EL CENTRO DE RECLUSION DE LA BASE NAVAL DEL

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EL CENTRO DE RECLUSION DE LA BASE NAVAL DEL CALLAO
Consideraciones sobre la constitucionalidad de su funcionamiento
Luis E. Francia Sánchez
[email protected]
Abril del 2014
El desarrollo de un proceso constitucional de Habeas Corpus, a partir de una demanda de un
grupo de internos del Centro de Reclusión de la Base Naval, ha renovado el debate respecto a
su funcionamiento y la vigencia de los derechos de las personas privadas de libertad en dicho
lugar, así como su incorporación en el sistema penitenciario peruano. A continuación se
desarrollan algunas consideraciones al respecto.
ANTECEDENTES
En el año 1992, como parte de las medidas para hacer frente al accionar de grupos
terroristas, se habilitaron ambientes de la Base Naval del Callao, a cargo de la Marina
de Guerra del Perú, para servir como centro de detención de los lideres de dichas
organizaciones, construyéndose celdas que fueron dotadas de especiales medidas de
seguridad. A dicho recinto, denominado Centro de Reclusión de Máxima Seguridad
de la Base Naval del Callao (CEREC), fueron trasladados inicialmente 7 internos1.
El CEREC tiene en la actualidad un Reglamento, que regula las condiciones de vida
de los internos, Decreto Supremo N° 024-2001 –JUS (19 de agosto del 2001), el cual
dispone la existencia de un Jefe (oficial de la Marina de Guerra) y un Comité Técnico,
que adopta decisiones respecto al funcionamiento del centro.2
1
2
La población penitenciaria inicialmente estuvo compuesto por 3 integrantes del Partido
Comunista Sendero Luminoso (SL), 3 del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y (MRTA)
y 1 sentenciado por tráfico de drogas (en la modalidad agravada por cooperación con
actividades terroristas). Dicha población ha sufrido variaciones hasta la actualidad, incluyendo
en la actualidad a integrantes de SL, MRTA y una persona vinculada a diversos delitos,
especialmente los de corrupción.
Que tiene por función: supervisar la aplicación del Reglamento y orientar al Comando Superior
y al Jefe de la CEREC, para la mejor conducción del régimen de vida y de tratamiento de los
internos; absolver las consultas que le formule el Comando Superior o el Jefe del CEREC; y,
formular recomendaciones, entre otras. El Comité Técnico está integrado por el presidente del
INPE (quien los preside), un vocal del Consejo Supremo de Justicia Militar, un representante de
la Marina de Guerra del Perú y el Jefe del CEREC, con voz pero sin voto.
Si bien la norma indica que el Comité también está integrado por un representante de la
Defensoría del Pueblo, dicha institución desde el 2004 comunico al Ministerio de Justicia que
dicha participación era incompatible con sus funciones de supervisión de la labor de la
administración pública.
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Desde su creación los internos de dicho establecimiento han cuestionado su
permanencia en dichas instalaciones, habiendo tenido resultados negativos3. En las
últimas semanas, mediante otro proceso constitucional de habeas corpus tanto el
Poder Judicial4 como el Tribunal Constitucional5 han tenido resoluciones
contrapuestas al respecto (mientras la resolución judicial amparaba el pedido de los
internos, la del Tribunal la ha rechazado), reavivando el debate respecto a la
permanencia de personas civiles en instalaciones militares.
A continuación realizaremos una revisión de los argumentos de ambas resoluciones,
centrándonos en los aspectos de fondo, dejando de lado lo referido a al Recurso de
Agravio Constitucional utilizado como mecanismo para que el demandado en un
habeas corpus pueda impugnar la resolución judicial que considera que el derecho
constitucional de un ciudadano ha sido vulnerado.
1.
PLANTEAMIENTOS
CONSTITUCIONAL
1.1
De los demandantes
DESARROLLADOS
EN
EL
PROCESO
El cuestionamiento de los demandantes, internos del CEREC, se refiere a las
condiciones de reclusión a las que están sujetos, centrándose en señalar que:

3
4
5
6
El Decreto Supremo N° 024-2001 –JUS, Reglamento del CEREC, viene
prevaleciendo sobre la Constitución y el Código de Ejecución Penal (CEP).
Dicho reglamento no tiene sustento legal en tanto la norma de traición a la
patria que lo originaba ha sido declarada inconstitucional por el Tribunal. Por
ello también indican que se les aplica aún el Decreto Ley N° 257446 en forma
discriminatoria.
Al respecto puede revisarse la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en el expediente
N° 2700-2006-PHC/TC, presentado por el interno Polay Campos, solicitando ser traslado hacia
un penal de máxima seguridad para civiles, que se encuentre a cargo del Instituto Nacional
Penitenciario (en adelante INPE). Asimismo la sentencia del expediente N° 0774-2005-PHC/TC,
en donde se cuestionaba el Reglamento de la Base Naval.
Sentencia del expediente N° 13985-2013, dictada por la Quinta Sala Penal para Procesos con
Reos Libres de Lima, el 17 de enero del 2014.
Sentencia del expediente EXP. N.° 01711-2014-PHC/TC.
Norma dictada en septiembre de 1992 para el procesamiento de los casos de traición a la patria,
figura jurídica que sancionaba formas agravadas de terrorismo. En su art. 3 inc. b se establecía
que las penas se debían de cumplir en un penal de máxima seguridad, con aislamiento celular
continuo durante un año y trabajo obligatorio durante la condena, no pudiendo compartir celda
y estando sujetos a un régimen penitenciario que debía ser aprobada por una Resolución
Ministerial del Sector Justicia.
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
Si bien el CEP prevé que el tratamiento penitenciario se realiza sobre la base de
un sistema progresivo, ello no ha sido considerado por el Reglamento del
CEREC, siendo su situación idéntica desde el 2001. Indican no tener
posibilidades de desarrollar actividades laborales ni educativas. Sobre este
último punto se afirma que existe una vulneración del derecho a la educación
por cuanto en el CEREC no hay condiciones para que los internos estudien
cursos a distancia, ni tampoco se ha aceptado que estudien cursos de educación
técnica.

No existe un Director del CEREC, sino un Jefe (que es un oficial de la Marina de
Guerra) con voz pero sin voto en el Comité Técnico, a pesar que el CEP señala
que en todo establecimiento penal debe haber un director que ha de ser la
máxima autoridad y responsable de la seguridad y de la Administración. Este
Jefe no tiene facultades como un Director de un penal, por lo que demora en
resolver los pedidos de los internos.

Las visitas familiares están restringidas solo a los familiares directos hasta el
segundo grado de consanguinidad, restricción mucho mayor que la que
establece el CEP7 en su régimen más severo, en donde los internos tienen
derecho de visitas de familiares hasta el cuarto grado8. Ello atenta contra la
protección de la Constitución a la familia y al mantener su medio familiar,
existiendo dicha situación vulneratoria hace más de 20 años.
1.2
Posición de la Sala Penal
La Sala respecto a los puntos planteados señala:

7
8
9
Sobre las visitas familiares.- Si bien el Reglamento del CEREC permite
adicionalmente visitas especiales, que podrían ampliar la limitación
inicialmente existente, no existe un mecanismo de autorización rápida de dichas
visitas en tanto no existe en el CEREC personal penitenciario 9. Asimismo se
indica que la forma como regula las visitas a los internos imposibilitara en
cierto momento la visita de familiares directos de avanzada edad, con lo que los
internos no tendrían visita alguna. Se considera que una restricción prolongada
de las visitas afecta derecho el derecho de los internos, los somete a una
Existe un error en dicha afirmación, en tanto la norma que regula los regímenes penitenciarios y
sus etapas con el detalle citado es el Reglamento del Código de Ejecución Penal (Reglamento del
CEP).
Situación que se presenta en la Etapa A del Régimen Cerrado Especial.
La descripción adecuada de esta dificultad es que los permisos para visitas especiales debe ser
aprobado por el Comité Técnico del CEREC, por lo que el trámite es prolongado y no permite
una decisión inmediata.
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situación de deshumanización10, al mismo tiempo que ello afecta la finalidad
resocializadora de la pena. Finalmente estas condiciones afectarían el derecho
del interno al libre desarrollo de su personalidad, en relación con su necesidad
de mantener vínculos con su entorno familiar.

