La actividad de la creatina quinasa tras una electro-estimulación de cuerpo completo (EEM-Body) Los dolores musculares y las agujetas son consecuencias ampliamente conocidas tras una práctica intensa de deporte. Menos conocido es, sin embargo, su origen, cómo aparecen y el hecho de que estas percepciones subjetivas vienen acompañadas de una serie de procesos estructurales y bioquímicos. Un papel importante lo desempeña la liberación de enzimas como la creatina quinasa o creatina kinasa (CK) en el flujo sanguíneo. La actividad de la creatina quinasa, valores de referencia y desviaciones La creatina quinasa (abreviado CK) es una enzima de la clase de las transferasas que aparece en una concentración especialmente alta en las fibras musculares, así como en el cerebro y en otros tejidos [19]. Juega un papel importante como catalizador en la transmisión de fosfatos ricos en energía para la formación de creatina y ATP y, por tanto, para la obtención de energía en las células musculares [3]. La CK se diferencia por sus isoformas en CK-MB, CK-MM, CK-MB y CK-MiMi. La CK-MM representa el valor de referencia en el diagnóstico de enfermedades y lesiones musculares. Como valores de referencia únicamente se reseñan indicaciones del valor total CK. En las mujeres éstos suelen oscilar en torno a las 170 UI/litro y en los hombres hasta 190 UI/litro (a 37ºC), probablemente debido a la masa del músculo esquelético masculino [19]. Con el fin de excluir enfermedades cardiovasculares se suele emplear como referencia una proporción de la isoenzima CK-MB del CK-total inferior al 6%. Gracias a la determinación adicional de otros marcadores (principalmente la troponina 1 o T) actualmente se puede diferenciar de forma segura si el incremento del valor CK está condicionado por el músculo esquelético o por el músculo cardíaco [20]. También deben considerarse siempre otros factores como las enfermedades del tiroides, tumores, drogas y medicamentos, una intervención quirúrgica, lesiones graves, inyecciones en el músculo, ataques epilépticos, embolias o, en especial, accidentes [19]. Otros factores a tener en cuenta son el calor, el frío, una alimentación rica en grasas, hipolipemiantes, estatinas o fibratos, así como la disposición genética [8; 14; 16]. Paralelamente se reseñan valores incrementados de la actividad CK después de un esfuerzo físico importante, tras un parto o cuando se produce un enlace de la CK con inmunoglobulinas o un enlace de varias moléculas entre sí, de manera que dan la apariencia de un valor patológico falso [19]. La actividad de la creatina quinasa después del entrenamiento Un entrenamiento intenso con frecuencia produce un incremento de enzimas clínicamente relevantes como la CK, CK-MB, LDH, GOT (AST) y GPT (ALT), empleadas de forma estándar en el diagnóstico y la estratificación de riesgos en, por ejemplo, pacientes cardíacos. Dado que éstas también pueden aparecer por la actividad del músculo esquelético, la valoración de estas enzimas con frecuencia plantea problemas de diagnóstico diferencial a la hora de determinar algunas enfermedades [20]. Los indicadores en la sangre específicos de la musculatura como la creatina quinasa y la mioglobina se consideran normalmente indicadores de lesiones musculares provenientes de un entrenamiento. Cuando se producen daños en las células musculares se rompen las membranas plasmáticas, las proteínas solubles entonces pueden salir de la célula muscular y penetrar en el flujo sanguíneo. En el caso de la creatina quinasa esto sucede a través de la linfa, de manera que el aumento se retrasa alcanzando su pico máximo al cabo 4-5 días [12; 15; 21, p 531]. La CK y otros marcadores reaccionan de forma especialmente intensa a las cargas poco habituales, en general, excéntricas. La sangre presenta entonces una concentración alta de prolina e hidroxiprolina, que son indicadores para un índice de conversión alto en el tejido conjuntivo; paralelamente aumentan considerablemente las enzimas musculares como la CK y también la deshidrogenasa láctica (LDH) y la mioglobina [22]. Los análisis de troponina I en suero muestran que tras una carga excéntrica, estos incrementos son similares a los de la CK - pero únicamente en el ámbito de las fibras FT rápidas. El grado de lesión de las fibras rápidas FT es superior y la recuperación es más lenta que la de las fibras ST. Aquí la razón radica en que la distancia entre las líneas Z es mayor, pudiendo actuar así contra mayores resistencias mecánicas. Por otro lado, un valor alto de CK indica una importante carga de las fibras FT [22]. El