REVISTA CLINICA ESP AíJ"OLA SUMMARY The majority of

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45.
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47.
48.
49.
W.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
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SUMMARY
The majority of consumptives tuberculous
exhibit a compensated respiratory insufficiency. This compensation is effected by an increase in haemoglobin concentration, retarding the
blood flow, smaller minute volume, smaller volume of blood flowing and increase in the pulse
rate.
The last two data are the only ones related
to the degree of activity of the lesions and the
period of evolution of the disease. It therefore
appears that the lesions cause a slackening of
the circulatory dynamics which is manifested
by all these data.
ZUSAMMENFASSUNG
Die meisten Lungentuberkulosen haben eine
kompensierte respiratorische Insuffizienz. Diese Kompensierung entsteht auf Grund einer
erhohten Haemoglobinkonzentration, einer VeTlangsamung der Blutgeschwindigkeit, eines verringerten Minutenvolumens, einer verkleinerten zirkulierenden Blutmenge und einer Zunahme der Pulsationen.
Nur die beiden letzten Daten stehen in Beziehung zum Aktivitatsgrade der Lasionen und
zur Entwicklungszeit der Krankheit. Es scheint
also klar zu sein, dass die Lasionen eine Storung in der IZirkulationsdynamik hervorrufen,
die in all den genannten Werten zum Ausdruck
kommt.
RÉSUMÉ
1
31 mayo 1946
REVISTA CLINICA ESP AíJ"OLA
La plupart des tuberculeux pulmonaires présentent une insuffisance respiratoire compensée. Cette compensation se réalise au moyen
d'une augmentation de la concentration d'hémoglobine, lentification du courant sanguin, moindre volume minute, moindre volurne de sang qui
circule et augmentation du nombre de pulsations.
Ces deux dernieres données sont les seules
qui se trouvent en rapport avec le degré d'activité des lésions et avec le temps de l'évolution
de la maladie; pourtant il parait évident que
les lésions occasionent un retard dans la dynamique circulatoire qui se manifeste dans toutes
ces chiffres.
VALOR DEL METODO HISTOLOGICO y
HORMONAL EN EL DIAGNOSTICO DE LA
MOLA Y DEL CORIOEPITELIOMA .
V. BEATO
Maternólogo del Estado (Burgos).
Cuando al tocoginecólogo se le presenta una
enferma afecta de mola vesicular, ha de イセッャᆳ
ver un problema pronóstico de gran importanr
cia, cual es el de determinar si aquélla evolucionará hacia la curación, o si, por el contrario
degenerará en un corioepitelioma. Esta 。」ャイセ@
ción es trascendental para la terapéutica a seguir. Naturalmente, el problema se agudiza
cuando la mola tiene las características clínicas y anatómicas del tipo destructivo, con un
cuadro histológico que resulta difícil o imposible diferenciar del corioepitelioma, tal y como
corresponde al caso que presentamos en esta
comunicación. El estudio detenido de cada uno
de estos casos y la publicación de los mismos lo
creemos obligado, pues sólo mediante el examen
conjunto de todos ellos podrán sacarse consecuencias prácticas que nos lleven al diagnóstico más precoz posible del corioepitelioma, y con
ello, a la elección de la terapéutica quirúrgica
apropiada. Asimismo, únicamente la estadística
de muchos casos permitirá sacar conclusiones
respecto al valor de las reacciones biológicas del
embarazo para decidir una conducta terapéutica
conservadora frente a un cuadro histológico en
que resulta difícil o imposible determinar si se
trata de una "mola destruens" o de un auténtico corioepitelioma. La convicción de estas ideas
es la que nos lleva a la publicación del siguiente
caso, aunque la sola razón de la rareza de los
mismos bastaría, como muy bien dice SALISBURY,
para su justificación.
443/45, cuarenta y cinco años de edad. M;enarquia a
los trece años. Fórmula menstrual: 28/4-5, siempre pe·
riodos menorrágicos, 11 partos con buen curso y puerperios afebriles. Ultimo parto hace seis años. Un aborto de seis meses hace ocho años. A todos lactancia natural. Viven actualmente 7 hijos.
No hay antecedentes familiares ni personales.
Viene a nuestra consulta el 14-V -45. Ultima regla,
1-IV-45. Pero el periodo de marzo faltó. Por esto y otras
raz<>nes, que se irán viendo, suponemos que la última
regla verdadera fué en febrero. Desde hace un mes
ap:ecia un gran aumento de vientre, lo que se acom·
pana de dolores en regiones renales y retortijones. Por
otra parte, desde hace un año viene notando irregularidades del periodo, consistentes en adelantos grandes
de la fecha; con menos frecuencia, retrasos, y más raramente aún algún mes amenorrea, seguida de períodos
más abUndantes que de ordinario y acompañados de
coágulos.
