Arte gótico y renacentista en Florencia y Roma

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Filippo Brunelleschi
(Florencia, 1377-id., 1445) Arquitecto y escultor italiano. Fue el arquitecto italiano
más famoso del siglo XV y, con
Alberti, Donatello y Masaccio, uno de
los creadores del estilo renacentista.
Se formó como escultor y orfebre e
inició su carrera en el ámbito de la
escultura. No es de extrañar, por
tanto, que participara en el concurso
para la realización de las puertas del
baptisterio de Florencia en 1401,
certamen en el que quedó segundo,
después de Ghiberti. Se dice que su
decepción por este relativo fracaso
fue tal que en lo sucesivo decidió
dedicarse casi exclusivamente a la
arquitectura.
Sus profundos conocimientos
matemáticos y su entusiasmo por
esta ciencia le facilitaron el camino,
además de llevarle al descubrimiento
de la perspectiva, la clave del arte
del Renacimiento. A Brunelleschi se
debe, de hecho, la formulación de
las leyes de la perspectiva central, tal como afirma Alberti en su famoso tratado Della
pintura.
Pero en su época, su fama estuvo asociada, sobre todo, a la cúpula de la catedral
de su ciudad natal, Florencia, ya que sus conocimientos de ingeniería le permitieron
solventar los problemas, en apariencia insolubles, de la construcción de dicha cúpula,
por lo que sus conciudadanos lo reverenciaron. De hecho, en la actualidad la cúpula
continúa siendo su obra más admirada. También entran en juego las combinaciones de
diferentes figuras geométricas (cuadrado, círculo, triángulo), ya que para Brunelleschi,
como buen renacentista, la estética no era un juego de azar sino el resultado de la
correcta aplicación de una serie de leyes preestablecidas. Precisamente por ello, sus
edificios no son aptos para suscitar emociones sino para intentar comprender fría y
racionalmente las leyes que el artista quiso plasmar a través de sus realizaciones.
Su arquitectura elegante y moderadamente ornamental queda compendiada a la
perfección en dos espléndidas creaciones: la capilla Pazzi y la Sacristía Vieja de San
Lorenzo. Son dos obras de planta central, basadas en la armonía visual y en la
alternancia, característica del artista, entre arenisca gris y estuco blanco. Pese a la
importancia de su figura, la influencia de Brunelleschi en las generaciones posteriores
fue muy limitada. Sin embargo, quien sin duda se inspiró de algún modo en él para sus
realizaciones arquitectónicas fue Miguel Ángel.
Giotto
(Giotto di Bondone; Colle di Vespignano, actual Italia, 1267-Florencia, 1337) Arquitecto y
pintor italiano. Fue el primer creador italiano en superar las tendencias bizantinas de la
pintura de su tiempo y explorar unas orientaciones que acabaron por desembocar en la
gran revolución artística del Renacimiento. Existen discrepancias en cuanto a sus
orígenes y su formación, pero parece seguro que se formó con Cimabue, en cuya
tradición iconográfica se inscriben algunas de sus creaciones, como el Crucifijo de
Santa Maria Novella, donde la figura de Cristo está dotada de un sentido humano más
profundo que en su maestro.
La obra más antigua que se le atribuye son los frescos de la iglesia superior de Asís, en
concreto la Historia de san Francisco, si bien esta atribución constituye uno de los
problemas más debatidos de la historia del arte. Está documentada con seguridad la
presencia de Giotto en Asís hacia 1290, pero existen demasiadas diferencias estilísticas
entre esta obra y otras asignadas con seguridad al maestro.
En 1304 Giotto se trasladó a Padua para pintar los frescos que la familia Scrovegni le
encargó en una capilla de su propiedad. Los
frescos de esta capilla, denominada de los
Scrovegni o de la Arena, son los únicos que
se asignan con certeza al maestro. Incluyen
un Juicio
Final (muro
oeste),
una Anunciación(arco del presbiterio) y
escenas de la Vida de la Virgen y de la
Pasión de Cristo (muros restantes), bajo los
cuales figuran personificaciones de virtudes y
vicios pintadas en grisalla con objeto de
crear efectos de relieve.
La obra en su conjunto denota una nueva
concepción de la pintura por la atención que
presta el artista tanto a la creación de efectos
de perspectiva como a la unificación del
espacio, que acierta a integrar las figuras con
los elementos arquitectónicos que les sirven
de marco. Realza la solemnidad y el dramatismo que impregnan estas escenas el
empleo de colores puros y matizados.
