Oscar Gutiérrez Parada Técnicas legislativas / Técnicas normativas Hacía una mejor hechura de las leyes: operadores deónticos y alotropía lingüística Oscar Gutiérrez Parada Investigador de Asesoría de Diseños Normativos, S.C. CUADERNOS ACADÉMICOS Teoría General del Derecho, Núm. 1 Marzo 2015 Folleto auspiciado por Asesoría de Diseños Normativos, S.C. www.asesoriadn.com.mx Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Técnicas legislativas / Técnicas normativas Hacía una mejor hechura de las leyes: operadores deónticos y alotropía lingüística Publicado y editado por Asesoría de Diseños Normativos, S.C. Calle Miguel Laurent N° 1455-305, colonia Portales Norte, Delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal, Código Postal 03303 Teléfono:(0155) 5601-4311 Derechos reservados conforme a la ley. Prohibida la reproducción parcial de esta obra, por cualquier medio, sin previa autorización expresa del editor Asesoría de Diseños Normativos, S.C., o de su autor. Impreso y hecho en México Made and printed in México Diseño de portada Lilian Hernández de la Rosa Dibujos de Oscar Gutiérrez Parada Asesoría de Diseños Normativos, SC: www.asesoriadn.com.mx Oscar Gutiérrez Parada: [email protected] 2 Oscar Gutiérrez Parada Índice Proemio…………………………………………………... 5 A. Operadores deónticos y su interdefinibilidad… 7 B. Prescripciones por las que se ordena, prohíbe o permite ordenar, prohibir o permitir……………… 14 C. Alotropía lingüística………………………………… 20 D. Tres dimensiones que tienen lugar en el fenómeno de alotropía lingüística………………..... 32 E. Estructura condicional de la permisión y su alotropía lingüística: un ejemplo de derecho agrario………………………………………….………… 38 Corolario…………………………………..…..…………. 43 Bibliografía…………………………………….…………. . 47 3 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística 4 Oscar Gutiérrez Parada Proemio En este breve, y básico, análisis presento algunas consideraciones sobre la interdefinibilidad de los operadores deónticos y su expresión lingüística1 en un texto normativo (fenómeno de alotropía lingüística) con el objetivo de contribuir al desarrollo de las bases prescriptivas de una sintaxis normativa que tanta falta hace para el trabajo del legislador, sea constitucional u ordinario, así como de los legisladores materiales como lo son los profesionales de las administraciones públicas (federal y locales, tanto de las entidades federativas como de los municipios), y también de los depositarios del Poder Judicial que expiden textos normativos, en especial el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, aunque no sea depositario de dicho poder, el Consejo de la Judicatura Federal y sus equivalentes locales. Incluso, cada vez más, órganos constitucionales autónomos, como por ejemplo el Instituto Nacional Electoral y el Institu to Federal de Telecomunicaciones, ejercen competencias normativas de primer orden. Las interrogantes básicas que guían este análisis son: Véase: Von Wright, George Henrik, Norma y Acción. Una investigación lógica, tr. Pedro García Ferrero, Tecnos, Madrid, España, 1970. No me refiero a la ambigüedad de las sentencias deónticas (en palabras de von Wright: “Las sentencias deónticas del lenguaje ordinario, de las que las expresiones de la lógica deóntica pueden considerarse como ‘formulizaciones’, exhiben una ambigüedad característica. Especímenes de la misma sentencia son utilizados, a veces, para anunciar una prescripción…; otras veces para expresar una proposición al efecto de que hay una prescripción que impone o permite o prohíbe una determinada acción, p. 18); sino a los usos del lenguaje natural (primordialmente) por parte del legislador: para prohibir una acción puede disponer que X acción (V. gr., fumar) está prohibida o disponer que no está permitida X acción o que es obligatorio no hacer X acción. Para el operador deóntico “permitido” el legislador recurrentemente utiliza “puede”, y a veces no es fácil distinguir si se trata de una forma verbal o una forma nominal deóntica. 1 5 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística ¿Cómo es que el legislador –en sentido amplioestablece una prohibición, una obligación o un permiso sin utilizar los términos prohibido, obligatorio o permitido o, cuando los utiliza, tienen significado deóntico?, ¿Esa aparente “traducción” del mundo lógico deóntico al mundo lingüístico del lenguaje natural, cómo tiene lugar?, ¿La sintaxis del lenguaje natural (V. gr., del español), es suficiente para elaborar textos normativos o existen peculiaridades que hay que tomar en cuenta para su elaboración? 6 Oscar Gutiérrez Parada A. Operadores deónticos y su interdefinibilidad Para un mejor conocimiento y entendimiento de las prescripciones que establece y puede establecer una asamblea constituyente o el Poder Reformador, sobre ordenar, prohibir o permitir ordenar, prohibir o permitir 2, incluso que así lo haga el legislador ordinario en el caso especialísimo de las leyes marco3, no hay que perder de vista el fenómeno de la interdefinibilidad de los operadores deónticos. La interdefinibilidad aparece como un fenómeno lógico tautológico4 y, como tal, muestra equivalencias entre tres los operadores deónticos básicos: prohibir, obligar y permitir. Los operadores deónticos refieren las modalidades del deber ser. De la lectura del texto de Norberto Bobbio, Teoría General del Derecho, Debate, Madrid, España, 1991, pp. 162-173, en lo referente a las normas de segunda instancia, me surgió la idea de trabajar con este combinatorio lingüístico. Las normas que prohíben, ordenan o permiten mandar, prohibir o permitir, señala Bobbio, se encuentran en todos los sistemas jurídicos. 3 A pesar del carácter extraordinario de las leyes marco, pues presuponen necesariamente una facultad concurrente expresa en el texto constitucional y, por ende, son una excepción a la regla general que deriva de lo dispuesto en el artículo 124 constitucional, en México las leyes marco, que también se les conoce como leyes generales, ya no son tan excepcionales (en otro estudio doy cuenta de la tendencia a expedir tal clase de leyes y cuál es su impacto en nuestro federalismo). El calificativo “general”, altamente polisémico, es utilizado en el contexto de estas leyes con una connotación diferente al significado de “generalidad referida a clases de sujetos”, tal y como lo hace ver Bobbio. Sobre la significación del término “generales” de las leyes generales o leyes marco, véase: Gutiérrez Parada, Oscar, “Estructura jerárquica del sistema jurídico mexicano y las leyes generales o leyes marco”, en Revista de Investigaciones Jurídicas de la Escuela Libre de Derecho, Año 34, México, 2010, pp. 301-311 (este artículo también está disponible en el blog de www.asesoriadn.com.mx, bajo el rubro “Estructura jerárquica del sistema jurídico mexicano”) 4 En sentido lógico, una tautología es una repetición de una fórmula lógica de modo que cada fórmula que se repite significa lo mismo o se interpreta igual que la fórmula que se toma base. Véase: De Gortari, Eli, Diccionario de la Lógica, Plaza y Valdés, México, 1998; voz: tautología. 2 7 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística La regulación de la conducta humana –acciones sobre las que se ejerce una función directiva- se lleva a cabo a través de tres formas básicas: prohibir una conducta; hacer obligatoria una conducta; o permitir una conducta. Para los sociólogos el Derecho realiza varias funciones5 y una de ellas es la de orientar la conducta humana, y ésta se orienta estableciendo prescripciones a nuestras acciones utilizando a su vez tres acciones: prohibir, obligar o permitir, pero ya no solamente como mera acción –verbo- sino con un estatus deóntico. En los textos normativos se prescriben prohibiciones, obligaciones y permisiones, y aunque no solamente se establecen prescripciones de carácter deóntico6, orientar la conducta humana es uno de los espacios de normatividad primordiales de los textos normativos, sean la Constitución, leyes federales, leyes marco, leyes estatales, reglamentos, acuerdos, etc. Para conocer, y entender, el fenómeno de interdefinibilidad de los operadores deónticos hay que considerar el cuadro de oposiciones Véase: Ferrari, Vicenzo, Las funciones del Derecho, Debate, Madrid, España, 1989, pp. 110131. 