incremento de los valores CK depende fundamentalmente del nivel de entrenamiento, del efecto de repetición y de la musculatura que esté implicada en el ejercicio. Las personas no entrenadas presentan después de un estímulo de entrenamiento intenso una actividad de CK en suero mayor que aquéllas que están entrenadas, es decir, sale más creatina quinasa de la célula muscular, tal y como se aprecia en la sangre. Un estudio comparativo realizado entre levantadores de pesas y personas no entrenadas mostraba un incremento mucho más elevado de los valores CK, es decir, por encima de 3.000 UI/l, en personas no entrenadas frente a las 1.000 UI/l en los levantadores de pesas. Los incrementos se producían en diferido mostrando un pico después 4-5 días y disminuyendo en ambos grupos al nivel inicial tras una pausa. Las lesiones musculares provocadas por un entrenamiento, por tanto, también son reversibles en personas no entrenadas [15; 21,p531s]. El efecto de repetición ("Repeated bout effect") muestra que en espacios de pocas semanas la misma carga conlleva a incrementos muy inferiores de CK en personas no entrenadas [15]. Este efecto se mantiene durante unos 6 meses [21, p437], y con mayor intensidad, durante los primeros 14 días después del entrenamiento. El motivo radica en un fortalecimiento de las estructuras en el sentido de una supercompensación que sobrepasa el nivel inicial. También son objeto de discusión el incremento de los sarcómeros para la reducción de una nueva distensión, una especie de "memoria inmunológica" y adaptación neuronal [22]. Otro factor decisivo es el grupo de músculos que se entrenan. Así resulta que en los músculos menos acostumbrados a trabajar, los valores de CK aumentan considerablemente más, por ejemplo, si comparamos la flexión del brazo con la extensión de las rodillas [15]. Probablemente los músculos de las extremidades superiores son, por su reducida actividad en la vida cotidiana, más susceptibles de daños musculares que los músculos de las extremidades inferiores [21, p436]. El motivo de una mayor permeabilidad celular durante el ejercicio físico, causante de la salida de las enzimas del músculo a la sangre, no se ha aclarado definitivamente ni se debe únicamente a una carga por fuerza intensa. Después de un esfuerzo de larga duración también aumenta la actividad de las enzimas musculares [6]: "Independientemente de que se hayan destruido estructuras musculares, la CK se incrementa con un entrenamiento de alto rendimiento incluso con una sobrecarga muscular energética." La permeabilidad de la membrana de la musculatura puede estar influida tanto por el metabolismo energético como por un exceso de carga mecánica [20]. Los valores enzimáticos en el suero están entonces en una proporción que habitualmente sólo se encuentra en el tejido muscular. Otro objeto de debate es el aumento de la permeabilidad debido al aumento de temperatura corporal durante la práctica del deporte [5, p311; 8]. La actividad de la creatina quinasa y las agujetas Las agujetas aparecen debido a unos desgarros ínfimos, los llamados microtraumas, en el tejido conjuntivo muscular. Las estructuras musculares locales, en especial las líneas Z, que son la parte más débil del sarcómero y la unidad más pequeña de las fibras musculares, sufren una sobrecarga. Especialmente cuando se realizan contracciones excéntricas, los síntomas de las agujetas son mayores y se registra en sangre una mayor actividad enzimática [21, p436]. Esto se debe a que unas fuerzas de contracción opuestas actúan contra las fuerzas de de tracción prolongadas. Debido a esta sobrecarga la imagen de los discos Z aparece muy ensanchada, borrosa y en parte desgarrada, desapareciendo la estructura típicamente ordenada de las miofibrillas [22]. Contrariamente a lo que se suele creer, no existe ninguna relación directa entre las agujetas y una mayor actividad de la creatina quinasa. Es decir, se pueden registrar valores altos de CK sin que se tengan síntomas de agujetas. Por otra parte, los síntomas de agujetas no siempre van a la par con un incremento de la actividad de la CK - algunos deportistas no mostraban valores elevados ni siquiera tras una carga excéntrica intensiva de larga duración. Es por ello que se clasifican como Non-Responder. La actividad CK, por tanto, sólo es significativa entre comillas en relación a una lesión muscular [15;20]. La actividad de la creatina quinasa tras una EEM de cuerpo completo (EEM-Body) Las mediciones de creatina quinasa tras una EEM de cuerpo completo demuestran que la carga del tejido muscular con