Desde la finalización de la capilla de Padua hasta el comienzo de su otra gran obra al
fresco, Giotto se ocupó en realizaciones de orden menor, como laMadonna de
Ognissanti y el Crucifijo del templo Malatestiano de Rímini. A partir de 1317, el maestro
trabajó en Florencia, en la decoración de dos capillas de la iglesia de la Santa Croce; las
escenas de la Vida de san Francisco pintadas en la capilla Bardi anuncian los ideales
pictóricos del Quattrocento; los frescos sobre la Vida de san Juan Bautista en la capilla
Peruzzi anticipan las conquistas espaciales de Masaccio.Con posterioridad, Giotto
trabajó para Roberto de Anjou, en Nápoles, y para los Visconti, en Milán. Pero la obra
más relevante de los últimos años de su vida fue el campanile de la catedral de
Florencia, del que trazó los planos y comenzó la construcción. El arte profundamente
innovador del maestro no dejó indiferentes a sus coetáneos, y ya en su tiempo gozó de
una fama inmensa.
Duccio de Buoninsegna
(Siena, actual Italia, h. 1260-id., h. 1318-1319) Pintor italiano. Durante los siglos XIII y
XIV, Siena rivalizó con Florencia por ser el centro principal y más dinámico del arte
italiano. Y del mismo modo que Giotto revolucionó por esas fechas el arte florentino,
Duccio introdujo aires nuevos en el arte sienés, del que fue la figura más sobresaliente.
De su vida sólo se sabe que fue multado en varias ocasiones por delitos menores. Su
creación artística no está mejor documentada que su trayectoria vital, pero consta con
certeza su autoría de una obra capital, que define sus cualidades plásticas y su
estilo: Maestà, encargada para la catedral de Siena en 1308 e instalada con gran fasto
en su lugar de destino en 1311. Se trata de una tabla de considerables dimensiones
(213 X 396 cm) pintada por ambos lados. La parte frontal está ocupada por una Virgen
con el Niño en majestad, rodeada de sendos grupos de ángeles y santos; en la base
había una predela, y un friso remataba la zona superior. En la parte posterior figuran
veintiséis episodios de la Pasión de Cristo.
En la actualidad, la obra se conserva en su mayor parte en la catedral de Siena, pero
muchos paneles del friso han desaparecido y algunos, en particular de la predela, se
encuentran en museos de prestigio, como la National Gallery de Londres. Aunque la
obra denota todavía evidentes influencias del arte bizantino, supone un verdadero
cambio de estilo.
No está documentada con plena seguridad ninguna otra obra del artista, pero se le
atribuye la Virgen de Rucellai y también algunos retablos, aunque no existe ninguna
prueba de que pintara al fresco como la otra gran figura de su tiempo, Giotto. Ejerció una
influencia esencial en la escuela sienesa, donde tuvo discípulos de la talla de Simone
Martini, y los ecos de su arte llegaron también a otros países, en particular Francia.
Simone Martini
(Siena, actual Italia, h. 1285 - Aviñón, Francia, 1344) Pintor italiano. Fue el creador más
destacado de la escuela sienesa después de Duccio, y el mejor intérprete del estilo
gótico en la pintura italiana. Debió de formarse en el círculo de Duccio, pero desarrolló
de manera muy personal la linealidad del estilo de su maestro y le añadió un gran
interés por los efectos de perspectiva, reflejo de las tendencias vigentes en la época.
Su estilo apenas evolucionó a lo largo de toda su vida. Desde su primera obra
documentada, el gran fresco de la Majestad del Palacio Público de Siena, hizo un uso
decorativista de la línea y del color, y fue un creador genial de composiciones elegantes
y amables, imbuidas de armonía y refinamiento. En 1317 se trasladó a Nápoles, al
servicio de Roberto de Anjou, para quien pintó un destacado retablo inspirado en un
tema familiar: el hermano de Roberto, Luis de Tolosa, que acababa de ser canonizado,
aparece coronándolo como rey de Nápoles.
Entre 1319 y 1325 ejecutó varias obras religiosas para otras tantas iglesias, y en 1328
realizó el retrato del condotiero Guidoriccio da Fogliano en el Palacio Público de Siena,
un extraordinario retrato ecuestre en el que destaca la figura grandiosa y solitaria del
condotiero sobre un fondo de paisaje evanescente; la modernidad de esta obra ha
llevado, en fechas recientes, a discutir su atribución a Martini, por considerarla de época
posterior.
De
1333
data
la
famosísima Anunciación, en la
que se ha querido ver la síntesis
perfecta de su estilo delicado y
esteticista. En la misma época se
fechan los frescos sobre la Vida
de san Martín en la iglesia inferior
de Asís. En la corte papal de
Aviñón, donde residió desde 1340
hasta su muerte, llevó a cabo sus
últimas obras. Allí conoció a
Petrarca, para el cual pintó el
frontispicio para un manuscrito de
Virgilio que era propiedad del
poeta, y un retrato de su amada
Laura que se ha perdido. De la
importancia de Simone Martini en
su tiempo da cuenta Ghiberti en
sus escritos.
