Presentación

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LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA
(¿Una alternativa para el desarrollo?)
Presentación.
Ante todo, se trata de una indagación. Más allá, inclusive, de la descripción simple de las
características fundamentales que exhibe la globalización, como perspectiva y como tendencia
que se ha pretendido asimilar al concepto de universalización.
Porque, a decir verdad, asistimos a ese proceso de avasallamiento por parte de quienes
controlan la economía mundial; sin haber solicitado que nos invitaran. Algo así como entender,
por esta vía, que la dinámica, la impronta del capital, está centrada en su capacidad de
absorción de todos los contenidos y de todas las opciones. Aquí, entonces, no hay lugar para
ejercer la disidencia, ni como grupos sociales, ni como país. La disidencia es considerada una
herejía inconcebible e inclusive se tipifica como insensatez y/o como opción en contra del
progreso.
Veamos lo anterior en términos del profesor Jorge I. González:
¿….Cuál es el sustrato común de toda sociedad? Algunos analistas sostienen que la sociedad está
organizada por y para la lucha contra la naturaleza, sabiéndose y queriéndose ser racional, calculadora,
eficaz, mecanicista y mundial. En la comunidad tradicional esta lucha se inscribía en un pensamiento
mágico-religioso. En la sociedad moderna el trabajo transformador adquiere un papel central: es el nuevo
sagrado. La sociedad no se preocupa por ser justa. Eso no es de ella. Tampoco es injusta. Lo suyo es
producir. La sociedad moderna ha envuelto al hombre en la lógica de la competición, reduciéndolo todo a
la cuantificación y al cálculo. El sentido de la eficiencia no deja espacio para la gratuidad y el don. La
sociedad racional hace que el individuo sea calculador. Desde esta perspectiva, el análisis del
neoliberalismo como tal pasa a un segundo plano; en cambio, la pregunta por el hombre, por su felicidad
y por la razón de su quehacer cotidiano, adquiere una relevancia fundamental...”1
En el anterior contexto, el concepto de globalización económica y su aplicación, adquiere
connotaciones dramáticas; en términos de sus implicaciones sobre el conjunto de la economía
mundial, particularmente sobre las economías de los países que no han alcanzado niveles de
desarrollo semejantes a los de Estados Unidos y Europa.
Si se quiere, la dinámica de la globalización económica, puede y debe interpretarse como una
extensión y/o adaptación de la lógica que subyace al concepto del libre cambio; en donde es el
mercado el encargado de regular todo el quehacer económico y social. Es algo así como
imprimirle a esta época una opción centrada en el predominio de esa lógica propia de los
principios fundamentales del capitalismo. Con el agravante de la presencia de condicionantes
relacionados con el control ejercido por aquellos países que tienen el monopolio de los avances
científicos, además de instrumentos que les permiten profundizar y consolidar su visión acerca
el desarrollo económico y sus paradigmas vinculados con su entendido de democracia y
participación.
Aquí, en consecuencia, prevalece una noción de planificación en la cual el Estado no tiene ese
rol propuesto por parte de quienes, desde una perspectiva asimilada a la utopía, asumían la
posibilidad de establecer una especie de equilibrio entre el crecimiento y el desarrollo
económico y las necesidades sociales de quienes no ejercen como beneficiarios fundamentales,
en cuanto no hacen parte de la clase o grupo que controla la riqueza, entendida como capital.
Tal es el caso de lo expresado por J.C. Rousseau en su texto El Contrato Social. Considero
pertinente transcribir un aparte de su concepto central:
González, Jorge I.”Contradicciones del neoliberalismo”, artículo publicado en el Texto: “El fin del
neoliberalismo, Ed. Indepaz, primera edición 1993, página 86.
1
“..La primera y más importante consecuencia de los principios hasta aquí establecidos es que sólo la
voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado según el fin de su institución, que es el del bien
común; pues si la oposición de los intereses particulares ha hecho necesario el establecimiento de las
sociedades, la conformidad de estos mismos intereses la ha hecho posible. Lo que hay de común entre
estos diferentes intereses es lo que forma el vínculo social; y si no hubieses algún punto en el que todos
los intereses estuvieses conformes, ninguna sociedad podría existir: luego la sociedad debe ser gobernada
únicamente conforme a este interés común...”2
Como corolario transitorio, me permito señalar: la aplicación de la opción de globalización
económica, está soportada en elementos conceptuales asociados a las leyes del mercado. Por
esta vía, se hace elusión del Estado como instrumento regulador y garante de los beneficios
sociales para la población excluida de los beneficios fundamentales del crecimiento económico.
