Causa Nº: 241.971 / "Tantardini Hugo Omar c/ Estado de... Perjuicios". J. 22.

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Causa Nº: 241.971 / "Tantardini Hugo Omar c/ Estado de la Provincia de Bs. As. s/ Daños y
Perjuicios". J. 22.
/// la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, a los 18 días del mes de
Septiembre de dos mil tres, reunidos en Acuerdo Ordinario los Señores Jueces de la Sala Tercera
de la Cámara Primera de Apelación Dres. CARLOS ALBERTO PEREZ CROCCO y JUAN
MANUEL LAVIE (H), para dictar sentencia en los autos caratulados: "Tantardini Hugo Omar c/
Estado de la Provincia de Bs. As. s/ Daños y Perjuicios" (causa nº 241.971), se practicó el sorteo
de ley que determinó que la votación debía tener lugar en el siguiente orden: PEREZ CROCCOLAVIE (H).
CUESTIONES
1ra. ¿Es justa la sentencia apelada?
2da. ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
VOTACION
A la primera cuestión el Sr. Juez Dr. Pérez Crocco dijo:
I. Llega apelada a esta Alzada la sentencia interlocutoria de fs. 264/265 que acogió la
excepción de falta de legitimación pasiva para obrar impetrada por el codemandado Juez
(actualmente en ejercicio de sus funciones) Salvador José Mammana.
Para así decidir sostuvo el Sr. Juez de grado que era necesario el previo desafuero del
codemandado por el órgano político con competencia para juzgar a los jueces, para demandarlo
por responsabilidad civil derivada de los actos realizados en ejercicio de su funciones.
II. Contrariado el actor con el argumento basal de la sentencia trata de socavarlo en el
memorial de agravios diciendo que el desafuero no es un requisito indispensable, justamente
porque así lo preceptúa el art. 57 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y el art. 24 de
la ley 8085 y sus modificatorias ley 10.168 y ley 11.067; y dado que no existe esa exigencia previa
normada en precepto alguno del Código de Procedimiento Civil y Comercial, de la Constitución de
la Provincia de Buenos Aires y de las Acordadas de la Suprema Corte de Justicia (v. fs. 272/273).
III. La lectura y evaluación crítica de los argumentos en que se apoyan los agravios
expresados por el actor, una vez confrontados con los fundamentos esgrimidos por el Sr. Juez de
Primera Instancia, para fallar del modo que lo hizo, me persuaden de un modo liminar y definitorio
de la falta de razón que le asiste, correlato de lo cual será proponer a mi distinguido colega de
Sala, la confirmación de la sentencia apelada.
Doy a continuación los argumentos en que apoyo la anticipada opinión (doct. arts. 171 de
la Const. de esta Provincia; 163 del C.P.C.C.).
1. La "causa fuente" del reclamo indemnizatorio sobre la que reposa la acción que intenta
el apelante contra el Juez es la pérdida o extravío de un pagaré durante la tramitación de un juicio
en el juzgado donde ejerce su competencia el Dr. Mammana. Por ello se le imputa negligencia u
omisión culpable en el cumplimiento de sus funciones.
Queda entonces bien claro que el ilícito civil que atribuye el actor al Juez demandado es
cometido dentro del marco propio de sus funciones como órgano jurisdiccional (doct. art. 1112 del
Cód. Civil).
