NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 55 A IMPORTANCIA DE LOS CARBOHIDRATOS DE LA DIETA Y DE LA UTILIZACIÓN DE ADITIVOS SOBRE LA SALUD INTESTINAL EN EL GANADO PORCINO DN J.F. Pérez y J. Gasa Departament de Patología i de Producció Animals Universidad Autónoma de Barcelona, Bellaterra 1.- INTRODUCCIÓN FE En las condiciones intensivas de producción del cerdo, y fundamentalmente tras el destete de los lechones, el riesgo de enfermedades clínicas y subclínicas es elevado. Tradicionalmente, los patólogos clínicos han adoptado estrategias de erradicación de las enfermedades infecciosas, en el supuesto que un único agente infeccioso determine el desarrollo de una alteración clínica. Sin embargo, en la actualidad muchas enfermedades o episodios clínicos tienen un origen multifactorial donde la causa última no es más que el detonante de una situación creada por múltiples factores de riesgo. Entre estos factores, el propio estado sanitario de los animales, las condiciones ambientales y aquellos ligados a la dieta son sin duda los más importantes (Hampson et al., 2001). En este enfoque confluyen también las estrategias de los propios nutrólogos que progresivamente hemos orientado nuestros esfuerzos en la identificación de las características funcionales de los alimentos, y en la manipulación dietética de las enfermedades entéricas. Sin duda, el catalizador más importante de esta nueva perspectiva deriva de los recientes esfuerzos por alcanzar una producción ganadera eficiente sin antibióticos. De hecho, en las últimas décadas la incorporación sistemática de antibióticos en el pienso ha sido extraordinariamente eficiente como promotor del crecimiento y eficiencia de utilización del pienso por el ganado porcino. La respuesta es especialmente notable en las granjas con condiciones sanitarias más deterioradas, lo que supone una garantía de producción y de uniformidad. Como consecuencia, durante este periodo ha existido un menor incentivo en la mejora de las condiciones de manejo y producción de los animales. Sin embargo, las restricciones establecidas en la actualidad al uso de antibióticos como promotores del crecimiento establecen un panorama de mayor incertidumbre y la necesidad de buscar estrategias alternativas, en particular en lo que se refiere a la alimentación de los animales. BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 56 J.F. PÉREZ y J. GASA Hasta la fecha el mayor esfuerzo se ha realizado incorporando a los piensos sustancias o aditivos legalmente permitidos que ejercen una acción moduladora de la población microbiana o directamente un efecto antimicrobiano. Entre estas sustancias se encuentran: acidificantes (Partanen y Mroz, 1999), probióticos y prebióticos (Roberfroid, 1998), enzimas (Bedford y Schulze, 1998), extractos de plantas (Kamel, 2001) o “inmunomoduladores” en general (Roura y Xalabarder, 1999). DN A Para cada uno de estos grupos existe literatura abundante que muestra efectos positivos sobre los rendimientos productivos y parámetros de digestibilidad, si bien también existen experiencias donde no se detecta respuesta alguna o se aprecian efectos negativos. Esta variabilidad puede deberse a las diferencias genéticas entre animales y/o condiciones ambientales, aunque también a las interacciones que ejercen estas sustancias a nivel intestinal con los propios componentes de la dieta a través de la población microbiana y los propios procesos de digestión y absorción. FE La eficacia de los antibióticos refleja en gran medida la elevada influencia de la microflora intestinal sobre la digestión y producción de los animales (figura 1). La respuesta productiva a la adición de antibióticos es mayor cuanto peor es el estado sanitario de los animales (Roura el al., 1992) y es prácticamente nula en animales gnotobióticos (Fuller et al, 1983). En este sentido algunos autores (Anderson et al., 1999) sugieren incluso que los antibióticos añadidos al pienso a baja dosis actúan más como “permisores” que como “promotores” del crecimiento. En definitiva, cualquier sustancia añadida al pienso o medida encaminada a reemplazar con éxito a los antibióticos ha de tener en cuenta sus mecanismos de acción que según Visek, (1978) son: (1) la prevención de infecciones subclínicas, (2) la reducción de metabolitos tóxicos procedentes de la flora microbiana, (3) la reducción de la competencia de la flora microbiana por los substratos digestivos, y (4) el incremento en la absorción y utilización de los nutrientes asociado a una pared intestinal más delgada y un menor esfuerzo inmunitario. Figura 1.