Acaba de titularse la primera promoción de quiroprácticos formados en nuestro país La quiropráctica se abre camino en España La quiropráctica está considera la tercera profesión sanitaria en atención primaria, junto a medicina y odontología Según la OMS, la quiropráctica es una profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético y de los efectos de estos sobre la función del sistema nervioso y la salud en general La quiropráctica, considerada la tercera profesión sanitaria en atención primaria, junto a medicina y odontología, se abre camino en España. Aunque todavía es una profesión muy desconocida en nuestro país se acaba de dar un salto cualitativo muy importante al lograr la primera promoción española de titulados superiores en quiropráctica. Veintiocho jóvenes, tras cinco años de estudios, han obtenido el título de quiropráctica en el centro creado en 2007 en el Real Colegio Universitario Escorial-María Cristina, en Madrid. Es el primer paso para regularizar esta profesión en España, el único país europeo junto con Grecia que no tiene reconocida la quiropráctica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la quiropráctica como una profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético, y de los efectos de estos sobre la función del sistema nervioso y la salud en general. El quiropráctico trata de corregir, mediante precisos ajustes vertebrales, estos desplazamientos de las vértebras (complejo de subluxación vertebral) trabajando con la columna, corrigiendo su posición, restituyendo su movilidad y evitando la irritación del sistema nervioso. Explicado de manera más sencilla, sabemos que el cerebro controla todas las funciones del organismo a través de una extensa red de comunicación, el sistema nervioso, que cubre todo el organismo. Todos los procesos –como el latido del corazón o la respiración– se controlan por impulsos nerviosos, permitiendo que el cuerpo funcione correctamente y mantenga su estado natural de salud. Cuando hay un cortocircuito o la señal nerviosa no llega correctamente la respuesta es la aparición de trastornos. La quiropráctica trabaja en el cuidado de la estructura que protege la red central de distribución de los impulsos nerviosos, la columna vertebral, para que la infinidad de redes nerviosas que desde ella llegan a todos los rincones del cuerpo lo hagan correctamente, manteniendo así un correcto funcionamiento que se traduce en salud. O dicho de otro modo, la quiropráctica tiene por objeto el restablecimiento y mantenimiento de la salud atendiendo a la íntima relación que existe entre las articulaciones, los músculos y el sistema nervioso, corrigiendo las alteraciones neuro-músculo-esqueléticas y los efectos que esas alteraciones producen en la salud. Es por ello por lo que el tratamiento quiropráctico está basado no solo en la ortopedia, sino también en la neurología. La inadecuada posición de las vértebras puede provocar la irritación, compresión o pinzamiento de los nervios que emanan desde la médula espinal a través de los orificios vertebrales, o el sistema nervioso autónomo, impidiendo y/o alterando la transmisión de esa información. Por ello, una vértebra que se halla en una posición incorrecta puede ocasionar problemas mecánicos en la columna (lumbalgias, cervialgias, pinzamientos, hernias discales...), pero también puede incidir sobre el funcionamiento de los nervios, ocasionando problemas orgánicos o trastornos funcionales (migrañas, vértigos, parestesias, alergias, otitis, asma, trastornos respiratorios, ginecológicos o digestivos...). La quiropráctica se basa en la premisa de que el óptimo funcionamiento del organismo (órganos, tejidos, sistema inmunológico, capacidad de respuesta y adaptación a los estímulos externos...) precisa del correcto funcionamiento del sistema nervioso, y éste depende, entre otras cosas, de una columna vertebral sana. La gran diferencia de esta profesión, frente al resto de profesiones sanitarias, es que la quiropráctica prescinde en su tratamiento de la farmacología y de la cirugía, enfatizando esa capacidad de autocuración del organismo. Para más información, Gabinete de Prensa Ibáñez&Plaza (Jesús Ibáñez): 91 553 82 97 - 609 006 729 [email protected] · www.ibanezyplaza.com Titulación superior El Título Superior Universitario en Quiropráctica es un título propio del Real Centro Universitario, sin carácter oficial todavía, aunque cumple con las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior, y capacita para el ejercicio de la profesión quiropráctica en Europa y en el mundo. Actualmente el título escurialense está en proceso de ser reconocido por el