2. Tengo para mí, con relación a los jueces de la República, que por razones de orden
público (para garantizar el ejercicio de la autoridad que le ha sido conferida y el libre ejercicio del
poder), la Constitución Nacional sostiene un sistema de inmunidad que los pone a cubierto de la
persecución privada por actos cometidos en el ejercicio de sus funciones. El requisito del
desafuero previo para responsabilizar civilmente a un magistrado por actos cometidos en el
ejercicio de sus funciones es parte del sistema. En cambio, la exigencia desaparece cuando la
responsabilidad que se le imputa a un magistrado proviene de actos ajenos al ejercicio de la
función -vg. de un accidente de tránsito o del libramiento de un cheque sin fondo o de la falta de
pago de un pagaré; etc...- (cfr. Bueres-Highton, Código Civil, t. 3-A, pág. 461; Borda, "Tratado de
derecho civil argentino. Obligaciones", 7a. ed. ,1994, t. II, pág. 489; Colombo, "Culpa aquiliana cuasidelitos-", 3a. ed. 1965, t. I, pág. 261; Salvat-Acuña Anzorena, "Tratado de derecho civil
argentino. Fuentes de obligaciones", 2da. ed. t. IV- pág. 309; Kemelmajer de Carlucci, en "Cód.
Civil y leyes....Com., Anot. y conc. por Belluscio-Zannoni, 1984, t. 5, pág. 406/407; Morello, Sosa,
Berizonce, "Códigos procesales....", t. I, pág./I; Palacio Lino, "Derecho Procesal Civil", t. II, 1969;
Paolini Jorge, "El Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios", pág. 65).
La postura doctrinaria reseñada resulta avalada por una larga y pacífica jurisprudencia de
la Corte Suprema de la Nación, de la cual surge claramente que constituye un requisito
indispensable para someter a un magistrado nacional a la jurisdicción de los tribunales ordinarios
en procesos civiles o penales que se le sigan por actos realizados en el ejercicio de sus funciones,
la previa destitución de aquél mediante el juicio político regulado en los artículos 45, 51 y 52 de la
Constitución Nacional (anterior reforma 1994) o el cese de sus funciones por cualquier otra causa
(Fallos: 1:302; 113:317; 300:75; entre otros).
Que el objetivo de la doctrina reseñada no ha sido el de impedir a los tribunales el
conocimiento de las causas en que se encuentran involucrados magistrados judiciales pues, no
existe impedimento alguno, una vez cumplidas con las formalidades del juicio político, en someter
ante la justicia a los funcionarios comprendidos en el art. 45 (anterior reforma año 1994) de la Ley
Fundamental, y tampoco la citada excepción tiende a establecer un privilegio contrario al art. 16 de
la Const. Nacional en favor de los magistrados judiciales toda vez que aquella se funda en razones
de orden público, relacionadas con la marcha regular del gobierno creado por la Ley Fundamental
(C.S.N. Fallos: 113:317).
Por tal razón, la jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación tiene establecido que la
inmunidad contra proceso o arresto no es privilegio que contemple a las personas sino las
instituciones y el libre ejercicio de los poderes (Fallos: 252:184, consd. 1º, y sus citas, entre otros).
Es una garantía conferida al "órgano individuo", no para exclusivo beneficio personal o patrimonial
de los magistrados, sino para resguardar el funcionamiento independiente del poder judicial y el
equilibrio tripartito de los poderes del Estado.
También ha sostenido, después de la reforma del año 1994, "...que el nuevo texto del art.
115 de la Ley Fundamental sólo modifica el procedimiento de remoción de los jueces de los
tribunales inferiores de la Nación -al atribuir su juzgamiento a un jurado especial- y que al remitir al
art. 53 mantiene las causales e inmunidades allí previstas que son reiteración de las ya
contempladas en el hoy reformado art. 45 de la Constitución" (La Ley t. 1998-B-pág. 322 y sgtes.).
A propósito de lo expuesto, cabe recordar lo que sostenía el famoso Juez Field, en el caso
"Bradley v. Fisher" en los E.E.U.U. (13 Wall, 335, 347, U.S. 1871) -citado en la contestación del
memorial de agravios- "La responsabilidad a efectos de responder frente a cada uno que se
pudiera sentir agraviado por la actuación del juez, resultaría inconsistente con la libertad, y
destruiría la independencia sin la cual ninguna judicatura puede ser ni útil ni respetable".
