recomendaciones metodológicas para el trabajo arqueológico en la

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RECOMENDACIONES METODOLÓGICAS
PARA EL TRABAJO ARQUEOLÓGICO
EN LA CIUDAD DE VALENCIA
(Revisión del 14 de enero de 2004)
INDICE
1. Introducción
2. El método estratigráfico
2.1. La estratigrafía arqueológica
2.1.1. Los inicios de una disciplina
2.1.2. Las leyes de la estratificación arqueológica
según E. C. Harris
2.2. Las unidades de la excavación
2.2.1. El concepto de unidad estratigráfica
2.2.2. La secuencia estratigráfica.
2.3. El diagrama estratigráfico
3. Procedimiento de la excavación
4. El sistema de registro
4.1. Ficha de estructura
4.2. Ficha de estrato
4.3. Ficha de esqueleto
5. Planimetría arqueológica
5.1. Dibujo de campo
5.1.1. Cómo realizar un Plano de Apoyo
Cartográfico (PAC).
5.1.2. El dibujo de unidades estratigráficas
5.1.3. Planos simples y planos compuestos
5.1.4. Cómo situar las cotas
5.2. Vectorización de datos planimétricos
5.2.1. Inserción, orientación y escalado de planos
escaneados
5.2.2. Vectorización de planos escaneados
5.2.3. Ajuste fino de los contornos en UUEE
colindantes
5.2.4. Gestión de capas
5.3. Altimetría: secciones y alzados
ANEXO 1: Reseña de los vértices
ANEXO 2: Topografía clásica
ANEXO 3: Formato de tipo de punto
ANEXO 4: Aspecto de las capas en altimetría
ANEXO 5: Parámetros de los levantamientos en Autocad
6. El informe arqueológico
7. Bibliografía
8. Artículos y trabajos de referencia
2
3
4
1. INTRODUCCIÓN
La actividad arqueológica es hoy un fenómeno habitual en nuestras
ciudades. La toma de conciencia sobre el valor del patrimonio
arqueológico como parte del acervo histórico común y la
constatación de que el registro estratigráfico urbano es inteligible
si se aborda con los medios adecuados, ha movido en la década
precedente a las Administraciones Públicas a arbitrar medidas de
salvaguarda y puesta en valor del mismo. Muchos Ayuntamientos
delimitaron, entre finales de los ochenta y principios de los
noventa, áreas de vigilancia arqueológica y aprobaron normativas
de protección dentro del marco del planeamiento urbanístico. Por
su parte, la Generalitat Valenciana sancionó la validez de estas
áreas de protección en la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano
de 1998, englobándolas dentro de los Bienes de Relevancia Local
y animando a las corporaciones locales a delimitar con precisión
todos aquellos espacios susceptibles de contener restos
arqueológicos. Asimismo, la ley dio carta de naturaleza a los
servicios municipales de arqueología, como departamentos
encargados del desarrollo de la actividad dentro de su término
municipal, si bien reservó para la Administración Autonómica
buena parte de la iniciativa y de los instrumentos de control que
hasta ese momento habían detentado los entes locales. Por último,
estipuló de forma harto prolija la forma y manera de conducir las
intervenciones arqueológicas, dejando un amplio margen a la
iniciativa privada.
A finales de los noventa el marco normativo estaba fijado, a falta
tan sólo de un reglamento específico de arqueología. Este hecho,
unido al auge del sector de la construcción, ha incentivado más si
cabe el desarrollo de la actividad arqueológica urbana,
promoviendo la consolidación de un colectivo de empresas y
profesionales liberales que, a fecha de hoy, actúan al unísono sobre
el solar de nuestras ciudades.
No debemos olvidar, sin embargo, que la ciudad constituye, por
muy extenso que sea su perímetro, un yacimiento único, y en
consecuencia debería ser abordado con criterios de actuación
unitarios. Ello pone de relieve la necesidad de establecer una
metodología de trabajo aproximadamente coincidente y unas
pautas de registro y representación de los datos unificadas para
todas las intervenciones, so pena de convertir éstas en actuaciones
aisladas, incapaces de producir conocimientos válidos sobre el
desarrollo histórico del yacimiento en cuestión.
Yendo un paso más allá, hoy en día la arqueología no es sólo un
camino para el conocimiento histórico, sino también un
instrumento para la gestión urbanística. Los avances en el
conocimiento del subsuelo proporcionan datos que son de gran
interés en la planificación de la ciudad y en la marcha diaria de la
construcción. Para ello, sin embargo, es necesario que los
resultados de los trabajos arqueológicos se integren en sistemas de
información globales.
5
Con estas premisas, el objetivo de este breve manual es sentar unas
bases para la descripción unificada del registro estratigráfico y la
normalización de los criterios de representación planimétrica con
el objeto de conformar un archivo de documentación integral sobre
la arqueología de Valencia, de acceso libre.
El manual se inicia con unas breves referencias al método
estratigráfico y a los sistemas de registro de la secuencia, partiendo
de la premisa de que la estratigrafía es la base del trabajo
arqueológico, especialmente en yacimientos complejos. Le siguen
algunas reflexiones primarias sobre el proceso de excavación, que
no pretenden en absoluto reemplazar los manuales al uso
(BARKER, 1977; CARANDINI, 1991; ROSKAMS, 2003) La
intención es completar el presente manual con futuras adendas
centradas en aspectos concretos del trabajo arqueológico, que irán
añadiéndose posteriormente.
6
2. EL MÉTODO ESTRATIGRÁFICO
Todo yacimiento arqueológico es estratificado, por tanto el
estudio y análisis de la estratificación es la única base sobre la cual
podemos construir una imagen fiable de lo acontecido
históricamente.
Pero no siempre la arqueología utilizó la ciencia estratigráfica,
como metodología de trabajo. A principios del siglo XX las
excavaciones consistían todavía en ”desenterrar” objetos y
estructuras constructivas. No será hasta la segunda mitad del siglo
cuando los arqueólogos europeos empezarán a fechar los estratos
antrópicos con los elementos materiales que contenían, de la
misma manera que los geólogos habían fechado desde el siglo
XVIII, los estratos de origen natural con los fósiles contenidos en
los mismos.
Será también a partir de este momento cuando la técnica de
excavación
se
depure
y normalice
progresivamente,
substituyéndose el uso de la retícula Wheeler, donde el sondeo era
la unidad del trabajo y de registro, por una excavación en área
abierta (P. Barker 1977) que permite estudiar globalmente las
estructuras y que éstas sean las que condicionen la delimitación en
áreas y sectores. La eliminación del diario de excavación y la
sustitución por el sistema de registro de fichas y los diagramas
estratigráficos de Harris completan la serie de mejoras técnicas
acaecidas en los últimos 25 años.
Mientras que la estratificación geológica se debe exclusivamente a
fuerzas naturales, la arqueológica es el resultado de fuerzas
naturales y humanas, separadas o combinadas entre si; por lo que
erosión, movimiento y deposición se entremezclan con obras de
construcción y ruina. La estratificación tiene siempre por lo tanto
una doble vertiente: presuponiendo siempre la ruina de las
estructuras anteriores y la formación de otras nuevas.
La formación de una estratificación tiene lugar por ciclos, es decir
a través de periodos de mayor o menor actividad incluso de pausa.
La acción está representada por los estratos y las estructuras y las
pausas por la superficie de los estratos que se llaman interfacies y
representan el periodo de exposición de un estrato.
De la misma manera que no se puede leer una inscripción romana
sin conocer el latín, no se puede indagar en el subsuelo sin conocer
las reglas de la estratigrafía. La arqueología estratigráfica se basa
en unas leyes geológicas fundamentales:
“Las técnicas arqueológicas se derivan de dos reglas geológicas:
1) Si el estrato A cubre al estrato B, es que B se depositó antes
2) Cada nivel o estrato data de un tiempo posterior al de la
manufactura del objeto más reciente que en el se halle. Estas son
las leyes de la estratigrafía y en teoría, nunca fallan. La Tierra se
Fig. 1. Estos dibujos representan la diferencia
entre la sección de una excavación realizada
correctamente, A, y una sección, B, donde el
método de excavación,, separa los estratos de los
muros.
7
ha formado por una serie de estratos, algunos depositados por el
hombre y otros por la naturaleza, y el trabajo del excavador
consiste en ir desmontándolos en sentido inverso a su orden de
formación” (Hume, 1975, p 68)
2.1.2. Las leyes de la estratificación arqueológica según E. C.
Harris
En 1979 se publica Principles of Archaeological Stratigraphy de
E.C.Harris. El autor realiza el estudio hasta el momento mas
específico sobre el proceso de estratificación en yacimientos
arqueológicos, haciéndose posible la independencia de la
estratigrafía arqueológica como materia de derecho propio frente a
la estratigrafía geológica. E. C. Harris formula cuatro leyes básicas
de la estratigrafía arqueológica:
- Ley de superposición: En una serie de estratos y elementos
interfaciales en su estado original, las unidades de estratificación
superiores son más recientes y las inferiores son más antiguas, ya
que se da por supuesto que una se deposita encima de la otra, o
bien se crea por la extracción de una masa de estratificación
arqueológica preexistente.
- Ley de horizontalidad original: Cualquier estrato arqueológico
depositado de forma no sólida tenderá hacia la posición horizontal.
Los estratos con superficies inclinadas fueron depositados
originalmente así, o bien yacen así debido a la forma de una
cuenca de deposición preexistente.
Fig. 2. Resumen de una secuencia estratigráfica. En A
se muestran todas las relaciones de superposición en
sección y en forma de Matrix Harris. B es la
interpretación de una sección según el Matrix,
representado en forma de secuencia estratigráfica en C,
según la Ley de sucesión estratigráfica
8
- Ley de continuidad original: Todo depósito arqueológico o todo
elemento interfacial estará delimitado originalmente por una
cuenca de deposición o bien su grosor irá disminuyendo
progresivamente hacia los lados hasta acabar en una cuña. Por lo
tanto, si cualquier extremo de un depósito o elemento interfacial
presenta una cara vertical, significa que se ha perdido parte de su
extensión original, ya sea por excavación o por erosión, por lo que
tal ausencia de continuidad debe tratar de aclararse.
