Apuntes y ejercicios del Renacimiento

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Literatura del Renacimiento
EL RENACIMIENTO
El Renacimiento fue un movimiento ideológico, artístico y literario que se
inició en Italia y desde allí se extendió a Europa gracias a la invención de la
imprenta, que favoreció la difusión rápida de las ideas. El Renacimiento se
identifica en España con el siglo XVI.
El invento de Gutenberg
Hasta la llegada de la imprenta de Gutenberg
reinaba el argumento de autoridad. Nadie sabía leer
por la sencilla razón de que los libros no existían. El
conocimiento se transmitía de forma oral. Las cosas
eran lo que eran porque así lo contaban los clérigos y
los maestros de viva voz en los púlpitos, en las
cátedras, a una legión de analfabetos.
El invento de Gutenberg hizo posible que los
códices donde la teología y la filosofía estaban
herméticamente guardadas pudieran ser reproducidos
en serie y puestos a merced de los lectores vulgares.
La gente comenzó a leer la Biblia y los textos clásicos.
Los interpretó por su cuenta. Sacó sus propias
conclusiones. Los clérigos y los maestros fueron muy
pronto rebatidos y al quebrarse el argumento de
autoridad se inició la cultura popular.
Hoy están los maestros en las aulas explicando
los textos impresos por Gutenberg, llegan los alumnos
cebados por la televisión y la radio y se reproduce el
mismo drama, la misma revolución cultural del siglo
XV. Entonces los maestros eran contestados por los
alumnos que habían leído el último libro impreso;
ahora son discutidos por lo que acaban de contemplar
en el vídeo de la noche anterior.
Manuel Vicent,
“Maestros”
EL PAIS, 30-1-94
Los renacentistas consideraban la Edad Media como un período de
oscuridad entre dos épocas esplendorosas por su cultura: la antigüedad grecolatina
y la suya propia. De ahí el nombre de Renacimiento (renacer, “volver a nacer”) que
dieron a su época.
La base ideológica del Renacimiento fue el redescubrimiento y valoración
de las antigüedad clásica grecolatina. Y por eso este movimiento surgió de la mano
de los humanistas precisamente en Italia, donde las ruinas arquitectónicas del
antiguo imperio romano permanecían como testigos mudos de un pasado de
esplendor.
El HUMANISMO es un movimiento cultural que valora el ser humano por
encima de todas las cosas. Su origen está en el conocimiento de las obras
filosóficas y literarias griegas y latinas, que fueron estudiadas en profundidad y
dadas a conocer por los humanistas.
El humanismo supuso una revolución, un cambio profundo en la
concepción del mundo y de la vida. El ser humano dejó de ser considerado como
un peregrino en la tierra y se convirtió en centro del universo (antropocentrismo) y
medida de todas las cosas. Se valoraron, por consiguiente, tanto su inteligencia y
su espíritu como su cuerpo, de acuerdo con la máxima clásica de “mens sana in
corpore sano”, al tiempo que se exaltaba la vida como un valor en sí mismo. Se
exalta el poder de la razón y el cultivo de la inteligencia. La razón debe dominar a
la pasión., se debe buscar el equilibrio y la mesura; se debe tender a un desarrollo
armónico de lo físico y lo espiritual.
A todas las características señaladas anteriormente responde el ideal del
hombre del Renacimiento: el cortesano, que habrá de ser tan diestro en las armas
como en las letras, refinado y valiente, y que cultivará la música y el amor.
La valoración del ser humano de una forma optimista se lleva a cabo con
un carácter pagano, exaltando la vida terrena cuyos placeres hay que gozar. Pero
esto no impidió que los humanistas se ocuparan de la religión y dedicaran sus
esfuerzos al estudio de las fuentes originales del cristianismo.
El análisis de los textos bíblicos originales y su traducción a las lenguas
vulgares respondió a una preocupación por vivir una religiosidad más auténtica.
Este anhelo supuso el caldo de cultivo en el que nacieron distintos intentos de
reforma, entre los que destacó la reforma luterana. Las ideas de Lutero se
extendieron rápidamente y provocaron las escisión de la comunidad cristiana en
dos grandes bloques: protestantes y católicos.
