texto con dibujos - El Mural Mágico. Taniperla

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DÁLE COLOR A TU REBELDÍA
Querida y querido chaval (tengas la edad que tengas), te presentamos un dibujo
en línea que –tras descargar e imprimir al tamaño que quieras su PDF adjuntopodrás colorear, para pasar un buen rato y seguir multiplicando su magia...
Corresponde al mural que también te mostramos, por si quisieras pintarlo igual,
parecido o como mejor se le antoje a tu LIBERTAD y REBELDÍA.
Y a continuación te contamos un poco de su historia, que al tiempo es la razón de
invitarte a que participes en su particular motivo y magia, dándole así continuidad
a una bonita Campaña que empezó en junio de 2004 sin ningún ánimo de encontrar
su final, nunca, mientras haya gentes que –como tú, quizás- así se lo propongan y
no cesen en tan solidario empeño… Entonces pues: ¡¡que lo disfrutes!!
ÉRASE UN VEZ...
UN MURAL DE VIVOS Y ALEGRES COLORES QUE
APENAS RECIÉN ACABADO FUE DESTRUIDO POR
LOS MILITARES, PERO QUE POCO DESPUÉS
REAPARECE, COMO PROYECTADO EN ESPEJOS,
EN DIFERENTES PARTES DEL MUNDO: SAN
FRANCISCO, TORONTO, MUNICH, COLONIA,
VENECIA, MADRID, BARCELONA, RUESTA,
ALSASUA, RIVAS, SAGUNTO, MÉXICO-DF, BAHÍA
BLANCA, ROSARIO, BARILOCHE, SÁO PAULO... UN
MURAL EN EL QUE LA VIDA Y LOS SUEÑOS
BAILAN UNA DANZA CONTRA LA CUAL NO HAY
EJÉRCITO QUE PUEDA COMBATIR... UN MURAL
PINTADO POR LOS INDIOS TZELTALES DEL
MUNICIPIO AUTÓNOMO Y REBELDE RICARDO
FLORES MAGÓN, EN TANIPERLA, CHIAPAS,
MÉXICO, EL MUNDO.
En un lugar del sureste mexicano, de cuyo nombre no podemos olvidarnos, Taniperla, no hace mucho tiempo que hubo un bonito
mural pintado por quienes de allí son y están, resistiendo con valentía y dignidad a la guerra de exterminio que sufren desde hace
siglos. El mural lo hicieron para decorar su casa municipal y en él quisieron representar tanto lo cotidiano de sus comunidades
indígenas como también las esperanzas e ilusiones de sus habitantes en un futuro mejor, por lo que decidieron llamarlo “Vida y
Sueños de la Cañada Perla”.
Representa e idealizada, por tanto, la vida de los pueblos de la cañada... Casas, comunidades de familias distribuidas entre un
ecosistema de frutales, prados, sembrados, flores, jaguares, caballos... Ríos que corren bajo un cielo luminoso adornado con
brillantes estrellas, mariposas y un sol y una luna que sonríen... Podríamos decir que se inicia con el amanecer, mirando el mural
desde la derecha o con la Madre Tierra, simbolizada en la figura de una mujer indígena, si se mira desde la izquierda. En ella se
representan tanto el paraíso celestial como el terrenal; la frontera es su cintura; arriba el firmamento, abajo el mundo... Al lado se
elevan dos grandes peñascos: son senos nutricios... Bajo uno de ellos un hombre cultiva la planta sagrada: el maíz... Como
símbolo de la unidad religiosa hay una casa modesta con techo de lámina: es un templo con un pebetero. No es de religión alguna
y es de todos...
También contemplamos la asamblea de mujeres: forman un círculo armónico y colorido... Abajo, niñas, niños y mujeres lavan y
nadan en el río; gallinas que buscan su alimento; un papá y su hijo que caminan con su carga de leña; personas que conversan en
el umbral del hogar... Luego está la casa del campamento civil por la paz a la que llegan los observadores de derechos humanos
nacionales e internacionales... Al otro lado del mural está el sol del amanecer que ilumina el nuevo día, la asamblea de los
hombres, el juego de baloncesto, el fruto del café puesto a secar, los trabajos para introducir la electricidad, arreglar la carretera y
realizar las obras públicas que el pueblo requiere... Los niños y las niñas entran a la escuela comunitaria... En la montaña se mira la
antena de la radio retransmitiendo... La puerta de la casa municipal está pintada como la entrada a la paz. Arriba hay un letrero en
lengua tzeltal: SNA YU’UN ATELETIC YU’UN COMONALETIC, que significa “casa de las autoridades de las comunidades”... A
cada lado de la puerta los grandes inspiradores. Ricardo Flores Magón sembrando pensamientos y dejando caer de sus manos las
letras de la palabra libertad. Al otro lado Emiliano Zapata aparece a caballo con un lema dibujado en su pañuelo rojo: “la tierra es de
quien la trabaja”...