- Ley de sucesión estratigráfica: Una unidad de estratificación
arqueológica ocupa su lugar exacto en la secuencia estratigráfica
de un yacimiento, entre la más baja (o más antigua) de las
unidades que la cubren y la más alta (o más reciente) de todas las
unidades a las que cubre, teniendo contacto físico con ambas, y
siendo redundante cualquier otra relación de superposición.
2.2. LOS UNIDADES DE EXCAVACIÓN
Al tener que reconocer en el terreno realidades diversas como
muros, revestimientos arquitectónicos, pavimentos, estratos de
tierra, etc... es necesario encontrar un término general que las
abarque a todas. Siguiendo la tradición metodológica italiana (A.
Carandini, Historias de la tierra p.56) las denominaremos unidades
estratigráficas. Una unidad estratigráfica es el resultado de una
acción, antrópica o natural, que deja una impronta en el
registro material. Clasificaremos las UU.EE en estratos,
depósitos de sedimentos de origen natural o antrópico y
estructuras, aquellas UU.EE que han sido “construidas”
antropicamente.
Un conjunto de unidades estratigráficas dirigidas a una actividad
común constituyen un hecho o unidad de actividad. Un conjunto
de unidades de actividad conforman una fase y a su vez diferentes
fases, un periodo.
Una unidad estratigráfica se convierte en interpretable solo cuando
se inserta en el sistema de relaciones que la une a las otras. Dichas
relaciones se presentan en un primer momento como relaciones
físicas, las cuales pueden ser reconducidas simplificándolas en
relaciones relativas en el tiempo dentro de una secuencia
estratigráfica. O sea, en primer lugar documentamos el
cubre/cubierto y solo a continuación comprendemos el después y
el antes.
Una secuencia estratigráfica se define como el orden de la
deposición de los estratos y la creación de elementos interfaciales
a través del paso del tiempo en un yacimiento arqueológico. La
secuencia estratigráfica se crea mediante la interpretación de la
estratificación de un yacimiento según las leyes estratigráficas de
E. C. Harris. Las relaciones estratigráficas, se trasladan, de
acuerdo con la Ley de Sucesión Estratigráfica, a una hoja de
Matrix Harris, configurando así una secuencia estratigráfica. El
uso de este método durante la excavación permite la construcción
de la secuencia sobre el papel a medida que el trabajo progresa.
Fig. 3. Esta ilustración muestra la construcción de una
secuencia estratigráfica, a partir de una sección.
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2.3. EL DIAGRAMA ESTRATIGRÁFICO
1001
A mediados de los años setenta Edward C. Harris propuso
representar mediante un diagrama arborescente la secuencia
estratigráfica de un yacimiento arqueológico. El Matrix Harris es
un instrumento de representación y análisis muy útil para
contextos pluriestratificados, como es el caso de la arqueología
urbana, donde la complejidad del registro y las dimensiones de las
actuaciones requieren una metodología que permita interrelacionar
todas las unidades estratigráficas en un conjunto coherente.
1002
1003
1004
1005
A
1001
B
1001
1002
1002
1003
1003
1005
El Matrix Harris parte del principio de transformar las relaciones
físicas existentes entre las unidades estratigráficas (cubre, corta,
rellena, se adosa) en un esquema de relaciones temporales
(anterior, posterior o contemporáneo) de manera que todas las
unidades estratigráficas puedan ser reunidas en un mismo
diagrama.
1001
1004
1004
Las reglas básicas para construir un diagrama estratigráfico son las
siguientes: (A. Carandini. Historias de la tierra)
1005
1005
1. La relación estratigráfica entre dos unidades se expresa
con líneas de conexión entre sus dos números.
Mal
Bien
1001
2. Las conexiones en forma de H son equívocas y expresan
relaciones entrecruzadas que no existen.
1007
A
1018
1024 1035
1043
Mal
1039
1412
1001
1007
a) en el primer caso, la relación entre la unidad
estratigráfica en cuestión y la unidad estratigráfica más tardía de
todas las más antiguas.
B
1024
1018 1035
1043
Bien
1039
1412
Fig. 5.
Diagrama estratigráfico: (A) mal dispuesto; (B)
bien dispuesto (las UUEE 1018 y 1024 se han invertido).
10
3. La secuencia estratigráfica arqueológica representada en
diagrama no puede expresar relaciones físicas entre las
unidades
estratigráficas.
Mientras
la
relación
estratigráfica es tan sólo una, es decir, “cubre/ cubierto
por” = “después /antes” las relaciones físicas son
innumerables. Así pues en un diagrama las tres
dimensiones
topográficas,
intraducibles
en
la
bidimensionalidad del papel, pueden ser introducidas
reduciéndolas a la bidimensionalidad cronológica de un
“antes” y de un “después”. Solo se deben pues, expresar
las relaciones esenciales entre las unidades, descartando
líneas redundantes. Esto se obtiene aplicando
rigurosamente la Ley de la sucesión estratigráfica: “la
relación esencial de cualquier unidad estratigráfica a) con
las más antiguas o b) con las más recientes es:
b) en el segundo caso, la relación entre la unidad
estratigráfica en cuestión y la unidad estratigráfica más antigua de
todas las más recientes.
4. Al construir el diagrama hay que estudiar la disposición
más conveniente de las diversas ramas para evitar inútiles
mezclas de líneas. El orden ideal sería el que hace
corresponder la serie de ramas de la secuencia de
izquierda a derecha con la de una visita guiada a un
edificio.
La elaboración del diagrama estratigráfico ha de correr paralela al
ritmo de la excavación. Desarrolla una función de guía esencial en
todas las trabajos de síntesis posteriores a los trabajos de campo,
desde el estudio de los materiales, a la identificación de las
actividades (hechos), de los grupos de actividades (fases) y la
periodización de la secuencia estratigráfica. (Ver Anexo III:
“Software convencional aplicado a usos arqueológicos específicos.
El diseño de diagramas estratigráficos”)
11
3. PROCEDIMIENTO DE EXCAVACIÓN
En las zonas urbanas el depósito arqueológico suele estar muy
alterado por la ocupación continuada. Nivelaciones, rebajes y
desmontes parciales o totales, reutilizaciones y saqueos de
estructuras, fosas y pozos, cavas y sótanos están a la orden del día,
dando como resultado un registro histórico lleno de lagunas, que la
pericia del arqueólogo debe completar partiendo de la observación,
la reflexión y el análisis.
Fig.7.- En las excavaciones urbanas, rebajes y nuevas
construcciones pueden cancelar momentos enteros de
estratificaciones.
Dibujos y observaciones de Andrea Carandini, 1990
Fig. 8.- Si se excava 1 y luego 2 el proceso es correcto. Pero si se
excava primero 2, 1 cae sobre 2 mezclándose con él y contami–
nándolo (a no ser que se apuntale 1)
Dibujos y observaciones de Andrea Carandini, 1990.
Fig. 9.- Para identificar las relaciones de superposición física entre
los estratos 1 y 2 hay que incidir con “la rasqueta” en el límite entre
1 y 2. Entonces se ve que 1 sigue por debajo de 2, que por lo tanto
lo cubre.
Puede ocurrir que se incida de forma errónea, hacia el estrato
cubierto. Hay que repetir la operación en la dirección adecuada, que
es la inversa
Dibujos y observaciones de Andrea Carandini, 1990.
12
La excavación en área abierta (Barker,1977) constituye un eficaz
instrumento a la hora de actuar en este tipo de yacimientos, pues
facilita la comprensión global del espacio excavado sin las
limitaciones de percepción que comporta el trabajo mediante catas.
Cuando la extensión del área excavada requiera el trabajo de más
de un arqueólogo, habrá que replantearse la estrategia adecuada de
excavación para evitar que se pierda la visión unitaria de la
actuación. Cada sector no puede convertirse en una excavación
independiente y aislada de su contexto. Aunque en un principio la
división del espacio será totalmente arbitraria, a medida que
avance la excavación, los diferentes estratos y estructuras irán
agrupándose hasta convertirse en espacios reconocibles: casas,
calles, talleres artesanos etc... Lo más adecuado es que sólo un
arqueólogo se haga cargo de un espacio ya identificado, evitando
así fichas duplicadas y confusiones metodológicas. Esta “división”
del espacio de excavación entre los arqueólogos al frente de la
misma no debe ser nunca rígida, sino cambiante en función de los
hallazgos y la marcha de los trabajos, para evitar parcelaciones
artificiales que limitarían la interpretación. Además, en todo
momento debe existir cierta “permeabilidad” en el manejo de la
información de las áreas colindantes, pues ello estimula la
discusión y la reflexión.
Los depósitos arqueológicos deben excavarse siempre respetando
sus propias formas y contornos, siguiendo el orden inverso al cual
se han formado, esto es, de los más modernos a los más antiguos.
A la hora de proceder al desmonte debemos tener presente que
entre dos unidades estratigráficas contiguas necesariamente existe
una relación de anterioridad o posterioridad; por ello, sólo
retiraremos aquella UE que no se halle ni tan solo parcialmente
cubierta (desde el punto de vista estratigráfico) por otras unidades
estratigráficas. Ciertamente en ocasiones resulta difícil apreciar
estos matices en planta. De hecho, esta es una de las mayores
dificultades con las que se encuentra diariamente el arqueólogo. La
textura y composición, el color, el grado de compactación, incluso
el olor y el sabor son aspectos que nos pueden ayudar a distinguir
un estrato, pero en todo caso, la limpieza es la condición sine qua
non para ello. De hecho, la mayoría de problemas de identificación
se resuelven tras haber limpiado perfectamente el área de
excavación. En último extremo, puede ser de ayuda mojar la
superficie del estrato. Si aún así no somos capaces de distinguir los
límites de un estrato o el orden de superposición entre dos estratos
contiguos, conviene rebajar unos pocos centímetros para salir de
dudas, pues es mejor destruir poco en una superficie amplia que
mucho en una reducida.
Se deben observar con atención los estratos de destrucción y de
abandono, considerados generalmente de poca importancia, y que
en realidad son fundamentales para reconstruir el alzado de un
edificio en ruinas. A este respecto, es fundamental observar y
registrar la posición tridimensional dentro de un mismo estrato de
los materiales de construcción y de la decoración arquitectónica, si
la hubiera, pues ello nos permitirá hipotetizar sobre la
configuración original del edificio excavado. Lo mismo se puede
decir, de cara a la interpretación funcional de una determinada
estancia, de las concentraciones de materiales dentro de un estrado
de destrucción, pues su distribución puede indicar el perímetro
dentro del cual se ha desarrollado ciertas actividades productivas o
domesticas.
