conócete a ti mismo. los tres secretos

Hacia la evolución consciente
CONÓCETE A TI MISMO. LOS TRES SECRETOS
En todas las grandes tradiciones encontramos la misma conseja. Condición
que más que conveniente es piedra angular sobre la que descansa el camino
que transita el buscador. Requerimiento ancestral que desde la más remota
antigüedad nos muestran los más avanzados.
TEMPLO DE APOLO EN DELFOS (Foto del autor)
Cuenta la Mitología que Apolo, dios del sol, la profecía y la poesía, poco
después de su nacimiento en la isla de Delos, ayudado por su hermana gemela
Artemisa, comenzó a recorrer la tierra en búsqueda de un lugar e donde las
condiciones fueran perfectas para que le construyeran un templo para su culto.
Teniendo dudas sobre el lugar, pues Atenea se mostraba insistente en cuanto a
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que sin duda el sitio selecto era su ciudad, Atenas y poco convencido por esta
opinión que juzgaba parcializada decidió pedirle consejo a Zeus. El rey del
Olimpo no dejó de sentirse consternado ante la pregunta de Apolo, más sin
embargo, siendo el rey de los dioses siempre tenía una solución. Su ave
consagrada era el águila y le indicó a dos de ellas que volaran en direcciones
opuestas, una hacia el oriente y la otra hacia occidente, sabiendo que el lugar
en el cual su vuelo se cruzara, allí se encontraría el centro del universo. El
lugar donde esto ocurrió fue precisamente donde el germen se expande, la
semilla crece, el embrión se desarrolla, el útero, es decir el delphys (delphys)
que significa precisamente útero en griego. Y fue aquí en Delfos donde las
aves se posaron juntando sus garras y comenzaron a realizar una danza
circular para demarcar claramente el sitio. Emplazamiento único, de montañas
rocosas y escarpadas que en inviernos neblinosos se asoman al horizonte
oteando el océano desde dos piedras colosales, las Fedríades o Rocas
“brillantes” que marcaban exactamente el centro del universo, el omphalos, el
ombligo del mundo. Fue allí donde Apolo decidió construir su templo, sin
embargo no fue tan sencillo hacerlo. Ya mitos preolímpicos e incluso
prehelénicos relacionaban este maravilloso escenario con los cultos minoicos
y micénicos, siguiendo el aserto de Esquilo: “la primera profetisa fue la Tierra,
Gea”.
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TEMPLO A ATENEA PRONAIA (Foto de autor)
Y fueron Gea y su aliada Temis, la diosa de las eternas leyes, las que le
hicieron frente a los deseos de Apolo y para ello alertaron a la monstruosa
cuidadora de tan ancestral y misteriosa montaña,
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ROCAS FEDRÍADES (Foto del autor)
la serpiente Pitón de proporciones gigantescas e hija de Gea. Después de
encarnizada lucha, no tardó Apolo en vencer y matar a Pitón con lo cual
quedó como dueño indiscutible del lugar; donde se construiría poco después el
Oráculo más famoso de la Grecia Antigua. Fue allí que Creso rey de Lidia,
quiso ir para consultar y hacer su pregunta. Después de atravesar el
Peloponeso y haber llegado a Delfos se encontraría ante las Rocas Fedríadas
caminando por la vía sacra. Haría sus abluciones iniciáticas en las aguas de la
Castalia, fuente cristalina al pie de la rocosa Hiarupea que caminando más
allá lo conduciría al recinto sagrado de Marmaria y se postraría ante la estatua
de Atenea Pronaia, “la que está antes del templo” para, por fin, después de
subir la cuesta empinada encontrarse ante las formidables puertas del Templo
de Apolo. Fue entonces que ante las diferentes clases de sacerdotes, las
hieras, las prophetai y los hostoi que lo conducirían ante la Ptía , voz a través
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de la cual se expresa el oráculo, haría su pregunta fundamental: ¿Qué es lo
mejor que puede hacer un ser humano? Y la respuesta que quedó grabada en
una columna de piedra a la entrada del templo fue: “Que se conozca a sí
mismo”.
Y este conocerse a sí mismo ha sido indicación y señalamiento perpetuo, pero
siempre mal comprendido. La indicación aparentemente sencilla es en su
fondo críptica y compleja. Veamos los tres primeros niveles de comprensión
que tiene esta indicación, que es una vía de evolución en sí misma. Estos tres
primeros niveles son tres secretos cada uno.
LOS TRES SECRETOS
Existe una vieja película, de los años
cincuenta del pasado siglo que lleva ese nombre “Los tres secretos”. Bebiendo
en la fuente de las Grandes Tradiciones, siempre, de una manera u otra se nos
hace hincapié en la indispensable necesidad, como paso esencial de desarrollo
y evolución, de conocerse a sí mismo. Siguiendo el planteamiento argumental
de la película y uniéndolo al mensaje de la trascendencia, intentaremos hacer
un breve análisis de lo que significan esos tres secretos.