EEM de cuerpo completo intensivo es aproximadamente un 40% superior que con un entrenamiento intensivo con aparatos y máquinas [1]. Después de 10 minutos de EEM de cuerpo completo el nivel de CK presentaba una media algo mayor (761 UI/l), que después de 5 minutos (595 U/l). Una reducción del tiempo de entrenamiento no interviene de forma decisiva en la actividad de la enzima creatina quinasa. Parece más bien que es la intensidad de la corriente, quien juega un papel decisivo en el incremento de la creatina quinasa [10]. Las oscilaciones individuales de la respuesta de CK tras un entrenamiento con pesas con EEM quedan reflejadas en un estudio realizado por la DSHS [Escuela Superior de Deporte] de Colonia [9]: El resultado eran acumulaciones evidentes de los valores CK con incrementos de hasta 1639% en la 3ª unidad de entrenamiento, variando los valores punta entre 560 y 7671 UI/l. Los valores iban a la par con las agujetas apreciadas durante las primeras dos semanas, especialmente en los glúteos y el tríceps y mostraban un valor del 82-90% superior al del entrenamiento mixto o el entrenamiento únicamente con pesas. En los pacientes con insuficiencia cardíaca se midieron los valores de creatina quinasa antes y 24 horas después del entrenamiento, como medida de la intensidad de entrenamiento individual en la EEM de cuerpo completo. La creatina quinasa aumentaba un promedio de 250 UI/l y en casos individuales se registraron 2770 UI/l. Es evidente que un fuerte estímulo de entrenamiento conducía a una reducción temporal de numerosas miofibrillas con posterior resíntesis de masa muscular eficiente, tal y como se mostró en base a las mediciones de la impedancia. El historial del incremento de la CK se interpretó como una eficiencia especialmente alta de la EEM de cuerpo completo [4]: "Los resultados apuntan a un potencial considerable para la prevención cardiológica primaria y secundaria, siendo precisamente los pacientes con importantes limitaciones con insuficiencia cardíaca crónica quienes sacan el máximo provecho." Todos los estudios mostraron que los valores CK vuelven a sus niveles iniciales tras una pausa de varios días. También pudo demostrarse el "Repeated bout effect" y, por tanto, una adaptación al entrenamiento, incluso con la EEM [10]. Cabe resaltar especialmente los efectos a largo plazo en la EEM de cuerpo completo. Los valores más altos del rendimiento se registraron tras una fase de regeneración de dos semanas [13]. Esto significa, que la regeneración entre las unidades de entrenamiento con EEM de cuerpo completo posiblemente deban mantenerse durante más tiempo o que se debe escoger una intensidad comparativamente inferior para conseguir unos resultados óptimos. Los estudios demuestran que la frecuencia adecuada para un entrenamiento con EEM de cuerpo completo es de cada 4 días [1; 2; 4; 9; 10: 11; 13]. Valoración crítica de la creatina quinasa como marcador El valor informativo acerca de los niveles CK en el diagnóstico relacionado con un entrenamiento deportivo es limitado. Los valores individuales son muy dispares y no pueden interpretarse como un valor universal [12]. Tal y como muestra la actividad incrementada de la CK en deportistas activos, un valor CK determinado una única vez no puede interpretarse sin más en comparación al valor de referencia. En los deportes de alto rendimiento los valores CK en estado de reposo oscilan entre 200 y 500 UI/l y unos valores dentro de los parámetros normales por debajo de 200 UI/l aparecen en muy raras ocasiones [20]. Si bien un valor CK individual más alto puede proporcionar información acerca de una carga muscular o metabólica más alta, no parece ser muy significativo como indicador de un exceso de entrenamiento o sobrecarga. La determinación de la creatina quinasa para interpretar un síndrome de exceso de entrenamiento con frecuencia se sobrevalora. Es precisamente en un contexto de carga corporal donde con frecuencia se sobre- o malinterpretan los valores aumentados de CK. La actividad CK aumenta independientemente de la carga física o de larga duración en los deportistas en el día de entrenamiento con frecuencia en un 50-100%. En este sentido, en un deportista sano el nivel de CK tras un esfuerzo intensivo y prolongado está muy por encima del valor de referencia normal. En las maratones se registraron valores en torno a las 550 UI/l hasta 4.500 UI/l, en corredores de 100-km, y, en casos puntuales, hasta 14.000 UI/l e incluso 41.000 UI/l. Sin embargo, incluso después de una carga de larga duración extrema, la actividad enzimática se normalizaba