No se puede excavar correctamente una estructura sin comprender
como fue construida. Antes de desmontar una estructura debemos
comprender en lo posible su función. Ello implica documentarse
sobre las técnicas constructivas históricas y comprender y describir
correctamente la fábrica de cada estructura, para lo cual es esencial
la limpieza de los paramentos.
Finalmente, debemos tener presente que la alteración del depósito
arqueológico, sea por la causa que sea, no justifica jamás el
abandono del método estratigráfico, dado que cada una de las
acciones de alteración puede ser identificada e interpretada dentro
de la secuencia. Nada puede por lo tanto escapar a las reglas del
juego estratigráfico.
Fig.10.- La caída o el abandono de materiales
concentrados en un lugar determinado puede indicar
el uso de dicho espacio o ayudar a la reconstrucción
de la edificación.
Dibujos de Andrea Carandini, 1990.
13
14
4. EL SISTEMA DE REGISTRO
El sistema de registro se apoya en fichas normalizadas para la
descripción de estratos, estructuras y esqueletos. En 2003 concluyó
una nueva revisión de las mismas, que ahora incluyen pautas para
la descripción de los elementos, ejemplos y terminología. Se ha
procedido así para clarificar los conceptos terminológicos y ayudar
a la hora de identificar y describir las unidades estratigráficas
El SIAM dispone de fichas en papel y en formato PDF. Las fichas
manuales se han impreso sobre papel de diferentes colores para
distinguir unas de otras al primer vistazo; convencionalmente se ha
asignado el amarillo a las fichas de estrato, el naranja a las de
estructura y el azul a las de esqueleto. Si se imprimen las fichas
desde el soporte pdf conviene mantener esta pauta de colores.
Actualmente se está adaptando la versión de GEA+ para incluir las
novedades introducidas en esta última revisión.
Las nuevas fichas incluyen mayor número de campos que las
anteriores, y siempre que ha sido posible éstos se someten a
respuestas cerradas mediante opciones. No obstante, se ha
aumentado el espacio destinado a los campos de redacción libre.
Ello ha sido posible gracias a un mejor aprovechamiento del
espacio, a la reducción de la tipografía y a la eliminación de
algunos campos de sentido ambiguo o redundantes.
A continuación se describen pormenorizadamente todos los
campos.
4.1. CAMPOS COMUNES A LOS TRES FORMATOS
IDENTIFICACIÓN
Fecha.- Día, mes y año de redacción de la ficha.
Localización en la intervención.- Situación aproximada de la UE,
referenciada siempre con respecto a los puntos cardinales
Acrónimo.- Abreviatura que identifica la intervención para
simplificar el proceso de registro, evitar confusiones y facilitar el
tratamiento informático posterior.
El SIAM utiliza un sistema normalizado de seis caracteres
alfanuméricos que identifican el área de excavación, precedidos
de uno o dos caracteres numéricos para la campaña.
15
Hecho.- Si procede, número de hecho al que pertenece la
estructura. A este respecto, es preocupante la tendencia, cada vez
más frecuente, a ignorar las agrupaciones de UUEE en hechos,
siendo que es un instrumento muy útil para simplificar el análisis
estratigráfico del depósito. Conviene volver a la práctica canónica
y cumplimentar las fichas de hecho existentes.
N° de U.E.- Número asignado a cada unidad estratigráfica.
Convencionalmente la secuencia comienza por el número 1001 y
continua correlativamente. En intervenciones muy grandes es
posible utilizar unidades de millar o decenas de millar
independientes para diferencias las UUEE de los diferentes
sectores.
Datación provisional.- Datación relativa basada en la secuencia
estratigráfica.
Basada en.- Estratigrafía,
numismáticos, etc.
material
cerámico,
hallazgos
Fiabilidad Estratigráfica.- Se debe especificar si la estratigrafía
esta intacta o si se advierten alteraciones que hagan dudar de su
fiabilidad.
Argumentos.- En el caso de que la estratigrafía esté alterada hay
que especificar a que es debido.
Tipo.- En el caso de los estratos, hay que indicar si es de origen
antrópico o natural. En el caso de estructuras determinar su
tipología (muro, cimiento, fosa, brocal, etc.). No existe este campo
en las fichas de esqueleto.
Conservación.- Estado en el cual se encuentra la UE y destino
final de la misma. Es particularmente útil en el caso de las
estructuras.
ESTRATIGRAFÍA
Es importante completar todos las recuadros, identificar y recoger
las máximas relaciones estratigráficas que permitirán componer la
secuencia estratigráfica del yacimiento. A la derecha hay una
plantilla donde se puede realizar un pequeño matrix-harris con las
relaciones estratigráficas más relevantes.
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CROQUIS Y NOTAS
Croquis aproximado de la forma de la UE y de las unidades
colindantes. El objetivo del cróquis no es reemplazar a la
fotografía, ni realizar una transposición del levantamiento
planimétrico. Su finalidad es reflejar la configuración y
disposición de los elementos en análisis, y para ello es necesario
introducir en él tantas anotaciones y esquemas sean necesario.
NOTA. A este respecto, es especialmente desaconsejable
fotocopiar o calcar un área parcial de la planimetría y pegarla en
lugar del croquis.
En la presente versión se ha unificado el área de croquis en las
fichas de estrato y de estructura, situándola en ambas en el
anverso, pues ello facilita la identificación de la UE. Se ha incluido
también un área similar en la ficha de esqueleto, si bien algo más
pequeña.
A la derecha del croquis aparece una tabla doble para anotar las
cotas, cada una de ellas identificada mediante una letra, con
casillas independientes para cotas superiores e inferiores. Con la
inclusión de este elemento, novedad de la presente versión, se
pretende mejorar el proceso de lectura y registro de cotas (que es
causa comprobada de numerosos errores) y su automatización
posterior al objeto de referenciar toda la altimetria de la
intervención sobre el nivel del mar. El proceso exige un ejercicio
de trabajo en común de arqueólogo y dibujante, pues ambos
deberían registrar las cotas a un tiempo (uno en la ficha y otro en
el plano), marcando una letra en el punto de cota y anotando en la
tabla lateral la cota leída.
Las fichas en soporte papel tienen un número limitado de campos
de cota, lo que no sucede en la versión informática. Si, debido a la
gran extensión de una UE, es necesario registrar más cotas, éstas
se deben anotar en alguna otra parte de la ficha (e indicarlo así) o
en un folio adjunto grapado a la ficha.
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MUESTRAS, FOTOGRAFIA Y AUTOR
Muestras.- Anotar si se han recogido muestras, de qué tipo y de
qué parte de la UE són.
Registro fotográfico.- Casilla para anotar si se ha fotografiado la
UE con película negativa, diapositiva o digital. Esta última opción
va camino de imponerse por la constante mejora de calidad y el
abaratamiento de los equipos, pero no es aconsejable realizar la
documentación fotográfica de la intervención exclusivamente por
medios digitales si la cámara no tiene al menos una resolución de 4
megapixels. Por debajo de éstos es preferible utilizar cámaras
convencionales, aunque se pueda usar el equipo digital como
apoyo en la documentación.
Se deben marcar las diferentes casillas y anotar al pie el número de
registro fotográfico. A este respecto, el SIAM ha introducido
novedades en la forma de registrar las tomas fotográficas, por lo
que conviene solicitar las pautas a seguir si se quieren acomodar
las tomas a los criterios de archivo del centro.
Autor.- Nombre y apellido del autor de la ficha.
En la ficha de esqueleto estos tres campos están repetidos, pues el
proceso de excavación del enterramiento y de estudio del esuqleto
puede entrañar procesos de registro y de toma de muestras
diferentes, realizados incluso por personas diferentes.
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4.2. CAMPOS PROPIOS DE LA FICHA DE ESTRATO
DESCRIPCIÓN
En el margen izquierdo se incluyen unas PAUTAS para la
descripción del estrato.
Textura.- Se debe comenzar siempre por la caracterización de la
textura del estrato (tamaño de grano), compuesto por una
proporción variable de elementos de fracción fina y de fracción
gruesa, los cuales describiremos por separado, indicando el
porcentaje aproximado de una y de otra en el estrato (lógicamente,
la suma del porcentaje de la fracción fina y de la fracción
gruesa debe ser igual a 100).
Por fracción fina entendemos las arenas, arcillas y limos, así como
sus estadios intermedios, y en el reverso de la ficha disponemos de
un cuadro que nos permite identificarlos.
La fracción gruesa, por su parte, se compone de gravas, cantos y
bloques, de tamaño progresivamente mayor. Debemos anotar la
proporción de cada uno de ellos (si existe fracción gruesa, la
suma de los tres componentes de la misma debe ser igual a
19
100) y su forma, guiándonos para ello del cuadro que hay en el
reverso de la ficha.
Composición.- Son todos aquellos elementos añadidos al suelo
original, los cuales distinguimos convencionalmente entre
orgánicos e inorgánicos, asignándoles a cada uno de ellos una
frecuencia de 0 a 3.
Por último se señalará la presencia de pistas o perforaciones en el
estrato, producto de actividad animal o vegetal y, por lo tanto,
indicación de que en algún momento estuvo expuesto a la
intemperie e incluso empleado como tierra de labor.
Una vez cumplimentados estos campos, hay que describir el
estrato mediante redacción libre, haciendo alusión a cuantos
aspectos consideremos significativos (color, olor, sabor, estado de
compactación, grado de humedad) y comparándolo con los estratos
adyacentes.
Para la descripción de los estratos de formación natural, en el
reverso de la ficha hay una serie de ejemplos que nos ayudan a
describir con mayor precisión el proceso de sedimentación
INTERPRETACIÓN
Campo de redacción libre para dejar constancia, a criterio del
arqueólogo, del proceso de formación del estrato y su naturaleza.
En la esquina inferior del campo hay dos apartados para dejar
constancia de la técnica de excavación y de si se ha cribado la
tierra o no.
20
MATERIALES RECUPERADOS DEL ESTRATO
Este aparatado de la ficha tiene gran importancia, pues permite
realizar un primer inventario de los materiales y ayuda a conocer
su volumen a efectos de almacenamiento y estudio. Se compone de
tres partes.
