TODOS SOMOS SUJETOS PLENO DE DERECHO “Merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas. Es una virtud, es dignidad, y es la actitud de identidad más definida.”1 COMISIÓN Nº I. Igualdad y capacidad jurídica AUTORAS: • GILER, Silvia • PIERRI, Paola Julieta • SPINA, Marcela Viviana Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires Dedicado a todas aquellas personas que a pesar de la discapacidad, la enfermedad o la adversidad encuentran su misión en la vida. 1 BLAZQUEZ, Eladia. “Honrar la vida” 1 1.- INTRODUCCIÓN El objetivo de este trabajo es presentar los últimos estudios doctrinarios y las nuevas tendencias en el derecho comparado sobre el ejercicio de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad. Desde nuestro lugar de notarios y en nuestra calidad de operadores jurídicos llamados a interpretar y dar forma legal a la voluntad de las partes, distinguimos a los actos de autoprotección como una valiosa herramienta que dignifica al ser humano, asegurando la autonomía y el principio de autodeterminación para el ejercicio de sus derechos personalísimos. Propondremos las reformas legislativas que consideramos necesarias para ver plasmada en la normativa interna, el compromiso que nuestro país asumió al suscribir la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad2 y otros Tratados relacionados con los derechos humanos. 2.- UN CAMBIO DE PARADIGMA: DE LA INVISIBILIDAD A SER SUJETO PLENO DE DERECHO Gracias a los avances en la medicina, la tecnología, las nuevas tendencias doctrinarias y las luchas reivindicatorias de las personas con discapacidad a su derecho de ser tratados iguales, se ha producido un cambio de paradigma. Las personas con discapacidad han pasado de ser “un objeto de protección” cuya voluntad debe ser completamente reemplazada, a ser “un sujeto pleno de derecho”, que debe ejercer su capacidad natural siendo apoyado y asistido para aquellos actos para los que no tiene la “capacidad suficiente”. “Desde una perspectiva filosófica, este cambio en el tratamiento y la consideración de la discapacidad, ha sido parte de la evolución, desde lo que se conoce como “modelo médico” de la discapacidad, hacia un “modelo social”, -o de barreras sociales-, cuyas ideas centrales tienen fuertes conexiones con los valores que sustentan a los derechos humanos.”3 Es cierto que el objetivo de las leyes debe ser la protección al discapacitado pero también debe ser la integración, la que a diferencia de la rehabilitación no es un problema técnico, sino que es un problema socio-cultural, de “talante”. Por lo tanto, las normas que regulan las situaciones de discapacidad deberían ser iguales para todas las personas en todos los ordenamientos.4 En nuestro país, este cambio de paradigma se ve consagrado con la sanción de la Ley 26.3785 que ratifica la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad y su 2 Aprobada por la Organización de las Naciones Unidas y su protocolo facultativo abierto a la ratificación de marzo de 2007 y aprobado por la ley 26.378 el 21 de mayo de 2008. 3 de LORENZO GARCÍA, Rafael. “Capacidad Jurídica y Discapacidad” en Cuaderno de Trabajo N° 1 - Argentina. Proyecto a cargo de FUTUEX (Fundación Tutelar de Extremadura), Fundación Aequitas y Fundación Academia Europea de Yuste, en el marco del Congreso permanente sobre Discapacidad y Derechos Humanos. Indugráfic, 3 de noviembre de 2008. Pági. 29. 4 BOLAS ALFONSO, Juan. En prólogo a “Capacidad Jurídica y Discapacidad” en Cuaderno de Trabajo N° 1 - Argentina. Proyecto a cargo de FUTUEX (Fundación Tutelar de Extremadura), Fundación Aequitas y Fundación Academia Europea de Yuste, en el marco del Congreso permanente sobre Discapacidad y Derechos Humanos. Indugráfic, 3 de noviembre de 2008. Pág. 9. 5 Sancionada el 21 de mayo, promulgada el 6 de junio y publicada en el Boletín Oficial el 9 de junio de 2008. 2 protocolo facultativo. Lo cual originó importantes consecuencias como ser la “visibilidad” de este grupo ciudadano dentro de la protección de los derechos humanos de las Naciones Unidas, la asunción indubitada del fenómeno de la discapacidad como una cuestión de Derechos Humanos y el contar con una herramienta jurídica vinculante a la hora de hacer valer los derechos de las personas.6 3.- LA INCAPACIDAD EN EL CODIGO CIVIL ARGENTINO El Código Civil que nos rige fue redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield en 1869. Sufrió pocas modificaciones, la más importante realizada en 1968 por la Ley 17.711. Es profundamente paternalista, perfeccionista y en ciertas oportunidades, está bastante alejado de la virtud de la tolerancia. Por ello podemos afirmar que no supo reflejar el espíritu profundamente liberal de la Constitución Nacional7. El mismo no reconoce a la persona como sujeto de derechos, ya que privilegia el tratamiento de la persona física como miembro de la familia y sujeto de relaciones jurídicas, antes que como individuo. Además se observa que el estudio de la capacidad se centra en la capacidad de contratar. Con el fin de resguardar su integridad y sus bienes, nuestro Código Civil declara que son incapaces absolutos las personas por nacer, los menores impúberes, los dementes y los sordomudos que no saben darse a entender por escrito. Luego advierte que sólo podrán adquirir derechos o contraer obligaciones por medio de los representantes necesarios que les da la ley, ya sean los padres, los tutores o los curadores (Artículos 54, 56 y 57 del Código Civil)8. Conforme el tema que nos convoca, nuestro interés se centra en las personas a las que el Código Civil llama incapaces por demencia (Artículo141 del Código Civil)9. O sea aquellos que por causa de enfermedades mentales no poseen la aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes. En nuestra normativa actual, la declaración de incapacidad prevista únicamente por “demencia” está estructurada con un criterio de extremos opuestos. La demencia debe ser previamente verificada y declarada por juez competente (Artículo 140 del Código Civil)10, luego de que al mismo se lo requieran aquellos con legitimación para hacerlo (Artículo 144 del Código Civil)11 y previa 6 CABRA de LUNA, Miguel Angel y otros. “Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad: La Convención Internacional de las Naciones Unidas”. Editorial Universitaria Ramón Areces. Fundación Aequitas. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces S.A. Madrid, 2000. Pág. 61. 7 RIVERA, Julio César. “Reformas necesarias en el derecho de las personas físicas”. Revista de Derecho de Familia y de las Personas. Méndez Costa, María J y otros. Directores. La Ley, Octubre de 2009. 8 Artículo 54 Código Civil: “Tienen incapacidad absoluta: 1. Las personas por nacer; 2. Los menores impúberes; 3. Los dementes; 4. Los sordomudos que no saben darse a entender por escrito.” Artículo 56 Código Civil: “Los incapaces pueden, sin embargo, adquirir derechos o contraer obligaciones por medio de los representantes necesarios que les da la ley.” Artículo 57 Código Civil: “Son representantes de los incapaces: 1. De las personas por nacer, sus padres, y a falta o incapacidad de éstos, los curadores que se les nombre; 2. De los menores no emancipados, sus padres o tutores; 3. De los dementes o sordomudos, los curadores que se les nombre.” 9 Artículo 141 Código Civil: “Se declaran incapaces por demencia las personas que por causa de enfermedades mentales no tengan aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes.” 10 Artículo 140 Código Civil: “Ninguna persona será habida por demente, para los efectos que en este Código se determinan, sin que la demencia sea previamente verificada y declarada por juez competente.” 11 Artículo 144 Código Civil: “Los que pueden pedir la declaración de demencia son: 1. El esposo o esposa no separados personalmente o divorciados vincularmente. 2. Los parientes del demente; 3. El Ministerio de Menores; 4. El respectivo cónsul, si el demente fuese extranjero; 5. Cualquiera persona del pueblo, cuando el demente sea furioso, o incomode a sus vecinos.” 