Despedir en el embarazo no es nulo cuando se desconoce

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Despedir en el embarazo no es nulo cuando se desconoce
Despedir en el embarazo no es nulo cuando se desconoce
Tanto el juzgado como el Tribunal Superior de Justicia estimaron que el despido era nulo, siendo el Tribunal
Supremo quien resolvió en última instancia.
La trabajadora prestaba servicios en un hotel. Por una falta de obediencia, la empresa le despidió reconociendo en el
momento la improcedencia de la actuación y consignando la indemnización correspondiente. El hecho tuvo lugar el día
16 de julio. El 18 del mismo mes, la empleada se hizo un test de embarazo con resultado positivo. Además, la compañía
no conocía que ella se presentaba a las elecciones del comité de empresa.
La discusión se centra en si es necesario que el empresario conozca que la trabajadora está embarazada para que el
despido se considere nulo o si basta con que se encuentre en ese estado para que cualquier despido sea nulo.
Decisión del Supremo
El Tribunal Supremo cree necesario el conocimiento por el empleador del estado de embarazo como elemento o
requisito constitutivo del despido nulo de la mujer. La incardinación del despido nulo como un supuesto con móvil
discriminatorio se recoge en la exposición de motivos de la ley en un pasaje que dice literalmente así: "El último
artículo del Capítulo I prevé las modificaciones que han de realizarse en el Estatuto de los Trabajadores relativas a la
extinción del contrato de trabajo.
Para ello, se declara expresamente nula (en la nueva redacción del artículo 55.5 del Estatuto) la decisión extintiva o el
despido motivado, entre otros, por el embarazo". Parece claro, dice el Supremo, que el presupuesto para que un despido
sea "motivado" por el embarazo de una trabajadora es su conocimiento por parte del empresario que lo decide. Siendo
ello así, la tesis de la nulidad objetiva del despido por embarazo no se ajusta a la finalidad de la norma.
Además de este argumento, indica el Tribunal otra razón, que es la seguridad jurídica. En efecto, el principal ingrediente
de ésta es la certeza, como conocimiento seguro y claro de algo. Pues bien, la certeza se sacrifica en la tesis de la
nulidad objetiva más allá de lo que parece razonable e inevitable en la vida jurídica, en cuanto que la calificación de
nulidad del despido, reservada a conductas empresariales merecedoras de un reproche especialmente severo, se hace
depender en los supuestos de despido de mujeres en edad de procrear del dato totalmente azaroso del estado de
gestación.
Esto es imposible de conocer durante un cierto tiempo incluso por la propia mujer embarazada, como sucedía
precisamente en este caso, donde la trabajadora despedida no tenía constancia médica de su estado de embarazo,
acreditado según el relato fáctico por prueba posterior al despido.
Por todo ello, el Tribunal Supremo entiende que el despido es improcedente y no nulo.
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