Las bebidas sin alcohol

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Las bebidas sin alcohol
Existe una amplia oferta de bebidas no alcohólicas, que van desde la
tradicional horchata hasta las modernas bebidas energéticas. Su defecto
más común es el exceso de aditivos o de azúcar.
Entre las bebidas no
alcohólicas más frecuentes
tenemos los refrescos con
y sin gas (de naranja,
limón, cola, bitter...), los
zumos puros o diluidos,
las nuevas bebidas
energéticas, las que están
pensadas para reponerse
en momentos de desgaste
físico y mental y,
haciendo una
interpretación amplia del
término "bebidas", los productos que
sirven de base para elaborar las clásicas
bebidas del desayuno: el café y el cacao
solubles, el té y las infusiones.
Etiquetado
Es muy importante conocer el
significado de las denominaciones de las
bebidas de fruta:
• Zumo: es zumo de fruta 100%, pero
puede añadir vitamina C, aromas y hasta
15 gramos de azúcar por litro de zumo,
además de agua cuando se elabora a
partir de zumos concentrados.
• Néctar de fruta: es una mezcla de
zumo y agua en proporción variable
según la fruta
de que se
trate; puede
llevar más de
15 gramos de azúcar
por litro.
• Refresco a base
de zumo: es un zumo aún
más diluido que el néctar y
puede llevar no sólo azúcar y
aromas, sino también
conservantes y
colorantes.
• Refrescos aromatizados: no tienen
por qué llevar zumo y, si lo llevan,
siempre será en un porcentaje muy
pequeño; pueden usar numerosos
colorantes (totalmente injustificados) y
aromas; estos productos no pueden
mostrar la palabra "zumo" en sus
etiquetas ni tampoco imágenes de frutas.
Las etiquetas de los zumos tienen dos
lagunas importantes: la legislación no deja
claro si hay que declarar el azúcar
añadido en cantidades menores a 15 g/l,
por lo que los fabricantes no suelen
hacerlo; tampoco deben mencionar, ni lo
mencionan, el empleo de aromas,
innecesarios cuando la materia prima es
de buena calidad.
OCU
Saber comprar
Cuando compre bebidas de fruta, no
haga caso de los bodegones de frutas
frescas que adornan los envases ni
tampoco de los exagerados eslóganes
publicitarios: fíjese en las denominaciones
y en la lista de ingredientes, para
distinguir zumos de néctares y refrescos.
Cómo conservar
– La mayoría de los refrescos puede
permanecer largo tiempo a
temperatura ambiente.
– Los zumos con
tratamiento UHT
pueden conservarse a
temperatura ambiente
durante más o menos
un año. Una vez abiertos
deben meterse en el
frigorífico durante 5 o 6
días, como máximo.
– Los zumos
pasterizados o frescos, de
tratamiento térmico más
leve, se exponen a la venta refrigerados y
deben conservarse en el frigorífico.
Mientras estén cerrados, durarán un mes;
una vez abiertos, no más de 2 o 3 días.
Antes de abrir los envases de las
bebidas sin gas, agítelos para que las
partículas precipitadas en el fondo se
repartan por el líquido uniformemente.
Qué riesgos
• En general, puede decirse que las
bebidas refrescantes, ya sean a base de
fruta o no, abusan del azúcar y de toda
clase de aditivos, mientras que los zumos
y los néctares se pasan en cantidad de
azúcar. Se trata por lo tanto de alimentos
bastante calóricos y además "vacíos" en
el caso de los refrescos, ya que carecen de
vitaminas, minerales, fibra...
En cuanto a las bebidas dietéticas o
light, se edulcoran a menudo con
aspartamo (no tolerado por los
fenilcetonúricos) y ciclamatos, prohibidos
en algunos países por ser sospechosos de
provocar cáncer de vejiga, en especial
cuando se asocian a la sacarina (vea las
fichas nº 8 y nº 9, acerca de los aditivos).
Puesto que los niños tienen una tolerancia
más limitada a estas sustancias, es
preferible que consuman bebidas
azucaradas antes que edulcoradas (de
todos modos es preferible que las tomen
sólo de vez en cuando, por razones que
exponemos más abajo).
• Las bacterias que pueblan nuestra
boca descomponen los restos de
alimentos que quedan en los espacios
interdentales y producen unos ácidos que
atacan el esmalte dental y dan lugar a las
caries. Los alimentos pegajosos y ricos en
azúcares (refrescos, colas, zumos
envasados, batidos...) son muy favorables
a la aparición de caries porque se toman
entre horas y dejan una fina película dulce
adherida a los dientes, ideal para una
rápida e intensa actividad bacteriana. Así
pues, después de consumir bebidas de
este tipo (y otros alimentos como
caramelos, pasteles...), es necesario
cepillarse los dientes.