El 24-IV-45 comenzó con metrorragia, que continúa
todavia, cuya abundancia alterna unos dias con otros,
a?ompafiada, a veces, de grandes coágulos. Aqueja tam·
brén <alguna manifestación anémica náuseas e inapetencia.
'
A la palpación bimanual se aprecia un útero como en
アオゥョセッ@
mes, muy blando y no doloroso, con el ángulo
utermo derecho saliente y más consistente. Genitales
externos muy jugosos y de color rojo violáceo intenso.
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DIAGNOSTICO DE LA MOLA
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ción radical. Pero la enferma, que se encuentra muy
El hocico de tenca, del ュゥセッ@
color y muy ・ョァイ_ウセ、ッN@
bien, la rechaza, ·y el 6-VIII sale de la clínica. El útero
LOs datos de la anamnes1s, asi como el reconoclmlenes del tamafí.o de un pufio, de consistencia y movilidad
t externo, llevaron nuestro pensamiento hacia el diagnormal y no doloroso. En anexos, nada anormal. Se
セウエゥ」ッ@
de gestación en aborto inminente y mioma.
aconseja que envíe coneja y orina cada quince dias.
セ・イッ@
una vez apreciado el gran reblandecimiento uteriPero no volvemos a saber de ella basta el 22-IX. Se
0 pensamos también en la degeneración molar del
encuentra muy bien y ha tenido dos menstruaciones
セオ ・ カッ@
y preguntamos a la enferma sobre la expulsión
normales. La nueva reacción a la coneja, de 1.300 grs.,
de カセゥ」オャ。ウ[@
pero contestó qu e no había visto más que
inyectada con 10 c. e de orina de la mafiana en la
sangre. No obstante, dicho reblandecimiento y el gran
vena, y sacrificada a ·las cuar enta y ocho horas, fué
tamaño del útero en relación con el tiempo del embanegativa. La última reacción se hizo el 26-X, y fué
razo nos h ace admitir como muy probable la existencia
también negativa en las mismas circunstancias. El pede una mola.
ríodo ha sido normal y el reconocimiento genital tamEl estado general es bueno, salvo ligera anemia. Tenbién. Aunque la requerimos para nuevo control, no hesión arterial, 200-110. En orina nada anormal.
mos vuelto a tener noticias directas suyas hasta la
Proponemos la intervención, que es rechazada por
fecha, pero sabemos por su médico de cabecera que
la enfurma, confiándose en que la hemorragia es musigue bien.
cho menor. Ponemos un tratamiento estilbénico. Pero
a los dos días viene con mayor hemorragia, dispuesta
a dejarse intervenir.
MICROSCOPIA DEL MATERIAL OBTENIDO EN
El 16-V, intervención, consistente en dilatación de taAMBOS LEGRADOS (*)
llos de H egar y extracción digital de la mola. Nada
más comenzar la dilatación, comienzan a salir vesicuPrimer preparado.-Ya la gran cantidad de masas
Jillas muy pequeñas, que desde el primer momento convesiculosas extraídas, sobre todo en forma de vesiculifirman el diagnóstico supuesto. El legrado digital, h echo
llas muy pequefias aisladas, asi como la existencia de
con gran suavidad, produce la salida de enorme cantinecrosis en muchas de ellas, nos hizo sospechar que nos
dad de vesiculas molares, de muy pequeño tamaño, alencontrábamos en presencia de una "mola destruens",
gunas con aspecto claramente necrósico. En ocasione.g
si no algo peor. El microscopio confirmó plenamente
se extraen también racimos, aunque n o muy voluminoesta sospecha. Las imágenes que predominan en Jos
sos, abundando siempre las vesículas aisladas, de las
preparados estudiados podemos resumirlas en las tres
que se consiguen gran cantidad. A continuación se inprimeras microfotografías adjuntas. En la figura 1 se
tenta legrar con la cucharilla grande y roma de aborobserva una vellosidad rica en estroma, rodeado de un
tos, y se extraen a sf grandes masas vesiculosas, sin nereborde sencillo de células sincitiales, no apreciándose
cesidad de hacer ninguna presión con la cucharilla sobien ninguna capa de células de Langhans, probablebre las paredes uterinas, que controlamos continuamenmente desaparecida por la presión interna. En el borte con la mano externa. Llega un momento en que, sin
