Índice de Jurisprudencia de la Sala Constitucional sobre el tema de la Discriminación Discriminación por Raza Año Sentencia Caso 2005 03204 No pudo presentarse a un espectáculo para el cual estaba inscrita por ser de color 2005 05134 Debía cumplir con una práctica que consistía en desempeñarse como secretaria de recursos humanos, pero se le mandó a limpiar una bodega, por ser una persona de raza negra 2006 14852 Lo obligaron a abandonar una ferretería por ser oriental Conclusión Página No ha sido acreditado el grave cargo de 10 discriminación racial que fundamenta el presente recurso No puede tenerse por probado que la 12 recurrente ha sufrido discriminación en razón de su raza, habida cuenta de que la Sala no posee elementos probatorios mínimos que permitan acreditar dicha situación Los hechos ocurridos en la ferretería atentan contra el derecho a la igualdad y dignidad humana del amparado, quien tiene derecho a acceder a cualquier establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su raza. 17 Discriminación por Género Año Sentencia Caso 1996 01633 Un hombre nicaragüense solicitó la naturalización por matrimonio con costarricense pero le exigen además presentar un examen. Dicho examen es un requisito para los extranjeros que solicitan la nacionalidad costarricense 1996 04666 Dos mujeres no pudieron participar en el curso de Oficiales 1 de la Escuela Nacional de Policía porque el Director dio la orden de desalojarlas dado que el plantel no tenía las condiciones físicas para aceptarlas. 2001 03542 Conclusión Página Primero, cuando en la norma se emplean los 22 términos hombre o mujer deberán entenderse como sinónimos del vocablo persona, con el objeto de eliminar toda posible discriminación por razón de género. Segundo, el examen no se aplicable en este supuesto Cada vez que se excluye o no se admite a mujeres alegándose limitación de medios materiales, se concreta en cada una de ellas la entera discriminación de que es objeto su género, aunque los funcionarios responsables de la denegación o exclusión pudieran no ser movidos por el deliberado propósito de producir ese resultado. Se condena al Estado Fue despedida por su condición de Si bien nuestra Constitución Política en su mujer artículo 33 establece el derecho a la igualdad entre las personas impidiendo la discriminación contra la dignidad humana, las denuncias presentadas aduciendo el mencionado artículo, en su gran mayoría carecen de pruebas que lo sustenten y ello da como resultado el rechazo de este tipo de 31 34 1 2003 13521 En un campeonato de fútbol decidieron que al no haber niñas suficientes para formar equipos femeninos se harían únicamente masculinos, sin pensar en las niñas que les gusta jugar y practicar ese deporte 2004 04421 Se le negó a un hombre la posibilidad de recibir una indemnización porque la norma alude como beneficiaria sólo a la compañera 2004 12181 Se realizó un nombramiento en propiedad sin tomarla en cuenta solo por el hecho de ser mujer 2004 13558 2005 10482 2005 14806 2008 04939 En la lista de candidatos a representantes de la Asamblea de Trabajadores ante las sociedades anónimas del Bco Popular se eligieron más hombres que mujeres violando las condiciones de igualdad de género La Asamblea Sectorial del Sector Agrícola convocada por el Consejo Nacional de Cooperativas no nombró mujeres en el número proporcional a la conformación total de la Asamblea según lo establecido en la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer Una mujer fue escogida por la Unidad Coordinadora de Gestión para ocupar un puesto de trabajo pero el Presidente Ejecutivo nombró a un hombre en dicho puesto Los hombres que solicitan el pago de indemnizaciones por exposición al Nemagón deben someterse a pruebas mientras que las mujeres no. gestiones, tal y como sucede en el caso bajo examen. No fue la condición de pertenencia al género femenino de la niña lo que motivó su no participación en los juegos en cuestión, sino el hecho de que no había equipos femeninos en los cuales pudiera participar y su inclusión en un equipo de varones no resultaba conveniente por su propia integridad y salud. No existe discriminación. Se interpreta conforme al Derecho de la Constitución que el término “compañera” de la norma, también comprende al “compañero”, razón por la que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna distinción por motivos de género De autos se observa que el nombramiento que aquí se cuestiona atiende a razonamientos objetivos. No encuentra este Tribunal que los alegatos de la recurrente resulten procedentes para esta sede. No existe discriminación El Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Bco Popular nada dice sobre la cuota de participación de la mujer. Si se eligió la lista con base en dicho reglamento, como corresponde, no se detecta la violación al principio de igualdad de género 37 40 44 46 El Consejo Nacional de Cooperativas no consiste en un partido político por lo que no es posible aplicar la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer. No existe discriminación 53 En realidad la mujer solamente fue propuesta para el puesto. El Presidente Ejecutivo goza de discrecionalidad para elegir entre los miembros de la terna, de la cual participaron el hombre y la mujer. No existe discriminación. El exámen es un imperativo legal. Lo relativo a la falta de examen para las mujeres también es una disposición de carácter legislativo. No existe discriminación 58 61 2 Discriminación por Embarazo Año Sentencia Caso 2004 06164 Se le comunicó que su nombramiento como secretaria ejecutiva quedaba suspendido en vista de que no resultó elegible para el puesto de oficinista. Tres días después ella comunicó su embarazo de 18 semanas 2005 14572 No le prorrogaron su nombramiento por estar embarazada y nombraron a otra persona en el puesto. Cuando deba acogerse al período prenatal no se le cancelará el salario porque no tendría nombramiento vigente. Conclusión Página El estado de embarazo no genera un derecho 64 a favor de la mujer para continuar nombrada en un puesto de manera interina o para que se le nombre en propiedad pues ello depende de otras circunstancias y si en el caso concreto, la recurrente no reúne las condiciones de idoneidad necesarias para desempeñarse en el puesto el cese de su nombramiento por tal razón, no es discriminatorio El patrono tiene la potestad de sacar a 69 concurso las plazas pero debía ajustar la fecha de vigencia de ese nuevo nombramiento a partir del momento en que la embarazada hubiera cumplido la licencia de maternidad o en su defecto haberla nombrado en otra plaza para proteger su derecho derivado de la maternidad. Se ordena el pago que le corresponda por la licencia de maternidad Discriminación por Religión Año Sentencia Caso 2003 03018 Niño se niega a cantar el Himno Nacional en razón de su fe pero lo discriminan rebajándole la nota de conducta 2004 08763 Los Ministros Evangélicos no pueden celebrar matrimonios que tengan efectos civiles. Sólo la Iglesia Católica tiene esa posibilidad 2008 01462 Estudiante no puede realizar exámenes los sábados por razones religiosas pero, por una política discriminatoria, la Universidad le cobra por reponer el examen Conclusión Página El deber de cantar el Himno Nacional está 72 supeditado a derechos humanos superiores como la libertad de pensamiento y la libertad religiosa. Se le ordena al Director del colegio que corrija las calificaciones que fueron rebajadas El Estado no está obligado a confiar la función 75 de auxiliar administrativo del Estado con fe pública en todos los grupos o personas con excusa del principio de igualdad. Es un hecho notorio que la estructura de la Iglesia Católica se extendió desde muy temprano por todo el territorio nacional, lo cual evidentemente es un factor que facilita el cumplimiento de las funciones auxiliares encomendadas, es ese un aspecto objetivo de servicio y cobertura que el legislador puede válidamente tomar en cuenta a la hora de seleccionar en quién confía esa función auxiliar. No existe discriminación. La carga económica que se impone al actor 90 contraviene su libertad religiosa. Se ordena a la Universidad programar los exámenes del recurrentes los días distintos del sábado. 3 Discriminación por Origen Nacional Año Sentencia Caso Conclusión 1997 02570 Una norma impide a los estudiantes La norma impugnada establece pues, una extranjeros incorporarse a los discriminación irrazonable en perjuicio de los colegios científicos extranjeros, a quienes se les priva del goce del derecho fundamental a la educación científica, únicamente por su condición de extranjeros, y sin que exista no sólo una norma legal, sino un fundamento válido que justifique la diferencia, por lo que debe declararse contraria a los artículos 19, 28 y 33 de la Constitución Política. Se anula la norma 1999 01401 No fue nombrada en una de las tres En la escogencia de personal realizada medió plazas sacadas a concurso a pesar una discriminación en razón de la de estar en igual o mejor posición nacionalidad de la aquí recurrente, en el tanto que otros oferentes. Se le indicó con fundamentos no atendibles expresados que se escogió entre colegas por la propia funcionaria en el informe rendido costarricenses a la Sala, quedó claro que prefirió a nacionales ante la extranjera. Se ordena restituir a la recurrente en el pleno goce de sus derechos Página 95 102 Discriminación según el Estrato Social Año Sentencia Caso Conclusión Página 2004 05206 Se excluyó en la cobertura Es claro que dicha distinción resulta odiosa al 107 obligatoria del seguro de invalidez Derecho de la Constitución. Se anula la vejez y muerte a los mandaderos palabra “mandaderos” contenida en el texto Discriminación a Personas Discapacitadas o Enfermos Año Sentencia Caso 2002 05966 Una usuaria de silla de ruedas solicitó un boleto de precio popular para asistir a un concierto en un lugar accesible para ella y otra persona. El Teatro le ofreció una rebaja del 20% para ubicarse en luneta. Ella considera que sigue siendo un precio muy superior al precio de galería popular 2003 00527 Una escuela no posee espacios para el parqueo de automóviles que transporten a estudiantes Conclusión Página El Teatro dispone el área de luneta para el libre 118 acceso de las personas discapacitadas y ofrece un descuento en el valor del tiquete dadas sus especiales circunstancias. No existe discriminación. Se ordena a la Municipalidad demarcar espacios de parqueo para vehículos que transporten a personas discapacitadas cerca 124 4 2003 03863 2005 13205 2006 11515 2007 17528 discapacitados Una persona con discapacidad se remite al Departamento de Medicina Legal para determinar su idoneidad para ocupar un puesto de trabajo Un año después de comunciar a la empresa de que padecía cáncer linfático fue despedido por reorganización de personal Un privado de libertad acusa que, debido a su altura, no puede alcanzar los lavatorios de la entrada principal de la escuela. La remisión a Medicina Legal permite obtener un elemento de convicción objetivo para determinar si la persona puede ejercer el puesto que pretende. No existe discriminación. La empresa no demostró la mencionada reorganización de personal lo que consolida el alegato de de discriminación por enfermedad. Se restituye a la persona en su puesto. Durante la permanencia del recurrente en el sistema penitenciario, éste no ha presentado reclamo alguno. La Administración no estaba obligada a presumir su inconformidad y que éste requiere de una adecuación especial para realizar las labores de lavado como reclama. No existe discriminación Se le niega a una persona no La recurrente fue discriminada en razón de su vidente abordar el bus junto con su discapacidad. En el caso de los perros guía de perro guía las personas discapacitadas, el transportarlos junto con su amo no es una facultad del concesionario del servicio o del chofer del autobús sino que es una obligación impuesta por la Constitución Política. 130 135 149 152 Discriminación por Edad Año Sentencia Caso 2001 08218 Se canceló una afectación a Patrimonio Familiar porque, según el Coordinador del Área Registral, la afectación no procede a favor de personas mayores de edad 2002 02511 Se le negó la matrícula en una escuela por tener 15 años de edad 2002 10947 Un meteorólogo no fue seleccionado como asistente en el Tropical Desk durante la época de huracanes por razones de edad 2003 03232 Se le impide ser fiadora por tener más de 45 años de edad 2003 12645 Se le negó la posibilidad de realizar pruebas de violín y clarinete con el argumento de ser muy pequeña Conclusión Página No se aporta prueba sobre la discriminación. 158 Es una inconformidad que debe ser ventilada ante el mismo Registro Público. En realidad no se le negó la matrícula sino que se le recomendó el sistema de aula abierta del MEP. No existe discriminación. Se valoró la edad para pensionarse porque es razonable que la Admnistración maximice la inversión de recursos pretendiendo que quien se beneficie con la beca en el Tropical Desk brinde sus conocimientos adquiridos durante el mayor tiempo posible. No existe discriminación. En realidad se le impidió ser fiadora porque no alcanzaba el ingreso mensual requerido. No existe discriminación. La aplicación de la prueba de violín y clarinete es un requisito adicional que no se pidió a los demás niños. La menor efectuó las mismas pruebas que los demás aspirantes. No existe 161 163 168 170 5 2003 13609 2006 00900 Se le denegó la matrícula para el ingreso al Ciclo Materno Infantil de la Educación Preescolar por faltarle dos días para tener la edad exacta No se le otorgó una póliza de vida en razón de su avanzada edad discriminación Si la menor aprueba satisfactoriamente una prueba de rendimiento se debe admitir en el cento educativo si otro requisito no lo impide En realidad, no se solicitó directamente la obtención del seguro sino que se realizó una consulta telefónica lo que implica que no se reprodujo un acto denegatorio de derechos 172 175 Discriminación por Orientaciones Sexuales distintas a las Mayoritarias Año Sentencia Caso 2003 01796 Fueron sancionados en el Centro de Atención Institucional de Heredia por el solo hecho de constituir una pareja homosexual 2004 05096 2006 07262 2006 11962 2007 18660 Se le prohibió el ingreso a un bar por ser homosexual Es imposible que las parejas de un mismo sexo puedan formalizar legalmente su relación a través del matrimonio Se le rechazó una solicitud de pensión a un hombre en su condición de compañero marital del fallecido Se le prohibió la permanencia en un bar a una pareja homosexual Conclusión Página No se constata que se haya actuado 178 discriminatoriamente en relación con ellos, debido a su orientación sexual, ni que al adoptar la medida de amonestación escrita se haya inobservado el debido proceso. No existiendo prueba lo procedente es declarar 180 sin lugar el recurso La imposibilidad legal para que personas del 182 mismo sexo contraigan matrimonio, no lesiona el contenido del numeral 33 de la Carta Política, toda vez que las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las homosexuales. De manera que, ante situaciones distintas, no corresponde otorgar igualdad de trato. No procede la solicitud de pensión poque el 204 Código de Familia establece: “la unión de hecho (...) entre un hombre y una mujer (...)”. No existe discriminación. La medida asumida por el Bar es consecuencia 207 de la actitud erótica de la pareja que creó confusión en el lugar. Es una medida proporcional para evitar la inseguridad en el establecimiento. No existe discriminación Discriminación en la Igualdad Salarial Año Sentencia Caso Conclusión Página 2005 16090 Le deniegan el pago de un plus La denegatoria del incentivo atendiendo a 213 mientras que a otros compañeros sí razones del código presupuestario es se los pagan arbitrario, no atiende a la realidad de la situación de la amparada y es discriminatorio. Se ordena proceder en forma inmediata a ordenar el estudio del caso de la recurrente para determinar si procede el pago del 6 2006 01976 Se le excluyó de la lista y, por tanto del pago correspondiente a una indemnización, por el solo hecho de ser funcionaria interina, no en propiedad incentivo La Sala verifica la lesión a los derechos de la gestionante. Restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se condenaal recurrido al pago de las costas, daños y perjuicios. 216 Discriminación por el modo de vestir Año Sentencia Caso 2003 03291 Se le impidió su ingreso en pantalón corto al Hospital, por existir una disposición administrativa que así lo determina Conclusión El derecho fundamental de imagen radica en la facultad que tienen los individuos para proyectar su propia personalidad al exterior. Así, la vestimenta es una forma que tienen las personas de proyectar su imagen hacia el exterior, por lo que no puede limitarse ésta legítimamente, en el tanto no ofenda el decoro de la colectividad. Se deja sin efecto la prohibición de ingreso con pantalones cortos a los visitantes del Hospital Página 219 Discriminación Laboral Año Sentencia Caso Conclusión 2005 01625 A otras personas incorporadas El amparado adquirió un derecho a ejercer la igualmente como “Topógrafo profesión para la cual obtuvo un título, que fue Asociado” se les ha entregado el reconocido por el CFIA, sin que esté facultado respectivo protocolo, mientras que este Colegio para restringirlo en el ejercicio de a él se lo niegan. las funciones que esa incorporación le faculta, tal cual fue dada, en igualdad de condiciones con otros topógrafos incorporados como asociados. Se ordena que de inmediato se giren las instrucciones con el fin de que el amparado pueda ejercer su profesión en igualdad de condiciones Página 222 No Discriminación Año Sentencia Caso 2002 03172 Se le denegó la autorización para que se le realicen pruebas de aplazados en una asignatura adicional al máximo de tres establecido. Otros estudiantes fueron autorizados 2002 6509 Se grava con el impuesto sobre la Conclusión Página La autorización es una potestad del Colegio y 229 no un derecho del estudiante. La amparada ha gozado de las oportunidades que el sistema educativo da a personas con sus problemas de aprendizaje. No existe discriminación La educación preescolar y la general básica 234 7 renta a las fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria y se excluye a las fundaciones que prestan servicios de educación secundaria, primaria y preescolar. Se excluye del pago del citado impuesto a las universidades estatales 2002 09636 Se le han impuesto arbitrariamente nuevos requisitos para participar en el servicio social obligatorio. 2002 11617 Otros compañeros no tienen los requisitos exigidos por ley por lo que esta persona pretende irrespetarlos también 2003 03040 A otro imputado de la causa se le revocó la prisión preventiva y a él no 2003 03948 2004 01500 El Consejo de la Judicatura acogió una gestión para suspender la confección de ternas de Juez 3 en lo Contencioso Administrativo y rechazó la misma gestión para la terna de Juez 3 en el Juzgado Penal I del Circuito Judicial de la Zona Atlántica En una zona rural las aguas pluviales de todas las fincas discurren naturalmente por los caños aledaños a la carretera pero a esta asociación se le exige canalizar las aguas hacia su propiedad 2004 03336 son obligatorias y éstas y la educación diversificada son además gratuitas y costeadas por la Nación. No lo es la enseñanza universitaria, de forma que que el Estado puede válidamente incentivar los centros privados de primaria y secundaria con exoneración de impuestos. La exoneración que se otorga a las universidades estatales no resulta una medida discriminatoria, en relación con las privadas, toda vez que la misma, no obedece a su condición de universidades, sino a su condición de entes públicos. Lo que se le ha exigido es la presentación del permiso que se expide anualmente, y no un nuevo requisito, máxime que el recurrente solicitó permiso durante los tres primeros años, sin embargo no lo hizo en el cuarto. No existe discriminación No puede pretenderse que se deriven derechos de una situación contraria a la ley, como lo sería el desempeñar labores sin que previamente se hayan cumplido los requisitos establecidos en la normativa que regula esa materia. No existe discriminación El principio de igualdad ante la Ley rige únicamente para efectos del proceso aplicado dejándose a criterio del Juez otorgar o no la excarcelación a un imputado dentro de su situación particular y denegarla a otro, igualmente dentro de sus propias circunstancias El trato igualitario debe otorgarse a quienes se encuentran en igualdad de condiciones o en situaciones jurídicas idénticas, lo que evidentemente no sucede en el sub judice. No existe discriminación No se puede aceptar que exista un derecho adquirido o una situación jurídica consolidada a la ilegalidad, a favor de persona alguna, aunque por error u otros motivos la Administración haya obviado en algún caso o casos en particular la verificación del cumplimiento de requisitos exigidos legal y reglamentariamente para levantar construcciones en su jurisdicción territorial. No existe discriminación No puede optar por el puesto que La condición de funcionario interino no es una ocupa en condición de interino diferencia para excluirle de su participación en porque modificaron los requisitos un concurso interno pues de lo contrario se 243 246 247 250 255 259 8 2004 04122 A 5 compañeros les otorgaron una beca y a este estudiante no 2004 05665 2004 12482 No le renovaron un permiso para operar comercialmente en zona pública mientras que a otros sí se les permite el ejercicio de actividades comerciales en dicha zona Se le suspendió su solicitud de traslado de patente para la venta de licores mientras que a otros establecimientos comerciales se les permite ejercer tal actividad a pesar de que incumplen lo establecido en la Ley 2005 00571 produciría una discriminación en su perjuicio. Sin embargo, es improcedente derivar derechos a partir de un pliego de requisitos originales al momento de su nombramiento y que luego fueron variados, pues no se pueden derivar derechos de una mera expectativa de derecho. No existe discriminación Se trata de la distribución de becas a un número limitado de estudiantes de conformidad con determinados criterios de selección, cuyo establecimiento corresponde a la propia Administración. No existe discriminación Si esas otras actividades en realidad existen y funcionan ilegalmente, es improcedente aducir discriminación, porque no podría equipararse al afectado para que también se le permitiera la actividad ilícita. No existe discriminación El hecho de que existan otros establecimientos que incumplen lo establecido en la ley no implica un trato discriminatorio pues ello no tiene la virtud de otorgar un derecho a mantener una situación irregular. Si no se corrige podría estarse en presencia de un incumplimiento de deberes, pero no de un acto discriminatorio. Se le aplicó una medida cautelar La valoración del trato equitativo en estos aunque en la Institución existen casos varía de acuerdo a las condiciones de casos análogos, en los cuales no los distintos sujetos, su relación con el hecho se ha aplicado dicha medida investigado y los intereses del procedimiento, y es de resorte exclusivo de la Administración efectuar esa labor. Por ende, no se puede equiparar la situación de un funcionario a la de otro. No existe discriminación 262 265 267 270 9 Discriminación por Raza Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03204 – 95 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Carolyn Markland vs Jose Tabora La recurrente en sus ratos libres se dedica al "modelaje en la categoría de pasarela, exhibiendo vestidos finos para mujeres" en Aplomo Art Model bajo la Dirección de José Tabora el cual le indicó que no podía presentarse a un espectáculo para el cual estaba inscrita: "ni iba a ser admitida porque soy de color, y además , la BOUTIQUE VALESKY... tampoco iba a facilitar los trajes de noche para que los usara una mujer de color” Artículo 33 de la Constitución Política No ha sido acreditado el grave cargo de discriminación racial que fundamenta el presente recurso. De toda suerte, la discriminación alegada no es fácilmente consistente con actuaciones anteriores del recurrido, poco compatibles con el cargo: La amparada ha modelado bajo su dirección y no hay indicios que tornen razonable un súbito cambio de mentalidad; está documentada la participación de otra señorita negra para "Aplomo Model", programa a cargo del demandado; por último contesta éste, sin protesta de la amparada, que parte de la preparación de la recurrente estuvo a cargo de una instructora negra. Se declara sin lugar el recurso Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 03204 1995 95-002423-0007-CO Sala Constitucional 20/06/1995 3:39:00 PM De Fondo Castro Bolaños Jorge Recurso de amparo AMPARO 2423-C-95 CAROLYN MARKLAND FRANCIS JOSE ANTONIO TABORA WILSON Exp. N° 2423-C-95 N° 3204-95 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con treinta y nueve minutos del veinte de junio de mil novecientos noventa y cinco. Recurso de Amparo presentado el 23 de mayo de l995 por CAROLYN MARKLAND FRANCIS, cédula de identidad No.7-104-535, contra JOSE TABORA WILSON, cédula de residencia No. 2-70110714-47064. RESULTANDO 10 1) ACTUACION IMPUGNADA: La recurrente en sus ratos libres se dedica al "modelaje en la categoría de pasarela, exhibiendo vestidos finos para mujeres" en Aplomo Art Model bajo la Dirección de José Tabora. El l0 de junio se llevaría a cabo un espectáculo de modelaje en el Hotel Camino Real para el cual estaba inscrita la recurrente. Anoche el señor Tabora -director del espectáculo y de la academia de modelaje- indicó a la recurrente que no podía presentarse al espectáculo : "ni iba a ser admitida porque soy de color, y además , la BOUTIQUE VALESKY... tampoco iba a facilitar los trajes de noche para que los usara una mujer de color" (escrito inicial, folio 1). 2) El 29 de junio manifiesta el abogado de la recurrente que "están denunciadas las personas indicadas en forma personal y el nombre de sus negocios se indicó para una mayor claridad -aunque no son sociedades legalmente constituidas-" (folio 3). 3) Contestación de José A. Tabora Wilson: "En muchos de mis espectáculos han participado modelos de color negro, como es el caso de la señorita Shirley Thomas Thompson" y la señorita Marlene Silva (folio 13 vuelto; ver también la Prensa Libre del 2 de junio pasado). "El espectáculo a que se refiere la recurrente fue programado para el sábado l0 de junio del presente año en el Hotel Camino Real". El elenco se empezó a conformar en los meses de octubre y noviembre de l994, para lo cual asistieron una serie de modelos que iniciaron su preparación en este campo. La aquí recurrente asistió a las audiencias que realicé con dicho fin, las cuales me permitieron determinar que no obstante encontrarse con cierto sobrepeso y no tener experiencia en el modelaje, mostraba cierta potencialidad que con una preparación física y adiestramiento, podía ser parte del elenco. Ella ingresó en el mes de enero del presente año y como nunca antes había modelado para ningún espectáculo en este campo, inicié con ella una preparación exhaustiva para lo cual se le impartieron clases de pasarela y aeróbicos, a cargo de mi persona y además se le impartieron clases de danza moderna, las cuales estuvieron a cargo de la excelente coreógrafa Doris Campell, quien precisamente también es de color negro" (énfasis agregado; folio 9 vuelto). "Al ingresar la señorita Markland al grupo de modelos, se le informó, al igual que a los demás, el compromiso que asumían de asistir puntualmente a los ensayos y de su participación en la venta de 50 entradas al espectáculo, cuyo costo unitario era de tres mil colones, para lo cual contaban con dos meses de antelación. Compromiso que en última instancia redundaría en el beneficio de todos y cada uno de ellos al asegurarnos una asistencia que condujera al éxito del espectáculo" (folio 9). Todos los modelos asumieron el compromiso de vender como mínimo 50 entradas al espectáculo (folio 12); "por este motivo todos debieron firmar una letra de cambio por el monto de las entradas a vender, que en el caso de la señorita Markland ascendió a ciento cincuenta mil colones" (folio 12); la fecha de vencimiento para entregar el dinero de las entradas era el 28 de mayo pasado; sin embargo, la recurrente y dos de sus compañeras no han satisfecho la suma debida (folio 12 vuelto). Según puede verse "en el programa del espectáculo", estas personas "estaban incluidas en el evento, el cual abandonaron a las puertas del mismo" (ibidem). Redacta el Magistrado Castro Bolaños; y, CONSIDERANDO UNICO. No ha sido acreditado el grave cargo de discriminación racial que fundamenta el presente recurso. De toda suerte, la discriminación alegada no es fácilmente consistente con actuaciones anteriores del recurrido, poco compatibles con el cargo: La amparada ha modelado bajo su dirección (hecho segundo del escrito inicial) y no hay indicios que tornen razonable un súbito cambio de mentalidad; a folios 28 y 29 está documentada la participación de otra señorita negra para "Aplomo Model", programa a cargo del demandado; por último contesta éste, sin protesta de la amparada, que parte de la preparación de la recurrente estuvo a cargo de una instructora negra. Entrar a conocer de las razones y contrarazones en punto al detalle de las relaciones jurídicas entre las partes sería incompatible con el carácter sumario del amparo, sin que aquí obviamente se prejuzgue acerca de la mera legalidad de lo sucedido, todo lo cual conlleva la desestimatoria del recurso. POR TANTO Se declara sin lugar el recurso. Luis Paulino Mora M. Presidente Jorge E. Castro B. Luis Fernando Solano C. 11 Eduardo Sancho G. Hernando Arias G. Mario Granados M. Fernando Albertazzi H. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 5134 – 05 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Mónica Roy vs Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven de ese Ministerio, Coordinador del Consejo de la Persona Joven, Director del Centro de Investigación y Perfeccionamiento para la Educación Técnica (Cipet) y Encargada del Curso de Administración de Correspondencia del Cipet. La amparada aprobó el curso denominado “Polifuncional Comercial”, que es parte del Programa Construyendo Alternativas Juveniles del CIPET con una calificación de 95%. Como parte del programa de estudios, debía cumplir una práctica dirigida a efecto de graduarse. Dicha práctica consistía en desempeñarse como secretaria de recursos humanos, lo cual cumplieron 299 alumnas menos ella, a quien se le mandó a limpiar una bodega, lo cual obedece -según su dicho- a que es una persona de raza negra. Que el trato discriminatorio que acusa, también se ha manifestado en la forma como siempre se dirigió a su persona el Coordinador del Consejo de la Persona Joven -"la negra de Limón". Considera que se le ha dado un trato discriminatorio y degradante, pues de manera injustificada e irrazonable se le han asignado funciones de limpieza de una bodega a fin de que cumpliera una práctica dirigida, la cual, en razón del programa de estudios de la carrera que ha cursado, consiste en prestar servicios como secretaria de recursos humanos y no como miscelánea en una bodega. Artículo 33 de la Constitución Política No puede tenerse por probado que la recurrente ha sufrido discriminación en razón de su raza, habida cuenta de que la Sala no posee elementos probatorios mínimos que permitan acreditar dicha situación. Por el contrario, las autoridades informantes niegan bajo juramento que la amparada haya sido objeto de cualquier conducta discriminatoria, y más bien aporta elementos que hacen pensar en que a ésta se le facilitó la posibilidad de definir el lugar donde realizar su “experiencia laboral” siempre y cuando cumpliera las condiciones establecidas para el cumplimiento del Programa que impulsa denominado “Construyendo Alternativas Juveniles”; de modo tal que no cabe imputar una conducta de esa gravedad a las autoridades recurridas, sin ese apoyo probatorio de carácter, al menos, indiciario. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: 05134 2005 04-002641-0007-CO Sala Constitucional 03/05/2005 3:19:00 PM 12 Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Cruz Castro Fernando Clase de asunto: Recurso de amparo Exp: 04-002641-0007-CO Res: 2005-05134 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con diecinueve minutos del tres de mayo del dos mil cinco.Recurso de amparo interpuesto por ROY WALTERS MONICA, cédula número 7-144-221, contra el MINISTRO DE CULTURA JUVENTUD Y DEPORTES, LA DIRECTORA EJECUTIVA DEL CONSEJO NACIONAL DE POLÍTICA PUBLICA DE LA PERSONA JOVEN DE ESE MINISTERIO, EL COORDINADOR DEL CONSEJO DE LA PERSONA JOVEN, EL DIRECTOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO PARA LA EDUCACIÓN TÉCNICA (CIPET)Y LA ENCARGADA DEL CURSO DE ADMINISTRACIÓN DE CORRESPONDENCIA DEL CIPET. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 16:27 horas del 22 de marzo del 2004 , la recurrente interpone recurso de amparo contra el Ministro de Cultura Juventud y Deportes, la Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven de ese Ministerio, el Coordinador del Consejo de la Persona Joven, el Director del Centro de Investigación y Perfeccionamiento para la Educación Técnica (CIPET) y la encargada del curso de administración de correspondencia del CIPET y manifiesta que aprobó con nota de noventa y ocho sobre cien el examen de administración de correspondencia impartido en el centro de Investigación y Perfeccionamiento para la Educación Técnica. Que como parte del programa de estudios, debía cumplir una práctica dirigida a efecto de graduarse. Que dicha práctica consistía en desempeñarse como secretaria de recursos humanos, lo cual cumplieron 299 alumnas menos ella, a quien se le mandó a limpiar una bodega, lo cual obedece -según su dicho- a que es una persona de raza negra. Que ha gestionado ante las autoridades recurridas -aunque algunas de ellas no la han querido recibir para plantearle su problema, como el caso del Ministro de Cultura, Juventud y Deportes- que le asignen una empresa donde pueda cumplir con el requisito que necesita para graduarse, sin embargo, no ha obtenido una respuesta positiva bajo el argumento de que ya venció el período de colocación. Que el trato discriminatorio que acusa, también se ha manifestado no sólo en la forma como siempre se dirigió a su persona el Coordinador del Consejo de la Persona Joven -"la negra de Limón"-, sino también, en la forma como se expresó la Encargada del Curso de Administración de Correspondencia ante un reclamo que le planteó -"es solo una negra muerta de hambre y chusma de Limón..."-. Considera que se le ha dado un trato discriminatorio y degradante, pues de manera injustificada e irrazonable se le han asignado funciones de limpieza de una bodega a fin de que cumpliera una práctica dirigida, la cual, en razón del programa de estudios de la carrera que ha cursado, consiste en prestar servicios como secretaria de recursos humanos y no como miscelánea en una bodega. 2.- Informa bajo juramento Tatiana Mora Alpízar, en su calidad de Directora Ejecutiva del Consejo de la Persona Joven (folio 5), que el Programa Construyendo Alternativas Juveniles procura atención integral para la inserción laboral y surge desde el año 2000 como una iniciativa para ejecutar acciones en el ámbito de la capacitación y la inserción laboral con personas jóvenes. Que los beneficiarios son personas jóvenes entre 18 y 25 años de edad que se encuentran fuera del sistema educativo en situación de desempleo o subempleo, con escolaridad mínima de primaria completa y que enfrentan desventajas socio-económicas. Que la amparada participó en la capacitación para el empleo y experiencia laboral, cuyo objetivo es capacitar y brindar experiencia laboral a las personas jóvenes para mejorar sus condiciones de acceso al mercado laboral. Que dentro del programa una etapa denominada “Experiencia Laboral” que tiene como objetivo que el aprendiz interactúe en un ambiente laboral y desarrolle competencias para desempeñarse en diferentes puestos de trabajo. Que producto de las reuniones con diferentes empresas contactadas a efecto de ubicar a los jóvenes en “experiencia laboral” se establecieron las funciones que los jóvenes debían realizar, así como la distribución de aprendices de acuerdo al perfil de los jóvenes y su ubicación geográfica. Aclara que la capacitación brindada por el CIPET a la recurrente no fue de administración de correspondencia como ella, sino un curso denominado Polifuncional Comercial, y la nota 13 obtenida por la recurrente fue de 95. Añade que la recurrente cumplió las etapas de capacitación y fue acreedora de los certificados de graduación respectivos, los que se encuentra en custodia de la institución, en vista de que no han sido retirados por la recurrente. Que la experiencia laboral se establece como resultado de las gestiones de negociación descritas anteriormente y no contemplan espacio de experiencia laboral predeterminados ni relacionados en forma estricta con algún puesto de trabajo específico, así como tampoco están relacionados con labores de secretariado de Recursos Humanos, como lo indica la recurrente. Añade que las funciones que desempeñan los jóvenes son diversas y dependen de la empresa y del perfil del joven siendo que los puestos se definen desde empaque, servicio al cliente, auxiliar de oficina, que incluye marcar, empacar, acomodar, envolver mercadería, atención al cliente, revisar fechas de vencimiento, limpieza abastecimiento de góndola, verdulería, panadería, archivar, digitar, confeccionar cartas. Que ninguno de los jóvenes que realizaron el curso Polifuncional Comercial, correspondiente a la fase de capacitación técnica realizaron en su experiencia laboral, funciones de secretaria de recursos humanos. Para la realización de la etapa de experiencia laboral a la amparada le correspondió desempeñarse en la empresa Inversiones AM.PM a partir del 13 de octubre del 2003; con el fin de iniciar su proceso de inducción; oportunidad que rechazó la joven según carta remitida por el jefe de Recursos Humanos de la empresa de 17 de octubre del 2003. Que de común acuerdo se estableció que la joven Roy Walters podía proponer otros lugares de experiencia laboral siempre que cumplieren las condiciones para cumplir el objetivo del programa. Que la amparada presentó una sala de belleza como lugar donde desempeñar la experiencia laboral, pero no cumplía los requisitos. Además omitió proporcionar información de una iglesia en que quería cumplir la experiencia laboral, por lo que por oficio D.E. 0377-2003 de 16 de octubre del 2003 se le solicitó reconsiderar la decisión de no hacer su práctica en AM.PM indicándole expresamente que para el Programa es muy valioso que ella concluya su experiencia laboral y complete su participación en el programa. Indica que el 7 de octubre del 2003, en atención a la gestión realizada ante el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, el Viceministro de Juventud atendió a la amparada Roy Walters y a su madre. Que el 10 de octubre del 2003 se atendió a la amparada en la Dirección Ejecutiva del Consejo y se le notificó el oficio en que se le pide reconsidere su decisión de no realizar su experiencia laboral. Rechaza que el Consejo de la Persona Joven que se hayan referido a ella como “la negra del Limón” y señala que no le constan los hechos. Niega que la amparada haya sufrido un trato discriminatorio y degradante, ya que su participación en las etapas de capacitación del programa se desarrollaron según lo establecido para todas las personas jóvenes participantes en el Programa. Que nunca le fueron asignadas a la recurrente funciones de limpieza de bodega para que cumpliera una práctica dirigida; por el contrario tuvo la misma opción que los demás jóvenes, que al igual que ella, culminaron en forma satisfactoria el curso polifuncional comercial y hasta se le facilitó la posibilidad de que ella misma definiera el lugar donde realizar su experiencia laboral; siempre que cumpliera las condiciones y requerimientos legales establecidos por la institución. Hace énfasis en que el Programa no contempla la prestación de servicios como secretaria de recursos humanos ni como miscelánea de bodega como lo afirma la recurrente. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- Informa bajo juramento Amalia Chaverrí Fonseca, en su calidad de Ministra a.i. de Cultura, Juventud y Deportes (folio 63), que el Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven es un órgano de desconcentración máxima del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, creado por la ley 8261, que es la Ley General de la Persona Joven. Añade que al recibir la solicitud de audiencia por parte de la recurrente, se le solicitó al señor Viceministro de Juventud atender a la amparada. Que del oficio DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, se desprende que el Viceministro de Juventud informó a la señorita Walters, en presencia de la Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven, indicándole que se haría todo lo legalmente necesario para que una vez satisfechos los requisitos académicos del curso, pudiera hacer su práctica en una empresa y que la Directora Ejecutiva la atendería personalmente para coordinar las alternativas de modo que tuviera las mismas oportunidades que los demás. Que nunca se le ha tratado de modo discriminatorio en razón de su raza. 4.- Informa bajo juramento Nora María Lizano Castillo, en su calidad de Directora Ejecutiva del Centro de Investigación y perfeccionamiento Para la Educación Técnica CIPET (folio 84), que el Programa del Consejo de la Persona Joven denominado Atención Integral para la Inserción Laboral, denominado Capacitación para el Empleo y la Experiencia Laboral tiene tres etapas, siendo la última de una práctica dirigida. Que el CIPET solo participa en una etapa del programa y no le corresponde ni escoger a los jóvenes participantes ni el lugar donde deben realizar su práctica, pues ello compete al Consejo de la Persona Joven. Niega que en la institución se haya asumido alguna práctica discriminatoria en contra de la amparada. 14 5.- Por constancia de 12 de abril de 2004 (folio 101) el Secretario de la Sala Constitucional señala que no aparece que del 25 de marzo del 2004 al 2 de abril del 2004, el recurrido encargado del Curso de Administración de Correspondencia del CIPET, haya presentado escrito o documento alguno, a fin de rendir informe que se le ordenó por resolución de curso de las 8:42 horas del 23 de marzo del 2004. 6.- Por escrito presentado a las 8:22 horas del 23 de abril del 2004 (folio 106), la recurrente se refiere a los informes rendidos por las autoridades recurridas y señala que la “La Licenciada Xiomara Pessoa, quien se refirió a mí como “una negra muestra de hambre y chusma de Limón” no se refirió a este hecho. 7.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Cruz Castro ; y, Considerando: I.- Objeto de recurso.- Reclama la amparada que ha sido objeto de acciones discriminatorias por parte de las autoridades recurridas, quienes le encomendaron, como parte del programa de capacitación construyendo alternativas juveniles, labores de miscelánea de bodega, a pesar de que los demás jóvenes participantes, realizaron servicios como secretarias de recursos humanos para los que fue capacitada. Asimismo acusa que el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes no ha atendido la gestión por ella formulada así como también denuncia que varios funcionarios se refirieron a ella como “una negra muerta de hambre y chusma de Limón”. II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) Que la amparada aprobó el curso denominado “Polifuncional Comercial”, que es parte del Programa Construyendo Alternativas Juveniles del CIPET, junto con otros 32 jóvenes (informe y certificado de aprovechamientos, folios 9, 30 y 61). b) Que la amparada obtuvo una calificación de 95% en el Programa Construyendo Alternativas Juveniles CIPET (registro de notas folio 30). c) Que ninguno de los 32 jóvenes realizaron en la fase de capacitación técnica denominada “experiencia laboral” que es parte del curso Polifuncional Comercial, funciones de secretarias de recursos humanos (informe, folio 10). d) Que a la amparada se le instó a asumir la práctica laboral a partir del 13 de octubre de 2003 en la oficinas de la empresa AM.PM, como parte de la fase experiencia laboral (oficio de 17 de octubre de 2003, folio 43). e) Que la amparada rechazó la propuesta de realizar su práctica en la empresa AM.PM y propuso realizar su práctica de trabajo en la Iglesia a la que asiste en labores administrativas, gestión que fue denegada por no presentar la información requerida; así como también se rechazó la gestión por ella formulada de realizar su práctica en un centro de belleza, por no satisfacer ese lugar los requisitos exigidos en el programa(informe autoridad recurrida, 9 y 43). f) Que en atención a la gestión realizada por la amparada ante el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, éste último remitió al Viceministro de Juventud el asunto para que lo atendiera (informe autoridad recurrida y oficio DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, del Viceministro de Juventud, folio 73). g) Que el Viceministro de Juventud atendió a la amparada y le informó, en presencia de la Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven, que se haría todo lo legalmente necesario para que cumpliendo los requisitos académicos del curso, pudiera realizar su práctica en una empresa y que la Directora Ejecutiva la atendería personalmente para coordinar las alternativas de modo que tuviera las mismas oportunidades que los demás ; (oficio DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, del Viceministro de Juventud, folio 73). h) Que la amparada culminó satisfactoriamente la etapa de capacitación integral con una nota de 95 en el curso de capacitación técnica denominado Polifuncional Comercial, según los criterios preestablecidos por el Programa para todos los participantes, teniendo en cuenta como principal factor la escolaridad de los jóvenes seleccionados (folio 10). 15 i) Que la amparada aprobó la capacitación técnica haciéndose acreedora del respectivo certificado de graduación, el que no retiró y se encuentra bajo custodia de la institución (folio 10). III.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos de relevancia para esta resolución: a) Que la amparada haya sido víctima de comentarios racistas por parte de los recurridos o haya sido objeto de discriminación racial. b) Que la amparada, dentro del programa construyendo alternativas juveniles, haya tenido que asumir funciones de limpieza de bodega. IV.- Sobre el fondo. Contrario a la afirmación de la recurrente según la cual el Ministro de Cultura Juventud y Deportes no atendió su gestión; de la prueba traída al expediente, así como de los informes rendidos bajo la gravedad de juramento, la Sala tiene por demostrado que en atención a la solicitud de audiencia de la amparada el Ministro recurrido remitió el asunto a l Viceministro de Juventud, quien atendió el 8 de octubre del 2003 a la señorita Walters, y en presencia de la Directora Ejecutiva del Consejo Nacional de Política Pública de la Persona Joven, le informó que se haría todo lo legalmente necesario para que pudiera realizar su práctica en una empresa y que la Directora Ejecutiva la atendería personalmente para coordinar las alternativas; asunto del que fue informado el Ministro por oficio al él dirigido número DVM-133-04 de 29 de marzo de 2004, del Viceministro de Juventud (folio 73). Así la cosas, contrario a lo que afirma la recurrente se desprende que a la amparada sí e le dio la audiencia pedida. Consecuente con lo anterior no se detecta la violación al derecho de petición acusado, por lo que procede declarar sin lugar el recurso en cuanto a este extremo. V.- De la alegada discriminación . Del análisis cuidadoso del presente asunto, no puede tenerse por probado que la recurrente ha sufrido discriminación en razón de su raza, habida cuenta de que la Sala no posee elementos probatorios mínimos que permitan acreditar dicha situación. Por el contrario, las autoridades informantes niegan bajo juramento que la amparada haya sido objeto de cualquier conducta discriminatoria, y más bien aporta elementos que hacen pensar en que a ésta se le facilitó la posibilidad de definir el lugar donde realizar su “experiencia laboral” siempre y cuando cumpliera las condiciones establecidas para el cumplimiento del Programa que impulsa denominado “Construyendo Alternativas Juveniles”; de modo tal que no cabe imputar una conducta de esa gravedad a las autoridades recurridas, sin ese apoyo probatorio de carácter, al menos, indiciario. Finalmente en cuanto la serias acusaciones que hace la recurrente contra varios funcionarios, y específicamente contra la Licenciada Xiomara Pessoa, quien afirma se refirió a ella de modo ofensivo y atacó su honor al tratarla de “una negra muerta de hambre y chusma de Limón” (folio 106), estima la Sala que lo pertinente es que presente la querella respectiva, de conformidad al artículo 380 y siguientes del Código Procesal Penal , vía en que podrá ejercer la tutela efectiva de sus derechos y en la que cabrá inclusive la retractación del querellado. Es en esa sede en la que deberá determinarse, si se han lesionado los derechos de la actora, y quién es el presunto responsable , en apego al procedimiento establecido por ley, y con observancia estricta de las garantías, las facultades y los derechos previstos para las partes. (En ese mismo sentido ver sentencia número 9279-04 de las 8:51 horas del 27 de agosto del 2004). Por las razones expuestas, lo procedente es declarar sin lugar el recurso. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso . Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Fabián Volio E. 16 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 14852 – 06 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Tin Wong Yin, conocido como Carlos Wong vs Ferreterías El Mar S.A. El recurrente manifiesta que acudió al local de Ferretería El Mar ubicado en San Pedro de Montes de Oca, a fin de adquirir algunos artículos de ferretería. Acusa que mientras buscaba los objetos que necesitaba, fue abordado por un empleado de dicha empresa quien le solicitó que se retirara del local porque "aquí no queremos el ingreso de orientales", ante lo cual, solicitó que le explicaran las razones que fundamentan ese trato, a lo que simplemente respondió llamando a un oficial de seguridad quién lo obligó -arma en mano- a abandonar el local. Considera que ha sido objeto de un trato discriminatorio. Artículo 33 de la Constitución Política Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, ratificada por la Asamblea Legislativa, mediante Ley Nº 3844 Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos Los grupos, independientemente de su número, que conviven cotidianamente en Costa Rica merecen el mismo trato de los demás sectores de la población. Esta Sala reputa como antijurídica cualquier forma de discriminación motivada en razones raciales u otras que lesionen la dignidad humana y advierte que es obligación del Estado costarricense asegurar a todas las personas que se hallen bajo su jurisdicción, protección y recursos efectivos ante los tribunales nacionales competentes y otras instituciones del Estado, contra todo acto de discriminación racial que, contraviniendo la Convención, viole sus derechos humanos y libertades fundamentales, así como el derecho a pedir a esos tribunales satisfacción o reparación justa y adecuada por todo daño de que puedan ser víctimas como consecuencia de tal discriminación y además el Estado costarricense adquirió el compromiso de tomar medidas inmediatas y eficaces, especialmente en las esferas de la enseñanza, la educación, la cultura y la información, para combatir los prejuicios que conduzcan a la discriminación racial; y es obligación del Estado promover la comprensión, la tolerancia y la amistad entre los diversos grupos raciales o étnicos. Los hechos ocurridos en la ferretería atentan contra el derecho a la igualdad y dignidad humana del amparado, quien tiene derecho a acceder a cualquier establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su raza. Se declara con lugar el recurso. Se condena al Presidente de Ferreterías el Mar RSML S.A al pago de las costas, daños y perjuicios causados, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo civil. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : 14852 Año : 2006 Expediente: 06-007608-0007-CO Despacho: Sala Constitucional Fecha: 06/10/2006 Hora: 11:55:00 AM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Calzada Miranda Ana Virginia Clase de asunto: Recurso de amparo Tiene voto salvado 17 Exp: 06-007608-0007-CO Res. Nº 2006-007608 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas y cincuenta y cinco minutos del seis de octubre de dos mil seis. Recurso de amparo interpuesto por Tin Wong Yin , conocido como Carlos Wong , mayor, empresario, portador de la cédula de identidad número 8-057-130, vecino de Pavas, contra Ferreterías El Mar Sociedad Anónima . Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:23 horas del 26 de junio del 2006, el recurrente interpone recurso de amparo contra Ferreterías El Mar Sociedad Anónima y manifiesta que aproximadamente a las 15:30 horas del 16 de junio del año en curso, acudió al local de Ferretería El Mar ubicado en San Pedro de Montes de Oca, a fin de adquirir algunos artículos de ferretería. Acusa que mientras buscaba los objetos que necesitaba, fue abordado por un empleado de dicha empresa apellidado Oscar Cuellar, quien le solicitó que se retirara del local porque "aquí no queremos el ingreso de orientales", ante lo cual, solicitó que le explicaran las razones que fundamentan ese trato, a lo que simplemente respondió llamando a un oficial de seguridad quién lo obligó -arma en mano- a abandonar el local. Considera que ha sido objeto de un trato discriminatorio y contrario a la dignidad humana, puesto que el recurrido justifica la decisión de impedirle el ingreso a dicho establecimiento, en razón de su etnia. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso planteado y se le condene a la empresa recurrida por el trato xenofóbico y denigrante a que fue sometido, además de que se le ordene cesar en su actuación discriminatoria. 2.- El 7 de julio del 2006 se notificó la resolución de las 14:38 horas del 26 de junio del 2006, que dio curso al amparo, a la empresa recurrida, que según constancia de folio 13 no rindió el informe solicitado (folios 12 y 13). 3.- Por resolución de las 10:26 horas del 29 de agosto del 2006, el Magistrado Instructor solicitó al Director del Registro Nacional certificación de los representantes legales y del agente residente y el domicilio social de Ferreterías el Mar S.A. y Ferreterías el Mar RSML. El 7 de setiembre el Director del Registro Nacional remitió las certificaciones solicitadas (folios 20 y 23). 4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada Calzada Miranda. ; y, Considerando: I.- Cuestiones preliminares. Según la certificación del Registro Nacional número 254428-2006 de 4 de setiembre del 2006, la sociedad Ferreterías el Mar RMSL, en la que figura como Presidente con representación judicial y extrajudicial Rodrigo Romero Salazar, está domiciliada en San José, Goicoechea San Francisco, 300 metros este del Centro Comercial el Pueblo, dirección en la que fue notificada el 7 de julio del 2006 la resolución que da curso al amparo, por lo que se tiene por notificado al representante de dicha sociedad, quien no rindió el informe solicitado. II.- Sobre la admisibilidad del recurso. De conformidad con el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, el recurso de amparo contra sujetos de derecho privado se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado, cuando éstos actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren, de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma Ley. En el presente caso, estima la Sala que la empresa accionada se encuentra de hecho en una situación de poder con respecto al recurrente, frente a la cual los remedios 18 jurisdiccionales comunes resultan insuficientes y tardíos para tutelar el derecho a la igualdad que se alega lesionado. En atención a lo anterior, el amparo es admisible. III.- Objeto del Recurso. El recurrente alega violación de derechos constitucionales por cuanto acudió a las instalaciones de las Ferreterías El Mar S.A. y un empleado le solicitó que se retirara del local porque "aquí no queremos el ingreso de orientales". Solicitó las razones que fundamentan ese trato, pero no respondió sino que llamó a un oficial de seguridad quién lo obligó -arma en mano- a abandonar el local, lo cual considera un acto discriminatorio que atenta contra su dignidad. IV.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) El 16 de junio del 2006 el señor Tin Wong Ying conocido como Carlos Wong, visitó la Ferretería el Mar en San Pedro de Montes de Oca y fue atendido en forma indebida por uno de los empleados que sin explicación alguna le manifestó que no "queríamos el ingreso de orientales " (folios 1 y 19). V.- Sobre el fondo. - La formulación jurídica del principio de igualdad y de la prohibición que de él deriva de discriminar es clara, en lo esencial: se parte de la consideración de lo seres humanos como intrínsecamente iguales y se permite establecer diferencias entre ellos tan sólo cuando sus divergencias accesorias así lo impongan y con ello no se lastime su dignidad. La dificultad de la protección del principio en cuestión no es tanto su delimitación jurídica, sino que radica principalmente en la demostración fáctica que una desigualdad resulta discriminatoria, es decir, prohibida por el ordenamiento jurídico. Y aquí debe hacerse una diferencia de supuestos: existe un primer grupo de casos en que se discrimina en categorías, que por sí mismas resultan contrarias a la dignidad, tales como la raza, la religión o el género. Por tratarse de diferenciaciones particularmente odiosas y, por ese mismo hecho, frecuentemente disfrazadas con otros motivos, requieren de un tratamiento probatorio preferencial que transmite la carga de la prueba al supuesto autor de la infracción y la admisión de prueba indiciaria a favor del amparado. Sin embargo, este no es el solo supuesto posible de discriminación. También existen casos en que se alega un tratamiento diverso injustificado, relacionado con otro tipo de categorías. En esta segunda hipótesis, si hay discriminación, esta apareja la lesión de un derecho fundamental y debe ser remediada, pero la carga de la prueba de la existencia de una diferencia contraria al ordenamiento jurídico recae sobre aquél que la reclama. En la sentencia 966-1998 de las once horas treinta y nueve minutos del trece de febrero de mil novecientos noventa y ocho, este Tribunal se pronunció ampliamente sobre el tema de la discriminación racial en los siguientes términos: "no es posible crear o establecer categorías, que otorguen a las personas un trato diferente, contrario a la dignidad humana, por pertenecer o no a determinado grupo étnico, pues tal circunstancia deviene en arbitraria e inconstitucional. No puede aceptar este Tribunal como garante de los derechos humanos, que se pueda dar en la actualidad un trato diferente que resulta discriminatorio hacia personas, por el único motivo de pertenecer a un grupo étnico distinto del que se encuentra en mayoría numérica dentro de la misma sociedad. Al contrario, los grupos, independientemente de su número, que conviven cotidianamente en Costa Rica merecen el mismo trato de los demás sectores de la población. El prejuicio y la discriminación racial contra individuos y grupos por motivos raciales y étnicos no son en modo alguno fenómenos novedosos en la historia humana, sin embargo, modernamente, se ha venido produciendo una justificada reacción contra este tipo de actitudes lesivas de la dignidad humana y éticamente repudiables. Los tratados internacionales, firmados por la mayoría de los países de la tierra, destierran definitivamente este tipo de prácticas, que atentan contra la convivencia humana, los derechos fundamentales y la dignidad del ser humano. Dentro de tales instrumentos internacionales, como piedra angular de los esfuerzos de los países para eliminar tal discriminación, se plasman en La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, ratificada por la Asamblea Legislativa, mediante Ley número 3844 del 5 de enero de 1967, y el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos. También en la preocupación global reflejada en la actitud de las Naciones Unidas, que consagró el año de mil novecientos setenta y uno como el Año de la Acción para Combatir el Racismo y la Discriminación Racial y en la decisión de la Asamblea General de iniciar la Década para la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, como parte de la conmemoración del 25 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. 19 IV. La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial establece que "discriminación racial denota toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los Derechos Humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública" (art.1). Los Estados partes de esa Convención, entre los cuales está Costa Rica, "condenan la discriminación racional y se comprometen a seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación racional en todas sus formas y a promover el entendimiento entre todas las razas". Para esa finalidad, además se comprometen a: no incurrir en ningún acto o práctica de discriminación contra personas, grupos de personas o instituciones y a velar porque todas las autoridades públicas e instituciones públicas, nacionales y locales, actúen en conformidad con esta obligación"; abstenerse de patrocinar, defender o apoyar la discriminación racional por cualquiera persona u organización; revisar la política gubernamental, nacional y local, y enmendar, derogar o anular cualquier ley o reglamento que tenga por efecto crear o perpetuar la discriminación racial dondequiera que exista; prohibir y poner fin, por todos los medios apropiados, incluso, si lo exigieran las circunstancias, medidas legislativas, la discriminación racial practicada por personas, grupos u organizaciones; estimular cuando fuere el caso, organizaciones y movimientos multirracionales integracionistas y otros medios encaminados a eliminar las barreras entre las razas, y a desalentar todo lo que tienda a fortalecer la división racial (art.2). Los Estados partes condenan además toda la propaganda y todas las organizaciones que se inspiren en ideas o teorías basadas en la superioridad de una raza o de un grupo de personas de un determinados color u origen étnico, o que pretendan justificar o promover el odio o la discriminación raciales, cualquiera que sea su forma y se comprometen a tomar medidas inmediatas y positivas destinadas a eliminar toda incitación a tal discriminación o actos de tal discriminación. Como consecuencia de lo expuesto anteriormente, los Estados partes se comprometen a garantizar el goce de un conjunto de derechos, entre los cuales cabe citar el derecho de acceso a todos los lugares y servicios destinados al uso público, tales como los medios de transporte, hoteles, restaurantes, cafés, espectáculos y parques. Derivada de la dignidad humana y de la tolerancia entre los grupos que conviven en una sociedad, esta Sala reputa como antijurídica cualquier forma de discriminación motivada en razones raciales u otras que lesionen la dignidad humana y advierte que es obligación del Estado costarricense asegurar a todas las personas que se hallen bajo su jurisdicción, protección y recursos efectivos ante los tribunales nacionales competentes y otras instituciones del Estado, contra todo acto de discriminación racial que, contraviniendo la Convención, viole sus derechos humanos y libertades fundamentales, así como el derecho a pedir a esos tribunales satisfacción o reparación justa y adecuada por todo daño de que puedan ser víctimas como consecuencia de tal discriminación y además el Estado costarricense adquirió el compromiso de tomar medidas inmediatas y eficaces, especialmente en las esferas de la enseñanza, la educación, la cultura y la información, para combatir los prejuicios que conduzcan a la discriminación racial; y es obligación del Estado promover la comprensión, la tolerancia y la amistad entre los diversos grupos raciales o étnicos. " En el caso de estudio, la Sala tiene por demostrados los hechos alegados por el recurrente, no sólo porque así lo impone el numeral 45 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional cuando el recurrido no rinde el informe de ley, sino porque el representante de la empresa recurrida publicó en el periódico La Nación una Aclaración Pública, en la que admite los hechos y le ofrece disculpas. Este Tribunal considera que el trato recibido por el recurrente fue discriminatorio, pues fue compelido por un empleado a abandonar el establecimiento por ser "oriental". La discriminación por motivos de raza u origen nacional es absolutamente contraria a la Constitución Política y a los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos suscritos por Costa Rica, por lo que los hechos ocurridos el 16 de junio del año en curso en la Ferretería el Mar de San Pedro de Montes de Oca atentan contra el derecho a la igualdad y dignidad humana del amparado, quien tiene derecho a acceder a cualquier establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su raza. Por todo lo anterior, el recurso debe ser estimado. Con el voto salvado de los Magistrados Solano y Vargas que lo decaran sin lugar. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se condena a Rodrigo Romero Salazar, en su condición de Presidente de Ferreterías el Mar RSML Sociedad Anónima al pago de las costas, daños y perjuicios causados, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo civil. Los Magistrados Solano y Vargas salvan el voto y declaran sin lugar el recurso. 20 Luis Fernando Solano Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Teresita Rodríguez A. VOTO SALVADO DE LOS MAGISTRADOS SOLANO y VARGAS Los suscritos Magistrados Solano Carrera y Vargas Benavides, con redacción del primero, salvamos nuestro voto y declaramos sin lugar el recurso con base en las siguientes consideraciones: PRIMERA: coincidimos con el voto de mayoría en cuanto a las consideraciones jurídicas y iusfilosóficas relacionadas con temas tan fundamentales como la igualdad y la dignidad humanas, que se encuentran en la base de nuestra organización social, de la que se constituyen elementos definitorios. Máxime en las sociedades cada día más pluralistas del presente. SEGUNDA: no obstante ello, discrepamos de la interpretación que de los hechos se ofrece en el voto de mayoría. Por una parte, no creemos que sea cierto afirmar que el personero de la sociedad recurrida no rindió el informe de rigor, en los términos del artículo cuarenta y cinco de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, como se afirma a folio 38 (Considerando V in fine). En cuanto a este aspecto, debe llamarse la atención, más bien, a lo que el señor Notificador asienta en una constancia a folio 34 y en la que indica que “no fue notificada la parte recurrida”, por cuanto, apersonado en la dirección indicada “ya no existen dichas oficinas en ese lugar”. De allí que resulte procesalmente imposible atribuirle una omisión de rendir informe, cuando ni siquiera se encuentra legalmente notificado de este recurso. TERCERA: Por otra parte, tampoco compartimos el criterio del voto de mayoría, según el cual la publicación que hiciera la empresa Ferreterías El Mar S.A. en el diario La Nación, sea reconocimiento de los hechos, en los términos en que en este amparo se analizan. Para empezar, la discriminación ilegítima sobre la que reclama el recurrente, se atribuye a la empresa como tal, que es la demandada. Y, ciertamente, se trata de hechos atribuidos a un servidor suyo, pero en la publicación de comentario (aportada por el recurrente), lo que se acredita es que, “tan pronto la empresa se enteró de ese lamentable hecho”, se procedió a censurar clara y firmemente ese impropio comportamiento. Se agrega en esa publicación, entre otras cosas, que ese hecho “violó totalmente las políticas de nuestra empresa, que rechazan toda discriminación, no importan las razones” . Más adelante, indica: “Unido a la disculpa personal que deseamos darle al señor Carlos Wong” , para finalizar enfatizando que la empresa y sus colaboradores desaprueban el comportamiento (de comentario), que no representa el respeto y su espíritu de servicio que ha caracterizado a la empresa. La publicación tiene un tamaño bastante destacado y todo su texto, realizado en idiomas castellano y mandarín, más bien descubren la preocupación por ese hecho aislado provocado por un servidor de inferior categoría, que podría comprometer su buen nombre e historial. Por lo dicho, es que creemos los suscritos Magistrados que en vez de confirmar una actitud discriminatoria de la empresa, la publicación despeja dudas en cuanto a si la empresa utiliza métodos y tratos discriminatorios en relación con posibles clientes, aspecto que enfáticamente rechaza. CUARTA. En resumen, para nuestro voto, estimamos que la empresa recurrida no fue legalmente impuesta de la existencia de este recurso y por tanto, no tuvo oportunidad de ejercer su defensa. Cuestión esencial. Pero de todas maneras, en cuanto al fondo, creemos que no queda acreditado en el expediente que la empresa recurrida haya incurrido en una infracción a derechos fundamentales. En tratándose de sujetos de derecho privado entendemos que debe existir una intención de lesionar el derecho y la recurrida más bien ha salido de inmediato al paso de cualquier mala interpretación al respecto. Que lo haya hecho públicamente, en forma destacada, con expresas disculpas y satisfacciones para el aquí recurrente, mal puede entenderse como confirmación de una lesión. Luis Fernando Solano C y Adrián Vargas B. 21 Discriminación por Género Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 1633 – 96 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Roberto Marín, nicaragüense vs Dirección de Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil, y el Ministro de Educación Pública. El recurrente solicitó ante la Dirección de Opciones y Naturalizaciones, la naturalización por matrimonio con costarricense. Pero le exigen, además, presentar un examen de bachillerato por madurez en Español y Estudios Sociales. El accionante considera que no se le debería exigir la presentación de un examen para otorgarle la nacionalidad costarricense por naturalización, si contrajo matrimonio con una costarricense. El Ministro de Educación Pública en su informe manifestó que por mandato constitucional los extranjeros que solicitan la nacionalidad costarricense, deben, entre otras cosas, someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores Artículo 33 de la Constitución Política. En relación directa con el asunto que aquí se examina está lo resuelto por la Sala en cuanto al sentido de la expresión "mujer" que aparece en los incisos 4) y 5) del artículo 14 de la Constitución. En la resolución No.3435-92 de las 6:20 horas del 11 de noviembre de 1992, se dispuso que cuando en la norma se emplean los términos hombre o mujer deberán entenderse como sinónimos del vocablo persona, con el objeto de eliminar toda posible discriminación por razón de género, y así deberán aplicarlo todos los funcionarios públicos cuando les corresponda. La Sala considera que hay determinar si a quien contrajo matrimonio con una costarricense y opta por la nacionalidad costarricense por naturalización, se le deben aplicar todos los requisitos establecidos en el artículo 15 de la Constitución. El artículo 15 no es susceptible de aplicación a todos los supuestos del artículo 14. En el inciso 4) se trata una situación específica que es la de la persona que pierde su nacionalidad como resultado de casar con costarricense: el espíritu de la norma es impedir que esta circunstancia produzca un apátrida. Interpretar que en el caso de este inciso 4) opera el régimen del artículo 15 conduciría a impedir la solución ideada por la Constitución a fin de evitar la infracción del derecho fundamental a la nacionalidad. No es aplicable al supuesto del inciso 5) del artículo 14 de la Constitución, lo dispuesto en el artículo 15 de ese mismo texto legal; además, para el caso del inciso 5), los requisitos que válidamente puede exigir la Administración son los que éste mismo establece. Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y perjuicios causados, que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso administrativa. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: 01633 Año : 1996 95-004197-0007-CO Sala Constitucional 22 Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 10/04/1996 3:54:00 PM De Fondo Arguedas Ramírez Carlos Manuel Recurso de amparo Amparo Fecha: 10/04/1996 No.1633-96 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con cincuenta y cuatro minutos del día diez de abril de mil novecientos noventa y seis. Recurso de amparo de Roberto José Marín Guzmán, nicaragüense con cédula de residencia número 270-107786-45458, contra la Dirección de Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil, y el Ministro de Educación Pública. RESULTANDO 1.- Manifiesta el recurrente que ingresó a Costa Rica desde el 4 de mayo de 1983; que a partir de ese momento se ha desempeñado como carnicero especializado en cortes para exportación, trabajando para distintas empresas; que actualmente labora como jefe de carnicería en Súper K-Mart ubicado en Sabana Sur; que el 5 de octubre de 1985, contrajo matrimonio con la costarricense Lilliam Peña Gómez; que de esa unión nacieron dos hijas; que el 6 de julio de 1995 solicitó ante la Dirección de Opciones y Naturalizaciones, mediante expediente número 2934-95, y con fundamento en la Ley No.1155 de 29 de abril de 1950 y su reforma mediante Ley No.7234 del 9 de mayo de 1991, la correspondiente naturalización por matrimonio con costarricense; que además del cumplimiento de todos los requisitos le exigen un examen de bachillerato por madurez en Español y Estudios Sociales, y que de no someterse a esas pruebas se le denegará la nacionalidad costarricense. 2.- El Jefe de la Sección de Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil informó a requerimiento de la Sala que el 6 de julio de 1995 el recurrente presentó ante esa Sección solicitud de naturalización por haber contraído matrimonio con una costarricense; que al efecto se inició el trámite mediante expediente administrativo No.2934-95; que por resolución de las 11:00 horas del 22 de agosto de 1995, se le previno al solicitante que dentro del plazo de sesenta días hábiles contados a partir de la notificación de la resolución, aportara certificación del Ministerio de Educación Pública en la que constara que sabía leer y escribir el idioma español, y que poseía conocimientos de historia y valores de Costa Rica; que el artículo 15 de la Constitución Política es una norma genérica y no hace exclusiones ni excepciones en cuanto a la calidad por la que se solicita la naturalización, por ende, no puede hacerse distinción donde la ley y la Constitución no distinguen; que el examen al que hace referencia nuestra Constitución debe rendirse ante el Ministerio de Educación Pública; que al accionante, al igual que a otras personas que tienen en trámite su solicitud de naturalización, se le concedió un plazo de sesenta días hábiles, para que pueda cumplir con el único requisito que le hace falta para resolver su solicitud de naturalización. 3.- El Ministro de Educación Pública en su informe manifestó que por mandato constitucional los extranjeros que solicitan la nacionalidad costarricense, deben, entre otras cosas, demostrar que saben hablar, leer, y escribir el idioma español, y someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores; que le compete al Ministerio de Educación Pública la aplicación de las pruebas que permiten demostrar que los extranjeros poseen los conocimientos mínimos que todo ciudadano costarricense posee; que hasta el mes de mayo de 1995 el programa para la naturalización estaba inserto administrativamente en el Departamento de Bachillerato por Madurez, sin que ello implicara que las pruebas tenían el mismo contenido que las de bachillerato; que a partir de junio de 1995 el programa para naturalización se traslada administrativa y técnicamente a la División de Control de Calidad y Macro Evaluación del Sistema Educativo, que es la dependencia encargada de realizar la supervisión del sistema educativo a nivel nacional y las evaluaciones sistemáticas de los diversos componentes internos. 4.- En los procedimientos se han observado los términos y las prescripciones deley. 23 Redacta el Magistrado Arguedas Ramírez; y CONSIDERANDO I.- El problema lo plantea el recurrente como un caso de irrazonabilidad del requisito que le exige la Sección de Opciones y Naturalizaciones del Registro Civil para proceder al examen de su solicitud de naturalización. El accionante considera que no se le debería exigir la presentación de un examen de bachillerato por madurez en Español y Estudios Sociales, para otorgarle la nacionalidad costarricense por naturalización, si contrajo matrimonio con una costarricense desde el 5 de octubre de 1985 y cuenta con los demás requisitos. La Sala considera necesario replantear el asunto, porque desde la perspectiva de este tribunal éste no es propiamente un caso en el que la Administración exija el cumplimiento de un requisito irrazonable al administrado; lo importante es determinar si en la hipótesis concreta del recurrente, quien contrajo matrimonio con una costarricense en el año 1985 y opta por la nacionalidad costarricense por naturalización con base en lo dispuesto en el artículo 14 inciso 5) de la Constitución, se deben aplicar todos los requisitos establecidos en el artículo 15 de la Constitución. La parte accionada informa que el requisito que se exige al recurrente - certificación del Ministerio de Educación Pública en la que conste que sabe leer y escribir el idioma español y que posee conocimientos de historia y valores de Costa Rica- para proceder a examinar su solicitud de naturalización, se encuentra regulado en el artículo 15 de la Constitución, que no hace excepciones ni distinciones en su aplicación en cuanto a la calidad por la que se solicita la naturalización. En virtud de que la parte recurrida manifiesta que el requisito exigido al recurrente se encuentra regulado en el artículo 15 de la Constitución Política, lo que corresponde es una interpretación de esa disposición y del artículo 14 ibídem. II.- No está demás referir ahora que en relación con los alcances de la sentencia interpretativa, la Sala dijo: "Teniendo a la vista todo lo anterior, conviene *decir ahora que la Sala encara este recurso en el marco de lo que dispone el segundo párrafo del artículo 29 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, en la parte que dice que el amparo procede contra las actuaciones fundadas en normas erróneamente interpretadas e indebidamente aplicadas. Esto significa que lo que este tribunal resuelva, dilucida el sentido correcto de la expresión del inciso d) que causa la controversia, de manera que el Colegio recurrido ha de aplicarla en este sentido. Pero no corresponde a este tribunal jurisdiccional -no, al menos, en este caso- decidir, en cambio, una cuestión de hecho que más tarde debe resolver objetivamente el Colegio, a saber, la cuestión concreta de si la residencia efectiva de la petente en Costa Rica alcanza a cinco años o más (esto, para el caso de que se adopte la interpretación que ella hace de la norma). Es importante que las partes tengan en cuenta esta referencia a los alcances de esta sentencia, y, en especial, el Colegio, para el evento de casos futuros." (véase resolución No.87-96 de las 10:42 horas del 5 de enero de 1996). De lo anterior se infiere que la sentencia interpretativa se da generalmente cuando la interpretación de una disposición lesiona por sí derechos fundamentales, y en estos casos, la Sala lo que procede es a dilucidar el sentido correcto del texto que causa la controversia, proveyendo de una regla de interpretación a la Administración. De manera tal que en este caso en el que se reclama la infracción del derecho a la nacionalidad, lo que este tribunal decida en relación con el sentido de las normas contenidas en los artículos 14 y 15 de la Constitución, excluye la que haga la Oficina recurrida si esa interpretación es opuesta o contradictoria, de modo que esa oficina deberá ajustar su criterio a la regla que se deduce de la interpretación de la Sala. Esto significa que no corresponde a la Sala decidir la situación de hecho base del caso del recurrente, concretamente, si éste contrajo matrimonio con una costarricense, el tiempo del matrimonio, y la residencia del primero en el país en los términos del artículo 14 inciso 5) de la Constitución; constatar esas circunstancias y resolver de conformidad con el correcto sentido de las normas aplicables, según aquí se provee, corresponde a la indicada oficina administrativa. IV.- En relación directa con el asunto que aquí se examina está lo resuelto por la Sala en cuanto al sentido de la expresión "mujer" que aparece en los incisos 4) y 5) del artículo 14 de la Constitución. En la resolución No.3435-92 de las 6:20 horas del 11 de noviembre de 1992, se dijo: "De conformidad con las normas transcritas, es incuestionable que el inciso 5) del artículo 14 de la Constitución Política contiene una disposición que resulta inaplicable por ser contraria a los valores fundamentales de Carta en cuanto a igualdad jurídica y su complemento de no discriminación, tutelados con igual trascendencia por las normas internacionales, cuyo efecto erga omnes es de obligada vigencia y acatamiento en el ámbito nacional por su misma naturaleza y por imperativo del artículo 48 de la Constitución. La simple comparación de las normas transcritas con la disposición cuestionada demuestra que el beneficio concedido exclusivamente a la mujer 24 extranjera casada con costarricense, constituye una discriminación en perjuicio del hombre extranjero casado con una ciudadana costarricense, contra quien crea artificialmente una desventaja pues le sustrae beneficios por razones de género, contraviniendo con ello el espíritu constitucional y universal de igualdad y no discriminación. Adviértase que en la especie la desigualdad que hiere los intereses del recurrente no es una simple diferenciación "razonable y objetiva", sino un tratamiento evidentemente injustificado, infundado y desproporcionado, producto de condicionamientos sociales, culturales, económicos y políticos felizmente superados, tratamiento que actualmente resulta lesivo para la dignidad humana en lo particular, como derecho subjetivo positivo concreto a la igualdad, y para la unidad familiar como derecho social objetivo, desde el momento en que establece una restricción odiosa que atenta, por discriminación, contra el equilibrio jurídico y espiritual de la familia, también tutelado por la Constitución y por el ordenamiento internacional y por ello patrimonio subjetivo del ofendido. La norma impugnada crea una especie de marginación que afecta al núcleo familiar y por ende a la sociedad en su conjunto desde el momento en que un integrante de esa comunidad es tratado de manera diferente, cercenando sus derechos igualitarios y colocándolo en situación social de desventaja, frente a su esposa, sus hijos y demás familiares; con ello se resiente el sentido de justicia. De acuerdo con lo expuesto, la disposición cuestionada, que no establece, criterios fundamentales de convivencia, carece de vigencia y aplicabilidad frente a los principios fundamentales que establece la Constitución Política y los Convenios Internacionales, para quienes la igualdad y no discriminación son derechos genéricos, y por ello piedra angular, clave, de nuestro ordenamiento; son valores superiores que configuran e impregnan la convivencia democrática de la Nación y del estado social de derecho vigente. La discriminación señalada cede frente a principios de rango superior dado que la desigualdad en comentario no tiende a proteger una finalidad superior, concreta, dirigida a crear, proteger o fomentar intereses comunes superiores sino a discriminar contra derechos subjetivos. II.- En aras de evitar desigualdades y discriminaciones futuras que pudieran surgir al aplicarse la Carta fundamental y otros instrumentos jurídicos vigentes, y en el ejercicio de la facultades que le otorga la Constitución a esta Sala, se dispone que cuando en la legislación se utilicen los términos "hombre" ó "mujer", deberán entenderse como sinónimos del vocablo "persona", y con ello eliminar toda posible discriminación "legal" por razón de género, corrección que deben aplicar todos los funcionarios públicos cuando les sea presentada cualquier gestión cuya resolución requiera aplicar una normativa que emplee los vocablos arriba citados" De la resolución antes citada se infiere que la expresión "mujer" contenida en los incisos 4) y 5) del artículo 14 de la Constitución resulta inaplicable literalmente porque tal constituiría una discriminación en perjuicio del hombre extranjero casado con mujer costarricense. El trato distinto dispuesto en esas normas cede frente a principios de rango superior contenidos en la Constitución y en los Convenios Internacionales -principios de igualdad y de justicia. Debido a lo anterior en la citada resolución se dispuso que cuando en la norma se emplean los términos hombre o mujer deberán entenderse como sinónimos del vocablo persona, con el objeto de eliminar toda posible discriminación por razón de género, y así deberán aplicarlo todos los funcionarios públicos cuando les corresponda. V.- Es necesario examinar las modificaciones que a lo largo del tiempo han sufrido las disposiciones contenidas en los artículos 14 y 15 de la Constitución. En la Constitución de 1871, en el Titulo II, Sección Primera, De los Costarricenses, se hace la distinción entre los costarricenses naturales y los naturalizados. En ese sentido, el artículo 6 dispone: "Art. 6. Son naturalizados: 1. Los que han adquirido esta calidad en virtud de las leyes anteriores. 2. La mujer extranjera casada con Costarricense. 3. Los hijos de otras naciones que, después de un año de residencia en la República, obtengan la carta respectiva." Posteriormente, la Constitución de 1949, en el Título II, De los Costarricenses, Capítulo Único, hizo la distinción entre costarricenses por nacimiento y por naturalización y en relación con estos últimos dispuso: "Artículo 14. Por naturalización Son costarricenses por naturalización: 1) Los que han adquirido esta calidad en virtud de leyes anteriores; 25 2) Los nacionales de los otros países de Centro América, de buena conducta y con un año de residencia en la República por lo menos, que manifiesten ante el Registro Civil su decisión de ser costarricenses; 3) Los españoles o iberoamericanos por nacimiento que obtengan la carta respectiva ante el Registro Civil, siempre que hayan tenido su domicilio en el país durante los dos años anteriores a su solicitud; 4) Los centroamericanos, españoles e iberoamericanos que no lo sean por nacimiento y los demás extranjeros que hayan estado domiciliados en Costa Rica por el término mínimo de cinco años inmediatamente anteriores a la solicitud de naturalización, de acuerdo con los requisitos que indique la ley; 5) La mujer extranjera que al casar con costarricense pierda su nacionalidad, o que manifieste su deseo de ser costarricense; 6) Quienes reciban la nacionalidad honorífica de la Asamblea Legislativa." "Artículo 15. Requisitos para la naturalización; concepto de domicilio El que solicite naturalizarse debe acreditar de previo su buena conducta, demostrar que tiene oficio o medio de vivir conocido y prometer que residirá en la República de modo regular. Para los efectos de la naturalización, el domicilio implica residencia y vinculación, estables y efectivas, a la comunidad nacional, de acuerdo con la reglamentación que establezca la ley." Mediante Ley No.7065 de 14 de mayo de 1987, publicada en La Gaceta No.138 de 22 de julio de 1987, se reformaron los textos de los artículos 14 y 15 de la Constitución, que actualmente disponen: "Artículo 14.- Son costarricenses por naturalización: 1) Los que han adquirido esta calidad en virtud de leyes anteriores; 2) Los nacionales de los otros países de Centro América, los españoles y los iberoamericanos por nacimiento que hayan residido oficialmente en el país durante cinco años y que cumplan con los demás requisitos que fije la ley. 3) Los centroamericanos, los españoles y los iberoamericanos que no lo sean por nacimiento y los demás extranjeros que hayan residido oficialmente en el país durante siete años como mínimo y que cumplan con los demás requisitos que fije La ley. 4) La mujer extranjera que al contraer matrimonio con costarricense pierda su nacionalidad. 5) La mujer extranjera que habiendo estado casada durante dos años con costarricense, y habiendo residido en el país durante ese mismo período, manifieste su deseo de adquirir la nacionalidad costarricense. 6) Quienes ostenten la nacionalidad honorífica otorgada por la Asamblea Legislativa." "Artículo 15.- Quien solicite naturalización deberá: acreditar su buena conducta, demostrar que tiene oficio o medio de vivir conocido, que sabe hablar, escribir y leer el idioma español, someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores, prometer que residirá en el territorio nacional de modo regular y jurar que respetará el orden constitucional de la República. Por medio de ley se establecerán los requisitos y la forma para tramitar la solicitud de naturalización." VI.- De la relación de normas que antecede destaca el hecho de que desde la Constitución de 1871 se establecía como un supuesto independiente para adquirir la nacionalidad costarricense por naturalización el de la mujer extranjera que casara con un costarricense. Asimismo, se observa que otro elemento importante era el plazo tan corto de residencia en el país -un año- que se exigía para que los extranjeros pudieran optar por la nacionalidad costarricense. Ahora bien, en la Constitución de 1949, en relación con los extranjeros que podían optar por la nacionalidad costarricense, se distinguieron tres supuestos con requisitos diferentes, principalmente en cuanto al plazo de residencia o domicilio en el país. Los tres supuestos son: los nacionales de otros países de Centroamérica con un año de residencia en el país; los españoles e iberoamericanos por nacimiento con domicilio en el país por dos años; y los centroamericanos, españoles, e iberoamericanos que no lo sean por nacimiento, y demás extranjeros, que hayan estado domiciliados en el país por el plazo de cinco años. Es importante indicar que la discusión de los Diputados de la Asamblea Nacional Constituyente en relación con la aprobación de los artículos 14 y 15 de la Constitución se centró en los incisos 2), 3) y 4) del artículo 14 ibídem que son los que regulan los requisitos anteriores. En ese sentido, se habló de la idea de dar un trato preferente a los nacionales de otros países centroamericanos para que adquirieran la nacionalidad costarricense. En las primeras manifestaciones se expresó la inquietud de algunos Diputados por el contenido del inciso 2) que, en principio, permitía a los centroamericanos que se naturalizaban costarricenses conservar su nacionalidad de origen. Señalaron que se corría el peligro de dejar en manos de ciudadanos que no eran genuinamente costarricenses el resultado de los procesos electorales, y, finalmente, expresaron su preocupación por la irregular situación de los países del istmo. Sin embargo, 26 posteriormente la mayoría de Diputados estuvieron de acuerdo en que los nacionales de otros países centroamericanos tuvieran un trato privilegiado para la obtención de la nacionalidad costarricense y así estrechar vínculos con los demás pueblos centroamericanos para fortalecer las relaciones de amistad (los Diputados que se expresaron en ese sentido fueron Fournier, Monge Alfaro, Volio Sancho, Brenes Mata, Leiva, Ruiz, Monge Alvarez, Desanti, Madrigal, y Rojas Espinoza). Se habló también de que a los españoles e iberoamericanos cuya identificación con el país les era más fácil por la lengua, la religión y la costumbre, se les debía reconocer un trato diferente al resto de extranjeros. En cuanto a los centroamericanos, españoles, e iberoamericanos que no lo eran por nacimiento, y los demás extranjeros, indicaron que había que tener prudencia para saber si el solicitante se había identificado con el país, por lo que en estos casos señalaron la necesidad de exigir requisitos que comprobaran lo que se denominó la lealtad del postulante al régimen integral del país. En el acta No.169 de la sesión ordinaria celebrada por la Asamblea Nacional Constituyente a las 15:00 horas del 18 de octubre de 1949, se suprimió del texto del inciso 4) del artículo 14 la frase que decía "que aseguren la lealtad del postulante, mediante declaración jurada de renuncia de la fidelidad hacia cualquier otro Estado, y de sometimiento al régimen integral de Costa Rica" y se sustituyó por la que dice "de acuerdo con los requisitos que indique la ley". En consecuencia, del texto de los incisos 2), 3) y 4) del artículo 14 de la Constitución de 1949 y de la discusión que su aprobación suscitó entre los Diputados de la Asamblea Nacional Constituyente, se infiere que se pretendió dar un trato privilegiado a los nacionales de otros países de Centroamérica; que los requisitos mayores se impusieron a los centroamericanos, españoles e iberoamericano que no lo eran por nacimiento y a los demás extranjeros, único supuesto en el cual la Constitución hace referencia al cumplimiento de requisitos que indique la ley; que el artículo 14 de la Constitución, al menos en lo que respecta a los incisos examinados, aunque no se encuentra razón alguna para no considerar lo mismo en relación con los restantes supuestos, establece una gradación entre los supuestos, al privilegiar a un grupo de solicitantes por su nacionalidad de origen, e imponer mayores requisitos a otros por ese motivo, lo anterior sin entrar a considerar lo regulado por el artículo 15 de la Constitución. En relación con el inciso 5) del artículo 14 ibídem, que establece el supuesto de la mujer que al casarse con costarricense pierda su nacionalidad o manifieste su deseo de convertirse en costarricense, se puede indicar que fue aprobado sin mayor discusión; el promovente de la correspondiente moción manifestó que con esta norma lo que se pretendía era evitar la contraposición de leyes que no permitían a la mujer casada seguir la condición de su marido. En relación con la aprobación del artículo 15 de la Constitución de 1949, debe indicarse que fue una innovación porque este artículo no existía en la Constitución de 1871. VII.- Resulta importante también conocer la discusión que suscitó la aprobación de la reforma de los artículos 14 y 15 de la Constitución, mediante ley No.6075 de 21 de mayo de 1987. La reforma de los citados artículos fue propuesta por el Colegio de Abogados que justificó la agravación de los requisitos para optar por la nacionalidad costarricense en la necesidad de adaptar esas disposiciones a las condiciones actuales del país. En ese sentido, se habló de la situación de violencia incontrolable que vivían algunas naciones centroamericanas que provocaban en ingreso masivo de extranjeros al país. El proyecto pretendía reformar los artículos 14 incisos 2), 3), 4), y 5) y 15 de la Constitución. En relación con el artículo 14 se pretendía aumentar a cinco los años de residencia en el país necesarios para que los centroamericanos, españoles, e iberoamericanos por nacimiento optaran por la nacionalidad costarricense; aumentar a siete años el plazo de residencia para los que no eran centroamericanos, españoles, e iberoamericanos por nacimiento, y para los demás extranjeros; establecer el requisito de los dos años de matrimonio y de residencia para que la mujer extranjera que casara con costarricense pudiera optar por la nacionalidad costarricense. En el artículo 15 se pretendía introducir los requisitos de saber hablar, escribir, y leer el idioma español y someterse a un examen comprensivo de la historia del país y sus valores. La propuesta fue acogida por un grupo de diputados y enviada a una Comisión Especial para su estudio. Desde un inicio cuando se conoció la admisión del proyecto a discusión y el nombramiento de la Comisión Especial, hubo opiniones de los diputados favorables y contrarias al proyecto. Los diputados que se manifestaron en contra del proyecto externaron su preocupación por la rigidez de los requisitos, por una situación más favorable a los derechos humanos y al principio de razonabilidad. La Comisión nombrada para estudiar el proyecto rindió un dictamen unánime afirmativo y consideró que la reforma constitucional propuesta no afectaba la política migratoria del país, ni el derecho de asilo; que era favorable la existencia de un proceso más lento para adquirir la nacionalidad costarricense por naturalización porque permitía actuar con mayor cuidado y posibilitaba al extranjero el conocer mejor la nación, su historia, y sus valores; que el Plenario debía escoger la moción de fondo que acompañaba al expediente para que en relación con el inciso 4) del artículo 14 del proyecto se legislara sin discriminación de sexo; que había pendiente al momento de redactarse 27 el dictamen una consulta del proyecto formulada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por los problemas que podía implicar una mejor tutela de los derechos humanos en juego (matrimonio, prohibición de la apátrida, protección de la familia, etc). En relación con la aprobación del proyecto en la primera legislatura debe indicarse que la tónica en el Plenario fue no incluir mociones de fondo para no propiciar un debate que pusiera en peligro o retardara la aprobación de la reforma. Es interesante observar que dentro de esa situación los diputados Corrales Bolaños y Araya Guillén prefirieron presentar un proyecto aparte para quitar la discriminación del inciso 4) del artículo 14, porque no querían crear controversia entre los diputados. Otro dato interesante es que las manifestaciones de los diputados en relación con la reforma se dieron en esta primera legislatura con posterioridad a la aprobación del proyecto en tercer debate. A pesar de que la mayoría de los diputados se manifestaron a favor de la reforma, el diputado Vargas Carbonell señaló varios aspectos que pueden calificarse como deficiencias técnicas existentes en los artículos cuya reforma se propuso. Esos aspectos resultan importantes y llama la atención que en relación con ellos no se dio un debate en el Plenario. El diputado Vargas Carbonell señaló que el requisito de aprender el idioma español no implicaba vinculación al país ni domicilio, de acuerdo con el concepto establecido en la Constitución de 1949; que existía un error al pretender sustituir ese concepto de domicilio que contenía el artículo 15 con aspectos circunstanciales; que no se entendía lo del examen comprensivo; que lo de jurar el respeto al orden constitucional contenido en el artículo 15, salía sobrando porque el respeto a la Constitución existía como norma general en el artículo 18 ibídem; que los textos de los incisos 2) y 3) del artículo 14 estaban mejor concebidos en la actual Constitución que en la reforma propuesta; que la reforma lo que pretendía era ampliar el prerrequisito del plazo de residencia necesario para poder optar por la nacionalidad costarricense; que resultaba superfluo indicar en la reforma a los incisos 2) y 3) del artículo 14, la necesidad de cumplir los demás requisitos que fije la ley, si la reserva de la ley existía como norma general en el artículo 15, además era innecesario decirlo en normas que no establecían un procedimiento. En la sesión de 7 de mayo de 1987, Acta No.6, se aprobó el proyecto en primer debate, en la segunda legislatura. Los diputados que participaron en esta sesión, salvo por la distinción que se establecía en los incisos 4) y 5) del artículo 14, se manifestaron a favor de la reforma argumentando que respetaba las políticas migratorias y el derecho de asilo; que hacía más lento el trámite de adquisición de la nacionalidad; que la reforma a los incisos 4) y 5) del artículo 14 cobijaba a las mujeres que contrajeron matrimonio con un costarricense y no podían optar por la nacionalidad costarricense por no haberlo manifestado en el acto del matrimonio; que el mecanismo era más exigente que el anterior; que la reforma respondía a una situación real que era la existencia de miles de extranjeros que con gran facilidad, sin mayores requisitos, ni mayor convicción, adoptaban la nacionalidad costarricense, por lo que era responsabilidad de los diputados que los extranjeros que solicitaban y obtenían la nacionalidad, tuvieran la identificación necesaria y el carácter de costarricenses (los que se pronunciaron en esos términos fueron los diputados Araya Guillén, Guevara Fallas, Chacón Jiménez y Valenciano Chaves). En la sesión de 11 de mayo de 1987, Acta No.7, en la que se aprobó el proyecto en segundo debate, en la segunda legislatura, se produjo una discusión en relación con la posibilidad que tenía el Plenario de corregir, a esas alturas del proceso, el problema de la discriminación del los incisos 4) y 5) del artículo 14. Después de desecharse esa posibilidad, en la sesión de 12 de mayo de 1987, Acta No.8, se aprobó el proyecto en tercer debate, en la segunda legislatura. VIII.- Una vez referida la historia de las normas constitucionales con base en las cuales la autoridad recurrida previno al accionante el cumplimiento de ciertos requisitos para iniciar el examen de su solicitud de naturalización, debe indicarse que en razón del enfoque que se le dio al caso en el considerando I y de lo manifestado por la parte accionada en el sentido de que el artículo 15 de la Constitución debe aplicarse a todas las hipótesis del 14 ibídem, lo que se impone en este caso es una labor de interpretación que defina si en el supuesto del recurrente se requiere el cumplimiento de los requisitos que establece el citado artículo 15. En vista de las deficiencias técnicas de que adolece el artículo 14 se requiere acudir en primer término a los precedentes o antecedentes legislativos para descifrar correctamente su texto. Pero se observa, de lo expuesto en los considerandos anteriores, que de los precedentes legislativos no se infieren suficientes elementos para determinar que los diputados hayan discutido y concluido el tema específico que aquí se examina. En ese sentido, se tiene que prácticamente solo en las manifestaciones del diputado Vargas Carbonell se encuentra una somera referencia al punto cuando expresó que desde su perspectiva resultaba innecesario que con la reforma de los incisos 2) y 3) del artículo 14 de la Constitución se pretendiera añadir la frase en la que se expresaba la necesidad de cumplir los demás requisitos que fije la ley, si se consideraba que la reserva de ley existía como norma general en el artículo 15 ibídem. Ahora bien, dado que no es posible establecer una interpretación concluyente en cuanto al tema que interesa recurriendo a fuentes como los precedentes o antecedentes legislativos de las normas, es necesario recurrir a otra vía para acceder a la solución del 28 problema planteado; se trata de hacer una relación de sentido de las disposiciones constitucionales atinentes y de éstas con otras normas o valores del parámetro de constitucionalidad. IX.- El artículo 14 enumera exhaustivamente los casos o supuestos de la naturalización. Se trata evidentemente de varios supuestos diferentes que obedecen a consideraciones de distinta naturaleza u origen, comprendidos en el mismo artículo. El artículo 14 es deficitario desde el punto de vista formal o de calidad técnica, al extremo de que crea situaciones de duda o ambigüedad, sobre todo al momento de relacionar ese artículo con otros de la Constitución (especialmente con el artículo 15). Así, por ejemplo, en el inciso 1) se reconoce que si hay quienes han adquirido la nacionalidad por naturalización "en virtud de leyes anteriores", esto es, con anterioridad a la Constitución, ellos no pierden ese estatus por el hecho de que las causas de su adquisición o los procedimientos para tal cosa fueren distintos y aun opuestos a los regulados en la Constitución o en la ley subordinada. En este caso de lo que se trata es de que la Constitución misma, por decirlo así, se autolimita o limita sus propios efectos hacia el pasado a fin de no afectar o modificar situaciones jurídicas nacidas en el marco de anteriores o antiguos ordenamientos. El puro sentido común inclina a concluir con respecto al citado inciso 1) que a la hipótesis que allí se regula no le es aplicable lo que se dispone en el artículo 15. Ya este solo ejemplo demuestra que el artículo 15 no es susceptible de aplicación a todos los supuestos del artículo 14. Un ejercicio similar puede hacerse, concluyendo de la misma manera, respecto del inciso 6), relativo a la nacionalidad honorífica, en cuyo caso es patente que dada la razón por la cual ésta se concede -el inciso 16) del artículo 121 aclara que la ciudadanía honorífica se concede "por servicios notables prestados a la República"-, sería torpe exigir requisitos como los comprendidos en el artículo 15. En las hipótesis de los incisos 2) y 3) del artículo 14, está claro que la nacionalidad solo puede concederse a quienes allí se mencionan si media una solicitud de parte de éstos, y no oficiosamente: el artículo 15, se refiere precisamente a los casos en que esa solicitud se ha hecho, como expresamente se dice en los dos párrafos de este artículo (al inicio del primer párrafo donde se indica "quien solicite naturalización", y en el segundo párrafo al final, se alude a "solicitud de naturalización"). Por ende, el artículo 15 aplica en esos dos casos. A diferencia de éstos, en el inciso 4) se trata una situación específica que es la de la persona que pierde su nacionalidad como resultado de casar con costarricense: el espíritu de la norma es impedir que esta circunstancia produzca un apátrida, lo cual se concilia con dos ordenamientos superiores, sea, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 20, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 15. Interpretar que en el caso de este inciso 4) opera el régimen del artículo 15 conduciría a impedir la solución ideada por la Constitución a fin de evitar la infracción del derecho fundamental a la nacionalidad (aunque en tal infracción no incurriere la propia Constitución, o el ordenamiento nacional, sino las normas foráneas que causan la situación del apátrida). De donde va en el sentido de la Constitución concluir que el régimen del artículo 15 es igualmente inaplicable al supuesto del inciso 4) del artículo 14. En el inciso 5), aunque no se está en el caso del apátrida (y quizá por eso la regulación es más rigurosa), se trata de favorecer una situación de homogeneidad en la familia por la asimilación en punto a la nacionalidad de uno de sus miembros -la persona extranjera-, como un modo de protección del núcleo familiar coincidente con las disposiciones de los artículos 51 y 52 de la Constitución y 17 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. De ahí que la norma se haya esmerado en fijar sus propios requisitos y que el lenguaje de la Constitución aluda a la simple manifestación de deseo o voluntad como el estímulo frente al que el Estado tiene que reaccionar como la Constitución demanda -concediendo la nacionalidad sin más trámite-. Por ende, igual que en el caso anterior, el régimen del artículo 15 es inaplicable al inciso 5) del artículo 14. En ese sentido, la Constitución no pretende aplicar el beneficio del inciso 5) únicamente a las personas extranjeras casadas con costarricenses que hablasen, escribiesen, o leyesen el idioma español, excluyendo de esta vía de acceso a la nacionalidad a quienes no supiesen hacer tal cosa o no pudiesen hacerlo a satisfacción de la Administración; pensar de otro modo supondría situar a la Constitución en el papel de instrumento que castiga la diversidad cultural en medio de un contexto en que lo que se persigue es fortalecer los lazos intrafamiliares y facilitar la integración de sus miembros a la comunidad nacional, de modo que todos ellos gocen del mínimo de amparo jurídico que les da la nacionalidad. X.- En consecuencia, en el marco de los alcances de la sentencia interpretativa expuestos en el considerando II, concluye este Tribunal que no es aplicable al supuesto del inciso 5) del artículo 14 de la Constitución, lo dispuesto en el artículo 15 de ese mismo texto legal; además, para el caso del inciso 5), los requisitos que válidamente puede exigir la Administración son los que éste mismo establece. Con estos alcances, el recurso se declara con lugar. XI.- Salva el voto la Magistrada Calzada, que declara sin lugar el recurso. 29 POR TANTO Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y perjuicios causados, que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso administrativa. Luis Paulino Mora M. Presidente R. E. Piza E. Luis Fernando Solano C. Eduardo Sancho G. Carlos Ml. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. José L. Molina Q. VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA CALZADA MIRANDA. La suscrita salva el voto y declara sin lugar el recurso con fundamento en las siguientes consideraciones: I. Contrario a lo expuesto en el voto de mayoría considera la suscrita que el recurrente debe estarse a lo estipulado en la Constitución Política al respecto, ya que el mismo texto constitucional establece el cumplimiento de este requisito específico entre otros con el fin de obtener el derecho a la nacionalización. Vistos los antecedentes legislativos de la reforma introducida a la norma constitucional, podemos descubrir en los mismos la intención del Poder Legislativo, como guardador de los principios constitucionales, en restringir la calidad de ciudadano costarricense aumentando los términos mínimos de permanencia en el país así como los requisitos exigidos, todo en resguardo de los principios democráticos, de la estabilidad socio-moral del país y la conservación de las tradiciones culturales. Así, la Comisión Especial para estudiar las reformas a los artículos catorce y quince de la Constitución Política de Costa Rica, en su dictámen unánime afirmativo, señaló: "... De lo que se trata es de que el trámite de adquisición de la nacionalidad costarricense por parte de quienes tienen otra, sea un proceso más lento que permita actuar con mayor conciencia, con mayor cuidado y que haga posible -por consecuencia- al extranjero que llegará a ser costarricense por naturalización, conocer mejor la nación cuya historia en adelante será también la suya, con todos sus valores. En tal sentido, ampliar un tanto el número de años para la adquisición de la nacionalidad costarricense es una medida prudente, que permite hacer bien las cosas. Si a ello se agrega que quien desee adoptar la nacionalidad costarricense debe -además de llenar los actuales requisitos- hablar, escribir y leer el idioma oficial del país, lo mismo que conocer la historia del país y los valores fundamentales de la nacionalidad costarricense, ello mostrado en la forma prudente en que la ley lo dispondrá, dará por resultado un conjunto de más adecuadas disposiciones para efectos de que los extranjeros puedan adoptar la nacionalidad. En lo que se refiere a la situación de la mujer extranjera que pierde su nacionalidad al casar con costarricense, a la forma en que la Constitución y las disposiciones consiguientes han resuelto el punto, y a la propuesta de reforma sugerida, la Comisión acordó proponer al Plenario que acoja la moción de fondo que acompaña al Expediente respecto al literal cuatro del artículo catorce del proyecto. En virtud de lo que tal moción establece, se legisla sin discriminación de sexo: evita la nueva disposición lo que algunos por algún abuso que ha habido- han llamado "venta de nacionalidad" y se da el plazo suficiente para que la persona que ha de elegir estado civil -asunto tan importante en la vida de cualquier persona- no se vea constreñida a tener que elegir simultáneamente- nacionalidad. Todo ello se puede llevar con un poco más de sosiego." Como se puede desprender de la lectura anterior, el espíritu del legislador, al incrementar los requisitos que deben cumplir los extranjeros para optar por la nacionalidad costarricense, tiene como fin el disminuir el impacto social, que ha ocasionado el incremento desmesurado del número personas inescrupulosas quienes, adoptando nuestra bandera, han realizado actos poco loables y nada justificables, todo ello en resguardo del sentido específico que rodea la Naturalización y la Nacionalidad. II.- Que las normas constitucionales en cuestión, sean los numerales catorce y quince de la Carta Magna, y su consecuente aplicación, merecen especial atención a este punto. El artículo catorce constitucional establece taxativamente los casos en que procede la concesión de la naturalización a los extranjeros sin discriminación de sexo, sin embargo, debemos tener en cuenta que, este artículo catorce, por su especial contenido, es genérico y no 30 específico. En esencia, establece lineamientos generales para determinar la aplicación de una ley específica, especialmente en los casos de los incisos 1), 2) y 3), en los cuales el texto constitucional expresamente remite, a quienes se encuentren dentro de los parámetros que en ellos se establecen, a la ley específica que ha de regular esa aplicación, sea la Ley 7065. En tanto, el artículo quince se refiere al marco legal general que debe observarse dentro del proceso de naturalización, plasmado en los requisitos exigidos por la Ley 7065, misma que responde al espíritu que el legislador quiso establecer en dichas normas constitucionales, sea el mencionado supra. III.- La nacionalidad como concepto genérico y componente importante de la ideosincracia y la estructura cultural de un pueblo, debe ser defendida y custodiada por todos los medios posibles para garantizar su permanencia a través del tiempo. Conceptualmente, nacionalidad es el vínculo específico que une a una persona con un Estado. Este vínculo, que determina su pertenencia a dicho Estado, le da derecho a reclamar la protección del mismo; pero la somete también, a las obligaciones impuestas por sus leyes. La nacionalidad representa un vínculo regido, en lo esencial, por las normas del Derecho Interno; y que, por ello, a cada uno de los Estados que integran la comunidad internacional le corresponde legislar sobre la adquisición, pérdida y recuperación de la misma. El reconocimiento de estas normas por otros Estados, que contemplan la solución de posibles situaciones conflictivas, entra ya en el ámbito del Derecho Internacional. Ahora bien, conceptualizando la naturalización, podemos decir que es una institución en virtud de la cual un individuo puede obtener a su pedido la nacionalidad de ese país, previo cumplimiento de las formalidades exigidas por la ley. Vistos los anteriores conceptos y teniendo claro que la nacionalidad y la naturalización son conceptos distintos por cuanto la primera otorga derechos y obligaciones en iguales proporciones a quienes sean ciudadanos de un país, mientras que en la segunda, el ejercicio de ciertos cargos y el acceso a ciertos derechos se limita por el hecho de no ser nativo del país que le otorga la naturalización. Esta última situación se da, precisamente para salvaguardar el sentido de la nacionalidad en sí y, para restringir el acceso de personas inescrupulosas a dicho estatus con miras a alterar la ideosincracia y la cultura de un país. Las normas de discusión buscan, simplemente, mantener un nivel cultural promedio en el que predomine el conocimiento de los principios socio-culturales que se han hecho presentes en la historia patria, pues precisamente es en esa pérdida de la conciencia nacional donde comienza la pérdida de la cultura e historia de nuestra nacionalidad. Por lo anteriormente expuesto, considera la suscrita Magistrada que no existe violación alguna a los preceptos constitucionales, por lo que a mi juicio corresponde es rechazar el reclamo planteado y declararlo sin lugar. Ana Virginia Calzada M. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 4666 – 96 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Isabel Johnson y Carmen Castro vs Director de la Escuela Nacional de Policía Las mujeres no pudieron participar en el curso de Oficiales 1 de la Escuela Nacional de Policía porque el Director dio la orden de desalojarlas dado que el plantel no tenía las condiciones físicas para aceptarlas. El Director de la Escuela Nacional de Policía aduce que el asunto se trasladó a la Viceministra de Seguridad Pública para que decidiera. La Viceministra se refiere a que la no admisión de las recurrentes es por razones materiales y no a discriminación de género. Cláusula general de igualdad del artículo 33 de la Constitución Política. La subsistencia de condiciones de alojamiento que desaconsejan admitir mujeres en los cursos policiales, pero que no impiden que los funcionarios varones los tomen, y el hecho mismo de rechazar a las primeras por esa circunstancia, relativa a su género, configuran sin duda una discriminación, es decir, dan lugar a un trato desigual por razón del sexo que 31 Conclusión concretamente viola el derecho de las recurrentes a ser tratadas como iguales. Si la Escuela Nacional de Policía no cuenta actualmente con alojamientos propios para las mujeres ello no es realmente atribuible a falta de recursos materiales o económicos, sino a algo mucho más grave: en efecto, es inevitable ver en ello el resultado de la situación de discriminación en que se ha colocado a la mujer tradicionalmente. Cada vez que se excluye o no se admite a mujeres alegándose esa limitación de medios materiales, se concreta en cada una de ellas la entera discriminación de que es objeto su género, aunque los funcionarios responsables de la denegación o exclusión pudieran no ser movidos por el deliberado propósito de producir ese resultado. De otro lado, la discriminación alcanza a la esfera de derechos laborales de las recurrentes, pues es evidente que la exclusión que se les ha impuesto las coloca en una posición de desventaja con respecto a las oportunidades laborales de los funcionarios incorporados a los cursos. La infracción de los derechos de las recurrentes se consumó. Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y perjuicios causados, que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso administrativa. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Arguedas Clase de asunto: 04666 Año : 1996 96-004435-0007-CO Sala Constitucional 06/09/1996 10:27:00 AM De Fondo Ramírez Carlos Manuel Recurso de amparo Exp: 96-004435-0007-CO Res: 1996-04666 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas con veintisiete minutos del seis de setiembre de mil novecientos noventa y seis. Recurso de amparo de Isabel María Johnson Madrigal, cédula de identidad número 1-562-734, y Carmen Castro Morales, cédula de identidad número 3-269-861, contra el Director de la Escuela Nacional de Policía . Resultando: 1. Manifiestan las recurrentes que el 14 de agosto de 1996, el Director de Vigilancia Marítima envió al Departamento de Reclutamiento una lista contentiva de los oficiales de vigilancia marítima que participarían en el curso de Oficiales 1 a realizarse en la Escuela Nacional de Policía a partir del 17 de agosto de 1996; que la jefe de la Sección de Reclutamiento remitió el mismo 14 de agosto al citado Director la lista de los participantes en el curso, indicando que no se citaba a las aquí recurrentes porque según indicaciones de la Escuela Nacional de Policía debe haber un mínimo de diez mujeres por curso, para evitar problemas de alojamiento, y a la fecha sólo tienen dos candidatas; que el 16 de agosto el Oficial Mayor (del Ministerio de Seguridad Pública) giró una orden al recurrido para que se acondicionase alojamiento para las recurrentes a fin de que éstas recibiesen el curso; que el 17 de agosto ambas se apersonaron a la Escuela pero se les hizo saber que el Director recurrido había dado orden telefónica de que desalojaran de inmediato esa unidad porque el plantel no tenía condiciones físicas para aceptarlas; que lo actuado por el Director recurrido es discriminatorio y perjudica sus oportunidades laborales. 32 2. En escrito posterior al memorial inicial, las recurrentes rebaten el informe dado a esta Sala por el recurrido. 3. El Director de la Escuela Nacional de Policía informa bajo fe de juramento que la facultad de determinar qué efectivos de policía pueden recibir cursos corresponde a la Escuela; que si bien lo dicho acerca del Oficial Mayor es cierto, el asunto se trasladó a la Viceministra de Seguridad Pública para que decidiera los pasos a seguir; que ésta respondió en oficio VLC-2321, donde se mencionan instrucciones para que finalmente se resuelvan los problemas de alojamiento de mujeres que estén en la carrera policial, de modo que éstas sean atendidas en los cursos que se inician en enero de 1997; que la Viceministra se refiere a que la no admisión de las recurrentes es por razones materiales y no a discriminación de género; que las petentes se presentaron a la Escuela motu proprio, sin que se hubiera autorizado su presencia en el curso dadas las condiciones de infraestructura. 4. En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley. Redacta el magistrado Arguedas Ramírez ; y, Considerando: I. Las recurrentes acuden a esta jurisdicción porque han sido excluidas de un curso en la Escuela Nacional de Policía que se inició el diecisiete de agosto último (es decir, tres días antes de la presentación de este recurso), lo que merma sus expectativas de mejoras laborales. A juicio de ellas, el impedimento para tomar el curso configura un caso de discriminación por razón del género. Por su parte, el Director recurrido no niega que las quejosas estaban incluidas en una lista inicial de participantes en el curso, al que finalmente no fueron admitidas porque no había adecuado alojamiento para ellas. Da cuenta el recurrido -citando a la Viceministra de Seguridad Pública- de que reiteradamente se ha solicitado que el problema del alojamiento se resuelva, de modo que se habiliten lugares para acomodar a las mujeres, pero que la imposibilidad de hacerlo subsiste, aunque nuevamente se han requerido medios materiales para acondicionar esos sitios a fin de que las mujeres participen en los cursos que se iniciarán en enero del próximo año (véase, en general, el informe del Director de la Escuela Nacional de Policía, a partir del folio 15.) II. De lo expuesto por las recurrentes y del propio informe del Director recurrido deduce la Sala que aquellas pretendían tomar un curso en la Escuela Nacional de Policía (a partir del diecisiete de agosto último) que incrementaba sus aptitudes y oportunidades laborales, pero que fueron excluidas de esa actividad por tratarse de mujeres, para las que no había condiciones adecuadas de alojamiento. Es decir, el curso específico de que se trata que comenzó días antes de la presentación de este recurso- ha debido dictarse solamente a hombres, puesto que para ellos no había el impedimento que sí había -y subsiste aún- para las mujeres. Que no hubiese condiciones adecuadas para alojar mujeres en el lugar donde debía realizarse el curso, pero que sí las hubiese para los hombres, no es una circunstancia novedosa y actual: el Director de la Escuela lo confirma expresamente, y, citando a otra funcionaria del Ministerio de Seguridad Pública, explica que se ha tratado infructuosamente de resolver esta limitación. Pues bien: la subsistencia de condiciones de alojamiento que desaconsejan admitir mujeres en los cursos policiales, pero que no impiden que los funcionarios varones los tomen, y el hecho mismo de rechazar a las primeras por esa circunstancia, relativa a su género, configuran sin duda una discriminación, es decir, dan lugar a un trato desigual por razón del sexo que concretamente viola el derecho de las recurrentes a ser tratadas como iguales. Si la Escuela Nacional de Policía no cuenta actualmente con alojamientos propios para las mujeres -alojamientos de los que parece que sí dispone para los hombres-, ello no es realmente atribuible a falta de recursos materiales o económicos, sino a algo mucho más grave: en efecto, es inevitable ver en ello el resultado -uno de tantos- de la situación de discriminación en que se ha colocado a la mujer tradicionalmente. La persistencia de esta falta de medios es, pues, la expresión de un orden de cosas discriminatorio; ella en sí misma también es discriminatoria y, además, tiene virtualidad discriminante: en consecuencia, cada vez que se excluye o no se admite a mujeres alegándose esa limitación de medios materiales, se concreta en cada una de ellas la entera discriminación de que es objeto su género, aunque los funcionarios responsables de la denegación o exclusión pudieran no ser movidos por el deliberado propósito de producir ese resultado. Así, las recurrentes han sido efectivamente discriminadas: lo serían aun cuando al invocarse la limitación en las instalaciones de la Escuela Nacional de Policía que les afecta solo a ellas se quisiese entender o interpretar que la exclusión o inadmisión es un modo de protegerlas de los riesgos de la convivencia con personas del otro género -y, en realidad, mucho peor si así fuera. De otro lado, la discriminación 33 alcanza a la esfera de derechos laborales de las recurrentes, pues es evidente que la exclusión que se les ha impuesto las coloca en una posición de desventaja con respecto a las oportunidades laborales de los funcionarios incorporados a los cursos: lo que ocurre es que de esta manera el sistema tiende a reproducir la desigualdad por razón del género, que la Constitución enérgicamente proscribe (así, en la cláusula general de igualdad del artículo 33). III. Se sigue de lo dicho en el anterior considerando que asiste razón a las recurrentes cuando dicen que han sido discriminadas, y no son en modo alguno atendibles las alegaciones burocráticas del Director del la Escuela Nacional de Policía ni las otras que él atribuye a la Viceministra de Seguridad Pública. Lo cierto es que la infracción de los derechos de las recurrentes se consumó, habida cuenta de que el curso a que ellas se refieren comenzó el diecisiete de agosto y el recurso se interpuso el día veinte del mismo mes; los próximos cursos -dice el informe del Director de la Escuela- está previsto que se inicien en el mes de enero del año entrante. En esta perspectiva, tome nota la recurrida de que no deberá incurrir en actos como los que ahora dan mérito para acoger el recurso. En suma, el recurso debe declararse con lugar, con condenatoria para el Estado según lo que manda la ley. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, los daños y perjuicios causados, que se liquidarán en ejecución de sentencia en vía contencioso administrativa Luis Fernando Solano C. Presidente a.i. Eduardo Sancho G. Carlos Ml. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. José L. Molina Q. Fernando Albertazzi H. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 3542-01 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Sandra Calderón vs Jefe de la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial. La recurrente prestaba servicios como Asistente I de Estadística, en la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial, donde se le nombró interinamente en sustitución de otro funcionario. El 8/02/01 se presentó a laborar luego de unos días de incapacidad y el 15/02/01 el Jefe de la Sección de Estadística le comunicó que no prorrogaría su nombramiento. Reclama que fue despedida por estar enferma y por su condición de mujer. El Jefe de Sección manifestó que Calderón mostraba un rendimiento muy bajo, y además, era remisa a enviar los informes. En vista de que el rendimiento de la recurrente no mejoraba estimó que lo más conveniente para los intereses de la Institución era no prorrogar el nombramiento de Calderón. El recurrido también alega que desconocía la enfermedad de la recurrente. Derechos fundamentales a la igualdad y al trabajo, consagrados en los artículos 33 y 56 de la Constitución Política. De la prueba aportada al expediente, se observa que el trabajo de la recurrente no iba acorde con el resto del personal de la oficina. Además, que durante el transcurso del nombramiento de la recurrente se nombraron a 34 Conclusión otras mujeres en esa Sección, algunas de las cuales fueron ascendidas a otros cargos, con lo cual se demuestra que no ha existido en ese Despacho discriminación contra persona alguna por su género. Con lo indicado se desvanece el alegato de la accionante, que su despido acaecido lo fue por ser mujer, toda vez que, no prueba de forma fehaciente la discriminación alegada, no obstante, las razones dadas por el recurrido son razonables. Si bien nuestra Constitución Política en su artículo 33 establece el derecho a la igualdad entre las personas impidiendo la discriminación contra la dignidad humana, las denuncias presentadas aduciendo el mencionado artículo, en su gran mayoría carecen de pruebas que lo sustenten y ello da como resultado el rechazo de este tipo de gestiones, tal y como sucede en el caso bajo examen. Además, se colige que la alegada enfermedad de la gestionante, no ha sido el motivo principal para que se prescindiera de sus servicios en la Sección de Estadísticas, pues, no se demostró que tuviera una enfermedad crónica o al menos que el recurrido conociera de ella, para incidir en su decisión de despedirla. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 03542 Año : 2001 99-002345-0007-CO Sala Constitucional 04/05/2001 10:30:00 AM De Fondo Castro Alpízar Susana Recurso de amparo EXP: 99-002345-007-CO-P Res: 3542-01. SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas treinta minutos del cuatro de mayo del dos mil uno. Recurso de Amparo interpuesto por SANDRA CALDERON FALLAS , mayor, vecina de San José, cédula número 1-641-728, contra el señor EMILIO SOLANA RIO , en su condición de Jefe de la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial. RESULTANDO 1.- Alega la recurrente que se le dejó sin trabajo, por estar enferma y por su condición de mujer (folio 1), lo cual considera violatorio de sus derechos fundamentales a la igualdad y al trabajo, contemplados en los artículos 33 y 56 de la Constitución Política (folio 82). 2.- El Lic. Emilio Solana Río, en su condición personal y como Jefe de la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial, rechaza las razones aducidas por la recurrente, indica que el no seguirla nombrando interinamente en el puesto de Asistente I de Estadística no guarda relación alguna con el hecho de ser mujer ni tampoco por encontrarse enferma (folio 18). Que durante los años que lleva al frente de la Sección de Estadística nunca ha discriminado a una persona por su género, como lo pueden atestiguar las señoras y señoritas que han trabajado en esa Sección, quienes se han trasladado a otras oficinas ascendidas por su experiencia. Sin embargo, con la fuga de recursos humanos con experiencia en los últimos dos años, se ha nombrado en forma interina a la señorita Calderón Fallas, pues, era preferible nombrar a una persona que ya tenía alguna experiencia sobre el funcionamiento de las estadísticas judiciales, a tener que traer a una persona nueva para capacitarla. Con la entrada en vigencia del nuevo Código Procesal Penal, la Sección de Estadística experimentó un atraso considerable 35 en el procesamiento y publicación de las estadísticas judiciales. En vista del atraso se reunió varias veces con los Asistentes de Estadísticas del área jurisdiccional, haciéndoles ver la necesidad de hacer un esfuerzo extra para sacar en el menor tiempo posible el trabajo asignado, por lo que les solicitó un informe quincenal sobre el trabajo realizado, para evaluar el rendimiento de todos. Por informe del Administrador de la Sección, constató que la servidora Calderón Fallas mostraba un rendimiento muy bajo, y además, era remisa a enviar los informes, a pesar de que verbalmente se lo recordaba siendo su volumen de trabajo mucho menor al de otros compañeros. Por esa razón se reunió con la recurrente y otro servidor, para requerir de ellos un aumento en el rendimiento, pero la señora Calderón Fallas no respondió a la solicitud; más aún, se enteró que los informes revisados por ella presentaban muchas deficiencias al grado que hubo que hacerles nuevamente la revisión total, a pesar de hacerle ver los errores en que estaba incurriendo. Manifiesta el recurrido que, en vista de que el rendimiento de la recurrente no mejoraba, y que además había entrado en conflicto con otro servidor de la misma Sección, según su sano criterio estimó que lo más conveniente para los intereses de la Institución era no prorrogar el nombramiento de la señorita Calderón Fallas, medida que le comunicaría al momento de confeccionar los nombramientos del mes de marzo (en febrero), pero por incapacidad de ella no le pudo comunicar sino hasta el 15 de febrero, ya que el recurrido disfrutó de ocho días de vacaciones. El recurrido alega que desconocía la enfermedad de la recurrente, pues ella en 1997 se incapacitó dos meses y otros dos en 1998. Que en ningún momento fue su intención perjudicar a la recurrente, pues, inclusive al tener conocimiento de una plaza en la Secretaría de la Corte, conversó con la señora María Elena Barrantes Hidalgo, Técnico de Archivología, para solicitarle que conversara con la señora Calderón Fallas por si la consideraba para un puesto en esa Secretaría, en vista que se había quedado sin trabajo. Solicita se declare sin lugar este recurso. 3.- En los procedimientos se han observado las prescripciones de ley. Redacta el Magistrado Castro Alpízar; y, CONSIDERANDO I. Hechos probados.- De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: a) que la recurrente prestaba servicios como Asistente I de Estadística, en la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial, donde se le nombró interinamente en sustitución de otro funcionario, quien se encuentra ascendido en otro cargo; b) que el ocho de febrero de este año, la recurrente se presentó a laborar luego de unos días de incapacidad y que posteriormente el 15 de febrero, el Lic. Emilio Solana Río, Jefe de la Sección de Estadística le comunicó que no prorrogaría su nombramiento. (folios 23, 79 y 80). c) Certificación de incapacidades y actividad laboral de la recurrente (folio 27 y de 28 a 81). II. La recurrente reclama que fue despedida injustamente por dos aspectos específicos: 1) por estar enferma y 2) por su condición de mujer, situación que considera violatoria de sus derechos fundamentales a la igualdad y al trabajo, consagrados en los artículos 33 y 56 de la Constitución Política. III. SOBRE EL FONDO. En el caso que nos ocupa, la gestionante considera que ha sido despedida por su condición de mujer, con lo cual según indica se le discriminó por su género, violánse en su perjuicio el principio de igualdad consagrado en nuestra Carta Magna. Del informe del recurrido rendido bajo juramento, a tenor de lo dispuesto en el articulo 44 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional; se desprende que a partir del veintiocho de febrero de este año, no se prorrogó a la recurrente su nombramiento debido al bajo rendimiento demostrado en el desempeño de sus funciones, pese a que varias veces el recurrido conversó con ella en relación con ese aspecto. De la prueba aportada al expediente, se observa que el trabajo de la recurrente no iba acorde con el resto del personal de la oficina. Además, que durante el transcurso del nombramiento de la recurrente se nombraron a otras mujeres en esa Sección, algunas de las cuales fueron ascendidas a otros cargos, con lo cual se demuestra que no ha existido en ese Despacho discriminación contra persona alguna por su género. Con lo indicado se desvanece el alegato de la accionante, que su despido acaecido lo fue por ser mujer, toda vez que, no prueba de forma fehaciente la discriminación alegada, no obstante, las razones dadas por el recurrido son razonables. Si bien nuestra Constitución Política en su artículo 33 establece el derecho a la igualdad entre las personas impidiendo la discriminación contra la dignidad humana, las denuncias presentadas aduciendo el mencionado artículo, en su gran mayoría carecen de pruebas que lo sustenten y ello da como resultado el rechazo de este tipo de gestiones, tal y como sucede en el caso bajo examen. 36 IV.- En relación con el alegato de la recurrente de su enfermedad, del citado informe y de la prueba agregada en autos se observa que éste no ha sido un aspecto relevante, para el cese de la accionante, ya que, durante el transcurso de su nombramiento ha sido incapacitada una vez, en forma alternativa por pocos días en los años 1997, 1998; salvo el año 1999 que fue más recurrente durante los meses de febrero y marzo, siendo documentada tal situación en certificación visible a folio 27. Por lo antes señalado, se colige que la alegada enfermedad de la gestionante, no ha sido el motivo principal para que se prescindiera de sus servicios en la Sección de Estadísticas, pues, no se demostró que tuviera una enfermedad crónica o al menos que el recurrido conociera de ella, para incidir en su decisión de despedirla. Por el contrario, fueron situaciones puntuales puestas en conocimiento de la accionante, por parte del recurrido; a efecto de que regularizara su trabajo, en cuanto a la elaboración de los informes estadísticos. No habiéndose demostrado la causal alegada, se debe declarar sin lugar el recurso. V .- Del estudio de los alegatos de las partes, así como de las probanzas que corren agregadas en autos, estima la Sala que la actuación del funcionario recurrido no es contraria a los derechos fundamentales de la recurrente, por cuanto, en su relación laboral y en ejercicio de su jefatura, éste debe velar por la buena distribución y cumplimiento de la carga de trabajo del personal a su cargo. Así como también es su deber fiscalizar administrativa y disciplinariamente a sus subalternos en relación con el cumplimiento de su cometido, para así valorar objetivamente su rendimiento. En virtud de lo expuesto, considera esta Sala que el recurrido no actuó ilegítimamente, por lo que no se infringieron los derechos de la recurrente, consecuentemente, lo procedente es declarar sin lugar el recurso. POR TANTO Se declara sin lugar el recurso. Rodolf E. Piza E. Presidente Luis Fernando Solano C. Eduardo Sancho G. Carlos M. Argueda R. José Luis Molina Q. Susana Castro A. José M. Alfaro . Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 13521 – 03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Marta Vásquez, a favor de Raquel Rodríguez, vs Asesor Supervisor y Coordinador de Deportes, ambos del Circuito 06 del Ministerio de Educación Pública. La menor aquí amparada ha pertenecido a la selección de fútbol masculina de la Escuela Alice Moya R. Sin embargo, pocos días antes del campeonato del Circuito 06 los recurridos decidieron que al no haber niñas suficientes para formar equipos femeninos se harían únicamente masculinos, sin pensar en las niñas que, como su hija, les gusta jugar y practicar ese deporte, para lo cual deberían formarse equipos mixtos. En vista de ello les solicitó las razones por las cuales por qué su hija no puede jugar y la respuesta fue que por razones morfológicas y fisiológicas ella no tiene la capacidad para jugar con niños. Artículo 33 de la Constitución Política La menor amparada no ha sido objeto de una discriminación contraria a lo dispuesto en el artículo 33 de la Constitución Política, pues no fue su condición de pertenencia al género 37 Conclusión femenino lo que motivó su no participación en los juegos en cuestión, sino el hecho de que no había equipos femeninos en los cuales pudiera participar y su inclusión en un equipo de varones no resultaba conveniente por su propia integridad y salud. Ha sido más bien un criterio protector de otros derechos de la menor los que privaron en la decisión. El principio de igualdad no implica que no se pueda dar un trato diferente si hay razones que lo justifican. Así, en tratándose de deportes, el hecho de que se organicen por categorías de masculino y femenino no implica discriminación ni violación a lo dispuesto en el artículo 33 de la Constitución Política y demás normativa que proscribe la discriminación. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 13521 2003 03-011523-0007-CO Sala Constitucional 28/11/2003 11:51:00 AM De Fondo Calzada Miranda Ana Virginia Recurso de amparo Exp: 03-011523-0007-CO Res: 2003-13521 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con cincuenta y un minutos del veintiocho de noviembre del dos mil tres.Recurso de amparo interpuesto por Marta Iris Vásquez, mayor de edad, con cédula de identidad número 2408-084, a favor de Raquel Rodríguez Vásquez; contra el Asesor Supervisor y el Coordinador de Deportes, ambos del Circuito 06 del Ministerio de Educación Pública. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas y cinco minutos del seis de noviembre del dos mil tres (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el Asesor Supervisor y el Coordinador de Deportes, ambos del Circuito 06 del Ministerio de Educación Pública y manifiesta que su hija, la menor aquí amparada, ha pertenecido a la selección de fútbol masculina de la Escuela Alice Moya R. Sin embargo, pocos días antes del campeonato del Circuito 06 que dio inicio en la segunda semana de octubre los recurridos decidieron que al no haber niñas suficientes para formar equipos femeninos se harían únicamente masculinos, sin pensar en las niñas que, como su hija, les gusta jugar y practicar ese deporte, para lo cual deberían formarse equipos mixtos. En vista de ello les solicitó las razones por las cuales por qué su hija no puede jugar y la respuesta fue que por razones morfológicas y fisiológicas ella no tiene la capacidad para jugar con niños. No satisfecha con esa respuesta envió nota al Ministerio de Educación Pública, en cuya respuesta se le indica que hubo un error por parte de la institución educativa, pero la negativa fue del Asesor Supervisor del circuito 06 y del Coordinador de Deportes de ese Circuito. Solicita se pida cuentas al Asesor Supervisor porque su hija no puede jugar y se le ordene que ella pueda jugar en las semifinales del campeonato de la escuela. 2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que 38 resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada. Redacta la Magistrada Calzada Miranda ; y, Considerando: Único: Si debido a que no existen equipos de fútbol en la rama femenina, los recurridos consideraron que no era conveniente que la amparada participara en un equipo de fútbol de varones en las actividades deportivas que se organizaron en el Circuito 06, a fin de proteger su salud, ello no constituye un trato discriminatorio, sino una decisión en protección de la propia menor. No se trata de que no se admitieran equipos femeninos, lo cual sí sería discriminatorio, sino de que no existen suficientes mujeres participantes para formar equipos femeninos y no se estimó conveniente que la menor amparada jugara en un equipo de varones, no por su sola condición de mujer, sino por razones de orden morfológico y fisiológico (folio 5). Debe tenerse presente que la distinción entre equipos masculinos y femeninos y la competencia por categoría de hombres y mujeres no implica una discriminación contraria al Derecho de la Constitución, sino un criterio basado en razones de diversa índole -que no cabe revisar en esta vía- y que no viola la Constitución Política. Ahora bien, si la recurrente considera que a su hija se le debió permitir participar en el equipo de varones, no por ello se debe considerar que la negativa de los recurridos es un trato discriminatorio y contrario a los derechos fundamentales de la menor amparada. Por lo demás, el criterio externado por la funcionaria Roxana Argüello en oficio AJ-462-C-03 del ocho de octubre pasado, Asesora Legal de la Dirección División Jurídica del Ministerio de Educación Pública, no es parámetro para considerar que la menor amparada ha sido objeto de una discriminación contraria a lo dispuesto en el artículo 33 de la Constitución Política, pues no fue su condición de pertenencia al género femenino lo que motivó su no participación en los juegos en cuestión, sino el hecho de que no había equipos femeninos en los cuales pudiera participar y su inclusión en un equipo de varones no resultaba conveniente por su propia integridad y salud. Ha sido más bien un criterio protector de otros derechos de la menor los que privaron en la decisión. Nótese que tampoco se trata de equipos mixtos que juegan entre sí, sino de un equipo de varones con una niña como integrante que se enfrentaría a equipos conformados por sólo varones, situación que, razonablemente, representa un riesgo para su integridad y salud. El principio de igualdad no implica que no se pueda dar un trato diferente si hay razones que lo justifican. Así, en tratándose de deportes, el hecho de que se organicen por categorías de masculino y femenino no implica discriminación ni violación a lo dispuesto en el artículo 33 de la Constitución Política y demás normativa que proscribe la discriminación. Como se dijo, debe tenerse presente que en este caso no se trata siquiera de equipos mixtos de niños y niñas, sino de equipos de varones, en uno de los cuales se pretendía participara la menor amparada. No existe, entonces, un trato discriminatorio en los términos que prohíbe el artículo 33 de la Constitución Política, motivo por el cual la situación no es amparable. No obstante, nada impide que, de considerarse oportuno, se permita la participación de la menor en un equipo de sólo varones, como pareciera recomendarse en el oficio AJ462-C-03 del ocho de octubre del año en curso (folios 3 y 4). En consecuencia, el recurso es improcedente y así se declara. Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso Carlos M. Arguedas R. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. José Luis Molina Q. Fabián Volio E. 39 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 4421 – 04 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Joel Canales vs Instituto Nacional de Seguros. El INS le negó al Sr. Canales la posibilidad de recibir la indemnización que corresponde por el seguro obligatorio de vehículos, al haber fallecido su conviviente (con quien mantuvo una relación ininterrumpida por más de 27 años, en la cual procrearon a 5 hijos, todos mayores de edad) en un accidente de tránsito. Según el INS, la situación del Sr. Canales no está contemplada bajo los supuestos regulados por el artículo 59 de la Ley de Tránsito, motivo por el cual no puede recibir la indemnización: la norma referida únicamente alude a la compañera por 2 años con quien haya o no procreado hijos, que dependa económicamente del difunto, caso distinto del agraviado. Artículo 33 de la Constitución Política. La Sala Constitucional ya ha señalado la imposibilidad de efectuar discriminaciones por razones de género. Sobre el particular, la Sala en sentencia Nº 3435-92 señaló: “Es imperativo analizar el caso concreto a la luz de las disposiciones constitucionales y de las normas internacionales que rigen la materia: Constitución Política: Artículo 33.- Todo hombre es igual ante la ley y no podrá hacerse discriminación alguna contraria a la dignidad humana Artículo 48.- Toda persona tiene derecho (...) al recurso de amparo para mantener o restablecer el goce de los otros derechos consagrados en esta Constitución (...) Declaración Universal de Derechos Humanos: Artículo 2.- Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de (...) sexo (...) Artículo 7.- (...) Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación" Declaración Americana de los Derechos del Hombre (1948): Artículo II.- Todas las personas son iguales ante la ley (...) sin distinción de (...) sexo, (...). Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos(1966): Artículo 3.- Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el presente Pacto". Artículo 26.- Todas las personas son iguales ante la ley (...) la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de (...) sexo (...) Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto de San José" (1979): Artículo 1. 1.Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella (...) sin discriminación alguna por motivos de (...), sexo, (...) Artículo 24.- Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley. 40 Conclusión Se declara con lugar el recurso. Se interpreta conforme al Derecho de la Constitución que el término “compañera” del inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº7331, también comprende al “compañero”, razón por la que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna distinción por motivos de género. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 04421 Año : 2004 04-001980-0007-CO Sala Constitucional 30/04/2004 8:39:00 AM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 04-001980-0007-CO Res: 2004-04421 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las ocho horas con treinta y nueve minutos del treinta de abril del dos mil cuatro.- Recurso de amparo interpuesto por Joel Antonio Canales Castañeda, cédula de identidad Nº5-172-668; contra el Instituto Nacional de Seguros. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:28 hrs. de 3 de marzo de 2004 (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Instituto Nacional de Seguros y manifiesta que la institución accionada le negó la posibilidad de recibir la indemnización que corresponde por el seguro obligatorio de vehículos, al haber fallecido su conviviente en un accidente de tránsito. Lo anterior, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 59 de la Ley Nº7331 de 13 de abril de 1993, que lo excluye de la condición de beneficiario, pese a que mantuvo una relación ininterrumpida por más de 27 años, en la cual procrearon a 5 hijos, todos mayores de edad. En su criterio, la actuación de la autoridad recurrida es injustificada y cercena el Derecho de la Constitución. Solicita que se declare con lugar el recurso y que se le restituya en el pleno goce de sus derechos fundamentales. 2.- En memorial que obra a folio 14, el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros, Germán Serrano Pinto, rinde su informe bajo juramento e indica que el Jefe del Departamento de Seguro Obligatorio Automotor, en oficio NºSOA–0500–2004 de 13 de febrero de 2004, denegó la gestión planteada por el actor, a fin de ser indemnizado por el fallecimiento de María Isabel Mendoza Contreras. Reconoce, según el informe elaborado por el Jefe del Departamento de Seguro Obligatorio Automotor en oficio NºSOA–1005–2004 de 17 de marzo de 2004, que el amparado convivió con Mendoza Contreras por más de 27 años en forma ininterrumpida, procreando 5 hijos, todos mayores de edad a la fecha del accidente. La fallecida se dedicaba principalmente a labores del hogar, ayudando por medio de rifas al ingreso familiar, generado principalmente por el actor. La situación del tutelado no está contemplada bajo los supuestos regulados por el artículo 59 de la Ley de Tránsito, motivo por el cual no puede recibir la indemnización; en este sentido, la norma referida únicamente alude a la compañera por 2 años con quien haya o no procreado hijos, que dependa económicamente del difunto, caso distinto del agraviado. Estima que la actuación del Instituto recurrido no constituye un trato discriminatorio contra el ofendido. Solicita que se desestime el amparo. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: 41 I.- El recurrente acusa la violación de sus derechos fundamentales, por cuanto el Instituto Nacional de Seguros de modo arbitrario se niega a estimarlo como beneficiario del seguro obligatorio de vehículos por haber fallecido su conviviente, con el argumento de no encontrarse bajo ninguno de los supuestos contemplados por el artículo 59 de la Ley Nº 7331 de 13 de abril de 1993. En su criterio, la interpretación realizada por el recurrido constituye un trato discriminatorio contrario a su dignidad, pues mantuvo una relación ininterrumpida con su compañera por más de 27 años, en la que procrearon a 5 hijos. II.- La Sala Constitucional, en otras oportunidades, se ha referido respecto de asuntos similares a los que aquí ocupa, en los que ha señalado la imposibilidad de efectuar discriminaciones por razones de género, tal y como se puede dar en el caso concreto, si se interpreta de manera literal que la expresión “la compañera” que contiene el inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº 7331, únicamente alude a la mujer con quien haya o no haya procreado hijos el fallecido, siempre y cuando haya convivido con él, de forma ininterrumpida, durante los últimos dos años, vendándose entonces la posibilidad del recurrente de ser beneficiario del seguro obligatorio de vehículos, pese a que resulta evidente que se encuentra la bajo la misma situación regulada por la norma referida. Sobre el particular, la Sala en sentencia Nº 3435-92, de las 16:20 hrs. de 11 de noviembre de 1992, señaló: “En la situación en examen se alega la violación del derecho a la igualdad mediante discriminación por razones de sexo y en consecuencia es imperativo analizar el caso concreto a la luz de las disposiciones constitucionales y de las normas internacionales que rigen la materia. La Constitución Política en sus artículos 33 y 48 dispone, en lo conducente: "Artículo 33.- Todo hombre es igual ante la ley y no podrá hacerse discriminación alguna contraria a la dignidad humana Artículo 48.- Toda persona tiene derecho al recurso de hábeas corpus para garantizar su libertad y su integridad personales, y al recurso de amparo para mantener o restablecer el goce de los otros derechos consagrados en esta Constitución, así como de los de carácter fundamental establecidos en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, aplicables en la República. Por su parte y en lo que interesa, la Declaración Universal de Derechos Humanos establece: Artículo 2. 1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión" Artículo 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación". Sobre el mismo aspecto la Declaración Americana de los Derechos del Hombre (1948) dice: Artículo II.- Derecho de igualdad ante la ley. Todas las personas son iguales ante la ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna. En el mismo sentido el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos(1966) señala: Artículo 3.- Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el presente Pacto". Artículo 26.- Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. En último término la Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto de San José" (1979) dispone: Artículo 1.- Obligación de Respetar los Derechos 1.Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. 2. Para efectos de esta Convención, persona es todo ser humano Artículo 24.- Igualdad ante la Ley. Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley. De conformidad con las normas transcritas, es 42 incuestionable que el inciso 5) del artículo 14 de la Constitución Política contiene una disposición que resulta inaplicable por ser contraria a los valores fundamentales de Carta en cuanto a igualdad jurídica y su complemento de no discriminación, tutelados con igual trascendencia por las normas internacionales, cuyo efecto erga omnes es de obligada vigencia y acatamiento en el ámbito nacional por su misma naturaleza y por imperativo del artículo 48 de la Constitución. La simple comparación de las normas transcritas con la disposición cuestionada demuestra que el beneficio concedido exclusivamente a la mujer extranjera casada con costarricense, constituye una discriminación en perjuicio del hombre extranjero casado con una ciudadana costarricense, contra quien crea artificialmente una desventaja pues le sustrae beneficios por razones de género, contraviniendo con ello el espíritu constitucional y universal de igualdad y no discriminación. Dicha disposición atenta, además contra la igualdad y unidad matrimoniales que, también son valores tutelados por el ordenamiento interno e internacional, al decir la Carta en sus artículos 51 y 52, en lo conducente: Artículo 51.- La familia, como elemento natural y fundamento de la sociedad, tiene derecho a la protección especial del Estado Artículo 52.- El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 23, y en lo que vale dice: Artículo 23.1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado; 4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio¼" En último término el Pacto de San José, en lo que corresponde, señala: Artículo 17.- 4. Protección a la familia. 4. Los Estados Partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derecho y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio. Adviértase que en la especie la desigualdad que hiere los intereses del recurrente no es una simple diferenciación "razonable y objetiva", sino un tratamiento evidentemente injustificado, infundado y desproporcionado, producto de condicionamientos sociales, culturales, económicos y políticos felizmente superados, tratamiento que actualmente resulta lesivo para la dignidad humana en lo particular, como derecho subjetivo positivo concreto a la igualdad, y para la unidad familiar como derecho social objetivo, desde el momento en que establece una restricción odiosa que atenta, por discriminación, contra el equilibrio jurídico y espiritual de la familia, también tutelado por la Constitución y por el ordenamiento internacional y por ello patrimonio subjetivo del ofendido. La norma impugnada crea una especie de marginación que afecta al núcleo familiar y por ende a la sociedad en su conjunto desde el momento en que un integrante de esa comunidad es tratado de manera diferente, cercenando sus derechos igualitarios y colocándolo en situación social de desventaja, frente a su esposa, sus hijos y demás familiares; con ello se resiente el sentido de justicia. De acuerdo con lo expuesto, la disposición cuestionada, que no establece, criterios fundamentales de convivencia, carece de vigencia y aplicabilidad frente a los principios fundamentales que establece la Constitución Política y los Convenios Internacionales, para quienes la igualdad y no discriminación son derechos genéricos, y por ello piedra angular, clave, de nuestro ordenamiento; son valores superiores que configuran e impregnan la convivencia democrática de la Nación y del estado social de derecho vigente. La discriminación señalada cede frente a principios de rango superior dado que la desigualdad en comentario no tiende a proteger una finalidad superior, concreta, dirigida a crear, proteger o fomentar intereses comunes superiores sino a discriminar contra derechos subjetivos. II.- En aras de evitar desigualdades y discriminaciones futuras que pudieran surgir al aplicarse la Carta fundamental y otros instrumentos jurídicos vigentes, y en el ejercicio de la facultades que le otorga la Constitución a esta Sala, se dispone que cuando en la legislación se utilicen los términos "hombre" ó "mujer", deberán entenderse como sinónimos del vocablo "persona", y con ello eliminar toda posible discriminación "legal" por razón de género, corrección que deben aplicar todos los funcionarios públicos cuando les sea presentada cualquier gestión cuya resolución requiera aplicar una normativa que emplee los vocablos arriba citados. Por las razones anteriores procede acoger el recurso y concederle al recurrente los derechos denegados por aplicación del inciso 5) del articulo 14 de la Constitución Política, en cuanto reúna los requisitos legales y constitucionales aplicables, normativa que las autoridades deberán acatar en situaciones similares a la recurrida. 43 Tales consideraciones son aplicables al caso concreto, pues si se interpreta de manera literal lo dispuesto por el inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº 7331, sin duda se genera una discriminación injustificada que lesiona el derecho protegido por el artículo 33 constitucional, en cuanto se brinda al actor un trato diferenciado por razones de género, pese a que comparte la situación regulada por la norma aludida. Consecuentemente, lo procedente es declarar con lugar el amparo, interpretándose conforme al Derecho de la Constitución que el término “compañera” del artículo 59 inciso c) de la Ley de Tránsito por Vías Públicas y Terrestres también comprende al “compañero”, por lo que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna distinción por motivos de sexo. Por tanto: Se declara con lugar el recurso y, en consecuencia, se interpreta conforme al Derecho de la Constitución que el término “compañera” del inciso c) del artículo 59 de la Ley Nº7331, también comprende al “compañero”, razón por la que dicha norma debe ser aplicada sin hacer ninguna distinción por motivos de género. Se ordena al Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros tener al actor como beneficiario del seguro obligatorio de vehículos, si otro motivo no lo impide. Lo anterior bajo apercibimiento de las consecuencias penales, que se desprenden por el incumplimiento a las órdenes dictadas por esta Jurisdicción, artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. Se condena al Instituto Nacional de Seguros al pago de costas, daños y perjuicios, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese esta sentencia al Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros en forma personal. Comuníquese. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Teresita Rodríguez A. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 12181-04 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Hazel Chavarría vs Laboratorio de Soluciones Parentales de la Caja Costarricense del Seguro Social. La recurrente reclama que ella es una trabajadora interina en el Laboratorio de Soluciones Parenterales de la Caja Costarricense del Seguro Social. Aduce que en dicho lugar se realizó un nombramiento en propiedad sin tomarla en cuenta solo por el hecho de ser mujer. Por su parte el Laboratorio aduce que en ningún momento esto es un caso de discriminación por género, y lo que siempre privó fue el interés de nombrar en propiedad a una persona basada en los principios de adherencia y satisfacción del interés público y del de escogencia de idoneidad comprobada. Además aduce que las mujeres si fueron consideradas en el nombramiento de la plaza, sin embargo las compañeras establecieron desde el inicio varias condiciones en caso de la plaza fuera asignada a alguna de ellas, a sabiendas que de satisfacer esas peticiones implicaría el desmejorar el servicio así como recargar el trabajo en otros funcionarios de igual perfil. El artículo 33 de la Constitución Política. Luego de estudiar el expediente concluye este Tribunal que no son de recibo los alegatos 44 Conclusión de la recurrente. De autos no se desprende que las autoridades recurridas hayan discriminado a la recurrente en razón de su género, por el contrario se observan que el nombramiento que aquí se cuestiona atiende a razonamientos objetivos y como se dice bajo juramento atendió lo expuesto en el considerando anterior, no encuentra este Tribunal que los alegatos de la recurrente resulten procedentes para esta sede, dado que no se encuentra ninguna actuación arbitraria por parte del recurrido que limite o restrinja el derecho de defensa de la amparada. En virtud de lo dicho, las autoridades recurridas han actuado dentro del marco de su competencia y conforme a los lineamientos que legalmente le han sido impuestos por el Ordenamiento. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 12181 2004 03-007698-0007-CO Sala Constitucional 29/10/2004 1:27:00 PM De Fondo Volio Echeverría Fabián Recurso de amparo Exp: 03-007698-0007-CO Res: 2004-12181 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las trece horas con veintisiete minutos del veintinueve de octubre del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por Hazel Chavarría Zúñiga, portadora de la cédula de identidad número 2-517-441, a favor de sí misma, contra el Laboratorio de Soluciones Parentales de la Caja Costarricense del Seguro Social. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las dieciséis horas y cinco minutos del dieciséis de julio de dos mil tres (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el Laboratorio de Soluciones Parenterales de la Caja Costarricense del Seguro Social y manifiesta que los recurridos otorgaron el treinta de abril del dos mil tres al señor Aurelio Rojas Casanova nombramiento en propiedad en la plaza número 21170 son tomar en cuenta que la recurrente y otras dos compañeras cumplieron con lo dispuesto en el artículo 66 párrafo tercero de la Normativa de Relaciones Laborales. Acusa que el nombramiento del señor Aurelio no se encuentra motivado. Reclama que como queda demostrado sus compañeras interinas no participan en el nombramiento en la plaza en propiedad, porque son mujeres. 2.- Informa bajo juramento Randall Herrera Muñoz, en su calidad de Jefe General del Laboratorio Soluciones Parenterales y en ausencia del Dr. Julio Rodríguez Villegas (folio 28), que es indiferente si la plaza de Trabajador en Producción de Medicamentos II es ocupada por una mujer o un hombre, sin embargo es claro que deben velar por nombrar personal de acuerdo a las necesidades del servicio que se presta y en aras de garantizar la eficiencia del mismo. Además aduce que las amparadas si fueron consideradas en el nombramiento de la plaza, sin embargo las compañeras establecieron desde el inicio varias condiciones en caso de la plaza fuera asignada a alguna de ellas, a sabiendas que de satisfacer esas peticiones implicaría el desmejorar el servicio así como recargar el trabajo en otros 45 funcionarios de igual perfil. Aduce que en ningún momento esto es un caso de discriminación por género, y lo que siempre privó fue el interés de nombrar en propiedad a una persona basada en los principios de adherencia y satisfacción del interés público y del de escogencia de idoneidad comprobada. Finalmente indica que la amparada ha contado con los recursos legales para impugnar el nombramiento del señor Rojas Casanova, al punto que lo ha ejercido y otros funcionarios de mayor jerarquía le han corroborado que la Administración eligió discrecionalmente a la persona idónea para ocupar la plaza 21170. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Volio Echeverría ; y, Considerando: I.- La recurrente reclama que ella es una trabajadora interina en el Laboratorio de Soluciones Parenterales de la Caja Costarricense del Seguro Social. Aduce que en dicho lugar se realizó un nombramiento en propiedad sin tomarla en cuenta solo por el hecho de ser mujer. Por su parte el informante aduce que ningún momento esto es un caso de discriminación por género, y lo que siempre privó fue el interés de nombrar en propiedad a una persona basada en los principios de adherencia y satisfacción del interés público y del de escogencia de idoneidad comprobada. II.- Luego de estudiar el expediente concluye este Tribunal que no son de recibo los alegatos de la recurrente. De autos no se desprende que las autoridades recurridas hayan discriminado a la recurrente en razón de su género, por el contrario se observan que el nombramiento que aquí se cuestiona atiende a razonamientos objetivos y como se dice bajo juramento atendió lo expuesto en el considerando anterior, no encuentra este Tribunal que los alegatos de la recurrente resulten procedentes para esta sede, dado que no se encuentra ninguna actuación arbitraria por parte del recurrido que limite o restrinja el derecho de defensa de la amparada. En virtud de lo dicho, las autoridades recurridas han actuado dentro del marco de su competencia y conforme a los lineamientos que legalmente le han sido impuestos por el Ordenamiento. En razón de ello, lo procedente es desestimar el recurso. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Teresita Rodríguez A. Fabián Volio E. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 13558 – 04 Partes Caso ANDE, ANEP, Asociación de Trabajadores Independientes vs Pdte de la Asamblea de Trabajadores del Bco Popular. En la 43º asamblea ordinaria de trabajadores del Bco Popular convocada para nombrar a los 4 miembros del Directorio Nacional se designó una lista de 10 candidatos a representantes de la Asamblea ante las Juntas Directivas de las tres sociedades anónimas 46 Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión o en sus fiscalías que son propiedad del Banco. En la lista se eligieron más hombres que mujeres, violando las condiciones de igualdad de género que deven prevalecer en los órganos de decisión del Bco Popular. Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal que reforma a la Ley Orgánica del Banco Popular, N° 4351. Artículos 14, 14 bis, 15, 21 y 31 de la Ley Orgánica del Banco Popular. La Ley Orgánica del Bco Popular en cuanto a la participación de la mujer en los distintos órganos del Banco dispone que deben estar integradas con al menos un 50% de mujeres: la Asamblea de Trabajadores (art 14), la Junta Directiva (art 15), aún cuando se sustituyan sus miembros (art 21), y las Juntas de Crédito Local (art 31). Nada dice de la integración de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que son Popular Pensiones, Popular Fondos de Inversión y Popular Valores. Para nombrar la lista en conflicto se debe seguir lo dispuesto en el Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas. En particular los artículos 3 y 7 de dicho reglamento nada dice sobre la cuota de participación de la mujer. El Plenario de la Asamblea eligió la lista con base en dicho reglamento, como corresponde, por lo que no se detecta la violación al principio democrático o de igualdad de género que acusan los recurrentes Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : 13558 Año : 2004 Expediente: 03-008940-0007-CO Despacho: Sala Constitucional Fecha: 30/11/2004 Hora: 4:39:00 PM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Cruz Castro Fernando Clase de asunto: Recurso de amparo Exp: 03-008940-0007-CO Res: 2004-13558 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciséis horas con treinta y nueve minutos del treinta de noviembre del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por ROJAS CARRANZA EDUARDO, en su calidad de representante de ANDE, cédula de identidad número 2-273-037, HERNÁNDEZ LEZAMA JAVIER, representante de los Trabajadores Independientes, cédula número 8-073-195 y MORALES QUESADA EDGAR, en su calidad de representante de ANEP, cédula número 1-468-584, contra el PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL BANCO POPULAR Y DE DESARROLLO COMUNAL. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10:52 horas del 25 de agosto del 2003, el recurrente interpone recurso de amparo contra el PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL BANCO POPULAR Y DE DESARROLLO COMUNAL y manifiesta que cuestiona las actuaciones realizadas en 47 la 43° asamblea ordinaria, realizada el sábado 9 de agosto del 2003 que fue convocada para tomar acuerdos sobre el nombramiento de los cuatro miembros del Directorio Nacional, conforme con lo previsto en el artículo 14 de la Ley Orgánica del Banco Popular, elección que se realizó según la norma señalada que establece un 50% de puestos para la mujer, y en que se designó una lista de 10 candidatos a representantes de la Asamblea ante las Juntas Directivas de las tres sociedades anónimas que son propiedad del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, elección en la que fueron violentados los derechos de representatividad de los sectores a los que pertenecen y las condiciones de igualdad de género que deben prevalecer en los órganos de decisión del Banco Popular porque se eligieron más hombres que mujeres. Señala que con base en la sentencia 1267-97 de las 12:06 horas del 15 de marzo de 1996, que define la naturaleza jurídica del banco recurrido como entidad corporativa con base asociativa regido por el derecho público, se llevaron a cabo una serie de reformas internas en la Asamblea de Trabajadores, entre las que está el Reglamento para la integración de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular de 23 de mayo del 2002 y la Ley de Democratización de las Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, de 21 de octubre del 2002. Agrega que de la normativa vigente resulta válido concluir que toda elección que se realice para los nombramientos de representantes del Banco en cualquiera de las instancias, como lo son los candidatos a miembros de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que la integran, se debe garantizar el respeto el principio de representación democrática, que implica respeto de participación de todos los sectores. Dice que el principio democrático quiere que el gobierno de las mayorías respete las minorías, cuyas garantías de participación son indispensables. 2.- Informa bajo juramento Olga Quirós Mc Taggart, en su condición de la Presidenta de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal (folio 16), que el 9 de agosto del 2003 se realizó la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, que incluyó la elección del Directorio Nacional de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras para el período de agosto 2003-julio 2004, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 14 bis de la Ley Orgánica del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, reformado mediante la ley 8322 “Ley de Democratización de las Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal”. Que de conformidad con ese numeral, el Directorio Nacional estará integrado por cuatro miembros, a saber, un presidente o presidenta, un secretario o secretaria, y dos vocales, de los cuales al menos el 50% deben ser mujeres, en dicha sesión se nombró: Presidente a la Licenciada Olga Quirós Mc Taggart (representante del sector profesional); Secretario, al señor Rodolfo Azofeifa Cruz (representante del sector comunal), Vocal I a la Licenciada Ana Isabel Solano Brenes (representante del sector cooperativo); y Vocal II al Licenciado Rafael Matamoros Fallas (representante del sector Solidarista). En cuanto a la representación femenina que, en relación con la integración del Junta Directiva Nacional, la ley 8322 dispone que la misma se conformará con tres directores nombrados por el Poder Ejecutivo, siendo que al menos uno deberá ser mujer, y cuatro designados por la Asamblea de los Trabajadores y Trabajadoras, de los cuales al menos dos deberán ser mujeres. Respecto de las Juntas de Crédito Local, se dispone que tales órganos se conformarán de manera que se garantice la integración de al menos un 50% de mujeres y deberá darse alternabilidad entre hombre y mujer. Concluye que se exige un 50% de representación femenina para la conformación de las delegaciones de la Asamblea de cada uno de los sectores y movimientos de trabajadores, para el Directorio Nacional y para la Junta Directiva Nacional y Juntas de Crédito Local. Concluye que en la elección del Directorio Nacional realizada el 9 de agosto del 2003, en la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores, se aplicó en forma estricta lo dispuesto al efecto en la Ley de Democratización de las Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, nombrándose en dicho órgano a dos mujeres y a dos hombres. En cuanto a la designación por parte de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del 10 candidatos para ocupar cargos en las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas propiedad del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Fiscalías explica que la Ley de Democratización de las instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, que es la número 8322 de 21 de octubre del 2002, regula lo referente a la integración de la asamblea propiamente dicha, la Junta Directiva Nacional del Banco y las Juntas de Crédito Local y nada dice de la integración de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que son Popular Pensiones, Popular Fondos de Inversión y Popular Valores. Agrega que la sociedad fondos de inversión sociedad anónima fue constituida el 6 de julio del 2000, que la sociedad denominada Popular Valores S.A. fue constituida el 30 de setiembre de 1999, que la sociedad denominada Popular Pensiones S.A. se constituyó el 30 de setiembre de 1999 mientras que la Ley de Democratización de 48 las Instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, fue sancionada como ley en el mes de octubre del 2002 y no se refirió a tales sociedades, así como tampoco introdujo disposición que estableciera la obligación de aplicar los principios allí desarrollados, a cualquier otro órgano o instancia de decisión que se llegare a crear, ya fuere al seno de la Asamblea, o del Banco mismo. Aclara que la constitución, funcionamiento y organización de las sociedades anónimas del Banco Popular se encuentra regulada en el “Reglamento para la Constitución de los Puestos de Bolsa, Sociedades Administradoras de Fondos y Operadoras de Pensiones Complementarias de los Bancos Públicos y del Instituto Nacional de Seguros, que es Decreto Ejecutivo número 27503-H de 2 de diciembre de 1998. Añade que la Junta Directiva Nacional del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, emitió el “Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, y sus Sociedades Anónimas” aprobado en sesión número 3876 del 17 de julio del 2001. Que el artículo 5° del Reglamento para la Constitución de los Puestos de Bolsa, Sociedades Administradoras de Fondos y Operadoras de Pensiones Complementarias de los Bancos Públicos y del Instituto Nacional de Seguros establece: “Cada sociedad contará un consejo de administración o junta directiva, de cinco miembros, designados por la junta directiva del banco o ente público titular del capital social” y el numeral 3 del Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, y sus Sociedades Anónimas que dice que “La Junta Directiva de las sociedades propiedad del Banco Popular estará integrada por cinco miembros salvo la de la Operadora de Pensiones, que se conformará con siete miembros, todos nombrados por la Junta Directiva Nacional en su calidad de asamblea de accionistas de dichas empresas. Expone que no es competencia de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras integrar las Juntas Directivas de las Sociedades propiedad del Banco pues ello es función reservada a la Junta Directiva Nacional y que la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras se limita a designar una lista de personas que junto con los otros integrantes de la Junta Directiva Nacional, conformarán eventualmente las Juntas Directivas de las tres sociedades. Informa que el Tribunal Electoral designado por el plenario de la asamblea fue el órgano que dirigió la elección del Directorio Nacional y luego la elección de los 10 representantes para las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades. El plenario de la Asamblea definió por mayoría de votos de los presentes, que tanto el proceso de elección del Directorio Nacional como de los candidatos a ocupar un puesto en las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades, se realizaría por medio de papeletas. Como consecuencia el tribunal electoral solicitó al plenario la presentación de papeletas para proceder al nombramiento siendo que a la mesa principal solo se hizo llegar una papeleta que fue la única sometida a votación, resultado con 101 votos a favor y 39 votos en contra. Que los recurrentes como miembros de la Asamblea, estaban legitimados para presentar a la mesa principal el número de papeletas que tuvieran a bien y someterlas a votación en los términos y condiciones en que fue sometida la papeleta ganadora, no obstante ni los recurrentes ni ningún otro delegado presentó ante el Tribunal Electoral papeleta alguna. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Cruz Castro ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso.- Los recurrentes cuestionan el procedimiento de elección de los 10 candidatos de la Asamblea como candidatos a representantes ante las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas del Banco, llevado a cabo en la sesión plenaria ordinaria de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular del 9 de agosto del 2003, por tres motivos: a) en la elección de los miembros de las Juntas Directivas de las Sociedades, la Asamblea de Trabajadores no respetó la igualdad de género y la lista no incluyó al menos un 50% de candidatas mujeres, en los términos que lo exige la Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal ; causando la violación a los derechos de representatividad de los sectores a los que pertenecen y de la igualdad de género); b) la elección no se hizo de forma individual sino a través de una papeleta y porque solamente se presentó una papeleta única (de 10 miembros) por parte del Directorio Nacional que dirigió la Asamblea, rechazando la objeción al procedimiento que formuló el Comité de Vigilancia, por la presentación arbitraria de una papeleta que excluía expresamente a delegados de los sectores que representan los firmantes de ese recurso. 49 II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) Que el 9 de agosto del 2003 se realizó la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular (informe autoridad recurrida, folio 16). b) Que la Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal que reforma a la Ley Orgánica del Banco Popular, N° 4351 en cuanto a la participación de la mujer en los distintos órganos del Banco dispone en sus artículos 14, 14 bis, 15, 21 y 31: "Artículo 14.—La orientación de la política general del Banco corresponderá a la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras; su definición, a la Junta Directiva Nacional, y la administración, a la Gerencia General. La Asamblea será un órgano representativo de los trabajadores y las trabajadoras y estará integrada por doscientos noventa delegados y delegadas, de la siguiente manera: a) Cuarenta representantes del sector de Desarrollo Comunal. b) Doscientos cincuenta representantes que serán designados proporcionalmente al número de afiliados a cada sector. El Banco Popular y de Desarrollo Comunal deberá levantar un censo de todos los ahorrantes obligatorios y especificar, en cada caso, la afiliación a cada sector, con una periodicidad de tres meses, por lo menos. Las delegaciones a la Asamblea de cada uno de los sectores y movimientos de trabajadores, deberán estar integradas por un cincuenta por ciento (50%) de mujeres, como mínimo. Para garantizar la participación de los grupos de minoritarios cuyo número de afiliados sea insuficiente para tener un delegado, deberá nombrárseles a un representante. Los miembros y las miembras de la Asamblea permanecerán en sus cargos cuatro años y podrán ser reelegidos o reelegidas por otro período igual. Artículo 14 bis.—Serán funciones de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras: a) Señalar las pautas generales que orienten las actividades del Banco. b) Designar a cuatro directores ante la Junta Directiva, conforme al artículo 15 de esta Ley. c) Acreditar el ingreso de nuevos representantes a la Asamblea, según los criterios y requisitos que disponen esta Ley y su Reglamento. d) Conocer del informe de labores y resultados del ejercicio anual, que la Junta Directiva Nacional le presentará en las asambleas ordinarias. e) Conocer del informe general de la Auditoría General de Bancos, cuyas recomendaciones le serán vinculantes. f) Integrar la Comisión Permanente de la Mujer, la cual dispondrá de contenido económico y presupuestario. g) Integrar el Comité de Vigilancia, encargado de supervisar y vigilar todas las prácticas discriminatorias por razones de etnia, religión, género, orientación sexual, condición económica o discapacidad física. La Comisión Permanente de la Mujer tendrá las siguientes funciones: 1.- Velar por la existencia de mecanismos que posibiliten a las delegadas la participación real y efectiva en la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras, así como en otras instancias político-económicas del Banco. 2.- Servir de enlace entre las trabajadoras y las distintas instancias de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, a fin de darles a conocer las oportunidades de crédito y las formas de acceder a él. 3.- Dar seguimiento a los acuerdos dictados por la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y por sus órganos, en relación con la mujer, así como las funciones que le otorgan esta y otras leyes especiales. 4.- Ejecutar los acuerdos relacionados con la mujer, dictados por la Asamblea Plenaria y sus órganos, así como las funciones que le otorgan esta y otras leyes especiales. La Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras para su funcionamiento nombrará de su seno un Directorio Nacional, que estará integrado por un presidente o una presidenta, un secretario o una secretaria y dos vocales; todos ellos permanecerán en sus cargos un año. La Asamblea deberá integrar el Directorio Nacional al menos con un cincuenta por ciento (50%) de mujeres. Todos los cargos del Directorio se desempeñarán ad honórem. El Banco brindará el apoyo administrativo y logístico para la realización de las sesiones de la Asamblea. Artículo 15.—La Junta Directiva Nacional estará integrada en la siguiente forma: 50 a) Tres directores nombrados por el Poder Ejecutivo, al menos uno de los cuales deberá ser una mujer. b) Cuatro directores designados por la Asamblea de los Trabajadores y Trabajadoras y ratificados por el Poder Ejecutivo, de los cuales al menos dos deberán ser mujeres. El Poder Ejecutivo deberá integrar la Junta Directiva Nacional al menos con un cincuenta por ciento (50%) de mujeres, y deberá existir alternabilidad entre hombres y mujeres. La lista de directivos y directivas que designe la Asamblea de los Trabajadores y Trabajadoras deberá estar integrada al menos por un cincuenta por ciento (50%) de mujeres." "Artículo 21.—Para sustituir a los miembros o las miembras de la Junta Directiva durante sus ausencias temporales o definitivas, cuando se elijan los directores propietarios o las directoras propietarias se nombrará, además, a los respectivos suplentes para cada uno de los directores o las directoras a que se refiere este artículo. El nombramiento de las personas que sustituyan en forma temporal o definitiva a los directores propietarios o las directoras propietarias de la Junta Directiva Nacional, deberá hacerse en forma tal que garantice la integración de al menos un cincuenta por ciento (50%) de mujeres." "Artículo 31.—Los miembros y las miembras de las Juntas de Crédito Local serán nombrados o nombradas en sus cargos por el término de dos años y podrán ser reelegidos o reelegidas. La conformación deberá hacerse garantizando la integración de al menos un cincuenta por ciento (50%) de mujeres y deberá darse la alternabilidad entre hombre y mujer. En la primera sesión, la Junta de Crédito elegirá, por mayoría de votos, a un presidente o una presidenta y a un vicepresidente o una vicepresidenta. La Junta de Crédito se reunirá en forma ordinaria por lo menos una vez a la semana y, extraordinariamente, las veces que sea necesario. Sus miembros o miembras devengarán dietas y no se les pagarán más de ocho sesiones por mes. Formarán el quórum dos directores o directoras y sus decisiones se tomarán por simple mayoría. En caso de empate, se resolverá en una próxima sesión con el total de los miembros. Además, a los miembros y las miembras de las Juntas de Crédito Locales se les aplicarán las disposiciones contempladas en los artículos 20 y 21 de esta Ley." c) Que las instancias - que son delegaciones de la Asamblea de cada uno de los sectores y movimientos de trabajadores -, el Directorio Nacional, la Junta Directiva Nacional y las Juntas de Crédito Local deben estar integradas con al menos un 50% de mujeres (informe autoridad recurrida y ley 8322). d) Que el Directorio Nacional quedó integrado por cuatro miembros, a saber, una presidenta, un secretario y dos vocales, de los cuales el 50% son mujeres: Presidente a la Licenciada Olga Quirós Mc Taggart (representante del sector profesional); Secretario, al señor Rodolfo Azofeifa Cruz (representante del sector comunal), Vocal I a la Licenciada Ana Isabel Solano Brenes (representante del sector cooperativo); y Vocal II al Licenciado Rafael Matamoros Fallas (representante del sector Solidarista).(informe autoridad recurrida, folio 9). e) Que la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras procedió a nombrar la lista de candidatos a considerar por la Junta Directiva Nacional para ocupar un puesto en alguna de las Juntas Directivas de las sociedades propiedad de la institución o en sus fiscalías, según lo dispuesto en el Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas (informe autoridad recurrida, folio 9). f) Que los artículos 3 y 7 del Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas dicen: “Artículo 3: De la integración de las Juntas Directivas. La Junta Directiva de las Sociedades propiedad del Banco Popular estará integrada por cinco miembros, salvo el de la Operadora de Pensiones, que se conformará con siete miembros, todos nombrados por la Junta Directiva Nacional en su calidad de asamblea de accionistas de dichas empresas. En el caso de la Operadora de Pensiones, dos miembros serán nombrados de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores; en las demás Sociedades, un miembro será nombrado de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores. En todos los casos esa Asamblea determinará el procedimiento por seguir para formular las propuestas. Los restantes Directores serán nombrados del seno de la Junta Directiva Nacional, procurando una participación equilibrada entre los representantes de la Asamblea de Trabajadores y del Poder Ejecutivo. Artículo 7: De la fiscalía. La vigilancia de cada Sociedad Anónima corresponderá a un fiscal, nombrado por la Junta Directiva Nacional de conformidad con la propuestas que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores. En todos los casos esa Asamblea determinará el procedimiento por seguir para formular las propuestas. Los informes del fiscal, que de conformidad con el Código de Comercio deberán ser conocidos por la Asamblea de Accionistas, deberán ser remitidos por la Junta Directiva 51 Nacional a la Asamblea de Trabajadores como parte del informe al que se refiere el artículo 14 bis ch de la Ley Orgánica del Banco Popular y de Desarrollo Comunal”. g) Que en el proceso de designación de los 10 candidatos representantes de la Asamblea de Trabajadores para la integración de las Juntas Directivas y las fiscalías de las sociedades propiedad del Banco Popular, que se llevó a cabo en la XLIII Sesión Plenaria Ordinaria de la Asamblea de Trabajadores, celebrada el 9 de agosto del 2003, se nombró un tribunal electoral para dirigir la elección del Directorio Nacional y luego la elección de los 10 representantes para las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades (informe autoridad recurrida, folio 23) h) Que el Plenario de la asamblea definió por mayoría de votos que tanto el proceso de elección del Directorio Nacional como de los candidatos a ocupar un puesto en las Juntas Directivas y Fiscalías de las Sociedades, se realizará por medio de papeletas; en razón de lo cual el Tribunal solicitó al plenario la presentación de papeletas para proceder con el nombramiento de los 10 candidatos. (Informe autoridad recurrida, folio 23). i) Que a la mesa del Tribunal Electoral solo se hizo llegar una papeleta que fue sometida a votación resultando con 101 votos a favor y 39 votos en contra, declarándose ganadora (informe autoridad recurrida, folio 23). j) Que los recurrentes como miembros de la Asamblea de Trabajadores se encontraban legitimados para presentar a la mesa principal el número de papeletas que tuvieran a bien, con la participación de todos o algunos de los sectores, conformada por hombres o/y mujeres y someterlas a votación en los mismos términos y condiciones en que fue sometida la papeleta ganadora(informe autoridad recurrida, folio 23). III. Hechos no probados : No se estiman demostrados los siguientes resolución: hechos de relevancia para esta a) Que durante la asamblea el Comité de Vigilancia haya formulado una objeción al procedimiento a favor de los sectores que representan los firmantes de ese recurso; y que no haya sido tramitada. IIV. Sobre el fondo. DE LA CUOTA DE REPRESENTACIÓN FEMENINA PAA LA DESIGNACIÓN DE CANDIDATOS A LAS JUNTAS DIRECTIVAS DE LAS SOCIEDAD DEL BANCO POPULAR. Según los recurrentes dentro del procedimiento de designación por parte de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras de 10 candidatos para ocupar cargos en las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas propiedad del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Fiscalías, debió aplicarse las reglas de representación por sectores y cuota de participación femenina que fija la Ley de Democratización de las instancias de Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, que es la número 8322 de 21 de octubre del 2002. De los hechos que se tienen por demostrados y específicamente de lo dispuesto en la Ley de Democratización de las Instancias del Decisión del Banco Popular y de Desarrollo Comunal que reforma a la Ley Orgánica del Banco Popular, N° 4351 se desprende que esa normativa garantiza la participación de la mujer en distintos órganos del Banco. Específicamente en los artículos 14, 14 bis, 15, 21 y 31 se regula la integración de la asamblea propiamente dicha, de la Junta Directiva Nacional del Banco y las Juntas de Crédito Local con un porcentaje mínimo de mujeres, pero nada dice de la integración de las Juntas Directivas de las Sociedades Anónimas que son Popular Pensiones, Popular Fondos de Inversión y Popular Valores. Aunado a lo anterior, del informe rendido bajo juramento por la autoridad recurrida se tiene que para la integración de las Juntas Directivas de tales sociedades del Banco Popular, éstas deben adecuarse a la normativa contenida en el Artículo 3: “De la integración de las Juntas Directivas” del Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas; que nada dice sobre la cuota de participación de la mujer. Es con base en ese reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal y sus Sociedades Anónimas que en asamblea realizada el sábado 9 de agosto del 2003, el Plenario eligió a los candidatos a representantes de la Asamblea ante las Juntas Directivas de las tres sociedades anónimas que son propiedad del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, por lo que no se detecta la violación al principio democrático o de igualdad de género que acusan los recurrentes y procede declarar sin lugar la acción en cuanto a tal extremo. V. DEL MECANISMO DE LA PAPELETA UTILIZADO PARA LA DESIGNACIÓN DE LOS CANDIDATOS A LOS PUESTOS DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS .- Del informe rendido bajo juramento por la autoridad recurrida, este Tribunal tiene por demostrado que fue el plenario de la Asamblea el que definió por mayoría de votos de los presentes, que tanto el proceso de elección del Directorio Nacional, como de los candidatos a ocupar un puesto en 52 las Juntas Directivas y Fiscalías de las sociedades, se realizaría por medio de papeletas (folio 23). Como consecuencia del mecanismo escogido, el tribunal electoral solicitó al plenario la presentación de papeletas para proceder al nombramiento siendo que a la mesa principal solo se hizo llegar una papeleta que fue la única sometida a votación, resultado con 101 votos a favor y 39 votos en contra; situación que no resulta violatoria del principio democrático como alegan los recurrentes, sino que es un mecanismo de elección adoptado por mayoría de los participantes en una situación en que todos los miembros de la asamblea tuvieron la posibilidad de participar en igualdad de condiciones, presentar su fórmula de candidatos, por lo que debe desestimarse el recurso en cuanto a tal extremo; no sin antes señalar que el procedimiento para la designación de los 10 candidatos de la Asamblea de Trabajadores, para los puestos de elección de las sociedades anónimas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal, se llevó a cabo a través de un procedimiento idóneo para la integración de las juntas directivas de esas sociedades y donde todos los delegados, hombres o mujeres, tuvieron la misma posibilidad de formar papeletas y así resultar electas. En la asamblea comentada, los recurrentes decidieron no postularse a través del mecanismo de elección de papeleta escogido, ni sometieron sus nombres a participar y fue precisamente esta omisión la que evitó la posibilidad de que hubieran podido ser elegidos y elegidas para los cargos que ahora reclaman. Finalmente del análisis del Reglamento para la Regulación de las Relaciones Corporativas del Banco Popular y de Desarrollo Comunal que establece el mecanismo para integrar las Juntas Directivas, no se desprende que las Juntas Directivas deban estar integradas por miembros de algún sector específico, como dicen los recurrentes, sino que el artículo 3 dispone que los miembros son todos nombrados por la Junta Directiva Nacional, en su calidad de asamblea de accionistas de dichas empresas y que en el caso de la operadora de Pensiones, dos miembros serán nombrados de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores; en las demás sociedades, un miembro será nombrado de conformidad con la propuesta que al efecto formule la Asamblea de Trabajadores y en todos los casos esa Asamblea determinará el procedimiento por seguir para formular las propuestas. Añade el citado artículo 3° que los restantes directores serán nombrados del seno de la Junta Directiva Nacional, procurando una participación equilibrada entre los representantes de la Asamblea de Trabajadores y del Poder Ejecutivo. Desde esta perspectiva, no se detecta lesión alguna a los derechos fundamentales que los recurrentes reclaman como afectados y procede declarar sin lugar el recurso en todos sus extremos. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Teresita Rodríguez A. Rosa María Abdelnour G. Fabián Volio E. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 10482 – 05 Partes Caso Tomaza Palacios vs Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACOOP ) La recurrente participó en representación de la Cooperativa de Producción Agrícola de Mujeres de Golfito ( COOPEREINA R.L) como candidata a la Asamblea Sectorial del Sector Agrícola convocada por el Consejo Nacional de Cooperativas. En la Asamblea de las Cooperativas Agrícolas Industriales únicamente participaron 5 mujeres de 34 asambleístas, una de ellas resultó electa dentro de los 10 representantes. Acude la recurrente a esta jurisdicción porque a su juicio el modo en que el Consejo Nacional de 53 Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Cooperativas dispuso la integración de la Asamblea Sectorial Agrícola, es discriminatorio toda vez que en la misma no nombró mujeres en el número proporcional a la conformación total de la Asamblea según lo establecido en la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer. Artículo 33 de la Constitución Política Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer Artículo 5 de la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer Para exigir un trato igualitario se debe estar en la misma condición y situación que la otra persona. El Consejo Nacional de Cooperativas es un ente público no estatal integrado por delegados del sector cooperativo, no consiste en un partido político por lo que no es posible aplicar la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer. Este Consejo se integra mediante el procedimiento establecido en el artículo 139 de la Ley de Asociaciones Cooperativas. No existe violación alguna al derecho de igualdad de la recurrente, dado que no se hizo un trato discriminatorio, al no haber existido un tratamiento desigual a partir de situaciones iguales. La designación de los diez representantes propietarios y los tres suplentes se realizó de conformidad al procedimiento establecido en la Ley de Asociaciones Cooperativas. Asimismo, no existe norma jurídica que indique la cantidad de hombres o de mujeres que deben de ocupar estos cargos, cada cooperativa envía a su representante ya sea hombre o mujer. De las normas que establecen compromisos para que las autoridades públicas y partidos políticos tomen medidas tendentes a garantizar la participación femenina no puede derivarse un derecho fundamental para que se nombre un porcentaje significativo de mujeres en todos los cargos. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Clase de asunto: 10482 2005 05-005693-0007-CO Sala Constitucional 12/08/2005 11:36:00 AM De Fondo Recurso de amparo Exp: 05-005693-0007-CO Res. Nº 10482-2005 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con treinta y seis minutos del doce de agosto de dos cinco. Recurso de amparo interpuesto por Tomaza Palacios Martínez, mayor, portadora de la cédula de identidad número 6-090-401, vecina de Golfito, contra el Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACOOP ). Resultando: 54 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las ocho horas diez minutos del diecisiete de mayo del 2005, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACCOP ) y manifiesta que el trece de mayo de este año participó en nombre de la Cooperativa Agrícola Coopereina RL , como candidata a la Asamblea Sectorial del Sector Agrícola convocada por el órgano político de defensa a las Cooperativas, Consejo Nacional de Cooperativas Coonacoop . En dicha Asamblea participaron treinta y cuatro cooperativas de las cuales habían cuatro cooperativas agrícolas que tenían mujeres como delegadas. A la hora de la elección había que escoger diez delegados propietarios y tres suplentes. Sin embargo, en dicha elección hubo discriminación pues sólo se eligió a una mujer propietaria, cuando debieron elegir a cuatro, y de tres suplentes al menos una tenía que ser mujer. Que en esta Asamblea Sectorial no se respetaron las leyes internacionales del CEDAU , las cuales buscan erradicar todas las formas de discriminación de la mujer, lesionándose gravemente su derecho a la no discriminación y principio de igualdad constitucionalmente garantizado a su favor. Solicita la recurrente que se ordene la nulidad de la Asamblea Sectorial Agrícola por discriminación a la mujer. 2.- Informa bajo juramento Haris Regidor Beltrán en su condición de Presidente del Directorio del Consejo Nacional de Cooperativas ( CONACOOP ) que el Consejo recurrido es un ente público no estatal por disposición expresa del artículo 136 de la Ley de Asociaciones Cooperativas, No. 4179 y sus reformas y no es una agrupación política, como lo afirma la recurrente para sustentar la aplicación del artículo 5 de la Ley de Promoción de la Igualdad Real de la Mujer , pensando que dicha norma solo se aplica a los partidos políticos. La Asamblea se conforma de acuerdo con lo que ordena la ley 4179 y sobre el nombramiento de delegados titulares y suplentes de la misma, el CONACOOP no tiene participación alguna. Cada cooperativa del sector (empresa privada) interesadas en participar en la Asamblea Sectorial , para el caso de cooperativas de producción agrícola e industrial, designan a sus delegados. CONACOOP convoca la Asamblea , pero no interviene, ni puede hacerlo, en la designación de los delegados. La integración del Consejo Nacional de Cooperativas se realiza de conformidad al procedimiento establecido en el artículo 139 de la ley citada, el directorio de CONACOOP es el que convoca la Asamblea , pero no tiene facultades para inducir o exigir de las cooperativas, que los delegados deben de ser hombres o mujeres. Las cooperativas definen quienes son sus delegados, cada uno por separado, por lo que pueden ocurrir varias cosas: que algunas cooperativas no designe delegados, o que designen solo hombres o solo mujeres o que designen ambos. En el seno del Directorio de cinco miembros, dos son mujeres y se rechaza que en la Asamblea cuestionada se haya incurrido en discriminación de la mujer, debido a que únicamente participaron cinco mujeres, de treinta y cuatro asambleístas, una de las cuales resultó electa dentro de los diez representantes. Además, en dicha Asamblea solo se postularon dos de las cinco mujeres presentes, aunque bien pudieron postularse todas ellas. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Molina Quesada; y, Considerando: I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: a) El 13 de mayo de 2005 la recurrente participó en representación de la Cooperativa de Producción Agrícola de Mujeres de Golfito ( COOPEREINA R.L .) como candidata a la Asamblea Sectorial del Sector Agrícola convocada por el Consejo Nacional de Cooperativas (copia de la credencial visible a folio 2 ) b) En la Asamblea de las Cooperativas Agrícolas Industriales celebrada el 13 de mayo únicamente participaron cinco mujeres de treinta y cuatro asambleístas, una de ellas resultó electa dentro de los diez representantes (informe de la autoridad recurrida visible a folio 19) II .- Hecho no probado. De relevancia para resolver este recurso no se tiene por demostrado que la recurrente haya sido objeto de discriminación por razón de ser mujer. III .- Objeto del recurso. Acude la recurrente a esta jurisdicción porque a su juicio el modo en que el Consejo Nacional de Cooperativas dispuso la integración de la Asamblea Sectorial Agrícola, lesiona el derecho de igualdad 55 contenido en el artículo 33 constitucional, e infringe lo dispuesto en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer y la Convención Americana de los Derechos Humanos, toda vez que en las mismas no nombró mujeres en el número proporcional a la conformación total de la Asamblea. IV .- Sobre el fondo. Históricamente, la mujer ha sido objeto de discriminación en diferentes ámbitos de la sociedad - laboral, económico, político, cultural, legal, etc -, siendo relegada en la determinación, adopción y ejecución de aquellas medidas de orden general, tendientes al desarrollo del grupo humano que integran. En este sentido, la comunidad internacional ha reafirmado en diversos instrumentos internacionales el principio de no discriminación, al proclamar que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, reconociendo a todos derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, sin distinción de raza, color, sexo, religión, opinión política o de cualquier otro tipo (Artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y artículo 1 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos). Igual relevancia reviste la adopción por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, con el objeto de erradicar la discriminación contra la mujer y promocionar la participación de ésta en la vida política, social, cultural y económica de su país, en igualdad de condiciones que el hombre, en procura de que asuma un papel protagónico en aquellas actividades que históricamente le han sido vedadas o limitadas de alguna forma. Ejemplo de lo anterior, es lo establecido en el artículo 7 de esa Convención, en cuanto a la participación de la mujer en la actividad política y pública de su país: " Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a: a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegible para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas. b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales. c) Participar en organizaciones y asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política del país. De la misma manera y como parte del compromiso adquirido por el Estado Costarricense de adoptar la medidas tendientes a erradicar la discriminación de la mujer y promover su participación activa en diferentes ámbitos de la sociedad, conforme lo dispuesto en la citada Convención, el legislador mediante ley número 7142 del dos de marzo de mil novecientos noventa - Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer -, incorporó al ordenamiento jurídico patrio aquellos principios que la inspiraron. En este sentido, el artículo 1 de la ley anteriormente indicada dispone lo siguiente: " ARTICULO 1.- Es obligación del Estado promover y garantizar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en los campos político, económico, social y cultural. " En cuanto a los derechos políticos de la mujer y sus derechos para ejercer cargos públicos, el artículo 5 de la ley precitada dispone: " ARTICULO 5.- Los partidos políticos incluirán en sus estatutos, mecanismos eficaces que promuevan y aseguren la participación efectiva de la mujer en los procesos eleccionarios internos, en los órganos directores del partido y en las papeletas electorales. Asimismo, los estatutos a que se refiere el párrafo anterior, deberán contener mecanismos eficaces que aseguren el nombramiento de un porcentaje significativo de mujeres en los viceministerios , oficialías mayores, direcciones generales de órganos estatales, así como en juntas directivas, presidencias ejecutivas, gerencias o subgerencias de instituciones descentralizadas." V.- Sobre el derecho a la igualdad. Sobre el particular, la jurisprudencia de este Tribunal es abundante y ha dejado claro a lo largo de los pronunciamientos, que el derecho de igualdad no es tratar a todos por igual, sino "a iguales como a iguales y a desiguales como desiguales"; en otras palabras, para exigir un trato igualitario se debe estar en la misma condición y situación que la otra persona. Al respecto, esta Sala en el voto No. 716-98 de las 11:51 hrs., del 6 de febrero de 1998, estableció: “ Desigualdad, puede existir en diversos planos de la vida social y aún cuando ello no es deseable, su corrección resulta muchas veces menos complicada. Pero cuando de lo que se trata es de una discriminación, sus consecuencias son mucho más graves y ya su corrección no resulta tan fácil, puesto que muchas veces responde a 56 una condición sistemática del status quo (...) En términos generales discriminar es diferenciar en perjuicio de los derechos y la dignidad de un ser humano o grupo de ellos ”. VI.- En el presente asunto la recurrente alega que en la Asamblea Sectorial de Producción Agrícola e Industrial del Consejo Nacional de Cooperativa se escogió únicamente a una mujer como delegada propietaria y los nueve restantes fueron hombres, por lo que se omitió tomar en consideración lo establecido en la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Muje r con relación al porcentaje de puestos que debe ocupar la mujer en este tipo de asociaciones. El Consejo Nacional de Cooperativas es un ente público no estatal integrado por delegados del sector cooperativo que elige a los representantes del movimiento en la Junta Directiva del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo, no consiste en un partido político por lo que no es posible aplicar el contenido del artículo 5 de la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer , como lo pretende la recurrente. Este Consejo se integra mediante el procedimiento establecido en el artículo 139 de la Ley de Asociaciones Cooperativas, en el cual el Presidente del Consejo convoca a las cooperativas para cada una de las tres asambleas de los diferentes sectores y para ello, cada cooperativa envía a un delegado que tendrá derecho a un voto para elegir a los diez representantes. En el caso bajo examen, la Sala considera que no existe violación alguna al derecho de igualdad de la recurrente, dado que no se hizo un trato discriminatorio, al no haber existido un tratamiento desigual a partir de situaciones iguales. En otros términos, la recurrida -bajo fe de juramento- señala que la designación de los diez representantes propietarios y los tres suplentes se realizó de conformidad al procedimiento establecido en la Ley de Asociaciones Cooperativas y la participación del Presidente del Consejo recurrido consistio únicamente en la convocatoria a las cooperativas para asistir a las asambleas, donde cada delegado tiene derecho a un voto para la elección de sus representates . Asimismo, no existe norma jurídica que indique la cantidad de hombres o de mujeres que deben de ocupar estos cargos y como lo indica la autoridad recurrida, cada cooperativa envía a su representante ya sea hombre o mujer, por lo que cada cooperativa tiene la potestad de elegir conforme su mejor parecer, al representante para la Asamblea , independientemente del sexo. Debe tomarse en consideración que este tipo de elecciones, se realiza con base a una potestad típicamente discrecional de los delegados cuyos únicos límites son las reglas unívocas de la ciencia y la técnica, los principios de razonabilidad , justicia y equidad. En consecuencia, no encuentra este Tribunal, discriminación alguna cometida contra la recurrente con fundamento en la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer , dado que por un lado, no existe ley alguna que estipule de manera concreta la aplicación de porcentajes obligatorios de escogencia para mujeres, ya que lo anterior es únicamente aplicable en lo referido a puestos de elección popular -situación no comprendida en el caso bajo examen- y de otra parte, según consta lo indicado por el Concejo recurrido, en dicha Asamblea participaron cinco mujeres, de treinta y cuatro asambleístas y únicamente se postularon dos de ellas, una de las cuales resultó electa dentro de los diez representantes; lo cual esta Sala no encuentra discriminación alguna o perjuicio al derecho de igualdad para con el genero de la recurrente, ya que ese acto no se gestó como resultado de una tendencia discriminatoria, ni se adoptó con ocasión de preferir a un hombre en demérito de una mujer. Las obligaciones convencionales y legales discutidas consagran, por una parte, el derecho a la no discriminación y, por otra, establecen compromisos para que las autoridades públicas y los partidos políticos tomen medidas tendentes a garantizar la participación femenina; pero de tales normas no puede derivarse un derecho fundamental, tutelable en esta vía, para que se nombre un porcentaje significativo de mujeres en todos los cargos. En virtud de lo anterior, lo procedente es declarar sin lugar el recurso. Por tanto Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. José Luis Molina Q. Teresita Rodríguez A 57 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 14806 – 05 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Mayra Mora vs el Presidente Ejecutivo, el Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y el Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos, todos funcionarios del INA. La Unidad Coordinadora de Gestión Compartida del INA la escogió para ocupar el puesto de Formador para el Trabajo 4, después de participar en el concurso interno respectivo con base en los resultados de las pruebas, la experiencia laboral, perfil profesional y competencias técnicas. A pesar de esto, Presidente Ejecutivo de la Muncipalidad de San José resolvió nombrar a un hombre de apellido Bermúdez en dicho puesto. Artículo 33 de la Constitución Política La recurrente solamente fue propuesta para el puesto. Es el presidente Ejecutivo del INA quien aprueba todo movimiento de personal. La Unidad Coordinadora sólo escoge de la lista presentada por la Oficina de Recursos Humanos pero no nombra. El Sr. Sergio Bermudez fue el primer lugar en la terna respectiva de la cual participó la Sra. Mora. El presidente ejecutivo goza de discrecionalidad en la elección de uno de los candidatos que integran la terna, la cual –a su vez– limita esta discrecionalidad, en el sentido de que no puede nombrar a una persona que no forme parte de ella. El Tribunal rechaza que a la recurrente haya sido víctima de discriminación, dado que la escogencia impugnada se hizo dentro de los parámetros de legalidad y por parte del órgano competente -Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje-. No se constata ninguna lesión. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 14806 2005 05-008069-0007-CO Sala Constitucional 28/10/2005 10:41:00 AM De Fondo Rodríguez Arroyo Teresita Recurso de amparo Exp: 05-008069-0007-CO Res. Nº 2005-014806 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas con cuarenta y un minutos del veintiocho de octubre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por Mayra Mora Chinchilla, cédula de identidad número 1-600-356, contra el Presidente Ejecutivo, el Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y el Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos, todos funcionarios del Instituto Nacional de Aprendizaje. 58 Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas cincuenta y seis minutos del veintiuno de febrero del dos mil cinco, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Presidente Ejecutivo, el Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y el Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos, todos funcionarios del Instituto Nacional de Aprendizaje en el cuál manifiesta que participó en el concurso interno número 01-2004, promovido para designar el puesto en propiedad de "Formador para el Trabajo 4". Explica que como resultado, la gestora de la Unidad Coordinadora de Gestión Compartida del Instituto Nacional de Aprendizaje, según oficio número GC-201-04 del veintiséis de julio del dos mil cuatro y GC-355-2004 del veintinueve de noviembre del dos mil cuatro, se le escogió para ocupar el puesto número 300598 -Formador para el Trabajo 4-, considerando para ello los resultados de las pruebas, la experiencia laboral, perfil profesional y competencias técnicas. Aduce que por oficio número PE-016-2005 del doce de enero del dos mil cinco, suscrito por el Presidente Ejecutivo de la Municipalidad de San José, resolvió nombrar a Sergio Bermúdez Vives en dicho puesto, a pesar de que a ella ya se le había designado de manera definitiva en el mismo, lo cual implica, que se dejó sin efecto un acto declarativo de derechos sin que de previo se le concediera la oportunidad de proveer su defensa, con el agravante de que a su juicio se ha dado una discriminación por género, pues se le ha sustituido por un hombre. Considera que tal situación lesiona los artículos 11, 39 y 41 de la Constitución Política. Solicita la recurrente se declare con lugar el recurso. 2.- Informa bajo juramento Róger Carvajal Bonilla, Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje, Carlos Chacón Retana, Jefe de la Unidad de Recursos Humanos y Timoteo Fallas García, Encargado del Proceso de Dotación de la Unidad de Recursos Humanos (folio 39), que la accionante participó en le concurso interno número 01-2004 para designar el puesto en propiedad de Formador de Trabajo 4, encargado de la Unidad de Formación Dual y Centros Colaboradores. Que la decisión de nombrar a un funcionario recae en el Presidente Ejecutivo de la Institución, quién tiene la responsabilidad de analizar y verificar la propuesta para su rechazo o aprobación, esto de conformidad con el artículo 9 inciso a) de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Aprendizaje en concordancia con el artículo 39 de su Reglamento. Efectivamente a través del oficio PE-016-2005 el Presidente Ejecutivo nombró al señor Sergio Bermudez Vives en el puesto correspondiente a la clave 300598 de Formador para el Trabajo 4, como encargado de la Unidad de Formación Dual y Centros Colaboradores en razón de haber obtenido la calificación más alta en relación con los otros integrantes de la terna, por lo que no existió ningún nombramiento a la accionante. Rechazan que se haya dado cualquier situación de discriminación por género dado que se ha demostrado la existencia de un procedimiento avalado por Servicio Civil, mediante el cuál se comprobó la idoneidad de cada participante, de acuerdo a las calificaciones obtenidas según las pruebas y exámenes permitidos legalmente aplicados en el concurso, a través de los cuales se comprobó el cumplimiento de los requisitos solicitados para conformar la nómina respectiva. Aducen que la amparable no tenía derechos adquiridos sobre la plaza en cuestión, ya que, la misma no ha sido otorgada mediante la emisión de una decisión administrativa respaldada con una acción de personal, documento que da validez a todo acto firme y eficaz de nombramiento, instrumento que muestra que tanto la Administración Superior como la Dirección General de Servicio Civil han respaldado un nombramiento. Por oficio PDRH-1878-2004 se le comunica la calificación obtenida en el concurso a la accionante y por oficio PDRH0136-2005 se le informa que no fue escogida en la nómina de candidatos 016-04. Mencionan que Sergio Bermudez Vives fue ascendido en propiedad en el puesto en cuestión, promedio 90.25%, formando parte de la terna 16-04 Mayra Mora Chinchilla, promedio 79.85% y Jessenia Bolaños Rodríguez, promedio 89.48, al ser los tres primeros lugares del registro para esta clase de puesto. Solicitan que se desestime el recurso planteado. 3.- A folio 487 aparece escrito presentado por Lic. Carlos Chacón Retana, Jefe de la Unidad de Recursos Humanos del Instituto Nacional de Aprendijaje, en el cuál indica que por resolución 9277-05 la Sala declaro sin lugar el recurso incoado por una funcionaria del Instituto Nacional de Aprendizaje, la cuál cuestionaba la misma situación en estudio. 4.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Rodriguez Arroyo ; y, Considerando: 59 I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: a) Que la accionante participó en el concurso interno número 01-2004, promovido para designar el puesto en propiedad de "Formador para el Trabajo 4"(folio 12); b) Según oficio GC-355-2004 del veintinueve de noviembre del dos mil cuatro la Gestora de la Unidad Gestión Compartida del Instituto Nacional de Aprendizaje comunica al Encargado del Proceso de Dotación de Recursos Humanos que escogió para ocupar el puesto número 300598 -Formador para el Trabajo 4 a la accionante (folio 28); c) Por oficio número PE-016-2005 del doce de enero del dos mil cinco, el Presidente Ejecutivo de la Municipalidad de San José, resolvió nombrar a Sergio Bermúdez Vives en el puesto número 300598 -Formador para el Trabajo 4 (folio 58) II.- Del análisis de los elementos probatorios esta Sala descarta la lesión a los derechos de la accionante. Se observa que la recurrente solamente fue propuesta para el puesto de marras, siendo que, la misma debía ser estudiada para su aprobación por el Presidente Ejecutivo del INA, a quien compete la aprobación de todo movimiento de personal dentro de la Institución, por lo que, las jefaturas de los servidores que ocuparán los puestos sujetos a concurso les corresponde efectuar la escogencia para el ascenso en propiedad de la nómina de candidatos que le presente la Oficina de Recursos Humanos, no su nombramiento. En la especie, consta que el acto válido y eficaz de nombramiento recayó en el servidor Sergio Bermudez Vives, quien ocupó el primer lugar en la ternarespectiva, en la que participó conjuntamente con la amparada y otra persona más. Conviene reiterar, en cuanto a este tema, que la Sala ha reconocido que en un procedimiento concursal el órgano que ostenta la competencia para realizar un nombramiento goza de discrecionalidad en la elección de uno de los candidatos que integran la terna, la cual –a su vez– limita esta discrecionalidad, en el sentido de que no puede nombrar a una persona que no forme parte de ella. En ese sentido, se estableció en la sentencia 6448-94 de las diecisiete horas cincuenta y siete minutos de dos de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro lo siguiente: “En lo tocante al tema de los concursos de antecedentes, la tutela constitucional se agota, según lo ha sostenido esta Sala, con el derecho de participación igualitaria que tienen los oferentes para integrar la nómina o terna respectiva -el que se reconoció al promovente en este caso-, ya que, una vez confeccionada ésta, con lo que cuenta el interesado es una simple expectativa a ocupar el cargo para el que opta, de manera que, no corresponde revisar en esta sede la decisión que los órganos tomen sobre el particular, en ejercicio de las facultades discrecionales con que cuentan para ello". (En igual sentido ver la sentencia número 2001-07727 de las once horas del cuatro de julio de dos mil uno). III.- En cuanto a la alegada discriminación que acusa la accionante, este Tribunal rechaza que a la recurrente haya sido víctima de discriminación, dado que la escogencia impugnada se hizo dentro de los parámetros de legalidad y por parte del órgano competente -Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje-. En mérito de lo expuesto, al no constatarse ninguna lesión constitución se impone la desestimatoria de este recurso como en efecto se procede. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C. José Luis Molina Q. Teresita Rodríguez A. Rosa María Abdelnour G. 60 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 4939 – 08 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Rodolfo Rodríguez vs Instituto Nacional de Seguros El recurrente manifiesta que existe una discriminación por razón al sexo entre las personas que solicitan el pago de indemnizaciones por exposición al Nemagón, hecho ocurrido en las plantaciones de la Zona Atlántica en los años setenta. Considera humillante y traumático tener que someterse a las pruebas de esperma mientras que a las mujeres supuestamente afectadas por el mismo químico han presentado solicitudes de indemnizaciones y sus gestiones han sido aceptadas y resueltas favorablemente, tan solo con aparecer en los referidos registros, admitiéndolos como única prueba para sus pagos. El Instituto Nacional de Seguros tiene toda la documentación desde hace cinco años, pero no ha tramitado las indemnizaciones respectivas Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130 Del informe rendido por la Coordinadora de la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón se extrae que no es cierto que exista discriminación en el trato de los solicitantes de indemnización en razón de su sexo, pues el exámen de espermograma que reclama el recurrente, es un imperativo del artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130 y que en lo relativo a la falta de examen para las mujeres extrabajadoras no surge de la voluntad administrativa, sino que también es una disposición de carácter legislativo. En lo que se refiere a la falta de tramitación, se infiere que no es cierto, pues el espermograma se le realizó el 04/04/07 en el Hospital San Juan de Dios. La Comisión Técnico Médica del INS determinó que el reporte de la CCSS estaba incompleto, por lo cual lo remitió a dicha entidad para su ampliación y a la fecha no se tiene respuesta Así las cosas, este Tribunal no encuentra que la gestión del recurrente no haya sido atendida, además no se extrae que los criterios técnicos utilizados para atender las solicitudes de indemnización tanto por los hombres como las mujeres, resulta ser antojadiza o arbitraria, sino más bien actuación generales apegadas al Ordenamiento Jurídico. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 04939 2008 08-003960-0007-CO Sala Constitucional 01/04/2008 6:11:00 PM De Fondo Mora Mora Luis Paulino Recurso de amparo Exp: 08-003960-0007-CO Res. Nº 2008-004939 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciocho horas y once minutos del uno de abril del dos mil ocho. 61 Recurso de amparo interpuesto por Rodolfo Rodríguez Alvarado, mayor, portador de la cédula de identidad 7052-1300, contra el Instituto Nacional de Seguros. Resultando: 1 .- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas cuarenta y siete minutos del veintiocho de febrero del dos mil ocho, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Instituto Nacional de Seguros y manifiesta que existe una discriminación por razón al sexo entre las personas que solicitan el pago de indemnizaciones por exposición al Nemagón, hecho ocurrido en las plantaciones de la Zona Atlántica en los años setenta. Los afectados sufren esterilización, malformaciones, proles con deformaciones y otros padecimientos. El registro del Seguro Social demuestra que él laboraba para esas empresas en esos años, y el Instituto Nacional de Seguros tiene toda la documentación desde hace cinco años, pero no ha tramitado las indemnizaciones respectivas. Considera humillante y traumático tener que someterse a las pruebas de esperma. Las mujeres supuestamente afectadas por el mismo químico han presentado solicitudes de indemnizaciones y sus gestiones han sido aceptadas y resueltas favorablemente, tan solo con aparecer en los referidos registros, admitiéndolos como única prueba para sus pagos. En cambio, a los hombres se les exige estudios y pruebas de esperma. Considera violentado el derecho a la igualdad por el referido trato desigual. Solicita que se elimine la vergonzosa prueba y se les de trato igual que a las mujeres. 2 .- Informa bajo juramento Ivannyha Thompson Lara en su calidad de Coordinadora de la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón (folio 7), que no es cierto que exista discriminación en el trato de los solicitantes de indemnización como afectado por el Nemagón en razón de su sexo. Afirma que su actuación en el procedimiento se reduce a recibir solicitudes y trasladarlas para su decisión a la Unidad Ejecutora Técnica de Afectados por el Nemagón, órgano competente según artículo 1 de la Ley 8130 y Decreto Ejecutivo 28530 del dos de marzo del dos mil. Además menciona que el exámen de espermograma por el que se muestra inconforme el recurrente, es un imperativo del artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130. Aduce que en el caso que nos ocupa al recurrente se le practicó el examen de espermograma, el cual dio como resultado un estándar mayor al establecido para ser sujeto de indemnización, pues la muestra arrojó 59 millones de espermatozoides por mililitro, lo que supera el parámetro de 20 millones establecido por la Unidad Ejecutora Técnica. En lo que se refiere a la falta de tramitación o respuesta a su gestión, indica que no es cierto, pues el espermograma se le realizó el tres de abril del dos mil siete en el Hospital San Juan de Dios, cuyo resultado fue recibido por su representada el nueve de noviembre de ese año y elevado a la Comisión Técnico Médica del Instituto Nacional de Seguros, la cual determinó que el reporte de la Caja Costarricense del Seguro Social estaba incompleto, por lo cual mediante oficio UT-014-2008 del veinticuatro de enero del dos mil ocho, la Oficina Técnica Operativa que dirijo lo remitió a dicha entidad para su ampliación y a la fecha no se tiene respuesta. Por las razones expuestas, puede observarse que el trabajador ha estado informado del curso del proceso. 3 .- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Araya García ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso. El recurrente manifiesta que existe una discriminación por razón al sexo entre las personas que solicitan el pago de indemnizaciones por exposición al Nemagón, hecho ocurrido en las plantaciones de la Zona Atlántica en los años setenta. Considera humillante y traumático tener que someterse a las pruebas de esperma mientras que a las mujeres supuestamente afectadas por el mismo químico han presentado solicitudes de indemnizaciones y sus gestiones han sido aceptadas y resueltas favorablemente, tan solo con aparecer en los referidos registros, admitiéndolos como única prueba para sus pagos. II .- Sobre el fondo. Del informe rendido bajo juramento por la Coordinadora de la Oficina Operativa de Afectados por el Nemagón se extrae que no es cierto que exista discriminación en el trato de los solicitantes de 62 indemnización como afectado por el Nemagón en razón de su sexo, pues el exámen de espermograma que reclama el recurrente, es un imperativo del artículo 2 iniciso c) de la Ley 8130 y que en lo relativo a la falta de examen para las mujeres extrabajadoras no surge de la voluntad administrativa, sino que también es una disposición de carácter legislativo según puede verse de la cita legal menciona que señala: “… A las mujere extrabajadoras y trabajadoras, las indemnizaciones se les reconocerán con base en criterios técnico-médico fundamentados en la propuesta de la Comisión Médica del Instituto Nacional de Seguros que estableció el pago de acuerdo con lo años de exposición al DBCP…” . En lo que se refiere a la falta de tramitación o respuesta a su gestión, se infiere que no es cierto, pues el espermograma se le realizó el tres de abril del dos mil siete en el Hospital San Juan de Dios, cuyo resultado fue recibido por su representada el nueve de noviembre de ese año y elevado a la Comisión Técnico Médica del Instituto Nacional de Seguros, la cual determinó que el reporte de la Caja Costarricense del Seguro Social estaba incompleto, por lo cual mediante oficio UT- 014-2008 del veinticuatro de enero del dos mil ocho, la Oficina Técnica Operativa que dirijo lo remitió a dicha entidad para su ampliación y a la fecha no se tiene respuesta Así las cosas, este Tribunal no encuentra que la gestión del recurrente no haya sido atendida, además no se extrae que los criterios técnicos utilizados para atender las solicitudes de indemnización tanto por los hombres como las mujeres, resulta ser antojadiza o arbitraria, sino más bien actuación generales apegadas al Ordenamiento Jurídico. Por lo expuesto, este Tribunal no logra acredita con las actuaciones impugnadas ninguna lesión a los derechos fundamentales del recurrente por lo que el recurso debe desestimarse. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Federico Sosto L. Presidente a.i. Teresita Rodríguez A. Rosa María Abdelnour G. Horacio González Q. Marta María Vinocour F. Roxana Salazar C. Jorge Araya G. 63 Discriminación por Embarazo Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 6164-04 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Jacqueline Benavides vs Administrador de la Dirección Nacional de Cáncer. La recurrente, secretaria ejecutiva interina en la DNC de CCSS, no obtuvo la elegibilidad en el concurso en el que participó y por esa razón no puede ser nombrada como secretaria porque no reúne los requisitos para ello. El Administrador de la Dirección Nacional del Cáncer le comunicó a la recurrente el 03/10/03 que su nombramiento como secretaria ejecutiva de esa Dirección quedaba suspendido en vista de que no resultó elegible para el puesto de oficinista. El 06/10/03 la recurrente le comunicó al Administrador de esa Dirección que tiene un embarazo de dieciocho semanas. Artículo 33 de la Constitución Política. En sentencia número 08974-98 la Sala indicó: "… Lo que prohíbe el Código de Trabajo (en sus artículos 94 y 94 bis) es el despido de la empleada embarazada con motivo de su especial estado, escamoteando la protección que para ella y su niño acarrea la licencia por maternidad. Ello no significa, sin embargo, que el fuero de inamovilidad de la servidora sea inflexible...” El despido de una mujer embarazada sería arbitrario y lesivo de sus derechos en la medida en que exista una relación de causa–efecto entre el embarazo y el motivo del despido. En el caso concreto, se constata que la recurrente fue nombrada interinamente en un momento de necesidad institucional a pesar de que no había cumplido con el proceso de selección exigido para cualquier nombramiento en la Administración. Posteriormente, se sometió a ese proceso y una vez concluido el mismo se constató que no obtuvo la elegibilidad por lo cual se hizo la comunicación respectiva a fin de que no se le realizara más nombramientos en vista de que no cumplía requisitos para desempeñarse en el puesto de oficinista ni mucho menos en el de secretaria ejecutiva. Debe aclararse a la recurrente que su estado de embarazo o el hecho de haber estado nombrada durante un tiempo determinado en un puesto, no genera un derecho a su favor para continuar nombrada en ese puesto de manera interina o para que se le nombre en propiedad pues ello depende de otras circunstancias y si en el caso concreto, la recurrente no reúne las condiciones de idoneidad necesarias para desempeñarse en el puesto, el cese de su nombramiento por tal razón, no es, en criterio de la Sala, discriminatorio, arbitrario, intempestivo o violatorio de sus derechos fundamentales. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: 06164 2004 03-010639-0007-CO Sala Constitucional 04/06/2004 10:03:00 AM 64 Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Rodríguez Arroyo Teresita Clase de asunto: Recurso de amparo Exp: 03-010639-0007-CO Res: 2004-06164 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diez horas con tres minutos del cuatro de junio del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por Jacqueline Benavides Herrera, mayor, soltera, vecina de San José, portadora de la cédula de identidad número 1-796-760, Secretaria Ejecutiva de la Dirección Nacional de Cáncer de la Caja Costarricense del Seguro Social; contra el Administrador de la Dirección Nacional de Cáncer. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas y cincuenta y cinco minutos del once de octubre del dos mil tres, la recurrente manifiesta que desde enero del dos mil uno ocupa de manera interina la plaza de Secretaria Ejecutiva en la Dirección Nacional de Cáncer de la Caja Costarricense de Seguro Social y por acción de personal número 0999259 C del veintidós de mayo del dos mil tres, se dispuso la prórroga de su nombramiento interino hasta el dos de enero del dos mil cuatro. Añade que mediante oficio número DNC-527-2003 del seis de octubre del dos mil tres, puso en conocimiento de la autoridad recurrida que, en ese momento, tenía embarazo de dieciocho semanas de gestación. Agrega que por oficio número ADM-DNC-059-02 del tres de octubre del dos mil tres, la autoridad recurrida le comunicó que a partir del veinte de octubre del dos mil tres, su nombramiento como secretaria ejecutiva quedaba suspendido porque no cuenta con los requisitos académicos para desempeñarse en esa plaza. Considera que dichos argumentos carecen de fundamento, pues de conformidad con lo dispuesto en el oficio número DNC-ADM-009-03 del veinte de marzo del año en curso, la propia autoridad recurrida, consideró que "...la señora Benavides posee estudios suficientes para cumplir con el concepto de "preparación, equivalente", por tanto el nombramiento actual puede dejarse tal y como está igualmente,dado porque este (sic) nombramiento es un prorrateo en plaza de diferente perfil, no se requiere cumplir con los requisitos originales del perfil de la plaza utilizada..." . Considera que la verdadera causa que motiva su cese de interinazgo es su estado de gravidez, lo cual resulta contrario a lo dispuesto en los artículos 33, 39, 56 y 57 de la Constitución Política y por ello solicita la intervención de este Tribunal. 2.- Informa bajo juramento José Luis Agüero Sandí, en su calidad de Administrador de la Dirección Nacional de Cáncer de la Caja Costarricense del Seguro Social (folio 47), que no es cierto que desde enero del dos mil uno la recurrente ocupe de manera interina la plaza de Secretaria Ejecutiva en la Dirección Nacional de Cáncer pues la plaza No.20569 que está siendo ocupada por la señora Benavides Herrera, pertenece al puesto de Técnico en Ciencias Médicas 2, prorrateada a Secretaria Ejecutiva 3 y corresponde al Laboratorio Nacional de Citologías. Indica que la recurrente estaba laborando antes de la fecha del primer nombramiento por contrato de servicios profesionales ya que la Dirección del Cáncer no contaba con plazas de Secretaria Ejecutiva 3 en ese momento pero al no ser viable continuar más tiempo con esa modalidad de contratación, se optó por utilizar una plaza de Técnico en Ciencias Médicas 2 y hacer el nombramiento de manera “prorrateada”, lo cual es de pleno conocimiento de la recurrente. Señala que es cierto que por acción de personal No.0999259 C del veintidós de mayo del dos mil tres se dispuso la prórroga del nombramiento interino de la recurrente hasta el dos de enero del dos mil cuatro pero se le indicó que a pesar de ese acto administrativo, en el evento de que llegara la plaza de Secretaria Ejecutiva 3, ella debía cumplir con el requisito académico del puesto durante esta prórroga y debía ser evaluada por el Proceso del Equipo Interdisciplinario de Selección EIS con el fin de cumplir con el requisito de idoneidad comprobada. Manifiesta que dada la necesidad de continuar con los servicios de la recurrente, se utilizaría el concepto de “preparación equivalente” incluido en el perfil del puesto y normado en el documento “Normas y Procedimientos Concursos Administrativos C.C.S.S”, artículo 16. Añade que el proceso de evaluación del Equipo Interdisciplinario de Selección (EIS), concluyó el veinticinco de setiembre del dos mil tres y fue comunicado el dos de octubre del dos mil tres mediante oficio UGRH-842-03 en donde se indicó que “referente a la evaluación de la funcionaria Jackelin Benavides Herrera, por parte del Equipo Interdisciplinario de Selección de Personal de Oficinas Central para el puesto de oficinista, le comunicamos que la misma no obtuvo la elegibilidad. Cabe agregar que dicha funcionaria no puede 65 realizar nombramientos para el puesto de Secretaria, debido a que no cumple con los requisitos”, siendo que a la recurrente se le comunicó el tres de octubre del dos mil dos mediante oficio ADM-DNC-059-03 en el cual también se le comunicó la suspensión de nombramiento en la Dirección Nacional del Cáncer. Añade que por oficio DNC-5272003 del seis de octubre del dos mil tres, la recurrente comunicó que cuenta con dieciocho semanas de gestación. Indica que la recurrente no aprobó el proceso de selección del EIS y ni siquiera aprobó el proceso de selección para oficinista en vista de que aún no tiene el título de secretariado, con lo cual no solamente no aportó los requisitos académicos sino que tampoco aprobó el proceso de selección de la Caja del Seguro que es aplicado a todo el personal que ingresa a laborar en esa institución pues el Manual de Reclutamiento y Selección de Personal establece que se debe estar registrado como candidato calificado o elegible según lo requiera el puesto. Señala que en ciertas circunstancias la Administración puede utilizar el concepto “preparación equivalente” para nombrar a cierto personal siempre que lo permita el Manual Descriptivo de Puestos de la Caja pero aclara que este tipo de nombramiento solamente se realiza cuando por alguna circunstancia es conveniente para el beneficio institucional y en el caso concreto, la recurrente contaba con la experiencia en el puesto de secretaria y contaba con estudio y experiencia requeridos para “preparación equivalente”, por lo que se consideró mejor continuar el nombramiento antes que iniciar otro procedimiento de reclutamiento y selección con mayor costo en horas hombre y en tiempo de adiestramiento, pero la recurrente prometió ponerse al día en el requisito académico con prontitud para así dejar el nombramiento debidamente completo y cumplir y aprobar el proceso de selección del EIS. Manifiesta que sobre los “requisitos académicos originales” debe recordarse que este nombramiento se hizo prorrateado en una plaza de técnico en ciencias médicas 2 por lo que no se requería que la recurrente cumpliera con los requisitos como técnico en ciencias médicas sino solamente como secretaria. Indica que no es cierto que la verdadera causa que motiva el cese de interinazgo de la recurrente haya sido su estado de embarazo por cuanto la recurrente comunicó esa circunstancia hasta después de que recibió el oficio ADM-059-03 que es del tres de octubre del dos mil tres en tanto la comunicación del embarazo la hizo hasta el seis de octubre siguiente, sea cuatro meses después de haber iniciado su embarazo. Añade que la Administración realizó toda una serie de trámites en cuanto al proceso del EIS y la nueva vigencia de plazas 2003 por ser un solo “paquete de plazas” que se solicitan a la Junta Directiva. Reitera que la suspensión del nombramiento se fundamentó en que la recurrente no cumplió con el requisito académico del puesto, tampoco logró pasar el proceso del EIS y además la plaza No.20569 que está siendo ocupada por la recurrente, pertenece al puesto de Técnico en Ciencias Médicas 2 que debe ser trasladada por necesidad institucional al Laboratorio Nacional de Citologías adonde pertenece. Considera que la Administración ha actuado conforme a derecho y por ello solicita que se declare sin lugar el recurso. 3.- Mediante escrito visible en folio 65 se apersona la recurrente para indicar que a pesar de que en la resolución de curso del amparo se ordenó expresamente su reinstalación en el puesto, el recurrido le ha dado órdenes verbales que le impiden y le imposibilitan material y físicamente, reinstalarse en su antiguo puesto. Agrega que mediante oficio DNC-ADM-062-03 del veintiuno de octubre del dos mil tres, se le comunicó la “reestructuración de labores secretariales de la Dirección del Cáncer” y se le trasladó a otro puesto en el que se le asignaron funciones verbalmente, considerando que con ello se ha transgredido una vez más los principios del debido proceso, derecho de defensa y derecho al trabajo. Estima que en forma subjetiva, parcializada, arbitraria, antojadiza y persecutoria, no se le ha querido reinstalar a su antiguo puesto ni se le han asignado las funciones que tenía anteriormente. Solicita que se ordene al recurrido el cese del hostigamiento y persecución en su contra y que se respete la resolución de curso de este amparo mediante su reinstalación inmediata en el antiguo puesto que tenía y con las funciones anteriores. Pide además que se declare con lugar el recurso. 4.- En escrito de folio 72 se apersona la recurrente para indicar que ingresó a laborar a la Caja Costarricense del Seguro Social en noviembre del dos mil realizando sustitución de vacaciones. Posteriormente, en enero del dos mil uno fue recomendada para trabajar en la Dirección recurrida y desde ese momento se le trasladó para ese lugar a trabajar como secretaria. Añade que como la Dirección en ese entonces no tenía plazas, decidieron con el consentimiento del Gerente Médico de la Caja Costarricense del Seguro Social, hacer los contratos por servicios profesionales. Indica que el período de contratación fue de dos años y dos meses que oscilaron entre el ocho de enero del dos mil uno al ocho de julio del dos mil uno, luego el segundo contrato fue hasta el treinta y uno de diciembre del dos mil uno y el tercer contrato se extendió del primero de enero del dos mil dos hasta el treinta y uno de marzo del dos mil dos; tiempo durante el cual no tuvo ningún corte de nombramiento ni de contrato por servicios profesionales. Agrega que el veintiuno de marzo del dos mil dos, con oficio ADNC-065, el Dr. Jorge Keith Aguilar, 66 quien fungía como Subdirector de la Dirección Nacional de Cáncer, le hizo llegar al Dr. Fernando Ferraro Dobles, Gerente Médico de la Caja Costarricense del Seguro Social, la asignación de plazas para esa Dirección por la necesidad que en ese entonces existía; nota que fue recibida el veintidós de marzo del dos mil dos por la Gerencia Médica. Añade que el tres de abril del dos mil dos, el Dr. Danilo Medina Angulo, Dirección de la Dirección Nacional del Cáncer, en nota DNC-076, le solicitó al Director de la Dirección de Recursos Humanos de la Caja, el envío de acciones de personal para las dos secretarias de la Dirección. Indica que el código 020569 es en el que está nombrada desde el primero de abril del dos mil dos hasta la fecha y vence hasta el dos de enero del dos mil cuatro, siendo que en todos esos nombramientos se puede leer en el espacio de explicación que “se prorroga nombramiento interino de acuerdo al oficio #7969 de la Gerencia Médica. El perfil de la plaza es el 20569 corresponde a Técnico de Ciencias Médicas 2 mientras se realiza el cambio de perfil y se prorratea como Secretaria Ejecutiva 3”. Señala que el cambio de perfil que habla la nota de la Gerencia Médica nunca se realizó hasta la fecha de acuerdo a la Normativa de Relaciones Laborales, artículo 66 que dice que ninguna plaza que se encuentre vacante podrá mantenerse en esa situación por más de tres meses y esta plaza tiene un año y seis meses de estar vacante. Agrega que el cinto de mayo del dos mil tres, mediante circular No.16046, se envió la agilización de nombramientos en plazas vacantes. Considera que lo anterior demuestra que la plaza 20569 no corresponde al Laboratorio Nacional de Citología sino a la Dirección Nacional de Cáncer. Indica que el diez de mayo del dos mil dos, mediante oficio No.8669, el Gerente de la División Médica le informó al Lic. Guillermo Abarca que esa Gerencia autorizó el nombramiento con perfil diferente a las plazas de recién creación de citotecnólogos, el cual nunca se realizó sino que se prorratearon las plazas. Señala que en lo que se refiere a la falta de idoneidad que aduce el recurrido para justificar su actuación, cuando entró a laborar con la Caja Costarricense del Seguro Social, la enviaron a realizar los exámenes médicos y los escritos que realiza el Departamento de Reclutación de la Unidad de Gestión de Recursos Humanos, los cuales realizó de acuerdo con las citas que ellos mismos otorgan. Señala que todos los exámenes los hizo en CEDESO a principios del dos mil uno y las entrevistas con el equipo interdisciplinario de selección EIS en el mes de setiembre del dos mil tres, agregando que no entiende como un equipo de trabajo espera casi cuatro años para concluir que una persona no es elegible para estar en el puesto después de obtener las calificaciones de los jefes anteriores con notas superiores a noventa y cuatro. Agrega que cuando la Dirección Nacional de Cáncer cambió de Director, empezó la persecución política hacia su persona pues ella era la secretaria del anterior Director. Señala que a los pocos días del cambio la quitaron de su puesto, le quitaron todas las funciones que realizaba y la enviaron a la recepción en donde lo único que hacía era contestar el teléfono y pasar llamadas. Considera que parece que es su estado de gravidez lo que incomoda y por ello solicita que se declare con lugar el recurso. 5.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada Rodríguez Arroyo ; y, Considerando: I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: a) que según oficio UGRH-842-03 del veinticinco de setiembre del dos mil tres, la Coordinadora de la Unidad de Gestión de Recursos Humanos le comunicó al Director de la Dirección Nacional del Cáncer que la recurrente no obtuvo la elegibilidad en el concurso en el que participó y que por esa razón no puede ser nombrada como secretaria porque no reúne los requisitos para ello (folio 133); b) que mediante oficio ADM-DNC059-02 del tres de octubre del dos mil tres, el Administrador de la Dirección Nacional del Cáncer le comunicó a la recurrente que su nombramiento como secretaria ejecutiva de esa Dirección quedaba suspendido a partir del veinte de octubre del dos mil tres en vista de que no resultó elegible para el puesto de oficinista (folio 135); c) que mediante oficio DNC-527-2003 del seis de octubre del dos mil tres, entregado en esa fecha en la Dirección Nacional de Cáncer, la recurrente le comunicó al Administrador de esa Dirección que tiene un embarazo de dieciocho semanas (folio 10). II.- Objeto del recurso. Alega la recurrente que se están lesionando sus derechos en vista de que el cese de su nombramiento interino como secretaria ejecutiva de la Dirección Nacional del Cáncer fue suspendido a partir del veinte de octubre del dos mil tres bajo el argumento de que no reúne los requisitos necesarios para continuar desempeñándose en esa plaza; sin embargo, considera que las verdaderas razones para la adopción de esa medida se deben a su estado de embarazo que fue debidamente comunicado a su superior. 67 III.