1 PRODUCIR ALIMENTOS CON TECNOLOGÍAS LIMPIAS

Anuncio
Revista Pilquen – Sección Agronomía – Año VII – Nº 7, 2005
PRODUCIR ALIMENTOS CON TECNOLOGÍAS LIMPIAS
CONSTITUYE UN DESAFÍO INELUDIBLE PARA EL MUNDO CIENTÍFICO
La relación entre la nutrición y salud es un paradigma conocido desde los inicios de la humanidad
pero en los últimos años, debido los efectos producidos por el vertiginoso desarrollo tecnológico
sobre la producción de los alimentos y los hábitos alimentarios, esta relación ha tomado diferentes
matices. Por un lado, debe ser abordada desde las ciencias médicas para evaluar el impacto que
generan los nuevos modelos nutricionales sobre la salud y las enfermedades, y por otro lado, debe
ser rigurosamente considerada por las prácticas agronómicas empleadas para producir los alimentos.
Durante muchos años, el objetivo global de las investigaciones agronómicas estuvo dirigido a
lograr el máximo incremento de los rendimientos. Para ello, se recurrió masivamente al uso de sustancias xenobióticas cuyo impacto sobre la salud y el ambiente, en muchos caso, no fue lo suficientemente evaluado. Hoy en día, debido fundamentalmente a la precisión de las técnicas de diagnóstico, se está determinando la real magnitud de los efectos colaterales de esa revolución tecnológica. Lo que aparece a priori es que muchas de las prácticas utilizadas en la producción de alimentos
introducen residuos tóxicos en las cadenas alimentarias y en el ambiente, con los consiguientes
efectos sobre la salud. Así surgen, como problemática prioritaria para la Medicina, el estudio y seguimiento de las enfermedades transmitidas a través de alimentos, ya sean de origen microbiológico, químico o físico y, como desafío ineludible para la Agronomía, la búsqueda de técnicas productivas que conjuguen los rendimientos económicos con la inocuidad de los alimentos producidos y la
preservación del ambiente.
Esta consigna debe estar explícita y/o implícita en los objetivos de toda investigación, fundamentalmente porque debe ser parte de la conciencia colectiva de la que el mundo científico forma parte. Los científicos en general y los responsables de generar tecnologías innovadoras en el
campo agroalimentario, en especial, deben tener siempre presente que el universo de las comunicaciones ha puesto a disposición de la humanidad, entre otras cosas, el conocimiento necesario para
evaluar el efecto de determinadas prácticas agrícolas (uso indiscriminado de plaguicidas, semillas
transgénicas, hormonas, antibióticos, etc.). Esta información le permite al ciudadano común optar
entre ser indiferente a la calidad de los alimentos que ingiere o involucrarse y ejercer el derecho de
consumir alimentos “sanos”. Sin embargo, esto, no queda restringido a una decisión personal. Además de todas las valoraciones éticas que puedan hacerse sobre el tema, los efectos y las repercusiones que tiene la calidad de los alimentos sobre la salud del hombre y del ambiente son tan contundentes que existen reglas internacionales reguladoras del tránsito de los alimentos entre los
países productores y los consumidores. En tal sentido, los gobiernos deben aplicar el Principio Precautorio como guía en la toma de decisiones gubernamentales frente a peligros potenciales que
puedan dañar la salud y fijar barreras técnicas al libre comercio.
Por lo expuesto, es deber de los investigadores plasmar sólidos conocimientos sobre los procesos biológico-productivos implicados en la generación de alimentos y sus consecuencias, así como
señalar un camino de transferencia de dichos conocimientos, en el que los aspectos económicos se
fusionen y se equilibren con los valores éticos de las sociedades y las culturas.
María Cristina Pozzo Ardizzi
Editora
1
Descargar