MAQUINARIA PARA HENIFICACIÓN

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MAQUINARIA PARA HENIFICACIÓN
INTRODUCCIÓN
recoger la cantidad precisa para el consumo
diario.
La reducción del pastoreo directo ha generado
el desarrollo de máquinas para recolección de
forraje y ha incrementado de forma notable el
interés por éstas de las empresas dedicadas a la
maquinaria agrícola.
Figura 3.- Recolección de forraje para consumo en verde.
• La henificación consiste en un conjunto de
operaciones que hacen bajar el contenido de
humedad.
Figura 1.- Pastoreo directo.
Estas máquinas deben trabajar de forma que
aprovechen al máximo las producciones, eviten las
pérdidas, tengan bajos costes de producción,
ofrezcan un forraje de calidad y estén adaptadas a
la cosecha y a la forma en que esta se va a
aprovechar.
Figura 4.- Recolección de heno.
• El ensilado consiste en favorecer el desarrollo
de microorganismos que permiten la conservación
anaerobia.
Figura 2.- Segado de forraje.
La recolección de forraje exige, además de
conocer las características técnicas de las
máquinas, analizar el contenido de humedad y
alimenticio, ya que, por ser ambas características
variables con el desarrollo, inciden en la elección
del tipo de máquina y del momento de corte.
En líneas generales, el contenido de materia
seca del forraje se encuentra entre el 18 y 20%, el
resto está formado por agua. Es preciso tener en
cuenta que su secado origina pérdida de reservas,
las cuales son más elevadas cuanto mayor es el
tiempo que tarda en alcanzar una humedad
inferior al 35%, por debajo de la cual las pérdidas
por respiración desaparecen, de ahí la importancia
que tiene hacer descender la humedad
rápidamente una vez realizado el corte.
El forraje se puede recoger para su consumo
en verde, para su henificado y para su ensilado.
• La recolección de forraje para su consumo en
verde sustituye al pastoreo directo y sólo permite
Figura 5.- Ensilado mediante encintadora.
Escoger el conjunto de operaciones y
máquinas que hay que utilizar, para usar el forraje
para consumo en verde, henificarlo o ensilarlo,
exige conocer, además del cultivo y como va a ser
consumido por el ganado, los principios de las
máquinas que las realizan, y tener en cuenta que
algunas de ellas pueden agruparse, lo que reduce
el número de operaciones y el coste total del
proceso.
SEGADORAS DE FORRAJE
Estas máquinas pueden realizar el corte por
cizallamiento o por impacto.
•
El corte por cizallamiento utiliza como
principio el desplazamiento relativo de
una cuchilla sobre una contracuchilla.
1
Figura 6.- Segadora por cizallamiento.
•
El corte por impacto utiliza el choque
de un elemento de corte que gira a
gran velocidad angular.
Figura 9.- Corte con una guadañadora clásica.
El conjunto de cuchillas montadas en forma de
sierra realiza el corte del forraje gracias a su
movimiento alternativo, el cual debido a que la
fuerza necesaria para el corte es directamente
proporcional a su velocidad de avance de la
máquina e inversamente proporcional a su
velocidad lineal de las cuchillas, es de alta
frecuencia.
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Figura 7.- Segadora por impacto en posición de transporte.
Las segadoras que actúan por cizallamiento,
también conocidas por guadañadoras de barra de
corte, aunque tienen formas muy variables, en
todas ellas existe una barra metálica denominada
larguero que soporta los elementos de corte y un
sistema de enganche al tractor.
El principio de corte consiste en una serie de
dedos, montados uno al lado de otro, que dividen
la masa de forraje y la mantienen vertical durante
el corte, entre los cuales se desplazan una serie
de cuchillas dotadas de movimiento alternativo
que cortan la porción de forraje, que se ha
introducido entre ellos al desplazarse la máquina.
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La barra de corte descansa sobre el suelo,
apoyada en sendos patines uno interior articulado,
que permite al conjunto de la barra oscilar
verticalmente adaptándose al terreno, y otro
exterior, más estrecho, que limita el forraje que va
a ser segado y está dotado de un sistema de
regulación de la altura de corte y de un tablero
separador que actúa desplazando lateralmente el
forraje cortado.
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3
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1
1.- Dedo.
2.- Contraplaca de dedo.
3.- Recubrimiento.
4.- Cuchilla.
5.- Pletina.
6.- Pinza de acero.
7.- Barra.
Figura 10.- Elementos constituyentes de la barra de corte.
