Corredor verde de la provincia de Misiones, un ejemplo a imitar.

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Corredor verde de la provincia de Misiones,
un ejemplo a imitar.
de Bianchetti, Alba E.
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas - UNNE.
Salta 459 - (3400) Corrientes - Argentina
Teléfono/Fax: +54 (3783) 434569
E-mail: [email protected]
ANTECEDENTES
La hipótesis de trabajo que venimos investigando, de acuerdo al plan de trabajo oportunamente aprobado, se
relaciona con las asimetrías existentes, en las normativas jurídicas provinciales, con relación al recurso natural
forestal. En ese marco, la ley que vamos a comentar brevemente, constituye una iniciativa para desarrollar
actividades con criterios de sustentabilidad. Esta norma provincial loable pero aislada, confirma la falta de
coordinación de actividades, que podrían encararse con criterio regional conjunto.
En diciembre de 1999, la provincia de Misiones sanciona la Ley 3631 por la cual se crea un área de conservación
y desarrollo sustentable de áreas selváticas, denominada “CORREDOR VERDE DE LA PROVINCIA DE
MISIONES”, reglamentada por el Decreto Nº 25, en enero de 2001.
DESARROLLO
Constitucionalmente corresponde a las provincias, el dominio originario de los recursos naturales existentes en
su territorio, con lo cual la competencia para regular la utilización de los mismos, es provincial, pudiendo crear
regiones para el desarrollo económico y social.
A la Nación le corresponde dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección,
proveyendo en especial la defensa de un medio ambiente sano y equilibrado, la utilización racional de los
recursos naturales, así como la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, sin
alterar las jurisdicciones locales. La Nación adeuda desde 1994, el dictado de los presupuestos mínimos.
Las provincias entre tanto disponen y regulan. La Ley 3631 se propone como objetivos: proteger las nacientes y
altas cuencas de los rios y arroyos que constituyen el sistema hidrográfico de la provincia de Misiones. Prevenir
el aislamiento progresivo de las áreas naturales protegidas, permitiendo la continuidad de los procesos naturales
de migración y desplazamiento estacionales de la fauna silvestre. Contribuir a mejorar la calidad de vida de las
personas. Reconocer los servicios ambientales que ofrecen los bosques de las altas cuencas, tales como:
Producción de agua limpia, mantenimiento de la biodiversidad y la fijación de carbono atmosférico. Así como:
contribuir al cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado Nacional al ratificar los Convenios sobre
Cambio Climático y de Diversidad Biológica. Maximizar el aprovechamiento de oportunidades económicas de
los mercados internacionales, como la reducción certificada de gases de efecto invernadero, entre otros.
La autoridad de aplicación de la ley, es el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la
Provincia de Misiones. La norma crea la Unidad Especial de Gestión (UEG) a la que, para su funcionamiento,
se le asigna un porcentaje anual del 5% del presupuesto que corresponde al Ministerio de Ecología.
Las funciones de esta Unidad, entre otras, son la de coordinar acciones, elaborar un plan estratégico, identificar,
formular, diseñar, etc., la ejecución de proyectos y programas; elaborar un mapa de los usos actuales del suelo
del “Corredor Verde”.
Asimismo, se propone crear áreas dentro del Corredor, entre otras: a) área natural protegida, b) bosques
permanentes, c) áreas de restauración de la cubierta forestal nativa.
La norma también crea, una Comisión Asesora del Corredor Verde de la Provincia de Misiones y un Fondo
Ecologico de Coparticipación Especial (FECE), conformado por un porcentaje del 1% de lo recaudado a escala
provincial (mediante Ley 2535); mecanismos de compensación por servicios ambientales, créditos, aportes y
contribuciones, legados y donaciones. El P.Ejecutivo provincial distribuirá el fondo ecológico de
coparticipación especial, entre los municipios cuya extensión territorial integre el Corredor Verde.
Los municipios destinarán en un 90% esos fondos para financiar planes, programas y proyectos referidos
especialmente a: a) desarrollo rural sustentable, b) turismo ecológico municipal, c) gestión ambiental municipal,
d) restauración del bosque nativo. Para acceder a los beneficios de la ley, los municipios deben adherirse
previamente a la Ley 3631, mediante norma expresa de sus Consejos Deliberantes.