En el Renacimiento se describe el mundo no como es, sino como debería
ser, siguiendo un ideal de belleza. La naturaleza es el modelo al que ha de
ajustarse cualquier actividad humana. El arte, por tanto, debe buscar la
naturalidad. La vida más perfecta será aquella que se desarrolle del modo más
espontáneo. La mujer se describe siempre según unas características fijas (joven,
rubia, de ojos claros, etc.). El amor se idealiza y se concibe desde el punto de vista
platónico, según el cual es un sentimiento espiritual que ennoblece el hombre y lo
eleva hacia Dios. El enamorado, arrebatado por la pasión, casi nunca es
correspondido. El rechazo, la ausencia o incluso la muerte del ser amado hacen el
amor imposible, lo que da lugar al sufrimiento: el amante se siente
alternativamente alegre o triste, deseoso de gozar de la vida o de que le llegue la
muerte, según sea el comportamiento de la mujer amada.
A pesar de que el Renacimiento es una época de valoración optimista del
ser humano, es también una época de crisis provocada por enormes
transformaciones que se producen en la sociedad respecto a la Edad Media:
- Se inicia el desarrollo del capitalismo y cobra fuerza la burguesía, que
defiende unos valores basados en el beneficio económico y la riqueza.
- Se producen grandes descubrimientos científicos que van a cambiar la
imagen del mundo: Copérnico demuestra que la Tierra gira alrededor de su eje y
que todos los planetas giran alrededor del Sol. Galileo defiende estas ideas, por lo
que es encarcelado por la Inquisición.
- Aparecen inventos técnicos como la brújula y la imprenta.
- Se produce la expansión de la cultura con la fundación de nuevas
universidades.
- Se desarrolla una nueva concepción de la política basada en las ideas de
Maquiavelo, quien defiende la necesidad de un Estado fuerte, independiente de la
Iglesia y dirigido por el príncipe.
- Se crean los Estados Modernos en los que el rey ostenta el poder que
se considera otorgado por Dios.
- Aparecen figuras como Erasmo de Roterdam quien, en su obra El
elogio de la locura, defiende un cristianismo más auténtico, sin liturgia ni fórmulas
externas, y una mayor pureza de las costumbres.
- Surgen conflictos religiosos, de los cuales el más importante es la
Reforma de Lutero, que rompe con la Iglesia católica en 1519. Sus ideas se
difunden con la ayuda de la imprenta: países como Alemania a Inglaterra se hacen
protestantes. La Iglesia reacciona convocando el Concilio de Trento que reafirma
las ideas católicas, establece el Índice de Libros Prohibidos y da mayor poder al
Tribunal de la Inquisición.
En el Renacimiento español se diferencian claramente dos etapas:
- El reinado de Carlos Y, en el que se reciben las nuevas ideas que vienen
de Italia, hasta el punto de que puede decirse que el Renacimiento español es un
calco del italiano con Garcilaso y sus seguidores.
- El reinado de Felipe II, en el que se cortan las comunicaciones con el
exterior por miedo a la herejía protestante; se acentúa la intolerancia religiosa.
La literatura renacentista
En la lírica destacan Garcilaso de la Vega en la primera mitad del siglo, y
Fray Luis de León y Fernando de Herrera en la segunda mitad. La literatura
religiosa da sus mejores frutos en el reinado de Felipe II con la aparición de la
poesía mística cuyos principales representantes son San Juan de la Cruz y
Santa Teresa de Jesús.
En la prosa persiste el género medieval de las novelas de caballerías y
aparecen otros tipos de narraciones como la novela pastoril, la novela morisca
y la novela picaresca, y destaca la figura de Cervantes.
En el teatro Lope de Vega crea la comedia nacional cuya fórmula
triunfará y perdurará hasta el siglo XVIII.
El Renacimiento supuso una profunda renovación de los temas literarios,
las formas métricas, el estilo y los géneros.