6 Los textos normativos están hechos, construidos, formulados, por diversos tipos de enunciados jurídicos; por ejemplo, la Constitución combina todos los tipos, o casi todos, de los que requieren expresión lingüística. Véase: Ruíz Manero, Juan y Atienza, Manuel, Las piezas del Derecho. Teoría de los enunciados jurídicos, 2ª ed., Ariel, Madrid, España, 2004. En este texto, los autores dan cuenta de una tipología de los enunciados jurídicos y que en una perspectiva general son: I) enunciados jurídicos deónticos: a) principios en sentido estricto; b) directrices o normas programáticas; c) reglas de acción; d) reglas de fin; II) enunciados jurídicos no deónticos: e) reglas de competencia o reglas que confieren poderes; f) reglas que implican el uso de poderes normativos; g) reglas puramente constitutivas; h) definiciones (legales). En este análisis básicamente tenemos como referente los enunciados jurídicos del tipo A, principalmente en su modalidad de reglas de acción, las cuales, a su vez, pueden ser de mandato (estableciendo una prohibición o una obligación) o permisivas. 5 8 Oscar Gutiérrez Parada deónticas y sus principios básicos. Al respecto, Daniel González Lagier señala7: “Sobre los años 50 de nuestro siglo [XX] G. H. von Wright, G. Kalinowski y O. Becker descubrieron, de manera independiente, la interdefinilidad entre los operadores deónticos y su analogía con los operadores aléticos (analogía que von Wright extiende a las modalidades existenciales) y aplicaron este descubrimiento al desarrollo de una lógica deóntica. Supongamos que Mp significa que es posible que p; -Mp significará entonces que es imposible que p y –M-p que no es posible que no sea el caso que p, esto es, que es necesario que p. Supongamos ahora que Pp significa que está permitido realizar la acción p; -Pp significará que no está permitido p, esto es, que p está prohibido, y –P-p que no está permitido no hacer p, esto es, que es obligatorio p. El paralelismo entre la interdefinibilidad de los operadores deónticos, aléticos y existenciales ha presentado por von Wright como sigue: E alguno -E ninguno -E- todos M posible -M imposible -M- necesario P permitido -P prohibido -P- obligatorio ‘Dentro de cada uno de los tres grupos –escribe von Wrightpodemos, partiendo de uno de los miembros, definir o derivar o engendrar a los otros dos de manera uniforme, con una doble negación’. Así que la obligación, la prohibición y la permisión están formalmente relacionadas entre sí de manera estrictamente análoga a como lo están la necesidad, la imposibilidad y la contingencia, y también de manera estrictamente análoga a como lo están las modalidades existenciales (es decir, los cuantificadores). Suele decirse que la lógica deóntica nació con este descubrimiento.” González Lagier muestra que “Leibniz ya había descubierto que lo ilícito (permitido), lo ilícito (prohibido) y lo debido (obligatorio) parecían corresponderse a lo posible, lo imposible y lo necesario”8, y que otro autor González Lagier, Daniel, Acción y Norma en G. H. von Wright, Centro de Estudios Constitucionales, colección Derecho y Justicia Núm 42, Madrid, España, 1995, p. 413. 8 Idem, p. 413 7 9 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística relevante fue Bentham, el cual sugiere que existe una analogía entre los enunciados de la lógica clásica-proposicional y sus relaciones, expresadas en el conocido cuadro de oposiciones lógicas atribuido a Lucio Apuleyo, y los enunciados de la lógica deóntica y sus relaciones. De acuerdo con los señalamientos de Daniel González Lagier sobre Bentham, y con la finalidad de mostrar la analogía entre los enunciados aléticos 9, y los enunciados deónticos, dicho autor presenta y el cuadro de oposiciones deónticas. Con la finalidad de ilustrar dicha analogía, mostramos el cuadro de oposiciones predicativas de la lógica tradicional (Apuleyo) y el cuadro de oposiciones deónticas10: “Lógica modal que se basa en los conceptos necesario, posible, imposible y contingente”, De Gortari, Eli, Diccionario… Op. Cit., p. 25. 10 Del cuadro de oposiciones deónticas que presenta Daniel González Lagier, modificamos el operador deóntico F (letra inicial del término inglés forbidden) por el de Ph (prohibido) para utilizar términos de la lengua española. González Lagier, Daniel, Acción y Norma en… Op. Cit, p. 417. 9 10 Oscar Gutiérrez Parada Las oposiciones de los enunciados de la lógica de predicados tradicional, responden a las cuestiones de cantidad (universal o particular) y a las de calidad (afirmación o negación) y, por tanto, puede haber oposición total porque haya discrepancia entre cantidad y cualidad o solamente en cantidad o en cualidad. Se llama contrariedad si los juicios son universales y coinciden cantidad pero difiere cualidad (A, E); se llama subcontrariedad si son particulares y coinciden cantidad pero difiere cualidad (I, O). En la contradicción no coinciden ni cantidad ni cualidad (A, O; E, I); y la oposición por subalternación se da cuando hay discrepancia en cantidad pero no difieren en cualidad y son afirmativos (A, I) o si hay discrepancia en cantidad pero no difieren en cualidad y son negativos (E, O). Las oposiciones deónticas son: Principio de contrariedad: un mismo acto no puede ser a un tiempo y en un mismo lugar obligatorio y prohibido; Este principio se formaliza así -(Op & Php), que se lee: no es el caso que la acción p sea obligatoria y esté prohibida la acción p, en el mismo tiempo y lugar. Principio de subcontrariedad: un acto, a un tiempo y mismo lugar, o bien está permitido cumplirlo (Pp), o bien está permitido omitirlo (P-p). Este principio se formaliza así: Pp v P-p, que se lee: o está permitida la acción p o está permitido que la acción p no tenga lugar o no se dé, es decir, se permite omitir la acción p. Principio de contradicción: un accto, al mismo tiempo y en el mismo lugar, no puede ser que sea obligatorio y esté prohibida su omisión, ni puede ser que la misma acción esté prohibida y permitida al mismo tiempo y en el mismo lugar. Su forma lógica es: -(Op & P-p) que se lee: no es el caso que sea obligatoria la acción p y esté permitido no hacer la acción p, y –(Php & Pp), que se lee no es el caso que esté prohibida la acción p y esté permitida la acción p. Principio de subalternación: si un acto es obligatorio, entonces está permitido hacerlo, (Op → Pp); y si un acto está prohibido, entonces su omisión está permitida (Php → P-p). Con base en el fenómeno de la interdefinibilidad de los operadores deónticos, su expresión lingüística por parte del legislador11, sea una Sobre la utilidad de la lógica deóntica en la creación normativa (en especial la que realiza el congreso), Daniel González Lagier apunta que “Los legisladores deben tener en cuenta la integración de las normas en un ordenamiento que debería reunir ciertas propiedades – como la ausencia de lagunas y contradicciones- que permitieran caracterizarlo como un sistema. Para ello puede ser útil estudiar estos conceptos y el comportamiento de los 11 11 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística asamblea constituyente o un poder revisor, incluso el legislador ordinario al expedir leyes generales en sentido de leyes marco que reparten competencias entre los órdenes de gobierno, genera relevantes problemas sintácticos y semánticos, así como pragmático-lingüísticos, que impactan los procesos de elaboración de textos normativos, y su interpretación (y también de su argumentación), de manera significativa y, por ende, tienen una centralidad que trasciende el simple planteamiento de que se trata de cuestiones de redacción12. operadores deónticos y, quizá, -siguiendo las sugerencias de von Wright-, contar con sistemas de lógica deóntica que presenten modelos ideales con las características que deben tener los sistemas normativos reales”, González Lagier, Daniel, Acción y Norma en… Op. Cit., p. 516. 