- Sobre el fondo. Para resolver este recurso, es conveniente recordar lo resuelto por este Tribunal en relación con el tema. Así, en sentencia número 08974-98 de las diecisiete horas treinta y tres minutos del dieciséis de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, reiterada en sentencia número 2002-11094 de las diez horas cuarenta y un minutos del veintidós de noviembre del dos mil dos, la Sala indicó: "… Lo que prohíbe el Código de Trabajo (en sus artículos 94 y 94 bis) es el despido de la empleada embarazada con motivo de su especial estado, escamoteando la protección que para ella y su niño acarrea la licencia por maternidad. Ello no significa, sin embargo, que el fuero de inamovilidad de la servidora sea inflexible. Se ha admitido, por ejemplo en la sentencia número 780-98 de las quince horas tres minutos del seis de febrero de este año, que en caso de que incurra en falta grave, puede despedírsele, previa observancia del debido proceso. De manera que, si en este caso, las razones que mediaron para cesar su nombramiento no son discriminatorias, sino que están basadas en la designación o regreso del propietario de la plaza a ella, como lo afirma el Ministro de Trabajo en su informe -que se tiene por dado bajo fe de juramento con las consecuencias, incluso penales, previstas en el artículo 44 de la Ley que rige esta Jurisdicción-, no puede tenerse por infringido el principio de igualdad ni el derecho al debido proceso. El recurso, por lo tanto, debe declararse sin lugar…" IV.- De la sentencia transcrita se desprende que el despido de una mujer embarazada sería arbitrario y lesivo de sus derechos en la medida en que exista una relación de causa–efecto entre el embarazo y el motivo del despido. Sin embargo, en el caso concreto, según lo informado bajo juramento por el Administrador de la Dirección Nacional del Cáncer de la Caja Costarricense del Seguro Social, con las consecuencias legales que de ello se derivan y de acuerdo a la prueba documental aportada al expediente, se constata que la recurrente fue nombrada interinamente en un momento de necesidad institucional a pesar de que no había cumplido con el proceso de selección exigido para cualquier nombramiento en la Administración. Posteriormente, se sometió a ese proceso y una vez concluido el mismo se constató que no obtuvo la elegibilidad por lo cual se hizo la comunicación respectiva a fin de que no se le realizara más nombramientos en vista de que no cumplía requisitos para desempeñarse en el puesto de oficinista ni mucho menos en el de secretaria ejecutiva. Esta situación se puso en evidencia mediante oficio del veinticinco de setiembre del dos mil tres y el tres de octubre siguiente, se le hizo la respectiva comunicación a la recurrente, indicándole que su nombramiento como secretaria ejecutiva quedaba suspendido a partir del veinte de octubre del dos mil tres en vista de que no alcanzó la elegibilidad para el puesto de oficinista. Después de esto y hasta el seis de octubre siguiente fue cuando la recurrente puso en conocimiento de su superior, su condición de gravidez. A partir de lo anterior es claro entonces que el cese del nombramiento interino de la recurrente no se dio como consecuencia de su estado de embarazo, sino que obedeció a la circunstancia de no reunir los requisitos necesarios para desempeñarse en el puesto, lo cual ocurrió desde antes de que la recurrente manifestara su estado de embarazo. V.- Debe aclararse a la recurrente que su estado de embarazo o el hecho de haber estado nombrada durante un tiempo determinado en un puesto, no genera un derecho a su favor para continuar nombrada en ese puesto de manera interina o para que se le nombre en propiedad pues ello depende de otras circunstancias y si en el caso concreto, la recurrente no reúne las condiciones de idoneidad necesarias para desempeñarse en el puesto, el cese de su nombramiento por tal razón, no es, en criterio de la Sala, discriminatorio, arbitrario, intempestivo o violatorio de sus derechos fundamentales. Por lo expuesto, lo procedente es desestimar el presente recurso como en efecto se hace. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Teresita Rodríguez A. 68 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 14572-05 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Andrea Hernández vs Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública. La recurrente es profesora de inglés de forma interina. Manifiesta que no le prorrogaron su nombramiento por estar embarazada. En su lugar, nombraron a otra persona en el puesto. Cuando deba acogerse al período prenatal no se le cancelará el salario porque no tendría nombramiento vigente. La Directora de Personal aduce que para el presente curso lectivo no se le prorrogó el nombramiento a la amparada en la plaza que ocupaba por cuanto en la misma plaza fue nombrada en propiedad la Sra. Coto de acuerdo al concurso docente realizado. Señala que no se le giró el salario porque no consta que se le hubiera tramitado otro nombramiento interino. Aduce que el pago de la licencia por maternidad debe resolverse en el Área de Servicios Especializados de la División Jurídica de ese Ministerio. El artículo 74 de la Constitución Política que desarrolla normas que están inspiradas en derechos humanos sociales. El Código de Trabajo que fue dictado como ejecución de esas reglas, según lo dispone su artículo 1. En especial, el Capítulo 7 del citado Código que se refiere al trabajo de las mujeres y menores de edad. Estas normas del Código son de orden público y de relevancia constitucional. Por ello, toda interpretación debe brindarse a favor de la mujer y sobre todo aquella que espera un hijo La recurrente fue nombrada para el período lectivo del 2004 e inició su período de gestación ese año, hecho que conoce el patrono. El nombramiento en propiedad de otra persona en el mismo cargo producto de un concurso de personal debía de respetar esa condición de gravidez y ajustar la fecha de vigencia de ese nuevo nombramiento a partir del momento en que la Sra. Hernández hubiera cumplido la licencia de maternidad o en su defecto haberla nombrado en otra plaza para proteger su derecho derivado de la maternidad. La Sala no cuestiona la potestad del patrono de sacar a concurso las plazas pero esa potestad que debe ser ejercida con respeto de los derechos de la mujer que espera un hijo. Se declara con lugar recurso. Se ordena a la Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública realizar los trámites necesarios para garantizarle a la recurrente de manera puntual y oportuna el pago que le corresponda por la licencia de maternidad independientemente de la partida presupuestaria de la que se tomen los fondos. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 14572 Año : 2005 05-002606-0007-CO Sala Constitucional 25/10/2005 12:57:00 PM De Fondo Rodríguez Arroyo Teresita Recurso de amparo 69 Exp: 05-002606-0007-CO Res. Nº 2005-014572 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las doce horas y cincuenta y siete minutos del veintiuno de Octubre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por Andrea Abea Hernández, mayor, casada, portadora de la cédula de identidad número 1-1079-201, contra la Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas treinta minutos del cuatro de marzo del dos mil cinco, la recurrente interpone recurso de amparo contra la Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública y manifiesta que desde mil novecientos noventa y nueve ha laborado de manera interina para el Ministerio de Educación Pública como profesora de inglés. Que en el año de dos mil cuatro laboró como profesora de inglés en la Escuela San Vicente de La Unión y que para el presente curso lectivo debían prorrogarle el nombramiento. Que sin embargo, no la nombraron por estar embarazada, y en su lugar nombraron de manera interina a Wendy Vanesa Brenes Mora. Que a partir del veintiocho de marzo del dos mil cinco se debe acoger al período prenatal, pero no se le cancelará el salario porque ya no tendría nombramiento vigente. Estima que con esta decisión del Ministerio de Educación se violenta su derecho a la estabilidad laboral, así como el derecho a la lactancia y el derecho a la maternidad que se garantiza a toda trabajadora, en clara infracción de los artículos 51 y 56 de la Constitución Política. 2.- Informa bajo juramento María Julia Picado Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública, (folio 29), que efectivamente a la recurrente se le tramitó nombramiento interino como Profesora de Idioma Extranjero, especialidad Inglés desde mil novecientos noventa y nueve. Alega que mediante acción de personal número 1343749 a la petente se le tramitó prórroga de nombramiento interino como profesora de idioma extranjero, en la Escuela de San Vicente de la Dirección Regional Educación de Cartago, con vigencia del 1º de febrero del dos mil cuatro y al treinta y uno de enero del dos mil cinco. Aduce que para el presente curso lectivo no se le prorrogó el nombramiento a la amparada en la plaza que ocupaba por cuanto en la misma plaza fue nombrada en propiedad la señora Nidia Coto Segura, de acuerdo al concurso docente realizado en julio del 2004. Señala que ciertamente no se le giró el salario porque no consta que se le hubiera tramitado otro nombramiento interino. No obstante lo concerniente al pago de la licencia por maternidad debe resolverse en el Área de Servicios Especializados de la División Jurídica de ese ministerio. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada Rodríguez Arroyo ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso.- Acusa la recurrente que desde mil novecientos noventa y nueve ha venido laborando de manera interina para el Ministerio de Educación Pública como profesora de inglés. Que sin embargo no le prorrogaron su nombramiento por estar embarazada y a partir del veintiocho de marzo del dos mil cinco se debe acoger al período prenatal, pero no se le cancelará el salario porque terminaría su relación laboral con el Ministerio. II.- Cuestión previa.- La recurrente menciona en el memorial inicial que la persona que se nombró en su lugar es Wendy Vanesa Brenes Mora. Por esa razón es que se le notificó a ella la resolución que admitió este recurso de amparo con el fin de permitir su defensa, tal y como lo ordena el artículo 34 de la Ley de la Jurisdicción que ordena tener como parte también a la persona que derive derechos subjetivos del acto que cause el recurso de amparo. Sin embargo en el informe rendido por la Directora General de Personal se dice que el nombre de la funcionaria que sustituye a la amparada es Nidia Coto Segura. No obstante lo anterior y que a esta funcionaria no le fue notificado la resolución de curso, la Sala considera que puede resolver el recurso, pues como ella no pierde el puesto por la solución brindada al caso, entonces no sufre un daño con la decisión. 70 III.- Sobre el fondo. El artículo 74 de la Constitución Política, desarrolla normas que están inspiradas en derechos humanos sociales. El Código de Trabajo fue dictado como ejecución de esas reglas, según lo dispone su artículo 1: (cita) Además, el Capítulo 7 se refiere al trabajo de las mujeres y menores de edad. Estas normas del Código son de orden público y de relevancia constitucional. Por ello, toda interpretación debe brindarse a favor de la mujer y sobre todo aquella que espera un hijo. IV.- Caso concreto.- Como en el caso concreto, la recurrente fue nombrada para el período lectivo del 2004 e inició su período de gestación ese año, hecho que conoce el patrono, el nombramiento en propiedad de otra persona en el mismo cargo producto de un concurso de personal debía de respetar esa condición de gravidez y ajustar la fecha de vigencia de ese nuevo nombramiento a partir del momento en que la señora Abea Hernández hubiera cumplido la licencia de maternidad o en su defecto haberla nombrado en otra plaza para proteger su derecho derivado de la maternidad. La Sala no cuestiona la potestad del patrono de sacar a concurso las plazas pero esa potestad que debe ser ejercida con respeto de los derechos de la mujer que espera un hijo. V.- En consecuencia, se ordena a la Directora General realizar los trámites necesarios para garantizarle a la recurrente de manera puntual y oportuna el pago que le corresponda por la licencia de maternidad independientemente de la partida presupuestaria de la que se tomen los fondos Por tanto: Se declara CON LUGAR el recurso. Se ordena a la María Julia Picado Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública realizar los trámites necesarios para garantizarle a la recurrente de manera puntual y oportuna el pago que le corresponda por la licencia de maternidad independientemente de la partida presupuestaria de la que se tomen los fondos. Se le advierte a María Julia Picado Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública, o a quien ocupe el cargo, que de no acatar la orden dicha, incurrirá en el delito de desobediencia y, que de conformidad con el artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se le impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese la presente resolución a María Julia Picado Blanco, en su calidad de Directora General de Personal del Ministerio de Educación Pública o a quien ocupe su cargo, en forma personal. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C José Luis Molina Q. Teresita Rodríguez A. Rosa María Abdelnour G. 71 Discriminación por Religión Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03018 – 03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Félix Fernández, a favor de su hijo, el menor Félix Fernández vs Colegio Ingeniero Alejandro Quesada Ramírez. El recurrente acude a la Sala alegando que en el Colegio Ing. Alejandro Quesada R., de Concepción de La Unión de Tres Ríos, hay persecución contra su hijo Félix Andrés Fernández Arroyo, ya que es Testigo de Jehová. Alega que como el niño se niega, en razón de su fe, a cantar el Himno Nacional, lo discriminan, rebajándole puntos en la nota de conducta por faltas que según las autoridades son graves, mientras en el caso de otros menores se reputan leves. Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 75 de la Constitución Política En sentencia 3173-93, la Sala desarrolló así el concepto de libertad religiosa: “La libertad religiosa, en primer lugar se refiere al plano individual, es decir, la libertad de conciencia, que consiste en la posibilidad de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa contraria a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia.” La decisión de las autoridades del colegio recurrido no permiten al menor acomodar su conducta a sus creencias, por lo que se lesiona su derecho a la libertad religiosa, consagrado en el artículo 75 citado. Es cierto que el derecho a la adecuación de la conducta a las convicciones propias no puede ser ilimitado, ya que esa conducta no debe dañar la moral, ni el orden públicos, ni a terceros. Sin embargo, en este caso no se está ante ninguno de esos supuestos. No cantar el Himno Nacional no atenta contra la moral ni el orden públicos ni daña a ningún tercero. El deber de cantar el Himno Nacional está supeditado a derechos humanos superiores como la libertad de pensamiento y la libertad religiosa Se declara con lugar el recurso. Se anulan las sanciones impuestas por el Colegio Ing. Alejandro Quesada Ramírez al estudiante Félix Fernández por abstenerse de cantar el Himno Nacional. Se le ordena al Director del colegio citado, que corrija las calificaciones que fueron rebajadas en razón de las sanciones anuladas y las entregue al estudiante. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: 03018 2003 02-010155-0007-CO Sala Constitucional 22/04/2003 2:48:00 PM De Fondo 72 Redactor: Clase de asunto: Arguedas Ramírez Carlos Manuel Recurso de amparo Exp: 02-010155-0007-CO Res: 2003-03018 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con cuarenta y ocho minutos del veintidós de abril del dos mil tres.Recurso de amparo interpuesto por Félix Fernández Arias, cédula 1-554-701, a favor de su hijo, el menor Félix Andrés Fernández Arroyo, contra el Colegio Ingeniero Alejandro Quesada Ramírez. Resultando: 1.- El 2 de diciembre del 2002, a las 12:35 horas, se interpuso este amparo. El recurrente alega que el colegio recurrido inició, a partir del mes de abril del año dos mil dos, una persecución contra el niño Félix Andrés Fernández Arroyo, por ser "Testigo de Jehová". Esa persecución —dice— le ha causado un daño psicológico y emocional al amparado, ya que por cualquier situación normal en donde a otro menor no se le castiga al él sí; de esta forma es como le rebajan puntuación y le envían notas donde se hace la indicación que las actuaciones del menor son faltas graves y que bajan puntos. Dentro de esta actuaciones —alega— se encuentran el hecho de que el menor no canta el himno nacional o no hace el saludo a la bandera. El recurrente argumenta que ello no constituye un acto de irrespeto, sino un acto que obedece a las creencias y enseñanza religiosa del menor, mediante las cuales se le ha inculcado que ese tipo de actuaciones constituyen actos de adoración que son contrarios a dicha religión. Dice que él nunca ha tenido comunicación alguna con la profesora guía del menor amparado, ni con el Director del Colegio, por cuanto éstos siempre responden con evasivas. Agrega que ha acudido al Ministerio de Educación Pública, ante el cual ha tramitando el agotamiento de vía; no obstante, tampoco se le ha dado una solución a la problemática planteada. El recurrente considera lesionado en perjuicio del amparado sus derechos a la enseñanza y libertad religiosa. Solicita que se declare el derecho de su hijo a no cantar el Himno Nacional; que se declare que, en virtud de ese derecho, no se produzcan sanciones contra su hijo, la más grave de las cuales es la mala nota de conducta. Pide además que le permitan ver las calificaciones de su hijo y que se le expliqué la razón de la persecución. Finalmente, solicita que se condene al recurrido al pago de las costas, daños y perjuicios (folio 1). 2.- El 3 de diciembre del 2002, a las 10:22 horas, la Presidencia de la Sala da curso al amparo, concede tres días al Director del Colegio Ingeniero Alejandro Quesada Ramírez y al Ministro de Educación Pública para que rindan un informe y le ordena al Director del colegio recurrido realizar las gestiones pertinentes para que el presunto incumplimiento del amparado, respecto de los deberes que señala el recurrente, no provoque eventualmente ningún tipo de sanción en contra del menor, que puedan impedir el normal desarrollo de sus actividades dentro de ese centro educativo, hasta tanto la Sala no resuelva en sentencia el recurso o no disponga otra cosa (folio 31). 3.- El 16 de diciembre del 2002, a las 16:01 horas, José Fernando Arce Arce, Director del Colegio Ing. Alejandro Quesada Ramírez, de Concepción de la Unión de Cartago, rinde el informe. Alega que nunca ha habido ninguna persecución contra el menor. Acepta que al amparado se le han rebajado puntos por no cantar el Himno Nacional, según lo dispone el artículo 32 del Reglamento Interno Estudiantil (folio 43). Sin embargo, no se trata de faltas graves, sino de faltas leves o muy leves, de conformidad con los artículo 79 y 80 del Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes. Alega además que los padres del menor nunca solicitaron al colegio que se eximiera al menor de cantar el himno. Solicita que se declare sin lugar el recurso (folio 43). 4.- El 19 de diciembre del 2002, a las 12:35 horas, el recurrente presenta nuevas pruebas (folio 64). 5.- El 20 de diciembre del 2002, a las 15:00 horas, Astrid Fischel Volio, Ministra de Educación Pública, rinde el informe. Dice que no le constan los hechos que aduce el recurrente, excepto la presentación de un recurso administrativo ante su despacho. Dice que éste se presentó el 2 de diciembre del 2002 y que aunque no se ha 73 resuelto, del plazo que otorga el artículo 261 de la Ley General de la Administración Pública no ha vencido. Solicita que se le absuelva de toda responsabilidad (folio 100). 6.- El 20 de diciembre del 2002, a las 21:42 horas, el recurrente se refiere al informe del Director del Colegio, refutando sus alegatos (folio 109). 7.- El 7 de febrero del 2003, Hayda Arroyo Jiménez, madre del menor amparado, solicita a la Sala que resuelva este asunto, porque los funcionarios del colegio han arreciado la persecución (folio 112). Redacta el magistrado Arguedas Ramírez ; y, Considerando: I.- El recurrente acude a la Sala alegando que en el Colegio Ing. Alejandro Quesada R., de Concepción de La Unión de Tres Ríos, hay persecución contra su hijo Félix Andrés Fernández Arroyo, ya que es Testigo de Jehová. Alega que como el niño se niega, en razón de su fe, a cantar el Himno Nacional, lo discriminan, rebajándole puntos en la nota de conducta por faltas que según las autoridades son graves, mientras en el caso de otros menores se reputan leves. II.- Este recurso plantea el problema de si un estudiante está obligado a cantar el Himno Nacional y a saludar el Pabellón Nacional a pesar de que su religión le prescribe lo contrario. III.- El Director del Colegio Ing. Alejandro Quesada R. Acepta que al menor amparado, que es alumno de sétimo año, se le rebajaron puntos en conducta por negarse a cantar el Himno Nacional. Así lo dice en su informe a folio 45. Poco importa en esta sede si se trata de faltas leves o graves, puesto que si cada vez que se niegue a cantarlo se le rebajan puntos, el resultado será perjudicial para la nota. El problema es si rebajar puntos es legítimo. El Director alega que sí. El artículo 32 del Reglamento Interno Estudiantil, en el cual se fundamenta el Director, dice textualmente: “Es obligatorio cantar con fervor y con actitud respetuosa el Himno Nacional y el de la Institución, el del cantón y el de las efemérides respectivas, cuando se convoque a acto cívico, cultural y social. Su incumplimiento se considerará falta leve.” IV.- A pesar del argumento del Director, la Sala considera que el recurso debe declararse con lugar. En sentencia No.3173-93, la Sala desarrolló así el concepto de libertad religiosa. “La libertad religiosa encierra, en su concepto genérico, un haz complejo de facultades. En este sentido, en primer lugar se refiere al plano individual, es decir, la libertad de conciencia, que debe ser considerado como un derecho público subjetivo individual, esgrimido frente al Estado, para exigirle abstención y protección de ataques de otras personas o entidades. Consiste en la posibilidad, jurídicamente garantizada, de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa contraria a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia. Además la integran la libertad de proselitismo o propaganda, la libertad de congregación o fundación, la libertad de enseñanza, el derecho de reunión y asociación y los derechos de las comunidades religiosas, etc.” La decisión de las autoridades del colegio recurrido no permiten al menor acomodar su conducta a sus creencias, por lo que se lesiona su derecho a la libertad religiosa, consagrado en el artículo 75 citado. V.- Es cierto que el derecho a la adecuación de la conducta a las convicciones propias no puede ser ilimitado, ya que esa conducta no debe dañar la moral, ni el orden públicos, ni a terceros. Sin embargo, en este caso no se está ante ninguno de esos supuestos. No cantar el Himno Nacional no atenta contra la moral ni el orden públicos ni daña a ningún tercero. El texto del artículo 32 del Reglamento Interno Estudiantil debe adecuarse a la Constitución Política, que está muy por encima de él. El deber de cantar el Himno Nacional está supeditado a derechos humanos superiores como la libertad de pensamiento y la libertad religiosa. 74 VI.- El Director alega también que los padres nunca solicitaron al colegio que eximieran al niño de cantar el Himno Nacional. El argumento no es de recibo, puesto que consta en los informes de calificaciones, a folios 68 a 70, que el estudiante no recibía el curso de religión. Está claro que el colegio conocía el credo religioso del amparado. Si el director esperaba una solicitud formal, estaba equivocado. El ejercicio de un derecho fundamental no puede estar supeditado a una formalidad. El más interesado en este asunto, precisamente el titular del derecho, el menor, ya había manifestado al colegio su decisión. VII.- Finalmente, el recurrente alegó que el Ministerio de Educación Pública no había resuelto un recurso administrativo presentado. Sobre este punto el recurso es prematuro, ya que la gestión administrativa se presentó el 2 de diciembre del 2002, como dice la Ministra, bajo juramento, a folio 101, el mismo día en que se presentó este amparo. VIII.- El Magistrado Solano salva el voto y declara sin lugar el recurso porque la Administración no supo de la situación del amparado. IX.- El Magistrado Vargas pone nota. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se anulan las sanciones impuestas por el Colegio Ing. Alejandro Quesada Ramírez al estudiante Félix Andrés Fernández Arroyo, por abstenerse de cantar el Himno Nacional. Se le ordena a José Fernando Arce Arce, o a quien ocupe el cargo de Director del colegio citado, que en el término improrrogable de tres días, contado a partir de la notificación de esta resolución, corrija las calificaciones que fueron rebajadas en razón de las sanciones anuladas y las entregue al estudiante. Se le advierte a José Fernando Arce Arce, o a quien ocupe el cargo, que de no acatar la orden dicha, incurrirá en el delito de desobediencia y, que de conformidad con el artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se le impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese de manera personal la presente resolución a José Fernando Arce Arce o a quien ocupe el cargo de Director del Colegio Ing. Alejandro Quesada Ramírez. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. José Luis Molina Q. José Miguel Alfaro R. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 8763-04 Partes Caso Hamilton Jasper vs artículos 23 y 24 del Código de Familia El Sr. Jasper, en su condición de Ministro Evangélico, interpuso ante la Oficialía Mayor del Registro Civil una solicitud para que se le entregue un talonario sobre certificaciones de declaraciones matrimoniales, a efecto de celebrar matrimonios que tengan efectos civiles. La Dirección General del Registro Civil le notificó que no era posible conceder lo solicitado, pues de conformidad con el artículo 24 del Código de Familia y el artículo 23, se le dio 75 Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión solamente a la Iglesia Católica esa posibilidad. Artículo 33 de la Constitución Política. Artículo 23 del Código de Familia.- El matrimonio que celebre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana con sujeción a las disposiciones de este Código, surtirá efectos civiles. (...) Artículo 24 del Código de Familia.- El matrimonio se celebrará ante la autoridad de la jurisdicción en donde haya residido durante los últimos tres meses cualquiera de los contrayentes. (...) Los notarios públicos están autorizados para celebrar matrimonios en todo el país. (...) Los funcionarios judiciales o administrativos no podrán cobrar honorarios por los matrimonios que celebren (...) Según jurisprudencia de esta misma sala (sentencia 3173-93), la libertad religiosa implica la libertad de conciencia (posibilidad de ajustar el sujeto su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción) y la libertad de culto (derecho a practicar externamente la creencia hecha propia). Ni el artículo 23 ni el 24, implican limitación alguna a la libertad de conciencia. La ausencia de efectos civiles del matrimonio no católico no es una limitación para actuar de conformidad con sus propias convicciones religiosas, porque esos efectos jurídicos, no son los que legitiman el respectivo matrimonio como acto religioso. Tampoco se afecta la libertad de culto, pues no se restringe ni afecta que las denominaciones religiosas distintas a la católica puedan celebrar matrimonios dentro de sus propios ritos religiosos. No se viola el artículo 52 de la Constitución Política que establece que el matrimonio es la base esencial de la familia. El artículo impugnado no constituye un impedimento para que, quienes no son católicos acudan ante alguna de las autoridades para darle efectos civiles a esa unión. Además, el Estado no está obligado a confiar la función de auxiliar administrativo del Estado con fe pública en todos los grupos o personas con excusa del principio de igualdad. No es un derecho fundamental el ser auxiliares administrativos del Estado. Es un hecho notorio que la estructura de la Iglesia Católica se extendió desde muy temprano por todo el territorio nacional, lo cual evidentemente es un factor que facilita el cumplimiento de las funciones auxiliares encomendadas, es ese un aspecto objetivo de servicio y cobertura que el legislador puede válidamente tomar en cuenta a la hora de seleccionar en quién confía esa función auxiliar. Bien puede el legislador quitar esa facultad a los ministros de la religión católica, que con ello no se infringe norma alguna de carácter constitucional, o reconocer a otras denominaciones religiosas para que realicen igual actividad pública. Por último, las parejas que contraen matrimonio en otras expresiones religiosas distintas a la Católica, no son obligados a incurrir en gastos económicos adicionales, pues el Estado ha establecido que pueda celebrarse el matrimonio civil en forma gratuita y que incluso, no es necesario tener un matrimonio civil para poder fundar una familia, procrear, dar apellido a los hijos y tener un régimen patrimonial entre la pareja como es permitido desde las sentencias números 7515-94 y 1151-94 de esta Sala. Se declara sin lugar la acción. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : 08763 2004 76 Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 01-000171-0007-CO Sala Constitucional 13/08/2004 12:15:00 PM De Fondo Mora Mora Luis Paulino Acción de inconstitucionalidad Exp: 01-000171-0007-CO Res: 2004-08763 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las doce horas con quince minutos del trece de agosto del dos mil cuatro. Acción de inconstitucionalidad promovida por JORGE FISCHER ARAGON, mayor casado, cédula de identidad número uno-trescientos cuarenta y seis-doscientos cuarenta y ocho, en su condición de representante legal de HAMILTON JASPER MC DONALD, casado, con cédula número siete-cero sesenta y cinco-cuatrocientos cincuenta, contra los artículos 23 y 24 del Código de Familia. Intervinieron también en el proceso Ana Isabel Fernández Alvarado, Directora General del Registro Civil, y Román Solís Zelaya, en representación de la Procuraduría General de la República. En calidad de coadyuvantes activos participan Sergio Alejandro López Palma, Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana; Mauricio Quesada Solano, Presidente de la Asociación Caminantes del Nuevo Pacto; Carlos Antonio Flores Rodríguez, Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo; Sonia María Soto Ocaña; Jonás González Rodríguez; Alvaro Cabezas Villalobos; y Eugenio Vallejo Cedeño, Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del Sétimo Día. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala el ocho de enero del dos mil uno (folios 1 a 25), el accionante solicita que se declare la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia, por considerarlos violatorios de los artículos 28, 33, 52 y 75 de la Constitución Política, 12, 16.1 y 17.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y II, III y VI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en tanto le confiere únicamente a los matrimonios celebrados por sacerdotes católicos, efectos civiles, con exclusión de los realizados por otras denominaciones religiosas. Manifiesta que el veinticinco de mayo de mil novecientos noventa y ocho Hamilton Jasper Mac Donald, en su condición de Ministro Evangélico, interpuso ante la Oficialía Mayor del Registro Civil una solicitud de que se le entregue un talonario sobre certificaciones de declaraciones matrimoniales, a efecto de celebrar matrimonios que tengan efectos civiles. El cuatro de agosto del dos mil uno la Dirección General del Registro Civil le notificó que no era posible conceder lo solicitado, pues de conformidad con el artículo 24 del Código de Familia y el artículo 23, se le dio solamente a la Iglesia Católica esa posibilidad. En contra de lo resuelto interpuso los recursos de revocatoria y apelación en subsidio, pero no han sido resueltos. Consecuentemente, interpuso un recurso de amparo en contra de la Dirección General del Registro civil, que se tramita ante la Sala Constitucional en el expediente número 01-000038-0007-CO. Sobre la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia el accionante argumenta que ambos artículos del Código de Familia son contrarios a lo establecido en los numerales 75 y 52 de la Constitución Política, 16.1 y 17.2 de la Convención sobre Derechos Humanos, por cuanto el texto constitucional es claro en aceptar el libre ejercicio en la República de otros cultos, diferentes a la Religión Católica, Apostólica y Romana. Con base en la libertad de conciencia, todo habitante de Costa Rica que desee contraer matrimonio, y que cumpla con los requisitos que establece el Código, tiene el derecho fundamental de hacerlo, pues el matrimonio es contemporáneo de la creación del hombre y de la mujer como institución creada desde el huerto del Edén por Dios. En ese sentido, es una institución eminentemente espiritual, religiosa, por consiguiente, tanto el hombre como la mujer, tienen el derecho de acomodar su forma de vida al matrimonio y fundar su familia. Lo anterior implica, que las personas tengan el derecho fundamental a contraer matrimonio, lo cual el Estado no puede, ni debe obstaculizar. Este artículo obliga a quienes quieren contraer matrimonio y no son de la confesión católica, a acudir ante un “Juez Civil”, o ante “Notario público”, para poder contraer matrimonio, impidiendo u obstaculizando ese derecho de contraer matrimonio ante el Ministro, Pastor, Sacerdote, etc, conforme lo que prescribe su propia convicción con relación a su religión. Se vulnera así la 77 libertad religiosa, que representa la libertad de conciencia, así como también el derecho fundamental de las personas que no son católicas, a contraer matrimonio. Por otro lado, refiere que la posibilidad de que los católicos sí puedan comparecer ante su sacerdote para contraer matrimonio, violenta el principio de igualdad. Estima que además se vulnera con tal restricción el artículo 28 y el artículo 45 de la Constitución Política, y el principio de razonabilidad. 2.- La certificación literal del libelo en que se invoca la inconstitucionalidad consta a folios 9 y 13 del expediente judicial número 01-000038-0007-CO, que corresponde a un recurso de amparo tramitado ante la Sala Constitucional. 3.- Por resolución de las diez horas y cincuenta y ocho minutos del veintiuno de febrero del dos mil uno (visible a folio 115 del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República y a la Directora General del Registro Civil. 4.- Por escrito presentado el siete de marzo del dos mil uno, Alberto Cabezas Villalobos solicita que se le tenga como coadyuvante activo, toda vez que estima que el privilegio otorgado a la Iglesia Católica es inconstitucional (folio 123). 5.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folios 154 a 178. Señala que en cuanto a la legitimación del accionante, el asunto pendiente de resolver de esta acción es el recurso de amparo que se tramita bajo expediente número 01-000038-0007-CO, al cual esta Sala le dio curso medio auto de las once horas cincuenta minutos del ocho de enero del dos mil uno. El amparo fue interpuesto por el aquí accionante con el propósito expreso de constituir un asunto pendiente de resolver como proceso base para interponer la acción, y así satisfacer la exigencia del artículo 75, párrafo primero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. El amparo tiene como objeto el acto administrativo contenido en el oficio número 452-00-D.G. de veinticuatro de julio del dos mil, dictado por la Dirección General del Registro Civil, mediante el cual le fue denegada la solicitud formulada por el accionante, en el sentido de que le fueran entregados los formularios de certificados de declaración de matrimonio que en el Registro Civil se da a quienes, de conformidad con la legislación nacional, son competentes para celebrar matrimonios. El fundamento básico de la denegatoria que motivó el amparo es lo que establece el artículo 23 y el artículo 24 del Código de Familia, en tanto el solicitante no es uno de los funcionarios administrativos o judiciales a que hace referencia el 24, y no es sacerdote de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, de conformidad con lo que establece el 23. Sin embargo, el problema reside en lo que establece el artículo 23, no en lo que señala el 24, ambos del Código de Familia. Es el primero de donde se deriva que sólo el matrimonio celebrado por los sacerdotes pertenecientes a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, tiene efectos civiles en el tanto se sujete a lo que señala el numeral 24 y siguientes del capítulo IV del Código de Familia, en lo que a su celebración y posterior tramitación se refiere. El artículo 24, no establece ninguna distinción en relación a los representantes (ministros, sacerdotes, pastores, rabinos, etc.) de las distintas iglesias, por lo que, en sí mismo, no quebranta ninguno de los principios constitucionales y derechos fundamentales mencionados por el accionante. Así las cosas, tal y como fue planteado el amparo que sirve de base a esta acción (y tal u como está planteada la acción, según su objeto) la legitimidad del acto administrativo impugnado en el amparo depende de la legitimidad constitucional del artículo 23 del Código de Familia. Esto es importante en orden a establecer si, el aquí accionante, satisface plenamente todas las exigencias de legitimación procesal para interponer esta acción, particularmente aquella que pide que la acción sea medio razonable para amparar el derecho que se estima lesionado. La razonabilidad del medio (la invocación de la inconstitucionalidad) implica que el resultado de la acción debe servir a la tutela del derecho o derecho supuestamente lesionados. Tal y como se ha explicado, la tutela de los derechos que se estiman lesionados depende de cómo se resuelva el problema relativo a la legitimidad constitucional del artículo 23 del Código de Familia. Ahora bien, frente a lo que dispone el texto de dicho numeral, sólo hay dos posibles soluciones: o el artículo se anula por inconstitucional o se mantiene tal y como está y sólo los sacerdotes de la Iglesia Católica tendrían – como sucede actualmente- la potestad de celebrar matrimonios con efectos civiles. Como resulta obvio, en ninguno de los dos casos el accionante ve mejorada su situación, porque en ambos casos queda sin la posibilidad de celebrar matrimonios, en su condición de pastor evangélico. Para ello esta Sala tendría que resolver esta acción de manera tal, que los representantes de toda otra denominación religiosa puedan hacerlo. Es decir, ampliando los efectos civiles que el artículo 23 del Código de Familia otorga a los matrimonios celebrados por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana a los celebrados por cualquier otra organización religiosa. Para lograr lo anterior, sólo hay dos 78 caminos. O se anula parte del texto del artículo 23 citado de manera tal que, eliminada aquella parte que hace referencia a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y queda clara la redacción del texto, en el sentido de que el matrimonio celebrado por cualquier organización religiosa que se realice con sujeción al Código tiene efectos civiles. O, sin modificar el texto, se interprete el artículo 23 de manera tal que se entienda que no solo los matrimonios católicos tienen efectos civiles, lo cual implicaría recurrir a la aplicación de lo que, en doctrina, se conoce como el principio de interpretación conforme, y producir una sentencia de las llamadas interpretativas. Esta Procuraduría, en su condición de Órgano Asesor, considera que ninguno de estos dos caminos es viable. En lo que interesa, el artículo 23 del Código de Familia establece que “El matrimonio que celebre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana con sujeción a las disposiciones de este Código, surtirá efectos civiles”. Una anulación parcial implicaría eliminar, por lo menos las palabras Católica, Apostólica y Romana. Pero en este caso, el texto perdería sentido porque su redacción no estaría indicando que todo matrimonio religioso, de cualquier Iglesia, tiene efectos civiles, sino que lo tiene aquel que realice la Iglesia a secas, lo cual implica que la redacción pierde sentido y se vuelve ambigua, gramaticalmente deficiente. La otra posibilidad, tal y como se ha dicho, consiste en la aplicación del principio de interpretación conforme. En este sentido, lo primero a señalar es que, al hablar de la interpretación conforme, se hace referencia a la interpretación del ordenamiento subconstitucional de conformidad con la Constitución. El fundamento de la aplicación de dicho principio es el propio del control de constitucionalidad. Una norma subconstitucional no puede mantener su validez si es incompatible con la Constitución, o por lo menos, si su acepción es incompatible. De allí que el órgano que ejerce el control pueda atribuir un sentido, es decir, interpretar la norma de forma tal que sea compatible. Por ello, la aplicación del principio de interpretación conforme tiene ciertas reglas, elaboradas por la doctrina en atención a que un Tribunal Constitucional no ejerza potestades que constitucionalmente no le corresponden. En primer lugar, la interpretación conforme no puede ir en contra del texto y su sentido, sobretodo porque la aplicación del principio no supone, necesariamente, su ambigüedad o imprecisión. Esto implica, sobre todo, que la interpretación conforme no puede ir contra la finalidad legislativa, no puede modificar el fin querido por el legislador. Si respetarlo no es posible, entonces, la interpretación conforme no procede y la norma debe ser anulada total o parcialmente, si es incompatible con la Constitución. En segundo lugar, la otra cara de la moneda consiste en que la interpretación conforme procede –más aún debe utilizarse- como alternativa a la anulación, total o parcial, de la norma. Esto es, que si una norma puede ser interpretada de conformidad con la Constitución, el órgano que ejerce el control debe hacerlo así antes de proceder su anulación. En el presente caso, el fin legislativo es claro: otorgar efectos civiles al matrimonio celebrado por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. No hay ambigüedad en el texto y su sentido es preciso. Interpretar la norma en un sentido que incluya a otras organizaciones religiosas por considerar que viola principios constitucionales y derechos fundamentales, implicaría ir en contra del sentido expreso del texto y, consecuentemente, del fin legislativo. Por lo tanto, en la hipótesis de que tales violaciones ocurran, sólo es posible la anulación total de la norma, ya que la anulación parcial tampoco es viable, según lo visto. Así las cosas, de estimarse la presente acción el artículo 23 del Código de Familia debe ser anulado. Pero, con ello, el accionante no vería tutelados los derechos fundamentales que, en tanto derechos subjetivos, considera lesionados. Sin prejuzgar sobre el fundamento de las alegaciones hechas por el accionante, es claro que no lo vería en relación con la libertad de culto y de asociación con fines religiosos, porque él, en cuanto pastor evangélico, no podría celebrar matrimonios religiosos con efectos civiles. En el caso del principio de igualdad, si bien la eventual anulación del numeral 23 del Código de Familia implicaría que todas las organizaciones religiosas –y sus ministros- quedan en una misma condición en cuanto a los efectos jurídicos que generan los matrimonios que celebran, lo cierto es que la situación del accionante no se ve afectada en un sentido positivo. Es decir, que la igualdad lograda no satisface su pretensión de poder celebrar matrimonios religiosos con efectos civiles, como lo hacen actualmente los sacerdotes católicos. El efecto práctico de una sentencia estimatoria no sería que el accionante acceda a un plano de igualdad con respecto a los sacerdotes católicos, sino que estos pierdan un beneficio y se ubiquen a un mismo plano con respecto al accionante, con lo cual este no habría ganado nada. En cuanto al derecho a contraer matrimonio y fundar una familia, debe tenerse presente que el accionante presentó esta acción e interpuso el amparo que le sirve de base en tanto pastor evangélico, no en cuanto simple miembro de esa Iglesia. En el amparo se discute si el Registro Civil debe o no darle el formulario que solicita para poder celebrar matrimonios que tengan efectos civiles. El problema de constitucionalidad planteado alrededor de los artículos 23 y 24 del Código de Familia, es relevante para resolver el recurso de amparo en tanto de su legitimidad constitucional depende que el accionante pueda o no celebrar matrimonios, no contraerlo ni fundar una familia. Desde este punto de vista, la inconstitucionalidad invocada con fundamento a contraer matrimonio y fundar una familia, tampoco es medio razonable. En consecuencia, es claro que en el caso bajo examen la inconstitucionalidad invocada no es un 79 medio razonable para amparar el derecho o interés que se considera lesionado. Por ello, en opinión de este Órgano Asesor que, de conformidad con lo que establece el artículo 75, párrafo primero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, el accionante carece de legitimación activa, motivo por el cual esta acción debe ser rechazada por inadmisible. En cuanto al fondo, este Órgano Asesor considera que, confrontado el texto de los artículos 23 y 24 del Código de Familia, sobre todo del primero, con el contenido de la libertad religiosa como derecho fundamental, las normas impugnadas no lo violentan, ni quebrantan. Por su parte, el principio constitucional de que el matrimonio es la base esencial de la familia, no sufre menoscabo por lo que establecen los artículos 23 y 24 del Código de Familia. No hay nada en el artículo 24 del Código de Familia que implique una limitación al ejercicio del derecho fundamental a contraer matrimonio. Este artículo simplemente señala cuáles son las autoridades ante las que se puede celebrar válidamente un matrimonio, y los deberes que estos tienen en relación con la inscripción del mismo ante el Registro Civil. En lo que al numeral 23 de ese mismo Código se refiere, tampoco hay limitación alguna que impida, a quienes tienen capacidad jurídica para ello, contraer matrimonio. El hecho diferencial entre ministros y representantes de las distintas denominaciones u organizaciones religiosas es, por lo tanto, la pertenencia o no a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La diferencia o la desigualdad de trato creada por la norma es la exclusividad a favor de los ministros de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana para celebrar matrimonios que tengan efectos civiles, que es lo mismo que decir que tengan efectos jurídicos, en relación con los ministros o representantes de demás iglesias y organizaciones religiosas. Pues bien, tal diferencia o trato desigual es el que debe pasar el examen de razonabilidad y proporcionalidad exigido por el Tribunal Constitucional, ya que así como se atribuyó la competencia a los ministros de la Iglesia Católica para celebrar matrimonios con efectos civiles, el legislador pudo haberlo hecho a favor de otras organizaciones religiosas, y tener a sus ministros o sacerdotes como funcionarios públicos con los mismos deberes legales impuestos a todo funcionario público con esa misma competencia. Dada la preeminencia del principio de igualdad en una sociedad democrática, el no hacerlo debe estar justificado y no puede ser resultado del mero ejercicio arbitrario de la función legislativa. Desde el anterior punto de vista, la desigualdad contenida en la norma no podría encontrar justificación en la mayor extensión y arraigo de la Iglesia Católica, como realidad sociológica. No ve este Órgano Asesor cual sería la razón de ello. Eso sería, simplemente, castigar a las demás iglesias por ser minoritarias, pues esa condición no prejuzga sobre la capacidad de sus ministros o representantes para realizar este tipo de actos, es decir, apegarse a lo que el Código de Familia y la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Elecciones y del Registro Civil, establecen al respecto. Además, ha de tomarse en cuenta que el control y fiscalización del cumplimiento de los deberes legales de los funcionarios competentes para celebrar matrimonios, la ejerce el Estado, en vía administrativa o judicial, no las distintas iglesias como organizaciones religiosas, al margen de que así lo hagan. Sin duda que el legislador, en procura de la seguridad jurídica, puede considerar inconveniente atribuir indiscriminadamente la competencia para celebrar matrimonios, que tenga efectos jurídicos, a todo ministro o representante de una iglesia u organización religiosa. Pero, en tal caso, una forma constitucionalmente válida sería que la norma señale los requisitos y las condiciones a satisfacer por las respectivas Iglesias, en el entendido que tales requisitos y condiciones sean razonables y proporcionales. Lo que resulta inconstitucional, por quebranto del principio constitucional de no discriminación arbitraria, es la simple exclusión de toda otra iglesia con excepción de una, tal y como se desprende del artículo 23 del Código de Familia. Ahora bien, tal y como se analizó al tratar el tema de legitimación del accionante, frente a la inconstitucionalidad del artículo 23 citado esta Sala Constitucional sólo puede ejercer sus competencias anulándolo. Pero, con ello, estaría corrigiendo la desigualdad en un sentido negativo, no positivo, porque no estaría incluyendo a los actualmente excluidos. Esto significa que la plena satisfacción del principio de igualdad, que sería la extensión de la competencia otorgada para celebrar matrimonios con efectos civiles a los ministros de otras iglesias, distinta a la Católica, no está en manos del Tribunal Constitucional, sino en las del legislador. Dadas las consecuencias señaladas, y para no proceder a la anulación de la norma, dado que con ello no se satisface el derecho a la igualdad como derecho subjetivo, esta Sala puede mantener la validez constitucional del artículo 23 en el entendido de que, a pesar de la discriminación que implica, es una forma de colaboración del Estado con una iglesia en particular, la Católica. Y como su eliminación no conlleva que esa misma colaboración se de a favor de otras iglesias, resulta inútil desde el punto de vista de la satisfacción del derecho a un trato igual y provoca, mas bien, la pérdida de un beneficio que encuentra asidero constitucional en el artículo 75, aunque es claro que ese mismo beneficio, y cualquier otro basado en ese numeral, puede hacerse extensivo a iglesias de otras religiones distinta a la Católica, Apostólica y Romana. Con fundamento en lo dicho, este Órgano Asesor recomienda a la Honorable Sala Constitucional rechazar esta acción por falta de legitimación activa con base en que en el caso bajo examen la inconstitucionalidad invocada no es un medio razonable para amparar el derecho o interés que se considera lesionado, pues la única sentencia estimatoria posible es aquella que anula el 80 artículo 23 del Código de Familia (la anulación o no del 24 ibídem es irrelevante), con lo que lo pretendido en el amparo que sirve de base a esta acción no podría ser satisfecho. En caso de que esta Sala resuelva por el fondo la acción, este Órgano Asesor recomienda desestimarla con base en las siguientes consideraciones: los artículos 23 y 24 del Código de Familia no establecen limitaciones a la libertad religiosa ni al derecho de contraer matrimonio y establecer una familia. Dichos artículos establecen el marco jurídico para el ejercicio de esos derechos sin establecer obstáculos arbitrarios para su disfrute. Por ello mismo, no implican quebranto a lo establecido en el artículo 28 constitucional en relación con las condiciones en que el legislador puede regular y limitar los derechos fundamentales. En principio, la distinción hecha a favor de los ministros de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana por el artículo 23 del Código de Familia, consistente en poder celebrar matrimonios que tenga efectos civiles, es inconstitucional por violación al principio de no discriminación. Sin embargo, la anulación de dicho artículo no conlleva la plena satisfacción del principio de igualdad como derecho subjetivo porque no da como resultado la extensión de la competencia allí concedida a los sacerdotes católicos a los ministros de otras iglesias y organizaciones religiosas. Tomando en cuenta lo dicho, la no anulación del artículo 23 puede sostenerse con base en lo dispuesto por el artículo 75 constitucional y la interpretación del mismo ha hecho la Sala Constitucional en la sentencia número 3171-93, en la medida en que dicho numeral otorga un beneficio a la Iglesia Católica como colaboración del Estado con esta (cuya eliminación, por demás, no implica la extensión del mismo a otras iglesias), beneficio que en todo caso, el legislador puede hacer extensivo a otras iglesias. 5.- En escrito presentado a las quince horas con cuarenta y siete minutos del diecinueve de marzo del dos mil uno (folios 128 a 143), Ana Isabel Fernández Alvarado, en su condición de Directora General del Registro Civil, contesta la audiencia conferida y manifiesta que el artículo 23 del Código de Familia en ningún momento violenta el derecho y garantía constitucional del matrimonio, pues no impide contraer matrimonio a quienes profesen otros cultos. Lo que sí hace es resguardar la seguridad del acto jurídico, el control y seguridad registral. No es que el matrimonio efectuado por representantes de la Iglesia Católica, en cuanto al ritual religioso tenga por sí mismo efectos civiles, es su declaratoria la que surte efectos civiles, por la fe pública con que se ha investido, por precepto legal, a sus representantes. El acudir ante un juez o notario público para contraer matrimonio, no es un acto de carácter religioso, sino de formalidad jurídica; no impide ni obstaculiza que se realicen matrimonios civiles ante la persona facultada para ello, según su convicción y credo religioso, tal y como se ha venido realizando. La diferencia radica en que el matrimonio efectuado por un sacerdote, representante de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, por el carácter de funcionario público que le otorga el artículo 23 de Código de Familia al inscribir el acto, surte efectos civiles. El artículo 75 de nuestra Constitución Política establece que la Religión Católica, Apostólica y Romana, es la religión del Estado, el cual debe contribuir a su mantenimiento, pero expresa al mismo tiempo el libre ejercicio de cualesquiera otros cultos religiosos, criterio reconocido por la propia Constituyente de mil novecientos cuarenta y nueve y la Corte Suprema de Justicia hasta el presente, mediante una reiterada y abundante jurisprudencia, ha reconocido el carácter confesional del Estado costarricense. Efectivamente, tal y como ya lo señaló la Sala Constitucional, la religión Católica es la religión más arraigada y extendida en el país desde el punto de vista histórico y sociológico. La declaratoria y establecimiento del estado confesional conllevó al mismo tiempo, implicaciones en el orden civil para la Iglesia Católica y en el orden moral para el Estado de Derecho. De esta forma se consolida lo que podríamos denominar como la sacralización del Estado y la secularización de la Iglesia Católica. Como podemos observar históricamente, los eclesiásticos, en su calidad de funcionarios públicos desde mil ochocientos veinticinco, al registrar nacimientos, defunciones y matrimonios, no solo tienen fe pública como los notarios, sino que, además, son funcionarios del Registro Civil por derecho constitucional. En tal sentido, no podría alegarse que el constituyente del cuarenta y nueve o el legislador de los años setenta, cuando se promulgó el Código de Familia, actuaron arbitrariamente en forma discriminatoria o faltaron al principio de razonabilidad, sino que actuaron consecuentes con nuestro pasado histórico y realidad sociológica. La organización y experiencia milenaria de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana indujo al legislador a otorgarle la tutela de la seguridad jurídica en la institución del matrimonio y por ende de la familia; dándole a sus representantes fe pública y condición de funcionario público, toda vez que, en caso de no cumplir u observar las disposiciones del Código de Familia en la declaración del matrimonio, se procedería de inmediato, al igual que con un notario público que se denuncia ante la Dirección de Notariado, denunciar al presbítero ante la Curia Metropolitana. El otorgar la calidad de funcionario público a todo pastor de cualquier confesión no garantiza la seguridad jurídica, toda vez que, la gran mayoría no se encuentran inscritos en el Registro de Asociaciones, y en la sociedad actual proliferan los cultos de diferentes credos religiosos. Al nacer cada día nuevas congregaciones con estructuras diferentes entre sí, más pequeñas e individuales, no 81 permiten fiscalizar y sancionar el mal ejercicio de la actividad, la vía que determina el órgano director del procedimiento y la sanción que corresponde aplicarle a la persona que incumple con los requisitos de ley. La amplitud de otorgar fe pública, en forma indiscriminada a todos los que se digan representantes de algún culto religioso, podría hacer vulnerables y sin control la seguridad jurídica y registral, de un acto de gran transcendencia en el ambiente individual, familiar y de la sociedad. Riesgo innecesario, toda vez que pueden efectuar este acto no sólo desde el culto religioso al que pertenecen, sino que también, gratuitamente ante un juez, como sucede en la actualidad. El sistema y estructura de la Iglesia Católica y Apostólica garantiza la idoneidad de la persona que realiza la inscripción y brinda la seguridad jurídica para efectos patrimoniales y de filiación al encontrarse sujetos a normas rígidas del Código de Derecho Canónico, que establece jerarquía en la Iglesia, además de Tribunales Eclesiásticos que controlan, en forma rígida y por siglos, el cumplimiento de la normativa referida a la declaración de los matrimonios que efectúen. La medida del legislador de garantizar la realización de este acto jurídico solo a los funcionarios públicos es idónea, toda vez que la finalidad de la norma es brindar seguridad jurídica y control registral, garantizando una sujeción especial segura y efectiva, en caso de que cometiere un error o falta el funcionario que efectuó dicho acto jurídico. En el año dos mil se recibieron para su inscripción ante el Registro Civil diez mil novecientos veintinueve matrimonios efectuados en las doscientas noventa y un Parroquias registradas y autorizadas para tal efecto y catorce mil quinientos cuarenta inscripciones de matrimonios efectuados por siete mil quinientos ochenta notarios autorizados, demostrándose que en la práctica, la facultad concedida a la Iglesia Católica, no genera ningún problema, más bien ha venido a resguardar la seguridad jurídica, tantas veces señalada. Es por lo expuesto, que procede indicar que no se da la “desigualdad” tal y como lo ha señalado el recurrente; la norma legal es razonable, por cuanto el acto jurídico del matrimonio efectuado por el funcionario público autorizado por ley, y en particular por los representantes de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, han estado bajo la autoridad y control de una estructura sólida, histórica y ejemplar que garantiza la seguridad jurídica y registral. Es importante recordar que los archivos eclesiásticos en nuestro país fueron la base fundamental para originar y sustentar el Registro del Estado Civil, hoy Registro Civil. 6.- En folios 123 a 126 consta la solicitud de coadyuvancia activa presentada por Alberto Cabezas Villalobos a las dieciséis horas y veinticinco minutos del siete de marzo del dos mil uno, con la pretensión de que se declare la inconstitucionalidad de los artículos aquí impugnados. 7.- En escrito presentado a las once horas y diez minutos del veintidós de marzo del dos mil uno (folios 179, 180) Sergio Alejandro López Palma, Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana con cédula de persona jurídica número 3-002-45435, solicita ser admitido como coadyuvante activo en la acción de inconstitucionalidad que nos ocupa. Se manifiesta inconforme con el hecho de que sus pastores, pese a la capacidad académica y moral que tienen, no estén facultados para efectuar matrimonios con efectos civiles. Considera que los artículos 23 y 24 del Código de Familia son contrarios al principio de igualdad. 8.- Mediante escrito presentado a las diez horas y treinta y ocho minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios 189) José Esteban Chacón Chacón, Dionisio Acuña Arias, German Méndez V., Jorge Luis Chavarría Villalobos, Alejandro Obando Obando, Juan Cerdas Fernández, Severiano Montoya Méndez, Rolando Salazar Salazar, Omar Jiménez Vargas, Freddy Meza Hidalgo, Jorge Samuel Pierre, José Alberto Adams, Wilson Cerdas Arias, Fernando Hadges Chamier, Efraín Arias Avila, José Isauro Vargas Toruño, Julián Vallejos Torres, Manuel Durán Chaves, Fabio Peraza Solís, Edwin Gerardo Salas González, Joel Arias Fonseca, José Ángel Espinosa, Dagoberto Rojas Herrera, Diego Olivier Gómez Corea, Marvin Jiménez Alvarez, Rafael Chavarría Flores, Miguel González Fallas, Irene Villalobos Mendez, Virgilio Jiménez Alvarez, Dennis López Hernández, Flor González Castillo, Dolores Ocampo Arguedas, Santos Duarte Castillo, Ada Flory Moya Brenes, Johnny Bermúdez Jiménez, Jesús Trejos Sandoval, Daniel Bains Robinson, se apersonan como coadyuvantes activos y reclaman la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia. 9.- Por escrito presentado a folio 193, los ministros de la Asociación Cristiana de las Asambleas de Dios en Costa Rica, solicitan se les tenga como coadyuvantes activos en la presente acción. 82 10.- Mediante escrito presentado a las quince horas y ocho minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios 198 a 202) Mauricio Quesada Solano, Presidente de la Asociación Caminantes del Nuevo Pacto, se apersona como coadyuvante activo y reclama la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia. 11.- Mediante resolución del Presidente de la Sala se previno a Mauricio Quesada Solano quien afirma comparecer en condición de Presidente, representante judicial y apoderado generalísimo sin límite de suma de la Asociación Caminantes del Nuevo Pacto, que dentro de tercero día acredite su representación (folio 222). 12.- Por escrito presentado a las quince horas y nueve minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios 205 a 209) Carlos Antonio Flores Rodríguez, Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo, también se apersona como coadyuvante activo y reclama la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia. 13.- En escrito presentado a las quince horas y siete minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios 210 a 215) Sonia María Soto Ocaña en su condición de ministra de la Asociación Cristiana Nido del Aguila, se apersona como coadyuvante activa y se adhiere a los argumentos esgrimidos por el accionante. 14.- Mediante escrito interpuesto a las quince horas y ocho minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios 216 a 218), Jonás González Rodríguez en su condición de pastor evangélico de la Asociación Cristiana de Comunicaciones, se apersona como coadyuvante activo y se adhiere a los argumentos esgrimidos por el accionante. 15.- Por oficio presentado a las dieciséis horas y diez minutos del veintinueve de marzo del dos mil uno (folios 219 y 220) Eugenio Vallejo Cedeño, Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del Sétimo Día comparece en su condición de coadyuvante activo. Se admite. 16.- Por resolución de las once horas y quince minutos horas del veinte de junio del dos mil tres el Magistrado Informante previno a quienes solicitan ser tenidos como coadyuvantes activos en el proceso presentar dentro de tercero día certificación mediante la cual acrediten su condición de Pastores Evangélicos (folio 231). 17.- Mediante escrito presentado el veintisiete de junio del dos mil tres, Jorge Fisher Aragón Abogado, autenticante de las firmas de algunas personas que solicitaron ser tenidos como coadyuventes activos solicitó una ampliación del plazo(folio 239). 18.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional fueron publicados en los números 48, 49 y 50, del Boletín Judicial, de los días 08, 09 y 12 de marzo de 2001 (folio 127). 19.- La audiencia oral y pública prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional se celebró a las nueve horas del quince de julio del dos mil cuatro. 20.- A folio 244, Mauricio Quesada Solano en su condición de Presidente y Apoderado Generalísimo sin límite de suma de la Iglesia Cristiana denominada Asociación Caminantes del Nuevo Pacto, adjunta la certificación de su personería. 21.- Por escrito de fecha quince de julio del dos mil tres (folio 288), el señor Jorge Fisher Aragón solicitó más tiempo para cumplir con la prevención realizada mediante resolución de las once horas y quince minutos del veinte de junio del dos mil tres. 22.- Por resolución de las catorce horas quince minutos del veintinueve de junio del dos mil cuatro, se señalaron las nueve horas del quince de julio del dos mil cuatro para la celebración de la vista (folio 289). 23.- Por resolución de las quince horas dieciocho minutos del dos de julio del dos mil cuatro la Sala resolvió: en los siguientes casos se ha constatado el cumplimiento de los requisitos establecidos en el artículo 83 de la Ley de 83 la Jurisdicción Constitucional, de manera que lo procedente es tener a Alberto Cabezas Villalobos, Sergio Alejandro López Palma en su condición de Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana; Eugenio Vallejo Cedeño, Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del Sétimo Día y Francisco Quesada Solano como coadyuvantes en este asunto. Se admite también la solicitud de coadyuvancia de Carlos Antonio Flores Rodríguez, Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo, quien cumplió lo prevenido por resolución de las once horas y quince minutos del veinte de junio del dos mil tres. En vista de ello, procede admitir tales gestiones y tener a las referidas personas y organizaciones como coadyuvantes activos. Por no cumplir la prevención realizada por resolución de las trece horas y veinticinco minutos del dieciocho de mayo del dos mil uno, se rechaza la solicitud de Mauricio Quesada Solano para que se le tenga como coadyuvante activo. Igualmente se rechazan las gestiones de Carlos Pérez García, Sergio Villegas García, Vanessa Berdugo Ulate, Lidieth Muñoz Bolaños, Héctor A. López Arias, Carlos Gerardo Alvarado, Ricardo Chanto Mora, Ismael López Rivera, Oldemar Córdoba Obando, Víctor Gutiérrez Barrantes, Douglas Soto Castillo, Rafael Chinchilla Brizuela, Guillermo Jiménez Badilla, José Miguel Solano Cascante, Fernando Fallas Torres, Enrique Vargas Rodríguez, Ronald Araya Monge, Álvaro Vargas Montes, Gabriel Fernández, Pedro Jiménez Castro, Juan Bautista Lobo, Yunert Barrantes, Francisco Ramírez Marín, Sonia Sánchez V., Henry Melciades Obando, Pablo Emilio Gómez (a folio 182); William Araya Guzmán, Sandra Arias González, Johanna Teresa Abarca, Bernardo Javier Miranda B., Abraham García G., Marvin Angulo Q., Francisco Coto Arias, Gledy Murillo Araya, Marco Andrey García Varela, Wilmer Josué Centeno Cruz, José Antonio Carvajal, J. Gerardo Campos Rodríguez, María Cecilia Ledezma Salazar, María Lorena Ramírez Artavia, Luis Ricardo Mejías Herra, Donald Salgado Silva, Róger Venegas González, Julia Mendoza Obando, Gerardo Esquivel Arce (folio 183), Ronald Naranjo Matarrita, Walter Garro Araya, Hoover Valverde G., Cecilia Araya Quesada, Carlos Luis Vindas, José Ángel Gutiérrez Reyes, Claudio Carvajal Castillo, Henry Chacón Brenes, César P. B., Yolanda T. Paniagua P., María Lorena Arrieta E., Luis G. Leitón U., Jorge Benavides Pérez, Allan Herrera Gamboa (folio 184), Oscar Ramírez Fonseca, Carlos R. Gamboa Umaña, José J. Garro Padilla, Luis Gerardo Vargas V., Pablo Bonilla Villegas, Jorge Al Vega Quirós, Ramón Horacio A.V., Miguel Guerrero, Miguel Ramírez S., Marianela Durán Arias (folio 185), Manuel Alvarado Brenes, Danilo Jirón Suazo, Carlos Gómez, Juan Luis Castro Arrieta, Ana Yubel Vargas Orozco, William Bonilla, Ronald Garita Soto, Humberto Mejía Cartín, Marta Eugenia Mora Arias, Eliécer Bonilla S. (folio 186), Franklin Aguilar S., Carlos Anchía S., William Cháves Angulo, Carlos Avendaño Calvo, Franklin Vargas C. (folio 187), Gerardo Bogantes Arias, Rulberth Artavia Ugarte, Jorge Chanto Solano, Dennis Chaves Chacón (folio 188), José Esteban Chacón Chacón, Dionisio Acuña Arias, German Méndez V., Jorge Luis Chavarría Villalobos, Alejandro Obando Obando, Juan Cerdas Fernández, Severiano Montoya Méndez, Rolando Salazar Salazar, Omar Jiménez Vargas, Freddy Meza Hidalgo, Jorge Samuel Pierre, José Alberto Adams, Wilson Cerdas Arias, Fernando Hadges Chamier, Efraín Arias Ávila, José Isauro Vargas Toruño, Julián Vallejos Torres, Manuel Durán Chaves, Fabio Peraza Solís, Edwin Gerardo Salas González, Joel Arias Fonseca, José Ángel Espinosa, Dagoberto Rojas Herrera, Diego Olivier Gómez Corea, Marvin Jiménez Álvarez, Rafael Chavarría Flores, Miguel González Fallas, Irene Villalobos Méndez, Virgilio Jiménez Álvarez, Dennis López Hernández, Flor González Castillo, Dolores Ocampo Arguedas, Santos Duarte Castillo, Ada Flory Moya Brenes, Johnny Bermúdez Jiménez, Jesús Trejos Sandoval, Daniel Bains Robinson (a folio 189), Luis G. Hernández Calderón, J. Antonio Arias Sánchez, Francisco Noguera Ledezma, Benito Salazar Gómez, Edgar Solís Chávez, Luis Demetrio Mendoza Villegas, Juan Rafael Rojas Calvo, Ronald Vega G., Ermingas Sánchez Rodríguez, Rodolfo Yanqui Yanqui, Mario Sánchez Salas, Félix Guevara Martínez, Geovanny Segura G., Rafael Gamboa Zúñiga, Miguel Eduardo Acosta Villalobos, Antonio Sequeira Díaz, Juan Ramón Gutiérrez Fajardo, Adolfo Morales Chaves, Marcelino Vidal E., Carlos Caravaca Caravaca, Adán Ortiz Torres, Ovidio Mora Rodríguez, Marvin Oscar Ramírez Chaves, Leonel Narváez Chávez, Josefa Vargas Rodríguez, Virgilio Victoria Cerrad, Víctor Hugo Corrales Rodríguez, Eduardo Díaz Villalta, José Antonio López Mesa, William Delgado Barrantes, Rodrigo Matamoros Ruiz, Félix Pedro Vallejo Vallejo, Carlos Luis Rodríguez Arguedas, Juan Miguel Vallejos V, Carlos Vásquez Chavarría, Julio Camacho Chavarría, Orlando Álvarez Mejías, Ezequiel Salazar Campos, Alonso Alfaro Rodríguez, Gabriel Murillo Murillo, Nicolás López Gutiérrez, Juan Molltise Senteno, Fermín Chavarría Camacho, Raimundo Salguera Chevez, María Cecilia Méndez Arce, Fidel Ángel Lazo Guevara, Eric Ariesto Fuentes Fallas, Alejandro Rodríguez Flores, Enoc Hernández Pereira, Marcelino Espinosa Araya, Henry Chacón Valerio, Omar Caro Martínez, Minor Campos Muñoz (a folio 193), Sonia María Soto Ocaña (folio 210), Jonás González Rodríguez (folio 216). 24.- El señor Jorge Fischer Aragón por escrito presentado a folio 344 solicita autorización para filmar la audiencia oral. 84 25.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley. Redacta el Magistrado Mora Mora ; y, Considerando: I.-Objeto de la impugnación. El accionante impugna los artículos 23 y 24 del Código de Familia, Ley número 5476, publicada en La Gaceta número 24 de cinco de febrero de mil novecientos setenta y cuatro, por estimarlo contrario a los artículos 33, 28, 52 y 75 de la Constitución Política, 12, 16.1 y 17.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, II, III y VI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Textualmente el artículo 23 impugnado establece: Título 1. Del matrimonio. Capítulo 3. De los efectos civiles del matrimonio católico. Artículo 23.- El matrimonio que celebre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana con sujeción a las disposiciones de este Código, surtirá efectos civiles. Los Ministros que lo celebren quedan sujetos a las disposiciones del Capítulo IV de este Título en lo aplicable, para lo cual serán considerados funcionarios públicos. Artículo 24.- El matrimonio se celebrará ante la autoridad de la jurisdicción en donde haya residido durante los últimos tres meses cualquiera de los contrayentes. Tales autoridades serán, un Juez Civil o un Alcalde Civil, o el Gobernador de la Provincia. (La última parte de este párrafo fue derogada por el artículo 98 inciso e) de la Ley General de Policía número 7410 del 26 de mayo de 1994) Los notarios públicos están autorizados para celebrar matrimonios en todo el país. El acta correspondiente se asentará en su protocolo y deberán conservar en el de referencias, la copia respectiva. Los contrayentes podrán recurrir para los trámites previos a la celebración, ante los funcionarios judiciales o administrativos indicados, o ante un Notario. Los funcionarios judiciales o administrativos no podrán cobrar honorarios por los matrimonios que celebren. El funcionario ante quien se celebre un matrimonio está obligado a enviar todos los antecedentes y acta del mismo o certificación de ésta, al Registro Civil. Cuando quien celebre un matrimonio no observe las disposiciones de este Código, el Registro Civil dará cuenta de ello al superior correspondiente, a fin de que imponga la sanción que procediere y en todo caso al tribunal penal competente para lo de su cargo.” II.- Sobre la admisibilidad. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, el que acciona en esta vía debe contar con un asunto previo en el cual haya invocado la inconstitucionalidad de la norma, como medio razonable para amparar el derecho o interés que se considera lesionado. Esto significa que la declaratoria con lugar de su pretensión, debe generarle un resultado beneficioso para sus intereses que están siendo discutidos, ya sea en sede administrativa o en la judicial. En el caso que nos ocupa, el accionante tramita ante esta Sala Constitucional el proceso de amparo número 01-000038-0007-CO, en el que se invoca la inconstitucionalidad de los artículos 23 y 24 del Código de Familia que le fueron aplicados por parte de la Dirección General del Registro Civil en la resolución de una solicitud de formularios para la celebración de matrimonios con efectos civiles, alegando que se produce una discriminación al otorgarle privilegios a la Iglesia Católica, pues él como pastor no puede darle efectos civiles al matrimonio que celebra en su Iglesia. El objeto central de discusión del accionante en el recurso de amparo que sirve de base a esta acción, se sustenta en el artículo 23 del Código de Familia mediante el cual se otorga efectos civiles al matrimonio que realice la Iglesia Católica, por lo que el análisis de inconstitucionalidad de esta norma, en criterio de este Tribunal sí constituye medio razonable para la resolución del conflicto planteado, pues los efectos de una eventual sentencia estimatoria, al eliminar la omisión que reclama lo colocaría en la situación de los auxiliares de la función pública que cita la norma con capacidad de dar efectos civiles al acto matrimonial. No obstante, en cuanto al artículo 24 impugnado, la Sala estima que la acción no constituye un medio razonable para amparar el derecho reclamado, pues esta disposición lo que hace es desarrollar la forma en que las autoridades judiciales o administrativas deben celebrar el matrimonio civil. El artículo 24, no establece ninguna distinción en relación a los representantes (ministros, sacerdotes, pastores, rabinos, etc) de las distintas iglesias, por lo que, en sí mismo, no quebranta ninguno de los principios constitucionales alegados por el accionante. En consecuencia, se debe rechazar la acción en cuanto al artículo 24 del Código de Familia, por no constituir medio razonable para amparar el derecho que se estima lesionado, pues de admitirse la misma, se estaría admitiendo el ejercicio de una acción popular como presupuesto de legitimación para el acceso al control de constitucionalidad de las normas, lo cual no es permitido en nuestro ordenamiento jurídico. Por consiguiente, se realiza el estudio de fondo en esta acción, únicamente respecto al artículo 23 del Código de Familia. 85 III.- Sobre las solicitudes de coadyuvancia presentadas. Por resolución de las quince horas dieciocho minutos del dos de julio del dos mil cuatro la Sala resolvió que en los siguientes casos se constataba el cumplimiento de los requisitos establecidos en el artículo 83 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por lo que se admitió a Alberto Cabezas Villalobos, Sergio Alejandro López Palma en su condición de Presidente de la Asociación Evangélica Centroamericana; Eugenio Vallejo Cedeño, en su condición de Presidente de la Asociación Iglesia Costarricense de los Adventistas del Sétimo Día, Francisco Quesada Solano y Carlos Antonio Flores Rodríguez, en su calidad de Presidente de la Asociación Cristiana Ministerios Verbo, como coadyuvantes en este asunto. Por no cumplir con la prevención realizada por resolución de las trece horas y veinticinco minutos del dieciocho de mayo del dos mil uno (folio 222) y de las once horas quince minutos del veinte de junio del dos mil tres (folio 230), se rechazaron las solicitudes de coadyuvancia presentadas por Mauricio Quesada Solano y las gestiones de Carlos Pérez García, Sergio Villegas García, Vanessa Berdugo Ulate, Lidieth Muñoz Bolaños, Héctor A. López Arias, Carlos Gerardo Alvarado, Ricardo Chanto Mora, Ismael López Rivera, Oldemar Córdoba Obando, Víctor Gutiérrez Barrantes, Douglas Soto Castillo, Rafael Chinchilla Brizuela, Guillermo Jiménez Badilla, José Miguel Solano Cascante, Fernando Fallas Torres, Enrique Vargas Rodríguez, Ronald Araya Monge, Álvaro Vargas Montes, Gabriel Fernández, Pedro Jiménez Castro, Juan Bautista Lobo, Yunert Barrantes, Francisco Ramírez Marín, Sonia Sánchez V., Henry Melciades Obando, Pablo Emilio Gómez (a folio 182); William Araya Guzmán, Sandra Arias González, Johanna Teresa Abarca, Bernardo Javier Miranda B., Abraham García G., Marvin Angulo Q., Francisco Coto Arias, Gledy Murillo Araya, Marco Andrey García Varela, Wilmer Josué Centeno Cruz, José Antonio Carvajal, J. Gerardo Campos Rodríguez, María Cecilia Ledezma Salazar, María Lorena Ramírez Artavia, Luis Ricardo Mejías Herra, Donald Salgado Silva, Róger Venegas González, Julia Mendoza Obando, Gerardo Esquivel Arce (folio 183), Ronald Naranjo Matarrita, Walter Garro Araya, Hoover Valverde G., Cecilia Araya Quesada, Carlos Luis Vindas, José Ángel Gutiérrez Reyes, Claudio Carvajal Castillo, Henry Chacón Brenes, César P. B., Yolanda T. Paniagua P., María Lorena Arrieta E., Luis G. Leitón U., Jorge Benavides Pérez, Allan Herrera Gamboa (folio 184), Oscar Ramírez Fonseca, Carlos R. Gamboa Umaña, José J. Garro Padilla, Luis Gerardo Vargas V., Pablo Bonilla Villegas, Jorge Al Vega Quirós, Ramón Horacio A.V., Miguel Guerrero, Miguel Ramírez S., Marianela Durán Arias (folio 185), Manuel Alvarado Brenes, Danilo Jirón Suazo, Carlos Gómez, Juan Luis Castro Arrieta, Ana Yubel Vargas Orozco, William Bonilla, Ronald Garita Soto, Humberto Mejía Cartín, Marta Eugenia Mora Arias, Eliécer Bonilla S. (folio 186), Franklin Aguilar S., Carlos Anchía S., William Cháves Angulo, Carlos Avendaño Calvo, Franklin Vargas C. (folio 187), Gerardo Bogantes Arias, Rulberth Artavia Ugarte, Jorge Chanto Solano, Dennis Chaves Chacón (folio 188), José Esteban Chacón Chacón, Dionisio Acuña Arias, German Méndez V., Jorge Luis Chavarría Villalobos, Alejandro Obando Obando, Juan Cerdas Fernández, Severiano Montoya Méndez, Rolando Salazar Salazar, Omar Jiménez Vargas, Freddy Meza Hidalgo, Jorge Samuel Pierre, José Alberto Adams, Wilson Cerdas Arias, Fernando Hadges Chamier, Efraín Arias Ávila, José Isauro Vargas Toruño, Julián Vallejos Torres, Manuel Durán Chaves, Fabio Peraza Solís, Edwin Gerardo Salas González, Joel Arias Fonseca, José Ángel Espinosa, Dagoberto Rojas Herrera, Diego Olivier Gómez Corea, Marvin Jiménez Álvarez, Rafael Chavarría Flores, Miguel González Fallas, Irene Villalobos Méndez, Virgilio Jiménez Álvarez, Dennis López Hernández, Flor González Castillo, Dolores Ocampo Arguedas, Santos Duarte Castillo, Ada Flory Moya Brenes, Johnny Bermúdez Jiménez, Jesús Trejos Sandoval, Daniel Bains Robinson (a folio 189), Luis G. Hernández Calderón, J. Antonio Arias Sánchez, Francisco Noguera Ledezma, Benito Salazar Gómez, Edgar Solís Chávez, Luis Demetrio Mendoza Villegas, Juan Rafael Rojas Calvo, Ronald Vega G., Ermingas Sánchez Rodríguez, Rodolfo Yanqui Yanqui, Mario Sánchez Salas, Félix Guevara Martínez, Geovanny Segura G., Rafael Gamboa Zúñiga, Miguel Eduardo Acosta Villalobos, Antonio Sequeira Díaz, Juan Ramón Gutiérrez Fajardo, Adolfo Morales Chaves, Marcelino Vidal E., Carlos Caravaca Caravaca, Adán Ortiz Torres, Ovidio Mora Rodríguez, Marvin Oscar Ramírez Chaves, Leonel Narváez Chávez, Josefa Vargas Rodríguez, Virgilio Victoria Cerrad, Víctor Hugo Corrales Rodríguez, Eduardo Díaz Villalta, José Antonio López Mesa, William Delgado Barrantes, Rodrigo Matamoros Ruiz, Félix Pedro Vallejo Vallejo, Carlos Luis Rodríguez Arguedas, Juan Miguel Vallejos V, Carlos Vásquez Chavarría, Julio Camacho Chavarría, Orlando Álvarez Mejías, Ezequiel Salazar Campos, Alonso Alfaro Rodríguez, Gabriel Murillo Murillo, Nicolás López Gutiérrez, Juan Molltise Senteno, Fermín Chavarría Camacho, Raimundo Salguera Chevez, María Cecilia Méndez Arce, Fidel Ángel Lazo Guevara, Eric Ariesto Fuentes Fallas, Alejandro Rodríguez Flores, Enoc Hernández Pereira, Marcelino Espinosa Araya, Henry Chacón Valerio, Omar Caro Martínez, Minor Campos Muñoz (a folio 193), Sonia María Soto Ocaña (folio 210), Jonás González Rodríguez (folio 216). 86 IV.- Sobre el fondo. La acción tiene por objeto determinar la constitucionalidad de la decisión del legislador, de atribuir efectos civiles al matrimonio celebrado por ministros o sacerdotes de la Iglesia Católica, para lo cual se alegan como violados los principios de igualdad –o no discriminación-, garantizado en el artículo 33 de la Constitución; la libertad religiosa derivada del artículo 75 Constitucional, como libertad de conciencia y como libertad de culto y de asociación con fines religiosos, reconocidas también en los artículos 12 y 16.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y artículo III de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y, finalmente, el artículo 52 de la Constitución que establece que el matrimonio es la base esencial de la familia y el derecho reconocido por el artículo 17.2 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y VI de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, a contraer matrimonio y fundar una familia. V.- En cuanto al fondo, es propicio aclarar desde el principio, que nuestra Constitución Política, en su artículo 75, permite el libre ejercicio en la República, de otros cultos distintos al de la religión católica, y que gracias a ello es que coexisten libremente y en paz, distintas religiones en el territorio nacional desde hace siglos. Asimismo, que el reclamo de los accionantes no tiene que ver del todo con el ejercicio de la libertad religiosa, pues el hecho de que el legislador haya considerado como auxiliares de la función pública para darle efectos civiles al matrimonio celebrado por sacerdotes católicos, no impide que cada uno contraiga matrimonio, dentro de su propia religión, ni mucho menos afecta el derecho de cada cual a fundar una familia y profesar un credo religioso. VI.- Según ha desarrollado esta Sala en su jurisprudencia (sentencia 3173-93), la libertad religiosa encierra una doble dimensión: como libertad de conciencia y como libertad de culto. En su concepto genérico, tanto la libertad de conciencia , entendida como un derecho público subjetivo individual, oponible frente al Estado para exigirle abstención y protección de ataques de otras personas o entidades, consiste en la posibilidad, jurídicamente garantizada, de ajustar el sujeto su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin estar obligado a hacer cosa contraria a ella. Asimismo, en el plano social, se traduce como la libertad de culto , entendida como el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia, integrada a su vez por la libertad de proselitismo o propaganda, la libertad de congregación o fundación, la libertad de enseñanza, el derecho de reunión y asociación y los derechos de las comunidades religiosas. Como manifestación externa de la libertad religiosa, la libertad de culto comprende naturalmente -entre otros-, el derecho a mantener lugares de culto y a practicar la religión deseada, tanto dentro de recintos como en el exterior, siempre dentro de las limitaciones establecidas por el ordenamiento constitucional o por norma legal. VII.- Ese es el contenido de la libertad religiosa, tal y como lo garantiza nuestra Constitución (artículo 75), como la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículos 12 y 16.1) y III de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. En lo que interesa las normas señalan textualmente, por su orden: Constitución Política. “Artículo 75.- La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres.” Convención Americana sobre Derechos Humanos “Artículo 12.- Libertad de Conciencia y de Religión. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad de conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de religión o de creencias, así como la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado. 2. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad de conservar su religión o sus creencias o de cambiar de religión o de creencias. 3. La libertad de manifestar la propia religión y las propias creencias está sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos o libertades de los demás. 4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.” Artículo 16.- Libertad de Asociación. 1. Todas las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines ideológicos, religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquiera otra índole. 2. ....” Si se confronta el artículo 23 impugnado que da efectos civiles a los matrimonios celebrados por los sacerdotes católicos con esta normativa, no ve esta Sala cómo se puede afectar la celebración de ceremonias religiosas de acuerdo a las convicciones de cada uno, por los efectos que el Estado le haya dado al acto, una vez celebrado. Es decir, pareciera que la confusión de los accionantes radica en que no distinguen el acto religioso en sí, de los efectos civiles que el Estado, por ficción legal, le da a ese acto. Como bien señala la Procuraduría en su respuesta, ni el artículo 23 ni el 24, implican limitación alguna a la libertad religiosa como libertad 87 de conciencia, pues de ellos no se desprende impedimento alguno para que las personas, católicas o no, adecuen su conducta a lo que su conciencia religiosa les dicte. De los efectos civiles del matrimonio católico no se desprende en forma alguna, que los ministros de otras religiones no puedan celebrar matrimonios de conformidad con sus ritos religiosos. La ausencia de efectos civiles no es una limitación para actuar de conformidad con sus propias convicciones religiosas, porque esos efectos eminentemente jurídicos, no son los que legitiman en seno de la comunidad religiosa de que se trate, el respectivo matrimonio como acto religioso. Tanto los pastores evangélicos como los ministros o representantes de cualquier otra denominación religiosa, pueden mantener sus convicciones religiosas y actuar de conformidad con ellas, independientemente de lo que dicten los artículos 23 y 24 del Código de Familia. Tampoco se afecta la libertad de religiosa, entendida en su manifestación externa, de libertad de culto, pues de los artículos citados no se restringe ni afecta que las denominaciones religiosas distintas a la católica puedan celebrar matrimonios dentro de sus propios ritos religiosos, como en efecto lo hacen diariamente, como manifestación concreta de su libertad de culto. Nuevamente repetimos, una cosa es el acto religioso en sí, y otros los efectos no religiosos que el Estado escoja darle a ese acto. VIII.- Por las mismas razones, no se viola el artículo 52 de la Constitución Política que establece que el matrimonio es la base esencial de la familia, pues cada uno preserva el derecho de fundar una familia y contraer matrimonio, conforme al credo religioso que le parezca. De hecho esta misma Sala ha reconocido el derecho a fundar una familia, aún de hecho, sin contraer matrimonio y le ha dado efectos civiles patrimoniales a esa unión, bajo ciertos parámetros según lo expuesto en la sentencias 1151-94 y 7515-94. Lo que el artículo impugnado establece se refiere a los efectos del acto matrimonial una vez celebrado, pero no constituye un impedimento para que, quienes no son católicos acudan ante alguna de las autoridades que el propio artículo 24 establece, para darle efectos civiles a esa unión, y que son, el Juez o Alcalde Civil, en forma gratuita, o los notarios públicos. En ese sentido, al no existir limitación al ejercicio de la libertad de conciencia y libertad de culto, o al derecho fundamental a contraer matrimonio, no se ha extralimitado el legislador en su función de regulador de las libertades públicas dentro de los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad que establece el artículo 28 de la Constitución, pues como se analizó, no se limita del todo la libertad religiosa. IX.- En cuanto al principio de igualdad, cabe reconocer que el artículo 23 establece a favor de la Iglesia Católica y sus ministros, una situación distinta en relación con las demás iglesias y sus ministros, al darle efectos civiles al matrimonio celebrado por los primeros. Tal distinción sería contraria a la Constitución (artículo 33), si la norma no resistiera el test de razonabilidad y proporcionalidad. Naturalmente que como bien señala la Procuraduría, el artículo 75 de nuestra Constitución no consagra un Estado confesional, de ahí que esa norma no puede servir de base para justificar la diferenciación que hizo el legislador al darle efectos civiles al matrimonio celebrado por la Iglesia Católica y sus Ministros y no a otras denominaciones. Resta entonces analizar si el legislador tiene libertad para determinar a quién confía el ser un auxiliar administrativo del Estado con fe pública y a quienes no. En primer término, es claro que el Estado no está obligado a confiar esa función en todos los grupos o personas con excusa del principio de igualdad. Es esta por su naturaleza una función selectiva y hasta cierto punto discrecional del Estado, un acto de confianza, que naturalmente debe como todo acto, soportar el test de razonabilidad y proporcionalidad señalados. En ese sentido, vemos que el Estado ha confiado esa función administrativa auxiliar, para efectos de los matrimonios, también en el Alcalde o Juez Civil y en los notarios públicos. Si se utiliza el argumento de la igualdad que reclama el accionante ¿acaso podrían los Jueces Penales o de otras materias reclamar igualdad de trato frente a esa función auxiliar, o bien otros grupos profesionales como los periodistas o los médicos, frente a los notarios públicos? Naturalmente que no, pues no estamos frente a un derecho fundamental a ser auxiliares administrativos del Estado. El Estado puede, a través de una norma de rango legal, delegar esa función de confianza en los grupos que le parezca atendiendo básicamente a la confianza que en razón de su oficio, afinidad o aún la realidad sociológica o cultural, tenga un determinado grupo, bajo parámetros reglados y objetivos en cuanto a las formalidades del acto que se confía. No estima la mayoría de esta Sala que sea contrario a la razonabilidad y proporcionalidad que exige la norma, el que además de los Alcaldes y Jueces Civiles y los Notarios Públicos, el legislador le haya confiado esa función auxiliar administrativa a los sacerdotes de la Iglesia Católica, pues estos tres grupos, incluidos los últimos, tienen circunstancias, por razón de su oficio, preparación o afinidad, o razones socioculturales, una categoría que el legislador quiso tomar en cuenta a la hora de delegar esa función. En el caso de los sacerdotes católicos que es el tema que interesa a esta acción, es un hecho público y notorio que nuestro país, por circunstancias históricas, que datan desde la Colonia Española, tiene una base católica importante y de 88 fuerte arraigo en la población. Ese hecho hizo que la estructura de la Iglesia Católica se extendiera desde muy temprano por todo el territorio nacional, lo cual evidentemente es un factor que facilita el cumplimiento de las funciones auxiliares encomendadas, tomando en cuenta que la población es principalmente católica, es ese un aspecto objetivo de servicio y cobertura que el legislador puede válidamente tomar en cuenta a la hora de seleccionar en quién confía esa función auxiliar. Aparte de lo anterior, es público y notorio que sacerdote católico, ha tenido históricamente en la comunidad un rol de respeto y autoridad moral, especialmente en la zonas alejadas o rurales, donde era más fácil encontrar una Iglesia que una oficina del registro civil u otras dependencias del Estado. En los inicios de la República, en una Costa Rica que en esos momentos tenía poco alfabetismo, permitió que los sacerdotes católicos, especialmente en las comunidades rurales, por su preparación se fueran asentando en nuestras comunidades como autoridades para un sin fin de servicios en la comunidad, distintos al ejercicio del culto. A los inicios de nuestra vida republicana fueron los sacerdotes católicos quienes tuvieron a su cargo, por así haberlo impuesto la Corona en la época colonial, el registro de bautizados, de muertos y matrimonios. No parece entonces que atendiendo a esa innegable tradición histórica de más de quinientos años en nuestro país, fuera irrazonable y desproporcionado que el legislador optara por seleccionar a este grupo, para confiarle la fe pública como auxiliares administrativos del Estado, para darle efectos civiles al matrimonio celebrado ante ellos, especialmente si tomamos en cuenta que los parámetros formales y objetivos para ello están regulados y establecidos en la ley y no quedan a discreción del celebrante. X.- Naturalmente que como se explicó supra, no existe un derecho fundamental de ningún grupo ni persona de ser depositarios de la fe pública del Estado, pues es una potestad que el Estado que puede delegar, quitar o variar en el momento en que lo estime necesario. Eso quiere decir que perfectamente la realidad, pudo ser otra, o bien puede llegar a ser otra si las circunstancias cambian, pero esa es una materia que por su naturaleza requiere de la acción legislativa, no de la construcción de normas por sentencias judiciales (sentencias interpretativas contra el fin expreso querido por el legislador), bien puede el legislador quitar esa facultad a los ministros de la religión católica, que con ello no se infringe norma alguna de carácter constitucional, o reconocer a otras denominaciones religiosas para que realicen igual actividad pública, sin que tampoco se cometa infracción de tal rango, si se actúa dentro de las exigencias de respeto al principio constitucional de no discriminación. Mal haría la Sala en obligar al Estado a confiar esa fe pública en todos los grupos religiosos, o en todos los grupos profesionales distintos a los notarios públicos, siendo esa una potestad discrecional del Estado bajo los parámetros señalados. Si la realidad socio cultural ha cambiado, como en efecto ha sucedido, corresponde al legislador determinar si mantiene esa función auxiliar a quienes se las ha dado, o si incluye a otros grupos. Dicho sea de paso, los Gobernadores de Provincia que originalmente estaban dentro del grupo de funcionarios que podían casar con efectos civiles, quedaron excluidos después de la reforma de la Ley General de Policía de 1994 publicada en La Gaceta No. 162 del 28 de agosto de 1995. Por otra parte, la pretensión del demandante (f. 24 de la demanda), de anular la norma le traería como consecuencia solamente que se le nieguen los efectos civiles al matrimonio católico, pero no que se le concedan esos efectos al matrimonio celebrado por otras denominaciones religiosas. En este sentido, la acción no sería un medio razonable para amparar el derecho que se estima violado con la norma, pues evidentemente que quedaría en la misma situación. XI.- Por último cabe resaltar que las parejas que contraen matrimonio en otras expresiones religiosas distintas a la Católica, no son obligados a incurrir en gastos económicos adicionales, pues el Estado ha establecido que pueda celebrarse el matrimonio civil en forma gratuita ante las autoridades jurisdiccionales que establece la norma, sin costo alguno, y que incluso, no es necesario tener un matrimonio civil para poder fundar una familia, procrear, dar apellido a los hijos y tener un régimen patrimonial entre la pareja -mismos efectos del matrimonio civil-, como es permitido desde las sentencias números 7515-94 y 1151-94 de esta Sala y la respectivas reformas al Código de Familia (artículos 242, 243, 244, 246, y 92 reformados mediante Ley No. 7532 de 8 de agosto de 1995, publicada en La Gaceta No. 162 del 28 de agosto de 1995; 43, 47 reformado mediante Ley No. 7142 de 8 de marzo de 1990), Código Civil (artículos 572), Ley de Promoción de la Igualdad Real de la Mujer(artículos 7, 31), que les da derechos patrimoniales equivalentes a los del matrimonio civil, incluido el derecho a la pensión, a la pensión alimentaria de los hijos –con las condiciones que establece la ley-, a heredar, también el derecho a la paternidad, a la adopción conjunta (según sentencia 7521-01 de esta Sala, de tal forma que en el Estado Costarricense, cualquier pareja puede casarse de acuerdo a su libertad religiosa, con los ritos propios de su religión, fundar una familia, tener hijos y adquirir derechos patrimoniales de pareja y como miembro de una familia, adoptar, sin siquiera tener que formalizar 89 civilmente su matrimonio o contraerlo civilmente, y si aún así decidiera hacerlo, el servicio es gratuito si escoge hacerlo frente a cualquiera de los Jueces de Familia de la República (más de 60), distribuidos en todo el territorio nacional.(según circular 48-97 del Consejo Superior). Todo lo anterior conlleva a que deba declararse sin lugar esta acción, con el voto salvado de los Magistrados Calzada, Vargas y Jinesta, que la declaran con lugar, por omisión de la norma. Por tanto : Se declara sin lugar la acción. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Susana Castro A. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 1462 – 08 Partes Caso Normativa Violentada Desarrollo David Alpízar vs la Universidad Internacional de las Américas El recurrente manifiesta que es estudiante de la Universidad recurrida. Indica que por razones religiosas guarda los días sábados como día de reposo, con fundamento en la Biblia. Acusa que la Universidad recurrida ha implementado políticas discriminatorias en contra de los estudiantes que, como él, por razones religiosas no pude realizar exámenes los días sábados, pues los equipara a los estudiantes que no realizan las pruebas por enfermedad o por problemas familiares, por lo que les cobra diez mil colones por el examen de reposición. Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 45 de la Constitución Política Esta Sala en la sentencia 3018-02 estipuló que la libertad religiosa incluye el derecho a profesar una religión o a no profesar ninguna, el derecho a practicar los actos de culto propios de una creencia y el derecho a comportarse en la vida social de acuerdo con las propias convicciones. En la sentencia 3173-93 se dispuso que la libertad religiosa se refiere a la libertad de conciencia que consiste en la posibilidad de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa contraria a ella y a la libertad de culto que se traduce en el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia. En la sentencia número 01866-01 se indicó que la libertad de culto no es una libertad ilimitada: por el contrario, se mencionó que el artículo 75 de la Constitución Política subordina su ejercicio a ciertos límites cuya definición corresponde a la ley. En la misma sentencia se ordenó al rector de la UCR no obligar a realizar exámenes los sábados cuando va contra la fe religiosa del estudiante. En un sentido similar se han adoptado también las decisiones 13624-03, 5573-05 y 760906 . En el caso específico considera la Sala que la carga tanto económica como burocrática que 90 Conclusión se impone al actor contraviene su libertad religiosa. El motivo por el cual se ve obligado a incurrir en gastos extraordinarios de dinero y tiempo es el ejercicio de la libertad dicha. Se declara con lugar el recurso. Se ordena al Rector de la Universidad Internacional de las Américas disponer lo necesario para que el recurrente pueda cursar sus estudios en esa Universidad programando sus exámenes en días distintos del sábado, con suficiente antelación y sin costos económicos adicionales. Se condena a la Universidad Internacional de las Américas al pago de las costas, daños y perjuicios ocasionados, los cuales se liquidarán en ejecución de sentencia civil. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 01462 2008 07-015922-0007-CO Sala Constitucional 29/01/2008 5:31:00 PM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 07-015922-0007-CO Res. Nº 2008-001462 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diecisiete horas y treinta y uno minutos del veintinueve de enero del dos mil ocho. Recurso de amparo interpuesto por David Alpízar Portuguéz, portador de la cédula de identidad número 11257-608, vecino de Desamparados; contra la Universidad Internacional de las Américas. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:58 horas del 29 de noviembre del 2007, el recurrente manifiesta que es estudiante de la Universidad recurrida. Indica que por razones religiosas guarda los días sábados como día de reposo, con fundamento en la Biblia. Acusa que la Universidad recurrida ha implementado políticas discriminatorias en contra de los estudiantes que, como él, por razones religiosas no pude realizar exámenes los días sábados, pues los equipara a los estudiantes que no realizan las pruebas por enfermedad o por problemas familiares, por lo que les cobra diez mil colones por el examen de reposición. Manifiesta que, de previo a la matrícula, dialogó con la Vicerrectora y el Director de Carrera, a quienes les hizo saber su imposibilidad de realizar los exámenes los sábados debido a sus creencias religiosas, ante lo cual le indicaron que no había problema y le propusieron varias alternativas, con la opción de no cobrar los diez mil colones, ya que su caso es diferente del de quienes se ausentan el día de la prueba. Aduce que ha presentado varias peticiones ante el Consejo de Profesores y la Rectoría, la última de las cuales la presentó el 14 de noviembre pasado, pero no se le ha dado solución alguna a su problema. Considera que se han violado sus derechos fundamentales de libertad de conciencia y de culto, además de recibir un trato discriminatorio, ya que cada vez que por razones religiosas no puede realizar una prueba programada para un sábado, se le sanciona con el cobro dicho y efectuar el trámite correspondiente. 2.- Contesta Álvaro Pazos Baldioceda, en su calidad de Rector de la Universidad Internacional de las Américas (folio 13), que el actor es estudiante de esa institución desde el segundo cuatrimestre de 2007. Al efectuar su matrícula fue informado de que los exámenes se realizan los días sábado. Esto consta también en el Estatuto y la normativa vigente de la Universidad, que también recibió a su ingreso. En esos documentos se explica el 91 procedimiento para la reposición de los exámenes y su costo. El cobro que se hace para los exámenes de reposición no es una sanción, sino que refleja el gasto en que incurre la Universidad, al pagar al profesor por el trabajo de formulación, aplicación y calificación de la prueba. La libertad de culto, credo y educación son resguardados en esa Universidad. La realidad nacional y mundial exige dedicación y esfuerzo, por lo que es preciso optimizar el uso del tiempo. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: I.- Admisibilidad del amparo. Con base en el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional el presente recurso debe admitirse, dado que la Universidad, como centro de estudios donde el actor está inscrito con el propósito de cursar su carrera, se encuentra en una posición jurídica de poder a efecto de imponerle decisiones concernientes a la organización de la educación que le interesa, como son las fechas de celebración de los exámenes y los requisitos para pedir su realización en días diferentes. No existe, por demás, un remedio jurisdiccional ordinario célere que permita conocer la pretensión que aquí se plantea, la cual se vincula, de manera inmediata, con la materia de los derechos fundamentales. II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) que el actor es estudiante regular de la Universidad Internacional de las Américas (hecho incontrovertido); b) que esa Universidad efectúa los exámenes ordinarios de todos sus cursos los sábados (informe de folio 13); c) que el actor pertenece a la congregación religiosa Adventista de Costa Rica (escrito de interposición y documento de folio 18). III.- Sobre el fondo. En asuntos conocidos por la Sala con anterioridad, se ha abordado el tema de la celebración de pruebas académicas los sábados, que implica un conflicto para las personas que profesan religiones en las cuales ese día de la semana debe dedicarse exclusivamente a su credo. Así, en la sentencia n° 2002-3018 de las 11:12 horas del 22 de marzo de 2002, se estipuló lo que sigue: “ II.- Delimitando el contenido del derecho fundamental a la libertad religiosa podemos decir que sería propiamente una libertad a decidir por sí mismo la propia ideología, religión o creencia. La libertad que analizamos incluye por consiguiente: a) el derecho a profesar una religión o a no profesar ninguna, b) el derecho a practicar los actos de culto propios de una creencia, c) el derecho a comportarse en la vida social de acuerdo con las propias convicciones. Asimismo, tenemos que el artículo 75 de la Constitución Política garantiza la libertad religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley. Ahora bien, el contenido del derecho a la libertad religiosa no se agota en la protección frente a injerencias externas de una esfera de libertad individual o colectiva que permite a los ciudadanos actuar con arreglo al credo que profesen, pues cabe apreciar una dimensión externa de la libertad religiosa que se traduce en la posibilidad de ejercicio, inmune a toda coacción de los poderes públicos, de aquellas actividades que constituyen manifestaciones o expresiones del fenómeno religioso. Sobre este tema esta Sala en sentencia número 3173-93 de las catorce horas cincuenta y siete minutos del siete de junio de mil novecientos noventa y tres dispuso: "…VII.- La libertad religiosa encierra, en su concepto genérico, un haz complejo de facultades. En este sentido, en primer lugar se refiere al plano individual, es decir, la libertad de conciencia, que debe ser considerado como un derecho público subjetivo individual, esgrimido frente al Estado, para exigirle abstención y protección de ataques de otras personas o entidades. Consiste en la posibilidad, jurídicamente garantizada, de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa contraria a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia…" 92 Asimismo este Tribunal en la sentencia número 2001-01866 de las nueve horas con ocho minutos del nueve de marzo del dos mil uno, en lo conducente indicó: "… Sobre la libertad de culto. No hay que olvidar que si bien es cierto, la libertad de culto es un derecho fundamental reconocido en la Constitución Política (en el artículo 75, que se refiere al "libre ejercicio en la República de otros cultos además del católico) que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres"). La Convención Americana sobre Derechos Humanos -para no citar otros instrumentos internacionales-, más amplia y actualizada, lo contempla en el artículo 12, que al referirse a la libertad de conciencia y de religión dice que este derecho implica (entre otras cosas) "la libertad de profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado". Es decir, de la libertad en materia religiosa -que se expresa en creencias religiosas que a su vez se manifiestan socialmente- deviene como cosa natural la libertad de culto, que, como suele decirse, es la libertad para realizar prácticas religiosas externas (como la celebración de ritos que supongan incluso la enseñanza religiosa), y que, desde luego, incluye el derecho a establecer y mantener lugares para el culto. De otro lado, si la libertad de religión tiene tanto un carácter individual como colectivo (caso en el cual es un derecho que en términos generales se ejerce mediante las confesiones religiosas o los grupos con específica finalidad religiosa, sobre todo en cuanto no se trata de derechos personalísimos), su cobertura alcanza a los derechos de asociación con fines religiosos y de reunión con los mismos fines. Conviene agregar, finalmente, que la libertad de culto no es una libertad ilimitada: por el contrario, ya se mencionó que el artículo 75 de la Constitución Política subordina su ejercicio a ciertos límites cuya definición corresponde a la ley…" III.- Ahora bien, partiendo de los lineamientos expuestos en el considerando anterior, el derecho a la libertad religiosa ha sido vulnerado en el caso objeto de nuestro examen respecto del ámbito de las relaciones de cooperación que con las distintas confesiones ha de mantener el Estado a tenor del artículo 45 de la Constitución Política. En efecto, la negativa de la Universidad de Costa Rica a realizar un examen de reposición a la recurrente pese que su religión limita la realización de actividades educativas los días sábados, afecta el derecho a practicar los actos de culto propios de una creencia de la recurrente y como se dijo en el considerando anterior ese es uno de los elementos de la libertad religiosa. Estima esta Sala que la negativa de las autoridades universitarias a realizar un examen de reposición resulta irrazonable, dado que la realización de un examen extraordinario o de reposición, para la recurrente no sólo no afecta el debido funcionamiento de centro universitario recurrido, sino además se trata de una práctica usual y reconocida por toda la población estudiantil y docente. Así las cosas, se evidencia en el caso concreto que la Universidad de Costa Rica ha irrespetado ese deber de cooperación y de no injerencia externa por parte de los poderes públicos en las actividades de la creencia religiosa de la recurrente. En esa medida el ejercicio de su libertad religiosa de actuar conforme a determinado credo se ha visto restringida, condicionada y obstaculizada. La amparada se ha visto imposibilitada a desarrollar actividades que constituyen actos manifestaciones o expresiones de sus creencias religiosas. En virtud de ello, se ordena al Rector de la Universidad de Costa Rica acoger la gestión de la recurrente a fin de que no se le obligue a realizar exámenes los sábados, dado que ello va contra su fe religiosa y ello en definitiva limita y restringe su libertad de culto tutelado en el artículo 75 de la Constitución Política. Así las cosas, lo procedente es acoger el recurso, como en efecto se hace.” En un sentido similar se han adoptado también las decisiones n° 2003-13624 de las 13:34 horas del 28 de noviembre de 2003, n° 2005-5573 de las 16:07 horas del 10 de mayo de 2005 y n° 2006-7609 de las 13:10 horas del 26 de mayo de 2006. IV.- En el caso específico del actor el problema reside en que la práctica común de la Universidad accionada es efectuar los exámenes de los cursos que imparte los sábados. Se le permite reprogramar las pruebas, pero para ello debe cancelar la suma de diez mil colones y efectuar el trámite administrativo pertinente, caso por caso, como si se tratara cada vez de una ausencia extraordinaria. Considera la Sala que la carga tanto económica como burocrática que se impone al actor contraviene su libertad religiosa. El motivo por el cual se ve obligado a incurrir en gastos extraordinarios de dinero y tiempo es el ejercicio de la libertad dicha y tomando en cuenta que se tuvo por demostrado que el actor, en efecto, pertenece a una congregación religiosa que tiene la práctica que se explicó, y que, con antelación, trató de acordar con la Universidad una solución general, corresponde estimar el amparo. Consecuencia de la estimatoria es ordenar al accionado que se disponga lo necesario para que el recurrente pueda cursar sus estudios en esa Universidad, programando sus exámenes en días distintos del sábado, con suficiente antelación y sin costos económicos adicionales. 93 Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se ordena a Álvaro Pazos Baldioceda, Rector de la Universidad Internacional de las Américas, o a quien ocupe ese cargo, disponer lo necesario para que el recurrente pueda cursar sus estudios en esa Universidad, programando sus exámenes en días distintos del sábado, con suficiente antelación y sin costos económicos adicionales. Se condena a la Universidad Internacional de las Américas al pago de las costas, daños y perjuicios ocasionados, los cuales se liquidarán en ejecución de sentencia civil. Se advierte a Álvaro Pazos Baldioceda, Rector de la Universidad Internacional de las Américas, o a quien ocupe ese cargo, que, de conformidad con el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, se impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Notifíquese al recurrido la presente resolución en forma personal . Comuníquese.Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Rosa María Abdelnour G. Jorge Araya G. 94 Discriminación por Origen Nacional Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 2570 – 97 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Carol Mac Connell vs Artículo 15 inciso d) de las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios científicos costarricenses, decreto número 24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta " el 27/02/96 La acción tiene por objeto que se declare inconstitucional el impedimento establecido en el artículo 15 del decreto número 24961-MEP, para que los estudiantes extranjeros se incorporen a los colegios científicos, por estimarse contrario al principio de igualdad derivado del artículo 19 de la Constitución Política. Para la accionante, la norma impugnada instituye una discriminación irrazonable, contraria a la dignidad humana, en tanto limita, sin ningún fundamento, el derecho a la educación de los extranjeros, únicamente por razón de la nacionalidad, además de que se impuso mediante simple disposición reglamentaria, a pesar de que el numeral 19 citado, expresamente señala como posibles excepciones a esa regla igualitaria, las establecidas por la propia Constitución o por la ley formal Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 19 de la Constitución Política Artículo 15 del decreto número 24961-MEP: ”Los Colegios Científicos Costarricenses pretenden identificar, seleccionar y dar atención especial a estudiantes muy esforzados, que: (...) d) sean costarricenses; (...)” Artículo 8 de la Declaración sobre los Derechos Humanos de los Individuos que no son Nacionales del País en que Viven Artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Convención Relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza La sentencia número 4601-94 señaló: La igualdad de extranjeros y nacionales declarada por el artículo 19 de la Constitución está referida al núcleo de derechos humanos respecto de los cuales no es posible admitir distinciones por motivo alguno, mucho menos en razón de la nacionalidad. La sentencia 2093-93 señaló: Nuestra Constitución Política, reconoce la igualdad entre nacionales y extranjeros, en cuanto a deberes y derechos, "con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establecen". En el voto 1440-92: Nuestra Constitución permite hacer diferencias entre nacionales y extranjeros al indicar en su artículo 19 (...); por supuesto que esas excepciones han de ser lógicas y derivadas de la naturaleza misma de la diferencia entre éstas dos categorías, de tal forma que no se pueden establecer diferencias que impliquen la desconstitucionalización de la igualdad, como lo sería el decir en una ley que los extranjeros no tienen derecho a la vida, a la salud, o a un derecho fundamental, pues éstas serían irracionales. El artículo cuya anulación se pide se trata de una disposición reglamentaria que incorpora la nacionalidad costarricense como requisito para ingresar a los colegios científicos, sin la existencia de texto legal habilitante. Ninguna disposición establece en forma expresa, y como lo exige el párrafo primero del 95 Conclusión artículo 19 constitucional, el impedimento que afecta a los extranjeros para el acceso a los colegios científicos, razón suficiente para la anulación de éste, en virtud de que al tenor de la norma constitucional citada, el reglamento carece de rango normativo para establecer, prima facie, diferencias entre nacionales y extranjeros. La norma impugnada establece pues, una discriminación irrazonable en perjuicio de los extranjeros, a quienes se les priva del goce del derecho fundamental a la educación científica, únicamente por su condición de extranjeros, y sin que exista no sólo una norma legal, sino un fundamento válido que justifique la diferencia, por lo que debe declararse contraria a los artículos 19, 28 y 33 de la Constitución Política. Pero además, resulta evidente que la norma impugnada, también lesiona una serie de instrumentos internacionales vigentes en nuestro medio, que tutelan la igualdad de trato de los extranjeros, en relación con los nacionales de todo Estado, en lo que al goce de las libertades fundamentales Se declara con lugar la acción y en consecuencia, se anula por inconstitucional el inciso d) del artículo 15 de las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios cientficos costarricenses" Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 02570 1997 96-006218-0007-CO Sala Constitucional 13/05/1997 3:39:00 PM De Fondo Mora Mora Luis Paulino Acción de inconstitucionalidad Exp.No.6218-M-96 No.2570-97 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.- San José, a las quince horas treinta y nueve minutos del trece de mayo de mil novecientos noventa y siete.Acción de inconstitucionalidad promovida por Carol Mac Connell, de nacionalidad estadounidense, con pasaporte número 0333393069, viuda, vecina de Quebradas de San Isidro de Pérez Zeledón, contra el artículo 15 inciso d) de las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios científicos costarricenses, decreto número 24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta " el veintisiete de febrero de mil novecientos noventa y seis.Resultando: 1.- La accionante promueve esta acción de inconstitucionalidad contra el artículo 15 inciso d) del decreto número 24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta " del veintisiete de febrero del año anterior, en cuanto niega el acceso de los extranjeros a los colegios científicos. Se alega que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 19 de la Constitución Política , los extranjeros tienen los mismos deberes y derechos individuales y sociales que los costarricenses, con las excepciones y limitaciones que la Constitución y las leyes establecen, de forma que en el caso concreto, se está en presencia de un asunto reservado a la ley formal, por lo que el Poder Ejecutivo carece de potestades legales y constitucionales para impedir, mediante simple disposición reglamentaria, el acceso de los extranjeros a los colegios científicos. Que la norma cuestionada también contraviene el numeral XII de la 96 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, pues establece una discriminación irrazonable, que de conformidad con esa norma, ni siquiera podría establecerse mediante ley formal.2.- A la acción se le dio curso mediante resolución de las nueve horas treinta y cinco minutos del veintisiete de febrero de este año, y los edictos de ley se publicaron en los boletines judiciales números 65, 66 y 67, del cuatro, siete y ocho de abril siguientes.3.- El Procurador General Adjunto de la República , Licenciado Farid Beirute Brenes, evacuó la audiencia conferida, y señaló: que ni la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico, número 7169 del veintiséis de junio de mil novecientos noventa (artículos 56 a 61), ni el decreto ejecutivo número 21731-MICIT-MEP, del diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y dos, que reglamenta aquéllas disposiciones legales, establecen el requisito de ser costarricense para efectos de admisión de los colegios científicos. Que conforme a lo dispuesto en el artículo 19 constitucional, los extranjeros y nacionales tienen los mismos derechos individuales y sociales, con las excepciones y limitaciones establecidas en la Constitución Política y las leyes ordinarias, y que como la norma impugnada establece una diferencia en el acceso al derecho fundamental a la educación, únicamente por razón de la nacionalidad, se está en presencia de una discriminación contraria al principio de igualdad, derivado de la norma constitucional en análisis y de lo dispuesto en el ordinal 12 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y así solicita que se declare en sentencia.4.- El artículo 9 párrafo tercero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional , faculta a la Sala para acoger interlocutoriamente una acción, cuando considere suficiente fundarla en principios o normas evidentes o en sus propios precedentes o jurisprudencia. Esta sentencia se dicta con base en esa disposición, por lo que se prescinde de realizar la audiencia oral prevista en los numerales 10 y 85 ídem.Redacta el Magistrado Mora Mora; y Considerando: I).- Admisibilidad de la acción: La acción cumple con los requisitos previstos en los numerales 73 y siguientes de la Ley de la Jurisdicción Constitucional , y por ello, resulta admisible: se promueve, en primer término, contra una disposición normativa de carécter reglamentario, en los términos del inciso a) del artículo 73; le sirve de base el recurso de amparo 3956-A-96 (artículo 75 párrafo primero), dentro del cual se le otorgó el plazo de quince días para promover esta acción (artículo 48 párrafo segundo), lo que se hizo en tiempo; y por lo demás, se cumplieron los demás requisitos formales, a saber, la autenticación del libelo inicial, las copias de ley, y la fundamentación clara y precisa de la pretensión anulatoria. En tales términos, lo procedente es entrar a conocer, sin más trámite, el fondo del asunto, lo que hace en uso de la autorización que a esos efectos prevé el párrafo tercero del artículo 9 ídem, por existir elementos de juicio suficientes para ello.II).- Fondo del asunto: La acción tiene por objeto que se declare inconstitucional el impedimento establecido en el artículo 15 del decreto número 24961-MEP, para que los estudiantes extranjeros se incorporen a los colegios científicos, por estimarse contrario al principio de igualdad derivado del artículo 19 de la Constitución Política. Para la accionante, la norma impugnada instituye una discriminación irrazonable, contraria a la dignidad humana, en tanto limita, sin ningún fundamento, el derecho a la educación de los extranjeros, únicamente por razón de la nacionalidad, además de que se impuso mediante simple disposición reglamentaria, a pesar de que el numeral 19 citado, expresamente señala como posibles excepciones a esa regla igualitaria, las establecidas por la propia Constitución o por la ley formal. Los reparos que se formulan son de absoluto recibo.III).- Ciertamente, el párrafo primero del artículo 19 constitucional, establece que: "Los extranjeros tienen los mismos deberes y derechos individuales y sociales que los costarricenses, con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establecen", lo cual significa que, en lo que al conjunto de derechos fundamentales se refiere, sólo serían válidas las diferencias entre los nacionales y quienes no lo sean, si éstas tienen rango constitucional y legal, y en este último caso, siempre en la medida en que la diferenciación se ajuste plenamente a los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad que orientan la función legislativa, y por supuesto, en tanto no 97 sea contraria a la dignidad humana. Esta Sala, en desarrollo del contenido de la norma en análisis, ha eliminado por inconstitucionales, una serie de restricciones al ejercicio de derechos fundamentales por parte de los extranjeros, cuyo único fundamento lo fue el criterio de la nacionalidad, el cual se ha desechado reiteradamente, como motivo validante de diferenciaciones entre unos y otros.- De especial interés para el tema, resulta la sentencia número 460194, de las nueve horas treinta y tres minutos del veintiséis de agosto de mil novecientos noventa y cuatro, en la que se señaló: La igualdad de extranjeros y nacionales declarada por el artículo 19 de la Constitución está referida, claro está, al núcleo de derechos humanos respecto de los cuales no es posible admitir distinciones por motivo alguno, mucho menos en razón de la nacionalidad. En este sentido, la Constitución reserva a los nacionales el ejercicio de los derechos políticos por el hecho de que éstos son una consecuencia intrínseca derivada del ejercicio de la soberanía popular misma. En efecto, si la soberanía reside en el pueblo según lo estatuyen los artículos 2, 3 y 4 de la Constitución , es claro que el ejercicio de las diferentes manifestaciones por las que la voluntad popular pueda expresarse, está restringido a los integrantes de ese conjunto de personas, el pueblo. Es esa la justificación del artículo 19 párrafo 2° de la Constitución. II.