Sobre el tratamiento penitenciario.- A partir de afirmar que la pena no puede
implicar tratar al interno como un objeto, se indica que existe una vulneración
del derecho a la salud física y mental, al trabajo y la educación, así como al
principio resocializador, por la inexistencia de actividades de tratamiento
penitenciario en el CEREC.
La resolución en varios párrafos incide, sin utilidad según nuestro entender, en el
debate sobre la aplicación temporal de las leyes en materia de beneficios
penitenciarios11.
Adicionalmente la resolución incluye dos aspectos que a nuestro entender debieron
de tener un mayor desarrollo:

El reconocimiento de la administración penitenciaria que dicho penal no se rige
por las normas del CEP en relación a los regímenes penitenciarios, sino que se
trata de un régimen particular12.

Que durante algunos meses varios de los internos del CEREC habían sido
ubicados en un penal bajo control total del INPE, debido a la necesidad de
modificar y mejorar su infraestructura, sin que dicha medida haya significado
un peligro para la seguridad penitenciaria.
1.3
Posición del Tribunal Constitucional

10
11
12
Sobre la progresividad del tratamiento.- El Tribunal considera que la
progresividad del régimen penitenciario sirve de ayuda para el tratamiento
resocializador que establece la Constitución, pero no constituye la única opción
de régimen, dando a entender que es posible desarrollar un régimen que no
Que se ejemplifica al describirse una agresión física de un interno a otro.
Comunicación del Presidente del INPE a la Sala Penal.
Se cuestiona la conocida posición del Tribunal Constitucional al respecto (aplicación de la ley
vigente al solicitarse el beneficio penitenciario) y se resalta los beneficios de las leyes N° 29604 y
N° 30101, que modifican los criterios de la jurisprudencia constitucional al establecer que las
limitaciones en materia de beneficios penitenciarios no pueden afectar a las personas
sentenciadas por delitos cometidos antes de la vigencia de la norma que restringe dichos
beneficios.
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establezca modificación alguna en las condiciones de vida del interno13. Estos
criterios se desarrollan en los fundamentos 18 a 22 de la sentencia.

Sobre las visitas a los internos.- Tras recordar que anteriormente el Tribunal
había considerado valido que la visita en el CEREC se realizara mediante
locutorios14, se indica que la restricción de las visitas, a familiares directos hasta el
segundo grado de consanguinidad, no afecta el derecho del interno a recibir
visitas, siendo razonable la limitación de otras visitas en tanto:
Esta restricción para los que no son parientes cercanos resulta plenamente
justificada en virtud del carácter de cabecilla que tienen los internos del referido
penal, y en la necesidad de evitar que puedan, desde el centro de reclusión, emitir
directivas.