3 constatación pericial del estado de la persona. Una vez cumplido este requisito, el incapaz al no poder ejercer sus derechos por sí, lo hará por medio de un curador que le nombre o confirme Su Señoría. Se sostiene que Vélez Sarsfield adoptó un sistema binario, de blanco o negro sin aspectos intermedios, traduciendo al derecho un esquema sano-enfermo, puesto que basta flanquear la delgada línea de la sentencia de interdicción para pasar de la más amplia capacidad a la sombra más absoluta de la total incapacidad. A este concepto se sumó la idea del reemplazo obligatorio de la voluntad del declarado incapaz por la de otra persona a la que se llamó curador. Así podría entenderse que declarada la incapacidad, se invierte el principio general y salvo que determinados actos estén expresamente permitidos, estarán prohibidos para los declarados incapaces.12 La única morigeración o modificación que sufrió nuestro Código Civil fue la incorporación del instituto de la inhabilitación del artículo 152 bis (de ebrios consuetudinarios, adictos a estupefacientes, disminuidos mentales que no lleguen a los casos previstos por el artículo 141 del Código Civil y pródigos en determinadas circunstancias). Establece que para determinados actos de disposición también se requiere la intervención del curador nombrado al efecto, debiendo cumplirse las pautas determinadas en la sentencia de inhabilitación. En estos casos el curador no reemplaza al incapaz sino que lo asiste.13 De acuerdo con el Artículo 475 del Código Civil, los declarados incapaces son considerados como los menores de edad en cuanto a su persona y sus bienes y se aplica a la curaduría de los incapaces, las mismas normas que a la tutela de los menores. Es por ello que parte de la doctrina considera que en el tema de incapacidad es plenamente aplicable la Convención de los Derechos del Niño incorporada a nuestra Constitución Nacional. La cual reconoce algunos derechos fundamentales como ser que todo niño tiene derecho a ser escuchado y ser su opinión tenida en cuenta en todo procedimiento judicial o administrativo de acuerdo con su edad y madurez (Artículo 12).14 El juez es quien siempre nombra al curador del interdicto según un orden establecido por nuestra ley. Conforme dicho orden, en primer lugar se debe considerar al cónyuge como el curador legítimo y necesario. En caso de viudez, al hijo mayor de edad y en el caso de que fueran varios, el juez designará a quien deba cumplir esta función. El padre o la madre lo serán de sus hijos solteros, 12 CORNELLI, Miguel D. “¿La Declaración de Incapacidad alcanza a los actos jurídicos familiares y personalísimos? Revista Notarial N° 953. Buenos Aires, 2006 Página 33. 13 Artículo 152 bis Código Civil: “Podrá inhabilitarse judicialmente: 1. A quienes por embriaguez habitual o uso de estupefacientes estén expuestos a otorgar actos jurídicos perjudiciales a su persona o patrimonio. 2. A los disminuidos en sus facultades cuando sin llegar al supuesto previsto en el artículo 141 de este Código, el juez estime que del ejercicio de su plena capacidad pueda resultar presumiblemente daño a su persona o patrimonio.3. A quienes por la prodigalidad en los actos de administración y disposición de sus bienes expusiesen a su familia a la pérdida del patrimonio. Solo procederá en este caso la inhabilitación si la persona imputada tuviere cónyuge, ascendientes o descendientes y hubiere dilapidado una parte importante de su patrimonio. La acción para obtener esta inhabilitación sólo corresponderá al cónyuge, ascendientes y descendientes. Se nombrará un curador al inhabilitado y se aplicarán en lo pertinente las normas relativas a la declaración de incapacidad por demencia y rehabilitación. Sin la conformidad del curador los inhabilitados no podrán disponer de sus bienes por actos entre vivos. Los inhabilitados podrán otorgar por sí solos actos de administración, salvo los que limite la sentencia de inhabilitación teniendo en cuenta las circunstancias del caso.” 14 TAIANA DE BRANDI, Nelly A. y LLORENS, Luis R. “La incapacidad como variable” Revista del Notariado N° 875. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2004. 4 divorciados o viudos que no tengan hijos mayores (Artículos 476, 477 y 478 del Código Civil)15. Dentro del proceso judicial está establecido el nombramiento de un curador provisional, el que será un abogado de la matrícula, que ejercerá sus funciones hasta que se discierna la curatela definitiva o se desestime la demanda. Asimismo, se establece que de la misma forma que los padres pueden designar tutor para sus hijos menores de edad, también pueden designar por testamento curador para sus hijos mayores de edad dementes o sordomudos (Artículo 479 del Código Civil)16. No obstante, no prevé la designación del propio curador. Este sistema contempla aspectos puramente patrimoniales y con el juego de la representación del tutor o curador y la autorización judicial, previa aprobación del ministerio público, cumple sus dos objetivos: 1) La protección del interés económico del incapaz y 2) La seguridad jurídica en la contratación con el mismo. 4.- IMPACTO DE LAS CONVENCIONES INTERNACIONES SOBRE EL DERECHO POSITIVO INTERNO La noción de derechos humanos es una creación del mundo de la segunda posguerra mundial. Se trata de acuerdos fundamentales que presuponen proteger la libertad y dignidad de las personas, con las características de universales (para todos) y sin discriminación. Los derechos humanos son consagrados en normas internacionales como declaraciones y tratados así como en reglas mínimas, principios básicos y soft laws que establecen contenidos mínimos y alcances consensuados de los derechos protegidos. De esta forma, los Estados asumen el compromiso de respetar los derechos humanos de los individuos y garantizar su goce y ejercicio a todas las personas que están bajo su jurisdicción. Esto es consagrar los derechos humanos como pauta cultural y prevenir las violaciones a los mismos.17 Es innegable la importancia que los países asuman estos compromisos supranacionales, aunque sean una mera proclamación de tales derechos. Es sabido que en muchas ocasiones, dichas normas internacionales se contradicen con normas internas y con prácticas arraigadas que deberán ser adecuadas a través de su efectiva reforma. Los Tratados Internacionales y las nuevas leyes se contradicen con las normas del Código Civil. Este debería reconocer la capacidad progresiva y la capacidad anticipada para la disposición del 15 Artículo 476 del Código Civil: “El marido es el curador legítimo y necesario de su mujer, declarada incapaz, y ésta es curadora de su marido” Artículo 477 del Código Civil: “Los hijos mayores de edad, son curadores de su padre o madre viudo declarado incapaz. Si hubiera dos o más hijos, el juez elegirá el que deba ejercer la curatela.” Artículo 478 del Código Civil: “El padre o la madre son curadores de sus hijos solteros, divorciados o viudos que no tengan hijos mayores de edad, que puedan desempeñar la curatela.” 16 Artículo 479 del Código Civil: “ En todos los casos en que el padre o madre puede dar tutor a sus hijos menores de edad, podrá también nombrar curadores por testamento a los mayores de edad, dementes o sordomudos.” 17 PINTO, Mónica “Los Derechos humanos del niño. La Familia en el nuevo derecho” Tema II. Directora Kemelmajer de Carlucci . Editorial Rubinzal Culzoni. Santa Fe, 2009. Pág. 116. 5 propio cuerpo, en razón de la posibilidad de comprender y decidir sobre temas de salud sexual y reproductiva y aquellos relativos a la intimidad y a la imagen. Como mínimo, los menores deberían poder dar su asentimiento a tales actos conforme la Ley 26.061 “de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes”18, la cual recepta lo normado en la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Además, el hablar solamente de dementes o inhabilitados no responde a las pautas de derecho supranacional, en cuanto define a las personas discapacitadas como “aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo, que al interactuar pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás.”19 Las reformas deberán basarse en el principio de inviolabilidad de la persona con el consiguiente reconocimiento de su dignidad, su autonomía, la neutralidad moral del Estado y la tolerancia. Tal principio de dignidad consagra al hombre como fin en sí mismo y conforme el principio de autonomía, el hombre es libre de establecer su propio proyecto de vida lo que es el fin de los paternalismos. Los principios de igualdad y tolerancia contemplan el deber de no discriminar por razón de raza, religión, nacionalidad, sexo orientación sexual e ideología. Ya no es dable hablar de capaces o incapaces. Es cuestión de reconocer regímenes de graduación de capacidades, respetar cierto grado de autodeterminación y organizar el régimen de representación de apoyos y salvaguardas con los principios de necesidad, subsidiariedad y proporcionalidad. Del mismo modo, habría que receptar el derecho a dictar disposiciones para la propia incapacidad, debiendo contemplar la posibilidad de nombrar al propio curador, el otorgamiento de poderes subsistentes en el caso de incapacidad, la decisión sobre tratamientos médicos y la prolongación artificial de la vida. Lo ideal sería que las reformas se incorporaran al Código Civil para formular una legislación completa y coherente. 5.- DE LA INCAPACIDAD DEL CÓDIGO CIVIL AL NUEVO CONCEPTO DE DISCAPACIDAD El concepto de discapacidad se encuentra en plena evolución y fue receptado en la doctrina de los Tratados Internacionales de Protección de los Derechos Humanos e incorporado por la Constitución Nacional en su reforma de 1994. En especial la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad, cuyo objetivo es la prevención y eliminación de toda forma de discriminación contra las personas con discapacidad, propiciando su integración a la sociedad. 