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El primer secreto es todo aquello que no nos
atrevemos a decirle a los demás. Incluso, algunas cosas, a nadie en absoluto.
Es nuestro gran secreto, que ocultamos detrás de las máscaras que usamos a
diario y de la imagen que queremos que los otros tengan de nosotros.
Atreverse a mostrarnos tal como realmente somos ante un “otro”, develando
nuestras vergüenzas más escondidas, es, realmente, un prueba que requiere
valor, osadía, honestidad, verticalidad. Dentro del camino iniciático, esta
prueba se experimenta como muy difícil y dolorosa. Es una prueba que puede
demorar mucho tiempo para ser recorrida completamente, a veces, incluso
años. No todos lo logran y muchos son arropados por las olas de la vanidad, el
orgullo, el miedo y la desconfianza. Este primer paso, en una escuela de
conocimiento, debe darse sólo entre miembros ya muy probados, comenzando
con el guía y siguiendo más tarde con uno o más miembros del grupo. Al final
de éste camino hay un gran alivio. Se camina desnudo y ligero, sin nada que
ocultar y sin que las opiniones ajenas puedan hacernos mella. Es un camino
que requiere ser recorrido en los dos sentidos, hay que mostrar y a la vez ser
escucha sereno, oyente sin juicios de otro compañero en el camino, de quien
somos continente y receptáculo, como otro(s) lo son de nosotros mismos. Ser
contenidos es requisito indispensable para poder ser continente.
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El segundo secreto es aún más difícil de resolver que el anterior. Es poder
ver y atrevernos a ver, aquello que NO nos mostramos ni siquiera a nosotros
mismos.
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MÁSCARA DEMONÍACA
Oculto en la oscuridad de la sombra, nuestras partes más sombrías
permanecen ocultas incluso a nuestras miradas más atentas. Es un camino que
no puede ser recorrido en soledad. Se hace necesario, indispensable, el reflejo
sin juicios de un otro calificado. Aceptar el reflejo que percibimos es
extremadamente doloroso y abate con los últimos resquicios de una imagen
que nos hemos esforzado en crear y mantener prácticamente desde que
nacimos. Lo que vemos nos muestra aspectos de nosotros mismos que jamás
hubiéramos pensado tener. Muestra, que si es aceptada, nos enriquece y nos
permite transitar sin juicios de valor por nuestro mundo, en paz con nosotros y
con nuestro entorno.
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El camino no sólo está lleno de obstáculos,
sino que puede ser muy peligroso realizado sin un guía apropiado y si se cae
en manos de personas inescrupulosas. Sin embargo, los retos y peligros no
deberían impedir este segundo paso dentro del proceso iniciático de conocerse
a sí mismo, muy por el contrario, solamente atravesando con humildad y
paciencia estas dificultades es la única manera de poder continuar dentro del
camino. El resultado es una sensación de transparencia y seguridad, que se
acompaña de una natural humildad ante los errores y dobleces de nuestros
semejantes, sabiendo que, como ellos, también tenemos nuestra propia y
oculta historia.
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Aprendemos a convivir con nuestra parte oscura, que
ahora, conocida y consciente camina a nuestro lado y nos mantiene siempre
alertas para que no sea ella la que tome el control de nuestras vidas. La
envidia, el desánimo, la autocompasión, la crueldad disfrazada, el egoísmo, la
queja y la crítica a los demás, la enorme dificultad de ver nuestras fallas y
flaquezas siempre muy bien disimuladas, la deshonestidad disfrazada, el
orgullo, nuestros miedos más ocultos, nuestras fantasías inconscientes más
perversas, la cobardía abanderada muchas veces de nuestras acciones plagada
de explicaciones “razonables”, nuestra disimulada mezquindad, la ira, la
violencia no aparente, la continua agresión velada, la impaciencia, la
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intolerancia…etc. no son sino algunas pocas características que podemos
encontrar y nombradas aquí sólo a título de ejemplo, solamente enumerativo y
jamás exhaustivo.
El tercer y último secreto es prácticamente
imposible de entender desde el nivel en el cual nos encontramos. Intentaremos
una breve explicación.
MODELO JUNGIANO DEL SISTEMA
El tercer secreto es la VERDAD, es decir acceder a lo que realmente somos.