Consejo Europeo de Educación Quiropráctica (European Council on Chiropractic Education, ECCE). Este consejo acreditativo asegura la uniformidad y la calidad de la educación quiropráctica, mediante la homologación del plan de estudios, el control del número de créditos y de las asignaturas teóricoprácticas impartidas. El Real Centro Universitario Escorial-María Cristina imparte, desde octubre de 2007, el Título Superior Universitario en Quiropráctica en colaboración con la Asociación Española de Quiropráctica (AEQ), formando parte esta última de la Unión Europea de Quiroprácticos (ECU); y en asociación con el Colegio Universitario Angloeuropeo de Quiropráctica (Anglo European College of Chiropractic), de Bournemouth (Reino Unido), que imparte la enseñanza de Quiropráctica desde 1965. Para completar su formación práctica el RCU Escorial-María Cristina cuenta con un centro quiropráctico universitario abierto al público en el que los alumnos pueden perfeccionar su aprendizaje. Eficacia comprobada Según explica Ricardo Fujikawa, Director de Estudios de Quiropráctica en el Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, los pacientes quiroprácticos acuden en un 80% de los casos por problemas musculoesqueléticos de la columna, un 10% por jaquecas, migrañas y mareos, y otro 10% por trastornos orgánicos con causa en la alteración de la función neurológica. A estos se suma un número creciente de personas que acuden al quiropráctico regularmente como terapia preventiva de salud. “Según la Organización Mundial de la Salud –explica Fujikawa– una de cada cuatro personas ha tenido, tiene o tendrá problemas de espalda. Y son mayoritariamente trabajadores en activo, muchos de los cuales solo pueden acceder a tratamientos a través del sistema público de salud. Por eso soy partidario de que la quiropráctica forme parte del sistema público, para que todos puedan beneficiarse de ella. En Canadá, donde la quiropráctica tiene una larga tradición, forma parte de las prestaciones de la Seguridad Social. Y es por una cuestión técnica y económica: coste/beneficio. Han comprobado que las personas con bajas laborales por dolores de espalda que seguían un tratamiento médico alopático normal tardaban dos o tres semanas en reincorporarse al trabajo y cuando eran tratados mediante quiropráctica se incorporaban antes al trabajo”. “La quiropráctica no actúa sobre una dolencia determinada. Lo que hace es verificar y analizar la columna vertebral, y detectar donde hay problemas que interfieren con las funciones controladoras del sistema nervioso. Sabemos que la médula espinal es de donde salen las ramificaciones nerviosas que controlan cada órgano. El enfoque quiropráctico se centra en promover la mejora de las funciones de la columna. Tras los ajustes quiroprácticos vemos como mejora la calidad de vida del paciente”. La quiropráctica en el mundo La profesión quiropráctica nació en 1895 en Davenport (Iowa, EE.UU.) de la mano de Daniel David Palmer, el primero que realizó con éxito el primer tratamiento, ajustando una vértebra desplazada a Harvey Lillard, un paciente sordo que recuperó así el oído. El buen resultado de este primer ajuste desató una cadena de investigaciones en los Estados Unidos que originaron el nacimiento de la quiropráctica. Para más información, Gabinete de Prensa Ibáñez&Plaza (Jesús Ibáñez): 91 553 82 97 - 609 006 729 [email protected] · www.ibanezyplaza.com Posteriormente, en 1921, el Dr. Henry Winsor realizó en Haverford, Pennsylvania, una investigación cuyo objetivo era determinar, a través de la observación de cadáveres humanos diseccionados, si existía alguna relación entre mínimos desplazamientos de vértebras de la espina dorsal (subluxaciones vertebrales) y órganos internos lesionados o enfermos que estaban conectados por los nervios que provenían de esas vértebras desalineadas. Una vez confirmados los resultados, la quiropráctica fue validada por la profesión médica. Desde entonces, la quiropráctica se ha ido desarrollando paralelamente a la medicina alopática. El importante crecimiento detectado en Estados Unidos y Canadá, y posteriormente en otros países de Europa y del mundo, se basó en los buenos resultados clínicos y científicos, así como en el apoyo de los pacientes. En los últimos años, esta ciencia ha suscitado un interés creciente, por lo que se ha convertido en el objeto de numerosos estudios sobre sus métodos y eficacia. Aunque su desarrollo ha sido irregular en los últimos veinticinco años, algunos países ya la contemplan en su sistema público de salud. En la actualidad, la quiropráctica se enseña en universidades. Equivalente a una licenciatura