En cuanto a los temas, la literatura de la época refleja en gran medida el
mundo clásico y el Renacimiento italiano, sin olvidar los temas españoles. Por
influencia de la antigüedad grecolatina, se trata el tema de la naturaleza,
concebida como símbolo de armonía, y los mitos griegos, en especial los
relacionados con el amor; la mitología grecolatina adquiere una gran trascendencia
en este período. Uno de los temas más tratados es el amor idealizado.
En estos versos, por ejemplo, Garcilaso une el tema amoroso con la visión
de una naturaleza idealizada:
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa,
y dulce primavera deseaba.
Por otra parte, los acontecimientos históricos se convierten en fuente de
inspiración para los escritores, como corresponde a una época en que están
vigentes los ideales del imperio. Así, los episodios del descubrimiento y conquista
de América se plasman en diversas obras literarias. Y el sentimiento religioso, el
amor en su vertiente divina inspira a muchos autores, sobre todo en la segunda
mitad del siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, como se ha dicho ya.
Con respecto a las formas métricas, la influencia italiana se manifiesta en
la introducción de versos y estrofas de origen italiano, especialmente el verso
endecasílabo y el soneto.
Referente al estilo, la lengua literaria en el Renacimiento tiende a lograr la
belleza formal mediante un lenguaje lo más natural posible. El gusto por la
naturalidad, propio del Renacimiento, se manifiesta, por ejemplo, en El Lazarillo de
Tormes o en las obras de Santa Teresa.
En cuanto a los géneros, en el renacimiento español se cultiva la poesía
lírica, género típicamente renacentista, se desarrolla la prosa y el teatro y se crean
algunos géneros nuevos como la novela picaresca.
La poesía lírica. La influencia italiana
En el siglo XVI se produce una renovación de la poesía castellana. Se
instauró en nuestro país una corriente de poesía lírica influida la italiana,
caracterizada por el uso de poemas y estrofas basados en el verso endecasílabo:
sonetos, canciones, tercetos encadenados, octavas reales, ...
Los principales representantes fueron Garcilaso y Fray Luis de León.
Garcilaso de la Vega es ejemplo del ideal renacentista del cortesano. Fue
hombre de armas y de letras. Participó en numerosas campañas militares junto al
emperador Carlos V.
La obra de Garcilaso se reduce a una epístola, dos elegías, tres églogas,
dos canciones y treinta y ocho sonetos. Destacan las églogas primera y tercera.
Las églogas son composiciones poéticas en las que unos pastores hablan de sus
amores desdichados en el marco de una naturaleza idílica.
De acuerdo con el ideal renacentista, el estilo de Garcilaso se caracteriza
por la naturalidad. Sus versos están dotados de un ritmo suave, pausado; respiran
la suavidad y armonía de los paisajes que describe:
Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas...
Fray Luis de León continuó la tradición que inauguró Garcilaso en cuanto
al uso del verso endecasílabo, pero sus poemas están impregnados del sentimiento
religioso cristiano tan de moda en la época (Reforma, Concilio de Trento,
Contrarreforma). Escribió en prosa y en verso, pero debe su fama a su obra lírica.
Sus poemas tratan como tema básico el ansia de paz y de soledad, el
deseo de vida eterna, de unión con Dios. Destacan sus odas: Oda a la Vida
Retirada, Oda en la Ascensión, Noche Serena y la Oda a Francisco Salinas.
La poesía de Fray Luis está plagada de símbolos:
- La noche: tiene un doble significado. La oscura es negativa, supone la
ausencia de la verdad. La estrellada es positiva, en ella brilla la verdad.
- El valle: es símbolo de las miserias humanas; ya no es el valle idílico
pastoril. Es hondo y oscuro. Significa la tierra con todas sus injusticias.
- El puerto: es símbolo de paz y seguridad. También es la soledad donde
se siente la paz. Para fray Luis el único puerto seguro es Dios.
- El mar representa los peligros de la vida humana. Son los peligros que el
hombre lleva dentro de sí por ser imperfecto e injusto.
