por lo tanto solicita a esta Sala se declare
con lugar el recurso, y se ordene la suspensión del acto administrativo que no permite la inscripción de la afectación
del patrimonio familiar, a su vez que condene al recurrido a pagar daños, perjuicios y ambas costas del proceso. Se
ampara el recurrente en los artículos 25,27,33 y 68 de la Constitución Política.
2.- Informa bajo juramento Ana Isabel Lobo Inneckn, en su calidad de Directora ad interim del Registro Público
de la Propiedad de Bienes Inmuebles (folio 13), que el 2 de noviembre del año 2000, bajo el asiento 7734 del toma
483 del Diario se presentó al Registro de la Propiedad el testimonio de la escritura número 242, otorgada en San
José a las 12:00 horas del 31 de octubre de ese mismo año ante la notaria María Esther Quirós Valverde, mediante
la cual Adolfo Campos Rojas y Elizabeth Campos Rojas afectaban su finca a Patrimonio Familiar. El estudio de ese
documento correspondió por turno a la licenciada Roxana Gómez, quien le canceló el asiento de presentación al
Diario el 7 de noviembre del 2000 "de acuerdo con el artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial".
Acepta como cierto que el 13 de marzo de este año el recurrente Adolfo Campos Rojas presentó un escrito dirigido a
la Asesoría Legal del Registro de la Propiedad, mediante el cual solicitó los fundamentos jurídicos que provocaron tal
rechazo, pero dice que ese escrito fue contestado por oficios número AJRN-406-2001 y AJRN-407-2001, ambos de
fecha 19 de marzo del 2001 y provenientes de la Asesoría Jurídica del Registro Nacional, dirigidos el primero a la
Subdirectora a.i. del Registro de Bienes Inmuebles y el segundo al señor Campos Rojas, a la dirección que él señaló,
que fue recibido personalmente por Elizabeth Campos Rojas, a quien se le entregó el original firmado cuando acudió
a preguntar por la gestión que había presentado su hijo don Adolfo. En ese oficio se señaló que: "En virtud de que el
examen del rechazo indicado es competencia exclusiva de la Coordinación General del Area de Bienes Inmuebles,
según las atribuciones propias que establece el Manuel (sic) de Puestos del Registro Nacional y lo que señala el
Reglamento del Registro Público de Bienes Inmuebles; le envío dicho escrito a fin de que estudie la procedencia de
esa cancelación de asiento de presentación y se resuelva lo que en derecho corresponde. Atentamente…" Añade
que mediante Oficio CAR-049-2001 del 29 de marzo del 2001, dirigido al recurrente Campos Rojas, el licenciado
Jorge Mora Cerdas, Coordinador General del Area Registral del Registro Público de Bienes Inmuebles le informó
sobre el fundamento jurídico al rechazo del testimonio de la escritura número 242, folio 97, tomo 5 del protocolo de la
notaria María Quirós Valverde, específicamente porque de conformidad con el artículo 42 y siguientes del Código de
Familia la afectación no procede a favor de personas mayores de edad, sino que debe hacerse en forma
descendiente de padres a hijos y éstos deben ser menores de edad. Se envió ese oficio mediante certificado de
159
correo número 075974591, depositado en las Oficinas del Correo el 30 de marzo de este año. Estima que de lo
expuesto se desprende que no es cierto que a la fecha de la interposición de este recurso no le fuera contestada la
gestión al recurrente y por lo tanto no existe violación al derecho de respuesta ni al debido proceso, así como
tampoco al principio de legalidad. Pide se rechace este recurso porque el gestionante se ha precipitado con su
presentación, sin haber gestionado el trámite de calificación formal de la procedencia de la cancelación del asiento
de presentación del documento de afectación a patrimonio familiar ante la Dirección o la Subdirección de ese
Registro.
3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Vargas
Benavides ; y,
Considerando:
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: El 2 de noviembre del año 2000, bajo el asiento 7734 del toma
483 del Diario se presentó al Registro de la Propiedad el testimonio de la escritura número 242, otorgada en San
José a las 12:00 horas del 31 de octubre de ese mismo año ante la notaria María Esther Quirós Valverde, mediante
la cual Adolfo Campos Rojas (recurrente) y Elizabeth Campos Rojas afectaban su finca a Patrimonio Familiar. El
estudio de ese documento correspondió por turno a la licenciada Roxana Gómez, quien le canceló el asiento de
presentación al Diario el 7 de noviembre del 2000 "de acuerdo con el artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del
Código Notarial", (informe a folio 13). El 13 de marzo del año 2001 el recurrente Adolfo Campos Rojas presentó un
escrito dirigido a la Asesoría Legal del Registro de la Propiedad, mediante el cual solicitó los fundamentos jurídicos
que provocaron tal rechazo, (informe a folio 13, copia a folios 06 y 18). Mediante oficios número AJRN-406-2001 y
AJRN-407-2001, ambos de fecha 19 de marzo del 2001 y provenientes de la Asesoría Jurídica del Registro Nacional,
dirigidos el primero a la Subdirectora a.i. del Registro de Bienes Inmuebles y el segundo al señor Campos Rojas –a
la dirección que él señaló– se indicó que: "En virtud de que el examen del rechazo indicado es competencia
exclusiva de la Coordinación General del Área de Bienes Inmuebles, según las atribuciones propias que establece el
Manual de Puestos del Registro Nacional y lo que señala el Reglamento del Registro Público de Bienes Inmuebles;
le envío dicho escrito a fin de que estudie la procedencia de esa cancelación de asiento de presentación y se
resuelva lo que en derecho corresponde. Atentamente" , (informe a folio 14, copias certificadas a folios 21 y 22).
Mediante Oficio CAR-049-2001 del 29 de marzo del 2001, dirigido al recurrente Campos Rojas, el licenciado Jorge
Mora Cerdas, Coordinador General del Área Registral del Registro Público de Bienes Inmuebles, le informó lo
siguiente: "En respuesta a su nota en que solicita fundamento jurídico al rechazo del testimonio de la escritura
número 242, folio 97, tomo 5 del protocolo de la notaria María Quirós Valverde, le informo que de conformidad con el
oficio de fecha 3 de marzo último, suscrito por la registradora Licda. Roxana Gómez Barrantes (se adjunta fotocopia)
se le canceló la presentación también de acuerdo al artículo 42 y siguientes del Código de Familia, ya que la
afectación no procede a favor de personas mayores de edad, debe hacerse en forma descendiente de padres a hijos
y éstos deben ser menores de edad". Se envió ese oficio mediante certificado de correo número 075974591,
depositado en las Oficinas del Correo el 30 de marzo de este año, (informe a folio 14, copias certificadas a folios 24 y
25).
II.- Ha quedado acreditado en autos que al amparado sí se le respondió su solicitud de información, acerca de
los fundamentos jurídicos del rechazo hecho por el Registro recurrido al testimonio de la escritura número 242, folio
97, tomo 5 del protocolo de la notaria María Quirós Valverde, por lo que el derecho de petición y pronta resolución no
ha sido violentado.
III.- También reclama el recurrente que en otros casos el Registro sí ha inscrito gravámenes de patrimonio
familiar sobre inmuebles en favor de adultos y mujeres de la tercera edad, por lo que estima que en su perjuicio se
ha dado una discriminación odiosa. Sobre este extremo, no se aporta prueba alguna al expediente y por ese motivo
debe también ser desestimado; amén de que esa inconformidad debe ser ventilada ante el mismo Registro recurrido,
gestionando el trámite de calificación formal de la procedencia de la cancelación del asiento de presentación del
documento de afectación a patrimonio familiar, oportunidad en la cual puede el recurrente hacer valer los
160
fundamentos de derecho por los cuales no comparte la cancelación de ese asiento de presentación. Manifiesta bajo
juramento la autoridad recurrida (folio 15) que se trata de un procedimiento expedito en sede administrativa, que
puede culminar con la revocatoria del acto impugnado y orden de inscripción del título de afectación a patrimonio
familiar, o bien con la confirmatoria del defecto, situación esta última que no cierra la vía administrativa, puesto que
existe la vía ocursal, remedio que la autoridad recurrida define como sumarísimo de conformidad con la normativa
que lo regula, y cuya resolución tiene recurso ante la Sección Tercera del Tribunal Superior Contencioso
Administrativo, órgano superior jerárquico impropio del Registro al cual le corresponde agotar la vía administrativa,
después de la cual queda expedita la vía jurisdiccional. Resulta entonces que resolver la inconformidad del
recurrente haría incursionar a la Sala en el fondo del asunto, con lo cual se excedería en sus competencias. Debe
entonces el recurrente instar los procedimientos correspondientes en sede administrativa, en el entendido de que en
caso de no recibir respuesta oportuna y debidamente fundamentada podría acudir nuevamente ante esa jurisdicción
en defensa de su derecho a recibir justicia administrativa pronta y cumplida.
Por tanto:
Se declara SIN LUGAR el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente, a.i.
Eduardo Sancho G.
Carlos M. Arguedas R.
Adrián Vargas B.
Susana Castro A.
Alejandro Batalla B.
Gilbert Armijo S.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 02511-02
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Sonia Marenco, a favor de Ruth Montiel, vs Directora de la Escuela Excelencia de Villas de
Ayarco.
La recurrente acusa que al tratar de matricular a la amparada para este año en la Escuela
Excelencia de Villas de Ayarco, el Director de ese Centro Educativo le negó su matrícula
por la edad que tiene a este momento, es decir, por tener quince años de edad.
Sin embargo, la Directora de dicho centro educativo manifiesta que a la amparada no se le
negó la matrícula, que lo que se hizo fue que, dada su edad, se le recomendó que se
matriculara en el sistema de aula abierta del Ministerio de Educación Pública, el cual
atiende a jóvenes cuyas edades sobrepasan por los trece años de edad escolar,
ofreciendo una alternativa acorde a los intereses y necesidades de los adolescentes de
esas edades.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Este Tribunal no encuentra que a la recurrente se le haya lesionado su derecho a la
educación, ni muchos se haya discriminado en razón de su edad.
De autos no se desprende que la Dirección de la escuela que nos ocupa, haya adoptado
alguna decisión tendiente a impedir que la recurrente pudiera ejercer su derecho a
estudiar, por el contrario se observa que la situación que aquí se impugna, fue resultado
de una recomendación y una alternativa para estudio y no de una decisión definitiva y
arbitraria.
Por otra parte y a mayor abundamiento la autoridad recurrida señala que no tiene ninguna
161
Conclusión
objeción en matricular y recibir a la joven en la institución.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
02511 Año : 2002
02-001164-0007-CO
Sala Constitucional
08/03/2002
11:19:00 AM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 02-001164-0007-CO
Res: 2002-02511
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con
diecinueve minutos del ocho de marzo del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por Sonia Marenco
Hernández, con cédula de residencia permanente número 003579-00, a favor de Ruth Nehemy Montiel Marenco,
contra la Directora de la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las once horas y cincuenta minutos del siete de febrero de
dos mil dos (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco y
manifiesta que el año pasado la amparada cursó y aprobó con excelentes calificaciones el quinto grado en la
Escuela Los Corrales, en Vasconia de Los Chiles. Que en las zonas fronterizas muy frecuentemente los estudiantes
salen de la escuela con una edad mayor a la del resto del país, debido al movimiento constante que en procura de
trabajo deben mantener los inmigrantes, como es su caso. Que hay lugares donde las vías de acceso a las escuelas
son muy peligrosas y no es sino hasta que los menores puedan acudir con cierta seguridad que nuevamente los
pueden matricular. Que al tratar de matricular a la amparada para este año en la Escuela Excelencia de Villas de
Ayarco, el Director de ese Centro Educativo le negó su matrícula por la edad que tiene a este momento, es decir, por
tener quince años de edad. Estima la petente que se discrimina a la amparada en razón de su edad sin tener
justificación alguna, máxime que el año anterior curso el quinto grado escolar.
2.- Informa bajo juramento Clara Espinoza Juárez, en su calidad de Directora del Centro Educativo Villas de
Ayarco (folio 13), que se le recomendó a la madre que integrara a su hija al programa de aula abierta del Ministerio
de Educación Pública, el cual atiende a jóvenes cuyas edades sobrepasan por los trece años de edad escolar,
ofreciendo una alternativa acorde a los intereses y necesidades de los adolescentes de esas edades. La población
estudiantil de esa institución posee edades que oscilan entre los cuatro años y medio y doce años de edad, por lo
que se consideró pertinente recomendarle a la señora que ubicara a su hija en el programa citado anteriormente,
para el bienestar de la joven, pues estaría en desface entre los intereses y necesidades de los niños que cursan en
este momento el sexto grado y ella. Los grupos que se encuentran en estos momentos cuentan con cupo muy
limitado, sin embargo no tengo objeción alguna en matricular y recibir a la joven en la institución. Solicita que se
desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y,
Considerando:
162
I.- La recurrente acusa que al tratar de matricular a la amparada para este año en la Escuela Excelencia de
Villas de Ayarco, el Director de ese Centro Educativo le negó su matrícula por la edad que tiene a este momento, es
decir, por tener quince años de edad. Sin embargo, la Directora de dicho centro educativo manifiesta que a la
amparada no se le negó la matrícula, que lo que se
hizo fue que, dada su edad, se le recomendó que se matriculara en el sistema de aula abierta del Ministerio
de Educación Pública, el cual atiende a jóvenes cuyas edades sobrepasan por los trece años de edad escolar,
ofreciendo una alternativa acorde a los intereses y necesidades de los adolescentes de esas edades.
II.- Así las cosas, no encuentra este Tribunal que a la recurrente se le haya lesionado su derecho a la
educación, ni muchos se haya discriminado en razón de su edad. De autos no se desprende que la Dirección de la
escuela que nos ocupa, haya adoptado alguna decisión tendiente a impedir que la recurrente pudiera ejercer su
derecho a estudiar, por el contrario se observa que la situación que aquí se impugna, fue resultado de una
recomendación y una alternativa para estudio y no de una decisión definitiva y arbitraria. Por otra parte y a mayor
abundamiento la autoridad recurrida señala que no tiene ninguna objeción en matricular y recibir a la joven en la
institución.
III.- En virtud de lo expuesto estima este Tribunal que a la amparada no se le ha negado su derecho a la
educación, por lo que no son de recibo los alegatos de la recurrente. En razón de ello, lo procedente es desestimar el
presente recurso, como en efecto se hace.
Por tanto:
Se declara SIN LUGAR el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Eduardo Sancho G.
Carlos M. Arguedas R.
Adrián Vargas B.
Susana Castro A.
Teresita Rodríguez A.
Gilbert Armijo S.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 10947-02
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Carlos Paniagua vs Presidente de la Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto
Meteorológico Nacional.
Se discute la existencia de irregularidades durante el proceso de selección de
pronosticadores meteorólogos para laborar como asistentes en el Tropical Desk durante la
época de huracanes del 2003. Considera el Sr. Paniagua que la autoridad recurrida actuó
de manera contraria al principio de igualdad dado que su solicitud de participación fue
rechazada, en su criterio, por razones de edad. La Sub-Comisión de Adiestramiento del
Instituto Meteorológico Nacional le comunicó al recurrente que su solicitud fue rechazada,
después del análisis de los requisitos y expedientes de los interesados.
El artículo 33 de la Constitución Política.
La tutela constitucional se agota al verificar que se ha respetado el derecho de
participación igualitaria que tienen los oferentes para integrar la lista de candidatos.
163
Conclusión
Sobre la discriminación por razón de la edad, la Sala ha dicho: "el principio de igualdad no
tiene un carácter absoluto. Es admisible que se establezca un trato desigual entre los que
son desiguales, y aún entre iguales, siempre que se tenga presente que para autorizar un
trato diferenciado hay que determinar si el motivo que la produce es razonable”.
En este sentido, en primer lugar, debe decirse que la edad no es el único criterio de
selección que la Administración empleó para designar a otra persona, pues debían
tomarse en consideración las oportunidades de adiestramiento reciente y el tiempo de
laborar en el IMN.
En segundo lugar, el que se valore la edad para pensionarse de un funcionario, en este
caso, no parece ser algo manifiesta e intrínsicamente irrazonable, puesto que es lógico
que la Administración tienda a maximizar su inversión de recursos, pretendiendo que quien
se beneficie con la beca en el Tropical Desk le brinde sus conocimientos adquiridos al IMN
durante el mayor tiempo posible con lo cual se mejora el servicio público que se brinda.
Y, por último, debe recordarse que la Administración consideró que los dos últimos
adiestramientos con asistencia al Tropical Desk fueron otorgados a funcionarios del
aeropuerto Juan Santamaría lugar donde trabaja el aquí recurrente, y que, por ese motivo,
en esta ocasión se buscó ampliar la participación o acceso al adiestramiento a
funcionarios de otras oficinas o dependencias del IMN que también cumplieran con los
requisitos o condiciones pertinentes y, de ese modo, no concentrar al personal capacitado
en un área única.
Además la subcomisión de adiestramiento le concedió al amparado la oportunidad de
asistir al Seminario sobre la Coordinación de los Servicios de Tránsito Aéreo y Cenizas
Volcánicas, celebrado en Colombia por lo que la autoridad recurrida consideró importante
brindarle a otro funcionario la posibilidad de capacitarse.
Por consiguiente, de los autos no se colige que el elemento determinante para que no se
seleccionara a Carlos Manuel Paniagua haya sido la edad. Quedó demostrado que el
petente pudo participar en igualdad de condiciones con los otros solicitantes, y que en la
decisión de la Administración no se advierte ningún motivo ilegítimo que orientara la
decisión final del asunto.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
10947
2002
02-008659-0007-CO
Sala Constitucional
20/11/2002
3:15:00 PM
De Fondo
Jinesta Lobo Ernesto
Recurso de amparo
Exp: 02-008659-0007-CO
Res: 2002-10947
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con quince
minutos del veinte de noviembre del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por PANIAGUA CARVAJAL
164
CARLOS MANUEL, mayor, pronosticador aeronáutico, portador de la cédula de identidad N° 2-274-267, contra el
PRESIDENTE DE LA SUB-COMISIÓN DE ADIESTRAMIENTO DEL INSTITUTO METEOROLÓGICO NACIONAL.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10:20 hrs. del 17 de octubre de 2002 (folio 1), el
recurrente interpone recurso de amparo contra el Presidente de la Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto
Meteorológico
Nacional y manifiesta que la autoridad recurrida invitó a los meteorólogos pronosticadores a participar en el
Tropical Desk como asistentes durante la época de huracanes del 2003. Señala que, en virtud de que cumplía con
los requisitos para participar en tal actividad, presentó la solicitud correspondiente ante la subcomisión de
adiestramiento, sin embargo, ésta fue rechazada con base en parámetros diferentes a los que fueron indicados en
un primer momento. Estima que la autoridad recurrida no aceptó su solicitud de participación al considerar como
factor de selección, el tiempo que le faltaba para pensionarse, lo que considera discriminatorio y por ende contrario al
principio constitucional de igualdad. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso.
2.- Por resolución de esta Sala de las 9:37 hrs. del 21 de octubre de 2002 se le dio curso al proceso y se
solicitó el informe a la parte recurrida.
3.- Informa bajo juramento Oscar Eduardo Ramírez Rodríguez, en su calidad de Presidente de la SubComisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional (folio 9), que en el proceso de escogencia de
candidatos a Becas se observaron las disposiciones contempladas en el Reglamento de Adiestramiento de Personal
del MINAE, Decreto Ejecutivo No. 18217 del 18 de abril de 1988, y que toma en cuenta aspectos como: preparación
académica, nivel de responsabilidad laboral, nombramiento en propiedad, calificación de servicios, tiempo de
servicio, edad del solicitante, fecha de la última facilidad de capacitación otorgada, publicaciones y cualquier otro
aspecto que se considere pertinente. Solicita que se desestime el recurso planteado.
4.- En la substanciación del proceso se han observado las prescripciones de ley. Redacta el magistrado
Jinesta Lobo ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso. El recurrente aduce que sus derechos fundamentales han sido lesionados por parte de
la Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional. Considera que la autoridad recurrida actuó
de manera contraria al principio de igualdad y el artículo 33 de la Constitución Política con ocasión del proceso de
selección de los funcionarios que participaban por la beca en el Tropical Desk, dado que su solicitud de participación
fue rechazada en su criterio por razones de edad. Por tales motivos, solicita que se declare con lugar el recurso de
amparo.
II.- De relevancia para resolver el presente recurso de amparo, se tienen por acreditados los siguientes
hechos: 1) El Poder Ejecutivo, mediante el Decreto No. 18217-MIRENEM del 18 de abril de 1988 (publicado en la
Gaceta No. 195 del 14 de octubre de 1988), promulgó el Reglamento de Adiestramiento de Personal del Ministerio
de Recursos Naturales, Energía y Minas 2) La Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional
mediante oficio del 19 de setiembre de 2002 invitó a los meteorólogos pronosticadores a participar en el proceso de
selección de funcionarios para desempeñarse como asistentes en la facilidad de entrenamiento meteorológico
"Tropical Desk" durante el año 2003 (visible a folio 3). 3) La Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto
Meteorológico Nacional mediante oficio del 9 de octubre de 2002 le comunicó al recurrente que su solicitud fue
rechazada, después del análisis de los requisitos y expedientes de los interesados (visible a folio 2).
III.- Sobre el fondo. En el caso bajo examen, se discute la existencia de irregularidades durante el proceso de
selección de pronosticadores meteorólogos para laborar como asistentes en el Tropical Desk durante la época de
huracanes del 2003. En este sentido, el recurrente alega que se han violado el principio de igualdad y el de
seguridad jurídica durante el trámite que realizó la autoridad recurrida para escoger a los funcionarios que asistirían a
165
dicha facilidad de entrenamiento. A este respecto, en primer lugar, es necesario señalar que la Sala Constitucional,
al analizar una acción de amparo, ve definido el ámbito de su competencia por el artículo 29 de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional, que limita su radio de acción a brindar tutela oportuna contra infracciones o amenazas
inminentes a los derechos y libertades fundamentales de las personas. El amparo, entonces, procede contra toda
disposición, acuerdo o resolución y, en general, contra toda acción, omisión o simple actuación material no fundada
en un acto administrativo eficaz, de los servidores y órganos públicos, que haya violado, viole o amenace violar
cualquiera de aquellos derechos. Por lo tanto, no le corresponde a este Tribunal entrar a valorar los atestados y
méritos del recurrente y de los demás aspirantes al entrenamiento meteorológico "Tropical Desk", a fin de determinar
si reúnen o no los requisitos necesarios para obtener la capacitación a la que se refiere este recurso, en la medida
que ello constituye un asunto de legalidad ordinaria.
IV.- En su lugar, en estos casos, la tutela constitucional se agota al verificar que se ha respetado el derecho
de participación igualitaria que tienen los oferentes para integrar la lista de candidatos ya que, una vez
confeccionada ésta, con lo que cuenta el interesado es con una simple expectativa de obtener la capacitación que
desea, o bien, en determinar que el recurrente no ha sido elegido con base a criterios evidentemente ajenos a la
determinación de la idoneidad del candidato como ocurriría, por ejemplo, si se lograra demostrar que el solicitante no
ha sido nombrado por razones de sexo, raza, religión o convicciones políticas. Así, sobre la discriminación por razón
de la edad, la Sala ha dicho: "En el caso que nos ocupa, el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros
afirma que la distinción realizada por la institución entre personas mayores y menores de ochenta años para el
otorgamiento de Seguros de Viajeros en Colones se fundamenta en criterios de selección de riesgos adoptados con
fundamento en los estudios de la Dirección Actuarial y de Planificación Económica de la CCSS. No obstante,
considera la amparada que tal distinción al excluir a su padre de la posibilidad de obtener el seguro resulta
discriminatoria. Sobre el principio de igualdad, la jurisprudencia constitucional ha indicado reiteradamente: ‘... el
principio de igualdad garantiza un tratamiento igual a aquellos que se encuentran objetivamente en situaciones o
condiciones iguales, lo que justifica que ante condiciones diferentes pueda haber trato distinto, no implicando con
ello, violación a los principios de razonabilidad y proporcionalidad’ (sentencia número 2531-94 de las quince horas
cuarenta y dos minutos del treinta y uno de mayo de mil novecientos noventa y cuatro). ‘…el principio de igualdad
que establece el artículo 33 de la Constitución no tiene un carácter absoluto, pues no concede propiamente un
derecho a ser equiparado a cualquier individuo sin distinción de circunstancias, sino más bien a exigir que no se
haga diferencias entre dos o más personas que se encuentren en una misma situación jurídica o en condiciones
idénticas, por lo que no puede pretenderse un trato igual cuando las condiciones o circunstancias son desiguales.’
(sentencia número 1942-94, de las diez horas dieciocho minutos del veintidós de abril de mil novecientos noventa y
cuatro. En igual sentido vid sentencias números 808-94, 1372-92, 117-93, 728-93 y 808-94). De conformidad con el
contenido del principio de igualdad señalado por la jurisprudencia de esta Sala, es admisible que se establezca un
trato desigual entre los que son desiguales, y aún entre iguales, siempre que se tenga presente que para autorizar
un trato diferenciado hay que determinar si el motivo que la produce es razonable, pues el juicio acerca de la
razonabilidad es lo que permite decidir si se está o no frente a una violación constitucional de este tipo. Debido a que
determinar la razonabilidad de los criterios utilizados por el Instituto Nacional de Seguros para distinguir entre
personas mayores o menores de ochenta años para el otorgamiento de pólizas de seguros de viajeros implicaría
entrar a valorar si la selección de riesgos realizada por el instituto excede o no los parámetros de necesidad,
idoneidad y proporcionalidad en sentido estricto, que éste órgano ha definido como elementos integrantes del debido
proceso sustantivo, el asunto excede la naturaleza sumaria del amparo. No obstante, se tiene como ciertas las
declaraciones rendidas por el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros bajo juramento, en tanto indica
que no se encuentran en iguales condiciones de riesgo las personas de 0 a 70 años en comparación con las
personas mayores de 80 años, y que la distinción realizada por el instituto se sustenta en criterios de carácter
técnico, por lo que no se trata de un acto discriminatorio caprichoso, arbitrario o infundado. Por lo expuesto procede
declara sin lugar el amparo en cuanto a este extremo." (Sentencia N°11351-2000 de las diez horas dos minutos del
veinte de diciembre del dos mil). Ahora bien, el reclamante cuestiona que, en el oficio de 09 de octubre de 2002, se
cite como un elemento determinante para elegir al funcionario que iría a la capacitación, la edad para pensionarse
(folio 02). En este sentido, en primer lugar, debe decirse que del mismo oficio mencionado, se desprende que este
no es el único criterio de selección que la Administración empleó para designar al servidor Agüero, pues claramente
se mencionan otros parámetros que debían tomarse en consideración, como lo son las oportunidades de
adiestramiento reciente y el tiempo de laborar en el IMN. En segundo lugar, el que se valore la edad para
166
pensionarse de un funcionario, en este caso, no parece ser algo manifiesta e intrínsicamente irrazonable, puesto que
es lógico que la Administración tienda a maximizar su inversión de recursos, pretendiendo que quien se beneficie
con la beca en el Tropical Desk le brinde sus conocimientos adquiridos al IMN durante el mayor tiempo posible con lo
cual se mejora el servicio público que se brinda. Y, por último, en tercer lugar, debe recordarse que, según declara
bajo gravedad de juramento la Autoridad recurrida, la Administración consideró que los dos últimos adiestramientos
con asistencia al Tropical Desk fueron otorgados a funcionarios del aeropuerto Juan Santamaría lugar donde trabaja
el aquí recurrente, y que, por ese motivo, en esta ocasión se buscó ampliar la participación o acceso al
adiestramiento a funcionarios de otras oficinas o dependencias del IMN que también cumplieran con los requisitos o
condiciones pertinentes y, de ese modo, no concentrar al personal capacitado en un área única (ver folios 10 y 11). A
lo anterior debe añadirse que la subcomisión de adiestramiento le concedió al amparado la oportunidad de asistir al
Seminario sobre la Coordinación de los Servicios de Tránsito Aéreo y Cenizas Volcánicas, celebrado en Colombia
durante el mes de noviembre de 2001, por lo que la autoridad recurrida consideró importante brindarle a otro
funcionario la posibilidad de capacitarse (folio 11). Por consiguiente, de los autos no se colige que el elemento
determinante para que se seleccionara a José Joaquín Agüero, en lugar de Carlos Manuel Paniagua, haya sido la
edad.
V.- Después de analizar los elementos de prueba aportados, esta Sala Constitucional considera que, en este
caso, no se ha producido una violación de los Derechos Fundamentales del petente, porque la actuación de la SubComisión de Adiestramiento se ha conformado con lo establecido por el Reglamento de Adiestramiento de Personal
del MINAE, el cual, en su artículo 42 dispone que en la escogencia de candidatos a becas se tomaran en cuenta
aspectos como la preparación académica, nivel de responsabilidad laboral, nombramiento en propiedad, calificación
de servicios, tiempo de servicio, edad del solicitante, fecha de última capacitación otorgada y cualquier otros aspecto
que se considere pertinente. En efecto, no puede ser de recibo el argumento del recurrente al manifestar que los
únicos requisitos evaluables eran los del oficio del 19 de setiembre de 2002, por cuanto éstos se definieron para
efectos de la presentación de las solicitudes, y en modo alguno le impedían a la Administración analizar otros
elementos que pudiera considerar importantes durante el proceso de selección de los funcionarios, todo esto al
amparo del reglamento establecido al efecto. De hecho, en el reglamento mencionado se define claramente un
margen de discrecionalidad para que la Administración decida, a la hora de otorgar las becas, quien obtendrá el
beneficio. Dispone dicha normativa: "Artículo 23. Las becas y otras facilidades serán otorgadas a los servidores del
Ministerio que se distingan en el desempeño de sus funciones y que su conducta justifique y dé motivos para esperar
de ellos un buen aprovechamiento de la capacitación recibida y la futura puesta en práctica de sus conocimientos"
De tal modo que, con base en lo expuesto anteriormente y el acervo probatorio que consta en autos, la Sala
considera que la subcomisión recurrida se limitó a seleccionar al candidato que estimó más idóneo para que una vez
recibida la capacitación del Tropical Desk pudiera servir de la mejor manera posible a las necesidades de la
Institución, maximizando así el empleo de sus recursos. Dado que ha quedado debidamente demostrado que el
petente pudo participar en igualdad de condiciones con los otros solicitantes, y que en la decisión de la
Administración no se advierte ningún motivo ilegítimo que orientara la decisión final del asunto, en los términos ya
expuestos, no puede establecerse que se ha producido una violación a los principios de igualdad y razonabilidad, y
así se declara.
VI.- Conclusión. Por lo expuesto en los considerandos precedentes, estima esta Sala que no existe mérito
para acoger el presente recurso, por lo que lo procedente es declararlo sin lugar sin mayores consideraciones.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Carlos M. Arguedas R. Presidente, a.i.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
José Luis Molina Q.
167
Susana Castro A.
Teresita Rodríguez A.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 3232-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Sonia Espinoza vs el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
El fin de la recurrente es que se anule la disposición del “Reglamento de solicitud de
préstamos para estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica” que le impide tanto a
ella como a su esposo ser fiadores de su hija, por tener más de cuarenta y cinco años de
edad. Considera irrazonable y discriminatorio tal requisito pues los padres son quienes
mejor pueden responder por las deudas de sus hijos y, aunque tienen cincuenta y un años
de edad son sujetos de crédito en bancos estatales y privados
Artículo 33 de la Constitución Política.
Reglamento de Solicitud de Préstamos para Estudios en el Instituto Tecnológico de Costa
Rica.
De la documentación aportada al expediente se desprende que a la estudiante se le
denegó el crédito de estudios porque una de la fiadoras no alcanzaba el ingreso mensual
requerido y el otro aportó certificación de ingresos elaborada por un contador privado,
cuando se requería que fuera de un contador público autorizado, en ambos casos de
conformidad con el “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios del Instituto
Tecnológico de Costa Rica”.
Según lo informado, no se le ha aplicado el requisito cuestionado, por lo que no se ha
podido causar afectación a ninguno de sus derechos fundamentales.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
03232
2003
03-003164-0007-CO
Sala Constitucional
25/04/2003
11:25:00 AM
De Fondo
Calzada Miranda Ana Virginia
Recurso de amparo
Exp: 03-003164-0007-CO
Res: 2003-03232
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con
veinticinco minutos del veinticinco de abril del dos mil tres.
Recurso de amparo interpuesto por Sonia Espinoza Montiel, portadora de la cédula de identidad número 6096-518, vecina de Monteverde, Puntarenas contra el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
168
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las quince horas treinta minutos del veintisiete de febrero
del dos mil tres (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo y manifiesta que el Reglamento de solicitud de
préstamos para estudios del Instituto Tecnológico de Costa Rica le impide a ella y a su esposo, ser fiadores de su
hija, la estudiante Gabriela Mc Adam Montiel, en un préstamo de esa naturaleza, por cuanto no cumplen el requisito
de ser menores de 45 años. A su juicio este requisito es irrazonable y discriminatorio, por cuanto se le impide
injustificadamente realizar ese tipo de gestión a favor de su hija, cuando ambos la petente y su esposo son sujetos
de crédito tanto en el comercio como en bancos privados y estatales. Solicita la recurrente que la Sala anule el
discriminatorio requisito y que se pida a la Universidad que le conceda a su hija el derecho de revisión de su caso.
2.- Informa bajo juramento Víctor Alberto Jiménez Navarro en su condición de Apoderado General Judicial del
Instituto Tecnológico de Costa Rica (folio 10), que es cierto que el “Reglamento de solicitud de préstamos para
estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica” existe la norma referente a la edad de los fiadores. Las razones
por las que existe son fundamentalmente que el documento con el cual se garantiza la deuda es un pagaré, el cual
vence una vez que el deudor (exalumno del ITCR) se gradúa o retire de la Institución, por lo que han transcurrido
varios años (aproximadamente siete). Al ser exigible a tan largo plazo, e importante que en caso de falta de pago los
fiadores aun estén laborando para efectos de eventuales embargos a salarios y no estén pensionados, con lo cual no
podría embargárseles el salario. Afirman que si la Sala considera que esa norma relativa a la edad de los fiadores
violenta alguna normativa constitucional, no tienen inconveniente en derogarla a fin de que no exista límite de edad
para ser fiador. Indica que a Gabriela Mc.Adam Montiel no se le otorgó el préstamo debido a que la recurrente, quien
fue presentada como fiadora, no cumplía tiene el nivel de ingreso requerido para clasificar como fiadora, pues su
salario líquido es inferior a 66.260. El otro fiador que presentó la estudiante fue Aarón Rolando Quirós Montiel, quien
aporta una certificación de un contador privado para justificar su nivel de ingresos, cuando debió por su nivel de
ingreso aportar una certificación de contador público. Es decir, las razones por las cuales no se le aprobó el
financiamiento fueron eminentemente de carácter técnico. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la magistrada
Calzada Miranda ; y,
Considerando:
I.- La recurrente interpone recurso de amparo con el fin de que se anule la disposición del “Reglamento de
solicitud de préstamos para estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica” que le impide tanto a ella como a su
esposo ser fiadores de su hija, por tener más de cuarenta y cinco años de edad. Considera irrazonable y
discriminatorio tal requisito pues los padres son quienes mejor pueden responder por las deudas de sus hijos y,
aunque tienen cincuenta y un años de edad son sujetos de crédito en bancos estatales y privados.
II.- Del informe rendido bajo juramento por el recurrido y de la documentación aportada al expediente se
desprende que a la estudiante Gabriela Mac. Adam Montiel se le denegó el crédito de estudios porque una de la
fiadoras no alcanzaba el ingreso mensual requerido y el otro aportó certificación de ingresos elaborada por un
contador privado, cuando se requería que fuera de un contador público autorizado, en ambos casos de conformidad
con el “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios del Instituto Tecnológico de Costa Rica” (folios 18 y
21). Según lo informado, no se le ha aplicado el requisito cuestionado, por lo que no se ha podido causar afectación
a ninguno de sus derechos fundamentales. Lo anterior sin perjuicio de que, en caso de que los recurridos apliquen el
requisito mencionado en el futuro la Sala analice, por la vía que corresponda, si la norma que lo establece resulta
irrazonable y discriminatoria por razón de la edad. En consecuencia, el recurso debe ser declarado sin lugar, como
en efecto se dispone.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
169
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
José Luis Molina Q.
José Miguel Alfaro R.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 12645-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Ruth Gutiérrez, a favor de Alicia Gutiérrez, menor de edad vs Conservatorio de Castella.
En el Conservatorio de Castella le negaron a la tutelada la posibilidad de realizar las
pruebas de violín y clarinete para mostrar sus aptitudes, con el argumento de ser muy
pequeña. En criterio de la Sra Gutiérrez, la actuación de la autoridad recurrida es
arbitraria.
El artículo 33 de la Constitución Política y el Derecho a la Educación.
De la prueba documental no se tiene por demostrada la situación discriminatoria que
reclama la actora en razón de la edad de la menor. En efecto, se tiene que la autoridad
recurrida le brindó a la tutelada el mismo trato en relación con los demás menores.
En este sentido, la recurrida en su informe manifestó: “no es cierto que la Orientadora
haya aprobado la aplicación de alguna prueba extra (como sería aplicar pruebas de violín
y clarinete a una niña que va a primer grado) porque según me manifestó verbalmente, tal
aplicación constituye un requisito adicional, mismo que no se pidió a los demás
pretendientes y que por lo tanto, se rechazó hacerle la prueba extraordinaria de violín y
clarinete a la niña Alicia Gutiérrez Oviedo, en tanto que aplicarla constituiría un elemento
discriminatorio e innecesario para su proceso de admisión”.
Por demás, la menor efectuó las mismas pruebas que los demás aspirantes a ese sitio, sin
que se haya producido alguna situación contraria a su dignidad.
No es arbitraria, entonces, la actuación de la autoridad recurrida.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
12645
2003
03-010629-0007-CO
Sala Constitucional
31/10/2003
2:28:00 PM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 03-010629-0007-CO
Res: 2003-12645
170
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con
veintiocho minutos del treinta y uno de octubre del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Ruth Gutiérrez
Oviedo, cédula de identidad Nº6-192-571, a favor de Alicia Gutiérrez Oviedo, menor de edad; contra el Conservatorio
de Castella.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 16:27 hrs. de 10 de octubre de 2003 (folio 1), la
recurrente interpone recurso de amparo contra el Conservatorio de Castella y manifiesta que hizo una solicitud de
matrícula a favor de la amparada, con el fin de ser admitida en primer grado de esa Institución. En el proceso de
entrevista y entrega del sobre con documentos, requirió la aplicación de las pruebas generales, así como de violín y
clarinete. Afirma que desde hace más de 47 años los estudiantes de nuevo ingreso que lo piden realizan pruebas de
alguna especialidad para demostrar su aptitud e
ingresar al Conservatorio de Castella. La Orientadora de esa entidad le indicó que dentro del período en que
se practicarán las pruebas (materias artísticas básicas), se efectuarán los exámenes de violín y clarinete. No
obstante, el 6 de octubre 2003, al preguntar a la funcionaria Yolanda Briceño sobre las demostraciones de
instrumentos, recibió una respuesta negativa, por la edad de la tutelada. Según la promovente, en el caso concreto
se brindó un trato discriminatorio a la afectada, en detrimento de su derecho a la educación. Solicita que se estime el
recurso y que se restituya a la amparada en el pleno goce de sus derechos fundamentales.
2.- La Directora del Conservatorio de Castella, MSc. Ligia Martínez Barrientos, rinde a folio 13 su informe bajo
juramento e indica que a la tutelada se siguieron todos los trámites de matrícula, según lo programado por la Oficina
de Orientación. Niega que a los niños y niñas que desean ingresar a primer grado se les realice alguna prueba
extraordinaria como lo son las de violín y clarinete; en ese sentido, dichos exámenes no fueron implementados a la
amparada, pues de lo contrario se constituiría un trato discriminatorio en su contra, en la medida en que no se
exigieron a los demás menores. Indica que a la agravada se le aplicaron las pruebas básicas de Teatro, Movimiento
Creativo, Artes Plásticas y Música, al igual que a los otros niños. En virtud de la orden dictada por el Presidente de la
Sala Constitucional en el auto inicial del amparo, se efectuaron dichas pruebas; sin embargo, éstas no son
determinantes en el proceso de selección de alumnos de primer grado. Pide que se declare sin lugar el recurso.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado
Armijo Sancho ; y,
Considerando:
I.- La recurrente acusa la violación de los derechos fundamentales de la amparada, pues considera que en el
Conservatorio de Castella se le brindó un trato discriminatorio en razón de su edad. Lo anterior por cuanto, en ese
sitio le negaron a la tutelada la posibilidad de realizar las pruebas de violín y clarinete para mostrar sus aptitudes, con
el argumento de ser muy pequeña. En su criterio, la actuación de la autoridad recurrida es arbitraria y lesiona el
derecho a la educación.