18 19 Sancionada el 28 de septiembre de 2005 y promulgada el 21 de octubre del mismo año. Artículo 1 de la “Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”. 6 Por encima de todo, hay que reconocer que en la vida real no existe la categoría de enfermedad mental habitual que vuelva a una persona discapacitada de proveer a los propios intereses (Artículo 141 del Código Civil). Sino que hay discapacidades distintas entre sí, que por ello necesitan tratamientos diferenciados. Aunque aún la Justicia no lo hace, habría que distinguir la “discapacidad intelectual” de la “enfermedad mental”. La discapacidad intelectual es definida como una entidad que se caracteriza por la presencia de - limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual, - limitaciones significativas en la conducta adaptativa, - una edad de aparición anterior a los 18 años. Enfermedad mental es un trastorno de la mente que origina perturbación en la conducta, en la captación de la realidad, y se manifiesta en forma de trastornos de ansiedad, o de esquizofrenia, o de depresión con o sin manía 20. Basta observar las diferencias que existen entre las personas paranoicas, los portadores de síndrome de Down, los enfermos de Alzheimer o los que sufrieron ataques cerebrales, todas situaciones completamente diferentes entre sí. Por ejemplo en estos dos últimos casos, el paciente estuvo sano hasta que sus capacidades disminuyeron, por lo que hubiera podido prever su futura situación adoptando medidas adecuadas a su voluntad. Asimismo podría ser que su condición no fuese tan grave como para impedirle manifestar su voluntad para integrar las decisiones de quien lo cuidará. No es preciso recurrir a un procedimiento tan duro y atrasado como el de la inhabilitación total (que puede durar años) sino que hay medidas menos severas para el sujeto que la padece y para sus familiares.21 En relación a los trastornos mentales propiamente dichos, los “avances de la psiquiatría y el desarrollo de los psicofármacos, han permitido afirmar con base científica la existencia de grados en la incapacidad, la posible recuperación, la existencia de zonas o aspectos sanos que deben ser estimulados en todos los incapaces y la necesidad de no invadir su autonomía más allá de lo necesario.”22 El término discapacidad involucra una gama importante de circunstancias que pueden acontecer a una persona, congénitas o adquiridas, ya sea por enfermedad o accidente. Por lo cual, la discapacidad es una posibilidad latente en la vida de las personas. Se considera discapacitada, a toda persona que padece una alteración funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social implique desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral23. 20 BULIT GOÑI, Carlos. “El proceso judicial de incapacidad y de inhabilitación y los derechos humanos. Deudas pendientes y necesidades urgentes” Revista “El Derecho. Diario de Doctrina y Jurisprudencia” N° 12.102. Buenos Aires, 2008. 21 CALÓ, Emanuele “Bioética. Nuevos derechos y autonomía de la voluntad.” Ediciones La Rocca. Buenos Aires, 2000. Pág. 157. 22 TAIANA de BRANDI, Nelly A. y LLORENS, Luis R. “Disposiciones y estipulaciones para la propia Incapacidad”.Editorial Astrea. Buenos Aires, 1996. 23 Ley 22.431 y Ley Provincial 10.592 7 A fin de protegerlos, la tendencia es brindarles a través de actividades concretas, la normalización (lograr que sus condiciones de vida se asimilen a las de un ciudadano medio), la integración a la sociedad (que no sean discriminados o marginados) y el desarrollo personal. La igualdad en el sentido que le dan Rawls y otros autores, implica la necesaria tutela y promoción del mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la comunidad. Requiere la generación de instituciones de protección y representación de las personas débiles, tales como niños, mujeres, discapacitados y ancianos, aunque con el mayor respeto posible a su autodeterminación. En el caso de personas con enfermedades mentales que no tienen aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes, puede resultar conveniente declararlos incapaces para todos los actos de la vida civil y solicitar la designación de un representante necesario.24 Es preciso adaptar los sistemas tutelares a un principio objetivo que respete a la persona, su capacidad jurídica de obrar y que, sin sustituirla, colabore y la complemente en su accionar, realizando solamente los actos que aquella no pueda celebrar o ejecutar.25 Invitamos a reflexionar sobre la posibilidad de organizar un sistema de apoyo, contralor y salvaguarda, con posibilidad de asistencia a las personas discapacitadas. En tal sentido cabe mencionar un caso jurisprudencial del año 1986, en el que por primera vez se permitió a una persona declarada judicialmente incapaz, que no estaba en condiciones de ser rehabilitado, a que personalmente celebrase un contrato de trabajo y que administrase su salario.26 Esto es consonante con nuestro criterio de morigerar las consecuencias de una sentencia de discapacidad para permitir determinado acto que beneficie a la persona discapacitada. 6.- ¿QUÉ DICE LA DOCTRINA Y LA JURISPRUDENCIA? Algunos doctrinarios opinan que las declaraciones de incapacidad no alcanzan a los derechos personalísimos (a la vida, al honor, a su intimidad, a decidir o no la donación de sus órganos), ni a los derechos relacionados con el estado de familia (contraer matrimonio, reconocer un hijo, otorgar testamento, solicitar la revocación de una donación por ingratitud), ya que los mismos podrían ser ejercidos por el incapaz siempre y cuando los pudiera comprender.27 Actualmente el único acto permitido en nuestra legislación, es el del artículo 3615 del Código Civil que dice que un demente declarado sólo podrá otorgar el testamento si lo hace durante un intervalo lúcido suficientemente cierto y prolongado.28 24 Artículos 56 y 62, 141 y concordantes del Código Civil. MARQUEÑO e LLANO, D José. Presidente de Fundación Aequitas. II Jornadas Internacionales sobre Justicia y Discapacidad. Fundación Aequitas y Colegio de Escribanos de Buenos Aires. Mar del Plata, 20 de Abril de 2007. 26 La Ley 1985-E-47.- Cámara Nacional Civil Sala C 12/8/85 Del V.J.L. 25 27 CORNELLI, Miguel A. Ob. Cit. Artículo 3615 Código Civil: “Para poder testar es preciso que la persona esté en su perfecta razón. Los dementes sólo podrán hacerlo en los intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos y prolongados para asegurarse que la enfermedad ha cesado por entonces.” 28 8 Existe una postura doctrinal que sostiene que en caso de divorcio o separación personal, si uno de los cónyuges estuviere enfermo y no se hallare bajo curatela, debe nombrarse un curador ad litem que lo asista. Sin perjuicio de que, si así lo desea, puede intervenir como parte. En tal sentido, una resolución de la justicia marplatense suspendió un juicio de divorcio, hasta que se nombró a un tercero responsable para asegurar la defensa en juicio de una persona que por disminución de sus funciones psíquicas (por psicosis esquizofrénica) le impedían autovalerse para proveer a su defensa.29 Poco a poco la jurisprudencia se va adaptando a los nuevos criterios doctrinales y de derecho comparado. La jurisprudencia morigera el orden estricto de nombramiento de familiares para el cargo de curador, teniendo en cuenta conflictos entre los familiares nombrados para el cargo y siempre atendiendo a los derechos del declarado incapaz. La designación de la persona del curador corresponde al juez, salvo los casos en que la ley establece quién ha de desempeñar esas funciones. Si ninguno de los pretendientes está incluido en la enumeración de los artículos 476 a 478 del Código Civil30, se designará curador al que por sus bienes o buena reputación fuese idóneo para ejercerla, quedando esta calificación al arbitrio del juez, quien siempre debe preferir el pariente más idóneo (artículos 475 y 391 de mismo ordenamiento31). Si bien el Código Civil al establecer el orden de prelación no menciona a los hermanos, se ha decidido que al concretar la designación del curador dativo es conveniente privilegiar a quienes tienen lazos cercanos de parentesco. Cuando se presentan dos o más pretendientes a la designación de un curador, se trata de compulsar idoneidades para atribuir al incapaz una más acabada protección32. En este sentido, el 26 de diciembre de 2006 el Tribunal de Familia número 2 de Mar del Plata, en los autos caratulados "N., D.A. s/inhabilitación" declaró la inhabilitación judicial de una persona mayor de edad con Síndrome de Down en los términos del Art. 152 bis, Inc. 2 C.Civil33 y designó a los dos progenitores, a pedido de éstos, a ejercer en forma "conjunta" los cargos de curadores de su hijo discapacitado. Consecuentemente se declaró la inconstitucionalidad de los Artículos 478 y 386 primer párrafo34 (por remisión del Artículo 475) del Código Civil y se consideraron aplicables por analogía, las disposiciones que regulan el ejercicio de la patria potestad respecto de los hijos menores de edad. 29 Trib. Col Familia Mar del Plata n. 1, 8-4-2009 R.F.O. v. O.G.G s- divorcio (Art. 214, Inc.2 CCiv) inédito. Artículos 476, 477 y 478 Código Civil cit. 31 Artículo 391 Código Civil “El juez confirmará o dará la tutela legal a las personas que por su solvencia y reputación fuese la más idónea para ejercerla, teniendo en cuenta los intereses del menor” Artículo 475 Código Civil: “Los declarados incapaces son considerados como los menores de edad, en cuanto a su persona y bienes. Las leyes sobre la tutela de los menores se aplicarán a la curaduría de los incapaces.” 