La barra de corte consta de:
•
•
•
•
Figura 8.- Detalle de una guadañadora de barra de corte.
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Larguero, que es una pletina de
acero que sirve de soporte a las
otras piezas.
Cabeza de sierra, que recibe el
movimiento de un mecanismo
alternativo.
Cuchillas, de chapa de acero
templado, de forma generalmente
triangular
con
los
vértices
truncados, sujetas a la barra por
medio de remaches.
Dedos, que van sujetos por medio
de bulones, terminan en punta y
permiten dividir el forraje en bandas
o porciones.
Para evitar el desgaste motivado por las
cuchillas se coloca una contraplaca de acero
templado.
La separación que existe entre los dedos,
puede ser de tres pulgadas, lo cual es lo más
frecuente y se usa en forrajes rígidos y espesos,
de una pulgada y media, que se utiliza para
forrajes con poca consistencia y poco densos, y
de dos pulgadas, cuyas características de uso son
intermedias a las anteriores.
Para obligar a las cuchillas a permanecer en
contacto con las contraplacas, para que el corte
sea neto y para evitar el rozamiento directo entre
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su parte posterior y la propia barra soporte, se
usan piezas recambiables que pueden aproximarse
para compensar el desgaste.
Existen también barras de corte sin dedos
compuestas de dos sierras portacuchillas
montadas una sobre otra, animadas de
movimientos rectilíneos alternativos y opuestos.
Este sistema, que evita vibraciones, ya que las
piezas móviles son dobles y están animadas con
movimientos opuestos, permite velocidades
lineales muy elevadas con lo que el embotamiento
de las cuchillas es prácticamente inexistente y se
puede trabajar con velocidades de desplazamiento
mucho mayores.
• Los sistemas de transmisión de movimiento a
la sierra son muy variables. Los más usuales son
del tipo biela-manivela, de disco inclinado, o de
deslizador, accionados desde la toma de fuerza
del tractor.
Figura 11.- Sistemas de accionamiento de la sierra.
Para conseguir una utilización correcta estas
máquinas permiten las siguientes regulaciones:
• Altura de corte, se consigue mediante los
patines.
• Incidencia del corte, se consigue mediante
la inclinación de la punta de los dedos má o
menos hacia el suelo.
• Posición del tablero exterior, para tumbar el
forraje desplazándolo de manera apropiada.
Durante el trabajo y los desplazamientos la
barra de corte puede adoptar una elevación a
poca altura, en posición horizontal, accionada por
un pedal, sin necesidad de interrumpir el
movimiento de la cuchilla, que se emplea para
maniobrar la máquina, una elevación parcial,
formando un ángulo de aproximadamente 45º,
acompañada del desembrague del movimiento,
posición que se emplea durante los recorridos en
vacío por la parcela y una elevación total, con
tirante de seguridad, que se utiliza en los
desplazamientos largos.
Para controlar esfuerzos anormales impidiendo
roturas de la máquina durante el trabajo, estas
máquinas llevan elementos de seguridad en la
sierra, mediante limitadores de par y en el
conjunto de la barra de corte, permitiendo ceder
parcialmente hacia atrás la máquina.
Las guadañadoras se fabrican del tipo
semisuspendido, suspendido y autopropulsado o
motoguadañadoras. En éstas el corte es frontal, y
son ideales siempre para trabajar en terrenos con
pendientes por su concepción con un centro de
gravedad situado muy bajo.
El rendimiento de estas máquinas es de 0’5 a
1’5 ha/h, y por ser la potencia absorbida muy
pequeña, resulta interesante simultanear faenas
con el fin de utilizar mejor la potencia del tractor.
Por último, indicar que para el afilado de las
cuchillas, por ser esta una operación importante,
existen afiladores, que permiten efectuar este
trabajo de manera muy rápida y regular. Cuando a
causa de las sucesivas operaciones de afilado, se
hayan vuelto puntiagudas, así como cuando las
placas
de
desgaste
estén
demasiado
desgastadas, deberán sustituirse. También los
patines, el tablero desviador exterior, las placas de
la sierra, las guías, deben sustituirse cuando su
nivel de desgaste lo haga aconsejable.
• Las segadoras por impacto o rotativas
pueden
ser
de
eje
horizontal
también
denominadas de mayales y de eje vertical.
Se caracterizan por realizar el corte por
impacto de cuchillas colocadas articuladas a un
rotor que gira con una elevada velocidad angular.
• Las segadoras de mayales son las más
antiguas, usan una velocidad de rotación de 8001000 r.p.m., con lo que la aspiración que provocan
no es muy alta.