en España, la carrera de Quiropráctica tiene una duración de entre cinco y siete años académicos (según los países), lo que equivale a unas 5.500 horas lectivas. Existen unos 80.000 quiroprácticos repartidos por los cinco continentes. Se observa una gran diversidad de condiciones en las que ejercen los quiroprácticos de los distintos países. Desde un completo reconocimiento y regulación legal de la profesión en diversos países, hasta la completa inexistencia de legislación que la defina y regule, pasando por situaciones intermedias de práctica legal sin existir legislación específica. Esta situación se corresponde con los distintos grados de desarrollo de la profesión en los distintos países del mundo. Así por ejemplo, en Norteamérica, donde se concentra un gran número de universidades de Quiropráctica, existe una larga tradición quiropráctica y un marco legal desarrollado. En cambio, en otros países como Suecia, Noruega o Dinamarca este proceso es más reciente. En países como Suiza y Nueva Zelanda, el proceso de legalización y reglamentación de la profesión se vio acelerado por la influencia de la población general. En otros países, gracias al apoyo científico y la convivencia y colaboración con los facultativos médicos, se ha iniciado el proceso de su legalización. Hoy en día existe legislación que reconoce y reglamenta la profesión quiropráctica en los Estados Unidos, Canadá, Chipre, Dinamarca, Hong Kong, Islandia, Liechtenstein, Namibia, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Suecia, Suiza, Gran Bretaña, Brasil, Costa Rica, Sudáfrica y Zimbawe. Al mismo tiempo el ejercicio de la Quiropráctica es legal, pero sin legislación específica, en países como Irlanda, Alemania, Bermudas, Ecuador, Guatemala, Israel, México, Holanda, Japón, Corea del Sur, Singapur, Países Bajos, Finlandia o Venezuela. Los últimos países europeos en legislar sobre la quiropráctica han sido Bélgica, Portugal, Italia y Francia. En definitiva, mientras la profesión se encuentra específicamente legislada en diversos países, en otros todavía se trabaja para conseguir su regularización, como es el caso de España. Situación en España En España –en donde ejercen unos 200 quiroprácticos– se están dando pasos para conseguir el reconocimiento oficial. En opinión de Ricardo Fujikawa, director de estudios de quiropráctica en el RCU Escorial-Maria Cristina, “con quiroprácticos formados en España, las cosas irán cambiando. Son estos nuevos profesionales, graduados en una institución española, los que marcarán el futuro de la profesión. Son los que van a luchar por sus derechos, por la regulación, para que toda la población española pueda tener al alcance un profesional quiropráctico. Todavía hay comunidades autónomas –como el caso de Extremadura– en las que no hay ningún quiropráctico”. En opinión del Rector del RCU Escorial-María Cristina, Edelmiro Mateos, “el reto ahora es consolidar el título, que sea reconocido como título oficial. La carga lectiva que tienen estos estudios justifican realmente ser reconocidos como título de grado. Son cinco años, cuatro años Para más información, Gabinete de Prensa Ibáñez&Plaza (Jesús Ibáñez): 91 553 82 97 - 609 006 729 [email protected] · www.ibanezyplaza.com como título superior universitario en quiropráctica y el quinto año, máster en quiropráctica. Es una aspiración nuestra con el convencimiento además de que será muy beneficioso para la profesión de quiropráctica y para la sociedad española”. Con respecto al posible enfrentamiento con otros profesionales sanitarios, el Director de Estudios, Ricardo Fujikawa, afirma: “He sido consejero de la Federación Mundial de Quiropráctica y puedo asegurarle que en la mayoría de los países conviven Medicina, Quiropráctica y Fisioterapia sin problemas, con una visión multidisciplinar. Cada una aporta aspectos de los que carece la otra. Los tres profesionales actúan en beneficio del paciente”. En su opinión la discusión no es científica. El problema que existe es de índole laboral, de conflicto de intereses. “En un mundo en crisis, con un porcentaje de desempleo muy elevado, se hace muy difícil abrir hueco a una nueva carrera. Lo ven como una competencia laboral.” Enlaces de interés: - Canal Youtube (videos de las entrevistas al Sr. Mateos y Sr. Fujikawa, y de una consulta de quiropráctica): www.youtube.com/quiropracticamc - Real Centro Universitario Escorial-María Cristina: www.rcumariacristina.com - Asociación Española de Quiropráctica: www.quiropractica-aeq.com Para más información, Gabinete de Prensa Ibáñez&Plaza (Jesús Ibáñez): 91 553 82 97 - 609 006 729 [email protected] · www.ibanezyplaza.com