30 32 En tal sentido en los siguientes fallos: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala E de fecha 27/02/2001 Partes: S. S., F. A. publicado en La Ley 2001-D, 683 - DJ 2001-2, 828. En igual sentido Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, de fecha 25/03/2003 Partes: G., M. M. publicado en La Ley 2003-C, 95. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala G de fecha 08/05/2009 Partes: J, A J publicado en La Ley Online. 33 Artículo 152 bis del Código Civil cit. 34 Artículo 386 Código Civil “La tutela debe servirse por una sola persona, y es prohibido a los padres nombrar dos o más tutores, que funcionen como tutores conjuntos: y si lo hicieren, el nombramiento subsistirá solamente para que los nombrados sirvan la tutela en el orden que fuesen designados, en el caso de muerte, incapacidad, excusa o separación de alguno de ellos.” 9 En igual sentido, el mismo Tribunal por pedido de una adolescente decidió otorgar la tutela a ambos abuelos. El pedido fue atendido por la asesora de menores, ya que ante la muerte de su madre, la adolescente no podía decidir entre uno de ellos.35 En un tercer caso en que ambos padres solicitaban la insania de su hija mayor de edad con severa dolencia mental, la sentencia de grado declaró la insania y acogió el pedido de los progenitores.36 Hay otra sentencia que sienta las bases para una buena doctrina. Esto es estudiar el caso, conocer al discapaz y evaluar los actos que le serán prohibidos para los cuales requerirá de una adecuada representación y aquellos que podrá realizar por sí mismo. Y asimismo, invitar al poder legislativo a implementar las reformas correspondientes. Esta sentencia será revisable en 5 años.37 Otros dos fallos recientes declaran inconstitucionales los artículos del Código Civil sobre declaración de demencia e inhabilitación y directamente implementan el sistema de apoyos que surgiría del artículo 12 de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.38 El ejercicio de las funciones tutelares por personas jurídicas no está previsto expresamente en el Código Civil argentino. La doctrina ha afirmado que es una función encomendada a “personas físicas”, lo cual se infiere de diversas normas positivas cuya regulación presupone que se trata de tales y no de personas jurídicas (Artículos 379, 456 y concordantes del Código Civil39). Una excepción a esta interpretación general es lo dispuesto por el artículo 8 de la ley 10.903, que admite que la tutela de los menores confiados por sus padres, tutores o guardadores a un establecimiento de beneficencia público o privado, queda bajo la tutela definitiva de la dirección del Establecimiento. Y el artículo 393 del Código Civil establece limitaciones a los jueces para proveer la tutela expresa.40 La designación de personas jurídicas para ejercer funciones tutelares no está prohibida en el ordenamiento legal argentino. Las fundaciones tutelares podrían ser una solución para los mayores de edad, las personas discapacitadas, los que se encuentran en situación de vulnerabilidad y los que no tienen parientes de los llamados por la ley para ejercer el cargo de curador.41 Artículo 478 Código Civil “El padre o la madre son curadores de sus hijos solteros, divorciados o viudos que no tengan hijos mayores de edad, que puedan desempeñar la curatela.” 35 Tribunal de Familia Nro. 2 de Mar del Plata, sentencia de fecha 28/12/2006. B.C, R s/tutela. 36 “P.P.N. s/Inhabilitación”. Tribunal de Familia N° 2 de Mar del Plata. Sentencia plenaria del 9 de agosto de 2007. Magistrada preopinante Dolores Loyarte. 37 Fallo de Inhabilitación por Síndrome de Down. Juzgado Cv, Com. e Instruc. de Federación, Entre Ríos, 18 de mayo 2007. . Consultado on line Lexis Nro. 35010845 - 22.04.2010. 38 B.L T. Familia Nº 1 Mar del Plata, 2009-05-09. Dra. María Graciela Iglesias. En Revista de Derecho de Familia y de las Personas. Mendez Costa, Josefa Directora. La Ley Año 1, Número 2, Pág. 247. En igual sentido. D., E. T. Familia Nro. 1, Mar del Plata, en Dra. María Graciela Iglesias. En Revista de Derecho de Familia y de las Personas. Mendez Costa, Josefa Directora. La Ley. Año 2, Número 1, Pág.267. 39 Artículo 379 Código Civil “La tutela es un cargo personal, que no pasa a los herederos, y del cual nadie puede excusarse sin causa suficiente.” Artículo 456 Código Civil “Sucediendo la muerte del tutor, sus albaceas, o sus herederos mayores de edad, deberán ponerlo inmediatamente en conocimiento del juez del lugar, y proveer entretanto a lo que las circunstancias exijan respecto a los bienes y persona del menor.” 40 Artículo 393 Código Civil “ Los jueces no podrán proveer la tutela, salvo que se tratase de menores sin recursos o de parientes de los mismos jueces, en socios, deudores o acreedores suyos, en sus parientes dentro del cuarto grado, en amigos íntimos suyos o de sus parientes hasta dentro del cuarto grado; en socios, deudores o acreedores, amigos íntimos o parientes dentro del 4o. grado de los miembros de los Tribunales Nacionales o Provinciales, que ejercieran sus funciones en el mismo lugar en que se haga el nombramiento, ni proveerla dando a una misma persona varias tutelas de menores de diferentes familias, salvo que se tratase de filántropos reconocidos públicamente como tales.” 41 ZITO FONTAN, Otilia “El ejercicio de la tutela por personas jurídicas en el Derecho Español. Fundaciones Tutelares”. Revista Notarial 959 Pá.g. 471. 10 “Estamos convencidos de la importante función que desarrolla gran parte del movimiento asociativo en nuestro país, y el voluntariado el cual lo habilita para encarar el ejercicio de funciones tutelares y de esta forma hacer más efectiva la tarea para la mejora del nivel de vida y bienestar de las personas mayores de edad incapacitadas, por el profundo conocimiento que tienen sobre sus fortalezas y debilidades, por estar preparadas para brindar los apoyos y servicios necesarios para cumplir su objetivo, respondiendo a la gran inquietud de padres y familiares sobre cuál será el futuro de sus hijos cuando ellos ya no estén.”42 7.- LA TENDENCIA EN EL DERECHO COMPARADO43 Tanto en la Ley española de 1983, en el Código Civil francés reformado en 1968, en la Ley alemana de 1992 y en la Ley belga de 1991 se observa la misma tendencia. En principio, todas establecen cuales son los actos prohibidos para los discapaces y aquellos para los que deben actuar representantes necesarios. Con ese alcance, tienen la sentencia de interdicción como creadora del derecho del discapaz, la determinación de sus características y los actos en los que necesitan representación.44 Es general observar en el derecho comparado, el respeto a la capacidad y los derechos fundamentales de las personas con discapacidad, respetando los actos que pueden realizar por si mismos o través de la forma que estimaron conveniente, prestando especial atención a las personas a las que decidieron confiar sus asuntos y a las instrucciones impartidas. Por consiguiente, sólo se priva del ejercicio de sus derechos a los casos más graves. En los mismos, la persona debe ser reemplazada por un tutor o curador para todos o determinados actos o asistida por el representante nombrado, siempre controlados por algún organismo estatal. Francia Con la reforma de su Código Civil en 1968 se inicia un proceso que se expande a nivel mundial. En la actualidad los regímenes de protección previstos en la normativa francesa son la tutela, la curatela y la salvaguarda de justicia. La tutela de máxima gravedad, requiere la representación para todos los actos de la vida civil con la correspondiente autorización judicial. Por su parte la curatela da cuenta de una discapacidad parcial, que impide a los discapaces realizar actos de administración extraordinaria y contraer matrimonio, para los que requieren el consentimiento del curador. De todos modos, el juez puede 42 ZITO FONTAN, Otilia. Ob. Cit. Pág. 498. El presente punto ha sido elaborado en base a la síntesis realizada por CALÓ, Emanuele en Bioética. Nuevos Derechos y Autonomía de la Voluntad. Ediciones La Rocca. Buenos Aires, 2000. Y los textos de los Códigos Civiles Alemán con la reforma de 2.007 y Código de Quebec en su idioma original consultadas por las Autora. 44 En dicho sentido se expresó también Caló, Emanuele en la Conferencia de Derechos Humanos y Catástrofes Jurídicas realizada el 23 de mayo de 2007 en Universidad del Museo Social Argentino de Buenos Aires. 