capítulo ii los esponsales en el código civil para el

Anuncio
CAPÍTULO II
LOS ESPONSALES EN EL CÓDIGO CIVIL
PARA EL ESTADO DE SONORA
2.1. ANÁLISIS DE LOS ARTÍCULOS 232 AL 238 DEL CÓDIGO
CIVIL
DE SONORA.
Para el Código Civil de Sonora en el cual se regulaban los
esponsales como una promesa que se hacía por escrito y era
aceptada, de esta manera se constituía los esponsales en Sonora,
también decía que para que la aceptación se presumiera mientras
no se demostrara lo contrario, los contrayentes debían estar seguros
de unir sus vidas con el matrimonio, tenían que demostrar que
realmente estaban seguros del compromiso que estaban realizando,
esto mediante la promesa fiel que se hacía para demostrar que en
verdad tenían la intención de formar una sola familia con una nueva
pareja, mediante la celebración del matrimonio, y por otra parte se
hacía la promesa y se presumía que la intención de los
comprometidos era la de contraer el matrimonio y si se demostraba
cosa contraria se interrumpían los esponsales ya que se estaba
demostrando que en verdad no tenían la intención de celebrar el
matrimonio.
13
Dentro de los requisitos se formulaban en el Código Civil las
edades para celebrar esponsales, esto en el artículo 233 que a la
letra decía “sólo pueden celebrar esponsales el hombre que ha
cumplido dieciséis años y la mujer que ha cumplido catorce”.
Como ya se mencionó, las edades eran de gran importancia
para la celebración de los contratos y señalando a los esponsales
como futuros esposos es igual importante que cumplan con este
requisito ya que se hacía mención de otorgar un consentimiento y
por ende es una forma de demostrar la capacidad para la
celebración de contratos ya que según la ley la mayoría de edad se
adquiere a los 18 años pero la capacidad mental se puede
desarrollar a partir de los 14, en esto se basa el legislador para
determinar las edades que eran un requisito para la celebración de
los esponsales y estando conscientes que se trata de tomar una
decisión que debería de ser para toda vida.
Es por esto y otros aspectos que era importante que los que
pretendían celebrar esponsales debían cumplir con este requisito
que marcaba el artículo 233 para que no tomaran una decisión
apresurada, porque no se trata de cualquier cosa sino de un
compromiso de carácter social.
Hablando del artículo 234 del mismo Código se advertía que
los que pretendían celebrar esponsales es obligatorio que antes de
14
la celebración de la promesa se dé el consentimiento por parte de
sus representantes legales esto partiendo de que los prometidos
fueran menores de edad ya que aún no están fuera de la patria
potestad de los padres o de quienes ejercían este derecho sobre
ellos.
Los esponsales en ningún caso obligan a celebrar el
matrimonio ya que la decisión es totalmente libre y por tanto no se
estaría cumpliendo con la libertad de tomar la decisión, esto lo
plantea el artículo 235 del Código Civil de Sonora donde decía, “los
esponsales no producen obligación de contraer matrimonio, ni en
ellos puede estipularse pena alguna por no cumplir la promesa” esto
último nos decía que no existía de ninguna manera pena por causa
del incumplimiento a la promesa ya que a diferencia de otros
contratos los esponsales no obligan a la celebración del matrimonio.
Sin embargo el mismo Código seguía diciendo, que si bien es
cierto que no podría estipularse pena alguna si manejaba la
posibilidad de reclamar el incumplimiento, pagando los daños y
perjuicios que este hubiera causado ya sea daño moral o daño
material de igual manera se debería pagar, siempre y cuando lo
hiciera sin causa grave esto a juicio del juez, al igual pagaría los
daños el prometido que diere motivo grave para el rompimiento de
los esponsales.
15
Por otra parte el artículo 236 del Código en cita, establecía:
“El que sin causa grave, a juicio del juez, rehusare cumplir su
compromiso
de
matrimonio
o
difiera
indefinidamente
su
compromiso, pagará los gastos que la otra parte hubiere hecho con
motivo del matrimonio proyectado”.
En la misma responsabilidad incurrirá el prometido que diere
motivo grave para el rompimiento de los esponsales.
También pagará el prometido que sin causa grave falte su
compromiso, una indemnización a título de reparación del daño
moral, cuando por la duración del noviazgo, la intimidad establecida
entre los prometidos, la publicidad de la relaciones, la proximidad
del matrimonio u otras causas semejantes, que originen el
rompimiento de los esponsales causando un grave daño a la
reputación
del
prometido
inocente,
la
indemnización
será
prudentemente fijada en cada caso por el juez, tomando en cuenta
los recursos del prometido culpable y la gravedad del perjuicio
causado al inocente.
