“ EL JUICIO ORAL EN EL PROCESO DE FAMILIA Y SUS PARADIGMAS” PONENCIA PRESENTADA POR EL LICENCIADO URBANO SANDOVAL TORRES JUEZ SEGUNDO CIVIL DE PARTIDO DE GUANAJUATO, GUANAJUATO. INTRODUCCIÓN En el devenir histórico de la Administración de Justicia se ha observado que el sistema escrito no es el mejor ni el mas conveniente, para dar cumplimiento al mandato constitucional de prontitud, plenitud e imparcialidad, ni a la eterna aspiración de certeza y confiabilidad que la sociedad debe tener en aquellos órganos encargados de realizar esta ardua tarea. Ayer al igual que hoy se ha afirmado la falta de confiabilidad en la actividad realizada por los Tribunales. Y aunque todo en el ámbito de la tarea de juzgar se relaciona por la sociedad a las cuestiones criminales, esto se debe a los hechos de alto impacto social, pero en todo caso y de cualquier modo aún sin esa vinculación los campos del derecho civil, mercantil o familiar , no escapan de las cuestiones que aluden a actos de corrupción, retardo injustificado en la decisión de los procesos en que se controvierte algún aspecto de esos ámbitos, o la falta de calidad en las decisiones que emiten los jueces dentro del sistema escrito. Lo anterior se constata si todos aquellos que tenemos a nuestro cargo la tarea de juzgar en los asuntos familiares, civiles o mercantiles , en un acto de conciencia reconocemos las deficiencias y desventajas que en la actualidad se imponen al estar operando bajo un sistema procesal escrito. Ello es así toda vez que para nadie es desconocido que en procesos que tienen que ver con el derecho familiar tales como los divorcios, las acciones de paternidad, las cuestiones alimenticias, entre otros, pueden ser tortuosos y durar quizá años en su tramitación por lo que evidentemente la decisión final en una primera instancia se prolonga por todo este tiempo, ello como resultado de la falta de una legislación ágil y suficiente, capaz de solucionar los contratiempos a que someten a este tipo de procesos los litigantes formales, con el solo detrimento de los intereses del justiciable, esto es la falta de un proceso homogéneo, en el que prevalezcan como principios fundamentales la inmediación, la unidad, la publicidad, la concentración, como constantes de un esquema de oralidad, repercuten necesariamente en la tardía solución de los conflictos sometidos a la consideración de un Tribunal en materia familiar . En nuestro esquema actual es fácil observar como a la sazón de legalidad o del debido proceso los abogados litigantes sin ningún reparo sobre abundan en el ofrecimiento de pruebas con el solo efecto de retardar la solución del conflicto. El desahogo fracturado del juicio resultado de la evacuación separada de las pruebas sumado a la ausencia del juez en estas diligencias provoca un demerito en la calidad de la decisión definitiva. Ello provoca el origen de este pequeño ensayo con el único fin de despertar el interés en todos aquellos que se dedican directamente a la administración de justicia, y en aquellos que indirectamente intervienen dentro del mismo objetivo, para la implementación y el desarrollo de un sistema que adopte la forma oral y que tenga como objetivo fundamental incrementar de manera absoluta la calidad de las sentencias, en un ámbito de Justicia expedita que arroje como resultado la confiabilidad del justiciable. En un primer apartado trataremos lo relativo a los principios fundamentales que deben normar el desarrollo del procedimiento oral basándonos de manera principal en la dogmática jurídica que de manera común aplique a la materia familiar derivada de la bibliografía escrita acerca de la instauración del procedimiento oral en materia criminal en las diversas latitudes de latino America, pues en la actualidad es el único referente teórico que tendremos como punto de partida, al menos en México. En un segundo capitulo abordaremos los paradigmas que existen en nuestro sistema tradicional escrito en el enfoque de la implementación de un nuevo sistema de oralidad familiar y de lo que se considera como mas trascendente para superar aquellos obstáculos que impidan el desarrollo de aquel. Concluiremos en un capitulo separado bajo la propuesta de que en aquellas Entidades Federativas de