El desarrollo económico es entendido, entonces a partir de ahí, como crecimiento que está
condicionado por la existencia de intereses vinculados con el control ejercido por parte del o los
grupos económicos que poseen el monopolio sobre el capital y, por esto mismo, de los avances
tecnológicos. No se entiende, en esta opción, la universalización de la ciencia y el conocimiento,
como patrimonio de la humanidad; sino como posibilidad de profundizar el control y acrecentar
la riqueza de aquellos que la ejercen.
En lo que sigue, trataré de profundizar en dos aspectos básicos: uno, tiene que ver con las
implicaciones del la globalización económica así concebida, en el desarrollo y crecimiento de los
países denominados del tercer mundo y/o subdesarrollados. El otro tiene que ver con las
alternativas posibles para enfrentar esos condicionantes imperativos.
1. La globalización económica y el comercio mundial.
1.1. De los organismos financieros y económicos internacionales.
La humanidad ha avanzado en lo que respecta a la noción de universalización. Queda claro que
no es posible validar, ahora, el concepto de autarquía. Las relaciones entre diferentes
sociedades y culturas, ha ejercido como soporte para el intercambio de bienes...y del
conocimiento acumulado. Esto, a su vez, ha estado condicionado por diferentes momentos del
desarrollo económico. Desde el esclavismo, pasando por el feudalismo, hasta el capitalismo.
Han sido períodos históricos en los cuales han hecho presencia diferentes opciones en torno a
la riqueza, al trabajo, al crecimiento y al rol asignado al entendido de la participación, los
derechos y al concepto del ser humano.
Visto así, es pertinente presentar la interpretación de un autor que indagó por ese tipo de
nexos, a lo largo de la historia. Leo Huberman, en su obra “Los bienes terrenales del hombre”,
dice:
“…Los directores de las primeras películas de cine a menudo hacían cosas muy extrañas. Una de las más
curiosas era su costumbre de llevar a la pantalla gentes que tomaban un automóvil e iban a cualquier
parte sin pagar al chofer. Paseaban por la ciudad, se divertían, o iban a un centro de negocios, y ahí
terminaba todo. No había que pagar. Igual pasaba con los libros de la Edad Media, en los que por páginas
y páginas, caballeros y damas, con armaduras brillantes o trajes suntuosos, vivían entre torneos y juegos.
Siempre residían en castillos espléndidos y comían y bebían a su gusto. Pero alguien tenía que pagar por
todo ello, porque los árboles no dan las armaduras y los alimentos que produce la tierra tienen que ser
plantados y cultivados. Y así como uno tiene que pagar por un paseo en taxi, alguien el siglo décimo o
decimosegundo tenía que pagar por las diversiones y las cosas buenas que los caballeros y las damas
disfrutaban. Y alguien también tenía que proveer los alimentos y los vestidos para los sacerdotes y clérigos
que oraban, mientras los caballeros combatían. Además de estos clérigos y guerreros, en la Edad Media
existía otro grupo: el de los trabajadores. Porque la sociedad feudal consistía en estas tres clases: clérigos,
guerreros y trabajadores, con esta última al servicio de las dos primeras, la eclesiástica y la militar. Así lo
Rousseau, J.C., “El Contrato Social”, Ed. Gráficas Modernas, 1997. Traducido del francés por A.D.,
página 29.
2
entendió por lo menos una persona que vivió en aquella época, y que lo comentó de esta forma: Para el
caballero y el clérigo, ha de vivir quien hace el trabajo….”3
Es cierto, entonces, que no podemos asumir una posición que escinda un periodo de otro. Esto
es lo mismo que entender la dinámica del desarrollo social, político y económico, asociada a
conflictos de intereses, al ejercicio del poder, a la expoliación, a la imposición violenta de
determinadas opciones y visiones del mundo y de la sociedad en su conjunto. Todo esto de una
manera no lineal, uniforme; sino de una manera dialéctica, en donde la sucesión de
acontecimientos y de momentos específicos ha estado condicionada por particulares
expresiones. Eso sí, en donde siempre ha prevalecido la noción y la imposición del poder,
siempre en manos de quienes han controlado y controlan la riqueza y sus beneficios
fundamentales.