3. El desafuero previo integra la garantía constitucional de que los jueces conservarán sus
empleos mientras dure su buena conducta (doct. art. 110; antes de la reforma, era el 96 de la
Const. Nacional); garantía que, incluida en la parte instrumental de la Ley Fundamental, es, en
verdad, una de sus cláusulas pétreas, a la cual deben conformarse también las provincias, por
imperativo de los arts. 5 y 31 de la Const. Nac., por ser un tema gravitante en la organización de la
República.
En tal sentido, sostuvo la Corte Suprema que "...el art. 5º de la Constitución Nacional
declara la unidad de los argentinos en torno al ideal republicano, pero se trata de una unidad
particular: es la unidad en la diversidad, diversidad proveniente, precisamente, del ideal federalista
abrazado con parejo fervor que el republicano". Igualmente esa Corte expresó que "...el
federalismo encierra un reconocimiento y respeto hacia las identidades de cada provincia; empero,
dicha identidad no encuentra su campo de realización solamente dentro del ámbito comprendido
por los poderes no delegados al gobierno federal (art. 104 y cc., hoy art. 121 de la Const. Nac.),
sino también en el de la adecuación de sus instituciones a los requerimientos del art. 5º de la
Const. Nacional" (Fallos: 176:73; 307:2174, entre otros).
Por ello, no obsta a lo dicho lo normado en el art. 57 de la Constitución Provincial.
Además, porque en el mismo se reconoce, en general, el derecho que corresponde a todo
particular a reclamar la indemnización por los perjuicios que puedan provenir del mal desempeño
de un empleado o funcionario provincial, en ejercicio de sus funciones, y que haya lesionado los
derechos, libertades y garantías que la Constitución antes ha enunciado; nada más, ni nada
menos. Ergo, mal puede interpretarse que en el caso de que ese funcionario sea un juez la norma
enerve el requisito previo del desafuero.
Hitters, sobre el particular sostiene "la imnunidad de los magistrados es un atributo que el
Estado de Derecho democrático les asigna, pero si los órganos encargados de evaluar la conducta
de estos fallan, entonces la imnunidad se convierte en impunidad (Hitters Juan Manuel,
"Responsabilidad del Estado por error judicial", en Diario La Ley del 17 de septiembre de 2003).
Es por ello relevante destacar que, juzgar el "mal desempeño" del juez -que es la "causa
fuente" de este proceso- es competencia que la misma Constitución Provincial asigna a un jurado
designado al efecto (ver art. 182 de la Const. Pcial.); por ende se infiere que el magistrado
interviniente en esta causa carece de competencia para pronunciarse sobre lo que es motivo la
"causa fuente" de la responsabilidad que se le imputa al magistrado.
Por su parte, el art. 24 de la ley 8085 es simplemente una norma instrumental del art. 57 de
la Const. Pcial. (en realidad se refiere al art. 44 de la anterior Constitución, cuyo texto es igual al
del actual 57).
Por ello, voto por la AFIRMATIVA.
A la misma primera cuestión el señor juez doctor Lavié (h) dijo que adhería al precedente
voto por aducir idénticos fundamentos.
A la segunda cuestión el señor juez doctor Pérez Crocco dijo:
Que, atendiendo al acuerdo logrado al tratarse la anterior corresponde y así lo dejo
propuesto al Acuerdo confirmar la sentencia de fs. 264/265 en todo cuanto fuera materia de
agravios, con costas a la parte actora (art. 69 del C.P.C.C.).
ASI LO VOTO.
A la misma segunda cuestión el señor juez doctor Lavié (h) dijo que adhería al precedente
voto por aducir idénticos fundamentos. Con lo que finalizó el acuerdo, dictándose la siguiente
SENTENCIA
Que en el presente Acuerdo ha quedado establecido que la sentencia de fs. 264/265 se
ajusta a derecho (ver citas legales, jurisprudenciales y doctrinarias hechas en los considerandos
que preceden). En consecuencia: rechazándose el recurso interpuesto por el actor a fs. 268 se
confirma la sentencia apelada, con costas. REGISTRESE. NOTIFIQUESE. DEVUELVASE.
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