Hermanos Lorenzetti. Pietro Lorenzetti y Ambrogio Lorenzetti
A los Hermanos Lorenzetti (Pietro Lorenzetti y Ambrogio Lorenzetti) se les considera los
iniciadores de la pintura social. Se trata de una pintura civil y no religiosa.
Algunas de sus obras más importantes son:
Pinturas que decoran uno de los muros de la Señoría de Siena.
Alegoría del Buen Gobierno. Con ellas quiere representar que un buen gobierno de paz
da bienestar a su pueblo. La representación de la paz se realiza mediante una mujer
vestida de blanco junto a personajes bien vestidos, a caballo. Los Lorenzetti expresan la
paz y mediante el orden de sus elementos figurativos.
En su Alegoría del Mal Gobierno, los Hermanos Lorenzetti crean una pintura plana y
poco colorista con la que pretenden transmitir la idea moralizadora y docente de que la
guerra es la consecuencia del mal gobierno y la principal fuente de no bienestar de la
sociedad.
En su obra La Virgen de la leche se quiere busca un acusado realismo. Incluso
mostrando el acto de mamar. Sin embargo, el resto de la pintura no muestra ser tan
evolucionada.
Lorenzo de Médicis
(Llamado el Magnífico; Florencia, 1449-Careggi, actual Italia, 1492)
Político y poeta florentino. A la muerte de su padre, Piero di Cosimo
(1469), heredó el poderoso banco de la familia y el gobierno de hecho
de Florencia. A pesar de las maneras elegantes con que ejercía el
poder, el autoritarismo que escondía llevó a la familia Pazzi, con el
apoyo del papa Sixto IV y del rey de Nápoles, a promover en 1478 un
atentado contra él y su hermano Giuliano; éste resultó muerto, pero
Lorenzo sobrevivió y dirigió una terrible represalia contra los asesinos.
Mecenas de las artes y las letras y poeta él mismo, llevó a la ciudad de
Florencia a convertirse en una de las principales potencias italianas,
para lo cual no dudó en actuar con dureza, tal como hizo durante la
represión de la revuelta de Volterra. Demostró así mismo unas buenas
dotes como diplomático, y consiguió un equilibrio con las ciudades
rivales que se mantuvo hasta su muerte. Su hijo y heredero Piero fue,
sin embargo, expulsado de la ciudad.
Masaccio
(Tommaso di Giovanni di Mone Cassai; San Giovanni Valdarno, actual Italia, 1401­Roma, 1428) Pintor italiano. La carrera artística de Masaccio es interesante, primero, por la sorprendente relación entre la brevedad de su vida (murió a los veintisiete años) y la importancia, además de relativa abundancia, de sus creaciones, y segundo, por su aportación decisiva al Renacimiento, ya que fue el primero en aplicar las reglas de la perspectiva científica.
Masaccio se trasladó a Florencia cuando aún era muy joven, y en 1422 figuraba inscrito en el gremio de pintores de esta ciudad. Nada se sabe de lo que hizo hasta entonces y con quién se formó. Se le vinculaba tradicionalmente con el taller de Masolino, pero en la actualidad se cree que no fue en él donde se formó, sino que se incorporó como colaborador ya formado.
Su primera obra documentada, el tríptico de San Juvenal (1422), es una creación que supera plenamente el gótico. En el posterior políptico para el Carmine de Pisa (1426), la composición a base de pocas figuras esenciales y la plasmación natural de la luz definen su estilo característico, que se despliega plenamente en su obra maestra: el ciclo de frescos sobre la Vida de san Pedro y la Expulsión del Paraíso, que pintó para la capilla Brancacci de Santa Maria del Carmine, en Florencia, en colaboración con Masolino.
Las figuras de Adán y Eva expulsados del Paraíso son prototípicas de la concepción que Masaccio tenía de la pintura, basada en la masa y el volumen de las figuras, en una única fuente de luz y en la representación científica de la perspectiva. La importancia de estos frescos fue tal que todos los grandes pintores posteriores, incluidos Leonardo, Rafael y Miguel Ángel, los estudiaron.
Probablemente, en 1428, Masaccio realizó su última obra: un fresco de la Trinidad en Santa Maria Novella, que ha pasado a la posteridad como un ejemplo emblemático de perspectiva y composición. Poco después de acabar esta pintura, Masaccio se trasladó a Roma, donde murió de repente, se ha llegado a decir que por envenenamiento. Era una figura prácticamente desconocida, pero su obra no tardó en proyectarlo al primer plano de la actualidad y ejerció una gran influencia durante el Renacimiento.