Con la llegada del Capitalismo, no cambia la esencia de la lógica que soporta la relación podereconómico, poder político y dominación. Simplemente (..si cabe la expresión); se erige como
periodo en el cual se rompen los esquemas vigentes en la sociedad feudal y se instaura una
opción de universalización del conocimiento y de adecuación de los avances tecnológicos y
científicos, a las necesidades del crecimiento económico y del progreso, centrados en las
directrices propuestas y conducidas por el grupo o grupos sociales que ejercen como
beneficiarios fundamentales de ese nuevo tipo de modo de producción.
Es claro, en esa perspectiva, que al cambiar el horizonte conceptual en torno al entendido de
crecimiento económico, acumulación, reinversión y formas de gobierno; la universalización
aparece como insumo vinculado directamente con ese proceso. Ya, durante los siglos XV, XVI y
XVII, la invasión a otras zonas geográficas del planeta, el avasallamiento a las culturas no
europeas y la exacerbación del sometimiento violento; unida a la utilización de sus riquezas.
Todo esto había permitido construir y desarrollar algunas bases para implementar el dominio
colonial y la imposición de modelos políticos, económicos y culturales.
El modelo de desarrollo capitalista supone, en consecuencia, el aprovechamiento de ese
acumulado de expoliación y avasallamiento. Con el surgimiento de la producción en serie, en
donde aparece una combinación de los avances tecnológicos y la utilización de mano de obra,
se da comienzo a la consolidación de grupos nacionales y multinacionales. El monopolio y los
trusts, van estableciendo las condiciones para un proceso de internacionalización, centrado en
el control económico y político.
Cuando, en desarrollo y consolidación de ese modelo económico, aparece la crisis de 1930, a
raíz de la recesión generalizada y, particularmente en Estados Unidos; se exhibe en toda su
magnitud las contradicciones propias del mismo modelo de crecimiento y expansión. Esto obliga
a reflexionar acerca de alternativas para obviarlas. Es tanto como enfrentar la crisis por la vía
de buscar y encontrar instrumentos que permitan su superación.
Es el momento, en términos históricos, de la instauración de de una nueva visión. Aparece, en
ese contexto, la noción de planificación y de macroeconomía. Al respecto, I. Osadchaia, en su
obra: “De Keynes a la síntesis neoclásica”, expresa, entre otras cosas, lo siguiente:
“Keynes creó su teoría del equilibrio macroeconómico en el período sombrío para el capitalismo, de la
depresión de los años 30 que siguió a la profundísima y devastadora crisis de 1929-1933. La crisis y sus
secuelas: paro obrero crónico masivo, empresas paralizadas, agudización de los problemas de mercados
conmovieron hasta los cimientos no sólo la economía capitalista sino la propia economía política burguesa.
En este contexto interviene Keynes con la reforma de la vieja economía política neoclásica burguesa, que
no respondía ya a los nuevos problemas de la época de la crisis general del capitalismo.
La influencia de Keynes en la economía política burguesa contemporánea se desprende principalmente del
hecho de que, por su objeto y su método de investigación, su teoría se diferenciaba esencialmente de las
teorías clásicas precedentes. Al contrario de las teorías de Clark, Marshall, Pigou y otros, Keynes llegó a la
Huberman, Leo. “Los bienes terrenales del hombre”, edición Gráficas Modernas, Bogotá D.C., 1993,
página 9.
3
conclusión de que todos los problemas de importancia vital para la sociedad capitalista altamente
desarrollada han de buscarse y, por consiguiente, estudiarse, no del lado de la oferta de recursos (su
penuria, precios, su combinación más eficaz para obtener la máxima producción, la compensación de los
factores de producción, etc., cosas de que hasta ese momento se ocupaba la economía política
neoclásica), sino del lado de la demanda que garantiza la realización de estos recursos. Al someter a
crítica la ley de los mercados de Say, que sirvió de premisa a toda la economía clásica burguesa, y según
la cual la oferta suscita automáticamente la demanda, Keynes coloca en primer plano el problema de la
demanda efectiva y sus componentes: consumo y acumulación, el problema de los factores que
determinan el movimiento de estos componentes y, por consiguiente, la demanda global en su
conjunto…”4
Surge, entonces, una nueva visión del desarrollo capitalista. Keynes, introduce un insumo
teórico fundamental, en el contexto de la teoría económica capitalista. La macroeconomía
conlleva a la necesidad de la planificación. Por esta vía, se origina la opción de una intervención
estatal en la regulación de los mercados. A nivel internacional, se desarrolla la tendencia hacia
la necesidad de mecanismo de control, de planificación y de regulación.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento de la ONU, como extensión de la
Sociedad de Las Naciones; se inaugura una nueva perspectiva para la internacionalización. Al
lado de esta, aparecen opciones vinculadas a la necesidad de la reconstrucción de Europa y, en
medio de la confrontación Este-Oeste; Comunismo y Capitalismo; este último consolida
propuestas de integración y colaboración entre sus garantes.
