CASO FAYT 1- Que, el presente dictamen acusatorio al Sr. Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Dr. Adolfo Roberto Vázquez surge con motivo del “Caso Fayt”, el que se planteó a raíz de la reforma constitucional de 1994, la que por una parte modificó el art. 99 inciso 4 tercer párrafo de la Constitución Nacional, al requerir un nuevo acuerdo del Senado a aquellos jueces que alcancen los setenta y cinco años para seguir en sus funciones; y por otra parte estableció en la disposición Transitoria Undécima que la caducidad de los nombramientos y la duración limitada previstas en el artículo 99 entraría en vigencia a los 5 años de la sanción de dicha reforma constitucional. 2- Que el Dr. Carlos Fayt se vio afectado por la modificación a la cláusula constitucional -recordando que en ese momento tenía setenta y seis años de edad- y planteó ante el fuero en lo contencioso administrativo (Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal Nº 7 a cargo de la Dra. Carrión de Lorenzo) una acción declarativa de inconstitucionalidad. 3- Que la Magistrada, en causa “Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional s/ proceso de conocimiento”, expediente Nº 13214/97, sentencia del 30/4/1998hizo lugar a la petición declarando la nulidad de la reforma introducida por la Convención Reformadora del 94 en los artículos citados. 4- Que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, Sala III -sentencia del 19 de noviembre de 1998, Votos del Dr. R.M.Mordeglia y Dr. J.E.Argento - revocó la declaración de nulidad de la cláusula constitucional y, confirmando la procedencia de la acción declarativa, consideró que los jueces tienen un derecho adquirido a las condiciones de estabilidad vigentes al momento de su nombramiento, y por lo tanto como el Dr. Carlos Fayt fue nombrado antes de la aludida reforma no estaba sujeto al límite de edad fijado en la norma constitucional, “es decir, la declaró inaplicable al presente”. 5- Que el Estado Nacional interpuso recurso extraordinario con fecha 16 de diciembre de 1998, concedido el 9 de marzo de 1999. Dos semanas mas tarde las actuaciones fueron remitidas al Alto Tribunal, el cual dispuso que los autos pasaren al Procurador General de la Nación. 6- Que con fecha 31 de marzo del mismo año, el Dr. Carlos Fayt presentó su excusación para integrar el Tribunal, por intervenir en el proceso como parte actora, excusación que fue aceptada ese mismo día por los restantes integrantes de la Corte. 7- Que el 12 de julio del mismo año, el Procurador General de la Nación, Dr. Nicolás Becerra, solicita la recusación de los magistrados, que es rechazada in limine, por falta de legitimación, el 14 de julio de 1999. 8- Que asimismo, la Corte rechaza el pedido de excusación efectuado por el Procurador, considerando que los integrantes del Tribunal no se encontraban comprendidos en ninguna de las causales previstas en el art. 17 CPCCN. 9- Que, en nuevo dictamen, el procurador solicita se revoque la resolución del 14 de julio de 1999, y en consecuencia, que los miembros del Tribunal se excusen de intervenir en el caso, o en su defecto, se haga lugar a la recusación interpuesta -Dictamen del Procurador General de la Nación, Dr. Becerra, del día 16 de julio de 1999- petición que fue declarada improcedente con disidencia del Ministro Petracchi. 10- Que en cuanto al fondo de la cuestión - en sentencia del 19 de agosto de 1999, registrada en el tomo 236 en el libro de sentencias, F.100. XXXV de la CSJN- , el voto mayoritario –Dres. Nazareno, Belluscio, O`Connor, Boggiano, López y Vázquez, este último con fundamentos propiosinciso 4 tercer párrafo fundamentalmente, que la de la Constitución declaró nulo el art. 99 Nacional, y argumentó, ley que declaró la necesidad de la reforma constitucional (ley 24.309) no autorizó a limitar la garantía de la inamovilidad establecida en el art. 110 de la Carta Magna, y que en el art. 6 de dicha ley se establecía que serían nulas de nulidad absoluta todas las modificaciones, derogaciones y agregados que realice la Convención Constituyente, apartándose de la competencia establecida por la ley que declaró la necesidad de la reforma. 11- Que conforme lo establece la Constitución Nacional en su Segunda Parte, Título 1º, Sección 1º, Capitulo 1º , artículo 53, sólo la Cámara de Diputados ejerce el derecho de acusar ante el Senado a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes. 12- Que el ejercicio de esta facultad, por parte de la Cámara de Diputados de la Nación, implica ante todo la investigación de la conducta de los funcionarios que integran el poder judicial, para determinar en cada caso la eventual inclusión de las conductas investigadas en alguna de las tres causales previstas en el mencionado artículo 53 de la Constitución Nacional, con la finalidad y efecto principal de destituir o remover del cargo al funcionario. 