II.- De la prueba documental allegada a los autos, como del informe rendido por la MSc. Ligia Martínez
Barrientos que es dado bajo la solemnidad del juramento, con oportuno apercibimiento de las consecuencias, incluso
penales, previstas en el artículo 44 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional no se tiene por demostrada la situación
discriminatoria que reclama la actora en razón de la edad de la menor, por lo cual lo procedente es declarar sin lugar
el recurso. En efecto, sin perjuicio de que este asunto se discuta en otra ocasión con fundamento en otros elementos
de prueba, se tiene que la autoridad recurrida le brindó a la tutelada el mismo trato en relación con los demás
menores, quienes pretenden ingresar a ese centro educativo, todo ello en estricto apego al Derecho de la
Constitución. En este sentido, la recurrida en su informe manifestó: “ no es cierto que la Orientadora Ligia Molina
Camacho haya aprobado la aplicación de alguna prueba extra (como sería aplicar pruebas de violín y clarinete a una
niña que va a primer grado) porque según me manifestó verbalmente, tal aplicación constituye un requisito adicional,
mismo que no se pidió a los demás pretendientes y que por lo tanto, se rechazó hacerle la prueba extraordinaria de
violín y clarinete a la niña Alicia Gutiérrez Oviedo, en tanto que aplicarla constituiría un elemento discriminatorio e
171
innecesario para su proceso de admisión ” (informe a folio 13). Por demás, se debe advertir que la menor efectuó las
mismas pruebas que los demás aspirantes a ese sitio, sin que se haya producido alguna situación contraria a su
dignidad. No es arbitraria, entonces, la actuación de la autoridad recurrida, motivo por el cual se debe declarar sin
lugar el amparo.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
José Miguel Alfaro R.
Alejandro Batalla B.
Federico Sosto L.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 13609-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Viviana Villalobos vs Directora De La Escuela Jesús Ocaña Rojas.
La recurrente acusa que pese a que su hija –aquí amparada-, le faltan dos días para tener
la edad exacta exigida para ingresar al Ciclo Materno Infantil de la Educación Preescolar,
las autoridades de la Escuela en forma arbitraria y discriminatoria denegaron su matrícula,
lo cual infringe en perjuicio de la amparada el derecho a la educación.
La Directora manifiesta que no era posible su matrícula, debido a que la niña no cumplía
con el requisito de edad establecido en el Reglamento sobre la Edad de Ingreso a la
Educación Preescolar y el Primer Año de la Educación General Básica. Señala que como
funcionaria pública, en el ejercicio de su función debe respetar la legislación aplicable
Decreto Ejecutivo número 27845-MEP
Derecho a la Educación
La recurrida denegó la matrícula de la menor amparada por faltarle únicamente dos días
para cumplir la edad establecida en el Decreto No. 27845-MEP, y si bien es cierto así lo
establece dicho decreto, también es cierto que este Tribunal ha señalado en anteriores
ocasiones que dicho límite a la educación no resulta razonable, si antes no se le permite a
la menor demostrar si posee la capacidad suficiente para asumir el proceso educativo a
través de una prueba de rendimiento.
Se declara con lugar el recurso. Debe la recurrida permitirle a la amparada practicar una
prueba de rendimiento, y en caso de aprobarla satisfactoriamente, admitirle la matrícula en
el centro recurrido, si otro requisito no lo impide. Se condena al Estado al pago de las
costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Expediente:
Despacho:
13609 Año : 2003
03-010679-0007-CO
Sala Constitucional
172
Fecha:
28/11/2003
Hora:
1:19:00 PM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Arguedas Ramírez Carlos Manuel
Clase de asunto: Recurso de amparo
Tiene voto salvado
Exp: 03-010679-0007-CO
Res: 2003-13609
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las trece horas con
diecinueve minutos del veintiocho de noviembre del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por VIVIANA
VILLALOBOS VILLALOBOS , portadora de la cédula de identidad número 2-564-500, a favor de ALINA MARÍA
GAMBOA VILLALOBOS , contra la DIRECTORA DE LA ESCUELA JESÚS OCAÑA ROJAS .
Resultando:
1.- En escrito recibido en la Secretaría de la sala a las trece horas y diez minutos del trece de octubre de dos
mil tres (folio 1), la recurrente Viviana Villalobos Villalobos, interpone recurso de amparo a favor de su hija Alina
María Gamboa Villalobos, contra la Directora de la Escuela Jesús Ocaña Rojas y manifiesta que la amparada nació
el dos de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, por lo que a la fecha de interposición de este amparo la
niña tenía tres años, diez meses y once días de edad. Señala que se apersonó a la Escuela Jesús Ocaña Rojas en
El Coyol de Alajuela, con la finalidad de matricular a la amparada para el próximo curso lectivo en el nivel maternal,
no obstante, en forma arbitraria y discriminatoria el personal de la citada institución le manifestó que no podía ser
matriculada debido a que le faltaban dos días para tener la edad exacta que ellos exigen como mínimo. Por lo
expuesto, la recurrente solicita declarar con lugar el recurso y se le ordene a la Directora recurrida proceder a
realizar la matrícula de la amparada.
2.- Informa bajo juramento Ileana Vargas Arias, en su condición de Directora de la Escuela Jesús Ocaña
Rojas (folio 15), que es cierto que la recurrente se presentó en el mes de agosto a esa institución educativa, con el
objeto de realizar el proceso de matrícula en el nivel de Materno Infantil de la amparada, no obstante, al conocer de
la edad de la amparada, se le señaló que no era posible su matrícula, debido a que la niña no cumplía con el
requisito de edad establecido en el Reglamento sobre la Edad de Ingreso a la Educación Preescolar y el Primer
Año de la Educación General Básica, Decreto Ejecutivo número 27845-MEP, del diez de mayo de mil novecientos
noventa y nueve. Señala que como funcionaria pública, en el ejercicio de su función debe respetar la legislación
aplicable, por lo que el requisito establecido no ha sido impuesto en forma arbitraria como lo quiere hacer ver la
recurrente, o que se haga discriminación alguna en perjuicio de la amparada. Señala que si bien el mismo decreto
establece una excepción para el requisito indicado, la amparada no cumple con la edad señalada de cuatro años y
tres meses para conceder la matrícula, pues le harían falta dos días para cumplirlo. Por lo expuesto solicita declarar
sin lugar el recurso.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado
Arguedas Ramírez ; y,
Considerando:
I.- OBJETO DEL RECURSO. En el caso concreto la recurrente acusa que pese a que su hija –aquí amparada, le faltan dos días para tener la edad exacta exigida para ingresar al Ciclo Materno Infantil de la Educación
Preescolar, las autoridades de la Escuela Jesús Ocaña Rojas en el Coyol de Alajuela en forma arbitraria y
discriminatoria denegaron su matrícula, lo cual infringe en perjuicio de la amparada el derecho a la educación.
173
II.- SOBRE EL FONDO. Como se indicó, la recurrente acusa que las autoridades del centro educativo
recurrido en forma arbitraria y discriminatoria denegaron la matrícula de la amparada en el Ciclo Materno Infantil,
pese a que la misma le faltaban dos días para contar con la edad exacta establecida. Por su parte, la autoridad
recurrida en su informe manifiesta que esa institución actuó conforme a derecho, pues se ajustó a los parámetros
del Ministerio de Educación Pública, en lo que al requisito de la edad se refiere, requerido para ingresar al sistema
educativo. En casos similares, sobre los parámetros apuntados por la recurrida, esta Sala ha considerado: "…En el
caso concreto se discute la aplicación del Decreto número 27845-MEP, por medio del cual la Administración
restringe el ingreso de una menor por el hecho de no cumplir con el requisito de la edad mínima exigida en él. El
artículo 1° de este Decreto regula dos situaciones distintas: la regla general, según la cual para ingresar al curso de
preescolar se debe contar con al menos cinco años y seis meses de edad y una excepcional, legitimada por un
excedente de medios o un faltante de alumnos en el centro de enseñanza que permita reducir la edad mínima a
cinco años y tres meses, cumplidos al último día de enero de cada año. No existe prueba en autos de que se esté en
la segunda situación pues el recurrido no rindió el informe solicitado, por lo que debe estimarse la prueba aportada
por el recurrente como cierta y tenerse la probabilidad de que pudiese ingresar por el régimen excepcional. Así las
cosas, el cuadro fáctico presentado es que la amparada por una diferencia de dos horas cuarenta minutos no
enmarca en la edad estipulada anteriormente de 5 años tres meses, sino que tendría en el mes de enero, 5 años dos
meses 30 días, lo cual estima esta Sala, que sería irrazonable denegarle la matrícula a la menor por una diferencia
tan ínfima, pues si lo que busca la norma es determinar la capacidad que tenga el estudiante para enfrentarse al
nivel educativo que pretende, ello sería posible practicándosele una prueba de rendimiento para analizar su
situación, la cual inclusive en el caso de marras, fue solicitada por el recurrente, sin embargo ésta le fue denegada
por el recurrido, no encontrando esta Sala, razonable dicha denegatoria. En razón de lo anterior, el recurso resulta
procedente y por ello, debe el recurrido permitirle a la amparada practicar una prueba de rendimiento, y en caso de
aprobarla satisfactoriamente, admitirle la matrícula en el centro recurrido, si otro requisito no lo impide." (Sentencia
No 9906-99) Del mismo modo que en la sentencia de cita, la recurrida denegó la matrícula de la menor amparada
por faltarle únicamente dos días para cumplir la edad establecida en el Decreto No. 27845-MEP, y si bien es cierto
así lo establece dicho decreto, también es cierto que este Tribunal ha señalado en anteriores ocasiones que dicho
límite a la educación no resulta razonable, si antes no se le permite a la menor demostrar si posee la capacidad
suficiente para asumir el proceso educativo a través de una prueba de rendimiento. Por consiguiente, siendo que en
el presente caso no se desprende que la autoridad recurrida haya cumplido con lo establecido por este Tribunal de
previo a denegar la matrícula de la menor, el recurso resulta procedente, lo que implica que debe la recurrida
permitirle a la amparada practicar una prueba de rendimiento, y en caso de aprobarla satisfactoriamente, admitirle la
matrícula en el centro recurrido, si otro requisito no lo impide.” (sentencia No. 1123-02)
III.- Del estudio de los autos se desprende que la institución recurrida denegó la matrícula de la amparada al
no contar con la edad establecida, sin haber efectuado las pruebas de rendimiento a que se hizo referencia en la
sentencia parcialmente transcrita, por lo que, en aplicación de lo indicado en dicho precedente, se impone declarar
con lugar el recurso por la infracción al derecho a la educación en perjuicio de la amparada. El magistrado Vargas
salva el voto y declara sin lugar el recurso.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con
los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso
administrativo. El Magistrado Vargas salva el voto y declara sin lugar el recurso.
Carlos M. Arguedas R. Presidente a.i.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
José Luis Molina Q.
Fabián Volio E.
174
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 900-06
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Fernando Romo vs Instituto Nacional de Seguros.
Alega el recurrente que, la Administración recurrida se niega a otorgarle una póliza de vida
y un seguro sobre la propiedad que dará en garantía al Grupo Financiero BAC San José
(como parte de un crédito hipotecario), en razón de su avanzada edad. Por lo cual, estima
se vulneraron sus derechos fundamentales.
El INS manifiesta que tal forma de asegurar no obedece a decisiones abusivas o faltas de
fundamento, sino a la técnica específica y universal de correcta operación de los seguros
para garantizar una sana administración; y que el recurrente no califica para un seguro
colectivo por su edad, pero si para uno individual especial, cuya edad máxima son los
ochenta años.
Artículo 33 de la Constitución Política.
Se determina que, si bien, el recurrido es del criterio, de que el tutelado no puede obtener
un seguro colectivo en razón de su edad, lo cierto es que, la negativa del ente asegurador,
no es tal, pues el recurrente no solicitó directamente la obtención de seguro alguno, sino
que, se limitó a consultar vía telefónica; consecuentemente, no reprodujo un acto
denegatorio de los derechos del amparado.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
00900
2006
05-009977-0007-CO
Sala Constitucional
31/01/2006
5:05:00 PM
De Fondo
Calzada Miranda Ana Virginia
Recurso de amparo
Exp : 05-009977-0007- CO
Res: 2006-00900
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diecisiete horas con
cinco minutos del treinta y uno de enero del dos mil seis.- Recurso de amparo interpuesto por FERNANDO ROMO
OSES, mayor, viudo, portador de la cédula de identidad número 2-133-290, vecino de Alajuela, a favor de sí mismo,
contra el Instituto Nacional de Seguros.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:35 horas del 4 de agosto del 2005, el recurrente
interpone recurso de amparo contra el Instituto Nacional de Seguros y manifiesta que, ha pretendido obtener un
crédito hipotecario ante el Grupo Financiero BAC San José. Que el 5 de julio del 2005 se presentó a la agencia de La
Aurora de Heredia del Banco de cita, con el propósito de obtener el mencionado crédito y, que éste se lo denegó, por
cuanto no se le podía extender un seguro de vida, al contar con setenta y nueve años de edad. Que todos los
175
bancos solicitan en estos casos, como garantía adicional, una póliza de vida y otra póliza sobre el bien dado en
garantía; siendo que, el Instituto Nacional de Seguros niega tal póliza de vida, cuando la persona tiene más de cierta
edad. Cita que, consultó vía telefónica el asunto con el ente recurrido y, se le indicó que dicha restricción, para
obtener pólizas de vida como garantía de crédito, se había negociado con los bancos estatales y comerciales. Por lo
que estima, se infringen los artículos 11, 33, 41, 45 y 46 de la Constitución Política. Aduce que, esta Sala ya conoció
un caso similar al suyo, respecto de una persona a la que se le había denegado un póliza de riesgos por ser mayor
de sesenta y cinco años (amparo número 04-007711-0007- CO) y, que éste se declaró con lugar, mediante
sentencia número 9776-05. Solicita el recurrente que, este recurso sea acogido en todos sus extremos y, que se le
ordene al Instituto recurrido otorgar inmediatamente la póliza solicitada como garantía adicional en el crédito
hipotecario solicitado al Grupo Financiero BAC San José. Asimismo, solicita la condena del recurrido al pago de las
costas, daños y perjuicios de este proceso.
2.- Informa bajo juramento el licenciado Luis Javier Guier Alfaro, en su calidad de Presidente Ejecutivo del
Instituto Nacional de Seguros (folios 17-31) que, no existe ninguna solicitud de seguro de vida presentada
directamente ante el Instituto, para que fuese analizada otra posibilidad de aseguramiento; ello al haberse hecho la
consulta vía telefónica. Expresa que, a nivel mundial los distintos seguros de vida, son diseñados conforme a la
mejor técnica actuarial que considera fundamental las tablas de mortalidad de los seres humanos; pues el índice de
mortalidad crece conforme aumenta la edad de las personas y los seguros deben basarse en los parámetros
actuariales de aceptación del riesgo en función de la edad, aparte de otros elementos importantes. Cita que, dichas
tablas demuestran que la estabilidad de las probabilidades alcanza hasta los sesenta y cinco años de edad, y ello es
fundamental para viabilidad económica del seguro. Finalmente aduce que, tal forma de asegurar no obedece a
decisiones abusivas o faltas de fundamento, sino a la técnica específica y universal de correcta operación de los
seguros para garantizar una sana administración; y que el recurrente no califica para un seguro colectivo por su
edad, pero si para uno individual especial, cuya edad máxima son los ochenta años. Solicita que, se desestime el
recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado
Jinesta Lobo ; y,
Considerando:
I.- CUESTIONES PRELIMINARES. Aduce el recurrente que, existe un precedente que refiere un caso idéntico
al suyo (amparo Nº 04-007711-0007- CO), donde el Instituto aquí recurrido, en razón de su edad, le negó el seguro a
un ciudadano. Habiendo tenido a la vista dicho expediente, se constata que, el Voto 2005-09776 se diferencia del
caso aquí analizado, como se verá más adelante.
II .- OBJETO DEL RECURSO. Alega el recurrente que, la Administración recurrida se niega a otorgarle una
póliza de vida y un seguro sobre la propiedad que dará en garantía al Grupo Financiero BAC San José (como parte
de un crédito hipotecario), en razón de su avanzada edad. Por lo cual, estima se vulneraron sus derechos
fundamentales.
III .- HECHOS PROBADOS. De relevancia para dirimir el presente recurso de amparo, se tienen por
acreditados los siguientes hechos:
1) El recurrente es agricultor y cuenta con setenta y nueve años de edad (hecho no controvertido).
2) Dentro de los requisitos requeridos por el BAC San José, para el otorgamiento de un crédito hipotecario, se
encuentra la suscripción de una póliza de vida y otra sobre el bien que se da en garantía (documento a folio 05).
IV .- HECHOS NO PROBADOS. De importancia para resolver esta litis, se tienen por indemostrados los
siguientes hechos:
176
1) Que por escrito el recurrente haya solicitado al Instituto Nacional de Seguros, un seguro de vida y de su
propiedad con el fin de obtener un crédito. 2) Que el ente asegurador, haya negado el seguro pretendido en razón de
su edad (los autos).
V.- CASO CONCRETO. Expresa el recurrente que, el recurrido le niega una póliza de vida como garantía del
crédito hipotecario que pretende del Grupo Financiero BAC San José, siendo que, los bancos requieren como
garantía adicional, el seguro aludido y otro sobre el bien que se da en garantía, puesto que según refiere en consulta
hecha vía telefónica, le informaron que, tal restricción fue negociada con los bancos estatales y comerciales. Por su
parte, el informante aseguró que, su representado no ha conocido formal solicitud de seguro de vida, de parte del
amparado, pues la consulta se efectuó vía telefónica e hizo imposible, el análisis de otra posibilidad de
aseguramiento, admitiendo que el recurrente no califica para un seguro colectivo por su edad, pero advirtiendo que
dicha restricción, no obedece a decisiones abusivas o faltas de fundamento, sino a la técnica específica y universal
de correcta operación de los seguros, para garantizar una sana administración. Según lo informado bajo juramento,
con las consecuencias legales que de ello se derivan y de acuerdo a la prueba allegada al expediente, se determina
que, si bien, el recurrido es del criterio, de que el tutelado no puede obtener un seguro colectivo en razón de su edad,
lo cierto es que, la negativa del ente asegurador, no es tal, pues el recurrente no solicitó directamente la obtención
de seguro alguno, sino que, se limitó a consultar vía telefónica; consecuentemente, no reprodujo un acto denegatorio
de los derechos del amparado. Caso contrario al precedente aludido, donde el recurrente le solicitó formalmente al
Instituto Nacional de Seguros que, le concedieran el seguro aludido, y, éste se lo denegó por su avanzada edad.
VI.- COROLARIO. Conforme a lo expuesto, se impone declarar sin lugar el recurso.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A.
177
Discriminación por Orientaciones Sexuales distintas a las Mayoritarias
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 01796-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Alvaro Aguilar y Marlon Cano vs Centro de Atención Institucional de Heredia.
Los recurrentes manifiestan que han sido discriminados y sancionados injustamente por el
solo hecho de constituir una pareja homosexual. La sanción fue impuesta por el Consejo
Técnico de Valoración por violación del artículo 34 inciso e) del Reglamento de derechos y
deberes de los privados de libertad. Esa norma es inconstitucional . Que ciertos oficiales
de seguridad del Centro los hostigan. Los reos son alentados a sostener vínculos
heterosexuales, los cuales son valorados positivamente como un paso más hacia la
resocialización. En cambio las relaciones homosexuales se perciben negativamente.
Solicitan se les deje continuar su relación sin ser perturbados.
Informan funcionarios del Centro de Atención Institucional de Heredia que los recurrentes
no guardan un comportamiento correcto dentro del Centro y asumen actitudes contrarias a
las buenas costumbres. En reiteradas ocasiones se les ha llamado la atención por sus
conductas indecorosas y realizar actos obscenos delante de sus compañeros. Esto,
principalmente en horas de la noche cuando se apagan las luces de los dormitorios y se
empeñan en acostarse juntos totalmente desnudos, realizando actos de sodomía, sin
importarles que otras personas duerman a su lado. Su conducta está provocando un
peligroso descontento en la población penal. No se ha tratado de coartar su libertad de
determinación sexual, sino simplemente que cumplan el régimen disciplinario del Centro.
Solicitan que se desestime el recurso planteado.
Artículo 33 de la Constitución Poltica.
Artículo 34 inciso e) del Reglamento de Derechos y Deberes de los Privados de Libertad.
Cabe concluir del informe rendido bajo fe de juramento por los recurridos y de los
documentos que con él aportaron que no se ha incurrido en lesión alguna de los derechos
fundamentales de los actores.
No se constata que se haya actuado discriminatoriamente en relación con ellos, debido a
su orientación sexual, ni que al adoptar la medida de amonestación escrita se haya
inobservado el debido proceso.
Asimismo, a través de la sentencia número 10359-02 se determinó que la norma que
sustentó la amonestación no es inconstitucional.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
01796
Año :
2003
Expediente:
02-007391-0007-CO
Despacho:
Sala Constitucional
Fecha:
04/03/2003
Hora:
3:42:00 PM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Armijo Sancho Gilbert
178
Clase de asunto: Recurso de amparo
Exp: 02-007391-0007-CO
Res: 2003-01796
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con
cuarenta y dos minutos del cuatro de marzo del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Alvaro Aguilar
Ulate, portador de la cédula de identidad número 4-123-154 y Marlon Cano Mayorga, cédula de residencia número
135-RE-07122-00-1999, contra el Centro de Atención Institucional de Heredia.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:09 horas del 5 de setiembre de 2002 (folio 1), los
recurrentes manifiestan que han sido discriminados y sancionados injustamente por el solo hecho de constituir una
pareja homosexual. Que han mantenido su relación en forma discreta y sin connotaciones sexuales. La sanción fue
impuesta por el Consejo Técnico de Valoración por violación del artículo 34 inciso e) del Reglamento de derechos y
deberes de los privados de libertad. Esa norma es inconstitucional pues consiste en un tipo penal abierto. Además,
en la nota de sanción no se explica los hechos que la fundamentan. Ciertos oficiales de seguridad del Centro los
hostigan registrándoles sus camas, despertándolos en la madrugada intempestivamente, haciendo comentarios
despectivos sobre ellos, vigilándolos particularmente, amenazándolos con reportes y castigos. Hablaron con sus
compañeros de dormitorio para saber si era cierto que ellos se quejaban de su conducta y lo negaron. Al contrario,
todos firmaron un escrito que se dirigió el mismo día a diversas autoridades del Centro, haciendo constar su
solidaridad con ellos. Los reos son alentados a sostener vínculos heterosexuales, los cuales son valorados
positivamente como un paso más hacia la resocialización. En cambio las relaciones homosexuales se perciben
negativamente. Solicitan se les deje continuar su relación sin ser perturbados.
2.- Informan bajo juramento Nelson Fernández Quesada, Director y Roy Masís Badilla, Abogado, ambos
funcionarios del Centro de Atención Institucional de Heredia (folio 22), que los recurrentes no guardan un
comportamiento correcto dentro del Centro y asumen actitudes contrarias a las buenas costumbres. En reiteradas
ocasiones se les ha llamado la atención por sus conductas indecorosas y realizar actos obscenos delante de sus
compañeros. Esto, principalmente en horas de la noche cuando se apagan las luces de los dormitorios y se
empeñan en acostarse juntos totalmente desnudos, realizando actos de sodomía, sin importarles que otras personas
duerman a su lado. Lo anterior según los reportes del 19 de julio de 2002 (folio 766) y del 5 de agosto de 2002 (folio
769). Su conducta está provocando un peligroso descontento en la población penal. No se ha tratado de coartar su
libertad de determinación sexual, sino simplemente que cumplan el régimen disciplinario del Centro. Solicitan que se
desestime el recurso planteado.
3.- Por auto de las 13:29 horas del 6 de setiembre de 2002 se confirió plazo a los recurrentes para que
interpusieran acción de inconstitucionalidad contra el artículo 34 inciso e) del Decreto Ejecutivo número 22139-J,
Reglamento de derechos y deberes de los privados de libertad (folio 16).
4.- Mediante resolución número 10833 de las 15:38 horas del 14 de noviembre de 2002 se suspendió el
dictado de la resolución final de este amparo, hasta tanto no fuera resuelta la acción de inconstitucionalidad número
02-008205-0007-CO (folio 33).
5.- Dicha acción de inconstitucionalidad fue resuelta mediante sentencia número 10359-02 de las 14:48 horas
del 30 de octubre de 2002.
6.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y,
Considerando:
179
Único: Cabe concluir del informe rendido bajo fe de juramento por los recurridos y de los documentos que con
él aportaron (en especial los de folios 766 y 769 del expediente penitenciario de Aguilar Ulate; 11, 20 y 27 del de
Cano Mayorga) que no se ha incurrido en lesión alguna de los derechos fundamentales de los actores. No se
constata que se haya actuado discriminatoriamente en relación con ellos, debido a su orientación sexual, ni que al
adoptar la medida de amonestación escrita se haya inobservado el debido proceso. Asimismo, a través de la
sentencia número 10359-02 de las 14:48 horas del 30 de octubre de 2002 se determinó que la norma que sustentó la
amonestación no es inconstitucional. En consecuencia, lo procedente es declarar sin lugar este recurso.
Por tanto:
Se declara SIN LUGAR el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fabián Volio E.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 5096-04
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Jorge Ureña vs Bar El Amaneli.
El recurrente acusa que se le prohibió regresar al Bar recurrido, en razón de ser
discriminado por su preferencia sexual.
El propietario del bar manifiesta que en ningún momento se le ha prohibido la entrada al
señor Ureña o a cualquier otra persona que tenga diferentes preferencias sexuales. Insiste
en que ignora que el recurrente fuera homosexual.
Artículo 33 de la Constitución Política.
Del informe rendido por el recurrido ante este Tribunal, no se desprende la veracidad de
los hechos acusados. No existiendo prueba que desmienta el informe rendido a este
Tribunal, toda vez que la prueba testimonial ofrecida no pudo ser evacuada, porque las
partes no la presentaron, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, al no haberse
constatado en este expediente lesión a derecho constitucional alguno.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
05096
2004
04-000434-0007-CO
Sala Constitucional
14/05/2004
9:44:00 AM
De Fondo
180
Redactor:
Clase de asunto:
Calzada Miranda Ana Virginia
Recurso de amparo
Exp: 04-000434-0007-CO
Res: 2004-05096
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas con
cuarenta y cuatro minutos del catorce de mayo del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por JORGE
ARTURO UREÑA GRIJALBA, portador de la cédula de identidad número 1-792-810, a favor de sí mismo, contra el
BAR EL AMANELI.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en el fax de la Secretaría de la Sala a las ocho horas y catorce minutos del veinte de
enero de dos mil cuatro (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Bar Amaneli y manifiesta que el
trece de diciembre del año pasado, después de la medianoche, encontrándose en dicho Bar con un amigo
consumiendo cervezas, luego de conversar se dispuso a retirarse de dicho negocio, siendo abordado en la puerta de
entrada por un joven de seguridad del establecimiento el cual le indicó que por orden del propietario del Bar no se le
permitirá más la entrada al mismo por ser homosexual. Explica que el joven, conocido como Mi Yagui, fue quien le
comunicó dicha orden emitida por el propietario, aludiendo que ellos se encuentran respaldados por el derecho de
admisión. Sostiene que nunca ha realizado ningún tipo de escándalo, ni desorden público que les diera esa autoridad
para no permitir su ingreso al local, sino que por su preferencia sexual se le impide el ingreso a un local abierto al
público. Considera que dicha discriminación atenta contra su dignidad y lesiona gravemente su derecho a la
igualdad. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso con las consecuencias legales que ello implique.
2.- Contesta la audiencia VÍCTOR HUGO LEIVA SALAS, en su calidad de PROPIETARIO BAY Y
RESTAURANTE AMANELI (folio 16), que no es cierto que en algún momento se haya tratado al recurrente en forma
diferente sólo por su preferencia sexual. Explica que el bar en mención es un bar en que se labora las veinticuatro
horas y los clientes son tratados por igual y sin ningún tipo de distingo sea por raza, sexo o preferencial sexual.
Niega que haya dado órdenes de ningún tipo contra determinada persona y mucho menos contra el quejoso, que
hasta este momento conoce su preferencia sexual. Explica que se le ha informado que algunas personas en el bar
han comenzado a bailar entre hombres y que algunos se le insinúan a personas heterosexuales. Asegura que se ha
tratado de mantener el orden y las buenas costumbres, ya que la moral es parte de su negocio, que a pesar del
expendio de licor el restaurante es visitado por innumerables familias y se debe mantener una conducta que no riña
con las prácticas de un pueblo pequeño. Recalca que en ningún momento se le ha prohibido la entrada al señor
Ureña o a cualquier otra persona que tenga diferentes preferencias sexuales, porque su trabajo es mantener el roce
con la gente y respeta sus credos y su preferencia sexual. Insiste en que ignora que el recurrente fuera homosexual.
Solicita que se desestime el recurso planteado y se condene al actor al pago de ambas costas del proceso, los
daños y perjuicios ocasionados con su temeraria gestión.
3.- Por resolución de las once horas cinco minutos del veintinueve de abril del dos mil cuatro, se apercibió al
recurrente y al recurrido de traer la prueba testimonial ofrecida en el expediente. No obstante, según constancia a
folio 31, los testigos no se presentaron al despacho.
4.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada
Calzada Miranda ; y,
Considerando:
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
181
a) El recurrente acostumbra ir al Bar El Amaneli. (folio 16)
b) No se le ha prohibido la entrada al recurrente en el Bar recurrido. (folio 17)
II.- Sobre el fondo. El recurrente acusa que se le prohibió regresar al Bar recurrido, en razón de ser
discriminado por su preferencia sexual. No obstante, del informe rendido por el recurrido ante este Tribunal, no se
desprende la veracidad de los hechos acusados. El recurrido informa que el amparado acostumbra ir al Bar y que
incluso desconocía su preferencia sexual. Afirma que nunca se le ha prohibido la entrada al recurrente, ni a cualquier
otra persona por los motivos alegados. Por consiguiente, no existiendo prueba que desmienta el informe rendido a
este Tribunal, toda vez que la prueba testimonial ofrecida no pudo ser evacuada, porque las partes no la
presentaron, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, al no haberse constatado en este expediente lesión a
derecho constitucional alguno. En consecuencia, el recurso debe ser desestimado, como en efecto se hace.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Ernesto Jinesta L.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 07262 – 06
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Yashín Castrillo vs los artículos 14 inciso 6 del Código de Familia y 176 del Código Penal
El accionante solicita declarar la inconstitucionalidad del artículo 14, inciso 6 del Código de
Familia, en cuanto establece que es legalmente imposible el matrimonio entre personas
del mismo sexo. Alega que dicha disposición resulta contraria al principio de igualdad, así
como al principio de libertad previsto en el artículo 28 de la Constitución Política, toda vez
que otorga un trato discriminatorio a las parejas de un mismo sexo que quieren formalizar
legalmente su relación a través del matrimonio.
El alegato principal del accionante es que se le da un trato discriminatorio a las personas
del mismo sexo que mantienen una relación sentimental, en relación con el otorgado al
resto de la población, al cual, siendo de sexo diferente, sí les permite unirse en
matrimonio.
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 28 de la Constitución Política
Artículo 14 inciso 6 del Código de Familia:
Es legalmente imposible el matrimonio: (...)
6.- Entre personas de un mismo sexo
Para contextualizar el instituto del matrimonio, nos referiremos a algunas definiciones:
Real Academia Española: la unión de hombre y mujer (...)
Religión católico-romana: el sacramento por el cual el hombre y la mujer (...)
Jurisconsulto romano Modestino: la unión del varón y la hembra (...)
Portalis: la sociedad del hombre y de la mujer (...)
Alberto Brenes Córdoba: la asociación (..) que forman un hombre y una mujer (...)
La Sociología: la unión de un hombre y una mujer (...)
182
Conclusión
Por su parte, la antropología concluye que el matrimonio y la familia siempre han tenido
una proposición heterosexual en todas las civilizaciones humanas.
Asimismo, la mayoría de los antropólogos afirman que una familia homosexual no tiene
precedentes dentro de la experiencia humana, y el desarrollo jurídico de la figura del
matrimonio está sostenida sobre la estructura de una relación heterosexual.
La norma impugnada no quebranta el principio de igualdad porque la realidad demuestra
que las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las parejas
homosexuales; consecuentemente, el legislador se encuentra legitimado para dar, en
estos casos, un trato diferenciador.
La imposibilidad contenida en la norma impugnada, es un desarrollo jurídico de las
discusiones dadas en la Asamblea Nacional Constituyente de 1949, y de criterios que
tienen un arraigo socio-histórico indudable.
Declarar la inconstitucionalidad de esta norma implicaría modificar toda la estructuración
normativa de la concepción que sobre el matrimonio adoptó el constituyente originario.
Al perseguir la norma legal un fin constitucional legítimo, la distinción que hace entre un
tipo de parejas y aquellas que quedan excluidas, resulta razonable y objetiva a la luz de lo
señalado.
No existe la menor duda de que el constituyente originario optó por un matrimonio
heterosexual monogámico.
Pretender que la norma cuestionada se declare inconstitucional, resultaría contrario a lo
dispuesto por el constituyente originario. Aún cuando este Tribunal no desconoce que dos
personas del mismo sexo están en posibilidad de mantener una relación sentimental situación que nuestro ordenamiento jurídico no veda-, el término matrimonio -como
concepto jurídico, antropológico y religioso- está reservado exclusivamente a la unión
heterosexual monogámica, y así está desarrollado en toda la normativa referente a las
relaciones familiares.
Ello ha sido reconocido así no solo por el constituyente originario, según se explicó
anteriormente, sino también por la normativa infraconstitucional, y diversos instrumentos
del derecho internacional como la Convención Americana sobre Derechos Humanos que
adopta un concepto heterosexual del matrimonio. En igual sentido, se manifiesta el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, cuando, en su numeral 23, manifiesta lo
siguiente: (...) 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio.
Igual sucede con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La imposibilidad legal para que personas del mismo sexo contraigan matrimonio, no
lesiona el contenido del numeral 33 de la Carta Política, toda vez que las parejas
heterogéneas no están en la misma situación que las homosexuales. De manera que, ante
situaciones distintas, no corresponde otorgar igualdad de trato. En consecuencia, tampoco
procede aplicar la normativa desarrollada para el matrimonio en los términos actualmente
concebidos en nuestro ordenamiento constitucional.
Asimismo, no se produce roce constitucional por no existir impedimento legal para la
convivencia entre homosexuales.
Este Tribunal considera que es el legislador derivado el que debe plantearse la necesidad
de regular, de la manera que estime conveniente, los vínculos o derechos que se deriven
de este tipo de uniones.
Se declara sin lugar el recurso.
183
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
Tiene voto salvado
07262
2006
03-008127-0007-CO
Sala Constitucional
23/05/2006
2:46:00 PM
De Fondo
Calzada Miranda Ana Virginia
Acción de inconstitucionalidad
Exp: 03-008127-0007-CO
Res. Nº 2006007262
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas y cuarenta
y seis minutos del veintitrés de mayo del dos mil seis.
Acción de inconstitucionalidad promovida por Yashín Castrillo Fernández, mayor, soltero, abogado, carné
profesional 7933, portador de la cédula de identidad número 1-612-575; contra los artículos 14 inciso 6 del Código de
Familia y 176 del Código Penal. Intervino también en el proceso Farid Beirute Brenes, en representación de la
Procuraduría General de la República.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las quince horas treinta y cinco minutos del veintinueve de
julio del dos mil tres, el accionante solicita que se declare la inconstitucionalidad del numeral 176 del Código Penal
en tanto prohíbe y sanciona hasta con la pérdida de la libertad a las personas que siendo del mismo sexo contraen
matrimonio; asimismo, impugna el artículo 14 inciso 6 del Código de Familia, en cuanto establece que es legalmente
imposible el matrimonio entre personas del mismo sexo. Alega que esas disposiciones normativas resultan contrarias
al principio de igualdad, así como al principio de libertad, previstos en los artículos 28 y 33 de la Constitución Política,
pues considera que se otorga un trato discriminatorio a las parejas de un mismo sexo que quieren formalizar
legalmente su relación a través del matrimonio.
2.- A efecto de fundamentar la legitimación que ostenta para promover esta acción de inconstitucionalidad, el
accionante señala que se fundamenta en el artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, ya que por
resolución de las ocho horas del veintidós de julio del dos mil tres, el Juzgado de Familia de Alajuela le denegó la
solicitud de celebración de matrimonio civil entre personas del mismo sexo, con fundamento en el artículo 14 inciso 6
del Código de Familia, lo cual se tramita en expediente 03-400952-292-FA, resolución contra la cual interpuso
recurso de revocatoria y apelación en subsidio, encontrándose este último pendiente de resolver (folio 14).
3.- Mediante voto N°2003-09237 de las once horas con trece minutos del veintinueve de agosto del dos mil
tres (visible a folio 21), se rechazó de plano la acción de inconstitucionalidad en relación con el artículo 176 del
Código Penal, y se ordenó que en lo demás se continuara con los procedimientos.
4. - La certificación literal del libelo en que se invoca la inconstitucionalidad consta a folio 11.
5.- Por resolución de las dieciséis horas quince minutos del dos de setiembre del dos mil tres (visible a folio 36
del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República.
6.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folios 44 a 76. Señala que en relación
con el principio de igualdad, consagrado en el artículo 33 constitucional, no se da la vulneración invocada, pues
184
cuando se invoca una violación a dicho principio, se debe determinar si las personas se encuentran en la misma
situación o en situaciones similares. Lo anterior, aunado al hecho de que no siempre que se da una diferenciación de
trato se produce la violación al principio de igualdad, ya que como esta Sala ha reiterado en distintas ocasiones,
como por ejemplo en los votos 1770-94, 1045-94 y 4883-97, "la igualdad sólo es violada cuando la desigualdad está
desprovista de una justificación objetiva y razonable"; por otra parte, debe determinarse si la diferenciación de trato
está fundada en fines legítimos constitucionalmente, es decir, si está basada en diferencias relevantes y si existe
proporcionalidad entre el fin constitucional y el trato diferenciado que se ha hecho. Afirma que la norma impugnada
no quebranta el principio de igualdad, debido a que la realidad demuestra que las parejas heterogéneas no están en
la misma situación que las parejas homosexuales, razón por la cual el legislador se encuentra legitimado para dar,
en estos casos, un trato diferenciador. Agrega que la norma legal persigue un fin constitucional legítimo, ya que
protege el tipo de matrimonio adoptado por el constituyente originario y que la Sala no podría declarar la norma en
cuestión inconstitucional, debido a que modificar dicha concepción, significaría una extralimitación en sus
atribuciones; así al perseguir la norma legal un fin constitucional legítimo, la distinción que hace entre un tipo de
parejas y aquellas que quedan excluidas, resulta razonable y objetiva, es decir, no es una norma arbitraria e
irracional, sino una consecuencia lógica y necesaria de un tipo de matrimonio consagrado en el Derecho de la
Constitución. Informa que de una interpretación sistemática de las normas constitucionales, se debe concluir que el
tipo de matrimonio que tiene exclusividad en la sociedad costarricense, es el heterosexual y monogámico, sin
embargo, algunos incurren en el error de interpretar en forma aislada el Derecho de la Constitución, indicando que el
numeral 52 constitucional no habla de matrimonio heterosexual, sino únicamente de matrimonio, por lo que tal
concepto constituiría una especie de "cajón de sastre" donde es posible subsumir diversas modalidades de éste.