la Republica Mexicana en las que no existe el esquema de oralidad, los operadores jurídicos encargados de la impartición de justicia pugnemos de manera uniforme por la instauración de éste tendiendo en la medida de lo posible a la unificación de un solo procedimiento en todo el País. CAPITULO I LOS PRINCIPIOS DE LA ORALIDAD. Por el poco espacio que se tiene en este ensayo dejaremos a un lado las grandes cavilaciones a cerca de si la oralidad propiamente es un principio o es una técnica, al final del día es la forma en que directamente se desarrolla el Proceso, lo que aplica no sólo al sistema de justicia criminal, sino también al familiar, al comercial y al civil, por ello es que “La oralidad, como forma de expresión, mediante signos fonéticos, bajo sanción de nulidad expresa, implica que en el debate no se podrá hacer uso de la escritura, salvo casos excepcionales: esto quiere decir que ni las partes pueden echar mano de los signos gráficos ni el Tribunal decir por escrito cuestiones que se planten en el debate” (1) De igual manera en lo que atañe a los Principios Fundamentales que informan e integran este sistema solo haremos una breve referencia y explicación de los mismos como sustento estructural de nuestro estudio, con la aclaración anticipada de éstos se comparten de manera común, y en la medida de que no sean contrarios a su naturaleza, en los ámbitos criminal, civil, familiar, mercantil, etc. En este contexto, la oralidad es la primordial modificación que debe realizarse el trámite procesal, en virtud de que conlleva que los jueces deberán adoptar las decisiones en la misma audiencia del Juicio, lo cual permitirá que con la inmediación y la celebridad se fundamenten y estructuren mejor las providencias. Es indudable que el justiciable tiene derecho a que el Juez de manera directa lo vea y lo escuche, y no sólo ello sino a que por su conducto sean recabadas las pruebas de carácter personal: testigos, expertos, etc., puesto que es sólo a través de esta dinámica que se puede obtener una verdadera construcción de la verdad judicial buscada para la solución de calidad y con justicia del conflicto. “Los intereses comprometidos en el litigio de familia tornan imperioso el de por sí conveniente y necesario contacto directo del juez con las personas que intervienen en el proceso… es imprescindible 1) Busser, Robert A., El juicio con debate Oral, pag. 44 que el juez vea y escuche a las partes, peticionantes y terceros, y que lo haga con sus propios ojos y oídos…” (2) La Inmediación es pues el principio que “contiene la exigencia de que la prueba sea recibida y valorada en forma directa por el juez…” (3) La concentración o continuidad en el Proceso Oral se hace consistir en que toda la construcción probatoria aportada por las partes al Juez debe realizarse en la audiencia del juicio o audiencia principal, de manera preferente en un solo momento, esto representa una característica de unidad o cohesión que le reporte al juez el conocimiento fresco e inmediato acerca de los hechos que son objeto del juicio. Mediante este postulado se obtienen “los actos procesales de adquisición de prueba deben cumplirse en el juicio oral, con el fin de que el juzgador pueda conservar en su memoria lo ocurrido en ese lapso y, así, la decisión que se adopte se cumpla con los fines contemplados en la Constitución Política …”(4) No deberá confundirse este aspecto de la unidad o concentración con aquella concepción errónea que se tiene de que sea un solo Juez el que conozca y decida de todo el proceso familiar, pues ello sólo se refiere a la obtención del caudal probatorio que le servirá al Juez para poder emitir una sentencia de calidad, lo que sólo se logra precisamente en el momento del juicio, pues los actos procesales previos que aluden a la postulación y en su caso al desahogo de la audiencia preparatoria o principal que es aquella en la 2) KIELMANOVICH, Jorge L., Derecho Procesal de Familia, p.15 3) ANGULO MORALES, Marco Antonio, Introducción al Derecho Probatorio, p.40 4) Cadena Lozano, Raúl, Et. Al., Técnicas de Interrogatorio y Contra interrogatorio en el sistema Acusatorio, p.11 que el órgano jurisdiccional puede obtener convenciones probatorias, analizarlas pruebas ofrecidas