- Efectos perjudiciales de la flora microbiana intestinal; y mecanismos de acción de los antibióticos como promotores del crecimiento Competencia por los nutrientes Microorganismos digestivos Agresión local sobre la mucosa * productos de degradación de la proteína (escatol, amoniaco, sales biliares) * inflamación (gasto energético y proteico, permeabilidad de la mucosa) Mecanismos de acción de los antibióticos como promotores del crecimiento BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 57 Los aditivos más utilizados como alternativa a los antibióticos promotores del crecimiento ejercen un efecto directo o indirecto sobre la microflora intestinal. De hecho los probióticos son cepas microbianas que se incorporan directamente a la dieta y los prebióticos, en esencia, constituyen un sustrato de elección para fomentar la proliferación de un determinado grupo microbiano. El término simbiótico (Roberfroid, 1998) integra ambos en el mismo producto, con el fin de obtener un efecto sinérgico. DN A Las primeras inclusiones de acidificantes en la alimentación del ganado porcino con objeto de controlar patologías digestivas se remontan a principios de los años 60, inicialmente en forma de ácido láctico en el agua de bebida (Burnet y Hanna, 1963). Uno de los mecanismos de acción del acidificante se basa en que la forma no disociada es capaz de superar membranas celulares por difusión pasiva debido a su carácter no polar y una vez en su interior, disociarse debido al mayor pH intracelular. Como consecuencia disminuye el pH interno de la célula que provoca una supresión de enzimas como carboxilasas y catalasas, e interferencias en el transporte de membrana de los nutrientes necesarios para los microorganismos (Partanen y Mroz, 1999). FE La utilización de preparados enzimáticos modifica la cantidad, tipo y ritmo de aparición de sustratos disponible para la microbiota del tracto digestivo posterior y anterior (Baucells et al, 2000). Apajalathi y Bedford (1998) utilizando técnicas basadas en DNA identificaron los cambios producidos en la microflora intestinal de broilers tras la suplementación del pienso con enzimas. La adición de xilanasas a una dieta de trigo, además de estimular la producción de ácidos grasos volátiles y aumentar la proporción de propiónico en ciego, determinó un cambio en la abundancia relativa de DNA bacteriano en los ciegos; con un aumento de géneros como Peptostreptococcus, Bacteriodes, Proprionibacterium, Eubacterium y Bifidobacterium y una disminución de Clostridium, Enterobacteriaceae y Campylobacter. La suplementación del pienso de lechones con extractos de plantas (XTRACTTM) también aumentó significativamente el recuento de Lactobacilos y redujo el de enterobacterias en especial con dietas de alto (20%) contenido en proteína bruta (Manzanilla et al, 2001). En otro ensayo (Manzanilla et al, 2002) la adición de 300 ppm de XTRACTTM a un pienso de transición determinó una reducción significativa del contenido en bases púricas en el íleon como marcador de la población microbiana total. 2.- IMPORTANCIA DE LA MICROFLORA DIGESTIVA EN EL CERDO La concentración microbiana en la digesta del estómago puede alcanzar107-109, es creciente hasta el final del intestino delgado 109, y mucho mayor en intestino posterior, 1010-1011(Bach Knudsen et al., 1993). En su conjunto, la flora microbiana alcanza un número superior al de células eucariotas del propio animal y determina todo un reto de colaboración o competencia. Sin embargo, hoy se reconocen numerosos aspectos positivos de la presencia microbiana en el tracto digestivo, como es su contribución digestiva mediante la fermentación de substratos resistentes a la digestión enzimática (Bergman, 1990) o la prevención y resistencia a la proliferación de agentes patógenos. Este último BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 58 J.F. PÉREZ y J. GASA proceso descrito por primera vez por Van der Waajj et al. (1971) como "resistencia a la colonización" se apoya en las numerosas interacciones de competencia y simbióticas establecidas entre las diferentes especies microbianas del tracto digestivo. DN A En un esfuerzo de simplificación, las diferentes poblaciones bacterianas del tracto digestivo pueden clasificarse en bacterias "beneficiosas" (entre las que destacan los Lactobacillus y las Bifidobacterias) y "perjudiciales" (coliformes, Salmonella, Campylobacter, etc.) (Gibson y Roberfroid, 1995). Las primeras son aquellas destinadas a ocupar micronichos en el intestino y competir con las bacterias o actividades microbianas más negativas. En condiciones normales, la población microbiana de un animal sano es relativamente estable (Zoetendaal et al., 1998). Sin embargo, variaciones en las condiciones ambientales (mayor o menor carga microbiana en el medio, cambios de temperatura ambiente, stress) o en la características de la dieta, en particular en lo que se refiere tanto a la carga microbiana del pienso como a su resistencia a la digestión enzimática puede determinar cambios en la actividad microbiana del tracto digestivo, y en el riesgo de sufrir alteraciones digestivas. Estas alteraciones, además, suelen ser diferentes dependiendo del estado sanitario inicial de los animales. 