Volumen de material.- Se trata de una valoración subjetiva sobre
la cantidad total de material (de cualquier tipo) recuperado del
estrato. Su cumplimentación es imprescindible para que tengan
sentido las anotaciones parciales de los diferentes tipos cerámicos.
Inventario preliminar.- Relación de los materiales más
frecuentes en el registro arqueológico de Valencia. Se debe indicar
su frecuencia, siempre por relación al volumen total de material
(por ejemplo, unos pocos fragmentos de Ánfora hispánica pueden
equivaler a un 3 de frecuencia si el volumen total de material es
Muy escaso [1], o apenas a un 1 si es abundante o muy abundante).
Comentario.- Valoración preliminar de los materiales, indicando
los elementos más significativos, la homogeneidad o
heterogeneidad del conjunto y aventurando una primera hipótesis
de cronología y, si procede, de funcionalidad del conjunto.
21
22
4.3. CAMPOS PROPIOS DE LA FICHA DE ESTRUCTURA
DESCRIPCIÓN
En el margen izquierdo se incluyen unas PAUTAS para la
descripción de la estructura
Descripción.- Hay que comenzar por describir el tipo de
estructura, su forma y dimensiones generales, para pasar a
continuación a la técnica constructiva. La variedad de estructuras
constructivas es enorme, por lo que resulta difícil exponer criterios
generales. No obstante, en el reverso de la ficha hay una guía de
ayuda donde se describen algunas de las más usuales y se indican
los aspectos que se deben tener en cuenta en cada caso.
También es importante describir el tipo de aglutinante: mortero,
argamasa, cemento etc. Especificar el color y la consistencia de los
morteros resulta de gran ayuda para saber si hay más o menos cal
en las mezclas o incluso si es un mortero de yeso.
Hay que diferenciar entre muros y cimientos, ambos deben llevar
números de U.E distintos. A la hora de describirlos es importante
diferenciar los dos paramentos, y hacerse preguntas como ¿hay
alguna diferencia entre ambos? ¿hay restos de enlucido? ¿Son
muros externos o de división interna ? etc...
Algunos aparejos de
piedra frecuentes, e
instrumentos de labra
con sus respectivas
improntas
Cuando las múltiples refracciones de una estructura dificultan
detectar la técnica constructiva original es de mucha utilidad,
durante el proceso de desmonte, intentar seguir a la inversa el
proceso de construcción.
23
Aparejos de ladrillo más frecuentes,
terminología y tipología del tapial
(incluyendo diez campos para registrar
la altura de las sucesivas tapias) y
algunos ejemplos habituales de
pavimento
Si se trata de una construcción de ladrillos hay que medir al menos
25 de ellos, escogiendo piezas completas y siempre con precisión
milimétrica (si no, es inútil el esfuerzo). Partiendo de datos
precisos de un número significativo des estructuras se podrá
construir con el tiempo una curva mensiocronológica latericia,
aplicable al conjunto intervenciones futuras. En el reverso de la
ficha hay una tabla específica para anotar las medidas. Esto es
válido tanto para los muros como para los pavimentos.
Es importante también identificar las reutilizaciones de fragmentos
escultóricos en los cimientos y paredes y que queden reflejados “in
situ” en el dibujo de los alzados.
Los revestimientos de los muros se identificarán con números de
U.E propios y también se recogerán en los dibujos de los alzados.
24
Si es posible habrá que recoger evidencias de uso de instrumentos
de trabajo de cantería: destral, bujarda etc... (ver reverso) y marcas
de picapedrero, estas deberán de ser dibujadas, fotografiadas y
descritas individualmente.
La naturaleza y el tratamiento de los espacios entre ladrillos
también nos puede proporcionar información sobre el tipo y
apariencia del edificio (ver reverso de la ficha).
Aparejo.- Con independencia de la descripción librem hay que
cumplimentar este campo a efectos de indexación.
Dimensiones.- Longitud, anchura y altura-grosor conservados de
la estructura
Orientación.- En todas aquellas estructuras que tengan una
orientación definida, se deberá registrar ésta con brújula. En los
muros se buscará su frente más regular, y en caso de no tenerlo se
hará la lectura sobre su eje longitudinal, procedimiento a aplicar en
todos aquellas estructuras de contornos desiguales. El campo
permite registrar una segunda orientación relevante de la
estructura.
INTERPRETACIÓN
La interpretación de un elemento estructural pasa por comprender
la relación de éste con otros elementos con los que pueda
funcionar. No hay que dudar a la hora de intentar detallar
representaciones tridimensionales de unidades estructurales, ya
que tenemos que tener presente que estamos tratando con un tipo
de unidades estratigráficas que sólo pueden ser completamente
entendida cuando se los considera en sus tres dimensiones. Es de
gran ayuda para realizar una buena interpretación hacerse este tipo
de preguntas: ¿Dónde estaba el nivel de suelo pisable
contemporáneo a un muro y su cimiento? ¿Cierto paramento es un
muro visto o un cimiento? Etc...
25
26
4.3. CAMPOS PROPIOS DE LA FICHA DE ESQUELETO
DISPOSICIÓN
En el pequeño croquis de la izquierda se debe dibujar de forma
esquemática la posición de cabeza, tronco, piernas y brazos del
esqueleto, así como su orientación, medida en grados, de pies a
cabeza (la mejor manera de orientar un esqueleto es a partir del eje
imaginario que va desde la pelvis hasta el centro del cráneo). Cabe
recordar que la orientación de las sepulturas, así como la de los
cuerpos, puede contribuir de manera definitiva a conocer la
adscripción cultural de una necrópolis, por lo que hay que poner
especial atención en ello.
NOTA. En el croquis de disposición no se deben anotar cotas. Para
ello se empleará el espacio de dibujo que hay en la parte inferior
de la ficha.
Junto a éste croquis hay una serie de casillas de que resumen
textualmente la posición el cuerpo. Es necesario cumplimentarlas
para poder indexar la disposición del esqueleto.
Finalmente, a la derecha hay varias preguntas acerca de la
articulación del esqueleto, que completan la disposición. La
orientación se mide en grados. La mejor manera de orientar un
esqueleto es a partir del eje imaginario que va desde el cráneo
hasta el centro de la pelvis. La orientación de las sepulturas, así
como la de los cuerpos, puede contribuir de manera definitiva a
conocer la adscripción cultural de una necrópolis.
DESCRIPCIÓN
Conviene comenzar por la identificación del ritual de
enterramiento: incineración o inhumación. Y dentro de éstos los
diversos subtipos: “busta” y “loculi” en el caso de las
incineraciones, y primario o secundario, individual o colectivo en
el caso de las inhumaciones.
Si se trata de una incineración hay que especificar los huesos
identificados y si la superficie de éstos está agrietada, curvada,
27
resquebrajada o torcida, datos que dan información sobre la
temperatura a la que se produjo la cremación.
En las inhumaciones al aspecto y disposición general del esqueleto
o esqueletos, así como la coloración de los huesos. A continuación
hay que intentar determinar si el cuerpo se ha descompuesto en
medio vacío o en medio colmatado. En el primer caso nos
encontraremos con la mandíbula y las rótulas desencajadas, pues el
cuerpo se descompuso en el interior de un ataud. Por el contrario,
si el esqueleto se encuentra “comprimido”, ello nos indicaría que
el cuerpo fue amortajado con vendas y enterrado sin ataúd, por lo
que la tierra y que la tierra lo cubrió por completo.
NOTA. Una atenta observación del esqueleto nos permitirá
advertir signos de amortajamiento, si los hubiera. A este respecto,
hay que parar atención a la existencia de agujas, hebillas o
cualquier otro tipo de “pasador” junto al esqueleto, que pudieron
haberse empleado para sujetar la mortaja. Si las manos o los pies
aparecen juntos, seguramente fueron atados; mientras que si se
aprecia compresión a la altura de los hombros (que se advierte por
la posición forzada de las clavículas), podemos suponer que la
mortaja se ciño a esta altura con ligaduras.
En la medida en que se pueda hay que hacer una observación
general e intentar definir edad y sexo, con independencia de que se
indique en el reverso de la ficha.
28
CONTEXTO
Aquí debemos describir el contexto estratigráfico que acompaña al
esqueleto, tanto si se trata de un enterramiento (caso más
frecuente) como de cualquier otra circunstancia.
En el caso de contexto funerario, se debe señalar y describir la
sepultura y el receptáculo del cuerpo o cuerpos, así como los
estratos asociados y el material hallado en ellos. Es conveniente
hacer un croquis detallado de la disposición del enterramiento en
el área de dibujo que hay a la izquierda, indicando las cotas.
La descripción del contexto no excusa la redacción de fichas
independientes para cada uno de los estratos, estructuras o
enterramientos que lo conforman.
DATOS ANTROPOLÓGICOS Y PALEOPATOLÓGICOS
Un análisis antropológico y paleopatológico en profundidad
requiere de la tranquilidad del laboratorio para ser llevado a cabo,
pero en ocasiones es posible adelantar el trabajo durante el proceso
de excavación. Con este objeto se incluyen toda una serie de
campos que permiten una descripción preliminar minuciosa de
cada esqueleto.
Área de dibujo del esqueleto.- Se deben señalar (a poder ser con
lápiz o bolígrafo de color) los huesos conservados. A la izquierda
hay varios campos para anotar el sexo y el grupo de edad.
Cráneo.- Marcar alguna de las opciones de cada concepto y
matizar o ampliar la información en el espacio inferior.
Dentición.- Los dibujos representan los diferentes grados de
desgaste dental. Será la observación detenida la que permitirá
optar por una u otra opción.
29
Esqueleto Postcraneal.- En el recuadro “LONGITUD” hay que
medir todo el esqueleto desde el cráneo hasta los pies. En los
campos HÚMERO, RADIO, CÚBITO, FÉMUR, TIBIA,
PERONÉ, hay que tomar las medidas desde los puntos más
distantes (si sólo se mide un hueso, es preferible que sea el
derecho). No hay que tomar medidas de huesos que tengan alguno
de sus extremos deteriorados, ya que estos no aportan ninguna
información. Los recuadros COXAL y COLUMNA VERTEBRAL
son meramente descriptivos a partir de la observación.