por las partes, excluir aquellas que no sean necesarias para la causa, y más aún n ésta etapa el Juez puede lograr la conciliación d las partes en cuyo caso ya no existirá necesidad del desahogo de pruebas, o audiencia del juicio, por lo que al igual que en el sistema chileno que creemos que bien puede ser un Juez diverso el que desahogue la audiencia preparatoria sin que ello signifique una fractura al principio de unidad o concentración pues de hecho cabe la posibilidad de que la audiencia del juicio sea suspendida o prorrogada, con la única exigencia de que el Juez que inicia ésta etapa deberá concluirla con el dictado de la sentencia. El Principio de abreviación o celeridad implica que el juicio se resuelva de una manera rápida o pronta y con ello se concluya en un plazo de tiempo mínimo, lo que se logra a nuestro entender estableciendo como obligatoria la previa mediación antes de acudir a juicio, y dentro el él a través de la conciliación, pero independientemente de estos aspectos, con la reducción de los plazos en que deberán de llevarse a cabo la audiencia preparatoria y en su caso la del juicio. CAPITULO II El juicio oral de familia y el Juez Tradicional. Basándonos en las experiencias vividas en ciertos Países de Latinoamérica como Chile, Argentina, Colombia, Perú, entre otros, el común denominador que da pauta a una reforma integral en materia de Justicia “…obedeció esencialmente a la imperiosa necesidad de transformar un sistema obsoleto por los niveles de lentitud e ineficacia en que se hallaba inmerso el servicio de justicia.” (5). Este aspecto no es ajeno ni desconocido en nuestro sistema Judicial Mexicano, menos aun el que actualmente prevalece en el Estado de Guanajuato y tal vez en muchas otras Entidades de la República. La idea generalizada y afirmada por los jueces civiles* del Estado de Guanajuato es en el sentido de que no existe necesidad de la oralidad en materia familiar, y quizá sea una concepción que se extienda como opinión de jueces de algunos otros Estados. Esta conclusión la obtenemos de las afirmaciones reiteradas en el sentido de que en nuestro derecho positivo existen procesos especiales que a decir de muchos, por un lado participan de alguna manera del desahogo verbal y por otra parte son sumarios, por ende rápidos, tales como el divorcio por mutuo consentimiento, guarda y custodia de menores y ejercicio de la patria potestad, el juicio de reclamo o pago de alimentos, etcétera, que al contrastarlos con algunos sistemas ya vigentes como en Nuevo León, Estado de México, más aún de otros Estados Autónomos como Costa Rica, España o Chile, son severamente criticados éstos últimos sin fundamento alguno. 5) GARCIA MAAÑON, Ernesto A., Juicio Oral, Sentencia Arbitraria y Recurso de Casación, En la Provincia de Buenos Aires, p.11. *Los jueces de partido civiles en el Estado de Guanajuato son mixtos conocen a la vez de procesos civiles, mercantiles y de familia no hay a la fecha Tribunales especializados. En nuestra opinión resultan erróneas e inexplicables tales críticas porque aún y cuando en esquemas especiales como el divorcio voluntario sea una sola audiencia con la que se consigue la ratificación de la demanda y se dicte una sentencia que disuelva el vinculo matrimonial en el peor de los casos en un mes, existe una despersonalización en la acción de la justicia, pues no se exige la presencia del juez, por ende las partes no lo conocen, y la sentencia aunque la firma tal personaje la misma le es proyectada por terceros auxiliares, de igual manera sucede en los procesos de alimentos y de guarda, custodia o convivencia o relación directa regular como se le denomina en la legislación Chilena, puesto que aun y cuando en el desahogo de las se da un principio de UNIDAD dado que es en una sola audiencia en la que se realiza la etapa de conciliación, desahogo de pruebas y alegatos, el dictado de la sentencia se posterga al término de ley (cinco o tres días), pero como se dijo es el tercero el que le proyecta al Juez la sentencia y con ello se pierde el terreno ganado con la inmediación que representó que el personaje tal estuviese presente en la audiencia, y en casos extremos, esto último tampoco se da, pues pese a que existe obligación