43 11 ajustar el régimen al que están sometidos los discapaces, autorizando a quienes estén bajo la tutela o curatela, a realizar por sí o debidamente asistidos todos los actos incluidos en la medida judicial. En cambio, la salvaguarda de justicia se aplica a personas con las facultades levemente disminuidas. Se ha criticado que el sistema es muy simplificado, ya que con la declaración del interesado ante un fiscal, el cual se funda en criterios médicos, se dicta esta salvaguarda, la cual se mantiene en secreto ya que no se inscribe en ningún Registro. Alemania La asistencia: A partir de la reforma de 1992 se introduce en el Código Civil la figura de la asistencia, que reemplaza a la tutela y a la curatela. Se necesita un examen psiquiátrico (es suficiente un certificado médico si la medida ha sido solicitada por el propio futuro asistido), el juez debe oír personalmente al interesado y la autoridad encargada de la asistencia debe dar por escrito su opinión en una declaración social. El tribunal decide el plazo de la asistencia, la extensión, la revisión y las declaraciones de voluntad del asistido. Este es un sistema subsidiario ya que se aplica en el caso que el interesado no posea un poder de autoprotección suficiente, ni persona sana que le preste su asistencia. En el caso de discapacidad física sólo se concede a pedido del interesado. Las directivas otorgadas por el interesado deben ser observadas por el asistente, por el tribunal de tutelas y por el asistente de control, cuya función es supervisar al apoderado. A diferencia de la tutela, la asistencia no significa ninguna limitación para la capacidad de actuar, ni requiere que la persona padezca un estado patológico. El asistente puede ser nombrado a pedido de parte o de oficio, cuando una persona sufra algún impedimento físico o psíquico que le impida administrar sus negocios. El alcance de la asistencia puede ser amplio o limitado a algún asunto y puede preverse para la atención de la persona, para el cuidado de los bienes o para ambos. No será necesario designar un asistente si con anterioridad la persona nombro un apoderado. Se debe tener en cuenta el asistente elegido por el interesado, salvo que se demuestre que es contrario a sus intereses. En igual sentido, se debe tener en consideración si el asistido no está de acuerdo con el nombramiento de determinada persona. Si aquel no propuso o propone un asistente, el mismo debe ser elegido tomando en cuenta sus relaciones personales y familiares, especialmente sus padres, sus hijos y su cónyuge, evaluando potenciales conflictos de intereses. Se puede nombrar a uno o más asistentes, si ello fuese mejor para los intereses del asistido; con carácter excepcional se puede nombrar a una persona jurídica. La actuación del asistente siempre estará controlada por el Tribunal Tutelar. 12 El asistido siempre debe ser oído y deben tenerse en cuenta sus intereses. El Juez puede considerar que ciertos actos no pueden realizarse sin el consentimiento del asistente y para otros ser el sometimiento a tratamientos médicos que impliquen graves riesgos, se necesita la aprobación del Tribunal Tutelar. Aunque impera la libertad de formas en la designación del asistido, para brindar mayor seguridad es aconsejable realizarlo por escritura pública. En el Código Civil alemán también existen los poderes preventivos o mandatos en previsión de la propia discapacidad, el biotestamento o las directivas anticipadas para temas médicos, los cuales pueden ser otorgados en el mismo acto. Aún cuando no hay normas específicas que regulen estos mandatos, en caso de duda no se extinguen por la muerte o por la discapacidad sobreviniente del otorgante. Se recomienda que tales poderes se otorguen ante Escribano y se estudia la posibilidad que a través de una cláusula se condicione su vigencia a la sobrevenida incapacidad, entregándose un ejemplar al apoderado designado. Estado de Quebec (Canada) Los regímenes de protección en el Código Civil del Estado de Quebec (Canada) son la curatela, la tutela y la designación del consejero de los mayores de edad. La curatela es para los mayores de edad con discapacidad, total y permanente que no puedan cuidar de sus personas y sus bienes y la tutela para los casos de discapacidad parcial o temporaria, limitada a la persona o los bienes. Finalmente, si el mayor de edad fuera habitualmente capaz de cuidar de si mismo y de administrar sus bienes pero necesita asistencia o consejo para ciertos actos en particular o en forma temporaria, se le nombra un consejero, el cual a falta de instrucciones precisas actuará en los actos de extraordinaria administración. Junto a estos regímenes y en previsión de la propia discapacidad, se puede otorgar un poder de representación por acta notarial o en presencia de testigos (en forma análoga al otorgamiento testamento). El mismo sólo puede versar sobre aspectos patrimoniales y se inscribe en un Registro de mandatos. Este poder puede otorgarse a una o más personas, para lo cual deberá determinarse si la forma de actuación de los apoderados es subsidiaria o conjunta y si es para una o todas las esferas de actuación. La aceptación puede ser tácita. El problema radica que su eficacia se subordina a que la incapacidad se produzca y requiere de un procedimiento judicial de homologación, en el que se presentan certificados médicos, se notifica al interesado e interviene el curador público. Atento a que los trámites judiciales suelen ser complejos, largos y onerosos, el Consejo de Notarios propuso la comprobación del acaecimiento de la causa de discapacidad, a través de un acta notarial. Con este acta se comprobaría la discapacidad, por medio de peritajes médicos y psicosociales, 13 intervendrían ambas partes y con la inscripción en el Registro de mandatos se ejercería el control estatal. Asimismo, el mandato de autoprotección puede contener la autorización para aceptar o rechazar determinados tratamientos médicos y el trato que desea recibir el mandante en el caso de padecer una enfermedad terminal. Como este mandato no está dentro del régimen de protección, el mandatario no está obligado a realizar inventario, a rendir cuentas de su gestión, ni a otorgar fianza. Por lo tanto se sugiere incluir cláusulas relativas al control de la gestión, nombrar más de un mandatario, limitar las facultades de disposición y la rendición de cuentas a terceros. Si el curador público lo considera necesario, puede pedir la revocación del poder y la rendición de cuentas. España Luego de la reforma de 1983, conforme el Código Civil español el tutor es el representante del discapaz, salvo para “aquellos actos que pueda realizar por sí mismos, ya sea por expresa disposición de la ley o por la sentencia de incapacitación”.45 También regula la autotutela46, determinando que cualquier persona con la capacidad de obrar suficiente, en previsión de ser incapacitada judicialmente en el futuro, puede -por documento público notarial- adoptar cualquier disposición relativa a su propia persona o sus bienes. Dichas escrituras públicas se inscriben en el Registro Civil. Con la Autotela se puede designar a su propio tutor (o quien no desea que lo sea), establecer los órganos de control o fiscalización de la tutela, el modo de ejercitarla y toda otra disposición relativa a su persona o a sus bienes. Es conveniente nombrar tutores sustitutos para el caso que alguno no quiera o no pueda aceptar la tutela. En caso de incapacitación legal el juez debe preferir al designado por el incapaz. Los poderes en previsión de la propia incapacidad47 son un complemento de la autotutela. Dichos poderes no se extinguen si en los mismos se previó su continuidad a pesar de la incapacitación del otorgante. El presunto incapaz está legitimado a promover su propia incapacidad. 8.- LOS ACTOS DE AUTOPROTECCION Aún cuando no exista una ley específica que los regule, el juego armónico de la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales y los principios generales del derecho sustentan jurídicamente 45 Artículo 267 del Código Civil Español. Ley 41/2003 de Protección Patrimonial de las Personas con discapacidad y de modificación del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria, reforma el artículo 223 y 234 del Código Civil. 