Acceder a nuestra verdadera, perenne e inmutable ESENCIA. Nuestro
verdadero SER. Al llegar aquí descubrimos que el indispensable camino
anterior, que recorrimos con tanto dolor y esfuerzo, tan sólo sirvió para que
nos des-identificáramos con las falsas ideas de lo que nos han enseñado a
creer que somos y poder así tener la capacidad de subsumirnos, infundirnos,
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consustanciarnos, hacernos uno indisolublemente con lo que realmente
siempre hemos sido y jamás podremos dejar de ser pues es a-espacial y atemporal. Desgajando las capas de cebolla de nuestra personalidad, mezcla
consciente e inconsciente de lo que creemos que somos, podemos llegar, ¡por
fin! A nuestra verdadera REALIDAD, o YO REAL o, si así lo quieren, el
Atman.
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De allí que el críptico mensaje de las Tradiciones, CONÓCETE A TI
MISMO, tenga distintas acepciones y niveles.
En primer lugar conocer el engaño que
pretendemos hacerle a nuestro entorno y reconocer las máscaras que usamos
día a día.
En segundo lugar nos conmina a develar el propio autoengaño con la imagen
que creamos de nosotros mismos para nosotros mismos, autoengaño que nos
permite ver una imagen de nosotros que puede ser aceptada por nuestra
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“moral” aprendida y que por lo menos permite que avancemos por la vida,
torpemente, pero por lo menos con una endeble autoaceptación.
En tercer lugar, el fondo y real mensaje, CONOCE quién eres en realidad,
sepárate de esa identificación con la que vives cotidianamente y asómate a tu
verdadera naturaleza, a tu real ESENCIA.
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Lago Nahuel Huapi. Bariloche (Foto del autor)
Es decir, des-identifícate del EGO y regresa a
tu REAL NATURALEZA, de la cual en realidad nunca te has separado.
No se debe cerrar este breve comentario sin
ofrecer dos importantes aclaraciones. Primero, no solamente existe la parte
oscura, tenemos recursos sanos llenos de luz y brillantez, el riesgo está en que
solos no podemos saber si estamos siendo trampeados por nosotros mismos o
no.
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Siempre requerimos de un espejo confiable
que como figura guía alumbre con su luz amorosa las diferentes facetas de
nuestra mente.
En segundo lugar es necesario recordar que
estamos hablando tas sólo de un aspecto del trabajo, una de las siete vías y que
como hemos hecho énfasis en otros escritos, éste trabajo personal tiene varias
áreas que de acuerdo a cada persona deben ser trabajadas conjunta o
separadamente.
La pregunta siguiente a hacerse es ¿Cómo conocerse a sí mismo?
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En nuestro modelo de trabajo existen varios
caminos que juntos o por separado nos ayudan en este difícil pero
indispensable trance. Pasamos a enumerarlos para, más adelante, en otros
escritos, entrar en una descripción más detallada.
En primer lugar y de manera particularmente relevante, una vía idónea,
aunque no necesariamente indispensable, es entrar en un proyecto de
psicoterapia personal a largo plazo. Los modelos psicoterapéuticos deben ser
de corte humanista. Análisis Jungiano, abordaje gestáltico, análisis
transaccional, psicoterapia centrada en el cliente, teoría de la comunicación
humana o modelos sistémicos, terapias cognitivas o de modelo budista.
El Terapeuta. MAGRITTE
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La relación estrecha y sostenida con un
psicoterapeuta que tenga una aproximación continente y amorosa es una
experiencia enriquecedora en gran extremo y que representa una ayuda que
trasciende mucho más allá de la técnica específica que se esté usando. La
relación terapéutica es única, y dentro del marco que le es inherente es una
herramienta, si se puede usar ese frío nombre técnico, que difícilmente puede
ser sustituida por otra forma de autoconocimiento.
Observe como el pintor surrealista René
Magritte percibe, en una figura cargada de simbolismo, la figura de un
terapeuta. Figura sin rostro, que jamás juzga, como el Mago del Tarot y que
como él tiene sombrero como el infinito que el mago tiene en su cabeza y las
amorosas palomas están por el contrario cerca del corazón, permitiendo su
entrada y salida cuando las cortinas de la percepción así lo disponen. En su
mano derecha ostenta la vara o cayado, símbolo del apoyo o del mando según
el caso, mientras en la izquierda un saco de recursos asemeja a los
instrumentos que en la carta del Tarot se encuentran sobre la mesa del
demiurgo que une lo inasible de los sueños con la materialidad de la tierra
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El mago es el que puede hacer uno de
cero, el Aleph de la Cábala, el de la potencialidad infinita. Es el vehículo de
poderes superiores y por ello el puente entre dos universos. Su poder está en
propiciar el logro del cambio por medio de su voluntad. No es de extrañar
entonces que el pintor surrealista haya tomado este símbolo críptico y mágico
para representar al terapeuta.