Lo anterior conlleva a entender la dinámica de la cooperación internacional, promovida por los
países capitalistas, como instrumento que garantice su consolidación, a partir del flujo de
recursos tecnológicos y financieros y su transferencia; según las necesidades específicas de sus
aliados. Esto supone, a su vez, tener como soporte una noción de internacionalización
controlada.
1.2 De los tratados de libre comercio.
Como extensión del proceso de internacionalización controlada, los países de mayor desarrollo
capitalista y que ejercen como garantes y beneficiarios de ese control; han promovido y
aplicado estrategias que les permiten consolidar su opción, soportada en el modelo económico
que han venido imponiendo.
Tal es el caso, a manera de ejemplo, de los Estados Unidos de Norteamérica, con respecto a
los países de América Latina. Desde su visión controladora y expansionista ha diseñado e
implementado la estrategia definida como los acuerdos de libre comercio. Esta estrategia tiene
como soporte básico una particular manera de aplicar su entendido en lo que respecta al la
dinámica del mercado global. Inclusive, por esta vía, asume una posición en contravía de los
convenios internacionales en relación con el comercio; los cuales se supone tendrían como
escenario fundamental la instancia denominada OMC (Organización Mundial de Comercio). Se
trata, en consecuencia, de consolidar su dominio económico y político en la región; para lo cual
cuenta con el aval, casi absoluto, de los gobiernos de aquellos países con los cuales concreta su
estrategia. Ya sucedió con Méjico y con algunos países centroamericanos. Ahora, ha extendido
su aplicación hacia países de Suramérica, particularmente con Perú, Ecuador y Colombia.
Visto el contexto en el cual he venido analizando la dinámica del modelo capitalista, en su
versión neoliberal; me parece pertinente retomar algunas expresiones que describen las
consecuencias de este modelo y, particularmente, de esta estrategia de los acuerdos de libre
comercio. Al respecto, veamos lo que dice el profesor José María Franquet en su obra ¿ Por qué
los ricos son más ricos en los países pobres?.
“…La apertura de los mercados, mediante mecanismos de desregulación y eliminación de aranceles,
también ha traído consecuencias muy contradictorias. Por un lado, es cierto que se abren las puertas para
Osadchaia, I. “De Keynes a la síntesis neoclásica”. Ediciones de Cultura Popular, primera edición, 1976;
páginas 19-29.
4
que los productos de los países pobres puedan venderse en los países ricos; pero aunque las puertas
estén abiertas, la competencia es tan feroz y las desigualdades de condiciones para competir tan grandes
que, en la práctica, en la última década muchos países pobres perdieron mucho terreno en el comercio
internacional. El grueso de los países pobres, siguiendo sabios consejos de organismos internacionales y
más o menos sutiles presiones diplomáticas, abrió sus mercados eliminando barreras de importación y
bajando aranceles para estimular el libre comercio, lo que constituye la piedra angular del nuevo modelo
de economía global. Sin embargo, una mirada somera a algunos datos recientes muestra que, para los
países en desarrollo, este proceso significó una pérdida de oportunidades económicas del orden de 500 mil
millones de dólares anuales, o sea, diez veces más de lo que recibieron en ayuda exterior...” 5
Si se quiere, entonces, estamos (con la aplicación de esta estrategia, por parte de Estados
Unidos) adportas de la vivir la segunda versión de la apertura económica impuesta durante el
gobierno del doctor César Gaviria Trujillo, durante su mandato 1990-1994.
