Transcripción

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TEMAS: La Salvación, Jesús, Misiones y Servicio
UNA PALABRA CONTIGO - Por Ron Hutchcraft
"Lo que Tienen los Novatos y lo que Pierden los Veteranos"
Juan 9:16
Don Mattingly ha sido un héroe en nuestra casa desde que nuestros hijos eran
pequeños. Ahora bien, si tú no eres un fanático del béisbol, puede ser que no conozcas
el nombre, Don Mattingly. Pero él es uno de esa clase de tipos legendarios que todavía
siguen vivos. Él fue el primera base de los Yankees. Sus cuadrangulares, su promedio de
bateo y fildeo constante posiblemente lo convirtieron en uno de los grandes de todos
los tiempos del béisbol.
Curiosamente, nos impresionó en nuestra casa, no sólo por su capacidad con el béisbol.
Sino que hasta el día de hoy, nuestros chicos hablan de su actitud; una actitud muy
refrescante. Él siempre, a pesar que era una estrella bien pagada, no pareció caer presa
de esa actitud característica de las estrellas bien pagadas. Siempre parecía estar
sorprendido y agradecido que estaba donde estaba. Quiero decir, cuando oías a Don
Mattingly siendo entrevistado siempre decía algo como, "Me encanta el béisbol.
Todavía me encanta como cuando era un niño. Me siento tan afortunado de estar
usando este uniforme." Hay algo muy especial en la capacidad y experiencia de un
veterano que se acopla con la actitud positiva de un novato, pero es difícil mantenerlas
juntas.
Soy Ron Hutchcraft, y hoy quiero tener UNA PALABRA CONTIGO acerca del tema
"Lo que Tienen los Novatos y lo que Pierden los Veteranos."
Nuestra palabra para el día de la Palabra de Dios viene de Juan 9; versículo 16, en el
Nuevo Testamento, y es allí donde vamos a empezar. Se trata del hombre que era ciego
de nacimiento. Él había sido sanado por Jesús; aunque los fariseos estaban más
interesados en analizar el milagro. "Algunos de los fariseos comentaban: ‘Ese hombre no
viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado.’” Jesús lo había curado el día
sábado. Versículo 24: "Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le
dijeron: ‘Júralo por Dios.’ ‘A nosotros nos consta que ese hombre (hablando de Jesús) es
pecador.’”
Bueno, la conversación continúa y ellos dicen: "Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero
de éste no sabemos ni de dónde salió." El hombre respondió: "¡Allí está lo sorprendente!
que ustedes no sepan de dónde salió, y que a mí me haya abierto los ojos. Sabemos que
Dios no escucha a los pecadores, pero sí a los piadosos y a quienes hacen Su
voluntad. Jamás se ha sabido que alguien le haya abierto los ojos a uno que nació
ciego. Si este hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada."
¿Ya tú sabes lo que tienes aquí? Un choque entre veteranos espirituales - los fariseos - y
un novato espiritual. Los fariseos eran los expertos en la Biblia. Eran profesionales
religiosos, y se enfrentaban a una intervención sobrenatural increíble. ¿Estaban
emocionados? ¿Estaban celebrando? ¿Estaban buscando al Señor, quien lo hizo? No,
ellos estaban analizando, debatiendo, tratando de ponerle un nombre a eso, estaban
tratando de proteger su posición. Ese es el peligro de estar cerca de Jesús por un
tiempo, ser profesional cuando solías ser apasionado en tu fe. Esto les sucede a los
atletas. Después de un tiempo ese entusiasmo juvenil se desvanece, y se convierten en
duros, cínicos y calculadores, donde todo es acerca de ellos mismos. Pierden la maravilla
del novato.
En este caso el hombre ciego es un novato. Él está fresco por haber sido tocado por
Jesús. Está emocionado, a la expectativa, está rebosante, pero los veteranos...
simplemente hacen que todo se complique. Es muy sencillo para el novato. "Fui
cambiado, y Jesús lo hizo." Lo que mantiene la emoción viva es continuamente ser
cambiado por Jesús, sin importar cuántos años lo has seguido. Algunas veces, el novato
que acaba de experimentar a Cristo, sabe más por instinto, que los veteranos quienes
están analizando Cristo.
Y podría ser que por todos tus años de estar alrededor de las cosas cristianas has
perdido de estar con Jesús. Te has perdido a Cristo, porque todo ha sido un viaje en tu
cabeza. Él está en tu cabeza, pero Él no está en tu corazón, porque nunca lo has llevado
de tu cabeza a tu corazón. Permite que este sea el día en que Él llegue a ser tu propio
Salvador, el Salvador de tus propios pecados.
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525-INT-7118(E)447 "Lo que Tienen los Novatos y lo que Pierden los Veteranos" © 2014 Ronald P. Hutchcraft El
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