3.- IMPORTANCIA DE LOS CARBOHIDRATOS FE Con la excepción de la etapa de lactación de los lechones, los carbohidratos constituyen la mayor proporción de los alimentos ingeridos por el cerdo (Bach Knudsen y Jorgensen, 2001) y son su principal fuente de energía. Sin embargo, son numerosas las incertidumbres que todavía persisten sobre su influencia en la fisiología y bienestar digestivo. En general la ración, y en particular los carbohidratos pueden influir sobre la colonización de agentes patógenos por diferentes mecanismos como puede ser: i/ la provisión de substratos nutritivos específicos, ii/ la generación de un ambiente adecuado a la proliferación de patógenos, como puede ser la ralentización del tránsito digestivo o una mayor viscosidad, o iii/ la modificación estructural de la mucosa y sus posibles receptores de adhesión para la flora microbiana. Los carbohidratos de la ración están constituidos por cantidades relativamente bajas de mono-, di- y oligosacáridos, y en mayor medida de polisacáridos (el almidón y los polisacáridos no amiloideos de las paredes vegetales, PNA). Los monosacáridos, disacáridos y el almidón son relativamente bien digeridos en el intestino delgado. Sin embargo, una cierta cantidad del almidón puede resistir la digestión enzimática (almidón resistente), apoyado en la protección de estructuras físicas (Tipo I), la compactación de su estructura granular (Tipo II) o su retrogradación tras el tratamiento térmico (Tipo III). Son numerosos los autores que engloban al almidón resistente entre los constituyentes de la fibra dietética (Topping y Clifton, 2001). Junto al almidón resistente, los PNA constituyen el principal sustrato que alcanza el intestino posterior (30-50%). La composición de los PNA es también variada y difiere en la composición de sus constituyentes (pentosas, hexosas), sus uniones (α o β), el tamaño, BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 59 forma (más o menos ramificados) e interacciones con otros componentes. De este conjunto de características se derivan finalmente sus propiedades físicas (solubilidad, retención de agua, viscosidad) y su mayor o menor resistencia a la fermentación microbiana (Bach Knudsen y Canibe, 2000). Entre ellos son destacables los PNA solubles, como los βglucanos y arabinoxilanos. Su solubilidad y capacidad de retención de agua puede generar un ambiente viscoso que dificulte el tránsito de la digesta en intestino delgado y facilite la colonización de la mucosa por agentes patógenos. DN A En los cereales los principales PNA son los β-glucanos, la celulosa y los arabinoxilanos, que junto con la lignina constituyen la fibra dietética (Bach Knudsen, 1997). En el caso de las legumbres y otros suplementos proteicos, la composición de PNA incluye, además de celulosa, cantidades significativas de galactomananos, arabinogalactanos y pectinas (Ouhida et al., 2002). Sin embargo, su distribución en los alimentos no es homogénea y difiere entre los tejidos de granos y semillas y entre tejidos similares de diferentes ingredientes. Así por ejemplo, un grano vestido como la cebada o la avena (figura 2) está constituido por diferentes estructuras: i/ la cascarilla (ampliamente lignificada y con un elevado contenido en xilanos insolubles poco fermentables), ii/ el salvado, formado por el pericarpo, la testa, la aleurona y la subaleurona; constituidos por estructuras insolubles de celulosa y PNA solubles como las β-glucanos y arabinoxilanos y iii/ el endospermo harinoso o vítreo con un elevado contenido de almidón, generalmente bien digestible. El fraccionamiento de las semillas mediante el procesado (descascarillado, molienda) o su tratamiento térmico posibilita el enriquecimiento y modificación de estas fracciones en diferentes ingredientes y el diseño de formulas claramente diferenciadas en su composición de carbohidratos. Figura 2.- Semilla de cereal vestido Salvado FE Celulosa β-glucanos arabinoxilanos Cascarilla Endospermo Xilanos Celulosa Lignina almidón ´Germen BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 60 J.F. PÉREZ y J. GASA El objetivo que abordamos a continuación es la evaluación de posibles modificaciones de la ración, en particular en lo que se refiere a su composición de carbohidratos, con el objetivo de influir en el ambiente intestinal y prevenir patologías específicas. 