2. De las alternativas para enfrentar el modelo de globalización económica neoliberal.
Ya he señalado arriba una posición relacionada con el aval por parte de algunos gobiernos en
países latinoamericanos. Me reitero en la aseveración, en el sentido de entender este aval como
una actitud que permite la profundización y consolidación del modelo capitalista, en su versión
neoliberal. Entre otras razones, porque existe y ha existido una posición predominante, en estos
países, en el sentido de imponer las condiciones soportadas en los intereses de los grupos
políticos y económicos que han controlado la orientación del desarrollo económico. En otras
palabras: son esos grupos beneficiarios de unas reglas del juego, originadas en el mismo
modelo capitalista.
Lo anterior, ha estado presente aún en aquellos momentos históricos en los cuales se ha
tratado de diseñar estrategias de integración regional y/o subregional. El caso más relevante,
en lo que hace referencia a los países del norte de Suramérica (Colombia, Venezuela, Perú,
Ecuador, Bolivia) tiene que ver con el Acuerdo de Cartagena, que dio origen al Pacto Andino.
Hoy, esta opción ha derivado en la CAN (Comunidad Andina). Lo mismo puede decirse, con las
diferenciaciones obvias, del caso del MERCOSUR (Uruguay, Paraguay, Brasil, Argentina).
Estas propuesta de integración
económica, estuvieron y han estado cruzadas por
contradicciones originadas en particulares maneras de entender la dinámica de los mercados, al
interior de los países denominados subdesarrollados. Sin embargo, a pesar de esas diferencias,
se ha percibido una unidad de criterios; como quiera que los grupos económicos y políticos que
han controlado y controlan el desarrollo económico en e3sos países, ejercen como beneficiarios
fundamentales del modelo económico capitalista.
A pesar de la situación descrita arriba, se advierten algunas fisuras que han dado origen (por la
dinámica asociada al desarrollo de alternativas políticas centradas en reivindicar la
democratización y la confrontación a esos grupos de control político y económico) a algunas
tendencias que promueven opciones diferentes y que confrontan la posición que hasta ahora ha
predominado. Este es el caso, a manera de ejemplo, de algunas expresiones (lideradas por
Brasil, Argentina y Uruguay) en el MERCOSUR. Con menor relevancia, se puede señalar la
corriente liderada por Venezuela y Bolivia al interior de la CAN.
Lo que si queda claro, a partir de lo expuesto en este trabajo, es la necesidad de promover y
desarrollar alternativas políticas y económicas, soportadas en la reivindicación de la autonomía
plena de nuestros países y que, por lo mismo, ejerzan como instrumentos de confrontación a la
posición neoliberal.
A continuación presento, a manera de ejemplo, una situación que explica la interacción
derivada de la globalización; en un contexto que nos sitúa en una perspectiva de
interdependencia económica y política.
Franquet, José Ma. “¿Por qué los ricos son más ricos en los países pobres?”. Ed. Litera Books, primera
edición 2002, páginas 76-77
5
3. LA REVALUACIÓN DEL PESO EN COLOMBIA, CAUSAS E IMPLICACIONES EN EL CONTEXTO DE
LA GLOBALIZACIÓN
3.1. La teoría monetaria.
Tiene que ver con la definición y funcionamiento de la moneda, entendida como instrumento
para el intercambio universal. Ya no se trata, como en períodos históricos anteriores, de validar
el trueque simple de bienes entre las personas y/o las naciones. En términos de economía
política, se define (ese período del trueque simple) como derivación de la autarquía (quiere
decir que cada país o nación produce los bienes que necesita y no requiere de un mercado
externo).
La teoría monetaria, entonces, asume un rol en el cual se establecen referentes (patrones) que
ejercen como insumos de soporte y de control. Lo primero (soporte), en razón a que la emisión
de moneda por parte de cada país, teóricamente, debe estar soportada en recursos internos
(reservas) que le permitan responder por el valor de esas emisiones. Esto porque, entre otras
cosas, la moneda se comporta como una obligación (a la manera de un cheque al portador)
que debe ser cumplida por el emisor. Esto es lo que explica, a manera de ejemplo, el hecho
siguiente: la emisión de moneda, supone la existencia de una organización monetaria en cada
país (lo que se conoce como banco central, o junta central de emisiones, etc.). Este soporte
monetario, entonces, en términos de la teoría monetaria, no es otra cosa que las reservas con
los cuales cada país emisor de moneda respalda esa emisión. Cuando se crece la emisión de
moneda (oferta monetaria), sin el debido soporte (reserva), una de las primeras consecuencias
es la pérdida del poder adquisitivo de esa moneda (inflación). Cuando, en contrario, decrece la
oferta monetaria y se restringen las operaciones de capital, se produce la figura contraria a la
inflación (deflación y/o contracción monetaria).