de derecho se ve un foco de necrosis, que primitivadejar de salir trozos de mola, la hemorragia aumenta
mente seria con toda seguridad un cúmulo de células
en proporción alarmante, aunque en conjunto la enferde Langhans o sincitiales. Pero éste es el cuadro más
ma no ha perdido mucha sangre. En vista de ello interaro. Casi todos los campos están formados por imárrumpimos la intervención, damos un lavado Intrautegenes que reproducimos en las figuras 2 y 3. Así como
rino muy suave, con alcohol diluido iodado y hacemos
en la mola vesicular símple existe セ。ウッ@
crecimiento
un taponamiento de toda la cavidad uterina, t erminande Jos elementos ectodérmicos, nuestro caso se caracdo con una inyección de ginergeno. Como el curso postterizaba como se v e en las figuras, por la gran hiperoperatorio es afebril y, no obstante, la hemorragia conplasia 」セャオ。イN@
En los bordes y puntas de las vellosidatinúa, el taponamiento se mantiene durante cuarenta
des se observan grandes agrupamientos de células de
y ocho horas; el mismo dia de separar la gasa se inLanghans (fig. 2), o bien masas sincitiales sueltas y esyecta 1 c. c. de neo-ginergeno. El 23 de mayo se leparcidas por todo el tejido (fig. 3) , todo lo cual es tivanta y se da el alta provisional, indicando al marido
pico de la mola proliferativa. No obstante, las estrucla necesidad de un control de por lo menos cada quinturas normales se podían distinguir siempre fácilmence dias los dos primeros meses, y, posteriormente, cada
te; en loo puntos donde la distinción ofrecía mayor dimes durante seis meses. Como no disponemos de anificultad, se debla ello, sobre todo, a necrosis incipiente.
males, le encargamos nos traiga una coneja juvenil
Otros signos propios de la "mola destruens" eran tampara hacer la reacción biológica, como lo aconseja
bién visibles en nuestro caso, tales como degeneración
CLAUBERG. Hasta el dfa 2-VI no conseguimos el animal:
hidrópica de las vellosidades (fig 1), crecimiento en
coneja• de 1.300 grs., a la que se inyectan 10 c. c. de
profundidad, etc. Naturalmente, la observación de este
orina de por la mañana en la vena marginal de la oreúltimo signo no es fácil en el mater.iB;l del le&'l'ado, y
ja. Se sacrifica a .las cuarenta y ocho horas. La reacsólo es posible enjuiciarlo con preciSIÓn .n:edi.ante el
ción es fu ertemente positiva. Se reconoce a la enferma
estudio histológico de la pieza extraída qmrurg¡camenese mismo dia, y se aprecia un útero grande, como una
te Pero tanto las características clinicas del caso, como
cabeza de feto, pero consistente y no doloroso. Ella se
la· abundancia de yemas de crecimiento en las vellosiencuentra muy bien de estado general y con muy buen
dades hacen indudable el carácter penetrante de esta
apetito, habiendo engordado desde que salió de la clinimola.' A la vista de todos los datos clínicos y anatomoca. Dado el re.Sultado de la reacción, ponemos en cuidahistológicos precedentes, creemos es indudable el diagdo a la familia y aconsejamos un legrado, con el fin de
nóstico de "mola destruens".
estudiar el producto extraido. Pero en vista de que "se
encuentra muy bien", se marcha al pueblo, prometiendo
Segundo preparado.-Cuando al hacer el legrado se
volver a nuevo control biológico a los diez dias, lo que
extrajeron grandes trozos de tejido sólido, alg;mos comno cumple.
pletamente necrosados y entre coágulos sangumeos, p en,Vuelve el 1-VIII, obligada por una enorme hemorrasamos inmediatamente en la existencia actual de un
gia. Hay que intervenir rápidamente. Se hace un lecorioepitelioma. Al parecer, la histologia venía a darnos
grado enérgico y profundo, extrayendo trozos grandes
la razón, pues todos 」ッゥョーュセ@
en el mismo diagnósde tejido sólido hasta del tamaño de un garbanzo, que
tico. En efecto, la imagen dommante era la r epres.ennos hace sospechar desde el comienzo un proceso matada en la figura 4, campo en el que ya no es poSible
ligno. El curso postoperatorio es rápido y muy bueno.
El dia 3-VIII trae el marido otra coneja encargada.