Empero, con base en una interpretación sistemática del texto constitucional, haciendo la correlación lógica y
necesaria entre sus normas, y conforme al principio de interpretación sentado por la Corte Plena y seguido por el
Tribunal Constitucional, en el sentido de que los preceptos constitucionales no pueden interpretarse en forma
aislada, sino de manera conjunta para evitar que se den contradicciones insalvables entre ellos, ya que se está en
presencia de un texto armonioso y coherente (principio de la unidad de la Constitución), se tiene que el Derecho de
la Constitución se refiere, con exclusividad, a un matrimonio heterosexual monogámico. En efecto, el numeral 51,
cuando habla de la familia, se refiere a la madre y al niño. Evidentemente, cuando el artículo 52 regula el matrimonio,
como la base esencial de la familia, es aquél formado por un hombre y una mujer y, por consiguiente, la equiparación
de derechos de los cónyuges está referida a los derechos que en un matrimonio heterosexual monogámico tienen el
hombre y la mujer. Incluso, en el numeral 53, se señala que los padres (hombre y mujer) tienen con sus hijos
habidos fuera del matrimonio las mismas obligaciones que con los nacidos en él. Además, se indica que toda
persona tiene derecho a saber quiénes son sus padres, conforme a la ley. Por su parte, el artículo 54 constitucional
prohíbe toda calificación personal sobre la naturaleza de la filiación, y por último, se expresa que la protección
especial de la madre y del menor estará a cargo de una institución autónoma denominada Patronato Nacional de la
Infancia. También la Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto de San José", aprobada por Ley n°
4534 de 23 de febrero de 1970, adopta un concepto idéntico al que sigue el Derecho de la Constitución en el Estado
de Costa Rica, ya que, en el artículo 17, se indica que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad
y debe ser protegida por ella y el Estado. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a
fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en las medida que
éstas no afecten al principio de no discriminación establecidos en la Convención. Además, se le impone el deber a
los Estados partes de adoptar las medidas apropiadas para asegurar el derecho y la adecuada equivalencia de
responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de su disolución. En
este último supuesto, debe adoptar disposiciones que aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base
única del interés y convivencia de ellos. En igual sentido, se manifiesta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, aprobado mediante Ley n° 4229 del 11 de diciembre de 1968, cuando en su numeral 23, manifiesta que
"Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para
ello"; y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual, en su numeral 16, expresa lo siguiente: "Los
hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza,
nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio". Manifiesta que puede observarse de lo anterior, que
el matrimonio a que se refiere el Derecho de la Constitución es aquel formado por un hombre y una mujer, el cual,
como se indicó atrás, tiene exclusividad en la sociedad costarricense, lo que impide tutelar bajo este instituto sociojurídico otro tipo de relaciones inter-personales distintas a las heterosexuales y monogámicas. Por otra parte, señala
185
que cuando existe un desfase profundo entre los valores subyacentes en la sociedad y los recogidos en el texto
constitucional, el llamado a realizar el ajuste, en vista de que goza de una competencia exclusiva y prevalente, es el
poder constituyente, nunca el Tribunal Constitucional, ya que no tiene tales poderes, consecuentemente, la labor de
interpretación se limita a ir adecuando el texto constitucional en aquellos ámbitos que no conllevan una modificación
sustancial a la concepción que le dio el constituyente a los elementos claves del sistema político, social, económico y
cultural. Considera que en el presente caso no existe la menor duda de que se está ante un aspecto clave,
fundamental (quizás el más importante) del sistema social, como es la concepción del matrimonio y de la familia,
concepción que evidentemente responde a determinados valores y sólo se podría transformar si así lo decretara el
poder constituyente mediante el procedimiento de reforma general, por esto, en el tanto y cuanto el poder
constituyente no cambie la concepción de matrimonio que se encuentra plasmada en el Derecho de la Constitución,
es incompetente para declarar inconstitucional la norma legal que se impugna. Manifiesta que en contra de esta
posición se podría argumentar que la concepción del Derecho de la Constitución en relación con el matrimonio, la
cual se expresa en la norma impugnada, vulnera los derechos que los Tratados Internacionales sobre Derechos
Humanos le reconocen a las minorías, sin embargo, debe tenerse presente que de ninguna manera se le puede dar
supremacía al instrumento internacional en contra de lo que dispone un precepto legal (norma eco) que, en forma
clara y expresa, constituye un desarrollo de una concepción muy concreta del Derecho de la Constitución. Aunado al
hecho de que, una postura diferente a ésta, significaría que el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, ésta última
en el uso de la potestad de legislar, podrían modificar lo que dispuso el poder constituyente, tanto el originario como
el derivado, con sólo aprobar y ratificar un tratado o convenio internacional sobre Derechos Humanos. Informa que
de lo dicho se desprende una conclusión, y es que el Tribunal Constitucional no tiene competencia para declarar
inconstitucional un precepto legal (norma eco) contrario a un Convenio sobre Derechos Humanos, cuando tal
declaratoria implica necesariamente una modificación del Derecho de la Constitución (principio, valores y normas),
por lo que en el caso de estas "normas eco", la limitación de la competencia viene impuesta no de la norma legal,
sino de la constitucional. Con base en lo anterior, señala que no es posible declarar inconstitucional el precepto
impugnado, por la elemental razón de que habría que declarar "inconstitucional" las normas constitucionales que
adoptan, en forma exclusiva, el matrimonio heterosexual y monogámico, competencia de la cual no goza el Tribunal
Constitucional, tal y como se explicó, es decir, que si los costarricenses pretenden variar los conceptos esenciales de
lo que se ha entendido por "matrimonio y familia" (base de la "sociedad"), se tiene que acudir a los procedimientos
dispuestos para reformar la Constitución. Informa que en lo referente al principio de libertad tampoco existe la
inconstitucionalidad alegada, ya que es pacífica la doctrina, en el sentido de que las libertades no son absolutas, por
la sencilla razón de que si ello fuera así, se afectarían también otras libertades esenciales; en otras palabras, el
ejercicio de una libertad a favor de una persona no puede ni debe tener el efecto pernicioso o perverso de conculcar
o reducir a la mínima expresión otra libertad que se garantiza a otro sujeto. Desde esta óptica, el Estado y los
órganos fundamentales, entre ellos el Tribunal Constitucional, están en el deber ético y jurídico de evitar la "dictadura
de una libertad" sobre las demás y, por ende, de aquellos que tienen un mayor acceso a ella, dada su posición
económica, social o cultural en perjuicio de todo el resto de derechos y libertades de los sujetos que conforman el
conglomerado social. En pocas palabras, el no reconocer que las libertades y los derechos de los otros implica una
limitación a mi libertad, en aras de la defensa de esa libertad, de una libertad mal conceptualizada, se podría infringir
un grave daño a todo el sistema de protección de los derechos y libertades fundamentales. En definitiva, y como bien
reza el artículo 22 de nuestro Código Civil, el ordenamiento jurídico no puede avalar el abuso del derecho, ni el
ejercicio antisocial del mismo. Así, en el presente caso, la limitación a la libertad del accionante que impone el
precepto legal impugnado es valida por varias razones; en primer lugar, es una limitación impuesta por ley, con lo se
cumple con el principio de reserva de ley; en segundo término, es una limitación que emerge de la propia
Constitución, por consiguiente, se busca con ella concretizar una concepción del matrimonio, exclusiva, que se
encuentra en ella, por lo que, desde esta perspectiva, con el precepto legal se persigue satisfacer un interés público
imperativo; y por último, no se puede dejar de lado, que las libertades no son absolutas y, si por ello se le reconoce
la potestad al legislador de establecer limitaciones a ella, con mucho más razón resulta constitucional, cuando las
limitaciones se derivan del propio Derecho de la Constitución, al extremo de que si se aceptara la tesis del
accionante en cuanto a la vulneración de los principios de igualdad y libertad, habría necesariamente que vulnerar
otros valores, principios y normas constitucionales, postura que, a la luz de la doctrina y la jurisprudencia, resulta
insostenible como método de interpretación jurídica. Por lo anteriormente expresado, se recomienda el rechazo por
el fondo de la acción incoada.
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7.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
fueron publicados en los números 177, 178 y 179 del Boletín Judicial, de los días 16, 17 y 18 de setiembre de 2003
(folio 77).
8.- Mediante resolución de las diez horas quince minutos del diez de octubre del dos mil tres, y al tenor de lo
dispuesto en los numerales 81 párrafo segundo y 83 de la Ley que rige esta jurisdicción, se aceptaron las
coadyuvancias planteadas, visibles de folios 99 a 128, 129 a 132, 133 a 136, 137 a 138, 139 a 141, 142 a 146, 147 a
158 (folios 161).
9.- La audiencia oral y pública prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional se
celebró a las nueve horas del cuatro de mayo del dos mil seis.
10.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
Considerando:
I.- Sobre la admisibilidad. Mediante voto N°9237 de las once horas con trece minutos del veintinueve de
agosto del dos mil tres (visible a folio 21), se rechazó de plano la acción de inconstitucionalidad en relación con el
artículo 176 del Código Penal, y se ordenó que en lo demás se continuara con los procedimientos. Ahora bien,
adicionalmente, el accionante impugna el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia. Alega que su legitimación
proviene del párrafo primero del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, en tanto existe un asunto
previo pendiente de resolución que es Diligencias de Matrimonio Civil tramitado en expediente N°03-400952-0292FA, ante el Juzgado de Familia de Alajuela, en el cual mediante resolución de las ocho horas del veintidós de julio de
dos mil tres, se denegó la solicitud de celebración de matrimonio civil entre personas del mismo sexo, con
fundamento en el inciso 6) del numeral impugnado. Contra dicha resolución se interpuso recurso de revocatoria y
apelación en subsidio, que se encuentra pendiente de resolver. La acción constituye entonces, medio razonable de
amparar el derecho que se estima lesionado y es, por tanto, admisible, de manera que corresponde analizar esta
acción por el fondo.
II.- Acerca de las coadyuvancias. El artículo 83 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional establece que en los
quince días posteriores a la primera publicación del aviso a que alude el párrafo segundo del artículo 81, las partes
que figuren con asuntos pendientes a la fecha de interposición de la acción, o aquellos que cuenten con un interés
legítimo en la definición del objeto en disputa, podrán apersonarse para coadyuvar con cualquiera de las dos
posiciones objeto de la discusión, en el caso de las acciones de inconstitucionalidad, básicamente el coadyuvante
acude a defender la pretensión anulatoria del actor o a respaldar la validez del acto impugnado. En este caso,
mediante resolución de las dieciséis horas con quince minutos del dos de setiembre del dos mil tres, dio curso a la
acción, publicando los edictos de Ley los días dieciséis, diecisiete y dieciocho de setiembre de dos mil tres. Mediante
resolución de las diez horas quince minutos del diez de octubre del dos mil tres, y al tenor de lo dispuesto en los
numerales 81 párrafo segundo y 83 de la Ley que rige esta jurisdicción, se aceptaron las coadyuvancias planteadas,
visibles de folios 99 a 128, 129 a 132, 133 a 136, 137 a 138, 139 a 141, 142 a 146, 147 a 158. Las demás
coadyuvancias presentadas fuera del plazo señalado en la resolución de las dieciséis horas con quince minutos del
dos de setiembre del dos mil tres, deben ser rechazadas de conformidad con lo dispuesto en el numeral 83 ibídem.
III.- Objeto de la impugnación. El accionante solicita declarar la inconstitucionalidad del artículo 14, inciso 6 del
Código de Familia, en cuanto establece que es legalmente imposible el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Alega que dicha disposición resulta contraria al principio de igualdad, así como al principio de libertad previsto en el
artículo 28 de la Constitución Política, toda vez que otorga un trato discriminatorio a las parejas de un mismo sexo
que quieren formalizar legalmente su relación a través del matrimonio. El artículo impugnado establece:
Artículo 14.- (*)
Es legalmente imposible el matrimonio:
1.- De la persona que esté ligada por un matrimonio anterior;
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2.- Entre ascendientes y descendientes por consanguinidad o afinidad. El impedimento no desaparece con la
disolución del matrimonio que dio origen al parentesco por afinidad;
3.- Entre hermanos consanguíneos;
4.- Entre el adoptante y el adoptado y sus descendientes; los hijos adoptivos de la misma persona; el
adoptado y los hijos del adoptante; el adoptado y el excónyuge del adoptante; y el adoptante y el excónyuge del
adoptado;
5.- Entre el autor, coautor, instigador o cómplice del delito de homicidio de uno de los cónyuges y el cónyuge
sobreviviente; y
6.- Entre personas de un mismo sexo. (*)
(*) El presente artículo ha sido reformado mediante Ley No. 5895 de 23 de marzo de 1976.
IV.- Cuestiones previas.- Dado que el objeto de esta acción constituye un tema que ha generado especial
interés y expectativa, así como controversia, de previo a analizar el fondo del asunto, es conveniente realizar algunas
precisiones. La Sala Constitucional es un tribunal de la República, especialmente llamado a garantizar la supremacía
de las normas y principios constitucionales y del Derecho Internacional o Comunitario vigente en la República, su
uniforme interpretación y aplicación, así como los derechos y libertades fundamentales consagrados en la
Constitución o en los instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes en Costa Rica Así lo disponen los
numerales 1 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional y el artículo 10 de la Carta Magna. El presente asunto tiene
repercusiones no solo en el ámbito jurídico, sino también, en el religioso, político y social de nuestro país. En nuestra
condición de jueces, los integrantes de esta Sala no podemos obviar la realidad social como un elemento a
considerar en la toma de decisiones respecto de los asuntos sometidos a nuestro conocimiento, por lo que este tema
se analizará a la luz de dicha realidad, del texto constitucional y la voluntad del constituyente de 1949. Asimismo,
resulta importante tener presente que, para efectuar un análisis constitucional, no debe limitarse a la norma
relacionada con el tema, sino que resulta imprescindible integrar las normas de la Constitución como un todo
armónico e interpretarlas como el conjunto de ideas, valores, y principios que la sustentan.
V.- Sobre el Instituto del Matrimonio. Es posible encontrar definiciones sobre matrimonio tanto en el plano
seglar como religioso. Para los efectos de esta sentencia, y contextualizar el instituto del matrimonio, nos referiremos
a algunos de ellos. Así, tenemos que La Real Academia Española lo define como: "la unión de hombre y mujer
concertada mediante determinados ritos o formalidades legales". (Vigésima Segunda Edición del Diccionario de la
Lengua Española de la Real Academia Española (2001). En el plano religioso, el término es definido en el contexto
de la religión católico-romana, y se denomina como el sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan
perpetuamente, con arreglo a las prescripciones de la Iglesia. Etimológicamente, la palabra matrimonio deriva de las
raíces latinas matris y munium, y significa carga o misión de la madre. Remontándonos al derecho Romano inspiración y base esencial de nuestro ordenamiento jurídico-, en cambio, se utilizó el término de justas nupcias, de
donde proviene el sustantivo como sinónimo de matrimonio. En este caso, nupcias proviene de nubere, es decir velar
o cubrir, aludiendo al velo que cubría a la novia durante la ceremonia de la confarreatio. Otros términos sinónimos
han sido consorcio, de raíz latina (de cum y sors) que significa la suerte común de quienes contraen matrimonio.
También se ha recordado que el término cónyuge proviene de las raíces latinas cum y yugum, aludiendo al yugo o
carga común que soportaban los cónyuges. Trazando una línea histórica, es posible retomar una de las definiciones
de matrimonio más antigua y precisa, la del jurisconsulto romano Modestino: "La unión del varón y la hembra;
consorcio de toda la vida, y comunicación del derecho divino y humano." Siglos después, tenemos a Portalis, durante
la discusión del Código Napoleónico, que explica los fines del matrimonio: "La sociedad del hombre y de la mujer,
que se unen a efecto de perpetuar la especie, para ayudarse, mediante mutuos auxilios, a sobrellevar el peso de la
vida y para participar de un común destino." Más recientemente, y en el ámbito nacional, tenemos el concepto de
matrimonio expresado por Alberto Brenes Córdoba: "La asociación legítima que con carácter de por vida forman un
hombre y una mujer, para la protección y el mutuo auxilio". Por otra parte, la sociología ha definido el término
matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, dirigida al establecimiento de una plena comunidad de vida;
por ello, el elemento esencial para poder esbozar un concepto de matrimonio desde el punto de vista jurídico es,
precisamente, dotarlo de las características propias del derecho. Por su parte, cuando la antropología efectúa un
análisis relativo al ámbito del matrimonio a través de la historia humana y la experiencia hasta el presente, uno de los
puntos principales que concluye es que el matrimonio y la familia siempre han tenido una proposición heterosexual
en todas las civilizaciones humanas. Ahora bien, toda la estructura del derecho de familia institucionaliza el
188
reconocimiento de las dos relaciones biológicas básicas que dan origen a la familia: la unión intersexual, que es la
dada entre el hombre y la mujer, y donde -en principio- la pareja se realiza como tal, -individual y conjuntamente-; y
la procreación, que es coyuntural, y resultado de la primera, aunque no su principal. De este modo, el matrimonio
trasciende como una institución social e incorpora también componentes éticos y culturales que denotan el modo en
que la sociedad, en un tiempo o época dada, considera legítimo el vínculo. A su vez, el derecho, como organizador
de las relaciones sociales, ha dispuesto todo lo relativo al matrimonio en normas institucionales, que definen los roles
que la sociedad reconoce, estableciendo las condiciones en que la unión intersexual debe ser legítima, y protegida
como tal. La unión entre el hombre y la mujer llamada matrimonio se logra en virtud de un acto jurídico, en el cual
deben coexistir las condiciones exigidas a las personas contrayentes, al consentimiento y demás solemnidades que
establece la ley para garantizar la regularidad del acto, según las disposiciones legales que establecen los
numerales 24, 25 y 26 del Código de Familia, Ley No. 5476 de 2 de diciembre de 1973, publicado en La Gaceta No.
24 de 5 de febrero de 1974. La relación jurídica también desarrolla todo lo concerniente al vínculo creado por el acto
jurídico matrimonial, que se traduce en deberes y derechos interdependientes y recíprocos o solidarios entre los
cónyuges, los cuales se imponen en atención al interés familiar u orden público. Mientras el acto matrimonial es fruto
de la libertad de los contrayentes, el estado matrimonial se sujeta a la imperatividad de la ley y como atribución
subjetiva de las relaciones familiares, participa de los caracteres comunes del estado de familia. Asimismo, la
mayoría de los antropólogos afirman que una familia homosexual no tiene precedentes dentro de la experiencia
humana, y el desarrollo jurídico de la figura del matrimonio está sostenida sobre la estructura de una relación
heterosexual.
VI.- Sobre la alegada violación al artículo 33 constitucional. El alegato principal del accionante es que el inciso
6) del artículo 14 del Código de Familia lesiona el principio de libertad previsto en el artículo 28 de la Constitución
Política, y le da un trato discriminatorio a las personas del mismo sexo que mantienen una relación sentimental, en
relación con el otorgado al resto de la población, al cual, siendo de sexo diferente, sí les permite unirse en
matrimonio. Para poder determinar si se produce la discriminación alegada por el accionante, es preciso realizar un
análisis del principio que se argumenta como violado. El primer aspecto a considerar consiste en determinar si las
personas se encuentran en la misma situación; de lo contrario, no se puede concluir que se ha quebrantado este
principio. En segunda instancia, si se establece la igualdad de condiciones, se debe determinar si esta diferenciación
de trato está fundada en fines constitucionalmente legítimos. En cuanto al primer aspecto, el principio de igualdad
supone que las personas se encuentran en idéntica situación, ya que, como lo ha reiterado este Tribunal, no existe
mayor injusticia que tratar en forma igual a los desiguales. Desde esta perspectiva, debemos partir del supuesto que
estamos frente a situaciones similares, ya que, de no ser así, se da una inaplicabilidad del principio de igualdad. Por
otra parte, en cuanto al segundo aspecto, partiendo del supuesto de que estamos en presencia de situaciones
disímiles, debe tenerse presente que no toda diferenciación de trato produce la violación al principio de igualdad.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia han admitido el trato diferenciado en este supuesto cuando se dan ciertos
requisitos. Al respecto, resulta conveniente recordar lo dispuesto en la sentencia número 1993-00316 de las nueve
horas treinta y nueve minutos del 22 de enero de 1993:
"El principio de igualdad, contenido en el Artículo 33 de la Constitución Política, no implica que en todos los
casos, se deba dar un tratamiento igual prescindiendo de los posibles elementos diferenciadores de relevancia
jurídica que pueda existir; o lo que es lo mismo, no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación.
La igualdad, como lo ha dicho la Sala, sólo es violada cuando la desigualdad está desprovista de una justificación
objetiva y razonable. Pero además, la causa de justificación del acto considerado desigual, debe ser evaluada en
relación con la finalidad y sus efectos, de tal forma que deba existir, necesariamente, una relación razonable de
proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad propiamente dicha. Es decir, que la igualdad debe
entenderse en función de las circunstancias que concurren en cada supuesto concreto en el que se invoca, de tal
forma que la aplicación universal de la ley, no prohíbe que se contemplen soluciones distintas ante situaciones
distintas, como tratamiento diverso. Todo lo expresado quiere decir, que la igualdad ante la ley no puede implicar una
igualdad material o igualdad económica real y efectiva"
De acuerdo con lo señalado, el punto medular es determinar si esta diferenciación de trato está fundada en
fines legítimos constitucionalmente, si es objetiva, es decir, si está sustentada en un supuesto de hecho diferente, si
está basada en diferencias relevantes, si existe proporcionalidad entre el fin constitucional y el trato diferenciado que
se ha hecho, y el motivo y el contenido del acto, y si ese trato es idóneo para alcanzar el fin que se persigue. La
diferencia de trato, supone que esté basada en objetivos constitucionalmente legítimos, lo que implica tres
189
consecuencias en la finalidad perseguida: a) Que están vedadas las leyes que persiguen fines que contradicen
normas o principios constitucionales o de rango internacional; b) Que cuando se persiguen fines no tutelados
constitucionalmente -pero que no contradicen esos valores-, la diferenciación de trato debe ser estrictamente vigilada
y escrutada en relación con los supuestos de hecho que la justifican, y la finalidad que se persigue; c) Que cuando
se persigue un fin constitucionalmente tutelado, la diferenciación de trato será válida en función de este criterio (sin
necesidad de encontrar una razonabilidad en la diferenciación), pero quedará sujeta al cumplimiento de las demás
exigencias derivadas del principio-derecho de igualdad. Por ejemplo, dotar de vivienda a los sectores más pobres
justificaría la existencia de un bono de vivienda para ellos y no para los demás. Reconocer becas universitarias para
los que no pueden pagar la educación y negarla a los demás. Conceder una pensión a la personas mayores de
cierta edad y negarla a los que no hayan cumplido esa edad. No basta, por supuesto, que se persiga un fin legítimo,
pues la medida para alcanzar ese fin, debe ser, además, necesaria, razonable y proporcionada. La Sala en la
sentencia Nº 4883-97 de las doce horas con cincuenta y cuatro minutos del veintidós de agosto de mil novecientos
noventa y siete, expresó sobre este principio lo siguiente:
"El principio de igualdad, contenido en el Artículo 33 de la Constitución Política, no implica que en todos los
casos, se deba dar un tratamiento igual prescindiendo de los posibles elementos diferenciadores de relevancia
jurídica que puedan existir; o lo que es lo mismo, no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación.
La igualdad, como lo ha dicho esta Sala, sólo es violada cuando la desigualdad está desprovista de una justificación
objetiva y razonable. Pero además, la causa de justificación del acto considerado desigual, debe ser evaluada en
relación con la finalidad y sus efectos, de tal forma que debe existir, necesariamente, una relación razonable de
proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad propiamente dicha. Es decir, que la igualdad debe
entenderse en función de las circunstancias que concurren en cada supuesto concreto en el que se invoca, de tal
forma que la aplicación universal de la ley, no prohíbe que se contemplen soluciones distintas ante situaciones
distintas, con tratamiento diverso. Todo lo expresado quiere decir, que la igualdad ante la ley no puede implicar una
igualdad material o igualdad económica real y efectiva".
VII.- Análisis del caso concreto. Adoptando como parámetro las anteriores consideraciones, se puede afirmar
que la norma impugnada no quebranta el principio de igualdad. En primer lugar, porque la realidad demuestra que
las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las parejas homosexuales; consecuentemente, el
legislador se encuentra legitimado para dar, en estos casos, un trato diferenciador. En esta dirección, el Tribunal de
Justicia de la Unión Europea, en la sentencia 05/98 de 17 de febrero de 1998 (Lisa Jacqueline Grant c/ South West
Trains Ltd.), llegó a la conclusión de que las relaciones estables entre personas del mismo sexo que conviven sin
que exista vínculo matrimonial, no están equiparadas a las relaciones entre cónyuges o entre personas de distinto
sexo que conviven sin existir dicho vínculo. En segundo término, la norma legal persigue un fin constitucional
legítimo: proteger el tipo de matrimonio aceptado por el constituyente originario, sin que ello implique que los
diferentes tipos de uniones nuevas de la sociedad moderna no puedan tener regulaciones jurídicas para organizar
sus propias circunstancias. Desde esta perspectiva, la imposibilidad contenida en la norma impugnada, atacada de
inconstitucional, es un desarrollo jurídico de las discusiones dadas en la Asamblea Nacional Constituyente de 1949,
y de criterios que, como se ha reseñado en las consideraciones de esta sentencia, tienen un arraigo socio-histórico
indudable. Así las cosas, tal y como se explicará más adelante, a pesar de tener este Tribunal competencia para
declarar la inconstitucionalidad de una norma, en el caso concreto, ello implicaría modificar toda la estructuración
normativa de la concepción que sobre el matrimonio adoptó el constituyente originario. Adicionalmente, al perseguir
la norma legal un fin constitucional legítimo, la distinción que hace entre un tipo de parejas y aquellas que quedan
excluidas, resulta razonable y objetiva a la luz de lo señalado. Es decir, no estima la Sala que se trate de una norma
arbitraria e irracional, sino una consecuencia lógica y necesaria de un tipo de matrimonio consagrado en el Derecho
de la Constitución. Ahora bien, es criterio de la Sala que no existe la menor duda de que el constituyente originario
optó por un matrimonio heterosexual monogámico. En efecto, revisando las Actas de la Asamblea Nacional
Constituyente, Tomo N° II, páginas 569 y 573 a 586, sólo es posible concluir que la opción adoptada fue el
matrimonio heterosexual. Adicionalmente, la Sala ha sostenido que: "...el ordenamiento jurídico-matrimonial
costarricense se inspira en el concepto monogámico de la cultura occidental, de modo tal que para contraer
matrimonio, debe existir libertad de estado..." (ver sentencia N? 3693-94 de las nueve horas con dieciocho minutos
del veintidós de julio de mil novecientos noventa y cuatro). Retomando el tema de la Asamblea Nacional
Constituyente, tenemos que en la discusión de las mociones presentadas por los Diputados Trejos, Esquivel, Desanti
y González Flores, el debate giró en torno a padres, hijos, niños y madres; incluso la polémica se centró en la
190
equiparación entre los hijos habidos dentro y fuera del matrimonio y la investigación de paternidad, lo que,
obviamente supone que el constituyente originario tenía en mente un tipo de matrimonio muy puntual: el
heterosexual monogámico. En lo que interesa, el Acta No.17 de la Asamblea Nacional Constituyente señala: "(…)
Creemos que la familia, precisamente la familia organizada dentro de la institución matrimonial -cuyo ideal en un país
católico-, es la célula fundamental de la sociedad, y debe tener la protección especial del Estado (…)". Consecuente
con lo anterior es lo señalado por esta Sala en resolución N°2001-07521 de las 14:54 horas del 1 de agosto del
2001:
II.- DEL CONCEPTO DE FAMILIA CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA. Como bien lo señala el
Procurador de Familia, el análisis de las normas que se consultan debe hacerse a la luz de los principios y normas
constitucionales que se refieren al tema de la protección de la familia, es decir, al tenor de lo dispuesto en los
artículos 51 y 52 de la Constitución Política, en cuanto disponen textualmente -en lo que interesa-:
"Artículo 51. La familia como elemento natural y fundamento de la sociedad, tiene derecho a la protección
especial del Estado. Igualmente tendrán derecho a esa protección la madre, el niño, el anciano y el enfermo
desvalido."
"Artículo 52. El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los
cónyuges."
De la primera disposición transcrita se deriva una obligación especial para el Estado costarricense, la de dotar
de una protección especial a la familia, a la mujer, al niño, al anciano y al enfermo desvalido, en el caso concreto
interesa la que se da a la familia; y en la segunda de ellas, aunque el constituyente potenció el matrimonio,
entendiendo por tal la pareja (hombre y mujer) unida por vínculo jurídico, no prohibió la familia de hecho, de manera
que el concepto de familia tutelado en las normas constitucionales es amplio y no restrictivo, de manera tal que en él
se incluye tanto la familia unido por un vínculo formal -matrimonio-, como aquella en la cual la unión se establece por
lazos afectivos no formales pero estables -uniones de hecho- en los que hay convivencia, ya que en ambas
instituciones se garantizan la estabilidad necesaria para una vida familiar, en tanto se sustentan en una misma
fuente, sea el amor, el deseo de compartir y auxiliarse, apoyarse y tener descendencia."
En virtud de ello, pretender que en ese contexto la norma cuestionada se declare inconstitucional, resultaría
contrario a lo dispuesto por el constituyente originario. Aún cuando este Tribunal no desconoce que dos personas del
mismo sexo están en posibilidad de mantener una relación sentimental -situación que nuestro ordenamiento jurídico
no veda-, el término matrimonio -como concepto jurídico, antropológico y religioso- está reservado exclusivamente a
la unión heterosexual monogámica, y así está desarrollado en toda la normativa referente a las relaciones familiares.
Ello ha sido reconocido así no solo por el constituyente originario, según se explicó anteriormente, sino también por
la normativa infraconstitucional, y diversos instrumentos del derecho internacional. La Convención Americana sobre
Derechos Humanos, "también denominado Pacto de San José de Costa Rica", aprobada por Ley N.° 4534 de 23 de
febrero de 1970, adopta un concepto heterosexual del matrimonio. En efecto, en el artículo 17, se indica que la
familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por ella y el Estado. Se reconoce el
derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio, entre sí, y a fundar una familia si tienen la edad y las
condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida que no afecten el principio de no discriminación
establecido en la Convención. Esta interpretación resulta razonable, al observar que el resto de la normativa de esta
Convención, cuando hace alusión en términos generales indistintamente del sexo, se refiere a toda "persona" (al
efecto ver los artículos 2, 3, 5, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 20, 21, 22, 24, 25, entre otros). De manera que si el
artículo 17 hace referencia a los términos hombre y mujer en forma expresa, y los demás utilizan el término
"persona", es porque entiende que la institución del matrimonio es entre un hombre y una mujer entre ambos, y no
entre dos personas del mismo sexo como pretende hacerlo ver el accionante. Además, se le impone el deber a los
Estados parte de adoptar las medidas apropiadas para asegurar el derecho y la adecuada equivalencia de
responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de su disolución. En
este último supuesto, debe adoptar disposiciones que aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base
única del interés y convivencia de ellos. En igual sentido, se manifiesta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, aprobado mediante Ley N° 4229 de 11 de diciembre de 1968, cuando, en su numeral 23, manifiesta lo
siguiente:
"1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la
sociedad y del Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad
para ello.
191
3. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes.
4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de
derechos y de responsabilidades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio, y en caso de
disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria a los
hijos."
Igual sucede con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la que, en su numeral 16 expresa lo
siguiente:
"Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de
raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al
matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio."
Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso Cossey vs. Reino Unido (1990), sostuvo
que el derecho al matrimonio garantizado por el artículo 12 del Convenio de Roma de 1950, es el matrimonio
tradicional entre dos personas de sexo biológico opuesto. Por su parte, el Tribunal Constitucional Español (Auto
222/94, de 11 de julio de 1994) confirmó la tesis de que el art. 32.1 de la Constitución española se refiere
exclusivamente al matrimonio entre personas de distinto sexo. "La unión entre personas del mismo sexo biológico no
es una institución jurídicamente regulada ni existe un derecho constitucional a su establecimiento." A pesar de lo
señalado en las anteriores citas jurisprudenciales, ello no obsta para que el constituyente derivado pueda regular las
relaciones entre homosexuales.
VIII.- Sobre la violación al derecho de libertad. Adicionalmente, el accionante reclama que la normativa
impugnada infringe su libertad personal, consagrada en el numeral 28 de la Carta Política. Sobre este tema la Sala
ha dicho:
"el artículo 28 de la Constitución Política preserva tres valores fundamentales del Estado de Derecho
costarricense: a) el principio de libertad que, en su forma positiva implica el derecho de los particulares a hacer todo
aquello que la ley no prohíba y, en la negativa, la prohibición de inquietarlos o perseguirlos por la manifestación de
sus opiniones o por acto alguno que no infrinja la ley; b) el principio de reserva de ley, en virtud del cual el régimen
de los derechos y libertades fundamentales sólo puede ser regulado por ley en sentido formal y material, no por
reglamentos u otros actos normativos de rango inferior; y c) el sistema de la libertad, conforme el cual las acciones
privadas que no dañen la moral, el orden público o las buenas costumbres y que no perjudiquen a tercero están
fuera de la acción, incluso, de la ley. Esta norma, vista como garantía implica la inexistencia de potestades
reglamentarias para restringir la libertad o derechos fundamentales, y la pérdida de las legislativas para regular las
acciones privadas fuera de las excepciones, de ese artículo en su párrafo 2º, el cual crea, así, una verdadera
"reserva constitucional" en favor del individuo, a quien garantiza su libertad frente a sus congéneres, pero, sobre
todo, frente al poder público. (sentencia Nº6519-96 de las quince horas seis minutos del tres de diciembre de mil
novecientos noventa y seis).
Para los efectos del presente análisis, debe manifestarse que esta Sala ha sido consistente en señalar que los
derechos y libertades fundamentales, pueden ser objeto de restricciones; sin embargo, a criterio de este Tribunal, la
imposibilidad legal contenida en el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia, de ningún modo es una restricción
al principio de libertad constitucional anteriormente desarrollado, ya que dicha imposibilidad hace referencia a que
personas de un mismo sexo contraigan matrimonio, mas no así a que sostengan una relación sentimental o de
pareja, sobre lo cual no existe ningún impedimento legal. Esta posición es congruente con el desarrollo conceptual y
jurisprudencial de esta Sala en relación con el artículo 28 constitucional, anteriormente analizado. El matrimonio
reconocido como derecho fundamental, tanto en la Declaración como en el Pacto citados, fue únicamente concebido
para la relación intrínseca entre hombre y mujer, pues así lo señalan expresamente dichos instrumentos de derecho
internacional, por lo que no puede reclamarse como un derecho en la forma en que pretende ejercerlo el accionante.
Así las cosas, la imposibilidad contenida en el artículo impugnado simplemente es consecuencia de lo dispuesto en
los instrumentos internacionales que, incluso, el mismo accionante señala como fundamento para la presente acción
de inconstitucionalidad.
IX.- Ausencia de normativa para regular las uniones homosexuales. De acuerdo con el análisis realizado, la
Sala concluye que la imposibilidad legal para que personas del mismo sexo contraigan matrimonio, contenida en el
inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia, no lesiona el principio de libertad previsto en el artículo 28, ni el
contenido del numeral 33, ambos de la Carta Política, toda vez que las parejas heterogéneas no están en la misma
192
situación que las homosexuales. De manera que, ante situaciones distintas, no corresponde otorgar igualdad de
trato. En consecuencia, tampoco procede aplicar la normativa desarrollada para el matrimonio en los términos
actualmente concebidos en nuestro ordenamiento constitucional. Asimismo, no se produce roce constitucional por no
existir impedimento legal para la convivencia entre homosexuales, y la prohibición contenida en la normativa
impugnada se refiere específicamente a la institución denominada matrimonio, que el constituyente originario reservó
para las parejas heterosexuales, según se explicó. A pesar de lo dicho en el considerando III de esta sentencia en
cuanto a la naturaleza y evolución histórica del matrimonio (que permite llegar a la conclusión contraria a las
pretensiones del accionante), esta Sala descarta que haya impedimento de alguna naturaleza para la existencia de
uniones homosexuales. Más bien, hay una constatación empírica para indicar que han incrementado. Con ello, se
presenta un problema que no radica en la norma aquí impugnada sino, más bien, en la ausencia de una regulación
normativa apropiada, para regular los efectos personales y patrimoniales de ese tipo de uniones, sobre todo si
reúnen condiciones de estabilidad y singularidad, porque un imperativo de seguridad jurídica, si no de justicia, lo
hace necesario. Estamos, entonces, en presencia de un escenario de lege ferenda, pero ni por asomo de una
omisión ilegítima del Estado. Esto se indica, además, porque en la documentación que corre agregada en autos, y
según lo expresado en la audiencia oral llevada a cabo durante la sustanciación de este proceso, algunos países han
ido promulgando leyes (en sentido formal) que han dotado de un marco jurídico y ciertas formalidades a estas
uniones, con el propósito de que tengan efectos jurídicos específicos en relación a las personas que las llevan a
cabo. Ante esta situación, este Tribunal considera que es el legislador derivado el que debe plantearse la necesidad
de regular, de la manera que estime conveniente, los vínculos o derechos que se deriven de este tipo de uniones, lo
cual evidentemente requiere de todo un desarrollo normativo en el que se establezcan los derechos y obligaciones
de este tipo de parejas, a las cuales, por razones obvias, no se les puede aplicar el marco jurídico que el
constituyente derivado organizó para el tratamiento de las parejas heterosexuales.
X.- Conclusión.- Por los motivos señalados anteriormente, esta Sala llega a la conclusión de que el inciso 6)
del artículo 14 del Código Familia, no es inconstitucional, y por ende, la presente acción debe ser desestimada.
Por tanto:
Se declara SIN LUGAR la acción. El magistrado Vargas salva el voto, y declara con lugar la acción con sus
consecuencias. El magistrado Jinesta salva el voto, y declara con lugar la acción, por lo que admite el matrimonio
entre personas del mismo sexo, dejando a salvo algunos efectos jurídicos, tales como la adopción de menores de
edad y la patria potestad compartida de estos. Notifíquese. El magistrado Cruz pone nota.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Voto Salvado del Magistrado Vargas Benavides
Difiero del voto de mayoría en cuanto declara sin lugar la acción de inconstitucionalidad, y en su lugar, la
declaro con lugar con todas sus consecuencias, por considerar que el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia
resulta contrario a las normas y principios que informan nuestra Constitución Política, así como de Instrumentos
Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por nuestro país.
Considero indispensable tomar como punto de partida la diferencia que existe entre el matrimonio desde la
óptica religiosa y el matrimonio como acto jurídico reconocido por el Estado como institución base de la familia. No
hay duda de la influencia histórica que el cristianismo, sin perder de vista sus raíces enclavadas en el judaísmo, ha
tenido en el mundo occidental y especialmente la Iglesia Católica en el desarrollo de la sociedad costarricense.
Tampoco puede cuestionarse la existencia de normas vinculantes que deben ser observadas por todos los que
193
profesamos la fe católica pero, cuya obligatoriedad alcanza únicamente las relaciones internas en la Iglesia, aún más
allá de lo meramente espiritual; una especie de “interna corporis”. Sus disposiciones no poseen potencia jurídica
frente a las promulgadas por el Estado en uso de su potestad de imperio. Quiere esto decir que si bien el Estado
debe respetar esas normas, ello no significa que haya perdido la soberanía para legislar en materias que estime
necesarias, aún en contra de regulaciones de aquélla. Téngase presente precisamente que Costa Rica ha legislado
positivamente para reconocerle efectos civiles a los matrimonios-sacramento, propios y exclusivos en su diseño y
organización de la Iglesia católica, sin hacerlo con otras confesiones religiosas de mayor antigüedad que la cristiana.
Así también el Estado costarricense ha debido legislar, para responder democráticamente a aquellas personas que
por razones de fe, o bien por haberlo decidido así en ejercicio de su libertad, requieren el reconocimiento de una
unión absolutamente laica y de sus efectos en lo civil. El matrimonio civil ha sido diseñado para esas personas, aún a
sabiendas de que éste no es reconocido por la Iglesia. Por otra parte, el divorcio como medio para cesar los efectos
civiles del matrimonio es contrario al sacramento instituido por la Iglesia desde sus orígenes. Desde luego que la
disolución del matrimonio (o más bien de sus efectos civiles) tiene valor frente a las autoridades estatales, mas no
los tiene conforme a las regulaciones religiosas. Según el rito de la Iglesia Católica, el matrimonio-sacramento es
indisoluble, sólo la muerte cesa sus efectos, la Iglesia no reconoce el divorcio, más bien lo censura. Ello no ocurre
frente al Estado.
De esta forma, vale recordar los enfrentamientos suscitados en Costa Rica durante buena parte del siglo
diecinueve entre el Gobierno y la jerarquía eclesiástica, que culminaron con una buena cantidad de medidas, quizás
impopulares en esa época, pero que hoy en día nadie cuestiona, como la secularización de los cementerios, o bien
la introducción, a principios del siglo veinte en el sistema educativo, del estudio de las teorías evolutivas de Charles
Darwin. Aquí el Estado no violentó las normas internas de la organización de la Iglesia ni tampoco las que relacionan
a éstas con los feligreses. Simplemente estimó necesario y conveniente proceder como lo hizo, en ejercicio de las
competencias que la Constitución le confería ( y que aún mantiene) para la satisfacción del interés general.
Entonces, en mi opinión esta acción se refiere a cuestiones ajenas al ámbito religioso.
Para efectos del ulterior razonamiento, parto de la existencia de dos tipos de matrimonio: el religioso y el
estatal. El primero tiene reglas que el Estado debe respetar y, a su vez el segundo tiene las suyas que toda
confesión religiosa también debe respetar. Se trata de respeto y de tolerancia. Sin embargo, el hecho de que el
Estado tenga que respetar las normas religiosas, no significa que deba adoptarlas como suyas al promulgar las leyes
que regirán los destinos de la sociedad, pues lo que importa es que el proceso de formación de éstas sea objetivo,
transparente y sobre todo acorde con todos los principios y valores constitucionales, los cuales pueden coincidir o no
con la visión de la Iglesia. Por este motivo es que no comparto que el concepto religioso de matrimonio sea
“constitucionalizado”, pues como juez me encuentro obligado a resolver con base en criterios estrictamente jurídicos.
No puedo negar que la norma del Código de Familia que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo
sexo fue emitida en un contexto donde la Iglesia Católica tenía una fuerte influencia, que trascendía incluso al ámbito
temporal, así como tampoco desconozco que el Constituyente de 1949 al hablar del matrimonio tuvo en su mente el
matrimonio “heterosexual y monogámico”, tal como lo señala el voto de mayoría. Sin embargo, no puedo compartir
que el método de interpretación histórico que utiliza la mayoría de la Sala para fundamentar sus argumentos, sea
aplicable en este caso en menoscabo de los derechos de la minoría homosexual, así como de una adecuada
interpretación de las normas de la Ley Fundamental, acordes con su carácter de norma general y suprema. Si esto
fuera así en todos los casos, la Sala se convertiría en una simple “vocera” de la voluntad del Constituyente originario,
sin tener posibilidad alguna de “actualizar” el sentido de las normas constitucionales, intentando dilucidar su sentido
actual, tal como lo ha hecho en otras oportunidades. Ejemplo de ello, es el reconocimiento que la Sala hizo de la
unión de hecho, aun cuando la voluntad del Constituyente originario no fue proteger este tipo de familias.
Considero que en el caso concreto ha operado una inconstitucionalidad sobreviniente de la norma impugnada,
pues su sentido, originalmente acorde con el de la Constitución vigente al momento de su promulgación, ahora es
contraria a la Carta evolucionada por la realidad social y el avance hacia una sociedad igualitaria y respetuosa de la
dignidad humana. En la actualidad, las parejas homosexuales no sólo necesitan un parco reconocimiento oficial,
pues en todo caso las preferencias sexuales se encuentran residenciadas en el ámbito de la más íntima libertad,
intocable para el legislador, sino también la intervención del Estado para eliminar todas las barreras legales que
continúan existiendo y que les impiden ser tratados en forma igualitaria. No basta con que la minoría homosexual ya
no sea perseguida explícitamente para considerar que no es objeto de discriminación. Además, los ordenamientos
jurídicos deben evolucionar y responder a las necesidades y realidades actuales, adecuándose a los principios más
elementales que protegen al ser humano en su condición de tal.