El segundo aspecto (control), hace alusión a un instrumento teórico y práctico que permite
establecer un dominio sobre la emisión y circulación de la moneda. Ya hablamos antes de la
figura conocida como reserva. Para concretarla, en cada país, se han desarrollado
mecanismos institucionales que ejercen como instrumentos de control y seguimiento. Para el
caso colombiano, por ejemplo, existió en el siglo XIX el denominado Banco Central. En el Siglo
XX, hasta finales de la década del setenta, ejerció la denominada Junta Monetaria (desligada
del Banco de la República) y, en la Reforma Constitucional de 1991, se transfirió ese control al
Banco de la República (se concentró, entonces, en el mismo la emisión de moneda y el control
monetario). Se entiende, siempre, que los instrumentos de control deben ser autónomos e
independientes del gobierno. Veamos una ilustración, respecto a lo anterior:
“…Pero la búsqueda de sanidad monetaria encontró dos grandes obstáculos. En primer término la
escasez de oro que impedía ejecutar normalmente la conversión del papel moneda y, en segundo lugar,
la guerra mundial de 1914 a 1918, en la que como en todo conflicto bélico los países beligerantes
recurrieron al lanzamiento de papel moneda para financiar la contienda. Se hizo entonces general el
ambiente de inflación y de inconvertibilidad en que Colombia se debatía a principios del siglo. Por 1920
mientras en el mundo europeo imperaba el desorden monetario, en Colombia se adelantaban infructuosos
esfuerzos por fortalecer la moneda y se hacía más patente la necesidad de crear un organismo de
emisión respetable, independiente del gobierno, dados los fracasos del Banco Nacional y del Banco
Central. La inflación de nuestra guerra de los mil días que causó también ese temor de que fuese el
gobierno quien ordenara las emisiones a su arbitrio, es cierto que era un accidente contuso si se le
compara con las sufridas por Austria, Polonia y Alemania, durante la guerra del 18. En este último país el
tipo a que se convirtieron los marcos antiguos a marcos nuevos fue de un trillón a uno...” 6
6
Alviar, Oscar, Instrumentos de dirección monetaria en Colombia. Edición Manuales Universitarios
Tercer Mundo. Tercera edición julio de 1974, página 17.
En paralelo con el soporte y control de la emisión de moneda, la teoría monetaria, establece
otras figuras necesarias para el proceso de intercambio de bienes y servicios a través de la
moneda. Este es el caso de lo que se denomina “términos de intercambio”. Este tiene su
expresión en instituciones nacionales que ejercen como controladoras internas para el
intercambio de monedas entre los países. En Colombia, a través de la historia, se ha ensayado
diferentes denominaciones y espectros de intervención de esos mecanismos de control de
cambios. Es pertinente, a manera de ilustración, transcribir lo siguiente:
“..El oro y las divisas extranjeras que el Banco de la República tiene en su poder y que prácticamente son
las reservas internacionales de Colombia, suponen además el ejercicio de operaciones de crédito y de
vigilancia del flujo externo de fondos muy delicados. En cierta medida compete al Banco, por ejemplo,
mantener los pagos del exterior al día y llamar la atención sobre los gastos exagerados de divisas que
puedan debilitar la posición internacional del país y tramitar la obtención de empréstitos para que la
normalidad de los pagos se mantenga...”7
3.2. Acerca de la revaluación y la devaluación de la moneda.
La complejidad en la implementación y desarrollo de la teoría monetaria, presenta fases
diferenciadas en lo que hace referencia a la figura de los patrones que soportan y referencian
el intercambio de bienes y servicios a través del papel moneda. En este sentido, ejerció como
patrón-referente durante muchos años, el oro físico depositado en las arcas de los bancos
centrales. A partir de 1980, aproximadamente, se establece y generaliza como patrón-referente
el dólar de Estados Unidos. En consecuencia, los términos de intercambio, empiezan a fluctuar
ya operar con ese patrón – referente. En países dependientes y no desarrollados, como el
nuestro, es mucho más ostensible este hecho. Las reservas monetarias, entonces, no se
cuantifican a partir del oro físico; sino a partir de la cantidad de dólares (divisas) depositados en
el Banco de la República.