Donatello
(Donato di Betto Bardi; Florencia, 1386-id., 1466) Escultor italiano. Junto con Alberti,
Brunelleschi y Masaccio, fue uno de los creadores del estilo renacentista y uno de los
artistas más grandes del Renacimiento. Su formación junto a Ghiberti le dejó un
importante legado técnico pero casi ningún vestigio estilístico, ya que desde sus
comienzos desarrolló un estilo propio basado en la fuerza emocional, y en un singular
sentido del movimiento.
Donatello
Su revolucionaria concepción de la escultura resulta evidente ya en las grandes estatuas
para nichos destinadas a Orsanmichele y la catedral de Florencia. La gravedad y el
realismo de estas monumentales figuras de mármol contrastan vivamente con la gracia y
el decorativismo del gótico internacional, el estilo vigente en Europa hasta entonces.
Donatello comenzó esta serie en 1411 con el San Marcos y la concluyó en 1436 con el
llamado Zuccone. A esta serie pertenece también el San Jorge, su primera obra famosa,
de la que Vasari afirmó: «Posee el maravilloso don de moverse dentro de la piedra».
Tras asociarse con su aprendiz Michelozzo, Donatello emprendió a partir de 1427 la
realización en Pisa de la tumba del cardenal Brancacci, en la que esculpió en relieve el
tema de la Asunción de la Virgen. Poco después, la tumba de Baldasare Coscia para el
baptisterio de Florencia permitió al artista dar sus primeros pasos en el difícil arte de la
fundición en bronce.
El viaje a Roma que realizó el escultor hacia 1430-1432 condicionó de manera decisiva
toda su producción posterior, ya que le brindó la oportunidad de conocer en directo el
arte de la Antigüedad. A su regreso a Florencia comenzó la famosa Cantoría para la
catedral, en la que recreó libremente algunos de los motivos clásicos admirados en
Roma. Poco posterior es su escultura exenta más famosa, elDavid en bronce,
comparable en ciertos aspectos alSan Jorge de su etapa anterior.
En 1443, el artista se estableció en Padua, seguramente después de haber recibido el
encargo de esculpir la estatua ecuestre del Gattamelata, la primera de tamaño natural
desde la Antigüedad. Realizada al estilo del Marco Aurelio romano, posee la fuerza
expresiva característica de sus estatuas anteriores, una fuerza que se transmite también
al caballo, representado con brío y vitalidad.
En la misma ciudad obró el retablo mayor del santuario de San Antonio, en el cual
combinó siete estatuas y cuatro relieves, en una disposición que fue modificada en el
siglo XVI. En estos relieves, que representan los milagros de San Antonio, son por igual
magistrales el sentido dramático y la organización del espacio. Donatello volvió en 1454
a Florencia, donde esculpió sus obras de mayor fuerza emocional en las que trabajó las
posibilidades expresivas de la deformación. A este período corresponden Judit y
Holofernes y la sublime María Magdalena, en madera. Aunque no tuvo un heredero
directo, Donatello influyó de forma decisiva en la escultura florentina hasta comienzos
del siglo XVI.
Detalle de David (bronce, c. 1440)
y María Magdalena (madera policromada, c. 1455)
Leonardo da Vinci
Artista, pensador e investigador italiano que, por su insaciable curiosidad y su genio polifacético, representa el modelo más acabado del hombre del Renacimiento (Vinci, Toscana, 1452 ­ Amboise, Turena, 1519). Leonardo da Vinci era hijo ilegítimo de un abogado florentino, quien no le permitió conocer a su madre, una modesta campesina.
Leonardo se formó como artista en Florencia, en el taller de Andrea Verrochio; pero gran parte de su carrera se desarrolló en otras ciudades italianas como Milán (en donde permaneció entre 1489 y 1499 bajo el mecenazgo del duque Ludovico Sforza, el Moro) o Roma (en donde trabajó para Julio de Médicis). Aunque practicó las tres artes plásticas, no se ha conservado ninguna escultura suya y parece que ninguno de los edificios que diseñó llegó a construirse, por lo que de su obra como escultor y arquitecto sólo quedan indicios en sus notas y bocetos personales.