194
No basta señalar que “la sociología”, “la mayoría de los antropólogos” o “la religión” han prohibido este tipo de
uniones en matrimonio, no sólo por la vaguedad e imprecisión de dichas fuentes, sino porque una interpretación
progresiva de nuestra Constitución y de los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos
ratificados por Costa Rica, no permiten excluir a la minoría homosexual de este instituto, según se analizará a
continuación.
1. NORMAS Y PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES VIOLADOS CON LA NORMA IMPUGNADA.
a) Sobre el principio de igualdad y no discriminación contraria a la dignidad humana.
No es ajeno a la Sala reconocer que un principio jurídico fundamental contenido en la Constitución Política de
nuestro país es el respeto a la dignidad de todo ser humano y, en consecuencia, la prohibición absoluta de realizar
cualquier tipo de discriminación contraria a esa dignidad. Lo anterior obliga a tratar a iguales como iguales y a
desiguales como tales, por lo que no resultaría discriminatorio ni contrario a la dignidad humana reconocer
diferencias entre personas o grupos de ellas, siempre y cuando, la diferenciación tenga una justificación razonable y
objetiva
Partiendo de lo anterior, debe tenerse en cuenta como premisa fundamental, que todo ser humano es digno
en sí mismo y en consecuencia, es merecedor de respeto, sin importar su raza, religión, costumbres, orientación
sexual, entre otros.
La dignidad es inherente a la condición de ser humano, por su misma naturaleza, por lo cual es un valor de
orden superior que no depende del consenso social ni se mide por la manifestación de una persona. Ejemplo de ello
es que aún cuando un ser humano fuese relegado a un trato indigno, perseguido, encerrado en un campo de
concentración o eliminado, esta circunstancia eventual no degrada en lo absoluto su valor en tanto ser humano.
La dignidad humana no puede violentarse a través de normas legales que no respeten el derecho inalienable
que tiene cada persona a la diversidad, tal como sucede con la norma que se impugna en la presente acción, la cual
establece una prohibición contraria a la dignidad humana, desprovista de una justificación objetiva, pues se basa en
criterios de orientación sexual, discriminando ilegítimamente a quienes tienen preferencias distintas de las de la
mayoría, cuyos derechos o intereses en nada se ven afectados por la libre expresión de la libertad de aquellos.
Este principio de dignidad, base de nuestro ordenamiento jurídico, se convierte en una condición inherente a
todo ser humano, por lo que en forma alguna se justifica que las parejas homosexuales sean tratadas en forma
diferente, en detrimento de su libertad y dignidad, reduciéndolos a la condición de ciudadanos y ciudadanas de
segunda categoría, algo intolerable en una sociedad democrática y plural como la diseñada por el constituyente.
El voto de mayoría señala que la norma impugnada no es discriminatoria, por cuanto las parejas
homosexuales no se encuentran en la misma posición jurídica de las parejas heterosexuales. Sin embargo, no existe
ningún argumento jurídico legítimo que me permita justificar una diferencia de trato como la que hace la norma
impugnada. Por el contrario, la sentencia no explica en forma alguna en qué radica esa diferencia, por lo que
considero que hacer tal afirmación sin un respaldo jurídico que lo complemente, evidencia que en realidad no existen
motivos de fondo más allá de los prejuicios sociales o convicciones ideológicas ajenas al orden jurídico para no
permitir que una pareja del mismo sexo tenga la posibilidad de contraer matrimonio, tal y como lo puede hacer
cualquier persona heterosexual. Tanto hombres como mujeres, jóvenes como adultos mayores, personas sanas o
discapacitadas, de un origen étnico o de otro, son seres humanos, por lo que realizar una diferencia basada
únicamente en sus preferencias sexuales, resulta a todas luces discriminatorio y contrario a la dignidad humana. Se
trata de una medida irracional, desprovista de cualquier justificación objetiva y razonable.
Aun cuando resulta del todo respetable la opinión de algunos sectores de la sociedad costarricense que
rechazan la posibilidad de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y entiendo la polémica y divergencia
de criterios que un tema como éste puede ocasionar, considero que la dignidad e igualdad humanas no dependen
del consenso social, pues se trata de valores inherentes a la condición humana, sin excepciones. La historia de la
humanidad ha estado plagada de injusticias infligidas por mayorías a grupos disidentes o simplemente diversos.
Basta mirar la historia de comunidades enteras que han sido oprimidas y discriminadas, y las consecuencias que ello
ha ocasionado en la paz de los pueblos, para concluir que es hora de una apertura que permita la inserción completa
e igualitaria de la minoría homosexual en la sociedad, con todos sus derechos y todas sus obligaciones. El sentir de
algunas personas no puede seguir siendo excusa para que el Estado continúe tolerando la marginación y exclusión
195
de las minorías homosexuales de los institutos jurídicos reconocidos al resto de las personas, entre ellos el
matrimonio.
Además, no debe dejarse de lado que la progresividad es una cualidad inherente a los derechos
fundamentales, consagrada positivamente en el artículo 26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
y que ha sido reconocida por la Sala en varias oportunidades, por lo que resulta necesario interpretar las normas que
reconocen derechos fundamentales en forma amplia y prospectiva, sin que en esta materia se permitan los
retrocesos. En ese contexto, los derechos a la igualdad, a la libertad y a la posibilidad de formar una familia a partir
de un vínculo matrimonial, deben ser reconocidos por igual a todas las personas, sin importar su orientación sexual.
b) Sobre el principio de libertad
El accionante también reclama que la norma impugnada resulta violatoria del principio de libertad reconocido
en el numeral 28 de la Constitución Política, lo cual comparte el suscrito al estimar que con la prohibición de contraer
matrimonio a las personas del mismo sexo, el Estado está interviniendo en la esfera inalienable de libertad de cada
sujeto.
El artículo 28 constitucional dispone que nadie puede ser perseguido ni inquietado por acto alguno que no
infrinja la ley, pero además reconoce que están fuera del alcance de la ley todas las acciones privadas que no dañen
la moral o el orden público o que no perjudiquen a terceros, con lo cual ni siquiera la ley puede invadir el ámbito
intangible de la libertad, salvo en los casos que la misma Constitución lo permita.
En consecuencia, la potestad regulatoria del Estado no puede menoscabar el régimen de libertad de los
individuos, por lo que ante cualquier medida restrictiva, debe sopesarse el perjuicio que genera en el titular de la
libertad y el beneficio que la colectividad obtiene a partir de ello, para determinar si existe una justificación objetiva y
razonable. Partiendo de lo anterior, considero que la prohibición impuesta a las personas del mismo sexo para
contraer matrimonio entre sí, resulta inconstitucional, por violentar también lo dispuesto en el artículo 28 de la
Constitución Política, pues con dicha prohibición se está produciendo un perjuicio evidente a las minorías
homosexuales, sin que se esté protegiendo derechos de terceros o generando algún beneficio para la colectividad,
toda vez que el vínculo matrimonial de las personas heterosexuales en nada se refuerza o se debilita por el hecho de
que se permita a las personas del mismo sexo contraer matrimonio.
Asimismo, rechazo categóricamente que las relaciones homosexuales sean actos inmorales o contrarios a las
buenas costumbres, pues ello no sólo sería reforzar sentimientos homofóbicos contra las parejas homosexuales,
sino que además sería negar su dignidad como personas. La negación de la diversidad es el principio de la
intolerancia, y la intolerancia es la forma más acabada de negación de la dignidad de las personas.
Es indudable que nadie puede realizarse como ser humano si no se respeta su ámbito de libertad, que
comprende también su derecho a la libre orientación sexual, por lo que el Estado no debe ni puede intervenir en un
aspecto tan íntimo como lo que cada persona decida o prefiera hacer en ejercicio de esa libertad.
Por lo anterior, y tomando en consideración que el Estado sólo puede intervenir en aras de proteger la moral,
las buenas costumbres y los derechos de terceros, considero que la norma impugnada debe ser declarada
inconstitucional pues la prohibición no responde a ninguno de esos supuestos, constituyéndose así en una norma
carente de razón y ajena al régimen democrático.
c) Sobre el principio de razonabilidad.
La Sala ha reconocido que para que un acto limitativo de derechos sea razonable debe cumplir una triple
condición: debe ser necesario, idóneo y proporcional.
Resulta innegable que la prohibición establecida en perjuicio de las parejas homosexuales para contraer
matrimonio ni siquiera es necesaria, pues con ella no se está protegiendo ningún bien jurídico superior, pues como
ya indiqué, la norma en nada incide sobre la esfera de derechos de las parejas heterosexuales al no reforzar ni
debilitar su vínculo. No beneficia el orden público ni contribuye en nada a mejorar las condiciones de las demás
personas. Por el contrario, con la prohibición apuntada se lesionan los derechos fundamentales de la minoría
homosexual, con lo cual la norma deviene contraria al Derecho de la Constitución.
Al no cumplirse ni siquiera el requisito de necesidad de la norma, tampoco puede considerarse que sea
idónea y proporcional al fin que se pretende conseguir, el cual no es más que continuar marginando a las parejas del
mismo sexo al negárseles la posibilidad de contraer matrimonio. Lo anterior, no significa que el Estado no tenga la
196
posibilidad de regular e imponer límites al matrimonio, tal como lo hace en el artículo 14 del Código de Familia, sin
embargo estos límites deben ser razonables y objetivos, lo cual no ocurre con el contemplado en el inciso 6) de dicho
artículo, por todas las razones ya indicadas.
Aun cuando la Procuraduría General de la República y la mayoría de la Sala consideran que la norma
persigue un fin legítimo que es proteger el tipo de matrimonio adoptado por el Constituyente originario, reitero mi
oposición a este argumento, pues bajo esa perspectiva, la Sala no podría declarar nunca la inconstitucionalidad de
una norma que deviene inconstitucional por el pasar del tiempo. Dicha tesis negaría la existencia del instituto de la
inconstitucionalidad sobreviniente, ya ampliamente reconocida en la jurisprudencia constitucional. Como indiqué
antes, si bien el método de interpretación histórico es válido, no debe utilizarse en menoscabo de los derechos de
una minoría.
d) Sobre el concepto de familia y el matrimonio como derecho fundamental.
Aunado a lo ya indicado, considero que lo dispuesto en los artículos 51 y 52 de la Constitución Política que se
refieren a la familia y al matrimonio, también deben tomarse en cuenta para concluir que la prohibición contenida en
el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia resulta contraria al Derecho de la Constitución.
El artículo 51 constitucional determina que la familia es el elemento natural y fundamento de la sociedad, por
lo que tiene derecho a la protección especial del Estado. De dicho artículo no se desprende cuál es la definición del
concepto de familia de la cual se debe partir; sin embargo, en la actualidad ya no puede entenderse que se trata
únicamente de la familia nuclear, compuesta por mamá, papá e hijos.
Es claro que ya se encuentra superada la concepción de la familia basada sólo en la capacidad de
procreación y de asistencia de los hijos, pues bajo ese supuesto tendría que entenderse que los matrimonios donde
no existen hijos no pueden ser englobados dentro del concepto de familia. De igual forma, existen familias
compuestas por abuelos, sobrinos, primos, tíos, e inclusive personas que no están unidas por un vínculo de
parentesco, pero que han decidido llevar una convivencia común. Asimismo, es sabido que en la actualidad la
mayoría de los hogares costarricenses están compuestos únicamente por jefas de hogar, e incluso es un hecho
público y notorio en nuestro país, que un tribunal de familia otorgó la custodia de un menor a una persona que nació
bajo el sexo masculino pero que decidió vivir su vida como mujer, pues se determinó que el menor tenía fuertes
lazos emocionales con esa persona, considerándola “su mamá”. Estas condiciones “especiales” que he mencionado,
no menoscaba la condición de familia de estos núcleos, por lo que se evidencia que el concepto no puede ser
entendido en la actualidad desde el punto de vista tradicional.
Resulta entonces que el concepto de familia es mucho más amplio y complejo actualmente, pues se trata más
bien de proteger la convivencia ligada por lazos emocionales conjuntos. En ese sentido, la Relatora Especial de
Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres, Radhika Coomaraswamy: señaló que "... no se debería definir
la familia mediante una construcción formalista, nuclear, la de marido, mujer e hijos/as. La familia es el lugar donde
las personas aprenden a cuidar y a ser cuidadas, a confiar y a que se confíe en ellas, a nutrir a otras personas y a
nutrirse de ellas ”, lo cual abre la puerta para reconocer la multiplicidad de formas familiares existentes. (Citado por
Claudia Hinojosa y Alejandra Sardá en “Consecuencias económicas y sociales de la discriminación contra las
lesbianas en Ámerica Látina”, página web http://www.rebelion.org/mujer/031028ch.htm)
En consecuencia, considero que no puede negarse que las parejas homosexuales que tienen una relación
permanente y estable se engloben dentro del concepto de familia, pues las definiciones de familia basadas en el
parentesco o en la unión de un hombre con una mujer se encuentran superadas por la realidad actual y únicamente
sirven para impedir que todas las personas, sin importar sus preferencias sexuales, puedan disfrutar igualitariamente
de sus derechos.
Por lo anterior, y tomando en consideración que el artículo 52 constitucional reconoce que “el matrimonio es la
base esencial de la familia”, no puede negarse a las parejas homosexuales la posibilidad de contraer matrimonio,
pues como indiqué, éstas también deben englobarse dentro del concepto de familia que regula la Constitución. En
consecuencia, considero que la prohibición contenida en la norma impugnada resulta violatoria también de lo
dispuesto en los numerales 51 y 52 de la Constitución Política.
Tampoco puede negarse que el matrimonio en sí mismo es un derecho fundamental, y la propia Sala así lo ha
reconocido a partir de lo dispuesto en el artículo 52 Constitucional y en los artículos 16 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos y 17.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, determinando que en virtud
de ello, no puede ser impedido u obstaculizado de modo irrazonable por el Estado (sentencia N°3693-94, de las 9:18
197
horas del 22 de julio de 1994). Si el matrimonio es un derecho fundamental, es inherente a la propia condición
humana sin importar la orientación sexual de la persona.
Por lo anterior, no comparto el criterio de la mayoría de la Sala ni de la Procuraduría General de la República,
en el sentido de que la protección a las parejas homosexuales es materia que debe ser reservada al legislador. Esto
no es más que negar la importancia de los principios y derechos constitucionales que están en juego en este caso,
además de desconocer el plano de igualdad en que se encuentran las parejas homosexuales con relación a las
demás. Tampoco considero que deban forzarse otras figuras del derecho común para regular todo lo relativo a las
uniones de personas del mismo sexo, pues el matrimonio es el instituto jurídico reconocido por el Estado para la
protección de la familia, concepto dentro del cual debe incluirse a las parejas homosexuales que hayan optado
libremente por formar una familia. Crear institutos “especiales” para regular estas uniones más bien propicia y
acrecienta la discriminación y la homofobia.
Por ello, el matrimonio seglar debe verse en sus dos vertientes, pues además de ser un derecho fundamental
en sí mismo, es el instituto o acto jurídico que el Estado ha reconocido como medio de formalizar una unión, que
tiene efectos civiles y que en consecuencia, debe estar al alcance de cualquier persona sin importar su orientación
sexual.
2. NORMAS DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS
VIOLADAS CON LA NORMA IMPUGNADA.
Además de las normas constitucionales violentadas, considero que la prohibición de contraer matrimonio
impuesta a las personas del mismo sexo, también resulta contraria a una serie de instrumentos internacionales en
materia de derechos humanos aprobados por Costa Rica.
El artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho de “todos los
hombres y las mujeres” sin restricción alguna a fundar una familia, para lo cual establece como dos únicos requisitos
que se encuentren en edad núbil y que exista libre y pleno consentimiento, reconociendo además que la familia es el
fundamento esencial de la sociedad. Además, dispone que los derechos ahí protegidos deben reconocerse a toda
persona sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición (artículo 2).
De igual forma, el artículo 23 inciso 2) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce el “
derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para ello ”.
En el ámbito americano, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre establece en su
artículo 2° que “todas las personas son iguales ante la ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta
declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna .” Y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos establece en su artículo 1° que: “Los estados partes en esta Convención se comprometen a respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social ”
De la interpretación armónica de los textos normativos mencionados, se desprende con toda claridad que en
ellos no se permite restricción alguna para contraer matrimonio por razones de orientación sexual, y aun cuando se
estipula que es un derecho de todo “hombre y mujer”, no establece la obligación de que sea necesariamente una
unión de hombres y mujeres entre sí. Por el contrario, debe interpretarse a la luz del principio de igualdad, que el
matrimonio es un derecho consustancial a hombres y mujeres, pero no únicamente para ser ejercido por parte de
parejas compuestas por personas de distinto sexo. Esto debe ser así, en virtud del principio pro homine y pro
libertate, que obligan siempre a interpretar las normas relativas a derechos fundamentales, a favor de la persona.
Tanto el informe de la Procuraduría General de la República como el voto de mayoría de la Sala se limitan a
citar resoluciones de Tribunales extranjeros que datan de hace varios años, desconociendo la nueva tendencia de
protección a estas uniones. Si bien existen resoluciones que escapan de nuestra realidad al desarrollarse en el
ámbito europeo, sirven para ejemplificar la tendencia expansiva y progresiva que existe en el mundo en esta materia.
El primer paso lo constituyó la Recomendación 924/1981 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa, que instó a los Estados miembros a abolir las leyes que sancionaban penalmente la homosexualidad. A
partir de ese momento ha existido una apertura progresiva para la protección de las minorías homosexuales, que ha
dejado sin vigencia resoluciones como las que cita la sentencia de mayoría.
198
En el caso Salgueiro de Silva Mouta contra Portugal, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoció
que el artículo 14 del Convenio que se refiere a la no discriminación, incluye el concepto de la orientación sexual.
De igual forma, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su comunicación Nº 941/2000
determinó que la prohibición de discriminación contemplada en el artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos incluye también la discriminación basada en motivos de orientación sexual.
De enorme relevancia también resulta la resolución 28/1994 del Parlamento Europeo, mediante la cual se
recomienda por primera vez a los Estados miembros que se ponga fin a la prohibición de contraer matrimonio, o de
acceder a regímenes jurídicos equivalentes, a las parejas de lesbianas o de homosexuales, garantizando a dichas
uniones los derechos y beneficios del matrimonio.
En el año 1999, el Tratado de Ámsterdam modificó el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea,
estableciendo que debían adoptarse las acciones adecuadas para luchar contra la discriminación por motivos de
sexo, de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual , incorporando por
primera vez este término en un tratado internacional como elemento descalificador de cualquier discriminación
efectuada en razón de éste.
Por lo anterior, al citarse en el voto de mayoría el pronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos del año 1990, basado en el Convenio de Roma, se está desconociendo que en la actualidad existen
instrumentos internacionales más recientes que han ampliado la protección a las minorías homosexuales y que
prohíben toda forma de discriminación, incluyendo aquella por razones de orientación sexual. No toma en
consideración la mayoría de la Sala que la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea firmada en
Niza el siete de diciembre de dos mil, sea con posterioridad al Convenio de Roma, establece en su artículo 21 la
prohibición de “toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o
sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo,
pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual ”. Además,
dicha Carta establece el derecho a contraer matrimonio y a fundar una familia en su artículo 9, el cual debe ser
interpretado a la luz del principio de igualdad contenido en el numeral 21 ya comentado.
Como puede observarse, la tendencia expansiva y progresiva de los derechos humanos ha llevado a los
países a sumarse a la lucha contra toda forma de discriminación, incluyendo la basada en la orientación sexual. De
ahí el reconocimiento que se ha dado al matrimonio entre personas del mismo sexo en países como Canadá,
Holanda, Bélgica, España y en los estados de Massachussets y California en Estados Unidos.
Si bien algunos países han adoptado el cambio a través de reformas legales, fue en virtud de que la discusión
se planteó primero en el ámbito legislativo, sin que ello enerve la posibilidad de que sea en el ámbito judicial donde
se realice este avance, pues en el fondo, el reconocimiento de derechos de las personas homosexuales a contraer
matrimonio, es simplemente el acatamiento del sistema constitucional según el significado actual de la Ley
Fundamental. Ejemplo de ello, es que también hay ordenamientos que evolucionaron a través de resoluciones
judiciales que consideraron inconstitucionales y violatorias de derechos humanos las prohibiciones legales que
impedían el matrimonio entre personas del mismo sexo. Canadá es uno de esos casos, donde primero se dictaron
resoluciones judiciales en la mayoría de los Estados, y no fue sino hasta el año 2005 que se emitió una ley federal
para uniformar su tratamiento. De igual forma, desde el 18 de noviembre de 2003, en el Estado de Massachussets
en Estados Unidos, la Corte Judicial Suprema había declarado inconstitucionales y discriminatorias las leyes
estatales que impedían el matrimonio del mismo sexo, aun con la oposición del Congreso.
De lo anterior se desprende que el reconocimiento a las uniones entre personas del mismo sexo, es un tema
que está en constante avance en los diferentes ordenamientos jurídicos, por lo que Costa Rica no debe ser la
excepción. Como estado históricamente respetuoso de la institucionalidad y los derechos de las personas, debe
adoptar las medidas necesarias para abolir cualquier forma de discriminación contraria ala dignidad humana, como la
que es objeto de esta acción.
Conclusiones
A partir de todos los argumentos anteriormente esbozados, considero que la norma impugnada resulta
violatoria de los principios y valores que informan nuestra Constitución Política, así como de lo dispuesto en
instrumentos internacionales ratificados por Costa Rica en materia de derechos humanos.
Con mi voto pretendo anular la norma que establece la prohibición a las personas del mismo sexo para
contraer matrimonio, y en consecuencia, reconocer a las parejas homosexuales todos los derechos que disfrutan las
199
parejas heterosexuales, entre ellos los relativos a la seguridad social, prestaciones laborales, adopciones, guarda y
crianza conjunta de menores, entre otros. Lo anterior, por cuanto no considero que en la presente acción se pueda
eliminar una discriminación, para imponer otra, como lo sería limitar cualquier derecho que ya es otorgado a las
parejas heterosexuales en virtud del matrimonio.
Si bien no es el objeto de esta acción, estoy conciente de la puerta que se abre al aceptar el matrimonio de las
parejas homosexuales en cuanto al tema de la adopción y guarda y crianza de menores, lo cual no considero sea un
tema a discutir en esta sede, pues el otorgamiento de este derecho no operará de forma automática, sino que las
parejas homosexuales –al igual que las heterosexuales- deberán reunir todos los demás requisitos establecidos en el
ordenamiento jurídico para recibir un menor, y en consecuencia, debe demostrarse a través de informes
psicosociales y estudios rigurosos la idoneidad o no de la pareja, lo cual obviamente escapa de la materia
constitucional y corresponde determinar a las instancias técnicas correspondientes.
En todo caso, estimo que debe otorgarse la posibilidad a las parejas homosexuales de decidir si desean vivir
bajo la institución del matrimonio, o si por el contrario desean continuar su soltería o vivir en un régimen de unión de
hecho, en cuyo caso también debe otorgarse reconocimiento después de una convivencia de tres años, tal como
sucede en el caso de las parejas heterosexuales. Por lo anterior, como consecuencia de mi voto, también creo
indispensable interpretar el artículo 242 del Código de Familia, en el sentido de que la unión de hecho también debe
reconocerse en el caso de parejas del mismo sexo, pues al eliminarse la prohibición para contraer matrimonio tienen
aptitud legal para que se les reconozca su unión de hecho también.
En consecuencia, he decidido apartarme del criterio de mis compañeros, pues estimo que el rompimiento de
barreras legales es el primer paso para lograr una evolución verdadera en la mentalidad del sector de la población
que desconoce los derechos de la minoría homosexual y de cualesquiera otras minorías afectadas por estigmas
discriminatorios y mermados en sus derechos fundamentales. De lo contrario, no se hace más que reforzar los
sentimientos de irracional intolerancia e impedir una integración real e igualitaria de este sector de hombres y
mujeres, así como obstaculizar la impostergable puesta en práctica de estrategias de educación y concienciación en
torno a la diversidad sexual y a la igualdad como norte ineludible de nuestro sistema político.
Adrián Vargas B.
69/03-8127
VOTO SALVADO DEL MAGISTRADO JINESTA LOBO
El suscrito Magistrado salva el voto, y declara con lugar la acción, por lo que admite el matrimonio entre
personas del mismo sexo, dejando a salvo algunos efectos jurídicos, tales como la adopción de menores de edad y
la patria potestad compartida de éstos. Lo anterior, con fundamento en las siguientes consideraciones:
I.- INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA Y FINALISTA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES . La
interpretación de las normas jurídicas por los operadores jurídicos con el propósito de aplicarlas no puede hacerse,
única y exclusivamente, con fundamento en su tenor literal, puesto que, para desentrañar, entender y comprender su
verdadero sentido, significado y alcances es preciso acudir a diversos instrumentos hermenéuticos tales como el
finalista, el institucional, el sistemático y el histórico-evolutivo. Sobre este particular, el Título Preliminar del Código
Civil en su numeral 10 establece que "Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en
relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser
aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de ellas". Las proposiciones normativas se componen
de términos lingüísticos los que tienen un área de significado o campo de referencia así como, también, una zona de
incertidumbre o indeterminación, que puede provocar serios equívocos en su interpretación y eventual aplicación. En
virtud de lo anterior, al interpretar una norma es preciso indagar su objetivo (ratio) o fin propuesto y supuesto,
respecto del cual la norma tiene naturaleza instrumental -método teleológico-. El interprete debe, asimismo,
confrontarla, relacionarla y concordarla con el resto de las normas jurídicas que conforman en particular una
institución jurídica -método institucional- y, en general, el ordenamiento jurídico -método sistemático-, puesto que, las
normas no son compartimentos estancos y aislados sino que se encuentran conexas y coordinadas con otras, de
forma explícita o implícita. Finalmente, es preciso tomar en consideración la realidad socio-económica e histórica a la
cual se aplica una norma jurídica, la cual es variable y mutable por su enorme dinamismo, de tal forma que debe ser
200
aplicada para coyunturas históricas en constante mutación -método histórico-evolutivo-. Cuando de interpretar una
norma jurídica se trata, el intérprete no puede utilizar uno solo de los instrumentos indicados, por no tener un
carácter excluyente, sino que los mismos son diversos momentos o estadios imprescindibles del entero y
trascendente acto interpretativo. La interpretación evolutiva de la norma constitucional a la luz de la realidad o del
contexto social imperante en un momento histórico determinado, se impone con mayor fuerza, dada, en la mayoría
de las ocasiones, su textura abierta e indeterminada, lo cual facilita la solución de diversas controversias de interés
en vista de la vocación de permanencia relativa de todo texto fundamental.
II.- INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DEL ORDINAL 52 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA . El numeral 52 de
la Constitución Política dispone lo siguiente:
"El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges"
Este precepto constitucional fue concebido por el constituyente originario con una gran capacidad visionaria y
de adaptación a las nuevas y siempre mutables circunstancias que surgieran en el contexto social, en efecto, el
precepto no hace referencia, bajo ningún concepto, al matrimonio heterosexual, puesto que, no limita los contornos
de la institución a una unión ente un hombre y una mujer, el único término que emplea es el de cónyuges, rol o papel
que puede ser desempeñado por personas de distinto o de igual sexo. De otra parte, si bien es cierto la norma
fundamental de comentario proclama que el matrimonio es la base esencial de la familia, esa sola circunstancia no
excluye el matrimonio entre personas del mismo sexo con el fin de contar con un modelo jurídico de convivencia que
sirva de marco para regular ciertas consecuencias jurídicas y patrimoniales. Por su parte, la Declaración Universal de
Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en sus artículos, respectivamente, 16, 23 y 17 le reconocen a los
hombres y mujeres, a partir de la edad núbil, el derecho a casarse o contraer matrimonio, previo y pleno
consentimiento de los contrayentes, sin excluir expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo.
III.- DIGNIDAD INTRÍNSECA A LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Las personas
que tienen una orientación sexual diferente a la social y culturalmente común -heterosexual- gozan de una serie de
derechos fundamentales y humanos inherentes a su sola condición de persona y a su dignidad humana intrínseca.
En efecto, uno de los valores y principios ancilares del Derecho de la Constitución lo constituye la dignidad sobre el
cual se erige el edificio entero de la parte dogmática de la Constitución, esto es, de los derechos fundamentales de
las personas. Es a partir del reconocimiento de la dignidad intrínseca al ser humano que los instrumentos
internacionales de Derechos Humanos y las Constituciones internas le otorgan una serie de libertades y derechos
indiscutibles y universalmente aceptados. Así la Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre
de 1948, en su Preámbulo y artículo 1° establece, respectivamente, lo siguiente:
"Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana (…)"
"Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos (…)".
La Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 11, párrafo 1°, bajo el epígrafe de
"Protección de la Honra y de la Dignidad" dispone lo siguiente:
"1. Toda persona tiene derecho al (…) reconocimiento de su dignidad"
Por su parte, nuestra Constitución Política en su artículo 33 proscribe cualquier discriminación contraria a la
dignidad humana. Tales mandatos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y de la propia norma
fundamental imponen el respeto y reconocimiento de la dignidad intrínseca de las personas que tienen una
orientación sexual particular y que desean tener un modelo jurídico determinado de regulación de su convivencia,
como el matrimonio, con otras parejas del mismo sexo.
IV.- DERECHO A LA IGUALDAD DE LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Las
personas con una orientación sexual determinada y diferente a la comúnmente aceptada, no debe ser objeto de
discriminaciones por esa sola condición. Es evidente que, el artículo 14, inciso 6), del Código de Familia al establecer
un motivo de impedimento legal del matrimonio entre personas de un mismo sexo, resulta, a todas luces,
discriminatorio, puesto que, no existe un motivo objetivo y razonable para formularlo, sobre todo, si esa institución
tiene por objeto fundamental la vida en común, la cooperación y el mutuo auxilio, aspectos que, también, pueden
predicarse respecto de una pareja del mismo sexo y no exclusivamente de una heterosexual. Adicionalmente, el
201
entero ordenamiento jurídico interno, resulta desde una perspectiva sistemática y general, discriminatorio, en cuanto
no le ofrece a las parejas del mismo sexo otra alternativa de convivencia, condenándolas a tener una existencia
fáctica sin regulación normativa alguna y, por consiguiente, dejando sus efectos y consecuencias en un limbo jurídico
con la correlativa y manifiesta inseguridad jurídica que acarrea esa laguna normativa.
V.- LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DE LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN
HOMOSEXUAL. El fundamento de los derechos humanos y fundamentales encuentra asidero en la dignidad
intrínseca a todo ser humano y, desde luego, en el libre albedrío que le es consustancial. Toda persona tiene el
derecho al libre desarrollo de su personalidad o a su propia autodeterminación, siendo una de sus principales
manifestaciones la orientación sexual por la que opte, la cual forma parte de la esfera de intimidad o privacidad por lo
que debe estar exenta de cualquier injerencia externa. Si la escogencia de una determinada orientación sexual forma
parte del libre desarrollo de la personalidad, el Estado y sus instituciones deben adoptar todas aquellas medidas
necesarias y pertinentes que la respeten y estimulen, de modo que no puede soslayarse la determinación que
libremente adopta un grupo considerable de la población, propiciando una anomia e inseguridad jurídica. Todo ser
humano tiene el derecho a autodeterminarse con el propósito de ser feliz, siempre que no transgreda los derechos
de los terceros y los límites intrínsecos y extrínsecos (v. gr. orden público, buenas costumbres, moral, etc.) de los
derechos fundamentales de los que son titulares. Si un ser humano obtiene felicidad y desarrollo pleno manteniendo
una relación de pareja con una persona del mismo sexo tanto los entes públicos como el resto de la colectividad
deben respetar y tolerar esa opción libre de autodeterminación o de desarrollo de la personalidad y, desde luego, lo
que es más importante, ofrecer soluciones y alternativas jurídicas para regular y normar esas situaciones evitando la
inercia en su abordaje en virtud de una serie de prejuicios históricos, sociales y religiosos. Finalmente, cabe agregar
que son consustanciales a un Estado Social y Democrático de Derecho maduro los valores constitucionales de la
tolerancia y el respeto por las opciones que, en el ejercicio del libre desarrollo de la personalidad, adopten las
personas.
VI.- INTERES SUPERIOR DEL NIÑO Y LA LIMITACIÓN DE ALGUNOS EFECTOS INHERENTES AL
MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO. La Declaración de los Derechos del Niño (Asamblea
General de las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1959, resolución 1386, XIV) establece en su Principio 2°
que en las medidas legislativas y de otra índole que se adopten para la protección especial del menor, su desarrollo
físico, mental, moral, espiritual y social normal y en condiciones de libertad y dignidad "(…) la consideración
fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño" -concepto reiterado en el Principio 7°, párrafo 2°-.
Por su parte, la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 3°, párrafo 1°, preceptúa que "En todas las
medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales,
las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño". De otra parte, precisamente en aras del interés superior del niño, en condiciones ordinarias
y normales, tiene derecho a conocer a sus padres y a ser cuidado por éstos y, desde luego, para su pleno y
armonioso desarrollo de su personalidad a contar, salvo excepciones calificadas, con la presencia permanente de la
figura paterna y materna (artículos 7°, párrafo 1°, 9°, 10 y 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño). Sobre
este particular, el Principio 6 de la Declaración de los Derechos del Niño, dispone que "El niño, para el pleno y
armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al
amparo y bajo la responsabilidad de sus padres (…)". La presencia de la figura paterna y materna y de sus distintos
roles, como derecho del niño en condiciones ordinarias, determina que ciertos efectos inherentes a la institución del
matrimonio, no puedan ser reconocidos a las parejas de un mismo sexo que optan por ese modelo jurídico de
convivencia, tales como la posibilidad de adoptar menores de edad o bien de compartir la patria potestad, en caso de
disolución de un matrimonio heterosexual previo.
Ernesto Jinesta Lobo
Nota del Magistrado Cruz Castro:
Coincido plenamente con el criterio que se expresa en el voto mayoritario, sin embargo, debo destacar que
desde el punto de vista socio-cultural, el matrimonio ha tenido una clara vocación heterosexual. Antes que surgiera el
202
tema de los derechos fundamentales, con la revolución norteamericana y la revolución francesa, el matrimonio se
concebía como un instituto que requería que los cónyuges fuesen de diferente sexo. Esta definición no sólo tiene un
origen ético-religioso, especialmente en la perspectiva judeocristiana, sino que cumple una función muy importante:
ser un poderoso instrumento de control de la sociedad patriarcal sobre la mujer. En el derecho romano, de indudable
valor en la cultura occidental, los derechos de la mujer casada tenían una clara restricción a favor del esposo. Esta
asimetría no puede considerarse como una protección para las mujeres, pues más bien se las catalogaba como
incapaces de ejercer su libertad. La Historia del Derecho, desde las leyes babilónicas, las normas que contiene el
Antiguo Testamento, las Epístolas de San Pablo, los textos de los Padres de la Iglesia y de los Escolásticos, las
normas vigentes en la Grecia clásica, el derecho romano, el derecho medieval hasta el Código Napoleón y todos los
cuerpos normativos que de él se derivan, demuestran que el matrimonio y la familia que lo sustenta, se erigió como
un instrumento de control de la cultura patriarcal y de los varones sobre las mujeres. El matrimonio suponía la
existencia de una persona que se sometía a la voluntad y el control de la otra, en este caso, las mujeres debían
acatar la voluntad del marido. En el siglo XIX, el jurisconsulto inglés Sir William Blackstone, describía el matrimonio
en términos esencialmente asimétricos, destacando que este instituto “…anula la misma existencia legal de la mujer,
o al menos queda incorporada o consolidada en la del marido, bajo cuya ala, protección y cobijo ella realiza
todo….Mi mujer y yo somos uno, y ese uno soy yo…”. Hasta 1975, el código civil español equiparaba la mujer
casada a los niños, a los locos o dementes y a los sordomudos que no supieran leer ni escribir; esta definición les
impedía contratar (art. 1263 del código civil español ). El papel de la mujer dentro de la institución matrimonial tenía
una clara definición y vocación subalterna. Los escritos desde el medioevo hasta la década del setenta del siglo
veinte, destacan en la mujer la sumisión y la obediencia al marido, aún contra sus propios intereses. Por ejemplo,
entre las familias reales existía la regla que establecía que si no podía heredar un varón, las propiedades y el título
no lo podía ejercer, autónomamente, una mujer. Así le ocurrió a Leonor de Aquitania, a quien no se le permitió
gobernar por sí misma, debiendo cederlo a los sucesivos esposos que tuvo. En alguna ocasión, uno de sus
cónyuges la privó de su libertad, sin que tal acción tuviese consecuencias, pues era admisible que el marido le
limitara la libertad a su esposa. Ni siquiera con la Ilustración y sus filósofos se modificó la situación, pues los
derechos fundamentales de las personas, especialmente la libertad, no incluía a las mujeres. Esta discriminación la
asumieron y la legitimaron intelectuales tan prestigiosos como Kant, Rousseau y Locke. Rousseau proponía que
para los “…varones la política, la jerarquía, la cultural, el temple, el valor y el acuerdo. Para las mujeres, el arreglo de
la casa, la obediencia, la dulzura y en general facilitar la libertad y el éxito de los varones…”. No es casual que hace
quince años se admitía en muchos países, que la mujer podía ser sometida sexualmente mediante violencia por su
marido, sin que cometiera el delito de violación. La historia de la institución matrimonial demuestra poca
compatibilidad con los derechos fundamentales; se ha tenido que hacer un gran esfuerzo, que todavía no ha
concluido, para que el matrimonio sea compatible con las libertades fundamentales. No ha sido una institución que
haya propiciado la dignidad y la autonomía de las mujeres; su historia es constitucionalmente impresentable, por esta
razón estimo que el matrimonio no es un derecho humano fundamental.. La imposibilidad que dos personas del
mismo sexo no puedan contraer matrimonio conforme al marco jurídico tradicional, no conculca ningún derecho
constitucional, pues en materia afectiva, no es la autoridad política la que legitima y reivindica tales uniones. El
análisis crítico y los trabajos de investigación que han hecho destacadas intelectuales costarricenses como Yadira
Calvo y Eugenia Rodríguez, demuestran que el matrimonio ha sido más una institución de control sobre las mujeres
que un espacio que haya propiciado el desarrollo de su dignidad. Lo que no puede hacer el Estado es impedir que
los ciudadanos, ejerciendo su libertad, constituyan las relaciones afectivas que estimen convenientes, salvo las
limitaciones que prevé el artículo 28 de la Constitución Política. En este sentido, las parejas del mismo sexo, no
tienen ninguna limitación. El reconocimiento constitucional del matrimonio que contiene el artículo cincuenta y dos,
responde a una tradición socio-cultural que tiene poca relación con la historia política de la libertad. Esta es la razón
por la que se reconoció la unión de hecho, como una manifestación alternativa de la forma en que las personas
consideran que deben expresar su afecto, sin necesidad que exista una intervención estatal. Los efectos de las
uniones sí tienen trascendencia constitucional respecto de la descendencia, los bienes y la ayuda económica
solidaria. Empero, respecto a la legitimidad y pertinencia de una relación afectiva entre dos personas, la intervención
del Estado no es determinante ni constitucionalmente trascendente. Si se impidiera la convivencia de ciudadanos del
mismo sexo o se criminalizara la homosexualidad, sí se estarían conculcando derechos tan importantes como la
intimidad y la dignidad.