4.- FERMENTACIÓN DE LOS CARBOHIDRATOS A Aunque resisten la digestión enzimática, la mayor parte de los carbohidratos que alcanzan el tracto digestivo posterior son fermentables, si bien su extensión y velocidad de degradación puede variar considerablemente (figura 3). DN Figura 3.- Producción de AGv (mmol/g polisacarido) tras 24 h de fermentación de βglucanos, pectinas, almidón o almidón resistente (adaptado de Casterline et al., 1997) mmol/g 7 6 5 4 3 2 1 0 FE β -glucanos Pectinas Almidón Almidón resistente La degradabilidad de los polisacáridos depende fundamentalmente de su solubilidad y capacidad de retención de agua, factores ambos necesarios para un contacto efectivo entre el sustrato, los microorganismos y los enzimas. Sin embargo, la complejidad de la estructura física y las interacciones entre los diferentes componentes de la pared vegetal establecen propiedades particulares de fermentación para cada ingrediente (cuadro 1, figura 4). Cuadro 1.- Proporción de la arabinosa, xilosa y glucosa fermentada tras 24 h de incubación in vitro (adaptado de Salvador et al., 1993). Salvado trigo Salvado de maíz Pulpa de remolacha Guisantes Arabinosa 22 0 90 70 BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 Xilosa 53 0 48 25 Glucosa 34 19 70 9 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 61 Figura 4.- Fermentación in vitro de 5 tipos diferentes de fibra: guisantes, pulpa de remolacha, coco, salvado y maíz (Salvador et al., 1993) 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 guisantes A pulpa de remolacha coco salvado DN maíz 0 6 12 24 Algunas fracciones de PNA, como los β-glucanos y arabinoxilanos solubles presentan una rápida fermentación y una digestibilidad apreciable en el ileon; mientras que otras fracciones como la celulosa y xilanos insolubles pueden resistir relativamente bien la fermentación del tracto digestivo posterior (Mathers, 1991). FE El proceso de fermentación representa el esfuerzo bacteriano por utilizar la energía de los carbohidratos para su propio mantenimiento y proliferación. No obstante, aproximadamente entre un 68-77% de esta energía se libera en la digesta en forma de lactato y ácidos grasos volátiles (AGv). Una vez absorbidos, los AGv pueden proporcionar hasta un 25% de las necesidades energéticas de mantenimiento del animal (Bergman, 1990). En general, los AGv presentan un perfil relativamente estable, mayoritario de acético, frente a propiónico y butírico, y minoritario en otros derivados. No obstante, la dieta puede determinar variaciones en la cantidad y tipo de AGv producidos. Así por ejemplo, la fermentación de xilanos y pectinas determina una elevada proporción de acetato, los arabinogalactanos incrementan la proporción de acetato y propionato, mientras que la fermentación de almidón resistente determina un incremento en la proporción de butirato (Allison y Macfarlane, 1989). En condiciones estables de fermentación la presencia de carbohidratos fermentables se reduce progresivamente a lo largo del colon, por lo que la máxima proliferación bacteriana y concentración de AGv se observa en ciego y colon proximal. Conforme los carbohidratos desaparecen, la fermentación microbiana se orienta hacia la proteína y la propia autólisis bacteriana (Morales et al., 2002), lo que determina un incremento en la liberación de AGv ramificados (figura 5) y productos nitrogenados potencialmente dañinos para la mucosa, como el NH3 o el escatol. BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 62 J.F. PÉREZ y J. GASA Figura 5.- Concentración de la digesta del tracto digestivo posterior del cerdo en bases púricas y AGv (µmol/g) como indicadores de la fermentación, y AGv ramificados (%) derivados de la desaminación de aminoácidos en cerdos en crecimiento (Martínez-Puig et al., 2002) 52 AGv (µmol/g) 250 Bases Púricas (µmol/g) B.Púricas AGv AGv ramificados 5,63% (%) 42 32 22 150 100 3,97% 50 12 DN 0,15% 2 200 A 62 Ileon Ciego Colon Colon proximal medio Colon distal 0 Recto FE Puesto que la fermentación de los carbohidratos requiere un proceso lento de adaptación, el mantenimiento de un equilibrio adecuado de la flora microbiana no es sencillo. Con frecuencia, las alteraciones digestivas pueden derivar tanto por un exceso de fermentación como por un defecto de la misma. Así por ejemplo, un incremento excesivo en la liberación de acetato y lactato puede dañar la mucosa intestinal. En particular, un descenso muy brusco