legal**, de que el JUEZ sea el rector del proceso por lo que debe presidir todas audiencias, esto es, recibirá por sí todas las declaraciones y presidirá todas las pruebas, y de que su ausencia se sancione con nulidad y responsabilidad (obviamente administrativa), existen innumerables causas, en que por las labores tan excesivas de los Tribunales, en las que tales audiencias ** El artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Guanajuato establece: “El Juez, recibirá, por sí, todas las declaraciones y presidirá todos los actos de prueba, bajo pena de nulidad y responsabilidad. La nulidad será estimada en la resolución definitiva del negocio” son presididas por el Secretario del Juzgado, debido a que el titular se encuentra en otra AUDIENCIA para ese momento no se puede suspender o prorrogar, pero por la premura del tiempo las partes permiten esta ilicitud. Ergo, uno de los más importantes paradigmas que habrá que vencer será el de la reticencia del propio Juez Tradicional que en su mentalidad acostumbrada a los ritmos enfermizos de un Tribunal de Procesos escritos (con grandes cargas de trabajo) cierra los ojos a las ventajas y fortalezas que implican la rapidez y calidad el servicio de justicia oral. En la experiencia Chilena no obstante de que con la reforma al derecho de familia con la Ley número 19.968, del 30 de Agosto de 2004, y el colapso que ésta genero, puesto que con su aparición los Tribunales. Especializados en esta materia se vieron superados por la gran demanda social, por lo que los procesos orales demoraron en su resolución hasta ocho meses, con las modificaciones a aquélla operadas en los años 2005, 2007 y 2008 aunadas a las determinaciones que constan en el acta número 98-2009, en la que se plasma el auto acordado sobre gestión y administración en Tribunales de Familia, que contiene las reglas generales de operación de éstos tales como el Plan Anual de trabajo, Procedimiento de Distribución de causas, Principios de Rotación de jueces y causas, concentración de audiencias, revisión anticipada de agenda, celeridad y oportunidad en la decisión, adecuado manejo de agenda en función de tiempos y tipología de casos, entre otros, permitió que en la actualidad este tipo de Juicios sean resueltos, en el peor de los casos, en un plazo máximo de noventa días lo que produce una gran celeridad pero además un valor agregado en la calidad de las sentencias, y no esta por demás decirlo, un excelente nivel de vida personal en los Jueces. La exclusión de la Prueba y la Sana Crítica. Otro de los grandes obstáculos a vencer será el relacionado con la insana costumbre de los litigantes de hacer excesivos ofrecimientos de pruebas, ello es debido a que en nuestro sistema actual no existe un dispositivo que norme de manera seria tal aspecto y otorgue facultades legales al órgano jurisdiccional para limitar el abuso de ofrecimiento y desahogo de pruebas, que en la construcción de la verdad judicial en nada abonan para elevar la calidad de la Justicia, tanto más cuanto no existe un verdadero debate entre las partes y en el acarreo de los medios de convicción se alejan totalmente del objeto del juicio. Igualmente otra de las novedades a las que tendrá que enfrentarse el Juez, acostumbrado a la forma tasada de las pruebas y los grandes y largos argumentos o exposiciones de fundamentación o motivación en un admirable esfuerzo por la permanencia de su resolución, sujeta a la dura revisión de la apelación, y el producto de ésta a la del Juicio de Garantías, será la sana crítica, en la cual “…el tribunal evaluará la prueba producida a través del sistema de libre convicción o sana crítica racional, consistente en la valoración obediente sólo a pautas de logicidad y recto entendimiento humano, en las cuales debe reposar su motivación expresada por escrito, acorde con la ley fundamental de coherencia contenida en los principios de identidad, contradicción y tercero excluido, sin olvidar la noma de derivación de la cual emana el precepto de razón suficiente, del que se extrae que toda conclusión, para ser verdadera necesita una razón suficiente que justifique lo afirmado o negado con pretensión de verdad (6). Al respecto en la Ley número 19.968 se incorporaron los artículos 