2.
Sobre la educación.- Se establece que este derecho no puede ser limitado por
efectos de una pena privativa de libertad, por lo que el interno tiene derecho a
que mientras se encuentre detenido se le imparta educación, el cual no es
reconocido por el Reglamento del CEREC. Por ello, es el único aspecto que el
Tribunal acoge del pedido de los internos, ordenándose la modificación del
Reglamento a fin que se garantice el acceso de los internos a esta actividad.
EVALUACIÓN DE LOS CRITERIOS APLICADOS
Una de las primeras afirmaciones que se puede realizar, luego de revisar los
documentos revisados es que existen aspecto planteados por los demandantes no
han sido atendidos por la Sala Penal y que existen otros aspectos que pudieron
merecer un análisis más detallado. En tal sentido a continuación planteamos algunos
de ellos y revisamos los ya considerados en las resoluciones.
En tal sentido consideramos que el cuestionamiento respecto al funcionamiento del
CEREC tiene diversos aspectos a considerar:
2.1
Condiciones de detención
Es claro que las condiciones de detención actuales no son similares a las existentes al
momento de iniciar el funcionamiento el CEREC. De la situación de caso
13
14
En este aspecto sigue el mismo criterio que ya ha señalado antes para el caso de los beneficios
penitenciarios, los cuales a entender del Tribunal si bien favorecen al tratamiento, no
constituyen propiamente parte del mismo, por lo que en los casos en donde se prohíbe la
concesión de beneficios no se afecta el mandato constitucional resocializador. Ver sentencia del
expediente N.° 012-2010-PI/TC.
Ver sentencia del expediente N.° 774-2005-PI/TC.
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enclaustramiento y aislamiento casi permanente que existía, se ha dado paso a un
régimen de vida que garantiza acceso a cierto tipo de comunicaciones, aunque
seriamente limitada, acceso a patio y ciertas visitas, acceso a ciertas publicaciones,
realización de ciertas actividades artísticas, entre otras, conforme lo establece el
Reglamento del CEREC. No obstante ello no implica necesariamente que dicha
flexibilización implique que no se afecten ciertos derechos.
2.2
La naturaleza del CEREC
El artículo 134º del CEP establece que el INPE, es el responsable de dirigir y controlar
técnica y administrativamente el Sistema Penitenciario Nacional, estando bajo su
jurisdicción la ejecución de la pena de todos las personas que por mandato judicial se
encuentran privadas de libertad. Si bien la legislación no señala la existencia de un
sistema penitenciario adicional, es claro que INPE no tiene a cargo a las personas
sometidas al Fuero Privativo Militar por la comisión de delitos señalados en el
Código de Justicia Militar.
Pero, inclusive en este caso, la ejecución de las penas privativas de libertad de las
personas sentenciadas de conformidad con el Código de Justicia Militar no se
diferencia básicamente de la dictada por el fuero común, en tanto que al no contener
disposiciones específicas en dicha norma se remite a las normas comunes, como el
Código Penal y CEP.
Dentro de las funciones señaladas a las Fuerzas Armadas, de modo alguno se
encuentra el ser administradoras de centros que forman parte del sistema
penitenciario a cargo del INPE. Debe reconocerse que esta medida resultó entendible
en circunstancias particulares, las cuales han variado en la actualidad.
Si bien no es extraño que el INPE habilite penales ubicados en instalaciones de otras
instituciones, como la policía15 o el ejercito16, en estos casos la dirección del penal, el
personal de seguridad interior y el de tratamiento, se encuentra a cargo del personal
penitenciario, es decir se trata de un penal acondicionado al interior de otro recinto.
Este no es el caso del CEREC en donde la administración permanece en manos de las
autoridades militares, teniendo el INPE una participación mediante profesionales de
tratamiento que acuden periódicamente al penal. Pero al mismo tiempo los casos
citados permiten indicar que es posible, en el sistema penitenciario peruano, que un
penal pueda funcionar en locales distintos a los carcelarios, en tanto se den
15
16
El Establecimiento Penitenciario de Barbadillo que alberga al ex presidente Alberto Fujimori,