En cuanto al artículo 237 del citado Código, disponía:
“Las acciones a que se refiere el artículo que precede, solo
pueden ejercitarse dentro de un año, contado desde el día de la
negativa a la celebración del matrimonio”
16
Hablando de reparación del daño moral se tomaba en cuenta
según el Código Civil, la duración del noviazgo, la intimidad
establecida entre los prometidos, la publicidad de las relaciones, la
proximidad del matrimonio u otras causas semejantes,
la
indemnización será prudentemente fijada en cada caso por el juez,
tomando en cuenta los recursos del prometido culpable y la
gravedad del perjuicio causado al inocente.
Si hablamos de la reparación del daño moral nos podemos dar
cuenta que eran de carácter personal los daños que se causan ya
que solo afectan a la persona en sí.
Tomando en cuenta el tiempo, pues no es de igual manera
una relación de pocos años de duración a una que ya hubiere
cumplido un tiempo prudente, desde luego que la terminación de
esta afecta de alguna manera al prometido inocente.
En la intimidad entre los prometidos, se manejan varios
supuestos ya que si en ésta existieran relaciones carnales se estima
que sería más grave el daño que si no las hubiera, ya que es un
paso más en la preparación a futuro matrimonio más en el caso de
la mujer y la vida de ésta sobre todo por la dignidad y reputación.
De igual manera la publicidad del compromiso, ya que se está
hablando de un interés social y desde luego afecta la moral del
17
prometido inocente, por la vergüenza ante la sociedad de la ruptura
del compromiso, sobre todo en lugares pequeños donde los
prometidos son conocidos de la comunidad, al igual que las familias,
y sobre todo la cercanía a la fecha de la celebración del matrimonio
porque no es igual que la ruptura se dé con tiempo aproximado a la
fecha a que ésta se dé mucho antes.
En lo que al artículo 238 del código en consulta se refiere, el
mismo disponía:
“Si el matrimonio no se celebra, tienen derecho los prometidos
a exigir la devolución de lo que se hubiere donado con motivo de su
concertado matrimonio. Este derecho durará un año, contado desde
el rompimiento de los esponsales”.
Tienen los prometidos el derecho de exigir la devolución de las
donaciones que se hubieren hecho con relación al concertado
matrimonio si éste no se realiza y tendrán un lapso de 1 año para
exigir este derecho contado desde la fecha de rompimiento de la
promesa.
2.2. LA PROMESA DE CONTRATO.
Los contratos preparatorios o promesa de contrato son
aquellos por virtud de los cuales una o ambas partes se obligan a
celebrar un contrato definitivo en un tiempo prudente, en el cual se
18
deben presentar los elementos esenciales del contrato preparatorio,
los cuales además del conocimiento y el objeto deben cumplir con
los elementos y características de un contrato definitivo, además
que el contrato definitivo que se pretende celebrar sea posible por
no existir una ley que constituya un obstáculo insuperable para su
realización.
Son elementos de validez del contrato preliminar los
establecidos en el Código Civil de Sonora respecto de los contratos,
al igual que el contrato definitivo debe tener un objeto, motivo, y fin
lícito, que determine el plazo durante el cual se otorgará el contrato
definitivo, además que el contrato preliminar conste por escrito, que
las partes tengan capacidad no solo para celebrar el contrato
preliminar sino también para otorgar el contrato definitivo.
En comparación con la promesa de matrimonio podemos decir
que existe semejanza en varios aspectos, por ejemplo los dos
pretenden celebrar un contrato definitivo el cual es posible ya que no
existe ley que constituya en el matrimonio un obstáculo insuperable
para su realización.
Además de que el contrato definitivo que aquí se pretende
realizar es el matrimonio y la promesa de matrimonio sería la
promesa para un contrato y en los dos se plantea el plazo durante el
cual se va a otorgar.
19
Una diferencia sería el hecho que en el contrato preparatorio
tiene que ser por escrito mientras que en la promesa de matrimonio
puede ser hecha en cualquier forma.
Hablando de la capacidad podríamos decir que para llevar a
cabo el matrimonio deben los prometidos contar con ella o en caso
de que los pretendientes fueran menores de edad se requerirá del
consentimiento de quienes ejerzan la patria potestad.
