Adhesión al Manifiesto de los Economistas Franceses

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"Economistes Atterrés"
LOS ECONOMISTAS FRANCESES ATERRADOS.
ADHESIÓN AL MANIFIESTO.
Las autoridades y expertos económicos de los países que estamos sufriendo
la actual crisis económica parecía que habían llegado a una especie de
“pensamiento único” para afrontarla: después de un inicio de políticas neokeynesianas que trataron de aliviar sus efectos más inmediatos en el
convencimiento de que era pasajera, los elevados déficits públicos
impusieron –a los PIGS nos lo han impuesto desde fuera, como ha dejado
muy claro un asesor de Obama- la necesidad de llevar a cabo ajustes
liberalizadores de las economías y muy especialmente de los gastos
públicos.
El supuesto sobre el que se basan es la eficiencia de los mercados en la
asignación de los recursos, por lo que el objetivo debe ser volver a déficits
controlables para que el sector público “no moleste” –en términos técnicos
hablaríamos de crowding out- y permitir así el libre funcionamiento del
mercado.
Pero no es todo tan sencillo. La unanimidad no existe en la doctrina: el
profesor Krugman encabeza una visión contraria a esa "moda pasajera de
Gente Muy Seria a propósito de que todo el mundo tenía que equilibrar sus
presupuestos".
La Catedrática de Berkeley, Christina Romer, que ha sido Presidenta del
Consejo de Asesores Económicos del Presidente Obama insiste en que este
no es el momento de reducir el déficit. Antón Costas, Catedrático de
Política Económica de la UB, señala que los recortes en salarios y gastos
sociales "castigan a clases medias y trabajadoras". La economista del
Peterson Institute, Reinhart, opina que "Alemania condena a la UE a graves
problemas".
La austeridad fiscal es necesaria, y la eficiencia, pero no debe llevarse a los
límites de la obsesión como ocurre en Alemania, a dar origen a
afirmaciones tan ultraliberales como las de Robert Lucas que ha
manifestado que "España debe dar un paso atrás en el Estado del Bienestar"
o a actuaciones como las del Reino Unido donde los conservadores están
utilizando esta coyuntura para reducir drásticamente ese Estado del
Bienestar. Nosotros, como buena parte de la profesión, creemos que la
polémica suscitada tiene mucho de ideología. En realidad, se están
enfrentando nuevamente las dos concepciones que dominan la socioeconomía: el ultraliberalismo de la mano invisible de Adam Smith, donde
el mercado domina plenamente la actividad económica y el estado
“molesta”; y una visión más social –próxima al keynesianismo- donde el
estado debe tener un papel activo tanto en el control de la economía como
en
la
provisión
de
bienes
-Estado
del
Bienestar-.
En medio de este debate político-académico ha surgido una iniciativa de un
grupo de profesionales franceses, principalmente economistas
universitarios, que han lanzado un manifiesto -http://www.atterres.org/en el que ponen en duda las políticas económicas que se están aplicando ya
que “…reencontrar la senda del crecimiento no es ya su prioridad política.
Se trata de un objetivo alternativo: la lucha contra los déficits públicos…”
para imponer “…una forma de dictadura de los mercados en todas partes, y
especialmente hoy a Portugal, España y Grecia”, ya que “La lógica
neoliberal… fundada sobre la hipótesis de la eficiencia de los mercados
financieros, predica la reducción de los gastos públicos, la privatización de
los servicios públicos, la flexibilización del mercado de trabajo, la
liberalización del comercio, los servicios financieros y los mercados de
capitales, el incremento de la competencia en todas partes y en todo
momento”.
Y es esa lógica la que se ha impuesto como solución a la crisis económica.
No vamos a entrar aquí a discutir en profundidad sus diez falsas evidencias
y las 22 medidas por ellos propuestas, pero sí queremos insistir sobre
algunos de los puntos que señalan y que “ponen el dedo en la llaga”.