El Corredor Verde, generalmente es un área integral de conservación y de desarrollo sustentable, porque además
de proteger los bosques, se busca proteger la fauna y la flora. Se denominan corredores, porque se busca que
exista continuidad del área protegida y puede comprender territorios provinciales ó fronteras de países vecinos.
En este caso comprende 22 municipios, y pretende mantener en contacto: desde convenio con Parque Nacional
Iguazú, unir a los parques provinciales Yacuí, Uruguay, Foerter, la Reserva de la Biosfera Yabotí, los parques
provinciales Moconá y Esmeralda, con los parques Salto Encantado y Cuña Pirú.
La Ley 3631 expresa como objetivo el de contribuir al cumplimiento de la ratificación que hizo el estado
nacional por Ley 24.295/94 de la Convención de Cambio Climático firmada en Rio en 1992 y de la Ley Nº
24.375 por la que se aprueba el Convenio sobre Diversidad Biológica. La norma citada en primer término,
contempla la aptitud de los bosques para constituir el basural de las emisiones de carbono proveniente de las
industrias y establece que cada país debe adoptar políticas locales para dar respuesta a la problemática de
cambio climático, pero pensando de manera global y en las futuras generaciones.
La biodiversidad puede considerarse como la totalidad de los genes, las especies y los ecosistemas de una región.
La vida actual en el planeta tierra, es el producto de cientos de millones de años de evolución de la vida
interconectada o en red. Por ello si desaparece o se pierde cualquier sistema, implica variación de la jerarquía o
niveles del que forma parte y ello compromete la seguridad ambiental.
El Comité de Desarrollo Forestal, (conformado por el BIRD, la FAO, el PNUD y el WRI) en el Plan de Acción
Forestal Tropical (PAFT) ya en el año 1985, reconocía la importancia de la protección de la biodiversidad y
ponía énfasis en la conservación “in situ” de los ecosistemas.
Del mayor conocimiento científico de la naturaleza y de la detección de graves problemas ambientales, surge la
idea de encarar acciones conjuntas de países y desarrollar, por ejemplo; corredores forestales, para reducir –en
mínima parte- los gases provocadores del efecto invernadero.
En Berlín en 1995, se resolvió la posibilidad de encarar proyectos de implementación conjunta entre países, a fin
de recomponer en parte los daños causados, colaborando con la fijación de carbono atmosférico.
En el año 1997, cuando se firma el Protocolo de Kyoto, se reafirman estas propuestas a través del fortalecimiento
de programas forestales nacionales y diversas estrategias de manejo forestal.
El Dr. Eduardo A. Pigretti, comentando las posibilidades indirectas de la Ley 25.080, de inversiones para
bosques cultivados, dice que: “los corredores son una forma novedosa de programación económica e implican la
constitución mecanismos de implementación conjunta y el propòsito de esta manera de programar el espacio
económico, es unir a los grupos que habitan esos corredores, por encima de sus características nacionales o de
otra característica particular, imponiéndose así un criterio unitivo entre dos países que se unen en un esfuerzo
productivo común con financiamiento internacional. ”
La provincia de Misiones en ese sentido, ha dado el paso inicial en este camino, otorgando el marco jurídico
provincial necesario para ello.
Reiteradamente hemos aludido a las importantes funciones ecológicas de los bosques. En cuanto a su actividad
como regulador hidrogeológico, depurador de la atmósfera, como fijador y regenerador del suelo; preservador de
la biodiversidad forestal, de la flora y la fauna, y otros beneficios indirectos como el valor paisajístico o turístico.
Hoy ya no sorprende, la intervención del Estado en la conservación y utilización racional de los recursos
forestales, condicionando el uso o aprovechamiento de la propiedad del suelo afectado, por cuanto se impide una
explotación irracional. Son una especie de cargas u obligaciones propter rem que garantizan que la propiedad
del bosque –pública o privada- no se degrade y se mantenga en condiciones ecológicamente estables.
En estos casos, se tutela no solo el derecho de propiedad, sino que se establecen limitaciones de interés social,
que coexisten con el poder del propietario, en virtud de la función que cumple y atendiendo a la naturaleza del
bien que se protege. En ese sentido, las actividades privadas deben respetar los límites del interés colectivo y
conservar las condiciones ambientales, evitando que se agoten los recursos renovables y se asegure su disfrute a
las futuras generaciones.