Estas máquinas se adaptan a cualquier tipo de
forraje, no se atascan y además lanzan el forraje,
dislacerándolo lo que mejora la velocidad de
secado. Absorben una potencia del orden de 25 a
30 C.V. por metro de corte, son pesadas, lo que
repercute negativamente en la capacidad de
rebrote, provocan pérdidas de nutrientes,
fundamentalmente en leguminosas, y tienen
tendencia a contaminar el forraje.
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La selección entre uno u otro modelo es difícil,
si bien se puede considerar que las máquinas de
disco son más ligeras que las de tambor y se
adaptan mejor al trabajo en condiciones de suelo
irregular.
Figura 12.- Segadora de mayales.
• Las segadoras de eje vertical van provistas
de rotores que giran a gran velocidad, en cuya
periferia se encuentran varias cuchillas que, al
girar, cortan el forraje.
Según su sistemas de accionamiento se
clasifican en de tambores y de discos.
•
Las segadoras de tambores se
caracterizan porque las cuchillas se
fijan a la base de cilindros suspendidos
de una barra que actúa como bastidor,
y lleva los mecanismos de transmisión.
Figura 16.- Detalle de transmisiones
en segadoras de tambores y de discos.
Para mantener constante la altura de corte, que
es algo superior a la de las guadañadoras, la
máquina se desliza apoyada sobre patines o sobre
grandes platos.
Figura 17.- Detalle de corte
Figura 13.- Segadora de tambores
•
Las segadoras de discos se
caracterizan porque las transmisiones
se encuentran situadas bajo los discos,
lo que les da menor altura.
El límite superior de velocidad de estas
máquinas está más condicionado por el confort del
conductor que por las propias limitaciones de
trabajo de la máquina. Su rendimiento llega a 0’45
h/ha·metro de anchura y la potencia absorbida es
de unos 20 a 25 C.V. por metro de ancho de corte.
MAQUINARIA PARA HENIFICACIÓN
La henificación consiste en la desecación del
forraje sobre el suelo, una vez que ha sido
cortado, haciendo que su humedad baje hasta el
17-20%, lo que permite almacenarlo.
Durante el henificado se produce en el forraje
pérdida de humedad, pérdida de materia seca,
lixiviado de sales minerales, pérdida de caroteno y
pérdida de hojas.
Figura 14.- Segadora de discos.
En ambos tipos las cuchillas se montan
articuladas y salen del disco por fuerza centrífuga.
Hay que señalar que en estas máquinas la
presencia de piedras resulta peligrosa, por lo que
nunca se deben utilizar sin lonas de protección.
Figura 18.- Henificación.
La pérdida de agua del forraje es tanto más
intensa cuanto más secos son los días, y es
preciso considerar que, si se almacena el heno
húmedo, existe peligro de autoignición.
Figura 15.- Montaje de cuchillas.
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La reducción de pérdidas se consigue
acelerando
el
proceso
de
henificado,
disminuyendo el número de pasadas de los
aperos y uniformando la desecación de tallos y
hojas.
Las máquinas utilizadas para lograr rapidez y
uniformidad en el henificado son las henificadoras,
las cuales se pueden clasificar en:
• Henificadoras de horquillas, concebidas
para tracción animal, constan de un chásis
apoyado en dos ruedas metálicas motrices y
enganchado al tiro mediante varas limoneras.
Unas horquillas de dientes flexibles de acero son
accionadas por las ruedas de forma que
reproducen el movimiento que haría el hombre.
Figura 20.- Esquema de una henificadora de tambor.
• Henificadoras de horquillas verticales, las
cuales trabajan mediante dedos o púas que giran
alrededor de un eje colocado formando un cierto
ángulo con la vertical respecto al terreno, están
dotadas de un número par de cuerpos soportados
cada uno por su propia rueda autoguiada, lo que
les
permite
adaptarse
al
terreno
independientemente.
Estos equipos, modificando el ángulo de los
dedos y dotándolos de pantallas, es posible
utilizarlos como acordonadores.
Figura 19.- Vista de conjunto de una henificadora de horquillas.
Estas máquinas permiten regular la altura de
trabajo de las horquillas con relación al suelo,
mediante la inclinación general del bastidor con
relación a las varas limoneras.
Son de muy poca anchura de trabajo, sólo
realizan la henificación y tratan al forraje con
demasiada brusquedad, lo que motiva pérdidas
importantes, sobre todo en el caso de
leguminosas.