(•) E s te estudio histológico fué hecho por el doctor
H .ANl>UElZA Inspector de Sanidad de esta. provincia. y por
Pesa 1.500 grs., a la que se inyectan-dado que el diagmi
colndd¡'endo ambos en el diagnóstico. El segundo prenóstico microscópico del producto extraído es de Copa.mdo fué además visto por el Dr. OLIVA, J efe セ・ャ@
Servicio
rioepitelioma- 5 c. c. de orina, previo control ovárico.
ae Anatomla Patológica del Hospital. de ⦅y。セ、・」jャL@
el cual
confirmó nuestro diagnóstico de cor10epltehoma. A ambos
A. las treinta y cinco horas se sacrifica la coneja, y la
compañeros
les
envio,
desde
aqul,
mi
agradecimiento.
reacción es negativa. Asi y todo, se propone la opera-
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REVISTA CLINICA ESPA'EJ"OLA
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..
31 mayo 1946
de los cuadros que reproducimos en la.s figuras 6 7 y
8
y ante el resultado negativo de la reacción ィッセュョ。ゥ@
en la coneja, verificada el di a 3-VIII, por primera vez
se nos presentó la duda <le que se tratara de un cono.
epitelioma, pensando que nos encontrábamos más bien
ante un caso de "mola deStruens", o lo que podr!amos
denominar "mola maligna" (en contraposición a lo que
EWlNG llama "mola 「・ョゥァセGZIL@
nombre. quizá no muy
apropiado, pero de gran utilidad práctica para desig.
nar el límite entre lo que aún es mola y lo que ya es
corioepitelioma. Diferencia que, para la <l.ecisión terapéutica, tiene trascendental importancia. Con este norn.
..
Fig. l.
observar nada que recuerde las vellosidades. En otros
campos menos abundantes, se observaba un gran acúmulo de células, cuya estructura era claramente del tipo
de las de Langhans, rodea<l.o por una gran masa de tejido necrosado (fig. 5). En ambas figuras podíamos observar la diferencia de tamafio y de tinción nuclear de
las distintas células, así como la disposición fusiforme
de algunas célula.s sincitiales gigantes, todo lo cual
constituyen signos de malignidad. No obstante, junto
a este cuadro dominante, existian también bastantes
imágenes en que se conservaba todavía la estructura de
las vellosidades, si bien de bordes muy festoneados (fiPGQセ@
セ
I@
l"r\1"'\
NL￱セョエッ」Z@
V"'_"',..
BGQLNセ@
..t....... _
_..;-.,;-.-..,
Flg. 3.
to hacia fuera del estroma de la vellosidad (figs. 6 y 7) ,
con acúmulos celulares desprendidos del borde de la vellosidad y rodeados de tejido necrósico (fig. 8), y, en
fin, con todas las caracterist!cas de una mola no sólo
penetrante, sino destructiva. Creemos sinceramente que
nadie hubiese dudado en certificar nuestro diagnóstico
de malignidad, tanto más cuando se está acuciado por
la necesidad urgente de resolver el problema terapéutico, tan importante para la vida de la enferma. Es natural, pues, que tanto ANDUEZA, como yo, decidiéramos
la existencia de un corioepitelioma. El Dr. OLIVA hizo
el diagnóstico sin conocer la historia de la enferma, y
sólo ante la vista de los preparados .que le enviamos.
Hacemos estas aclaraciones porque ante la presencia
Fig. 4.
Fig. 2.
bre, además, tratamos de oponernos a los que aceptan
la idea de una curación espontánea del corioepitelioma.
Repugna, en efecto, basándose en los conocimientos
cientificos actuales, hablar de la curación espontánea
de un tumor maligno. El curso ¡osterior de la ・ョヲイュセL@
al negarse a nuestro tratamiento radical, y las subsiguientes reacciones negativas en la coneja, nos ha con·
vencido de que nuestro caso hay que considerarlo como
de "mola maligna". Naturalmente, este es un diagnóstico "a posteriori", y la enferma se salvó de una grave
operación por propia decisión. Encontrar un método que
nos impida estos errores inevitables seria el ideal.
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DIAGNOSTICO DE LA MOLA
Es indudable, como lo prueba este caso y
otros muchos, de que dicho objetivo no lo consigue la histología. Aquí, junto a datos innegables de benignidad, tales como la existencia aun
de vellosidades normales, aunque atípicas en su
conformación, el crecimiento celular hacia fuera
de la vellosidad y no hacia ·el estroma de la misma y la falta de la clara conformación alveolar,
propia del corioepitelioma, existen también
Flg. 7.