Leonardo da Vinci
Es, por tanto, la obra pictórica de Leonardo da Vinci la que le ha hecho destacar como
un personaje cumbre en la historia del arte, debido a una veintena de cuadros
conservados, entre los cuales destacanLa Gioconda o Mona Lisa, La Anunciación, La
Virgen de las Rocas, La Santa Cena, La Virgen y Santa Ana, La Adoración de los
Magos, el Retrato de Ginebra Benzi.Son composiciones muy estudiadas, basadas en la
perfección del dibujo y con un cierto halo de misterio, en las que la gradación del color
contribuye a completar el efecto de la perspectiva; en ellas introdujo la técnica
del sfumato, que consistía en prescindir de los contornos nítidos de la pintura del
«Quattrocento» y difuminar los perfiles envolviendo las figuras en una especie de
neblina característica. El propio Leonardo teorizó su concepción del arte pictórico como
«imitación de la naturaleza» en unTratado de pintura que sólo sería publicado en el siglo
XVII.
Interesado por todas las ramas del saber y por todos los aspectos de la vida, los apuntes
que dejó Leonardo (escritos de derecha a izquierda y salpicados de dibujos) contienen
también incursiones en otros terrenos artísticos, como la música (en la que destacó
tocando la lira) o la literatura. Según su criterio no debía existir separación entre el arte y
la ciencia, como no la hubo en sus investigaciones, dirigidas de forma preferente hacia
temas como la anatomía humana (avanzando en el conocimiento de los músculos, el ojo
o la circulación de la sangre), la zoología (con especial atención a los mecanismos de
vuelo de aves e insectos), la geología (con certeras observaciones sobre el origen de los
fósiles), la astronomía (terreno en el que se anticipó a Galileo al defender que la Tierra
era sólo un planeta del Sistema Solar), la física o la ingeniería.
En este último terreno fue donde quedó más patente su talento de precursor a juicio de
las generaciones posteriores, ya que Leonardo concibió multitud de máquinas que no
dio a conocer entre sus contemporáneos y que la técnica ha acabado por convertir en
realidad siglos más tarde: aparatos de navegación (como un submarino, una campana
de buceo y un salvavidas), máquinas voladoras (como el paracaídas, una especie de
helicóptero y unas alas inspiradas en las de las aves para hacer volar a un hombre),
máquinas de guerra (como un puente portátil y un anticipo del carro de combate del siglo
xx), obras de ingeniería civil (como canalizaciones de agua o casas prefabricadas),
máquinas herramientas (como una hiladora, una laminadora, una draga o una cortadora
de tornillos), fortificaciones, etcétera.
Sin embargo, el genio de Leonardo le encaminó a tal cantidad de objetivos diferentes
que apenas ejerció influencia sobre la marcha de los distintos campos que tocó (aunque
sí obtuvo un gran prestigio personal, que ha perdurado hasta nuestros días): muchos de
los proyectos que emprendió quedaron inacabados cuando otros nuevos atrajeron su
interés; y, en cuanto a los inventos, se limitó a concebir ideas útiles, pero no se esforzó
por plasmarlas en modelos viables que pudieran funcionar, por lo que la mayoría de sus
investigaciones fueron especulaciones teóricas sin consecuencias prácticas. En ellas se
concentró a partir de 1516 cuando, con las manos afectadas por una parálisis, pasó a
vivir en Francia bajo la protección de Francisco I.
Donato d'Angelo Bramante
(Monte Asdruvaldo, actual Italia, 1444-Roma, 1514) Arquitecto y pintor italiano. Fue el
mayor arquitecto del Renacimiento italiano, a caballo entre los siglos XV y XVI, heredero
de Brunelleschi y Alberti e inspirador de muchas de las grandes figuras de la
arquitectura posterior, de Sansovino a Antonio de Sangallo el Joven.
Donato Bramante
Aprendió de Brunelleschi y Alberti el arte de la creación de espacios armoniosos y
proporcionados, y añadió al estilo de aquéllos un interés nuevo por la perspectiva que le
llevó a crear singulares efectos de profundidad y espacio en sus obras. Un ejemplo
emblemático de ello es el templete de San Pietro in Montorio, en Roma, una pequeña
construcción circular en el centro de un patio rectangular, proyectada para ser el centro
de un recinto porticado que debía acentuar sus efectos escenográficos.
Se formó probablemente en Urbino, y en 1477 está documentada su presencia en
Bérgamo, trabajando en la decoración al fresco del palacio del Podestà. En 1480 se
estableció en Milán, donde desplegó una gran actividad como pintor y arquitecto que
puede sintetizarse en el impactante Cristo a la columna y, sobre todo en la construcción
de Santa Maria presso San Satiro, donde dotó al coro, de pocos centímetros, de una
gran sensación de profundidad.