Así las cosas cuando se produce un aumento o una pérdida de valor, en el mercado financiero
internacional, del dólar; por lo general tiene repercusiones en cada país. Para el caso
colombiano, se ha establecido lo que denomina tipos de cambio del dólar. El tipo de cambio
oficial se llama Tasa Representativa del Mercado. Esto hace alusión al valor oficial reconocido
por cada dólar. Sin embargo, en la práctica, existen otros dos tipos de cambio. Uno para la
venta (cuando se ofertan dólares a los usuarios que los requieren) y otro para la compra
(cuando se reciben dólares a una determinada tasa o valor). Estos dos últimos tipos (para
venta y para compra), se operan a través de la Bolsa de Valores de Colombia que es una
entidad privada.
3.3. La revaluación del peso. Esta se produce en el momento en que el patrón-referente (dólar)
sufre una pérdida de valor en el mercado (transacción en Bolsa de Valores). Entonces, como el
valor del peso en su soporte, está calculado con arreglo al patrón – referente dólar, aumenta de
valor, se revalúa.
3.4. Causas de la revaluación. Ya hemos dicho que la revaluación se origina en una pérdida en
el valor del patrón-referente dólar. Esta pérdida en el valor del dólar, puede tener dos
explicaciones. Una de ellas tiene que ver con decisiones de la Reserva Federal (Banco Central
en Estados Unidos) en el sentido de contener y/o disminuir las tasas de interés en el mercado
de capitales interno en ese país. Por lo tanto, los inversionistas de capital, empiezan a invertir
en otros países los dólares que poseen. Esto, a su vez, produce un ingreso masivo de dólares
en los países destinatarios de eses inversiones transitorias (coloquialmente se denomina a
estos recursos como capitales golondrina). En consecuencia, al existir un flujo mayor de
dólares, es expanden en el mercado interno. Se produce una sobre-oferta y esto implica que
hay más dólares para la venta en el mercado. Como toda mercancía en sobre-oferta, su valor
tiende a la baja. La otra explicación, válida para el caso colombiano en los últimos años, tiene
que ver con el envío masivo de dólares al país, por parte de los (as) colombianos (as) que
trabajan en Estados Unidos. Esto se conoce como envío de remesas en dólares a familiares en
Colombia. Como en el primer caso, origina una sobre-oferta de dólares en el país. Las
consecuencias de este hecho ya fueron explicadas en el primer caso.
7
Ibíd.., página 33
4. Consecuencias de la revaluación del peso. Básicamente, son dos: una de ellas tiene que
ver con la deuda externa. Es lo siguiente: Colombia tiene deudas con organismos
internacionales de crédito (FMI y Banco Mundial). Esto es lo que se conoce como deuda
pública externa. Asimismo, los empresarios privados, tienen deudas externas con sus pares a
nivel internacional. Esto es lo que conoce como deuda privada externa. En cualquiera de los
dos casos, tanto la deuda básica, como los intereses que esta genera, están tasados en
dólares. Por lo tanto, cuando se produce un pérdida en el valor del dólar (patrón-referente),
disminuye el valor en pesos de esa deuda y de sus intereses. Es obvio: el peso tiene un mayor
valor relativo, comparado con el dólar. Aquí cabe una precisión: Cuando la deuda externa
(pública o privada) está tasada en otra moneda diferente al dólar (por ejemplo: el Euro), la
revaluación del peso no se produce, si se compara con esa otra moneda. Por lo tanto no se
puede hablar de un alivio en el valor básico de la deuda, en sus intereses.
La otra consecuencia (de la revaluación del peso con respecto al patrón.-referente dólar), es
negativa. Veamos: Las empresas exportadoras de bienes y servicios, que efectúan sus
transacciones internacionales en dólares, ven disminuidos sus ingresos al producirse una
revaluación del peso. Es apenas obvio: ya explicamos que la revaluación del peso, con
respecto al dólar, se produce cuando el dólar pierde valor en el mercado interno.
El fenómeno contrario a la revaluación, es la devaluación. El ejercicio conceptual y práctico
para explicar causas y consecuencias es fácil; siempre y cuando se haya entendido la
explicación de la revaluación.
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