• Henificadoras de tambor, constan de un eje
horizontal situado perpendicularmente a la
dirección de avance, sobre el que se montan
peines provistos de dientes flexibles. El eje dotado
de peines constituye el denominado tambor el cual
gira, accionado por la toma de fuerza, con sentido
de rotación contrario al de avance. Un deflector de
chapa, dotado en algunos modelos de dos
compuertas orientables, hace que el forraje caiga
por detrás de la máquina, bien sobre toda la
superficie del suelo o bien en cordón o andana.
La altura de trabajo del tambor con relación al
suelo es regulable, lo que incide en la calidad y
pérdidas de forraje, las cuales, debido al enérgico
sistema de trabajo pueden ser importantes.
Figura 21.- Henificadora de ejes verticales.
• Acondicionadoras de forraje, se utilizan
para acelerar la desecación del forraje reduciendo
las diferencias que en la pérdida de humedad
presentan los tallos y las hojas. Este problema es
importante sobre todo cuando se henifican
leguminosas, ya que los tallos permanecen verdes
mientras que las hojas se han secado.
El trabajo de las acondicionadoras consiste en
el aplastamiento o el resquebrajamiento de los
tallos, lo que permite aumentar la rapidez y
uniformidad de la desecación, al hacer que
aumente la superficie de intercambio de humedad
con el aire, lo cual es importante pues disminuye
la fragilidad de las hojas, aumenta la palatibilidad y
mejora el aprovechamiento.
La conveniencia de realizar el acondicionado
del forraje inmediatamente detrás de la siega hace
que en la mayoría de los casos se realicen ambas
operaciones utilizando máquinas segadorasacondicionadoras, lo cual permite además un
mejor aprovechamiento de la potencia del tractor.
Figura 22.- Segadora acondicionadora.
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Los acondicionadores hacen pasar el forraje
entre dos rodillos que giran en sentido contrario.
Hay modelos con ambos rodillos lisos, constituidos
por tubos de acero rodeados de una capa de
goma, otros tienen uno de los rodillos liso y el otro
con acanaladuras longitudinales, combinación que
es la que más se emplea, que aplasta los tallos a
intervalos, con lo que su acción no es tan
agresiva. El rodillo acanalado, que se construye de
menor diámetro que el superior, por lo que debe
girar con más velocidad angular para que ambos
cilindros tengan la misma velocidad lineal, se
monta en la parte inferior, para que la máquina
tenga más capacidad de recogida. Hay
acondicionadores en los que ambos rodillos son
acanalados y giran engranados entre sí, dejando
un espacio entre ellos por el que pasa el forraje,
que se quiebra a intervalos sin aplastamiento.
La velocidad de secado se incrementa
aumentando la presión que ejerce un cilindro
sobre otro.
La velocidad lineal de los rodillos debe ser de
tres a cuatro veces la de avance de la máquina,
con lo que se logra lanzar el forraje y que se forme
una hilera suelta y aireada que, al depositarse
sobre el rastrojo ofrece un fácil secado sin
necesidad de intervenciones posteriores.
El
rendimiento
de
las
segadorasacondicionadoras es de unas 0’4 ha/h·m de
anchura de corte y la potencia necesaria para su
accionamiento es de 25 a 30 C.V.
Figura 23.- Acondicionadora de rodillos.
Una vez alcanzado el nivel de humedad en el
forraje se procede a su hilerado. Las máquinas
que realizan la reagrupación del forraje en
cordones también llamados lineos, baraños y
andanas, deben trabajar con suavidad para evitar
pérdidas de forraje. Además cuando haya de
usarse una empacadora, es indispensable que los
cordones sean uniformes, para poder trabajar con
regularidad de marcha.
suelo y, cuando la cantidad acumulada es
suficiente, un obrero acciona, con un pedal, un
mecanismo de trinquete que consigue la elevación
de los dientes, con lo que se libera la masa de
forraje recogida, formando, con pases sucesivos,
un cordón que queda sobre el suelo perpendicular
a la dirección de marcha.
La recogida del forraje que realizan estas
máquinas aunque es suave, no es adecuada para
el uso de empacadoras, por que las hileras de
forraje son demasiado anchas, y la alineación de
las andanas nunca es perfecta.
Figura 24.- Rastrillo de descarga posterior.
• Rastrillos de tambor, los cuales constan de
un bastidor, normalmente semisuspendido al
tractor, que soporta un tambor formado por varios
peines dispuestos formando un cierto ángulo con
la dirección de avance. Cada peine está
constituido por una serie de dientes de acero con
gran flexibilidad.