• Las bebidas isotónicas o "para
deportistas"pueden servir para reponer
líquidos después de un esfuerzo físico no
muy prolongado (tres cuartos de hora
aproximadamente). Sin embargo, los
OCU
PORCENTAJE DE ZUMO
EN LAS BEBIDAS DE FRUTAS
Zumo de
fruta
100%
Manzana
50%
Naranja
50%
8%
50% ANNEXE
ARCHIVE
GRAFICO27=
F27D
Pomelo
50%
Piña
Melocotón
Limón
10%
25%
Refresco 0%
aromatizado
4%
45%
Zumo
6%
Néctar
Refresco
a base
de fruta
refrescos normales y, más aún, las bebidas
“energéticas” tienen mucho azúcar y no
sirven para el mismo fin (el cuerpo tiene
que emplear su propia reserva de agua
para diluir el azúcar); para rehidratarse, es
mejor alternar estas bebidas con agua o
tomar agua sola. Lo mismo puede decirse
de los refrescos de cola, usados a menudo
como reconstituyentes tras las diarreas.
• Los refrescos con gas, sobre todo los
de cola, pueden irritar los estómagos
sensibles y favorecer la aparición de úlceras.
• El ácido fosfórico (E-338) es un
acidulante que se emplea en algunas
bebidas de cola. Diferentes estudios
científicos demuestran que el consumo
excesivo de este ácido dificulta la
absorción de calcio por el organismo.
Incluso hay estudios que lo relacionan con
una mayor facilidad para crear cálculos
renales. Estos mismos efectos, los tiene
también otro ácido, el oxálico, presente
de forma natural en el té, el cacao, el café
y otros alimentos (espinacas, remolachas,
patata...). Así pues, cuidado con los niños
y adolescentes que desprecian la leche y
aman los refrescos de cola, pues practican
una combinación descalcificante, que
puede traer problemas a sus huesos.
• La cafeína, consumida con
moderación, puede resultar beneficiosa,
ya que aumenta la atención y la
concentración y alivia ligeramente la
fatiga muscular. Pero, en altas dosis,
puede provocar irritabilidad, taquicardia,
sensación de vértigo, insomnio, ardor de
estómago... No conviene que abusen de
ella algunas personas en particular:
– quienes tengan predisposición a las
palpitaciones o a las arritmias;
– quienes eliminan la cafeína con más
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dificultad: mujeres embarazadas (que se la
pueden traspasar al feto), mujeres que
tomen la píldora anticonceptiva y
consumidores de algunos medicamentos
para el corazón o contra las úlceras;
– quienes consumen fármacos
estimulantes del sistema nervioso
(anfetaminas, productos contra el asma,
hormonas tiroideas...): la interacción de la
cafeína con sustancias antidepresoras
puede provocar hipertensión y trastornos
importantes del ritmo cardíaco.
Los grandes consumidores de cafeína
pueden sufrir ansiedad, nerviosismo y
dolores de cabeza si dejan de tomarla
repentinamente. Es preferible que
reduzcan el consumo paulatinamente,
para ahorrarse este desagradable
síndrome de abstinencia.
No cambie una pieza de fruta
por un zumo...
Muchas personas y particularmente los
niños, prefieren la fruta "bebida" antes
que entera, pero el zumo no tiene el
mismo valor nutritivo que la fruta, ni
siquiera cuando se hace en casa:
– Cuando la fruta se come entera y
recién pelada, mantiene intactas todas sus
vitaminas y minerales, y
aporta su fibra natural.
– El zumo recién
hecho, también
mantiene buena
parte de sus
vitaminas y minerales,
pero la vitamina C
(uno de los puntos
fuertes de los cítricos), se degrada
fácilmente: basta media hora de
frigorífico para que se pierda casi por
completo. Además, buena parte de la
fibra de la fruta se queda en el
exprimidor, a no ser que tenga la buena
costumbre de aprovecharla.
– los zumos industriales y, más aún los
néctares, tienen unas ventajas
nutricionales mucho más limitadas.
... ni un zumo por un vaso de leche
En los últimos tiempos, han aparecido
zumos que añaden en su composición
nutrientes propios de los productos
lácteos, en concreto, calcio y vitamina D,
una vitamina que favorece la absorción
intestinal del calcio. Algunos fabricantes
indican en sus etiquetas que estos zumos
son una alternativa para quienes no aman
la leche. Sin embargo, debe tenerse en
cuenta que la absorción del calcio no sólo
depende de la combinación con la
vitamina D sino también de la presencia
en el organismo de otros elementos
aportados por los alimentos, como el
fósforo, la lactosa, las caseínas... El calcio
de la leche es fácilmente absorbible
porque la leche contiene la mayoría de
esas sustancias que, sin embargo, no
aparecen en los zumos. Así pues, tome
zumo si le gusta, pero nunca lo cambie
por un vaso de leche; cada uno tiene su
papel. Sólo en el caso de las personas
intolerantes a la leche o de las que pasen
por un periodo de mayor necesidad de
calcio, pueden interesar los zumos
enriquecidos (vea la ficha nº 3).
Información elaborada por el equipo de
OCU
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