12 La cuestión, entonces, no solamente es atinente a la redacción, los problemas se extienden de “la letra”, de la literalidad de la expresión lingüística de los operadores deónticos, de la que inicia, necesariamente, el proceso de interpretación, a relaciones con acciones y estados de cosas, los cuales se refieren en lenguaje natural. Así, por ejemplo, respecto de las reglas de acción (un tipo de enunciado jurídico de índole deóntico) es lo mismo prohibir la acción fumar como prohibir se dé el estado de cosas consistente en producido fumar, pero en el caso de las reglas de fin (otra clase de reglas de carácter deóntico), el punto ya no implica el mismo tratamiento de, por decirlo de alguna manera, equivalencia: “Pero introducir la distinción [acción o estado de cosas] y hablar de reglas de fin –como contrapuestas a las reglas de acción- es relevante cuando la disposición que…[establece] como obligatoria, por ejemplo, la producción de un determinado estado de coas deja a la dirección de su destinatario la selección de los medios causalmente idóneos para producirlo: en este sentido, las reglas de fin dejan a sus destinatarios un margen de discreción que no existe en el caso de las reglas de acción.”, Ruiz Manero y Atienza, Manuel, Las piezas…Op. Cit., p. 30. De estos mismos autores, en la obra citada, pp. 89-95, puede leerse: “E2) a) Si se da el estado de cosas X y si y sólo si Z realiza Y, entonces se produce el resultado institucional R; b) Z desea alcanzar el resultado R; c) luego, dado el estado de cosas X, Z debe realizar Y…el enunciado E2) c) no tiene tampoco carácter deóntico: el <<debe>> tiene en este caso un significado simplemente técnico [nota de píe de página N° 16: “algunos autores utilizan la convención de reservar el <<debe>> para contextos deónticos, en tanto que para el <<debe>> que nosotros hemos llamado técnico utilizan la expresión <<tiene que>>. Nosotros no hemos adoptado esta convención, porque nos parece interesante reflejar el hecho de que en el lenguaje ordinario el <<debe>> y el <<tiene que>> se utilizan indiferentemente, tanto en contextos deónticos como técnicos”], como cuando se dice que, si se desea que el agua hierva, debe calentarse hasta 100 grados.” Precisamente esta falta de puridad en el lenguaje del legislador genera cualquier cantidad de confusiones, y dudas de significación, por lo que la acotación de los autores citados es adecuada en el contexto teórico, pero en el contexto pragmático tiene consecuencias interpretativas importantes y que ha llevado a los jueces, como interpretes privilegiados, a asignar significaciones a términos como operadores deónticos tratándose de reglas de competencia. 12 Oscar Gutiérrez Parada Junto con el cuadro de oposiciones deónticas es importante considerar la tabla de equivalencias de los operadores deónticos: si al operador deóntico (en mayúscula inicial Ph para prohibido, O para obligatorio y P para permitido) utilizamos lo que llamo variable verbal en minúscula p para cualquier acción, es decir, cualquier verbo, y utilizamos la negación (con el símbolo -) tanto en el operador deóntico como en la variable verbal, las combinaciones son las siguientes: Ph p Op Pp -Ph p -O p -P p -Ph -p -O -p -P –p Ph -p O -p P -p Otra forma de ver las doce combinaciones es en forma binaria en sentido de afirmar o negar el operador deóntico o la variable verbal13: Predicado verbal Operador deóntico Ph O P -Ph -O -P p -p Ph p Op Pp -Ph p -O p -P p Ph –p O –p P –p -Ph –p -O –p -P -p Supongamos que p, como variable verbal, es correr, combinado con cada operador deóntico, sea afirmando o negando, los enunciados son los siguientes: En lógica proposicional las letras minúsculas representan proposiciones y por ello se llaman variables proposicionales. Aquí las utilizamos como variables verbales. 13 13 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Prohibido correr No está prohibido correr No es obligatorio correr No está permitido correr Obligatorio correr Permitido correr De acuerdo con estos No está prohibido no correr No es obligatorio no correr No está permitido no correr cuadros, se evidencia Prohibido no correr Obligatorio no correr Permitido no correr el fenómeno de interdefinibilidad: son equivalentes, por ejemplo, prohibido correr y no está permitido correr y es obligatorio no correr. Las interdefinibilidades o equivalencias deónticas son las siguientes: Equivalencias deónticas O p ≡ Ph –p ≡ -P-p O –p ≡ Ph p ≡ -P p -O –p ≡ -Ph p ≡ P p -O p ≡ -Ph-p ≡ P-p Lectura (a partir de ejemplos simples) Obligatorio fumar ≡ Prohibido no fumar ≡ No está permitido no fumar Obligatorio no fumar ≡Prohibido fumar ≡ No está permitido fumar No es obligatorio no fumar ≡ No está prohibido fumar ≡ Está permitido fumar No es obligatorio fumar ≡No está prohibido no fumar≡ Está permitido no fumar B. Prescripciones por las que se ordena, prohíbe o permite ordenar, prohibir o permitir. Como se puede apreciar en el apartado anterior, se evidencia el fenómeno de interdefinibilidad de los operadores deónticos, por lo que conocer y entender tal fenómeno y utilizar los operadores deónticos en contextos de elaboración de textos normativos, es de suma importancia para le hechura de normas. 14 Oscar Gutiérrez Parada Ahora bien, basándonos en los señalamientos de Norberto Bobbio sobre las normas de segunda instancia, es decir, las que ordenan, prohíben o permiten ordenar, prohibir o permitir14, podemos hacer una lectura de una buena parte de la Constitución como un conjunto de normas o de reglas por el que se establecen espacios de normatividad para que autoridades, principalmente, y sujetos privados, a su vez, establecer otras tantas normas o reglas por las que se oriente la conducta humana bien sea obligando, prohibiendo o permitiendo. Con este trabalenguas se entienden ciertas funciones que desempeña una asamblea constituyente respecto de los poderes que serán constituidos, e, incluso, tareas del Poder Reformador que operan la pauta ordenar, prohibir o permitir ordenar, prohibir o permitir. Esquemáticamente lo podemos representar así: Prescripción Ordenar Prohibir Permitir 1 4 7 2 5 8 3 6 9 Acción Sujeto X ordena Sujeto X prohíbe Sujeto X permite Se trata de nueve normas cuyas acciones tienen como referente las modalidades deónticas. Estas normas derivan de una norma constituyente, y que aplica el Poder Constituyente o Asamblea Constituyente al formular un texto constitucional, cuyo fundamento no es jurídico sino político, es mera legitimidad: 14 Véase la nota de píe de página número 2. 15 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Antecedente Si una asamblea constituyente está elaborando un texto normativo constitucional Entonces Consecuente está legitimada y, por ende, puede, establecer normas o reglas que ordenen, prohíban o permitan ordenar, prohibir o permitir, cuyos destinatarios son los poderes constituidos y otras instituciones estatales Esas nueve combinaciones conforman la regulación primaria que se establece por la asamblea constituyente en una Constitución y que va desarrollando el Poder Reformador, incluso establecer nueva normatividad al respecto. El Poder Reformador tiene como función, entre otras, continuar elaborando y reelaborando las prescripciones sobre “ordenar, prohibir o permitir ordenar, prohibir o permitir”. Veamos algunos ejemplos: 1. Se ordena ordenar, es decir, se ordena mandar o, si se prefiere, se manda ordenar. La asamblea constituyente le ordena al Poder Legislativo que ordene, lo cual hace, básicamente, expidiendo leyes que genéricamente ordenan –prescriben-. En el artículo 73 encontramos varios ejemplos. 2. Se ordena prohibir. La asamblea constituyente le ordena al Poder Legislativo que prohíba conductas. Es el típico caso del código penal que expide el Congreso General (Poder Legislativo) para el espacio federal, lo cual está establecido en el artículo 73, fracción XXI: “El Congreso tiene facultad: …XXI. Para expedir: …b) La Legislación que establezca los delitos y las faltas contra la Federación y las penas y 16 Oscar Gutiérrez Parada sanciones que por ellos deban imponerse; así como legislar en materia de delincuencia organizada;…” 3. Se ordena permitir. En la Constitución se establece la prescripción por la que la asamblea constituyente o el Poder Reformador ordena que el legislador, en una ley, regule los casos en que está permitido hacer algo. Un ejemplo claro es el arraigo, artículo 16, párrafo 8°, constitucional: “La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de delincuencia organizada, podrá decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de lugar y tiempo que la ley señale…”; otro ejemplo, lo encontramos en el artículo 116, fracción II, último párrafo, constitucional: “Las Legislaturas de los Estados regularán los términos para que los ciudadanos puedan presentar iniciativas de ley ante el respectivo Congreso.” 