13- Que en el caso en estudio, la causal de juicio político que se invoca es “mal desempeño”. Al respecto, González Calderón dice: “la frase mal desempeño revela el designio constitucional de entregar al Congreso la apreciación discrecional (en el sentido de ilimitación dentro de lo razonable y conveniente) de las circunstancias que pueden caracterizar semejante conducta” -Citado por Pablo A. Ramella en Derecho Constitucional, Ediciones Depalma, p.676.- Por su parte, Germán J. Bidart Campos -en Manual de la Constitución Reformada, Ediar, p.193-, sostiene: “mal desempeño” es lo contrario a “buen desempeño”, entendiendo que no es susceptible de ninguna reglamentación infraconstitucional, porque normas ajenas a la Constitución Nacional no pueden delinear la figura ni fijarle supuestos configurativos, ya que es el Senado que de acuerdo a su juicio, puede y conducta debe valorar por sí mismo si tal o cual implica desempeñarse mal, por lo que ninguna norma fuera de la Constitución Nacional puede vincularlo a encuadrar en el mal desempeño (o a excluir de él) determinados casos. Rafael Bielsa -Citado por R. Baglini y A.D´Ambrosio y otros en Juicio a la Corte, p.12-, define mal desempeño en los siguientes términos: “Falta de idoneidad profesional o técnica o moral, ineptitud o insolvencia moral que determine un daño a la función o a la gestión de intereses generales de la Nación”. Esta definición, por un lado pone énfasis en la eficacia, decoro y autoridad integral de la función pública; y por otra parte objetiviza el concepto al aludir al daño que tal conducta debe producir de manera efectiva. Entonces, se entienden comprendidas en el concepto de mal desempeño aquellas faltas de comportamiento o de conducta que, verificadas en el ejercicio de la función y siendo perjudiciales para los intereses generales de la Nación –fueren o no delitos-, infrinjan cláusulas constitucionales y vulneren principios republicanos de división de los poderes e independencia del Poder Judicial. También los actos y hechos que constituyan violaciones a las garantías individuales establecidas por la Constitución Nacional y todo hecho, acto u omisión que hagan indigno al funcionario de continuar ejerciendo el mandato o el cargo para el que fue electo o designado. 14- Que la falta de excusación del juez Dr. Adolfo Roberto Vázquez tipifica inopinadamente la causal de “mal desempeño”, que se configura cuando el integrante del Tribunal aparece juzgando un tema que puede indudablemente alcanzarlo en forma personal. 15- Que con respecto a la cuestión de fondo decidida por la Corte Suprema en tanto al status constitucional de la reforma introducida por la Convención Constituyente, es menester poner de relieve que de ningún modo consideraremos el contenido de dicha resolución, es decir no se analiza si la Convención estaba habilitada o no por el Congreso para realizar esa reforma, sobre la extensión de las atribuciones del poder constituyente derivado y las potestades de los jueces para controlar su actividad. 16- Que con relación al tema en debate, esto es la falta de excusación como configurativa de la causal mal desempeño en el ejercicio de sus funciones, la doctrina especializada opina: por un lado, Carlos Eduardo Fenochietto y Roland Arazi, citando a Arturo Podetti – Fenochietto Arazi: Código Procesal Civil y Comercial de la Nación comentado y concordado con el Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires, Tomo I, Editorial Astrea, p. 123.sostienen: “la excusación persigue la independencia de los magistrados en ejercicio de su función, mediante la necesaria imparcialidad para instruir y decidir los asuntos llevados a su conocimiento. De esta manera, el juez que se considera inhábil subjetivamente para entender en una causa, tiene la facultad-deber de excusarse”. “La independencia del juez tiene raíz constitucional, ya que constituye un elemento fundamental para concebir la jurisdicción como poder del Estado. Pero no basta con que el juez sea independiente en el ámbito jurídico abstracto, por la inamovilidad y demás garantías de que lo rodea la ley, sino que también debe serlo en el ejercicio de su función respecto de los casos concretos traídos a su conocimiento. Esta cualidad se denomina imparcialidad, debiendo los magistrados excusarse frente a una causa legal que pudiera comprometerla (art. 30 CPCCN), so pena de ser sancionados por mal desempeño (art. 32 CPCCN)”Fenochietto Arazi, ya citado. p. 93 y ss-. Lino Palacio manifiesta –en Manual de Derecho Procesal Civil , Tomo I, Editorial Abeledo Perrot. p. 199.