47 Ley 41/ 2003 reforma al artículo 1.732 46 14 la posibilidad de otorgar los llamados “actos de autoprotección”, los cuales son reconocidos por la jurisprudencia y la doctrina. Es el derecho de todo ser humano a decidir y a disponer sobre su vida, su persona y sus bienes para el futuro, ante una eventual pérdida del discernimiento.48 Fue reconocido en prestigiosos fallos relacionados con tema de salud y por primera vez especialmente tomado con carácter obligatorio, para disposiciones anticipadas de salud.49 Estos actos nos permiten establecer directivas anticipadas sobre nuestra salud, designar un curador, manifestar nuestra voluntad sobre la administración y disposición de nuestros bienes, determinar disposiciones para nuestro cuidado personal ante una eventual incapacidad, otorgar poderes generales o específicos subsistentes y fijar los derechos personalísimos para el momento en que nuestra voz no pueda ser expresada. Las directivas anticipadas en materia de salud y la designación del propio curador son entre otros casos donde están en juego derechos referidos a la vida, la salud y la dignidad del ser humano. Su existencia protege en forma preventiva al sujeto que lo otorga, pero también ayuda a los jueces, los médicos y los familiares en la toma de decisiones cuando deben pronunciarse sobre la vida, la salud o los bienes de otros. La denominación “Derecho de autoprotección” fue propuesta por la delegación española en la VIII Jornada Notarial Iberoamericana celebrada en septiembre de 1998, en la ciudad de Veracruz, México. A esta figura también se la llama “testamento para la vida”, “testamento vital”, “disposiciones y estipulaciones para la propia incapacidad”, “mandatos para la propia incapacidad”, “directivas anticipadas en materia de salud” y también podría llamarse “autocuratela”. Más allá de la discusión terminológica, en el ámbito notarial argentino el término más difundido es “Acto de Autoprotección”. La validez de este acto encuentra indiscutible sustento en los derechos consagrados constitucionalmente, como son el derecho a la autonomía, a la intimidad, a la igualdad, a la libertad, a la dignidad, los que corresponden a cada persona.50 Es inherente a todo ser humano su posibilidad de elegir y que el Derecho respalde su elección, siendo este el sustento de la validez jurídica de las directivas anticipadas o actos de autoprotección. En el ámbito internacional es muy importante remarcar que, con fecha 13 de enero de 2000, en el seno de la Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional Privado, se suscribió el texto definitivo de la “Convención sobre protección internacional de adultos.”51 48 RAJMIL, Alicia Beatriz - LLORENS, Luis Rogelio. “Derecho de Autoprotección”. Revista del Consejo Federal del Notariado Argentino. Pág. 24. Artículo 11 de la Ley 26.529 “Directivas anticipadas. Toda persona capaz mayor de edad puede disponer directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determinados tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las directivas deberán ser aceptadas por el médico a cargo, salvo las que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas, las que se tendrán como inexistentes” Fallo M. de Mar del Plata y fallo Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires (Estado Vegetativo, Ac. 85.627, “S. M. de C Insania 09/02/2005”) El fallo de fecha 25 de julio de 2005 en el caso públicamente conocido como “Caso M - Directivas anticipadas” del Juzgado en lo Criminal y Correccional número 1 de Transición de Mar del Plata. 50 TAIANA de BRANDI, Nelly A. y LLORENS, Luis R. “Derecho de Autoprotección. Las Directivas anticipadas” Buenos Aires, 2000. y la Ley 26.066 de Trasplante de Órganos y Tejidos. 49 15 El objetivo de esta Convención es contemplar las situaciones de carácter internacional de protección de los adultos (a quienes califica como toda persona mayor de 18 años), quienes en razón de una alteración o insuficiencia de sus facultades personales, no están en condiciones de velar por sus intereses. La misma prevé la posibilidad de que el adulto organice su propia protección cuando todavía está en pleno uso de sus facultades.52 y 53 En Argentina, a partir del año 2004, se crearon los Registros de Actos de Autoprotección en el ámbito de los Colegios Notariales de las distintas provincias. La Provincia de Buenos Aires fue la primera en aprobar la creación del Registro, dictar su reglamento y ponerlo en funcionamiento. Dicho Registro se encuentra en vigencia desde el 1° de marzo de 2005 y en el se inscriben las escrituras públicas otorgadas en cualquier jurisdicción del país, por personas que, previniendo una eventual incapacidad, dejen en el citado documento instrucciones concernientes al tipo de tratamiento que desean recibir con respecto a su persona y/o bienes. El mismo posee inscriptos alrededor de 350 actos. A partir de diciembre de 2009 funciona en la órbita del Consejo Federal del Notariado Argentino el Registro Nacional de Autoprotección, al que se deben comunicar todos los actos inscriptos en los Registros del país. La finalidad del mismo es que ante una efectiva consulta, pueda conocerse todo acto inscripto en cualquier Registro del país. Consideramos de gran utilidad que todos los juzgados intervinientes en cuestiones a las que pueda interesar el contenido de los actos de autoprotección, consulten al Registro sobre la existencia de los mismos. Actualmente, algunos Tribunales de Familia de la provincia de Buenos Aires realizan dicha consulta voluntariamente, pero el avance de la figura está fomentando que ello sea algo habitual. Solamente en la Provincia del Chaco se exige su obligatoriedad. La Ley 6.212 de dicha provincia54 modifica el Código de Procedimientos y establece la obligatoriedad de los jueces de solicitar informes al Registro de actos de autoprotección dependiente del Colegio Notarial de la Provincia al iniciar todo proceso de incapacitación. Dentro de las reformas introducidas está la que regula que el proceso debe ser breve, que preferentemente se discierna al curador designado por el presunto discapacitado, y que se tome en cuenta todo lo establecido anticipadamente sobre la dirección de su persona y sus bienes en directivas anticipadas de autoprotección. Con el conocimiento de la existencia de una escritura de un acto de autoprotección, el juez tendrá un valioso instrumento, que garantice que la parte débil sea escuchada. Y en tanto no afecte derechos de terceros y el orden jurídico, ser aplicado para facilitar la tarea de jueces y asesores.55 51 Siguiendo el funcionamiento de la Conferencia de La Haya, el Convenio lleva la fecha en que fue firmado por primera vez por un estado negociador, en este caso, Holanda. Esta situación de tan pronta firma del Convenio puede ser calificada de exitosa, toda vez que generalmente los estados tardan más en suscribir las convenciones, aunque hubieren negociado sus textos. 52 http://redadultosmayores.org.ar/buscador/files/JURID019_Borras.pdf 53 HERRERA, María Marta Luisa. “La intervención notarial en la protección del adulto, con especial hincapié en la protección internacional de la persona mayor de edad” trabajo premiado en la XIII Jornada Notarial Iberoamericana. Asunción de Paraguay, 2008. 54 Se promulgó el 1° de Octubre de 2008, se publicó el 8 de Octubre y comenzó a regir el 1° de Enero de 2009. Fue propuesta por la Notaria Marta Bonfanti. En los distintos distritos notariales existen proyectos de similares características. 55 BONFANTI, Marta Liliana E. “El derecho de autoprotección en la Provincia del Chaco”. Revista del Notarial N° 2. Pagina 115. 16 Con estos tres elementos: 1) su otorgamiento por una escritura pública. 2) Su inscripción en el Registro correspondiente a cargo del Registro de Actos de Autoprotección de los Colegios de escribanos y 3) la consulta por parte de los juzgados intervinientes, se otorga la debida eficacia a los actos de autoprotección. Es el mismo sistema que se utiliza para el Registro de testamentos que funciona sin complicaciones. Consideramos que la figura todavía tiene una amplia posibilidad de proyección para diagramar nuestro plan de vida, desde las elecciones más simples a las más trascendentes, respetando la autonomía de la voluntad de la persona. 8.1.- La designación del propio curador o la autocuratela En el contexto de nuestro Código Civil ¿qué validez puede tener la declaración anticipada, clara e indubitable de una persona plenamente capaz, que elige a quién considera apto para que sea su curador? En nuestra opinión, el nombramiento del futuro y propio curador es plenamente válido y debe ser tomado en cuenta por el juez a la hora de tomar una decisión. Si en última instancia el juez será el encargado de nombrar o reconfirmar al curador definitivo del discapacitado, nos parece esencial que la opinión del mismo sea tenida en cuenta al tomar tan importante decisión. En este sentido, consideramos como instrumento idóneo al acto notarial de autoprotección, ya que en el mismo se plasman, con la ayuda de los profesionales competentes, la condición médica en la que se encontraba el requirente, su probable evolución y sus ideas acerca de cómo enfrentar la situación descripta. Es evidente que la indicación de la persona del curador efectuada por el discapacitado cuando gozaba de su entera razón, expresada fehacientemente por medio de un documento idóneo, no sólo tiene validez sino que se transforma en un instrumento fundamental que no debería ignorarse a la hora de la decisión judicial. En el contexto de nuestra actualidad social, habría que repensar los conceptos de familia y de matrimonio, realmente en crisis, y ver el ejercicio del derecho a la luz de los principios constitucionales y las convenciones internacionales de derechos humanos a las que voluntariamente nuestro país se ha sometido. En los últimos días, hemos asistido a la celebración de un matrimonio homosexual de hecho y no por derecho en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En igual sentido, han sido reconocidos ciertos derechos de bienestar social y de derecho previsional a uniones concubinarias del mismo sexo. También cabe mencionar que por primera vez una ley nacional, les reconoce derechos relacionados a 17 la salud56. Para el reconocimiento de todas estas situaciones de hecho son de gran utilidad los actos de autoprotección. En Cuba, donde la legislación es similar a la nuestra en cuanto al nombramiento de tutor, la Justicia decidió a favor de la previsión que por escritura pública había realizado una persona cuando todavía era capaz, en la que manifestaba su deseo a ser asistida por su hija en lugar de su hijo.57 En nuestro país todavía no existe ningún caso jurisprudencial. 