31 y 32*** con los cuales se confieren facultades expresas al Juez Chileno para excluir del Juicio toda aquella prueba que sea pertinente, es decir que tienda de manera evidente a contrariar el objeto del Juicio, sea sobreabundante, se traten de acreditar hechos que legalmente por si solos resulten demostrados como los notorios o los públicos, o que en nuestro medio violen garantías fundamentales o derechos humanos, ya con la reforma a la Constitución Federal y a la Ley de Amparo. “El concepto de pertinencia atiende a la relación existente entre el medio probatorio propuesto y el objeto del litigio; vale decir es impertinente la prueba ajena al objeto del proceso. La superabundancia es la prueba que sobra y solo importa actividad inútil.”( 7) Así, quedan extendidos los estándares de la valoración de la prueba a la amplia experiencia racional del Juez sujeta a los principios de la Lógica y con un referente, sin que ello se entienda como un abandono de la Fundamentación y motivación como principales de toda resolución. 6) GARCIA MAAÑON, Ernesto A., Op. Cit., p. quien a su vez cita a De la Rúa Fernando, Teoría General del Proceso, pag. 154. 7) Busser, Robert A., e Iturralde , Norberto Juan , El juicio con debate Oral, Pág.24. ***“Artículo 31.- Exclusión de prueba. El juez de familia, luego de estudiar la admisibilidad de las pruebas ofrecidas, de resolver las convenciones probatorias y de escuchar a las partes que hubieren comparecido a la audiencia preparatoria, ordenara fundadamente que se excluyan de ser rendidas en el juicio aquellas que fueren manifiestamente impertinentes, tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios, resulten sobreabundantes o hayan sido Por ello es que se debe tener especial cuidado, en la aplicación de cualquier reforma a las legislaciones estatales que pretendan establecer un sistema oral, de incorporar facultades expresas al Juez para limitar o excluir la prueba, de limitar a la expresión oral la exposición oral por parte de los litigantes y de un sistema de Libre valoración de la prueba. CONCLUSIONES. PRIMERA.- Es necesario que las Entidades Federativas en las que actualmente existe el sistema escrito en los procesos familiares realicen una reforma a sus legislaciones e incorporen la forma Oral. SEGUNDA.- La forma Oral dentro de los Procesos de Familia debe tener como fines primordiales acabar con la lentitud que conllevan los procedimientos escritos, elevar la calidad de las sentencias y el debate de los Litigantes en relación al objeto del juicio. TERCERA.- Deben incluirse facultades expresas en el Juzgador para la Exclusión de la Prueba Impertinente, Sobreabundante o se obtenga de manera ilícita, con un sistema de Libre apreciación o Sana Crítica. obtenidas con infracción de garantías fundamentales. Las demás serán admitidas y se ordenará su rendición en la audiencia de juicio respectiva.” Articulo 32.-“ Valoración de la prueba. Los jueces apreciarán la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica. En consecuencia, no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. La sentencia deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba rendida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones tenidas en cuenta para hacerlo. La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento de los medios de prueba mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos, de modo de contener el razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que llegare la sentencia.” BIBLIOGRAFIA ANGULO MORALES, Marco Antonio. Introducción al Derecho Probatorio Perú, 2009, Editorial y Librería Jurídica Grijley E.I.R.L. 286 p.p. BUSSER, Roberto A. e ITURRALDE, Norberto Juan. El Juicio con debate oral. Buenos Aires, Argentina, 2003. Edit. Rubinzal-culzoni 235 p.p. CADENA LOZANO, Raúl y HERRERA CALDERON, Julián. Técnicas de Interrogatorio y Contrainterrogatorio, en el Sistema Acusatorio. Colombia, 2008, segunda edición, Ediciones Jurídicas Andrés Morales 212 p.p. GARCIA MAAÑON, Ernesto A.A. Juicio Oral, Sentencia Arbitraria Recurso de Casacion, Buenos Aires, Argentina, 2001, Editorial Universidad 173 p.p. KIELMANOVICH, Jorge L. Derecho Procesal de Familia, Buenos Aires, Argentina, 2008, Edit. Abeledo Perrot 589 p.p.