del pH digestivo intestinal ante una excesiva fermentación determina un descenso en la concentración de AGv y un incremento del lactato, debido a la selección de una flora entérica láctica (Vernia et al., 1988). La elevada concentración osmótica de la digesta provocada por el lactato, y la reducción en la absorción de agua en el intestino grueso son motivos desencadenantes de diarrea. En contraste con el lactato, los AGv tienden a incrementar la presión osmótica. Sin embargo, su rápida absorción reduce la carga osmótica de la digesta, y estimula la secreción de HCO3-, y la absorción contra gradiente del Na+ y del agua (Cummings y Englyst, 1987), lo que proporciona a la fermentación de carbohidratos un papel fundamental en la prevención de la diarrea. La liberación de AGv en la digesta determina también descensos del pH a niveles inferiores al adecuado para algunas bacterias patógenas (Cummings, 1983). En particular, el butirato presenta una actividad antimicrobiana sobre algunas bacterias como son Clostridium, E. coli, o Salmonella, lo que justifica su amplia utilización como acidificantes en la alimentación del cerdo (Cherrington et al., 1991). La presencia de butirato en la digesta se ha relacionado también con la estimulación de las defensas locales de la mucosa intestinal, a través de la proliferación de enterocitos y colonocitos, o a través de la modulación del sistema inmune local (Buddington et al., 2002). BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 63 5.- DIARREAS DE LOS LECHONES A La producción porcina presenta numerosas situaciones críticas para el tracto digestivo de los animales, que son responsables de una elevada morbilidad, e incluso mortalidad entre los animales más jovenes. Entre las principales patologías digestivas del ganado porcino destacan: i/ la diarrea de los lechones tras el destete, ii/ la disentería de los cerdos en crecimiento, iii/ las úlceras gástricas, iv/ o la incidencia de salmonella en el tracto digestivo de los animales. A continuación revisamos brevemente información disponible sobre la repercusión de la dieta, y los carbohidratos en particular, en cada uno de estos procesos. FE DN El destete representa para el lechón una situación especialmente crítica. En pocas horas los animales sufren la separación brusca de la madre, la mezcla de camadas, un transporte más o menos largo, y la oferta de un alimento sólido y extraño en su composición. La grasa y la lactosa de la leche son sustituidos por una ración sólida con una mayor cantidad de carbohidratos y proteínas complejas. Como consecuencia, la primera semana tras el destete precoz constituye una etapa de reducida ingestión de alimento y una elevada movilización de las reservas grasas corporales acumuladas durante la lactación. Los primeros días tras el destete son tambien críticos para su tracto digestivo, como refleja su limitada capacidad acidificante en el estómago (Radcliffe et al., 1998) y el descenso en el tamaño de las vellosidades intestinales y de las actividades enzimáticas de la mucosa, como lactasa y sacarasa (Bach Knudsen y Jorgensen, 2001). Tras 2 días del destete, el número de Lactobacillus desciende mientras que el número de Escherichia coli y anaerobios facultativos se incrementa notablemente (Williams, 2001). Durante este periodo los lechones sufren una limitación temporal de su capacidad digestiva y de reabsorción de agua en el tracto posterior, lo que representa un elevado riesgo de maldigestión, malabsorción y diarrea. La diarrea puede ser monofactorial y determinada por un agente altamente patógeno, como puede ser un coronavirus (gastroenteritis transmisible). Sin embargo, con mayor frecuencia el motivo de la diarrea es multifactorial, y la expresión final de un agente patógeno (ejem. E. coli) es el resultado de una sucesión de influencias ambientales negativas. En particular, el concepto de diarrea hace referencia a una pérdida excesiva de agua en las heces. La diarrea ocurre cuando el flujo de agua en el intestino delgado excede la capacidad de absorción del intestino posterior. Su presencia es por lo tanto consecuencia de un excesivo flujo de agua en intestino delgado (secretoria,- colibacilosis-, o por defecto de absorción, -rotavirus-) o de una insuficiente absorción del agua en el intestino grueso, como ocurre en situaciones de diarrea osmótica por sobrecarga y maldigestión de carbohidratos. Durante la recuperación de un proceso de diarrea se observa claramente un descenso en la humedad de las heces, así como un incremento en la concentración de AGv (Ramakrishna y Mathan, 1993), lo que refleja la reinstauración simultanea de la fermentación