Observaciones.- En este último recuadro, se han de especificar
todas aquellos datos antropológicos y paleopatológicos que se
hayan observado y no se hayan especificado anteriormente
30
5. PLANIMETRÍA ARQUEOLÓGICA
Todas las disciplinas orientadas al análisis, medición y diseño del
territorio han experimentado en la última década un fuerte impulso
de la mano de la tecnología. Hoy en día es inconcebible el
levantamiento de mapas sin el concurso de ortofotos, equipos GPS
o estaciones totales, como resulta impensable dibujar los planos de
una edificación sin programas de diseño asistido por ordenador. En
pocos años los equipos y programas se han sofisticado
enormemente, reduciendo sus costes y simplificando su manejo.
En este contexto, seguir practicando la arqueología con los
rudimentos tradicionales de la profesión, no solo resulta
anacrónico sino que la aleja de las disciplinas con las que comparte
entorno de trabajo. La arqueología, y en particular la arqueología
de intervención, necesita realizar una revisión en profundidad de
los procesos de registro de excavación, y muy en especial de la
planimetría arqueológica.
No es necesario enumerar las ventajas de poseer cualquier tipo de
información en formato digital, pero en el caso de la información
gráfica cobra más importancia si cabe. Al transformar esta
información se consigue ahorrar espacio de almacenamiento,
facilitar la conservación y homogeneizar los datos de distintas
excavaciones, ofreciendo gran flexibilidad de consulta.
Con el método tradicional, las unidades eran dibujadas en planos
simples o parciales, posteriormente se pasaban a planos generales
y finalmente a tinta, con el aumento de error que esto ocasiona. La
digitalización planimétrica ahorra estos pasos: se dibuja en la
excavación y se vectoriza directamente mediante un programa de
cad. En cualquier momento se puede imprimir planos generales o
parciales con cualquier hipótesis de trabajo que el arqueólogo
considere, evitando problemas varios, como por ejemplo tener que
repetir un plano a tinta entero por el cambio de datación de una
unidad estratigráfica y su paso consiguiente a otro plano. El paso
de los dibujos de excavación a ordenador no supone un trabajo
adicional, ni un mayor esfuerzo.
A continuación se describe el procedimiento de trabajo utilizando
el programa Autocad. Resultados muy similares pueden obtenerse
con Microstation a partir de la versión XX (con versiones
anteriores existen problemas a la hora de intercambiar ficheros).
Antes de pasar adelante, debemos insistir en la conveniencia de
trabajar con ordenador en la misma excavación. Ello permite
consultar los levantamientos realizados directamente sobre la
pantalla, sin tener que recurrir a planos en papel, con frecuencia
muy engorrosos de manejar y que acarrean un coste nada
desdeñable. Además, elimina los continuos desplazamientos del
dibujante y los retrasos a la espera del plano. Como veremos a
continuación, muchas UUEE pueden dibujarse utilizando trazados
coincidentes de unidades contiguas, y ello es extremadamente
sencillo si se hace a pie de cata.
31
En último extremo, el método que se describe a continuación exige
una mayor integración del trabajo de arqueólogo y dibujante, lo
que redunda en un mayor rigor en el análisis de la excavación.
32
5.1. EL DIBUJO DE CAMPO
A la hora de planificar una intervención arqueológica, el SIAM
proporcionará, si se solicita, un archivo en formato Autocad,
especialmente diseñado para que sea utilizado como plano-base en
el trabajo planimétrico. Se denomina con el acrónimo de la
actuación
seguido
de
“_planimetría”
(por
ejemplo,
1TRESAL_planimetría).
En él se incluye el entorno urbano donde se sitúa la parcela
catastral1 y los vértices o puntos de cota conocida que
emplearemos para la nivelación, esto es para determinar la altura
del punto 0 en relación con el nivel del mar (Ver anexo 1). La
parcela está situada en coordenadas UTM, con lo cual los
elementos que dibujemos dentro de ella estarán automáticamente
referenciados al plano urbano2. Ploteando este archivo a escala
1:20 obtendremos, si lo consideramos necesario, un plano-base en
papel sobre el que trabajar durante la excavación.
Antes de comenzar con los trabajos de excavación, y en todo caso
antes de dibujar unidades estratigráficas (UUEE), es necesario
levantar un plano de referencia general que nos permita situar la
cata arqueológica dentro de los límites de la parcela catastral y
colocar una serie de apoyos al dibujo que nos serán de utilidad
posteriormente. Es lo que denominamos Plano de Apoyo
Cartográfico (PAC).
5.1.1 Como realizar un Plano de Apoyo Cartográfico (PAC)
La parcela real (el solar) no siempre coincide con la parcela de
catastro. De hecho, lo normal es que existan divergencias entre
ambas. Por ello, el dibujante deberá comprobar, como primer paso,
la correlación entre el plano-base suministrado por el SIAM (si se
desea, ploteandolo sobre papel) y la parcela real.
Si existen divergencias, dibujaremos la parcela real sobre la
parcela catastral, pero sin modificar aquella. Para ello, lo más
adecuado es dibujar los límites exactos de la parcela y ajustar la
posición de su fachada mediante referencias significativas del
entorno, en particular esquinas de manzanas colindantes, pero
nunca elementos de mobiliario urbano, cuya posición, pueda
variar.
Fig. 11.- Con frecuencia existen diferencias significativas
entre la parcela catastral (en línea discontinua) y la parcela
real (en rojo.
1
No siempre es fácil identificar los límites de la parcela catastral, ya que
con frecuencia el solar en el que se actúa está cubierto de maleza o
escombros o no presenta un frente o unos límites definidos. La parcela
catastral comienza en la parte exterior de los muros de fachada y finaliza
en el punto medio de los muros medianeros.
2
Es decir, que si una vez dibujado el plano de excavación lo insertamos
en el plano general de la ciudad automáticamente “caerá” en su posición
correcta sin necesitar ajustes de ningún tipo.
33
A continuación el arqueólogo determinará las dimensiones y
localización de la cata o catas a realizar, los sectores en que se
dividen éstas —si es el caso—, y la posición del Punto 0. El
dibujante los trazará sobre el terreno y los situará sobre el planobase.
Seguidamente el dibujante marcará sobre el terreno las piquetas
necesarias para comenzar el dibujo, trasladándolas igualmente al
plano-base e identificándolas con un número o letra. Para la exacta
colocación de las piquetas con validez topográfica conviene
apoyarse, al menos en las primeras, en referencias externas a la
parcela. A medida que se vaya profundizando en el depósito
arqueológico será necesario fijar nuevas piquetas, que de nuevo se
deberán situar en el plano-base.
Este plano deberá modificarse si el área de excavación sufre algún
cambio en sus límites durante la intervención.
NOTA.- El PAC es el plano de referencia general de la
excavación. En él deben figurar, por lo tanto, todas las referencias
topográficas y todas las piquetas usadas para el dibujo, así como
cualquier cambio en los límites del área excavada.
Es importante poner especial atención en el replanteo de la parcela
y en la correcta situación del área de excavación y las piquetas,
pues de ello dependerá el éxito de todo el levantamiento. Por ello,
al menos para la situación de estos elementos, sería recomendable
utilizar estación total o teodolito (ver anexo 2), aunque en el
transcurso de la excavación se emplee cinta métrica. Si fuera
imposible disponer de equipo topográfico adecuado se deberá
poner la máxima atención al tomar las medidas, tensando la cinta
métrica, colocándola siempre en horizontal y planteando triángulos
lo más regulares posible.
Para el traslado de los puntos de referencia del PAC conviene
utilizar las herramientas de triangulación o de referencia a objetos
de que disponen los programas de CAD, y no el escaneo y calca
desde el plano en papel para no acumular errores en los puntos de
apoyo. Un simple croquis con las medidas de triangulación de cada
vértice será suficiente.
NOTA.- Es recomendable realizar todas estas operaciones antes de
iniciar los trabajos de excavación propiamente dichos, la víspera o
incluso unos días antes. La precisión que requiere la toma de datos
de partida es difícilmente compatible con el ajetreo que suele
acompañar el inicio de cualquier excavación. En ese momento es
conveniente calcular también la altura del punto 0 sobre el nivel
del mar (ver, mas adelante, Altimetría).
34
Resumidos, los pasos para obtener el Plano de Apoyo
Cartográfico (PAC) son los siguientes:
1.
Obtener el plano-base que facilita SIAM
con la parcela catastral y los vértices.
2.
Replantear sobre el terreno, si procede. Si
hay dudas consultar SIAM.
3.
Determinar la situación de las piquetas de
apoyo dentro de la parcela y la cata,
colocándolas e identificándolas
4.
Trasladar al plano la cata, las referencias
topográficas, las piquetas y el punto 0.
5.
Si no disponemos de ordenador en la
excavación, plotearemos el PAC a escala
1:20 para utilizarlo como base de dibujo y
situar sobre él las diferentes unidades
estratigráficas que vayamos dibujando.
Ejemplo de plano de apoyo cartográfico PAC.
35
5.1.2. El dibujo de unidades estratigráficas.
1103
111
1103
110
Una vez disponemos del PAC podemos comenzar el dibujo de la
excavación. Cualquier unidad estratigráfica distinguida
durante el proceso de trabajo debe quedar representada en los
planos, tanto las estructuras como los estratos y esqueletos. La
correcta aplicación del método exige dibujar todos los estratos o
“rellenos”, incluso aquellos que están definidos por el contorno de
varias estructuras, caso muy frecuente en contextos urbanos.
Por definición, toda unidad estratigráfica tiene unos límites
definidos, y por lo tanto, a la hora de trasladarla al plano deberá
estar delimitada por un contorno cerrado (aun cuando pueda estar
formada por varias “islas”, como sucede, por ejemplo, cuando un
muro corta un pavimento anterior, dividiéndolo en dos partes).
Fuera de ese contorno no debe aparecer ningún elemento que
pertenezca a dicha unidad. Cada “isla” debe aparecer en el plano
con su n° de U.E correspondiente.
El depósito estrátigráfico es continuo (Ley de continuidad
estratigráfica de E.C. Harris). Teniendo ello en cuenta, no caben
espacios vacíos en el registro y, por lo tanto, tampoco pueden
aparecer en el dibujo planimétrico.