Y también en las montañas hay 90 milicianos zapatistas, aunque la mayoría desarmados, para cuidar y proteger al municipio,
mientras contemplan desde lo alto ese mundo tan idílico de armonía, de unidad y de paz.
Taniperla pertenece al estado de Chiapas (México) y su nombre significa "Cañas del Río Perla"; un río en cuyos márgenes crecen
una curiosas cañas, las tanías, con una flor algodonada en la punta, y cuyo caudal corre por una cañada en la que se asientan las
112 comunidades que forman el Municipio Autónomo y Rebelde Ricardo Flores Magón... Quienes pintaron aquel mural eran indios
tzeltales, campesinos, con ninguna o muy poca escolaridad, de edades entre los 16 y los 62 años. Para llegar al lugar alguna de
esas personas caminó 20 minutos desde el pueblo más cercano y otras hasta 8 horas desde el más lejano. En pintarlo tardaron 24
días, bajo la curiosidad de la comunidad , las miradas de los niños y la descarada vigilancia del Ejército Mexicano, en un frecuente
patrullar a pie, en autos y helicóptero, venidos del puesto militar que tienen en un cerro a pocos cientos de metros del poblado.
Porque... así viven los indígenas chiapanecos, sin prácticamente acceso a escuelas ni hospitales y con un acoso militar, policial y
paramilitar constante. Y más si se dicen zapatistas, aún siendo población civil y desarmada, por el simple motivo de querer que se
les reconozca como personas, que les dejen vivir en paz en la tierra donde nacieron sus antepasados desde el principio de los
tiempos y por venir resistiéndose –con toda valentía y dignidad- a la esclavitud, el hambre, la muerte y el olvido, contra quienes les
han querido dominar o matar a lo largo de los siglos para apoderarse de sus tierras y eliminar su cultura, como así sigue ocurriendo
desde hace ya 10 años con los sucesivos gobiernos mexicanos, mediante una cruel guerra que para no admitirla la llaman "de baja
intensidad".
Y es en ese “malvivir” diario y por culpa del –como dicen los indígenas zapatistas- “mal gobierno” mexicano, por lo que destruyeron
el Mural –mágico- de Taniperla; no porque represente lo que son sino lo que aspiran a ser las comunidades que componen el
Municipio Autónomo y Rebelde Ricardo Flores Magón, cuando el 10 de abril de 1998 decidieron constituirse como tal, siendo uno
de los actos de esa fiesta e inauguración la culminación del citado mural... Evidentemente, un esfuerzo en apariencia inútil, pues al
día siguiente de madrugada, mientras aquellas buenas gentes dormían, el ejército y policías mexicanos atacaron por sorpresa dicho
municipio, cuya cabecera era Taniperla, destruyendo sus instalaciones, encarcelando a numerosas personas que allí estaban,
obligando a huir a la montaña a gran parte del resto de sus habitantes y ametrallando y demoliendo de forma salvaje ese simbólico
trabajo que era el bonito y colorido mural, con escenas aparentemente sencillas para nosotras y nosotros (pero sólo en apariencia
porque, por ejemplo, uno de esos caminos se dirige al sol naciente, símbolo de conocimiento) y que para otros son pequeños
sueños violentamente rotos.
Sin embargo, puede que sea sencillo arrebatar la vida o conseguir que lo que es una vida normalizada, la que en definitiva intenta
reproducir el mural de Taniperla, se convierta en un sueño, pero éstos, los sueños, no se arrebatan tan fácilmente (del mismo modo
que, en lenguaje zapatista, “no se pueden beber los mares ni amarrar los vientos”) y el mural, que había sido fotografiado por
algunos observadores de derechos humanos unas horas antes de la incursión militar, reaparece al cabo de un tiempo en diferentes
formatos y puntos del planeta, cual semilla que esparce el viento, como reflejado por un espejo mágico que proyecta sus luminosos
colores como muestra de solidaridad y de denuncia ante lo ocurrido.