No me cabe la menor duda que uno de los elementos decisivos en esta polémica, es la intolerancia de una
sociedad que asume, erróneamente, la homogeneidad y que ignora el derecho a ser diferente, siempre que tal
203
disidencia no exceda los límites que fija el artículo 28 de la Constitución Política. En la historia trágica de la
intolerancia, el caso del escritor irlandés Oscar Wilde, es paradigmática. Su vida se malogró a causa de la
intolerancia de una sociedad que no admitía que su preferencia afectiva no fuese heterosexual. Este drama lo
describe muy bien el escritor en su obra: “De profundis- La tragedia de mi vida”, al señalar los efectos lacerantes y
trágicos de una sociedad que tradujo su intolerancia en normas penales que reprimían la homosexualidad y que
permitieron el enjuiciamiento y condena de Wilde, a quien se le impuso dos años de trabajos forzados en la cárcel de
Reading. El escritor irlandés capta muy bien la esencia de la intolerancia que ha reprimido sin rubor a los que se
cataloga como diferentes, despojándolos de su dignidad, tal como ha ocurrido con los negros, las mujeres, los
homosexuales, los judíos, los árabes, los indígenas, etc; la lista es interminable, sin embargo, vale la pena recordar
los efectos de estas “sentencias sociales” dictadas desde el podio del prejuicio y la intolerancia. La sensibilidad de
Wilde capta muy bien los efectos de la represión que se sustenta en la intolerancia, cuando en la obra mencionada
describe su dolor y su drama, en los siguientes términos: “…En todos nuestros procesos nos jugamos la vida, así
como todas las sentencias son para nosotros sentencias de muerte. Y yo he sido procesado tres veces. La primera
vez abandoné la sala para quedar detenido; la segunda, para ser conducido de nuevo a la prisión, y la tercera, para
irme dos años a la celda de un presidio. La sociedad, tal como la hemos ordenado, no me reserva ningún puesto, ni
puede brindarme ninguno: pero la naturaleza, cuya dulce lluvia cae lo mismo sobre los justos que sobre los
pecadores, tendrá en las rocas de sus montañas alguna hendidura en que me pueda refugiar y valles ocultos en
cuyo silencio me sea dado llorar libremente. Ella hará que la noche se pueble de estrellas, para que yo, en el
destierro, pueda caminar seguro en las tinieblas. Y hará que el viento borre las huellas de mis pasos, para que nadie
pueda perseguirme y dañarme. Lavará mis faltas en la inmensidad de sus aguas y me curará con sus hierbas
amargas. (………..). ¡ Cuán mezquino y estrecho es este nuestro siglo, y qué poco apropiado a sus vicios ! Al éxito le
da un palacio de porfirio, pero no tiene siquiera una choza para la vergüenza y el dolor. Cuánto puede hacer por mí
es invitarme a cambiar de nombre, cuando la misma Edad Media hubiérame ofrecido el capuchón de monje o el
cubrefaz del leproso, tras los cuales hubiera podido vivir en paz…..”. La acción planteada tiene relación con la
intolerancia, cuyo sustento y esencia no puede disiparse en esta instancia constitucional. Si hubiese verdadera
tolerancia y respeto por las opciones diferentes, el reconocimiento estatal de la unión entre personas del mismo
sexo, no tendría trascendencia. La jurisdicción constitucional abre espacios de libertad y puede ampliar, en algunas
ocasiones, el contenido y alcance de los valores democráticos, pero en este caso, el activismo judicial no puede
exceder una clara y definida tradición socio-histórica que ha determinado que el matrimonio es una institución
aplicable a los heterosexuales. Esta autocontención de la jurisdicción constitucional no excluye, de ninguna manera,
la actividad del parlamento, como expresión directa de la voluntad popular, para que adopte las medidas que estime
pertinentes a favor de las personas del mismo sexo que conviven en una unión estable y que enfrentan
imprecisiones normativas respecto de los bienes en común o el auxilio que debe brindar la seguridad social y otras
instancias de vocación solidaria, cuando fallece alguno de sus integrantes o se produce la ruptura. En una sociedad
pluralista, al igual que se resolvió en el caso de las uniones de hecho, la autoridad política por excelencia como el
parlamento, debe propiciar múltiples opciones para que las personas que sin constituir un matrimonio, en su visión
tradicional, puedan encontrar un marco jurídico legal que contemple las particularidades derivadas de una
convivencia en la que se crea una relación de solidaridad y afecto.
Fernando Cruz Castro
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 11962 – 06
Partes
Caso
Brian López vs Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro
Social
El recurrente presentó la solicitud de pensión por la muerte de Marvin Cordero, en su
condición de compañero marital del fallecido. Esta solicitud fue resuelta negativamente. El
recurrente entonces interpuso un recurso de apelación que también fue rechazado. Se
alega que el motivo del rechazo de la solicitud de pensión constituye una discriminación
204
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
por sí misma.
Artículo 33 de la Constitución Política
El recurrente solicita una pensión, mediante declaración jurada, como compañero del
fallecido, lo que de conformidad con la ley no es procedente, porque el artículo 242 del
Código de Familia dispone que: “la unión de hecho es pública, notoria, única y estable por
más de tres años, entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer
matrimonio…” y la acción de inconstitucionalidad número 04-010401-0007-CO, promovida
por el recurrente contra el artículo 242 del Código de Familia fue rechazada de plano por
sentencia número 2005-04373 de catorce horas con cincuenta y dos minutos del veintiuno
de abril del dos mil cinco. Pero tampoco el recurrente se encuentra en ninguno de los
supuestos previstos por el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja
Costarricense de Seguro Social, con lo cual, no se configura discriminación alguna en su
perjuicio
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
11962
2006
03-010581-0007-CO
Sala Constitucional
16/08/2006
3:35:00 PM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 03-010581-0007-CO
Res. Nº 2006011962
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas y treinta y
cinco minutos del dieciséis de agosto del dos mil seis.
Recurso de amparo interpuesto por Brian López Espinoza, soltero, diseñador de modas, nicaragüense, cédula
de residencia 270-169513-098495, contra el Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de
Seguro Social.-.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:40 hrs. de 9 de octubre de 2003, el recurrente
interpone recurso de amparo contra el Gerente de la División de Pensiones de la CCSS y manifiesta que el 21 de
febrero solicitó pensión por la muerte de Marvin Cordero Solano, quien fue su compañero sentimental durante varios
años, a quien atendió, como único amigo y pariente, durante todo el proceso de su enfermedad y muerte; reclama
que por resolución de 6 de mayo de 2003, el Jefe del Departamento de Pensiones de la CCSS contestó
negativamente su solicitud, lo cual apeló y, finalmente, la Gerencia de Pensiones rechazó la apelación porque no se
configura, en su caso, la unión de hecho, al tratarse de una pareja homosexual, según interpretación del artículo 242
del Código de Familia y por haber reconocido el carácter de relación sentimental con el fallecido, lo cual es motivo
para que no se tomen en cuenta los alegatos planteados en la apelación, en el sentido de que por razones de
amistad cuidó al fallecido durante su enfermedad; considera que según las leyes y reglamentos que rigen la materia
205
de pensiones, cualquiera que hubiera actuado objetivamente como él lo hizo, tendría derecho a que se le
reconocieran sus derechos de pensión, aún sin existir relación matrimonial o unión de hecho. Considera que lo
anterior constituye una discriminación y trato desigual contraria a sus derechos fundamentales, así como una
violación de sus derechos patrimoniales.2.- El Dr. Juan Luis Delgado Monge, Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro
Social, informa que si bien es cierto que el recurrente presentó solicitud de pensión por muerte el 21 de febrero de
2003, lo hizo en su condición de compañero marital del fallecido, como expresamente lo indica en su solicitud; por
resolución 017020993 de 6 de mayo de 2003 es resuelta la solicitud; el 12 de mayo de 2003 interpuso recurso de
apelación que fue rechazada por resolución 25074. Se le denegó la solicitud por no configurarse la unión de hecho al
tratarse de una pareja homosexual, lo cual no es interpretativo sino expreso y taxativo de lo que indica claramente el
artículo 242 del Código de Familia, que en lo que interesa dice: “la unión de hecho es pública, notoria, única y
estable por más de tres años, entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer matrimonio…” y,
además, efectivamente, el recurrente reconoce su condición de relación sentimental con el fallecido, ya que
mediante declaración jurada, con la fórmula que indica su título “para compañera (o) sobreviviente”, la cual rinde bajo
juramento. En las preguntas 1 y 3 el recurrente reconoce que convivía con el fallecido y que mantuvieron relación de
pareja. No se tomaron en cuenta los alegatos que presenta en su apelación porque contravienen flagrantemente lo
indicado por el recurrente en su declaración jurada que aceptó y refrendó como verdadera. Por otra parte, el
Reglamento de Invalidez Vejez y Muerte no contempla el beneficio ni para amigos del fallecido ni por ser el único ser
humano que estuvo a su lado ante el rechazo familiar. La legislación existente únicamente contempla el beneficio
para en casos de esposos o esposas, compañeras y compañeros maritales, huérfanos, padres o hermanos, por lo
que no es cierto que tendría derecho a que se le reconozca la pensión. No es cierto que se le esté persiguiendo ni
inquietando por el hecho de que él solicitó el beneficio en su condición de compañero marital del fallecido, como
tampoco que se le esté dando un trato diferente, ya que su apelación no encuentra asidero en la legislación existente
(fs. 7 a 9).3.- Por auto número 2003-12095 de 11:15 hrs. de 24 de octubre de 2003 se reservó el dictado de la sentencia
del presente amparo hasta tanto no fuera resuelta la acción de inconstitucionalidad número 03-008127-0007-CO, la
cual fue declarada sin lugar por sentencia número 2006-07262 de las catorce horas con cuarenta y seis minutos de
veintitrés de mayo de 2006, la cual aún ha sido notificada a las partes.4.- El 20 de octubre de 2004, el recurrente presentó la acción de inconstitucionalidad número 04-0104010007-CO, que fue rechazada de plano por sentencia número 2005-04373 de catorce horas con cincuenta y dos
minutos del veintiuno de abril del dos mil cinco.5.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.Redacta el Magistrado Armijo Sancho ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso. El recurrente impugna el rechazo del recurso de apelación que presentó en contra de la
resolución que le denegó una pensión por fallecimiento solicitada a la Gerencia de Pensiones de la Caja
Costarricense de Seguro Social. Aunque la procedencia o improcedencia del otorgamiento de una pensión es, en
principio, materia de mera legalidad, cuyo conocimiento corresponde a la administración y, en su caso, a la
jurisdicción ordinaria, como se alega que el motivo del rechazo de la solicitud de pensión constituye una
discriminación, por sí misma, como vulneración del derecho fundamental a la igualdad, el asunto es admisible, en
ese sentido.II.- El informe rendido bajo la fe del juramento por el Dr. Juan Luis Delgado Monge, Gerente de la División de
Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social, así como la copia del expediente administrativo aportada
como prueba, acreditan que:
206
1. el 21 de febrero de 2003, el recurrente presentó solicitud de pensión por muerte de Marvin Cordero Solano,
en su condición de compañero marital del fallecido;
2. por resolución 017020993 de 6 de mayo de 2003 es resuelta negativamente la solicitud;
3. el 12 de mayo de 2003 el recurrente interpuso recurso de apelación que fue rechazada por resolución
25074 de 11:42 hrs. de 15 de julio de 2003;
III.- Del cuadro fáctico no se desprende vulneración alguna de los derechos fundamentales del recurrente; tal
como lo acredita el Gerente de la División de Pensiones de la CCSS y el expediente administrativo, el recurrente
solicita una pensión, mediante declaración jurada, como compañero del fallecido, lo que de conformidad con la ley no
es procedente, porque el artículo 242 del Código de Familia dispone que: “la unión de hecho es pública, notoria,
única y estable por más de tres años, entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer
matrimonio…” y la acción de inconstitucionalidad número 04-010401-0007-CO, promovida por el recurrente contra el
artículo 242 del Código de Familia fue rechazada de plano por sentencia número 2005-04373 de catorce horas con
cincuenta y dos minutos del veintiuno de abril del dos mil cinco. Pero tampoco el recurrente se encuentra en ninguno
de los supuestos previstos por el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja Costarricense de Seguro
Social, con lo cual, no se configura discriminación alguna en su perjuicio.Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Ana Virginia Calzada M.
Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C.
Horacio González Q.
Jorge Araya G.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 18660 – 07
Partes
Caso
Normativa
Violentada
Desarrollo
Luz Torres vs Bar y Chicharronera Rancho Alegre
La recurrente acusa que fue objeto de trato discriminatorio porque se le prohibió la
permanencia dentro del bar, en razón de su preferencia sexual. La recurrente llegó en
compañía de otras amigas al bar recurrido. Al unírseles otra mujer, ésta se sentó con la
recurrente y comenzaron a manifestarse afecto, lo que empezó a llamar la atención de los
demás clientes. Como consecuencia de la conducta de la recurrente y su amiga hubo
reclamos. El encargado del bar tomó la decisión de esperar a que la amparada y sus
amigas consumieran lo que se les había servido y no brindarles más atención por ese día.
Como reacción porque no se les continuaba dando servicio ni se les vendía más bebidas
en el local, la recurrente y sus amigas decidieron retirarse del establecimiento.
Artículo 33 de la Constitución Política
Artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
La discriminación por motivos de orientación sexual es contrario al concepto de dignidad
debidamente consagrado en la Constitución Política y en los Tratados Internacionales en
materia de Derechos Humanos suscritos por nuestro país.
No son permitidos los actos que atenten contra el derecho a la igualdad y dignidad humana
de las personas por su orientación sexual, pues tienen derecho a acceder a cualquier
207
Conclusión
establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su
preferencia sexual.
En el caso particular la medida asumida por el administrador del Bar recurrido -, de
suspender el servicio de bar durante ese día a la amparada y a las personas que la
acompañaban en su mesa-, es consecuencia de la actitud erótica y provocativa asumida
por ésta y otra amiga actitud que llamó la atención de la demás clientela y creó confusión
en el lugar; asunto que no revela acto de discriminación por orientación sexual en su
contra, sino que es una medida proporcional para reducir los riesgos y evitar inseguridad
en el establecimiento.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
18660
Año :
2007
Expediente:
07-013203-0007-CO
Despacho:
Sala Constitucional
Fecha:
21/12/2007
Hora:
11:17:00 AM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Cruz Castro Fernando
Clase de asunto: Recurso de amparo
Tiene Voto Salvado
Exp: 07-013203-0007-CO
Res. Nº 2007-018660
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas y diecisiete
minutos del veintiuno de diciembre del dos mil siete.
Recurso de amparo que se tramita en expediente número 07-013203-0007-CO, interpuesto por LUZ PAULINA
TORRES MORA, cédula de identidad número 0111270982, contra REPRESENTANTE DEL ESTABLECIMIENTO
DENOMINADO BAR Y CHICHARRONERA RANCHO ALEGRE.Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 16:10 horas del 10 de octubre de 2007, la recurrente
interpone recurso de amparo contra el REPRESENTANTE DEL ESTABLECIMIENTO DENOMINADO BAR Y
CHICHARRONERA RANCHO ALEGRE y manifiesta que se le prohibió el ingreso y permanencia al local recurrido,
en razón de ser discriminada por su preferencia sexual.
2.- Contesta la audiencia Miguel Parra Gómez, en su calidad de representante del negocio comercial
denominado Bar Chicharronera Rancho Alegre (folio 40), que el 20 de marzo de 2007 la recurrente en compañía de
otras amigas, asistieron e ingresaron al local, escogieron una mesa en la que se ubicaron y fueron debidamente
atendidas por la salonera; se les recibió su pedido y se les sirvió, situación que reconoce la amparada. Hasta ese
momento la conducta que presentaban la recurrente y sus amigas era propia de un grupo de personas conversando
y compartiendo. Luego se les unió otra compañera y el comportamiento de la recurrente varió considerablemente, en
razón de que se sentaron juntas, comenzaron a besarse entre sí y a darse afecto, manifestaciones que se
profesaban en reiteradas ocasiones; lo que empezó a llamar la atención de los demás clientes, creando comentarios
e indisposición, así como expresiones dentro del establecimiento principalmente de los que se ubicaban en la barra
del bar; al extremo que hubo reclamos reiterados de clientes dirigidos al encargado del bar y a la administración, de
208
que esas muestras de afecto resultaban chocantes al pudor y dignidad de los demás. Agrega que debido al
comportamiento y conducta indebida de la recurrente y su amiga dentro del bar, se tomó la decisión de esperar que
consumieran lo que se les había servido y no brindarles más atención por ese día; esto en aras de salvaguardar su
integridad, dignidad y decoro ante los agravios de expresiones verbales y gestos que proferían otros clientes que se
encontraban en el establecimiento. Añade que al no continuarse brindando atención a la mesa en que se encontraba
la recurrente y sus amigas, una de ellas se acercó a la barra del establecimiento a comprar las bebidas por lo que el
bar tender le indicó en forma cordial y amable que “por hoy no se les va a vender más”. Dice que las conductas
pasadas de tono y falta de decoro riñen con las costumbres de la mayoría de los clientes en el establecimiento. Que
como reacción porque no se les continuaba dando el servicio ni se les vendía más bebidas, la recurrente y sus
amigas decidieron retirarse del establecimiento, pero nunca recibieron maltrato ni humillación alguna de parte de la
administración ni de empleados del local comercial, ni se aceptó ningún tipo de expresión o manifestación de parte
del grueso de los clientes. Aclara que en el establecimiento no se prohíben las muestras de afecto propias de una
relación de pareja, y tampoco se ha tenido problemas con las preferencias sexuales de muchos de los clientes;
incluso cono motivo de manifestaciones públicas en pro de las preferencias sexuales entre personas de un mismo
sexo, el establecimiento ha sido concurrido y visitado por estos manifestantes y se les ha permitido su ingreso y
atendido no obstante no se acepta conductas que riñan con la moral, la dignidad, recato y costumbre del grueso de
los clientes que se encuentren dentro del establecimiento, o que rallen en conductas eróticas o insinuaciones de
profundo contenido sexual que evidentemente altera la tranquilidad de cualquier local; y fue en ese sentido que se
emitió y circuló un correo electrónico en el que se expresa que las puertas del establecimiento están abiertas a todas
las personas. Que si bien existen clientes que se quejan de comportamientos que quizás no comprenden, esperan
que esa mentalidad cambie y que puedan convivir sin juzgar a las demás personas. Reitera que a la amparada
nunca se le negó el ingreso al establecimiento ni se conculcó el principio de igualdad. Solicita que se desestime el
recurso planteado.
3.- Erika Rojas Calderón, en su condición de representante de la Asociación Colectiva por el derecho a Decidir
presenta coadyuvancia activa y manifiesta que los hechos denunciados por la recurrente se fundamentan en
principios y conductas lesbofóbicas y por tanto discriminatorias, que no deberían permitirse en un Estado
democrático de derecho. Que la conducta discriminatoria se expresa por tres distintas condiciones de la
denunciante, las cuales son: ser mujer, ser lesbiana y ser joven; lo que contraviene la Convención sobre la
eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (artículo 2); la Declaración y el Programa de
Acción de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993 (párrafo 18); la
Declaración de Quito firmada por Costa Rica durante la X Conferencia Regional de la Mujer; así como la Ley General
de VIH/SIDA (artículo 48). Pide se declare con lugar el recurso.
4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Cruz Castro ; y,
Considerando:
I.- Cuestiones preliminares . A) Sobre el amparo interpuesto contra un sujeto de derecho privado. En
primer lugar debe señalarse que el recurso es interpuesto contra un sujeto de derecho privado, la empresa Bar
Chicharronera Rancho Alegre. Sobre el particular indica la Ley de la Jurisdicción Constitucional, artículo 57, que esta
clase de demandas se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado cuando éstos
actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren, de derecho o de hecho, en
una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o
tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma
Ley. En el caso particular, siendo que el tema de análisis es la discriminación por preferencia sexual, la empresa
recurrida se encuentran en una posición de poder frente a la amparada pues de lo que se trata es de verificar si la
negativa a ingresar y permanecer en un bar es un trato discriminatorio o no, y para ello los remedios jurisdiccionales
resultan insuficientes y tardíos, en especial porque no existe en nuestro Ordenamiento Jurídico, una medida cautelar
que en caso de demostrarse una falta, permita restituir al recurrente en el pleno goce de los derechos que considera
violentados, con lo cual, se le estaría causando un perjuicio directo e inmediato Razones por las cuales el recurso es
209
admisible. B) Sobre la coadyuvancia activa. El párrafo final del artículo 34 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
establece la figura de la coadyuvancia. Se trata de una forma de intervención adhesiva que se da cuando una
persona actúa en un proceso adhiriéndose a las pretensiones de alguna de las partes principales. En cuanto a la
naturaleza jurídica de la coadyuvancia, este Tribunal en la sentencia Nº 3235-1992 de las 9:20 hrs. del 30 de octubre
de 1992, resolvió en lo conducente que:
“(…) La coadyuvancia es una forma de intervención adhesiva que se da cuando una persona actúa en un
proceso adhiriéndose a las pretensiones de alguna de las partes principales, como consecuencia está legitimado
para actuar como coadyuvante quien ostente un interés directo en el resultado del recurso, pero al no ser actor
principal, el coadyuvante no resultará directamente afectado por la sentencia, es decir, la eficacia de ésta no podrá
alcanzarle de manera directa e inmediata, ni le afecta la condición de cosa juzgada del pronunciamiento, aunque en
materia de amparo pueda favorecerle la eficacia de lo resuelto, debido al carácter ‘erga omnes’ que tiene la
Jurisprudencia y precedentes de la jurisdicción constitucional (artículo 13 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional)”
A partir de lo anterior y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 34 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, la Sala acoge la petición de la coadyuvante Erika Rojas Calderón representante de la Asociación
Colectiva por el Derecho a Decidir, cédula jurídica número 3-002- 403797, dejando claro que ésta, por no ser la
actora principal, no resulta directamente afectada por la sentencia ni le afecta personalmente la condición de cosa
juzgada del pronunciamiento.
II.- Objeto del recurso . La recurrente acusa que fue objeto de trato discriminatorio por parte de la
recurrida, que le prohibió el ingreso y permanencia dentro del local comercial bar Chicharronera Rancho Alegre, en
razón de su preferencia sexual.
III.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a. Que el 20 de marzo de 2007 la recurrente llegó en compañía de otras amigas, al Bar Chicharronera
Rancho Alegre en que consumieron en una mesa y fueron debidamente atendidas por la salonera asignada (hecho
no controvertido).
b. Que al unírseles otra mujer, ésta se sentó con la recurrente y comenzaron a manifestarse afecto, lo que
empezó a llamar la atención de los demás clientes (informe, folio 40).
c. Como consecuencia de la conducta de la recurrente y su amiga hubo reclamos reiterados de clientes al
encargado del bar y a la administración de que esas muestras de afecto resultaban chocantes al pudor y dignidad de
los demás (informe folio 40).
d. Que el encargado del bar recurrido como medida para evitar el desorden dentro del establecimiento,
tomó la decisión de esperar a que la amparada y sus amigas consumieran lo que se les había servido y no brindarles
más atención por ese día (informe folio 40).
e. Que dentro del local, otros clientes proferían expresiones groseras y gesticulaban contra la amparada y
su amiga (informe, folio 40).
f. Que como reacción porque no se les continuaba dando servicio ni se les vendía más bebidas en el local,
la recurrente y sus amigas decidieron retirarse del establecimiento (informe, folio 40).
g. Que a la amparada no se le ha impedido el ingreso al Bar recurrido (informe folio 40).
IV.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos de relevancia para esta
resolución:
a. Q ue las preferencias sexuales de la recurrente hayan sido motivo de discriminación por parte de la
recurrida.
b. Que la amparada haya sido víctima de maltrato o humillación alguna de parte de la administración ni de
empleados del local comercial.
V .- Sobre la discriminación sexual . A través de su línea jurisprudencial esta Sala ha reconocido como
principio jurídico fundamental contenido en la Constitución Política de Costa Rica el respeto a la dignidad de todo ser
humano y, en consecuencia, la prohibición absoluta de realizar cualquier tipo de discriminación contraria a esa
dignidad. Discriminar, en términos generales, es diferenciar en perjuicio de los derechos y la dignidad de un ser
210
humano o grupo de ellos; en este caso de los homosexuales. A partir de lo anterior, puede válidamente afirmarse
que la discriminación por motivos de orientación sexual es contrario al concepto de dignidad debidamente
consagrado en la Constitución Política y en los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos suscritos
por nuestro país. A manera de ejemplo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prohíbe en su artículo
26 la discriminación por motivos de "raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social"; de lo que también deriva
que no son permitidos los actos que atenten contra el derecho a la igualdad y dignidad humana de las personas por
su orientación sexual, pues tienen derecho a acceder a cualquier establecimiento comercial y a recibir un trato
igual, sin discriminación en razón de su preferencia sexual.
VI. Del caso particular . En el memorial del recurso de amparo, la recurrente acusa que es objeto de
discriminación por parte de la administración del local comercial Bar Chicharronera Rancho Alegre, en el tanto por
su sola condición de homosexual, se le impidió su permanencia en el lugar. Contrario a lo que afirma la amparada,
manifiesta el representante del local comercial recurrido que la recurrente se presentó el 20 de marzo al Bar y
Chicharronera Rancho Alegre, lugar en el que en su condición de administrador, dejó de brindarle el servicio ese
día debido a que la amparada empezó a asumir comportamientos indebidos y eróticos con una amiga que ingresó
un tiempo después al local, lo que alteró la tranquilidad del lugar, poniendo en riesgo su propia seguridad y la de los
demás. Del cuadro fáctico anterior estima la Sala que la conducta descrita y desplegada por la recurrida no revela
discriminación sexual en contra de la recurrente sino que la intención del recurrido, al tomar la medida de no vender
más bebidas alcohólicas a la recurrente y a las personas que la acompañaban en su mesa, fue la que estimó
adecuada y necesaria para reducir la confusión y el barullo provocado por la actitud exhibicionista de algunos
clientes, entre ellos la recurrente; posición congruente frente a la actitud indebida e indecorosas en un
establecimiento donde se expenden bebidas alcohólicas y que se dispone independientemente de la preferencia
sexual de quien la asume. Por consiguiente, no existiendo prueba que desmienta las manifestaciones del
representante del Bar y Chicharronera Rancho Alegre, se descarta descarta la violación a los derechos invocados
por la recurrente.
VII.- Conclusión Así las cosas, al no tenerse por probada en esta sentencia la violación de los
derechos fundamentales de la promovente, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, no sin antes advertir dos
cosas: en primer lugar que la medida asumida por el administrador del Bar recurrido -, de suspender el servicio de
bar durante ese día a la amparada y a las personas que la acompañaban en su mesa-, es consecuencia de la
actitud erótica y provocativa asumida por ésta y otra amiga el 20 de marzo de 2007, actitud que llamó la atención de
la demás clientela y creó confusión en el lugar; asunto que no revela acto de discriminación por orientación sexual
en su contra, sino que es una medida proporcional para reducir los riesgos y evitar inseguridad en el
establecimiento. Por último, estima la Sala necesario apuntar que si bien el artículo 35 de la Ley de esta Jurisdicción
regula el consentimiento ya sea expreso o tácito, únicamente en cuanto a actos administrativos, lo cierto es que
llama la atención de este Tribunal que los hechos que cuestiona la recurrente acaecieron el 20 de marzo del 2007; y
no es sino hasta el 1° de octubre del mismo año que la amparada acude a la Sala a presentar el recurso y acusar la
supuesta violación de sus derechos fundamentales; esto es, casi siete meses después de haberse dado la situación
que la aqueja. Con base en lo expuesto, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, al no haberse constatado en
este expediente lesión a derecho constitucional alguno. Los Magistrados Calzada Miranda, Vargas Benavides y
Jinesta Lobo salvan el voto y declaran con lugar el amparo, con sus consecuencias.Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
211
Jorge Araya G.
Voto Salvado de la Magistrada Calzada y los Magistrados Vargas y Jinesta,
con redacción del segundo.
Diferimos del voto de mayoría en cuanto declara sin lugar el recurso, y en su lugar, lo declaramos con lugar
con todas sus consecuencias, por los motivos que de seguido se exponen. Es evidente en el caso concreto, que la
amparada y su pareja fueron objeto de tratos discriminatorios por parte de los empleados del establecimiento
recurrido, únicamente en razón de su orientación sexual. Si bien está demostrado que a las afectadas se les permitió
el ingreso al Bar y Chicharronera Rancho Alegre donde inicialmente recibieron el servicio respectivo, lo cierto es que
los propios representantes de dicho establecimiento aceptan que posteriormente se les indicó que ya no se les
atendería más, como consecuencia de las quejas recibidas por los demás clientes del lugar, debido a las
manifestaciones de afecto que realizaban y que según los informantes “resultaban chocantes al pudor y dignidad de
los clientes”. Lo anterior, sin duda nos lleva a concluir que los personeros del establecimiento comercial en cuestión
cedieron a las presiones de los demás clientes, que invadidos por los prejuicios sociales, reclamaron las muestras de
cariño que la amparada daba a su pareja, como ocurre en cualquier relación sentimental. Si bien, el establecimiento
es de naturaleza privada, lo cierto es que está destinado a la atención del público en general, por lo que aun
reservándose el derecho de admisión, dicha reserva no puede ir jamás en contra de los derechos fundamentales de
las personas. En este caso, no existe prueba alguna que los personeros del Bar Chicharronera Rancho Alegre,
hayan impedido a parejas heterosexuales realizar muestras de cariño el día que sí lo hicieron con la amparada y su
pareja, lo cual demuestra que en realidad se les negó su atención con fundamento en argumentos discriminatorios y
por la presión ejercida por los demás clientes, quienes en todo caso no tenían por qué sentirse afectados por la
situación. Si bien, entendemos que en todo establecimiento se puede exigir un código de conducta respetable y
acorde con las buenas costumbres, lo cierto es que no existe prueba alguna en este caso que evidencie que la
amparada y su pareja estuvieran realizando actos indecorosos, sino únicamente muestras de cariño propias de
cualquier relación de pareja. Lo anterior, sumado a que no existe tampoco prueba alguna de que ese día se haya
aplicado tal restricción a las demás parejas heterosexuales, y por el contrario, los informantes aceptan que la
atención de la amparada se negó por las muestras de cariño que en su criterio “reñían con las costumbres de más
del ochenta por ciento de los clientes que se encontraban en el establecimiento”, nos llevan a concluir que en el caso
concreto se ha producido una actuación absolutamente discriminatoria y contraria a los derechos fundamentales más
elementales, como es el caso del derecho a la libre orientación sexual. Por lo anterior, estimamos que el presente
recurso debe acogerse, con sus consecuencias.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Ernesto Jinesta L.
212
Discriminación en la Igualdad Salarial
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 16090-05
Partes
Caso
Normativa
Violentada
Desarrollo
Conclusión
Zeidy Ramos vs Ministro de Seguridad Pública.
La recurrente, quien es policía, alega que a pesar de haber enviado nota a la Encargada de
Incentivos de la Dirección de Recursos Humanos, le deniegan el pago del plus denominado
“operaciones de alto riesgo” lo cual considera discriminatorio, porque a otros compañeros
sí se los pagan. La Encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos
le dice a la recurrente que el puesto ocupado por ella no está cubierto para el disfrute del
incentivo denominado “Alto riesgo”.
Artículo 33 de la Constitución Política.
El único argumento dado por el Ministerio recurrido para negarle el pago del “incentivo de
alto riesgo” ha sido en razón del código presupuestario, denegatoria que por sola esta
razón resulta discriminatoria, ya que no puede el Ministerio de Seguridad Pública
ampararse en el código de la plaza que ocupa la amparada para determinar si debe recibir
o no el incentivo, sino que la determinación debe atender al efectivo cumplimiento del
cuadro fáctico que sustenta el pago del “alto riesgo”, es decir, si las funciones de la
recurrente son las mismas establecidas en el citado artículo de la Ley General de Policía.
La denegatoria del incentivo atendiendo a razones del código presupuestario es arbitrario,
no atiende a la realidad de la situación de la amparada y es discriminatorio.
Se declara con lugar el recurso. Se ordena al Ministro de Seguridad Pública que proceda
en forma inmediata a ordenar el estudio del caso de la recurrente para determinar si
procede el pago del incentivo de “alto riesgo”.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
16090
Año :
2005
Expediente:
05-012147-0007-CO
Despacho:
Sala Constitucional
Fecha:
23/11/2005
Hora:
5:51:00 PM
Tipo de sentencia: De Fondo
Redactor:
Cruz Castro Fernando
Clase de asunto : Recurso de amparo
Exp: 05-012147-0007-CO
Res: 2005-16090
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diecisiete horas
cincuenta y un minutos del veintitrés de noviembre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por ZEIDY
RAMOS ROJAS, cédula número 2-545-846, contra el MINISTRO DE SEGURIDAD PÚBLICA.
Resultando:
213
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10 horas 55 minutos del 21 de setiembre del 2005, el
recurrente interpone recurso de amparo contra el MINISTRO DE SEGURIDAD PÚBLICA y manifiesta que: a) Labora
para el Ministerio de Seguridad Pública desde el 01 febrero de 2000, desempeñándose como policía actualmente en
la Policía de Proximidad de Mata Redonda Uruca; b) No obstante ello, y pese que ejerce funciones policiales, el
Ministerio recurrido no le cancela el rubro salarial denominado "alto riesgo", que fue aprobado mediante Decreto
Ejecutivo número 28678-H, publicado en La Gaceta número 108, Alcance número 38; c) No se le paga ese rubro aún
cuando realiza funciones de alto riesgo al igual que sus compañeros; d) La Sala Constitucional ya conoció de un
caso idéntico al suyo, en razón del amparo que interpuso Rafael Angel Cruz Cruz (05-004330-0007-CO), y que se
declaró con lugar por sentencia número 2005-7104 de las dieciséis horas con cuarenta y cuatro minutos del siete de
junio del dos mil cinco, donde la Sala resolvió que era discriminatorio que el Ministerio se amparara " en el código de
plaza que ocupa el amparada para determinar si debe recibir o no el incentivo. Es evidente que mientras el
recurrente se mantenga desempeñando funciones en la Policía de Proximidad de Hatillo y no como policía de
frontera, tiene derecho a recibir el incentivo de alto riesgo que le corresponde por las funciones que desempeña "
consideraciones que también son aplicables en su caso. Solicita la recurrente que se ordene pagarle el plus en forma
retroactiva.
2.- Informa bajo juramento ROGELIO RAMOS MARTINEZ, en su calidad de Ministro de Seguridad Pública
(folio 016), que: a) La recurrente labora para esa cartera desde el 01 de febrero del 2000 y actualmente ocupa el
puesto nº008100, plaza excluida del Estatuto Policial; b) Mediante el oficio nºB29-969-05 del 06 de octubre del 2005
el Jefe de la Delegación Policial de Mata Redonda indica que la recurrente tiene las funciones policiales con
competencias y atribuciones comunes a todo funcionario policial; c) Consultó al Departamento de Incentivos y
Beneficios de la Dirección de Recursos Humanos quien contesta mediante oficio nº4174-2005 DRH-C-I del 07 de
octubre del 2005 que no aparece solicitud alguna de la recurrente; d) De manera general los funcionarios policiales
de ese Ministerio tienen asignadas funciones que implican el riesgo a su integridad física razón por la que procede el
incentivo del riesgo policial, aparte de los
cuales existen otros incentivos de riesgo específico, todos los cuales no se pagan de oficio, sino que su
procedencia está supeditada a las resultas del respectivo estudio; e) En este caso la amparada ni siquiera ha
gestionado ante la Administración para dar inicio al procedimiento por lo que resulta prematuro acusar que ha habido
violación al artículo 68 de la Constitución Política. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Cruz
Castro ; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso.- La recurrente alega que a pesar de haber enviado nota a la Encargada de Incentivos
de la Dirección de Recursos Humanos, le deniegan el pago del plus denominado “operaciones de alto riesgo” lo cual
considera discriminatorio, porque a otros compañeros sí se los pagan.
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) Que la recurrente labora para el Ministerio de Seguridad Pública desde el 01 de febrero del 2000 y
actualmente ocupa el puesto nº008100, código presupuestario nº10700-1-27 de la Policía de Fronteras, clase raso
de policía, plaza excluida del Estatuto Policial (informe al folio 016).
b) Que la recurrente tiene las funciones policiales con competencias y atribuciones comunes a todo
funcionario policial, fungiendo como policía o efectivo de tácticas de la Delegación de Mata Redonda, cumpliendo
funciones en el Área Metropolitana desde su fecha de alta (informe al folio 016-017, folio 019).
c) Que mediante oficio STAP-0683-2000 del 12 de abril de 2000 , la Autoridad Presupuestaria autorizó el pago
de un incentivo de “Alto Riesgo” para aquellos funcionarios cuyas competencias se enmarcan en los artículos 21 y 22
de la Ley 7410 y que ocupan puestos policiales (Folio 07).
214
d) Que el 18 de agosto del 2005 la recurrente envía nota a Floribeth Castillo Canales Jefe del Departamento
de Incentivos Policiales, con copia al Despacho del Ministro y otros, para que se le realice un estudio del salario por
cuanto nunca se le ha pagado el “alto riesgo” (folio 010).
e) Que la nota anterior es contestada mediante el oficio 4522-02DRH-RA del 05 de setiembre del 2005 donde
la Encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos le dice a la recurrente que el puesto
ocupado por ella código presupuestario nº107-00-01-0027 no está cubierto para el disfrute del incentivo denominado
“Alto riesgo” (folio 011).
III.- Sobre el fondo.- Del informe rendido bajo la fe de juramento por la autoridad recurrida, se desprende que
todos los cuerpos policiales adscritos al Ministerio de Seguridad Pública reciben un incentivo salarial conocido como
“Riesgo Policial” que está referido al riesgo implícito de las funciones genéricas de policía. Aunado a lo anterior,
también existe otro incentivo denominado “Alto Riesgo”, que se paga únicamente a los miembros policiales
contemplados en el artículo 21 de la Ley General de Policía, sea a la Guardia Civil y a la Guardia de Asistencia
Rural, según el Decreto Ejecutivo 28678 del 06 de junio del 2001. Es precisamente en cuanto a este rubro que
plantea su reclamo la recurrente.
IV.- Al respecto, informa el Ministro que ese incentivo no se paga de oficio sino que debe solicitarse para
hacérsele el estudio correspondiente, afirma además que no consta que la recurrente haya iniciado esta gestión. Sin
embargo, comprueba esta Sala que no lleva razón el recurrido en cuanto a este segundo aspecto, pues la recurrente
aporta copia de la gestión que iniciara el 18 de agosto del 2005 (folio 10) y hasta aporta copia de la respuesta que le
dio la encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos del Ministerio recurrido (folio 011)
donde se le dice que en razón del código presupuestario que tiene, no se le ha cancelado el incentivo denominado
“Alto Riesgo”. Por lo tanto, la recurrente sí ha presentado la solicitud correspondiente. Corresponde ahora, entonces,
valorar si la respuesta dada a la amparada es respetuosa de sus derechos fundamentales. Según se observa de la
prueba aportada, el único argumento dado por el Ministerio recurrido para negarle el pago del “incentivo de alto
riesgo” ha sido en razón del código presupuestario, denegatoria que por sola esta razón resulta discriminatoria, ya
que no puede el Ministerio de Seguridad Pública ampararse en el código de la plaza que ocupa la amparada para
determinar si debe recibir o no el incentivo, sino que la determinación debe atender al efectivo cumplimiento del
cuadro fáctico que sustenta el pago del “alto riesgo”, es decir, si las funciones de la recurrente son las mismas
establecidas en el citado artículo de la Ley General de Policía. Respecto de esto, si bien es cierto no le corresponde
a la Sala valorar si la recurrente reúne los requisitos para el otorgamiento de este incentivo, sí observa esta Sala por
un lado que la recurrente ocupa una plaza de Policía de Frontera, aun cuando sus funciones las desempeña en San
José desde el año 2000, específicamente en la Delegación de Mata Redonda, por lo que está demostrado que aun
cuando formalmente la amparada ocupa una plaza de Policía de Frontera, materialmente desempeña sus funciones
en la Policía de Proximidad de Mata Redonda y por otro lado que la denegatoria del incentivo atendiendo a razones
del código presupuestario es arbitrario, no atiende a la realidad de la situación de la amparada y es discriminatorio.
Así las cosas, existen razones suficientes para acoger este recurso, anular la respuesta dada a la amparada
mediante oficio 4522-02DRH-RA del 05 de setiembre del 2005 (folio 011) y ordenar se le haga el estudio, el cual no
podría alegar como razón de denegatoria la situación del código presupuestario de la recurrente.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se ordena a Rogelio Ramos Martínez, en su condición de Ministro de
Seguridad Pública , bajo pena de desobediencia, que proceda en forma inmediata a ordenar el estudio del caso de la
recurrente para determinar si procede el pago del incentivo de “alto riesgo” cuyo resultado debe estar listo dentro del
término máximo de QUINCE DIAS a partir de la notificación de esta resolución. Se ANULA el oficio 4522-02DRH-RA
del 05 de setiembre del 2005 de la Licenciada Marilyn Quesada Portuguéz, Encargada de Compensaciones de la
Dirección de Recursos Humanos del Ministerio de Seguridad Pública. Se condena al Estado al pago de las costas,
daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en
ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Se advierte a Rogelio Ramos Martínez o a quien ocupe el
cargo que, de conformidad con el artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se impondrá prisión de tres meses a dos
años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un
215
recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado.
Notifíquese la presente resolución a Rogelio Ramos Martínez o a quien ocupe el cargo EN FORMA PERSONAL .
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 01976-06
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Luisa Quirós vs Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Refinadora Costarricense de
Petróleo.
La recurrente manifiesta que RECOPE acordó indemnizar a sus funcionarios por el
reclamo planteado por los trabajadores por aplicación errónea del inciso b) del acuerdo
salarial suscrito el 16 de abril del 2000 entre RECOPE y el Sindicato de Trabajadores
Petroleros, Químicos y Afines (SITRAPEQUIA). Indica que no obstante haber suscrito ante
el Departamento de Recursos Humanos de RECOPE la lista que tal departamento
conformó a fin de recibir la indemnización que se acordó para todos los funcionarios que
están en la misma condición que ella y en igualdad de derechos, se le excluyó de la lista y
del pago correspondiente por el solo hecho de ser funcionaria interina, no en propiedad.
Informa el Presidente Ejecutivo de RECOPE reconoce que por un error administrativo se
excluyó a la accionante de la indemnización correspondiente al pago parcial del 2.84%
concedido mediante los trámites de Resolución Alternativa de Conflictos a los trabajadores
de RECOPE con relaciones de trabajo de tiempo indefinido.
El artículo 33 de la Constitución Política.
La Sala verifica la lesión a los derechos laborales de la gestionante.
Se declara con lugar el recurso. Restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus
derechos. Se condena a Refinadora Costarricense de Petróleo al pago de las costas,
daños y perjuicios.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
01976
2006
05-012020-0007-CO
Sala Constitucional
17/02/2006
11:11:00 AM
De Fondo
Rodríguez Arroyo Teresita
Recurso de amparo
Exp: 05-012020-0007-CO
216
Res. Nº 2006-001976
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con once
minutos del diecisiete de febrero del dos mil seis. Recurso de amparo interpuesto por Luisa Fernanda Quirós Ducca,
cédula de identidad número 1-929-165, contra el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Refinadora
Costarricense de Petróleo.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las dieciséis horas diez minutos del diecisiete de
setiembre del dos mil cinco, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social y la Refinadora Costarricense de Petróleo, en el cuál manifiesta que labora para RECOPE en forma interina.