Por muchos años predominó el sentido conservacionista, de exclusión de la actividad humana. Estableciendo
zonas de parques nacionales y prohibiendo toda acción antrópica. No se lograron los resultados esperados
porque, esas islas protegidas, intocables, se empobrecen en diversidad biológica de la flora y la fauna. Los
conocimientos actuales hacen aconsejable la intervención humana para favorecer, enriquecer y ocupar la mano
del hombre para proteger activamente la naturaleza. El sentido de una gestión sustentable es justamente éste.
Los nuevos métodos que se aconsejan, buscan integrar a las comunidades indígenas o locales al cuidado de la
naturaleza. Convirtiéndolos no sólo en beneficiarios, sino en conservacionistas, colaborando en cierto sentido,
con el combate de la pobreza y marginalidad social. Implica un reconocimiento de la responsabilidad de todos,
en el marco de una ética solidaria. Autores como Gelsi Bidart, plantean ya la vinculación entre ambiente y
derechos humanos. La incorporación de los derechos de tercera generación a las Constituciones, influyó
significativamente sobre otros valores: la empresa, la propiedad, que son vistos desde una nueva optica
ambiental, y originan obligaciones de utilización racional, actividad productiva sustentable, etc.
La creación de este corredor verde en la provincia de Misiones, pretende armonizar e integrarse con el Parque
Nacional Iguazú, creando una zona de amortiguación, donde se posibilita la conservación de los recursos, con la
realización de actividades productivas efectuadas con criterio sustentable.
El corredor verde constituye un pasillo, a lo largo de la provincia, que mantiene una continuidad forestal,
integrando la flora, fauna y las actividades humanas productivas. El gobierno de la provincia se comprometió
además a incentivar proyectos forestales para restaurar la cubierta vegetal nativa, así como proyectos
agropecuarios que no impliquen reemplazar bosques nativos. Debe tenerse en cuenta que Misiones, y en especial
el Parque Nacional Iguazú, todavía es un reservorio de la flora y fauna de la selva Paranaense, cuya continuidad,
ya ha sido totalmente destruída en el vecino país de Brasil.
Hoy los bosques permiten otra fuente adicional de divisas, tal como la compra de dióxido de carbono que
retienen los árboles. Este es un servicio ambiental que se expande, por cuanto los países altamente
industrializados que son los principales contaminantes, están dispuestos a pagar a los países más pobres pero
ricos en recursos naturales, por el mantenimiento de la naturaleza y la biodiversidad.
Se estima aproximadamente, que un bosque natural, fija unas 100 toneladas cúbicas por año y por hectárea. Se
tienen noticias que es posible obtener hasta 20 pesos/dólares por tonelada, por hectárea y por año. Hay empresas
que pagan, por revender el dióxido de carbono, por ejemplo a países de la Comunidad Económica Europea,
donde la certificación ambiental de productos forestales crece activamente.
El mercado de carbono, se sistematiza a partir de 1997, en la Conferencia de Cambio Climático realizada en
Kyoto, como modalidad para mitigar los efectos del calentamiento global, consecuencia de la actividad humana
productora del llamado efecto invernáculo.
La emisión de estos gases con efectos negativos, se debe entre otras cosas a: la quema de combustibles fósiles,
emanaciones industriales, extracción de hidrocarburos, algunos cultivos, y la deforestación como una de las más
importantes, porque desaparecen los sumideros naturales.
“Sumidero es cualquier proceso, actividad o mecanismo que absorbe un gas de efecto invernadero, un aerosol o
un precursor de un gas de efecto invernadero”, dice el art. 1 de la Convención de Cambio Climático.
El efecto invernadero, es el nombre que se le da al desequilibrio producido por la acción antrópica, sobre el
complejo ciclo del carbono, oxígeno y agua, cuyo equilibrio hace posible la vida en la tierra.
El conflicto económico que obviamente se genera es, ver cómo nuestros países poseedores de bosques nativos,
en nombre de un interés común de la humanidad, deben impedir la explotación de sus recursos manteniendo en
estado boscoso sus tierras, con una masa humana que aumenta por debajo de la linea de la pobreza; mientras que
los países ricos no tuvieron cuidado en preservar sus propios bosques.