- Sin embargo, la hipótesis asentada en el párrafo 1° de esa norma permitiría ampliar la prohibición de participación política prevista por el párrafo 2°, a otras "excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establecen." Como primer parámetro para fiscalizar el ejercicio de esta facultad por el legislador, estaría la referencia obligada al artículo 28 de la Constitución que define el régimen de la libertad, según lo ha desarrollado la Sala en la sentencia de inconstitucionalidad número 1635-90 entre otras. Esta norma, en consecuencia, interpretada y aplicada en armonía con el artículo 19, permitiría la intervención del legislador en aras de concretar situaciones jurídicas disímiles en las que los extranjeros estaría sujetos a reglas singulares. Claro está la legislación de que se trate estará sujeta a la fiscalización respecto de su proporcionalidad, y razonabilidad, en tanto estos conceptos de referencia permitirían a la judicatura, en especial a esta jurisdicción constitucional, valorar el prudente, moderado y sensato ejercicio de la delegación acordada por la Constitución al establecer esas "limitaciones y excepciones". Son estas mismas razones, las que dieron lugar a que, en su oportunidad, esta Sala declarara inconstitucionales las restricciones legales que tenían los extranjeros para participar como comerciantes en el Depósito Libre Comercial de Golfito, y la imposibilidad de éstos de ejercer la función notarial, en ambos casos, por considerarse que las limitaciones impuestas a la libertad de comercio, en el primero, y de trabajo, en el segundo, se basaban en razones de "pura nacionalidad", criterio que como quedó claramente establecido, lesiona el principio de igualdad. En lo conducente, en la sentencia número 0319-95, de las catorce horas cuarenta y dos minutos del diecisiete de enero de mil novecientos noventa y cinco, se indicó: "En cuanto a la exclusión que establece el artículo 14 de la Ley número 7012 para participar como comerciante en el Depósito, en contra de los extranjeros, estima la Sala que lesiona el artículo 19 de la Constitución , ya que éste declara que: "Artículo 19.- Los extranjeros tienen los mismos deberes y derechos individuales y sociales que los costarricenses, con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establece" y las limitaciones establecidas en los términos que determina la norma constitucional se refieren principalmente a los derechos políticos, sin permitir el establecimiento de discriminaciones irrazonables, por ejemplo en materia de libertad de comercio, donde del artículo impugnado ni de la Ley de Creación del Depósito se deduce la razonabilidad de la medida, por lo que eliminar la posibilidad a los extranjeros para participar como comerciantes en el Depósito Libre Comercial de Golfito, es inconstitucional y así debe declararse". Por su parte, en la sentencia 2093-93, de las catorce horas seis minutos del diecinueve de mayo de mil novecientos noventa y tres, esta Sala señaló: IIIo. Nuestra Constitución Política, reconoce la igualdad entre nacionales y extranjeros, en cuanto a deberes y derechos, "con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establecen". Dentro de las excepciones constitucionales están, a manera de ejemplo, la prohibición de intervenir en los asuntos políticos del país (art 19) y la de ocupar ciertos cargos públicos (arts. 108 para Diputados, 115 para el Presidente de la Asamblea Legislativa , 131 para Presidente y Vice-Presidente de la República , 142 para los ministros, y 159 para los Magistrados). Como excepciones a este principio, pero de rango legal, existen muchas más como las que regulan y restrinjen la entrada y salida de extranjeros y las contenidas en la legislación laboral para garantizar a los costarricenses el acceso al trabajo con prioridad en determinadas circunstancias (art. 13 Código de Trabajo). Sobre 98 este tema, la Sala ha señalado ya que la frase "con las excepciones y limitaciones que esta Constitución y las leyes establezcan" no contiene una autorización ilimitada, sino que permite al legislador establecer excepciones lógicas, derivadas de la naturaleza misma de la diferencia entre estas dos categorías -nacionales y extranjeros-, de tal forma que no se pueden establecer diferencias que impliquen la desconstitucionalización del principio de igualdad. En lo que interesa dice el voto 1440-92 de las quince horas treinta minutos del dos de junio del año pasado: "Tampoco viola la norma cuestionada lo dispuesto en el artículo 33 de nuestra Constitución, pues lo que establece el principio de igualdad, es la obligación de igualar a todas las personas afectadas por una medida, dentro de la categoría o grupo que les corresponda, evitando distinciones arbitrarias, lo cual sólo puede hacerse con aplicación de criterios de razonabilidad. De esta forma, las únicas desigualdades inconstitucionales serán aquellas que sean arbitrarias, es decir, carentes de toda razonabilidad. No corresponde a los jueces juzgar el acierto o conveniencia de una determinada diferencia contenida en una norma, sino únicamente verificar si el criterio de discriminación es o no razonable, porque el juicio acerca de la razonabilidad es lo que nos permite decidir si una desigualdad viola o no la Constitución. En el caso concreto tenemos que nuestra Constitución permite hacer diferencias entre nacionales y extranjeros al indicar en su artículo 19 ...; por supuesto que esas excepciones han de ser lógicas y derivadas de la naturaleza misma de la diferencia entre éstas dos categorías, de tal forma que no se pueden establecer diferencias que impliquen la desconstitucionalización de la igualdad, como lo sería el decir en una ley que los extranjeros no tienen derecho a la vida, a la salud, o a un derecho fundamental, pues éstas serían irracionales. Las únicas posibles son -como se dijo-, las que lógicamente deban hacerse por la natural diferencia que existe entre éstas condiciones (nacionales y extranjeros) como lo es, a manera de ejemplo, la prohibición de intervenir en los asuntos políticos del país." El Tribunal Constitucional Español, frente a textos constitucionales similares, que permiten hacer excepciones al principio de igualdad entre extranjeros y nacionales aún por ley, en sus sentencias 107-1984 y 115- 1987 ha reconocido que las excepciones que se hagan, no pueden significar la desconstitucionalización del derecho de igualdad. El Defensor del Pueblo Español en este último caso dijo: "La garantía del ejercicio de los derechos a los extranjeros en el artículo 13 de la Constitución "en los términos que establezcan los tratados y la ley", y, como ha afirmado el propio Tribunal Constitucional, no supone "que se haya querido desconstitucionalizar la posición jurídica de los extranjeros, relativa a los derechos y libertades públicas". Antes bien con la mejor doctrina habría que presumir, en principio, la equiparación del ejercicio de los derechos de los nacionales y de los extranjeros, y que las posibles limitaciones habrían de tener carácter excepcional, e interpretarse restrictivamente. En consecuencia, en aquellos derechos respecto a los cuales puedan establecerse limitaciones a su ejercicio por los extranjeros, el legislador no es enteramente libre, tales derechos siguen siendo constitucionales, y se ha de respetar el contenido esencial del derecho de que se trate. La restricción legal, deja de estar amparada constitucionalmente si convierte al derecho proclamado en una pura apariencia de lo que es en realidad si lo desvirtúa de forma que lo hace inhaprehensible, si lo desnaturaliza y borra los perfiles con que está caracterizado... la única forma legítima de establecer límites al ejercicio de las libertades públicas, propia del Estado de Derecho, es a través de una actuación represiva a posteriori de los poderes públicos en caso de extralimitación ilegítima en el ejercicio del mismo". IVo. Esta Sala ha admitido ya que la función notarial es pública, pero no hay fundamento alguno para entender que el ejercicio de funciones públicas es privativo de los costarricenses, y excluye la participación de extranjeros. La ley puede establecerlo así, pero el fundamento para proceder de ese modo debe ser manifiéstamente lógico y razonable: no puede fundamentarse simplemente en que así lo quiere la ley. Es decir, la naturaleza de la función -pública o privada- no constituye sin más, a priori, una razón suficiente para normar un trato jurídico distinto, mucho menos cuando se alcanza a ver, como en el caso de los notarios, que el ejercicio de esa función, eminentemente técnica, todo lo que razonablemente exige es competencia técnica o profesional -lo cual lo prevé el requisito de que el notario ha de ser abogado, condición ésta que no excluye al extranjero- e idoneidad ética o moral -calidad que no solo satisfacen los que ostentan una nacionalidad determinada-. Si el extranjero que tiene la calidad de abogado incorporado al respectivo Colegio, puede ejercer su profesión en Costa Rica, no hay razón suficiente, evidentemente, para explicar porqué no ha de acceder a la función notarial. Si tal razón suficiente y evidente no existe, hay que presumir que la diferencia se basa en la pura nacionalidad, lo cual es una discriminación contraria al principio de igualdad.» III).- El texto del artículo 15 del decreto número 24961-MEP, cuya anulación se pide, es el siguiente: 99 "Artículo 15.- Los Colegios Científicos Costarricenses pretenden identificar, seleccionar y dar atención especial a estudiantes muy esforzados, que: a) sientan un gusto especial por la matemática y las ciencias exactas; b) encuentren agradable y atractivo un régimen de estudio intenso; c) puedan presentar prueba de que tienen buena salud que les permita estudiar en un ambiente de trabajo fuerte; d) sean costarricenses; e) cumplan con los requisitos de edad establecidos por la Comisión de Admisión de los C.C.C." Se trata de una disposición reglamentaria que, como advierte la Procuraduría General de la República , incorpora la nacionalidad costarricense como requisito para ingresar a los colegios científicos, sin la existencia de texto legal habilitante. Las disposiciones legales que se refieren a la creación de estos colegios, son los numerales 56 a 61 de la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico, número 7169 del diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y dos, cuyo texto es el siguiente: "Artículo 56.- Se autoriza al Ministerio de Educación Pública para que suscriba convenio con la instituciones de educación superior universitaria estatal y otras entidades de reconocida excelencia académica o de investigación científica, para el establecimeinto de los colegios científicos de Costa Rica, los que contribuirán al logro de los propósitos de la educación diversificada con énfasis en la educación científica.Artículo 57.- El objetivo de los colegios científicos es la formación integral de sus estudiantes, considerando los más altos valores costarricenses en el marco de un proceso educativo, con énfasis en la adquisición de conocimientos sólidos y habilidades de los fundamentos de la matemática, la física, la química, la biología y la informática. Estos colegios se impulsarán como una opción eficaz para el mejoramiento de la enseñanza de las ciencias, sin menoscabo de otras alternativas que puedan desarrollarse.Artículo 58.- Le corresponderá al Consejo Superior de Educación la aprobación de los planes de estudio, sus respectivos programas y las normas relativas a la evaluación y la promoción, sin perjuicio de las disposiciones específicas que, dentro del marco legal, pueda adoptar cada colegio, de conformidad con la presente ley y el reglamento respectivo.Artículo 59.- Para el cumplimiento de los objetivos de los colegios científicos, las pautas generales serán definidas por un Consejo Nacional de Colegios Científicos adscrito al Ministerio de Educación Pública, al cual le corresponderá: a) Promover la coordinación y la articulación de los colegios. b) Propiciar el análisis de los programas y planes de estudio, con el propósito de lograr el más alto nivel académico. c) Proponerle al Consejo Superior de Educación las modificaciones pertinentes a los planes y programas de los colegios científicos. ch) Dictaminar, previamente a su suscripción, sobre los convenios conducentes al establecimiento de los colegios científicos. d) Establecer los criterios y normas de elección y admisión de los estudiantes de los colegios científicos. e) Nombrar y remover al director ejecutivo del Consejo Nacional de Colegios Científicos. f) Ratificar el nombramiento del ejecutivo institucional que propondrá el consejo académico de cada colegio. g) Elaborar y proponerle al Ministerio de Educación Pública el Reglamento y las disposiciones para regular el funcionamiento de los colegios científicos y del propio Consejo. Artículo 60.- El Consejo Nacional de Colegios Científicos estará integrado por: a) El Ministro de Educación Pública, quien lo presidirá. b) Dos representantes del Ministerio de Ciencia y Tecnología. c) Un representante del Consejo Nacional para la Investigación Científica y Tecnológica (CONICIT) ch) Cuatro representantes de las universidades nombrados por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) d) Un representante de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria. e) Un representante de la Cámara de Industrias de Costa Rica. f) Un representante seleccionado por el Ministro de Educación, de una terna que le presentará la Unión Nacional de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada. Artículo 61.- La organización de los colegios científicos deberá contar con una estructura mínima que incluya un consejo académico, una junta administrativa y un ejecutivo institucional, cuyas funciones específicas se definan 100 mediante reglamento. Le corresponderán a estos colegios la escogencia y el nombramiento del personal docente y administrativo, el cual estará excluido del Régimen del Servicio Civil. El financiamiento de estos colegios durante los primeros cuatro años de funcionamiento correrá parcialmente a cargo de los recursos establecidos en el artículo 39 de esta ley. Durante este período, y posteriormente, el Estado procurará financiarlos mediante recursos del Presupuesto Nacional. Los colegios científicos tendrán personalidad jurídica propia y se regirán por las disposiciones de esta capítulo, por el Reglamento que al efecto dicte el Ministerio de Educación Pública y por el Convenio de creación respectivo.» Como se ve, ninguna de las disposiciones transcritas establece en forma expresa, y como lo exige el párrafo primero del artículo 19 constitucional, el impedimento que afecta a los extranjeros para el acceso a los colegios científicos, razón suficiente para la anulación de éste, en virtud de que al tenor de la norma constitucional citada, el reglamento carece de rango normativo para establecer, prima facie, diferencias entre nacionales y extranjeros. La norma impugnada establece pues, una discriminación irrazonable en perjuicio de los extranjeros, a quienes se les priva del goce del derecho fundamental a la educación científica, únicamente por su condición de extranjeros, y sin que exista no sólo una norma legal, sino un fundamento válido que justifique la diferencia, por lo que debe declararse contraria a los artículos 19, 28 y 33 de la Constitución Política.VI).- Pero además, resulta evidente que la norma impugnada, también lesiona una serie de instrumentos internacionales vigentes en nuestro medio, que tutelan la igualdad de trato de los extranjeros, en relación con los nacionales de todo Estado, en lo que al goce de las libertades fundamentales -como la educación- se refiere; instrumentos cuya violación también acarrea su inconstitucionalidad, por disposición expresa de lo dispuesto en los numerales 7 de la Constitución Política y 73 inciso d) de la Ley de la Jurisdicción Constitucional.- La accionante invoca expresamente el numeral 12 de la Declaración Americana de los derechos y deberes del Hombre, cuyos principios -de valor universal- integran el parámetro constitucional en nuestro medio. Establece esa regla: "Artículo XII.- Toda persona tiene derecho a la educación, la que debe estar inspirada en los principios de libertad, moralidad y solidaridad humanas. Asimismo, tiene el derecho de que, mediante esta educación, se le capacite para lograr una digna subsistencia, en mejoramiento del nivel de vida y para ser útil a la sociedad. El derecho a la educación comprende el de igualdad de oportunidades en todos los casos, de acuerdo con las dotes naturales, los méritos y el deseo de aprovechar los recursos que puedan proporcionarla comunidad y el Estado. Toda persona tiene derecho a recibir gratuitamente la educación primaria, por lo menos." Pero también debe tomarse en cuenta la "Declaración sobre los Derechos Humanos de los individuos que no son nacionales del país en que viven", adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en resolución 40/144 del trece de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco, que en su artículo 8 expresamente señala que: "Los extranjeros que residan legalmente en el territorio de un Estado gozarán también, con arreglo a las leyes nacionales, de los siguientes derechos, con sujeción a sus obligaciones establecidas en el artículo 4: a) ... b) ... c) El derecho a protección sanitaria, atención médica, seguridad social, servicios sociales, educación, descanso y esparcimiento, a condición de que reúnan los requisitos de participación previstos en las reglamentaciones pertinentes y de que no se imponga una carga excesiva sobre los recursos del Estado." Por su parte, el numeral 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, dispone que: "Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social." Y, finalmente, la "Convención Relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza", adoptada el catorce de diciembre de mil novecientos sesenta, por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación , la Ciencia y la Cultura , y aprobada por nuestro país mediante Ley número 3170 del doce de agosto de mil novecientos sesenta y tres, que en su artículo 1 define las discriminaciones en la enseñanza como: 101 "...toda distinción, exclusión, limitación o preferencia fundada en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición económica o el nacimiento, que tenga por finalidad o por efecto destruir o alterar la igualdad de trato en la esfera de la enseñanza, y, en especial: a) Excluir a una persona o a un grupo del acceso a los diversos grados y tipos de enseñanza." VII).- Resulta evidente pues, que tanto nuestra Constitución Política, en su texto expreso, como el Derecho Internacional de los Derechos Humanos vigente en el país, impiden al Estado costarricense establecer, en perjuicio de los extranjeros que habiten en nuestro país, restricciones irrazonables al ejercicio de los derechos fundamentales, con las únicas excepciones que imponga ese marco fundamental, o las disposiciones legislativas ajustadas a los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad constitucionales. Como quedó expuesto, la restricción que, al acceso a los colegios científicos, impone a los extranjeros el inciso d) del numeral 15 del decreto número 24961-MEP, contraviene el marco constitucional y convencional supracitado, por fundarse únicamente en razones de nacionalidad, y por ello, con el objeto de resguardar la supremacía de aquéllas normas y principios, procede su anulación del ordenamiento jurídico, con las consecuencias previstas en los numerales 88 y siguientes de la Ley de la Jurisdicción Constitucional.Por tanto: Se declara con lugar la acción, y en consecuencia, se anula por inconstitucional el inciso d) del artículo 15 de las "Normas básicas reguladoras del proceso educativo en los colegios cientficos costarricenses", decreto número 24961-MEP, publicado en el Diario Oficial " La Gaceta ", del veintisiete de febrero de mil novecientos noventa y seis. Esta sentencia es declarativa, y sus efectos retroactivos a la fecha de promulgación de la norma que se anula, sin perjuicio de derechos adquiridos de buena fe. Reséñese esta sentencia en el Diario Oficial " La Gaceta " y publíquese íntegramente en el Boletín Judicial. Comuníquese al Presidente de la República y al Ministro de Educación Pública. Notifíquese.Luis Paulino Mora Mora Presidente R. E. Piza E. Luis Fernando Solano C. Carlos M. Arguedas R. Adrián Vargas B. José Luis Molina Q. Fernando Albertazzi H. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 01401 – 99 Partes Caso Normativa Ana Ramos vs Directora A.I. de Enfermeria del Hospital San Francisco de Asis de Grecia y Caja Costarricense De Seguro Social Reclama la recurrente que se lesiona el derecho de igualdad en su caso al no haber sido nombrada en una de las tres plazas sacadas a concurso de Enfermera 1 en el Hospital de Grecia, considerando la recurrente estar en igual o mejor posición que otros oferentes. La Sra. Ramos solicitó a la Directora a.i. de Enfermería del Hospital de Grecia, las explicaciones del caso por no haberla nombrado en las plazas de Enfermera. La Directora le contestó que se basó en la idoneidad para nombrar a los funcionarios en el concurso, escogiendo entre los cinco colegas costarricenses interinos, indicándole que si en el futuro existe inopia de personal y plazas a entregar, cabría la posibilidad de otorgarle una plaza en propiedad. Artículo 33 de la Constitución Política 102 Involucrada Desarrollo Conclusión La Sala encuentra que en la escogencia de personal realizada por la Directora de Enfermería del nosocomio accionado, medió una discriminación en razón de la nacionalidad de la aquí recurrente, en el tanto con fundamentos no atendibles expresados por la propia funcionaria en el informe rendido a la Sala, quedó claro que prefirió a nacionales ante la extranjera. La Directora recurrida decidió que el Convenio suscrito con Panamá en momentos en que nuestro país tenía déficit en ese campo de la enfermería, por medio del cual había ingresado al país la señora Ramos, había fenecido, lo que a todas luces resulta ilegítimo. Además, en el caso de que esa normativa hubiera sido derogada, debe seguirse con su aplicación en los casos en que se hayan consolidado situaciones jurídicas o se hayan adquirido derechos de buena fe, como lo es el caso de la señora Ramos, la que se asentó en el país desde el año de 1991, amparada al citado. Se declara con lugar el recurso. Restitúyese a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se condena a la Caja Costarricense de Seguro Social al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 01401 1999 99-000507-0007-CO Sala Constitucional 24/02/1999 4:27:00 PM De Fondo Solano Carrera Luis Fernando Recurso de amparo Amparo Fecha: 24/02/1999 Exp: 99-000507-007-CO-S. Res: 01401-99. SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las dieciséis horas con veintisiete minutos del veinticuatro de febrero de mil novecientos noventa y nueve.Recurso de AMPARO interpuesto por ANA DEL CARMEN RAMOS HERRERA, mayor, soltera, enfermera profesional, ciudadana Panameña con pasaporte N° 8-308-556, vecina de Grecia; contra la DIRECTORA a.i. DE ENFERMERIA DEL HOSPITAL SAN FRANCISCO DE ASIS DE GRECIA y la CAJA COSTARRICENSE DE SEGURO SOCIAL. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 13 horas y 12 minutos del 25 de enero de 1999, la recurrente indica que ingresó a Costa Rica en el mes de octubre de 1991 en virtud de un convenio entre los gobiernos de costa Rica y Panamá, para ocupar cargos de enfermería ante al inopia existente en este país. Que desde entonces ha estado trabajando hasta el año de 1993 en el Hospital de San Carlos y luego en el Hospital de Grecia. Que en ese tiempo realizó las gestiones necesarias para incorporarse al Colegio de Enfermeras de Costa Rica. Recientemente quedaron tres plazas en el Hospital de Grecia de Enfermera 1, por lo que manifestó su interés 103 de ser nombrada en una de ellas, ya que aun labora como interina. Que pese a contar incluso con mejores atestados que otras de las aspirantes, ella no fue nombrada, sustentado según pudo escuchar en razón de ser extranjera. Que el 7 de enero de 1999 dirigió nota a la Directora a.i. de Enfermería solicitando las razones por las que no fue nombrada en una de las plazas, y en su respuesta la funcionaria le indicó que era por su nacionalidad al aplicar el artículo 68 de la Constitución Política. Que estando inconforme, el 12 de enero siguiente, impugnó los nombramientos para que la funcionaria accionada resolviera, dejando planteado el recurso correspondiente ante el superior. Que recibió respuesta de la Directora de Enfermería reiterando la primera resolución, sin que elevara en ningún momento el asunto al superior, violándose sus derechos constitucionales. 2.- Gilda Montero Venegas, Directora Interina de Enfermería del Hospital San Francisco de Asís de Grecia, en su informe indicó que la situación de inopia en el país ha sido superada, por lo que las razones del convenio que menciona la recurrente ya fenecieron. Que es cierto lo relacionado al concurso de plazas de enfermería en el hospital, en el que aplicó el criterio de idoneidad para escoger los funcionarios considerando aspectos objetivos, sin que el hecho de que la recurrente sea extrajera fuera el principal. Que el 29 de diciembre realizó la escogencia enviando la documentación respectiva a la oficina de Recursos Humanos según corresponde. Que en dos ocasiones contestó las solicitudes de la aquí recurrente, y en cuanto al recurso planteado, lo elevó a la autoridad superior el 26 de enero de 1999, mediante oficio DEHSFA 16-99. 3.- El Presidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social, Rodolfo Piza Rocafort, indicó que no tiene conocimiento de los hechos que alega la recurrente, por lo que debió solicitar información a la Directora a.i de Enfermería del Hospital San Francisco de Asis, y con base en el reporte emitido por la señora Gilda Montero Venegas, se ha rendido informe. 4.- Por su parte, en contestación a la audiencia conferida, los señores Gilberth Arias Castro, Ana Ruth Arce Barrantes y Amelia Alvarez Rojas, en su calidad de funcionarios escogidos para ocupar en propiedad las plazas concursadas en el Hospital de Grecia, indicaron que fueron seleccionados en diciembre pasado por la señora Gilda Montero Venegas en puesto de Enfermería 1, lo anterior a base de idoneidad Redacta el Magistrado Solano Carrera; y, Considerando: I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos: a) Mediante misiva fechada 11 de enero de 1999, la señora Ramos Herrera, solicitó a la Directora a.i. de Enfermería del Hospital de Grecia, las explicaciones del caso por no haberla nombrado en las plazas de Enfermera 1 (folio 7); b) La Directora a.i. de Enfermería del Hospital de Grecia, le contestó a la enfermera Ramos mediante oficio N° DEHSFAE-009-99, en la que le indica que en aplicación de los artículos 68 y 192 de la Constitución Política se basó en la idoneidad para nombrar a los funcionarios en el concurso, escogiendo entre los cinco colegas costarricenses interinos, indicándole que si en el futuro existe inopia de personal y plazas a entregar, cabría la posibilidad de otorgarle una plaza en propiedad (folio 6); c) En fecha 13 de enero siguiente, la aquí recurrente impugnó formalmente los nombramientos realizados en tres plazas de enfermera 1, ante la Directora a.i,. de Enfermería del Hospital de Grecia, alegando que existía en el caso discriminación en su contra por ser extranjera, indicando que de no ser aceptada la impugnación por la Directora, fuera elevado el asunto ante el superior (folio 9) ; c) La Directora aquí accionada en oficio DEHSFAE-012-99 de 18 de enero de 1999, contestó la misiva de la señora Ramos, reiterando su posición contenida en el oficio anterior N° DEHSFAE-009-99 (folio 11); d) El Director del Hospital San Francisco de Asís de Grecia, en oficio N° HSFADM-059-99, dirigido a la Directora a.i. de Enfermería, da respuesta a los oficios N° DEHSFAE-15-99 y 16-99, que elevan la apelación del Lic., Miguel Sánchez y de Ana del Carmen Ramos. En ese oficio, el Director indica que las enfermeras Amelia Alvarez Rojas, Ana del Carmen Ramos Herrera y Ana Ruth Arce Barrantes, tienen las tres mayores notas y se hacen 104 acreedoras al nombramiento en las plazas vacantes de enfermera 1 de los códigos 30.845, 26.513 y 30.846, por lo que se le instruye para hacer los nombramientos respectivos. Además, le devolvió las tres acciones de personal de los anteriores nombramientos sin su firma de autorización, con el fin de que realice los cambios pertinentes (folio 52). II.- Sobre el fondo. Reclama la recurrente dos situaciones: la primera, en cuanto se lesiona el derecho de igualdad en su caso al no haber sido nombrada en una de las tres plazas sacadas a concurso de Enfermera 1 en el Hospital de Grecia, considerando la recurrente estar en igual o mejor posición que otros oferentes. Segundo, que la Directora de Enfermería accionada no elevó su reclamo ante el Superior. En cuanto al primer alegato, la Sala encuentra que en la escogencia de personal realizada por la Directora de Enfermería del nosocomio accionado, medió una discriminación en razón de la nacionalidad de la aquí recurrente, en el tanto con fundamentos no atendibles expresados por la propia funcionaria en el informe rendido a la Sala, quedó claro que prefirió a nacionales ante la extranjera. La Directora recurrida, según informe rendido a la Sala, por su propia cuenta, decidió que el Convenio suscrito con Panamá en momentos en que nuestro país tenía déficit en ese campo de la enfermería, por medio del cual había ingresado al país la señora Ramos, había fenecido, lo que a todas luces resulta ilegítimo, pues no es ella la funcionaria competente para decidir tal aspecto normativo y menos a propósito del concurso en examen. Además, en el caso de que esa normativa hubiera sido derogada, debe seguirse con su aplicación en los casos en que se hayan consolidado situaciones jurídicas o se hayan adquirido derechos de buena fe, como lo es el caso de la señora Ramos, la que se asentó en el país desde el año de 1991, amparada al citado. Por ser aplicable al caso que nos ocupa, merece hacerse referencia a lo manifestado por la Sala en cuanto a la aplicación de las leyes y su vigencia a situaciones jurídicas consolidadas antes de su derogatoria. En sentencia N° 00668-90 de las 16 horas del 13 de junio de 1990, se indicó: "... En el caso sub exámine, pues, la ley derogada surte efectos, mantiene su eficacia, pues su artículo 4 otorgó a los recurrentes, desde la importación al país de sus vehículos (1984) el derecho de hacerlo con exoneración de impuestos y, a la vez, el de traspasarlos también en forma exonerada una vez transcurridos cinco años desde aquella fecha. Por decirlo de alguna manera, la ley había creado en favor de los accionantes un derecho compuesto (importar y traspasar con exoneración). Del expediente administrativo queda claro que el primer suceso (importación) ocurrió en mil novecientos ochenta y cuatro, mientras que la solicitud para que el segundo (traspaso) ocurriera, fue denegada aduciéndose la existencia de la nueva normativa, pero en opinión de esta Sala ya los recurrentes habían adquirido tal derecho desde el primer suceso, pues la importación la hicieron en tanto y en cuanto la norma derogada les permitiría, transcurrido un determinado lapso, el transferir los vehículos en forma exonerada aun cuando en el recurso se promulgara y entrara en vigencia la Ley No. 7088. Esta, por virtud de lo dispuesto por el artículo 34 de la Constitución Política, solamente puede ser aplicada a situaciones nacidas a partir de su fecha de vigencia, no a aquéllas (como es el caso de los recurrentes) nacidas al amparo de la norma derogada. Distinta es la situación de cualquier importación que se realice luego de la promulgación de la Ley No. 7088, pues el régimen de exoneraciones, como se ve, ha sido modificado a raíz de un nuevo enfoque del Estado costarricense hacia las exoneraciones en general por el impacto que éstas tienen o han tenido en la situación fiscal del país...". III.- Además, en cuanto al segundo alegato esgrimido por la recurrente, se debe indicar que la impugnación administrativa planteada contra la decisión de no escogerla en el concurso de plazas de enfermería, sí fue elevada ante el superior de la accionada, el Director General del Hospital de Grecia, quien atendiendo el reclamo formulado, resolvió que dentro de los tres puntajes más elevados estaba el de la aquí recurrente, por lo que devolvió sin su autorización las acciones de personal firmadas por la Directora de Enfermería. Con ello queda probado que la escogencia en cuestión había sido hecha contrariando los más elementales normas de equidad, perjudicando abiertamente a la recurrente. Ahora bien, no obstante el trámite administrativo mencionado, la Sala considera que en la especie la autoridad recurrida violó el derecho a la igualdad plasmado en el numeral 33 de la Constitución Política. En consecuencia, el recurso debe ser declarado con lugar ordenándose a las autoridades recurridas restituir a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Por tanto: Se declara CON LUGAR el recurso. Restitúyese a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se condena a la Caja Costarricense de Seguro Social al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los 105 hechos que sirven de base a esta declaratoria, Los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Luis Paulino Mora M. Presidente Luis Fernando Solano C. Eduardo Sancho G. Carlos Manuel Arguedas R. José Luis Molina Q. Hernando Arias G. Susana Castro A. 106 Discriminación según el Estrato Social Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 05206-04 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Orlando Salas vs el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social La presente acción de inconstitucionalidad está dirigida a atacar la validez de la expresión “mandaderos” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte. Considera el actor que la exclusión hecha en la cobertura obligatoria del seguro de invalidez vejez y muerte a los mandaderos es contraria al principio constitucional de igualdad y no discriminación, además de atentar contra el derecho fundamental a la seguridad social. Artículo 25 de la Constitución Política de 1871 (El Reglamento fue aprobado 1946. Al tratarse de una norma preconstitucional su verificación debe tener como parámetro la carta de 1871, vigente al momento de emisión del reglamento objeto de esta acción.) Artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte: El Seguro de Invalivez, Vejez y Muerte, que de conformidad con el presente Reglamento asume la Caja Costarricense de Seguro Social, es obligatorio: (...) 2) Para los empleados de las instituciones y empresas, públicas y privadas, enumerados a continuación: (...) b) Los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares, excepto porteros, mandaderos, y, en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo. (...)” En el caso que nos ocupa, el artículo acccionado incluye en la cobertura del régimen a los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares. No obstante, la misma norma excluye de dicha categoría a los “porteros, mandaderos, y en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo”. Esta categoría de trabajadores no dificulta, ya sea por sus funciones, lugar donde las desempeña o cantidad, en forma real su inclusión al régimen de invalidez, vejez y muerte, ni hace que esta inclusión resulte riesgosa para la sostenibilidad del sistema. La Sala ya avaló la progresividad en la cobertura del régimen, cuando la misma obedeciera a dificultades propias de la implementación de un sistema tan oneroso y complejo. Sin embargo, no puede la Sala Constitucional tolerar exclusiones basadas en argumentos clasistas claramente discriminatorios. La CCSS no mencionó un único argumento científico que justificara la no inclusión del régimen de invalidez y muerte, de los “mandaderos”. Así las cosas, al haber dispuesto la CCSS un régimen excluyente de un grupo de trabajadores apenas por su baja ubicación jerárquica, impidiéndole acceder a la seguridad social, es claro que dicha distinción resulta odiosa al Derecho de la Constitución. La norma impugnada es contraria a los artículos 25 y 63 de la Constitución Política de 1871, pues además de ser una discriminación odiosa, impide al acceso al derecho fundamental a la seguridad social. Se declara con lugar la acción. En consecuencia, se anula la palabra “mandaderos” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta 107 y seis. De conformidad con lo establecido en el artículo 89 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por conexidad se anula el texto: “,excepto porteros, ..., y en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo ” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del referido Reglamento. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 05206 Año : 2004 03-004503-0007-CO Sala Constitucional 18/05/2004 2:54:00 PM De Fondo Vargas Benavides Adrián Acción de inconstitucionalidad Exp: 03-004503-0007-CO Res: 2004-05206 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con cincuenta y cuatro minutos del dieciocho de mayo del dos mil cuatro. Acción de inconstitucionalidad promovida por ORLANDO SALAS HERRERA, portador de la cédula de identidad número 1-295-910, contra el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis. Intervinieron también en el proceso Luis Fernando Chaves Rodríguez, apoderado general judicial sin límite de suma de la Caja Costarricense de Seguro Social y Farid Beirute Brenes, Procurador General Adjunto de la República. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala el cuatro de abril de dos mil tres (folio 1), el accionante solicita que se declare la inconstitucionalidad de el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis. Alega que la norma impugnada cubre con el seguro de invalidez, vejez y muerte a los “empleados de oficina”, exceptuando los “mandaderos”. Alega que desde mil novecientos cincuenta y ocho él fue “office boy”, empleado de oficina que, entre otras cosas, es mandadero. Señala que la norma en cuestión cobijaba al grupo de los empleados de oficina, pero excluía a los mandaderos y a otros empleados menores de oficina. Considera que es muy clara la discriminación producida, pues en circunstancia iguales, el trato debe ser idéntico. En este caso, la única razón que a su juicio llevó a la diferenciación era el bajo nivel de los funcionarios excluidos. Si no hubo una razón objetiva de peso para la distinción, ésta no podía tener cabida. Además de ser contraria al principio de igualdad, la norma impugnada contraviene el acceso a la seguridad social que el artículo 73 de la Constitución Política reconoce. La posibilidad que tenía la Caja Costarricense de Seguro Social de ir extendiendo la cobertura de los seguros no le permitía discriminar como lo hizo. Solicita que se le dé entrada a la presente acción de inconstitucionalidad, siguiendo los trámites normados. 2.- A efecto de fundamentar la legitimación que ostenta para promover esta acción de inconstitucionalidad, señala como asunto base el recurso de amparo número 01-007588-0007-CO, en el cual la Sala, mediante resolución de las nueve horas con veinticuatro minutos del veinte de marzo de dos mil tres, le dio plazo para la interposición de la respectiva acción de inconstitucionalidad. 3.- Por resolución de las catorce horas con treinta minutos del quince de mayo de dos mil tres (visible a folio 6 del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República y a la Caja Costarricense de Seguro Social. 108 4.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folio 13. Señala que no existe motivo para cuestionar la legitimación del demandante para promover la presente acción de inconstitucionalidad. Sin embargo, estima que únicamente está legitimado para impugnar la palabra “mandaderos” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, pues dicha norma contempla el caso de otras ocupaciones. En cuanto al fondo, indica que ya la Sala, en criterio compartido por la Procuraduría (sentencia número 1893-99), se pronunció respecto de las razones de orden administrativo y financiero que justificaron la implementación paulatina del régimen, considerando que la cobertura paulatina no es contraria a la Constitución Política. Distinta sería la situación de una norma que excluya a quienes, con base en una disposición anterior, ya habían ingresado al régimen. Considera que de aceptarse la tesis del accionante, gran cantidad de personas quedarían habilitadas para solicitar las prestaciones económicas del régimen, aun sin haber cotizado para él, lo que conduciría a un caos en el sistema de seguridad social del país. Sobre la alegada violación al principio de igualdad, señala que la Sala ha resuelto que la Caja Costarricense de Seguro Social, como administradora del régimen, contaba con amplia discrecionalidad para decidir cuáles sectores de trabajadores debían incorporarse de primeros al seguro. Recomienda que la presente acción sea declarada sin lugar. 5.- Luis Fernando Chaves Rodríguez, en su calidad de apoderado general judicial sin límite de suma de la Caja Costarricense de Seguro Social contesta a folio 22 la audiencia conferida, manifestando que la jurisprudencia de la Sala Constitucional ha determinado que la igualdad no es una regla absoluta, sino que debe ser aplicada únicamente para quienes se encuentren en igual situación. En el presente caso, señala que inicialmente fueron incluidos en el seguro de invalidez, vejez y muerte, segmentos laborales específicos, y poco a poco se fueron incluyendo otros, hasta llegar a la universalización. Prácticamente con el reglamento de mil novecientos setenta y uno, diez años después de la reforma del artículo 177 constitucional, la norma no incluyó a los trabajadores de aquellas zonas a las que no se había extendido el seguro de enfermedad, por razones eminentemente técnicas. Alega que la denegatoria de reconocimiento de cuotas del recurrente estuvo debidamente fundamentada en la normativa de la institución aplicable al caso, y en lo resuelto por la Sala en sentencia número 187-97, al no haber acreditado el recurrente que laboró en la Compañía Bananera durante el período que solicitó reconocimiento, en labores en que existiera obligación del patrono de tenerlo empadronado ante la Caja. Por otro lado, manifiesta que el hecho de haberse salvado los derechos de quienes ya se encontraban afiliados al seguro de invalidez, vejez y muerte en zonas aún no cubiertas por el seguro de enfermedad y maternidad, comprueba la posición de la reforma a favor de quienes ya tenían expectativas de derechos, y no constituye en absoluto discriminación en contra de quienes no se encontraban en esa hipótesis. Alega que los seguros sociales no nacieron en el país en mil novecientos cuarenta y nueve, pues la actual Constitución reiteró la norma que en mil novecientos cuarenta y tres fue incluida en la anterior Carta de mil ochocientos setenta y uno. Considera que el artículo 73 constitucional es el típico ejemplo de una norma programática, que demuestra la convicción política acerca de la necesidad de contar con los seguros sociales, pero tratándose de materia tan técnica como ésta, se establece que la regulación concreta de cada seguro deberá ser fijada por la Ley. Así, los seguros sociales tuvieron la necesidad de un desarrollo legislativo que se concretó en la Ley número 17 de veintidós de octubre de mil novecientos cuarenta y tres. En la misma Ley, a tono con la autonomía que en materia de administración y de gobierno le reconoce a la Caja Costarricense de Seguro Social el artículo 73 constitucional, se dispuso que la institución reglamentaría los requisitos de ingreso a cada régimen de protección, así como los beneficios y condiciones en que éstos serían otorgados. Tal cierto es que en mil novecientos cuarenta y nueve no fue creado el seguro de invalidez, vejez y muerte que fue preciso, en mil novecientos sesenta y uno, introducir una nueva norma programática en la Constitución Política que habló, por primera vez, de universalización de los seguros. En cuanto a la legitimación del actor, alega que la lesión que se aduzca como fundamento de la acción deber ser individual y directa. No obstante, el accionante no acreditó en sede administrativa las pruebas que permitieran tener por demostrado que los servicios prestados a la Compañía Bananera de Costa Rica a partir de veinte de abril de mil novecientos cincuenta y ocho y hasta seis de mayo de mil novecientos setenta y nueve, lo fuera en labores administrativas, sino que según su propia declaración lo era en el puesto de “office boy”. Alega que el señor Salas Herrera no era sujeto de aseguramiento obligatorio durante la vigencia del régimen general del seguro de invalidez, vejez y muerte, y tampoco lo fue luego de la reforma de mil novecientos sesenta, ya que su puesto no se encontraba cubierto por el seguro; además, luego de la reforma de mil novecientos sesenta los servicios prestados de mensajería y a partir de mil novecientos setenta y cuatro como oficinista, no los realizó en una zona donde se hubiese extendido el seguro de enfermedad y maternidad, pues a la 109 zona de Golfito se extendió hasta el primero de noviembre de mil novecientos setenta y seis. Aduce que en ningún país del mundo la seguridad social se inició como un sistema universal. Por razones técnico actuariales no se asume la totalidad de la población laboralmente activa de aquel período, ni cubre todo el territorio nacional. La propia ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, en su artículo 4°, relativiza la obligatoriedad del seguro social, pues existen hipótesis de exclusión, fundamentadas actuarialmente. Solicita que sea desestimada esta acción en todos sus extremos. 6.- Mediante escrito presentado a la Secretaría de la Sala el dos de julio de dos mil tres (folio 50), el actor refuta los argumentos de la Caja Costarricense de Seguro Social y la Procuraduría General de la República. Señala que la Caja habla de estudios actuariales que llevaron a la implementación paulatina del seguro, pero no indica de qué estudios se trata. De todos modos, el tema es que dentro de las oficinas se discriminó sólo contra los funcionarios de nivel más bajo (mandaderos y porteros), lo cual no tiene el menor sentido desde el vértice de la justicia social y menos que ni siquiera representan un número significativo. Niega haber sostenido que la universalización de los seguros ocurrió en mil novecientos cuarenta y nueve. Sostiene que la relación de esta acción con el amparo base es tan evidente que fue la misma Sala la que le dio plazo para iniciar este proceso. No es cierto, como indica la Procuraduría General de la República, que en esta acción lo que se impugna es el sistema progresivo de cobertura que manejó la Caja, sino que lo reclamado es la discriminación de que fueron objeto los funcionarios excluidos de cobertura. Afirma que en la sentencia 1893-99 la Sala no dice lo que la Procuraduría dice que dice, pues allí se habla de sectores, y no de discriminación dentro de los sectores. Solicita que se declare con lugar la acción. 7.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional fueron publicados en los números 101, 102 y 103 del Boletín Judicial, de los días veintiocho, veintinueve, veintiuno y treinta de mayo de dos mil tres. (Folio 12) 8.- Esta Sala consideró innecesario efectuar l a audiencia oral y pública prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por cuanto en el expediente se cuenta con elementos suficientes para resolver la presente acción de inconstitucionalidad. 9.- En los procedimientos seguidos han sido observadas las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Vargas Benavides ; y, Considerando: I.- Las reglas de legitimación en las acciones de inconstitucionalidad. El artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional regula los presupuestos que determinan la admisibilidad de las acciones de inconstitucionalidad, exigiendo la existencia de un asunto pendiente de resolver en sede administrativa o judicial en el que se invoque la inconstitucionalidad, requisito que no es necesario en los casos de excepción previstos en los párrafos segundo y tercero de ese artículo, es decir, que por la naturaleza de la norma no haya lesión individual o directa; que se fundamente en la defensa de intereses difusos o que atañen a la colectividad en su conjunto, o que sea presentada por el Procurador General de la República, el Contralor General de la República, el Fiscal General de la República o el Defensor de los Habitantes, en estos últimos casos, dentro de sus respectivas esferas competenciales. A partir de lo antes dicho, se tiene que la regla general apunta a la necesidad de contar con un asunto previo, siendo excepcionales las posibilidades de acudir a la Sala Constitucional en forma directa. De acuerdo con el primero de los supuestos previstos por el párrafo 2° del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, la norma cuestionada no debe ser susceptible de aplicación concreta, que permita luego la impugnación del acto aplicativo y su consecuente empleo como asunto base. Dispone el texto en cuestión que procede cuando " por la naturaleza del asunto, no exista lesión individual ni directa ", es decir, cuando por esa misma naturaleza, la lesión sea colectiva (antónimo de individual) e indirecta. Sería el caso de actos que lesionen los intereses de determinados grupos o corporaciones en cuanto tales, y no propiamente de sus miembros en forma directa. En segundo lugar, se prevé la posibilidad de acudir en defensa de " intereses difusos "; este concepto, cuyo contenido ha ido siendo delineado paulatinamente por parte de la Sala, podría ser resumido en los términos empleados en la sentencia de este tribunal 110 número 3750-93, de las quince horas del treinta de julio de mil novecientos noventa y tres) "… Los intereses difusos, aunque de difícil definición y más difícil identificación, no pueden ser en nuestra ley como ya lo ha dicho esta Sala los intereses meramente colectivos; ni tan difusos que su titularidad se confunda con la de la comunidad nacional como un todo, ni tan concretos que frente a ellos resulten identificados o fácilmente identificables personas determinadas, o grupos personalizados, cuya legitimación derivaría, no de los intereses difusos, sino de los corporativos que atañen a una comunidad en su conjunto. Se trata entonces de intereses individuales, pero a la vez, diluidos en conjuntos más o menos extensos y amorfos de personas que comparten un interés y, por ende reciben un perjuicio, actual o potencial, más o menos igual para todos, por lo que con acierto se dice que se trata de intereses iguales de los conjuntos que se encuentran en determinadas circunstancias y, a la vez, de cada una de ellas. Es decir, los intereses difusos participan de una doble naturaleza, ya que son a la vez colectivos por ser comunes a una generalidad e individuales, por lo que pueden ser reclamados en tal carácter" En síntesis, los intereses difusos son aquellos cuya titularidad pertenece a grupos de personas no organizadas formalmente, pero unidas a partir de una determinada necesidad social, una característica física, su origen étnico, una determinada orientación personal o ideológica, el consumo de un cierto producto, etc. El interés, en estos casos, se encuentra difuminado, diluido (difuso) entre una pluralidad no identificada de sujetos. En estos casos, claro, la impugnación que el miembro de uno de estos sectores podría efectuar amparado en el párrafo 2° del artículo 75, deberá estar referida necesariamente a disposiciones que lo afecten en cuanto tal. Esta Sala ha enumerado diversos derechos a los que les ha dado el calificativo de "difusos", tales como el medio ambiente, el patrimonio cultural, la defensa de la integridad territorial del país y del buen manejo del gasto público, entre otros. Al respecto deben ser efectuadas dos precisiones: por un lado, los referidos bienes trascienden la esfera tradicionalmente reconocida a los intereses difusos, ya que se refieren en principio a aspectos que afectan a la colectividad nacional y no a grupos particulares de ésta; un daño ambiental no afecta apenas a los vecinos de una región o a los consumidores de un producto, sino que lesiona o pone en grave riesgo el patrimonio natural de todo el país e incluso de la Humanidad; del mismo modo, la defensa del buen manejo que se haga de los fondos públicos autorizados en el Presupuesto de la República es un interés de todos los habitantes de Costa Rica, no tan solo de un grupo cualquiera de ellos. Por otra parte, la enumeración que ha hecho la Sala Constitucional no pasa de una simple descripción propia de su obligación –como órgano jurisdiccional- de limitarse a conocer de los casos que le son sometidos, sin que pueda de ninguna manera llegar a entenderse que solo pueden ser considerados derechos difusos aquellos que la Sala expresamente haya reconocido como tales; lo anterior implicaría dar un vuelco indeseable en los alcances del Estado de Derecho, y de su correlativo "Estado de derechos", que como en el caso del modelo costarricense parte de la premisa de que lo que debe ser expreso son los límites a las libertades, ya que éstas subyacen a la misma condición humana y no requieren por ende de reconocimiento oficial. Finalmente, cuando el párrafo 2° del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional habla de intereses " que atañen a la colectividad en su conjunto ", se refiere a los bienes jurídicos explicados en las líneas anteriores, es decir, aquellos cuya titularidad reposa en los mismos detentadores de la soberanía, en cada uno de los habitantes de la República. No se trata por ende de que cualquier persona pueda acudir a la Sala Constitucional en tutela de cualesquiera intereses (acción popular), sino que todo individuo puede actuar en defensa de aquellos bienes que afectan a toda la colectividad nacional, sin que tampoco en este campo sea válido ensayar cualquier intento de enumeración taxativa. II.- La legitimación del accionante en este caso . El actor invoca la existencia del recurso de amparo número 01-007588-0007-CO, en el que mediante resolución de las nueve horas con veinticuatro minutos del veinte de marzo de dos mil tres, le dio plazo para la interposición de la respectiva acción de inconstitucionalidad. En dicho proceso, el señor Salas Herrera reclama que la Caja Costarricense de Seguro Social se ha negado a reconocer las cuotas referentes al seguro de invalidez, vejez y muerte correspondientes al período comprendido entre los años mil novecientos cincuenta y ocho a mil novecientos setenta y seis, precisamente en aplicación de la norma aquí impugnada. De conformidad con el párrafo 1° del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, la presente acción de inconstitucionalidad deber ser admitida, pues el actor cuenta con un asunto previo (recurso de amparo) para cuyo éxito resulta esencial lo que sobre el fondo de esta acción resuelva la Sala. Este pronunciamiento deberá limitarse a aquellos aspectos respecto de los cuales el actor cuenta con legitimación en los términos dichos; así, en lo que atañe a la alegada violación del principio de igualdad, se limitará a analizar la exclusión hecha respecto de los “mandaderos”, puesto que ocupó el actor y debido al cual la institución le niega el reconocimiento de las cuotas solicitadas. 111 III.- Otros aspectos de admisibilidad. Estando claro que el actor cuenta con legitimación suficiente para promover esta demanda, resta indicar que las actuaciones impugnadas están entre las previstas en el artículo 73 inciso a) de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por tratarse de un acto general de carácter normativo (una disposición contenida en un reglamento administrativo, el Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis), materia cuya constitucionalidad procede revisar en esta vía. Asimismo, si bien se trata de una norma derogada, como en la acción de inconstitucionalidad lo que se verifica es la validez de las normas jurídicas y no así su eficacia, es claro que el juicio de constitucionalidad puede ser efectuado incluso respecto de normas ya derogadas, considerando que las reglas en tal situación han perdido su vigencia, pero no así su existencia y consecuentemente los efectos que produjeron antes de su derogación. Precisamente el asunto que motivó la interposición del recurso de amparo que sirve de base a este acción se basa en la aplicación al actor de la norma aquí impugnada, no obstante haber perdido su vigencia desde hace varias décadas. Asimismo, el hecho de haber sido la norma impugnada emitida con anterioridad a la creación de la Sala Constitucional (incluso es anterior a la promulgación de la Constitución Política de mil novecientos cuarenta y nueve) no le impide a este tribunal entrar a analizar su validez. Por un lado, una norma preconstitucional podría ser válida a la luz de la Carta anterior y haber sido derogada por el nuevo texto. Podría también haber devenido inconstitucional por una razón superviniente, cuando cambios en la realidad hagan que una norma originalmente válida pase a oponerse al Derecho de la Constitución. En tercer lugar, una norma anterior a la actual Carta podría ser contraria a la Constitución Política vigente al momento de su promulgación, en este caso la Constitución de mil ochocientos setenta y uno, que resulta un parámetro válido para medir la constitucionalidad de las normas emitidas durante su vigencia. Es por lo anterior que la norma impugnada deberá ser en primer término comparada con el texto de la Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno, a fin de verificar su validez. Al tratarse de una norma preconstitucional, su verificación debe tener como parámetro la carta de mil ochocientos setenta y uno, vigente al momento de emisión del reglamento objeto de esta acción. Además, el actor presentó su escrito de interposición en atención a los requisitos estipulados en los numerales 78 y 79 de la Ley de rito. En conclusión, la presente acción es admisible, por lo que debe entrarse de inmediato a discutir el objeto y el fondo de la misma. IV.- Objeto de la acción. La presente acción de inconstitucionalidad está dirigida a atacar la validez de la expresión “mandaderos” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis. El texto de dicha norma es el siguiente: “Artículo 1° El Seguro de Invalivez, Vejez y Muerte, que de conformidad con el presente Reglamento asume la Caja Costarricense de Seguro Social, es obligatorio: (...) 2) Para los empleados de las instituciones y empresas, públicas y privadas, enumerados a continuación: (...) b) Los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares, excepto porteros, mandaderos, y, en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo. (...)” Considera el actor que la exclusión hecha en la cobertura obligatoria del seguro de invalidez vejez y muerte a los mandaderos es contraria al principio constitucional de igualdad y no discriminación, además de atentar contra el derecho fundamental a la seguridad social. Sobre el fondo. V.- La progresividad del régimen de invalidez, vejez y muerte. La Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno reconoció el derecho fundamental a la seguridad social. De hecho, el artículo 63, que forma parte de la Sección Tercera “De las Garantías Sociales” del Título III de dicha Constitución, estableció los seguros sociales en beneficio de los trabajadores “manuales e intelectuales” para protegerlos contra los riesgos de enfermedad, invalidez, maternidad, vejez, muerte y otras contingencias que la ley determine. (Texto según reforma operada por Ley número 24 de dos de julio de mil novecientos cuarenta y tres y que coincide con el texto del artículo 73 de la Constitución actual) No obstante lo anterior, la plena implementación (universalización) de los seguros sociales fue entendido no como un deber inmediato, sino como un proceso paulatino e ininterrumpido de ampliación de la cobertura hasta abarcar a todos los trabajadores. El artículo 177 párrafo 3° de la Constitución Política de mil novecientos cuarenta y nueve (según reforma por Ley 2738 de doce de mayo de mil novecientos sesenta y uno), aunque no pueda ser empleado como parámetro válido de constitucionalidad para una regla preconstitucional como 112 la impugnada, sí ofrece información relevante para su interpretación. Dicha norma dispone que“ Para lograr la universalización de los seguros sociales y garantizar cumplidamente el pago de la contribución del Estado como tal y como patrono, se crearán a favor de la Caja Costarricense de Seguro Social rentas suficientes y calculadas en tal forma que cubran las necesidades actuales y futuras de la Institución... ” Como se observa, no es sino hasta mil novecientos sesenta y uno que se establece constitucionalmente el concepto de universalidad de los seguros sociales. De ese modo, sobre este aspecto de la seguridad social, el constituyente pensó en su implementación progresiva. Así, m ediante ley número 17 de primero de noviembre de mil novecientos cuarenta y uno se estableció que la institución creada para aplicar el seguro social obligatorio e incrementar el voluntario se llamaría Caja Costarricense de Seguro Social, indicándose en el artículo 2° que ese seguro social obligatorio comprendería los riesgos de enfermedad, invalidez prematura, vejez, muerte y paro involuntario; aplicándosele obligatoriamente según el artículo 3° a todos los asalariados, menores de sesenta años, que ordinariamente no tuvieran otra renta o medio de subsistencia, siempre que su salario no excediera de tres mil seiscientos colones anuales, trabajadores a domicilio, aprendices, trabajadores independientes, trabajadores de servicio doméstico particular, toda persona en cuyo trabajo predomine el esfuerzo intelectual sobre el físico, tales como los artistas, escritores, profesionales, dibujantes, empleados de comercio, industria y agricultura y demás personas de actividades semejantes que recibieran sueldo o remuneración por su trabajo que no excediera los tres mil seiscientos colones anuales y para los empleados del Estado y sus Instituciones, de las Municipalidades, Juntas de Protección Social y organizaciones análogas, y de toda actividad sostenida o subvencionada por el Estado. Posteriormente el Poder Ejecutivo, mediante Decreto número 8 de veintiocho de agosto de mil novecientos cuarenta y dos dispone que la Caja Costarricense de Seguro Social, una vez concluidos los estudios técnicos necesarios, implementaría los seguros de enfermedad, maternidad y cuota mortuoria y, en forma limitada, los de invalidez y vejez, en las ciudades de San José, Cartago, Alajuela y Heredia, lo mismo que en sus alrededores, determinando que los seguros debían ser establecidos de acuerdo con criterios científicos y tomando en cuenta la situación por la que atravesara el país. Con posterioridad, la Ley número 17 de veintidós de octubre de mil novecientos cuarenta y tres dispone que el seguro es obligatorio para los trabajadores manuales e intelectuales que ganaren sueldo o salario...excluyéndose de la obligatoriedad de asegurar, en el artículo 4, entre otros : "...d) Los trabajadores que, a juicio de la Junta Directiva, no deban figurar en el seguro obligatorio: a)por ser el número de sus jornadas anuales inferior a noventa; b)por su carácter de representantes del patrono; y c) por otras circunstancias especiales que dicha Junta determine..." , y en el artículo 57 de la misma ley dispuso: " Mientras no se hayan establecido de modo definitivo los servicios de la Caja, ésta gozará de una amplia libertad de acción en cuanto al orden y época en que deba asumir los riesgos, y queda autorizada para limitar la prestación o prestaciones a las zonas de territorio y categorías de trabajadores que estime convenientes, en atención a los recursos con que cuente, facilidades para el establecimiento de los servicios, población que gozará de ellos, desarrollo económico de cada región, medios de comunicación y cualesquiera otras circunstancias que puedan influir en el buen resultado del implantamiento de los seguros sociales." La Ley número 17 resulta nuevamente reformada el 26 de abril de mil novecientos setenta y uno en su artículo 3°: " Las coberturas de seguro social y el ingreso al mismo serán obligatorios para todos los trabajadores manuales e intelectuales que ganen sueldo o salario, y el monto de las cuotas que por esta ley deban pagar, se calculará sobre el total de las remuneraciones respectivas. La Junta Directiva fijará la fecha en que entrará en vigencia el Seguro Social de los trabajadores independientes y las condiciones de este seguro; sin embargo, todos aquellos trabajadores independientes que en forma voluntaria desearen asegurarse antes de entrar en vigencia el Seguro en forma general para ese sector, podrán hacerlo mediante la solicitud correspondiente a la Caja Costarricense de Seguro Social, la cual, para tales efectos dictará la reglamentación pertinente...La Caja determinará reglamentariamente los requisitos de ingreso a cada régimen de protección, así como los beneficios y condiciones en que éstos se otorgarán. La Junta Directiva tomará los acuerdos necesarios para extender progresivamente sus servicios a todo el país conforme lo permitan sus recursos materiales y humanos". El primero de enero de mil novecientos cuarenta y siete entró a regir el Reglamento General del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, objeto de esta acción, cuyo artículo 1° establece que el seguro de invalidez, vejez y muerte era obligatorio: "1) Para todos los trabajadores del Estado, remunerados mediante sueldos o salarios fijos consignados en los presupuestos respectivos. 2) Para los empleados de las instituciones y empresas, públicas o privadas, enumerados a continuación: a) Los gerentes, administradores y, en general, las personas que a nombre de otro ejerzan funciones de dirección o de administración, b) Los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares, excepto porteros, mandaderos y, en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo, c) Los empleados y auxiliares de comercio, excepto los dependientes de mostrador, cobradores, porteros y mandaderos, d) Los capitanes de barco, oficiales, administradores y asistentes 113 de la administración misma, e) Todas aquellas personas que en general y a juicio de la Caja, deban estar protegidas por estos beneficios en razón de la calidad de las funciones o trabajo que desempeñan.", y se consideraron excluidos de este seguro en el artículo 2: "a) Los trabajadores y empleados que ingresaren al Seguro Social después del 31 de diciembre de 1946, con más de cincuenta años de edad, b) Los trabajadores enumerados en el artículo 4 de la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, excepción hecha a los gerentes, administradores y en general, las personas que a nombre de otro ejerzan funciones de dirección o administración, quienes sí estarán comprendidos en el seguro, c) Los trabajadores o empleados de las instituciones, empresas públicas o privadas, no contempladas en la enumeración del inciso 2) del artículo anterior." Ese Reglamento fue reformado en sesión de Junta Directiva el día cinco de agosto de mil novecientos sesenta, modificándose el artículo 3° así: "El seguro es obligatorio: 1) Para todos los trabajadores de los Poderes del Estado y del Tribunal Supremo de Elecciones, cuya relación laboral sea permanente, a juicio de la Caja, 2) Para todos los trabajadores de las Instituciones Autónomas, Semiautónomas y Municipalidades, cuya relación de trabajo sea de naturaleza permanente, a juicio de la Caja, 3) Para los empleados de las instituciones y empresas, que se enumeran a continuación: a) Los gerentes, administradores y, en general, las personas que a nombre de otro ejerzan funciones de dirección o de administración, b) Los empleados de oficinas, consultorios profesionales y establecimientos privados de enseñanza, c) Los empleados y auxiliares de comercio, d) Los capitanes de barco, oficiales, administradores y asistentes de la administración del mismo, e) Todas aquellas personas que en general y a juicio de la Caja, deban estar protegidas por estos beneficios en razón de la calidad de las funciones o trabajo que desempeñan. Con excepción de los trabajadores indicados en el inciso 1), y de las instituciones autónomas, este régimen se aplicará únicamente en aquellas zonas donde actualmente se encuentra establecido el Seguro de Enfermedad y Maternidad y en las que llegue a establecerse en el futuro. Sin embargo es obligatorio para los trabajadores que hasta la fecha han estado afiliados a dicho régimen aunque laboren en zonas donde no esté extendido el Seguro de Enfermedad y Maternidad." Posteriormente, la Junta Directiva en sesión número 4304 de veintinueve de junio de mil novecientos setenta y uno, dispuso que: "Este seguro es obligatorio para todos los trabajadores asalariados, tanto en el sector público como en el sector privado. Corresponde a la Junta Directiva de la Caja, conforme al artículo 4 de su Ley Constitutiva, calificar en casos particulares la obligatoriedad de este seguro." Finalmente, se reforma nuevamente el Reglamento el diez de marzo de mil novecientos noventa y cinco determinándose que el seguro de invalidez, vejez y muerte es obligatorio para los trabajadores asalariados de los sectores públicos y privados, con las excepciones hechas en los artículos 4 y 65 de la Ley Constitutiva de la Caja, y voluntario para todos los habitantes no asalariados del país, según las condiciones que dicte el Reglamento respectivo. La extensión del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte abarcó paulatinamente, de acuerdo con la actividad y ubicación de las entidades laborales, a distintos grupos de trabajadores: el primero de enero de mil novecientos cuarenta y siete a los servidores del Estado (profesionales y oficinistas) e instituciones públicas protegidas por el Régimen de Enfermedad y Maternidad, remunerados mediante salarios fijos consignados en presupuestos respectivos; el primero de julio de mil novecientos cuarenta y siete a los empleados de instituciones y empresas públicas o privadas, gerentes, administradores, personas con funciones de dirección o administración, empleados de oficina, consultorios profesionales, escuelas particulares (excepto porteros, mandaderos y trabajadores que se dedicaran a labores de limpieza), capitanes de barco, oficiales, asistentes de administración; el tres de octubre de mil novecientos cincuenta y ocho a los trabajadores del Estado con actividades de oficina que no habían ingresado en mil novecientos cuarenta y siete, por no estar protegidos por el Régimen de Enfermedad y Maternidad; el primero de enero de mil novecientos cincuenta y nueve los empleados del Banco Nacional de Costa Rica; el primero de noviembre de mil novecientos sesenta los servidores del Estado, Poderes del Estado, Tribunal Supremo de Elecciones e instituciones autónomas en todo el país, semiautónomas y municipalidades cuya relación de trabajo fuera permanente, porteros en general; trabajadores dedicados a labores de limpieza y aseo en oficinas, dependientes de mostrador, cobradores y trabajadores manuales que no realizaran labores agrícolas, en aquellos lugares donde estuviera extendido el Seguro de Enfermedad y Maternidad; el primero de mayo de mil novecientos sesenta y dos los trabajadores de industria y manuales, tiendas, comercio en el área metropolitana que no disfrutaban del seguro; el trece de setiembre de mil novecientos sesenta y tres los mandaderos y auxiliares de comercio; el once de agosto de mil novecientos sesenta y ocho los trabajadores de la construcción; en setiembre de mil novecientos sesenta y ocho los trabajadores por jornales; en agosto de mil novecientos sesenta y nueve los trabajadores del Muelle y el Ferrocarril Eléctrico al Pacífico; en octubre de mil novecientos setenta y uno los trabajadores de industrias, manuales, tiendas, y comercio en áreas rurales; en diciembre de mil novecientos setenta y tres los trabajadores domésticos, incluyendo jardineros y choferes al servicio en casas particulares; y finalmente en junio de mil novecientos setenta y cinco los trabajadores agrícolas y de ganadería. Esta Sala, 114 conociendo de una acción de inconstitucionalidad interpuesta contra el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja Costarricense de Seguro Social de mil novecientos sesenta, en relación con el tema de la progresividad, sostuvo lo siguiente: “...La misma ley si bien pretendía una cobertura general, tuvo que delegar mediante el artículo 57 en la Caja Costarricense de Seguro Social los criterios y parámetros que debía establecer para su aplicación, la forma y época en que se iban a ir incluyendo, lo anterior, por cuanto se trataba de un régimen muy amplio, costoso e incipiente en nuestro país, por lo que requería de ajustes y experiencia para su expansión, lo que no se lograba de inmediato, lo cual también implicaba un gasto económico tan grande para el Estado que si no era bien programado hubiese podido colapsar. Es así, que la acusada violación a los artículos 33 y 68 de la Constitución Política y del Convenio No.111 no se configura, pues de acuerdo al principio de razonabilidad y proporcionalidad constitucional no resulta irracional la expansión paulatina del sistema de pensiones a los diversos grupos de trabajadores y áreas geográficas, todo de acuerdo con las posibilidades reales del propio régimen, con el objeto de cumplir de forma efectiva con la protección establecida en el citado artículo 73 constitucional.” (Sentencia número 1893-99 de las diez horas con treinta minutos del doce de marzo de mil novecientos noventa y nueve) Si bien como se pudo observar esta Sala reconoció la validez de una ampliación progresiva de los seguros de invalidez, vejez y muerte, también es cierto que en otra de sus resoluciones determinó que las exclusiones debidas a la implementación paulatina del régimen debían obedecer a causas reales y justificadas. E n este sentido, en la sentencia número 1147-90 de las dieciséis horas del veintiuno de setiembre de mil novecientos noventa, dispuso lo siguiente: “VII.- En todo caso, la Sala considera que el derecho a la jubilación, en general o en los regímenes especiales aludidos, no puede ser normalmente condicionado a la conducta de su titular, ya sea ésta anterior o posterior a su consolidación como derecho adquirido. En realidad, no se ignora que el de jubilación, como cualquier otro derecho, está sujeto a condiciones y limitaciones, pero unas y otras solamente en cuanto se encuentren previstas por las normas que las reconocen y garantizan y resulten, además, razonablemente necesarias para el ejercicio del derecho mismo, de acuerdo con su naturaleza y fin. Esto no es otra cosa que expresión de un conocido principio del Derecho de los Derechos Humanos, que puede denominarse de proporcionalidad, y que se recoge, en general, como condición sine qua non de las limitaciones y restricciones a tales derechos autorizadas excepcionalmente por los propios textos que los consagran; principio que se encuentra enumerado, por ejemplo, en los artículos 29.2 y 30 de la Declara-ción Universal de Derechos Humanos, 29 y 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 5º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 4 y 5 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales." VI.- Exclusión de los “mandaderos” de la cobertura del régimen. En el caso que nos ocupa, el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis, incluye en la cobertura del régimen a los empleados de oficinas, consultorios profesionales y escuelas particulares. No obstante, la misma norma excluye de dicha categoría a los“ porteros, mandaderos, y en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo ”. Como se puede observar, se trata de un grupo de trabajadores cuya única característica diferenciadora es que realizan labores que requieren menores requisitos académicos y profesionales, y que por ende, suelen ubicarse en posiciones de base en la línea de mando institucional. No se trata de una categoría de trabajadores que por las funciones que realiza, el lugar donde las desempeña o la cantidad de personas empleados en dichos puestos, dificulte en forma real su inclusión al régimen de invalidez, vejez y muerte, o haga que ésta resulte riesgosa para la sostenibilidad del sistema. En sentencia número 1893-99 de las diez horas con treinta minutos del doce de marzo de mil novecientos noventa y nueve, esta Sala avaló la existencia de exclusiones, entendiendo que la revisión de éstas sería objeto de la jurisdicción común, y no de la vía de control de constitucionalidad: VII.- Por otra parte, la prioridad para incluir al régimen a unos sectores sobre otros es un asunto de oportunidad y conveniencia, que no sólo no implica discriminación alguna -pues, al fin y al cabo, todos los sectores serían incluidos dentro del régimen-, sino que además son criterios no revisables en esta vía por no vulnerar la Constitución. En este sentido, tampoco el hecho de que se exijan diferentes requisitos para el hombre y la mujer en torno a la obtención a la jubilación o pensión implica algún tipo de discriminación, pues tanto la edad y demás requisitos aplicables a cada uno de los géneros (hombre y mujer) responden a situaciones de hecho que el legislador ha tomado en cuenta como parámetros objetivos para hacer la distinción en cuestión, situación que es razonable y constituye un motivo suficiente para dar un trato diverso a uno y a otros, en particular en cuanto a la exigencia para 115 una determinada edad para jubilarse. El principio de igualdad contenido en el artículo 33 de la Constitución Política, como bien lo ha expresado este Tribunal en anteriores ocasiones no es un igualitarismo, ya que en tanto la distinción que se haga esté motivada en condiciones objetivas y razonables, como en este caso, no resulta contraria a lo establecido en el artículo de última cita y por ende no es inconstitucional. En una misma línea de pensamiento, tampoco podrían entenderse violentados los artículos 73 y 74 constitucionales, toda vez que la administración cumplió efectivamente con llegar a establecer el régimen de seguridad social con una cobertura general y su proceso en forma progresiva como ya se expuso, obedece solamente a un criterio de oportunidad y conveniencia que resulta razonable y proporcional a las exigencias del mismo sistema. Lo que debe tenerse en cuenta es que la persona adquiere el derecho a la pensión cuando cumple con los requisitos estipulados y cuando entra a cotizar al régimen nace algo más que una simple expectativa pues adquiere un derecho general de pertenencia al mismo.” No obstante lo sostenido por la Sala en aquella oportunidad, es claro que toda discriminación contraria a la dignidad humana es una afronta al Derecho de la Constitución. En efecto, el artículo 25 de la Carta de mil ochocientos setenta y uno, vigente al ser emitida la norma en análisis, reconocía la igualdad de todos ante la Ley. Es por ello que cualquier exclusión del régimen no basada en motivos calificados y razonables resulta discriminatoria, y por ende inconstitucional. Como se vio, ya la Sala avaló la progresividad en la cobertura del régimen, cuando la misma obedeciera a dificultades propias de la implementación de un sistema tan oneroso y complejo. Sin embargo, no puede la Sala Constitucional tolerar exclusiones basadas en argumentos clasistas claramente discriminatorios. La Caja Costarricense de Seguro Social en el informe rendido en esta acción, no mencionó un único argumento científico que justificara la no inclusión del régimen de invalidez y muerte, de los “mandaderos” y los otros tipos de trabajadores mencionados en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento. Motivos de segregación social resultan espurios para fundamentar que a determinados grupos se les impida disfrutar de los derechos previstos para todos en la Constitución. Así las cosas, al haber dispuesto la Caja Costarricense de Seguro Social un régimen excluyente de un grupo de trabajadores apenas por su baja ubicación jerárquica, impidiéndole acceder a la seguridad social, es claro que dicha distinción resulta odiosa al Derecho de la Constitución, que no solamente sanciona con nulidad los actos contrarios a la “igualdad ante la Ley”, sino incluso aquellos que contravengan la “igualdad en la Ley”. En consecuencia, esta Sala estima que la norma impugnada es contraria a los artículos 25 y 63 de la Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno, pues además de ser una discriminación odiosa, impide al acceso al derecho fundamental a la seguridad social, parámetros a los que se debió sujetar la Caja Costarricense de Seguro Social al emitir el Reglamento objeto de esta acción. VII.- Conclusión. A partir de los argumentos contenidos en los párrafos que anteceden, esta Sala concluye que el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis, es inconstitucional, por contravenir la norma contenida en los artículos 25 y 63 de la Constitución Política de mil ochocientos setenta y uno. De conformidad con lo establecido en el artículo 89 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por conexidad se anula el texto: “,excepto porteros, ..., y en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo ” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del referido Reglamento, pues dichas exclusiones resultan igualmente discriminatorias y contrarias al derecho fundamental a la seguridad social, por las mismas razones expresadas para el caso de los mensajeros. Por tanto: Se declara CON LUGAR la acción. En consecuencia, se anula la palabra“ mandaderos” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, aprobado por la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social en sesión ordinaria del diecisiete de diciembre de mil novecientos cuarenta y seis. De conformidad con lo establecido en el artículo 89 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, por conexidad se anula el texto: “,excepto porteros, ..., y en general, aquellos que se dedican a labores de limpieza o aseo ” contenida en el aparte b) del inciso 2) del artículo 1° del referido Reglamento. Esta sentencia tiene efectos declarativos y retroactivos a la fecha de vigencia de la norma anulada, sin perjuicio de derechos adquiridos de buena fe. Comuníquese este pronunciamiento a los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, 116 y a la Caja Costarricense de Seguro Social. Reséñese este pronunciamiento en el Diario Oficial La Gaceta y publíquese íntegramente en el Boletín Judicial. Notifíquese. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Ernesto Jinesta L. Federico Sosto L. 117 Discriminación a Personas Discapacitadas o Enfermos Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 05966-02 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Joanne Fuentes vs Ministerio De Cultura Juventud Y Deportes, Conciertos Internacionales Sociedad Anonima Y Directora Del Teatro Nacional. La recurrente, quien es una persona con discapacidad y usuaria de silla de ruedas, solicitó un boleto, para asistir a un concierto, de precio popular (10 000 colones) y en un lugar accesible en el que pudiera estar ella y otra persona. Funcionarios del Teatro Nacional le dijeron que el único lugar accesible para ella era el de luneta el cual es el más costoso (22 000 colones) por lo que se le autorizó una rebaja del 20% del boleto para que pudiera ubicarse en luneta. Considera la recurrente que el precio continúa siendo un precio muy superior al precio de los boletos de galería popular. Considera las actuaciones como discriminatorias en razón de su condición de persona con discapacidad, porque el Ministerio de Cultura, no ha cumplido con las disposiciones que aseguren las condiciones físicas de accesibilidad al Teatro Nacional para todas las personas, además porque "Conciertos Internacionales" no le da opción de escoger, de acuerdo con su preferencia y sus condiciones físicas y económicas, un lugar accesible para presenciar el concierto. El artículo 33 de la Constitución Política. Los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948 Los artículos 23 y 24 de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad N°7600. Uno de los derechos constitucionales de las personas discapacitadas consiste en que la infraestructura de los edificios, especialmente aquellos en que se brinden servicios públicos, tengan previstas facilidades para el acceso de las personas discapacitadas. Es por ello que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en eliminar progresivamente las "barreras arquitectónicas" que les dificultan o impiden el acceso a estos servicios. Es obligación del Estado garantizar que el entorno, los bienes, los servicios y las instalaciones de atención al público sean accesibles para que las personas los usen y disfruten y si ello significa otorgar una trato preferencial o especial a las personas discapacitadas, en el establecimiento en el monto de las tarifas respectivas en los espectáculos públicos o privados, deberá de exigirse por parte de las autoridades públicas, tal y como sucedió en el caso concreto. El Teatro Nacional fue acondicionado para permitir el ingreso en silla de ruedas al vestíbulo y al área de "luneta" en el primer piso. Así las cosas, la Sala ha podido constatar que las autoridades del Teatro Nacional han dispuesto un área para el libre acceso de las personas discapacitadas y que los organizadores del concierto en cuestión, ofrecieron a la recurrente un descuento del 20% del valor del tiquete dadas sus especiales circunstancias. Dadas esas condiciones no encuentra esta Sala que exista discriminación alguna en perjuicio de la recurrente que 118 Conclusión tienda a lesionar sus derechos fundamentales. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Castro Clase de asunto: 05966 Año : 2002 02-002354-0007-CO Sala Constitucional 14/06/2002 11:12:00 AM De Fondo Alpízar Susana Recurso de amparo Exp: 02-002354-0007-CO Res: 2002-05966 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con doce minutos del catorce de junio del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por JOANNE FUENTES MOLINA, portadora de la cédula de identidad número 1-852-339 contra el MINISTERIO DE CULTURA JUVENTUD Y DEPORTES, CONCIERTOS INTERNACIONALES SOCIEDAD ANONIMA y la DIRECTORA DEL TEATRO NACIONAL. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las ocho horas y veintiséis minutos del dieciocho de marzo de dos mil dos (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el MINISTERIO DE CULTURA, JUVENTUD Y DEPORTES, LA DIRECTORA DEL TEATRO NACIONAL Y LA EMPRESA CONCIERTOS INTERNACIONALES SOCIEDAD ANONIMA y manifiesta que el martes doce de marzo, llamó a la oficina de "Conciertos Internacionales" para hacer una reservación de boleto para asistir al concierto de "Rosana" que se llevó a cabo el veintitrés de marzo. Aclara que es una persona con discapacidad y que es usuaria de silla de ruedas. Solicitó un boleto de precio popular (diez mil colones) y en un lugar accesible en el que pudiera estar ella y la persona que le presta asistencia para cualquier emergencia. La señorita Thelma Roy la atendió y le remitió al Teatro Nacional para solicitar información sobre la accesibilidad. Llamó al Teatro Nacional y presentó su petición al señor Alfonso Solano, funcionario del mismo, quien le dijo que el único lugar accesible para ella era el de luneta el cual es el más costoso (veintidós mil colones), y que ellos no podían hacer nada, puesto que eso le correspondía a la empresa que organiza la actividad. Habló nuevamente con los organizadores y la misma señorita luego de consultar con su jefe, le autorizó una rebaja del veinte por ciento del boleto para que pudiera ubicarse en luneta, lo cual continúa siendo un precio muy superior al precio de los boletos de galería popular. Considera las actuaciones como discriminatorias en razón de su condición de persona con discapacidad, porque el Ministerio de Cultura, no ha cumplido con las disposiciones que aseguren las condiciones físicas de accesibilidad al Teatro Nacional para todas las personas, lo cual genera desigualdad en la equiparación de oportunidades de acceso a la cultura y las actividades recreativas, además porque "Conciertos Internacionales" no le da opción de escoger, de acuerdo con su preferencia y sus condiciones físicas y económicas, un lugar accesible para presenciar el concierto, dejándole solo una opción que resulta ser la más perjudicial para sus intereses económicos. Solicita la recurrente que se declare con lugar el recurso, se permita a ella o a cualquier persona con discapacidad poder participar de cualquier actividad cultural o recreativa en el futuro en igualdad de condiciones y equiparación de oportunidades para coadyuvar a su integración plena a la sociedad. Asimismo que se exija al Ministro de Cultura, Juventud y Deportes tomar las medidas necesarias para acondicionar áreas adaptadas o asientos preferenciales y rampas en cada nivel del Teatro Nacional. Que se revise el cumplimiento de las disposiciones estipuladas en el reglamento de la Ley 7600 con respecto a espacios para estacionamientos, entrada al edificio, baños adaptados, barandas de seguridad, pasamanos, teléfonos públicos y acceso a mostradores o ventanillas. Que se le inste a la empresa "Conciertos 119 Internacionales" a definir políticas para que los clientes con discapacidad tengan acceso a los espectáculos públicos que organizan, sin menoscabo de su derecho de elección, así como velar porque exista accesibilidad para todas la personas en los lugares que alquilan para tales efectos. 2.- Informa bajo juramento PATRICIA CARRERAS JACOB, en su calidad de Ministra de Cultura, Juventud y Deportes a.i. (folio 16), que tal y como informa el señor Administrador del Teatro Nacional, a la recurrente se le informó previamente, tanto en la boletería como en las oficinas administrativas, qué sección del Teatro tiene acceso para personas en sillas de ruedas. El precio en esa sección está definido previamente por el empresario, fue informado públicamente por éste a través de los medios de comunicación y es el mismo para todos los clientes, con lo cual las personas que asisten al espectáculo son aquellas que aceptan pagar el precio establecido, como en cualquier otro bien o servicio ofrecido por una empresa privada, sin que las personas que no pueden pagar ese bien o servicio, puedan alegar discriminación o perjuicio a sus intereses económicos. Dadas las especiales circunstancias de la recurrente, se intercedió con el empresario para que se le hiciera un descuento del precio base de la entrada para el primer nivel a ella y a un acompañante. El empresario le ofreció un descuento del veinte por ciento del precio base de la entrada al primer nivel. Según informes del señor Harvey, la recurrente compró la entrada para el tercer nivel o galería y se presentó a la puerta respectiva con dos acompañantes. El encargado de esa puerta le indicó que no podía acceder a galería en silla de ruedas y que, por favor esperara mientras podía comunicarse con el Administrador para recibir instrucciones de cómo resolver el caso. La recurrente no acató la indicación del encargado de la puerta y aprovechando que éste estaba atendiendo una gran cantidad de público en ese momento, con sus dos acompañantes más otra persona que ya se encontraba dentro, la subieron hasta el tercer piso. Cuando el encargado de la puerta le informó al señor Harvey lo sucedido, el espectáculo había iniciado y no podía retirar a la recurrente de ese sitio sin provocar un disturbio al mismo. Por ello se dejó a la recurrente en esa sección, a pesar del riesgo que eso implicaba para ella y para el resto del público de esa sección, ya que en caso de ser necesaria una evacuación de emergencia, la recurrente no habría podido salir y además habría sido un obstáculo para el resto del público que allí se encontraba. La recurrente no atendiendo a la información dada por los funcionarios del Teatro, además de desacatar las indicaciones de la persona encargada de vigilar el normal y seguro acomodo del público, poniendo en peligro, tanto su seguridad como la de cientos de otras personas, al final observó el espectáculo pagando el precio que ella quiso. Por medio de la Ley 7600 se han hecho grandes esfuerzos para que las personas con discapacidad tengan la posibilidad de accesar a lugares a los cuales anteriormente no podían hacerlo, sin escapar de ello la asistencia a actividades culturales y recreativas. El Ministerio de Cultura ha realizado grandes esfuerzos por lograr accesos cómodos para discapacitados en la gran mayoría de sus inmuebles, sin embargo, dada la antigüedad y fragilidad de algunas de las construcciones, aunado a su valor histórico-cultural hace que las modificaciones deban adecuarse. El Teatro Nacional que es una edificación tan antigua y declarada Monumento Nacional según Decreto Ejecutivo N° 3632 del siete de diciembre de mil novecientos sesenta y cinco publicado en La Gaceta N° 292 del veinticuatro de diciembre de ese mismo año, su acondicionamiento físico para que las personas discapacitadas puedan ingresar y disfrutar de los eventos que allí se programen requiere de mucho cuidado, pues debido a lo complejo de su estructura que es metálica, en herradura, como corresponde a un teatro decimonónico existe el peligro de destrucción o deterioro del mismo a la hora de realizar las modificaciones del caso, para atender las necesidades de este tipo tan especial de personas. El Teatro Nacional dispone de rampa de acceso al edificio y a la sala de espectáculos, sin embargo el acceso a la galería es prácticamente imposible de ejecutar sin dañar seria y permanentemente la edificación, con lo cual no obsta para que los servicios básicos del Teatro estén al alcance de toda la población. El precio de las entradas es fijado por el empresario, de conformidad con la calidad del espectáculo y los costos de inversión, aspectos sobre los que este Teatro carece de competencia para inmiscuirse en su tasación, ya que en este caso funge como un arrendante de las instalaciones para que se presenten espectáculos, no teniendo tampoco la precitada ley de protección a los discapacitados disposición que los faculte para exigir a los empresarios la fijación de precios especiales para personas con esa condición, por lo cual proceder de manera distinta implicaría un atropello al principio de legalidad. Que el Ministerio no es responsable del precio que se le cobró a la recurrente para la reservación del boleto, ya que la organizadora del evento lo fue Conciertos Internacionales Sociedad Anónima y fue quien se encargó de fijar los precios para el concierto, por lo cual es ella la única que podía darle opciones a la recurrente a efecto de que pudiera tener acceso a la actividad en virtud de que por existir un contrato entre el Teatro Nacional y la citada sociedad, no era factible a la Administración del Teatro tomar una decisión para la ubicación de dicha persona en un lugar más caro al que sí podía ingresar, pero por el mismo precio del que estaba al alcance de ella al cual no podía ingresar debido a su impedimento físico. No ha 120 pretendido el Ministerio restringir en forma alguna el derecho a la recreación, ni violar la libre elección y trato equitativo de la recurrente, ya que la institución tiene que velar por la protección y cuidado que se le debe dar a un bien de tan gran valor histórico como lo es el Teatro Nacional, ya que las variaciones en su estructura no son tan sencillas de modificar como otras y no le compete dar opciones para que la recurrente tuviera acceso a la actividad por estar ésta organizada por una empresa privada y porque le debe respeto al contrato con la misma. Solicita que se desestime el recurso planteado y se condene a la recurrente al pago de las costas. 3.- Informa el señor NICOLAS BAKER CAMPBELL, en su calidad de Presidente con facultades de Apoderado Generalísimo sin límite de suma de la empresa CONCIERTOS INTERNACIONALES SOCIEDAD ANONIMA, (folio 21 a 28) que días previos al concierto de Rosana se recibió en la empresa que representa una llamada telefónica en términos similares a los expuestos en el presente recurso, sin embargo, por la limitación propia de la comunicación telefónica no le consta que dicha llamada haya correspondido a la aquí recurrente. Su representada organizó la presentación del espectáculo cultural Rosana en Costa Rica a efectuarse el veintitrés de marzo del año en curso. Por el nivel cultural de la presentación, se escogió como lugar para efectuar la presentación el Teatro Nacional, el cual cuenta con todos los permisos y autorizaciones para presentar espectáculos públicos como el de Rosana. La circunstancia de tratarse de una obra arquitectónica construida hace más de cien años, época en la cual no era tema a considerar las necesidades de movilización de personas con algún tipo de minusvalía, implicó que a las galerías superiores del teatro se les diera acceso únicamente por escaleras con un diseño bastante incómodo. A fin de acogerse a la normativa que exige igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, el Teatro Nacional fue acondicionado para permitir el ingreso en silla de ruedas a estas personas sólo al vestíbulo y al área de luneta en el primer piso, pero por cuestiones de seguridad y comodidad. Ante la consulta telefónica, Thelma Godoy actuó siguiendo no sólo las políticas del Teatro Nacional, sino ante todo, la seguridad de la recurrente y la de los otros asistentes al espectáculo en caso de que fuera necesario efectuar una evacuación de emergencia del edificio. Los precios de las entradas del espectáculo, se fijan de acuerdo a los costos directos e indirectos de la presentación. A la hora de determinar el valor del tiquete de ingreso para las diferentes zonas del teatro se toma en consideración la capacidad de cada zona, las comodidades de cada área, el ángulo de visión con respecto al escenario y en general las facilidades de unos sitios frente a otros. Dado el valor internacional de estos espectáculos y al no contarse en Costa Rica con auditorios especiales para estas obras que permitan una mayor afluencia de público sin desmejorar la calidad de la presentación, en algunos casos el valor de los tiquetes puede ser relativamente alto y se debe recurrir a patrocinios para hacerlo más accesible al público. Con el fin de brindar alguna consideración a la recurrente que le permitiera observar el espectáculo en forma cómoda y segura, se le ofreció un descuento en el valor del tiquete de luneta, equivalente a un veinte por ciento del precio de venta al público, lo cual aparentemente no fue satisfactorio para ella. La recurrente omite informar que ella sí asistió al espectáculo y fue ubicada en el tercer piso en contra de las normas de seguridad y controles ejercidos por la administración del Teatro, lo cual no sólo puso en peligro su seguridad personal sino la de muchas otras personas que pudieron haber sufrido problemas para salir del lugar en caso de una situación de emergencia. El precio de las entradas no puede ser considerado un elemento discriminatorio en contra de las personas con discapacidad física, ya que deben imperar los principios de razonabilidad y proporcionalidad e impedir el abuso del derecho en que podría incurrirse al pretender equiparar legalmente desigualdades físicas objetivas. Con el fin de mitigar la onerosidad que presenta el valor de la entrada a galería y el precio de la de luneta, la empresa acordó brindarle un descuento pero se encontraba en imposibilidad de permitirle el ingreso a ella al área de luneta por el valor de la entrada de Galería, máxime que cuando se consultó, no solamente se hizo por el tiquete de la persona con discapacidad sino también para su asistente, con lo cual dos persona a dos puestos que en conjunto sumaban cuarenta y cuatro mil colones pretendían pagar veinte mil colones con una pérdida para su representada de veinticuatro mil colones y si en lugar de ser una persona con limitación física hubieran sido cien, su representada hubiera tenido que asumir una pérdida por dos millones cuatrocientos mil colones. Manifiesta el recurrido que cuando se entra a considerar el valor económico de los bienes y servicios, sin entrar en consideraciones relacionadas con la discapacidad física o no de las personas, existirán quienes pueden pagar el precio y quienes no pueden hacerlo, pero ello no implica discriminación alguna. Solicita se rechace el recurso por la forma en que está conceptualizado el recurso de amparo, por la persona contra la cual está dirigido y por el contenido de la petición, ya que esta no es la vía para perseguir su tutela. Indica que el Teatro Nacional no es propiedad de su representada, es una Obra Pública que por medio de un contrato de arrendamiento fue puesta a su servicio para la celebración de un espectáculo público pero organizado por una empresa privada. Aclara que en cuanto a la organización del espectáculo, su representada tiene la potestad de establecer las políticas que considere 121 necesarias y convenientes en lo que respecta al valor de los boletos, porque se rigen por la ley de la oferta y la demanda del mercado y que no existe ninguna norma jurídica que obligue a su representada a establecer precios diferenciales en el valor de los boletos para espectáculos públicos. En cuanto al uso, presupuesto y obras de acondicionamiento del Teatro Nacional son aspectos en los cuales su representada no tiene injerencia alguna, sin embargo, los mismo se encuentran acondicionados a las necesidades y normativa vigente para el caso. Manifiesta que en vista de que la consideración de la recurrente tiene su origen en las condiciones físicas del inmueble, su representada no es responsable ni debe sufrir las consecuencias de los mismos, ya que se limitó a arrendar y utilizar para una presentación pública un inmueble que se encuentra acondicionado para esos efectos. Su representada no tiene facultad alguna para modificar ni alterar de forma alguna las condiciones físicas de la edificación. 4.- Informa Gary Harvey Leal en su condición de Administrador del Teatro Nacional, (folio 98 a 100) que el Teatro Nacional en concordancia con la legislación vigente al respecto, cuenta con acceso para personas con discapacidad que requieren de silla de ruedas para su movilidad, el cual es posible únicamente en la primera planta, ya que cuenta con rampas removibles en los accesos al vestíbulo principal y además se tiene establecido, en esa sección, el espacio en donde situar a personas en sillas de ruedas, permitiendo una buena visibilidad del escenario a esas personas y lo que es más importante, permitiendo un desalojo fácil en caso de emergencia para ellas y en donde no se comprometa la evacuación fluida del resto del público asiste, en caso de ser necesario. El mismo no cuenta con acceso para personas en sillas de ruedas a los pisos superiores, debido a que su diseño tiene ciento cinco años de haberse construido y ello no se contempló. No se ha logrado dar acceso en sillas de ruedas, ya que los trabajos necesarios no representan modificaciones menores sino prácticamente la destrucción de gran parte del edificio y el servicio que están en capacidad de dar a la población discapacitada ha demostrado satisfacer la demanda. Lo normal es que en teatros y auditorios, las áreas para ubicar sillas de ruedas estén definidas tomando en cuenta la seguridad, tanto de los discapacitados como la del resto del público de manera que estas personas deben ubicarse únicamente en esos lugares previamente definidos, sin que esto represente discriminación alguna. Además esta área tiene una capacidad definida, como es lógico suponer, de manera que no se podría vender entradas a más personas en sillas de ruedas de las que se pueden acomodar sin comprometer la seguridad de todos. Al realizar el Teatro Nacional actividades artísticas y culturales de variada índole, son de bajo costo para el público ya que lo que se pretende es la promoción y difusión cultural por encima de la utilidad económica. En el presente caso el concierto fue organizado por Conciertos Internacionales S.A. y el Teatro arrienda sus instalaciones y el empresario es quien define los precios de las entradas libremente, ajustándose a la ley de la oferta y la demanda y al principio de la libertad de empresa y de mercado. No obstante que el espectáculo es organizado por la empresa, el Teatro mantiene el control de las instalaciones en todo momento para asegurar que se de un buen servicio al público asistente, para garantizar la seguridad de las instalaciones y vigilar el comportamiento del público, tales como mantener los pasillos y las vías de salida despejadas. A la recurrente se le informó previamente tanto en la boletería como en las oficinas administrativas en qué sección del Teatro existe acceso para personas en sillas de ruedas. El precio de la entrada a esa sección está previamente definido por el empresario, que fue informado por los medios de comunicación y es el mismo para todos los clientes. Las personas que asisten al espectáculo son las que aceptan pagar el precio establecido. Dadas la especiales circunstancias de la recurrente se intercedió con el empresario para que se le hiciera un descuento del precio base de la entrada para el primer nivel a ella y a un acompañante, tal y como ella acepta, el empresario le ofreció un descuento del veinte por ciento del precio base de la entrada al primer nivel. La recurrente compró la entrada para el tercer nivel o galería y se presentó a la puerta respectiva con dos acompañantes. El encargado de esa puerta le indicó que no podía acceder a la galería en silla de ruedas y que por favor esperara mientras se comunicaba con el Administrador para recibir instrucciones de cómo resolver el caso. La recurrente no acató la indicación del encargado de la puerta y aprovechando que éste estaba atendiendo una gran cantidad de público en ese momento, con sus dos acompañantes más otra persona que ya se encontraba dentro, la subieron al tercer piso. Cuando fue informado de lo sucedido el espectáculo había iniciado y no podía retirar a la recurrente sin provocar un disturbio al mismo, con las implicaciones que esta situación acarreó. Queda claro que la recurrente no atendiendo la información dada por los funcionarios del Teatro, además de desacatar las indicaciones del encargado, observó el espectáculo pagando el precio que ella quiso, Solicita se declare sin lugar el recurso en todos sus extremos petitorios . 5.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. 122 Redacta la magistrada Castro Alpízar ; y, Considerando: I.- Alegatos de la recurrente. Acusa la recurrente que por su condición de discapacitada el Ministerio de Cultura ha lesionado su derecho a la igualdad de oportunidades pues no existen condiciones físicas para que todas las personas puedan ingresar al Teatro Nacional en igualdad de condiciones. Además acusa que "Conciertos Internacionales" no le da opción de escoger, de acuerdo con su preferencia y sus condiciones físicas y económicas, un lugar accesible para presenciar el concierto, dejándole solo una opción que resulta ser la más perjudicial para sus intereses económicos. II.- Acerca de la discriminación. En primer término es importante señalar que la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y la Constitución Política de Costa Rica, consagran el principio de igualdad de la persona y la prohibición de hacer distinciones contrarias a su dignidad artículos 24 y 33 respectivamente. Adicionalmente, los derechos de las personas discapacitadas están reconocidos en instrumentos internacionales como la "Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad", aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948 y la "Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad", N°7600, publicada en la Gaceta del 29 de mayo de 1996. La Convención define en su artículo 1 la Discriminación de la siguiente manera: "El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa toda distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales " Asimismo, consagra la obligación de los Estados que la suscribieron, a adoptar: "las medidas para eliminar progresivamente la discriminación y promover la integración por parte de las autoridades gubernamentales y/o entidades privadas en la prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones, programas, actividades, tales como el empleo, el transporte, las comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el deporte, el acceso a la justicia y los servicios policiales y las actividades políticas y de administración". Sobre el mismo tema la ley 7600, sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, regula en su artículo artículo 54 lo respectivo al acceso a la cultura, al deporte y a las actividades recreativas y en lo conducente para el caso concreto dispone que: "...Los espacios físicos donde se realicen actividades culturales, deportivas o recreativas deberán ser accesibles a todas las personas. Las instituciones públicas y privadas que promuevan y realicen actividades de estos tipos, deberán proporcionar los medios técnicos necesarios para que todas las personas puedan disfrutarlas. Por otra parte, el artículo 55 de la misma ley establece que: "...Se considerará acto discriminatorio que, en razón de la discapacidad, se le niegue a una persona participar en actividades culturales, deportivas y recreativas que promuevan o realicen las instituciones públicas o privadas..." III.- Sobre el caso concreto. A juicio de este Tribunal, la tutela efectiva de los derechos de las personas discapacitadas consagrados constitucionalmente, es uno de los medios por los cuales este grupo de población puede tener una vida lo más independiente y normal posible, de manera que su integración a la sociedad sea plena. Es claro que uno de ellos consiste en que la infraestructura de los edificios, especialmente aquellos en que se brinden servicios públicos, tengan previstas facilidades para el acceso de las personas discapacitadas. Es por ello que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en eliminar progresivamente las "barreras arquitectónicas" que les dificultan o impiden el acceso a estos servicios. En criterio de esta Sala, perfectamente se pueden interpretar de dicha ley y otras normas nacionales e internacionales relacionadas con este tema, que es obligación del Estado garantizar que el entorno, los bienes, los servicios y las instalaciones de atención al público sean accesibles para que las personas los usen y disfruten y si ello significa otorgar una trato preferencial o especial a las personas discapacitadas, en el establecimiento en el monto de las tarifas respectivas en los espectáculos públicos o privados, deberá de exigirse por parte de las autoridades públicas, tal y como sucedió en el caso concreto. Según se informa bajo juramento el Teatro Nacional fue acondicionado para permitir el ingreso en silla de ruedas al vestíbulo y al área de "luneta" en el primer piso. Vista esa limitación los organizadores le brindaron a la recurrente un descuento en el valor del tiquete de luneta equivalente al 20%. Así las cosas, la Sala ha podido constatar dos cuestiones de capital importancia para la resolución del recurso. La primera, que en efecto, las autoridades del 123 Teatro Nacional han dispuesto un área para el libre acceso de las personas discapacitadas. Y segundo, que de acuerdo a lo indicado por las autoridades recurridas, los organizadores del concierto en cuestión, ofrecieron a la recurrente un descuento del 20% del valor del tiquete dadas sus especiales circunstancias. Dadas esas condiciones no encuentra esta Sala que exista discriminación alguna en perjuicio de la recurrente que tienda a lesionar sus derechos fundamentales, razón por la cual lo procedente es desestimar el recurso. IV.- No obstante lo anterior, es necesario recordar a la autoridad accionada que la Ley 7600 establece una responsabilidad genérica para el Estado, que se traduce, ni más ni menos, en el deber que tienen todos los entes y órganos que conforman la Administración, incluidas las instituciones y organizaciones privadas, cumplir con los objetivos que en dicha normativa se establecen, y que a groso modo se resumen en el garantizar la igualdad de oportunidades de la población costarricense discapacitada y en el lograr su acceso a la vida social eliminando cualquier tipo de discriminación contra sus discapacidades, a través de un proceso de ajuste del entorno, los servicios, las actividades, la información, los documentos, etcétera. V.- En razón de las anteriores consideraciones, lo procedente es declarar sin lugar el recurso. Por tanto: Se declara SIN LUGAR el recurso. Eduardo Sancho G. Presidente, a.i. Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S. José Luis Molina Q. Susana Castro A. Aldo Milano S. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 00527-03 Partes Caso Normativa Involucrada Hilda Jara a favor de Hilda González Jara vs Carlos Obando, Oficial de Tránsito de Guápiles; el Director de la Escuela Central de Guápiles, el Alcalde Municipal de Guápiles, el Ministro de Obras Públicas y Transportes y la Ministra de Educación Pública. Argumenta la recurrente, que en detrimento del derecho de su hija discapacitada a un acceso a la educación en igualdad de oportunidades, las autoridades recurridas han omitido acondicionar debidamente las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles, en especial lo referente a los espacios de parqueo para personas discapacitadas, lo cual la ha llevado a tener enfrentamientos con Oficiales de Tránsito. Respecto de estos alegatos, el Director del Centro Educativo indica que se ha realizado todo lo posible para adecuar la infraestructura de la Escuela, hasta el punto de que se cuenta con rampas para discapacitados. En lo que toca a la ausencia de delimitación de los espacios de estacionamiento para discapacitados, señala que ello si no se ha ejecutado, ha sido por responsabilidad de la Municipalidad de Pococí, quien no ha procedido a realizar los trabajos pertinentes. El artículo 33 de la Constitución Política. Los artículos 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos El artículo 2 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre Los artículos 3 y 26 124 Desarrollo Conclusión del El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948 Los artículos 23 y 24 de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad N°7600. Esta Sala ya ha vertido criterio a través de la sentencia número 2000-02305. En esta situación se debe descubrir si en el caso concreto han operado o no una serie de circunstancias que conlleven un tratamiento discriminatorio respecto al libre acceso a un edificio público, en contra de cualquier persona discapacitada, en especial aquellas que no pueden hacer uso de sus piernas. Según el informe rendido bajo juramento por el Director del Centro Educativo, la Escuela posee rampas que permiten su acceso por parte de personas discapacitadas, no así de espacios para el parqueo de automóviles que transporten a estudiantes discapacitados, como lo es el caso de la aquí amparada.. El informe alega: "... Luego el alcalde en ese entonces me contestó que como iban a asfaltar las calles de Guápiles se retardaba el trabajo de señalización de la cuadra, que por asfaltadas se pintarían, acción que no se ha llevado a cabo." El Alcalde Municipal de Pococí no informó acerca de los hechos alegados por la recurrente, siendo que en razón de evitar una discriminación en cuanto al acceso a un edificio en donde se presta un servicio público, como lo es la educación pública, la Municipalidad se encuentra en la obligación de habilitar espacios de parqueo especiales para que aquellas personas que presenten algún tipo de discapacidad, como lo es el caso de la amparada, puedan accesar al mismo con la igual desenvoltura con que lo haría cualquier otra persona. Así las cosas, entiende este Tribunal que la omisión de la Municipalidad en no habilitar dichos espacios de parqueo ha implicado para la Amparada un tratamiento discriminatorio injustificado e inaceptable desde el punto de vista constitucional. Se declara con lugar el recurso. Se ordena a la Municipalidad de Pococí a que proceda en la mínima brevedad posible a la demarcación de espacios de parqueo para vehículos que transporten a personas discapacitadas, los cuales deberán estar ubicados cerca de la entrada principal de la Escuela Central de Guápiles. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : 00527 Año : 2003 Expediente: 02-008836-0007-CO Despacho: Sala Constitucional Fecha: 28/01/2003 Hora: 3:07:00 PM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Armijo Sancho Gilbert Clase de asunto: Recurso de amparo Exp: 02-008836-0007-CO Res: 2003-00527 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con siete minutos del veintiocho de enero del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Hilda Jara Madrigal, portadora de la cédula de identidad número 7–075–762, a favor de Hilda González Jara, contra Carlos Obando, Oficial de 125 Tránsito de Guápiles; el Director de la Escuela Central de Guápiles, el Alcalde Municipal de Guápiles, el Ministro de Obras Públicas y Transportes; y la Ministra de Educación Pública. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las veintitrés horas y veintisiete minutos del veintitrés de octubre de dos mil dos (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra Carlos Obando, Oficial de Tránsito de Guápiles; el Director de la Escuela Central de Guápiles, el Alcalde Municipal de Guápiles, el Ministro de Obras Públicas y Transportes; y la Ministra de Educación Pública. Manifiesta que la amparada es hija suya, y asimismo alumna regular de la Escuela de Central de Guápiles y cursa el sexto grado. Indica que la Amparada padece distrofia muscular, motivo por el cual está imposibilitada de caminar y debe trasladarse con la ayuda de un "scootter". Señala que la accionante transporta diariamente a la amparada hacia su escuela en una microbús. Agrega que encontrar parqueo disponible en las cercanías a la Escuela Central de Guápiles es muy difícil y hasta imposible. Expresa que por esa circunstancia desde hace dos años solicitó a la Municipalidad de Guápiles y la Oficina de Tránsito de Guápiles que hicieran la demarcación de al menos dos espacios de parqueo destinados a personas discapacitadas. Alega que hasta la fecha la Municipalidad de Guápiles y la Oficina de Tránsito de esa localidad no han realizado gestión alguna tendente a responder la solicitud de la amparada, o a garantizar la existencia de parqueos para personas con discapacidad en las cercanías de la Escuela Central de Guápiles. Indica que el dieciséis de octubre del dos mil dos, a las seis horas cuarenta minutos, el Oficial de Tránsito Carlos Obando le impidió a la accionante estacionarse a un costado de la Escuela Central de Guápiles. Añade que a pesar de que intentó comunicarle al oficial que requería estacionarse allí para que la amparada tuviera acceso a la Escuela, éste se negó a escucharla y la agredió verbalmente. Arguye que las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles carecen de las adaptaciones necesarias para proporcionar el servicio de apoyo que requieren las personas con discapacidad, motivo por el cual la amparada está imposibilitada de acceder a su derecho a la educación en igualdad de oportunidades. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso. 2.- Informa bajo juramento María Lorena López Rosales, en su calidad de Ministra de Obras Públicas y Transportes a.i. (folios 14 a 17), que el problema alegado por la recurrente es uno que enfrenta muy comúnmente los edificios públicos y privados, pues implica dotarlos de las instalaciones necesarias que faciliten el acceso a personas con discapacidad. Indica que en un caso como el presente, en donde se encuentra de por medio un centro educativo de nivel escolar, resulta peligroso fijar zonas de estacionamiento en la vía pública situada frente a la respectiva escuela. Agrega además que en el presente caso, no se precisa si la vía en cuestión es de jurisdicción municipal o del Ministerio al que representa. Añade que en este sentido, tampoco sería factible fijar zona de parqueo en la misma, si de previo no se han efectuado estudios técnicos que no sólo demuestren que con la demarcación en la vía pública de una zona de estacionamiento no se causará problema alguno a la circulación vehicular y asimismo, no se correrá riesgo alguno a ninguno de los educandos de ese centro escolar. Considera que si la hija de la recurrente padece de problemas como los descritos, los que le obligan a movilizarse en vehículo, debe procurarse algún tipo de solución con el centro educativo respectivo, pero que aparece poco aconsejable el demarcar en la vía pública zonas de estacionamiento frente a dicho centro educativo. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- Informa bajo juramento Astrid Fischel Volio, en su calidad de Ministra de Educación Pública (folios 18 a 20), que por carecer de constancia personal sobre la situación alegada por la recurrente, de que las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles carecen de las adaptaciones necesarias para proporcionar el servicio de apoyo que requieren las personas con discapacidad, no se referirá sobre ello, lo cual es competencia exclusiva del Director o Directora del Centro Educativo, así como de la Junta de Educación de la misma, en virtud de que el primero es el responsable de su buena marcha, según el artículo 123 del Código de Educación. Solicita que se desestime el recurso planteado. 4.- Informa bajo juramento Jorge Luis Villalobos Vargas, en su calidad de Director de la Escuela Central de Guápiles (folios 27 a 29), que con los escasos recursos económicos con que cuenta la Escuela que dirige, se han realizado varias obras e inclusive se cuenta con rampas de acceso, sin embargo, posiblemente las mismas no cuenten con las medidas oficiales. Agrega que han solicitado ayuda al CENIFE, quien ya ha realizado el estudio respectivo, pero el cual no les ha sido entregado todavía, con el fin de proceder a corregir las medidas o dimensiones 126 de las mismas. Menciona que entre noviembre del año anterior y principios del presente, recibió una copia del Departamento de Ingeniería de Tránsito donde se le indicaba la señalización en la cuadra alrededor de la escuela. Agrega que posteriormente el Alcalde en ese entonces le contestó que como iban a asfaltar las calles de Guápiles se retardaba el trabajo, por lo que una vez asfaltadas se pintarían, lo cual no ha ocurrido. Considera que es cuestión de la Municipalidad el mandar a pintar las zonas y que el Departamento de Tránsito haga lo suyo. Solicita que se desestime el recurso planteado. 5.- Informa bajo juramento Carlos Luis Obando Villegas, en su calidad de Oficial de Tránsito de Guápiles (folios 36 y 37), que el día dieciséis de octubre del presente año, al ser aproximadamente las seis y treinta de la mañana, encontrándose en las labores propias de su cargo como Oficial de Tránsito, se dirigió a la Escuela Central de Guápiles, a efectos de prestar control y vigilancia en la zona peatonal que se ubica al costado norte de la Escuela. Indica que una vez que llegó al lugar, cerró la vía que se encuentra al frente oeste de la Escuela, lo cual siempre se hace a las horas de entrada y salida de clase, en aras de evitar accidentes de tránsito en perjuicio de los menores. Agrega que además, colocó un par de conos a cada lado de la patrulla, posterior a lo cual se dirigió a la zona peatonal. Manifiesta que encontrándose en ese lugar, apreció como una señora que venía manejando una buseta quitaba los conos y pasaba con su vehículo, estacionándose en las cercanías de la escuela. Señala que desde donde se encontraba le hizo señas a la señora que eso no se hacía, dirigiéndose hacia ella. Expresa que después de esto, la señora le explicó la situación que ella tenía para con su hija menor. Añade que pro estas razones le permitió quedarse estacionada donde lo hizo, siguiendo con sus labores. Indica que en ningún momento agredió verbalmente a la señora, pues esa no es su costumbre, siendo que además le escuchó en todo momento. Solicita que se desestime el recurso planteado. 6.- De conformidad con la constancia presente a folio 48, suscrita por Gladys Tapia Masís, Secretaria a.i. de la Sala Constitucional, se tiene que el Alcalde Municipal de Pococí no rindió el informe bajo juramento ordenado por resolución de las catorce horas y cinco minutos del veintitrés de octubre de dos mil dos de la Sala Constitucional, dentro del término establecido en ésta. 7.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso. Argumenta la recurrente, que en detrimento del derecho de su hija discapacitada a un acceso a la educación en igualdad de oportunidades, las autoridades recurridas han omitido acondicionar debidamente las instalaciones de la Escuela Central de Guápiles, en especial lo referente a los espacios de parqueo para personas discapacitadas, lo cual la ha llevado a tener enfrentamientos con Oficiales de Tránsito. Respecto de estos alegatos, el Director del Centro Educativo indica que se ha realizado todo lo posible para adecuar la infraestructura de la Escuela, hasta el punto de que se cuenta con rampas para discapacitados. En lo que toca a la ausencia de delimitación de los espacios de estacionamiento para discapacitados, señala que ello si no se ha ejecutado, ha sido por responsabilidad de la Municipalidad de Pococí, quien no ha procedido a realizar los trabajos pertinentes. II.- Respecto de hechos como los que aquí se discute, esta Sala ya ha tenido la oportunidad de verter un criterio, precisamente a través de la sentencia número 2000-02305 de las quince horas dieciocho horas del quince de marzo del dos mil, que fue un recurso de amparo interpuesto en contra de la Corte Suprema de Justicia por no acondicionar la infraestructura del edificio que la alberga, a efectos de que pudiera ser accesado por personas discapacitadas. En dicha sentencia se estableció lo que sigue: "II.- Los recurrentes acusan que la infraestructura de los edificios del Primer Circuito Judicial de San José impide a las personas discapacitadas transitar libremente y con seguridad en ese circuito. Además, que no están disponibles para ellos servicios que se ofrecen a las demás personas, como los sanitarios, por lo que se restringe su derecho de acceso a la justicia. 127 III.