funciona en el las instalaciones de la DIROES.
El Establecimiento Penitenciario Virgen de la Merced que alberga al ex militares sancionados
por delitos comunes, funciona en el las instalaciones de ubicado en la sede del Comando de
Instrucción y Doctrina del Ejército.
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características que permitan establecer que la administración y la dirección por parte
del INPE.
Si bien el Tribunal ha considerado que la existencia del Comité Técnico del CEREC
implicaba que no se tratase de un penal militar, en tanto dicha instancia presidida
por el INPE podía adoptar decisiones respecto a las condiciones de detención o
pedidos de los internos, lo cierto es que la actividad cotidiana del CEREC se realiza
con la presencia del personal militar y la del INPE es ocasional.
2.3
Legalidad del régimen penitenciario
Habiéndose derogado las normas que desde 1992 regularon el régimen penitenciario
para los internos por terrorismo, queda por determinar cuál es la norma legal que
establece el régimen vigente en el CEREC. Hasta el 2001 no existía norma alguna y
por ende nos encontrábamos frente a una situación arbitraria mediante la cual un
conjunto de internos veían limitados sus derechos mediante la aplicación de facto de
un régimen penitenciario sin sustento jurídico alguno.
Por ello los considerando de la norma que aprobó el Reglamento del CEREC señala:
“Que al encontrarse el Centro de Reclusión de la Base Naval del Callao exceptuado de
las normas comunes relativas al régimen de vida y tratamiento de personas procesadas o
condenadas por diversos delitos, resulta necesario regular de manera clara el régimen
vigente en el mismo;
Que es conveniente dictar una norma que permita regular la situación de las personas
recluidas en el Centro de Reclusión de la Base Naval del Callao;”
Debe recordarse que un principio vital en todo ordenamiento legal es la seguridad
jurídica, que aplicado al presente caso hacía necesaria la determinación de un
régimen que determine los derechos y obligaciones del interno. Vinculado a ello se
encuentra el principio de legalidad, que en materia penitenciaria exige que durante la
etapa de la ejecución de la pena se defina la forma en la cual se ha de cumplir la
misma, a dicha regulación se denomina régimen penitenciario, al mismo tiempo se
deben precisar los deberes y derechos de los internos, limitando así el margen de
discrecionalidad. En nuestro país estos aspectos son desarrollados por el CEP, así
como su Reglamento.
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A fin de superar la ausencia de una norma específica se dicto el Decreto Supremo N°
24-2001-JUS (19 de agosto de 2001) que aprobó el Reglamento del CEREC, pero su
propia exposición de motivos señala además este centro de reclusión se encuentra
exceptuado de las normas comunes relativas al régimen de vida, y tratamiento de
personas procesadas o condenadas por diversos delitos.
Así, estamos ante un decreto supremo autónomo, lo que puede ser cuestionado en su
constitucionalidad,17 pero adicionalmente se trata de una norma que limita derechos
fundamentales.18 Este es un aspecto que llama la atención en tanto se entiende de
acuerdo a la Constitución y los tratados internacionales sobre derechos humanos que
la limitación de derechos sólo pueden hacerse a través de la ley.
Como lo ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos el principio de
legalidad no hace referencia a cualquier norma “(...) no es posible interpretar la
expresión leyes, utilizada en el artículo 30 (de la Convención Americana), como sinónimo de
cualquier norma jurídica”19. La misma Corte indica que la “(...) expresión leyes (...) no
puede tener otro sentido que el de ley formal, es decir, norma jurídica adoptada por el órgano
legislativo y promulgada por el Poder Ejecutivo, según el procedimiento requerido por el
derecho interno de cada Estado” 20.
No obstante, se concuerda con la delegación de facultades hacia el Poder Ejecutivo,
en efecto, la Corte también indica que la exigencia de ley formal no “(...) se contradice
forzosamente con la posibilidad de delegaciones legislativas en esta materia, siempre que tales
delegaciones estén autorizadas por la propia Constitución, que se ejerzan dentro de los límites