Existe un mecanismo de canje de deuda externa por naturaleza, que el Dr. Eduardo A. Pigretti sintetizó como
“deuda por bosques”. Se requiere una alianza entre una organización de defensa de la naturaleza de un país
acreedor –organizaciones no gubernamentales- y otra organización similar de un país deudor, que a través de un
proceso complejo, permitan modestas reducciones de la deuda externa, impulsando inversiones hacia la
protección de la naturaleza del pais deudor.
Este mecanismo ya tiene ejemplos de aplicación en Bolivia, Ecuador y Costa Rica. Este último ha sido el
principal antecedente tenido en cuenta para la elaboración de la normativa misionera.
La Provincia de Misiones, con la sanción de la norma que comentamos, se dirige hacia una política que pretende
ser integral en materia de sus recursos forestales. Y que debiera mirarse desde una óptima regional más extensa,
al coordinar similar tratamiento jurídico de las masas boscosas nativas de Chaco, Formosa, Santiago del Estero,
y las posibilidades del exponencial crecimiento de las hectáreas de bosques implantados en Corrientes y Entre
Ríos.
Pocos elementos de la naturaleza tienen una importancia ecológica tan relevante como los que la riqueza forestal,
el bosque o la selva presenta, dice Juan Francisco Delgado De Miguel. A su vez destaca el autor, que es uno de
los elementos de la naturaleza más susceptible de ser atacado desde los más diversos ámbitos: físicos: (el fuego,
la erosión), humanos (talas abusivas) terceros (agricultor con técnicas irracionales, empresas e industrias de
transformación forestal).
De allí la relevancia de ocuparse de este noble recurso natural renovable, imprescindible para el equilibrio del
medio ambiente y sustento de la vida en el planeta, pero cuya tala irracional puede convertirlo rápidamente en un
recurso no renovable.
No debemos olvidar que estamos haciendo referencia al vínculo interdependiente que existe entre recursos
naturales apropiables (el bosque) con recursos de propiedad común (el aire, la capa de ozono, los gases que
componen la atmósfera, etc), lo que dificulta el tratamiento jurídico uniforme para su conservación, máxime
teniendo en cuenta se pretende su permanencia a largo plazo, lo que implica también, la aplicación de criterios
sustentables.
Por ello, sería altamente beneficioso que iniciativas como la de la Provincia de Misiones, se reproduzcan en las
provincias vecinas, coordinando acciones y extendiendo los “corredores verdes”, cuyos límites pueden
trascender las fronteras y lograr armonizar actividades similares con el Brasil y Paraguay.
CONCLUSIONES
Celebrando la iniciativa de la Provincia de Misiones, en lo que hace a disponer y elaborar el marco jurídico para
el CORREDOR VERDE, esperamos que el ejemplo cunda y en un futuro cercano se puedan coordinar el
establecimiento de corredores verdes que atraviesen nuestras provincias. A fin de que se equiparen en el futuro
las asimetrías normativas provinciales en materia forestal y que por la multifuncionalidad que son capaces de
brindar los bosques, permitan no sólo la realización de actividades productivas; sino también la protección de la
biodiversidad, el ingreso de divisas por oportunidades no tradicionales, como la de los sumideros de carbono, o
canjes de deuda por naturaleza.
Por ello, me permito concluir afirmando que nuestra región, debe coordinar sus normas provinciales, insistiendo
en aumentar y proteger su masa boscosa, no sólo por los beneficios económicos esperados, sino por el uso
ecológico de los bosques, que colaboran en la regulación climática, el mantenimiento de la biodiversidad,
generan empleo, brindan beneficios turísticos, entre otros varios beneficios económicos y ambientales indirectos.
Aumentar la concientización de los ciudadanos, acerca de la revalorización del bosque y sus funciones
ecológicas: Promoviendo actividades agrosilvopastoriles, combinando con actividades complementarias como
las recreativas, de investigación, armonizando el paisaje y salvaguardando el ecosistema ambiental.
Ello es una necesidad vital y es responsabilidad de todos: el ciudadano común, el docente universitario, el
empresario, el jurista, para lograr un balance eficiente entre las actividades empresariales necesarias para el
sustento de la sociedad, y el mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta que nos aloja.
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