Indica que dicha Institución acordó indemnizar a sus funcionarios por el reclamo planteado por los trabajadores por
aplicación errónea del inciso b) del acuerdo salarial suscrito el dieciséis de abril del dos mil dos entre RECOPE y el
Sindicato de Trabajadores Petroleros, Químicos y Afines (SITRAPEQUIA). Indica que no obstante haber suscrito
ante el Departamento de Recursos Humanos de RECOPE la lista que tal departamento conformó a fin de recibir la
indemnización que se acordó para todos los funcionarios que están en la misma condición que ella y en igualdad de
derechos, se le excluyó de la lista y del pago correspondiente por el solo hecho de ser funcionaria interina, no en
propiedad, según oficio DRH-115-05 del treinta de marzo del año en curso suscrito por el Director de Recursos
Humanos de RECOPE. Acusa que dicha violación a sus derechos fundamentales fue avalada por el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social. Acusa que aún cuando apeló de lo resuelto y solicitar una copia de la lista original que
ella había firmado, por oficio DRH-176-05 el Director de Recursos Humanos de RECOPE rechazó el recurso y
mantuvo su exclusión unilateral e incomunicada de la lista y el pago respectivos. Alega que personas que no
estuvieron incluidas en la lista original fueron incorporadas posteriormente y recibieron la indemnización respectiva.
Considera que ha sido objeto de discriminación por su sola condición de servidora interina. Solicita la recurrente se
declare con lugar el recurso.
2.- Informa bajo juramento Jeremías Vargas Chavarría, Ministro a.i. de Trabajo y Seguridad Social (folio 40),
que el trece de enero del dos mil cinco el Presidente Ejecutivo de Recope se presentó junto con el señor Vargas
Villalobos y la señora Madrigal Fernández, representante de un grupo de trabajadores de Recope y llegaron a un
acuerdo para la cancelación de un derecho litigioso. El diecinueve de enero del presente año, el Presidente Ejecutivo
de Recope se presentó junto con Chacón Herrera firmaron el acta de conciliación RAC-175-01-2005, siendo que, en
el artículo 2 se enumera la lista de trabajadores. El dos de marzo del dos mil cinco el Presidente Ejecutivo de Recope
y Juan Felipe Chacón Herra firmaron el acuerdo RAC-500-03-05, además mediante acta RAC-501 también concilió
con Francisco Vargas y Sonia Madrigal, representantes de otro grupo de trabajadores, quienes además presentaron
los poderes correspondientes de los trabajadores. Establece que en el mes de junio la señora Quirós Duchan
presentó una solicitud de conciliación en el Centro RAC que corresponde al RAC-1222-06-2005 pero en el acta que
se levantó consta que Recope no concilió. Además de ello, mediante conciliación RAC-1512-08-2005 del cuatro de
agosto del dos mil cinco Recope concilió con la funcionaria María Cecilia Fonseca, quién lo hizo personalmente en el
centro RAC, donde si hubo acuerdo. Explica que las conciliaciones del Centro RAC no son apelables, es un acuerdo
de ambas partes con la presencia de un funcionario del Ministerio que da fe de lo actuado, pero no es una resolución
que se pueda recurrir, las actas tienen autoridad y eficacia de cosa juzgada material según el artículo 9 de la ley
RAC # 7727. Señala que como se hicieron cuatro actas de conciliación es posible que los que no firmaron la primera
lista fueran incorporados en las posteriores. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- Informa Litleton Bolton Jones, Presidente Ejecutivo de Recope y Humberto Alvarado Monge, Director de
Recursos Humanos de Refinadora Costarricense de Petróleo RECOPE (folio 86) indican que tiene razón la
accionante en cuanto a su pretensión para que se reconozca la indemnización correspondiente al pago parcial del
2.84% concedido mediante los trámites de Resolución Alternativa de Conflictos a los trabajadores de RECOPE con
relaciones de trabajo de tiempo indefinido. Lo anterior, por cuanto la recurrente si bien al momento de negociarse el
RAC ostentaba un contrato a plazo fijo, lo cierto es que se trataba de un contrato continuado que venía renovándose
de plazo en plazo sin que fuera necesario este procedimiento por cuanto la trabajadora se encontraba nombrada en
una de las llamadas plazas de confianza de la Presidencia, previstas en el párrafo tercero del artículo 4 de la
217
Convención Colectiva de Trabajo vigente en la Empresa. De manera que, al ser esas plazas de libre nombramiento y
remoción, el fijarles un plazo, resultaba innecesario para efectos legales, pero como el sistema de cómputo de
Recursos Humanos la registraba como una trabajadora interina a plazo fija se le excluyó por el sistema de la lista
final presentada al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para formalizar el RAC.
4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta la Magistrada Rodríguez Arroyo ; y,
Considerando:
Único: Acusa la accionante violación a la sus derechos como trabajadora, en razón de que fue excluida de la
lista de trabajadores con derecho a la indemnización acordada por aplicación errónea del inciso b) del acuerdo
salarial suscrito el dieciséis de abril del dos mil dos entre RECOPE y el Sindicato de Trabajadores Petroleros,
Químicos y Afines (SITRAPEQUIA), por estar nombrada en forma interina, situación que a su criterio la discrimina.
Por su parte la autoridad recurrida reconoce que por un error administrativo se excluyó a la accionante de la
indemnización correspondiente al pago parcial del 2.84% concedido mediante los trámites de Resolución Alternativa
de Conflictos a los trabajadores de RECOPE con relaciones de trabajo de tiempo indefinido (folio 87). De lo anterior,
la Sala verifica la lesión a los derechos laborales de la gestionante. En consecuencia, lo procedente es declarar con
lugar el recurso, restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus derechos laborales.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso, restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se condena a
Refinadora Costarricense de Petróleo al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven
de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A.
Rosa María Abdelnour G.
Jorge Araya G.
218
Discriminación por el Modo de Vestir
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03291-03
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Alvaro Fallas vs Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología de la
Caja Costarricense de Seguro Social.
Al Sr. Fallas se le impidió su ingreso en pantalón corto al Hospital, por existir una
disposición administrativa que así lo determina, justificado por razones de orden moral y
de respeto a la dignidad de las personas adultas mayores que se atienden en el Hospital.
El artículo 33 de la Constitución Política.
En la sentencia #3630-99 la Sala consideró que: “Este es un problema que atañe a los
Derechos de la Personalidad, por lo que debe interpretarse en forma armónica lo
establecido en los artículos 28, 33 y 40 de la Constitución Política; 1, 5 párrafo 1, 11, 13,
24 y 32 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Este derecho
fundamental, conocido como el derecho de imagen, radica en la facultad que tienen los
individuos para proyectar su propia personalidad al exterior, siempre y cuando en su
consecución no atente contra la ley, el orden público o las buenas costumbres. Así, la
vestimenta es una forma que tienen las personas de proyectar su imagen hacia el exterior,
por lo que no puede limitarse ésta legítimamente, en el tanto no ofenda el decoro de la
colectividad”. El argumento de que por la condición de personas mayores de los pacientes
se pretenda preservar una cultura de inquebrantable decoro no es oponible frente a la
fuerza normativa de los derechos fundamentales.
Se declara con lugar el recurso y, en consecuencia, se deja sin efecto la prohibición de
ingreso con pantalones cortos a los visitantes del Hospital Nacional de Geriatría y
Gerontología.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
03291
2003
03-003384-0007-CO
Sala Constitucional
25/04/2003
12:24:00 PM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 03-003384-0007-CO
Res: 2003-03291
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las doce horas con
veinticuatro minutos del veinticinco de abril del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Alvaro J. Fallas
Granados, mayor, abogado pensionado, vecino de San Francisco de Dos Ríos, contra el Director General del
Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología de la Caja Costarricense de Seguro Social.
219
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 9:43 hrs. de 6 de marzo de 2003 (folio 1), el recurrente
interpone recurso de amparo contra el Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología de la Caja
Costarricense de Seguro Social y manifiesta que el 15 de enero de 2003, se presentó a las 11:00 de la mañana, en
la puerta del Hospital Doctor Raúl Blanco Cervantes, a efectos de realizar una diligencia. Cuando solicitó permiso
para ingresar, el guarda le dijo que no podía pasar porque iba en pantalón corto y ese tipo de atuendo era prohibido,
al punto de que había un rótulo visible en el que se anunciaba esa disposición. En virtud de ello y conociendo la
inconstitucionalidad de dicha disposición, solicitó conversar al respecto con el Administrador del Centro Médico, pero
lo atendió una funcionaria de seguridad reafirmándole la disposición. El 27 de enero anterior dirigió un escrito al
Director del mencionado Centro médico, exponiéndole lo sucedido y solicitándole la eliminación de dicha medida,
para cuando él u otra persona, previa justificación del caso, intente ingresar. Además le señaló la jurisprudencia que
sobre el caso concreto ha dictado esta Sala. Sin embargo, el 7 de febrero de 2003, mediante oficio DG-062-2003, el
Director Médico le contesta que no es posible acceder a su petición, posición que a su juicio violenta lo preceptuado
en los artículos 28, 33 y 40 de la Constitución Política.
2.- El Dr. Fernando Morales Martínez, Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología Dr.
Raúl Blanco Cervantes, informó que es cierto lo indicado por el recurrente, pero que la decisión administrativa de no
permitir el ingreso al Hospital a visitantes en las condiciones de vestuario que ha puntualizado el amparado, radica
en razones de orden moral y de respeto a la dignidad de las personas adultas mayores que se atienden en el
Hospital y para las cuales procuran preservar una cultura de inquebrantable decoro para su venerable condición de
persona longeva, que con el paso de los años ha perdido o ha visto disminuir de manera significativa sus
capacidades físicas y funcionales, además de sufrir, en muchos casos, importantes alteraciones de orden
económico, social, familiar y psíquico. Esas razones fueron puestas en conocimiento del amparado en oficio DG-0622003. Pide tener en consideración que las personas que atiende el Hospital son todas de edad avanzada; el
promedio de edad es de 85 años y la tasa de mortalidad es alta, por lo que su estadía en el hospital representa la
fase terminal de sus vidas. La disposición impugnada está dirigida a honrar esos momentos sublimes. Otro factor
que justifica la medida es la falta de privacidad, al disponerse de los salones comunes, en los cuales, la forma de
vestir de los visitantes es necesariamente compartida por los pacientes del salón.
3.- El Defensor de los Habitantes presenta coayuvancia activa (f. 17).
4.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y,
Considerando:
I.- Según el informe rendido por el Director del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, Dr. Raúl Blanco
Cervantes, es cierto que al amparado se le impidió su ingreso en pantalón corto al Hospital, por existir una
disposición administrativa que así lo determina, justificado por razones de orden moral y de respeto a la dignidad de
las personas adultas mayores que se atienden en el Hospital y para las cuales procuran preservar una cultura de
inquebrantable decoro para su venerable condición de persona longeva, que con el paso de los años ha perdido o ha
visto disminuir de manera significativa sus capacidades físicas y funcionales, además de sufrir, en muchos casos,
importantes alteraciones de orden económico, social, familiar y psíquico.
II.- En la sentencia #3630-99 de 03630-99 13:45 hrs. de 14 de mayo de 1999, en un caso similar presentado
en contra del Hospital Calderón Guardia, en que se justificaba la medida por la naturaleza y connotación de recato y
sobriedad de los centros de salud, la Sala consideró que: “ En este caso se está ante la disyuntiva de si se pueden
establecer limitaciones a la forma que tiene una persona de manifestarse, de cara a las exigencias sociales. Este es
un problema que atañe a los Derechos de la Personalidad, por lo que debe interpretarse en forma armónica lo
establecido en los artículos 28, 33 y 40 de la Constitución Política; 1, 5 párrafo 1, 11, 13, 24 y 32 de la Convención
220
Americana sobre Derechos Humanos. Este derecho fundamental, conocido como el derecho de imagen, radica en
la facultad que tienen los individuos para proyectar su propia personalidad al exterior, siempre y cuando en su
consecución -y basados en el principio de libertad- no atente contra la ley, el orden público o las buenas costumbres.
Al respecto, el numeral 28 constitucional, en lo que interesa dice: “ Nadie puede ser inquietado ni perseguido por la
manifestación de sus opiniones ni por acto alguno que no infrinja la ley. Las acciones privadas que no dañen la
moral o el orden públicos, o que no perjudiquen a la tercero, están fuera de la acción de la ley...”. Así, la vestimenta
es una forma que tienen las personas de proyectar su imagen hacia el exterior, por lo que no puede limitarse ésta
legítimamente, en el tanto no ofenda el decoro de la colectividad. En el escrito de interposición de este recurso indica
el amparado que cuando se presentó a las instalaciones del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia vestía un
pantalón de vestir casual hasta la rodilla, el que, a criterio de esta Sala, no dañan, de ninguna forma, la moral o las
buenas costumbres, máxime si se toma en cuenta que se le está restringiendo el acceso a un edificio público, lo que
conllevaría a desconocer la naturaleza misma del Servicio Público. Conclusión. Como corolario de lo expuesto, no
estima este Tribunal que se haya dañado ningún precepto moral, con el tipo de vestimenta que dijo el recurrente
portaba el día de los hechos, por lo que la medida tomada por el guarda de la entrada del edificio de Hospital Rafael
Ángel Calderón Guardia fue irracional y discriminatoria, por lo que el presente recurso deviene procedente, y así
debe declararse.”
III.- El antecedente citado es plenamente aplicable al presente caso. Aunque no son desdeñables las
argumentaciones del recurrido, en el sentido de que por la condición de personas mayores de los pacientes se
pretenda preservar una cultura de inquebrantable decoro, lo cierto es que tal argumento no es oponible frente a la
fuerza normativa de los derechos fundamentales, por lo que procede dejar sin efecto la prohibición de ingreso con
pantalones cortos a los visitantes del Hospital Nacional de Geriatría.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso y, en consecuencia, se deja sin efecto la prohibición de ingreso con
pantalones cortos a los visitantes del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología. Se condena a la Caja
Costarricense de Seguro Social al pago de las costas, daños y perjuicios ocasionados con los hechos que han dado
lugar a esta declaratoria, los cuales se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
José Luis Molina Q.
José Miguel Alfaro R.
221
Discriminación Laboral
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 01625-05
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Carlos Madrigal vs Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos.
El Sr. Madrigal fue incorporado por el CFIA, en calidad de “Topógrafo Asociado”, con un
título que no ha sido reconocido por el CONESUP.
Se presentó una diferencia de criterio entre la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros
Topógrafos y la Junta Directiva General del CFIA.
El primero fue informado por el Departamento de Formación Profesional de Ingenieros y
Arquitectos que el contenido curricular del plan de estudios de la carrera del Diplomado en
Topografía ofrecido por el Instituto Parauniversitario Loyola, del cual es graduado el
amparado, era deficitario e insuficiente en el área de “ciencias de la ingeniería”, por lo que
debía restringirse el ámbito de desempeño laboral de aquellas personas que hubieran
obtenido el título de topógrafo en dicha institución educativa por lo que el Colegio de
Ingenieros Topógrafos definió condiciones de incorporación para estos casos.
La Junta Directiva del CFIA, se separó de lo acordado por el Colegio de Ingenieros
Topógrafos, y ordenó incorporar a esos egresados como asociados, limitando sus
funciones a siete tareas.
Para el Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica estos casos deben incorporarse
como asociados en calidad de asistentes de topografía por lo que el acto de incorporación
no les autoriza para ejercer la profesión independiente de manera que no pueden adquirir
el Protocolo de Agrimensor.
El recurrente acusa que se le está restringiendo arbitrariamente, en sede administrativa, en
el ejercicio de su profesión y con ello a la vez se le discrimina, porque a otras personas
incorporadas igualmente como “Topógrafo Asociado” se les ha entregado el respectivo
protocolo, mientras que a él se lo niegan.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Le corresponde a la Sala pronunciarse sobre a que es materia reservada a la ley todo lo
concerniente al ejercicio profesional en tanto se trata de una libertad pública, lo que incluye
las condiciones de la incorporación a un colegio profesional.
En ese contexto, al margen de la diversidad de criterio que evidencian los representantes
del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros
Topógrafos, en lo que atañe a los alcances de la incorporación como “Topógrafo
Asociado” que le fue otorgada al ampardo por el primero de esos colegios profesionales, lo
cierto es que, sin perjuicio de que se realicen los procedimientos que corresponde en
Derecho para anular o revocar el acto administrativo emitido, el amparado adquirió un
derecho a ejercer la profesión para la cual obtuvo un título, que fue reconocido por el
Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, sin que esté facultado este Colegio para
restringirlo en el ejercicio de las funciones que esa incorporación le faculta, tal cual fue
dada, en igualdad de condiciones con otros topógrafos incorporados como asociados.
Estima la Sala que la restricción impuesta al amparado en el ejercicio de su profesión, a
pesar de haber sido incorporado como Topógrafo Asociado, resulta lesiva a su derecho al
trabajo y al artículo 34 de la Constitución Política , del cual deriva el principio de
intangibilidad de los actos propios, que obliga a la Administración a volver sobre sus
222
Conclusión
propios actos en vía administrativa únicamente bajo las excepciones permitidas en los
artículos 155 y 173 de la Ley General de la Administración Pública. Para cualquier otro
caso, debe acudir a la vía de la lesividad, ante el juez de lo contencioso administrativo.
Se declara con lugar el recurso. Se ordena a quien ocupe el cargo de Director Ejecutivo
del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, que de inmediato se giren las
instrucciones u órdenes que corresponda, con el fin de que el amparado pueda ejercer su
profesión en igualdad de condiciones (derechos y obligaciones) inherentes a su
incorporación a ese Colegio como “Topógrafo Asociado”.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
01625
2005
04-008719-0007-CO
Sala Constitucional
18/02/2005
9:22:00 AM
De Fondo
Vargas Benavides Adrián
Recurso de amparo
Exp: 04-008719-0007-CO
Res: 2005-01625
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas con
veintidós minutos del dieciocho de febrero del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por CARLOS
MADRIGAL CARVAJAL, mayor, portadora de la cédula de identidad número uno-quinientos setenta y tresnovecientos cinco, a favor de SI MISMO, contra el COLEGIO FEDERADO DE INGENIEROS Y ARQUITECTOS.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce con treinta y un minutos del cuatro de septiembre
de dos mil cuatro, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos.
Manifiesta el veintiséis de agosto de dos mil cuatro fue incorporado al Colegio recurrido, en calidad de Topógrafo
Asociado, por lo que el treinta de agosto siguiente se presentó junto con otros profesionales ante el Colegio
recurrido, con el fin de retirar el correspondiente Protocolo y así comenzar a ejercer en forma plena la profesión
para la cual fue autorizado. Explica que en dicho lugar no se le hizo entrega del protocolo, por órdenes de la
institución recurrida, aunque extraoficialmente tuvo conocimiento de que a otros de los profesionales incorporados en
ese misma fecha sí se les entregó protocolo, lo que a considera una discriminación infundada en su contra. Aduce
que la negativa del Colegio recurrido a entregarle el respectivo protocolo conlleva que no pueda ejercer su profesión,
lo que implica una restricción ilegítima a su derecho al trabajo. Además, estima que por tratarse de una decisión
administrativa sin fundamento en una ley específica, surge la lesión del principio de legalidad, tutelado en el numeral
11 de la Carta Magna , por lo que solicita que se declare con lugar el recurso interpuesto y se ordene en sentencia
que se le entregue su protocolo. Asimismo, por ser contrarias a Derecho, pide se dejen sin efecto las restricciones
impuestas en cuanto al ejercicio de las funciones de topógrafo y, en su caso, se determine que queda autorizado
para ejercer las potestades o labores determinadas por la legislación, conforme lo establece la Ley número 4294.
Finalmente, solicita que se condene a la parte recurrida al pago de los daños y perjuicios ocasionados, que se
liquidarán en ejecución que en Derecho corresponda.
2.- Rinde informe OLMAN VARGAS ZELEDÓN, en su calidad de DIRECTOR EJECUTIVO DEL COLEGIO
FEDERADO DE INGENIEROS Y ARQUITECTOS (folio 18), que si bien es cierto el amparado fue incorporado como
223
“Topógrafo Asociado” también lo es que la Junta Directiva General de ese Colegio dispuso, en el acuerdo 16 de la
sesión número 33-03/04-G.E., apartarse de la recomendación hecha por el Colegio de Ingenieros Topógrafos, que
era rechazar la incorporación de una serie de postulantes entre los que se encontraba el recurrente, por lo que
decidió incorporar a dichas personas al Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, previa solicitud al
Departamento de Formación Profesional del Colegio de un estudio del currículo y atestados presentados, con el fin
de determinar correctamente cuál era su perfil profesional y así poder delimitar su campo de ejercicio. Aduce que la
decisión de la Junta Directiva está fundada en un voto de la Sala Constitución , según el cual el Colegio Federado de
Ingenieros y de Arquitectos puede determinar esa situación, con base en un estudio del currículo del postulante (voto
número 1626-97). Considera que esa Junta Directiva actuó en uso de las facultades establecidas en el artículo 54
del Reglamento Interior General y determinó que el recurrente, así como todas las demás personas indicadas en el
acuerdo 16 citado, podían ser incorporadas a ese Colegio pero que el campo de su ejercicio profesional debía estar
restringido, ya que en virtud de lo que pudo determinar el Departamento de Formación Profesional (oficio 09-04
DFP), el contenido curricular del plan de estudios de esas personas que obtienen un título de “Diplomado en
Topografía” del Instituto Parauniversitario para el Desarrollo” era deficitario e insuficiente en el área de “ciencias de la
ingeniería” y concluye que los contenidos establecidos en las asignaturas del plan de estudios son válidos para el
nivel que propone (Técnico en el nivel medio) y, por lo tanto, el ámbito de desempeño laboral se debe restringir al
mismo. Afirma que el Colegio recurrido remitió el oficio número 441-2004-CIT del veinticuatro de agosto de dos mil
cuatro, indicándole que el acuerdo número 16 mediante el cual se incorporó el recurrente, no autorizaba la venta de
protocolos a los profesionales; sin embargo, al no estar clara la interpretación hecha por el Colegio de Ingenieros
Topógrafos, como medida cautelar se le comunicó al Jefe del Departamento de Ejercicio Profesional que
suspendiera el registro de la responsabilidad profesional de esos profesionales, mientras la Junta Directiva General
aclaraba los alcances del acuerdo de incorporación mencionado, como se puede comprobar con el oficio número
105-2004-DE de treinta y uno de agosto de dos mil cuatro. Informa que la Junta conocería el asunto en la sesión
convocada para el nueve de septiembre de dos mil cuatro. En ese sentido, considera que no existe una
discriminación sino que, en virtud de lo indicado por el Colegio de Ingenieros Topógrafos, se suspendió
cautelarmente esa venta, en tanto aclaraba la Junta Directiva General si el acuerdo de incorporación prohíbe es
venta, lo que quien suscribe el informe estima que no es cierto. Refiere que la decisión de no vender esos
protocolos no viene del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, sino del Colegio de Ingenieros Topógrafos en
el citado oficio número 441-2004-CIT, mientras que el primero de ellos lo que hizo fue, como medida cautelar,
solicitar la suspensión de cualquier registro de la responsabilidad profesional de esas personas, mientras la Junta
Directiva General aclaraba la situación. Considera que no se trata de discriminación sino de una medida temporal
razonada, que tiene sustento en el Reglamento Interior General y que se origina ante la duda entre dos órganos del
Colegio Federado. Alega que no existe en contra del recurrente una restricción ilegítima al ejercicio de la profesión,
pues las limitaciones establecidas por la Junta Directiva General tienen fundamento en un estudio del plan de
estudios que siguió el recurrente, en el que se detectaron una serie de deficiencias que lo inhabilitan para el ejercicio
en determinadas áreas de la profesión. Estima que por lo anterior, no puede hablarse de una violación del principio
de legalidad, ni del principio de igualdad, puesto que las limitaciones impuestas a los profesionales incorporados en
el acuerdo 16 de la sesión número 33-03/04-G.E., responden a un estudio técnico realizado a los currículos
aportados por esos profesionales en su proceso de incorporación y fueron dictadas en el ejercicio de las
competencias establecidas en el ordenamiento jurídico de ese Colegio. Argumenta que de acuerdo con el estudio
curricular que se le practicó al recurrente por parte del Departamento de Formación Profesional de ese Colegio, él no
está en la misma situación académica de igualdad con otros topógrafos asociados, en vista de que se determinó que
su plan de estudios contenía deficiencias que lo inhabilitan para ejercer determinadas áreas de la profesión y,
además, sus estudios no fueron cursados en una universidad sino en un instituto parauniversitario, de ahí que las
condiciones académicas ni las jurídicas sean las mismas. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- Por escrito presentado en la Secretaría de la Sala , a las quince horas con cinco minutos del quince de
octubre de dos mil cuatro (folio 37), el recurrente refuta el informe rendido por el Director Ejecutivo del Colegio
Federado de Ingenieros y Arquitectos. Manifiesta que la parte recurrida intenta desviar la atención del hecho de que
al recurrente se le incorporó en calidad de topógrafo asociado, lo que implica que se encuentra legitimado para
realizar las labores que realiza un topógrafo, sin que pueda establecerse restricción alguna a dicho ejercicio. Afirma
que si el Colegio recurrido consideraba que el amparado no reunía las condiciones o requisitos para optar por la
incorporación al Colegio en calidad de Topógrafo, no podía proceder a la incorporación, puesto que, a partir del
224
momento de la incorporación en calidad de Topógrafo Asociado se generaron derechos adquiridos a favor del
amparado. Aduce que el recurrido omite informar si es o no cierto que a algunas personas se les hizo entrega del
Protocolo y a otras no, con lo que queda establecida la lesión al derecho a la igualdad. Señala que la restricción de
funciones de las que fue objeto, le fue comunicada formalmente hasta después de que se presentó el recurso de
amparo, lo que implica una transgresión a sus derechos y garantías constitucionales. Por otra, parte alega que la
sesión de la Junta Directiva General del Colegio recurrido pactada para el nueve de septiembre de dos mil cuatro, en
la que se conocería de la situación del recurrente, no se llevó a cabo, lo que denota el desinterés de los
representantes de la institución recurrida en solventar su situación. En razón de lo anterior solicita que se declare con
lugar el recurso.
4.- Por resolución del Magistrado Instructor de las nueve horas seis minutos del veintiocho de octubre de dos
mil cuatro, se tuvo como parte recurrida al Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica. (Folio 44)
5.- Informa Luis Fernando Ramírez Arguedas, en su condición de Director Ejecutivo del Colegio de
Ingenieros Topógrafos (folio 50), que el amparado es egresado de un Colegio Parauniversitario cuyos créditos no
son reconocidos por el CONESUP. Afirma que el título del Sr. Madrigal no ha sido reconocido por el CONESUP y
que según nota 0992-03/04JDG, anexo B, a él se le admitió como topógrafo asociado, permitiéndole ejercer en
determinados campos de acción, los cuales no completan una carrera de ingeniero topógrafo.
6.Réplica del amparado al informe rendido por la autoridad recurrida. (Folios 99 y 108). En los
procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta el Magistrado Vargas Benavides ; y,
Considerando:
I.-Objeto del recurso. El recurrente reclama que a pesar de haber sido incorporado por el Colegio Federado de
Ingenieros y Arquitectos, en calidad de “Topógrafo Asociado”, dicho Colegio le impuso una serie de restricciones
para el ejercicio de su profesión que considera contrarias al derecho al trabajo. Asimismo, reclama que las
autoridades de la institución recurrida se niegan a venderle el protocolo de agrimensor, a pesar de que sí se lo ha
vendido a otros profesionales que fueron incorporados al mismo tiempo que el amparado, lo que estima violatorio del
principio de igualdad.
II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial:
a) Mediante solicitud de incorporación del veintidós de julio de dos mil cuatro, el recurrente Madrigal Carvajal
gestionó su incorporación ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica, en calidad de
Topógrafo Asociado (Copia de la solicitud de incorporación visible a folios 2 y 3 del Expediente Administrativo).
b) Por medio de memorando número 09-04-DFP del dos de marzo de dos mil cuatro, el Departamento de
Formación Profesional de Ingenieros y Arquitectos se dirigió al Director Ejecutivo del Colegio de Ingenieros
Topógrafos, informándole que después de haber realizado la evaluación de los programas de estudio del Diplomado
en Topografía ofrecido por el Instituto Parauniversitario Loyola, se concluía que el contenido curricular del plan de
estudios de la carrera era deficitario e insuficiente en el área de “ciencias de la ingeniería”, por lo que debía
restringirse el ámbito de desempeño laboral de aquellas personas que hubieran obtenido el título de topógrafo en
dicha institución educativa. (Memorando visible a folio 33)
c) Mediante oficio número 0992-03/04-JDG del veintitrés de agosto de dos mil cuatro, el Director Ejecutivo del
Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica comunicó al recurrente que la Junta Directiva General
de dicho Colegio había determinado, mediante acuerdo número 16 de la sesión número 33-03/04-G.E. del
diecinueve de agosto de dos mil cuatro, apartarse de la recomendación hecha por la Junta Directiva del Colegio de
225
Ingenieros Topógrafos en oficio número 401-2004-CIT e incorporarlo como Asociado del Colegio Federado de
Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica. Asimismo se le informó que en esa misma sesión se había acordado limitar
su ejercicio profesional a las siguientes actividades: a) Levantamiento de poligonales; b) Replanteamiento de
poligonales; c) Cálculo del área comprendida dentro de poligonales; d) Localización de detalles naturales y artificiales
existentes dentro del área de nivelaciones; e)Desarrollo de perfiles y secciones transversales; y f) Levantamiento de
obras ya construidas. Lo anterior de conformidad con lo dispuesto por el oficio número 09-04-DFP, emitido por el
Departamento de Formación Profesional del Colegio recurrido. (Informe de la autoridad visible a folios 18 y 19 y
copia del oficio número 0992-03/04-JDG visible a folio 27).
d) Mediante oficio número 441-2004-CIT del veinticuatro de agosto de dos mil cuatro, el Colegio de Ingenieros
Topógrafos indicó al Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos que el acuerdo número 16,
de la sesión número 33-03/04-G.E de la Junta Directiva General de dicho Colegio, no autorizaba la venta de
protocolos a los profesionales que habían sido incorporados mediante el citado acuerdo. (Informe de la autoridad
visible a folio 20).
e) El veintiséis de agosto de dos mil cuatro, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica
otorgó al amparado el certificado que le autoriza para ejercer la profesión como “Topógrafo Asociado”. (Copia a folio
10; copia de certificación a folio 11)
f) El título del amparado no ha sido reconocido por el CONESUP. (Informe del Director Ejecutivo del Colegio
de Ingenieros Topógrafos visible a folio 50)
g) Por medio de Memorando número 1055-2004-DE del treinta y uno de agosto de dos mil cuatro, el Director
Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos solicitó a la Junta Directiva General del Colegio de
Ingenieros Topógrafos que aclarara los alcances de los acuerdos que autorizaron la incorporación de los graduados
de los Institutos Universitarios para el Desarrollo e Ignacio de Loyola. Informó además que en tanto se aclararan
dichos alcances, había girado instrucciones para que se dejara en suspenso cualquier solicitud de registro catastral
de dichos profesionales. (Copia del citado memorando visible a folio 26).
h) Mediante oficio 449-2004-CIT del dos de septiembre de dos mil cuatro, el Director Ejecutivo del Colegio de
Ingenieros Topógrafos de Costa Rica se dirigió a la Junta Directiva General del Colegio Federado de Ingenierosy de
Arquitectos, le transcribió el acuerdo tomado por la Junta Directiva de ese Colegio en la sesión extraordinaria numero
21-2004-TE, celebrada el dos del mismo mes y año, en el cual –entre otras cosas- exige a la Junta Directiva del
CFIA “que, de inmediato, se ordene a la administración del CFIA, que los títulos que documentan la incorporación
como asociados de estos asistentes de topografía, claramente indiquen que se incorporan como asociados en
calidad de asistentes de topografía, y que no les autoriza ese acto de incorporación para ejercer la profesión
independiente.” También se presenta una enérgica protesta y se exige que se sancione a los responsables de no
haberse girado las instrucciones debidas en tiempo, lo que generó el problema, para lo cual solicitaron una
investigación. (Folio 30)
i) Al amparado no le ha sido entregado el Protocolo de Agrimensor.
Colegio de Ingenieros Topógrafos, visible a folio 51)
(Informe
del Director Ejecutivo del
III.- Planteamiento del caso. En el presente asunto se presentó una diferencia de criterio entre la Junta
Directiva del Colegio de Ingenieros Topógrafos y la Junta Directiva General del Colegio Federado de Ingenieros y de
Arquitectos, en cuanto a la incorporación de dos grupos de egresados de dos diferentes instituciones
parauniversitarias, a saber, el Colegio Parauniversitario de Loyola y el Instituto Parauniversitario para el Desarrollo
(antes Loyola), del cual es graduado el amparado. Las condiciones para la incorporación del amparado y otros
graduados de esos centros de estudios fueron definidas por la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros Topógrafos,
mediante nota número 401-2004-CIT, pero luego la Junta Directiva del Colegio Federado de Ingenieros y de
Arquitectos, mediante acuerdo número 16, se separó de lo acordado por el primer Órgano y ordenó incorporar a
esos egresados como asociados, limitando sus funciones a las siguientes tareas: levantamiento de poligonales,
replanteamiento de poligonales, cálculo del área comprendido dentro de poligonales, localizaciones de detalles
226
naturales y artificiales existentes dentro del área, nivelaciones, desarrollo de perfiles y secciones transversales,
levantamiento de obras ya construidas. El criterio del Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica es que esas
son funciones que pueden ser ejercidas bajo el contrato, dirección y supervisión de un topógrafo debidamente
incorporado al Colegio de Ingenieros Topógrafos, que son los que tienen fe pública y pueden presentar planos de
agrimensura, de manera que no pueden adquirir el Protocolo de Agrimensor. Por su parte, el recurrente estima
lesionados sus derechos fundamentales, porque a él se le incorporó en calidad de “Topógrafo Asociado” y, en tal
virtud, se encuentra legitimado par realizar las labores que ejecuta cualquier topógrafo, ya que el título no dice que
se le incorpora en carácter de asistente de topografía. En esa línea de pensamiento, acusa el recurrente que se le
está restringiendo arbitrariamente, en sede administrativa, en el ejercicio de su profesión y con ello a la vez se le
discrimina, porque a otras personas incorporadas igualmente como “Topógrafo Asociado” se les ha entregado el
respectivo protocolo, mientras que a él se lo niegan,
IV.- Marco normativo.
El Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica es un organismo de carácter público, con
personería jurídica plena y patrimonio propio, que tiene jurisdicción en todo el territorio nacional y cuyos fines
primordiales están establecidos en el artículo 4 de su Ley Orgánica. Este Colegio está integrado por los siguientes
Colegios y Organismos: “Artículo 16. a) Colegios: Colegio de Ingenieros Civiles, que incluye a los Ingenieros
Civiles, Ingenieros Topógrafos, (...) De conformidad con el artículo 34 de la Ley de cita, cada uno de los colegios
miembros tendrá su organización propia, su Asamblea General y su Junta Directiva. El gobierno de cada colegio lo
ejercerá su Asamblea General y su Junta Directiva, cada una dentro de la esfera de su competencia. Según el
artículo 3 ídem, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos está integrado por miembros activos, miembros
honorarios, miembros corresponsales, miembros ausentes, miembros visitantes, miembros egresados, miembros
temporales, miembros estudiantes y asociados. En el presente caso, el amparado fue incorporado como “Topógrafo
Asociado”. El ordinal 5 de la Ley Orgánica del Colegio de Ingenieros y de Arquitectos dice textualmente: “i) Serán
Asociados: Aquellos profesionales o técnicos que ostenten una licencia universitaria o de otra institución educativa
de nivel académico medio o superior, o concedida por leyes especiales, en materias afines a las profesiones que
integran el Colegio Federado, lo cual será requisito fundamental para el ejercicio de su profesión en el campo
correspondiente. Dichos asociados tendrán voz pero no voto en las Asambleas Generales del respectivo colegio.
Un reglamento especial definirá cuáles profesionales o técnicos serán admitidos como asociados y regulará sus
derechos y obligaciones.” En sentencia número 2002-05133 de las catorce horas cuarenta y seis minutos del
veintiocho de mayo de dos mil dos, la Sala se pronunció sobre la constitucionalidad de la norma antes transcrita,
disponiendo en lo conducente que: “Se anula por inconstitucional de la Ley Orgánica del Colegio Federado de
Ingenieros y Arquitectos N° 3663, la frase contenida en el artículo 5) inciso i) que dispone “...Dichos asociados
tendrán voz pero no voto en las Asambleas Generales del respectivo Colegio”; de esa misma ley, el término referido
a miembro(s) “activo (s)”, según corresponda, introducido en los artículos 8 inciso e), 9, 14, 23 inciso f), 35, 39,41,
49, 59 y 62 y en los numerales 55 inciso c), 57, 60, 61, 70 y 78 del Reglamento Interior General del Colegio
Federado de Ingenieros y Arquitectos ; en todos ellos únicamente en cuanto se utiliza el referido término para hacer
diferencia de trato con los miembros “asociados” . De la Ley de Presupuesto número 7097 del dieciocho de agosto
de mil novecientos noventa y ocho, se anula por inconstitucional únicamente la disposición que deroga el artículo 3
de la Ley 5361; al recobrar vigencia el texto original, se anula el contenido total del transitorio XII, artículo 3 de la ley
5361. Se anula la frase “Esas personas podrán asistir a las Asambleas
Generales del Colegio de Ingenieros Topógrafos con voz, sin voto, y no podrán ser electos en ningún cargo
del mismo” contenida en el Transitorio II del artículo 6 , de la ley 5361 . En lo demás se declara sin lugar la acción,
entendiéndose que esos cuerpos normativos deben interpretarse de conformidad con lo señalado en esta sentencia,
evitando toda discriminación irrazonable entre miembros “activos” y “asociados”. –Resaltado en negritas es del
original- El artículo 51 de la Ley Orgánica del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos establece que el
mismo: “...tendrá amplias facultades para regular todo lo relativo al ejercicio de las diversas profesiones que lo
integran, incluyendo aquellos técnicos y profesionales intermedios afines a alguno de los colegios miembros, en todo
de acuerdo al inciso f) del artículo 23 de esta Ley.”
V.- Sobre el fondo.
227
Excede las competencias de este Tribunal Constitucional la definición de las atribuciones que confiere al
amparado el hecho de haber sido incorporado al Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, en calidad de
Topógrafo Asociado, como también zanjar el diferendo entre los Colegios profesionales indicados, en punto a esa
temática. No obstante, lo que sí le corresponde a la Sala es pronunciarse sobre lo dicho ya en otras
oportunidades, en cuanto a que es materia reservada a la ley todo lo concerniente a l ejercicio profesional en tanto
se trata de una libertad pública, lo que incluye las condiciones de la incorporación a un colegio profesional (ver votos
número 0 1626-97 de las quince horas veintiún minutos del dieciocho de marzo de mil novecientos noventa y siete y
el 08725-98 de las nueve horas con quince minutos del cuatro de diciembre de mil novecientos noventa y ocho). En
ese contexto, al margen de la diversidad de criterio que evidencian los representantes del Colegio Federado de
Ingenieros y de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros Topógrafos, en lo que atañe a los alcances de la
incorporación como “Topógrafo Asociado” que le fue otorgada al ampardo por el primero de esos colegios
profesionales, lo cierto es que, sin perjuicio de que se realicen los procedimientos que corresponde en Derecho para
anular o revocar el acto administrativo emitido, el amparado adquirió un derecho a ejercer la profesión para la cual
obtuvo un título, que fue reconocido por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, sin que esté facultado
este Colegio para restringirlo en el ejercicio de las funciones que esa incorporación le faculta, tal cual fue dada, en
igualdad de condiciones con otros topógrafos incorporados como asociados.
VI.- Conclusión. Estima la Sala que la restricción impuesta al amparado en el ejercicio de su profesión, a
pesar de haber sido incorporado como Topógrafo Asociado, resulta lesiva a su derecho al trabajo y al artículo 34 de
la Constitución Política , del cual deriva el principio de intangibilidad de los actos propios, que obliga a la
Administración a volver sobre sus propios actos en vía administrativa únicamente bajo las excepciones permitidas en
los artículos 155 y 173 de la Ley General de la Administración Pública. Para cualquier otro caso, debe acudir a la vía
de la lesividad, ante el juez de lo contencioso administrativo. (Ver entre otras las sentencias número 02186-94 de las
diecisiete horas tres minutos del cuatro de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, y las 2754-93 y 4596-93. En
tal virtud, se impone la estimatoria de este recurso con sus consecuencias.
Por tanto:
Se declara CON LUGAR el recurso. Se ordena a OLMAN VARGAS ZELEDÓN o a quien ocupe el cargo de
Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, que de inmediato se giren las instrucciones u
órdenes que corresponda, con el fin de que el amparado pueda ejercer su profesión en igualdad de condiciones
(derechos y obligaciones) inherentes a su incorporación a ese Colegio como “Topógrafo Asociado”. Se le advierte a
OLMAN VARGAS ZELEDÓN, o a quien ocupe el cargo, que de no acatar la orden dicha, incurrirá en el delito de
desobediencia y, que de conformidad con el artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se le impondrá prisión de tres
meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir,
dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más
gravemente penado. Se condena al Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos al pago de las costas, daños y
perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de
sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese la presente resolución a OLMAN VARGAS ZELEDÓN, o a
quien ocupe el cargo, en forma personal.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Susana Castro A.
