LLEVANDO UN EMBARAZO A TERMINO FELIZ, EN VINCULACIÓN

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LLEVANDO UN EMBARAZO A TERMINO FELIZ, EN VINCULACIÓN Y DE
MANERA GRATIFICANTE.
Es importante referir las últimas investigaciones de diferentes psiquiatras,
biólogos, entre otros, que han concluido acerca de la importancia que tienen las
emociones de la madre sobre el bebé intrauterino. Tiempo atrás los textos de pediatría
sostenían que el bebé intrauterino era un ser pasivo, sin mente, ahora sabemos que el niño
intrauterino es un ser humano consciente que reacciona y que a partir del sexto mes tal
vez incluso
antes, lleva una vida emocional activa, el feto puede ver, oir, experimentar, degustar y de
manera primitiva incluso aprender in útero, antes de nacer, según el Dr. Verny. Si
tenemos en cuenta las consecuencias que la dieta, ingestión de alcohol, drogas por parte
de la madre tienen en el niño no nacido y también sobre el papel que desempeñan las
emociones en la enfermedad y la salud, se deduce que los pensamientos y los
sentimientos de la madre tendrían un efecto potencial benéfico en su hijo antes de nacer.
Consecuencia de estos descubrimientos, lo que el niño siente y percibe, comienza
a modelar sus actitudes y las expectativas que tiene con respecto a sí mismo. Si se ve y
si se percibe a sí mismo como una persona feliz o triste, agresiva o dócil, segura o
cargada de ansiedad, dependerá parcialmente de los mensajes que recibe, mientras está en
el vientre materno. La fuente principal de dichos mensajes formadores, es la madre del
niño. Esto no significa que toda preocupación, duda o ansiedades fugaces que una mujer
experimenta repercutan sobre su hijo. Lo importante son los patrones de sentimientos
negativos constantes y profundos. La ansiedad crónica o una intensa ambivalencia con
respecto a la maternidad pueden dejar una profunda marca en la personalidad del niño no
nacido. Por otro lado, emociones intensificadoras de la vida, como la alegría, el regocijo,
pueden contribuir significativamente en el desarrollo emocional de un niño sano.
(Verny 1981). "En el útero una persona experimenta por primera vez los sentimientos de
amor, rechazo, ansiedad, tristeza y aprende acerca de la gente y el mundo" (Thomas
Verny 2000).
Apoyando nuestra idea, el Dr, Bruce Lipton, nos explica que estudios recientes
revelan que la activación de los programas de los genes son controlados por el medio
ambiente y por la percepción del organismo de ese ambiente. Casi todos estamos
familiarizados con el impacto que tiene el contenido genético de los padres sobre el
desarrollo humano, sin embargo casi nadie sabe que la madre pasa información al feto
según la percepción materna de su ambiente. Las emociones maternas, tales como miedo,
rabia, amor, esperanza, etc, puede alterar bioquímicamente la expresión genética de su
descendencia. Durante el embarazo, la percepción de los padres del medio ambiente es
comunicada químicamente al feto a través de la placenta, los químicos emocionales del
torrente sanguíneo de la madre cruzan la placenta e influyen sobre el feto, aunque éste,
en desarrollo, no está al tanto de los detalles evocadores de la respuesta emocional
materna, sí conoce las consecuencias fisiológicas de las emociones y sensaciones,
introduciendo entonces, el concepto de "Padres como Ingenieros Genéticos". "Además
de las responsabilidades nutricionales, los padres deben estar informados de que sus
creencias, actitudes y emociones representan una información que influye directamente
en la selección y escritura del código genético de su hijo antes de nacer. Los padres deben
estar conscientes desde el primer momento que deseen concebir y durante el desarrollo
pre-postnatal, de que sus pensamientos, actitudes y conductas pueden influir
profundamente en la salud y desarrollo de sus hijos". Bruce Lipton (2000).
Tomando en cuenta, estas investigaciones, me he dado cuenta de la importancia
que tiene la integración de estos conocimientos con el Renacimiento, y entender como
Psicólogo prenatal y Renacedora mi pasión por proyectar esta experiencia para lograr
una sociedad saludable; para ello he estableciendo un programa de orientación
emocional pre-concepcional y prenatal, que apoya a las parejas que desean ser padres, a
embarazadas de alto riesgo, estimulando de ésta manera la "CRIANZA CONSCIENTE"
de su familia, pues el concepto de familia se convierte en una realidad desde el
momento de la concepción.
Si conocemos que tanto la genética, emociones, actitudes, etc influyen positiva o
negativamente en el desarrollo del bebé intrauterino, entonces podemos también creer
fácilmente de que nuestros pensamientos son creativos, es decir que creamos lo que
queremos, de que atraemos lo que pensamos, de que no hay nada que suceda que no lo
haya pedido, sucede lo que se quiere que suceda. Somos lo que pensamos, todo lo que
somos surge de nuestros pensamientos, con nuestros pensamientos hacemos el mundo. La
mente es el instrumento más poderoso que poseemos, el pensamiento es energía, está en
movimiento y es poderoso, todo aquello que piensas repetidamente se vuelve realidad en
tu vida. Lo que pensamos y creamos se expande, entonces... entrenamos a nuestras
embarazadas a aprender la auto observación, toma de conciencia de los pensamientos
negativos ( mentira personal, miedos relacionados al embarazo, ej: a perder el bebé,
culpas, etc) que se presentan, su frecuencia, y cómo modificarlos . Estimulando
seguridad en sí misma, creando nuevos pensamientos que la lleven al éxito de su
embarazo, eliminando por completo las culpas y miedos, que son los sentimientos más
profundos que los separan de la Fe de ser Padres Saludables y Exitosos.
"El desarrollo del máximo potencial humano se logra en gran medida a través
de la nutrición física y emocional de ambos, padres e hijos". David Chamberlain.
Lic.Dalia Ojeda.
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