8.2.- Poderes subsistentes en caso de incapacidad El artículo 1963 de nuestro Código Civil determina la caducidad del mandato en caso de incapacidad58. Desde las Jornadas celebradas en Mar del Plata de 1995 se recomienda establecer en los mandatos que los mismos no sean revocados si fueron especialmente previstos para la propia incapacidad. En la práctica, el mandato se otorga junto con un acto de autoprotección formalizado por escritura pública vinculada al mismo. Por ello se le solicita al Juez que el mandato se mantenga vigente hasta que se resuelva la interdicción o inhabilitación del otorgante, nombrando como curador al apoderado designado y estableciendo directivas para la administración de los bienes y de la persona. Esta es la figura más controvertida, la cual requiere de un profundo análisis doctrinario sobre las alternativas que existen en el derecho comparado a fin de realizar una reforma legislativa. 9.- SISTEMA DE APOYOS Y SALVAGUARDAS. FUNDACIONES TUTELARES. 9.1.- Sistema de apoyos y salvaguardas De acuerdo con lo determinado en la Convención Internacional de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, “la interdicción o incapacitación, debe ser reemplazada paulatinamente por mecanismos de apoyo, que podrán ser personales o a cargo de instituciones, o “redes de apoyo”, organizadas para ayudar a las personas que lo necesitan, sea en el ámbito económico o personal, para el ejercicio de la capacidad jurídica. La adaptación de la legislación debe estar precedida de un cambio de conciencia social, basada en la idea de justicia, equidad, igualdad y también de solidaridad, brindando un apoyo social que se centre en las capacidades y no en las deficiencias, para una participación plena y efectiva en igualdad de condiciones con los demás. El cambio deberá ser acompañado con el diseño de políticas públicas 56 Artículo 19 de la Ley 26.529 “Legitimación. Establécese que se encuentran legitimados para solicitar la historia clínica: … b) El cónyuge o la persona que conviva con el paciente en unión de hecho, sea o no de distinto sexo según acreditación que determine la reglamentación y los herederos forzosos, en su caso, con la autorización del paciente, salvo que éste se encuentre imposibilitado de darla.” 57 Sentencia 120. La Habana 30 de Septiembre de 2008. “Neyra Fernandez, Margarita Nora S/ constitución de la tutela” Sala 2° de lo Civil y lo Administrativo del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de la Habana, Recurso de Apelación número 185-08 Jueces Lic. Yanet Alfaro Guillen, Carmen Perez Gomez y Lourdes Villa Rodriguez. 58 Atículo 1963 del Código Civil: “El mandato se acaba: 1. Por revocación del mandante, 2. Por la renuncia del mandatario, 3. Por el fallecimiento del mandato o del mandatario.4. Por incapacidad sobreviniente al mandante o mandatario.” 18 adecuadas, relacionadas con la educación, salud, alimentación, trabajo, recreación, etc., proporcionando asimismo los recursos financieros que sean necesarios.”59 En nuestro régimen jurídico, este rol lo desempeñan las personas jurídicas sin fines de lucro como las asociaciones civiles y las fundaciones60, así como el movimiento asociativo y el voluntariado. Para que el sistema de apoyos sea efectivo y cumpla su objetivo, debe adaptarse a las diferentes situaciones personales y sociales. En todos los casos deberá ponerse a disposición de las personas con discapacidad, el sistema que mejor se adapte a su situación particular. 9.2.- Fundaciones tutelares Las Fundaciones Tutelares son entidades encargadas del ejercicio directo de tutelas, curatelas u otras figuras de guarda de personas con discapacidad psíquica declaradas incapaces por parte de la autoridad judicial, cuando no puedan encomendarse tales cometidos a familiares u otras personas físicas o jurídicas. Se encargan también de brindar información y asesoramiento, así como de la administración de bienes de las tutelas o curatelas que le sean encomendadas. Dentro de los recursos que proporcionan se encuentra el jurídico, para los trámites judiciales tutelados; el psicológico, a través de programas de individualización y seguimiento; el social, a través de la atención y seguimiento de tutelados, gestión de recursos, ocio, información, asesoramiento, etc.; y el administrativo. En nuestro ordenamiento jurídico, sólo se establece que tutores o curadores pueden ser personas físicas, no se contempla expresamente que dicha función pueda ser ejercida por personas jurídicas. Entendemos que simplemente fue una posibilidad impensada en la época del Codificador. En otros países, como en Francia y España, funcionan con muy buenos resultados, por lo que consideramos que ante una futura reforma de nuestro régimen legal relacionado con la discapacidad, debería tenerse en consideración la posibilidad de la incorporación de estos institutos. 10.- PROYECTOS DE REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL61 Existen varios proyectos de reforma del derecho privado, algunos estableciendo modificaciones a los Códigos vigentes y otros reemplazándolos en su totalidad. 10.1.- Proyecto del Código Civil y Comercial Unificado de 1998 El Proyecto del Código Civil y Comercial Unificado de 1998 conceptúa y delimita la capacidad de ejercicio expresando en su artículo 19: “Las personas humanas pueden ejercer por si mismas sus 59 CABRA DE LUNA, Miguel Angel y Otros. Ob. Cit. Artículo 33 del Código Civil: “Las personas jurídicas pueden ser de carácter público o privado…. Son de carácter privado: 1) Las asociaciones y las fundaciones que tengan por principal objeto el bien común, posean patrimonio propio, sean capaces por sus estatutos de adquirir bienes, no subsistan exclusivamente de asignaciones del Estado, y obtengan autorización para funcionar;…” 61 MENDEZ COSTA, M.J. “Adultos Incapaces en el Derecho Argentino Proyectado” Directores. Revista de Derecho de Familia y de las Personas. La Ley. 2009. 60 19 derechos, salvo aquellos a quienes la ley declara incapaces. Son incapaces: a) La personas por nacer, b) los menores, con las excepciones previstas en la ley, c) Los interdictos por causas psiquiátricas, en la medida judicialmente dispuesta.” El proyecto utiliza el término “interdicto” para identificar el estado de incapacidad de obrar en el que se encuentra la persona declarada inepta para dirigir su persona o administrar sus bienes, en virtud de alguna de las causas enunciadas en el artículo 27 que son: enfermedad mental, insuficiencia o debilitamiento de sus facultades psíquicas. La propuesta satisface la insistente demanda de la doctrina y la jurisprudencia a modificar el Artículo 141 del Código Civil, en cuanto sólo contempla la declaración de incapacidad para el supuesto de enfermedad mental, desconociendo el progreso científico de la psicología y la psiquiatría. En los supuestos de los mayores de 14 años que no llegan a un desarrollo mental normal para su edad y no son aptos para dirigirse y administrar sus bienes, se propone brindarles la representación y protección que necesitan, sin ser titulados “dementes” y sin que proceda invocar su “demencia” para obstaculizar y dificultar su vida social. Por ello, se respeta su derecho a trabajar reconocido por la Ley 22.431 e incluso la aplicación del régimen común de asistencia y seguridad. Aún cuando esta es una solución justa y renovadora de las pautas del Código Civil actual, este proyecto sólo prevé la curatela, sometida a las reglas de la tutela, como la figura de asistencia y/o protección, pero no contiene ninguna disposición intermedia respecto a las personas aquejadas en sus condiciones psíquicas. 10.2.