posterior. BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 64 J.F. PÉREZ y J. GASA A En particular, la colibacilosis de los lechones es consecuencia de la colonización del intestino delgado por E. coli y determina una diarrea secretoria. La administración de raciones con un elevado contenido en proteína (21%) pueden determinar una situación predisponente de diarrea (Prohaszka y Baron, 1980). Por lo contrario, la administración de raciones con carbohidratos muy digestibles (como el arroz cocido) permite reducir la incidencia de diarreas tras la infección experimental con E. coli (Pluske et al., 1996). La explicación propuesta por los investigadores es que el excaso substrato disponible en intestino delgado para la población bacteriana puede deprimir la colonización por E. coli. Sin embargo, también se han identificado en el arroz factores antisecretorios que favorecen la reabsorción de agua. Por otra parte, la presencia de PNA solubles en cereales como la cebada o el trigo incorporados al pienso, se ha asociado a un incremento en la incidencia de diarreas tras la infección experimental (Durmic et al., 1998), posiblemente derivadas de las modificaciones de la viscosidad y tránsito digestivo en intestino delgado. DN En contraste con los resultados anteriores, que penalizan la fermentación, otros autores han señalado situaciones en las que la inclusión de fibra en la ración tras el destete pueden reducir la incidencia y gravedad de la diarrea postnatal de los lechones (Bertschinger et al., 1978). El mecanismo de acción puede depender de la reducción en el aporte de substrato para el E. coli, pero quizás también en un estímulo de adaptación de la fermentación posterior y de la absorción de agua. Este puede ser el mecanismo de acción de determinados prebióticos, como los fructooligosacáridos o determinados almidones resistentes, cuya incorporación en la ración tras el destete, permite reducir la cantidad de heces y la excreción de agua (Bird et al., 2000). El mecanismo podría ser similar al observado por Ramakrishna et al. (2000) en personas afectadas por colera (diarrea secretoria del intestino delgado), en las que la administración de almidón resistente y su fermentación posterior permite acortar la duración de la diarrea. FE La adhesión bacteriana sobre la mucosa representa un mecanismo necesario en la agresión de las cepas enterotoxigénicas (sea E. coli o Salmonella), por lo que un bloqueo de la misma puede combatir o prevenir el proceso bacteriano. Este mecanismo parece ser el ejercido por los mananoligosacáridos en la ración. Los mananoligosacáridos son derivados de las paredes celulares de algunas levaduras con propiedades aglutinantes sobre algunas cepas enterotoxigénicas. Su presencia en la digesta puede bloquear la adhesión bacteriana sobre la mucosa pero también estimular el sistema inmune local (Spring y Privulescu, 1998). El desarrollo de estas alternativas son motivo de estudio en la actualidad de numerosos grupos de investigación, lo que permitirá a medio plazo adoptar estrategias dietéticas adecuadas en la prevención de la diarrea postnatal (figura 6). 6.- LA DISENTERIA DEL GANADO PORCINO La disentería del ganado porcino está provocada por la infección en ciego y colon por una espiroqueta, Brachyspira hyodysenteriae (Ochiai et al., 1997). El agente infeccioso coloniza la capa de mucina y las criptas del intestino grueso provocando una intensa colitis mucohemorrágica y disentería, que afecta a la producción y puede provocar mortalidad. El BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 65 desarrollo del proceso puede verse favorecido por la presencia de otras bacterias anaeróbias, Bacteroides spp. o Fusobacterium spp (Meyer et al., 1975), por lo que cualquier estrategia dietética en el control de la disentería debe orientarse a reducir la proliferación de estas especies. Figura 6.- Estrategias dietéticas de prevención de la diarrea posdestete dirigidas al intestino delgado o intestino posterior Agua Absorción de agua + AGv - DIARREA Excrección de agua DN Escherichia coli Intestino Posterior A Intestino Delgado Estrategias en intestino delgado - Reducir el nivel de proteína - Reducir el aporte de PNAs - Ingredientes de elevada digestibilidad - Probióticos (MOS) Estrategias en intestino posterior - Favorecer la adaptación progresiva de la fermentación posterior (oligosacáridos,almidón resistente) FE Con este propósito, el grupo australiano de Hampson y Pluske ha evaluado factores de riesgo asociados a dos situaciones dietéticas posibles: i/ un reducido aporte de sustrato para la fermentación en intestino posterior, o ii/ un incremento en la