- En primer término es importante señalar que la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y la Constitución Política de Costa Rica, consagran el principio de igualdad de la persona y la prohibición de hacer distinciones contrarias a su dignidad –artículos 24 y 33 respectivamente-. Adicionalmente, los derechos de las personas discapacitadas están reconocidos en instrumentos internacionales como la "Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad", aprobada por la Asamblea Legislativa por ley N°7948 y la "Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad", N°7600, publicada en la Gaceta del 29 de mayo de 1996. La Convención define en su artículo 1 la Discriminación de la siguiente manera: "El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa toda distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales " Asimismo, consagra la obligación de los Estados que la suscribieron, a adoptar: "las medidas para eliminar progresivamente la discriminación y promover la integración por parte de las autoridades gubernamentales y/o entidades privadas en la prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones, programas, actividades, tales como el empleo, el transporte, las comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el deporte, el acceso a la justicia y los servicios policiales y las actividades políticas y de administración" La obligación de tomar medidas progresivamente, consagrada en la norma transcrita, justifica revisar la situación acusada en el presente caso , aunque en la sentencia N°99-001820 de las del diez de marzo de 1999 se haya declarado sin lugar un recurso de amparo en el que se alegaban hechos similares a los que ahora se acusan. IV.- A juicio de este Tribunal, la tutela efectiva de los derechos de las personas discapacitadas consagrados constitucionalmente, es uno de los medios por los cuales este grupo de población puede tener una vida lo más independiente y normal posible, de manera que su integración a la sociedad sea plena . Es claro que uno de ellos consiste en que la infraestructura de los edificios, especialmente aquellos en que se brinden servicios públicos, tengan previstas facilidades para el acceso de las personas discapacitadas. Tratándose de la administración de justicia, el ágil acceso al servicio es trascendental para este grupo de personas, pues de ello depende que puedan exigir el respeto a los derechos que tienen como ciudadanos y denunciar si han sido objeto de algún tipo de discriminación. Es por ello que la obligación del Estado y de la sociedad en general, consiste en eliminar progresivamente las "barreras arquitectónicas" que les dificultan o impiden el acceso a estos servicios . V.- Con el objeto de constatar los hechos descritos por los recurrentes, la Magistrada Instructora y el Secretario de este Tribunal, realizaron una inspección ocular, cuya acta corre a folio 36 del expediente. De ella se desprende que, en el Primer Circuito Judicial de la Corte Suprema de Justicia se han habilitado rampas en las aceras, para facilitar el tránsito de personas que utilicen sillas de ruedas o que por algún motivo no puedan subir gradas. Asimismo, el Edificio de los Tribunales y el del Organismo de Investigación Judicial, cuentan con dos entradas para discapacitados, que les permiten el acceso a los ascensores en caso de que no se dirijan a las oficinas ubicadas en el primer piso. Asimismo se constató que los oficiales de seguridad ubicados en las entradas están conscientes de su obligación de suministrar colaboración a las personas discapacitadas que se presenten a esos edificios, por lo que la Sala estima que en este aspecto no existen barreras arquitectónicas que impidan o dificulten a las personas discapacitadas el acceso a la administración de justicia. Diferente es la situación en el edificio de la Corte Suprema de Justicia, pues aunque existe una entrada especial para personas discapacitadas, en el costado este, que incluso tiene la señalización universalmente aceptada, se constató en la diligencia realizada, que la puerta permanece cerrada permanentemente, y aunque hay un timbre, pese a que se llamó tres veces, nadie abrió la misma. Como la entrada principal al edificio es totalmente inaccesible para personas discapacitadas, por la gran cantidad de gradas existentes, sólo queda a las personas en esta situación dirigirse a la entrada para vehículos. Ello implica poner en peligro su integridad física, porque no hay rampa de acceso en la acera aledaña a la entrada, por lo que deben transitar por la calle. Esta entrada, es de acceso restringido, por lo que los oficiales de seguridad no permiten el ingreso al edificio sin una autorización. De todo lo anterior se desprende que el acceso al Edificio de la Corte Suprema de Justicia es en extremo difícil para las personas discapacitadas. Lo anterior, sumado a la inexistencia de servicios sanitarios apropiados para este grupo de ciudadanos en los edificios del Primer Circuito Judicial de San José, los cuales son básicos para la debida atención al usuario, es suficiente para constatar la infracción al principio de igualdad y de libre acceso a los edificios públicos y la administración de justicia. 128 VI.- En consecuencia, el recurso debe ser declarado con lugar, ordenando a la Corte Suprema de Justicia adoptar las medidas pertinentes para que, a la mayor brevedad, se garantice el fácil acceso para las personas discapacitadas al Edificio de la Corte Suprema de Justicia, así como adaptar servicios sanitarios para ellos en los edificios del Primer Circuito Judicial de San José. De las medidas adoptadas debe informar a esta Sala en el plazo de un mes contado a partir de la notificación de esta sentencia." (La negrita o subrayado no es del original) III.- Tal y como se observa en el precedente arriba transcrito, en una situación como la que aquí se describe, más que hablar como lo hace la recurrente en un principio sobre un supuesto desmedro del derecho al acceso a la educación, se debe descubrir si en el caso concreto han operado o no una serie de circunstancias que conlleven un tratamiento discriminatorio respecto al libre acceso a un edificio público, en contra de cualquier persona discapacitada, en especial aquellas que no pueden hacer uso de sus piernas. En este sentido, acoger un recurso de amparo elaborado con tal objetivo, implica necesariamente la carga de demostrar en forma fehaciente que el edificio o lugar público en cuestión carece de las facilidades para ser accesado por parte de personas discapacitadas. Es así como, en el asunto supra citado, dicha verificación se llevó a cabo mediante una diligencia probatoria de inspección ocular, que se efectuó debido a las ventajas que presentaba ese caso en particular, sin embargo en el asunto bajo estudio, no se ha podido realizar tal diligencia, pues precisamente no se han compartido esas mismas ventajas. No obstante lo anterior, el informe rendido bajo juramento por el Director de ese Centro Educativo, brinda cierta luz sobre la realidad de los hechos discutidos, siendo que de acuerdo a su dicho, la Escuela posee rampas que permiten su acceso por parte de personas discapacitadas, no así de espacios para el parqueo de automóviles que transporten a estudiantes discapacitados, como lo es el caso de la aquí amparada, pues según alega en el mismo informe: "... entre noviembre y principio de año recibí una copia de ingeniería de tránsito donde indicaba la señalización en la cuadra alrededor de la escuela. Luego el alcalde en ese entonces me contestó que como iban a asfaltar las calles de Guápiles se retardaba el trabajo, que por asfaltadas se pintarían, acción que no se ha llevado a cabo." Ahora bien, según dispone el artículo 45 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional: " Si el informe no fuere rendido dentro del plazo correspondiente, se tendrán por ciertos los hechos y se entrará a revisar el amparo sin más trámite, salvo que el tribunal estime necesaria alguna averiguación previa, todo sin perjuicio de las responsabilidades en que incurra el servidor omiso en el informe ." (La negrita no es del original) En consecuencia, siendo que en el presente recurso, se ha tenido por parte recurrida al Alcalde Municipal de Pococí, a quien se le previno adecuadamente de su deber legal de informar ante esta Sala sobre los hechos alegados por la recurrente, y no lo hizo según se desprende de la constancia presente a folio 48, dichos hechos deben ser tenidos por probados, de forma tal que para esta Sala, siendo que en razón de evitar una discriminación en cuanto al acceso a un edificio en donde se presta un servicio público, como lo es la educación pública, la Municipalidad se encuentra en la obligación de habilitar espacios de parqueo especiales para que aquellas personas que presenten algún tipo de discapacidad, como lo es el caso de la amparada, puedan accesar al mismo con la igual desenvoltura con que lo haría cualquier otra persona. Así las cosas, entiende este Tribunal que la omisión de la Municipalidad en no habilitar dichos espacios de parqueo ha implicado para la Amparada un tratamiento discriminatorio injustificado e inaceptable desde el punto de vista constitucional, de modo que el presente recurso debe ser estimado y por ende, ordenarse a la Municipalidad de Pococí para que proceda a la brevedad posible a la demarcación de espacios de parqueo para vehículos que transporten a personas discapacitadas, los cuales deberán estar ubicados cerca de la entrada principal de la Escuela Central de Guápiles. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se ordena a la Municipalidad de Pococí a que proceda en la mínima brevedad posible a la demarcación de espacios de parqueo para vehículos que transporten a personas discapacitadas, los cuales deberán estar ubicados cerca de la entrada principal de la Escuela Central de Guápiles. Se condena a la Municipalidad de Pococí al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratorio, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Carlos M. Arguedas R. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. 129 Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Alfonso Gutiérrez C. Alejandro Batalla B. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03863-03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Oscar Otárola vs Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Presidente del Consejo Superior del Poder Judicial y el Jefe de la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial. El recurrente manifiesta que la Ley número 7600 “Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas Discapacitadas” establece como elemental el empleo para que las personas con discapacidad disfruten de iguales oportunidades de acceso y participación en idénticas circunstancias. En su caso, el Sr. Otárola manifiesta ante el Consejo Superior de la Corte Suprema de Justicia que la Jefatura de la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial le ha denegado ilegítimamente la oportunidad de ser nombrado como Chofer 2 dentro de la citada Sección. Dicha Jefatura indicó al Consejo Superior, que estimaba que el Sr. Otárola no estaba capacitado físicamente para desempeñar el puesto de chofer de vehículo para traslado de detenidos, que en ocasiones presenta la necesidad de forcejear con el o los detenidos, o el puesto de traslado de cadáveres, que implica en algunos casos tener que sacar cuerpos de lugares de difícil acceso, circunstancias que exigen una capacidad bimanual y que a su criterio el recurrido no posee, por lo que solicitaba que de previo a resolver el punto se realizara una valoración médica del amparado para determinar técnicamente su capacidad física para ejercer el puesto de Chofer 2 en la Sección a su cargo. El Consejo Superior de la Corte Suprema de Justicia en este momento está conociendo el reclamo planteado por el amparado en contra de dicha Jefatura. Acordó, dicho Consejo, previamente a resolver sobre el fondo el reclamo, remitir al amparado al Departamento de Medicina Legal, a fin de determinar la idoneidad del amparado para ocupar el puesto que le interesa. Considera el Sr. Otárola que dicha remisión a Medicina Legal es una disposición aplicada en forma discriminatoria en su perjuicio y, por tanto, es contraria a la Ley 7600. El artículo 33 de la Constitución Política. Los artículos 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos El artículo 2 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre Los artículos 3 y 26 del El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Los artículos 23 y 24 de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad. Los hechos aquí impugnados ya fueron objeto de conocimiento por parte de esta Sala mediante sentencia 12062-01. Cabe recordar que el Derecho de la Constitución garantiza el principio de igualdad y, correlativamente, la prohibición de discriminación alguna contraria a la dignidad humana, como criterio de interpretación y aplicación y como derecho fundamental en sí mismo, que prohíbe toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación fundada, 130 Conclusión legítima, razonable, objetiva y suficiente. Por lo que, evidentemente, resultaría abiertamente violatorio a los derechos fundamentales de la persona, que pese a ser idónea para determinado empleo, no se le emplee por razón de su discapacidad. El reclamo planteado por el recurrente ante el Consejo Superior no se ha resuelto, ni se le ha negado definitivamente el acceso a tal puesto. Por su parte, el Consejo Superior se ha limitado a procurar la obtención de elementos de convicción objetivos, para poder determinar si el amparado está capacitado físicamente para ejercer el puesto que pretende, en atención a las funciones que este implica e, incluso, en tutela de la seguridad del amparado ante los posibles riesgos que conlleva el cargo, para poder resolver así lo que en derecho corresponda. En este contexto no observa la Sala que se hayan violentado los derechos fundamentales del amparado por el hecho de que se haya solicitado dicha valoración. Por lo antes indicado, no estima la Sala que al momento de plantearse el amparo se haya violentado los derechos fundamentales del amparado. Lo que no obsta, eso sí, para que dicha violación se configure si se determinare que el recurrente es idóneo para el cargo de Chofer 2 en la Sección de Cárceles y Transportes, y aún así se limitase su posibilidad de acceder al mismo en razón exclusivamente de su discapacidad. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Vargas Clase de asunto: 03863 Año : 2003 03-005000-0007-CO Sala Constitucional 13/05/2003 2:53:00 PM De Fondo Benavides Adrián Recurso de amparo Exp: 03-005000-0007-CO Res: 2003-03863 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con cincuenta y tres minutos del trece de mayo del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Oscar Mario Otárola Solis, mayor, casado, servidor judicial vecino de San José, portador de la cédula de identidad número 4-144-607 contra el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Presidente del Consejo Superior del Poder Judicial y el Jefe de la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las nueve horas y cuarenta minutos del veintinueve de abril de este año (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Presidente del Consejo Superior del Poder Judicial y el Jefe de la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial y manifiesta que la Ley número 7600 “Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas Discapacitadas”, señala que existen personas en este país con discapacidad física, a los cuales y a efecto del cumplimiento de la Ley de Derecho Interno Público, es de acatamiento obligatorio para todas las personas físicas y jurídicas. Que esta Ley ha sido declarada de interés público para el desarrollo integral de la población con discapacidad, en donde por principio se establece como elemental el empleo para que las personas con 131 discapacidad disfruten de iguales oportunidades de acceso y participación en idénticas circunstancias, en donde la capacidad está definida como la deficiencia física, mental o sensorial que limite sustancialmente, una o más actividades principales del individuo. Que en cuanto a los actos de discriminación se determina que en la selección de personal no debe existir mecanismos que no estén amparados a las condiciones de los aspirantes y mucho menos exigir requisitos adicionales a los establecidos para cualquier solicitante y el no emplear, por razón de su discapacidad a un trabajo idóneo, así mismo indica la ley de marras que la parte patronal deberá proporcionar facilidades para que todas las personas sin discriminación alguna, se capaciten y se superen en su empleo. Que en ese sentido, desde 1996 ha tratado que se cumpla a su favor, los términos de la referida Ley, pero no ha logrado resultados positivos, precisamente a consecuencia de los estereotipos y mecanismo que tratan de poner algunos servidores públicos con jefatura del Poder Judicial. Que en su caso particular, ha sucedido con respecto a la aplicación de esa Ley en materia laboral en el Poder Judicial, y propiamente por las acciones y disposiciones que ha tomado el Consejo Superior como Órgano Jerárquico en cuanto a la ejecución de políticas internas, así como la acción en su contra por parte de funcionarios de la Jefatura del Organismo de Investigación Judicial, una evidente discriminación, motivo por el cual, mediante nota recibida el 27 de setiembre del año pasado, solicitó que se le tomara en cuenta para el nombramiento como chofer y así poder surgir no solo salarialmente sino síquicamente, notas recibidas por la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, la Secretaría General del Organismo de Investigación Judicial, el Departamento de Personal del Poder Judicial, la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial y la Comisión de Relaciones Laborales del Poder Judicial, sin lograr resultado alguno. Que de esa forma, los irrespetos a los términos de la referida Ley, vienen a verse y sentirse desde 1996, donde mediante nota del 29 de agosto pasado, un servidor de la Sección de Cárceles y Transportes, señaló al momento de valorarlo una serie de aseveraciones en su perjuicio, precisamente a consecuencia de su condición física, ya que al nacer sufrió una atrofia muscular izquierda leve, motivo por el cual, su brazo izquierdo lo tiene más delgado, y en cuanto a movilidad menos que la normal. Que por esa razón, se dirigió al Consejo Superior a mostrar su disconformidad a respecto, quien le respondió que el Departamento de Personal debería tomar nota de las comunicaciones y ordenó al mismo que debía calificar la prueba realizada a su persona, acto que nunca le fue notificado, no obstante, se dio a la tarea de investigar a respeto, logrando determinar de su prontuario laboral que existían una serie de notas varias dirigidas entre funcionarios de la Sección de Reclutamiento y Selección de Personal, Jefatura de la Sección de Cárceles, Transportes y Citaciones, Jefatura del Departamento de Personal, Jefatura de Servicios Médicos y la Jefatura del Departamento de Medicina Legal del Organismo de Investigación Judicial, referidas a su caso particular. Que dentro de esas notas se tiene que el Doctor Javier Sandoval Leal, Jefe Médico, Sistema Médico para Empleados del Poder Judicial en nota SME de 08 de enero de 1997, señala que a raíz del oficio N° 999-JP-96 del 19 de diciembre de 1996, suscrito por el Licenciado Francisco Arroyo Meléndez para llevar a cabo una evaluación desde el punto de vista orgánico, funcional y biomecánica de su persona, violentándose con ello lo dispuesto en la Ley número 7600 y donde el médico dicho responde “…existe una Comisión Médica, destacada en el Colegio de Médicos, la cual se encarga de hacer las evaluaciones pertinentes, para que, en caso con algún grado de discapacidad física (como el caso del Sr. Otárola)¸ que tramitan una licencia de conducir, puedan ser evaluados por la misma y así tener un criterio con un punto de vista más integral…”. Que es aquí donde se nota el desconocimiento de los funcionarios y servidores del Poder Judicial de los términos de la Ley 7600. Que con posterioridad, el mismo Jefe del Departamento de Personal, remitió nota al Coordinador General del Consejo Médico Forense, donde se solicita ya no al Departamento de Medicina Legal sino al Organo que se constituye en el único perito judicial para que exteriorice y fundamente resolutivamente un dictamen de naturaleza colegiada donde se solicita: “…determinar si el señor Otárola Solís es apto para manejar vehículos del Poder Judicial…”. Que de esa forma, se demuestra certeramente el desconocimiento de una Ley de Carácter Público como lo es la ya referida, y por lo tanto, desde ese momento se le trata de forma discriminada en cuanto a su calidad, oportunidad, derecho y deberes por tener una leve discapacidad física. Que no obstante, el Jefe del Departamento de Medicina Legal en el dictamen JDML-97-166 de 06 de marzo de 1997, señala: “…Si se trata del examen de preempleo, tal funcion es de la competencia del Servicio Médico de los Empleados del Poder Judicial y no del Consejo Médico Forense (…) si se tratara de valoración para para considerar una jubilación por motivos de salud, la misma se tramitaría a traves del Consejo Superior. Además no encuentro oportuno inmiscuir a la Comisión Evaluadora de Licencias de Médicos en asunto de manejo interno del Poder Judicial…”; documento que fuera remitido con copia al Consejo Superior. Que de esa forma, demuestra que su caso se convierte en desigual en cuanto a otros oferentes al puesto de chofer. Que a pesar de la desigualdad con que fue tratado, por tener una leva discapacidad, logró conseguir su objetivo, el cual era calificar para el puesto de chofer, para lo 132 cual, cuenta con una nota de 78.34. Que por ese motivo, estableció ante el Consejo Superior reclamo administrativo a fin de que se le tomara en cuenta para el nombramiento en una plaza de chofer, por contar inclusive con la nota requerida para esos efectos. Que ese reclamo fue contestado de la siguiente manera: “…No. 562-01 Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, San José a las 7:30 hrs del 26 de setiembre de 2001. Hágase del conocimiento del señor Oscar Otárola Solis, Conserje 2 de la Secretaría General del Organismo de Investigación Judicial, que el consejo Superior en Sesión No. 7201 celebrada el 11 de setiembre en curso, tomo el acuerdo que dice: Se dispuso: comunicar tanto a don Oscar como al Lic. Arias Muñoz que de conformidad con el Art. 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, sin perjuicios de otros requisitos exigidos por la Ley para ser servidor judicial en cualquiera de los puestos existentes, se requiere estar capacitado mental y físicamente, y si a la persona interesada no se le demuestra su incapacidad o impedimento en algunos de esos aspectos, debe ser tomado en cuenta. En igualdad de condiciones que los demás oferentes en el cargo que le interesa…”. En ese sentido, resulta de importancia señalar que los requisitos que se solicitan para el puesto de chofer son: conclusión de estudios primarios; considerable experiencia en la conducción de vehículos, licencia de conducir B-1, B-2, C-2, D-3 y otras según se requiera, los cuales cumple a cabalidad. Que además, dentro de las tareas típicas, se señala expresamente trasladar detenidos desde y hacía los centros correccionales, transportar cadáveres, y la naturaleza del trabajo es operación y conducción de vehículos automotores. Que por ese motivo, mediante nota sin fecha, pero entregada el 27 de setiembre pasado al Jefe de Cárceles y Transporte del Organismo de Investigación Judicial, con la finalidad de tener –considerable experiencia en la conducción de vehículos- puso en su conocimiento su situación. Que ese funcionario, mediante nota 758.CT2-2001 y recibida el 04 de octubre pasado, señaló: “…nota recibida el 27 de setiembre suscrita por el señor Oscar Otárola Solís, en la que solicita se le tome en consideración para ser nombrado de manera interina en el puesto de chofer e incluso para llevar una vacante en la sección a mi cargo, solicito sea valorado por el Consejo Médico del Poder Judicial, a efecto de establecer si está capacitado físicamente para desempeñarse en los siguientes puestos: A) chofer de vehículo para traslado de detenidos (…) chofer para traslado de cadáveres (…). Que no obstante, el Licenciado Arias Muñoz, B) recalca: “…se requiere capacidad bimanual, que a mi criterio el señor Otárola no posee (…)solicito la valoración médica respectiva por parte del ente correspondiente…”. Que de esa solicitud, el Licenciado Arias Muñoz ignora los términos de la Ley 7600, ya que lo estereotipa, no reconoce la garantía que las personas disfrutan de iguales oportunidades de acceso y participación en idénticas circunstancias, tampoco reconoce los objetivos de los principios fundamentales de esta Ley y por lo tanto, las obligaciones inherentes del Estado en el sentido de eliminar las acciones y disposiciones que, directa o indirectamente, promueven la discriminación o impiden a las personas con discapacidad, tener acceso a los programas y servicios, cuando se trate el tema de discapacidad, este deberá presentarse reformando la dignidad e igualdad entre los seres humanos. Que de esa forma y al amparo de la Ley 7600, el Licenciado Arias Muñoz y los Miembros del Consejo Superior, han creado una disposición para ser aplicada en forma discriminatoria en su perjuicio, remitiéndosele al Departamento de Medicina Legal, órgano dependiente del Organismo de Investigación Judicial, para su valoración en los aspectos referidos, amén de que los dictámenes médicos legales son vinculantes en cualquier resolución, sea administrativa o judicial. Considera que con los hechos impugnados se violenta en su perjuicio lo dispuesto en los artículos 33, 56 y 74 de la Constitución Política, por lo que solicita a la Sala se declare con lugar el recurso, con las consecuencias legales que ello implique. 2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada. Redacta el magistrado Vargas Benavides ; y, Considerando: 133 I.- Los hechos aquí impugnados ya fueron objeto de conocimiento por parte de esta Sala mediante sentencia número 2001-12062, de las diez horas con veinticuatro minutos del veintitrés de noviembre del dos mil uno, en la que en lo que interesa se consideró que: “…I.- El recurrente estima que los recurridos lo han discriminado en razón de su discapacidad física y se le ha negado ilegítimamente la oportunidad de ser nombrado como Chofer 2 en la Sección de Cárceles y Transportes del Organismo de Investigación Judicial, al punto que se pretende remitirlo al Departamento de Medicina Legal para que se valore su idoneidad para el cargo que procura. II.- En cuanto a este tema, cabe recordar que el Derecho de la Constitución reconoce y garantiza el principio de igualdad y, correlativamente, la prohibición de discriminación alguna contraria a la dignidad humana, como criterio de interpretación y aplicación que informa todo el ordenamiento jurídico, y como derecho fundamental en sí mismo, que prohíbe toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación fundada, legítima, razonable, objetiva y suficiente . El principio de igualdad que se encuentra consagrado en los artículos 33 de la Constitución Política, los artículos 2 y 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo 2 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre, los artículos 3 y 26 del El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y los artículos 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Además, en el caso del acceso al empleo y respecto a las personas con discapacidad, dicho principio se encuentra desarrollado en la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, que en su artículo 23 consagra: “Artículo 23.- Derecho al trabajo El Estado garantizará a las personas con discapacidad, tanto en zonas rurales como urbanas, el derecho de un empleo adecuado a sus condiciones y necesidades personales.” Mientras que en el artículo 24 de ese mismo cuerpo normativo se establece que “Artículo 24.- Actos de discriminación Se considerarán actos de discriminación el emplear en la selección de personal mecanismos que no estén adaptados a las condiciones de los aspirantes, el exigir requisitos adicionales a los establecidos para cualquier solicitante y el no emplear, por razón de su discapacidad, a un trabajador idóneo. También se considerará acto discriminatorio que, en razón de la discapacidad, a una persona se le niegue el acceso y la utilización de los recursos productivo” Por lo que, evidentemente, resultaría abiertamente violatorio a los derechos fundamental de la persona, que pese a ser idónea para determinado empleo, no se le emplee por razón de su discapacidad. III.- Ahora bien, en el presente caso, de lo indicado en el propio escrito de interposición y de la prueba aportada al efecto, en concreto, resolución de la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia número 6132001 de las trece horas del dieciséis de octubre del dos mil uno, en que se le comunica al amparado lo resuelto por el Consejo Superior en la sesión celebrada el once de septiembre último, se desprende que en este momento se está conociendo el reclamo planteado por el amparado en contra de la Jefatura de la Sección de Cárceles y Transportes, en el que se alega que esta última le ha denegado ilegítimamente la oportunidad de ser nombrado como Chofer 2 dentro de la citada Sección (ver copia a folio 17 a 20 del expediente). Por su parte, la Jefatura recurrida le indicó al Consejo Superior, mediante oficio número 758-CT2-2001, que estimaba que el recurrido no estaba capacitado físicamente para desempeñar el puesto de chofer de vehículo para traslado de detenidos, que en ocasiones presenta la necesidad de forcejear con el o los detenidos, o el puesto de traslado de cadáveres, que implica en algunos casos tener que sacar cuerpos de lugares de difícil acceso, circunstancias que exigen una capacidad bimanual y que a su criterio el recurrido no posee, por lo que solicitaba que de previo a resolver el punto se realizara una valoración médica del amparado para determinar técnicamente su capacidad física para ejercer el puesto de Chofer 2 en la Sección a su cargo (ver folio 19 y 19 vuelto del expediente). Por su parte, al Consejo Superior acordó, previamente a resolver sobre el fondo el reclamo, remitir al amparado al Departamento de Medicina Legal, a fin de determinar la idoneidad del amparado para ocupar el puesto que le interesa. De esta manera, el reclamo planteado por el recurrente no se ha resuelto, ni se le ha negado definitivamente el acceso a tal puesto. Por su parte, el Consejo Superior se ha limitado a procurar la obtención de elementos de convicción objetivos, para poder determinar -con sustento en los mismos- si el amparado está capacitado físicamente para ejercer el puesto que pretende, en atención a las funciones que este implica e, incluso, en tutela de la seguridad del amparado ante los posibles riesgos que conlleva el cargo, para poder resolver así lo que en derecho corresponda. En este contexto no observa la Sala que se hayan violentado los derechos fundamentales del amparado por el hecho de que se haya solicitado dicha valoración. Por el contrario, con la misma se pretende simplemente determinar si el amparado es idóneo para el puesto que pretende, para posteriormente analizar si injustificadamente se le ha limitado el acceso al empleo y resolver fundadamente si se le ha discriminado en razón de su discapacidad y discusión probatoria que excede además la naturaleza sumaria del amparo y que es propia de plantearse en la sede administrativa, por lo que 134 resulta incluso inconveniente que esta Sala medie en dicho ejercicio probatorio o sustituya a la Administración en el análisis de los hechos, previo a que se cuente con todos los elementos de convicción requeridos para resolver adecuadamente el punto en discusión. Por lo antes indicado, no estima la Sala que al momento de plantearse el amparo se haya violentado los derechos fundamentales del amparado. Lo que no obsta, eso sí, para que dicha violación se configure si se determinare –previa evacuación del criterio técnico correspondiente y en atención a las funciones propias del cargo- que el recurrente es idóneo para el cargo de Chofer 2 en la Sección de Cárceles y Transportes, y aún así se limitase su posibilidad de acceder al mismo en razón exclusivamente de su discapacidad. Por lo antes indicado, procede desestimar el recurso como en efecto se hace…”. II.- Como en este caso no existe motivo para variar el criterio vertido en la sentencia parcialmente transcrita, resulta improcedente manifestarse nuevamente sobre los mismos alegatos, pues constituye una mera reiteración de lo resuelto por la Sala en aquella oportunidad. Por lo expuesto, el recurso debe desestimarse. Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Ernesto Jinesta L. José Miguel Alfaro R. Alejandro Batalla B. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 13205-05 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Mínor Murillo vs Lanier de Costa Rica S.A El amparado trabajó como ejecutivo de ventas de equipo de copiado para la empresa accionada. En el 2004, comunicó a la empresa que padecía cáncer del sistema linfático. En el 2005, el Gerente General le comunicó su despido por reorganización de personal. Artìculo 33 de la Constitución Política. Nuestro régimen político se orienta hacia la solidaridad social. Dentro de los componentes característicos del Estado Social de Derecho se encuentra la protección a los trabajadores. Sobre la empresa recae la carga de probar la existencia de causas suficientes para calificar de razonable y ajena a todo propósito discriminatorio el despido, único medio de destruir la apariencia lesiva creada por los indicios. Cuando a un trabajador se le especifica por escrito el motivo de su despido, el empleador no puede alegar posteriormente que fue otra la causa, ni aducir que existen faltas concomitantes. Es evidente la contradicción en que incurre la empresa, quien, por un lado le remite al amparado un certificado de despido por reorganización de personal, empero, por otro lado, basa el argumento de su defensa en que el pretendido deficiente rendimiento del perjudicado. La Sala asume que la razón del despido fue la mencionada reorganización de personal, cuestión sobre la cual la recurrida no remite prueba de descargo alguna, lo que acarrea, como inevitable consecuencia, que se consolide la veracidad del alegato de discriminación 135 Conclusión por enfermedad. Acreditado el referido trato discriminatorio, su inconstitucionalidad resulta evidente. Se declara con lugar el recurso. Se ordena restituir de inmediato al recurrente en el pleno goce de sus derechos conculcados. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Armijo Clase de asunto: Tiene voto salvado 13205 2005 05-005442-0007-CO Sala Constitucional 27/10/2005 3:13:00 PM De Fondo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 05-005442-0007-CO Res. Nª 2005-13205 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas y trece minutos del veintisiete de Septiembre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por Dora María Nigro Gómez, portadora de la cédula de identidad número 1-579-479, a favor de Mínor Murillo Salas, portador de la cédula de identidad número 1-415-709, contra Lanier de Costa Rica S.A. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 17:58 horas del 10 de mayo de 2005, la accionante interpone recurso de amparo a favor de Mínor Murillo Salas y contra Lanier de Costa Rica S.A.. Manifiesta que su esposo empezó a laborar en la compañía 3M de Costa Rica S.A. en 1976, como encargado de registro y mayorización de las cuentas de la caja y cuentas por cobrar. Con el transcurso de los años y la capacitación obtenida, el amparado asumió distintas posiciones dentro de la empresa, como la de Supervisor del Departamento de Crédito y Cobranzas. En 1986, en reconocimiento a ese esfuerzo de superación, lo nombraron en el Departamento de Ventas como vendedor de copiadoras. Los resultados no se dejaron esperar pues en ese primer año de trabajo, alcanzó el primer lugar en ventas, superando así a 15 compañeros y obteniendo como premio un viaje a San Andrés. En 1987, a raíz de una alianza estratégica entre la Corporación Harris y la Corporación 3M con sede en Minessotta U.S.A., se fundó Lanier de Costa Rica S.A., subsidiaria de Lanier Wordwide Inc, con sede en Atlanta, Georgia. En aquella ocasión, se le reconocieron al amparado sus derechos laborales y se mantuvo sin cambio alguno la relación laboral de todo el personal. Más recientemente, en el año 2003, se fusionó esa empresa con la firma japonesa RICOH, pasando a denominarse comercialmente Ricoh-Lanier de Costa Rica. Durante 19 años, el amparado ejerció la función de ejecutivo de ventas de equipo de copiado, con una dedicación y empeño en sus funciones, que le destacó incluso en el ámbito mundial. Es así como dentro del escalafón mundial de la compañía existe el denominado "Club de los 100" (Century Club), en el que se ubican los mejores vendedores del mundo Lanier. En tal sentido, el afectado obtuvo los siguientes reconocimientos: 1989, Century Club tercer lugar, placa de bronce; 1992, Century Club segundo lugar, placa de plata; 1993, viaje a la casa matriz en Atlanta para recibir el premio llamado "El momento de la Verdad" como el mejor vendedor de Costa Rica con porcentajes arriba del 150% de la cuota, además, fue designado por Costa Rica como instructor de las políticas mercadeo dentro de lo que estaba Visión del Cliente (Customer Vision); 1994, viaje a Puerto Rico para compartir con el equipo de ese país como ganador de un premio por los resultados obtenidos en ese año; 1995, viaje a la casa matriz en Atlanta para recibir el premio "El momento de la Verdad" como mejor vendedor de Costa Rica correspondiente al año en mención, 136 además, ganador del máximo premio de la compañía llamado "The Gold Primus Council", la respectiva placa fue entregada en un crucero por el Mar Caribe en el que participaron los mejores vendedores del mundo Lanier; 1997, reconocimiento de la compañía por 21 años de servicio en 3M y Lanier; 1998, Century Club segundo lugar, placa de plata, así como un viaje a Atlanta a fin de asistir al entrenamiento para Gerentes de Ventas de América Latina "The Sales Management 2000"; 1999, ganador por segunda vez del máximo premio de la compañía llamado "The Gold Primus Council"; 2003, concurre en una terna para nombrar los auditores de ISO y obtiene el título de "Auditor Interno ISO 9001-14001". Como prueba adicional a este listado de reconocimientos, adjunta una hoja denominada "Productividad Por Vendedor" en la que su marido alcanzó un segundo lugar en ventas con un 114%, y uno de los anteriores Gerentes Generales escribió: "Mínor: Gracias por todos tus esfuerzos y por ayudarme hacer una diferencia durante febrero. Le voy a mandar a "Barry" esta hoja para que empiece a ver el compromiso y productividad tulla (sic) desde ahora. Trabajemos juntos y verás que todo saldrá de maravillas. Gracias Peter." En el mes de septiembre de 2004, a causa de una serie de dolencias y luego de varios exámenes médicos, la Dra. Anabelle Picado Lagos, patóloga, diagnosticó que el amparado padecía linfoma folicular mixto grado II, es decir, cáncer del sistema linfático. Tal diagnosis fue confirmada mediante pruebas de ultrasonido efectuadas en la clínica "Ultrasonido Santa Catalina" por el Dr. Ricardo Slon Hitti, quien determinó la existencia de un tumor con un tamaño entre 7 y 8 cm. Asimismo, el diagnóstico fue corroborado por un TAC de abdomen, que detectó una masa de tipo adenomegálico de una longitud aproximada de 18 cm. y un diámetro transversal de aproximadamente 8 cm.. Asegura que el linfoma folicular mixto grado II presenta las siguientes características: A. Adenopatías o crecimiento anormal de los ganglios del sistema linfático. B. Se debe extraer algunos de los ganglios para practicarle una biopsia. C. El apoyo familiar, amigos y entorno es fundamental en el proceso y da como resultado una buena actitud del paciente. D. Se recomienda seguir trabajando si el estado general y psicológico lo permiten. E. Se debe compaginar la vida normal con los momentos de tratamiento. F. Se debe iniciar el tratamiento de quimioterapia o radioterapia lo antes posible. G. Es una enfermedad terminal y sin cura. H. Reincide entre los ocho y diez años después de diagnosticada y haberle dado el primer tratamiento. I. Debe convivir con los efectos secundarios del tratamiento. J. La supervivencia media oscila entre los 8 y 12 años. A pesar de la enfermedad, por recomendación del médico William Buján Boza, especialista en Hematología Oncología del Hospital Méjico, el amparado no se acogió al beneficio que ofrece el Régimen de Enfermedad y Maternidad del Seguro Social, por cuanto consideró que era más conveniente que llevara una vida normal, sin cambios hasta donde el tratamiento de quimioterapia lo permitiera. Desde que se emitió la diagnosis, el amparado informó a la empresa de su situación y a pesar de la intensidad de la quimioterapia, tres dosis al día, él, en su fortaleza, trató de mantener su ritmo normal de vida. De esta forma, en noviembre de 2004, luego de un planteamiento a la Gerencia General sobre cómo mejorar la posición de la empresa en ventas, fue trasladado del puesto de Ejecutivo de Ventas a Supervisor del Área de Vendedores de Territorio. En esa plaza tuvo a su cargo 8 vendedores. Como consecuencia de ese movimiento, la cartera de clientes -que el amparado había construido durante años y le permitía, en promedio, ingresos mensuales en comisiones al 30 de septiembre de 2004 de ¢704.425,00- fue entregada a la gerencia de ventas, quien la redistribuyó entre tres compañeros vendedores. Esto aconteció con el claro conocimiento de que algunas de las cuentas producirían ventas importantes en los meses de enero y febrero, como es característico en el manejo de cuentas mayores, no obstante, la accionada le impidió al amparado finiquitar las ventas que el mismo había iniciado. Añade la recurrente que el amparado valientemente asumió el reto de sus nuevas funciones y las ejerció durante cuatro meses y medio, lo que le causó significativos beneficios económicos a la empresa accionada. Asegura la recurrente que las ventas alcanzadas por los 8 vendedores del equipo del amparado y el mismo, ascendieron a $315.647,35, lo que representa un 168,53% sobre el trimestre de octubre a diciembre de 2004. Afirma que si la función de un vendedor es vender y si esa labor se cumple en porcentajes superiores a los anteriores, el despido en contra del afectado no pudo ser por reorganización, sino por discriminación. En efecto, a pesar de lo relatado, se inició un proceso de hostigamiento en contra del amparado. Éste trató reiteradamente de reunirse con el Gerente General y el Gerente de Ventas para informarles acerca del desarrollo de los nuevos objetivos, pero nunca le dieron la oportunidad, ni le permitieron ser parte del plan, ni lo tomaron en cuenta a la hora de contratar personal que iba a estar a su cargo. En varias ocasiones expuso su situación a la Gerente de Recursos Humanos, quien hizo caso omiso de su reclamo. En consecuencia, al perjudicado se le asignaron responsabilidades mas no las herramientas para afrontarlas. Asegura que debido a la carga de trabajo, muchas noches encontró al afectado durmiendo encima del teclado de la computadora. Asevera que el amparado fue denigrado. En ese sentido, la accionada no le pagó las comisiones sobre ventas de los vendedores efectuadas en el mes de enero. Además, en un correo electrónico del 14 de enero de 2005, el Gerente General de la accionada le recriminó al afectado su inasistencia a 5 de las 8 reuniones de los 137 grupos EMCA celebradas desde el 1º de noviembre de 2004 al 19 de enero de 2005 y la desatención de compromisos con el grupo de ventas. En su criterio, estima que tal correo electrónico fue parte de la estrategia para montar un despido en contra del amparado, pues la amonestación no tenía razón de ser. Los grupos EMCA son "equipos de mejoramiento continuo autodirigidos" y fueron creados para que la accionada lograra la certificación ISO-9002. Tales grupos operaban en horas no laborales. Cuando se inició ese proceso, el amparado participaba en el grupo EMCA de los vendedores. En ese momento, su compromiso fue tal que lo llevó a efectuar un curso de "Auditor Interno" ISO 9001:2000 e ISO 14001:1998" con una duración de 36 horas en octubre de 2003. Luego de su ascenso como supervisor en noviembre de 2004, la Gerenta de Personal, a finales de mes, le informó al amparado que debía de pasarse del grupo EMCA de vendedores al grupo EMCA de supervisores. La Gerenta de Recursos Humanos, en apariencia, no informó esa situación a la Gerencia General, y si lo hubiese hecho, ésta lo ignoró. El grupo EMCA de supervisores se reunía los lunes de las 7:00 a las 8:00 horas, empero, el amparado solo podía asistir media hora, porque tenía reunión con sus ocho vendedores a las 7:30 horas. Toda esta situación culminó con la ejecución de un acto de evidente v manifiesta discriminación el 18 de marzo de 2005. Ese día, de manera sorpresiva, el amparado fue citado a la oficina de la Gerencia General, en la que se encontraban los Gerentes de Ventas y Recursos Humanos, quienes le entregaron una carta de despido por reorganización de personal. Seguidamente, fue invitado a abandonar en forma inmediata la empresa con la custodia de la Gerenta de Recursos Humanos, por lo que debió sacar atropelladamente sus pertenencias. Esta situación ha perjudicado la salud del afectado pues, luego de una mejoría en los primeros meses del año, recientemente su estado se ha comprometido y se le diagnosticó "Linfoma no Hodgkin Folicular III B". En virtud de lo expuesto, considera que aunque el amparado fue despedido con responsabilidad patronal por parte de la Compañía Ricoh-Lanier de Costa Rica, tal acto está viciado de nulidad dado que su fundamento no radica en la voluntad o el derecho del patrono de disponer del puesto que el ejercía, sino se trata de un acto discriminatorio, que obedece exclusivamente al hecho de que el perjudicado padece un cáncer incurable. Alega que a pesar de que el amparado nunca disminuyó su rendimiento laboral como Ejecutivo de Ventas y Supervisor de Ventas, en forma abrupta y atropellada se le despidió y se le obligó a abandonar la empresa custodiado por la Gerenta de Recursos Humanos, como si fuese un delincuente común. Afirma que la enfermedad del amparado no es contagiosa, su rendimiento en ventas y el de sus compañeros de equipo se encontraba en repunte y, en el peor de los casos, en niveles de productividad iguales con clara tendencia al repunte, de manera que no existe otro fundamento más que la discriminación, situación que, además, hace nugatorios los derechos a la incapacidad por enfermedad, dado que se aseguraron por la vía del despido no tener que pagar el costo que reporta la obligación patronal. El despido no solo le ha perjudicado por la merma de su ingreso económico, sino también por el hecho de que en el mercado de trabajo se difundió la noticia de que había sido separado por enfermedad, por lo que se le niega la consecución de otro empleo. Asimismo, al actuar en forma sorpresiva y veloz, la empresa impidió que se le diera la incapacidad por enfermedad. Desde el momento mismo del despido,, el afectado no está cotizando al régimen de invalidez, vejez y muerte, con lo que no solo se ve disminuido el cálculo del salario promedio y, consecuentemente, el monto de la pensión que eventualmente disfrutaría por invalidez, sino también se perjudica a su familia, dado que disminuye la pensión que le corresponde a sus dos pequeñas hijas -de edad escolar- y a la propia accionante. Enfatiza la desmoralización del amparado, quien con cincuenta y dos años de edad y veintinueve años de trabajar para la misma empresa en forma exitosa, como lo demuestran los premios y reconocimientos otorgados, de un momento a otro se ve en la calle y sin posibilidad de procurar sustento para su familia, en virtud de una decisión discriminatoria y de cálculo económico, lo que generó que se recluyera y no buscara asesoría jurídica oportuna para reclamar con mayor prontitud el remedio a la lesión de sus derechos constitucionales. Con base en lo expuesto, solicita que se declare con lugar el amparo. 2.- Mediante nota recibida en la Secretaría de la Sala a las 16:25 horas del 27 de mayo de 2005, informa Gabriel Echeverría de Céspedes, en su condición de apoderado generalísimo sin límite de suma de Lanier de Costa Rica S.A. (folio 44), que a inicios del año 2001, la empresa japonesa Ricoh adquirió el cien por ciento del capital accionario de Lanier de Costa Rica S.A.. Sin embargo, refuta que esas empresas se hubiesen fusionado, como erróneamente se consignó en el líbelo de interposición del recurso. Admite que el amparado se hizo acreedor de los premios mencionados por la accionante. Sin embargo, advierte que su acreditación como auditor Interno ISO 900114001 en el año 2003, no fue resultado de un proceso de selección ni de un reconocimiento por su buen desempeño, pues tal título lo obtuvo como consecuencia de haber elegido participar voluntariamente al referido programa de capacitación, puesto a disposición de todos los trabajadores de la compañía. Advierte que según los datos suministrados por la recurrente, el último galardón del amparado data de 1999, lo que refleja la disminución en sus 138 ventas en los últimos años. En este sentido, en el año 2003, el amparado sólo alcanzó un 52% de su cuota y en el 2004 únicamente un 32%. Afirma que el amparado era uno de los dos peores vendedores en la compañía. Asimismo, desconoce la autenticidad de la cita consignada por la recurrente, pues no le consta y, en todo caso, podría estar fuera de contexto. Asegura que su representada en ningún momento tuvo conocimiento ni de las dolencias ni de la diagnosis apuntadas por la recurrente. De manera informal y voluntaria, el amparado comentó su padecimiento en una reunión sostenida con otros compañeros de la empresa en octubre de 2004. En ese momento, se refirió a un cáncer sin precisar de qué tipo se trataba. Este comunicado, si bien informal, generó un sentimiento extendido de solidaridad entre los compañeros y representantes de la recurrida. Con la misma informalidad, en enero de 2005, el amparado le expresó a varios compañeros que ya se encontraba totalmente recuperado del mal que le aquejaba. Tal noticia fue motivo de regocijo a lo interno de la empresa. Respecto de las características de la enfermedad indicadas por la accionante, las rechaza por no ser un hecho imputable a la recurrida. Insiste en que su representada no tuvo conocimiento de la recomendación médica en cuestión, ni de los motivos que llevaron al amparado a no acogerse al régimen de incapacidad al que tiene derecho, de conformidad con el Reglamento del Seguro de Salud administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social. Rechaza lo aseverado en cuanto al tratamiento practicado al amparado, pues no le consta. Añade que en noviembre de 2004, su representada reorganizó de forma general el Departamento de Ventas, con la inclusión de nuevos vendedores y la creación de nuevos puestos de supervisión, uno de los cuales le fue ofrecido al amparado. El traslado de éste a Supervisor del Área de Vendedores de Territorio significó un ascenso, con el consecuente aumento en su salario mensual base, que subió de ¢224.000 a ¢300.000, y una expectativa de alcanzar mayores ingresos al beneficiarse de las ventas conseguidas por los 8 vendedores a su cargo y no únicamente de la suya propia, como era la situación antes de la promoción. Asevera que el interesado nunca reportó la existencia de ventas importantes por cerrarse en enero y febrero de 2005, pues, de haber sido así, se le hubiese pagado lo correspondiente, tal como se hizo con las ventas realizadas y reportadas en octubre y noviembre de 2004. Asevera que durante la gestión del amparado como Supervisor del Área de Vendedores de Territorio no se registró ningún incremento importante en ventas. Afirma que en el trimestre que comprende octubre, noviembre y diciembre de 2004 se registraron ventas realizadas por los vendedores de territorio por $268,331.00, lo que significó un cumplimiento del 71.55% de las metas de ventas establecidas para dicho período de una meta de US $125,000 por mes. Por otra parte, durante el primer trimestre de 2005 se registraron ventas realizadas por los vendedores de territorio por $278,558.00, lo que correspondió a un 74,28% del cumplimiento de metas para ese trimestre de una meta de US$125,000 por mes. Luego de comparar ambos trimestres, señala que el incremento en ventas de territorio fue de $268,331.00 a $278,558.00, esto es, solo de un 3,81%. Desconoce las noches de insomnio mencionadas por la accionante. Refuta que su representada hubiese discriminado al amparado. La accionada siempre concedió al amparado las herramientas necesarias para el cumplimiento de sus objetivos. De esta forma, a fin de facilitar el cumplimiento de los objetivos de venta por territorio, nombró dos vendedores más por grupo. En lo que respecta a las pruebas de hostigamiento presentadas por la recurrente, advierte lo siguiente: a) Respecto de las comisiones, éstas siempre se le pagaron al afectado de manera íntegra y cumplida. La razón por la que no percibió comisión alguna durante el mes de enero fue, simple y llanamente, porque no alcanzó las metas de ventas de territorio dispuestas para ese periodo, según lo establecido en su plan de compensación. b) Por otra parte, la recurrente aporta como prueba un mensaje electrónico del que no se desprende intención de hostigamiento alguna. Esta nota le fue dirigida al amparado en ejercicio de la potestad de dirección que todo empleador goza conforme a las disposiciones de nuestro ordenamiento laboral. La misma se debió a las reiteradas ausencias del reclamante a las reuniones de los grupos EMCA, que él encabezaba. Ese tipo de mensajes de amonestación y seguimiento eran recurrentes, en vista de las múltiples ocasiones en las que el amparado desatendió sus deberes para con la compañía. Admite la fecha de ejecución del despido. Al tratarse de un despido con responsabilidad patronal, la accionada cumplió cabalmente con sus obligaciones, por cuanto se le pagó al amparado los extremos e indemnizaciones laborales correspondientes. No existió en ningún momento un trato denigrante para con don Mínor Murillo. Lo único que se hizo fue seguir el procedimiento que su representada implementa en casos de terminación de la relación laboral. Tal procedimiento establece que al abandonar las instalaciones la persona despedida, debe hacerlo en compañía del Gerente de Recursos Humanos, con el fin de evitar fuga de información y proteger los activos propiedad de la empresa. Rechaza cualquier responsabilidad por el deterioro de la salud del amparado, lo que desconoce. En el subexámine, considera que no existe violación a derecho constitucional alguno. En lo que respecta al derecho a la salud, en ningún momento su representada incumplió sus obligaciones de contribuir al régimen de seguridad social. Fue el propio afectado quien discrecionalmente no se sometió al régimen de incapacidad al que tenía derecho en tanto asegurado directo. 139 Asimismo, el amparado goza del derecho de buscar una pensión por invalidez, de conformidad con los artículos 7 y 8 del Reglamento al Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte. Niega que se le hubiese violentado el derecho al trabajo, pues no se evidencia ningún trato discriminatorio por la referida enfermedad. En este sentido, advierte que no se está en presencia del despido de un trabajador incapacitado, que proscribe el artículo 80 del Código de Trabajo. Simplemente, la recurrida ejerció el derecho que le asiste de dar por concluida la relación de empleo con un trabajador, que en los últimos años había mostrado una desmejora notable en su rendimiento. Por ello, solicita que se desestime el amparo. 3.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 8:45 horas del 1º de junio de 2005 (folio 129), la accionante replica el informe de la accionada. Sostiene que la recurrida pretende esconder la relación laboral sostenida con el amparado por más de 29 años. Agrega que el Gerente General de la recurrida descalifica los reconocimientos recibidos por su marido y enloda su buen nombre al atribuírsele incumplimiento de deberes como razón de su despido. Al respecto, indica que el año 2000, la empresa distinguió al amparado con el pago de un curso de un año de duración, solicitado por él como técnico en administración de empresas, en el Instituto Tecnológico de Costa Rica-FUNDATEC. Tal disposición evidencia el afán del amparado por capacitarse y, al mismo tiempo, su buena imagen ante la compañía, pues de otra forma no se lo hubiese costeado por completo. Asimismo, en el año 2001, como premio por los éxitos alcanzados en ventas, al amparado se le obsequió un fin de semana en el Hotel Marriott Los Sueños. Por otra parte, en el año 2002 obtuvo el tercer premio en ventas, motivo por el que la accionada le regaló una grabadora, un ventilador y una vajilla. De este premio no encontró registro alguno en las pertenencias de su esposo, empero, afirma que el Gerente General miente en su respuesta. Además, en el año 2003, el amparado obtuvo el premio "Lanier Christmas Shopping Año 2003", que comprendía un bono de $700 por sobrepasar las ventas entre septiembre y noviembre. De esta forma, durante un día de diciembre, las Gerencias los llevaron de compras en un bus a un "Mall" y se les pagó una cena en un restaurante en Escazú. De este reconocimiento existe como prueba un pergamino firmado por el propio representante de la recurrida, quien ahora desmerita a su esposo. Finalmente, considera que la falsedad de la respuesta de la accionada se comprueba aún más con el hecho de que, por una parte, reconoce que el amparado fue ascendido en noviembre de 2004 al puesto de Supervisor de Ventas de Territorio y se le asignaron ocho vendedores bajo su mando, empero, por otra parte, afirma que era un mal empleado. Asegura que el referido ascenso fue un reconocimiento al afectado por su labor, para cuyo efecto adjunta un correo electrónico de 1º de noviembre de 2004, suscrito por el propio representante de la recurrida, en el que felicita al amparado, entre otros empleados, por la designación alcanzada. Advierte que en el año 2004 tres hechos afectaron las cuotas del amparado. Por una parte, fue obligado a tomar vacaciones en abril, dado que tenía tres años de no hacerlo, de ahí que en el mes de abril de 2004 la empresa solo reportara a la Caja Costarricense de Seguro Social un ingreso de ¢329.690,27. Por otra parte, a mediados de ese año se diagnosticó la enfermedad. Además, en octubre se le separó de su cargo de vendedor para que asumiera el de supervisor, de manera que debió encargarse de la capacitación de sus vendedores. Asegura que el amparado le informó a la recurrida, aunque fuese informalmente, la gravedad de su enfermedad. Incluso, primero se lo comunicó al Gerente General y luego, en una sesión en la que estuvo también el Gerente de Ventas, a todos los vendedores. En este sentido, este último era, precisamente, quien le daba los permisos a su esposo para que asistiera a sus citas médicas, tal y como se desprende de la prueba aportada por el Gerente General a folio 68 del expediente. Asevera que el pago de las prestaciones estuvo mal calculado. En cuanto a las ausencias del amparado, de la prueba aportada por la recurrida se desprende que en siete reuniones estuvo presente, a cinco faltó, en dos no estaba nombrado todavía, en una estaba en cita médica y solo en una no excusó su participación. Sin embargo, afirma que el interesado siempre cumplió con sus responsabilidades, lo que explica su designación como expositor de un proyecto. Manifiesta que no fue sino hasta el 29 de marzo de 2005, que se le pagó la liquidación a su cónyuge. Como ejemplo del hostigamiento perpetrado, sostiene que dos días antes del despido, la accionada le desconectó el servicio de correo electrónico al amparado, supuestamente por un problema técnico. Además, no le entregó copia de sus correos y le despojó de su correspondencia privada, lo que limita su defensa ante la jurisdicción laboral. Finalmente, el representante de la recurrida admite que la razón del despido no fue la alegada reorganización de personal, tal y como se consignó en la carta de 18 de marzo de 2005, sino un supuesto mal rendimiento. Considera tal situación delictiva, pues se le impidió al perjudicado el debido proceso y su defensa respecto de un reproche tan injusto. Por lo demás, tal tipo de contradicción demuestra la nulidad del despido, por cuanto lo que persigue es simular un fin distinto a la mera destitución: la discriminación por enfermedad. Por lo expuesto, pide que se acoja el amparo. 140 4.- Por nota recibida en la Secretaría de la Sala a las 10:45 horas del 28 de junio de 2005 (folio 137), manifiesta Gabriel Echeverría de Céspedes, en su condición de apoderado generalísimo sin límite de suma de Lanier de Costa Rica S.A. (folio 137), que lo reclamado por supuestos salarios y comisiones pendientes de pago no corresponde ventilarse en la jurisdicción constitucional. Considera que este recurso contra sujeto de derecho privado es inadmisible por no configurarse los requisitos procesales contemplados en el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. En tal sentido, estima que la accionante no alegó ni demostró que la recurrida estuviese en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resultasen claramente insuficientes o tardíos para garantizar la protección de los derechos fundamentales de su marido. Agrega que la accionante señala que el amparado fue discriminado dado que se le despidió en razón de su enfermedad. Al respecto, refuta tal afirmación, por cuanto el despido de don Mínor no se debió a su padecimiento sino a su mal desempeño. No hubo, por consiguiente, una relación de causalidad entre su enfermedad y la cesación de su relación laboral, de ahí que el despido no fuera discriminatorio. Agrega que el amparado nunca comunicó formalmente a su patrono que padecía la enfermedad, por lo que la recurrida nunca tuvo conocimiento cierto y preciso ni del tipo de padecimiento ni de sus consecuencias en los diferentes ámbitos de vida del amparado, incluyendo el laboral. Por el contrario, don Mínor no se incapacitó, pues, por recomendación médica, se consideró que era más conveniente que llevara una vida normal, sin cambios hasta donde el tratamiento de quimioterapia lo permitiera. Esto explica el porqué el propio interesado no se acogió al régimen de incapacidad del seguro social, a lo que tenía pleno derecho, sino que continuó con sus funciones normales en la empresa, de tal forma que no había ninguna razón para tratarlo de forma desigual y diferente al resto de los empleados, en lo que atañe a las exigencias propias del cargo. Tampoco se molestó el amparado en advertirle a la accionada acerca de algún impedimento o limitación en el cumplimiento de sus deberes laborales cotidianos como consecuencia de su enfermedad. Sostiene que nunca fue notorio algún síntoma o quebranto general en el estado de la salud del amparado, de forma tal que se pudiese intuir que su pobre desempeño era producto de un padecimiento. Fue el incumplimiento de sus obligaciones laborales lo que determinó el despido del trabajador. En este sentido, cualquier patrono está plenamente autorizado, conforme las disposiciones aplicables del Código de Trabajo, a poner fin a una relación laboral en caso de que un empleado incumpla sus obligaciones laborales, excepto las situaciones discriminatorias que han sido puntualmente establecidas en la jurisprudencia de la Sala sobre esta materia. Tampoco se está en presencia de la prohibición implícita a la que alude el artículo 80 del Código de Trabajo, ya que no se trató del despido de un trabajador cuyo contrato de trabajo estuviera suspendido por causa de enfermedad o incapacidad declarada. Por otra parte, puntualiza que la recurrente alega una supuesta violación al derecho a la salud en perjuicio del amparado, por cuanto el despido se verificó para hacer nugatorio los derechos a la incapacidad por enfermedad, dado que se aseguraron por la vía del despido no tener que pagar el gasto que reporta la obligación patronal y economizarle a la empresa el pago de los beneficios sociales al incapacitarse por enfermedad en el régimen de la Caja Costarricense de Seguro Social. Asimismo, considera que la recurrente afirmó que al actuar en forma sorpresiva y veloz, la empresa impidió que se le diera incapacidad por enfermedad. En cuanto a la eventual pensión que podría gestionar don Mínor, advierte que la recurrente indicó que desde el momento mismo del despido, dejó de cotizar al régimen de invalidez, vejez y muerte, con lo que se vio disminuido el cálculo del salario promedio y, consecuentemente, el monto de la pensión que eventualmente se le daría por invalidez. En relación con tales alegatos, contesta que la recurrida nunca obstaculizó ni impidió que, en su momento, Murillo Salas recurriese al beneficio y subsidio por incapacidad que prevé el Seguro de Salud administrado por la CCSS. Fue el mismo quien descartó tal opción. En este sentido, enfatiza que la accionada no fue informada ni de la medida personal adoptada por el afectado, ni de su enfermedad. Por consiguiente, tampoco tuvo intervención alguna en tal decisión, de manera que fue por determinación del propio amparado que no se acogió al régimen de incapacidad ofrecido por la Caja Costarricense de Seguro Social. Respecto de la supuesta mayor carga financiera que su representada, según el dicho de la accionante, hubiese tenido que asumir en caso de haberse incapacitado el amparado, aclara que durante el tiempo de licencia o incapacidad por enfermedad, el asegurado directo recibe por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social, además del servicio médico, una prestación en dinero, también llamado subsidio, que tiene como propósito sustituir parcialmente la pérdida de ingreso que sufra el asegurado directo activo por causa de una incapacidad por enfermedad. Tal subsidio, que inicia a partir del cuarto día de la incapacidad, es de hasta el 60% del promedio de los salarios consignados en las planillas procesadas por la CCSS en los tres meses inmediatamente anteriores a la incapacidad y es costeado enteramente por el propio Régimen de Enfermedad y Maternidad, sin que se requiera desembolso alguno por parte del empleador. En realidad, de conformidad con el artículo 79 del Código de Trabajo y 141 36 del Reglamento del Seguro de Salud, No. 7082, la única obligación económica a cargo del patrono consiste en costear medio salario durante los primeros 3 días de la incapacidad del trabajador, ya que, como quedó dicho, el pago del subsidio procede a partir del cuarto día de la licencia. Por otra parte, el subsidio que recibe el trabajador durante su incapacidad, por no gozar de naturaleza retributiva o salarial, está exento del pago de cargas y contribuciones sociales por parte del empleador. Por ello, tampoco resultan ciertas las alegaciones de la recurrente, en el sentido de que su representada despidió a don Mínor con el fin de no tener que pagar el costo que reporta la obligación patronal y evitarle a la empresa tener que pagar dichos costos. En cuanto al derecho de pensión que le asiste al amparado, afirma que el párrafo segundo del artículo 8 del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, número 6822, dispone que también se considerarán inválidas las personas declaradas en estado de incurables o con pronóstico fatal -a pesar de que subsista la posibilidad de realizar algún trabajo- si razones de conveniencia social o de humanidad justifican el otorgamiento de una pensión a juicio de la Comisión Calificadora. Agrega que el artículo 23 de ese mismo reglamento, reformado mediante sesiones de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social celebradas el 21 y 28 de abril del año en curso y publicadas en el diario oficial La Gaceta número 95 del 18 de mayo anterior, indica que el monto de la pensión se fijará con base en el promedio de los últimos 240 salarios devengados y cotizados, indexados o actualizados, utilizando para ello el índice de precios del consumidor. En virtud de esa regulación, sostiene que el amparado puede pretender el auxilio de una pensión por invalidez, con fundamento en la enfermedad terminal que lamentablemente lo aqueja, trámite que debe realizarse ante la Caja Costarricense de Seguro Social, de conformidad con el procedimiento que para ello establece el citado reglamento, aspecto en el que la empresa recurrida no tiene participación alguna. Añade que la pensión por invalidez es un derecho que le asiste al amparado y que la accionada, apegada a los deberes que le impone el régimen de seguridad social, cumplió cabalmente con la cotización y reporte de los salarios correspondientes. De ahí que no acepte que la recurrida hubiese perjudicado el derecho del amparado a buscar una pensión por invalidez. Tampoco admite que el monto de pensión del reclamante pudiese haber sido afectado por la forma en que se procedió, ya que, según señala el comentado artículo 23 del Reglamento del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte, la Caja Costarricense de Seguro Social procede a indexar los salarios cotizados con base en el índice de precios del consumidor para traerlos a valor presente. Asimismo, afirma que la presunta violación al derecho al trabajo, la sustenta la accionante con base en que aparentemente ha circulado en el mercado laboral el rumor de que el amparado había sido separado por enfermedad, lo que provoca que no haya empleadores interesados en darle trabajo. Sobre este punto, señala que no consta ningún elemento de prueba para sustentar tal aseveración. Por otro lado, reitera que el amparado no fue despedido en razón de su enfermedad sino por su mal desempeño. Agrega que su representada no puede ser tenida como responsable de la supuesta divulgación de tal rumor. 5.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: I.- Sobre la admisión del amparo. De conformidad con lo regulado en el artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, el recurso de amparo contra sujetos de derecho privado es de naturaleza excepcional y únicamente procede en dos casos: a) cuando el accionado particular actúe o deba actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas; b) cuando se encuentre, de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales del afectado. En el subexámine, la accionante alega que el amparado fue víctima de un trato discriminatorio, por cuanto la recurrida, Ricoh Lanier de Costa Rica S.A., lo despidió a causa de un padecimiento que adolece, cáncer del sistema linfático, sin que hubiese ningún otro motivo, violentado a su vez sus derechos constitucionales al trabajo y a la salud. La particular situación del amparado derivada de la mencionada enfermedad, cuya existencia es respaldada con suficiente prueba documental, coloca al afectado en una evidente posición de debilidad en relación con la empresa recurrida y, además, revela una probabilidad razonable de que los remedios jurisdiccionales comunes resulten tardíos para resolver el fondo de lo alegado. Por consiguiente, en este asunto se cumple plenamente la segunda hipótesis procesal regulada en el numeral 57 supracitado y, en consecuencia, resulta indubitable la admisibilidad del amparo. Advierta la parte accionada que por la naturaleza informal del amparo, la Ley de la Jurisdicción Constitucional no exige que el accionante, en su escrito de interposición del recurso, argumente ab initio el cumplimiento de las condiciones estipuladas para la admisión del amparo contra sujetos de derecho privado, 142 de manera que la propia Sala debe valorar su procedencia o no con base en lo alegado por las partes y la prueba aportada al expediente. II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) Durante al menos 19 años, el amparado trabajó como ejecutivo de ventas de equipo de copiado para la empresa accionada (hecho incontrovertido). b) Durante el tiempo laborado para la recurrida, el amparado recibió al menos los siguientes premios: 1989, Century Club tercer lugar, placa de bronce; 1992, Century Club segundo lugar, placa de plata; 1993, viaje a la casa matriz en Atlanta para recibir el premio llamado "El momento de la Verdad" como el mejor vendedor de Costa Rica con porcentajes arriba del 150% de la cuota, además, fue nombrado por Costa Rica como instructor de las políticas mercadeo dentro de lo que estaba Visión del Cliente (Customer Vision); 1994, viaje a Puerto Rico para compartir con el equipo de ese país como ganador de un premio por los resultados obtenidos en ese año; 1995, viaje a la casa matriz en Atlanta para recibir el premio "El momento de la Verdad" como mejor vendedor de Costa Rica correspondiente al año en mención; ganador del máximo premio de la compañía llamado "The Gold Primus Council", la respectiva placa fue entregada en un crucero por el Mar Caribe en el que participaron los mejores vendedores del mundo Lanier; 1997, reconocimiento de la compañía por 21 años de servicio en 3M y Lanier; 1998, Century Club segundo lugar, placa de plata, y viaje a Atlanta a fin de asistir al entrenamiento para Gerentes de Ventas de América Latina "The Sales Management 2000"; 1999, ganador por segunda vez del máximo premio de la compañía llamado "The Gold Primus Council" (hecho incontrovertido). c) En el año 2003, el amparado obtuvo el premio "Lanier Christmas Shopping Año 2003". De esta forma, durante un día de diciembre, las Gerencias llevaron de compras al amparado y su esposa a un centro comercial y se les pagó una cena en un restaurante en Escazú (manifestación de la recurrente a folio 125 y copia a folio 134). d) El amparado participó en un curso de "Auditor Interno ISO 9001:2000 e ISO 14001:1998", ofrecido por la accionada, con una duración de 36 horas en octubre de 2003 (hecho incontrovertido). e) En setiembre de 2004, se diagnosticó que el amparado padecía Linfoma Folicular Mixto Grado II, es decir, cáncer del sistema linfático (copias a folios 24 a 28). f) El amparado no se incapacitó a pesar del padecimiento supracitado (hecho incontrovertido). g) En octubre de 2004, el petente comunicó su padecimiento a la amparada (ver manifestación de la recurrida a folio 47). h) En noviembre de 2004, el amparado fue ascendido del puesto de ejecutivo de ventas a supervisor del área de vendedores de territorio, con un aumento de su salario base de ¢224.000 a ¢300.000 mensuales y 8 vendedores a su cargo (hecho incontrovertido). i) En el último cuatrimestre del año 2004, el grupo de vendedores coordinado por el petente tuvo un porcentaje de cumplimiento de la cuota de ventas de un 71.55% (copia a folio 63). j) En el primer cuatrimestre del año 2005, el grupo de vendedores coordinado por el petente tuvo un porcentaje de cumplimiento de la cuota de ventas de un 74.28% (copia a folio 63). k) El 14 de enero de 2005, el Gerente General de la accionada apercibió al petente sobre un eventual despido en virtud de su ausencia a 5 de 8 reuniones celebradas entre el 1º de noviembre de 2004 y el 10 de enero de 2005 (hecho incontrovertido). l) En las 5 reuniones celebradas entre el 17 de enero de 2005 y el 14 de febrero de 2005, en solo una ocasión estuvo el amparado ausente sin justificación (ver copias a folios 64 a 68). ) El amparado, en su condición de supervisor, debía reunirse con sus vendedores a las 7:30 horas (aseveración de la accionante a folio 8 no desvirtuada con prueba por la recurrida). n) En enero de 2005, el amparado recibió como salario la suma de ¢300.000 y en febrero la cantidad de ¢500.569,54 (copia a folio 115). o) En nota del 18 de marzo de 2005, el Gerente General de la accionada le comunicó al amparado su despido por reorganización de personal a partir de ese mismo día (hecho incontrovertido). p) En mayo de 2005, el amparado fue tratado en el servicio de hematología del Hospital México por padecer Linfoma no Hodking Folicular Mixto grado III b. (copia a folio 21). 143 III.- Sobre el Estado Social de Derecho, la Igualdad y la Dignidad Humana. El Estado Social de Derecho, elemento fundamental de nuestro orden constitucional, entraña una orientación de nuestro régimen político hacia la solidaridad social, esto es, hacia la equidad en las relaciones societarias, la promoción de la justicia social y la igualdad de todos los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos, descartando discriminaciones arbitrarias e irrazonables. En tal sentido, el numeral 74 constitucional establece, explícitamente, el deber de procurar una política permanente de solidaridad nacional con asidero en el principio cristiano de justicia social, lo que hace de ella un valor constitucional de primer orden (ver sentencia número 2170-93 de las 10:12 horas del 21 de mayo de 1993). En forma consecuente, con sustento en el Estado Social de Derecho, nuestra Constitución Política contempla un conjunto de derechos prestacionales relativos a la protección de la familia, los trabajadores, sectores vulnerables de la población, la educación, el ambiente y bienes de la Nación como el patrimonio cultural. Este deber de sujetarse según los lineamientos del Estado Social de Derecho no está constreñido a la Administración, sino que se extiende a toda la comunidad nacional, pues se trata de una regla fundamental de la convivencia ciudadana en nuestro sistema político. En su condición de principio general, emana una particular proyección normativa en todos los ámbitos de creación, interpretación y ejecución del Derecho. Propiamente en lo concerniente al control de constitucionalidad, el Principio del Estado Social Derecho resulta útil como parámetro de validez normativa, criterio hermenéutico e instrumento funcional integrador del ordenamiento jurídico. En cuanto al derecho a no ser discriminado, el parámetro de constitucionalidad comprende normas de rango constitucional, como el artículo 33 de la Carta Fundamental, y regulaciones del derecho internacional de los derechos humanos, cuya aplicación como criterio de validez constitucional goza de expreso sustrato positivo y ha sido ampliamente cimentada por la jurisprudencia de esta Sala. De esta forma, el artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dispone que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Este numeral evidencia la íntima relación entre el derecho a la igualdad y la convivencia fraternal -entiéndase solidaridad- en una sociedad, de manera que el uno sin la otra no se puede dar. El numeral 2 de esa Declaración concretiza el derecho a no ser discriminado, en tanto "toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición (el subrayado no corresponde al original). Asimismo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos estipula en su primer artículo el deber de los Estados Partes de resguardar los derechos en ella contemplados sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social (el subrayado no corresponde al original), y, por otra parte, de manera expresa regula el derecho a la igualdad en su numeral 24. Propiamente en materia de discriminación laboral, el Estado ha ratificado una serie de convenios sobre la materia, como el Convenio OIT 111 Sobre Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, la Convención Interamericana contra la Discriminación de Discapacitados, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, entre otros. Sin bien ninguno de estos convenios contempla explícitamente la enfermedad -término más amplio que la mera discapacidad, pues no toda persona enferma es discapacitada- como motivo de discriminación, no menos cierto es que, por una parte, el inciso b) del primer artículo del Convenio 111 admite la posibilidad de especificar, a través de cierta vía, cualquier tipo de discriminación que anule o altere la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación y, por otra parte, tanto la Declaración Universal de los Derechos Humanos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos proscriben de manera expresa toda clase de trato discriminatorio. Esta concepción es recogida por el referido numeral 33 de nuestra Constitución Política que dispone que toda persona sea igual ante la ley y no pueda practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana. En consecuencia, el Principio del Estado Social de Derecho, el derecho a no sufrir trato discriminatorio por cualesquiera motivos y el respeto a la dignidad humana son elementos de nuestro orden constitucional que coexisten pacíficamente, cuya tutela y fomento no solo le corresponde al Estado, sino también a todos los integrantes de la comunidad. IV. Sobre la Discriminación Laboral y su Prueba. Como se indicó, dentro de los componentes característicos del Estado Social de Derecho se encuentra la protección a los trabajadores. Al respecto, el artículo 56 de la Constitución Política estatuye que el derecho al trabajo es un derecho del individuo y una obligación con la sociedad, a la vez que obliga al Estado a impedir que por causa de una ocupación se establezcan condiciones que menoscaben la libertad o la dignidad del hombre o degraden su trabajo a la condición de simple mercancía. Tal deber se apoya definitivamente en principios de solidaridad social, igualdad real y defensa de la dignidad humana, 144 elementos básicos del orden constitucional. De la norma supracitada en relación con el artículo 33 de la Constitución Política se colige con facilidad que cualquier acto discriminatorio que afecte la relación laboral de un individuo es inconstitucional. Sobre este punto, es ineludible traer a colación la importancia que tiene la distribución de la carga de la prueba para procurarle al trabajador resguardo frente a actuaciones patronales que constituyan discriminación. En este sentido, se plantea la necesidad de garantizar que los derechos fundamentales del trabajador no sean desconocidos por el patrono bajo la cobertura formal del ejercicio por parte de éste de los derechos y facultades reconocidos por las normas laborales para organizar las prestaciones de trabajo, aspecto en el que no se puede obviar la especial dificultad que caracteriza la operación de develar en los procedimientos judiciales correspondientes una lesión constitucional por discriminación, encubierta tras la aparente legalidad del acto patronal. Semejante necesidad es tanto más fuerte cuanto mayor es el margen de discrecionalidad con que operan en el contrato de trabajo las facultades organizativas y disciplinarias del empleador, como sucede con el despido, que no es ilimitado pues está sujeto a parámetros legales y constitucionales. Acerca de este tema, el Tribunal Constitucional Español ha establecido que el desplazamiento del onus probandi hacia cada una de las partes opera de manera distinta, según la fase procesal en que se esté: “La finalidad de la prueba indiciaria no es sino la de evitar que la imposibilidad de revelar los verdaderos motivos del acto empresarial impida declarar que éste resulta lesivo del derecho fundamental (STC 38/1981, FFJJ 2 y 3), finalidad en orden a la cual se articula el doble elemento de la prueba indiciaria. El primero, la necesidad por parte del trabajador de aportar un indicio razonable de que el acto empresarial lesiona su derecho fundamental (STC 38/1986, FJ 2), principio de prueba dirigido a poner de manifiesto, en su caso, el motivo oculto de aquél; un indicio que, como ha venido poniendo de relieve la jurisprudencia de este Tribunal, no consiste en la mera alegación de la vulneración constitucional, sino que debe permitir deducir la posibilidad de que aquélla se haya producido (así, SSTC 166/1987, 114/1989, 21/1992, 266/1993, 293/1994, 180/1994 y 85/1995)”. Sólo una vez cubierto este primer e inexcusable presupuesto, añadíamos, “sobre la parte demandada recae la carga de probar que su actuación tiene causas reales absolutamente extrañas a la pretendida vulneración de derechos fundamentales, así como que aquéllas tuvieron entidad suficiente como para adoptar la decisión, único medio de destruir la apariencia lesiva creada por los indicios. Se trata de una auténtica carga probatoria y no de un mero intento de negar la vulneración de derechos fundamentales lo que claramente dejaría inoperante la finalidad de la prueba indiciaria (STC 114/1989), que debe llevar a la convicción del juzgador que tales causas han sido las únicas que han motivado la decisión empresarial, de forma que ésta se hubiera producido verosímilmente en cualquier caso y al margen de todo propósito vulnerador de derechos fundamentales. Se trata, en definitiva, de que el empleador acredite que tales causas explican objetiva, razonable y proporcionadamente por sí mismas su decisión, eliminando toda sospecha de que aquélla ocultó la lesión de un derecho fundamental del trabajador (reflejan estos criterios las SSTC 38/1981, 104/1987, 114/1989, 21/1992, 85/1995 y 136/1996, así como también las SSTC 38/1986, 166/1988, 135/1990, 7/1993 y 17/1996). La ausencia de prueba trasciende de este modo el ámbito puramente procesal y determina, en último término, que los indicios aportados por el demandante despliegan toda su operatividad para declarar la lesión del propio derecho fundamental del trabajador (SSTC 197/1990, FJ 1; 136/1996, FJ 4, así como SSTC 38/1981, 104/1987, 166/1988, 114/1989, 147/1995 ó 17/1996).” (Ver sentencias número STC 17/2005 de 1º de febrero de 2005 y STC 171/2003 de 29 de septiembre de 2003)." En consecuencia, prima facie, el amparado que alega discriminación laboral debe desarrollar una actividad alegatoria suficientemente concreta y precisa, en torno a los indicios de que ha existido tal violación al derecho a la igualdad. Esta condición ha sido ampliamente reiterada por la jurisprudencia de esta Sala (ver sentencias número 2004-11984 de las 10:10 horas del 29 de octubre de 2004 y 2004-11437 de las 9:53 horas del 15 de octubre de 2004). Alcanzado, en su caso, un resultado probatorio suficiente por el accionante, sobre la parte recurrida recae la carga de probar la existencia de causas suficientes, reales y serias, para calificar de razonable y ajena a todo propósito discriminatorio la decisión o práctica patronal cuestionada, único medio de destruir la apariencia lesiva creada por los indicios. V. Sobre la relevancia jurídica del certificado de despido. Acerca de este tema, en sentencia número 2170-93 de las 10:12 horas del 21 de mayo de 1993, la Sala señaló: “TERCERO: "El Estado", manda el artículo 56 constitucional, debe evitar el establecimiento de "condiciones que en alguna forma menoscaben la libertad o la dignidad del hombre o degraden su trabajo a la condición de simple mercancía." Según el artículo 74 de la Constitución "los derechos y beneficios a que este capítulo se refiere con irrenunciables. Su enumeración no excluye otros que se deriven del principio cristiano de justicia social y que indique la ley; serán aplicables por igual a todos los factores concurrentes al proceso de 145 producción y reglamentados en una legislación social y de trabajo, a fin de procurar una política permanente de solidaridad nacional" (énfasis agregado). Así, el derecho del Constitución está orientado a favorecer el equilibrio de los factores de la producción. En la sociedad civil capital y trabajo han de desenvolverse libremente dentro de los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad constitucionales. La legislación y los tratados internacionales han ido desarrollando el principio general, tratando de equilibrar las potestades y derechos patronales (el libre despido, por ejemplo) con disposiciones a favor de los trabajadores que pretenden armonizar la esfera de acción de estos y la de los empresarios: las normas protectoras de la actividad sindical y solidarista, las disposiciones que restringen el despido de mujeres embarazadas y en estado de lactancia, las convenciones colectivas previsoras del derecho a la reinstalación, el párrafo segundo del artículo 82 del Código Laboral. Precisamente, la preocupación constitucional y legal por el equilibrio entre los factores de la producción cuenta con una norma medular en el artículo 35 del Código de Trabajo: la obligación patronal de extender un certificado al momento de expirar todo contrato de trabajo; norma cuya violación puede falsear el equilibrio procesal en caso de contención acerca de la causal de despido. En efecto, examinaremos por ejemplo el artículo 82, párrafos primero y segundo, del Código de Trabajo: "El patrono que despida a un trabajador por alguna o algunas de las causales enumeradas en el artículo anterior no incurrirá en responsabilidad. Si con posterioridad al despido surgiere contención y no se comprobare la causa del mismo, el trabajador tendrá derecho a que se le paguen el importe del preaviso y el del auxilio de cesantía que le pudieran corresponder y, a título de daños y perjuicios, los salarios que habría percibido desde la terminación del contrato hasta la fecha en que de acuerdo con los términos legales para tramitar y resolver, haya debido quedar firme la sentencia condenatoria en contra del patrono (...)". O sea, cuando el contrato no se hubiere extinguido por causas justas (artículo 81 ibidem) el patrono debe compensar la improcedencia del despido en los términos señalados, pues libertad hay de despido, pero no ilimitada. Sin embargo, cuando el trabajador, lo solicite o no, no se extiende la certificación que manda el artículo 35 del Código de Trabajo, se le ocasiona un serio desequilibrio, traducido en términos constitucionales, en un atentado directo e inmediato al derecho al trabajo y al debido proceso, pues en el eventual caso de acudir a la jurisdicción común a hacer valer sus derechos, disposiciones como las citadas del artículo 82 se tornan inocuas: al trabajador no se le documenta la presunta causal de terminación del contrato e incoado el proceso ordinario correspondiente se le pueden alegar todas y cada una de las causales de justo despido. Sería mero ritualismo alegar que puede ocurrir a la jurisdicción ordinaria para obtener el certificado y luego, con la presunta justa causal documentada, incoar acción en reclamo de sus prestaciones correspondientes. Si a un trabajador se le especifica por escrito la falta en que incurrió y por la cual se le despide, la empresa no podría posteriormente en el juicio alegar que fue otra diferente, ni aducir que existen faltas concomitantes, salvo que por convención colectiva o por ley así se hubiera establecido. Por lo demás, la obligación de certificación también permite documentar el tiempo y clase de trabajo ejecutado, facilitando a la parte débil de la relación laboral el reclamo de sus derechos. Vemos, entonces, la trascendencia de la obligación patronal de certificación. En el caso presente la relación laboral concluyó por retiro voluntario del trabajador, y sigue teniendo trascendencia la certificación porque éste tiene derecho a documentar su "currículum" laboral y a que con posterioridad, dentro o fuera del juicio, no se le impute una presunta renuncia inducida por causas perjudiciales a su dignidad personal.” Por consiguiente, para efectos de la resolución de este asunto, resulta de interés destacar que cuando a un trabajador se le especifica por escrito el motivo de su despido, el empleador no puede alegar posteriormente que fue otra la causa, ni aducir que existen faltas concomitantes. VI. Sobre el fondo de este asunto. En el subexámine, la accionante logra aportar suficientes indicios que, por una parte, evidencian el trato discriminatorio por enfermedad en perjuicio del amparado y, por otra parte, desvirtúan los argumentos argüidos por la accionada para justificar la terminación de la relación laboral. En efecto, el afectado, quien laboró durante al menos 19 años como ejecutivo de ventas de equipo de copiado para la empresa accionada, obtuvo durante su relación de trabajo una serie de reconocimientos merced a la calidad de la labor cumplida, como se detalla en el hecho probado b) del considerando II de este pronunciamiento. En lo que concierne al periodo inmediato anterior a su despido, ha quedado demostrado que en el año 2003, el amparado obtuvo el premio "Lanier Christmas Shopping Año 2003". De esta forma, durante un día de diciembre, las Gerencias llevaron de compras a él y su esposa a un centro comercial y se les pagó una cena en un restaurante en Escazú. Asimismo, el amparado participó en un curso de "Auditor Interno ISO 9001:2000 e ISO 14001:1998", ofrecido por la accionada, con una duración de 36 horas en octubre de 2003. Al respecto, el hecho que el petente hubiese participado voluntariamente en ese proceso, como sostiene la accionada, solo reafirma su buena disposición para con el empleador. Asimismo, en noviembre de 2004, el perjudicado fue distinguido con un ascenso, pues pasó de ejecutivo de ventas a supervisor 146 del área de vendedores de territorio, con un aumento de su salario base de ¢224.000 a ¢300.000 mensuales y 8 vendedores a su cargo. Al respecto, asevera la parte recurrida que el recurrente era un mal vendedor y no rendía lo suficiente. Sin embargo, el hecho objetivo de que éste hubiese sido ascendido a un puesto de más responsabilidad y mayor erogación económica para la empresa, desvirtúa totalmente tal aseveración, que, en todo caso, no es respaldada con prueba fehaciente por la accionada. Luego que el petente comunicara a la amparada que padecía de cáncer del sistema linfático en octubre de 2004, para cuyo efecto resulta irrelevante la manera en que lo informó, fue objeto de actos discriminatorios, que contrastan con su desempeño. Por un lado, en enero de 2005, el amparado recibió como salario la suma de ¢300.000 y en febrero la cantidad de ¢500.569,54. Por consiguiente, se colige con facilidad que en enero únicamente recibió la suma correspondiente a su salario base. Al respecto, alega la accionada que el petente incumplió las metas de ventas de territorio dispuestas para tal periodo. En relación con este punto, a partir de una meta territorial de $125.000 a $175.000 se podía obtener un bono de $500 (ver copia a folio 117). Sin embargo, no explica la accionada el porqué en febrero de 2005 al petente sí se le pagó más del salario base a pesar de que la referida meta territorial no fue alcanzada (ver copia a folio 63). Por otro lado, el 14 de enero de 2005, el Gerente General de la accionada le remitió una nota de amonestación al amparado y le apercibió sobre un eventual despido en virtud de su ausencia a 5 de 8 reuniones celebradas por el grupo de supervisores entre el 1º de noviembre de 2004 y el 10 de enero de 2005. En cuanto a este extremo, la recurrida aporta una serie de correos electrónicos relacionados con cuestiones operativas en las que estuvo involucrado el perjudicado (ver copias a folios 81 a 110). Tales documentos carecen de relevancia en el subexámine, por cuanto se refieren a aspectos operativos normales del giro empresarial a lo largo de más de dos años y en ninguno de ellos se advierte ningún tipo de medida disciplinaria expresa en contra del amparado. En cuanto al escrito del 14 de enero propiamente, si bien le asiste al empleador pleno derecho de amonestar a sus trabajadores por las faltas en que incurran, no menos cierto es que resulta paradójica la gravedad de la advertencia, el despido, a pesar de que recién había sido ascendido el amparado y no obstante que éste, en su condición de supervisor, debía reunirse con sus vendedores a las 7:30 horas, empero las reuniones de los supervisores empezaban a las 7:00 horas y culminaban a las 8:00 horas. Tal situación ha quedado acreditada toda vez que, por una parte, así lo asevera la accionante en su escrito de interposición del amparo y, por otra parte, la accionada no la logra desvirtuar, a pesar de que le corresponde tal carga probatoria. En este sentido, advierta la recurrida que la carga de la prueba no depende tan solo de la invocación de un hecho o de su mera negación, sino de las posibilidades reales de producir la prueba. En el sublite, resulta obvio que la empresa debe tener registrados los tiempos de reunión de sus trabajadores, tanto de los supervisores como de los vendedores, de manera que se impone sobre ella el peso de probar la falsedad de lo sostenido por la accionante, pues se halla en mejores condiciones de acercar prueba a la causa, no obstante lo cual, sobre este extremo omitió aportar elementos probatorios de descargo. Consiguientemente, al existir un motivo razonable para justificar la ausencia a algunas de las reuniones de los supervisores, desmerece la razón de ser de tal apercibimiento y, correlativamente, se acrecienta la prueba indiciaria que sustenta el alegato de discriminación por enfermedad, planteado por la accionante. Esta violación al principio de igualdad termina por confirmarse debido a la evidente contradicción en que incurre la accionada, quien, por un lado le remite al amparado un certificado de despido por reorganización de personal, empero, por otro lado, basa el argumento de su defensa en que el pretendido deficiente rendimiento del perjudicado. En cuanto a este punto, primeramente, la accionada no logra acreditar el referido mal desempeño, pues resulta paradójico calificar a alguien como un mal empleado al tiempo que lo asciende a un puesto de mayor responsabilidad y mejores ingresos. Independientemente de lo anterior, como se precisa en el considerando V de este pronunciamiento, cuando a un trabajador se le especifica por escrito el motivo de su despido en el certificado correspondiente, el empleador no puede alegar posteriormente que fue otra la causa, ni aducir que existen faltas concomitantes. Por tal motivo, la Sala asume que la razón del despido fue la mencionada reorganización de personal, cuestión sobre la cual la recurrida no remite prueba de descargo alguna, lo que acarrea, como inevitable consecuencia, que se consolide la veracidad del alegato de discriminación por enfermedad, argüido en este proceso de constitucionalidad. Acreditado el referido trato discriminatorio, su inconstitucionalidad resulta evidente, según lo expuesto en el considerando III de este fallo. Como se indicó, el Principio del Estado Social de Derecho, el derecho a no sufrir trato discriminatorio por cualesquiera causas y el respeto a la dignidad humana son elementos esenciales de nuestro orden constitucional que coexisten pacíficamente, cuya salvaguardia le corresponde no solo al Estado, sino también a todos los integrantes de la comunidad. En tal sentido, toda clase de discriminación, sin importar que provenga de la Administración o de un particular, resulta violatoria del orden constitucional. En el caso concreto de la discriminación laboral por enfermedad, por una parte, el inciso b) del primer artículo del Convenio 111 admite la posibilidad de especificar, a través de cierta vía, cualquier tipo de discriminación 147 que anule o altere la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo u ocupación y, por otra parte, tanto la Declaración Universal de los Derechos Humanos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos proscriben de manera expresa cualquier tipo de trato discriminatorio, tesitura que, de igual forma, profesa nuestro régimen constitucional al amparo de lo regulado en el numeral 33 de la Ley Fundamental. Por lo demás, el despido discriminatorio de que fue víctima el amparado, afecta colateralmente los derechos constitucionales al trabajo y a la salud. En cuanto al primero, es evidente que todo despido por discriminación irremediablemente implica una lesión al mismo y, en general, al deber de solidaridad inherente al Estado Social de Derecho y al principio cristiano de justicia social (artículo 74 de la Constitución Política). Además, dada la edad del amparado y el motivo real de su despido, su enfermedad, éste queda postrado en una situación particularmente perjudicial tanto para su salud como para su dignidad como ser humano, pues cuenta con menos posibilidades de encontrar otra opción laboral y, consiguientemente, de obtener los recursos necesarios para atender su problema de salud y obligaciones familiares, aparte de que en la práctica, lamentablemente, a una persona de cierta edad, despedida abruptamente y afectada por una enfermedad tan severa como el cáncer, se le dificulta enormemente la obtención de un empleo digno, habida cuenta de los problemas operativos y de costo que podría depararle a un nuevo empleador el tener que encontrar sustituto para eventuales incapacidades por internamiento hospitalario o algún tipo de tratamiento médico. En virtud de lo expuesto, este proceso de constitucionalidad deviene del todo procedente. VII. Los Magistrados Solano, Calzada y Volio salvan el voto y declaran sin lugar el recurso. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se ordena restituir de inmediato al recurrente en el pleno goce de sus derechos conculcados. Se condena a Lanier de Costa Rica S.A. al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo civil. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Teresita Rodríguez A. Fabián Volio E. VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA CALZADA MIRANDA Y LOS MAGISTRADOS SOLANO CARRERA Y VOLIO ECHEVERRIA. La Magistrada Calzada Miranda y los Magistrados Solano Carrera y Volio Echeverría discrepan del criterio de la mayoría, salvan su voto y declaran sin lugar el recurso, con base en las siguientes consideraciones que redacta la primera: La jurisdicción constitucional, al igual que la contenciosa administrativa, la penal, civil, laboral, de familia, etcétera, tienen sustento constitucional (artículos 49 y 153 de la Constitución Política), motivo por el cual la primera no está llamada a sustituir a las otras. Es por eso que constantemente esta Sala en sus antecedentes ha indicado que el amparo constitucional solamente procede contra actos u omisiones evidentemente arbitrarios, que conculquen en forma directa derechos y libertades fundamentales consagrados en la Constitución Política o en los instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes en Costa Rica, es decir, violaciones graves, burdas, claras que hayan violado, violen o amenacen violar cualquiera de esos derechos. Así, este Tribunal se erige en garante de los derechos fundamentales de los administrados frente a actos arbitrarios de los poderes públicos que eventualmente lesionen en forma particular sus derechos. Ahora, en tratándose de acciones de amparo dirigidas contra sujetos privados (como es aquí el caso), la Sala ha sido clara al decir que por su excepcional naturaleza, el trámite ordinario de los recursos de amparo contra sujetos de derecho privado exige comenzar por examinar si en la especie, estamos o no ante alguno de los supuestos que lo hacen admisible, para posteriormente y en caso afirmativo– dilucidar si es estimable o no. Bajo esa tesitura, indica la Ley de la Jurisdicción Constitucional, artículo 57, que esta 148 clase de demandas se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado, cuando éstos actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren, de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma Ley. Así, analizado el caso en cuestión, desde la perspectiva del recurso de amparo contra sujetos de derecho privado, se concluye que no se cumplen los requisitos mínimos y fundamentales para acceder a ventilar el asunto en esta vía, por muy lamentable que se perfila, toda vez que el recurrido no se encuentran de derecho o de hecho en una posición de poder, tal que no pueda ampararse oportuna y efectivamente mediante otros remedios jurisdiccionales diferentes a la vía Constitucional y que la Ley ha previsto para esos casos. Además, conforme a lo expuesto por la recurrente, la situación laboral que une al amparado con la compañía accionada, se rige por la normativa que al efecto se establece en el Código de Trabajo, de allí que no pueda esta Sala, por ser ajeno a su competencia, suplir en este caso a la sede jurisdiccional o administrativa correspondiente, que son las instancias correctas ante las cuales se estima deberá acudir el amparado para hacer valer lo que en derecho corresponda. Por lo expuesto, consideramos que si la recurrente estima que se han lesionado los derechos laborales del amparado, deberá plantear esos extremos -cumpliendo con las formalidades establecidas al efecto y si se encuentra legitimada para ello- ante la sede jurisdiccional o administrativa correspondiente, pero no ante esta jurisdicción por no ser de su competencia. En razón de ello, salvamos el voto y declaramos sin lugar el amparo. Luis Fernando Solano C. Ana Virginia Calzada M. Fabián Volio E. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 11515 – 06 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Alvaro Oviedo vs El Centro de Atencion Institucional de San Rafael El recurrente, privado de libertad del Centro de Atención Institucional de San Rafael, acusa que debido a su estatura -1.15 metros- se le dificultan las labores de lavado de su ropa, toda vez que los lavatorios de ese centro se encuentran dispuestos a una altura que no puede alcanzar. Asimismo, alega que por esa misma condición se le ha discriminado para optar y acceder a una actividad laboral de ese centro penitenciario. Artículo 33 de la Constitución Política Durante la permanencia del recurrente en el sistema penitenciario, éste no ha presentado reclamo alguno. Este aspecto reviste de especial importancia en el presente asunto, ya que, precisamente, en razón de la condición tan específica del recurrente, la Administración no estaba obligada a presumir su inconformidad y que éste requiere de una adecuación especial para realizar las labores de lavado como reclama. Distinto sucede en aquellos casos en los que las condiciones de hacinamiento e insalubridad en los centros penales son tan evidentes que la Administración Penitenciaria no puede excusarse en la falta de reclamos de los privados de libertad. En el supuesto de privados de libertad que sufren de una discapacidad, se deben redoblar esfuerzos para adecuar las estructuras físicas de los centros penitenciarios en estricto respeto de su dignidad como seres humanos. No obstante, en el sub lite no encuentra este Tribunal que bajo el cuadro fáctico actual, se le haya causado un trato discriminatorio al recurrente Con respecto del trato discriminatorio que alega sufrir el amparado respecto al acceso al trabajo dentro de los centros penales; desde la fecha en que el recurrente ingresó al 149 Conclusión sistema penitenciario, ha tenido la oportunidad de trabajar en varias actividades, preponderantemente, en labores de aseo, siendo que a la fecha, el actor se encarga de la organización de distintas actividades en el pabellón donde se encuentra ubicado. Así las cosas, no aprecia esta Sala que la estatura del actor haya, en modo alguno, impedido su acceso y participación en actividades labores durante su permanencia en el sistema penitenciario. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Clase de asunto: 11515 2006 06-000578-0007-CO Sala Constitucional 09/08/2006 2:43:00 PM De Fondo Recurso de amparo Exp: 06-000578-0007-CO Res. Nº 2006-011515 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas y cuarenta y tres minutos del nueve de agosto del dos mil seis. Recurso de amparo interpuesto por ALVARO OVIEDO VARGAS, portador de la cédula de identidad número 4-0146-0009, contra EL CENTRO DE ATENCION INSTITUCIONAL DE SAN RAFAEL. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 17:45 horas del 19 de enero del 2006, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Centro de Atención Institucional La Reforma y manifiesta que mide 1.15 metros de estatura y que se encuentra recluido en el Centro de Atención Institucional de San Rafael. Señala que debido a esa condición se le dificulta el lavado de ropa, ya que la pila es muy alta por lo que tiene que pagar para que le laven la ropa. Asegura que de igual forma, tiene problema con los lavatorios y los apagadores de luz. Aduce que su estatura motiva que no se le tome en cuenta para el área laboral pese a que sí puede realizar varios trabajos. Arguye que tiene derecho a que se le garanticen los mismos derechos y condiciones carcelarias que el resto de privados de libertad, así como a que no se le discrimine por su altura. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso. 2.- Por resolución de las 16: 35 horas del 20 de enero del 2006 se dio curso a este amparo de amparo y se solicitó informe a la autoridad recurrida (folio 04). 3.- Informa bajo juramento Miguel Castillo Gómez, en su condición de Director del Centro de Atención Institucional San Rafael (folio 15), que según se desprende del expediente administrativo del recurrente, en fecha 07 de julio del 2005 ingresó al Centro de Atención Institucional San Rafael. Indica que no consta que haya presentado queja alguna respecto de los problemas que acusa. Igualmente, indica que desde 1993, el recurrente ha permanecido recluido, siendo que en el descuento de su primera y segunda condena no se observa que haya presentado ninguna diligencia en el sentido expuesto. Afirma que en el sistema penitenciario costarricense no existen las condiciones para la permanencia de personas discapacitadas, no obstante, se ha tratado de superar situaciones que se han presentado con otros privados de libertad. Alega que en ningún momento, el recurrente ha 150 sido discriminado durante su prisionalización ni que se le haya negado el acceso a trabajos dentro del centro penitenciario, antes bien, señala que durante su primer condena, el Instituto Nacional de Criminología en sesión 3245 del 13 de mayo del 2003, le reconoció el beneficio del artículo 55 del Código Pena por encontrarse laborando en el Proyecto EXC, aseo, zonas verdes, sección deportiva, misceláneo dentro de malla, con lo que ganó 1629 días de descuento en su pena. Asimismo, en la sesión B-65-03 del 21 de octubre del 2003 se decidió reubicar al actor en el aseo del pabellón B-2, dormitorio 3 con fines descuento de la pena. Asimismo, en la valoración realizada en la sesión B-26-04 del 30 de abril del 2004, celebrada en el Ámbito de Convivencia B, se determinó que el recurrente ha trabajado en forma voluntaria como misceláneo al interior de malla, labor que realiza en forma voluntaria sin incentivo económico y para el descuento de la pena. Posteriormente, en la valoración realizada en la sesión C-42-04 del 09 de noviembre del 2004 se consignó que el privado de libertad se encontraba realizando labores mixtas de aseo en forma voluntaria, mostrando interés en las labores que realiza. En sesión C-20-05 del 31 de mayo del 2005 del Consejo de Valoración del Ámbito de Convivencia C, se demostró que el recurrente continuaba laborando en aseo del módulo y artesanía. De lo expuesto, considera que ha quedado acreditado que el recurrente no ha sido discriminado debido a su condición. Solicita que se desestime el recurso planteado. 4.- En la substanciación del proceso se ha observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Araya García ; y, Considerando: I.- OBJETO DEL RECURSO. El recurrente, privado de libertad del Centro de Atención Institucional de San Rafael, acusa que debido a su estatura -1.15 metros- se le dificultan las labores de lavado de su ropa, toda vez que los lavatorios de ese centro se encuentran dispuestos a una altura que no puede alcanzar. Asimismo, alega que por esa misma condición se le ha discriminado para optar y acceder a una actividad laboral de ese centro penitenciario. II.- CASO CONCRETO. En cuanto al primer agravio, el recurrente alega que dada su estatura y ante la falta de condiciones adecuadas en el Centro Institucional San Rafael -lugar donde se encuentra privado de libertad- se le dificultan las tareas de lavado de su ropa, situación que considera discriminatoria. Del informe rendido bajo la gravedad de juramento así como del expediente administrativo aportado como prueba a este proceso, no se observa que durante la permanencia del recurrente en el sistema penitenciario haya presentado reclamo alguno, manifestando su disconformidad respecto de las condiciones estructurales de los centros institucionales donde ha estado recluido y como ello, le causa un perjuicio debido a su situación particular. Este aspecto reviste de especial importancia en el presente asunto, ya que, precisamente, en razón de esa condición tan específica del recurrente, la Administración no estaba obligada a presumir esa inconformidad y que éste requiere de una adecuación especial para realizar las labores de lavado como reclama. Distinto sucede en aquellos casos en los que las condiciones de hacinamiento e insalubridad en los centros penales son tan evidentes que la Administración Penitenciaria no puede excusarse en la falta de reclamos de los privados de libertad para defender su inacción ante esa problemática. Es claro que a los privados de libertad se les deben garantizar las condiciones higiénicas y estructurales adecuadas en los centros penitenciarios para atender sus necesidades básicas, más aún considerando aquellos que sufren de una discapacidad, supuesto en el cual, se deben redoblar esfuerzos para adecuar las estructuras físicas de los centros penitenciarios en estricto respeto de su dignidad como seres humanos. No obstante, en el sub lite no encuentra este Tribunal que bajo el cuadro fáctico actual, se le haya causado un trato discriminatorio al recurrente o lesivo de sus derechos fundamentales, por lo que se impone declarar sin lugar el amparo en cuanto a este extremo, sin que ello obste para que el tutelado plantee los reclamos o recursos que estime pertinentes en defensa de sus intereses, sea en la vía administrativa o ante el Juez de Ejecución de la Pena. III.- Por otro lado, respecto del trato discriminatorio que alega sufrir el amparado respecto al acceso al trabajo dentro de los centros penales donde ha estado recluido, se tiene que desde el 16 de junio de 1994, fecha en que el recurrente ingresó al sistema penitenciario, ha tenido la oportunidad de trabajar en varias actividades, preponderantemente, en labores de aseo (ficha de registro del área de capacitación y trabajo y área educativa, expediente administrativo; informe folios 16-17), siendo que a la fecha, el actor se encarga de la organización de distintas actividades en el pabellón donde se encuentra ubicado (folios 336 y 337 expediente administrativo). Así las 151 cosas, no aprecia esta Sala que la estatura del actor haya, en modo alguno, impedido su acceso y participación en actividades labores durante su permanencia en el sistema penitenciario, con lo que se descarta la discriminación alegada. IV.- COROLARIO. A tenor de lo expuesto, se impone declarar sin lugar el recurso. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C. Jorge Araya G. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 17528 – 07 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Teresa Serrano vs Buses Ruta 325 Blanquillo - El Alto de Oremuno de Cartago, el Jefe de Departamento Administracion Concesiones y Permisos de Autobuses Consejo de Transporte Publico y el Presidente de la Empresa de Servicios Urbanos de Oreamuno S.A El recurrente reclama que al disponerse a abordar el autobús propiedad de la Corporación de Transportes El Alto Oreamuno , el chofer se negó a prestarle el servicio bajo el argumento de que "el perro estorbaba". Lo que reclama la recurrente es que fue objeto de discriminación, en tanto es una persona no vidente que requiere de la ayuda de un perro guía, y se le negó el acceso a un servicio público por viajar con ese animal. Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 24 de Convención Americana Sobre Derechos Humanos Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad aprobada por la Asamblea Legislativa por ley Nº 7948 Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad Nº 7600 Existen una serie de disposiciones vigentes en nuestro ordenamiento jurídico, que prohiben todo tipo de discriminación contra personas en razón de su discapacidad, las cuales deben ser respetadas tanto por sujetos de derecho público como de derecho privado. Uno de los derechos de las personas discapacitadas consiste en el libre acceso a los servicios públicos En el caso concreto, se configura una evidente violación a los derechos fundamentales de la recurrente, por cuanto fue discriminada en razón de su discapacidad, en contra de los más elementales principios de igualdad y dignidad humana. Sin lugar a dudas, el perro con el cual él se hace acompañar no es una simple mascota sino más bien un animal de trabajo, destinado a cumplir la función de los ojos en las personas que no pueden ver y cuya ayuda les resulta invaluable, pues para ese fin fueron entrenados, llegando en algunos casos a salvar la vida de su amo al librarlo de todo tipo de peligros que se presentan en las calles y que la persona no vidente no puede sortear por sí mismo, en razón de su discapacidad. Por eso, en el caso de los perros guía de las personas discapacitadas, el transportarlos 152 Conclusión junto con su amo no es una facultad del concesionario o permisionario del servicio o incluso del chofer del autobús sino que es una obligación impuesta por la Constitución Política, las convenciones internacionales, la ley, por lo que debe cumplirse por los concesionarios y es una obligación instruir a los choferes que manejas los autobuses al respecto. Lo que se protege en el presente caso es el derecho fundamental del recurrente a utilizar los servicios públicos sin discriminación alguna. Se declara con lugar el recurso. Se condena al permisionario de la ruta Cartago-El Alto Oreamuno-Blanquillo-Viceversa al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, que se liquidarán en ejecución de sentencia de la vía civil. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 17528 2007 07-012536-0007-CO Sala Constitucional 30/11/2007 11:58:00 AM De Fondo Vargas Benavides Adrián Recurso de amparo Exp: 07-012536-0007-CO Res. Nº 2007-17528 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas y cincuenta y ocho minutos del treinta de noviembre del dos mil siete. Recurso de amparo que se tramita en expediente número 07-012536-0007-CO, interpuesto por TERESA SERRANO ARCE, mayor, , cédula de identidad número 0302610193, vecino(a) de contra BUSES RUTA 325 BLANQUILLO-EL ALTO DE OREMUNO DE CARTAGO, JEFE DEPARTAMENTO ADMINISTRACION CONCESIONES Y PERMISOS DE AUTOBUSES CONSEJO DE TRANSPORTE PUBLICO, PRESIDENTE DE LA EMPRESA DE SERVICIOS URBANOS DE OREAMUNO S.A..Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diecisiete horas treinta y tres minutos del diecisiete de setiembre de dos mil siete, el recurrente interpone recurso de amparo contra BUSES RUTA 325 BLANQUILLO-EL ALTO DE OREMUNO DE CARTAGO, JEFE DEPARTAMENTO ADMINISTRACION CONCESIONES Y PERMISOS DE AUTOBUSES CONSEJO DE TRANSPORTE PUBLICO, PRESIDENTE DE LA EMPRESA DE SERVICIOS URBANOS DE OREAMUNO S.A y manifiesta que al ser aproximadamente las quince horas con quince minutos del 14 de setiembre de este año, abordó en compañía de su padre, el autobús de la ruta 325 Blanquillo-El Alto de Oreamuno de Cartago con su perro guía, pues es una persona no vidente. Se sentó en los asientos preferenciales y el chofer le manifestó que no se podía ubicar en esos asientos, ya que el perro estorbaba a quienes debían pasar por el pasillo. No obstante, el perro se hubiera metido debajo del asiento, pero al no existir suficiente espacio debajo del asiento, no podía hacerlo. Posteriormente se le informó por parte del conductor del autobús que se pasara para los asientos de atrás, puesto que según manifestó los asientos preferenciales se ubican a partir de la quinta fila, lo cual, no es cierto, y así se lo hizo saber al chofer al amparo de lo dispuesto al efecto en la Ley de Igualdad de Oportunidades, a lo que simplemente le contestó que no le importaba ninguna ley, y que si no acataba lo que le 153 estaba diciendo, lo bajaba del autobús. Se comunicó con funcionarios de la Guardia Rural de Cartago y le informaron que le indicara al chofer que no se moviera del lugar, e igualmente lo hizo el dueño del autobús, quién además le manifestó que iba a arreglar el problema. El chofer del autobús se llama Luis Alberto Romero Calvo, según información que se le suministró por parte de los Guardias Rurales. Por lo expuesto, solicita a la Sala se declare con lugar el recurso, con las consecuencias legales que ello implique. Solicita el recurrente que se respeten sus derechos y que se ponga en práctiva la Ley 7600: 2.- Informa bajo juramento Carlos Soto Bonilla, en su calidad de representante de Servicios Urbanos de Oreamuno Sociedad Anónima, cédula de persona jurídica 3-101-073513 (folio 20), que existe un error por cuanto si bien su representada es concesionaria de la ruta 325 la cual es descrita como Cartago - San Rafael de Oreamuno con extensiones al Parque Industrial, El Covao y María Auxiliadora y Viceversa y autorizada a brindar servicio a las comunidades de Agropecuario, Rafael Cascante, Santa Eduviges, Hacienda Vieja, no tiene asignada la ruta de Balnquillo- El Alto de Oreamuno de Cartago, lugar donde ocurrió el agravio. Asimismo, tampoco labora para su reresentada ningún chofer de nombre Luis Alberto Romero Calvo, así como tampoco existe ningún reporte donde algún autobus de su representada tuviera algún incidente con usuariios por incumplimiento de Ley de Igualdad de Oportunidades. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- Mediante memorial presentado por la recurrente manifiesta que los datos correctos son: nombre de la empresa: Corporación de Transportes del El Alto de San Rafael Oreamuno; nombre del dueño: Carlos Fernández Zuñiga; dirección San Nicolás Taras de Cartago, Barrio El Pedregal, de la Iglesia católica 100 este, 300 norte, casa de portones blancos mano derecha. 4.- Por resolución de las ocho horas y cuatro minutos del dos de octubre de dos mil siete se brindó audiencia al Presidente de la empresa de Servicios Urbanos de Oreamuno S.A. (folio 33) 5.- Manifiesta Carlos Luis Fernández Zúñiga representante de la Corporación de Transportes El Alto Oreamuno, Cartago (folio 35) que el número de ruta indicada no pertenece a su representada. Sin embargo se le brindó el transporte a la recurrente en totalidad y se tomaron las medidas disciplinarias en contra del chofer involucrado, además que se pidieron las disculpas del caso a la recurrente por los hechos acontecidos. La empresa cumple con la rotulación y la cantidad de asientos preferenciales para discapacitados y además dicho unidad cuenta con rampa de acceso. 6.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada Abdelnour Granados ; y, Considerando: I.- El recurrente reclama que al disponerse a abordar el autobús propiedad de la Corporación de Transportes El Alto Oreamuno , el chofer se negó a prestarle el servicio bajo el argumento de que "el perros estorbaba", lo cual considera violatorio de sus derechos fundamentales puesto que por su condición de no vidente se le negó el acceso a un servicio público. Por su parte, el permisionario de la concesión de autobuses aceptó los hechos denunciados, que se le inició un proceso disciplinario en contra del chofes de esa unidad y que la unidad en mención cuenta con rampa de aceso y con asientos prefenreciales para dicapacitados. II.- Lo que reclama la recurrente es que fue objeto de discriminación, en tanto es una persona no vidente que requiere de la ayuda de un perro guía, y se le negó el acceso a un servicio público por viajar con ese animal. En primer término, es importante señalar que la Constitución Política de Costa Rica y la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (instrumento internacional con fuerza superior a la ley por disposición del artículo 7 constitucional) consagran el principio de igualdad de las personas y la prohibición de hacer distinciones contrarias a su dignidad -artículos 33 y 24 respectivamente-. Adicionalmente, los derechos de las personas discapacitadas están reconocidos en otros instrumentos internacionales como la "Convención Americana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad", aprobada por la Asamblea Legislativa por ley 154 número 7948 y la "Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad", número 7600, publicada en la Gaceta del veintinueve de mayo de mil novecientos noventa y seis. Esta última l Convención define en su artículo 1° la discriminación, de la siguiente manera: "El término discriminación contra las personas con discapacidad, significa toda distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad, antecedente de discapacidad, consecuencia de discapacidad presente o pasada, que tenga el efecto o el propósito de impedir o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por parte de las personas con discapacidad, de sus derechos humanos y libertades fundamentales " Asimismo, consagra la obligación de los Estados que la suscribieron, a adoptar: "las medidas para eliminar progresivamente la discriminación y promover la integración por parte de las autoridades gubernamentales y/o entidades privadas en la prestación o suministro de bienes, servicios, instalaciones, programas, actividades, tales como el empleo, el transporte, las comunicaciones, la vivienda, la recreación, la educación, el deporte, el acceso a la justicia y los servicios policiales y las actividades políticas y de administración" De igual forma, de importancia para la resolución del presente asunto resulta conveniente señalar lo dispuesto en la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, la cual en lo conducente establece: "ARTICULO 45.- Medidas técnicas Para garantizar la movilidad y seguridad en el transporte público, deberán adoptarse medidas técnicas conducentes para adaptarlo a las necesidades de las personas con discapacidad; asimismo, se acondicionarán los sistemas de señalización y orientación del espacio físico. Los medios de transporte colectivo deberán ser totalmente accesibles y adecuados a las necesidades de todas las personas." "ARTICULO 62.- Multa Será sancionada con una multa igual a la mitad del salario mínimo establecido en la Ley No. 7337, del 5 de mayo de 1993, la persona física o jurídica que cometa cualquier tipo de discriminación determinada por distinción, exclusión o preferencias, por una discapacidad, que limite la igualdad de oportunidades, en cuanto a la accesibilidad o el trato en materia de trabajo, educación, salud, transporte u otros campos" "ARTICULO 66.- Multa a los concesionarios de transporte público. Serán sancionados con una multa no menor de diez mil colones ni mayor a los treinta mil colones, los concesionarios de transporte público que incumplan las regulaciones establecidas en esta ley sobre el derecho de toda persona de utilizar el transporte público. Deberán corregir el problema en un lapso no mayor de tres meses; de lo contrario, la situación será justificante para suprimir la unidad hasta que se le efectúen las adaptaciones que correspondan para no conceder o prorrogar concesiones de esa clase." (Las partes subrayadas no forman parte del original". III.