El montaje de los peines se realiza de forma
que la punta de las púas esté constantemente
dirigida hacia el suelo, usando para ello un
sistema de paralelogramo articulado, semejante al
usado en las cosechadoras de cereales.
Según el sentido de giro del tambor estas
máquinas forman una andana, descargando
lateralmente el forraje, o realizan su henificación.
El giro del tambor, aunque puede obtenerse de
las propias ruedas, normalmente se consigue
desde la toma de fuerza.
La transmisión en algunos modelos está
dotada, además de un inversor, de un variador
continuo que permite adaptar la velocidad de giro
del tambor al estado de desecación del forraje y a
la velocidad de desplazamiento de la máquina.
Las máquinas utilizadas para la formación de
cordones son los rastrillos o hileradoras, los
cuales se pueden clasificar en:
• Rastrillos de descarga posterior, los cuales
eran máquinas de tracción animal con un bastidor
provisto de dos grandes ruedas y unas varas
limoneras. Sujetos al bastidor, unos dientes de
acero de forma curva, arrastran el forraje por el
Figura 25.- Rastrillo de tambor.
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La altura de los dientes sobre el suelo puede
regularse mediante las ruedas de apoyo de la
máquina.
Pueden montarse en la parte delantera del
tractor lo que hace posible la realización
simultánea del acordonado y el empacado.
Estas máquinas ofrecen gran polivalencia de
trabajo y forman andanas muy regulares fáciles de
recoger con la empacadora.
Las principales regulaciones que pueden
efectuarse en estas máquinas son las
correspondientes al ángulo de los discos respecto
a la dirección de marcha y la disposición de los
discos, lo que permite emplear la máquina para
formar hileras simples o dobles.
• Rastrillos de cadenas, los cuales constan de
un bastidor sobre el que se montan dos cadenas o
dos correas que, en su movimiento, arrastran
peines con púas de hilo de acero, colocados
uniendo transversalmente las cadenas. El
conjunto es accionado por la toma de fuerza y
realiza la proyección lateral del forraje, lo que
permite que pueda utilizarse bien para henificación
o bien para hilerado, colocando o no una pantalla
lateral.
Para conseguir un trabajo de buenas
características, es preciso realizar la regulación de
altura de los peines, la cual se consigue variando
la posición de las ruedas que sustentan las
máquinas. En ellas se puede también modificar la
inclinación en sentido lateral, la cual deberá ser
nula para las faenas de acordonado y ligeramente
levantada para la de henificación.
Figura 26.- Rastrillo de cadenas.
Estas máquinas, que tratan el forraje con gran
suavidad, y que pueden usarse en terrenos poco
lisos, gracias a la independencia vertical de los
discos, trabajan con dificultad con el forraje muy
espeso y con viento, ya que puede enrollarse en
ellos.
La potencia necesaria es del orden de 8 a 15
C.V. para velocidades de trabajo que varían de 8 a
10 Km/h.
• Hileradoras de horquillas horizontales, son
máquinas accionadas por la toma de fuerza del
tractor, que están constituidas por varios discos
colocados horizontalmente, en cuya periferia se
colocan pequeñas horquillas que, en posición de
trabajo, por fuerza centrífuga, ponen los dedos
paralelos al terreno.
En la parte trasera de la máquina unas
pantallas deflectoras forman hileras de forraje.
Cuando no se colocan las referidas pantallas, la
máquina puede ser utilizada como henificadora.
Aunque su velocidad de trabajo puede ser muy
alta, la hilera de forraje queda poco revuelta y el
manejo del forraje es algo brusco.
• Rastrillos de discos o soles, son máquinas
de gran simplicidad constructiva y constan de un
bastidor que sustenta una serie de discos de gran
diámetro, provistos de largos dientes muy
flexibles, que giran libremente, montados
formando un ligero ángulo con la dirección de
marcha y desplazados unos con respecto a los
otros, de forma que al avanzar el conjunto de la
máquina y al apoyar sobre el suelo, se provoca su
rotación por reacción, por lo que su velocidad de
giro es proporcional a la velocidad de avance de la
máquina.
Figura 28.- Rastrillo rotativo de horquillas horizontales.
• Hileradoras de peines oscilantes, las
cuales llevan rotores de largos brazos con
grandes horquillas que, al girar, una vez
sobrepasada una determinada posición, gracias a
una leva, se levantan, dejando de trasladar el
heno y dejándolo acordonado.
Figura 29.- Rastrillo de peines oscilantes.
Figura 27.- Rastrillo de soles.
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