4. Se prohíbe ordenar. Un ejemplo lo constituye lo dispuesto en el artículo 117, fracción VII, constitucional: “Artículo 117. Los Estados no pueden, en ningún caso:…VII. Expedir ni mantener en vigor leyes o disposiciones fiscales que importen diferencias de impues[tos (sic, DOF 05-02-1917)] o requisitos por razón de la procedencia de mercancías nacionales o extranjeras, ya sea que esta diferencia se establezca respecto de la producción similar de la localidad, o ya entre producciones semejantes de distinta procedencia…” 17 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística 5. Se prohíbe prohibir. Un ejemplo está en lo dispuesto en el artículo 117, fracción V, constitucional: “Artículo 117. Los Estados no pueden, en ningún caso:…V. Prohibir ni gravar directa o indirectamente la entrada a su territorio, ni la salida de él, a ninguna mercancía nacional o extranjera…” 6. Se prohíbe permitir. Me parece que un ejemplo lo encontramos en los dispuesto en el inciso d) del artículo 130 constitucional: d) En los términos de la ley reglamentaria, los ministros de cultos no podrán desempeñar cargos públicos. Como ciudadanos tendrán derecho a votar, pero no a ser votados. Quienes hubieren dejado de ser ministros de cultos con la anticipación y en la forma que establezca la ley, podrán ser votados.” 7. Se permite ordenar. Un ejemplo está en lo establecido en el artículo 27, párrafo 5°, penúltima parte, constitucional: “Las aguas del subsuelo pueden ser libremente alumbradas mediante obras artificiales y apropiarse por el dueño del terreno, pero cuando lo exija el interés público o se afecten otros aprovechamientos; el Ejecutivo Federal podrá reglamentar su extracción y utilización y aún establecer zonas vedadas, al igual que para las demás aguas de propiedad nacional.” (las cursivas son mías). 8. Se permite prohibir. Un ejemplo aparece en el enunciado jurídico contenido en el artículo 5°, párrafo 1°, constitucional: “A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se 18 Oscar Gutiérrez Parada ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.” El legislador puede, es decir, se le permite, si así lo juzga justificado, y mediante ley, prohibir (vedar) bajo ciertos supuestos vedar por determinación judicial el ejercicio del derecho al trabajo. 9. Se permite permitir. Sirve para ejemplificar lo establecido en el artículo 27, fracción I, constitucional: “I.- Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas, tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus accesiones, o para obtener concesiones de explotación de minas, aguas o combustibles minerales en la República Mexicana. El Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar, por lo mismo, la protección de sus Gobiernos, por lo que se refiere a aquéllos; bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio de la Nación, los bienes que hubieren adquirido en virtud del mismo….”, es decir, la asamblea constituyente le permite al Estado (léase, a la federación) permitir que los extranjeros adquieran el dominio de tierra, aguas y sus accesiones (etc.). Como se puede observar, algunos casos son intercambiables entre sí, y esto es reflejo del fenómeno de interdefinibilidad de los operadores deónticos15. Este fenómeno de intercambiabilidad no solamente es reflejo de la interdefinibilidad de los operadores deónticos, pues también debe su existencia a la polisemia de los lenguajes naturales con los que indefectiblemente se formulan los textos normativos y que está presente de manera en el fenómeno que caracterizamos como alotropía lingüística y que en el apartado siguiente abordamos. 15 19 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística C. Alotropía lingüística Con base en una analogía intuitiva, pero fructífera y, me parece, altamente ilustrativa, podemos plantear una forma diferente de ver las relaciones entre las diversas formalizaciones lógicas de los operadores deónticos (tal y como se muestra en el cuadro de oposiciones deónticas) y su expresión lingüística en enunciados jurídicos que conforman textos normativos, es decir, los usos del lenguaje que lleva a cabo el legislador (en sentido amplio) para mandar, prohibir o permitir a través del fenómeno que propongo denominar alotropía lingüística. La alotropía16 es un concepto utilizado en la química para referir la propiedad que tienen algunos elementos químicos de existir bajo estructuras moleculares diferentes o con características físicas distintas. Así, por ejemplo, el carbono elemental se presenta bajo diversas formas según sean cristalinas o no; son cristalinas bien definidas el diamante y el grafito, y otras forman no cristalinas son el carbón vegetal, el coque y el negro humo, pero todas las “formas físicas” son carbono, es decir, sus propiedades químicas son las mismas. Con base en este fenómeno, vemos que las expresiones lógicas (fórmulas) y sus combinaciones a partir de las conectivas lógicas de los operadores deónticos vendrían a constituir el componente lógico (O, Ph y P) y su expresión lingüística en un texto normativo puede presentarse, y de hecho así ocurre, bajo estructuras lingüísticas diferentes, con características léxicas Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 22ª ed.; voz: alotropía. Para la 23ª edición la definición léxica tiene algunos cambios, pero semánticamente la significación es la misma: “propiedad de algunos elementos químicos de presentarse bajo estructuras moleculares diferentes.”. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23ª ed., Espasa Libros, Barcelona, España, 2014, p. 116. 16 20 Oscar Gutiérrez Parada y sintácticas diferentes, pero cuyo significado prescriptivo –deóntico- es reconducible a la estructura lógica correlativa. Así, por ejemplo, alotrópicamente, el legislador puede elaborar (formular) estructuras lingüísticas como las de los casos constitucionales presentados líneas arriba para ejemplificar las combinaciones “ordenar, prohibir o permitir ordenar, prohibir o permitir”, que pueden ser vistas como el resultado del fenómeno de alotropía lingüística. En el esquema siguiente se presentan los pares según se establezca conectiva lógica de negación al operador deóntico o a la variable verbal, y se ensayan varias formas de expresión lingüística para mostrar que la utilización del lenguaje natural es bastante diverso. 1 Forma canónica Php Significación 2 Ph-p Prohibido no comer 3 -Php No está prohibido comer 4 -Ph-p No está prohibido no comer 5 Op Prohibido comer Obligatorio comer 21 Expresiones lingüísticopragmáticas Fenómeno de alotropía lingüística No puedes comer No debes comer No está permitido comer Prohibido comer Prohibido dejar de comer Puedes comer Tienes que comer Debes comer Prohibido no comer Puedes comer o no comer Tienes permitido comer o no comer No está prohibido comer Puedes comer Tienes permitido comer No está prohibido no comer Debes comer Tienes que comer ¡Come! Es obligatorio comer Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística 6 O-p Obligatorio no comer No puedes comer Está prohibido comer Obligatorio no comer Puedes dejar de comer Puedes comer No es obligatorio comer Está permitido comer No tienes que dejar de comer No es obligatorio no comer Puedes comer o no comer No está prohibido comer Puedes comer No es obligatorio comer Permitido comer 7 -Op No es obligatorio comer 8 -O-p No es obligatorio no comer 9 Pp Permitido comer 10 P-p Permitido no comer Puedes comer o no comer Puedes omitir comer Está permitido no comer Permitido no comer 11 -Pp No está permitido comer 12 -P-p No está permitido no comer Prohibido comer Obligatorio no comer No está permitido comer Obligatorio comer Debes comer Prohibido no comer No puedes dejar de comer No está permitido no comer Como se puede observar, la cuestión lógica, en la que son inevitables las tautologías, queda, prima facie y de manera relativa, resuelta; sin embargo, en la utilización del lenguaje natural por parte del legislador es inevitable arrastrar ambigüedad, incluso vaguedad. En ocasiones no es fácil determinar ante cuál operador deóntico se está, sobre todo con la utilización del término “puede” o la locución “no puede”, o si se prefiere “podrá” o no “podrá”, ya que unas veces indica permiso y otras una negación de acción, o sea una prohibición. 22 Oscar Gutiérrez Parada Veamos unos ejemplos en el que se combinan funcionalmente, principios y, de manera implícita (me parece), reglas de acción y reglas de competencia en los enunciados (lingüísticos) que formula el legislador. Un ejemplo constitucional en el que el Poder Constituyente o Asamblea constituyente o el Poder Reformador: Constitución española Constitución de los Estados Unidos Mexicanos Igualdad y no discriminación Artículo 14. Artículo 4°.