- que la excusación es el remedio legal de que el juez puede o debe valerse para inhibirse espontáneamente del conocimiento de la causa, en el supuesto de que sus relaciones con alguna de las partes o con la materia del proceso sean susceptibles de poner en dudo la imparcialidad de sus decisiones. Asimismo, el Dr. Carlos Fayt, destacando el principio de independencia del Poder Judicial interpretó en su descargo a los Constituyentes del 53 señalando que en esa oportunidad el fin último de la independencia de los jueces es lograr una administración imparcial de justicia, fin que no se realizaría si los jueces carecieran de plena libertad de deliberación y decisión en los casos que se someten a su conocimiento. La excusación, entonces, es la espontánea declaración del juez de encontrarse impedido de continuar entendiendo o de entender en un asunto, por estar comprendido en alguna causal de recusación o, sin que ello ocurra, por cuestiones de decoro o delicadeza - Diccionario de Derecho Procesal, Víctor De Santo. Editorial Universidad- 17- Que este caso, involucra al Magistrado Dr. Adolfo Roberto Vázquez, quien tenía la obligación legal de excusarse. 18- Que esta obligación legal encuadra en el art. 30 del CPCCN que establece la obligatoriedad de la excusación en estos términos: “Todo juez que se hallare comprendido en algunas de las causales mencionadas deberá excusarse” ; a su vez el art. 17 del Código de rito en el art. 17 en su inciso 2 o prescribe que son causales de recusación “tener el juez ... interés en el pleito o en otro semejante, o sociedad o comunidad con alguno de los litigantes, procuradores o abogados, salvo que la sociedad fuese anónima” y el inciso 9 o “tener el juez con alguno de los litigantes amistad que se manifieste por gran familiaridad o frecuencia en el trato”. El inciso 2o del art. 17 CPCCN: el ´interés directo´. Según la Real Academia Española - Diccionario de la lengua española, 21ª ed., Madrid 1992, p. 832.- , el concepto interés, como lo estatuye el inciso 2 o del art. 17, nos lleva a la idea de los intereses creados, definidos como: “ventajas no siempre legítimas, de que gozan varios individuos, y por efecto de las cuales se establece entre ellos alguna solidaridad circunstancial”. Resultan elocuentes los argumentos vertidos por el Dr. Bossert en su descargo ante al Comisión. Surge notorio su interés al manifestar "... no me alcanzaban ninguna de las causales que habilitan a la recusación o a la excusación según ya he explicado, y en particular referencia al "interés" al que alude el artículo 17 inc. 2º, reitero que no me era aplicable dada mi decisión de votar en contra de mi propio interés..." "... de tal manera, hice un balance de los intereses en juego y consideré que era más trascendente afirmar la validez de la cláusula constitucional en discusión, perjudicando mi posición personal como magistrado." Se refiere el abogado, del ministro Dr. Vázquez, “Tampoco estaba mi defendido en la situación del actor, para llegar a cuyo extremo le faltaban a la sazón catorce años, y según confesiones fuera del secreto profesional no piensa perpetuarse en el cargo en caso de que Dios le de vida suficiente, pues tiene otras aspiraciones de realización personal” , como si tal referencia demostrara su falta de interés. ..., “Por otra parte, la acción entablada por el Dr. Fayt, no podía suscitar un interés económico o pecuniario que beneficiara a los jueces de la Corte llamados a resolver sobre su admisibilidad, pues lo perseguido por ella era simplemente una declaración de certeza sobre la situación que se cernía sobre el citado ministro”.Reiteramos lo expresado ut- Supra en cuanto a la decisión de no intervenir en la cuestión constitucional de interpretación. Sin perjuicio de ello, no resulta ocioso reparar en que el apartamiento del juez para entender en determinada causa a que conduce la aplicación del art. 17, inc. 2°, del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, solamente puede estar fundado en la existencia de un “ interés en el pleito o en otro semejante”, entendiéndose por tal, no cualquier interés abstractamente considerado, sino un interés concreto y “personal” del juez, tal