- Proyecto Legislativo del año 2007 El Proyecto Legislativo del año 2007 propone la sustitución de todo el Título X, Sección Primera, del Libro Primero “De los dementes e inhabilitados” y reforman aquellos artículos contenidos en dicha normativa a fin de que guarden coherencia con esta reforma. Se propicia reemplazar a la injuriosa denominación "dementes" por la de “personas que padecen enfermedad, insuficiencia o debilitación de sus facultades psíquicas”. Ello sin desconocer que luego del examen médico -siempre obligatorio a los efectos de una interdicción-, puede resultar una patología que la ciencia médica denomina "demente". El objetivo perseguido es que los magistrados cuenten con las herramientas necesarias para determinar los grados o alcances de esa enfermedad psíquica, -mediante los informes médicos, las pruebas aportadas y lo dicho por la persona sujeta a interdicción- con el fin de determinar el potencial riesgo para su persona o patrimonio. Se propone la derogación del Título XI "De los sordomudos", considerando que la persona sordomuda que no sabe a darse entender por escrito, no es un incapaz "para todos los actos de la vida 20 civil". Sin perjuicio de ello, en el caso que la persona sordomuda padezca una enfermedad psíquica, le será aplicable lo dispuesto en los artículos 140 a 152 del Código Civil propiciados por esta reforma. 11.- CONCLUSIONES Y PONENCIAS El cambio de paradigma alude a que no se trata sólo de proteger sino también de integrar y promover la máxima inclusión de las personas con discapacidad brindándoles igualdad de oportunidades, en todas las actividades de la sociedad, suprimiendo las barreras, en especial las culturales. Con estos objetivos hay que contemplar ciertas premisas básicas como ser: Las personas con discapacidad son personas, sujetos plenos de derechos y de obligaciones que tienen derecho a tomar sus propias decisiones con la mayor autonomía posible (autodeterminación). Por ello necesitan, no sólo de protección, sino de apoyo de las instituciones jurídicas y de las estructuras sociales.62 En la historia del hombre ningún derecho se ha ganado sin lucha, los “derechos humanos” están reconocidos y poéticamente plasmados en los Tratados Internacionales. El desafío que implica la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, primera convención del siglo XXI es la conversión en pautas sociales concretas del respeto de la libertad, de la autonomía de la voluntad, de la diversidad y de la no discriminación. De acuerdo con el artículo 12 de dicha Convención, nuestra normativa legal debería reconocer la personalidad jurídica de la persona con discapacidad y su capacidad jurídica en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida. El Estado debería brindarle los apoyos necesarios para ejercer esa capacidad jurídica y sobre todo prever expresamente que las salvaguardas que se establezcan y las restricciones que se impongan en el uso de la capacidad “respeten los derechos, la voluntad y las preferencias de la persona”, que sean “proporcionales y adaptadas” a las circunstancias del caso, que se apliquen por el “plazo más corto posible” y que estén “sujetas a exámenes periódicos”.63 Sostenemos que la autocuratela, los poderes en previsión de la propia incapacidad y los actos de autoprotección son los documentos notariales idóneos para proyectar nuestro plan de vida y crear un sistema de apoyo para la toma de decisiones, respetando la autonomía de la voluntad y la autodeterminación de las personas que padecen algún tipo de discapacidad o que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Esto redundaría en la no judicialización de muchísimas cuestiones, ya que sólo se llevarían a la Justicia los casos más graves y conflictivos y la función jurisdiccional se ocuparía fundamentalmente de controlar que se respete el bienestar y la máxima autonomía posible de las personas con discapacidad. 62 BULIT GOÑI, Carlos. “El proceso judicial de incapacidad y de inhabilitación y los derechos humanos. Deudas pendientes y necesidades urgentes” Revista “El Derecho”. Buenos Aires, 2008. 63 BULIT GOÑI, Carlos. Ob. Cit. 21 El Notariado en la función social que pretende ejercer, ha conseguido importantes logros en relación al derecho de autoprotección en cuanto a su reconocimiento y registración. Por lo tanto, debe seguir propugnando el uso de herramientas existentes, como son el fideicomiso y el crédito vitalicio con garantía hipotecaria que constituyen importantes medios de la protección social de las personas en situación de vulnerabilidad en razón de su edad o discapacidad.64 Además, le concierne la adecuación de los estatutos de las personas jurídicas como asociaciones y fundaciones, para que realicen tareas de apoyo y protección a las personas con discapacidad. Propiciamos una reforma legislativa integral que reconozca los grados de discapacidad, que establezca una sentencia a medida del caso concreto y “un régimen de protección personalizado que lo atienda en su integralidad”65 sujeto a periódica revisión. Que previa entrevista interdisciplinaria analice qué sistema de protección corresponde, máximo: interdicción con nombramiento de curador, intermedio: inhabilitación con nombramiento de un asistente para determinados actos, o simplemente con ciertos apoyos que se determinen entendiendo que la persona no necesita ser incapacitado. Que en especial se tenga en cuenta lo expresado por la futura persona discapacitada, quién podría personalmente sugerir medidas de protección de acuerdo a sus deseos y preferencias. Y que las normas referidas al nombramiento de curador contemplen la posibilidad de nombrar uno o más curadores, la negativa al nombramiento de determinada persona, o la posibilidad del nombramiento de una persona jurídica. Se propone de lege ferenda incluir las siguientes reformas66: 1) Incorporar como artículo 479 bis del Código Civil el siguiente texto: “Toda persona con capacidad suficiente, mayor de edad, en previsión de una eventual futura incapacidad o circunstancia incluida en el artículo 152 bis, puede designar mediante escritura pública, a una o más personas, como su propio curador para tomar decisiones sobre actos que le conciernan en caso de hallarse privado del discernimiento necesario. Sólo serán llamados a desempeñar el cargo de curador las personas previstas en los artículos anteriores cuando no quisieren o no pudieren aceptar los designados según las previsiones del presente artículo. Podrán designarse curadores sustitutos, y en especial excluir a determinadas personas. También puede disponer directivas sobre la conducción de su persona, sus bienes y su salud. Dichas disposiciones son obligatorias.” 2) Sustituir el artículo 471 del Código Civil por el siguiente texto: “El Juez durante el juicio puede, si lo juzgare oportuno, nombrar un curador interino a los bienes o un interventor en la administración del demandado por incapaz. La designación del propio curador realizada conforme el 64 En el mismo sentido, Conclusiones de la Ponencia Argentina en la XIV Jornada Notarial Iberoamericana Punta Cana, 2 a 6 de Junio 2010. Aún inédita. TAIANA de BRANDI, Nelly A. y LLORENS, Luis R. “Disposiciones y estipulaciones para la propia Incapacidad”.Editorial Astrea. Buenos Aires, 1996. 66 Proyecto elaborado en base al trabajo realizado por la Comisión de Seguimiento de las conclusiones de la XXXV Jornada Notarial Bonaerense. Tema IV. Actos de Autoprotección. 65 22 artículo 479 bis es imperativa para el Juez tanto para el supuesto de curador interino o definitivo o los casos previstos por los artículos 147 y 148, salvo que concurra alguna de las causales previstas para la remoción en este Código.” 3) Modificar el Artículo 1963 del Código Civil: “El mandato se acaba: 1º Por la revocación del mandante, 2º Por la renuncia del mandatario, 3º Por el fallecimiento del mandante o del mandatario, 4º Por incapacidad sobreviviente al mandante o mandatario. Este inciso no será de aplicación en los supuestos de haberse otorgado documentos que contengan directivas de autoprotección.” 4) Sustituir el artículo 12 del Código Penal por el siguiente texto “La reclusión y la prisión por más de tres años llevan como inherente la inhabilitación absoluta, por el tiempo de la condena, la que podrá durar hasta tres años más, si así lo resuelve el tribunal, de acuerdo con la índole del delito. Importan además la privación, mientras dure la pena, de la patria potestad, de la administración de los bienes y del derecho de disponer de ellos por actos entre vivos. El penado quedará sujeto a la curatela establecida por el Código Civil para los incapaces, pudiendo designar su propio curador de conformidad con el artículo 479 bis del citado Código.” 5) Se deberían incluir en todos los Códigos Procesales locales al inicio de un juicio de insania, la obligatoriedad de consultar la existencia de actos de autoprotección en los Registros respectivos. 12.- BIBLIOGRAFIA AREVALO, Jorge y Otros “Actos de autoprotección. Directivas anticipadas”. Cuaderno 6 del Instituto de Derecho Notarial del Colegio de Escribanos de la Provincia de Santa Fe. Segunda Circunscripción, Rosario. 2007. BOLAS ALFONSO, Juan. En prólogo a “Capacidad Jurídica y Discapacidad” en Cuaderno de Trabajo N° 1 - Argentina. 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