- El viento: no es el suave de primavera, sino un viento huracanado; es el
que levanta las olas del mar. Representa las pasiones humanas externas e
internas.
El ambiente de exaltación religiosa que se vivió durante el reinado de
Felipe II dio lugar a dos corrientes espirituales: la ascética y la mística.
La ascética es un camino de perfeccionamiento espiritual mediante la
oración y el sacrificio que prepara el alma para recibir los dones que proceden de
Dios. La ascética es un proceso voluntario. El ser humano se vuelve hacia Dios
mediante el desprendimiento de los bienes terrenales, la oración y el recogimiento.
La mística es un estado de perfección espiritual en el que el alma nota la
presencia de Dios, recibe sus dones y acaba uniéndose a él. La experiencia mística
es sentida tan sólo por unos pocos elegidos, de ahí que la comunicación sea tan
difícil de expresar, puesto que rebasa los límites del entendimiento humano. Se
trata de un proceso involuntario. Dios pone la mano sobre el elegido y éste
experimenta un éxtasis místico de unión con Dios que acarrea la pérdida de la
conciencia. En la mística el alma debe recorrer un camino que consta de tres
etapas o vías:
- La vía purgativa, en la que el alma enamorada se purifica y se libera del
pecado mediante la oración, la penitencia y la renuncia a las pasiones terrenales.
- La vía iluminativa, en la que el alma, ya purificada recibe la luz de la
gracia divina que la prepara para el encuentro con Dios.
- La vía unitiva es el final del proceso: el alma (Amada) se entrega y se
funde con el Amado (Dios), en un éxtasis espiritual en el que todos los sentidos
quedan anulados.
Podríamos decir que la ascética abarca los dos primeros pasos de este
proceso. Por tanto, para que se dé la unión mística se tiene que producir
previamente un proceso ascético.
La prosa renacentista. El auge de la novela
En el Renacimiento se produjo un importante desarrollo de la prosa. Se
escribieron obras didácticas para transmitir la ideología del momento, como es el
caso de La perfecta casada de fray Luis de León. También aparecieron obras
destinadas a justificar y recrear sucesos históricos importantes, como el saqueo de
Roma por las tropas de Carlos V (Diálogo de las cosas acaecidas en Roma, de
Alfonso de Valdés) o la conquista de México por Hernán Cortés (Historia verdadera
de la conquista de Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo).
Pero, sobre todo, la gran aportación del Renacimiento a la prosa fue el
cultivo de la prosa de ficción, de modo que es en esta época, precisamente con el
época, precisamente con el Lazarillo de Tormes.
Pero junto a la novela picaresca, se dan otros géneros: la novela pastoril,
la novela bizantina o la novela morisca.
En la novela pastoril, unos pastores refinados y cultos viven enredos
amorosos, siempre platónicos y honestos, en una naturaleza idealizada.
La novela morisca actualiza en prosa los ambientes de los romances
fronterizos. Pero ahora, más que episodios guerreros, se cuentan hechos amorosos
y las relaciones entre moros y cristianos, que olvidan su tradicional hostilidad para
rivalizar en caballerosidad y cortesía.
La novela bizantina narra los viajes y aventuras que viven los
protagonistas. Sus personajes son héroes cuyo amor se somete a continuas
pruebas, como naufragios, raptos, falsas muertes, personas disfrazadas, etc. Las
peripecias suceden en paisajes lejanos y no reales.
El Lazarillo de Tormes
La obra se nos presenta en forma autobiográfica y pertenece al género
epistolar. Esto es, todo el libro es una contestación a una carta en que un tal
"Vuesa Merced" pide a Lázaro que le cuente qué hay de cierto acerca del "caso" (de
deshonra de éste) que ha llegado a su conocimiento. Es por esto por lo que Lázaro
de Tormes dice que va a dar entera noticia de su persona y de su vida, para que
veamos cómo la pobreza y la mala educación llevan al deshonor.
Las notas realistas dan al texto un aire de gran credibilidad.