Cualquier alteración física, producida por remociones recientes
debe quedar debidamente numerada, descrita en fichas, y acotada y
referenciada gráficamente en los planos (por ejemplo, alteraciones
producidas por el trabajo de retroexcavadoras, máquinas retirando
escombro, agujeros clandestinos etc...)
5.1.3.- Planos simples y planos parciales
La forma correcta de dibujar UUEE para su posterior
procesamiento informático es mediante planos simples, recogiendo
una sola unidad estratigráfica por hoja. Ello elimina cualquier
ambigüedad sobre los límites de la unidad.
No obstante, si por comodidad se opta por dibujar varias UU.EE
en un mismo plano (plano parcial), se debe delimitar bien cada una
de ellas a fin de evitar confundir sus contornos.
Ya sean simples o parciales, los planos deben constar de los
siguientes elementos:
a)
36
El polígono o polígonos que representan el perfil de
la unidad o unidades estratigráficas recogidas. Los
perfiles de las UU.EE han de estar dibujados siempre
con línea continua cerrada, evitando el dibujo a trazos
o con punteado, pues crea ambigüedad (unicamente
emplearemos líneas discontinuas para representar
reconstrucciones). La superfacies de las UU.EE
deben dibujarse con la mayor precisión
posible,tratando de representar todos los elementos
que tenemos a la vista pero aplicando los mismos
criterios de nitidez que en el caso de los perfiles, es
decir con líneas continuas y sin sombreados.
b)
El número de la unidad o unidades estratigráficas
representadas.
c)
Las piquetas utilizadas en el dibujo, junto con su
nombre o número de identificación.
d)
Los puntos de cota de cada U.E (ver, más adelante,
Cotas) con su valor correspondiente, tanto superior
como inferior, y su denominación (A, B, C, ...).
e)
La tabla de las cotas de cada U.E (ver más adelante)
f)
El sector y la indicación del norte geográfico.
g)
La fecha y autoría del plano.
En todo momento hay que dibujar con línea clara y limpia,
intentando no pasar más de una vez por el mismo punto. No se
deben emplear difuminados ni tramas para representar los rellenos
o las texturas de las superfacies de cada UE. Con posterioridad al
trabajo de campo los dibujos se van a escanear y vectorizar
partiendo de los planos a lápiz, por lo tanto, cuanto más limpios
estén mejor será su vectorización.
Fig. 12.- Ejemplo de plano de campo con todos los elementos de
que debe constar.
5.1.4.- Cómo situar las cotas.
Una de las mayores ventajas de trabajar con recursos informáticos
la planimetría arqueológica es la posibilidad de analizar
unificadamente los datos altimétricos provenientes de diferentes
intervenciones. Ello permite, por ejemplo, referenciar de forma
automática todas ellas respecto al nivel del mar o respecto a puntos
cartográficamente significativos para el análisis (por ejemplo, la
cota de una calzada o el desnivel de una conducción hidráulica).
Para poder hacer esto es necesario situar con precisión los puntos
de cota de cada U.E, por lo que es desaconsejable anotarlos en los
croquis de las fichas, como se hace a menudo. Por el contrario, es
preferible registrarlos en los planos, en el punto exacto donde se
hayan tomado. En consecuencia, los planos de excavación han
de estar siempre acotados.
Las cotas se identificarán con una letra (A, B, C, ...), que
corresponderá tanto al valor numérico superior como inferior.
Cada cota debe referenciarse mediante un punto en el plano, al
lado del cual se colocará la letra que lo identifica, y en la tabla al
margen los valores de la cota superior e inferior.
Si el proceso de registro altimétrico del depósito está bien
realizado las cotas inferiores de una U.E deberán coincidir con las
superiores de la U.E inmediatamente inferior. Si no es así, será
necesario revisar los datos.
NOTA. Los planos de excavación han de estar siempre acotados
37
38
5.2. VECTORIZACIÓN DE DATOS PLANIMÉTRICOS
Una vez tenemos un plano dibujado debemos vectorizarlo. Existen
varios procedimientos para ello, pero el más adecuado a nuestros
objetivos es el escaneado y vectorizado manual, siguiendo una
serie de pasos que describiremos en detalle a continuación.
NOTA. Es necesario ir informatizando los planos a medida que se
dibujan para que el arqueólogo pueda disponer de planimetría
actualizada en todo momento. Si contamos con ordenador y
escáner en la excavación, se puede simultanear el trabajo de
levantamiento con el de informatización. Si no, deberemos
organizar el trabajo de campo de manera que el dibujante disponga
del tiempo suficiente para escanear y vectorizar en el estudio los
planos levantados cada día.
Para escanear un plano, si es de pequeñas dimensiones, podemos
emplear un escáner doméstico. Si es muy grande deberemos acudir
a un servicio de reprografía.
En ambos casos obtendremos una imagen raster, esto es, un mapa
de bits. Conviene guardarlo en formato TIF, pues a pesar del
mayor espacio que ocupa, es el tipo de archivo gráfico más fiel al
original. El formato JPG no es propiamente un tipo de archivo
gráfico, sino un formato de compresión de la información
mediante un algoritmo matemático.
5.3.1. Inserción, orientación y escalado de planos escaneados.
Para vectorizar la imagen procederemos a insertarla en Autocad y
a colocarla en su posición dentro del área de excavación. Para ello
abriremos el programa y seleccionaremos la herramienta Gestor de
capas.
Haremos clic en la capa 0 y en el botón actual para definir ésta
como capa actual.
NOTA: Por defecto insertaremos las imágenes en la capa 0, la cual
emplearemos a modo de portapapeles.
A continuación pulsaremos Insertar / Imágenes de trama,
seleccionando el archivo de imagen en cuestión y lo insertaremos
mediante los menús al efecto, tal y como se muestra en las
imágenes.
39
Mediante este procedimiento la imagen no queda insertada, sino
tan sólo vinculada, por lo que no aumenta el tamaño del dibujo
cad.
Con las opciones del menú Insertar situaremos aproximadamente
la imagen. Luego emplearemos las órdenes Gira y Escala con
referencia para ajustarla con precisión.
Como recordaremos, en todo plano de campo deben
incluirse al menos tres piquetas de referencia. Para orientar y
escalar adecuadamente la imagen haremos coincidir estas piquetas
con las piquetas del PAC correspondientes.
NOTA: Cuanto más alejadas entre sí estén las piquetas menor
margen de error tendremos en el ajuste del plano.
40
5.3.2. Vectorización de planos escaneados.
Cuando tenemos el plano situado, procederemos a su
vectorización, calcando a mano el dibujo mediante las
herramientas al efecto.
Para dibujar emplearemos las herramientas Linea,
Polilínea y Spline.
La herramienta Línea (Menú: Dibujo/Línea, Barra de
herramientas:
, Línea de comando: Línea) crea segmentos de
línea recta. Se puede dibujar una serie continua de segmentos de
línea, pero cada uno de ellos es un objeto independiente.
La herramienta Polilínea (Menú: Dibujo/Polinínea,
Barra de herramientas:
, Línea de comando: Pol) traza una
secuencia de líneas o de segmentos de arco conectados, creados
como un objeto único. Si unimos el extremo inicial con el final
obtenemos un polígono cerrado. Usaremos la Polilínea para
dibujar el contorno de las UUEE.
Si queremos obtener contornos más suavizados
utilizaremos la herramienta Spline (Menú: Dibujo/Spline, Barra
Línea
Línea
seleccionada
Polilínea
Polilínea
seleccionada
Bspline
Bspline
seleccionada
de herramientas:
, línea de comando: spline), que dibuja una
curva suave que pasa a través de un conjunto de puntos definidos.
En la mayoría de casos, la herramienta más adecuada es la
polilínea. Para vectorizar con ella procederemos de la siguiente
manera:
1.- Activaremos la capa 0 con la imagen del plano de
campo a escanear.
2.- Seleccionaremos la capa base de la UE a dibujar (por
ejemplo: 1003_base_t, en este caso una estructura), y la
definiremos como capa actual.
3.- Seleccionaremos la herramienta polilínea.
4.- Escogemos el primer trazo a dibujar y comenzaremos
a reseguirlo desde el inicio hasta el final, haciendo clic en cada
inflexión. Autocad insertará un nodo en cada punto de inflexión.
5.- Para obtener un polígono, teclearemos c INTRO, y la
polilínea se cerrará automáticamente, uniendo el último nodo con
el primero. Si queremos obtener una polilínea abierta, haremos clic
con el botón derecho del ratón y seleccionaremos INTRO.
6.- Una vez dibujada la polilínea, podemos retocar la
posición de los nodos, haciendo clic en cada uno de ellos y
arrastrándolos.
NOTA: Cuanto mayor sea el número de nodos, más ajustado será
el polígono al dibujo de la UE original, pero más complejo de
manejar.
41
Existen programas que permiten la vectorización
automática de una imagen, pero para trabajar adecuadamente
requieren planos de partida muy nítidos, con líneas bien definidas
y de tono uniforme. El dibujo resultante está compuesto por líneas
independientes, por lo general, con un número de nodos muy
elevado, por lo que se hace necesario unir líneas y reducir el
número de nodos.
Por ello es recomendable la vectorización manual, muy en
especial del contorno de los estratos y estructuras, que deben ser
siempre, como recordaremos, polilíneas cerradas.
Por lo que respecta a las superfacies de las unidades
estratigráficas (que podemos dibujar indistintamente con líneas o
polilínea cerrada) será la práctica y la experiencia la que determine
en cada caso el empleo del método automático o manual. Cuando
la superfacies tiene una trama sencilla no vale la pena proceder al
vectorizado automático. Sin embargo, especialmente en estructuras
complejas o con mucha trama, si puede ser una buena alternativa.
Un caso semejante es el de los esqueletos. Vectorizar a
mano cada hueso es una tarea ardua y por lo general poco
satisfactoria, por lo que es preferible el sistema automático. Ahora
bien, para definir el contorno del esquelete, que (recordemos) debe
ser siempre un polígono cerrado, dibujaremos una membrana
rodeando la figura. Esto es esencial para poder tratar el
conjunto de trazos que definen el esqueleto como una única
UE.
Cuando hemos vectorizado un plano es preferible no
eliminar la imagen de partida, sino simplemente descargarla desde
el Administrador de imágenes de trama, con lo que dejaremos de
verla. En cualquier momento la podremos recargar y aparecerá en
su posición y escala exacta. En cambio, si la eliminamos
deberemos volver a orientarla y escalarla para que recobre su
posición.