- A la luz de lo expuesto, es evidente que existen una serie de disposiciones vigentes en nuestro ordenamiento jurídico, que prohiben todo tipo de discriminación contra personas en razón de su discapacidad, las cuales deben ser respetadas tanto por sujetos de derecho público como de derecho privado, pues la tutela efectiva de los derechos de las personas discapacitadas resulta ser uno de los medios por los cuales este grupo de población puede tener una vida lo más independiente y normal posible, en aras de que su integración a la sociedad sea plena. Es claro que uno de estos derechos consiste en el libre acceso a los servicios públicos, por lo cual, deben cubrirse de manera inmediata las necesidades más básicas y primarias en beneficio de los discapacitados, con el fin de que ellos puedan acceder a los servicios en iguales condiciones que cualquier otra persona. IV.- En el caso concreto, el permisionario de la ruta del servicio de autobuses aceptó los hechos denunciados, es decir que el chofer se negó a prestarle el servicio de transporte por estar acompañado de perro guía; no obstante indicó que finalmente el servicio si se le brindó. Ese hecho configura una evidente violación a los derechos fundamentales de la recurrente, por cuanto fue discriminada en razón de su discapacidad, en contra de los más elementales principios de igualdad y dignidad humana. Sin lugar a dudas, el perro con el cual él se hace acompañar no es una simple mascota sino más bien un animal de trabajo, destinado a cumplir la función de los ojos en las personas que no pueden ver y cuya ayuda les resulta invaluable, pues para ese fin fueron entrenados, llegando en algunos casos a salvar la vida de su amo al librarlo de todo tipo de peligros que se presentan en las calles y que la persona no vidente no puede sortear por sí mismo, en razón de su discapacidad. En ese sentido, la intención de la recurrente al hacerse acompañar de un perro no puede ser asimilada a la del resto de las personas que tienen ese tipo de animal como mascota simplemente, y en tal virtud el trato que se le debe dar por parte de los 155 permisionarios y concesionarios de los servicios públicos de transporte no puede ser el mismo, habida cuenta que si bien por cuestiones de seguridad y aseo es razonable que se prohiba o restrinja el acceso de animales a los vehículos de transporte público, ello puede ser así únicamente entratándose de animales "ordinarios", no así cuando se trata de aquellos casos - como el que nos ocupa- en que se trata de un perro guía, que acompaña a su amo para brindarle tan valioso servicio. Estima la Sala que el perro de la recurrente y de las demás personas que se encuentran en su posición no pueden ser tratadas como animales comunes y corrientes, por cuanto negar el acceso de dichos animales a un vehículo de transporte público implica necesariamente la negatoria de acceso a las personas con discapacidad y la consecuente violación a sus derechos fundamentales. Lo anterior, por cuanto dichos animales son mucho más que simples mascotas -como se indicó anteriormente-, ellos son los ojos del recurrente y de muchas personas más que por infortunio no tienen la oportunidad de observar el mundo de la forma en que lo hacen la mayoría de las personas. Por eso, en el caso de los perros guía de las personas discapacitadas, el transportarlos junto con su amo no es una facultad del concesionario o permisionario del servicio o incluso del chofer del autobús sino que es una obligación impuesta por la Constitución Política, las convenciones internacionales, la ley, por lo que debe cumplirse por los concesionarios y es una obligación instruir a los choferes que manejas los autobuses al respecto. V.- Debe insistirse en que lo que se protege en el presente caso es el derecho fundamental del recurrente a utilizar los servicios públicos sin discriminación alguna, siendo inherente al disfrute de ese derecho la posibilidad de que viaje junto con su perro entrenado, el cual es su más importante instrumento de desplazamiento en forma segura. No se debe olvidar, en el caso de los autobuses, son unidades de transporte público y en ese sentido no puede existir una diferenciación odiosa como en el presente asunto, que afecta no sólo la dignidad de la recurrente sino también que repercute directamente sobre la eficiente prestación del servicio. VI.- Finalmente debe indicarse que independientemente de que fuera el chofer del autobús quien negó el servicio a la recurrente y no el recurrido Fernández Zuñiga, lo cierto es que tal situación es irrelevante para efectos de su responsabilidad, pues al ser el concesionario de la ruta de autobus, asume las consecuencias por la prestación de dicho servicio. Así fue resuelto en oportunidad anterior por esta Sala, mediante sentencia número 2288-99 de las once horas con seis minutos del veintiséis de marzo de mil novecientos noventa y nueve, en la que se pronunció sobre un asunto similar al aquí planteado, señalando en lo conducente lo siguiente: "Esta Sala ya se ha pronunciado en otras ocasiones sobre la protección especial que el ordenamiento jurídico da a las personas discapacitadas, a fin de que éstas puedan desenvolverse normalmente dentro de la sociedad. No se trata simplemente de un trato especial en atención a las particulares condiciones de esa población, sino de un derecho de ésta y una obligación del resto de las personas por respetar esos derechos y cumplir con las obligaciones que de ellos se derivan. En el caso que nos ocupa, ha quedado debidamente demostrado que a la recurrente se le negó el servicio público de taxi debido a que, por su condición de ciega, se hace acompañar de un perro guía, situación que implica, claramente, una discriminación. Nótese que se trata de un servicio público cuyo concesionario está en la obligación de brindarlo a las personas discapacitadas y en las condiciones en que éstas necesitan que se les preste. Es el concesionario el responsable de velar porque ese servicio público se preste conforme a la ley, de manera que el hecho de que haya sido el chófer del taxi y no él directamente, quien se negara a dar el servicio a la amparada es irrelevante para efectos de su responsabilidad, pues al ser el concesionario del taxi, asume las consecuencias por la prestación de dicho servicio." VII.- En mérito de lo expuesto el presente recurso debe acogerse, al constatar esta Sala la alegada violación a los derechos fundamentales de la amparada, previniendo a Carlos Luis Fernández Zúñiga que no deberá incurrir en los actos que dieron mérito para acoger este recurso, pues de lo contrario cometerá el delito previsto y pensado en el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, sin perjuicio de las responsabilidades en que ya hubiere incurrido. Además, se le informa que el artículo 72 de la misma ley contempla prisión de seis meses a tres años o de sesenta a ciento veinte días multa, a quien diere lugar a que se acoja un nuevo recurso de amparo, por repetirse en daño de las mismas personas las acciones, omisiones o amenazas que fueron base de un amparo anterior declarado procedente. Por tanto: 156 Se declara CON LUGAR el recurso. Se condena a Carlos Luis Fernández Zúñiga, en su condición de permisionario de la ruta Cartago-El Alto Oreamuno-Blanquillo- Viceversa, al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, que se liquidarán en ejecución de sentencia de la vía civil. Se previene a Carlos Luis Fernández Zúñiga que no deberá incurrir en los actos que dieron mérito para acoger este recurso, pues de lo contrario cometerá el delito previsto y penado en el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, sin perjuicio de las responsabilidades en que ya hubiere incurrido. Además, se le informa que el artículo 72 de la misma ley contempla prisión de seis meses a tres años o de sesenta a ciento veinte días multa, a quien diere lugar a que se acoja un nuevo recurso de amparo, por repetirse en daño de las mismas personas las acciones, omisiones o amenazas que fueron base de un amparo anterior declarado procedente. Notifíquese la presente resolución al Consejo de Transporte Público para lo de su cargo, y al señor Fernández Zuñiga en forma personal. Remítase atento oficio a la Directora del Patronato Nacional de Ciegos, para que se sirva transcribir al sistema de escritura Braille la presente sentencia y así se le notifique a la recurrente. Notifíquese al Consejo de Transporte Público para lo de su cargo. Ana Virginia Calzada M. Presidenta a.i. Luis Paulino Mora M. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Rosa María Abdelnour G. Horacio González Q. Alexander Godínez 157 Discriminación por Edad Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 8218-01 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Adolfo Campos vs el Director General del Registro Nacional. Se presentó al Registro de la Propiedad el testimonio de la escritura mediante la cual Adolfo Campos (recurrente) y su madre la Sra. Elizabeth Campos afectaban su finca a Patrimonio Familiar. El estudio de ese documento canceló el asiento de presentación al Diario "de acuerdo con el artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial". El Coordinador General del Área Registral del Registro Público de Bienes Inmuebles le informó al Sr. Campos que se le canceló la presentación al Diario “de acuerdo al artículo 42 y siguientes del Código de Familia, ya que la afectación no procede a favor de personas mayores de edad, debe hacerse en forma descendiente de padres a hijos y éstos deben ser menores de edad" También reclama el recurrente que en otros casos el Registro sí ha inscrito gravámenes de patrimonio familiar sobre inmuebles en favor de adultos y mujeres de la tercera edad, por lo que estima que en su perjuicio se ha dado una discriminación odiosa. El artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial Artículo 42 y siguientes del Código de Familia Sobre la discriminación, no se aporta prueba alguna al expediente y por ese motivo debe ser desestimado este extremo. Además, esta inconformidad debe ser ventilada ante el mismo Registro recurrido, gestionando el trámite de calificación formal de la procedencia de la cancelación del asiento de presentación del documento de afectación a patrimonio familiar. Este procedimiento en sede administrativa puede culminar con la revocatoria del acto impugnado y orden de inscripción del título de afectación a patrimonio familiar, o bien con la confirmatoria del defecto, situación esta última que no cierra la vía administrativa, puesto que existe la vía ocursal y cuya resolución tiene recurso ante la Sección Tercera del Tribunal Superior Contencioso Administrativo, órgano superior jerárquico impropio del Registro al cual le corresponde agotar la vía administrativa, después de la cual queda expedita la vía jurisdiccional. Debe entonces el recurrente instar los procedimientos correspondientes en sede administrativa. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 08218 2001 01-003084-0007-CO Sala Constitucional 14/08/2001 3:46:00 PM De Fondo Vargas Benavides Adrián Recurso de amparo 158 Exp: 01-003084-0007-CO Res: 2001-08218 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con cuarenta y seis minutos del catorce de agosto del dos mil uno. Recurso de amparo interpuesto por Adolfo Campos Rojas, mayor, comerciante, portador de la cédula de identidad número uno seiscientos ocho ochocientos setenta y tres, a favor de él mismo; contra el Director General del Registro Nacional. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:10 horas del 30 de marzo de 2001 (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Director General del Registro Nacional y manifiesta que Registro Nacional, y manifiesta que el 31 de octubre del año pasado él y su madre comparecieron a la oficina de la licenciada María Quirós Valverde, con el fin de constituir afectación de patrimonio familiar sobre un terreno ubicado en San José e inscrito bajo el Folio Real doscientos noventa y un mil setecientos setenta y ocho a cero cero uno y cero cero dos; que la escritura donde consta la afectación familiar de dicho bien es la número doscientos cuarenta y dos, la cual fue presentada al Registro en ese mismo mes y fue rechazada por dicho ente; que el gestionante por nota dirigida a Asesoría Legal del Registro manifestó que la inscripción de la afectación familiar solicitada por él y su madre fue rechazada por lo que pidió una justificación jurídica de tal rechazo, la cual a la fecha de interposición de este recurso no le ha sido contestada; que el amparado interpuso denuncia ante el Juzgado que el amparado interpuso denuncia ante el Juzgado Registro Nacional contra la Licenciada María Quirós Valverde por maltrato y negligencia, ya que ella no hizo nada para volver a tramitar la escritura número 242, siendo que por tal trámite ya había recibido sus respectivo honorarios; que hasta la fecha dicha inscripción no ha sido realizada por el Registro Nacional y por lo tanto solicita a esta Sala se declare con lugar el recurso, y se ordene la suspensión del acto administrativo que no permite la inscripción de la afectación del patrimonio familiar, a su vez que condene al recurrido a pagar daños, perjuicios y ambas costas del proceso. Se ampara el recurrente en los artículos 25,27,33 y 68 de la Constitución Política. 2.- Informa bajo juramento Ana Isabel Lobo Inneckn, en su calidad de Directora ad interim del Registro Público de la Propiedad de Bienes Inmuebles (folio 13), que el 2 de noviembre del año 2000, bajo el asiento 7734 del toma 483 del Diario se presentó al Registro de la Propiedad el testimonio de la escritura número 242, otorgada en San José a las 12:00 horas del 31 de octubre de ese mismo año ante la notaria María Esther Quirós Valverde, mediante la cual Adolfo Campos Rojas y Elizabeth Campos Rojas afectaban su finca a Patrimonio Familiar. El estudio de ese documento correspondió por turno a la licenciada Roxana Gómez, quien le canceló el asiento de presentación al Diario el 7 de noviembre del 2000 "de acuerdo con el artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial". Acepta como cierto que el 13 de marzo de este año el recurrente Adolfo Campos Rojas presentó un escrito dirigido a la Asesoría Legal del Registro de la Propiedad, mediante el cual solicitó los fundamentos jurídicos que provocaron tal rechazo, pero dice que ese escrito fue contestado por oficios número AJRN-406-2001 y AJRN-407-2001, ambos de fecha 19 de marzo del 2001 y provenientes de la Asesoría Jurídica del Registro Nacional, dirigidos el primero a la Subdirectora a.i. del Registro de Bienes Inmuebles y el segundo al señor Campos Rojas, a la dirección que él señaló, que fue recibido personalmente por Elizabeth Campos Rojas, a quien se le entregó el original firmado cuando acudió a preguntar por la gestión que había presentado su hijo don Adolfo. En ese oficio se señaló que: "En virtud de que el examen del rechazo indicado es competencia exclusiva de la Coordinación General del Area de Bienes Inmuebles, según las atribuciones propias que establece el Manuel (sic) de Puestos del Registro Nacional y lo que señala el Reglamento del Registro Público de Bienes Inmuebles; le envío dicho escrito a fin de que estudie la procedencia de esa cancelación de asiento de presentación y se resuelva lo que en derecho corresponde. Atentamente…" Añade que mediante Oficio CAR-049-2001 del 29 de marzo del 2001, dirigido al recurrente Campos Rojas, el licenciado Jorge Mora Cerdas, Coordinador General del Area Registral del Registro Público de Bienes Inmuebles le informó sobre el fundamento jurídico al rechazo del testimonio de la escritura número 242, folio 97, tomo 5 del protocolo de la notaria María Quirós Valverde, específicamente porque de conformidad con el artículo 42 y siguientes del Código de Familia la afectación no procede a favor de personas mayores de edad, sino que debe hacerse en forma descendiente de padres a hijos y éstos deben ser menores de edad. Se envió ese oficio mediante certificado de 159 correo número 075974591, depositado en las Oficinas del Correo el 30 de marzo de este año. Estima que de lo expuesto se desprende que no es cierto que a la fecha de la interposición de este recurso no le fuera contestada la gestión al recurrente y por lo tanto no existe violación al derecho de respuesta ni al debido proceso, así como tampoco al principio de legalidad. Pide se rechace este recurso porque el gestionante se ha precipitado con su presentación, sin haber gestionado el trámite de calificación formal de la procedencia de la cancelación del asiento de presentación del documento de afectación a patrimonio familiar ante la Dirección o la Subdirección de ese Registro. 3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Vargas Benavides ; y, Considerando: I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: El 2 de noviembre del año 2000, bajo el asiento 7734 del toma 483 del Diario se presentó al Registro de la Propiedad el testimonio de la escritura número 242, otorgada en San José a las 12:00 horas del 31 de octubre de ese mismo año ante la notaria María Esther Quirós Valverde, mediante la cual Adolfo Campos Rojas (recurrente) y Elizabeth Campos Rojas afectaban su finca a Patrimonio Familiar. El estudio de ese documento correspondió por turno a la licenciada Roxana Gómez, quien le canceló el asiento de presentación al Diario el 7 de noviembre del 2000 "de acuerdo con el artículo 7 inciso D y artículo 126 inciso D del Código Notarial", (informe a folio 13). El 13 de marzo del año 2001 el recurrente Adolfo Campos Rojas presentó un escrito dirigido a la Asesoría Legal del Registro de la Propiedad, mediante el cual solicitó los fundamentos jurídicos que provocaron tal rechazo, (informe a folio 13, copia a folios 06 y 18). Mediante oficios número AJRN-406-2001 y AJRN-407-2001, ambos de fecha 19 de marzo del 2001 y provenientes de la Asesoría Jurídica del Registro Nacional, dirigidos el primero a la Subdirectora a.i. del Registro de Bienes Inmuebles y el segundo al señor Campos Rojas –a la dirección que él señaló– se indicó que: "En virtud de que el examen del rechazo indicado es competencia exclusiva de la Coordinación General del Área de Bienes Inmuebles, según las atribuciones propias que establece el Manual de Puestos del Registro Nacional y lo que señala el Reglamento del Registro Público de Bienes Inmuebles; le envío dicho escrito a fin de que estudie la procedencia de esa cancelación de asiento de presentación y se resuelva lo que en derecho corresponde. Atentamente" , (informe a folio 14, copias certificadas a folios 21 y 22). Mediante Oficio CAR-049-2001 del 29 de marzo del 2001, dirigido al recurrente Campos Rojas, el licenciado Jorge Mora Cerdas, Coordinador General del Área Registral del Registro Público de Bienes Inmuebles, le informó lo siguiente: "En respuesta a su nota en que solicita fundamento jurídico al rechazo del testimonio de la escritura número 242, folio 97, tomo 5 del protocolo de la notaria María Quirós Valverde, le informo que de conformidad con el oficio de fecha 3 de marzo último, suscrito por la registradora Licda. Roxana Gómez Barrantes (se adjunta fotocopia) se le canceló la presentación también de acuerdo al artículo 42 y siguientes del Código de Familia, ya que la afectación no procede a favor de personas mayores de edad, debe hacerse en forma descendiente de padres a hijos y éstos deben ser menores de edad". Se envió ese oficio mediante certificado de correo número 075974591, depositado en las Oficinas del Correo el 30 de marzo de este año, (informe a folio 14, copias certificadas a folios 24 y 25). II.- Ha quedado acreditado en autos que al amparado sí se le respondió su solicitud de información, acerca de los fundamentos jurídicos del rechazo hecho por el Registro recurrido al testimonio de la escritura número 242, folio 97, tomo 5 del protocolo de la notaria María Quirós Valverde, por lo que el derecho de petición y pronta resolución no ha sido violentado. III.- También reclama el recurrente que en otros casos el Registro sí ha inscrito gravámenes de patrimonio familiar sobre inmuebles en favor de adultos y mujeres de la tercera edad, por lo que estima que en su perjuicio se ha dado una discriminación odiosa. Sobre este extremo, no se aporta prueba alguna al expediente y por ese motivo debe también ser desestimado; amén de que esa inconformidad debe ser ventilada ante el mismo Registro recurrido, gestionando el trámite de calificación formal de la procedencia de la cancelación del asiento de presentación del documento de afectación a patrimonio familiar, oportunidad en la cual puede el recurrente hacer valer los 160 fundamentos de derecho por los cuales no comparte la cancelación de ese asiento de presentación. Manifiesta bajo juramento la autoridad recurrida (folio 15) que se trata de un procedimiento expedito en sede administrativa, que puede culminar con la revocatoria del acto impugnado y orden de inscripción del título de afectación a patrimonio familiar, o bien con la confirmatoria del defecto, situación esta última que no cierra la vía administrativa, puesto que existe la vía ocursal, remedio que la autoridad recurrida define como sumarísimo de conformidad con la normativa que lo regula, y cuya resolución tiene recurso ante la Sección Tercera del Tribunal Superior Contencioso Administrativo, órgano superior jerárquico impropio del Registro al cual le corresponde agotar la vía administrativa, después de la cual queda expedita la vía jurisdiccional. Resulta entonces que resolver la inconformidad del recurrente haría incursionar a la Sala en el fondo del asunto, con lo cual se excedería en sus competencias. Debe entonces el recurrente instar los procedimientos correspondientes en sede administrativa, en el entendido de que en caso de no recibir respuesta oportuna y debidamente fundamentada podría acudir nuevamente ante esa jurisdicción en defensa de su derecho a recibir justicia administrativa pronta y cumplida. Por tanto: Se declara SIN LUGAR el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente, a.i. Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R. Adrián Vargas B. Susana Castro A. Alejandro Batalla B. Gilbert Armijo S. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 02511-02 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Sonia Marenco, a favor de Ruth Montiel, vs Directora de la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco. La recurrente acusa que al tratar de matricular a la amparada para este año en la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco, el Director de ese Centro Educativo le negó su matrícula por la edad que tiene a este momento, es decir, por tener quince años de edad. Sin embargo, la Directora de dicho centro educativo manifiesta que a la amparada no se le negó la matrícula, que lo que se hizo fue que, dada su edad, se le recomendó que se matriculara en el sistema de aula abierta del Ministerio de Educación Pública, el cual atiende a jóvenes cuyas edades sobrepasan por los trece años de edad escolar, ofreciendo una alternativa acorde a los intereses y necesidades de los adolescentes de esas edades. El artículo 33 de la Constitución Política. Este Tribunal no encuentra que a la recurrente se le haya lesionado su derecho a la educación, ni muchos se haya discriminado en razón de su edad. De autos no se desprende que la Dirección de la escuela que nos ocupa, haya adoptado alguna decisión tendiente a impedir que la recurrente pudiera ejercer su derecho a estudiar, por el contrario se observa que la situación que aquí se impugna, fue resultado de una recomendación y una alternativa para estudio y no de una decisión definitiva y arbitraria. Por otra parte y a mayor abundamiento la autoridad recurrida señala que no tiene ninguna 161 Conclusión objeción en matricular y recibir a la joven en la institución. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 02511 Año : 2002 02-001164-0007-CO Sala Constitucional 08/03/2002 11:19:00 AM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 02-001164-0007-CO Res: 2002-02511 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con diecinueve minutos del ocho de marzo del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por Sonia Marenco Hernández, con cédula de residencia permanente número 003579-00, a favor de Ruth Nehemy Montiel Marenco, contra la Directora de la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las once horas y cincuenta minutos del siete de febrero de dos mil dos (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco y manifiesta que el año pasado la amparada cursó y aprobó con excelentes calificaciones el quinto grado en la Escuela Los Corrales, en Vasconia de Los Chiles. Que en las zonas fronterizas muy frecuentemente los estudiantes salen de la escuela con una edad mayor a la del resto del país, debido al movimiento constante que en procura de trabajo deben mantener los inmigrantes, como es su caso. Que hay lugares donde las vías de acceso a las escuelas son muy peligrosas y no es sino hasta que los menores puedan acudir con cierta seguridad que nuevamente los pueden matricular. Que al tratar de matricular a la amparada para este año en la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco, el Director de ese Centro Educativo le negó su matrícula por la edad que tiene a este momento, es decir, por tener quince años de edad. Estima la petente que se discrimina a la amparada en razón de su edad sin tener justificación alguna, máxime que el año anterior curso el quinto grado escolar. 2.- Informa bajo juramento Clara Espinoza Juárez, en su calidad de Directora del Centro Educativo Villas de Ayarco (folio 13), que se le recomendó a la madre que integrara a su hija al programa de aula abierta del Ministerio de Educación Pública, el cual atiende a jóvenes cuyas edades sobrepasan por los trece años de edad escolar, ofreciendo una alternativa acorde a los intereses y necesidades de los adolescentes de esas edades. La población estudiantil de esa institución posee edades que oscilan entre los cuatro años y medio y doce años de edad, por lo que se consideró pertinente recomendarle a la señora que ubicara a su hija en el programa citado anteriormente, para el bienestar de la joven, pues estaría en desface entre los intereses y necesidades de los niños que cursan en este momento el sexto grado y ella. Los grupos que se encuentran en estos momentos cuentan con cupo muy limitado, sin embargo no tengo objeción alguna en matricular y recibir a la joven en la institución. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: 162 I.- La recurrente acusa que al tratar de matricular a la amparada para este año en la Escuela Excelencia de Villas de Ayarco, el Director de ese Centro Educativo le negó su matrícula por la edad que tiene a este momento, es decir, por tener quince años de edad. Sin embargo, la Directora de dicho centro educativo manifiesta que a la amparada no se le negó la matrícula, que lo que se hizo fue que, dada su edad, se le recomendó que se matriculara en el sistema de aula abierta del Ministerio de Educación Pública, el cual atiende a jóvenes cuyas edades sobrepasan por los trece años de edad escolar, ofreciendo una alternativa acorde a los intereses y necesidades de los adolescentes de esas edades. II.- Así las cosas, no encuentra este Tribunal que a la recurrente se le haya lesionado su derecho a la educación, ni muchos se haya discriminado en razón de su edad. De autos no se desprende que la Dirección de la escuela que nos ocupa, haya adoptado alguna decisión tendiente a impedir que la recurrente pudiera ejercer su derecho a estudiar, por el contrario se observa que la situación que aquí se impugna, fue resultado de una recomendación y una alternativa para estudio y no de una decisión definitiva y arbitraria. Por otra parte y a mayor abundamiento la autoridad recurrida señala que no tiene ninguna objeción en matricular y recibir a la joven en la institución. III.- En virtud de lo expuesto estima este Tribunal que a la amparada no se le ha negado su derecho a la educación, por lo que no son de recibo los alegatos de la recurrente. En razón de ello, lo procedente es desestimar el presente recurso, como en efecto se hace. Por tanto: Se declara SIN LUGAR el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R. Adrián Vargas B. Susana Castro A. Teresita Rodríguez A. Gilbert Armijo S. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 10947-02 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Carlos Paniagua vs Presidente de la Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional. Se discute la existencia de irregularidades durante el proceso de selección de pronosticadores meteorólogos para laborar como asistentes en el Tropical Desk durante la época de huracanes del 2003. Considera el Sr. Paniagua que la autoridad recurrida actuó de manera contraria al principio de igualdad dado que su solicitud de participación fue rechazada, en su criterio, por razones de edad. La Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional le comunicó al recurrente que su solicitud fue rechazada, después del análisis de los requisitos y expedientes de los interesados. El artículo 33 de la Constitución Política. La tutela constitucional se agota al verificar que se ha respetado el derecho de participación igualitaria que tienen los oferentes para integrar la lista de candidatos. 163 Conclusión Sobre la discriminación por razón de la edad, la Sala ha dicho: "el principio de igualdad no tiene un carácter absoluto. Es admisible que se establezca un trato desigual entre los que son desiguales, y aún entre iguales, siempre que se tenga presente que para autorizar un trato diferenciado hay que determinar si el motivo que la produce es razonable”. En este sentido, en primer lugar, debe decirse que la edad no es el único criterio de selección que la Administración empleó para designar a otra persona, pues debían tomarse en consideración las oportunidades de adiestramiento reciente y el tiempo de laborar en el IMN. En segundo lugar, el que se valore la edad para pensionarse de un funcionario, en este caso, no parece ser algo manifiesta e intrínsicamente irrazonable, puesto que es lógico que la Administración tienda a maximizar su inversión de recursos, pretendiendo que quien se beneficie con la beca en el Tropical Desk le brinde sus conocimientos adquiridos al IMN durante el mayor tiempo posible con lo cual se mejora el servicio público que se brinda. Y, por último, debe recordarse que la Administración consideró que los dos últimos adiestramientos con asistencia al Tropical Desk fueron otorgados a funcionarios del aeropuerto Juan Santamaría lugar donde trabaja el aquí recurrente, y que, por ese motivo, en esta ocasión se buscó ampliar la participación o acceso al adiestramiento a funcionarios de otras oficinas o dependencias del IMN que también cumplieran con los requisitos o condiciones pertinentes y, de ese modo, no concentrar al personal capacitado en un área única. Además la subcomisión de adiestramiento le concedió al amparado la oportunidad de asistir al Seminario sobre la Coordinación de los Servicios de Tránsito Aéreo y Cenizas Volcánicas, celebrado en Colombia por lo que la autoridad recurrida consideró importante brindarle a otro funcionario la posibilidad de capacitarse. Por consiguiente, de los autos no se colige que el elemento determinante para que no se seleccionara a Carlos Manuel Paniagua haya sido la edad. Quedó demostrado que el petente pudo participar en igualdad de condiciones con los otros solicitantes, y que en la decisión de la Administración no se advierte ningún motivo ilegítimo que orientara la decisión final del asunto. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 10947 2002 02-008659-0007-CO Sala Constitucional 20/11/2002 3:15:00 PM De Fondo Jinesta Lobo Ernesto Recurso de amparo Exp: 02-008659-0007-CO Res: 2002-10947 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con quince minutos del veinte de noviembre del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por PANIAGUA CARVAJAL 164 CARLOS MANUEL, mayor, pronosticador aeronáutico, portador de la cédula de identidad N° 2-274-267, contra el PRESIDENTE DE LA SUB-COMISIÓN DE ADIESTRAMIENTO DEL INSTITUTO METEOROLÓGICO NACIONAL. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10:20 hrs. del 17 de octubre de 2002 (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Presidente de la Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional y manifiesta que la autoridad recurrida invitó a los meteorólogos pronosticadores a participar en el Tropical Desk como asistentes durante la época de huracanes del 2003. Señala que, en virtud de que cumplía con los requisitos para participar en tal actividad, presentó la solicitud correspondiente ante la subcomisión de adiestramiento, sin embargo, ésta fue rechazada con base en parámetros diferentes a los que fueron indicados en un primer momento. Estima que la autoridad recurrida no aceptó su solicitud de participación al considerar como factor de selección, el tiempo que le faltaba para pensionarse, lo que considera discriminatorio y por ende contrario al principio constitucional de igualdad. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso. 2.- Por resolución de esta Sala de las 9:37 hrs. del 21 de octubre de 2002 se le dio curso al proceso y se solicitó el informe a la parte recurrida. 3.- Informa bajo juramento Oscar Eduardo Ramírez Rodríguez, en su calidad de Presidente de la SubComisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional (folio 9), que en el proceso de escogencia de candidatos a Becas se observaron las disposiciones contempladas en el Reglamento de Adiestramiento de Personal del MINAE, Decreto Ejecutivo No. 18217 del 18 de abril de 1988, y que toma en cuenta aspectos como: preparación académica, nivel de responsabilidad laboral, nombramiento en propiedad, calificación de servicios, tiempo de servicio, edad del solicitante, fecha de la última facilidad de capacitación otorgada, publicaciones y cualquier otro aspecto que se considere pertinente. Solicita que se desestime el recurso planteado. 4.- En la substanciación del proceso se han observado las prescripciones de ley. Redacta el magistrado Jinesta Lobo ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso. El recurrente aduce que sus derechos fundamentales han sido lesionados por parte de la Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional. Considera que la autoridad recurrida actuó de manera contraria al principio de igualdad y el artículo 33 de la Constitución Política con ocasión del proceso de selección de los funcionarios que participaban por la beca en el Tropical Desk, dado que su solicitud de participación fue rechazada en su criterio por razones de edad. Por tales motivos, solicita que se declare con lugar el recurso de amparo. II.- De relevancia para resolver el presente recurso de amparo, se tienen por acreditados los siguientes hechos: 1) El Poder Ejecutivo, mediante el Decreto No. 18217-MIRENEM del 18 de abril de 1988 (publicado en la Gaceta No. 195 del 14 de octubre de 1988), promulgó el Reglamento de Adiestramiento de Personal del Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas 2) La Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional mediante oficio del 19 de setiembre de 2002 invitó a los meteorólogos pronosticadores a participar en el proceso de selección de funcionarios para desempeñarse como asistentes en la facilidad de entrenamiento meteorológico "Tropical Desk" durante el año 2003 (visible a folio 3). 3) La Sub-Comisión de Adiestramiento del Instituto Meteorológico Nacional mediante oficio del 9 de octubre de 2002 le comunicó al recurrente que su solicitud fue rechazada, después del análisis de los requisitos y expedientes de los interesados (visible a folio 2). III.- Sobre el fondo. En el caso bajo examen, se discute la existencia de irregularidades durante el proceso de selección de pronosticadores meteorólogos para laborar como asistentes en el Tropical Desk durante la época de huracanes del 2003. En este sentido, el recurrente alega que se han violado el principio de igualdad y el de seguridad jurídica durante el trámite que realizó la autoridad recurrida para escoger a los funcionarios que asistirían a 165 dicha facilidad de entrenamiento. A este respecto, en primer lugar, es necesario señalar que la Sala Constitucional, al analizar una acción de amparo, ve definido el ámbito de su competencia por el artículo 29 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, que limita su radio de acción a brindar tutela oportuna contra infracciones o amenazas inminentes a los derechos y libertades fundamentales de las personas. El amparo, entonces, procede contra toda disposición, acuerdo o resolución y, en general, contra toda acción, omisión o simple actuación material no fundada en un acto administrativo eficaz, de los servidores y órganos públicos, que haya violado, viole o amenace violar cualquiera de aquellos derechos. Por lo tanto, no le corresponde a este Tribunal entrar a valorar los atestados y méritos del recurrente y de los demás aspirantes al entrenamiento meteorológico "Tropical Desk", a fin de determinar si reúnen o no los requisitos necesarios para obtener la capacitación a la que se refiere este recurso, en la medida que ello constituye un asunto de legalidad ordinaria. IV.- En su lugar, en estos casos, la tutela constitucional se agota al verificar que se ha respetado el derecho de participación igualitaria que tienen los oferentes para integrar la lista de candidatos ya que, una vez confeccionada ésta, con lo que cuenta el interesado es con una simple expectativa de obtener la capacitación que desea, o bien, en determinar que el recurrente no ha sido elegido con base a criterios evidentemente ajenos a la determinación de la idoneidad del candidato como ocurriría, por ejemplo, si se lograra demostrar que el solicitante no ha sido nombrado por razones de sexo, raza, religión o convicciones políticas. Así, sobre la discriminación por razón de la edad, la Sala ha dicho: "En el caso que nos ocupa, el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros afirma que la distinción realizada por la institución entre personas mayores y menores de ochenta años para el otorgamiento de Seguros de Viajeros en Colones se fundamenta en criterios de selección de riesgos adoptados con fundamento en los estudios de la Dirección Actuarial y de Planificación Económica de la CCSS. No obstante, considera la amparada que tal distinción al excluir a su padre de la posibilidad de obtener el seguro resulta discriminatoria. Sobre el principio de igualdad, la jurisprudencia constitucional ha indicado reiteradamente: ‘... el principio de igualdad garantiza un tratamiento igual a aquellos que se encuentran objetivamente en situaciones o condiciones iguales, lo que justifica que ante condiciones diferentes pueda haber trato distinto, no implicando con ello, violación a los principios de razonabilidad y proporcionalidad’ (sentencia número 2531-94 de las quince horas cuarenta y dos minutos del treinta y uno de mayo de mil novecientos noventa y cuatro). ‘…el principio de igualdad que establece el artículo 33 de la Constitución no tiene un carácter absoluto, pues no concede propiamente un derecho a ser equiparado a cualquier individuo sin distinción de circunstancias, sino más bien a exigir que no se haga diferencias entre dos o más personas que se encuentren en una misma situación jurídica o en condiciones idénticas, por lo que no puede pretenderse un trato igual cuando las condiciones o circunstancias son desiguales.’ (sentencia número 1942-94, de las diez horas dieciocho minutos del veintidós de abril de mil novecientos noventa y cuatro. En igual sentido vid sentencias números 808-94, 1372-92, 117-93, 728-93 y 808-94). De conformidad con el contenido del principio de igualdad señalado por la jurisprudencia de esta Sala, es admisible que se establezca un trato desigual entre los que son desiguales, y aún entre iguales, siempre que se tenga presente que para autorizar un trato diferenciado hay que determinar si el motivo que la produce es razonable, pues el juicio acerca de la razonabilidad es lo que permite decidir si se está o no frente a una violación constitucional de este tipo. Debido a que determinar la razonabilidad de los criterios utilizados por el Instituto Nacional de Seguros para distinguir entre personas mayores o menores de ochenta años para el otorgamiento de pólizas de seguros de viajeros implicaría entrar a valorar si la selección de riesgos realizada por el instituto excede o no los parámetros de necesidad, idoneidad y proporcionalidad en sentido estricto, que éste órgano ha definido como elementos integrantes del debido proceso sustantivo, el asunto excede la naturaleza sumaria del amparo. No obstante, se tiene como ciertas las declaraciones rendidas por el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros bajo juramento, en tanto indica que no se encuentran en iguales condiciones de riesgo las personas de 0 a 70 años en comparación con las personas mayores de 80 años, y que la distinción realizada por el instituto se sustenta en criterios de carácter técnico, por lo que no se trata de un acto discriminatorio caprichoso, arbitrario o infundado. Por lo expuesto procede declara sin lugar el amparo en cuanto a este extremo." (Sentencia N°11351-2000 de las diez horas dos minutos del veinte de diciembre del dos mil). Ahora bien, el reclamante cuestiona que, en el oficio de 09 de octubre de 2002, se cite como un elemento determinante para elegir al funcionario que iría a la capacitación, la edad para pensionarse (folio 02). En este sentido, en primer lugar, debe decirse que del mismo oficio mencionado, se desprende que este no es el único criterio de selección que la Administración empleó para designar al servidor Agüero, pues claramente se mencionan otros parámetros que debían tomarse en consideración, como lo son las oportunidades de adiestramiento reciente y el tiempo de laborar en el IMN. En segundo lugar, el que se valore la edad para 166 pensionarse de un funcionario, en este caso, no parece ser algo manifiesta e intrínsicamente irrazonable, puesto que es lógico que la Administración tienda a maximizar su inversión de recursos, pretendiendo que quien se beneficie con la beca en el Tropical Desk le brinde sus conocimientos adquiridos al IMN durante el mayor tiempo posible con lo cual se mejora el servicio público que se brinda. Y, por último, en tercer lugar, debe recordarse que, según declara bajo gravedad de juramento la Autoridad recurrida, la Administración consideró que los dos últimos adiestramientos con asistencia al Tropical Desk fueron otorgados a funcionarios del aeropuerto Juan Santamaría lugar donde trabaja el aquí recurrente, y que, por ese motivo, en esta ocasión se buscó ampliar la participación o acceso al adiestramiento a funcionarios de otras oficinas o dependencias del IMN que también cumplieran con los requisitos o condiciones pertinentes y, de ese modo, no concentrar al personal capacitado en un área única (ver folios 10 y 11). A lo anterior debe añadirse que la subcomisión de adiestramiento le concedió al amparado la oportunidad de asistir al Seminario sobre la Coordinación de los Servicios de Tránsito Aéreo y Cenizas Volcánicas, celebrado en Colombia durante el mes de noviembre de 2001, por lo que la autoridad recurrida consideró importante brindarle a otro funcionario la posibilidad de capacitarse (folio 11). Por consiguiente, de los autos no se colige que el elemento determinante para que se seleccionara a José Joaquín Agüero, en lugar de Carlos Manuel Paniagua, haya sido la edad. V.- Después de analizar los elementos de prueba aportados, esta Sala Constitucional considera que, en este caso, no se ha producido una violación de los Derechos Fundamentales del petente, porque la actuación de la SubComisión de Adiestramiento se ha conformado con lo establecido por el Reglamento de Adiestramiento de Personal del MINAE, el cual, en su artículo 42 dispone que en la escogencia de candidatos a becas se tomaran en cuenta aspectos como la preparación académica, nivel de responsabilidad laboral, nombramiento en propiedad, calificación de servicios, tiempo de servicio, edad del solicitante, fecha de última capacitación otorgada y cualquier otros aspecto que se considere pertinente. En efecto, no puede ser de recibo el argumento del recurrente al manifestar que los únicos requisitos evaluables eran los del oficio del 19 de setiembre de 2002, por cuanto éstos se definieron para efectos de la presentación de las solicitudes, y en modo alguno le impedían a la Administración analizar otros elementos que pudiera considerar importantes durante el proceso de selección de los funcionarios, todo esto al amparo del reglamento establecido al efecto. De hecho, en el reglamento mencionado se define claramente un margen de discrecionalidad para que la Administración decida, a la hora de otorgar las becas, quien obtendrá el beneficio. Dispone dicha normativa: "Artículo 23. Las becas y otras facilidades serán otorgadas a los servidores del Ministerio que se distingan en el desempeño de sus funciones y que su conducta justifique y dé motivos para esperar de ellos un buen aprovechamiento de la capacitación recibida y la futura puesta en práctica de sus conocimientos" De tal modo que, con base en lo expuesto anteriormente y el acervo probatorio que consta en autos, la Sala considera que la subcomisión recurrida se limitó a seleccionar al candidato que estimó más idóneo para que una vez recibida la capacitación del Tropical Desk pudiera servir de la mejor manera posible a las necesidades de la Institución, maximizando así el empleo de sus recursos. Dado que ha quedado debidamente demostrado que el petente pudo participar en igualdad de condiciones con los otros solicitantes, y que en la decisión de la Administración no se advierte ningún motivo ilegítimo que orientara la decisión final del asunto, en los términos ya expuestos, no puede establecerse que se ha producido una violación a los principios de igualdad y razonabilidad, y así se declara. VI.- Conclusión. Por lo expuesto en los considerandos precedentes, estima esta Sala que no existe mérito para acoger el presente recurso, por lo que lo procedente es declararlo sin lugar sin mayores consideraciones. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Carlos M. Arguedas R. Presidente, a.i. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. José Luis Molina Q. 167 Susana Castro A. Teresita Rodríguez A. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 3232-03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Sonia Espinoza vs el Instituto Tecnológico de Costa Rica. El fin de la recurrente es que se anule la disposición del “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica” que le impide tanto a ella como a su esposo ser fiadores de su hija, por tener más de cuarenta y cinco años de edad. Considera irrazonable y discriminatorio tal requisito pues los padres son quienes mejor pueden responder por las deudas de sus hijos y, aunque tienen cincuenta y un años de edad son sujetos de crédito en bancos estatales y privados Artículo 33 de la Constitución Política. Reglamento de Solicitud de Préstamos para Estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica. De la documentación aportada al expediente se desprende que a la estudiante se le denegó el crédito de estudios porque una de la fiadoras no alcanzaba el ingreso mensual requerido y el otro aportó certificación de ingresos elaborada por un contador privado, cuando se requería que fuera de un contador público autorizado, en ambos casos de conformidad con el “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios del Instituto Tecnológico de Costa Rica”. Según lo informado, no se le ha aplicado el requisito cuestionado, por lo que no se ha podido causar afectación a ninguno de sus derechos fundamentales. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 03232 2003 03-003164-0007-CO Sala Constitucional 25/04/2003 11:25:00 AM De Fondo Calzada Miranda Ana Virginia Recurso de amparo Exp: 03-003164-0007-CO Res: 2003-03232 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con veinticinco minutos del veinticinco de abril del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Sonia Espinoza Montiel, portadora de la cédula de identidad número 6096-518, vecina de Monteverde, Puntarenas contra el Instituto Tecnológico de Costa Rica. 168 Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las quince horas treinta minutos del veintisiete de febrero del dos mil tres (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo y manifiesta que el Reglamento de solicitud de préstamos para estudios del Instituto Tecnológico de Costa Rica le impide a ella y a su esposo, ser fiadores de su hija, la estudiante Gabriela Mc Adam Montiel, en un préstamo de esa naturaleza, por cuanto no cumplen el requisito de ser menores de 45 años. A su juicio este requisito es irrazonable y discriminatorio, por cuanto se le impide injustificadamente realizar ese tipo de gestión a favor de su hija, cuando ambos la petente y su esposo son sujetos de crédito tanto en el comercio como en bancos privados y estatales. Solicita la recurrente que la Sala anule el discriminatorio requisito y que se pida a la Universidad que le conceda a su hija el derecho de revisión de su caso. 2.- Informa bajo juramento Víctor Alberto Jiménez Navarro en su condición de Apoderado General Judicial del Instituto Tecnológico de Costa Rica (folio 10), que es cierto que el “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica” existe la norma referente a la edad de los fiadores. Las razones por las que existe son fundamentalmente que el documento con el cual se garantiza la deuda es un pagaré, el cual vence una vez que el deudor (exalumno del ITCR) se gradúa o retire de la Institución, por lo que han transcurrido varios años (aproximadamente siete). Al ser exigible a tan largo plazo, e importante que en caso de falta de pago los fiadores aun estén laborando para efectos de eventuales embargos a salarios y no estén pensionados, con lo cual no podría embargárseles el salario. Afirman que si la Sala considera que esa norma relativa a la edad de los fiadores violenta alguna normativa constitucional, no tienen inconveniente en derogarla a fin de que no exista límite de edad para ser fiador. Indica que a Gabriela Mc.Adam Montiel no se le otorgó el préstamo debido a que la recurrente, quien fue presentada como fiadora, no cumplía tiene el nivel de ingreso requerido para clasificar como fiadora, pues su salario líquido es inferior a 66.260. El otro fiador que presentó la estudiante fue Aarón Rolando Quirós Montiel, quien aporta una certificación de un contador privado para justificar su nivel de ingresos, cuando debió por su nivel de ingreso aportar una certificación de contador público. Es decir, las razones por las cuales no se le aprobó el financiamiento fueron eminentemente de carácter técnico. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la magistrada Calzada Miranda ; y, Considerando: I.- La recurrente interpone recurso de amparo con el fin de que se anule la disposición del “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios en el Instituto Tecnológico de Costa Rica” que le impide tanto a ella como a su esposo ser fiadores de su hija, por tener más de cuarenta y cinco años de edad. Considera irrazonable y discriminatorio tal requisito pues los padres son quienes mejor pueden responder por las deudas de sus hijos y, aunque tienen cincuenta y un años de edad son sujetos de crédito en bancos estatales y privados. II.- Del informe rendido bajo juramento por el recurrido y de la documentación aportada al expediente se desprende que a la estudiante Gabriela Mac. Adam Montiel se le denegó el crédito de estudios porque una de la fiadoras no alcanzaba el ingreso mensual requerido y el otro aportó certificación de ingresos elaborada por un contador privado, cuando se requería que fuera de un contador público autorizado, en ambos casos de conformidad con el “Reglamento de solicitud de préstamos para estudios del Instituto Tecnológico de Costa Rica” (folios 18 y 21). Según lo informado, no se le ha aplicado el requisito cuestionado, por lo que no se ha podido causar afectación a ninguno de sus derechos fundamentales. Lo anterior sin perjuicio de que, en caso de que los recurridos apliquen el requisito mencionado en el futuro la Sala analice, por la vía que corresponda, si la norma que lo establece resulta irrazonable y discriminatoria por razón de la edad. En consecuencia, el recurso debe ser declarado sin lugar, como en efecto se dispone. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. 169 Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. José Luis Molina Q. José Miguel Alfaro R. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 12645-03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Ruth Gutiérrez, a favor de Alicia Gutiérrez, menor de edad vs Conservatorio de Castella. En el Conservatorio de Castella le negaron a la tutelada la posibilidad de realizar las pruebas de violín y clarinete para mostrar sus aptitudes, con el argumento de ser muy pequeña. En criterio de la Sra Gutiérrez, la actuación de la autoridad recurrida es arbitraria. El artículo 33 de la Constitución Política y el Derecho a la Educación. De la prueba documental no se tiene por demostrada la situación discriminatoria que reclama la actora en razón de la edad de la menor. En efecto, se tiene que la autoridad recurrida le brindó a la tutelada el mismo trato en relación con los demás menores. En este sentido, la recurrida en su informe manifestó: “no es cierto que la Orientadora haya aprobado la aplicación de alguna prueba extra (como sería aplicar pruebas de violín y clarinete a una niña que va a primer grado) porque según me manifestó verbalmente, tal aplicación constituye un requisito adicional, mismo que no se pidió a los demás pretendientes y que por lo tanto, se rechazó hacerle la prueba extraordinaria de violín y clarinete a la niña Alicia Gutiérrez Oviedo, en tanto que aplicarla constituiría un elemento discriminatorio e innecesario para su proceso de admisión”. Por demás, la menor efectuó las mismas pruebas que los demás aspirantes a ese sitio, sin que se haya producido alguna situación contraria a su dignidad. No es arbitraria, entonces, la actuación de la autoridad recurrida. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 12645 2003 03-010629-0007-CO Sala Constitucional 31/10/2003 2:28:00 PM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 03-010629-0007-CO Res: 2003-12645 170 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con veintiocho minutos del treinta y uno de octubre del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Ruth Gutiérrez Oviedo, cédula de identidad Nº6-192-571, a favor de Alicia Gutiérrez Oviedo, menor de edad; contra el Conservatorio de Castella. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 16:27 hrs. de 10 de octubre de 2003 (folio 1), la recurrente interpone recurso de amparo contra el Conservatorio de Castella y manifiesta que hizo una solicitud de matrícula a favor de la amparada, con el fin de ser admitida en primer grado de esa Institución. En el proceso de entrevista y entrega del sobre con documentos, requirió la aplicación de las pruebas generales, así como de violín y clarinete. Afirma que desde hace más de 47 años los estudiantes de nuevo ingreso que lo piden realizan pruebas de alguna especialidad para demostrar su aptitud e ingresar al Conservatorio de Castella. La Orientadora de esa entidad le indicó que dentro del período en que se practicarán las pruebas (materias artísticas básicas), se efectuarán los exámenes de violín y clarinete. No obstante, el 6 de octubre 2003, al preguntar a la funcionaria Yolanda Briceño sobre las demostraciones de instrumentos, recibió una respuesta negativa, por la edad de la tutelada. Según la promovente, en el caso concreto se brindó un trato discriminatorio a la afectada, en detrimento de su derecho a la educación. Solicita que se estime el recurso y que se restituya a la amparada en el pleno goce de sus derechos fundamentales. 2.- La Directora del Conservatorio de Castella, MSc. Ligia Martínez Barrientos, rinde a folio 13 su informe bajo juramento e indica que a la tutelada se siguieron todos los trámites de matrícula, según lo programado por la Oficina de Orientación. Niega que a los niños y niñas que desean ingresar a primer grado se les realice alguna prueba extraordinaria como lo son las de violín y clarinete; en ese sentido, dichos exámenes no fueron implementados a la amparada, pues de lo contrario se constituiría un trato discriminatorio en su contra, en la medida en que no se exigieron a los demás menores. Indica que a la agravada se le aplicaron las pruebas básicas de Teatro, Movimiento Creativo, Artes Plásticas y Música, al igual que a los otros niños. En virtud de la orden dictada por el Presidente de la Sala Constitucional en el auto inicial del amparo, se efectuaron dichas pruebas; sin embargo, éstas no son determinantes en el proceso de selección de alumnos de primer grado. Pide que se declare sin lugar el recurso. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: I.- La recurrente acusa la violación de los derechos fundamentales de la amparada, pues considera que en el Conservatorio de Castella se le brindó un trato discriminatorio en razón de su edad. Lo anterior por cuanto, en ese sitio le negaron a la tutelada la posibilidad de realizar las pruebas de violín y clarinete para mostrar sus aptitudes, con el argumento de ser muy pequeña. En su criterio, la actuación de la autoridad recurrida es arbitraria y lesiona el derecho a la educación. II.- De la prueba documental allegada a los autos, como del informe rendido por la MSc. Ligia Martínez Barrientos que es dado bajo la solemnidad del juramento, con oportuno apercibimiento de las consecuencias, incluso penales, previstas en el artículo 44 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional no se tiene por demostrada la situación discriminatoria que reclama la actora en razón de la edad de la menor, por lo cual lo procedente es declarar sin lugar el recurso. En efecto, sin perjuicio de que este asunto se discuta en otra ocasión con fundamento en otros elementos de prueba, se tiene que la autoridad recurrida le brindó a la tutelada el mismo trato en relación con los demás menores, quienes pretenden ingresar a ese centro educativo, todo ello en estricto apego al Derecho de la Constitución. En este sentido, la recurrida en su informe manifestó: “ no es cierto que la Orientadora Ligia Molina Camacho haya aprobado la aplicación de alguna prueba extra (como sería aplicar pruebas de violín y clarinete a una niña que va a primer grado) porque según me manifestó verbalmente, tal aplicación constituye un requisito adicional, mismo que no se pidió a los demás pretendientes y que por lo tanto, se rechazó hacerle la prueba extraordinaria de violín y clarinete a la niña Alicia Gutiérrez Oviedo, en tanto que aplicarla constituiría un elemento discriminatorio e 171 innecesario para su proceso de admisión ” (informe a folio 13). Por demás, se debe advertir que la menor efectuó las mismas pruebas que los demás aspirantes a ese sitio, sin que se haya producido alguna situación contraria a su dignidad. No es arbitraria, entonces, la actuación de la autoridad recurrida, motivo por el cual se debe declarar sin lugar el amparo. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. José Miguel Alfaro R. Alejandro Batalla B. Federico Sosto L. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 13609-03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Viviana Villalobos vs Directora De La Escuela Jesús Ocaña Rojas. La recurrente acusa que pese a que su hija –aquí amparada-, le faltan dos días para tener la edad exacta exigida para ingresar al Ciclo Materno Infantil de la Educación Preescolar, las autoridades de la Escuela en forma arbitraria y discriminatoria denegaron su matrícula, lo cual infringe en perjuicio de la amparada el derecho a la educación. La Directora manifiesta que no era posible su matrícula, debido a que la niña no cumplía con el requisito de edad establecido en el Reglamento sobre la Edad de Ingreso a la Educación Preescolar y el Primer Año de la Educación General Básica. Señala que como funcionaria pública, en el ejercicio de su función debe respetar la legislación aplicable Decreto Ejecutivo número 27845-MEP Derecho a la Educación La recurrida denegó la matrícula de la menor amparada por faltarle únicamente dos días para cumplir la edad establecida en el Decreto No. 27845-MEP, y si bien es cierto así lo establece dicho decreto, también es cierto que este Tribunal ha señalado en anteriores ocasiones que dicho límite a la educación no resulta razonable, si antes no se le permite a la menor demostrar si posee la capacidad suficiente para asumir el proceso educativo a través de una prueba de rendimiento. Se declara con lugar el recurso. Debe la recurrida permitirle a la amparada practicar una prueba de rendimiento, y en caso de aprobarla satisfactoriamente, admitirle la matrícula en el centro recurrido, si otro requisito no lo impide. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Expediente: Despacho: 13609 Año : 2003 03-010679-0007-CO Sala Constitucional 172 Fecha: 28/11/2003 Hora: 1:19:00 PM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Arguedas Ramírez Carlos Manuel Clase de asunto: Recurso de amparo Tiene voto salvado Exp: 03-010679-0007-CO Res: 2003-13609 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las trece horas con diecinueve minutos del veintiocho de noviembre del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por VIVIANA VILLALOBOS VILLALOBOS , portadora de la cédula de identidad número 2-564-500, a favor de ALINA MARÍA GAMBOA VILLALOBOS , contra la DIRECTORA DE LA ESCUELA JESÚS OCAÑA ROJAS . Resultando: 1.- En escrito recibido en la Secretaría de la sala a las trece horas y diez minutos del trece de octubre de dos mil tres (folio 1), la recurrente Viviana Villalobos Villalobos, interpone recurso de amparo a favor de su hija Alina María Gamboa Villalobos, contra la Directora de la Escuela Jesús Ocaña Rojas y manifiesta que la amparada nació el dos de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, por lo que a la fecha de interposición de este amparo la niña tenía tres años, diez meses y once días de edad. Señala que se apersonó a la Escuela Jesús Ocaña Rojas en El Coyol de Alajuela, con la finalidad de matricular a la amparada para el próximo curso lectivo en el nivel maternal, no obstante, en forma arbitraria y discriminatoria el personal de la citada institución le manifestó que no podía ser matriculada debido a que le faltaban dos días para tener la edad exacta que ellos exigen como mínimo. Por lo expuesto, la recurrente solicita declarar con lugar el recurso y se le ordene a la Directora recurrida proceder a realizar la matrícula de la amparada. 2.- Informa bajo juramento Ileana Vargas Arias, en su condición de Directora de la Escuela Jesús Ocaña Rojas (folio 15), que es cierto que la recurrente se presentó en el mes de agosto a esa institución educativa, con el objeto de realizar el proceso de matrícula en el nivel de Materno Infantil de la amparada, no obstante, al conocer de la edad de la amparada, se le señaló que no era posible su matrícula, debido a que la niña no cumplía con el requisito de edad establecido en el Reglamento sobre la Edad de Ingreso a la Educación Preescolar y el Primer Año de la Educación General Básica, Decreto Ejecutivo número 27845-MEP, del diez de mayo de mil novecientos noventa y nueve. Señala que como funcionaria pública, en el ejercicio de su función debe respetar la legislación aplicable, por lo que el requisito establecido no ha sido impuesto en forma arbitraria como lo quiere hacer ver la recurrente, o que se haga discriminación alguna en perjuicio de la amparada. Señala que si bien el mismo decreto establece una excepción para el requisito indicado, la amparada no cumple con la edad señalada de cuatro años y tres meses para conceder la matrícula, pues le harían falta dos días para cumplirlo. Por lo expuesto solicita declarar sin lugar el recurso. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Arguedas Ramírez ; y, Considerando: I.- OBJETO DEL RECURSO. En el caso concreto la recurrente acusa que pese a que su hija –aquí amparada, le faltan dos días para tener la edad exacta exigida para ingresar al Ciclo Materno Infantil de la Educación Preescolar, las autoridades de la Escuela Jesús Ocaña Rojas en el Coyol de Alajuela en forma arbitraria y discriminatoria denegaron su matrícula, lo cual infringe en perjuicio de la amparada el derecho a la educación. 173 II.- SOBRE EL FONDO. Como se indicó, la recurrente acusa que las autoridades del centro educativo recurrido en forma arbitraria y discriminatoria denegaron la matrícula de la amparada en el Ciclo Materno Infantil, pese a que la misma le faltaban dos días para contar con la edad exacta establecida. Por su parte, la autoridad recurrida en su informe manifiesta que esa institución actuó conforme a derecho, pues se ajustó a los parámetros del Ministerio de Educación Pública, en lo que al requisito de la edad se refiere, requerido para ingresar al sistema educativo. En casos similares, sobre los parámetros apuntados por la recurrida, esta Sala ha considerado: "…En el caso concreto se discute la aplicación del Decreto número 27845-MEP, por medio del cual la Administración restringe el ingreso de una menor por el hecho de no cumplir con el requisito de la edad mínima exigida en él. El artículo 1° de este Decreto regula dos situaciones distintas: la regla general, según la cual para ingresar al curso de preescolar se debe contar con al menos cinco años y seis meses de edad y una excepcional, legitimada por un excedente de medios o un faltante de alumnos en el centro de enseñanza que permita reducir la edad mínima a cinco años y tres meses, cumplidos al último día de enero de cada año. No existe prueba en autos de que se esté en la segunda situación pues el recurrido no rindió el informe solicitado, por lo que debe estimarse la prueba aportada por el recurrente como cierta y tenerse la probabilidad de que pudiese ingresar por el régimen excepcional. Así las cosas, el cuadro fáctico presentado es que la amparada por una diferencia de dos horas cuarenta minutos no enmarca en la edad estipulada anteriormente de 5 años tres meses, sino que tendría en el mes de enero, 5 años dos meses 30 días, lo cual estima esta Sala, que sería irrazonable denegarle la matrícula a la menor por una diferencia tan ínfima, pues si lo que busca la norma es determinar la capacidad que tenga el estudiante para enfrentarse al nivel educativo que pretende, ello sería posible practicándosele una prueba de rendimiento para analizar su situación, la cual inclusive en el caso de marras, fue solicitada por el recurrente, sin embargo ésta le fue denegada por el recurrido, no encontrando esta Sala, razonable dicha denegatoria. En razón de lo anterior, el recurso resulta procedente y por ello, debe el recurrido permitirle a la amparada practicar una prueba de rendimiento, y en caso de aprobarla satisfactoriamente, admitirle la matrícula en el centro recurrido, si otro requisito no lo impide." (Sentencia No 9906-99) Del mismo modo que en la sentencia de cita, la recurrida denegó la matrícula de la menor amparada por faltarle únicamente dos días para cumplir la edad establecida en el Decreto No. 27845-MEP, y si bien es cierto así lo establece dicho decreto, también es cierto que este Tribunal ha señalado en anteriores ocasiones que dicho límite a la educación no resulta razonable, si antes no se le permite a la menor demostrar si posee la capacidad suficiente para asumir el proceso educativo a través de una prueba de rendimiento. Por consiguiente, siendo que en el presente caso no se desprende que la autoridad recurrida haya cumplido con lo establecido por este Tribunal de previo a denegar la matrícula de la menor, el recurso resulta procedente, lo que implica que debe la recurrida permitirle a la amparada practicar una prueba de rendimiento, y en caso de aprobarla satisfactoriamente, admitirle la matrícula en el centro recurrido, si otro requisito no lo impide.” (sentencia No. 1123-02) III.- Del estudio de los autos se desprende que la institución recurrida denegó la matrícula de la amparada al no contar con la edad establecida, sin haber efectuado las pruebas de rendimiento a que se hizo referencia en la sentencia parcialmente transcrita, por lo que, en aplicación de lo indicado en dicho precedente, se impone declarar con lugar el recurso por la infracción al derecho a la educación en perjuicio de la amparada. El magistrado Vargas salva el voto y declara sin lugar el recurso. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. El Magistrado Vargas salva el voto y declara sin lugar el recurso. Carlos M. Arguedas R. Presidente a.i. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. José Luis Molina Q. Fabián Volio E. 174 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 900-06 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Fernando Romo vs Instituto Nacional de Seguros. Alega el recurrente que, la Administración recurrida se niega a otorgarle una póliza de vida y un seguro sobre la propiedad que dará en garantía al Grupo Financiero BAC San José (como parte de un crédito hipotecario), en razón de su avanzada edad. Por lo cual, estima se vulneraron sus derechos fundamentales. El INS manifiesta que tal forma de asegurar no obedece a decisiones abusivas o faltas de fundamento, sino a la técnica específica y universal de correcta operación de los seguros para garantizar una sana administración; y que el recurrente no califica para un seguro colectivo por su edad, pero si para uno individual especial, cuya edad máxima son los ochenta años. Artículo 33 de la Constitución Política. Se determina que, si bien, el recurrido es del criterio, de que el tutelado no puede obtener un seguro colectivo en razón de su edad, lo cierto es que, la negativa del ente asegurador, no es tal, pues el recurrente no solicitó directamente la obtención de seguro alguno, sino que, se limitó a consultar vía telefónica; consecuentemente, no reprodujo un acto denegatorio de los derechos del amparado. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 00900 2006 05-009977-0007-CO Sala Constitucional 31/01/2006 5:05:00 PM De Fondo Calzada Miranda Ana Virginia Recurso de amparo Exp : 05-009977-0007- CO Res: 2006-00900 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diecisiete horas con cinco minutos del treinta y uno de enero del dos mil seis.- Recurso de amparo interpuesto por FERNANDO ROMO OSES, mayor, viudo, portador de la cédula de identidad número 2-133-290, vecino de Alajuela, a favor de sí mismo, contra el Instituto Nacional de Seguros. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:35 horas del 4 de agosto del 2005, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Instituto Nacional de Seguros y manifiesta que, ha pretendido obtener un crédito hipotecario ante el Grupo Financiero BAC San José. Que el 5 de julio del 2005 se presentó a la agencia de La Aurora de Heredia del Banco de cita, con el propósito de obtener el mencionado crédito y, que éste se lo denegó, por cuanto no se le podía extender un seguro de vida, al contar con setenta y nueve años de edad. Que todos los 175 bancos solicitan en estos casos, como garantía adicional, una póliza de vida y otra póliza sobre el bien dado en garantía; siendo que, el Instituto Nacional de Seguros niega tal póliza de vida, cuando la persona tiene más de cierta edad. Cita que, consultó vía telefónica el asunto con el ente recurrido y, se le indicó que dicha restricción, para obtener pólizas de vida como garantía de crédito, se había negociado con los bancos estatales y comerciales. Por lo que estima, se infringen los artículos 11, 33, 41, 45 y 46 de la Constitución Política. Aduce que, esta Sala ya conoció un caso similar al suyo, respecto de una persona a la que se le había denegado un póliza de riesgos por ser mayor de sesenta y cinco años (amparo número 04-007711-0007- CO) y, que éste se declaró con lugar, mediante sentencia número 9776-05. Solicita el recurrente que, este recurso sea acogido en todos sus extremos y, que se le ordene al Instituto recurrido otorgar inmediatamente la póliza solicitada como garantía adicional en el crédito hipotecario solicitado al Grupo Financiero BAC San José. Asimismo, solicita la condena del recurrido al pago de las costas, daños y perjuicios de este proceso. 2.- Informa bajo juramento el licenciado Luis Javier Guier Alfaro, en su calidad de Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros (folios 17-31) que, no existe ninguna solicitud de seguro de vida presentada directamente ante el Instituto, para que fuese analizada otra posibilidad de aseguramiento; ello al haberse hecho la consulta vía telefónica. Expresa que, a nivel mundial los distintos seguros de vida, son diseñados conforme a la mejor técnica actuarial que considera fundamental las tablas de mortalidad de los seres humanos; pues el índice de mortalidad crece conforme aumenta la edad de las personas y los seguros deben basarse en los parámetros actuariales de aceptación del riesgo en función de la edad, aparte de otros elementos importantes. Cita que, dichas tablas demuestran que la estabilidad de las probabilidades alcanza hasta los sesenta y cinco años de edad, y ello es fundamental para viabilidad económica del seguro. Finalmente aduce que, tal forma de asegurar no obedece a decisiones abusivas o faltas de fundamento, sino a la técnica específica y universal de correcta operación de los seguros para garantizar una sana administración; y que el recurrente no califica para un seguro colectivo por su edad, pero si para uno individual especial, cuya edad máxima son los ochenta años. Solicita que, se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Jinesta Lobo ; y, Considerando: I.- CUESTIONES PRELIMINARES. Aduce el recurrente que, existe un precedente que refiere un caso idéntico al suyo (amparo Nº 04-007711-0007- CO), donde el Instituto aquí recurrido, en razón de su edad, le negó el seguro a un ciudadano. Habiendo tenido a la vista dicho expediente, se constata que, el Voto 2005-09776 se diferencia del caso aquí analizado, como se verá más adelante. II .- OBJETO DEL RECURSO. Alega el recurrente que, la Administración recurrida se niega a otorgarle una póliza de vida y un seguro sobre la propiedad que dará en garantía al Grupo Financiero BAC San José (como parte de un crédito hipotecario), en razón de su avanzada edad. Por lo cual, estima se vulneraron sus derechos fundamentales. III .- HECHOS PROBADOS. De relevancia para dirimir el presente recurso de amparo, se tienen por acreditados los siguientes hechos: 1) El recurrente es agricultor y cuenta con setenta y nueve años de edad (hecho no controvertido). 2) Dentro de los requisitos requeridos por el BAC San José, para el otorgamiento de un crédito hipotecario, se encuentra la suscripción de una póliza de vida y otra sobre el bien que se da en garantía (documento a folio 05). IV .- HECHOS NO PROBADOS. De importancia para resolver esta litis, se tienen por indemostrados los siguientes hechos: 176 1) Que por escrito el recurrente haya solicitado al Instituto Nacional de Seguros, un seguro de vida y de su propiedad con el fin de obtener un crédito. 2) Que el ente asegurador, haya negado el seguro pretendido en razón de su edad (los autos). V.- CASO CONCRETO. Expresa el recurrente que, el recurrido le niega una póliza de vida como garantía del crédito hipotecario que pretende del Grupo Financiero BAC San José, siendo que, los bancos requieren como garantía adicional, el seguro aludido y otro sobre el bien que se da en garantía, puesto que según refiere en consulta hecha vía telefónica, le informaron que, tal restricción fue negociada con los bancos estatales y comerciales. Por su parte, el informante aseguró que, su representado no ha conocido formal solicitud de seguro de vida, de parte del amparado, pues la consulta se efectuó vía telefónica e hizo imposible, el análisis de otra posibilidad de aseguramiento, admitiendo que el recurrente no califica para un seguro colectivo por su edad, pero advirtiendo que dicha restricción, no obedece a decisiones abusivas o faltas de fundamento, sino a la técnica específica y universal de correcta operación de los seguros, para garantizar una sana administración. Según lo informado bajo juramento, con las consecuencias legales que de ello se derivan y de acuerdo a la prueba allegada al expediente, se determina que, si bien, el recurrido es del criterio, de que el tutelado no puede obtener un seguro colectivo en razón de su edad, lo cierto es que, la negativa del ente asegurador, no es tal, pues el recurrente no solicitó directamente la obtención de seguro alguno, sino que, se limitó a consultar vía telefónica; consecuentemente, no reprodujo un acto denegatorio de los derechos del amparado. Caso contrario al precedente aludido, donde el recurrente le solicitó formalmente al Instituto Nacional de Seguros que, le concedieran el seguro aludido, y, éste se lo denegó por su avanzada edad. VI.- COROLARIO. Conforme a lo expuesto, se impone declarar sin lugar el recurso. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Teresita Rodríguez A. 177 Discriminación por Orientaciones Sexuales distintas a las Mayoritarias Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 01796-03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Alvaro Aguilar y Marlon Cano vs Centro de Atención Institucional de Heredia. Los recurrentes manifiestan que han sido discriminados y sancionados injustamente por el solo hecho de constituir una pareja homosexual. La sanción fue impuesta por el Consejo Técnico de Valoración por violación del artículo 34 inciso e) del Reglamento de derechos y deberes de los privados de libertad. Esa norma es inconstitucional . Que ciertos oficiales de seguridad del Centro los hostigan. Los reos son alentados a sostener vínculos heterosexuales, los cuales son valorados positivamente como un paso más hacia la resocialización. En cambio las relaciones homosexuales se perciben negativamente. Solicitan se les deje continuar su relación sin ser perturbados. Informan funcionarios del Centro de Atención Institucional de Heredia que los recurrentes no guardan un comportamiento correcto dentro del Centro y asumen actitudes contrarias a las buenas costumbres. En reiteradas ocasiones se les ha llamado la atención por sus conductas indecorosas y realizar actos obscenos delante de sus compañeros. Esto, principalmente en horas de la noche cuando se apagan las luces de los dormitorios y se empeñan en acostarse juntos totalmente desnudos, realizando actos de sodomía, sin importarles que otras personas duerman a su lado. Su conducta está provocando un peligroso descontento en la población penal. No se ha tratado de coartar su libertad de determinación sexual, sino simplemente que cumplan el régimen disciplinario del Centro. Solicitan que se desestime el recurso planteado. Artículo 33 de la Constitución Poltica. Artículo 34 inciso e) del Reglamento de Derechos y Deberes de los Privados de Libertad. Cabe concluir del informe rendido bajo fe de juramento por los recurridos y de los documentos que con él aportaron que no se ha incurrido en lesión alguna de los derechos fundamentales de los actores. No se constata que se haya actuado discriminatoriamente en relación con ellos, debido a su orientación sexual, ni que al adoptar la medida de amonestación escrita se haya inobservado el debido proceso. Asimismo, a través de la sentencia número 10359-02 se determinó que la norma que sustentó la amonestación no es inconstitucional. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : 01796 Año : 2003 Expediente: 02-007391-0007-CO Despacho: Sala Constitucional Fecha: 04/03/2003 Hora: 3:42:00 PM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Armijo Sancho Gilbert 178 Clase de asunto: Recurso de amparo Exp: 02-007391-0007-CO Res: 2003-01796 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas con cuarenta y dos minutos del cuatro de marzo del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Alvaro Aguilar Ulate, portador de la cédula de identidad número 4-123-154 y Marlon Cano Mayorga, cédula de residencia número 135-RE-07122-00-1999, contra el Centro de Atención Institucional de Heredia. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:09 horas del 5 de setiembre de 2002 (folio 1), los recurrentes manifiestan que han sido discriminados y sancionados injustamente por el solo hecho de constituir una pareja homosexual. Que han mantenido su relación en forma discreta y sin connotaciones sexuales. La sanción fue impuesta por el Consejo Técnico de Valoración por violación del artículo 34 inciso e) del Reglamento de derechos y deberes de los privados de libertad. Esa norma es inconstitucional pues consiste en un tipo penal abierto. Además, en la nota de sanción no se explica los hechos que la fundamentan. Ciertos oficiales de seguridad del Centro los hostigan registrándoles sus camas, despertándolos en la madrugada intempestivamente, haciendo comentarios despectivos sobre ellos, vigilándolos particularmente, amenazándolos con reportes y castigos. Hablaron con sus compañeros de dormitorio para saber si era cierto que ellos se quejaban de su conducta y lo negaron. Al contrario, todos firmaron un escrito que se dirigió el mismo día a diversas autoridades del Centro, haciendo constar su solidaridad con ellos. Los reos son alentados a sostener vínculos heterosexuales, los cuales son valorados positivamente como un paso más hacia la resocialización. En cambio las relaciones homosexuales se perciben negativamente. Solicitan se les deje continuar su relación sin ser perturbados. 2.- Informan bajo juramento Nelson Fernández Quesada, Director y Roy Masís Badilla, Abogado, ambos funcionarios del Centro de Atención Institucional de Heredia (folio 22), que los recurrentes no guardan un comportamiento correcto dentro del Centro y asumen actitudes contrarias a las buenas costumbres. En reiteradas ocasiones se les ha llamado la atención por sus conductas indecorosas y realizar actos obscenos delante de sus compañeros. Esto, principalmente en horas de la noche cuando se apagan las luces de los dormitorios y se empeñan en acostarse juntos totalmente desnudos, realizando actos de sodomía, sin importarles que otras personas duerman a su lado. Lo anterior según los reportes del 19 de julio de 2002 (folio 766) y del 5 de agosto de 2002 (folio 769). Su conducta está provocando un peligroso descontento en la población penal. No se ha tratado de coartar su libertad de determinación sexual, sino simplemente que cumplan el régimen disciplinario del Centro. Solicitan que se desestime el recurso planteado. 3.- Por auto de las 13:29 horas del 6 de setiembre de 2002 se confirió plazo a los recurrentes para que interpusieran acción de inconstitucionalidad contra el artículo 34 inciso e) del Decreto Ejecutivo número 22139-J, Reglamento de derechos y deberes de los privados de libertad (folio 16). 4.- Mediante resolución número 10833 de las 15:38 horas del 14 de noviembre de 2002 se suspendió el dictado de la resolución final de este amparo, hasta tanto no fuera resuelta la acción de inconstitucionalidad número 02-008205-0007-CO (folio 33). 5.- Dicha acción de inconstitucionalidad fue resuelta mediante sentencia número 10359-02 de las 14:48 horas del 30 de octubre de 2002. 6.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: 179 Único: Cabe concluir del informe rendido bajo fe de juramento por los recurridos y de los documentos que con él aportaron (en especial los de folios 766 y 769 del expediente penitenciario de Aguilar Ulate; 11, 20 y 27 del de Cano Mayorga) que no se ha incurrido en lesión alguna de los derechos fundamentales de los actores. No se constata que se haya actuado discriminatoriamente en relación con ellos, debido a su orientación sexual, ni que al adoptar la medida de amonestación escrita se haya inobservado el debido proceso. Asimismo, a través de la sentencia número 10359-02 de las 14:48 horas del 30 de octubre de 2002 se determinó que la norma que sustentó la amonestación no es inconstitucional. En consecuencia, lo procedente es declarar sin lugar este recurso. Por tanto: Se declara SIN LUGAR el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fabián Volio E. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 5096-04 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Jorge Ureña vs Bar El Amaneli. El recurrente acusa que se le prohibió regresar al Bar recurrido, en razón de ser discriminado por su preferencia sexual. El propietario del bar manifiesta que en ningún momento se le ha prohibido la entrada al señor Ureña o a cualquier otra persona que tenga diferentes preferencias sexuales. Insiste en que ignora que el recurrente fuera homosexual. Artículo 33 de la Constitución Política. Del informe rendido por el recurrido ante este Tribunal, no se desprende la veracidad de los hechos acusados. No existiendo prueba que desmienta el informe rendido a este Tribunal, toda vez que la prueba testimonial ofrecida no pudo ser evacuada, porque las partes no la presentaron, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, al no haberse constatado en este expediente lesión a derecho constitucional alguno. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: 05096 2004 04-000434-0007-CO Sala Constitucional 14/05/2004 9:44:00 AM De Fondo 180 Redactor: Clase de asunto: Calzada Miranda Ana Virginia Recurso de amparo Exp: 04-000434-0007-CO Res: 2004-05096 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas con cuarenta y cuatro minutos del catorce de mayo del dos mil cuatro. Recurso de amparo interpuesto por JORGE ARTURO UREÑA GRIJALBA, portador de la cédula de identidad número 1-792-810, a favor de sí mismo, contra el BAR EL AMANELI. Resultando: 1.- Por escrito recibido en el fax de la Secretaría de la Sala a las ocho horas y catorce minutos del veinte de enero de dos mil cuatro (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Bar Amaneli y manifiesta que el trece de diciembre del año pasado, después de la medianoche, encontrándose en dicho Bar con un amigo consumiendo cervezas, luego de conversar se dispuso a retirarse de dicho negocio, siendo abordado en la puerta de entrada por un joven de seguridad del establecimiento el cual le indicó que por orden del propietario del Bar no se le permitirá más la entrada al mismo por ser homosexual. Explica que el joven, conocido como Mi Yagui, fue quien le comunicó dicha orden emitida por el propietario, aludiendo que ellos se encuentran respaldados por el derecho de admisión. Sostiene que nunca ha realizado ningún tipo de escándalo, ni desorden público que les diera esa autoridad para no permitir su ingreso al local, sino que por su preferencia sexual se le impide el ingreso a un local abierto al público. Considera que dicha discriminación atenta contra su dignidad y lesiona gravemente su derecho a la igualdad. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso con las consecuencias legales que ello implique. 2.- Contesta la audiencia VÍCTOR HUGO LEIVA SALAS, en su calidad de PROPIETARIO BAY Y RESTAURANTE AMANELI (folio 16), que no es cierto que en algún momento se haya tratado al recurrente en forma diferente sólo por su preferencia sexual. Explica que el bar en mención es un bar en que se labora las veinticuatro horas y los clientes son tratados por igual y sin ningún tipo de distingo sea por raza, sexo o preferencial sexual. Niega que haya dado órdenes de ningún tipo contra determinada persona y mucho menos contra el quejoso, que hasta este momento conoce su preferencia sexual. Explica que se le ha informado que algunas personas en el bar han comenzado a bailar entre hombres y que algunos se le insinúan a personas heterosexuales. Asegura que se ha tratado de mantener el orden y las buenas costumbres, ya que la moral es parte de su negocio, que a pesar del expendio de licor el restaurante es visitado por innumerables familias y se debe mantener una conducta que no riña con las prácticas de un pueblo pequeño. Recalca que en ningún momento se le ha prohibido la entrada al señor Ureña o a cualquier otra persona que tenga diferentes preferencias sexuales, porque su trabajo es mantener el roce con la gente y respeta sus credos y su preferencia sexual. Insiste en que ignora que el recurrente fuera homosexual. Solicita que se desestime el recurso planteado y se condene al actor al pago de ambas costas del proceso, los daños y perjuicios ocasionados con su temeraria gestión. 3.- Por resolución de las once horas cinco minutos del veintinueve de abril del dos mil cuatro, se apercibió al recurrente y al recurrido de traer la prueba testimonial ofrecida en el expediente. No obstante, según constancia a folio 31, los testigos no se presentaron al despacho. 4.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada Calzada Miranda ; y, Considerando: I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: 181 a) El recurrente acostumbra ir al Bar El Amaneli. (folio 16) b) No se le ha prohibido la entrada al recurrente en el Bar recurrido. (folio 17) II.- Sobre el fondo. El recurrente acusa que se le prohibió regresar al Bar recurrido, en razón de ser discriminado por su preferencia sexual. No obstante, del informe rendido por el recurrido ante este Tribunal, no se desprende la veracidad de los hechos acusados. El recurrido informa que el amparado acostumbra ir al Bar y que incluso desconocía su preferencia sexual. Afirma que nunca se le ha prohibido la entrada al recurrente, ni a cualquier otra persona por los motivos alegados. Por consiguiente, no existiendo prueba que desmienta el informe rendido a este Tribunal, toda vez que la prueba testimonial ofrecida no pudo ser evacuada, porque las partes no la presentaron, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, al no haberse constatado en este expediente lesión a derecho constitucional alguno. En consecuencia, el recurso debe ser desestimado, como en efecto se hace. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Ernesto Jinesta L. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 07262 – 06 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Yashín Castrillo vs los artículos 14 inciso 6 del Código de Familia y 176 del Código Penal El accionante solicita declarar la inconstitucionalidad del artículo 14, inciso 6 del Código de Familia, en cuanto establece que es legalmente imposible el matrimonio entre personas del mismo sexo. Alega que dicha disposición resulta contraria al principio de igualdad, así como al principio de libertad previsto en el artículo 28 de la Constitución Política, toda vez que otorga un trato discriminatorio a las parejas de un mismo sexo que quieren formalizar legalmente su relación a través del matrimonio. El alegato principal del accionante es que se le da un trato discriminatorio a las personas del mismo sexo que mantienen una relación sentimental, en relación con el otorgado al resto de la población, al cual, siendo de sexo diferente, sí les permite unirse en matrimonio. Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 28 de la Constitución Política Artículo 14 inciso 6 del Código de Familia: Es legalmente imposible el matrimonio: (...) 6.- Entre personas de un mismo sexo Para contextualizar el instituto del matrimonio, nos referiremos a algunas definiciones: Real Academia Española: la unión de hombre y mujer (...) Religión católico-romana: el sacramento por el cual el hombre y la mujer (...) Jurisconsulto romano Modestino: la unión del varón y la hembra (...) Portalis: la sociedad del hombre y de la mujer (...) Alberto Brenes Córdoba: la asociación (..) que forman un hombre y una mujer (...) La Sociología: la unión de un hombre y una mujer (...) 182 Conclusión Por su parte, la antropología concluye que el matrimonio y la familia siempre han tenido una proposición heterosexual en todas las civilizaciones humanas. Asimismo, la mayoría de los antropólogos afirman que una familia homosexual no tiene precedentes dentro de la experiencia humana, y el desarrollo jurídico de la figura del matrimonio está sostenida sobre la estructura de una relación heterosexual. La norma impugnada no quebranta el principio de igualdad porque la realidad demuestra que las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las parejas homosexuales; consecuentemente, el legislador se encuentra legitimado para dar, en estos casos, un trato diferenciador. La imposibilidad contenida en la norma impugnada, es un desarrollo jurídico de las discusiones dadas en la Asamblea Nacional Constituyente de 1949, y de criterios que tienen un arraigo socio-histórico indudable. Declarar la inconstitucionalidad de esta norma implicaría modificar toda la estructuración normativa de la concepción que sobre el matrimonio adoptó el constituyente originario. Al perseguir la norma legal un fin constitucional legítimo, la distinción que hace entre un tipo de parejas y aquellas que quedan excluidas, resulta razonable y objetiva a la luz de lo señalado. No existe la menor duda de que el constituyente originario optó por un matrimonio heterosexual monogámico. Pretender que la norma cuestionada se declare inconstitucional, resultaría contrario a lo dispuesto por el constituyente originario. Aún cuando este Tribunal no desconoce que dos personas del mismo sexo están en posibilidad de mantener una relación sentimental situación que nuestro ordenamiento jurídico no veda-, el término matrimonio -como concepto jurídico, antropológico y religioso- está reservado exclusivamente a la unión heterosexual monogámica, y así está desarrollado en toda la normativa referente a las relaciones familiares. Ello ha sido reconocido así no solo por el constituyente originario, según se explicó anteriormente, sino también por la normativa infraconstitucional, y diversos instrumentos del derecho internacional como la Convención Americana sobre Derechos Humanos que adopta un concepto heterosexual del matrimonio. En igual sentido, se manifiesta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, cuando, en su numeral 23, manifiesta lo siguiente: (...) 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio. Igual sucede con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La imposibilidad legal para que personas del mismo sexo contraigan matrimonio, no lesiona el contenido del numeral 33 de la Carta Política, toda vez que las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las homosexuales. De manera que, ante situaciones distintas, no corresponde otorgar igualdad de trato. En consecuencia, tampoco procede aplicar la normativa desarrollada para el matrimonio en los términos actualmente concebidos en nuestro ordenamiento constitucional. Asimismo, no se produce roce constitucional por no existir impedimento legal para la convivencia entre homosexuales. Este Tribunal considera que es el legislador derivado el que debe plantearse la necesidad de regular, de la manera que estime conveniente, los vínculos o derechos que se deriven de este tipo de uniones. Se declara sin lugar el recurso. 183 Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: Tiene voto salvado 07262 2006 03-008127-0007-CO Sala Constitucional 23/05/2006 2:46:00 PM De Fondo Calzada Miranda Ana Virginia Acción de inconstitucionalidad Exp: 03-008127-0007-CO Res. Nº 2006007262 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas y cuarenta y seis minutos del veintitrés de mayo del dos mil seis. Acción de inconstitucionalidad promovida por Yashín Castrillo Fernández, mayor, soltero, abogado, carné profesional 7933, portador de la cédula de identidad número 1-612-575; contra los artículos 14 inciso 6 del Código de Familia y 176 del Código Penal. Intervino también en el proceso Farid Beirute Brenes, en representación de la Procuraduría General de la República. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las quince horas treinta y cinco minutos del veintinueve de julio del dos mil tres, el accionante solicita que se declare la inconstitucionalidad del numeral 176 del Código Penal en tanto prohíbe y sanciona hasta con la pérdida de la libertad a las personas que siendo del mismo sexo contraen matrimonio; asimismo, impugna el artículo 14 inciso 6 del Código de Familia, en cuanto establece que es legalmente imposible el matrimonio entre personas del mismo sexo. Alega que esas disposiciones normativas resultan contrarias al principio de igualdad, así como al principio de libertad, previstos en los artículos 28 y 33 de la Constitución Política, pues considera que se otorga un trato discriminatorio a las parejas de un mismo sexo que quieren formalizar legalmente su relación a través del matrimonio. 2.- A efecto de fundamentar la legitimación que ostenta para promover esta acción de inconstitucionalidad, el accionante señala que se fundamenta en el artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, ya que por resolución de las ocho horas del veintidós de julio del dos mil tres, el Juzgado de Familia de Alajuela le denegó la solicitud de celebración de matrimonio civil entre personas del mismo sexo, con fundamento en el artículo 14 inciso 6 del Código de Familia, lo cual se tramita en expediente 03-400952-292-FA, resolución contra la cual interpuso recurso de revocatoria y apelación en subsidio, encontrándose este último pendiente de resolver (folio 14). 3.- Mediante voto N°2003-09237 de las once horas con trece minutos del veintinueve de agosto del dos mil tres (visible a folio 21), se rechazó de plano la acción de inconstitucionalidad en relación con el artículo 176 del Código Penal, y se ordenó que en lo demás se continuara con los procedimientos. 4. - La certificación literal del libelo en que se invoca la inconstitucionalidad consta a folio 11. 5.- Por resolución de las dieciséis horas quince minutos del dos de setiembre del dos mil tres (visible a folio 36 del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República. 6.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folios 44 a 76. Señala que en relación con el principio de igualdad, consagrado en el artículo 33 constitucional, no se da la vulneración invocada, pues 184 cuando se invoca una violación a dicho principio, se debe determinar si las personas se encuentran en la misma situación o en situaciones similares. Lo anterior, aunado al hecho de que no siempre que se da una diferenciación de trato se produce la violación al principio de igualdad, ya que como esta Sala ha reiterado en distintas ocasiones, como por ejemplo en los votos 1770-94, 1045-94 y 4883-97, "la igualdad sólo es violada cuando la desigualdad está desprovista de una justificación objetiva y razonable"; por otra parte, debe determinarse si la diferenciación de trato está fundada en fines legítimos constitucionalmente, es decir, si está basada en diferencias relevantes y si existe proporcionalidad entre el fin constitucional y el trato diferenciado que se ha hecho. Afirma que la norma impugnada no quebranta el principio de igualdad, debido a que la realidad demuestra que las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las parejas homosexuales, razón por la cual el legislador se encuentra legitimado para dar, en estos casos, un trato diferenciador. Agrega que la norma legal persigue un fin constitucional legítimo, ya que protege el tipo de matrimonio adoptado por el constituyente originario y que la Sala no podría declarar la norma en cuestión inconstitucional, debido a que modificar dicha concepción, significaría una extralimitación en sus atribuciones; así al perseguir la norma legal un fin constitucional legítimo, la distinción que hace entre un tipo de parejas y aquellas que quedan excluidas, resulta razonable y objetiva, es decir, no es una norma arbitraria e irracional, sino una consecuencia lógica y necesaria de un tipo de matrimonio consagrado en el Derecho de la Constitución. Informa que de una interpretación sistemática de las normas constitucionales, se debe concluir que el tipo de matrimonio que tiene exclusividad en la sociedad costarricense, es el heterosexual y monogámico, sin embargo, algunos incurren en el error de interpretar en forma aislada el Derecho de la Constitución, indicando que el numeral 52 constitucional no habla de matrimonio heterosexual, sino únicamente de matrimonio, por lo que tal concepto constituiría una especie de "cajón de sastre" donde es posible subsumir diversas modalidades de éste. Empero, con base en una interpretación sistemática del texto constitucional, haciendo la correlación lógica y necesaria entre sus normas, y conforme al principio de interpretación sentado por la Corte Plena y seguido por el Tribunal Constitucional, en el sentido de que los preceptos constitucionales no pueden interpretarse en forma aislada, sino de manera conjunta para evitar que se den contradicciones insalvables entre ellos, ya que se está en presencia de un texto armonioso y coherente (principio de la unidad de la Constitución), se tiene que el Derecho de la Constitución se refiere, con exclusividad, a un matrimonio heterosexual monogámico. En efecto, el numeral 51, cuando habla de la familia, se refiere a la madre y al niño. Evidentemente, cuando el artículo 52 regula el matrimonio, como la base esencial de la familia, es aquél formado por un hombre y una mujer y, por consiguiente, la equiparación de derechos de los cónyuges está referida a los derechos que en un matrimonio heterosexual monogámico tienen el hombre y la mujer. Incluso, en el numeral 53, se señala que los padres (hombre y mujer) tienen con sus hijos habidos fuera del matrimonio las mismas obligaciones que con los nacidos en él. Además, se indica que toda persona tiene derecho a saber quiénes son sus padres, conforme a la ley. Por su parte, el artículo 54 constitucional prohíbe toda calificación personal sobre la naturaleza de la filiación, y por último, se expresa que la protección especial de la madre y del menor estará a cargo de una institución autónoma denominada Patronato Nacional de la Infancia. También la Convención Americana sobre Derechos Humanos, "Pacto de San José", aprobada por Ley n° 4534 de 23 de febrero de 1970, adopta un concepto idéntico al que sigue el Derecho de la Constitución en el Estado de Costa Rica, ya que, en el artículo 17, se indica que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por ella y el Estado. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en las medida que éstas no afecten al principio de no discriminación establecidos en la Convención. Además, se le impone el deber a los Estados partes de adoptar las medidas apropiadas para asegurar el derecho y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de su disolución. En este último supuesto, debe adoptar disposiciones que aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base única del interés y convivencia de ellos. En igual sentido, se manifiesta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobado mediante Ley n° 4229 del 11 de diciembre de 1968, cuando en su numeral 23, manifiesta que "Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para ello"; y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual, en su numeral 16, expresa lo siguiente: "Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio". Manifiesta que puede observarse de lo anterior, que el matrimonio a que se refiere el Derecho de la Constitución es aquel formado por un hombre y una mujer, el cual, como se indicó atrás, tiene exclusividad en la sociedad costarricense, lo que impide tutelar bajo este instituto sociojurídico otro tipo de relaciones inter-personales distintas a las heterosexuales y monogámicas. Por otra parte, señala 185 que cuando existe un desfase profundo entre los valores subyacentes en la sociedad y los recogidos en el texto constitucional, el llamado a realizar el ajuste, en vista de que goza de una competencia exclusiva y prevalente, es el poder constituyente, nunca el Tribunal Constitucional, ya que no tiene tales poderes, consecuentemente, la labor de interpretación se limita a ir adecuando el texto constitucional en aquellos ámbitos que no conllevan una modificación sustancial a la concepción que le dio el constituyente a los elementos claves del sistema político, social, económico y cultural. Considera que en el presente caso no existe la menor duda de que se está ante un aspecto clave, fundamental (quizás el más importante) del sistema social, como es la concepción del matrimonio y de la familia, concepción que evidentemente responde a determinados valores y sólo se podría transformar si así lo decretara el poder constituyente mediante el procedimiento de reforma general, por esto, en el tanto y cuanto el poder constituyente no cambie la concepción de matrimonio que se encuentra plasmada en el Derecho de la Constitución, es incompetente para declarar inconstitucional la norma legal que se impugna. Manifiesta que en contra de esta posición se podría argumentar que la concepción del Derecho de la Constitución en relación con el matrimonio, la cual se expresa en la norma impugnada, vulnera los derechos que los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos le reconocen a las minorías, sin embargo, debe tenerse presente que de ninguna manera se le puede dar supremacía al instrumento internacional en contra de lo que dispone un precepto legal (norma eco) que, en forma clara y expresa, constituye un desarrollo de una concepción muy concreta del Derecho de la Constitución. Aunado al hecho de que, una postura diferente a ésta, significaría que el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, ésta última en el uso de la potestad de legislar, podrían modificar lo que dispuso el poder constituyente, tanto el originario como el derivado, con sólo aprobar y ratificar un tratado o convenio internacional sobre Derechos Humanos. Informa que de lo dicho se desprende una conclusión, y es que el Tribunal Constitucional no tiene competencia para declarar inconstitucional un precepto legal (norma eco) contrario a un Convenio sobre Derechos Humanos, cuando tal declaratoria implica necesariamente una modificación del Derecho de la Constitución (principio, valores y normas), por lo que en el caso de estas "normas eco", la limitación de la competencia viene impuesta no de la norma legal, sino de la constitucional. Con base en lo anterior, señala que no es posible declarar inconstitucional el precepto impugnado, por la elemental razón de que habría que declarar "inconstitucional" las normas constitucionales que adoptan, en forma exclusiva, el matrimonio heterosexual y monogámico, competencia de la cual no goza el Tribunal Constitucional, tal y como se explicó, es decir, que si los costarricenses pretenden variar los conceptos esenciales de lo que se ha entendido por "matrimonio y familia" (base de la "sociedad"), se tiene que acudir a los procedimientos dispuestos para reformar la Constitución. Informa que en lo referente al principio de libertad tampoco existe la inconstitucionalidad alegada, ya que es pacífica la doctrina, en el sentido de que las libertades no son absolutas, por la sencilla razón de que si ello fuera así, se afectarían también otras libertades esenciales; en otras palabras, el ejercicio de una libertad a favor de una persona no puede ni debe tener el efecto pernicioso o perverso de conculcar o reducir a la mínima expresión otra libertad que se garantiza a otro sujeto. Desde esta óptica, el Estado y los órganos fundamentales, entre ellos el Tribunal Constitucional, están en el deber ético y jurídico de evitar la "dictadura de una libertad" sobre las demás y, por ende, de aquellos que tienen un mayor acceso a ella, dada su posición económica, social o cultural en perjuicio de todo el resto de derechos y libertades de los sujetos que conforman el conglomerado social. En pocas palabras, el no reconocer que las libertades y los derechos de los otros implica una limitación a mi libertad, en aras de la defensa de esa libertad, de una libertad mal conceptualizada, se podría infringir un grave daño a todo el sistema de protección de los derechos y libertades fundamentales. En definitiva, y como bien reza el artículo 22 de nuestro Código Civil, el ordenamiento jurídico no puede avalar el abuso del derecho, ni el ejercicio antisocial del mismo. Así, en el presente caso, la limitación a la libertad del accionante que impone el precepto legal impugnado es valida por varias razones; en primer lugar, es una limitación impuesta por ley, con lo se cumple con el principio de reserva de ley; en segundo término, es una limitación que emerge de la propia Constitución, por consiguiente, se busca con ella concretizar una concepción del matrimonio, exclusiva, que se encuentra en ella, por lo que, desde esta perspectiva, con el precepto legal se persigue satisfacer un interés público imperativo; y por último, no se puede dejar de lado, que las libertades no son absolutas y, si por ello se le reconoce la potestad al legislador de establecer limitaciones a ella, con mucho más razón resulta constitucional, cuando las limitaciones se derivan del propio Derecho de la Constitución, al extremo de que si se aceptara la tesis del accionante en cuanto a la vulneración de los principios de igualdad y libertad, habría necesariamente que vulnerar otros valores, principios y normas constitucionales, postura que, a la luz de la doctrina y la jurisprudencia, resulta insostenible como método de interpretación jurídica. Por lo anteriormente expresado, se recomienda el rechazo por el fondo de la acción incoada. 186 7.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional fueron publicados en los números 177, 178 y 179 del Boletín Judicial, de los días 16, 17 y 18 de setiembre de 2003 (folio 77). 8.- Mediante resolución de las diez horas quince minutos del diez de octubre del dos mil tres, y al tenor de lo dispuesto en los numerales 81 párrafo segundo y 83 de la Ley que rige esta jurisdicción, se aceptaron las coadyuvancias planteadas, visibles de folios 99 a 128, 129 a 132, 133 a 136, 137 a 138, 139 a 141, 142 a 146, 147 a 158 (folios 161). 9.- La audiencia oral y pública prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional se celebró a las nueve horas del cuatro de mayo del dos mil seis. 10.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley. Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y, Considerando: I.- Sobre la admisibilidad. Mediante voto N°9237 de las once horas con trece minutos del veintinueve de agosto del dos mil tres (visible a folio 21), se rechazó de plano la acción de inconstitucionalidad en relación con el artículo 176 del Código Penal, y se ordenó que en lo demás se continuara con los procedimientos. Ahora bien, adicionalmente, el accionante impugna el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia. Alega que su legitimación proviene del párrafo primero del artículo 75 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, en tanto existe un asunto previo pendiente de resolución que es Diligencias de Matrimonio Civil tramitado en expediente N°03-400952-0292FA, ante el Juzgado de Familia de Alajuela, en el cual mediante resolución de las ocho horas del veintidós de julio de dos mil tres, se denegó la solicitud de celebración de matrimonio civil entre personas del mismo sexo, con fundamento en el inciso 6) del numeral impugnado. Contra dicha resolución se interpuso recurso de revocatoria y apelación en subsidio, que se encuentra pendiente de resolver. La acción constituye entonces, medio razonable de amparar el derecho que se estima lesionado y es, por tanto, admisible, de manera que corresponde analizar esta acción por el fondo. II.- Acerca de las coadyuvancias. El artículo 83 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional establece que en los quince días posteriores a la primera publicación del aviso a que alude el párrafo segundo del artículo 81, las partes que figuren con asuntos pendientes a la fecha de interposición de la acción, o aquellos que cuenten con un interés legítimo en la definición del objeto en disputa, podrán apersonarse para coadyuvar con cualquiera de las dos posiciones objeto de la discusión, en el caso de las acciones de inconstitucionalidad, básicamente el coadyuvante acude a defender la pretensión anulatoria del actor o a respaldar la validez del acto impugnado. En este caso, mediante resolución de las dieciséis horas con quince minutos del dos de setiembre del dos mil tres, dio curso a la acción, publicando los edictos de Ley los días dieciséis, diecisiete y dieciocho de setiembre de dos mil tres. Mediante resolución de las diez horas quince minutos del diez de octubre del dos mil tres, y al tenor de lo dispuesto en los numerales 81 párrafo segundo y 83 de la Ley que rige esta jurisdicción, se aceptaron las coadyuvancias planteadas, visibles de folios 99 a 128, 129 a 132, 133 a 136, 137 a 138, 139 a 141, 142 a 146, 147 a 158. Las demás coadyuvancias presentadas fuera del plazo señalado en la resolución de las dieciséis horas con quince minutos del dos de setiembre del dos mil tres, deben ser rechazadas de conformidad con lo dispuesto en el numeral 83 ibídem. III.- Objeto de la impugnación. El accionante solicita declarar la inconstitucionalidad del artículo 14, inciso 6 del Código de Familia, en cuanto establece que es legalmente imposible el matrimonio entre personas del mismo sexo. Alega que dicha disposición resulta contraria al principio de igualdad, así como al principio de libertad previsto en el artículo 28 de la Constitución Política, toda vez que otorga un trato discriminatorio a las parejas de un mismo sexo que quieren formalizar legalmente su relación a través del matrimonio. El artículo impugnado establece: Artículo 14.- (*) Es legalmente imposible el matrimonio: 1.- De la persona que esté ligada por un matrimonio anterior; 187 2.- Entre ascendientes y descendientes por consanguinidad o afinidad. El impedimento no desaparece con la disolución del matrimonio que dio origen al parentesco por afinidad; 3.- Entre hermanos consanguíneos; 4.- Entre el adoptante y el adoptado y sus descendientes; los hijos adoptivos de la misma persona; el adoptado y los hijos del adoptante; el adoptado y el excónyuge del adoptante; y el adoptante y el excónyuge del adoptado; 5.- Entre el autor, coautor, instigador o cómplice del delito de homicidio de uno de los cónyuges y el cónyuge sobreviviente; y 6.- Entre personas de un mismo sexo. (*) (*) El presente artículo ha sido reformado mediante Ley No. 5895 de 23 de marzo de 1976. IV.- Cuestiones previas.- Dado que el objeto de esta acción constituye un tema que ha generado especial interés y expectativa, así como controversia, de previo a analizar el fondo del asunto, es conveniente realizar algunas precisiones. La Sala Constitucional es un tribunal de la República, especialmente llamado a garantizar la supremacía de las normas y principios constitucionales y del Derecho Internacional o Comunitario vigente en la República, su uniforme interpretación y aplicación, así como los derechos y libertades fundamentales consagrados en la Constitución o en los instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes en Costa Rica Así lo disponen los numerales 1 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional y el artículo 10 de la Carta Magna. El presente asunto tiene repercusiones no solo en el ámbito jurídico, sino también, en el religioso, político y social de nuestro país. En nuestra condición de jueces, los integrantes de esta Sala no podemos obviar la realidad social como un elemento a considerar en la toma de decisiones respecto de los asuntos sometidos a nuestro conocimiento, por lo que este tema se analizará a la luz de dicha realidad, del texto constitucional y la voluntad del constituyente de 1949. Asimismo, resulta importante tener presente que, para efectuar un análisis constitucional, no debe limitarse a la norma relacionada con el tema, sino que resulta imprescindible integrar las normas de la Constitución como un todo armónico e interpretarlas como el conjunto de ideas, valores, y principios que la sustentan. V.- Sobre el Instituto del Matrimonio. Es posible encontrar definiciones sobre matrimonio tanto en el plano seglar como religioso. Para los efectos de esta sentencia, y contextualizar el instituto del matrimonio, nos referiremos a algunos de ellos. Así, tenemos que La Real Academia Española lo define como: "la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales". (Vigésima Segunda Edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (2001). En el plano religioso, el término es definido en el contexto de la religión católico-romana, y se denomina como el sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente, con arreglo a las prescripciones de la Iglesia. Etimológicamente, la palabra matrimonio deriva de las raíces latinas matris y munium, y significa carga o misión de la madre. Remontándonos al derecho Romano inspiración y base esencial de nuestro ordenamiento jurídico-, en cambio, se utilizó el término de justas nupcias, de donde proviene el sustantivo como sinónimo de matrimonio. En este caso, nupcias proviene de nubere, es decir velar o cubrir, aludiendo al velo que cubría a la novia durante la ceremonia de la confarreatio. Otros términos sinónimos han sido consorcio, de raíz latina (de cum y sors) que significa la suerte común de quienes contraen matrimonio. También se ha recordado que el término cónyuge proviene de las raíces latinas cum y yugum, aludiendo al yugo o carga común que soportaban los cónyuges. Trazando una línea histórica, es posible retomar una de las definiciones de matrimonio más antigua y precisa, la del jurisconsulto romano Modestino: "La unión del varón y la hembra; consorcio de toda la vida, y comunicación del derecho divino y humano." Siglos después, tenemos a Portalis, durante la discusión del Código Napoleónico, que explica los fines del matrimonio: "La sociedad del hombre y de la mujer, que se unen a efecto de perpetuar la especie, para ayudarse, mediante mutuos auxilios, a sobrellevar el peso de la vida y para participar de un común destino." Más recientemente, y en el ámbito nacional, tenemos el concepto de matrimonio expresado por Alberto Brenes Córdoba: "La asociación legítima que con carácter de por vida forman un hombre y una mujer, para la protección y el mutuo auxilio". Por otra parte, la sociología ha definido el término matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, dirigida al establecimiento de una plena comunidad de vida; por ello, el elemento esencial para poder esbozar un concepto de matrimonio desde el punto de vista jurídico es, precisamente, dotarlo de las características propias del derecho. Por su parte, cuando la antropología efectúa un análisis relativo al ámbito del matrimonio a través de la historia humana y la experiencia hasta el presente, uno de los puntos principales que concluye es que el matrimonio y la familia siempre han tenido una proposición heterosexual en todas las civilizaciones humanas. Ahora bien, toda la estructura del derecho de familia institucionaliza el 188 reconocimiento de las dos relaciones biológicas básicas que dan origen a la familia: la unión intersexual, que es la dada entre el hombre y la mujer, y donde -en principio- la pareja se realiza como tal, -individual y conjuntamente-; y la procreación, que es coyuntural, y resultado de la primera, aunque no su principal. De este modo, el matrimonio trasciende como una institución social e incorpora también componentes éticos y culturales que denotan el modo en que la sociedad, en un tiempo o época dada, considera legítimo el vínculo. A su vez, el derecho, como organizador de las relaciones sociales, ha dispuesto todo lo relativo al matrimonio en normas institucionales, que definen los roles que la sociedad reconoce, estableciendo las condiciones en que la unión intersexual debe ser legítima, y protegida como tal. La unión entre el hombre y la mujer llamada matrimonio se logra en virtud de un acto jurídico, en el cual deben coexistir las condiciones exigidas a las personas contrayentes, al consentimiento y demás solemnidades que establece la ley para garantizar la regularidad del acto, según las disposiciones legales que establecen los numerales 24, 25 y 26 del Código de Familia, Ley No. 5476 de 2 de diciembre de 1973, publicado en La Gaceta No. 24 de 5 de febrero de 1974. La relación jurídica también desarrolla todo lo concerniente al vínculo creado por el acto jurídico matrimonial, que se traduce en deberes y derechos interdependientes y recíprocos o solidarios entre los cónyuges, los cuales se imponen en atención al interés familiar u orden público. Mientras el acto matrimonial es fruto de la libertad de los contrayentes, el estado matrimonial se sujeta a la imperatividad de la ley y como atribución subjetiva de las relaciones familiares, participa de los caracteres comunes del estado de familia. Asimismo, la mayoría de los antropólogos afirman que una familia homosexual no tiene precedentes dentro de la experiencia humana, y el desarrollo jurídico de la figura del matrimonio está sostenida sobre la estructura de una relación heterosexual. VI.- Sobre la alegada violación al artículo 33 constitucional. El alegato principal del accionante es que el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia lesiona el principio de libertad previsto en el artículo 28 de la Constitución Política, y le da un trato discriminatorio a las personas del mismo sexo que mantienen una relación sentimental, en relación con el otorgado al resto de la población, al cual, siendo de sexo diferente, sí les permite unirse en matrimonio. Para poder determinar si se produce la discriminación alegada por el accionante, es preciso realizar un análisis del principio que se argumenta como violado. El primer aspecto a considerar consiste en determinar si las personas se encuentran en la misma situación; de lo contrario, no se puede concluir que se ha quebrantado este principio. En segunda instancia, si se establece la igualdad de condiciones, se debe determinar si esta diferenciación de trato está fundada en fines constitucionalmente legítimos. En cuanto al primer aspecto, el principio de igualdad supone que las personas se encuentran en idéntica situación, ya que, como lo ha reiterado este Tribunal, no existe mayor injusticia que tratar en forma igual a los desiguales. Desde esta perspectiva, debemos partir del supuesto que estamos frente a situaciones similares, ya que, de no ser así, se da una inaplicabilidad del principio de igualdad. Por otra parte, en cuanto al segundo aspecto, partiendo del supuesto de que estamos en presencia de situaciones disímiles, debe tenerse presente que no toda diferenciación de trato produce la violación al principio de igualdad. Tanto la doctrina como la jurisprudencia han admitido el trato diferenciado en este supuesto cuando se dan ciertos requisitos. Al respecto, resulta conveniente recordar lo dispuesto en la sentencia número 1993-00316 de las nueve horas treinta y nueve minutos del 22 de enero de 1993: "El principio de igualdad, contenido en el Artículo 33 de la Constitución Política, no implica que en todos los casos, se deba dar un tratamiento igual prescindiendo de los posibles elementos diferenciadores de relevancia jurídica que pueda existir; o lo que es lo mismo, no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación. La igualdad, como lo ha dicho la Sala, sólo es violada cuando la desigualdad está desprovista de una justificación objetiva y razonable. Pero además, la causa de justificación del acto considerado desigual, debe ser evaluada en relación con la finalidad y sus efectos, de tal forma que deba existir, necesariamente, una relación razonable de proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad propiamente dicha. Es decir, que la igualdad debe entenderse en función de las circunstancias que concurren en cada supuesto concreto en el que se invoca, de tal forma que la aplicación universal de la ley, no prohíbe que se contemplen soluciones distintas ante situaciones distintas, como tratamiento diverso. Todo lo expresado quiere decir, que la igualdad ante la ley no puede implicar una igualdad material o igualdad económica real y efectiva" De acuerdo con lo señalado, el punto medular es determinar si esta diferenciación de trato está fundada en fines legítimos constitucionalmente, si es objetiva, es decir, si está sustentada en un supuesto de hecho diferente, si está basada en diferencias relevantes, si existe proporcionalidad entre el fin constitucional y el trato diferenciado que se ha hecho, y el motivo y el contenido del acto, y si ese trato es idóneo para alcanzar el fin que se persigue. La diferencia de trato, supone que esté basada en objetivos constitucionalmente legítimos, lo que implica tres 189 consecuencias en la finalidad perseguida: a) Que están vedadas las leyes que persiguen fines que contradicen normas o principios constitucionales o de rango internacional; b) Que cuando se persiguen fines no tutelados constitucionalmente -pero que no contradicen esos valores-, la diferenciación de trato debe ser estrictamente vigilada y escrutada en relación con los supuestos de hecho que la justifican, y la finalidad que se persigue; c) Que cuando se persigue un fin constitucionalmente tutelado, la diferenciación de trato será válida en función de este criterio (sin necesidad de encontrar una razonabilidad en la diferenciación), pero quedará sujeta al cumplimiento de las demás exigencias derivadas del principio-derecho de igualdad. Por ejemplo, dotar de vivienda a los sectores más pobres justificaría la existencia de un bono de vivienda para ellos y no para los demás. Reconocer becas universitarias para los que no pueden pagar la educación y negarla a los demás. Conceder una pensión a la personas mayores de cierta edad y negarla a los que no hayan cumplido esa edad. No basta, por supuesto, que se persiga un fin legítimo, pues la medida para alcanzar ese fin, debe ser, además, necesaria, razonable y proporcionada. La Sala en la sentencia Nº 4883-97 de las doce horas con cincuenta y cuatro minutos del veintidós de agosto de mil novecientos noventa y siete, expresó sobre este principio lo siguiente: "El principio de igualdad, contenido en el Artículo 33 de la Constitución Política, no implica que en todos los casos, se deba dar un tratamiento igual prescindiendo de los posibles elementos diferenciadores de relevancia jurídica que puedan existir; o lo que es lo mismo, no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación. La igualdad, como lo ha dicho esta Sala, sólo es violada cuando la desigualdad está desprovista de una justificación objetiva y razonable. Pero además, la causa de justificación del acto considerado desigual, debe ser evaluada en relación con la finalidad y sus efectos, de tal forma que debe existir, necesariamente, una relación razonable de proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad propiamente dicha. Es decir, que la igualdad debe entenderse en función de las circunstancias que concurren en cada supuesto concreto en el que se invoca, de tal forma que la aplicación universal de la ley, no prohíbe que se contemplen soluciones distintas ante situaciones distintas, con tratamiento diverso. Todo lo expresado quiere decir, que la igualdad ante la ley no puede implicar una igualdad material o igualdad económica real y efectiva". VII.