El Lazarillo de Tormes es la obra que funda el género picaresco. Incluso
algunos llegan a pensar que el protagonista no fue realmente un pícaro, porque no
se le nombra nunca como tal en la obra. En ella se contienen los rasgos
fundamentales de la novela picaresca:
- Autobiografismo: el protagonista cuenta su propia vida
- Es hijo de padres sin honra
- La pobreza le lleva a abandonar su casa
- Sirve a varios amos
- El hambre le hace robar
- Se nota en él un deseo de ascenso social, pero no lo logra.
- La obra es una sucesión de fortunas y adversidades
- Llega a un matrimonio sin honra
- Realismo, frente al ambiente idealista de la novela de su época (novela
de caballerías, pastoril, sentimental,...)
No cabe ninguna duda de que la obra presenta un claro carácter
renacentista, sobre todo en cuanto a la clara separación entre la natural y lo
sobrenatural, lo religioso y lo profano. El Lazarillo se sitúa en este ambiente de lo
profano sin dar cabida a ideas o fuerzas sobrenaturales.
El Lazarillo de Tormes, como ya se ha dicho, cuenta la vida de Lázaro
desde su nacimiento hasta que llega a convertirse en pregonero de los vinos del
Arcipreste de San Salvador. Y este asunto se cuenta a lo largo de siete tratados:
. Los tres primeros están claramente unidos por la idea del
hambre:
= Tratado I: Lázaro sirve a un ciego tacaño y mezquino que le
enseña a tener maldad. Esta relación va a ser fundamental en la vida del
protagonista, que a lo largo de la obra hará frecuentes menciones a él.
= Tratado II: está al servicio del clérigo de Maqueda, hombre
avariento, a quien tiene que robar el pan del arca.
= Tratado III: se relaciona ahora con un escudero pobrísimo
que es el primero que lo trata bien frente a la crueldad de los amos anteriores. En
este caso es Lázaro quien tiene que alimentarlo.
Estos tres capítulos son fundamentales puesto que
el anónimo autor ha puesto en relación a Lázaro con los tres estamentos
sociales: ciego (pueblo llano), clérigo (eclesiástico) y escudero (nobleza);
un proceso de ascenso social, pero curiosamente va en aumento
asimismo el nivel de hambruna que padece el protagonista.
. Tratado IV: es un mero apunte anticlerical. Con este clérigo
consigue comprarse sus primeros zapatos nuevos.
. Tratado V: entra al servicio de un buldero, pero en este capítulo
Lázaro no será protagonista, sino un simple espectador de los engaños que sufren
los aldeanos de la mano de aquél.
. Tratado VI: se relaciona con un maestro en pintar panderos y
con un capellán, quien lo empleaba de aguador. En este trabajo consigue sus
primeros ahorros, con los que logra comprarse ropas viejas.
. Tratado VII: se emplea como auxiliar de un alguacil; consigue el
oficio de pregonero y se casa con la criada de un arcipreste, lo que da lugar a una
serie de habladurías. En cambio, Lázaro acepta la deshonra como una felicidad:
"- Lázaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas
nunca medrará; digo esto porque no me maravillaría alguno, viendo
entrar en mi casa a tu mujer y salir della. Ella entra muy a tu honra y
suya. Y esto te lo prometo. Por tanto, no mires a lo que pueden
decir, sino a lo que toca: digo a tu provecho.
- Señor - le dije-, yo determiné de arrimarme a los buenos. Verdad
es que algunos de mis amigos me han dicho algo deso, y aun por
más de tres veces me han certificado que antes que conmigo casase
había parido tres veces, hablando con reverencia de Vuestra Merced,
porque ellas está delante.
Entonces mi mujer echó juramentos sobre sí, que yo pensé
la casa se hundiera con nosotros; y después tomóse a llorar y a
echar maldiciones sobre quien conmigo la había casado: en tal
manera, que quisiera ser muerto antes que se me hubiera soltado
aquella palabra de la boca. Mas yo de un cabo y mi señor de otro
tanto le dijimos y otorgamos, que cesó su llanto, con juramento que
le hice de nunca más en mi vida mentalle nada de aquello, y que yo
holgaba y había por bien de que ella entrase y saliese, de noche y de
día, pues estaba bien seguro de su bondad. Y así quedamos todos
tres bien conformes." [...]
"Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la
cumbre de toda buena fortuna."
(Tratado VII)
El final de la obra no puede ser más irónico, por tanto.
En cuanto al estilo, El Lazarillo de Tormes se atiene al ideal renacentista de
la simplicidad. Intercala algunos diálogos, en su deseo de velar por la
verosimilitud; y se sirve con frecuencia de las frases largas, puesto que es grande
su necesidad de ser claro.
Ejercicios
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
(Garcilaso)
Égloga I
Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno;
yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento,
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría.
Y en este mismo valle, donde agora
me entristezco y me canso, en el reposo
estuve ya contento y descansado.
¡Oh bien caduco, vano y presuroso!
Acuérdome durmiendo aquí algún hora,
que despertando, a Elisa vi a mi lado.
¡Oh miserable hado!
¡Oh tela delicada,
antes de tiempo dada
a los agudos filos de la muerte!
Más convenible fuera aquesta suerte
a los cansados años de mi vida,
que es más que el hierro fuerte,
pues no la ha quebrantado tu partida.
¿Dó están agora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi alma doquier que ellos se volvían?
¿Dó ésta la blanca mano delicada,
llena de vencimientos y despojos
que de mí mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que veían
con gran desprecio el oro,
como a menor tesoro,
¿adónde están? ¿adónde el blando pecho?
¿Dó la columna que el dorado techo
con presunción graciosa sostenía?
Aquesto todo agora ya se encierra,
por desventura mía,
en la fría, desierta y dura tierra.
Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que había de ver con largo apartamiento
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?
El cielo en mis dolores
cargó la mano tanto,
que a sempiterno llanto
y a triste soledad me ha condenado;
y lo que siento más es verme atado
a la pesada vida y enojosa,
solo, desamparado,
ciego, sin lumbre en cárcel tenebrosa.
(Garcilaso)
1.- Comenta el retrato idealizado que hace Nemoroso de Elisa en la Égloga: rasgos
que menciona, cualidades que le atribuye y recursos expresivos que resaltan el
sentimiento del enamorado (interrogaciones retóricas) y la belleza de la amada
(adjetivos, símiles y metáforas).
2.- Nemoroso cambia frecuentemente el tono de su queja. Destaca cómo resaltan
la desesperación y el dolor los usos expresivos de la entonación.
3.- Las quejas de Nemoroso se basan en el contraste entre el antes y el ahora, la
alegría y el dolor. Explica cuáles son las causas de estos dos estados de ánimo y
cómo describe el pastor su situación actual y la de otro tiempo.
4.- ¿A qué cárcel se refiere Garcilaso al final de la égloga?
5.- Mide el soneto XXIII y señala su esquema métrico.
6.- Señala las metáforas que utiliza Garcilaso en este soneto para destacar la
belleza de la mujer. Compáralas con las de la égloga.
7.- El soneto se compone de dos cuartetos y dos tercetos. Es frecuente que el
poeta exponga el tema, describa la situación, etc. en los cuartetos y deja la
conclusión, el consejo o la reflexión para los tercetos. Fíjate si ocurre esto en este
soneto de Garcilaso.
8.- Señala los tópicos literarios que encuentres en estos poemas.
Oda en la Ascensión
¡Y dejas, Pastor Santo
tu grey en este valle hondo, oscuro,
con soledad y llanto!
Y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro.
Los antes bienhadados,
y los ahora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo y desventura?
Aqueste mar turbado
¿quién le pondrá ya freno? ¿quién concierto
al viento fiero airado?
Estando tú encubierto,
¿qué norte guiará la nave al puerto?
¡Ay! nube, envidïosa
aun de este breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Do vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
1.- Resume brevemente el contenido de este texto de fray Luis de León
2.- Mide los versos y di qué tipo de rima tienen.
3.- Señala los símbolos que aparecen en esta oda y di su significado.
4.- ¿En quién se convierte fray Luis para invocar a Cristo?
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