Una segunda herramienta de enorme
utilidad para este trascendente proyecto, es muy cercana y está directamente
emparentada con el anterior. Consiste en el abordaje al SÍ MISMO y al
inconsciente personal por medio de la asistencia a un grupo terapéutico, de
crecimiento y desarrollo. Existen multitud de maneras de crear grupos de este
tipo. Puede ir desde un clásico grupo terapéutico donde existe un líder
conductor o simplemente guía, hasta grupos donde todos actúan mostrando
sus fondos, siendo cada uno de los otros un espejo donde ve reflejado sus
propios conflictos. En este modelo no existe una pretensión de indicar un
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camino a nadie, tan solo, que cada uno muestre, hasta donde le sea posible, sus
debilidades, miedos, tristezas, odios y crueldades. Es la descripción simple del
otro lo que se transforma en el espejo que nos enseña nuestras propias
carencias y dolores.
La escogencia, organización y pautas de
funcionamiento de grupos como estos son tareas delicadas que deben
realizarse con la guía de alguien preparado en estos menesteres.
Particular relevancia para nuestros
fines tienen los grupos promovidos por CUARTA SINGULARIDAD. Estos
grupos están seleccionados por personal capacitado y en principio lo
conforman siete personas. Las características de funcionamiento están
claramente establecidas y las personas interesadas en entrar en un grupo de
crecimiento personal de CUARTA SINGULARIDAD se puede comunicar
con nosotros por cualquiera de nuestras vías, e-mail, teléfono, mensaje, etc.
En la misma tónica de ser contenid@
y guiad@ en esta difícil tarea, existe también la posibilidad de establecer un
nexo de padrinazgo con un “alter de apoyo” es decir una persona o
miembro de CUARTA SINGULARIDAD que teniendo más experiencia
puede servir, también como parte de su propia formación, como figura de
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apoyo y continencia, siempre en el entendido de que esta opción no basta por
sí sola y que requiere de otro tipo de acción complementaria.
La persona guía, servirá como espejo
de comportamientos o acciones y en ningún caso dará opiniones sobre lo que
debe o no hacer el apadrinado. Los juicios de valor no existen en CUARTA
SINGULARIDAD, tan solo el señalamiento de las posibles consecuencias de
cada acción, pensamiento o emoción y el conocimiento de las inexorables
leyes que se pondrán en movimiento sea cual sea la decisión tomada.
Ser espejo aceptante y sin crítica es una labor difícil
que requiere haber tenido mucho trabajo personal consigo mismo. La simple
acción de enseñar va mostrando pautas repetitivas de conducta que generan
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infelicidad y sufrimiento. Se muestra sin cuestionamientos y sin juicios, tan
solo la imagen pura, esto va creando la “imagen tras el espejo”
Y sin pretender impulsar cambios, los cambios van apareciendo por sí mismos
poco a poco y paso a paso.
Otro mecanismo disponible y de ayuda
para orientar y aclarar el camino es formarse y practicar la técnica de
conocimiento conocida como Eneagrama. El Eneagrama es un conocimiento
muy antiguo, fue traído a Occidente por Gurdjieff, posiblemente obtenido de
maestros Sufíes. Esta escuela de sabiduría, como es habitual en prácticamente
todas las Grandes Tradiciones, tiene diferentes herramientas para ayudar al
iniciado a adentrarse en el conocimiento de sí mismo. Un siquiatra boliviano,
Oscar Ichazo retomó estas ancestrales técnicas y las anexó al arsenal de
recursos de autoconocimiento. R.Naranjo, psiquiatra chileno de muy conocida
trayectoria también ha ayudado a difundir esta técnica que actualmente se
encuentra muy extendida en el mundo entero. Existe una Sociedad
Internacional de Eneagrama con sede en USA y sedes en múltiples países
como España, Francia, Argentina y también, afortunadamente en Venezuela.
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El Eneagrama, descrito a muy grandes
rasgos, parte de la premisa de que los seres humanos tenemos una
personalidad que se manifiesta de nueve maneras diferentes y dada una de
ellas, además de tener unas características particulares y específicas, también
tienen una manera propia de evolucionar.
Don Richard Risso y Russ Hudson han
hecho un estudio muy exhaustivo sobre eltema.
Cada uno de las personalidades del
Eneagrama puede tener características sanas y patológicas. Ninguna es mejor
o peor que otra, simplemente son diferentes y evolucionan de distinta manera.
Cada personalidad es denominada Eneatipo y está dentro de tres posibles
rangos de acción, a saber: Instintivo, emocional y racional. La disposición
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de los nueve eneatipos secuencialmente y unidos de una manera especial,
forma una figura cargada de simbolismos y significados.
Círculo, hexágono, triángulos y
ángulos en situaciones espaciales específicas indican vías y caminos de
desarrollo.
Es imposible agotar este punto o cualquiera de los otros en esta breve
introducción, pero aquellos interesados en la realización de cursos de
ENEAGRAMA, pueden contactarse con nosotros y les avisaremos cuando
CUARTA SINGULARIDAD vaya a dictar alguno.