no BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA caracterizadas: al O., la zona del terciario, con amplios valles y peladas lomas, arcillosas las más de las veces, calizar y arenosas en algunos casos, con una altitud media de unos 1.000 m. A l E., las formaciones secundarias con plegamiento más intenso, relieve marcado y alturas que llegan a los .1.300 m.; topografía variada con aguas que corren en valles encajadas, y que a veces tajan profundas hoces; vegetación de abundantes bosques y bellísimos paisajes, bien conocidos de los amantes de lá Naturaleza. A l N. del río Guadiela, amplias mesas de calizas secundarias, con alturas de 1.200 m.; vegetación escasa y paisaje desolado. L a red fluvial tiene como dirección predominante lá E O . A l N. encontramos el T a j o , con numerosos afluentes; más al S., el Guadiela, su afluente. L a Sierra de las Majadas constituye la divisoria entre las aguas que van a este río y las que desembocan en el Júcar, el río de Cuenca, que pertenece ya a la vertiente mediterránea. E s interesante la alineación de alturas conocida con el nombre de Sierra de Bascuñana, que repite, en cierto modo, la de la Sierra de Altomira, antes mencionada, por tratarse, al igual que ésta, de un largo y estrecho afloramineto'cretáceo bordado en ambos lados por el terciario. 3) ESTRATIGRAFÍA. Características generales. L a estratigrafía de esta zona, por su regularidad y uniformidad, y si se considera en sus rasgos más generales, es muy sencilla. Las formaciones secundarias las podemos abarcar en un solo golpe de vista: si nos situamos al borde de una cualquiera de las más hondas hoces, por ejemplo, la del T a j o , al E. de Ocentejo (fig. 1), vemos, en el fondo del barranco, unas tierras de vivos colores rojos (a), en que se explotan unas salinas; estas tierras abigarradas, con margas y yesos de colores rojos y verdes, son el keuper. Los altos escarpes calizos que se alzan como paredes, cercando por todos lados el bellísimo y estrecho valle, los dividimos inmediatamente en dos tramos. Uno inferior (b) está compuesto por una masa caliza en que se adivinan confusamente lechos irregulares. El superior (c) está constituido por un apilamiento regular de bancos muy uniformes, en estratificación perfecta, que se resuelven en capas y lechos bien marcados. Por su posición y aspecto adivinamos que se trata del liásico, desde luego, y quizá también del jurásico.