En 1499, tras la caída de Ludovico el Moro, se trasladó a Roma, donde trabajó
principalmente al servicio del papa Julio II. En 1503 proyectó el patio del Belvedere y en
1506 se hizo cargo del proyecto de la nueva basílica de San Pedro. Ninguna de las dos
obras se llevó a cabo tal como Bramante había previsto, pero la genialidad de las
soluciones por él propuestas imprimió una nueva orientación, más monumental y
escenográfica, a la arquitectura del Renacimiento. Intervino también en la
sistematización de algunos barrios de Roma, ofreciendo con su palacio Caprini un nuevo
prototipo de residencia urbana.
Rafael
(Raffaello
Santi o Sanzio; Urbino, actual Italia, 1483 - Roma, 1520) Pintor y arquitecto
italiano. Sus obras representan el paradigma del Renacimiento por su clasicismo
equilibrado y sereno basado en la perfección de la luz, la
composición y la perspectiva.
Su padre, que fue el pintor y humanista Giovanni Santi, lo introdujo
pronto en las ideas filosóficas de la época y en el arte de la pintura,
pero falleció cuando Rafael contaba once años; para ganarse la
vida, a los diecisiete años trabajaba ya como artista independiente.
No se conoce con exactitud qué tipo de relación mantuvo Rafael
con Perugino, del que unos lo consideran discípulo y otros socio o
colaborador. Sea como fuere, lo cierto es que superó rápidamente
a Perugino, como se desprende de la comparación de
sus Desposorios de la Virgen con los de este último. Desde 1504
hasta 1508, trabajó fundamentalmente en Florencia, en donde recibió la influencia del
arte deLeonardo da Vinci y Miguel Ángel.
De entre sus obras de este período (El sueño del caballero, Las tres Gracias), las más
celebradas son sus variaciones sobre el tema de la Virgen y la Sagrada Familia. Los
personajes sagrados, dotados de cautivadores toques de gracia, nobleza y ternura,
están situados en un marco de paisajes sencillos y tranquilos, intemporales. En estas
telas, Rafael da muestras de su inigualable talento para traducir a un lenguaje sencillo y
asequible los temas religiosos. Su maestría en la composición y la expresión y la
característica serenidad de su arte se despliegan ya en plenitud en la Madona del gran
duque, La bella jardinera o La Madona del jilguero, entre otras obras.
La bella jardinera, de Rafael
En 1508, el papa Julio II lo llamó a Roma para que decorara sus aposentos en el
Vaticano. Aunque contaba sólo veinticinco años, era ya un pintor de enorme reputación.
En las habitaciones de Julio II, conocidas en la actualidad como Estancias del Vaticano,
Rafael pintó uno de los ciclos de frescos más famosos de la historia de la pintura.
Entre 1509 y 1511 decoró la Estancia de la Signatura, donde pintó las figuras de la
Teología, la Filosofía, la Poesía y la Justicia en los cuatro medallones de la bóveda, para
desarrollar de forma alegórica estos mismos temas en cinco grandes composiciones
sobre las paredes: El triunfo de la Eucaristía, La escuela de Atenas, El
Parnaso, Gregorio IX promulgando las Decretales y Triboniano remitiendo las pandectas
a Justiniano, estas dos últimas alusivas a la justicia. En un espacio de gran amplitud,
organizado con un perfecto sentido de la perspectiva, Rafael dispone una serie de
grupos y figuras, con un absoluto equilibrio de fuerzas y una sublime elegancia de
líneas. No se puede pedir mayor rigor compositivo ni un uso más magistral de la
perspectiva lineal.
La escuela de Atenas, de Rafael
En la Estancia de Heliodoro, decorada de 1511 a 1514, Rafael desarrolló cuatro temas
históricos, acentuando en cada uno de ellos un rasgo plástico determinado: el claroscuro
en La liberación de San Pedro, la riqueza del colorido en la Misa de Bolsena, etc. En la
estancia del Incendio del Borgo (1514-1517) predomina ya la aportación de los
discípulos sobre la del maestro, lo mismo que en la Estancia de Constantino, donde sólo
la concepción del conjunto corresponde a Rafael.
El pintor simultaneó la decoración de las Estancias del Vaticano con la realización de
otras obras, como los frescos de El triunfo de Galatea para la Villa Farnesina. A este
período corresponden también numerosos cuadros de la Virgen con el Niño, algo más
solemnes y menos cautivadores que los de la etapa florentina. Los retratos romanos, en
cambio, superan en veracidad y penetración psicológica a los florentinos. En ambos
casos, el dibujo es de una calidad inigualable y el colorido, discreto, servidor de la forma.
A partir de 1518, Rafael se ocupó de la decoración de las Logias del Vaticano con
pequeñas escenas del Antiguo Testamento envueltas en paneles de grutescos. La
Transfiguración, última obra del artista, es considerada por algunos el compendio
perfecto de su arte. Sus trabajos arquitectónicos, de menor importancia que los
pictóricos, incluyeron la dirección de las obras de San Pedro del Vaticano.