Otra diferencia sería, en caso del incumplimiento en la
promesa de contrato se establece que quien incumple será el
responsable de todos los daños y perjuicios que se hayan originado
a la otra parte, mientras que en la promesa de matrimonio solo se
obliga a la devolución de lo que se hubiere donado con motivo del
concertado matrimonio.
Hemos visto a través del tiempo que se ha ido evolucionando
en relación a nuestra legislación. Hoy en día tratándose de
esponsales nos damos cuenta que han desaparecido casi en su
totalidad y si bien es cierto que eran pocas las personas que
demandaban el incumplimiento, de tal manera que una vez que se
dan cuenta de que no es un factor que se utilizará de modo continuo
se decide eliminar de la legislación en Sonora.
20
2.3. CAUSAS DE SUPRESIÓN DE LOS ESPONSALES.
Los esponsales en la antigüedad constituían un contrato,
actualmente solo pueden serlo en teoría, el Código de Familia para
el Estado de Sonora descarta a los esponsales considerados en el
Código Civil de Sonora.
Se elimina a los esponsales, explicando en su Exposición de
Motivos “Que se elimina la arcaica institución de los esponsales que
era propia de otra época evolutiva de la familia y manteniendo la
obligación de restituir las donaciones en forma recíproca entre los
prometidos y también en relación a terceros exponiendo que se trata
de una donación en la que no se cumple la condición que la
motiva”2.
Como ya se ha mencionado desaparecen los esponsales con
la entrada en vigor del Código de Familia ya que en éste sólo se
plantea a los esponsales como promesa de matrimonio y
desaparecen las sanciones que presentaba el Código Civil,
quedando solo el derecho tanto de los prometidos como de los
terceros a exigir la devolución de lo que se hubiere donado con
motivo del concertado matrimonio, lo cual también lo maneja el
Código de Familia en su artículo 14 en cual dice en su primer
párrafo:
2
Código de Familia para el Estado de Sonora. Edit. Beilis, Hermosillo Sonora, 2011, Exposición de
Motivos. Pág. 15.
21
“La promesa de matrimonio hecha en cualquier forma, de
ninguna manera obliga a contraerlo, ni su incumplimiento producirá
responsabilidad pecuniaria alguna”.
Continúa diciendo en su segundo párrafo:
“No obstante si el matrimonio no se celebra, tienen derecho los
prometidos y los terceros a exigir la devolución de lo que se
hubieren donado con motivo del concertado matrimonio. Este
derecho durará un año, contado desde la ruptura de la promesa de
matrimonio, por lo que toca a los prometidos y tres años respecto de
terceros”.
Esto nos dice que los tiempos han cambiado respecto de
creencias y formas de sobrellevar la vida social de un futuro
matrimonio, ya que si hablamos de tiempos pasados nos daremos
cuenta que la forma de manejar estos lineamientos ha transcurrido
con el paso de los años, desde el punto de vista que los esponsales
no representaban reclamaciones respecto de incumplimiento a la
promesa de matrimonio ya que la parte afectada no promovía la
sanción de incumplimiento respecto del pago de daños y perjuicios,
fue con esto que desaparece hoy en día con la entrada en vigor del
Código de Familia en la Legislación Sonorense la institución de los
esponsales, quedando solo el derecho a la devolución de lo donado
con motivo del matrimonio futuro.
22
En la actualidad debido a la liberación de costumbres y a la
disminución de la importancia social del matrimonio, los esponsales
no tienen gran relevancia jurídica, aunque a nivel social se conoce
como noviazgo.
Sin embargo en otras épocas mucho más ritualizadas, los
esponsales podían disolverse por convenio entre las partes, por
resolución unilateral, por vencimiento de plazo o cumplimiento de
condición resolutoria, por la imposibilidad de contraer matrimonio
prometido, cuyo trámite supone presentar el escrito personalmente o
por representación, expresa o tácita, observando determinadas
solemnidades o sin ellas.
Tratándose de este punto respecto de la desaparición de los
esponsales y considerando que estamos viviendo una libertad de
pensares donde creemos que algunas cosas ya no deberían existir,
en este aspecto y con el surgimiento del Código de Familia en
Sonora, se actualiza ya que tenemos que estar conscientes que
vivimos en una sociedad donde las creencias que eran propias de
otras épocas ya dejaron de existir, ya sea porque no fueran
necesarias o porque no se daba la importancia ni el manejo
adecuado de las cosas; tal es el caso de la institución de los
esponsales que desaparece de la Legislación Sonorense con la
entrada en vigor del Código de Familia, en el cual ya no se
contemplan a los esponsales como tal si no que se da una mínima
aportación dentro de dicho Código.