- Análisis del caso concreto. Adoptando como parámetro las anteriores consideraciones, se puede afirmar que la norma impugnada no quebranta el principio de igualdad. En primer lugar, porque la realidad demuestra que las parejas heterogéneas no están en la misma situación que las parejas homosexuales; consecuentemente, el legislador se encuentra legitimado para dar, en estos casos, un trato diferenciador. En esta dirección, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en la sentencia 05/98 de 17 de febrero de 1998 (Lisa Jacqueline Grant c/ South West Trains Ltd.), llegó a la conclusión de que las relaciones estables entre personas del mismo sexo que conviven sin que exista vínculo matrimonial, no están equiparadas a las relaciones entre cónyuges o entre personas de distinto sexo que conviven sin existir dicho vínculo. En segundo término, la norma legal persigue un fin constitucional legítimo: proteger el tipo de matrimonio aceptado por el constituyente originario, sin que ello implique que los diferentes tipos de uniones nuevas de la sociedad moderna no puedan tener regulaciones jurídicas para organizar sus propias circunstancias. Desde esta perspectiva, la imposibilidad contenida en la norma impugnada, atacada de inconstitucional, es un desarrollo jurídico de las discusiones dadas en la Asamblea Nacional Constituyente de 1949, y de criterios que, como se ha reseñado en las consideraciones de esta sentencia, tienen un arraigo socio-histórico indudable. Así las cosas, tal y como se explicará más adelante, a pesar de tener este Tribunal competencia para declarar la inconstitucionalidad de una norma, en el caso concreto, ello implicaría modificar toda la estructuración normativa de la concepción que sobre el matrimonio adoptó el constituyente originario. Adicionalmente, al perseguir la norma legal un fin constitucional legítimo, la distinción que hace entre un tipo de parejas y aquellas que quedan excluidas, resulta razonable y objetiva a la luz de lo señalado. Es decir, no estima la Sala que se trate de una norma arbitraria e irracional, sino una consecuencia lógica y necesaria de un tipo de matrimonio consagrado en el Derecho de la Constitución. Ahora bien, es criterio de la Sala que no existe la menor duda de que el constituyente originario optó por un matrimonio heterosexual monogámico. En efecto, revisando las Actas de la Asamblea Nacional Constituyente, Tomo N° II, páginas 569 y 573 a 586, sólo es posible concluir que la opción adoptada fue el matrimonio heterosexual. Adicionalmente, la Sala ha sostenido que: "...el ordenamiento jurídico-matrimonial costarricense se inspira en el concepto monogámico de la cultura occidental, de modo tal que para contraer matrimonio, debe existir libertad de estado..." (ver sentencia N? 3693-94 de las nueve horas con dieciocho minutos del veintidós de julio de mil novecientos noventa y cuatro). Retomando el tema de la Asamblea Nacional Constituyente, tenemos que en la discusión de las mociones presentadas por los Diputados Trejos, Esquivel, Desanti y González Flores, el debate giró en torno a padres, hijos, niños y madres; incluso la polémica se centró en la 190 equiparación entre los hijos habidos dentro y fuera del matrimonio y la investigación de paternidad, lo que, obviamente supone que el constituyente originario tenía en mente un tipo de matrimonio muy puntual: el heterosexual monogámico. En lo que interesa, el Acta No.17 de la Asamblea Nacional Constituyente señala: "(…) Creemos que la familia, precisamente la familia organizada dentro de la institución matrimonial -cuyo ideal en un país católico-, es la célula fundamental de la sociedad, y debe tener la protección especial del Estado (…)". Consecuente con lo anterior es lo señalado por esta Sala en resolución N°2001-07521 de las 14:54 horas del 1 de agosto del 2001: II.- DEL CONCEPTO DE FAMILIA CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA. Como bien lo señala el Procurador de Familia, el análisis de las normas que se consultan debe hacerse a la luz de los principios y normas constitucionales que se refieren al tema de la protección de la familia, es decir, al tenor de lo dispuesto en los artículos 51 y 52 de la Constitución Política, en cuanto disponen textualmente -en lo que interesa-: "Artículo 51. La familia como elemento natural y fundamento de la sociedad, tiene derecho a la protección especial del Estado. Igualmente tendrán derecho a esa protección la madre, el niño, el anciano y el enfermo desvalido." "Artículo 52. El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges." De la primera disposición transcrita se deriva una obligación especial para el Estado costarricense, la de dotar de una protección especial a la familia, a la mujer, al niño, al anciano y al enfermo desvalido, en el caso concreto interesa la que se da a la familia; y en la segunda de ellas, aunque el constituyente potenció el matrimonio, entendiendo por tal la pareja (hombre y mujer) unida por vínculo jurídico, no prohibió la familia de hecho, de manera que el concepto de familia tutelado en las normas constitucionales es amplio y no restrictivo, de manera tal que en él se incluye tanto la familia unido por un vínculo formal -matrimonio-, como aquella en la cual la unión se establece por lazos afectivos no formales pero estables -uniones de hecho- en los que hay convivencia, ya que en ambas instituciones se garantizan la estabilidad necesaria para una vida familiar, en tanto se sustentan en una misma fuente, sea el amor, el deseo de compartir y auxiliarse, apoyarse y tener descendencia." En virtud de ello, pretender que en ese contexto la norma cuestionada se declare inconstitucional, resultaría contrario a lo dispuesto por el constituyente originario. Aún cuando este Tribunal no desconoce que dos personas del mismo sexo están en posibilidad de mantener una relación sentimental -situación que nuestro ordenamiento jurídico no veda-, el término matrimonio -como concepto jurídico, antropológico y religioso- está reservado exclusivamente a la unión heterosexual monogámica, y así está desarrollado en toda la normativa referente a las relaciones familiares. Ello ha sido reconocido así no solo por el constituyente originario, según se explicó anteriormente, sino también por la normativa infraconstitucional, y diversos instrumentos del derecho internacional. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, "también denominado Pacto de San José de Costa Rica", aprobada por Ley N.° 4534 de 23 de febrero de 1970, adopta un concepto heterosexual del matrimonio. En efecto, en el artículo 17, se indica que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por ella y el Estado. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio, entre sí, y a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida que no afecten el principio de no discriminación establecido en la Convención. Esta interpretación resulta razonable, al observar que el resto de la normativa de esta Convención, cuando hace alusión en términos generales indistintamente del sexo, se refiere a toda "persona" (al efecto ver los artículos 2, 3, 5, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 20, 21, 22, 24, 25, entre otros). De manera que si el artículo 17 hace referencia a los términos hombre y mujer en forma expresa, y los demás utilizan el término "persona", es porque entiende que la institución del matrimonio es entre un hombre y una mujer entre ambos, y no entre dos personas del mismo sexo como pretende hacerlo ver el accionante. Además, se le impone el deber a los Estados parte de adoptar las medidas apropiadas para asegurar el derecho y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de su disolución. En este último supuesto, debe adoptar disposiciones que aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base única del interés y convivencia de ellos. En igual sentido, se manifiesta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobado mediante Ley N° 4229 de 11 de diciembre de 1968, cuando, en su numeral 23, manifiesta lo siguiente: "1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para ello. 191 3. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes. 4. Los Estados Partes en el presente Pacto tomarán las medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos y de responsabilidades de ambos esposos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio, y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria a los hijos." Igual sucede con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la que, en su numeral 16 expresa lo siguiente: "Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio." Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso Cossey vs. Reino Unido (1990), sostuvo que el derecho al matrimonio garantizado por el artículo 12 del Convenio de Roma de 1950, es el matrimonio tradicional entre dos personas de sexo biológico opuesto. Por su parte, el Tribunal Constitucional Español (Auto 222/94, de 11 de julio de 1994) confirmó la tesis de que el art. 32.1 de la Constitución española se refiere exclusivamente al matrimonio entre personas de distinto sexo. "La unión entre personas del mismo sexo biológico no es una institución jurídicamente regulada ni existe un derecho constitucional a su establecimiento." A pesar de lo señalado en las anteriores citas jurisprudenciales, ello no obsta para que el constituyente derivado pueda regular las relaciones entre homosexuales. VIII.- Sobre la violación al derecho de libertad. Adicionalmente, el accionante reclama que la normativa impugnada infringe su libertad personal, consagrada en el numeral 28 de la Carta Política. Sobre este tema la Sala ha dicho: "el artículo 28 de la Constitución Política preserva tres valores fundamentales del Estado de Derecho costarricense: a) el principio de libertad que, en su forma positiva implica el derecho de los particulares a hacer todo aquello que la ley no prohíba y, en la negativa, la prohibición de inquietarlos o perseguirlos por la manifestación de sus opiniones o por acto alguno que no infrinja la ley; b) el principio de reserva de ley, en virtud del cual el régimen de los derechos y libertades fundamentales sólo puede ser regulado por ley en sentido formal y material, no por reglamentos u otros actos normativos de rango inferior; y c) el sistema de la libertad, conforme el cual las acciones privadas que no dañen la moral, el orden público o las buenas costumbres y que no perjudiquen a tercero están fuera de la acción, incluso, de la ley. Esta norma, vista como garantía implica la inexistencia de potestades reglamentarias para restringir la libertad o derechos fundamentales, y la pérdida de las legislativas para regular las acciones privadas fuera de las excepciones, de ese artículo en su párrafo 2º, el cual crea, así, una verdadera "reserva constitucional" en favor del individuo, a quien garantiza su libertad frente a sus congéneres, pero, sobre todo, frente al poder público. (sentencia Nº6519-96 de las quince horas seis minutos del tres de diciembre de mil novecientos noventa y seis). Para los efectos del presente análisis, debe manifestarse que esta Sala ha sido consistente en señalar que los derechos y libertades fundamentales, pueden ser objeto de restricciones; sin embargo, a criterio de este Tribunal, la imposibilidad legal contenida en el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia, de ningún modo es una restricción al principio de libertad constitucional anteriormente desarrollado, ya que dicha imposibilidad hace referencia a que personas de un mismo sexo contraigan matrimonio, mas no así a que sostengan una relación sentimental o de pareja, sobre lo cual no existe ningún impedimento legal. Esta posición es congruente con el desarrollo conceptual y jurisprudencial de esta Sala en relación con el artículo 28 constitucional, anteriormente analizado. El matrimonio reconocido como derecho fundamental, tanto en la Declaración como en el Pacto citados, fue únicamente concebido para la relación intrínseca entre hombre y mujer, pues así lo señalan expresamente dichos instrumentos de derecho internacional, por lo que no puede reclamarse como un derecho en la forma en que pretende ejercerlo el accionante. Así las cosas, la imposibilidad contenida en el artículo impugnado simplemente es consecuencia de lo dispuesto en los instrumentos internacionales que, incluso, el mismo accionante señala como fundamento para la presente acción de inconstitucionalidad. IX.- Ausencia de normativa para regular las uniones homosexuales. De acuerdo con el análisis realizado, la Sala concluye que la imposibilidad legal para que personas del mismo sexo contraigan matrimonio, contenida en el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia, no lesiona el principio de libertad previsto en el artículo 28, ni el contenido del numeral 33, ambos de la Carta Política, toda vez que las parejas heterogéneas no están en la misma 192 situación que las homosexuales. De manera que, ante situaciones distintas, no corresponde otorgar igualdad de trato. En consecuencia, tampoco procede aplicar la normativa desarrollada para el matrimonio en los términos actualmente concebidos en nuestro ordenamiento constitucional. Asimismo, no se produce roce constitucional por no existir impedimento legal para la convivencia entre homosexuales, y la prohibición contenida en la normativa impugnada se refiere específicamente a la institución denominada matrimonio, que el constituyente originario reservó para las parejas heterosexuales, según se explicó. A pesar de lo dicho en el considerando III de esta sentencia en cuanto a la naturaleza y evolución histórica del matrimonio (que permite llegar a la conclusión contraria a las pretensiones del accionante), esta Sala descarta que haya impedimento de alguna naturaleza para la existencia de uniones homosexuales. Más bien, hay una constatación empírica para indicar que han incrementado. Con ello, se presenta un problema que no radica en la norma aquí impugnada sino, más bien, en la ausencia de una regulación normativa apropiada, para regular los efectos personales y patrimoniales de ese tipo de uniones, sobre todo si reúnen condiciones de estabilidad y singularidad, porque un imperativo de seguridad jurídica, si no de justicia, lo hace necesario. Estamos, entonces, en presencia de un escenario de lege ferenda, pero ni por asomo de una omisión ilegítima del Estado. Esto se indica, además, porque en la documentación que corre agregada en autos, y según lo expresado en la audiencia oral llevada a cabo durante la sustanciación de este proceso, algunos países han ido promulgando leyes (en sentido formal) que han dotado de un marco jurídico y ciertas formalidades a estas uniones, con el propósito de que tengan efectos jurídicos específicos en relación a las personas que las llevan a cabo. Ante esta situación, este Tribunal considera que es el legislador derivado el que debe plantearse la necesidad de regular, de la manera que estime conveniente, los vínculos o derechos que se deriven de este tipo de uniones, lo cual evidentemente requiere de todo un desarrollo normativo en el que se establezcan los derechos y obligaciones de este tipo de parejas, a las cuales, por razones obvias, no se les puede aplicar el marco jurídico que el constituyente derivado organizó para el tratamiento de las parejas heterosexuales. X.- Conclusión.- Por los motivos señalados anteriormente, esta Sala llega a la conclusión de que el inciso 6) del artículo 14 del Código Familia, no es inconstitucional, y por ende, la presente acción debe ser desestimada. Por tanto: Se declara SIN LUGAR la acción. El magistrado Vargas salva el voto, y declara con lugar la acción con sus consecuencias. El magistrado Jinesta salva el voto, y declara con lugar la acción, por lo que admite el matrimonio entre personas del mismo sexo, dejando a salvo algunos efectos jurídicos, tales como la adopción de menores de edad y la patria potestad compartida de estos. Notifíquese. El magistrado Cruz pone nota. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Voto Salvado del Magistrado Vargas Benavides Difiero del voto de mayoría en cuanto declara sin lugar la acción de inconstitucionalidad, y en su lugar, la declaro con lugar con todas sus consecuencias, por considerar que el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia resulta contrario a las normas y principios que informan nuestra Constitución Política, así como de Instrumentos Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por nuestro país. Considero indispensable tomar como punto de partida la diferencia que existe entre el matrimonio desde la óptica religiosa y el matrimonio como acto jurídico reconocido por el Estado como institución base de la familia. No hay duda de la influencia histórica que el cristianismo, sin perder de vista sus raíces enclavadas en el judaísmo, ha tenido en el mundo occidental y especialmente la Iglesia Católica en el desarrollo de la sociedad costarricense. Tampoco puede cuestionarse la existencia de normas vinculantes que deben ser observadas por todos los que 193 profesamos la fe católica pero, cuya obligatoriedad alcanza únicamente las relaciones internas en la Iglesia, aún más allá de lo meramente espiritual; una especie de “interna corporis”. Sus disposiciones no poseen potencia jurídica frente a las promulgadas por el Estado en uso de su potestad de imperio. Quiere esto decir que si bien el Estado debe respetar esas normas, ello no significa que haya perdido la soberanía para legislar en materias que estime necesarias, aún en contra de regulaciones de aquélla. Téngase presente precisamente que Costa Rica ha legislado positivamente para reconocerle efectos civiles a los matrimonios-sacramento, propios y exclusivos en su diseño y organización de la Iglesia católica, sin hacerlo con otras confesiones religiosas de mayor antigüedad que la cristiana. Así también el Estado costarricense ha debido legislar, para responder democráticamente a aquellas personas que por razones de fe, o bien por haberlo decidido así en ejercicio de su libertad, requieren el reconocimiento de una unión absolutamente laica y de sus efectos en lo civil. El matrimonio civil ha sido diseñado para esas personas, aún a sabiendas de que éste no es reconocido por la Iglesia. Por otra parte, el divorcio como medio para cesar los efectos civiles del matrimonio es contrario al sacramento instituido por la Iglesia desde sus orígenes. Desde luego que la disolución del matrimonio (o más bien de sus efectos civiles) tiene valor frente a las autoridades estatales, mas no los tiene conforme a las regulaciones religiosas. Según el rito de la Iglesia Católica, el matrimonio-sacramento es indisoluble, sólo la muerte cesa sus efectos, la Iglesia no reconoce el divorcio, más bien lo censura. Ello no ocurre frente al Estado. De esta forma, vale recordar los enfrentamientos suscitados en Costa Rica durante buena parte del siglo diecinueve entre el Gobierno y la jerarquía eclesiástica, que culminaron con una buena cantidad de medidas, quizás impopulares en esa época, pero que hoy en día nadie cuestiona, como la secularización de los cementerios, o bien la introducción, a principios del siglo veinte en el sistema educativo, del estudio de las teorías evolutivas de Charles Darwin. Aquí el Estado no violentó las normas internas de la organización de la Iglesia ni tampoco las que relacionan a éstas con los feligreses. Simplemente estimó necesario y conveniente proceder como lo hizo, en ejercicio de las competencias que la Constitución le confería ( y que aún mantiene) para la satisfacción del interés general. Entonces, en mi opinión esta acción se refiere a cuestiones ajenas al ámbito religioso. Para efectos del ulterior razonamiento, parto de la existencia de dos tipos de matrimonio: el religioso y el estatal. El primero tiene reglas que el Estado debe respetar y, a su vez el segundo tiene las suyas que toda confesión religiosa también debe respetar. Se trata de respeto y de tolerancia. Sin embargo, el hecho de que el Estado tenga que respetar las normas religiosas, no significa que deba adoptarlas como suyas al promulgar las leyes que regirán los destinos de la sociedad, pues lo que importa es que el proceso de formación de éstas sea objetivo, transparente y sobre todo acorde con todos los principios y valores constitucionales, los cuales pueden coincidir o no con la visión de la Iglesia. Por este motivo es que no comparto que el concepto religioso de matrimonio sea “constitucionalizado”, pues como juez me encuentro obligado a resolver con base en criterios estrictamente jurídicos. No puedo negar que la norma del Código de Familia que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo fue emitida en un contexto donde la Iglesia Católica tenía una fuerte influencia, que trascendía incluso al ámbito temporal, así como tampoco desconozco que el Constituyente de 1949 al hablar del matrimonio tuvo en su mente el matrimonio “heterosexual y monogámico”, tal como lo señala el voto de mayoría. Sin embargo, no puedo compartir que el método de interpretación histórico que utiliza la mayoría de la Sala para fundamentar sus argumentos, sea aplicable en este caso en menoscabo de los derechos de la minoría homosexual, así como de una adecuada interpretación de las normas de la Ley Fundamental, acordes con su carácter de norma general y suprema. Si esto fuera así en todos los casos, la Sala se convertiría en una simple “vocera” de la voluntad del Constituyente originario, sin tener posibilidad alguna de “actualizar” el sentido de las normas constitucionales, intentando dilucidar su sentido actual, tal como lo ha hecho en otras oportunidades. Ejemplo de ello, es el reconocimiento que la Sala hizo de la unión de hecho, aun cuando la voluntad del Constituyente originario no fue proteger este tipo de familias. Considero que en el caso concreto ha operado una inconstitucionalidad sobreviniente de la norma impugnada, pues su sentido, originalmente acorde con el de la Constitución vigente al momento de su promulgación, ahora es contraria a la Carta evolucionada por la realidad social y el avance hacia una sociedad igualitaria y respetuosa de la dignidad humana. En la actualidad, las parejas homosexuales no sólo necesitan un parco reconocimiento oficial, pues en todo caso las preferencias sexuales se encuentran residenciadas en el ámbito de la más íntima libertad, intocable para el legislador, sino también la intervención del Estado para eliminar todas las barreras legales que continúan existiendo y que les impiden ser tratados en forma igualitaria. No basta con que la minoría homosexual ya no sea perseguida explícitamente para considerar que no es objeto de discriminación. Además, los ordenamientos jurídicos deben evolucionar y responder a las necesidades y realidades actuales, adecuándose a los principios más elementales que protegen al ser humano en su condición de tal. 194 No basta señalar que “la sociología”, “la mayoría de los antropólogos” o “la religión” han prohibido este tipo de uniones en matrimonio, no sólo por la vaguedad e imprecisión de dichas fuentes, sino porque una interpretación progresiva de nuestra Constitución y de los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos ratificados por Costa Rica, no permiten excluir a la minoría homosexual de este instituto, según se analizará a continuación. 1. NORMAS Y PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES VIOLADOS CON LA NORMA IMPUGNADA. a) Sobre el principio de igualdad y no discriminación contraria a la dignidad humana. No es ajeno a la Sala reconocer que un principio jurídico fundamental contenido en la Constitución Política de nuestro país es el respeto a la dignidad de todo ser humano y, en consecuencia, la prohibición absoluta de realizar cualquier tipo de discriminación contraria a esa dignidad. Lo anterior obliga a tratar a iguales como iguales y a desiguales como tales, por lo que no resultaría discriminatorio ni contrario a la dignidad humana reconocer diferencias entre personas o grupos de ellas, siempre y cuando, la diferenciación tenga una justificación razonable y objetiva Partiendo de lo anterior, debe tenerse en cuenta como premisa fundamental, que todo ser humano es digno en sí mismo y en consecuencia, es merecedor de respeto, sin importar su raza, religión, costumbres, orientación sexual, entre otros. La dignidad es inherente a la condición de ser humano, por su misma naturaleza, por lo cual es un valor de orden superior que no depende del consenso social ni se mide por la manifestación de una persona. Ejemplo de ello es que aún cuando un ser humano fuese relegado a un trato indigno, perseguido, encerrado en un campo de concentración o eliminado, esta circunstancia eventual no degrada en lo absoluto su valor en tanto ser humano. La dignidad humana no puede violentarse a través de normas legales que no respeten el derecho inalienable que tiene cada persona a la diversidad, tal como sucede con la norma que se impugna en la presente acción, la cual establece una prohibición contraria a la dignidad humana, desprovista de una justificación objetiva, pues se basa en criterios de orientación sexual, discriminando ilegítimamente a quienes tienen preferencias distintas de las de la mayoría, cuyos derechos o intereses en nada se ven afectados por la libre expresión de la libertad de aquellos. Este principio de dignidad, base de nuestro ordenamiento jurídico, se convierte en una condición inherente a todo ser humano, por lo que en forma alguna se justifica que las parejas homosexuales sean tratadas en forma diferente, en detrimento de su libertad y dignidad, reduciéndolos a la condición de ciudadanos y ciudadanas de segunda categoría, algo intolerable en una sociedad democrática y plural como la diseñada por el constituyente. El voto de mayoría señala que la norma impugnada no es discriminatoria, por cuanto las parejas homosexuales no se encuentran en la misma posición jurídica de las parejas heterosexuales. Sin embargo, no existe ningún argumento jurídico legítimo que me permita justificar una diferencia de trato como la que hace la norma impugnada. Por el contrario, la sentencia no explica en forma alguna en qué radica esa diferencia, por lo que considero que hacer tal afirmación sin un respaldo jurídico que lo complemente, evidencia que en realidad no existen motivos de fondo más allá de los prejuicios sociales o convicciones ideológicas ajenas al orden jurídico para no permitir que una pareja del mismo sexo tenga la posibilidad de contraer matrimonio, tal y como lo puede hacer cualquier persona heterosexual. Tanto hombres como mujeres, jóvenes como adultos mayores, personas sanas o discapacitadas, de un origen étnico o de otro, son seres humanos, por lo que realizar una diferencia basada únicamente en sus preferencias sexuales, resulta a todas luces discriminatorio y contrario a la dignidad humana. Se trata de una medida irracional, desprovista de cualquier justificación objetiva y razonable. Aun cuando resulta del todo respetable la opinión de algunos sectores de la sociedad costarricense que rechazan la posibilidad de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y entiendo la polémica y divergencia de criterios que un tema como éste puede ocasionar, considero que la dignidad e igualdad humanas no dependen del consenso social, pues se trata de valores inherentes a la condición humana, sin excepciones. La historia de la humanidad ha estado plagada de injusticias infligidas por mayorías a grupos disidentes o simplemente diversos. Basta mirar la historia de comunidades enteras que han sido oprimidas y discriminadas, y las consecuencias que ello ha ocasionado en la paz de los pueblos, para concluir que es hora de una apertura que permita la inserción completa e igualitaria de la minoría homosexual en la sociedad, con todos sus derechos y todas sus obligaciones. El sentir de algunas personas no puede seguir siendo excusa para que el Estado continúe tolerando la marginación y exclusión 195 de las minorías homosexuales de los institutos jurídicos reconocidos al resto de las personas, entre ellos el matrimonio. Además, no debe dejarse de lado que la progresividad es una cualidad inherente a los derechos fundamentales, consagrada positivamente en el artículo 26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y que ha sido reconocida por la Sala en varias oportunidades, por lo que resulta necesario interpretar las normas que reconocen derechos fundamentales en forma amplia y prospectiva, sin que en esta materia se permitan los retrocesos. En ese contexto, los derechos a la igualdad, a la libertad y a la posibilidad de formar una familia a partir de un vínculo matrimonial, deben ser reconocidos por igual a todas las personas, sin importar su orientación sexual. b) Sobre el principio de libertad El accionante también reclama que la norma impugnada resulta violatoria del principio de libertad reconocido en el numeral 28 de la Constitución Política, lo cual comparte el suscrito al estimar que con la prohibición de contraer matrimonio a las personas del mismo sexo, el Estado está interviniendo en la esfera inalienable de libertad de cada sujeto. El artículo 28 constitucional dispone que nadie puede ser perseguido ni inquietado por acto alguno que no infrinja la ley, pero además reconoce que están fuera del alcance de la ley todas las acciones privadas que no dañen la moral o el orden público o que no perjudiquen a terceros, con lo cual ni siquiera la ley puede invadir el ámbito intangible de la libertad, salvo en los casos que la misma Constitución lo permita. En consecuencia, la potestad regulatoria del Estado no puede menoscabar el régimen de libertad de los individuos, por lo que ante cualquier medida restrictiva, debe sopesarse el perjuicio que genera en el titular de la libertad y el beneficio que la colectividad obtiene a partir de ello, para determinar si existe una justificación objetiva y razonable. Partiendo de lo anterior, considero que la prohibición impuesta a las personas del mismo sexo para contraer matrimonio entre sí, resulta inconstitucional, por violentar también lo dispuesto en el artículo 28 de la Constitución Política, pues con dicha prohibición se está produciendo un perjuicio evidente a las minorías homosexuales, sin que se esté protegiendo derechos de terceros o generando algún beneficio para la colectividad, toda vez que el vínculo matrimonial de las personas heterosexuales en nada se refuerza o se debilita por el hecho de que se permita a las personas del mismo sexo contraer matrimonio. Asimismo, rechazo categóricamente que las relaciones homosexuales sean actos inmorales o contrarios a las buenas costumbres, pues ello no sólo sería reforzar sentimientos homofóbicos contra las parejas homosexuales, sino que además sería negar su dignidad como personas. La negación de la diversidad es el principio de la intolerancia, y la intolerancia es la forma más acabada de negación de la dignidad de las personas. Es indudable que nadie puede realizarse como ser humano si no se respeta su ámbito de libertad, que comprende también su derecho a la libre orientación sexual, por lo que el Estado no debe ni puede intervenir en un aspecto tan íntimo como lo que cada persona decida o prefiera hacer en ejercicio de esa libertad. Por lo anterior, y tomando en consideración que el Estado sólo puede intervenir en aras de proteger la moral, las buenas costumbres y los derechos de terceros, considero que la norma impugnada debe ser declarada inconstitucional pues la prohibición no responde a ninguno de esos supuestos, constituyéndose así en una norma carente de razón y ajena al régimen democrático. c) Sobre el principio de razonabilidad. La Sala ha reconocido que para que un acto limitativo de derechos sea razonable debe cumplir una triple condición: debe ser necesario, idóneo y proporcional. Resulta innegable que la prohibición establecida en perjuicio de las parejas homosexuales para contraer matrimonio ni siquiera es necesaria, pues con ella no se está protegiendo ningún bien jurídico superior, pues como ya indiqué, la norma en nada incide sobre la esfera de derechos de las parejas heterosexuales al no reforzar ni debilitar su vínculo. No beneficia el orden público ni contribuye en nada a mejorar las condiciones de las demás personas. Por el contrario, con la prohibición apuntada se lesionan los derechos fundamentales de la minoría homosexual, con lo cual la norma deviene contraria al Derecho de la Constitución. Al no cumplirse ni siquiera el requisito de necesidad de la norma, tampoco puede considerarse que sea idónea y proporcional al fin que se pretende conseguir, el cual no es más que continuar marginando a las parejas del mismo sexo al negárseles la posibilidad de contraer matrimonio. Lo anterior, no significa que el Estado no tenga la 196 posibilidad de regular e imponer límites al matrimonio, tal como lo hace en el artículo 14 del Código de Familia, sin embargo estos límites deben ser razonables y objetivos, lo cual no ocurre con el contemplado en el inciso 6) de dicho artículo, por todas las razones ya indicadas. Aun cuando la Procuraduría General de la República y la mayoría de la Sala consideran que la norma persigue un fin legítimo que es proteger el tipo de matrimonio adoptado por el Constituyente originario, reitero mi oposición a este argumento, pues bajo esa perspectiva, la Sala no podría declarar nunca la inconstitucionalidad de una norma que deviene inconstitucional por el pasar del tiempo. Dicha tesis negaría la existencia del instituto de la inconstitucionalidad sobreviniente, ya ampliamente reconocida en la jurisprudencia constitucional. Como indiqué antes, si bien el método de interpretación histórico es válido, no debe utilizarse en menoscabo de los derechos de una minoría. d) Sobre el concepto de familia y el matrimonio como derecho fundamental. Aunado a lo ya indicado, considero que lo dispuesto en los artículos 51 y 52 de la Constitución Política que se refieren a la familia y al matrimonio, también deben tomarse en cuenta para concluir que la prohibición contenida en el inciso 6) del artículo 14 del Código de Familia resulta contraria al Derecho de la Constitución. El artículo 51 constitucional determina que la familia es el elemento natural y fundamento de la sociedad, por lo que tiene derecho a la protección especial del Estado. De dicho artículo no se desprende cuál es la definición del concepto de familia de la cual se debe partir; sin embargo, en la actualidad ya no puede entenderse que se trata únicamente de la familia nuclear, compuesta por mamá, papá e hijos. Es claro que ya se encuentra superada la concepción de la familia basada sólo en la capacidad de procreación y de asistencia de los hijos, pues bajo ese supuesto tendría que entenderse que los matrimonios donde no existen hijos no pueden ser englobados dentro del concepto de familia. De igual forma, existen familias compuestas por abuelos, sobrinos, primos, tíos, e inclusive personas que no están unidas por un vínculo de parentesco, pero que han decidido llevar una convivencia común. Asimismo, es sabido que en la actualidad la mayoría de los hogares costarricenses están compuestos únicamente por jefas de hogar, e incluso es un hecho público y notorio en nuestro país, que un tribunal de familia otorgó la custodia de un menor a una persona que nació bajo el sexo masculino pero que decidió vivir su vida como mujer, pues se determinó que el menor tenía fuertes lazos emocionales con esa persona, considerándola “su mamá”. Estas condiciones “especiales” que he mencionado, no menoscaba la condición de familia de estos núcleos, por lo que se evidencia que el concepto no puede ser entendido en la actualidad desde el punto de vista tradicional. Resulta entonces que el concepto de familia es mucho más amplio y complejo actualmente, pues se trata más bien de proteger la convivencia ligada por lazos emocionales conjuntos. En ese sentido, la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres, Radhika Coomaraswamy: señaló que "... no se debería definir la familia mediante una construcción formalista, nuclear, la de marido, mujer e hijos/as. La familia es el lugar donde las personas aprenden a cuidar y a ser cuidadas, a confiar y a que se confíe en ellas, a nutrir a otras personas y a nutrirse de ellas ”, lo cual abre la puerta para reconocer la multiplicidad de formas familiares existentes. (Citado por Claudia Hinojosa y Alejandra Sardá en “Consecuencias económicas y sociales de la discriminación contra las lesbianas en Ámerica Látina”, página web http://www.rebelion.org/mujer/031028ch.htm) En consecuencia, considero que no puede negarse que las parejas homosexuales que tienen una relación permanente y estable se engloben dentro del concepto de familia, pues las definiciones de familia basadas en el parentesco o en la unión de un hombre con una mujer se encuentran superadas por la realidad actual y únicamente sirven para impedir que todas las personas, sin importar sus preferencias sexuales, puedan disfrutar igualitariamente de sus derechos. Por lo anterior, y tomando en consideración que el artículo 52 constitucional reconoce que “el matrimonio es la base esencial de la familia”, no puede negarse a las parejas homosexuales la posibilidad de contraer matrimonio, pues como indiqué, éstas también deben englobarse dentro del concepto de familia que regula la Constitución. En consecuencia, considero que la prohibición contenida en la norma impugnada resulta violatoria también de lo dispuesto en los numerales 51 y 52 de la Constitución Política. Tampoco puede negarse que el matrimonio en sí mismo es un derecho fundamental, y la propia Sala así lo ha reconocido a partir de lo dispuesto en el artículo 52 Constitucional y en los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y 17.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, determinando que en virtud de ello, no puede ser impedido u obstaculizado de modo irrazonable por el Estado (sentencia N°3693-94, de las 9:18 197 horas del 22 de julio de 1994). Si el matrimonio es un derecho fundamental, es inherente a la propia condición humana sin importar la orientación sexual de la persona. Por lo anterior, no comparto el criterio de la mayoría de la Sala ni de la Procuraduría General de la República, en el sentido de que la protección a las parejas homosexuales es materia que debe ser reservada al legislador. Esto no es más que negar la importancia de los principios y derechos constitucionales que están en juego en este caso, además de desconocer el plano de igualdad en que se encuentran las parejas homosexuales con relación a las demás. Tampoco considero que deban forzarse otras figuras del derecho común para regular todo lo relativo a las uniones de personas del mismo sexo, pues el matrimonio es el instituto jurídico reconocido por el Estado para la protección de la familia, concepto dentro del cual debe incluirse a las parejas homosexuales que hayan optado libremente por formar una familia. Crear institutos “especiales” para regular estas uniones más bien propicia y acrecienta la discriminación y la homofobia. Por ello, el matrimonio seglar debe verse en sus dos vertientes, pues además de ser un derecho fundamental en sí mismo, es el instituto o acto jurídico que el Estado ha reconocido como medio de formalizar una unión, que tiene efectos civiles y que en consecuencia, debe estar al alcance de cualquier persona sin importar su orientación sexual. 2. NORMAS DE INSTRUMENTOS INTERNACIONALES EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS VIOLADAS CON LA NORMA IMPUGNADA. Además de las normas constitucionales violentadas, considero que la prohibición de contraer matrimonio impuesta a las personas del mismo sexo, también resulta contraria a una serie de instrumentos internacionales en materia de derechos humanos aprobados por Costa Rica. El artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho de “todos los hombres y las mujeres” sin restricción alguna a fundar una familia, para lo cual establece como dos únicos requisitos que se encuentren en edad núbil y que exista libre y pleno consentimiento, reconociendo además que la familia es el fundamento esencial de la sociedad. Además, dispone que los derechos ahí protegidos deben reconocerse a toda persona sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición (artículo 2). De igual forma, el artículo 23 inciso 2) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce el “ derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tiene edad para ello ”. En el ámbito americano, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre establece en su artículo 2° que “todas las personas son iguales ante la ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna .” Y la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en su artículo 1° que: “Los estados partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social ” De la interpretación armónica de los textos normativos mencionados, se desprende con toda claridad que en ellos no se permite restricción alguna para contraer matrimonio por razones de orientación sexual, y aun cuando se estipula que es un derecho de todo “hombre y mujer”, no establece la obligación de que sea necesariamente una unión de hombres y mujeres entre sí. Por el contrario, debe interpretarse a la luz del principio de igualdad, que el matrimonio es un derecho consustancial a hombres y mujeres, pero no únicamente para ser ejercido por parte de parejas compuestas por personas de distinto sexo. Esto debe ser así, en virtud del principio pro homine y pro libertate, que obligan siempre a interpretar las normas relativas a derechos fundamentales, a favor de la persona. Tanto el informe de la Procuraduría General de la República como el voto de mayoría de la Sala se limitan a citar resoluciones de Tribunales extranjeros que datan de hace varios años, desconociendo la nueva tendencia de protección a estas uniones. Si bien existen resoluciones que escapan de nuestra realidad al desarrollarse en el ámbito europeo, sirven para ejemplificar la tendencia expansiva y progresiva que existe en el mundo en esta materia. El primer paso lo constituyó la Recomendación 924/1981 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que instó a los Estados miembros a abolir las leyes que sancionaban penalmente la homosexualidad. A partir de ese momento ha existido una apertura progresiva para la protección de las minorías homosexuales, que ha dejado sin vigencia resoluciones como las que cita la sentencia de mayoría. 198 En el caso Salgueiro de Silva Mouta contra Portugal, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoció que el artículo 14 del Convenio que se refiere a la no discriminación, incluye el concepto de la orientación sexual. De igual forma, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su comunicación Nº 941/2000 determinó que la prohibición de discriminación contemplada en el artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos incluye también la discriminación basada en motivos de orientación sexual. De enorme relevancia también resulta la resolución 28/1994 del Parlamento Europeo, mediante la cual se recomienda por primera vez a los Estados miembros que se ponga fin a la prohibición de contraer matrimonio, o de acceder a regímenes jurídicos equivalentes, a las parejas de lesbianas o de homosexuales, garantizando a dichas uniones los derechos y beneficios del matrimonio. En el año 1999, el Tratado de Ámsterdam modificó el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea, estableciendo que debían adoptarse las acciones adecuadas para luchar contra la discriminación por motivos de sexo, de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual , incorporando por primera vez este término en un tratado internacional como elemento descalificador de cualquier discriminación efectuada en razón de éste. Por lo anterior, al citarse en el voto de mayoría el pronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del año 1990, basado en el Convenio de Roma, se está desconociendo que en la actualidad existen instrumentos internacionales más recientes que han ampliado la protección a las minorías homosexuales y que prohíben toda forma de discriminación, incluyendo aquella por razones de orientación sexual. No toma en consideración la mayoría de la Sala que la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea firmada en Niza el siete de diciembre de dos mil, sea con posterioridad al Convenio de Roma, establece en su artículo 21 la prohibición de “toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual ”. Además, dicha Carta establece el derecho a contraer matrimonio y a fundar una familia en su artículo 9, el cual debe ser interpretado a la luz del principio de igualdad contenido en el numeral 21 ya comentado. Como puede observarse, la tendencia expansiva y progresiva de los derechos humanos ha llevado a los países a sumarse a la lucha contra toda forma de discriminación, incluyendo la basada en la orientación sexual. De ahí el reconocimiento que se ha dado al matrimonio entre personas del mismo sexo en países como Canadá, Holanda, Bélgica, España y en los estados de Massachussets y California en Estados Unidos. Si bien algunos países han adoptado el cambio a través de reformas legales, fue en virtud de que la discusión se planteó primero en el ámbito legislativo, sin que ello enerve la posibilidad de que sea en el ámbito judicial donde se realice este avance, pues en el fondo, el reconocimiento de derechos de las personas homosexuales a contraer matrimonio, es simplemente el acatamiento del sistema constitucional según el significado actual de la Ley Fundamental. Ejemplo de ello, es que también hay ordenamientos que evolucionaron a través de resoluciones judiciales que consideraron inconstitucionales y violatorias de derechos humanos las prohibiciones legales que impedían el matrimonio entre personas del mismo sexo. Canadá es uno de esos casos, donde primero se dictaron resoluciones judiciales en la mayoría de los Estados, y no fue sino hasta el año 2005 que se emitió una ley federal para uniformar su tratamiento. De igual forma, desde el 18 de noviembre de 2003, en el Estado de Massachussets en Estados Unidos, la Corte Judicial Suprema había declarado inconstitucionales y discriminatorias las leyes estatales que impedían el matrimonio del mismo sexo, aun con la oposición del Congreso. De lo anterior se desprende que el reconocimiento a las uniones entre personas del mismo sexo, es un tema que está en constante avance en los diferentes ordenamientos jurídicos, por lo que Costa Rica no debe ser la excepción. Como estado históricamente respetuoso de la institucionalidad y los derechos de las personas, debe adoptar las medidas necesarias para abolir cualquier forma de discriminación contraria ala dignidad humana, como la que es objeto de esta acción. Conclusiones A partir de todos los argumentos anteriormente esbozados, considero que la norma impugnada resulta violatoria de los principios y valores que informan nuestra Constitución Política, así como de lo dispuesto en instrumentos internacionales ratificados por Costa Rica en materia de derechos humanos. Con mi voto pretendo anular la norma que establece la prohibición a las personas del mismo sexo para contraer matrimonio, y en consecuencia, reconocer a las parejas homosexuales todos los derechos que disfrutan las 199 parejas heterosexuales, entre ellos los relativos a la seguridad social, prestaciones laborales, adopciones, guarda y crianza conjunta de menores, entre otros. Lo anterior, por cuanto no considero que en la presente acción se pueda eliminar una discriminación, para imponer otra, como lo sería limitar cualquier derecho que ya es otorgado a las parejas heterosexuales en virtud del matrimonio. Si bien no es el objeto de esta acción, estoy conciente de la puerta que se abre al aceptar el matrimonio de las parejas homosexuales en cuanto al tema de la adopción y guarda y crianza de menores, lo cual no considero sea un tema a discutir en esta sede, pues el otorgamiento de este derecho no operará de forma automática, sino que las parejas homosexuales –al igual que las heterosexuales- deberán reunir todos los demás requisitos establecidos en el ordenamiento jurídico para recibir un menor, y en consecuencia, debe demostrarse a través de informes psicosociales y estudios rigurosos la idoneidad o no de la pareja, lo cual obviamente escapa de la materia constitucional y corresponde determinar a las instancias técnicas correspondientes. En todo caso, estimo que debe otorgarse la posibilidad a las parejas homosexuales de decidir si desean vivir bajo la institución del matrimonio, o si por el contrario desean continuar su soltería o vivir en un régimen de unión de hecho, en cuyo caso también debe otorgarse reconocimiento después de una convivencia de tres años, tal como sucede en el caso de las parejas heterosexuales. Por lo anterior, como consecuencia de mi voto, también creo indispensable interpretar el artículo 242 del Código de Familia, en el sentido de que la unión de hecho también debe reconocerse en el caso de parejas del mismo sexo, pues al eliminarse la prohibición para contraer matrimonio tienen aptitud legal para que se les reconozca su unión de hecho también. En consecuencia, he decidido apartarme del criterio de mis compañeros, pues estimo que el rompimiento de barreras legales es el primer paso para lograr una evolución verdadera en la mentalidad del sector de la población que desconoce los derechos de la minoría homosexual y de cualesquiera otras minorías afectadas por estigmas discriminatorios y mermados en sus derechos fundamentales. De lo contrario, no se hace más que reforzar los sentimientos de irracional intolerancia e impedir una integración real e igualitaria de este sector de hombres y mujeres, así como obstaculizar la impostergable puesta en práctica de estrategias de educación y concienciación en torno a la diversidad sexual y a la igualdad como norte ineludible de nuestro sistema político. Adrián Vargas B. 69/03-8127 VOTO SALVADO DEL MAGISTRADO JINESTA LOBO El suscrito Magistrado salva el voto, y declara con lugar la acción, por lo que admite el matrimonio entre personas del mismo sexo, dejando a salvo algunos efectos jurídicos, tales como la adopción de menores de edad y la patria potestad compartida de éstos. Lo anterior, con fundamento en las siguientes consideraciones: I.- INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA Y FINALISTA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES . La interpretación de las normas jurídicas por los operadores jurídicos con el propósito de aplicarlas no puede hacerse, única y exclusivamente, con fundamento en su tenor literal, puesto que, para desentrañar, entender y comprender su verdadero sentido, significado y alcances es preciso acudir a diversos instrumentos hermenéuticos tales como el finalista, el institucional, el sistemático y el histórico-evolutivo. Sobre este particular, el Título Preliminar del Código Civil en su numeral 10 establece que "Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de ellas". Las proposiciones normativas se componen de términos lingüísticos los que tienen un área de significado o campo de referencia así como, también, una zona de incertidumbre o indeterminación, que puede provocar serios equívocos en su interpretación y eventual aplicación. En virtud de lo anterior, al interpretar una norma es preciso indagar su objetivo (ratio) o fin propuesto y supuesto, respecto del cual la norma tiene naturaleza instrumental -método teleológico-. El interprete debe, asimismo, confrontarla, relacionarla y concordarla con el resto de las normas jurídicas que conforman en particular una institución jurídica -método institucional- y, en general, el ordenamiento jurídico -método sistemático-, puesto que, las normas no son compartimentos estancos y aislados sino que se encuentran conexas y coordinadas con otras, de forma explícita o implícita. Finalmente, es preciso tomar en consideración la realidad socio-económica e histórica a la cual se aplica una norma jurídica, la cual es variable y mutable por su enorme dinamismo, de tal forma que debe ser 200 aplicada para coyunturas históricas en constante mutación -método histórico-evolutivo-. Cuando de interpretar una norma jurídica se trata, el intérprete no puede utilizar uno solo de los instrumentos indicados, por no tener un carácter excluyente, sino que los mismos son diversos momentos o estadios imprescindibles del entero y trascendente acto interpretativo. La interpretación evolutiva de la norma constitucional a la luz de la realidad o del contexto social imperante en un momento histórico determinado, se impone con mayor fuerza, dada, en la mayoría de las ocasiones, su textura abierta e indeterminada, lo cual facilita la solución de diversas controversias de interés en vista de la vocación de permanencia relativa de todo texto fundamental. II.- INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA DEL ORDINAL 52 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA . El numeral 52 de la Constitución Política dispone lo siguiente: "El matrimonio es la base esencial de la familia y descansa en la igualdad de derechos de los cónyuges" Este precepto constitucional fue concebido por el constituyente originario con una gran capacidad visionaria y de adaptación a las nuevas y siempre mutables circunstancias que surgieran en el contexto social, en efecto, el precepto no hace referencia, bajo ningún concepto, al matrimonio heterosexual, puesto que, no limita los contornos de la institución a una unión ente un hombre y una mujer, el único término que emplea es el de cónyuges, rol o papel que puede ser desempeñado por personas de distinto o de igual sexo. De otra parte, si bien es cierto la norma fundamental de comentario proclama que el matrimonio es la base esencial de la familia, esa sola circunstancia no excluye el matrimonio entre personas del mismo sexo con el fin de contar con un modelo jurídico de convivencia que sirva de marco para regular ciertas consecuencias jurídicas y patrimoniales. Por su parte, la Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en sus artículos, respectivamente, 16, 23 y 17 le reconocen a los hombres y mujeres, a partir de la edad núbil, el derecho a casarse o contraer matrimonio, previo y pleno consentimiento de los contrayentes, sin excluir expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo. III.- DIGNIDAD INTRÍNSECA A LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Las personas que tienen una orientación sexual diferente a la social y culturalmente común -heterosexual- gozan de una serie de derechos fundamentales y humanos inherentes a su sola condición de persona y a su dignidad humana intrínseca. En efecto, uno de los valores y principios ancilares del Derecho de la Constitución lo constituye la dignidad sobre el cual se erige el edificio entero de la parte dogmática de la Constitución, esto es, de los derechos fundamentales de las personas. Es a partir del reconocimiento de la dignidad intrínseca al ser humano que los instrumentos internacionales de Derechos Humanos y las Constituciones internas le otorgan una serie de libertades y derechos indiscutibles y universalmente aceptados. Así la Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, en su Preámbulo y artículo 1° establece, respectivamente, lo siguiente: "Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana (…)" "Artículo 1 Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos (…)". La Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 11, párrafo 1°, bajo el epígrafe de "Protección de la Honra y de la Dignidad" dispone lo siguiente: "1. Toda persona tiene derecho al (…) reconocimiento de su dignidad" Por su parte, nuestra Constitución Política en su artículo 33 proscribe cualquier discriminación contraria a la dignidad humana. Tales mandatos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y de la propia norma fundamental imponen el respeto y reconocimiento de la dignidad intrínseca de las personas que tienen una orientación sexual particular y que desean tener un modelo jurídico determinado de regulación de su convivencia, como el matrimonio, con otras parejas del mismo sexo. IV.- DERECHO A LA IGUALDAD DE LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Las personas con una orientación sexual determinada y diferente a la comúnmente aceptada, no debe ser objeto de discriminaciones por esa sola condición. Es evidente que, el artículo 14, inciso 6), del Código de Familia al establecer un motivo de impedimento legal del matrimonio entre personas de un mismo sexo, resulta, a todas luces, discriminatorio, puesto que, no existe un motivo objetivo y razonable para formularlo, sobre todo, si esa institución tiene por objeto fundamental la vida en común, la cooperación y el mutuo auxilio, aspectos que, también, pueden predicarse respecto de una pareja del mismo sexo y no exclusivamente de una heterosexual. Adicionalmente, el 201 entero ordenamiento jurídico interno, resulta desde una perspectiva sistemática y general, discriminatorio, en cuanto no le ofrece a las parejas del mismo sexo otra alternativa de convivencia, condenándolas a tener una existencia fáctica sin regulación normativa alguna y, por consiguiente, dejando sus efectos y consecuencias en un limbo jurídico con la correlativa y manifiesta inseguridad jurídica que acarrea esa laguna normativa. V.- LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DE LAS PERSONAS CON UNA ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. El fundamento de los derechos humanos y fundamentales encuentra asidero en la dignidad intrínseca a todo ser humano y, desde luego, en el libre albedrío que le es consustancial. Toda persona tiene el derecho al libre desarrollo de su personalidad o a su propia autodeterminación, siendo una de sus principales manifestaciones la orientación sexual por la que opte, la cual forma parte de la esfera de intimidad o privacidad por lo que debe estar exenta de cualquier injerencia externa. Si la escogencia de una determinada orientación sexual forma parte del libre desarrollo de la personalidad, el Estado y sus instituciones deben adoptar todas aquellas medidas necesarias y pertinentes que la respeten y estimulen, de modo que no puede soslayarse la determinación que libremente adopta un grupo considerable de la población, propiciando una anomia e inseguridad jurídica. Todo ser humano tiene el derecho a autodeterminarse con el propósito de ser feliz, siempre que no transgreda los derechos de los terceros y los límites intrínsecos y extrínsecos (v. gr. orden público, buenas costumbres, moral, etc.) de los derechos fundamentales de los que son titulares. Si un ser humano obtiene felicidad y desarrollo pleno manteniendo una relación de pareja con una persona del mismo sexo tanto los entes públicos como el resto de la colectividad deben respetar y tolerar esa opción libre de autodeterminación o de desarrollo de la personalidad y, desde luego, lo que es más importante, ofrecer soluciones y alternativas jurídicas para regular y normar esas situaciones evitando la inercia en su abordaje en virtud de una serie de prejuicios históricos, sociales y religiosos. Finalmente, cabe agregar que son consustanciales a un Estado Social y Democrático de Derecho maduro los valores constitucionales de la tolerancia y el respeto por las opciones que, en el ejercicio del libre desarrollo de la personalidad, adopten las personas. VI.- INTERES SUPERIOR DEL NIÑO Y LA LIMITACIÓN DE ALGUNOS EFECTOS INHERENTES AL MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO. La Declaración de los Derechos del Niño (Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1959, resolución 1386, XIV) establece en su Principio 2° que en las medidas legislativas y de otra índole que se adopten para la protección especial del menor, su desarrollo físico, mental, moral, espiritual y social normal y en condiciones de libertad y dignidad "(…) la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño" -concepto reiterado en el Principio 7°, párrafo 2°-. Por su parte, la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 3°, párrafo 1°, preceptúa que "En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño". De otra parte, precisamente en aras del interés superior del niño, en condiciones ordinarias y normales, tiene derecho a conocer a sus padres y a ser cuidado por éstos y, desde luego, para su pleno y armonioso desarrollo de su personalidad a contar, salvo excepciones calificadas, con la presencia permanente de la figura paterna y materna (artículos 7°, párrafo 1°, 9°, 10 y 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño). Sobre este particular, el Principio 6 de la Declaración de los Derechos del Niño, dispone que "El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres (…)". La presencia de la figura paterna y materna y de sus distintos roles, como derecho del niño en condiciones ordinarias, determina que ciertos efectos inherentes a la institución del matrimonio, no puedan ser reconocidos a las parejas de un mismo sexo que optan por ese modelo jurídico de convivencia, tales como la posibilidad de adoptar menores de edad o bien de compartir la patria potestad, en caso de disolución de un matrimonio heterosexual previo. Ernesto Jinesta Lobo Nota del Magistrado Cruz Castro: Coincido plenamente con el criterio que se expresa en el voto mayoritario, sin embargo, debo destacar que desde el punto de vista socio-cultural, el matrimonio ha tenido una clara vocación heterosexual. Antes que surgiera el 202 tema de los derechos fundamentales, con la revolución norteamericana y la revolución francesa, el matrimonio se concebía como un instituto que requería que los cónyuges fuesen de diferente sexo. Esta definición no sólo tiene un origen ético-religioso, especialmente en la perspectiva judeocristiana, sino que cumple una función muy importante: ser un poderoso instrumento de control de la sociedad patriarcal sobre la mujer. En el derecho romano, de indudable valor en la cultura occidental, los derechos de la mujer casada tenían una clara restricción a favor del esposo. Esta asimetría no puede considerarse como una protección para las mujeres, pues más bien se las catalogaba como incapaces de ejercer su libertad. La Historia del Derecho, desde las leyes babilónicas, las normas que contiene el Antiguo Testamento, las Epístolas de San Pablo, los textos de los Padres de la Iglesia y de los Escolásticos, las normas vigentes en la Grecia clásica, el derecho romano, el derecho medieval hasta el Código Napoleón y todos los cuerpos normativos que de él se derivan, demuestran que el matrimonio y la familia que lo sustenta, se erigió como un instrumento de control de la cultura patriarcal y de los varones sobre las mujeres. El matrimonio suponía la existencia de una persona que se sometía a la voluntad y el control de la otra, en este caso, las mujeres debían acatar la voluntad del marido. En el siglo XIX, el jurisconsulto inglés Sir William Blackstone, describía el matrimonio en términos esencialmente asimétricos, destacando que este instituto “…anula la misma existencia legal de la mujer, o al menos queda incorporada o consolidada en la del marido, bajo cuya ala, protección y cobijo ella realiza todo….Mi mujer y yo somos uno, y ese uno soy yo…”. Hasta 1975, el código civil español equiparaba la mujer casada a los niños, a los locos o dementes y a los sordomudos que no supieran leer ni escribir; esta definición les impedía contratar (art. 1263 del código civil español ). El papel de la mujer dentro de la institución matrimonial tenía una clara definición y vocación subalterna. Los escritos desde el medioevo hasta la década del setenta del siglo veinte, destacan en la mujer la sumisión y la obediencia al marido, aún contra sus propios intereses. Por ejemplo, entre las familias reales existía la regla que establecía que si no podía heredar un varón, las propiedades y el título no lo podía ejercer, autónomamente, una mujer. Así le ocurrió a Leonor de Aquitania, a quien no se le permitió gobernar por sí misma, debiendo cederlo a los sucesivos esposos que tuvo. En alguna ocasión, uno de sus cónyuges la privó de su libertad, sin que tal acción tuviese consecuencias, pues era admisible que el marido le limitara la libertad a su esposa. Ni siquiera con la Ilustración y sus filósofos se modificó la situación, pues los derechos fundamentales de las personas, especialmente la libertad, no incluía a las mujeres. Esta discriminación la asumieron y la legitimaron intelectuales tan prestigiosos como Kant, Rousseau y Locke. Rousseau proponía que para los “…varones la política, la jerarquía, la cultural, el temple, el valor y el acuerdo. Para las mujeres, el arreglo de la casa, la obediencia, la dulzura y en general facilitar la libertad y el éxito de los varones…”. No es casual que hace quince años se admitía en muchos países, que la mujer podía ser sometida sexualmente mediante violencia por su marido, sin que cometiera el delito de violación. La historia de la institución matrimonial demuestra poca compatibilidad con los derechos fundamentales; se ha tenido que hacer un gran esfuerzo, que todavía no ha concluido, para que el matrimonio sea compatible con las libertades fundamentales. No ha sido una institución que haya propiciado la dignidad y la autonomía de las mujeres; su historia es constitucionalmente impresentable, por esta razón estimo que el matrimonio no es un derecho humano fundamental.. La imposibilidad que dos personas del mismo sexo no puedan contraer matrimonio conforme al marco jurídico tradicional, no conculca ningún derecho constitucional, pues en materia afectiva, no es la autoridad política la que legitima y reivindica tales uniones. El análisis crítico y los trabajos de investigación que han hecho destacadas intelectuales costarricenses como Yadira Calvo y Eugenia Rodríguez, demuestran que el matrimonio ha sido más una institución de control sobre las mujeres que un espacio que haya propiciado el desarrollo de su dignidad. Lo que no puede hacer el Estado es impedir que los ciudadanos, ejerciendo su libertad, constituyan las relaciones afectivas que estimen convenientes, salvo las limitaciones que prevé el artículo 28 de la Constitución Política. En este sentido, las parejas del mismo sexo, no tienen ninguna limitación. El reconocimiento constitucional del matrimonio que contiene el artículo cincuenta y dos, responde a una tradición socio-cultural que tiene poca relación con la historia política de la libertad. Esta es la razón por la que se reconoció la unión de hecho, como una manifestación alternativa de la forma en que las personas consideran que deben expresar su afecto, sin necesidad que exista una intervención estatal. Los efectos de las uniones sí tienen trascendencia constitucional respecto de la descendencia, los bienes y la ayuda económica solidaria. Empero, respecto a la legitimidad y pertinencia de una relación afectiva entre dos personas, la intervención del Estado no es determinante ni constitucionalmente trascendente. Si se impidiera la convivencia de ciudadanos del mismo sexo o se criminalizara la homosexualidad, sí se estarían conculcando derechos tan importantes como la intimidad y la dignidad. No me cabe la menor duda que uno de los elementos decisivos en esta polémica, es la intolerancia de una sociedad que asume, erróneamente, la homogeneidad y que ignora el derecho a ser diferente, siempre que tal 203 disidencia no exceda los límites que fija el artículo 28 de la Constitución Política. En la historia trágica de la intolerancia, el caso del escritor irlandés Oscar Wilde, es paradigmática. Su vida se malogró a causa de la intolerancia de una sociedad que no admitía que su preferencia afectiva no fuese heterosexual. Este drama lo describe muy bien el escritor en su obra: “De profundis- La tragedia de mi vida”, al señalar los efectos lacerantes y trágicos de una sociedad que tradujo su intolerancia en normas penales que reprimían la homosexualidad y que permitieron el enjuiciamiento y condena de Wilde, a quien se le impuso dos años de trabajos forzados en la cárcel de Reading. El escritor irlandés capta muy bien la esencia de la intolerancia que ha reprimido sin rubor a los que se cataloga como diferentes, despojándolos de su dignidad, tal como ha ocurrido con los negros, las mujeres, los homosexuales, los judíos, los árabes, los indígenas, etc; la lista es interminable, sin embargo, vale la pena recordar los efectos de estas “sentencias sociales” dictadas desde el podio del prejuicio y la intolerancia. La sensibilidad de Wilde capta muy bien los efectos de la represión que se sustenta en la intolerancia, cuando en la obra mencionada describe su dolor y su drama, en los siguientes términos: “…En todos nuestros procesos nos jugamos la vida, así como todas las sentencias son para nosotros sentencias de muerte. Y yo he sido procesado tres veces. La primera vez abandoné la sala para quedar detenido; la segunda, para ser conducido de nuevo a la prisión, y la tercera, para irme dos años a la celda de un presidio. La sociedad, tal como la hemos ordenado, no me reserva ningún puesto, ni puede brindarme ninguno: pero la naturaleza, cuya dulce lluvia cae lo mismo sobre los justos que sobre los pecadores, tendrá en las rocas de sus montañas alguna hendidura en que me pueda refugiar y valles ocultos en cuyo silencio me sea dado llorar libremente. Ella hará que la noche se pueble de estrellas, para que yo, en el destierro, pueda caminar seguro en las tinieblas. Y hará que el viento borre las huellas de mis pasos, para que nadie pueda perseguirme y dañarme. Lavará mis faltas en la inmensidad de sus aguas y me curará con sus hierbas amargas. (………..). ¡ Cuán mezquino y estrecho es este nuestro siglo, y qué poco apropiado a sus vicios ! Al éxito le da un palacio de porfirio, pero no tiene siquiera una choza para la vergüenza y el dolor. Cuánto puede hacer por mí es invitarme a cambiar de nombre, cuando la misma Edad Media hubiérame ofrecido el capuchón de monje o el cubrefaz del leproso, tras los cuales hubiera podido vivir en paz…..”. La acción planteada tiene relación con la intolerancia, cuyo sustento y esencia no puede disiparse en esta instancia constitucional. Si hubiese verdadera tolerancia y respeto por las opciones diferentes, el reconocimiento estatal de la unión entre personas del mismo sexo, no tendría trascendencia. La jurisdicción constitucional abre espacios de libertad y puede ampliar, en algunas ocasiones, el contenido y alcance de los valores democráticos, pero en este caso, el activismo judicial no puede exceder una clara y definida tradición socio-histórica que ha determinado que el matrimonio es una institución aplicable a los heterosexuales. Esta autocontención de la jurisdicción constitucional no excluye, de ninguna manera, la actividad del parlamento, como expresión directa de la voluntad popular, para que adopte las medidas que estime pertinentes a favor de las personas del mismo sexo que conviven en una unión estable y que enfrentan imprecisiones normativas respecto de los bienes en común o el auxilio que debe brindar la seguridad social y otras instancias de vocación solidaria, cuando fallece alguno de sus integrantes o se produce la ruptura. En una sociedad pluralista, al igual que se resolvió en el caso de las uniones de hecho, la autoridad política por excelencia como el parlamento, debe propiciar múltiples opciones para que las personas que sin constituir un matrimonio, en su visión tradicional, puedan encontrar un marco jurídico legal que contemple las particularidades derivadas de una convivencia en la que se crea una relación de solidaridad y afecto. Fernando Cruz Castro Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 11962 – 06 Partes Caso Brian López vs Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social El recurrente presentó la solicitud de pensión por la muerte de Marvin Cordero, en su condición de compañero marital del fallecido. Esta solicitud fue resuelta negativamente. El recurrente entonces interpuso un recurso de apelación que también fue rechazado. Se alega que el motivo del rechazo de la solicitud de pensión constituye una discriminación 204 Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión por sí misma. Artículo 33 de la Constitución Política El recurrente solicita una pensión, mediante declaración jurada, como compañero del fallecido, lo que de conformidad con la ley no es procedente, porque el artículo 242 del Código de Familia dispone que: “la unión de hecho es pública, notoria, única y estable por más de tres años, entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer matrimonio…” y la acción de inconstitucionalidad número 04-010401-0007-CO, promovida por el recurrente contra el artículo 242 del Código de Familia fue rechazada de plano por sentencia número 2005-04373 de catorce horas con cincuenta y dos minutos del veintiuno de abril del dos mil cinco. Pero tampoco el recurrente se encuentra en ninguno de los supuestos previstos por el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja Costarricense de Seguro Social, con lo cual, no se configura discriminación alguna en su perjuicio Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 11962 2006 03-010581-0007-CO Sala Constitucional 16/08/2006 3:35:00 PM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 03-010581-0007-CO Res. Nº 2006011962 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las quince horas y treinta y cinco minutos del dieciséis de agosto del dos mil seis. Recurso de amparo interpuesto por Brian López Espinoza, soltero, diseñador de modas, nicaragüense, cédula de residencia 270-169513-098495, contra el Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social.-. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 15:40 hrs. de 9 de octubre de 2003, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Gerente de la División de Pensiones de la CCSS y manifiesta que el 21 de febrero solicitó pensión por la muerte de Marvin Cordero Solano, quien fue su compañero sentimental durante varios años, a quien atendió, como único amigo y pariente, durante todo el proceso de su enfermedad y muerte; reclama que por resolución de 6 de mayo de 2003, el Jefe del Departamento de Pensiones de la CCSS contestó negativamente su solicitud, lo cual apeló y, finalmente, la Gerencia de Pensiones rechazó la apelación porque no se configura, en su caso, la unión de hecho, al tratarse de una pareja homosexual, según interpretación del artículo 242 del Código de Familia y por haber reconocido el carácter de relación sentimental con el fallecido, lo cual es motivo para que no se tomen en cuenta los alegatos planteados en la apelación, en el sentido de que por razones de amistad cuidó al fallecido durante su enfermedad; considera que según las leyes y reglamentos que rigen la materia 205 de pensiones, cualquiera que hubiera actuado objetivamente como él lo hizo, tendría derecho a que se le reconocieran sus derechos de pensión, aún sin existir relación matrimonial o unión de hecho. Considera que lo anterior constituye una discriminación y trato desigual contraria a sus derechos fundamentales, así como una violación de sus derechos patrimoniales.2.- El Dr. Juan Luis Delgado Monge, Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social, informa que si bien es cierto que el recurrente presentó solicitud de pensión por muerte el 21 de febrero de 2003, lo hizo en su condición de compañero marital del fallecido, como expresamente lo indica en su solicitud; por resolución 017020993 de 6 de mayo de 2003 es resuelta la solicitud; el 12 de mayo de 2003 interpuso recurso de apelación que fue rechazada por resolución 25074. Se le denegó la solicitud por no configurarse la unión de hecho al tratarse de una pareja homosexual, lo cual no es interpretativo sino expreso y taxativo de lo que indica claramente el artículo 242 del Código de Familia, que en lo que interesa dice: “la unión de hecho es pública, notoria, única y estable por más de tres años, entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer matrimonio…” y, además, efectivamente, el recurrente reconoce su condición de relación sentimental con el fallecido, ya que mediante declaración jurada, con la fórmula que indica su título “para compañera (o) sobreviviente”, la cual rinde bajo juramento. En las preguntas 1 y 3 el recurrente reconoce que convivía con el fallecido y que mantuvieron relación de pareja. No se tomaron en cuenta los alegatos que presenta en su apelación porque contravienen flagrantemente lo indicado por el recurrente en su declaración jurada que aceptó y refrendó como verdadera. Por otra parte, el Reglamento de Invalidez Vejez y Muerte no contempla el beneficio ni para amigos del fallecido ni por ser el único ser humano que estuvo a su lado ante el rechazo familiar. La legislación existente únicamente contempla el beneficio para en casos de esposos o esposas, compañeras y compañeros maritales, huérfanos, padres o hermanos, por lo que no es cierto que tendría derecho a que se le reconozca la pensión. No es cierto que se le esté persiguiendo ni inquietando por el hecho de que él solicitó el beneficio en su condición de compañero marital del fallecido, como tampoco que se le esté dando un trato diferente, ya que su apelación no encuentra asidero en la legislación existente (fs. 7 a 9).3.- Por auto número 2003-12095 de 11:15 hrs. de 24 de octubre de 2003 se reservó el dictado de la sentencia del presente amparo hasta tanto no fuera resuelta la acción de inconstitucionalidad número 03-008127-0007-CO, la cual fue declarada sin lugar por sentencia número 2006-07262 de las catorce horas con cuarenta y seis minutos de veintitrés de mayo de 2006, la cual aún ha sido notificada a las partes.4.- El 20 de octubre de 2004, el recurrente presentó la acción de inconstitucionalidad número 04-0104010007-CO, que fue rechazada de plano por sentencia número 2005-04373 de catorce horas con cincuenta y dos minutos del veintiuno de abril del dos mil cinco.5.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.Redacta el Magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso. El recurrente impugna el rechazo del recurso de apelación que presentó en contra de la resolución que le denegó una pensión por fallecimiento solicitada a la Gerencia de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social. Aunque la procedencia o improcedencia del otorgamiento de una pensión es, en principio, materia de mera legalidad, cuyo conocimiento corresponde a la administración y, en su caso, a la jurisdicción ordinaria, como se alega que el motivo del rechazo de la solicitud de pensión constituye una discriminación, por sí misma, como vulneración del derecho fundamental a la igualdad, el asunto es admisible, en ese sentido.II.- El informe rendido bajo la fe del juramento por el Dr. Juan Luis Delgado Monge, Gerente de la División de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social, así como la copia del expediente administrativo aportada como prueba, acreditan que: 206 1. el 21 de febrero de 2003, el recurrente presentó solicitud de pensión por muerte de Marvin Cordero Solano, en su condición de compañero marital del fallecido; 2. por resolución 017020993 de 6 de mayo de 2003 es resuelta negativamente la solicitud; 3. el 12 de mayo de 2003 el recurrente interpuso recurso de apelación que fue rechazada por resolución 25074 de 11:42 hrs. de 15 de julio de 2003; III.- Del cuadro fáctico no se desprende vulneración alguna de los derechos fundamentales del recurrente; tal como lo acredita el Gerente de la División de Pensiones de la CCSS y el expediente administrativo, el recurrente solicita una pensión, mediante declaración jurada, como compañero del fallecido, lo que de conformidad con la ley no es procedente, porque el artículo 242 del Código de Familia dispone que: “la unión de hecho es pública, notoria, única y estable por más de tres años, entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer matrimonio…” y la acción de inconstitucionalidad número 04-010401-0007-CO, promovida por el recurrente contra el artículo 242 del Código de Familia fue rechazada de plano por sentencia número 2005-04373 de catorce horas con cincuenta y dos minutos del veintiuno de abril del dos mil cinco. Pero tampoco el recurrente se encuentra en ninguno de los supuestos previstos por el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja Costarricense de Seguro Social, con lo cual, no se configura discriminación alguna en su perjuicio.Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M. Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C. Horacio González Q. Jorge Araya G. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 18660 – 07 Partes Caso Normativa Violentada Desarrollo Luz Torres vs Bar y Chicharronera Rancho Alegre La recurrente acusa que fue objeto de trato discriminatorio porque se le prohibió la permanencia dentro del bar, en razón de su preferencia sexual. La recurrente llegó en compañía de otras amigas al bar recurrido. Al unírseles otra mujer, ésta se sentó con la recurrente y comenzaron a manifestarse afecto, lo que empezó a llamar la atención de los demás clientes. Como consecuencia de la conducta de la recurrente y su amiga hubo reclamos. El encargado del bar tomó la decisión de esperar a que la amparada y sus amigas consumieran lo que se les había servido y no brindarles más atención por ese día. Como reacción porque no se les continuaba dando servicio ni se les vendía más bebidas en el local, la recurrente y sus amigas decidieron retirarse del establecimiento. Artículo 33 de la Constitución Política Artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos La discriminación por motivos de orientación sexual es contrario al concepto de dignidad debidamente consagrado en la Constitución Política y en los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos suscritos por nuestro país. No son permitidos los actos que atenten contra el derecho a la igualdad y dignidad humana de las personas por su orientación sexual, pues tienen derecho a acceder a cualquier 207 Conclusión establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su preferencia sexual. En el caso particular la medida asumida por el administrador del Bar recurrido -, de suspender el servicio de bar durante ese día a la amparada y a las personas que la acompañaban en su mesa-, es consecuencia de la actitud erótica y provocativa asumida por ésta y otra amiga actitud que llamó la atención de la demás clientela y creó confusión en el lugar; asunto que no revela acto de discriminación por orientación sexual en su contra, sino que es una medida proporcional para reducir los riesgos y evitar inseguridad en el establecimiento. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : 18660 Año : 2007 Expediente: 07-013203-0007-CO Despacho: Sala Constitucional Fecha: 21/12/2007 Hora: 11:17:00 AM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Cruz Castro Fernando Clase de asunto: Recurso de amparo Tiene Voto Salvado Exp: 07-013203-0007-CO Res. Nº 2007-018660 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas y diecisiete minutos del veintiuno de diciembre del dos mil siete. Recurso de amparo que se tramita en expediente número 07-013203-0007-CO, interpuesto por LUZ PAULINA TORRES MORA, cédula de identidad número 0111270982, contra REPRESENTANTE DEL ESTABLECIMIENTO DENOMINADO BAR Y CHICHARRONERA RANCHO ALEGRE.Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 16:10 horas del 10 de octubre de 2007, la recurrente interpone recurso de amparo contra el REPRESENTANTE DEL ESTABLECIMIENTO DENOMINADO BAR Y CHICHARRONERA RANCHO ALEGRE y manifiesta que se le prohibió el ingreso y permanencia al local recurrido, en razón de ser discriminada por su preferencia sexual. 2.- Contesta la audiencia Miguel Parra Gómez, en su calidad de representante del negocio comercial denominado Bar Chicharronera Rancho Alegre (folio 40), que el 20 de marzo de 2007 la recurrente en compañía de otras amigas, asistieron e ingresaron al local, escogieron una mesa en la que se ubicaron y fueron debidamente atendidas por la salonera; se les recibió su pedido y se les sirvió, situación que reconoce la amparada. Hasta ese momento la conducta que presentaban la recurrente y sus amigas era propia de un grupo de personas conversando y compartiendo. Luego se les unió otra compañera y el comportamiento de la recurrente varió considerablemente, en razón de que se sentaron juntas, comenzaron a besarse entre sí y a darse afecto, manifestaciones que se profesaban en reiteradas ocasiones; lo que empezó a llamar la atención de los demás clientes, creando comentarios e indisposición, así como expresiones dentro del establecimiento principalmente de los que se ubicaban en la barra del bar; al extremo que hubo reclamos reiterados de clientes dirigidos al encargado del bar y a la administración, de 208 que esas muestras de afecto resultaban chocantes al pudor y dignidad de los demás. Agrega que debido al comportamiento y conducta indebida de la recurrente y su amiga dentro del bar, se tomó la decisión de esperar que consumieran lo que se les había servido y no brindarles más atención por ese día; esto en aras de salvaguardar su integridad, dignidad y decoro ante los agravios de expresiones verbales y gestos que proferían otros clientes que se encontraban en el establecimiento. Añade que al no continuarse brindando atención a la mesa en que se encontraba la recurrente y sus amigas, una de ellas se acercó a la barra del establecimiento a comprar las bebidas por lo que el bar tender le indicó en forma cordial y amable que “por hoy no se les va a vender más”. Dice que las conductas pasadas de tono y falta de decoro riñen con las costumbres de la mayoría de los clientes en el establecimiento. Que como reacción porque no se les continuaba dando el servicio ni se les vendía más bebidas, la recurrente y sus amigas decidieron retirarse del establecimiento, pero nunca recibieron maltrato ni humillación alguna de parte de la administración ni de empleados del local comercial, ni se aceptó ningún tipo de expresión o manifestación de parte del grueso de los clientes. Aclara que en el establecimiento no se prohíben las muestras de afecto propias de una relación de pareja, y tampoco se ha tenido problemas con las preferencias sexuales de muchos de los clientes; incluso cono motivo de manifestaciones públicas en pro de las preferencias sexuales entre personas de un mismo sexo, el establecimiento ha sido concurrido y visitado por estos manifestantes y se les ha permitido su ingreso y atendido no obstante no se acepta conductas que riñan con la moral, la dignidad, recato y costumbre del grueso de los clientes que se encuentren dentro del establecimiento, o que rallen en conductas eróticas o insinuaciones de profundo contenido sexual que evidentemente altera la tranquilidad de cualquier local; y fue en ese sentido que se emitió y circuló un correo electrónico en el que se expresa que las puertas del establecimiento están abiertas a todas las personas. Que si bien existen clientes que se quejan de comportamientos que quizás no comprenden, esperan que esa mentalidad cambie y que puedan convivir sin juzgar a las demás personas. Reitera que a la amparada nunca se le negó el ingreso al establecimiento ni se conculcó el principio de igualdad. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- Erika Rojas Calderón, en su condición de representante de la Asociación Colectiva por el derecho a Decidir presenta coadyuvancia activa y manifiesta que los hechos denunciados por la recurrente se fundamentan en principios y conductas lesbofóbicas y por tanto discriminatorias, que no deberían permitirse en un Estado democrático de derecho. Que la conducta discriminatoria se expresa por tres distintas condiciones de la denunciante, las cuales son: ser mujer, ser lesbiana y ser joven; lo que contraviene la Convención sobre la eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (artículo 2); la Declaración y el Programa de Acción de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993 (párrafo 18); la Declaración de Quito firmada por Costa Rica durante la X Conferencia Regional de la Mujer; así como la Ley General de VIH/SIDA (artículo 48). Pide se declare con lugar el recurso. 4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Cruz Castro ; y, Considerando: I.- Cuestiones preliminares . A) Sobre el amparo interpuesto contra un sujeto de derecho privado. En primer lugar debe señalarse que el recurso es interpuesto contra un sujeto de derecho privado, la empresa Bar Chicharronera Rancho Alegre. Sobre el particular indica la Ley de la Jurisdicción Constitucional, artículo 57, que esta clase de demandas se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado cuando éstos actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren, de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma Ley. En el caso particular, siendo que el tema de análisis es la discriminación por preferencia sexual, la empresa recurrida se encuentran en una posición de poder frente a la amparada pues de lo que se trata es de verificar si la negativa a ingresar y permanecer en un bar es un trato discriminatorio o no, y para ello los remedios jurisdiccionales resultan insuficientes y tardíos, en especial porque no existe en nuestro Ordenamiento Jurídico, una medida cautelar que en caso de demostrarse una falta, permita restituir al recurrente en el pleno goce de los derechos que considera violentados, con lo cual, se le estaría causando un perjuicio directo e inmediato Razones por las cuales el recurso es 209 admisible. B) Sobre la coadyuvancia activa. El párrafo final del artículo 34 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional establece la figura de la coadyuvancia. Se trata de una forma de intervención adhesiva que se da cuando una persona actúa en un proceso adhiriéndose a las pretensiones de alguna de las partes principales. En cuanto a la naturaleza jurídica de la coadyuvancia, este Tribunal en la sentencia Nº 3235-1992 de las 9:20 hrs. del 30 de octubre de 1992, resolvió en lo conducente que: “(…) La coadyuvancia es una forma de intervención adhesiva que se da cuando una persona actúa en un proceso adhiriéndose a las pretensiones de alguna de las partes principales, como consecuencia está legitimado para actuar como coadyuvante quien ostente un interés directo en el resultado del recurso, pero al no ser actor principal, el coadyuvante no resultará directamente afectado por la sentencia, es decir, la eficacia de ésta no podrá alcanzarle de manera directa e inmediata, ni le afecta la condición de cosa juzgada del pronunciamiento, aunque en materia de amparo pueda favorecerle la eficacia de lo resuelto, debido al carácter ‘erga omnes’ que tiene la Jurisprudencia y precedentes de la jurisdicción constitucional (artículo 13 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional)” A partir de lo anterior y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 34 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, la Sala acoge la petición de la coadyuvante Erika Rojas Calderón representante de la Asociación Colectiva por el Derecho a Decidir, cédula jurídica número 3-002- 403797, dejando claro que ésta, por no ser la actora principal, no resulta directamente afectada por la sentencia ni le afecta personalmente la condición de cosa juzgada del pronunciamiento. II.- Objeto del recurso . La recurrente acusa que fue objeto de trato discriminatorio por parte de la recurrida, que le prohibió el ingreso y permanencia dentro del local comercial bar Chicharronera Rancho Alegre, en razón de su preferencia sexual. III.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a. Que el 20 de marzo de 2007 la recurrente llegó en compañía de otras amigas, al Bar Chicharronera Rancho Alegre en que consumieron en una mesa y fueron debidamente atendidas por la salonera asignada (hecho no controvertido). b. Que al unírseles otra mujer, ésta se sentó con la recurrente y comenzaron a manifestarse afecto, lo que empezó a llamar la atención de los demás clientes (informe, folio 40). c. Como consecuencia de la conducta de la recurrente y su amiga hubo reclamos reiterados de clientes al encargado del bar y a la administración de que esas muestras de afecto resultaban chocantes al pudor y dignidad de los demás (informe folio 40). d. Que el encargado del bar recurrido como medida para evitar el desorden dentro del establecimiento, tomó la decisión de esperar a que la amparada y sus amigas consumieran lo que se les había servido y no brindarles más atención por ese día (informe folio 40). e. Que dentro del local, otros clientes proferían expresiones groseras y gesticulaban contra la amparada y su amiga (informe, folio 40). f. Que como reacción porque no se les continuaba dando servicio ni se les vendía más bebidas en el local, la recurrente y sus amigas decidieron retirarse del establecimiento (informe, folio 40). g. Que a la amparada no se le ha impedido el ingreso al Bar recurrido (informe folio 40). IV.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos de relevancia para esta resolución: a. Q ue las preferencias sexuales de la recurrente hayan sido motivo de discriminación por parte de la recurrida. b. Que la amparada haya sido víctima de maltrato o humillación alguna de parte de la administración ni de empleados del local comercial. V .- Sobre la discriminación sexual . A través de su línea jurisprudencial esta Sala ha reconocido como principio jurídico fundamental contenido en la Constitución Política de Costa Rica el respeto a la dignidad de todo ser humano y, en consecuencia, la prohibición absoluta de realizar cualquier tipo de discriminación contraria a esa dignidad. Discriminar, en términos generales, es diferenciar en perjuicio de los derechos y la dignidad de un ser 210 humano o grupo de ellos; en este caso de los homosexuales. A partir de lo anterior, puede válidamente afirmarse que la discriminación por motivos de orientación sexual es contrario al concepto de dignidad debidamente consagrado en la Constitución Política y en los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos suscritos por nuestro país. A manera de ejemplo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prohíbe en su artículo 26 la discriminación por motivos de "raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social"; de lo que también deriva que no son permitidos los actos que atenten contra el derecho a la igualdad y dignidad humana de las personas por su orientación sexual, pues tienen derecho a acceder a cualquier establecimiento comercial y a recibir un trato igual, sin discriminación en razón de su preferencia sexual. VI. Del caso particular . En el memorial del recurso de amparo, la recurrente acusa que es objeto de discriminación por parte de la administración del local comercial Bar Chicharronera Rancho Alegre, en el tanto por su sola condición de homosexual, se le impidió su permanencia en el lugar. Contrario a lo que afirma la amparada, manifiesta el representante del local comercial recurrido que la recurrente se presentó el 20 de marzo al Bar y Chicharronera Rancho Alegre, lugar en el que en su condición de administrador, dejó de brindarle el servicio ese día debido a que la amparada empezó a asumir comportamientos indebidos y eróticos con una amiga que ingresó un tiempo después al local, lo que alteró la tranquilidad del lugar, poniendo en riesgo su propia seguridad y la de los demás. Del cuadro fáctico anterior estima la Sala que la conducta descrita y desplegada por la recurrida no revela discriminación sexual en contra de la recurrente sino que la intención del recurrido, al tomar la medida de no vender más bebidas alcohólicas a la recurrente y a las personas que la acompañaban en su mesa, fue la que estimó adecuada y necesaria para reducir la confusión y el barullo provocado por la actitud exhibicionista de algunos clientes, entre ellos la recurrente; posición congruente frente a la actitud indebida e indecorosas en un establecimiento donde se expenden bebidas alcohólicas y que se dispone independientemente de la preferencia sexual de quien la asume. Por consiguiente, no existiendo prueba que desmienta las manifestaciones del representante del Bar y Chicharronera Rancho Alegre, se descarta descarta la violación a los derechos invocados por la recurrente. VII.- Conclusión Así las cosas, al no tenerse por probada en esta sentencia la violación de los derechos fundamentales de la promovente, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, no sin antes advertir dos cosas: en primer lugar que la medida asumida por el administrador del Bar recurrido -, de suspender el servicio de bar durante ese día a la amparada y a las personas que la acompañaban en su mesa-, es consecuencia de la actitud erótica y provocativa asumida por ésta y otra amiga el 20 de marzo de 2007, actitud que llamó la atención de la demás clientela y creó confusión en el lugar; asunto que no revela acto de discriminación por orientación sexual en su contra, sino que es una medida proporcional para reducir los riesgos y evitar inseguridad en el establecimiento. Por último, estima la Sala necesario apuntar que si bien el artículo 35 de la Ley de esta Jurisdicción regula el consentimiento ya sea expreso o tácito, únicamente en cuanto a actos administrativos, lo cierto es que llama la atención de este Tribunal que los hechos que cuestiona la recurrente acaecieron el 20 de marzo del 2007; y no es sino hasta el 1° de octubre del mismo año que la amparada acude a la Sala a presentar el recurso y acusar la supuesta violación de sus derechos fundamentales; esto es, casi siete meses después de haberse dado la situación que la aqueja. Con base en lo expuesto, lo procedente es declarar sin lugar el recurso, al no haberse constatado en este expediente lesión a derecho constitucional alguno. Los Magistrados Calzada Miranda, Vargas Benavides y Jinesta Lobo salvan el voto y declaran con lugar el amparo, con sus consecuencias.Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. 211 Jorge Araya G. Voto Salvado de la Magistrada Calzada y los Magistrados Vargas y Jinesta, con redacción del segundo. Diferimos del voto de mayoría en cuanto declara sin lugar el recurso, y en su lugar, lo declaramos con lugar con todas sus consecuencias, por los motivos que de seguido se exponen. Es evidente en el caso concreto, que la amparada y su pareja fueron objeto de tratos discriminatorios por parte de los empleados del establecimiento recurrido, únicamente en razón de su orientación sexual. Si bien está demostrado que a las afectadas se les permitió el ingreso al Bar y Chicharronera Rancho Alegre donde inicialmente recibieron el servicio respectivo, lo cierto es que los propios representantes de dicho establecimiento aceptan que posteriormente se les indicó que ya no se les atendería más, como consecuencia de las quejas recibidas por los demás clientes del lugar, debido a las manifestaciones de afecto que realizaban y que según los informantes “resultaban chocantes al pudor y dignidad de los clientes”. Lo anterior, sin duda nos lleva a concluir que los personeros del establecimiento comercial en cuestión cedieron a las presiones de los demás clientes, que invadidos por los prejuicios sociales, reclamaron las muestras de cariño que la amparada daba a su pareja, como ocurre en cualquier relación sentimental. Si bien, el establecimiento es de naturaleza privada, lo cierto es que está destinado a la atención del público en general, por lo que aun reservándose el derecho de admisión, dicha reserva no puede ir jamás en contra de los derechos fundamentales de las personas. En este caso, no existe prueba alguna que los personeros del Bar Chicharronera Rancho Alegre, hayan impedido a parejas heterosexuales realizar muestras de cariño el día que sí lo hicieron con la amparada y su pareja, lo cual demuestra que en realidad se les negó su atención con fundamento en argumentos discriminatorios y por la presión ejercida por los demás clientes, quienes en todo caso no tenían por qué sentirse afectados por la situación. Si bien, entendemos que en todo establecimiento se puede exigir un código de conducta respetable y acorde con las buenas costumbres, lo cierto es que no existe prueba alguna en este caso que evidencie que la amparada y su pareja estuvieran realizando actos indecorosos, sino únicamente muestras de cariño propias de cualquier relación de pareja. Lo anterior, sumado a que no existe tampoco prueba alguna de que ese día se haya aplicado tal restricción a las demás parejas heterosexuales, y por el contrario, los informantes aceptan que la atención de la amparada se negó por las muestras de cariño que en su criterio “reñían con las costumbres de más del ochenta por ciento de los clientes que se encontraban en el establecimiento”, nos llevan a concluir que en el caso concreto se ha producido una actuación absolutamente discriminatoria y contraria a los derechos fundamentales más elementales, como es el caso del derecho a la libre orientación sexual. Por lo anterior, estimamos que el presente recurso debe acogerse, con sus consecuencias. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Ernesto Jinesta L. 212 Discriminación en la Igualdad Salarial Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 16090-05 Partes Caso Normativa Violentada Desarrollo Conclusión Zeidy Ramos vs Ministro de Seguridad Pública. La recurrente, quien es policía, alega que a pesar de haber enviado nota a la Encargada de Incentivos de la Dirección de Recursos Humanos, le deniegan el pago del plus denominado “operaciones de alto riesgo” lo cual considera discriminatorio, porque a otros compañeros sí se los pagan. La Encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos le dice a la recurrente que el puesto ocupado por ella no está cubierto para el disfrute del incentivo denominado “Alto riesgo”. Artículo 33 de la Constitución Política. El único argumento dado por el Ministerio recurrido para negarle el pago del “incentivo de alto riesgo” ha sido en razón del código presupuestario, denegatoria que por sola esta razón resulta discriminatoria, ya que no puede el Ministerio de Seguridad Pública ampararse en el código de la plaza que ocupa la amparada para determinar si debe recibir o no el incentivo, sino que la determinación debe atender al efectivo cumplimiento del cuadro fáctico que sustenta el pago del “alto riesgo”, es decir, si las funciones de la recurrente son las mismas establecidas en el citado artículo de la Ley General de Policía. La denegatoria del incentivo atendiendo a razones del código presupuestario es arbitrario, no atiende a la realidad de la situación de la amparada y es discriminatorio. Se declara con lugar el recurso. Se ordena al Ministro de Seguridad Pública que proceda en forma inmediata a ordenar el estudio del caso de la recurrente para determinar si procede el pago del incentivo de “alto riesgo”. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : 16090 Año : 2005 Expediente: 05-012147-0007-CO Despacho: Sala Constitucional Fecha: 23/11/2005 Hora: 5:51:00 PM Tipo de sentencia: De Fondo Redactor: Cruz Castro Fernando Clase de asunto : Recurso de amparo Exp: 05-012147-0007-CO Res: 2005-16090 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las diecisiete horas cincuenta y un minutos del veintitrés de noviembre del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por ZEIDY RAMOS ROJAS, cédula número 2-545-846, contra el MINISTRO DE SEGURIDAD PÚBLICA. Resultando: 213 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 10 horas 55 minutos del 21 de setiembre del 2005, el recurrente interpone recurso de amparo contra el MINISTRO DE SEGURIDAD PÚBLICA y manifiesta que: a) Labora para el Ministerio de Seguridad Pública desde el 01 febrero de 2000, desempeñándose como policía actualmente en la Policía de Proximidad de Mata Redonda Uruca; b) No obstante ello, y pese que ejerce funciones policiales, el Ministerio recurrido no le cancela el rubro salarial denominado "alto riesgo", que fue aprobado mediante Decreto Ejecutivo número 28678-H, publicado en La Gaceta número 108, Alcance número 38; c) No se le paga ese rubro aún cuando realiza funciones de alto riesgo al igual que sus compañeros; d) La Sala Constitucional ya conoció de un caso idéntico al suyo, en razón del amparo que interpuso Rafael Angel Cruz Cruz (05-004330-0007-CO), y que se declaró con lugar por sentencia número 2005-7104 de las dieciséis horas con cuarenta y cuatro minutos del siete de junio del dos mil cinco, donde la Sala resolvió que era discriminatorio que el Ministerio se amparara " en el código de plaza que ocupa el amparada para determinar si debe recibir o no el incentivo. Es evidente que mientras el recurrente se mantenga desempeñando funciones en la Policía de Proximidad de Hatillo y no como policía de frontera, tiene derecho a recibir el incentivo de alto riesgo que le corresponde por las funciones que desempeña " consideraciones que también son aplicables en su caso. Solicita la recurrente que se ordene pagarle el plus en forma retroactiva. 2.- Informa bajo juramento ROGELIO RAMOS MARTINEZ, en su calidad de Ministro de Seguridad Pública (folio 016), que: a) La recurrente labora para esa cartera desde el 01 de febrero del 2000 y actualmente ocupa el puesto nº008100, plaza excluida del Estatuto Policial; b) Mediante el oficio nºB29-969-05 del 06 de octubre del 2005 el Jefe de la Delegación Policial de Mata Redonda indica que la recurrente tiene las funciones policiales con competencias y atribuciones comunes a todo funcionario policial; c) Consultó al Departamento de Incentivos y Beneficios de la Dirección de Recursos Humanos quien contesta mediante oficio nº4174-2005 DRH-C-I del 07 de octubre del 2005 que no aparece solicitud alguna de la recurrente; d) De manera general los funcionarios policiales de ese Ministerio tienen asignadas funciones que implican el riesgo a su integridad física razón por la que procede el incentivo del riesgo policial, aparte de los cuales existen otros incentivos de riesgo específico, todos los cuales no se pagan de oficio, sino que su procedencia está supeditada a las resultas del respectivo estudio; e) En este caso la amparada ni siquiera ha gestionado ante la Administración para dar inicio al procedimiento por lo que resulta prematuro acusar que ha habido violación al artículo 68 de la Constitución Política. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Cruz Castro ; y, Considerando: I.- Objeto del recurso.- La recurrente alega que a pesar de haber enviado nota a la Encargada de Incentivos de la Dirección de Recursos Humanos, le deniegan el pago del plus denominado “operaciones de alto riesgo” lo cual considera discriminatorio, porque a otros compañeros sí se los pagan. I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) Que la recurrente labora para el Ministerio de Seguridad Pública desde el 01 de febrero del 2000 y actualmente ocupa el puesto nº008100, código presupuestario nº10700-1-27 de la Policía de Fronteras, clase raso de policía, plaza excluida del Estatuto Policial (informe al folio 016). b) Que la recurrente tiene las funciones policiales con competencias y atribuciones comunes a todo funcionario policial, fungiendo como policía o efectivo de tácticas de la Delegación de Mata Redonda, cumpliendo funciones en el Área Metropolitana desde su fecha de alta (informe al folio 016-017, folio 019). c) Que mediante oficio STAP-0683-2000 del 12 de abril de 2000 , la Autoridad Presupuestaria autorizó el pago de un incentivo de “Alto Riesgo” para aquellos funcionarios cuyas competencias se enmarcan en los artículos 21 y 22 de la Ley 7410 y que ocupan puestos policiales (Folio 07). 214 d) Que el 18 de agosto del 2005 la recurrente envía nota a Floribeth Castillo Canales Jefe del Departamento de Incentivos Policiales, con copia al Despacho del Ministro y otros, para que se le realice un estudio del salario por cuanto nunca se le ha pagado el “alto riesgo” (folio 010). e) Que la nota anterior es contestada mediante el oficio 4522-02DRH-RA del 05 de setiembre del 2005 donde la Encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos le dice a la recurrente que el puesto ocupado por ella código presupuestario nº107-00-01-0027 no está cubierto para el disfrute del incentivo denominado “Alto riesgo” (folio 011). III.- Sobre el fondo.- Del informe rendido bajo la fe de juramento por la autoridad recurrida, se desprende que todos los cuerpos policiales adscritos al Ministerio de Seguridad Pública reciben un incentivo salarial conocido como “Riesgo Policial” que está referido al riesgo implícito de las funciones genéricas de policía. Aunado a lo anterior, también existe otro incentivo denominado “Alto Riesgo”, que se paga únicamente a los miembros policiales contemplados en el artículo 21 de la Ley General de Policía, sea a la Guardia Civil y a la Guardia de Asistencia Rural, según el Decreto Ejecutivo 28678 del 06 de junio del 2001. Es precisamente en cuanto a este rubro que plantea su reclamo la recurrente. IV.- Al respecto, informa el Ministro que ese incentivo no se paga de oficio sino que debe solicitarse para hacérsele el estudio correspondiente, afirma además que no consta que la recurrente haya iniciado esta gestión. Sin embargo, comprueba esta Sala que no lleva razón el recurrido en cuanto a este segundo aspecto, pues la recurrente aporta copia de la gestión que iniciara el 18 de agosto del 2005 (folio 10) y hasta aporta copia de la respuesta que le dio la encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos del Ministerio recurrido (folio 011) donde se le dice que en razón del código presupuestario que tiene, no se le ha cancelado el incentivo denominado “Alto Riesgo”. Por lo tanto, la recurrente sí ha presentado la solicitud correspondiente. Corresponde ahora, entonces, valorar si la respuesta dada a la amparada es respetuosa de sus derechos fundamentales. Según se observa de la prueba aportada, el único argumento dado por el Ministerio recurrido para negarle el pago del “incentivo de alto riesgo” ha sido en razón del código presupuestario, denegatoria que por sola esta razón resulta discriminatoria, ya que no puede el Ministerio de Seguridad Pública ampararse en el código de la plaza que ocupa la amparada para determinar si debe recibir o no el incentivo, sino que la determinación debe atender al efectivo cumplimiento del cuadro fáctico que sustenta el pago del “alto riesgo”, es decir, si las funciones de la recurrente son las mismas establecidas en el citado artículo de la Ley General de Policía. Respecto de esto, si bien es cierto no le corresponde a la Sala valorar si la recurrente reúne los requisitos para el otorgamiento de este incentivo, sí observa esta Sala por un lado que la recurrente ocupa una plaza de Policía de Frontera, aun cuando sus funciones las desempeña en San José desde el año 2000, específicamente en la Delegación de Mata Redonda, por lo que está demostrado que aun cuando formalmente la amparada ocupa una plaza de Policía de Frontera, materialmente desempeña sus funciones en la Policía de Proximidad de Mata Redonda y por otro lado que la denegatoria del incentivo atendiendo a razones del código presupuestario es arbitrario, no atiende a la realidad de la situación de la amparada y es discriminatorio. Así las cosas, existen razones suficientes para acoger este recurso, anular la respuesta dada a la amparada mediante oficio 4522-02DRH-RA del 05 de setiembre del 2005 (folio 011) y ordenar se le haga el estudio, el cual no podría alegar como razón de denegatoria la situación del código presupuestario de la recurrente. Por tanto: Se declara con lugar el recurso. Se ordena a Rogelio Ramos Martínez, en su condición de Ministro de Seguridad Pública , bajo pena de desobediencia, que proceda en forma inmediata a ordenar el estudio del caso de la recurrente para determinar si procede el pago del incentivo de “alto riesgo” cuyo resultado debe estar listo dentro del término máximo de QUINCE DIAS a partir de la notificación de esta resolución. Se ANULA el oficio 4522-02DRH-RA del 05 de setiembre del 2005 de la Licenciada Marilyn Quesada Portuguéz, Encargada de Compensaciones de la Dirección de Recursos Humanos del Ministerio de Seguridad Pública. Se condena al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Se advierte a Rogelio Ramos Martínez o a quien ocupe el cargo que, de conformidad con el artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un 215 recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Notifíquese la presente resolución a Rogelio Ramos Martínez o a quien ocupe el cargo EN FORMA PERSONAL . Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 01976-06 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Luisa Quirós vs Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Refinadora Costarricense de Petróleo. La recurrente manifiesta que RECOPE acordó indemnizar a sus funcionarios por el reclamo planteado por los trabajadores por aplicación errónea del inciso b) del acuerdo salarial suscrito el 16 de abril del 2000 entre RECOPE y el Sindicato de Trabajadores Petroleros, Químicos y Afines (SITRAPEQUIA). Indica que no obstante haber suscrito ante el Departamento de Recursos Humanos de RECOPE la lista que tal departamento conformó a fin de recibir la indemnización que se acordó para todos los funcionarios que están en la misma condición que ella y en igualdad de derechos, se le excluyó de la lista y del pago correspondiente por el solo hecho de ser funcionaria interina, no en propiedad. Informa el Presidente Ejecutivo de RECOPE reconoce que por un error administrativo se excluyó a la accionante de la indemnización correspondiente al pago parcial del 2.84% concedido mediante los trámites de Resolución Alternativa de Conflictos a los trabajadores de RECOPE con relaciones de trabajo de tiempo indefinido. El artículo 33 de la Constitución Política. La Sala verifica la lesión a los derechos laborales de la gestionante. Se declara con lugar el recurso. Restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se condena a Refinadora Costarricense de Petróleo al pago de las costas, daños y perjuicios. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 01976 2006 05-012020-0007-CO Sala Constitucional 17/02/2006 11:11:00 AM De Fondo Rodríguez Arroyo Teresita Recurso de amparo Exp: 05-012020-0007-CO 216 Res. Nº 2006-001976 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con once minutos del diecisiete de febrero del dos mil seis. Recurso de amparo interpuesto por Luisa Fernanda Quirós Ducca, cédula de identidad número 1-929-165, contra el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Refinadora Costarricense de Petróleo. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las dieciséis horas diez minutos del diecisiete de setiembre del dos mil cinco, la recurrente interpone recurso de amparo contra el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Refinadora Costarricense de Petróleo, en el cuál manifiesta que labora para RECOPE en forma interina. Indica que dicha Institución acordó indemnizar a sus funcionarios por el reclamo planteado por los trabajadores por aplicación errónea del inciso b) del acuerdo salarial suscrito el dieciséis de abril del dos mil dos entre RECOPE y el Sindicato de Trabajadores Petroleros, Químicos y Afines (SITRAPEQUIA). Indica que no obstante haber suscrito ante el Departamento de Recursos Humanos de RECOPE la lista que tal departamento conformó a fin de recibir la indemnización que se acordó para todos los funcionarios que están en la misma condición que ella y en igualdad de derechos, se le excluyó de la lista y del pago correspondiente por el solo hecho de ser funcionaria interina, no en propiedad, según oficio DRH-115-05 del treinta de marzo del año en curso suscrito por el Director de Recursos Humanos de RECOPE. Acusa que dicha violación a sus derechos fundamentales fue avalada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Acusa que aún cuando apeló de lo resuelto y solicitar una copia de la lista original que ella había firmado, por oficio DRH-176-05 el Director de Recursos Humanos de RECOPE rechazó el recurso y mantuvo su exclusión unilateral e incomunicada de la lista y el pago respectivos. Alega que personas que no estuvieron incluidas en la lista original fueron incorporadas posteriormente y recibieron la indemnización respectiva. Considera que ha sido objeto de discriminación por su sola condición de servidora interina. Solicita la recurrente se declare con lugar el recurso. 2.- Informa bajo juramento Jeremías Vargas Chavarría, Ministro a.i. de Trabajo y Seguridad Social (folio 40), que el trece de enero del dos mil cinco el Presidente Ejecutivo de Recope se presentó junto con el señor Vargas Villalobos y la señora Madrigal Fernández, representante de un grupo de trabajadores de Recope y llegaron a un acuerdo para la cancelación de un derecho litigioso. El diecinueve de enero del presente año, el Presidente Ejecutivo de Recope se presentó junto con Chacón Herrera firmaron el acta de conciliación RAC-175-01-2005, siendo que, en el artículo 2 se enumera la lista de trabajadores. El dos de marzo del dos mil cinco el Presidente Ejecutivo de Recope y Juan Felipe Chacón Herra firmaron el acuerdo RAC-500-03-05, además mediante acta RAC-501 también concilió con Francisco Vargas y Sonia Madrigal, representantes de otro grupo de trabajadores, quienes además presentaron los poderes correspondientes de los trabajadores. Establece que en el mes de junio la señora Quirós Duchan presentó una solicitud de conciliación en el Centro RAC que corresponde al RAC-1222-06-2005 pero en el acta que se levantó consta que Recope no concilió. Además de ello, mediante conciliación RAC-1512-08-2005 del cuatro de agosto del dos mil cinco Recope concilió con la funcionaria María Cecilia Fonseca, quién lo hizo personalmente en el centro RAC, donde si hubo acuerdo. Explica que las conciliaciones del Centro RAC no son apelables, es un acuerdo de ambas partes con la presencia de un funcionario del Ministerio que da fe de lo actuado, pero no es una resolución que se pueda recurrir, las actas tienen autoridad y eficacia de cosa juzgada material según el artículo 9 de la ley RAC # 7727. Señala que como se hicieron cuatro actas de conciliación es posible que los que no firmaron la primera lista fueran incorporados en las posteriores. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- Informa Litleton Bolton Jones, Presidente Ejecutivo de Recope y Humberto Alvarado Monge, Director de Recursos Humanos de Refinadora Costarricense de Petróleo RECOPE (folio 86) indican que tiene razón la accionante en cuanto a su pretensión para que se reconozca la indemnización correspondiente al pago parcial del 2.84% concedido mediante los trámites de Resolución Alternativa de Conflictos a los trabajadores de RECOPE con relaciones de trabajo de tiempo indefinido. Lo anterior, por cuanto la recurrente si bien al momento de negociarse el RAC ostentaba un contrato a plazo fijo, lo cierto es que se trataba de un contrato continuado que venía renovándose de plazo en plazo sin que fuera necesario este procedimiento por cuanto la trabajadora se encontraba nombrada en una de las llamadas plazas de confianza de la Presidencia, previstas en el párrafo tercero del artículo 4 de la 217 Convención Colectiva de Trabajo vigente en la Empresa. De manera que, al ser esas plazas de libre nombramiento y remoción, el fijarles un plazo, resultaba innecesario para efectos legales, pero como el sistema de cómputo de Recursos Humanos la registraba como una trabajadora interina a plazo fija se le excluyó por el sistema de la lista final presentada al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para formalizar el RAC. 4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta la Magistrada Rodríguez Arroyo ; y, Considerando: Único: Acusa la accionante violación a la sus derechos como trabajadora, en razón de que fue excluida de la lista de trabajadores con derecho a la indemnización acordada por aplicación errónea del inciso b) del acuerdo salarial suscrito el dieciséis de abril del dos mil dos entre RECOPE y el Sindicato de Trabajadores Petroleros, Químicos y Afines (SITRAPEQUIA), por estar nombrada en forma interina, situación que a su criterio la discrimina. Por su parte la autoridad recurrida reconoce que por un error administrativo se excluyó a la accionante de la indemnización correspondiente al pago parcial del 2.84% concedido mediante los trámites de Resolución Alternativa de Conflictos a los trabajadores de RECOPE con relaciones de trabajo de tiempo indefinido (folio 87). De lo anterior, la Sala verifica la lesión a los derechos laborales de la gestionante. En consecuencia, lo procedente es declarar con lugar el recurso, restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus derechos laborales. Por tanto: Se declara con lugar el recurso, restitúyase a la recurrente en el pleno goce de sus derechos. Se condena a Refinadora Costarricense de Petróleo al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Luis Fernando Solano C. Presidente Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Fernando Cruz C. Teresita Rodríguez A. Rosa María Abdelnour G. Jorge Araya G. 218 Discriminación por el Modo de Vestir Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03291-03 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Alvaro Fallas vs Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología de la Caja Costarricense de Seguro Social. Al Sr. Fallas se le impidió su ingreso en pantalón corto al Hospital, por existir una disposición administrativa que así lo determina, justificado por razones de orden moral y de respeto a la dignidad de las personas adultas mayores que se atienden en el Hospital. El artículo 33 de la Constitución Política. En la sentencia #3630-99 la Sala consideró que: “Este es un problema que atañe a los Derechos de la Personalidad, por lo que debe interpretarse en forma armónica lo establecido en los artículos 28, 33 y 40 de la Constitución Política; 1, 5 párrafo 1, 11, 13, 24 y 32 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Este derecho fundamental, conocido como el derecho de imagen, radica en la facultad que tienen los individuos para proyectar su propia personalidad al exterior, siempre y cuando en su consecución no atente contra la ley, el orden público o las buenas costumbres. Así, la vestimenta es una forma que tienen las personas de proyectar su imagen hacia el exterior, por lo que no puede limitarse ésta legítimamente, en el tanto no ofenda el decoro de la colectividad”. El argumento de que por la condición de personas mayores de los pacientes se pretenda preservar una cultura de inquebrantable decoro no es oponible frente a la fuerza normativa de los derechos fundamentales. Se declara con lugar el recurso y, en consecuencia, se deja sin efecto la prohibición de ingreso con pantalones cortos a los visitantes del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 03291 2003 03-003384-0007-CO Sala Constitucional 25/04/2003 12:24:00 PM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 03-003384-0007-CO Res: 2003-03291 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las doce horas con veinticuatro minutos del veinticinco de abril del dos mil tres. Recurso de amparo interpuesto por Alvaro J. Fallas Granados, mayor, abogado pensionado, vecino de San Francisco de Dos Ríos, contra el Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología de la Caja Costarricense de Seguro Social. 219 Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 9:43 hrs. de 6 de marzo de 2003 (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología de la Caja Costarricense de Seguro Social y manifiesta que el 15 de enero de 2003, se presentó a las 11:00 de la mañana, en la puerta del Hospital Doctor Raúl Blanco Cervantes, a efectos de realizar una diligencia. Cuando solicitó permiso para ingresar, el guarda le dijo que no podía pasar porque iba en pantalón corto y ese tipo de atuendo era prohibido, al punto de que había un rótulo visible en el que se anunciaba esa disposición. En virtud de ello y conociendo la inconstitucionalidad de dicha disposición, solicitó conversar al respecto con el Administrador del Centro Médico, pero lo atendió una funcionaria de seguridad reafirmándole la disposición. El 27 de enero anterior dirigió un escrito al Director del mencionado Centro médico, exponiéndole lo sucedido y solicitándole la eliminación de dicha medida, para cuando él u otra persona, previa justificación del caso, intente ingresar. Además le señaló la jurisprudencia que sobre el caso concreto ha dictado esta Sala. Sin embargo, el 7 de febrero de 2003, mediante oficio DG-062-2003, el Director Médico le contesta que no es posible acceder a su petición, posición que a su juicio violenta lo preceptuado en los artículos 28, 33 y 40 de la Constitución Política. 2.