Alberto Durero
(Albrecht Dürer; Nuremberg, actual Alemania, 1471-id., 1528) Pintor y grabador alemán.
Fue sin duda la figura más importante del Renacimiento en Europa septentrional, donde
ejerció una enorme influencia como transmisor de las ideas y el estilo renacentistas, a
través de sus grabados. Se formó en una escuela latina y recibió conocimientos sobre
pintura y grabado a través de su padre, orfebre, y de Michael Wolgemut, el pintor más
destacado de su ciudad natal.
Detalle del Autorretrato de 1498
Como era habitual en la época, al concluir sus estudios realizó un viaje, que lo llevó a
diversas ciudades de Alemania y a Venecia (1494), ciudad a la que regresaría entre
1505 y 1507 y en la cual recibiría las influencias de Mantegna y Giovanni Bellini, además
de asimilar los principios del humanismo. Previamente había contraído matrimonio y
abierto un taller en su Nuremberg natal, donde se dedicó a la pintura (Retablo
Paumgärtner) y sobre todo al grabado.
A esta época pertenecen las series de grabados El Apocalipsis, La Gran Pasión y
la Vida de la Virgen, convencionales en cuanto a temática pero revolucionarios por lo
que se refiere a su concepción y su complejidad técnica. Las figuras, plenas de
expresividad, son esculturales y están definidas por una multitud de detalles. La
minuciosidad es precisamente uno de los rasgos destacados del estilo de Durero,
carácter que es probable que heredara del oficio paterno.
Después de su segunda estancia en Italia, pintó algunas obras de grandes dimensiones
como El martirio de los diez mil, en las que incorporó la riqueza del colorismo veneciano
en composiciones de gran dinamismo y repletas de figuras. También por entonces pintó
las figuras de tamaño natural de Adán y Eva, pieza clave de su creación artística.
Adán y Eva (1507), de Durero
Tal era su fama que fue nombrado pintor de corte del emperador Maximiliano I (1512);
también Carlos I lo reclamó. De Maximiliano realizó retratos de carácter, animados por la
riqueza y variedad de las texturas, que rivalizan en perfección con los Autorretratos,
quizá lo más conocido de su obra pictórica. Alberto Durero gustó de retratarse a sí
mismo desde la temprana edad de trece años y mantuvo siempre esta costumbre, reflejo
del nuevo interés renacentista por el hombre, y en especial el artista.
Sin embargo, son los grabados las realizaciones en que dio una muestra más cabal de
su genio; destacan los de 1513-1514, sobre temas imaginativos y que permiten varios
niveles interpretativos: El caballero, la muerte y el diablo, San Jerónimo en su estudio y
la triste Melancolía I, su obra cumbre como grabador, que constituye una compleja
alegoría sobre las dificultades con que tropieza el artista en la realización de su obra
creativa.
Durante los últimos años de su vida, Durero se centró en la ejecución de un retablo para
su ciudad natal:Los cuatro apóstoles. Esta obra, de grandes dimensiones e intenso
colorido, refleja el trabajo de toda una vida, en particular los numerosos estudios que
había hecho sobre las proporciones y la monumentalidad de la figura humana. Se
recuerdan también como obras de un maestro algunos de sus dibujos de plantas y
animales, así como las acuarelas pintadas por puro placer a partir de paisajes que había
contemplado durante sus viajes, y los dibujos de gentes y lugares de los Países Bajos,
que constituyen un testimonio histórico inapreciable. Erasmo de Rotterdam le dedicó la
mejor alabanza que un humanista podía hacer de un pintor, al definirlo como el «Apeles
de las líneas negras».
Lucas Cranach el Viejo
(Lucas Müller; Cranach, hoy Kronach, actual Alemania, 1472-Weimar, id., 1553) Pintor
renacentista alemán. Las primeras obras conservadas de este artista datan de 1502 y
coinciden con su estancia en Viena, donde cambió su nombre por el de su ciudad natal.
De aquella época datan varios cuadros suyos de asunto religioso, de expresividad muy
acentuada: las dos Crucifixiones, la de 1500 y la de 1503. La tablaAlto en la huida a
Egipto (1504) destaca, en cambio, por su amplia concepción idílica.