23
Podemos decir que tal vez desaparecieron los esponsales
porque no se cumplió con su
finalidad, que las personas que
planeaban contraer matrimonio lo llevaran siempre a la práctica o
más bien que los novios que estaban comprometidos y por alguna
razón se deshacían de su compromiso llevando así la obligación de
indemnizar a la parte afectada en este caso el novio que no dio
lugar al rompimiento de la promesa.
Hablando del transcurso del tiempo y la vida actual de la
sociedad podremos decir que los esponsales desaparecieron por
cuestiones obvias de esta época, donde en otros tiempos se tenía la
creencia que las mujeres principalmente tenían una honra y
llegaban a planear el matrimonio una sola vez en la vida y éste era
para siempre, para los padres de los prometidos era muy importante
que sus hijos que se comprometían en matrimonio lo llevaran a
cabo, sobre todo por la ofensa que sería deshacer un compromiso
hacia el matrimonio y la moral de las personas se vería afectada a
tal grado que podía ser la vergüenza de la familia o de la sociedad
misma.
Hoy en día a 200 años de la Independencia de México no se
puede decir que la sociedad es la misma; que si bien es cierto que
las costumbres han cambiado también es cierto que ha cambiado la
forma de pensar de las personas ya que no se vive con esa
rigurosidad que exigía la sociedad en otros tiempos.
24
Es de igual manera cierto que es de mal agrado que se realice
una promesa de matrimonio y ésta se deshaga por incompatibilidad
de caracteres.
Respecto a este tema hablan algunos autores, tales como
Rafael de Pina que en uno de los conceptos y comentarios dice,
“Que los esponsales no están sujetos a las normas del contrato, por
lo tanto según el derecho mexicano, no producían la obligatoriedad
que sería necesaria para sostener su naturaleza contractual.”3
En estas condiciones mantener la institución de los esponsales
no tenía realmente justificación, puesto que no llenan en relación
con el matrimonio, ninguna finalidad que merezca la pena de ser
tomada en cuenta.
Una
promesa
que
no
obliga
al
cumplimiento
es
verdaderamente un absurdo jurídico; una promesa que tiene
asegurado de antemano el incumplimiento, por falta de sanción, no
es, en realidad, una promesa.
Por otra parte, VALVERDE opina, que aunque la utilidad de los
esponsales es muy escasa, siendo prueba de ello que cada día son
menos frecuentes, no cree que las legislaciones civiles deban
rechazarlos en absoluto, porque a su juicio la existencia de esta
3
DE PINA, Rafael. Derecho Civil Mexicano. Edit. Porrúa, México, 1995, pág. 186
25
institución no repugna ni es contraria a ningún principio de derecho
moderno, sino que, han reducido sus efectos dentro de los límites
que señalan las legislaciones vigentes, no hay inconveniente en
admitir los esponsales como convenciones lícitas.
Ya que hemos hablado lo que representaban los esponsales
en otra época y viendo que no se daba un interés ante la legislación,
es por esto que se eliminan con respecto de la Legislación
Sonorense, pero analizando, nos damos cuenta que si hemos
hablado de que los esponsales no obligaban a contraer matrimonio,
ni tampoco estimulaban pena alguna por no cumplir la promesa,
esto quiere decir que no puede obligarse a cumplir con la palabra
empeñada, sin embargo, aquella persona que después de otorgar la
promesa de matrimonio se niega a celebrar el acto prometido y
tomando en cuenta que tenían siempre la posibilidad de retractarse
en su compromiso otorgado, hasta el momento mismo de la
celebración del matrimonio.
Entonces estaremos hablando de un precontrato donde solo
se hace la promesa de futuro matrimonio y esta no es de suma
importancia si se cumple o deja de cumplirse, ya que tampoco era
importante para la legislación, además que las partes que no
estaban de acuerdo en celebrar un contrato de matrimonio pero sí
tenían celebrado un precontrato, entonces estamos diciendo que
esto no es de suma importancia para las personas tampoco, por lo
tanto no se le daba un interés propio de ser a los esponsales, por
26
ello y viendo en la legislación que no se daba gran medida de
asuntos con relación al incumplimiento de esponsales se toma la
decisión de eliminarlos.
Es por ello que con la entrada en vigor del Código de Familia
para el Estado
de Sonora nace una nueva forma de regular la
promesa de matrimonio.