“Los españoles son “[1er párrafo, 1ª parte] El iguales ante la ley, sin varón y la mujer son iguales que pueda prevalecer ante la ley. (Esta protegerá discriminación alguna en la organización y el razón de nacimiento, desarrollo de la familia.)…” raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra “Artículo 1º… condición o [Párrafo 5°] Queda circunstancia personal o prohibida toda social.” discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas” 23 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Salta a la vista la economía de lenguaje de la Constitución Española y que en su texto el Poder Constituyente no estableció prohibición alguna de manera expresa, pero que algo no pueda –deba- prevalecer es equivalente a que está prohibido tal estado de cosas; asimismo, en el texto español queda claramente vinculado el principio de igualdad y la prohibición, prima facie, de discriminación. En cambio, en la Constitución mexicana la igualdad está en otro dispositivo al que regula la prohibición –expresa- de discriminación, y ésta es más ejemplificativa o enunciativa. En este punto me parece pertinente recurrir a los estudios de Eduardo García Máynez acerca de la regulación jurídica, pues muestran varias perspectivas de lógica (clásica y relacional) y la expresión lingüística de normas de conducta, es decir, que implican operador deóntico17. Los esquemas sintetizan las aportaciones de García Máynez, y permiten mostrar el desarrollo de la lógica clásica, lógica jurídica y lógica relacional, y, lo que por ahora nos interesa, las expresiones lingüísticas posibles. García Máynez, Eduardo, Filosofía del Derecho, 5ª ed., revisada, Porrúa, México, 1986. En el capítulo IV, El Sistema Normativo y su estructura, apartado 8, La regulación jurídica, pp. 245-259, en el que analiza la relación jurídica entendiéndola como “la conexión, necesaria y recíproca, de un precepto que obliga y otro que faculta” (p. 245), y desarrolla, entre otros puntos, un estudio bajo lógica relacional e introduce un nuevo concepto: “el predicado relacional”, éste “cabe, pues, dentro del esquema clásico [enfoque de la lógica clásica], pero indica la índole propia de cada juicio, y apunta, además, al segundo término de cada relación, o concepto relato. La función del predicado relacional, de acuerdo con el postrer análisis, consiste en indicar (relativamente a cada una de las disposiciones, la atributiva y la prescriptiva), cuál es, respectivamente, el contenido del derecho o del deber que, según lo expresado por la cópula, cada uno de los sujetos (facultado y pretensor) tiene (o no tiene) frente al otro sujeto, término final de la relación.”, p. 253 17 24 Oscar Gutiérrez Parada 25 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística 26 Oscar Gutiérrez Parada 27 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística 28 Oscar Gutiérrez Parada 29 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística 30 Oscar Gutiérrez Parada Con base en el esquema 5, y tomando un dispositivo constitucional, tenemos el ejemplo siguiente: 31 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Como se puede observar, el hallazgo del predicado relacional se erige en una herramienta muy poderosa para formular dispositivos jurídicos ya que permite hacer más visible el fenómeno de la alotropía lingüística. No está de más insistir en la necesidad de desarrollar estos estudios para mejorar la redacción (elaboración de textos normativos) de las clases de enunciados jurídicos (principios, normas programáticas, reglas de acción, reglas de fin, reglas de competencia, reglas puramente constitutivas, definiciones y otras). D. Tres dimensiones que tienen lugar en el fenómeno de la alotropía lingüística Los enunciados jurídicos de carácter deóntico que forman parte de un texto normativo (junto con otro tipo de enunciados -y de hecho así sucede: los textos normativos están conformados por cualquier variedad de enunciados jurídicos-), requieren distinguir tres dimensiones cuya no diferenciación lleva a no pocas confusiones. Estas tres dimensiones o planos son analítico-lingüísticos: Un plano inherente al del propio enunciado lingüístico18; Otro plano relativo a la dimensión prescriptiva (en sentido amplio); y Finalmente, un plano que se corresponde con las proposiciones (en sentido lógico y en sentido lingüístico). En principio todo enunciado es lingüístico por lo que si referimos “enunciado lingüístico” es por utilizar una de las funciones de los pleonasmos que consiste en añadir expresividad a lo dicho. Real Academia Española, Diccionario de la…, Op. Cit.; voz: pleonasmo. 18 32 Oscar Gutiérrez Parada Estos planos se corresponden, el primero, con el género “enunciado lingüístico”, y el segundo y el tercero con dos de las especies de dicho género: los enunciados prescriptivos y los enunciados descriptivos. Con base en las funciones del lenguaje19, los enunciados lingüísticos, básicamente, son cinco: Véase Bobbio, Norberto, Teoría General… Op. Cit., pp. 57-61. Bobbio refiere cuatro funciones: afirmaciones, preguntas, órdenes y exclamaciones. El mismo Bobbio señala que se basa en Copi, Irving M. y Cohen Carl, Introducción a la lógica, Limusa, México, 2001, pp. 93-96. Austin refiere otra función, la cual tomamos como quinta función: la perlocucionaria a partir de verbos performativos o reaizativos (prometer, declarar, jurar, etc.). Valga precisar que la función de preguntar o interrogativa es muy poco común, pero si llega a haber enunciados interrogativos en los textos normativos como, por ejemplo, la regulación constitucional de la toma de protesta de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la rendición de protesta del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Sobre el acto de habla perlocucionrio, realizativo o performqtivo, Eduardo Rabossi señala, dentro de lo que denomina la doctrina canónica de los actos de habla, que: “El acto perlocucionario corresponde al acto que llevamos a cabo porque decimos algo, es decir, corresponde a la(s) consecuencia(s) o el (los) efecto(s), buscado(s) o no buscado(s), que tiene lo que decimos sobre los acontecimientos, los pensamientos o las acciones del auditorio. El efecto perlocucionario de un acto de decir algo es de tipo causal.” Rabossi, Eduardo, “Actos de habla”, en VV. AA. Filosofía del lenguaje, 2 volúmenes (Semántica y Pragmática, respectivamente), edición de Juan José Acero, Editorial Trotta, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, 16, Madrid, España, 1998, p. 59. En todo caso, los enunciados performativos, perlocucionarios o realizativos están previstos normativamente para que se pronuncien, se enuncien, y entonces tenga lugar el efecto respectivo al haberlos pronunciado o enunciado: ¿cuándo ha prometido una persona?, cuando ha dicho que promete. 19 33 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Con base en las funciones básicas del lenguaje, el primer plano es meramente lingüístico, y viene a funcionar como género y sus especies se construyen a partir de las funciones básicas del lenguaje. Las especies lingüísticas más utilizadas, dicho de manera relativa, en los textos normativos son las prescripciones, pero en realidad se utilizan todas, desde luego, unas más que otras. Los textos normativos son elaborados utilizando cualquiera de los enunciados lingüísticos, incluso no hay que perder de vista que también se maneja lenguaje artificial cuando, por ejemplo, se usan números, fórmulas matemáticas, algebraicas o químicas 20. La utilización de enunciados interrogativos y exclamativos es muy rara, pero existen enunciados jurídicos de tales formas. Así, V. gr., en la Constitución, artículo 97, sexto párrafo, se establece: “Artículo 97… [Sexto párrafo] Cada Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al entrar a ejercer su encargo, protestará ante el Senado, en la siguiente forma: Presidente: ‘¿Protestáis desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se os ha conferido y guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión? Ministro: ‘Sí protesto’ Presidente: ‘Si no hiciereis así, la Nación os lo demande’. …” Como ejemplos, véanse: lo dispuesto en el artículo 234 de la Ley General de Salud, “Capítulo V. Estupefacientes. Artículo 234.