Flg, 5.
de BEST, y en un trabajo reciente ("Rev. Esp.
Obst. Ginec. Nr.", 19, 1946), hemos aconsejado
su empleo sistemático siempre que se desee un
estudio histopatológico del endometrio.
En una palabra, en el material de legrado, ante
un cuadro histológico semejante al que presentamos aquí, no hay quien pueda asegurar el diagnóstico, y más serán los que acepten la existencia de un proceso maligno. Unicamente el estudio microscópico de la pieza uterina, extraída
en la operación, puede afirmar el diagnóstico,
pues el comportamiento del tumor -en la profundidad del tejido uterino es definitivo para
decidir sobre su benignidad o malignida.d. Pero
es que se trata de resolver precisamente un
problema terapéutico: el de extirpación radical
o el de salvar de la misma a muchas enfermas.
Ya DEELMANN considera, en ocasiones, muy difícil el diagnóstico, y aconseja la intervención
en todos los casos qe histología dudosa. PHILIPP
dice que el diagnóstico del corioepitelioma es el
Flg. 6.
otros signos de cuya malignidad no puede dudarse; así la enorme hiperplasia celular, diferencias en el tamaño y en la tinción de los núcleos, la existencia de células gigantes, aunque
escasas, el gran número de mitosis atípicas, etc.
También la riqueza glucogénica del material obtenido en el segundo legrado era mucho mayor
que la del primero, lo que JOURAVIEFF, entre
otros, considera como un dato más de malignidad. Es necesario para esto utilizar el método
Fig. 8.
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REVISTA CLINICA ESPA"iJ'OLA
31 mayo Q セ@
más difícil de todos los tumores ginecológicos. ción, y fué su negatividad, a los doce días d 1
Para este mismo autor supuso un gran progre- intervención, la que hizo concluir al autor e a
so la introducción de la reacción hormonal en se había extirpado todo el tejido maligno. trセオ・@
T·
el diagnóstico de estos tumores. FRANKL afirma TENERO tomó la decisión. , de doperar en una enque, aun llegando al diagnóstico correcto en el f erma porque 1a reaccwn e FRIEDMANN f .
material del legrado, no asegura, ante la sola frecuentemente positiva. A los treinta días sue
vista del mismo, la justeza del mismo. MERGER guía_ la ーッウゥエセ、。⦅L@
y sospechó por ・セッ@
la ・クゥセZ@
decide que, por el solo producto del legrado, tenc1a de metastas1s; la enferma muno, en efecsiempre habrá incertidumbre, y que incluso una to, de ellas.
En el caso de ENGELIIART coincidieron la hisimagen negativa no basta para probar la no
tología y los métodos biológicos. El aspecto maexistencia de malignidad.
Por otra parte, en estos procesos, no siempre croscópico del material extraído y el curso clícorresponden los hallazgos morfológicos con el nico llevaron al diagnóstico de mola vesicular·
comportamiento clínico. Así, en el caso de EN- pero el microscopio dió corioepitelioma. A ᄀセ@
GELHART, se diagnosticó clínicamente una mola, pocos días la enferma salió bien de la clínica·
mientras la histología demostró tratarse de un a los catorce la reacción de FRIEDMA'!'-.'N fué po:
corioepitelioma. El estudio de la pieza después sitiva, positividad que セ・@ repitió a las cuatro
de la operación dió la razón al microscopio. MER- semanas del aborto. Se le propuso la intervenGER dice también que es imposible prever la ción, que la enferma rechazó por encontrarse
aparición de un corioepitelioma, basándose sola- bien. Pero a poco más de dos meses del aborto
mente en el examen histológico de la mola.
se presentó con gran hemorragia; la reacción
Existe, pues, una disputa establecida entre de FRIED1\1ANN seguía siendo positiva. con orina
los que piensan que puede hacerse un diagnós- muy diluída, y, por ello, se decidió una histetico muy precoz del corioepitelioma por el exa- rectomía. El autor concluye que reacciones pomen histológico de la mola. estimándose sufi- sitivas con cantidades de orina de 0.5 v 1 c. c.