Las economías europeas nos estamos comportando con el sistema
financiero como el famoso “tonto de Abundio”: estamos dándole dinero
barato a través del Banco Central Europeo (BCE) para sanear sus finanzas,
y una vez hecho esto los bancos le prestan a los estados ese mismo dinero
para financiar sus déficits públicos comprando la Deuda, naturalmente a
tipos de interés superiores.
Incluso con ese dinero se permiten realizar movimientos especulativos
contra algunos países para que esos intereses de la Deuda sean más
elevados.
Con este tipo de medidas la gran banca y los especuladores ganan por
partida doble: primero “socializando” sus pérdidas y haciéndonoslas pagar
a todos, y luego "represtándonos" el dinero que nosotros les hemos tenido
que ceder para que el sistema financiero no colapse. Una genialidad del
diseño de la política económica europea, que como muy bien señalan
nuestros compañeros franceses se podría haber evitado con una banca
pública o con la financiación de los déficits por la vía del BCE –siempre
bajo un control estricto de los gastos públicos para evitar acciones tan
estúpidamente derrochadoras como el Pan E, el cheque bebé…-.
La segunda de las grandes conclusiones es que existe otra política diferente
a la de reducir el gasto público para contener el déficit. La única medida
que se ha adoptado en todos los países de la UE ha sido la de hacer pagar la
crisis a los que menos capacidad tienen para defenderse –funcionarios y
pensionistas- o reduciendo la inversión. La visión alternativa de los
“economistes atterrés” se basa en una palabra que realmente aterra al
pensamiento liberal, SOLIDARIDAD, y en la idea de que pague más quien
más tiene.
Para ello es posible incrementar los ingresos –introduciendo impuestos
sobre los que más poseen o una tasa sobre los movimientos financieros
especulativos (semejante a la tasa Tobin) y no necesariamente subiendo el
IVA, un impuesto regresivo que nuevamente repercute más a los de
menores ingresos- y reordenar la Deuda pública,
imponiendo un plazo más largo para los grandes inversores, que cobrarán
cuando
la
economía
transmita
signos
de
mejora.
Al final, lo que nuestros colegas plantean es que la crisis ha dejado en
evidencia que la Unión Europea está diseñada no sobre los principios de la
SOLIDARIDAD sino sobre los intereses particulares y la imposición de
políticas neoliberales, bajo el falso supuesto de que el mercado es la mejor
forma de asignación de los recursos.
Por esta vía le será fácil a los actuales y futuros gobernantes de derechas
desmontar el estado del bienestar que a lo largo de las últimas décadas y
con tanto esfuerzo hemos ido construyendo en todos los países europeos.
Lo sorprendente de todo esto es que los economistas franceses están
defendiendo al Sur- ellos muy educadamente no nos llaman PIGS como los
británicos- mientras que nosotros –profesionales, profesores, políticos o
sindicalistas- permanecemos callados y apocados.
Es como si el neoliberalismo ya nos hubiera vencido en el debate de las
ideas y solo le quede hacerlo pronto en las urnas.
Pues bien, nosotros, que ya hemos manifestado nuestro apoyo a la
iniciativa “aterré”, queremos aportar nuestro pequeño granito a esta
discusión recuperando una vieja máxima del anarco-comunismo que es a la
vez un pequeño homenaje a la persona más coherente que hemos conocido
y que acaba de fallecer: de cada uno según sus posibilidades y a cada uno
según sus necesidades. Lo mismo que los americanos reclaman la cordura
en la política, nosotros reclamamos la SOLIDARIDAD, y también la
sensatez, en la política económica europea y española.
Porque de no ser así habrá que hacer buena la predicción de Krugman, de
que con esa política económica capitaneada en Europa por alemanes e
ingleses, es posible que "en 2011 Reino Unido se parezca a sí mismo en
1931, o a EEUU en 1937, o a Japón en 1997".
Está en juego mucho más que la salida a la crisis económica provocada por
la “eficiencia” de los mercados financieros internacionales. La Unión
Europea tiene que decidir entre aplicar políticas neoliberales y ser la
“Europa de los mercaderes” o bien la convertirse en la “Europa de los
pueblos” guiada por el principio de la solidaridad.
© JOSÉ LUIS CALVO Y JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ, 2010.
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