como expresamente lo señalaron los miembros de la Corte en la resolución enjuiciada del 14 de julio de 1999, con remisión a Fallos 303:1943. Queda claro que resolvió sobre un asunto en el que estaba en juego su interés propio y directo; no pudiendo desplazar la predisposición para con un tema que afectaría su tranquilidad y serenidad de espíritu indispensables para decidir, contrariando de este modo la imparcialidad que tan alta magistratura requiere. El inciso 9o del art. 17 CPCCN Este inciso opera como el medio idóneo para evitar situaciones de parcialidad del juez en caso de que exista gran familiaridad o frecuencia en el trato con alguno de los litigantes, situación que a todas luces se contrapone con lo actuado por el Ministro de la Corte al decidir sobre un integrante del cuerpo y sobre un tema cuya resolución lo podría perjudicar o beneficiar. De esta manera, y teniendo en cuenta la asiduidad en el trato que el Ministro denunciado mantuvo indudablemente en su calidad de colegas como integrantes de un mismo tribunal, se plasma en la realidad una conducta configurativa de "mal desempeño" que contraría el principio de preservación de la seguridad jurídica y la buena administración de justicia que debiera ser el estandarte del máximo Tribunal de la Nación. 19- Que en el caso concreto, es interesante ver la posición que asumió el Dr. Petracchi quien se excusó de intervenir en la causa fundando que al hallarse en tela de juicio la petición de un Juez de la Corte se plantea una situación similar a otras ya resueltas y que impide que sean los miembros del propio tribunal los que resuelvan el litigio. El Ministro al votar en disidencia la resolución del 14 de julio de 1999, manifestó en el considerando 6º -después de recordar precedentes como la causa Abel Bonorino Peró y otros- : ¨En efecto, no se advierte por qué los jueces de esta Corte, que se excusaron cuando estaba en juego la garantía de la intangibilidad de los haberes de los jueces nacionales, no deberían adoptar igual criterio cuando se discute la garantía de la inamovilidad de aquéllos (de igual o mayor entidad que la primera)¨. 20- Que asimismo la inconducta del Dr. Adolfo Roberto Vazquez, es un ejemplo negativo de falta de comportamiento en el ejercicio de la función, que ha causado un perjuicio objetivo a los intereses generales, que se trasunta en falta de confianza hacia el máximo órgano del Poder Judicial de la Nación y en su descrédito generalizado. 21- Que esto permite considerar que el Dr. Vázquez, hizo uso de su poder para beneficio personal, creando la falsa apariencia de estar por encima de las instituciones a las que sirve y sobre todo por sobre el valor justicia, pilar fundamental en un estado de derecho 22- Que del análisis de los fundamentos vertidos, así como de la normativa vigente, doctrina y jurisprudencia parlamentaria aplicable, se formulan las siguientes consideraciones: a- Es principio básico consagrado en el derecho argentino que no puede invocarse causal de mal desempeño de un magistrado fundada en el contenido de sus sentencias, ya que ello importaría afectar la garantía de independencia del Poder Judicial consagrada en la Constitución Nacional. b- Que en el caso que nos ocupa, la causal de mal desempeño en el ejercicio de sus funciones, se configura a raíz de la no excusación del Ministro denunciado, en un proceso en el que tenían interés propio y directo, que necesariamente los afectaba en la tranquilidad y serenidad de espíritu indispensables para decidir y/o por la asiduidad en el trato que deben indudablemente haber mantenido debido a su calidad de colegas como integrantes de un mismo Tribunal, todo lo cual lo hace pasible de las sanciones previstas en el artículo 32 CPCCN. c- Se configura el mal desempeño cuando, como ocurre en el caso y desde un punto de vista objetivo, opera el deber de abstenerse de actuar en una causa donde, tal como se ve, se encontraban en juego intereses institucionales que afectan, directa y especialmente a los magistrados. d- Por todo lo supra relacionado, no cabe duda que la conducta del Magistrado se erige como una de las causales de juicio político establecidas en el art. 53 de la Constitución Nacional: “mal desempeño en el ejercicio de sus funciones” y obliga a esta Honorable Cámara a sostener la acusación por ante el Senado de la Nación, por el cargo específico de “falta de excusación” en una causa donde se declaró la inconstitucionalidad de un artículo de la Constitución que afectaba sus intereses personales. SERGIO EDGARDO ACEVEDO