de la ・セゥウエョ」。@
ciente para decidir la necesidad de la interven- constituyen una prueba s・セイ。@
ción inmediata (RHENTER y AMERE), y los que, de un corioepitelioma. A los catorce días dl' la
como MERGER, aseguran que la malignidad his- operación. la rf>acción fué negativa. ョ」セ。エゥカ、@
tológica es de orden puramente morfológico. que se mantenía a los once meses. lo oue el auAsí, este último autor presenta dos casos de tor toma como prueba de la curación definitiva
mola que evolucionaron hacia la curación, a pe- v la falta de metástasis Para él la curación desar de su aspecto maligno al microscopio, y finitiva puede asegurarse cuando no セ・@ han preotros dos de mola simple aue degeneraron en sentado metástasis a los seis meses después de
corioeoite liorna. Asimismo, de los seis casos aue la intervención. Dice, además, que si catorce
describe DEELMANN en su libro, tratados quirúr- días después del raspadCo de una mola o de un
gicamente, al hacer la histología de las piezas corioepitelioma es positiva la reacción cuantitapudo apreciar aue sólo en dos existía un verda- tiva, debe procederse a la extirpación del útero.
dero corioepitelioma; los otros cuatro eran tí- Sobre esto h emos de llamar la atención, que si.
piC'ns de "mola destruens".
en nuestro caso, hubiésemos procedido así, ha·
Hemos, pues. de recelar de la autenticidad de bríamos heého una· intervención inútil. En efec·
loe; casos descritos en la literatura de corioepi- to, a los quince días del raspado de la mola hiエpャゥッュセウ@
curados esnontáneamente, como el de cimos la primera reacción, que fué positiva. A
H6RMANN y otros. Noc:otros pensamos aue to- pesar de ello, como h emos visto, no propusimos
doc; ellos ・ イセュ@
casos de mola t erf>brPnte. con la operación. sino meramente un legrado para
gran tendencia a Qセ@ proliferación. También. por control histológico, que no se hizo por negarse
nnf>Rtra narte. podíamos 」イセ@
aue nuestra en- la enferma. Este es el proceder que nosotros
ferJYI::t padecía un corioenitelioma con t enden- a conseiamos siempre, cuando la reacción simcia de crf>cimiento h acia ヲオ・イセN@
lo que hizo ane plemente cualitativa (siempr e que podamos desS? ヲGクエイセゥ・Mウ@
todo el tumor (?) en el j ・ァMイZセ
、ッ
L@
cartar la existencia de otro embar am) resulte
tanto más cuanto aue procuramos aue éste fne- · positiv::t entre los diez y quince días del leセ・@
pnprp-ico v nrofnndo. P ero es aue va ec;ta t en- grado de la mola. Si el microscopio da una ima·
denC'h al crerimiento f>xterno es nrecisamente g-en, como en nuestro caso, de malignidad du·
un siP1lo de benhmidad, pues ウZセ「・ュッ@
oue la dosa o manifiesta, debe hacerse nueva reacción
invll Rión v destrucción en la profundiñad rle la a los diez días (o incluso antes. pues ya ィ ・セッウ@
ョセイ・\ャ@
11terinl'l es uno de los datos más típicos visto aue en nuestra enferma se hizo negativa
del rorioenitelioma.
a las cuarenta y ocho horas del segundo legra·
Desde que la investig-ación biológica hormo- do) e intervenir quirúrgicamente en caso de ser
nal entró en el campa de la mola v del cario- positiva. Si es negativa, se seguirá el control
epitelioma. parece que va camino de r esolver- biológico durante seis meses por lo menos.
También HEIM considera de gran valor diagse el Problema aue venimos tratl'lndo, y frente
al cual eran imnotentes tanto la clínica como la nóstico el análisis biológico cuantitativo, ウッセイ@
histología. Ya PHILIPP, en su caso de corioepi- todo cuando el examen histológico muestra difitelioma ectópico, en que la reacción de As- cultades para el diagnóstico. De sus cuatro 」セᆳ
CHHEIM-ZONDEK fué positiva, decidió la opera- sos, en uno estableció la indicación operatona
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DIAGNOSTICO DE LA MOLA
ando la reacción positiva eliminó toda duda
respecto al cuadro histológico.
Entre nosotros, REBOLLO y DOMÍNGUEZ se han
cupado de este problema, indicando que una
セ・。」ゥ￳ョ@
positiva (emplean como "test" las vesículas seminales) con 0,02 c. c. es sospechosa
de mola y segura si es positiva con 0,005 c. c.
Extirpado el tumor, el pronóstico ulterior depende de que la reacción sea positiva o negativa. UsANDIZAGA y DíAz Mumo, en un corioepiteJioma con metástasis vaginal, la reacción fué
positiva a las cuarenta y ocho ho;as de la inyección intravenosa de 5 c. c. de orma. En nuestro caso, inyectamos 5 c. c. subcutáneamente;
pero estamos seguros que en caso de haberse
tratado de un corioepitPJioma, hubiese sido cantidad más que suficiente parq, su resultado positivo. El curso ulterior de la enferma y las
subsiguientes reacciones negativas, con cantidades corrientes e inyectadas jntravenosamente,
nos prueban la autenticidad de dicha reacción.