Y es así como nuestra particular historia, disfrazada de cuento, comienza justo cuando algunos creen que termina, pues las
esquirlas del espejo saltan desde la salvaje Patagonia argentina hasta la aristocrática Venecia, pasando por Brasil, Irlanda, México
D.F, Alemania, Estados Unidos, Bélgica, Canadá, Francia, Uruguay, Barcelona, Madrid, Málaga, Canarias o pequeñas localidades
que no se distinguen en los atlas del mundo, como Ruesta en Zaragoza o Alsasua en Navarra o Rivas en Madrid o Sagunto en
Valencia... y a saber en cuántos sitios más.
A menudo los diferentes grupos que realizan esas reproducciones ni tan siquiera tienen conocimiento unos de otros. A veces la
noticia llega a través de un eco, el eco de los barrancos y las montañas de la selva Lacandona, que reproduce algún vecino que la
ha caminado. En todo caso, y aunque en el fondo en la reproducción del mural late siempre un sentimiento común de simpatía y
apoyo a la causa zapatista, lo realmente mágico es que cada uno de los espejos cobra vida propia, que cada grupo que se decide a
reproducirlo vive experiencias inolvidables, afloran en él, sin duda nutridas por el trabajo y los objetivos compartidos, fuertes
sentimientos de compañerismo, solidaridad, justicia, esperanza...
Fue y es, en fin, como un concierto no convocado, armónico, espontáneo y vigoroso.... O como también ha dicho el profesor y
artista mexicano Sergio Valdez Rubalcaba 1, al que también llaman Checo: ““es un caso insólito que provoca un profundo
sentimiento de hermandad entre personas libertarias, que trasciende fronteras y lenguas, y crea y fortalece vínculos de todo tipo.
Es un canto humanitario.”
Porque si la destrucción del mural, como parte de ese teatro del terror que es y se sufre en Chiapas, buscaba borrarlo de la
memoria individual y colectiva de quienes lo sintieron como suyo, logró todo lo contrario al provocar casi de inmediato su
reproducción por decenas de miles y en los más diversos soportes: calendarios, postales, carteles, portadas de revistas y libros,
tazas, cajas de cerillas, separadores, páginas de internet, muchos más murales... alimentando y multiplicando así su espíritu
rebelde, soñador y reivindicativo. que impregna los ánimos de multitudes de gentes solidarias para ser reconstruido en tantos
lugares del mundo donde iba llegando la noticia, mientras iban brillando sus reflejos y resonando sus ecos como jamás hubieran
pensado sus creadores ni mucho menos sus “demoledores”.... al tiempo que va reafirmando exponencialmente su carácter de
medio de comunicación social, en una dimensión tan amplia y profunda como inesperada, pasándolo del entorno rural de las
cañadas en la selva La Lacandona de Chiapas a los ámbitos nacional e internacional; así como convirtiéndolo en un referente
dentro del momento histórico del movimiento zapatista, en materia de distintos trabajos académicos y en motivo de múltiples actos
solidarios a nivel mundial.
Esta es pues, la historia de muchas historias; la historia de un mural que es al tiempo un espejo, muchos espejos, con la facultad
prodigiosa de reflejar en diferentes puntos del planeta a unos hombres y mujeres invisibles, los indígenas mexicanos, su vida y
sueños; un mural, un espejo, que también reproduce la vida y los sueños de quien le da color en algún rincón del planeta y en el
que todo aquel que se mira ve reflejada una persona mejor, capaz de creer todavía que es posible un mundo también mejor; un
mundo en el que quepan todos los mundos, conviviendo como iguales desde la diferencia, con justicia, dignidad, tolerancia y en
paz.
1
Sergio Valdez Rubalcaba, a quien cariñosamente sus amistades también llaman “Checo”, ha sido a lo largo de su dilatada carrera
profesional director de diferentes publicaciones, caricaturista político, profesor-investigador de la universidad autónoma
metropolitana de México... Desde hace unos años promueve el mural comunitario participativo. Ha creado 11 murales, tanto en
México como en el extranjero. Pero sin duda entre todos ellos destaca el de “Vida y Sueños de la Cañada Perla”. Por ayudar a
pintar este mural, en abril de 1998 fue detenido y encarcelado durante más de un año.
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