Rosa María Abdelnour G.
228
No Discriminación
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03172-02
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
José Esquivel, a favor de Susana Esquivel vs el Colegio El Rosario.
La menor amparada fue alumna regular del Colegio recurrido durante el curso lectivo 2001
y durante los años anteriores. Por ser portadora de un trastorno de déficit de atención de
tipo pasivo y de intensidad moderada, y por requerimiento de los padres de familia y
recomendado por los Servicios Especializados de la Institución, a la joven Esquivel Zúñiga
se le practicaron adecuaciones curriculares no significativas durante los últimos años, en
las asignaturas en las que era requerido.
De acuerdo con la reglamentación vigente en la institución educativa recurrida, un
estudiante aplazado en más de tres asignaturas queda reprobado. En el caso de la
amparada ella reprobó las asignaturas de Ciencias, Matemática, Español y Religión, así
como Conducta.
La misma reglamentación establece que son los padres de familia que matriculan a sus
hijos en él los principales responsables de la educación y formación de sus hijos.
A lo largo del curso lectivo de 2001 a los padres de la menor amparada se les informó
acerca de los problemas de conducta de su hija pero no se recibió la oportuna atención de
su parte, ni se presentaron impugnaciones a las calificaciones asignadas a la joven.
El recurrente interpuso recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra la
resolución del Consejo de Promoción del Colegio que denegó a la amparada la
autorización para realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro asignaturas. La
revocatoria se declaró sin lugar, pues lo resuelto se fundamentó en la valoración global del
rendimiento académico, del comportamiento y de las oportunidades y atención brindadas a
la amparada.
El recurrente estima que se ha violentado en perjuicio de la amparada su derecho a la
educación, su derecho de defensa y el principio de igualdad.
El artículo 33 de la Constitución Política.
Compete a la Sala determinar dos cosas: si se ha dado a la menor amparada un trato
discriminatorio en razón de su discapacidad, y si en la decisión tomada por el recurrido
tuvo oportunidad de defensa, a fin de no perjudicar su derecho a la educación.
Obsérvese que es reconocido por el recurrente que a su hija se le hizo una adecuación
curricular dentro del Colegio recurrido, en razón de presentar déficit atencional con
hiperactividad y problemas de aprendizaje y así haber sido autorizado de su parte.
De igual forma, que el rendimiento académico de la amparada y sus problemas de
conducta se fueron presentando a lo largo del curso lectivo, lo cual no podría haber
ignorado el amparado puesto que como padre de familia debió preocuparse por estar al
tanto del proceso educativo en que se encontraba la menor.
Inconforme con la decisión del Consejo de Promoción presenta esta acción de amparo,
reclamando un derecho inexistente a que a la menor amparada se le realicen pruebas de
aplazados en una asignatura adicional al máximo de tres establecido, cuando la
reglamentación interna determina que esa es una potestad de ese órgano y no un derecho
del estudiante.
229
Conclusión
No es de recibo el alegato de discriminación ni violación al debido proceso esgrimido
ahora en esta sede, considerando que la amparada ha gozado de las oportunidades que el
sistema educativo da a personas con sus problemas de aprendizaje y de forma alguna se
puede decir que haya estado indefensa.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
03172
2002
01-012614-0007-CO
Sala Constitucional
05/04/2002
9:53:00 AM
De Fondo
Vargas Benavides Adrián
Recurso de amparo
Exp: 01-012614-0007-CO
Res: 2002-03172
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas con
cincuenta y tres minutos del cinco de abril del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por José Orlando Esquivel
Solís, portador de la cédula de identidad número 1-496-904, a favor de Susana Patricia Esquivel Zúñiga; contra el
Colegio El Rosario.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas y dos minutos del veintiuno de diciembre de
dos mil uno (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Colegio El Rosario y manifiesta que su hija
ha sido alumna de la Institución desde kinder y en su expediente consta que tiene déficit atencional con
hiperactividad y problemas de aprendizaje, motivo por el cual oportunamente se solicitó la correspondiente
readecuación curricular al Departamento de Orientación y así fue aprobada. Añade que por medio de la profesora
guía se enteró que la amparada iba a perder las materias de ciencias, matemáticas, español y religión, se le negó la
posibilidad de realizar los exámenes de la primera convocatoria, pese que a otra compañera, de nombre Laura
Morgan Sancho, quien también perdió cuatro materias, sí se le otorgó la posibilidad de realizar los exámenes.
Además, en un primer momento no se le indicaron las razones por las que se le había negado dicha oportunidad.
Manifiesta que tampoco se le indicó por qué se le habían asignado puntajes inferiores a los mínimos o cuál era la
composición de cada evaluación, lo que la dejó en un estado de indefensión. Por lo anterior presentó un recurso de
revocatoria con apelación en subsidio el seis de diciembre pasado, y mediante resolución del diecisiete de ese
mismo mes el Consejo de Promoción le indicó las razones por las que se le impedía realizar los exámenes de la
primera convocatoria: que la amparada fue aplazada por reprobar cuatro materias y fue "improbada" en
comportamiento. Aduce que si bien el Consejo de Promoción estaba facultado para autorizar la presentación de
pruebas de aplazados, aun cuando lo hubiese sido en cuatro materias, ello dependía de la conducta del alumno, y en
el caso de la amparada se manifestó que "su problema son las tardías y el uniforme, es malcriada e hiperactiva, se le
ha hablado pero no cambia". Con sustento en lo anterior se rechazó el recurso de revocatoria y no se elevó la
apelación. Señala el recurrente que no es cierto que la amparada fuese "improbada " en conducta. En todo caso,
considera que del análisis de las razones dadas para negarle la posibilidad de realizar los citados exámenes se
corrobora que se utilizó su propia discapacidad (déficit atencional con hiperactividad y problemas de aprendizaje).
Indica que tales argumentos son los mismos que justificaron la adecuación curricular, por lo que estima ilegítimo que
ahora se utilice su propia discapacidad para darle un trato diverso respecto a otros estudiantes y limitarle la
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posibilidad de realizar pruebas de aplazados. Por lo anterior estima que se ha violentado en perjuicio de la amparada
su derecho a la educación, su derecho de defensa y el principio de igualdad. Solicita que se declare con lugar el
presente recurso, se anule la resolución que impide a la amparada hacer los exámenes de primera convocatoria y
que se ordene al colegio recurrido al pago de daños, perjuicios y costas del proceso. Interlocutoriamente solicita que
se ordene la realización de las pruebas denegadas.
2.- Contesta la audiencia conferida Maricel Hernández León, en su calidad de Directora del Colegio El Rosario
(folio 27), manifestando que esa es una institución privada perteneciente a la Congregación Hermanas Dominicas de
la Anunciata. Afirma que la Institución cuenta con sus propios reglamentos, entre ellos, el Reglamento de Evaluación
y Normas de Promoción, los que son de pleno conocimiento y aceptación de los padres de familia que optan por sus
servicios educativos. Así, considera que las normas relativas a la evaluación de los aprendizajes, a la promoción, así
como a la calificación de la conducta y sus consecuencias no solo están claramente estipuladas sino que se integran
a la relación contractual con los padres de familia. Insiste en que los padres de familia o encargados adquieren
contractualmente los servicios educativos implicados en una oferta concreta, en beneficio de sus hijos, para el logro
de objetivos cognoscitivos concretos y una formación adecuada para la convivencia en la sociedad, siendo que la
normativa institucional forma parte sustantiva de la relación contractual que se establece. Sobre los hechos que
indica el recurrente, indica que es cierto que la amparada fue alumna regular del Colegio El Rosario durante el curso
lectivo de dos mil uno y durante los años anteriores a este último, así como que ella es portadora de un trastorno de
déficit de atención de tipo pasivo y de intensidad moderada. También dice que es cierto que, a requerimiento de los
padres y por recomendación de los servicios especializados de la institución, se le practicaron a la amparada durante
los últimos años una serie de adecuaciones curriculares no significativas en todas las asignaturas en las que era
requerido. Señala que al padre de familia se le informó a lo largo del curso lectivo, mediante los procedimientos de
comunicación establecidos, los problemas de conducta de su hija que se venían presentando con los distintos
profesores. Rechaza las afirmaciones del recurrente y acusa su incumplimiento como padre de la amparada en
relación con su obligación contractual de firmar los instrumentos de evaluación ya calificados, de asistir a las citas o
convocatorias que le formularan cualquiera de las instancias institucionales y asistir con previa cita a la institución
para informarse del rendimiento académico y la condición de conducta de la menor, tal como lo estipulan los inciso h,
k y m del artículo 17 del Reglamento de Evaluación y Normas de Promoción de la Institución, por lo que niega
rotundamente que a lo largo del curso lectivo no tuvo información clara y directa sobre el rendimiento académico de
su hija, pues al menos desde el segundo trimestre los padres de la menor tenían pleno conocimiento de que la
aprobación del octavo año de la amparada estaba en grave riesgo; en consecuencia, considera que no es cierto que
el padre no tuviera información clara y directa acerca de los problemas de la menor a lo largo del curso lectivo.
Señala que la amparada se encontraba aplazada en las asignaturas de Ciencias, Matemática, Español y Religión,
además de haber improbado en comportamiento y según el reglamento, un estudiante aplazado en más de tres
asignaturas debe repetir el curso lectivo. No obstante, el Consejo de Promoción está facultado, con carácter
excepcional, para autorizar a un estudiante a realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro asignaturas
cuando los elementos y las circunstancias del bajo rendimiento justifiquen el beneficio. En el caso de la amparada se
consideró, con base en criterios técnicos, que era mejor para su interés el no dejarla presentar las pruebas de
aplazados. Alega que las razones por las cuales el Consejo de Promoción dispuso no autorizar la presentación de
pruebas de aplazados en cuatro asignaturas a favor de la amparada fueron claramente informadas al recurrente y
reiteradas al momento de resolver el recurso de revocatoria y apelación. Se argumentó que la amparada demostraba
poco interés hacia el estudio, incumplía con los trabajos asignados, era desordena, interrumpía las lecciones, lo cual,
unido con el poco apoyo brindado a la labor docente por parte de la familia y la baja calificación obtenida en
conducta hicieron tomar la decisión al Consejo de no concederle el beneficio. Informa que no es cierto que el
Consejo utilizara como argumento el déficit atencional y los problemas de aprendizaje de la amparada para denegar
la autorización para presentarse a convocatoria de aplazados, y en todo caso, hace énfasis en que la reglamentación
institucional establece claramente los recursos que los padres pueden utilizar cuando estén disconformes con las
calificaciones asignadas, los puntajes asignados en las pruebas, acciones que deben producirse a lo largo del
proceso de evaluación y no al finalizar el curso lectivo, tal como lo hizo el aquí recurrente. Señala además que en las
actas del Consejo de Promoción que se realizó al finalizar cada período lectivo, se consignó reiteradamente la
despreocupación del recurrente con relación a los esfuerzos institucionales de comunicación con el hogar.
Argumenta que es cierto que, mediante escrito fechado seis de diciembre de dos mil uno, el recurrente presentó ante
el Consejo de Promoción un recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra la decisión de este órgano de
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no autorizar a la recurrente para presentar las pruebas de aplazados, siendo que le recurso de revocatoria fue
declarado sin lugar, en parte con fundamento en los razonamientos de carácter técnico que constan en la resolución
dictada por el Consejo de Promoción del diecisiete de diciembre de dos mil uno, pero no existe instancia en donde
discutir lo resuelto por el órgano colegiado, por lo cual la otra parte del recurso fue declarada sin lugar por no contar
con campo de aplicación. Señala que en la Institución la nota mínima para la aprobación del comportamiento es de
ochenta en todos los niveles, de acuerdo con lo establecido en el artículo treinta del Reglamento de Evaluación,
Normas y Promoción, por lo que la amparada, al haber obtenido una calificación de setenta y tres en el tercer
trimestre quedó improbada. Considera que en ningún momento se ha violentado el debido proceso por cuanto nunca
se le ha negado la comunicación con la institución, además de que el padre en ningún momento gestionó ninguna
cita con los educadores responsables. Con respecto a la nota de conducta, señala que el Consejo de Promoción
estimó que la calificación otorgada se fundamentó en llegadas tardías y en el uso incorrecto del uniforme. Considera
asimismo que en el actuar de la Institución no ha habido violación al derecho a la educación ni al principio de
igualdad. Solicita que se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta el magistrado Vargas Benavides ; y,
Considerando:
I.- En tratándose de acciones de amparo dirigidas contra sujetos privados (como es aquí el caso), la Sala ha
sido clara al decir: "Por su excepcional naturaleza, el trámite ordinario de los recursos de amparo contra sujetos de
derecho privado exige comenzar por examinar si, en la especie, estamos o no ante alguno de los supuestos que lo
hacen admisible, para posteriormente y en caso afirmativo– dilucidar si es estimable o no." (Sentencia número
00151-97 de las 15:27 horas del 8 de enero de 1997) . Indica la Ley de la Jurisdicción Constitucional, artículo 57, que
esta clase de demandas se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado, cuando éstos
actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren,de derecho o de hecho, en
una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o
tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales
a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma Ley . En el caso concreto, la acción resulta admisible en
tanto el sujeto privado recurrido actúa en ejercicio de funciones o potestades públicas y además se encuentra de
derecho en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resultan claramente
insuficientes o tardíos para garantizar los derechos fundamentales que se consideran agraviados.
II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente
demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido
referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: La menor amparada fue alumna regular del Colegio recurrido
durante el curso lectivo 2001 y durante los años anteriores. Por ser portadora de un trastorno de déficit de atención
de tipo pasivo y de intensidad moderada, y por requerimiento de los padres de familia y recomendado por los
Servicios Especializados de la Institución, a la joven Esquivel Zúñiga se le practicaron adecuaciones curriculares no
significativas durante los últimos años, en las asignaturas en las que era requerido, (contestación del recurrido a folio
32). De acuerdo con la reglamentación vigente en la institución educativa recurrida, un estudiante aplazado en más
de tres asignaturas queda reprobado. En el caso de la amparada ella reprobó las asignaturas de Ciencias,
Matemática, Español y Religión, así como no alcanzó el mínimo de 80 reglamentariamente establecido para la nota
en conducta, sino un 75.33, reprobando también en esa materia, (contestación del recurrido a folio 35, Informe de
Notas al Hogar a folio 15). En el Colegio El Rosario se cuenta con un Consejo de Promoción, facultado para
autorizar, con carácter excepcional, que un estudiante pueda realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro
asignaturas, cuando los elementos y las circunstancias del bajo rendimiento justifiquen la concesión o el beneficio. El
caso de la recurrente fue conocido por ese Consejo, acordándose ratificar su condición de reprobada, para lo cual se
tomó en consideración el poco interés demostrado por la menor hacia el estudio, incumplimiento en trabajos
asignados, desorden, interrupción de lecciones y el poco apoyo brindado a la labor docente por parte de la familia,
(contestación del recurrido a folios 35 y 37). De conformidad con la reglamentación vigente en el Colegio recurrido y
que es aceptada por los padres de familia que matriculan a sus hijos en él, son ellos o los encargados del estudiante
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los principales responsables de la educación y formación de sus hijos, y por lo tanto es su deber apoyar a la
institución en general y al educador en especial, en la consecución de los fines y objetivos del proceso de
aprendizaje. Por lo tanto deben estar pendiente permanentemente de la situación de los estudiantes, formular las
objeciones que estimen pertinentes a las calificaciones otorgadas a ellos, dentro de los tres días hábiles siguientes a
la entrega de los resultados, firmar los instrumentos de evaluación ya calificados, asistir a las citas o convocatorias
que le formulen cualquiera de las instancias institucionales, y asistir con previa cita a la institución a informarse del
rendimiento académico y la condición de conducta de sus hijos o menores a su cargo, (contestación del recurrido a
folios 28 y 29). A lo largo del curso lectivo de 2001 a los padres de la menor amparada se les informó, mediante los
procedimientos de comunicación establecidos -agenda escolar o cuaderno de comunicaciones, informe trimestral de
notas al hogar y entrevistas acerca de los problemas de conducta de su hija, que se venían presentando con los
distintos profesores, pero no se recibió la oportuna atención de su parte, ni se presentaron impugnaciones a las
calificaciones asignadas a la joven Esquivel Zúñiga, (contestación del recurrido a folio 33, expediente administrativo
tenido a la vista). El recurrente interpuso recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra la resolución del
Consejo de Promoción que denegó a la amparada la autorización a la amparada para realizar las pruebas de
convocatoria hasta en cuatro asignaturas. La revocatoria se declaró sin lugar, pues lo resuelto se fundamento en la
valoración global del rendimiento académico, del comportamiento y de las oportunidades y atención brindadas a la
amparada, "…que resultaron ser las no deseadas ni queridas por la Institución, por no corresponder al proceso
formativo que se sigue", y como no existe autoridad administrativa en el Colegio para conocer en alzada, sus
decisiones no tienen recurso de apelación, siendo que la Directora del Colegio es miembro de ese Consejo, por lo
que tampoco podía resolver la inconformidad del impugnante, (copia del recurso a folio 8; copia de la resolución del
Consejo a folio 12; contestación del recurrido a folio 44).
III.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos de relevancia para esta
resolución: Que a la amparada se le haya brindado un trato discriminatorio en el Colegio recurrido, con fundamento
en su discapacidad. Que se le haya dado un trato discriminatorio en relación con otra estudiante. Que el recurrente
haya solicitado ser atendido por profesores del Colegio recurrido para discutir la situación de su hija y se le haya
negado.
IV.- Por la sumariedad de la acción de amparo y, en el caso particular, por la excepcionalidad de su admisión
entratándose de acciones u omisiones atribuibles a sujetos de derecho privado, compete a la Sala –en lo que atañe
a este asunto básicamente determiner dos cosas: si se ha dado a la menor amparada un trato discriminatorio en
razón de su discapacidad, y si en la decisión tomada por el recurrido tuvo oportunidad de defensa, a fin de no
perjudicar su derecho a la educación. Así, del atento estudio de los autos concluye la Sala que en la especie no se
constata ni la discriminación ni la vulneración al debido proceso y derecho de defensa alegados. Obsérvese que es
reconocido por el recurrente que a su hija se le hizo una adecuación curricular dentro del Colegio recurrido, en razón
de presentar déficit atencional con hiperactividad y problemas de aprendizaje y así haber sido autorizado de su parte.
En razón de lo cual "…se le ubicó en los primeros lugares de la fila lo más cerca posible de la pizarra; se le concedió
más tiempo para el desarrollo de los exámenes; se le autorizó el uso de calculadora durante las pruebas; se le
otorgó puntaje a los pasos realizados en forma correcta en los distintos ítems, aunque el resultado final no fuera el
correcto. Se revisó las pruebas ante de su entrega para evitar que omitiera respuestas y, no obstante, los objetivos
propuestos no se alcanzaron a lo largo del curso lectivo, por desinterés de la menor y por la carencia de apoyo del
hogar" (folio 44). De igual forma, que el rendimiento académico de la amparada y sus problemas de conducta se
fueron presentando a lo largo del curso lectivo, lo cual no podría haber ignorado el amparado puesto que como padre
de familia debió preocuparse por estar al tanto del proceso educativo en que se encontraba la menor. Lo anterior es
palpable en el Informe de Notas al Hogar que él mismo aporta (folio 15), de conformidad con el cual la nota de
conducta de la amparada pasó de un 65.00 a un 88.00 para volver a bajar a un 73 en el 3T01; igualmente en relación
con las cuatro materias reprobadas, en las que es claro el bajo rendimiento demostrado. Así que aparte de que la
Directora del Colegio informa a la Sala que sí se hicieron llamados al hogar que no fueron atendidos, lo cierto es que
el informe de notas se basta por sí mismo, siendo que su entrega es trimestral, sin que se alegue ni conste en el
expediente administrativo tenido a la vista que el recurrente haya presentado impugnación alguna a lo largo del año,
surgiendo su preocupación al finalizar el curso lectivo, cuando su hija ya quedó reprobada.
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V.- Inconforme con la decisión del Consejo de Promoción presenta esta acción de amparo, reclamando un
derecho inexistente a que a la menor amparada se le realicen pruebas de aplazados en una asignatura adicional al
máximo de tres establecido, cuando la reglamentación interna determina que esa es una potestad de ese órgano y
no un derecho del estudiante. No aprecia la Sala con lo expuesto que el derecho fundamental a la educación de la
menor amparada se esté vulnerando con la actuación impugnada, en tanto no se trata ni de una sanción, ni de una
decisión intempestiva del Colegio recurrido y menos aún desconocida o al menos predecible por parte del recurrente,
quien en el cumplimiento de sus deberes paternos debe conocer la reglamentación del centro educativo privado
donde ha estudiado su hija por varios años, así como debió estar pendiente de la situación académica de ella a lo
largo de todo el curso lectivo, pero no lo hizo, de forma tal que no es de recibo el alegato de discriminación ni
violación al debido proceso esgrimido ahora en esta sede, considerando que la amparada ha gozado de las
oportunidades que el sistema educativo da a personas con sus problemas de aprendizaje y de forma alguna se
puede decir que haya estado indefensa.
VI.- No queda acreditado en autos la alegada discriminación de que supuestamente ha sido objeto la
amparada, en relación con el trato otorgado a otra estudiante en idénticas circunstancias, lo que además es
rotundamente negado por el sujeto de derecho privado recurrido, bajo el argumento de que la decisión del Consejo
de Promoción es eminentemente técnica y surge de la valoración global del rendimiento académico del respectivo
estudiante, de su comportamiento y de las oportunidades y atención brindadas, de forma que imposible resulta en
este proceso sumario de Amparo cuestionar ese criterio técnico y, al igual que los demás alegatos, éste debe ser
rechazado.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Eduardo Sancho G.
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Susana Castro A.
Gilbert Armijo S.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 06509-02
Partes
Caso
Fundación Universidad Braulio Carrillo, Fundación Universidad Autónoma de
Centroamérica, Fundación Academia Studium, Fundación para el Desarrollo Integral de las
Ciencias Sociales, Fundación Fidelitas, Fundación Sapientia Hispanoamericana,
Fundación Monseñor Bernardo Augusto Thiel, Fundación para el Desarrollo Social,
Fundación Central Costarricense, Fundación Manuel Aragón, Fundación Universitaria
ESCAE, Fundación Monterrey, Fundación Internacional de las Américas, Fundación
Autónoma de Costa Rica y Fundación Universidad Católica de Costa Rica vs Artículo 2,
inciso h) de la Ley del Impuesto sobre la Renta Nº 7092, reformado por el artículo 21 de la
Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria Nº 8114.
Las fundaciones recurrentes argumentan que el artículo 2, inciso h) de la citada ley viola el
principio de igualdad ante las cargas públicas, tutelado en los artículos 18 y 33 de la
Constitución Política, e incumple con el mandato constitucional de estimular la educación,
que establece el numeral 80 ibídem con base en que:
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Normativa
Involucrada
Desarrollo
1) se grava con el impuesto sobre la renta y se varía su naturaleza jurídica de las
fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria de "entes privados sin fines de
lucro", a "personas jurídicas que realizan actividades lucrativas" y se excluye a las
fundaciones que prestan servicios de educación secundaria, primaria y preescolar cuando
en realidad todas se encuentran en la misma situación de hecho, al brindar servicios
privados de enseñanza a la comunidad
2) se excluye del pago del citado impuesto a las universidades estatales, que se
encuentran en la misma situación de hecho y tienen la misma naturaleza jurídica, toda vez
que, ambas prestan servicios de educación en el ámbito universitario
3) al imponerles cargas onerosas y convertir a las fundaciones privadas que prestan
servicios de educación universitaria, en sujetos pasivos del impuesto sobre la renta, se
desestimula su actividad, toda vez que se verán afectadas por una consecuente
insuficiencia de fondos, y se les impedirá revertir los eventuales superávits, en el
mejoramiento de la calidad de la enseñanza que prestan a la comunidad universitaria.
Artículos 18, 33 y 80 de la Constitución Política.
Artículo 21 de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria Nº 8114: Adiciones.
Adiciónanse los artículos 2, 15, 23 y 34, así como un nuevo artículo 61 bis y un nuevo
artículo 64 bis a la Ley del Impuesto sobre la Renta, N o 7092, de 21 de abril de 1988 y
sus reformas, de la siguiente manera: 1) Un inciso h) artículo 2: "Artículo 2°Independientemente de la nacionalidad, el domicilio y del lugar de constitución de las
personas jurídicas o de la reunión de sus juntas directivas o de la celebración de los
contratos, son contribuyentes todas las empresas públicas o privada que realicen
actividades o negocios de carácter lucrativo en el país: (…) h) Los entes que se dediquen
a la prestación privada de servicios de educación universitaria, independientemente de la
forma jurídica adoptada, para lo cual deberán presentar la declaración respectiva. Se
exceptúa de lo dispuesto en esta norma, el ente creado mediante Ley 7044 del 29 de
setiembre de 1986. (…) " "Transitorio IV: Los entes dedicados a la prestación privada de
servicios de educación universitaria que, a la entrada en vigencia de la presente Ley, se
encuentren organizados bajo la figura jurídica de fundación, podrán optar por
transformarse en algún tipo de sociedad mercantil, la cual asumirá todas las obligaciones y
derechos correspondientes a la fundación que le dio origen. En ese supuesto, la sociedad
mercantil deberá inscribirse en la Bolsa Nacional de Valores y poner a disposición del
público las acciones que representen el cien por ciento (100%) del capital accionario.
El Estado cuenta con la potestad soberana, de sancionar normas jurídicas, de las que se
derive la obligación de pagar un tributo, o de respetar un límite tributario; de exigir
contribuciones a personas o a bienes que se hallan en su jurisdicción, así como conceder
exenciones.
No se viola el principio de igualdad frente a las cargas públicas (artículos 18 y 33 de la
Constitución Política). Este principio significa que la estructuración de un impuesto con
criterios de capacidad contributiva sólo será posible en tanto la igualdad de hecho, u otro
principio constitucionalmente protegido, no exija una estructura distinta
El hecho de que los legisladores hayan escogido como parámetro de definición, para
hacerse acreedor de las exoneraciones de ley, una lista concreta de actividades, no
necesariamente resulta violatorio de principio o norma constitucional alguna, por cuanto,
ello resulta de la discrecionalidad propia que les asiste, siempre y cuando no implique un
exceso legislativo o una injustificada diferenciación, que escape al marco constitucional.
Existe una diferencia entre la educación preescolar general básica y la enseñanza
universitaria, mientras que en las primeras son obligatorias por mandato constitucional (art.
78) y éstas y la educación diversificada son además gratuitas y costeadas por la Nación,
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Conclusión
según el mismo artículo 78 de la Constitución Política, no lo es la enseñanza universitaria,
de forma que siendo una carga para la Nación, el Estado puede válidamente incentivar los
centros privados de primaria y secundaria con exoneración de impuestos y gravar a la
actividad universitaria, sin que esa diferenciación resulte arbitraria.
No existe entre las universidades públicas y privadas una situación real de igualdad, en
tanto que se encuentran reguladas por cuerpos normativos totalmente distintos. La
exoneración que se otorga a las universidades estatales no resulta una medida
discriminatoria, en relación con las privadas, toda vez que la misma, no obedece a su
condición de universidades, sino a su condición de entes públicos.
No se viola el artículo 80 constitucional por cuanro esta norma alude al derecho que les
asiste a los habitantes de la República, sin ningún tipo de trabas o limitantes, de acceder a
la educación privada, debiendo los beneficiados cubrir los gastos que son propios a ella.
Con fundamento en las razones dadas, no hay violación alguna a los principios de
igualdad frente a las cargas públicas, ni a los de razonabilidad y generalidad, que derivan
de la relación de los artículos 18 y 33 constitucionales por el artículo 2, inciso h), de la Ley
número 7092, y tampoco habiendo éste contravenido el deber del Estado de incentivar la
educación, establecido en el artículo 80 de la Constitución Política.
Se declara sin lugar la acción.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
06509
2002
02-000824-0007-CO
Sala Constitucional
03/07/2002
2:53:00 PM
De Fondo
Mora Mora Luis Paulino
Acción de inconstitucionalidad
Exp: 02-000824-0007-CO
Res: 2002-06509
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con
cincuenta y tres minutos del tres de julio del dos mil dos. Acción de inconstitucionalidad promovida por Oscar Ramos
Valverde, cédula de identidad número tres-ciento noventa y cuatro-mil ciento ochenta y dos, en su condición de
Presidente de la Fundación Universidad Braulio Carrillo; Guillermo Malavassi Vargas, cédula número tres ciento diez
cuatrocientos noventa y dos, en su condición de representante legal y delegado ejecutivo de la Fundación
Universidad Autónoma de Centroamérica; Federico Malavassi Calvo, cédula de identidad tres-doscientos diecisietenovecientos setenta y cinco, en su condición de Presidente de la Fundación Academia Studium; Ricardo Guerrero
Portilla, cédula de identidad número uno-cuatrocientos sesenta y dos-doscientos setenta y uno, en su condición de
Presidente de la Fundación para el Desarrollo Integral de las Ciencias Sociales; Angel Marín Espinoza, cédula
número uno trescientos cinco ciento doce, en su doble condición de Presidente de la Fundación Fidelitas y de la
Fundación Sapientia Hispanoamericana; Claudio María Solano Cerdas, cédula de identidad dos-doscientos cuarenta
y uno trescientos ochenta, en su condición de Presidente y Delegado Ejecutivo de la Fundación Monseñor Bernardo
Augusto Thiel; Ligia Meneses Sanabria, cédula de identidad número tres doscientos cuarenta ciento sesenta y ocho,
en su condición de Presidenta de la Fundación para el Desarrollo Social; Gabriel Huezo García, cédula de identidad
número uno setecientos cuarenta y tres trescientos diecisiete, en su condición de Presidente de la Fundación Central
Costarricense; José Eduardo Alvarez Solano, mayor, cédula de identidad número tres ciento setenta y nueve
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ochocientos diecisiete, en su condición de Presidente de la Fundación Manuel Aragón; Jaime Eduardo Barrantes
Gamboa, cédula de identidad número uno quinientos veintisiete doscientos dieciocho, como apoderado general de la
Fundación Universitaria ESCAE; Jaime Barrantes Bermúdez mayor, cédula de identidad uno ciento sesenta y unoochocientos veinte, como apoderado general de la Fundación Monterrey; Alvaro Pazos Baldioceda, cédula número
uno cuatrocientos sesenta y tres doscientos setenta y nueve, en su condición de Presidente de la Fundación
Internacional de las Américas; María Elena Sancho González, cédula de identidad número uno cuatrocientos siete
ciento siete, en su condición de Presidenta de la Fundación Autónoma de Costa Rica; y Arnoldo Montero Martínez,
cédula de identidad tres ciento sesenta y uno setecientos dos, en su condición de Rector de la Fundación
Universidad Católica de Costa Rica; contra el artículo 2, inciso h) de la Ley del Impuesto sobre la Renta, número
7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho; reformado por el artículo 21 de la Ley de
Simplificación y Eficiencia Tributaria, número 8114, de cuatro de julio del dos mil uno (publicada en el Alcance
número 53 de La Gaceta número 131, de nueve de julio de dos mil uno). Intervinieron también en el proceso, Adrián
Torrealba Navas, en su calidad de Director General de Tributación y Farid Beirute Brenes, en representación de la
Procuraduría General de la República.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas y nueve minutos del veintiocho de enero
de dos mil dos, los accionantes solicitan que se declare la inconstitucionalidad del artículo 2, inciso h) de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho; reformado por el artículo 21
de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria, número 8114, de cuatro de julio de dos mil uno, publicada en el
Alcance número 53 de La Gaceta número 131, de nueve de julio de dos mil uno; por estimarlo contrario a los
principios de igualdad ante las cargas tributarias y generalidad de los tributos. Alegan, que sus representadas son
fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria; que mediante el artículo 21 de la Ley de Simplificación y
Eficiencia Tributaria, número 8114 de cuatro de julio de dos mil uno, se reformó el artículo 2 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta y se le introdujo un nuevo inciso h) al artículo 2, el cual establece, que los entes dedicados a la
prestación privada de los servicios de educación universitaria, independientemente de la forma jurídica adoptada,
deben presentar la declaración respectiva; que de acuerdo al Transitorio IV. de la Ley citada, los entes dedicados a
la prestación de servicios de educación universitaria, y al momento de entrada en vigencia de la Ley mencionada,
organizados bajo la forma jurídica de fundación, podrán optar por transformarse en algún tipo de sociedad mercantil,
la cual asumirá todas las obligaciones y derechos correspondientes a la fundación que le dio origen; argumentan,
que el artículo 2, inciso h) de la citada ley, viola el principio de igualdad ante las cargas públicas, tutelado en los
artículos 18 y 33 de la Constitución Política, e incumple con el mandato constitucional de estimular la educación, que
establece el numeral 80 ibídem; con base en que: a. se grava con el impuesto sobre la renta y se varía su naturaleza
jurídica, de "entes privados sin fines de lucro", a "personas jurídicas que realizan actividades lucrativas", a las
fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria, y se excluye a las fundaciones que prestan servicios de
educación secundaria, primaria y preescolar; cuando en realidad todas se encuentran en la misma situación de
hecho, al brindar servicios privados de enseñanza a la comunidad; b. se excluye del pago del citado impuesto a las
universidades estatales, que se encuentran en la misma situación de hecho y tienen la misma naturaleza jurídica,
toda vez que, ambas prestan servicios de educación en el ámbito universitario; y, c. al imponerles cargas onerosas y
convertir a las fundaciones privadas que prestan servicios de educación universitaria, en sujetos pasivos del
impuesto sobre la renta, se desestimula su actividad, toda vez que se verán afectadas por una consecuente
insuficiencia de fondos, y se les impedirá revertir los eventuales superávits, en el mejoramiento de la calidad de la
enseñanza que prestan a la comunidad universitaria. En virtud de lo anterior, considerando infringidos los artículos
18, 33 y 80 de la Constitución Política, solicitan que se declare la inaplicabilidad del artículo 2, inciso h) de la Ley
sobre el Impuesto de la Renta, por resultar contrario al principio de igualdad ante las cargas públicas que deriva de la
relación de los artículos 18 y 33 de la Constitución Política, así como del artículo 80 ídem.
2.- Por resolución de las once horas con cuarenta y cinco minutos del veinte de febrero del dos mil dos (visible
a folio 40 del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la
República y a la Dirección General de la Tributación Directa.
237
3.- La Procuraduría General de la República rindió su informe, visible a folios 44 a 52. En cuanto a los
cuestionamientos de constitucionalidad, respecto al inciso h) del artículo 2 de la Ley número 7092, refiere: a. que no
se da violación alguna al principio de igualdad, toda vez que, el legislador, en virtud del poder tributario del Estado,
optó por ampliar el universo de los contribuyentes al impuesto sobre la renta; que el criterio de distinción utilizado, no
fue el tipo de asociación que desarrolla la actividad, ni que esta fuera pública o privada, sino el hecho de que, la
actividad desarrollada por las fundaciones que prestan el servicio de educación superior universitaria, lejos de
constituirse en una actividad con una finalidad altruista, deviene en una actividad eminentemente comercial; que al
lucrar las universidades privadas con su actividad, se desvirtuó la finalidad para la que fueron creadas, con lo cual, a
juicio del Estado, no ameritaba que continuaran beneficiadas con una no sujeción al impuesto de la renta, lo que
lógicamente si constituía un quebrando al principio de igualdad tributaria que deriva de la relación de los artículos 18
y 33 constitucionales; b. que existe una marcada diferencia entre la educación preescolar y general básica, y la
enseñanza superior universitaria, por cuanto, las primeras, de conformidad con el artículo 78 de la Constitución
Política, resultan obligatorias, gratuitas y costeadas por el Estado, lo cual no sucede con la enseñanza superior
universitaria; de forma que, no es ésta una carga para el Estado, como sí lo son las otras, y en razón de ello, puede
éste incentivar válidamente los centros de educación privados con exoneración de impuestos, y gravar la enseñanza
universitaria, sin que tal categorización resulte arbitraria y por ende contraria al principio de igualdad tributaria; c. en
cuanto a la pretendida situación de igualdad real entre las universidades estatales y las privadas, aduce que se
justifica un trato distinto, en virtud de que las mismas se encuentran reguladas por cuerpos normativos distintos, y
además, tal diferenciación no obedece a la condición de universidades, sino a la de entes públicos; d. en lo que se
refiere a la supuesta violación del artículo 80 de la Constitución Política, indica que el hecho de que la enseñanza
privada merezca ser estimulada por el Estado, no significa un límite constitucional al ejercicio del poder tributario de
éste; que a su vez define los límites para gravar una u otra actividad, y asimismo, marca los parámetros para crear
regímenes de incentivos para desarrollar el mandado constitucional. Por todo lo anterior, considera la Procuraduría
General de la República, que no se da violación alguna al principio de igualdad tributaria que deriva de la relación de
los artículos 18 y 33 de la Constitución Política, ni de los principios de razonabilidad y generalidad comprendidos en
el mismo, ni resulta violado el artículo 80, por cuanto no se establece allí un límite constitucional al ejercicio del poder
tributario del Estado.
4.- La Dirección General de Tributación contestó a folio 53 la audiencia concedida, manifestando que: a. en lo
que se refiere a la presunta violación al principio de igualdad ante las cargas públicas, el legislador estableció
expresamente, que son contribuyentes del impuesto sobre la renta, todos los entes que se dediquen a la prestación
de los servicios de educación privada, con la excepción del ente creado mediante Ley número siete mil cuarenta y
cuatro, de veintinueve de septiembre de mil novecientos ochenta y seis, lo cual es permitido por la propia facultad del
legislador al crear tributos; razón por la cual, no llevan razón los accionantes; y, b. no resulta de recibo la indicada
violación al artículo 80 constitucional, por cuanto la creación del tributo a las Fundaciones analizadas, no vulnera o
restringe la iniciativa privada, puesto que simplemente se trata de un tributo que deberá ingresar a la Administración,
en virtud de la actividad que ejerce en materia de educación privada, y de acuerdo con el principio de capacidad
económica. Por todo lo anterior, solicita la Dirección General de Tributación, que se declare sin lugar la acción de
inconstitucionalidad interpuesta.
5.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
fueron publicados en los números 47, 48 y 49 del Boletín Judicial, de los días siete, ocho y once de marzo de dos mil
dos (folio 43).
6.- En este proceso se prescinde de la audiencia prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, con base en el artículo 9 del citado cuerpo legal que faculta a la Sala para resolver por el fondo del
proceso, cuando cuente con elementos de juicio suficientes para ello.
7.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley.
Redacta el magistrado Mora Mora ; y,
Considerando:
238
I.- Sobre la admisibilidad. Esta acción se plantea con base en el recurso de amparo que se tramita en
expediente número 469-2002, y se encuentra pendiente de resolución en esta Sala. Con ello se cumplen los
requisitos de fondo y forma establecidos por los artículos 75 y siguientes de la Ley de la Jurisdicción Constitucional,
de manera que la acción resulta admisible y debe conocerse por el fondo.
II.- Objeto de la impugnación. El texto de normas impugnadas es el siguiente: "ARTÍCULO 21.- Adiciones.
Adiciónanse los artículos 2, 15, 23 y 34, así como un nuevo artículo 61 bis y un nuevo artículo 64 bis a la Ley del
Impuesto sobre la Renta, N o 7092, de 21 de abril de 1988 y sus reformas, de la siguiente manera: 1) Un inciso h)
artículo 2: "Artículo 2°- Independientemente de la nacionalidad, el domicilio y del lugar de constitución de las
personas jurídicas o de la reunión de sus juntas directivas o de la celebración de los contratos, son contribuyentes
todas las empresas públicas o privada que realicen actividades o negocios de carácter lucrativo en el país: (…) h)
Los entes que se dediquen a la prestación privada de servicios de educación universitaria, independientemente de la
forma jurídica adoptada, para lo cual deberán presentar la declaración respectiva. Se exceptúa de lo dispuesto en
esta norma, el ente creado mediante Ley 7044 del 29 de setiembre de 1986. (…) " "Transitorio IV: Los entes
dedicados a la prestación privada de servicios de educación universitaria que, a la entrada en vigencia de la presente
Ley, se encuentren organizados bajo la figura jurídica de fundación, podrán optar por transformarse en algún tipo de
sociedad mercantil, la cual asumirá todas las obligaciones y derechos correspondientes a la fundación que le dio
origen. En ese supuesto, la sociedad mercantil deberá inscribirse en la Bolsa Nacional de Valores y poner a
disposición del público las acciones que representen el cien por ciento (100%) del capital accionario." Previo a entrar
al análisis de los agravios formulados, para un mejor planteamiento del tema, resulta útil hacer la siguiente reseña
normativa: en el artículo 10 de la Ley de Fundaciones, número 5338, de veintiocho de agosto de mil novecientos
setenta y tres, el legislador estableció a favor de éstas, una exención de carácter genérico objetiva: "Las fundaciones
estarán exentas del pago de derechos de inscripción y de impuestos nacionales y municipales, salvo los
arancelarios, que sólo los podrá exonerar en cada caso el Ministerio de Hacienda, según la clase de bienes que se
trate y su destino." De esta forma, las instituciones dedicadas a la enseñanza superior privada, que se crearon como
fundaciones o asociaciones sin fines de lucro, al amparo de los artículos 5 y 15 de la Ley del Consejo Nacional de
Enseñanza Superior Privada, número 6693, de veintisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y uno, no se
encontraban obligadas al pago del impuesto sobre la renta. Como simple referencia se indica, que tales normas
fueron anuladas, mediante la sentencia número 7494-97, de las quince horas con cuarenta y cinco minutos, del once
de noviembre de mil novecientos noventa y siete, de este Tribunal. Posteriormente, el Estado, en ejercicio de su
poder Tributario, limitó ese régimen de favor, al promulgar la Ley Reguladora de todas las Exoneraciones vigentes,
número 7293, de treinta y uno de marzo de mil novecientos noventa y dos. En su artículo 1, derogó todas las
exenciones tributarias objetivas y subjetivas previstas en la normativa a la renta, con las excepciones a indicar por
ella misma, en el artículo 2, el cual concedió privilegios únicamente a las fundaciones sin fines de lucro; dedicadas a
la atención de menores en abandono, deambulantes o en riesgo social (inciso d), y las dedicadas a la recolección y
tratamiento de basura, a la conservación de recursos naturales, ambiente en general, higiene ambiental y salud
pública, (inciso e); con ello, las exoneraciones no previstas en tales incisos, quedaron tácitamente derogadas. A
partir de ese momento, las fundaciones dedicadas a la enseñanza universitaria privada, quedaron, "en teoría",
obligadas al pago de los tributos nacionales y municipales. El artículo 15 de la Ley en mención, modificó el artículo 3
de la Ley número 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, eximiendo del impuesto de la renta,
únicamente a las fundaciones, cuyos ingresos y patrimonio, se destinen en su totalidad, exclusivamente para fines
públicos o de beneficencia y que, en ningún caso, se distribuyan directa o indirectamente entre sus integrantes. Pese
a lo descrito, las fundaciones que interesan, no quedaron explícitamente obligadas al pago del impuesto de la renta,
sino hasta la entrada en vigencia de la Ley número 8114, de cuatro de julio de dos mil uno, que reformó la Ley del
Impuesto sobre la Renta, 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, y le adicionó el inciso h) al
artículo 2. Mediante éste, se grava a los entes dedicados a la prestación privada de servicios de educación
universitaria, independientemente de la forma jurídica adoptada, y se les excluye de la no sujeción al impuesto sobre
la renta. La anterior disposición, se complementa con el Transitorio IV de la Ley, que facilita el proceso de conversión
de las fundaciones dedicadas al servicio de la enseñanza superior universitaria, a cualquier tipo de sociedad
mercantil.