- El Dr. Fernando Morales Martínez, Director General del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología Dr. Raúl Blanco Cervantes, informó que es cierto lo indicado por el recurrente, pero que la decisión administrativa de no permitir el ingreso al Hospital a visitantes en las condiciones de vestuario que ha puntualizado el amparado, radica en razones de orden moral y de respeto a la dignidad de las personas adultas mayores que se atienden en el Hospital y para las cuales procuran preservar una cultura de inquebrantable decoro para su venerable condición de persona longeva, que con el paso de los años ha perdido o ha visto disminuir de manera significativa sus capacidades físicas y funcionales, además de sufrir, en muchos casos, importantes alteraciones de orden económico, social, familiar y psíquico. Esas razones fueron puestas en conocimiento del amparado en oficio DG-0622003. Pide tener en consideración que las personas que atiende el Hospital son todas de edad avanzada; el promedio de edad es de 85 años y la tasa de mortalidad es alta, por lo que su estadía en el hospital representa la fase terminal de sus vidas. La disposición impugnada está dirigida a honrar esos momentos sublimes. Otro factor que justifica la medida es la falta de privacidad, al disponerse de los salones comunes, en los cuales, la forma de vestir de los visitantes es necesariamente compartida por los pacientes del salón. 3.- El Defensor de los Habitantes presenta coayuvancia activa (f. 17). 4.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: I.- Según el informe rendido por el Director del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, Dr. Raúl Blanco Cervantes, es cierto que al amparado se le impidió su ingreso en pantalón corto al Hospital, por existir una disposición administrativa que así lo determina, justificado por razones de orden moral y de respeto a la dignidad de las personas adultas mayores que se atienden en el Hospital y para las cuales procuran preservar una cultura de inquebrantable decoro para su venerable condición de persona longeva, que con el paso de los años ha perdido o ha visto disminuir de manera significativa sus capacidades físicas y funcionales, además de sufrir, en muchos casos, importantes alteraciones de orden económico, social, familiar y psíquico. II.- En la sentencia #3630-99 de 03630-99 13:45 hrs. de 14 de mayo de 1999, en un caso similar presentado en contra del Hospital Calderón Guardia, en que se justificaba la medida por la naturaleza y connotación de recato y sobriedad de los centros de salud, la Sala consideró que: “ En este caso se está ante la disyuntiva de si se pueden establecer limitaciones a la forma que tiene una persona de manifestarse, de cara a las exigencias sociales. Este es un problema que atañe a los Derechos de la Personalidad, por lo que debe interpretarse en forma armónica lo establecido en los artículos 28, 33 y 40 de la Constitución Política; 1, 5 párrafo 1, 11, 13, 24 y 32 de la Convención 220 Americana sobre Derechos Humanos. Este derecho fundamental, conocido como el derecho de imagen, radica en la facultad que tienen los individuos para proyectar su propia personalidad al exterior, siempre y cuando en su consecución -y basados en el principio de libertad- no atente contra la ley, el orden público o las buenas costumbres. Al respecto, el numeral 28 constitucional, en lo que interesa dice: “ Nadie puede ser inquietado ni perseguido por la manifestación de sus opiniones ni por acto alguno que no infrinja la ley. Las acciones privadas que no dañen la moral o el orden públicos, o que no perjudiquen a la tercero, están fuera de la acción de la ley...”. Así, la vestimenta es una forma que tienen las personas de proyectar su imagen hacia el exterior, por lo que no puede limitarse ésta legítimamente, en el tanto no ofenda el decoro de la colectividad. En el escrito de interposición de este recurso indica el amparado que cuando se presentó a las instalaciones del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia vestía un pantalón de vestir casual hasta la rodilla, el que, a criterio de esta Sala, no dañan, de ninguna forma, la moral o las buenas costumbres, máxime si se toma en cuenta que se le está restringiendo el acceso a un edificio público, lo que conllevaría a desconocer la naturaleza misma del Servicio Público. Conclusión. Como corolario de lo expuesto, no estima este Tribunal que se haya dañado ningún precepto moral, con el tipo de vestimenta que dijo el recurrente portaba el día de los hechos, por lo que la medida tomada por el guarda de la entrada del edificio de Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia fue irracional y discriminatoria, por lo que el presente recurso deviene procedente, y así debe declararse.” III.- El antecedente citado es plenamente aplicable al presente caso. Aunque no son desdeñables las argumentaciones del recurrido, en el sentido de que por la condición de personas mayores de los pacientes se pretenda preservar una cultura de inquebrantable decoro, lo cierto es que tal argumento no es oponible frente a la fuerza normativa de los derechos fundamentales, por lo que procede dejar sin efecto la prohibición de ingreso con pantalones cortos a los visitantes del Hospital Nacional de Geriatría. Por tanto: Se declara con lugar el recurso y, en consecuencia, se deja sin efecto la prohibición de ingreso con pantalones cortos a los visitantes del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología. Se condena a la Caja Costarricense de Seguro Social al pago de las costas, daños y perjuicios ocasionados con los hechos que han dado lugar a esta declaratoria, los cuales se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. José Luis Molina Q. José Miguel Alfaro R. 221 Discriminación Laboral Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 01625-05 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Carlos Madrigal vs Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos. El Sr. Madrigal fue incorporado por el CFIA, en calidad de “Topógrafo Asociado”, con un título que no ha sido reconocido por el CONESUP. Se presentó una diferencia de criterio entre la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros Topógrafos y la Junta Directiva General del CFIA. El primero fue informado por el Departamento de Formación Profesional de Ingenieros y Arquitectos que el contenido curricular del plan de estudios de la carrera del Diplomado en Topografía ofrecido por el Instituto Parauniversitario Loyola, del cual es graduado el amparado, era deficitario e insuficiente en el área de “ciencias de la ingeniería”, por lo que debía restringirse el ámbito de desempeño laboral de aquellas personas que hubieran obtenido el título de topógrafo en dicha institución educativa por lo que el Colegio de Ingenieros Topógrafos definió condiciones de incorporación para estos casos. La Junta Directiva del CFIA, se separó de lo acordado por el Colegio de Ingenieros Topógrafos, y ordenó incorporar a esos egresados como asociados, limitando sus funciones a siete tareas. Para el Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica estos casos deben incorporarse como asociados en calidad de asistentes de topografía por lo que el acto de incorporación no les autoriza para ejercer la profesión independiente de manera que no pueden adquirir el Protocolo de Agrimensor. El recurrente acusa que se le está restringiendo arbitrariamente, en sede administrativa, en el ejercicio de su profesión y con ello a la vez se le discrimina, porque a otras personas incorporadas igualmente como “Topógrafo Asociado” se les ha entregado el respectivo protocolo, mientras que a él se lo niegan. El artículo 33 de la Constitución Política. Le corresponde a la Sala pronunciarse sobre a que es materia reservada a la ley todo lo concerniente al ejercicio profesional en tanto se trata de una libertad pública, lo que incluye las condiciones de la incorporación a un colegio profesional. En ese contexto, al margen de la diversidad de criterio que evidencian los representantes del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros Topógrafos, en lo que atañe a los alcances de la incorporación como “Topógrafo Asociado” que le fue otorgada al ampardo por el primero de esos colegios profesionales, lo cierto es que, sin perjuicio de que se realicen los procedimientos que corresponde en Derecho para anular o revocar el acto administrativo emitido, el amparado adquirió un derecho a ejercer la profesión para la cual obtuvo un título, que fue reconocido por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, sin que esté facultado este Colegio para restringirlo en el ejercicio de las funciones que esa incorporación le faculta, tal cual fue dada, en igualdad de condiciones con otros topógrafos incorporados como asociados. Estima la Sala que la restricción impuesta al amparado en el ejercicio de su profesión, a pesar de haber sido incorporado como Topógrafo Asociado, resulta lesiva a su derecho al trabajo y al artículo 34 de la Constitución Política , del cual deriva el principio de intangibilidad de los actos propios, que obliga a la Administración a volver sobre sus 222 Conclusión propios actos en vía administrativa únicamente bajo las excepciones permitidas en los artículos 155 y 173 de la Ley General de la Administración Pública. Para cualquier otro caso, debe acudir a la vía de la lesividad, ante el juez de lo contencioso administrativo. Se declara con lugar el recurso. Se ordena a quien ocupe el cargo de Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, que de inmediato se giren las instrucciones u órdenes que corresponda, con el fin de que el amparado pueda ejercer su profesión en igualdad de condiciones (derechos y obligaciones) inherentes a su incorporación a ese Colegio como “Topógrafo Asociado”. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 01625 2005 04-008719-0007-CO Sala Constitucional 18/02/2005 9:22:00 AM De Fondo Vargas Benavides Adrián Recurso de amparo Exp: 04-008719-0007-CO Res: 2005-01625 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas con veintidós minutos del dieciocho de febrero del dos mil cinco. Recurso de amparo interpuesto por CARLOS MADRIGAL CARVAJAL, mayor, portadora de la cédula de identidad número uno-quinientos setenta y tresnovecientos cinco, a favor de SI MISMO, contra el COLEGIO FEDERADO DE INGENIEROS Y ARQUITECTOS. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce con treinta y un minutos del cuatro de septiembre de dos mil cuatro, el recurrente interpone recurso de amparo contra el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos. Manifiesta el veintiséis de agosto de dos mil cuatro fue incorporado al Colegio recurrido, en calidad de Topógrafo Asociado, por lo que el treinta de agosto siguiente se presentó junto con otros profesionales ante el Colegio recurrido, con el fin de retirar el correspondiente Protocolo y así comenzar a ejercer en forma plena la profesión para la cual fue autorizado. Explica que en dicho lugar no se le hizo entrega del protocolo, por órdenes de la institución recurrida, aunque extraoficialmente tuvo conocimiento de que a otros de los profesionales incorporados en ese misma fecha sí se les entregó protocolo, lo que a considera una discriminación infundada en su contra. Aduce que la negativa del Colegio recurrido a entregarle el respectivo protocolo conlleva que no pueda ejercer su profesión, lo que implica una restricción ilegítima a su derecho al trabajo. Además, estima que por tratarse de una decisión administrativa sin fundamento en una ley específica, surge la lesión del principio de legalidad, tutelado en el numeral 11 de la Carta Magna , por lo que solicita que se declare con lugar el recurso interpuesto y se ordene en sentencia que se le entregue su protocolo. Asimismo, por ser contrarias a Derecho, pide se dejen sin efecto las restricciones impuestas en cuanto al ejercicio de las funciones de topógrafo y, en su caso, se determine que queda autorizado para ejercer las potestades o labores determinadas por la legislación, conforme lo establece la Ley número 4294. Finalmente, solicita que se condene a la parte recurrida al pago de los daños y perjuicios ocasionados, que se liquidarán en ejecución que en Derecho corresponda. 2.- Rinde informe OLMAN VARGAS ZELEDÓN, en su calidad de DIRECTOR EJECUTIVO DEL COLEGIO FEDERADO DE INGENIEROS Y ARQUITECTOS (folio 18), que si bien es cierto el amparado fue incorporado como 223 “Topógrafo Asociado” también lo es que la Junta Directiva General de ese Colegio dispuso, en el acuerdo 16 de la sesión número 33-03/04-G.E., apartarse de la recomendación hecha por el Colegio de Ingenieros Topógrafos, que era rechazar la incorporación de una serie de postulantes entre los que se encontraba el recurrente, por lo que decidió incorporar a dichas personas al Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, previa solicitud al Departamento de Formación Profesional del Colegio de un estudio del currículo y atestados presentados, con el fin de determinar correctamente cuál era su perfil profesional y así poder delimitar su campo de ejercicio. Aduce que la decisión de la Junta Directiva está fundada en un voto de la Sala Constitución , según el cual el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos puede determinar esa situación, con base en un estudio del currículo del postulante (voto número 1626-97). Considera que esa Junta Directiva actuó en uso de las facultades establecidas en el artículo 54 del Reglamento Interior General y determinó que el recurrente, así como todas las demás personas indicadas en el acuerdo 16 citado, podían ser incorporadas a ese Colegio pero que el campo de su ejercicio profesional debía estar restringido, ya que en virtud de lo que pudo determinar el Departamento de Formación Profesional (oficio 09-04 DFP), el contenido curricular del plan de estudios de esas personas que obtienen un título de “Diplomado en Topografía” del Instituto Parauniversitario para el Desarrollo” era deficitario e insuficiente en el área de “ciencias de la ingeniería” y concluye que los contenidos establecidos en las asignaturas del plan de estudios son válidos para el nivel que propone (Técnico en el nivel medio) y, por lo tanto, el ámbito de desempeño laboral se debe restringir al mismo. Afirma que el Colegio recurrido remitió el oficio número 441-2004-CIT del veinticuatro de agosto de dos mil cuatro, indicándole que el acuerdo número 16 mediante el cual se incorporó el recurrente, no autorizaba la venta de protocolos a los profesionales; sin embargo, al no estar clara la interpretación hecha por el Colegio de Ingenieros Topógrafos, como medida cautelar se le comunicó al Jefe del Departamento de Ejercicio Profesional que suspendiera el registro de la responsabilidad profesional de esos profesionales, mientras la Junta Directiva General aclaraba los alcances del acuerdo de incorporación mencionado, como se puede comprobar con el oficio número 105-2004-DE de treinta y uno de agosto de dos mil cuatro. Informa que la Junta conocería el asunto en la sesión convocada para el nueve de septiembre de dos mil cuatro. En ese sentido, considera que no existe una discriminación sino que, en virtud de lo indicado por el Colegio de Ingenieros Topógrafos, se suspendió cautelarmente esa venta, en tanto aclaraba la Junta Directiva General si el acuerdo de incorporación prohíbe es venta, lo que quien suscribe el informe estima que no es cierto. Refiere que la decisión de no vender esos protocolos no viene del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, sino del Colegio de Ingenieros Topógrafos en el citado oficio número 441-2004-CIT, mientras que el primero de ellos lo que hizo fue, como medida cautelar, solicitar la suspensión de cualquier registro de la responsabilidad profesional de esas personas, mientras la Junta Directiva General aclaraba la situación. Considera que no se trata de discriminación sino de una medida temporal razonada, que tiene sustento en el Reglamento Interior General y que se origina ante la duda entre dos órganos del Colegio Federado. Alega que no existe en contra del recurrente una restricción ilegítima al ejercicio de la profesión, pues las limitaciones establecidas por la Junta Directiva General tienen fundamento en un estudio del plan de estudios que siguió el recurrente, en el que se detectaron una serie de deficiencias que lo inhabilitan para el ejercicio en determinadas áreas de la profesión. Estima que por lo anterior, no puede hablarse de una violación del principio de legalidad, ni del principio de igualdad, puesto que las limitaciones impuestas a los profesionales incorporados en el acuerdo 16 de la sesión número 33-03/04-G.E., responden a un estudio técnico realizado a los currículos aportados por esos profesionales en su proceso de incorporación y fueron dictadas en el ejercicio de las competencias establecidas en el ordenamiento jurídico de ese Colegio. Argumenta que de acuerdo con el estudio curricular que se le practicó al recurrente por parte del Departamento de Formación Profesional de ese Colegio, él no está en la misma situación académica de igualdad con otros topógrafos asociados, en vista de que se determinó que su plan de estudios contenía deficiencias que lo inhabilitan para ejercer determinadas áreas de la profesión y, además, sus estudios no fueron cursados en una universidad sino en un instituto parauniversitario, de ahí que las condiciones académicas ni las jurídicas sean las mismas. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- Por escrito presentado en la Secretaría de la Sala , a las quince horas con cinco minutos del quince de octubre de dos mil cuatro (folio 37), el recurrente refuta el informe rendido por el Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos. Manifiesta que la parte recurrida intenta desviar la atención del hecho de que al recurrente se le incorporó en calidad de topógrafo asociado, lo que implica que se encuentra legitimado para realizar las labores que realiza un topógrafo, sin que pueda establecerse restricción alguna a dicho ejercicio. Afirma que si el Colegio recurrido consideraba que el amparado no reunía las condiciones o requisitos para optar por la incorporación al Colegio en calidad de Topógrafo, no podía proceder a la incorporación, puesto que, a partir del 224 momento de la incorporación en calidad de Topógrafo Asociado se generaron derechos adquiridos a favor del amparado. Aduce que el recurrido omite informar si es o no cierto que a algunas personas se les hizo entrega del Protocolo y a otras no, con lo que queda establecida la lesión al derecho a la igualdad. Señala que la restricción de funciones de las que fue objeto, le fue comunicada formalmente hasta después de que se presentó el recurso de amparo, lo que implica una transgresión a sus derechos y garantías constitucionales. Por otra, parte alega que la sesión de la Junta Directiva General del Colegio recurrido pactada para el nueve de septiembre de dos mil cuatro, en la que se conocería de la situación del recurrente, no se llevó a cabo, lo que denota el desinterés de los representantes de la institución recurrida en solventar su situación. En razón de lo anterior solicita que se declare con lugar el recurso. 4.- Por resolución del Magistrado Instructor de las nueve horas seis minutos del veintiocho de octubre de dos mil cuatro, se tuvo como parte recurrida al Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica. (Folio 44) 5.- Informa Luis Fernando Ramírez Arguedas, en su condición de Director Ejecutivo del Colegio de Ingenieros Topógrafos (folio 50), que el amparado es egresado de un Colegio Parauniversitario cuyos créditos no son reconocidos por el CONESUP. Afirma que el título del Sr. Madrigal no ha sido reconocido por el CONESUP y que según nota 0992-03/04JDG, anexo B, a él se le admitió como topógrafo asociado, permitiéndole ejercer en determinados campos de acción, los cuales no completan una carrera de ingeniero topógrafo. 6.Réplica del amparado al informe rendido por la autoridad recurrida. (Folios 99 y 108). En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta el Magistrado Vargas Benavides ; y, Considerando: I.-Objeto del recurso. El recurrente reclama que a pesar de haber sido incorporado por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, en calidad de “Topógrafo Asociado”, dicho Colegio le impuso una serie de restricciones para el ejercicio de su profesión que considera contrarias al derecho al trabajo. Asimismo, reclama que las autoridades de la institución recurrida se niegan a venderle el protocolo de agrimensor, a pesar de que sí se lo ha vendido a otros profesionales que fueron incorporados al mismo tiempo que el amparado, lo que estima violatorio del principio de igualdad. II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: a) Mediante solicitud de incorporación del veintidós de julio de dos mil cuatro, el recurrente Madrigal Carvajal gestionó su incorporación ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica, en calidad de Topógrafo Asociado (Copia de la solicitud de incorporación visible a folios 2 y 3 del Expediente Administrativo). b) Por medio de memorando número 09-04-DFP del dos de marzo de dos mil cuatro, el Departamento de Formación Profesional de Ingenieros y Arquitectos se dirigió al Director Ejecutivo del Colegio de Ingenieros Topógrafos, informándole que después de haber realizado la evaluación de los programas de estudio del Diplomado en Topografía ofrecido por el Instituto Parauniversitario Loyola, se concluía que el contenido curricular del plan de estudios de la carrera era deficitario e insuficiente en el área de “ciencias de la ingeniería”, por lo que debía restringirse el ámbito de desempeño laboral de aquellas personas que hubieran obtenido el título de topógrafo en dicha institución educativa. (Memorando visible a folio 33) c) Mediante oficio número 0992-03/04-JDG del veintitrés de agosto de dos mil cuatro, el Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica comunicó al recurrente que la Junta Directiva General de dicho Colegio había determinado, mediante acuerdo número 16 de la sesión número 33-03/04-G.E. del diecinueve de agosto de dos mil cuatro, apartarse de la recomendación hecha por la Junta Directiva del Colegio de 225 Ingenieros Topógrafos en oficio número 401-2004-CIT e incorporarlo como Asociado del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica. Asimismo se le informó que en esa misma sesión se había acordado limitar su ejercicio profesional a las siguientes actividades: a) Levantamiento de poligonales; b) Replanteamiento de poligonales; c) Cálculo del área comprendida dentro de poligonales; d) Localización de detalles naturales y artificiales existentes dentro del área de nivelaciones; e)Desarrollo de perfiles y secciones transversales; y f) Levantamiento de obras ya construidas. Lo anterior de conformidad con lo dispuesto por el oficio número 09-04-DFP, emitido por el Departamento de Formación Profesional del Colegio recurrido. (Informe de la autoridad visible a folios 18 y 19 y copia del oficio número 0992-03/04-JDG visible a folio 27). d) Mediante oficio número 441-2004-CIT del veinticuatro de agosto de dos mil cuatro, el Colegio de Ingenieros Topógrafos indicó al Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos que el acuerdo número 16, de la sesión número 33-03/04-G.E de la Junta Directiva General de dicho Colegio, no autorizaba la venta de protocolos a los profesionales que habían sido incorporados mediante el citado acuerdo. (Informe de la autoridad visible a folio 20). e) El veintiséis de agosto de dos mil cuatro, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica otorgó al amparado el certificado que le autoriza para ejercer la profesión como “Topógrafo Asociado”. (Copia a folio 10; copia de certificación a folio 11) f) El título del amparado no ha sido reconocido por el CONESUP. (Informe del Director Ejecutivo del Colegio de Ingenieros Topógrafos visible a folio 50) g) Por medio de Memorando número 1055-2004-DE del treinta y uno de agosto de dos mil cuatro, el Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos solicitó a la Junta Directiva General del Colegio de Ingenieros Topógrafos que aclarara los alcances de los acuerdos que autorizaron la incorporación de los graduados de los Institutos Universitarios para el Desarrollo e Ignacio de Loyola. Informó además que en tanto se aclararan dichos alcances, había girado instrucciones para que se dejara en suspenso cualquier solicitud de registro catastral de dichos profesionales. (Copia del citado memorando visible a folio 26). h) Mediante oficio 449-2004-CIT del dos de septiembre de dos mil cuatro, el Director Ejecutivo del Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica se dirigió a la Junta Directiva General del Colegio Federado de Ingenierosy de Arquitectos, le transcribió el acuerdo tomado por la Junta Directiva de ese Colegio en la sesión extraordinaria numero 21-2004-TE, celebrada el dos del mismo mes y año, en el cual –entre otras cosas- exige a la Junta Directiva del CFIA “que, de inmediato, se ordene a la administración del CFIA, que los títulos que documentan la incorporación como asociados de estos asistentes de topografía, claramente indiquen que se incorporan como asociados en calidad de asistentes de topografía, y que no les autoriza ese acto de incorporación para ejercer la profesión independiente.” También se presenta una enérgica protesta y se exige que se sancione a los responsables de no haberse girado las instrucciones debidas en tiempo, lo que generó el problema, para lo cual solicitaron una investigación. (Folio 30) i) Al amparado no le ha sido entregado el Protocolo de Agrimensor. Colegio de Ingenieros Topógrafos, visible a folio 51) (Informe del Director Ejecutivo del III.- Planteamiento del caso. En el presente asunto se presentó una diferencia de criterio entre la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros Topógrafos y la Junta Directiva General del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, en cuanto a la incorporación de dos grupos de egresados de dos diferentes instituciones parauniversitarias, a saber, el Colegio Parauniversitario de Loyola y el Instituto Parauniversitario para el Desarrollo (antes Loyola), del cual es graduado el amparado. Las condiciones para la incorporación del amparado y otros graduados de esos centros de estudios fueron definidas por la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros Topógrafos, mediante nota número 401-2004-CIT, pero luego la Junta Directiva del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, mediante acuerdo número 16, se separó de lo acordado por el primer Órgano y ordenó incorporar a esos egresados como asociados, limitando sus funciones a las siguientes tareas: levantamiento de poligonales, replanteamiento de poligonales, cálculo del área comprendido dentro de poligonales, localizaciones de detalles 226 naturales y artificiales existentes dentro del área, nivelaciones, desarrollo de perfiles y secciones transversales, levantamiento de obras ya construidas. El criterio del Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica es que esas son funciones que pueden ser ejercidas bajo el contrato, dirección y supervisión de un topógrafo debidamente incorporado al Colegio de Ingenieros Topógrafos, que son los que tienen fe pública y pueden presentar planos de agrimensura, de manera que no pueden adquirir el Protocolo de Agrimensor. Por su parte, el recurrente estima lesionados sus derechos fundamentales, porque a él se le incorporó en calidad de “Topógrafo Asociado” y, en tal virtud, se encuentra legitimado par realizar las labores que ejecuta cualquier topógrafo, ya que el título no dice que se le incorpora en carácter de asistente de topografía. En esa línea de pensamiento, acusa el recurrente que se le está restringiendo arbitrariamente, en sede administrativa, en el ejercicio de su profesión y con ello a la vez se le discrimina, porque a otras personas incorporadas igualmente como “Topógrafo Asociado” se les ha entregado el respectivo protocolo, mientras que a él se lo niegan, IV.- Marco normativo. El Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica es un organismo de carácter público, con personería jurídica plena y patrimonio propio, que tiene jurisdicción en todo el territorio nacional y cuyos fines primordiales están establecidos en el artículo 4 de su Ley Orgánica. Este Colegio está integrado por los siguientes Colegios y Organismos: “Artículo 16. a) Colegios: Colegio de Ingenieros Civiles, que incluye a los Ingenieros Civiles, Ingenieros Topógrafos, (...) De conformidad con el artículo 34 de la Ley de cita, cada uno de los colegios miembros tendrá su organización propia, su Asamblea General y su Junta Directiva. El gobierno de cada colegio lo ejercerá su Asamblea General y su Junta Directiva, cada una dentro de la esfera de su competencia. Según el artículo 3 ídem, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos está integrado por miembros activos, miembros honorarios, miembros corresponsales, miembros ausentes, miembros visitantes, miembros egresados, miembros temporales, miembros estudiantes y asociados. En el presente caso, el amparado fue incorporado como “Topógrafo Asociado”. El ordinal 5 de la Ley Orgánica del Colegio de Ingenieros y de Arquitectos dice textualmente: “i) Serán Asociados: Aquellos profesionales o técnicos que ostenten una licencia universitaria o de otra institución educativa de nivel académico medio o superior, o concedida por leyes especiales, en materias afines a las profesiones que integran el Colegio Federado, lo cual será requisito fundamental para el ejercicio de su profesión en el campo correspondiente. Dichos asociados tendrán voz pero no voto en las Asambleas Generales del respectivo colegio. Un reglamento especial definirá cuáles profesionales o técnicos serán admitidos como asociados y regulará sus derechos y obligaciones.” En sentencia número 2002-05133 de las catorce horas cuarenta y seis minutos del veintiocho de mayo de dos mil dos, la Sala se pronunció sobre la constitucionalidad de la norma antes transcrita, disponiendo en lo conducente que: “Se anula por inconstitucional de la Ley Orgánica del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos N° 3663, la frase contenida en el artículo 5) inciso i) que dispone “...Dichos asociados tendrán voz pero no voto en las Asambleas Generales del respectivo Colegio”; de esa misma ley, el término referido a miembro(s) “activo (s)”, según corresponda, introducido en los artículos 8 inciso e), 9, 14, 23 inciso f), 35, 39,41, 49, 59 y 62 y en los numerales 55 inciso c), 57, 60, 61, 70 y 78 del Reglamento Interior General del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos ; en todos ellos únicamente en cuanto se utiliza el referido término para hacer diferencia de trato con los miembros “asociados” . De la Ley de Presupuesto número 7097 del dieciocho de agosto de mil novecientos noventa y ocho, se anula por inconstitucional únicamente la disposición que deroga el artículo 3 de la Ley 5361; al recobrar vigencia el texto original, se anula el contenido total del transitorio XII, artículo 3 de la ley 5361. Se anula la frase “Esas personas podrán asistir a las Asambleas Generales del Colegio de Ingenieros Topógrafos con voz, sin voto, y no podrán ser electos en ningún cargo del mismo” contenida en el Transitorio II del artículo 6 , de la ley 5361 . En lo demás se declara sin lugar la acción, entendiéndose que esos cuerpos normativos deben interpretarse de conformidad con lo señalado en esta sentencia, evitando toda discriminación irrazonable entre miembros “activos” y “asociados”. –Resaltado en negritas es del original- El artículo 51 de la Ley Orgánica del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos establece que el mismo: “...tendrá amplias facultades para regular todo lo relativo al ejercicio de las diversas profesiones que lo integran, incluyendo aquellos técnicos y profesionales intermedios afines a alguno de los colegios miembros, en todo de acuerdo al inciso f) del artículo 23 de esta Ley.” V.- Sobre el fondo. 227 Excede las competencias de este Tribunal Constitucional la definición de las atribuciones que confiere al amparado el hecho de haber sido incorporado al Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, en calidad de Topógrafo Asociado, como también zanjar el diferendo entre los Colegios profesionales indicados, en punto a esa temática. No obstante, lo que sí le corresponde a la Sala es pronunciarse sobre lo dicho ya en otras oportunidades, en cuanto a que es materia reservada a la ley todo lo concerniente a l ejercicio profesional en tanto se trata de una libertad pública, lo que incluye las condiciones de la incorporación a un colegio profesional (ver votos número 0 1626-97 de las quince horas veintiún minutos del dieciocho de marzo de mil novecientos noventa y siete y el 08725-98 de las nueve horas con quince minutos del cuatro de diciembre de mil novecientos noventa y ocho). En ese contexto, al margen de la diversidad de criterio que evidencian los representantes del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros Topógrafos, en lo que atañe a los alcances de la incorporación como “Topógrafo Asociado” que le fue otorgada al ampardo por el primero de esos colegios profesionales, lo cierto es que, sin perjuicio de que se realicen los procedimientos que corresponde en Derecho para anular o revocar el acto administrativo emitido, el amparado adquirió un derecho a ejercer la profesión para la cual obtuvo un título, que fue reconocido por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, sin que esté facultado este Colegio para restringirlo en el ejercicio de las funciones que esa incorporación le faculta, tal cual fue dada, en igualdad de condiciones con otros topógrafos incorporados como asociados. VI.- Conclusión. Estima la Sala que la restricción impuesta al amparado en el ejercicio de su profesión, a pesar de haber sido incorporado como Topógrafo Asociado, resulta lesiva a su derecho al trabajo y al artículo 34 de la Constitución Política , del cual deriva el principio de intangibilidad de los actos propios, que obliga a la Administración a volver sobre sus propios actos en vía administrativa únicamente bajo las excepciones permitidas en los artículos 155 y 173 de la Ley General de la Administración Pública. Para cualquier otro caso, debe acudir a la vía de la lesividad, ante el juez de lo contencioso administrativo. (Ver entre otras las sentencias número 02186-94 de las diecisiete horas tres minutos del cuatro de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, y las 2754-93 y 4596-93. En tal virtud, se impone la estimatoria de este recurso con sus consecuencias. Por tanto: Se declara CON LUGAR el recurso. Se ordena a OLMAN VARGAS ZELEDÓN o a quien ocupe el cargo de Director Ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, que de inmediato se giren las instrucciones u órdenes que corresponda, con el fin de que el amparado pueda ejercer su profesión en igualdad de condiciones (derechos y obligaciones) inherentes a su incorporación a ese Colegio como “Topógrafo Asociado”. Se le advierte a OLMAN VARGAS ZELEDÓN, o a quien ocupe el cargo, que de no acatar la orden dicha, incurrirá en el delito de desobediencia y, que de conformidad con el artículo 71 de la Ley de esta jurisdicción, se le impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena al Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese la presente resolución a OLMAN VARGAS ZELEDÓN, o a quien ocupe el cargo, en forma personal. Luis Fernando Solano C. Presidente Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Susana Castro A. Rosa María Abdelnour G. 228 No Discriminación Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03172-02 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo José Esquivel, a favor de Susana Esquivel vs el Colegio El Rosario. La menor amparada fue alumna regular del Colegio recurrido durante el curso lectivo 2001 y durante los años anteriores. Por ser portadora de un trastorno de déficit de atención de tipo pasivo y de intensidad moderada, y por requerimiento de los padres de familia y recomendado por los Servicios Especializados de la Institución, a la joven Esquivel Zúñiga se le practicaron adecuaciones curriculares no significativas durante los últimos años, en las asignaturas en las que era requerido. De acuerdo con la reglamentación vigente en la institución educativa recurrida, un estudiante aplazado en más de tres asignaturas queda reprobado. En el caso de la amparada ella reprobó las asignaturas de Ciencias, Matemática, Español y Religión, así como Conducta. La misma reglamentación establece que son los padres de familia que matriculan a sus hijos en él los principales responsables de la educación y formación de sus hijos. A lo largo del curso lectivo de 2001 a los padres de la menor amparada se les informó acerca de los problemas de conducta de su hija pero no se recibió la oportuna atención de su parte, ni se presentaron impugnaciones a las calificaciones asignadas a la joven. El recurrente interpuso recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra la resolución del Consejo de Promoción del Colegio que denegó a la amparada la autorización para realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro asignaturas. La revocatoria se declaró sin lugar, pues lo resuelto se fundamentó en la valoración global del rendimiento académico, del comportamiento y de las oportunidades y atención brindadas a la amparada. El recurrente estima que se ha violentado en perjuicio de la amparada su derecho a la educación, su derecho de defensa y el principio de igualdad. El artículo 33 de la Constitución Política. Compete a la Sala determinar dos cosas: si se ha dado a la menor amparada un trato discriminatorio en razón de su discapacidad, y si en la decisión tomada por el recurrido tuvo oportunidad de defensa, a fin de no perjudicar su derecho a la educación. Obsérvese que es reconocido por el recurrente que a su hija se le hizo una adecuación curricular dentro del Colegio recurrido, en razón de presentar déficit atencional con hiperactividad y problemas de aprendizaje y así haber sido autorizado de su parte. De igual forma, que el rendimiento académico de la amparada y sus problemas de conducta se fueron presentando a lo largo del curso lectivo, lo cual no podría haber ignorado el amparado puesto que como padre de familia debió preocuparse por estar al tanto del proceso educativo en que se encontraba la menor. Inconforme con la decisión del Consejo de Promoción presenta esta acción de amparo, reclamando un derecho inexistente a que a la menor amparada se le realicen pruebas de aplazados en una asignatura adicional al máximo de tres establecido, cuando la reglamentación interna determina que esa es una potestad de ese órgano y no un derecho del estudiante. 229 Conclusión No es de recibo el alegato de discriminación ni violación al debido proceso esgrimido ahora en esta sede, considerando que la amparada ha gozado de las oportunidades que el sistema educativo da a personas con sus problemas de aprendizaje y de forma alguna se puede decir que haya estado indefensa. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 03172 2002 01-012614-0007-CO Sala Constitucional 05/04/2002 9:53:00 AM De Fondo Vargas Benavides Adrián Recurso de amparo Exp: 01-012614-0007-CO Res: 2002-03172 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las nueve horas con cincuenta y tres minutos del cinco de abril del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por José Orlando Esquivel Solís, portador de la cédula de identidad número 1-496-904, a favor de Susana Patricia Esquivel Zúñiga; contra el Colegio El Rosario. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas y dos minutos del veintiuno de diciembre de dos mil uno (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Colegio El Rosario y manifiesta que su hija ha sido alumna de la Institución desde kinder y en su expediente consta que tiene déficit atencional con hiperactividad y problemas de aprendizaje, motivo por el cual oportunamente se solicitó la correspondiente readecuación curricular al Departamento de Orientación y así fue aprobada. Añade que por medio de la profesora guía se enteró que la amparada iba a perder las materias de ciencias, matemáticas, español y religión, se le negó la posibilidad de realizar los exámenes de la primera convocatoria, pese que a otra compañera, de nombre Laura Morgan Sancho, quien también perdió cuatro materias, sí se le otorgó la posibilidad de realizar los exámenes. Además, en un primer momento no se le indicaron las razones por las que se le había negado dicha oportunidad. Manifiesta que tampoco se le indicó por qué se le habían asignado puntajes inferiores a los mínimos o cuál era la composición de cada evaluación, lo que la dejó en un estado de indefensión. Por lo anterior presentó un recurso de revocatoria con apelación en subsidio el seis de diciembre pasado, y mediante resolución del diecisiete de ese mismo mes el Consejo de Promoción le indicó las razones por las que se le impedía realizar los exámenes de la primera convocatoria: que la amparada fue aplazada por reprobar cuatro materias y fue "improbada" en comportamiento. Aduce que si bien el Consejo de Promoción estaba facultado para autorizar la presentación de pruebas de aplazados, aun cuando lo hubiese sido en cuatro materias, ello dependía de la conducta del alumno, y en el caso de la amparada se manifestó que "su problema son las tardías y el uniforme, es malcriada e hiperactiva, se le ha hablado pero no cambia". Con sustento en lo anterior se rechazó el recurso de revocatoria y no se elevó la apelación. Señala el recurrente que no es cierto que la amparada fuese "improbada " en conducta. En todo caso, considera que del análisis de las razones dadas para negarle la posibilidad de realizar los citados exámenes se corrobora que se utilizó su propia discapacidad (déficit atencional con hiperactividad y problemas de aprendizaje). Indica que tales argumentos son los mismos que justificaron la adecuación curricular, por lo que estima ilegítimo que ahora se utilice su propia discapacidad para darle un trato diverso respecto a otros estudiantes y limitarle la 230 posibilidad de realizar pruebas de aplazados. Por lo anterior estima que se ha violentado en perjuicio de la amparada su derecho a la educación, su derecho de defensa y el principio de igualdad. Solicita que se declare con lugar el presente recurso, se anule la resolución que impide a la amparada hacer los exámenes de primera convocatoria y que se ordene al colegio recurrido al pago de daños, perjuicios y costas del proceso. Interlocutoriamente solicita que se ordene la realización de las pruebas denegadas. 2.- Contesta la audiencia conferida Maricel Hernández León, en su calidad de Directora del Colegio El Rosario (folio 27), manifestando que esa es una institución privada perteneciente a la Congregación Hermanas Dominicas de la Anunciata. Afirma que la Institución cuenta con sus propios reglamentos, entre ellos, el Reglamento de Evaluación y Normas de Promoción, los que son de pleno conocimiento y aceptación de los padres de familia que optan por sus servicios educativos. Así, considera que las normas relativas a la evaluación de los aprendizajes, a la promoción, así como a la calificación de la conducta y sus consecuencias no solo están claramente estipuladas sino que se integran a la relación contractual con los padres de familia. Insiste en que los padres de familia o encargados adquieren contractualmente los servicios educativos implicados en una oferta concreta, en beneficio de sus hijos, para el logro de objetivos cognoscitivos concretos y una formación adecuada para la convivencia en la sociedad, siendo que la normativa institucional forma parte sustantiva de la relación contractual que se establece. Sobre los hechos que indica el recurrente, indica que es cierto que la amparada fue alumna regular del Colegio El Rosario durante el curso lectivo de dos mil uno y durante los años anteriores a este último, así como que ella es portadora de un trastorno de déficit de atención de tipo pasivo y de intensidad moderada. También dice que es cierto que, a requerimiento de los padres y por recomendación de los servicios especializados de la institución, se le practicaron a la amparada durante los últimos años una serie de adecuaciones curriculares no significativas en todas las asignaturas en las que era requerido. Señala que al padre de familia se le informó a lo largo del curso lectivo, mediante los procedimientos de comunicación establecidos, los problemas de conducta de su hija que se venían presentando con los distintos profesores. Rechaza las afirmaciones del recurrente y acusa su incumplimiento como padre de la amparada en relación con su obligación contractual de firmar los instrumentos de evaluación ya calificados, de asistir a las citas o convocatorias que le formularan cualquiera de las instancias institucionales y asistir con previa cita a la institución para informarse del rendimiento académico y la condición de conducta de la menor, tal como lo estipulan los inciso h, k y m del artículo 17 del Reglamento de Evaluación y Normas de Promoción de la Institución, por lo que niega rotundamente que a lo largo del curso lectivo no tuvo información clara y directa sobre el rendimiento académico de su hija, pues al menos desde el segundo trimestre los padres de la menor tenían pleno conocimiento de que la aprobación del octavo año de la amparada estaba en grave riesgo; en consecuencia, considera que no es cierto que el padre no tuviera información clara y directa acerca de los problemas de la menor a lo largo del curso lectivo. Señala que la amparada se encontraba aplazada en las asignaturas de Ciencias, Matemática, Español y Religión, además de haber improbado en comportamiento y según el reglamento, un estudiante aplazado en más de tres asignaturas debe repetir el curso lectivo. No obstante, el Consejo de Promoción está facultado, con carácter excepcional, para autorizar a un estudiante a realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro asignaturas cuando los elementos y las circunstancias del bajo rendimiento justifiquen el beneficio. En el caso de la amparada se consideró, con base en criterios técnicos, que era mejor para su interés el no dejarla presentar las pruebas de aplazados. Alega que las razones por las cuales el Consejo de Promoción dispuso no autorizar la presentación de pruebas de aplazados en cuatro asignaturas a favor de la amparada fueron claramente informadas al recurrente y reiteradas al momento de resolver el recurso de revocatoria y apelación. Se argumentó que la amparada demostraba poco interés hacia el estudio, incumplía con los trabajos asignados, era desordena, interrumpía las lecciones, lo cual, unido con el poco apoyo brindado a la labor docente por parte de la familia y la baja calificación obtenida en conducta hicieron tomar la decisión al Consejo de no concederle el beneficio. Informa que no es cierto que el Consejo utilizara como argumento el déficit atencional y los problemas de aprendizaje de la amparada para denegar la autorización para presentarse a convocatoria de aplazados, y en todo caso, hace énfasis en que la reglamentación institucional establece claramente los recursos que los padres pueden utilizar cuando estén disconformes con las calificaciones asignadas, los puntajes asignados en las pruebas, acciones que deben producirse a lo largo del proceso de evaluación y no al finalizar el curso lectivo, tal como lo hizo el aquí recurrente. Señala además que en las actas del Consejo de Promoción que se realizó al finalizar cada período lectivo, se consignó reiteradamente la despreocupación del recurrente con relación a los esfuerzos institucionales de comunicación con el hogar. Argumenta que es cierto que, mediante escrito fechado seis de diciembre de dos mil uno, el recurrente presentó ante el Consejo de Promoción un recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra la decisión de este órgano de 231 no autorizar a la recurrente para presentar las pruebas de aplazados, siendo que le recurso de revocatoria fue declarado sin lugar, en parte con fundamento en los razonamientos de carácter técnico que constan en la resolución dictada por el Consejo de Promoción del diecisiete de diciembre de dos mil uno, pero no existe instancia en donde discutir lo resuelto por el órgano colegiado, por lo cual la otra parte del recurso fue declarada sin lugar por no contar con campo de aplicación. Señala que en la Institución la nota mínima para la aprobación del comportamiento es de ochenta en todos los niveles, de acuerdo con lo establecido en el artículo treinta del Reglamento de Evaluación, Normas y Promoción, por lo que la amparada, al haber obtenido una calificación de setenta y tres en el tercer trimestre quedó improbada. Considera que en ningún momento se ha violentado el debido proceso por cuanto nunca se le ha negado la comunicación con la institución, además de que el padre en ningún momento gestionó ninguna cita con los educadores responsables. Con respecto a la nota de conducta, señala que el Consejo de Promoción estimó que la calificación otorgada se fundamentó en llegadas tardías y en el uso incorrecto del uniforme. Considera asimismo que en el actuar de la Institución no ha habido violación al derecho a la educación ni al principio de igualdad. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales. Redacta el magistrado Vargas Benavides ; y, Considerando: I.- En tratándose de acciones de amparo dirigidas contra sujetos privados (como es aquí el caso), la Sala ha sido clara al decir: "Por su excepcional naturaleza, el trámite ordinario de los recursos de amparo contra sujetos de derecho privado exige comenzar por examinar si, en la especie, estamos o no ante alguno de los supuestos que lo hacen admisible, para posteriormente y en caso afirmativo– dilucidar si es estimable o no." (Sentencia número 00151-97 de las 15:27 horas del 8 de enero de 1997) . Indica la Ley de la Jurisdicción Constitucional, artículo 57, que esta clase de demandas se conceden contra las acciones u omisiones de sujetos de derecho privado, cuando éstos actúen o deban actuar en ejercicio de funciones o potestades públicas, o, se encuentren,de derecho o de hecho, en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resulten claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos o libertades fundamentales a que se refiere el artículo 2, inciso a) de la misma Ley . En el caso concreto, la acción resulta admisible en tanto el sujeto privado recurrido actúa en ejercicio de funciones o potestades públicas y además se encuentra de derecho en una posición de poder frente a la cual los remedios jurisdiccionales comunes resultan claramente insuficientes o tardíos para garantizar los derechos fundamentales que se consideran agraviados. II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el auto inicial: La menor amparada fue alumna regular del Colegio recurrido durante el curso lectivo 2001 y durante los años anteriores. Por ser portadora de un trastorno de déficit de atención de tipo pasivo y de intensidad moderada, y por requerimiento de los padres de familia y recomendado por los Servicios Especializados de la Institución, a la joven Esquivel Zúñiga se le practicaron adecuaciones curriculares no significativas durante los últimos años, en las asignaturas en las que era requerido, (contestación del recurrido a folio 32). De acuerdo con la reglamentación vigente en la institución educativa recurrida, un estudiante aplazado en más de tres asignaturas queda reprobado. En el caso de la amparada ella reprobó las asignaturas de Ciencias, Matemática, Español y Religión, así como no alcanzó el mínimo de 80 reglamentariamente establecido para la nota en conducta, sino un 75.33, reprobando también en esa materia, (contestación del recurrido a folio 35, Informe de Notas al Hogar a folio 15). En el Colegio El Rosario se cuenta con un Consejo de Promoción, facultado para autorizar, con carácter excepcional, que un estudiante pueda realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro asignaturas, cuando los elementos y las circunstancias del bajo rendimiento justifiquen la concesión o el beneficio. El caso de la recurrente fue conocido por ese Consejo, acordándose ratificar su condición de reprobada, para lo cual se tomó en consideración el poco interés demostrado por la menor hacia el estudio, incumplimiento en trabajos asignados, desorden, interrupción de lecciones y el poco apoyo brindado a la labor docente por parte de la familia, (contestación del recurrido a folios 35 y 37). De conformidad con la reglamentación vigente en el Colegio recurrido y que es aceptada por los padres de familia que matriculan a sus hijos en él, son ellos o los encargados del estudiante 232 los principales responsables de la educación y formación de sus hijos, y por lo tanto es su deber apoyar a la institución en general y al educador en especial, en la consecución de los fines y objetivos del proceso de aprendizaje. Por lo tanto deben estar pendiente permanentemente de la situación de los estudiantes, formular las objeciones que estimen pertinentes a las calificaciones otorgadas a ellos, dentro de los tres días hábiles siguientes a la entrega de los resultados, firmar los instrumentos de evaluación ya calificados, asistir a las citas o convocatorias que le formulen cualquiera de las instancias institucionales, y asistir con previa cita a la institución a informarse del rendimiento académico y la condición de conducta de sus hijos o menores a su cargo, (contestación del recurrido a folios 28 y 29). A lo largo del curso lectivo de 2001 a los padres de la menor amparada se les informó, mediante los procedimientos de comunicación establecidos -agenda escolar o cuaderno de comunicaciones, informe trimestral de notas al hogar y entrevistas acerca de los problemas de conducta de su hija, que se venían presentando con los distintos profesores, pero no se recibió la oportuna atención de su parte, ni se presentaron impugnaciones a las calificaciones asignadas a la joven Esquivel Zúñiga, (contestación del recurrido a folio 33, expediente administrativo tenido a la vista). El recurrente interpuso recurso de revocatoria con apelación en subsidio contra la resolución del Consejo de Promoción que denegó a la amparada la autorización a la amparada para realizar las pruebas de convocatoria hasta en cuatro asignaturas. La revocatoria se declaró sin lugar, pues lo resuelto se fundamento en la valoración global del rendimiento académico, del comportamiento y de las oportunidades y atención brindadas a la amparada, "…que resultaron ser las no deseadas ni queridas por la Institución, por no corresponder al proceso formativo que se sigue", y como no existe autoridad administrativa en el Colegio para conocer en alzada, sus decisiones no tienen recurso de apelación, siendo que la Directora del Colegio es miembro de ese Consejo, por lo que tampoco podía resolver la inconformidad del impugnante, (copia del recurso a folio 8; copia de la resolución del Consejo a folio 12; contestación del recurrido a folio 44). III.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos de relevancia para esta resolución: Que a la amparada se le haya brindado un trato discriminatorio en el Colegio recurrido, con fundamento en su discapacidad. Que se le haya dado un trato discriminatorio en relación con otra estudiante. Que el recurrente haya solicitado ser atendido por profesores del Colegio recurrido para discutir la situación de su hija y se le haya negado. IV.- Por la sumariedad de la acción de amparo y, en el caso particular, por la excepcionalidad de su admisión entratándose de acciones u omisiones atribuibles a sujetos de derecho privado, compete a la Sala –en lo que atañe a este asunto básicamente determiner dos cosas: si se ha dado a la menor amparada un trato discriminatorio en razón de su discapacidad, y si en la decisión tomada por el recurrido tuvo oportunidad de defensa, a fin de no perjudicar su derecho a la educación. Así, del atento estudio de los autos concluye la Sala que en la especie no se constata ni la discriminación ni la vulneración al debido proceso y derecho de defensa alegados. Obsérvese que es reconocido por el recurrente que a su hija se le hizo una adecuación curricular dentro del Colegio recurrido, en razón de presentar déficit atencional con hiperactividad y problemas de aprendizaje y así haber sido autorizado de su parte. En razón de lo cual "…se le ubicó en los primeros lugares de la fila lo más cerca posible de la pizarra; se le concedió más tiempo para el desarrollo de los exámenes; se le autorizó el uso de calculadora durante las pruebas; se le otorgó puntaje a los pasos realizados en forma correcta en los distintos ítems, aunque el resultado final no fuera el correcto. Se revisó las pruebas ante de su entrega para evitar que omitiera respuestas y, no obstante, los objetivos propuestos no se alcanzaron a lo largo del curso lectivo, por desinterés de la menor y por la carencia de apoyo del hogar" (folio 44). De igual forma, que el rendimiento académico de la amparada y sus problemas de conducta se fueron presentando a lo largo del curso lectivo, lo cual no podría haber ignorado el amparado puesto que como padre de familia debió preocuparse por estar al tanto del proceso educativo en que se encontraba la menor. Lo anterior es palpable en el Informe de Notas al Hogar que él mismo aporta (folio 15), de conformidad con el cual la nota de conducta de la amparada pasó de un 65.00 a un 88.00 para volver a bajar a un 73 en el 3T01; igualmente en relación con las cuatro materias reprobadas, en las que es claro el bajo rendimiento demostrado. Así que aparte de que la Directora del Colegio informa a la Sala que sí se hicieron llamados al hogar que no fueron atendidos, lo cierto es que el informe de notas se basta por sí mismo, siendo que su entrega es trimestral, sin que se alegue ni conste en el expediente administrativo tenido a la vista que el recurrente haya presentado impugnación alguna a lo largo del año, surgiendo su preocupación al finalizar el curso lectivo, cuando su hija ya quedó reprobada. 233 V.- Inconforme con la decisión del Consejo de Promoción presenta esta acción de amparo, reclamando un derecho inexistente a que a la menor amparada se le realicen pruebas de aplazados en una asignatura adicional al máximo de tres establecido, cuando la reglamentación interna determina que esa es una potestad de ese órgano y no un derecho del estudiante. No aprecia la Sala con lo expuesto que el derecho fundamental a la educación de la menor amparada se esté vulnerando con la actuación impugnada, en tanto no se trata ni de una sanción, ni de una decisión intempestiva del Colegio recurrido y menos aún desconocida o al menos predecible por parte del recurrente, quien en el cumplimiento de sus deberes paternos debe conocer la reglamentación del centro educativo privado donde ha estudiado su hija por varios años, así como debió estar pendiente de la situación académica de ella a lo largo de todo el curso lectivo, pero no lo hizo, de forma tal que no es de recibo el alegato de discriminación ni violación al debido proceso esgrimido ahora en esta sede, considerando que la amparada ha gozado de las oportunidades que el sistema educativo da a personas con sus problemas de aprendizaje y de forma alguna se puede decir que haya estado indefensa. VI.- No queda acreditado en autos la alegada discriminación de que supuestamente ha sido objeto la amparada, en relación con el trato otorgado a otra estudiante en idénticas circunstancias, lo que además es rotundamente negado por el sujeto de derecho privado recurrido, bajo el argumento de que la decisión del Consejo de Promoción es eminentemente técnica y surge de la valoración global del rendimiento académico del respectivo estudiante, de su comportamiento y de las oportunidades y atención brindadas, de forma que imposible resulta en este proceso sumario de Amparo cuestionar ese criterio técnico y, al igual que los demás alegatos, éste debe ser rechazado. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Susana Castro A. Gilbert Armijo S. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 06509-02 Partes Caso Fundación Universidad Braulio Carrillo, Fundación Universidad Autónoma de Centroamérica, Fundación Academia Studium, Fundación para el Desarrollo Integral de las Ciencias Sociales, Fundación Fidelitas, Fundación Sapientia Hispanoamericana, Fundación Monseñor Bernardo Augusto Thiel, Fundación para el Desarrollo Social, Fundación Central Costarricense, Fundación Manuel Aragón, Fundación Universitaria ESCAE, Fundación Monterrey, Fundación Internacional de las Américas, Fundación Autónoma de Costa Rica y Fundación Universidad Católica de Costa Rica vs Artículo 2, inciso h) de la Ley del Impuesto sobre la Renta Nº 7092, reformado por el artículo 21 de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria Nº 8114. Las fundaciones recurrentes argumentan que el artículo 2, inciso h) de la citada ley viola el principio de igualdad ante las cargas públicas, tutelado en los artículos 18 y 33 de la Constitución Política, e incumple con el mandato constitucional de estimular la educación, que establece el numeral 80 ibídem con base en que: 234 Normativa Involucrada Desarrollo 1) se grava con el impuesto sobre la renta y se varía su naturaleza jurídica de las fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria de "entes privados sin fines de lucro", a "personas jurídicas que realizan actividades lucrativas" y se excluye a las fundaciones que prestan servicios de educación secundaria, primaria y preescolar cuando en realidad todas se encuentran en la misma situación de hecho, al brindar servicios privados de enseñanza a la comunidad 2) se excluye del pago del citado impuesto a las universidades estatales, que se encuentran en la misma situación de hecho y tienen la misma naturaleza jurídica, toda vez que, ambas prestan servicios de educación en el ámbito universitario 3) al imponerles cargas onerosas y convertir a las fundaciones privadas que prestan servicios de educación universitaria, en sujetos pasivos del impuesto sobre la renta, se desestimula su actividad, toda vez que se verán afectadas por una consecuente insuficiencia de fondos, y se les impedirá revertir los eventuales superávits, en el mejoramiento de la calidad de la enseñanza que prestan a la comunidad universitaria. Artículos 18, 33 y 80 de la Constitución Política. Artículo 21 de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria Nº 8114: Adiciones. Adiciónanse los artículos 2, 15, 23 y 34, así como un nuevo artículo 61 bis y un nuevo artículo 64 bis a la Ley del Impuesto sobre la Renta, N o 7092, de 21 de abril de 1988 y sus reformas, de la siguiente manera: 1) Un inciso h) artículo 2: "Artículo 2°Independientemente de la nacionalidad, el domicilio y del lugar de constitución de las personas jurídicas o de la reunión de sus juntas directivas o de la celebración de los contratos, son contribuyentes todas las empresas públicas o privada que realicen actividades o negocios de carácter lucrativo en el país: (…) h) Los entes que se dediquen a la prestación privada de servicios de educación universitaria, independientemente de la forma jurídica adoptada, para lo cual deberán presentar la declaración respectiva. Se exceptúa de lo dispuesto en esta norma, el ente creado mediante Ley 7044 del 29 de setiembre de 1986. (…) " "Transitorio IV: Los entes dedicados a la prestación privada de servicios de educación universitaria que, a la entrada en vigencia de la presente Ley, se encuentren organizados bajo la figura jurídica de fundación, podrán optar por transformarse en algún tipo de sociedad mercantil, la cual asumirá todas las obligaciones y derechos correspondientes a la fundación que le dio origen. En ese supuesto, la sociedad mercantil deberá inscribirse en la Bolsa Nacional de Valores y poner a disposición del público las acciones que representen el cien por ciento (100%) del capital accionario. El Estado cuenta con la potestad soberana, de sancionar normas jurídicas, de las que se derive la obligación de pagar un tributo, o de respetar un límite tributario; de exigir contribuciones a personas o a bienes que se hallan en su jurisdicción, así como conceder exenciones. No se viola el principio de igualdad frente a las cargas públicas (artículos 18 y 33 de la Constitución Política). Este principio significa que la estructuración de un impuesto con criterios de capacidad contributiva sólo será posible en tanto la igualdad de hecho, u otro principio constitucionalmente protegido, no exija una estructura distinta El hecho de que los legisladores hayan escogido como parámetro de definición, para hacerse acreedor de las exoneraciones de ley, una lista concreta de actividades, no necesariamente resulta violatorio de principio o norma constitucional alguna, por cuanto, ello resulta de la discrecionalidad propia que les asiste, siempre y cuando no implique un exceso legislativo o una injustificada diferenciación, que escape al marco constitucional. Existe una diferencia entre la educación preescolar general básica y la enseñanza universitaria, mientras que en las primeras son obligatorias por mandato constitucional (art. 78) y éstas y la educación diversificada son además gratuitas y costeadas por la Nación, 235 Conclusión según el mismo artículo 78 de la Constitución Política, no lo es la enseñanza universitaria, de forma que siendo una carga para la Nación, el Estado puede válidamente incentivar los centros privados de primaria y secundaria con exoneración de impuestos y gravar a la actividad universitaria, sin que esa diferenciación resulte arbitraria. No existe entre las universidades públicas y privadas una situación real de igualdad, en tanto que se encuentran reguladas por cuerpos normativos totalmente distintos. La exoneración que se otorga a las universidades estatales no resulta una medida discriminatoria, en relación con las privadas, toda vez que la misma, no obedece a su condición de universidades, sino a su condición de entes públicos. No se viola el artículo 80 constitucional por cuanro esta norma alude al derecho que les asiste a los habitantes de la República, sin ningún tipo de trabas o limitantes, de acceder a la educación privada, debiendo los beneficiados cubrir los gastos que son propios a ella. Con fundamento en las razones dadas, no hay violación alguna a los principios de igualdad frente a las cargas públicas, ni a los de razonabilidad y generalidad, que derivan de la relación de los artículos 18 y 33 constitucionales por el artículo 2, inciso h), de la Ley número 7092, y tampoco habiendo éste contravenido el deber del Estado de incentivar la educación, establecido en el artículo 80 de la Constitución Política. Se declara sin lugar la acción. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 06509 2002 02-000824-0007-CO Sala Constitucional 03/07/2002 2:53:00 PM De Fondo Mora Mora Luis Paulino Acción de inconstitucionalidad Exp: 02-000824-0007-CO Res: 2002-06509 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con cincuenta y tres minutos del tres de julio del dos mil dos. Acción de inconstitucionalidad promovida por Oscar Ramos Valverde, cédula de identidad número tres-ciento noventa y cuatro-mil ciento ochenta y dos, en su condición de Presidente de la Fundación Universidad Braulio Carrillo; Guillermo Malavassi Vargas, cédula número tres ciento diez cuatrocientos noventa y dos, en su condición de representante legal y delegado ejecutivo de la Fundación Universidad Autónoma de Centroamérica; Federico Malavassi Calvo, cédula de identidad tres-doscientos diecisietenovecientos setenta y cinco, en su condición de Presidente de la Fundación Academia Studium; Ricardo Guerrero Portilla, cédula de identidad número uno-cuatrocientos sesenta y dos-doscientos setenta y uno, en su condición de Presidente de la Fundación para el Desarrollo Integral de las Ciencias Sociales; Angel Marín Espinoza, cédula número uno trescientos cinco ciento doce, en su doble condición de Presidente de la Fundación Fidelitas y de la Fundación Sapientia Hispanoamericana; Claudio María Solano Cerdas, cédula de identidad dos-doscientos cuarenta y uno trescientos ochenta, en su condición de Presidente y Delegado Ejecutivo de la Fundación Monseñor Bernardo Augusto Thiel; Ligia Meneses Sanabria, cédula de identidad número tres doscientos cuarenta ciento sesenta y ocho, en su condición de Presidenta de la Fundación para el Desarrollo Social; Gabriel Huezo García, cédula de identidad número uno setecientos cuarenta y tres trescientos diecisiete, en su condición de Presidente de la Fundación Central Costarricense; José Eduardo Alvarez Solano, mayor, cédula de identidad número tres ciento setenta y nueve 236 ochocientos diecisiete, en su condición de Presidente de la Fundación Manuel Aragón; Jaime Eduardo Barrantes Gamboa, cédula de identidad número uno quinientos veintisiete doscientos dieciocho, como apoderado general de la Fundación Universitaria ESCAE; Jaime Barrantes Bermúdez mayor, cédula de identidad uno ciento sesenta y unoochocientos veinte, como apoderado general de la Fundación Monterrey; Alvaro Pazos Baldioceda, cédula número uno cuatrocientos sesenta y tres doscientos setenta y nueve, en su condición de Presidente de la Fundación Internacional de las Américas; María Elena Sancho González, cédula de identidad número uno cuatrocientos siete ciento siete, en su condición de Presidenta de la Fundación Autónoma de Costa Rica; y Arnoldo Montero Martínez, cédula de identidad tres ciento sesenta y uno setecientos dos, en su condición de Rector de la Fundación Universidad Católica de Costa Rica; contra el artículo 2, inciso h) de la Ley del Impuesto sobre la Renta, número 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho; reformado por el artículo 21 de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria, número 8114, de cuatro de julio del dos mil uno (publicada en el Alcance número 53 de La Gaceta número 131, de nueve de julio de dos mil uno). Intervinieron también en el proceso, Adrián Torrealba Navas, en su calidad de Director General de Tributación y Farid Beirute Brenes, en representación de la Procuraduría General de la República. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas y nueve minutos del veintiocho de enero de dos mil dos, los accionantes solicitan que se declare la inconstitucionalidad del artículo 2, inciso h) de la Ley del Impuesto sobre la Renta, 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho; reformado por el artículo 21 de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria, número 8114, de cuatro de julio de dos mil uno, publicada en el Alcance número 53 de La Gaceta número 131, de nueve de julio de dos mil uno; por estimarlo contrario a los principios de igualdad ante las cargas tributarias y generalidad de los tributos. Alegan, que sus representadas son fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria; que mediante el artículo 21 de la Ley de Simplificación y Eficiencia Tributaria, número 8114 de cuatro de julio de dos mil uno, se reformó el artículo 2 de la Ley del Impuesto sobre la Renta y se le introdujo un nuevo inciso h) al artículo 2, el cual establece, que los entes dedicados a la prestación privada de los servicios de educación universitaria, independientemente de la forma jurídica adoptada, deben presentar la declaración respectiva; que de acuerdo al Transitorio IV. de la Ley citada, los entes dedicados a la prestación de servicios de educación universitaria, y al momento de entrada en vigencia de la Ley mencionada, organizados bajo la forma jurídica de fundación, podrán optar por transformarse en algún tipo de sociedad mercantil, la cual asumirá todas las obligaciones y derechos correspondientes a la fundación que le dio origen; argumentan, que el artículo 2, inciso h) de la citada ley, viola el principio de igualdad ante las cargas públicas, tutelado en los artículos 18 y 33 de la Constitución Política, e incumple con el mandato constitucional de estimular la educación, que establece el numeral 80 ibídem; con base en que: a. se grava con el impuesto sobre la renta y se varía su naturaleza jurídica, de "entes privados sin fines de lucro", a "personas jurídicas que realizan actividades lucrativas", a las fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria, y se excluye a las fundaciones que prestan servicios de educación secundaria, primaria y preescolar; cuando en realidad todas se encuentran en la misma situación de hecho, al brindar servicios privados de enseñanza a la comunidad; b. se excluye del pago del citado impuesto a las universidades estatales, que se encuentran en la misma situación de hecho y tienen la misma naturaleza jurídica, toda vez que, ambas prestan servicios de educación en el ámbito universitario; y, c. al imponerles cargas onerosas y convertir a las fundaciones privadas que prestan servicios de educación universitaria, en sujetos pasivos del impuesto sobre la renta, se desestimula su actividad, toda vez que se verán afectadas por una consecuente insuficiencia de fondos, y se les impedirá revertir los eventuales superávits, en el mejoramiento de la calidad de la enseñanza que prestan a la comunidad universitaria. En virtud de lo anterior, considerando infringidos los artículos 18, 33 y 80 de la Constitución Política, solicitan que se declare la inaplicabilidad del artículo 2, inciso h) de la Ley sobre el Impuesto de la Renta, por resultar contrario al principio de igualdad ante las cargas públicas que deriva de la relación de los artículos 18 y 33 de la Constitución Política, así como del artículo 80 ídem. 2.- Por resolución de las once horas con cuarenta y cinco minutos del veinte de febrero del dos mil dos (visible a folio 40 del expediente), se le dio curso a la acción, confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República y a la Dirección General de la Tributación Directa. 237 3.- La Procuraduría General de la República rindió su informe, visible a folios 44 a 52. En cuanto a los cuestionamientos de constitucionalidad, respecto al inciso h) del artículo 2 de la Ley número 7092, refiere: a. que no se da violación alguna al principio de igualdad, toda vez que, el legislador, en virtud del poder tributario del Estado, optó por ampliar el universo de los contribuyentes al impuesto sobre la renta; que el criterio de distinción utilizado, no fue el tipo de asociación que desarrolla la actividad, ni que esta fuera pública o privada, sino el hecho de que, la actividad desarrollada por las fundaciones que prestan el servicio de educación superior universitaria, lejos de constituirse en una actividad con una finalidad altruista, deviene en una actividad eminentemente comercial; que al lucrar las universidades privadas con su actividad, se desvirtuó la finalidad para la que fueron creadas, con lo cual, a juicio del Estado, no ameritaba que continuaran beneficiadas con una no sujeción al impuesto de la renta, lo que lógicamente si constituía un quebrando al principio de igualdad tributaria que deriva de la relación de los artículos 18 y 33 constitucionales; b. que existe una marcada diferencia entre la educación preescolar y general básica, y la enseñanza superior universitaria, por cuanto, las primeras, de conformidad con el artículo 78 de la Constitución Política, resultan obligatorias, gratuitas y costeadas por el Estado, lo cual no sucede con la enseñanza superior universitaria; de forma que, no es ésta una carga para el Estado, como sí lo son las otras, y en razón de ello, puede éste incentivar válidamente los centros de educación privados con exoneración de impuestos, y gravar la enseñanza universitaria, sin que tal categorización resulte arbitraria y por ende contraria al principio de igualdad tributaria; c. en cuanto a la pretendida situación de igualdad real entre las universidades estatales y las privadas, aduce que se justifica un trato distinto, en virtud de que las mismas se encuentran reguladas por cuerpos normativos distintos, y además, tal diferenciación no obedece a la condición de universidades, sino a la de entes públicos; d. en lo que se refiere a la supuesta violación del artículo 80 de la Constitución Política, indica que el hecho de que la enseñanza privada merezca ser estimulada por el Estado, no significa un límite constitucional al ejercicio del poder tributario de éste; que a su vez define los límites para gravar una u otra actividad, y asimismo, marca los parámetros para crear regímenes de incentivos para desarrollar el mandado constitucional. Por todo lo anterior, considera la Procuraduría General de la República, que no se da violación alguna al principio de igualdad tributaria que deriva de la relación de los artículos 18 y 33 de la Constitución Política, ni de los principios de razonabilidad y generalidad comprendidos en el mismo, ni resulta violado el artículo 80, por cuanto no se establece allí un límite constitucional al ejercicio del poder tributario del Estado. 4.- La Dirección General de Tributación contestó a folio 53 la audiencia concedida, manifestando que: a. en lo que se refiere a la presunta violación al principio de igualdad ante las cargas públicas, el legislador estableció expresamente, que son contribuyentes del impuesto sobre la renta, todos los entes que se dediquen a la prestación de los servicios de educación privada, con la excepción del ente creado mediante Ley número siete mil cuarenta y cuatro, de veintinueve de septiembre de mil novecientos ochenta y seis, lo cual es permitido por la propia facultad del legislador al crear tributos; razón por la cual, no llevan razón los accionantes; y, b. no resulta de recibo la indicada violación al artículo 80 constitucional, por cuanto la creación del tributo a las Fundaciones analizadas, no vulnera o restringe la iniciativa privada, puesto que simplemente se trata de un tributo que deberá ingresar a la Administración, en virtud de la actividad que ejerce en materia de educación privada, y de acuerdo con el principio de capacidad económica. Por todo lo anterior, solicita la Dirección General de Tributación, que se declare sin lugar la acción de inconstitucionalidad interpuesta. 5.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional fueron publicados en los números 47, 48 y 49 del Boletín Judicial, de los días siete, ocho y once de marzo de dos mil dos (folio 43). 6.- En este proceso se prescinde de la audiencia prevista en los artículos 10 y 85 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, con base en el artículo 9 del citado cuerpo legal que faculta a la Sala para resolver por el fondo del proceso, cuando cuente con elementos de juicio suficientes para ello. 7.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley. Redacta el magistrado Mora Mora ; y, Considerando: 238 I.- Sobre la admisibilidad. Esta acción se plantea con base en el recurso de amparo que se tramita en expediente número 469-2002, y se encuentra pendiente de resolución en esta Sala. Con ello se cumplen los requisitos de fondo y forma establecidos por los artículos 75 y siguientes de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, de manera que la acción resulta admisible y debe conocerse por el fondo. II.- Objeto de la impugnación. El texto de normas impugnadas es el siguiente: "ARTÍCULO 21.- Adiciones. Adiciónanse los artículos 2, 15, 23 y 34, así como un nuevo artículo 61 bis y un nuevo artículo 64 bis a la Ley del Impuesto sobre la Renta, N o 7092, de 21 de abril de 1988 y sus reformas, de la siguiente manera: 1) Un inciso h) artículo 2: "Artículo 2°- Independientemente de la nacionalidad, el domicilio y del lugar de constitución de las personas jurídicas o de la reunión de sus juntas directivas o de la celebración de los contratos, son contribuyentes todas las empresas públicas o privada que realicen actividades o negocios de carácter lucrativo en el país: (…) h) Los entes que se dediquen a la prestación privada de servicios de educación universitaria, independientemente de la forma jurídica adoptada, para lo cual deberán presentar la declaración respectiva. Se exceptúa de lo dispuesto en esta norma, el ente creado mediante Ley 7044 del 29 de setiembre de 1986. (…) " "Transitorio IV: Los entes dedicados a la prestación privada de servicios de educación universitaria que, a la entrada en vigencia de la presente Ley, se encuentren organizados bajo la figura jurídica de fundación, podrán optar por transformarse en algún tipo de sociedad mercantil, la cual asumirá todas las obligaciones y derechos correspondientes a la fundación que le dio origen. En ese supuesto, la sociedad mercantil deberá inscribirse en la Bolsa Nacional de Valores y poner a disposición del público las acciones que representen el cien por ciento (100%) del capital accionario." Previo a entrar al análisis de los agravios formulados, para un mejor planteamiento del tema, resulta útil hacer la siguiente reseña normativa: en el artículo 10 de la Ley de Fundaciones, número 5338, de veintiocho de agosto de mil novecientos setenta y tres, el legislador estableció a favor de éstas, una exención de carácter genérico objetiva: "Las fundaciones estarán exentas del pago de derechos de inscripción y de impuestos nacionales y municipales, salvo los arancelarios, que sólo los podrá exonerar en cada caso el Ministerio de Hacienda, según la clase de bienes que se trate y su destino." De esta forma, las instituciones dedicadas a la enseñanza superior privada, que se crearon como fundaciones o asociaciones sin fines de lucro, al amparo de los artículos 5 y 15 de la Ley del Consejo Nacional de Enseñanza Superior Privada, número 6693, de veintisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y uno, no se encontraban obligadas al pago del impuesto sobre la renta. Como simple referencia se indica, que tales normas fueron anuladas, mediante la sentencia número 7494-97, de las quince horas con cuarenta y cinco minutos, del once de noviembre de mil novecientos noventa y siete, de este Tribunal. Posteriormente, el Estado, en ejercicio de su poder Tributario, limitó ese régimen de favor, al promulgar la Ley Reguladora de todas las Exoneraciones vigentes, número 7293, de treinta y uno de marzo de mil novecientos noventa y dos. En su artículo 1, derogó todas las exenciones tributarias objetivas y subjetivas previstas en la normativa a la renta, con las excepciones a indicar por ella misma, en el artículo 2, el cual concedió privilegios únicamente a las fundaciones sin fines de lucro; dedicadas a la atención de menores en abandono, deambulantes o en riesgo social (inciso d), y las dedicadas a la recolección y tratamiento de basura, a la conservación de recursos naturales, ambiente en general, higiene ambiental y salud pública, (inciso e); con ello, las exoneraciones no previstas en tales incisos, quedaron tácitamente derogadas. A partir de ese momento, las fundaciones dedicadas a la enseñanza universitaria privada, quedaron, "en teoría", obligadas al pago de los tributos nacionales y municipales. El artículo 15 de la Ley en mención, modificó el artículo 3 de la Ley número 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, eximiendo del impuesto de la renta, únicamente a las fundaciones, cuyos ingresos y patrimonio, se destinen en su totalidad, exclusivamente para fines públicos o de beneficencia y que, en ningún caso, se distribuyan directa o indirectamente entre sus integrantes. Pese a lo descrito, las fundaciones que interesan, no quedaron explícitamente obligadas al pago del impuesto de la renta, sino hasta la entrada en vigencia de la Ley número 8114, de cuatro de julio de dos mil uno, que reformó la Ley del Impuesto sobre la Renta, 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, y le adicionó el inciso h) al artículo 2. Mediante éste, se grava a los entes dedicados a la prestación privada de servicios de educación universitaria, independientemente de la forma jurídica adoptada, y se les excluye de la no sujeción al impuesto sobre la renta. La anterior disposición, se complementa con el Transitorio IV de la Ley, que facilita el proceso de conversión de las fundaciones dedicadas al servicio de la enseñanza superior universitaria, a cualquier tipo de sociedad mercantil. 239 III.- Sobre el fondo. Los cambios normativos descritos, que dispusieron la sujeción de las fundaciones dedicadas a la enseñanza privada universitaria, al cobro del impuesto sobre la renta, son manifestación del poder tributario del Estado; significa, según lo expresado en reiterada jurisprudencia esta Sala, que el Estado cuenta con la potestad soberana, de sancionar normas jurídicas, de las que se derive la obligación de pagar un tributo, o de respetar un límite tributario; de exigir contribuciones a personas o a bienes que se hallan en su jurisdicción, así como conceder exenciones. Tal potestad se ve limitada únicamente por los principios que derivan de la Constitución Política, entre los cuales se encuentran: el Principio de Legalidad o Reserva de Ley, el de la Igualdad ante las cargas tributarias, y el de Razonabilidad y Proporcionalidad. En virtud del primero, los tributos deben emanar de una Ley de la República; de acuerdo con el segundo, no deberán crear discriminaciones en perjuicio de sujetos pasivos, y deberán abarcar integralmente a todas las personas o bienes previstas en la ley, asegurando el mismo tratamiento a quienes se encuentren en análogas situaciones; y de acuerdo con el tercero, deberá cuidarse de que no sean de tal identidad, que violen la propiedad privada; todo ello, con base en los artículos 18, 33, 40, 45, 121 inciso 13) constitucionales. Al respecto, pueden consultarse, entre otras, las resoluciones números 1341-93, de las diez horas con treinta minutos, del veintinueve de marzo de mil novecientos noventa y tres; 730-95, de las quince horas del tres de febrero de mil novecientos noventa y cinco; 3444-96,de las once horas con cuarenta y cinco minutos, del veintidós de marzo de mil novecientos noventa y seis; y 6940-96, de las nueve horas con veintisiete minutos, del veinte de diciembre de mil novecientos noventa y seis. El Estado también se encuentra facultado para modificar las cargas tributarias, y asimismo, para determinar quiénes quedarán exentos de ellas. Las exenciones, pese a ser concedidas en función de determinadas condiciones, valoradas en su momento por el legislador, pueden ser modificadas o derogadas por una ley posterior. Tal proceder, antes que ser arbitrario, es una respuesta a las necesidades fiscales del país, en el entendido de que su aplicación surtirá efectos a partir de la vigencia de la respectiva norma. En ese sentido, se ha expresado la jurisprudencia constitucional, en las sentencias números 2197-92, de las catorce horas con treinta minutos, del once de agosto de mil novecientos noventa y dos; 1341-93 ya citada; 687-96, de las quince horas con dieciocho minutos, del siete de febrero de mil novecientos noventa y cinco; y 6940-96, de las nueve horas con veintisiete minutos, del veinte de diciembre de mil novecientos noventa y seis. IV.- Alegan los accionantes, que la norma cuestionada, viola el principio de igualdad frente a las cargas públicas, que se encuentra tutelado en los artículos 18 y 33 de la Constitución Política. Este principio, de acuerdo con la tradicional configuración conceptual y dogmática del tributo, y poniendo de relieve su inclusión en el resto del ordenamiento jurídico, significa, "aceptar que la igualdad, como valor superior de éste, actúa sobre él no sólo como criterio orientador, sino también como límite, con la consecuencia de que el tributo, en cuanto instrumento constitucional para la obtención de recursos y a la vista de su especial aptitud para la producción de efectos económicos, sólo puede ser correctamente entendido si se le considera subordinado, entre otros, al valor superior de la igualdad; sea con otras palabras, la estructuración de un impuesto con criterios de capacidad contributiva sólo será posible en tanto la igualdad de hecho, u otro principio constitucionalmente protegido, no exija una estructura distinta" (sentencia número 3444, de las quince horas con doce minutos, del nueve de julio de mil novecientos noventa y seis). La justicia tributaria conlleva, que la aplicación de los tributos esté sujeta a los criterios de justicia constitucional, que están por encima de cada una de las instituciones que integran el ordenamiento jurídico. El principio de igualdad supone, que en iguales circunstancias se otorgue un trato igual por parte del Estado, y asimismo, que al mediar diferencias entre los afectados, se les otorgue un trato desigual. Los alcances de éste principio, han sido sobradamente fijados, por ejemplo en las sentencias números 1372-92, de las catorce horas con cincuenta minutos, del veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y dos; 1440-92, de las quince horas con treinta minutos, del dos de junio de mil novecientos noventa y dos; 782-93, de las dieciséis horas con veintisiete minutos, del dieciséis de febrero de mil novecientos noventa y tres; 483-94, de las catorce horas con cincuenta y cuatro minutos, del veinticinco de enero de mil novecientos noventa y cuatro; 1160-94, de las diez horas con treinta minutos, del dos de marzo de mil novecientos noventa y cuatro; 6098-94, de las nueve horas con veintisiete minutos, del dieciocho de octubre de mil novecientos noventa y cuatro; y 5670-95, de las quince horas con treinta y nueve minutos, del diecisiete de octubre de mil novecientos noventa y cinco. El hecho de que los legisladores hayan escogido como parámetro de definición, para hacerse acreedor de las exoneraciones de ley, una lista concreta de actividades, no necesariamente resulta violatorio de principio o norma constitucional alguna, por cuanto, ello resulta de la discrecionalidad propia que les asiste, siempre y cuando no implique un exceso legislativo o una injustificada 240 diferenciación, que escape al marco constitucional. El principio en cuestión, supone asimismo, de acuerdo con lo expresado en la sentencia 4829-98, de las quince horas con treinta y seis minutos, del ocho de julio de mil novecientos noventa y ocho, que: "Todos deben contribuir a los gastos del Estado en proporción a su capacidad económica, de manera tal que en condiciones idénticas deben imponerse los mismos gravámenes, lo cual no priva al legislador de crear categorías especiales a condición de que no sean arbitrarias y se apoyen en una base razonable." Ciertamente, lo anterior implica, que el tributo debe estar concebido de tal forma, que cualquier persona, cuya situación coincida con la señalada como hecho generador, será sujeto del impuesto. V.- En cuanto a la alegada discriminación entre fundaciones que se dedican a la enseñanza privada, en el ámbito preescolar y escolar, respecto de las que lo hacen en la enseñanza universitaria. Ya éste Tribunal expresó recientemente, en la sentencia número 2642-2001, de las catorce horas con treinta minutos, del cuatro de abril de dos mil uno: "No cabe duda de que existe una diferencia entre la educación preescolar general básica y la enseñanza universitaria, mientras que en las primeras son obligatorias por mandato constitucional (art. 78) y éstas y la educación diversificada son además gratuitas y costeadas por la Nación, según el mismo artículo 78 de la Constitución Política, no lo es la enseñanza universitaria, de forma que siendo una carga para la Nación, el Estado puede válidamente incentivar los centros privados de primaria y secundaria con exoneración de impuestos y gravar a la actividad universitaria, sin que esa diferenciación resulte arbitraria." El criterio transcrito fue vertido con ocasión de la Consulta legislativa facultativa de constitucionalidad, del entonces proyecto de Ley de Simplificación y Eficiencia Tributarias, específicamente, en lo referente al artículo 21, inciso 1). Entre otras cosas, se cuestionaba la constitucionalidad del establecimiento de las universidades privadas como contribuyentes del impuesto sobre la renta. En esa ocasión, se trajo a colación, la sentencia número 7494-97, de las quince horas con cuarenta y cinco minutos, del once de noviembre de mil novecientos noventa y siete, en donde se discutió acerca de la naturaleza jurídica de las instituciones dedicadas a la enseñanza superior privada, en ese entonces, regulada por los artículos 5 y 15 de la Ley del Consejo Nacional de Enseñanza Superior Privada, número 6693, de veintisiete de noviembre de mil novecientos ochenta y uno, que establecían la necesidad de que e constituyeran en fundaciones o asociaciones sin fines de lucro, debiendo reinvertir todos los excedentes que obtuvieran; normas que fueron anuladas mediante esa misma resolución. Para ello, se consideró que era inconstitucional: 1.- prohibir a las universidades privadas, la consecución de un objetivo económico o lucrativo en su actividad, esto por contravenir la libertad de empresa; y 2.imponerle las formas societarias que puede asumir una organización de enseñanza superior universitaria, por resultar inconstitucional establecer limitaciones que violan las libertades de asociación, de enseñanza y de empresa. Al resolver la consulta legislativa citada (2642-2001), el criterio sentado por la Sala, se centró, en el hecho de que, si las universidades privadas generan utilidades, ello es independiente de su forma organizativa; siendo lo importante que, en tal caso, se encuentra el legislador facultado, para gravarlas con el impuesto sobre la renta: "Sin importar la forma asociativa elegida, todas las universidades privadas pueden en principio generar utilidades sobre las que, a partir de la reforma propuesta, pagarían el impuesto sobre la renta. La posibilidad de producir lucro dependerá, asimismo, de la forma elegida, de acuerdo con la normativa aplicable para cada caso. El legislador en uso de las atribuciones que le confiere la Constitución Política (artículo 121, inciso 13) determinó la pertinencia de gravar a los entes que llevan a cabo la actividad en cuestión y de no hacerlo respecto de las otras fundaciones educativas." VI.- Discriminación entre universidades públicas y privadas. En lo que respecta a la discriminación entre universidades públicas y privadas, existe jurisprudencia reiterada, en el sentido de que no puede alegarse que entre ambas exista una situación real de igualdad, en tanto que se encuentran reguladas por cuerpos normativos totalmente distintos; las primeras, respectivamente, por el Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica, la Ley Orgánica del Tecnológico de Costa Rica y la Ley de Creación de la Universidad Estatal a Distancia; y las segundas, por la Ley del Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada. La exoneración que se otorga a las universidades estatales no resulta una medida discriminatoria, en relación con las privadas, toda vez que la misma, no obedece a su condición de universidades, sino a su condición de entes públicos. El artículo 3, inciso a) de la Ley número 7092, de veintiuno de abril de mil novecientos ochenta y ocho, reformada por el artículo 15 de la Ley Reguladora de todas las Exoneraciones Vigentes, su Derogatoria y Excepciones, número 7293, comprende como entes estatales exonerados a los siguientes: el Estado, las municipalidades, las instituciones autónomas y semiautónomas del Estado que por ley especial gocen de exención, y las universidades estatales; al efecto, entiéndase por Estado, a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y al Tribunal Supremo de Elecciones. Así se 241 expuso en las resolución número 6940-96, de las nueve horas con veintisiete minutos, del veinte de diciembre de mil novecientos noventa y seis. VII.- Desestimulo a la educación superior privada. Finalmente, en cuanto al reclamo formulado, de que al gravarse con el impuesto de la renta a las fundaciones privadas que prestan servicios de educación universitaria, se desestimula su actividad, con lo cual se viola el artículo 80 constitucional, debe señalarse que la norma en cuestión impone al Estado una obligación, pero lo hace en sentido programático. La orden de dotar a la iniciativa privada en el campo de la educación, de condiciones adecuadas para que se desarrolle, no implica, necesariamente, dotarla de recursos económicos, ni de mecanismos específicos. La norma en cuestión, alude más bien, al derecho que les asiste a los habitantes de la República, sin ningún tipo de trabas o limitantes, de acceder a la educación privada, debiendo los beneficiados cubrir los gastos que son propios a ella. En ese mismos sentido, se afirmó en la sentencia número 6940-96 citada, que: "Resulta lícito imponer limitaciones a las actividades lícitas de los habitantes del país, y que para desarrollar cualquier tipo de actividad, debe sujetarse a los requerimientos y exigencias de la ley … De esta manera, los impuestos pueden ser considerados como una exigencia para el desarrollo privado de la educación superior universitaria. La enseñanza globalmente concebida, es una proyección de la libertad ideológica, religiosa, del derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, garantías todas, que se encuentran recogidas por los principios generales constitucionales. Se trata en todos los casos de derechos que tienen límites necesarios que resultan de su propia naturaleza, del respeto hacia otros derechos fundamentales o de los que, respetando el contenido esencial, pueda establecer el legislador ... Partiendo de lo anterior, se puede concluir que precisamente de la libertad de educación se deriva la libertad de creación de centros docentes de carácter privado y si bien esta última libertad tiene rango constitucional, también es lo cierto que se debe enmarcar dentro del respeto al régimen jurídico." Lo anterior se complementa con lo expuesto en la sentencia número 26422001, de las catorce horas con treinta minutos, del cuatro de abril del dos mil uno: "El deber de estimular la enseñanza privada contenido en el artículo 80 constitucional no obliga al Estado a hacerlo por la vía de la exención de tributos, sino que cuenta con diversos mecanismos que pueden servir a dicha finalidad … La disposición citada no es contraria al principio de igualdad ante las cargas tributarias, ni a las normas contenidas en los artículos 79 y 80 de la Constitución Política. No, obstante, el artículo 80 de la Constitución constituye un verdadero mandato para el Estado, y por lo tanto un derecho para la iniciativa privada en esta materia, que puede hacerse valer frente al Estado … No encuentra la Sala que resulte inconstitucional la distinción tributaria hecha entre fundaciones dedicadas a la educación no universitaria de la educación universitaria.".VIII.- Conclusión. Con fundamento en las razones dadas, al no haberse dado violación alguna a los principios de igualdad frente a las cargas públicas, ni a los de razonabilidad y generalidad, que derivan de la relación de los artículos 18 y 33 constitucionales por el artículo 2, inciso h), de la Ley número 7092, y tampoco habiendo éste contravenido el deber del Estado de incentivar la educación, establecido en el artículo 80 de la Constitución Política, la acción planteada debe declararse sin lugar. Por tanto: Se declara sin lugar la acción. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Fernando Cruz C. Teresita Rodríguez A. Alejandro Batalla B. 242 Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 09636-02 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Luis Arias vs Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica El recurrente recibió el título de Médico-Cirujano en Colombia. La UCR reconoció dicho título y lo equiparó al grado de Lic. en Medicina y Cirugía, a fin de autorizarle el inicio de sus estudios de postgrado. El recurrente realizó los cuatro años de residencia médica, contando con la autorización del Colegio de Médicos durante los primeros tres años. El Colegio de Médicos publicó en el 2002 los requisitos para el servicio social obligatorio que debían cumplir los médicos interesados y comunicó al recurrente que no obtuvo autorización para ejercer el cuarto año de residencia, lo que impidió su participación en la rifa del servicio social obligatorio. Por otro lado, dicho colegio le solicitó una declaración jurada en la que indicara que no regresaría a CR a ejercer su profesión, lo que afecta el bienestar de su familia. Solicita que el colegio recurrido permita su participación en la rifa del servicio social y su incorporación al mismo. El artículo 56 de la Constitución Política. Considera esta Sala que los colegios profesionales ejercen una labor de fiscalización evitando el ejercicio ilegal de la profesión en el país. Por esa razón, la Ley Orgánica del Colegio de Médicos en sus artículos 4 y 5 establecen que los médicos extranjeros autorizados para ejercer la medicina en el país deben solicitar anualmente la renovación de su permiso, mientras realizan estudios de postgrado en el país. El recurrente impugna la actuación del ente recurrido, por considerar que se le han impuesto arbitrariamente nuevos requisitos para participar en el servicio social obligatorio. Dicho argumento debe desestimarse, puesto que el Colegio lo que le ha exigido es la presentación del permiso que expide anualmente, y no un nuevo requisito, máxime que el recurrente solicitó permiso durante los tres primeros años de sus estudios de postgrado, sin embargo no lo hizo para cursar el cuarto. En relación con los perjuicios que podrían ocasionarse por la declaración jurada que le impide ejercer la medicina en el país, considera esta Sala que dicha pretensión constituye una mera probabilidad que no conlleva una violación o amenaza real, cierta o inminente a los derechos fundamentales del recurrente tal y como lo prevé el artículo 29, párrafo 2º de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 09636 2002 02-006763-0007-CO Sala Constitucional 04/10/2002 11:26:00 AM De Fondo Jinesta Lobo Ernesto Recurso de amparo 243 Exp: 02-006763-0007-CO Res: 2002-09636 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las once horas con veintiséis minutos del cuatro de octubre del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por Luis Arias Pulgarín, médico cirujano, casado, ciudadano colombiano, portador de la cédula de residencia número 420-0201148-000-5286, contra el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica. Resultando: 1 .- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 14:39 hrs. del 14 de agosto de 2002 (folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica y manifiesta que obtuvo el título de Médico-Cirujano en la Universidad Libre Seccional con sede en Cali, Colombia, y que realizó el trámite correspondiente para realizar sus estudios de postgrado en Costa Rica. Indica que la Universidad de Costa Rica reconoció su condición de Médico y Cirujano, bajo el amparo del Convenio de Reconocimiento Mutuo de Validez de Títulos Profesionales y de Incorporación de Estudios entre Colombia y Costa Rica, y se le equiparó al grado académico de Licenciado en Medicina y Cirugía. Señala que para iniciar sus estudios de postgrado, el Colegio de Médicos le requirió una declaración jurada en la que indicara que no regresaría a Costa Rica a ejercer su profesión, lo que atenta contra sus garantías constitucionales, ya que afecta su estabilidad familiar pues se le obliga a ejercer la profesión fuera del país, a pesar de contar con todos los requisitos para terminar sus estudios de postgrado y laborar en Costa Rica para poder encargarse de su esposa y su hijo costarricense. Por otro lado, establece que el Colegio de Médicos le ha impedido participar en la rifa del servicio social obligatorio al exigirle un nuevo requerimiento que no consta en la lista de requisitos publicada en la Gaceta. Solicita el recurrente que se declare con lugar el recurso y se le restituya el pleno goce de sus derechos fundamentales. 2 .- Informa bajo juramento Eduardo Flores Montero, en su calidad de Presidente del Colegio de Médicos (folio 66), que de conformidad con los artículos 4 y 5 de la Ley Orgánica del Colegio, sin la previa inscripción o autorización de la Junta de Gobierno, ninguna persona puede ejercer la medicina de Costa Rica. Los médicos extranjeros autorizados para ejercer la medicina en el país deben solicitar anualmente la renovación de su permiso, mientras realizan estudios de postgrados en el país, de conformidad con el artículo 6 del reglamento ejecutivo de la Ley Orgánica del Colegio, Decreto Ejecutivo No. 23110-S del 22 de marzo de 2002. Alega que el recurrente, con apego a la normativa aplicable, solicitó permiso durante los tres primeros años de sus estudios de postgrado, sin embargo, no lo hizo para cursar el cuarto año, sea el período comprendido entre mayo del 2001 y mayo del 2002 en el que ejerció ilegalmente la profesión. Finalmente, aduce que su representada ha actuado ajustada a derecho y que no es cierto que se solicitara de manera retroactiva un nuevo requisito al recurrente. Dicho requisito existe por mandato legal expreso y debe ser debidamente cumplido por los interesados, como lo hizo el recurrente por tres años consecutivos. Por lo expuesto, solicita que se desestime el recurso planteado. 3 .- Por resolución de esta Sala de las 16:53 hrs. del 19 de agosto de 2002 se dio curso al proceso y se solicitó el informe a la parte recurrida. 4 .- En la substanciación del proceso se han observado las prescripciones de ley. Redacta el magistrado Jinesta Lobo ; y, Considerando: I .- Objeto del recurso. El recurrente aduce que las autoridades del Colegio de Médicos han lesionado su derecho al trabajo al exigirle un requisito no contemplado en la publicación que realizó dicho ente para participar en la rifa del servicio social obligatorio. Por otro lado, establece que dicho colegio le solicitó una declaración jurada en la que indicara que no regresaría a Costa Rica a ejercer su profesión, acto que lesiona sus derechos fundamentales al no 244 poder laborar en el país a fin de vivir junto con su esposa e hijo costarricense, afectando directamente el bienestar de su familia. Consecuencia de lo anterior, solicita que el colegio recurrido permita su participación en la rifa del servicio social y su incorporación al mismo. II .- De relevancia para resolver el presente recurso de amparo se tienen por acreditados los siguientes hechos: 1) El Poder Ejecutivo mediante Decreto No. 23110-S del 22 de marzo de 1994 promulgó el Reglamento a la Ley Orgánica del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica (publicado en la Gaceta No. 76 del 21 de abril de 1994). 2) El recurrente recibió el título de Médico - Cirujano de la Universidad Libre Seccional, con sede en Cali, Colombia, en diciembre de 1992 (visible a folio 41). 3) La Universidad de Costa Rica, mediante certificación del 23 de julio de 2001 , reconoció dicho título y lo equiparó al grado de Licenciado en Medicina y Cirugía, a fin de autorizarle el inicio de sus estudios de postgrado (visible a folio 46). 4) El recurrente realizó los cuatro años de residencia médica, contando con la autorización del Colegio de Médicos durante los primeros tres años (hecho incontrovertido). 5) El Colegio de Médicos publicó en la Gaceta No. 139 del 19 de julio de 2002 los requisitos para el servicio social obligatorio que debían cumplir los médicos interesados (visible a folio 38). 6) El Colegio de Médicos mediante oficio No. 858.08.02 del 13 de agosto de 2002 comunicó al recurrente que no obtuvo autorización para ejercer el cuarto año de residencia, lo que impidió su participación en la rifa del servicio social obligatorio (visible a folio 68). III .- Sobre el fondo. Para el caso que nos ocupa, este Tribunal considera que la actuación del Colegio de Médicos no ha sido arbitraria, ni lesiva de los derechos fundamentales del recurrido, toda vez que ha ejercido sus competencias de conformidad con las disposiciones legales y reglamentarias vigentes en la materia. En este sentido, cabe señalar que los colegios profesionales ejercen una labor de fiscalización evitando el ejercicio ilegal de la profesión en el país. Por esa razón, la Ley Orgánica del Colegio de Médicos en sus artículos 4 y 5, así como su reglamento en su artículo 6, establecen que los médicos extranjeros autorizados para ejercer la medicina en el país deben solicitar anualmente la renovación de su permiso, mientras realizan estudios de postgrado en el país. Ahora bien, el recurrente impugna la actuación del ente recurrido, por considerar que se le han impuesto arbitrariamente nuevos requisitos para participar en el servicio social obligatorio. Dicho argumento debe desestimarse, puesto que el Colegio lo que le ha exigido es la presentación del permiso que expide anualmente, y no un nuevo requisito, máxime que bajo juramento informa el Presidente del Colegio de Médicos que el recurrente, con apego a la normativa, solicitó permiso durante los tres primeros años de sus estudios de postgrado, sin embargo no lo hizo para cursar el cuarto. IV .- En relación con los perjuicios que alega el recurrente que podrían ocasionarse por la declaración jurada que le impide ejercer la medicina en el país, considera esta Sala que dicha pretensión constituye una mera probabilidad que no conlleva –al menos al momento de formulado el amparo– una violación o amenaza real, cierta o inminente a los derechos fundamentales del recurrente, tal y como lo prevé el artículo 29, párrafo 2º de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. Desde luego, ello no obsta para que en el supuesto de que se llegue a adoptar materialmente una medida en ese sentido, el amparado pueda presentar un nuevo recurso, siempre y cuando se considere que el acto pueda ser lesivo de sus derechos fundamentales. V .- Con fundamento en las anteriores consideraciones, encuentra este Tribunal que la actuación del ente recurrido es conforme con la normativa legal que regula esta materia. Asimismo, se recuerda que esta Sala no tiene competencia para determinar si el recurrente cumple o no con los requisitos solicitados por el Colegio de Médicos para participar en el sorteo del Servicio Social, por ello, procede rechazar el recurso, sin perjuicio de que el recurrente pueda acudir a otra vía, a discutir el asunto en cuestión . Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. 245 Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Susana Castro A. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 11617-02 Partes Caso Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión Luis Hernandez Vs Ministerio De Seguridad Publica. El Sr. Hernández manifiesta que la Ley General de Policía, establece los requisitos para ingresar a la Fuerza Pública, entre los que se encuentra el haber concluido el tercer ciclo de la Enseñanza General Básica. Que dicho requisito le impide prestar sus servicios en el Ministerio recurrido, o desempeñarse como oficial en una empresa que brinde el servicio de seguridad privada. Que tiene conocimiento que a otras personas que supuestamente no tienen los requisitos establecidos en esta Ley se les permite laborar en el citado Ministerio, razón por la cual estima, se le está otorgando un trato discriminatorio. El artículo 33 de la Constitución Política Ley General de Policía Nº 7410 No puede pretenderse que se le otorgue al Sr. Hernández el ingreso a la Fuerza Pública, irrespetando los requisitos mínimos que se establecen al efecto, a pesar de que en otros supuestos se hayan obviado. De lo dicho se desprende, que el alegado trato discriminatorio carece de sustento, pues no puede pretenderse que se deriven derechos de una situación contraria a la ley, como lo sería el desempeñar labores de policía en el Ministerio recurrido, sin que previamente se hayan cumplido los requisitos establecidos en la normativa que regula esa materia. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 11617 2002 02-010204-0007-CO Sala Constitucional 13/12/2002 8:37:00 AM De Fondo Armijo Sancho Gilbert Recurso de amparo Exp: 02-010204-0007-CO Res: 2002-11617 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las ocho horas con treinta y siete minutos del trece de diciembre del dos mil dos. Recurso de amparo interpuesto por LUIS ANGEL HERNANDEZ RILL, cédula de identidad número 6-225-911; contra el MINISTERIO DE SEGURIDAD PUBLICA. Resultando: 246 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las catorce horas del tres de diciembre del dos mil dos folio 1), el recurrente interpone recurso de amparo contra el Ministerio de Seguridad Pública y manifiesta que la Ley número 7410 del treinta de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, denominada “Ley General de Policía”, establece los requisitos para ingresar a la Fuerza Pública, entre los que se encuentra el haber concluido el tercer ciclo de la Enseñanza General Básica. Que dicho requisito le impide prestar sus servicios en el Ministerio recurrido, o desempeñarse como oficial en una empresa que brinde el servicio de seguridad privada. Que tiene conocimiento que a otras personas que supuestamente no tienen los requisitos establecidos en la Ley número 7410, se les permite laborar en el citado Ministerio, razón por la cual estima, se le está otorgando un trato discriminatorio. Solicita la intervención de la Sala en el presente asunto. 2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada. Redacta el magistrado Armijo Sancho ; y, Considerando: Único. Cabe aclarar que el hecho de que el Ministerio de Seguridad Pública, supuestamente haya permitido que varias personas laboren en la Fuerza Pública, sin cumplir los requisitos de ingreso que exige la Ley número 7410 del treinta de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, denominada Ley General de Policía, entre los que se encuentran el haber concluido el tercer ciclo de la Enseñanza General Básica, requisito académico que a él si se le exige, no da base para suponer que el recurrente pueda laborar bajo las mismas condiciones, toda vez que no puede pretenderse que se le otorgue el ingreso a la Fuerza Pública, irrespetando los requisitos mínimos que se establecen al efecto, a pesar de que en otros supuestos se hayan obviado. De lo dicho se desprende, que el alegado trato discriminatorio carece de sustento, pues no puede pretenderse que se deriven derechos de una situación contraria a la ley, como lo sería el desempeñar labores de policía en el Ministerio recurrido, sin que previamente se hayan cumplido los requisitos establecidos en la normativa que regula esa materia. Por lo expuesto, el recurso es improcedente y así debe declararse. Por tanto: Se rechaza por el fondo el recurso. Luis Fernando Solano C. Presidente Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. Ernesto Jinesta L. Susana Castro A. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03040-03 Partes Caso Luis Ulloa a favor de Freddy Mayorga vs Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica. El recurrente acusa que la resolución del Tribunal Penal de la Zona Atlántica que decretó prisión preventiva en contra del Sr. Mayorga por ser imputado en el delito de robo agravado lesiona el derecho a la libertad del amparado pues carece de fundamentación, 247 Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión es discriminatoria ya que da un trato desigual a los encartados, ya que mantiene la prisión preventiva en su contra sólo por el hecho de que el amparado tiene antecedentes y juzgamientos pendientes. Artículos 22 y 33 de la Constitución Política. Revisada la resolución del Tribunal se llega a la conclusión de que no lesiona su derecho a la libertad. Cuenta con un juicio de probabilidad pues hace referencia a elementos de prueba de los cuales se puede tener al amparado como probable autor del delito que se investiga. Asimismo, establece que el delito que se le atribuye está sancionado con pena de prisión y existe peligro de reiteración delictiva. En cuanto al alegado trato discriminatorio del que ha sido objeto porque a otro imputado de la causa se le revocó la prisión preventiva y al amparado no, es procedente citar la sentencia número 7026-98 que dispuso, en lo que interesa: “II.- El principio de igualdad ante la Ley rige únicamente para efectos del proceso aplicado y las defensas que en él se contienen, dejándose a criterio del Juez y en beneficio del correcto devenir del proceso y de la averiguación de la verdad real, otorgar o no la excarcelación a un imputado dentro de su situación particular y denegarla a otro, igualmente dentro de sus propias circunstancias” Lo anterior resulta plenamente aplicable al caso en estudio, en el cual, el Juez recurrido valoró objetivamente las condiciones personales de los imputados y su relación con el proceso, disponiendo que existe necesidad procesal de que el amparado esté detenido preventivamente, sin que ello implique infracción alguna al principio de igualdad. Se declara sin lugar el recurso. Texto Completo de la Sentencia Sentencia : Año : Expediente: Despacho: Fecha: Hora: Tipo de sentencia: Redactor: Clase de asunto: 03040 2003 03-004181-0007-CO Sala Constitucional 23/04/2003 2:42:00 PM De Fondo Calzada Miranda Ana Virginia Recurso de hábeas corpus Exp: 03-004181-0007-CO Res: 2003-03040 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas con cuarenta y dos minutos del veintitrés de abril del dos mil tres. Recurso de hábeas corpus interpuesto por Luis Alberto Ulloa González, Defensor Público; a favor de Freddy Mayorga Golden contra El Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica. Resultando: 1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las trece horas treinta y cinco minutos del veintisiete de marzo del dos mil tres (folio 1), el recurrente interpone recurso de hábeas corpus y manifiesta que en la resolución de las 10 horas del 18 de marzo del presente año, que confirmó la resolución de las 9:25 horas del 18 de marzo de 2003 que decretó la prisión preventiva en contra del amparado, el Tribunal recurrido motivó su decisión en que del 248 informe policial se desprendía una participación activa de los cuatro imputados en esa causa por robo, que resultaba probable en un alto grado una distribución de funciones entre los encartados y que, en esa etapa procesal, era prematuro llevar a cabo una clara separación de los roles de cada uno. Sin embargo, en dicha resolución, el ad quem revocó la medida impuesta contra el encartado José Flores Medina, pues consideró que si bien los hechos investigados eran graves, por la violencia con que se cometieron, dado que Medina no cuenta con antecedentes penales, no se derivaba de los autos probabilidad alguna de que éste, quedando en libertad, fuera a continuar con la actividad delictiva o que tratara de evadirse de la aplicación de la ley. En tal sentido, la medida cautelar tampoco podía descansar en una denuncia "alejada de la realidad". No obstante, al analizar el caso del amparado Freddy Mayorga Golden, que se basa en los mismos hechos violentos, la misma denuncia "alejada de la realidad" y, en general, los mismos elementos, el recurrido consideró que la medida de prisión preventiva si era procedente. Afirma que el único elemento que diferencia ambos casos, es que el amparado tiene antecedentes y causas penales pendientes. Señala que la Sala Constitucional y la Sala Tercera han sido enfáticas en señalar que el solo hecho de contar con antecedentes penales no es motivo suficiente para motivar la imposición de una medida privativa de la libertad. La fundamentación esgrimida por el Tribunal recurrido es discriminatoria, y se violan los artículos 7, 11, 22, 37, 39, 40 y 41 de la Constitución Política, el numeral 9° de la Declaración de los Derechos Humanos, el ordinal 9 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el artículo 7° de la Convención Americana de los Derechos Humanos. Solicita que se ordene la libertad inmediata del amparado. 2.- Informa Carlos E. Porras Castro, Juez Coordinador del Tribunal del I Circuito Judicial de la Zona Atlántica, (folio 9), que mediante resolución de las 10:00 horas del 18 de marzo del 2003, el Tribunal confirmó la resolución dictada por el Juzgado Penal de las 9:25 horas del 6 de marzo del 2003 en la que se decretaba la Prisión Preventiva del encartado Mayorga Golden. Se tomó en consideración que se le atribuye la comisión del delito de Robo Agravado ocurrida el 1 de marzo pasado, y que existen suficientes elementos de prueba para tenerlo como probable partícipe del hecho. Afirma que cuenta con antecedentes penales por delitos de la misma naturaleza que el que se le atribuye en esta causa y tiene procesos pendientes ante los tribunales penales de ese circuito lo que hace nacer la posibilidad de que en libertad continúe la actividad delictiva, aunado a que el delito que se le atribuye tiene alta penalidad. Afirma que la situación particular de Mayorga Golden difiere de la del otro acusado José Flores medina quien no cuenta con antecedentes penales ni causas pendientes, tiene domicilio fijo y trabajo estable. En cuanto a la “denuncia alejada de la realidad” que señala el recurrente no lo es la referente al robo que se le atribuye a Mayorga Golden, sino la interpuesta por el co-encartado Flores Medina quien alega que fue llevado a la fuerza por los otros imputados al lugar donde se cometió el robo, como forma de evadir su responsabilidad penal. Solicita que se desestime el recurso planteado. 3.- En los procedimientos seguidos se han observado las prescripciones legales. Redacta la magistrada Calzada Miranda ; y, Considerando: I.- En el expediente 03-000339-063-PE, por el delito de robo agravado figuran como imputados Freddy Mayorga Golden y José Flores Medina. En dicha causa el Juzgado Penal del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica, a las 9:25 horas del 6 de marzo del 2003 decretó prisión preventiva en contra de los imputados por tres meses (folio 71 de la copia certificada del expediente). El Tribunal del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica, por voto número 36-03 de las 10:00 horas del dieciocho de marzo del dos mil tres, revocó la prisión preventiva dispuesta contra José Flores Medina y la confirmó en cuanto Freddy Mayorga Golden (folio 126). II.- El recurrente acusa que la resolución del Tribunal Penal de la Zona Atlántica lesiona el derecho a la libertad del amparado pues carece de fundamentación, es discriminatoria ya que da un trato desigual a los encartados, ya que mantiene la prisión preventiva en su contra sólo por el hecho de que el amparado tiene antecedentes y juzgamientos pendientes. III.- R evisada la resolución cuya constitucionalidad se objeta y que mantuvo la restricción a la libertad de Freddy Mayorga Golden se llega a la conclusión de que no lesiona su derecho a la libertad ni resulta discriminatoria. 249 Cuenta con un juicio de probabilidad pues hace referencia a elementos de prueba de los cuales se puede tener al amparado como probable autor del delito que se investiga –reconocimiento fotográfico en el cual se le identificó como uno de los participantes en los hechos-. Asimismo, establece que el delito que se le atribuye está sancionado con pena de prisión y existe peligro de reiteración delictiva, dado que el amparado tiene antecedentes penales y causas pendientes ante los Tribunales Penales, circunstancias que pueden ser valoradas por el Juez para acordar la medida cautelar de prisión preventiva, como ha reconocido esta Sala desde su temprana jurisprudencia (sentencia 480-91 de las 14:18 horas del 3 de enero de 1991). En cuanto al alegado trato discriminatorio del que ha sido objeto porque a otro imputado de la causa se le revocó la prisión preventiva y al amparado no, es procedente citar la sentencia número 7026-98 de las 16:30 horas del 30 de setiembre de 1998 que dispuso, en lo que interesa: “II.- No obstante lo señalado en el considerando anterior, es menester indicarle al recurrente que los parámetros de determinación de la discriminación entre iguales para efectos constitucionales, difieren en mucho de los parámetros de equidad entre imputados al momento de ser sometidos a un proceso penal. La valoración del trato equitativo en tratándose de sujetos sometidos a una investigación judicial varía de acuerdo a las condiciones de los distintos sujetos, su relación con el hecho investigado, los intereses del proceso, y es de resorte exclusivo del Juez de la causa. No se puede equiparar la situación de un imputado a la de otro, aún en una misma causa cuando la responsabilidad es enteramente personal y son los vínculos con el proceso y los aspectos personales del interesado los que deben incidir en la concesión o no de la libertad durante el proceso. Así, el principio de igualdad ante la Ley rige únicamente para efectos del proceso aplicado y las defensas que en él se contienen, dejándose a criterio del Juez y en beneficio del correcto devenir del proceso y de la averiguación de la verdad real, otorgar o no la excarcelación a un imputado dentro de su situación particular y denegarla a otro, igualmente dentro de sus propias circunstancias. De esta forma, debe rechazarse este reclamo, toda vez que la discriminación alegada no tiene asidero constitucional.” Lo anterior resulta plenamente aplicable al caso en estudio, en el cual, el Juez recurrido valoró objetivamente las condiciones personales de los imputados y su relación con el proceso, disponiendo que existe necesidad procesal de que el amparado esté detenido preventivamente, sin que ello implique infracción alguna al principio de igualdad. Dado que no se constata infracción alguna a los derechos fundamentales de Freddy Mayorga Golden, la Sala estima que el recurso debe ser declarado sin lugar, como en efecto se dispone. Por tanto: Se declara sin lugar el recurso. Comuníquese a todas las partes. Luis Fernando Solano C. Presidente Luis Paulino Mora M. Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B. Gilbert Armijo S. José Luis Molina Q. Extracto de la Sentencia Sala Constitucional Sentencia 03948-03 Partes Caso Ricardo Valverde vs Unidad Interdisciplinaria y el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial. El recurrente fue nombrado interinamente como Juez 3, en el Juzgado Penal I del Circuito Judicial de la Zona Atlántica y solicitó a la Unidad Interdisciplinaria la suspensión de la elaboración de la terna para dicho cargo, hasta tanto quedara concluido el concurso en el cual está participando para mejorar su ubicación en el escalafón, pues ya está elegible pero su calificación no le ha permitido ser nombrado en propiedad. Esto con base en un 250 Normativa Involucrada Desarrollo Conclusión antecedente similar fallado por el Consejo de la Judicatura. El Consejo dispuso rechazar su gestión, por considerar de que el antecedente se trata de un caso muy diverso al conocido y fallado. Estima el recurrente que la actuación del Consejo recurrido le perjudica, pues, en aquella oportunidad sí se suspendió la confección de las ternas para que los solicitantes terminaran de ser evaluados y poder éstos participar en dicho concurso, a su criterio se debió actuar en forma equitativa e igual con él. Estima que la decisión tomada por el Consejo de la Judicatura impide y limita su derecho a participar en la tern