impuestos por ella y por la ley delegante, y que el ejercicio de la potestad legislativa esté sujeto
a controles eficaces, de manera que no desvirtúe, ni pueda utilizarse para desvirtuar, el
carácter fundamental de los derechos y libertades protegidos por la Convención”. 21
La reserva de ley para la regulación de derechos fundamentales, tiene como
finalidad impedir que el Poder Ejecutivo limite dichos derechos o que ello quede
librado a la discrecionalidad de la administración penitenciaria. El Reglamento del
CEREC contraviene estos criterios.
Conforme lo indica el propio Presidente del INPE, los internos del CEREC no se
encuentran regulados por las normas del CEP, en tanto no se ubican en el Régimen
17
18
19
20
21
Se entiende como tal los reglamentos que no tienen subordinación a alguna Ley.
Se censura el material de lectura proporcionado por sus familiares (art. 14°), se establece la
interceptación de las comunicaciones telefónicas y epistolares (art. 15°), se limita las visitas
familiares (arts. 16°, 17°, 18° Y 19°), entre otros.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: La expresión "Leyes" en el artículo 30
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Opinión Consultiva 6/86. Párrafo 26.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: Ob. Cit. Párrafo 27.
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: Ob. Cit. Párrafo 36.
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Cerrado Ordinario o el Régimen Cerrado Especial. Se trata de un régimen
penitenciario autónomo, distinto del sistema penitenciario del CEP, respecto del cual
el INPE tiene un nivel de participación pero mediatizado.
2.4
Ausencia de un régimen progresivo
Según el Tribunal, es posible desarrollar un tratamiento penitenciario sin que existan
beneficios penitenciarios. Esta es una afirmación realizada anteriormente con ocasión
del cuestionamiento de la prohibición de beneficios.
En esta ocasión del Tribunal adiciona otra afirmación en materia de tratamiento
penitenciario: este puede desarrollarse sin un modelo progresivo. Por ello el que a
diferencia del resto de internos quienes se encuentren en el CEREC tienen un
régimen que implica la no modificación de sus condiciones de vida, ni un mayor
acceso a derechos al interior del establecimiento penitenciario en consideración a las
evaluaciones penitenciarias.
En nuestro país el sistema penitenciario se rige por el CEP, el cual en su Exposición
de Motivos señala al respecto:
El tratamiento es el elemento esencial del Sistema Penitenciario. El Proyecto desarrolla
el tratamiento mediante el sistema progresivo moderno, distinto al sistema
tradicional que estaba vigente en nuestro país antes de la dación del Código de
Ejecución Penal de 1985. El objetivo del tratamiento es la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del interno a la sociedad. (el subrayado es nuestro).
En el artículo IV del Titulo Preliminar se incide en ello al establecerse:
Artículo IV.- El tratamiento penitenciario se realiza mediante el sistema progresivo.
Este sistema progresivo contempla el paso del interno por distintas etapas hasta el
completo reintegro del individuo en sociedad, teniendo como base la conducta y el
trabajo del condenado. Así se busca capacitarlo para su vida en libertad, mediante
estímulos positivos y no por simples medidas represivas, de modo que una conducta
adecuada le permita acceder a mejores condiciones de vida.
Nuestra legislación penitenciaria establece tanto un Régimen Cerrado Ordinario (con
etapas de mínima, mediana y máxima seguridad), así como un Régimen Cerrado
Especial (con etapas A, B y C). El paso en cada una de estas etapas se realiza
mediante una evaluación del interno.
A partir de ello diversos cuestionamientos pueden realizarse a la decisión de
Tribunal:
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
En primer lugar que no se explican los motivos por los que ciertos internos son
excluidos del sistema progresivo establecido en el CEP. Siendo una situación de
excepcionalidad, resulta necesario establecer algunos criterios al respecto, que no
se encuentran previstos en la norma y el Tribunal tampoco explica en que
supuestos se ha apartar a una persona de dicho sistema.