- Para los efectos de esta ley, se consideran estupefacientes: ACETILDIHIDROCODEINA. ACETILMETADOL (3-acetoxi-6-dimetilamino-4,4difenilheptano) ACETORFINA…” 20 34 Oscar Gutiérrez Parada En estos enunciados se observan algunas de las especies de enunciados lingüísticos: hay una prescripción (protestará21); se regula un enunciado interrogativo; se norma un enunciado expresivo o exclamativo (Sí protesto [el sí con tilde es adverbio de afirmación y, por ende, es enunciado expresivo, exclamativo]). Para el espacio jurídico las normas, los enunciados prescriptivos y las proposiciones (enunciados descriptivos o informativos), son primordiales22. Como se ha señalado, este uso lingüístico (que viene a ser el fenómeno de alotropía lingüística) implica el operador deóntico obligatorio: es obligatorio rindan protesta ante el senado. 22 En palabras de Alchourrón y Bulygin, al referirse a la clausura basada en las interdefinibilidad de “permitido” y “prohibido”: “Trataremos de mostrar que detrás del Principio de Prohibición se esconde una engañosa ambigüedad y que el Principio o es analíticamente verdadero, pero no clausura el sistema (no excluye la posibilidad de lagunas), o bien presupone lo que debería probar, a saber, que todos los sistemas normativos son cerrados. En ningún caso puede desempeñar simultáneamente las dos funciones que tradicionalmente se le atribuyen: ser necesariamente verdadero y clausurar todos los sistemas. Para desentrañar la ambigüedad tenemos que comenzar por hacer una distinción muy importante (y muy conocida en la filosofía jurídica) entre normas y proposiciones normativas. Las normas son enunciados prescriptivos que se usan para ordenar, prohibir o permitir conductas humanas. Las proposiciones normativas son enunciados descriptivos que se usan para informar acerca de las normas o acerca de las obligaciones, prohibiciones o permisiones establecidas por las normas. La interdefinibilidad de los tres caracteres normativos (permitido, prohibido y obligatorio) significa que las normas ‘Permitido p’, ‘No prohibido p’ y ‘No obligatorio no p’, son lógicamente equivalentes y significan lo mismo. También son lógicamente equivalentes las normas ‘Prohibido p’, ‘No permitido p’ y ‘Obligatorio no p’. Muy distinta es la situación respecto de las proposiciones normativas. Al decir que p está prohibido en el sistema a, en lugar de formular una norma, enunciamos una proposición normativa; el enunciado que expresa esta proposición pertenece a un nivel lingüístico distinto que los enunciados (que expresan normas) del sistema. Decir que p está prohibido en el sistema a es afirmar que la norma que prohíbe p forma parte (es consecuencia, se infiere) del sistema a”. Alchourrón, Carlos y Bulygin, Eugenio, Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales [Título original Normative Systems], Astrea, colección mayor, Filosofía y Derecho, número 1, Buenos Aires, Argentina, 1987, pp. 173-174. Véase también los capítulos 1 y 2 de Mendonca, Daniel, Las claves del Derecho, Gedisa, serie Filosofía del Derecho, Barcelona, España, 2000, pp. 25-64; en especial la tipología de proposiciones normativas que desarrolla, las cuales, me parece, son relevantes para las dogmáticas jurídicas. 21 35 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística El legislador, en sentido amplio, debe tener como parámetros mínimos estas tres dimensiones o planos en la operatividad de la racionalidad lingüística a que alude Manuel Atienza23. El primer plano opera meramente en clave lingüística. Las funciones del lenguaje proporcionan la orientación que se da al lenguaje natural. El segundo plano es en el que se operan los enunciados de tipo prescriptivo, y que en general identificamos como normas de conducta porque implican un operador deóntico, pero en realidad solamente se trata de una de las clases de normas jurídicas, pues siguiendo la tipología de enunciados jurídicos hay reglas que no implican operador deóntico como, por ejemplo, las normas de competencia (o que confieren poderes), las reglas puramente constitutivas24 y las definiciones. El tercer plano está constituido por las proposiciones y con éstas se da cuenta, se describe o informa, sobre estados de cosas. El legislador las utiliza para referir cosas del mundo físico o institucional, sobre todo si existe determinada situación, la cual describe, y puede llegar a establecer ciertas consecuencias o, simplemente, señalar que existe X cosa. Así, por ejemplo, el artículo 43 constitucional determina cuáles son las partes integrantes de la Federación25, es decir, describe o informa sobre un estado de cosas institucional. Atienza, Manuel, Contribución a una teoría de la legislación, Civitas, Madrid, España, 1997. Ruíz Manero, Juan y Atienza, Manuel, Las piezas…Op. Cit. 25 Art. 43.- Las partes integrantes de la Federación, son los Estados de Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas, Distrito Federal, Territorio de la Baja California y Territorio de Quintana Roo. 23 24 36 Oscar Gutiérrez Parada En la redacción de proposiciones, el legislador debe tomar en cuenta las prescripciones propias del lenguaje natural que está utilizando: reglas sobre ortografía, reglas gramaticales y estructura sintáctica (en la que las funciones gramaticales importancia), de los incluso componentes considerar proposicionales aspectos son sobre de suma textualidad (composicionalidad del texto). Y precisamente abordar el estudio de la interdefinibilidad de los operadores deónticos, las reglas que ordenan, prohíben o permiten ordenar, prohibir o permitir, genera matices y peculiaridades en la construcción sintáctica de los enunciados jurídicos y, por ende, se debe atender a los aspectos lógico deónticos; a las combinaciones nominales-deónticas (que Bobbio llama reglas de segunda instancia); y a la tipología de enunciados jurídicos (en la que hay diversidad de enunciados jurídicos: principios, normas programáticas, reglas de acción, reglas de fin, reglas de competencia, reglas que implican el uso de poderes normativos, reglas puramente constitutivas y definiciones), para construir una sintaxis de índole normativa, es decir, cuáles son las características imprescindibles de índole lingüístico de cada enunciado jurídico puesto en un texto normativo, y aquí es donde opera el fenómeno de alotropía lingüística. Como ya ha podido observarse, este estudio se refiere principalmente a los enunciados prescriptivos de la clase normas deónticas, es decir, los que ordenan, prohíben o permiten, Esquemáticamente los planos son: 37 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística E. Estructura condicional de la permisión y su alotropía lingüística: un ejemplo de derecho agrario A partir de enunciados jurídicos de un dispositivo de la Ley Agraria, artículo 56, vamos a analizar la estructura lógico-deóntica26 del permiso. “Artículo 56.- La asamblea de cada ejido, con las formalidades previstas a tal efecto en los artículos 24 a 28 y 31 Sobre las implicaciones lingüísticas, y lógicas, del párrafo primero, primera parte, del artículo 56 de la Ley Agraria, hicimos un estudio que aparece en la obra Gutiérrez Parada, Oscar, Técnicas normativas. Modelos de análisis lingüístico y lógico de enunciados jurídicos aplicables durante su elaboración (estudios de caso), coedición Universidad Pontificia de México y Asesoría de Diseños Normativos, SC., México, 2006, capítulo I, pp. 37-89. Dicho trabajo se utilizó para el diseño normativo del Reglamento de la Ley Agraria en materia de Certificaciones de Derechos Agrarios y Titulación de Solares. 