fermentación posterior y la posible instauración de un ambiente limitante a la colonización por agentes patógenos. Los resultados de estos autores son en general consistentes con las ventajas de la primera de las hipótesis. Así, raciones compuestas de arroz cocido o copos de maíz y sorgo (Pluske et al., 1996) reducen la incidencia de disentería tras una infección experimental. Mientras que la administración de trigo molido (Durmic et al.,1998) o goma arábiga y almidón resistente de forma purificada (Pluske et al., 1998) conlleva una mayor incidencia de disentería. Similares resultados han sido observados por los mismos autores al administrar trigo o sorgo extrusionado, o tras la incorporación de enzimas (Durmic et al., 1998). La reunión de toda esta información y el establecimiento de regresiones multiples permite a los autores justificar un 51% de la variación en la incidencia de disentería asociada a diferentes factores determinantes de la fermentación posterior. Entre ellos, el que parece ejercer una mayor influencia es la presencia de PNA solubles de rápida fermentación (figura 7), lo que sugiere el interés de los cereales de reducido contenido en PNA solubles, como el maíz o el sorgo y la utilización de procesados térmicos que favorecen la gelatinización del almidón. BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 66 J.F. PÉREZ y J. GASA Figura 7.- Relación entre la incidencia de disentería porcina tras infección experimental y la concentración de PNA solubles en diferentes ingredientes destacables por su apreciable contenido en almidón resistente (adaptado de Pluske et al., 1996).† 115 trigo cebada 95 † maíz Trigo extrusionado 55 † sorgo 35 Copos de maíz 15 A 75 DN Copos de sorgo Arroz cocido 0 0 1 2 3 4 5 Concentración PNA solubles (g/100 g MS) FE En consecuencia, la velocidad con la que los sustratos fermentan, y en menor medida la extensión de esta fermentación, parece determinar la dinámica de poblaciones bacterianas a lo largo del intestino posterior. Los resultados de Pluske et al. (1998) con almidón retrogradado resistente evidencian su intensa fermentación en ciego (figura 8), y su temprana desaparición en los tramos proximales del colon. Conforme los carbohidratos desaparecen, las bacterias gram positivas acidófilas son eliminadas por microorganismos gram negativos capaces de metabolizar la proteína (Bacteroides, Fusobacterium, Brachyspira), que pasan a ser dominantes. El incremento en el riesgo de disentería parece más asociado al brusco descenso de la fermentación de carbohidratos y a la elevada autolisis, que al efecto específico de una mayor fermentación posterior. Figura 8.- Concentración de ATP en la digesta como marcador de la proliferación microbiana en cerdos en crecimiento alimentados con diferentes cantidades de almidón resistente (adaptado de Pluske et al.,1998) 80 ATP, nmol/g digesta 70 60 13% 20% 27% 50 40 30 20 10 0 Ciego BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 Colon proximal Colon distal XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 67 7.- ÚLCERAS DE ESTÓMAGO A En este sentido, otros autores como Prohaska y Lukacs (1984) describieron estudios de campo en el que una ración de maíz fue sustituida por ensilado de maíz, lo que permitió reducir la disentería, asociada a una mayor fermentación posterior y un menor pH digestivo. El ensilado de maíz se caracteriza por presentar carbohidratos de fermentación lenta, debido a la desaparición durante el ensilaje de los carbohidratos de fermentescibilidad más rápida. Podriamos sugerir que un mayor aporte de ingredientes celulósicos o determinados almidones resistentes (por ej. pulpa de remolacha, almidón de patata), junto con un reducido aporte de PNAs, puede determinar una situación de fermentación más estable y prolongada a lo largo del intestino posterior, que limita la autolisis y el desarrollo de agentes patógenos. DN Tras el sacrificio de los cerdos es habitual observar numerosas erosiones y úlceras en el estómago de algunos de los animales. Las consecuencias de estas erosiones afectan a los resultados productivos, reducen el consumo de alimento y el crecimiento (Ayles et al., 1996), y provocan una cierta mortalidad repentina determinada por peritonitis. Uno de los descubrimientos más importantes en la patología digestiva durante los últimos 20 años ha sido la identificación de una causa infecciosa de las gastritis crónicas y úlceras estomacales. El Helicobacter heilmannil muestra un nicho ecológico preferente en la mucosa gástrica, asociado con una infliltración celular inflamatoria de la mucosa gástrica y la consecución de gastritis. Sin embargo, se han