Detalle de un Autorretrato de 1550
En 1505, llamado por el elector Federico el Sabio de Sajonia, se trasladó a Wittenberg,
ciudad en la que permaneció hasta 1550 como pintor de la corte, y en donde destacó,
además, como ciudadano, llegando a ocupar diversos cargos. Se convirtió asimismo en
el representante artístico de la causa protestante con su serie de retratos de Martín
Lutero y su círculo, aunque el retrato del arzobispo de Maguncia, Alberto de
Brandeburgo, demuestra que no había roto con las destacadas figuras del catolicismo.
Precisamente son los retratos lo que más caracteriza la obra de Cranach, como el del
Duque Enrique el Piadoso y su esposa Catalina y el Autorretrato que se encuentra en
los Uffizi. Entre otras obras de esta época son de destacar El martirio de santa
Catalina, El juicio de Paris, Cacería en Torgau y sus versiones deAdán y Eva.
El juicio de Paris (1530)
Su estilo se encuentra plenamente formado en 1515 y desde ese momento experimenta pocos cambios, con tendencia al final de su vida hacia la recuperación de los ritmos lineales góticos, en obras en las que se disuelven los límites entre lo sagrado y lo profano. Considerado en su época como «el más rápido de los pintores», según reza en su lápida, esta forma de trabajo se trasluce en una cierta irreflexión en las composiciones.
El Bosco
(Hieronymus Bosch; Hertogenbosch, actual Países Bajos, h. 1450-id., 1516) Pintor
holandés. Debe su nombre a su ciudad natal, en la que al parecer permaneció durante
toda su vida. Fue hijo y nieto de pintores, por lo que su educación tuvo lugar
probablemente en el taller familiar, y realizó un matrimonio ventajoso, que le permitió
vivir desahogadamente, entregado a su vocación por la pintura, que le reportaría un gran
éxito. No muchos años después de su muerte, personalidades como el rey Felipe II
fueron coleccionistas fervorosos de sus obras, que se hallan repartidas por todo el
mundo y de las que existe una excelente muestra en el Museo del Prado.
Aunque se desconoce la cronología de su producción artística, se cree que pertenecen a
la primera época sus obras más convencionales, como El charlatán o La crucifixión. En
el centro de su carrera se sitúan sus realizaciones más famosas, una serie de
creaciones abarrotadas de figuras, completamente al margen de la iconografía de la
época, ambientadas en paisajes imaginarios y repletas de elementos fantásticos y
monstruosos, tales como demonios o figuras medio humanas y medio animales, que
conviven con figuras diáfanas y paisajes tranquilos y encantadores.
Pieter Brueghel el Viejo
(Breda, Países Bajos, h. 1525 - Bruselas, 1569) Pintor holandés. Principal pintor
holandés del siglo XVI, en la actualidad es considerado una de las grandes figuras de la
historia de la pintura. Realizó sobre todo cuadros de paisaje, de género y de escenas
campesinas, en los que con un estilo inspirado en el Bosco reflejó la vida cotidiana con
realismo, abundancia de detalles y un gran talento narrativo.
Pieter Brueghel aprendió el oficio con Pieter Coeke. En 1551 se incorporó al gremio de
pintores de Amberes e inmediatamente después emprendió un viaje por Europa, que lo
llevó a Francia, Italia y Suiza. Lo que más le impresionó de su periplo fueron los paisajes
de los Alpes, de los que realizó a su vuelta una serie de dibujos que fueron grabados.
En 1563 Pieter Brueghel se trasladó
a Bruselas y contrajo matrimonio. Se
centró entonces en la pintura y
produjo numerosas obras, muchas
de ellas por encargo de famosos
personajes. Para el banquero
Niclaes Jonghelinck realizó, por
ejemplo, la famosa serie de los
Meses, que incluye Cazadores en la
nieve(noviembre-diciembre)
y La
vuelta
del
ganado(septiembreoctubre), entre otras obras maestras
INTRODUCCIÓN.
En el siguiente documento se puede apreciar la vida de grandes pintores que
hicieron posible el arte gótico y el arte del renacimiento que se dieron
especialmente en Florencia y en Roma. También podemos apreciar sus más
destacados cuadros que marcaron la historia y que aun a través del tiempo
siguen siendo muy únicas con una gran espectacularidad que en unas partes
aún conservan la versión original.
El arte gotico y del renacimiento dieron vida e inspiración a grandes personajes
que formaron escenas en frescos, arquitecturas, moldeados y diseños que
llegaron a formar y embellecer grandes ciudades en la antigüedad de la gran
Roma.
CONCLUSIÓN
Fue presentado la vida e historia de grandes pintores de dos grandes artes.
Un tema muy interesante que nos da mucho aprendizaje y da a analizar arte,
creatividad, dibujo, pintura y a nuestra vida.
Estos temas nos han dado mucho y espero sea comprendido por los lectores, asi
como yo capte en gran parte la lectura.
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