También es demostrativo del valor de la reacción hormonal el caso de SEGUAY y DEVRAIG¡..¡r.,
en el que una muchacha de quince años expulsa una mola hidatídica que se termina con una
revisión uterina. La reacción biológica continúa
siendo positiva, y existe alguna pérdida sanguínea al cabo de algún tiempo, por lo que se
decide la operación. Poco antes de la misma. la
desaparición de la hemorra.gill. y de 」ゥ・セ@
manifestaciones clínicas deciden no ejecutar la intervención. En estos momentos una nueva reacción ASCHHEIM-ZONDEK resulta negativa, y
negativa continúa durante los meses siguientes,
hasta casi el año de la expulsión de la mola, en
que la enferma continúa perfectamente.
Para MAZZA y DE LA COLINA la reacción es de
gran valor diagnóstico, aun cuando no se haga
cuantitativamente. Esto es cierto cuando se tiene seguridad de que no existe otro embarazo ni
ninguna otra afección que tenga como consecuencia un aumento de las gonadotropinas urinarias. De lo contrario, la reacción cuantitativa
puede semos de gran utilidad. El caso de LEVENTRAL y SAPHIR es interesante a este respecto. En una mujer de treinta y seis años, a poco
de un legrado por mola, se presentaron hemorragias. Se hizo nuevo legrado, y el análisis mic:oscópico del material extraído no dió malignidad; pero la reacción de AscHHEIM-ZONDEK
fué positiva con orina en solución al 1 por 1.000,
lo que indica la existencia de 333.000 U. por litro de orina. Se operó a la enferma, y en la pieコセ@ se comprobó la presencia de un pequeño coセ・ーゥエャッュ。N@
A las seis semanas de la extirpaセ ッョ@
radical la reacción fué negativ.a.
セッュ_@
contraprueba, que asevera el gran interes diagnóstico y terapéutico de estas reacciones en el problema que venimos desarrollando,
pNLM・ウセョエ。ュッ@
el caso de GRoNE, en el que el diagnosti:? histológico fué muy difícil. Se hizo una
reacc10n de AscHHEIM-ZONDEK, que fué negativa. A pesar de ello, se operó a la enferma, y el
セゥウエ・ョ@
327
estudio de la pieza comprobó la sola existencia
en el útero de un resto placentario. No obstante, GRoNE cree que el número de casos publicados es pequeño para considerar a la reacción
como de valor definitivo para el clínico. Por
otra parte, dice, no puede olvidarse que en un
2 por 100 los resultados son falsos y que cabe,
pues, la posibilidad, aunque lejana, de que exista un corioepitelioma que por diversas causas
dé una reacción negativa. Esto es realmente
cierto, pero creemos nosotros que la repetición
frecuente de la reacción en los casos dudosos o
incluso el empleo de diversos animales disminuye en gran escala dicho falso porcentaje. Además, ese 2 por 100 que da el autor se refiere a
casos de embarazo normal, pero es de presumir
que los resultados falsos sean menores en los
tumores que tratamos.
BICKENBACH no da tanto valor al diagnóstico
hormonal cuantitativo, porque, dice, no siempre
se encuentran grandes cantidades de gonadotropinas en la orina de las enfermas, portadoras
de mola y porque también en otros estados patológicos del embarazo, como en la hiperemesis,
gestación gemelar, etc., no son raras dichas altas concentrp.ciones. No creemos esto un gran
obstáculo para desestimar el valor clínico de estas reacciones. En primer lugar, el diagnóstico
de aquellas afecciones gravídicas no es difícil
clínicamente. Además, en casos como el presente, el valor diagnóstico de la reacción biológica
está en que puede decidirnos a aceptar o no la
existencia de un corioepitelioma cuando existen
dudas ante el cuadro histológico. El propio BICKENBACH le da mucho valor para el diagnóstico
precoz del corioepitelioma, aunque exige el requisito, del que también antes hemos hecho nosotros mención, de que pueda ser rechazada la
presencia de un nuevo embarazo.