239
III.- Sobre el fondo. Los cambios normativos descritos, que dispusieron la sujeción de las fundaciones
dedicadas a la enseñanza privada universitaria, al cobro del impuesto sobre la renta, son manifestación del poder
tributario del Estado; significa, según lo expresado en reiterada jurisprudencia esta Sala, que
el Estado cuenta con la potestad soberana, de sancionar normas jurídicas, de las que se derive la obligación
de pagar un tributo, o de respetar un límite tributario; de exigir contribuciones a personas o a bienes que se hallan en
su jurisdicción, así como conceder exenciones. Tal potestad se ve limitada únicamente por los principios que derivan
de la Constitución Política, entre los cuales se encuentran: el Principio de Legalidad o Reserva de Ley, el de la
Igualdad ante las cargas tributarias, y el de Razonabilidad y Proporcionalidad. En virtud del primero, los tributos
deben emanar de una Ley de la República; de acuerdo con el segundo, no deberán crear discriminaciones en
perjuicio de sujetos pasivos, y deberán abarcar integralmente a todas las personas o bienes previstas en la ley,
asegurando el mismo tratamiento a quienes se encuentren en análogas situaciones; y de acuerdo con el tercero,
deberá cuidarse de que no sean de tal identidad, que violen la propiedad privada; todo ello, con base en
los artículos 18, 33, 40, 45, 121 inciso 13) constitucionales. Al respecto, pueden consultarse, entre otras, las
resoluciones números 1341-93, de las diez horas con treinta minutos, del veintinueve de marzo de mil novecientos
noventa y tres; 730-95, de las quince horas del tres de febrero de mil novecientos noventa y cinco; 3444-96,de las
once horas con cuarenta y cinco minutos, del veintidós de marzo de mil novecientos noventa y seis; y 6940-96, de
las nueve horas con
veintisiete minutos, del veinte de diciembre de mil novecientos noventa y seis.
El Estado también se encuentra facultado para modificar las cargas tributarias, y asimismo, para determinar
quiénes quedarán exentos de ellas. Las exenciones, pese a ser concedidas en función de determinadas condiciones,
valoradas en su momento por el legislador, pueden ser modificadas o derogadas por una ley posterior. Tal proceder,
antes que ser arbitrario, es una respuesta a las necesidades fiscales del país, en el entendido de que su aplicación
surtirá efectos a partir de la vigencia de la respectiva norma. En ese sentido, se ha expresado la jurisprudencia
constitucional, en las sentencias números 2197-92, de las catorce horas con treinta minutos, del once de agosto de
mil novecientos noventa y dos; 1341-93 ya citada; 687-96, de las quince horas con dieciocho minutos, del siete de
febrero de mil novecientos noventa y cinco; y 6940-96, de las nueve horas con veintisiete minutos, del veinte de
diciembre de mil novecientos noventa y seis.
IV.- Alegan los accionantes, que la norma cuestionada, viola el principio de igualdad frente a las cargas
públicas, que se encuentra tutelado en los artículos 18 y 33 de la Constitución Política. Este principio, de acuerdo
con la tradicional configuración conceptual y dogmática del tributo, y poniendo de relieve su inclusión en el resto del
ordenamiento jurídico, significa, "aceptar que la igualdad, como valor superior de éste, actúa sobre él no sólo como
criterio orientador, sino también como límite, con la consecuencia de que el tributo, en cuanto instrumento
constitucional para la obtención de recursos y a la vista de su especial aptitud para la producción de efectos
económicos, sólo puede ser correctamente entendido si se le considera subordinado, entre otros, al valor superior de
la igualdad; sea con otras palabras, la estructuración de un impuesto con criterios de capacidad contributiva sólo
será posible en tanto la igualdad de hecho, u otro principio constitucionalmente protegido, no exija una estructura
distinta" (sentencia número 3444, de las quince horas con doce minutos, del nueve de julio de mil novecientos
noventa y seis). La justicia tributaria conlleva, que la aplicación de los tributos esté sujeta a los criterios de justicia
constitucional, que están por encima de cada una de las instituciones que integran el ordenamiento jurídico. El
principio de igualdad supone, que en iguales circunstancias se otorgue un trato igual por parte del Estado, y
asimismo, que al mediar diferencias entre los afectados, se les otorgue un trato desigual. Los alcances de éste
principio, han sido sobradamente fijados, por ejemplo en las sentencias números 1372-92, de las catorce horas con
cincuenta minutos, del veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y dos; 1440-92, de las quince horas con treinta
minutos, del dos de junio de mil novecientos noventa y dos; 782-93, de las dieciséis horas con veintisiete minutos,
del dieciséis de febrero de mil novecientos noventa y tres; 483-94, de las catorce horas con cincuenta y cuatro
minutos, del veinticinco de enero de mil novecientos noventa y cuatro; 1160-94, de las diez horas con treinta
minutos, del dos de marzo de mil novecientos noventa y cuatro; 6098-94, de las nueve horas con veintisiete minutos,
del dieciocho de octubre de mil novecientos noventa y cuatro; y 5670-95, de las quince horas con treinta y nueve
minutos, del diecisiete de octubre de mil novecientos noventa y cinco. El hecho de que los legisladores hayan
escogido como parámetro de definición, para hacerse acreedor de las exoneraciones de ley, una lista concreta de
actividades, no necesariamente resulta violatorio de principio o norma constitucional alguna, por cuanto, ello resulta
de la discrecionalidad propia que les asiste, siempre y cuando no implique un exceso legislativo o una injustificada
240
diferenciación, que escape al marco constitucional. El principio en cuestión, supone asimismo, de acuerdo con lo
expresado en la sentencia 4829-98, de las quince horas con treinta y seis minutos, del ocho de julio de mil
novecientos noventa y ocho, que: "Todos deben contribuir a los gastos del Estado en proporción a su capacidad
económica, de manera tal que en condiciones idénticas deben imponerse los mismos gravámenes, lo cual no priva al
legislador de crear categorías especiales a condición de que no sean arbitrarias y se apoyen en una base
razonable." Ciertamente, lo anterior implica, que el tributo debe estar concebido de tal forma, que cualquier persona,
cuya situación coincida con la señalada como hecho generador, será sujeto del impuesto.
V.- En cuanto a la alegada discriminación entre fundaciones que se dedican a la enseñanza privada, en el
ámbito preescolar y escolar, respecto de las que lo hacen en la enseñanza universitaria. Ya éste Tribunal expresó
recientemente, en la sentencia número 2642-2001, de las catorce horas con treinta minutos, del cuatro de abril de
dos mil uno: "No cabe duda de que existe una diferencia entre la educación preescolar general básica y la
enseñanza universitaria, mientras que en las primeras son obligatorias por mandato constitucional (art. 78) y éstas y
la educación diversificada son además gratuitas y costeadas por la Nación, según el mismo artículo 78 de la
Constitución Política, no lo es la enseñanza universitaria, de forma que siendo una carga para la Nación, el Estado
puede válidamente incentivar los centros privados de primaria y secundaria con exoneración de impuestos y gravar a
la actividad universitaria, sin que esa diferenciación resulte arbitraria." El criterio transcrito fue vertido con ocasión de
la Consulta legislativa facultativa de constitucionalidad, del entonces proyecto de Ley de Simplificación y Eficiencia
Tributarias, específicamente, en lo referente al artículo 21, inciso 1). Entre otras cosas, se cuestionaba la
constitucionalidad del establecimiento de las universidades privadas como contribuyentes del impuesto sobre la
renta. En esa ocasión, se trajo a colación, la sentencia número 7494-97, de las quince horas con cuarenta y cinco
minutos, del once de noviembre de mil novecientos noventa y siete, en donde se discutió acerca de la naturaleza
jurídica de las instituciones dedicadas a la enseñanza superior privada, en ese entonces, regulada por los artículos 5
y 15 de la Ley del Consejo Nacional de Enseñanza Superior Privada, número 6693, de veintisiete de noviembre de
mil novecientos ochenta y uno, que establecían la necesidad de que e constituyeran en fundaciones o asociaciones
sin fines de lucro, debiendo reinvertir todos los excedentes que obtuvieran; normas que fueron anuladas mediante
esa misma resolución. Para ello, se consideró que era inconstitucional: 1.- prohibir a las universidades privadas, la
consecución de un objetivo económico o lucrativo en su actividad, esto por contravenir la libertad de empresa; y 2.imponerle las formas societarias que puede asumir una organización de enseñanza superior universitaria, por
resultar inconstitucional establecer limitaciones que violan las libertades de asociación, de enseñanza y de empresa.
Al resolver la consulta legislativa citada (2642-2001), el criterio sentado por la Sala, se centró, en el hecho de que, si
las universidades privadas generan utilidades, ello es independiente de su forma organizativa; siendo lo importante
que, en tal caso, se encuentra el legislador facultado, para gravarlas con el impuesto sobre la renta: "Sin importar la
forma asociativa elegida, todas las universidades privadas pueden en principio generar utilidades sobre las que, a
partir de la reforma propuesta, pagarían el impuesto sobre la renta. La posibilidad de producir lucro dependerá,
asimismo, de la forma elegida, de acuerdo con la normativa aplicable para cada caso. El legislador en uso de las
atribuciones que le confiere la Constitución Política (artículo 121, inciso 13) determinó la pertinencia de gravar a los
entes que llevan a cabo la actividad en cuestión y de no hacerlo respecto de las otras fundaciones educativas."
VI.- Discriminación entre universidades públicas y privadas. En lo que respecta a la discriminación entre
universidades públicas y privadas, existe jurisprudencia reiterada, en el sentido de que no puede alegarse que entre
ambas exista una situación real de igualdad, en tanto que se encuentran reguladas por cuerpos normativos
totalmente distintos; las primeras, respectivamente, por el Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica, la Ley
Orgánica del Tecnológico de Costa Rica y la Ley de Creación de la Universidad Estatal a Distancia; y las segundas,
por la Ley del Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada. La exoneración que se otorga a las
universidades estatales no resulta una medida discriminatoria, en relación con las privadas, toda vez que la misma,
no obedece a su condición de universidades, sino a su condición de entes públicos. El artículo 3, inciso a) de la Ley
número 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, reformada por el artículo 15 de la Ley
Reguladora de todas las Exoneraciones Vigentes, su Derogatoria y Excepciones, número 7293, comprende como
entes estatales exonerados a los siguientes: el Estado, las municipalidades, las instituciones autónomas y
semiautónomas del Estado que por ley especial gocen de exención, y las universidades estatales; al efecto,
entiéndase por Estado, a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y al Tribunal Supremo de Elecciones. Así se
241
expuso en las resolución número 6940-96, de las nueve horas con veintisiete minutos, del veinte de diciembre de mil
novecientos noventa y seis.
VII.- Desestimulo a la educación superior privada. Finalmente, en cuanto al reclamo formulado, de que al
gravarse con el impuesto de la renta a las fundaciones privadas que prestan servicios de educación universitaria, se
desestimula su actividad, con lo cual se viola el artículo 80 constitucional, debe señalarse que la norma en cuestión
impone al Estado una obligación, pero lo hace en sentido programático. La orden de dotar a la iniciativa privada en el
campo de la educación, de condiciones adecuadas para que se desarrolle, no implica, necesariamente, dotarla de
recursos económicos, ni de mecanismos específicos. La norma en cuestión, alude más bien, al derecho que les
asiste a los habitantes de la República, sin ningún tipo de trabas o limitantes, de acceder a la educación privada,
debiendo los beneficiados cubrir los gastos que son propios a ella. En ese mismos sentido, se afirmó en la sentencia
número 6940-96 citada, que: "Resulta lícito imponer limitaciones a las actividades lícitas de los habitantes del país, y
que para desarrollar cualquier tipo de actividad, debe sujetarse a los requerimientos y exigencias de la ley … De esta
manera, los impuestos pueden ser considerados como una exigencia para el desarrollo privado de la educación
superior universitaria. La enseñanza globalmente concebida, es una proyección de la libertad ideológica, religiosa,
del derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, garantías todas, que se
encuentran recogidas por los principios generales constitucionales. Se trata en todos los casos de derechos que
tienen límites necesarios que resultan de su propia naturaleza, del respeto hacia otros derechos fundamentales o de
los que, respetando el contenido esencial, pueda establecer el legislador ... Partiendo de lo anterior, se puede
concluir que precisamente de la libertad de educación se deriva la libertad de creación de centros docentes de
carácter privado y si bien esta última libertad tiene rango constitucional, también es lo cierto que se debe enmarcar
dentro del respeto al régimen jurídico." Lo anterior se complementa con lo expuesto en la sentencia número 26422001, de las catorce horas con treinta minutos, del cuatro de abril del dos mil uno: "El deber de estimular la
enseñanza privada contenido en el artículo 80 constitucional no obliga al Estado a hacerlo por la vía de la exención
de tributos, sino que cuenta con diversos mecanismos que pueden servir a dicha finalidad … La disposición citada no
es contraria al principio de igualdad ante las cargas tributarias, ni a las normas contenidas en los artículos 79 y 80 de
la Constitución Política. No, obstante, el artículo 80 de la Constitución constituye un verdadero mandato para el
Estado, y por lo tanto un derecho para la iniciativa privada en esta materia, que puede hacerse valer frente al Estado
… No encuentra la Sala que resulte inconstitucional la distinción tributaria hecha entre fundaciones dedicadas a la
educación no universitaria de la educación universitaria.".VIII.- Conclusión. Con fundamento en las razones dadas, al no haberse dado violación alguna a los principios
de igualdad frente a las cargas públicas, ni a los de razonabilidad y generalidad, que derivan de la relación de los
artículos 18 y 33 constitucionales por el artículo 2, inciso h), de la Ley número 7092, y tampoco habiendo éste
contravenido el deber del Estado de incentivar la educación, establecido en el artículo 80 de la Constitución Política,
la acción planteada debe declararse sin lugar.
Por tanto:
Se declara sin lugar la acción.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Fernando Cruz C.
Teresita Rodríguez A. Alejandro Batalla B.
242
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 09636-02
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Luis Arias vs Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica
El recurrente recibió el título de Médico-Cirujano en Colombia. La UCR reconoció dicho
título y lo equiparó al grado de Lic. en Medicina y Cirugía, a fin de autorizarle el inicio de
sus estudios de postgrado. El recurrente realizó los cuatro años de residencia médica,
contando con la autorización del Colegio de Médicos durante los primeros tres años. El
Colegio de Médicos publicó en el 2002 los requisitos para el servicio social obligatorio que
debían cumplir los médicos interesados y comunicó al recurrente que no obtuvo
autorización para ejercer el cuarto año de residencia, lo que impidió su participación en la
rifa del servicio social obligatorio. Por otro lado, dicho colegio le solicitó una declaración
jurada en la que indicara que no regresaría a CR a ejercer su profesión, lo que afecta el
bienestar de su familia. Solicita que el colegio recurrido permita su participación en la rifa
del servicio social y su incorporación al mismo.
El artículo 56 de la Constitución Política.
Considera esta Sala que los colegios profesionales ejercen una labor de fiscalización
evitando el ejercicio ilegal de la profesión en el país. Por esa razón, la Ley Orgánica del
Colegio de Médicos en sus artículos 4 y 5 establecen que los médicos extranjeros
autorizados para ejercer la medicina en el país deben solicitar anualmente la renovación
de su permiso, mientras realizan estudios de postgrado en el país. El recurrente impugna
la actuación del ente recurrido, por considerar que se le han impuesto arbitrariamente
nuevos requisitos para participar en el servicio social obligatorio. Dicho argumento debe
desestimarse, puesto que el Colegio lo que le ha exigido es la presentación del permiso
que expide anualmente, y no un nuevo requisito, máxime que el recurrente solicitó permiso
durante los tres primeros años de sus estudios de postgrado, sin embargo no lo hizo para
cursar el cuarto.
En relación con los perjuicios que podrían ocasionarse por la declaración jurada que le
impide ejercer la medicina en el país, considera esta Sala que dicha pretensión constituye
una mera probabilidad que no conlleva una violación o amenaza real, cierta o inminente a
los derechos fundamentales del recurrente tal y como lo prevé el artículo 29, párrafo 2º de
la Ley de la Jurisdicción Constitucional.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
09636
2002
02-006763-0007-CO
Sala Constitucional
04/10/2002
11:26:00 AM
De Fondo
Jinesta Lobo Ernesto
Recurso de amparo
243
Exp: 02-006763-0007-CO
Res: 2002-09636
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con veintiséis
minutos del cuatro de octubre del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por Luis Arias Pulgarín, médico
cirujano, casado, ciudadano colombiano, portador de la cédula de residencia número 420-0201148-000-5286, contra
el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica.
Resultando:
1 .- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:39 hrs. del 14 de agosto de 2002 (folio 1), el
recurrente interpone recurso de amparo contra el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica y manifiesta que
obtuvo el título de Médico-Cirujano en la Universidad Libre Seccional con sede en Cali, Colombia, y que realizó el
trámite correspondiente para realizar sus estudios de postgrado en Costa Rica. Indica que la Universidad de Costa
Rica reconoció su condición de Médico y Cirujano, bajo el amparo del Convenio de Reconocimiento Mutuo de
Validez de Títulos Profesionales y de Incorporación de Estudios entre Colombia y Costa Rica, y se le equiparó al
grado académico de Licenciado en Medicina y Cirugía. Señala que para iniciar sus estudios de postgrado, el
Colegio de Médicos le requirió una declaración jurada en la que indicara que no regresaría a Costa Rica a ejercer su
profesión, lo que atenta contra sus garantías constitucionales, ya que afecta su estabilidad familiar pues se le obliga
a ejercer la profesión fuera del país, a pesar de contar con todos los requisitos para terminar sus estudios de
postgrado y laborar en Costa Rica para poder encargarse de su esposa y su hijo costarricense. Por otro lado,
establece que el Colegio de Médicos le ha impedido participar en la rifa del servicio social obligatorio al exigirle un
nuevo requerimiento que no consta en la lista de requisitos publicada en la Gaceta. Solicita el recurrente que se
declare con lugar el recurso y se le restituya el pleno goce de sus derechos fundamentales.
2 .- Informa bajo juramento Eduardo Flores Montero, en su calidad de Presidente del Colegio de Médicos (folio
66), que de conformidad con los artículos 4 y 5 de la Ley Orgánica del Colegio, sin la previa inscripción o
autorización de la Junta de Gobierno, ninguna persona puede ejercer la medicina de Costa Rica. Los médicos
extranjeros autorizados para ejercer la medicina en el país deben solicitar anualmente la renovación de su permiso,
mientras realizan estudios de postgrados en el país, de conformidad con el artículo 6 del reglamento ejecutivo de la
Ley Orgánica del Colegio, Decreto Ejecutivo No. 23110-S del 22 de marzo de 2002. Alega que el recurrente, con
apego a la normativa aplicable, solicitó permiso durante los tres primeros años de sus estudios de postgrado, sin
embargo, no lo hizo para cursar el cuarto año, sea el período comprendido entre mayo del 2001 y mayo del 2002 en
el que ejerció ilegalmente la profesión. Finalmente, aduce que su representada ha actuado ajustada a derecho y que
no es cierto que se solicitara de manera retroactiva un nuevo requisito al recurrente. Dicho requisito existe por
mandato legal expreso y debe ser debidamente cumplido por los interesados, como lo hizo el recurrente por tres
años consecutivos. Por lo expuesto, solicita que se desestime el recurso planteado.
3 .- Por resolución de esta Sala de las 16:53 hrs. del 19 de agosto de 2002 se dio curso al proceso y se
solicitó el informe a la parte recurrida.
4 .- En la substanciación del proceso se han observado las prescripciones de ley.
Redacta el magistrado Jinesta Lobo ; y,
Considerando:
I .- Objeto del recurso. El recurrente aduce que las autoridades del Colegio de Médicos han lesionado su
derecho al trabajo al exigirle un requisito no contemplado en la publicación que realizó dicho ente para participar en
la rifa del servicio social obligatorio. Por otro lado, establece que dicho colegio le
solicitó una declaración jurada en la que indicara que no regresaría a Costa Rica a ejercer su profesión, acto
que lesiona sus derechos fundamentales al no
244
poder laborar en el país a fin de vivir junto con su esposa e hijo costarricense, afectando directamente el
bienestar de su familia. Consecuencia de lo anterior, solicita que el colegio recurrido permita su participación en la
rifa del servicio social y su incorporación al mismo.
II .- De relevancia para resolver el presente recurso de amparo se tienen por acreditados los siguientes
hechos: 1) El Poder Ejecutivo mediante Decreto No. 23110-S del 22 de marzo de 1994 promulgó el Reglamento a
la Ley Orgánica del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica (publicado en la Gaceta No. 76 del 21 de abril de
1994). 2) El recurrente recibió el título de Médico - Cirujano de la Universidad Libre Seccional, con sede en Cali,
Colombia, en diciembre de 1992 (visible a folio 41). 3) La Universidad de Costa Rica, mediante certificación del 23
de julio de 2001 , reconoció dicho título y lo equiparó al grado de Licenciado en Medicina y Cirugía, a fin de
autorizarle el inicio de sus estudios de postgrado (visible a folio 46). 4) El recurrente realizó los cuatro años de
residencia médica, contando con la autorización del Colegio de Médicos durante los primeros tres años (hecho
incontrovertido). 5) El Colegio de Médicos publicó en la Gaceta No. 139 del 19 de julio de 2002 los requisitos para
el servicio social obligatorio que debían cumplir los médicos interesados (visible a folio 38). 6) El Colegio de
Médicos mediante oficio No. 858.08.02 del 13 de agosto de 2002 comunicó al recurrente que no obtuvo autorización
para ejercer el cuarto año de residencia, lo que impidió su participación en la rifa del servicio social obligatorio (visible
a folio 68).
III .- Sobre el fondo. Para el caso que nos ocupa, este Tribunal considera que la actuación del Colegio de
Médicos no ha sido arbitraria, ni lesiva de los derechos fundamentales del recurrido, toda vez que ha ejercido sus
competencias de conformidad con las disposiciones legales y reglamentarias vigentes en la materia. En este
sentido, cabe señalar que los colegios profesionales ejercen una labor de fiscalización evitando el ejercicio ilegal de
la profesión en el país. Por esa razón, la Ley Orgánica del Colegio de Médicos en sus artículos 4 y 5, así como su
reglamento en su artículo 6, establecen que los médicos extranjeros autorizados para ejercer la medicina en el país
deben solicitar anualmente la renovación de su permiso, mientras realizan estudios de postgrado en el país. Ahora
bien, el recurrente impugna la actuación del ente recurrido, por considerar que se le han impuesto arbitrariamente
nuevos requisitos para participar en el servicio social obligatorio. Dicho argumento debe desestimarse, puesto que
el Colegio lo que le ha exigido es la presentación del permiso que expide anualmente, y no un nuevo requisito,
máxime que bajo juramento informa el Presidente del Colegio de Médicos que el recurrente, con apego a la
normativa, solicitó permiso durante los tres primeros años de sus estudios de postgrado, sin embargo no lo hizo para
cursar el cuarto.
IV .- En relación con los perjuicios que alega el recurrente que podrían ocasionarse por la declaración jurada
que le impide ejercer la medicina en el país, considera esta Sala que dicha pretensión constituye una mera
probabilidad que no conlleva –al menos al momento de formulado el amparo– una violación o amenaza real, cierta o
inminente a los derechos fundamentales del recurrente, tal y como lo prevé el artículo 29, párrafo 2º de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional. Desde luego, ello no obsta para que en el supuesto de que se llegue a adoptar
materialmente una medida en ese sentido, el amparado pueda presentar un nuevo recurso, siempre y cuando se
considere que el acto pueda ser lesivo de sus derechos fundamentales.
V .- Con fundamento en las anteriores consideraciones, encuentra este Tribunal que la actuación del ente
recurrido es conforme con la normativa legal que regula esta materia. Asimismo, se recuerda que esta Sala no tiene
competencia para determinar si el recurrente cumple o no con los requisitos solicitados por el Colegio de Médicos
para participar en el sorteo del Servicio Social, por ello, procede rechazar el recurso, sin perjuicio de que el
recurrente pueda acudir a otra vía, a discutir el asunto en cuestión .
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
245
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Susana Castro A.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 11617-02
Partes
Caso
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
Luis Hernandez Vs Ministerio De Seguridad Publica.
El Sr. Hernández manifiesta que la Ley General de Policía, establece los requisitos para
ingresar a la Fuerza Pública, entre los que se encuentra el haber concluido el tercer ciclo
de la Enseñanza General Básica.
Que dicho requisito le impide prestar sus servicios en el Ministerio recurrido, o
desempeñarse como oficial en una empresa que brinde el servicio de seguridad privada.
Que tiene conocimiento que a otras personas que supuestamente no tienen los requisitos
establecidos en esta Ley se les permite laborar en el citado Ministerio, razón por la cual
estima, se le está otorgando un trato discriminatorio.
El artículo 33 de la Constitución Política
Ley General de Policía Nº 7410
No puede pretenderse que se le otorgue al Sr. Hernández el ingreso a la Fuerza Pública,
irrespetando los requisitos mínimos que se establecen al efecto, a pesar de que en otros
supuestos se hayan obviado. De lo dicho se desprende, que el alegado trato
discriminatorio carece de sustento, pues no puede pretenderse que se deriven derechos
de una situación contraria a la ley, como lo sería el desempeñar labores de policía en el
Ministerio recurrido, sin que previamente se hayan cumplido los requisitos establecidos en
la normativa que regula esa materia.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
11617
2002
02-010204-0007-CO
Sala Constitucional
13/12/2002
8:37:00 AM
De Fondo
Armijo Sancho Gilbert
Recurso de amparo
Exp: 02-010204-0007-CO
Res: 2002-11617
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las ocho horas con treinta y
siete minutos del trece de diciembre del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por LUIS ANGEL HERNANDEZ
RILL, cédula de identidad número 6-225-911; contra el MINISTERIO DE SEGURIDAD PUBLICA.
Resultando:
246
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas del tres de diciembre del dos mil dos
folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Ministerio de Seguridad Pública y manifiesta que la Ley
número 7410 del treinta de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, denominada “Ley General de Policía”,
establece los requisitos para ingresar a la Fuerza Pública, entre los que se encuentra el haber concluido el tercer
ciclo de la Enseñanza General Básica. Que dicho requisito le impide prestar sus servicios en el Ministerio recurrido, o
desempeñarse como oficial en una empresa que brinde el servicio de seguridad privada. Que tiene conocimiento
que a otras personas que supuestamente no tienen los requisitos establecidos en la Ley número 7410, se les permite
laborar en el citado Ministerio, razón por la cual estima, se le está otorgando un trato discriminatorio. Solicita la
intervención de la Sala en el presente asunto.
2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo,
en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que
resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para
rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.
Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y,
Considerando:
Único. Cabe aclarar que el hecho de que el Ministerio de Seguridad Pública, supuestamente haya permitido
que varias personas laboren en la Fuerza Pública, sin cumplir los requisitos de ingreso que exige la Ley número
7410 del treinta de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, denominada Ley General de Policía, entre los que se
encuentran el haber concluido el tercer ciclo de la Enseñanza General Básica, requisito académico que a él si se le
exige, no da base para suponer que el recurrente pueda laborar bajo las mismas condiciones, toda vez que no puede
pretenderse que se le otorgue el ingreso a la Fuerza Pública, irrespetando los requisitos mínimos que se establecen
al efecto, a pesar de que en otros supuestos se hayan obviado. De lo dicho se desprende, que el alegado trato
discriminatorio carece de sustento, pues no puede pretenderse que se deriven derechos de una situación contraria a
la ley, como lo sería el desempeñar labores de policía en el Ministerio recurrido, sin que previamente se hayan
cumplido los requisitos establecidos en la normativa que regula esa materia. Por lo expuesto, el recurso es
improcedente y así debe declararse.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo el recurso.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Susana Castro A.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03040-03
Partes
Caso
Luis Ulloa a favor de Freddy Mayorga vs Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de la
Zona Atlántica.
El recurrente acusa que la resolución del Tribunal Penal de la Zona Atlántica que decretó
prisión preventiva en contra del Sr. Mayorga por ser imputado en el delito de robo
agravado lesiona el derecho a la libertad del amparado pues carece de fundamentación,
247
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
es discriminatoria ya que da un trato desigual a los encartados, ya que mantiene la prisión
preventiva en su contra sólo por el hecho de que el amparado tiene antecedentes y
juzgamientos pendientes.
Artículos 22 y 33 de la Constitución Política.
Revisada la resolución del Tribunal se llega a la conclusión de que no lesiona su derecho a
la libertad. Cuenta con un juicio de probabilidad pues hace referencia a elementos de
prueba de los cuales se puede tener al amparado como probable autor del delito que se
investiga. Asimismo, establece que el delito que se le atribuye está sancionado con pena
de prisión y existe peligro de reiteración delictiva. En cuanto al alegado trato discriminatorio
del que ha sido objeto porque a otro imputado de la causa se le revocó la prisión
preventiva y al amparado no, es procedente citar la sentencia número 7026-98 que
dispuso, en lo que interesa: “II.- El principio de igualdad ante la Ley rige únicamente para
efectos del proceso aplicado y las defensas que en él se contienen, dejándose a criterio
del Juez y en beneficio del correcto devenir del proceso y de la averiguación de la verdad
real, otorgar o no la excarcelación a un imputado dentro de su situación particular y
denegarla a otro, igualmente dentro de sus propias circunstancias” Lo anterior resulta
plenamente aplicable al caso en estudio, en el cual, el Juez recurrido valoró objetivamente
las condiciones personales de los imputados y su relación con el proceso, disponiendo que
existe necesidad procesal de que el amparado esté detenido preventivamente, sin que ello
implique infracción alguna al principio de igualdad.
Se declara sin lugar el recurso.
Texto Completo de la Sentencia
Sentencia :
Año :
Expediente:
Despacho:
Fecha:
Hora:
Tipo de sentencia:
Redactor:
Clase de asunto:
03040
2003
03-004181-0007-CO
Sala Constitucional
23/04/2003
2:42:00 PM
De Fondo
Calzada Miranda Ana Virginia
Recurso de hábeas corpus
Exp: 03-004181-0007-CO
Res: 2003-03040
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con
cuarenta y dos minutos del veintitrés de abril del dos mil tres. Recurso de hábeas corpus interpuesto por Luis Alberto
Ulloa González, Defensor Público; a favor de Freddy Mayorga Golden contra El Tribunal Penal del Primer Circuito
Judicial de la Zona Atlántica.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas treinta y cinco minutos del veintisiete de
marzo del dos mil tres (folio 1), el recurrente interpone recurso de hábeas corpus y manifiesta que en la resolución de
las 10 horas del 18 de marzo del presente año, que confirmó la resolución de las 9:25 horas del 18 de marzo de
2003 que decretó la prisión preventiva en contra del amparado, el Tribunal recurrido motivó su decisión en que del
248
informe policial se desprendía una participación activa de los cuatro imputados en esa causa por robo, que resultaba
probable en un alto grado una distribución de funciones entre los encartados y que, en esa etapa procesal, era
prematuro llevar a cabo una clara separación de los roles de cada uno. Sin embargo, en dicha resolución, el ad
quem revocó la medida impuesta contra el encartado José Flores Medina, pues consideró que si bien los hechos
investigados eran graves, por la violencia con que se cometieron, dado que Medina no cuenta con antecedentes
penales, no se derivaba de los autos probabilidad alguna de que éste, quedando en libertad, fuera a continuar con la
actividad delictiva o que tratara de evadirse de la aplicación de la ley. En tal sentido, la medida cautelar tampoco
podía descansar en una denuncia "alejada de la realidad". No obstante, al analizar el caso del amparado Freddy
Mayorga Golden, que se basa en los mismos hechos violentos, la misma denuncia "alejada de la realidad" y, en
general, los mismos elementos, el recurrido consideró que la medida de prisión preventiva si era procedente. Afirma
que el único elemento que diferencia ambos casos, es que el amparado tiene antecedentes y causas penales
pendientes. Señala que la Sala Constitucional y la Sala Tercera han sido enfáticas en señalar que el solo hecho de
contar con antecedentes penales no es motivo suficiente para motivar la imposición de una medida privativa de la
libertad. La fundamentación esgrimida por el Tribunal recurrido es discriminatoria, y se violan los artículos 7, 11, 22,
37, 39, 40 y 41 de la Constitución Política, el numeral 9° de la Declaración de los Derechos Humanos, el ordinal 9 del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el artículo 7° de la Convención Americana de los Derechos
Humanos. Solicita que se ordene la libertad inmediata del amparado.
2.- Informa Carlos E. Porras Castro, Juez Coordinador del Tribunal del I Circuito Judicial de la Zona Atlántica,
(folio 9), que mediante resolución de las 10:00 horas del 18 de marzo del 2003, el Tribunal confirmó la resolución
dictada por el Juzgado Penal de las 9:25 horas del 6 de marzo del 2003 en la que se decretaba la Prisión Preventiva
del encartado Mayorga Golden. Se tomó en consideración que se le atribuye la comisión del delito de Robo
Agravado ocurrida el 1 de marzo pasado, y que existen suficientes elementos de prueba para tenerlo como probable
partícipe del hecho. Afirma que cuenta con antecedentes penales por delitos de la misma naturaleza que el que se le
atribuye en esta causa y tiene procesos pendientes ante los tribunales penales de ese circuito lo que hace nacer la
posibilidad de que en libertad continúe la actividad delictiva, aunado a que el delito que se le atribuye tiene alta
penalidad. Afirma que la situación particular de Mayorga Golden difiere de la del otro acusado José Flores medina
quien no cuenta con antecedentes penales ni causas pendientes, tiene domicilio fijo y trabajo estable. En cuanto a la
“denuncia alejada de la realidad” que señala el recurrente no lo es la referente al robo que se le atribuye a Mayorga
Golden, sino la interpuesta por el co-encartado Flores Medina quien alega que fue llevado a la fuerza por los otros
imputados al lugar donde se cometió el robo, como forma de evadir su responsabilidad penal. Solicita que se
desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales.
Redacta la magistrada Calzada Miranda ; y,
Considerando:
I.- En el expediente 03-000339-063-PE, por el delito de robo agravado figuran como imputados Freddy
Mayorga Golden y José Flores Medina. En dicha causa el Juzgado Penal del Primer Circuito Judicial de la Zona
Atlántica, a las 9:25 horas del 6 de marzo del 2003 decretó prisión preventiva en contra de los imputados por tres
meses (folio 71 de la copia certificada del expediente). El Tribunal del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica,
por voto número 36-03 de las 10:00 horas del dieciocho de marzo del dos mil tres, revocó la prisión preventiva
dispuesta contra José Flores Medina y la confirmó en cuanto Freddy Mayorga Golden (folio 126).
II.- El recurrente acusa que la resolución del Tribunal Penal de la Zona Atlántica lesiona el derecho a la
libertad del amparado pues carece de fundamentación, es discriminatoria ya que da un trato desigual a los
encartados, ya que mantiene la prisión preventiva en su contra sólo por el hecho de que el amparado tiene
antecedentes y juzgamientos pendientes.
III.- R evisada la resolución cuya constitucionalidad se objeta y que mantuvo la restricción a la libertad de
Freddy Mayorga Golden se llega a la conclusión de que no lesiona su derecho a la libertad ni resulta discriminatoria.
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Cuenta con un juicio de probabilidad pues hace referencia a elementos de prueba de los cuales se puede tener al
amparado como probable autor del delito que se investiga –reconocimiento fotográfico en el cual se le identificó
como uno de los participantes en los hechos-. Asimismo, establece que el delito que se le atribuye está sancionado
con pena de prisión y existe peligro de reiteración delictiva, dado que el amparado tiene antecedentes penales y
causas pendientes ante los Tribunales Penales, circunstancias que pueden ser valoradas por el Juez para acordar la
medida cautelar de prisión preventiva, como ha reconocido esta Sala desde su temprana jurisprudencia (sentencia
480-91 de las 14:18 horas del 3 de enero de 1991). En cuanto al alegado trato discriminatorio del que ha sido objeto
porque a otro imputado de la causa se le revocó la prisión preventiva y al amparado no, es procedente citar la
sentencia número 7026-98 de las 16:30 horas del 30 de setiembre de 1998 que dispuso, en lo que interesa: “II.- No
obstante lo señalado en el considerando anterior, es menester indicarle al recurrente que los parámetros de
determinación de la discriminación entre iguales para efectos constitucionales, difieren en mucho de los parámetros
de equidad entre imputados al momento de ser sometidos a un proceso penal. La valoración del trato equitativo en
tratándose de sujetos sometidos a una investigación judicial varía de acuerdo a las condiciones de los distintos
sujetos, su relación con el hecho investigado, los intereses del proceso, y es de resorte exclusivo del Juez de la
causa. No se puede equiparar la situación de un imputado a la de otro, aún en una misma causa cuando la
responsabilidad es enteramente personal y son los vínculos con el proceso y los aspectos personales del interesado
los que deben incidir en la concesión o no de la libertad durante el proceso. Así, el principio de igualdad ante la Ley
rige únicamente para efectos del proceso aplicado y las defensas que en él se contienen, dejándose a criterio del
Juez y en beneficio del correcto devenir del proceso y de la averiguación de la verdad real, otorgar o no la
excarcelación a un imputado dentro de su situación particular y denegarla a otro, igualmente dentro de sus propias
circunstancias. De esta forma, debe rechazarse este reclamo, toda vez que la discriminación alegada no tiene
asidero constitucional.” Lo anterior resulta plenamente aplicable al caso en estudio, en el cual, el Juez recurrido
valoró objetivamente las condiciones personales de los imputados y su relación con el proceso, disponiendo que
existe necesidad procesal de que el amparado esté detenido preventivamente, sin que ello implique infracción alguna
al principio de igualdad. Dado que no se constata infracción alguna a los derechos fundamentales de Freddy
Mayorga Golden, la Sala estima que el recurso debe ser declarado sin lugar, como en efecto se dispone.
Por tanto:
Se declara sin lugar el recurso. Comuníquese a todas las partes.
Luis Fernando Solano C. Presidente
Luis Paulino Mora M.
Carlos M. Arguedas R.
Ana Virginia Calzada M.
Adrián Vargas B.
Gilbert Armijo S.
José Luis Molina Q.
Extracto de la Sentencia
Sala Constitucional Sentencia 03948-03
Partes
Caso
Ricardo Valverde vs Unidad Interdisciplinaria y el Consejo de la Judicatura del Poder
Judicial.
El recurrente fue nombrado interinamente como Juez 3, en el Juzgado Penal I del Circuito
Judicial de la Zona Atlántica y solicitó a la Unidad Interdisciplinaria la suspensión de la
elaboración de la terna para dicho cargo, hasta tanto quedara concluido el concurso en el
cual está participando para mejorar su ubicación en el escalafón, pues ya está elegible
pero su calificación no le ha permitido ser nombrado en propiedad. Esto con base en un
250
Normativa
Involucrada
Desarrollo
Conclusión
antecedente similar fallado por el Consejo de la Judicatura. El Consejo dispuso rechazar
su gestión, por considerar de que el antecedente se trata de un caso muy diverso al
conocido y fallado. Estima el recurrente que la actuación del Consejo recurrido le
perjudica, pues, en aquella oportunidad sí se suspendió la confección de las ternas para
que los solicitantes terminaran de ser evaluados y poder éstos participar en dicho
concurso, a su criterio se debió actuar en forma equitativa e igual con él. Estima que la
decisión tomada por el Consejo de la Judicatura impide y limita su derecho a participar en
la tern
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