5.3.3.
Ajuste fino de los contornos en UU.EE colindantes
Como veíamos en páginas anteriores, el depósito
arqueológico es continuo, y en consecuencia no caben huecos
entre una U.E y otra. Por lo tanto, el contorno de una U.E coincide
punto a punto con el contorno de las UU.EE colindantes en todos
aquello tramos que son comunes.
Sin embargo, si contorneamos a mano cada U.E, por muy
precisos que seamos en el manejo del programa, no podremos
evitar dejar huecos entre las unidades estratigráficas. Ello produce
imprecisiones y resultados poco estéticos en el plano impreso.
42
Para solucionar este problema, a medida que vayamos
dibujando UU.EE deberemos aprovechar los tramos coincidentes
de las UU.EE colindantes ya dibujadas.
En el siguiente ejemplo las UU.EE 1457 y 1458
comparten un tramo coincidente. Para dibujarlas en Autocad
debemos seguir los siguientes pasos:
1) Dibujar la U.E 1458 con la herramienta polilínea (tal
y como se ha explicado más arriba), en su capa
propia (1458_base_t)
2) Dibujar el tramo no coincidente de la U.E 1457 en su
capa propia (1457_base_t)
3) Copiar el contorno de la U.E 1458 y pegarlo en su
misma posición pero en la capa de la U.E 1457 (ver
el capítulo siguiente: Gestión de capas).
4) Utilizar la orden Partir para seleccionar el tramo que
nos interesa (Modificar/Partir)
5) Utilizar Juntar para unir
(Modificar/Polilínea/Juntar)
las
dos polilíneas
Fig. 13.- Las UUEE contiguas comparten siempre tramos de
su contorno
Otro caso muy frecuente en las excavaciones es aquel en
el que el contorno completo de una UE viene definida por los
contornos de varias UUEE colindantes, como sucede, por ejemplo,
con los pavimentos (y rellenos de preparación) y los muros que
conforman una habitación.
Autocad dispone de una herramienta (CONTORNO) que
automiza la captura de los contornos colindantes, de forma muy
sencilla:
1) Seleccionamos la capa de la UE de destino (un
pavimento o estrato contenido en el interior de varios
muros, 1008 en el ejemplo), y lo definimos como
capa ACTUAL.
2) Seleccionamos
la
herramienta
Contorno
(Dibujo/Contorno), Tipo de objeto Polilínea, y
hacemos clic en Designar puntos.
3) Hacemos clic en el interior de la UE 1008, clic con el
botón de la derecha del ratón y automáticamente se
crea el contorno de la unidad como una polilínea
cerrada.
5.3.3.
Gestión de capas
Una de las ventajas de trabajar con programas de Cad es
la posibilidad de visualizar o imprimir a voluntad diferentes partes
de un plano dibujandolas en capas independientes, cada una de las
cuales puede recibir atributos de color, tipo o grosor de línea
propios, y ser visualizada u ocultada a voluntad. Aplicado a la
gestión del archivo arqueológico ello permite insertar en cada capa
El contorno del relleno es el mismo que el contorno de
las UUEE colindantes, por lo que se puede dibujar
automáticamente con la herramienta CAPTURA.
43
una U.E diferente y, de esta manera, hacer las combinaciones que
se desee de acuerdo con la interpretación del arqueólogo.
Si abrimos el gestor de capas (incluir atajo de teclado e
icono) del archivo facilitado por el SIAM, veremos que incorpora
algunas capas ya definidas de partida, destinadas a la ubicación de
la intervención y a los datos de referencia del plano-base.
Nombre de la capa
0
00_entorno
00_límites de la parcela
000_catas y sectores
000_cotas iniciales y punto 0
000_piquetas
Uso
Se emplea para almacenar las
imágenes de los planos de campo
escaneados.
Plano de situación y parcelario del
entorno de la excavación.
Límites catastrales de la parcela
intervenida
Límites de las áreas de excavaciones.
Altimetría del nivel superficial y
posición del punto 0.
Posición y denominación.
El programa permite añadir tantas capas nuevas como
deseemos. El gestor de capas muestra el nombre de las mismas a la
izquierda, y a continuación, en columnas diferentes, su estado
(activo o desactivado, visible o invisible, imprimible o no
imprimible) y sus atributos. Las capas se ordenan
alfanumericamente, por lo que es importante seguir una pauta
precisa de denominación.
En principio deberíamos insertar una U.E en cada capa.
Sin embargo para poder manipular los datos planimétricos con
completa libertad a la hora de visualizarlos o imprimirlos es
conveniente dividir la información de cada U.E en cuatro capas,
para distinguir los datos siguientes:
– Dibujo de la U.E y denominación (capa base)
– Cotas
– Posibles reconstrucciones
– Coloreado
De esta manera es posible optar por imprimir planos en
blanco y negro o en color, acotados o sin acotar y con
reconstrucciones o sin ellas.
Para ello debemos seguir una pauta de denominación
precisa: las capas que pertenezcan a una misma U.E. se
nombrarán con su número, seguido de la información que
contiene y de una letra que nos indicará el tipo de unidad de
que se trata (s para estrato, t para estructura, y e para esqueleto).
Así, por ejemplo, para el estrato 1001 resultarían las siguientes
capas:
44
Nombre de la capa
1001_base_s
Uso
Es la capa principal, pues comprende los elementos
siguientes:
- El contorno de la unidad, dibujado como una
polilínea cerrada.
- Su superfacies, dibujada con puntos, líneas o
polilíneas (no necesariamente cerradas).
- Su número de U.E.
(NOTA .Todos los elementos se dibujarán con línea
sin grosor)
1001_cotas_s
Comprende las cotas de la U.E. representadas por:
Un punto que indica la posición
Una letra/s para denominarla (A, B, C...AA,
AB).
La cota superior dentro de un rectángulo.
La cota inferior dentro de una elipse.
1001_reconstrucción_s Comprenderá la reconstrucción de la unidad si ésta
precisa de la misma. La representaremos en línea
discontinua para que se distinga con claridad de
cualquier unidad.
1001_sombreado_s
Comprenderá el color de fondo de la U.E. Este
atributo puede ser utilizado para caracterizar
cronologica o funcionalmente una U.E. o
sencillamente para facilitar su visualización o su
presentación impresa, a voluntad del arqueólogo.
Una tras otra iremos añadiendo capas, cuatro por cada
U.E siguiendo su orden de numeración. Como resultado, al acabar
de dibujar toda la excavación debería existir una correlación exacta
entre el listado de UU.EE y el listado de capas, de manera que
podríamos ir activando una a una cada capa y reproducir a
voluntad el proceso de formación del depósito.
Para permitir la comprensión de los diferentes horizontes
cronológicos distinguidos en una excavación, el arqueólogo usa
habitualmente planos de conjunto en los que agrupa diferentes
UU.EE. Son los planos de fase o de periodo, o, más raramente, los
planos de hecho (Fait), muy útiles estos últimos para comprender
procesos constructivos, aunque poco usados en la tradición
arqueológica local. Los planos de conjunto tienen una enorme
importancia, pues mientras los planos de U.E son la trasposición
literal de la realidad, éstos son la representación gráfica de la
interpretación del arqueólogo, su visión de la excavación. Por ello
es importante hacer el mayor número posible de planos, a fín de
reflejar todos los procesos que se han advertido en el trabajo de
campo. Si se han ido dibujado todas las UU.EE a lo largo de la
excavación, el montaje de planos de conjunto se convierte en un
proceso trivial, en el que, trabajando a la par arqueólogo y
dibujante, se puede disponer de la planimetría completa en unas
pocas horas. Un proceso trivial pero con un enorme potencial
analítico, pues el arqueólogo dispone de completa libertad para
combinar a voluntad todas las UU.EE, ensayando así diferentes
interpretaciones.
45
Cada uno de los planos de conjunto deberá montarse en
una capa propia, a continuación de las capas de U.E. Para unificar
criterios conviene denominarlas del siguiente modo:
Periodo 1.- Bajo-medieval
Periodo 1/Fase 1.- Siglo XIII
Periodo 1/Fase 2.- Siglo XIV
Periodo 1/Fase 3.- Segunda mitad del siglo XIV
Periodo 1/Fase 3/Hecho 1.- Horno cerámico
Periodo 1/Fase 3/Hecho 2.- Acequia
Periodo 2.- Tardo-Medieval
Periodo 3.- Moderno
46
5.3. Altimetría: secciones y alzados
La altimetría de una intervención arqueológica se
representa mediante secciones y alzados.
Las secciones son cortes a través de la estratificación que
permiten apreciar la dimensión vertical del yacimiento, la forma en
que se han ido acumulando los diferentes estratos y estructuras. En
una sección siempre dibujaremos todas las unidades que aparezcan
desde el nivel superficial hasta la cota final de excavación, no
pudiendo existir vacíos en ella (a menos, lógicamente, que existan
huecos en el depósito). Lo verdaderamente relevante en las
secciones son las relaciones entre las unidades estratigráficas, no el
aspecto físico de las mismas (para eso están las fichas, las plantas,
las fotos y, en último extremo, los alzados), por lo que no
debemos rellenar las secciones con tramas que simbolicen
texturas o composiciones de la tierra, pues ello solo contribuye a
emborronar el dibujo y dificultar su lectura.
En todas las secciones incluiremos la altura del punto 0,
representado mediante una línea horizontal que atraviese de parte a
parte el dibujo.
Los alzados, por el contrario, son dibujos realistas de
determinados elementos considerados relevantes por el
arqueólogo, generalmente estructuras de fábrica, en los que suele
ser importante el detalle. No obstante, un alzado no es una foto, ni
debe serlo. Con el alzado el dibujante tiene la posibilidad de
centrarse en aquellos detalles significativos del dibujo, omitiendo
aquellos otros que carecen de interés. La norma gráfica debe ser la
misma seguida con el dibujo de plantas, por lo que no debemos
emplear claroscuros, sombreados ni trazos discontinuos.
A diferencia de las plantas, no es necesario situar las secciones y alzados en coordenadas UTM, pues no se van a integrar
con el resto de la planimetría. Las dibujaremos en un archivo independiente, al que denominaremos ACRÓNIMO_ALTIMETRÍA.