26 38 Oscar Gutiérrez Parada de esta ley, podrá27 determinar el destino de las tierras que no estén formalmente parceladas, efectuar el parcelamiento de éstas, reconocer el parcelamiento económico o de hecho o regularizar la tenencia de los posesionarios o de quienes carezcan de los certificados correspondientes…” (Párrafo 1°, 1ª parte; las negritas son mías) Lo primero que hay que señalar es que el estado de cosas, precondición de la operatividad de la regla, es que existan tierras irregulares propiedad de ejidos (o comunidades). Dado este presupuesto, el dispositivo nos permite explicitar el esquema condicional, o más preciso, los esquemas condicionales subyacentes. Una forma de ver la estructura lógica del dispositivo es: <<si la asamblea ejidal desea regularizar sus tierras entonces tiene permitido llevar a cabo ciertas acciones>>; sin embargo, suena extraño lo contrario: <<si la asamblea ejidal no desea regularizar sus tierras entonces no tiene permitido llevar a cabo ciertas acciones>>, incluso es contra intuitivo porque no queda explícito el núcleo de la opción en la cual la clave está en la libertad del sujeto para optar si asume o no las consecuencias de la norma. Ante esta inconsistencia debemos modificar el condicional previendo en el antecedente la permisión y en el consecuente la opción, más o menos en los términos siguientes: <<Si la asamblea ejidal tiene permitido regularizar sus tierras, entonces puede optar entre llevar a cabo ciertas acciones para regularizarlas o no llegarlas a cabo>> En la obra citada en la nota anterior, interpreté el término podrá en la forma siguiente: “El operador deóntico implícito en el lenguaje que el legislador utiliza en la redacción del artículo 56, primer párrafo, de la Ley Agraria, es la permisión: ‘La asamblea ejidal puede determinar el destino…’, lo que es equivalente a establecer un derecho de ejercicio potestativo, ya que el ejido puede, libremente, ejercitarlo o no ejercitarlo y, consecuentemente, tanto su ejercicio como su omisión están permitidos. Si el ejido opta por ejercer su derecho, se desencadenan otros supuestos…”, nota de pie de página número 3, p. 25. 27 39 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística Mostrando la permisión dentro del antecedente: <<Si la asamblea ejidal tiene permitido regularizar sus tierras, [es decir, optar entre regularizarlas o no regularizarlas], entonces puede optar entre llevar a cabo ciertas acciones para regularizarlas o no llevarlas a cabo>> Dependiendo de cuál sea la opción que se elija por parte de la asamblea, se dan otros esquemas condicionales en los que en el antecedente está el deseo en sentido positivo o en sentido negativo, es decir, la voluntad o no voluntad de regularizar las tierras ejidales: Opción positiva <<Si, con base en una norma permisiva, la asamblea ejidal desea regularizar sus tierras, entonces debe optar por regularizarlas>> Hecha la opción a favor de regularizar, analíticamente, se pasa a otro esquema condicional del tenor siguiente: <<Si la asamblea ejidal ha optado por regularizar sus tierras, entonces se producen los cambios normativos institucionales correspondientes>> De esta manera se posibilita el condicional negativo de no deseo: Opción negativa: <<Si con base en una norma permisiva, la asamblea ejidal no desea regularizar sus tierras, entonces debe optar por no regularizarlas>> 40 Oscar Gutiérrez Parada Hecha la opción a favor de no regularizar (deseo de no hacerlo), analíticamente, se pasa a otro esquema condicional de la forma siguiente: <<Si la asamblea ejidal ha optado por no regularizar sus tierras, entonces no se producen los cambios institucionales correspondientes [sin consecuencia jurídica alguna]>> La precondición de aplicación de la prescripción permisiva consiste en la posibilidad de optar, pues en cuanto se opta –hacerlo o no hacerlo-, me parece que se pasa a otros condicionales. Por otra parte, cabe resaltar que en la permisión el deseo, la voluntad, para optar juega un papel preponderante dando lugar a estados de cosas diferenciados: ¿cómo el legislador nos prescribe que podemos hacer o no hacer algo sin que haya consecuencias? Esta interrogante es inexacta, pues hay que precisar eso de que no hay consecuencias. Mejor pregunta es ¿cuáles son las consecuencias de los permisos?: si se opta por no regular nuestra conducta conforme a la norma, la propia norma no produce sus efectos, y la consecuencia es precisamente que, generalmente, no ocurra nada (o que permanezca, relativamente, un estado de cosas 28); Es importante apuntar que la regla general es que si no se ejerce la opción en sentido positivo no hay consecuencias, pero hay casos en los que el propio sistema jurídico (el legislador los ha previsto) establece consecuencias cuando no se ejerce la opción en sentido positivo, es decir, se ha ejercido la opción en sentido negativo. La teoría documenta algunos casos en los que la omisión, es decir, el ejercicio de opción negativa, genera consecuencias, y los ejemplos que se dan son los de la tácita reconducción, el silencio administrativo, la ficta confessio. El análisis se hace a partir de considerar esas figuras como reglas de competencia permisivas, por lo que habría que indagar si respecto de reglas de acción permisivas ante su ejercicio negativo se prevén ciertas consecuencias, o convertir las reglas de competencia permisivas en reglas de acción permisivas. Véase Alonso Vidal, Horacio José, “¿Se pueden ejercer de forma omisiva las reglas que confieren poderes?”, en Doxa N° 31 (2008), España, 673-688. En todo caso, lo relevante es tomar en cuenta que no 28 41 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística pero si se opta por regular nuestra conducta conforme a la norma, entonces se da píe a que se realicen las consecuencias previstas en la norma. Ahora bien, con base en el principio de que el permiso es la negación de una prohibición, en ocasiones no es tarea sencilla adscribir el enunciado jurídico a alguna de las combinaciones binarias deónticas que se han referido ya que las consecuencias semánticas pueden variar. Así, por ejemplo, en Pp se implica que la acción no está prohibida y se puede hacer o no hacer la acción; en cambio en la negación de la prohibición es equivalente –Php, no queda claro si puedo o no puedo realizar la acción, pues solamente no está prohibida la acción (tampoco es obligatoria). Una de las características del permiso es que estoy en libertad de optar si realizo la acción o no la realizo29. De todo ello, para el legislador es importante tener presente, en las reglas deónticas, saber cuál clase de operador deóntico está implícito o, en su caso, subyace, al enunciado jurídico que ha formulado o está construyendo (formulando, elaborando), pues es su tarea, entre otras, procurar minimizar la ambigüedad y, en su caso, evitar, en la medida de lo posible, la vaguedad, siempre que se ejerce una opción en sentido negativo, no se producen consecuencias o permanece, relativamente, el estado de cosas. 29 Habrá que determinar si en perspectiva pragmática (no meramente semántica) significa lo mismo indicar que no puedo realizar una acción que indicar que puedo no realizar una acción. El legislador está inclinado a prohibir enunciando que no puedo hacer determinada acción, y no es tan común que establezca directamente una prohibición (término fuerte pragmáticamente en comparación con la indicación de que no se puede hacer algo). La problemática con el permiso –en sentido lógico deóntico- es que implica poder hacer o poder no hacer y, por tanto, la negación del permiso (-Pp) se lee como “no es el caso que esté permitido realizar determinada acción”, sin que implique opción alguna (la opción en el permiso es la característica definitoria y, por ende, central, del permiso. La negación del permiso puede expresarse lingüísticamente e múltiples formas y he aquí el fenómeno de la alotropía lingüística. 42 Oscar Gutiérrez Parada ya que por efecto de la interdefinibilidad de los operadores deónticos al construir (formular) enunciados jurídicos en un texto normativo, operando la alotropía lingüística, persisten ambigüedades y vaguedades simplemente por la utilización de lenguaje natural (polisemia)30. Corolario La teoría y los modelos de lógica deóntica proporcionan descripciones y explicaciones de la forma canónica (lógica, en los que el modelo privilegiado es el esquema condicional: p → q [si p entonces q]) de enunciados jurídicos que regulan la conducta humana, pero las propuestas teóricas y los modelos poco se han correlacionado o no lo suficiente con los problemas de sintaxis de los textos normativos. Precisamente la labor del legislador es saber manejar lenguaje natural de manera básicamente prescriptiva, pero sin menoscabo de otros usos del lenguaje de acuerdo con las funciones del lenguaje, lo que lleva a conocer y entender la manera en que funcionan los operadores deónticos en el Vale insistir en el problema que tiene el legislador al elaborar textos normativos al contar con un mundo de estructuras lingüísticas con las que tiene que trabajar, y precisamente a esta labor (proceso) lo denomino alotropía lingüística. Véase: Von Wrigth, George Henrik, Normas, Verdad y Lógica, prólogo de Carlos Alarcón Cabrera, Fontamara, Biblioteca de ética, Filosofía del Derecho y Política, número 61, México, 1997. Como botón de muestra de la complejidad del asunto, unas palabras de von Wrigth de la obra mencionada: “Así, en el lenguaje prescriptivo ‘no permitido’ significa ‘prohibido’, y ‘no prohibido’ significa ‘permitido’. Análogamente, ‘no obligatorio que’, significa ‘permitido que no’ y ‘no permitido que no’, significa ‘obligatorio que’. Por consiguiente, en el lenguaje prescriptivo de las normas podemos asumir plenamente ‘P’ = ‘-O-‘ o ‘O’ = ‘-P-‘ y, si queremos podemos prescindir completamente de uno de los operadores deónticos. Esto es también lo que se suele hacer en sistemas de lógica deóntica muy conocidos, aunque no siempre por razones justificadas. Y en una lógica de proposiciones normativas, es decir, de formulaciones normativas interpretadas descriptivamente, no tenemos derecho a asumir las identidades mencionadas y prescindir de uno de los operadores. En este caso ambos operadores son necesarios”, p. 34. 