Todos los autores, pues, están de acuerdo respecto al valor extraordinario de la reacción hormonal para el diagnóstico de esta clase de tumores. Pero nosotros creemos que su aplicación
es todavía más interesante para dilucidar, en
un caso de histología dudosa, si se trata de una
"mola maligna" o de un auténtico 」ッイゥセーエ・ャᆳ
ma, y, con ello, decidir nuestra postenor conducta terapéutica, lo que es de eno:me trascendencia para la vida.de セ。@ enferma. SI. r;esu.lta tratarse de un corioepitehoma, la reaccwn tiene tola total
davía gran valor para poder 。ヲゥイュセ[@
extirpación del tumor con la ッー・イセ」キョ@
y pa;a
el diagnóstico ulterior de las posibles metástasis.
No es tampoco extraño que, debido a la aplicación de estas reacciones biológicas en el diagnóstico de estos tumores, se haya mejorado mucho la tasa de curación permanente del corioa, ella nos es Nーッセゥ「ャ・@
epitelioma, pues ァイ。」セウ@
llegar a una intervencwn mas precoz. Asimismo
puede hacernos desistir de aplicar una terapéutica cruenta proyectada ante la persistente negatividad de dichas reacciones. Ahora bien,
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31 mayo 1946
REVISTA OLINIOA ESPANOLA
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¿basta la experiencia que エ・ョセュッウ@
hasta la fecha para decidir el problema clínico y terapéutico cuando el diagnóstico histológico y hormonal no concuerdan? Creemos que hay que acumular mayor número de casos, y. mientras tanto, conviene estudiar los factores que intervienen en cada enferma particular antes de decidir nuestra conducta terapéutica. Pero sí estamos seguros de que las reacciones biológicas
hormonales serán para el tocoginecólogo el guía
más fiel de que hasta ahora dispone para la
resolución de estos casos de histología dudosa.
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SUMMARY
The author presents a case of "malignant
grawth" on. the subject of which he makes some sugg-estwns as to the value of histological
and hormonal diagnosis in these processes and
its importance from the point of view of the
treatment to be followed. The a uthor believes
the hormonal method to be superior since in
almost all cases it decides the diagnosis and
clarifies the question of treatment.
ZUSAMMENFASSUNG
Der Autor b erichtet über einen Fall von "maligner Mola" und stellt im Anschluss daran Betrachtungen über den W ert der histologischen
und hormonalen Diagnose derselbm sowie über
ihre Bedeutung für die einzuschlagende Therapie an. Der Verfasser legt der hormonalen Methode den grossten Wert bei, da dieselbe in fast
allen Fallen die Diagnos-. aufldart und die Therapie entscheidet.
RÉSUM:E'::
L'auteur présente un cas de "mola" maligne
dont il fait quelques considéralions sur la valeur diagnostique histologique et hormonale
dans ces processus et son importance pour la
thérapeutique a suivre. L'auteur considere que
la méthode hormonale ec;t tres supérieure, puisque dans pnsque tous les cas elle décide le
diagnostic et la thérapeutique.
COMUNICACIONES PREVIAS
LA IMPORTANCIA DEL RI:RON EN LA
ACCION DIABETOGENA DE LA ALOXANA.
EN EL PERRO
C.
JIMÉNEZ DÍAZ, J. C. DE 0YA
y F. GRANDE COVIÁN
I nstituto de I nvestigaciones Médicas. Director:
Prof. C. JIMÉNEZ DIAZ. Madrid.
En el curso de las experiencias realizadas durante los últimos mes es en este L aboratorio con
la finalidad de precisar la acción de la Aloxana
en los distintos órganos de la economía, tuvimos
ocasión de observar la producción de un grave
cuadro urémico, que se desarrolla junto con el
de diabetes, y muy precozmente, en los perros
inyectados con dosis 、ゥ。「
・セ￳ァョ。ウ@
elevadas (80
a 100 mg. por kilogramo de animal) . Los animales así tratados mueren al cabo de pocos
días, demostrando el estudio anatomopatológico de los riñones (Dr. MORALES PLEGUEZUELO)
la existencia de una nefrosis necrótica sumamente acentuada. La causa de la muerte en estos animales debe atribuírse, sin duda 。ャァオョセL@
a la alteración renal, como lo demuestra la cifra de urea observada en tales animales, hecho que ya fué señalado en la segunda comunicación de dos de nosotros 1 •
Estas observaciones nos movieron a tratar
de conseguir animales tratados con grandes
cantidades de Aloxana, en los cuales se evitase
la producción del trastorno renal, para ッ 「 エ・ョセ@
una mayor supervivencia y poder estudiar as!
más directamente la alteración diabética. A エセャ@
fin, y basándonos en anteriores estudios reall·
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