(por ejemplo 1TRESAL_ALTIMETRÍA). Dentro de él, trabajaremos
en coordenadas relativas (x, y), de manera que el eje cartesiano de
las x corresponde a la distancia horizontal (D) y el eje de las y a la
cota (Z). Dibujaremos las diferentes secciones una al lado de la
otra, denominándolas con letras mayúsculas (Sección A-A’,
Sección B-B’, etc.), y situando todo seguido los alzados, con la
distribución y elementos de separación que se considere más
adecuada (esto es, mediante cajetines o usando presentaciones
diferentes del mismo dibujo).
Finalmente, referenciaremos la posición de las secciones
en planta. Para ello, en el archivo de la planimetría existe una capa
denominada Z_Posición de las secciones, donde dibujaremos la
planta de todas ellas.
47
48
ANEXO 1:
Reseña de los vértices y nivelación del punto 0
Los vértices son puntos situados en el término municipal
de los cuales conocemos su posición exacta y su altura sobre el
nivel del mar. Están marcados en la vía pública por un triangulo
con un punto en su interior grabado sobre el adoquinado.
El SIAM proporcionará las reseñas los vértices más
próximos a la zona objeto de intervención. El responsable de la
planimetría deberá localizar el vértice sobre el viario, y en caso de
haber desaparecido, solicitar una nueva reseña.
Tras localizar la señal, deberemos proceder a realizar una
nivelación para arrastrar la cota hasta el punto 0 de la excavación.
Sabiendo a que altitud se encuentra este punto 0, podremos saber
la altitud de cada elemento de la excavación sobre el nivel del mar.
49
Para este trabajo empleamos un nivel, realizando las estaciones
necesarias hasta llegar a nuestro solar. El método consiste en
colocar el nivel en el punto medio entre los puntos a nivelar, a un
lado el punto del que conocemos su altitud (”A”) y al otro el que
queremos conocer (“B”). Una vez estacionado el nivel y
perfectamente nivelado, situaremos una mira en el punto “A”,
leeremos la medida (“La”) y sin cambiar la estación, giraremos el
anteojo para apuntar al “B”. A continuación leeremos en la mira
situada en el punto (“Lb”). Con estas dos lecturas, ya podemos
conocer la diferencia de altitud de un punto respecto al otro.
Cuando no sea posible obtener la altitud del punto de cota 0 con
una sola estación, realizaremos esta nivelación simple tantas veces
como sea necesario, procediendo del mismo modo, un punto de
altitud conocida y otro desconocido, hasta llegar al punto 0. Para
este trabajo emplearemos un nivel óptico; partiendo del vértice
escogido, realizaremos tantas estaciones como sean necesarias
para llegar hasta nuestro solar.
NOTA.- Éste arrastre de altitud se puede simplificar como el
sumatorio de las lecturas de las lecturas de “A” menos el
sumatorio de las lecturas de “B”:
Altitud de B = Altitud de A + Σ Lectura de A – Σ Lectura de B
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ANEXO 2:
Topografía clásica
En solares de grandes dimensiones es recomendable no
emplear los métodos tradicionales de triangulación. Se puede
realizar de una forma más rápida y exacta realizando un
levantamiento por topografía clásica, es decir mediante el empleo
de un teodolito o una estación total.
Con estos aparatos realizamos las estaciones necesarias,
dotándolas de coordenadas mediante la intersección de esquinas de
edificios o arrastrando coordenadas desde vértices de coordenadas
conocidas. Posteriormente se miden ángulos y distancias de los
puntos que queremos representar, obteniendo de estos coordenadas
UTM que nos dan su posición exacta en la ciudad.
Si el teodolito posee libreta electrónica o en el caso de la
estación total, los datos son volcados directamente en AutoCad
sobre el archivo de trabajo y sólo restará clasificar en capas y unir
los puntos que lo precisen.
En este levantamiento se realiza al mismo tiempo el
levantamiento planimétrico y altimétrico, por lo que todos los
puntos poseen coordenadas X, Y y Z.
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ANEXO 3:
Formato de tipo de punto
AutoCad nos permite representar los puntos mediante
distinta simbología. La opción la encontramos en el cuadro de
Estilos de punto, que se encuentra en el menú Formato/Tipo de
punto.
Optaremos por la representación en forma de aspa,
estableciendo el tamaño con la opción de tamaño relativo a la
pantalla para que los puntos se redimensionen según la distancia a
la que nos encontremos.
Si no queremos que se muestren los puntos podemos
escoger la segunda simbología.
52
ANEXO 4:
Aspecto de las capas en altimetría
53
ANEXO 5:
Parámetros de los levantamientos en Autocad
Sistema métrico
Coordenadas
Unidad principal de medida
Angular
Precisión
Tipo de línea (genérico)
Tipo de línea en reconstrucciones
Color de linea
Tipo de sombreado
Color de sombreado
Tipo de fuente para denominación
de UE
Tamaño de fuente
Alineación de la fuente
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Decimal
Absolutas UTM
Metros
0.00º
0.000 (3 decimales)
Continua, sin grosor
Discontinua, sin grosor
Libre elección
Sólido
El mismo que el de la línea de
contorno
ARIAL
En función de la impresión
Medio centro
6. EL INFORME ARQUEOLÓGICO
6.1. PARTE INSTRUMENTAL
Ficha Técnica
-Acrónimo.
-Dirección del solar o edificio.
-Tipo de intervención.3
-Datos personales del director de la excavación.
-Componentes del equipo técnico.
-Datos del promotor.
-P 0. La cifra será el resultado de referenciar el P0
utilizado durante el transcurso de la excavación respecto
al nivel del mar, a partir de las cotas grafiadas en los
planos parcelarios)
-N° de carretes de diapositivas realizadas, video u
cualquier otro tipo de soporte.
Explicación del desarrollo de los trabajos y metodología de
trabajo.
-
Características del solar o edificio, sectorización, etc...
Motivación de los trabajos, tipo de excavación: parcial o
total, etc...
6.2. PARTE DESCRIPTIVA
Listado de UU.EE utilizadas durante el transcurso de los
trabajos. Deben estar acompañadas de las relaciones cronoestratigráficas más directas, descripción, interpretación, y
cronología. Ejemplo:
Nº UE
1004
Sobre
1006
Bajo
1005
Descripción
Tierra arcillosa
Interpretación
Nivelación entre pavimentos
Cronología
Bajo-Medieval, s. XIV
Diagrama crono-estratigráfico. Todos las UU.EE que
aparecen en el listado deben también ser contempladas en el
diagrama.
El diagrama debería estar “explicado”, es decir, cada una de
las UU.EE, agrupadas y señalizadas como Hechos, Fases y
Periodos.
3
En éste punto se especificará si la intervención arqueológica ha
consistido en una serie de catas aisladas, o si por el contrario se va
a proceder a excavar todo el solar en extensión.
55
6.2. PARTE CONCLUSICA O VALORATIVA
Esta parte del Informe conlleva la redacción detallada de la
secuencia estratigráfica completa. El “excavador” debe pues
transformar una sucesión de estratos y estructuras descritas e
inventariadas durante el trabajo de campo, en una sucesión de
actividades y acontecimientos. En definitiva se intentará describir
la evolución a través del tiempo del espacio estudiado, siempre en
términos de construcción/ destrucción.
En la medida en que se pueda, las diferentes fases y periodos
interpretadas en la secuencia estratigráfica deben intentar
relacionarse con acontecimientos reconocidos de la historia de la
ciudad, relacionar el yacimiento con su contexto topográfico y
medioambiental, y reconocer su evolución en el espacio a través
del tiempo.
Si las estructuras estudiados lo requieren, se debe hacer una
valoración de los mismos, especificando la necesidad de una
conservación “in situ” o similar.
56
7. BIBLIOGRAFÍA
7.1. METODOLOGÍA ARQUEOLÓGICA
- Barker, P. (1977), Techniques of Archaelogical Excavation,
Batsford, Londres.
- Brothwell, D.R. (1987): Desenterrando huesos. Fondo de cultura
económica, México
- Carandini, A. (1990), Histórias en la tierra. Manual de
excavación arqueológica. Ed. Crítica, Barcelona.
- Harris, E.C. (1991), Principios de estratigrafía arqueológica, Ed.
Crítica, Barcelona.
- Harris, E.C., y M. R. Brown III, Practices of Archeological
Stratigraphy, Academic Press, Londres y San Diego.
- Hume, I.N. (1975), Historical Archaeology, Norton, Nueva York.
- Kenyon, K.M. (1956), Beginning in Archaeology, Londres.
- Lyell, C. (1875), Principles of Geology, 12a ed. Murray,
Londres.
- Martí, Javier (1998): “Software convencional aplicado a usos
específicos en arqueología. El diseño de diagramas
estratigráficos”,
- Martí, Javier et alii (2003): “Los archivos del paisaje…”
- Parenti, R. (1988a), “Le tecniche di documentazione per una
lettura stratigrafica dell’elevato”, en Francovich-Parenti, 1988.
- Parenti, R. (1988b), “Sulle possibilitá di datazione e di
classificazione delle murature”, en Francovich- Parenti, 1988.
- Roig Buxó et alii (1992), Harris Matrix, Sistemes de registre en
arqueología. Pagés editors. Lleida.
- Roskams (2003): Teoría y práctica de la excavación, Barcelona,
Crítica.
- Spence, ed., Archaeological Site Manual, Museo de Londres,
Londres (trad. catalán en Trócoli- Sospedra, 1992, vol. 1, pp.125 y
ss)
- VV.AA. (1996): Necrópolis Valencianes, Saitabi, 46. Universitat
de Valencia.
- Wheeler, R.E.M. (1954), Arqueología de campo. Fondo de
Cultura Económica, segunda reimpresión, 1979, trad. de José Luis
Lorenzo, México - Madrid
7.2. TOPOGRAFÍA
- Domínguez García Tejero, F.: Topografía general y Aplicada,
Madrid, Mundi Prensa, 1993.
57
- Chueca Pazos, Manuel: Tratado de Topografía, t. 1, Paraninfo.
- Vázquez Maura, F; Martín López, J.: Lectura de mapas, Madrid,
1989.
- Cros i Ferrándiz, Jordi: Autocad 14 Práctico, Inforbooks, 1998.
58
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