Con la decisión de realizar el Código de Familia en Sonora,
donde solo tratarán asuntos relacionados a la familia, se crea dicho
código, donde solo trata asuntos de carácter familiar, separándolos
así del Código Civil ya existente, donde de alguna manera los
esponsales formaban parte de las relaciones de familia y es por ello
que se tomó la decisión por parte del legislador de incluirlos en este
nuevo proyecto donde los esponsales ya no formarían parte del
antiguo Código Civil si no que a su vez se integrarían junto con las
cuestiones familiares al Código de Familia, es ahí donde se toma la
decisión de incluirlos y no solo iban a formar parte del código de
familia si no que se incluirían con diversas modificaciones al igual
que todo lo que se separaría del Código Civil.
Dentro de las modificaciones que se hicieron para formar el
Código de Familia y enfocándonos exclusivamente a los esponsales
surge nuevas formas para su integración.
27
Primera: Dejaría de llamarse esponsales y ahora se contempla
como la promesa de matrimonio únicamente.
Segunda: Se elimina toda la forma que tenían los esponsales en el
Código Civil quedando únicamente lo relacionado a la devolución de
lo dado con motivo del concertado matrimonio.
Si bien es cierto que se eliminan los esponsales es de igual
manera cierto que solo se elimina el nombre que se conocía y las
sanciones por cuestión de incumplimiento.
Ahora bien la pregunta sería, ¿siguen existiendo los
esponsales en la Legislación Sonorense? Yo respondería a esta
pregunta que sí, siguen existiendo esponsales pero que ahora con
menos reglamentación que antes y que no se les llama esponsales
si no promesa de matrimonio, pero de igual manera hacen la misma
función que hacían en otros tiempos.
También podemos decir que los esponsales se constituyen en
estos tiempos en la relaciones de personas que pretenden contraer
matrimonio como los novios, que no hacen su compromiso por
escrito pero no menos importante dan a conocer públicamente éste,
que si hablamos de una ruptura de este compromiso se puede decir
que sigue afectando a la moral de las personas y que éstas a su vez
realizan gasto con motivo del futuro matrimonio, entonces estamos
28
hablando que en la actualidad si existe el compromiso como
también existen las donaciones pero no hay la misma importancia
ante la sociedad que existía en otros tiempos.
De igual manera existe un precontrato para futuro matrimonio,
así que podemos decir que existen los esponsales pero ya no se
sanciona el incumplimiento de la promesa con la reparación del
daño moral.
Luego entonces si hablamos de la legislación sonorense, se
eliminan los esponsales por la poca reclamación que existía de
demandar esponsales, ya que si hablamos de tiempos pasados los
que rompían un compromiso de futuro matrimonio era para ellos de
alguna manera vergonzoso ante la sociedad y mas pena era que
después de la ruptura del compromiso tenían que promover un juicio
de incumplimiento de esponsales para el pago de daños y
perjuicios, es así que poco a poco con el transcurso del tiempo y
con el cambio de vida social se fueron haciendo inapropiados los
esponsales y en razón de esto el legislador decide no incluirlos en el
Código de Familia para el Estado de Sonora como tal y se conoce
como promesa de matrimonio.
En la actualidad aún cuando todavía estando en vigor el
Código Civil de Sonora investigué en los
juzgados de la región
como el de Magdalena, y Caborca y no se demandaba el
29
incumplimiento de esponsales, luego entonces viendo esta razón y
la poca intención de llevar a cabo el juicio, el legislador no vio la
necesidad de incluirlos en el Código de Familia, tratando también de
hacer más práctica la nueva forma de vida, se toma la decisión de
que únicamente apareciera en el Código de Familia la promesa de
matrimonio como tal, que a fin de cuentas viene a significar
prácticamente lo mismo pero sin responsabilidad en caso de
incumplimiento, se integra también la obligación de los prometidos a
devolver las donaciones que se hubieren hecho con motivo del
concertado matrimonio ya sean donaciones entre ellos o de terceros
hacia ellos.
Esto con la finalidad de que si no se cumplió con el
compromiso por el cual se dieron los regalos no se haga un vicio de
enriquecimiento sin causa y sobre todo cuidando la economía de los
terceros ya sean parientes o amigos.
Cuidando sobre todo que a futuro no se haga vicio el anunciar
un compromiso con la única intención de recibir donaciones, para
después deshacerse del citado compromiso con la única intención
de enriquecimiento.
30
Descargar