La sentencia únicamente dice que es posible un tratamiento sin el desarrollo del
sistema progresivo, pero no establece que tipo de tratamiento es el aplicable,
considerando que el CEP no establece otro. Si el tratamiento abandona la
progresividad, la realización de evaluaciones periódicas deja de tener sentido y
ello desnaturaliza la función del sistema penitenciario, sin que el Tribunal
redefina los criterios a ser aplicados en estos casos.

La sentencia hace referencia a un equipo de profesionales de tratamiento
penitenciario que hace evaluaciones a los internos. No es entendible la función
que han de tener dichas evaluaciones si el comportamiento o la participación del
interno en los programas de tratamiento no implica modificación alguna respecto
a su situación penitenciaria.
Entendemos que se está ante un proceso paulatino de vaciamiento del tratamiento
penitenciario, el cual de acuerdo al Tribunal ya no incorpora ni los beneficios ni el
sistema progresivo. Parece existir una tendencia a considerar la pena privativa de
libertad como un simple castigo sin función alguna, lo cual se contradice con la
Constitución y la propia jurisprudencia constitucional que ha establecido criterios
claros respecto a la resocialización como finalidad de la pena.
Debemos recordar que el mandato resocializador, sino que está contenido en
instrumentos internacionales, como lo recuerda la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos:
605. El artículo 5.6 de la Convención establece que: “Las penas privativas de la libertad
tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los
condenados”. Esta disposición constituye una norma con alcance y contenido propios
cuyo cumplimiento efectivo implica que los Estados deben adoptar todas aquellas
medidas necesarias para la consecución de tales fines. En términos similares, el artículo
10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone que: “El régimen
penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la
readaptación social de los penados […]”.22
22
COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS: Informe sobre los Derechos
Humanos de las Personas Privadas de Libertad. Organización de Estados Americanos. 2011.
Página 229.
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Como ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la situación de
aislamiento permanente de un interno, sea por que así lo establece la norma
penitenciaria o las circunstancias concretas del sistema penitenciario, puede implicar
la afectación de derechos fundamentales y un trato inhumano, en tanto puede llegar
a afectar la salud física y mental de los internos.23
Si bien la sentencia de la Sala Penal hace referencia a una situación de trato
inhumano, lamentablemente no precisa en las circunstancias que la llevan a
establecer dichas afirmaciones y la resolución no aporta hechos que habrían
reportado al respecto. Evidentemente este pudo ser una de las líneas de
argumentación de la defensa de los demandantes pero no existe en la documentación
revisada mayores detalles al respecto.
2.5
Determinación de los internos a ser recluidos en el CEREC
Tratándose de un régimen de excepción el que se aplica en el CEREC, sujeto a
mayores restricciones que el resto del sistema penitenciario, es necesario que de la
determinación de cuáles son los internos a los que se le aplica esta situación tenga
una claridad que evite abusos.
El CEP y su Reglamento establecen que el INPE es la institución encargada de
determinar la ubicación de un interno y en caso necesario determinar el traslado de
uno a otro penal.
Inicialmente el Reglamento del CEREC establecía en su exposición de motivos que
por razones de estricta seguridad, en dicho centro de reclusión se debían de ubicar a
internos civiles de alta peligrosidad, procesados o sentenciados por delitos de
terrorismo, traición a la patria, contra la administración pública, tráfico ilícito de
drogas o delitos contra la humanidad.
Para asegurar la situación de excepcionalidad, el art. 1 del Reglamento señalaba en
su versión original:
Artículo 1º.- El presente Reglamento norma el régimen de vida y tratamiento de los
jefes o dirigentes principales de las organizaciones delictivas que se encuentren
procesados o sentenciados por delitos de terrorismo, traición a la patria, contra la
administración pública, tráfico ilícito de drogas o delitos contra la humanidad y que, por
23
Para mayor detalle puede revisarse: CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS. Análisis de la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
Materia de Integridad Personal y Privación de Libertad: (Artículos 7 y 5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos) / Corte Interamericana de Derechos Humanos. -- San
José, C.R.: Corte IDH, 2010.
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razones fundadas de seguridad nacional, han sido internados en el Centro de Reclusión
de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao (CEREC).
Está prohibido el ingreso de nuevos sentenciados o procesados al CEREC.
Como se aprecia, la norma determinó el tipo de internos a ser ubicados en este penal,
pero al mismo tiempo establece la prohibición de nuevos ingresos, de modo que la
autoridad penitenciaria no tiene la capacidad para ordenar nuevos ingresos.
El Decreto Supremo N° 006-2012-JUS (26 de febrero del 2012), modifica dicho
artículo 1º de la siguiente manera:
Artículo 1º.- Derogación del segundo párrafo del artículo 1º del Decreto Supremo Nº
024-2001-JUS.- Deróguese el segundo párrafo del artículo 1º del Reglamento del Centro
de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao, aprobado por Decreto
Supremo Nº 024-2001-JUS.
La norma fue nuevamente modificada en el 2012, mediante el Decreto Supremo N°
010-2012-JUS (1 de abril del 2012), de la siguiente manera:
“El Presidente del Comité Técnico del CEREC podrá disponer el ingreso o salida,
temporal o definitiva, del centro de reclusión de aquellos procesados o sentenciados
referidos en el párrafo anterior, así como de otros internos que hayan cometido delitos de
extrema gravedad que se encuentren en cualquier régimen penitenciario cerrado y
cuando existan razones de seguridad”.
De esta manera se abre la posibilidad de que todo interno pueda ser recluido en el
CEREC y sometido a un régimen de excepción, sin la necesidad de una debida
motivación, en al marco de una amplia discrecionalidad de la autoridad
penitenciaria, que puede en ciertas situaciones llevar a situaciones de arbitrariedad.
Recordemos al respecto que esta situación ya se ha presentado anteriormente y se ha
requerido de la intervención judicial a fin de evitar la vulneración de derechos,
debido a que el Reglamento del CEREC no establece criterios precisos que permitan
determinar. 24
3.
REFLEXIONES FINALES
La necesidad del funcionamiento de un penal como el CEREC se explica en un
determinado contexto que requería de medidas que garantizaran la privación de
24
En los primeros meses del 2012, la autoridad penitenciaria ordeno el internamiento en la Base
Naval de un interno por delitos comunes, Antauro Humala Tasso, que evidentemente no se
adecuaba al perfil del resto de internos del CEREC ni implicaba un riesgo para la seguridad
nacional.
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libertad de los cabecillas terroristas, así se explica la aplicación de un régimen de vida
excepcionalmente duro basado en una legislación antiterrorista especialmente severa.
Dichas circunstancias han variado sustancialmente y la legislación ha sido
modificada, y si bien las condiciones de vida del penal han sufrido también una
mejora, lo cierto es que se requieren adoptar algunas medidas que permitan superar
algunas deficiencias que se aprecian, a pesar de los planteamientos del Tribunal:

Configuración del CEREC como un establecimiento penitenciario que sea
realmente parte del sistema penitenciario sujeto a control del INPE, ello implica
que más allá de la ubicación al interior de una instalación militar, algunas
funciones sean directamente ejercidas por la autoridad penitenciaria: dirección,
tratamiento y servicios penitenciarios, seguridad interna, entre otros. Esta
situación puede darse tanto si el penal sigue funcionando en la Base Naval o se
considera la construcción de otro en un ambiente distinto, solo de esa manera se
puede garantizar que no se trate realmente de un penal militar que albergue a
ciudadanos civiles.

Adecuación de la regulación del régimen penitenciario del CEREC al CEP. No
resulta sostenible que se mantenga una situación paralela a la norma
penitenciaria que regula el sistema penitenciario, del cual el CEREC debe ser
parte. Este régimen podría ser, sin mayores inconvenientes, una de las
modalidades del Régimen Cerrado Especial, para lo cual se requeriría modificar
el Reglamento del CEP para incorporar la situación del CEREC.
El que ello implique afectaciones a la seguridad penitenciaria o nacional, como
se menciona en la sentencia del Tribunal (especialmente en relación a la visita
de familiares) no es necesariamente cierto, en tanto las visitas en un régimen
pueden realizarse con mecanismos de seguridad adecuados: locutorios en
ciertos casos, restricción a un número de visitantes, entre otras medidas.
Parte de dicha adecuación necesaria es incorporar en dicho régimen
penitenciario el denominado sistema progresivo, que como se ha indicado
implica que existan mejoras en las condiciones de vida del interno, establecidas
en la norma penitenciaria de acuerdo a la evaluación que realicen los
profesionales penitenciarios en razón de su adecuación al proceso de
evaluación. Es evidente que en caso las evaluaciones ser negativas, el interno no
puede progresionar o incluso puede darse alguna regresión.

La determinación de criterios objetivos que permitan establecer cuáles son los
internos que han de incorporarse a este régimen y al CEREC. Es claro que ello
no puede establecerse mediante criterios ambiguos e indeterminados que
propicien decisiones arbitrarias. Conforme el CEP y su Reglamento, dicha
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decisión debe realizarse previa evaluación e informes penitenciarios que
justifiquen la medida. La regulación actualmente existente en el Reglamento del
CEREC es claramente deficiente.
Es claro que en todo sistema penitenciario se debe de hacer frente a internos que por
sus características, requieren que los criterios y condiciones de seguridad especiales,
pero en ningún caso ello puede implicar que las características básicas del sistema
penitenciario y el abandonar el marco constitucional que se establece para ello.
Lograr el respeto de derechos y garantizar la seguridad en el sistema penitenciario es
un objetivo factible de lograr, en tanto se cuide con no desnaturalizar factores básicos
como el tratamiento penitenciario, lamentablemente el Tribunal parece
paulatinamente adoptar ese camino.
Lo que hemos querido mostrar es que en el caso de la Base Naval no es necesario
tener un régimen apartado del sistema penitenciario. Asimismo, que la evaluación
de las condiciones de detención deben ser abordadas respetando aspectos básicos del
derecho penitenciario y las disposiciones contenidas en la Constitución, así como de
instrumentos internacionales.
Luis E. Francia Sánchez
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