a los pocos días [5, p311;20]. En los atletas de potencia el incremento promedio de CK es de 500-700 UI/l, aunque también se han reportado con relativa frecuencia valores máximos de hasta 4.000 UI/l, y, en condiciones poco adecuadas, hasta 41.000 UI/l. Estos valores tan altos con frecuencia vienen condicionados por defectos enzimáticos congénitos y suelen ser reconocidos después de una carga física intensiva. Por otra parte, una actividad reducida de la enzima carnitina palmitoiltransferasa (CPT) en entrenamientos de larga duración con pesas hace que la cantidad de ácidos grasos transportados a las mitocondrias sea demasiado baja, lo que puede producir un incremento de la permeabilidad de la membrana muscular. Los indicadores son la mioglobinuria, así como valores extremadamente altos de CK y GOT en suero. En estos casos otros valores como la creatinina y la urea con frecuencia no están demasiado altos [5, p 243; 20]. Por otro lado se aprecia regularmente una actividad CK significativamente más alta - superior a 1.500 U/l - en los deportistas de pesas y culturistas que consumen anabolizantes. El origen de ello radica en una mayor permeabilidad de la membrana del músculo esquelético debido a una intensidad de entrenamiento mayor y a las inyecciones intramusculares [20]. Otros desencadenantes para la aparición de valores CK altos y para el diagnóstico de rabdomiolisis relacionado con los mismos (descomposición celular) son una forma de alimentación extrema como el ayuno, una alimentación rica en grasas, medicamentos y anabolizantes y también el frío, infecciones y determinadas enfermedades, así como carencias enzimáticas. Existen diversos estudios que apuntan a la relación entre la rabdomiolisis y un trastorno de electrolitos como la hipocalemia; los valores aumentados de CK con frecuencia indican que durante un entrenamiento no se han ingerido suficientes electrolitos y líquidos. Esto suele suceder especialmente en casos de calor extremo. Una carencia de líquidos y la falta de aportación de electrolitos puede contribuir significativamente a un hallazgo de rabdomiolisis [5, p243; 7; 19]. Si bien, en relación con una deshidratación, una rabdomiolisis podría aumentar el riesgo de insuficiencia renal aguda, parece que el factor decisivo sea la hipohidratación causada por un aporte insuficiente de electrolitos y líquidos y no el entrenamiento corporal en sí [17]. Esto ha sido confirmado por las mediciones de las enzimas y los marcadores de inflamación tras la ingestión de complementos alimenticios y después de un entrenamiento excéntrico intensivo con pesas [11]. Mediante una alimentación adecuada (rica en antioxidantes, flavonoides, proteínas, líquidos en cantidad suficiente, etc.) los marcadores de inflamación en sangre se reducen considerablemente y llegan prácticamente a ser "desterrados" [21, p 437]. Por otro lado se niega una relación existente con un daño renal causado por el entrenamiento con pesas [22]: "No obstante, no se produce un daño en la función renal, tal y como se creía hasta el momento, (véase Clarkson/Kearns/Rouzier 2006, 625). Téngase en cuenta: dado que los valores elevados de CK, al igual que los valores altos de creatina, pueden interpretarse como un trastorno renal, debería de verificarse, en caso de tener los valores altos, si se ha realizado un entrenamiento excéntrico con pesas hace poco tiempo!" Según la información actual, puede excluirse que en una persona sana la electro-estimulación sea el único causante de un problema clínico como la rabdomiolisis [18]. Aquí parecen intervenir también otros factores, tal y como ya se ha mencionado anteriormente. Una observación exclusiva de la actividad de la creatina quinasa no permite concluir acerca de la presencia de un hallazgo patológico. Conclusión No se puede establecer una relación entre una actividad alta de creatina quinasa tras un entrenamiento intensivo y unos hallazgos patológicos como la insuficiencia renal aguda o la rabdomiolisis, después de una revisión de la literatura secundaria. El incremento de la actividad CK únicamente indica una carga muscular o metabólica intensa. No cabe esperar, por tanto, consecuencias negativas. Al contrario, parece más bien que la ligera carga cardíaca y láctica provocada por el entrenamiento con EEM en comparación con un entrenamiento de pesas y en relación con los efectos sobre la fuerza y la resistencia, es idónea para ser aplicada en un entrenamiento para favorecer la salud, en personas mayores o en casos de rehabilitación [2]. 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