DOMINGO 13 DEL TIEMPO ORDINARIO

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DOMINGO 13 DEL TIEMPO ORDINARIO
¡Qué importante este pasaje del evangelio de hoy! San Lucas nos dice que "Jesús
tomó la Jerusalén". Durante diez capítulos el evangelista nos va a explicar cómo va
Jesús caminando con los suyos hasta su pasión y muerte, hasta la cruz. Y en el
camino, irá intercalando episodios y enseñanzas de Jesús.
Dos escenarios:
1º.- En una aldea de Samaría Jesús solicita hospitalidad y no les reciben, lo que
provoca la ira de Santiago y Juan, que tiene que calmar Jesús.
¿Cómo reaccionamos nosotros cuando algo nos sale mal, cuando alguien nos lleva la
contraria o nos rechaza? ¿somos tan violentos como Santiago y Juan? Jesús no
quiere arrancar todavía la cizaña porque se haya atrevido a mezclarse con el trigo. De
Jesús aprendemos que "no ha venido a perder, sino a salvar"; que no quiere apagar el
pábilo vacilante, ni acabar de quebrar la caña cascada, sino perdonar y curar y
rehabilitar.
2º escenario: Hoy está muy presente el tema de la vocación, la misión que a cada
uno le encomienda Dios.
Jesús llama a seguirle. Pero seguirle de veras supone mucho. Jesús debe ocupar el
primer puesto en el corazón del discípulo. Seguir a Cristo compromete la vida entera,
no sólo algunos momentos o algunas zonas de nuestra existencia. La enseñanza de
este evangelio es que no se puede relegar a Dios a un pequeño ángulo de la vida,
anteponiéndole prácticamente todo: trabajo, negocios, deporte, familia. No podemos
cometer el error de anteponer lo urgente a lo importante. Hay que saber renunciar
a lo secundario para conseguir lo esencial.
Los apóstoles dan una respuesta absoluta: "Dejándolo todo le siguieron". Para
quedarse sólo con Jesús. Jesús y su Reino, por encima de los más sacrosantos
amores; por encima de sí mismos, de la propia vida. “El que mira hacia atrás no es
apto para el Reino de Dios”. El seguimiento de Cristo es un seguimiento incondicional.
No hay rebajas ni descuentos, ni es cuestión de negociaciones.
- ¿Me está pidiendo algo Jesús con este evangelio tan exigente, tan radical? ¿Estoy
dispuesto a hacerle caso, o busco excusas?
No hay dos tipos de cristianos. Cristo comprende la debilidad humana y los fallos
motivados por ella, pero no acepta la mediocridad por sistema, “las rebajas”, los
cálculos egoístas. Los apóstoles fueron grandes pecadores: san Pedro llegó a negar a
Cristo, san Pablo persiguió a la Iglesia... Pero no fueron mediocres: se dieron del
todo, gastaron su vida por Cristo, sin reservarse nada.
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Para ser fieles al evangelio de Cristo, todos tendremos que renunciar a algo o
tendremos que "sacrificar" algo. ¿Qué soy capaz de sacrificar para ser fiel a mi
vocación cristiana, como esposo, padre/madre, hijo, matrimonio, familia, consagrado?
El seguimiento de Cristo no depende del entusiasmo de un momento -"te seguiré
adonde vayas"-, sino de la fidelidad perseverante de cada día.
¡Cuantas veces nos ronda la tentación de ser cristianos exquisitos sin tener que
renunciar a nada! Hay muchos que quieren seguir siendo cristianos pero sin romper
con los criterios, los usos y costumbres de los no cristianos. Con mentalidad pagana.
Quieren un cristianismo condescendiente, poco exigente, que sea compatible con
sus conveniencias.
Ser cristiano no equivale a ser honrado y no hacer mal; eso lo procuran también los
ateos. Ser cristiano significa estar dispuesto a todo por Cristo.
Día 29, fiesta de san Pedro y san Pablo, día del Papa: que no le falte nuestra oración
y nuestro pequeño Óbolo -donativo-, para ayudarle en su solicitud por los más
necesitados. Oremos “por las intenciones del Romano Pontífice”.
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