observado variaciones importantes en la incidencia de úlceras gástricas asociadas a las características de la ración. Así, se ha señalado como factor predisponente la molienda intensa del pienso, el granulado o el aporte de trigo molido (Hampson et al., 2001). FE En relación a la influencia dietética, son numerosos los efectos que una determinada matriz de alimento puede ejercer sobre la fisiología del estómago. Los procesos más importantes que el estómago desarrolla son la reducción mecánica del tamaño de las partículas, la homogenización de la digesta con las secreciones gástricas, y la hidrólisis enzimática. En este proceso resulta fundamental el tamizado que la propia digesta hace de las partículas más finas, dispuestas a salir al intestino delgado, y las partículas más groseras, que precipitan y permanecen más tiempo en estómago. La ingestión de raciones con un contenido elevado en PNAs o más molidas pueden dificultar el proceso de tamizado de la digesta, así como la salida ordenada de la digesta gástrica (Ellis et al., 1996). Sin embargo, no se conocen con precisión los mecanismos finales sobre la microbiología y la mucosa estomacal. Por el momento, parece aconsejable evitar los factores de riesgo reconocidos, y entre ellos, el favorecer la inclusión en el alimento de partículas groseras. BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA 68 J.F. PÉREZ y J. GASA 8.- SALMONELLOSIS A La Salmonella es una bacteria Gram(-) y anaerobia facultativa que presenta una gran patogenicidad en el hombre. Prevenir la salmonellosis continúa siendo uno de los esfuerzos mas importantes en la seguridad alimentaria de nuestros productos ganaderos. En el cerdo su grado de patogenicidad es menor. Sin embargo, su incidencia es muy notable en formas subclínicas o asintomáticas, de forma que el agente puede ser eliminado por heces durante meses sin que el animal muestre ninguna sintomatología de enfermedad. La presencia de Salmonella puede alcanzar hasta un 70% de incidencia en las granjas de porcino. FE DN Recientemente, algunos países como Suecia, Finlandia, Noruega o Dinamarca han establecido programas eficientes de control de la Salmonella, y reducido la incidencia hasta un 3% de las explotaciones. Entre las medidas propuestas en su control destacan sobre todo las medidas de origen dietético, que han presentado una efectividad interesante. En particular, se considera adecuado proporcionar a los animales pienso poco molido (como trigo o cebada aplastada), alimentación líquida prefermentada, o una suplementación con ácidos orgánicos. Por contra, la ingestión de raciones granuladas, aunque carentes de Salmonella, es considerada factor predisponente en la incidencia de Salmonella. Dadas las implicaciones que la molienda y el tamaño de las partículas tienen sobre el tránsito de la digesta y la fisiología digestiva en estómago, intestino delgado y ciego-colon (Ellis et al., 1996; Takahasi y Sakata, 2002) es posible que el material particulado favorezca la implantación de una flora microbiana o un ambiente intestinal limitante al crecimiento y capacidad de adhesión a la mucosa de la Salmonella (Cummings, 1983). 9.- CONCLUSIONES En virtud de lo descrito anteriormente, podemos afirmar que son numerosas las evidencias experimentales que confirman una participación determinante de la ración y sus carbohidratos sobre la incidencia de diferentes patologías digestivas en el ganado porcino. En función de su fermentescibilidad y propiedades físico-químicas, los carbohidratos constituyen el sustrato primordial de la flora microbiana y por lo tanto su principal modulador. En la actualidad no disponemos de recomendaciones generalizables sobre el aporte de almidón y PNA en la ración, o sobre las características de los mismos. Sin embargo, en la práctica ya se incorporan decisiones en la formulación, como la restricción en la entrada de algunos ingredientes o la elección de procesados tecnológicos, que indirectamente modifican las características de los carbohidratos de la ración e influyen en la salud intestinal de los animales. BARCELONA, 4 y 5 de Noviembre de 2002 XVIII CURSO DE ESPECIALIZACION FEDNA NUTRICIÓN Y PATOLOGÍA DIGESTIVA EN PORCINO 69 10.- REFERENCIAS FE DN A ALLISON, C. y MACFARLANE, G.T. (1989) Applied and Environmental Microbiology 55: 2894-2898. ANDERSON, D.B., MCCRACKEN, V.J., AMINOV, R.I., SIMPSON, J.M., RODERIK, I.M., WERSTEGEN, M.W.A. y GASKINS, H.R. (1999) Pig News and Information 20: 115N122N. APAJALAHTI, J. y BEDFORD, M.R. (1998) En: Proccedings of the 19th Western Nutrition Conference. Saskatoon, Canada. pp: 60-68. 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