30 43 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística mundo lógico y cómo éste subyace en la elaboración de textos normativos de todo tipo. Aquí es donde se da el fenómeno de la alotropía lingüística: éste opera, como proceso, más en el mundo del lenguaje natural, pero gran parte de su ADN se debe al mundo lógico deóntico. Me parece que el legislador debe hacerse consciente de que si bien opera con lenguaje natural ello no lo exime de conocer el fenómeno de interdefinibilidad de los operadores deónticos y a partir de tal fenómeno utilizar de mejor manera el lenguaje natural para prescribir –orientar la conducta humana prohibiendo, obligando o permitiendo- teniendo como marco de referencia el fenómeno de la “alotropía lingüística”. Este fenómeno se compone de elementos de dos mundos: (i) uno meramente lógico deóntico cuando se trata de enunciados jurídicos que implican operador deóntico y de análisis lógico de enunciados jurídicos que no implican operador deóntico y (ii) otro estrictamente lingüístico (ortografía, morfología, sintagmas, sintaxis –funciones gramaticales- textualidad o composicionalidad), y ambos se funden (como en un crisol, en el cual se funden materiales a temperaturas “muy altas”) cuando se elaboran textos normativos; las reglas de uso del lenguaje natural cobran una inusitada relevancia y que han sido descuidadas por la doctrina. No planteamos que haya ausencia de una sintaxis para la elaboración de textos normativos; nada por el estilo. No olvidemos, por referir un ejemplo incontestable, que los procesos de codificación decimonónica no hubieran sido posibles sin una “nueva” gramática –sintaxis- del lenguaje (francés, 44 Oscar Gutiérrez Parada español, etc.) y que tiene sus raíces, entre otras, en los estudios de gramática de Port Royal, entre otros. Lo que proponemos es que el legislador recupere esas bases de sintaxis y las conozca para su mejor aplicación y de acuerdo con los requerimientos contemporáneos de la labor legislativa, entendida en sentido amplio. Las exigencias del desarrollo del Derecho expresado en nuevas clases de legislación, incluso de textos de jurisprudencia, como el derecho administrativo y la configuración legal de tratados internacionales, por citar solamente dos casos relevantes del fenómeno de globalización jurídica, requieren guardar un mínimo de parentesco con los parámetros de elaboración de los textos normativos “modernos” que al parecer iniciaron con la codificación tanto civil como constitucional. El reclamo de nuevas y mejores maneras de elaborar textos normativos es se ha estado dando en un silencio ensordecedor, y todos lo critican, pero pocos, realmente muy pocos, han buscado soluciones. En cierta perspectiva, veo el fenómeno de la alotropía lingüística como una herramienta muy útil en el desarrollo de la dimensión de elaboración de textos normativos, junto con las dimensiones de producción de textos normativos (proceso legislativo que implica resolver legitimidad en legalidad) y de justificación de los mismos (argumentación legislativa). En la dimensión de elaboración de textos normativos considero que, a su vez, se presentan tres planos: (i) el de la pertinencia y oportunidad del cambio normativo; (ii) la observancia de lineamientos o directrices de técnicas normativas; y (iii) un tercer plano que se corresponde con las metodologías y técnicas sobre la elaboración de textos normativos. La alotropía lingüística 45 Técnicas normativas Operadores deónticos y alotropía lingüística recorre los tres planos, pero es más relevante en el tercer plano, y en todo caso da más sustancia a la racionalidad lingüística a que apela la Teoría de la Legislación. Evidentemente la problemática de elaboración de textos normativos no es solamente una cuestión de “redacción”, y en eso no reside únicamente la racionalidad lingüística, la cuestión va más allá de ello. Así, por ejemplo, decidir cuál es el modelo a seguir respecto de una Constitución (si es que hay tal modelo) no sólo es una cuestión que se resuelve en el espacio jurídico porque, por ejemplificar, la formulación de principios en un texto constitucional es más abstracta, ambigua y vaga que en otra clase de textos normativos como los reglamentos, y en la formulación de reglas de competencia para estructurar y organizar el poder público se requiere haber resuelto una serie de cuestiones inherentes a decisiones políticas fundamentales. La problemática, como tal, lleva a diversidad de alternativas de solución. Por ende, no se trata de una traducción del mundo lógico –en especial, lógico deóntico- al mundo lingüístico sino de un proceso en el que los ingredientes son lógicos y lingüísticos (en tal proceso es importante conocer y entender cómo opera el fenómeno de la alotropía lingüística). Aspirar a un Estado Constitucional de Derecho también pasa por la exigencia de mejores leyes, más claras y más precisas, que propicien seguridad jurídica. 46 Oscar Gutiérrez Parada Bibliografía Alchourrón, Carlos y Bulygin, Eugenio, Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales [Título original Normative Systems], Astrea, colección mayor, Filosofía y Derecho, número 1, Buenos Aires, Argentina, 1987. Alonso Vidal, Horacio José, “¿Se pueden ejercer de forma omisiva las reglas que confieren poderes?”, en Doxa N° 31, Universidad de Alicante, España, 2008. Atienza, Manuel, Contribución a una teoría de la legislación, Civitas, Madrid, España, 1997. Austin John L., Cómo hacer cosas con palabras. Palabras y acciones, compilado por J. O. Urmson, Paidos, España, 1971 (Nota: esta obra está formada por las -12conferencias pronunciadas por Austin en la Universidad de Harvard en 1955). Bobbio, Norberto, Teoría General del Derecho, Debate, Madrid, España, 1991. Copi, Irving M. y Cohen Carl, Introducción a la lógica, Limusa, México, 2001. De Gortari, Eli, Diccionario de la Lógica, Plaza y Valdés, México, 1998. Ferrari, Vicenzo, Las funciones del Derecho, Debate, Madrid, España, 1989. García Máynez, Eduardo, Filosofía del Derecho, 5ª ed., revisada, Porrúa, México, 1986. González Lagier, Daniel, Acción y Norma en G. H. von Wri ght, Centro de Estudios Constitucionales, colección Derecho y Justicia Núm 42, Madrid, España, 1995. Gutiérrez Parada, Oscar, Técnicas normativas. 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Disponible en formato digital en el siti o RED I PAL : http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/redipal/CRV-V-19-12.pdf; También disponible en el blog de www.asesoriadn.com.mx, bajo el título “Leyes generales –marco- y jerarquía normativa”. Mendonca, Daniel, Las claves del Derecho, Gedisa, serie Filosofía del Derecho, Barcelona, España, 2000 Rabossi, Eduardo, “Actos de habla”, en VV. AA., Filosofía del lenguaje, 2 volúmenes (Semántica y Pragmática, respectivamente), edición de Juan José Acero, Editorial Trotta, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, 16, Madrid, España, 1998. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 22ª ed, España; consultable en internet: www.rae.es (consulta: marzo 2014) Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23ª ed., Espasa Libros, Barcelona, España, 2014. Ruíz Manero, Juan y Atienza, Manuel, Las piezas del Derecho. 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